Sunteți pe pagina 1din 5

FERDINAD DE SAUSSURE -

Biografía y aportes lingüísticos

Ferdinand de Saussure (Ginebra, Suiza, 26 de noviembre, 1857 – ibídem, 22 de febrero


del 1913), lingüista suizo, considerado el padre de la lingüística y fundador de la
gramática estructural. Luego de su muerte en 1913, sus alumnos recopilaron sus
lecciones y publicaron el libro Curso de Lingüística general basado en ellas, lo cual es
un verdadero ícono de la Lingüistica moderna.
Estudió sánscrito en Leipzig, Alemania, donde tuvo como influencia a los neogramáticos,
que buscaban renovar los métodos de la gramática comparada. Luego se dedicó al estudio
de la lengua indoeuropea y publicó a los 21 años Memoria sobre el sistema primitivo de
vocales en las lenguas indoeuropeas con tal rigor y método (gramática comparada) que
hoy sigue vigente. Al año siguiente publica su tesis doctoral titulada Sobre el empleo del
genitivo absoluto en sánscrito, trabajo que le da los méritos para ser nombrado profesor de
gramática comparada de la Escuela de altos estudios de París.

Después de trabajar como profesor en una escuela superior en la ciudad de París durante
diez años es nombrado profesor de gramática comparada en la Universidad de Ginebra
preocupado por los problemas del lenguaje. Fruto de todo ello es la publicación
póstuma en 1917 del Curso de lingüística general, un hito en la historia de la lingüística
recopilado póstumamente por sus alumnos Charles Bally y Albert Sechehaye basado en
las notas de su cátedra, correspondientes a los cursos impartidos los últimos 3 años antes
de su muerte.
Aunque la repercusión de esta obra no fue inmediata, en los años siguientes su aporte fue
trascendente para el desarrollo de esta ciencia durante el pasado siglo. Asimismo esta
obra fue la inspiración del movimiento intelectual que comenzó con la obra de Levi-
Strauss, Tristes trópicos, denominado estructuralismo.
APORTES LINGÜÍSTICOS DE SAUSSURE
Los principales aportes de Saussure fueron publicados en su libro Curso de lingüística
general, en el cual postuló (formuló) una serie de dicotomías. El enfoque teórico
subyacente se conoció como estructuralismo europeo y tuvo continuadores a lo largo del
siglo XX que desarrollaron ideas introducidas por Saussure junto algunos añadidos
teóricos posteriores. Estas dicotomías (aportes) por él planteadas son las siguientes:

La teoría estructuralista del lenguaje


Las dicotomías del Lenguaje: lengua y habla
El signo lingüistico: significado y significante
La dicotomía: sincronía y diacronía
La dicotomía: lingüística interna y lingüística externa

A continuación, explicamos brevemente cada uno de estos planteamientos


saussureanos:
1. Estructuralismo:
Ferdinand de Saussure creó la teoría del estructuralismo lingüístico a comienzos del siglo
XX. Esta teoría constituye los inicios de la lingüística moderna; por ello a Saussure se le
conoce como el Padre de la lingüística moderna. Este nuevo movimiento propuso una nueva
concepción de los hechos del lenguaje, considerándolo como un sistema en el cual los
diversos elementos ofrecen entre sí una relación de solidaridad formando una
estructura. El estructuralismo fundado por Saussure continuó desarrollándose en Europa por
lingüistas posteriores, surgiendo más tarde diversas escuelas estructuralistas, como La
Escuela de Ginebra, El Círculo Lingüístico de Praga, y la Escuela de Copenhague.

2. Dicotomía: lengua - habla


La lengua es la parte social del lenguaje y que sólo existe en virtud de una especie de
contrato establecido entre los miembros de la comunidad; el individuo no puede modificarla
ni crearla y necesita un aprendizaje para comprender y conocer su funcionamiento. Se
trata de un fenómeno netamente psíquico, homogéneo y de adopción pasiva por parte de
la comunidad.

El habla, por el contrario, es un acto individual de voluntad e inteligencia por el cual los
sujetos hablantes utilizan el código de la lengua para expresarse, heterogéneo y de
naturaleza física, psíquica y fisiológica.

3. Dicotomía: sincronía - diacronía


En este caso la oposición se establece no en el objeto de estudio, sino en la propia ciencia
lingüística. La lingüística podrá ser sincrónica o diacrónica en función del tiempo. Como la
lengua es un sistema que existe en la mente de unos hablantes, debemos efectuar el
estudio de sus elementos y de sus relaciones en una determinada época, nunca debemos
mezclar épocas diferentes, puesto que las relaciones y los elementos varían, como
sabemos, con el correr del tiempo.

Estudiar la lengua sincrónicamente quiere decir estudiarla tal como existe en una
determinada época. Es lo que permite estudiar la lengua como sistema. Es el modo en que
se centra Saussure.

Estudiarla diacrónicamente, es decir, en el transcurso del tiempo, no permite estudiarla


como sistema. La lingüística diacrónica selecciona un determinado hecho de lengua y
procura investigar su evolución hasta donde sea posible
4. Dicotomía: lingüística interna y lingüística
externa
La lingüística interna es científica y se centra en el estudio de los sistemas. Sostiene que
todas las lenguas son iguales, la estudia como código organizado. Examina la realidad tal
como es, no tiene criterios de valoración, sino que le interesa dar explicaciones científicas
y observaciones objetivas.

La lingüística externa se centra en el contexto donde vive la lengua, le interesa la


lengua como institución social. Tiene criterios de valoración, le interesa señalar no
sólo las relaciones que se dan entre lengua y contexto, sino también cómo deberían
ser estas relaciones. Por ejemplo, las lenguas pueden ser más o menos importantes
según tres criterios:

Planificación del Estudio


El éxito en los estudios depende en gran medida de una buena planificación.
Los estudiantes que destacan no son habitualmente los más inteligentes, sino aquellos
que saben planificar su trabajo, aplican un buen método de estudio, están motivados y
tienen mucha confianza en si mismo.
La planificación del estudio permite obtener mejores resultados y hacer más
llevaderos los estudios, evitando en gran medida los temidos momentos de agobio.
No es lo mismo llevar al día las asignaturas y en época de exámenes dedicarse a
repasar, que perder el tiempo durante el curso y cuando llegan los exámenes tratar de
hacer lo que no se ha hecho antes, con jornadas de estudio maratonianas, agotadoras,
con una enorme ansiedad y con muchas probabilidades de que esa gran "paliza" final
no sirva para nada (ni para aprobar, ni por supuesto para aprender).
Planificar el estudio es sencillamente organización y para ello el estudiante
debe responder a las siguientes preguntas:
¿Qué material hay que dominar perfectamente de cara a los exámenes?
¿Qué esfuerzo hay que realizar para lograr este nivel de conocimiento?
¿De cuanto tiempo se dispone?
Y en función de las respuestas a las preguntas anteriores:
¿Qué esfuerzo diario hay que realizar para llegar a los exámenes bien preparado?
Con ello se trata de determinar el ritmo de estudio diario ("velocidad de crucero") que
hay que establecer desde el primer día de curso (y no desde el segundo).
Cuando éste comienza el estudiante no dispone de toda la información necesaria para
precisar el esfuerzo diario que debe realizar, pero a medida que el curso avanza sí es
posible determinar cuantas horas necesita uno estudiar diariamente.
A principios de curso es preferible ser precavido y establecer un ritmo diario de
estudio más duro.
A medida que va avanzando este ritmo se irá ajustando, aumentándolo o
disminuyendo según proceda.
Si en alguna asignatura uno se va quedando retrasado pueden utilizar los fines de
semanas para darles un "empujón" y ponerlas al día.
El estudiante que consigue desde el primer día imprimir una velocidad de crucero de 2
- 3 horas diarias de estudio (salvo en determinadas carreras que exigirán más) irá
asimilando y dominando las asignaturas de forma gradual, sin grandes agobios finales,
y podrá llegar a los exámenes con un elevado nivel de preparación.
Para llevar una asignatura convenientemente preparada para un examen hay
que estudiarla en profundidad y una vez aprendida mantener esos conocimientos
frescos mediante repasos periódicos.
En la lección 8ª (Fases del Estudio) se explica como afrontar ese primer estudio.
Esta primera preparación se realiza lección a lección, a medida que avanza el profesor
en su explicación.
Antes de comenzar a preparar una nueva lección es conveniente darle un rápido
repaso a la anterior y para ello pueden ser muy útiles los esquemas-resúmenes
elaborados de cada una de ellas (lección 9ª).
Una vez realizado este trabajo inicial (el más duro), el estudiante debe planificar los
repasos. Habitualmente con tres repasos puede ser suficiente, si bien no hay que
tomarlo como un número exacto.
El primer repaso se realizará una vez visto la mitad del temario (o un tercio, si la
asignatura es extensa).
En el se revisarán todas las lecciones vistas hasta el momento, tratando de conseguir
un nivel de preparación similar al logrado el día en que se preparó cada lección
individualmente.
Este mismo repaso habrá que realizarlo con la segunda mitad de la asignatura (o con el
segundo y el tercer tercio).
El segundo repaso se debe comenzar unos 10 días antes del examen y en el se
abarcará todo el temario que entra en el mismo.
El tercer repaso se realizará en los 2 días previos al examen.
Es conveniente llevar una agenda en la que ir anotando todos estos repasos y al
mismo tiempo ir controlando que se van cumpliendo los plazos previstos en el plan de
estudio.
Este trabajo hay que hacerlo con cada una de las asignaturas.
A comienzos de cada trimestre el estudiante debe tomar un calendario y señalar las
fechas estimadas de los exámenes (las irá precisando más adelante).
En función de dichos días fijará las fechas orientativas para el comienzo de cada uno de
los repasos de cada una de las asignaturas.
Se trata de una planificación preliminar que irá perfilando a medida que avance el
curso y vaya conociendo con mayor precisión el ritmo de cada asignatura, su nivel de
dificultad, los días definitivos de los exámenes, etc.
Con esta planificación el estudiante podrá llegar a las fechas de los exámenes con
todas las asignaturas convenientemente preparadas, pendientes únicamente de un
repaso final.
Hay que ser muy rigurosos con el cumplimiento de estos plazos.
Si uno se queda atrás tendrá que acelerar, en cambio, si va por delante es preferible
mantener dicha delantera ya que le permitirá estar más tranquilo en los días finales.
Por último, señalar que agobiarse no es malo, siempre y cuando se cuente con tiempo
suficiente para reaccionar.
 Agendas: La utilización de una agenda en papel o electrónica te ayudará a gestionar tu tiempo y
tareas si la usas con regularidad y de la forma correcta. En la agenda podrás apuntar todas las
actividades a realizar tanto académicas como no académicas, compromisos, etc. A la hora de
elegir una agenda, fíjate bien en sus propiedades, tamaño, distribución de sus horas, etc. y
valora cuál es la que mejor se adapta a tus necesidades. Nosotros siempre recomendamos una
agenda que sea ligera y completa, con una hoja completa para cada día, con el fin de tener
espacio suficiente para todas las tareas. Si además, tiene distribución horaria en cada día, mucho
mejor.
Marca cada día las tareas que tienes que realizar, las fechas de exámenes, de entrega de
trabajos, etc.

S-ar putea să vă placă și