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ASPECTOS SEXUALES DEL MATRIMONIO: VALORES NORMALES DERIVADOS DE LA PATOLOGÍA

Es necesario conocer los siguientes ámbitos predominantes:


 El acto sexual per se, sin la intimidad física o emocional, o apetito carnal.
 La intimidad física o sensualidad.
 La intimidad emocional o amor.

Dificultades en el esquema “esposa enamorada/marido frío”: El marido tiene problemas en los tres
ámbitos: apetito carnal, sensualidad y amor. Tienden a hacer el amor mecánicamente, procuran
hacerlo bien y demostrar su sexualidad, pueden presentar angustia de realización con eyaculaciones
prematuras, impotencia y evitación del sexo. La esposa parece interesarse por las actividades
genitales que culminan en el orgasmo, pero lo hace por los besos y abrazos, dialogar y hacer cosas
juntos, pero no el coito con orgasmo. Marido obsesivo-compulsivo y esposa histérica.
Dificultades en el esquema “marido en busca de una madre”: son amantes excelentes en cuanto a
la sensualidad y dedican mucho tiempo al preliminar y actividades orales. Destacan su necesidad de
intimidad emocional con la esposa y la otra mujer. Necesitan demostrar su potencia para asegurarse
el apoyo de la mujer.

Dificultades en el esquema “de dos parásitos”: ambos cónyuges son incapaces para la intimidad
emocional. Los dos buscan el goce sensual pero carecen de toda actitud. El acto sexual es una
experiencia destructora.

Dificultades en el esquema “paranoide”: La necesidad del marido de demostrar su masculinidad


afecta el acto sexual, produce una penetración vaginal prolongada, pero necesita el orgasmo o
multiorgasmo de la esposa para demostrar su potencia. La esposa es paranoide, sus sospechas o
celos se repliegan en una falta de intimidad física y emocional.

El amor

La esposa enamorada habla del amor y lo brinda como si fuera una cosa que se vuelca sobre otra
persona, se da a sí misma como un objeto, por lo que tiende a ser experimentado como un peso
gravoso por la otra persona, su objetivo es la fusión con el otro. El “amor maduro” no es algo que
pueda darse, es análogo a la fuerza de la madre siempre presente en la relación madre-hijo. Un
individuo puede brindar a otro protección, sustento, paz y placer. Es una fuerza interna que te
permite dar otras cosas. Es la energía motivadora que te permite brindarle fuerza, poder, libertad y
paz a otro. No es sinónimo de apasionamiento.
La pugna del otro por la dependencia y la independencia y preserva la integridad individual de cada
participante; cada uno puede manifestar su potencial máximo para dar y recibir. No debe
confundirse con el sentimentalismo, el alborozo romántico o la simple dependencia
sadomasoquista.
A veces el amor y el sexo se excluyen mutuamente. El amor profundo no asegura necesariamente
una buena relación sexual; a veces, el vínculo puede ser más erótico cuando no hay amor.
Existen distintos grados y tipos de amor. Como su calidad es subjetiva, su frecuencia, intensidad,
duración y espiritualidad difieren de una persona a otra, e incluso de una época a otra en la vida del
mismo individuo. La presencia de una actitud amante entre los esposos no basta para asegurar las
actividades sexuales; si uno de ellos es incapaz de satisfacer las expectativas del otro, pueden
sobrevenir dificultades.
Una mujer necesita sentirse amada para responder sexualmente, en tanto que un hombre necesita
responder sexualmente para sentir amor.
La notable sobrevaloración del individuo amado y la subestimación o desmentida de sus defectos
por parte de la persona enamorada, que no ha padecido tal ceguera, sino que ha percibido en el ser
amado unas potencialidades que otros no habían previsto.
El amor maduro demuestra la capacidad de aceptar a la pareja por entero; la capacidad de amar
radica en la persona amante; la de responder al amor con el crecimiento y el desarrollo radica en el
ser amado.
Dos individuos unidos en matrimonio difieren de dos individuos separados en cuanto que forman
una estructura mayor que la suma de sus partes: el arco, la relación interpersonal dentro del
matrimonio.

El apetito carnal

Es un rasgo biológico, en estado puro es no afectivo y agradable aunque falte por completo la
capacidad de afecto y amor, sujeto a las influencias sociales. Sufre el influjo de los impulsos
intrapsíquicos e interpersonales que restan fuerza. Considerar los estereotipos culturales, como que
la falta de amor determinará casi siempre una relación sexual de calidad inferior, egoísta, centrada
en el yo; ya que los amantes profesionales son a menudo eróticamente expertos.

La sensualidad

Relación entre la terapia de pareja y la sexual. La primera fomenta el crecimiento de cada cónyuge,
la terapia sexual esta indicada en aquellos casos en que una disfunción sexual causa la discordia
marital. Es difícil separar ambas terapias, ya que los aspectos sexuales son simples hebras dentro de
la relación marital.

Derivación de los valores sexuales normales

Normalidad sexual: individuo capaz de combinar los placeres de la intimidad emocional y física con
el placer del acto sexual adecuado. El matrimonio ideal estaría constituido por la unión de dos
individuos que se ajustan al cuadro de normalidad sexual; existen uniones que no son ideales pero
pueden funcionar.

Placer carnal sin sensualidad ni amor


Matrimonio formado por dos individuos altamente sexuales pero incapaces para la intimidad física
o emocional. Pueden pelearse y gritarse el uno al otro, sin que ello interfiera en su unión nocturna,
que hace agradable el matrimonio.

Sensualidad y amor sin placer carnal


Los cónyuges son afectuosos, cariñosos y se tratan con consideración, pero carecen de una fuerte
motivación para el coito y durante él. Si las necesidades vitales y las expectativas de ambos son
bajas, es fácil que alcancen la armonía marital.

Sensualidad, amor y placer sexual escasos


Esposos con escasa intimidad y vida sexual que encaran la vida en común con enfoque apaciguado,
su matrimonio puede parecer frío, sus necesidades y expectativas son mínimas.
Conclusiones
La inarmonía conyugal es una manifestación de falta de soltura y naturalidad entre dos seres
humanos, en su relación marital. Dicha falta de soltura es provocada por la insatisfacción de las
expectativas del otro. La gratificación mutua de las expectativas da como resultado un matrimonio
sano. Si las expectativas son escasas, se originan matrimonios funcionales, que no padecen ninguna
falta de soltura.
El problema de como evitar la falta de soltura en la vida matrimonial radica en la adecuada elección
de la pareja antes de casarse. El problema de como producir un matrimonio armonioso estriba en
el ajuste de las expectativas durante la vida conyugal.

EL CONTRATO MATRIMONIAL
La inarmonía matrimonial es una manifestación de falta de soltura en la relación marital, provocada
por la ausencia de una o más expectativas sólidas, constantes y mutuamente satisfechas, capaces
de superar a las expectativas insatisfechas de uno o ambos cónyuges.
No es una declaración formal, sino un conjunto no declarado de expectativas conscientes e
ignoradas. Un contrato matrimonial que permita la satisfacción mutua de suficientes expectativas
dará por resultado la armonía conyugal.
Un sólido contrato inicial es la mejor garantía; los contratos deben negociarse a lo largo del ciclo
vital. La forma en que se redacta un contrato, así como su contenido, revelan la intención
subyacente. El contrato matrimonial personal ha sido un rasgo esencial en muchas culturas.
No debe subestimarse la presencia de responsabilidades económicas en estos contratos. El modo
en que una persona maneja el dinero nos proporciona una importante intelección sobre la
estructura de su carácter, su sistema de valores, sus necesidades inconcientes y sus relaciones
interpersonales.
Existen dos conjuntos de condiciones: uno inconciente y otro cconciente. La ensambladura de las
expectativas asegura la armonía marital. Si ambas partes comprenden el contrato conciente y están
conformes con él, pero una de ellas o ambas discrepan inconcientemente, el resultado será una
falta de soltura.
Aquellos aspectos del contrato matrimonial que escapan a la percepción conciente pueden
considerarse, para los fines clínicos, como hipótesis de trabajo deducidas del comportamiento,
fantasías y otros materiales producidos por el cónyuge.
En la terapia individual, es muy difícil desenmarañar los hilos y sacar a la luz la acción recíproca de
los cónyuges; cuesta esclarecer el problema intrapsíquico cuando el individuo está defendiéndolo
tras la pantalla de la relación marital perturbada. El resultado carecerá del imparto que le daría la
presencia del otro cónyuge.
La terapia de pareja en su intento de forjar un contrato matrimonial viable entre dos personas
disimiles, cuyas necesidades originalmente no ensamblan en absoluto.

Formulaciones en torno al contrato matrimonial


La “dinámica contractual” es un determinante poderoso del comportamiento de los esposos y de la
calidad de la relación marital; esto obedece a la importante participación de los factores
intrapsíquicos y transaccionales en la dinámica marital. Utilizan la expresión “contrato matrimonial”
para referirse a los conceptos del individuo sobre sus obligaciones dentro de la relación marital y los
beneficios que espera obtener, el aspecto recíproco del contrato, lo que cada cónyuge espera recibir
del otro a cambio de algo.
Cada cónyuge tiene su propio contrato o conjunto de expectativas, diferentes del de su pareja,
buena parte del cual permanece en su mente sin ser formulado o escapa a su propia conciencia,
puede ser internamente incongruente.
Si bien los términos del contrato matrimonial son determinados por profundas necesidades que el
individuo espera ver satisfechas en su relación marital, es ´reciso comprender otros dos factores:
1. Por lo común, el individuo no es conciente de que sus intentos por satisfacer las necesidades
de su pareja están basados en la suposición encubierta de que, de ese modo, verá cumplidos
sus propios deseos.
2. No suele tener conciencia de las expectativas implícitas de su pareja.
Al desconocer las expectativas de su pareja, un individuo puee creeer que ha cumplido sus propias
obligaciones y que, por ende, el incumplimiento del otro es injusto; es imposible explicarles que sus
expectativas se verán irremediablemente frustradas, porque se fundan en fantasías que ninguna
relación real puede satisfacer.

Modelo esquemático del contrato matrimonial

Nivel 1 (conciente, expresado)


Se sitúan las expectativas que cada cónyuge comunica al otro, en un lenguaje claramente
comprensible. Los aspectos recíprocos de estas expectativas no se expresan o reconocen.

Nivel 2 (conciente, no expresado)


Planes, expectativas, creencias, fantasías que cada cónyuge se ha abstenido de comunicar al otro,
generalmente por miedo o vergüenza; piensan una cosa y dicen otra.

Nivel 3 (no conciente)


Aquellos deseos o necesidades que escapan al conocimiento consciente del cónyuge.

Los contratos son dinámicos en todos los niveles. Estos cambios pueden acontecer toda vez que una
nueva fuerza ingresa en el sistema marital.

La unión desacertada (los “malcasados”)


La existencia de conflictos maritales no indica necesariamente un casamiento desacertado; pero
algunas personas se equivocan de veras y eligen a un consorte por entero inapropiado.
La unión desacertada observada puede advertirse en las parejas prometidas y en los matrimonios
de hecho; hay un alto grado de conflicto, admiten la existencia de discrepancias graves, pero no
experimentan sun relación como una unión desacertada. Ellos no experimentan la unión
desacertada observada. Desembocan n un síndrome marital permanente: se habitúan al conflicto;
en tales casos perpetuar la relación es más destructivo que terapéutico.
La verdadera unión desacertada puede clasificarse en tres categorías: inicial, subsiguiente y actual.
La unión desacertada subsiguiente es el proceso tóxico más común dentro de la inarmonía marital.
Se debe a la diferencia de crecimiento, cuando ambos cónyuges crecen como individuos, aunque
sea en direcciones diferentes pueden respetarse el uno al otro. Cuando uno de ellos crece
continuamente y el otro no, el abismo es casi insuperable.
La unión desacertada actual es la que los mismos cónyuges definen. El aspecto subjetivo de este
matrimonio desacertado es como cree cada cónyuge que el otro ha fallado. El aspecto objetivo
implica la observación de que uno o ambos esposos no han crecido como individuos capaces de
resolver el trastorno marital o de reconocer su carácter irresoluble; entraña la incapacidad de la
pareja para comprometerse en un nuevo contrato matrimonial.

ENTREVISTAS INICIALES DE DIAGNOSTICO


Rara vez puede llevarse a cabo un examen psicológico adecuado y prepararse una historia adecuada
en una sola sesión. El terapeuta necesita realizar una o más entrevistas con cada cónyuge y luego
con ambos.
La primera entrevista presenta numerosas variantes. El método y el contenido inicial varían de un
terapeuta a otro. El terapeuta de pareja, para quien el paciente es el matrimonio, encara una historia
clínica centrada en las dificultades conyugales y la relación interpersonal, se interesa
primordialmente por el crecimiento y desarrollo de los individuos. El terapeuta existencial o
guestaltico insistirá en el “aquí y ahora” del matrimonio. Algunos terapeutas no realizan una
entrevista inicial de diagnóstico. Uno de los propósitos de la entrevista inicial es establecer si el
paciente es capaz de entrar en una relación terapéutica que provoque un cambio en él.
Cada enfoque presenta ventajas y desventajas. La flexibilidad y la aplicación sensata del
conocimiento pertinente a cada situación individual son más eficaces que los pronunciamientos
globales acerca de una técnica.

Entrevista inicial de diagnóstico de tipo psicoanalítico


El procedimiento se varía y modifica según la información aportada por el o los cónyuges. Una mayor
actividad o dirección por parte del entrevistador cuando están presentes ambos cónyuges, pues
aquel debe mantenerlos a los dos involucrados en la entrevista y evitar que uno de ellos domine y
el otro se retraiga. Establecer si cada miembro de la pareja esta empeñado en lograr un cambio
personal, o en cambiar al compañero.

Anamnesis

Presentación
La apreciación de sus puntos fuertes debe constituir una parte importante de la recopilación de
datos, las fuerzas que unieron originalmente a la pareja.
Los matrimonios extremadamente patológicos se mantienen unidos por un vínculo de odio. La
pérdida de la relación puede provocar una regresión, con reacciones de pánico y depresión en el
cónyuge que parecía más sano.
Comenzamos por diagnosticar no sólo lo que ha de cambiarse, sino también si hay algo que pueda
reemplazar a aquello que será eliminado por los cambios futuros.
La psicoterapia de la inarmonía marital deriva del diagnóstico de las áreas de incompatibilidad. El
punto de partida de la entrevista puede ser una historia actual del matrimonio, seguida de una
historia longitudinal, el carácter de cada cónyuge, la historia de cada individuo antes de conocer al
otro.

Historia individual de cada cónyuge


Los recuerdos más tempranos: comenzar con ellos por un interés por la persona fuera de la relación
marital, alivia un poco de presión de la inarmonía conyugal. Revela las fuerzas emocionales centrales
que deben corregirse.
Primera parte de la serie de recuerdos: Formarse una idea del individuo en su época preescolar,
dificultades infantiles, historia conyugal de los progenitores, historia familiar, existe la posibilidad
de que uno de los cónyuges padezca una perturbación afectiva primaria, historia escolar, fobias
escolares, adecuación al estudio, aptitudes atléticas, relaciones con el grupo de pares, ciclo
secundario, masturbación, menarca, salidas con personas del otro sexo y experiencias sexuales.
Los sueños: Etapa de crecimiento del individuo, sueños recurrentes durante la infancia y después
de ella. Tipos comunes de sueños, los sueños actuales arrojan luz sobre el problema marital.
Las fantasías: Referentes al matrimonio o al cónyuge; fantasías pretéritas, actuales y permanentes.
Cuanto mayor sea la resistencia a revelarla, tanto mayor será su importancia, averiguar la naturaleza
de la relación existente entre quienes participan en la fantasía.
Historia clínica: disponer de una buena historia clínica.

Historia de la relación matrimonial


Razones que motivaron a la elección de la pareja y el contrato matrimonial, etapas del matrimonio,
incluye la historia sexual y las consideraciones acerca del contrato terapéutico.
El contrato matrimonial: El terapeuta comienza a evaluar el tipo de contrato terapéutico que cada
esposo concertará probablemente con él. Considerar la ausencia de un contrato consciente. Hay
parejas que se casan sin haber discutido en absoluto las expectativas individuales o mutuas. Cuanto
menor sea la presencia de un contrato consciente, tanto mayor será la influencia de los factores
contractuales inconscientes y de los vínculos matrimoniales de los progenitores.
La historia sexual: lo más probable es que a mayoría de las parejas evite el tema o distorsione los
hechos. A veces, los problemas sexuales ocultan problemas individuales y maritales subyacentes.
Evaluar causas físicas de la disfunción sexual, efectos colaterales de ciertas drogas. Los tres
elementos más importantes son que el terapeuta debe tratar el tema con comodidad, debe saber
que esta buscando y debe ser meticuloso en el interrogatorio y a la vez creativo.
El ciclo vital del matrimonio: Es decisivo tomar consciencia de las etapas críticas en el ciclo vital del
individuo. Complicada interacción de las crisis personales y maritales.
Se consideran siete etapas:
 Primera (18-21 años): pasar de la familia de origen a un nuevo compromiso personal, radica
en la pugna de las cónyuges entre los lazos que los atan a sus familias de origen y su
adaptación.
 Segunda (22-28 años): contraer un compromiso marital provisional, la incertidumbre acerca
de la elección de pareja y la tensión causada por la llegada de los hijos.
 Tercera (29-31 años): afrontar una crisis del compromiso contraído y habérselas con un
sentimiento de desasosiego, se agudizan profundamente las dudas en torno a la elección
de pareja, los índices de crecimiento de los cónyuges pueden divergir.
 Cuarta (32-39 años): productividad: hijos, trabajo, amigos, casamiento de los hijos, el
conflicto estriba en que marido y mujer adoptan modos diferentes y antagónicos.
 Quinta (40-42 años): recapitulación: se evalúan los éxitos y fracasos, nuevas metas, cada
esposo percibe el éxito de manera distinta, con la consiguiente pugna entre el éxito
individual y la permanencia en el matrimonio.
 Sexta (43-59 años): Resolver los conflictos y estabilizar el matrimonio “el gran trecho”,
crecimiento emocional de los cónyuges no tiene igual ritmo ni dirección.
 Séptima (60 años en adelante): es apoyarse y ayudarse uno al otro frente a las amenazas de
la vejez.
El contrato terapéutico: Establecimiento, elaboración y reelaboración del contrato terapéutico sólo
se efectúa una vez terminada la entrevista de diagnóstico; los pacientes tienden a establecer, para
la relación íntima de pareja, el mismo tipo de contrato que establecieron para la relación marital. El
conocimiento del contrato matrimonial y los contratos terapéuticos permite interpretar aquellos
que resultan ineficaces y reelaborar unos contratos terapéuticos viables. Muchas personas van al
consultorio para “tratarse” pero no están “en” tratamiento. Si el terapeuta aclara constantemente
el contrato terapéutico y logra establecer un contrato viable con la pareja, este les servirá de
excelente modelo a los cónyuges para la elaboración de un buen contrato matrimonial.

Diagnóstico
Las entrevistas iniciales de diagnóstico pueden ocupar varias sesiones, individuales o conjuntas. Se
formulan los diagnósticos de tres maneras distintas: tipo de personalidad y categoría psiquiátrica,
tipos de matrimonio, de acuerdo con el plan diagnóstico derivados de los valores normales del
matrimonio.
El diagnóstico deriva del tipo de entrevista inicial realizada y se basa en las construcciones teóricas
del terapeuta.

Método realista de conducción de la entrevista conjunta de diagnóstico


Reducir el grado de angustia en la sesión inicial y a obtener de la pareja, en el menor tiempo posible,
la información concerniente a la historia y situación actual de su relación, en la terapia conjunta el
“paciente” identificado es la relación marital. Los indicadores de ajuste esencial eran: existencia de
un sistema de comunicación aficaz y activo; un alto grado de avenencia entre los cónyuges.

 Primer paso: preparar a la pareja para que suministre información


 Segundo paso: llenar el inventario marital
o Religión
o Amistades
o Parientes políticos
o Actividades
o Finanzas
o Sexo
 Tercer paso: recapitular la información para los cónyuges
 Cuarto paso: elaborar un plan de tratamiento

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