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La Psicología es una ciencia que trata la conducta y los procesos mentales de los individuos
e intenta explicar los mecanismos mentales y los misterios de la conducta humana.
A lo largo de la historia y la evolución de hombre, el estudio de la mente se ha diversificado
y la psicología ha adoptado diferentes metodologías y formas de abordaje, dividiendo su
disciplina en diferentes corrientes.
Los enfoques y teorías difieren en la importancia que se le da a ciertos aspectos del hombre
y su realidad: mientras algunos esperan hallar respuestas en los comportamientos y las
conductas, otros las buscan en el relacionamiento con los demás o en una exploración más
interna y personal.
1. PSICOANÁLISIS
Es una de las teorías más
conocidas a nivel popular,
desarrollada en base a los
descubrimientos de Sigmud
Freud. En su época fue
considerada como la de mayor
alcance científico en la
disciplina, pero con el tiempo
comenzó a desestimarse y
muchos críticos la tacharon por
verla como una pseudociencia.
Esta corriente estableció el primer acercamiento humano al inconsciente descubriendo los
sentimientos y actos reprimidos en él.
Para su análisis, Freud se inspiró en las experiencias realizadas por el neurólogo Jean
Martin Charcot, las cuales sugerían que mediante la hipnosis se podrían suprimir síntomas
de cuadros histéricos. A partir de sus estudios, Freud comenzó a elaborar las primeras
ideas que más tarde darían lugar a su teoría psicoanalítica.
En el desarrollo de una técnica terapéutica más efectiva para aliviar los síntomas y descubrir
los orígenes de la histeria, Freud creó toda una nueva teoría del conocimiento que más
tarde fue llamada Psicoanálisis. Esto fue posible gracias a las charlas que tuvo con
algunos pacientes, en los que descubrió que la mayoría de sus problemas radicaban en los
deseos y fantasías reprimidos, alojadas en el inconsciente.
Fue así que en 1890 nació el Psicoanálisis y asentó sus bases en la publicación de la obra
“La interpretación de los sueños” de Freud, un texto que representó toda una revolución en
su época y hoy es una de las mejores muestras del pensamiento de su tiempo. Desde la
publicación el psicoanálisis ha evolucionado y se ha ramificado en varias escuelas y nuevas
corrientes. Entre los sucesores más destacados podemos nombrar a Jacques Lacan, Otto
Rank y Erich Fromm.
Una de las ideas más rescatables de la teoría es la separación que realiza entre consciente,
preconsciente, inconsciente y reprimido. Freud sostiene que la conciencia es la cualidad
momentánea que caracteriza las percepciones externas; el inconsciente denota aquellos
contenidos reprimidos, que no están conscientes en la conciencia; el preconsciente designa
una cualidad de la psique que califica los contenidos y los estados reprimidos son aquellos
a los que no se puede acceder sin hipnosis.
Otro de los grandes descubrimientos del psicoanalista austriaco fue la estructura del Ello,
el Superyó y el Yo, que intentan explicar el funcionamiento psíquico humano. El Ello tiene
contenido inconsciente y se expresa mediante pulsiones y deseos, es la parte más instintiva
del hombre. Por el contrario el Superyó es una instancia en la que conviven las normas y
reglas internalizadas y posee una fuerte connotación moral. El Yo es un mediador entre el
Ello y el Superyó que intenta conciliar las demandas instintivas del Ello por un lado, pero a
su vez, acatar las normas y ordenanzas que dicta el Superyó.
La psicología humanista se
originó en los años
cincuenta, sus principales
promotores fueron Carl
Rogers y Abraham Maslow y
fue muy influyente en el área
de la psicología aplicada.
Uno de sus principales
objetivos era lograr que los
seres humanos desarrollaran
todo su potencial. Para
Maslow, la diferencia entre
una persona promedio y un genio creativo era que este último no se limitaba a satisfacer
sus necesidades animales básicas y buscaba realizar el potencial de sus talentos creativos
latentes.
Para los psicólogos humanistas la realidad es una percepción subjetiva y para obtener
información válida es necesario analizar cómo los involucrados perciben su propia realidad.
Debido a esto el humanismo es una de las escuelas psicológicas más abiertas a contemplar
el papel de las diferencias culturales e individuales en la conducta de las personas.
Sin embargo, los psicólogos humanistas como Carl Rogers propusieron algunas ideas
sobre los procesos mentales en los que se enfatiza la libertad de los individuos a la hora de
tomar el rumbo de sus vidas. Según ellos, ni los factores biológicos ni los ambientales son
determinantes en nuestro comportamiento, y no nos "arrastran" irremediablemente hacia
ciertos tipos de comportamiento. En resumidas cuentas, no eran deterministas.
En concreto, Carl Rogers creía que la personalidad de cada persona se desarrollaba según
el modo en el que consigue ir acercándose a (o alejándose de) sus objetivos vitales, sus
metas. Esta idea de que el desarrollo personal y el modo en el que el individuo lucha por
llegar a ser como se quiere ser es una idea central de la psicología humanista, pero para
Carl Rogers tiene especial importancia, porque para él es a través del desarrollo personal
como se forma el carácter y el modo de ser.
Carl Rogers y la teoría de la personalidad altamente funcional
Carl Rogers propone la idea de que la personalidad de cada individuo puede analizarse
según el modo en el que se acerca o se aleja a un modo de ser y vivir la vida al que él pone
la etiqueta de persona altamente funcional.
1. Apertura a la experiencia
La personalidad de la personas altamente funcional es, según Carl Rogers, muy abierta a
la experiencia, en un sentido amplio. No adopta una actitud defensiva por defecto ante lo
desconocido, sino que prefiere explorar nuevas posibilidades. Es por eso que este tipo de
personalidad se define por la aceptación de las emociones asociadas a lo que se está
viviendo, la no evitación de las "emociones negativas" y la adopción de actitudes receptivas
ante situaciones que no son claramente peligrosas.
No se analiza el presente como algo que debe ser explicado totalmente por las vivencias
del pasado, sino que se vive plenamente.
4. Creatividad
El hecho de que las personas altamente funcionales de Carl Rogers sean enemigas de los
dogmas y las convenciones hace que miren más allá de lo considerado como "normal". Esto
proporciona las bases necesarias para que puedan desarrollar su creatividad.
5. Libertad de elección
El modo de ser creativo e innovador de la personalidad altamente funcional teorizada por
Carl Rogers hace que estas personas sean capaces de encontrar nuevas opciones de
comportamiento allí donde aparentemente solo hay unas pocas. Esto define el carácter
inconformista de este tipo de personalidad, que es capaz de resolver paradojas en las que
hay una aparente contradicción entre las opciones que a priori parecen disponibles.
6. Carácter constructivo
Este tipo de personalidad muestra una gran facilidad para dar respuesta a todas las
necesidades de manera equilibrada, de modo tal que las crisis son aprovechadas como
oportunidades para construir nuevas oportunidades y encontrar maneras de alcanzar
niveles de bienestar.
7. Desarrollo personal
El desarrollo personal es el motor vital de las personas altamente funcionales. Se vive como
un proceso de cambio constante, en el que nunca se alcanza una meta final definitiva sino
que se va pasando de una etapa a otra.
Sin embargo, esto también le ha ganado muchas críticas: a fin de cuentas, prácticamente
todo el mundo puede sentirse identificado con los rasgos que se atribuyen a las personas
altamente funcionales, siguiendo la lógica del efecto Forer(1)
Solo cada persona es capaz de juzgar hasta qué punto es útil o inspirador tener estas
características como referencia.
(1) Efecto Forer. Es la observación de que los individuos dan altos índices de acierto a
descripciones de su personalidad que supuestamente se adaptan específicamente para
ellos, pero en realidad son vagos y lo suficientemente generales como para aplicarse a una
amplia gama de personas.