Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
SISTEMAS Y METABOLISMOS II
LAURA ROJAS
VALLEDUPAR-CESAR
2018-2
INTRODUCCIÓN
OBJETIVO GENERAL:
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
CONTEXTO GEOGRÁFICO
RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN
METODOLOGÍA
Comunicación química
La ecología química en las cortadoras está gobernada por las feromonas y los
aleloquímicos. Dentro de estos últimos se encuentran las alomonas sustancias
que tienen acción entre diferentes especies (interespecífica), en la relación
cortadora-planta o con otras especies animales o vegetales (Serna y Correa
2003). Por su parte, la comunicación química intraespecífica se produce a través
de feromonas de alarma, de repelencia y de marcaje. Actividades como el forrajeo,
el cuidado de la colonia y la distribución de desechos están reguladas en buena
medida por esta comunicación química (Vélez 1997, Hölldobler y Wilson 2011)..
Vuelo nupcial
Se considera que un “arrieral” o “pueblo”, como se les llama en diferentes regiones
de Colombia a los nidos de hormigas cortadoras (arrieras) está maduro cuando
lleva tres años de desarrollo aproximado, tiempo en cual se encuentra listo para
formar nuevas colonias anualmente (Mariconi 30 Hormigas cortadoras de hojas de
Colombia: Acromyrmex & Atta (Hymenoptera: Formicidae) 1970). En este
momento, la reina coloca huevos haploides y diploides que van a dar origen a
zánganos y reinas aladas respectivamente (Mariconi 1970). Luego de su
desarrollo, la emergencia de los reproductores coincide con las épocas lluviosas.
De esto se infiere que las lluvias favorecen la humedad y friabilidad del suelo, cuya
condición es necesaria para que la reina, después de ser fecundada en el vuelo
nupcial, cave con facilidad y rápidamente su primera cámara (Serna 1992, 1996,
1998, 1999b), donde se oculta de los enemigos naturales (principalmente
depredadores) y empieza con su nueva colonia (Cedeño 1984) (Figura 11).
Cuando es el momento, hembras y machos salen a volar en enjambres de
diferentes hormigueros. En cierto espacio del aire, llamado “zona de
apareamiento”, se produce la cópula de la reina (gina) con varios zánganos que se
presume proceden de hormigueros distintos (Mariconi 1970), posibilitándose así la
recombinación genética (Cedeño 1984, Hölldobler y Wilson 1996).
Las hormigas cortadoras forman sociedades monoginas, en las cuales una sola
reina funda su colonia después del vuelo nupcial (Mariconi 1970, Chacón 1994,
Gordon 1995, Hölldobler y Wilson 2011). Sin embargo, existen registros de
fundación ocasional de colonias entre 3 o 4 reinas (pleometrosis) en especies tan
derivadas como Atta capiguara o A. texana; fenómeno más común en las Attini
ancestrales, aunque la tendencia es a la monoginia en todos los grupos
(Fernández-Marín et al. 2004). Después de su vuelo nupcial, la reina de Atta llega
al suelo y con movimientos fuertes contra el suelo o con las mandíbulas, se rompe
las alas; los músculos mesosomales son paulatinamente reabsorbidos y estas
sustancias, así como las grasas, son utilizadas como energía para construir, sin
ayuda, una primera cámara, lo que marca la etapa inicial de un hormiguero
(Cherret et al. 1989, Vélez 1997) Seguidamente, Atta procede a la fundación
claustral (Fernández-Marín et al. 2004), proceso en el cual la reina tapa el orificio
de entrada a la cámara y en el fondo de esta expele un trocito del hongo
simbionte, que trae en su cavidad infrabucal (cibario) desde el hormiguero madre,
y lo abona con excrementos y saliva. Atta deposita el hongo directamente en el
suelo, en tanto que Acromyrmex y otros géneros de la tribu requieren un sustrato
Fernández, Castro-Huertas & Serna. forrajeo sobre el cual la reina deposita el
hongo. Para forrajear por este sustrato, las reinas de Acromyrmex y otros géneros
ancestrales de la tribu requieren que la primera cámara sea abierta al exterior
(fundación no claustral) (Fernández-Marín et al. 2004).
Después de estos procesos, la reina deposita en el hongo dos tipos de huevos: los
primeros son grandes, conformados por la fusión de varios huevos pequeños, los
cuales se llaman alimentarios; la reina los consume para obtener sus
requerimientos alimenticios (Mariconi 1970, Cherret et al. 1989, Hölldobler y
Wilson 2011). Más tarde, la reina coloca huevos de cría pequeños, de donde a los
10 días (Weber 1972) eclosionan larvas que son alimentadas exclusivamente con
el hongo oihy durante 19 días, tiempo que toman antes de transformarse en pupa
exarata, inicialmente blanca, que luego se torna rojiza al momento de la écdisis
imaginal, a los 40 días de la postura. En promedio, la prepupa tiene una duración
de 5 días y la pupa de 14. La reina puede vivir 15 o más años y el macho dura
relativamente corto tiempo, ya que muere después del “vuelo nupcial” (Vélez
1997). Inicialmente, emergen pequeñas obreras que ayudan en el cuidado del
hongo y la cría, luego surgen las exploradoras y cortadoras, que cosechan el
material vegetal como sustrato para el hongo. A partir del momento en que las
obreras asumen estas labores, la reina se dedica a la postura de huevos durante
el resto de su vida (Hölldobler y Wilson 2011).
La acción de forrajear comienza cuando las obreras de tamaño medio cortan los
pedazos de hojas que llevan para utilizar como sustrato del jardín fungoso (Ortiz et
al. 1999, Ortiz y Guzmán 2007). Cuando las hormigas cortan los fragmentos de
hojas levantan y descienden el opistogáster (toda la parte posterior del metasoma,
posterior al postpeciolo –Serna y Mackay 2010) con gran velocidad, para producir
un ruido estridulante de comunicación, que escasamente es perceptible por un
humano cuando se acercauna hormiga al oido. El ruido de estridulación varía de
acuerdo con la dureza o blandura del material vegetal que cortan, para comunicar
así a sus compañeras de nido sobre la calidad del sustrato (Wirth et al. 2003). La
hormiga adulta demanda una nutrición diferente a la larva; aquella requiere
básicamente carbohidratos ricos en energía, mientras que las larvas requieren
dietas con alto contenido proteico (Jaffe et al. 1993, Vélez 1997). La alimentación
de larvas en un 100%, y en menor proporción de la reina, está basada en el hongo
que ellas cultivan. La casta obrera se alimenta en un 90 -95% de la savia que fluye
al cortar, triturar y lamer los fragmentos vegetales y solo en un 5% directamente
del hongo (Cedeño 1984, Cherret et al. 1989, Vélez 1997).
La formación del jardín fungoso comienza con limpiar el piso de la cámara donde
se va a establecer y la ejecución sistemática de una serie de acciones de
comportamiento relacionadas con el mantenimiento del jardín (Hölldobler y Wilson
2011): 1. Llevar el pedazo de hoja al nido, 2. Examinar, lamer y limpiar los
fragmentos de hoja al agregar sustancias antibióticas, 3. Cortar la hoja en pedazos
pequeños (corte 1 y corte 2), 4. Preparar la pulpa o papilla con la hoja, 5. Colocar
la pulpa o papilla sobre el jardín fungoso, 6 Podar el jardín, 7. Cortar el hongo del
jardín, 8. Sembrar el hongo en la pulpa de la hoja. Las actividades que realiza el
mayor número de hormigas de todas las castas están relacionadas con la higiene
del jardín (Ortiz et al. 1999, Montoya- Lerma 2012, Della Lucia et al. 2014). Lamer
la superficie y bordes de los fragmentos de hoja para incorporarlos al sustrato del
hongo es la actividad más frecuente en las tres castas (Hölldobler y Wilson 2011).
Existe soporte investigativo para considerar que las cortadoras seleccionan las
hojas pioneras en la sucesión del bosque debido a su bajo nivel de defensas
químicas y el alto contenido de nutrientes. La alta disponibilidad de especies
pioneras en estados sucesionales tempranos probablemente disminuye el costo
de localizar recursos palatables; por lo tanto, hábitats sucesionales tempranos
soportan más colonias de hormigas que los bosques maduros. Por otro lado, los
mecanismos de defensa en especies maduras y la alta dispersión de plantas
palatables podrían explicar la baja densidad de colonias de hormigas cortadoras
en los bosques maduros (Farji-Brener 2001).
Las colonias de Atta ocupan algunas veces nidos de más de mil cámaras (Cherrett
et al. 1989). Los niveles de complejidad de los nidos varían entre las especies de
cortadoras. Las especies de Atta exhiben diseños más grandes, profundos y más
intrincados que Acromyrmex, las cuales contienen miles de túneles internos,
depósitos y cámaras interconectadas (Della Lucia et al. 2014). Para Atta
cephalotes en Antioquia, en los municipios de Argelia, Amalfi, Barbosa, Medellín,
San Carlos, San Luis y Santo Domingo se encuentran hormigueros cercanos a 40
m2 de área superficial aproximada con 20-25 bocas de salida y entrada. También
se encuentran nidos de 200-600 m2 de área superficial, que internamente
presentan cámaras que van desde 10 hasta 30 cm de diámetro aproximado. En
algunos hormigueros se cava hasta 3 m de profundidad sin aun llegar hasta el final
del nido (obs. pers. F. Serna).
Los daños de las hormigas cortadoras son comparables a los de las langostas
(Cherrett y Cherrett 1989). A diferencia de otras plagas perjudiciales, la hormiga
arriera no limita sus actividades destructivas a ninguna planta en particular, sino
que ataca muchas plantas cuyo follaje, peciolos, flores epicarpio les sirven de
medio para cultivar el hongo mutualista (Serna 1992, 1998, 1999b, Serna y Correa
2003, Montoya-Lerma et al. 2012). Atacan plantas cultivadas, pastizales y árboles
de importancia forestal, de sombrío, malezas, especies ornamentales y de jardín.
Sus ataques son frecuentes enyuca, cacao, café, maíz, caña de azúcar, cítricos,
mango, fresa, soya, girasol, heliotropo, gladiolos, tabaco, mamey, pero, nogal,
eucalipto, teca, ciprés, pino y terminalia (almendro) (Madrigal 1992, Serna 1992,
1996, 1998, Vélez 1997, Correa y Serna 1995, 2003, Montoya-Lerma et al. 2012).
En zonas importantes de la frontera agrícola de Sudamérica, Venezuela,
Paraguay, Brasil y sabanas de Colombia, las cortadoras son una plaga constante
en el establecimiento de cultivos agrícolas, forestales y pasturas (Montoya-Lerma
et al. 2012).
Algunos autores consideran a las arrieras como las peores plagas, plagas claves,
de bosques plantados (silvicultura). Mendes Filho (1981) registra datos de
pérdidas totales de plantaciones de Eucalyptus, Gmelina arbórea y Pinus caribaea
en Brasil. Un único evento de defoliación en Eucalyptus puede reducir el diámetro
del árbol hasta 11 mm y la altura hasta 0,7 m, lo que causa un 13% de pérdida en
volumen de madera al final de un ciclo de siete años. Además, las defoliaciones
sucesivas, los ataques comprometen el crecimiento del árbol y la forma y la
producción de las especies de árboles cultivados. El resultado final es que un
estimado del 30% de los costos del manejo de la plantación son dedicados al
control de hormigas cortadoras de hojas (Della Lucia et al. 2014). En las regiones
de baja montaña en Colombia, la hormiga arriera se considera una de las peores
plagas del eucalipto en los primeros años de la plantación. La acción del insecto
se basa en el corte de fragmentos de hojas y brotes de los árboles, lo cual provoca
el retraso del crecimiento y produce malformaciones del árbol al cortar el
meristemo apical. Cuando su ataque es permanente causa defoliaciones
sucesivas y el árbol muere (Ospina et al. 2006). Para el eucalipto cultivado se
sugieren los niveles económicos de daño en el rango de 13,4 - 39,2m2 ha-1 de
nidos de arrieras presentes (basado en el número y el área de los nidos en un
campo dado) (Della Lucia et al. 2014). Estos autores consideran que la producción
de umbrales proveerá los fundamentos para el manejo propio de las hormigas
cortadoras, en vez de mantener las actuales decisiones empíricas de control.
Montoya-Correa et al. (2007) opinan que a juzgar por los daños que las arrieras
producen a los cultivos, puede decirse que en Colombia las cortadoras mantienen
una competencia fuerte con los agricultores de Urabá, Magdalena Medio, Bajo
Cauca, Atrato Medio y agregan que en la zona cafetera se adelantan campañas
de control permanente en el cultivo de caña. Della Lucia et al. (2014) encuentran
que un nivel económico, o umbral básico para el manejo de arrieras, es
notablemente ausente. Sin embargo, hacen énfasis en que esta preocupación en
aumento hace que actualmente ocurra un cambio bienvenido en la aproximación a
determinar niveles de daño económico de las cortadoras.
Control biológico
Control Cultural
Este tipo de control involucra las actividades que alteran de manera desfavorable
el comportamiento natural de las hormigas (Madrigal 2003). Recientes avances en
el uso de patógenos e insecticidas, reforzados con la diversificación de plantas en
campos de cultivo son tácticas promisorias. El desarrollo de planes de muestreo y
umbrales económicos permite decisiones contundentes con relación al control y
conduce al uso adecuado de los insecticidas. Estos desarrollos son más holísticos
que limitarse al empleo actual de los insecticidas sintéticos sin alternativas
adecuadas. Tales alternativas son difíciles y costosas de encontrar, dado que los
compuestos naturales deberían también estar sujetos a examen en salud y
ambiente (Della Lucia et al. 2014) La explotación agrícola y ganadera en los
Llanos Orientales de Colombia depende en parte del manejo racional de las
poblaciones de Ac. landolti. Cuando se trata de plantar gramíneas en sabanas
nativas, sería importante hacer una evaluación previa de la densidad de nidos de
cortadoras en la zona y de la susceptibilidad relativa de dichas especies vegetales
(Lapointe y Serrano 1992).
Entre estos ejemplos que muestran cómo la etología de las arrieras se tiene en
cuenta en el control cultural, se pueden mencionar los trabajos de excavaciones
realizadas en Carimagua, donde se observa cómo la profundidad de las cámaras
de Ac. landolti varía marcadamente entre la época seca y la lluviosa.
Aparentemente, las cortadoras cambian la posición de las cámaras excavando
hasta más de dos metros durante la estación seca en busca de condiciones de
humedad adecuadas para el crecimiento del hongo. Durante la estación lluviosa,
las cámaras se mantienen cerca de la superficie a menos de 25 cm de
profundidad, probablemente para evitar inundaciones (Lapointe y Serrano 1992).
Control mecánico
Resistencia varietal
CARACTERISTICAS DE IDENTIFICACION
Morfológicas.
Cuando las colonias de hormigas se reproducen, las nuevas reinas y los machos,
se pueden encontrar dentro de la colonia. Estas son "hormigas voladoras" y tienen
un par de alas. Los machos generalmente tienen la cabeza pequeña, ojos
grandes, un gran tórax y un par de claspers al final del gáster. Después de volar (y
aparearse), los machos no viven mucho tiempo. Después de aparearse, las
nuevas reinas rompen sus alas y nunca vuelven a volar. Sin las alas, las reinas se
pueden distinguir de las obreras por el gran tamaño de su cuerpo, con un tórax
grande y un abdomen grande. Todas las obreras son hembras.
Las larvas de las hormigas son blancas y con apariencia de gusano. No tienen
patas y no se pueden mover mucho por sí solas. Se puede ver el estómago
grande y obscuro a través de la cutícula. Las pupas de las hormigas se parecen a
las hormigas adultas, con las cabezas y las antenas comprimidas cerca del
cuerpo. En algunas especies, las larvas hilan seda y las pupas están dentro de un
capullo. Las adultos recien emergidos tienen a menudo un color más pálido que
los más viejos. Puede que tarden unos días en tener su coloración final.
Histológicas.
Comida:
La mayoría de las hormigas que son fáciles de mantener en la clase son las
generalistas que comen una variedad de insectos pequeños que capturan,
insectos muertos que encuentran, néctar o zumo dulce (ligamaza). Necesitan una
ración equilibrada de carbohidratos y proteínas. Las proteínas son necesitadas
especialmente por la reinas para producir los huevos y por las larvas para crecer.
Hábitat:
Depredadores:
Comportamiento:
Porque las hormigas son sociales, ellas tienen muchos comportamientos que nos
recuerdan a los comportamientos de nuestras familias y de nuestra sociedad. Por
ejemplo, las hormigas obreras cuidan a las larvas, las alimentan y las lavan. Las
hormigas pueden comunicarse entre ellas. Ellas pueden comunicar, entre otras
cosas, direcciones (dónde se halla la comida) y dar alarmas.
Impacto en el Ecosistema
Positivo:
las hormigas son uno de los depredadores más importantes de los invertebrados
pequeños, incluyendo otros insectos. Las hormigas defoliadoras en los trópicos
americanos son los herbívoros (consumidores de plantas) más importantes,
superando a los mamíferos de pastoreo. En muchos ecosistemas, las hormigas
son importantes dispersores de las semillas que ellas recogen. En las zonas
desérticas, son uno de los principales consumidores de semillas. En dondequiera
que vivan, ellas trabajan y oxigenan el suelo tanto como las lombrices de tierra
(dependiendo de las especificaciones del ecosistema).
Negativo:
Algunas especies de hormigas se les considera pestes, porque viven y protegen
un territorio que consideramos nuestro o porque ellas quieren consumir productos
que nosotros necesitamos.
Un ejemplo claro son las hormigas defoliadoras, que compiten con nosotros por
cultivos en los trópicos Americanos. Las hormigas bravas colonizan pastizales
húmedos (incluyendo jardines) con una facilidad alarmante. Las hormigas
carpinteras que están adaptadas a vivir en madera muerta consideran la madera
muerta de las casas un sitio apropiado, especialmente si está mojada. Diversas
especies de hormigas oportunistas pueden infestar cocinas, despensas y áreas
con comida para los animales en busca de alimentos apropiados. También,
algunas hormigas (como sus familiares las avispas y las abejas) tienen un potente
aguijón. Como con las abejas, algunas personas pueden tener hipersensibilidad a
los picotazos de hormigas.
Las hormigas cortadoras de hojas aparecieron por primera vez hace más de 50
millones de años, con el tiempo se diversificaron en más de 210 especies y los 12
géneros que hoy en día existen.
Clase Insecto
Orden Hymenoptera
suborden Apocrita
Familia Formicidae
nombre
(científico) acromyrmex octospinosus
MARCO DE REFERENCIA
ANTECEDENTES
El nuevo libro de Wilson, The Future of Life (El futuro de la vida) no trata
solamente de las hormigas. De hecho está trabajando en la creación del
compendio definitivo de las 625 especies de hormigas que se conocen en el
mundo. En su laboratorio, dos recipientes (tupperware) de plástico, unidos por una
franja de cartón curvado y en cuyo interior hay tubos de ensayo llenos de algodón
para facilitar la creación de nidos, albergan una colonia de Pheidole Rhea, una
especie de hormigas que vive en el sur de Arizona.
Los insectos, de los que hay más de 1,2 millones de especies conocidas,
representan más del 80% de todos los seres vivos de la Tierra, y Wilson ha
aprovechado el descubrimiento de las depredadoras Mantophasmotodea para
destacar este extremo: «Si los seres humanos desaparecieran mañana el mundo
continuaría, pero si desaparecieran los invertebrados, dudo que la especie
humana durara más de dos o tres meses».
MARCO LEGAL
MÉTODO:
Experimental
DISEÑO DE INVESTIGACIÓN:
Descriptiva
MUESTRA:
el hábitat artificial no
funciono por sus
características físicas
Desaparecieron 8
Segunda recolección de hormigas. Montaje 1
Montaje 2
RESULTADOS
ANALISIS DE RESULTADOS
Según los resultados obtenidos, se puede determinar hubo una alta tasa de
mortalidad, debido a muchos factores que incidieron el comportamiento de las
hormigas. Además que no se tuvo en cuenta cuales eran los parámetros
necesarios para la construcción y ambientación del hábitat, solo se tuvo en cuenta
las instrucciones del ensayo. Las hormigas como todo ser vivo, poseen
características específicas de supervivencia. El ambiente al que se expusieron no
presentaba las condiciones para el desarrollo óptimo de las mismas. De igual
manera se analizó que las hormigas pueden estar durante cierto tiempo sin
comida y logran sobrevivir, pero es mortal para ellas el estar sin agua, lo cual
influyo en la muerte progresiva de las mismas ya que durante el proceso no se
tuvo en cuenta el suministrar este líquido. Las hormigas viven dentro de nidos
(hormigueros) los cuales son construidos en la tierra, madera o en construcciones
humanas y le brindan a estos insectos protección contra sus enemigos, contra
variaciones térmicas y les permite almacenar alimentos. El hábitat que les
proporcionamos a las hormigas en este caso no cumplía dichas características
CONCLUSION
Montaje 2
Bibliografía: