Sunteți pe pagina 1din 9

Trastornos de la conducta

Cuando se da un caso de niño con un trastorno del comportamiento padres y maestros se


encuentran ante un niño que no obedece, que puede mostrarse agresivo y que tiene
dificultades en sus relaciones sociales. Se observa también que:

1. Se enfada frecuentemente
2. Contesta de malas maneras
3. Desafía con la postura y con la mirada
4. No obedece o se resiste a obedecer
5. Culpa a os demás de lo que hace él
6. Se muestra rencoroso y vengativo
7. Miente
8. Se muestra cruel con compañeros, animales…
9. Comete hurtos
Estos comportamientos desbordan. Que el niño conteste mal y se niegue a obedecer genera
sentimientos de malestar, de incompetencia, de pérdida de autoridad en los educadores y
éstos en un intento de recuperarse se imponen. El educador, entonces, grita más fuerte,
repite la orden de forma más severa, amenaza, recrimina la conducta de desafío… y a partir
de aquí habrá perdido las riendas y el control de la situación; podrá gritar más fuerte,
agredir o desobedecer de forma más manifiesta, y todo ello ante la presencia de otros hijos
o alumnos. El resultado es: educadores desolados y negativismo desafiante fortalecido

La evaluación del niño y la familia es necesaria para diferenciar entre un trastorno del
comportamiento y las posibles conductas dentro de la normalidad, conductas que pueden
ser transitorias y que pueden experimentar los niños, por ejemplo, en fases de cambio como
es el paso de la infancia a la adolescencia.
Las diferencias no siempre implican un trastorno
Antes de desesperarse, es importante tener en cuenta que los niños atraviesan por
diferentes fases críticas a lo largo de su desarrollo. Por ejemplo, entre los 2-3 años muchos
pequeños viven una etapa de negativismo y responden con rabietas cuando no satisfacen
sus deseos. Con las normas adecuadas y mucha paciencia, esta fase se supera sin
mayores complicaciones.

De hecho, en el ámbito de la psicología se hace referencia al concepto de “desarrollo


esperado” para indicar todos aquellos comportamientos y habilidades que son propias de
cada edad. Por tanto, las conductas que podrían catalogarse como normales para un
pequeño de 3 años, dejan de serlo para uno de 5 años.
Además, no podemos olvidar que el desarrollo del niño está determinado por las
características de su sistema nervioso, que no es suficientemente maduro hasta alrededor de
los 7 años. Antes de esa edad, es normal que le resulte difícil concentrar su atención
durante mucho tiempo, que no recuerde algunas órdenes y que tenga dificultades para
controlar su comportamiento cuando está muy excitado.
“El tratamiento psicológico del síndrome
del emperador se debe aplicar a toda la
familia”
Recientemente pudimos leer en la prensa que más de la mitad de las
intervenciones por violencia doméstica son agresiones de hijos a padres.
Sobre la temática, hace unos meses publicamos que José Antonio
Rabadán (psicopedagogo del Hospital Mesa del Castillo) y Ana María
Giménez publicarían un artículo científico desde la Universidad de Murcia
en octubre de 2014 en la revista International Journal of Psicology and
Psicological Therapy bajo el nombre: “Validación de un registro
observacional para la detección del Síndrome del Emperador en el aula”.
Dicho artículo ya está publicado y puede consultarse en este enlace.
En síntesis, se trata de una herramienta para la detección del síndrome del
emperador en alumnos desde las aulas por parte de los maestros. El artículo
facilita una escala de observación dirigida a docentes de último ciclo de
educación primaria y de secundaria para la detección precoz en el aula de
este trastorno de conducta.
Se trata de una tabla con 28 preguntas que se contestan con base en la
observación de un alumno sospechoso de presentar síndrome del
emperador. En función del resultado, que se obtiene con la suma de las
puntuaciones de cada respuesta, el maestro podrá concluir si el
comportamiento sospechoso es motivo de alarma y se encuentra ante un
caso precoz de dicho síndrome.
La importancia de esta herramienta es, según Rabadán, “que es complicado
detectar el síndrome desde los hogares, ya que es motivo de sentido de
culpabilidad y vergüenza para los padres y en muchos casos se silencia
hasta que la actitud se manifiesta en forma de violencia física”.
Hablamos con José Antonio Rabadán sobre la utilización del método:
¿Qué debería hacerse para que la herramienta llegue a los maestros de
forma eficaz?
Para obtener la validación definitiva de la herramienta de detección
debemos realizar un estudio piloto en los propios centros educativos
testando dicha herramienta con distintos profesionales del sistema
educativo y con alumnos que muestren, y no, los síntomas descritos en la
tabla tipo Likert con los 28 ítems.
¿Cuándo debe un maestro tomar la iniciativa de aplicar la encuesta a
un alumno? ¿Bajo qué criterios?
Según la legislación regional vigente en materia de educación, el
responsable último de la derivación e intervención en los alumnos es del
tutor. Esta legislación, traslada la responsabilidad al tutor, ya que, después
del entorno familiar, es el profesional que más tiempo interacciona con los
niños. Esto le capacita para detectar los cambios de conducta y las
interacciones que establece con el grupo normativo. En el caso de iniciarse
un cambio en el cual se detecten conductas descritas en la tabla que hemos
propuesto, sería el momento de iniciar el proceso.
Eso sí, al docente no lo podemos dejar sólo en el proceso y menos aún
responsabilizarlo en exclusividad. Ahora, más que nunca, estamos
demandando al docente una importante ampliación de las competencias de
su desempeño, cuestión que ha de estar apoyada por parte de las
instituciones con la formación y el apoyo institucional pertinente.
[blockquote]
Marginación y exclusión, drogadicción, Nini, pandilleros y múltiples
denuncias por apropiaciones indebidas y agresiones a padres. Por ello,
hemos de concienciar a los padres de que en caso necesario se han de
abordar también las medidas judiciales.
[/blockquote]
Una vez aplicada la encuesta y obtenido un resultado en el que el
síndrome del emperador está afectando al alumno o alumna, ¿Qué
debe hacer el maestro? ¿A quién se lo debe comunicar?
La comunidad educativa tiene establecidos mecanismos para iniciar el
abordaje de estas situaciones en caso de ser detectadas. Se ha de comunicar
a los EOEP y a los Profesores Técnicos de Servicio a la Comunidad y en
caso de ser necesario a los equipos de EOEP específicos de convivencia
escolar y a las Unidades de Trabajo Social con las autoridades locales
(policía local y nacional) pertinentes. Iniciado el proceso, si los
profesionales y tutores legales no establecen mecanismos de eliminación de
estas conductas, el pronóstico es desalentador: Marginación y exclusión,
drogadicción, Nini, pandilleros y múltiples denuncias por apropiaciones
indebidas y agresiones a padres. Por ello, hemos de concienciar a los padres
de que en caso necesario se han de abordar también las medidas judiciales.
[blockquote]
La única forma de eliminar estas conductas es con tratamiento
especializado, tanto del niño como de la familia, por lo que “mañana será
mejor”, “ya no va a pasar más” o “cuando madure”, no funciona.
[/blockquote]
Si los padres no son receptivos con la información, ¿qué debe hacer el
maestro?
Comunicarlo a las autoridades educativas, sociales y en caso necesario
judiciales. Este proceso no es de regresión espontánea. La única forma de
eliminar estas conductas es con tratamiento especializado, tanto del niño
como de la familia, por lo que “mañana será mejor”, “ya no va a pasar más”
o “cuando madure”, no funciona.
[blockquote]
Para un tratamiento correcto del síndrome del emperador, debemos
establecer un proceso psicoeducativo para todos los actores de esta
situación (la familia al completo)
[/blockquote]
¿En qué consiste un tratamiento precoz de síndrome del emperador?
Partiendo de las tres características fundamentales que determinan las
características del síndrome del emperador, dificultad para mostrar culpa y
arrepentimiento sincero, incapacidad para aprender de los errores y de los
castigos y conductas habituales de desafío, mentiras e incluso actos crueles
(hacia la madre y hermanos fundamentalmente), hemos de establecer un
abordaje multidisciplinar y desde todos los ámbitos que incidan
potenciando estas conductas. Debemos establecer un proceso
psicoeducativo para todos los actores de esta situación (la familia al
completo) a la vez que debemos establecer unos límites relacionales y un
tratamiento cognitivo-conductual y modificación de conducta hacia el niño
(resolución de conflictos, autoestima, habilidades sociales, empatía, etc..).
Al mismo tiempo, la institución escolar, por medio de los equipos de
tutores, orientadores y equipos directivos, tienen un papel protagonista en
esta situación. Si con estas medidas iniciales no se obtiene los resultados
esperados, por el proyecto vital de todos los miembros de la familia y la
propia calidad de vida, se ha de recurrir a los servicios sociales y judiciales,
en el caso de que fuera necesario.
Según el artículo publicado, “el perfil del niño emperador, en constante
aumento en nuestra sociedad hoy, suele ser el de un varón de unos 9-17
años, hijos únicos, y de clase media-alta, aunque no es desestimable en
niñas”. Se trata de un perfil muy determinado. ¿Qué convierte a este
grupo en diana del síndrome del emperador?
Efectivamente ese es el perfil, pero no está exento de padecer el síndrome
del emperador ningún estrato social y ninguna edad o característica, como
podemos observar en los nuevos casos detectados. El rango de edad se está
ampliando a edades más tempranas, el sexo femenino está aumentando su
presencia en la patología y el estrato social se va ampliando a distintos de lo
visto al inicio del fenómeno.
[blockquote]
Se está perdiendo una parte fundamental del ser humano, el sentimiento de
culpa, que es lo que nos hace del todo humanos.
[/blockquote]
Tenemos una sociedad llena de incertidumbres y escasez de proyectos
vitales y valores. Estamos inmersos en la necesidad de la inmediatez y del
hedonismo y los referentes sociales existentes no son precisamente el mejor
de los espejos para reflejarnos. La corrupción social, la falta de sentimiento
de culpa, el fracaso de los valores religiosos, el cambio de estructura de la
familia y los roles de los participantes de la misma hacen pensar a nuestros
jóvenes que los sentimientos de culpa por los actos realizados provienen de
otro tiempo y otra cultura y que todo se justifica para conseguir nuestros
fines y deseos. Se está perdiendo una parte fundamental del ser humano, el
sentimiento de culpa, que es lo que nos hace del todo humanos.
[blockquote]
La unificación y puesta en marcha de criterios de intervención y derivación
de estos niños debería ser el objetivo principal de nuestros
esfuerzos.[/blockquote]
Estamos hablando de un problema igual o mayor que la violencia de
género. ¿Cómo cree que evolucionará en los próximos diez años?
Las perspectivas no son halagüeñas. Los casos de violencia de hijos a
padres van aumentando año tras año y la respuesta que estamos ofertando
no modifica la tendencia existente.
Estamos trabajando al respecto y desde la universidad, la consejería de
educación, con tutores y equipos de orientación y las instituciones sociales
y judiciales pretendemos dar respuesta a esta demanda social urgente. Uno
de los primeros pasos, y que estamos intentando pilotar en el área de
Jumilla-Yecla, sería coordinar y unificar a todos los estamentos y todos los
esfuerzos que cada uno de nosotros estamos realizando por separado.
Debemos dar respuesta inmediata a esta demanda. La unificación y puesta
en marcha de criterios de intervención y derivación de estos niños debería
ser el objetivo principal de nuestros esfuerzos.

S-ar putea să vă placă și