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CAPITULO I
I.I......ANTECEDENTES DE LA SOCIOLOGIA
I.II....ANTECEDENTES DE LA CONTITUCION
CAPITULO II
CAPITULO III
INTRODUCCION
CAPITULO I
Esta rama del conocimiento sociológico, más bien podría decirse que la historia de la
Sociología, como ciencia que busca su autonomía, es la propia crónica de la Sociología
Política. Desde Comte, con su Sistema de Política Positiva, y pasando por todos los
clásicos de la Sociología, la política siempre fue objeto de interés particular; esfera donde
se intentaba hallar la explicación a determinados procesos sociales de significación para
el sociólogo, tales como: el conflicto, el orden, el cambio, la solidaridad, la formación de
las colectividades, etc. Así encontramos en los clásicos un afán por estudiar y explicarse
el papel del Estado distinguiéndolo de la sociedad civil; de las nuevas estructuras
políticas.
* Es una logia es decir es una ciencia que tiene como finalidad estudiar la realidad de las
entidades sociales tal cual son. Pero no como debería ser, así pues, el estudio de las
sociedades debe considerarse análogo al de los objetos del mundo animado. Es la historia
natural de las sociedades humanas.
* la Sociología puede definirse como el estudio científico de la vida grupal de los seres
humanos, debido a que con frecuencia se da un uso incorrecto a los términos sociología y
sociólogo, valdría la pena mencionar aquí algo de lo que no es sociología, como campo
de conocimiento, la sociología no es una filosofía social.
Análisis de las Teorías
EL SURGIMIENTO DE LA SOCIOLOGÍA.
La sociología establece como postulado central que la conducta de los seres humanos no
responde simplemente a sus propias decisiones individuales, sino bajo influencias
culturales e históricas de acuerdo a los deseos y expectativas de la comunidad en la que
viven. Así, el concepto básico de sociología es la interacción social como punto de
partida para cualquier relación en una sociedad.
La primera definición de sociología fue propuesta por el filósofo francés Auguste
Comte quien en 1838, acuñó el término "sociología" para describir su concepto de una
nueva ciencia que descubriría unas leyes para la sociedad del mismo modo en se habían
descubierto tantas otras para la naturaleza, aplicando los mismos métodos de
investigación que las ciencias físicas. El filósofo británico Herbert Spencer adoptó el
término y continuó así el trabajo de Comte.
Hoy también se consideran fundadores de esta disciplina a algunos filósofos sociales del
siglo XIX que nunca se consideraron sociólogos. El principal entre ellos fue Karl Marx,
aunque no hay que olvidar al aristócrata francés conde de Saint-Simon, al escritor y
estadista Alexis de Tocqueville y al filósofo y economista inglés John Stuart Mill. En el
siglo XIX se desarrolló la corriente estadística empírica que posteriormente se incorporó
a la sociología académica.
Hasta finales del siglo XIX la sociología no comenzó a ser reconocida como disciplina
académica. En Francia, Émile Durkheim, heredero intelectual de Saint-Simon y Comte,
comenzó a enseñar sociología en las universidades de Burdeos y París. Durkheim,
fundador de la primera escuela de pensamiento sociológico, destacaba la realidad
independiente de los hechos sociales (independientes de los atributos psicológicos de las
personas) e intentaba descubrir las relaciones entre ellos. Durkheim y sus seguidores
estudiaron ampliamente las sociedades no industrializadas de forma similar a como, más
adelante, lo harían los antropólogos sociales.
En la segunda mitad del siglo XX, había decaído el interés por las teorías evolutivas de
Comte y Spencer, a partir de entonces, la sociología comenzó a estudiar determinados
fenómenos sociales como el delito, las desavenencias matrimoniales y la aculturación de
los inmigrantes.
Entonces la sociología surge como producto de las crisis que atravesaba Europa en el siglo
XIX. La burguesía se enfrenta con el problema de:
Entonces la sociología aparece como la ciencia del cambio social controlado y dirigido. Es
decir el cambio social se vuelve una concesión, limitado y bajo la supervisión de la
burguesía. La se interesa solamente por las expresiones externas de la realidad, es decir, se
vuelve positivista.
"Consiste esta ley que en cada una de nuestras concepciones principales, cada rama de
nuestros conocimientos, pasa sucesivamente por tres estados teóricos diversos: el estado
teológico o ficticio; el estado metafísico o abstracto; el estado científico o positivo. En el
estado teológico, el espíritu humano, la dirigir esencialmente sus investigaciones hacia la
naturaleza íntima de los seres, las causas primeras y finales de todos los efectos que
percibe, es una palabra, hacia los conocimientos absolutos, se representa los fenómenos
como producidos por la acción directa y continuada de agentes sobrenaturales, más o
menos numerosos, cuya intervención arbitraria explica todas las aparentes anomalías del
universo. En el estado metafísico, que no es en el fondo sino una simple modificación
general del primero, se substituyen los agentes sobren naturales por fuerzas abstractas...
En fin, en el estado positivo, es espíritu humano, reconociendo la imposibilidad de
obtener nociones absolutas, renuncia a buscar el origen y el destino del universo y a
conocer las causas íntimas de los fenómenos, para dedicarse únicamente a descubrir,
mediante el empleo bien combinado del razonamiento y de la observación, sus leyes
efectivas."
Max Scheler.
Basándose en una analogía superficial a la teoría de la relatividad, pretende fundar un
perspectivismo histórico. La sociología del saber de Scheler sostiene como punto de partida
que los modos de pensar y conocer, dependen de alguna manera de la realidad social en que
se ofrecen. Uno de los propósitos fundamentales es la investigación de las leyes que rigen
la producción, tanto por los factores ideales como por los materiales. Niega la dependencia
del factor material respecto del espiritual.
Carlos Marx
Algunos puntos destacables de su sociología son:
1) Todos los proceso de la vida social cambian, aunque se encuentren conectado entre si y
se influyan unos a otros.
2) El hombre intervienen en el desarrollo de los fenómenos sociales y naturales
aprovechando sus conocimientos científicos.
3) El hombre se ha desarrollado gracias al trabajo.
4) Los hombres de la sociedad ocupan un lugar determinado.
5) La lucha de clases es el motor de la historia.
6) A cada quién según su trabajo.
Ralf Dahrendorf
Al igual que los funcionalistas, los teóricos del conflicto se orientan hacia el estudio de
las estructuras y las instituciones sociales. En lo fundamental, esta teoría es poco más que
una serie de afirmaciones que se oponen radicalmente a las de los funcionalistas. El
mejor ejemplo lo constituye la obra de Ralf Dahrendorf (1958,1959), en ella se
contraponen los principios de la teoría del conflicto con los de la escuela funcionalista.
Para los funcionalistas la sociedad es estática o, en el mejor de los casos, se encuentra en
equilibrio móvil. Para Dahrendorf y los teóricos del conflicto cualquier sociedad está
sujeta a procesos de cambio en todo momento.
¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA?
La sociología es la ciencia que estudia el comportamiento social de las personas, de los
grupos y de la organización de las sociedades. La Sociología estudia la familia, la
religión, las instituciones educativas, las empresas, las administraciones, la ciencia, etc.
La primera definición de sociología fue propuesta por el filósofo francés Auguste
Comte quien en 1838, acuñó el término "sociología" para describir su concepto de una
nueva ciencia que descubriría unas leyes para la sociedad del mismo modo en se habían
descubierto tantas otras para la naturaleza, aplicando los mismos.
I.II ANTECEDENTES DE LA CONTITUCION
Su origen se da en Grecia clásica que tuvo como convicción que la comunidad política se
gobierna por ley.
Aristóteles fue quien designo el concepto de la constitución, para el existía tres buenas
formas de gobierno: la monarquía (gobierno de un solo hombre) aristocracia (gobierno de
los mejores) y la democracia (gobierno de muchos)
I.II
Conocida como “la constitución de Huancayo” por ser esta la cuidad donde se
redactó. Fue adoptaba por el congreso constituyente y promulgada por el
Mariscal Agustín Gamarra el 10 de noviembre de 1839. La constitución
Quedo lista a fines del año 1932, fue promulgada el 18 de enero de 1933 por el
presidente Luis Sánchez Cerro posteriormente durante el gobierno de Benavides
en el año 1939 se convocó un plebiscito para modificar o suprimir ciertos
artículos de las cartas de 1933 , como disminuir las facultades legislativas del
congreso en materia económica y aumentar el periodo presidencial a seis años. En
suma quería robustecer el poder del presidente de la república.
CAPITULO II
La sociología influye en la constitución desde el punto de vista del buen vivir, es decir las
relaciones existentes que presentan un grupo de personas, cuyo fin es el desarrollo
primordial de sus aspiraciones en nuestro país.
La sociología, en sus variadas tendencias, expresa una posición jurídica que concibe el
derecho como hecho social, presentándolo como simple componente de los fenómenos
sociales, y susceptibles de ser estudiado según los nexos de casualidad no diversos de los
que ordenan los hechos del mundo físico.
El origen del orden constitucional positivo debe procurarse en la propia realidad social,
en sus estratos más profundos. Las constituciones, así no son meros productos de la
razón, como dirían los nacionalistas.
CONCEPTO DE CONSTITUCIÓN
Según Naranjo, V. (1997); la sociología, como ciencia, se ocupan del conjunto de las
relaciones sociales de la humanidad; su campo de estudio son los fenómenos de la vida
social, la costumbre, la moral, las creencias, la economía, la creación artística, el derecho.
Cada ciencia social en particular puede, entonces, ser designada por la adjunción de un
calificativo a la palabra sociología religiosa, una sociología económica, etc.
Como ciencia que se ocupa entonces de los fenómenos sociales, la sociología y en
especial la sociología política, tiene también una estrecha relación con el derecho
constitucional. Definido el objetivo de este como el del encuadramiento jurídico de los
fenómenos políticos y tomados estos como resultantes de la relación entre los hombres
como integrantes de la sociedad, es fácil deducir que la sociología aporta elementos
básicos para la estructuración del derecho constitucional.
Debe ser, en todo caso, la respuesta a los requerimientos de esa sociedad, según
desenvuelve. Una constitución, más que ningún otro precepto, se elabora y mantiene
según la realidad y la vivencia del conjunto de individuos que comprender la sociedad a
la cual ha de aplicarse. Si bien está llamada a consagrar principios de validez permanente
y universal, al menos en lo que se refiere a la regulación de los órganos destinados a
cumplir las funciones del Estado, debe amoldarse al medio y circunstancias que esos
órganos han de regir.
“La historia- decía CICERON- es testimonio del tiempo, luz de la verdad, vida de la
memoria, maestra de la vida, reflejo de la antigüedad”.
Para CERVA_NTES la historia es “émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de
lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo porvenir”.
La historia, es, indiscutiblemente, uno de los grandes auxiliares de toda la ciencia jurídica
y particularmente del derecho constitucional. Se dice, con razón, que ella es el
fundamento descriptivo de todas las ciencias sociales. La historia no se limita a la
recopilación y enunciado de los hechos que se han sucedido a través de los tiempos, sino
que a ella corresponde, en buena parte, describir e interpretar esos hechos, sobre todo en
cuanto impliquen fenómenos de cambio en la vida social y política de los pueblos. Debe
señalar su evolución y explicar, a un mismo tiempo, la vinculación externa o interna entre
los mismos. Además, la historia política tiene como uno de sus cometidos esenciales,
registrar y analizar objetivamente el desenvolvimiento de las civilizaciones y de los
Estados que son producto de ellas.
Es pues, fácil deducir el papel fundamental que el conocimiento de la historia tiene frente
al derecho constitucional. A ella habremos de remitirnos constantemente a lo largo de este
curso. Sin su contribución y sin la comprensión de los fenómenos históricos que
constituyen hitos en la elaboración del mundo jurídico y, en particular, de la normatividad
jurídico-constitucional, será muy difícil comprender a cabalidad aspectos esenciales de
esta normatividad.
Por otra parte, la historia misma se constituye como una parte importante del estudio del
derecho constitucional, a través de la historia constitucional, materia adoptada ya
oficialmente en muchas facultades de jurisprudencia, al igual que la llamada historia de
las ideas políticas. (Naranjo, V. 1997)
Más adelante, se hizo imperativo acoger en los textos constitucionales nuevos principios,
como el de la función social de la propiedad, como el del intervencionismo del Estado en
la economía, o como el del predominio del interés general sobre el interés particular, y
nuevos derechos como el derecho al trabajo, el derecho a la libertad sindical, el derecho
de huelga o el derecho a la seguridad social. Es decir, se introducen en los textos
constitucionales los llamados derechos sociales o de segunda generación.
La sociología, en sus variadas tendencias, expresa una posición jurídica que concibe el
derecho como hecho social, presentándolo como simple componente de los fenómenos
sociales y susceptibles de ser estudiado.
Para ella, la fuente, el origen del orden constitucional positivo debe procurarse en la
propia realidad social, en sus estratos más profundos. Las Constituciones, así, no son
meros productos de la razón, como dirían los racionalistas; algo inventado o creado por el
hombre, o por el deducido lógicamente de ciertos principios, como pretenden los
formalistas en general.
·22 Indefinitiva, si, en lo que respeta el derecho, la concepción racionalista gira sobre
el momento de validez; la concepción sociológica lo hace sobre la vigencia,
considerada ésta como práctica y efectividad de las normas, en una realidad como
eficacia social de la regla jurídica.
De ese modo se relacionan las constituciones: factor real y efectivo que rigen en una
sociedad.
CAPITTULO III
En nuestra vida diaria o cotidiana siempre tenemos limites y obligaciones para cada
acion que hacemos o que podriamos realizar conllevando no solo las Responsabilidades
Familiares y teniendo cada uno un rol determinado en nuestra familia, sino también en
lo que respecta a las Obligaciones Laborales, teniendo que cumplir un trabajo
determinado y pudiendo adquirir mediante esto el derecho a poder Percibir un Sueldo y
que se cumpla con lo pactado en dicho caso.
En todo esto lo que respecta esta las leyes las cuales impones un pais a sus habitantes y
no tenemos mas que cumplirlas y aceptar como parte de este pais y entre ellas,tenemos
en primer lugar las Leyes Materiales que simplemente se encargan de enunciar las
Obligaciones y Derechos que tenemos disponibles, mientras que por otro lado tenemos
las Leyes Formales que nos permiten contar con un procedimiento o una forma de
aplicar las mismas, teniendo ambas dependencia de una Ley Suprema, que se ubicaría
en la cima de una pirámide, si pensamos a ella como el Sistema Jurídico determinado.
Cada uno de los países cuenta entonces con una Constitución, siendo ésta la base de
todo sistema de Normativas y Leyes, contando no solo con los objetivos del estado sino
también con los Derechos que tenemos todos los ciudadanos, a su vez las Garantías que
nos permiten y aseguran la libertad en muchos ámbitos de la vida cotidiana, siendo éste
un conjunto de Obligaciones y Beneficios del cual dependen todos los organismos de la
nación.
Las personas no usan la Constitución todos los días, como lo hacen con el celular, los
autos o los buses. Más bien parece que es un libro que solo les sirve a los entendidos en
leyes. Por eso muchos podrán preguntar: ¿cuál es la utilidad de la Constitución?
La respuesta es que resulta útil no solo para los grandes acontecimientos políticos, sino
para la vida diaria de las personas. Por ello, aunque parezca que es un libro complicado
que solo lo manejan los abogados, debe ser clara y sencilla para que todos la
conozcamos, respetemos y demandemos su cumplimiento.
Se puede aplicar la Constitución en nuestra vida diaria. Por ejemplo, si alguien tiene una
fiesta a medianoche y hace un ruido escandaloso, está violando un derecho
constitucional y los vecinos pueden quejarse o obligarlo a que no siga armando
escándalo. Si una autoridad quiere cobrar por realizar un trámite o un vigilante de
tránsito pide plata para no levantar una multa, allí hay violaciones a los derechos y
podemos reclamar con base en la Constitución.
Es decir, la Constitución es muy importante en la vida de las personas porque nos sirve
para que los derechos y garantías sean respetados sin que impere el abuso.
Por otro lado, la interpretación de una norma solo tiene cabida cuando su texto es
oscuro, incomprensible o ambiguo. En el asunto de este comentario, simplemente no
existe una norma con texto ambiguo, oscuro, ininteligible o contradictorio. Entonces
¿qué va a interpretar el TC? ¿Acaso que en lugar del obligatorio sorteo de 21
magistrados, se entienda que se prorroga a 31?
Pues bien, sin perjuicio de precisiones posteriores, es para nosotros obvio que el
ejercicio de la jurisdicción, en cuanto actividad aplicatoria del ordenamiento, lleva en su
esencia la resolución de un conflicto intersubjetivo, cuya definición constitucional viene
otorgada por el concepto de la tutela judicial efectiva del artículo 24.1 CE. En
CONCLUSIÓN
Escribir sobre los derechos fundamentales de la persona humana daría para llenar
infinidad de páginas. En primer término, porque encontramos sobre este tema tantos
enfoques como teorías hay sobre la noción de persona humana, no sólo desde un punto de
vista filosófico, antropológico y ético, sino también político, económico, religioso y
social. Dependiendo de cómo se defina al hombre, especialmente desde su trascendencia,
habrá una aproximación más acorde a su realidad ontológica de persona.
Los cuatro rasgos fundamentales que la tradición doctrinal les adjudica a estos derechos
son:
2.1 Universalidad
A través de este carácter se considera que todas las personas tienen derecho a disfrutar del
contenido de los derechos humanos. Simplemente por el hecho de ser persona, como
requisito mínimo, es suficiente para reconocer su extensión universal, al margen de
cualquier otra circunstancia. La primera consecuencia que de ello se deriva es que la
universalidad de los derechos humanos nos obliga a extraerlos del sistema jurídico
positivo y pasar a considerarlos como derechos morales porque, en efecto, no estamos
hablando de unos derechos que los ciudadanos de un país tengan en función de su sistema
jurídico y que les falte a los ciudadanos de otro país, precisamente en función de este
sistema jurídico.
2.2 Inalienabilidad
Es muy frecuente que esta condición o propiedad que se predica de los derechos humanos
se confunda con las dos anteriores, de tal manera que algunos estudios del tema
identifican la inalienabilidad con el carácter absoluto o con la universalidad. Al hablar de
la inalienabilidad adoptamos la perspectiva o punto de vista de aquellas personas que son
titulares del derecho, más que el del que lo ha de respetar. Un derecho es inalienable
cuando su titular no puede perderlo, con independencia de lo que haga o de cómo le
traten los demás, incluso si éstos están justificados para no concederle lo que demanda en
ejercicio de su derecho. Los derechos como inalienables no se pueden rechazar ni
siquiera de forma voluntaria; en este sentido, por ejemplo nadie podría ser esclavo de
forma voluntaria. En definitiva, los derechos inalienables (a diferencia de los absolutos
que son los que no pueden ser justificadamente restringidos) son aquellos que no se
pueden perder.
2.3 Irrenunciabilidad
Ningún individuo de la especie humana puede renunciar a poseerlos. Esto es, que uno no
pueda desembarazarse de la adscripción de un derecho descrito en la norma. O en otras
palabras, que del hecho de que la norma establezca que debe ser el acceso a un
determinado estado de cosas si los titulares así lo desean siendo así que los titulares son
todos los individuos destinatarios del sistema y no pueden dejar de serlo, no se deduce
que los titulares desean siempre acceder a ese estado de cosas. Pueden, pues, desear no
acceder y seguir siendo titulares. Cuando esto sucede, y de acuerdo con lo establecido en
la norma, el acceso al estado de cosas descrito no debe ser por encima (en principio) de
cualquier otra consideración.
2.4 Imprescriptibilidad
No se adquieren ni pierden por el transcurso del tiempo; el ejercicio de ciertas acciones
no puede realizarse luego de cierto tiempo. Por ejemplo, el reclamo de una deuda,
prescribe a los años de inacción del titular del crédito. Sin embargo el no ejercicio de los
derechos humanos fundamentales, no los hace susceptibles de prescripción. Por ejemplo,
si uno no ejerce por cierto tiempo el derecho de aprender, no es válido que esa posibilidad
le sea negada en el futuro.
CONCLUSIONES
Los derechos fundamentales, son inherentes a la dignidad humana, es decir la dignidad de
la persona es fuente directa de la que la dimanan todos y cada y uno de los derechos
fundamentales de la persona, pues no sólo representa el valor supremo que justifica la
existencia del Estado y sus objetivos, sino que constituye el fundamento esencial de todos
los derechos que con calidad de fundamentales habilita el ordenamiento, sin el cual el
Estado adolecería de legitimidad y los derechos carecerían de un adecuado soporte
direccional, en consecuencia los derechos fundamentales operan como el fundamento
último de toda comunidad humana, pues sin el reconocimiento de tales derechos,
quedaría conculcado el valor supremo de la dignidad.
Desde un plano filosófico, entendemos que los derechos fundamentales encuentran su
justificación o fundamentación última en la idea de un orden normativo natural distinto
del positivo, frente a aquellos que los conciben como un simple dictado del legislador a
favor de los ciudadanos.
Desde un orden histórico, los derechos fundamentales de naturaleza individual, han sido
complementados con otros de carácter social y grupal, lo cual, permite alcanzar una
visión integral o total de estos derechos, algo que es acorde con la idea del hombre como
ser falleciente, pues, no está de más recordar aquí, que el hombre, ni es bueno ni malo por
naturaleza, ni es sólo individuo o sólo socio, sino un ser ambivalente con personalidad
individual y social por naturaleza.
BIBLIOGRAFIA