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Diamagnetismo y paramagnetismo
Los materiales paramagnéticos tienen una susceptibilidad magnética χ positiva y pequeña. Esta es
consecuencia de una interacción nula o casi nula entre ´
sea suficiente para alinear los momentos magnéticos y dar lugar a una magnetización neta no nula
es debido al efecto desordenador de la agitación térmica,
desorden que hace que el momento magnético medio sea nulo. Son materiales
intentan alinear con el campo de forma que a 0K se alinean todos y la magnetización resultante es
la de saturación Ms, pero a T > 0K hay esa componente desordenadora que hace que los dipolos
no se ordenen todos, sino solo una fracción.
Entonces,
y por tanto,
siendo N el número de dipolos magnéticos por unidad de volumen. La energía dipolar magnética
es Ei = −µBcos(αi), y nos determina como están distribuidas las partículas a una temperatura dada.
Así, si consideramos una distribución de Boltzmann de equilibrio:
siendo a = µB KBT se obtiene que < cos(αi) >= L(a), donde L(x) = coth(x) − 1 x es la funci´on de
Langevin. As´ı pues χ = M H = µ0 M B = µ0N µ B L( µB KBT ). Obs´ervese que para temperaturas
tendiendo a 0K y campos diferentes de 0 la funci´on de Langevin tiende a 1 y la magnetizaci´on a la
de saturaci´on Nµ y que para temperaturas muy grandes la funci´on de Langevin tiende a 0 y por
tanto no hay magnetizaci´on. La curva de magnetizaci´on se representa en la figura 5.1. Para
valores de µB KBT muy peque˜nos se obtiene la ley de Curie (que expresa que la susceptibilidad no
depende del campo aplicado):
χ = µ0N µ 2 2KBT
Si tenemos que los momentos magn´eticos est´an cuantificados se deben usar s´olo las energ´ıas
discretas permitidas. En ese caso se obtiene una magnetizaci´on ligeramente distinta y viene
caracterizada por funciones de Brillouin y no por las de Langevin.