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Resumen del artículo SPE 39974: “Drainage Efficiency in Naturally Fracture Tight Gas

Sandstone Reservoirs”.
Integrantes del equipo: Vega Pérez Juventino, Ventura Flores Roberto Iván, Villanueva
Ibarra Mauro Miguel.
El grupo de plays de Mesaverde es una acumulación de gas centrada principalmente en una cuenca. El modelado
de la formación Mesaverde en la cuenca de San Juan, al noroeste de Nuevo México, muestra la importancia del
uso de patrones/modelos de flujo realistas en yacimientos naturalmente fracturados. Las fracturas no solo mejoran
la porosidad y la permeabilidad general de estos yacimientos, sino que las fracturas también crean una
significativa anisotropía en la permeabilidad. La anisotropía de la permeabilidad hace que el área de drenaje
alrededor de los pozos sea elíptica. El potencial predicho para pozos de “relleno” nuevos depende del enfoque del
modelado, ya que el drenaje elíptico crea más secciones superpuestas y no drenadas que un drenaje radial en un
caso de permeabilidad isotrópica. El modelado con la anisotropía de la permeabilidad, aumenta el potencial de la
perforación de pozos de relleno e identifica ubicaciones óptimas para nuevos pozos de relleno. Las simulaciones
de yacimientos se realizaron en áreas piloto con diferente intensidad de fractura para cuantificar el potencial de
la perforación de relleno, reduciendo el espaciado de pozo de 320 a 160 acres; los resultados de la simulación
indican áreas de drenaje efectivo, las ubicaciones óptimas y la recuperación adicional de los pozos de relleno.
Predecir la respuesta del flujo de fluidos de los yacimientos fracturados es difícil debido a la variabilidad de las
redes de fractura tridimensionales, la anisotropía de la permeabilidad y la interacción de la permeabilidad de la
matriz y fractura. La integración de datos geológicos de afloramientos, registros y núcleos, con información de
producción, pruebas de pozos y pruebas de interferencia de presión proporcionan el enfoque más confiable para
la caracterización de fracturas y la simulación del flujo de fluidos. El factor de proporción del área de drenaje
elíptica en estos yacimientos es determinado por la magnitud de la anisotropía de la permeabilidad.
Las fracturas regionales son fracturas sistemáticas que se desarrollan en grandes áreas de cuencas sedimentarias,
en general, las fracturas regionales tienen un cambio relativamente pequeño en su orientación, no muestran
evidencia de desplazamiento y son perpendiculares a la estratificación. Lorenz y colaboradores (1991),
propusieron que las fracturas regionales son fracturas de extensión que se forman durante la compresión remota
del campo, inician en esfuerzos de tensión localmente inducidos por fallas en la roca y se propagan en el plano
de los esfuerzos de compresión máximos y mínimos; en presencia de alta presión de poro, las fracturas pueden
mantenerse abiertas en profundidad por una dilatación tectónica y amplia de los estratos de la cuenca; el espacio
vacío generalmente se mineraliza. Las fracturas regionales tienen una gran importancia económica, ya que pueden
mejorar o, si están estrechamente mineralizadas, obstruir la permeabilidad de cualquier formación en la que se
encuentren. En cualquier caso, la dirección preferencial de las fracturas creará anisotropía en la permeabilidad del
yacimiento. Las áreas de drenaje no están determinadas por el flujo radial en YNF que tienen una fuerte
anisotropía en la permeabilidad. En lugar de ser circular, el área de drenaje se describe mejor con una elipse. Las
decisiones convencionales de espaciamiento de pozos pierden la mayor parte de su importancia cuando los
yacimientos tienen una anisotropía en la permeabilidad de hasta 1000 a 1. El factor de proporción del área de
drene elíptica es dado por la raíz cuadrada de la relación de la permeabilidad (Kmax/Kmin). Por lo tanto, el drenaje
elíptico debe usarse de entrada cuando se configuran los patrones de pozo y también cuando se planifica la
perforación de relleno para reducir la superposición y evitar áreas sin drenar (Fig. 1). El conocimiento de la forma
y el tamaño del área de drenaje elíptica de los pozos se pueden utilizar para determinar el espacio entre los pozos,
la ubicación y el número de pozos de relleno necesarios para drenar con eficacia un yacimiento con anisotropía
en su permeabilidad.
La caracterización de la red de fracturas puede realizarse a partir de análisis de núcleos y registros del subsuelo,
estudios de campo de afloramientos superficiales, pruebas de presión e información de producción. Los estudios
de núcleos y registros están limitados a las fracturas individuales que se cruzan con el pozo y brindan información
Se realizó una traducción del artículo

sobre la orientación y distribución de la fractura a lo largo del pozo, y una estimación sobre el ancho de fractura.
Las fracturas de pétalo y de línea central serán útiles para determinar la orientación relativa de los esfuerzos in
situ. Las mediciones de permeabilidad en núcleos representan la de la matriz y la permeabilidad no efectiva
dominada por fracturas. Los análisis de redes de fractura en afloramientos superficiales que son en parte análogos
a la formación subsuperficial, proporcionan observación directa y medición del espaciado, longitud e
interconectividad de la fractura a la escala de la exposición del afloramiento. Se pueden determinar características
importantes de transmisibilidad y almacenamiento de pruebas de presión de un solo pozo e información de
producción. Una prueba de presión con un solo pozo no proporcionará ninguna propiedad direccional, pero se
puede usar para observar un comportamiento dual del yacimiento que puede indicar un efecto natural de las
fracturas. Las pruebas de interferencia con tres o más pozos pueden vincularse con la orientación de las fracturas
regionales. Las pruebas de interferencia son la mejor herramienta para evaluar la permeabilidad direccional.
Mesaverde comprende en orden estratigráfico ascendente, tres formaciones de areniscas combinadas: La arenisca
Point Lookout, la formación Menefee y la arenisca Cliff house. El yacimiento “Blanco Mesaverde” (Cuenca de
San Juan) fue descubierto en 1927, el extenso desarrollo del campo tuvo lugar en 320 acres de espacio durante la
década de 1950, en 1974 se utilizaron 160 acres más para la “perforación de relleno”. Se realizaron estudios de
simulación en 3 modelos que cubren un área de 4 secciones dentro de los municipios SJ 27-5, SJ 29-7 y SJ 30-8
que se ajustaron a un modelo de ajuste de historia (Fig. 2) y para ello se debían de cumplir 3 criterios: (1) cada
pozo es capaz de producir un gasto fijo, (2) el modelo observa la presión de cierre así como la de fondo fluyendo,
(3) Menefee produce del 15 al 20% de la producción acumulada, además se tenía un pozo de observación en SJ
29-7 (Fig. 3). Los resultados de la simulación proporcionaron predicciones de presión de fondo fluyendo de los
pozos muy cercanas a las medidas (Fig. 4), así como la distribución de presión en los estratos de las formaciones,
indicando áreas de pobre drenaje, y por lo tanto, con potencial para la perforación de pozos de relleno (Fig. 5).
Otro punto importante en los resultados de la simulación, es que al perforar más pozos en cada una de las secciones
de área y reducir el espaciamiento entre ellos, se puede incrementar la producción acumulada de gas en decenas
de billones de pies cúbicos (BCF) (Fig. 6); aunque más bien, el espaciado de los pozos debe basarse en el potencial
de producción y es probable que varíe en toda la cuenca. Incluir la anisotropía de la permeabilidad permite un
modelado más preciso de las tendencias de presión registradas en los pozos.

Fig. 1. Forma del área de drenaje para un Fig. 2. Ajuste de historia entre la presión
yacimiento de permeabilidad isotrópica y estimada por el modelo de simulación con la
anisotrópica. registrada por el pozo observador dentro del
SJ 29-7, para cada una de las formaciones del
yacimiento Mesaverde.
Fig. 3. Modelo conceptual de drene de la Fig. 4. Comparativo de las presiones
unidad SJ 29-7, se encuentra dividida en 4 medidas vs las presiones estimadas por el
secciones y se observa un pozo observador modelo de simulación en los pozos de
de presión (POW) en una de las mismas. relleno de la unidad SJ 29-7. El ajuste de
historia elaborado con anterioridad resultó
ser eficiente.

Fig. 5. Distribución de presión en un estrato de la


formación Point Lookout, que indica tendencias de
presión alineadas con el patrón de pozo. El área
obscura indica áreas que han sido poco drenadas
y con alto potencial para la perforación de pozos de
relleno.
Fig. 6. Producción acumulada en la unidad SJ 29-7. Se
observa que la producción acumulada puede ser
aumentada, de 60 a 84 BCF, si se aumenta a 4 el número
de pozos por sección.

Reflexión de lo aprendido e importancia del artículo


El artículo expone el caso de estudio de una formación de arenas compactas fracturadas y cómo el comprender
las fracturas puede implicar una mejora significativa en la producción del yacimiento.
De lo más relevante en la lectura es confirmar el conocimiento del efecto de las fracturas en la permeabilidad, la
anisotropía que estas causan. Ahora bien, este conocimiento se vio enriquecido pues el artículo se adentra
analizando el área de drene elíptica que causa la presencia de fracturas.
Como es sabido, la orientación de las fracturas debe ser considerada para la colocación de los pozos, sin embargo,
el ejemplo en el artículo que aborda el cálculo del área de drene, los patrones y ángulos de colocación de los pozos
permite saber de forma más específica el papel que desempeñan las fracturas y flujo a través de ellas en la
producción. Además, se apreció este caso práctico en el cuál, al alinear los pozos hacia la máxima permeabilidad
relativa, aumentó la recuperación de fluido.
De igual forma, permite identificar la información de las fracturas que se obtiene de diversas fuentes, como de
núcleos o pruebas de presión.
El artículo explica notoramiente la relevancia económica de las fracturas regionales. Este impacto abarca la
correcta incorporación de las propiedades de las fracturas y la anisotropía que generan al modelo de simulación a
emplear para obtener resultados más adecuados, que al aplicarse en los campos mejorarán la producción.
La lectura de este artículo da un ejemplo práctico a la teoría vista en clase y detalla el conocimiento que ya se
tenía. Es una forma de conocer el impacto real y las variables que deben considerarse al referirse a un yacimiento
fracturado, su simulación y aplicación de resultados.
Relación con los temas tratados en clase La mineralización está considerada en
la morfología
La presencia de fracturas en YNF no solo mejorará la permeabilidad y porosidad del yacimiento en general, sino
que debido a su morfología y más aún, en el caso de que estas se encuentren mineralizadas, desarrollarán una
marcada anisotropía en la permeabilidad de este.
La anisotropía de la permeabilidad observada en el yacimiento Mesaverde nos lleva a observar una estrategia
práctica para la evaluación y el modelado de YNF, la cual nos dice que un enfoque de modelado razonable para
estos yacimientos debe describir la heterogeneidad de los sistemas de flujo en un amplio rango de escalas, la cual
es precisamente tomada en cuenta en dicho yacimiento al utilizar patrones de drene cercanos al pozo en forma
elíptica (Fig. 1), para contrarrestar la anisotropía en la permeabilidad, lo cual al mismo tiempo nos ayuda a evitar
la superposición en el drenaje de pozos adyacentes y a reducir áreas del yacimiento no drenadas. El utilizar un
área de drene circular, como lo es en el caso de yacimientos isotrópicos, proporcionaría resultados erróneos en
una eventual simulación numérica, además de bajas eficiencias de barrido y consecuentemente, pobres factores
de recuperación.

Fig. 1. Forma del área de drene de los pozos yacimiento isotrópicos y anisotrópicos en su permeabilidad.

Dentro del artículo también se hace alusión a ciertos elementos que son parte del flujo de trabajo para la
caracterización de redes de fracturas y simulación de YNF, uno de estos elementos es la integración de
información geológica obtenida de afloramientos, registros y núcleos, con datos de producción, pruebas de pozos
y pruebas de presión de interferencia (Fig. 2), lo anterior es fundamental para predecir la respuesta del flujo de
fluido en yacimientos fracturados, lo cual es complejo debido a la variabilidad de la red de fracturas
tridimensional, la anisotropía en la permeabilidad y la interacción entre la permeabilidad de la fractura y de la
matriz.
Fig. 2. Flujo de trabajo para la caracterización de redes de fracturas y su simulación numérica.

El origen de las fracturas regionales tienen relación con el estado de esfuerzos in situ estudiado en clase, ya que
se forman debido a esfuerzos de compresión en la formación, lo que se podría asemejar con una prueba
geomecánica del tipo uniaxial donde únicamente se les están aplicando esfuerzos a la roca en una sola dirección,
posteriormente, la propagación de las fracturas se dará en el plano donde se está aplicando el esfuerzo máximo
que se encuentra deformando y posteriormente provocando una fractura del tipo extensión en la roca (Fig. 3).
Cabe mencionar que el esfuerzo diferencial para la iniciación y propagación de este tipo de fracturas es menor
que para la del tipo cizalla.

Fig. 3. Fractura del tipo extensión observada en fracturas regionales debido a esfuerzos de compresión.
También se describen algunos de los métodos para la detección y predicción de la ocurrencia e intensidad de las
fracturas naturales que se mencionaron en clase, dentro de los cuales podemos mencionar los análisis de núcleos
y registros de pozos, los cuales proveen información de la orientación y distribución de las fracturas a lo largo del
pozo; el análisis de redes de fracturas en afloramientos superficiales, que son análogos a los yacimientos en el
subsuelo y que proveen mediciones directas del espaciamiento de las fracturas, longitud e interconectividad a
escala del afloramiento; la información sobre la producción proporciona características sobre la transmisibilidad
y almacenamiento de fluidos de las fracturas y por último, las pruebas de presión de interferencia con tres o más
pozos son la mejor herramienta para determinar las magnitudes y direcciones de la permeabilidad del yacimiento,
así como la orientación de las fracturas regionales (Fig. 4).
Siempre se tiene un pozo
observador y dos inyectores?
No sería mejor dos
observadores y un inyector?

Fig. 4. Prueba de interferencia de presión con múltiples pozos para determinar las magnitudes y
direcciones de la permeabilidad del yacimiento.
El yacimiento gasífero de arenisca tratado en el artículo podríamos clasificarlo dentro del criterio de Nelson, como
del tipo I (Fig. 5), ya que las fracturas proveen esencialmente la porosidad y permeabilidad del yacimiento al
tener una matriz con escasa permeabilidad (kmatrix ≤ 0.01 md) y al tratarse de fracturas regionales , que se
caracterizan por su alta densidad e interconectividad dentro del yacimiento; el espesor de la formación y la
determinación del área de drene por cada pozo es crítica en la recuperación de hidrocarburos, además de que el
área de drene de los pozos debe ser de forma elíptica a causa de la anisotropía presentada en la permeabilidad de
las fracturas.
No podría ser del tipo II?

Fig. 5. Sistema de Clasificación de los Yacimientos Naturalmente Fracturados según Nelson.


Otra de las ideas del artículo que se relacionan con lo visto en clase, es que la ubicación de los pozos de relleno
dentro de este tipo de yacimientos, deben tener una cierta alineación o inclinación con respecto a la dirección de
máxima permeabilidad del yacimiento (Fig. 6) para drenar otras zonas con cierta permeabilidad debido a la misma
anisotropía y así, aumentar la producción acumulada, de lo contrario, todos los pozos drenarán una misma
dirección de permeabilidad, dejando una gran cantidad de volúmenes de hidrocarburos sin barrer.

Fig. 6. Rotación de la alineación del pozo con respecto al eje de máxima permeabilidad.
En la figura 6, en la sección con el área de drene circular se observa que el patrón del pozo está alineado con la
dirección de máxima permeabilidad lo cual se traduce en un pobre barrido de hidrocarburos por parte de los pozos,
por otra parte, a la derecha de la figura con el área de drene elíptica, el patrón del pozo es encuentra con una
inclinación de 10° grados con respecto al eje de máxima permeabilidad, drenando mayores áreas del yacimiento
y aumentando el factor de recuperación.
Por último, el modelo geológico para cada una de las áreas de estudio que menciona el artículo (SJ 27-5, SJ 29-7
y SJ 30-8), que es construido a partir de registros de pozos, es escalonado dividiendo el yacimiento en celdas con
propiedades petrofísicas similares. El escalamiento del modelo geológico (Fig. 7) asegura un número manejable
de celdas, que se utilizarán en algunos de los modelos de simulación de flujo de fluidos en yacimientos
naturalmente fracturados (YNF).

Fig. 7. Escalamiento del modelo geológico para la simulación numérica de YNF.

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