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AVANZAD HACIA LA VICTORIA

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno,


porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi
cabeza con aceite; mi copa está rebosando”, Salmo 23:4-5

La Biblia dice: “Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al
filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano” (1 Samuel 17:50).
Un joven pastor armado sólo con su vara, su honda y su fe en Dios derribó
a un temible gigante. Ahora, Jesús es tu Pastor y hará lo mismo en tu vida
si tú se lo permites, Él dijo: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida
da por las ovejas” (Juan 10:11). Jesús promete guiarte y protegerte,
aderezar mesa en presencia de tus enemigos. Por tanto, si las amenazas,
las incertidumbres y las luchas se van agolpando alrededor de ti, tu Pastor
extiende un banquete de provisiones en medio de la batalla, pues nada te
faltará mientras te abres paso hacia la libertad.

Qué grande es la confianza que David tenía en el Señor que a pesar de


haber pasado por cantidad de adversidades, pudo afirmar con seguridad:
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno,
porque tú estarás conmigo” (Salmo 23:4). David sabía que Dios lo tenía
todo bajo su control. Durante los tiempos más tenebrosos, supo reconocer
que Dios estaba a su lado, caminando con él a través del valle. Tú puedes
tener esa misma confianza, Él siempre está contigo, tiene especial cuidado
de ti y sabe lo que es mejor para ti.

La declaración: “Tu vara y tu cayado me infunden aliento” es de gran


seguridad, son dos cosas que representan la disciplina y dirección del
Señor, es decir, hay corrección si no se hace la voluntad de Dios, y hay guía
si obedecemos las instrucciones basadas en su Palabra. Por tanto, toma un
asiento ante la extraordinaria mesa de Dios y siéntate, disfruta de la
presencia de tu Padre celestial. Acude a Él cada vez que te sientas agotado
y cargado, porque ha prometido que te hará descansar. Avanza hacia la
victoria que Él tiene para ti y observa cómo caen uno tras otro los gigantes
que hay en tu vida.
"Jehová de los ejércitos, gracias por guiarme por el valle oscuro y
tenebroso, y sacarme a lugares de delicados pastos, gracias por
protegerme de las asechanzas del enemigo y darme la victoria, gracias por
tu presencia en cada instante de mi vida. Te amo Señor Jesucristo. Amén."
EL PERDONAR NO TIENE LÍMITE
“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a
mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo
hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”, Mateo 18:21-22

Es probable que Pedro piense que está siendo dadivoso al decir que
perdonaría a un hermano “hasta siete veces” pero Jesús lo corrige
diciéndole: “hasta setenta veces siete”. Podemos multiplicar y decir son
cuatrocientos noventa veces, pero el Señor quiere que entendamos las
matemáticas celestiales gravadas en el corazón perdonador. En otras
palabras, es perdonar sin límites a su hermano, es perdonar siempre, todas
las veces que sea necesario.

El perdón es difícil en nuestras fuerzas, tanto recibirlo como darlo, pero el


Espíritu de Dios nos ayuda a perdonar, y también a pedir perdón cuando
hemos ofendido. La Biblia dice: “Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os
perdonó a vosotros en Cristo”. (Efesios 4:32)

El perdón lo necesitamos todos, y de continuo, porque ofendemos


fácilmente a nuestros hermanos, amigos, compañeros,
familiares,hijos,hijas,vecinos, pues Dios nos ha perdonado todos nuestros
pecados y nos ha restituido a la plena libertad, y sin embargo le seguimos
fallando; pero Él dice que: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y
justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1
Juan 1:9). Su perdón está disponible, Él siempre tiene sus brazos abiertos
para recibirnos.
Debemos entender que nosotros ya recibimos el inmenso perdón de Dios
y debemos apropiarnos de él, para poder extender el perdón a los demás.
Ahora, si aún sientes heridas en el corazón, odios, celos, rencores,
tensiones, ofensas, pleitos, es momento de decidir perdonar, pues esto
carcome el cuerpo y el alma y lleva a la enfermedad, pues no hay nada más
nocivo que la falta de perdón y la amargura del corazón.
Hermano, experimenta el perdón en tu vida y recibirás sanidad integral.
"Padre Amado hoy te agradezco porque has perdonado todas mis faltas en
Cristo Jesús, y te ruego, examíname si hay heridas en mi corazón que hacen
que alberge rencor, odio o venganza, pues hoy decido perdonar a los qué
ofendido y también tener el valor para pedir perdón a quienes he
ofendido. Te lo pido en el nombre de Jesucristo. Amén."
DIOS CAMBIA LA AFLICCIÓN EN REGOCIJO
“Y El cana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Y
por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos? Y se
levantó Ana; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto
a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová, y
lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te
dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te
olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo
dedicaré a Jehová todos los días de su vida,”, 1 Samuel 1:8-11
[16:00, 28/5/2019] +502 5044 9590: El pueblo de Israel vivía momentos
críticos, porque sus enemigos los filisteos se habían fortalecido, pues
contaban con moderna tecnología militar griega, por tanto era necesario
que Dios levantara un profeta y juez de Israel, para restaurar la ley, el
orden y la adoración a Dios.

Un varón llamado Elcana, hombre piadoso y temeroso de Dios, tenía dos


esposas (Situación no aprobada por Dios), Ana que era estéril y Penina
quien sí tenía hijos, y ésta “la irritaba (a Ana), enojándola y
entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos”. Ana se
sentía muy afligida porque era una gran desgracia en Israel que una mujer
fuera estéril.

En estas circunstancias de tanta aflicción, Ana fue al templo y “con


amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente” y hace un pacto
con el Señor, pidiendo: si “dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a
Jehová todos los días de su vida”. La Biblia cuenta que Dios la escuchó y le
concedió un hijo que se llamaría Samuel, ella lo dedicó a Dios y apenas lo
destetó, lo consagró en el templo y fue reconocido como fiel profeta de
Dios.
Esta historia nos enseña que la tristeza o la aflicción no deben impedirnos
orar, mucho menos enojarnos con Dios, pues en la presencia de Él todo
cambia, así como ocurrió con Ana. La Biblia dice: “Y se fue la mujer por su
camino, y comió, y no estuvo más triste”. Presentémonos delante del
Señor, derramemos nuestra alma y clamemos con fervor, que Él nos
responderá y con su poder nos liberará de la amargura y la frustración. El
gozo del Señor renueva nuestras fuerzas. Ana en su cántico dice: “Mi
corazón se regocija en Jehová” “Porque nadie será fuerte por su propia
fuerza”. (1 Samuel 1:1,9)
Hermano, nada es imposible para Dios, Él es poderoso para hacer mucho
más de lo que nosotros pedimos o entendemos. El Dios que adoramos es
el Dios de Ana, es el que quita toda esterilidad, el que cambia la tristeza en
gozo, es el Dios que se hizo hombre y vino a entregar su vida en una cruz
por amor a nosotros, el Dios que susurra a nuestro oído diciéndonos que
echemos toda carga sobre Él, porque Él tiene especial cuidado de nosotros.
"Amado Padre, no quiero vivir en aflicción, me levantaré y haré lo que hizo
Ana, rechazar ser una víctima y correr a tu presencia. Tú conoces mi
necesidad, por tanto a ti clamaré y oraré con lágrimas en mis ojos, echando
toda ansiedad sobre ti, sabiendo y confiando que eres el Dios de
imposibles, el que cambia la tristeza en gozo. Gracias Amado Jesucristo por
tú amor. Amén."
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos mis caminos, dijo Jehová”, Isaías 55:8

DIOS PIENSA PARA NUESTRO BIEN


Hay momentos y circunstancias que no entendemos por qué suceden, ni
sabemos qué hacer, todos hemos vividos momentos así, pero lo cierto es
que hay un propósito de Dios en cada acontecimiento. Por ejemplo, el
apóstol Pedro se niega a que Jesús le lave los pies y se encontró con las
palabras del Señor: “Ahora tú no comprendes lo que yo hago, pero lo
entenderás después” (Juan 13:7). Pues todos los discípulos debieron
entender luego la lección, que el más grande es el que sirve, porque
anteriormente ellos estaban discutiendo quién sería el mayor entre ellos,
pues los discípulos estaban dispuestos a pelearse por un trono pero no por
una toalla.

Jesús hizo algo extraordinario, utilizó todo su poder para servir, pues
estaba dando un cambio a lo establecido socialmente. Su amor trascendió
las barreras y rompió el prototipo de los honores y prestigio que suele
tener el ser humano. Pedro seguramente no se sentía digno y con razón,
no era digno de recibir esto, ninguno lo somos, pero no era una cuestión
de mérito sino de Gracia.

Cómo cuesta entender el mensaje de Cristo. Él sirve y entrega su vida por


los pecadores y engrandece el modelo de siervo, pero la vivencia del
sistema actual o del mundo es diferente y encuentra difícil hacer lo que el
Señor hizo. Los pensamientos de Dios no los alcanzamos a entender, pero
desde un principio su propósito y su deseo es hacernos siervos útiles y
aprobados.

Hermano, el Señor tiene un plan maravilloso para ti, déjate llevar por su
Espíritu; hoy no comprendes lo que te ha sucedido pero mañana
entenderás y veras que es bueno, aunque hoy lo veas aterrador y sin
solución. La Biblia dice: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca
de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el
fin que esperáis”
"Amado Padre, a veces mi manera de pensar me lleva a la angustia por no
entender tus planes, pero viene a mí tu Palabra y me dice que tus
pensamientos van más allá de lo que yo pueda alcanzar a entender,
pensamientos de paz y no de mal, para cumplir tus propósitos en mí.
Gracias Jesucristo por tú amor. Amén."
NO A LA TIBIEZA ESPIRITUAL
"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o
caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi
boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa
tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable,
pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro
refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y
que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con
colirio, para que veas", Apocalipsis 3:15-18

Laodicea, ciudad más opulenta de las siete que habían en Asia al igual que
su iglesia. Se la conocía por su industria, por la fabricación de hermosas
vestiduras, y por la escuela de medicina que producía el colirio para los
ojos. La iglesia suponía equivocadamente que la sola abundancia de bienes
materiales era muestra de la bendición de Dios, pues lo que la iglesia pudo
comprar llegó a ser más valioso para ellos que lo que verdaderamente es
importante para Dios.

En este pasaje hay una queja amorosa dada a esta iglesia, porque en el
pasado caminó con su Señor, pero se alejó de Él. Esto hace referencia a la
condición espiritual de la iglesia en el tiempo inmediatamente anterior al
arrebatamiento de la iglesia, o sea la iglesia hoy en día.

La expresión “no tenemos necesidad de nada” indica que ellos habían


desarrollado un falso sentido de seguridad, basado en su prosperidad. El
Señor les mostró su verdadera condición: era una desventurada,
miserable, pobre, estaban ciegos y desnudos. Es lamentable cuando una
congregación está ciega y no ve su verdadero estado.

Nos corresponde examinarnos en qué estado nos encontramos ¿Frío, tibio


o caliente? Si eres frío, acepta a Jesús, entrégate por completo a Él y déjalo
que transforme tu ser con el poder de su Palabra. Que tu frialdad espiritual
haga que busques la calidez de la salvación en Cristo.

Ahora los tibios, dicen ser creyentes, pero su actuar muestra lo contrario.
La Biblia dice: "que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia
de ella." (2 Timoteo 3:5). Son los que tienen un pie en la iglesia y el otro
pie en el mundo. Es una condición espiritual infeliz, miserable, pobre, ciega
y desnuda, ellos piensan que no les hace falta nada.

Hermano, el Señor quiere que seas caliente, que tengas un celo profundo
por la persona de Cristo, que lo ames, que le des el primer lugar en tu
corazón y lo manifiestes viviendo en santidad. El Señor desea mostrarnos
que la verdadera riqueza, el verdadero ropaje, todo lo que necesitamos
está en Él. Él nos enriquecerá con lo suyo y nos vestirá con ropaje de lino
fino, sin mancha y sin arruga.
[16:01, 28/5/2019] +502 5044 9590: "Padre Amado, anhelo que mi
corazón no albergue rastros de tibieza espiritual, que no me falte el fervor
y el celo por tus cosas, que sienta abnegación y testifique de ti cada
instante de mi vida. Anhelo las riquezas celestiales y ser vestido de
vestiduras blancas. Te lo pido en el nombre de Jesucristo. Amén."

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