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Facultad Ciencias Políticas y Sociales

Departamento Trabajo Social


Sede Escuintla
Curso Trabajo Social
Licda. María Virginia Pio López

Desafíos En El Mundo Globalizado

Elizabeth Amalia Cordova Arriaza


Carnet: 21314-19
Escuintla, 01 De Junio De 2019
DESAFÍOS EN EL MUNDO GLOBALIZADO

El siglo XXI vino acompañado de un proceso de globalización que, unido al


exponencial desarrollo tecnológico, modificó para siempre las normas que regían
nuestra convivencia. El cambio es el factor fundamental que caracteriza nuestra
existencia y conlleva una elevada dosis de incertidumbre que nubla aún más
nuestras perspectivas de futuro.

Por ello, considero fundamental que la comunidad internacional comprenda la


necesidad de replantear los
principales asuntos de
convivencia y gobernanza para
dar respuesta a las complejas
demandas ciudadanas que
enfrentamos. Debemos trabajar
conjuntamente para
implementar un modelo de
desarrollo basado en la
cooperación internacional y el
desarrollo equitativo de
nuestras naciones (con las lógicas diferencias y especificidades) si queremos
generar el marco de convivencia y desarrollo que nuestra ciudadanía demanda.

Tras el colapso financiero global que sacudió al mundo en el año 2008, y que
nos hizo vivir la peor crisis económica desde el crack del 29, todos entendimos
que los desafíos a los que nos enfrentaríamos a partir de entonces serían
globales y las respuestas tremendamente complejas.

Cuestiones como la expansión del proceso


de globalización, los riesgos que afrontan
los sistemas democráticos, el cambio
climático, el desarrollo tecnológico o el rol de
los jóvenes en una sociedad híper-
competitiva que muchas veces no es capaz
de dar respuesta a sus demandas se han
visto cuestionados o amenazados.

Por ello, y ante la convicción de dar


respuestas a los complejos desafíos que
afrontaremos en los próximos años,
creamos el Global Youth Leadership Forum
(GYLF), foro de debate y discusión en el que
líderes jóvenes, menores de 40 años, con
importantes responsabilidades en sus
países debatieran con figuras globales de
diversos ámbitos sobre los principales retos
que afrontará la Comunidad Internacional en
los próximos años y traten de consensuar
las respuestas.
Asuntos como el impacto exponencial que las nuevas tecnologías tienen en
nuestras vidas, la incertidumbre política que rige el mundo, el marco de
relaciones económicas entre los estados, el imparable flujo migratorio, la
amenaza del calentamiento global o el futuro de una generación (más de 350
millones de jóvenes en todo el mundo) que no tienen empleo condicionarán de
manera definitiva el modelo político, económico y social que regirá el mundo en
las próximas décadas.

El año 2016 pudo considerarse un claro ejemplo del clima de incertidumbre y


polarización política que se respira en el planeta: el resultado electoral en
Estados Unidos, los referéndums de Colombia y Reino Unido (Brexit) o el
creciente auge de populismos y nacionalismos en la Unión Europea dan buena
muestra de ello.

A lo largo de 2017, la UE afrontó varios retos que hoy siguen siendo claves a la
hora de reforzar el proyecto comunitario. La respuesta política al Brexit
(traumática y aún por definir), el resultado electoral en varios de los Estados
Miembros (donde las opciones moderadas se impusieron dando una bocanada
de aire al proyecto político europeo), el proceso de reactivación económica, el
marco de relaciones con Estados Unidos tras la victoria del candidato
republicano Donald Trump, la respuesta ante la amenaza a la seguridad
internacional que supone el terrorismo islámico de corte yihadista o la definición
de una nueva política de defensa comunitaria (asunto abandonado durante años)
fueron claves en la consolidación de la Unión Europea fuerte y cohesionada que
todos deseamos.

El año 2018, por su parte, ha venido cargado de una convulsa actividad


internacional que está configurando ese nuevo marco de relaciones
internacionales que regirán el mundo en los próximos años.

La victoria de Vladimir Putin


en las elecciones rusas y la
reelección de Xi Jinping con
el consiguiente refuerzo de
su poder han venido a
consolidar el rumbo marcado
por dos de las principales
potencias mundiales.

Estados Unidos, por su


parte, sigue inmerso en un
complejo proceso político
tras la victoria de Donald
Trump y la redefinición de
algunos de los principales postulados americanos en política exterior. Su pérdida
de presencia global y su estrategia nacional, sumada a la reacción de otros
actores, hace suponer que la preeminencia estadounidense en las grandes
cuestiones globales puede verse afectada.
La Unión Europea parece encauzar los dos principales asuntos que han
sacudido sus cimientos en la última década (crisis política y económica), si bien
cuestiones como el Brexit y Cataluña ciernen nubarrones sobre su estabilidad
institucional.

América Latina, afronta con incertidumbre un decisivo año en el que siete países
(algunos de los más importantes) acuden a su cita con las urnas enfrentando la
seria amenaza de candidatos populistas o rupturistas, mientras que Cuba
procede al reemplazo de Raúl Castro como máxima autoridad del país.

Oriente Medio vive un momento complicado frente a la ola de tensión


experimentada por algunos de sus países y con la siempre presente amenaza
del terrorismo yihadista
que puede condicionar el
escenario de
consolidación
experimentado por varias
de las naciones del Golfo.

Desde el punto de vista de


seguridad, el año viene
marcado por el acuerdo de
paz en la península de
Corea (gran éxito
diplomático) y por la lucha contra el terrorismo internacional y la
ciberdelincuencia, que se han convertido en las grandes amenazas globales.

Cambio climático, desarrollo tecnológico, crecimiento económico sostenido,


empleo de calidad, migración… son algunos de los aspectos que pueden
condicionar los complejos equilibrios que rigen las relaciones internacionales en
nuestros días.

Por esto resulta imprescindible potenciar


liderazgos jóvenes, preparados y
responsables, concienciados con un
desarrollo pacífico y equitativo de nuestro
planeta, que entiendan la complejidad del
momento histórico que vivimos y busquen la
cooperación, el entendimiento y el beneficio
mutuo como vía para generar el mejor
modelo de desarrollo para nuestras
naciones.

Contamos con la mayor y más preparada


generación joven de nuestra historia y
necesitamos que se conviertan en actores
de cambio a nivel global. Sus conocimientos, vivencias y experiencias resultan
fundamentales para impulsar de manera efectiva las respuestas a los retos que
vive nuestro planeta.

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