JordiAlbert - ¿Y Con Tres Botones Tocas Todas Las Notas? (Parte 2) - Trumpetland

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nes tocas todas las notas?’ - Parte 2: Proyección mental sonora (PMS) y digitación
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‘¿Y con tres botones tocas todas las notas?’ Parte 2:
Proyección mental sonora (PMS) y digitación
PEDAGOGÍA · JORDI ALBERT
Publicado en: 'Artículos de Trumpetland' Edita: Trumpetland.com Sanlúcar de Barrameda (Cádiz, España) VIDEOLECCIONES PARA APRENDER A
ISSN: 22548521
TOCAR LA TROMPETA CON GRANDES
PROFESORES
» VER TODAS

29042016
Continuamos con la segunda parte de ¿Y con tres botones tocas todas las
notas?, en la que, tras haber comentado el tema "cantar tocando",
abordaremos las cuestiones relativas a la Proyección Mental Sonora
(PMS) y la digitación, y por supuesto hablaremos de cómo podemos
desarrollarlas. Si no has leído la primera parte te recomiendo que lo hagas
antes de continuar.
Jordi Albert Gargallo es uno
de esos trompetistas
interesados por la educación
y la investigación en el
LA PROYECCIÓN MENTAL SONORA (PMS) ámbito de la trompeta. Al
terminar la carrera de
Pero, ¿qué pasa por la mente de un trompetista mientras toca? ¿Es trompeta y educación musical
nuestra voz cantando lo que escuchamos? Está claro que mientras canto estudió una especialidad en
escucho mi propia voz, y que al tocar después soy capaz de compararlo educación artística en la
Universidad de Valladolid
con lo que canté antes. Está claro que al cantar generé una idea de cómo (España), un máster en la
iba a sonar, y que puedo proyectar eso mientras toco. Pero la motricidad Universidad de las Artes de
del trompetista funciona más allá del canto real. Esto lo demuestra el Cuba y otro en la Universidad
Politécnica de Valencia
hecho de que hay trompetistas a los que les cuesta mucho afinar (España). Actualmente cursa
cantando, y sin embargo después tocan perfectamente en la dos doctorados en esas
trompeta. Así que ese "cantar mientras tocamos" es un tanto especial. El mismas universidades,
ambos sobre la trompeta y su
secreto está en la PMS. educación, y es profesor de
la Universidad Veracruzana
Te propongo otro experimento:  cierra los ojos y trata de escuchar el sonido de México.

Se ha especializado en la
de un trompetista que te guste. Imagínalo tocando algo que tú no hayas
adquisición de la motricidad
tocado pero sí hayas escuchado. Es muy importante que lo hagas antes para el dominio instrumental,
de continuar. aunque se destacan trabajos
en el ámbito de la filosofía de
Si has podido escuchar el sonido con claridad, te puedo asegurar dos la pedagogía de los
instrumentos musicales, así
cosas: 1) que has oído su música muchas veces y 2) que le has prestado como indagaciones en el
atención. entorno del domimio
instrumental de la trompeta.
Esa recreación activa del sonido es habitualmente llamada escucha
Ha impartido más de 120
interna (depende de la memoria, y ésta, a su vez, de las experiencias cursos en México, Cuba,
https://www.trumpetland.com/tmp/index.php?section=articles&cmd=details&id=126 1/7
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auditivas). No podemos tener un sonido en nuestra mente si no Guatemala, Canadá, EEUU,
escuchamos música y además la escuchamos con atención.  Es triste,
España, Honduras,
Colombia, Venezuela, Chile,
pero los músicos a veces escuchamos menos música que los nomúsicos Argentina, Angola y Chana.
—de nuevo, este curioso adjetivo—, así que a veces es difícil que Clases con Jordi Albert por
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tengamos claro el sonido que queremos obtener.
Sea como sea, cuando tocamos un instrumento de viento metal nuestra Compartir 0
mente está activa; debe estar recreando un sonido —con todas sus
Compartir 0
cualidades— mientras realiza —y, al mismo tiempo, para realizar— el
0 Imprimir
resto de procedimientos motrices. A diferencia de otros instrumentos, si
no está clara la afinación no acertaremos el sonido, así que saber el Email
nombre de la nota no sirve de mucho; pero además necesitamos saber
cómo queremos que suene, qué timbre debe tener, cómo sonará el inicio
y el final, qué intensidad debe tener. Tenemos que escuchar internamente cómo se deberá escuchar ese
sonido desde la butaca del público. Y todo esto está íntimamente ligado con la respiración, la vibración y
por supuesto la digitación. Es apasionante y, para mí, significa mucho más que una audición interna. Me
parece tan importante y trascendente en nuestros instrumentos la habilidad de la proyección mental
sonora que he querido darle un nombre específico para tratarlo como una habilidad más, al igual que lo
pueden ser soplar o vibrar los labios.
La proyección mental sonora (PMS) es la habilidad de proyectar el sonido durante la práctica. Es
escuchar durante. La PMS nos permite prevenir una situación, nos permite anticiparnos.
Esta recreación sonora es dinámica y se va desarrollando con el tiempo. La simple práctica la requiere y
acaba desarrollándola. Podemos ver a un aprendiz que se inicia, que al principio va buscando los
sonidos, que se equivoca de armónico porque no lo prevee, no lo proyecta. Sin embargo, con el paso del
tiempo, ese aprendiz va proyectando el sonido en su mente —sucede a través de la experiencia— y todo
se hace más sencillo. Cada vez vamos tocando mejor, desarrollamos un concepto de sonido propio,
vamos mejorando la afinación. Pero si nos ajustamos a la experiencia dependeremos de ella, y esto nos
puede limitar en muchos aspectos (por ejemplo, sólo podremos imaginar sonidos y afinaciones
conocidas). Y, si lo unimos a que no escuchamos demasiada música durante las etapas iniciales de
nuestro aprendizaje, entenderemos que necesitamos entrenar este aspecto.

Debemos desarrollar nuestra PMS más allá de nuestra experiencia como trompetistas, en pro de
superarla, y esto pasa necesariamente por escuchar música. Cuanta más música escuchemos, más
posibilidades de proyectar mentalmente un sonido de calidad tendremos. Cantar es, desde luego,
una forma de desarrollar la PMS, pero te propongo aquí algunos ejercicios que considero deberían estar
en la rutina de estudio diaria de cualquier trompetista y que contribuyen a desarrollar la PMS:
EJERCICIO 1
Pon algo de música que te guste (mejor si es música en la que la trompeta no es solista). Dale al Play y
escucha con atención 5 segundos. Repite un par de veces estos 5 segundos con la música. Ahora, trata
de darle al Play en tu cabeza y escúchala mentalmente. Primero escucharás la melodía. Vuelve a repetir
el primer paso y profundiza en tu escucha (a mí me gusta realizar este ejercicio hasta que puedo
reproducir en mi mente la música completa, con total fidelidad).
EJERCICIO 2
Pon una partitura o un ejercicio de un método de trompeta en el atril. Cántalo un par de veces.  Ahora trata
de escucharlo internamente, con el sonido de la trompeta. Si te resulta complicado, busca en internet
alguna grabación y enlaza el ejercicio anterior con este.

Poco a poco, tu capacidad de PMS irá mejorando y terminarás pudiendo escuchar lo que sea en tu mente
sin necesidad de que suene.
EJERCICIO 3
Pon una partitura o un ejercicio de un método de trompeta en el atril. Cántalo un par de veces.  Ahora trata
de escucharlo en tu mente con el sonido de un trompetista que te guste. Vuelve a escucharlo, pero con el
sonido de otro trompetista.

Ser capaz de proyectar con varios sonidos nos garantizará una PMS dinámica y flexible.
Como verás, la habilidad de la PMS es compleja pero se puede desarrollar. Va mucho más allá de
los nombres de las notas, e incluso que de cantar. Se trata de, mientras toco, escuchar una idea
sonora y proyectarla hacia la motricidad de la trompeta. En un principio podemos decir que la PMS
incluye, además de las alturas, la duración, la intensidad y el timbre. Cuando se unen muchos sonidos, la
PMS incluye el fraseo y la articulación. O sea que la PMS es el sonido del instrumento en el futuro;
determina la música que acabará saliendo de la campana.
La PMS nos permite desarrollarnos, nos pone nuevas metas. Una PMS de calidad genera un reto cada
día. Nos permite escuchar en nuestra mente un sonido que todavía no poseemos, para así buscar las
estrategias para desarrollarlo. Como ya había dicho en algún otro momento, la PMS es algo muy íntimo.
Es una decisión personal sobre qué quiero ser como trompetista. Determinará sonido —y eso debería
incluir mucho más que afinación— en un sentido global de la música —lo que deberá ir mucho más allá
de ordenar sonidos—. La PMS se conforma también de decisiones estéticas, y finalmente es el plan de
interpretación de una obra. Nuestra proyección mental sonora determinará por tanto quienes somos como
trompetistas. Determinará nuestro 'DNI trompetístico', como diría mi amigo Agustín Martínez.
Una PMS clara y trabajada hará que podamos gestionar nuestro aprendizaje mejor, porque nos permitirá
evaluar nuestra práctica. Aporta un objetivo previo que actúa como modelo interno. Desarrolla la
metacognición y nos permite liderar nuestro propio proceso de aprendizaje. Esperamos hacer cosas
técnicamente que algún día nos darán un buen sonido, y esto puede suceder de forma eventual o casual,
pero lo cierto es que si tenemos un buen sonido en nuestra mente, nuestro cuerpo buscará la forma
de obtenerlo. Esto último está en nuestras manos, así que no está de más intentarlo.
Por otro lado, es muy importante trabajar sobre este asunto, pues además limita sobremanera el
desarrollo técnico. Pondré un ejemplo que ilustra esta afirmación:
Trata de proyectar mentalmente un Do del tercer espacio. Seguramente no tendrás problema en tocarlo.
Ahora trata de escuchar el doble Do (contra Do). Solamente quienes lo hayan tocado ya —o lo hayan
escuchado muchas veces— serán capaces de recordarlo y por tanto de proyectarlo mentalmente cuando
lo quieran tocar. En parte no nos salen los agudos porque no somos capaces de proyectarlos
mentalmente.
En realidad, un concepto amplio de la PMS deberá integrar toda la música. No se trata de la simple
melodía: comprende el acompañamiento cuando estudiamos un concierto, integra el resto de las voces en
una sección o la armonía en una canción. Cuando aprendemos a proyectar mentalmente toda la música
mientras tocamos, todo se hace más sencillo. Esos conciertos que hemos escuchado tantas veces y de
los cuales aprendimos de memoria las partes melódicas del violín, esas melodías cuyo acompañamiento
conocemos, etc., suelen tocarse mucho más afinados, mucho mejor fraseados, etc.
CAMBIAR UNA PALABRA
Estamos muy acostumbrados a usar la palabra nota, cuando en realidad queremos decir sonido .
“Tocó todas las notas”, “que cada nota suene afinada” o “busca el centro de la nota” son sólo algunas de
las frases que podemos escuchar habitualmente.

Pero lo cierto es que las notas no pueden sonar. Lo único que suena es el sonido. Aunque parezca
ridículo, es muy importante cambiar esto cuanto antes.
Las notas están escritas, son anotaciones. Son representaciones de lo que alguien escuchó internamente.
Se supone que debemos reproducir esas bolitas y esos palitos en nuestra mente en forma de sonidos.
Pero, en lugar de eso, lo que hacemos es lo que decía mi amigo: leer la nota, recordar la digitación,
apretar los botones y esperar que suene.
Claro que así no funcionan los instrumentos de viento metal. Quizás en otros instrumentos funcione
parcialmente, pero la magia de los instrumentos de viento metal se hace diferente. Nunca bastará con
saber el nombre de la nota y la combinación correspondiente —además, todos sabemos que muchas
veces hay varias combinaciones disponibles para cada sonido, en lo que respecta a los pistones—, sino
que será el hecho de poseer previamente en nuestra mente el sonido —altura, intensidad, timbre— lo que
detone una serie de acciones motrices que harán que éste se produzca en la realidad.
Cuando trabajamos con notas, nos solemos conformar con “no fallar ninguna nota”.  Sin embargo, hablar
de sonidos nos permitirá tener un objetivo más amplio. Si en mi mente hay sonidos, podré evaluar
qué debo mejorar para conseguir ese sonido y me será mucho más fácil desarrollarme técnicamente.
Es habitual estar tocando y saber qué nota tenemos que dar y qué pistones hemos de apretar, pero, al
desconocer el sonido que va salir, no podemos activarnos correctamente. Así que nos salen sonidos
desafinados, descentrados, fraseos sin dirección, etc.  Y todo ello es producto de pensar en notas y no
escuchar internamente los sonidos.
LA DIGITACIÓN, LA PMS Y EL ESTUDIO DE LA TROMPETA
Así como para mi amigo los botones eran lo menos mágico, por ser el 'truco' más evidente, a los
trompetistas se nos suele olvidar su importancia, supongo que por el mismo motivo.
He visto que los grandes problemas de los trompetistas comienzan por no tener claro qué es lo
que debe sonar, o sea no tener clara la PMS. Y, después, el problema sigue al traducir esto en
la digitación correspondiente. La primera y la segunda están íntimamente ligadas.
Acerca de la digitación, debemos comenzar diciendo que en la trompeta de tres pistones hay pocas
combinaciones: siete, concretamente. Gracias a ellas tenemos siete tubos/trompetas diferentes, con sus
respectivos armónicos. Así pues, con sólo tres botones tenemos a nuestra disposición siete
dimensiones de tubo, con al menos nueve o diez armónicos cada uno. Para elegir un armónico u
otro realizamos cambios en la compresión del aire y en la resistencia de los labios, como ya comenté
anteriormente. Y, por cierto, se puede tocar una misma nota con dos combinaciones diferentes, aunque
en realidad, al hacerlo, estamos creando dos sonidos diferentes.
Presionar los pistones no es complejo. Al inicio se nos hizo un poco difícil, pero esa época ya pasó.
Además es algo que podemos hacer sabiendo, simplemente, el nombre de las notas. No obstante, si no
hacemos algunas cosas más —esas cosas poco importantes como soplar, juntar los labios de una forma
precisa para afinar cada sonido, realizar diferencias de compresión, etc.— no saldrán los sonidos.
Queda claro, al menos para mí, que mover los dedos no es lo más complejo que hacemos. Pero, al no
saber a ciencia cierta cómo y qué vamos a sonar —generalmente debido a dificultades relacionadas con
la lectura—, los dedos tampoco se aclaran.
La digitación, aunque es fácil de adquirir, presenta muchas dificultades en muchos trompetistas. Mi
hermana, como conté antes, las había resuelto (y antes que yo). Su instrumento se lo
demandaba. Debido a que los trompetistas estudiamos desde jovencitos partituras muy sencillas
—la escala de Do, etc.— no existen demasiadas oportunidades para desarrollar la digitación, y más
tarde todo se vuelve muy complejo.
He visto en las clases que imparto que algunas dificultades relacionadas con el movimiento de la columna
del sonido, con cuestiones particulares de la embocadura, etc. que se presentan durante las etapas medio
y superior se deben a problemas con la digitación.
Sucede que la atención en el humano es limitada,
y si nuestra mente está ocupada en leer la
partitura o recordar la digitación no puede
estar ocupada en otros aspectos. Será difícil
tratar de relajarse —y muchísimo más difícil tratar
de hacer música— si no tenemos clara la
digitación.
Como hemos visto, PMS y digitación van de la
mano. Puedes tener en la cabeza el sonido
perfectamente afinado y timbrado, todo el cuerpo
dispuesto para ello, el soplo ideal y la
embocadura de un ángel celestial, que si el pistón
se engancha el sonido no saldrá. Otras veces te
equivocas en la digitación (y aquí siempre te
queda la opción de echarle la culpa al mecanismo
de la trompeta y hacer ver que falló). Por eso es
muy importante que trabajemos juntas PMS y
digitación siempre antes de comenzar a sonar la
partitura.
Yo recomiendo a mis estudiantes que no toquen
algo que no puedan proyectar mentalmente y digitar a la vez. Debería estar prohibido (y no soy el único
que recomienda esto). Daré unas pequeñas recomendaciones iniciales antes de pasar a las cuestiones
más específicas.
SOBRE LA POSICIÓN DEL CUERPO
Para una correcta digitación es muy importante una buena colocación del cuerpo: talones a la altura de
los hombros, piernas relajadas —apartemos la idea de semiflexionadas; no funciona— y espalda recta. La
sensación de estar apoyados en la esquina de una pared, como ya comentamos en algún momento.
La postura correcta con la trompeta
(En la videolección Postura y respiración con la trompeta (1/4) Jordi Albert explica detalladamente cómo buscar la
postura correcta para tocar, algo indispensable además para una buena respiración.)
Después es muy importante que cojamos correctamente la trompeta. La mano izquierda sostiene la
trompeta. Si la mano derecha participa equilibrando el peso de la trompeta y sosteniéndola, no
estará libre para digitar. Esto es muy importante.  Igual de habitual es que el trompetista apoye la mano
derecha sobre la bomba del segundo pistón para sostener o equilibrar. Esto acaba restando velocidad.
De este modo quedará una postura en forma de triángulo escaleno, como se ve en la imagen inferior. 
Evitemos levantar el codo izquierdo, pues sólo transmitiría peso hacia la mano derecha, y eso es lo que
no queremos.
SOBRE LA POSICIÓN DE LA
MANO
Hay miles de formas de poner la mano y de
digitar en el instrumento, y si dan resultado
podemos decir que son eficaces. Pero yo siempre
busco la eficiencia. Eliminemos límites
potenciales.
Muchas veces obtenemos velocidad con tensión.
Tensamos un poquito la estructura muscular y se
obtiene al instante algo más de velocidad. Pero
es una especie de falsa velocidad. Tendrá un
límite muy cercano.
Si queremos alcanzar velocidades altas en la
digitación necesitamos la mano relajada.  Para
esto yo utilizo un ejercicio muy simple que me da
una sensación en la mano y una posición
correcta: apoyarla sobre la rodilla. Traslada esta
posición sobre los pistones y enseguida tendrás
una posición correcta de la mano.
ALGUNOS EJERCICIOS
Una vez tengamos un buen equilibrio con el instrumento podremos continuar movilizando los dedos (si tu
posición era distinta y esto es nuevo para ti, te sentirás muy raro; no te preocupes, es normal al inicio).
Ahora, con la trompeta ahí, trata de mover suavemente los dedos. Presiona lento, estudia el movimiento y
la sensación. Uno por uno. 

Es un poco diferente, ¿verdad?
Ahora un poco más rápido. Mueve todos los pistones a la vez. Evita hacer bailar la mano (es uno de los
problemas más habituales de la digitación en el trompetista). Una muñeca relajada estará estable, el
movimiento no es sinónimo de relajación.

He desarrollado algunos ejercicios para los dedos que muestro en mis videolecciones en la Trumpetland
School. Es muy importante que los realicemos con esta posición de la mano y con este equilibrio con el
instrumento.
El correcto desarrollo de la digitación en la trompeta
(En los prolegómenos de la videolección Movimiento de la columna del sonido (6/7): el segundo dedo el profesor
Albert explica que muchos de los problemas al tocar vienen de la digitación o de la PMS.)
EL EJERCICIO FINAL
No deberíamos tocar una partitura que no podamos proyectar mentalmente y digitar sin
problemas. Estas dos habilidades requieren demasiada atención que va a ser necesaria para otros
aspectos. En ningún caso comenzaría poniendo la partitura en el atril para ir viendo cómo es (ya sabes a
lo que me refiero: ir acelerando y decelerando el tempo según podamos leerla).
Me gustaría dar una recomendación, a modo de secuencia de aprendizaje, que pueda resumir lo
comentado en este artículo: cómo estudiar las obras —aplicable a cualquier cosa que quieras tocar
— en el sentido de la PMS y la digitación.
Seremos capaces de crear la PMS (proyección mental sonora) de una pieza básicamente de dos formas:
1) escuchando una versión —o varias— de la misma, o 2) leyendo la partitura (para esto son importantes
las clases de solfeo).
Leer la partitura de forma inicial es buena opción para crear la PMS, pero sólo cuando tenemos una
excelente lectura a primera vista. Además, si nos ponemos un poco exquisitos, la PMS incluye toda la
música, así que deberás tener la partitura, no sólo la parte de trompeta.

Esto es realmente complejo, al igual que interesante. Estoy seguro de que los grandes directores pueden
recrear mentalmente una partitura sin necesidad de haberla escuchado; estoy seguro de que Beethoven,
sordo, escuchaba internamente la música que escribía sin problemas; pero nosotros no estamos a ese
nivel todavía.
Trata de leer partituras sencillas todos los días, cosas que estén muy a tu alcance, y ve subiendo la
dificultad poco a poco. Eso te ayudará a mejorar tu lectura, pero no estudies las obras así. La
primera opción —escuchar versiones— es la más asequible e interesante. Si escuchas a un
trompetista que te gusta, acabarás proyectando su sonido en tu mente y luego lo podrás usar para sonar.
No es pecado mortal, ni te vas a contaminar. La imitación es la base fundamental de la cultura. Muchos
dicen que no es bueno escuchar una versión, que es mejor hacer la tuya desde el inicio. Discrepo
profundamente de que esto deba ser así, aún menos en el proceso de aprendizaje de un instrumento.
1. Como primer paso, escucha activamente alguna versión unas cuantas veces. Trata de hacerlo con
atención. Puedes comparar varias versiones, ver qué partes te gustan más. Irás diseñando un plan
estético personal (puedes usar los ejercicios que describimos en el apartado de la PMS).

2. Pon la partitura después, y ve digitando mientras escuchas alguna versión que te haya gustado. Tu
mente relacionará el sonido que escucha con la nota escrita, y no a la inversa. No importa que
pierdas alguna nota por el camino. Esto te ayudará a hacerte una idea de la dificultad de la
digitación. Si hay algún pasaje difícil, sepáralo y estúdialo sin sonar.

3. Ahora canta la melodía a plena voz con la vocal ae. Resulta interesante hacerlo primero todo
ligado, y luego, con las consonantes, destacar las articulaciones que se presenten en la música.
Ponte la trompeta sobre los labios, y así estarás digitando con la posición correcta del cuerpo y de
la mano.

4. Deja la trompeta sobre tus labios y trata de reproducir mentalmente la música. Escucha en tu mente
el sonido de la trompeta (para ello, nuestra memoria se apoyará en la versión que hemos
escuchado) y digita.

5. Sopla dentro del instrumento haciendo las inflexiones de compresión del aire mientras realizas la
PMS y vas digitando. No soples demasiado (la trompeta se toca con muy poco aire), y trata de
hacerlo siempre con la embocadura correcta.

6. Comienza a tocar la obra cuidando los aspectos básicos como respiración, emisión, etc. ¡Ya no
deberás preocuparte de la digitación y de la afinación (o, al menos, no tanto), y si lo has hecho bien
tendrás muy claro cómo quieres que suene aquello!
No es necesario hacer esto con una partitura completa; se puede ir trabajando por partes. Luego vas
uniendo las partes, unas con otras, hasta tocar la obra entera. Eso sí: evita trabajar un pasaje
completamente aislado, dale siempre un sentido musical.
Siempre propongo trabajar con un proyecto. Puedes estar entrenando la PMS y la digitación de una obra
mientras estás tocando otra. Piénsalo: si tienes que tocar un concierto determinado dentro de 8 meses,
¿por qué no comienzas a trabajarlo así desde hoy? Pruébalo, y verás que funciona. Y, mientras, sigues
tocando otras cosas que ya conoces. Así no te aburrirás y garantizarás que en esa nueva obra no
desarrollarás problemas técnicos derivados de una mala digitación o de una falta de PMS.
La digitación (y la PMS) es algo complejo y requiere de un trabajo específico. Es importante prestarle la
atención que merece al principio para poder olvidarnos de ello después. Ese pasaje que no afinas, esa
digitación difícil que siempre se te traba acabará pasándote factura el día de la audición si no te la
tomas en serio ahora.
Para terminar, quédate con esta frase: Si con 10 dedos un pianista puede con sus 88 teclas, nosotros
también podemos con nuestros tres botones.
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