Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
2.153 páginas
ISBN
CDD Antropología Rural. Antropología. Hugo Ratier. Roberto Ringuelet. Julieta
Soncini.
Digitalizado en Argentina
ISBN 978-950-863-192-3
Fiesta por el regreso del tren en Bavio (Bs.As.): perspectiva de interfaz, prácticas
sociales y observación participante.
GOITES, Enrique David. ................................................................................... 1498
Los yuyeros del noreste de San Luis: actores sociales en torno a la recolección de
plantas con usos aromáticos y/o medicinales.
GALLI, María Carolina. ...................................................................................... 2000
Grupo de Trabajo:
1
disciplinas e instituciones, como al INDES (Instituto de Investigación de Desarrollo
Social), el INSIMA (Instituto de Silvicultura y Manejo del Bosque) y el CITSE (Centro de
Investigaciones y Transferencias de Santiago del Estero) unidad mixta CONICET-
UNSE.
La ponencia tendrá como objetivo mostrar algunas de las reflexiones iniciales y
posicionamientos teóricos que como equipo nos estamos haciendo al recuperar relatos,
experiencias y prácticas de los actores sociales y su vinculación con el bosque.
Algunos autores nos permiten reflexionar sobre las construcciones hegemónicas que
históricamente se han traducido en ausencias que deniegan prácticas productivas,
estilos de vida, saberes, concepciones sobre desarrollo.
2
Sin duda, las conceptualizaciones sobre el bosque y las formas de producir
conocimientos sobre él, han sido tradicionalmente marcada por lo que Quijano llama
“colonialidad del poder y del saber”: Al respecto expresa que …mientras los países
ibéricos colonizadores se fueron retirando durante el siglo XIX, los modos de
apropiación de los recursos, la tierra y territorios en general; las formas de concebir la
apropiación de sus riquezas; los modos de generar conocimientos sobre ellos y la
manera de pensar la redistribución de sus frutos, permanecieron…(2000). Es decir, el
colonizador nos dejó internalizados sus propios modos de concebir la naturaleza, la
vida y el conocimiento. En este mismo sentido De Souza Santos refiere que, los viejos
y ancestrales modos de concebir los territorios, la naturaleza en general, los alimentos
y las relaciones entre los hombres, de las culturas preexistentes con la llegada de los
colonizadores fueron invisibilizados produciéndose no sólo un verdadero etnocidio sino
un fatal “epistemicidio” (2006). Esta invisibilización construida como no-existente,
deviene como obstáculos, porque las lecturas de estas realidades son producidas por
espacios dominantes de conocimientos que las totalizan, homogenizan y establecen lo
que es existente y lo que no.
Hasta ahora se ha dicho que los pequeños productores degradan el bosque, sin
embargo nosotros decimos que son los que lo preservan, que son estos sujetos los que
sustentabilizan su medio, haciéndose esto consciente en su práctica cotidiana. Se ha
dicho desde ese saber hegemónico que los pobres viven mal porque no acceden a
mayores recursos, no que tienen otra lógica de vida. La lógica validada es la de los que
estudian la realidad social, no de las poblaciones.
La lógica del único sentido y fin encuentra sus fronteras en los lugares donde habitan
estos pequeños productores, ya que para ellos el progreso y el desarrollo denota otro
3
sentido, un sentido existencial, reconociendo a estos en categorías axiológicas que dan
sentido a su vida en el campo, su lugar en el mundo, su espacio de vida, de donde no
solo se abastecen en términos alimenticios sino que también confluyen sus relaciones
vinculares más próximas, alejada del confort, lo moderno, el crecimiento, lo avanzado,
no se reconocen como fuera del progreso y el desarrollo, ese lugar de estático,
atrasado y por fuera de los parámetros de la globalización le otorgan los poderosos.
4
productivo esperado para los próximos siete u ocho años. Las identidades que son
relevantes en el sentido local, quedan ausentes en estas miradas de la ruralidad.
Las expectativas se construyen y comparan con una realidad (con la realización, pero
también con la estructura de oportunidad) solo sobre la base de una definición
negociada de la constitución interna del actor y del ámbito de su acción. Que un actor
elabore expectativas y evalúe las posibilidades y límites de su acción implica una
capacidad para definirse a sí mismo y a su ambiente. A este proceso de “construcción”
de un sistema de acción Melucci (2002) lo denomina identidad colectiva.
La identidad colectiva, Melucci, es por lo tanto, un proceso mediante el cual los actores
producen las estructuras cognoscitivas comunes que le permiten valorar el ambiente y
calcular los costos y beneficios de la acción. Las definiciones que formula, por un lado,
el resultado de las interacciones negociadas y de las relaciones de influencia y por el
otro, el fruto del reconocimiento emocional, (2002).
Siguiendo el análisis del PEA 2020 enuncia, En nuestra Patria ha nacido un nuevo
capitalismo nacional que apuesta a producir más y mejor, que incorpora valor agregado
5
en origen, que adopta nuevas tecnologías, y que de la mano de la siembra directa, en
este contexto, logró pasar de 68 millones a más de 100 millones de toneladas de
cereales y oleaginosas.
En el capítulo 2 del mismo documento se resalta que esta nueva ruralidad debe
equilibrar el modelo de la agricultura industrializada de gran escala que se asienta en la
concentración del capital a nivel global, y que habrá de consolidar a la Argentina como
líder mundial agroalimentario y agroindustrial, con los objetivos estratégicos
socioculturales y ambientales, en términos de asegurar el abastecimiento del mercado
interno y el acceso a los alimentos para todos los argentinos, impulsar la producción
con más productores, promover el arraigo de la población rural y el empleo
agroindustrial, incrementar la seguridad y la salud en el empleo rural, fomentar la
responsabilidad social empresaria y contribuir al cumplimiento de las metas locales de
los Objetivos del Milenio (ODM), preservar el ambiente y recuperar en valor los bienes
agropecuarios.
Nuevamente esta visión política con estos objetivos prospectivos hacia el 2020, nos
replanteamos: ¿como se podría preservar el medio ambiente, consolidando a nuestro
país como líder mundial en agroindustria y agroalimentos, extendiendo aun mas las
fronteras agropecuarias? Sin otra alternativa para los habitantes de los bosques que
ser asalariados, empleados de la agroindustria. ¿Qué pasaría con aquellas personas
que viven en los montes chaqueños, que no quieran ser empresarias (que no quieran
6
concentrar capital)? ¿Tendrían que irse de su lugar? Ese lugar que les da sentido a su
existencia, su razón de ser ahí y en este momento y con su devenir histórico cargado
de complejos procesos políticos-económicos.
Estos cambios son relatados por las personas que viven en el ámbito de nuestro
trabajo.
Caso N: Si, si yo hacía carbón… Bueno yo hacía de todo ha visto. Yo hacía postes no
hacia carbón apenas pa´ la comida así… nada mas…Si vendía pero, digamos lo hacía
despacito no como lo hacen ahora en esa época ha visto… Había mucho monte. Ahora
monte va a ver esto así y para allá no va a ver monte para allá no va a ver monte
(señalando el mapa de usos) porque todo han hecho carbón.
Caso L: En ese tiempo todo era monte, nosotros vivamos tranquilos imagínate que
teníamos 7000 ha para que anduvieran las vacas. Después empezaron a hacer
caminos, picadas y allí empezó el robo de hacienda, a faltar el lugar para pastorear,
todo eso.
Caso A: Por acá en este lugar pasaba un puente que ya se lo llevo el rio por ahí
pasaban los carretones que llevaban postes y durmientes en la época de los Taboada,
mi abuelo sabía contar, carretas llenas de madera que se iban en el ferrocarril.
Caso P: …” El obraje llega para dar madera al ferrocarril y ahí se corto gran parte de
los quebrachos colorados que existían en el lote estas plantas que quedan son las que
vinieron después de esa época. Cuando el obraje se va los que trabajaban se
quedaron acá y empezaron a criar animales, así lo hemos hecho y lo seguimos
7
haciendo hasta hoy”…desde el año 1967/68 dejó de pasar el tren durante los años
1973/74 yo trabajé en la ruta”.
Caso M: tenían la concesión del bosque que no… entonces yo conocí esta zona en
1958, yo conocí esta zona conocí Campo Gallo, y toda esta zona y cuando paso el
tiempo en el 59 salió un remate grande, nosotros estábamos nuevitos y trabajábamos
entonces bueno salió el remate y mi hermano se fue allá lo hablo y le dijo mire yo
estoy interesado en M. cantidad que iba a salir… y así quedamos por acá…
En cada uno de los estudios de caso del estudio de Abt (2012), las familias consideran
al bosque como proveedor de bienestar, las mujeres han sido más expresivas al
respecto relacionando la vida en el bosque con un estado de tranquilidad y de escape a
las presiones de los que viven en zonas urbanas, de igual manera reconocen que la
vida rural les permite vivir menos dependientes del dinero y de los peligros de la
ciudad. En casi todos los casos es posible rescatar en las entrevistas realizadas a los
hombres, expresiones que denotan estar consientes de la necesidad de mantener el
bosque como forma de resguardo contra las adversidades climáticas y del mercado.
Caso M: Nosotros somos picaros no sacamos madera de nuestro lote, acá dentro la
dejamos crecer vea, esta parte que lindo pimpollos así le dejaría yo todo eso si sacaría
los arbustos para que haya más pasto…
Caso P: Y así de a poco los voy limpiando le voy sacando el arbusto o algún árbol para
que se venga el pasto y este (vinal) los saco todos por la espina… y voy dejando cada
tanto algún de cada uno porque así dicen que no! que hay que dejar diversidad…
A estas formas de concebir los recursos naturales y los roles asignados a las
comunidades que en ellos habitan, es imprescindible contrastarlas con estrategias de
acción que revaloricen la soberanía ciudadana y la diversidad cultural y ecológica. En
8
este sentido es necesario considerar la importancia de la tenencia de la tierra, como
base para el desarrollo de estas acciones. Situación ya manifestada hasta por el Banco
Mundial (2003) cuando expresa que los estados deberían, dar una alta prioridad a la
creación de dotaciones igualitarias de tierra, agua y capital humano para sus pueblos
ya que aquellos que tienen una propiedad repartida equitativamente antes del proceso
de urbanización de su población desarrollaron sociedades más igualitarias y
democráticas que los que pusieron los bienes en manos de élites rurales relativamente
reducidas. Dicho de otra manera, los países con alto crecimiento poblacional que
concentran la tierra en pocas manos, urbanizan prematuramente, educan poca gente y
crean sociedades extremadamente desiguales. Esto es lo que propone le PEA, por ello
nuestra preocupación y propósito de visibilizar estos procesos
Estas afirmaciones son confirmadas para nuestro país por Dagoto cuando expresa que
En los últimos treinta años, los cambios que se han producido en el llamado sector
agropecuario han modificado y profundizado las inequidades existentes y han
cambiado no solo los actores sino también las formas de producción, acentuando un
modelo de desarrollo por acción y omisión que privilegia la producción extensiva y
corporativa y el desplazamiento acelerado de la agricultura de carácter familiar (2007).
9
En contraposición con estos sistemas de subsistencia, según demuestra Mariot et al
(2010) con su monitoreo de vegetación en Santiago del Estero, las grandes empresas
agropecuarias, interesadas en la compra de campos de bajo costo y su conversión
sistemática a campos agrícolas en busca de
un repago a corto plazo, hizo que muchas
áreas boscosas queden totalmente
destruidas. Teniendo en cuenta las tasas de
deforestación y considerando que esta
actividad requiere grandes inversiones y se
realiza como instancia previa a la producción
agropecuaria a gran escala, se puede
afirmar que tal actividad es propia de
grandes productores con importantes
superficies a nivel provincial, para los cuales,
sin duda el bosque se constituye en un
impedimento a sus objetivos de producción.
10
La estructura de tenencia de la tierra asociada a esos sistemas, ha sido determinada
por las formas de ocupación y uso del territorio provincial desde tiempos prehispánicos
hasta el final del siglo XX.
Estos procesos fueron acompañados por políticas estatales que respondieron a lo largo
de la historia del mismo modo. Frente a la necesidad de afrontar deudas públicas se
recurrió a la venta de tierras fiscales. Esta fue una práctica constante y con pocas
interrupciones, desde principios del siglo XIX y hasta mediados de la década de 1990.
Entre los años 1898 y 1903 se remataron en la provincia cerca de cuatro millones de
hectáreas fiscales, fue la mayor venta en bloque que se conoce en Argentina y una de
las más grandes de América Latina, superada solamente por las ventas de las tierras
mexicanas, antes de la gran revolución de ese país. Dargoltz (1994).
1
El gobernador Castro decía: "que en tal sentido la tierra publica es el factor directo e inmediato para el logro
de los propósitos enunciados, que al movilizar sus grandes reservas económicas traerá lógicamente la
radicación de nuevos centros de trabajo".
2
Antonio Olmos Castro, Director del Departamento Provincial del Trabajo, en el año 1942, denunciaba:..."La
parte más rica del bosque santiagueño está desde muchos años en manos de unos cuantos propietarios:
11
Con el ordenamiento territorial de los bosques del año 2007, surgido a partir de la ley
26.331 “Ley de presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos”
la provincia dispone que los bosques existentes se categoricen en tres valores de
conservación Bosques en Categoría I de muy alto valor de conservación que
representan 1.046.172 has, Categoría II de mediano valor de conservación que
representan 5.645.784 has y categoría III de bajo valor de conservación que
representan 952.493 ha, siendo estos últimos susceptibles de ser reemplazados por
otros usos del suelo. Estos ordenamientos tienen como finalidad proteger dichas
superficies de bosques sin embargo la posibilidad real de conservación de las
categorías I y II se ve amenazada por la meta productiva provincial de lograr 6.000.000
de cabezas de ganado y los objetivos establecidos en el PEA de aumentar la superficie
sembradas.
En este sentido podemos inferir que los bosques están sustentando los medios de vida
de las explotaciones pequeñas, contribuyendo al arraigo poblacional, mitigando la
pobreza de estas familias, sosteniendo la reproducción social de estos sistemas. Sin
embargo, son estas explotaciones las que tienen las situaciones más precarias
respecto a la tenencia de la tierra y también las que menos concentran superficie (15 %
de la superficie provincial total) aunque representen el 80 % de la población rural. Si
bien las legislaciones vigentes para la conservación de los bosques garantizan
"Sociedad Tierras Yerbales; Hartenek, Proske y Cia,…en seis departamentos tan solo 20 familias poseen
1.407.312 ha.
12
subsidios y planes de apoyo para el uso sustentable de los mismos, las
reglamentaciones provinciales siguen exigiendo la claridad en la tenencia de la tierra
como primer paso para el otorgamiento, sin que haya acciones políticas efectivas que
apoyen la resolución de las condiciones de titularidad destinada a pequeños
productores o legitimen su condición permitiéndoles acceder a recursos disponibles
que le permitan persistir en el bosque.
La consideración de los productores como sujetos activos, la valoración del saber local,
la problematización de la realidad en que se encuentran, el reconocimiento de una
realidad subjetiva, de una racionalidad propia y diferente a la de los técnicos, permitió
en principio un espacio de dialogo y respeto mutuo a partir del cual han asomado
motivaciones para el uso del recurso que están muy asociadas a la forma de
apropiación que los productores hacen del mismo y de los espacios que habitan, el uso
del bosque esta fuertemente vinculado a la historia productiva de las familias y las
redes sociales que estos actores van entrelazando, determinan muchas veces las
posibilidades de focalizar esfuerzos en considerar nuevas formas de producir y/o
utilizar los recursos,
13
familiar, cobra importancia en el análisis, la cercanía de los productores a mercados
locales; que les permite desarrollar productos de mayor valor que los que están
alejados y dependen de intermediarios
Estos son algunos aspectos del trabajo realizado, pero la importancia de esa tenencia o
pertenencia, radica en la necesidad por la reapropiación social de la naturaleza, las
luchas por territorios, por la defensa de ese espacio vital, por los sentidos de estar en la
tierra, en su tierra.
Tal como lo expresa Garriaca (2008)…En nuestros días, pensar en la democratización
de la tierra, la agroecología, la soberanía alimentaria, el respeto a la diversidad
biológica y cultural como modo de construir los mundos agrarios y rurales es posibilitar
la re-emergencia de formas de organización no coloniales y generar otras desde una
tenaz resistencia a los mandatos neoliberales del agronegocio.
Este análisis de la realidad es cada vez más necesario, considerando que los decisores
políticos actuales asumen que existe un cambio de época en relación a la producción y
la tenencia de la tierra; pero profundizan los viejos modelos neoliberales totalmente
opuestos a las ideas expresadas anteriormente, que claramente violan el derecho de
14
“desarrollo con libertad” (Amartya Sen, 2000) de las miles de comunidades rurales que
no responden al perfil del agronegocio.
15
Bibliografía consultada
DAGOTO, Ricardo. 2007. Situación actual sobre el uso y tenencia de la tierra con
especial énfasis y vinculación a los pequeños agricultores y sus sistemas productivos
en la Argentina.Rimisp. SAGyP FIDA - BID Disponible en
http://www.rimisp.org/proyectos/seccion_adicional.php?id_proyecto=128&id_sub=88
16
MARIOT Victorio, F. REUTER, A. PALAVECINO y F. ZUBRINIC. 2010. Determinación
multitemporal del uso del suelo en la provincia de Santiago del Estero hasta el año
2009 Informe de avance SECyT. Universidad Nacional de Santiago del Estero
17
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL.
Raquel Breitenbach
Professora do Instituto Federal de Educação, Ciência e Tecnologia do Rio Grande
do Sul (IFRS) Campus Sertão,
E-mail: raquel.breitenbach@sertao.ifrs.edu.br
Alexandre da Silva
Professor do Instituto de Desenvolvimento Educacional do Alto Uruguai
E-mail: alexandre@ideau.com.br
Resumo
1- Introdução
2
violências ligadas à terra, no ano. A maioria tem sua causa ligada a grandes
projetos, como barragens, ferrovias, rodovias, parques eólicos, e mineração
(MANFREDO, 2011).
Na região Norte do Estado do Rio Grande do Sul existem cerca de onze
áreas, envolvendo aproximadamente dezesseis municípios, com conflitos entre
agricultores e indígenas entorno de demarcações, desapropriações e posse de
terras. Para tais áreas, o Ministério Público Federal (MPF) destaca haver indícios
suficientes da ancestralidade da ocupação dos indígenas no local. Portanto, o MPF
aponta a necessidade de produção de prova pericial antropológica para demonstrar
a titularidade do domínio da terra em litígio pelos produtores.
Por outro lado, os agricultores possuem escritura de suas terras a mais de
um século e, em caso de desapropriação, não teriam garantida a indenização das
áreas. Dessa forma, seriam impedidos de permanecer na atividade agropecuária,
que é o único “saber-fazer” para a maioria dos agricultores envolvidos, rompendo
vínculos culturais e religiosos com o local.
Esse contexto cria um clima local de intranquilidade e tensão, bem como
divide opiniões. O objetivo do presente estudo é investigar as impressões legais e
históricas dos fatos e dos agentes (agricultores, comunidade indígena, população
em geral) envolvidos no conflito entre agricultores e comunidade indígena no
município de Getulio Vargas, RS, Brasil. Não se pretende fazer um estudo
aprofundado in loco com os envolvidos, mas sim um estudo exploratório com fins de
observação, na tentativa de compreender o posicionamento/opiniões dos envolvidos
(agricultores, índios, comunidade em geral) acerca desse conflito.
2- Metodologia
3
Por outro lado, o Estudo de Caso é um método de pesquisa supõe que se
pode adquirir conhecimentos do fenômeno estudado a partir de uma exploração
intensa de um único caso. “O estudo de caso não é uma técnica específica, mas
uma análise holística, e mais completa possível, que considera a unidade social
estudada como um todo, seja um indivíduo, uma família, uma instituição ou uma
comunidade, com o objetivo de compreendê-los em seus próprios termos”.
(GOLDENBERG, 2003, p. 33)
Como técnicas de pesquisa foram utilizadas a revisão de materiais
bibliográficos e secundários, para compor o corpo teórico e empírico do trabalho. O
cunho bibliográfico da pesquisa remete ao termo bibliografia que, de acordo com
Goldenberg (2003), diz respeito a um conjunto de materiais escritos (gráfica ou
eletronicamente) a respeito de um assunto; sendo uma preciosa fonte de
informações que contêm dados já organizados e analisados. Também foram
utilizadas a entrevista e observação, para aprofundamento do estudo de caso “a
campo”. A entrevista é a Técnica de Pesquisa definida como um encontro entre duas
pessoas, a fim de que uma delas obtenha informações a respeito de determinado
assunto, mediante uma conversação de natureza profissional. É considerado um
importante instrumento de trabalho nos vários campos das ciências sociais, ou
outros setores como pesquisas de mercado. (MARCONI e LAKATOS, 2003). Já a
observação, é uma técnica de coleta de dados para conseguir informações e utiliza
os sentidos na obtenção de determinados aspectos da realidade. Não consiste
apenas em ver e ouvir, mas também em examinar fatos ou fenômenos que se
deseja estudar. Observar um fenômeno é reconhecer que este foi separado de seu
contexto para que sejam estudados em seus atos, nas atividades, significados,
relações, etc. Os fenômenos são individualizados ou agrupados dentro de uma
realidade que é indivisível, na busca de descobrir seus aspectos aparentes e
profundos (TRIVINÕS, 1987).
Para tanto, a observação se deu no período de Julho a Dezembro de
2012, em que foram observadas especialmente conversas informais entre diversos
agentes sobre o conflito, nas quais expressavam e defendiam suas opiniões. Além
disso, entrevistas informais foram realizadas com informantes chaves da região:
agricultores envolvidos diretamente na disputa, professores/pesquisadores que
trabalham com a comunidade indígena e estudam sua cultura e tradições,
comerciantes locais.
4
3- Questões Legais e Históricas da Posse de Terras no Brasil
5
Império e o da Agricultura (pasta criada em 1860) foram incumbidos de
importantes decisões em torno da regularização do acesso a terras e da
resolução de litígios.
No Regulamento, estabeleceu-se a criação das repartições especiais de
terras públicas nas províncias, as quais coordenariam os trabalhos
referentes às medições das terras particulares e às demarcações das áreas
públicas em cada uma delas. Na província do Rio Grande do Sul, a
Repartição Especial de Terras Públicas foi criada em 1855 e transformada
em Diretoria de Terras Públicas e Colonização em 1872. Contudo, as
decisões das repartições estavam sempre sujeitas à aprovação do
presidente de província. Também foi criada a Repartição Geral de Terras
Públicas, encarregada de dar parecer sobre todas as questões que
envolviam a Lei de Terras e também sobre aquelas nas quais estivessem
envolvidos os interesses do Estado. Era o caso da demarcação de terras
para o estabelecimento de colônias, o aldeamento de indígenas e a venda
de terras públicas (CHRISTILLINO, 2008).
6
propriedade”. A interpretação deste artigo levou à afirmação comum de que a posse
é a exteriorização da propriedade. Todavia, essa orientação nem sempre
corresponde à exata verdade dos fatos (MATOS, 2012).
Em algumas situações, quem tem a posse não é proprietário. Portanto, a
relação possessória pode ser apresentada em três situações diferentes: 1- a posse
aparece associada ao exercício do direito de propriedade, como no caso do
possuidor proprietário; 2- posse que aparece paralelamente ao direito de
propriedade, como no caso do usufrutuário, do locatário, dentre outros; 3- posse
aparece em oposição ao direito do proprietário, como ocorre na usucapião, em que o
proprietário perde o domínio da coisa “face ao reconhecimento da posse continuada
de outrem.” (DOMANSKY, 1998, p.44).
Quando o tema é direito indígena às suas terras, este está na lei desde pelo
menos a Carta Regia de 30 de julho 1609. O Alvará de 1° de abril de 1680 afirma
que os índios são "primários e naturais senhores" de suas terras, e que nenhum
outro título, nem sequer a concessão de sesmarias, poderá valer nas terras
indígenas. Quanto ao direito constitucional, desde a Constituição de 1934, é
respeitada a posse indígena inalienável das suas terras. Foi na bancada
amazonense que teve origem a emenda que consagrou esses direitos em 1934.
Todas as Constituições subsequentes mantiveram e desenvolveram esses direitos,
e a Constituição de 1988 deu-lhes sua expressão mais detalhada. Os índios têm
direitos constitucionais, consignados em um capítulo próprio e em artigos esparsos
da Constituição Federal de 1988. A Constituição trata, sobretudo de terras
indígenas, de direitos sobre recursos naturais, de foros de litígio e de capacidade
processual (CUNHA, 1994).
Além disso, Andrade, Dias e Quintella (2001) destacam a necessidade de
procedimentos administrativo para demarcação de áreas tradicionalmente indígenas
exigido pelo artigo 19 do ato 6001/73 e estabelecido pelos decretos presidenciais
22/91 e 1775/96; bem como que a Constituição Brasileira de 1988, que estabelece:
TÌtulo II, CapÌtulo I, Artigo 5- a garantia do direito a propriedade; Título IV, Capítulo
V, Artigo 129- o Ministério Público Federal tem como uma de suas funções
institucionais a defesa dos direitos e interesses dos índios de acordo com as regras
do sistema judiciário; Título VIII, Capítulo VIII, Artigos 231 e 232- o reconhecimento
do direito dos índios às terras tradicionalmente ocupadas por eles e a legitimidade,
em si, das organizações indígenas na defesa dos seus direitos e interesses.
7
4- Impressões acerca dos Conflitos entre Índios e Agricultores em
Getulio Vargas - Rio Grande do Sul
8
Esses conflitos no norte do Rio Grande do Sul provocam um clima de tensão
entre agricultores, índios e governo federal. O Ministério da Justiça decretou a
demarcação da área de 4.230 mil hectares da Pretensa Reserva Indígena do Mato
Preto. Desta área 4% estão situados no município de Erechim, 9% em Erebango e
87% em Getúlio Vargas,. O laudo apresentado pela Funai (Fundação Nacional do
Índio) em 2009 pretende desalojar mais de 300 famílias para assentar cerca de 63
índios Guaranis na área.
Apesar das contestações dos produtores, a demarcação foi aprovada pelo
Ministério da Justiça e também pelo Ministério Público Federal, que pretendem
agilizar o processo. Em uma comunidade de índios Guaranis, em Getúlio Vargas
que é o foco desse estudo, são 15 famílias que dividem uma pequena área de terra
e vivem somente do artesanato. O cacique Joel Kuaray afirma que aguarda a terra
para gerar renda e também para a subsistência das próprias famílias indígenas
(AGRICULTURA, 2012).
O procurador do Estado do Rio Grande do Sul Rodinei Candeia é contrário a
demarcação e aponta que houve fraude nos laudos, encaminhando à Justiça
Federal uma apelação contra a decisão. Segundo ele, a área demarcada para os
indígenas seria inicialmente de 223 hectares e não os 4 mil hectares determinados
pelo laudo. Além disso, caso a decisão saia a favor da comunidade indígena, as
famílias de agricultores devem ser indenizadas. Porém há dúvidas quanto ao
pagamento (AGRICULTURA, 2012).
A Federação dos Trabalhadores na Agricultura no Rio Grande do Sul (Fetag)
classifica as demarcações como uma “reforma agrária às avessas”, já que muitas
famílias terão que deixar as terras mesmo que vivem e produzem nestas áreas há
mais de três gerações. A maior preocupação da FETAG é a claridade dos laudos
antropológicos, sendo que um sociólogo foi contratado para ajudar a entidade a
revisá-los. Para a Fundação Nacional do Índio (Funai), a contar de 10/2012, em sete
meses os agricultores que moram nos 4,2 mil hectares da área delimitada como
Mato Preto devem deixar as terras, para as famílias de guaranis tomem posse das
propriedades (ZERO HORA, 2012).
No que se refere à disputa existente, Azanha (2005) destaca que o problema
para a revisão dos limites de terras indígenas reconhecidas por atos de estados
federados há mais de 70 ou 80 anos, é que as terras de anterior e integral ocupação
indígena, foram tratadas como devolutas e então transferidas para particulares.
9
Portanto, os índios ficaram impedidos legalmente de usufruírem dos recursos
naturais nas glebas transferidas a particulares.
O autor explica que nas regiões Sul, Sudeste e Nordeste, a pressão sobre as
terras indígenas por força da colonização neo-brasileira consolidou-se no Segundo
Império, confinando os povos indígenas em pequenas glebas de terras – já então
reduzidos em suas populações em função das doenças trazidas pelo contato ou pela
ação dos "bugreiros", como bem visualizado no caso aqui descrito e estudado. Estas
glebas seriam posteriormente "concedidas" pelos estados federados ao extinto SPI,
nos anos 1920-40, para o estabelecimento de reservas indígenas, consolidando
juridicamente a situação de confinamento. Ocorre, porém, que os procedimentos
legais adotados pela maioria dos estados daquelas regiões se amparavam em uma
interpretação errônea da Lei 601, pois consideraram devolutas as terras de
ocupação tradicional indígena.
Ou seja, distorcendo o espírito da Lei 601, os estados federados, após o
estabelecimento da República e da Constituição de 1891, em que o artigo 64
transferia para os estados as terras devolutas, passaram a considerar como se
devolutas fossem terras de ocupação primária dos índios e dos aldeamentos não
extintos.
Quanto a isso, alerta Mendes Junior (1988, p 59)
[...] a ocupação, como título de aquisição, só pode ter por objeto as coisas
que nunca tiveram dono, ou que foram abandonadas por seu antigo dono. A
ocupação é uma apprehensio rei nullis ou rei derelictoe [...]; ora, as terras
de índios, congenitamente apropriadas, não podem ser consideradas nem
como res nullis nem como res derelictoe; por outra, não se concebe que os
índios tivessem adquirido, por simples ocupação, aquilo que lhes é
congênito e primário de sorte que, relativamente aos índios estabelecidos,
não há uma simples posse, há um título imediato de domínio; não há
portanto, posse a legitimar, há domínio a reconhecer e direito originário e
preliminarmente reservado[...] o indigenato não é um fato dependente de
legitimação, ao passo que a ocupação, como fato posterior, depende de
requisitos que a legitimem.
Ou seja, a incorporação por parte dos Estados para seu domínio privado,
como terras devolutas, das terras dos índios, constituiu privo do patrimônio indígena.
Portanto, as glebas de anterior ocupação indígenas foram transferidas a particulares
por procedimentos cartoriais ilegais, já que desconsideraram a posse indígena tal
como definida na Lei de Terras, o que pode ser demonstrável no exame dos
processos de legitimação das "posses" (AZANHA, 2005).
10
É importante entender esses processos para compreender a história do local
de análise, mas também, para a definição de identidade étnica. Cunha (1994)
destaca que toda a questão indígena está infetada de semelhantes reificações. No
século XVI, os índios eram enquadrados: ou como bons selvagens para uso na
filosofia moral europeia, ou detestáveis antropófagos para uso na colônia.
Observa ainda a autora, que desde os anos 80, a previsão do
desaparecimento dos povos indígenas cedeu lugar à constatação de uma retomada
demográfica geral. Além disso, o grande contingente populacional indígena localiza-
se na Amazônia, pela simples razão de que grande parte da região ficou à margem,
nos séculos passados, dos surtos econômicos. O que se prova até pelas exceções:
onde houve borracha, por exemplo, no Acre, as populações e as terras indígenas
foram duramente atingidas e a maior parte dos sobreviventes dos grupos pano do
Brasil hoje estão em território peruano. Defende, portanto, que as populações
indígenas encontram-se onde a predação e a espoliação permitiu que ficassem
(CUNHA, 1994).
Independente das questões legais que parecem claras após as exposições
anteriores, também é evidente que tanto agricultores quanto indígenas construírem
uma identidade com o local. São gerações que cresceram naquelas terras, que se
identificam com o território, e independente de quem tiver a posse da terra, sem
dúvida haverá perdas sociais e culturais, além das questões econômicas.
Os agricultores moradores locais destacam que se forem desapropriados não
terão indenizadas suas terras, o que impossibilitará de continuarem desenvolvendo
atividades agrícolas em outro local, que é o único “saber fazer” que possuem. Além
disso, adquiriram através de compra essas terras e pagaram por elas, sem
conhecimento de que as mesmas pudessem estar envolvidas em ilegalidades. No
mais, exigem que o Estado reconheça a sua culpa nesse processo e faça algo em
favor dos agricultores e de sua sustentabilidade econômica, social e cultural,
profundamente ameaçada a partir desse conflito.
Já os indígenas, reconhecidamente têm direito soberano sobre essas terras e
exigem imediata posse das mesmas. Especialmente, porque vivem em situação
contestável, em área restrita, pobreza, enfim, sem acesso aos seus direitos legais.
Com exceção dos indígenas e algumas pessoas que conhecem e
reconhecem a riqueza cultural destes, o restante da população de Getulio Vargas é
contrária a desapropriação da área dos agricultores e entrega da posse das terras
11
para os índios. Estes últimos são considerados vagabundos, relaxados, o que seria
total desperdício entregar a terra para eles que não explorariam/produziriam na
mesma. Esse é o pensamento generalizado da região, já que desconhecem o modo
de vida dos indígenas como algo próprio, distinto, considerando como algo negativo,
sinônimo de desinteressados, exploradores.
Além disso, os comerciantes se preocupam com a queda de demanda que
pode gerar em decorrência dessa transferência de posse. Já que os agricultores
envolvidos são, de um modo geral, capitalizados, demandantes no comércio local,
fazendo girar recursos na economia. A preocupação que se instalou no município é,
também, de cunho econômico.
5- Considerações
Como pôde ser observado, o caso analisado não é um fato isolado por fazer
parte de um contexto de nível estadual e que também ocorre em outros estados do
país. Isso se deve, especialmente, pela ineficiência no cumprimento das leis
brasileiras referentes a posse de terras, entre elas a Lei de Terras e também a
própria Constituição Brasileira.
Não é novidade que o Brasil tem problemas graves quando o assunto é fazer
cumprir o que está na Lei. Porém, esses problemas são potencializados e visíveis
pela histórica questão agrária, marcada por desigualdades e ilegalidades que
comprometem o desenvolvimento do país como um todo.
O caso analisada parece estar longe de um desfecho, bem como dificilmente
se obterão consensos de opinião sobre tal, não que tal consenso seja uma
necessidade. Muitos interesses estão em jogo por trás de cada opinião dada, bem
como muita (dês)informação. O que se espera é que, ao final desse conflito, se
obtenham avanços não só nos aspectos legais, mas também e principalmente, no
respeito as diferentes culturas e povos envolvidos. Afirma-se isso, pois além de terra
e capital em questão - e todo poder que ambos proporcionam a quem os detém -
também estão relacionados a estas terras histórias de vida, famílias inteiras, sejam
estas indígenas ou agricultores, que se identificam com o território em disputa.
6- Referências
12
AGRICULTURARURAL. Suspeita de fraude em demarcação de terras
indígenas provoca tensão no norte do RS. Acesso em:
WWW.agricultura.ruralbr.com.br. Acesso em: 08/12/2012.
Alston, L., LIbecap, G. & Mueller, B. Violence and the Development of
Property Rights to Land in the Brazilian Amazon. In: Nye, J.V.C. and Drobak,
J.N., editors, Frontiers of the New Institutional Economics, Academic Press, San
Diego, p.145-164, 1997.
Alston, L.J., Libecap, G.D. & Mueller, B. How Interest Groups with Limited
Resources can Influence Political Outcomes: Information Control and the Landless
Peasant Movement in Brazil. Institute of Behavioral Science, Working Paper 2005.
Andrade, J. C. S.; Dias, C. C.; Quintella, R. H. A Dimensão Político-
Institucional das Estraégias Sócio Ambientais: o jogo Aracruz Celulose S.A. - índios
Tupiniquim e Guarani. Ambiente & Sociedade - Ano IV - No 9 - 2o Semestre de
2001.
AZANHA, G. As terras indígenas Terena no Mato Grosso do Sul. Revista de
Estudos e Pesquisas, FUNAI, Brasília, v.2, n.1, p.61-111, jul. 2005.
CEDI. Terras indígenas no Brasil. Situação das pendências jurídico-
administrativas das terras indígenas para o cumprimento do art. 67 das disposições
transitórias da Constituição federal. 10 set. 1993, MS.
CHRISTILLINO, Cristiano Luís. A tensão nos ervais: a resistência dos
homens livres e pobres frente ao avanço da imigração no Rio Grande do Sul.
Saeculum, UFPB, v. 18, p. 143-160, 2008.
CUNHA, M. C da. O futuro da questão indígena. ESTUDOS AVNÇADOS. 8
(20), 1994.
CUNHA, M. C. da. Os direitos dos índios. São Paulo, Brasiliense, 1987.
DI TELLA, R., GALIANI, S. & SCHARGRODSKY, E. Property Rights and
Beliefs: Evidence from the Allocation of Land Titles to Squatters. Ronald Coase
Institute. Working Paper #5. 2004.
GOLDENBERG, M. A arte de pesquisar: como fazer pesquisa qualitativa em
Ciências Sociais. 7 ed. Rio de Janeiro: Record, 2003.
HIRHSLEIFER, J. The paradox of power. Economics and Politics, v.3, p.177-
200. [Reproduzido em HIRSHLEIFER, J. The Dark Side of the Force, Cambridge
University Press, 2001.
13
MANFREDO, M. T. Os conflitos pela terra no Brasil. ComCiência no.133
Campinas, 2011.
MARCONI, M. A.; LAKATOS, E. M. Técnicas de Pesquisa. 5 ed. São Paulo:
Atlas, 2002.
MATOS, S. T. de A. A Disputa Judicial da Posse Sobre Terras Públicas: um
estudo sobre a viabilidade da alegação incidental do domínio, na pendência da ação
possessória, envolvendo particulares. RIDB, Ano 1 (2012), nº 1, 2012.
MINAYO, M. C. et al. Pesquisa social: teoria, método e criatividade.
Petrópolis: Vozes, 1994.
RICHARDSON, R. J. et al. Pesquisa social: métodos e técnicas. São Paulo:
Atlas, 1999.
SHIKIDA, Claudio; ALVARENGA, Patrícia Silva; ARAUJO JUNIOR, Ari
Francisco de. Economia política da disputa por terras em Minas Gerais. RESR,
Piracicaba, SP, vol. 46, nº 03, p. 803-830, jul/set 2008.
SKAPERDAS, S. Restraining the Genuine Homo Economicus: Why the
Economy Cannot Be Divorced from Its Governance. Economics and Politics, v.15,
n.2, p. 135-162, 2003.
TRIVINÕS, A. N. S. Introdução a pesquisa em ciências sociais. São Paulo:
Atlas, 1987.
UMBECK, J. Might makes rights: a theory of the formation and initial
distribution of property rights. Economic Inquiry, v.19, p. 38-59, 1981.
ZERO HORA. POR Marcelo Maior. Os protestos contra demarcações de
terras indígenas no RS. qui, 04/10/2012.
14
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural “El
Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y
reconfiguración en el siglo XXI”
GT 1: “Campesinos e indígenas como sujetos sociales agrarios”
1 “Los grupos sociales refieren a grupos de hombres que se encuentran, que viven, en una misma
situación; que ocupan una misma posición en la estructura económica, es decir, en relación al conjunto de
las relaciones de producción, cuya expresión jurídica son las relaciones de propiedad. La definición de los
grupos sociales fundamentales remite a la posición de los hombres respecto de la propiedad o no
propiedad de sus condiciones materiales de existencia”. Iñigo Carrera, N. y Podestá, J. (1989) (subrayado
de los autores)
2
II.Características socio económicas y productivas de los productores de
pequeña escala de Finca el Pongo
2 Stumpo, G. (1992) señala índices de crecimiento en Perico, registrando una variación del 70% en el
periodo 1960- 1970 (1960= 4125; 1970= 7096; 1980= 12825). Según el INDEC, los registros de población
para los años 1991 y 2001 son: 31.526 y 41674 habitantes respectivamente.
3
departamento El Carmen, el más grande y de mayor importancia en cuanto a
producción agrícola en la zona de referencia.
4
elaboración de biocombustible influya sobre el avance de este monocultivo.
Esto traería consecuencias para la producción en pequeña escala ya que el
mismo requiere grandes extensiones de tierra. El avance de un sector implica,
en general, el retroceso del otro, significando el abandono (desalojo) de la
actividad productiva para los pequeños productores.
Sin embargo, y según los datos del Censo Nacional Agropecuario 2002, la
mayor cantidad de tierras se concentra en las explotaciones que tienen entre
200 y 2500 ha. Teniendo en cuenta las características productivas de la zona,
se puede suponer que estas refieren a cultivos extensivos como Tabaco,
Granos y Caña. Asimismo se puede observar que los pequeños productores (1
a 25 ha) ocupan poca cantidad de tierras sobre la superficie total del
departamento, a pesar de ser más numerosas las explotaciones que se
encuentran en estos estratos. (Ver Gráfico 1 y2)
Otro dato del CNA 2002 señala que en 2002 el dpto. El Carmen se posicionó
como el primer productor de hortalizas (en relación a la superficie destinada),
con un incremento de 82.3 % con respecto a los datos relevados en el 19884.
4 Idem.
5
En este marco es importante señalar que son los productores directos de
pequeña escala, que realizan cultivos de hortalizas (productos frescos),
quienes ocupan relativamente pocas superficies de tierras en relación a los
cultivos agroindustriales, a pesar de ser mayor la cantidad de familias que
pertenecen a este sector.
Gráfico 1
Cantidad de EAPs en departamento El Carmen
250
200
Serie1
Nº de EAPs
150
100
50
0
5000,1- 10000 ha
1000,1- 2500 ha
2500,1- 5000 ha
500,1- 1000 ha
Hasta 5 ha
100,1- 200 ha
200,1- 500 ha
50,1- 100 ha
10,1- 25 ha
25,1- 50 ha
5,1- 10 ha
cantidad de has
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Nac. Agropecuario 2002- INDEC
Gráfico 2
6
Superficie Total por tamaño de EAPs en departamento El Carmen
14000
12000
10000
Superficie Total
8000
Serie1
6000
4000
2000
0
Hasta 5 ha
5,1- 10 ha
10,1- 25 ha
25,1- 50 ha
100,1- 200 ha
200,1- 500 ha
500,1- 1000 ha
1000,1- 2500
2500,1- 5000
5000,1- 10000
50,1- 100 ha
ha
ha
ha
Cantidad de has
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Nac. Agropecuario 2002- INDEC
Finca El Pongo
Finca el Pongo cuenta con una extensión de 11.951 has., ubicadas en los
departamentos El Carmen, Palpalá y San Antonio. Estas tierras fueron cedidas por la
familia del Dr. Plinio Zabala al Hospital de la Ciudad de Perico, a mediados de la
década de 1970. Cuenta con seis zonas hacia el interior de la misma: Chanchillos,
Hornillos, El Pongo, La Posta, El Cadillal y Pampitas. Parte de la superficie de la finca
está ocupada por piletones para el procesamiento de residuos cloacales, depósito de
basura y viviendas5.
5 En el barrio Nueva Ciudad ubicado sobre tierras de finca El Pongo, se construyeron 800 viviendas, el
trabajo lo realizaron organizaciones sociales (CCC y Tupac Amaru), cooperativas municipales y el Instituto
de Viviendas de Jujuy, a través de empresas constructoras. El intendente “explicó que son cuatro los
arrenderos de la finca El Pongo, que no han desocupado el lugar cuando en su momento se había
firmado un acuerdo con la Administración de Finca El Pongo, en donde se pautaba trasladarlos a ellos en
otro sector”. Diario digital El Libertario, 31/01/09
7
Con respecto a los precios de arriendo, éstos son significativamente menores
que en el resto de la zona lo que repercute en una fuerte presión para acceder
a éstas tierras7. Esta situación representa para los productores de medianas y
grandes explotaciones una ventaja, ya que a pesar de poder pagar los precios
de arriendo de la zona, se benefician con los bajos precios de la finca. Para los
productores directos de pequeña escala significa la posibilidad de acceso a
tierras productivas, permitir la reproducción social de las familias, generar
ingreso a población que no puede insertarse en el mercado de trabajo.
7 Actualmente el precio anual de arriendo por hectárea para hortalizas en Fca. El Pongo de $1.350, en
zonas aledañas el precio es de $3.000 x temporada- 6 meses. Debido a esta razón, se observa una gran
concentración de productores de pequeña escala, así como una fuerte presión por parte de productores
de distintas regiones para ingresar como arrendatarios. Por las características agroecológicas de la zona,
las tierras son consideradas como unas de las mejores y más productivas de la provincia.
8
hortalizas, flores y frutillas. El acceso a la tierra es a través del arrendamiento
de parcelas a la Administración de Finca El Pongo. En el contrato no contempla
que los mismos sean utilizados como lugares de residencia, a pesar de esto
hay predios con construcciones precarias, usadas como viviendas; no cuentan
con agua potable ni red eléctrica8.
8 Estas condiciones fueron motivos de constantes reclamos. Se puede consultar diario “El Tribuno”, 28-
11- 2006, pag. 16-.
9 Entre los diferentes organismos presentes en zona podemos mencionar: INTA, Subsecretaria de
agricultura familiar, Ministerio de Producción de la provincia.
9
- el acceso a la tierra es a través de contratos de arriendo con Finca El
Pongo, que presenta una administración perteneciente al gobierno
provincial.
10 Finca El Pongo se encuentra al margen de la ciudad Perico; las distancias de las zonas productivas
son: La Posta: 1 km; El Cadillal: 7 km; Pampitas: 6 Km; Hornillos: 6 km; El Pongo: 14 km. Tanto en El
Cadillal como el Pampitas se encuentran la mayor concentración de productores de pequeña escala. Las
zonas donde mayormente hay familias con vivienda son El Pongo y la Posta. En Pampitas, muchas de las
familias residen en el barrio Malvinas, al frente de la zona donde tienen ubicados los arriendos.
10
viviendas se extendieron en el tiempo y las usurpaciones de terrenos, tanto
privados como públicos, contó con mayor cantidad de personas que participaban
de los mismos12.
11 Se registraron cortes de ruta en las localidades de Palpalá, La Quiaca, Fraile Pintado, San
Antonio, Monterrico, el puente Río Perico y El Carmen. Estas tres últimas localidades se
encuentran en el Departamento El Carmen. (Diario El tribuno de Jujuy – versión digital.
29/07/11). También se cortaron accesos a la ciudad de San Salvador de Jujuy.
12“Serían más de 40 las usurpaciones de terrenos y grupos de viviendas por parte de familias de
desocupados que pertenecen a organizaciones sociales y también particulares…La región más afectada
por este descontrol social se ubica en la zona de los Pericos, donde serían 22 los grupos de ‘ocupas’ que
han ingresado no sólo a lotes privados sino también a viviendas que estaba construyendo el IVUJ. La
situación en Perico ha generado que familias de adjudicatarios que estaban por recibir esas viviendas y que
se ven perjudicados, salgan a cortar el pidiendo que se cumplan sus derechos. En otros lugares de Perico
grupos de ‘ocupas’ han entrado en terrenos que estaban destinados a la construcción de plazas, una
capilla y otros sectores. El mapa de la ocupación en el valle de Los Pericos se extiende a Monterrico,
Pampa Blanca, Puesto Viejo y otros parajes.” (Diario El tribuno de Jujuy– versión digital. 03/08/11)
Los conflictos ocurridos llevaron a que el gobierno provincial separe del cargo al
entonces administrador de Finca El Pongo, quien a la vez denunció que su
alejamiento del cargo obedeció a fines políticos que avalaban el accionar del
intendente de la localidad16.
15 “El gobierno provincial y el municipal ‘se tiran la pelota’ y se continúa con la expulsión de los agricultores
de las tierras para entregarlas a quienes las usurpan, con fines electoralistas” denunciaron los productores.
Diario El Libertario. com. 02/09/11
16 “El Gobierno provincial separó de su cargo de administrador de El Pongo a Walter Cardozo, quien
denunció persecución política por haber defendido la finca de los planes de desguace dirigidos a obtener
réditos electorales con la entrega de lotes. El otro motivo del despido –aseguró- es su candidatura a
intendente por el Frente Primero Jujuy ante la proscripción impuesta por la conducción del Partido
Justicialista”. (Diario El Libertario.com. 17/09/12)
A un mes de los hechos ocurridos en Libertador General San Martín, en la
localidad de Perico se mantenían los conflictos; más de 250 viviendas
continuaban siendo ocupadas.
17 Esta organización tenía hasta el momento de las tomas inserción en población urbana.
20 “Los campesinos habían llegado por la mañana para protestar por la quita de parcelas que arriendan…
denunciando que más de un centenar de familias que viven de la pequeña agricultura en la zona, quedarán
sin trabajo...” Diario El Libertario, 13/04/12. El ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial se puso en
funcionamiento en febrero de 2012, con el objetivo de planificar y ordenar las problemáticas vinculadas a
tierras y viviendas. Diario El Libertario, 06/02/12
Territorial de Comunidades Indígenas) consideraban que no cumplían con los
requisitos para ser considerados como tales21.
21 “En tanto que López Salgado (administrador de finca el Pongo) manifestó que ‘lo que piden es imposible
porque esas tierras pertenecen a un legado y nosotros estamos para hacerlo cumplir... Este es un grupo
minúsculo de personas que no quieren pagar los arriendos, el resto de la sociedad no los acompañan
porque erraron los caminos. Ellos pertenecen a un grupo que dicen ser originarios y la Secretaría de
Derechos Humanos ya dictaminó que no los reconoce como tal ya que no cumplen con los requisitos para
ser originarios’”. (Diario El tribuno de Jujuy – versión digital. 17/07/12)
22 “la medida tiene como finalidad cumplir con la normativa vigente y consecuentemente con el legado de
Plinio Zabala en beneficio de todos los periqueños”. Diario El Libertario, 18/06/12
23 El consorcio de riego considera a finca El Pongo como un solo socio, destinando una cantidad
determinada de caudal de agua. El caudal distribuido entre los diferentes arrendatarios es responsabilidad
exclusiva de la finca.
Si bien la organización indígena logró integrar en el reclamo y las medidas a
productores de distintas zonas de la finca, llegando a realizar asambleas con
más de 200 personas, y con reuniones periódicas por zona, otro sector
manifestaba desacuerdos, fundamentalmente en la reivindicación como
comunidad indígena y en la demanda de titularización de la tierra, sosteniendo
que se debían respetar las instituciones. Otro objeto de crítica era la
incorporación de productores diferentes escalas, productores tabacaleros y de
granos (de mediana envergadura, pero con explotaciones de entre 50 a 200
has.) y prestadores de servicios.
24 En la toma de la administración que realizaron los productores en agosto de 2008, desde el gobierno
afirmaban que muchos productores estaban dispuestos a pagar un precio de arriendo más elevado que el
que pagaban los arrendatarios en ese momento, con tal de ingresar en la finca.
25 “El vicegobernador de la provincia Guillermo Jenefes recibió la visita del intendente de la ciudad de
Perico Rolando Ficoseco, quien junto al presidente del Concejo Deliberante de esa ciudad José Luis
Benedetto le informaron de manera detallada el trabajo que se lleva adelante para la concreción del Parque
Industrial para la zona, además le expusieron la necesidad de contar con más tierras para responder a la
creciente demanda habitacional de los ciudadanos de la ciudad tabacalera.
De la reunión… participaron el diputado provincial José Antonio Melé y el titular de la Cooperativa de
Tabacaleros de Jujuy Carlos Albino Del Frari”. El Tribuno, versión digital. 11/04/12
décadas, habiendo sido arrendatarios de Plinio Zabala. En este sentido
demandan la posibilidad de vivir en las parcelas, que el precio de arriendo se
mantenga por debajo del que se paga en la zona y seguridad en la continuidad
de permanencia en las parcelas.
Ante la configuración del mercado de trabajo rural, que implica trabajos con alto
desgaste físico y bajos salarios, y fundamentalmente de la actividad tabacalera
con introducción de tecnología (transplantadoras, estufas bulk curing, y la
incorporación de nuevas variedades de tabaco que mejoran los rendimientos por
hectárea), que implicó una menor demanda de trabajadores permanentes y
aumento de trabajadores transitorios, la producción en un predio “propio” se
presenta como alternativa de trabajo para estas familias.
Bibliografía
Fuentes Periodísticas:
Diario digital El Tribuno de Jujuy: agosto / diciembre 2011; enero / julio 2012
Periódico digital Lea: agosto / octubre 2011
Diario El Libertario.com septiembre 2011; abril / agosto 2012
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE
ANTROPOLOGÍA RURAL
Santa Rosa. La Pampa. 11 al 15 de marzo 2013
Grupo de Trabajo 1: Campesinos e Indígenas como sujetos sociales agrarios.
Resumen
Las políticas económicas implantadas en la década de 1990 en Argentina han
redefinido las tramas sociales y productivas en los espacios peri y extra pampeanos.
En este contexto, regiones con una organización territorial preexistente campesina
y/o indígena se han valorizado por el avance del capital en el marco del proceso de
“agriculturización” y empiezan a recibir distintas presiones que afectan de modo
desigual a cada territorio. En este marco nos interesa reflexionar sobre las
transformaciones en el campesinado en los últimos diez años y los conflictos que se
generan por el acceso, uso y apropiación del espacio. Buscamos, asimismo, analizar
en profundidad el caso del oeste de La Pampa, poniendo foco en las principales
problemáticas que emergen a la luz de la renovada expansión del capital a
comienzos del siglo XXI y que dan como resultado un desarrollo geográfico desigual.
El trabajo se nutre de diversas fuentes primarias y secundarias. Junto a la
información obtenida en distintos trabajos de campo realizados en el oeste
pampeano entre los años 2004-2012 discutimos diferentes publicaciones científicas
especializadas en estudios agrarios, documentos oficiales y de organizaciones
campesino- indígenas del país que permiten enriquecer la mirada de los procesos de
cambio en la estructura agraria y sus consecuencias socio-territoriales.
Introducción
Consideramos que lo que está en disputa, más allá de la tierra, es una forma
de producir, un tipo de manejo de los recursos, una forma de relacionarse y de
generar territorio. En el campo agrario algunas luchas se presentan de modo más
tangibles como el acceso a la tierra, al agua, al monte; otras suponen diputas por el
reconocimiento de ciertos derechos identitarios, modos de vida, formas de
territorialización o, simplemente, maneras de interpretar la realidad social.
Con relación al estado, las formas de intervención en torno a la tierra en
Argentina son, en muchos casos, contradictorias, debido a que no existen políticas
integrales de desarrollo y ordenamiento territorial consensuadas; faltan marcos
legales de cobertura nacional articulados y coherentes con los marcos legales
provinciales necesarios para regular el uso de la tierra y en muchas provincias no se
cuenta con información sistematizada sobre la tenencia. Si bien el estado nacional
ha puesto en marcha programas para resolver esta problemática del acceso a la
tierra, no son suficientes.
2
El proceso de conformación del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), constituido en
2006, tiene una larga trayectoria en Argentina y nuclea a distintas organizaciones tales como: el
Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), el Movimiento Campesino de Córdoba
(MCC), la Unión de Trabajadores Sin Tierra de Lavalle (UST) y la Red Puna. Esta organización ha
generado un consenso crítico que trasciende las fronteras nacionales ante la inclusión dentro de la
Vía Campesina (Troncoso, 2012).
En este marco las organizaciones nucleadas en el MNCI reclaman por la
sanción de una Ley Campesina Indígena que contemple el uso social de la tierra, la
entrega de tierras improductivas a familias sin tierra y la detención inmediata de los
desalojos. Así otro “campo” se hace visible e irrumpe en la arena política: disputa y
reclama el acceso a los recursos naturales, la distribución de la tierra, las formas de
producción y las políticas agrarias (Troncoso Muñoz, 2012).
Los distintos estudios y documentos dan cuenta de la emergencia de nuevos
conflictos generados ante el avance del capital sobre la propiedad de la tierra que
poseen miles de campesinos y productores familiares, los procesos de
concentración y las nuevas formas de apropiación vía arrendamiento, pero también
ponen a luz la distintas formas de persistencia-resistencia campesinas, otros modos
de vida, usos del espacio y manejos de los recursos diferentes a los dominantes. A
continuación avanzamos en el análisis del caso pampeano haciendo una breve
trayectoria del proceso de territorialización.
3
En la provincia de La Pampa está vigente la ley 1419, conocida como PROAS (Propiedad
Asegurada) que facilita el acceso a la prescripción. La finalidad de esta “operatoria” es “regularizar la
situación registral de inmuebles de personas de escasos recursos que carezcan de título de
honorarios de los abogados y finalmente la ausencia de la necesitad de obtención de
un título para poder vivir. Para muchos productores la posesión de un título de
propiedad privada no es prioritaria para vivir. Este último factor, lejos de interpretarse
como una actitud “quedada” de los productores, debe entenderse como una
concepción diferente de la tierra, como un espacio de vida que se utiliza y se
transmite de generación en generación. Sólo la llegada de nuevos productores o las
amenazas de desalojo los incita a realizar los trámites en la Dirección Provincial de
Catastro. Como consecuencia del proceso de expansión de la frontera numerosos
conflictos se han generado en estos departamentos entre los titulares registrales y
los productores poseedores, que han derivado en despojos de familias, en actos de
violencia directa, con intervención del Estado provincial mediante la promulgación de
leyes que suspenden temporalmente los desalojos.
No solo se está alterando la tenencia de la tierra sino también el uso y
apropiación de los recursos. Productores extralocales -por lo general mendocinos,
cordobeses, bonaerenses y del este de La Pampa- están cercando los campos
adquiridos para ponerlos en producción con ganadería vacuna. En el centro y oeste
de la provincia de La Pampa, especialistas del INTA han identificado una tendencia
continua al aumento de las cargas ganaderas que ejercen una fuerte presión sobre
un ambiente de fragilidad extrema. La expansión de la frontera agrícola ha producido
el desplazamiento de la ganadería a zonas marginales y simultáneamente ha
generado un incremento de los sistemas de producción de carne tanto intensivos
como semi intensivos a los fines de continuar abasteciendo la creciente demanda de
los mercados (Roberto, Fraizer, Gonzales y Adema, 2009).
En el caso de los productores ganaderos que acceden a la propiedad de la
tierra, provenientes de las provincias de Córdoba, Mendoza, Buenos Aires o del este
de La Pampa, con lógicas territoriales distintas a la de los puesteros, cercan sus
propiedades con alambre perimetral, desdibujando los circuitos de pastoreo caprino
y cerrando -en muchos casos- caminos internos (huellas) que comunican puestos y
aguadas naturales. Ponen los campos en producción con ganado vacuno de cría y
contratan mano de obra asalariada encargada de la explotación. Generalmente
sobrecargan los campos con vacunos dado que desconocen la receptividad del
propiedad o necesiten efectuar trámites legales para perfeccionarlo”. De acuerdo con la misma
podrán gozar de los beneficios los poseedores a título de dueño de viviendas ubicadas en la
Provincia de La Pampa, siempre que cumplan los algunos requisitos
campo o subestiman las cíclicas variabilidades de las precipitaciones en estas áreas
semidesérticas. Establecen pocos vínculos con sus vecinos y visitan
esporádicamente la “estancia” pues no residen en la unidad productiva.
Las diferentes modificaciones en la organización espacial de toda la región
implican cambios productivos, socio-territoriales y que alteran la subjetividad de los
campesinos. El avance de los alambrados sobre los “campos libres” (que posibilitaba
el pastoreo caprino entre distintas familias) está produciendo modificaciones en los
sistemas productivos y en los circuitos de pastoreo. Desde la percepción campesina
el nuevo problema en la zona son los “alambres” que los “encierran” y la llegada de
gente de “afuera”. Múltiples testimonios dan cuenta de este proceso:
“Acá compartimos el campo… (…) acá la gente siempre tuvo talaje… somos poseedores…
capaz que tengan derechos… yo no se… porque si había talaje y hoy pasa el alambre ya no
podemos ir… nosotros teníamos campo abierto y al alambrar ya no podemos ir… las familias
se quedan sin el talaje… se achicó el campo por el alambrado” (Campesino de Chos Malal,
2010).
“A mí me parece muy mal de que una persona sabiendo que ustedes han vivido acá toda la
vida venga a comprar y a alambrar acá…” (Vecina solidarizada con las familias de Chos
Malal, 2010).
“Vio la picada… vendieron el campo del borde y alambraron media picada… increíble, pero
dicen que tienen derechos… ahora nos queda la mitá del camino” (puestero de Chos Malal)
“Hay cambios. Pero siempre a beneficio de… ellos. O sea, de la vaca digamos, por eso te
digo que ellos tratan de producir eh… tratan de producir para su beneficio” (Productor de la
zona de La Humada, 2008).
“Hubo vecinos que fueron amenazados hace dos años más o menos, era gente de Bahía
Blanca, vinieron con un abogado parece… los quería correr, pero ellos se negaron a
abandonar el lote 12” (Campesino de Paso Maroma, 2012).
“A mi padrastro quisieron sacarlo del campo, tierras fiscales, pero parece que tienen nuevos
dueños… yo no se… se juntaron con los vecinos para hacer la mensura entre todos… por
suerte ya no los molestan más” (Productor de Paso Maroma, 2012)
La nueva expansión del capital hacia regiones que presentan menores niveles de
penetración capitalista pone en discusión viajas problemáticas aun irresueltas y de
carácter estructural, tales como el acceso a la propiedad de la tierra de campesinos
e indígenas; las articulaciones subordinadas en los circuitos productivos de los
agentes con menor capacidad de negociación o la concentración de la producción y
la propiedad, entre otras. Asimismo la nueva expansión y sus mecanismos de
acumulación por “desposesión” o “despojo” pone a la luz nuevas demandas sociales
y reivindicaciones asociadas con el acceso, uso y apropiación del espacio y pone en
el centro de la escena al estado nacional y su rol a través de la política agraria en
esa puja de intereses.
La provincia de La Pampa no escapa a los procesos de cambio dominantes
en el agro del país. En el oeste de La Pampa se están produciendo diferentes
modificaciones en la organización espacial que implican cambios socio-territoriales y
que alteran la subjetividad de los puesteros. El avance de los alambrados sobre los
“campos libres” está produciendo transformaciones en los sistemas productivos y en
los circuitos de pastoreo. Como consecuencia del parcelamiento de los campos se
está achicando la superficie de pastoreo común, lo que supone un incremento de la
presión sobre el monte. Estos procesos están promoviendo una reducción en los
planteles de ganado implicando una menor participación de los agentes en el
sistema de producción y nuevos enfrentamientos entre vecinos ante la reducción de
la superficie de pastoreo compartida. En este escenario se están generando
conflictos entre vecinos y con agentes extralocales así como nuevas formas de
sociabilidad entre puesteros/as que ponen en acción prácticas de organización
comunitaria en defensa del acceso a la tierra.
Así en el agro argentino, las disputas actuales por el control material-
simbólico exceden la distribución de la tierra. Dentro de los estudios agrarios y los
movimientos campesinos se están generando serios cuestionamientos sobre la
forma de producir, la vinculación con la tierra y los recursos en general, es decir, los
modelo de desarrollo, y junto con ello, lo real, lo posible y lo deseable. Son disputas
que involucran cuestionamientos de los propios paradigmas de interpretación, la
investigación acción participativa propone un diálogo entre el conocimiento científico
y otras formas de saber popular y plantea no sólo el análisis de las problemáticas
sino también el involucramiento en la resolución de las mismas. La discusión se
torna compleja al plantearnos las posibilidades de poner en acción otros modelos
alternativos y potenciar los existentes.
Estos procesos también dan cuenta de las limitaciones del actual Código Civil
y la Constitución Nacional, que como todo discurso jurídico, están pensados
históricamente (y hegemónicamente) y no permiten el reconocimiento de formas de
propiedad campesinas asociadas con los espacios de uso colectivo (monte abierto o
campos comunes). El agro de los “bordes” pampeanos y el agro extra-pampeano
expresan diversidad social, jurídica, simbólica que se manifiesta territorialmente en
diferentes usos y organizaciones del espacio que, en contextos de avance del
capital, corren riego de desaparecer.
Bibliografía
- Bendini, M. y Steimbreger, N. (2010) “Dinámicas territoriales y persistencia campesina:
redefinición de las unidades y espacios de trabajo de los crianceros en el norte de la
Patagonia” En Revista Territorio y Transporte Nº3, UBA, Buenos Aires.
-Cáceres, D. Silvietti, F., Ferrer, G, Sotto, G. y Bisio, C. (2009) “Agriculturización y
Estrategias campesinas en el norte de la provincia de Córdoba”. En Actas de las VI
Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y agroindustriales. UBA, Ciudad de Buenos
Aires.
- Comerci, M. E. (2010) “Tenemos que ir allá y pegar la vuelta”. Continuidades y cambios en
las prácticas de movilidad campesinas en contextos de conflictividad emergente. Revista
Transporte y Territorio, Nº 3, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
- Comerci, M. E. (2011) “Disputas territoriales por el control y la apropiación del espacio
occidental pampeano”. En Cerda y Leitte (comp.) Conflcitividad en el agro argentino.
Ambiente, sociedad y Estado. Editorial CICCUS, Buenos Aires.
- Comerci, M. E (2012). “Estrategias campesinas, tensiones y redefiniciones en espacios
revalorizados por el capital” En revista Cuadernos de Geografía, Nº 21, Enero-julio 2012,
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, pág. 131-146.
- Consejo Federal Agropecuario (2011) “Determinación de las brechas por complejo
productivo: La Pampa”. En Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial Participativo y
Federal, Instrumento Nº 9, www.minagri.gob.ar.
- Cowan Ros, C. y Schneider, S. (2008) “Estrategias campesinas de reproducción social. El
caso de las tierras altas jujeñas, Argentina”. En Revista Internacional de Sociología (RIS),
Volumen XVI, Nº 50, España.
- De Cione, V (2007) “Edición, presentación y comentarios”. En Harvey, Notas hacia una
teoría del desarrollo geográfico desigual. GeoBaires, Cuadernos de Geografía, UBA, Buenos
Aires.
- Dirección Provincial de Estadística y Censos (2007, 2008 y 2009). Anuario Estadístico de
la Provincia de La Pampa. Ministerio de la Producción, Santa Rosa.
- Fernandes, Mançano. B. (2009) Territorio, teoría y política In: Las configuraciones de los
territorios rurales en el siglo XXI ed. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
- Foti, M. y Rofman, A. (2006) “Diagnóstico de la situación socio-productiva actual de los
pequeños productores: los algodoneros de Chaco y los cañeros de Tucumán”. En Revista
Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 20, CIEA, Buenos Aires.
- Gonzales, M. C. (2000) “Argentina, situaciones problemáticas de la tenencia de la tierra”.
En Proinder, Serie Documentos de Formulación Nº 3, SEGPyA, Buenos Aires
Darío Fajardo M.
Universidad Externado de Colombia, Bogotá, diciembre 2012
dafamon@etb.net.co
1
La idea ha sobrevivido grandes y graves persecuciones y, tal vez por eso mismo
posee un significado especial para muchas organizaciones de las gentes del
campo. No puede olvidarse que fue incorporada en esa ley como propuesta de los
colonos, reglamentada y puesta en marcha por presión de marchas campesinas y
casi ahogada por la persecución del gobierno anterior y de algunas de sus
autoridades militares.
Los antecedentes
En esos años iniciales del siglo pasado la economía colombiana vivía las nuevas
condiciones de su inserción en la economía mundial con precios al alza de su
principal exportación, el café, e inversiones crecientes de capitales extranjeros en
otros rubros de producción agrícola, en particular el banano y la extracción de
petróleo. En las antiguas haciendas se endurecieron las relaciones entre los
propietarios y los arrendatarios y otros trabajadores vinculados a ellas, al tiempo
que entró a cuestionarse la legalidad de la ocupación de las tierras en muchas de
ellas.
Hasta entonces las políticas de tierras del estado colombiano habían oscilado
entre el favorecimiento a la gran propiedad para requerir a cambio a los
1
Martha Herrera A. Ordenar para gobernar, ICANH, Bogotá, 2002
2
beneficiados inversiones en vías o el estímulo a la mediana propiedad para
impulsar la formación de asentamientos campesinos.
En esos mismos años, como lo atestiguaron los trabajos de Orlando Fals Borda,
en los lomeríos del interior de la costa Caribe3 los campesinos intensificaron la
defensa de las tierras contra las presiones de los hacendados criollos y los
inversionistas norteamericanos, dando paso a la creación de espacios de
comunidad, llamados “baluartes”, en los que se configuraron experiencias de
organización, educación y organización con notables liderazgos de mujeres.
A comienzos de los años 1980, en medio de los diálogos de paz establecidos por
el Presidente Belisario Betancur, surgió un acuerdo entre el gobierno, los colonos
y la insurgencia para poner en marcha un programa de desarrollo local en el río
Caguán, en el departamento de Caquetá.
2
Laura Varela M., Yuri Romero P., Surcando amaneceres. Historia de Los Agrarios de
Sumapaz y Oriente del Tolima, Universidad Antonio Nariño, Bogotá, 2007; Laura Varela M.,
Deyanira Duque O., Juan de la Cruz Varela entre la historia y la memoria, Universidad Antonio
Nariño, Bogotá, 2010; Rocío Londoño B., Juan de la Cruz Varela. Sociedad y política en la
región de Sumapaz (1902-1984), Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. 2011
3
Orlando Fals Borda, Retorno a la tierra. Historia doble de la Costa, (tomo IV), Carlos Valencia
Editores, Bogotá,1986
4
Diego Otero P. El papel de los Estados Unidos en el conflicto armado colombiano. De la
doctrina Monroe a la cesión de siete bases militares, Ediciones Aurora, Bogotá, 2010
3
El acuerdo conllevaba un cese al fuego bilateral, la atención del estado para
estabilizar la colonización y el compromiso de los colonos de asumir prácticas
productivas amigables con el medio ambiente; no obstante, la terminación de los
diálogos interrumpió el acuerdo, cuyo desarrollo fue documentado en un estudio
pionero de la Universidad Nacional sobre los procesos recientes de la ocupación
del bosque húmedo en Colombia5.
5
Jaime E. Jaramillo, Leonidas Mora, Fernando Cubides, Colonización ,coca y guerrilla,
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1986
6
Alfredo Molano, Darío Fajardo, Julio Carrizosa, Fernando Rozo, Yo le digo una de las
cosas…La colonización de la reserva de La Macarena, Fondo FEN Colombia/Corporación
Araracuara, Bogotá, (s.f.)
4
producción, generado por la propia crisis agraria, lo cual dio lugar a una
sobreoferta de la pasta de cocaína.
En las áreas de producción, afectadas por sus carencias históricas de inversión
social y ahora por la depresión de los precios de la droga, los campesinos,
cultivadores y no cultivadores de hoja de coca, los cosecheros, los comerciantes y
sus allegados iniciaron una serie de movilizaciones para pedir al gobierno
acciones que compensaran sus pérdidas, dando lugar a nutridas y beligerantes
marchas campesinas, a mediados de 1996, desarrolladas en el Caquetá,
Guaviare, Putumayo y sur de Bolívar.
Al lado de las inversiones en salud, escuelas, vías y electrificación, los
campesinos pidieron al gobierno que, en cumplimiento de la ley de reforma
agraria, el gobierno estableciera en las regiones movilizadas al menos cuatro
reservas campesinas.
Al tiempo que esta demanda se abría paso entre los campesinos cocaleros, el
autor, al frente del Instituto Sinchi, entidad de investigación para la Amazonía del
Ministerio del Ambiente impulsaba otra propuesta en sentido similar, hija del
conocimiento y experiencias que venía acumulando el instituto en sus trabajos de
investigación con los colonos y ecosistemas de la región.
En principio, la propuesta se orientó a proponer al Estado y a los colonos un
programa de asentamientos en áreas con mayor potencial agrícola y mayor
cercanía a los mercados en las vegas de los ríos Ariari y Guaviare como
alternativa a la localización hacia el sur, en el alto Vaupés, área con mayores
dificultades para la producción y las articulaciones comerciales.
Para ese entonces, el terror paramilitar ya recorría numerosas regiones del país,
entre ellas los Llanos orientales. Valga decir que cuando los colonos de La
Macarena plantearon su propuesta ya la contemplaban como concreción de un
acuerdo con el Estado en el que ellos se comprometían a manejar en condiciones
de sostenibilidad los bosques de la Reserva y el Estado les garantizaría protección
frente a la presión paramilitar.
Cuando ya en 1996, comenzó a explorarse la posibilidad de este asentamiento en
las vegas del río Guaviare con un epicentro en el municipio de Mapiripán, se
desataron descomunales operativos paramilitares con apoyo del Ejército nacional,
que generarían el terror entre los pobladores de la región.
Poco después y bajo la presión de algunas movilizaciones campesinas en
demanda de atención estatal el gobierno reglamentó la ley en lo referente a las
Reservas a través del decreto 1777 de 1996 y el acuerdo del 24 de noviembre de
ese mismo año. Con base en estos instrumentos el entonces Instituto Colombiano
para la Reforma Agraria-INCORA, hoy INCODER, estableció las primeras de ellas,
con carácter piloto, con la estrecha participación de sus organizaciones y la
5
financiación del Banco Mundial como apoyo al proceso de paz y en cuyo diseño se
contó con los aportes del politólogo norteamericano Marc Chernick7.
7
Ver Marc Chernick, El Acuerdo posible. Solución negociada al conflicto armado colombiano,
Ediciones Aurora, Bogotá, 2008
6
colonos, norma central de las colonizaciones del oriente del país, construido en su
práctica y como asimilación creativa de las Juntas de Acción Comunal creadas
por el propio Estado a comienzos de los años 1960. 8
Las necesidades de las comunidades y las expectativas ante una nueva oferta por
parte del estado facilitaron la puesta en marcha del proyecto experimental. Por
otra parte, las comunidades de Calamar y El Pato, con las que se inició esta
experiencia, contaban con juntas comunales o de colonos, en el segundo caso,
una herramienta común en la mayoría de las regiones agrarias, cuyo arraigo y
legitimidad posibilitó que fueran estas organizaciones las depositarias del proceso.
En uno y otro caso las comunidades contaban con diagnósticos de sus
necesidades y en Calamar incluso, la organización de las juntas contaba ya con
un segundo nivel, las Juntas interveredales que permitían una interlocución fluida
hacia el nivel municipal y de allí con algunos programas nacionales como fue el
caso del Plan Nacional de Rehabilitación.
Estos desarrollos ocurrían de acuerdo con la historia de cada localidad; en El Pato
una ininterrumpida trayectoria de agresiones oficiales escudada por los
calificativos ya mencionados había generado desconfianza hacia la interlocución
con el Estado. A pesar de sus condiciones similares de marginamiento, Calamar
mostraba matices diferentes, en la medida en que contaba con mayor articulación
con la organización municipal.
Frente a esta instancia las comunidades campesinas venían adelantando
importantes iniciativas en la gestión de los recursos públicos y el manejo
ambiental, avances que llevaron a su reconocimiento como “municipio verde”
dentro de las políticas del entonces Ministerio del Medio Ambiente.
Dentro de estos temas se incluían decisiones de la comunidad para la
preservación de la reserva forestal de la Amazonía, parcialmente incluida en el
territorio del municipio, la incorporación del aprovechamiento sostenible del
bosque y de algunos frutales amazónicos, así como los eventos y contenidos de
educación ambiental previstos en los programas escolares bajo su
responsabilidad.
La realización de estas experiencias en el marco de un crédito del Banco Mundial
implicó exigencias metodológicas y administrativas no exentas de dificultades pero
que ayudaron la marcha del proyecto. Dentro de ellas se destacaron la
preparación de los manuales de operación, que habían de ser acordados con las
comunidades, los planes operativos, igualmente objeto de concertación, las
metodologías de identificación, formulación y ejecución de los proyectos,
procedimientos paulatinamente incorporados por las comunidades incluso en otros
procedimientos para la gestión de sus recursos.
A las dificultades administrativas propias de cualquier proyecto se sumaron en
este caso otras de carácter político nacidas en la naturaleza misma del proyecto.
8
Jaramillo, J.E., Mora, L., Cubides, F., obra citada.
7
Una iniciativa encaminada a la aplicación de medidas de reforma agraria en un
marco institucional históricamente reacio a una política redistributiva, en particular
agraria encontró variados y eficaces obstáculos en los funcionarios responsables
del trámite de los recursos y de la gestión del proyecto.
No obstante, la mayor dificultad provino de la coyuntura política en la que se
desarrolló el proyecto, definida por la evolución de la política del Estado hacia la
insurgencia. Durante la etapa de conversaciones entre el gobierno y las guerrillas
de las FARC, el proyecto avanzó en sus procedimientos preparatorios incluyendo
la ejecución de las primeras iniciativas de las comunidades, las cuales generaron
condiciones de confianza entre ellas 9.
La característica de estas iniciativas durante la primera fase del proyecto (dotación
de tierras y ganados, transferencias técnicas para la producción de pancoger,
organización de la recuperación forestal, pequeñas infraestructuras para
escuelas, etc.) era el ser originadas en las comunidades.
En una segunda fase las iniciativas tuvieron un origen gubernamental, variando las
relaciones con las comunidades, hasta cuando se modifica sustancialmente la
acción del estado en las regiones, en el marco de la política de seguridad
establecida por el gobierno del Presidente Alvaro Uribe, durante el cual concluyó
el proyecto.
Para este entonces ya se encontraba operando la tercera reserva campesina,
localizada en el municipio de Cabrera, lindando el Parque Natural del Sumapaz.
Habiéndose aprobado una cuarta zona en el río Cimitarra, municipio de Yondó,
Antioquia, la resistencia dentro del gobierno a estas iniciativas dentro de la Ley
160 condujo a un sinuoso proceso de reversión de esta decisión. Por otra parte, la
organización, constituida como Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra
continuó impulsando sus principales proyectos relacionados con el fortalecimiento
de su base económica, la sustentación económica de la solidaridad y el
abastecimiento alimentario.
La reserva campesina del Valle del Río Cimitarra comprende 134 veredas de
cuatro municipios con una población de 35.800 personas. Colateralmente ha
continuado el desarrollo de su fortalecimiento político dentro de las comunidades
que la componen, con otras organizaciones campesinas, en particular con las
relacionadas con las reservas campesinas y con organizaciones del exterior como
Vía Campesina.
9
Ortiz G., C, et al., Zonas de Reserva Campesina. Aprendizaje e innovación para el Desarrollo
Rural, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 2004
8
A pesar de su corta duración, entre 1999 y 2002, el desarrollo de las primeras
experiencias con esta figura territorial permitió apreciar la incidencia de la historia
de cada comunidad en la configuración de cada reserva, así como su
potencialidad para estimular iniciativas de las organizaciones campesinas para
identificar y jerarquizar problemas, plantear, gestionar y evaluar soluciones para
los mismos.
10
PNUD, Colombia rural: razones para la esperanza. Informe Nacional de Desarrollo Humano
(Absalón Machado, director), Bogotá, 2011
9
. La “palma campesina” del programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio,
que impulsa los contratos de venta de los frutos de palma producidos por
campesinos a las empresas procesadoras. Esta iniciativa se ha tratado de
contraponer a la propuesta de la Reserva Campesina en marcha adelantada en el
valle del río Cimitarra
De otra parte, los propios desarrollos de la economía mundial que hacen inciertos
los mercados de alimentos con los que se suplirían los mercados nacionales hoy
afectados por el desabastecimiento causado por la guerra y por las crecientes
importaciones a las que ha debido recurrir Colombia.
Antes que otra cosa las reservas campesinas expresan una forma de localización
y estabilización de una comunidad; no de campesinos aislados a los que se
10
pretende debilitar, acomodar a las necesidades temporales de mano de obra, a la
producción de determinados bienes.
11
Ver Juan Carlos Palou, Gerson Arias (coordinadores), Balance de la Política Nacional de
Consolidación Territorial, Fundación Ideas para la Paz, Bogotá, 2011
12
CODHES, Boletín Informativo N°77. Bogotá, 15 de febrero de 2011
11
una sociedad que ha llegado a los que ha llegado nuestra sociedad, cuyos valores
y prácticas hoy son rechazadas por millones de seres humanos a lo largo y ancho
del mundo entero.
12
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: Campesinos e indígenas como sujetos sociales agrarios
Resumen
La disputa en torno al uso y la apropiación de un recurso esencial, como es la
tierra, por parte de actores sociales con intereses contrapuestos, genera la
emergencia de conflictos socio-territoriales en el mundo campesino del oeste
cordobés.
La identificación y caracterización de dichos conflictos desde un enfoque
geográfico se constituye en el objetivo del presente trabajo, con miras a su posterior
espacialización. Los pasos metodológicos consecuentes para lograrlo son: en primer
lugar, la zonificación y caracterización del área de estudio, en segundo lugar, la
sistematización y el análisis de los datos obtenidos a partir del trabajo empírico, así
como también la explicitación del marco legal regulatorio, para arribar por último a la
construcción de un mapa de conflictos fundiarios, en la convicción de que se torna
una herramienta necesaria para la elaboración de políticas de acción superadoras
de una situación compleja y heterogénea.
Encuadre conceptual
2
Las “Sierras Grandes” oficiaron siempre como una sólida barrera en las
comunicaciones con el oeste cordobés. Obstáculo que recién se pudo superar, en
parte, a partir de las primeras décadas del siglo pasado. Es así como esta región ha
estado históricamente muy ligada a los llanos riojanos y al norte serrano puntano,
pero básicamente formando parte complementaria del núcleo socioeconómico de la
ciudad de Córdoba, sus áreas aledañas y del norte cordobés.
3
situaciones, que se ha prestado para variadas discusiones de larga data. En este
sentido, tal categoría analítica debe ser situada, atendiendo a su contexto témporo-
espacial.
4
problema o tema contencioso, que plantea la atención de algún sector del Estado;
activo, que se inicia con la formulación de una demanda por algún actor social a
través de algún tipo de acción de protesta, la cual solicita una respuesta por parte de
alguna autoridad estatal. En esta instancia comienza la búsqueda de acuerdos a
través del diálogo entre los sectores en puja implicados. Y por último, el estadio de
resolución del conflicto (Adjuntía para la prevención de conflictos sociales y la
gobernabilidad de la defensoría del pueblo del Perú, 2011).
5
Integrar ambas dimensiones -la socio-histórica y la jurídico-legal- se constituye
en el principal aporte del presente trabajo, el cual pretende contribuir a la
comprensión de los conflictos fundiarios y a su expresión territorial, sirviendo de
herramienta de acción para la construcción de políticas superadoras.
Desarrollo
6
Figura 1
7
Represa ubicadas en el sector centro-occidental del departamento. En relación a
San Alberto, la mayor parte de las pedanías de Toscas -al oeste- y de Carmen -en el
centro-norte- corresponden al área de secano; por otra parte, en el sector centro-sur
se destaca la pedanía de San Pedro en la cual se aplica riego artificial superficial
proveniente del Dique La Viña.
1
Si bien están bastante desactualizados, el trabajo de campo ha permitido corroborar la información presentada.
2
Cabe aclarar que en esta instancia sólo se trabaja con aquellas entrevistas realizadas en el área de secano del
sector de planicie de los departamentos de San Alberto, Pocho y Minas.
3
Dicho equipo lleva adelante el Proyecto de Investigación titulado “Análisis del perfil socio-económico y
tratamiento de problemáticas específicas del campesinado de Traslasierra- Pcia. de Córdoba” aprobado y
subsidiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
8
departamento de Pocho y el 20% restante en el de San Alberto. Por su parte, en el
departamento de Minas, debido a la presencia casi excluyente del establecimiento
agropecuario de Pinas, se dificultó el hallazgo de estos sujetos sociales en el sector
de la planicie.
Del análisis de los datos empíricos también se desprende que el 90% de los
entrevistados son propietarios de sus explotaciones y no arriendan a terceros,
mientras que el porcentaje restante ocupa tierras ajenas –con permiso del titular-. Ya
sea por estar en calidad de ocupante o por tener incompleta la documentación
pertinente, el 51% de estos campesinos presenta problemas de tenencia precaria de
los campos que poseen desde tiempos ancestrales –sobre todo en el sector centro-
oeste del área de estudio–, lo cual puede derivar en conflictos socio-territoriales.
9
Cuadro 1: Apropiación de la tierra en el área de estudio
Estructura fundiaria
Identificación Regimen de tenencia y extensión de las explotaciones Situación jurídica y vecinal de las explotaciones
de las Cant. Propietario Arrend.- Ocupante Tamaño A su vez Tenencia legal Tenencia precaria En la actualidad,
comunidades de Aparcero (con (promedio arrienda Propietario Ocupante le han cercado
entrev. permiso) en has.) campos (Documentac. la explotación
Dpto (tamaño) que tiene)
Las Oscuras San Alberto 1 1 320 1 mensura 1
Las Cortaderas Pocho 4 3 1 22 5 has 1 con escritura 1 mensura -1 registro poseedor 1 con permiso 3
La Patria Pocho 3 3 205 2 con escritura 1 registro poseedor 0
Las Jarillas Pocho 8 7 1 144 3 con escritura 1 reg. poseedor, 3 boleto compra-vta 1 con permiso 1
Puertas Negras Pocho 2 2 465 2 boletos compra-vta 0
El Quemado Pocho 6 6 133 3 con escritura 3 boletos en sucesión 0
Los Quebrachitos Pocho 2 2 330 2 con escritura 0
La Concepción Pocho 3 2 1 7 2 boletos compra-vta 1 con permiso 0
Los Medanitos Pocho 5 4 1 21 2 con escritura 2 boletos compra-vta 1 con permiso 3
San Miguel San Alberto 2 1 1 5 1 con escritura 1 con permiso 0
Balde Mora San Alberto 2 2 s/d 2 con escritura 0
Las Overas Pocho 1 1 390 1 con escritura 0
Reducción San Alberto 1 1 166 1 con escritura 0
Chancaní Pocho 2 2 220 1 en sucesión y 1 c/ escrit perdida 0
El Bañado San Alberto 1 1 30 1 con escritura en sucesión 0
Aguas Amargas Pocho 1 1 200 1 con escritura 0
Los Médanos Pocho 4 4 260 1 con escritura 1 boleto cpra-vta, 2 boletos en sucesión 0
Las Toscas San Alberto 1 1 20 1 con escritura 0
San Rafael San Alberto 2 2 34 1 con escritura 1 boleto compra-vta 1
TOTAL 51 46 5 156 25 21 5 9
Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas semi-estructuradas realizadas en el área de estudio entre los
años 2009 y 2012.
10
En la zona de estudio no se evidencian casos de conflictos activos vinculados a
desalojos, pero sí se identifican, por un lado, áreas de conflictos potenciales en las
cuales se observan situaciones de tenencia precaria de la tierra y, por el otro, áreas
de latencia donde se conjugan lo anterior con la presión que viene ejerciendo la
frontera agropecuaria cercando algunas de las explotaciones campesinas.
Figura 2
11
En el mapa presentado se puede observar que de las 19 comunidades
entrevistadas, en diez de ellas se encuentra algún tipo de conflicto fundiario, sobre
todo en las ubicadas en el sector centro-oeste de Pocho y centro-norte de San
Alberto. En la mitad de tales comunidades –Las Jarillas, Las Oscuras, Los
Medanitos, Las Cortaderas y San Rafael– dichos conflictos se presentan como
latentes, resultado de la conjugación del avance de la frontera agropecuaria y de la
falta de título de propiedad por parte de los campesinos, lo que trae como
consecuencia “[…] la disminución de la superficie del monte […] [que constituye] el
medio de subsistencia del ganado caprino ya que […] el desarrollo de la ganadería
caprina se realiza de manera extensiva. Históricamente, los campos de la zona eran
explotaciones abiertas donde no se verificaba prácticamente la presencia de
alambrados, pero en los últimos diez años la instalación de los mismos y el
cerramiento de campos ha avanzado de manera considerable y directamente con
ello se han visto reducidos los espacios de ramoneo para el ganado, lo cual redunda
en la disminución de cabezas de las majadas que cada campesino puede criar, ya
que el acceso al alimento se ve de esta manera notablemente reducido”
(Maldonado, et al., 2010: 17). Mientras que en las cinco comunidades restantes –El
Quemado, La Concepción, Los Médanos, San Miguel y Puertas Negras–se detectan
conflictos potenciales, es decir, sólo se identifican casos de tenencia precaria de
tierra, lo que puede derivar en situaciones de confrontación ante posibles amenazas
de desalojos.
12
del reclamo por el derecho de los campesinos, no sólo en relación a la tenencia de la
tierra sino también a sus condiciones de trabajo y productividad.
Discusión
4
Un análisis exhaustivo de esta ley escapa al objetivo del presente trabajo, por lo que se toman en consideración
sólo sus aspectos más generales.
5
Dichos artículos se refieren a la prescripción de los bienes inmuebles.
13
sistema legal con el que cuenta la provincia para cubrir los derechos de los
poseedores continúa siendo ineficiente, ya que “[…] esta legislación sería burlada
[…] por las dificultades para el acceso a la justicia por parte de los campesinos, por
falta de dinero para pagar sus abogados, por ignorancia, por la acción inescrupulosa
de algunos profesionales, por acción francamente irregular de quienes tienen que
administrar la justicia” (Actuación Nº 3084/06, que constituye parte de la
Investigación General sobre Uso Sustentable de la Tierra, Actuación Nº 6062/03.
Citado por Romano, 2010: 14).
Por otra parte, pareciera que los objetivos de la ley 9150 sólo persiguen fines
tributarios y catastrales, no de saneamiento real de los títulos fundiarios,
constituyéndose el poseedor registrado como una figura intermedia entre el tenedor
precario y el propietario. Si bien constituye un paso para regularizar la situación
precaria de tenencia, no resulta suficiente en vista de los siguientes datos brindados
por Romano (2010): desde el año 2004 (en que fue sancionada la ley) hasta el 2008,
sólo fueron resueltos por la Unidad Ejecutora de la citada ley el 0,06% de los
trámites iniciados. Esto demuestra a las claras la ineficacia de dicha política pública.
Referencias bibliográficas
15
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural.
GT1: Campesinos e indígenas como sujetos sociales agrarios
1
El delta del río Paraná constituye la porción terminal de la cuenca del Paraná, extendiéndose a lo largo
de 300 km. Abarca una superficie aproximada de 17.500 Km2. La región constituye una planicie
inundable, con características biogeográficas y ecológicas únicas en la Argentina. (Bó y Quintana, 1999).
2
“Vivir en la isla, transformaciones socioeconómicas, vida cotidiana y percepciones del estado entre los
isleños de la IV y V sección del Delta Bonaerense”.
1
planicie aluvial en sentido Este Oeste y que une aproximadamente las ciudades
de Victoria (Provincia de Entre Ríos) y Rosario (Provincia de Santa Fe).
El Delta medio se extiende desde la línea imaginaria anteriormente
señalada hasta el nacimiento del río Paraná de las Palmas, ubicado al sur de
otra línea imaginaria que une las localidades de Baradero (Provincia de Buenos
Aires) e Ibicuy (Provincia de Entre Ríos). Por último el Delta Inferior constituye
la porción terminal de la región (Bó y Quintana, 1999).
El río Paraná es el único de los grandes ríos que fluye desde los trópicos
húmedos hacia la región templada húmeda originando un delta desde el punto
de vista geomorfológico (Bo y Quintana, 1999). Drena una cuenca de
2.310.000 Km2 y es considerado por su extensión, tamaño de la cuenca y
caudal, el segundo en importancia en Sudamérica. Forma parte del sistema de
humedales Paraguay-Paraná, el corredor de humedales más importante del
mundo. Los deltas están entre los sistemas más productivos, densamente
habitados, modificados y frágiles de la tierra (Kandus y Málvarez, 2002).
La fundación “Humedales” ha publicado varios documentos que se
centran en la zona del Delta, dentro de los cuales destacamos: Biodiversidad,
usos y amenazas en Delta medio (2010) y Endicamientos y terraplenes en el
Delta del Paraná (2010). Analizan la situación de los endicamientos, sus
efectos ambientales y el marco jurídico en que se insertan. También son
destacables los trabajos realizados por el Taller Ecologista de Rosario como
Islas del Paraná, la última frontera, en donde analizan la ley de arrendamiento
en la provincia de Entre Ríos y el proceso de ocupación de los humedales del
Delta.
A nivel técnico, es importante mencionar la publicación de Línea de Base
Ambiental realizada de acuerdo al PIECAS -Plan Integral estratégico para la
conservación y aprovechamiento sostenible en el Delta del Paraná (PIECAS-
DP), cuyo último informe final fue presentando en Noviembre del 2011.
A nivel internacional se destaca la Convención relativa a los Humedales
de Importancia Internacional- Ramsar, aprobada por la República Argentina por
medio de la Ley Nº 23.919 en el año 1991. La Convención tiene por objetivo la
protección de los humedales, incluidos en un listado de importancia
internacional. Dada la riqueza del humedal del Delta del Paraná es de
2
importancia que se proyecte un área dentro del Delta como sitio Ramsar, lo que
hasta ahora no ha sido efectuado por las autoridades correspondientes
Para la zona del Delta medio es escasa la bibliografía específica de
científicos sociales, no habiendo abundancia de trabajos como sí ocurre con
otras áreas del Delta, sobre todo el área de Bajo Delta. Merece especial
atención por esto mismo el trabajo de Ana Rosato (1988) quien describe y
analiza la organización social de los grupos de cazadores y pescadores en un
área del Delta Medio Bonaerense.
Hacia fines de la década de 1980 los pobladores del Delta bonaerense se
dedicaban mayormente a la caza y a la pesca, actividades que se
caracterizaban por presentar un proceso de producción peculiar, organizado a
través de las relaciones de parentesco existentes dentro de cada vivienda.
Entre las unidades domésticas -que funcionaban como unidades productivas-
para ese momento la autora no encuentra una especialización por actividad,
sino que en cada una se combinan varias. Tampoco existen vinculaciones
laborales formales entre ellas. Cada unidad parece funcionar
independientemente de las otras, tomando el jefe de la familia las decisiones
separadamente de la acción de los otros jefes. Dentro de la esfera productiva,
no parece existir ninguna forma de coordinación o centralización que permita
dar cuenta de una unidad social mayor que la de la familia.
Según Rosato las investigaciones que se han realizado sobre estos
grupos han caracterizado su economía como de subsistencia, por el tipo de
actividad que se realiza; caza y pesca y a su organización como dispersa
porque son llevadas a cabo por un sector social “marginado” de las actividades
económicas centrales, el cual recurre a la naturaleza para sobrevivir. La
combinación de distintas actividades para obtener un ingreso monetario mínimo
y el hecho de que los productos obtenidos en la caza y la pesca puedan ser
consumidos directamente avalan estas explicaciones. La existencia de grupos
unifamiliares aislados obedecería en este análisis a una adecuación de estos
grupos al tipo de actividad itinerante que supone la caza o la pesca y a la
región deshabitada que se les ofrece.
La investigación dentro de la cual se enmarca esta ponencia se propone
focalizar en las transformaciones ocurridas en el marco de las actividades
productivas a partir de mediados de la década del 90 aproximadamente,
3
identificando los cambios en el espacio, los patrones y técnicas de
producción, su impacto en el ambiente humedal y enfatizando en las
consecuencias de estos factores sobre el modo de vida de los habitantes
isleños. Estos últimos, de una economía de subsistencia basada en la caza y la
pesca informal como describía Rosato hacia fines de la década del 80, pasan
a ser puesteros de ganado asalariados. En el transcurso del trabajo de campo
hemos encontrado referencias de los actores que marcan un cambio en los
procesos productivos y sus consecuencias ambientales y sociales
“Pelusa nos cuenta que cada vez hay más ganadería en islas, tapando arroyos,
y eso mata el pez que va a desovar, sobre todo el sábalo.” ( Pescador
sanpedrino, diario de campo)
“vos te ponés a hablar con estos tipos te dicen depende del pescado que uno
quiera, uno va a tal parte del río que tiene 60 mts de profundidad, ahí hay tal
pescado…para mi es todo arameo antiguo, no tengo ni idea…y ahora he
comido pescado, después te cuentan de la caza del carpincho. Aparte es el tipo
que mata para comer, no por el cuero. Vos fijate el concepto de los tipos, los
otros días por ejemplo el hijo del balsero, que también va a laburar con el
alambre dije que cazó dos carpinchos y 20 nutrias y es todo para comer, el
friza todo, el cuero de carpincho lo están pagando 18 mangos, el hijo de puta
que se lo paga esa miseria, y el tipo estuvo tirado de panza toda la noche para
cazarlo!” (Diario de campo, Administrador de campo en isla)
4
planicie inundable sujeta a pulsos de inundación recurrentes, en un territorio
con características similares a los de la vecina región pampeana.
Se trata de transformar un espacio anfibio en uno continental con los
efectos que esto conlleva a nivel de las relaciones sociales, productivas,
ecológicas y económicas. Esta paulatina pampeanización de las islas introduce
otros tipos de actividades productivas, sustentadas en concepciones de
desarrollo y crecimiento económico de tipo capitalista.
“Un tipo de Buenos Aires, viste, que nada que ver, mucha guita…. ¿Bueno,
decime dice a vos te interesaría? Y yo le dije, mirá yo estoy acá ahora (por el
campo en Baradero) yo te voy a decir una cosa, yo si bien primero fui tambero
toda mi vida, estaba con las vacas pero en el tambo, yo de la isla lo único que
sé, que conozco de la isla es la Isla de Gilligan y la isla de la Fantasía.
Después…No tengo nada de experiencia viste. Y yo me he dado cuenta... He
hablado con tipos que uno dice, tienen una sapiencia y me dicen, no mira negro
yo hace un año, estaba igual que vos o sea, que no tenía idea. Vas
aprendiendo con la gente de ahí.” (Diario de campo, Administrador de campo
en isla).
“Pelusa cuenta “lo que te mata son los terraplenes”, porque él antes
también nutriaba, ahora no hay mucha demanda, lo pagan poco, y además
recién ahora ve que hay más nutrias, hasta en Baradero que se quemó todo.”
(pescador, diario de campo)
5
El manejo que se hace de la tierra en el Delta asume variaciones
importantes en los cambios productivos, que introducen una serie de medios de
trabajo mecanizados para poder trasformar la tierra -endicamientos,
terraplenes, etc- y alterar el ciclo de inundaciones. El capitalismo construye un
paisaje físico adecuado para su propia condición en un momento determinado
del tiempo, solo para destruirlo en un momento posterior (Harvey, 2007).
Podemos ver en los terraplenes y endicamientos remodelaciones periódicas
del entorno geográfico para adaptarlo a las necesidades de una nueva
acumulación.
6
por ahí ahora están pariendo vacas, o sea que han venido vacas preñadas, se
pagaron relativamente baratas, a buen precio… y bueno, se recorre y viste
cuando vos tenés el efectivo viste por ahí podés hacer negocios que de otra
manera no los podés hacer viste…” (Diario de campo Administrador de campo
en isla)
“El tipo tiene mucha hacienda, pero él es abogado, se encarga de otra cosa,
son tipos que este por ejemplo no tiene idea, el se ha hecho de todas estas
fracciones de campo, por litigios, por despelotes, entonces el tipo que tenía
20.000, le dice, che mirá te dejo 5.000 para vos….El tipo las acomoda, las
vende, le saca una buena diferencia o no…” (Administrador de campo en isla)
7
El proceso de pampeanización en las islas es coexistente con
determinadas intervenciones de agencias estatales -INTA, Subsecretaría de
Agricultura Familiar y Desarrollo Rural, Ministerio de Desarrollo Social, etc.), en
el espacio isleño considerado por éstas agencias como un socio-territorio que
debe tender a la productividad.
“Pero ya cuanto hace, dos años dijeron: “Intervengan en la isla” pero de palabra
si, que lindo un proyecto en la isla, pero vos te crees que alguno de la
coordinación bajó… “bueno vamos a reunirnos con la gente de la isla”…nunca.
(Diario de campo. Técnico Subsecretaria Agricultura Familiar)
“Nadie se ocupó nunca de las islas, falta atención por parte del municipio, pero
también desde INTA. Es debido a esa falta de atención que un productor de mil
hectáreas en isla hace desastres, porque no nos ocupamos (después dirá que
no pueden exigirle pago de impuestos y otras cargas a este tipo de productores
porque el Estado tampoco garantiza infraestructura).
3
En todo el Delta entre Marzo y Abril de ese año se quemaron 192.000 hectáreas, alrededor del 11 % de
su superficie, de Marzo a Noviembre la cifra aumentó a 280.000 hectáreas, el 16% de la superficie
(Humedales del Paraná, 2010)
8
No culpa al "privado" por el hecho de hacer agricultura en zona de reserva,
porque éste tiene un desconocimiento de lo que es la isla, o compra sin saber
como producir en ella y además el municipio debería decirle qué hacer y que
no. Pero no hay ordenanza que regule actividades productivas en islas.”
(Diario de campo. Funcionario Municipal)
9
La isla como “espacio”
10
modo de vida a partir de una estructura social fluvio-rural sujeta a
modificaciones ambientales, sociales y económicas.
Ese espacio involucra para ellos un lugar de pertenencia, estructuras de
sentimiento, un modo de vida, recuerdos y su propia historia. Raymond
Williams (2000) ha llamado “estructuras de sentimiento” a las tensiones y
desplazamientos que se rehuyen a una expresión ideológica formal, y sin
embargo “definen una cualidad particular de experiencia y relación sociales”
(2000:154). Conciernen a “significados y valores cómo son vividos y sentidos
activamente” (2000:155).
11
A modo de conclusión
“Bueno, yo no soy de acá, soy de tierra adentro, pero yo creo que las únicas
dos veces que fui hasta el arroyo Pintos fue hace 40 años, unos mosquitos… y
después nunca más! Y todo estos bicharrajos…” (Diario de campo.
Administrador de campo isleño).
12
Las fundaciones privadas financian investigaciones sobre ese espacio
pampeanizado, para "preservarlo" dado la importancia de biodiversidad de los
humedales. Biólogos, ingenieros y otros científicos de las ciencias naturales
trabajan para estas fundaciones. Por ejemplo, la fundación holandesa
Humedales. Ellos también construyen ese espacio de determinada manera, en
tanto que un humedal, como un espacio ecológico con una biodiversidad única
en el mundo.
Por lo tanto, considero que sobre un mismo espacio, que puede ser
considerado como un espacio absoluto, relativo y sobre todo, relacional,
(Harvey, 2004) se encuentran involucrados una alta complejidad de actores
sociales, con intereses y percepciones que no siempre confluyen totalmente.
El antropólogo debe considerarse un actor mas dentro de esa complejidad, en
nuestro intento de poder aprehender esa diversidad, que sin duda existe.
No es conveniente asimilar -a los efectos de una investigación- un
pescador a un puestero; un pequeño productor que no habita la isla pero la
utiliza como espacio productivo a aquel productor que cuenta con 3000 ha pero
jamás las ha visitado. Asimismo, es importante considerar que las agencias
gubernamentales cuentan con políticas a aplicar en ese espacio pero que no
han sido formuladas pensando en él. Por lo tanto, estas políticas son
adaptadas - a veces apresuradamente- considerando las prioridades de la
agencia gubernamental y no las necesidades o perspectivas de los pobladores
sobre quienes son aplicadas.
“por ahí vos te ponés a pensar bueno, ¿cómo hago con el nuevo enfoque de la
subsecretaria para llegar a esta gente?
Porque es todo un tema, si vos me estás hablando del valor agregado (en
relación a las líneas de la subsecretaría), de algo que genere empleo un
poquito más masivo, para toda la comunidad, pero acá (por la isla), uno vive
acá, el otro allá…” (Diario de campo. Técnico Subsecretaría de Agricultura
Familiar).
13
El proceso de expansión agropecuaria y las transformaciones socio-
productivas y espaciales que conllevan, reconfiguran el universo isleño en
modos diversos que pretendemos indagar. Pero sobre todo la pretensión es
poder indagar en la perspectiva de los isleños, para usar la categoría nativa, de
estos procesos; de las agencias, de los cambios, si es que los notan, si los
benefician, si los perjudican.
Considero que la Antropología y sus herramientas teórico-metodológicas,
como trabajo de campo etnográfico, las entrevistas abiertas y no dirigidas, así
como recurrir a las historias y las experiencias de vida son dispositivos útiles
para acceder a esas respuestas. Las historias de vida se centran en intentar
comprender aquellas dimensiones de la sociedad que los análisis macro dejan
por fuera, privilegiando las estructuras por sobre los actores (Piña: 18).
La experiencia, entendida de esta manera, no se reduciría a prácticas
autónomas sino a prácticas individuales y colectivas, insertas en el juego de
determinadas relaciones sociales de producción. Las determinaciones así
sugeridas sólo serían comprensibles a través de la acción, la experiencia, la
conciencia de hombres y mujeres, concretos y particulares. (Thompson, 1984)
No obstante, como señalan Boivin et al. (2008: 14), una característica del
análisis etnográfico es que “no puede ni debe determinar a priori cuáles hechos
han de ser incorporados en el cuadro a examinar y cuáles han de ser excluidos
del mismo… [ya que]…ningún hecho tiene sentido sino hasta que se lo construye
como dato al contextualizarlo”; contexto que se elabora en el transcurso del
trabajo de investigación.
Por lo tanto puede haber modificaciones en el curso de la investigación
que no estén contempladas en el comienzo. El método etnográfico de
investigación rompe con los modelos lineales que van de las hipótesis al análisis
a través de la recolección de datos, optando por producir conocimiento sobre el
mundo social a partir de las conexiones significativas surgidas del propio proceso
de investigación.
Como expresó una colega antropóloga con mucho acierto hablando del
tema: “Del isleño todos hablan (hablamos) menos él”.
Esta nueva investigación se plantea entonces intentar comprender las
motivaciones de ese silencio. Quizá nos sorprendamos del lugar adonde nos
conduce esa respuesta.
14
Referencias bibliográficas:
-HARVEY, David: Space as a key word, Paper for Marx and Philosophy
Conference, Institute of Education, London, 2004.
15
-Humedales del Paraná, Biodiversidad, usos y amenazas en el Delta Medio,
Taller Ecologista, Rosario, 2010.
-KANDUS, P y Malvárez A.I: Las islas del bajo Delta del Paraná. En
Borthagaray, J.M (Compilador): El Río de la Plata como territorio, Fadu;
Ediciones Infinito, Buenos Aires, 2002.
-PIÑA, Carlos: Sobre las historias de vida y su campo de validez en las ciencias
sociales. Documento de trabajo. Programa Flacso. Santiago de Chile, Nº 319,
Octubre 1986.
-THOMPSON, E.P.: La sociedad inglesa del siglo XVIIII: ¿lucha de clases sin
clases? En: Tradición, revuelta y conciencia de clases. Madrid, Crítica, 1984.
16
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
Introducción.
La política para el agro durante el período 1973-74 apuntó al tratamiento de cuestiones
consideradas claves por el gobierno peronista: tierra, impuestos, comercialización de carnes
y granos y fomento agrario. En septiembre de 1973 fue constituida en el seno del Ministerio
de Economía la Comisión de Política Concertada, integrada por funcionarios estatales y
representantes de la actividad privada. Los productores agrícolas y ganaderos participaron
de la Comisión mediante la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación Agraria Argentina
(FAA), la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Confederación Intercooperativa
Agropecuaria (ConInAgro), entre otras asociaciones. En el caso del ruralismo confederado,
esta inserción institucional (aunada a diferencias de apreciación entre sus directivos) generó
en su interior una serie de asperezas disimuladas en algunos casos y de conflictos abiertos
en otros, que constituyen el objeto de este artículo.
1
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
subsidios que fortalecieran a dicho sector empresario por sobre el capital extranjero. Pero
con la asunción de Isabel Perón como presidente de la Nación en julio de 1974 se inició un
segundo momento en el que los sectores ortodoxos de la derecha peronista consolidaron y
acrecentaron su poder en el gabinete de ministros y lograron la renuncia de Gelbard y de su
equipo económico, integrado (entre otros funcionarios) por el secretario de Estado de
Agricultura y Ganadería, ingeniero agrónomo Horacio C. Giberti.
Del mismo modo que la política económica, la política agropecuaria también atravesó dos
etapas. La primera, de mayo de 1973 a octubre de 1974, finalizó con la renuncia de Gelbard
y de todos sus colaboradores. Este período fue de una intensa actividad pues se aprobaron
la mayoría de las medidas agrarias propuestas: la suspensión de desalojos o de ejecución
de fallos por causa de la Ley Nro. 17.253 (Ley Nro. 20.518); la fijación de un impuesto
nacional de emergencia a las tierras libres de mejoras para 1974 y del impuesto a la renta
normal potencial a partir de 1975 (Nro. 20.538); la intervención estatal (en grados diversos)
en la comercialización interna y externa de carnes y granos a través de las juntas nacionales
de esos productos (Nros. 20.535 y 20.573 respectivamente); y el fomento agrario (Nro.
20.543). Por su parte, el proyecto de Ley Agraria, referido al uso, tenencia y conservación del
suelo fue objeto de amplios debates y no fue tratado por el Congreso Nacional. Las medidas
sancionadas que recibieran fuertes cuestionamientos de parte del gremialismo y del
cooperativismo agrarios, fueron derogadas por el gobierno militar instaurado en marzo de
1976. En tanto la segunda de las etapas mencionadas, iniciada luego de la renuncia de todos
los equipos de la Secretaría de Agricultura y hasta el mencionado advenimiento castrense,
se caracterizó por la total inactividad en materia de políticas públicas sectoriales2.
Durante la gestión de Gelbard también fue suscripta el 7 de septiembre de 1973 el Acta de
Compromiso del Estado y los Productores para una Política Concertada de Expansión
Agropecuaria y Forestal. Según este documento, “El Gobierno Nacional y los productores y
sus organizaciones representativas harán los mayores esfuerzos a fin de llevar a cabo una
política concertada, destinada a incrementar y diversificar la producción, armonizándola con
el desarrollo integral del país.”3. Entre los firmantes iniciales del Acta se encontraban los
siguientes dirigentes: Humberto Volando (presidente de la FAA); Roberto Eguilior (titular de
la Federación Argentina de Cooperativas Agrarias –FACA-, vinculada a la FAA); Pedro A.
Hernández (vicepresidente de la ConInAgro); Celedonio Pereda (presidente de la SRA);
Raúl E. Vivas (vicepresidente primero en ejercicio de la presidencia de la CRA) y Alberto
Mihura (titular de la Confederación de Sociedades Rurales del Litoral –CSRL-, componente
de la anterior). Luego se sumarían la Federación de Sociedades Rurales de Río Negro, la
2
Lattuada, 1986, pp. 245-46.
3
República Argentina, Poder Ejecutivo Nacional, 1973, p. 328.
2
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
3
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
incluía diversos gravámenes a la tierra –entre ellos el impuesto a la renta normal potencial- y
la intervención estatal en el comercio de carnes y granos) que reforzó los reparos iniciales
que manifestaran algunas asociaciones de productores, entre ellas la misma CRA y la
CSRL8. En tanto, el desacuerdo de criterios entre la CRA y la CARBAP (una de sus
principales adheridas) respecto de la firma del Acta de Compromiso y de la participación de
la primera en dicha Comisión, constituyó el punto de partida de un distanciamiento en las
visiones sostenidas por ambas entidades que se profundizaría luego con otros condimentos.
4
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
Tercera Zona (CARTEZ, integrada inicialmente por Córdoba y San Luis) en el mismo año; y
la Federación de Sociedades Rurales de la Patagonia (FSRP, compuesta por Río Negro,
Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego). En 1943, la CARBAP, la CSRL, la
CARCLO y la FSRP decidieron constituir una entidad de tercer grado (vale decir, una
confederación de confederaciones y federaciones): la Confederaciones Rurales Argentinas
(CRA). La CARTEZ se sumaría a esta última en 194710.
Tanto por el área de acción como por su caudal mayoritario de asociados, la asociación
bonaerense y pampeana detentó históricamente una significativa cuota de poder en el seno
de la CRA, cuyo alcance excedía el componente meramente formal e institucional en las
vinculaciones entre ambas entidades. Hacia mediados de la década de 1970, la CARBAP
constituía una corporación sectorial representativa de un considerable sector de productores
agrícolas y ganaderos medianos y grandes sitos en las provincias de Buenos Aires y La
Pampa, claves –en especial la primera- en la economía agropecuaria del país. En ese
entonces (y aún en la actualidad), su importancia económica y gremial cobraba especial
relevancia por la incidencia social y política que adquirían sus pronunciamientos,
preocupaciones y demandas, inclusive más allá de los ámbitos específicamente rurales. Las
actitudes y las temáticas que abordaba la Confederación interesaban tanto a los productores
como a los gobiernos y a otros sectores de la vida pública. El Consejo Directivo por una
parte, y la Mesa Ejecutiva y Administrativa por la otra, constituían (junto con la Asamblea y
los Revisores de Cuentas, no tratados aquí) las instancias fundamentales de la entidad. El
Consejo estaba integrado por un delegado de cada una de las sociedades rurales de primer
grado adheridas (algunas designaban más de uno). Entre otras facultades podía aceptar o
revocar las afiliaciones, resolver cuestiones internas y designar comisiones para el estudio
de cuestiones específicas. Además, el Consejo debía elegir de su seno y por mayoría una
Mesa Ejecutiva (formada por siete miembros: presidente, vicepresidentes primero y segundo,
secretario, prosecretario, tesorero y protesorero). Además de otras atribuciones, la Mesa
debía ejecutar las resoluciones y mandatos del Consejo, de las asambleas, los congresos y
conferencias de la entidad, como así también aprobar el presupuesto y confeccionar las
memorias y los abalances anuales. El presidente representaba al Consejo y a la
Confederación en las relaciones con otros actores individuales y sociales externos a la
institución11. Esta presentación resulta pertinente a los efectos de comprender la actuación y
el funcionamiento orgánico de la CARBAP durante el período analizado.
10
Desde la fundación de la CRA, algunas de las organizaciones de segundo grado aludidas experimentaron una serie
de divisiones, alterando su composición y dando origen a otras nuevas (como lo muestra el caso de la FSRP).
11
Palomino, 1989, p. 6 y ss.; CARBAP, c. 1974, pp. 5-12; CARBAP, s/fecha, p. 3 y ss. Por motivos de espacio, la reseña
realizada presenta un panorama de conjunto del proceso histórico de las asociaciones citadas, que aproximaciones
más pormenorizadas permiten ajustar. Un aporte al respecto puede consultarse en Giberti, 1985 y Makler, 2010.
5
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
12
Giberti (2002) analiza detalladamente las marchas y contramarchas de la entidad en relación a dicho impuesto.
13
CARBAP, c. 1974. La cita corresponde a la p. 76; c. 1976, p. 115 y ss.
6
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
14
CARBAP, c. 1974, pp. 15-16, 31 y ss.; y c. 1976, p. 235 y ss.
15
CARBAP, c. 1974, p. 175 (a que corresponden los fragmentos citados) y c. 1976, p. 240 y ss. Diversas entidades
afiliadas a otras confederaciones o federaciones de la CRA adoptaron juicios similares. Por caso, en junio de 1974, la
Sociedad Rural de Santa Fe envió al presidente Perón un telegrama que denunciaba “la tentativa marxista implicada en
el proyecto de ley agraria elaborado por la Secretaría de Agricultura.” (La Nación, 11 de Junio de 1974, p. 9; La Prensa,
12 de Junio de 1974, p. 6).
16
Debe destacarse que entre julio de 1974 y el mismo mes de 1978 (período correspondiente a la presidencia de Jorge
R. Aguado), la entidad experimentó una notable expansión organizativa. En efecto, si en el lapso abril de 1963-julio de
1974 se afiliaron a la CARBAP 10 nuevas sociedades rurales de primer grado, en los cuatro años siguientes lo hicieron
24 (es decir que en cuatro años se afiliaron más del doble de entidades de primer grado que en toda la década
precedente). Además, luego de un impulso inicial en 1973 (con el XXIII Congreso en Trenque Lauquen, provincia de
Buenos Aires), la CARBAP reanudó la realización de sus cónclaves anuales (el último había tenido lugar en la Capital
Federal en Octubre de 1958), extendiéndose hasta al menos 1983 (excepción hecha de 1981), según se desprende del
último dato consultado. Finalmente, durante la gestión de Aguado, la CARBAP llevó a cabo numerosas y destacadas
asambleas, movilizaciones y protestas públicas (en especial entre 1974 y 1976).
17
CARBAP, c. 1976, pp. 73-4.
7
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
18
CARBAP, c. 1974, p. 98; Dinámica Rural, Septiembre de 1973, p. 7. En una Solicitada publicada el 3 de Diciembre
de 1973, la corporación, aludiendo a la Comisión de Política Concertada, argumentaba que “no basta para recoger
opiniones, organizar reuniones en las que secretarios de estado o altos funcionarios se limitan a explicar los alcances
de los proyectos.” (CARBAP, c. 1974, p. 77).
8
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
corporación19. Es probable que una evaluación similar por parte de estas últimas, las
moviera a solicitar una reconsideración del asunto, como efectivamente lo hizo la Sociedad
Rural de Mar Chiquita (integrante del Grupo B) en la sesión del Consejo Directivo de
noviembre de 1973. Pero el resultado de la segunda elección, realizada en diciembre del
mismo año, resultaría aún más negativo para el Grupo B, ya que sería derrotado por más
del doble de votos (32 a 13).
Cuadro Nro. 1. CARBAP: Elecciones sobre suscripción del Acta de Compromiso (resultados totales).
Afiliadas votantes (cantidad y porcentajes) Total (%
Elecciones (*) A favor En contra Abstención Total afilia Votantes
Cant. % Cant. % Cant. % Cant. % das / Total)
Primera 16 40,0 21 52,5 3 7,5 40 100,0 70 57,1
Segunda 13 28,9 32 71,1 - - 45 100,0 71 63,4
Fuente: Elaboración propia en base a CARBAP, c. 1974, pp. 100-101.
(*) Fecha de la Primera votación: 27/Septiembre/1973. De la Segunda: 20/Diciembre/1973.
El Cuadro Nro. 2 aporta mayores precisiones acerca del derrotero que recorrieron las
entidades concurrentes a ambas votaciones. Mientras el Grupo A logró retener un mayor
caudal de votos en septiembre y diciembre (19 contra 10 de su oponente), el Grupo B
padeció un proceso de fragmentación notable: del frente que componían las 16 sociedades
rurales que lo integraban en la primera elección, 4 dejaron de concurrir a la segunda y otras
2 cambiaron su voto por la negativa. En tanto, otras 2 revirtieron su decisión inicial (voto en
contra y abstención por sendos votos a favor) y 1 organización recientemente ingresada
optó por la positiva a suscribir el Acta. Como resultado de este desgranamiento, el Grupo B
se redujo a las 13 entidades del comicio de diciembre. Por su parte, el Grupo A experimentó
un importante crecimiento: a sus 21 integrantes que votaron en la primera elección, no sólo
incorporó en la segunda los votos de 3 entidades que revirtieron su opinión anterior (1
abstención y 2 votos a favor por otros tantos negativos), sino también los de otras 10
sociedades rurales, no concurrentes al referendo anterior; sufriendo tan sólo 2 deserciones
(una que sólo votó la primera vez y otra que cambió su voto negativo por positivo en la
segunda). Así, el Grupo A reunió los 32 sufragios que le permitieron triunfar holgadamente
en los comicios de diciembre. También cabe señalar la mayor polarización presente en
estos últimos, evidenciada en la inexistencia de abstenciones. Sin dudas también coadyuvó
a la cómoda ventaja del Grupo A la incidencia desigual que tuvieron las sociedades rurales
participantes en una de las dos elecciones: mientras las que votaron en contra de la
suscripción del Acta representaban en septiembre tan sólo el 16,7%; dos meses después
sumaban el impresionante 90,9% del total de esa categoría. A nuestro juicio, resulta
19
Definimos a cada uno de esos grupos a partir de la actitud adoptada efectivamente en relación a las elecciones
precitadas, haciendo abstracción de los motivos o razones concretos que motivaran las decisiones de sus integrantes y
de las relaciones existentes entre ellas. Queda pendiente para futuros trabajos el estudio de esta cuestión.
9
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
razonable suponer que, para que esta abultada diferencia sea posible, la Mesa Ejecutiva y
demás miembros del Grupo A hayan gestionado la participación en el segundo referendo de
aquellas afiliadas real o potencialmente afines a su rechazo del Acta de Compromiso y, en
términos más amplios, de la política agraria del gobierno peronista.
Cuadro Nro. 2. CARBAP: Elecciones s/suscripción del Acta de Compromiso (resultados desagregados).
Sociedades rurales de primer grado
Detalle de las elecciones
Cantidad % (1) % (2)
Votaron en las dos elecciones 34 100,0
Mantuvo voto a favor 10 29,4
Mantuvo voto en contra 19 55,9
Cambios en las votaciones 5 14,7
Voto en contra por voto a favor 1 2,9
Voto a favor por voto en contra 2 5,9
Abstención por voto a favor 1 2,9
Abstención por voto en contra 1 2,9
Votaron en una elección 17 100,0
Primera 6 35,3 100,0
A favor 4 23,5 66,7
En contra 1 5,9 16,7
Abstenciones 1 5,9 16,7
Segunda 11 64,7 100,0
A favor 1 5,9 9,1
En contra 10 58,8 90,9
Abstenciones - - -
No votaron en ninguna de las dos elecciones 20 100,0
Total general 71 100,0
(1): Porcentajes totales por cada votación.
(2): Porcentajes desagregados para las entidades que participaron en una de las dos votaciones.
Fuente: Elaboración propia en base a CARBAP, c. 1974, pp. 100-101.
20
CRA, c. 1972, pp. 5-6.
21
Nota de la Federación de Sociedades Rurales de Río Negro dirigida al Consejo Superior Directivo de la CRA, 30 de
Julio de 1974, p. 1.
10
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
del Compromiso para una política de expansión agropecuaria y forestal”22. Sin embargo, y
no obstante su actitud de autoexclusión, la CARBAP apeló a las representaciones de la CRA
ante diversos organismos estatales para hacer llegar sus planteos. Entre otros, así lo hizo a
raíz de las altas tasas municipales de varios partidos bonaerenses en noviembre de 1973.
Siguió similar curso de acción al expresar su rechazo a la “estatización” de la Corporación
Argentina de Productores de Carne (CAP) y la solicitud que le formulara a su conducción
para que le transmitiera su apoyo y solidaridad a la Sociedad Rural de Tucumán, en
momentos en que el Congreso provincial analizaba un proyecto de ley que declaraba el
término de la concesión del predio donde funcionaba su local de exposiciones; ambas
gestiones en diciembre de 197323. Sin embargo, el diagnóstico de la CARBAP no fue
compartido por algunos de sus pares de la CRA, lo que –en combinación con otros factores-
ocasionó una serie de pugnas en el seno del gremialismo ruralista, como se verá en el
apartado siguiente.
22
Ministerio de Economía, Resolución 82/1973, 8 de Septiembre de 1973, p. 2.
23
CARBAP, c. 1974, pp. 91-92, 118-122 y 148-152.
24
CRA, Estatutos c. 1956, p. 1.
11
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
25
CRA, Estatutos c. 1956, p. 3 y ss. El Estatuto de 1977, no difiere en lo fundamental respecto del citado en lo atinente
a las cuestiones tratadas aquí.
26
CARBAP, c. 1974, p. 109 y sigs. Esta fuente no consigna la nómina de asistentes a la reunión.
12
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
13
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
14
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
33
Ballario, 2001, pp. 140-41 (a esta última corresponde el fragmento citado).
34
Ballario, 2001, pp. 138-150.
35
Giberti, 1983, p. 67 y ss., 2003, pp. 179-180; Lattuada, 1986, p. 252.
15
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
ese sentido, el aporte del anteproyecto se consideró positivo para el análisis del problema y
de las eventuales soluciones que surjan de su discusión y que en su oportunidad emitirá su
opinión a medida que se vaya desenvolviendo el estudio del anteproyecto, por cuanto hay
puntos en que podrá perfeccionarse y mejorar los conceptos a los que tiende la ley.”36. Sin
embargo, las gestiones de Vivas en el Subcomité alimentaron sus diferencias con la Mesa
Ejecutiva electa en abril de 1974. Por ese entonces, la conducción de la Confederaciones
Rurales Argentinas había suspendido sus actividades en la Comisión de Política Concertada
mientras ésta permaneciera en receso hasta tanto las entidades sectoriales no fueran
recibidas por el ministro Gelbard. A raíz de ello, en su sesión del 27 de junio de 1974, el
Consejo Superior Directivo de la CRA resolvió desautorizar la posición que Vivas expusiera
en el Subcomité Específico de Tenencia de la Tierra de la Comisión de Política Concertada,
alegando que había contravenido “expresas disposiciones de Presidencia en tal sentido”, y
revocar su mandato como delegado de la entidad ante el Subcomité y la Comisión; decisión
elevada al titular de esta última (Gelbard) al día siguiente. Más aún, la corporación ruralista
explicitó que no había discutido ni aprobado el proyecto ni dentro ni fuera del Subcomité37. El
26 de julio, relevó de sus representaciones ante la Comisión a José Fernández Cervantes
(CARCLO), Ricardo Torrusio (CSRL) y Jorge Leyro Díaz (Río Negro), designando como
reemplazantes a Alberto Mihura y Arturo M. Zaffirio (vicepresidente primero y protesorero de
la Mesa de la CRA asumida en abril, respectivamente)38. Además, rechazó de plano la
iniciativa, que no obstante resultaría aprobada por mayoría en la Comisión de Política
Concertada39. Por último, el 5 de septiembre de 1974 le comunicó al ministro Gelbard su
retiro de la Comisión; tesitura adoptada “por unanimidad” de su Consejo Superior el 28 de
agosto40.
36
Secretaría de Estado de Agricultura y Ganadería, Despacho del Subcomité Específico de Régimen de la Tierra
elevado por el Coordinador del Subcomité, Dr. Carlos Lozada Allende, al Secretario de Agricultura y Ganadería, Ing.
Agr. Horacio Giberti, el 13 de Agosto de 1974, p. 1.
37
Nota de Confederaciones Rurales Argentinas dirigida al Señor Presidente de la Comisión de Política Concertada,
José B. Gelbard, el 28 de Junio de 1974; CRA, c. 1974, p. 1; Secretaría de Estado de Agricultura y Ganadería,
Despacho del Subcomité Específico de Régimen de la Tierra…, 13 de Agosto de 1974, p. 4.
38
Nota de la Confederaciones Rurales Argentinas dirigida al Señor Coordinador de la Comisión de Política Concertada,
Contador Adolfo Donadini, el 26 de Julio de 1974; Ballario, 2001, p. 137.
39
CRA, c. 1974, p. 1. Una síntesis de los planteos de la CRA al respecto pueden consultarse en: El Campo en Marcha,
Agosto de 1974, pp. 11-12. Las restantes organizaciones componentes de la Comisión de Política Concertada se
expidieron sobre el proyecto de Ley Agraria el 27 de agosto de 1974. Lo apoyaron la Asociación de Productores de la
Industria Forestal, la Confederación de Juventudes Agrarias Cooperativistas, la Confederación General Económica
(CGE), la Confederación General de la Producción, la Confederación General del Trabajo (CGT), la Federación Agraria
Argentina (FAA), la Federación Argentina de Centros Juveniles Agrarios de Capacitación (FACJAC), la Federación
Argentina de Cooperativas de Consumo y la Unión de Productores Agropecuarios de la República Argentina (UPARA).
Lo apoyó en general, pero solicitando correcciones más profundas: la Coordinadora de Ligas Agrarias. Se abstuvo la
Confederación Intercooperativa Agropecuaria (ConInAgro). La CRA (que, de acuerdo con la fuente citada, la aprobara
en general en el Subcomité Específico) y la SRA expresaron su rechazo del proyecto (Giberti, 1983, p. 67 y ss., 2003,
pp. 181-182; Lattuada, 1986, pp. 261-262).
40
Nota de la Confederaciones Rurales Argentinas dirigida al Ministro de Economía, José B. Gelbard, el 5 de
Septiembre de 1974; CARBAP, c. 1976, pp. 39-40; La Nación, 7 de Septiembre de 1974, pp. 1 y 9.
16
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
El desenlace final que tuvieron las diferencias entonces vigentes en el seno de la CRA se
corresponde con los objetivos que se propusiera lograr la Mesa Ejecutiva y Administrativa de
la CARBAP asumida en julio de 1974 (bajo la conducción de Jorge R. Aguado, como se
dijo). Tales objetivos apuntaban a continuar el accionar de la Mesa saliente (dirigida por el
Ing. Bartolomé D. Naón), en el sentido de “movilizar” a la cúpula de la institución de tercer
grado “en una forma definida de oposición a las intenciones oficiales. Ello resultó en
conferencias y reuniones esclarecedoras que dieron por tierra con algunas tendencias
proclives a mantenerse en el seno de comisiones que en la Secretaría de Agricultura
intentaban aglutinar a las entidades agropecuarias dentro del esquema estatal.”.
Simultáneamente, el ruralismo bonaerense y pampeano desplegó un accionar similar en el
seno de la CRA, dirigido a “depurarla de posiciones personales internas proclives al apoyo a
los funcionarios y a sus iniciativas.”. En esta línea, que mantuvo desde que la confederación
de tercer grado aceptara suscribir el Acta de Compromiso, la CARBAP “propició la remoción
de los representantes de CRA en el Consejo Económico y Social y en la Comisión de
Política Concertada”; remoción alentada y avalada por el Consejo Directivo de la entidad al
considerar que “dichos representantes no interpretaban el sentimiento del gremio
confederado y debían por consiguiente, dimitir o ser separados de esas funciones.”. El
auspicioso resultado de sus gestiones se expresaría en las citadas resoluciones del Consejo
Superior Directivo de la CRA del 28 de junio, del 26 de julio, y del 28 de agosto de 1974
(notificada a Gelbard el 5 de septiembre). Hacia fines de 1974, el mismo Consejo eligió una
Comisión integrada por los presidentes de las agrupaciones afiliadas (exceptuando a las
patagónicas, que al menos hasta el año 1977 –último dato consultado- permanecerían al
margen) con el propósito de redactar un nuevo Estatuto Social para la Confederaciones
Rurales Argentinas. Todas las decisiones mencionadas contaron con el resuelto apoyo de la
CARBAP41. De este modo, se inició una etapa de relativa recomposición en las relaciones
existentes entre las distintas adheridas a la CRA, no exenta de conflictos.
A modo de conclusión.
Cerrando este artículo, conviene señalar que las tensiones y desavenencias estudiadas no
constituyen un ingrediente propio ni específico del ruralismo confederado sino que se
encuentran presentes (ya sea en forma latente o manifiesta) tanto en las asociaciones
agropecuarias en particular, como en las entidades empresarias y sindicales en general.
Especificado este punto, puede plantearse que la creación de una instancia como la Comisión
41
CARBAP, c. 1976, pp. 32, 39-40, 347-48 y 351 (a que corresponden los fragmentos citados); CRA, c. 1977, pp. 2 y 6.
Conviene mencionar que Río Negro, representada por el mencionado Leyro Díaz, se reintegraría a la CRA a mediados
de 1979 (Ballario, 2001. p. 154).
17
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
de Política Concertada (entendida como parte de la agenda sectorial del gobierno), creó las
condiciones para la conformación de grupos concretos, con sus correspondientes pautas de
identidad y diferenciación. En el seno de la CARBAP, incidió en la definición y redefinición de
grupos específicos (designados como A y B) y de relaciones de adhesión no siempre
estables en función ya sea de la cambiante actitud de las sociedades rurales que los
integraban, ya sea de la incertidumbre que aportaban aquellas otras que se habían
mantenido al margen (en grados diversos) de ambos nucleamientos. Conviene señalar que
las divergencias entre los grupos A y B no brotaban inmediatamente de sus relaciones
mutuas sino mediatamente a partir de los efectos recíprocos que provocaban sobre ellas la
posibilidad de una eventual incorporación a dicha Comisión. En ese marco, es muy probable
que la Mesa Ejecutiva interpretase la votación para decidir la firma o no del Acta como un
veredicto tanto hacia las posiciones que sostuviera hasta entonces (y, desde otra mirada, de
la legitimidad que detentara ante sus representadas), como hacia la política agropecuaria del
gobierno en su conjunto. La participación masiva y singular de rurales en la elección de
diciembre de 1973 rechazando la suscripción del documento, puede atribuirse a un accionar
de la Mesa y del Grupo A basado en la interpretación señalada.
No obstante, las tenues tensiones que los documentos consultados registran respecto de los
comicios en el ruralismo bonaerense y pampeano, cobran mayor vivacidad al examinar los
avatares producidos en el interior de la “institución madre”, al decir de Leyro Díaz. En efecto,
los diferentes posicionamientos de la CRA y la CARBAP se generaron a partir de la adhesión
de la primera al Acta de compromiso entre el Estado y los Productores a pesar de la
declarada oposición de la segunda. La discusión acerca de la posible vinculación de la CRA
con la CGE y el apoyo que aquélla le prestara inicialmente al proyecto de ley agraria en el
Subcomité Específico de Tenencia de la Tierra de la Comisión de Política Concertada
acrecentaron las diferencias entre dichas organizaciones. Cabe señalar también las
disidencias originadas entre la CARBAP y la Federación de Sociedades Rurales de Río
Negro a raíz del rechazo por esta última del proyecto de Empréstito Patriótico dado a
conocer por la primera, por una parte; y de la vinculación institucional que el titular
patagónico propusiera efectivizar con la Confederación General Económica (y a la que en su
momento también suscribiría la CARTEZ), por la otra. Las diferencias persistieron luego del
arribo de Aguado a la presidencia de la CARBAP en julio de 1974 y con él, de la dura
oposición a avanzar en cualquier actitud que pudiera considerarse como un acercamiento al
gobierno o a grupos empresarios antagónicos. La puja de fuerzas en el interior de la CRA
promovida por la corporación bonaerense y pampeana (alentada por algunas de sus
similares y amplificada a raíz del proyecto de Ley Agraria y del deterioro que ya mostraba el
panorama político) no sólo condujo al alejamiento de la cúpula dirigencial considerada afín al
18
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
Bibliografía citada.
Artículos y libros.
Ballario, Ardelio (2001). El ruralismo argentino. Política Nacional o Fundamentalismo de
Mercado. Sin datos de edición, sin datos de lugar.
De Riz, Liliana (2000). La política en suspenso, 1966/1976. Paidós Editorial, Buenos Aires.
Giberti, Horacio (1983). Homenaje e Historia. En: Realidad Económica. Nº 51, 2do. bimestre.
Giberti, Horacio C. E. (1985). Historia económica de la ganadería argentina. Hyspamérica
Ediciones, Buenos Aires.
42
Véase por caso The Review of the River Plate, 21 de Diciembre de 1977, p. 1016.
19
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
Giberti, Horacio (2002). CARBAP y el impuesto sobre la renta normal potencial. En: Revista
Interdisciplinaria de Estudios Agrarios. Facultad de Ciencias Económicas, Universidad
de Buenos Aires, Nro. 16, Julio.
Giberti, Horacio (2003). Cambiantes posiciones de la Sociedad Rural Argentina, CRA y la
CGT respecto al proyecto de Ley Agraria. En: Revista Interdisciplinaria de Estudios
Agrarios. Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires, Nro. 19,
2do. semestre.
Lattuada, Mario J. (1986). La política agraria peronista (1943-1983). Centro Editor de
América Latina, Buenos Aires.
Makler, Carlos A. (2008). Las organizaciones gremiales agropecuarias durante el peronismo
y la “Revolución Libertadora”: respuestas y desafíos en tiempos de cambio (1946-
1958). Ponencia presentada a las XXI Jornadas de Historia Económica, Asociación
Argentina de Historia Económica, Universidad Nacional de Tres de Febrero.
Makler, Carlos A. (2010). Apuntes para el estudio del bloque de fuerzas ruralistas en la
Argentina (1910-1965). Ponencia presentada al Congreso Internacional Corporaciones
y Grupos de Poder en la Argentina del Bicentenario: Pasado y Presente. Universidad
Nacional de Córdoba, Centro de Estudios Avanzados, Córdoba.
Makler, Carlos A. (2012a). La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La
Pampa (CARBAP): remembranza a 80 años de su fundación (1era. Parte). En: El
Enfiteuta. Cuadernos sobre Política Agropecuaria, 9 de Agosto de 2012 (Disponible
en: www.elenfiteuta.com).
Makler, Carlos A. (2012b). La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La
Pampa (CARBAP): remembranza a 80 años de su fundación (Última Parte). En: El
Enfiteuta. Cuadernos sobre Política Agropecuaria, 27 de Agosto de 2012 (Disponible
en: www.elenfiteuta.com).
Newton, Jorge (1972). Diccionario biográfico del campo argentino. Artes Gráficas Bartolomé
U. Chiesino, S.A., Avellaneda, Buenos Aires.
Palomino, Mirta L. de (1989). Organizaciones corporativas del empresariado argentino:
CARBAP (Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa),
1955-1983. CISEA, Buenos Aires.
Fuentes oficiales.
Ministerio de Economía. Resoluciones. (Fecha y número citados).
Nómina de firmantes originales del Acta de Compromiso. (Documento mecanografiado).
República Argentina, Poder Ejecutivo Nacional (1973). Plan Trienal para la Reconstrucción y
la Liberación Nacional. Editorial Codex S.A., Buenos Aires.
Secretaría de Estado de Agricultura y Ganadería (1974). Despacho del Subcomité
Específico de Régimen de la Tierra elevado por el Coordinador del Subcomité, Dr.
Carlos Lozada Allende, al Secretario de Agricultura y Ganadería, Ing. Agr. Horacio
Giberti, el 13 de Agosto de 1974 (Documento mecanografiado).
Fuentes gremiales.
Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) (s/fecha).
Estatuto de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa.
Talleres Gráficos Frontiñán, Rodríguez, Chaves y Cía., Buenos Aires.
Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) (1946).
Recopilación de las Deliberaciones y Resoluciones de los Congresos Rurales. 1932 a
1942. Talleres Gráficos N. A. Ferrari, Buenos Aires.
20
Carlos A. Makler. Corporaciones no tan corporativas…
Diarios y revistas.
Dinámica Rural. (Fechas citadas).
El Campo en Marcha. (Fechas citadas).
La Nación. (Fechas citadas).
La Prensa. (Fechas citadas).
The Review of the River Plate. (Fechas citadas).
Otras.
Perón, Juan Domingo (1987) [orig. 1973]. Palabras pronunciadas el 25 de octubre de 1973,
en la Casa de Gobierno, ante los miembros de la Comisión [de] Política Concertada
con el sector agropecuario y forestal. En: 1973. Perón – Discursos completos. Editorial
Megafón, San Isidro.
21
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
1
Para los procesos de campesinización y recampesinización en la provincia ver Dargoltz, Raúl E. (1997)
El movimiento campesino santiagueño-MoCaSE. No hay hombres sin tierras y no hay tierra sin hombres,
en Revista Taller (Buenos Aires) Vol. 2, N° 4, agosto
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
la cría de ganado mayormente caprino, también vacuno, así como el cultivo –sobre todo
de maíz y de zapallo-, y en algunos casos la producción de poste y carbón para la
venta), que produce unos pocos excedentes para poder ser comercializados (como poste,
carbón, dulces, mieles, escabeches, etc.). El Monte es para las familias campesinas e
indígenas su medio de vida. Allí se construye y reconstruye, por medio de la
organización, una alternativa que busca fortalecer la producción propia de alimentos y
el autoconsumo, con la finalidad de abastecer los mercados locales, así como hacer
innecesario salir a trabajar “para otros”.
A nivel nacional, el MoCaSE-VC forma parte del Movimiento Nacional Campesino
Indígena (MNCI), a nivel latinoamericano de la Confederación Latinoamericana de
Organizaciones del Campo (CLOC), y a nivel mundial de la Vía Campesina. La
producción de alimentos y la reforma agraria resultan una apuesta política fundamental
de la organización en todos estos niveles de participación, que se materializan en una
propuesta productiva antagónica a los agronegocios que propone la soberanía
alimentaria2, la agroecología y la Reforma Agraria Integral como banderas de lucha.
La Agroecolgía propone una nueva mirada hacia los sistemas agroganaderos y
agroalimentarios que permite visibilizar, fortalecer y difundir los procesos de resistencia
y de construcción de alternativas alimentarias que actualmente están teniendo lugar en
distintas partes del planeta. Las propuestas agroecológicas para una producción rural de
base campesina y para la construcción de redes alimentarias que articulan producción y
consumo de forma directa y equitativa se fundamentan en las praxis cotidiana de
comunidades indígenas, campesinas y de agricultura familiar en alianza con grupos de
consumidores y otros grupos de la sociedad civil, incluidos movimientos sociales y
políticos en torno a la agricultura y la alimentación. La soberanía alimentaria se centra
en la redefinición del sistema agroalimentario con principios agroecológicos donde la
producción de alimentos reside en sistemas productivos locales agroecológicos en
manos de campesinos y agricultores familiares destinados a alimentar a la población
local a través de mercados locales donde prevalezcan relaciones de poder equilibradas
que permitan vivir a los campesinos y acceder a los alimentos a precios razonables. La
2
En el documento de Soberanía Alimentaria del Primer Congreso Nacional del MNCI, se la define de la
siguiente manera: Para nosotros y nosotras, la Soberanía Alimentaria es el derecho que tiene cada estado
y cada pueblo a la alimentación y a definir su modo de producción de alimentos de acuerdo con sus
propias necesidades, dando prioridad a las economías y mercados locales y fortaleciendo la agricultura
comunitaria. Aalimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles y producidos de forma
sostenible y ecológica (MNCI.2010)
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
El MoCaSE sirve para buscar solucionar a problemas comunes, para ser representante de los
campesinos ante las autoridades, para apoyar las peticiones de cada una de las organizaciones
que la integran. Queremos diferenciarnos de la forma tradicional de hacer política, que se
maneja con promesas incumplidas y que no le interesa promover la unidad y autodeterminación
del sector campesino. Sabemos que el MoCaSE debe alcanzar un peso político, pero
manteniendo su independencia de los compromisos partidarios, las instituciones también nos
apoyan porque les conviene mantener su fuente de trabajo y a veces quieren controlar la
orientación del proceso de organización (MoCaSE. 1990)
La estructura organizativa del MoCaSE, desde sus inicios hasta el 2001 estuvo formada
por organizaciones locales denominadas Comisiones de Base y Comisiones Centrales o
Centrales, organizaciones de segundo grado constituidas por representantes de las
organizaciones locales. También formaban parte del MoCaSE varias cooperativas
campesinas. Se identificaba en términos generales como “organización zonal” a las
Comisiones Centrales, Cooperativas y Uniones Campesinas, mientras que eran
Organizaciones de Base las Comisiones que funcionaban a nivel local. El MoCaSE era
dirigido por una Comisión Directiva formada por un presidente, vicepresidente,
secretario, prosecretario, tesorero, protesorero y vocales, elegidos periódicamente
(Durand. 2007: 101)
En 1999 el MoCaSE organizó, en la ciudad capital de Santiago del Estero, el congreso
“Campesinos y campesinas unidos en la lucha por la tierra y la justicia”. De aquella
instancia participaron delegaciones de la organización, así como otras organizaciones
de la provincia que evaluaban su incorporación, y delegaciones también de otras
provincias (algunas organizaciones de las cuales luego confluirían años después en el
MNCI).Entonces se planteó como objetivo del congreso:
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
3
Información actualizada a enero de 2012
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
El Monolito
Distante a 13 Km. de la Central de la CCPN, en el paraje Las Lomitas, se encuentra San
José del Boquerón, un pequeño pueblo rural situado sobre lo que fue la Reducción
Jesuítica de San José de las Petacas, fundada en el siglo XVIII por el P. Joseph
Theodoro Bravo. Hoy el único vestigio visible de aquella historia es un pequeño
monolito de menos de dos metros que recuerda la presencia de la reducción en la zona.
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
Los pueblos sedentarios ubicados en el centro y sud de la provincia, constituyeron la base sobre
la que vino a elaborarse la estructura derivada de la conquista. Su tipo de economía y las
características de su existencia, impidieronles ofrecer continuada resistencia al conquistador y
debieron en cambio aceptar la nueva situación que se les imponía. Los pueblos que estaban
menos arraigados a la tierra en cambio, como los Lules-Vilelas y los Guaycurúes (Abipones,
Tobas, Mocovíes), pudieron oponer una tenaz y porfiada defensa a la sujeción. Su tipo de
economía y sus condiciones culturales, les permitieron abandonar la tierra cuando fue preciso y
buscar refugio en lo más intrincado del Chaco y desde allí, azotar las zonas bajo la dominación
española. El constante acorralamiento a que iban siendo sometidos y el aumento de las
privaciones que en consecuencia iban sufriendo, acentúo su ímpetu belicoso, que se tradujo en
constantes ofensivas al campo enemigo, en busca de despojos que les permitieran sobrevivir. Su
situación se hizo tan desesperante a veces, que se vieron obligados a pedir reducción, y así se
establecieron algunas de importancia, entre ellas en territorio santiagueño, la de Vilelas en 1735
a orillas del Salado; la de Abipones en 1752 sobre el Dulce y la de Petacas en 1762 sobre el
Salado (Santucho. 1954:14).
En 1762 los jesuitas fundaron la Reducción de San José de las Petacas, en las
inmediaciones del actual San José de Boquerón, que fue poblada especialmente por
Vilelas, y con el fin de disciplinar a la indiada.
4
La cera y miel se exportaban a Chile, Potosí y Perú
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
5
Nota publicada en el Diario Pagina/12 el día martes, 12 de octubre de 2010.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-154771-2010-10-12.html
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
6
Nota publicada en el diario Pagina/12 del día 14 de noviembre de 2007.
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-94639-2007-11-14.html
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
continental: 0,85%, con extremos como Misiones (1,33%), Santiago del Estero (1,18%)
y Santa Fe (0,95%)7.
Para ser explicativos aquí con aquello que Alimonda denomina la Colonialidad de la
naturaleza americana, es fundundamental retomar el planteo de la tesis central del
grupo Modernidad/Colonialidad en la afirmación de que la Modernidad es inseparable
de la Colonialidad, y en este sentido ambas esferas están ligadas dialécticamente. Como
afirma Alimonda el trauma catastrófico de la conquista y la integración en posición
subordinada, colonial, en el sistema internacional, como reverso al mismo tiempo oculto
y necesario, de la modernidad, es marca de origen de lo latinoamericano (Alimonda.
2011: 19). En palabras de Aníbal Quijano, la Colonialidad es uno de los elementos
constitutivos y específicos del patrón mundial de poder capitalista. Su fundación se
remonta a la imposición de una clasificación racial/étnica de la población del mundo
como piedra angular de dicho patrón de poder y opera en cada uno de los planos,
ámbitos y dimensiones, materiales y subjetivas, de la existencia social cotidiana y a
escala societal. Se origina y mundializa a partir de América. Con la constitución de
América (Latina), en el mismo momento y en el mismo movimiento histórico, el
emergente poder capitalista se hizo mundial, sus centros hegemónicos se localizaron en
las zonas situadas sobre el Atlántico y como ejes centrales de su nuevo patrón de
dominación se establecieron también la colonialidad y la modernidad. En resumen, con
América (Latina) el capitalismo se hizo mundial, eurocentrado y la colonialidad y la
modernidad se instalaron asociadas como los ejes constitutivos de su específico patrón
de poder, hasta hoy (Quijano. 2000: 342). En esta línea Alimonda subraya que el
proyecto moderno implicó el ejercicio de un bio-poder sobre la naturaleza, entendido
como poder sobre los espacios físico-geográficos, los suelos y los subsuelos, los
recursos naturales, flora y fauna, el aprovechamiento de las condiciones climáticas. En
este sentido podemos decir que los dispositivos de la modernidad, así como producen
subjetividades y territorialidades, producen también “naturalezas” (Alimonda. 2011:
50). La naturaleza se presenta como algo a ser controlado y manipulado de forma tal
que podamos que podamos extraerle sus ganancias.
La Colonialidad debe pensarse como una forma de relación social con características
propias que desborda al colonialismo en términos de momento histórico particular que
forma parte de una cronología. En este sentido, existe en la región un proceso histórico
7
Carta publicada en la revista Noticias del día 16 de septiembre de 2007.
http://www.revista-noticias.com.ar/comun/nota.php?art=640&ed=1599
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
de devastación del Monte que no se reduce solo a los últimos años. Hacia fines del siglo
XIX la explotación forestal, que se convirtió en el principal sostén de la economía de la
provincia de Santiago del Estero. Esta actividad se localizó en las riberas de ríos
navegables, lo que posibilitó fácil acceso y salida a la población. La expansión
ferroviaria y la explotación de los bosques se reclamaba mutuamente: madera para los
“durmientes” de quebracho en que se asentaban los rieles, para postes de alambrado y
telégrafo, y carbón para combustible eran requeridos en todo el país de manera creciente
(Bazan.1984, en Grosso. 2008: 74).
La explotación forestal destruyó más de diez millones de hectáreas de bosques
vírgenes. Dargoltz (2003) plantea que existió una primera etapa de gran explotación
forestal en la provincia, que se extendió desde fines del siglo XIX hasta 1943
aproximadamente, cuando las empresas comenzaron a retirarse en busca de nuevas
formas de enriquecimiento. Un nuevo despertar de la explotación forestal se dió cuando
se instalaron en la provincia dos grandes fábricas de tanino del quebracho, como
consecuencia del auge de este producto en el mercado internacional. Las fabricas
Weisburd y Monte Quemado quebraron a fines de 1960 cuando la forestal levantó todas
las instalaciones del país al sustituir el tanino de quebracho por la mimosa africana,
provocando una nueva crisis de la actividad forestal en la provincia. Hacia la década
del 80 se produjo un cambio en el mercado de la tierra. Los títulos, que hasta ese
momento habían servido como prendas hipotecarias y eran billete de cambio de un
mercado financiero despreocupado por los legítimos pobladores, cambiaron su utilidad
al producirse una revalorización de los cereales, granos y el ganado en el mercado
internacional. Esto obedeció a varias razones: tecnologías de aplicación transgénica
para la mejora de semillas en terrenos secos, tecnología apta y disponible para derribar
monte, desertización de suelos productivos de otras zonas y por lo tanto una migración
en busca de zonas “disponibles”. Así, el incipiente desarrollo del agronegocio hacia la
década del 80, planteó un nuevo escenario en la historia del saqueo de bienes naturales
en Santiago del Estero.
Caminando por el monte con Ramón Cuellar en febrero de 2012 pasamos al lado de lo
que fue un horno para hacer carbón. El suelo tenia un manchón negro y se veían
ladrillos desperdigados alrededor. Entonces le pregunté que había sucedido allí, a lo que
me afirmó “el que hace carbón va matando el monte, hay tantas cosas para hacer sin
matar el monte…”. Aquel era un horno familiar que habían decidido destruir para
detener el desmonte realizado por ellos mismos. Las comunidades campesino-indígenas
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
8
Vale aclarar que no entendemos esta forma como un abordaje conservacionista del monte, sino que
pretendemos diferenciar una forma de manejos sostenible de una forma extractiva con la única finalidad
de extraer ganancias.
9
Recapitulando los aportes, podemos decir que el territorio es una construcción, en términos de Milton
Santos, “un cuadro de vida” socialmente apropiado (Santos. 2005).
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
Caminando por el monte con Nica, recordó una conversación sobre la eternidad
planteada por el evangelio que habíamos sostenido hacia unos días, entonces me dijo
“yo estudio mucho el monte. Te voy a enseñar algo” y se detuvo al lado de un Vinal. Lo
señaló y me explicó que ese árbol algún día moriría, a la par de ese se crecían dos
vinales pequeños, “esos son de semillas de este” me dijo indicándome el vinal grande.
“Esa es la eternidad, es natural” me explico. “Con nosotros igual, morimos y después
vienen nuestros hijos. La eternidad es que sigan los hijos lo que sus mayores
empezaron. Esas son las enseñanzas de los viejos”.
En una entrevista a Ramón Cuellar, al preguntarle por la importancia del Monte, dijo:
El (palo) que es verde no lo podemos cortar, porque es matar plantitas injustamente porque eso
nos enseñaron los viejos principales a nosotros. Así era la orden de los primeros indígenas, que
no cortemos un palo que no necesitemos porque es un crimen, y que no le hachemos un palo
porque el necesita la vida. Cuando le esta cayendo la resina, dice que eso es lo que llora el árbol,
todo eso…y cuando andamos para sacar la miel, que no le voltiemos el palo. Si no lo puede
sacar, déjelo al palo. Todo eso tenemos recomendaciones. Quizás de eso hasta ahora estamos
teniendo monte todavía. Y como ven muchas plantaciones de árboles. Lo que mas necesitamos
es frutal: algarrobo blanco, negro, mistol, chañar. El quebracho blanco no es frutal, pero siempre
tenemos para la sombra, para los animales. El monte es importante para todo, si no tenemos
árboles ¿a donde va a ir el agua? Inundaciones…necesitamos de los árboles y de toda planta
(Ramón Cuellar. Febrero 2012)
Una discriminación bárbara a los indígenas… por eso es nuestra la tierra, porque nosotros
tenemos la sangre directamente de nuestros indios, nuestros pasados. Por eso es un orgullo
defenderla a la tierra porque sabemos que es nuestra la tierra, no porque queremos venirse a
adueñar de lo que no tenimos, de lo que no nos pertenece. Nosotros luchamos porque nos
pertenece, y la mezquinamos a nuestra tierra. Para nuestros hijos, nietos, para los que están y los
que no están. Por eso mezquinamos. ¿Y a donde vamos a tener nuestras familias si nos quitan
por ejemplo, los empresarios nuestras leyes de posesión? Nos arrasan las casas, muchas veces
nos han quemado las casas. Hasta nos acaban matando los animales. Para que nos puedan
bajonear. Hasta han alcanzado a matar, hacernos reprimir con la policía, contratando gente
matona como ha pasado con Cristian, pagando gente para que nos maten. Porque estamos
luchando por lo nuestro (Ramón Cuellar. Febrero 2012).
10
Las tejas de tinaja es el nombre que los pobladores locales le dan a los pedazos sueltos de cerámica rota
que alguna vez formaron parte de una vasija, u otros elementos.
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
en un plástico y los habían enterrado al lado de un Mistol, dentro del cerco, a modo de
tumba, y allí lo alumbraban usualmente también los días lunes. Ramón me comentó que
ahora no lo hacían hace un tiempo, pero que si era una costumbre que habían mantenido
largamente. Al preguntarle porque lo hacían me explicó que el alumbraba pero pedía
con un nombre: Marcelino Cuellar. Ese hombre había habitado la zona y conocía mucho
de la vida en el campo. “Me recomiendo a los muertos porque ellos si supieron mucho
de la vida en el campo. De los animales, de la cosecha, o de atajar algún animal. Por
eso le pedimos”.
Al preguntarle por esa historia a Ricardo Cuellar (Hijo de Ramón) hizo una distinción
entre el culto a los santos y alumbrar a los indios muertos, alumbrar a un hermano:
Si nosotros encontramos esas cosas en el cerco, o por ahí, creemos que por algo estaba ahí. Y
bueno, que pongamos una velita y que haga llover y podamos cosechar tranquilos. Y a veces se
da. Son cosas que no porque las pidas se hacen nomás…y como viene eso no se… pero a veces
se ha dado que se consigue, y por eso uno cree que existe una fe ahí. Y vemos que los santos si
son algo impuesto porque son mas hechos de material, y aquellos hermanos que han dejado sus
huesos ahí, son huesos, son seres humanos… (Ricardo Cuellar. Febrero 2012)
La Carpa de la Resistencia
La primera vez que estuve en las Lomitas fue en 2010. En esa ocasión me encontraba
trabajando con jóvenes prontos a entrar a la escuela de Agroecologia que tiene el
MoCASE-VC en Quimili. Una de las propuestas de trabajo que teníamos consistía en
trabajar sobre la memoria histórica de la comunidad. Pensando sobre el mejor lugar para
realizar ese trabajo, la comunidad nos indicó que fuéramos al lugar donde estuvo la
Carpa Negra en el año 2001. Se subrayaba la importancia de ese lugar como marca
territorial de la memoria viva de la comunidad. “Ahí nos iniciamos a la lucha” me dijo
Nica entonces.
En aquel lugar se pueden ver hoy los horcones que sostuvieron la carpa durante los
meses del conflicto. También un quebracho blanco donde hay marcadas inscripciones
de la fecha del posicionamiento de la carpa. Un tunal que plantaron entonces hace de
marca territorial.
En ese mismo lugar, en enero de 2012, Nica me afirmó: “Acá empezamos la lucha, y
esta lucha la ganamos”.
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
11
Desde la década de los 80, la segunda revolución verde conocida como la revolución biotecnológica
vino en busca de profundizar los márgenes del proceso anterior (la revolución verde de los años 60), lo
cual trajo aparejado una enorme reconfiguración de los territorios.
12
Cabe aclarar que entendemos este fenómeno como tendencia cargada de contradicciones, y no como
hecho totalmente consumado.
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
modo tal que la reproducción de este modelo implica en si mismo la expulsión de estas
poblaciones de sus territorios, desapropiándolos del acceso a la tierra y a la producción.
Este es un punto fundamental para comprender los argumentos de defensa de los bienes
naturales de las organizaciones campesina e indígenas, así como su mensaje a la
humanidad: la destrucción de las comunidades campesinas e indígenas, implica en el
mismo movimiento, la destrucción del medio, necesario para la reproducción de la vida
humana en el planeta tierra.
Desde la década del 60 pero con más fuerza en los últimos veinte años, en Santiago del
Estero se vienen sucediendo intentos, muchos de ellos efectivos, de desalojo de los
pobladores y de destrucción del bosque nativo tras el impulso de los agronegocios13.
En este sentido decimos que esta territorialización choca con aquellas territorialidades
que, si bien subordinadas, han pervivido y resistido durante décadas, y en algunos casos
durante un tiempo inmemorial, aunque no sin conflicto. Así pretende excluirlas y
arrinconarlas (vía desalojos, envenenamiento de los campos, etc.), al mismo tiempo que
estas se organizan, amparándose sobre una larga tradición de resistencia y permanencia
en territorio. Como planteamos anteriormente, la embestida actual guarda diferencias
con procesos anteriores en el sentido de que el conflicto ahora se basa en una
contradicción irreconciliable en cuanto al control efectivo, usos y sentidos del territorio.
Porto Gonçalves habla de la “reinvención de los territorios” (Porto Gonçalves. 2009),
la recreación de la territorialidad campesino-indígena va de la mano de un
reposicionamiento coyuntural del sujeto político campesino-indígena. Una recreación
táctica y estratégica de forma organizada que no pretende volver sobre formas prístinas
e intocadas, sino sobre prácticas productivas que tienen una historicidad propia, una
memoria y una experiencia, que por lo tanto plantean modos alterativos14 de
construcción de poder de la modernidad capitalista.
Aquí es interesante retomar los aportes de Pilar Lizarraga en torno a los debates sobre la
construcción del estado Plurinacional en Bolivia, donde la autora plantea que se
desarrolla un conflicto entre dos concepciones antagónico de concebir el territorio. Por
13
Para un abordaje de la problemática judicial de la tierra en Santiago del Estero ver Barbetta, Pablo
(2009) En los bordes de lo jurídico. Conflictos por la tenencia legal de la tierra en Santiago del Estero.
Tesis de doctorado. Programa de Doctorado de la FFyL-UBA.
14
Planteamos aquí el concepto de alterativo, y no alternativo porque creemos que las formas de
construcción de poder popular acumulan en sentido tal que deben alterar, y de hecho alteran, las
condiciones materiales de existencia y reproducción del sistema capitalista. Dada la capacidad
hegemónica y el carácter sistémico del capitalismo en su etapa actual consideramos que es imposible
pensar en formas de construcción de poder que estén absolutamente aisladas de la subordinación y
reproducción del capital, lo cual no implica que reconozcamos niveles de organización autónoma.
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
colectivo. Este punto es sumamente importante para nuestro planteo pues nos permite
comenzar a tejer el análisis del sujeto político, que asume ideológicamente su
producción de memorias nutriéndose de procesos de larga duración, donde lo “mítico”
y lo real se mezclan en un relato de temporalidades confusas y no lineales: Los
españoles, la reducción de las petacas, Los Viejos, Los Antiguos, los indios, el obraje,
las migraciones, etc. Pero esta memoria asume un orden en forma de relato
reivindicativo por parte de la organización que se reconoce dentro de esa experiencia, de
esa historia, dialogando así también con la resistencia en la carpa negra durante el año
2001 y todo el proceso organizativo de las ultimas dos décadas.
Consideramos que el carácter descolonizador de la producción actual de memorias es
parte del proceso organizativo que atraviesan las comunidades desde hace largo tiempo
como parte del MoCaSE-VC, y que se conforma de características particulares que son
parte de la forma de conflictividad actual en el territorio. La memoria de la forma de
vida, de organización y de producción de los antiguos se estructura como un cuadro
reivindicativo de puntos que hay que reinventar. No como un regreso al pasado, sino
como una reivindicación de formas propias de dar sentido y actuar en el mundo que hoy
son revaloradas.
El sujeto Campesino-Indígena
15
No entendido como un momento, sino como un proceso dinámico y constante.
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
Bibliografía
− Alimonda, Héctor (2011) La colonialidad de la naturaleza. Una aproximación a la
Ecología Política Latinoamericana. En: La Naturaleza colonizada. Ecología política y
minería en América Latina. Héctor Alimonda (Coord.). Bs. As, CLACSO.
− Bilbao, Santiago Alberto (1964-65) “Poblamiento y actividad humana en el extremo
norte del Chaco Santiagueño”. Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología, Nº
5, Buenos Aires.
− Ceceña, Ana Esther, Aguilar, Paula, Motto Carlos (2008) Territorialidad de la
dominación: Integración de la Infraestructura regional latinoamericana. Observatorio
Latinoamericano de Geopolítica. http://www.geopolitica.ws/leer.php/111
− Dargoltz, R. (2003).Las economías regionales argentinas y la globalización. El caso
de Santiago del Estero y la explotación del quebracho colorado. Trabajo y Sociedad.
Indagaciones sobre el empleo, la cultura y las prácticas políticas en sociedades
fragmentadas, Nro 6 Vol. 5, Junio-Septiembre(Versión electrónica) .Santiago del
Estero
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
Documentos
− MNCI (2010). Documento de Soberanía Alimentaria. Primer Congreso MNCI. 10-14
de Septiembre. Bs As
− MoCaSE (1990). Acta fundacional, mimeo.
− MoCaSE (1999). Conclusiones congreso “Campesinos y campesinas unidos en la
lucha por la tierra y la justicia”
− MoCaSE-VC (2004) Memoria del Taller Indígena. Derechos e Identidad. Realizado
en los días 24, 25 y 26 de Febrero de 2004, en la comunidad de Puesto de Díaz,
perteneciente a la Central Campesina Atamisqui (CCA), mimeo.
Notas periodísticas
Generated by Foxit PDF Creator © Foxit Software
http://www.foxitsoftware.com For evaluation only.
Entrevistas
− Nicasio Cuellar. Comunidad el Retiro. Febrero 2012
− Ramón Cuellar. Comunidad el Retiro. Febrero 2012
− Ricardo Cuellar. Comunidad el Retiro. Febrero 2012
Bloque 2
“Colonialidad del poder, capitalismo y
desarrollo en espacios rurales
latinoamericanos contemporáneos”
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Resumen
Este trabajo aborda el proceso de desarrollo rural que incluye diversos actores y
aspectos socio-económicos que forman parte del mismo. El desarrollo rural
interactúa con políticas macroeconómicas, globalización, políticas sectoriales y
estrategias de disminución de la pobreza, el cuidado de los recursos naturales y del
medio ambiente. Se consideran el surgimiento de nuevas estructuras empresariales
agroindustriales formando parte de una nueva ruralidad en América Latina.
Existe un paradigma emergente de la agro-cultura que se pretende hacer desde un
nuevo paradigma tecnológico para la actividad agrícola. Este modelo neoliberal
donde la soja ha adquirido un rol preponderante generando cambios significativos
en los mercados del resto del sector.
1)Lic. Andreu: Profesor Adjunto Ordinario. Cátedra 2 de Economía Política Facultad de Ciencias Jurídicas
Sociales. UNLP. Profesor Titular Ordinario. Cátedra de Economía Política. Facultad de Ciencias Económicas y
Jurídicas UNLPAM. Co-director del Proyecto de investigación “Crisis Internacional y sus efectos sobre el
Desarrollo Regional y Local” radicado en el Instituto de Cultura Jurídica. Facultad de Ciencias Jurídicas y
Sociales UNLP. Programa de Incentivos a Docentes-Investigadores de las Universidades Nacionales de la
Secretaría de Políticas Universitarias.
Cra. Diner: Profesora Auxiliar Regular en Microeconomía y Economía Política en la Facultad de Ciencias
Económicas y Jurídicas UNLPAM. Lic. Melazzi: Profesora Adjunta Regular. Principios de Economía. Facultad de
Agronomía. UNLPam. Profesora Adjunta Regular. Macroeconomía. Facultad de Agronomía. UNLPam Profesora
Adjunta Regular. Economía Política. Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas. UNLPAM Programa de
Incentivos a Docentes-Investigadores de las Universidades Nacionales de la Secretaría de Políticas
Universitarias. Abog. Fernández Zorrilla: Ayudante de Primera Interina de Economía Política Facultad de
Ciencias Económicas y Jurídicas. UNLPAM
Existe un paradigma emergente de la agro-cultura que se pretende hacer desde un
nuevo paradigma tecnológico para la actividad agrícola. Este modelo neoliberal
donde la soja ha adquirido un rol preponderante generando cambios significativos
en los mercados del resto del sector.
Es importante comprender el problema de la renta de la tierra y su vinculación con la
renta diferencial internacional ante la existencia de la suba de los precios
internacionales de los agros alimentos. En este marco, se funda el establecimiento y
continuidad de relaciones colonialistas dentro del flujo mundial de capitales, como
así también el papel y la responsabilidad del estado-institución.
En este estudio emplearemos fuentes de información primaria y secundaria. Las
primeras son fundamentalmente entrevistas a agentes económicos y sociales. En
tanto, las segundas se componen de bibliografía académica, información estadística
y artículos.
Palabras claves: Desarrollo, renta, capitalismo, colonialidad.
Abstract
This paper deals with the rural development process which includes various actors
and socio-economic aspects that are part of it. Rural development interacts with
macroeconomic policies, globalization, sectoral policies and strategies for poverty
reduction, care of natural resources and environment. Considered the emergence of
new business structures agribusiness as part of a new rural Latin America.
There is an emerging paradigm of agriculture is intended to do from a new
technological paradigm for agriculture. This neoliberal model where soy has acquired
a leading role generating significant changes markets in the rest of the sector.
It is important to understand the problem of land rent and its relationship with the
international differential rent to the existence of price rise International Food agro. In
this framework, founded the establishment and continuity of colonial relations within
the global flow of capital, as well as the role and responsibility of the state-institution.
This study will use sources of primary and secondary information. The first interviews
are primarily economic and social. In therefore, the latter consisting of academic
literature, statistical information and articles.
Keywords: Development, income, capitalism, coloniality.
2
INTRODUCCION
La demanda mundial de granos, en especial de oleaginosos y subproductos,
constituyó uno de los factores relevantes en el desarrollo de los cambios
tecnológicos y de la nueva organización económica-social de la producción agraria y
agroindustrial con orientación marcadamente exportadora. En cuanto al comercio
exterior, las únicas ramas relevantes- por sus montos y los saldos positivos de
comercio exterior- corresponden a los rubros de grasas y aceites y productos
alimenticios.
Estas condiciones modificaron, en forma sustancial, el papel que cumpliera el sector
agropecuario durante la vigencia del modelo sustitutivo de importaciones, hasta
mediados de los años setenta, al asegurar el abastecimiento de alimentos baratos
para la población trabajadora, lo que redundaba en el aumento del nivel de los
salarios -directos e indirectos- y en el crecimiento de la demanda interna que
permitía mantener la dinámica del proceso de industrialización.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
afirma que la Argentina tiene un status de centro de producción aceitera e
importante plataforma de exportación de aceites y granos de soja al mundo.
La cuestión alimentaria se ha transformado en uno de los pilares de la política
mundial, llegando a la categoría del petróleo. La revista “The Economist” elabora un
índice de precios de los alimentos en el mercado mundial desde el año 1845 e indica
que está en su mayor nivel histórico.
La globalización solo incorpora aquellas fuerzas de trabajo que le resultan
relevantes, marginando a los que no lo son.
PERFIL IDENTITARIO DEL DESARROLLO RURAL
La Economía se relaciona e interactúa con la antropología para explicarnos las
diferentes culturas, modos y comportamiento de los pueblos. Son como dos
escaleras que tienen un punto de encuentro.
La Economía considera que las leyes de economía son universales, aplicables
incluso a las formaciones pre agrícolas de caza, pesca y recolección, como lo
escribieron los economistas clásicos y lo reafirmaron los de la escuela neoclásica.
“La Antropología Económica es el estudio de las instituciones y el comportamiento
económico realizado en lugares antropológicos y con un estilo etnográfico” (Plattner,
1991:17).
3
Por cuanto, la Antropología Económica, propone la economía rural como un sistema
particular de la economía política por considerar que tiene características especiales
en las relaciones sociales de producción, intercambio y distribución del producto.
Es necesario analizar los sujetos sociales que conforman el campo. El agro
pampeano no escapa al modelo de los 90 con corte neoliberal, esto implica la
desregulación de los controles económicos por parte del estado, por lo cual se
produjo una alta concentración económica.
Después de la crisis del 2001, en el contexto de fuertes aumentos del precio de los
productos primarios combinado con una política nacional de dólar alto, surgen
nuevos actores en el agro que producen con las innovaciones productivas y los
servicios conectados con ellas. Los nuevos actores son: agroindustrias, productores
capitalistas, acopiadores, empresas comercializadoras de granos, cooperativas,
fideicomisos, contratistas de servicios y «pools» de siembra. Se incorporan en la
cadena de producción mediante una integración vertical directa, indirecta y
asociativa
En la directa, la empresa produce sobre tierras propias y/o arrendadas bajo su
responsabilidad y riesgo, y no comparte sus beneficios. En la indirecta, en cambio,
hay un acuerdo entre la empresa y el productor, donde la empresa le entrega los
insumos y la tecnología, y el productor toma la responsabilidad y riesgo
encargándose de la venta de la producción. En la asociativa, la empresa y el
productor forman una sociedad, donde ambos comparten riesgos y beneficios y se
prorratean de acuerdo al aporte societario los factores de la producción y la
tecnología. Esta es la forma más utilizada.
La nueva ruralidad es una corriente que surge para explicar las transformaciones en
el espacio rural en consecuencia del surgimiento de nuevas actividades, agentes
sociales y entes reguladores.
La Declaración del Milenio es una promesa colectiva (6 al 8 de septiembre del 2000)
con la participación de 191 países de erradicar la pobreza y el hambre, lograr la
enseñanza primaria universal, mejorar la salud, sostenibilidad del medio ambiente,
fomentar una alianza mundial para el desarrollo, antes del año 2015.
La CEPAL hizo una investigación sobre el auge de la agricultura y la pobreza rural.
En ella se ejemplifica la situación de la región con el estudio de caso de ocho países,
donde se indica que en la Argentina, por ejemplo, el desarrollo agropecuario se ha
4
centrado principalmente en la región pampeana y, en menor medida, en la región
norte, donde la producción se ha centrado principalmente en la soja y ha estado en
manos de productores medianos y, fundamentalmente, grandes. Este empresario
innovador tiene un perfil empresario que se diferencia del típico agricultor,
considerando al conocimiento como un factor primario y distanciándose de la tierra
como factor productivo principal. Los tres elementos que determinaron la coyuntura
de la sojización son el paquete tecnológico, la estrategia comercial de las semilleras
y un precio internacional muy interesante. Hay que tener en cuenta que el costo
inicial de inversión para adaptarse al paquete tecnológico, explica la concentración
de la producción.
Mediante la modalidad de los pool de siembra, estos productores han realizado
fuertes inversiones e introducido nuevas tecnologías. Por cierto, esta producción ha
estado destinada a los mercados externos.
Si analizamos el caso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra
Directa, que se define como una red de productores innovadores, adoptando los
avances de la ciencia y proporcionando capacitación y asistencia técnica para
profesionalizar la actividad agropecuaria, nos damos cuenta que a diferencia de la
Federación Agraria, el AAPRESID tiene un perfil más técnico que sindical.
El AAPRESID en el año 1989 se creó como una asociación civil sin fines de lucro,
sus primeros 23 fundadores estaban preocupados por cuidar el recurso productivo
tierra. Ha aumentado a 2000 socios, sus oficinas están en la zona núcleo de la
provincia de Santa Fe y ha logrado posicionarse como referente del sector
agropecuario.
En este país la expansión del cultivo de soja se ha llamado “agriculturización”, pues
el proceso se caracteriza por cambios en el uso de la tierra agrícola para aumentar
la producción de cultivos destinados a la exportación (asociados a tecnologías de
insumos y a la concentración de los recursos productivos), lo que ha incidido en una
mayor degradación y contaminación del medio ambiente y en la exclusión social de
productores con menores recursos.
Este método de producción agraria se caracteriza por la importancia que juega el
capital financiero en la organización de un sistema empresarial transitorio que
asume el control de la producción agropecuaria, mediante el arrendamiento de
grandes extensiones de tierra y la contratación de equipos de siembra, fumigación,
5
cosecha y transporte, con el fin de generar economías de escala y altos
rendimientos. Se trata de un fondo que reúne el aportes en dinero de varios
inversionistas, para que con ese capital se contraten los bienes y servicios
necesarios para realizar una cosecha agraria y luego se distribuya la ganancia entre
los miembros del grupo. Este método desempeña un papel dominante en la
producción de soja, en la que la Argentina se ha vuelto tercer productor mundial en
el mercado de venta en bruto (semillas y porotos) y primero en el mercado de
aceites de soja. (Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL)
Los productores agropecuarios tradicionales se distinguen desde el punto de vista
social en las siguientes categorías:
a) los chacareros ricos o aburguesados que explotan regularmente trabajo
asalariado, del que suele provenir lo fundamental de su ganancia, b) los chacareros
medios que operan sus explotaciones esencialmente en base a trabajo
personal/familiar, obteniendo ingresos que regularmente cubren sus necesidades
vitales, c) los chacareros pobres, con unidades insuficientes para generar los
ingresos necesarios, por lo que deben recurrir a formas «pluriactivas»
[entrecomillado propio] de trabajo —como aporte complementario o principal
respecto al de la explotación agraria—, entre las que suele destacarse la venta de su
fuerza de trabajo (Azcuy Ameghino, E., 2007, págs. 11-12).
El siguiente cuadro muestra los actores sociales del campo que interactúan entre sí:
Agroindustrias Sociedades Contratistas Productores Trabajadores
agropecuarias rurales agropecuarios rurales
dependientes
Empresas Pools de siembra De producción Tradicionales Asalariados
Agroindustriales (permanentes)
6
agrícola. Todos demuestran un crecimiento económico, pero ¿también hay un
desarrollo económico que lo acompaña?
El censo agropecuario del 2002 dice que 85000 productores agropecuarios dejaron
de serlo en una década, y se calcula que la tendencia no se modificó.
Generalmente se confunde el concepto de crecimiento con desarrollo como si fueran
sinónimos. Pero no es así, el crecimiento es una medida cuantitativa que se mide
con el aumento del Producto Bruto Interno (PBI) en un período de tiempo. En
cambio, el desarrollo es una medida cualitativa que apunta a un modelo de inclusión
social. El desarrollo va de la mano del crecimiento hay una mejoría del bienestar de
la población. O sea, cuando se considera la equidad, y cuando esa equidad es
intergeneracional hablamos de desarrollo sustentable.
Si encuadramos a los productores por la cantidad de hectáreas explotadas, tenemos
los pequeños (hasta 200 Ha), medianos (de 201 a 1000Ha) y grandes (1001 en
adelante). Algunos pequeños y medianos productores han podido sobrevivir la crisis
del 2001 favorecidos por los precios internacionales de los cereales, la pesificación
asimétrica y la devaluación de la moneda. Los medianos productores han podido
incorporar nuevas tecnologías e incluso alquilar más extensión de tierra para
aumentar su rentabilidad.
Según una encuesta de la Universidad Austral, en promedio los productores tienen
un alto nivel de capacitación con secundario completo, incluso universitario y
posgrado. Piensan en la expansión para generaciones futuras, aunque manifiestan
incertidumbre frente al clima y variables macroeconómicas.
La explotación agropecuaria otorga mucha importancia al gerenciamiento de la
explotación a diferencia del modelo tradicional de empresa rural.
Cuentan con asesoramiento externo para compra de insumos, tecnología, cuidado
de medio ambiente, estudio de la demanda y mercado financiero. También contratan
servicios externos para fumigación, maquinaria de siembra y cosecha. Esto ha
generado empresas de servicios para los productores agropecuarios, a diferencia de
otros países como Estados Unidos, donde los productores poseen y controlan
directamente las máquinas agrícolas.
Considerando que según La Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE)
hay 800.000 trabajadores registrados pero un 60% de la mano de obra rural es
informal y por lo tanto no tiene cobertura social, la desocupación resultante del
7
nuevo modelo agrícola de la mano de la biotecnología e innovaciones tecnológicas.
A raíz de las nuevas tecnologías que se aplican a la producción de soja, la demanda
laboral se orienta a la mano de obra calificada.
MAPA RURAL PRODUCTIVO EN LA PROVINCIA DE LA PAMPA
En el Informe del INTA ANGUIL de septiembre de 2012, hay un mapa donde se
muestran las zonas de la provincia de La Pampa según lo que producen:
8
sino que también reconoce la importancia de la agricultura en el proceso del
desarrollo económico, particularmente para las economías con base agrícola menos
desarrolladas, como algunas regiones de África y las economías que el informe
denomina “en proceso de urbanización” de regiones como Latinoamérica.
El informe destaca particularmente la importancia de los agricultores de pequeña
escala en la reducción de la pobreza: “la innovación para mejorar la productividad, la
rentabilidad y la sostenibilidad de la agricultura familiar es el principal camino para
salir de la pobreza, basado en la noción de la agricultura para el desarrollo.” Más
aún, reconoce el rol decisivo del Estado en la misión de superar o corregir las fallas
del mercado, instando a los gobiernos y a las agencias internacionales a incrementar
la asistencia a los productores agrícolas pobres (particularmente en el acceso a
tierra, agua, educación y salud) para mejorar su productividad, y a generar
oportunidades para la economía rural no agrícola.
No obstante, contrariando su propio diagnóstico, el informe continúa promoviendo
una profundización de la liberalización en la agricultura, posición que obviamente
tampoco condice con los hallazgos de nuestro proyecto.
El Informe Anual del Desarrollo Mundial 2008 del Banco Mundial ha tomado como
enfoque temático la “Agricultura para el Desarrollo”. Han pasado 26 años desde la
última vez que esta entidad se centró en el tema de la agricultura en su informe
anual. Al igual que en el resto de la economía, la liberalización del sector agrícola
estuvo a la orden del día. En efecto, en esos 26 años desde 1982 –cuando el Banco
publicó por última vez su Informe enfocado en la agricultura– los países en
desarrollo abrieron sus economías hasta un nivel sin precedentes.
En consonancia con los mandatos de esta institución el FMI se encargó de hacer
cumplir las políticas de liberalización originadas en el “Consenso de Washington”. En
este proceso, sin duda Latinoamérica estuvo a la vanguardia, ya que una vez que
cayó el Estado Desarrollista (en términos generales), los gobiernos conservadores
de la Región comenzaron a abrir en forma creciente sus economías
De esa manera, los aranceles de la región disminuyeron desde aproximadamente
50% a un poco más de 10% entre 1985 y 2002. Asimismo, en muy poco tiempo
(hasta mediados de los noventa), el gasto de los gobiernos como parte del PIB cayó
alrededor de 30% (FAO, 2004: 25).
9
Y en el conjunto de los países en desarrollo, el PBI agropecuario creció en sólo 2%
anual durante las dos últimas décadas, muy por detrás del resto de la economía de
estos países (Banco Mundial 2007).
En suma, la región que liberalizó su economía con más intensidad, obtuvo una de
las tasas de crecimiento más pobres del mundo en desarrollo. Luego de mantener
una tasa de crecimiento per cápita promedio de 2,7% entre 1950 y 1980, las
economías latinoamericanas cayeron a 0,9% por año durante la llamada década
pérdida de los ochenta, aunque se recuperaron levemente al crecer a 1% anual
entre 1990 y 2002. . Y si bien el crecimiento de la región ha sido más dinámico en
los últimos años, ha sido impulsado en parte por el crecimiento de los precios de los
commodities. Se conoce con el nombre de comodities aquellos bienes que son
"genéricos", es decir, bienes que no se pueden diferenciar entre si -generalmente:
materias primas o bienes primarios.
A pesar de que la región registró altas tasas de urbanización, la agricultura ha
mantenido buena parte de su importancia, pues actualmente más del 20% de la
población aún vive en las áreas rurales. Empero, las condiciones de pobreza de este
sector tampoco mejoraron, pues de acuerdo al Banco Mundial, en 2002 el 46% (58
millones de personas) del total de la población del área rural de Latinoamérica vivía
con menos de los 2 dólares/día que marcan la línea de pobreza.
El Banco Mundial ha resaltado por mucho tiempo las potenciales ganancias que
obtendrían los pobres rurales con las políticas que reducen aranceles, subsidios y
otras barreras del comercio agrícola. El argumento central consiste en que esas
reformas de los países ricos reducirán la sobreproducción en el Norte global, por lo
que los precios se incrementarán, beneficiando a todos productores.
De este modo, los países desarrollo –supuestos portadores de ventajas
comparativas en la agricultura– ganarán mayor participación en el crecimiento de
los mercados de exportación.
Durante la etapa preparatoria a las negociaciones de la OMC en Cancún se
desarrollaron complejos modelos económicos para determinar el impacto de la
liberalización comercial y de la reducción de subsidios. El estudio que alcanzó más
notoriedad fue el del Banco Mundial que intentó determinar el impacto dela
reducción de aranceles agrícolas tanto en los países desarrollados (PD) y en
desarrollo (PED), como así también la eliminación de los subsidios a la exportación.
10
Las estimaciones proyectaron para el año 2015 más de u$s 500 mil millones de
ingresos mundiales adicionales, de los cuales u$s 350 mil millones serían
capturados por los PED. Se proyectaba que el número de personas que viven con
menos de u$s 2 por día disminuiría en aproximadamente 144 millones.
Las implicancias eran obvias: la liberalización mejora los precios de los productores,
reduce el dumping y en consecuencia la pobreza rural
LAS LIMITACIONES DE LA LIBERALIZACIÓN AGRÍCOLA
Sobre la base de datos y análisis del Banco Mundial, datos sobre comercio de las
Naciones Unidas, y otras modelaciones económicas realizadas para evaluar las
negociaciones de las actuales Rondas de la Organización Mundial del Comercio
(OMC), se presenta un enfoque (2) que cuestiona el concepto anterior.
Intenta demostrar que en realidad son los países ricos los principales beneficiarios
de la liberalización del comercio agrícola, ganando mercados tanto en el Norte como
en el Sur global.
También se evidencia que sólo una limitada cantidad de países en desarrollo
pueden competir efectivamente en los mercados globales, la mayoría quedan
excluidos del boom de las exportaciones, pero sufren los efectos negativos de las
crecientes importaciones, a medida que reducen sus aranceles y el apoyo a sus
agricultores.
Los argumentos a favor de la liberalización son excesivamente optimistas; por
ejemplo, Anderson y Martin (2005) del Banco Mundial (3) se han referido a las
ganancias de la liberalización del comercio agrícola como “formidables” bajo la
Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Sin embargo
analizando las cifras expuestas en el cuadro 1, no se infiere tal optimismo.
El cuadro 1 consigna las proyecciones de las ganancias Potenciales provenientes
de la liberalización del comercio agrícola realizadas por el Banco Mundial bajo un
escenario modelado en 2005 para estimar los probables efectos de las reformas de
la Ronda de Doha.
2) Promesas y peligros de la liberalización del comercio agrícola. Aipe-gdae. La Paz junio 2009
3)Anderson, K., & W. J. Martin. Global impacts of the Doha Scenarios on poverty. Putting Development Back into
the Doha Agenda: Poverty Impacts of a WTO Agreement. T. W. Hertel and L. A. Winters. Washington, D.C., the
World Bank: Chapter 17. 2005
11
Las ganancias están estimadas en 96 billones de dólares (dólares estadounidenses
de 2001) para el año 2015, de los cuales 75 billones provienen de las reformas
agrícolas. Estos resultados ya muestran moderación respecto de la enorme cifra de
287 billones (182 originados en la liberalización agrícola), que es la estimación del
Banco en un escenario de liberalización total.
12
El Cuadro 2 muestra la distribución de las exportaciones agrícolas en el mercado
global para los commodities agrícolas no tropicales más comercializados. En 2005
los países ricos exportadores dominaban los mercados globales del maíz, trigo,
cebada y algodón; sólo en oleaginosas, azúcar y arroz, el conjunto de los países en
desarrollo exportaron más de la mitad del valor de cualquier commodity agrícola no
tropical. Como muestra el Cuadro 2, las segundas regiones más grandes de
participación en cada uno de estos mercados tienden a estar dominadas por los
países de la ex Unión Soviética, América Latina, y el Caribe.
Un examen más detallado muestra cuan concentrados están estos mercados, con
Brasil, Argentina, China y los países de la ex Unión Soviética monopolizando la
participación del mundo no industrializado en las exportaciones agrícolas.
13
El Cuadro 3 presenta más detalladamente el tamaño y el potencial de estos
mercados de exportación y la competitividad relativa de los países en desarrollo.
La columna 1 consigna el valor de las exportaciones globales en 2005 para cada
grupo o categoría de commodity, en orden descendente respecto de su valor.
La columna 2 muestra el crecimiento de estos mercados de exportaciones en la
última década. Se puede constatar que mientras algunas han tenido un crecimiento
dinámico – en especial, las oleaginosas y la cebada –otras apenas se han
expandido –el trigo, el maíz y el algodón registraron un crecimiento de sólo 2% del
valor total de las exportaciones– a pesar del gran crecimiento del comercio global.
Las columnas 3 y 4 muestran respectivamente la participación de los países en
desarrollo en cada mercado de los commodities en 2005, y la variación 1995-2005
desde la cual esa participación creció. Estos cálculos se basan en una metodología
desarrollada por Lall y Weiss (2005) (4) para estimar la competitividad internacional.
A través de esa metodología estos autores establecen si un país o una región
determinada, ha ganado o perdido en la distribución del mercado global, como un
indicador de su capacidad para competir en el mercado de un producto específico.
Como muestra la cuarta columna, el conjunto de los países en desarrollo perdieron
participación en los mercados del algodón y el arroz mientras lograron
impresionantes ganancias en oleaginosas, maíz, cebada y, en menor medida, trigo y
azúcar. Esta situación indica que los países en desarrollo expresaron una capacidad
desigual para competir por una mayor participación en el mercado mundial en un
ambiente liberalizado.
Sin embargo, las columnas 5 y 6 son quizás las más reveladoras. Estas dos
columnas se refieren al conjunto de los países en desarrollo sin considerar a Brasil,
Argentina, China, y los países de la ex Unión Soviética.
Se puede evidenciar que en la mayoría de los mercados globales la competitividad
en los commodities agrícolas que expresaron aquellos países, es bastante limitada;
sólo lograron un mayor control de las exportaciones en el caso del arroz.
En cambio, de acuerdo a los datos de la columna 6, se puede ver que la
competitividad abierta de estos países, registrada hace diez años, expresada a
través de su capacidad para ampliar la participación en el mercado, se redujo
4)Lall, S. and J. Weiss 2005 “People’s Republic of China’s Competitive Threat to Latin America: An Analysis for
1990-2002.” Oxford Development Studies 33(2): pp. 163-94.
14
sustancialmente. Refriéndose a las columnas 4, 6 y 7, podemos ver que los países
en desarrollo ganaron 25 puntos porcentuales del mercado global de las
oleaginosas, 23 de los cuales fueron capturados por Brasil (19) y Argentina (4). En el
caso del azúcar, Brasil obtuvo 11 puntos porcentuales de los 14 ganados por el
mundo en desarrollo. En cambio, los 24 puntos ganados en el mercado del maíz
fueron conquistados mayormente por dos países: China (10) y Argentina (6). De su
lado, los países de la ex Unión Soviética lograron 10 de los 13 puntos ganados en la
exportación de trigo, y 16 de los 20 en la cebada. En el mundo en desarrollo, sólo
otros dos países muestran una competitividad significativa en la gran exportación de
commodities India con 7 puntos ganados en algodón, y Pakistán con 7 en
exportaciones de arroz.
La principal conclusión de este examen de la competitividad abierta es que muy
pocos países en desarrollo se hallan por sí mismos en una posición para competir
internacionalmente en mercados agrícolas liberalizados. Aquellos que lo logran,
como Brasil y Argentina, generalmente tienen vastas extensiones de tierra de
primera calidad, han alcanzado un nivel significativo de industrialización, han
modernizado gran parte de su producción agrícola, y han desarrollado una
infraestructura para responder a las demandas del mercado global.
Por consiguiente, si otros países en desarrollo quisieran surgir como ganadores en
la liberalización del comercio agrícola, van a tener que competir no sólo con el Norte
global, sino también con estas potencias emergentes de la agricultura de
exportación (5).
EL EFECTO DE LA LIBERALIZACIÓN DE LOS PRECIOS
Otra idea que queda cuestionada idea es que la liberalización los precios
reprimidos por las políticas de comercio distorsionadas –principalmente subsidios a
los productores agrícolas en los Estados Unidos, y barreras arancelarias y subsidios
a la exportación en la Unión Europea y Japón aumentarán, inducirá en
consecuencia a que los países en desarrollo percibirán precios más altos por sus
exportaciones y ganarán espacios en un mercado global menos distorsionado.
5) Promesas y peligros de la liberalizacion del comercio agrícola. Aipe-gdae. La paz junio 2009. Op citado
15
En efecto, utilizando un modelo de equilibrio parcial, los investigadores del instituto
francés CEPII (Bouet, Bureau al., 2004) (6), proyectaron los impactos de un precio
estático de un probable acuerdo de Doha en los precios de la agricultura mundial,
aplicándolo los impactos de ese precio proyectado en cada área de la probable
reforma: apoyo o subsidios domésticos, subsidios a las exportaciones, o aranceles
Los resultados de este ejercicio, reflejados en el Cuadro 4, son indicativos.
Como se puede ver, los investigadores de este instituto obtienen sólo 2,8% de
incremento de los precios de todo el sector agro-alimenticio, como resultado de las
probables reformas de Doha. En este marco, en primer lugar, analizaremos algunos
de los commodities con los impactos más limitados. Por ejemplo, los granos secos
como el maíz muestran un impacto de precios de solamente 3,1% a pesar de ser el
cultivo con más subsidios en Estados Unidos; algo similar ocurre con el trigo, cuyos
precios aumentarían sólo 2,3% con la liberalización promovida por las posibles
reformas de Doha
17
introduce mayor volatilidad tanto a Corto Plazo como a Largo Plazo cual es el
componente especulativo.
Si observamos el modo en que ha cambiado el funcionamiento de los mercados
financieros, al modo en que han cambiado las leyes que permiten a los
especuladores financieros entrar en las materias primas, se verifica que existe una
correlación extremadamente estricta en los ritmos: cuando los mercados financieros
fueron liberalizados, pudieron empezar a especular con materias primas.
Así empezó este boom de precios completamente histórico, y siguió hasta otoño de
2008. Y luego, los flujos empezaron de nuevo. Aquí están otra vez, y lo que tenemos
es otro boom de los precios de las materias primas.(Wrandall Way, 2011)
Cuando se producen crisis de acumulación de capital los gestores del dinero
comenzaron a buscar una clase de activos que no estuvieran altamente
correlacionados con los precios de las acciones en los mercados de valores
Los CFTC [reguladores de mercados de futuros de materias primas, por sus siglas
en inglés] y la propia industria hicieron estudios empíricos que mostraban que hasta
ese momento no había correlación entre los precios de las materias primas y los de
los mercados de valores.
En la medida en que los fondos de pensiones están asignando continuamente cada
vez más dinero a las materias primas, presionan al alza su precio.
El principal contraargumento que se objeta a esta explicación es que los mercados
emergentes están generando una demanda extraordinaria de estos activos duros a
medida que crecen sus economías. Sin embargo esta “verdad” no se verifica, pues
hay momentos en que una materia como por ejemplo alcanza un precio exorbitante,
en momentos de retracción general de la actividad económica. Po otra parte las
materias primas son una pésima cobertura contra la inflación. Basta observar el
precio del oro. Incluso con ese tremendo boom especulativo del precio del metal, en
términos de inflación ajustada, su precio sigue estando por debajo de él. (8)
Entonces el único argumento que se verifica para convalidar los aumentos de
precios está explicado por el flujo de los fondos de pensiones y otros hacia los
contratos de futuro. Esto obviamente introduce un componente de alta volatilidad.
8) El capitalismo de los gestores de dinero y la peligrosa dinámica de la burbuja del mercado de materias primas.
Entrevista a Randall Wray. Bezinga Radio, Octubre 2011
18
ALTERNATIVAS PARA CONTRARESTAR LA LIBERALIZACIÓN
Partiendo de la base de la consideración del Informe del Desarrollo del Banco
mundial como progresivo, el Informe ya citado (PROMESAS Y PELIGROS DE LA
LIBERALIZACION DEL COMERCIO AGRÍCOLA), avanza sobre la propuesta de
Política Públicas para superar los argumentos favorables a la Liberalización todavía
vigentes en el Banco Mundial. Aparte de consideraciones sobre cuestiones como la
Agricultura Familiar se destacan la propuesta sobre Política Comercial, más
cercanas a la realidad de los PED.
• Los gobiernos de países en desarrollo deben mantener el derecho a regular las
importaciones y las exportaciones para proteger a la población vulnerable y los
recursos naturales.
• Los gobiernos también deben mantener su potestad de apoyar el desarrollo
industrial nacional.
• Los países desarrollados deberían reducir los aranceles de importación de bienes
procesados provenientes de los países en desarrollo.
• Los socios comerciales deben acordar convenios sólidos contra los monopolios y
limitar el excesivo poder de las empresas transnacionales productoras de
agroalimentos en el mercado.
• Los acuerdos comerciales deben proteger los derechos de los productores a
preservar la producción y la reproducción de las semillas, eliminando los regímenes
de propiedad intelectual
•La Unión Europea, que ha venido encarando una política agresiva de negociación
de acuerdos comerciales con países latinoamericanos, debería considerar similares
reformas de sus propias políticas
Las agroindustrias de la soja de Sudamérica son innegables ganadoras de la
liberalización global del comercio, pero muy poco de sus beneficios se dirige a las
comunidades rurales.
Por tanto, los gobiernos de los países productores de este grano deben:
•Adoptar políticas que favorezcan a los agricultores de menor escala, ejecutar
programas de reforma agraria, y promover la diversificación de los cultivos.
•Establecer políticas que controlen la irracional práctica de modelo ‘extractivo’ de
producción de soja que rige en algunas zonas de sus países.
19
•Aplicar el principio precautorio para regular la adopción de nuevas tecnologías
agrícolas, incluyendo las semillas genéticamente modificadas (transgénicos).
•Promover la integración regional, no sólo a través de la construcción de
infraestructura, sino de la adopción conjunta de estándares de desempeño y
políticas, incluso para la inversión extranjera.
•Fomentar el desarrollo de industrias procesadoras en los mismos países, para
retener el máximo del valor agregado a la producción primaria.
•Reorientar la investigación y el desarrollo alejándolas del monocultivo agrícola
industrial y dirigiéndolas más bien hacia la producción sostenible en los agricultores
de pequeña escala.
BIBLIOGRAFIA
AIPE-GDAE. LA PAZ JUNIO 2009. Promesas y peligros de la liberalizacion del
comercio agrícola.
BALAZOTE, Alejandro y Héctor TRINCHERO. 2007. Antropología Económica.
Comentarios sobre su surgimiento como disciplina y su expresión en Argentina.
Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XXXII, Buenos Aires.
BOUET, A., J.-C. Bureau, et al. 2004 Multilateral agricultural trade liberalization: the
contrasting fortunes of developing countries in the Doha round, CEPII.
CEPAL 2012 Población, territorio y desarrollo sostenible.
DEVELOPMENT BACK INTO THE DOHA AGENDA: Poverty Impacts of a WTO
Agreement. T. W. Hertel and L. A. Winters. Washington, D.C., the World Bank:
Chapter 17. 2005
INSTITUTO DE DESARROLLO ECONOMICO Y SOCIAL 2007 Desarrollo
económico Vol. 47 Nº 187.
INTA ANGUIL SEPTIEMBRE 2012 Boletín Económico
LALL, S. y J. WEISS 2005 People’s Republic of China’s Competitive Threat to Latin
America: An Analysis for 1990-2002. Oxford Development Studies 33(2): pp. 163-94.
OECD-FAO 2007 OECD-FAO Agricultural Outlook 2007-2016. Paris, OECD-FAO.
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA
ALIMENTACIÓN, Febrero 2007Expansión futura de la soja 2004-2015. Santiago.
REBORATTI CARLOSAgricultura, sociedad y ambiente, miradas y conflictos. Flacso
Argentina 2010.
UHEARA GUERRERO, María. 2003. Modernidad, antropología y desarrollo
sustentable. Revista de antropología experimental. Universidad de Jaén España
20
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: 02
Presentación
Este trabajo tiene por objetivo presentar el proyecto: “Políticas públicas destinadas a
pueblos campesinos e indígenas en el Noroeste argentino: legibilidad estatal y
negociación de sentidos desde las prácticas productivas familiares”, el mismo se
encuentra alojado en el Instituto Interdisciplinario de Tilcara, dependiente de la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Nos interesa dar a conocer esta actividad en el marco de este seminario, ya que
creemos que los proyectos de investigación – si bien tienen una direccionalidad y
objetivos concretos- no son paquetes cerrados sino que necesitan transformarse en
la medida que se transforma la realidad a investigar, siendo concebida ésta como la
integración entre trabajo de campo y el corpus científico -ambos de carácter
dinámico-. Desde esa perspectiva, la posibilidad de conocer e intercambiar puntos
de vista permitiría enriquecer la producción de conocimientos a la que aspiramos
como investigadores.
Para ello proponemos, en primer lugar, brindar un panorama general de nuestro
punto de partida, esto es, el encuadre teórico que seleccionamos para trabajar en
este proyecto, en segundo lugar, presentar la metodología con que encaramos el
análisis del material de campo, para finalizar con las reflexiones acerca del impacto
de los resultados de la investigación tanto en el campo de la antropología como en el
de la gestión de políticas públicas para el sector campesino/indígena.
2
gubernamentalidad (1988; 2006). Pero esta concepción del Estado abre el juego a
un campo de negociación, más que a una imposición de condiciones (Bourdieu
2000) ya que las poblaciones campesinas conservan cierta autonomía productiva
sobre su propia vida cotidiana, y no son meros sujetos pasivos de clasificación y
recepción, sino activos negociadores de identidades, categorías, criterios
clasificatorios, etc. Así, los actos administrativos que operan sobre estas poblaciones
son el producto de negociaciones de identidad. Un claro ejemplo son las
construcciones de las “comunidades indígenas” en tanto categorías burocrático-
administrativas para participar en la distribución de recursos fiscales. Estas
comunidades no son formas de organización abstractas o fuera de la historia, sino
que son categorías jurídicas (Aylwin Oyarzún 2012) gestadas para la confrontación
política, entre otras cosas, para efectivizar la propiedad comunitaria de la tierra, pero
también para participar de las distribuciones en otros sentidos: por ejemplo, para
recibir proyectos para mejoramiento de infraestructura productiva familiares o
colectivos, herramientas e incluso máquinas viales, tractores, proyectos de
alumbrado público, de distribución de energía o agua, gestión de construcción de
caminos, botiquines de sanidad animal, todas ellas formas en las que el Estado se
hace presente de manera material en la vida cotidiana. Además hay otras líneas de
financiación fiscal en las que las poblaciones locales participan para efectivizar esta
distribución: como las escuelas, las postas sanitarias y los municipios. En suma, las
comunidades indígenas en tanto categorías jurídicas cobran sentido ya que permiten
movilizar, precisamente, la distribución de recursos fiscales entre poblaciones.
Según cada caso, los sujetos negocian sus identidades y sus categorizaciones
administrativas para acceder a dichos recursos. Una misma familia que, a los
efectos de acceder a proyectos de mejoramiento de la vivienda figuren en la
localidad de Salta como miembros de determinada comunidad indígena en dicha
provincia, podrán negociar frente a la escuela primaria de una localidad de la
provincia de Jujuy su condición de residentes jujeños, a fin de poder obtener el
beneficio de la inclusión de sus hijos como pupilos del albergue escolar. Y podrán
hacerlo, poniendo en juego su derecho de pertenencia en ambas provincias, en base
a sus prácticas tradicionales de movilidad trashumante del ganado.
Múltiples categorías desarrolladas desde políticas públicas o privadas interpelan en
los últimos años a este sector social: 'campesinos' (ONGs; Movimiento Social
Campesino Indígena), 'indígenas' o 'aborígenes' (INAI; CPIs: Ministerio de Desarrollo
3
Social), 'agricultores familiares' (SsAF, INTA: Ministerio de Agricultura), 'población
rural dispersa' (Ministerio de Salud; Ministerio de Educación), etc. Estas categorías
hacen énfasis en distintas características del sector, y al hacerlo, involucran en
diferentes líneas de movilización de recursos fiscales a los mismos sujetos sociales
que, de esta manera, son agentes activos en la construcción de identidades
múltiples.
Algunos conceptos desarrollados para el análisis de la Estatalidad que nos van a
servir son: los dispositivos de 'legibilidad' (Scott 1998) así como su estudio
comparativo entre dos formas de conocimiento, una experiencial y coloquial, y otra,
autorizada, burocrática y legitimada ('metis' y 'techne'), el de 'gubernamentalidad'
desarrollado por Foucault y empleado etnográficamente por Aradhana y Gupta
(2006) entre otros, el de 'hegemonía' (desarrollado para estudios en la región
andina: ver Postero 2005; Stefanoni 2009; Ramírez 2012), y el de 'campo social' y
'agentividad' desarrollado por P. Bourdieu (2000) (y cuya utilidad para la
interpretación de la coyuntura contemporánea de los pueblos indígenas andinos se
sugiere en García Linera 2008).
Acerca de la investigación
Se presentan, a continuación, los aspectos centrales que se propone la investigación
mencionada.
Objetivos Generales y Específicos del proyecto de investigación:
Objetivo General:
Profundizar en el estudio de la relación entre las políticas estatales y las
prácticas organizativas y productivas de los sujetos rurales de los andes del
NOA
Objetivos específicos:
Abordar las políticas estatales en el sector rural andino del NOA como actos
de negociación de sentidos y categorías entre los organismos públicos y los
sujetos sociales 'beneficiarios'
Estudiar el modo en que estas categorías construidas intervienen en la
movilización de recursos materiales fiscales en el sector rural andino
Analizar lo expuesto en casos etnográficos específicos
4
Hipótesis de la investigación:
El proyecto de investigación pretende aportar herramientas etnográficas para pensar
en torno a las siguientes cuestiones: ¿Qué significa el Estado para la vida cotidiana
de estos sectores rurales/indígenas que detentan cierta autonomía productiva, cierta
independencia en tanto clase no completamente despojada de sus medios de
producción doméstica? ¿El Estado es un aparato efectivo de control de las
poblaciones, de adoctrinamiento de los cuerpos, o es un espacio de acceso a
recursos para la reproducción material de la vida, y como tal, un campo de lucha
permanente por el control y distribución de dichos recursos? Y si el Estado es ambas
cosas a la vez, si es campo de distribución de recursos y campo de normativización
y administración de los sujetos, ¿cómo se articulan ambas dimensiones entre sí en
la vida cotidiana de los pueblos rurales andinos, constructores por centurias de
prácticas contrahegemónicas?
Es nuestra intención aportar a este debate, desde el análisis de experiencias
etnográficas concretas en torno a las dinámicas productivas y culturales del sector y
a su vinculación con políticas estatales, particularmente para la región andina de las
provincias de Salta y Jujuy.
5
comprenden la descripción de procesos de negociación entre comunidades
indígenas, campesinas y Estado en un nivel micro estatal y la tercera ofrece la
posibilidad de presentar una etnografía de los procesos de negociación para la
definición conceptual de categorías que caracterizarían a los pueblos indígenas en
un nivel macro a partir del diseño de las variables del cuestionario de la ECPI.
Este proyecto de investigación tiene por intención articular espacios para el debate
teórico de las etnografías mencionadas, observar cambios y continuidades en torno
a esos procesos de negociación, para reflexionar, la cuestión de la relación entre
Estado y pueblos indígenas en los andes de Salta y Jujuy.
6
económicas y políticas que con él articulan los sectores englobables como
'campesinos', 'agricultores familiares' y/o 'comunidades indígenas' en los andes del
noroeste argentino. A partir de estos intercambios, se espera poder incorporar
interpretaciones y reflexiones teóricas innovadoras. A partir del trabajo comparativo y
sus reflexiones analíticas, pretendemos obtener material que aporte a los campos
disciplinares aludidos.
Como se ha señalado, si bien en la primera etapa del proyecto, el trabajo principal
consistirá en el abordaje del material etnográfico ya recopilado, se efectuarán
también algunas salidas de campo y entrevistas nuevas, a fin de indagar en torno a
puntos grises a profundizar para la actual investigación.
De todas maneras, como se ha señalado ya más arriba, la intención durante este
primer momento en el proyecto es que sirva a modo de 'retorno' en el proceso de
reflexión dialéctica que debe generar el trabajo de campo: un retorno a la teoría, a
partir del abundante material empírico obtenido a lo largo de los últimos años de
etnografía, se profundizará en la producción de nuevo material etnográfico y, con
esta primer síntesis se producirá un segundo regreso al campo, a las zonas
estudiadas, para realizar una nueva síntesis superadora de la anterior, posibilitando
una construcción espiralada del conocimiento.
Impactos Esperados
Cuándo pensamos en los impactos de una investigación estamos considerando dos
posibles – o deseables – líneas de impacto: la construcción de conocimiento
antropológico y la construcción de conocimiento acerca de la gestión estatal y las
políticas públicas. Nos interesa, además poder repensar el rol del antropólogo en
equipos de trabajo promovidos por el Estado y cómo estas prácticas en organismos
estatales modifican las prácticas tradicionales que hacen al oficio del antropólogo y
de qué modo las burocracias se imbrican en el “habitus” profesional.
Respecto de las posibles implicancias dentro de la disciplina antropológica nos
interesa reflexionar sobre los alcances del proyecto en términos más concretos.
Consideramos que el hecho de comprender con nuevas herramientas etnográficas -
pero también teóricas- qué es el Estado y sus alcances (no sólo como campo de
dominación sino también como campo de disputa por recursos materiales), los
modos en que este carácter cristaliza en las prácticas de vinculación con los
sectores campesinos e indígenas en sus vidas cotidianas, permitirán pensar y poner
7
en práctica nuevas formas de hacer valer la voz de este sector social en políticas
que lo incumben, así como repensar las formas de intervención del Estado en el
ámbito rural y en políticas de diversidad cultural.
Se considera que los resultados de este proyecto pueden resultar particularmente
significativos para la gestión, negociación y toma de decisiones en torno a políticas
estatales vinculadas con cadenas de producción agropecuaria (Subsecretaría de
Agricultura Familiar – MinAGyP La Nación; Instituto de Pequeña Agricultura Familiar
– INTA, etc.), políticas de reconocimiento y fortalecimiento a la diversidad cultural y
educativa (INAI, Secretaría de Derechos Humanos, etc.), y políticas de visibilización
estadística (Censos Nacionales Agropecuarios; Censos y Encuestas
Complementarias de Pueblos Indígenas; Registro Nacional de la Agricultura
Familiar; Registro de Territorios de las Comunidades Indígenas; etc.), del sector
social campesino indígena de la región andina del noroeste argentino. La mirada que
proponemos para evaluar este impacto dista de aquellas consideraciones que
propició la Antropología Aplicada por mediados del siglo XX, sino que trata de
aportar nuevos elementos de análisis y apunta a acercar a los protagonistas de los
hechos información relevante para la toma de decisiones.
Reflexiones finales
Las prácticas que permitieron y permiten al día de hoy la continuidad de las
actividades productivas rurales campesinas domésticas en la Argentina se han
sostenido, en gran medida, en su condición de volverse invisibles e inasibles a los
ojos de las instituciones hegemónicas, tanto estatales como privadas. Sin embargo,
en los últimos años y a raíz de una multiplicidad de factores (debates sobre el
modelo productivo y los derechos de las minorías étnicas, marcos de legislación
internacional, fortalecimiento de organizaciones campesinas, y conflictos entre el
gobierno y los sectores agroindustriales del campo), en Argentina se operativizaron
por primera vez en su historia políticas específicas tendientes al sector rural más
marginalizado, o campesino e indígena – categorías diferentes pero que en gran
medida se superponen en el NOA: un ejemplo preciso de la 'inasibilidad' del sector a
la que venimos haciendo alusión. Ahora bien, aplicar políticas para el sector implica
visibilizarlo, volverlo 'legible', asible y administrable para el Estado, lo que atenta,
precisamente, contra las estrategias de reproducción y persistencia que por siglos
garantizaron la existencia del sector a pesar de todas las prácticas hegemónicas en
8
su contra. El objetivo de este proyecto es estudiar en el NOA las articulaciones entre
las prácticas productivas domésticas y la cristalización de las políticas de Estado en
su mínima capilaridad local, desde las dos direcciones del vínculo: desde el Estado y
hacia los sectores locales (a través de diferentes dispositivos teóricos empleados
para analizarlas: en tanto políticas de 'legibilidad', 'redistribución', 'hegemonía',
'gubernamentalidad', 'cooptación' etc.), pero también desde los sectores locales y
hacia el Estado (prácticas de negociación y/o subordinación de las dinámicas
locales, visibilización o invisibilización estratégicas, etc.), de este modo pretendemos
desplazar la idea de los sectores locales como partícipes accesorios dentro de las
políticas que atañen a “los intereses que los afecten” ( C. N. Art. 75 Inc. 17) para
destacar su protagonismo dentro de los espacios de negociación que se presentan a
diario y con los que deben convivir para mejorar sus condiciones materiales de
existencia.
Bibliografía
ABÉLÈS M. 1990. “El Estado en perspectiva”. En: L’Antropologie de l’Etat. París,
Armond Colin (traducción de cátedra de V. Manzano – FFyL UBA)
ARADHANA S y Akhil GUPTA. 2006. The Anthropology of the State: a Reader
Oxford: Blackwell. Parte I. Theoretical Genealogies.
ARCHETTI, E. y Christi STÖLEN. 1975. Explotación familiar y acumulación de
capital en el campo argentino. Buenos Aires, Siglo XXI.
AYLWIN OYARZÚN, J. 2012. “Derechos territoriales de pueblos indígenas en
América Latina: situación jurídica y políticas públicas”. En: García, Julio C. (coord.),
Derecho Constitucional Indígena. Ediciones ConTexto, Resistencia (Chaco).
BORGHINI, N. 2010. “Tenencia precaria de la tierra y políticas públicas en Jujuy,
Argentina. Un análisis de los vínculos entre provincia, nación y pueblos originarios”.
En: Apuntes N° 67. Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico.
BOURDIEU, P. 2000. Razones Prácticas. Sobre la teoría de la acción. Editorial
Anagrama, Barcelona.
BRIONES, C. 2004. “Construcciones de Aboriginalidad en Argentina”. En: Boletín de
la Société suisse des Américanistes N° 68, Ginebra.
CANET, V. 2010. Análisis de experiencias de intervención pública y privada con
pueblos indígenas. Serie Estudios e Investigaciones N°24, Subsecretaría de
Agricultura Familiar, MinAGyP de La Nación. Bs. As.
9
CERVERA NOVO, J. 2010. La Cuestión Indígena en la Argentina, un Estudio de
Actualización. Serie Estudios e Investigaciones N°24, Subsecretaría de Agricultura
Familiar, MinAGyP de La Nación. Bs. As.
CORRIGAN P. y Derek SAYER. 2007. Antropología del Estado. Dominación y
prácticas contestatarias en América Latina. INDH/PNUD, La Paz, Bolivia.
DAS V. Y Deborah POOLE. 2008. “El estado en sus márgenes. Etnografías
comparadas”. En: Cuadernos de Antropología Social, Nº 27. FFyL, UBA, Buenos.
Aires.
ENGELS, F. 1955. “El Origen de la Familia, la propiedad privada y el Estado”. En:
Marx K. y Engels F. Obras Escogidas, tomo II, Moscú: Ediciones en Lenguas
Extranjeras
FOUCAULT, M. 1988. Genealogía del racismo. Altamira / Nordan Comunidad,
Buenos Aires.
FOUCAULT, M. 2006. Seguridad, territorio, población.:Fondo de Cultura Económica,
Buenos Aires.
GARCÍA, J. 2012. “La Constitución Nacional y los Pueblos Indígenas. ¿Cinismo
jurídico o esperanza tangible?” En: García, Julio C. (coord.), Derecho Constitucional
Indígena. Ediciones ConTexto, Resistencia (Chaco).
GARCÍA LINERA, A. 2008. “Crisis estatal y época de revolución”. En: La potencia
plebeya. Acción colectiva e identidades indígenas, obreras y populares en Bolivia.
CLACSO, PROMETEO libros, Bs. As.
GRAMSCI, A. 1984. Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y el Estado Moderno.
Nueva Visión, Bs. As.
GRAMSCI, A. 2004. Antología. Siglo XXI,Bs. As.
INDEC. 2006. Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas de la República
Argentina 2004-2005. Versión Abreviada. Resultados Preliminares. Buenos Aires.
ISLA, A. 2002. Los usos políticos de la identidad. Indigenismo y Estado. Editorial de
las Ciencias, Bs. As.
LAZAR, S. 2008. “Eso es luchar sindicalmente. Ciudadanía, el estado y los
sindicatos en El Alto, Bolivia”. En: Cuadernos de Antropología Social. FfyL. UBA,
Buenos Aires.
LENTON, D. 1999. “Los dilemas de la ciudadanía y los indios-argentinos: 1880-
1950”. Publicar en Antropología y Ciencias Sociales 8: 7-30. Colegio de Graduados
en Antropología y EUDEBA, Buenos Aires.
10
MADRAZO, G. 1981. “Comercio interétnico y trueque recíproco equilibrado
intraétnico. Su vigencia en la Puna argentina y áreas próximas, desde la
independencia nacional hasta mediados del siglo XX”, en: Desarrollo Económico,
volumen 21, N° 82, Buenos Aires.
MARX, K. 1955. “El Manifiesto Comunista”. En: Marx K. y Engels F. Obras
Escogidas, tomo I, Moscú: Ediciones en Lenguas Extranjeras
MARX K. y Federico ENGELS.1971. La ideología alemana. Ediciones Pueblos
Unidos, Montevideo.
MEILLASSOUX, C. 1999. Mujeres, graneros y capitales. Siglo XXI, México. 12ª ed.
NASH, J. 2006. Visiones Mayas. El problema de la Antropología en la era de la
globalización. Antropofagia, Bs. As.
O’DONNELL, G. 2012. Acerca del Estado en América Latina contemporánea. Diez
tesis para discusión. Texto preparado para el proyecto “La Democracia en América
Latina,” propiciado por la Dirección para América Latina y el Caribe del Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (DRALC-PNUD). Disponible en:
<http://www.centroedelstein.org.br/PDF/acercadelestado.pdf>
POSTERO. N.2005. “Indigenous Responses to Neoliberalism: a Look at the Bolivian
Uprising of 2003”. In: Political and Legal Anthropology Review, Vol.28, N°1, May
2005. American Anthropological Association.
RAMÍREZ, S. 2012. “Constitucionalismo “progresista” y Diseños Estatales:
Protección vs. Desarrollo”. En: García, Julio C. (coord.), Derecho Constitucional
Indígena. Ediciones ConTexto, Resistencia (Chaco).
SCOTT, J. 1998. Seeing Like a State. How Certain Schemes to Improve the Human
Condition have Failed. New Haven, University Press, Yale
STEFANONI, P. 2009. “La “indianización” del nacionalismo o la refundación
permanente de Bolivia: continuidades y rupturas en la (re)definición de la comunidad
política”. En: Hoetmer Raphael (comp.), Repensar la política desde América Latina.
Cultura, Estado y movimientos sociales. UNMSM y Programa Democracia y
Transformación Global, Lima.
STEFANONI, P. 2010. “Bolivia después de las elecciones: ¿a dónde va el evismo?”
En: Revista Nueva Sociedad No 225, enero-febrero de 2010, ISSN: 0251-3552,
Buenos Aires.
TRINCHERO, H. (comp.). 1992. Antropología Económica II. Conceptos
fundamentales. Colección Los Fundamentos de las Ciencias del Hombre, Centro
11
Editor de América Latina, Bs. As
WEBER, M. 1972. “La política como vocación”. En: Ensayos de sociología
contemporánea. Planeta, Buenos Aires.
ZIBECHI, R. 2009. “Gobiernos y Movimientos: entre la autonomía y las nuevas
formas de dominación”. En: Hoetmer Raphael (comp.), Repensar la política desde
América Latina. Cultura, Estado y movimientos sociales. UNMSM y Programa
Democracia y Transformación Global, Lima.
12
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA RURAL
Resumen
En la primera parte del presente trabajo se presenta un breve análisis del desarrollo
reciente en infraestructura y de los arreglos institucionales que han brindado la
posibilidad del avance de la frontera productiva, con la consecuente valorización de
la tierra en el Chaco Central.
A continuación, y con el propósito de comprender las transformaciones que han
ocurrido de manera reciente en las políticas públicas y el proceso de inversión, se
exponen los cambios en el paradigma de desarrollo y agenciamiento, a partir de la
novedosa emergencia estatal en materia social.
De este modo, se intentan identificar las contradicciones que adopta el desarrollo
regional en la formación social chaqueña, mostrando los ejemplos de economías
híper-tecnificadas y enclaves extractivos en contraposición con los procesos de
subsunción que se producen sobre las economías domésticas indígenas y
campesinas.
Compresión del espacio y alta fertilidad territorial en el Chaco Central
Más allá de la formidable compresión espacial que se ha vivido durante los últimos
tres ó cuatro decenios, este fenómeno no se ha manifestado con la misma
intensidad en todos los ámbitos (Harvey, 1988). En términos de velocidad y
accesibilidad, se han acrecentado las disparidades entre los espacios urbanos y
algunos ámbitos rurales así como dentro de estos últimos (habitualmente menos
interconectados en su interior si se los compara con los espacios urbanos). Este es
el caso del Chaco Central, un amplio espacio de más de 150.000 km2 que ha sido
objeto de diversas intervenciones orientadas al desarrollo productivo, especialmente,
durante los últimos quince años. La creación del MERCOSUR, IIRSA y ZICOSUR
terminó por conformar una visión estratégica y gubernamental centrada en la
obtención de utilidades a través del aprovechamiento de los recursos de la tierra.
Esta concepción, permeada por la fuerte influencia del consenso neoliberal de los
años noventa, fue generando una morfología espacial asimétrica en la región entre
los sitios orientados a la valorización y los lugares marginales donde, generalmente,
se fueron instalando los campesinos e indígenas desplazados por el proceso de
expansión de la frontera agropecuaria. De este modo, el desarrollo de la
infraestructura –y de las condiciones de valorización en general- se direccionó hacia
la generación y obtención de plusganancias por parte de consorcios
agroexportadores trasnacionales, así como de grandes productores.
En este sentido, la conformación de espacios de alta fertilidad territorial en el Chaco
Central se constituyó a partir de tres dispositivos que impulsaron, de manera
análoga, la expansión de la frontera productiva. Por un lado, la provisión de
infraestructura fija, -especialmente de gran porte- orientada a imprimirle mayor
velocidad al ciclo de rotación del capital en el ámbito rural. Por el otro, la
conformación de un mercado de compra-venta de tierras. Se trata de parcelas
localizadas en el contorno externo del espacio de valorización reciente, apropiadas
durante el avance de la frontera agropecuaria (en su mayoría, terrenos fiscales
ocupados por pequeños productores de subsistencia). Finalmente, a estos aspectos
se le agrega un tercer factor que se encuentra inexorablemente relacionado con
aquellos dos y que puede observarse tanto en la esfera de la producción como en la
de comercialización: los arreglos institucionales e impositivos.
2
Mejoramiento del aparato infraestructural
3
1.500 km) así como el destino de las obras que son ideadas como parte de una
vasta política de inversión social –que incluye, también, distintos programas de
Agricultura Familiar desde el Ministerio de Agricultura- muestran un giro en la
concepción de las políticas públicas.
Si bien todas las obras mencionadas están dirigidas al aumento de la productividad
de la tierra y el comercio internacional, existen algunas contradicciones en el seno
mismo del desarrollo territorial impulsado desde el Estado. El primer paquete de
corredores que atraviesan el Chaco se encuentra orientado, principalmente, al
crecimiento del aparato productivo a gran escala, mientras que la mejora de la
infraestructura básica de pequeños productores y la construcción del gasoducto
están apuntadas, en mayor medida, hacia la inversión social. En líneas generales,
puede afirmarse que el desarrollo infraestructural regional oscila dentro de los límites
del proceso de valorización. Ahora bien, la reciente transformación en la correlación
de fuerzas sociales se expresa en el cambio de orientación de las políticas públicas,
satisfaciendo demandas populares, lo cual evidenciaría una metamorfosis en el
paradigma de desarrollo estatal.
4
régimen de ocupación, ya sea por concentración de la tierra y/o por entrega de
títulos de propiedad (Slutzky, 2008).
Para el caso del Umbral al Chaco, la expansión sojera ha producido la expulsión de
campesinos y ocupantes de subsistencia. En Santiago del Estero se desarrollaron
diversos procesos de resistencia por parte de la población local, que derivaron en la
conformación, durante 1990, del Movimiento Campesino de Santiago del Estero
(MOCASE). Para el caso de Salta, “el gobierno provincial promovió activamente la
expansión sojera, pero se encontró con una fuerte resistencia de los pobladores
indígenas, que habían recibido un importante impulso con la modificación de la
Constitución realizada en 1994, que les otorga derechos de propiedad comunitaria
sobre la tierra que ocupan” (Reboratti, 2009: 6).
En la provincia de Formosa, las EAP con límites definidos en 1988 representaban el
48% del total y ocupaban el 0,8% de la tierra, mientras que para 2002 éstas
registraban el 36% del total y el 0,6% de la extensión provincial. Siguiendo estos
datos, Iñigo Carrera asevera que “el período que se abrió en el decenio de 1990 fue
testigo de la promoción del capital agrario concentrado, a través del desarrollo de
obras de infraestructura en el centro-oeste de la provincia para la instalación de
emprendimientos productivos agrícolas plenamente capitalistas y con gran inversión
de capital fijo. Paralelamente, el gobierno provincial puso en marcha un plan de
reordenamiento parcelario en esa zona de la provincia, caracterizada por la
existencia de numerosas explotaciones sin límites” (2008: 90).Para el caso del
Chaco, las unidades con límites definidos de más de 1.000 has representaban, en el
año 2002, al 7,6% y poseían el 56% del total de la superficie, mostrando una
concentración de la tierra aún mayor con respecto a la provincia de Formosa.
En cuanto a los arreglos impositivos o institucionales, puede afirmarse que desde el
Estado existen múltiples mecanismos para generar condiciones de valorización más
propicias para los agronegocios. Además, esta clase de ajustes se vinculan a las
transformaciones en el régimen de acumulación, apoyado siempre sobre la base de
correlación de fuerzas sociales existente. De este modo, la forma de apropiación
espacial en el Chaco Central durante los últimos tres decenios se ha asociado a una
visión estratégico-territorial de obtención de ganancias extraordinarias en
combinación con bajos niveles de inversión. Las políticas de subsidio del Estado
5
Nacional a partir de la Dictadura (Ley 22.211/80) otorgaron ventajas impositivas y
crediticias que hicieron aún más atractivas las inversiones, con el argumento de
promover la puesta en valor de zonas semiáridas y de baja rentabilidad (Van Dam,
2002).
A partir de la desregulación del comercio de granos y la eliminación de la Junta
Nacional de Granos en 1993 –que cumplía un papel fundamental en la regulación de
precios del sector- se estimuló la liberación de los precios. Este fenómeno permitió
que los consorcios agroexportadores pudieran determinar los valores de estas
commodities, agudizando la integración vertical de las cadenas agroindustriales. Las
grandes empresas recibieron, también, diferentes exenciones impositivas: bajas en
las alícuotas, desgravación de tasas inmobiliarias rurales, eliminación delimpuesto a
las actividades económicas para productores agropecuarios, entre otras. Estos
privilegios en áreas de baja rentabilidad y escasa aptitud agroecológica incentivaron
la puesta en producción y la conformación de un nuevo mercado de tierras, con la
consecuente valorización y expulsión de pequeños productores, como en el Umbral
al Chaco, por ejemplo (Trinchero y Leguizamón, 1995).
Finalmente, se efectuaron transferencias directas de tierras desde el Estado hacia
los privados, como lo el caso de la entrega de grandes extensiones con exenciones
impositivas por veinte años al Grupo IRSA y al empresario Alfredo Olmedo en la
Provincia de Salta, contrato que en la actualidad sería rescindido por el Estado
Provincial. En Chaco, la provincia cedió en arrendamiento unas 200.000 has de
tierras fiscales a un grupo saudí en un pacto que carece de objetivos claros con
respecto a la puesta en producción.
Para el caso de Formosa, en el año 1996 fueron cedidos a la empresa agropecuaria
LIAG SA (de capitales mayoritariamente australianos) unas 40.000 has a un precio
de $8,46 por ha en la localidad de Pozo del Mortero –de las cuales un 75% fueron
devueltas a la provincia en 2007 por no cumplir con las inversiones estipuladas-. En
1997 se crea en la ciudad de Laguna Yema el Centro de Validación de Tecnologías
Agropecuarias (CEDEVA) para ensayar cultivos con diferentes tecnologías de riego,
fertilización, irrigación, tecnologías de conducción y nuevos materiales genéticos con
apoyo técnico del Estado de Israel. Se genera, así, un enclave tecnológico para la
asistencia de grandes productores que aplican estas técnicas en el corredor de la
6
RN 81 entre Laguna Yema y Las Lomitas en el Centro-Oeste Formoseño, ofreciendo
riego a unas 50.000 has (con la construcción un canal de hormigón de 96 km a lo
largo de este corredor). Es allí donde el Gobierno Formoseño estimula la llegada de
inversiones para realizar cultivos subtropicales y de primicia, producción
frutihortícola, algodón y soja, entre otros.
7
ganadería, al tiempo que las antiguas áreas algodoneras -que no estaban en
producción- se convierten al cultivo de la oleaginosa. La facilidad de desmonte, los
bajos precios de la tierra, las nuevas tecnologías, la extensión del ciclo húmedo y los
buenos precios internacionales son los factores que permiten la generalización del
cultivo en el Chaco.
Mapa 1. Crecimiento de la superficie sembrada con soja.
Periodo 1981-85 y 2001-05.
8
contaban con cobertura vegetal natural (vegetación del Chaco Seco como bosques
de quebracho, palo santo y duraznillo).
En el Umbral al Chaco, el cultivo se localiza en el este de Tucumán mientras que en
Salta la zona de cultivo se desarrolla en los departamentos de San Martín, Orán,
Anta, Rosario de la Frontera y Metán. Por su parte, la provincia de Salta representó
el 57% del área cultivada en la región para la campaña 2005-06. Si se incorporan a
las zonas sojeras de Catamarca, Jujuy y Santiago del Estero –durante el periodo
que va entre 1970 y 2006- las tasas de crecimiento anual promedio para el área
sembrada y la producción ubicaron en el 16,3% y 18,7%, respectivamente. La
producción de la región a comienzos de los años setenta era de 9.325 t y el área
sembrada abarcaba unas 7.700 has, mientras que en la campaña 2005-06 estos
valores fueron de 1.8 millones has y 3.8 millones de toneladas,
correspondientemente. La mejora de la productividad se reflejó en los rindes, que
crecieron a un ritmo de 2,3% en promedio por año durante las últimas tres décadas -
algo así como 35 kg/ha año- partiendo de 1,2 t en la década de 1970 y alcanzando
un promedio de 2,7 t/ha en el ciclo 2005-06. El incremento de la productividad fue
posible gracias a la adopción de tecnologías como la siembra directa y variedades
de soja transgénica con resistencia al glifosato (Devani et al, 2007).
En el Mapa 2 puede observarse el área sojera del Umbral al Chaco por
departamento con la superficie cultivada durante la campaña 2010-2011. Los
departamentos que superan las 100.000 has son Burruyacú (al noreste de
Tucumán), San Martín y Anta (este Salteño). En estos dos últimos se identifican
desmontes recientes para la producción con cultivos de secano como la soja. Anta
representa el departamento que posee el porcentaje de mayor superficie cultivada,
alcanzando unas 330.620 sobre unas 603.445 hectáreas de toda la provincia de
Salta, es decir, alrededor de un 60% del área cultivada a lo largo de todo el Umbral.
9
Mapa 2. Área sojera del Umbral al Chaco. Superficie cultivada campaña 2010-2011.
Departamentos con mayor cantidad de hectáreas y desmonte en Salta.
10
Mapa 3. Usos del suelo y desmontes recientes en el este Salteño (2008).
11
En muchos sectores del Umbral –una vez aprovechada la fertilidad natural de la
tierra- la productividad descendió rápidamente, produciéndose el cambio locacional
de los arrendatarios. Cabe mencionar que el 70% de los campos del área son
alquilados (Reboratti, 2009). Este tipo de utilización sobre el recurso suelo ha ido
degradándolo producto de causas de diversa índole. En primer lugar, el patrón
productivo de “pampeanización del umbral” adoptó las mismas tecnologías y
prácticas de origen sin tener en cuenta las diferencias edafológicas y climáticas.
El ciclo de lluvias estivales de gran intensidad, la eliminación de la cobertura forestal,
la existencia de pendientes, la menor profundidad de los suelos y –por añadidura- el
notorio cambio en el ecosistema que provocó la aparición de nuevas plagas,
enfermedades y malezas, que requieren de una creciente cantidad de agroquímicos-
determinó que las prácticas importadas desde la pampa fueran más perjudiciales de
lo que se pensaba. De todos modos, la siembra directa –de la mano de la
sistematización de los campos que elude la erosión laminar- propició una notable
recuperación de la fertilidad de los suelos. En segundo lugar, el bajo precio del suelo
permitió disminuir los costos de producción aún cuando se vio afectada, en parte, la
conservación de la tierra por parte de los arrendatarios (Van Dam, 2002).
Fundamentalmente, esto se debe a ciertas técnicas que han permitido un ahorro
significativo de agua. Sin embargo, la tasa de pérdida de suelo puede alcanzar entre
19 y 30 t/ha en función del manejo y la pendiente del suelo. Si bien es cierto que la
siembra directa puede reducir la pérdida de suelos –con sojas más resistentes a los
herbicidas- muchos productores han fomentando el monocultivo sin ninguna rotación
durante largos años.
Estos agricultores creen, erróneamente que a través de la siembra directa se evita la
erosión, pero según Altieri y Pengue: “Los resultados de la investigación demuestran
que a pesar del incremento de la cobertura del suelo, la erosión y los cambios
negativos que afectan a la estructura de los suelos, pueden no obstante resultar
sustanciales en tierras altamente erosionables si la cobertura del suelo por rastrojo
es reducida. El rastrojo dejado por la soja es relativamente escaso y no puede cubrir
correctamente el suelo si no existe una adecuada rotación entre cereales y
oleaginosas” (2006: 89).
12
Por otra parte, la aplicación de la Ley Nacional de Bosques Nativos n° 26.331 –
sancionada en el año 2007- y los sucesivos ordenamientos territoriales en cada
provincia, podrían poner un freno a los desmontes y al actual avance de la frontera
agropecuaria. Asimismo, esta legislación impone una clasificación por áreas posibles
de ser transformadas, en mayor o menor medida, de acuerdo al valor de
conservación del bosque nativo. De todos modos, el cumplimiento de la norma ha
sido sumamente complejo y, en muchos casos, no se ha efectivizado debido a la
presión de los intereses sojeros. En el año 2008, la Corte Suprema suspendió en el
este salteño el desmonte de casi un millón de hectáreas, aún cuando, hasta la fecha,
la tala del monte no haya logrado detenerse.
13
su parte, las empresas petroleras no necesitan de los indígenas más que el permiso
para explotar los recursos del subsuelo en sus tierras.
De este modo, el desarrollo geográfico desigual se cristalizó en el avance del capital
a través del incremento en la utilización del factor tierra en el proceso de producción
pero no así del trabajo. Las poblaciones indígenas se afirmaron sobre la caza en el
monte y el río, a la vez que buscaron en los programas de ayuda social parte de su
reproducción anual. Algo similar sucedió con la población criolla apoyada en
economías de subsistencia dedicadas, mayormente, a la cría de ganadería
montaraz. La población sobrante en el ámbito agrícola comenzó, entonces, a
sustentarse sobre las políticas de asistencia social.
Históricamente, la dinámica reproductiva del capital en la región acudió y prescindió
cíclicamente a la mano de obra local, de acuerdo a la demanda de trabajo poco
calificado. En ese sentido, la expansión del capital agrario no eliminó las formas
organizativas de producción preexistentes sino que, más bien, las refuncionalizó con
arreglo a los requerimientos propios. A su vez, la tecnificación actual del proceso de
producción permite la subutilización de la fuerza de trabajo local, lo que de ningún
modo implica que esto permanezca invariable en el tiempo. Mientras tanto, las
políticas sociales complementan el ciclo reproductivo de las economías domésticas.
Es así como las formas de usufructo tradicionales tendieron a adaptarse al sector
moderno de organización del trabajo.
Asimismo, la búsqueda y obtención de plusganancias en áreas marginales se
sostuvo, en parte, sobre este reordenamiento de las actividades domésticas más
que en su eliminación. El fenómeno de subsunción indirecta formal tuvo su
manifestación, no en la supresión de formas domésticas de producción –
presuntamente contrapuestas al proceso moderno de valorización- sino más bien en
su refuncionalización. Asimismo, la expansión de la frontera agraria capitalista
produjo la expulsión de poblaciones indígenas y criollas hacia tierras menos aptas, al
tiempo que se generaron políticas públicas y programas de contención social hacia
esos mismos sectores garantizando, de esta manera, las necesidades de
reproducción del capital agrario e hidrocarburífero en la región.
En este punto se hace necesario trazar una distinción. Existe también una
subsunción diferenciada al interior de la subsunción indirecta formal que diferencia al
14
sector doméstico indígena del criollo. Por un lado, las actividades de pesca,
recolección y caza practicadas por la población india y, por el otro, las actividades de
ganadería extensiva de la población criolla. Al tratarse de procesos de trabajo que
involucran distintas actividades domésticas, se generan transferencias de valor
diferentes. La economía mercantil simple del criollo transfiere valor a través de la
intermediación usuraria comercial mientras que el sector doméstico indígena
traslada valor, a partir de la apropiación del trabajo no remunerado contenido en la
fuerza de trabajo que emplea el capital (Piccinini y Trinchero, 1992).
El hecho distintivo que introdujo el reciente avance del cultivo sojero y el complejo
petrolero fue la posibilidad, casi total, de relegar al trabajo local. De esta manera, la
reproducción de la “población sobrante” incurrió sobre el Estado y el Tercer Sector.
Del mismo modo, las externalidades negativas dadas por el avance de la frontera
productiva se expresaron, no sólo en la desarticulación de los modos de vida locales
y en la expropiación de su territorio de reproducción, sino también en la aparición de
la “ayuda social” a través de un paquete de subsidios, planes y programas de
desarrollo focalizados hacia poblaciones marginadas del crecimiento económico.
Siguiendo esta matriz, los organismos multilaterales de crédito –a través del Estado
y de diferentes Organizaciones No Gubernamentales (ONG)- diseñaron y ejecutaron
estas políticas con la intención de que los marginados del progreso económico
regional pudieran ser incluidos y, primordialmente, no se produjeran conflictos
sociales.
Paralelamente al proceso de intensificación de la “ayuda al desarrollo” agenciado
desde el Estado y las ONG, parte del capital sobreacumulado que no encontraba
destinos rentables, logró canalizarse gracias a la implementación de estos proyectos
a través de las agencias multilaterales de crédito. De la misma manera, la
constitución de infraestructuras físicas de mediano y gran porte permitió absorber
excedentes de trabajo y capital –en algunos casos, de forma socialmente útil-
generando contradicciones en los modos en los que se territorializó el desarrollo
hacia el aparato productivo y hacia las poblaciones locales.
15
Relación de fuerzas en el seno del Estado y paradigmas de desarrollo
El capital, como resultado de la apropiación de plusvalor, se encuentra en estado
permanente de transformación y estos cambios se producen a partir de la intención
de obtener ganancias extraordinarias, cualquiera sea el ámbito de reproducción.
Para ello, el capital debe dominar al resto de los factores de la producción y controlar
el proceso de valorización. De este modo, el proceso de producción global y la
posibilidad de extraer plusvalor al trabajo, se desarrolla en el contexto del Estado-
Nación moderno. El Estado es la forma por la cual la representación social de los
sujetos, las clases y los grupos adquieren juricidad de acuerdo a la correlación
interna de fuerzas, en el seno de esa sociedad, hegemonizada por el capital. El
modo de regulación estatal de la postguerra hasta mediados de los años setenta se
expresó, sintéticamente, en los consensos entre el capital y el trabajo vía los
acuerdos salariales, la creación de empresas estatales y la regulación de precios.
Tras la eclosión de este modelo y la re-regulación neoliberal –proceso desarrollado a
partir de la última dictadura y profundizado durante los noventa- se transforma
aquella juricidad como resultado de una nueva correlación de fuerzas sociales
(Trinchero y Leguizamón, 2004).
Para el caso regional que se analiza, el avance moderno de la frontera productiva ha
sido permanente desde finales del siglo XIX. La intensificación en la provisión de
obras de infraestructura se dio de manera más reciente –como se mostró más
arriba- y logró complementar este proceso de avance continuo de la frontera
productiva. Sin embargo, el hecho de que muchas de estas obras se orienten a
pequeños y medianos productores, así como la aplicación de diversas políticas
universales de inclusión social, promueve un cambio en el sentido que adquiere el
paradigma de desarrollo estatal. De todos modos, el avance constante de la frontera
agropecuaria impone límites estructurales a la ejecución de políticas públicas de
corte social ya que, junto con la genealogía histórica del Estado, ambos procesos se
producen en el contexto de la hegemonía del capital. No obstante, el estado de
lucha política actual instala ciertas contradicciones en el “agenciamiento” del Estado
y de la agenda pública, promoviendo un desarrollo regional más inclusivo con
respecto a la década de los noventa.
16
En el mismo sentido, el procesamiento de las demandas insatisfechas provenientes
de los sectores populares que realiza el Estado, se corresponde con la correlación
de fuerzas sociales existente pero también con las constricciones que impone el
capital para el diseño y la realización de políticas públicas inclusivas. Tras la la
aplicación ortodoxa de absurdas recetas económicas provenientes del
neoliberalismo –propiciando la peor crisis de la historia económica argentina en
2001- la acumulación de demandas insatisfechas se acrecentó enormemente,
hecho que se sustanció en la proliferación de movimientos de resistencia social.
Colocando a algunas naciones de Latinoamérica en el centro de la escena del
cambio de paradigma, Laclau asegura:
17
suministro de nueva infraestructura para comercializar la producción, con planes de
capacitación para mejorar la productividad intrafinca o a través de la titulación de la
tierra, entre otros estímulos. De este modo, la respuesta a la cadena equivalencial1
de reclamos de los sectores subalternos del ámbito rural, en el marco del cambio de
paradigma, se viabiliza por medio de una lógica populista democrática y menos
liberal –entendiendo al populismo como pueblo en tanto incorpora a nuevos actores
sociales tales como indígenas y campesinos- (Laclau, 2005).
Referencias bibliográficas
1
Son necesarias, según Laclau, tres precondiciones para la aparición del populismo: “(1) la formación de una
frontera interna antagónica separando el pueblo del poder; (2) una articulación equivalencial de demandas que
hace posible el surgimiento del pueblo pueblo. Existe una tercera precondición que no surge claramente hasta
que la movilización política ha alcanzado un nivel más alto: la unificación de estas diversas demandas –cuya
equivalencia, hasta ese punto, no había ido hasta más allá de un vago sentimiento de solidaridad- en un sistema
estable de significación (Laclau, 2005: 99).
18
INTA-PRORENOA. 2011. “Monitoreo de Cultivos del Noroeste Argentino a
Partir de Sensores Remotos. Campaña agrícola 2010-2011. Cultivos
extensivos de verano”. Estación Experimental Agropecuaria Salta.
LACLAU, Ernesto. 2006. “Consideraciones sobre el populismo
latinoamericano”. Cuadernos del CENDES 62.
______________ 2005. La Razón Populista. Fondo de Cultura
Económica, Buenos Aires.
LABORATORIO DE ANÁLISIS REGIONAL Y TELEDETECCIÓN
FACULTAD DE AGRONOMÍA, UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
(2004). “Factores espaciales y temporales de la expansión de la soja en
Argentina: relación con factores socioeconómicos y ambientales”. Banco
Mundial: Buenos Aires.
MANZANAL, Mabel y Federico VILLARREAL. 2010. El desarrollo y sus
lógicas en disputa en territorios del norte argentino. Ediciones CICCUS,
Buenos Aires.
MINISTERIO DE GOBIERNO, SEGURIDAD Y DERECHOS HUMANOS.
2011. Relevamiento Territorial Lotes Fiscales 55 y 14 del Este Salteño.
Gobernación de Salta.
PICCININI, Daniel y Hugo TRINCHERO. 1992. “Cuando la propiedad llega
al monte. El trayecto social e la tierra y la subsunción del trabajo al capital
en el Chaco Salteño”. En Trinchero, Piccinini y Gordillo (Compiladores),
Capitalismo y grupos indígenas en el Chaco Centro-Occidental (Salta y
Formosa/2). Centro Editor de América Latina, Buenos Aires.
REBORATTI, Carlos. 2009. “La expansión de la soja en el Norte de la
Argentina: impactos ambientales y sociales”. En Actas de XII EGAL,
Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República, Montevideo-
Uruguay.
SLUTZKY, Daniel. 2008. “Situaciones problemáticas de tenencia de la
tierra en Argentina”. PROINDER, Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Pesca y Alimentos, Buenos Aires.
TRINCHERO, Hugo y Juan Martín LEGUIZAMÓN. 1995. “Fronteras de la
modernización: reproducción del capital y fuerza de trabajo en el Umbral al
19
Chaco Argentino”. En Producción doméstica y capital: estudios desde la
antropología económica, pp. 15 a 44. Editorial Biblos, Buenos Aires.
________________ (2004). “Hidrocarburos, dinámica del capital y
cuestión social en el norte argentino”. En Trinchero, Belli y Slavutsky
(Compiladores). La cuenca del río Bermejo. Una formación social de
fronteras. Editorial Reunir, Buenos Aires.
VAN DAM, Chris (2002), Ocupación, degradación ambiental, cambio
tecnológico y desarrollo sostenible: los efectos de la introducción del
paquete soja/siembra directa en el chaco salteño. Tesis de Maestría en
Gestión Ambiental y Desarrollo, FLACSO.
20
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
e-mail: luckascabana@gmail.com
1
1.- Introducción
De esta manera, dentro de los objetivos principales de este trabajo, está el de poder
compartir y comparar las políticas públicas o avances legislativos y jurídicos en
Argentina y la provincia de La Pampa, a fin de poder evaluar y analizar
posteriormente, quizás en un segundo trabajo de manera más ampliada y con mayor
profundidad histórica, la situación contemporánea por la cual transita el caso de
Argentina en referencia a la temática territorial indígena y las políticas públicas
nacionales de los últimos años, de manera comparativa con otros países de América
Latina.
Cabe mencionar que los pueblos originarios son reconocidos en cada país de la
región, tanto por su densidad y dispersión poblacional, por lo que es necesario
realizar un resumido recorrido de las políticas gubernamentales destinadas al
reconocimiento de los territorios ocupados por los pueblos indígenas, indagando y
describiendo; ¿Cuáles son las políticas públicas territoriales indígenas vigentes en la
última década? ¿De qué actores, organismos e instituciones dependen estas
políticas? ¿Cuáles son los mecanismos de demarcación y titularización de esos
territorios? ¿Con que niveles de participación y consulta de los pueblos se
desarrollan estas políticas?
2
2.- Tierra, Políticas públicas y Territorio indígena.
1. Cada pueblo, como línea general, tiene un control y apropiación particular del
espacio que se expresa en la manera en que es distribuido y organizado. En ese
sentido el espacio es una construcción social resultado del tipo de relaciones
sociales y de producción existentes. Los procesos sociales imperantes en cada
pueblo son los que definen el tipo de organización espacial y las formas de
apropiación del territorio.
3
3. El espacio no es un elemento pasivo e inerte sino que forma parte del propio
sistema social y condiciona en cierto modo su funcionamiento, originando
respuestas múltiples a las actuaciones emanadas de ese sistema social. Ello genera
distintos modelos culturales de estructuración del espacio.
Poder distinguir los conceptos de tierra y territorio significa aceptar que existen
distintas visiones del mundo que podrían sintetizarse de esta manera:
4
Esta doble perspectiva requiere analizar los significados de los conceptos de
territorio, tierras y propiedad que tienen el Estado y los Pueblos Originarios.
Para los Pueblos Indígenas, la pérdida del territorio es una cuestión ilegítima, en la
medida que éste fue enajenado mediante diversos mecanismos de violencia directa,
engaño y usurpación legal. De aquí que la recuperación de las tierras siga teniendo
vigencia en la memoria colectiva de los pueblos y sus comunidades, las que siempre
son reivindicadas como parte de los territorios ancestrales, tanto las que hoy
poseen, como aquellas que se encuentran en posesión de terceros. Igualmente las
organizaciones indígenas promueven la construcción de distintos grados de
autonomía, ya sea exigiendo el reconocimiento o ejerciendo ese derecho. Lo
relevante es que el territorio indígena mantiene vigencia en el discurso y el
imaginario de los pueblos, sustentado en las actuales tierras ocupadas por
comunidades, que representan porciones del antiguo dominio territorial.
No hace mucho tiempo atrás, los Estados sustituyeron el territorio de indígenas por
propiedad de indígenas de diferentes modos, ya sea constituida en base a las
normas del derecho común o por leyes especiales como fueron las de radicación o
reservas. La características de estos títulos fue que en ellos se reconocía lo
efectivamente ocupado, es decir el lugar de las viviendas y zonas de producción,
pero no así sus jurisdicciones comunales, que después fueron asignadas a
particulares conformando propiedad privada sobre las tierras indígenas.
5
uso extensivo sobre extensas praderas. Usualmente se les obligó a la reducción
drástica de sus tierras a un uso del suelo de subsistencia precaria.
Para los Pueblos indígenas la tierra, poseía y posee un profundo sentido que
trasciende lo meramente productivo, aunque este aspecto sea el principal de la
subsistencia y reproducción social y económica, pero la tierra no solo da el alimento,
sino también sentido de identidad y pertenencia, permitiendo la sobrevivencia
cultural y la manutención de las prácticas religiosas propias de los pueblos.
La visión actual generalizada, en este caso para la región, sobre los ordenamientos
territoriales puede considerarse como una manifestación metodológica cuya finalidad
persigue el conocimiento de este y su buen manejo.
6
Desafortunadamente, la aplicación del modelo europeo trae sus dificultades, sino
interpreta el sentir de los pueblos y sus comunidades que habitan el territorio,
especialmente los pueblos indígenas, quienes ocupan de manera afortunada gran
parte de los territorios nacionales, que son consideradas reservas ecosistémicas,
resguardos, etc. Uno de los objetivos que también se plantea este trabajo es poder
visualizar, a lo largo del mismo, si esta visión ha sufrido algún tipo de modificaciones
en vistas a la búsqueda de soluciones y respuestas a los pueblos originarios sobre
sus territorios en vistas de la efectivización de sus propios derechos.
7
3.- Pueblos Originarios en Argentina
8
4.- Pueblos Indígenas en La Pampa
Localización Geográfica
9
5.- El Pueblo Ranquel en la Historia
Análisis Sociológico
1
Al Estado Nación argentino
2
Territorio del denominado Virreinato del Perú primero y Virreinato del Río de la Plata luego.
10
barata para emprendimientos agrícola ganaderos o acceder a algún cargo político en
el Cabildo (Trinchero, 2000).
El territorio indígena del Pueblo Ranquel se ubicaba en la zona del centro del país, el
mismo estaba delimitado aproximadamente por la Laguna del Cuero, el río Salado y
La Pampa al este, las Salinas Grandes y el Río Colorado.
Dentro de este territorio, entre 1840 y 1878, existían tres grupos indígenas que se
establecieron como los más destacados, entre ellos: los ranqueles, liderados por los
caciques Pichuiñ, Painé y Panghitruz-Guor (Mariano Rosas), Epugner, Rosas y
Baigorrita, por otro lado, los salineros, liderados por los caciques Calfúcurá y
Namúncura, y el grupo del cacique Pincén. Hacia 1850, el gobierno bonaerense
comienza a dar lugar a una serie de Pactos y Tratados tendientes a limitar no sólo la
capacidad bélica indígena sino también las alianzas interétnicas de los distintos
grupos que poblaban el territorio norpatagónico. En este sentido, esta serie de
Pactos fueron troquelando, en palabras de De Jong (2007:55) “… el mapa de
11
alianzas indígenas preexistentes, tendiendo no sólo a aislar diferentes unidades
políticas, sino a limitar y condicionar la autoridad de aquellas que se oponen a la
expansión estatal”. Fue así que en este contexto, varios grupos, midiendo
claramente, la correlación de fuerzas políticas, pactaron su condición de “indios
amigos”, tal fue el caso de: Manuel Grande (1864), Cañumil (1865), Guayquil (1866)
y Quintriel (1866). Además, otros grupos reforzaron dicha condición a partir de la
adjudicación de tierras que les fueron asignadas (Salomón Tarquini (2010).
Si hasta la década del ’70, el gobierno nacional no había avanzado sobre territorios
indígenas fue no por falta de voluntad sino porque el escenario político lo
imposibilitaba, como antecedentes podemos citar, tanto a la guerra contra el
Paraguay, la disputa política entre la Confederación y el gobierno de Buenos Aires, y
el accionar de las montoneras, entre otros. Ahora bien, una vez declarada la
Constitución Nacional en 1853, terminadas las disputas políticas entre unitarios y
federales, y tras la desarticulación de las montoneras, a partir de la década del ’70,
la correlación de fuerzas comienza a inclinarse a favor del gobierno nacional y es
dentro de este contexto que comienza el principio del fin para la autonomía indígena.
Es dentro de este contexto que comienza la avanzada de la frontera sur de Córdoba
hasta el Río Quinto.
12
concrete sino hasta octubre de 1875, momento en el que Adolfo Alsina, Ministro de
Guerra y Marina e ideólogo del plan de avance militar recibe el presupuesto para
iniciar la Campaña. Se pone así en marcha el proyecto cuyo objetivo era extender
hacia el oeste de la provincia de Buenos Aires la línea de fortines, llevándolo de
acuerdo a Salomón Tarquini (2010) hasta Puán, Carhué, Guaminí, Trenque Lauquen
e Italó.
Pero este territorio no era del todo ajeno al conocimiento del gobierno nacional, ya
en 1872, el mismo, había encargado a un grupo de ingenieros el estudio de futuras
demarcaciones y puntos estratégicos sobre los cuales encarar una política
sistemática de avance territorial.
13
controlar ciertos territorios y determinadas poblaciones (Foucault, 2006) aún seguía
vigente. Es así que ya en 1868, el entonces presidente Sarmiento comienza a
subvencionar a los franciscanos instalados en Río Cuarto, a cambio de que éstos
fundaran reducciones de indios y reportaran semestralmente al Ministerio de Culto, a
cargo de Nicolás Avellaneda, un informe sobre el estado de las mismas.
Tras la muerte de Adolfo Alsina hacia fines de 1877, Julio Argentino Roca lo sucede
en su cargo al frente del Ministerio de Guerra y Marina. En Octubre del año siguiente
se sanciona la Ley Nacional 947 a partir de la cual las tierras que los Pueblos
Indígenas ocupaban podían ser vendidas. Asimismo, se aprueban los gastos de las
campañas militares que posteriormente se denominarían “Conquista del Desierto”.
En abril de 1879 comienza la avanzada militar hacia el sur del país. Es importante
recalcar que dentro de este marco los caciques Epumer, Pincen, Cachul, Juan José
3
Es importante destacar que el término “reducción” hace referencia a la instalación, en algunos casos, de los indígenas en
un territorio más “reducido” del que poseían, o directamente a la relocalización territorial, recibiendo a cambio de esta
relocalización tierras de menor calidad y aptitud para llevar a cabo sus prácticas tradicionales.
14
y Marcelino Catriel son tomados prisioneros y el cacique Baigorrita es asesinado, al
igual que otros tantos miles de indígenas. Pero no sólo las armas contribuyeron al
aniquilamiento de la población indígena, la viruela también hizo lo propio.
Una serie de dispositivos se pusieron en marcha para dar vía libre a la maquinaria
de la invisibilización, dentro de ellos podemos mencionar: a) la desvalorización de
las prácticas culturales indígenas en detrimento de los conocimientos de los
inmigrantes extranjeros, b) el ocultamiento de los nombres indígenas, c) el énfasis
puesto en “los caídos por acción de guerra” para así poder ocultar las muertes
ocasionadas por la viruela, por el hambre o por las acciones militares, d) la
segmentación de Comunidades y familias enteras y la desarticulación de los
vínculos de parentesco, e) la negativa de entregar tierras a los Pueblos Indígenas
despojados de las suyas. Estos dispositivos reforzaron la idea de un territorio
“desierto” (Salomón Tarquini, 2010).
15
disciplinamiento social constituyeran la cuestión central a resolver”
(Trinchero, 2000: pp 132)
Es decir que si bien las campañas militares van a tener en común el hecho de formar
parte de un genocidio, entendido éste como una política sistemática por parte del
Estado para llevar adelante el aniquilamiento de determinada población, la
particularidad que se va a manifestar en el norte del país es que se buscó
“preservar” a la población indígena para que ésta pudiera emplearse como mano de
obra barata. A pesar de las diferencias, el avance de las campañas militares generó
en los diferentes territorios indígenas, una profunda crisis y la desestructuración de
las redes sociales existentes entre los miembros de los diferentes Pueblos
indígenas.
Una vez lograda la conquista de los territorios y de las poblaciones, éstas últimas, si
no resultaban asesinadas, fueron “incorporadas” al proyecto político hegemónico
como mano de obra indígena para la zafra, los ingenios, las forestales, las
plantaciones de yerba mate, los obrajes, los algodonales, la industria vitivinícola,
entre otros.
Esta etapa posterior a las campañas militares, fue clave para construir un “nuevo
orden” de cosas. A través de un discurso “civilizador”, basado en fuertes criterios
evolucionistas y positivistas, el Estado trató de “salvajes” a los Pueblos originarios
del país. Desde ese lugar se construyó un “Otro” estigmatizado, y un “Nosotros”
como agente civilizador.
16
Dentro de este contexto, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, comienzan a
reinstalarse en las recientemente fundadas localidades de Victorica y General Acha,
sus antiguos pobladores, los grupos indígenas que antiguamente vivían en esos
territorios, de los cuales, tras las Campañas militares habían sido despojados. El
poblamiento del actual territorio de La Pampa se configuró no sólo a partir del
regreso de sus antiguos pobladores sino que la misma fue producto también de los
traslados forzosos de grupos indígenas que habían sido militarizados o reducidos
con anterioridad a las Campañas.
En 1882 comenzaron a realizarse las mensuras del territorio que a partir de 1884 se
convertiría en el Territorio Nacional de La Pampa Central. En 1919 se finalizó con la
estructuración catastral, administrativa y departamental del territorio. A partir de esta
disposición, los territorios ubicados al oeste de la provincia fueron caracterizados
como relativamente marginales. Es en estos territorios áridos, de tapiz vegetal bajo
y ralo y de aguas poco potables que se va a crear la Colonia Emilio Mitre.
17
Roca nos la quitó y nos mandaron a Emilio Mitre. Allí no se puede
vivir, puro médano, agua mala y a muchos metros, no crece nada y
sin embargo nos mandaron allí…” (Depetris y Cazenave 1998:77
En: Salomón Tarquini, 2010: 62)
Y por último, un tercer destino para los miembros del Pueblo Ranquel fue General
Acha, lugar al cual arribaron algunos grupos indígenas procedentes de lo que habían
sido las reducciones de Villa Mercedes y Sarmiento Nuevo. Asimismo, a este lugar
también arribaron ciertos “indios amigos” 4 y su gente, Entre ellos se encontraban
Manuel Grande, Ramón Tripalao y Manuel Ferreyra Pichihuincá. Lo particular de
estos lugares de destino es que algunos indígenas recibieron cierta cantidad de
territorio. Así:
4
Para una caracterización de este término ver: Ingrid de Jong (2011) Funcionarios de dos mundos, en un espacio liminal: los
“indios amigos” en la frontera de Buenos Aires (1856-1866) En: Revista TEFROS – Vol. 9 – Agosto 2011. Copyright © 2005 –
Registro de la Propiedad Intelectual Nº 617309
5
Decreto Presidencial del 16 de Septiembre de 1896 fs 11 del Expediente 28-P del Departamento de Tierras, Colonias y
Agricultura, Fondo Tierras, APH.
6
Entendemos que el Concepto de Comunidad es una construcción social que excede y trasciende al espacio territorial.
18
Colonias Emilio Mitre y Puelches, así como también el otorgamiento de un lote a
Luis Baigorrita7.
Pero, las tierras otorgadas eran de muy mala calidad cuestión por la cual no sólo se
dificultaba cumplir con las condiciones impuestas sino que más bien resultaba algo
casi imposible. De estas condiciones generales daban cuenta los informes de
inspección que se realizaban en las colonias Emilio Mitre y Puelches.
19
suponía que esos territorios serían rápidamente abandonados. Pero lo paradójico
fue que la mala calidad del territorio y el desinterés general en el mismo por parte del
Estado posibilitaron a los indígenas de La Pampa adquirir una mayor autonomía
frente a las autoridades nacionales y provinciales. Ellos lograron al establecerse en
ese territorio, rearticular sus vínculos y reconstruir sus redes sociales.
20
acciones que fueren menester con el Consejo de Participación Indígena, los
Institutos Aborígenes Provinciales, Universidades Nacionales, Entidades
Nacionales, Provinciales y Municipales, Organizaciones Indígenas y
Organizaciones no Gubernamentales.
El segundo artículo suspende por el mismo período, cuatro años, todo acto procesal
que tenga por objeto el desalojo o desocupación de las tierras ocupadas por
comunidades indígenas, siempre que la misma mantenga posesión actual,
tradicional, pública y la acredite fehacientemente.
21
aplicación de la ley y lo habilita para aprobar los programas que fueren menester
para la correcta implementación del relevamiento técnico-jurídico-catastral de la
situación dominial de las tierras ocupadas por las comunidades indígenas originarias
del país, para la instrumentación del reconocimiento constitucional de la posesión y
propiedad comunitaria. Aclara que los citados programas deberán garantizar la
cosmovisión y pautas culturales de cada pueblo, y la participación del Consejo de
Participación Indígena en la elaboración y ejecución de los mismos, en orden a
asegurar el derecho constitucional a participar en la gestión de los intereses que los
afecten. Con respecto a las comunidades preexistentes contempladas en el artículo
1º que ejerzan posesión actual, tradicional y pública, prescribe la reglamentación que
el INAI resolverá su incorporación al relevamiento mencionado, previa consulta y
participación del Consejo de Participación Indígena.
22
» Centralizada: el relevamiento lo realiza el INAI en forma directa, mediante la
intervención en campo de Equipos Técnicos de Ejecución Central. El mismo
se efectiviza en aquellas provincias donde no se constituya la Unidad
Ejecutora Provincial prevista por el Programa Nacional o en Comunidades
cuya situación territorial se considere de extrema gravedad que amerite un
abordaje prioritario o urgente.
» Descentralizada: se ejecuta a través de una Unidad Ejecutora Provincial
(UEP) integrada por los delegados del Consejo de Participación Indígena
(CPI), un representante del Poder Ejecutivo Provincial y el Equipo Técnico
Operativo (ETO). Este último puede ser una Universidad, Organismos
Provinciales, etc.
23
historia de los procesos que determinaron la situación territorial actual de la
comunidad.
4. El Dictamen Jurídico que incluya el estudio de títulos relevado, y el desarrollo
de las estrategias jurídicas correspondientes a la condición dominial que
ostente dicho territorio demarcado, tendiente a la efectiva instrumentación del
reconocimiento constitucional de la posesión y propiedad comunitaria.
8
Promulgada por el Poder Ejecutivo Nacional en noviembre del año 2006, y cuyo organismo de aplicación es el Instituto
Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).
9
Sancionada en noviembre de 2009, establece una prórroga de 3 (tres) años a los plazos establecidos por la Ley 26.160.
10
Ratificado por la República Argentina mediante Ley nacional N° 24.071.
11
Cabe mencionar: Pactos Internacionales de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y de Derechos Civiles y Políticos;
Convención Americana de Derechos Humanos; Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Racial; Declaración Universal de Derechos de los Pueblos Indígenas; Convenio Nº 169 OIT; Convenio sobre
Diversidad Biológica.
12
Res. INAI N° 152/04
24
Es en el marco de la gestión centralizada, se realizaron los Relevamientos Técnico,
Jurídico y Catastral de las Comunidades de la provincia de La Pampa, dado el
número de comunidades registradas hasta el momento, lo cual no cierra el proceso
de registro, ni mucho menos deja de contemplar los nuevos procesos de auto-
reconocimiento en los que las mismas comunidades vienen trabajando desde hace
mucho tiempo.
9.- Conclusiones
Así también, cabe destacar que la aplicación de políticas públicas de este tipo y con
esta metodología, ayuda a reconstruir los procesos históricos que incidieron en la
presente organización espacial así como también la historia de defensa territorial
sostenida por la comunidad, promoviendo un trabajo de organización comunitaria
con perspectivas a futuro.
25
Referencias bibliográficas
26
– ROSE, Nikolas (2003) Identidad, genealogía, historia. En Cuestiones de
identidad cultural. S. Hall y P. Du Gay (comps.) Buenos Aires: Amorrortu. Pp.:
214-250.
– SALOMÓN TARQUINI, Claudia (2010) Largas noches en La Pampa.
Itinerarios y resistencias de la población indígena (1878-1976). Editorial
Prometeo, Buenos Aires.
– TRINCHERO, Hugo (2000). “Los dominios del demonio. Civilización y
barbarie en las fronteras de la nación. El Chaco Central”. Editorial Eudeba.
Buenos Aires.
27
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: Colonialidad del poder, capitalismo y desarrollo en espacios
rurales latinoamericanos contemporáneos
Introducción
1
«Maldición de Malinche» hace referencia, aquí, a la canción de Gabino Palomares cuya letra, entre otras cosas,
dice: «Se nos quedó el maleficio de brindar al extranjero nuestra fe, nuestra cultura, nuestro pan, nuestro dinero.
Y les seguimos cambiando oro por cuentas de vidrio y damos nuestra riqueza por sus espejos con brillo. Hoy, en
pleno siglo XX, nos siguen llegando rubios y les abrimos la casa, y los llamamos “amigos”. Pero si llega cansado
un indio de andar la sierra, lo humillamos y lo vemos como extraño por su tierra».
Relato ambiental de un neo-institucionalismo provinciano
2
La mayoría de los comunicados son firmados por FUNDACIÓN YANANTIN, F.O.A.P.R.A., A.P.A.T.A , SAMAY
HUASI, PANGEA, EQUILIBRIO VITAL, MOVIMIENTO CAMPESINOS DEL VALLE, ASOPROVIDA, APEYUS,
PIRCAS, VECINOS AUTOCONVOCADOS DE MERLO, A.D.U., MERLIMPIO, JUVENNAT y PEUMAYÉN.
• «Numerosas ONGs, campesinos organizados, agentes de turismo,
docentes, jóvenes de distintos puntos de la provincia, venimos construyendo un
espacio de participación y trabajo por la Ley de OTBN (Ordenamiento Territorial de
Bosques Nativos) provincial. En estos días, entre otras estrategias, se prepara la
presentación de una demanda judicial al gobierno de la Provincia por las
irregularidades e incumplimientos de los principios dispuestos en la Ley Nacional».
(Sustersic, 2010)
Como dicen Norman y Ann Long, dándole un marco de significado teórico a la
recién reseñada acción judicial realizada por las organizaciones sociales: «La batalla
no finaliza hasta que todos los actores ejercitan algún tipo de poder, aún aquellos en
situaciones muy subordinadas». (Long y Long, 1992: 11).
Tras este primer acercamiento empírico a una realidad local, circularé a partir de
ahora por un nivel más estructural; esbozando un breve boceto para intentar
comprender la lógica neo-institucional, así como su genealogía en la región y el
modo en que articula a los Estados locales con el modelo extractivo capitalista que,
en el caso de San Luis, se empieza a manifestar con la destrucción masiva de los
bosques a fines del siglo XIX por parte de, entre otros, el Ferrocarril Andino, la
Compañía Francesa Nordeste Argentino y la West Argentine Gold Company.
Las expresiones más evidentes del neo-extractivismo en la Provincia, ahora
que emerge como el modelo de acumulación dominante, son el corrimiento de la
frontera de los agro-negocios hacia la región del Parque Chaqueño (departamentos
de Junín y Chacabuco) y del Espinal (Coronel Pringles, La Capital, Gobernador
Dupuy); así como los intentos de instalación de minería a cielo abierto en La
Carolina, localidad ubicada en el corazón de la Reserva Hídrica Provincial.
Actualmente es fácil caracterizar a la gran mayoría de los gobiernos
nacionales y provinciales latinoamericanos —sobre todo a aquellos que sostienen
discursos soberanistas o que se autodefinen como «de izquierda»— como gestores
de Estados que fueron neo-institucionalizados en las últimas décadas del siglo XX,
BENGOA, José. 2003. 25 años de estudios rurales. En Sociologías 10. Porto Alegre.
LA ARENA. 2009. San Luis, de la era agraria a la era digital. En: www.laarena.com.
ar/la_provinciasan_luis,_de_la_era_agraria_a_la_era_digital31041-114.html
GIARRACCA, Norma y Miguel TEUBAL. 2011. Disputas por los territorios y recursos
naturales: el modelo extractivo. Revista ALASRU, Nueva Época 5, 113-133. México.
LÓPEZ, Isidro. 2009. El estado del capitalismo. Entrevista con Robert Jessop. En
Revista LDNM 30. En: www.ladinamo.org/ldnm/articulo.php?numero=30&id=787
LOYOLA, Luis Carlos y José Evaristo ÁLVAREZ. 2010. Por los campos de mi
pago… Vivencias compartidas. Gráfica 29 de Mayo, Córdoba.
MINISTERIO DE MEDIO AMBIENTE. 2012. San Luis dio una dura pelea para la
protección del bosque nativo. 26 de marzo. www.medioambiente.sanluis.gov.ar/
MAmbienteASP/Paginas/InfoPrensaDetalle.asp?TemaId=1&InfoPrensaId=465
STRELIN, Alejandro. 2010. Ley de Bosques Nativos en San Luis. Que el arbolito de
la banquina no nos tape el bosque. En: Crónica de San Luis. Noticias provinciales. 5.
UMSEF. 2007. Unidad del Manejo del Sistema de Evaluación Forestal. Mapa forestal
provincia de San Luis. Actualización Año 2002. Buenos Aires. En:
www.ambiente.gov/archivos/web/UMSEF/File/2002_sanluis.pdf
20
Estructuras económicas, desarrollo y poder en el Proyecto de Producción Bovina y Caprina
en Pampa del Indio
Pablo Quintero
ICA-FFyL-UBA / CONICET
Como resultado de los cambios ocurridos durante la reestructuración capitalista del sistema mundial
en los años ´50, las políticas de desarrollo internacional impulsadas por las organizaciones de
gubernamentalidad global de la economía, sufrirán importantes transformaciones en sus doctrinas
de cooperación y ayuda internacional al desarrollo, lo que se traducirá a la postre en una nueva
política de intervención en los países del Tercer Mundo. Principalmente, las instituciones fundadas
en el acuerdo de Bretton Woods (el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial),
comenzarán a dirigir sus programas de ayuda al desarrollo directamente hacia poblaciones locales
consideradas como subdesarrolladas (Finnemore, 1997). Esto implicará que el financiamiento para
el desarrollo aportado por estas instituciones, dejará de estar dirigido hacia el financiamiento
general de los sistemas Estatales, y comenzará a implementarse en espacios focalizados de menor
escala. Estos cambios en las políticas de financiamiento no devendrán necesariamente en la
supresión total del papel de los Estados, pero si se traducirán en el debilitamiento de su capacidad
de administrar los recursos recibidos.
1
Para el caso que nos ocupa, el BM financió e implementó desde el año 2000 uno de sus más
recientes macro-proyectos en el área del gran Chaco, particularmente en el Chaco central, bajo el
epítome de “Programa de Desarrollo a Pequeños Productores Rurales del Norte Argentino”, que
incluía las provincias de Salta, Formosa y Chaco, las cuales según las estimaciones del BM son las
provincias que presentan un mayor índice de “desigualdad rural” en el país. El programa financiado
por el BM, reunía la suma de 75 millones de dólares en total, para el período de 12 años
comprendidos entre el primer trimestre del año 2000 y el último trimestre de 2011. El macro-
proyecto en cuestión estaba desdoblado a su vez por dos intervenciones distintas, por un lado el
“Proyecto de Desarrollo de Pequeños Productores Rurales del Norte Argentino”1, y por otra parte el
“Proyecto de Desarrollo en Comunidades Indígenas del Norte Argentino”. La estrategia de ambos
era la de “financiar pequeños proyectos de desarrollo local que incentiven la producción económica
de las comunidades” (Banco Mundial, 2000), diferenciado para ello étnicamente a las poblaciones
receptoras. En la práctica ambos proyectos se encargaron de financiar una cumulosa cantidad de
pequeños emprendimientos productivos de corte agropecuario, aunque también se financiaron obras
infraestructurales locales, sobre todo relacionadas con el abastecimiento de agua, con miras a crear
las condiciones necesarias para futuros proyectos productivos.
1
Nótese que este primer desprendimiento tiene el mismo nombre que el macro-proyecto del Banco Mundial,
pero cambia el epitome de “programa” por “proyecto”. Asimismo deben advertirse las cuantiosas
ramificaciones del macro-proyecto, primeramente en dos entidades diferenciadas que a primera vista parecen
independientes y posteriormente cada una de ellas en micro-proyectos de desarrollo local que a su vez
adquieren un aura de autonomía y complejizan el seguimiento de la intervención general del desarrollo.
Timothy Mitchell (2002) ha sugerido que estas múltiples fragmentaciones y ramificaciones no son azarosas,
sino que por el contrario responden a “tecno-políticas” guiadas hacia el camuflaje planificado de los proyectos
de desarrollo. Mitchell también argumenta que mientras más sustancioso es el monto monetario de los
programas de desarrollo más intrincada son sus ramificaciones y más difícil es seguir la pista de los recursos
ejecutados.
2
ejecución de los proyectos, a saber, el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA),
organismo ejecutivo de la Conferencia Episcopal Argentina para los pueblos indígenas, y por otra
parte el Instituto de Cultura Popular (INCUPO), un desprendimiento de la iglesia católica que desde
los años ´70 impulsa proyectos de educación popular y desarrollo “sostenible” en el Norte de
Argentina.
Algunos estudios recientes (Braticevic, 2009) han hecho notar las continuidades existentes entre los
modelos de intervención social llevados a cabo en Chaco argentino entre las organizaciones
misionales ligadas a distintas fracciones del cristianismo moderno con fines evangelizadores y
filantrópicos y las ONG para el desarrollo. Estas continuidades estrían dadas tanto por la
vinculación de las organizaciones intermediarias, como por los vectores programáticos de sus
prácticas de intervención. La agencia y las lógicas seguidas por los sujetos y organismos
intermediarios suelen ser de vital importancia para comprender los mecanismos de funcionamiento
de las tramas sociales (Wolf, 2001). En el estudio antropológico de los proyectos de desarrollo es de
vital importancia componer los tejidos de relaciones y la capacidad de gestión de cada uno de los
actores, desde las entidades globales diseñadoras de los programas y proyectos de desarrollo hasta
los actores locales “receptores” de los mismos. Para el caso que nos atañe, el BM es el ente
financista y primer diseñador del macro-proyecto de desarrollo para el Norte argentino, pero dicha
intervención es vehiculizada a través de una agencia estatal (PRODERNEA) configurada dentro en
un gabinete ministerial para administrar los recursos aportados por el BM, con una importante
capacidad de gestión, al mismo tiempo limitada por los diseños foráneos del BM. PRODERNEA a
su vez depende del trabajo in situ de técnicos y “expertos” de ONG independientes del Estado para
poder ejecutar los proyectos de desarrollo en las comunidades que han sido objetivadas como
necesitadas de desarrollo. Estas colectividades en algunos casos pueden optar por recibir los
proyectos pero -como veremos- raras veces participan en el diseño e implementación de los
proyectos.
Los programas se implementaron en los departamentos Libertador General San Martin y General
Güemes, ambos con la mayor densidad de población indígena de la provincia y territorialmente los
más extensos. Siguiendo la cuenca del río Bermejo las localidades que recibieron proyectos
particulares de desarrollo desde el año 2000 financiados por el “Programa de Desarrollo a Pequeños
Productores Rurales del Norte Argentino” del BM e implementado por PRODERNEA en
asociación con las ONGs de la región fueron las localidades de La Eduvigis, Selvas del Río de Oro,
Siervo Petiso, Pampa Almirón, Pampa del Indio, Miraflores, El Sausalito, Juan José Castelli y
3
Misión Nueva Pompeya. La gran mayoría de los proyectos estuvieron destinados a generar
alternativas de producción para las comunidades, que se traducían en el apoyo a la cría de ganado,
al cultivo agrícola y a la apicultura, según fuera el caso.
II. El “Proyecto de Producción Bovina y Caprina” y las políticas de desarrollo en Pampa del
Indio
Como ya fue señalado, “El Proyecto de Desarrollo en Comunidades Indígenas del Norte Argentino”
desprendimiento del “Programa Desarrollo a Pequeños Productores Rurales del Norte Argentino”,
implementado por el BM, tuvo como finalidad la ejecución de proyectos productivos en
comunidades indígenas de las provincias del Noreste argentino. Para el caso de la Provincia de
Chaco, una de las localidades que recibió más atención y financiamiento por parte de los proyectos
del BM fue Pampa del Indio. Esta localidad se ubica en el departamento de General Libertador San
Martín al Noreste de la Provincia de Chaco, con una población que haciende a poco más de doce
mil habitantes, de los cuales más del 50% pertenece a la etnia qom (toba). La población qom se
asienta en los barrios periféricos y en los lotes fiscales de los alrededores de Pampa del Indio,
conformando un patrón poblacional rural de gran dispersión. Las actividades económicas qom en la
zona, han estado históricamente caracterizadas por la combinación del trabajo asalariado, la caza y
recolección, la producción agrícola de diversos cultivos a pequeña escala y la producción del
algodón. Estas actividades por parte de la población qom deben ser contextualizadas
cronotópicamente en las dinámicas generales de estructuración del Chaco central y en los derroteros
específicos de la provincia de Chaco.
A medida que la población qom fue expropiada de sus territorios y a su vez erradicada su movilidad
geográfica, sus prácticas de supervivencia comenzaron a desenvolverse paulatinamente alrededor
del pequeño cultivo agrícola circunscrito al espacio doméstico, particularmente del algodón.
Aunque esta última práctica se ha profundizado desde la década del setenta en la población qom, la
fuerte sequía que se ha impuesto en la zona durante la última década –y que se ha ido
incrementando en el último lustro- los ha hecho optar por nuevas estrategias de sobrevivencia, que
los han llevado a participar en planes provinciales de recepción de alimentos y en proyectos de
desarrollo de diverso tipo. En tanto población sujeta por las dinámicas de dominación y explotación
propias de la colonialidad del poder en el Chaco central, la población qom habita los márgenes de
las estructuras Estatales y del sistema capitalista, interviniendo por lo general en el polo marginal de
4
la economía (Quijano, 1998). Bajo estos derroteros se ha gestado la participación de la comunidad
qom de Pampa del Indio en los programas de desarrollo financiados por el BM, las cuales han
incluido su subscripción en proyectos de desarrollo de tipo local para la cría de ganado caprino.
Desde principios del año 2007, el “Proyecto de Producción Bovina y Caprina” (de ahora en adelante
PPBC), fue planificado para ser implementado en dos parajes pertenecientes a Pampa del Indio
conocidos como Pampa Chica y Campo Cacique. Este emprendimiento productivo financiado por el
BM fue administrado originalmente por PRODERNEA, no obstante, este último organismo oficial
dejó de funcionar a fines del mismo año de implementación del proyecto, con lo cual el programa
debió ser gestionado con el apoyo de técnicos de otros organismos. En Pampa del Indio la
realización del proyecto fue servida por INCUPO, que desde el retiro de PRODERNEA se
encargaría de la ejecución total del proyecto. Esto incluía tanto el diseño como la puesta en práctica
del mismo. Por ende, el PPBC que ya había sido delineado por PRODERNEA, fue rediseñado por
INCUPO con un conjunto de nuevos lineamientos. El proyecto a desarrollarse en Pampa Chica y
Campo Cacique debía estar étnicamente diferenciado entre la población criolla y la qom, por lo que
el mismo emprendimiento de desarrollo distinguiría a la población receptora no sólo desde un punto
de vista de su adscripción sociocultural, sino también de sus supuestas capacidades productivas. Por
ende, el proyecto diferenciaba étnicamente el tipo de ganado al que la población receptora podía
acceder: vacas para los criollos y chivos para los qom. En esta diferenciación, a simple vista
misteriosa, yace el primer enigma del desarrollo en Pampa del Indio.
La distinción en el tipo de ganado otorgado para cada una de las poblaciones étnicamente
diferenciadas de la zona, implicó el cuestionamiento del proyecto desde su inicio sobre todo por
parte de la población qom, que se sentía “discriminada” por no recibir vacas. Pero a pesar de los
cuestionamientos, el proyecto seguiría su curso proveyendo a doce unidades domesticas criollas de
ganado vacuno, constituidas por un toro semental y tres vacas, e incluyendo la compra de vacunas y
demás insumos veterinarios necesarios para la cría a corto plazo. Por el lado qom, cinco unidades
domésticas recibieron ganado caprino constituido por un chivo semental y dos cabras, incluyendo a
su vez los insumos veterinarios necesarios. En total la población criolla e indígena de Pampa del
Indio recibieron alrededor de cincuenta y tres animales. Sin embargo, el PPBC planificado
originalmente por PRODERNEA preveía la entrega de más de doscientos animales de cría, y el
proyecto contaba con los fondos para cubrir esa cantidad. He aquí la segunda paradoja del PPBC
¿Por qué sólo 53 animales si se contaba con el financiamiento para más de 200?
5
De esta manera los recorridos del PPBC entre la comunidad qom, empezaron con vacilaciones y
dudas por parte de la población acerca de su inclusión en el proyecto general. La división étnica y el
favorecimiento del ganado vacuno para los criollos eran claros indicios de una política de
diferenciación que no les favorecía. No obstante, por las complejas condiciones de sobrevivencia y
viendo las posibles ventajas futuras del proyecto, cinco unidades domésticas qom se embarcaron en
el mismo. Es necesario destacar que las condiciones de organización y sociabilidad de la población
qom en Pampa del Indio están fuertemente mediadas por la presencia de cuatro organizaciones
políticas, a saber, la Asociación Cacique Taigoyïc, la Asociación Zonal de Tierras, y el Qomlashepí
(Madres cuidadoras), todas nucleadas en torno al Consejo Qompí. Este último funciona como una
especie de junta consultiva formada por los ancianos y dirigentes qom más experimentados de la
zona, con el fin de coordinar y articular las reivindicaciones del pueblo qom de Pampa del Indio y
de apoyar las otras comunidades indígenas en la Argentina. Cada nuevo proyecto de desarrollo
(como de otro tipo) debe ser presentado y consultado con el Consejo Qompí para su aprobación. En
la práctica general las ONGs suelen presentar sus emprendimientos directamente ante el Consejo y
es este el que decide aceptarlos y proponer destinatarios del mismo para el caso de los proyectos de
desarrollo local. Estas organizaciones, especialmente el Consejo Qompí, potencian la capacidad de
negociación y el posicionamiento general de la comunidad qom ante organismos foráneos.
A pesar del desacuerdo con sus directrices generales, el proyecto fue discutido en el Consejo y
aceptado para su puesta en marcha en cuatro familias de Pampa Chica y una de Campo Cacique.
INCUPO, por su parte, prometió que dependiendo de los resultados del proyecto este se podría
instalar paulatinamente en otras unidades domésticas que contaran con las condiciones necesarias
para su recepción. Estas condiciones necesarias eran específicamente el aprovisionamiento de agua
y la tenencia de algunas hectáreas de terreno doméstico para el pastoreo de los animales. Como ya
se mencionó, las condiciones estructurales de la población qom de la provincia de Chaco hacen que
sólo un porcentaje muy escaso de las unidades de Pampa del Indio reúna ambas condiciones.
A pesar de ello, la estrategia del PPBC diseñada y aplicada por sus agentes financieros e
interventores (BM, PRODERNEA, INCUPO) estaba ceñida a la planificación concienzuda de las
condiciones ambientales de Noreste de Chaco, en la búsqueda de una alternativa a la pequeña
producción agrícola. Esta búsqueda se debe a las estimaciones de los bajos niveles pluviométricos
registrados en la zona, a la extensión de la sequía, y a los problemas ambientales que han hecho
difícil en los últimos lustros la continuidad de los cultivos como estrategia económica de la
población local. De esta forma, se suponía que la introducción de animales de cría además de paliar
la crisis podía “presentar una alternativa económica local”. Debe considerarse que Argentina es uno
6
de los países con mayor productividad en lo que a animales de cría respecta y uno de los de mayor
consumo de bovinos en el mundo, por lo que el diseño del proyecto daba por sentada la rápida
inclusión de la pequeña producción ganadera de Pampa del Indio en las redes de comercialización
regional. Inclusión que como veremos jamás llego a efectivizarse.
Las cinco unidades domésticas qom que recibieron el PPBC reunían las condiciones necesarias para
la puesta en marcha del emprendimiento, pues contaban con una cantidad de hectáreas mínimas
para la cría de caprinos y con el aprovisionamiento de agua necesaria, asegurada a través del acceso
a bombas hídricas. A finés del 2007 se instaló el primer piloto del PPBC en una unidad doméstica
de Pampa Chica, los técnicos de INCUPO dictaron un curso de capacitación y desembarcaron a los
chivos en un sencillo corral construido especialmente para tal fin, dando por iniciado el proyecto. A
mediados del 2008, la segunda unidad doméstica de Pampa Chica fue receptora del próximo arribo
de chivos, y a finés de ese año ya se había instalado la tercera experiencia del programa. A
mediados del 2009 se emplazó el cuarto emprendimiento en los terrenos de Campo Cacique, y
pocos meses después el último corral fue construido en Pampa Chica con lo cual quedaban
instaladas las cinco secciones que dividían el PPBC entre la población qom de Pampa del Indio2. En
todos los casos INCUPO proveyó de un semental y dos hembras en edad de reproducción. En el
mercado nacional una hembra con estas características posee un valor de entre 200 y 300 pesos
(aproximadamente entre 40 y 70 dólares), mientras que un semental tiene un valor medio de 2000
pesos (aproximadamente 450 dólares), si a estas cifras se suman las vacunaciones periódicas que en
los primeros años deben recibir los animales, el cálculo total arroja una inversión cercana a los 3000
pesos (660 dólares) realizada para la instalación del PPBC en cada unidad doméstica, ya que la
construcción del corral corría por cuenta de las propias unidades. No obstante, según documentos de
INCUPO cada una de las cinco secciones del proyecto fue registrada como una inversión de 11000
pesos (2450 dólares) pues incluía el “incentivo” o “comisión”3 a los técnicos de INCUPO por la
instalación de cada una de las secciones del PPBC. En cada experiencia intervinieron en el dictado
de la capacitación de un día y demás consultas dos técnicos de INCUPO, por lo que cada uno de
2
A fin de facilitar el seguimiento de las experiencias del PPBC en conjunto, a partir de aquí denominaremos
alfabéticamente las diferentes secciones del proyecto según el orden cronológico de instalación de la siguiente
forma: Sección A (Pampa chica, segundo semestre de 2007), Sección B (Pampa Chica, 1 – 2008), Sección C
(Pampa Chica, 2 – 2008), Sección D (Campo Cacique, 1 – 2009) y Sección E (Pampa Chica, 1 – 2009).
3
La denominación de “incentivo” y/o “comisión” son apelativos utilizados indistintamente por los técnicos de
INCUPO y otras ONGs para referirse a los pagos extra-salariales que reciben a cambio de su participación
como asesores en proyectos de desarrollo o en el apoyo a políticas públicas. Este tipo de pagos en la mayoría
de los casos (como en el que nos compete) está estipulado por las instituciones que financian los proyectos,
aunque no siempre son registrados en la contabilidad de los programas de desarrollo por lo que suele haber
una sustanciosa cifra ausente de los balances.
7
ellos se embolsilló 4000 pesos por el apoyo técnico al PPBC. Nótese que está cifra es mayor al total
financiado para la producción de caprinos en cada unidad doméstica.
El proyecto avanzó en todas las unidades domésticas de forma diferenciada, aunque en casi todas
tuvo los mismos resultados finales. La cría de caprinos depende fuertemente de los ritmos de
reproducción de las especie y de su combinatoria con las posibilidades de manutención de la
población de animales. Una hembra llega a tener vástagos dos veces al año, dando a luz entre tres y
cuatro crías. Las crías pueden ser comercializadas a partir de los 6 meses de edad, siendo
recomendable mantener una o dos hembras por año para aumentar el stock de reproductoras. Como
ya se señaló, la cría caprina depende en Pampa del Indio de los límites estructurales impuestos por
el acceso al agua y a los pastos necesarios para la alimentación del chivo, pero además su manejo
requiere importantes decisiones económicas en torno a la reproducción y venta de las crías. La fácil
reproductibilidad de la especie y su relativamente simple mantenimiento conlleva de manera natural
a un rápido aumento de la población animal. Por ende, la administración de las crías es sumamente
importante para regular los recursos hídricos y alimenticios requeridos por los chivos. Los tres
animales otorgados por INCUPO a las unidades domésticas de Pampa de Indio estaban previstos
para aumentar el stock de cría conservando un 25% anual de los nacimientos, esto es, sumando
anualmente entre una y dos hembras a las reproductoras. Por lo que el 75% restante se suponía para
la venta. El consumo de las crías dentro de las unidades domésticas receptoras estaba prohibido por
los técnicos de INCUPO, ya que esto disminuiría “sin control” la población de chivos. Tal y como
nos fue relatado por un técnico de la institución: “ellos (los qom) no saben almacenar, no tienen
idea de lo que es el ahorro para el futuro, por eso hay que controlar que es lo que hacen con los
animales y prohibirles que se los coman”.
8
Años de cría Total
Año 1 Año 2 Año 3 Año 4 anual de
N° de ganado
animales caprino
1 semental +
2 reproductoras 12 – X X X 15 – 19
16
1 semental +
3 reproductoras X 18 – X X 22 – 28
24
1 semental +
4 reproductoras X X 24 – X 29 – 37
32
1 semental +
5 reproductoras X X X 30 – 36 – 46
40
2 sementales +
7 reproductoras X X 42 – X 51 – 65
56
2 sementales +
8 reproductoras X X X 48 – 58 – 74
64
4
Una lamina similar a la figura 1, fue expuesta por los técnicos de INCUPO durante las jornadas de
capacitación llevadas a cabo en cada una de las secciones del proyecto. Este tipo de material es una
característica fundamental de las proyecciones de los programas de desarrollo, que logran formar a través de
9
Tomando en cuenta la venta del resto de los animales para su consumo, el PPBC también
aumentaría paulatinamente los ingresos de las familias qom, ya que la tercera parte de las crías
serían comercializadas. Estos cómputos hipotéticos son significativos. El valor de un chivo vivo es
de 10 pesos (menos de 2 dólares) por kilogramo o de 20 pesos el kg si este ha sido ejecutado,
despellejado y trozado. Si el peso total de una cría oscila entre los 6 y los 12 kg, el costo total de un
chivo para el consumo ronda entre los 60 y 120 pesos vivo y los 120 y 240 pesos procesado. Para
una localidad con un alto índice de pobreza, la compra del chivo para el consumo es una actividad
que suele realizarse sólo para ocasiones festivas y/o rituales, mayormente en época navideña. La
mayoría de sus compradores están representados en las capas medias criollas de Pampa del Indio y
de poblaciones aledañas. A pesar de estos reparos, la planificación de INCUPO prometía una
ganancia neta anual de entre 720 y 3840 pesos para el primer año5. La cual se supone que iría en
aumento año tras año según el crecimiento de los animales. La comunidad qom se vio
inevitablemente seducida por estas imágenes de desarrollo hasta que comenzaron a visualizarse los
primeros problemas del PPBC.
Durante los primeros meses de instalación de las cinco secciones del proyecto, los emprendimientos
avanzaron sin mayores contratiempos. Los técnicos de INCUPO se encargaron minuciosamente del
seguimiento del crecimiento natural de los chivos y de las primeras camadas de los mismos en cada
una de las secciones. La sección A, primera en instalarse en Pampa Chica comenzó a buen ritmo la
cría de caprinos a partir del segundo semestre de 2007, ya para mediados del año siguiente la unidad
doméstica encargada del proyecto comenzó a comercializar las crías obteniendo someras ganancias
dado que sólo llegarían a vender durante el primer año 7 chivos de un total de 14. Por su parte, las
secciones B y C también en Pampa Chica lograron obtener durante el primer año mejores resultados
de venta, probablemente porque estaban ubicadas a pocos metros de la ruta provincial, lo que les
daba un rápido acceso a los compradores. Según cálculos relativos, ambas secciones del proyecto
lograron comercializar entre un 60% y un 70% de la producción de cría del primer año. A diferencia
de la sección A del PPBC, estas dos divisiones del proyecto comercializaron en su mayoría a los
ellos fuertes expectativas en los futuros logros de los emprendimientos, abogando sobre todo por imágenes de
crecimiento, acumulación, progreso y modernización según sea el caso.
5
El amplio rango de las posibles ganancias depende de tres factores, a saber: la cantidad de crías vendidas, el
peso de las mismas, y si se ha utilizado trabajo humano en el procesamiento del chivo. Esto último duplica el
precio. Siendo así, el mínimo de ganancia posible estaría dado por una camada de 12 chivos que sean
vendidos vivos pesando sólo 6 kilos, lo que da un total de ganancia de 720 pesos al año (12×6 ×10). El
máximo posible sería dado por una camada de 16 chivos vendidos listos para su cocción pesando 12 kilos
cada uno, dando un total de 3840 pesos (16×12 ×20).
10
chivos ya procesados, lo cual reporto ganancias aún mejores durante ese periodo. Las secciones D y
E, instaladas en Campo Cacique y Pampa Chica respectivamente, tuvieron igual suerte durante el
primer año de funcionamiento del proyecto mientras comenzaban a visualizarse los problemas de
las unidades A, B y C.
Las primeras dificultades comenzaron en la sección A ya para mediados del 2009, donde las ventas
no reportaron los resultados esperados, esto tuvo como consecuencia directa el rápido crecimiento
de la población caprina que ya para el segundo año del proyecto era de 20 chivos. Con la
prohibición expresa de INCUPO de ingerir animales provenientes del proyecto, la población animal
siguió acumulándose y demandando más agua y pastos, por lo que la unidad doméstica A con un
muy reducido espacio de pastoreo tuvo que usar fondos de reserva para conseguir por diversos
medios sacos de sorgo para mantener a la población creciente de chivos. A fines del 2009 sólo
logrando vender una porción pequeña de animales y con la imposibilidad de mantener su
alimentación, la unidad doméstica optó por vender a una familia criolla el semental y carnear,
vender y canjear en redes de intercambio de la comunidad qom el resto de los chivos que tenían, a
espaldas de INCUPO. En los primeros meses de 2010, en la sección A del PPBC sólo quedaba el
corral cercado y vacío.
Las secciones B y C, tuvieron resultados similares a los de la unidad anterior, pero aplicaron
diferentes estrategias económicas para tratar de palear la veloz proliferación de los animales. Tanto
la unidad B como la C tuvieron una sobrepoblación de chivos que no lograron vender en su
totalidad y que hicieron amainar los recursos de las unidades domésticas. No obstante esta situación
se vio forzada a partir de 2010 cuando transcurridos dos años del proyecto la población caprina en
cada sección era de más de 20 animales, este stock hacia eclosionar las capacidades de manutención
de los chivos. Frente a esta situación la sección B siguió un camino similar a la sección A del PPBC
y decidió vender su semental y 4 hembras reproductoras a la unidad doméstica receptora de la
sección E del proyecto, y carnear al resto de los animales supervivientes, ya que en este proceso
varios animales fallecieron debido a la sequia y a la escasez de alimentos con que mantenerlos. Por
el contrario la sección C del PPBC, con una más extensa red de sociabilidad que incluía a la
población criolla de Pampa del Indio, logró vender y canjear a la mayoría de sus chivos pero
conservando a su semental y a algunas hembras reproductoras. A mediados de 2011 su población de
chivos ascendía a 8 animales y mantenían la misma estrategia combinando la venta e intercambio
sin dejar que la cantidad de animales sobrepasara la decena.
11
Por supuesto estas decisiones autónomas por parte de las unidades A, B y C, de resolver la
explosión demográfica de los chivos con estrategias que no seguían las pautas del proyecto original
diseñadas por INCUPO, y que escapaban los controles de esta institución, aperturaron una mayor
brecha de conflicto entre la ONG y las unidades domésticas que recibieron el proyecto. Mientras
que los técnicos de INCUPO remarcaban la ignorancia y la incapacidad qom para llevar adelante
proyectos productivos, y ratificaban el error que hubiera sido otorgarles ganado vacuno. Por su
parte los qom argumentaban la discriminación sufrida al no haber recibido vacas, y la percepción de
que el proyecto los había “estafado”.
Los peores resultados se produjeron en la sección D del proyecto, a pesar de ser la más ventajosa en
cuanto a las condiciones espaciales puesto que de las cinco unidades contaba con el más amplio de
los territorios, ubicado además a muy pocos kilómetros del río Bermejo dentro de la reserva natural
de Campo Cacique. En su condición de parque provincial protegido, parte de la margen norte de
Campo Cacique está habilitada para actividades de esparcimiento y de recreación que suele ser
utilizada en días no laborables y de asueto. Por estas condiciones especiales la sección D del PPBC
fue la que mayor proporción de animales pudo comercializar en muy poco tiempo. Sin embargo, la
venta ilimitada de los animales dejó sólo el semental y una reproductora, a los pocos meses está
última enfermó y murió sin tener camada, declarando al mismo tiempo el fallecimiento de la
sección D del proyecto, ya que INCUPO no contaba con un fondo de reserva para, en estos casos,
financiar la nueva adquisición de animales. A pesar de todo, INCUPO había apoyado la venta
excesiva de animales para el caso de esta sección. La unidad receptora D confiaba en el
financiamiento y el control constante de INCUPO y por ende procedió a la venta sin reparo de su
stock de animales produciendo inevitablemente una disminución excesiva de la crías. Este caso
sería a la postre uno de los mayores detonantes de la conflictividad entre los técnicos de INCUPO y
la comunidad qom de Pampa del Indio. Si bien las unidades anteriores (A, B y C) del PPBC habían
optado por la administración propia de sus secciones y por la resolución autónoma del excesivo
crecimiento de chivos, la sección D no había sufrido esta calamidad y había seguido las pautas de
comercialización de INCUPO, pero quedándose a la postre sin stock de animales.
Al contrario de las experiencias anteriores, la sección E del proyecto fue la que mayor provecho
obtuvo de la instalación del PPBC. Con la posesión de un terreno no despreciable y con la
experiencia de décadas de posesión de animales gracias a la obtención de proyectos estatales y
eclesiásticos anteriores, esta unidad aprovechó al máximo la implementación del proyecto. Al igual
que las secciones A, B y C, el crecimiento de la densidad poblacional de chivos requirió de la
12
puesta en marcha de estrategias que permitieran la pervivencia de los animales sin ocasionar
descalabros en la subsistencia general de la unidad doméstica. En este caso la ventaja territorial
aunada a la importante capacidad de gestión y a las redes parentales de los receptores del proyecto,
permitieron la salida de los posibles atolladeros del PPBC. Primeramente, al poseer un terreno de
pastoreo mayor y el acceso constante al agua a través de una máquina de bombeo, la unidad pudo
mantener una cantidad mayor de caprinos sin requerir mayores esfuerzos. En segundo lugar, ya con
el usufructo de ganado vacuno desde hace varios años, la unidad poseía tanto la experiencia
contemporánea en el manejo de animales como en el establecimiento de añejas relaciones con
diversos compradores de carne vacuna entre las que se encuentran cooperativas de la zona y
particulares. La unidad además posee más de 8 cerdos que también comercializa y un corral de
gallinas de las cuales suele vender los huevos. Con estas amplias relaciones comerciales la
experiencia y disponibilidad de un fondo de reserva, contribuía a la posibilidad de vender más
fácilmente las crías de chivos dentro de sus redes comerciales.
Luego de dos años del proyecto cuando la población de chivos superaba los 30 animales, la unidad
de la sección E, optó por mantener un gran stock de venta y salir de algunos de los animales
utilizando las redes de intercambio y don, esta última principalmente con familiares extendidos de
la zona de Pampa del Indio e incluso con familiares radicados en Resistencia. Al contar con estas
amplias posibilidades, la independencia por parte de unidad E hacia INCUPO flexibilizó los
controles de la ONG para con esta unidad doméstica. Después de todo, el exceso de chivos estaba
siendo redirigido a las redes de alianza y filiación de la unidad doméstica y no al consumo
doméstico de los chivos.
Pero es claro que más allá de la puesta en práctica de diversas tácticas por parte de la unidad
doméstica E, pueden desprenderse de sus decisiones, conclusiones aún menos evidentes y más
profundas. Tal vez aquí, en este uso original, y por tanto exitoso, del PPBC subyace el otro enigma
del desarrollo en Pampa del Indio.
Como se ha visto, la implementación del PPBC en las unidades domésticas de Pampa del Indio tuvo
resultados que aunque heterogéneos fueron invariables en cuanto a sus secuelas. Tal heterogeneidad
en los recorridos del proyecto en cada una de las secciones del mismo dependió principalmente de
13
dos factores, a saber: las condiciones estructurales específicas de las unidades domésticas receptoras
del proyecto y las estrategias desarrolladas por estas ante las contrariedades del PPBC. Como es
común en la aplicación de proyectos de desarrollo local, la racionalidad de los agentes del
desarrollo conlleva a una planificación verticalista del proyecto, al desconocimiento de las
condiciones profundas de vida de las comunidades, así como a la imposición de modelos de
producción que suelen incubar desde su inicio los fracasos de este tipo de emprendimientos. Las
aparentemente enigmáticas dinámicas del PPBC en Pampa del Indio están condicionadas por las
estructuras fundamentales del desarrollo y sus concomitantes.
La primera paradoja del desarrollo en Pampa del Indio parece estar representado en la decisión por
parte del PPBC de otorgar vacas a los criollos y chivos a los qom. Como hemos señalado, está
primera cuestión abrió un campo de disputas que condicionó el desarrollo de todo el proyecto. La
negativa por parte de INCUPO a otorgarles vacas a los qom, estaba sustentada en la creencia de que
la presencia de vacas en la “economía tradicional” qom causaría fuertes desequilibrios en su
estructura, representando a su vez un despilfarro de los recursos aportados por el BM. Según un
técnico de la ONG “ellos (los qom) nunca han tenido vacas, no saben manejar vacas, quieren las
vacas pero no saben qué hacer después con ellas (…) las vacas necesitan cuidado y ellos no saben
14
tener animales, quieren las vacas para después tenerlas tiradas ahí nomás como hacen con los perros
y con los chicos”. La negativa a aportar insumos vacunos a las unidades qom del PPBC estaba
cimentada en el desconocimiento profundo de las formas actuales de vida qom, e incluso en sus
recorridos históricos como grupo humano después de la conquista. Al contrario de lo que aseguraba
el personal de INCUPO, las comunidades qom han manejado desde antaño ganado vacuno, en tanto
animales de cría y como parte de su dieta alimentaria. Como se sabe, uno de las modificaciones
centrales en el paisaje y en la alimentación americana se produjo por la incorporación del ganado
europeo, que a la postre conformaría nuevas pautas de domesticación y pastoreo de animales entre
diversas poblaciones originarias de América (Picon, 2003), así como novedosas pautas de
alimentación en algunos de estos pueblos (Torres y Santoni, 1997). Al menos desde el siglo XVII se
tiene información de que las comunidades originarias del gran Chaco criaban y se alimentaban de
ganado de origen europeo, principalmente bovino y caprino (Picon, 2003). Para el caso de los qom
del norte argentino, José Elias Niklison ya anota está posesión y usufructo de ganado vacuno por
pate de los qom en su clásico informe de 1916.
En su conocido trabajo, Mark Hobart (1993) denominó a esta condición de desconocimiento general
sobre la vida de las comunidades que son objeto de los programas desarrollistas de parte de los
6
Para una crítica de esta visión en los estudios antropológicos sobre el Chaco, pueden verse Gordillo (2006) y
Trinchero (2000).
15
técnicos e implementadores de tales programas como el “crecimiento de la ignorancia”, y lo destacó
como uno de los resultados más extendidos del desarrollo. Probablemente inspirado en Hobart,
Eduardo Archetti (2005) denomina a este fenómeno como el “sistema de ignorancia reciproco”.
Archetti resitúa la ignorancia también de parte de las poblaciones receptoras en tanto que
desconocen los basamentos y objetivos centrales de los proyectos de desarrollo. Más allá de la
evidente inopia de INCUPO, la inquebrantable exigencia de vacas por parte de los qom, como si
estos animales fueran por si solos a lograr palear las complejas condiciones de vida, revela un
desconocimiento cuasi total de los basamentos del PPBC que nunca incluyo a las vacas como
posibilidad de otorgamiento para ellos. No obstante, las vacas forman parte de imágenes regionales
(y en menor medida nacionales) de riqueza y abundancia entre los imaginarios colectivos de todo el
Chaco central y no sólo de la población qom, esto hace que ante la posibilidad del otorgamiento de
vacas la población prefiera recibir un insumo que está asociado a imágenes de prosperidad y
abundancia. Este sistema de ignorancia que caracteriza Archetti, es sin embargo, recproco en cuanto
a su correlación direccional pero no en cuanto al poder de gestión de sus actores. El asimétrico
juego de autoridad que se ejerce en las redes de desarrollo sitúa al saber experto dentro de un marco
de dominio que se superpone a los intereses comunitarios. Por ende, el desconocimiento es
proporcionado y multidireccional, no así la autoridad.
16
domésticas qom de Pampa del Indio, como para el propio desarrollo del proyecto. Ante la consulta
por esta decisión, los agentes de INCUPO aseguraron resguardar los fondos aportados por el BM
para futuros emprendimientos. De esta manera, la ONG se convierte en la guardiana de los recursos
de una de las organizaciones de gubernamentalidad global de mayor importancia. Este tipo de
disposición pone en tela de juicio tanto el papel de INCUPO como la propia implementación de los
proyectos de desarrollo local, y vuelve a resituar las diferencias centrales en las relaciones de
autoridad dentro de las redes de desarrollo. Luego de acontecido el fracaso de las primeras
secciones del proyecto otro de los técnicos de INCUPO consultados señalaba refiriéndose a los
qom: “no podemos financiarles más chivos porque crían a los chivos como perros, no entienden”.
Como se ha visto a lo largo de los recorridos del PPBC sólo una de las unidades domésticas que
conformaron secciones del proyecto pudo aprovecharlo para su beneficio. A pesar de los problemas
de planificación y ejecución del proyecto, la sección E tuvo la capacidad de redirigir los objetivos
del proyecto para su propio beneficio. Esto fue posible gracias a una combinación de factores
procesuales y societales en posesión de esta unidad. El lugar de la misma en la estrutura general de
Pampa de Indio y específicamente dentro de la comunidad qom, la hace contar con un conjunto
muy importante de alianzas parentales que le otorgan una centralidad política dentro de las
organizaciones centrales de la comunidad. Además de esta característica, la unidad ha tenido un
acceso histórico a proyectos y planes de desarrollo y un fluido contacto con ONGs que le ha
permitido adquirir experiencia en el manejo de las relaciones por lo general tensas con ese tipo de
instituciones. La posesión de la unidad de ganado vacuno, debida a su obtención bajo proyectos y
donaciones anteriores, la hace también contar con la experiencia necesaria apara el manejo de
poblaciones animales en contexto de escasez actual. Decisiones como las que llevo a cabo esta
unidad con respecto a la limitación del crecimiento de la población de chivos dan cuenta de esta
onda experiencia. Asimismo la utilización certera de redes de reciprocidad de la comunidad qom,
pero a la vez del sistema capitalista provincial de comercialización le han permitido desarrollar una
táctica bicéfala que saca provecho de ambos sistemas combinando al mercado capitalista y a la
comunidad extendida qom.
Cabe destacar, que al ser una unidad doméstica de fuerte centralidad en la comunidad qom tanto por
su participación en las organizaciones de autoridad colectiva como en su mejor posición económica,
la llegada del PPBC le ha servido para ensanchar la diferenciación social ya existente entre está
unidad y el resto de la población qom. El proyecto sin duda les ha otorgado la posibilidad de
acumular una cantidad mayor de capital a la que ya venían obteniendo. El triunfo de la unidad E en
17
resolver los paliativos del PPBC y subvertirlo con éxito ha tenido una manifestación negativa en el
resto de las unidades participantes del proyecto. Según la opinión de las mismas, las sección E pudo
salir a flote del PPBC “porque ya tenían vacas”, reproduciendo de esta manera el imaginario en
torno a la posesión de ganado vacuno y a la “discriminación” de la que fueron objeto por parte
INCUPO.
Lo cierto es que como ninguna otra la unidad E puedo sortear los obstáculos del PPBC incluyendo
la solución de los problemas de venta de los chivos. Una de las particulares habituales en las
intervenciones de desarrollo local, es que las mismas apuntan a lograr condiciones de producción a
corto plazo, pero olvidándose de favorecer o crear las condiciones necesarias para la distribución y
venta (consumo) de las mercancías producidas, por lo tanto los productos suelen acumularse son
llegar a ser comercializados (Quintero, 2009).
Los heterogéneos recorridos del PPBC en Pampa del Indio y sus consecuencias para la población
local, han tenido, como hemos visto, resultados variopintos y disposiciones curiosas que a primera
vista pueden parecer enigmáticas. Una característica que suele ser común a los proyectos de
desarrollo local que cesan en los umbrales de su implementación sin haber llegado a completar sus
objetivos, es el aura de incógnitas que perdura acerca del fracaso de su implementación, además de
las frustraciones generalizadas que generan. Una respuesta posible, para franquear estas incógnitas,
se encuentra quizás en la forma en que estos emprendimientos están diseñados y operativizados, lo
que puede dar luces sobre los motivos efectivos de sus constantes fracasos. Una de las más
interesantes hipótesis de trabajo a este respecto, ha sido elaborada hace algunos lustros por James
Ferguson (1990) quien ha propuesto examinar los resultados de los proyectos de desarrollo no en el
alcance efectivo de sus objetivos originales sino en la despolitización de los problemas sociales, en
la profundización de los imaginarios modernizadores y en la burocratización de las relaciones
sociales al interior de las comunidades que son objeto de estas intervenciones.
Pero para el caso analizado, habría que agregar que el proyecto representó a su vez la apertura de
nuevos conflictos entre la comunidad qom, al tiempo que reavivó viejas tensiones interétnicas en la
zona. Este emprendimiento del desarrollo llevado de la mano del PPBC, no sólo no representó a la
postre una alternativa productiva para la comunidad qom de Pampa del Indio, sino que agravó
18
viejas rencillas e inauguró algunas nuevas. En este caso, la responsabilidad de un agente global del
desarrollo como el Banco Mundial es tenue, si bien el diseño del macro proyecto y el impulso
prestado a las estructuras generales del desarrollo ha motorizado prácticas y discursos que
participaron activamente en las confección de los resultados económicos y socioculturales del
proyecto, parece haber una mayor incidencia por parte de INCUPO y sus políticas especificas de
planificación y administración del proyecto.
La rigidez del diseño y aplicación del proyecto aunado al desconocimiento profundo de las
estructuras de sobrevivencia qom en Pampa del Indio y a la poca participación efectiva de la
comunidad qom, generaron problemas desde el propio inicio del proyecto. De allí que la resistencia
por parte de INCUPO a encontrar soluciones alternativas a los problemas de producción
relacionados con el vertiginoso crecimiento de la población de chivos causara a fin de cuentas el
definitivo fracaso del PPBC. La ONG agenciadora del proyecto, con una larga experiencia de
intervención en la región, lejos de flexibilizar las condiciones del emprendimiento a sabiendas de la
imposibilidad de la consecución del mismo, prosiguió con un manejo riguroso del proyecto
procurando impedir el consumo de los chivos bajo la creencia de una supuesta tendencia al
“despilfarro” económico por parte de los qom. Los descalabros en la producción de los chivos
fueron acompañados por la falta de comercialización de los mismos, para crear otro infortunado
proyecto de desarrollo local en el Noreste de Chaco. Lejos de reducir las brechas económicas y
sociales el PPBC funcionó abrevando las distancias y desigualdades ya existentes, sumando además
un nuevo capítulo a los desencantos del desarrollo en Pampa del Indio.
La única unidad doméstica que pudo salir a flote y aprovecharse del PPBC lo hizo gracias a su
posición privilegiada dentro de las estructuras de autoridad colectiva de la comunidad, pero además
necesitó estratégicamente de la combinatoria simultánea de una red de intercambio eminentemente
mercantil y de la redes de reciprocidad qom, como modo de comercializar los chivos y a la vez de
evitar su sobrepoblación. Por ende, para que el PPBC pudiera ser realmente provechoso para
algunos individuos de la comunidad qom fue necesaria tanto una posición privilegiada por parte de
esa unidad, así como apartarse de las lógicas generales del desarrollo. Sin duda, ambos
componentes de un tenor tan especial y característico, tan enigmático, que torna aún más abruptos
los ya complejos y sinuosos senderos del desarrollo en el Noreste de Chaco.
Referencias Bibliográficas
19
Archetti, Eduardo (2005) “Saberes, poder y desarrollo: el caso de la producción de cuyes en las
tierras altas ecuatorianas”, en Alejandro Isla y Paula Colmegna (comps.) Política y poder en
los procesos de desarrollo. FLACSO / Editorial de las Ciencias, Buenos Aires: 39-61.
Banco Mundial (2000) Programa de desarrollo a pequeños productores rurales del Norte
argentino. Banco Mundial, Washington.
Braticevic, Sergio (2009) “Metamorfosis de los modelos evangelizadores en el Chaco central. Las
ONGs para el desarrollo y su razón intervencionista en un espacio de expansión productiva
reciente”, Papeles de Trabajo, 17, Rosario: 3-16.
Fabian, Johannes (1983) The time and the other. How anthropology makes its object. Columbia
University Press, Nueva York.
Ferguson, James (1990) The anti-politics machine: development, depoliticization and bureaucratic
power in Lesotho. Cambridge University Press, Nueva York.
Finnemore, Martha (1997) “Redefining development at the World Bank”, en Frederick Cooper y
Randall Packard (eds.) International development and the social sciences. University of
California Press, Los Angeles: 203-227.
Gordillo, Gastón (2006) En el gran Chaco: antropologías e historias. Prometeo Libros, Buenos
Aires.
Harris, Marvin (1980) Vacas, cerdos, guerras y brujas. Alianza Editorial, Madrid.
Hobart, Mark (1993) “Introduction: the growth of ignorance?” en Mark Hobart (ed.) An
anthropological critique of development. Routledge Press, Londres: 1-29.
Mitchell, Timothy (2002) Rule of experts: Egypt, techno-politics, modernity. University of
California Press, Berkeley.
Niklison, José Elías (2012) [1916] Los tobas. Universidad Nacional de Jujuy, San Salvador.
Peet, Richard (2003) The unholy trinity: the IMF, World Bank and WTO. Zed Books, Nueva York.
Picon, François (2003) “De la Guajira al Chaco. Algunas perspectivas comparativas sobre el
pastoreo indígena post-colombino”, en Catherine Alès y Jean Chiappino (eds.) Caminos
cruzados. Universidad de los Andes, Mérida: 371-387.
Quijano, Aníbal (2000a) “Colonialidad del poder y clasificación social”, Journal of World-System
Research, 11 (2), Riverside: 342-386.
________ (2000b) “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”, en Edgardo Lander
(comp.) La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. CLACSO, Buenos
Aires: 203-246.
________ (1998) La economía popular y sus caminos en América Latina. Centro de Estudios
Sociales / Mosca Azul Editores, Lima.
20
Quintero, Pablo (2009) “Proyectos de desarrollo y prácticas de posdesarrollo en la cuenca media del
rió Pilcomayo”, en Héctor Hugo Trinchero y Elena Belli (coords.) Fronteras del desarrollo.
Editorial Biblos, Buenos Aires: 111-140.
Torres, Graciela y Mirta Santoni (1997) “Los efectos de la conquista: modificación en los patrones
alimentarios de la región del NOA, siglos XVI al XVIII”, en Marcelo Álvarez y Luisa
Virginia Pinotti (comps.) Procesos socioculturales y alimentación. Ediciones del Sol,
Buenos Aires: 61-98.
Trinchero, Héctor Hugo (2000) Los dominios del demonio: civilización y barbarie en las fronteras
de la nación. El Chaco central. EUDEBA, Buenos Aires.
Wolf, Eric (2001) Pathways of power: building an anthropology of the modern World. Berkeley
University Press, Berkeley.
21
Bloque 3
“Economías regionales, desarrollo
y procesos socioeconómicos actuales”
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: 3 –Economías regionales.
Introducción
A este respecto, los diversos organismos públicos que intentan legislar y regular la
interacción entre el hombre y el medio en el Bajo Delta Bonaerense se han
encontrado con una serie de obstáculos a la hora de definir categorías representativas
de la heterogeneidad de actores a fin de diseñar políticas de manejo acordes. Junto
con el renovado auge de los programas de “desarrollo sustentable”, se está
comenzando a auspiciar una coyuntura que podría resultar favorable al trabajo
interdisciplinario y a la cooperación entre las diversas entidades con jurisdicción en el
área. Desde distintos organismos se señala en este sentido la necesidad de
recolectar y sistematizar información sobre el uso del suelo y la infraestructura, los
servicios disponibles en el Delta y el “modo de vida de los Pobladores Isleños”
(Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, 2011:125)1.
1 Según la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable:
“Se requiere un análisis actualizado del régimen de tenencia de la tierra y los conflictos en relación a
eso, así como un relevamiento actualizado de las unidades productivas, que de cuenta de la cantidad de
propietarios, arrendatarios, superficie de cada uno, de manera de poder saber como se está dando el
proceso de concentración de la tierra. Es necesario producir informes integrales, sobre Estadísticas y
Censos, etc., sobre el Delta, en coordinación (con, nación, provincias y municipios) con información
discriminada para el Delta., incluyendo aspectos sociales relevantes de infraestructura, servicios y modo
de vida de los Pobladores Isleños.” (2011:125). Señala además la necesidad de sistematizar la
información sobre turismo en particular.
Contexto
La porción insular de San Fernando forma parte desde el año 2000 de la Red Mundial
de Reservas de Biósfera del programa UNESCO- MaB (Man and the Biosphere, o El
Hombre y la Biósfera3), por lo cual está sujeta a una reorganización y regulación de su
territorio y las actividades en él desarrolladas. Esta clase de reservas surgió en los
años 1970´s como alternativa a los modelos conservacionistas clásicos que, como en
el caso de los Parques Nacionales, consisten en reservas estrictas donde no se
contempla la posibilidad de coexistencia hombre-naturaleza. El programa MaB
apuntaría a zanjar esta brecha, con la creación de reservas experimentales, donde se
procuraría encontrar un equilibrio entre el ambiente y la población local y su
economía, que resulte perdurable y reproducible en el tiempo (UNESCO 1972). Con
el surgimiento del concepto de “desarrollo sustentable” a fines de los años 1980´s, el
programa MaB de la UNESCO comenzó a aplicar los criterios del informe Brundtland
(ONU 1987) a la gestión de las reservas de biósfera.
2
Utilizo el término “Partido” para referirme a la unidad administrativa, y reservo “Municipio” para referirme a la
administración o gestión de dicho Partido, lo que coloquialmente llamaríamos la Municipalidad.
Traducción oficial de la UNESCO.
3
2
Sustentable 2011). Luego de que algunos proyectos particularmente controversiales
fueran frenados por organizaciones ambientalistas y asambleas de vecinos 4 , el
Honorable Concejo Deliberante del Municipio de Tigre comenzó a revisar esta
problemática y a proponer un cambio de rumbo. Es así que en el Municipio de Tigre
se comenzó a elaborar una normativa específica para el “desarrollo sustentable” del
Delta, a través del Plan de Manejo Islas del Delta de Tigre en el año 2010, impulsada
por el Honorable Concejo Deliberante y asistida por la Fundación Metropolitana, la
Universidad Tecnológica Nacional –Facultad Regional Pacheco- y un estudio de
arquitectura privado. El Plan de Manejo gira en torno al concepto de desarrollo
sustentable5 y cabe señalar que los lineamientos generales que propone están en
perfecta concordancia discursiva con los programas MaB de la UNESCO6. Por otro
lado, destaca el rol central que cumpliría el turismo en el programa7.
“No se autorizarán nuevos desarrollos urbanísticos del tipo urbanizaciones cerradas, clubes de campo,
barrios cerrados, clubes o barrios náuticos u otras, en todo el territorio de la Primera Sección de Islas
del Delta del Paraná, debiendo suspenderse también el trámite de las autorizaciones en curso.”
(HCD Tigre, 2011 Plan de Manejo de las Islas del Delta de Tigre, Artículo 3.2 del Anexo 2 del Tomo II. Sitio
web del HCD Tigre, http://www.hcd.tigre.gov.ar/index.php/plan-integral-de-manejo-del-delta.html)
5
Los objetivos generales del Plan de Manejo son los siguientes:
“1. Proteger la calidad ambiental de las islas del Delta en sus atributos naturales y antrópicos,
reconociendo el rol ambiental en la región.
2. Conciliar esta protección con el desarrollo sustentable del área.
3. Retener la población permanente y mejorar su calidad de vida.
4. Formular lineamientos que orienten las políticas del Municipio para el sector, proponiendo distintos
instrumentos y acciones.” (HCD Tigre, 2011 Plan de Manejo de las Islas del Delta de Tigre, Tomo 1 A:
13)
6
Según el Marco Estatutario de la Red Mundial de Reservas de Biosfera, éstas deben cumplir:
“una función de conservación para proteger los recursos genéticos, las especies, los ecosistemas y los
paisajes; una función de desarrollo, a fin de promover un desarrollo económico y humano sostenible; y
una función de apoyo logístico, para respaldar y alentar actividades de investigación, de educación, de
formación y de observación permanente relacionada con las actividades de interés local, nacional y
mundial encaminadas a la conservación y el desarrollo sostenible” (UNESCO- MAB 1996, en
CAMARERO 2011:44)
7
Como señala Pedro di Pietro, presidente de la Fundación Metropolitana:
[el Plan de Manejo] “Se dirige a lograr un equilibrio entre la preservación ambiental y el desarrollo, que
es posible aunque a veces parezca imposible. Estas acciones van a permitir que el Delta sea disfrutado
por todos, con el turismo como eje de desarrollo futuro. Hay más de 140 años de ocupación, de
convivencia del hombre con la isla, que atesora un patrimonio cultural a preservar”
(www.metropolitana.org.ar)
3
propio trabajo (De Jager 2011) sobre el impacto del turismo en la Quebrada de
Humahuaca –territorio también sujeto a las políticas de patrimonialización de la
UNESCO- donde utilizo de manera similar el concepto de apropiación del capital
simbólico, siguiendo a Bourdieu (1997: 171ss).
4
Según Camarero, Tigre constituiría una “otredad” negativamente apreciada por San
Fernando8. Tigre sería un “especulador inescrupuloso” mientras que San Fernando
representaría un “protector del medio ambiente y la población local”, avalado por los
últimos estándares internacionales de la UNESCO.
Debo admitir hay algo de cierto en esta apreciación, ya que al momento de escribir
Camarero su tesis, esta se ajustaba bastante al panorama imperante: mientras las
tierras de San Fernando se convertían en Reserva de Biósfera, las de Tigre eran
rematadas por el frenesí inmobiliario. Sin embargo, hay que señalar que ni San
Fernando –en sentido amplio- sería “un defensor incuestionable de la protección
ambiental y el desarrollo local”9. Por otro lado, hay que aclarar que el Tigre –así,
considerado en bloque- tampoco sería “la cuna del cinismo y la debacle
socioambiental”.
5
conjunto, tanto desde el ámbito público como del privado. En el ámbito privado, se
puede mencionar por ejemplo el caso del Centro de Guías de Turismo de Tigre, San
Fernando y Delta del Paraná, que forma guías aptos para desenvolverse en ambos
Partidos y promociona el desarrollo del turismo trabajando conjuntamente con ambos
Municipios.
El campo
Población
A continuación se presentará sintéticamente la composición de la población del Bajo
Delta Bonaerense y los actores vinculados. Para una aproximación inicial, resulta
bastante representativa y práctica la clasificación de Camarero (2011), que transcribo
a continuación.
“1) Familias que históricamente han habitado las islas y aún lo hacen de
forma permanente o intermitente (hay muchos casos de familias enteras
que se mudaron a la ciudad pero conservan la casa y tierras en el Delta, y
algunos de sus miembros se encargan de cuidarlas y ponerlas en
producción); 2) nuevos pobladores de clase media profesional que llegan
de la ciudad en busca de un lugar más tranquilo donde vivir en contacto
con la naturaleza, y compran propiedades en las islas para usarlas como
primeras o segundas residencias; 3) trabajadores de obraje que, o bien
residen por temporadas cortas de pocos meses (“golondrinas”), o se
instalan con sus familias de forma permanente, ya sea como empleados
permanentes de empresas forestales o como trabajadores
10
El Municipio de San Fernando rechazó íntegramente el Proyecto de Ley de Conservacion,
Aprovechamiento Sostenible y Ordenamiento Ambiental del Territorio del Delta Bonaerense”, propuesto por la
OPDS. (http://rbdelta.blogspot.com.ar/2011/07/san-fernando-sienta-posicion-respecto.html)
6
independientes; 4) inversores y empresarios del agro que compran tierras
en el Delta y las ponen en producción.” (Camarero 2011:52)
11
Algunos llaman “isleros” a los pobladores recientemente llegados de áreas continentales. No representa un
uso generalizado.
7
Los actores de la cuarta categoría no residen por lo general en el Delta, ni tienen
vínculos que los afecten más allá de lo económico. Se da, no obstante, el caso de la
superposición de la 2da y 4ta categorías –aunque se podría considerar como una
categoría aparte-. Se trata de inversores, sobre todo en emprendimientos turísticos, a
menudo administrados por familias nucleares que se radican en el Delta y a la vez
desarrollan un emprendimiento, típicamente de hospedaje, gastronomía, etc. Si bien
existen algunos emprendimientos relativamente grandes, pocos alcanzan las
dimensiones de los grandes productores forestales.
Por otro lado, tras entrevistar a varios actores involucrados, entre ellos prestadores
turísticos isleños y no isleños, pobladores en general, actores vinculados a los grupos
de trabajo de Cambio Rural del INTA, al Grupo de Investigación sobre Ecología de los
Humedales (UBA), a los Municipios de Tigre y San Fernando y otros organismos, se
han encontrado una serie de conflictos emergentes.
8
de la autoadscripción y la adscripción por otros. Por otro lado, se deberá revisar
cuáles han sido las variables tenidas en cuenta por distintos organismos oficiales y
autores que abordaron el campo. La delimitación isleño/ no isleño es a menudo un
tanto ambigua y genera conflictos respecto a la inclusión o exclusión de vecinos. Es
prácticamente imposible de trazar unilateralmente por criterios de residencia o
genealogía.
Plan de trabajo
A partir de lo relevado hasta el momento, se trazará un plan tentativo de trabajo. Para
la primera etapa, consideraré emprendimientos turísticos ya establecidos o en
formación, y emprendimientos “rurales” que estén abriendo sus puertas al turismo, a
fin de analizar quiénes son al día de hoy los actores implicados en el crecimiento
turístico y cuán representativo sería este para la economía local. En una segunda
etapa, se podría abarcar a la población general.
9
Estos parámetros están por supuesto sujetos a revisión y ampliación. Entre otras
cosas, considero necesario saber si:
• se trata de emprendimientos netamente turísticos desde sus comienzos o si el
componente turístico consiste en un agregado posterior.
• ¿es el turismo un complemento o reemplaza en gran medida los ingresos que
antes se percibían de otras actividades? Por supuesto que se indaga sobre qué
otras actividades, ya sea productivas, extractivas o de servicios se practican o
practicaban en forma paralela. Estas consideraciones están relacionadas con
la idea impulsada desde algunos organismos de que el turismo rural serviría de
complemento para otras actividades puramente agrarias. Se busca saber si el
desarrollo turístico alcanza a los actores sociales que se intenta “patrocinar” o
“retener” según los Planes de Manejo de las distintas jurisdicciones.
• ¿cuál es la dimensión del proyecto, la medida en hectáreas, superficie
construida, cantidad de personal contratado, etc.? Deseo saber además si se
trata de una empresa familiar y, en ese caso, cómo está compuesta la familia y
si cuentan con personal contratado en forma temporaria o permanente y si su
procedencia es “isleña” o no. Por otro lado, ¿cuántas generaciones llevan
viviendo en el Delta, o cuál es su vinculación más antigua?
• ¿tiene el terreno superficie endicada, polderizada o rellenada? y la fecha
aproximada de endicamiento.14
• ¿proviene el capital invertido de dentro o fuera del “sistema Delta”?
• ¿tuvieron o buscaron apoyo de algún organismo? ¿les resultó útil?
¿participaron de capacitaciones? ¿les ofrecieron facilidades para habilitar sus
emprendimientos?
14
Con esto se busca considerar el posible impacto ambiental. Según Galafassi (2005), el Delta tiende hacia
un proceso artificial de “pampeanización”. Al saber en qué época fue hecha la inversión se puede también
estimar si el emprendimiento está o no alineado con el paradigma “sustentable”, ya que sólo recientemente
se comenzó a considerar el endicamiento como práctica nociva, ya que elimina los humedales y cancela los
servicios ecológicos que estos proveen, además de cambiar los regímenes hidráulicos, perjudicando a las
superficies circundantes que no cuentan con una elevación de la cota. En caso de ser un endicamiento
reciente, se puede considerar como una posible falta de interés por el cuidado del medio, o falta de
asesoramiento adecuado.
10
Reflexiones finales
Así como no se considera pertinente invitar a los antropólogos a investigar sobre los
regímenes hídricos del suelo o las conductas migratorias de peces y aves, tampoco
corresponde que la responsabilidad de diseñar e implementar planes de manejo
socioambiental recaiga exclusivamente en ecólogos, biólogos, ingenieros, etc. De
más está decir que esta situación no se debe en general a que estos colegas
investigadores se arroguen el derecho de traspasar su área de experticia. Sean
cuales fueran los motivos detrás de esta tendencia que viene de larga data, no la he
visto reflejada en la actitud de los investigadores que contacté. He percibido una muy
buena predisposición al trabajo conjunto, tanto de biólogos como geógrafos y
licenciados en turismo, de diversas pertenencias institucionales. Es así que se hace
muy necesario y cada vez más posible el trabajo interdisciplinario que incluya a
científicos sociales para poder generar una base de conocimiento más representativa
y consensuada.
11
otros colegas investigadores que estén trabajando en el área, desde distintas
disciplinas, a fin de aunar criterios para que mi investigación pueda resultar más
fructífera y se integre mejor a la red de conocimiento existente.
Bibliografía
BARTH, Friederick. 1976. Los grupos étnicos y sus fronteras. FCE,
México.
12
Organización de las Naciones Unidas. 1987 Informe de la Comisión
Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.
13
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL.
GT 3: Economías regionales, desarrollo y procesos socioeconómicos actuales.
Resumen:
El presente trabajo aborda el estudio y análisis del proceso de desarrollo de una
amplia zona que se localiza al sur de Mendoza, más conocida como Reserva
Provincial La Payunia, una región árida que representa la continuidad regional
económica y fitogeográfica de la estepa Patagónica.
Desde una visión antropológica, se expondrán las características y conformación de
sus estructuras sociales y culturales, los múltiples aspectos relacionales y
organizativos que hacen a la estructuración del territorio, su vinculación con las
diferentes formas del Estado, y los diversos posicionamientos que suscriben los
actores que intervienen.
El área en cuestión tiene una baja densidad poblacional, y como consecuencia entre
otros factores de la explotación de la ganadería ovina durante los últimos cien años,
presenta una degradación de la vegetación autóctona y pérdida de suelos, con los
consecuentes efectos negativos sobre la vida social y económica de esta región,
sumadas a las restricciones que genera un área protegida.
Los pobladores que se han conformado en una Cooperativa de Trabajo denominada
Payún Matrú, tienen como única fuente de ingresos la venta de caprinos, esta
actividad tiene una fuerte dependencia de los factores climáticos, lo cual hace que
en los años de sequía los ingresos no alcancen para cubrir el costo de vida anual.
Desde hace algunos años, los integrantes de la cooperativa han comenzado a
generar el aprovechamiento y uso de un recurso silvestre como es el guanaco, una
alternativa de ingresos en una zona donde otras actividades productivas no
prosperan, tratando de incorporar a los jóvenes al circuito productivo y reducir la
migración de los mismos a los grandes centros urbanos.
En tal sentido este modelo de gestión y cooperación se inscribe en el debate actual
sobre la construcción de nuevos paradigmas de desarrollo en el medio rural.
Debate que se suma al fuerte interés público y privado por la explotación turística de
toda esta región, y de su declaración como Patrimonio de la Humanidad, en un
contexto de fuerte precarización en el dominio sobre las tierras de los propios
pobladores.
1
Los pobladores dentro de la Reserva Provincial La Payunia, tienen una economía de subsistencia, siendo la
única fuente de ingresos de la unidad doméstica la venta de caprinos, y en menor medida ovino y bovino, que
venden al mercado regional, lo cual hace que la economía de estas familias sea absolutamente dependiente de
los factores climáticos y, en años de sequía, los ingresos no alcancen para cubrir el costo de vida anual.
2
Como ya se ha expresado, la densidad poblacional en el área es muy baja y las
agrupaciones más importantes se encuentran en los parajes de Coihueco (Sector
Norte) y Salinilla (Sector Sur). Esta población reducida, con baja variación
poblacional y escasas posibilidades de crecimiento debido a las condiciones socio-
ambientales, está compuesta en su mayoría por varones, quienes superan
ampliamente en número al de las mujeres, ya que un alto porcentaje de ellas a partir
de la adolescencia, migran a la ciudad de Malargüe en busca de trabajo. Lo mismo
sucede con los jóvenes, ya que son pocas las oportunidades laborales o educativas,
con lo cual disminuye el crecimiento poblacional.
Los grupos familiares son en su mayoría pequeños, compuestos entre cuatro (4) y
cinco (5) miembros por unidad familiar, conformadas por padres e hijos que asumen
la cotidianeidad con el trabajo mancomunado de las tareas domésticas y de la
producción ganadera.
En cuanto a los niveles de escolaridad: son elevados los niveles sin instrucción en
los adultos mayores o nivel primario incompleto, mientras que los niños en edad
escolar están, prácticamente todos en el sistema educativo formal.
El territorio del área protegida está constituido por tierras de dominio privado y,
tierras fiscales. El común denominador es la precarización de la ocupación territorial,
con el 70% de los habitantes como ocupantes de hecho de las tierras, y solo un 27%
ha iniciado trámites tendientes a obtener el título supletorio.
3
El uso de guanacos en La Payunia tiene la potencialidad de generar una alternativa
de ingresos en una zona árida donde otras actividades productivas no prosperan,
incorporando a los jóvenes en un circuito productivo y reduciendo en gran medida la
migración de los mismos a los grandes centros urbanos, donde generalmente
ocupan trabajos precarios poco remunerados. Esta es una oportunidad para
recuperar tradiciones ancestrales mediante el procesado artesanal de la fibra y a su
vez resignificar el paisaje y sus componentes.
Si bien la obtención de la fibra mediante la captura, esquila y liberación de los
guanacos es una actividad estacional, los miembros de la Cooperativa se han
capacitado en actividades de descerdado, cardado e hilado artesanal de la fibra para
darle valor agregado y crear fuentes de trabajo durante todo el año.
Argentina es el único país donde se está desarrollando manejo en silvestría de
guanacos y los resultados del trabajo que se realiza en La Payunia han permitido
diseñar planes de manejo de esta especie tanto en otras provincias como en otros
países de América del Sur, por ejemplo Chile y Perú, quienes utilizan el manejo en
cautiverio o sacas (sacrificio de animales para reducir la carga) como únicas
alternativas de manejo. (Lichtenstein y Carmanchahi, 2012)
El impacto socio-económico del uso de guanacos favorecería su presencia y
contribuiría a disminuir la carga de ganado, mitigando el fuerte efecto de
desertificación que el sobrepastoreo ganadero ha producido durante el último siglo
en estas zonas áridas. Si el manejo de guanacos silvestres es compatible con la
persistencia de poblaciones saludables, esta actividad podría constituirse en una
alternativa válida para áreas empobrecidas y desertificadas donde la calidad de
pasturas no soporta una alta carga ganadera con el consecuente empobrecimiento
de la población local. (Baldi et. al. 2010)
La generación de un incentivo económico derivado del uso de la especie en estado
silvestre, integrado a las actividades turísticas, generaría un cambio de actitud de los
productores locales hacia el guanaco favoreciendo su conservación, y así contribuir
a detener o aún revertir el proceso de desertificación con su consecuente deterioro
de las condiciones económicas, y migración de la población rural hacia áreas
urbanas.
El desarrollo de este modelo de gestión cooperativa que se plantea en La Payunia,
se generó a partir de la organización de un grupo de pobladores para hacer uso de
un recurso silvestre como lo es el guanaco. En 2004 representantes de varias
4
familias se agruparon y presentaron al gobierno provincial un proyecto que incluía al
manejo de guanacos silvestres como posible fuente para incrementar sus ingresos,
teniendo en cuenta la alta densidad de esta especie en la región. El Estado
provincial visualizó en el manejo de guanacos silvestres la posibilidad de integrar a
los pobladores en la gestión del área protegida y establecer el aprovechamiento de
esta especie como una herramienta de conservación a partir de su uso sustentable.
En este sentido la Cooperativa fue fuertemente apoyada tanto económica como
técnicamente para desarrollar una metodología de aprovechamiento de guanacos
silvestres y capacitar a los pobladores para realizar las experiencias de manejo.
Posteriormente, se incorporó el Municipio local en este proyecto también haciendo
aportes económicos. De esta manera se integraron mediante la participación activa
cada uno de los actores involucrados con roles específicos dentro del proyecto.
Durante el desarrollo de los primeros años de la actividad los pobladores recibieron
capacitación centrada principalmente en aspectos de diseño y armado de la
estructura de captura; bienestar animal; manejo de los animales durante la esquila;
conservación de especies y ambientes.
Actualmente la actividad que lleva adelante la Cooperativa es reconocida a nivel
nacional tanto por su modelo de organización como por los altos estándares
alcanzados en el manejo de esta especie silvestre. La Cooperativa además ha
comenzado a desarrollar productos elaborados a partir de lana de guanacos.
Mediante el desarrollo de la actividad de procesado de la fibra obtenida se
generaron instancias laborales y se han obtenido productos originales en base al
trabajo artesanal.
5
Su población rural2 comienza a verlo como una forma de aprovechar un negocio que
pasa por sus puertas, se mete sin permiso en sus territorios y es una posibilidad de
paliar las condiciones de subsistencia y asistencia.
En este punto del presente trabajo, resulta necesario detenerse a abordar algunos
aspectos que hacen a este análisis, como por ejemplo que el turismo, como
actividad económica, ha experimentado uno de los mayores índices de crecimiento
en los últimos años, a nivel internacional e interno o nacional.3 Esta situación ha
provocado un gran interés por parte de los sectores público y privado, que
continuamente realizan gestiones tendientes a favorecer su consolidación incluso en
los más diversos parajes o localidades de nuestro país, ya que se lo considera como
una fuente segura de generación de ingresos y empleos a corto y mediano plazo, y
en consecuencia, bajo los parámetros clásicos de desarrollo, el bienestar asegurado
de amplias regiones.
En especial en los países de América Latina, ubican al turismo como la posible
solución a situaciones de desempleo y crisis de las economías regionales,
percibiéndolo como el único medio que puede llegar a paliar situaciones de recesión
de las actividades productivas tradicionales y en particular en contextos rurales.
Esta conceptualización tradicional del turismo, se ha consolidado en los últimos
cincuenta años en los diversos ámbitos académicos y gubernamentales, donde se
piensa a la actividad turística como una “industria sin chimeneas”, y
consecuentemente una fuente generadora de divisas, en la cual se concibe al
mercado como auto regulador de su propio proceso distributivo de los beneficios
económicos, y como parte del orden natural de las relaciones sociales.
Si consideramos la realidad de nuestro país, las problemáticas relativas a la pobreza
y la concentración económica y de la propiedad de la tierra, son situaciones que
evidentemente se trasladan al campo turístico. Por lo tanto, los ingresos generados
por esta actividad no necesariamente presentan una distribución de la renta en
forma equitativa, tanto al interior de los destinos turísticos ya consolidados, como en
2
Los pobladores que integran de la Cooperativa de Trabajo Payún Matrú, y que han expresado su interés en el
turismo, corresponden a 22 familias con un total de 69 habitantes.
3
La República Argentina recibió 2,2 millones de turistas extranjeros en el año 2007, lo que se traduce un
incremento del 11,4% con respecto a las llegadas que registró en el año anterior, según informes del Instituto
Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), que depende del Ministerio de Economía argentino. Además, el Indec
detalló que durante el último trimestre de 2007 el movimiento turístico en general creció un 8,7%. (…) En 2005
Argentina recibió 1.786.712 turistas extranjeros y en 2006 llegaron 2.060.127 viajeros, atraídos por un
beneficioso tipo de cambio. El gasto total de los turistas en Argentina en hoteles se situó en 907 millones de
dólares (618 millones de euros), lo que supone una subida del 23% con respecto al gasto del año anterior. Más
de la mitad de este gasto fue dirigido a establecimientos hoteleros de cuatro y cinco estrellas, siendo el gasto
promedio de los turistas de 1.550 dólares (1.057 euros) (Dieckow, L., 2010: 129)
6
especial sobre aquellos lugares emergentes al campo turístico, donde se trasladan
todas estas problemáticas antes descriptas, especialmente entre los sectores que
participan de la actividad y en contraposición los diversos sectores de la población
que están relacionados indirectamente con el turismo.
Como ya se expresara anteriormente, es en este contexto de precarización de las
condiciones socioeconómicas de aquellas regiones de frontera o alejadas de los
centros urbanos, es cuando el turismo aparece como un importante factor de
reconversión económica, una forma de adaptación a los cambios e incluso de
“salvación” ante situaciones de crisis.
En contraposición nada se dice de las consecuencias que trae aparejado el
desarrollo de actividades turísticas sobre los actores sociales residentes de un
destino turístico, teniendo en cuenta que por sus propias características, el turismo
incide sobre aspectos socioeconómicos y la calidad de vida de la población local.
En forma incipiente y regular, se comienza a contar con datos estadísticos en cuanto
al volumen de la demanda turística, rentabilidad u otros parámetros económicos,
pero muy poco se sabe sobre su campo menos desarrollado: aquel que se relaciona
con la evaluación integral del desarrollo turístico, sus efectos sociales y conflictividad
cultural y territorial, en el caso aquí tratado de ambientes y poblaciones rurales.
Es en este escenario donde se comenzó a cuestionar al modelo hegemónico de
desarrollo en general y del turismo en particular, que se ha instalado en especial a
partir de mediados de la década del ´50 en el Hemisferio Sur, un modelo que podía
ser utilizado de forma inocua y con diferentes finalidades en función de la orientación
política de quien lo empleara, implementándolo en diferentes contextos sin tener en
cuenta su realidad social, histórica y cultural. Un discurso “único” del desarrollo
asimilado a la idea de progreso, que contradictoriamente no ha mejorado los niveles
de calidad de vida de la población rural, y sí ha reforzado las relaciones de poder,
fomentando una producción centralizada en contra de una descentralización de la
producción a escala local, que genere la creación de puestos de trabajo para evitar
la migración a los grandes centros urbanos.
Es notoria que, una de las principales causas del fracaso de tantos proyectos de
desarrollo en el llamado “Tercer Mundo” fue su escasa adecuación al marco cultural
de las poblaciones “destinatarias”, preocupados más en la sostenibilidad ecológica
del ambiente sin considerar la justicia social. En otras palabras, mantiene en su base
ideológica los pares de opuestos que han cruzado la historia de América Latina y de
7
gran parte del mundo y que todavía se siguen sustentando: dominador / dominados
e inclusión / exclusión.
Con el cambio del milenio, ha venido acompañado por un reconocimiento y
consolidación de la diversidad cultural y reposicionamiento de las poblaciones
rurales, de una situación de marginalidad, a la de visibilización, organización y,
confrontación política y territorial.
Esto ha llevado a que los profesionales de las distintas disciplinas que intervienen en
el “campo” comiencen a incorporar en los proyectos de desarrollo la cultura de las
poblaciones destinatarias, lo cual ha llevado a la construcción de nuevos paradigmas
de las concepciones hegemónicas de desarrollo, a partir de su dimensión identitaria,
abordando y considerando la “dimensión cultural del desarrollo” desde sus
concepciones de autonomía territorial y cultural.4
Entre otros aspectos, se trata de modificar aquellos paradigmas tradicionales,
generando alternativas en la búsqueda del desarrollo, que se identifique con la
implementación de sus propias formas organizativas basadas en la economía del
trabajo, colocando a este sobre el capital y al hombre y a la comunidad sobre todas
las cosas. (Zizumbo Villarreal, L., 2005)
8
actividades productivas tradicionales. Para esto, es condición la construcción política
y organizativa de su propio desarrollo, adquiriendo competencias necesarias para
manejar y promover sus propias propuestas: Qué tipo de turismo quiere llevar a
cabo en su territorio, qué clase de turistas, de qué manera desea recibirlos y las
formas de prestar los diversos servicios turísticos ofrecidos y gestionados
directamente por la población local.
La posibilidad de insertarse a la producción turística depende de la generación y
consolidación de estrategias de desarrollo que protejan y resguarden la integración
en forma igualitaria de los pobladores rurales de base campesina, fundadas en la no
dependencia de azar del mercado, y que propendan una cuidadosa inserción del
turismo en la estructura actual de la producción de subsistencia y trabajo
precarizado.
La cuestión así planteada es lograr y sostener este proceso comunitario y
cooperativo en turismo, a través de la elaboración de proyectos de gestión
participativa, que sirvan como herramienta para fortalecer el posicionamiento en la
búsqueda de su reconocimiento como habitantes permanentes del área La Payunia,
y el consiguiente reclamo de sus derechos territoriales.
Pero llegado a este punto, consideramos que resulta en consecuencia relevante,
abordar el turismo contextualizado espacial e históricamente, como un fenómeno
social de múltiples implicancias entre los actores sociales intervinientes, tanto los
visitantes que arriban, como también las poblaciones residentes del lugar visitado y,
aquellos que participan como productores turísticos o funcionarios de diferentes
organismos estatales.
Y aquí se presenta una sustancial diferencia con el proceso en marcha respecto al
del aprovechamiento del guanaco y sus posibilidades productivas.
El turismo es una actividad que representa una innovación tanto en su lógica como
su modelo de reproducción. Por lo tanto, al no cuestionar ni poner en debate los
modelos de desarrollo y el tipo de turismo implementados, y al no considerarse en
su implementación las propias dinámicas productivas de subsistencia y la situación
de precarización social, los pobladores rurales y su núcleo familiar se van
incorporando a formas de producción capitalista, a través de la explotación turística,
en sus diferentes formas grupales y asociativas, tanto familiares como comunitarias,
en su mayoría sin preparación y organización previa.
9
También y siguiendo esta línea de análisis, el turismo que es un fenómeno dinámico
explotado bajo los lineamientos de máxima rentabilidad, bajo una lógica basada
fundamentalmente en políticas neoliberales de desregulación de los mercados y libre
competencia, las pautas de explotación implementadas por los sectores
hegemónicos del sector, reflejan las posiciones de poder en el campo turístico, no
permitiendo sin más, la plena incorporación de los pobladores rurales bajo estas
condiciones, como tampoco la de cualquier otro sector que no cumpla con las reglas
impuestas desde los sectores dominantes y que autorizan su entrada y participación
en el negocio turístico. “Una estrategia de libre mercado no puede tender un puente
sobre el abismo que existe entre los ricos y los pobres, característico de los
dualismos de nuestros días.” (Barkin, 2002: 171. El desarrollo autónomo: un camino
a la sostenibilidad. En: Alimonda, H. (Comp.) Ecología Política. Naturaleza, sociedad
y utopía. CEPAL)
Se puede afirmar en primer lugar que, la posibilidad en este marco de desarrollo
turístico de los pobladores rurales de La Payunia será que se incorporen en los
márgenes del mismo, es decir en situación precaria y periférica. Además, el turismo
junto o en forma combinada con las diversas formas que adquiere el denominado
asistencialismo, comenzará a reemplazar paulatina y sostenidamente las actividades
productivas tradicionales, en un proceso de sustitución hacia formas supuestamente
más rentables o de fácil recupero en cuanto a la disponibilidad de recursos y formas
de explotación.
En tal sentido, entre los efectos producidos por el turismo, se destaca la alteración
de las estructuras sociales provocadas no solo con la llegada de los turistas, sino
también por la incorporación de pautas de consumo y formas de producción
capitalistas, en especial en poblaciones autóctonas de base rural o campesina.
Estas alteraciones o modificaciones en el plano interno de este tipo de poblaciones,
se producen por un lado al intentar adaptarse a los gustos y tradiciones del visitante,
como también como consecuencia de la generación de conflictos internos a partir de
los ingresos y ganancias del turismo y, la influencia que tiene en sus bases
productivas y relaciones familiares y comunitarias esta incorporación de una nueva
lógica de producción capitalista.
Este contexto se complejiza con la entrada en escena del proceso de
patrimonialización en marcha, un hecho a primera vista auspicioso, donde diversos
sectores gubernamentales locales, provinciales y nacionales, en forma conjunta y
10
vinculante se han lanzado a solicitar la declaración de La Payunia como Patrimonio
Natural de la Humanidad ante la UNESCO.
Esta iniciativa que en todo sentido favorecería el “desarrollo” de esta región, ha
generado por lo tanto los consensos necesarios de todos los sectores sociales,
políticos y económicos de la ciudad de Malargüe y de la Provincia de Mendoza para
lograr su apoyo.
Entre los motivos de la solicitud de este “sitio propuesto” se priorizaron tanto su
“belleza paisajística única” como la “diversidad de expresiones volcánicas”,
apoyándose en “valores paisajísticos y volcánicos exóticos” que se han mantenido
casi “intactos” por miles de años.5
Contando con el aval académico y científico, esta presentación se sostiene en un
trabajo participativo y comunitario que apoya la iniciativa.
Contradictoriamente, nada se dice de las características y condiciones de la
población permanente que la ha ocupado en forma invariable y continua a lo largo
de muchos años, y que tampoco fuera consultada o haya participado en taller alguno
al respecto. Esta situación ha generado muchas dudas e inquietud a los integrantes
de la Cooperativa Payún Matrú.
Haciendo una analogía con lo sucedido en la década pasada con la Quebrada de
Humahuaca y las consecuencias posteriores de su patrimonialización, ante
condiciones similares en cuanto a la no propiedad de la tierra en el caso de los
pobladores de La Payunia, podemos coincidir en este aspecto con lo que han
analizado entre otros autores Arzeno y Troncoso (2010). Estas investigadoras han
observado que, como consecuencia de la patrimonialización de Humahuaca y ante
la situación de las formas precarias de la tenencia de la tierra, surgieron y se
consolidaron procesos conflictivos que derivaron entre otras situaciones en: el
desalojo de ocupantes de “hecho” de terrenos destinados a la construcción de
establecimientos turísticos, la imposibilidad del acceso a la propiedad de la tierra de
los habitantes de la Quebrada debido al aumento de los precios, conjuntamente a la
restricción en los desplazamientos y el recrudecimiento en los reclamos de tierras
por parte de los pobladores originarios.
En definitiva, el efecto de esta experiencia vivida en los últimos ocho años dio como
resultado que los pobladores humahuaqueños no pudieron incorporarse al mentado
“desarrollo turístico”, y por el contrario quedaron excluidos del mismo, lugar que fue
5
Plan Estratégico Malargüe Payunia. Video promocional en: http://youtu.be/aKYvWPl6pIY
11
ocupado por inversores foráneos (nacionales o extranjeros) que incluso tuvieron
acceso a los créditos oficiales otorgados para la construcción de emprendimientos
turísticos.
Consideraciones finales.
Como se ha presentado a lo largo de este trabajo, la implementación de estrategias
relacionadas con el aprovechamiento productivo de una especie nativa como el
guanaco, está fuertemente relacionada a prácticas que se vinculan con la ruralidad y
lógicas que se sustentan en valores reconocibles y adaptativos a la cotidianeidad de
los pobladores y, a su vez en políticas que identifican diversas instituciones públicas.
Con esta actividad se generó por un lado, un espacio de expresión cultural,
poniendo en juego además la tradición de los antiguos telaristas e hilanderas que
caracterizó a los antiguos pobladores del sur de la provincia de Mendoza, formando
a su vez grupos económicamente autónomos, orientados fundamentalmente a la
mujer y los jóvenes.
Durante esta actividad se capacitaron mujeres en el procesamiento artesanal de la
fibra de guanaco y a su vez, estas mujeres se convirtieron en capacitadoras de
otras, generando además un grupo transmisor de conocimientos. Se comenzaron a
elaborar productos con materia prima del lugar, con la posibilidad de que sean
identificatorias de la región. Actualmente los productos elaborados se comercializan
tanto en el mercado interno como en el internacional.
En cambio, en contextos rurales resulta necesario abordar al turismo como un
fenómeno social de múltiples implicancias, en especial desde la población del lugar
visitado, por su carácter de innovación productiva relacionada con el sector servicios
y su posicionamiento en relación a los mercados y a las diferentes formas de poder.
Haciendo referencia a Bourdieu, Capanegra (2008) frente a la posición dualista de
“marginalidad – integración”, afirma que no pueden estudiarse las estrategias de
desarrollo turístico en forma aislada, sino en relación con aquellas desplegadas por
los sectores dominantes, partiendo del concepto de “estrategias de reproducción” las
cuales deben ser susceptibles de ser extendidas a todos los grupos sociales.
Además esto se apoya en una realidad generalizada, ya que ésta actividad carece
de políticas que encaminen su desarrollo local hacia objetivos comunitarios o que
favorezcan su implementación, y sí en cambio están destinadas a dirigir y ordenar
12
una actividad que en la mayoría de los casos ha experimentado un crecimiento
desordenado y conflictivo.
No se puede desconocer que entre las consecuencias del turismo como actividad
económica puede modificar la matriz productiva y generar nuevas problemáticas y
repercusiones sociales, que inciden al interior de las propias comunidades tanto en
su cohesión interna, su posicionamiento hacia el entorno y los múltiples impactos en
las unidades domésticas. También, si se tiene en cuenta que, el turismo es una
actividad que se caracteriza y define a partir del traslado de los visitantes hacia la
locación de la producción de los servicios y actividades que le dan sentido, las
diversas formas en que se incorpora en el interior de un paraje o población rural,
produce cambios en sus bases productivas y sociales.
Por lo tanto, resulta indispensable en este marco de estudio y de trabajo de campo,
al analizar además de las condiciones de vida, las reconfiguraciones sociales
resultantes del desarrollo de actividades turísticas en el interior de las poblaciones
rurales, focalizarnos en forma interrelacionada en las respuestas organizativas como
en este caso se basa en una cooperativa de trabajo con varios años de
conformación e incidencia comunitaria.
Como sostiene Bertoncello, R. (2006), los estudios y consiguientes planes de
desarrollo del turismo se han enfocado en analizar esta actividad solo desde el punto
de vista económico, dando lugar a un tratamiento del turismo como fenómeno
excepcional, en gran medida descontextualizado del orden social a cuya
comprensión poco podía aportar, y considerando al territorio turístico como un
espacio geográfico des-significado, solo un soporte donde se inserta la actividad
turística.
Porque la diferenciación con las posturas y estrategias implementadas con las
actividades relacionadas con el guanaco, en un mismo contexto provincial y
municipal, en el caso del turismo hace presuponer que se tratarán de imponer
estructuras y modelos de desarrollo donde no se tienen en cuenta la situación
socioeconómica de la propios habitantes de toda esta región de La Payunia. Por la
propia dinámica y evolución del turismo, no se plantea contemplar sus otras
actividades productivas, o se pueda adecuar a pautas que tengan que ver con sus
valores culturales y ambientales.
Esto traerá aparejado situaciones consolidadas desde el poder hegemónico, que no
permitirán a los pobladores un tiempo suficiente de adaptación y preparación, ante
13
los profundos cambios como consecuencia del ingreso de turistas y el desarrollo de
esta actividad dentro de la comunidad.
En realidad, las actuales formas en el que se desarrolla tradicionalmente un tipo de
turismo comercializado bajo los parámetros de un producto que trata de adecuarse a
los gustos y necesidades de los visitantes, no puede convertirse sin más en un
vehículo que promueva la incorporación igualitaria, o permita un posicionamiento
reivindicatorio de los derechos de uso y territoriales, y en consecuencia su tenencia
definitiva.
Esta situación influye en las alianzas con las diversas instituciones estatales y/o
privadas, donde no se tiene en cuenta el tipo de propuestas turísticas y los modelos
de desarrollo en los cuales se sustentan y, en consecuencia, las formas en que se
involucre la propia comunidad en los distintos proyectos: Si estos tienen
características de autogestión o son impuestos desde el “afuera” con inversores
privados que los dirijan. Se evidencia por los antecedentes, que el proceso de
patrimonialización de La Payunia conduce a la segunda opción.
Entonces, una de las preguntas a responder es ¿Cómo lograr que el turismo
contribuya en definitiva a mejorar la calidad de vida de los pobladores rurales de La
Payunia?
Sostenemos una concepción de trabajo que tiene como punto de partida enfatizar
que, este ambiente destacado por su “unicidad” y “exoticidad” de sus paisajes desde
los ámbitos turísticos, cuenta con su gente y su realidad cotidiana, donde la
introducción de pautas de explotación turística en La Payunia necesitará considerar
su conformación social y realidad socioeconómica. Requiriendo además de una
intervención interdisciplinaria, ideológicamente compartida entre técnicos y
pobladores, marcada por proceso profundamente participativo que garantice una
construcción social a lo largo del tiempo.
En definitiva, el incorporar nuevas formas de producción en comunidades rurales, en
el caso particular del turismo se tiene que comenzar a concebir hoy en día como una
alternativa para el desarrollo, desde una perspectiva no sólo económica sino
también social, que pueda responder a las necesidades de las poblaciones y/o sus
territorios. También donde la comunidad receptora tenga la posibilidad de elegir su
propio porvenir y actuar para realizarlo y concretarlo, adquiriendo competencias
necesarias para favorecer la integración comunitaria y representar en nuestro caso,
un vehículo para su reconocimiento territorial, cultural e identitario.
14
Bibliografía:
ARACH, O. 2008. Perdido en el campo. Dilemas de un antropólogo en una
institución de desarrollo rural. En: Bartolomé, L. J. y Schiavoni, G. (Comp.)
Desarrollo y estudios rurales en Misiones. Buenos Aires. CICCUS.
ARZENO, M. Y TRONCOSO, C. 2010. Actividades agrarias, turismo y
contradicciones del desarrollo en la Quebrada de Humahuaca, Jujuy. En: Manzanal
y Villarreal (Org) El desarrollo y sus lógicas en disputa en territorios del norte
argentino. Ciccus, Argentina.
BALDI; CARMANCHAHI, P; DE LAMO; FUNES; PUIG; 2006.Von Thugen. Nugent
(Ed.). Conservación del Guanaco en Argentina. Propuesta para un Plan Nacional de
Manejo. En Bolkovic y Ramadori Eds. “Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina.
Programa de uso sustentable”. DFS, SAyDS, Bs. As. 168pp.
BALDI; NOVARO; WALKER; FUNES; FERRANDO; FAILLA; CARMANCHAHI, P.
2010. Guanaco management in Patagonian rangelands: a conservation opportunity
on the brink of collapse. Pp 266-290 in: (du Toit, Kock & Deutsch, eds.) Wild
Rangelands: Conserving Wildlife While Maintaining Livestock in Semi-Arid
Ecosystem, 448 pp Blackwell Publ.
BARKIN, D. 2002. El desarrollo autónomo: un camino a la sostenibilidad. En:
Alimonda, H. (Comp.) Ecología Política. Naturaleza, sociedad y utopía. CEPAL
BENENCIA, R. Y FLOOD, C. 2002. El pequeño proyecto comunitario o la articulación
desde los actores. Primer Congreso Nacional de Políticas Sociales. Buenos Aires,
30 y 31 de mayo de 2002.
BERROETA, H. Y RODRÍGUEZ M., M. 2010. Una Experiencia de Participación
Comunitaria de Regeneración del Espacio Público. Revista Electrónica de Psicología
Política Año 8 Nº 22 – Marzo – Abril 2010
BERTONCELLO, R. 2006. Turismo, territorio y sociedad. El mapa turístico de la
Argentina. En publicación: América Latina: cidade, campo e turismo. CLACSO,
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales diciembre. 978-987-1183-64-7
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/edicion/lemos/18berton.pdf
BONFIL BATALLA, G. 1995. Etnodesarrollo: Sus premisas jurídicas, políticas y de
organización. México. INAH / INI
CAPALBO, L. 2001. Desarrollo: Del dominio material al dominio de las ilimitadas
potencialidades humanas. En: El resignificado del desarrollo. Estrategias de
transición del paradigma mecanicista a la conciencia planetaria. UNIDA
15
BONTEMPO, M. 2007. Por una intervención a favor del desarrollo. Comunicación
presentada en el Congreso Desafío del desarrollo humano. Propuestas locales para
otra globalización. Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la
Universidad del País Vasco, en febrero de 2007.
CAPANEGRA, C. 2008. Desarrollo turístico y estrategias de reproducción social.
Ponencia: IX Jornadas Nacionales y III Simposio Internacional de Investigación –
Acción en Turismo. San Juan - Mayo 2008
CHÁVEZ, R. 1999. Globalización y Turismo: Mezcla mortal para los pueblos
indígenas. En: No. 91 Revista del Sur - Red del Tercer Mundo. Uruguay.
CORDERO ULATE, A. 2006. Nuevos ejes de acumulación y naturaleza. El caso del
turismo. CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Buenos Aires.
Julio 2006. ISBN 987-1183-58-5
DIECKOW, L. (2010) Turismo. Un abordaje micro y macro económico. Edición
electrónica en www.eumed.net/libros/2010b/678/ - ISBN-13: 978-84-693-2358-8
ESTRADA SANTOYO, Y. 2009. Ciudades del turismo: espacios públicos por
espacios de consumo. Caso Puerto Peñasco. En: Topofilia - Revista de Arquitectura,
Urbanismo y Ciencias Sociales. Centro de Estudios de América del Norte, El Colegio
de Sonora. Volumen I, Número 4.
IMPEMBA, M. 2011. Modelos de desarrollo alternativos y los ámbitos de intervención
en el medio rural. El caso del turismo. Material elaborado para el Curso de Posgrado
Estrategias de Intervención y Desarrollo Comunitario. Poblaciones de baja escala en
el medio rural
IMPEMBA, M. 2010. Estrategias de intervención a nivel local y comunitario en
poblaciones mapuche de la región andina de Neuquén y Río Negro. Ponencia 4º
Congreso Latinoamericano de Investigación Turística. Montevideo- Uruguay. Eje
Temático Turismo y desarrollo económico y socio cultural
LICHTENSTEIN, G.; CARMANCHAHI, P. 2012. Guanaco management by
pastoralists in the Southern Andes. Pastoralism: Research, Policy and Practice. 2:1-
16.
MANZANAL, M. 2010. Desarrollo, poder y dominación. Una reflexión en torno a la
problemática del desarrollo rural en Argentina. En: MANZANAL Y VILLARREAL
(Org) El desarrollo y sus lógicas en disputa en territorios del norte argentino. Ciccus,
Argentina.
16
TRONCOSO, C. 2009. Patrimonio y redefinición de un lugar turístico. La Quebrada
de Humahuaca, Provincia de Jujuy. En: Estudios y Perspectivas en Turismo. Vol. 18
pp.144- 160
VIOLA, A. (Compilador) 2000. Antropología del desarrollo: Teorías y estudios
etnográficos en América Latina. Ed. Paidós
ZIZUMBO VILLARREAL, L. 2005. Turismo, economía social y desarrollo local en
comunidades rurales mexicanas. Documento de trabajo. Facultad de Turismo.
UAEMex.
17
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
GT3 Economías regionales, desarrollo y procesos económicos actuales
Breve historia
1
Las condiciones establecidas por la licitación pública otorgaba una bonificación del 20% a aquellas ofertas que
integraran la mayor cantidad de productores de uva; una condición que únicamente reunía FECOVITA.
2
El cooperativismo vitivinícola en Mendoza se encuentra agrupado casi
exclusivamente en el complejo gremial y económico ACOVI-FECOVITA (Asociación
de Cooperativas Vitivinícolas – Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas).
Su importancia económica en el mercado de vino de mesa, y especialmente social
en función del número y características de productores y cooperativas asociadas lo
constituyen en el principal actor colectivo del sector.
La evolución de las cooperativas en el sistema ACOVI- FECOVITA desde sus inicios
ha demostrado un resultado exitoso expresado en el crecimiento de su participación
en el mercado, y la mayor estabilidad y beneficios de quienes participan en el
sistema.
Como toda organización, su crecimiento y desarrollo es consecuencia, en parte, de
las acciones que la misma genera en función de contextos económicos, políticos y
sociales cambiantes en los que lleva adelante su accionar.
Por este motivo, la posibilidad de continuar las sendas de crecimiento y desarrollo de
la organización y de los productores que la sustentan no siempre se basan en repetir
la receta que ha llevado al éxito hasta ese momento, sino en saber adaptar esa
receta a los cambios de las condiciones de ese contexto, previendo sus posibles
variantes.
De las cooperativas que originalmente integraban la organización, algunas
quebraron y otras decidieron dejar el sistema, en particular ante su desacuerdo
sobre los cupos distribuidos2.
Las cooperativas actualmente integrantes de FECOVITA elaboran los vinos de sus
viñateros asociados y de terceros no asociados, y proveen – en diverso grado - de
vino a FECOVITA quien los fracciona y comercializa en todo el país y en el
extranjero. Esta es una diferencia sustancial respecto de otras federaciones o
cooperativas de segundo grado, como en el sector lácteo donde las cooperativas
primarias solo acopian y la entidad de segundo grado transforma, fracciona y
comercializa el producto. En el caso de FECOVITA, las cooperativas primarias
incluyen la función de transformación industrial del producto. Estas cooperativas
representaban para el año 2002 el 84% del total de las cooperativas vitivinícolas de
la provincia de Mendoza que ascendían a un total de 38 (AMENDOLA, 2002). Un
2
Cuatro cooperativas han abandonado su integración al sistema FECOVITA: COOP. Presidente Quintana
LTDA.; COOP. Viente i la Florida LTDA.;COOP. San Martin LTDA.; COOP. Viñedos Lu Mai LTDA.; y cinco han
quebrado o dejado la actividad: COOP. Chivilcoy LTDA.; COOP. Chapanay LTDA.; COOP. Rio Atuel
LTDA.;COOP. Alto Verde LTDA.;COOP. Viñas de Medrano LTDA.
3
porcentaje que no ha variado en los años posteriores, dado que se mantiene una
proporción similar aunque ha descendido el número de cooperativas totales en la
provincia de Mendoza.
COOP. El Libertador Tres de Mayo LTDA., COOP. Del Algarrobal LTDA., COOP.
Agrícola Beltran LTDA., COOP. Ing. Giagnoni LTDA., COOP. Sierra Pintada LTDA.,
COOP. Real del Padre LTDA.,COOP. Goudge LTDA., COOP. Rama Caída LTDA.,
COOP. Viñas de Uco, COOP. El Poniente LTDA., COOP. Pampanos Mendocinos
LTDA., COOP. Las Trincheras LTDA., COOP. Mendoza LTDA., COOP. Norte
Lavallino LTDA., COOP. Nueva California LTDA., COOP. La Dormida LTDA., COOP.
Algarrobo Bonito LTDA., COOP. El Cerrito LTDA., COOP. San Carlos Sur LTDA.,
COOP. Vista Flores LTDA., COOP. Moluches LTDA., COOP. Brindis LTDA., COOP.
Prod. de Junin LTDA., COOP. Tres Porteñas LTDA., COOP. Tulumaya LTDA.,
COOP. Norte Mendocino LTDA., COOP. Altas Cumbres LTDA., COOP. Colonia
California LTDA., COOP. Maipú LTDA.
4
atención destacada en función del modelo de desarrollo organizacional que se
desee promover en el futuro.
Escenarios e interrogantes
Desde una mirada externa se pueden plantear los escenarios, y las cuestiones e
interrogantes de ellos derivados que puedan ser de utilidad a productores y
dirigentes en las reflexiones, discusiones y finalmente decisiones que tomarán, por
acción u omisión, para conducir el destino de sus explotaciones y cooperativas. Esta
mirada puede sintetizarse en los siguientes puntos:
5
coordinación y subordinación de los productores a la cooperativa, y de estas
a las cooperativas de segundo grado. Esta variante la hemos denominado, en
el contexto de un modelo de Organización Institucional en Mutación (OIM)
(LATTUADA y RENOLD, 2004: 93-99), como Organización Institucional de
Competencia Económica Dinámica (OICED) (LATTUADA y RENOLD, 2004:
94-99, 105-107) y resulta compatible con una ideología que prioriza la
cooperativa como un “medio y no como un fin”. La evolución de SANCOR en
el rubro lácteo de las cooperativas argentinas durante las últimas dos
décadas es el ejemplo más cercano a este modelo.
La segunda variante, incluye además de las exigencias organizacionales
mencionadas, una condición adicional: reforzar los esfuerzos e instrumentos
que posibiliten que la mayor exigencia organizacional y eficiencia económica
no se obtenga a partir del costo social de excluir a los eslabones más débiles
de la cadena, sino por el contrario elaborando alternativas que le den
viabilidad dentro de la organización. Esta variante la hemos identificado como
Organización Mutualista (OM) (LATTUADA y RENOLD, 2004: 94), y si bien
de mayor complejidad, resulta más compatible con una ideología que
promueva valores solidarios, democráticos y de mayor inclusión social.
6
6. Una tarea que seguramente no ha resultado para nada sencilla a partir de la
heterogeneidad que existe tanto entre los productores vinculados como entre
las cooperativas primarias que integran el sistema. En los primeros coexisten
productores asociados y terceros con diferentes dimensiones, aunque
mayoritaria pero no exclusivamente pequeños y medianos, en algunos casos
con residencia en las fincas y trabajo directo del grupo familiar, en otros con
diversas actividades económicas, residencia urbana, y trabajo asalariado, así
como diversidad tecnológica en las viñas. En cuanto a las cooperativas puede
observarse diferentes envergaduras económicas y solidez financiera, formas
de organización y estrategias de negocios, situaciones de estancamiento y
de crecimiento, y diversidad tecnológica en bodegas.
7. Los logros obtenidos hasta el momento son más relevantes aún si tenemos
en cuenta que estos se han obtenido sobre mercados y canales de
comercialización en franco retroceso en los últimos años. El crecimiento del
complejo de cooperativas de FECOVITA se ha basado en producción
destinada fundamentalmente a un mercado de vinos de mesa y canalizada a
través de canales de distribución y comercialización de pequeños agentes, los
cuales han mostrado durante el mismo período una reducción significativa a
nivel mundial y nacional.
7
venta, demostraba que estos grandes centros de comercialización tenían un
volumen de ventas 250 veces mayor al de un comercio tradicional por mt2.
Este fenómeno ha otorgado a este eslabón de la cadena comercial un
extraordinario poder de negociación y condicionamiento sobre los
proveedores. Esta tendencia a la concentración de ventas en mayores
centros de comercialización se desaceleró durante la última década, con
alguna recuperación de comercios minoristas. No obstante, para el año 2003,
la encuesta de supermercados del INDEC (2004) indicaba que el 76% de las
ventas se concentraba en superficies de supermercados mayores a 1.000
mts2., mientras que el número de bocas de expendio que mayor crecimiento
manifestó entre 1999 y el 2003 fue el de los comercios menores a 500 mt2,
pasando del 54,5% al 62,7% del total.
3
A ello se agrega la reforma de la organización común del mercado y la política vitivinícola de la Unión Europea,
adoptada el 4 de julio del 2007, con el objetivo de recuperar la iniciativa de su competitividad en los mercados
internacionales en el período 2008-2015, ante la creciente participación de los países emergentes como Chile,
Australia, Sudáfrica y Argentina, con un presupuesto de 1.300 millones de euros anuales, (Véase:
htpp://ec.europa.eu/agricultura/capreform/wine/index_es.htm).
8
12. En función de las características estructurales del complejo de cooperativas
de FECOVITA y de los escenarios posibles a nivel nacional e internacional de
la vitivinicultura, se presentan una serie de interrogantes para sus dirigentes y
asociados de cara al futuro sobre los cuales más temprano que tarde
deberán tomar parte.
9
17. La segunda opción en materia de diversificación se encuentra orientada a una
estrategia que pueda otorgar una mayor estabilidad de ingresos a los
productores, a partir de darle viabilidad a la canasta de productos que
caracterizan a los asociados en proyectos asociativos que tomen como
ejemplo los exitosos resultados obtenidos a partir del vino. Nos referimos por
ejemplo al secado, envasado y comercialización de frutas, o a la elaboración,
fraccionamiento y comercialización de aceitunas y aceite de oliva. En este
caso la estrategia consiste en una diversificación de canasta de productos.
18. Es posible que la apertura de rubros nuevos como las frutas o el olivo, si van
acompañados con la decisión de ser un área de negocios destinado
preponderantemente a jóvenes hijos de los productores como condición para
su integración o financiamiento, promuevan un mayor interés de aquellos por
las actividades de las fincas y de las cooperativas.
10
de acciones, c) capacidades profesionales y tecnológicas que lo hagan
posible, y d) mayores recursos financieros.
11
cooperativas. Lamentablemente, la segundo variante, no suele ser la más
frecuente en la historia del cooperativismo.
12
participación en sociedades comerciales no cooperativas serán desafíos que
se presentarán en un tiempo no lejano.
a) Un intento esforzado de lograr más calidad del producto, pero está en debate su
definición precisa como la meta común que desean lograr. Esto ha promovido un
debate sobre la especialización del producto por parte de los productores
vitivinícolas y por ende de las cooperativas primarias. A favor de la
especialización se encuentra el hecho de que en la actualidad la rentabilidad
13
para el productor de uva de mesa por ha. no es sustancialmente diferente al que
se obtiene por uva tinta de calidad, ya que compensa los menores precios por
mayor cantidad, y no requiere erogar la inversión necesaria para la reconversión
de sus viñas, ni la espera -tres años- para obtener los resultados económicos de
ese esfuerzo. Aunque esta visión parecería ser de corto plazo, sobre todo si las
tendencias internacionales y nacionales de los últimos años respecto del
consumo del vino de mesa y de vinos de calidad continúan profundizándose en la
misma dirección que lo ha hecho en los últimos veinte años.
14
equipamientos para productores y cooperativas, financiamiento a productores y
bodegas cooperativas, fondo solidario por granizo, capacitación.
15
Una observación sobre el capital social
4Como los programas de desarrollo territorial rural en Latinoamérica o el Programa Leader II en la Unión
Europea.
5
Retomando la reformulación que realizan Garrido y Moyano (2005) de la concepción de Woolcock (1998) sobre
“capital social”.
16
Nivel Micro: a) Integración intracomunitaria: las relaciones sociales dentro de la
comunidad, expresadas, por ejemplo, en el grado de confianza para emprender y
participar en proyectos de carácter colectivo; b) Conexión intercomunitaria:
corresponde a la participación de los individuos en redes extracomunitaria (por
ejemplo acciones o proyectos regionales) y a la confianza depositada en
instituciones representantes del interés general (por ejemplo oficiales).
17
Conclusión
Todo este proceso, trabajoso, discutido, es evidente que trata en primer lugar de
resolver los problemas referidos a su eficiencia económica, de las cooperativas
asociadas como de la misma Federación. Una eficiencia económica que FECOVITA
trata por distintas medidas de modificar, cambiar hacia una mayor sustentabilidad,
tanto de las cooperativas asociadas como de sí misma, a partir de cooperativas
establecidas originariamente sobre un modelo que hemos denominado Organización
Institucional Paradojal (OIP) y cuyas características han sido compartidas también
por la Federación. Las estrategias de transformación que con distintas “velocidades”
en su implementación lleva a cabo la entidad de segundo grado FECOVITA, implica
la reformulación de sus relaciones empresarias y doctrinarias con sus cooperativas
asociadas. Este proceso que llevaría a relaciones “no armónicas” entre la
Federación (debido a los cambios que opera en sí misma) y algunas cooperativas de
primer grado en relación con sus expresiones organizativas morfológicas y
representacionales (LATTUADA y RENOLD, 2004: 108) se evidencia en las
discusiones referidas a fusiones o integraciones de cooperativas primarias. Procesos
estos últimos necesarios en algunas circunstancias, precisamente para adecuar
escalas, organización y eficiencia, respecto de las modificaciones en curso en las
estrategias de la Federación. Es un proceso que lleva hacia una Organización
Institucional en Mutación (OIM) y en principio se trata de configurar aquellos
aspectos más urgentes de naturaleza organizativa y de eficiencia económica,
orientándose hacia un tipo de Organización Institucional de Competencia Económica
Dinámica (OICED) pero sin que esté taxativamente definida su formulación última.
Así, sigue siendo fuerte el sostenimiento de la afirmación doctrinaria, un hombre un
voto (aunque no es así lo referido a la doctrina de puertas abiertas, sino restrictivo),
inclusive la toma de decisiones por consenso (con las demoras respectivas) más un
interés genuino de sus directivos en el desarrollo de su región (más allá de la
operatoria estrictamente económica de la institución cooperativa). Quedando abierta
su transformación por caminos que, eventualmente, pudieran acercarla hacia la
organización mutualista (OM) (LATTUADA y RENOLD, 2004: 94).
18
Bibliografía:
19
PEIRANO Claudia, 1994, Indicadores Agropecuarios, septiembre, Buenos Aires,
Argentina.
Otras fuentes:
20
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA RURAL
GRUPO DE TRABAJO 3. Economías regionales, desarrollo y procesos socioeconómicos
actuales Coordinadores: Juan Carlos Radovich; Liliana S. Landaburu; Marisa L. D´Amato.
Título
¹Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Economía Agroalimentaria, UEyDT Villa Mercedes. Ruta 7 y 8. Villa
Mercedes, Argentina. TE.02266-422616. fmanazza@sanluis.inta.gov.ar
²Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Economía Agroalimentaria, UEyDT Gral. Acha, Avellaneda 530, La
Pampa. Argentina. TE. 02952-432233. dhiglesi@gmail.com
Resumen
1La eco-eficiencia es definida como la capacidad de un sistema en cumplir plenamente su función, minimizando
su impacto total sobre el medioambiente.
Si bien en San Luis la actividad lechera todavía no tiene una dimensión significativa, se
destaca la existencia de dos mega tambos en zonas bajo riego: uno en el departamento La
Capital con 700 vacas en ordeñe y una producción diaria de 11 mil litros, y otro
recientemente establecido en el departamento Ayacucho con 1.750 vacas en ordeñe en el
año 2009 y una producción de 32 mil litros diarios. Ambos tambos reúnen el 50% de la
producción provincial y reflejan las potencialidades que presentan aquellas zonas con
reservas acuíferas subterráneas para el desarrollo de sistemas altamente intensificados
(Manazza, 2009).
Particularmente en las zonas semiáridas los procesos de intensificación se desarrollan sobre
la base de los recursos hídricos, siendo significativa la incorporación de nuevas superficies
con riego de fuentes superficiales y subterráneas. Solo en la provincia de San Luis la
superficie bajo riego por pivote central pasó de 14.940 ha en el año 2002 a 33.216 ha en la
actualidad (Saenz et al., 2011).
El proceso de agriculturización de la zona núcleo presiona fuertemente a la intensificación
de las actividades ganaderas y lecheras para mantener su competitividad, así como también
a la relocalización de las mismas hacia otras zonas del país. En los últimos años fueron
llegando inversiones de este tipo a la provincia de San Luis motivadas por menores precios
de la tierra y las posibilidades de riego con agua subterránea. Se instalaron en San Luis dos
mega tambos con estas características.
La perspectiva de desarrollo de una nueva cuenca lechera en la zona semiárida con uso
intensivo del recurso hídrico, y las mayores presiones que ejercen los procesos de
intensificación de los sistemas lecheros y concentración de la producción sobre la oferta de
este recurso, motivan la elección de esta cadena como caso de estudio.
A nivel regional, se han desarrollado indicadores de sustentabilidad de la producción
agropecuaria en esta región (Cantú et al., 2008; Viglizzo et al., 2006), y estudiado distintos
aspectos relacionados con la sustentabilidad del proceso de transformación productiva
(Frank, 2007; Viglizzo et al., 2010). Se ha evaluado el uso del agua en procesos de ordeñe
(Felice, 2009); y cuantificados aspectos relacionados con la oferta de RRHH de la provincia
de San Luis (Saenz et al., 2011).
Ahora bien, cuando se evalúa el impacto ambiental de un producto y la eficiencia en el uso
de recursos naturales por parte de sus procesos de producción, es necesaria una visión
sistémica, debido a que las cargas ambientales fácilmente pueden trasladarse entre
procesos productivos y regiones geográficas (Iglesias, 2004).
Es necesaria una visión de cadena productiva, donde las evaluaciones de impacto ambiental
de productos agroalimentarios y el criterio de eco-eficiencia contemplen todos los
eslabonamientos productivos que constituyen las distintas fases del ciclo de vida de los
productos, desde la extracción y producción de materia prima hasta el consumo final. Entre
las metodologías de evaluación de impacto ambiental, la Evaluación del Ciclo de Vida (LCA-
Life Cycle Assessment) es hoy la más comúnmente utilizada (Mattsson y Sonesson, 2003).
Está explícitamente incorporada en las normas ISO 14040:2006, que provee homologación
internacional (ISO, 2006), y es una herramienta consistente para determinar la eco-eficiencia
de los sistemas (Van der Werf y Petit, 2002).
Una ventaja adicional de este enfoque metodológico, y que fundamenta su elección como
marco metodológico de referencia, es que admite esquemas y diseños simplificados en
cuanto a la determinación de impactos, indicadores y tipo de datos. La simplificación es
considerada parte inherente del proceso de definición de alcances y objetivos propios del
estudio (Fase I) (Iglesias, 2004). Este tipo de estudios se denominan LCA simplificados.
Existen varios estudios de LCA en cadenas lácteas que evalúan las posibilidades de mejora
de su performance ambiental, analizando la sensibilidad de indicadores de impacto como:
uso de energía, GWP- emisiones de gases de efecto invernadero, acidificación,
eutrofización, foto-oxidantes y ecotoxicidad, a variables de tamaño de planta, grado de
automatización y las distancias de transporte (Eide, 2002); escenarios de intensificación de
sistemas tamberos (Basset-Mens et al., 2009); procesos de producción de leche alternativos
(Hospido et al., 2003). En términos generales, la producción primaria de leche,
específicamente la fase agrícola, seguida por el packaging se identifican como puntos
críticos en el ciclo de vida de la leche2.
Otra línea de trabajos pertenecientes al campo del management de los Recursos Hídricos,
se relacionan más directamente con la dimensión hídrica de los productos y procesos
económicos, desarrollando metodologías de determinación de aspectos de su eficiencia
hídrica. Se basan en la definición de indicadores de requerimientos de agua de productos:
Agua Virtual (Allen, 1998) y Huella Hídrica (Hoekstra, 2003).
Este último indicador fue desarrollado para cuantificar (en volumen) y relocalizar el uso del
agua dulce –no recuperable- a lo largo de toda la cadena de producción de un producto,
hasta su consumo. Distingue entre “huella verde” (uso consuntivo de agua de lluvia
almacenada en suelo); “huella azul” (consumo de agua subterránea o superficial) y “huella
gris” (volumen de agua contaminada). Puede ser calculado tanto para un producto, como
para cualquier grupo bien definido de consumidores (individuos, familia, ciudad, región o
nación), o productores (empresas privadas, públicas o sectores económicos).
La convergencia instrumental del indicador de huella hídrica en el marco metodológico de
LCA se dará hasta la fase de construcción del Inventario (Hoekstra, 2009; Manazza, 2012).
2 cf. Cederberg, C. (2003). Life Cycle Assessment of animal products. 19-34. En: Mattsson, B., Sonesson, U. (Ed).
Environmentally-friendly food processing. England: CRC Press. 94 p.
Existen vastos inventarios de huellas hídricas de productos agropecuarios vegetales y
animales (incluyendo leche fluida bovina), para muchos países del mundo, y Argentina
(Chapagain y Hoekstra, 2003) y más recientemente (Mekonnen y Hoekstra, 2010). Los
primeros inventarios fueron construidos con el objetivo de determinar los volúmenes del flujo
de agua virtual derivados del comercio internacional de productos agrícolas (Hoekstra y
Hung, 2002), animales (Chapagain y Hoekstra, 2003), y el análisis de huellas hídricas de las
naciones (Chapagain y Hoekstra, 2004).
El presente trabajo pretende responder a la necesidad de profundizar los conocimientos de
estos procesos de transformación productiva de la Provincia de San Luis y su sostenibilidad.
El propósito del estudio consiste en la comparación de la eficiencia de uso del agua de
sistemas de tambo con diferente grado de intensificación, escala y uso de tecnología; la
valoración económica de sus diferenciales de ecoeficiencia y evaluación del flujo de agua en
la cadena láctea de esta región.
A tales efectos, se determinaron las huellas hídricas de leche UHT, queso y leche fluida,
principales productos lácteos provinciales, utilizando la metodología LCA e incluyendo
indicadores de agua virtual.
Conforme al objetivo del presente trabajo, se realizó un análisis LCA simplificado del uso
consuntivo de agua por parte de la cadena agroalimentaria de la leche bovina de la provincia
de San Luis, contrastando la eficiencia de uso de agua verde y azul para distintos
escenarios de intensificación de sistemas de tambo. No se incluyen en el análisis impactos
sobre otro tipo de servicio ambiental proporcionado por el recurso hídrico: Eutrofización,
acidificación, etc.
El cómputo del uso consuntivo se realizó mediante los indicadores de Agua Azul y Verde,
adaptando los criterios metodológicos expuestos en Hoekstra et al. (2009) a los objetivos del
presente estudio.
De la base de datos de proyectos lecheros regionales del INTA (Ashworth, 2008) se
seleccionó un sistema de tambo más frecuente –Modal- de la cuenca más importante de
San Luis: cuenca del Valle del Conlara. Se contrastó con tres sistemas de tambo de San
Luis con diverso grado de intensificación, escala y uso del recurso hídrico. El grado de
intensificación se determinó en base al indicador de Carga y al porcentaje de materia seca
(MS) aportada por la suplementación en relación al total de la cadena forrajera.
Para cada uno de los sistemas evaluados, el consumo de agua por parte de la cadena
forrajera y producción de grano para suplementación animal, se determinó conforme la
metodología desarrollada por Manazza (2012), en base a Allen et al. (1998), que se
corresponde con la suma de las demandas evaporativas de los cultivos producidos en el
tambo, discriminando tanto el agua azul como el agua verde3. Se utilizó para su cómputo el
modelo AGROECOINDEX®v09. El agua virtual de los suplementos se obtuvo de la base de
datos de AGROECOINDEX®v09, así como también la determinación del consumo de agua
de bebida animal. Se estimó el volumen de agua empleado en el proceso de aplicación y
pulverización de productos agroquímicos a los cultivos, a partir de los marbetes de los
productos aplicados y especificaciones técnicas promedio empleados por los contratistas
locales (velocidad, caudal, etc.) conforme al informe técnico de pulverizaciones agrícolas
terrestres de PRECOP elaborado por Bogliani et al. (2005).
La huella hídrica de un producto se define como el volumen total de agua dulce usada
(directa o indirectamente) para producirlo, se la estima considerando el consumo y
contaminación de agua en todas las etapas de la cadena de producción. El procedimiento
de contabilización es similar para todos los tipos de productos derivados del sector
agropecuario, industrial o de servicios (Hoeskstra et al., 2009).
Para los productos lácteos industriales, su huella hídrica vendrá dada por la ecuación (1)
para ; :
(5)
contenido de agua virtual de una unidad de materia prima (leche cruda), ( ) el factor
producto del producto industrializado (i), expresado como cantidad de materia prima por
unidad de producto industrial. es el uso del agua en las etapas de
3 En una primera aproximación, las pérdidas de agua que puedan producirse en el sistema de distribución del agua de riego
no se contabilizan, asumiendo que en un alto porcentaje pueden ser reutilizadas.
agregación de los contenidos de agua virtual de cada producto de la cadena: ,
los que se importan para su consumo final. Se utilizaron estadísticas oficiales de volúmenes
de producción agregados totales de la provincia de San Luis por tipo de producto y
relevamientos propios. Se determinó el flujo de agua virtual importada por el consumo de
lácteos extra provinciales a partir de los patrones de consumo nacionales por tipo de
producto lácteo (kg/hab/año) publicados por MAGyP (2011b).
De esta forma, la huella hídrica total de la cadena vendrá dada por:
(6)
Para i = (producción primaria, industria)
Donde:
III. Resultados
III.1 Inventario físico de la Producción Primara: base alimentaria
Los resultados de cómputos de consumos de agua totales por sistema evaluado, utilizando
AGROECOINDEX®v09 para la base alimentación animal (cadena forrajera y
suplementación), bebida y pulverizaciones, son tabulados a continuación (Tabla 1).
Los mayores volúmenes de consumo de agua (m3/año) se manifiestan ampliamente en la
producción de materia seca interna del sistema (cadena forrajera) y en la suplementación
externa. En los sistemas menos intensivos, la participación de los consumos de agua de los
recursos alimenticios internos es mayor (más del 70% para los casos Modal (M) y Extensivo
(E)). En los sistemas intensivos más del 50% del consumo de agua constituye agua virtual
importada al sistema a través de suplementos externos.
Los sistemas que utilizan riego complementario presentan en sus cadenas forrajeras un
consumo de agua por unidad de superficie (mm/ha) que resulta, en promedio, más de un
39% superiores al promedio de los 5 casos de sistemas de secano estudiados4.
4 El valor de consumo de agua de la cadena forrajera por unidad de superficie (mm/ha), constituye un valor
promedio ponderado resultante del consumo de agua de cada cultivo que compone la cadena y su superficie
relativa.
Tabla 1-Inventario Producción Primaria: Alimentación
San Luis La Pampa
Sistema Sistema
Modal Extensivo Intensivo PE Mega Tambo Modal Extensivo Intensivo PE Mega Tambo
Vacas en producción (VO), cab 65 140 98 1.180 196 500 66 2.185
Producción diaria, l/día 1.200 2.900 2.695 28.674 4.680 10.750 1.100 59.651
Producción anual, l/año 438.913 1.058.500 983.675 10.466.010 1.708.200 3.923.750 402.960 21.772.433
Sup. Actividad de tambo, ha 281 320 65 681 380 860 77 1255
% de pasturas perennes 41% 16% 68% 35% 44% 55% 52% 29%
Producción por ha, l leche/ha/año 1.562 3.308 15.133 15.369 4.495 4.563 5.233 17.349
Balance forrajero interno,Kg MS Cons/kg MS Prod 0,72 0,91 1,80 2,33 0,85 1,19 3,72
Precipitaciones, mm/año₁ 550 650 550 530 700 700 700 720
Riego m3 totales, m3 1.442.448 700.920 5.280.000
Riego efectivo*, mm/ha/año 618 0 387 720 0 0 0 0
Consumo de agua cadena forrajera mm/ha 478,6 444,6 711,2 874,2 517,6 444,5 486,6 574,3
Consumo de agua cadena forrajera , m3/año 961.579 1.292.898 462.280 5.953.030 1.966.880 3.249.295 374.682 7.207.465
Consumo de agua suplementos externos ,m3/año 107.800 586.986 584.584 5.748.895 0 1.606.000 456.250 10.647.416
Consumo de agua total bebida, m3/año 3.395 7.254 2.861 36.956 2.592 15.513 2.592 67.425
Uso agua -Pulverizaciones (protec. Cultiv.), m3/año 47 78 14 221 85 143 13 520
Consumo de agua total, m3/ha/año 3.818 5.898 16.150 17.238 5.183 5.664 10.825 14.281
Fracción valor Producto -leche- (% IB) 0,93 0,95 0,96 0,95 0,94 0,95 0,90 1,00
Consumo de agua total, m3/litro de leche/año 2,27 1,69 1,02 1,06 1,08 1,18 1,86 0,82
* corresponde al promedio ponderado de los mm efectivamente aplicado a los cultivos en la superficie irrigada.
Parámetro de eficiencia considerado: riego por manto con canales de tierra (60%); Aspersión-pivot central (90%).
Fuente: Elaboración propia
Se destaca la alta intensidad de uso de agua por parte de los sistemas intensivos en
relación a los sistemas Extensivo y Modal. Los volúmenes promedio de consumo de agua
totales anuales por unidad de superficie (m3/ha/año) de los sistemas Modal y Extensivo de
ambas provincias (5.141 m3/ha/año), representan el 35% del volumen promedio de
consumo de los sistemas intensivos (14.623 m3/ha/año). La relación de consumo de agua
por litro de leche (m3/litro de leche/año), refleja que la mayor intensidad de uso de agua de
los sistemas intensivos estudiados es compensada por la productividad de leche por unidad
de superficie (lleche/ha/año) en ambas provincias.
Del análisis del valor del indicador de agua virtual por litro de leche procesado por unidad de
producto lácteo, se destacan los bajos valores de agua virtual para el abastecimiento de la
industria en las variantes de tambos intensivos de gran escala: 1.024 lagua/lleche procesado
para el Mega Tambo y 748 lagua/lleche procesado para el Mega Tambo de La Pampa
(Tabla 2). En San Luis, el mayor indicador de agua virtual por litro de leche procesado
correspondió al tambo Modal (2.186 lagua/lleche), mientras que en La Pampa al Inensivo PE
(1.680 lagua/lleche) (Tabla 2). En términos de medias, se observa un mayor valor del
indicador de AV Medio y mayor dispersión relativa para los sistemas tamberos de San Luis,
(AV Medio San Luis: 1.454 lagua/lleche; CV=39%), AV Medio La Pampa: 1.117 lagua/lleche;
CV=35,7%).
La heterogeneidad entre sistemas magnifica las diferencias en el indicador de Agua Virtual
para el Queso en La Pampa, por la realidad del factor de conversión de la materia prima en
el producto final (litros de leche/kg. Queso). El menor indicador de AV para un kilo de Queso
resultó del sistema Mega Tambo con 7.476 l agua/kg queso, mientras que el sistema
Intensivo PE arrojó el mayor indicador con 16.802 l agua/kg. (Tabla 2).
Retomando los resultados III.1, puesto que, bajo todas las variantes de abastecimiento de
materia prima consideradas la principal fuente de agua virtual es verde, la misma constituirá
el principal factor contribuyente del indicador de Agua Virtual de los productos lácteos
estudiados.
18.000 MT sl
16.000 I PE sl
14.000 MT lp
12.000
I PE lp Media sl
10.000
Media lp
8.000 Ex sl
6.000 Ex lp y = 0,79x + 3267,6
4.000 Mo sl Mo lp R² = 0,8636
2.000
0
0 5.000 10.000 15.000 20.000
Productividad (leche/ha)
Gráfico 1- Relación Intensidad de uso de agua, m3/ha/año - Productividad del sistema, lleche/ha/año.
1.500 Media sl
Ex lp Media lp
Mo lp MT sl
1.000
I PE sl MT lp
500 y = 22918x-0,325
R² = 0,6418
-
0 5.000 10.000 15.000 20.000
Productividad, leche/ha/año
6
7 Valor promedio noviembre-marzo 2010: $1,45 por litro de leche en tambo; $2,10 precio promedio 2010 del litro
de leche UHT en planta.
eficiencia hídrica (maximizando la productividad del sistema), para la
viabilidad/sostenibilidad económica de este tipo de sistemas de tambo en las zonas
semiáridas, o incluso en aquellas otras regiones con bajos niveles de productividad del agua
verde (mm) en términos de materia seca (MS).
En relación a la transposición de los presentes resultados a escala local (cuenca) o regional,
caben las consideraciones que a continuación se manifiestan.
La productividad económica potencial del agua en una cuenca será mayor a la actual si el
agua puede ser redistribuida entre aquellos lugares o propósitos (productivos) donde la
misma tenga mayor valor agregado (Hoekstra, 2009). Es decir, donde el valor de su
productividad sea mayor.
Hoekstra (2009), observa que los cultivos de alto valor como los intensivos, proporcionan
una mayor productividad económica del agua que los cultivos extensivos, por lo que
parecería atractiva la relocalización del agua en favor de los primeros, especialmente en las
áreas donde el agua es relativamente más escasa. Sin embargo, en cuanto a la
redistribución del agua para grandes escalas, reconoce que existen otros factores que
deben ser tenidos en cuenta además de los estrictamente económicos, como por ejemplo,
factores relacionados con cierto grado deseable de autosuficiencia alimentaria (cereales) o
disponibilidad de materia prima local en ciertas regiones o cuencas.
Por tanto, concluye el autor, los aspectos relacionados con el análisis de la redistribución del
agua entre actividades productivas deberán ser completos y no parciales. Es preciso
involucrar no solo los aspectos económicos derivados del valor y productividades del agua,
sino también todos aquellos otros aspectos económicos que no se incluyen la productividad
estrictamente, así como también los sociales y ambientales (impactos intensivo-
localizacionales) (Hoekstra, 2009).
III.5. Determinación del Flujo de Agua Virtual y Huella Hídrica de las Cadenas Lácteas
de La Pampa y San Luis.
Exportación
AV Quesos 53,2 Hm3
Industria Extraprovincial AV Resto: 3,3 Hm3 AV
AV resto 26 Hm3
AV Quesos
20 Hm3
Mercado Extraprovincial-
Río Negro Chubut Bs As.
Distirbución Minorista :
55 Hm3AV
1. Producción primaria:
a. La alta participación de la huella hídrica de la producción primaria en el total
de la Cadena provincial (74%) y la predominancia de su contenido de AV en
el abastecimiento de la Industria local (83,5%), pone de manifiesto la
importancia de la optimización de los niveles de productividad de leche de los
sistemas tamberos que la componen, o que es lo mismo, aumentar la
productividad del agua en estos sistemas. Este aspecto será ampliado en el
siguiente apartado.
b. Adicionalmente, se hace propicio el desarrollo de políticas públicas de
intervención que faciliten y favorezcan la incorporación de tecnologías para la
mejora de los estándares de eficiencia productiva e hídrica de los
establecimientos tamberos sesgados respecto de su óptimo regional,
cerrando la brecha de eficiencia respecto de los niveles de productividad de
establecimientos similares de otras provincias.
2. Industria
a. Su huella hídrica viene determinada casi en su totalidad por el AV de la
materia prima incorporada en sus productos. Por lo que la preeminencia del
abastecimiento local de leche cruda puede ser favorable desde el punto de
vista de la minimización de su dimensión, solo en la medida que el AV por litro
de leche cruda local promedio sea menor al AV del litro de leche cruda
importado.
b. La consideración de la minimización del costo económico ambiental del
abastecimiento a la industria, conceptualizada con la incorporación del costo
de la ineficiencia hídrica de los sistemas, como información adicional para el
criterio de decisión de abastecimiento, refuerza la línea argumentativa
presentada en el punto anterior.
3. Consumo:
a. En relación a la dimensión de su huella hídrica, se mantienen las implicancias
comentadas para el caso de la Industria.
b. El patrón de consumo estimado para la provincia de La Pampa y las
particularidades de la comercialización de los productos lácteos de la cadena,
manifiestan un alto ratio de dependencia hídrica externa para el consumo del
66,1%, definido como el cociente entre la huella hídrica total del consumo de
lácteos y el contenido de agua virtual de las importaciones para el consumo.
4. Generales
a. El patrón de abastecimiento de la Industria láctea provincial y el carácter de
exportadora neta de Agua Virtual, manifiestan el alto ratio de autosuficiencia
hídrica total de la Cadena: 67,2%, definido como la proporción de agua virtual
interna respecto del la huella hídrica total de la Cadena. Análoga lectura
respecto del bajo ratio de dependencia externa de agua virtual del 32,7%,
explicado principalmente por la dependencia en el consumo.
b. Por el lado de la oferta: La valoración económica del flujo de exportaciones
netas, donde una alta proporción de su volumen de AV presenta menor valor
económico (materia prima), brinda un elemento adicional a favor de la
importancia del agregado de valor en origen a la producción primaria láctea
provincial y de la reducción de la capacidad ociosa de la Industria del 33% en
promedio8 conforme a los datos presentados por Iturrioz e Iglesias (2009).
Lo que se logra de este modo es aumentar el valor monetario de la
productividad del agua local.
c. A modo de ejemplo, comparando el precio promedio (sin IVA) de los tres tipos
de queso producidos en La Pampa para el año 2010, relevados en el estudio
de caso, con el precio promedio pagado al productor tambero en ese mismo
año, tenemos que el valor monetario de una unidad de producto
industrializado (queso) es en promedio un 76% mayor al de la materia prima,
para unidades de leche equivalentes. Es decir, que el valor monetario de la
productividad del agua aumenta significativamente con el agregado de valor
industrial. Este aspecto es relevante, si consideramos que el agua virtual
añadida por la industria es muy baja en relación al total contenido en la
materia prima.
d. La maximización del valor de la productividad del agua implica también la
minimización del costo económico asociado con la ineficiencia en el uso de
agua, en este caso, por parte de una Cadena.
e. Por el lado de la demanda/consumo: puesto que un objetivo ambiental
pretendería minimizar su huella hídrica, se haría relevante dinamizar en el
consumo la sustitución por importación de agua virtual solo si las huellas
8 “La capacidad instalada total de la industria láctea provincial es de casi 230 mil lts/día (año 2008), la cual se ha visto reducida en un
22% en los últimos cinco años. (294.000 lts/día en 2004). El procesamiento diario supera los 153.000 lts., lo que determina una
capacidad ociosa promedio del 33% (menor al 48% registrado durante el censo del 2004). Sin embargo, las diferencias son importantes
de acuerdo al tipo de empresa que se analice” (Iturrioz e Iglesias, 2009; p. 98).
hídricas de los productos importados son menores a las locales. Cuestión que
podrá ser determinada con la generación de nueva información hídrica del los
productos agroalimentarios por origen, en un contexto de análisis global del
consumo provincial de productos agroalimentarios.
Ámbito Provincial
Producción HH Cadena San Luis 2008
Industria HH50,7
57,8 Hm3
Primaria HH 151Hm3
n° de Plantas: 1 Hm3
HH 25 Hm3 AV Uso de agua Plantas: 0,057 Hm3
Mercado
24 Tambos 2.939 VO Uso de agua Transporte: 0,0042 Hm3 Provincial
17,9M litrosAleche
Industria Local:
6,2M litros leche
Leche UHT: 47,1 Hm3 AV
A V Leche Consumo AV
7,7 Hm3 AV UHT resto
A Quesería y vta directa : Crema: 2,1 Hm3 AV 7Hm3 Minorista 30Hmᶾ
2,2 M lt; 3Hm AV HH 93,4 AV
AV Queso
Hm3
Quesos 55Hmᶾ
1,5Hm3
Exportación: Tambos Quesería: 84,9Hm3 AV
A Industria Importada
Queso pasta Semi Dura:
8,5 Hm3 AV
Extra Prov : 1,5 Hm3 AV propia
9,5M lt. leche
14 ,4 Hm3 AV
Exportación
Industria Extraprovincial AV Leche UHT 40,1H m3
(Córdoba) AV Crema: 2,1Hm3
/
Mercado Extraprovincial
(35% Cuyo)
Distribución Minorista:
42,2 Hm3 AV
Figura 2- Flujo de Agua Virtual de la Cadena Láctea de San Luis, año 2008
La Cadena láctea de San Luis es levemente exportadora neta (AVX-AVM) de Agua Virtual
en su Producción Primaria por un valor estimado de 7,4 Hm3. Del total de 22Hm3 AV de la
Producción Primaria, un 37% es incorporado a la Industria local.
Dados sus volúmenes de producción y las particularidades del flujo comercial de sus
productos, la Industria provincial es exportadora de Agua Virtual, por un valor estimado de
42,2Hm3, explicado casi en su totalidad por la exportación de Leche UHT. Las
importaciones de AV para el abastecimiento de materia prima (principal fuente) equiparan
este valor, por lo que el saldo resultante de exportaciones netas es de apenas 2,2 Hm3.
Solo el 18% del total de la Huella Hídrica de la Industria (50,7 Hm3) tiene origen en AV local,
revelando un alto ratio de dependencia hídrica externa en el abastecimiento.
La Huella Hídrica del Consumo provincial de lácteos, estimada en 93,4 Hm3, se compone
en un 90% de Agua Virtual importada de otras provincias.
A nivel agregado, la Cadena Láctea provincial, es importadora neta de Agua Virtual por un
valor de 75,3 Hm3.
La particular estructura de la cadena láctea de San Luis, caracterizada por una reducida
dimensión en su producción primaria y un predominante flujo de abastecimiento externo por
parte de la Industria láctea provincial, manifiestan el bajo ratio de autosuficiencia hídrica total
de la Cadena: 13%, definido como la proporción de agua virtual interna respecto del la
huella hídrica total de la Cadena.
Una lectura adicional del complemento del ratio mencionado, refleja el alto grado de
externalización de la huella hídrica por parte de la cadena provincial a través de la
importación de agua virtual.
Los estudios de casos realizados en este trabajo para la provincia de San Luis, muestran
que los sistemas altamente intensivos presentan altas productividades y eficiencias hídricas,
posibles por la utilización eficiente de riego complementario, pero cuentan una gran
desventaja competitiva por el lado de los costos económicos explícitos. Por este motivo, la
sostenibilidad económica de estos sistemas, y su expansión en esta región, dependerá de
instrumentos de política económica que favorezcan estrategias de integración y precios
preferenciales por performance ambiental, o alternativas de integración vertical y agregado
de valor a la producción primaria, logrando aumentar indirectamente el valor monetario de
la productividad del agua local.
VI. Conclusiones
VII. Bibliografía
Allen, R.G., Pereira, L.S., Raes, D. and Smith, M. 1998. Crop evapotranspiration - Guidelines
for computing crop water requirements. FAO Irrigation and Drainage Paper 56. Food
and Agriculture Organization, Rome, Italy.
Ashworth, J. (2008). Encuestas a establecimientos tamberos de la Provincia de San Luis.
Proyecto de Lechería extra-pampeana. No publicado.
Basset, C.-Mens, Ledgard S., Boyes, M.. 2009. Eco-efficiency of intensification scenarios for
milk production in New Zealand. Ecological Economics 68 (6), 1615-1625.
Bogliani, M., Masiá, G., Onorato, A. 2005. Pulverizaciones agrícolas terrestres. Instituto de
Ingeniería Rural INTA Castelar. Disponible en:
http://www.inta.gov.ar/iir/info/indices/tematico/dirpulverizacion.htm
Cantú, M.P., Becker, A.P., Bedano, J.C. (Eds.). 2008. Evaluación de la sustentabilidad
ambiental en sistemas agropecuarios. Rio Cuarto: Fundación Universidad Nacional
Rio IV.
Carreño, L., Viglizzo, E. 2007. Provisión de servicios ecológicos y gestión de los ambientes
rurales en Argentina. Buenos Aires: Ediciones INTA.
Cederberg, C. 2003. Life Cycle Assessment of animal products. 19-34. En: Mattsson, B.,
Sonesson, U. (Ed). Environmentally-friendly food processing. England: CRC Press.
CEPAL. 2005. Análisis sistémico de la agriculturización en la pampa húmeda argentina y sus
consecuencias en regiones extrapampeanas: sostenibilidad, brechas de conocimiento
e integración de políticas. Serie Medio ambiente y desarrollo nº118. Santiago de Chile:
Naciones Unidas.
Chapagain, A.K., Hoekstra, A.Y. 2003. Virtual water flows between nations in relation to
trade in livestock and livestock products. Value of Water Research Report Series nº13.
Delft, the Netherlands: UNESCO-IHE. Disponible en:
http://www.waterfootprint.org/?page=files/Publications
Eide, M.H. 2002. Life Cycle Assessment (LCA) of Industrial Milk Production. Int J LCA 7 (2),
115-126.
Felice, G. 2009. Estimación del consumo de agua en tambos de la cuenca Norte de la
Provincia de La Pampa durante la rutina de ordeñe. Proyecto PROFEDER. INTA.
"Análisis de las articulaciones inter empresariales en la dinámica local y territorial de la
cadena Láctea: el desafío de implementar buenas prácticas productivas y ambientales
en cuencas lecheras de La Pampa". No publicado.
Frank, F. 2009. Metodología para estimar indicadores de sustentabilidad agro-ecológica y
ambiental. Disponible en: http://www.inta.gov.ar/anguil/info/agrecoindex.htm
Hoekstra, A.Y., Hung, P.Q. 2002. Virtual water trade: A quantification of virtual water flows
between nations in relation to international crop trade. Value of Water Research Report
Series n° 11. Delft, the Netherlands: UNESCO-IHE. Disponible en:
http://www.waterfootprint.org /?page=files/Publications
Hoekstra, A.Y. 2003. Virtual Water. An Introduction. Virtual Water Trade. En:Proceedings of
the International Expert Meeting on Virtual Water Trade. Values of Water Research
Report Series nº 12. Delft, the Netherlands: UNESCO-IHE. Disponible en:
http://www.waterfootprint.org/?page=files/ Publications
Hoekstra, A.Y., Chapagain, A.K., Aldaya, M.M. and Mekonnen, M.M. 2009. Water footprint
manual: State of the art 2009. Enschede, the Netherlands: Water Footprint Network.
Disponible en: http://www.waterfootprint.org/?page=files/Publications
Hospido A., Moreira M.T, Feijoo G. 2003. Simplified life cycle assessment of galician milk
production. International Dairy Journal 13, 783–796.
Iglesias, D. 2004. “Relevamiento exploratorio del análisis del ciclo de vida de productos y su
aplicación en el sistema agroalimentario”. Buenos Aires: Ediciones INTA.
ISO (2006). ISO 14040:2006. Disponible en:
http://www.iso.org/iso/catalogue_detail?csnumber=37456
Manazza, J.F. 2012. Cuantificación y valoración económica del uso consuntivo del agua en
los principales productos de las Cadenas Lácteas de la Pampa y San Luis. Ediciones
INTA. 70p.
Manazza, J.F. 2009. La Cadena de la Leche Bovina en la Provincia de San Luis.
Documento de Trabajo PE2742-INTA. No Publicado.
Mattsson, B., Sonesson, U. (Eds.). 2003. Environmentally-friendly food processing. England:
CRC Press.
Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación (MAGyP). 2011a. Sistema
Integrado de Información Agropecuaria. Series y Estadísticas. Base de datos [en
linea]< http://www.siia.gov.ar/
Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación (MAGyP). 2011b. Dirección
Nacional de Transformación y Comercialización de productos agrícolas y forestales.
Base de datos [en linea]
<http://www.alimentosargentinos.gob.ar/lacteos/docs/06_Consumo/Consumo_03.htm>
Mekonnen, M.M.,Hoekstra, A.Y. 2010. The green, blue and grey water footprint of farm
animals and animal products, Value of Water Research Report Series n° 48. UNESCO-
IHE. Disponible en: http://www.waterfootprint.org/?page=files/Publications
Mekonnen, M.M., Hoekstra, A.Y. 2011. The green, blue and grey water footprint of crops and
derived crop products. Hydrology and Earth System Sciences 15(5), 1577-1600.
Rearte, D. 2007. Informe de situación de la producción de carne vacuna argentina.
Programa de producción de carne. Disponible en:
http://www.inta.gov.ar/actual/informes.asp
Saenz, C. A., Colazo, J., Montiel E.O. 2011. Disponibilidad de Recursos Hídricos y potencial
de riego de la provincia de San Luis. XXIII Congreso Nacional de Agua 2011,
Resistencia, Chaco, Argentina. 06/2011.
Van der Werf, H.M.G., Petit, J., 2002. Evaluation of the environmental impact of agriculture
at the farm level: a comparison and analysis of 12 indicator-based methods. Agriculture
Ecosystems and Environment 93, 131-145.
Viglizzo, E., Frank, F., Bernardos, J., Buschiazzo, D., Cabo, S. 2006. A rapid method for
assessing the environmental performance of commercial farms in the pampas of
Argentina. Environ Monit Assess 117, 109–134.
Viglizzo EF, Frank FC, Carreño LV, Jobbágy EG, Pereyra H, Clatt J, Pincén D, Riccard MF.
2010. Ecological and environmental footprint of 50 years of agricultural expansion in
Argentina. Global Change Biology 17 (2), 959-973.
Young, R. A. 2005. Determining the Economic Value of Water: Concepts and Methods.
Washington: RFF Press.
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
Autores:
INTRODUCCION
El contexto político y su implicancia en las política públicas
Con el objetivo de poner un marco contextual a nuestro trabajo es de nuestro interés
dejar sentado que en el marco del del actual patrón de desarrollo capitalista debemos
necesariamente tener que remitirnos a lo fundamental: la relación capital-trabajo
(Balazote;2008). Es en el transcurso de esta relación y en las nuevas formas que la
misma adquiere donde podemos ver las rupturas y continuidades que toma forma,
teniendo en cuenta, fundamentalmente que los pasajes entre modelo se dan dentro de
estas mismas relaciones ya que estructuran el campo de la acumulación capitalista a
escala ampliada.
Tomamos especial atención de esta relación ya que siempre y de manera constante
nos encontramos ante una voracidad de tipo estructural del capital en tanto que, como
modelo hegemónico, imprime en el conjunto de la sociedad su voluntad de mando así
como sus necesidades de valorización co nstante y en cuanto debe satisfacer la
mantención y/o elevación de la tasa de ganancia lo que impacta de forma directa o
indirecta en el total de las estructuras productivas y reproductivas presentes en la
sociedad.
En este marco general, el modelo que se impone a partir de mediados del 2002 expresa
las continuidades estructurales del actual modelo capitalista, a la vez que produce una
importante recuperación de la tasa de ganancia a nivel empresarial. Esta recuperación
de la tasa de ganancia a partir de la salida de la crisis dio lugar a una fuerte
acumulación y concentración de capital lo que impactará en el modelo de desarrollo y
en los límites y posibilidades que se darán en la aplicación de políticas públicas (Katz:
2004).
En este marco general, la economía ha crecido fuertemente en todas las áreas y
regiones el País y se ha registrado un fuerte incremento en la producción a través de
una creciente reactivación del mercado interno ayudada por una capacidad productiva
que se encontraba ociosa y que se pudo poner operativa como consecuencia de la
aplicación de políticas activas por parte del Estado pero que falta direccionar en procura
de una industrialización con mayor valor agregado según la opinión de economistas
desarrollistas como los nucleados en el plan fénix de la Facultad de Ciencias
económicas de la Universidad de Buenos Aires (Ferrer;2005 ; Rapoport,:2006).
A pesar de las mejoras en los indicadores tanto micro como macroeconómicos, en los
últimos años se ha comenzado a mostrar las consecuencias de un esquema de
capitalismo dependiente lo que se manifiesta sobre todo en la amplitud de la
desigualdad social. Esto no es sorprendente dado el crecimiento acelerado de la
economía en la actual etapa del capitalismo requiere de la fuerza de trabajo para
reproducirse y el aumento del empleo no es más que la condición necesaria del
desarrollo del capital en las etapas de reproducción exitosa El crecimiento actual
comporta un tipo de crecimiento rico en precariedad laboral. En efecto, en los primeros
años del gobierno kirchnerista se observó un crecimiento del empleo total
marcadamente alto en relación al crecimiento de la economía. En 2005 por cada 1% de
crecimiento del PBI el empleo aumentaba un 0,97%. Sin embargo, la tendencia es a
una caída en la relación entre el aumento del empleo y el aumento de la producción (la
llamada “elasticidad empleo-producto”). En 2008 esa relación se había reducido a
0,62% de aumento en el empleo por cada 1% de aumento en el producto. En los
noventa, en su etapa próspera, esa relación fue de 0,52% a 1%, no muy diferente a la
actual” (Féliz y Pérez, 2007: 343).
El actual modelo económico abarca de manera estructural un fuerte sector informal o
precario del trabajo que de esa forma es sostenido en los momentos de mayor
expansión económica y dejado de lado cuando hay una contracción de la economía.
Por otra parte y teniendo en cuenta la actual política pública de regularización del
desempleo, esta tendencia estructural del capitalismo se ve enfrentada a la política
oficial. En ese sentido Portes y Schauffler (1993), integra n dentro del sector informal a
los asalariados que no se encuentran insertos en relaciones laborales protegidas, más
allá del tamaño o escala de los establecimientos donde se encuentran ocupados,
resaltando como aspecto determinante la ausencia de protección. Ergo, discuten con la
visión tradicional del sector informal como marginal para el capital, destacando la
articulación y complementariedad entre los sectores “formal” e “informal” de la
economía,
Los sectores asalariados agrarios forman parte de un circuito informal de trabajo en el
que tanto los pequeños y medianos productores agrícolas se ven subsumidos de
manera indirecta al circuito de valorización del capital. Estos sectores pueden tener una
relativa independencia del capital al no intervenir éste directamente en el proceso
productivo pero, como sì lo hace en el proceso de circulación, subsume a estos grupos
de manera indirecta al proceso de valorización del capital (Gordillo; 1998: Hocsman;
2002: Balazote; 2005; Trinchero;2003).
El relativo giro del Estado en los últimos años, específicamente a partir del año 2003,
tuvo un fuerte impacto en las políticas públicas destinadas a la llamada “cuestión
social”. Esta nueva situación ha dado lugar a diferentes i nstancias de apoyo que
atendieran, entre otras cosas, a la problemática del desempleo. Esta búsqueda de
instancias integradoras se encuentran orientadas a generar alternativas laborales
viables en diferentes zonas y contextos productivos donde la situación del desempleo
era y es particularmente sensible.
La provincia de Córdoba constituye en ese sentido un territorio político de especiales
características. El distanciamiento político entre la administración Provincial y Nacional
influye en la dinámica de las diversas prestaciones sociales que se en ensayan desde
los ministerios públicos nacionales. Por otra parte, la precaria gestión de políticas
públicas provinciales que atiendan a programas de inclusión productiva para sectores
sociales que necesitan de las mismas,, genera no solamente falta de articulación entre
organismos y/o programas sino también entre agencias que responden a di versos
intereses y orientaciones políticas.
Dentro de este marco problemático, la zona del noroeste de la Provincia y
particularmente el Departamento Cruz del Eje es asiento de diversas agencias
nacionales que intentan interactuar en un territorio complejo políticamente y de difíciles
características ambientales y productivas.
Transformaciones en la Provincia de Córdoba
En la Provincia de Córdoba la salida del modelo neoliberal de convertibilidad también se
constituyó en un factor de crecimiento económico y permitió un aumento del producto
geográfico bruto tanto en la agricultura y ganadería (pasó del 9,8% del año 2000 al
18,86 del año 2005) como en la industria manufacturera que se elevó del 14,9% al
21,7% en el mismo período, lo que implicó un acompañamiento de la Provincia al
crecimiento de la economía a nivel nacional que pasó a crecer interanualmente a una
tasa promedio del 8%.
El crecimiento en la Provincia se asienta en la industria automotriz y metalmecánica
como en los sistemas agroalimentarios vi nculados a la exportación de materia prima
cuya característica central es su bajo nivel agregado.
El interior de la Provincia de Córdoba tiene diversas realidades y sistemas productivos
con una importancia creciente del cultivo de oleaginosas (departamentos del centro,
sur y este provincial) y el crecimiento de las actividades vinculadas a la construcción y
al turismo (en la zona de las sierras del oeste provincial).
En la Provincia y en la Ciudad de Córdoba, la reactivación de la industria automotriz, la
construcción, el comercio, el turismo y los servicios a partir de mediados del 2002
contribuyeron a una baja sustantiva en los indicadores de desempleo pobreza e
indigencia. A ello se vincula también la renta agropecuaria generada por las subas de
precios internacionales de cereales y oleaginosas que fue volcada en la construcción de
viviendas urbanas y a la mayor demanda de maquinarias y herramientas agrícolas. En
consecuencia, el proceso de crecimiento alentó el empleo urbano, y ello se pudo
observar en las distintas mediciones sobre desempleo en el Gran Córdoba y en el Gran
Río Cuarto que informa la Encuesta Permanente de Hogares, y en el Gran Villa María y
San Francisco (Buso;2007)
En este marco, la participación de la industria manufacturera pasó de alrededor del 18%
en los años noventa al 25% en el período 2003-2005. La producción primaria también
ganó participación partir de la devaluación del año 2002, y mantuvo tasas de ganancia
elevadas durante todo el período post-devaluación dado el crecimiento de los precios
internacionales, por los subsidios recibidos y por las bajas tasas de interés real. A
diferencia del crecimiento económico del período 1991-1994 de los primeros años del
modelo neoliberal de convertibilidad, el período que comienza en el a ño 2002 se
caracteriza por una mayor participación relativa del sector industrial en el Producto
geográfico bruto de Argentina, aspecto que en conjunto con otros factores (cambio
tecnológico ahorrador de fuerza de trabajo en el campo, concentración en la propiedad
de la tierra, etc.) favorecen la concentración de la población en áreas urbanas (Busso;
Ibíd.).
En este contexto, la producción campesina comienza a especializarse en mecanismos
de una economía mercantilizada y de producción de bienes para intercambiar en el
mercado. Específicamente, la población del noroeste de córdoba se encuentra
fuertemente demandada por el sector turístico sobre todo en la zona del valle de
Punilla, donde existe un importante polo de desarrollo turístico y que se torna en
demandante permanente de trabajo. Aunque estos trabajos sean fundamentalmente
estacionales y de baja calificación coadyuvaron a la mercantilización acelerada de la
economía campesina presente en el noroeste de la provincia ya que se constituyeron
en el principal reservorio de mano de obra que demanda dicha actividad.
Estos procesos se fueron fortificando hacia la mitad del siglo pasado con el desarrollo
del proceso productivo de sustitución de importaciones y fuerte crecimiento industrial lo
que permitió un proceso de migración definitiva hacia las áreas urbanas, sobre todo en
la zona del gran Córdoba, lugar de asentamiento de las grandes industrias
automotrices. O sea que el margen de las distintas tendencias la pérdida de población
se ha mantenido constante a lo largo del S XX y en los primeros años del presente.
En la segunda mitad del siglo pasado se combinan factores económicos y sociales que
dan por resultado una mayor importancia a la movilidad territorial.
El fenómeno citado da por resultado un fuete proceso de desruralización motivado en
los cambios en el proceso productivo que se tornan cada vez más intensivos y de una
fuerte concentración de la propiedad de la tierra 1.
Un caso a destacar en el proceso de movilidad territorial que se da actualmente en
Córdoba y que corrobora la tendencia hacia la migración rural urbana se da en el
crecimiento del departamento de Colón, quien dispone del más alto crecimiento
intercensal (2001/2008) triplicando a otras localidades y triplicando su población y que
puede considerarse como un área extendida del gran Córdoba. Este departamento
revierte la tendencia negativa que se produjo en la década del 90 y que ilustra de
manera palmaria como el cambio de las políticas económicas dinamizaron una
estructura regional que en al década del 1990 dio por resultado la inactividad productiva
en esa regiones con una importante secuela de remates de tierras y la quiebra de
cientos de pequeños y medianos productores rurales.
Esta tendencia hacia la aceleración del ritmo de urbanización alimenta el proceso
migratorio del campo a la ciudad y ha sido concomitante con la creciente primacía
urbana de la ciudad Capital y sus zonas de influencia teniendo como resultado que en
el actual periodo la población de la ciudad de Córdoba representa el 41% del total
provincial.
La salida de la convertibilidad y el sostenimiento de un tipo de cambio competitivo por
parte de la actual administración Nacional cambiaron radicalmente los procesos
productivos en el panorama provincial.
En el período post-convertibiliad, la Provincia de Córdoba y la región central han
mejorado sustancialmente su situación socioeconómica, dado que tienen importante
1
Es importante destacar en este aspecto que la actual frontera agropecuaria se ha corrido a estas zonas de la
Provincia buscando tierras aptas para procesos ganaderos y agrícolas. En este sentido el último año fue testigo de
un fuerte lobby de la Mesa de Enlace agropecuaria que presionó y logró un importante cambio en la Ley de
ordenamiento territorial en beneficio de esos sectores y en desmedro del cuidado de bosques nativos que se
encuentran amenazados como consecuencia de esa expansión.
presencia de cadenas productivas de exportación (principalmente del subsistema
oleaginoso) y sectores vinculados a la manufactura de producción de insumos para el
agro y de sustitución de importaciones.
A partir de 2003, la provincia se ha industrializado y también cobró importancia e l
sector de agricultura y de ganadería.
Estos factores influyeron en el crecimiento poblacional en centros urbanos medianos
como Río Cuarto, Villa María, San Francisco que adquirieron población iter e intra
provincial y que también crecieron por encima de la media provincial sumando a la
tendencia de la migración hacia centros urbanos grandes o medianos.
En el actual mapa productivo de la Provincia reconocen a los sectores de actividad más
importantes y se encuentran conformados por la Agricultura, la ganadería y la industria
que representan en conjunto el 40% del Producto Geográfico Bruto.
Siguiendo en orden a estos rubros se ubican la construcción y los servicios y que son
sectores que dinamizan las demandas laborales en zonas urbanas y también en
algunas ciudades medianas que se benefician con el incremento de la inversión en el
mercado inmobiliario
Por otra parte la concentración de la propiedad agrícola ganadera y los cambios en las
formas de organización productiva en el sector rural, vía una crecie nte utilización de
maquinaria agrícola permiten decir que no se vislumbra por el momento una tendencia
a la reversión del proceso de migración rural urbana. Por lo cual, las políticas de
desarrollo regional y local son la única posibilidad de revertir estas situaciones creando
posibilidades de empleo en las localidades.
2
En distintas localidades de la Provincia Los CiC (Centros de Integración Comunitaria) construidos por cooperativas
a través de un programa específico del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación terminaron siendo estructuras
edilicias vacías en las que no se desarrollan las actividades planificadas por el programa. El caso de la localidad de
La cumbre es particularmente ilustrativo ya que los miembros del centro de referencia del Ministerio Nacional a nivel
local fueron expulsados del mismo por parte del Intendente local. En la Provincia de Córdoba se construyeron 59
Centros de Integración Comunitarios (CIC. En el Departamento de Punilla, cinco , dos en funcionamiento ,La Cumbre
y Cosquin, y tres en construcción. En el Departamento Cruz del Eje se cons truyeron siete Cic. )
El Estado Nacional tomó de esta manera la decisión política de no intervenir en las
estructuras políticas locales y canalizó una enorme masa de recursos a la provincia
primero y a las municipalidades después.
Esta contradicción entre las políticas públicas nacionales predispusieron a ciertos
líderes locales a alineamientos políticos con el objetivo de sacar rédito de la situación
ya que de esa manera y en algunos casos conseguían un importante flujo de recursos
para sus localidades.
El problema en la implementación de las políticas consignadas consistió en una forma
de administrar la política social en el territorio desde los municipios pero cuyos
recursos eran enviados por la Nación. En estos últimos años, diversos Ministerios
nacionales implementaron numerosos programas que fueron canalizados bajo esta
modalidad.
Uno de los más importantes fue el programa CIC que incluía la creación de
cooperativas de trabajo para la construcción de los llamados Centros de Integración
ComunitarioS y la posterior reconversión de esas cooperativas en contratistas de los
municipios. En algunas comunas esta intención quedó a medio camino y las
cooperativas creadas en forma clientelar por el poder ejecutivo municipal terminaron
con poca actividad y demasiada dependencia política. En otras ocasiones, algunos CIC
terminaron con poca o nula actividad ya que la intromisión de los poderes locales
impidió la formación de las llamadas “mesas de gestión”. Esas mesas debían ser
integradas por las “fuerzas activas” de cada localidad y era esa mesa la que debía
establecer la política de cada CIC.
El esquena de esta forma de intervenir el territorio privó al estado Nación de poder
hacer un cambio cualitativo que distinguiera su accionar del accionar político y clientelar
en el que se basó la política territorial desarrollada por el Estado neoliberal Así y todo,
la presencia directa de diversas agencias el Estado Nacional logró establecer dinámicas
locales propias y/o regionales destinando recursos y acciones a los directos
beneficiarios sin la mediación provincial y municipal.
Las agencias estatales referidas y que tienen actuación en el Departamento Cruz del
Eje y en el departamento contiguo de Punilla y que desarrollan una intensa actividad
extensionista son las siguientes: El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación tiene
equipos territoriales trabajando en, corredor ruta 9 norte, 6 técnicos, ruta 60, 6
técnicos, ruta 38 6 técnicos;
INTI; delegación cruz del eje , sede en la ciudad de cruz del eje, 5 técnicos.
INTI delegación Capilla del Monte; 5 técnicos
INTA; delegación cruz del eje, sede en la ciudad de cruz del eje, 10 técnicos.
Subsecretaria Agricultura Familiar; sede Córdoba capital, 6 técnicos territoriales zona
noroeste.
Banco popular de la buena fe, CONAMI (Comisión Nacional de Microcrédito), SENAF,
Mono tributo Social (Registro Nacional de Efectores), Pro -Huerta INTA, AUH,
Pensiones, Médicos Comunitarios, Conectar- Igualdad, radios comunitarias (AFSCA,
CNC), etc.
Desde otra perspectiva, la zona es asiento del Movimiento Campesino de Córdoba el
que en ocasiones y en algunos territorios tiene contacto con alguna de esas agencias
estatales y con la mesa de agricultura familiar.
De esta manera, actúan en el territorio, muy diversas agencias estatales y existen muy
pocas agencias dependientes de la provincia. Esta situación anómala genera escasas
posibilidades de desarrollo local articulado y crea numerosos interrogantes acerca de la
posibilidad de llegar de manera efectiva a los distintos actores destinatarios.
El problema que tratamos en este trabajo es relevante a tal efecto ya que trata de dar
cuenta de algunas formas de inserción de la mano de obra local en actividades
productivas, favoreciendo las iniciativas locales y la equidad de género en la creación
de políticas activas.
En este sentido, rescatamos las diversas experiencias productivas que tomaron como
marco la autogestión puesto a que, a nuestro modo de ver, brindaron nuevas
posibilidades para el desarrollo de las comunidades domésticas en la región.
Una experiencia de intervención pública en la zona
La zona del noroeste de Córdoba se sitúa en la región extra pampeana y se caracterizó
históricamente por el predominio de una economía campesina; sin embargo, en la
década de los 90 se convirtió en escenario de la expansión de empresas agropecuarias
capitalistas y de concentración creciente de la propiedad de la tierra. El departamento
de Cruz del Eje fue atravesado por el avance de la frontera agropecuaria e impactó
diferencialmente sobre el sector campesino. Según comparaciones de los CNA 88 y
CNA 02, las explotaciones de 10-25 hectáreas sufrieron una disminución del 51 %,
frente a la concentración en la superficie del 84% entre las 5000 a 10000 hectáreas
(Hocsman y Preda. 2005). Este proceso de concentración en la superficie de mayor
escala y disminución de las de menor escala, impactó en la dinámica interna de las
pequeñas explotaciones: en cuanto a persistencia; aumento de la diferenciación social;
conflictividad; y procesos migratorios y de desplazamiento. La mayor diferencia se ve
en la lógica sobre los manejos de los recursos naturales, que en su co njunto, son los
que definen las condiciones estructurales de existencia.
Gran parte del noroeste de la provincia de Córdoba está constituido por
actores sociales que a pesar de su diversidad, pueden categorizarse como Unidades
Domésticas Campesinas3 por contar con una especificidad propia en su forma de
producción y reproducción con respecto a otros actores que constituyen la estructura
agraria de la región. Dichas unidades campesinas ocupan un lugar particular en la
dinámica global del capitalismo, como parte constitutiva de un complejo proceso
histórico de articulación y subordinación al mismo. Estos pequeños productores realizan
una actividad económica basada en sistemas de producción agropecuaria de
subsistencia como: siembra de maíz, algodón, avena, alfalfa, sandía y melón; la venta
de cabritos y crías gallinas para consumo familiar. Según la metodología utilizada por el
Instituto Nacional De Tecnología Agropecuaria (Zona Agroecológica XI, subzona XI-D)
esta región se caracteriza por la producción de ganadera extensiva; caracterizada por
un clima regional que pasa del semi-arido al árido (Salinas Grandes) y las medias
pluviométricas no superan los 600 mm anuales. Solo el 1% de la superficie se
considera apta para la actividad agrícola; la ganadería ocupa un 85%, mientras que las
áreas sin uso agropecuario llegan al 14% al colindar con las salinas 4.
3
Según señalan Radovich, J. C. y Balazote, A. (1991) las unidades domésticas se caracterizan a partir de ciertos
elementos básicos, dados por: a) el trabajo familiar como componente decisivo en el proceso productivo. b) son al
mismo tiempo unidades de producción y consumo. c) poseen dificultades estructurales para la acumulación de
capital. d) los componentes más importantes del ingreso total, deriva de la producción agropecuaria e) cuentan con la
posesión de los medios de producción y el control formal del proceso productivo.
4
Según el CNA 2002: el departamento comprendía 2414 productores con una superficie pro medio de 436 ha. Sobre
una superficie total imp lantada de 80 mil hectáreas, había 8 mil con cereales de 1a ocupación y 6 mil ha con
oleaginosas de 1a, mientras que las pasturas implantadas ocupaban 66 mil ha. El campo natural ocupaba un millón de
En esta zona, la capricultura ha sido durante siglos la actividad económica típica de los
pequeños productores. Estudios recientes describen las características principales de
sus sistemas productivos (Silvetti y Soto, 1993, 1994); analizan sus estrategias
productivas (Cáceres, 1995; Silvetti, 1997; Silvetti y Cáceres, 1998), las particularidades
de su conducta con relación a los cambios tecnológicos (Cáceres y Woodhouse, 1998,
Cáceres, 2000) y las principales características de la articulación de estos sistemas
productivos con los mercados (Ferrer, et al., 1998). Inclusive, un reciente trabajo de
este mismo equipo de investigadores: Crisis y reactivación de la capricultura en el
noroeste de Córdoba (Cáceres, Silvetti, Soto, Ferrer, 2002) hipotetiza acerca de la
aparición de un nuevo actor social del sector, puntualmente en el departamento de
Ischilín. 5
Básicamente, en nuestra provincia las cabras han sido durante siglos el
principal sustento de los pequeños productores y más recientemente, se han
transformado en el rubro productivo que genera el principal ingreso monetario. La
capricultura estuvo en expansión hasta finales del siglo XIX, alcanzando un volumen de
810.813 cabezas según el CNA de 1908. A partir de ese momento la actividad declinó,
y según la última información censal de 1988, existían en la provincia de Córdoba sólo
166.804. Es decir, solo el 20% de los animales presentes a principios del siglo XX
(Ferrer, 1999).
La disminución del número de rodeos obedece a varias razones, entre las más
importantes está el avance de la frontera agropecuaria con su anexo del deterioro
ambiental de la zona y la consiguiente emigración de la población joven hacia los
centros urbanos. Sin embargo, a pesar de la crisis que las cifras censales arrojan, en la
actualidad existe un renovado interés por la producción caprina en la región.
Según los autores mencionados, esta reactivación se debe a:
ha. En cuanto a la población ganadera había 175.967 cabezas de bovinos y 79.540 caprinos. Ovinos y porcinos eran
8.943 y 6.619 respectivamente. (PTR 2009-2011 – INTA Centro Regional Córdoba 88)
5
Los “nuevos capricultores”, se diferenciarían de los “tradicionales” fundamentalmente en su concepción del
proceso productivo, ya que su conducta está motivada por estrategias y actitudes mas bien empresariales (entre otras
características como el nivel más elevado de educación formal y su condición de inmigrantes de otros lugares del
país). Silvetti,F.; Ferrer,G; Cacéres,D; Soto,G., Op. Cit., pp.13-14
1. Una mejora objetiva de los valores de rentabilidad de la actividad con
relación a otras actividades productivas que se realizaban en la zona (
ganadería, siembra de maíz)
2. Una reactivización de la demanda de productos de origen caprino ( a raíz de
la proliferación de nuevos hipermercados que requieren dichos productos)
3. “La promoción de la capricultura por parte de los organismos técnicos
(Facultad de Ciencias Agropecuarias, Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria), de servicio
(ONG), y gubernamentales (municipalidades) que actúan en la región” (Cáceres, Ferrer,
Silvetti y Soto, Ibíd.: 5).
En este trabajo tenemos la intención de presentar el caso de la cuenca láctea de leche
caprina desarrollada en una comuna del Departamento de Cruz del Eje.
Tomaremos como arista fundamental para el análisis esta última característica que los
autores mencionan como causante de la reactivación caprina en la región, a saber: la
intervención del Estado, ya sea a través de la Universidad Nacional y sus técnicos o de
sus Agencias específicas en vinculación con las ONG y las organizaciones o
movimientos sociales.
El “Proyecto de Leche Caprina” (PROLECAP) impulsado por la Cooperativa de
Capricultores de Punilla (CoopCap) asociada a la Unidad de Experimentación y
Extensión Cruz del Eje del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) tiene
sus inicios en el año 1999 6 . La misma se formó con diez productores con un perfil de
tipo empresarial y pluriactivo (denominados “nuevos capricultores” por Cáceres et al
2002).
6
El único trabajo al que hemos tenido acceso que hace referencia a este proyecto de leche caprina es el Guillermo
Ferrer (2002-2007). En él no basamos para este análisis introductorio. Así como en entrevistas en profundidad,
realizadas a un técnico del proyecto (INTI Capilla del Monte) y a miembros del Movimiento Campesino de Córdoba.
Ver: Biagetti, D. R: Ensayo de aproximación a la Sociedad Hombre-Cabra, Coordinador del Sub Programa
Cadenas de Valor de la Coord inación de Tecnologías para la Base Social del Instituto Nacional de Tecnología
Industrial. Representante por INTI en la Un idad Ejecutora Provincial de Córdoba de la Ley Ovina y la Ley Caprina,
Córdoba; Ferrer, G.: Análisis de dos Metodologías de intervención para la Innovación Tecnológica de Sistemas
Campesinos Capricultores en el Noroeste de Córdoba , V Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y
Agroindustriales. Buenos Aires. 7, 8 y 9 de Noviemb re de 2007.
En el año 2000 La CoopCap acuerda con la empresa agroindustrial “Lácteos
Artesanales S. A.” localizada en la Provincia de San Juan, la instalación de una planta
secadora de leche caprina para elaborar leche en polvo con destino al mercado
externo. La planta dispondría de una capacidad para procesar 8.000 litros por día (La
Voz del Campo 2/03/2001).
La generación de esta cuenca caprina fue asumida tanto por el INTA en Cruz del Eje
como por la CoopCap, constituyendo el objetivo que origina el PROLECAP que, como
plantea Ferrer, desde sus comienzos implicó necesariamente “generar una
reconversión productiva de los sistemas en la comunidades domésticas y un cambio
profundo de sus prácticas tecnológicas y culturales” (Ferrer, 2007:2)
El primer desafío operativo que debió enfrentar el proyecto fue el de recolectar, enfriar y
transportar un gran volumen de leche en una región que cuenta con caminos de tierra
en malas condiciones y que carece de electrificación para mantener la cadena de frío
indispensable para la adecuada calidad del producto. Intentando resolver este punto, la
empresa Lácteos Artesanales accedió a proveer un tanque enfriador cuya instalación se
realizó en la comuna de Santo Domingo, situada a tres kilómetros de Guanaco Muerto y
a 47 kilómetros al norte de la Ciudad de Cruz del Eje. Este lugar se encontraba en un
área de gran densidad de caprinos y disponía además de la energía eléctrica necesaria
para el funcionamiento del tanque enfriador.
Para desarrollar las tareas asumidas en el proyecto, el INTA y la CoopC ap buscaron
establecer acuerdos de colaboración con otros actores y la oficina del INTA Cruz del
Eje se constituyó en el espacio de discusión y articulación entre los técnicos de la
CoopCap y los técnicos de otros programas estatales que ya venían trabajando en la
región.
Con fecha del 27 de Febrero del 2001 se iniciaron las tareas de recolección de leche
caprina. La leche que se receptaba en el tanque refrigerador de Santo Domingo se
recolectaba haciendo dos recorridos o itinerarios que reunían el producto de 86 familias
capricultoras (Ibíd.: 3). El INTA realizó una evaluación positiva sobre esta primera
experiencia. Sin embargo, el sistema adolecía de algunas debilidades (como la
utilización solamente de la leche residual) por lo que surgió desde el INTA la necesidad
de generar un plan de capacitación para promover las innovaciones tecnológicas que
posibilitaran ampliar los volúmenes de leche caprina y también mejorar su calidad 7.
A partir de diciembre de 2001 y durante todo el año 2002, la crisis desatada en el país
obligó a frenar la actividad de la cuenca. Daniel Biagetti, docente y técnico a cargo
actualmente del proyecto (INTI, Capilla del Monte) nos cuenta que durante el período
no se hicieron ventas a la fábrica cuyana, pero los técnicos del Programa Social
Agropecuario ( PSA) continuaron dando el apoyo a las familias campesinas del lugar,
‘sostuvieron la crisis”, según su expresión. Con créditos, bancos de forraje, la
distribución de miel, etcétera.
Biagetti nos informa que, en el año 2005, mejoró la situación y que se piensa en volver
a reactivar la recolección en la cuenca. Primero se formó una sociedad de hecho que
intentó recuperar lo que se había realizado hasta el momento 8 y, si bien anteriormente
se había probado la aplicación de tarima para el ordeñe y otros cambios en la forma
tradicional de recolectar la leche que tenían los agricultores, eso no funcionó. Por ello,
después de la crisis se minimizó la intervención técnica y tecnológica programada en el
sentido clásico y se recuperó la aplicación de métodos tradicionales campesinos 9.
Según Biagetti, en la actualidad, los mayores problemas que enfrenta el proyecto están
relacionados a la falta de tecnología para acopiar y trasladar la leche (altas
temperaturas del lugar, caminos de tierra, guadales cuando llueve).
Desde la mirada analítica de Guillermo Ferrer, el problema de este proyecto en su
primera etapa, estaba en la matriz técnicista y funcionalista de los técnicos a cargo de
la capacitación que insistían con una rutina de ordeñe “ideal” sin tener en cuenta la
7
Las capacitaciones estuvieran a cargo de un médico veterinario perteneciente a la CoopCap, quien propuso a los
pequeños productores en una reunión realizada en Santo Domingo, realizar cambios en su manera de manejar las
cabras, a saber: “I) Aplicar un plan sanitario, básicamente desparasitar, II) Suplementar con granos a las cabras
lecheras, III) Cambiar la raza criolla del hato por una con especialización en leche, y IV) La principal y en la que se
puso mayor énfasis, ordeñar con mayor higiene para lo cual era necesario construir una tarima de ordeñe” ( Ferrer,
ibíd.: 4)
8
La “mesa chica” que organiza esta reactivación está formada por: Julio Ruiz y Héctor Fan (de Alimentaria Caprina,
la empresa que procesa la leche en Villa Allende con marca co mercial “La Primera” que es la que sale a la venta),
Miguel Pech iza ( PSA, Cru z del Eje, dedicado a la miel), Daniel Viagetti ( INTI Cap illa del Monte) y Buschini (
INTA, Cruz del Eje)
9
El ordeñe tradicional se realiza en el mismo corral donde duerme la majada, dos veces por día, sin ningún tipo de
instalación específica. Los miemb ros de la familia atrapan la cabra y la ordeñan utilizando recipientes pequeños para
recolectar la leche.
mirada de los productores locales. (Ibíd.: 5). En la misma dirección, iba la crítica de otro
actor central en el territorio: la Asociación Productores Del Noroeste de Córdoba
(APENOC) dentro del Movimiento Campesino de Córdoba10, quienes problematizaron
desde un primer momento la metodología de la cooperativa PROLECAP (ahora
ACROPO) “por no tener en cuenta en la negociación el diálogo con los campesinos al
tiempo que consideraban muy bajo el rédito que les dejaba este emprendimiento”
(ídem).
A partir de nuestra perspectiva y por el acercamiento inicial a la región, la
contraposición entre técnicos y representantes de los campesinos, o estrategia
funcionalista–conductista (Agencias del Estado) versus estrategia constructivista
(Movimiento Campesino), tal como lo plantea Ferrer (2007); no arroja luz sobre el real
impacto de las políticas públicas en el territorio, si lo pensamos en términos de
Hegemonía Material. A nuestro modo ver, la cuenca implica organización social y
acuerdo territorial, en alguna medida, entre todos los actores involucrados pero no
necesariamente recupera una trama social -tal las alusiones del técnico del INTI- en un
territorio donde la comunidades domésticas han sido desmanteladas de sus medios
históricos de subsistencia (agua, tierras sin alambrado, etc.) y trabajan a diario por re-
acomodarse en este contexto.
Actualmente, y según informa el INTI en su página oficial, aproximadamente 220
familias participan comercializando la leche que recolectan. La cuenca abarca el
cuadrante territorial que tiene por vértice a la comuna de Santo Domingo y llega hasta
el límite de las Salinas Grandes, zona donde se concentra la mayor densidad de
población campesina precarizada y marginada de los mecanismos de participación
formal ya que no están dentro de ninguna comuna por lo tanto no acceden al voto ni a
otros beneficios sociales. Biagetti nos informó que muchos de ellos participan en
10
Se trata de una asociación mixta integrada por productores y técnicos constituida en el año 1999. Los objetivos que
plantea APENOC son: “I) defender nuestros derechos: tierra, trabajo, salud, educación y justicia, II) organizarnos
para mejorar nuestra vida y de toda la zona, III) producir más y mejor para el bien de todos, IV) ser solidarios,
darnos apoyo y luchar en la organización y v) cambiar las injusticias, formar un país distinto” (APENOC s.f.) en
Ferrer, Op. Cit., pp.6-7. Para profundizar sobre esta organización campesina ver: Romano, M. (2011) Conflictos
Territoriales, Derechos a la Tierra y Poder Judicial en el Norte de Córdoba , Tesis Doctoral (Inédita), CEA-UNC,
Córdoba.
APENOC y en otras organizaciones campesinas que trabajan en las comunas y parajes
cercanos.
Muchos son los interrogantes que se abren frente a los estudios de esta realidad social
y los conflictos que se desarrollan en relación a la diversidad de intereses: ¿Es
realmente esta cuenca, una fórmula de “desarrollo” con nuevo paradigma que se puede
replicar en otras “zonas marginales”, como plantea el INTI?, ¿Son comunidades que se
autoabastecen y con esta “ayuda” logran satisfacer sus necesidades inmediatas?
¿Cómo resuelven las familias campesinas el problema de la migración de su población
joven, en el marco de proyectos que no los incluyen?
Frente a este cuadro, el papel del Movimiento Campesino es central en el territorio pues
utiliza mecanismos de participación social, horizontal y conjunta con las familias
campesinas en defensa de sus intereses. Sin embargo, y retomando la idea de que
estos movimientos no son “autónomos” de forma total, es dable preguntarse acerca de
las relaciones que dichas organizaciones campesinas establecen tanto con el Estado
nacional, provincial o local para comprender la profundización y/o el grado de incidencia
real de alternativas para la producción y reproducción de las familias campesinas.
Reflexiones Finales
En este trabajo nos propusimos problematizar y reflexionar acerca de los problemas
alos que se enfrenta la aplicación de politicas públicas en un territorio complejo y la
aplicación de modelos agrarios basados en el desarrollismo y la neo-revolución verde,
transpolada desde hace décadas al territorio latinoamericano y, específicamente al
argentino, sobre regiones que históricamente no eran explotadas con fines
acumulativos. Estas regiones, caracterizadas por su escasa aptitud agrícola, orientadas
a la ganadería extensiva con predominancia de pequeños productores poseedores de
tierra, no escaparon al fenómeno de la expansión agropecuaria que atrajo no solo la
instalación de paquetes tecnológicos, sino también concentración de la superficie en
pocas manos, uso degradante de los suelos, disminución de explotaciones menores,
expropiación de pequeños productores de sus tierras y migración de población,
fundamentalmente, joven.
La aplicación de la lógica desarrollista se ve nítidamente, en el impacto socio-
económico que se produjo sobretodo en los noventa, en las economías regionales. Lo
que llevó a la implantación de numerosos programas estatales impulsados desde la
Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación, como el
Proyecto de Desarrollo Rural de las provincias del Noreste argentino (PRODERNEA),
Proyecto de Desarrollo de Rural de las provincias del Noroeste argentino
(PRODERNOA), Programa Social Agropecuario (PSA), Proyecto de Desarrollo de
Pequeños Productores Agropecuarios (PROINDER); así como programas más
particularizados como Pro Huerta, Cambio Rural, entre otros, muchas veces
insuficientes o escasos en recursos. Lo que notamos en el análisis presente, es que
muchos trabajos y estudios del agro sostienen aún, hoy en día, dicha perspectiva
“tecnicista” o “desarrollista”, siendo escasas las miradas críticas.
Sin embargo, es notoria la proliferación de estudios que analizan desde una perspectiva
constructivista y teniendo en cuenta la real participación de los sectores populares, el
surgimiento, desarrollo y las prácticas de los nuevos movimientos sociales. Estos
análisis toman como objeto las medidas de protesta social, la emergencia de
organizaciones, asociaciones civiles y movimientos sociales que surgieron para frenar
la marginación social y la desarticulación de las comunidades domésticas ubicadas en
las zonas más castigadas del país luego de las medidas neoliberales.
Si bien, la apuesta a la cuenca caprina comenzó siendo una alternativa de fines de los
años noventa para mitigar el impacto de las medidas neoliberales, el intento de imponer
la mirada “técnica” o “ideal” ( ya sea para el ordeñe o la recolección de la leche) no
obtuvo los resultados esperados. Por esta razón, en la actualidad, se está intentando
retomar y reconsiderar con mayor fuerza, las ideas, prácticas y saberes tradicionales de
los históricos productores en la zona.
En este sentido, y buscando tener en cuenta la mirada e intereses de los pobladores
locales, emergen las organizaciones campesinas en Córdoba, como APENOC, otro de
nuestros parámetros de observación. La acción directa de esta organización comenzó
planteando la necesidad de incluir la visión de una lógica de participación más bien
comunitaria y horizontal en la toma de decisiones sobre el territorio, otorgándole un
papel más central y activo a las familias campesinas, independientemente de los
proyectos productivos de diseño público.
Bibliografía:
BARSKY, O.- GELMAN, J. ( 2009). Historia del Agro Argentino, Sudamericana, Bs. As.
MARX, Karl (1997). El Capital. Capítulo VI. Libro I (inédito). Resultados del Proceso
inmediato de producción. 14 a. edición. Siglo Veintiuno Editores. México.
Resumo
Situado no Norte do Estado do Rio de Janeiro (Brasil), o Assento Zumbi dos
Palmares representa uma tentativa de fixação de pessoas de origem urbana em
uma região rural. A aquisição das diversas competências que caracterizam o
trabalho agrícola torna-se, assim, um desafio para aqueles que experimentam essa
empreitada de adoção de um novo tipo de vida. Uma questão que se destaca nesse
contexto é que, mesmo não tendo uma experiência prévia relacionada à vida
camponesa, os moradores do Assentamento mostram-se resistentes à tentativa de
uso de técnicas agroecológicas, insistindo em práticas provenientes da Revolução
Verde. O uso de agrotóxicos, insumos químicos e sementes transgênicas emerge
então como algo pensado como “adequado”, ao passo que as tentativas, por parte
de cooperativas, de práticas “orgânicas” sofrem resistência. Neste estudo abordo as
técnicas de cultivo e os conflitos em torno das atividades da COOPERAR no ensino
de uso de técnicas sustentáveis e ecologicamente corretas.
Situated in the north of the State of Rio de Janeiro (Brazil), the Seat Zumbi dos
Palmares is an attempt to fix people from urban to a rural area. The acquisition of
various skills that characterize the agricultural labor becomes, therefore, a challenge
for those who experience this endeavor to adopt a new kind of life. One issue that
stands out in this context is that, despite not having previous experience related to
peasant life, the residents of the settlement show up resistant to attempted use of
agroecological techniques, insisting practices from the Green Revolution. The use of
pesticides, chemical inputs and genetically modified seeds then emerges as
something thought of as "adequate", while attempts by cooperatives, practice
"organic" suffer resistance. In this study aboard cultivation techniques and conflict
around the activities of COOPERATE in teaching techniques using sustainable and
environmentally friendly.
O Zumbi
2
acampamento. A ocupação é o momento no qual os indivíduos entram na fazenda
para iniciar a construção do acampamento, que é um meio de fazer pressão para
que o governo agilize o processo de reforma agrária.
Eu não vou me ater a descrever a ocupação que levou a criação do Zumbi,
porém gostaria de destacar como essa ação, a ocupação, é repleta de símbolos e
significados. Quem “quebra a corrente”, “abre o cadeado”, “abre a porteira” do lugar
onde será a ocupação é quem libera a passagem para que os outros possam entrar
na fazenda. É, normalmente, um participante que acompanhou todo o processo de
mobilização daquela ação, e que por isso é respeitado como alguém que sabe guiar
o grupo. É o sujeito que anos depois será lembrado como o primeiro companheiro
ou companheira (é assim que eles se tratam) que pisou na “terra conquistada”. É
sempre uma grande honra ser aquele que “abre a porteira”.
Depois de todos já dentro do destino há um momento onde a bandeira do
MST é aberta e os militantes que guiaram o trabalho de base, representantes de
entidades e grupos que apoiaram, tomam a palavra e fazem pequenas falas que, em
sua grande parte, exaltam aquela ação e mostram como o “trabalho” apenas está
começando. A bandeira do movimento é um símbolo que está presente em todas as
ações do MST, desde reuniões a grandes festas.
Uma característica que perpassa todos os núcleos e uma porção considerável
de lotes do Zumbi, é a existências de homens e mulheres que trabalharam na Usina
São João quando ela ainda era ativa e tinha suas terras produtivas. Isso quer dizer,
esses indivíduos eram trabalhadores rurais, e hoje como agricultores eles ocupam
uma outra posição em relação ao seu trabalho. Como empregados no campo eles
obedeciam ordens, e não precisavam morar no meio rural. A atual posição, de
agricultores, faz com que eles precisem saber administrar sua produção, seus
gastos com as lavouras e criações, suas técnicas de plantio.
A Usina praticava um tipo de agricultura proveniente da “Revolução Verde”,
em latifúndios, com monoculturas, com uso de agrotóxicos, e insumos químicos. Na
segunda metade do século XX esse tipo de agricultura, principalmente em grandes
propriedades era vista como a única solução para o aumento da produção,
diminuição das perdas. A “industrialização da agricultura” a partir do ano de 1965,
acompanhada da formação dos complexos agroindustriais se deu a partir de fortes
3
incentivos do governo, com fundos de financiamentos para determinadas atividades
e produtos, crédito para compra de insumos, máquinas e etc.
Depois que esse projeto (PAES) acabou, a Cooperar foi direcionada para
trabalhar como assessoria técnica do movimento.
O Mercado
6
A CPT e o MST são instituições que têm uma proximidade muito grande em
Campos dos Goytacazes, no Zumbi há assentados que fazem parte das duas
instituições. A aproximação da CPT com a agroecologia traz uma legitimação do
modelo, já que é uma instituição de confiança dos produtores, da qual eles fazem
parte.
A Senhora Denira é sogra da Danúbia, cada uma delas vive em um lote com
suas respectivas famílias. A primeira está desde o início no Zumbi, já a segunda
está a 11 anos morando em seu lote. A maior parte das lavouras de ambas as
famílias não são tratadas com agrotóxicos. Denira utiliza agrotóxicos nas plantações
de abacaxi e de cana-de-açúcar; Danúbia utiliza na plantação de abacaxi.
O abacaxi e a cana produzida por elas não são direcionadas para o consumo
das famílias. Os outros alimentos, como frutas e hortaliças, não recebem veneno e
deles apenas o excedente é levado para a feira.
“Se você for trabalhar com abacaxi para o mercado, ele tem que ter um
padrão que é aceito no mercado. Quem produz na base da agroecologia
não vai produzir um fruto de boa qualidade para o mercado, do padrão
para o mercado. É de boa qualidade de nutrição, mas é péssima qualidade
de padrão pro mercado, a aparência. Ai o produtor acha difícil, né?! Como
é que ele vai produzir se ele não vai ter como vender?” (João, agricultor).
7
financeiro é baixo. Esse torna-se seu argumento mais forte para não parar de utilizar
agrotóxicos na lavoura de abacaxi, que é sua produção em maior escala,
direcionada para a venda.
“O ser humano, infelizmente, gosta das coisas mais ‘fácil’. Ele vai lá,
coloca uma bombinha nas costas, mata os bichinhos, ou insetinhos que
vivem na natureza.” (João, agricultor)
8
permanência da utilização de agrotóxicos, contudo, foi possível perceber que há
uma reprodução, um apego a uma tradição. Essa tradição dos trabalhos
anteriormente exercidos pelos agricultores quando parte deles era empregado de
fazendas que utilizavam as técnicas provenientes da Revolução Verde.
Referências bibliográficas:
Resumen
Este trabajo procura describir e interpretar las estrategias de vida que afianzan la
persistencia de los minifundistas cañeros del Departamento Monteros, Provincia de
Tucumán, como actores relevantes del ámbito socioeconómico regional. A los fines
de este documento, se define como “minifundista cañero” al productor agrícola con
una superficie implantada con caña igual o menor a 10 ha y que destina como
mínimo un 75% de la superficie total de su finca a este cultivo.
La comparación de los datos del CNA 2002 con los del “Registro de Productores
Cañeros” implementado por el Gobierno de la Provincia en 2009 permite llegar a
algunas conclusiones preliminares, que demostrarían que en el Departamento
Monteros en dicho período se registró un incremento del número de productores
minifundistas, de la superficie plantada con caña del estrato y de la superficie
promedio del mismo. A partir del cotejo de estos datos, entendemos que resulta
relevante reinterpretar las estrategias de vida y reproducción del campesino cañero.
El análisis se realiza a partir de datos secundarios provenientes de las fuentes
señaladas y de otras investigaciones, complementado con técnicas cualitativas
(grupos focales y entrevistas en profundidad). Los resultados del trabajo demuestran
que existe una multiplicidad de estrategias que permiten la sobrevivencia del
minifundio cañero como espacio de reproducción familiar; de generación de
ingresos; de posicionamiento como colectivo social; y de soporte cultural (arraigo en
el medio rural y fortalecimiento de la identidad territorial de estas comunidades).
Desde la perspectiva de género, se analiza el cambio de actividades y la presencia
de las mujeres como sostenes de las condiciones que viabilizan la reproducción
familiar y la persistencia del minifundio cañero.
Palabras clave: campesinos - minifundio – caña de azúcar
1. Introducción
Superficie
Estratos Nº de
% Superficie % promedio
(en ha de caña) EAPs
(en ha de caña)
De 0,1 a 5 2.357 43,94 6.257,60 3,71 2,65
De 5,1 a 10 1.062 19,80 7.979,50 4,73 7,51
De 10,1 a 50 1.460 27,22 32.724,60 19,40 22,41
De 50,1 a 100 220 4,10 16.003,50 9,49 72,74
De 100,1 a 500 224 4,18 44.965,60 26,66 200,74
De 500,1 a 1000 19 0,35 11.883,00 7,05 625,42
Más de 1000 22 0,41 48.849,00 28,96 2.220,41
Fuente: Elaboración propia en base a datos del CNA 2002 (INDEC, 2003).
Los dos primeros estratos, que contienen al tipo de productores que son objeto de
análisis de este trabajo, suman un total de 3.419 EAPs, que representan un 63,7%
del total de las EAPs cañeras de la Provincia y que tienen una superficie promedio
de 4,2 ha. En conjunto, estas explotaciones sólo controlan un 8,4% del área cañera
de la Provincia. Aproximadamente un 75% de los minifundistas cañeros se
concentran en los Departamentos de Simoca, Leales y Monteros.
Si se tiene en cuenta que cada EAP está constituida por un grupo familiar promedio
de 4,6 personas, la cantidad de habitantes vinculados en forma directa a este
segmento social en la provincia, ascendería a casi 25.000 personas. Si se considera
además que la mayor parte de las mismas reside en las propias fincas o en
comunas rurales próximas a las áreas de producción, se puede tener una idea de la
2
relevancia social que adquiere este segmento para la economía y las políticas
sociales de la Provincia. La producción de caña de azúcar es una actividad
indisolublemente vinculada al desarrollo territorial y constituye un factor de tradición,
pertenencia y arraigo en el medio rural.
En el año 2009 el Gobierno de la Provincia, instituyó el “Registro de Productores
Cañeros” (RPC), con el fin de reglamentar el acceso de los cañicultores al régimen
de maquila, que contempla una serie de beneficios impositivos para las personas
que declaren ser productores primarios. El RPC se renueva anualmente y constituye
un requisito obligatorio para entregar la caña a los ingenios que procesan esa
materia prima bajo el régimen de maquila. Dado que hasta el momento no se han
difundido los datos oficiales del CNA 2008, la información captada por el RPC en
2009 (que para los estratos de pequeños y medianos productores tiene un alto grado
de confiabilidad), brindó la oportunidad de realizar una comparación con los datos
del CNA 2002. Mediante esta comparación se obtuvieron las siguientes conclusiones
preliminares: a) el número de productores minifundistas (hasta 10 ha de caña) del
Departamento Monteros, aumentó de 431 a 455 EAPs (6%); b) la superficie plantada
con caña del estrato se incrementó de 1.665 ha a 1.976 ha (19%); y c) la superficie
promedio del estrato plantada con caña se incrementó de 3,86 a 4,34 ha (12%).
Estos indicadores resultan aún más significativos si se toma en consideración el
estrato de productores de hasta 5 ha de caña. En este caso, se registra un aumento
del 26% en la superficie con caña (de 822 a 1.036 ha) y del 20% en la superficie
promedio de las explotaciones (de 2,61 a 3,13 ha).
Entendemos que, aún considerando las limitaciones que presenta la comparación de
dos fuentes que tienen diferentes metodologías de recolección de datos, estos
indicadores constituyen un hallazgo que en principio contradice las tendencias
dominantes en varias ramas de la agricultura, que en general se caracterizan por
provocar procesos de concentración de los recursos y de expulsión de los pequeños
y medianos productores del ámbito rural. Esto no significa omitir o relativizar el
impacto que produce en los productores cañeros el posicionamiento dominante de
los ingenios, que al conformar un oligopsonio del mercado de la materia prima frente
a una oferta atomizada y con bajo grado de organización, genera importantes
asimetrías que son decisivas para la sobrevivencia de la pequeña producción
(Morandi et. al., 2011a).
3
En este contexto resulta relevante indagar las causas y los condicionantes que
permiten la supervivencia de la producción minifundista cañera, aún en
circunstancias económicas y comerciales altamente desfavorables. ¿Cómo los
cañeros minifundistas enfrentan las arbitrarias condiciones impuestas por la
agroindustria?. ¿Cuáles son las estrategias de vida que ponen en juego para
garantizar la reproducción familiar, la generación de ingresos y el arraigo en el medio
rural?. ¿Qué motivaciones subyacen en la decisión de permanecer en el medio rural
frente a las ofertas laborales del ámbito urbano o de sectores dinámicos de la
agroindustria?. ¿Son razones vinculadas a una posición de resistencia o de
adaptación al desarrollo del capitalismo en la agricultura?. Sin pretender agotar la
discusión sobre este fenómeno, que seguramente contiene diversas aristas que no
han sido consideradas en este trabajo, se pretende analizar estos interrogantes y
ensayar una interpretación de las causas de esa persistencia y de los principales
factores que la hacen posible.
2. Materiales y métodos
En primer lugar es necesario indicar que los resultados que se presentan en esta
ponencia conforman un primer avance que contiene un conjunto de reflexiones
surgidas durante el desarrollo de dos proyectos de investigación en los cuales los
autores participaron, que se vinculan con la pequeña y mediana producción cañera
en la provincia de Tucumán [1]. En este marco, una buena parte de la información
recolectada y procesada para el análisis que nos ocupa, provino de las
investigaciones indicadas. Se partió de una reflexión epistemológica con el propósito
de “elucidar los paradigmas presentes en la producción sociológica” (Vasilachis,
1992), abordando temáticas relevantes que hacen al análisis del problema, tales
como las características y la persistencia de la unidad económica campesina en el
modo de producción capitalista (Wolf, 1978; Shanin, 2005; Giarraca y Aparicio, 1991
y 1995; Bendini y Steimbreger, 2010; Murmis, 1991); dinámicas migratorias y
trayectorias laborales (Bendini et. al., 2009 y De Moraes Silva, 2010); multiocupación
y pluriactividad (Giarracca y Aparicio, 1991 y Giarracca et. al., 2001b); y construcción
identitaria (Alves Gomes, s/f).
1
[ ] “Estrategias para el acceso a la tecnología del sector productor” (PE AEES 303532) y “Economía de los
cultivos industriales” (PNIND 83621), ambos proyectos nacionales del Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria (INTA).
4
La estrategia metodológica consistió básicamente en la combinación de fuentes
estadísticas oficiales (CNA 2002 y Registro de Productores Cañeros), con datos
cuali y cuantitativos recogidos ad hoc para este trabajo mediante talleres, grupos
focales y entrevistas. El análisis crítico de la información cuantitativa nos permitió
plantear argumentos para la detección de incoherencias internas y de elementos de
comprobación (Gibaja, 1981), abordar la pregunta de la investigación y caracterizar
a la producción minifundista cañera, mediante técnicas convencionales de obtención
de indicadores y análisis socio-económico de estos grupos sociales.
Este cuerpo de informaciones fue complementado con datos cualitativos obtenidos,
en una primera etapa, en un proceso de observación participativa mediante grupos
focales con el fin de abordar la reconstrucción de la realidad de estos actores
sociales, “interactuando con los mismos para la reflexión conjunta sobre el
significado del contexto” (Schwarrtz y Jacobs, s/f). Para el registro de información en
los grupos focales, se trabajó sobre la percepción de los productores en relación al
contexto pasado y actual, como así también a las perspectivas futuras sobre la
evolución del sector sucro-alcoholero en general y a la situación de los productores
minifundistas en particular. Posteriormente se realizaron preguntas guiadas sobre
las razones de la persistencia del pequeño productor cañero en el territorio.
Mediante las entrevistas en profundidad se intentó interpretar, a partir de la visión de
los actores, las complejas dinámicas territoriales que impactan sobre la situación de
los productores minifundistas, expresada a través de la conceptualización que ellos
mismos elaboran sobre la priorización de necesidades y la construcción de
estrategias de vida. Dado que en los grupos focales apareció con énfasis la
problemática de migración estacional como estrategia de generación de ingresos
familiares durante el período de relativa inactividad en la producción cañera (de
enero a marzo), las entrevistas en profundidad se plantearon como herramienta
metodológica para identificar trayectorias laborales y circuitos migratorios. Según
proponen Bendini et. al. (2009), se trató de recuperar la “interioridad” de los actores
identificando las “continuidades y rupturas” que presenta el fenómeno migratorio,
según la visión de los propios sujetos sobre el contexto, el sentido y la función del
desplazamiento. También se han considerado pautas teóricas y metodológicas
desarrolladas en otros trabajos de investigación que hemos tomado como referencia
para el análisis (Bendini et al, 2010; y De Moraes Silva, 2010).
5
Dado que el presente trabajo constituye un avance de un proceso investigativo que
se propone tener continuidad en el futuro, quedan pendientes otras etapas
metodológicas, tales como la sistematización de historias de vida y la construcción
de herramientas operativas (indicadores e índices) que permitan obtener elementos
empíricos para traducir y medir las variables definidas. En este sentido, actualmente
se está realizando una encuesta en las áreas cañeras, que va a permitir avanzar en
la discusión sobre la aplicabilidad (verificación y validación) de los parámetros
sugeridos en otras realidades territoriales (Gibaja, 1981) y eventualmente transferir
los conocimientos generados a los actores sociales e institucionales involucrados en
la planificación y ejecución de políticas públicas para este sector.
3. Resultados
6
el 92% de la superficie agrícola del Departamento. En lo que se refiere al sector
agroindustrial, operan tres ingenios azucareros (La Providencia, Ñuñorco y Santa
Rosa), que en 2010 registraron una molienda anual de 2,33 millones de toneladas
de caña y una producción de 228.200 toneladas de azúcar, lo cual da un rendimiento
fabril de 9,79% (Centro Azucarero Argentino, 2011). Este complejo agroindustrial
sostiene una estructura productiva con la cual están relacionados directa o
indirectamente casi todos los actores sociales de esta microrregión.
Un segundo rasgo común es el predominio de la pequeña y mediana producción
cañera, ya que las EAPs de hasta 25 ha constituyen el 83% del total; y si se
consideran las que tienen una superficie de hasta 50 ha, dicho porcentaje asciende
al 91% (INDEC, 2003). Si bien este predominio no se expresa en la superficie
plantada con caña, constituye en cambio un rasgo social distintivo de los territorios
cañeros del Departamento.
El tercer factor está caracterizado por los recurrentes conflictos de intereses entre la
producción primaria y la agroindustria, que refleja aristas particularmente más
agudas entre las PyMES cañeras y los ingenios en la puja por la apropiación de la
renta cañera, disputa que ha tenido a los Estados nacional y provincial como
protagonistas relevantes en varias etapas históricas de la actividad azucarera. R.
Pucci (2007) hace un exhaustivo análisis de la intervención del Estado Nacional en
el sector azucarero, especialmente durante la dictadura de Onganía, en la llamada
“crisis azucarera” de 1966, que dispuso el cierre de siete de los 22 ingenios que
funcionaban en la provincia. Por su parte, N. Giarraca et. al. (2005) marcan otros dos
hitos importantes en la historia reciente de los conflictos en el sector: a) la represión
político-militar al movimiento de trabajadores y campesinos cañeros durante el
período 1975-1983; y b) la desregulación económico institucional de 1991 promovida
por el gobierno de Menem que acabó con el ente regulador de la actividad (la
Dirección Nacional del Azúcar) y eliminó los “cupos” de materia prima que los
pequeños productores cañeros entregaban al ingenio, que de alguna manera les
garantizaban un mercado relativamente seguro. A estos hitos históricos, que
generalmente se superponen con las etapas de sobreproducción y bajos precios del
azúcar, se suma otro de aparición más reciente, que es la disputa por la apropiación
de la renta alcoholera y del acceso a los beneficios promovidos por la Ley de
biocombustibles N° 26.093 promulgada en 2006 (Morandi et. al., 2011b).
7
3.2 Los cañeros minifundistas del Departamento Monteros
Como fue indicado en el item 2. de este documento, las dos fuentes principales de
información cuantitativa utilizadas para la caracterización del sector minifundista son
el CNA 2002 y el Registro de Productores Cañeros de 2010 (RPC). En el primer
caso, se tomaron los datos censales de la Fracción 4 (Pueblo Independencia), que
en relación a la producción cañera en general y a la minifundista en particular, es la
que contiene los indicadores más representativos del minifundio cañero en el
Departamento: [2]
El 73% de explotaciones minifundistas (menos de 10 ha de caña) en relación al
total de EAPs cañeras de la fracción (es el valor más alto de las 11 fracciones en
las que se divide el área rural del Departamento)
El 78% de los productores minifundistas vive en la explotación.
El 98,3% de las EAPs de la fracción tienen superficie implantada con caña.
El 96% de las EAPs cañeras de la fracción tienen más del 75% de su superficie
apta implantada con caña.
El 85,5% de la superficie total del estrato está plantada con caña.
En el caso de los datos del Registro de Productores Cañeros (RPC), se tomaron
datos agregados a nivel de Departamento, ya que en este caso el relevamiento de la
información no se realiza sobre la misma base cartográfica del INDEC, sino a través
de puestos de registro instalados en las comunas rurales, municipios, cooperativas y
otras entidades actuantes en las áreas cañeras.
Los 431 productores minifundistas del Departamento Monteros registraban en el
CNA 2002 una superficie total de 1.986 ha con una superficie implantada con caña
de 1.665 (84%). Estos datos arrojan una superficie promedio por finca de 4,61 ha
para el total y de 3,86 ha de caña. Un 94% de la superficie está bajo la forma de
tenencia de propiedad [3], mientras que el 6% restante corresponde a formas de
arrendamiento. El tipo jurídico predominante es el de persona física (87%). El 98%
las EAPs son administradas directamente por el productor y no practican ningún tipo
de registro técnico-productivo ni contable. Tampoco se registra la contratación de
2
[ ] Salvo indicación específica de otra fuente, los indicadores que se presentan en este capítulo son de
elaboración propia, a partir de datos del CNA 2002, procesados y sistematizados por el Proyecto AEES 303532
“Estrategias para el acceso a la tecnología del sector productor” a través del Convenio de Cooperación INTA-
INDEC-ArgenINTA, 2006.
[3] Este dato no debe ocultar el hecho de que la gran mayoría los minifundistas no poseen títulos de propiedad,
ya que estas tierras, recibidas por herencia, se encuentran bajo la forma de “sucesiones indivisas”.
8
ningún tipo de seguro. Un 3,5% de los productores no lee ni escribe, un 85% tienen
nivel educativo primario (completo o incompleto) y el resto se distribuye entre los
niveles secundario y terciario.
La fuerza de trabajo aplicada al proceso productivo es casi exclusivamente familiar.
Un 100% de los productores trabaja en la finca, registrándose además en el estrato
160 trabajadores familiares permanentes, de los cuales 154 lo hacen sin
remuneración. Este aporte de fuerza de trabajo familiar da un indicador de 1,72
trabajadores familiares permanentes por EAP (incluyendo el titular). También existe
la contratación de mano de obra transitoria por un total de 5.100 jornales para todo
el estrato, lo que da una media de 23 jornales por finca, de los cuales un 83% se
destina a las tareas de cosecha y acondicionamiento para el transporte.
Las EAPs minifundistas presentan rendimientos que se ubican entre 50 y 55 tn/ha de
caña, lo cual según criterios técnicos de evaluación, corresponden al “nivel
tecnológico bajo” (INTA, 2001; y EEAOC, 2003). Según el reporte anual 2011 de la
EEAOC sobre superficie plantada y rendimientos de caña de azúcar (Fandos et. al.,
2011), el Departamento tiene un 42% de su superficie cañera con nivel tecnológico
bajo (NTB), que es el porcentaje más alto entre los Departamentos cañeros de la
provincia, seguido de Simoca que registra un 40%. Dado que se trata de los dos
Departamentos de mayor incidencia de la pequeña producción, es fácil inferir que
existe una alta correlación entre escala de producción y nivel tecnológico.
Aunque posteriormente retornaremos a la discusión de este tema, en principio, se
podría afirmar que, además de la escala de producción, las causas de los bajos
rendimientos de la producción minifundista cañera, estarían dadas por la no
adopción de tecnología y por la falta de acceso a crédito y a otros factores de la
producción. Así lo estarían expresando los indicadores sobre mecanización y sobre
el uso de otras tecnologías de cultivo. Un 50% de las fincas usa tracción a sangre, lo
cual implica que existe una muy baja mecanización de las labores, sólo para las
labores de surcado realizadas por contratistas cada vez que se renueva el
cañaveral, entre 5 y 7 años). Entre los productores que usan tracción mecánica, un
29% contrata servicios de maquinaria para mantenimiento del cultivo; un 21% para
cosecha (cargadoras); y un 15,5% para laboreo de suelos y plantación. Sólo un
16% de los productores poseen tractor. La totalidad de los tractores tiene una
antigüedad de más de 15 años y un 83% de los mismos tiene una potencia inferior a
9
los 75 HP. Sólo un 11% de las fincas poseen arado de cincel o de disco y un 22% de
las mismas disponen de vehículos de transporte.
En cuanto a la fertilización y el control de malezas, el 100% de los productores
practica la fertilización nitrogenada (aplicación de urea). Según datos recogidos en
los grupos focales [4], la aplicación de urea se hace según usos y costumbres, sin
análisis previo de suelos y sin considerar la aplicación de otros macronutrientes,
como fósforo y potasio. Para el control de malezas, un 51% utiliza sólo el método
manual, un 36% combina el control manual con el mecánico, mientras que el resto
(13%) combina el mecánico con el químico. El 84% de las EAPs utiliza el método de
cosecha semi-mecanizado, mientras que el resto corresponde a la cosecha manual.
No se registran casos de cosecha mecanizada integral.
Un 14% de la superficie de las fincas encuestadas tienen caña planta (menos de un
año), mientras que casi un 30% tienen caña soca con más de 5 años. Estos datos
también demuestran un atraso tecnológico, ya que si existiese un adecuado sistema
de renovación de cañaverales (máximo cada 5 años), el primer porcentaje debería
ser cercano al 20% de la superficie plantada y el segundo debería ser 0%.
Sólo un 5% de los productores declaran recibir asistencia técnica externa, en todos
los casos por parte de entidades oficiales (INTA, PSA y PRODERNOA) y un 32,5%
manifiesta estar asociado a alguna cooperativa. Una parte importante de los
productores realizan la venta de la caña cosechada a través de las cooperativas a
las cuales pertenecen, o a través de intermediarios. En algunos casos intercambian
insumos y servicios. Su situación fiscal y previsional, es altamente precaria. Sólo el
4,5% de los minifundistas dispone de obra social.
En lo referido al uso del suelo, son explotaciones escasamente diversificadas. Una
gran parte de la tierra aprovechable está destinada al cultivo de caña, pero también
es común el cultivo de maíz, batata y zapallo para autoconsumo. Un 11% de las
fincas tiene por lo menos una cabeza de ganado bovino; un 36% tiene porcinos y un
99% tiene aves de corral. Sólo un pequeño porcentaje de las EAPs venden los
excedentes en mercados y ferias locales y en todos los casos se trata de
transacciones comerciales informales (Macció, 2008).
En la Tabla 2. se presentan los valores de la producción de caña y de azúcar para
dos estratos minifundistas (hasta 5 ha y de 5,1 a 10 ha de caña).
[4] Proyecto INTA AEES 303532 “Estrategias para el acceso a la tecnología del sector productor”.
10
Tabla 2. Producción de azúcar de las EAPs minifundistas cañeras de Monteros
Estrato Superficie Rendimiento Producción Rend. fabril Producción
(ha de caña) promedio cultural por finca (t azúcar/ por finca
(ha de caña) (t caña/ha) (tn caña) t caña) (t azúcar)
Estos niveles de ingresos, que además son muy variables porque dependen de los
precios de azúcar que han sido muy inestables en los últimos años, no son
suficientes para cubrir los gastos de una familia tipo (especialmente en el estrato de
productores de hasta 5 ha de caña), implican la necesidad de generar ingresos
extraprediales. Esta variable, que constituye un aspecto importante en la
reproducción de la fuerza de trabajo familiar del cañero minifundista, y cuya
discusión retomaremos en el siguiente item, consiste en el empleo extrapredial del
productor o de algún(os) miembro(s) de su familia como trabajadores eventuales
[5] Información suministrada por la Cooperativa Ibatín Ltda, en base a las ventas realizadas durante ese
período.
11
dentro y fuera del sector agropecuario, como asalariados del sector público o privado
y/o como beneficiarios de planes sociales. La multiocupación y la pluriactividad no
son fenómenos nuevos en las áreas cañeras tucumanas. Giarracca y Aparicio
(1991) a partir de datos de una encuesta realizada en 1988 en las áreas cañeras de
Tucumán, dan cuenta de la complejidad de situaciones y avanzan hacia una
interpretación de la naturaleza y el sentido del trabajo extrapredial. En otro trabajo
realizado posteriormente (SAGPyA-PROINDER, 2003) se indica que en un 60% de
las fincas minifundistas cañeras existen por lo menos dos personas que buscan
empleo, sea éste permanente o transitorio. Un 30% de las fincas encuestadas tienen
por lo menos un miembro de la familia que ha migrado definitivamente fuera de la
comunidad por razones de trabajo, y el promedio de migrantes por familia era de 2,2
personas. Un 47% de las fincas encuestadas tenía tres fuentes de ingresos: a) el
ingreso predial (venta de la producción descontados los costos); b) el ingreso por
autoconsumo (consumo de bienes producidos en la finca); y c) el ingreso
extrapredial proveniente de salarios obtenidos fuera del predio, jubilaciones y
pensiones, subsidios sociales y remesas. En un 40% de las fincas, la relación entre
ingreso predial e ingreso extrapredial se encontraba en el rango del 26 al 75%.
No es de nuestro conocimiento la existencia de una encuesta más actualizada que
permita interpretar con mayor detalle la función de la multiocupación en el
sostenimiento del minifundio cañero como unidad económica productiva y como
locus de reproducción de la familia campesina. No obstante ello, retomaremos este
tema en el próximo item a partir de información recogida en entrevistas a
productores minifundistas, dirigentes cooperativistas y otros informantes clave que
contribuyeron con esta investigación.
Indudablemente una discusión a fondo de esta pregunta escapa a los fines de este
trabajo. Como indicamos anteriormente, investigaciones previas ya alertan sobre la
marcada heterogeneidad que se registra al interior de estos grupos sociales y sobre
el riesgo de simplificar el análisis, y que a su vez, inducen a profundizar el estudio
de las variables que permiten “identificar el lugar que ocupa cada actor en el proceso
de acumulación de capital y cómo se relacionan o subordinan relaciones
aparentemente no capitalistas” (Giarraca y Aparicio, 1991 y 1995). En este sentido,
12
queremos advertir que la estratificación que hemos adoptado en este documento
para el análisis y descripción del minifundio cañero, basada exclusivamente en la
superficie plantada con caña, debe ser entendida simplemente como una
herramienta operativa para aproximar “modelos” que den una idea general de las
características productivas de las fincas y de los niveles de ingresos provenientes de
la venta del azúcar. Somos conscientes que para la profundización del análisis sobre
el tipo de sujeto social al cual nos estamos refiriendo, es necesario analizar algunos
procesos que introducen características de heterogeneidad al interior de estos
grupos sociales.
Partimos del supuesto generalmente aceptado que el minifundista cañero se ajusta a
la tipología social de “campesino”: es propietario de la tierra; controla el predio que
cultiva; destina la venta de su producto a la reproducción de la familia o a la
adquisición de bienes para mantener un status establecido; y los excedentes
producidos son transferidos a los grupos dominantes de la sociedad (Wolf, 1978).
Además, constituyen un mundo cognoscitivo con predominio de una racionalidad
tradicional; y conforman una organización social basada en una red de interacción
más amplia que el grupo familiar (¿territorio?) compartida con otros actores sociales
no campesinos (Shanin, 2005). Dentro del estrato analizado hay procesos
diferenciación “hacia arriba” que permiten caracterizar a una parte de este sector de
pequeños productores como “campesinos transicionales” (Giarraca y Aparicio,
1995), pero no hemos detectado casos de “productores familiares capitalizados”.
Es importante resaltar que también se registran procesos de diferenciación “hacia
abajo” que consisten en la semi-proletarización de estos actores sociales, a través
de su inserción como trabajadores asalariados en otras ramas de la agricultura,
especialmente aquellas de mayor dinamismo. Es un hecho conocido la migración
histórica de trabajadores del surco y minifundistas cañeros tucumanos a la vendimia
de las provincias de Mendoza y San Juan y a la cosecha de la papa en Balcarce y
en otras localidades de la provincia de Buenos Aires, y más recientemente a la
cosecha de pera y manzana en el Alto Valle del Río Negro. Entendemos que el
sentido de esta migración, cuyas características describiremos más adelante con
mayor detalle, ya no es simplemente una forma de complementar el ingreso familiar,
sino que constituye una estrategia fundamental (y en algunos casos la prioritaria)
para garantizar el mantenimiento y la reproducción familiar. Hemos podido
comprobar que en muchos casos los ingresos generados a partir del proceso
13
migratorio son más importantes que los obtenidos como productores cañeros. En
este punto podríamos preguntarnos: los minifundistas cañeros de Monteros ¿son
campesinos o semi-proletarios?. La bibliografía que aborda el estudio de los semi-
proletarios es escasa en comparación a la que trata sobre el campesinado y las
distintas variantes del denominado “pequeño productor”. Murmis (1991) sostiene que
en general se tiende a excluir a las unidades productivas cuya significación
económica es limitada por ser muy pequeñas y por sus titulares ser semi-proletarios,
a la vez que se los considera más como sujetos de las políticas sociales que de las
políticas económicas. Haciendo referencia a diferentes situaciones de campesinos
semi-proletarios, Murmis propone la tipología de “precarista campesino” o “semi-
proletario precarista campesino”, pero no llega a identificar las variables que podrían
definir los límites de esta categoría. Si tomásemos como variable clasificatoria el
porcentaje de ingresos generados por la actividad cañera versus los obtenidos como
asalariados, podríamos concluir que una buena parte de los minifundistas de
Monteros pertenecerían a la categoría de semi-proletarios. Pero existen otras
variables, como por ejemplo su función en el proceso de acumulación, la matriz de
diversificación económica y la percepción identitaria que tienen estos actores
sociales para posicionarse como protagonistas vitales en el devenir de sus
territorios, lo cual complejiza definición de una la metodología para su
categorización.
A partir de la década de los ’90 la mayor parte del flujo migratorio de minifundistas
cañeros tucumanos comenzó a orientarse hacia la cosecha de manzana y pera en el
Alto Valle del Río Negro. Esto respondió a un cambio en la demanda de fuerza de
trabajo, ya que la mayor parte de los medianos productores y grandes empresas
frutícolas integradas se inclinan por contratar trabajadores norteños (tucumanos y
santiagueños) en sustitución de la mano de obra local o de los antiguos migrantes
estacionales chilenos (Bendini et. al. 2012a). La participación de minifundistas
cañeros en la cosecha de frutas en el Alto Valle es un fenómeno bastante antiguo y
ha sido objeto de diversos trabajos de investigación, tanto desde la perspectiva del
“territorio de origen” como del “territorio de destino” (Giarracca et. al., 2001a y 2001b;
Bendini et. al., 2012a y 2012b), los cuales han aportado una importante información
cuali y cuantitativa acerca de las características de esta migración estacional. Si se
14
tiene en cuenta el gran dinamismo de estos procesos migratorios, la continua
resignificación que los migrantes realizan sobre sus experiencias vitales y la
aparición de nuevos actores sociales que intervienen en la organización y
financiamiento de los desplazamientos, podemos llegar a la conclusión que se torna
necesario profundizar y actualizar el estudio del fenómeno. Según nuestra
percepción, esta sería la causa principal de la persistencia y reproducción del
minifundio cañero en el Departamento Monteros.
A través de las entrevistas en profundidad realizadas a minifundistas cañeros
monterizos que migran al Alto Valle, a dirigentes cooperativistas y a otros
informantes clave, es posible arribar a algunas conclusiones preliminares:
La migración a la cosecha de pera y manzana no es un hecho eventual ni
ocasional sino que constituye un fenómeno recurrente y una estrategia permanente
para complementar los ingresos provenientes de la caña de azúcar. Todos los
productores migrantes entrevistados vienen migrando ininterrumpidamente por más
de diez años. Algunos de ellos lo vienen haciendo desde hace 20 años o más, y
algunos ya concurren a los lugares de destino acompañados por sus hijos.
La organización y la logística del desplazamiento de los minifundistas cañeros
ya no responde en forma predominante al reclutamiento en cuadrilla por parte de
un intermediario o “cabecilla” (Giarracca et. al., 2001a), sino que se realiza en
forma individual. Los migrantes pautan año a año el conchabo con la misma
empresa frutícola, no habiendo encontrado entre los entrevistados casos de
migrantes que hayan cambiado en los últimos años la localidad o la empresa de
destino. Organizan el viaje en forma particular, conjuntamente con familiares y
vecinos de la comunidad de origen, y para abaratar los costos de mantenimiento en
las áreas de destino, transportan consigo un promedio de 25 kilos por persona de
alimentos no perecederos y cuyo acceso no esté restringido por la barrera sanitaria
patagónica (arroz, fideos, yerba, polenta, aceite, etc). En muchos casos el viaje
hacia las áreas de destino es financiado por el gobierno de la provincia de
Tucumán a través de las Comunas Rurales, mientras que el viaje de vuelta, en
menor medida, suele ser financiado por las empresas frutícolas de las áreas de
destino, como una forma de asegurar el retorno de los trabajadores mejor
calificados.
Los entrevistados se manifiestan satisfechos por las condiciones de trabajo en
el área de destino y valoran positivamente el mejoramiento de las mismas en los
15
últimos 10 años. Manifiestan haber experimentado en ese período una transición
desde una situación de precariedad y hacinamiento a otra de relativo confort
habitacional. Todos los entrevistados afirman ser alojados en casas de material, en
habitaciones para dos a cuatro personas, y con los artefactos necesarios (baños
con agua corriente, cocina, heladera, ventilador y en algunos casos hasta aire
acondicionado). También se aprecia positivamente el acceso a los beneficios de la
obra social y del seguro contra riesgos del trabajo. Todos los migrantes poseen su
libreta de trabajo con las altas y bajas de sus puestos como trabajadores
estacionales.
En las áreas de destino la modalidad predominante de contratación es el trabajo
a destajo. En la cosecha 2011 un cosechero recibía alrededor de $ 38 por bin de
400 kg (22 cajones de fruta). En un día de trabajo un cosechero de mediana
experiencia completa entre 5 y 6 bins por día, lo que se traduce en un jornal de $
190 a $ 228 por día laborable. Esto, sumado al jornal “común” de $ 150 reconocido
para los días domingos y feriados, completa una remuneración mensual de
alrededor de $ 4.780. Sólo a los fines de establecer una comparación, en las áreas
de origen el jornal diario para la cosecha de caña es de $ 32, o sea que,
suponiendo una carga laboral de 7 días por semana, el salario mensual rondaría
apenas los $ 960.
La estrategia migratoria para la generación de ingresos extraprediales no se agota
con el desplazamiento al Alto Valle. Si bien esta es la modalidad casi excluyente
durante la temporada estival, muchos minifundistas cañeros completan los ciclos
migratorios en sus áreas de origen en la cosecha del limón (de mayo a julio) y en la
cosecha del arándano, de octubre a diciembre, después de la zafra cañera en sus
parcelas. En menor medida también se registra la generación de ingresos extra-
agrícolas en las áreas de origen, como el empleo en la construcción y diversas
actividades cuentapropistas como carpintería, plomería electricidad y otros servicios.
16
reproducirlas y a someterlas a procesos de cambio (RIMISP, 2012). En los últimos
20 años existieron dos hitos importantes que afectaron las relaciones de género en
los territorios cañeros: los cambios tecnológicos en el cultivo (principalmente la
cosecha semi-mecanizada y el control químico de malezas) y las migraciones
estacionales de los varones. Los cambios tecnológicos desplazaron a la mujer de su
rol como trabajadora en el predio (pelado de la caña y deshierbe), lo cual es
percibido positivamente, ya que el trabajo que implica el cultivo y la cosecha de caña
de azúcar es muy duro. Por otra parte, la migración estacional masculina recargó la
responsabilidad de las mujeres en el mantenimiento del hogar, en la crianza de los
hijos/as y en las tareas del sistema productivo predial. Si bien esta última función es
de carácter secundario, ya que por lo general los varones migrantes al ausentarse a
otras regiones para trabajos temporales “dejan funcionando” el cultivo de la caña,
cuando las mujeres (esposas, hijas, madres o hermanas) deben destinar una mayor
proporción de su tiempo al trabajo productivo, no tienen reemplazo en sus
actividades domésticas y por lo tanto se ven obligadas a postergar el descanso y la
recreación. Estos cambios significaron una internalización y adaptación de los
nuevos roles de género en los sistemas productivos, modificando las prácticas y
reconstruyendo el territorio. La nueva imagen de esta dinámica territorial se expresa
de diversas maneras, pero con algunos rasgos característicos: a) el alejamiento de
la mujer de las actividades sustantivas del cultivo de la caña; b) la convergencia de
los roles de la mujer en torno a las actividades domésticas que funcionan como
sostenes de la unidad familiar minifundista durante el período de ausencia de los
varones; b) la escolarización de la juventud y su posterior inserción en el mercado
laboral extra-agrícola (especialmente entre las mujeres).
17
donde los miembros de la familia que migran temporal o definitivamente, pueden
regresar en situaciones de desocupación prolongada o de enfermedades (Giarracca
y Aparicio,1991), sino también una fuente de diversidad y heterogeneidad social
(Giarracca, et. al., 2001b) y de movilidades espaciales que generan cambios en la
conformación del territorio, transformaciones en el hábitat rural y fortalecimiento de
pueblos (Bendini y Steimbreger, 2010). Estos procesos podrían complejizarse aún
más si introducimos el concepto de “territorio migratorio”, como un espacio en
constante transformación, que contiene elementos identitarios tanto del lugar de
origen como del de destino, con una lógica propia y contradictoria que genera
fuertes rupturas, pero también nuevas formas de sociabilidad y de división espacial y
social (De Moraes Silva, 2010). Ser “productor cañero” en Monteros, siempre fue un
signo de identidad territorial y de pertenencia social. Representa una imagen de
reconocimiento público como sujeto de derecho y de prestigio, en una sociedad
donde la tierra y el trabajo continúan siendo símbolos importantes de la cultura local.
La posesión de la tierra promueve las expresiones culturales de sociabilidad,
vecindad y afecto entre pares y con terceros (Alves Gomes, s/f). Creemos que el
fortalecimiento de esta pertenencia identitaria de los minifundistas cañeros es una de
las expresiones más claras que generaron los procesos de migración estacional y de
construcción de “nuevos territorios migratorios”, pero al mismo tiempo es una de las
causas importantes que subyace en la decisión de permanecer como productor
cañero y de continuar en la parcela campesina como lugar de residencia.
Entendemos que la migración estacional y la multiocupación no están dirigidas
solamente a asegurar el sustento familiar o un proyecto de ascenso social, sino que
también constituyen estrategias “para” garantizar su condición de “productor cañero”.
Indudablemente ésta no deja de ser una conclusión preliminar cuya dinámica y
naturaleza debe ser profundizada en análisis futuros, a los cuales nos abocaremos
en las próximas etapas de esta investigación.
5. Bibliografía
ALVES GOMES, Ramonildes (s/f). De sitiantes a irrigantes: construção identitária,
conversão e projetos de vida. Em Diversidade do campesinato: expressões e
categorias, Cap 12, pp 303:330
BENDINI, Mónica; Norma STEIMBREGER y Martha RADONICH. 2009. Emergencia
de viejos temas en un contexto modernizado: marco teórico metodológico en estudio
de migrantes estacionales al sur de Argentina. Jornadas Internacionales de
Investigación. Facultad de Ciencias del Trabajo. Universidad de Murcia. España.
18
BENDINI, Mónica y Norma STEIMBREGER. 2010. Dinámicas territoriales y
persistencia campesina: redefinición de unidades y espacios de trabajo de los
crianceros en el norte de la Patagonia. En Revista Transporte y Territorio Nº 3,
Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina.
BENDINI, Mónica; Norma STEIMBREGER y Martha RADONICH. 2012a. Historia de
la vulnerabilidad social de los “golondrinas”, en Bendini, Mónica; Norma Steimbreger;
Martha Radonich y Pedro Tsakoumagkos (Coordinadores). Trabajo rural y travesías
migratorias. EDUCO -Universidad Nacional del Comahue, Neuquén, Argentina.
BENDINI, Mónica; Martha RADONICH y Norma STEIMBREGER. 2012b. Mundos
migratorios. Periplos en los ciclos de vida y de trabajo. En Trabajo y Sociedad N° 18.
Universidad Nacional de Santiago del Estero. Santiago del Estero, Argentina.
CENTRO AZUCARERO ARGENTINO. 2011. Base de datos. Estadísticas.
www.centroazucarero.org
DE MORAES SILVA, Maria Aparecida. 2010. Expropiación de la tierra, violencia y
migración: campesinos del Nordeste de Brasil en los cañaverales de São Paulo. En
Lara Flores, Sara María. Migraciones de trabajo y movilidad territorio., Colección
Desarrollo y Migración. México, DF.
EEAOC. Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres. 2003. Estimación
de superficie cultivada y producción de caña de azúcar para el Noroeste de
Argentina. EEAOC - PROSAP/SIIA – CONAE, Tucumán, Argentina.
FANDOS, Carmina; Jorge SCANDALIARIS; Pablo SCANDALIARIS; Federico
SORIA; y Javier CARRERAS BALDRÉS. 2001. Área ocupada con caña de azúcar y
producción de caña de azúcar y azúcar para la zafra 2011 en Tucumán. En Reporte
Agroindustrial: estadísticas y márgenes de cultivos tucumanos, Boletín Nº 53, junio
de 2011. EEAOC. Tucumán, Argentina.
GIARRACCA, Norma y Susana APARICIO. 1991. Los campesinos cañeros:
multiocupacion y organización. UBA. Buenos Aires, Argentina.
GIARRACCA, Norma y Susana APARICIO. 1995. La actividad cañera y los
campesinos cañeros en los nuevos escenarios económicos, en Agroindustrias del
Noroeste, el papel de los actores sociales. Ed.La Colmena, Buenos Aires, Argentina.
GIARRACCA, Norma; Karina BIDASECA y Daniela MARIOTTI. 2001a. Trabajo,
migraciones e identidades en tránsito: los zafreros en la actividad cañera tucumana.
En N. Giarracca (comp.), ¿Una nueva ruralidad en América Latina?. pp 307 – 337.
CLACSO. Buenos Aires, Argentina.
GIARRACCA, Norma; Susana APARICIO y Carla GRAS. 2001b. Multiocupación y
pluriactividad en el agro argentino: el caso de los cañeros tucumanos. En Desarrollo
Economico, Vol. 41, Nº 162. IDES, Buenos Aires, Argentina.
GIARRACA, Norma y Daniela MARIOTTI. 2005. La caña de azúcar en Tucumán:
transformaciones y permanencias. En Giarracca, Norma y Miguel Teubal (coord.) El
campo argentino en la encrucijada. Estrategias y resistencias sociales, ecos en la
ciudad. Alianza Editorial. Buenos Aires, Argentina.
GIBAJA, Regina. 1981. El conocimiento tácito en la formación de investigadores en
ciencias humanas. En Revista de la UNRC, 3: 37-40. Río Cuarto, Argentina
INDEC. 2003. Censo Nacional Agropecuario 2002, www.indec.gov.ar/. Buenos Aires.
19
INTA. 2001. Perfil Tecnológico de la Producción Agropecuaria Argentina". En
http://anterior.inta.gov.ar/ies/info/azucar.htm
MACCIÓ, Juan Manuel. 2008. Los cañeros independientes del área central de la
Provincia de Tucumán: sostenibilidad de sus sistemas productivos. Tesis de
Maestría. Universidad Nacional de San Martín (Argentina) y Universidad Autónoma
de Madrid (España), Tucumán, Argentina.
MORANDI, Jorge; Liliana RÍOS y Gonzalo PÉREZ. 2011a. Análisis productivo y
económico de la producción de caña de azúcar, en Bongiovanni R., Morandi J. y
Troilo L. (editores). Competitividad y Calidad de los Cultivos Industriales pp 11:19.
Ediciones INTA, Buenos Aires, Argentina.
MORANDI, Jorge; Héctor NEME y Luis FORNS. 2011a. Diagnóstico, prospectiva y
lineamientos estratégicos del sector sucro-alcoholero en la Provincia de Tucumán”.
En VII Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales UBA –
CIEA: 15 pp. Buenos Aires, Argentina.
MURMIS, Miguel. 1991. Tipología de pequeños productores campesinos en América
Latina, en Revista Ruralia, Nº 2, pp 29:52. FLACSO. Buenos Aires, Argentina.
PAZ Raúl. 1999. Heterogeneidad, pluriactividad y procesos de transformación en
campesinos cañeros: Comunidad de Bajo Grande, Tucumán, Argentina. CONICET-
Universidad Nacional de Santiago del Estero, Argentina.
PUCCI, Roberto. 2007. Historia de la destrucción de una provincia. Ediciones del
Pago Chico. Buenos Aires, Argentina.
RIMISP. 2012. Territorios en Movimiento. Dinámicas Territoriales Rurales en América
Latina. Documento de Trabajo Nº 110. Santiago, Chile.
RÍOS, Alejandro; Osvaldo ARCE; Isabel ANTON; José MOLINA; Rainer WITTICH;
Federico PÉREZ ZAMORA. 2010. Diseño del componente de pequeños productores
cañeros. Programa de inversiones para el sector azucarero. PROSAP - Universidad
de San Pablo. Tucumán, Argentina.
SAGPyA-PROINDER. 2003. Desarrollo e implementación de la encuesta socio
productiva en el estrato de pequeños productores minifundistas de la Provincia de
Tucumán. Informe de consultoría de la ATPPS. Tucumán, Argentina.
SCHWARRTZ H. y J. JACOBS (s/f). Sociología cualitativa, método para la
reconstrucción de la realidad. Editorial Trillas. México.
SHANIN, Teodor. 2005. A definição de camponês: conceituações e
desconceituações – o velho e o novo em uma discussão marxista, en Revista Nera,
Año 8, Nº 7 – julho/dezembro de 2005. Presidente Prudente, Brasil.
VASILACHIS de G., Irene. 1992. Métodos Cualitativos - Capítulo I, Los problemas
teórico-epistemológicos”. Centro Editor de América Latina, CEIL-CONICET. Buenos
Aires, Argentina
WOLF, Eric. 1978. Campesinos. Editorial Labor, 3a edición, Barcelona, España.
20
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo:
3. Economías regionales, desarrollo y procesos socioeconómicos actuales
1
“En los ámbitos rurales se observan modalidades diferenciales de apropiación y puesta en
producción de la tierra, se construyen espacios sociales donde se entretejen fenómenos
heterogéneos y procesos complejos: expansión y consolidación de empresas agroalimentarias
oligopólicas / oligopsónicas, persistencia y articulación subordinada de pequeños productores,
flexibilización y reconfiguración de trabajadores rurales y agroindustriales. Redefinición de las
regiones agrícolas, conformación de nuevas fronteras agrarias, intensificación del dominio del capital
multinacional, aumento de la pluriactividad y de la multiocupación en productores y asalariados”.
(Bendini y Steimbreger, 2003b:10)
Desde algunos sectores se interpreta el crecimiento económico (en términos de
Producto Bruto) y los volúmenes de inversiones externas de los últimos años, como
indicadores de éxito, mientras se menosprecian las consecuencias sobre los bajos
ingresos de pequeños productores, la precarización de condiciones de trabajo, y las
dificultades para abastecer una demanda social insatisfecha y creciente.
La provincia de Misiones se caracterizó históricamente por la importancia de los
pequeños productores agropecuarios en la generación de ingresos y alimentos
para la población2. Si bien la reducción del número de explotaciones fue menor en
Misiones que a nivel nacional, son numerosas las dificultades por las que atraviesan:
presión sobre la tierra para la expansión de la forestación, bajos precios de los
productos primarios tradicionales (hoja verde de té y yerba mate), degradación,
contaminación y agotamiento de los suelos, concentración de los canales de
industrialización y comercialización. El proceso de expansión capitalista bajo
modelos concentradores y subordinados, expulsa a trabajadores y a productores de
sus tierras, atenta contra los ecosistemas naturales y concentra aún más el capital,
ahondando las desigualdades sociales históricas.
Algunas políticas nacionales y provinciales, favorecieron de forma directa o indirecta
la expansión de determinados cultivos, a través de fuertes transferencias a “sectores
productivos”, con subsidios y créditos subsidiados, como los canalizados a través del
Fondo Especial del Tabaco (FET)3, o del Instituto Forestal Nacional (IFONA)4,
sin analizar la distribución de dichos recursos al interior de las respectivas cadenas,
ni los fuertes impactos sobre cambios en el uso de la tierra y el trabajo en la región.
2
Entre los abordajes científicos de las problemáticas de desarrollo rural y sobre estudios sociales
agrarios en la región consultar publicaciones como la Revista Estudios Regionales, que bajo la Serie
Estudios Rurales (FHyCS – UNaM) dedicó algunos números completos a la problemática (Albaladejo,
1992; Baranger, 2000, Schiavoni, 2001). Otros ámbitos que congregaron a investigadores de varias
instituciones, son las reuniones del Grupo de Estudios Rurales y Desarrollo (GERD), algunos de
cuyos trabajos fueron compilados recientemente en el libro Desarrollo y Estudios Rurales en Misiones
(Bartolome y Schiavoni, 2008), y el 1º Seminario Experiencias de Desarrollo Rural, (INTA, 2012).
3
Creado en el año 1972 por Ley Nº 19.800 establece que ingreso al productor tabacalero se integra
en parte por el pago de las empresas acopiadoras, que se completa con un fondo por parte del
Estado; “…los fondos destinados a generar un incremento en el precio del producto, se transfirieron
en gran medida a las empresas acopiadoras, ya que permitieron concertar precios inferiores a los que
habrían pactado bajo otras condiciones” (Simonetti, 2011).
4
Creado en 1973, siendo visibilizado principalmente por la aplicación de la Ley N° 21.695 de Crédito
Fiscal para fomento a la forestación. “su objetivo fundamental era lograr el mayor abastecimiento
interno de maderas, pastas celulósicas, papeles y demás productos forestales, mediante el
aprovechamiento equilibrado de los bosques nativos, incremento en obras de forestación con
especies de rápido crecimiento…” (FERNÁNDEZ Nilda. Reseña histórica de la institución forestal
argentina. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca
Misiones, 2006: Número de Productores Tabacaleros, por Departamentos.
Fuente: Simonetti, 2011:37, en base a Ministerio del Agro y la Producción. Dirección de Tabaco.
Censo Tabacalero, 2006
5
“La Unidad de Planes y Proyectos de Investigación y Extensión para Productores Minifundistas del
INTA inicia sus actividades en 1987; la Dirección de Desarrollo Agropecuario (DDA) tiene entre sus
misiones y funciones, la responsabilidad de las políticas de desarrollo rural; (…) el Programa de
Crédito y Apoyo Técnico para Pequeños Productores Agropecuarios del Noreste Argentino (PPNEA),
con financiación FIDA-BID (reemplazado actualmente por el PRODERNEA), comienza sus
actividades en 1992. Ante la emergencia alimentaria del proceso hiperinflacionario, se crea el
Programa PROHUERTA (1990). En 1993, y como respuesta a la agudización de la crisis de los
pequeños productores y de las PyMEs del sector, se crean los Programas Social Agropecuario (PSA)
y Cambio Rural. (…) En 1998, inicia sus actividades el Programa de Desarrollo de Pequeños
Productores Agropecuarios (PROINDER), que cuenta con financiación del Banco Mundial y se
ejecuta a través del PSA y en menos medida por la DDA. (…) A las acciones enumeradas debe
sumarse las financiadas por el Fondo Especial del Tabaco, que con recursos propios impulsa el
Proyecto de Reordenamiento de Areas Tabacaleras (PRAT)...” (Carballo González, 2005).
de fortalecer la organización y autonomía en la toma de decisiones, no tuvieron el
apoyo de instituciones preocupadas por implementar eficientemente los “paquetes”
para tratar de dar continuidad al financiamiento externo de los programas y, por lo
tanto, de sus estructuras profesionales y administrativas (Carballo González, 2005).
Las disputas políticas entre las conducciones nacionales, funcionarios de los
gobiernos provinciales y autoridades locales, frente a una fuerte presión política para
reducir la conflictividad social, muchas veces agravaron las limitaciones de estos
programas de desarrollo fragmentados y discontinuos, que en el contexto económico
concentrador, y excluyente de los años ’90 acotaron su función a “políticas
compensatorias”.
Estas políticas orientaron recursos y asistencia a pequeños productores aislados,
con el objetivo primordial de incrementar su capacidad de producir. No obstante,
presentaron graves dificultades para mejorar sus ingresos de manera continua y
sustentable, siendo los intermediarios más concentrados del mercado los que
terminaron usufructuando los incrementos de producción logrados con el esfuerzo
de quienes trabajan la tierra, produciendo una transferencia de valor muy regresiva6.
8
En 2009, el Gobernador de Misiones presentaba como política de Estado el apoyo a la producción
de alimentos, destacando la entrega de créditos y subsidios para la inversión fundiaria y el capital
operativo de la “economía familiar agrícola”. Mientras que en el terreno de los anuncios prometía “la
implementación de un programa de creación y desarrollo de Mercados Regionales Comercializadores
de Alimentos Misioneros, cuyo objetivo central es el fortalecimiento de las estrategias de
comercialización de la producción en las distintas regiones de la provincia” Discurso del Gobernador
de la Provincia Misiones Maurice Closs ante la Cámara de Representantes. Posadas, Misiones, 1º de
Mayo 2009. http://www.misiones.gov.ar/
9
“Los feriantes con capacidad de generar excedentes que superan la posibilidad de comercializarlos
semanalmente a través de las Ferias Francas aparecen, por las razones mencionadas, con mayores
posibilidades de constituirse en los pilares de un proceso de construcción de nuevos canales de
comercialización en el que se pueden involucrar otros productores” (Cazzaniga, 2004).
semanalmente en forma directa a los consumidores, bajo el lema “de la chacra a su
mesa”, experiencias que se fueron consolidando con el empuje del Movimiento
Agraruio de Misiones (MAM) y del Programa Social Agropecuario (PSA) a través de la
conformación de Asociaciones de Feriantes y el posterior reconocimiento de los
municipios y de la provincia (Rodriguez, 2010).
Esta experiencia, por un lado, generó una nueva alternativa de actividad económica
para numerosos productores que vieron como se mejoraban sus ingresos, y podían
diversificar e incrementar paulatinamente su producción. Por otro lado, esta nueva
modalidad de comercialización creó la oferta de productos antes inexistentes en el
mercado urbano que gozan de la aceptación del público. En este sentido se podría
afirmar que la constitución de los patrones de calidad se apoyan en un complejo
entramado de valores subjetivos construidos socialmente donde la educación al
consumidor y la promoción de valores simbólicos a través de emblemas, presentan
rasgos diferenciales del producto: su identificación como producto misionero,
producido por pequeños productores en forma artesanal, de un modo “más natural”,
etc. También dio lugar al debate sobre la necesidad de establecer precios justos
referenciados en términos de calidad de vida tanto de los productores como de los
consumidores10.
10
Frente a la desigualdad en los términos de intercambio el “comercio justo” ofrece un valor agregado
material al mejorar los ingresos de los productores, al mismo tiempo que mayores garantías a los
consumidores, y también un valor agregado ético en la construcción de la relación entre productores y
consumidores. Sin embargo, las limitaciones de escala y los costos de certificación, plantean la
necesidad de debatir políticas públicas que permitan consolidar estas alternativas a la lógica mercantil
(Sabourin, 2011).
11
Cf. Entre otros proyectos del Centro Regional Misiones, el Proyecto Regional Análisis y validación
de metodologías de extensión orientadas al Desarrollo Territorial (2006-09) y el Proyecto Regional
Apoyo a procesos de Desarrollo Territorial en el marco del Plan de Tecnología Regional 2009-12.
12
Que recuperó y amplió la experiencia del Programa Social Agropecuario (PSA)
y dieron lugar a otras prácticas de ‘técnicos’, ‘profesionales’ y ‘productores’
involucrados en proyectos de desarrollo rural.
A partir de diagnósticos participativos sobre dificultades técnico-productivas,
problemas de comercialización y transporte, debilidades organizativas de pequeños
productores y de los planteos de falta de apoyo de algunas instituciones, de
continuidad en los programas, y de articulación inter-institucional, por parte de los
productores, se amplió la mirada sobre la complejidad y diversidad de los problemas
en el territorio de Misiones, y la multiplicidad de los sujetos involucrados.
La mejora en las estrategias asociativas de comercialización y transporte, o el
análisis de la implementación de políticas públicas específicas para la producción de
alimentos, por mencionar algunos problemas, necesitan según los proyectos
mencionados, de procesos de capacitación y formación, y de construcción de
canales de comunicación y organización para encarar estrategias colectivas. Los
“Cursos de Formación de Dirigentes” se plantean, en ese sentido, como espacio de
confluencia de representantes de organizaciones agrarias de diferentes localidades
y técnicos de distintos municipios e instituciones (SAF e INTA, entre otras). El
debate de conceptos, métodos y técnicas como herramientas de transformación de
la realidad, contribuye al fortalecimiento de las organizaciones, a la reflexión sobre
las intervenciones de política pública y a promover procesos de desarrollo más
democráticos y participativos, con una importante proporción de mujeres y jóvenes,
tradicionalmente excluidos de estas instancias.
Otra instancia de articulación para destacar es la conformación de un ‘Equipo
Metodológico Interinstitucional’ (INTA, SAF, INDES, UNaM), que permitió desde un
trabajo transdisciplinario sistematizar experiencias de desarrollo rural, capacitar y
acompañar la tarea de técnicos facilitadores en campo, y presentar los resultados en
diferentes instancias (Seminarios y publicaciones). La presentación de la
sistematización de experiencias (Perucca, 2012), muestra avances significativos en
enfoques más integrales de los problemas, donde además de la preocupación
técnico-productiva, comercial, y organizativa, se incorporan las dimensiones
económica, social y política, en las que aparecen en forma concreta algunos de los
dilemas planteados en esta ponencia.
Por mencionar una de las experiencias del “Eje comercialización”, con la Unión de
Trabajadores Rurales del Nordeste de Misiones (UTR)13, productores que
articulan la esfera doméstica con la productiva, en la estrategia de producir
alimentos para el mercado local (principalmente cebolla morada, lechón, pollo
campero). Sin embargo, enfrentan dilemas cotidianos a la hora de asegurar
ingresos para la vida de sus familias: vender ocasionalmente su fuerza de trabajo
(en tareas asociadas a la actividad forestal), o trabajar en su propia unidad
productiva; más aún, en su propia chacra, dedicar su tiempo al tabaco (con alta
demanda de tiempo de trabajo) o a otras producciones: “La producción tabacalera
les significa una fuente segura de ingresos y les facilita la comercialización; sin
embrago insume parte importante de la mano de obra familiar, desplazando la
producción de autoconsumo y otras posibles alternativas comerciales: circunstancia
que incrementa su dependencia de las empresas tabacaleras y del mercado” (Vidal,
2012:126).
Si individualmente es difícil salir de esa disyuntiva, la oportunidad de asociarse les
permitió buscar alternativas económicas para mejorar los ingresos, “…abaratar los
costos de producción y comercialización mediante la compra colectiva de insumos y
del procesamiento y comercialización cooperativa” (Vidal, 2012:126). Entre las
fortalezas para la implementación de estas estrategias, destacan que ya venían
produciendo alimentos para el autoconsumo, y como debilidad que cuando tenían
que vender, “intermediarios comerciales, quienes a través del control del acopio, de
la faena, el transporte y la venta a los comercios minoristas y los consumidores se
estaban apropiando de un valor importante de este producto…” (Vidal, 2012:128)
Consolidando el proceso, y con apoyo de diversas instituciones, conformaron la
Cooperativa Agropecuaria Unión de la Frontera (CAUF) en Bernardo de Irigoyen;
que está desarrollando la producción de lechones de genética mejorada, elaboración
y distribución de alimentos balanceados y la comercialización de lechones faenados
en el mercado local, entre otras actividades económicas14.
13
Esta organización nuclea alrededor de 400 familias de productores agropecuarios en los Municipios
de San Antonio e Irigoyen en el Departamento de General Belgrano y el norte del municipio de San
Pedro. “Una de las fuentes de ingreso monetario para muchos productores es el tabaco, pero también
el trabajo extra-predial. En contrapartida viene adquiriendo mayor significación la producción hortícola
y de granja para el mercado, y la ganadería en pequeña escala. También es importante el apoyo
público social para este sector” (UNaM 2011)
14
La CAUF desarrollo un sistema de fondo rotatorio de maíz; compras colectivas de speller de soja y
harina de carne que distribuye a crédito entre sus socios; compras colectivas de maíz en los años de
3- Alimentos para abastecer mercados locales
16
Mardsen (1997) analiza la construcción diferencial y espacializada de valor de alimentos en los
casos de los nuevos distritos agrarios de frutas para exportación del Valle de San Francisco (Brasil),
de la regulación de la agricultura y los recursos ambientales vulnerables en el Caribe y Barbados, y el
sector de los comerciantes minoristas británicos (Gran Bretaña), y como estos procesos conectados
reconstruyen los espacios rurales
el valor social de los productos alimenticios” creando espacios agrarios desiguales
(Mardsen, 1997).
El bajo precio de los productos agrícolas y las dificultades para acceder a los
alimentos, no son efectos de la fatalidad, sino consecuencia de intereses
económicos y de políticas agrícolas, económicas y comerciales a escala mundial,
regional, nacional y provincial. La necesidad de comprender las transformaciones
locales y regionales en un contexto cada vez más globalizado, exige nuevos
desafíos para los estudios sociales agrarios. No alcanza con analizar una producción
localizada, o un ‘sector’ para desentrañar la complejidad de las relaciones sociales y
económicas involucradas.
En el análisis de la producción, industrialización, distribución y acceso a alimentos,
aunque nos acotemos a un territorio particular, no debemos omitir que intervienen
numerosas variables que hay que conocer en profundidad: distintas formas de
organizar la producción y el trabajo, mecanismos de transferencia y distribución de
ingresos, procesos de diferenciación económica-social, sin descuidar la puja política
en la constitución de los marcos regulatorios (impositivos, financieros, de seguridad
e inocuidad alimentaria). La complejidad de la problemática nos plantea entonces,
dificultades metodológicas por la escasa información disponible para cada uno de
los eslabones de las cadenas económicas, por las intrincadas formas de
intermediación y por la heterogeneidad de las formas de organización de la
producción y el trabajo.
Aunque viene creciendo la superficie cultivada en Argentina desde la década de los
’90, se produce una drástica reducción del número de explotaciones
agropecuarias17. El incremento en volúmenes de producción de mercancías
(commodities) destinadas al mercado externo, desplaza otros cultivos como los
alimentos para la población local. Esta especialización paralelamente aumenta el
riesgo y la dependencia de los pequeños productores respecto a las grandes
compañías comercializadoras trasnacionales.
Alimentos o mercancías
17
(INDEC – ProvInfo – Censo Nacional Agropecuario 2002)
Argentina históricamente enfrentó el problema de ser un país exportador de carnes y
granos, pero que no logra garantizar el acceso adecuado a alimentos para toda su
población. Por eso, tampoco debemos descuidar la relación entre diversos
encadenamientos económicos, en una etapa en que los flujos de capital han
adquirido una velocidad inusitada. Por mencionar el actual debate sobre la cuestión
agraria y sobre la soberanía alimentaria18 en particular, la expansión de
monocultivos para exportación genera también impactos sobre la producción de
alimentos para el mercado interno. El desplazamiento de la frontera agraria y el
reemplazo de actividades de campesinos y pueblos indígenas por monocultivos o
por ganadería a gran escala, se vive con particular conflictividad social en las
provincias del Norte argentino.
Por tanto, investigar sistemas alimentarios en el contexto de la globalización, exige
analizar la conformación del valor de alimentos como mercancías y al mismo tiempo
el lugar que ocupan en la reproducción de las relaciones sociales, así como las
transformaciones en el mercado regional, nacional o internacional, y los recursos
canalizados por el Estado en la implementación de programas y proyectos que
refuerzan o modifican esas tendencias.
Analizar políticas de apoyo a la producción y comercialización de alimentos, implica
al mismo tiempo indagar sobre su importancia para abastecer una demanda
alimentaria insatisfecha y creciente. El desafío de investigar en forma
interrelacionada el potencial de producir y el derecho a alimentarse, nos coloca en el
cruce de la formulación e implementación de políticas productivas, regulatorias y
redistributivas, de políticas económicas y sociales.
18
Como resume Blanca Rubio, para América Latina “…la soberanía alimentaria es ante todo un
proyecto político, lo cual implica la autonomía del país para decidir que se produce y bajo qué
condiciones productivas, centrada en los pequeños campesinos, basada en la sustitución de
importaciones y una fuerte penetración del Estado en la regulación de los mercados”. (Rubio, 2010:1)
Las proposiciones de modernización agropecuaria a partir de la implementación de
complejas tecnologías productivistas, y de políticas de desarrollo rural que
promoverían la ‘integración’ a mercados dinámicos, ocultaron el carácter
concentrador, expropiatorio y excluyente de los agronegocios, intentando invisibilizar
la conflictualidad del proceso de territorialización del capital. (Fernandes, 2008:26)
Aún para funcionarios públicos, investigadores y dirigentes sociales, el pensamiento
neoliberal veló las contradicciones productoras de conflictualidad, suplantándola por
ideologías de ‘integración’ y adaptación a la lógica de los mercados, con
metodologías minuciosamente desarrolladas de ‘participación’ y creación de
consensos. La utilización acrítica del concepto de territorio, despojándolo de sus
dinámicas de oposición, diferenciación y rupturas, solo contribuye a objetivos de
control, despolitización y e imposición del modelo de agronegocios impulsado por
instituciones multilaterales (como el BID y el Banco Mundial).
El desmantelamiento de los mecanismos estatales para regular el mercado, y
controlar a la empresas, abrió paso al avance del control monopólico de grandes
corporaciones de agronegocios19, que en el sector alimentario (con bienes muy
inflexibles de consumo masivo), implican la concentración del acopio y
almacenamiento, la especulación entre precios locales e internacionales, y la
consiguiente reducción de los márgenes de seguridad alimentaria
Pero también como consecuencia del “éxito del modelo sojero” y de la “expansión
forestal-papelera” o del “área tabacalera”, ávidos de tierra y de agua, productores
familiares, comunidades campesinas e indígenas vienen sufriendo desalojos,
cercamientos, y presiones de “públicas” y privadas para liberar “recursos
improductivos” y ponerlos a disposición de los sectores dinámicos del capital.
Es en los conflictos generados por la agudización de las desigualdades, donde los
Estados nacionales pueden diferenciarse por sus políticas de intervención para
“…poner límites a la operación irrestricta del mercado” (Bartra, 2008: 106).
La necesidad estratégica de los Estados latinoamericanos de producir más
alimentos para garantizar el abastecimiento de sus poblaciones, crea la oportunidad
de debatir la posibilidad de apoyar y promover modelos de organización de la
19
“…la estrategia de los capitales individuales consiste en exteriorizar los costos sociales y naturales
(disposición incontrolada de residuos contaminantes, agotamiento de tierras de sembradío,
contratación estacional de jornaleros agrícolas, despido de obreras y empleadas embarazadas,
etcétera, los cuales son transferidos a los trabajadores y al medioambiente” (Bartra. 2008:124)
producción y el trabajo rural alternativos. Los recientes cambios políticos en varios
países latinoamericanos, y los acuerdos de integración regional, abren la posibilidad
de recuperar herramientas estratégicas de política soberana. Pero a condición de un
replanteo profundo de los patrones de comercialización, y de la implementación de
planes de fomento de la producción y el abastecimiento interno de alimentos.
La importancia de promover el asociativismo, es crucial para acrecentar las fuerzas
de los productores agropecuarios, pero también para explorar la posibilidad de
trascender la producción doméstica y vincularlos con las poblaciones más cercanas.
Tanto por la explotación de los trabajadores, como por la expoliación de los
productores primarios, el capital produce simultáneamente concentración de riqueza
y expansión de la pobreza, agudizando los conflictos económicos, sociales y
políticos. La apropiación de la tierra por el capital en América Latina, ha sido uno de
los procesos más violentos y generadores de desigualdad. No sólo en términos de
privar de los medios de producción a miles de campesinos, sino al destruir sus
vínculos comunitarios con la reproducción de la vida y del medio en que existieron
por generaciones.
Aún los productores que permanecen en la tierra y organizan el trabajo familiar, se
ven presionados a adoptar monocultivos para el mercado, que modifican sus
prácticas productivas y los obligan a implementar paquetes tecnológicos, aunque no
estén formalmente subordinados a una relación salarial. Así, la explotación de
clases, se encubre como dependencia del productor a las cosas (agroquímicos,
semillas híbridas, técnicas, combustibles).
20
Dossier Foro Mundial sobre soberanía alimentaria. La Habana. Cuba Set 2001.
Desde una visión estratégica, en lugar del apoyo de los programas agrícolas
compensatorios a los pequeños productores para la producción primaria, el eslabón
más débil y más riesgoso del mercado, las Cooperativas demandan el diseño y la
implementación de políticas que permitan el fortalecimiento de formas de
comercialización alternativa, construyendo una diferente relación con el mercado.
Referencias Bibliográficas
BARTOLOME Leopoldo; Gabriela Schiavoni (comp) (2008). Desarrollo y estudios
rurales en Misiones, Ciccus, Buenos Aires.
BARTRA Armando 2008. El hombre de hierro. Los límites sociales y naturales del
capital. Editorial Itaca – UACM - UAM. México.
BENDINI Steimbreger (coord) (2003b). Territorios y organización social de la
agricultura. Cuadernos del GESA 4. La Colmena. Bs. Aires.
21
Ver trabajos en la compilación de Cittadini. 2010
CARBALLO GONZÁLEZ Carlos (2005). “Desarrollo rural. Nuevos enfoques y temas
claves a considerar”. En VI jornadas interdisciplinarias de estudios agrarios y
agroindustriales, eje temático: Instituciones y políticas públicas sectoriales. El rol del
Estado. Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios de FCE-UBA, Buenos Aires.
CAZZANIGA H., Floridia C., Oviedo A. (2004). “Construir estrategias de
comercialización de alimentos de Misiones: experiencia de articulación económica y
social”. En: 2º Encuentro de Investigadores y Docentes en Economía Social –
Noviembre 2004
CITTADINI Roberto [et.al.] (2010). Economía social y agricultura familiar: hacia la
construcción de nuevos paradigmas de intervención. 1a ed. Buenos Aires, Ediciones
INTA, 2010 465 p. ISBN 978-987-1623-53-2
FERNANDES Bernardo Mançano 2009. Territorio, teoría y política In: Las
configuraciones de los territorios rurales en el siglo XXI ed.Bogotá: Editorial Pontificia
Universidad Javeriana, p. 35-66.
MARDSEN Terry (1997). “Creando un espacio para la alimentación. Las
características del desarrollo agrario reciente”. En Goodman David y M. Watts (eds)
Globalising and food. Agrarian questions and global restructuring. London –
Routledge, New York. Traducción Troncoso Claudia y Arzeno Mariana.
OVIEDO A., Gortari J. (et al) (2012). Trabajadores y productores de tabaco y yerba
mate ante transformaciones económicas y cambios en políticas públicas en
Misiones. Ponencia a la V Reunión del Grupo de Estudios Rurales y Desarrollo. 12 y
13 de Septiembre de 2012 - Posadas, Misiones.
PERUCCA C., Rodriguez F. (comp) (2012). Experiencias de desarrollo rural en
Misiones: pensando y escribiendo nuestras prácticas. Misiones. Ediciones INTA. 225
RODRÍGUEZ F., Perucca C., Kostlin L. y Castiglioni G. (2010). “La Feria Franca de
San Vicente (Misiones) y sus efectos en la organización interna de las unidades
familiares de producción” En: Cittadini, 2010
RUBIO Blanca (2010). “El nuevo modelo de soberanía alimentaria en América
Latina.”. Ponencia presentada en VIII Congreso ALASRU Porto de Galhinas, Recife.
2010. http://www.alasru.org/wp-content/uploads/2011/09/GT27-Blanca-Rubio.pdf
SABOURIN Eric (2011). Mercados de troca e de reciprocidade. En: Sociedades e
Organizaçôes Camponesas. Uma leitura através da reciprocidade. Porto Alegre.
Editora da Universidade Federal do Rio Grande do Sul. Pgs 177 a 224.
SCHIAVONI Gabriela (2009). “Construir un mercado. La transformación del
autoconsumo en mercancía en las ferias de agricultores de Misiones”. En Manzanal
y Villarreal (Org.) El desarrollo y sus lógicas en disputa en territorios del norte
argentino, Ciccus, Buenos Aires, pp. 113-130
SIMONETTI E. (et al) (2011). “De productores familiares a plantadores: el caso de
los tabacaleros en la provincia de misiones”. Proyecto: “Políticas Económicas y
Desarrollo Rural” (16H281). Secretaría de Investigación y Posgrado (FHyCS-UNaM).
Posadas, Misiones. Diciembre de 2011
VIDAL M., Garrido C., Baez L. 2012. Venta colectiva de lechon faenado de la Unión
de Trabajadores Rurales del Nordeste de Misiones. En: Perucca, 2012:123-134.
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: 3. Economías regionales, desarrollo y procesos
socioeconómicos actuales
Resumo:
A cultura do tabaco na região sul do Brasil é considerada uma atividade produtiva de
intensa dinâmica econômica na agricultura familiar. É regida pelo sistema de
integração entre agricultor e indústria e, nos últimos anos, o Estado vem intervindo
na atividade, conforme orientação internacional da Convenção Quadro para o
Controle do Tabaco (CQCT) da Organização Mundial da Saúde. O trabalho objetiva
descrever e analisar os dados da produção de tabaco no Território Centro Serra
(Arroio do Tigre, Cerro Branco, Estrela Velha, Ibarama, Jacuizinho, Lagoa Bonita do
Sul, Lagoão, Passa Sete, Salto do Jacuí, Segredo, Sobradinho e Tunas). As
dimensões utilizadas referem-se a área plantada (ha), área colhida (ha), quantidade
produzida (ton), rendimento médio (Kg/ha), valor da produção (R$ mil), no período
de 2006 a 2010, segundo dados da Fundação de Economia e Estatística do Rio
Grande do Sul (FEE DADOS). O estudo possibilitou identificar um destaque da
produção em Arroio do Tigre em relação a outros municípios. Observa-se certa
estabilidade nos atributos de análise, nos cincos anos pesquisados. Salto do Jacuí e
Jacuizinho são os produtores de tabaco menos expressivos, enquanto que Arroio do
Tigre, Segredo e Passa Sete são os municípios que se destacam na produção de
fumo no Centro Serra. Por fim, verifica-se que o território tem significativa
participação na produção de tabaco, sendo uma das principais estratégias
econômicas das unidades de produção, no entanto, isso não elimina outras
atividades agrícolas e não agrícolas, fornecendo ao Território Centro Serra um leque
de diversidade agrícola e de renda no rural.
Palavras-chaves: fumicultura, dados da produção tabaco, Território Centro Serra,
base de dados FEE;
1
O artigo integra os anais do “V Congreso Argentino y Latinoaméricano de Antropologia Rural”, organizado pela
Facultad de Ciencias Humanas - Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), Santa Rosa, La Pampa, Março
de 2013.
2
1. Introdução
O Brasil possui 156.935 estabelecimentos rurais produzindo fumo em folha,
atingindo 567.974 hectares colhidos, gerando 1.109.036 toneladas de tabaco. No
Sul do país, principal produtor, são 134.257 estabelecimentos, 516.727 hectares
colhidos, alcançando um patamar de 1.049.724 toneladas da solanácea, segundo o
Censo Agropecuário de 2006. De acordo com informações do Anuário Brasileiro do
Tabaco, fundamentado em dados da Associação Internacional dos Produtores de
Tabaco (ITGA), o Brasil é o terceiro maior produtor mundial de fumo em folha com
726.050 toneladas na safra de 2009/2010. O segundo lugar é ocupado pela Índia
com 765.000 toneladas e, em primeiro lugar, a China com 2.355.500 toneladas de
tabaco.
Em 2010, segundo dados do Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística
(IBGE, 2010), a produção de tabaco no Sul do Brasil responde por 98% do total
nacional, abrangendo aproximadamente 700 municípios. A área colhida atingiu a
escala de 449.629 hectares, produzindo 787.617 toneladas de fumo em folha, com
um valor da produção estimado em R$ 4.508.061,00 no país.
O Território Centro Serra2 localizado na Região do Vale do Rio Pardo,
configura-se espacialmente como um dos importantes polos de concentração de
produção de fumo em folha no Rio Grande do Sul. Caracterizado, principalmente,
por relevos ondulados, apresentando algumas regiões montanhosas e outras mais
planas, com colinas suaves, fornecendo a região distintas conformações. Em grande
parte, apresentam-se locais atípicos sob condições adversas à agricultura, de
características ambientais restritas (alto relevo, declivosidade elevada, alta erosão
do solo, baixa fertilidade, avanço das capoeiras, pedregosidade, pequena
profundidade, acidez, etc.), dificultando ou impossibilitando, em certa medida, o uso
de tecnologias agrícolas (trator, colheitadeira, entre outros). Por outro lado, áreas
planas e férteis, alternando solos rasos e profundos, várzeas ou levemente
onduladas traçando um espaço geográfico com distintas potencialidades agrícolas.
Em todos os municípios envolvidos, a produção de tabaco está presente em maior
ou menor expressividade guiando a renda agrícola de muitas propriedades rurais.
2
Nesse trabalho optou-se pela composição de municípios que envolvem o Território Centro Serra, segundo
definição estabelecida, atualmente, pelo Ministério do Desenvolvimento Agrário (MDA). Outras configurações
espaciais são realizadas, mas para efeitos dessa análise opta-se pela classificação contemporânea do governo
federal.
3
Nessa configuração, o Território Centro Serra conta com uma área total de
2.629 km2, envolvendo o contingente de 42.696 pessoas, conforme dados
contabilizados pelas informações do IBGE (2012). Grosso modo, são municípios que
tem como fonte de renda principal, a atividade agrícola. Segundo o documento
elaborado por uma equipe de consultores, publicado no Ministério do
Desenvolvimento Agrário (MDA), o Território Centro Serra constituiu-se formalmente
no ano de 2006, através da solicitação dos gestores públicos (prefeitos) da região
que compõem a Associação dos Municípios do Centro Serra (AMCSERRA). Em
2007, o MDA consolida o território por formar um espaço geográfico que tem como
identidade produtiva a agricultura familiar e também pela similitude nos índices de
desenvolvimento dos municípios integrantes. Em 2008 constituiu-se o Território de
Desenvolvimento Rural Sustentável – Centro Serra. Como avanço nesse processo,
em 2009, formou-se o Codeter (Colegiado Territorial) com 48 membros titulares e
respectivos suplentes representando, de forma paritária, as diversas instituições
públicas e da sociedade civil, dos doze municípios integrantes do território, segundo
informações do documento institucional.
Conforme dados do Censo Agropecuário de 2006 coletados pelo IBGE, o
Território Centro Serra conta 5.031 estabelecimentos agropecuários entre 0 a 10
hectares; 3.296 entre 10 a 20 hectares; 2.359 entre 20 a 50 hectares; 412 entre 50 a
100 hectares; 249 entre 100 a 500 hectares e apenas 37 com mais de 500 hectares.
Nesse sentido, o documento elaborado pelos consultores técnicos do Território
Centro Serra aponta, consolidado em informações do IBGE, que nesse local existe a
predominância da agricultura familiar, sendo que 92,48% do total de
estabelecimentos são explorados pela categoria social. O mesmo percentual é
verificado em relação à posse dos estabelecimentos. Os proprietários,
representantes da agricultura familiar, são 92,36 % do total, afirma a equipe de
consultores via documento institucional.
O objetivo deste texto é descrever e analisar os dados da produção de tabaco
no Território Centro Serra embasado, principalmente, nas informações fornecidas
pela Fundação de Economia e Estatística do Rio Grande do Sul (FEE DADOS),
apoiado em uma breve interlocução bibliográfica, fazendo análises comparativas
entre os anos 2006 a 2010, bem como, tecendo indicações sobre os municípios que
envolvem o território estudado. O artigo está organizado em três seções, além da
introdução e considerações finais. No item 2, busca-se apresentar uma breve
4
2. Considerações Metodológicas
Os dados utilizados referem-se às variáveis como a área plantada (ha), área
colhida (ha), quantidade produzida (t), rendimento médio (Kg/ha), valor da produção
(R$ mil), no período de 2006 a 2010, segundo dados da Fundação de Economia e
Estatística do Rio Grande do Sul (FEE). A partir da série histórica dos últimos cinco
anos (2006-2010), foram selecionados os municípios que compõem o Território
Centro Serra. Na classificação do MDA, o Território Centro Serra é composto por
Arroio do Tigre, Cerro Branco, Estrela Velha, Ibarama, Jacuizinho, Lagoa Bonita do
Sul, Lagoão, Passa Sete, Salto do Jacuí, Segredo, Sobradinho e Tunas.
A escolha do território ocorreu em função de ser um dos principais espaços
de produção de tabaco contrastando com a região de Santa Cruz do Sul e locais
circunvizinhos. Além disso, Arroio do Tigre é considerado o maior produtor sul-
brasileiro de fumo tipo Burley do país, fornecendo ao território destaque na cultura.
Os anos escolhidos (2006, 2007, 2008, 2009 e 2010) foram selecionados por
serem os cinco anos mais recentes e disponíveis para construção de tabelas,
gráficos e análises sobre a situação da fumicultura no território. De certa maneira,
optou-se pelas informações da FEE DADOS pela facilidade de acesso e a sua
especialidade, concentrando esforços apenas nos municípios do Estado do Rio
Grande do Sul.
A Região do Vale do Rio Pardo que integra parte do Território Centro Serra,
segundo indicativos do Atlas Socioeconômico do Rio Grande do Sul conforme dados
do IBGE em 2006, é a maior produtora do Estado com 181.109 toneladas, ou 39,2%
da produção gaúcha, indicando na região, três dos cinco maiores municípios
produtores do Estado: Venâncio Aires com 25.207 toneladas, Candelária com
22.137 toneladas e Santa Cruz do Sul com 16.709 toneladas. Nessa época, a
Região Centro-Sul atingiu 73.247 toneladas e a Região Sul alcançou 60.269
toneladas, os quais têm suas maiores produções em Camaquã com 19.954
toneladas, e Canguçu com 22.482 toneladas, respectivamente.
Na safra 2005/2006 o Rio Grande do Sul foi responsável por 54% da
produção total de tabaco da Região Sul, conforme expressa Buainain e Souza Filho
(2009). Dentre os dez municípios maiores produtores de fumo em folha do Estado
anotada pelos analistas, considerando os hectares plantados e a produção em
tonelada, na safra 2007/2008, seis deles integram a Região do Vale do Rio
6
Pardo/RS3, sendo eles: Venâncio Aires (1ª lugar), Santa Cruz do Sul (3º lugar),
Candelária (4º lugar) e Vale do Sol (7º lugar), Vera Cruz (9º lugar) e Sinimbu (10º
lugar).
Na última década (2000 – 2010) a produção de fumo em folha no Rio Grande
do Sul – considerando as variações climáticas, restrições externas, de mercado e
outras contingências – aumentou 48.609 toneladas, partindo de um patamar de
294.873 toneladas no ano 2000, atingindo o pico em 2004 quando alcança 482.968
toneladas (aumento de 188.095 toneladas comparado ao ano de 2000), fechando
em 2010 com o índice de 343.482 toneladas de tabaco produzidas, conforme
visualizado no gráfico.
Gráfico 01 – Quantidade produzida (ton) de tabaco no Rio Grande do Sul (2000 – 2010)
F
Fonte: Elaborado pelo autor, segundo informações da FEE DADOS
3
A Região denominada Vale do Rio Pardo/RS engloba os seguintes municípios: Arroio do Tigre, Barros Cassal,
Boqueirão do Leão, Candelária, Encruzilhada do Sul, Estrela Velha, General Câmara, Gramado Xavier,
Herveiras, Ibarama, Lagoão, Pantano Grande, Passa Sete, Passo do Sobrado, Rio Pardo, Santa Cruz do Sul,
Segredo, Sinimbu, Sobradinho, Tunas, Vale do Sol, Vale Verde, Venâncio Aires e Vera Cruz. Todos estes com
expressiva ênfase na atividade fumageira, tendo seu PIB, na maior parte deles, derivado da produção tabagista.
7
Quadro 02 – Área plantada (ha) de tabaco nos municípios do Território Centro Serra – RS
Área plantada (ha)
Municípios 2006 2007 2008 2009 2010
Arroio do Tigre 6.500 6.500 6.500 7.020 7.250
Cerro Branco 1.950 1.950 1.950 1.950 1.950
Estrela Velha 1.150 1.150 1.200 1.300 1.430
Ibarama 2.500 2.350 2.350 2.350 2.250
Jacuizinho 400 400 400 420 450
Lagoa Bonita do Sul 2.300 2.300 2.000 2.000 2.000
Lagoão 2.310 2.310 2.310 2.400 2.400
Passa Sete 3.025 3.025 3.000 3.200 3.300
Salto do Jacuí 300 250 250 300 250
Segredo 3.950 3.950 3.930 4.000 4.000
Sobradinho 2.200 2.100 1.800 2.000 2.000
Tunas 1.500 1.275 1.350 1.350 1.350
Fonte: FEE DADOS
Quadro 03– Área colhida (ha) de tabaco nos municípios do Território Centro Serra – RS
Área colhida (ha)
Municípios 2006 2007 2008 2009 2010
Arroio do Tigre 6.500 6.500 6.500 7.020 7.250
Cerro Branco 1.950 1.950 1.950 1.950 1.950
Estrela Velha 1.150 1.150 1.200 1.300 1.430
Ibarama 2.500 2.350 2.350 2.350 2.250
Jacuizinho 400 400 400 420 423
Lagoa Bonita do Sul 2.300 2.300 2.000 2.000 2.000
Lagoão 2.310 2.310 2.310 2.400 2.400
Passa Sete 3.025 3.025 3.000 3.200 3.300
Salto do Jacuí 300 250 250 300 250
Segredo 3.950 3.950 3.930 4.000 4.000
Sobradinho 2.200 2.100 1.770 2.000 2.000
Tunas 1.500 1.275 1.350 1.350 1.350
Fonte: FEE DADOS
Na safra 2011/2012, o Território Centro Serra sofreu uma forte estiagem que
afetou a produção agrícola. Em Arroio do Tigre, por exemplo, estima-se que os
6.700 hectares cultivados apresentará um agravo de 30% na produção final tendo
uma perda de 4.020 toneladas, segundo laudo técnico dos prejuízos estimados pela
da Secretaria da Agricultura e Emater local. No município de Estrela Velha, segundo
informações da Emater disponibilizadas pelo IBGE, para a safra 2011/2012 a área
plantada e colhida de fumo é de 1.430 hectares, estimando em março de 2012, uma
produção de 1.780 toneladas.
10
Quadro 04– Quantidade produzida (ton) de tabaco nos municípios do Território Centro Serra – RS
Quantidade produzida (ton)
Municípios 2006 2007 2008 2009 2010
Arroio do Tigre 14.300 15.275 13.650 13.338 12.687
Cerro Branco 3.506 3.900 4.446 3.510 3.120
Estrela Velha 2.277 2.277 2.148 2.256 2.145
Ibarama 5.375 5.170 5.170 3.995 3.564
Jacuizinho 600 600 500 609 533
Lagoa Bonita do Sul 4.830 4.830 4.400 4.400 2.880
Lagoão 4.851 4.851 5.082 4.536 4.152
Passa Sete 6.352 7.260 6.600 5.760 4.290
Salto do Jacuí 504 420 420 405 388
Segredo 7.900 7.900 7.860 7.600 6.800
Sobradinho 4.158 4.536 3.540 3.600 3.080
Tunas 2.760 2.346 2.673 2.338 2.004
Fonte: FEE DADOS
4
O município de Salto do Jacuí é considerado a Capital gaúcha da energia elétrica.
11
toneladas e, por último, 12º) Salto do Jacuí com 388 toneladas de fumo em folha
produzidas.
Quadro 05– Rendimento médio (Kg/ha) de tabaco nos municípios do Território Centro Serra – RS
Rendimento Médio (Kg/ha)
Municípios 2006 2007 2008 2009 2010
Arroio do Tigre 2.200 2.350 2.100 1.900 1.750
Cerro Branco 1.798 2.000 2.280 1.800 1.600
Estrela Velha 1.980 1.980 1.790 1.735 1.500
Ibarama 2.150 2.200 2.200 1.700 1.584
Jacuizinho 1.500 1.500 1.250 1.450 1.260
Lagoa Bonita do Sul 2.100 2.100 2.200 2.200 1.440
Lagoão 2.100 2.100 2.200 1.890 1.730
Passa Sete 2.100 2.400 2.200 1.800 1.300
Salto do Jacuí 1.680 1.680 1.680 1.350 1.552
Segredo 2.000 2.000 2.000 1.900 1.700
Sobradinho 1.890 2.160 2.000 1.800 1.540
Tunas 1.840 1.840 1.980 1.732 1.484
Fonte: FEE DADOS
Quadro 06– Valor da produção (R$ mil) de tabaco nos municípios do Território Centro Serra – RS
Valor da produção (R$ mil)
Municípios 2006 2007 2008 2009 2010
Arroio do Tigre 57.236 67.293 81.061 76.833 78.780
Cerro Branco 14.033 16.172 25.359 19.652 19.642
Estrela Velha 9.114 8.846 12.205 12.473 13.418
Ibarama 21.513 24.144 29.422 22.857 22.336
Jacuizinho 2.214 1.560 1.800 2.758 2.257
Lagoa Bonita do Sul 19.332 21.252 25.126 25.924 17.946
Lagoão 19.416 21.344 28.955 25.408 25.679
Passa Sete 25.424 30.560 38.102 33.037 26.658
Salto do Jacuí 1.860 1.050 1.512 1.991 2.179
Segredo 31.620 34.760 47.619 43.714 42.328
Sobradinho 16.642 18.598 20.484 20.044 19.014
Tunas 11.047 9.384 15.431 13.256 12.429
Fonte: FEE DADOS
Nessa analogia, Lagoa Bonita do Sul foi o único município do Território Centro
Serra que teve uma redução no valor de produção. Em 2006 atingiu o valor de R$
19.332,00 e em 2010 apontou R$ 17.946,00, uma redução de R$ 1.386,00. Os
demais apresentaram uma evolução positiva.
5. Considerações finais
Os dados apresentados sobre o contexto da fumicultura no Território Centro
Serra permitem identificar um espaço que tem significativa participação na produção
de tabaco no Sul Brasil, congregando diferentes escalas de produção e
representatividades. Existe um processo de concentração expressiva de tabaco em
Arroio do Tigre, Segredo e Passa Sete, destacando-se em relação aos outros
municípios. Lagoão, Ibarama, Cerro Branco, Sobradinho, Lagoa Bonita do Sul,
Estrela Velha e Tunas, em ordem decrescente, encontram-se em uma escala de
produção alternando, aproximadamente, entre quatro mil e duas mil toneladas. Em
menor expressão, como já anotado, Salto do Jacuí e Jacuizinho configurando entre
os menores produtores de fumo em folha no território.
A análise aponta que, nos últimos cinco anos, houve uma diminuição da
produção de tabaco. Em 2006, o Território Centro Serra alcançou 57.413 toneladas
produzidas de fumo em folha; em 2007 atingiu o pico de 59.365 toneladas; em 2008
existe uma leve redução para 56.489 toneladas; diminuindo ainda mais em 2009
com 52.347 toneladas e chegando ao valor de 45.643 toneladas em 2010. Nesse
15
6. Referências Bibliográficas
Gabriel Stecher1Gabrielstecher@gmail.com-
Sebastián Valverde2sebavalverde@yahoo.com.ar
Gabriel Zalazar3zalazargabriel08@gmail.com
1 2
Asentamiento Universitario San Martín de los Andes-Universidad Nacional del Comahue. Facultad
3
de Filosofía y Letras -UBA/ CONICET. Regional Patagonia Norte Dirección Producción Forestal
MINAGRI
Resumen
Las comunidades mapuce que habitan el sur de Neuquén, al igual que muchos
pueblos originarios de Argentina, han sufrido a lo largo de la historia, profundos
cambios en sus territorios que afectaronsus especificidades socio-productivas y
culturales.
Los hechos que dieron lugar a la formación de los Estados Nacionales chileno y
argentino,y la posterior consolidación de sus fronteras, obligaron al pueblomapucea
adscribirse a nuevas identidades de forma compulsiva.
El avance de la frontera ganadera, la entrega de tierras, la reubicación de
poblaciones y la fragmentación del territorio, fortalecieron las condiciones que
permitieron subsumir los modos de reproducción ancestrales al del nuevo
capitalismo agrario de manera asimétrica y desigual.
El proceso de consolidación de organizaciones de carácter etnicista, que tuvo lugar
a partir de mediados de los ochenta y que vienen teniendo una fuerte influencia en el
pueblo mapuce, impondrá nuevas relaciones sociales-políticas con el Estado,
originando cuestionamientos y conflictos a los modelos de desarrollo propuestos en
territorios de las comunidades.
La población rural, de origen étnico –históricamente invisibilizada por el
Estado,también ha sido víctima de los organismos de desarrollo, que modelaron
procesos de intervención que no contemplaron especificidades y heterogeneidades
propias de contextos interétnicos.La actividad forestal como modelo de desarrollo
instrumentado en las últimas décadas, ha generado nuevas diferenciaciones y
recurrentes conflictividades territoriales. Estos son los aspectos que nos
1
proponemos abordar, atendiendo a las demandas territoriales y al accionar de las
organizaciones indígenas, en un escenario signado por un gran dinamismo y
conflictividad.
La provincia posee, según datos provisionales del censo 2010 (INDEC, 2010),
550.334 habitantes, habiendo experimentado en las últimas tres décadas un
2
importante crecimiento demográfico en comparación con el resto del país. La
variación intercensal registrada entre los años ‘70 y ‘80 marcó un incremento del
57,8%, mientras que para el período 80-91 fue de 59,5%. Por lo tanto, considerando
la evolución en valores absolutos, Neuquén aumentó su población de 154.143
habitantes en 1970 a 243.850 habitantes en 1980; 388.833 habitantes en 1991
(DGEyC, 2000) y a 474.155 habitantes en el 2001 (INDEC 2001), representando la
cifra actual un incremento del 51.3%
Una de las características de la provincia, que abordaremos con mayor
profundidad es la composición de carácter étnico de su población. Los datos
oficiales más recientes sobre la cantidad de integrantes de pueblos originarios en
Argentina de acuerdo a datos del último Censo Nacional de Población, Hogares y
Viviendas del año 2010, la población que se auto reconoce como perteneciente a un
pueblo indígena, representa algo menos de un millos de personas, es decir el 2,4%
de la población nacional. Este porcentaje se eleva en la Provincia de Neuquén al
8,0% del conjunto de los habitantes de este estado, porcentaje solo superado por
Chubut (8,7%) (los restantes 22 distritos presentan proporciones inferiores) (INDEC,
2012).
En todo el país, la población que se reconoce y/o desciende del pueblo
Mapuche asciende a 205.009 personas, constituyéndose en el pueblo originario más
numeroso. Después le siguen el Qom (Toba), Guaraní, Diaguita y Kolla. De acuerdo
a datos de la Encuesta complementaria de Pueblos indígenas (ECPI-INDEC, 2004-
2005) de la población Mapuche que residía en patagonia, un 71,6%, lo hace en
ámbitos urbanos, mientras el restante 28,4% viven en áreas rurales (INDEC-ECPI,
2004).
El flujo migrante sostenido durante más de dos décadas, podemos explicarlo
a partir de dos procesos: a) la expansión de la explotación hidrocarburífera y b) la
aplicación de políticas estatales de impronta desarrollistas, basadas en una alta
inserción en el empleo estatal y una fuerte correlación con la inversión e
infraestructura pública (vivienda, salud y educación, servicios, etc.).
Neuquén buscó insertarse en la economía de mercado como generador de
hidrocarburos, conviviendo contemporáneamente con modelos de producción
campesina trashumantes de origen criollo o indígena (García, 2007).
Sin embargo dicho flujo migrante le imprimió a la provincia una característica
marcadamente urbana. Según reflejan las estadísticas el 89%, se encuentra en
3
conglomerados urbanos, mientras la población rural, considerando en forma
conjunta tanto la dispersa como la agrupada1, representando el 11% de la población
total.
La distribución de los habitantes de la provincia se ha ido modificando de
acuerdo al auge y decadencia de las actividades productivas y comerciales. Hasta la
mitad del siglo XX el área más densamente poblada se encontraba en la franja
cordillerana, producto de las explotaciones ganadera y maderera, y los
consecuentes vínculos comerciales con Chile. Esta situación fue cambiando a partir
de la llegada del ferrocarril (1902), que modificó la relación mercantil hacia el
Atlántico, más precisamente con Buenos Aires.
En la década del 90, a consecuencia de la aplicación de políticas de corte
neoliberal, se produce un achicamiento y retroceso de las funciones del Estado. La
desinversión pública tuvo como efecto inmediato el desempleo y el consecuente
retorno de parte de la población rural, en especial indígena, a sus territorios de
origen. Algunos de ellos protagonizarán en el futuro, importantes roles como
dirigentes de sus comunidades y en organizaciones etnicistas.
En Neuquén durante los años 70 y 80, al igual que en otros países de la
región, surgieron nuevos dirigentes indígenas que lograron acceder a destacados
niveles de instrucción formal y, por lo tanto, a conocer a la sociedad occidental
desde adentro, hecho que puso en escena la problemática étnica a partir de las
nuevas organizaciones etnopolíticas desarrolladas por estos líderes (Bengoa, 1994:
35-36).Pueden categorizarse como nuevas formas de lucha y de construcción de la
identidad étnica porque respondían a dinámicas nuevas y no eran la reaparición de
viejas identidades “apagadas” o “adormecidas” (Valverde, 2006).
El proceso de “re etnización” que se viene gestando durante los últimos diez
años, puede ser percibido como un fortalecimiento cultural y político de las
organizaciones etnicistas, pero que también es transmitido a los productores
campesinos quienes se adscriben a sí mismos como mapuce, conformando grupos
familiares en neo comunidades con identidad étnica2. Esto también explica este
1
Se clasifica como población rural agrupada a la que se encuentra en localidades de menos de 2.000 habitantes
y dispersa a la que habita en campo abierto.
2
A mediados de los años 80 el estado provincial reconocía 22 Comunidades mapuce. Actualmente este número
asciende a 57 de las cuales sólo 47 poseen personería jurídica.
4
incremento a 200.000 integrantes del pueblo Mapuche, mientras hace una década
esta cifra era aproximadamente la mitad.
Tal como mencionamos anteriormente, un efecto visible sobre la población,
producto del modelo de desarrollo adoptado, fueron los movimientos migratorios
tanto internos (desde otras provincias) como de países limítrofe principalmente de
Chile. Sin embargo otra migración, menos visible, fue aquella proveniente de las
áreas rurales del interior de la provincia, principalmente de comunidades mapuce de
parajes cordilleranos. Después del proceso de desregulación del Estado y
privatización de las empresas estatales, se evidenció un fenómeno explicable sólo
por las propias contradicciones de las políticas públicas3, que provocó un
movimiento inverso, muchas familias de origen indígena y campesino regresaron a
las áreas rurales de origen; iniciando un proceso que denominaremos de
“campesinización”.
Resulta frecuente encontrar grupos familiares, que se constituyeron fuera del
ámbito de las comunidades, y a su regreso se integraron conformando nuevas
unidades domésticas y que requieren de un espacio donde desarrollarse. Así se
inicia un círculo complejo y con consecuencias y efectos inmediatos en los
territorios, en los que el número de poblaciones se incrementa de manera
exponencial en un espacio comunitario delimitado y con escasez de recursos
naturales para sustentarlo.
Por lo tanto en ese espacio geográfico, conviven diferentes concepciones de
territorio cuya relación se expresa en el conflicto, pero contradictoriamente
dependientes una de la otra (Mançano Fernández, 2005).
A fin de lograr una comprensión adecuada del actual contexto social y político
del territorio debemos reinterpretar el proceso de conformación del mismo desde el
plano histórico-político y en consecuencia, desde cómo se fueron construyendo las
relaciones sociales de ese territorio.
3
Desmanteladas las empresas estatales con el inicio de la etapa neoliberal el estado provincial refuerza a través
del Ministerio de Desarrollo Social, un conjunto de subsidios a fin de sostener a la población en las comunidades.
5
grupos que se consolidaron en la región alcanzando a conformar estrategias de vida
nómade en función del aprovechamiento de los recursos naturales.
Desde el inicio de la etapa de colonización española, la región suscitó el
interés de la Corona como ruta estratégica entre el Atlántico y los asentamientos del
Sur de Chile y la costa del Pacífico. Data de esta época (siglo XVII) el fortalecimiento
de las alianzas tribales entre grupos étnicos de ambos lados de la Cordillera de los
Andes, tal cual lo evidencian las crónicas de los primeros exploradores y órdenes
religiosas, en las que describen la regularidad de intercambios comerciales y
acuerdos a fin de resistir las invasiones españolas. El territorio abarcó una extensa
superficie desde el sur de la provincia de Buenos Aires hasta la actual región de la
Araucanía (Chile).
Como podemos apreciar la incorporación de la actividad y la participación de
manera incipiente de los grupos étnicos regionales a un modelo de economía
capitalista, producto de las nuevas relaciones, tuvo como consecuencia grandes
transformaciones sociales, económicas y culturales cuyas implicancias modificarían,
de manera dinámica e irreversible, la concepción de territorio con consecuencias
perceptibles hasta el presente.
6
El nuevo estado recrea el imaginario de “desierto”, concepción que hace
referencia a una tierra sólo habitada por unos pocos bárbaros cazadores y
recolectores carentes de sentido de pertenencia a la nueva nación.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX el Estado argentino justificando una
supuesta necesidad de consolidar sus fronteras, inició la guerra de exterminio contra
los grupos indígenas que se ubicaban en la Patagonia. En cierta manera dicha
estrategia coincidió con el nuevo rumbo social y económico del Estado,
representado por el avance del sistema capitalista en territorio indígena, cuyas
vertientes de intervención e instrumentación se expresaron de acuerdo a dos
lógicas diferenciales tal como lo expresa Trinchero:
“Mientras que en la Pampa y en la Patagonia el problema central pareció estar
configurado por la cuestión limítrofe y el control territorial, en el Chaco, los
requerimientos de mano de obra para los distintos emprendimientos agro industriales
(azúcar, taninos y algodón) provocaron que el control y el disciplinamiento social
constituyera la cuestión central” (Trinchero, 2007:193).
El pueblo mapuce fue sometido militarmente recién a fines del siglo XIX,
después de varios siglos de resistencia, cuando los ejércitos de las nuevas naciones
llevaron a cabo las operaciones militares denominadas eufemísticamente
“Pacificación de la Araucanía” en Chile y “Campaña de Desierto” en Argentina
(Radovich, 2003).
Las conquistas permitieron la incorporación de las áreas habitadas por el
pueblo mapuce a la estructura económica del Estado argentino en formación. El
resultado de esta expansión fue el reasentamiento de la población indígena
sobreviviente en tierras marginales.
Luego de las campañas de exterminio sufridas, algunos caciques, recibieron a
través de distintas leyes, superficies de tierra en donde instalarse junto a sus
comunidades (Valverde y Stecher, 2010). De este modo, comenzaron a conformarse
las denominadas reservas que derivarían en las actuales comunidades y
agrupaciones compuestas por familias provenientes de distintos puntos de la región
pampeano-patagónico, e incluso del sur chileno (Radovich y Balazote, 1992).
Los territorios usurpados, habitados originalmente por los pueblos indígenas,
debían repoblarse, pero al sentir de los nuevos valores hegemónicos, este nuevo
poblamiento se realizaría con inmigrantes europeos blancos, en coincidencia con la
imagen que la elite local tenía de sí misma (Bartolomé, 2003: 167).
7
Luego de asegurar las nuevas fronteras la corporación militar se transformó
en el principal actor social no sólo por la cuota de reparto de tierras que le
correspondió como “premio” sino por asumirse como avanzada civilizadora que
impulsó el progreso (Radovich, Balazote; 1992). Para el cumplimiento de dicho
objetivo fue necesaria la eliminación de todo rasgo de diversidad cultural, por lo cual
finalizada la campaña la mayoría de los grupos sobrevivientes fueron relocalizados
en tierras fiscales, sufrieron migraciones forzadas, o se incorporaron
como asalariados en el mercado de trabajo. Sin embargo, y a pesar de estos
factores compulsivos y asimiladores, los miembros de las comunidades mapuche
han (re)elaborado una serie de estrategias de vida tendientes a lograr su
supervivencia como pueblo no obstante la desigualdad que impone el sistema.
Fue el propio estado argentino quien asumió el rol de la apropiación privada
de las nuevas tierras ya que, como explicamos anteriormente, la Nación debió
compensar la deuda adquirida para financiar la campaña militar. De esta manera, y a
fin de cumplir con los acuerdos generados previamente a la campaña, se
implementaron instrumentos y normas legislativas tales como las leyes de
empréstitos y de premios militares, cuya moneda de cambio fueron las tierras
conquistadas (Bandieri, 1993: 130)., a la cual se le sumaron posteriormente las
vinculadas a las de colonización, favoreciendo una política migratoria, no sólo con el
objetivo de habitar las tierras sino de hacerlo con una población de origen europeo;
de esta manera la imagen social homogénea blanca dominante se impondría por
sobre la raza originaria preexistente, cumpliendo uno de los preceptos de afianzar
una sola Nación. Los indios pasaban a un estado de invisibilidad absolutamente
subsumido al nuevo modelo.
La combinación de pequeñas unidades de producción mapuce con grandes
concentraciones de tierras privadas, surgidas a partir de la redistribución a la que
hicimos referencia, generó las condiciones de una estructura agraria aún vigente en
el presente y las formas de vinculación entre el trabajo asalariado y el trabajo
doméstico de las familias indígenas, así como señala Balazote:
“(…) las relaciones que se establecieron entre mapuce y winkas [población blanca], no
sólo configuraron un sistema interétnico sino también expresaron relaciones de clase”
(Balazote, 1994:82).
8
Por lo tanto el Estado con su lógica capitalista creó las condiciones de
reproducción social de terratenientes y campesinos (indígenas) en un espacio
económico de fuerte impronta asimétrica y desigual (Giarraca y Teubal, 2007: 5, 6).
La etapa territorial
Los denominados Territorios Nacionales fueron organizaciones políticas
administrativas creadas por la ley 1532 en octubre de 1884, sin autonomía y
dependientes absolutamente del poder central (Bandieri, 1993)..
La creación de la Dirección (luego “Administración”) de Parques Nacionales,
en 1934, representó un hito fundamental en la dinámica de la región cordillerana.
Esta institución ha ejercido, desde entonces y hasta nuestros días, un rol clave en el
desarrollo regional, transformándose en el principal referente político administrativo
del Estado Nacional en el incipiente territorio neuquino. La política ejercida hacia los
habitantes que quedaron dentro de su jurisdicción fue de característica dual; muy
laxa cuando se trataba de ceder tierras a personalidades prestigiosas, y sumamente
estricta en el cumplimiento de las normativas vigentes si los aspirantes eran
personas de escasos recursos -más aún si eran chilenos e indígenas-. Mientras a
los primeros les cedieron títulos de propiedad, a los segundos la Administración de
Parques Nacionales les entregó “Permisos Precarios de Ocupación y Pastaje”
(PPOP), que no solamente no los protegían de una eventual expulsión, sino que
suponían una infinidad de trabas para sus ocupantes (García y Valverde, 2006).
Además de implicar la obligatoriedad de pagar un canon anual en concepto de uso
de tierras fiscales; estos PPOP eran personales e intransferibles caducando con la
muerte del titular(Carpinetti, 2005:40).
Pero en muchos casos, ni siquiera los habitantes originarios lograron este
status de “ocupantes”, y la política fue la expulsión. Sin embargo, la institución tuvo
un rol clave en la impronta simbólica otorgada a la zona, contribuyendo a la
gestación de una imagen “alpina” (favorecida por cierto parecido físico con Los
Alpes) concordante con el ideal estético y social que la clase hegemónica deseaba
para el lugar.
No es de extrañar, entonces, que se produjera un proceso de
homogeneización de la población en las regiones que quedaron bajo jurisdicción de
la APN, que implicó la estigmatización deliberada de algunas identidades, tal es el
caso de “chilenos” y “mapuce”.
9
Neuquén y su conformación política como Provincia
En 1955 se sanciona la Ley 14.408 en la cual se declara provincias a los
Territorios de Formosa, Río Negro y Neuquén, a los que luego se le sumarían
Chubut y Santa Cruz, integrándose de esta manera la Patagonia al régimen federal
de la República Argentina.
En 1957 se redactó la primera constitución provincial, realizándose las
primeras elecciones democráticas de autoridades en 1958. En 1963, con el
peronismo proscripto, se conformó el partido provincial, el Movimiento Popular
Neuquino (MPN),En ese contexto, el MPN consolidó su hegemonía política en
estrecha relación con el desarrollo del Estado Provincial y el crecimiento de la
economía regional, muy superior a la nacional (Valverde y Stecher, 2010).
Un hito fundamental, acontecido a principios de los ‘70 y por el cual se definió
la política de desarrollo, fue la creación de cuatro organismos oficiales provinciales:
el Consejo de Planificación y Acción para el Desarrollo (COPADE), la Corporación
Forestal Neuquina (CORFONE), la Corporación Minera de Neuquén (CORMINE) y
Artesanías Neuquinas.
Dichos estamentos públicos, se sumaron las ya tempranamente conformadas
en 1963: Direcciones de Bosques Fauna y Parques Provinciales y de Agricultura y
Ganadería las que cumplirían un rol clave en la intervención y gestión de políticas de
desarrollo con medianos y pequeños productores
10
La nueva estructura gubernamental, al igual que en otras regiones, continuó
con la visión reduccionista de la cuestión étnica, simplificando su enfoque desde una
perspectiva únicamente agraria. En consecuencia, la mirada que prevaleció desde
los planificadores políticos y técnicos, fue la de englobar de manera homogénea un
conjunto social de ciertas características socioeconómicas y formas productivas
determinadas (minifundio) dentro de una misma categoría, la de campesinos.
La forma de encasillar a las poblaciones rurales de origen mapuce, sólo
desde la dimensión de clase, generó reacciones tiempo más tarde, debido a que no
se contemplaron aspectos inherentes a su cultura y organización.
El proceso reivindicativo étnico iniciado en la década del 70, se verá sólo
interrumpido durante los años de la dictadura militar (1976-1983), período en que las
organizaciones sufrieron persecuciones y las comunidades desalojos ilegales y
despojos territoriales, que fueron incrementándose en tiempos democráticos,
creándose las bases para un nuevo contexto, donde lo étnico pasa a tener una
presencia mayor en la sociedad; denominando algunos autores a esta dinámica
como proceso de etnogénesis.
La expresión de la etnicidad para el pueblo mapuce ha tenido ejes
emergentes que fueron virando a medida que se lograba la superación de cierta
negación social a la diversidad étnica; partiendo desde la autonomía territorial y
cultural hasta la búsqueda de la concreción de un Estado con características
pluriétnicas y multiculturales (Vázquez 2002).
A fines de los años 70 el número de agrupaciones mapuce no superaban las
23 comunidades, mientras que en2007 asciende considerablemente registrándose
actualmente 38 comunidades con reconocimiento jurídico (Figura 2) y 19
comunidades registradas en el RENACI (Registro Nacional de Comunidades
Indígenas-INAI) que no poseen reconocimiento jurídico).
Resulta difícil precisar con exactitud, la superficie que dispone cada
comunidad mapuce, no obstante, la Tabla I expone una aproximación de la densidad
territorial partiendo del número de hogares mapuce declarados en el CNPV, 2001.
La tabla también evidencia que existe una considerable cantidad de hogares
mapuce que viven fuera de las comunidades tanto en áreas urbanas como rurales,
especialmente en aquellos departamentos donde no existen comunidades
reconocidas por parte del Estado Provincial.
11
Figura 2: División departamental (en amarillo el área de estudio de la investigación) y ubicación de las
comunidades mapuce que cuentan actualmente con reconocimiento jurídico en la Provincia de Neuquén
(violeta).
12
estamentos gubernamentales (Estados Nacional, Provincial o Municipal, de acuerdo
a cada jurisdicción), sino reproduciéndose el mismo tipo de conflicto frente a tierras
pertenecientes a propietarios privados sin distinción de formas sociales (empresas
petroleras, forestales, ganaderas, emprendimientos inmobiliarios, u otras
pertenecientes a grupos económicos extranjeros). Consecuentemente, la
continuidad histórica del reclamo territorial ya no es sólo producto de una relación
asimétrica sino otra del tipo dominio / sometimiento, cuyo punto de inflexión es
precisamente el cambio en la perspectiva y lógica étnica del propio concepto
territorial.
13
Dicha autonomía territorial, entendida desde la perspectiva étnica como
práctica social, cultural y espiritual, implica el derecho a la libre determinación y a la
propia administración y regulación; por lo tanto al ejercicio de la soberanía sobre sus
recursos naturales. Estos conceptos incluyen los propios conocimientos sobre
biodiversidad, los valores que constituyen la ética económica y la capacidad de
autogeneración de conocimiento en los nuevos contextos interculturales.
En el marco de las propuestas basadas en nuevas relaciones de mutuo
reconocimiento interétnico entabladas por parte del pueblo mapuce, el Estado
continúa ejerciendo la facultad de concesionar los recursos ubicados en territorios
indígenas alimentando de esta manera un ciclo caracterizado por RECLAMO –
RECONOCIMIENTO – CONTRADICCIÓN –CONFLICTO.
En otras palabras, el Estado reconoce la preexistencia y el territorio, pero se
reserva la posibilidad de intervención en el territorio cuando priman prioridades según
su conveniencia. De esta manera tierra, agua, bosques, recursos madereros,
recursos genéticos, paisaje y en especial aquellos bienes extraíbles del subsuelo de
los territorios indígenas “constituyen el botín que el Estado no está dispuesto a
ceder”. Así podríamos interpretar este actuar como un resabio sofisticado de un
nuevo colonialismo (neo colonialismo) maquillado, impregnado o disfrazado de
características de modernidad y desarrollo.
14
reemplazando la vegetación original por especies probadas de rápido crecimiento o
eliminarlas con el fin de realizar actividades más rentables.
En la década del 70 se crea un sistema de desgravación impositiva a la inversión de
montes cultivados que, con posterioridad, sería reemplazado por el de subsidio por
parte del estado en forma directa, política que favoreció la expansión de la superficie
forestada inclusive en lugares no tradicionales hasta el momento, como el norte de
la Patagonia, particularmente en la provincia de Neuquén.
En Neuquén el inicio de plantaciones forestales se asocia a partir de
conformación de la Corporación Forestal del Neuquén (CORFONE), empresa,
fundada por el gobierno provincial en 1974, concebida como una empresa mixta,
que paulatinamente fue absorbida por el Estado.
Con el propósito de comprender más acabadamente el discurso ideológico del
inicio de la actividad forestal en la provincia resulta relevante entender las bases
que se sustentó el modelo de desarrollo forestal neuquino. Así lo expresa un ex
funcionario de la dirección de Bosques:
“En la provincia en las zonas cordilleranas no había fuentes de trabajo y la gente vivía en
condiciones de mucha pobreza entonces se le propone al Gobernador Felipe Sapag
forestar 100.000 has, tierras fiscales sin valor donde sólo pastaban animales, iniciando la
primera experiencia en el lote 39 en Quillén. Se generaron más de 300 puestos de trabajo
la mayoría chilenos y gente de las comunidades.”
El pensamiento dicho nos muestra, por una parte, el objetivo social prioritario
que se le asignó a la actividad forestal, como generadora de trabajo asalariado,
pero además refleja ciertas visiones y representaciones simbólicas a analizar. A los
habitantes rurales se les asignaron ciertos atributos subjetivos al denominarlos en
forma genérica chilenos e indios y a la tierra se la valorizó por la nueva actividad
propuesta, desvalorizando o invisibilizando los anteriores usos tradicionales.
Otro funcionario responsable del área norte de la provincia agrega:
“Los comienzos eran muy duros en especial en el norte de la provincia la gente no
entendía lo que se le proponía, preferían seguir con los chivos, era muy complicado
conseguir mano de obra. A los paisanos se les ofrecía tomarlos como mano de obra y
pagarles los jornales. Se oponían aunque la tierra no era de ellos, pertenecía al Estado.”
15
campos de pastoreo, limitando de manera violenta los campos de veranada. Estos
procesos de desalojo fueron génesis de conflictos aún hoy irresueltos, razón por la
que muchos campesinos (indígenas y criollos) se posicionan de manera renuente
frente a propuestas de producción forestal, ya que existe una percepción fundada
de que la forestación está asociada a procesos de desalojo y pérdida territorial.
Sin embargo, y pese a las dificultades de los primeros años, la actividad
forestal se fue consolidando como política de desarrollo. Las iniciativas
implementadas por el estado provincial, mediante el acceso a regímenes de
promoción forestal, tanto del orden provincial como nacional, con el correr de los
años dieron como resultado el incremento de la superficie plantada con especies
exóticas, adscribiéndose empresas privadas agropecuarias, otras no tradicionales,
vinculadas principalmente al sector energético y, en menor proporción pequeños
productores, comunidades mapuce o crianceros de origen criollo, alcanzando una
superficie forestada actualmente de 40.118ha). Figura 3
Figura 3.Evolución de la superficie forestada en la Provincia de Neuquén, período 1970-2009. Fuente: Laclau,
2011
Los Departamentos que mayormente incrementaron su superficie forestal, a
pesar de presentar diferencias sociales en las características étnicas de la población
rural y en las formas de tenencias de la tierra, fueron Aluminé y Minas con el 33 y
32% respectivamente (Tabla III).
16
Tabla III .Evolución de la superficie plantada por departamento/década -Prov. Neuquén
DEPTO 1966-1976 1976-1986 1986-1996 1996-2006 2006-2012 TOTAL
Alumine 287 2.954 5.400 4.438 6.848 19.927
Huiliches 7 858 358 4.984 1.671 7.878
Lacar 360 4.724 2.299 732 1.553 9.667
Minas 56 2.281 5.029 5.352 1.181 13.962
TOTAL 710 10.816 13.086 15.506 11.253 59.997
Fuente: Laboratorio de Información Geográfica Forestal- Coordinación de Políticas Forestales-
Ministerio de Ordenamiento Territorial-Prov. Neuquén.
17
pequeños productores privados menores a 50 hectáreas, al 2.5% del total plantado
en la provincia (CFI, 2009). Dichos valores nos obligan a preguntarnos si sólo es
indiferencia (rechazo) a una propuesta tecnológica o encubren otros procesos más
complejos comunes al momento de proponer modelos de desarrollo.
A modo de cierre
La mirada homogénea por parte del Estado del campo social responde a un
discurso construido desde posiciones hegemónicas que contribuyeron a invisibilizar
a numerosos grupos sociales y, por lo tanto, a desconocer una diversidad
sustentada en cosmovisiones diferentes que representan a los pueblos originarios,
en nuestro caso particular, las comunidades mapuce del Neuquén.
En forma recurrente las diferentes formas de intervención, programas,
proyectos o simplemente actividades de transferencia tecnológica, han perseguido
objetivos que no fueron completamente adoptados o internalizados como propios por
parte de los productores pertenecientes a las comunidades mapuce. En algunos
casos dichas intervenciones fueron utilizadas como fundamento para reafirmar
nuevas formas de dominación.
El avance del capitalismo agrario y la frontera agropecuaria, expresada en su
fase más violenta a través del genocidio y el etnocidio del pueblo mapuce,
caracterizó la nueva geografía social del territorio. Actualmente el capitalismo se
muestra con nuevos actores, donde las empresas transnacionales y los inversores
especulativos del mercado de tierras han reemplazado a los latifundios
terratenientes de épocas anteriores.
En contraposición a este avance, las comunidades mapuce proponen una
resignificación del territorio a partir de una concepción intercultural, pero elaborando
como estrategia de resistencia un proceso de etnogénesis con pilares basados
precisamente en la lucha por la tierra y la autonomía territorial.
El Estado, mediante su política particular de desarrollo en áreas rurales,
recrea categorías homogéneas y totalizadoras que no hacen más que resaltar y
evidenciar un territorio con múltiples conflictos.
Las posibilidades de adopción de nuevas estrategias para un desarrollo de las
comunidades, que indefectiblemente requieren del soporte económico y tecnológico
del Estado y de la concertación del uso del suelo con grandes propiedades vecinas,
se ven restringidas por una esperable desconfianza establecida por las relaciones de
18
dominación tradicionales. Dado que la credibilidad y la confianza son construcciones
necesarias para todo acto de desarrollo, posiblemente éstos sean los ejes de trabajo
necesarios para, por una parte, horizontalizar la discusión sobre el planeamiento
forestal y del uso de los recursos naturales en los territorios indígenas y por otra,
priorizar las aspiraciones del pueblo mapuce ante proyectos que puedan vulnerar su
propia identidad. La responsabilidad política de implementar acciones de desarrollo
en función de las necesidades socioeconómicas debe concretarse respetando los
distintos planos de una multiculturalidad característica de los nuevos contextos
territoriales.
Finalmente, así como hemos postulado que el conflicto forestal subsume otros
más profundos relacionados con el espacio territorial, es posible postular también
que el desarrollo respetuoso que posibilita el pluralismo étnico puede constituirse en
un puente para deshilvanar la dura trama de desencuentros históricos que han
sufrido las comunidades mapuce desde su sometimiento a fines del siglo XIX.
Bibliografía
19
DIRECCION GENERAL DE ESTADISTICA Y CENSOS (2008). Resultados Censo
Nacional de Población y Vivienda 2001. En www.neuquen.gov.ar/estadística
DIRECCIÓN PUEBLOS ORIGINARIOS. (2007). Seminario Tierras, Territorios y
Recursos natrales. Secretaría de Medio ambiente. Buenos Aires.
GARCIA A. (2007) “Diversificación económica y planes de gobierno en los
Departamentos del sur de la provincia de Neuquén. El caso de los Departamentos
Lacar y Huiliches”. En Pueblos Originarios y problemática artesanal. Proceso
productivos y de comercialización en agrupaciones Mapuce, Guaraní/Chané, Wichis,
Qom/Tobas y Mocovíes. Rotman M.; Radovich J.C.; Balazote A. (Editores). Centro
de Estudios Avanzados. U.N. Córdoba.
GARCÍA, A. Y VALVERDE, S. (2007). Políticas estatales y procesos de etnogénesis
en el caso de poblaciones mapuche de Villa La Angostura – Neuquén – Argentina.
Cuadernos de Antropología Social, 25, 111-132.
GUIARRACA, N. y TEUBAL M (2007). “Del desarrolloagroindustrial a la expansión
del agronegocio: el caso Argentino.” (mimeo)
INDEC (2012). Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010: censo del
Bicentenario. Resultados definitivos. Buenos Aires: Instituto Nacional de Estadística
y Censos - INDEC, 2012.
INDEC (2008). Censo Nacional Agropecuario. Resultados finales/.En:
www.indec.gov.ar/cna
INDEC (2004-2005). Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI). En:
www.indec.gov.ar/
LACLAU P. (2011). Proyecto: “Desarrollo Forestal en el Noroeste de la Patagonia.
Evaluación del Potencial Alcanzado, Impactos y Participación Social, ANPCyT
INTA/FONCyT.
MANÇANO FERNANDEZ, B. (2006) Territorio, Teoría y Política. (mimeo).
RADOVICH, J. C., (2003). Impacto social de grandes emprendimientos
hidroenergéticos sobre comunidades rurales de Norpatagonia. Tesis de doctorado -
Facultad de Filosofía y Letras – Universidad de Buenos Aires.
RADOVICH, J.C. y BALAZOTE A. (1992) La problemática indígena. Estudios
antropológicos sobre pueblos indígenas de la Argentina.; CEAL pp.7-25., Buenos
Aires.
ROTMAN, M.; RADOVICH, J. C.; BALAZOTE, A. (Eds.).(2007). Pueblos Originarios
y problemática artesanal. Proceso productivos y de comercialización en
20
agrupaciones Mapuce, Guaraní/Chané, Wichis, Qom/Tobas y Mocovíes. Centro de
Estudios Avanzados. U.N. Córdoba.
TRINCHERO H. (2007) Aromas de lo Exótico. (Retornos del Objeto). Colección
Complejidad Humana. Editorial SB. Buenos Aires
VALVERDE, S. (2006). Las condiciones de existencia y las prácticas de
reproducción de la población mapuce en las regiones turísticas de las provincias de
Neuquén y Río Negro. Tesis de Doctorado - Facultad de Filosofía y Letras –
Universidad de Buenos Aires. Inédito.
VALVERDE, S y STECHER, G (2010) “Políticas públicas en relación al acceso al
territorio del pueblo mapuce en el corredor de los lagos de Norpatagonia: análisis
histórico, comparativo y regional”. En: Valverde, Sebastián, Maragliano, Graciela,
Impemba, Mercelo; Trentini, Florencia (editores): “Pobladores Mapuce y Criollos en
la región de los lagos Norpatagonia: Recorridos históricos, construcciones de
Fronteras y Transformaciones sociales”. Editorial Reunir. Buenos Aires (en prensa).
VAZQUEZ, H (2002). “Procesos identitarios, “minorías” étnicas y etnicidad- Los
Mapuce de la República Argentina”. Revue de Civilisation Contemporainie de
l’universite de Bretagne Occidentale. En http://www.univ-brest.fr/amnis
21
Bloque 4
“Espacios sociales rurales y
cotidianeidad. Producción de poder,
parentesco, familia y género”
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropologia Rural
Vilson Flores dos Santos. Doutorando do PPGER Pesquisador do grupo NEMAD /NEPALS/ UFSM,
E-mail vilsonflores@yahoo.com.br
Paulo Roberto Cardoso da Silveira. Professor Doutor em Ciências Humanas, do Centro de Ciências
Rurais da UFSM. Coordenador do grupo NEPALS.E-mail: prcs1064@yahoo.com.br
Resumo
As relações das mulheres com a terra datam dos tempos mais remotos da historia
da humanidade, período mesolítico (10000 – 7000 a.C), era considerada figura
divina, representante da fertilidade, Alguns estudiosos explicam que a fêmea
humana grávida era a metáfora central dos poderes da vida para povos que
dependiam totalmente das forças espontâneas da terra a fim de juntar
comida.Assim, ao longo da historia humana observa-se que em determinados
períodos a mulher teve elevada importância e em outros participou como
coadjuvante nos processos de desenvolvimento social. Entretanto as mulheres
rurais foram excluídas da historia econômica e política sua participação quase não
aparece na literatura e tão pouco é contada pela historia. Devido a essa submissão
perante a sociedade, nos anos setenta surgem às campanhas feministas no Brasil,
que trouxeram o reconhecimento feminino e valorização social, de onde se registra
muitas lutas. Assim este trabalho tem por objetivo uma revisão bibliográfica centrada
no empoderamento da mulher rural assentada que esta ocorrendo nos últimos
tempos na sociedade contemporânea. Para tanto será feita uma investigação e
revisão de literatura junto às bibliotecas da Universidade Federal de Santa Maria e
Curso de Políticas Publicas de Gênero e Raça da mesma Universidade. Esperam–
se como resultados desta investigação que o empoderamento destas mulheres
esteja se constituindo em uma ferramenta capaz de promover a igualdade plena
perante a sociedade em todos os seus aspectos, podendo ainda ser um instrumento
de diminuição da violência e erradicação da pobreza ainda encontrada atualmente.
ABSTRACT
The relationship of women to the land dating back to the earliest times of
human history, the Mesolithic period (10000 - 7000 BC), was considered divine
figure, representative of fertility, Some scholars explain that the pregnant human
female was the central metaphor of the powers of life for people who depended
totally spontaneous forces of the earth to join comida.Assim, throughout human
history shows that at certain times the woman had high importance and others
participated as supporting in social development. But rural women were excluded
from political and economic history participation hardly appears in the literature and
so little is told by history. Due to this submission before the society, in the seventies
feminist campaigns to emerge in Brazil, which brought recognition and female social
value, where many registers struggles. Thus this paper aims a literature review
focused on the empowerment of rural women who settled this happening lately in
contemporary society. Therefore there will be an investigation and review of the
literature from the libraries of the Federal University of Santa Maria Public Policies
and Course of Gender and Race in the same University. Are expected as a result of
this investigation that the empowerment of women is constituting a tool to promote
full equality in society in all its aspects, and may also be a tool for reducing violence
and poverty eradication still found today.
INTRODUÇÃO
REVISÃO BIBLIOGRÁFICA
PROCEDIMENTOS METODOLÓGICOS
RESULTADOS E DISCUSSOES
CONSIDERAÇÕES FINAIS
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
FOUCAULT, Michel. Microfísica do poder. 10ª ed. Rio de Janeiro. Ed. Graal.1994.
RUA, M.G.& ABRAMOVAY, M. Companheiras de luta ou coordenadoras de
panelas – as relações de gênero em assentamentos rurais. Ed. UNESCO. Brasil.
2000.
YUNUS, M. O banqueiro dos pobres. Ed. Atica. 2000. São Paulo. Titulo original.
Vers. um monde sanspauvreté.1997.Ed. JC. Lattés.
1
La Pampa, 11 la 15 de Marzo
2
Palavras chave: Gênero e Fundos Rotativos Solidários; Mulher e meio rural; organização social.
Introdução
Conforme Emília Moreira (1997; 2007) o espaço rural, na região semiárida
paraibana, organizou-se por várias décadas com base na exploração da pecuária, tendo
na fazenda a unidade fundamental da sua organização econômica, social, cultural e
política. As lavouras alimentares, por sua vez, eram exploradas diretamente pelos
pequenos produtores independentes (pequenos proprietários e arrendatários) ou
subordinados (parceiros e moradores). Portanto, o trabalho agrícola no interior das
grandes propriedades estava estruturado em torno dos sistemas de moradia, de parceria
e arrendamento, podendo ser encontradas as mais diferentes combinações:
3
Metodologia
Atividades Ago Set Ou Nov Dez Jan Fev Mar Ab Mai Jun Jul
Mensais
Reunião de
sistematização
da pesquisa
Reuniões
Teóricas
Sistematização
e classificação
dos dados
Sistematização
e indicadores
6
locais
Sistematização
dos
indicadores
Análise das
entrevistas
qualitativas
Pesquisa de
Campo
observação in
loco
Retorno ao
Campo
Relatório
Parcial
Artigo e
Trabalho a ser
apresentar no
ENIC
Redação do
Relatório Final
Paper para
apresentação
Fonte: http://www.ibge.gov.br/cidadesat/painel/painel.php?codmun=251270
terra no Brasil e graça a essas ações a reforma agrária tem sido mantida na pauta
política do governo brasileiro.
Dentro desse contexto o Estado tem tomado posições por diversas vezes a favor
do agronegócio devido a predominância do paradigma do capitalismo agrário nos
ministérios e a pressão agressiva do poderoso setor da agricultura convencional. E por
outro lado, ele cria e implanta políticas para o reconhecimento e desenvolvimento dos
territórios camponeses somente via pressão popular.
Inserido nessa conjuntura, o Nordeste, cuja agricultura camponesa é bastante
representativa tem enfrentando ao longo de várias décadas os latifundiários para garantir
seus direitos de permanecer nas terras e produzir para se auto - sustentar. A
especificidade dessa região está na falta de acesso à infraestrutura e tecnologias pela
maior parte do campesinato, sem mencionar a falta de acesso à própria terra a despeito
das reformas agrárias realizadas oficialmente. Segundo Fernandes et al (2012),
O aspecto singular da questão agrária da região Nordeste
é a falta de acesso à infraestrutura e tecnologias pela
maior parte do campesinato, a região conta com 50% do
campesinato brasileiro. A maior parte dos 88% dos
estabelecimentos com 60% das terras são agricultores
familiares que vivem em extrema pobreza – com a ajuda
de políticas compensatórias, como por exemplo, o bolsa
família. Ainda, parte desses camponeses migram para a
região concentrada para trabalhar no corte da cana, e nas
colheitas de laranja e café. Mesmo em condições
precárias, esses agricultores produzem 70% do arroz,
79% do feijão, 82% da mandioca e 65% do milho,
culturas que constituem parte importante da base
alimentar da população. Mesmo empobrecidos, com
pouca ou nenhuma tecnologia, sem recursos e com pouca
terra, o campesinato nordestino é responsável por grande
parte da segurança alimentar do país. Esta também é a
realidade das outras regiões, o que nos leva a reconhecer
a importância estratégica da agricultura camponesa para o
desenvolvimento do Brasil. A ação do agronegócio na
região é – também – a produção de commodities para
exportação. A região Nordeste é marcadamente uma
região agrícola agroexportadora, em que o “coronelismo”
sempre se beneficiou desta condição. A exclusão dos
agricultores famílias da região Nordeste fica ainda pior
com a expropriação causada pela expansão da soja nos
estados da Bahia, Maranhão e Piaui. Ainda o processo
recente de estrangeirização da terra por empresas e
governos da China e países árabes tem criado novos
elementos da questão agrária. Também o monocultivo de
árvores para produção papel para exportação tem
expropriado e subalternizado populações camponesas e
indígenas. Para os think tanks do agronegócio, o
11
decidem (re) investir parte desta em prol da própria comunidade. Estes podem ser
caracterizados também como uma forma de associação de crédito rotativo (DUQUE &
OLIVEIRA, 2007).
Os fundos são utilizados pelos assentamentos Sitio Macaquinhos, Sitio Camará e
Irmã Dorothy para empreendimentos de tela (que serve para fazer cercado para animais de
pequeno porte, galinha, pato e etc.) graças a esse empreendimento eles conseguem manter a
lavoura, cultivar tempero e ervas medicinais sem que os animais de pequeno porte a destruam.
Alguns usaram os empreendimentos como concerto de cisternas. Outro empreendimento são os
de cabras. A cooperativa do Camará - Remígio comprou caixas para carregar frutas, já que eles
vendem nas feiras da cidade e mudas de plantas frutíferas para poder diversificar o tipo de
produtos, também começou a ser manuseado um tipo de fogão ecológico que utiliza menos
lenha, faz menos fumaça e mais eficiente no cozimento. Conforme - as falas abaixo – na
percepção desses agricultores houve várias mudanças que contribuíram para a melhoria de vida
dos assentados:
Portanto, a pesquisa demonstrou que a utilização dos Fundos Rotativos Solidários, para
a agricultura familiar fez avançar nos aspectos como auto-organização, solidariedade,
desenvolvimento econômico, aumento da qualidade na alimentação e desenvolvimento
sustentável.
Mudanças reais?
Novo papel para as mulheres nas suas decisões e autonomia familiar?
Solidariedade e auto-organização femininas?
Popupação de Remígio
17.581 hab.
dos homens. Ao que nos parece ainda há fortes resquícios da família patriarcal no
campo, pois permanece a divisão de papéis de gênero tradicionais que atribuem às
mulheres o universo doméstico e aos homens o trabalho na roça “a mulher tem status de
subordinação ao homem, primeiramente ao pai, e em seguida ao marido” (Silva,
1968:28). Essa subordinação se afirma em razão da ausência de direitos dessas mulheres
em circularem livremente no espaço público, restringindo-se a esfera doméstica.
Para Nascimento (2008, p. 47) o conceito de patriarcado pode ser pensado e
aplicado ainda hoje, na medida em que coexiste uma relação civil que atribui direitos
sexuais aos homens sobre as mulheres, configurando um tipo hierárquico de relação em
todos os espaços da sociedade, representando uma estrutura de poder baseada na
ideologia e na violência.
Algo observado foi o fortalecimento das mulheres dentro da comunidade, a
partir do momento que essas mulheres ocupam locais de lideranças e organização, como
organizadoras dos fundos, direção de cooperativas e direção sindical, contudo
reproduzindo o padrão de gênero. As representações sociais construídas pelas mulheres
entrevistadas estão relacionadas aos ganhos que os FRS puderam proporcionar tais
como, a auto-organização do próprio Fundo, liberdade de decisão na organização dos
mesmos e mediações leves nas relações de gênero. Assim, as ressonâncias dos FRS no
cotidiano dos agricultores se refletem nas seguintes dimensões: 1) conhecimento de
gestão do FRS, conhecimento de como gerenciar pequenos recursos e investi-los na
produção agrícola; 2) poder de organização política da comunidade; 3) ampliação na
visão de mundo, formação de uma cultura política distanciada das relações
patrimonialistas e conhecimentos vinculados, como agroecologia, contabilidade básica
dentre outros.
Entretanto, são recorrentes nos relatos das mulheres durante a visita de campo, a
falta de capacidade dos homens de reconhecê-las e ter por elas uma nova visão das suas
relações. Por outro lado, observamos ao longo da pesquisa de campo uma espécie de
“romantização”, “projeção” ou “idealização” das relações de gênero que pode
reproduzir a dominação masculina que tanto combatem. Observamos relatos de que se
faz necessário que os maridos externalizem às respectivas companheiras o seu
reconhecimento de carinho e afeto, demonstrando-o inclusive por meio de ações e
elogios a seus atributos como, por exemplo, a beleza física, após um dia de trabalho. Tal
perspectiva, segundo nossa leitura reproduz os estereótipos veiculados pelo senso
17
comum e mídia que reproduz a cultura assimétrica das relações de gênero. O ponto
central de nossa argumentação é que a romantização das relações mascara a questão
central que é assimetria de poder dentro da relação em suas casas e na comunidade.
Sobre esse tema encontramos uma correspondência com as argumentações de Viveiros
de Castro e Benzaquem de Araujo (1997) a respeito do mito de origem do amor
romântico. Os autores supracitados no artigo “Romeu e Julieta e a origem do Estado”,
desenvolvem a partir de uma leitura da obra de Shakespeare uma abordagem
antropológica do amor no sentido Ocidental do termo que nos permite pensar sobre as
relações entre indivíduo e sociedade. Romeu e Julieta, segundo os autores, pode ser
lido como um mito de origem do amor romântico, uma modalidade de amor entre
homem e mulher que inaugura simultaneamente um mundo novo, o Estado moderno e o
indivíduo (L Dumont). O argumento central dos autores afirma que a supracitada noção
pressupõe um tipo ideal de indivíduo que se contrapõe a persona (feixe de direitos e
obrigações),
O amor é uma noção que designa, na linguagem corrente, uma modalidade de
afeto, ou “sentimento”; designa também determinadas relações sociais. Em síntese
relações sociais em que predominaria o componente afetivo e emocional, o qual, por sua
vez, estaria associado a ideia de escolha, de opção individual. A tal tipo de relações se
costuma opor as relações marcadas pela obrigatoriedade, sancionadas por códigos
exteriores ao individuo (VIVEIROS DE CASTRO; BENZAQUEM DE ARAUJO,
1977, p.132).
Neste sentido, o amor, como relação social, pressupõe indivíduos descolados de
suas relações sociais e interligados com um cosmo composto de indivíduos, onde
predominam relações interindividuais. “O amor (...) é visto como uma relação entre
indivíduos, no sentido de seres despidos de qualquer referência ao mundo social, e
mesmo contra este mundo” (p.131). Vejamos, a romantização das relações de gênero,
em última instancia também pressupõe indivíduos atomizados guiados pela afetividade
e sem compromisso com a coletividade e a quebra de relações de subordinação, dentre
elas as de gênero. Portanto, a questão central não é externalizar a beleza física, mas sim,
construir o respeito dentro da relação e ver o “outro” como igual e não objeto ou
propriedade.
Chamamos essas necessidades e incentivos expressados pelas mulheres do trato
dos homens por elas de “romantização” das relações de gênero, tais como apontado
18
como ganhos por elas conquistados, através da participação nos FRS. Já que a partir de
vários relatos e observações, algumas delas se veem necessitadas e dão valor à mudança
que os homens tiveram em elogiá-las em alguns momentos. “(...) o amor, portanto, não
apaga apenas a identidade social. Mas em sua radicalidade atinge a própria identidade
individual. (...)” (VIVEIROS DE CASTRO e BENZAQUEM DE ARAUJO, 1977,
p.154). Desta maneira, temos que ter apurado cuidado para identificar se estão
confundindo ganhos e mudanças nas suas realidades, ou acima de tudo, podendo refletir
uma demonstração de expressiva dependência dessas mulheres para com os seus
esposos e companheiros. Por isso, entendemos que elas acabam legitimando e
reproduzindo as noções sociais e morais que se encontram envolvidas nas comunidades,
refletindo a grande influência histórica e cultural da visão masculina. Encontramos esse
perfil nas comunidades visitadas durante a pesquisa, nas oficinas e durante as
entrevistas, o que reforça que as mudanças são gradativas por se manter características
patriarcais morais e sociais ainda presentes.
Segundo Portella e Silva (2006), os estudos demonstram que, na família rural, as
mulheres vivem em uma situação de franca desvantagem inserida em uma cultura que
divide papéis, atribuições e valores femininos e masculinos de modo rígido e
hierárquico. Assim, não existe planejamento coletivo entre toda a família para definir a
produção. É o chefe da família que controla a mulher, seu trabalho e os filhos.
Neste sentido, conforme Loreley et al (2011, p. 75), “a família não é uma
instituição democrática e sem hierarquia, na qual o peso da opinião dos membros é
considerado, definindo decisões consensuais”. Enfim, como vimos à política pública
voltada a família não pode conferir autonomia e emancipação ás mulheres, pois ao
considerar a família como unilateral e sem conflitos, o indivíduo – mulher – tende a não
aparecer e nem se emancipar. Deste modo, corroboramos inteiramente com Loreley et
al, quando conclui que os projetos de desenvolvimento que objetivam empoderar as
pessoas e melhorar a qualidade de vida das pessoas não podem considerar nem a
comunidade e nem a família como o único e o maior veículo de mudança social, mas
precisam reconhecer a existência de conflitos nessas esferas.
Considerações
Ao propormos um estudo etnográfico em um assentamento, corroboramos com a
percepção de Durham em que a autora relata “não se pode contentar com a descrição da
19
forma pela quais os fenômenos se apresentam, mas investigando o modo pelo qual são
produzidos” (DURHAM, 1988, p.33), a fim de compreendermos como se constroem as
relações de gênero na complexidade desse espaço e suas amarras com a tradição
patriarcal. Para tanto, adotamos a perspectiva de gênero apontado por Lisboa:
homens da beleza e a demonstração de carinho por eles, o que podemos supor que seria
também a forma de reconhecer as mudanças que elas estão demonstrando na
organização dos empreendimentos, dialogando com Mead (1962), a qual propõe que a
sexualidade e as relações de gênero são compostas por várias ramificações encontradas
na sociedade, morais, sociais, legais, históricas e políticas, pois, a pesquisa sinalizou na
constituição da relação de gênero com todos esses aspectos, na medida em que, essas
mulheres apreendem a concepção de valorização da mulher a partir da difusão da mídia
e da religião.
Por fim, como já mencionamos as relações de gênero estão imbricadas as relações de
poder e uma estrutura hierárquica construída historicamente e culturalmente por cada sociedade.
Como descreve Engels (1985) a família deve progredir na medida em que progride a sociedade,
que deve modificar-se na medida em que a sociedade a modifique, pois a família é produto do
sistema social e refletirá o estado de cultura desse sistema.
Referências
BOURDIEU, Pierre. A dominação masculina. Educação e realidade, Porto Alegre, v.2,
n. 20, p 133-184, jul./dez. 1995.
Disponível<http://www.gerar.ufv.br/publicacoes/AS_NOVAS_PERSPECTIVAS_DAS
_RELACOES_DE_GENERO_NO_MEIO_RURAL_O_PAPEL_FEMININO_EM_RE_
CONSTRUCAO.pdf>
GOMES, Andre L.C. – Relatório Final PIBIC. Título do Projeto: Economia da dádiva e
os Fundos Rotativos Solidários. Reciprocidade e Mercado em comunidades rurais no
Estado da Paraíba. UFPB. (2012).
SILVEIRA, Luciano Marçal da; FREIRE, Adriana Galvão; DINIZ, Paulo César.Polo da
Borborema: ator contemporâneo das lutas camponesas pelo Território. Agriculturas • v.
7 - n. 1 • março de 2010. Disponível:
http://www.agriculturesnetwork.org/magazines/brazil/construcao-de-territorios-
camponeses/polo-da-borborema-ator-contemporaneo-das-lutas/at_download/article_pdf
Introdução
1
apoiando-me nas contribuições teóricas de Giddens (1989) e Pais (2007), considero
que o cotidiano é marcado por situações dilemáticas, conflituosas, que fazem com
que o mesmo se assuma cada vez mais como “um terreno de negociações, de
resistências, de inovações e, consequentemente, de dilemas” (PAIS, 2007, p. 04).
Embora seja produto das representações, as convenções sociais
reproduzidas no dia-a-dia estão pendentes de um controle reflexivo por parte dos
agentes que vivem o peso das convenções, mas também nelas atuam utilizando-se
da reflexividade (impositiva ou transformadora) que pode dar margem a novas
representações.
É com essa perspectiva de cotidiano que penso o jovem rural como um
agente/ator social que por meio de suas escolhas e ações, muda o curso da vida
social interferindo assim, na estrutura. Concordo com Giddens para quem a
estrutura é vista como dualidade, sendo assim definida:
A estrutura refere-se às propriedades que possibilitam a existência das
práticas sociais variáveis a partir das dimensões de tempo e espaço.
Ela é “uma “ordem virtual” de relações transformadoras, só existe
como presença espaço-temporal que implica na produção e
reprodução de sistemas sociais, orientando a conduta de agentes
humanos dotados de capacidade cognoscitiva (GIDDENS, 1989, p
28).
2
para a vida adulta, haverá várias, como várias serão as formas de ser jovem (de
acordo com a origem social, o sexo, o habitat, etc.) ou de ser adulto (PAIS, 2003, p.
44).
A categoria juventude rural é caracterizada por vivenciar uma situação juvenil
específica a partir do seu lugar de vida (WANDERLEY, 2009). No entanto, esse
lugar de vida se particulariza ainda mais quando esses jovens são filhos de
agricultores camponeses, pois estes estabelecem uma relação específica com a
terra, o trabalho e a família (WOORTMANN & WOORTMANN, 1993; TEDESCO,
1999).
O jovem rural, filho de agricultor camponês, vive uma particular relação com a
família, sendo a mesma caracterizada como uma unidade de produção, afetos e
conflitos (WANDERLEY, 1999), o que lhe determina uma relação específica com
seus membros. Diante deste modelo familiar, o jovem é percebido apenas como
membro da família, tendo vivenciado durante muito tempo uma invisibilidade que os
estudos sobre os mesmos chamam a atenção, tanto pela realidade que percebem
quanto pela forma como a interpretam. De fato, morar e trabalhar são características
da família camponesa (WANDERLEY, 2003). Nesse sentido, os valores e atitudes
que definem essa situação da condição juvenil perpassam essa própria noção de
família.
Ao compreender que a vida social é produzida e reproduzida cotidianamente
por meio das ações reflexivas de indivíduos inseridos em seus contextos sociais,
abre-se margem para visibilizar os membros (invisibilizados) dessa família, jovens,
crianças, mulheres, por suas ações práticas ou discursivas. Nesse caso, o cotidiano
é o lócus onde as relações, vivências e sentimentos irão se estabelecer como um
dilema entre a tradicional relação com a família, a comunidade e os conhecimentos
e relações modernas.
Estudei durante quatro anos, jovens rurais, filhos de agricultores camponeses
pertencentes ao pequeno município de Orobó1, localizado na mesorregião do
Agreste Setentrional do Estado de Pernambuco. Para acessar o cotidiano dos
1
Wanderley (2002) chama atenção para o fato de que o pequeno município deve ser pensado na sua
especificidade. Ou seja, o seu núcleo urbano, geralmente composto por menos de 20.000 hab. possui as
mesmas características em termos de relação com a natureza, vida em pequenos grupos e relações sociais
pautadas no interconhecimento. No entanto, não é possível minimizar e desconsiderar a importância em termos
de organização e centralização de serviços que estas pequenas cidades possuem, bem como o sentimento de
pertencimento a um universo social diferenciado, não podendo assim ser possível homogeneizar esses
pequenos municípios como alguns estudiosos pretenderam.
3
mesmos, parti de uma conjugação de métodos: análise de redações escritas por
jovens rurais estudantes de duas escolas de ensino fundamental e médio,
entrevistas semi-estruturadas, conversas informais, observação participante e
análise situacional.
Escolhi pensar a dimensão do trabalho, para compreender as permanências e
mudanças ocorridas no modelo de trabalho familiar camponês, principal
característica desse modo de vida. Este tem o caráter específico de ser realizado no
interior da unidade familiar camponesa de produção, que tem o pai como seu chefe,
responsável pela manutenção social da propriedade da terra e pela reprodução
social da família. As relações de trabalho aí estabelecidas perpassam a propriedade
da terra, não apenas no seu aspecto material, mas principalmente simbólico, um elo
moral que a constitui como elemento central para manutenção dessa mesma família.
Assim, entendo que o jovem rural, filho de agricultor camponês, antes de
tudo, vivencia uma particular relação de trabalho que envolve os vários aspectos da
sua vida, não podendo ser confundida com uma relação familiar urbana ou mesmo
com outro modelo de relação trabalhista, ainda que no campo.
Não estou afirmando com isso que todos os jovens rurais filhos de
agricultores camponeses trabalhem apenas no interior da família, mas o que
interessa é perceber como o mesmo, ao escolher outra atividade fora do
estabelecimento familiar, traz profundas consequências para esse modelo familiar
em que está inserido. Tais consequências podem implicar na manutenção dessa
família no campo ou na total mudança desse modelo.
Por ser a juventude rural uma categoria construída fora do universo social
rural, uma vez que naquele meio não existia uma real diferença de consideração da
vivência dessa fase do curso da vida denominada juventude2, não se denomina ali o
jovem e a jovem, mas o rapaz (referindo-se aos jovens do sexo masculino, solteiros)
e a moça (referindo-se à jovem do sexo feminino, solteira e que seja denominada
virgem). Essas classificações locais não estão diretamente ligadas à idade
cronológica, mas a uma posição social, que é demarcada por algumas (relativas)
responsabilidades e liberdades.
2
Para efeitos dessa pesquisa, assumindo os limites da mesma, adotei a faixa etária de 14 a 25 anos para definir
minha amostra. Não deixando as diversidades de situações em que o indivíduo de idade abaixo ou acima destas,
seja considerado e se autoconsidere jovem.
4
A realidade dos rapazes e moças e os dilemas da condição de filho de
agricultor camponês
5
ou municípios vizinhos, composto em sua maioria por agricultores camponeses, o
urbano como o diferente.
É possível perceber na redação também que o fato de encarar o trabalho no
interior da família como característica, este não desprovido de reflexividade, pois ao
considerar como sofrimento e ao pensar o diferente, se questiona a própria
naturalidade da sua condição.
Assim, por saber da diversidade das situações juvenis vivenciadas pelos
jovens rurais, é que escolhi o trabalho como o principal lócus de construção das
identidades de jovens rurais a partir da construção das diferenças. (WOODWARD,
2007). É na rotina do trabalho cotidiano que o jovem rural se percebe e percebe o
diferente, como afirma Mesquita (2002, p. 20).
A observação do cotidiano é um exercício de atenção cuidadosa:
supõe dois agires. Que se auto-observa e simultaneamente observa
os outros e os eventos em que se está envolvido, põe sua atenção
sobre como e onde isto ocorre, portanto no território. Entretanto, isto
não deve ser confundido com controle sobre os outros ou sobre as
situações do território.
6
conhecimentos valorizados pelos jovens. Assim, esse trabalho é percebido por eles,
menos como profissão, do que como forma de enfrentar as adversidades da vida e
ser no futuro um homem “decente, honesto e trabalhador”. O trabalho, nesse
sentido, tem um valor ético (WOORTMANN, 2003)3.
Das comunidades estudadas, todos os rapazes pesquisados, trabalham
ajudando os pais na agricultura ou no trato dos animais ou ainda, em outras
atividades como o comércio de mudas de frutas ou qualquer outro produto, dividindo
seu cotidiano entre o trabalho, os estudos e pequenos espaços de tempo para lazer,
como jogar futebol com alguns amigos na comunidade, no caso dos rapazes,
conversar com as amigas em suas casas, no caso das moças e assistir televisão ou
ouvir música. Como veremos na fala de G.C (18 anos, morador do sítio Caraúbas,
estudante do ensino médio).
Acordo seis horas, quando eu acordo num faço nada, mas faço lá os
negócio do sítio que tem que fazer mesmo. Meio dia vou pra aula,
quando é quatro e meia volto. Não apanho capim não. Trabalho no
roçado quando tem coisa assim pra fazer, quando não tem... ajudo
no roçado, coisa assim.
A- Você gosta de trabalhar no roçado?
Oi né muito bom não. [risos]
Né muito bom não. Mas eu também gosto da roça, mas o que eu
gosto mesmo é de ouvir som. [risos] Gosto de forró.
Depois almoço, vou pra escola em Orobó e volto as 4 e pronto.
Quando é de noite eu fico por ali, as vez vejo um filme e vou dormir.
7
de sua família, tem, quase sempre, condições de estudar. Dos que trabalham fora,
no alugado ou em trabalho permanente, poucos estudam. É o caso de L. M. do Sítio
Manibu, 17 anos, que trabalha em outra propriedade na produção de mudas. L.M.
estudou até a 2ª série do ensino fundamental, pois quando era criança, faltava muito
às aulas e não passava de ano, por isso, desistiu de estudar pra “arrumar dinheiro”.
Ele teve nove irmãos vivos e quatro mortos, seu pai está preso e por isso, ele tem
que ajudar a família. Já trabalhou em Recife, capital do Estado, segundo ele, em um
cemitério, mas achava o serviço pesado e não gostava de lá, “por causa da gíria dos
povo, cheio de gíria” “a gente chega lá, os povo fica chamando a gente de matuto.”
Por isso, voltou. Sua mãe recebe bolsa-escola de um dos irmãos, mas ele, às vezes,
ajuda em casa e, às vezes, compra suas roupas com o dinheiro que ganha. Na
época do inverno, também trabalha no roçado da propriedade do pai, agora chefiada
pela mãe. Lá, planta “milho, fava, cará, batata, pra comer em casa”. Quatro dos seus
irmãos estão fora trabalhando, sendo um deles casado. Os solteiros, segundo ele,
de vez em quando, “mandam uma micharia para a mãe”. As três irmãs são casadas,
mas mesmo assim continuam ajudando a família de origem, o que tem possibilitado
a sobrevivência desta. Ele afirma querer continuar ali.
Assim ele narrou sua rotina cotidiana: “Eu acordo, tomo café e venho pra cá.
Aí trabalho aqui nas mudas, carrego o caminhão, às vezes alguma coisa no roçado
até umas 4 horas da tarde, depois vou pra casa, tem dia que vou conversar um
pouquinho, depois janto e vou dormir”.
Querer continuar ali não implica em vivenciar sua rotina sem
questionamentos, mas apesar de saber da dificuldade de modificá-la na prática,
esse rapaz conhece outras formas de vida e relaciona com a sua, sonha em
modificá-la e sabe que para isso necessita acessar outros conhecimentos.
O trabalho nas mudas não é constante, mas no período do inverno quando a
procura pelas mudas aumenta, esses jovens, bem como a família para quem
trabalham, chegam a trabalhar os sete dias da semana. Tal exigência impede que os
mesmos estudem.
O que podemos inferir sobre a realidade da vida cotidiana desses jovens é
que há certa diminuição das possibilidades de escolhas por parte dos mesmos, tanto
atualmente, pela impossibilidade de conseguir satisfazer suas necessidades e
continuar estudando, quanto no futuro, pois ao interromperem os estudos, diminui
também seu leque de opções em relação ao trabalho. Além disso, como esse
8
trabalho é fora da propriedade familiar, há ainda a dificuldade de dar continuidade ao
modo de vida dos seus próprios pais, uma vez que as propriedades dos mesmos
demonstram serem insuficientes para a manutenção de mais uma família.
De toda forma, esse jovem é desafiado a olhar reflexivamente o “outro”, o
jovem, que, apesar de viver na mesma comunidade ou em uma comunidade
próxima, vive uma realidade economicamente diferente da sua, embora, não
necessariamente oposta. É a partir dessa relação que o jovem processa a sua visão
sobre si, sobre o outro e sobre sua família. Sendo assim, o outro é aquele que
altera, pela sua “distinção”. Essa alteração é um movimento de enriquecimento das
realidades às quais esses jovens participam.
A família, para quem os jovens acima citados trabalham, pertence à
comunidade de Manibu. Esta é, das comunidades rurais do município de Orobó, a
que as famílias possuem melhores condições econômicas, a partir da agricultura.
Com a cultura da plantação de mudas de frutas4, principalmente cítricas, com
prioridade para lima, limão e laranja, as famílias conseguem ter um nível de renda
acima de três salários mínimos, em média, possuindo também, bens duráveis como
carro e casa com mais conforto, com água encanada, eletrodomésticos e até
internet. Os que conseguem vender suas mudas diretamente nas feiras, adquirem
renda ainda melhor, mas são os que compram dos outros produtores dali mesmo e
vendem nas feiras, que chegam a ter condições de possuir caminhões e outros
carros, além de outros bens.
Os filhos dos produtores de mudas que não migram, ajudam seus pais, se
estabelecendo depois de casados ali com aquela mesma atividade. De toda forma, é
notória a diferença nas expectativas quanto ao futuro desses jovens. É o caso de N.
G, 19 anos, morador da comunidade de Manibu, filho de um dos maiores produtores
de mudas da comunidade e que ajuda seu pai na produção e comercialização. Toda
família mora em casa, as meninas ajudam apenas nos afazeres domésticos e ele no
trabalho de produzir e comercializar as mudas com o pai. Sua casa é grande e
confortável, possui água encanada e internet. Seu pai possui um caminhão e um
carro pequeno e ele possui sua moto, que usa para resolver problemas da casa,
4
Na comunidade de Manibu está sediada a associação dos produtores de mudas de Orobó que possui
atualmente 60 sócios, destes apenas cinco estão na faixa-etária que consideramos nesta pesquisa como jovem.
Esta associação tem como objetivo, organizar os produtores de mudas para a produção e comercialização dos
seus produtos, através de fundos rotativos, projetos produtivos e de infra-estrutura.
9
passear pela comunidade, ir para a cidade, ir para as festas, etc. N.G falou assim do
seu cotidiano:
Eu acordo cedo, tomo café, apanho capim, porque a gente cria uns
bezerros também, venho pra produção de muda, oriento os meninos e
produzo também... sei produzir de todo tipo já, que pai me ensinou.
Agora ele quem comercializa...terminei o terceiro ano, mas quando eu
estudava dava tempo ajudar aqui também só que eu ia muito pouco
pra feira com pai, hoje eu vou mais pra ir aprendendo. Eu estou
querendo ano que vem fazer vestibular pra agronomia, aí vou sair
daqui uns tempo né? (...) da produção de muda dá pra viver
sossegado, se souber produzir e vender né? o principal é saber achar
o lugar pra vender direito.
10
para um dia ser professora em seu Sítio mesmo, pois objetiva casar e ficar morando
ali.
O trabalho como babá em Recife foi arranjado por um rapaz da comunidade
que já havia migrado para lá. Tal estratégia, muito comum nos Sítios, consiste em
fazer com que os que migraram consigam emprego para os que estão no sítio e
mandem o valor da passagem que lhes garantam a migração. Ainda os ajudam,
fornecendo-lhes abrigo, estabelecendo assim, uma rede de solidariedade que
possibilita a intensificação dos processos migratórios.
É o caso de E.D. 18 anos, morador do Sítio João Gomes. Este rapaz terminou
o ensino médio através do Projeto Travessia5 em Orobó e fez um curso de
agricultura orgânica na Organização Não Governamental SERTA6. Mora com seu
pai, sua mãe e o avô, mas possui 10 irmãos, sendo que apenas um deles está
solteiro e mora no Rio de Janeiro trabalhando como porteiro em um prédio. E.D. diz
não pretender migrar, pois tem “expectativa de conseguir alguma coisa por aqui
mesmo” que não sabe ainda, mas quer conseguir um emprego e comprar uma moto
para ele. E.D. ajuda no Sítio do pai, plantando e ajudando no trato dos animais.
Segundo ele, o curso que fez no SERTA não é possível de ser colocado em prática
no sítio do seu pai, pela pouca extensão de terra, por isso, se não conseguir algo
fora da agricultura, terá que migrar também. O sítio do pai tem pouco mais de 2
hectares para “botar roçado” de milho, feijão, mandioca e batata doce e ainda
plantar capim para os bois que criam na corda7. Por isso, se torna muito pequeno
para colocar em prática os ensinamentos que aprendeu no curso do SERTA e
conseguir sobreviver dele. Ele diz ainda, já ter ensinado muita coisa que aprendeu
no curso ao seu pai, mas não é tudo que ele aceita, pois já tem sua forma de
trabalhar. Vemos que os conhecimentos aprendidos em outros contextos de
interação geram reflexividades, mas não há uma total ruptura com o trabalho
tradicional.
5
É um programa de correção de fluxo criado, em 2007, pela Secretaria de Educação do Estado de Pernambuco,
em parceria com a Fundação Roberto Marinho (Novo Tele curso), com a finalidade de corrigir a distorção
idade/série e oportunizar inclusão social, assegurando o direito àquelas pessoas que desejam concluir o ensino
básico nos níveis Fundamental e Médio (PERNAMBUCO, 2010).
6
Serviço de Tecnologia Alternativa – ONG situada na cidade de Glória e Goitá- PE que desenvolve um trabalho
de formação de agentes de desenvolvimento local e agro ecologia com jovens do Estado de Pernambuco. O
SERTA também desenvolve no município de Orobó uma consultoria na área de Educação no Campo que será
discutida mais à frente nesta tese.
7
Criar o boi amarrado na corda é uma estratégia utilizada pelos agricultores camponeses que possuem pouca
terra para criação de um, dois ou três bois e continuar cultivando lavoura.
11
E.D. vivencia um dilema. Por um lado manter o modelo tradicional de família
camponesa e, como último filho, ser responsável pela continuidade da propriedade
familiar, por outro lado, as informações de fora, questionam aquele modo de vida, o
incitando a buscar sonhos e objetivos diferentes. Desejos que perpassam a vida
cotidiana, como o de conseguir os recursos para se sustentar, ou pagar suas
despesas pessoais, comprar uma moto para facilitar seu deslocamento e sua
interação com as moças, poder participar das festas, etc. Estas são questões que se
colocam diante do dilema por ele enfrentado.
Mesmo sendo o filho mais novo e o único que continua com a família na
propriedade, corre o risco de não continuar no Sítio para dar continuidade à
propriedade familiar que seus pais mantiveram como parte da herança do avô e
parte comprada com muito sacrifício, pois para uma família camponesa a terra é
mais que uma simples mercadoria ou propriedade privada; mesmo pouca, a terra
guarda um valor diferenciado, como afirmou Klaas Woortmann:
Como expressão de uma moralidade, como algo pensado e
representado no contexto de valores e éticas. Vê-se a terra, não
como natureza sobre a qual se projeta o trabalho de um grupo
doméstico, mas como patrimônio da família, sobre a qual se faz o
trabalho que constrói a família enquanto valor. Como patrimônio ou
como dádiva de Deus, a terra não é simples coisa ou mercadoria”
(WOORTMANN, 1990, p. 12 ).
12
Eu acordo, tomo café, ai vou apanhar ração, aí eu também faço
comida, ai eu boto o comer no fogo e depois vou varrer a casa e
cuidar do meu irmão... aquela minha irmã (se referindo a outra mais
velha que ela) é mais na ração, minha mãe trabalha fora e meu pai
no roçado... eu tenho mais um irmão que trabalha num restaurante
em Recife e aquele outro ajuda meu pai no roçado e é mais na
ração também. Ele fica mais com o meu pai. E a gente fica na ração
e pra cuidar da casa e dos mais pequeno, né?(...) depois eu almoço
e vou pra escola meio dia em Chã do Rocha. Quando eu chego já
de quase cinco, aí vou dá capim pros bicho né? e jantar e ver um
pouquinho de novela né? às vezes fazer um dever, e pronto, vou
dormir.
13
minhas tarefas, vejo televisão, faço as unhas tem dia, aí onze horas
eu me arrumo, almoço e vou pra escola, chego quatro e meia, cinco
horas, aí vejo televisão, janto, ajudo a lavar os pratos, ai assisto
mais um pouquinho e fico conversando com minhas irmã e vou
dormir.
14
Segundo ela, a vida em Recife era muito difícil e ela se sentia muito sozinha,
o que a fez pedir ao seu companheiro para voltar a morar em Orobó, mesmo que
ficasse sozinha durante a semana, enquanto ele está lá trabalhando. Na sua
comunidade, mesmo sem companheiro, ela não sente a solidão da individualidade e
impessoalidade da cidade grande. O espaço comunitário a acolhe, “é um espaço de
convergência de manifestação do sagrado, do lúdico, de fuga da solidão, da
transmissão e intercâmbio da saudade, das notícias da vida social, etc.” (TEDESCO,
1999, p. 81).
Atualmente, J.S.S está estudando à noite e tem a pretensão de fazer um
curso técnico de enfermagem, com a esperança de conseguir um emprego de
auxiliar de enfermagem em um posto de saúde ou hospital em Orobó e não mais
exercer o trabalho de doméstica que já fez por necessidade. Assim ela descreveu
sua rotina cotidiana:
Eu acordo umas oito horas, arrumo a casa, aí quando assim eu tava
trabalhando ali na casa do dono da oficina ali, empregada
doméstica, né? Aí ele teve um probleminha deles se separarem, aí,
me dispensaram, aí antes eu acordava mais cedo pra ir trabalhar lá
dois dias por semana. Seis e meia por aí. Aí pronto, ficava lá até o
meio dia, aí depois chegava em casa, arrumava a minha e ia
estudar pras provas, coisa assim. À noite eu vou pra aula, seis horas
e na segunda feira eu tenho curso de enfermagem em Limoeiro... eu
num gosto de trabalhar na casa dos outros, se pudesse num
trabalharia na casa de ninguém nunca mais viu?[risos].
Considerações Finais
15
juvenis (ABRAMO, 2005) vivenciadas no meio rural de um pequeno município e
entre famílias de agricultores camponeses.
As condições da família e as relações de gênero implicam nas escolhas dos
jovens, interferindo no seu futuro e contribuindo para mudanças e permanências de
aspectos importantes da cultura camponesa.
Referências Bibliográficas:
ABRAMO, H. W. Condição juvenil no Brasil contemporâneo. In: ABRAMO, H. W.
BRANCO, P. P. M. Retratos da Juventude Brasileira. Análises de uma pesquisa
nacional. Editora Fundação Perseu Abramo: São Paulo, 2005.
PAIS, José Machado. Cotidiano e Reflexividade. Educ. Soc. Campinas, vol. 28, n.
98, p. 23-46, jan./abr. 2007 Disponível em http://www.cedes.unicamp.br
16
WANDERLEY, Maria de Nazareth Baudel. O Mundo Rural como Espaço de Vida,
reflexões sobre a propriedade da terra, agricultura familiar e ruralidade. Porto Alegre:
Editora da UFRGS, 2009.
17
V Congreso de Antropología Rural. La Pampa, Argentina
GT. 4 “Espacios sociales rurales y cotidianeidad. Producción de poder,
parentesco, familia y género”
*
Profesora Titular de la Universidade Federal de Santa Catarina (Brasil). Investigadora del CNPq
Title: FAO, HUNGER AND RURAL WOMEN
Abstract: The purpose of this paper is to conduct la critical analysis of the document
produced by the UN's Food and Agriculture Organization on the global state of
agriculture and nutrition. It focuses on Part I of the document which deals with farming
women in developing countries and proposes solutions to "close the gender gap" in
development projects (FAO, Rome, 2011, 68 p). The two main criticisms concern the
lack of an analysis of the value of domestic work and the productivist character of the
proposed solutions, which do not take into account the environment, health care,
women´s aspirations and real life conditions. The present analysis is based on:
calculations devised by feminist economists to measure the importance of women's
unpaid work in National Accounting; books, articles and documents addresing the
situation of farming women globally; and material on Brazil's rural women's
movements, obtained through effective participation in public meetings and
demonstrations and from periodicals, primers, exchanged correspondence and
ethnographic studies.
Key Words: domestic work, OGMs, familial agriculture, gender, pesticides, rural
communities.
Introducción
El estímulo para escribir este artículo vino de la lectura del documento producido
por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación –
FAO (FAO, 2011) intitulado El estado mundial de la agricultura y la alimentaci: Las
mujeres en la agricutlura.Cerrar la brecha de género en aras del desarrollo. Tratase de
una larga discusión de 68 páginas sobre la contribución que las mujeres rurales podrían
dar para la alimentación de los 925 millones de personas desnutridas existentes en el
mundo. Según la FAO, las mujeres representan un promedio de 43% de la fuerza de
trabajo agrícola en los países en desarrollo, variando esa tasa de 20% en América Latina
hasta 50% en Asia oriental y África subsahariana. En realidad, las estadísticas
subestiman la contribución de la mano de obra femenina al trabajo en las plantaciones,
porque, generalmente, las mujeres ven los campos alrededor de su casa como una
extensión del hogar y no separan el trabajo que hacen en los dos espacios, declarando
todas las actividades como trabajo doméstico. Sin embargo, relevamientos hechos en
varias regiones llevan a creer que son las mujeres quienes hacen la mayor parte del
trabajo agrícola en los países en desarrollo. Hay estimativas de la propia FAO, en
colaboración con otras instituciones mundiales, de que se puede hablar en participación
de 60% al 80% de trabajo femenino en la agricultura de los países del Sur. Esa
proporción viene aumentando la causa de la disminución del número de hombres en
virtud de guerras, migraciones y del SIDA (VIH/AIDS), que devasta, principalmente, el
continente africano.
En el trabajo asalariado, las mujeres también están presentes en los campos, pero
muy ausentes de las estadísticas, porque a ellas queda reservado el trabajo temporario,
principalmente durante las cosechas. Las propias trabajadoras agrícolas no ven ese
trabajo como asalariado, lo consideran una “ayuda” temporaria para el presupuesto
doméstico, apenas “un dinerito más”. La preferencia de los propietarios por ese tipo de
mano de obra deriva justamente del carácter de “ayuda” atribuido a tales actividades,
resultando en poca revuelta por parte de las trabajadoras con relación a la baja
remuneración.
Por una parte, el documento analizado es, sin duda, un avance, porque cumple un
importante papel en el sentido de mostrar la desigualdad de género y, más importante
aún, afirmar que esa condición, no siendo una fatalidad biológica, puede ser cambiada,
inclusive citando ejemplos. Por otra parte, toma como modelo de medida ideal la
productividad agrícola masculina, minimizando, de esta forma, los factores que impiden
a las mujeres alcanzar ese nivel y, lo que es más grave, no discute si la ecualización por
ese camino es deseable, o aun exenta de consecuencias perversas. Nada se puede obstar
a la afirmación que es hecha de que las mujeres no tienen el mismo acceso que los
hombres a la tierra, a las financiaciones, los insumos, los servicios productivos y las
instancias decisivas. Cuando ese acceso es igualitario, “las trabajadoras agrícolas son
igual de eficaces que sus homólogos masculinos” (FAO, 2011, p. 4). Para demostrar
esas afirmaciones, hay una grande preocupación en levantar experiencias, a nivel
mundial, que confirman esa asertiva.
Según los autores, son varios los objetivos a ser alcanzados: a) presentar los mejores
datos empíricos disponibles en relación a la contribución de las mujeres y los obstáculos
que ellas enfrentan en las empresas agrícolas y rurales en diferentes regiones del
mundo; b) demostrar como la brecha de género limita la productividad agrícola, el
desarrollo económico y el bienestar humano; c) evaluar de manera crítica las
intervenciones dirigidas a reducir la brecha de género y recomendar medidas prácticas
que los gobiernos nacionales y la comunidad internacional puedan adoptar para
promover el desarrollo agrícola mediante el empoderamiento de las mujeres (Ibid., p. 5).
Todavía según el documento, si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos
productivos que los hombres, podrían aumentar el rendimiento de sus explotaciones
agrícolas entre un 20% y 30%, incrementando la producción total en aproximadamente
2,5% a 4% en los países en desarrollo y, con eso, reducir el número de hambrientos
entre 12% y 17% en todo el mundo. Además, cuando las esposas y madres consiguen
más dinero, generalmente invierten en nutrición, salud y educación de los hijos.
Lo que colocamos en cuestión es si las políticas propuestas, todas de cuño
productivista (aumento de crédito, mayor uso de insumos y de tecnología, etc.), serían
las más eficaces para alcanzar esos objetivos. Las críticas que hacemos tienen que ver
más con las cuestiones que no son tratadas en el informe que con las que lo son.
Podemos decir a grosso modo que la ausencia sentida gira en torno a dos problemas: la
relevancia económica del trabajo doméstico y el modelo de desarrollo que está implícito
en las sugerencias presentadas.
El trabajo doméstico
Las actividades domésticas tienen una trayectoria interesante dentro del texto.
Aparecen en las páginas iniciales como siendo un obstáculo al trabajo productivo de la
mujer:
1
Seminario internacional realizado en 2006 en Porto Alegre “Política para mujeres en la Reforma Agraria
y en el desarrollo rural”.
dificultad de acceso aumenta enormemente por la falta de energía eléctrica o la
posibilidad de utilización de gas de cocina.
2
En una reunión de feministas en Argentina, en 1987, un médico, el único hombre presente, dijo que la
delicadeza de las manos femeninas es muy recordada en la hora de los trabajos mal pagos, pero, cuando la
cuestión son las microcirugías, nada se dice sobre el tamaño de la mano de los médicos responsables por
ellas.
capacitación más amplia. Cuando son sustituidas por máquinas, como ya ocurrió en
algunas regiones, estas mujeres se encuentran totalmente mal preparadas para otro tipo
de actividad.
En cuanto a la grande demanda que el cuidado de los hijos ejerce sobre las
actividades femeninas, es guardada, en el documento analizado, la precaución corriente
para que la reproducción no sea considerada un obstáculo. Algunos países de Europa ya
están precisando incentivar la natalidad. Los niños que nacen no son apenas una
garantía de sustento para sus padres, sino para toda la sociedad. Cuando sean adultos,
son ellos quienes van a trabajar, producir, pagar impuestos y generar nuevos niños. Los
que tienen hijos traen beneficio para la sociedad como un todo, pero eso es poco
reconocido. El padre, como es considerado el proveedor, detiene los empleos mejor
remunerados. En la vejez, puede reivindicar derechos laborales como la jubilación. Las
mujeres, cuya dedicación a los hijos es mayor y hacen el trabajo no pago, en la vejez, en
el caso que no reciban sustento del marido, van a depender de la buena voluntad de los
hijos. En las familias pobres, al disminuir la prole, hay un aumento del riesgo de no
tener quienes sustenten a los padres ancianos a causa de muertes en la infancia o en la
juventud, enfermedades incapacitantes, emigraciones, poco éxito financiero de los hijos,
desempleo, etc. Por eso, es tan difícil imponer control de natalidad en países en
desarrollo. Los hijos son garantía de sobrevivencia. Según Nancy Folbre, investigadora
del Departamento de Economía de la Universidad de Massachusetts (EUA), en los
Estados Unidos, un tercio de los niños ya viven apenas con uno de los padres, en
general, la madre. Esta situación es cada vez más frecuente. Cuando los padres se
separan, las mujeres quedan con toda la carga de cuidar a los hijos, y eso disminuye su
posibilidad de conseguir buenos empleos. La moraleja de esta historia, según la autora,
es que la dedicación de los padres, principalmente de la madre, trae importantes
beneficios para la sociedad, pues comparte con todos sus miembros los beneficios de
una nueva generación bien criada, pero los costos no son compartidos, su peso recae
principalmente sobre las madres (FOLBRE, 2003).
Investigaciones realizadas en Brasil (SIMÕES Y MATOS, 2010)3 muestran que,
entre 1995 y 2005, el número de domicilios en que la responsable de la familia es
únicamente la mujer pasó del 22,9% al 30,6%, un aumento, por lo tanto, del 35%. Un
3
Las autoras usaron fuentes primarias y secundarias, entre las cuales la Investigación Nacional por
Muestreo Domiciliar (PNAD/IBGE, 2005), la investigación del International Social Survey Program
(ISP) sobre “Género, Familia y Trabajo (2003), y la investigación “La mujer brasilera en el espacio
público y privado (FUNDACIÓN PERSEU ABRAMO, 2001).
alto porcentaje de esas mujeres es negra, casos en que la discriminación por género se
suma a la discriminación por raza. De la población ocupada4, las mujeres totalizan un
42%, de los cuales cerca de un 25% son trabajadoras domésticas, muchas
indocumentadas (“en negro”), lo que significa sin derechos laborales. En promedio, las
trabajadoras brasileras reciben cerca de un 71% respecto de lo que reciben los hombres
(lo que ocurre en mayor o menor grado en el resto del mundo), y la diferencia salarial
no desaparece cuando se trata de la población con mayor escolaridad, o sea, de nivel
universitario. Eso ocurre a causa de una fuerte segregación profesional, es decir, la
mano de obra femenina está concentrada en ocupaciones menos valoradas. Las
propuestas que se apoyan únicamente en el aumento de la escolaridad de las mujeres
para reducir la desigualdad, aunque sea una meta importante, deben de tener en cuenta
la jerarquía entre las ocupaciones5.
Al casarse, hombres y mujeres establecen una especie de contrato, aunque no sea
escrito, por el cual cada uno desempeña su parte, y hay una expectativa de reciprocidad
entre los dos. Esa reciprocidad, sin embargo, no se aplica a los hijos pequeños, ellos
tienen que ser sustentados y cuidados. Nancy Folbre, en el texto ya citado, trabaja bien
esa cuestión de la reciprocidad. Ella muestra que la ciencia económica se dedicó mucho
a lo que puede ser comprado y vendido, pero las personas son producidas por otras
personas, no sólo en el sentido físico de generar, sino por medio de alimentación,
educación, cuidados y sacrificios personales, y eso se da dentro de las familias. En los
compendios de Economía, no aparece la palabra “familia”, pero debería aparecer, según
ella. Los economistas simplemente ignoran, en términos de producción de riquezas y
calidad de vida, el trabajo no remunerado, su importancia para la propia producción
capitalista y su papel fundamental en la creación del “capital humano”, por medio del
cuidado ejercido por las mujeres.
Para Folbre, la reciprocidad entre marido y mujer, por ser algo que ocurre en el
presente, puede ser más controlada, y el casamiento es un contrato que puede ser
deshecho. Pero la reciprocidad entre padres e hijos se da en términos de futuro.
Tenemos una imagen que el amor de los padres es incondicional, pero no es tan así.
Somos educados para pensar que algunos valores ya nacieron con nosotros, que son
4
Abarca personas que desempeñan trabajo pago o no pago (por ejemplo, miembros no remunerados de la
familia en la agricultura) en la producción de bienes y servicios, con diez o más años de edad (PNAD-
IBGE, 2005).
5
Silvana M. Bitencourt (2010) hizo un análisis interesante sobre el sufrimiento de las mujeres en el
campo de la Ingeniería.
naturales, pero son normas que aprendemos desde niños y que están interiorizadas, son
sociales, aunque parezcan individuales. Si los padres no tuvieran cualquier obligación
con los hijos, la humanidad ya habría desaparecido hace tiempo o no habría surgido.
La sociedad espera que los padres cuiden a los hijos, tanto que pueden ser
punidos cuando no lo hacen, inclusive con la pérdida de la guardia de los niños6. Se
espera también que los hijos cuiden a los padres ancianos, y ya están apareciendo casos
en la Justicia de pedido de pensión de padres a sus hijos. Pero hay una diferencia. Los
padres pueden controlar lo que dan a los hijos, pero no pueden saber o tener poder de
decisión sobre lo que van a recibir en el futuro.
La educación de las mujeres, volcada hacia el hogar, no preparaba un gran
número de ellas para obtener su propio sustento, a no ser en funciones sin cualificación
y mal remuneradas. Aun así, las mujeres de familias pobres, principalmente las que
vivían en el medio rural, siempre trabajaron. Sin embargo, como el modelo idealizado
era quedarse en casa, aun cuando estaban siempre trabajando, el trabajo productivo
femenino7, remunerado o no, era visto como una “ayuda” al marido y era interrumpido
siempre que la familia precisaba: hijos pequeños, enfermedades, mudanzas de ciudad a
causa del empleo del marido, etc. No sólo la familia cobraba ese papel de la mujer,
también el propio Estado lo reforzaba. Según la investigadora Régine Dhoquois
(DHOQUOIS, 2003), en el final del siglo XIX, en Francia, en la región donde las
mujeres trabajaban en las fábricas textiles, se constató que sus hijos eran más frágiles:
hubo un 35% de dispensa del servicio militar, contra el 17% en regiones rurales. No
tener buenos soldados siempre preocupó a las naciones. En Brasil, el discurso médico
en el inicio del siglo XX asociaba higiene y salud y, como en Francia (y en el resto del
mundo), atribuían a las madres la responsabilidad por la mortalidad infantil y fragilidad
de los hijos. La educación de las mujeres y su acceso al mercado de trabajo vienen
cambiando, pero la situación descripta todavía permanece hasta hoy en diferentes
regiones y grupos sociales.
6
Por no tomar el amor de las madres como natural, algo innato, el libro de Elizabeth Badinter Um amor
conquistado: o mito do amor materno causó mucha polémica. (BADINTER, 1980).
7
Como la separación entre trabajo productivo e improductivo remite a construcciones teóricas específicas
como, por ejemplo, el marxismo, en el cual el trabajo productivo produce plusvalía y el improductivo, no,
con la flexibilización y relecturas de las grandes teorías, el concepto de “trabajo productivo” fue tomando
distintas significaciones. En este texto, usamos el término tanto en el sentido de trabajo remunerado como
de trabajo no remunerado, desde que sea empleado hacia la producción de bienes y servicios que tienen
valor en el mercado, que pueden ser comercializados. Reconocemos la fragilidad teórica de esa
conceptuación, pero como es así que el trabajo productivo es visto inclusive en el documento de la FAO,
donde aparece también el término “económicamente activo” como sinónimo, mantuvimos el sentido para
facilitar el diálogo con el material analizado.
Según Alicia Puleo (PULEO, 2004, p. 18), si en tiempos pasados la legitimación
de la división de trabajo en los hogares era dada por la religión, con la modernidad otras
justificaciones fueron y van siendo creadas, de acuerdo al lenguaje y las categorías
conceptuales de cada época. El discurso higienista es un ejemplo. Considerar casa e
hijos como un encargo femenino resultó no sólo en un no estímulo al trabajo
remunerado de las mujeres, como también en una fuerte condenación moral. Hoy, la
inserción de las mujeres en el mercado de trabajo no sufre ese prejuicio, pero la
condenación moral de la madre continúa cuando hay los así llamados “desvíos de
conducta” o problemas de salud durante la creación de los hijos. También continúa
pequeña la participación de los hombres en los quehaceres domésticos. Aunque haya
habido cambios con relación a las generaciones pasadas, el involucramiento masculino
en los cuidados de la casa, de los hijos y de los enfermos no guarda cualquier
proporcionalidad con el gran aumento del número de mujeres en profesiones
remuneradas.
El carácter productivo del trabajo doméstico es negado tanto por la economía
neoclásica como por la marxista. Según Cristina Carrasco (CARRASCO, 1999), la
economía neoclásica racionaliza los papeles de hombres y mujeres, en la familia y en el
mercado de trabajo, reforzando el status quo. El marxismo trabaja como si las
categorías proletariado, explotación, producción y reproducción fueran neutras cuanto al
género, presuponiendo una convergencia de intereses entre los miembros de la clase
trabajadora, independiente del sexo. Apenas los economistas clásicos mostraron alguna
preocupación al defender la idea de un salario compatible con la reproducción de la
clase trabajadora, en una época de alta mortalidad infantil. Aunque no hayan
incorporado el trabajo de las mujeres en sus análisis, mantuvieron, al menos, una
tensión al, no incorporarlo, pero reconocer su existencia, tensión que desaparece en los
economistas neoclásicos.
Ana Maria Loforte (LOFORTE, 2003), investigadora mozambicana, critica
también a los neomarxistas, principalmente el francés Claude Meillasoux, especialista
en Antropología Económica, por tomar las mujeres como una categoría homogénea, en
un análisis a-histórico y sin informaciones etnográficas.
En la década del 1970, en Brasil, hubo un gran esfuerzo de los grupos
feministas, principalmente marxistas, en el sentido de repensar el trabajo doméstico. Las
pioneras fueron Heleieth Safiotti (SAFIOTTI, 1976) y Eva Blay (BLAY, 1978)8. Para
algunas, el trabajo doméstico debería ser llevado a las esferas de las actividades
productivas. Fueron muchos los debates en los cuales se proponía el concepto de Modo
de Producción Doméstico, o se defendía que las mujeres, por medio del trabajo no
remunerado que “estiraba” el salario bajo del marido, suministraban plusvalía al
capitalista. Hubo, también, propuestas en el sentido de remunerar ese tipo de trabajo,
propuesta rechazada por muchas feministas que decían que tal procedimiento
legitimaría la reclusión de las mujeres en el hogar. Carrasco muestra que lo mismo
ocurría en otros países9. De a poco, con la crítica a las grandes teorías, ese debate fue
menguando. En las últimas décadas, los intentos de volver visible la sobrecarga de las
mujeres vienen poniendo énfasis en los estudios de uso del tiempo por ambos sexos. Un
ejemplo es el documento de la ONU (UNITED NATIONS, 1995) que trae conclusiones
interesantes a nivel mundial.
Según el documento citado, aun en los países ricos, las mujeres trabajan más que
los hombres, pues investigaciones hechas en la década del 1980, principalmente en
países desarrollados, concluyeron que en 13 países ellas trabajan por lo menos 2 horas
más por semana que ellos, y lo común es de 5 a 10 horas. En ocho países, la cantidad de
trabajo fue igual y apenas en los Estados Unidos las mujeres dijeron que trabajan
menos, un promedio de 3 horas por semana. El trabajo doméstico no remunerado es el
que más ocupa el tiempo de las mujeres. En la mayoría de los países, ellas gastan más
del doble del tiempo en trabajo no pago que los hombres. Además, el tiempo de trabajo
de los hombres tiende a ser el mismo durante su vida productiva, mientras el de las
mujeres varía bastante, dependiendo de la edad de los hijos.
Aún de acuerdo a los técnicos de la ONU, desde mediados de la década del 1960
hasta mediados de la década del 1980, hubo una disminución en el tiempo de trabajo no
pago de las mujeres y aumento del trabajo remunerado. Cambios vienen ocurriendo en
el sentido de que la pareja comparte más los encargos domésticos, pero esos cambios
todavía son tímidos, visto que, cuanto a la manera de gastar el tiempo, hay bastante
8
En términos internacionales, no podemos olvidar el trabajo pionero de Ester Boserup (BOSERUP,
1970), realizado en África, que denunció cómo los trabajos realizados por las mujeres en la producción y
en los servicios de subsistencia, fundamental para el bienestar económico de las poblaciones, eran
subestimados en el cálculo del Producto Nacional.
9
Para un resumen de las varias posibilidades teóricas desarrolladas en el periodo, ver Gelinsky y Pereira
(GELINSKY Y PEREIRA, 2005). Para ellas, tanto para Melo (MELO, 2005) como para Hirata
(HIRATA, 2004), el trabajo doméstico no puede ser evaluado en términos puramente económicos, por ser
una actividad psicosocial. Para Gelisky y Pereira, esa es la causa del debate sobre su caracterización como
productivo o improductivo, haber quedado inconcluso.
semejanza entre hombres y mujeres cuando son jóvenes y solteros. Sin embargo, una
vez que se casen o cohabiten, las cosas cambian, y las diferencias de género quedan
nítidas. En los países en desarrollo, las mujeres adultas y las jóvenes gastan entre 3 y 5
horas más por semana que los hombres en trabajos de subsistencia no pagos – por
ejemplo, buscar agua y leña y procesar productos agrícolas – y entre 20 y 30 horas más
en trabajos domésticos.
10
Viene habiendo intentos, por parte de algunos países, de incorporar el valor del trabajo doméstico en la
Contabilidad Nacional. Helena Hirata (2004) cita el ejemplo de Noruega, que hizo eso después de la
Segunda Guerra Mundial, pero abandonó pronto tal procedimiento, aunque todavía desarrolle propuestas
con relación al problema. Según Gelinky y Pereira (2005), la inclusión del género en la elaboración de los
presupuestos públicos es una de las banderas de lucha de la Unifem/ONU. Hay una vasta literatura
Además de esas dificultades, al procurar informaciones junto a las Organizaciones para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDEs) de varios países, Duran (Ibid., p.
101) descubrió que se estima que el esfuerzo dedicado a conocer el trabajo no
remunerado equivale a menos de la centésima parte de lo que es invertido (dinero,
recursos institucionales, investigaciones, etc.) en el relevamiento del trabajo
remunerado. A pesar de que los datos no son fácilmente comparables, los datos
obtenidos en catorce países muestran que, con una única excepción, el trabajo
desarrollado fuera del mercado de trabajo es igual o mayor que el trabajo desarrollado
para el mercado. Siendo así, el nivel de vida de diferentes naciones depende mucho del
trabajo no remunerado, realizado mayoritariamente por las mujeres. En España, si fuera
atribuido al trabajo no remunerado el 80% del valor del remunerado, el PIB español
sería cerca del 102% mayor que el actual; si fuera atribuido el mismo valor, el
incremento sería del 128% (Ibid., p. 113).
Melo et al. (MELO et alli, 2005), teniendo por base las estadísticas demográficas
y sociales relevadas, en Brasil, por la Investigación Nacional por Muestreo de
Domicilios (PNAD) que, entre otros objetivos, contabiliza el tiempo gasto con el trabajo
doméstico desde 2001, afirman que ese trabajo corresponde a cerca de 12,7% del PIB
nacional. En 2004, correspondió a 225,4 mil millones de reales, y el 82% de ese valor,
185 mil millones de reales, fueron generados por mujeres.
El trabajo doméstico no sólo genera valor como tiene una flexibilidad que le
permite, como dice la investigadora mozambicana Isabel Maria Casimiro (CASIMIRO,
2004, p. 231), constituir un “lugar seguro para amortiguar los golpes de los programas
de ajuste estructural”, característica que lo torna esencial para amenizar los golpes que
las políticas del Banco Mundial pueden provocar.
Con lo expuesto, vemos que, en la hipótesis de que las mujeres inviertan el
mismo tiempo que los hombres en la producción, podemos tener dos situaciones. En la
primera, la familia tendría un incremento de renta tan substancial que le permitiría
comprar en el mercado los bienes y servicios antes a cargo de la esposa, o que no sólo
es difícil por el alto costo, sino por posibles diferencias de calidad y por su escasez en
determinadas regiones. En la segunda, tanto los miembros de la familia como toda la
internacional sobre la necesidad de un análisis del presupuesto con enfoque de género. En Brasil, merecen
destaque el Centro Feminista de Estudios y Asesoría (Cfemea) — http://www.cfemea.org.br/site — y
Acciones en Género, Ciudadanía y Desarrollo (Agende) — http://www.agende.org.br —. También
existen esfuerzos individuales entre las economistas feministas en esa dirección. Podemos citar, entre
otras, Hildete Pereira de Melo, Carmen R. O. Gelinski y Rosângela Saldanha Pereira.
sociedad perderían en calidad de vida y bienestar. En una propuesta que justamente
respete el aumento de la satisfacción y el bienestar de las mujeres rurales, el trabajo
doméstico jamás podría quedar en segundo plano como quedó en el documento
presentado por la FAO. En vez de tomar como modelo para la actuación femenina la
participación de los hombres en la producción, sería más adecuado desarrollar métodos
de investigación que pudieran captar la contribución del trabajo no pago de las mujeres
para la producción y reproducción de la sociedad.
Modelo de desarrollo
11
La Vía Campesina es un movimiento internacional que coordina organizaciones campesinas de
pequeños y medianos agricultores, trabajadores agrícolas, mujeres rurales y comunidades indígenas y
negras de Asia, África, América y Europa. Una de las principales políticas de la Vía Campesina es la
defensa de la soberanía alimentaria.
12
Jacques Chonchol fue ministro de la Reforma Agraria de Chile en el gobierno de Salvador Allende. Fue
director del Instituto de Altos Estudios de la América Latina, Universidad de París III, Sorbonne Nouvelle
y coordina actualmente un Doctorado en Estudios de las Sociedades Latinoamericanas.
es tanto la consecuencia de una producción alimentaria insuficiente, sino de la
marginalización económica de ciertas poblaciones”. Siendo así, “la prioridad no es tanto
aumentar la producción de los que producen mucho, sino dar a todos los medios
necesarios para producir”.
Nótese que el autor no habla en “medios necesarios para comprar”, y sí “para
producir”, habla de soberanía y no de seguridad alimentaria. En su análisis, el aumento
de productividad en la agricultura no resultó en beneficio para los países pobres. Esos
países se volvieron grandes importadores de cereales, principalmente a partir de la
década del 1970, lo que hizo que las grandes regiones productoras, en el caso regiones
desarrolladas como América del Norte, Oceanía y, posteriormente, Europa Occidental,
dirigieran su producción de granos hacia ese mercado. Sin embargo, en la medida en
que crisis políticas y económicas, guerras o desastres naturales disminuyeron la
capacidad de importación de la población pobre, la producción también disminuyó y
comenzó a ser más direccionada para la producción de animales. La ganadería tiene un
fuerte poder de exclusión de las poblaciones pobres en relación al consumo de cereales.
El gran crecimiento de la productividad agrícola no mantuvo las mismas tasas obtenidas
en el inicio de la Revolución Verde. La disponibilidad de productos alimentarios no
garantiza el fin del hambre y de la desnutrición porque no es la cantidad producida, sino
las posibilidades de comercialización, o sea, el mercado, que es el factor más
determinante.
13
Rubens Nodari fue gerente de recursos genéticos de la Secretaría de Biodiversidad y Bosques
del Ministerio del Medio Ambiente, en el periodo del 2003 al 2008.
14
Aunque el artículo sea de 2003, el estudiante de doctorado Cleber Bosetti nos cedió, con
autorización del investigador, una entrevista hecha con Rubens Nodari en marzo de 2012 que
reafirma, en lo que se refiere a la situación actual, lo que fue dicho en el artículo.
dos términos no son sinónimos, pero es común usarlos como equivalentes, porque todo
transgénico es un OGM, pero el reverso no es verdadero. Los OGMs son organismos
genéticamente modificados, pero que no recibieron partes de otros organismos, ya los
transgénicos son organismos que poseen una secuencia de ADN o partes del ADN de
otros organismos, inclusive de especies diferentes. Ese es un punto importante porque,
si la transformación genética fue descubierta en 1928, la primera planta transgénica fue
obtenida en 1983 (Ibid., 2003). Esta identificación entre procesos diferentes no es
inocua, facilita la aceptación y la falta de rotulado adecuado de los productos
transgénicos. No podemos igualar todas las biotecnologías en cuanto a sus
implicaciones, y, entre las biotecnologías, la transgenia y la clonación de mamíferos
tienen consecuencias más profundas. Mientras la primera abre las posibilidades de
riesgos al ambiente y a la salud humana y su uso sufre fuerte influencia de las relaciones
socioeconómicas y políticas, la clonación puede amenazar la biodiversidad (Nodari Y
Guerra, 2003).
Otra cuestión son los mercados. El texto de la FAO los trata como si fueran
realmente autorregulados, dejando de lado las presiones políticas. En Brasil, la
aprobación del cultivo de soja transgénica es un claro ejemplo de lo que pueden lograr
las presiones. En una entrevista realizada en marzo del 2012, Rubens Nodari describe
cómo se dio ese proceso. Aunque ese cultivo fuera prohibido en Brasil, la falta de
fiscalización hizo que, en 2003, cuando Lula asumió el gobierno, ya hubiera más de un
millón de hectáreas plantadas con soja transgénica ilegal en el país, principalmente en
Rio Grande do Sul, donde era más fácil el contrabando de semillas por las fronteras.
¿Qué hacer con la cosecha? Destruirla sería impensable en ese momento en que
se creaba nacionalmente el programa Hambre Cero. Como no tenemos el hábito de
comer soja como los orientales, consumimos apenas de 2 a 3% de nuestra producción,
la entonces ministra del Medio Ambiente, Marina Silva, sugirió que toda soja
transgénica fuera exportada. Sin embargo, el gobierno del Estado de Rio Grande do Sul
reaccionó porque, como de la soja exportada no es cobrado el Impuesto sobre
Mercaderías y Servicios (ICMS), el Estado perdería 900 millones de reales. Entre
marchas y contramarchas, la solución vino a través de una Medida Provisoria – MP –
que autorizó la cosecha sin problemas. El hecho preparó el camino para la
regularización, que ocurrió en ese mismo año, en septiembre del 2003 (Nodari, 2012 y
Otero, 2012).
Otra forma de presión de que tuvimos conocimiento ocurrió en África. En abril
de 2010, durante un encuentro realizado en Chapecó (Estado de Santa Catarina), donde
la propuesta era un intercambio entre trabajadores agrícolas africanos y brasileros, la
representante de Mozambique dijo que semillas transgénicas fueron distribuidas por las
instituciones competentes a los productores, los cuales sólo percibieron que había algo
diferente cuando las nuevas semillas producidas no germinaron.
15
El caso del agricultor canadiense Percy Schmeiser se volvió mundialmente conocido. Él cultivaba
canola tradicional y hacía sus propios mejoramientos genéticos. Como la canola es una planta de
polinización abierta, bien como el maíz, sus plantaciones fueron contaminadas por canola transgénica de
la Monsanto, introducida en el país en 1995. Schmeiser sufrió un juicio de la Monsanto, so pretexto de
haber adquirido las semillas ilegalmente, y la enfrentó en la Justicia en un largo proceso que él mismo se
encargó de difundir en diferentes países. El embate judicial terminó en el 2008 con un fallo a favor del
agricultor.
http://www.guardian.co.uk/environment/2008/jan/22/pollution.gmcrops; http://www.percy
schmeiser.com/. Acceso en 2/5/2012
Cuando citamos estos ejemplos acerca de los riesgos que existen en torno a la
diseminación de agroquímicos16 y transgénicos, no queremos tomar aquí, en este texto,
una posición en contra hacia ellos. Queremos alertar sobre el hecho de que documentos
como el analizado toman todas las innovaciones tecnológicas como siempre benéficas,
aun de manera implícita, en una postura evolucionista que precisa ser cuestionada, del
mismo modo que precisa ser cuestionado el hecho de que las mujeres de los países en
desarrollo, en ningún momento, fueron oídas.
El hecho de que sean las mujeres quienes, tradicionalmente, cuidan la salud de la
familia hace que tengan una grande preocupación con la calidad de la alimentación y el
uso de agroquímicos. No por casualidad, en Brasil, uno de los movimientos sociales
rurales que carga con más fuerza la bandera de la producción de alimentos saludables
sea el Movimiento de Mujeres Campesinas – MMC. Surgido en el inicio de los años
1980 con preocupaciones vertidas hacia cuestiones laborales, fue poco a poco
incorporando cuestiones de género que acabaron por hacer aflorar las cuestiones de
salud y, con ellas, un fuerte rechazo a la agricultura hecha con el uso de agroquímicos y
transgénicos y un rechazo a las reforestaciones.17 Existe también el miedo a la
dependencia de las empresas, principalmente cuando hay oligopolio o monopolio por
parte de ellas en la obtención de las semillas, porque, cuando se usan las semillas
modificadas, no es posible producirlas en la propiedad. El MMC no es un movimiento
pequeño, abarca 19 Estados brasileros. Esta también es la posición de la Vía
Campesina, movimiento internacional al cual el MMC se encuentra vinculado. Sin la
concordancia de las mujeres, difícilmente alguna política pública destinada a ellas
surtirá efecto.
Consideraciones finales
16
No es rara la afirmación de que los pequeños productores se intoxican por usar agroquímicos en
exceso, sea por ignorancia, sea por sede de ganancias. En contrapartida, poco se habla sobre el hecho de
que esos agricultores sufren directamente el peso de sus decisiones, mientras en las grandes propiedades
las consecuencias recaen sobre los empleados, mientras la ganancia queda con los dueños del
emprendimiento. Ni la sede de ganancias es privilegio de los pobres, ni la virtud, privilegio de los ricos.
17
Tanto el MMC como la Vía Campesina se empeñan en hacer públicas sus convicciones. Son muchas
las publicaciones. Citamos, entre ellas, Varios autores (2010). Citamos también un hecho de grande
repercusión, ocurrido en marzo del 2006 en Rio Grande do Sul, cuando ocurrió la destrucción de un
laboratorio de plantas de la Aracruz Celulosis por cerca de 2.000 mujeres ligadas a los movimientos de
defensa de los trabajadores del campo, en especial a la Vía Campesina (PAULILO Y MATIAS, 2006).
Podemos considerar un avance el hecho de que organizaciones como la FAO
comienzan a tomar en cuenta la grande importancia de las mujeres trabajadoras rurales
en la producción de alimentos, bien como denunciar las desigualdades existentes entre
los sexos en términos de financiaciones, acceso a la tierra y a órganos de decisión,
sobrecarga de trabajo, entre otros. También es importante que surjan propuestas de
solucionar el hambre en los países pobres, a través de formas endógenas de aumento de
la producción agrícola. Sin embargo, el documento analizado todavía conserva mucho
de la visión tradicional sobre la relación entre mujeres y desarrollo, en el sentido de
presentar como única posibilidad la inserción de la mano de obra femenina en el modelo
agrícola productivista, teniendo como inspiración el comportamiento masculino. Contra
ese tipo de igualdad en que el hombre es visto como “cierto” y la mujer como
“retrasada”, aunque no sea por su propia culpa o por motivos biológicos, mucho ya han
luchado los movimientos feministas.
La postura productivista y por qué no decir, machista de la FAO implicó serias
consecuencias como menospreciar el valor económico del trabajo doméstico y no dar la
debida importancia a las graves polémicas que cercan el uso de las nuevas tecnologías.
El documento conserva y refuerza la convicción de que la eliminación del hambre en el
mundo depende de la cantidad de alimentos producidos, convicción ya bastante
criticada por los que tienen en cuenta el poder y la concentración de los mercados
mundiales. Otro punto menospreciado son las diferencias de poder entre los que pueden
producir mucho y los que pasan hambre. Nada es dicho sobre las presiones ejercidas por
los defensores de los agronegocios lucrativos sobre el gobierno de diferentes naciones.
En Brasil, la fuerza política de la Bancada Ruralista en el Legislativo es un hecho
conocido. Las dificultades de diálogo entre diferentes formas de agricultura son tan
fuertes en nuestro país que tenemos dos ministerios ligados a la producción
agropecuaria: el Ministerio de la Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento – MAPA – y
el Ministerio del Desarrollo Agrario – MDA.
Pero de todas las críticas, la que debe ser hecha con más vehemencia es el
establecimiento del modelo de productividad masculino como un ideal a ser alcanzado
por las mujeres. Se cambian los términos, pero no la inferiorización y la descalificación
del trabajo femenino. Si no son la religión y la biología las que son llamadas para
legitimar las desigualdades, es el modelo tecnológico productivista que ejerce ese papel.
Aunque en el texto no haya una culpabilidad atribuida a las trabajadoras agrícolas de los
países pobres, queda la idea de que es del aumento de productividad de ellas que
depende, en grande parte, la disminución del hambre en el mundo. Sería el caso de
preguntar por qué, entre tantos responsables, una carga tan grande está siendo puesta en
hombros tan frágiles, debilitados por siglos de colonización, racismo y explotación
económica.
Bibliografía
Hirata, Helena. (2004) Trabalho doméstico: uma servidão voluntária?, in: Godinho,
Tatau e Silveira, M. Lúcia da (orgs). Políticas públicas e igualdade de gênero. São
Paulo: Coordenadoria Especial da Mulher, p. 43-54.
Loforte, Ana Maria. (2003) Género e poder entre os tsonga de Moçambique. Lisboa:
Ela por Ela.
Matos, M.I.S. de. (2003) Delineando corpos: as representações do feminino e do
masculino no discurso médico, in: Matos e Soihet (orgs.). Op. Cit., p. 107/127.
Melo, Hildete P.; Considera, Claudio M.; Sabbato, Alberto di. (2005) Os afazeres
domésticos contam. Textos para discussão. Rio de Janeiro: UFF/Economia. Disponível
em: http://www.uff.br/econ/dowload/tds/UFF_TD 177.pdf, acessado em 5 de abril de
2012.
Nodari, Rubens O.; Guerra, Miguel P. (2003) Da transformação em bactérias (1928) às
plantas transgênicas. Ciência e Ambiente. Santa Maria, 1 (26), p. 49-65.
Nodari, Rubens O. (2011) Agroecologia: um modelo agrícola sustentável. Revista de
Estudos Humanistas Unisinos, 2011. – IHU online, ano XI. Acessada em 2de maio de
2012.
Otero, Gerardo. 2012. The neoliberal food regime in Latin América: state, agrobusiness
transnational corporations and biotechnology. Canadian Journal of Development Studies, vol.
33, n. 3. Burnaby: Simon Frase University. P. 282-294
Paulilo, Maria Ignez. (1987) O peso do trabalho leve. Revista Ciência Hoje. Rio de
Janeiro: SBPC, 28 (5), p. 64-70.
Paulilo, M. Ignez e Matias, Iraldo A. (2006) Mulheres e eucaliptos: fertilidade e aridez.
Ambientebrasil. Disponível em: http://ambientebrasil.com.br/
Puleo, Alicia H. (2004) Filosofia e gênero: da memória do passado ao projeto de futuro,
in: Godinho, Tatau; Silveira, M. Lúcia da (orgs). Políticas públicas e igualdade de
gênero. São Paulo: Coordenadoria Especial da Mulher, p. 13-34.
Saffioti, Heleieth. (1976) A mulher na sociedade de classe: mito e realidade. Petrópolis:
Vozes.
Silva, Marineide M. (2003) A fumicultura em Santa Catarina: discutindo a rentabilidade
à luz das implicações sociais e econômicas, in: PAULILO, M. Ignez e SCHMIDT,
Wilson. Agricultura e espaço rural em Santa Catarina. Florianópolis: Ed. da UFSC, p.
99-123.
SIMÕES, Solange; MATOS, Marlise. (2010) Idéias modernas e comportamentos
tradicionais: a persistência das desigualdades de gênero no Brasil, in: SOUZA, Márcio
F. de. Op. Cit, p. 15-40.
United Nations. (1995) The world’s women 1995: trends and statistics. EUA: United
Nations Publication.
UNDP (United Nations Development Program). 2010. Human Development Report
2010: Sustainability and Equity: A Better Future for All. New York: UNDP
Varios Autores. (2010) Las mujeres alimentan al mundo: soberanía alimentaria en
defensa de la vida y el planeta. Barcelona: Entrepueblos-Entrepobles-Entrepobos-
Herriarte.
V congreso argentino y latinoamericano de antropología Rural.
Grupo Nº 4 Espacios sociales rurales y cotidianeidad. Producción de poder,
parentesco, familia y género
Resumen
El terreno de estudio
El paraje El Progreso está ubicado en el municipio de Colonia Aurora. Este
municipio se encuentra situado en la costa del Rio Uruguay, en el
departamento de 25 de Mayo, en la provincia de Misiones, Argentina.
Página 1 de 18
La población de Colonia Aurora se asienta básicamente en áreas rurales y se
dedica en gran parte al cultivo de tabaco. Los productores cuentan con
pequeñas o medianas explotaciones, con un promedio de 17 has. cada uno
(Diez, 2009). Desde hace más de dos décadas el tabaco representa para la
mayoría de la población rural de esta zona casi la única alternativa para
disponer de dinero en efectivo durante el año, contar con una cobertura de obra
social y aportes jubilatorios. Así, el tabaco, de la mano de las compañías, se
presenta entre los pequeños productores de la zona como la mejor alternativa
para la generación de ingresos monetarios (Báranger: 2007: 14).
La cuenca lechera
La cuenca lechera del km 7 se conforma a partir del trabajo en conjunto de un
grupo de productores de la colonia El Progreso y técnicos del INTA y la
Subsecretaría de Agricultura Familiar.
La producción y venta de quesos criollos forma parte de las alternativas
económicas de estas familias desde hace muchos años. Tanto el ordeñe de las
vacas, tarea que debe realizarse todos los días sin excepción a la mañana y a
la tardecita; así como la elaboración de los quesos, quehacer sumamente
demandante de trabajo, eran actividades realizadas exclusivamente por la
Página 2 de 18
mujer. Ambas actividades eran transmitidas de madres a hijas a muy temprana
edad.
La producción de queso históricamente era una actividad realizada por las
mujeres, en el espacio de la casa. Como el resto de las actividades que se
realizan bajo la responsabilidad de las mujeres, el dinero obtenido mediante la
producción y venta de quesos se destinaba así al mantenimiento de la casa,
sirviendo en forma directa a la reproducción del grupo doméstico. Era, en este
sentido, un componente importante de la producción para el gasto. Los
productores de Colonia Aurora, como los del resto de la provincia, si bien se
encuentran muy articulados al mercado de los productos (a través de la
producción del tabaco y otros cultivos), y al mercado del trabajo (a partir de la
venta estacional de parte de la fuerza de trabajo de alguno de los integrantes
de la familia); mantienen también una importante producción para el
autoconsumo, la cual complementa las demás estrategias para la reproducción
del grupo.
Los quesos elaborados por las productoras de esta colonia eran entregados a
los compradores que venían de afuera, entraban a la picada y la recorrían
chacra por chacra. La relación con los acopiadores extra-locales de queso,
aparece en los relatos de los productores de la cuenca, marcada por una serie
de conflictos. Uno de ellos giraba en torno al precio, impuesto por el
comprador. Los de afuera venían y compraban a cualquier precio… los precios
que ellos ponían nosotros teníamos que vender, sino no sé qué nosotros
íbamos a hacer. (Raúl, maestro quesero 46 años.). Otra fuente permanente de
tensiones era la disminución de las ventas de queso en verano, momento en
que la producción aumenta y los compradores dejaban de pasar o pasaban
menos, y también, disminuían el precio.
Apoyados en esta tradición de producción lechera es que empiezan a pensar
en la cuenca. En los relatos de los productores, y cuando comparan Colonia
Aurora con otras regiones, aparece como una zona en la que la mayoría de los
productores se dedican a la producción de leche.
Género
En este estudio otorgamos una importancia fundamental a la categoría género,
ya que es este concepto el que nos posibilita la desencialización de la idea de
Página 3 de 18
mujer y hombre. Siguiendo a Stolen (2004) consideramos el género como las
interpretaciones culturales de las diferencias biológicas entre hombres y
mujeres, comprendiendo tanto los roles y relaciones de hombres y mujeres, así
como sus valores e ideas de la feminidad y masculinidad. El conjunto de las
prácticas sociales y las ideas e interpretaciones de las diferencias de género
constituyen lo que la autora denomina sistema de género.
La historiadora feminista Joan Scott define al género como un elemento
constitutivo de las relaciones sociales basado en las diferencias que se
perciben entre los sexos, y como una manera primaria de significar las
relaciones de poder (1993: 35).
Bourdieu explica que la lógica del género es una lógica de poder, de
dominación y de violencia simbólica, es decir, aquella violencia que se ejerce
sobre un agente social con su complicidad (1988). Para este autor,
la visión del mundo es una división del mundo, que reposa en un
principio de división fundamental, que distribuye todas las cosas del
mundo en dos clases complementarias. Introducir orden es introducir
distinción, es dividir el universo en entidades opuestas… El límite hace
surgir la diferencia y las cosas diferentes "por una institución arbitraria"…
El acto cultural por excelencia es aquel que consiste en trazar la línea
que produce un espacio separado y delimitado… El límite por
excelencia, el que separa a los sexos, no resiste ser transgredido (2010:
331, 332, 333).
Esta di-visión del mundo, producto de la división del trabajo sexual, es la mejor
fundada de las ilusiones colectivas: fundada en las diferencias biológicas, ella
también se funda en las diferencias económicas.
Interface social
En Antropología del Desarrollo: Perspectiva de los Actores, Norman Long pone
en directa relación el conocimiento y el poder, los cuales no pueden ser
concebidos como un elemento que se posee, se aumenta o se pierde, tampoco
puede medirse en términos precisos según alguna noción de cantidad o
calidad, sino que ambos surgen en el encuentro y la fusión de horizontes, por lo
que deben ser pensados en sus relaciones y no como algo que puede ser
usado, acumulado o vaciado.
Página 4 de 18
Así es que el conocimiento emerge como resultado de acomodaciones en las
situaciones de interface entre diferentes actores. Las situaciones de interface
típicamente ocurren en los puntos donde se cruzan diferentes, y a menudo
conflictivos, mundos de vida o campos sociales, o más concretamente, en
situaciones sociales o arenas en las cuales las interacciones giran en torno a
los problemas a pontear, acomodar, segregar o disputar puntos de vista
sociales, evaluativos y cognoscitivos (Long, 2007: 36). Las interacciones de
interface suponen, por un lado, algún grado de interés común, pero también
una propensión a generar conflictos debido a las contradicciones de intereses y
objetivos y a las desiguales relaciones de poder.
Desde esta perspectiva, el conocimiento es una construcción cognoscitiva y
social que se forma a partir de las experiencias, de los encuentros y de las
discontinuidades que surgen en los puntos de intersección, en las situaciones
de interface de los diferentes actores. Es entonces que la incorporación de
nuevos saberes se puede dar únicamente dentro de los marcos de saberes ya
existentes, que son reformados en este proceso. Así, el conocimiento emerge
como una construcción a partir de la interacción, del diálogo, de las reflexiones
y de las luchas de significados, involucrando relaciones de poder, así como de
resistencia, acomodación o sumisión.
Entonces, el conocimiento es interpretado como construido por las formas en
que las personas categorizan, codifican, procesan y les dan significado a sus
experiencias, lo que vale tanto para lo que generalmente se entiende por saber
científico o técnico y saber local.
Sin embargo, como se establece que el conocimiento emerge de las
situaciones de interface, se sigue de esto que no se pueden delimitar
rígidamente los diferentes tipos de conocimiento. Desde esta perspectiva, esta
distinción aparece como problemática porque los actores tienen la capacidad
de creatividad y de experimentación así como la habilidad de absorber y
retrabajar ideas y tecnologías, por lo que se dificulta caracterizar un elemento
particular como perteneciendo a los agricultores o a los científicos. Así, el
encuentro entre cuerpos diferentes de conocimientos conlleva la
transformación de conocimientos existentes y la creación conjunta de
conocimientos e interpretaciones entre productores, extensionistas, etc. Claro
Página 5 de 18
que en esta transformación de conocimientos están envueltos aspectos de
poder que permean las relaciones sociales. (Guivant, 1997).
Para la autora Julia Guivant (1997), en lugar de la dicotomía entre
conocimiento local y científico-técnico, este abordaje hace referencia a un
espectro de conocimientos híbridos, refiriéndose con esto a la naturaleza
heterogénea de los conocimientos, que son resultado de procesos de
modificación, intervención y reapropiación de otros conocimientos, en un flujo
continuo.
En esta propuesta teórica presentada por Long es de vital importancia la noción
de agencia del sociólogo Anthony Giddens, como la capacidad que tienen los
actores de procesar sus experiencias sociales aún dentro de determinadas
restricciones objetivas, incertidumbres y límites de información. Al llevar este
concepto al análisis del cambio en el espacio rural se sugiere la importancia
que tiene la manera en que los productores dan forma, creativamente, a los
proyectos de intervención, lo que implica que aún con recursos y opciones
limitadas, los productores no son receptores pasivos o víctimas de de las
iniciativas de intervención externa, sino que se orientan por diversos objetivos,
intereses y experiencias para desarrollar sus proyectos. (Guivant, 1997).
Es importante mencionar la manera en que se piensa el concepto de
intervención a partir de esta propuesta teórica y metodológica. Para Long, la
intervención refiere a un proceso en movimiento, socialmente construido,
negociado, experiencial y creador de significados, no simplemente la ejecución
de un plan de acción ya especificado con resultados de comportamiento
esperados.(2007: 42). Aquí es primordial enfocar las prácticas de intervención
como moldeadas por las interacciones que se generan entre los distintos
participantes.
Al analizar las situaciones de interface podemos comprender la manera en que
los procesos de intervención llegan a formar parte de la vida de los actores
involucrados en este continuo proceso constantemente construido y negociado.
Entonces, desde este punto de vista, la intervención planeada es un proceso
transformativo que a menudo es reformado por su propia dinámica interna
organizacional, cultural y política y por las condiciones específicas que
encuentra o crea, incluyendo las respuestas y estrategias de los grupos locales
que pueden luchar por definir y defender sus espacios sociales, fronteras
Página 6 de 18
culturales y posiciones dentro del campo de poder más amplio. (Long, 2007:
50).
Página 7 de 18
Si bien las productoras nos dicen que han mantenido la misma receta que
aprendieron de sus madres, cuentan que fueron descubriendo algunas mañas,
como por ejemplo, ponerle un poquito de azúcar junto al cuajo para que
absorba más la grasa de la leche. esa maña descubrieron con gente más
grande que hablaron, que dijeron y luego las productoras hacían la prueba con
y sin azúcar para notar la diferencia. Además de esto, fueron buscando formas
de adaptar los tiempos del queso a los tiempos del tabaco, como por ejemplo,
ordeñar la leche a la mañana temprano y ponerle un bidón de hielo para darle
un shock térmico para que esté en buenas condiciones para el momento en
que las mujeres volvieran del rozado y pudieran elaborar el queso,
generalmente a la siesta.
Cuando la elaboración del queso pasa de las cocinas de las casas a la
industria que es hoy la cuenca lechera de la colonia, la actividad deja de ser
realizada por las mujeres y pasa a manos de algunos hombres. En este
proceso no solo cambian las prácticas y los saberes acerca de la elaboración
del queso, sino también los actores que realizan esas prácticas y se apropian
de los nuevos saberes. Para elaborar queso en la cuenca era necesario
realizar una capacitación de Maestros Queseros y para realizarla se eligieron a
tres hombres1. Según una productora, se eligieron hombres porque, a
diferencia de otras zonas, cuando una colonia es tabacalera, la mujer no tiene
condiciones de salir… la mujer va al rozado y hace en casa el trabajo, no le
sobra de venir (a la cuenca) a trabajar (Ana, 39 años). Pero además, una de las
técnicas que acompaña el proceso dice que la actividad (de elaborar el queso)
en sí es femenina, pero en la industria se paga sueldo, entonces el hombre
puede ir a cobrar un sueldo! (María, técnica).
Las personas que finalmente decidieron participar en la elaboración del queso
en la cuenca se capacitaron como Maestros Queseros. Primero, con el maestro
quesero de la cuenca de la cooperativa CAUL. Luego, por intermedio del INTI
pudieron tener una capacitación con un maestro quesero de Santa Fe. Esta
última tuvo una duración de dos días: el primero de ellos fue en Aurora y
1
También una mujer, la hija de la familia que tiene en su chacra la fabriquita, pero ella solo ayuda, lo
cual puede significar que trabaja a la par pero no es su espacio, como las mujeres ayudan en el rozado,
aunque trabajen a la par del hombre, así mismo, los hombres ayudan a las mujeres con las vacas. Lo
importante no es cuánto trabajen, sino los espacios que ocupa cada uno.
Página 8 de 18
principalmente miraron como se hacía y el segundo día fue en la cuenca y ya
pusieron las manos en la masa. Empezaron a practicar para conocer cómo era
la masa, cuánta cantidad iba en cada molde, etc.
Sin embargo, los ahora maestros queseros no se quedaron solamente con
esos saberes, sino que también fueron descubriendo algunas mañas, por
ejemplo, conversando con los maestros queseros de las otras cuencas
lecheras de la zona, sobre todo para sustituir cosas difíciles de conseguir en
esta provincia2, mirando canales brasileros que divulgan temas relacionados a
la agricultura familiar, o también, buscando maneras de adaptar los distintos
tiempos en la fábrica. Ejemplo de esto último es cuando empezaron a elaborar
el queso cremoso. Primero, elaboraban solo el tybo, luego comenzó a llegar a
la cuenca demasiada leche y no terminaban la primera tina cuando ya tenían
toda la leche esperando para la segunda. El queso cremoso lleva una
elaboración distinta y para ello tenían que hacer otra capacitación; sin
embrago, tenían el recetario y el cremoso llevaba menos tiempo de elaboración
que el tybo, es así que comenzaron a elaborarlo en la primera tina cremoso
para que cuando llegara la segunda ya puedan tener todo listo para realizar la
segunda tina, ahora sí, de tybo.
Cuando les preguntamos a las productoras acerca de las principales
diferencias que encuentran entre la elaboración del queso criollo y la
elaboración del queso en la cuenca, muchas de ellas se refirieron a la cantidad
de elementos de trabajo con que cuentan en la fabriquita, ya que ellas no
contaban con elementos específicos más que los comunes de las cocinas:
tienen todo ahí para preparar, para la temperatura; todo muy arregladito.
También notan que en la cuenca no tienen que lavarlo y secarlo cada día como
ellas, por lo que piensan que allí le agregan algún conservante. Otra productora
menciona que el queso industrial tiene mayor vida útil por ser pasteurizado,
también lleva colorante, ingrediente que el criollo nunca usaba, y por último, la
forma de venta es diferente, ya que los compradores ya no quieren venir más
2
Recordemos que todos los insumos y maquinarias deben traerlos de Bs. As., Santa Fe o Córdoba u
otras provincias ya que Misiones no se encuentra dentro del llamado circuito lechero.
Página 9 de 18
casa por casa a recolectar queso, llevar un queso grande, un queso chico, uno
torcido, uno cuadrado, uno redondo3 (Ana, 39 años).
En los saberes acerca de la elaboración del queso podemos ver cómo el
conocimiento de los técnico de los maestros queseros sustituyó al de las
productoras, sin embrago en aquellas prácticas que los actores llaman mañas
podemos ver claramente la manera en que los productores se apropian y
transforman esos conocimientos, adecuándolos a sus necesidades.
También podemos pensar al conocimiento como un importante elemento en las
relaciones de poder entre los géneros, así vemos que las mujeres han quedado
sin los saberes que en este momento son considerados los más válidos en este
momento para la elaboración del queso.
3
Sin embargo, sí hay algunos compradores que quieren llevar el queso criollo ya que pueden obtenerlo a
un precio mucho más bajo.
Página 10 de 18
las familias han construido un brete4. Por otro lado, si bien todavía hay pocos
casos, algunas productoras han incorporado las ordeñadoras. Para aprender a
utilizarlas recurrieron a parientes de Brasil que ya contaban con estas
ordeñaderas y pudieron enseñarles a usarlas.
En fin, a las productoras les llaman mucho la atención estos cambios porque
nunca aprendía de tanta gente para lidiar con las vacas, tanta cosa, solo
llevaba, sacaba leche y largaba (Ivana, 50 años).
4
Cuando comenzó la cuenca se dieron subsidios a los productores que integran el proyecto a través de
los “pro alimentos” para que puedan realizar las mejoras necesarias, sobre todo, la construcción del brete.
Página 11 de 18
suplementación proteica regulada de manera que el productor pudiera observar
el aumento en la producción de leche según la alimentación. El técnico lo
explica así: Entonces, (con el productor) empezamos una experiencia con dos
vacas sí darle la alimentación y dos no, pero ya rompió la regla y a las dos que
no le estaba dando, al pasar los días se dio cuenta, que entre las dos eran 7, 8
litros más si le daba alimento, así que compró por su parte. (Juan, técnico).
En estas experiencias mencionadas podemos observar cómo los productores
se apropian de nuevos saberes y prácticas en el momento en que pueden ver
que les son realmente útiles, y cómo van adecuando las sugerencias realizadas
por los técnicos según sus experiencias y necesidades.
Mediación
Página 12 de 18
Desde esta perspectiva -orientada al actor, nos interesa trabajar el proceso de
mediación social. Podemos decir que este proceso comprende una relación
que se hace presente como una vía de mano doble5, en la cual la vía
representa la relación, una de las manos refiere a los mediadores, y la otra a
los mediados. Es así que en el proceso de mediación hay flujos para ambos
lados, tanto los mediadores como los mediados son afectados. Juan, el técnico
que acompaña la experiencia de la cuenca piensa que la forma de trabajar con
los productores también es todo un aprendizaje, nosotros también aprendemos
de ellos.
La mediación puede ser pensada como un conjunto de saberes, ideas, valores,
creencias, conocimientos y visiones del mundo que son transmitidas teniendo
como objetivo la construcción de nuevas posiciones e identidades, basándose
en el reconocimiento de un saber-hacer por parte de los mediados y en el
intercambio de conocimientos o saberes técnicos y científicos con los
mediadores. (Ídem).
Los agentes que promueven el desarrollo rural se convierten en mediadores
sociales, estableciendo relaciones con los productores y configurando un
proceso de mediación. Para Neves (En: Deponti y Almeida, S/F: 2) la
mediación alude à conciliaçao diante de divergencias ou da intervençao de
outrem com o objetivo de propor o acordo ou o compromisso. Entonces,
podemos decir que la mediación es la institucionalización de un sistema de
reglas que generan cambios de comportamiento y que reducen los
desacuerdos entre visiones del mundo y promueven un diálogo entre ellas. Las
múltiples formas de mediación permiten la interacción de mundos diferenciados
y presuponen la ruptura con el modo de pensar y de comportarse tanto de los
mediadores como de los mediados.
Es por esto que cuando hablamos del mediador nos estamos refiriendo a la
persona que asume el papel de establecer un puente entre las diferentes
partes –muchas veces divergentes, con el objetivo de solucionar los conflictos
para obtener la conciliación de los diferentes grupos, cada uno con sus
intereses. El mediador se configura a través de la integración en una red de
5
Cidonea Machado Deponti y Jalcione Almeida: Sobre el proceso de mediación social nos projetos de
desenvolvimento: una reflexao teórica. S/F.
Página 13 de 18
relaciones que les confieren estatus (Oliveira, 2004 en Deponti y Almeida,
S/F.).
Según Deponti y Almeida, el mediador es un agente externo al grupo mediado,
que raramente domina de forma integral los códigos establecidos por los
mediados en sus acciones. Sin embargo, podemos decir que se presentan en
esto diferentes experiencias. Por ejemplo, en el caso de los mediadores en el
proyecto de la cuenca lechera de El Progreso, estamos hablando de personas
que crecieron en la chacra, que tuvieron algún estudio y luego se vincularon
con instituciones como el INTA o la Subsecretaría de Agricultura Familiar, pero
que manejan en gran medida los códigos de los productores. Lo que sí
podemos decir junto con los autores es que los mediadores poseen un aura de
legitimidad asociada a los capitales simbólicos, culturales, políticos, sociales y
al poder que le instituye su relación con determinada organización o institución
que le permite solucionar conflictos para llegar a una conciliación entre los
grupos con diversos intereses.
Si pensamos esto en relación a la perspectiva orientada al actor que
mencionamos más arriba, podemos decir que el desarrollo transita
inevitablemente por los agentes de desarrollo, los cuales constituyen la
interface entre un proyecto y sus destinatarios (Sardan, 1995 en Deponti y
Almeida, S/F). Es a través de los mediadores que entran en interacción dos
visiones del mundo, dos sistemas de sentido. El ejercicio de la mediación se
constituye por la construcción de nuevos saberes, prácticas, ideas y valores.
Página 14 de 18
porque él sabe de todo un poco, además él no tiene miedo, él no es que está
solo (que solamente está), él prefiere estar poniendo la mano en la masa para
aprender y no estar en los libros, tanto que está rindiendo facultad, así va y
rinde nomás, porque él es uno que pone el alma en el trabajo (Ana, 39 años).
Es muy valorado por sus saberes, sus prácticas y su compromiso con el
trabajo, con ellos. Es importante recordar que Juan es un técnico que creció en
la chacra, por lo tanto, comparte muchos de los códigos que manejan los
productores, por eso también es tan grande la valoración que tienen de su
práctica.
Otro de los productores del lugar, maestro quesero de la fabriquita, nos dice
que la cuenca nació y vive gracias a este técnico, que si bien hay muchas
instituciones detrás, la persona que siempre está con ellos es el técnico. Los
productores consideran que ha hecho cosas que ni un profesional ni un familiar
haría por ellos. En este sentido dice Raúl: porque es el esfuerzo que hacen (los
técnicos) es cosa así que… nosotros ya con ellos acá son todo… de una
amistad así como si fuera más que familia… todos los momentos que pasamos
junto con (los técnicos) fue momento de alegría, momentos de tristeza,
momentos de sufrimiento. Siempre pasamos. Por eso yo veo… que ellos no
son nuestros técnicos, ellos son nuestros postes que estamos ahí junto con
ellos (Raúl, 46 años).
Página 15 de 18
no vayas allá. Bueno, eso fue uno de los grandes pasos, lograr que después
todos nos reunimos en un solo lugar, que las mujeres vengan todas a tomar
mate con los hombres también, no en el rinconcito, sino adentro de la reunión,
que opinen.
Sin embargo, a pesar de este reconocimiento, ella misma considera que hay
temas que conviene tratar con los hombres, otros con las mujeres y otros con
toda la familia: …por ejemplo mirá la única que ordeña en la casa es la mujer y
la capacitación va a ser en técnicas de ordeñe o en mastitis o algo así, uno se
remite a la mujer porque en realidad es ella la interesada… o por ejemplo en el
caso de los hombres, si vos decís hay que tirar un alambrado o hacer un
piquete, si bien la mujer ayuda, pero son trabajos más masculinos, o hay que
construir un brete, algo, son situaciones diferentes. Ahora, todo lo que tiene
que ver con las inversiones y cosas relacionado a lo económico siempre nos
remitimos a la familia, o las decisiones que se tienen que tomar en familia, si
hay que comprar una vaca más, si hay que producir más, eso.
En estas dos citas de las palabras de María podemos ver la manera en que,
por un lado, trabaja intentando romper prácticas del ejercicio del poder de los
hombres sobre las mujeres en las relaciones de género –que todos participen
en las reuniones- y, por otro lado, se refuerzan otras prácticas que reproducen
las percepciones de lo masculino y de lo femenino –la asociación de ciertos
trabajos como femeninos y otros como masculinos.
Además de esto, María percibe la manera en que su condición de género
interviene en la formulación de los proyectos: yo veo por ejemplo nosotros
cuando hacíamos los proyectos el tema de chiquero, gallinero, brete, alambre,
está, ¿y el agua para lavar la ropa? ¿y la canilla adentro de la cocina? ¿y la
ducha? ¿y el inodoro?.
Aquí podemos entrever nuevamente la manera en que se realiza cierta
visibilidad de las mujeres y las labores que esta realiza, a la vez que se genera
una reproducción de las percepciones asociadas al género –las mujeres en la
casa.
Entonces…
Si, como dijimos al principio, consideramos el género como las interpretaciones
culturales de las diferencias biológicas entre hombres y mujeres,
Página 16 de 18
comprendiendo tanto los roles y relaciones de hombres y mujeres, así como
sus valores e ideas de la feminidad y masculinidad y que su lógica es una
lógica de poder, nos damos cuenta que las apropiaciones de saberes y
prácticas no son neutrales.
En estas transformaciones de saberes y prácticas que hemos mencionado
anteriormente podemos observar que las mujeres se han apropiado sobre todo
–aunque no únicamente- de conocimientos referidos particularmente a la
atarea del ordeñe. Por otro lado, los hombres se han apropiado de
conocimientos acerca de las pasturas y la alimentación de las vacas, pero
también, algunos de ellos, se han apropiado del conocimiento requerido para la
elaboración del queso en la industria.
Si consideramos al saber como una parte sumamente importante del ejercicio
del poder, podemos ver esta apropiación de los saberes requeridos para la
elaboración del queso industrial por parte de los hombres como un refuerzo a
sus fuerzas en las relaciones de poder con las mujeres.
Sin embargo, nada es tan simple como parece. En este proceso, las mujeres
no solo se han liberado del pesado trabajo de la elaboración del queso sino que
además han acrecentado otros saberes de suma importancia: la administración
económica del negocio de la leche. María, la técnica que acompaña el proceso,
nos explica que muchas productoras realmente han tenido un crecimiento
personal como administradoras de un negocio, muchas mujeres, porque llevan
el cálculo de cuánto gastan, de cuánto le rinde, conviene o no conviene tener
más vacas, conviene mecanizar, o sea, son análisis de administración de
negocios que las mujeres… han ido perfeccionando.
Uno de los mejores ejemplos de esto es el caso de Ana (39 años) en cuya
chacra se encuentra la fabriquita y su marido es maestro quesero de la misma.
Para María, esta productora es el cerebro, la contadora, ella maneja todo,
todo… las decisiones administrativas… el análisis financiero es de ella, ella la
tiene re clara… Yo le traía un modelo equis de cómo podría llegar a ser (las
planillas de registros) y ella me decía mirá, le ponemos tal columna, le
sacamos, me conviene más así, o sea, fuimos armando a medida.
Página 17 de 18
proyectos de desarrollo rural, sabiendo que las transformaciones no son
neutrales y que podemos aportar mucho a la construcción de la equidad de
género al reflexionar sobre ello cuando llevamos a cabo un proceso de cambio.
BIBLIOGRAFÍA
Página 18 de 18
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo N° 4
Espacios sociales rurales y cotidianidad.
Producción de poder, parentesco, familia y género.
Resumen
Introducción
1
El giro cultural plantea el “redescubrimiento” de la dimensión cultural en geografía. En este sentido,
a fines del siglo XX se manifiesta un mayor acercamiento a otras ciencias sociales como no se había
observado en el pasado. Al mismo tiempo, la interacción más fluida con la historia, la antropología, la
lingüística o la sociología, entre otras, ayudaron al diálogo con teorías y voces de esas disciplinas,
algunas de ellas ajenas anteriormente al quehacer geográfico (Lindón y Hiernaux, 2010).
colectivas, que configuran la vida cotidiana, el “habitus” en palabras de Bourdieu,
quien “(…) mostró bien que todas las ciencias sociales – por lo tanto la geografía
incluida – ganarían con la deconstrucción de estas maneras de actuar…” (Collignon
en Lindón y Hiernaux, 2010: 207).
2
En el contexto del Espacio Agropecuario de Mercado y de la Región Pampeana en general, el
chacarero originalmente fue un colono que en sus comienzos fue arrendatario o mediero, dedicado de
modo dominante a la agricultura en sus comienzos, pero que evolucionó hacia la conformación de un
tipo de productor dedicado a la agricultura y la ganadería, conformando una organización productiva
característica del espacio geográfico analizado, pues se trata de un espacio marginal a la fértil llanura
pampeana argentina, donde la producción mixta (agricultura-ganadería) resultó ser la más adecuada
desde el punto de vista agroecológico.
3
Un Sujeto es un “actor de sus actos” porque responde a sus decisiones y/o voluntad. “(…) es la
afirmación, de formas cambiantes, de la libertad y de la capacidad de los seres humanos para crearse
y transformarse individual y colectivamente” (Touraine, 2005, p.17). En la trama social de un territorio,
los sujetos son aquellos portadores de acciones a los que se les adjudica la autoría de los hechos
que acontecen o de quienes se describen determinadas características o cualidades. El uso de este
concepto se inscribe en la teoría del actor social. Un actor puede ser un sujeto, un grupo, un colectivo
o una sociedad, sin embargo, todos estos tipos de actores se superponen: un sujeto puede actuar
individualmente en función de su especificidad, pero también como representante de diversos grupos
o de la sociedad. Estas pertenencias múltiples definen, y de modo fundamental, su identidad social.
El sujeto como actor social se identifica por su posición en la estructura social (como diría Giddens) o
en el espacio social (como diría Bourdieu). En este sentido, Tourain sostiene que hay que rechazar la
separación entre estructura y actor, dado que el escenario social construye al actor al tiempo que el
actor construye el escenario. En el territorio, como escenario social complejo y heterogéneo,
interactúan diversos sujetos sociales cuyas acciones construyen y/o reconstruyen el “escenario”
territorial de acuerdo a sus intencionalidades y posibilidades.
intrínseco antes de proceder al análisis sociológico propiamente dicho. La vida
cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y que para
ellos tiene un significado subjetivo de un mundo coherente” (Berger y Luckmann,
2006: 34).
4
En el territorio estudiado al igual que refieren otros estudios de la región pampeana, la chacra es al
mismo tiempo unidad de producción y de reproducción. Se constituye en unidad de producción
porque el chacarero con su familia desarrollan actividades agrícolas orientadas inicialmente al
monocultivo del trigo perro que luego se diversificaron, y al mismo tiempo, la chacra es el ámbito de
reproducción social del grupo familiar.
5
La chacra refiere a una unidad de superficie del período colonial que se aplicaba a parcelas
pequeñas destinadas a cultivos agrícolas en los márgenes de los núcleos urbanos. El nombre se
aplicó a la persona que producía en esa parcela: chacarero. Pero luego se comenzó a utilizar para
denominar a las pequeñas y medianas explotaciones de producción agrícola en general,
particularmente en la organización de la estructura productiva de las colonias agrícolas. En la región
pampeana, chacarero se utiliza como sinónimo de agricultor, de colono y también de pequeño
propietario, sin especificaciones del tamaño de la “chacra” (Palacio, 2006: 10-11).
con el plus de saberes y prácticas heredadas. Esta transferencia “lógica” de padres
a hijos parece llegar a un momento de ruptura en décadas más recientes, una
ruptura en la que intervienen factores diversos no exentos de tensiones e incluso de
conflictos familiares. En este sentido, el siguiente testimonio pone en evidencia la
existencia de acuerdos familiares informales y la búsqueda de acuerdos legales en
relación a la división de la propiedad de la tierra, acuerdos que tienen como
propósito eliminar los conflictos familiares.
6
En el departamento Trenel (La Pampa) la Unidad Económica Agraria (UEA) va de 325 a 400
hectáreas de acuerdo a las Leyes N° 468 y N° 982, q ue establecen la indivisibilidad de las
propiedades por debajo de las unidades económicas.
el valor familiar de la tierra al tiempo que describen los vínculos con padres, hijos,
hermanos/as en relación con las articulaciones laborales y la herencia. Por otro lado,
a la hora de vender el campo, son las mujeres las que se desprenden de la
propiedad y los varones son los que compran, y de este modo, los hombres de la
familia “mantienen” el patrimonio. En este contexto, el hombre como heredero de la
tierra juega un rol importante en la organización de la herencia familiar y también, un
rol importante en la gestión de las actividades de la chacra, incluso como adultos
mayores y aunque ya no vivían en el campo.
“Me casé cuando tenía 19 años…era el año ’50. Y…viste como era
antes…uno se iba a vivir a la casa de la familia del marido. Estaban
cerca, cerca de la estancia pero para el lado de Trenel. De acá
teníamos unas 10 leguas al campo… pero igual en esa época no
veníamos al pueblo muy seguido […].El campo era propiedad de mi
suegro. El tenía 300 hectáreas y de eso vivíamos todos. Alcanzaban
las 300 hectáreas para sustentar a la familia. Antes era muy
distinto…no sé…se gastaba menos. Uno se arreglaba con lo que
había para cocinar por ejemplo…ahora vas a cocinar y corres a la
despensa a comprar…antes se venía poco al almacén y uno se
arreglaba igual, no sé…teníamos una huerta grande. A mi suegra le
gustaba sembrar de todo…de todo teníamos…tomates, zapallo,
sandía…que se yo. Siempre algo había para cocinar…pero también
había que trabajar todos los días en la huerta. Y no sólo en la
huerta…trabajábamos en la hacienda, en el tractor cuando había
que sembrar o arar. De todo, se hacía de todo en esa
época…trabajo siempre había” (YA).
“Me casé en el año 1952, era muy joven y a mi marido lo conocía del
pueblo…pero ellos tenían campo para el otro lado del pueblo. Me
casé y me fui a vivir con mis suegros. En la misma casa vivíamos
nosotros, mis suegros y mis cuñados casados. También mi cuñada
soltera vivía con nosotros y mucho tiempo porque se casó de grande
ella […] Éramos muchos en la casa entonces, pero antes era así. Yo
tuve a mis hijos enseguida y seguiditos, se llevan 13 meses. Eran
como mellizos. Y mis cuñadas también tenían hijos…una tenía
dos…un varón y una mujer como yo. Y la otra tenía tres mujeres,
eran un poquito más grandes. Pero vivíamos todos juntos… y bien.
Los chicos jugaban, iban a la escuela juntos, se criaban felices.
Imagínese que trabajo con tantos chicos…eran siete más los
grandes…había que cocinar para 16 personas…y lavar la ropa,
planchar, limpiar la casa…eso sí que era trabajo” (EA).
Los relatos reflejan el rol central que tenía la familia en la vida cotidiana de la
chacra entre las décadas del ´50 y del ’60. Se deduce el fuerte peso simbólico de la
familia y también se deduce la presencia de ciertos mandatos que se cumplían
porque “era lo que se acostumbraba”. En este sentido, el casamiento de los hijos
implicaba que, con sus mujeres, se quedaban a vivir en la chacra, mientras que las
hijas se iban de la casa (y de la chacra) cuando se casaban. También es importante
destacar que en los relatos emerge claramente que la jefatura del hogar estaba a
cargo del padre (dueño de la tierra) quien asumía la gestión y organización
productiva.
Pero más allá de los lazos de parentesco y del número de miembros
familiares que vivían en la chacra, había una clara división del trabajo cotidiano, con
una fuerte diferenciación de roles de género. La familia se constituía en un grupo
doméstico que Stölen define como “(…) un sistema de relaciones basado en la
residencia común que regula y garantiza los procesos de producción y consumo”
(Stölen, 2004:100). De este modo, y tal como lo reflejan los testimonios, el grupo
doméstico organizaba la vida cotidiana de la chacra con el propósito de resolver el
autoconsumo de todos los miembros de la familia y al mismo tiempo, asegurar la
producción para sostener y perpetuar la chacra como bien familiar. En el contexto de
la vida cotidiana, la crianza de los hijos se desarrollaba como una tarea más entre
las múltiples ocupaciones de las mujeres rurales.
7
Este concepto, el de nueva ruralidad, se pone en juego para tratar de englobar e interpretar las
realidades socioespaciales que se construyen en el contexto de cambios contemporáneos, buscando
explicaciones que superen la tradicional concepción rural-urbana como antagónica. La nueva
ruralidad considera la multifuncionalidad del territorio y la importancia de la generación de ingresos
extraprediales para sostener la reproducción social. La pluriactividad es identificada con este proceso
de emergencia de nuevas actividades que tienen lugar en el medio rural, las cuales pueden ser
ejercidas tanto dentro como fuera de las explotaciones agropecuarias y estar o no relacionadas con la
actividad agrícola tradicional.
menos, no vinculados directamente con las labores tradicionales de la chacra. Así se
comienzan a visualizar otras expectativas de futuro más ligadas a lo urbano que a lo
rural.
INTRODUCCIÓN
En este trabajo1 nos interesa brindar aportes a las investigaciones sobre los
territorios productivos bolivianos, mediante un estudio de caso en el municipio de
Apolinario Saravia, del departamento de Anta, ubicado en la región conocida como
chaco salteño, al este de la provincia de Salta. Allí, desde los años 70, se viene
observando la presencia de inmigrantes bolivianos, quienes en un primer momento
se dedicaron a trabajar en la producción de papa y tabaco para luego especializarse
en la producción de hortalizas de contraestación.
1
Este trabajo forma parte de los primeros avances que integran el Proyecto de investigación CIUNSA “Bajo
cubierta y a campo abierto. Cambios y permanencias en la estructura socio productiva del sistema hortícola de
Salta” que se desarrolla en el Instituto de Desarrollo Rural, bajo la dirección de Alfredo L. Pais, con sede en la
Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Salta.
Unidos, asentándose en zonas urbanas. Precisamente, estos autores explican la
conformación de un enclave a partir de la siguiente secuencia:
Los enclaves étnicos surgen, cuando una primera oleada de inmigrantes dotados de
un significativo capital financiero, humano, social y/o cultural se concentra de
manera desproporcionada en un área urbana y, tras establecer allí abundantes
negocios y empresas, recurren a las sucesivas oleadas de inmigrantes de su mismo
país como mano de obra de bajo coste. Los propietarios de los negocios y
comercios étnicos, gracias a la fuerte concentración registrada en el enclave, se
benefician de la demanda generada por la propia presencia de inmigrantes, al
tiempo que se aprovechan de los bajos costes de éstos como fuerza de trabajo, lo
cual les permite ser competitivos de cara al mercado. Por su parte, los inmigrantes
recién llegados, aunque en un primer momento se encontrarían sometidos a bajos
salarios y a la disciplina interna del grupo, el enclave les permitirá aumentar
posteriormente las posibilidades de mejorar su situación (Portes y Jensen 1989: 930,
en Riesco Sanz, 2006:108).
Los estudios sobre enclaves étnicos han sido objeto de discusiones, es el caso del
trabajo de Riesco Sanz (2006) en el cual se critica el énfasis puesto en explicaciones
“no económicas” en la inserción laboral de los inmigrantes y la visión estática que
predomina en ellos. Según el autor, nos encontramos ante una “temporalidad
construida a base de retazos de momentos concretos, cada uno de ellos configurado
como una unidad, que se irían añadiendo unos a otros, esbozando una lectura de la
empresarialidad inmigrante donde lo que prima es la continuidad y lo no
fragmentado” Riesco Sanz (2006:114). Así, las economías inmigrantes y los
enclaves étnicos se mantienen en el tiempo, con nuevas empresas que van
surgiendo, nuevos lazos que se van tramando, pero sin saber muy bien si los
inmigrantes que en su día entraron en ellos han pasado luego o no de largo. La
estabilidad del fenómeno estudiado es derivada de la perpetuación de las empresas
étnicas, del hecho de que éstas se mantienen —sean o no las mismas empresas—,
de que reproducen una y otra vez la trabazón existente entre inmigrantes y puestos
de trabajo, pero nada sabemos de quienes tomaron parte de esas cadenas
emprendedoras, Riesgo Sanz (2006:114).
Teniendo en cuenta estas observaciones, creemos que el concepto de enclave
étnico puede ayudarnos a entender el proceso que se ha desarrollado en Apolinario
Saravia. Asimismo, antes de plantear nuestro estudio de caso, nos interesa repasar
brevemente, cómo los territorios hortícolas bolivianos en nuestro país, han sido
pensados, desde ciertas posiciones que luego trataremos de recuperar en nuestros
análisis concreto.
En relación al estudio de los lazos sociales, Attademo (2008:4) cree que muchas
veces éste aparece asociado a las relaciones de “ayuda”, que tienden más a la
integración social y quedan opacados los vínculos que generan conflictos.
Precisamente, este aporte permite complejizar el estudio de los lazos sociales que
desarrollan los inmigrantes y amplía el análisis sobre los diferentes
posicionamientos, intereses y conflictos que se generan y que responden a las
distintas trayectorias que estos inmigrantes van desarrollando dentro del enclave.
En este sentido, creemos que no todo son relaciones de ayuda y solidaridad en los
lazos fuertes y débiles, de los territorios hortícolas bolivianos. Cabe mencionar que
muchas de las relaciones asociadas a inmigrantes bolivianos, se encuentran
enmarcadas en prácticas racializadas que han permanecido en el tiempo, más allá
de los cambios en el carácter normativo sobre los inmigrantes en nuestro país.
Específicamente, los inmigrantes bolivianos conforman un inmigrante no deseado o
“indeseable” (Domenech, 2011:34) en parte explicado por sus rasgos indígenas y
fuera del ideal nacional que es blanco y europeo (Pizarro, 2008:25).
Siguiendo el planteo de esta autora (ibídem, 2008), nos resulta importante, analizar
la inserción de los inmigrantes bolivianos al mercado de trabajo, desde el marco
normativo migratorio en Argentina, no sólo a partir de la letra de la Ley, si no también
desde las prácticas cotidianas que construyen a este sujeto migrante en nuestro
país. Asimismo, cómo, en un contexto que podríamos caracterizar como adverso,
ciertos sectores migrantes han logrado incorporarse a la producción agrícola como
productores directos y lograr una movilidad social ascendente; sin dejar de ver (y
tratando de explicar) las diferencias que presentan los pioneros en la actualidad.
Asimismo, y en este escenario que podríamos caracterizar como adverso, una parte
de estos inmigrantes, en condición de trabajadores agrícolas estacionales de la
provincia, fueron insertándose poco a poco como productores directos, a través de la
compra y arrendamiento de pequeñas parcelas. Por ello, creemos relevante analizar
su trayectoria familiar como productores de raíz campesina, las redes sociales
establecidas y el marco de oportunidades, que explican su transformación de
asalariados o medieros a propietarios de sus explotaciones.
2
Utilizo seudónimos a lo largo del trabajo con la finalidad de preservar la identidad de los entrevistados.
S: ¿Y allá tenían finca?
H: … si, para comer, toda esa papa chiquita. Maíz, pero para consumo…
(Entrevista realizada a productor el 10 de mayo de 2012)
Según Benencia (2005:5) una de las formas en que se produce la inserción de esta
mano de obra migrante en los mercados de trabajo es a partir de las relaciones que
se establecen a través de las redes sociales y que vamos a tratar de dilucidar en
nuestro caso de estudio. Para ello, hemos identificado a las familias pioneras en el
municipio, de las cuales, pudimos entrevistarnos con uno de los integrantes de cada
una. Nos entrevistamos con José (primera generación), Roque, Juan y Héctor
(segunda generación), quienes nos relataron cómo fue la llegada de su familia a
Apolinario Saravia.
Roque:
… se quedaba, trabajaba como peón, después se hizo mediero, le fue
bien… llegó un amigo de la zona, de acá y le contó sobre esta zona, que
estaba las tierras muy baratas… ellos tenían un poco de plata, en Bolivia
al tener ellos, ya venían de padres agricultores, tener 50 hectáreas de
monte, o de cerro, donde cultivaban escasamente en terrazas 10ha, ni
una hectárea, a de pronto llegar venir acá con tierras con agua,
compraron 30ha, que es la finca que es de mi familia y comenzaron… se
vinieron con mi mamá y ya 4 5 años viviendo, llegaron acá en el 58 acá a
Saravia, más o menos, de ahí hasta el día de hoy (…)Entrevista realizada
el 10 de mayo de 2012.
José:
… yo me vine a los 14 años, con unos parientes míos… Vine allá a un
lugar, Betania, cerca de Guemes, Campo Santo, al tabaco, tabaco virginia,
estuve hasta el año 64, 65, estuve en Ledesma también, pelando caña…
en el 67 vine a Saravia. Yo vine a visitar a los padres de Roque que ya
estaban hace unos cuantos años. En ese tiempo se sembraba mucha papa,
después fue desapareciendo la papa y vino el tabaco. Yo empecé a
sembrar tabaco, ya había comprado, a los dieciocho años… compré cinco
hectáreas, valía muy poco, $20 en aquel tiempo (…) Principios del 77 vine
a trabajar en tierras de un primo que ya había comprado diez hectáreas,
también al 50% trabajábamos, no he sido obrero dependiente, siempre en
forma independiente y en el 75 empecé a desmontar mi campo con hacha y
pico y luego… cuando completé… y las puse a trabajar con medieros (…) y
luego compre diez hectáreas más, ¿los medieros? Uno era Jorge, un
boliviano, el otro era mi hermano que vino cuando yo ya estaba aquí…
Entrevista realizada el 11 de mayo de 2012.
Otra cuestión que resaltan los productores en referencia a los lazos fuertes es la
transmisión de saberes/experiencias entre los mismos productores quienes a falta
de asesoramiento experto en los primeros años como productores, ponían en
práctica esta forma de enseñanza/aprendizaje.
Ahora bien, si observamos los lazos débiles identificamos varios sujetos sociales
relevantes con quienes los pioneros fueron desarrollando vínculos que resultaron
fundamentales para su movilidad social. Identificamos cuatro actores: i. los antiguos
propietarios de las fincas a quienes le han comprado sus parcelas, ii. los
comisionistas (compradores), iii. los proveedores de insumos y vi. los productores
criollos.
i. Vínculos con los antiguos propietarios de las fincas: básicamente eran dos
grandes terratenientes que se repartían gran parte de la tierra del municipio y
que fueron los que se relacionaron con los bolivianos a partir de los contratos
de mediería y luego les vendieron sus tierras. La compra de las tierras se
realizó fundamentalmente en el momento de auge de producción de tabaco,
entre los años 75 y 853 aproximadamente, en este último año comienza a
predominar la producción de hortalizas.
3
Si bien esta fecha aproximada es reconocida por los productores como el período de auge del tabaco, se
conoce que el mismo comienza antes y se extiende mucho después. “En Apolinario Saravia, el cultivo de tabaco
Criollo se inició en el año 1968, por iniciativa de la Compañía Nobleza de Tabacos. Posteriormente, esta
empresa también desarrolló experiencias de producción con tabaco Burley, a la que se le sumaron otras firmas
acopiadoras, tales como Massalín –Particulares, INTABEX, Pascuzzi e Hijos y Germán López… En los inicios de
la producción tabacalera en Apolinario Saravia, no participó la COPROTAB como empresa acopiadora, puesto
que no operaba con tabacos Ciollos ni Burley, recién en la campaña 1986/1987, cuando se inició la producción
de tabaco Virginia en la zona, intervino la cooperativa, permaneciendo en la zona hasta el año 1990” Rodriguez
Faraldo y Zilocchi (2012:119).
ii. Vínculos con los compradores de la mercadería: En un primer momento con
la producción de tabaco, eran grandes empresas quienes aseguraban la
compra de prácticamente toda la producción. Posteriormente y hasta la
actualidad, con el auge de las hortalizas, compradores individuales llegan
desde distintas partes del país como Mendoza, Rosario, Buenos Aires y
Córdoba. Según los entrevistados, es con estos últimos con quienes, se han
establecido mejores relaciones, más duraderas y fuertes. Es de destacar que,
a partir de estas relaciones, los productores pudieron obtener ciertos
beneficios, en particular financiamiento para la compra de diversos insumos,
incorporación de tecnología (maquinarias, invernaderos, etc.) por fuera del
sistema bancario, al que no podían acceder por no contar con su trabajo
registrado. Sin embargo, al momento de vender la mercadería, el productor
pierde una importante capacidad para negociar los precios de sus productos,
por lo tanto evitan realizar este tipo de acuerdos, en tanto esperan su propia
capitalización para realizar inversiones en la explotación.
4
La Cooperativa Anta Ltda se constituyó en el año 1979 (Rodriguez Faraldo y Zilocchi, 2012:120).
sustentarse en una estrategia de comercialización, estas prácticas favorecen
el intercambio de saberes entre los mismos productores y la incorporación de
conocimientos expertos.
iv. Vínculos con productores criollos de la zona: Desde su llegada, los pioneros
han realizado alianzas estratégicas con productores criollos de la zona. Uno
de los ejemplos más importante es la conformación de La Cooperativa Anta
Ltda. Precisamente, el padre de uno de los entrevistados (Roque) ha sido,
junto a un productor criollo, miembro fundador de la misma. Sin embargo,
cabe resaltar que los presidentes de la cooperativa nunca han sido de origen
boliviano. Por un lado esto podría generar una menor representatividad de
este sujeto productor migrante, sin embargo, los presidentes de la cooperativa
han sido sujetos con cierto capital cultural y social5, que ha favorecido la
realización y presentación de proyectos para solicitar financiamiento, por
ejemplo al Programa Social Agropecuario. Por su parte, no podemos dejar de
lado que, los vínculos entre la Cooperativa y la intendencia han sido y son
conflictivos, generalmente por disputas políticas entre su presidente y el
intendente, lo cual ha implicado una escasa intervención desde el municipio
hacia este sector productivo. Esto mismo fue corroborado a través de una
entrevista con el intendente de Apolinario Saravia quien manifestó su
confrontación con la actual dirigencia de la Cooperativa y la ausencia de
acciones de parte de su gestión, no sólo sobre la actividad si no también
hacia el sujeto migrante en particular.
5
Conceptos tomados de Bourdieu (1991)
En el momento de llegada, los bolivianos oriundos de Camargo se insertaron en la
actividad agrícola, como medieros en la producción de tabaco. El mediero ponía sólo
la mano de obra y se quedaba con la mitad de lo producido. El propietario se hacía
cargo de los insumos, aunque hay que considerar que si comparamos con la forma
de producir en la actualidad, en aquel entonces los insumos requeridos eran
mínimos. Fue por el esfuerzo, la rápida adaptación al trabajo y su capacidad de
ahorro junto con otros factores externos, lo que les permitió, a estos inmigrantes,
adquirir en pocos años (de dos a cuatro), la propiedad de la tierra.
Sin embargo, la puesta en producción de las tierras adquiridas, no fue inmediata, las
mismas estaban cubiertas de monte. Entonces, de a poco y a “pico y hacha”, como
nos contaron varios de ellos, los propios productores fueron desmontando sus
parcelas. Una vez desmontado el campo, la plantación de tabaco no requería
prácticamente de agroquímicos (Rodriguez Faraldo y Zilocchi 2012), se beneficiaban
con el riego de arroyos cercanos y la producción dependía casi exclusivamente de la
mano de obra familiar.
Para este trabajo, hemos diferenciado dos grupos, el primero integrado por aquellos
que han logrado incorporar tecnología de punta como invernaderos y riego por
goteo, adquirir maquinaria y que actualmente están en una posición de gestión de la
explotación ya que la producción se organiza a través de “socios” o “medieros”
quienes aportan sólo su fuerza de trabajo, a cambio de un 30-35% de la producción.
Estos son aquellos que han logrado ascender en la escalera boliviana, es decir, han
logrado convertirse en pequeños productores capitalizados. Todos ellos, lograron
construir su vivienda, en el pueblo o en la finca, además cuentan que pueden
realizar viajes por vacaciones cada año, a distintos lugares del país y de países
limítrofes, no exclusivamente a Bolivia, si no también a Brasil o Chile.
Por otro lado, están aquellos que no han logrado sumarse a este proceso de
reconversión tecnológica y realizan la producción “a campo” basando su producción,
prácticamente en la totalidad, a partir de mano de obra familiar. Además, al terminar
la cosecha de hortalizas, para completar los ingresos del año, arriendan otros
campos para sembrar maní que es cosechado en abril y mayo, reiniciando
posteriormente un nuevo ciclo con la hortaliza.
Una gran diferencia entre ambos grupos de productores es cómo se estructuran sus
lazos débiles, generalmente el grupo de productores capitalizados participa de forma
activa en la Cooperativa, asiste a la mayoría de las capacitaciones, y de ello se
desprende una mayor capacidad de toma de decisiones y vínculos con la política
pública (generalmente de escala Provincial o Nacional6), en definitiva en la
capacidad de movilizar recursos a su favor.
Muy diferente es la situación del segundo grupo, si bien los integrantes consultados
manifestaron haber participado de la cooperativa, muestran una ruptura en las
relaciones, con la cooperativa y con el resto de los productores del primer grupo.
Dos de los productores, Héctor y Juan nos decían (refiriéndose a la participación de
los productores en la cooperativa):
Otra cuestión que observamos en este segundo grupo es que, generalmente el tema
de la vivienda propia no está completamente resuelto, hay ejemplos de productores
que se encuentran terminando de construir su vivienda y otros que viven en casillas
precarias con piso de tierra.
6
Como comentamos anteriormente, los vínculos con la política local son casi inexistentes por la confrontación
política entre el presidente de la Cooperativa y el Intendente del municipio.
Nos interesa aquí, poner de relieve las heterogeneidades en relación al vínculo con
la política pública y el sector, según la posición en la que encuentra el productor
dentro del enclave. Claramente, si incluyésemos en este análisis a los medieros
actuales también encontraríamos la misma incapacidad de establecer vínculos con
la política pública, tal como puede verse en el trabajo Ataide y Pais (2012) sobre la
instalación de una planta de empaque en Gral. Pizarro, localidad que se encuentra a
20km de Apolinario Saravia de similares características socio-productivas.
CONCLUSIONES
El municipio de Apolinario Saravia, provincia de Salta, conforma actualmente, lo que
denominamos un enclave hortícola boliviano. Los pioneros, productores de origen
boliviano llegaron a Apolinario Saravia, entre finales de los años 50 y principios de
los 70. El contexto normativo cuando llegaron podría caracterizarse como
“restrictivo”, subsidiario de las necesidades de los mercados de trabajo binacionales
que emergieron en el marco de flexibilización de la producción y de precarización
laboral de la globalización- que impactaron sustantivamente en los inmigrantes
limítrofes, colocando a gran parte de la población migrante en situación de especial
vulnerabilidad (Pizarro, 2008).
Según Pizarro (2008:10), este marco jurídico-legal favorecía la situación de
vulnerabilidad estructural de los inmigrantes, en tanto su condición de ´ilegales´ era
funcional para la lógica de acumulación del capital ya que los convertía en
potenciales trabajadores precarizados dispuestos a trabajar en condiciones de
explotación”. Precisamente, esta ha sido la situación de contexto en el cual
ingresaron los inmigrantes bolivianos a la provincia de Salta como trabajadores en la
producción de tabaco. Asimismo, y en este escenario que podríamos caracterizar
como adverso, una parte de estos inmigrantes, fueron insertándose poco a poco
como productores directos, a través de la compra y arrendamiento de pequeñas
parcelas. Por ello, consideramos la importancia de ver la trayectoria familiar de los
pioneros, como productores de raíz campesina, las redes sociales establecidas y el
contexto socio-productivo de inserción laboral, que explican su transformación de
asalariados o medieros a propietarios de sus explotaciones.
A través de una serie de entrevistas hemos identificado que las familias pioneras,
son oriundas de Camargo, municipio ubicado al sur del departamento de
Chuquisaca, provincia de Nor Cinti, zona caracterizada por la producción de
hortalizas y especializada en la viticultura. Todos provienen de familias de raíz
campesina, con tenencia de la tierra y producción orientada al autoconsumo. De allí
creemos se desprende la valorización por el autoempleo, la noción de trabajo
independiente, la posibilidad de tomar las decisiones de qué y cómo producir, en
contraparte a la dependencia hacia otros.
En su mayoría el primer lugar de destino fue Gral. Guemes (Salta), para trabajar
como medieros en la producción de tabaco, de esa manera, a través de una
importante capacidad de ahorro, pudieron acceder a la compra de pequeñas
parcelas (entre 5 y 10 hectáreas por familia) en Apolinario Saravia, donde se
reconoce el bajo valor de las tierras durante el auge del tabaco (entre el ´75 al ´85
aproximadamente).
Por otra parte, se observa un importante desarrollo de redes sociales, los lazos
fuertes fundamentalmente entre familiares, que ha permitido trasmitir información
sobre el lugar y sus posibilidades de inserción laboral, la oportunidad en cuanto a la
adquisición de tierras y los procesos productivos, como también los requerimientos
mínimos de inversión inicial. También se identifica un entramado de lazos débiles
de estos pioneros, con una serie de sujetos: con los antiguos propietario de las
fincas a quienes le han comprado las tierras, los compradores/comisionistas a
quienes venden la producción, los proveedores de insumos y los productores
criollos. Lazos que favorecieron la inserción y la movilidad social de los productores
de origen boliviano en la actividad agrícola, aunque también se observa la presencia
de situaciones conflictivas entre ellos.
Para finalizar, nos interesa remarcar las diferencias en el escenario de llegada, para
aquellos pioneros llegados entre fines del 50 y principios del 70 (en los cuales
focalizamos en este trabajo), y el contexto actual. El contexto normativo al momento
de llegada puede ser caracterizado como restrictivo, subsidiario de las necesidades
del capital en las economías regionales, lo cual generó una mayor vulnerabilidad en
estos inmigrantes que no tenían obstáculos para ingresar, aunque lo hacían
generalmente de forma ilegal. En diciembre de 2003 se promulgó la Ley N°25.871,
que fue sancionada en enero de 2004 y que significó un avance con respecto al
reconocimiento de los derechos humanos de los inmigrantes. A pesar de ello, aún se
observan discursos racializantes, por parte de funcionarios públicos, que implican
limitaciones de estos inmigrantes para vincularse con la política pública, aunque esta
limitación varía según el lugar donde se posicione el productor dentro del enclave.
Por otra parte, en la actualidad, se evidencia un aumento en el valor de las tierras,
como también de los costos de producción, por la cantidad de insumos requeridos y
las tecnologías necesarias, si se pretende ingresar a la actividad, con un tipo de
producción competitiva. En este sentido podemos inferir que el proceso de movilidad
social que han podido desarrollar aquellos pioneros analizados aquí, hoy se
presenta como más dificultoso para aquellos inmigrantes que llegan cada año a
Apolinario Saravia con sólo su fuerza de trabajo para vender en la actividad agrícola
de la zona.
BIBLIOGRAFÍA
ATAIDE, Soraya y Alfredo PAIS. 2012. La inversión estatal como propulsora del
desarrollo local: El caso de la planta de empaque de hortalizas en Gral. Pizarro,
Salta. Ponencia presentada y publicada en actas electrónicas de XVI Jornadas
Nacionales de Extensión Rural y VIII del MERCOSUR realizadas el 7, 8 y 9 de
noviembre de 2012 en Concordia, Entre Ríos.
ATTADEMO, Silvia. 2008. Lazos sociales y estrategias: ¿una opción para las
familias hortícolas empobrecidas? En Mundo Agrario, vol. 9, nº 17, segundo
semestre de 2008. Centro de Estudios Histórico Rurales. Facultad de Humanidades
y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata.
RODRIGUEZ FARALDO, Marcelo A. y Hugo Zilocchi (2012) Historia del Cultivo del
Tabaco en Salta. A ed. Buenos Aires: Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca,
1. 224p.
GIARRACCA, Norma (2003). Territorios y lugares. Entre las fincas y la ciudad, Lules
en Tucumán. Editorial La Colmena, Buenos Aires.
La década de 1980 traería una renovada visión sobre las migraciones femeninas,
particularmente en relación con los mercados de trabajo, además la tendencia a
realizar estudios enfocados exclusivamente en las mujeres cedió y comenzaron a
desarrollarse más investigaciones donde se reconocía la existencia del género como
una serie de prácticas sociales que afectan y son afectadas por la migración. En ese
sentido, se comienzan a documentar diversas maneras en las que el género limita o
facilita la vida de los varones y de las mujeres migrantes. La investigación sobre
migración y género se amplió considerando además del género otras categorías de
análisis como la etnia y la clase; asimismo se multiplicaron las líneas de
investigación.
Así, el género como construcción social que explica las relaciones entre
hombres y mujeres es una de las categorías de análisis centrales en los estudios
migratorios actuales. Asimismo, el estudio de las prácticas sociales transnacionales
ha llevado a nuevas conceptualizaciones de los efectos transformadores de la
movilidad en la relación entre lo social y lo espacial (Nyberg y Guarnizo, 2007). La
perspectiva transnacional ha hecho emerger nuevos perfiles de migrantes. Las
imágenes de personas migrantes que llegan a otro país y pierden progresivamente
los vínculos con su país de origen han quedado atrás. Actualmente está reconocido
que los migrantes desarrollan redes, estilos de vida y diversas actividades que
incluyen a lugares de origen y de llegada, de acuerdo con Solé et al. (2009: 13) “los
hechos muestran cómo los migrantes construyen y reconstruyen sus vidas
simultáneamente imbricadas en más de una sociedad”.
Todas las entrevistadas han ido por lo menos una vez a Estados Unidos, 13
sólo fueron una vez, el resto ha ido entre dos y más de 40 veces. Además, 24
mujeres dijeron que su ingreso a la Unión Americana la han hecho de forma
indocumentada, actualmente hay quienes en su trayectoria migratoria han cambiado
de estatus y ahora son regulares, otras desde el inicio de su trayectoria migratoria lo
hicieron de forma documentada, aunque hay quienes usaron documentos (legales)
de familiares para cruzar la frontera.
1
El espacio de estudio de la investigación completa comprende siete municipios (26 localidades rurales) del sur
del estado de México. La información para la investigación se obtuvo mediante 38 entrevistas en profundidad a
mujeres con experiencia migratoria y laboral en Estados Unidos, el periodo de recolección de información va de
agosto de 2009 a marzo de 2010. Se aplicó la técnica de bola de nieve que nos fue llevando a las localidades
más representativas de la Región en términos de presencia de migración internacional a Estados Unidos. n
sus experiencias. Existen localidades que se caracterizan por tener mayor presencia
de migrantes documentados producto de su más añeja participación en el proceso
migratorio internacional de la región. Así entonces, las experiencias recogidas
mediante el trabajo de campo muestran las trayectorias migratorias y laborales de
mujeres que mantienen una movilidad activa y de otras mujeres que ubicamos como
migrantes de retorno.
Levitt y Schiller (2004) han definido los campos sociales como un conjunto de
múltiples relaciones sociales que constituyen redes a través de las cuales fluyen
diversas ideas, prácticas y recursos. Los campos sociales transnacionales conectan
actores, a través de relaciones directas e indirectas, allende las fronteras. En estos
campos sociales las prácticas transnacionales son diversas e incluyen dimensiones
de la vida política, económica, cultural, familiar, de los sujetos y de las comunidades.
Estas prácticas no son mutuamente excluyentes y mucha gente participa al mismo
tiempo en todos los aspectos de la vida transnacional, aunque es claro que existen
diferentes objetivos de participación en los espacios de la vida transnacional, al igual
que es diverso el alcance de la participación en esas prácticas.
En el caso del sur mexiquense, por casi 70 años las personas que han
migrado entre esta región y Estados Unidos han abonado a la construcción de un
“espacio fluido social transnacional” donde las familias transnacionales son
apoyadas por extensas redes sociales lo que posibilita que las experiencias
transnacionales formen un flujo continuo más que una radical división de la vida
separada en dos mundos (Herrera-Lima, 2001: 91). Siendo entonces que los
miembros de las familias dispersados son reunidos, según Nyberg y Guarnizo (2007:
11) en un espacio social por lazos emocionales y financieros.
Eva tiene cinco hermanos y cinco hermanas, ella es la menor de las mujeres.
Su madre tiene 25 años de muerta y en el momento de la entrevista (enero de
2010), Eva se encontraba en su pueblo de origen porque vino al entierro de su
padre. Rosario, asumió el papel de madre de sus siete hermanos menores, hace
ocho años que falleció por complicación en los riñones a causa de la diabetes que
padecía, ella fue la única de las hermanas que no fue a Estados Unidos. En el caso
de los varones, los tres más grandes tienen experiencia migratoria internacional.
Ellos fueron los primeros de la familia en irse al Norte apoyados por uno de sus tíos.
La migración de las mujeres de esta familia inició con Susana quien se fue como
indocumentada en 1988. A través de un préstamo que adquirió con familiares pudo
pagar el viaje como indocumentada. Cinco años después cambió su estatus
migratorio por intersección de su esposo quien “le arregló los papeles” en tanto él se
había hecho residente a través de la Immigration Reform and Control Act (IRCA) de
1986. No obstante que Susana cuenta con documentos de residencia en Estados
Unidos no ha vuelto a su pueblo desde que se fue a finales de la década de 1980.
La segunda en irse fue Eva:
Tenía 25 años cuando me fui, yo solita, bueno me fui con otras personas que iban
para allá pero en cuanto a mi familia sólo iba yo. De aquí nomás íbamos cuatro
mujeres: una señora y yo, más una mamá y su hija que eran de un pueblo por aquí,
las conozco así de vista nada más; hombres eran como siete, ellos eran de por allá de
Ixtapan y de Coatepec [K] pero en Toluca se juntaron más y ya éramos como 20 entre
hombres y mujeres, eso fue la primera vez, la segunda vez íbamos tres de aquí, una
prima y yo más una señora joven de la Unión [Almoloya de Alquisiras], también iban
una señora embarazada y su marido, ellos eran de Zacualpan y hombres solos eran
seis creo, todos de por aquí [K].
Además de sus tres hermanas, Eva da testimonio de por lo menos otras seis
mujeres con quienes viajó en las dos primeras veces que fue a Estados Unidos,
estas 10 mujeres (incluyendo a Eva y sus tres hermanas) realizaron el viaje en grupo
acompañándose de conocidos y desconocidos de la región. Para realizar este viaje
se requieren recursos económicos que por lo general provienen de apoyos
familiares, en particular de quienes ya están en Estados Unidos, en el caso de la
familia de Eva, las mujeres siempre se mostraron solidarias unas con otras incluso
para irse a Estados Unidos
Bueno yo me fui por necesidad porque primero mi hermana la mayor nos sostenía los
gastos, luego ya trabajábamos las tres pero ella se enfermó entonces había que
llevarla al hospital hasta el DF o mínimo a Toluca, perdí el trabajo y ella también, fue
muy duro, sufrimos mucho sin dinero [...] sí tenemos más hermanos pero pues no nos
ayudaban ni siquiera nos apoyaron con mi papá; entonces mi hermana que ya estaba
en Estados Unidos me dijo ‘si quieres vente dice yo te ayudo para que te vengas y les
ayudes económicamente’, me fui y empecé a trabajar luego luego y les mandaba el
dinero que podía y ellas también trabajaban aquí aunque Rosario por su enfermedad
se salió del trabajo pero cuidaba a mis hermanos chicos y a mi papá, pero seguíamos
mal de dinero, fue muy feo, es entonces que en 1998 mi hermana Alma decidió irse
también, en parte porque el que era su esposo no trabajaba y ella estaba desesperada
con tanto problema entonces con Susana juntamos el dinero y la apoyamos para que
se fuera, empezó a trabajar haciendo limpieza en un hotel y mandaba dinero para acá.
A los dos años Alma apoyó a Malbina para que se fuera, allá estuvimos juntas las
cuatro menos de un año porque Alma no quiso dejar tan sola a Rosario ni a mi papá,
se regresó, luego mi hermana se murió y mi papá se vino abajo, empezó a enfermarse
de todo hasta ahora que se murió, por eso estoy aquí pero en 15 días me voy porque
tengo mis hijos allá [K]
2
Investigaciones como la de Joseba Achotegui (2004) y de Gustavo López Castro (2006) analizan los costos de
la disrupción de la convivencia, la separación de las familias y los costos emocionales que resultan de la
migración.
administración de la economía doméstica. Si bien la gran mayoría de las
entrevistadas no se asume como mujeres autónomas e independientes
económicamente, si han seguido ciertas estrategias para alcanzar una mayor
participación en la toma de decisiones en el hogar, mientras que en la vida
comunitaria participan activamente, sobre todo en el mercado de trabajo.
No hay duda que la migración internacional histórica de los varones y el
trabajo extradoméstico de las mujeres en la región han cumplido un importante papel
como agentes de cambio social. Las mujeres de la región no sólo participan de
manera significativa en los mercados de trabajo regionales, también son sujetas
activas en la migración y movilidad transnacionales, las características de la
experiencia migratoria de cada mujer dependen de diversos factores.
[K] A Estados Unidos he ido y venido varias veces, desde que tenía 17 años me fui
con un amigo y con un cuñado y ya voy para 12 años que voy y vengo, ahorita ya llevo aquí
casi los ocho meses, pero ya tenía sin venir casi los dos años, entonces ya extrañaba mi
casa y ahorita ya me anda por irme [K]
¿Su esposa se va con usted?
Se queda, ella no va. No la quiero allá, aquí tiene mucho trabajo con los niños
¿Ella ha querido ir a Estados Unidos?
Pues a ella si le han dado ganas pero fue cuando recién casados luego se arrepintió,
ahora que quiere irse ya no me la llevo. Viviendo uno solo para donde quiera se va, se
puede acomodar pero con la familia es diferente. Allá hay grupos de hombres que
rentan apartamentos de ocho-nueve hombres que viven solos, se hacen de comer, se
planchan y todo y pues una mujer ahí no va bien, es difícil para todos pero más para
uno como marido. Entonces es mejor que ella se quede aquí y esté pendiente de la
casa y de lo demás porque gracias a Dios tengo casa propia y tengo terreno, tengo
tierra sembrada y alguien tiene que cuidar eso
¿Su esposa trabaja la tierra cuando usted no está?
Muy poco, ella nada más está en el hogar, ese es su trabajo
Todavía siguen siendo más los hombres que se van, pero ha habido un ajuste,
porque hasta hace unos 10-15 años la mujer seguía al hombre; después la familia se
iba con unos hijos o con todos pero siempre, siempre el primero en irse era el
hombre, en los casos de matrimonios así se daba, por lo menos aquí en Tonatico así
era. Pero tiene unos años que las muchachas se van, unas siguen al novio otras no
pero se van y esa situación sí existe claramente. Ahora ya casi es indistinto el sexo
para migrar, igual que los hombres se va una mujer que quiere o decide tener una
experiencia migratoria, porque al igual que ellos, las mujeres tienen contactos, si no,
no se irían. Antes, unos hombres se iban a la aventura, porque el hombre puede
enfrentar eso, pero actualmente la situación es otra, no se va la mujer que no quiere.
Ellas también pueden porque ya tienen facilidades para irse.
En la experiencia migratoria de las mujeres de mayor edad (61 años y más) destaca
como razón principal la reunificación familiar combinada con el ir a trabajar. El motivo
de reunificación familiar está menos presente en la experiencia migratoria de las
mujeres más jóvenes, en contraparte la razón “ir a trabajar” se incrementa
sustancialmente, no obstante que para cuando estas mujeres deciden migrar ya
tenían familiares en Estados Unidos. Así, la reunificación familiar no fue la
motivación principal para la migración sino la búsqueda de oportunidades de empleo
y de ingreso.
En el caso de quienes dijeron “me tuve que ir” les insistimos precisaran esta
referencia y lo que resultó fue que “el me tuve que ir” se refería en 83.4 por ciento a:
“debíamos mucho dinero”, “necesitábamos dinero para curar a mi mamá”, “trabajar”
y “ganar dinero” por lo que se asume que básicamente el motivo es económico.
Aunque no se puede negar que la migración internacional que se vive actualmente
en la región tenga relación directa con la falta de oportunidades laborales y el
acceso a mejores salarios, a pesar de este contexto específico no se puede afirmar
que la migración sea una consecuencia de fenómenos exclusivamente económicos y
de decisiones racionales y objetivas de las migrantes. En este sentido, se tiene que
entre las entrevistadas hubo quienes explícitamente pusieron énfasis en las
motivaciones personales que generaron su migración, entre estas razones están:
“me separé y quería irme lejos”, “llevar a mi sobrino con su mamá”, “ir a cuidar a mi
hermano que estaba muy enfermo”, “ir a buscar al papá de mis hijos”, “quería ir a
conocer y a trabajar”, “ser más libre” entre otras.
Las razones para migrar y las experiencias derivadas de ésta son diversas. En
la movilidad de hombres y de mujeres hay matices aunque la motivación más
frecuente es la idea del “progreso” la reunificación familiar sigue siendo muy
destacada. En nuestra investigación pudimos constatar que la migración ha
generado diversas configuraciones familiares, que refieren a múltiples formas en las
que la movilidad (en este caso internacional) transforma no sólo la estructura familiar
sino que reubica en el espacio social transnacional las relaciones familiares,
contribuyendo a la constitución de diferentes identidades. En este marco se sitúa
una motivación que pudiera estar ganando fuerza entre algunas mujeres jóvenes
que incluyen en su proyecto migratorio la posibilidad de que sus hijos nazcan en
Estados Unidos.
Reflexiones finales
La migración por definición es un proceso social dinámico y cambiante y en la región
de estudio el proceso migratorio ha cambiado intensamente, se ha expandido e
intensificado. La diversidad de formas en las que se participa en el proceso
migratorio a Estados Unidos es verdaderamente amplia; en términos de estatus
migratorio hay un considerable número de migrantes documentados (aunque son
menos las mujeres documentadas que los varones en ese estatus). La gran mayoría
de los y las migrantes son indocumentados pero también están los casos de quienes
ingresaron irregularmente a Estados Unidos y posteriormente arreglaron su
situación, están también quienes entraron de forma documentada y pasaron a la
irregularidad, para la migración femenina y de niños y niñas, más que para la
migración masculina, se hacen esfuerzos por conseguir los documentos (pasaporte
y visa) que permitan la entrada regular de la mujer y los hijos a Estados Unidos
aunque por lo general son esfuerzos infructuosos. También se debe mencionar a las
personas que pertenecen a la tercera-cuarta generación de migrantes de la región,
quienes nacieron en Estados Unidos pero están viviendo en los lugares de origen de
alguno de los padres por distintas situaciones como por ejemplo que su mamá
regresó a México o deportaron a los padres, o están al cuidado de sus abuelos
mientras sus padres trabajan en Estados Unidos, etcétera. Las personas de este
último grupo son jóvenes, niños y niñas que con cierta frecuencia circulan entre
Estados Unidos y el sur del estado de México y que muchas veces tienen doble
nacionalidad.
En el caso de las mujeres entrevistadas, la mayoría son indocumentadas lo que
significa que para lograr llegar a Estados Unidos tuvieron que disponer de recursos
sociales y financieros para resolver lo relacionado con el traslado y cruce de la
frontera, situación de importantes dificultades y que se coloca como la principal
preocupación de las migrantes internacionales.
En pueblos con añeja historia migratoria, las condiciones de movilidad entre
miembros de las familias han podido acercarse; padres e hijos tienden a ser
migrantes y al existir condiciones para ello, circulan de forma regular entre Estados
Unidos y sus localidades de origen en México, aunque a nivel regional, lo más
común es que en una misma familia existan condiciones de movilidad muy
diferenciadas (experiencia, estatus migratorio, rutas de circulación, lugares de
destino) generando desde luego trayectorias migratorias diversas. La
heterogeneidad de historias detrás de los procesos migratorios de la región es a la
vez, uno de los factores que dinamiza la socialización del espacio, donde las lógicas
de movilidad se han colocado como medulares en la reproducción de la movilidad y
las migraciones.
Bibliografía
Ana Ciarallo
Dra. en Estudios Sociales Agrarios
Universidad Nacional del Comahue
Grupo de Estudios Sociales Agrarios
anacia7@hotmail.com
Introducción
En las últimas dos décadas, familias bolivianas conforman una nueva corriente
migratoria en el Alto Valle del río Negro, en el norte de la Patagonia argentina y
protagonizan la construcción de territorios productivos en torno a la actividad hortícola.
Contenidos discursivos referidos a la naturalización de su resistencia al trabajo y la baja
conflictividad, hacen que la condición de ser “familias bolivianas” represente una carta
de presentación positiva para ser aceptadas como arrendatarias en las propiedades de
chacareros “nativos” productores de manzanas y peras. No obstante, el “éxito” relativo
de estos nuevos migrantes resulta difícil de ser aceptado por actores sociales
tradicionales que tienen un lugar mítico en la historia regional, pero un futuro incierto y
amenazado por las reglas de juego que imponen las condiciones globalizadas de la
producción frutícola.
2
Coincidimos con Eugeni Sánchez (1981) cuando establece la premisa del
espacio como variable dependiente entre la relación entre poder y espacio. Considera
al poder como una abstracción que se manifiesta como tal a través de mecanismos que
son los que inciden en el espacio y lo transforman; en tanto que uno de esos
mecanismos es una división social del trabajo adecuada al poder a fin de que este
pueda manifestarse, mantenerse y reproducirse. Con el aprendizaje de los mecanismos
de producción se incorpora el aprendizaje de los mecanismos de apropiación, que se
expresan en el dominio sobre otros hombres en una división jerárquica que otorga el
poder a un grupo restringido dentro de una comunidad. Así queda un grupo más amplio
numéricamente que desarrolla el trabajo productivo y un grupo más restringido que
desarrolla el trabajo improductivo y se apropia del excedente. En la región del Alto Valle
del río Negro, las relaciones entre quienes producen hortalizas para el consumo en
fresco y quienes hasta el momento controlaban la comercialización de estos productos,
parecen expresar estas tensiones.
1
El Valle Medio en Río Negro y la zona de El Chañar y Añelo en la provincia de Neuquén.
3
modificaciones en los procesos de trabajo, en el territorio y en general, la
transformación de la estructura agraria valletana, están estrechamente ligados a las
nuevas formas de valorización del capital transnacional, el que avanzó hacia el control
total de la cadena de valor mediante su incorporación como productor directo.
2
Censo de Agricultura bajo Riego, realizado por el Ministerio de la Producción de la Provincia de Río Negro en 2005.
3
Para 2010 las estimaciones elevan esa superficie a más de 700 hectáreas.
4
línea de congelación en invierno y que pueden llegar a los 40º en el mes de enero y con
muy baja humedad ambiente. El período libre de heladas, dependiendo de las zonas,
se ubican entre 120 y 200 días al año, lo que obliga a utilizar cultivares de ciclo corto.
La presencia de vientos frecuentes y fuertes en otoño y primavera también es un factor
restrictivo para la agricultura. Además, el sistema de riego está organizado en función
de las necesidades de la fruticultura; desde principios de mayo y hasta mediados del
mes de agosto no hay agua en los canales porque en ese período las plantas frutales
no tienen requerimientos hídricos, razón por la cual solo los horticultores que cuentan
con equipos de perforaciones y bombas pueden disponer de riego en los períodos de
corte del servicio por parte de la administración a cargo de los consorcios4.
En el Alto Valle del río Negro la horticultura que se practica tiene como
características la alta diversificación y su destino al consumo en fresco. Las razones de
mayor peso que se conjugan en esta modalidad de producción refieren, por un lado a la
presencia de un importante mercado consumidor en el área de influencia y, además a la
escasez de grandes extensiones de tierra disponibles para realizar cultivos de tipo
extensivo (Iglesias et al, 2005). La producción local alcanza a cubrir aproximadamente
el 30% de la demanda regional, por lo cual las necesidades no satisfechas por la oferta
local se abastecen con producción proveniente en su mayor parte de Mendoza,
Rosario, Salta y Mar del Plata.
4
Los Consorcios de Riego son organizaciones regenteadas por los propios regantes que tienen a su cargo la
administración, mantenimiento, conservación y reparación del sistema de riego en el Alto Valle.
5
aparición y consolidación está sostenida en complejos entramados sociales basados en
relaciones familiares y de compadrazgo. La inserción de trabajadores bolivianos se
resolvió sin acceso a la propiedad de la tierra, quedando ubicados en nichos laborales
calificados de poco prestigio como es la producción hortícola y la fabricación de
ladrillos. Esta corriente migratoria cobra relevancia para el análisis en tanto se
construyó como transnacionalizada y etnificada, atributos desde los cuales la
pertenencia nacional se constituye en un recurso positivo para reclutarse, socializarse y
permanecer en la región. Este aspecto resalta la capacidad de este grupo migratorio de
construir territorios, -aún sin contar con el acceso a la propiedad de la tierra-. Esos
espacios los identifica y les posibilita reproducirse diferenciados del sector dominante
de la producción frutícola con el que continúan vinculándose como arrendatarios y
aparceros de los predios que, en la mayoría de los casos, dejaron de trabajar los
chacareros (Ciarallo y Trpin, 2010).
6
arrendamiento, se establece una vinculación entre dos agentes sociales portadores de
diferentes historias, lógicas productivas, posiciones en un determinado espacio social.
La estabilidad, la tierra en propiedad, la planificación de las inversiones son
características centrales de la fruticultura, atributos fundamentados en el carácter
perenne del tipo de cultivo de peras y manzanas. En tanto, la eventualidad y la
movilidad constituyen particularidades de estos “nuevos agricultores” que hacen su
aparición en el Alto Valle reproduciendo elementos de culturas campesinas.
7
nacionalidad cuya institución estructurante primordial es la red de relaciones sociales
que van conformando un enclave económico productivo étnico.
Por otra parte, es interesante destacar que las familias bolivianas que toman
tierra bajo formas de arriendo o aparcería en el Alto Valle, se vinculan en general con
propietarios de chacras que no se identifican con la actividad hortícola, sino como
chacareros frutícolas –muchas veces como parte de la herencia mítica- identificación
que les imprime una relación de indiferencia hacia la horticultura, a la que consideran
de escaso prestigio y valor simbólico. Esta relación de homología entre lo que se
considera una producción “mayor” –la fruticultura- y una producción “menor” –la
horticultura- encuentra su correlato con los sujetos que las protagonizan.
Paradójicamente, este carácter subordinado de la horticultura a la fruticultura ofrece las
condiciones de posibilidad para que los migrantes puedan ir construyendo un territorio
hortícola boliviano sin entrar en competencia con otros actores locales, sean estos
patrones o trabajadores.
Un cronista del diario regional realiza esta reflexión a partir de la entrevista que
mantiene con el presidente de la Asociación de Horticultores de General Roca: “(el
horticultor boliviano) trabaja justo allí donde terminan las buenas prácticas agrícolas que
exigen los consumidores de Munich, Madrid o Montreal y empieza el mundo de pocos
controles y escasos reclamos de los consumidores argentinos”5. Así queda definida en
la región, una cartografía social en la que se demuestra la posición subordinada que
ocupan no solo los sujetos que se dedican a la horticultura sino también la misma
producción hortícola diversificada para el consumo en fresco. Y son precisamente estas
distinciones que se expresan como mercado externo/mercado interno, buenas prácticas
agrícolas/escasos controles, consumidores del primer mundo/consumidores locales, las
que subyacen en la emergencia de tensiones entre los diversos agentes que participan
en la cadena de producción y comercialización hortícola.
5
Diario Río Negro, 30 de abril de 2010.
8
Desde la perspectiva de la agencia social es posible aprehender las tácticas y
estrategias que despliegan los actores para entretejer las “formas de estar” y las
“formas de pertenecer”6 de los migrantes en los espacios transnacionales y en relación
con el entramado de dominación local. Si a lo largo de veinte años se fue configurando
el proceso de construcción del “ser horticultor boliviano” en el norte de la Patagonia, en
la actualidad las acciones que despliegan estos agentes se orientan a potenciar los
entramados identitarios y sociales, materializándolos en organizaciones con crecientes
grados de formalidad.
6
Levitt y Glick Schiller (2007) distinguen entre “formas de estar” y “formas de pertenecer” en los espacios migratorios
transnacionales. Las primeras refieren a los actos cotidianos en los cuales la gente vive a través de la distancia,
incluye las relaciones y prácticas sociales en las que participan los individuos más allá de identificarse con ese grupo,
aunque tengan la potencialidad de hacerlo. En tanto las formas de pertenecer refieren a las prácticas que apuntan o
actualizan una identidad, al combinar la praxis con una conciencia del tipo de identidad que está ligada con la acción.
9
relaciones complejas conviviendo con múltiples redes de intercambio productivo,
comercial, social y cultural con otros actores locales y con el Estado.
10
Hasta hace pocos años, la inclusión de los migrantes bolivianos en programas de
asistencia técnica del sector público estaba en el terreno de “lo no pensable” en la
región. En la medida que estos agentes fueron ocupando un espacio central en el nicho
de la horticultura local, empezaron a tener visibilidad para los actores tradicionales,
tanto productivos como institucionales. Así, en un período muy corto de tiempo, estos
agentes empiezan a ocupar un lugar en el campo de tensiones entre las organizaciones
intervinientes en la asistencia técnica, en tanto estas también son atravesadas por la
necesidad de desarrollar una construcción discursiva y de prácticas que ponen a
prueba sus saberes previos.
El capital social, desde la lógica relacional, constituye una fuente de poder que
se acumula, se invierte y se reconvierte en otras formas de capital a través de distintas
estrategias asumidas en el contexto familiar y también en el contexto de la red local,
bajo la forma de estrategias colectivas. A partir de la formalización de la red, y del
fortalecimiento del entramado con agentes de las instituciones públicas, la estrategia de
este colectivo orientó sus tácticas hacia su reconocimiento por parte de la población
local a través de su aparición en los medios masivos de información regionales. Un
rastreo en la prensa regional da cuenta de la simultaneidad entre la creación de la
11
“asociación” y la creciente visibilización del colectivo de horticultores bolivianos en los
medios gráficos y también en internet. La estrategia organizacional de los horticultores
migrantes en esta coyuntura histórica encuentra ajuste y complementación en el
entramado institucional formal, tanto a nivel nacional como provincial. El caso que
estamos analizando pone en evidencia que esta categoría de agentes en los que se
combinan las variables de producir para el mercado interno, con características
minifundistas y dispuestos a emprender acciones colectivas, están siendo disputados
como destinatarios de las políticas de diversos programas de intervención técnica y
crediticia.
“Lo que plantean como primera necesidad es el tema de la tierra, plantean que no
son propietarios de la tierra y que siempre están sujetos a renovar contratos de
comodato o de alquiler o de medianería. Todos los años, a no ser excepciones de
propietarios –que en el grupo serán cuatro- el resto depende de los contratos. Para
vender la verdura también dependen de otros –criollos y bolivianos- que tienen
relación con el Mercado Concentrador de Neuquén o que acopian verdura y la
venden acá” (entrevista a asistente social del municipio, 2010).
Las acciones para la concreción de la feria demandaron cuatro años. A lo largo
de ese período el proyecto tuvo varias modificaciones y adecuaciones a las exigencias
bromatológicas, presupuestarias, cambios políticos, etc. En un contexto de
12
oportunidades favorable a los emprendimientos vinculados con la agricultura familiar,
los y las profesionales de las instituciones acompañaron al fortalecimiento de la
Asociación de Productores Hortícolas en aspectos productivos, comerciales y
organizativos.
13
producción local, como proveedores del comercio de Roca. Ahora como parece que
la chacra no les conviene o quieren comercializar, las cosas cambian. Cuando
estaban produciendo como proveedores, no eran problema”. (entrevista a dirigente
de la CAIC, 2012)
Una de las consecuencias más nefastas del prejuicio es la reducción de la
condición humana al considerar al migrante como mercancía subordinada que se define
a través de actitudes raciales y etnocéntricas. El uso flexible de la fuerza de trabajo en
determinados nichos no cubiertos por los autóctonos se apoya en la minorización y
discriminación de los trabajadores y trabajadoras vulnerables. El concepto de
“minorización” permite explicar cómo algunos atributos como la edad, el sexo o la
condición étnica aparecen no solo como diferencia sino como estigma, ya que al
naturalizar las diferencias sociales, conforman un sistema de exclusión y dominación
que está en sintonía con la expansión del capitalismo (Balibar y Wallestein, 1991 citado
por Benencia, 2004).
14
llegada de las familias migrantes resultó muy funcional para algunos propietarios de
tierra que en la asociación con los bolivianos lograron arrendar sus tierras o establecer
formas de aparcerías que les permitieron mantener sus predios como un resguardo
patrimonial combinado con un valor simbólico tributario de un pasado pionerista de sus
antecesores7. En la mayoría de las entrevistas con propietarios que se asocian con
migrantes bolivianos, se destaca el prejuicio favorable hacia estos agentes: su
dedicación al trabajo, el carácter moral de sus comportamientos, la humildad y la
obediencia; así como se relatan peculiaridades supuestamente culturales de resistencia
a las condiciones climáticas o la exposición a jornadas extenuantes de trabajo. En estas
situaciones se resalta la diferencia como tolerable en tanto no modifique el orden de las
cosas. Catherine Walsh (citado por Díaz y Villareal, 2009) sostiene que la diversidad
como estrategia discursiva es utilizada para soslayar la conflictividad inherente a
proyectos de vida diferentes, apelando a la existencia y aceptación de lo diverso, pero
solo concebido como variaciones de lo mismo. En este sentido, deja intacto el “yo
hegemónico” de la enunciación y coadyuva a la desigualdad impidiendo que la
diferencia se constituya en relación igualitaria. La producción neoliberal de la diversidad
sociocultural, mientras por un lado reconoce, por el otro oblitera toda horizontalidad,
toda participación y control en manos de aquella diversidad nombrada desde el “centro”.
7
Es habitual en la región la evocación a los abuelos inmigrantes europeos que lograron convertir “el desierto en
vergel” merced al trabajo “de sol a sol” como símbolo del progreso y el ahorro.
15
extranjeras ocupan la salud, la educación y no dejan nada. En toda esta política de
inclusión del gobierno nacional, al argentino se lo excluye, estas comunidades
lastiman y mucho al comercio local.” (entrevista a dirigente de CAIC, 2012)
El desprecio social y la denegatoria de reconocimiento amenazan con anular o
volver inciertas las propiedades sociales, las disposiciones para la acción y los
acuerdos verbales de los sujetos estigmatizados. Desde el campo de la filosofía,
Guillaume Le Blanc (2007) sostiene que existen dos formas de injusticia: las
socioeconómicas que adoptan la forma de explotación y marginación, y las injusticias
culturales y simbólicas que toman la forma de una negativa al reconocimiento. Las
operaciones de calificación y descalificación que caracterizan a las “vidas ordinarias”
hacen directa referencia a los poderes fundamentales de la vida humana como son el
poder de decir, el poder de actuar, el poder de reunir la propia vida en un relato
inteligible y aceptable, el poder de “creerse capaz de” como propiedades sociales
mínimas sin las cuales no se sustenta la vida y así queda expuesta al riesgo de la
deshumanización.
“Le voy a contar un caso, mire, nosotros hace como tres meses queríamos alquilar
un local para poner una verdulería para los pibes, de paso vender lo nuestro.
Resulta que no pudimos alquilar un local, me puede creer eso? Fuimos a un local
con la plata, con el garante. La señora sale diciendo que no lo alquila para
verdulería porque los bolivianos no saben arreglar, ordenar la verdura, que esá todo
tirado. Qué tiene que decir ella? A veces dan ganas de no hacer nada, entonces uno
baja la cabeza porque tenemos una familia para mantener”. (entrevista a horticultor
boliviano, 2010)
En otro tramo de la entrevista, Rogelio expresa sus sensaciones y sus intentos
de justificar sus vivencias de discriminación, que significan atravesar formas sociales
sedimentadas.
“Uno siente mucho eso… el otro día, eso se lo voy a enmarcar. Yo juego en un
campeonato de futbol, el otro día jugando al futbol siempre hay un roce. Uno dice:
“dejá que yo me lo atiendo al boliviano de mierda”. Sabe usted qué bajón es eso,
16
uno es una persona como cualquiera. Está bien, capaz que no me sé expresar muy
bien o la color, no sé. Se siente con esa cosa fuerte que le dice, boliviano de
mierrrda, o boliviano muerto de hambre o sucio”. (entrevista a horticultor boliviano,
2010)
La denegatoria de reconocimiento y la incertidumbre muy a menudo están
mezcladas en la experiencia de la precariedad como experiencia de fragilización de las
propiedades sociales. La sensación común que las reagrupa es la vergüenza que
experimenta quien se ve arrojado a un presente incierto y debe apelar a la justificación
social de sí mismo así como a la posibilidad lingüística de hablar de ella. porque “la
precarización de las vidas, en la operación de descalificación social de que son objeto,
también es siempre una precarización de las competencias lingüísticas” (Le Blanc,
2009: 96).
Conclusiones
17
por el éxito relativo de los migrantes en el mismo espacio donde los locales están
perdiendo su lugar como productores, encubre los umbrales de tolerancia a esta nueva
corriente migratoria que hace emerger sujetos inesperados en el escenario regional y
que ocupan el lugar de productores.
Bibliografía.
18
FERNANDEZ, Ana María. 2009. Las diferencias desigualadas: multiplicidades,
invenciones políticas y transdisciplina. Revista Nómadas Nº 30, Universidad Central,
Colombia: 22-33.
FUNBAPA. 2011. Anuario. Disponible en página web www.funbapa.org.ar , consultado
el 20/10/2012.
GUARNIZO, Luis y Michael SMITH. 1998. Las localizaciones del transnacionalismo. En
Guarnizo Luis y Michael Smith (editores) Transnationalism from below: comparative
urban and community research. Traducción del inglés por Susana Martín. Biblioteca
virtual CLACSO, www.clacso.bibliotecavirtual.org, consultado el 10/08/11.
GUTIERREZ, Alicia. 2005. Pobre´ como siempre… Estrategias de reproducción social
en la pobreza. Ferreyra Editor. Córdoba.
IGLESIAS, Norma et al. 2005. Situación de la horticultura en la Norpatagonia. En
Fruticultura y Diversificación. Nº 45, 31-37, disponible en
www.inta.gov.ar/altovalle/info/biblio, consultado el 04/08/2011.
INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGÍA AGROPECUARIA- EEAV. 1986.
Diagnóstico Regional. Documento Interno.
LE BLANC, Guillaume. 2007. Vidas ordinarias. Vidas precarias. Sobre la exclusión
social. Editorial Nueva Visión. Buenos Aires.
LEVITT, Peggy y Nina GLICK SCHILLER. 2007. Perspectivas internacionales sobre
migración. En Migración y Desarrollo, disponible en página web
www.migracionydesarrollo.org , consultado el 01/09/2011.
PEDONE, Claudia. 2006. Estrategias migratorias y poder. Tú siempre jalas a los tuyos.
ABYA-YALA. Quito.
RADONICH, Martha et al. 2012. Trabajadores rurales migrantes y territorios frutícolas.
Trayectorias laborales y migratorias en la provincia de Río Negro. Informe Final de
Investigación D-071. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Nacional
del Comahue.
REYGADAS, Luis. 2008. La apropiación. Destejiendo las redes de la desigualdad.
Editorial Anthropos. México D.F.
SANCHEZ, Joan Eugeni. 1981. La geografía y el espacio social del poder. Amelia
Romero Editor. Barcelona.
SASSEN, Saskia. 2007. Una sociología de la globalización. Katz Editores. Buenos
Aires.
SCOTT, James. 2000. Los dominados y el arte de la resistencia. Editorial Era. México.
STOLCKE, Verena. s/f. La nueva retórica de la exclusión en Europa. Consultado en
www.cholonautas.edu.pe el 2 de diciembre de 2012.
19
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: Etnicidad y Migraciones
MARZO 2013
1
factores estrictamente económicos, principalmente por la persistente escasez
económico-financiera que les impedía continuar reproduciendo sus vidas y
mantener sus bienes propios en los términos que impone su cosmovisión y la
realidad específica de la colonia.
2
con los animales pastando en los campos o bien, indirectamente, con el pasto
almacenado en forma de rollos, que se guarda para épocas de escasez,
generalmente coincidentes con la temporada invernal.
La producción de leche implicó la instalación de tambos precarios y fue
utilizada como mercancía y como bien de consumo. Una limitante determinante
en esta actividad fue la falta de tecnología para la conservación o
transformación de un producto rápidamente perecedero. La menor cantidad de
leche se destinaba al consumo familiar y al intercambio entre los integrantes de
la colonia. La mayor cantidad se vendía a empresas industriales del sector; una
de las que compró esta producción de leche, durante un tiempo, fue “La
Serenísima”, pero el comercio con esta empresa y con otras de semejante nivel
tecnológico no prosperó, a causa de factores relacionados con la tecnología
utilizada en la colonia.
El desarrollo de las fuerzas productivas instaladas en las industrias
capitalistas del sector, por sus niveles de requerimientos tecnológicos en
relación a la materia prima, dejó afuera de este comercio a los productores
lecheros de la colonia.
La Serenísima exigió como etapa previa a la recepción de la leche como
materia prima, que la misma fuera sometida a un proceso de enfriado, el cual
sólo se podía realizar mediante la incorporación de una tecnología específica
que requería la utilización de energía eléctrica. Pero esto último no era
compatible con las pautas culturales de la colonia.
En otros términos, la pretensión de la empresa mencionada de introducir
en la colonia cambios tecnológicos derivados de las exigencias de las fuerzas
productivas capitalistas en expansión, concluyó en la exclusión de los
menonitas como proveedores de leche y los impulsó a la búsqueda de nuevas
alternativas. En síntesis, los menonitas rechazaron las condiciones impuestas
por la empresa y, posteriormente, comenzaron a construir sus propias fábricas
de productos lácteos, a las que me referiré más adelante.
Respecto a lo comentado en el párrafo precedente, me interesa subrayar
aquí cómo un aspecto extra económico -la obligación de prescindir del uso de
energía eléctrica (2)- puso límites a la lógica de maximización de la ganancia.
2
. Durante el paulatino pero importante proceso de producción de mercancías fueron incorporando
tecnología moderna: equipos generadores de energía eléctrica, soldadoras, cortadoras de plasma y otras
herramientas. Aún no destinan energía eléctrica para uso doméstico.
3
Lógica que, a pesar de ser dominante en el conjunto de relaciones de los
menonitas con los “otros no menonitas”, e inclusive en algunas relaciones entre
individuos del propio grupo, no es predominante, al contrario de lo que sucede
entre el resto de los individuos que viven en la región.
4
menonitas. Para superar las difíciles situaciones posteriores al tornado,
tuvieron que recurrir a la solidaridad de las colonias asentadas en Paraguay,
quienes los ayudaron con subsidios económicos y préstamos.
En ese mismo momento, el carpintero Pedro Loewen comenzó a
producir muebles para venderlos al exterior de la colonia y, por la calidad de los
mismos, se ganó el reconocimiento de los consumidores y un importante
prestigio como carpintero. Sus muebles comenzaron a tener una fuerte
demanda externa, tanto por la calidad y la originalidad de sus diseños como por
sus precios.
En 1998 el proceso de cambio por el que atravesaba La Nueva
Esperanza empezó a percibirse de una manera más notoria. Para ese mismo
año trabajaban aproximadamente 20 carpinteros y todos ellos producían para
el mercado extra-colonia. Esta situación se mantuvo hasta fines del año 2001,
momento en el que los afectó la extraordinaria crisis económica y financiera
que sacudió al país. A partir de ese año, el número de carpinteros decreció
notablemente.
Sin duda, 1998 puede considerarse como un año durante el cual muchos
de los integrantes de la colonia orientan sus actividades a la producción de
mercancías (silos, muebles y quesos) y a la prestación de servicios (detallados
más adelante) a causa de los inconvenientes derivados de la producción
tradicional, ya mencionados.
Reitero esta idea porque coincide con lo expresado por Cañás Bottos, en
su tesis citada en la bibliografía, para la cual realizó trabajo de campo en
distintos períodos, entre 1996 y 1998.
Al respecto, comenta: “Últimamente está cobrando gran importancia
la manufactura de silos, como así también la construcción de galpones y
tinglados. Los silos se construyen dentro de la colonia y luego se los
transporta armados; en algunos casos, cuando la distancia es grande
envían las piezas listas para ser armadas y un grupo de dos o tres
colonos las ensamblan en el destino final en uno o dos días. Lo mismo
ocurre con los galpones y tinglados” (Cañás Bottos, 2005:53).
A partir del año 1998, los menonitas comenzaron a instalar sus fábricas
de quesos y llegaron a poner en funcionamiento un total de tres. Dos
5
pertenecían a propietarios privados y la tercera era de propiedad de la
cooperativa de la colonia. Esta cooperativa estuvo dirigida por un integrante de
la colonia, el cual era elegido por votación y duraba cuatro años en su cargo.
Todos estos procesos productivos utilizaron mano de obra asalariada y,
reiterando una pauta propia de la colonia, todos los trabajadores eran
menonitas. En el caso de la cooperativa, ocurría además que la mayoría de los
habitantes eran, a su vez, propietarios de la misma. Producían básicamente
dos productos: queso (de muy distintas variedades y sabores) y pasta de
mozzarella. Esta última fue la de mayor importancia en lo que respecta a
volumen de producción y montos de dinero recibidos por las ventas.
La leche, materia prima sin la cual las tres fábricas no hubieran existido,
era producida por las mismas familias de la colonia y recolectada diariamente
por los lecheros, que transitan las calles de la colonia en enormes carros
tirados por caballos. Además, las familias menonitas decidían a qué fábrica
vender su producción, basándose principalmente en lazos de parentesco o de
amistad que los vinculaban con alguno de los propietarios de las fábricas.
Al mercado principal del queso lo constituían los propios menonitas y los
habitantes y comerciantes de los pueblos vecinos. En cambio, la mozzarella
era comprada y pagada generalmente con cheques por importantes fábricas
del Gran Buenos Aires. Éstas luego la transportaban en camiones desde la
colonia hasta su destino.
3
. Las fábricas de silos, galpones, etc. se concentraron mayoritariamente en los campos 2, 4 y 5.
6
camionetas, las mercancías producidas por los menonitas a diferentes lugares
del país.
Los acontecimientos relacionados a la producción de silos, comentados
en los párrafos precedentes, produjeron y producen conflictos con las
metalúrgicas de la zona (4), principalmente, a causa de la abismal diferencia de
los precios finales de venta.
. Las metalúrgicas más próximas a la colonia son: Metalúrgica Dimas en Guatraché, Metalúrgica
Tamersan en Darregueira (Bs. As.), y Metalúrgica Rivera (Bs. As.)
5
. En mis trabajos de campo pude observar que los hombres menonitas poseen y manifiestan, con
palabras y actos, un fuerte carácter individualista y competitivo en sus actividades económicas.
7
caso específico de los silos y otras herramientas es muy clara la frase de uno
de mis entrevistados: “…también porque hay mucha competencia entre las
metalúrgicas de la colonia…” (6).
6
. Según mi informante, en la colonia funcionan entre 20 y 25 metalúrgicas.
7
. Entrevista realizada a menonita.
8
. Entrevista realizada en el mes de Noviembre de 2005.
8
precio de la madera utilizada para la fabricación de muebles se triplicó y,
aunque muchos carpinteros ya habían acordado previamente los respectivos
presupuestos con sus clientes, optaron por perder y no por requerir
modificación en los precios. Un entrevistado, sobre el tema, expresó: “…Pero
sé que trabajé unos cuantos meses gratis, porque yo al cliente no le voy a
decir dame cuatro veces más ahora que cambió, no, el presupuesto está
dado y el presupuesto está dado, yo jamás pedí un peso más…”
Estas situaciones también han ocurrido, en varias oportunidades, en las
compraventas de silos y galpones, tanto por errores en los cálculos de costos,
como por cambios imprevistos en los precios de las materias primas. El
cumplimiento de lo acordado sigue siendo la regla: el precio dado se respeta y
no se modifica, aunque produzca pérdidas económicas para el fabricante
menonita.
Estimo que es posible pensar que, en las situaciones mencionadas,
subyace una prohibición fuertemente arraigada en la cosmovisión menonita
que refuerza, muy particularmente, la concepción de la vida del hombre en la
tierra.
Por otra parte uno de mis entrevistados, que fue durante mucho tiempo
intermediario de los menonitas, afirmó, con respecto a la venta de silos y
galpones, lo siguiente: “…Él, si gana 500 pesos en un silo, ya para él sirve,
entonces vos podés competir con todos, él me lo arma a un precio, yo le
agrego un porcentaje, gana el muchacho que me consigue los clientes, y
estamos a un 40% más bajo. Fijate vos la diferencia de números que hay
con respecto a las fábricas no menonitas; hecho con el mismo fierro,
comprado en el mismo lugar. Pero lo que pasa… el argentino es así,
obvio yo también, si voy a hacer una cosa quiero ganar, si no, no lo
(9
hago…” )
9
tasa de ganancia muy inferior a la que persiguen quienes son, y por lo mismo,
actúan como capitalistas plenos.
Independientemente de lo que ellos quisieron expresar como respuestas
a mis preguntas, ocurre que, en el ámbito del intercambio comercial, los
menonitas transfieren gratuitamente una importante cantidad de plus valor
incorporado en las mercancías específicas de sus procesos de trabajo, en los
que participan bajo la forma de fuerza de trabajo y como propietarios de los
medios de producción, simultáneamente.
10
. Entrevista: “D_ Es mano de obra más barata… y la mano de obra de los chicos, los chicos a lo mejor
trabajan trece horas por día... y laburan... D_ No. Si no contratan de afuera, pero siempre colonia,
siempre colonia, si, si.” (Entrevista a no menonita, marzo de 2006).
10
Es necesario aclarar que también existen jóvenes casados, que venden
su fuerza de trabajo. Refuerza esta disponibilidad el hecho de que a los
jóvenes solteros no se les permite poseer bienes en propiedad, ni tampoco
participar de las ganancias de la actividad económica familiar. Cada joven
asalariado soltero, luego de cobrar su salario, debe rendir cuentas y entregarlo
completamente a su padre.
Lugares comerciales
11
está ubicada muy cerca de este almacén y funciona desde hace muy pocos
años.
Los almacenes, en su interior, se asemejan a aquellos almacenes de
ramos generales que existían tiempo atrás en la región. En los mismos se
ofrece una gran variedad de productos tales como telas, sombreros, zapatos y
herramientas para fines diversos, artículos para el hogar y alimentos. Dentro de
estos últimos ofrecen varios tipos de harinas, una gran variedad de picantes y
condimentos, junto con ajíes y dulces envasados en la misma colonia.
Los almacenes funcionan casi exclusivamente con las cuentas que
posee cada familia. Éstas tienen asignadas fichas individuales en donde se
registran las diferentes transacciones. Los pagos a cuenta y/o la cancelación
de los saldos están estrechamente vinculados a la actividad principal y
situación financiera de cada familia y, muy especialmente, al desarrollo y
finalización de cada ciclo agrícola. Es decir que no existe una fecha exacta en
la cual deban cancelar sus deudas, sino que depende del dinero disponible en
cada hogar
La venta de alcohol y de cigarrillos está prohibida en estos almacenes; la
primera, aparentemente, se respeta más que la segunda. Los cigarrillos, en
algunos de los comercios, están escondidos detrás del mostrador y hay que
pedirlos de una manera disimulada; curiosamente, sí se encuentran a la vista
los encendedores.
En el interior de los almacenes también se realizan diferentes anuncios
de importancia para todos. A través de afiches se anuncian desde cuándo se
realizarán las visitas de determinados médicos hasta remates y venta de
maquinarias y herramientas.
Uno de los almacenes tiene a su cargo la función de correo. La colonia
dispone de una casilla de correo en Guatraché y, periódicamente, se traslada la
correspondencia hasta dicho almacén. Luego, dicha correspondencia se coloca
en cajas, para ser retirada por sus destinatarios.
Una cuestión que merece mencionarse sobre estos locales, es que
carecen de cualquier tipo de señalización o publicidad que permita identificarlos
como lugares comerciales y su aspecto exterior es igual al de las demás
viviendas de la colonia. Esta ausencia de señalización específica puede
interpretarse, tal vez, como un indicio de falta de interés por comerciar con
12
quienes no pertenecen a la colonia y desconocen la ubicación de los
almacenes.
Me importa señalar, además, que la población actual de La Nueva
Esperanza es de aproximadamente 1300 habitantes por lo que, sin dudas,
todos los integrantes de las familias menonitas conocen los lugares en donde
funcionan los comercios referidos. No obstante, a estas casas comerciales
pueden concurrir no menonitas para realizar compras y es muy frecuente
encontrarlos.
Otra de las razones de la ausencia de señalizaciones podría estar
vinculada al hecho de que la actividad comercial no es valorada positivamente;
de ningún modo otorga prestigio dentro de la colonia. Abona esta apreciación el
funcionamiento de sólo tres locales comerciales destinados a satisfacer a todos
los menonitas; cantidad relativamente mínima, si la comparamos con la de
cualquier otra población no menonita cercana a la misma.
13
familiar, así como parcelas de tierra, se destinaron siempre a la producción de
bienes de uso.
La forma de producción de los bienes mencionados, que continúa hasta
el día de hoy -aunque con una breve merma-, se rige por una lógica no
capitalista y, sin duda, ha constituido siempre una de las estrategias más
consolidadas en la reproducción de la vida de los menonitas. Quienes fundaron
y quienes aún hoy viven en la colonia no constituyen una excepción.
Las mujeres y los niños (11) fueron quienes se encargaron siempre del
trabajo destinado al autoconsumo, cultivando las parcelas destinadas a las
huertas y ayudando en el ordeñe de las vacas.
Además de las actividades específicamente domésticas (cocinar, aseo
de la vivienda, cuidado de los niños, etc.), las mujeres son quienes se ocupan
de confeccionar las vestimentas, de cultivar la huerta, criar aves de corral,
elaborar el pan y de colaborar en las actividades del tambo; además, tuvieron y
tienen a su cargo la elaboración y envasado de dulces y encurtidos (variedades
de ajíes) que, desde hace unos años, venden a los almacenes de la colonia.
Hoy puede observarse la compra de una mayor cantidad de productos
destinados al consumo familiar, como ocurre con el pan (proveniente de
Guatraché) y la compra de otros bienes que realizan en sus propios
almacenes, pero cierto es también que aún perdura -fuertemente arraigada- la
elaboración artesanal de los mismos.
11
. Los varones a muy temprana edad son entrenados en el manejo del tractor y herramientas agrícolas y
es común que cuando aún son niños reciban como regalo un tractor a pedal, construido en la misma
colonia.
14
Respondiendo a una clara división del trabajo por género, los hombres
realizan las labores agrícolas, trabajan en sus talleres y se ocupan de los
negocios con el mundo exterior. La mujer no interviene, bajo ninguna
circunstancia, en la actividad comercial (exclusivamente masculina) aunque
sólo se trate de la entregar un bien ya adquirido y pagado por un comprador,
mientras su esposo está ausente. Lo único que hace en esas situaciones, es
pedirle al comprador del bien que espere al regreso de su marido.
15
orgullosos de su posesión y es frecuente que, cuando reciben visitas, busquen
orientar el diálogo hacia esos bienes para luego tener la oportunidad de
mostrarlos.
16
FIGURA Nº 1: OBRERO MENONITA FABRICANDO
SILOS. COLONIA MENONITA LA NUEVA
ESPERANZA. FOTO: MARIA VIRGINIA GÜNTHER.
18-09-2006
17
BIBLIOGRAFÍA
18
MILIBAND, R. 1978. Marxismo Política. Ed. S. XXI.
19
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL.
GT 5. Etnicidad y Migraciones
Moreno, Marta Silvia. Lic. en Sociología y Doctoranda en Ciencias Sociales, FCPyS, UNCuyo.
Becaria CONICET - CCT Mendoza, IADIZA.
Torres, Laura María. Doctora en Antropología Social, CONICET CCT Mendoza, IADIZA.1
Si bien el movimiento de personas a través del espacio hace parte de la historia de la humanidad
(Lacomba, 2008) hacia la segunda mitad del s. XX cobran tan inusitada importancia que algunos
autores señalarán que vivimos en la “edad de las migraciones” (Castles y Miller, 2003).
En parte por sus renovadas dimensiones pero también porque el instrumental teórico y
metodológico se ha enriquecido y complejizado a lo largo del tiempo (Suárez Navaz, 2010), en la
actualidad la temática de las migraciones constituye un terreno fértil para el análisis de las
Ciencias Sociales. Al interior de una línea de indagación más amplia, un tema de preocupación
recurrente en América Latina lo constituyen los migrantes agrícolas estacionales. Si bien los
antecedentes disponibles en torno al tema son amplios en Argentina, se hallan relativamente
centrados en el estudio de algunas áreas y circuitos productivos2. En contraposición, otras
economías regionales permanecen menos exploradas. Este es el caso de Mendoza, provincia
que sin embargo demanda importantes caudales de mano de obra agrícola estacional, que
incluso se satisface con trabajadores provenientes de otros países.
Este trabajo busca colaborar en remontar los desbalances temáticos del presente aportando a la
comprensión de las migraciones estacionales agrícolas, particularmente de bolivianos, que
arriban a Mendoza. Se adopta para ello un enfoque a escala territorial, interesado en valorar los
vínculos que se trazan entre los procesos locales y las fuerzas globales, recuperando las
particularidades locales que asumen estos procesos. Luego de revisar los antecedentes
existentes a nivel nacional y local, se procede en dos direcciones complementarias. Primero, se
1
IADIZA, CCT CONICET Mendoza. Av. Ruíz Leal s/n Parque General San Martín. Mendoza - Argentina. CP 5500. E-
mails de las autoras: smoreno@mendoza-conicet.gob.ar, ltorres@mendoza-conicet.gob.ar
2
Área de influencia de Buenos Aires y economías regionales de la caña de azúcar –Tucumán- y las frutas –Río Negro.
1
caracteriza a la provincia en términos de su atractividad para los trabajadores estacionales
migrantes, haciendo un zoom sobre los trabajadores de origen boliviano y luego, se propone un
análisis crítico de los elementos recurrentes y cambiantes que se observan a lo largo del tiempo,
valorando el peso que las dinámicas locales-globales comportan.
El supuesto de investigación en torno al que se despliega el trabajo señala que aun cuando
algunos autores indican que frente a las dinámicas de reestructuración productiva que
caracterizan al agro latinoamericano, las condiciones de precariedad laboral que afectan a los
trabajadores rurales y a los migrantes estacionales se profundizan, es probable que en relación
con estos últimos las nuevas condiciones se produzcan sobre un sustrato de precariedad
preexistente, atribuible a la condiciones de desigualdad territorial que resultan claves a la
comprensión de las migraciones mismas. Resulta necesario por tanto, comprender a las
migraciones estacionales en clave territorial, es decir, en el marco de los desequilibrios
territoriales en los que se insertan. Para el caso de Mendoza esto supone indicar la existencia de
condiciones de atractividad cambiantes pero sostenidas a lo largo del tiempo y la existencia
paralela de condiciones de precariedad que no se han transformado al ritmo de los cambios
operados en el agro. Al interior de la provincia se considera el caso paradigmático de la
vitivinicultura por cuanto es la agroindustria que ha recibido los mayores flujos de capital para
operar procesos de reestructuración productiva y plantea las mayores demandas de trabajo
estacional para las actividades de vendimia.
Para proceder en esta dirección se revisan los antecedentes científicos disponibles, tanto a nivel
nacional como provincial y luego se focaliza el análisis de Mendoza a partir de los datos
estadísticos disponibles. Si bien se promueve un acercamiento sobre Mendoza, se describen
otros territorios con los que ella dialoga, toda vez que resulta esclarecedor.
2
lugar de residencia y en las distancias recorridas (Bertoncello 1993)3. En este marco, varios
trabajos analizan las migraciones en el marco de las características del capitalismo tardío, la
penetración de las fuerzas globales en las periferias y la implosión de la periferia en el centro
(Harvey 1998; Kearney 2008; Sassen, 2001). Se señala en este sentido que las dinámicas
desatadas en las escalas ampliadas incrementan la interconexión e interdependencia entre las
distintas regiones del mundo, asociadas a una nueva fase del sistema capitalista (Sassen 2001;
Portes 2001; Canale y Zlolniski 2000; Vertovec 2006; Suarez Navaz 2010), en cuyo seno el
movimiento de las poblaciones y los trabajadores adquieren una nueva dimensión.
En los nuevos abordajes la noción de migración queda subsumida dentro de la más abarcativa
de movilidad territorial (“todos los fenómenos relacionados con el desplazamiento geográfico o
territorial de los individuos que componen una población”) (SIDEMA 1995; en Bendini et al 2006:
117), que incluye los movimientos temporales, circulares, pendulares y estacionales.
En América Latina, los estudios sobre movimientos estacionales o temporarios tienen una
trayectoria significativa. Se inician en la década del 70 y enriquecen el conocimiento de los
movimientos temporales de trabajadores al develar la pluralidad de modalidades que éstos
adoptan, la diversidad de direcciones, de tiempos de ausencia en el lugar de origen y de
trayectorias ocupacionales que involucran (Bendini y Radonich 1999/2006). En Argentina, por su
parte, los desplazamientos temporales se han relacionado estrechamente con el surgimiento del
trabajo asalariado para las labores agrícolas. Esto es así porque el desarrollo de la agricultura
capitalista, en especial en las denominadas economías regionales, planteó demandas
extraordinarias de mano de obra estacional que debió cubrirse con aportes extra-locales. La
íntima asociación al ciclo productivo explicaría la irregularidad de la demanda de trabajadores a
lo largo del año, la existencia de necesidades superlativas en determinados momentos, las
tareas predominantes y los jornales requeridos (Neiman y Bardomás 2001).
Hacia las décadas de 1970 - 1980, Reboratti (1978, 1983) y Sabalain (1980) identificaron cuatro
sistemas de migraciones estacionales en los que se articulaban territorios de atracción y de
emisión de migrantes: noreste, noroeste, centro y sur. El sistema centro giraba alrededor de las
áreas productoras de vid de Mendoza y San Juan, con flujos provenientes de San Juan y La
Rioja, de algunas áreas no vitícolas de Cuyo y de trabajadores bolivianos que arribaban desde
Bolivia, Salta y Jujuy. Las demandas de mano de obra asociadas a las cosechas resultaban así
cubiertas por diversos tipos de trabajadores, entre los que destacaban pequeños productores
rurales, mano de obra local, residentes en espacios rurales y centros urbanos empobrecidos del
3
El desarrollo actual de los sistemas de comunicación y de transporte facilita los flujos migratorios, vuelve más incierta
la división entre movimientos definitivos y transitorios, genera una variedad de desplazamientos multipolares,
reversibles y de duración variable y aumenta la importancia de las residencias múltiples, secundarias u ocasionales
(Domenach y Picouet, 1995; Bendini et al 2006).
3
Área Metropolitana de Mendoza (AMM) en situación de desempleo y subempleo y migrantes de
provincias vecinas y de países limítrofes4. En la actualidad, los desplazamientos provenientes del
NOA continúan efectuándose como prácticas orientadas a mantener una mayor continuidad en la
asalarización y como modo de incrementar los ingresos anuales (Rau, 2010: 264). Se trata de
migraciones pendulares o circulares entre dos o más áreas productoras que convocan a cerca de
50.000 trabajadores estacionales en todo país (Neiman, 2008). Los flujos migratorios más
significativos del presente son los provenientes del NOA y NEA, en tránsito a la producción
cuyana de vid y de frutas en Patagonia, dispuestas en contra-estación de las cosechas citrícolas
y cañeras del norte (Rau, 2010).
Algunos trabajos interesados por analizar las migraciones temporarias de bolivianos al norte de
Argentina (Aparicio y Benencia 2001; Whiteford y Adams 1993; Whiteford 2001; Giarraca y
Aparicio 1991y Giarraca, Bidaseca y Mariotti 1999) aportan datos sobre Mendoza, en particular el
momento de caracterizar los encadenamientos de cosechas que protagonizan los migrantes en
su tránsito hacia el sur del país. También aportan datos referidos a Mendoza quienes analizan
las migraciones de chilenos y bolivianos al Alto Valle de Río Negro y que nuevamente indican
situaciones de tránsito, esta vez hacia el norte (Bendini y Radonich 1999; Radonich y Ciarallo
(s/f); Bendini et al 2006; Radonich et al 2009 y Radonich et al 2010).
Los desplazamientos estacionales o temporales de trabajadores adquieren en la actualidad un
nuevo significado, debido a la profundización de modalidades de flexibilización laboral que
acentúan la movilidad de la fuerza de trabajo (Bendini et al 2006). Los “procesos de
reestructuración” de la agricultura en el marco de la globalización (Neiman 2010), están siendo
crecientemente indagados en Argentina desde el campo de la sociología del trabajo y de la
sociología rural. Se observa en este sentido que a partir de la década del 70 y de la mano del
auge del modelo neoliberal, se suceden profundos procesos de cambio (Balán, 1980),
caracterizados por la globalización de la agricultura, la desregulación de los mercados y la
radicación de capitales extranjeros (Manzanal, 1995; Teubal, 2001; Giarraca, 2000). Este
conjunto de transformaciones impactan de manera significativa sobre la agricultura, un sector
históricamente caracterizado por formas de trabajo precarias, desvalorizadas y eventuales
(Murmis, 1994; Neiman y Quaranta, 2001; Benencia y Quaranta, 2006) y de manera aún más
evidente sobre los trabajadores transitorios5. La precariedad laboral se vuelve la norma si
4
Los principales territorios de origen de los migrantes bolivianos que arriban a Mendoza son los departamentos que
corresponden al Altiplano boliviano, en especial los departamentos de Potosí y Oruro, aunque también arriban
migrantes del Valle, en especial de Tarija. En el caso de los migrantes argentinos norteños, los lugares de procedencia
más comunes son las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, San Juan y La Rioja.
5
Predominan los acuerdos o contratos de carácter “informal”, por tiempos variables y acotados y se evidencia una alta
rotación en las ocupaciones. Los trabajadores quedan sujetos a una gran cantidad de días “perdidos”, debido a la
4
además se considera la necesidad de una parte importante de los trabajadores agrícolas de
desplazarse geográficamente para encontrar trabajo (Pedreño, 1999; en Mingo y Berger, 2009) y
el predominio de grandes complejos agroindustriales, con un alto grado de integración vertical
(Teubal, 2001; Gago, 2003) en manos de capitales nacionales o extranjeros altamente
concentrados. Se propicia, en definitiva, la construcción de territorios de producción agropecuaria
como nodos de una red transnacional que facilita la acumulación de capital, y que se muestran
atentos a disminuir los costos laborales a los extremos posibles.
Desde el campo de la antropología de las migraciones laborales, algunos trabajos que se
detienen en el estudio de los migrantes bolivianos en Argentina (Pizarro, 2009; Pizarro et al,
2010/2011a/ 2011b) y que rescatan los aportes de Wolf (1993) y Herrera Lima (2005), sugieren
que las clasificaciones que median los procesos de diferenciación y distribución de la fuerza de
trabajo favorecen la segmentación étnica del mercado de trabajo. Resulta común que la
asignación de los migrantes recientes a las posiciones laborales más desfavorables se justifique
por discriminaciones étnico-nacionales, basadas en estereotipos y prejuicios raciales. Los
migrantes laborales se convierten así en los trabajadores más adecuados para trabajar en
condiciones precarias, debido a la situación de vulnerabilidad que los caracteriza. Incluso se
observa que aun cuando los diversos segmentos ocupacionales se configuran según una lógica
económica dictada por la desregulación contractual y la flexibilización laboral, las posiciones al
interior de los segmentos se definen además por factores de índole ‘extraeconómica’
(diferenciación cultural, étnica, generacional, de género y de condición migratoria (Sassen 2001;
Anthias 2006; Canales y Zlolniski 2000; Pedone 2010)6.
Del mismo modo que ha acontecido con las migraciones y los procesos de transformación en la
agricultura y los espacios rurales, la temática de las migraciones limítrofes está convocando en
Argentina un interés creciente de parte del sector científico. Se observan en este caso
antecedentes referidos a la relación entre migración y mercado de trabajo (Benencia 2005;
Benencia y Quaranta 2006), políticas migratorias (Domenech et al 2009 y 2011) y discriminación
hacia los inmigrantes limítrofes (Cozzani de Palmada 2000; Pacecca y Courtis 2008; Belvedere
et al 2007) y trabajos que indagan el estatus legal y político de estos grupos en el acceso a los
derechos sociales (Sassone 2002; Grimson y Jelin 2006). Dentro de quienes analizan
rotación y/o a las condiciones climáticas adversas y se evidencian menores niveles de registro y de beneficios sociales
(Lara 2006; Neiman y Blanco 2003).
6
Es el caso de la configuración de minorías sociales y culturales (migrantes, grupos étnicos, campesinos pobres,
mujeres y niños, entre otros), cuya vulnerabilidad construida socialmente se traduce en el mercado laboral bajo la
forma de una desvalorización de su fuerza de trabajo, condiciones de vida y reproducción (Canales y Zlolniski 2000)).
La noción de ‘etnoestratificación’ del mercado de trabajo (Pedone 2010) por su parte, alude a aquellos sectores
laborales precarios, inestables, estacionales y con débiles pautas de contratación, a los que son destinados los y las
inmigrantes de provincias vecinas y de países limítrofes, junto a los trabajadores de los centros urbanos y
empobrecidos del AMM en situación de desempleo y subempleo.
5
migraciones limítrofes de origen boliviano, varios autores destacan su conflictiva inserción en el
mercado laboral argentino (Balán, 1980; Pizarro, 2009; Pizarro, 2010 y 2011a, entre otros),
algunos destacan fenómenos de movilidad ascendente, (“escalera boliviana”, Benencia,
2003/2005) y varios enfatizan la conformación de comunidades transnacionales (Benencia y
Karasik, 1995; Pizarro 2010; Radonich y Ciarallo s/f).
Ahora bien, aun cuando la temática cuenta con importantes antecedentes a nivel nacional, se
constatan ciertos desbalances regionales en la cobertura del tema, visibles en la relativa
concentración de los antecedentes existentes en torno a la región pampeana y a las economías
regionales de la caña de azúcar (Tucumán) y la manzana (Río Negro). Junto a otras economías
regionales, el caso de Mendoza plantean muchas más zonas oscuras, incluso cuando ocupa una
posición central en la ruta de migraciones estacionales norte-sur, cuenta entre su población con
un importante número de migrantes de países limítrofes que arribaron como migrantes
estacionales (Reboratti y Sabalain 1980; García Vazquez 2005) y cíclicamente requiere mano de
obra extra-local para afrontar las cosechas de la vid, los frutales y hortalizas7.
Además de menores en términos cuantitativos, los antecedentes disponibles a nivel provincial
son más limitados en cuanto a las problemáticas consideradas. Entre ellos, Salvatore (1986)
analiza los procesos de constitución de mercados regionales en vínculo con los procesos
migratorios de ultramar a lo largo del s. XX; Neiman y Bocco (2001) y Bocco (2007), hacen
mención tangencial a la problemática de las migraciones cuando analizan el mercado de trabajo
rural en la trama vitivinícola; Bardomás (2009) considera a los trabajadores tucumanos en el
mercado de trabajo vitícola del Valle de Uco (Mendoza); Neiman y Blanco (2003); Fabio
(2006/2010), Mingo y Berger (2009), analizan la inserción de los trabajadores transitorios en el
mercado de trabajo rural y Paredes (2004) estudia el proceso histórico de migraciones en
Mendoza. Se suman algunos trabajos que analizan migrantes bolivianos localizados en las zonas
urbanas y que, indirectamente, aportan algunos datos relativos a procesos migratorios
(Gibourdenche 1976; Torok y Conte 1996; López 1997; García Vázquez 2005 y Torres 2005)8.
En lo relativo a los espacios rurales, algunos trabajos centran sus intereses en el campo de la
demografía (Cavagnaro y Balussi 1962; Bellati 1972; Abdala 1986) y otros en las dimensiones
7
En el presente, el período de cosechas en Mendoza comienza en el mes de septiembre (cebolla y ajo), continúa con
la de frutales (ciruela, pera, manzana, durazno, cereza, sandía, melón) y algunas hortalizas (tomate, papa, zapallo),
para finalizar en abril con la vid, que nuclea la mayor demanda de trabajo estacional, dado que representa el 71% del
PBG Agropecuario del sector frutícula. Fuente: IDR sobre la base de datos de DEIE y FCE-UNCuyo - 2010.
8
El primero, consiste en una investigación exploratoria que analiza la imagen que varios empleadores tienen respecto
del obrero boliviano. El segundo realiza una breve crónica de los inmigrantes bolivianos en Guaymallén. El tercero,
describe a la comunidad boliviana en base a cuatro distritos del departamento de Guaymallén. El cuarto consiste en un
estudio etnográfico de la población migrante boliviana radicada en Guaymallén, que analiza las estrategias de
adaptación -socioeconómicas y simbólicas- en el contexto de las interacciones intra e interétnicas. Torres (2005)
finalmente profundiza el estudio de las situaciones de encuentro interétnico en espacios institucionales.
6
culturales y económicas (Bustos et al 1980; Reyes 1992; Aguilera 2000; Méndez 2008). Ya sea
que focalicen en las características de los grupos de inmigrantes, en los contactos interétnicos
que se producen en el lugar de destino o que se centren en el estudio del mercado de trabajo
rural, los trabajos disponibles restan entidad a la significación que los procesos migratorios
comportan. Este trabajo busca entonces comprender las migraciones estacionales en clave
territorial, es decir, en el marco de desigualdades territoriales que exceden los ámbitos locales y
regionales en los que el fenómeno puede ser aprehendido. Para ello analiza los circuitos
regionales en los que participa Mendoza -que encadenan un permanente transitar de migrantes
limítrofes prestos a insertarse en los mercados de trabajo agrícolas estacionales- dando cuenta
además de los mecanismos, características y particularidades que asumen estas migraciones en
una provincia profundamente impactada por las fuerzas globales, que surca un insondable
proceso de transformación que la asocia a los mercados internacionales.
9
Debe advertirse sin embargo que la proporción de inmigrantes regionales con respecto a los nacionales no ha
variado significativamente durante los últimos 150 años (Courtis y Pacecca, 2007; Pizarro, 2007) hecho que permite
suponer que se trata de migraciones relativamente estables a lo largo del tiempo.
10
La CEPAL promueve este paradigma económico surge en América Latina, luego de la depresión económica mundial
de 1929. Desde 1930 hasta 1960, este organismo pone en marcha un conjunto de teorías y propuestas de acción
orientadas a promover el desarrollo industrial y la integración latinoamericana. Sus principales referentes son Alejandro
Bunge y Raúl Prebisch. El paradigma constituye la versión latinoamericana del “keinesianismo” en la lógica europea y
norteamericana (Lacoste 2003).
7
(Lacoste, 2004), se facilitaron los mecanismos para la llegada de trabajadores norteños y
bolivianos, sobre todo para los meses de mayor demanda (Torok y Conte 1996).
Progresivamente, en los alrededores de la estación San José (ubicada en la ciudad de Mendoza)
se instalaron nuevos inmigrantes, en su mayoría procedentes de Bolivia (Paredes 2004; García
Vázquez 2005). Los atractivos regionales de Mendoza como lugar de destino se verán
reforzados luego de 1950, cuando el fracaso de la reforma agraria boliviana expulse a muchos
campesinos indígenas (Hinojosa, 2009).
Este proceso se corresponde con la apertura de nuevas posibilidades laborales en las zonas
rurales, motivadas por el incremento constante de las superficies cultivadas y por los lugares
vacantes que dejaba la población nativa, que era alentada a trasladarse a las grandes metrópolis
(Cavagnaro y Balussi, 1962). Con el correr del tiempo, algunos de los inmigrantes que se
desplazaban al ritmo de los circuitos estacionales, se radicarán definitivamente en Mendoza y
darán nacimiento a algunos de los principales enclaves del presente11. Otros, mantendrán sus
radicaciones en Bolivia o en otras regiones de Argentina y seguirán desplazándose al ritmo del
encadenamiento de distintas cosechas y a veces en alternancia con empleos urbanos
temporarios (Balán 1980; Aparicio y Benencia 1999; Pacecca y Courtis, 2008)
1869 – 2010 1
No limítrofes
80,3% 88,5% 91,4% 87,1% 83,1% 75,9% 60,4% 50,1% 38,7% 31,1%
11
Barrio Lihué (Guaymallén), Barrio 25 de Mayo (Maipú), Distrito de Ugarteche (Luján de Cuyo), Barrios Cordón del
Plata y Los Sauces (Tunuyán - Valle de Uco), entre otros.
8
Como se observa, las migraciones de países no limítrofes ganan fuerza en Argentina a fines del
s. XIX y principios del XX, mientras las migraciones de países limítrofes se incrementan a
mediados del s. XX y se acentúan en el último tercio. El año 1960 marca un punto de inflexión a
partir del cual se retraen los inmigrantes europeos y crece el peso relativo de los limítrofes. Entre
los migrantes limítrofes crecen los procedentes de Paraguay y Bolivia y se mantienen más
estables los provenientes de Chile, Uruguay y Brasil.
Carta 1: Distribución de los
inmigrantes limítrofes
según país de nacimiento,
por provincia. CNPyV 1991,
2001 y 201012.
12
Elaborado por Darío Soria, SIG DESER, LADYOT-IADIZA, CCT CONICET Mendoza.
13
1991: 14.164 hab.; 2001: 18.742 hab.; 2010: 27.239 hab.
14
300.000 personas si se considera a todo Cuyo.
15
Director de Migraciones, en el marco de las Jornadas de Actualización sobre Fenómenos Migratorios, FFyL –
UNCuyo, Mendoza.
9
3.1 Análisis de los asalariados rurales transitorios en el contexto nacional y provincial
Del mismo modo que no todos los migrantes bolivianos que arriban a la provincia tienen como
principal destino el trabajo rural, los trabajadores rurales estacionales que se insertan en las
actividades de cosecha conforman un grupo heterogéneo. Migrantes norteños y bolivianos con
variados proyectos migratorios, pequeños productores locales, mano de obra rural y residentes
en espacios rurales y centros urbanos del AMM se insertan a tiempo parcial en estas actividades.
Por este motivo, los esfuerzos posteriores buscan profundizar el análisis de los asalariados
rurales estacionales desde una perspectiva territorial, tomando en consideración las escalas
nacionales y provinciales a partir de diversas fuentes de información secundaria.
La revisión pormenorizada de los antecedentes y datos disponibles existentes para trabajadores
rurales estacionales o transitorios informa que constituyen un grupo particularmente difícil de
captar16. Nuevamente, entre las fuentes disponibles se cuentan los Censos Nacionales de
Población, que poseen una cobertura geográfica exhaustiva a nivel nacional pero presentan
falencias por el subregistro de los trabajadores transitorios y la imposibilidad de aislarlos respecto
de los permanentes17. Otra fuente de información de utilidad está dada por la Encuesta sobre
niveles de vida y producción (ENVP), desarrollada por el PROINDER (1996/2003) bajo criterios
de representatividad estadística y que si bien permite aislar a los trabajadores transitorios, posee
una cobertura que sólo alcanza a los hogares rurales de sólo 6 provincias18. Finalmente, el
Censo Nacional Agropecuario 2002/200819 permite diferenciar la mano de obra permanente y
estacional según el tipo de cultivos.
A continuación se sistematizan estos datos partiendo de un abordaje geográfico nacional, por
grandes regiones y provincias de los asalariados rurales, para luego focalizar en los trabajadores
estacionales desagregados al nivel de la escala provincial.
A nivel nacional existen diversas estimaciones acerca de cantidad de asalariados rurales y
número de trabajadores estacionales: el CNA 2002 revela la existencia de 224.000 asalariados
16
Según Rau (2010: 249) “varían intermitentemente sus condiciones laborales y de vida en lapsos relativamente
cortos. Pueden hallarse en tránsito intermitente o definitivo entre el campo y las ciudades; alternar en un mismo año
las condiciones de ocupación y desocupación; o la inserción agropecuaria con el empleo en servicios, la industria – de
la construcción, principalmente – o el cuentapropismo informal; o combinar el trabajo asalariado con la autoproducción
agropecuaria de subsistencia; transitar varias regiones en migraciones laborales; o combinar algunos de éstos y otros
tipos de desplazamientos o cambios de condición”.
17
El CNPyV toma en consideración a la semana que precede a la aplicación del cuestionario como periodo de
referencia para módulo referido al empleo. Por tanto, no capta a los trabajadores transitorios que durante esa semana
permanecieron inactivos, desocupados o se desempeñaron en ocupaciones no agropecuarias. Por otro lado, se
efectúa en el mes de diciembre, momento de relativa baja en los requerimientos estacionales de mano de obra
agropecuaria para el conjunto del país (Rau, 2010: 250).
18
Sin considerar los trabajadores rurales con residencia urbana. Las provincias consideradas son Misiones, Salta,
Mendoza, Río Negro, Santa Fé y La Rioja (Neiman, 2006).
19
Aunque estos últimos son de carácter provisorio y presentan un importante subregistro de los asalariados
permanentes y estacionales de la zona este (Junín y Rivadavia principalmente) de Mendoza.
10
permanentes (INDEC 2002); la SAGPyA estima el número de trabajadores transitorios en
344.000 para 2004 (Benencia 2004: 3)20. El RENATEA21 cuenta con una nómina de cerca de
650.000 asalariados registrados y calcula la existencia de un universo total de entre 1.300.000 y
1.500.000 asalariados agropecuarios en Argentina (Rau 2010: 251); el CNPyV 2001 indica una
cantidad de 489.000 asalariados agropecuarios, estimando que el sector representa el 55% de la
población, cifra que ubica a Argentina entre los países de Latinoamérica con valores más altos.
Según la misma fuente, el 90% de los asalariados agropecuarios son varones, con una edad
promedio de 39 años. Poco menos de un tercio posee entre 20 y 30 años de edad y constituyen
el sector que mayor participación tiene en la categoría de trabajadores estacionales. Es posible
inferir entonces que muchos trabajadores en edad económicamente activa se incorporan al
mundo laboral como trabajadores transitorios, en condiciones de ocupación precaria (Neiman et
al 2006: 51/52). La forma de remuneración más difundida en estas actividades es el tipo a
destajo (por cantidades). En lo referido a la residencia de los trabajadores, el 60% reside en
áreas rurales y el 40% restante en zonas urbanas (CNPyV 2001). Aun cuando el incremento de
los empleos rurales con residencia urbana constituyen una tendencia nacional, cuando menos
desde hace dos décadas (Benencia y Quaranta, 2006), en Mendoza el 78.8% de los trabajadores
rurales (49.829) poseen residencia rural, contra el 21,2% que posee residencia urbana (Rau,
2010: 252).
Otro elemento de diferenciación al interior de los asalariados agropecuarios radica en su
distribución en relación a la extensión de superficie ocupada en producciones agropecuarias. A
nivel nacional las mayores concentraciones de trabajadores asalariados se registran en la región
de Cuyo y NOA (8 trabajadores por cada 1.000 has. en producción agropecuaria)22. En Mendoza,
San Juan, Tucumán, Jujuy, Salta y Río Negro los trabajadores constituyen dos tercios de la PEA
ocupada en la rama agropecuaria, cifra que atestigua un bajo peso relativo del trabajo agrícola
cuentapropista y familiar. En síntesis, los datos censales permiten reconocer las áreas donde se
localizan producciones con altos requerimientos de mano de obra estacional y que a su vez
coinciden con las que poseen una mayor concentración de asalariados agropecuarios por
empleador, mostrando estructuras empresariales relativamente concentradas en el sector
20
La Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentos difundió estos datos en los periódicos, aunque no se los consideró
oficiales (Rau, 2010: 251).
21 Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATEA), Ex RENATRE, es una entidad autárquica
en jurisdicción del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, surgida en marco de la Ley 22.248 – RNTA
(Régimen Nacional de Trabajo Agrario).
22
Rau (2010: 253) en base al CNPyV y el CNA (INDEC, 2001 y 2002).
11
demandante de trabajo23 (Rau, 2010: 254). Si finalmente se consideran los datos sobre
migrantes bolivianos antes desarrollados, se puede inferir que estas regiones exhiben una más
acentuada presencia de trabajadores migrantes de esta nacionalidad.
En el caso particular de Mendoza, la
superficie total cultivada del sector
agropecuario se distribuye entre los
cultivos de hortalizas, frutales y vid,
cuyos destinos principales son el
consumo en fresco, la industrialización
y/o exportación. En la Carta 2 se
espacializa la información disponible
sobre superficie total cultivada por tipos
de cultivos, según departamentos, para
el territorio provincial.
Si bien la información volcada en la carta resulta esclarecedora, sigue siendo parcial debido a la
alta heterogeneidad al interior de cada uno de los departamentos.
Otro indicador que permite caracterizar a los asalariados agropecuarios es el de Necesidades
Básicas Insatisfechas (NBI). En 2001 se estimaba que el 24,8% de los asalariados agropecuarios
se encontraban en situación de NBI25 y que estas situaciones crecían entre los asalariados
agropecuarios que vivían en área rurales (CNPyV 2001). Las situaciones más críticas de pobreza
estructural corresponden al NOA y NEA (con casi 40%), seguidas por Cuyo (24,9%). Los datos
contenidos en las ENVP informan que las situaciones de vida con NBI están más difundidas
entre los asalariados transitorios que se encuentran al frente de los hogares (70% de los hogares
de Mendoza y La Rioja y más del 90% en Salta y Misiones; Neiman et al 2006: 64). En resumen,
la pobreza estructural posee una amplia presencia entre los trabajadores transitorios, siendo más
crítica en el NEA, NOA y Cuyo (Rau, 2010: 255). Estas dos últimas regiones, por su parte,
23
El CNPyV 2001 estima que las producciones con estructura de propiedad y empleo relativamente concentradas, son
significativas en todas las provincias del NOA y Cuyo, siendo éstas las que generan altas demandas de mano de obra
asalariada transitoria que han resultado estructurantes de los mercados de trabajo regionales (Rau, 2010).
24
Elaborado por Darío Soria, SIG DESER, LADYOT-IADIZA, CCT CONICET Mendoza.
25
Este indicador permite considerar la pobreza estructural, debido a que se basa en mediciones sobre las
características de la vivienda y condiciones de escolaridad de los miembros del hogar, es decir, acerca de factores
difícilmente modificables en el corto plazo (Rau, 2010).
12
acusan una proporción importante de migrantes bolivianos que se desempeñan como
trabajadores transitorios en los espacios rurales26, poseen mayores niveles de concentración de
la propiedad, plantean mayores demandas de empleo estacional (Rau, 2010: 257) y se han
orientado a los mercados de exportación, situación ésta que genera nuevas y mayores
demandas de calificación en la mano de obra27.
A nivel nacional se constata que las nuevas técnicas de manejo aplicadas a los cultivos de
exportación, han implicado cierta atenuación de la estacionalidad del ciclo ocupacional de los
trabajadores transitorios (Neiman y Quaranta, 2001). Para el caso de Mendoza, Fabio (2012)
postula que no sólo se siguen planteando altas demandas de mano de obra para la cosecha de
la vid sino que además se ha extendido el ciclo anual de trabajo transitorio (por actividades de
poda y raleo). Complementariamente, las modalidades de contratación de las empresas
acentúan la flexibilización y estacionalización de la demanda de trabajo, limitan al máximo sus
costos salariales, disminuyen los compromisos con los trabajadores y se reservan una mayor
libertad de despido. Sumado a ello, en el presente los trabajadores rurales articulan a la cosecha
de la vid, las labores y cosechas de otros cultivos y actividades que han crecido en importancia
en Mendoza (hortalizas y frutales, principalmente).
En lo relativo a los niveles de formalidad laboral y percepción de beneficios de seguridad social,
no existen mediciones exactas de cobertura, al mismo tiempo que se desconoce el universo de
asalariados transitorios empleados en el sector agropecuario (Rau, 2010: 259). Aun así, todas
las estimaciones arrojan una proporción nacional elevada de asalariados agropecuarios en
condición de informalidad. Sólo el 48% de los asalariados rurales permanentes realiza aportes
jubilatorios (CNPyV 2001); proporción que alcanza el 11% entre los asalariados transitorios de
Mendoza (Rau 2010, sobre la base de la ENVP). En este sentido, Rau (2010) propone otra
territorialización nacional, superpuesta a la anterior, que diferencia claramente dos regiones en
función de las normas jurídicas28 e instituciones sociales que regulan los mercados de trabajo
rurales: de una parte, las áreas agropecuarias de más temprana conexión al mercado mundial,
con una incorporación masiva de inmigrantes europeos al empleo asalariado transitorio durante
su etapa de mayor expansión (región pampeana y patagónica; 2010: 259) y del otro, las áreas de
conexión mercantil subsidiaria, originadas en el NOA, NEA y Cuyo en torno a las producciones
orientadas al mercado interno. Mientras las primeras albergaron instituciones del mercado de
26
Nos referimos específicamente a la producción tabacalera en Jujuy, del limón en fresco y azucarera en Tucumán y a
la vitivinicultura en Mendoza y San Juan.
27
Este proceso fue conceptualizado en el primer apartado como “reestructuración” de la agricultura en el marco de la
globalización (Neiman, 2010).
28
El marco regulatorio del trabajo rural en Argentina se rige por la ley 20.744 – LCT, modif. Ley de empleo 24.013/91
en la producción frutícola; y la Ley 22.248 – Régimen Nacional de Trabajo Agrario (RNTA) en las demás producciones
intensivas en mano de obra, resultando mucho menos protectora que la LCT (Rau, 2010: 260).
13
trabajo relativamente integrados a las sociedades urbanas, basadas en relaciones salariales
clásicas y con desarrollos significativos de la sindicalización29, las relaciones de trabajo
transitorio características en las segundas, conllevaron muchas veces dispositivos de
semisalarización con sujeción y disciplinamiento en el trabajo de las poblaciones campesinas,
inmigrantes y aborígenes (Salvatore, 1986), que contribuyeron a incrementar el peso del empleo
clandestino por encima del promedio nacional30.
Otro elemento que resulta de vital importancia en la caracterización de los trabajadores
estacionales rurales es la cantidad de ocupaciones en que se emplean durante el año. En la
mayoría de los casos provinciales relevados, la ENVP informa el predominio de una sola
ocupación entre los trabajadores transitorios (Neiman et al 2006: 57) y tiempos totales de
ocupación anual que oscilan entre los cinco y siete meses (90 a 145 días/año). En Mendoza esta
relación es de cuatro meses en las zonas rurales concentradas y de cinco en las áreas rúales
dispersas (Neiman 2006: 60). Si a esto sumamos que el salario promedio que reciben los
trabajadores agropecuarios representa casi la mitad del salario promedio de la industria ($387 en
2008; MTEySS), se advierte que la situación se agrava enormemente para los trabajadores
transitorios dado el carácter estacional de su inserción31. En síntesis, se constata una importante
presencia de trabajadores estacionales que, más allá de la asalarización en la actividad
agropecuaria, no poseen otra ocupación generadora de ingresos; cantidades promedio de meses
y días al año de inactividad/ desocupación verdaderamente significativos, bajos ingresos en las
épocas de ocupación, elevados niveles de informalidad laboral que limitan la percepción de
remuneraciones indirectas y que mantienen a los trabajadores excluidos del circuito de la
seguridad social vinculado al empleo (Rau ,2010: 261).
Finalmente, en lo relativo a las inserciones de estos trabajadores en los ámbitos rurales y
urbanos se pueden establecer algunas distinciones. Para los trabajadores estacionales con
residencia rural, la ENVP indica que en Mendoza, Río Negro, Misiones y Salta, los hogares de
los asalariados agropecuarios son mayoritariamente no productores32, de manera que no
combinan el trabajo estacional con el autoempleo familiar agropecuario. El tipo más difundido
29
Los niveles de sindicalización entran en sintonía con la disminución del empleo clandestino, ubicando a la región
pampeana y patagónica por debajo de la media nacional. Sobre una media de 54% de asalariados agropecuarios sin
aportes jubilatorios, la región pampeana arroja un promedio de 48% y la patagónica de 41% (CNPyV 2001).
30
Nuevamente, sobre una media nacional de 54% de asalariados agropecuarios sin aportes jubilatorios, las cifras en
Cuyo trepan al 63%, en el NEA al 62% y en el NOA al 58,7%.
31
Neiman et al (2006: 59) sostiene en este estudio que los asalariados transitorios perciben un tercio menos del
salario que reciben los asalariados agropecuarios permanentes. Según las provincias, entre 6 y 8 de cada 10
trabajadores transitorios registra también ingresos salariales mensuales inferiores al salario del peón rural.
32
Según los datos de la ENVP los hogares productores con presencia de asalariados agropecuarios representan entre
el 2 y el 6% por provincia. Entre los hogares con miembros asalariados agropecuarios, el primer lugar en cantidad lo
ocupan los no productores, en segundo lugar aparecen los hogares con inserción mixta (agropecuaria y no
agropecuaria) (Neiman et al, 2006).
14
parece ser, en cambio, el de los hogares asentados a la vera de la ruta o de un camino
provincial, al interior del predio de explotaciones agrícolas o, en menor medida, en pequeños
poblados y caseríos. En general, los hogares carecen de tierra e insumos suficientes y se
insertan de forma exclusiva en el sector agropecuario. Un número importante de trabajadores
estacionales combinaría empleos agropecuarios y no agropecuarios, en general, poco calificados
y escasamente remunerados (Rau, 2010: 263).
En forma paralela, a nivel nacional crece la importancia de trabajadores estacionales con
residencia urbana. En Mendoza, los casos emblemáticos son los barrios Lihue (Guaymallén) y La
Favorita (capital), desde donde se organizan numerosas cuadrillas para el tiempo de cosechas.
Los estudios disponibles indican que las barriadas periurbanas de ciudades intermedias
funcionan como sedes físicas de los mercados de trabajo agropecuarios transitorios. En estos
casos, la estadía en la ciudad facilita la ampliación del espectro de posibilidades para obtener
“trabajos de espera” o “changas” (fabricación de ladrillos, construcción, servicio doméstico;
Radonich y Stembreguer, 2003). En Mendoza, este aspecto revierte fundamental importancia
debido a que el AMM se posiciona como la cuarta ciudad argentina en orden de importancia,
hecho que facilita la posibilidad de complementar las actividades agrícolas con otras no agrícolas
e incluso urbanas.
Consideraciones finales
Si bien los datos presentados sólo refieren a inmigrantes de origen boliviano captados por los
censos, hecho que deja por fuera la gran cantidad de inmigrantes en situación irregular, es
posible inferir que Mendoza presenta condiciones de atractividad relativamente estables a lo
largo del tiempo, al menos para los trabajadores de esta nacionalidad. Esto no significa
desestimar los señalamientos realizados por Neiman y Blanco (2003) en relación a la escasez y
baja calidad de la información disponible para el estudio de los trabajadores estacionales
migrantes por una “mayoritaria condición ‘no registrada”, en parte vinculado a la deficiencia de
las fuentes de informaciones para captarlos pero fundamentalmente a la precariedad laboral en
que se ven involucrados, hecho que convierte a esos mercados en bolsones emblemáticos del
‘trabajo en negro’ de la agricultura (Neiman y Blanco, 2003). En cara y contra-cara esto implica
asumir que opera una fuerte “invisibilización” de una gran proporción de trabajadores
estacionales en condiciones precarias que satisfacen los requerimientos de mano de obra rural.
Los datos presentados al mismo tiempo señalan la importancia de adoptar un enfoque territorial
más amplio, capaz de trascender las escalas locales donde los fenómenos pueden ser
observados de manera directa. Resulta central además considerar cómo operan las jerarquías
15
culturales y discriminatorias basadas en criterios étnico – raciales y analizar a la movilidad
territorial en términos de estrategia de reproducción social.
En la actualidad, las transformaciones en las condiciones productivas en el agro provincial, en
consonancia con los profundos cambios a escala más amplia, imprimen una mayor precariedad
al mercado de trabajo rural. Esto implica una mayor heterogeneidad en los movimientos e
inserciones, estadías que pueden variar desde algunas semanas hasta varios meses o años,
dependiendo de las trayectorias personales y de si, las condiciones laborales encontradas,
coinciden con las expectativas creadas en forma previa al desplazamiento. En muchas ocasiones
sin embargo, las mismas condiciones de precariedad que empujan a los trabajadores a
desplazarse son las que acaban prolongando la permanencia en el territorio provincial. En
síntesis, las enormes trasformaciones productivas operadas desde los años 90 no contribuyen a
mejorar las condiciones de precariedad que caracteriza al trabajo estacional y, muy por el
contrario, se asiste a un mapa de desplazamientos que se renueva por sobre un mapa de
inequidades territoriales sedimentadas a lo largo del tiempo.
Bibliografía
ABDALA, F. (1986), El proceso migratorio mendocino en las últimas décadas. Cuadernos del
CENEP, 37, Bs As.
AGUILERA, A. (2000), La mujer migrante boliviana, caso Ugarteche. Facultad de Filosofía y Letras,
UNCuyo, Mendoza.
ANTHIAS, F. (2006), Género, etnicidad, clase y migración: interseccionalidad y pertenencia
translocalizacional. En Rodríguez, Pilar (ed.) Feminismos periféricos. Granada: Editorial Alhulia.
APARICIO, S. y BENENCIA, R. (Comps.) (2001), Antiguos y nuevos asalariados en el agro
argentino, Bs As, La Colmena.
BALÁN, J. (1980), Migraciones temporarias y mercado de trabajo rural en América Latina. Estudios
CEDES, 3 (3), Bs As.
BARDOMÁS, S. (2009), Trabajadores de aquí y allá. La migración a dos mercados de trabajo
agrícolas de la Argentina. Estudios del trabajo. N° 37-38: 55-84.
BEIGEL, F. (2004), Entre el maray, la papeleta de conchabo y los derechos sociales: los
trabajadores en la historia de Mendoza. En Rosignoli, A.I. [et al], Mendoza, Cultura y Economía,
Caviar Blue, Bs As.
BELLATI, C. (1972), Los migrantes de países limítrofes: “Bolivianos en las fincas y viñedos de la
provincia de Mendoza”, Investigaciones, FCPyS, UNCuyo, Mendoza.
BELVEDERE, C., CAGGIANO, S., CASARAVILLA, D., COURTIs, C., HALPERN, G., LENTON, D. y
PACECCA, M.I. (2007) Racismo y discurso: una semblanza de la situación argentina. En: Van
Dijk, T. (coord.). Racismo y discurso en América Latina. Barcelona: Gedisa.
BENDINI, M. y RADONICH, M. (Coord.) (1999), De Golondrinas y Otros Migrantes: trabajo rural y
movilidad espacial en el norte de la Patagonia argentina y regiones chilenas del centro-sur, La
Colmena, Bs. As.
16
BENDINI, M., RADONICH, M. y STEIMBREGER, N. (2006), Los trabajadores agrícolas
estacionales. Marco teórico – metodológico para un estudio de caso. Estudios Migratorios
Latinoamericanos, N° 47.
BENENCIA, R. y KARASIK, G. (1995), Inmigración limítrofe: los bolivianos en Buenos Aires, Bs As,
CEAL.
BENENCIA, R. y QUARANTA, G. (2006), Mercado de trabajo y relaciones sociales: la conformación
de trabajadores agrícolas vulnerables. En Sociología del Trabajo, Nueva Época (58), Madrid.
BENENCIA, R. (2003), Inmigrantes bolivianos en áreas rurales de la Argentina: su participación en
la conformación de territorios y comunidades transnacionales. Estudios Migratorios
Latinoamericanos, 50.
BENENCIA, R. (2005), Migración limítrofe y mercado de trabajo rural en Argentina. Estrategias de
familias bolivianas en la conformación de comunidades transnacionales. Revista
Latinoamericana de Estudios del Trabajo, 10 (17): 5-30.
BERTONCELLO, R. (1993), La movilidad espacial de la población: notas para la reflexión. En Actas
II Jornadas Argentinas de Estudio de Población. AEPA, Bs As.
BOCCO, A. (2007), Transformaciones sociales y espaciales en la vitivinicultura mendocina. En
Radonich, M. y Steimbreger, N. (comp.), Reestructuraciones sociales en cadenas
agroalimentarias, pp. 111-144. – 1ª ed. - Buenos Aires: La Colmena
BRAGONI, B. (1999), Los hijos de la revolución. Familia, negocios y poder en Mendoza en el siglo
XIX. Taurus, Bs As.
BUSTOS, M.L., CARRILLO, J.C., LENTINI DE INCHAURRAGA, I. (1980), Motivaciones del
migrante rural en la provincia de Mendoza. Serie Cuadernos 54, FCPyS, UNCuyo.
CANALES, A. y ZLOLNISKI, C. (2000), Comunidades transnacionales y migración en la era de la
globalización. En La migración internacional y el desarrollo en las Américas. Simposio sobre
migración internacional en las Américas, San José, Costa Rica.
CASTLES, S. y MILLER, M. (2003), The Age of Migrations. New York, Guilford Press.
CAVAGNARO, J. Y BALUSSI, M.A. (1962), Estudio sociológico sobre los grupos migratorios de
braceros bolivianos en Mendoza, Cuadernos de Instituto de Estudios Políticos y Sociales,
Cuaderno N° 8, Mendoza.
COMAS D´AGEMIR, D (1998), Antropología Económica, Ariel, Barcelona.
COZZANI, M. R. (2000), Inmigrantes limítrofes en Argentina. ¿Tolerancia o Rechazo? en Les
Cahiers ALHIM, Amérique Latine Historie et Memoire 1, Université de Paris.
DOMENACH, H. y PICOUET, M. (1995), Las Migraciones, UNC, Córdoba.
DOMENECH, E. (coord.) (2009), Migración y política: el Estado interrogado. Procesos actuales en
Argentina y Sudamérica, UNC, Córdoba.
DOMENECH, E. (2011), La `nueva política migratoria´ en la Argentina: las paradojas del programa
`Patria Grande´”. En C. Pizarro (comp.) Migraciones internacionales contemporáneas: Estudios
para el debate, CICCUS, Bs As.
FABIO, J. (2006), El trabajo estacional en la agricultura. Tipos de trabajadores y estrategias
laborales en la provincia de Mendoza. VII Congreso Latinoamericano de Sociología Rural, Quito.
FABIO, J. (2010), Regulación social de la transitoriedad. El mercado de trabajo en la producción de
uvas en Mendoza, Argentina. Cuadernos de Desarrollo Rural, 7(64):33-57.
17
GAGO, D. A. (2003), Las nuevas tendencias de desigualdad, polarización y exclusión. El impacto de
la acumulación vigente en la región de Cuyo – Argentina. Cuadernos CEIR.
GARCÍA VAZQUEZ, C. (2005), Los migrantes. Otros entre nosotros. Etnografía de la población
boliviana en la provincia de Mendoza. EDIUNC, Mendoza.
GIOBOURDENCHE de CABEZAS, M. (1976), Migración boliviana en Mendoza, UNCuyo.,
Mendoza.
GIARRACCA, N. y APARICIO, S. (1991), Los campesinos cañeros: multiocupación y organización.
Cuaderno N° 3. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones-Facultad de Ciencias Sociales. UBA.
GIARRACCA, N., BIDASECA, K. y MARIOTTI, D. (1999), Trabajo, migraciones e identidades en
tránsito: los zafreros tucumanos en Argentina. Encuentro del Grupo de Trabajo de Desarrollo
Rural, Asamblea General de CLACSO, Recife, Brasil.
GRIMSON, A y JELLIN, E. (2006), Migraciones regionales hacia la Argentina, diferencia,
desigualdad y derechos. Buenos Aires: Prometeo.
HARVEY, D. (1998), La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenes del
cambio cultural, Buenos Aires, Amorrortu editores.
HERRERA LIMA, F. (2005), Vidas itinerantes en un espacio laboral transnacional. México:
Universidad Autónoma Metropolitana.
HINOJOSA, A. (2009), Buscando la vida. Familias bolivianas transnacionales en España, La Paz:
CLACSO.
KEARNEY, M. (2008), La doble misión de las fronteras como clasificadoras y como filtros de valor.
En Velasco Ortiz, L. (coord.) Migración, fronteras e identidades étnicas transnacionales. México:
El Colegio de la Frontera Norte-Miguel Ángel Porrúa.
LACOMBA, J. (2008), Historia de las Migraciones Internacionales. Historia, geografía, análisis e
interpretación. Ediciones de La Catarata, Valencia.
LACOSTE, P. (2003), La Argentina y los paradigmas: del libre cambio y las ISI al neoliberalismo y el
consenso de Buenos Aires. FCPyS, UNCuyo.
LACOSTE, P. (2004), Territorios y departamentos, en Rosignoli, A.I. [et al], Mendoza, Cultura y
Economía, Caviar Blue, Buenos Aires.
LARA, F. S. (2006), El trabajo en la agricultura: un recuento sobre América Latina. En De la Garza
Toledo, E. (coord.), Tratado de sociología del trabajo en América Latina, México.
LÓPEZ LUCERO, M.I. (1997) “Asentamientos de los bolivianos en Mendoza”, en Inmigración,
sociedad y cultura, Serie Cátedras 14, FCPyS., UNCuyo.
MANZANAL, M. (1995), Globalización y ajuste de la realidad regional argentina ¿reestructuración o
difusión de la pobreza?, Realidad Económica 134, IADE, Bs. As.
MENDEZ, A. (2008), Trabajo, Devoción y Fiesta. Mendoza boliviana. Ministerio de Turismo y
Cultura. Gobierno de Mendoza.
MURMIS, M. (1994), Algunos temas para la discusión en la sociología rural latinoamericana:
reestructuración, desestructuración y problemas de incluidos y excluidos. Ruralia, 5, Bs As.
MINGO, E. y BERGER, M. (2009), Asalariados rurales en el Valle de Uco (Mendoza, Argentina). En
Mundo Agrario. 10(19).
NEIMAN, G. y BARDOMÁS, S. (2001), Continuidad y cambio en la ocupación agropecuaria y rural
en Argentina. En Neiman, G. (comp.), Trabajo de campo. Producción, tecnología y empleo en el
medio rural. Buenos Aires, Ediciones CICCUS.
18
NEIMAN, G. y BOCCO, A. (2001), Globalización, reestructuración empresaria y nuevas relaciones
agroindustriales: el caso de la vitivinicultura mendocina, II Jornadas Interdisciplinarias de
Estudios Agrarios y Agroindustriales, Buenos Aires.
NEIMAN, G. y BLANCO, M. (2003), Modalidades de contratación y empleo de la mano de obra
estacional en el cultivo de vid. 6° Congreso Nacional de Estudios del Trabajo, Buenos Aires:
Fondo de Cultura Económica.
NEIMAN, G. y QUARANTA, G. (2001), Reestructuración de la producción y flexibilización funcional
del trabajo agrícola en la Argentina. En Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo, Bs As.
NEIMAN, G., BARDOMÁS, S., BERGER, M., BLANCO, M., JIMENEZ, D. y QUARANTA, G. (2006),
Los asalariados del campo en la Argentina. Diagnóstico y políticas, Buenos Aires: PROINDER.
NEIMAN, G. (2008), Estudio exploratorio y propuesta metodológica sobre trabajadores agrarios
temporarios migrantes, Segundo Informe de Consultoría, Buenos Aires: PROINDER.
NEIMAN, G. (2010), Los estudios sobre el trabajo agrario en la última década: una revisión para el
caso argentino. Mundo Agrario, 10(20).
PACECCA, M. I. y COURTIS, C. (2008), Inmigración contemporánea en Argentina: dinámica y
políticas. Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía, Chile.
PAREDES, A. (2004), Los inmigrantes en Mendoza, en Rosignoli, A.I. [et al], Mendoza, Cultura y
Economía, Caviar Blue, Buenos Aires.
PIZARRO, C. (2009), ´Olor a negro´. Discurso, discriminación y segmentación étnica en el lugar de
trabajo. IV Coloquio de la Asociación Latinoamericana de Análisis del Discurso, UNC, Córdoba.
PIZARRO, C. (2010), Sufriendo y resistiendo la segregación laboral: experiencias de inmigrantes
bolivianos que trabajan en el sector hortícola de la Región Metropolitana de la Ciudad de
Córdoba. Seminario Internacional sobre Migraciones Internacionales Contemporáneas: Estudios
para el Debate. Bs As.
PIZARRO, C. (ed.) (2011a), SER BOLIVIANO en la Región Metropolitana de la ciudad de Córdoba.
Localización socio-espacial, mercado de trabajo y relaciones interculturales, UNC, Córdoba.
PIZARRO, C. (Coord) (2011b), Migraciones internacionales contemporáneas. Estudios para el
debate, CICCUS, Bs As.
PORTES, A. (2001), Inmigración y metropolis: Reflexiones acerca de la historia, Migraciones
Internacionales, 1(1).
RADONICH, M. y CIARALLO, A. (s/f), El trabajo en la construcción del territorio y en la reproducción
de trabajadores migrantes rurales en el Alto Valle del río Negro –Argentina, VI Congreso de la
Asociación Latinoamericana de Sociología del Trabajo.
RADONICH, M., TRPIN, V. y VECCHIA, M.T. (2009), Movilidad de trabajadores y construcción
social del territorio en el Alto Valle de Río Negro. Avá, 15.
RADONICH, M., STEMBREGER, N. y BENDINI, M. (2010), Mundos migratorios. Periplos en los
ciclos de vida y de trabajo. VIII Congreso Latinoamericano de Sociología Rural, Porto Galinhas.
RAU, V. (2010), La situación de los asalariados agropecuarios transitorios en Argentina. Desarrollo
Económico – Revista de Ciencias Sociales (Buenos Aires), vol. 50, N° 198, pp. 249 – 269.
REBORATTI, C. (1978), Migración estacional en el noroeste Argentino y su repercusión en la
Estructura Agraria. CENEP 2, Centro de Estudios de Población, Bs As.
REBORATTI, C. (1983), Peón golondrina: cosechas y migraciones en la argentina. CENEP Nº 24,
Centro de Estudios de Población, Bs As.
19
REBORATTI, C. y SABALAIN, C. (1980), Vendimia, zafra y alzada: migraciones estacionales en la
argentina. CENEP Nº 15, Buenos Aires.
REYES, A. (1992), La pobreza más de cerca: las estrategias de supervivencia de las familias más
pobres de Mendoza, EDIUNC.
RICHARD JORBA, R. (2008), Crisis y Transformaciones recientes en la región vitivinícola argentina.
Mendoza y San Juan 1970 – 2005, Estudios Sociales, 16(31): 81-123.
ROMAGNOLI, E (1997), Contribuciones para una geografía histórica de Mendoza: Industrias
inducidas por la fabricación de vino entre 1880 y 1930. Revista de Estudios Regionales, 15-
16(53-88)
SALVATORE, R. (1986), Control de trabajo y discriminación: el sistema de contratistas en Mendoza,
1880-1920. Desarrollo Económico, 102: 26.
SASSEN, S. (2001), ¿Perdiendo el control? La soberanía en la era de la globalización. Barcelona:
Editorial Bellaterra.
SASSONE, S. (2002), Geografías de la exclusión. Inmigración limítrofe indocumentada en la
Argentina: Del Sistema-Mundo al Lugar, Universidad Nacional de Cuyo.
SUAREZ NAVAZ, L. (2010), La perspectiva transnacional en los estudios migratorios. Génesis,
derroteros y surcos metodológicos. En: Lacomba, Joan y Falomir, Fernando (eds.), De las
migraciones como problema a las migraciones como oportunidad. Codesarrollo y movimientos
migratorios. Madrid: Libros de la Catarata.
TEUBAL, M. (2001), Globalización y nueva ruralidad en América Latina. Colección Grupos de
Trabajo de CLACSO, Grupo de Trabajo: Desarrollo Rural.
TOROK, M. y CONTE, G. (1996), Los inmigrantes bolivianos. En Lacoste, P. Guaymallén, Historia y
perspectiva. Uno, Mendoza.
TORRES, L. (2005), Violencias Minúsculas con Mayúsculas: etnicidad y salud mental en un hospital
psiquiátrico de Mendoza, Argentina, Universidad de Sevilla, España.
VERTOVEC, S. (2006), Transnacionalismo migrante y modos de transformación. En Alejandro
Portes, Josh DeWind (Coord.), Repensando las migraciones. Nuevas perspectivas teóricas y
empíricas. México.
WHITEFORD, S. y ADAMS, R. (1993), Migración, Etnicidad y Adaptación. Trabajadores migratorios
bolivianos en el noroeste argentino, UNC, Córdoba.
WHITEFORD, S. (2001), Articulación social y poder: el zafrero y el contexto de la plantación
azucarera. En Hermitte, E. Y Bartolomé, L. (comp.) Procesos de Articulación Social, Amorrortu
Ed, Bs. As.
WOLF, E. (1993), Europa y la gente sin historia. México: Fondo de Cultura Económica.
20
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 5. Etnicidad y Migraciones
1
CIS: Commonwealth of Independent Countries: Países independientes que formaron parte de la Unión
Soviética: Rusia, Ucrania, Kazakhstan, Bielorrusia, Azerbaijan, Uzbekistan, Turkmenistan, Georgia, Armenia,
Tajikistan, Kyrgyzstan y Moldova.
1
Fig. 1. Cantidad de permisos de trabajo emitidos en Rusia en 1994-2010 (durante ese año), en miles.
Fuente: Servicio Migratorio Federal: http://www.fms.gov.ru, fecha de acceso 1 de diciembre de 2012.
2
diferente de aquellas registradas en distintas ocasiones. Por ejemplo, algunos
representantes del Ministerio de Asuntos Interiores de Rusia determinaron que el
número de trabajadores inmigrantes indocumentados en el país es de
aproximadamente 10 millones y algunos políticos mencionaron 15 millones de
trabajadores. Sin embargo, estos números son cuestionables porque no se basan en
investigaciones científicas sólidas.
La información proveniente del censo de 2002 puede ser considerada un poco más
cercana a la realidad, aunque se observó que 2 millones de personas no habían sido
censadas. El censo de 2010 fijó la población en un millón más con otro sistema de
registro. Se puede asumir que esto sucedió debido a que incluyó a los inmigrantes
laborales. Nuestros cálculos, basados en el análisis de ciertas categorías básicas de
los trabajadores inmigrantes indocumentados en Rusia en los registros en sus
países, muestran que pueden alcanzar alrededor de 5 millones de personas. La
mayoría de ellos son ciudadanos de los países del CIS, y tienen el derecho a ir a
Rusia sin visa, pero no son registrados en el lugar que residencia en destino o donde
tienen el permiso de trabajo. Muchos de ellos viven en Rusia por muchos años o
regresan a sus hogares periódicamente.
Actualmente, los trabajadores extranjeros que se sienten atraídos por el mercado
laboral ruso provienen de más de 120 países. Los más grandes proveedores en
2010 fueron tres países de Asia Central: Uzbekistan, Tajikistan y Kyrgyzstan (Fig. 2).
Existe un significativo reclutamiento de trabajadores provenientes de los países del
CIS incluyendo Ucrania, Moldova, Armenia y Azerbaijan. La lista de países que
exportan trabajo a Rusia con una posición muy significativa continúa con China,
Turquía, Vietnam y Corea del Norte. Luego de la simplificación del registro y de los
permisos de trabajo en Rusia para los ciudadanos de los países del CIS en Enero de
2007, su proporción en el número total de trabajadores extranjeros se incrementó y
llegó a aproximadamente las tres cuartas partes. Y luego de la introducción de
patentes para inmigrantes provenientes de países a los que no se les requiere visa,
su proporción en el empleo en el sector privado excedió el 85%.
3
Fig. 2. Cantidad de permisos de trabajo para extranjeros emitidos en Rusia en 2010-2011, según
nacionalidad, en miles. Fuente: Servicio Federal de Migraciones (FMS). http://www.fms.gov.ru, fecha
de acceso 1 de diciembre de 2012.
4
trabajadores inmigrantes del país, junto con la región de Moscú, que concentra
aproximadamente el 6% de los trabajadores extranjeros. Esta región tiene un
mercado laboral muy diversificado y amplio, que busca activamente trabajadores
inmigrantes laborales provenientes de diversas regiones de Rusia, del CIS y de
países extranjeros.
El segundo centro de atracción de la fuerza de trabajo extranjera en la Federación
Rusa es el Distrito Federal de los Urales. Emplea uno de cada seis trabajadores
inmigrantes. Esta región es particularmente atractiva debido a la importancia del
petróleo en los Distritos Autónomos de Yamal-Nenetsky y Khanty-Mansiysky, que
constituyen el segundo y tercer lugar del país en importancia en cantidad de
trabajadores inmigrantes extranjeros. Allí los inmigrantes trabajan en la industria
petrolera y en la construcción. El tercer foco de atracción es el Distrito Federal del
Lejano Este, que concentra el 10% de los trabajadores extranjeros provenientes de
China, Corea del Norte y Vietnam. La mayoría trabajan en Primorky Kray,
Khabarovsky Kray y Amurskaya Oblast, en los sectores de la construcción, la
agricultura y la forestación.
Existe una clara especialización de los trabajadores inmigrantes provenientes de
ciertos países en determinados sectores del mercado laboral. Algunos estudios
muestran que los inmigrantes provenientes de Tajikistan trabajan principalmente en
la construcción, el servicio doméstico y los servicios comunales de las ciudades. Los
inmigrantes provenientes de Uzbekistan lo hacen en la construcción, la agricultura,
el comercio, el servicio doméstico y en los servicios públicos. Los inmigrantes
provenientes de Kyrgyzstan se involucran en los servicios domésticos, los servicios
para la industria, el transporte y el comercio. La mayoría de los inmigrantes
provenientes de Ucrania trabajan en la construcción y servicios de mantenimiento y
reparación, en la industria y en el transporte. Los inmigrantes de Molovia trabajan
generalmente en la construcción y como choferes. Los chinos y los vietnamitas
prevalecen en el comercio, la agricultura y la industria ligera. Los turcos son
principalmente trabajadores de la construcción. Los trabajadores inmigrantes
altamente calificados trabajan en el sector bancario, en seguros, comercio e
industria, y provienen principalmente de Estados Unidos, Japón y Europa. Esto
indica que Rusia desarrolló segmentos del mercado de trabajo donde los
inmigrantes laborales extranjeros se emplean según un principio etno-territorial.
5
Hemos identificado cinco tipos de áreas que caracterizan la particular concentración
de los trabajadores extranjeros en el mercado de trabajo ruso (Fig. 3).
El primer tipo de área está dominado por los inmigrantes que trabajan en la
construcción en regiones tales como Smolensk, Yaroslavl, Rostov, Samara y
Krasnodar. Este tipo de regiones incluyen a Moscú y a la Región de Moscú, aunque
allí la estructura de empleo de los trabajadores extranjeros es muy variada. Este
grupo incluye de manera bastante dinámica a regiones en las que la industria de la
construcción ha estado experimentando un “boom” (por lo menos antes de la crisis).
El desarrollo económico de estas regiones requiere fuerza trabajo, lo que atrae el
flujo de trabajadores extranjeros.
El segundo tipo de área se caracteriza por regiones en las que los trabajadores
extranjeros se concentran en el sector del transporte, que incluyen a las regiones de
Kaliningrad y Kaluga. Al igual que en muchas otras regiones de Rusia los
trabajadores inmigrantes también trabajan como choferes de taxis, colectivos,
tranvías, etc. El empleo de extranjeros en la industria del transporte en años
recientes ha creado mucha controversia.
Desde el 1 de enero de 2010 el Gobierno de Moscú prohibió el empleo de choferes
extranjeros en minibuses. Esta innovación no se extiende a todos los choferes sino
sólo a los de empresas privadas, ya que los extranjeros pueden continuar trabajando
en las empresas estatales. Las autoridades de la ciudad sostienen su posición
argumentando sobre la seguridad de los pasajeros. Tal como lo expresó el anterior
intendente de San Petersburgo, V. Marviyenko: se necesitan choferes entrenados
porque los actuales no tienen suficientes calificaciones para manejar en áreas
urbanas con mucho tránsito.
El tercer tipo de regiones se caracteriza por la concentración de trabajadores
inmigrantes en la industria y en el transporte. Incluye a la mayor parte de Rusia
Central, el Nor-Oeste, la Región Novosibirsk, Kabardino-Balkaria. El cuarto tipo de
territorios se refiere al empleo preferencial de trabajadores inmigrantes en comercio
y servicios y comprende a las regiones Bryansk, Orel, Saratov, Penza y Stavropol; y
a los Kray Altai y Primorsky de los Urales. En estas regiones los inmigrantes
extranjeros trabajan en el comercio, en restaurantes y en los servicios públicos.
Finalmente, en el quinto tipo de regiones se concentran los inmigrantes que trabajan
en agricultura y forestación tales como las regiones Karelia, Kalmykia, Novgorod,
Volgograd, Astrakhan, Kirov, Omsk y Amur; y los Krays Krasnoyarsk y Khabarovsk.
6
Estos inmigrantes pueden ser trabajadores de empresas agropecuarias tanto
colectivas como privadas, y también pueden ser arrendatarios. Trabajan en las
tareas vinculadas a la producción de alimentos (desde la preparación de la tierra
hasta la cosecha) y en la tala de árboles.
Fig. 3. Tipología de regiones rusas según la estructura sectorial de empleo de los trabajadores
inmigrantes extranjeros (compilada por el autor).
7
internacionales. La mayoría de los que trabajan en dicho sector provienen de los
países del CIS que tienen un régimen libre de visas: en 2010 trabajaron en Rusia sin
un permiso oficial aproximadamente 56 mil ciudadanos de Ubzbekistan, 17 mil de
Tajikistan, 14 mil de Ucrania, 7 mil de Moldova y 6 mil de Kyrgystan. También hubo
trabajadores provenientes de países a los que se les requiere visa: China (39 mil) y
la República Democrática de Corea (3 mil).
Existen cuatro tipos de empleo de los trabajadores extranjeros en agricultura y
forestación en Rusia. El primer tipo es en empresas agropecuarias grandes, muchas
de las cuales emergieron sobre la base de la privatización a gran escala de las
granjas colectivas (antiguas granjas colectivas y estatales) que existían en el
sistema socialista de la era soviética. Otras fueron creadas a partir de cero por
empresarios privados, incluso por extranjeros. De todas formas, el problema para
estos últimos inversores es que en Rusia no se vende tierra a ciudadanos
extranjeros, por lo que si bien los propietarios formales de muchas compañías son
ciudadanos rusos el capital es extranjero.
Estas grandes empresas agropecuarias, ubicadas en diferentes regiones, pueden
comprender grandes extensiones de tierras, invernáculos, campos para animales y/o
procesadores de alimentos. Utilizan activamente fuerza de trabajo extranjera que
requiere un permiso especial para ser contratada legalmente. Los trabajadores
provenientes de países con un régimen de visa libre obtienen permiso por su propia
cuenta en el Servicio Federal de Migraciones, y los provenientes de países con
sistema de visa lo hacen a través de los empleadores que lo solicitan a dicho
Servicio. El procedimiento en este último caso es más complicado porque requiere
“más papeles” y tiempo.
Recientemente han aparecido emprendimientos agropecuarios que revisten ciertas
características de “negocios étnicos”. Por ejemplo, algunos empresarios chinos y
vietnamitas han establecido emprendimientos de gran escala que producen
vegetales y utilizan fuerza de trabajo proveniente de sus propios países. Algunas
empresas vietnamitas están localizadas en Rusia central, cerca de Moscú y de otras
grandes ciudades. En el Lejano Este de la Federación Rusa los chinos son
considerados como excelentes productores, ya que se piensa que conocen las
condiciones agroclimáticas de la región y que son trabajadores más eficientes,
profesionales y ejecutivos que los rusos.
8
De acuerdo con algunas entrevistas que hemos realizado, se cree que si un ruso
produce por un valor 100 mil rublos al año, uno chino lo hace por alrededor de 260
mil. Es por ello que tanto en las empresas agropecuarias colectivas en Rusia Central
como en las empresas del Lejano Este, los productores tratan de no contratar
trabajadores locales sino chinos. El trabajo inmigrante es el mayor componente en
más del 20% de los emprendimientos agropecuarios del Kray Primorsky.
Debido a los temores de las autoridades locales sobre la posible formación de
“pueblos/villas chinas” en el Lejano Este, algunas han incentivado a los campesinos
chinos para que arrienden tierras en su país de origen. Así, en el verano de 2004 la
administración de la Región Autónoma Judía firmó con el Departamento de Tierras
de la provincia china de Heilongjiang las bases de un acuerdo para alquilar 70
hectáreas en territorio chino. Este es el más grande proyecto de cooperación
internacional en el campo de la agricultura. La primera fase del alquiler está
diseñada para 5 años. Si la cooperación satisface a ambas partes, este plazo se
podrá extender a 49 años de acuerdo con la legislación rusa. En el marco del
acuerdo, la parte china proveerá tecnología agrícola de vanguardia, maquinaria
agrícola y otros bienes de capital, mientras que la parte rusa se ha comprometido a
importar productos de industria china y a exportar algunos productos a dicho país.
El segundo tipo de empleo de los trabajadores extranjeros en agricultura y
forestación en Rusia es en pequeños emprendimientos o granjas privadas de
productores individuales. Generalmente los productores arriendan la tierra para
producir vegetales y/o trigo, forestar para producir madera, tener una pequeña
granja y/o procesar productos agrícolas. Aquí trabajan inmigrantes provenientes de
Uzbekistan, Tajikistan, Kyrgyzstan y Moldova. Este tipo de emprendimientos se ha
desarrollado recientemente en Rusia, luego del colapso de la Unión Soviética, y es
más común en algunas regiones, a pesar de que enfrenta diversos desafíos y a
veces no puede competir con las grandes empresas.
El tercer tipo de empleo de los inmigrantes internacionales es en casas de familia u
hogares privados en donde trabajan como jardineros, porteros, cuidadores (caseros
y seguridad) y servicio doméstico. Hasta 2010 este segmento del mercado de laboral
no estaba regulado y los inmigrantes no podían obtener un permiso de trabajo. El
nuevo sistema que está en vigencia desde 2010 ha otorgado un estatus legal a los
extranjeros empleados por individuos privados y/o familias. Sin embargo, este
permiso sólo puede ser obtenido por los ciudadanos que provienen de países con un
9
régimen de visa libre. En consecuencia, muchos de los inmigrantes trabajan sin
permiso en las casas de fin de semana o casas de familia en las afueras de las
ciudades y provienen de Uzbekistan, Tajikistan, Kyrgyzstan, Armenia y Moldova.
El cuarto tipo de empleo de los inmigrantes internacionales es en forestación,
especialmente en la cosecha, transporte y procesamiento primario de la madera.
Este sector se desarrolla en el Lejano Este, principalmente en las áreas limítrofes
con China, porque es donde se encuentran la mayoría de los campos forestados
para exportación. Aquí trabajan principalmente chinos y coreanos. Las compañías
chinas están invirtiendo fuertemente en infraestructura de transporte a fin de facilitar
la preparación y exportación de madera desde las regiones rusas hacia China,
donde se encuentran los principales centros de procesamiento. Por ejemplo, están
construyendo rutas, puentes y otros sistemas de comunicación.
2
Debido a la crisis el número de inmigrantes laborales en Rusia disminuyó un 13%:
http://www.work.ua/news/world/269/, fecha de acceso: 1 de diciembre de 2012.
10
supervivencia para mucha gente en el CIS sino también en un mecanismo real de
integración económica en la región.
Fig. 4. Remesas enviadas desde Rusia a los países de origen en 2010, en millones de dólares
estadounidenses. Fuente: Banco Central de la Federación Rusa, http://cbr.ru, fecha de acceso 1 de
diciembre de 2012.
La crisis afectó a la migración laboral y a las remesas. El Director del Servicio Ruso
Federal de Migraciones K. Romodanovsky dijo que en el primer trimestre de 2009, el
volumen de la inmigración a Rusia disminuyó un 13% (700-800 mil personas).
Durante la crisis algunos inmigrantes laborales perdieron sus trabajos y regresaron a
sus hogares, lo que automáticamente redujo el volumen de las remesas. De acuerdo
con el Banco Central de Rusia, en 2009 el volumen de dinero transferido desde
Rusia a los países del CIS disminuyó alrededor de un tercio (Fig. 5).
Existen datos similares en los países recptores de las remesas. En 2009, de acuerdo
al Director del Centro de Investigaciones Científicas de Tajikistan, “Shark” M. Oliva,
la cantidad de dinero proveniente de trabajadores inmigrantes desde Rusia enviado
a los países de Asia Central disminuyó en un 30%. En Moldova, de acuerdo con el
Banco Nacional de dicho país, el volumen de las remesas provenientes de
individuos desde el extranjero cayó un 29% en 2009. Los expertos rusos
argumentan que las remesas descendieron debido a la reducción del promedio de
las cantidades transferidas, mientras que se mantuvo la frecuencia de los envíos.
Otra razón importante para la reducción de las remesas desde Rusia a los países
11
del CIS es que se incrementaron más del doble los casos de incumplimiento de
pagos de los salarios a los trabajadores3.
Podemos decir que se conformó un sistema de inmigración en el CIS, que incluye un
núcleo mayor: Rusia, un núcleo más pequeño: Kazakhstan y otras áreas periféricas
que envían migrantes. Por una parte, la economía de Rusia tiene una fuerte
incidencia en la inmigración laboral y en las remesas enviadas a los países vecinos.
Por el otro lado, la economía rusa depende considerablemente del trabajo barato de
Uzbekistan, Tajikistan y Kyrgyzstan. Si la primera característica del sistema sugiere
la existencia de remesas, la segunda indica que los empleadores de ciertos sectores
en Rusia (especialmente en la construcción) necesitan atraer fuerza de trabajo
extranjera.
Fig. 5. Remesas de Rusia a los países del CIS en 2008-2010 en millones de dólares
estadounidenses.
3
Los “tres países más grandes” del CIS (Rusia, Ucrania y Bielorrusia) perdieron la mitad de las
remesas enviadas desde Rusia, http://www.newsru.com/finance/25may2009/gastarbeiters.html, fecha
de consulta: 1 de diciembre de 2012.
12
director del Servicio Federal de Migraciones Ruso, K. Romodanovsky señaló que el
trabajo inmigrante generó el 85% del PBI de Rusia4.
Algunos impactos negativos de la migración son que los pequeños productores
agropecuarios sufren pérdidas porque no pueden competir con las grandes
empresas que utilizan mano de obra barata procedente de china. Estos pequeños
productores tienen un alto costo en la producción agrícola en comparación con los
grandes, especialmente con las empresas chinas. En 2011, muchos tomates y
sandías permanecieron sin ser cosechados en muchas quintas de las regiones de
Volgograd y Astrakhan (el sur de Rusia) principalmente debido a que las empresas
agrícolas chinas habían producido las mismas frutas y vegetales a precios muy
bajos debido a los bajos costos laborales. Los pequeños productores locales no
pudieron afrontar los mayores costos laborales de los trabajadores locales
(comparativamente con los trabajadores inmigrantes empleados por las empresas
más grandes).
Otra consecuencia negativa de las empresas agrícolas chinas ha sido el amplio uso
del cultivo de vegetales con la tecnología del “roving film”, lo que conduce a pasar de
un campo a otro ya que donde se realizó el cultivo se agotaron los nutrientes y la
fertilidad del suelo y se contaminó el medio amiente. Rusia aún no ha creado un
mecanismo que obligue a estas empresas a invertir en la restauración y protección
del medio ambiente. Este ha sido un serio factor desestabilizante para las áreas
rurales del Lejano Este, de Siberia del Este y de la Región Volga. Todo ello genera
una actitud negativa en la población local hacia los inmigrantes en áreas rurales y
hace difícil su posible integración.
4
Ver cita 2.
13
constituido un quiebre revolucionario. La patente tiene una forma muy simple,
asequible y barata que permite a los inmigrantes trabajar en Rusia.
Sin embargo, la introducción de tales herramientas asimétricas que confrontan el
conservadorismo de manera general no conlleva un sistema flexible de migración
laboral, causando serias deformidades en el mercado laboral. En particular, nuestro
estudio reciente ha mostrado que, dado que los permisos de trabajo son difíciles de
obtener mientras que las patentes no lo son tanto, los trabajadores inmigrantes
provenientes de los países del CIS obtienen patentes no sólo porque trabajan con
individuos privados sino porque la patente es una alternativa más simple en
comparación con el permiso de trabajo (Ryazantsev et al, 2012).
Los permisos de trabajo para inmigrantes son todavía inaccesibles y caros. Son
otorgados en cuotas establecidas por el Servicio Federal de Migraciones en base a
las jurisdicciones territoriales, las que son aprobadas anualmente por el Gobierno de
la Federación Rusa y posteriormente por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social
(actualmente Ministerio de Trabajo y Desarrollo Social), localizado en las regiones
de Rusia, así como por diversos grupos de inmigrantes profesionales.
Sin embargo, el sistema de permisos de trabajo no es transparente ni para los
empleadores ni para los inmigrantes. Incluso aquellos empleadores que han
expresado su deseo de contratar trabajadores inmigrantes no han podido hacerlo.
Esto se debe a la inexistencia de cuotas para ciertos empleadores y a la opacidad y
corrupción del sistema. Si el precio oficial estatal para obtener la cuota es de 2 mil
rublos, el precio no oficial fluctúa entre 25 y 30 mil rublos.
Además, los empleadores están obligados a pagar para obtener un permiso para
contratar trabajadores extranjeros provenientes de países a los que se les requiere
visas, y los trabajadores provenientes de países a los que no se les requiere visas
pueden pedir directamente un permiso de trabajo al Servicio Federal de Migraciones.
De hecho, Rusia ha desarrollado un oscuro sistema de intercambio para los
trabajadores extranjeros. En este marco no importa entonces cuántas cuotas serán
aprobadas en el futuro. Al mismo tiempo, los principales participantes del mercado
de trabajo (los empresarios y los trabajadores inmigrantes) se encuentran en la
situación de tener que pagar para tener la oportunidad de participar de manera legal.
Por ejemplo, en 2003 y 2007 la cuota casi “llegó al cielo”, ya que subió el 40% y el
20% respectivamente. A mediados de 2008 las autoridades se vieron rápidamente
forzadas a aumentar la cuota, que había caído sustantivamente en junio. Como
14
resultado, en lugar de la que originalmente se había anunciado para 2008, 1.8
millones, se la aumentó a 3.4 millones. De esta manera, la cuota que se había
establecido inicialmente fue superada por casi dos veces. Para 2009 se determinó
una cuota de 5.2 millones de permisos para trabajadores extranjeros.
Sin embargo, debido a la crisis económica global, el desarrollo de ciertos sectores
de la economía ha disminuido y el desempleo ha aumentado. Por lo tanto las
autoridades rusas han revisado la cuota para trabajadores inmigrantes. En particular,
V. Putin, cuando era Primer Ministro, planteó reducir a la mitad la cuota para
trabajadores extranjeros en 2009 debido al impacto de la crisis económica: “El
primer paso es asegurar la empleabilidad de los rusos, que quedaron sin trabajo.
Sólo se permitirán extranjeros en aquellos lugares que no estén cubiertos por
ciudadanos de la Federación Rusa”. Como resultado, la cuota fue reducida en 2010
a una cantidad de entre 2 y 2.6 millones de permisos de trabajo.
En la práctica, estos números no reflejan las necesidades reales que tiene el
mercado laboral de trabajadores inmigrantes, especialmente en relación con la
fuerza de trabajo interna, que nadie tiene en cuenta cuando se calcula la cuota. La
manipulación de las cuotas sostiene de manera más o menos deliberada el mercado
negro de permisos trabajo que realmente regula la migración laboral a Rusia. Cabe
resaltar que las experiencias implementadas por otros países para gestionar la
entrada y permanencia de los trabajadores migrantes extranjeros muestran que el
instrumento de las cuotas puede ser bastante efectivo siempre que se base en un
diagnóstico real de las necesidades que tengan empleadores específicos de
trabajadores extranjeros.
15
imposible verificar la manera en que el sistema determina que algunos empleadores
que solicitaron cuotas “no califican”.
En junio de 2012 el Presidente V. Putin firmó una política migratoria que marca un
nuevo concepto, ya que plantea que Rusia necesita trabajo extranjero y que el
sistema vinculado al mismo necesita ser mejorado. Sin embargo, no se explicitó la
posición de la migración laboral en el proceso migratorio total, ni se consideró la
posibilidad de que reemplace los recursos humanos locales (existen 5.6 millones de
ciudadanos rusos desempleados registrados). Tampoco se prescribieron medidas
contra la corrupción y el mercado negro de las cuotas de permisos para los
empleadores y trabajadores migrantes, lo que también limita las posibilidades de
atraer estudiantes internacionales al mercado de trabajo ruso.
Sin embargo, para hacer justicia, se deben admitir algunos adelantos. Por ejemplo,
fue la primera vez que se mencionó como una de las prioridades de Rusia la
necesidad de atraer inmigrantes altamente calificados e inversores provenientes del
extranjero. Asimismo, se determinó un sistema de prioridades geográficas relativas a
la atracción de trabajadores provenientes de los países del CIS.
Sin embargo, es necesario señalar que el concepto de la gestión de la migración
requiere un claro perfil orientado al empleo de los trabajadores inmigrantes sobre la
base de un sistema transparente de cuotas asignadas a empleadores específicos,
que no tengan el derecho de revenderlas. Tal como lo muestra el análisis de la
situación actual y de la generalización de la experiencia sobre migración laboral en
varios países del mundo, la base fundamental para una política sobre migración
laboral internacional debe ser una clara definición de las necesidades del mercado
de trabajo.
Una política de este tipo en Rusia debería basarse primeramente en sus intereses
económicos y geopolíticos. Antes de definir una política para atraer trabajadores
extranjeros se deberían conocer las características de tales necesidades y
relacionarlas directamente a las prospectivas de desarrollo socio-económico.
Recientemente, una de tales prioridades era duplicar el PBI. Obviamente, existen
dos formas o una combinación de ambas para alcanzar dicho objetivo. Por un lado,
se puede incrementar la cantidad de gente empleada, por el otro lado se puede y
debe incrementar la productividad, mejorar el equipamiento, desarrollar tecnologías
de avanzada, así como promover instrumentos fiscales que faciliten las inversiones.
16
Los argumentos de los empleadores que respaldan su necesidad de contratar
extranjeros no son siempre claros. Es beneficioso contratarlos porque son
inmigrantes ilegales. Son altamente dependientes de los empleadores con respecto
a su pago (se les paga menos o no se les paga), es más fácil controlarlos e
intimidarlos, no se los registra y no siempre tienen permisos laborales. Y también es
claro que si existe un aumento de sueldos en los sectores en los que se concentra
un gran número de trabajadores inmigrantes, existirá una competencia con los
trabajadores locales. Algunos empleadores creen que es mejor contratar a un
empleado que vive en una buena vivienda, con su familia e hijos. Pero, en ese caso,
sería necesario incrementar el salario y cumplir con la legislación laboral. Por lo
tanto no todos los empleadores desean hacer eso y se sienten tentados a ahorrar
los costos laborales. Y todos lo hacen, desde la persona media que contrata a un
trabajador extranjero para reparar o limpiar su casa hasta los directivos de grandes
empresas.
Algunos estudios muestran que el trabajo de inmigrantes provenientes de diferentes
países está distribuido en distintos sectores de la economía rusa y que su trabajo es
utilizado casi en todos lados. Existe un mecanismo establecido en muchas empresas
en las que oficialmente los trabajadores son rusos mientras que, de hecho, quienes
trabajan son inmigrantes extranjeros. Un ejemplo significativo es el sector de
servicios domésticos y comunales (Ryazantsev, 2012) debido a que allí los salarios
son mucho más baratos, lo que permite una diferencia en los costos del ingreso neto
de los dueños de la empresa.
Sin embargo, existe un serio problema social o humano. Los trabajadores
inmigrantes viven en condiciones paupérrimas, reciben salarios muy bajos, son
explotados por los empleadores y sus derechos humanos y laborales son violados.
De hecho, se puede hablar de la formación de un segmento de trabajo forzado en
algunos sectores de la economía rusa. Debido a los salarios miserables (“dumping”)
los trabajadores locales no buscan empleo en estos sectores y los empleadores no
los quieren contratar.
A fin de remediar esta situación sería necesario tomar las siguientes medidas:
1) Expandir el desarrollo y la firma de acuerdos bilaterales entre las regiones rusas y
los países que tienen trabajo excedente para que la región organice de manera
organizada su mercado de trabajo sobre la base de inmigrantes laborales.
17
2) Desarrollar la infraestructura de empleo de trabajadores inmigrantes en los países
de origen para las compañías rusas, incluyendo agencias de trabajo privadas, para
lograr un mecanismo transparente de otorgamiento de licencias y para establecer un
registro de agencias privadas de empleo en los países del CIS.
3) Fortalecer el control sobre el uso que hacen los empleadores del trabajo migrante,
así como incrementar la penalización de los empleadores que explotan trabajadores
inmigrantes ilegales (llegando hasta su procesamiento penal).
4) Modificar el Código Penal e introducir penalidades por falsificación y venta de
papeles y documentación migratoria, entre otras. Penalizar a los organizadores y
dueños de empresas involucradas en la falsificación de documentación migratoria y
en la estafa de trabajadores migrantes.
5) Extender el período de registro de los trabajadores migrantes de tres a seis días y
el período de estancia en Rusia de los trabajadores migrantes de los países del CIS
(con trabajo) hasta tres años sin que tengan que abandonar el país de manera
compulsiva.
6) Aprobar la cuota para asignar a un empleador específico (compañía,
organización, cuenta-propista) la capacidad para emplear trabajadores extranjeros
por parte de la Comisión Trilateral.
7) Introducir la posibilidad de que individuos y empresarios privados empleen
legalmente a trabajadores migrantes extranjeros sin el requerimiento de permisos de
trabajo.
8) Requerir a los empleadores que ofrezcan trabajo en las vacantes existentes a
trabajadores rusos, incluso a aquellos de otras regiones, a través de un banco de
trabajo.
9) Reducir el monto del impuesto a las ganancias para individuos para los
inmigrantes laborales provenientes de países del CIS del 30% al 13%, el que deberá
ser computado siempre que tengan recursos financieros significativos.
10) Requerir a los empleadores que atraigan a los inmigrantes al trabajo a través de
obligarlos a proveerlos de un seguro de salud, de alojamiento equipado con un
mínimo de facilidades en sus campos o de alojamiento temporario en los pueblos o
ciudades cercanas.
11) Organizar un control sistemático sobre las condiciones de trabajo, la seguridad
laboral, las condiciones sociales y de vida de los trabajadores migrantes así como la
legalidad de su trabajo.
18
12) Alentar a los empleadores a contratar a inmigrantes legales, a proveerlos con
seguros de salud, a adecuar las instalaciones de vivienda y otorgarles seguridad a
través de la reducción en las retenciones en los sueldos.
13) Incentivar a los sindicatos a difundir activamente información sobre sus
actividades a los trabajadores inmigrantes y a ayudarlos a resolver sus problemas
cotidianos.
14) Activar un mecanismo de legalización de inmigrantes ilegales provenientes de
los países del CIS a través de un sistema de multas (multas mínimas si existe un
empleador particular y multas máximas si no existe ninguno).
15) Tomar como ejemplo la simplificación que se realizó en el sistema de registro
para la obtención del permiso temporario de residencia, la residencia y la ciudadanía
de los ciudadanos de algunos países del CIS (la experiencia del acuerdo
internacional entre Rusia, Kyrgyzstan, Kazakhstan y Bielorrusia).
16) Hacer más riguroso el castigo administrativo legal a agencias, empleadores y
oficiales que acepten documentos ilegales de ciudadanos extranjeros.
17) Crear centros educativos públicos para trabajadores inmigrantes provenientes de
los países del CIS que incluyan un programa de enseñanza del idioma y del sistema
legal ruso. Se recomienda hacer esto especialmente para los trabajadores
inmigrantes temporales que viven en el campo.
18) Desarrollar un sistema uniforme de registro de migrantes laborales extranjeros,
que contribuiría a la integración y a la disponibilidad de permisos de trabajo y de
empleo. También proveería información objetiva del número y distribución de los
trabajadores extranjeros en cualquier momento. La forma de establecer este registro
podría ser a través de una base de datos central desarrollada por el Servicio Federal
de Migraciones que abarque varios años.
Sin embargo, aún la implementación completa de estas medidas no solucionaría los
problemas fundamentales en el campo de la migración. Las políticas migratorias
deberían surgir lógicamente de la política demográfica (el Plan de Política
Demográfica de la Federación Rusa hasta 2025 fue aprobada por decreto
presidencial en octubre de 2007).
Específicamente, el número de inmigrantes laborales extranjeros permanentes y
temporales debería estar relacionado con los parámetros del desarrollo socio-
económico y demográfico. Este concepto de gestión de la migración apoya el
aumento del flujo migratorio para compensar la inexistencia de recursos internos del
19
país debido a las bajas tasas de fertilidad y mortalidad, la posible conveniencia de
usar el potencial laboral de los grupos “standby” (los desempleados, los jóvenes, los
ancianos, las personas con discapacidades), y las pérdidas causadas por las
emigraciones.
Cabe señalar que en Rusia hay más de 6.3 millones de ciudadanos nacionales
desempleados, mientras que hay 2.5 millones de trabajadores migrantes extranjeros
legales y se estiman entre 3 y 5 millones de ilegales. Mientras tanto cabe
preguntarse cuántos trabajadores extranjeros deberían ser invitados y discutir este
punto fundamental en nuestro país. De esta manera, la política migratoria debería
estar íntimamente relacionada con la política de población.
Muchos países desarrollados han tratado por mucho tiempo de atraer inmigrantes
extranjeros, especialmente trabajadores. El término “migración de reemplazo”
significó que los flujos migratorios estuvieran destinados a compensar el reemplazar
la caída de la población en general o de grupos etáreos específicos. Sin embargo la
experiencia ha demostrado que este reemplazo poblacional a gran escala ha traído
numerosos problemas culturales, sociales e, incluso, políticos. Las políticas
migratorias actuales desarrolladas por ciertos países se están volviendo cada vez
más restrictivas con respecto al trabajo de escasa calificación, debido a que se
prefiere inmigrantes laborales altamente calificados y trabajadores con
entrenamiento. Además, los gobiernos de ciertos países más desarrollados
económicamente están prestando mayor atención en sus políticas poblacionales
para estimular el aumento de la tasa de natalidad y apoyar a las familias con hijos.
Obviamente, en la actualidad es necesaria una política de tales características en
Rusia.
Bibliografía
EGOROVA, EKATERINA. 2012. Regulation of Labour Migration in the Russian
Federation. Migration bridges in Eurasia, Russian Academy of Sciences, Moscow.
RYAZANTSEV, Sergey. 2010. Workers from Central Asia in the housing and utility
sector of Moscow, Working Paper. ILO Subregional Office for Eastern Europe and
Central Asia, Moscow. Disponible en:
www.ilo.org/public/russian/region/eurpro/moscow/projects/migration.htm. Fecha de
consulta: 1 de diciembre de 2012.
RYAZANTSEV, Sergey, Irina GORSHKOVA, Sharif AKRAMOV y Furkat AKRAMOV.
2012. The practice of using patents for labor activity by foreign citizens - migrant
workers in the Russian Federation. International Organization for Migration, Moscow.
20
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Santa Rosa. La Pampa. 11 al 15 de marzo 2013
Grupo de Trabajo: Etnicidad y Migraciones
Introducción
1
Breves consideraciones del contexto regional político y socioeconómico
2
caracterizado por el trueque a una penetración capitalista de los sectores
dominantes -con la atlantización de la economía y la ruptura de una economía
regional basada en intercambios con Chile- (Bandieri, 2006). El pueblo mapuche
quedó diezmado por las sucesivas campañas militares y el despojado de sus tierras
ante el avance de su acercamiento.
3
en consonancia con el desarrollo económico y el crecimiento poblacional. En
consonancia con ello, en Neuquén las políticas públicas priorizan actividades
económicas como la minería, los hidrocarburos –gas y petróleo- y en menor medida
la ganadería, la forestación y el turismo. Estas constituyen la matriz productiva de la
provincia acentuándose en diferentes zonas en relación a las potencialidades y
productividad de cada una.
4
prioridad. En este sentido, es importante reconocer que el turismo se constituye
como una de las actividades económicas en el interior de la provincia desde hace
más de treinta años. La decisión política del Estado provincial implicó una
negociación con las autoridades de la Comunidad mapuche Puel de ese momento
en la venta de tierras para la creación de Villa Pehuenia a orillas del Lago Aluminé.
Un sector de la comunidad mapuche Puel con el aval del entonces Lonco de la
comunidad Puel, acordaron con el gobierno provincial el cambio de tierras en la zona
del perilago del lago Aluminé por tierras cercanas a la localidades de Plottier y
Senillosa – Departamento Confluencia de la Provincia del Neuquén- para engorde
de animales, a fines de la década del 70. Esta decisión es concretada, aún con la
oposición de algunas familias que integraban la comunidad.
Años más tarde, en 1989 se funda Villa Pehuenia, a orillas del lago Aluminé
mediante un decreto que estableció la creación de la Comisión de Fomento de la
Villa con Jurisdicción en todo el perilago de los lagos Aluminé y Moquehue. En el
2003 bajo la sanción de la ley Nº 2439 la localidad es declarada como Municipio de
tercera categoría, respetando el ejido municipal que fijó el decreto Nº 367/96.
Según el censo nacional del 2001 (INDEC, 2001) la localidad contaba con una
población de 298 personas; en un estudio de proyección de población estimada
realizado por la Dirección de Estadística y Censo de la Provincia de Neuquén -
octubre de 2005- la localidad cuenta actualmente con 1.143 personas. Según datos
del censo nacional 2010 el departamento Aluminé registra una población de 8.306
personas2.
2
Para la localidad de Villa Pehuenia desde el Censo 2010 aún no se registran datos.
5
momento del año en las categorías residentes permanentes y temporarios. Según el
Plan citado anteriormente es importante el crecimiento en la construcción de
viviendas que se registra desde el año 1985, fecha en la que comenzaron a
adjudicarse los primeros lotes. Esta localidad representa un nuevo lugar turístico
creado para tal fin por el estado provincial, el cual constituyó la apertura de nuevas
inversiones de infraestructura y servicios.
6
instrucción de ski y snobwoard, mantenimiento del parque, elaboración de platos,
pan casero y dulces en ambos emprendimientos, guiados, atención en local de
alquiler de equipos para la nieve. Estas actividades pasaron a complementar su
histórica condición de crianceros, categoría para definir a pobladores de la zona rural
en el interior de la Provincia dedicados a la cría de chivos y ovejas, condición que ha
sido trabajada por algunos autores como Bendini (1993) y Nievas (2012). La
intervención de nuevos emprendimientos resulta pequeña y las posibilidades de
generar excedente son casi nulas, sin embargo, estas actividades turísticas
visibilizan las tensiones en torno al control y uso de la tierra.
En los últimos años Villa Pehuenia ha adquirido una centralidad como destino
turístico a partir de varios factores, entre ellos influyen el incremento de camas
hoteleras en la localidad, las nuevas inversiones turística, ampliación de los servicios
y una localización geográfica estratégica en el escenario turístico de la región. La
comunidades de la zona de Villa Pehuenia y Aluminé que se vinculan con la
actividad turística mantienen relaciones con distintos organismos públicos y mixtos
para el desarrollo de asesoramiento, capacitación y promoción. En el caso de la
comunidad Puel, residen en un área rural que no representa una alta producción
ganadera y fertilidad del suelo, sin embargo posee un alto valor paisajístico. Esta
característica posibilitó que la Secretaria de Turismo de Nación prevea para el
Parque Batea Mahuida un programa de fortalecimiento institucional y otro de
bienestar comunitario que financia el Banco Mundial.
Por otro lado, la tendencia dominante en este espacio es que las políticas
estatales vigentes tienen como prioridad habilitar la inversión de capitales
principalmente regionales y nacionales, disputando con las comunidades indígenas
los espacios paisajísticos. A ello se suma que nuevos sujetos asentados en sectores
urbanizados de la villa -grupos migrantes que llegaron centralmente en la última
7
década- relacionados al turismo y al empleo público (escuela, banco, municipio,
hospital, vivero provincial), presionan por espacios destinados a la residencia
permanente. Podemos decir que ciertos migrantes nacionales se asentaron como
inversores en emprendimientos vinculados al turismo, pero no constituyen parte del
mercado del trabajo -caracterizado por la presencia de mapuches y migrantes
limítrofes-.
El trabajo de campo llevado a cabo entre los años 2009 y 20113 permite
identificar a diferentes grupos que residen en las zonas rurales y urbanas de Villa
Pehuenia. Se observan: migrantes limítrofes, nacionales y comunidades mapuche.
Se crean categorías socioculturales, económicas y territoriales de diferenciación que
determinan zonas de inclusión y exclusión de los sujetos que conviven en el área.
Tal es así que en “la Villa” estos grupos ocupan diferentes espacios y conforman una
división del trabajo a partir de su origen, sea migrante -migrantes de origen limítrofe
que se emplean en tareas poco calificadas, migrantes argentinos relacionados a
empleos calificados y/o valorados y migrantes argentinos que llegaron a invertir-, o
de origen mapuche -cuyos miembros constituyen en parte la mano de obra poco
calificada en los emprendimientos turísticos privados-.
8
Mapuches Puel, Lofce, Lefiman, Currumil, Aigo, Hiengueihual, Wiñoy Tayiñ
Rakizuam, Ñorkinko y Catalán; 2006: 26).
9
fronterizo a 12 km ha sido parte de un circuito para el ingreso de migrantes chilenos
de manera temporaria y permanente. En general, estos migrantes se han insertado
tempranamente en las actividades vinculadas al turismo, en los puestos mas
precarios, informales y menos visibles como de mucama, cocinera, mantenimiento
de los hospedajes, además de la construcción.
10
como un nicho demandante de mano de obra en la construcción de cabañas,
hosterías y complejos así como en diversos tipos y modalidades de tareas propias
del servicio turístico (como la recepción hotelera, servicios de limpieza,
mantenimiento de instalaciones, administración hotelera, entre otras) en función de
la calificación y época del año –temporadas alta y baja calificada en relación al
ingreso de turistas a los centros turísticos- entre otros condicionantes.
11
Plano 1: Movimientos migratorios limítrofe y nacional hacia Villa Pehuenia
Movilidad limítrofe
Movilidad nacional
Fuente: www.adimapas.com
12
El ingreso de mano de obra en el territorio local se corresponde con
migraciones laborales, donde nuevos sujetos buscan insertarse en las actividades
mencionadas. La migración por trabajo se expresa de manera diferencial en relación
a la movilidad del capital, la cual configura en forma desigual las relaciones sociales
y el territorio.
13
antigua y arraigada. También se reconocen, retomando a Guarnizo (2010) un grupo
de migrantes de tipo empresarial, es decir, representan un grupo de inversores en la
localidad, de origen nacional argentino, y que optaron por vivir en la villa o
emprender la construcción de alojamiento. Tales migraciones vinculadas a las
inversiones han sido promovidas y alentadas por el estado provincial.
Reflexiones finales
A partir del trabajo empírico en Villa Pehuenia, en la última década los grupos
migrantes se ubican de manera diferencial en el territorio, en la relación entre el
estado y las comunidades indígenas. Para ello, resulta valioso conocer con mayor
profundidad la caracterización de los grupos migrantes, al identificarlos como grupos
no homogéneos en su interior y en su vinculación con sus patronales.
Por otro lado, cabe destacar que el rol del turismo en el mercado de trabajo de
Villa Pehuenia, diferencia y clasifica en función de las categorías étnicas y
14
económicas. Procesos particulares como la recuperación de tierra desde luchas
encabezadas por los Puel, posibilitó gestar nuevos usos en el territorio, coloca a la
comunidad indígena en una posición de gestores de un emprendimiento turístico, lo
cual abre nuevas posibilidades laborales y de defensa del espacio y su identidad.
Sin embargo, a pesar de esta excepción, la mayoría de los mapuches continúan
empleándose en los puestos más precarios junto a los migrantes limítrofes chilenos
y paraguayos. Estos últimos representan a los nuevos actores en la re-configuración
territorial que matizan aún más la dinámica composición de los mercados de trabajo
en la localidad en Villa Pehuenia.
Las categorías migrante y nativo ayudan a caracterizar las relaciones en
contextos interculturales, sin embargo ambas no explican todo sino se consideran
los contextos particulares. Por ello, resulta importante vincular sus caracterizaciones
con los mercados de trabajo y los tipos particulares de inserción. En algunos casos,
la situación de los migrantes se vuelve mas visible con redes de migrantes que se
organizan y donde los mercados de trabajos transcurren atravesados por relaciones
conflictivas empresários-intermediários y trabajadores.
No obstante, en este territorio es dable considerar el rol del Estado provincial,
como otro actor que incide en las relaciones laborales e interculturales de la zona.
Las comunidades indígenas de la zona han interpelado continuamente –desde su
creación- al Estado provincial. En dicha relación a sopesado en momentos con
mayor fuerzas elementos culturales y étnicos y por momentos su condición
socioeconómica.
El turismo se constituye en una actividad en la que se reflejan esas disputas,
las posibilidades de resistencias, además de la reproducción de una condición de
subalternización de mapuches y migrantes limítrofes
Esta incipiente investigación tiene así como propósito sumergirnos en cómo las
pertenencias de origen étnico nacional se ponen en juego en un mercado de trabajo
en permanente expansión. La potación de “buena presencia”, el manejo de idiomas
o los “correctos modales” en la recepción hotelera parecen ser atributos que no se
condicen con los migrantes limítrofes y los nativos, sujetos recluidos en los puestos
informales y no expuestos a las relaciones directas con “los turistas.
En este contexto se observa la preocupación de control y organización territorial
por parte de un estado provincial que alienta las inversiones privadas par ala
15
actividad turística, mientras que los trabajadores provenientes de las comunidades
indígenas y de países limítrofe escapan al anhelo civilizatorio presente en la zona
16
Bibliografía
17
------------------1990. Crisis y trabajo precario en la construcción. En: GALIN, P y
NOVICK, M (comps.) La precarización del empleo en la Argentina. Buenos Aires,
CEAL/CIAT/CLACSO.
RADONICH; Martha et al. 2010. Movilidad de trabajadores y construcción social
del territorio en el Alto Valle de Río Negro. En AVA. Revista de Antropología, PPAS:
Posadas. Pág. 85-102. ISSN 1851-1654.
RADONICH, M.; TRPIN, V; et al. 2011. Los trabajadores rurales migrantes en la
construcción del territorio del Alto Valle de Río Negro y Neuquén” (En prensa)
TORRE, J.C. y PASTORIZA, E.2002. La democratización del bienestar, en:
Torre, Juan Carlos: Los años peronistas (1943-1955).Buenos Aires. Editorial
Sudamericana.
TRPIN, V., VARGAS, P. 2004. Migrantes y trabajadores en la Argentina: la
etnicidad como recurso. En Anuario de Estudios en Antropología Social, Buenos
Aires: IDES-Antropofagia.
18
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 5. Etnicidad y Migraciones
Introducción
En los últimos 40 años la creciente migración indígena a las ciudades ha venido
transformando las relaciones y prácticas sociales de las grandes metrópolis del país,
en un primer momento quienes migraban eran hombres que se insertaban en
diferentes espacios laborales como podían ser la construcción, la jardinería y el
comercio informal. Sin embargo, en los últimos 20 años, a esta dinámica migracional
se ha incorporado la mujer indígena, quien se ha ocupado, principalmente, como
empleada doméstica, y en algunos casos, como comerciante de artesanías, frituras
o flores.
Tanto mujeres como hombres indígenas ya no tienen como único destino las
grandes urbes; en las dos últimas décadas, las ciudades medias han sido el principal
foco de recepción, ello se debe principalmente a dos factores; el fuerte impulso que
éstas han tenido en materia de inversión, a través de corredores industriales y el
otro factor se debe a que las grandes ciudades ya no ofrecen las mismas
oportunidades de inserción, además de que se han convertido en espacios
inseguros y competitivos, por lo que algunas ciudades medias del Bajío, como León
Guanajuato, se han convertido en un fuerte foco de atracción de población indígena.
En la presente ponencia me interesa analizar la historia de dos mujeres chamulas
que migraron a la ciudad de León a partir de la reflexión de dos conceptos que
considero clave en el estudio de la migración indígena femenina a las ciudades; el
de identidad y el de capacidad de agencia; ambos conceptos se pretende abordarlos
como conceptos polisémicos pero sobre todo politizados; pues en ambos casos se
1
trata de nociones que no pueden desprenderse de otro concepto como es el del
poder.
2
identidad indígena, puesto que la categoría indígena es una acepción impuesta
desde fuera, pero si podemos hablar de identidad mazahua, tzotzil, huichol o nahua.
La identidad no es pues una categoría homogeneizante ni de armonización de
grupo, la identidad es más bien una categoría cambiante dinámica y que se
transforma en la medida que estos mismos grupos asumen resignifican o desechan
ciertas practicas culturales.
Hoy en día el concepto de identidad cobra un sentido distinto cuando se le analiza
desde el ámbito de la resistencia, entendida no sólo como una práctica de
organización formal o política frente a otro grupo, sino además aquella resistencia
cotidiana sin que sea necesariamente reflexionada. Y es precisamente estas
prácticas la que los distinguen de otros grupos en forma radical. “Se deriva de
inmediato que no puede existir una identidad si no es a partir de la distinción, de la
identificación propia como grupo frente a otro grupo” (idem)
La identidad es entonces la relación diferenciada de “nosotros” frente a “ellos”.
“Nosotros” construimos a partir de imaginarios, discurso y prácticas la identidad de
los “otros” a partir de nuestra autoconcepción de lo que no somos frente a los
“otros”.
Así pues, cuando hablamos de identidad indígena muchas veces, estamos
reproduciendo discursos racistas y discriminatorios que han venido construyéndose
por años y que en la medida que se “naturaliza” se convierten en verdades
irrefutables.
A partir de la experiencia particular de las mujeres Chamulas que trabajan vendiendo
sus artesanías en las calles principales del centro histórico de León, expondré tres
premisas de análisis; 1) la identidad y su relación con la diferencia, 2) Identidad y la
relación con el lugar, 3) la identidad y la construcción de espacios urbanos.
3
durante siglos no deja de pensarse como un invasor, una amenaza o simplemente
se ha invisibilizado.
En el caso de las mujeres indígenas migrantes, la triple opresión que sufren; clasista
(por ser pobres), genérica (por ser mujeres) y étnica (por ser indígenas), tiene su
máxima expresión en las ciudades, pues más allá de invisibilizarlas, se les
discrimina y se les explota.
En este sentido, la diferencia nos permite definirnos a nosotros mismos y por ende a
los demás, sin diferencia no existe identidad, la diferencia no sólo fenotípica,
genérica, de clase o cultural, es también simbólica en la medida de que estas
diferencias pautan el control de espacios privados y públicos.
“De ahí solo queda un paso para poder afirmar que el concepto de diferencia y, por
ende el de identidad, es inherentemente un concepto político y politizado, nos
definimos a nosotros mismos y definimos a los demás, en buena parte, como una
manera de controlar los recursos territoriales, simbólicos y materiales (Benach; 74).
En este sentido, identidad es una construcción social de la diferencia y que tiene un
alto contenido político y de control. Es común encontrar que el concepto de identidad
se naturalice, es decir, se justifica la diferencia a partir de la naturalización de la
identidad como algo esencialista y aproblemático.
4
Por eso cuando hablamos de identidad y lugar debemos pensar más bien en un
sentido simbólico; así por ejemplo el indígena migrante tiene una fuerte identificación
con su lugar de origen, resimboliza esos espacios en su nuevo lugar de residencia,
pero al mismo tiempo se apropia de espacios urbanos, no sólo hablo de barrios,
parques, espacios laborales calles, sino también de prácticas; rituales, actividades,
lenguajes, etcétera.
Capacidad de Agencia
“Para Mahmood la agencia, en un sentido más extenso, es una “modalidad de
acción”, que incluye el sentido de sí, las aspiraciones, los proyectos, la capacidad de
cada persona para realizar sus intereses, el deseo, las emociones, las experiencias
del cuerpo.
5
Distinguir el concepto de agencia de la noción de resistencia a la dominación,
permite entender a la agencia como “una capacidad para la acción creada y
propiciada por relaciones de subordinación específicas” (2006:133).
En este sentido, el concepto de capacidad de agencia cobra un sentido subjetivo,
sustentado en las relaciones de poder, proceso que “no sólo asegura la
subordinación del sujeto a las relaciones de poder, sino que también produce los
medios a través de los cuales él se transforma en una entidad auto-conciente y en
un agente” (ibid.:121).
De este modo, la agencia también sería un producto de las relaciones de poder. La
agencia no se limita a una oposición a las normas (frente a su acatamiento), sino
que puede producirse al interior mismo de las normas: hay situaciones en que una
norma posibilita lo opuesto a lo que quiere construir. La agencia dentro mismo de las
normas puede producirse debido a que las normas pueden ser “performadas,
habitadas y experienciadas de varias maneras” (ibid.: 136),
Sherry Ortner (2006) señala que la exploración de las relaciones entre agencia y
poder la ha llevado a reconocer que la agencia va más allá de la oposición a los
mecanismos de dominación. Entendiendo que la agencia es una propiedad universal
de los sujetos sociales, desigualmente distribuida y culturalmente construida,
distingue analíticamente dos formas de agencia, que en la prácticas son
inseparables: una es la agencia como intención, y otra es la agencia como
resistencia al poder. Mientras que esta última es un modo oposicional de agencia, un
ejercicio de poder o contra el poder, organizada en torno al eje de dominación y
resistencia; la agencia como intención es entendida como “una acción cognitiva y
emocional orientada hacia un propósito”, que no necesariamente es consciente, pero
que se diferencia de las prácticas rutinarias (aunque existe un continuum entre
ambas) por ser una acción intencionada.
Es precisamente este tipo de agencia, la que Ortner llama agencia como intención la
que suponemos se ejerce por estas mujeres migrantes chamulas, ya que más allá
de una resistencia al poder se trata de perseguir metas, proyectos y deseos
culturalmente situados, que pueden ser individuales o colectivos.
“La distinción entre dos modos de agencia no implica creer que en la agencia como
intención no estén también presentes relaciones de poder; en ambas encontramos
relaciones de poder; pero la diferencia está en que en la agencia como
intencionalidad el eje principal no es la resistencia o la dominación, sino que pasa
6
por los logros que en un contexto particular se consideran deseables” (Sabrina,
Ana; 2012)
En este sentido, la ciudad para el indígena migrante en general, no es (su) lugar,
simbólicamente hablando, sino un espacio donde viven la diferencia en un sentido
negativo y radical cuando experimentan la discriminación y el racismo.
El enfoque teórico-metodológico
Para el análisis de este fenómeno recurrimos al enfoque de género que en términos
generales permite entender la migración de las mujeres como “un fenómeno social
diferente de la movilidad espacial de los varones. Tal perspectiva ha propuesto que
la migración de mujeres responde a influencias económicas, sociales y culturales
vinculadas con la construcción social de lo masculino y lo femenino, y que afecta y
es afectada a las relaciones de género (Szasz; 1999).
En este sentido, lo femenino y masculino, como construcciones sociales, nos
permiten entender diferentes aspectos que se desprenden de la migración; formas,
prácticas, procesos y cómo éstos son experimentados de diferente manera entre
hombres y mujeres, no obstante, ambos géneros se ven afectados por aspectos
macroestructurales que no corresponden a cuestiones de género sino a estructuras
políticas y económicas, tal como lo señala Szasz, la migración “responde a
influencias económicas, sociales y políticas” (1999; 132) que han de comprenderse
en contextos históricos determinados, por ello además de la perspectiva de género
es necesario recurrir al enfoque histórico – estructural, que nos permita entender que
las relaciones de poder entre hombres y mujeres trastrocadas por la migración son
parte de un reforzamiento de la estructura de dominación y desigualdad que permite
la reproducción de un sistema capitalista basado en la inequidad.
A partir del enfoque histórico - estructural se entiende que “los movimientos
migratorios son parte del desarrollo histórico y son provocados por los cambios en
los sistemas productivos y en las relaciones sociales. Desde este enfoque –
enraizado en la economía política marxista- se sitúa la migración dentro del sistema
capitalista global, en cuya base está la división del trabajo, fruto de un sistema de
intercambio desigual entre economías “centrales” y “periféricas” (en Gregorio Gil,
Carmen; 1998: 25-26).
Se considera asimismo que las relaciones de género, son parte de un proceso
histórico, es decir, no pueden entenderse sin caracterizar a los sujetos involucrados
7
a partir de espacios y tiempos precisos, así por ejemplo, no es lo mismo hablar de
relaciones de género entre mujeres indígenas migrantes de la mixteca oaxaqueña
que migran a Estados Unidos que en el caso de las mujeres chamulas que migran a
Cancún o a León.
Por ello, consideramos fundamental la perspectiva de género enmarcada en un
contexto histórico estructural para estudiar a estas mujeres chamulas que han
decidido romper con esquemas tradicionales de género y en el que no solo ellas se
ven afectadas sino la familia y la comunidad a la que pertenecen.
Esta perspectiva, desde la cual se privilegia la complejidad de los fenómenos en
juego, se puede articular con la observación de Ariza (2000), por la cual es
relevante –y necesario-destacar la “heterogeneidad” de los procesos migratorios
antes que su homogeneidad, tratando de evitar esquemas interpretativos
excesivamente economicistas e instrumentales e incorporando factores de
subjetivad y simbólicos. Desde esta perspectiva nos parece especialmente
interesante investigar (entre otros puntos) cómo la realidad social y cultural del
fenómeno emigratorio propicia nuevas modalidades de vínculos de pareja en
relación a líneas de contraste o continuidad con modelos culturales tradicionales. En
este sentido Hernández señala que:
…la participación de las mujeres, así como la forma en que la variable
género interviene en la migración, han quedado todavía marginadas dentro
de las investigaciones, predominando la imagen de las mujeres sólo como
sujetos pasivos, amantes de su entorno, sin toma de decisiones y
acompañantes del verdadero sujeto de estudio: el migrante masculino (2005:
200).
En el presente trabajo no abordaremos el aspecto de género en los hombres, (solo
comentado tangencialmente) pero sí un punto que consideramos crucial y que
creemos que se ha invisibilizado: si los cambios de género implican un conflicto con
el hombre, no lo implican menos con la madre o con la o las figuras generacionales y
transgeneracionales representantes de una tradición en relación a modelos de
género tradicionales, familiares y sociales.
Para entender este proceso, nos hemos centrado en la historia de dos mujeres
chamulas que conocimos en el centro de la ciudad de León y dejamos que su relato
nos permita entender el complejo proceso migratorio de estas mujeres indígenas
8
que hacen uso de diferentes estrategias de supervivencia para sobrevivir en una
urbe.
9
muchas familias chiapanecas a otros estados, incluso hacia Estados Unidos.
Melitona, junto con su familia decide probar suerte en Cancún, Quintana Roo; lugar
turístico por excelencia tanto de extranjeros como de nacionales.
Allá, vivían de la artesanía que elaboraban y vendían en los principales centros
turísticos. Al principio, les iba bien, pero deciden buscar otro lugar porque creen que
sus hijos corren el peligro de ser robados por el DIF 3. Ellas fueron testigo de cómo
funcionarios de dicha institución, se llevaron a niños de otras mujeres indígenas de
Chiapas y sólo se los entregaban con la condición de regresar a sus lugares de
origen. Estas medidas poco difundidas en la prensa y maquilladas como programas
de Estado que intentan proteger a la niñez de la explotación laboral, no son sino
disposiciones que discriminan y atentan contra los derechos humanos,
específicamente con el derecho de libre tránsito.4
Ante esta situación y la fuerte necesidad de mantener un mercado de trabajo
remunerable, algunas mujeres deciden permanecer en Cancún, pero con el miedo
de ser “repatriadas”, se organizan de tal manera que dejan a sus hijos encargados
con parientes o amigas en Chiapas, mientras las demás salen a trabajar cuidándose
de los inspectores de mercado y los funcionarios del DIF. Pero Melitona, decide irse
antes de arriesgar a sus propios hijos. Ella es la líder del grupo, decide cuando hay
que volar y a donde hay que llegar.
Cuando Melitona llega a una nueva ciudad, además de ver una nueva oportunidad
para ganase la vida, ve en ella un espacio que le permite explorar y ampliar el
sentido que le da a su vida. Antes de guiar a su familia, Melitona viaja con sus hijos
3
Desarrollo Integral de la Familia. Institución Federal encargada de llevar programas orientados al desarrollo de
grupos vulnerables; niños, ancianos, mujeres, indígenas
4
El 21 de junio del 2011 se da a conocer en la red digital, una denuncia contra el DIF de Cancún por parte del
presidente del Colegio de Abogados Postulantes de Cancún, Héctor Salinas Almaguer, quien revela las terribles
violaciones de los derechos humanos de las mujeres chiapanecas y sus hijos por parte de la institución, a partir
de un programa llamado “repatriación”, que implica retornar a mujeres, hombres y niños indígenas a sus lugares
de origen, violentando la libertad de tránsito. El funcionario señala que: “.…no se puede aplicar el término
“repatriación” porque son patriotas mexicanos, y tienen todo el derecho de transitar por todo el territorio
mexicano, asimismo el presidente del Colegio de Abogados, insistió en que se viola a estos chiapanecos su
derecho de transitar libremente, pero lo más grave dijo, es que se atenta contra las garantías individuales de los
menores, porque ¿Qué delito estarían cometiendo, cuando la misma constitución garantiza la libertad para andar
en el comercio? Asimismo destacó el DIF no tiene ninguna facultad para hablar de una repatriación, porque se
trata de personas mexicanas. Fue una violación fragante a los derechos humanos y civiles, porque ya la
constitución nos garantiza que ellos en primer lugar son nacionales mexicanos no son extranjeros entonces no se
puede llamar repatriación porque son de Chiapas además el DIF no tiene la facultad de hacer el procedimiento de
repatriación” (Radio Enfoque, junio 2011).
10
a diferentes partes de la república y conocer la ciudad que las albergará, decide
dónde quedarse por un tiempo a partir de ciertos criterios: el clima y la competencia.
De esa manera llegaron a León, Guanajuato, ciudad donde nació Mónica; la más
pequeña de sus hijas, recién acaba de cumplir dos años.
La situación de Melitona en León es aún más compleja que las condiciones de
muchas mujeres indígenas que viven en la ciudad. León es una ciudad
conservadora, profundamente católica, reproductora de esquemas inequitativos de
relación genérica, donde el hombre somete a la mujer. La mujer indígena carga con
doble estigma dentro de la sociedad leonesa y dentro de la visión del Estado. Es
común ver en el centro de la ciudad a mujeres indígenas escapando de los
inspectores de mercados, amenazándolas sin ningún tipo de consideración. Dentro
de su comunidad también sufre las condiciones de ser mujer, ser indígena, ser
cristiana y ser una mujer que tiene un aspecto “poco estético”. Pero a pesar de este
escenario, se atreve a volar, a vivir y a sentir. Es una mujer que pese al sufrimiento,
sabe caminar y no se le complica relacionarse, ni enamorarse, su optimismo la lleva
siempre a encontrar soluciones.
Esthela
¿Cómo podemos dar cuenta de lo anterior si no escuchamos de viva voz lo que ellas
piensan y sienten de su experiencia migratoria, pero sobre todo de cómo viven la
ciudad? Para ello me gustaría hablar de Esthela, una mujer chamula de apenas 22
años, madre soltera que lleva fuera de su terruño desde que tenía 10.
Esthela salió de San Juan Chamula en el año 2000, a diferencia de la mayoría sus
problemas no fueron económicos sino político y religiosos. Su padre se rehusaba a
pagar la cuota de compra de posh (bebida alcohólica preparada de forma artesanal
por miembros de esta comunidad) para las fiestas católicas. A raíz de eso eventos,
el padre de Esthela fue acosado y presionado constantemente bajo la amenaza de
expulsarlo de la comunidad. Consiguieron huir antes de que lo encarcelaran, pero no
logró salvar sus tierras, a las que fueron robadas por las autoridades tradicionales
que para ese entonces se habían corrompido y habían conformado cacicazgos
desde donde ejercían el autoritarismo y la violencia.
Esthela señala que “tenía como 8 años cuando me fui, no terminé el segundo grado
ahí en mi comunidad y mi papá me trasladó y ya podíamos vivir tranquilos. Pero en
vez de que viviéramos felices, ya no había para cosechar”
11
Se fueron a vivir a una colonia marginal en San Cristóbal de las Casas, llamada “la
Hormiga”, que justamente se inició en los años ochenta por expulsados de las
comunidades ya sea por problemas religiosos o políticos. Siguiendo con el relato de
Esthela nos cuenta que en La Hormiga vivieron poco ya que se trasladaron a
México, Distrito Federal.
Bueno había una señora antes que nos llevó, nos decían
váyanse, éramos bien pobres, ni terminé yo la primaria porque
de los recursos y los trabajos y de la humillación que hay ahí,
pues ya no nos dejaban terminar. Entonces me salí, no
teníamos nada que comer. Existía mi abuela, ya estaba
enferma y mi mamá la cuidaba. Tuve que salir adelante y una
señora nos invitó a trabajar a México a vender artesanía. En
ese tiempo no se vendía nada. Bueno a lo mejor no sabíamos
vender.
Esthela aprendió a hablar español desde chiquita, sus padres se lo enseñaron, pues
sabían que aprenderlo marcaría la diferencia para sobrevivir. En México vivieron
momentos muy difíciles. Esthela recuerda:
“Un día cuando no teníamos nada, fui a robar yerbabuena y la vendí y con eso
comíamos. Costaba en ese entonces la lata de frijol 4.50 pesos, allá en Chamula.
Entraba yo a robar, pero si veían que robabas ya te metían al bote aunque fueras
chiquita, menos mal que no me vieron”.
En México permanecieron poco tiempo, aproximadamente 1 año, las experiencia
fueron muy tristes y traumáticas. De ahí se pasaron a Veracruz, donde
permanecieron 4 meses, luego a Puebla, poco tiempo después se fueron a
Guadalajara, donde permanecieron 3 años vendiendo artesanías en la Plaza
Tapatía. Hace poco fueron a probar suerte a Cancún, pero con un largo suspiro me
dijeron que esa era historia muy larga y triste que luego me iban a contar.
Esthela señala que su padre ya no la siguió, al poco rato llegó Melitona, su hermana,
a la que luego se agregó Juanita, la más grande del grupo y madre de Esthela y
Monserrat, la más joven con apenas 19 años. Esthela señala que son sólo mujeres
las que viajan, “sin maridos, sin padres ni hermanos”. El hecho de ser solo mujeres
las que andan viajando y buscando espacios laborales de inserción las ha llevado a
tener muchas experiencias desagradables. Esthela señala que la prostitución es una
de las actividades a las que muchas de sus paisanas caen engañadas, pero que
12
ellas afortunadamente han salido bien libradas de la situación. Ellas prefieren ganar
poco pero siendo dueñas de su propio cuerpo, aprender a sortear a las autoridades
del mercado, aprender a convencer al turista y local par que compren sus
mercancías, buscan estrategias para que sus hijos no dejen de ir a la escuela,
establecen nexos con ciertos sectores para que les permitan trabajar en ciertos
lugares de la ciudad, en pocas palabras resignifican si identidad, reconociendo sus
diferencia, apropiándose de espacios y reconfigurando espacios urbanos; a esto
podemos llamarlo también desarrollar una capacidad de agencia, pues aunque no
tienen como objetivo organizarse políticamente frente a una estructura de poder que
las discrimina y violenta, ellas lo hacen de manera cotidiana, tal como lo señala
Ortner existe una agencia intencionada pues recurren a la práctica rutinaria de la
resistencia al poder, de la construcción de metas y objetivos no sólo individuales,
pues ellas se conforman como un grupo de mujeres que toman decisiones
compartidas, pero que a su vez han construido en la ciudad un rol distinto; Melitona
es la líder; ella decide a dónde hay que moverse, Esthela es joven y tuvo la
oportunidad de estudiar un poco más que todas, se ha apropiado de un discurso
citadino, utiliza estrategias de convencimiento y sabe como tratar con las
autoridades que constantemente buscan timarlas, Juanita la mayor, aunque es la
que menos habla el español, es reconocida y respetada por todas, ellas, sus hijas,
adoptivas o de sangre, harían cualquier cosa para cumplir sus sueños.
Finalmente Esthela suspira y nos dice
Mi sueño es tener mi casa ya con mi terreno, pero no sé, a ver
que empiezo a vender para seguir adelante con mi hijo, es lo
único que me hace seguir luchando para tener eso. Es lo que
yo necesito en la vida, una casa ya con eso me conformo y ya
voy a vivir tranquila, con mi hijo, es mi único sueño, darle lo
mejor a mi bebé, darle un estudio, que no se vaya como yo, de
aquí a diez años ya no hay ventas, viviendo la crisis como
nosotros (cuando le pregunto si quiere encontrar pareja me
dice)… No para que? El amor fracasa, luego a veces se
pelean. Yo estoy muy enamorada de mi vida, ya tengo mi bebé
y eso es lo único que yo necesito.
Hay todavía mucho por hablar de estas mujeres, solo aquí se plantea un pequeño
semblante a fin de ver la pertinencia de analizar los estudios de migración indígena
13
femenina a partir de la reflexión de dos conceptos clave: identidad y capacidad de
agencia.
Bibliografía
ARIZA, Marina. (2000) Ya no soy la que dejé atrás... Mujeres migrantes en República
Dominicana. Plaza y Valdés: México, 2000.
BENACH, Nuria. (2005) “Diferencias e identidades en los espacios urbanos” en Tello Nash
Mary y Rosa Tello (cords). Inmigración, Género y espacios urbanos. Los retos de la
diversidad. Ediciones Bellaterra. Barcelona
MAHMOOD, Saba (2006) “Teoria feminista, agência e sujeito liberatório: algumas reflexões
sobre o revivalismo islâmico no Egipto”. Etnográfica, vol.10.
NASH, Mary y Rosa TELLO (coords). (2005) Inmigración, Género y espacios urbanos. Los
retos de la diversidad. Ediciones Bellaterra. Barcelona
ORTNER, Sherry (2006) “Power and Projects: Reflections on Agency”. En: Anthropology and
Social Theory. Culture, Power, and the Acting Subject. Duke.
SABRINA, Ana (2012) “Cuerpo, género, agencia y subjetividad” Ponencia presentada en las
V Jornadas de Sociología en la Universidad Nacional de la Plata, Rosario, Argentina,
consultado en http://grupodeestudiosobrecuerpo.blogspot.mx/2010/06/cuerpo-genero-
agencia-y-subjetividad.html, 6 de agosto de 2012
14
SZASZ, I. (1999) La perspectiva de género en el estudio de la migración femenina en
México,en: García, B. (coord). “Mujer, género y población en México”. El Colegio de
México-Sociedad Mexicana de Demografía: México.
15
Bloque 6
“Identidad y Territorio”
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 6: Identidad y Territorio
Daniela Bassa
danielabassa@gmail.com
UNLPam – UBA
Resumen
El patrimonio es una construcción social con carácter simbólico por su capacidad
para representar, mediante un sistema de símbolos, una determinada identidad. La
identidad es también una construcción social, y toda formulación de la identidad es
únicamente una versión de esa identidad que responde a determinados intereses.
En tal sentido, el patrimonio, o las diversas activaciones de determinados referentes
patrimoniales, son representaciones simbólicas de ciertas versiones identitarias.
En esta ponencia analizamos los discursos y acciones que la Fundación Chadileuvú
realiza en torno a la defensa del patrimonio natural de la provincia de La Pampa,
planteando que dicha defensa trasluce cuestiones identitarias que sustentan una
determinada concepción de la provincia.
Indagamos cómo una ONG, surgida a partir de la defensa de los recursos hídricos,
utiliza económica, política y simbólicamente el concepto de patrimonio e insta a la
población a movilizarse en pos de su conservación y salvaguarda. Al asumir como
propio el patrimonio provincial, al protegerlo y definirlo como fundamental en la
posibilidad de desarrollo regional, los integrantes de la Fundación reafirman su
identidad como pampeanos. Una identidad, plantean, que se debe seguir
construyendo sobre la base de ese patrimonio, en consecuencia su pérdida supone
no sólo un desarrollo truncado sino también una identidad socavada.
Introducción
La defensa de los recursos naturales, hídricos fundamentalmente, representan para
la Fundación Chadileuvú (FUCHAD), no solamente una defensa en pos de intereses
económicos por el aprovechamiento del agua, sino también, paralelamente, una
defensa del patrimonio cultural, identitario de los pampeanos, por el significado
atribuido al río Atuel, por la historia vivida por los pobladores de la zona cuando el
agua fluía y por la historia que construyen a partir de la sequía. Esto demuestra
cómo un recurso natural es activado patrimonialmente, lo que significa ser
seleccionado y legitimado, entre otros referentes simbólicos, para expresar, en este
caso, valores identitarios que los integrantes de la Fundación reconocen como
propios y particulares a la sociedad pampeana.
Para la realización de este trabajo se utilizaron documentaciones, informes y escritos
de la FUCHAD tales como Libros de Actas de Asambleas 1984/2009, Libro de Actas
del Consejo de Administración 1984/2009, obras publicadas por la Editorial de la
Biblioteca de la Fundación, Revista CAUCE, comunicados e informes de prensa
emitidos, y la obra de compilación realizada por la conmemoración de los 20 años de
historia “1984-2004. 20° Aniversario FUCHAD. Recopilación de algunas
actuaciones”. Se entrevistó, además, a integrantes de la Fundación que han
participado en diferentes épocas, como así también a los miembros que la
conforman actualmente.
Surgimiento de la Fundación
La Fundación Chadileuvú (Movimiento Popular Pampeano para la Defensa de los
Recursos Hídricos y Ecosistemas), se crea en julio de 1984, con la participación de
casi medio centenar de instituciones políticas, gremiales, empresariales y sociales
en la ciudad de Santa Rosa, capital de la provincia de La Pampa (Argentina)1.
Se propone como actividad central, profundizar estudios de la problemática hídrica
pampeana en todos sus aspectos, divulgarlos e interesar a la comunidad y reclamar
su participación en la recuperación, defensa y preservación de los recursos y,
además, emprender cualquier otra acción, investigación o trámite vinculado con el
conocimiento, defensa, uso, economía, administración y preservación de los
recursos hídricos provinciales. Posteriormente, en el año 1992, la FUCHAD modifica
sus estatutos para incluir, dentro de sus objetivos iniciales la conservación de los
suelos, la preservación de los efectos de la contaminación de todos los recursos
naturales y la defensa de los ecosistemas en relación a la biodiversidad.
1
La Pampa es una provincia ubicada en el centro de Argentina con alrededor de 100.000 habitantes. Limita al
este con Buenos Aires, al oeste con Mendoza, al norte con las provincias de Córdoba y San Luis, y al sur con
Río Negro, En términos geográficos está dividida en dos grandes zonas, el este que concentra la región más
productiva, desarrollada y urbanizada de la provincia, y el oeste, con suelos áridos y semiáridos, baja
productividad y población predominantemente rural.
2
En términos generales las acciones de la Fundación comprenden la producción de
materiales de difusión sobre cuencas hidrográficas, sobre problemática hídrica y
ambiental, la publicación de la Revista Cauce, la organización de cursos, charlas,
congresos y numerosas y variadas acciones ante los poderes del Estado y la opinión
pública en relación con distintos aspectos que hacen a la defensa, preservación y
aprovechamiento de los recursos naturales.
Cabe señalar que la FUCHAD ha sido una ferviente defensora de los derechos
pampeanos sobre el río Atuel que es compartido con la provincia de Mendoza 2 (ver
mapa 1 al final de este trabajo). Las disputas por este recurso datan de varias
décadas, y la FUCHAD hace suyo este conflicto interviniendo directamente en pos
de lograr una resolución favorable a los intereses provinciales. Esta lucha, que lleva
más de 25 años, conjuntamente a todo el accionar de la Fundación, ha permitido
que la FUCHAD se instale en la comunidad como una autoridad en la materia y haya
ganado respeto y conocimiento público por no haber claudicado en sus reclamos
durante tantos años. Además de este reconocimiento, la Fundación ha generado
innumerables documentos y trabajos de investigación que han sido utilizados incluso
como materiales de consulta en las distintas instancias legales que se han cursado
con la provincia limítrofe.
Mención aparte merece una de las acciones de la Fundación como fue la creación
de la “Biblioteca Pampeana”, cuyo objetivo se dirigía a rescatar la identidad del
hombre pampeano. En este sentido, con una comisión nombrada especialmente, la
Biblioteca edita una serie de publicaciones que, y según consta en la primera de las
obras, “contribuirán a afirmar la identidad pampeana” (Prólogo. Ciudad de Santa
Rosa, 1986). La Biblioteca propone, además, la creación de un Repositorio que
2
El “río robado”, como se lo conoce en La Pampa es un curso que nace en la provincia de Mendoza y es
tributario del Río Salado-Chadileuvú. El emprendimiento de diques denominado Los Nihuiles permite aprovechar
el agua para regar los oasis mendocinos de San Rafael y General Alvear. El aprovechamiento de sus aguas para
riego determinó que cambiara la naturaleza del río tanto en el sur de Mendoza como en La Pampa. Lo que antes
eran los tres brazos mayores del Atuel en La Pampa quedaron reducidos solamente al Arroyo de La Barda, y
éste con escurrimientos muy esporádicos. Desde 1947 (año en que concluyó la construcción de Los Nihuiles) el
río dejó de correr durante 25 años, y sólo escurre agua en su único cauce activo en los períodos de gran
abundancia hídrica, ya sea por intensas nevadas o lluvias excepcionales en su cuenca. Antaño toda la región -
según el testimonio de viajeros y antiguos pobladores- tenía una fisonomía de vida vegetal y animal
completamente distinta, permitiendo un provechoso asentamiento humano. Sus cauces, lagunas y bañados en
La Pampa son hoy extensos arenales salitrosos. Con la desaparición del río también se perdieron extensos
humedales de gran riqueza ambiental. La desertificación avanzó y más de 1 millón de hectáreas se incorporan al
extenso y árido desierto del oeste pampeano. Mendoza no sólo se apropió del río para su exclusivo beneficio,
intentó también desconocer la interprovincialidad del mismo lo que fue refutado por un fallo de la Suprema Corte
de Justicia en 1987 (FUCHAD, 2005). Para más información pueden consultarse trabajos y resultados de
investigaciones en la Biblioteca de la FUCHAD y de la UNLPam
3
recoja y cuide el material de origen pampeano y la instalación de una Junta de
Estudios Históricos, Geográficos y Sociales.
Así lo expresa un integrante de la Fundación que participó de la Comisión que tuvo a
cargo la creación y puesta en funcionamiento de la Biblioteca. Docente secundario y
universitario, empleado, además, de la Dirección de Recursos Hídricos de la
provincia,
“… el proyecto de la Biblioteca tiene relación con la
identidad, de hecho se llama Biblioteca Pampeana… en
ese momento, principio de los ´80, fin de los militares, las
persecutas y demás, era como que se había producido
una especie de achatamiento, de oscurantismo en cuanto
a las publicaciones o a las alternativas de publicación que
hubiere y que respondieran a criterios de pampeanidad, y
entendiendo por pampeanidad algo muy difuso pero que
tiene que ver con las características de La Pampa, el
folklore, la cultura, la economía, o sea lo que nos estaría
definiendo como provincia en relación a otros …”
3
Para dar cuenta de las características geográficas de la provincia retomamos el planteo de Covas (1998) quien
divide a la provincia de La Pampa en tres espacios, en función de un criterio socioeconómico: Espacio
agropecuario comercial o de mercado: la actividad mixta (agricultura y ganadería) es el soporte económico
principal. Además, una producción cada vez más diversificada de oleaginosas, cereales, forrajeras y ganado
vacuno para el consumo, la industria frigorífica y la actividad tambera, se destina principalmente a mercados
extraprovinciales. La organización espacial se sustenta en una densa red vial de disímil jerarquía y jurisdicciones,
con una traza muy regular que se apoya en la división catastral. Dicha red sirve internamente a los centros
urbanos y a la población rural concentrada en este espacio, el más poblado de la provincia. Contiene la capital
provincial, Santa Rosa, y a los principales centros urbanos, cuya población, ocupacionalmente, se orienta
principalmente a actividades terciarias. Espacio pastoril de subsistencia: tiene como dominante geográfica la
semiaridez y la aridez. En la gran superficie que ocupa (más del 50% de la provincia), se practica la ganadería
muy extensiva de ovinos, caprinos y bovinos. Es un espacio de tránsito, con localizaciones de población
puntuales y dispersas, totalmente marginales y de bajísima densidad. Una red vial de huellas y picadas, de traza
irregular y poco densa, comunica los puestos, parajes y pequeñas localidades entre sí. Las rutas troncales,
asfaltadas, sirven para relacionar centros extraprovinciales. El desecamiento del tramo final del sistema
Desaguadero-Salado, el sobrepastoreo localizado, la escasez de agua y los incendios son los problemas más
serios relacionados con los recursos naturales. Espacio de agricultura bajo riego: es un espacio planificado y
ordenado que deviene de la acción política, especialmente a partir de la década del ´50 y los ´60 con los
proyectos de aprovechamiento múltiple del río Colorado. En El Sauzal y 25 de Mayo, la frutihorticultura y las
agroindustrias que se habían instalado están en franca retracción. A partir de la década del ´70, se produce una
fuerte urbanización y por consiguiente el aumento de las actividades terciarias. La producción de energía -en la
central hidroeléctrica “Los Divisaderos” y en Casa de Piedra- es otro aprovechamiento del río Colorado (Covas,
1998).
En función de esta realidad, es que coloquialmente se habla de dos pampas aludiendo a la zona productiva y a la
zona de subsistencia. El tercer espacio diferenciado por Covas, el de sistema bajo riego, es precisamente el
parámetro y el ejemplo que tomaban los impulsores del desarrollo provincial para repetir esa experiencia en los
territorios cercanos al río Atuel. La zona árida y semiárida es la que se denomina comúnmente como “oeste”.
5
productivo, clasificación que no coincide con los límites políticos- administrativos que
dividen a la provincia en distintos departamentos. Estas diferencias mencionadas,
que limitan el desarrollo provincial, son precisamente las que pretenden modificar a
partir del buen aprovechamiento de los recursos hídricos, única alternativa posible
para convertir en productivo el terreno árido que predomina en el oeste. Planteo
desarrollista que, veremos, guía el accionar de la Fundación, al menos en las
primeras décadas de su gestión.
De los documentos analizados y de los testimonios obtenidos, queda claramente
evidenciado que el planteo sobre el cual se fundaba la defensa y el reclamo sobre
los recursos naturales, hídricos fundamentalmente, se basaba en el desarrollo. De
este modo, las posibilidades de desarrollo provincial, en términos productivos y
poblacionales, podían lograrse únicamente estimulando la industria y las actividades
agrícola-ganaderas, principalmente en el área menos productiva como era el oeste 4.
En todos los casos se necesitaba el agua para impulsar dicho desarrollo y lograr el
posterior crecimiento de la provincia. Un desarrollo que permitiría entonces, no sólo
impulsar el área más desprotegida, sino también, y con el tiempo, lograr un mejor
posicionamiento en el concierto nacional al contribuir al mismo con otro peso
político.
Esta idea, compartida por toda una generación, que remite a los planteos
desarrollistas en materia de política económica, de fuerte auge en los 60, también
primó en los integrantes de la Fundación veinte años más tarde. Recordemos que
muchos de los planteos y las propuestas de desarrollo para la provincia se venían
discutiendo desde hacía una década, en los 70, y en distintos ámbitos como la
universidad, dependencias gubernamentales, grupos de técnicos, profesionales e
intelectuales, muchos de los cuales integrarán y participarán posteriormente de la
FUCHAD.
En relación a la popularización de estos planteos y para comprender mejor su
apropiación por parte de diversos sectores, retomamos el planteo de Coraggio
(1972), quien, en los 70, señalaba el avance de las problemáticas regionales entre
los temas abordados por las ciencias sociales y relacionado a ello el concepto de
polos de desarrollo como central en el análisis de las estrategias de desarrollo
regional8 y supranacional. Advertía también sobre el notable proceso de difusión de
6
dicho concepto, el cual se extiende a lo largo de la estructura de decisiones, desde
los equipos técnicos especializados hasta los funcionarios locales de la estructura
administrativa, desde estrategas militares hasta grupos sindicales, e incluso llegando
a ser bandera de movilización de comunas enteras (Coraggio 1972). Por otra parte,
Asencio (1996) afirma que la teoría de polos de desarrollo de Perroux, formulada en
1955, tuvo singular difusión y captó gran atención fundamentalmente por sus
implicancias en materia de política económica. Señala, además, que en relación a
este último aspecto, nuestro país registra una experiencia en torno a la aplicación de
este instrumento, principalmente a los fines del desarrollo económico regional, lo que
llevó a destacar la popularidad que adquiere el concepto en las décadas de los años
60 y 70 como herramienta de desarrollo, y que motivó entonces su adopción a los
fines de la planificación de tal proceso (Asencio 1996).
Veremos, a continuación, cómo los siguientes testimonios dan cuenta de la
problemática compartida por los miembros de la FUCHAD en la década de los 80.
Planteaban la necesidad de impulsar el desarrollo de la provincia, proyecto que
dependía de la posibilidad de contar con el recurso del agua, esto suponía continuar
con los reclamos por el Atuel y buscar formas alternativas para su aprovechamiento,
fundamentalmente para la zona desértica de la provincia. Se trasluce, como lo
expresa uno de los informantes, una visión desarrollista en materia productiva al
plantear la idea de generar zonas bajo riego como polos de desarrollo que
conducirían a impulsar los espacios más desprotegidos, teniendo como modelos
otras obras realizadas, como las de Colonia 25 de Mayo y las de aprovechamiento
del río Colorado.
7
hasta el Atlántico, desarticulaba el país en dos, y cómo el
aprovechamiento de los ríos en forma compartida iba a
suturar esa bisagra desértica…”
Es importante destacar el proyecto mayor al que alude uno de los testimonios, como
el de la integración regional y el de la unidad nacional que se lograría al volver
productiva la zona desértica que divide al país en dos. Un proyecto estratégico que
planteaba que a través del aprovechamiento compartido de los ríos se podía
incentivar la productividad del espacio, permitiendo con ello, reducir las diferencias
entre las distintas áreas. Proyectos que no se llevaron a cabo e ideas que se fueron
olvidando con el paso del tiempo, como veremos más adelante, estos planteos
desarrollistas no tendrán el mismo peso ni los mismos defensores en la década de
los ’90, donde serán otras problemáticas y otras discusiones las que guiarán el
accionar de la Fundación.
Esta idea de integración regional remite también a la concepción presente en los
integrantes respecto de la región como un espacio de pertenencia territorial, un
espacio geográfico, físico, pero también vivido, sentido, un espacio que confiere
existencia. Es así, como el espacio se transforma en paisaje, cargado de símbolos y
connotaciones valorativas que funciona como referente identitario. La identificación
regional, plantea Giménez (1994), refiere a un proceso subjetivo que genera sentido
de pertenencia y cierto grado de lealtad con la región. Lealtad que no es unívoca,
8
pudiendo distinguir así grados de pertenencia socioterritorial que van desde la más
simple al compromiso activo y militante (Giménez 1994).
Esta lealtad y esta identificación que sienten los integrantes de la Fundación con el
territorio pampeano, se transforma en compromiso y en lucha por mejorar las
condiciones de vida de todos los habitantes, de allí que la defensa del oeste y el
impulso por desarrollar esa región signifiquen también el desarrollo de toda la
provincia, a la vez que su consolidación y afianzamiento identitario en el contexto
nacional.
Es necesario señalar que los objetivos iniciales de la FUCHAD y su posterior
modificación, reflejada en el Estatuto de la Fundación, obedecen a un contexto
general en el cual la problemática medioambiental comienza a ser objeto de debate
y de luchas por su preservación y conservación, desde distintos actores de la
realidad social que van desde organismos internacionales, movimientos ecologistas,
partidos políticos a movimientos comunales, asociaciones civiles, grupos barriales,
etc.
Debemos mencionar además, que es en este contexto donde la defensa de los
recursos naturales comienza a ser planteada como una defensa patrimonial. Los
discursos sobre patrimonio comienzan a difundirse y dejan de ser exclusivamente
utilizados en academias u organismos internacionales para ser empleados por
variados grupos que reclaman sus derechos en pos de la defensa de la cultura y
todas sus manifestaciones.
Santana Talavera señala que en la década de los ‘70, y simultáneamente con el
inicio de una crisis energética, los gobiernos comenzaron a interesarse, de manera
distinta a lo manifestado hasta entonces, por los problemas asociados al medio
ambiente. Las décadas siguientes favorecieron el desarrollo y el arraigo de ideas
que conjugaban el conservacionismo, la preservación, la rehabilitación y la
restauración. Los ´90 apuntaron a la creación de una conciencia colectiva sobre
estas problemáticas. En la actualidad, las cuestiones del medio ambiente, del
patrimonio cultural y la ecología, entre otros, son aspectos consustanciales a la vida
cotidiana, a la política, la planificación y los negocios (Santana Talavera 2003).
Por su parte, Casasola (1990) plantea que los elementos que constituyen el
patrimonio histórico-cultural son testigos de la forma en que una sociedad o cultura
se relaciona con su ambiente. Forman parte del sistema de objetos y relaciones que
se configuraron en otro momento y adquieren valor para el conjunto de la sociedad
9
actual, que se vincula a ellos de una manera diferente. El patrimonio cultural se
constituye así por una porción de ambiente transformado, incluyendo formas de
organización social, relaciones entre diversos sectores e instituciones sociales.
Cada sociedad recupera el pasado de forma distinta, seleccionando de éste, ciertos
bienes y testimonios que están dotados de significado pero que son resignificados
nuevamente.
Podríamos decir, siguiendo a Prats (2001), que estamos en presencia de una
activación patrimonial por parte de un grupo en el seno de la sociedad pampeana,
significando con ello que el patrimonio sólo existe cuando es activado desde
determinadas instancias, para promover una determinada identidad.
Podríamos hablar, además, de “asociacionismo en defensa del patrimonio” para dar
cuenta de cómo la FUCHAD moviliza ciertos recursos con el objetivo de cambiar la
valoración general que se le otorga a los recursos hídricos y medioambientales
pampeanos (Ariño 1999). Surge así, como un sector involucrado dentro de otras
iniciativas de protección, promoción, conservación y difusión del patrimonio natural y
cultural de la provincia. Este “asociacionismo” y su perdurabilidad tras 20 años de
trabajo, se basa en una compleja articulación de movilizaciones sociales, difusión
de información, actuación política y jurídica y la investigación sobre las distintas
problemáticas. Todo eso dirigido a generar un sentimiento de identidad alrededor
del patrimonio natural, hídrico fundamentalmente, constituyéndolo como símbolo y
referente de la comunidad.
10
reforzar el sentimiento grupal y de pertenencia. Por ello la defensa del patrimonio,
natural en este caso, cohesiona al grupo trascendiendo los objetivos concretos y
trasluciendo un fin último como era el sentimiento de pertenencia e identificación con
la provincia, generando, así, su afirmación identitaria.
Los siguientes testimonios destacan la presencia de cuestiones identitarias, de la
pampeanidad en las discusiones de la FUCHAD, no necesariamente de manera
explícita pero sí como un elemento presente y guía de las mismas. Una identidad,
según el primer informante, que resultaba difícil definir debido a la disparidad y a las
diferencias económicas, culturales, históricas que caracterizan a la provincia,
dividiéndola básicamente en dos grandes zonas.
11
Rescatamos del planteo anterior, la idea de la construcción y generación de
identidades a partir del territorio, del espacio que los sujetos significan, con el cual
establecen diversas relaciones de pertenencia, el que aprehenden como propio y
distintivo, y el que pretenden conservar y defender como símbolo colectivo de su
identidad. Así, el espacio se transforma en un espacio vivido, sentido, en un espacio
existencial porque genera pertenencia.
Esta es la relación que los integrantes de la FUCHAD señalan respecto al medio, y a
los recursos que en él se encuentran, como un espacio propio que deben preservar
por representar un referente simbólico particular de toda la comunidad.
Las características distintivas de la región pampeana, su condición semiárida y la
necesidad del agua para lograr su desarrollo productivo y humano, representaban la
base de los reclamos de la Fundación frente al gobierno local y nacional. Reclamos
que, como reflejan los testimonios, se realizaban en función de un patrimonio hídrico
existente pero despojado, y que a su vez representaba mucho más que los recursos
hídricos ya que significaba además un patrimonio regional y cultural, razón por la
cual su defensa manifestaba, también una afirmación identitaria.
Un antiguo integrante de la FUCHAD, que continúa aún hoy participando de la
misma, sintetiza claramente el objetivo último que impulsaba el accionar de la
Fundación, la búsqueda de la identidad pampeana.
12
significó una gran apertura en la diversidad de temas que serán incluidos y
abordados por la Fundación.
Otro de los cambios significativos decíamos, se relaciona con los planteos
desarrollistas e identitarios. En este sentido, algunos de los testimonios recogidos
dan cuenta que en las discusiones internas de la Fundación había dos grandes
tendencias, una netamente ligada a la problemática del oeste y a la defensa de los
ríos, y otra más preocupada por otro tipo de aguas y por la cuestión ambiental,
apertura que como mencionáramos más adelante, se produce en el año 1992
cuando la FUCHAD incorpora estas problemáticas dentro de sus objetivos
principales. Algunos remiten a estas discusiones como generacionales, los más
jóvenes pretendían mayor apertura y el grupo fundacional era el que defendía los
planteos desarrollistas como los proyectos de aprovechamiento de los ríos Colorado
y Atuel.
Estas discusiones que se realizaban en los ’90 alejaron a algunas personas, lo que
generó, junto a otros factores, que la Fundación atravesara una fuerte crisis de
participación, como sucedió, en términos generales, en muchas asociaciones y
organismos locales. Esta situación comienza a revertirse a fines de esa década,
cuando se incorporan nuevos integrantes y se impulsan actividades que generan
mayor participación, como numerosos cursos para docentes relacionados con
cuestiones hídricas y ambientales, cursos de ecología regional y de educación
ambiental para alumnos primarios y secundarios, el Congreso de Medio Ambiente
para Adolescentes, charlas, conferencias y seminarios además de diversas acciones
con otras instituciones.
Cabe señalar y como se desprende de las Actas de las reuniones de Asambleas y
de las del Consejo de Administración de la FUCHAD, la insistencia permanente de
los miembros por estimular la participación, instrumentar campañas de socios y
adherentes e incorporar gente joven. En función de ello se impulsan tareas de
concientización, convocatorias a distintos sectores y se proponen actividades que
sumen a la población y favorezcan la difusión de las actividades de la FUCHAD en la
comunidad. Difusión que se plantea no porque se ponga en duda el espacio y la
legitimidad que la Fundación ha logrado en la provincia, fundamentalmente en la
capital, como referente comprometido en materia de recursos hídricos y
medioambientales, sino en pos de estimular y alentar la participación de gente nueva
que dinamice, enriquezca y renueve a la Fundación.
13
En relación a los planteos desarrollistas, algunos testimonios plantean que
comienzan a perder fuerza porque cambia el contexto, las condiciones sociales,
históricas, políticas y económicas de los ’80 quedan atrás y los ’90 traen tiempos
distintos.
Las propuestas de desarrollo basadas en la construcción de polos productivos, como
los proyectos de aprovechamiento de los ríos para impulsar la creación de Colonias
Agrícolas, resultan, en este contexto, poco sustentables o inviables, más aún,
cuando algunos de dichos proyectos tomados como modelos comienzan a ser
bastante cuestionados.
Van a surgir, como consecuencia de lo expuesto, nuevas discusiones en la
Fundación que se relacionarán con la apertura de sus objetivos y diversas
problemáticas sobre cuestiones ambientales como la contaminación, el tratamiento
de desechos y residuos sólidos, la defensa de otros recursos como acuíferos,
bosques de caldenes, entre tantos otros.
Pero, pese a la apertura y al protagonismo de nuevas problemáticas, el reclamo y la
lucha por el agua y por los ríos no desaparece totalmente. En este contexto,
debemos mencionar la campaña de sensibilización denominada “Justicia por el
Atuel” organizada por la FUCHAD y la Asociación Alihuén, en agosto del 2007, que
fue auspiciada por la Municipalidad de Santa Rosa y la Universidad Nacional de La
Pampa. En la cual se realizaron numerosas charlas y conferencias y que finalizó con
una importante asamblea ciudadana que respalda masivamente el reclamo y su
presentación ante la Corte Suprema de Justicia.
Los debates en relación a la identidad y a la pampeanidad no desaparecen
totalmente, de hecho, como mencionamos previamente, muchos integrantes de la
FUCHAD sostienen que aún persisten, incluso ciertas preocupaciones “históricas”
como el oeste pampeano continúa surgiendo en las reuniones, pero ya no vinculada
exclusivamente al río “robado” sino a otras problemáticas como proyectos de
forestación y preservación de la flora.
Hoy la cuestión de la identidad en los círculos académicos no se plantea como la
búsqueda de un único referente que permita distinguir y definir a la población, las
discusiones sobre la identidad también cambiaron y hablamos ya de identidades
múltiples, complejas, heterogéneas, en permanente cambio. Estas discusiones
también se introducen en los grupos preocupados por la identidad, recordemos que
la FUCHAD está integrada por personas muy formadas académicamente en
14
distintas disciplinas, muchos de ellos en geografía, historia y otras disciplinas
sociales, docentes universitarios e integrantes de diversos espacios donde estas
discusiones se desarrollaron con fuerza, lo que inevitablemente también se trasladó
al interior de las reuniones y debates de la Fundación.
La identidad pampeana aparece hoy en las discusiones y acciones de la FUCHAD
pero en relación a otra cuestión como es la patrimonial. La defensa de los recursos
naturales aparece como una defensa patrimonial aún con más fuerza dada la
difusión y masividad de las cuestiones patrimoniales. Así, en las últimas décadas,
preservar el suelo y los acuíferos de la contaminación, significa preservarlos como
patrimonio para futuras generaciones. En este sentido, Arantes (1989) plantea que la
preservación no es un fenómeno nuevo pero que resurge con fuerza y se politiza,
ocupando un lugar en las agendas privadas y públicas. Politización que obedece,
entre otras causas, a los intereses de ciertos grupos que vinculan la preservación
cultural con la defensa del medio ambiente, con la calidad de vida y con los
derechos de ciudadanía. Esta ampliación del concepto de patrimonio, definido como
patrimonio ambiental por los sectores oficiales, se relaciona, además, plantea el
autor, con la inclusión de la problemática en la planificación urbana y en el
establecimiento de políticas de medio ambiente, además, con el crecimiento de los
movimientos verdes y ecologistas. Todos estos aspectos sobre el sentido social y
cultural más amplio de la preservación de los bienes culturales como acción
gubernamental y como bandera de movimientos sociales, obliga a indagar sobre su
naturaleza, sus características, sus implicaciones y sus usos por grupos sociales
específicos, o sea, destaca Arantes, sobre la preservación del patrimonio como
práctica social constitutiva de la dinámica cultural de nuestras sociedades (Arantes
1989).
Esta situación descripta también se produce en la provincia de La Pampa, a partir no
sólo de la ampliación de los objetivos de la Fundación y de la incorporación de los
planteos patrimoniales en sus discusiones, sino también por el surgimiento, a fines
de la década de los ’90, de otras organizaciones ambientalistas como la Asociación
Alihuen y la Fundación EcoSur, cuyas actividades se relacionan con la conservación
de la diversidad biológica, del ambiente y de los procesos ecológicos.
15
Reflexiones finales
Definimos previamente al patrimonio como una construcción social que posee
carácter simbólico por su capacidad para representar una determinada identidad. Al
patrimonializar ciertos referentes, en este caso recursos naturales, espacios o
territorios, se les confiere la calidad de preservables, siempre en función de los
intereses del grupo que lo impulsa. Coincidimos con Cruz Mondino (2004) cuando
plantea que el patrimonio natural incluye tanto a la naturaleza como recurso como
paisaje cultural, esto es el espacio, el territorio cargado de símbolos y connotaciones
valorativas, de historia, tradiciones, que generan la construcción de identidades.
Patrimonio natural entonces que se constituye por el medio sobre el cual se
representan y que utilizan los grupos para perpetuarse como tales, espacio que
funciona como referente privilegiado de la identidad socioterritorial. La naturaleza
entonces, lejos de representar exclusivamente una fuente de recursos, constituye un
paisaje cultural, entendido como el espacio percibido y construido por el sujeto,
perteneciendo así al orden de la representación y la vivencia, donde se conjugan
tanto valores ecológicos como humanos y las huellas de las relaciones de los
diversos grupos sobre dicho espacio, relaciones que remiten a determinados
intereses, tradiciones, historias que los distinguen (Giménez 2001). Esta naturaleza,
este paisaje, la región, entendida como el espacio socialmente construido, los
recursos que en ella se encuentran, se convierten así en referentes patrimoniales.
Los ríos en un comienzo, regiones como el oeste pampeano, el suelo, el
medioambiente, los recursos en general después, encarnan referentes que la
FUCHAD selecciona como elementos patrimoniales que necesitan ser preservados,
tanto por su valor económico y ecológico, como por su valor cultural. Los recursos y
los significados atribuidos a ellos conforman el patrimonio pampeano y por ende
también su identidad.
La preocupación por la preservación de los recursos naturales patrimoniales está
planteada en la FUCHAD desde sus comienzos y continua representando hoy una
defensa constante en sus reclamos y acciones. Por ello, y a pesar de los cambios
mencionados, la cuestión de la identidad continúa presente, no ya asociada a los
planteos desarrollistas iniciales sino a la defensa y preservación del patrimonio
natural provincial, un patrimonio que define y representa a un territorio que por su
geografía y su historia lo distingue de otras regiones en el contexto nacional.
16
Mapa 1: Ubicación del río Atuel
17
Bibliografía
Arantes, A. (1989). La preservación del patrimonio como práctica social. En: Ariño,
Antonio (1999). Asociacionismo y patrimonio cultural en la comunidad valenciana.
(pp. 35-60). Valencia. Consellería de Educación y Cultura.
Ariño, A. (1999). Asociacionismo y patrimonio cultural en la comunidad valenciana.
Valencia. Consellería de Educación y Cultura.
Asencio, M. (1996). Ensayos sobre la teoría del desarrollo y el caso argentino. Santa
Fe. Universidad Nacional del Litoral.
Ceballos, R. (1989). Antropología y políticas culturales. Patrimonio e identidad.
Buenos Aires. Edición del Autor.
Casasola, L. (1990). Turismo y ambiente. México. Ed. Trillas.
Coraggio, J. (1972). Hacia una revisión de la teoría de los polos de desarrollo. Eure.
Revista Latinoamericana de Estudios Urbano Regionales. Vol. II, N° 4. Instituto de
Estudios Urbanos y Territoriales. Universidad Católica de Chile. pp. 2-19.
Covas, M. R. (1998). Los espacios socioeconómicos de la provincia de La Pampa,
Argentina. Huellas. Revista de Geografía. N°3. Facultad de Ciencias Humanas,
UNLPam. pp. 15-27.
de la Cruz Mondino, R. (2004). Patrimonio natural y reservas marinas. Pasos.
Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. Vol. 2, Nº 2. España. Universidad de La
Laguna. pp. 179-192.
Fundación Chadileuvú (2005). 20° Aniversario. 1984-2004. Recopilación de algunas
actuaciones.
Giménez, G. (1994). Apuntes para una teoría de la región y de la identidad regional.
Estudios sobre las culturas contemporáneas. Año/Vol. VI Nº 18. Colima, México.
Universidad de Colima. pp. 165-173.
Prats, Ll. (2001). Antropología y Patrimonio. España. Editorial Ariel.
Santana Talavera, A. (2003). Editorial. Pasos. Revista de Turismo y Patrimonio
Cultural. Vol. 1. N°1. Universidad de La Laguna. España. pp. 1-12.
Torrado, S. (2007). Población y bienestar en la Argentina del primero a segundo
centenario: una historia social del siglo XX. Buenos Aires. Edhasa.
18
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: 6. Identidad y Territorio
Resumo
O meio rural vem sofrendo transformações, principalmente na relação entre campo e
cidade, sobretudo através do processo de modernização, baseada no longo
processo de transformação e industrialização. Nessa perspectiva, pesquisadores
imersos na temática do rural contemporâneo, movidos pela concepção do “novo”,
visualizaram potencialidades além do ato de produzir, consagrando um suposto
novo rural. A agricultura familiar apresenta-se, neste cenário, com uma nova
conjuntura rural. Com a globalização, principalmente com as inovações tecnológicas,
verificam-se profundas transformações nas organizações sociais, tornando-se
possível a vivência de condições antes não imagináveis, principalmente no chamado
meio rural. O presente artigo busca discutir de que forma a internet pode influenciar
o modo de vida dos agricultores familiares uma vez que nota-se uma duplicidade de
consequências, sendo elas, por um lado, a internet enquanto gerador de informação
e conhecimento e, por outro lado, tal ferramenta como um forma de homogeneizar
e/ou massificar o meio rural. Dessa forma, buscar-se-á discutir a transformação dos
modos de vida, fazendo um apanhado sobre o panorama da agricultura familiar e as
ruralidades contemporâneas; em um segundo momento, analisar a influência da
internet nesse contexto, tratando o rural “para dentro da porteira” e o “para fora da
porteira”, refletindo sobre os agricultores, suas organizações e o mercado, levando-
se em consideração as transformações no rural brasileiro através do progresso de
inovação e desenvolvimento tecnológico no rural, para em fim, concluir o apanhado
geral tentando observar se há desenvolvimento rural.
Palavras-chaves: Internet, meio rural, agricultura familiar, modos de vida,
desenvolvimento rural
Introdução
A chamada “indústria da informação e comunicação”, sendo ela a propositora
de aparatos como televisão, rádio, computador e outros artefatos que geram
comunicação, vem ganhando espaço e poder jamais imaginados em qualquer outra
época. Com a crescente utilização das Tecnologias de Informação e Comunicação1
(TICs), considera-se que a internet, enquanto uma ferramenta para a comunicação
surge para se juntar aos formatos considerados tradicionais dessa indústria da
informação e da comunicação, podendo contribuir para o aumento de diversas
transformações nesses meios de comunicação, nos usuários e no mundo.
No que concerne ao meio rural, a internet, apesar de se apresentar ainda aos
poucos, pode trazer benefícios, a partido do momento em que, em certa medida,
proporciona um maior acesso à informação pelos agricultores que poderão manter-
se atualizados no que diz respeito à meteorologia, aos preços e aos circuitos do
mercado agrário, entre outros, através da rápida disseminação de informação. De
acordo com Matos (2009), as novas tecnologias podem auxiliar indivíduos e grupos
a estabelecerem laços comunicativos capazes de ampliar a opinião pública e trazer
novas contribuições para o debate sobre questões de interesse coletivo.
Com a globalização, principalmente com as inovações tecnológicas,
verificam-se profundas transformações nas organizações sociais, tornando-se
possível a vivência de condições antes não imagináveis, principalmente no chamado
meio rural. A agricultura familiar pode apresentar-se, neste cenário, com uma nova
conjuntura rural, já que, grosso modo, o produtor assume a sua condição de
“produtor moderno”.
O artigo tem como objetivo principal discutir de que forma a internet pode
influenciar o modo de vida dos agricultores familiares uma vez que pode-se notar
uma duplicidade de consequências, sendo elas, por um lado, a internet enquanto
geradora de informação e conhecimento e, por outro lado, tal ferramenta como um
forma de homogeneizar e/ou massificar o meio rural. Para isso, dividiu-se o trabalho
em quatro seções.
Na primeira parte, denominada “Globalização e as mudanças informacionais
no meio rural – O papel da Internet”, buscou-se conceitualizar a questão da
1
TICS incluem todos os recursos tecnológicos integrados, como rádio, televisão, computador, que geram
conhecimento, informação e comunicação interferindo nos processos informacionais.
agricultura familiar em um mundo cada vez mais globalizado, apontando algumas
mudanças decorrentes do advento da comunicação no meio rural.
Após um esclarecimento do entendimento sobre o tema em discussão,
buscar-se-á analisar “A repercussão da internet no modo de vida no meio rural”,
apresentando um panorama da utilização do computador e da internet no Brasil, e
debatendo-se se isso influencia no modo de vida rural na agricultura familiar
brasileira.
Serão tratados, após isso, os efeitos da internet sobre a Agricultura Familiar,
no “para dentro da porteira”, levando em conta os agricultores, sua família, a
questão da terra e do trabalho; e o “para fora da porteira”, refletindo sobre os
agricultores, suas organizações e o mercado, para em fim, concluir o trabalho
buscando discutir os desafios para o Desenvolvimento Rural na perspectiva dos
meios de comunicação social.
Muito tem-se discutido sobre o que vem a ser rural e o que este se diferencia
do urbano. Têm-se notado, que a fim de driblar algumas facetas atribuídas ao meio
rural, as famílias rurais vêm buscando formas de diversificar seus meios de vida, o
que, como ressalta Niederle e Grisa (2008), tem gerado com que os agricultores
busquem novas formas de desenvolvimento, gerando-o em um âmbito mais
localizado. De acordo com Bordenave (1988, p. 8), esta diferenciação pode estar
relacionada diretamente devido ao fato de
2
O termo “glocal” é utilizado, segundo Adami (2011) na Enciclopédia Intercom de Comunicação, desde a década
de 1980, como referência em localizar o global, sem se perder o contexto regional, valendo também o contrário,
onde o local expande-se de tal forma que passa a ser global. Assim, o termo pode ser empregado para explicar,
na contemporaneidade, a política, a economia e/ou a cultura tanto no local como no global.
diversos tipos de interferências e profundas mudanças nos últimos anos, levando os
produtores a terem que se adaptar a essa nova realidade, conforme argumentam
Vieiro & Silveira (2011, p. 259):
A boa notícia é o acesso à Internet nos domicílios na área rural ter crescido
(...) o que sugere um avanço significativo das pessoas que usam a rede em
casa nessas áreas. (...) Políticas públicas voltadas à redução das barreiras
para o acesso à Internet podem acelerar a revisão dessa tendência e, assim,
impulsionar ainda mais o processo de inclusão ao uso da internet. (CETIC,
2009, p. 134)
Pode-se dizer em certa medida, após analises dos dados apresentados, que
mesmo sob efeitos da globalização e o crescente aumento do acesso à internet no
meio rural, os meios de vida, o modo de ser e de produzir no campo não é
visivelmente alterado com o advento da comunicação, principalmente da internet,
por este estar recentemente sendo introduzido no meio rural. Porém, como alerta
Froehlich (2012, p.204), o mundo rural não pode ser interpretado, portanto, apenas
como a penetração do urbano industrial naquilo que se definia convencionalmente
como rural, mas, igualmente, pelo consumo, realizado pela sociedade urbano-
industrial, de bem simbólicos e materiais, e de práticas culturais reconhecidos como
próprios do dito mundo rural.
Diante desse cenário, podemos observar, grosso modo, que sim, o acesso à
internet no meio rural pode aumentar o acesso à informação, que podem ou não
trazer melhorias significativas às condições de vida no rural, porém, isso não
necessariamente irá gerar grandes interferências no modo de vida dos agricultores
familiares.
Conclusão
Referências
ALBAGLI, Sarita; Conhecimento, inclusão social e desenvolvimento local. In:
Inclusão Social. Vol. 1, Nª 2, 2006.
HOBSBAWN, E. Peasants and Politics. The Journal of Peasant Studies, v.1, n.l,
1973, pp. 3-22.
Resumen
Esta ponencia presenta algunos datos y reflexiones con el objetivo de contribuir a
explicar y comprender procesos, prácticas y saberes en torno al territorio de
migrantes africanos -en su mayoría senegaleses- recientes en Argentina, a partir de
indagar sus trayectorias por medio de una aproximación etnográfica desarrollada en
la Ciudad de La Plata y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Lo anterior, focalizando en las experiencias registradas de circulación migratoria en
un espacio transnacional, de inclusión en redes sociales de migrantes y de
producción y puesta en juego de saberes específicos atinentes a la situación de
migración.
Asimismo, atendiendo a su contextualización en el marco de las nuevas tendencias
migratorias extracontinentales en África y en el escenario global de la movilidad
humana ligada a la desigualdad económica internacional.
El trabajo etnográfico con migrantes africanos recientes en Argentina se inscribe, por
una parte, en mi proyecto de tesis doctoral, que aborda procesos de comunicación y
representación social de africanos y afrodescendientes en la sociedad local en la
actualidad. Por otra, en el proyecto de investigación denominado “Inserción local,
articulación social y estrategias comunicacionales en situación de migración”
(Acreditado por la UNLP. Director Adriana Archenti) que indaga esas dimensiones
de la migración de personas de países africanos y latinoamericanos en la región de
La Plata.
Procesos de movilidad poblacional
Para mi trabajo parto de considerar que hay lecturas locales y, en general,
occidentales (registrables en el discurso mediático, político, académico) sobre el
contexto de emigración africano, en general, que ostentan una dimensión ideológica
y política que debe ser considerada en forma crítica. Al respecto algunos autores
(María Elena Álvarez Acosta, Jesús Contreras Granguillhome, Daniel Toledo Beltrán,
Mbuyi Kabunda Badi entre otros) acusan sesgos racistas, eurocéntricos y
colonialistas en los análisis sobre la realidad económica, social, política de África y
los países africanos (Kleidermacher, 2011). Entiendo, en esta línea de ideas, que
hay que ser cuidadosos de posturas que aún con buenas intenciones describen el
continente africano como un espacio desvastado y a las sociedades africanas como
organizaciones sociales diezmadas (en buena parte apelando al argumento de los
“Estados Fallidos” (Santos, 2009)). También de conceptualizaciones que, en
correlación con las descripciones mencionadas, definen a los migrantes africanos en
tanto sujetos desesperados (se alude, por ejemplo, a “migraciones desesperadas”
(Blanco, 2009)).
En cambio, parto de considerar que las migraciones son parte de la historia social de
esas poblaciones y, al menos en parte, “siguen ancladas en las tradiciones étnicas
de algunos pueblos” (Sow, 2005). Incluso, entiendo que con algún grado de relación
con ese fenómeno, la mayor migración en África es intrarregional.
A pesar de una percepción generalizada en los medios de comunicación en
el sentido de que Europa corre el riesgo de verse invadida por una corriente
de migrantes de África, el porcentaje de africanos que emigra al extranjero
sigue siendo relativamente modesto (…) Alrededor de dos terceras partes
de los migrantes del África Subsahariana se trasladan a otros países de la
región. Solamente el 4% del total de los migrantes que viven en los países
de la OCDE [Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos]
son originarios del África Subsahariana (…) En 2010, el 64% de la migración
subsahariana era de carácter intrarregional y laboral, y se dirigía
principalmente a países como Burkina Faso, Kenya y Sudáfrica (OIM, 2011:
68).
Aunque en lo que refiere a la migración africana extracontinental se registran nuevas
tendencias, por ejemplo, en la diversificación de las trayectorias migratorias, siendo
2
que “tanto en el interior del continente como en el exterior, algunos países que no
estaban en la mirada de los emigrantes africanos han aparecido como destinos
importantes” (Sow, 2005).
Todo lo anterior sin desconocer que, en general, las emigraciones y, en particular,
las migraciones extracontinentales (fundamentalmente hacia Europa) también tienen
vinculación con la situación económica, política y social de África y los países
africanos. Situación que debe entenderse, siguiendo a Tablada, Houtart y Smith
(2007), no como resultado de una falta de integración de África al sistema capitalista
global sino por la forma en que esa incorporación se ha llevado a cabo y se sostiene
en la actualidad. A saber, concibiendo a este continente como periferia de la
globalización y de modo de asegurar el dominio geoestratégico de los Estados del
centro, en una relación neocolonial.
Más todavía, paralelamente a la situación económica crítica y, a la vez, asociada a la
misma, con excepción de algunos países del sur del continente el resto del territorio
africano registra múltiples situaciones de conflicto y problemas sociales y políticos.
En particular, para algunos de los países emisores de los migrantes que
recientemente han arribado a Argentina, muchos de ellos solicitantes de refugio,
Robert (2012) describe un escenario que define en términos de “tendencia
delicuescente”.
Si bien la mayoría de los países de África Occidental viven en paz, los focos
de crisis latente son muchos y rebosantes de potenciales
desestabilizaciones: la región senegalesa de Casamance, limítrofe con
Gambia y Guinea Bissau, sufre regularmente de explosiones de violencia
separatista (secuestros, atentados); en el delta del Níger, bandas armadas
extorsionan a empresas y sabotean las instalaciones petroleras de Nigeria,
con repercusiones en Camerún, Togo y Benín; en los países de la Unión del
Río Mano (Costa de Marfil, Liberia y Sierra Leona), los conflictos recientes
han dejado sus huellas. La región saharo-saheliana, por su parte, es el
campo de acción de movimientos criminales, de grupos islamistas radicales
y de reivindicaciones tuaregs que crean una división de hecho de Malí
(Robert, 2012: 27).
Las problemáticas mencionadas son sólo algunas de las existentes en las
sociedades de emigración y registradas en la información de prensa y la bibliografía
3
académica específica (entre ellas el SIDA, la corrupción, el tráfico de inmigrantes y
armas).
Sin embargo, las dificultades económicas y los conflictos armados son los tópicos
más citados en términos de causas que justifican la emigración por parte los
migrantes con los que he tenido contacto y por la bibliografía relativa a la migración
africana reciente en la sociedad local.
Ya en orden de estimaciones cuantitativas sobre el fenómeno migratorio africano
contemporáneo, cabe destacar que los reportes de agencias internacionales revelan
un incremento en el flujo de migrantes y refugiados extracontinentales provenientes
principalmente de una diversidad de países africanos hacia las Américas y, en
1
particular, a la región de América Latina .
En este contexto, a partir del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas
(INDEC, 2010) en 2010 se registraron 2.738 personas procedentes de países
africanos radicadas en Argentina. Cantidad que representa un crecimiento de casi el
50 por ciento respecto a los registros del Censo Nacional del año 20012.
En efecto, desde mediados de la década del noventa se registra una nueva corriente
de migrantes africanos que incluye procedencias de diversos países tales como
Senegal, Costa de Marfil, Malí, Nigeria, Guinea, Ghana, Togo, Sierra Leona, Liberia,
Gambia y Camerún.
En este contexto, el trabajo de campo de las investigaciones antes mencionadas
involucró la comunicación con diversos interlocutores migrantes e implicó observar,
acompañar y participar en su dinámica interaccional.
En particular, mis interlocutores migrantes principales en el contexto local (algunos
continúan en La Plata o la CABA, otros se han trasladado a otra ciudad del país o
del exterior y dos de ellos han regresado a su país de origen) han sido diez personas
procedentes de Senegal (8), Togo (1) y Nigeria (1)3. Aunque cabe decir que también
mantuve conversaciones ocasionales con alrededor de diez migrantes más, la
mayoría de nacionalidad senegalesa.
1
Se expresa en este sentido el documento Migración Extracontinental en América Latina: Algunas tendencias y
consideraciones de protección internacional, Juan Carlos Murillo, Director de la Unidad Legal Regional para las
Américas del ACNUR, 2010. Disponible en: http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/7720.pdf?view=1 [Consulta
realizada el 07/10/2011].
2
Hay que tener en cuenta que una parte importante de los migrantes africanos recientes podría no estar incluida
en tal estimación por autoexclusión de los mismos de la participación en el operativo censal oficial. Además, hay
que decir que esa cantidad numérica reúne a todas las nacionalidades africanas en el país.
3
Cuando refiera a ellos no usaré sus nombres completos sino las iniciales de algunos de sus nombres y/o de los
apellidos.
4
En este marco y a partir de una indagación sobre las trayectorias migratorias de mis
interlocutores (fundamentalmente de los diez principales, pero no en forma
exclusiva) surgen las consideraciones que aquí expongo, cuyo objetivo, como señalé
antes, es contribuir a explicar y comprender prácticas y saberes de los migrantes
africanos en cuestión en torno al territorio. Cuestiones que, desde mi perspectiva,
resultan significativas por tratarse de una población que evidencia circulación en un
espacio transnacional, inserción en redes migratorias y producción de saberes
específicos relativos a la movilidad.
5
Pero considerando estrictamente al grupo senegalés y específicamente el
emprendimiento migratorio que registraban para llegar a Argentina. El itinerario
identificado indica en casi todos los casos, primero, el paso por Brasil con la
movilización allí de redes ya constituidas por la familia, los mourides o, en general, el
colectivo étnico/nacional4. Incluso el acceso a regularización documentaria de
carácter temporario y la posibilidad de trabajo. Luego, por decisiones propias, el
ingreso a Argentina para unirse a las redes constituidas aquí, con acceso a las
actividades laborales desarrolladas por los miembros de las mismas. Más adelante
en el tiempo, la opción y la decisión de instalarse en alguna ciudad del interior del
país o de circular por distintas ciudades. Además, el traslado de un punto a otro
según las temporadas (invierno, verano) o incluso según un calendario de
festividades (siempre en relación con el ejercicio de la actividad laboral)5. Entretanto,
en algunos casos con una frecuencia anual y en otros con una periodicidad más
extensa, se producen viajes de regreso al lugar de origen y/o salidas
circunstanciales hacia el exterior para renovar documentación. Por lo demás, hay
quienes dejan Argentina para migrar hacia otro país.
En este marco, la trayectoria de los migrantes no revela un desplazamiento lineal de
un espacio hacia otro, en cambio, se observan zonas de tránsito, estancias más o
menos prolongadas, retornos, con relaciones relativamente densas y estables en
cada lugar.
Esos diferentes espacios y desplazamientos (por caso, Dakar, Sao Pablo, Buenos
Aires y ciudades de la Costa Atlántica y/o del interior de Argentina y los itinerarios
asociados) conforman un campo de circulación extenso. Más aún, tal amplitud
demuestra una planificación, y la circulación se constituye en una práctica que, más
allá de los condicionantes que pueden intervenir para que se produzca (por ejemplo,
la necesidad lógica y vital de encontrar espacios de trabajo), es pensada en términos
estratégicos.
4
El itinerario que vincula Senegal (Dakar), Brasil (Sao Pablo), Argentina (Buenos Aires) ha sido registrado en
varios antecedentes de este trabajo (Cullenward, 2009; Espiro, 2011; Gabriel, 2010; Zubrzycki y Agnelli, 2009).
También, aunque refiere a migrantes procedentes de África y de América Latina, el informe “Perspectivas
socioculturales y sociodemográficas de la población afrodescendiente y africana de la CABA” (Bidaseca, 2010)
demuestra una ruta migratoria compuesta de múltiples países de estadía/pasaje.
5
Cuando aludo a la circulación en función de temporadas y/o de un calendario de festividades me estoy
refiriendo exclusivamente a quienes trabajan en el comercio ambulante, que en el caso específico de mis
interlocutores se trata de seis personas, sobre un total de diez, y las mismas conocían y habían desarrollado
alguna o todas las alternativas aquí expuestas.
6
En este sentido, la circulación se define como la movilidad de los migrantes en el
espacio y las relaciones, firmes y afectivas, establecidas con el espacio construido,
discontinuo, recorrido (De Tapia, 2006).
Ese espacio toma forma con la movilidad de individuos o redes de migrantes que se
insertan en el mismo creando un territorio original. Así, parafraseando a De Certau
(2000), el territorio es “espacio practicado”, implica una carga de sentidos
intersubjetivos por parte de quienes lo practican, identifican y habitan.
En esta línea de razonamiento, los migrantes africanos senegaleses territorializan
los espacios a partir de su circulación. A la vez, esa movilidad va configurando su
trayectoria migratoria y posibilita un conjunto de relaciones que giran alrededor de un
principio organizador, con intercambios recíprocos y objetivos comunes Carnet
(2011).
Desde la perspectiva que sostengo, la definición de los itinerarios y modalidades de
la circulación, así como la detección, selección y formas de articulación en redes, se
vinculan con conocimientos específicos, en términos de Arab (2008), con un savoir
migrer.
Entendemos por saber-migrar y saber-circular la capacidad de los migrantes
de movilizar sus redes migratorias, sus conocimientos y el desarrollo de
estrategias de contención para su desplazamiento, migración y circulación
(Arab, 2008: 21).
Por su parte, al analizar las prácticas cotidianas de un grupo de migrantes
senegaleses en Granada que despliegan sus acciones en un espacio interfronterizo
definido por vínculos informales de apoyo y pertenencia con base en redes sociales
que vinculan las sociedades de origen y destino, Suárez Navaz (1996) señala que el
espacio social transnacional no es tal sólo por los múltiples emplazamientos
geográficos de los actores que lo constituyen sino también porque a quienes
ingresan en ese espacio se les imponen las relaciones de poder resultantes de los
distintos sistemas hegemónicos conexos.
Precisamente, en abril de 2010 me llegó un correo electrónico de P. D., quien en ese
momento se hallaba en Dubai, con la respuesta a una pregunta que le había
formulado por la misma vía de comunicación.
Europa tiene una deuda grande con África, porque durante 2 siglos
toda la revolución industrial europea estaba financiada con los
recursos naturales africanos robados durante la colonización. Y ahora
7
no se puede hablar de justicia international y de cooperación
armoniosa entre África y Europa sin hablar de esta deuda histórico que
tiene consecuencias hasta ahora sobre la vida diara de los africanos.
Y si Europa no regla este problema, va perder seguir el poder en
África. Y China va profitar de este desamor (…) Ya llego de nuevo a
China para seguir mi trabajo. A Brasil, ha encontrado un estudiante
senegalese que viene a estudiar a Argentina. Le ha dado tu contacto
(P. D., 22/04/2010).
Aquí P. D. realiza una lectura de las relaciones históricas de desigualdad entre
Europa y África e interpreta que en el contexto global actual las relaciones
económicas, políticas y de poder se reconfiguran. Por este motivo, se posiciona
individualmente según las nuevas lógicas que identifica en la dinámica geopolítica
que explica según su propia perspectiva.
La interpretación de esta coyuntura le indica que las posibilidades de desarrollo
económico se sitúan en torno a la República Popular China y eso explica su
emplazamiento actual.
Pero esta inserción oportuna no le impide seguir circulando y tejer una red de
relaciones y contactos que se extiende más allá de su localización espacial concreta.
“A Brasil, ha encontrado un estudiante senegalese que viene a estudiar a Argentina.
Le ha dado tu contacto “(P. D.).
El enlace que establece P. D. entre personas que conoce en el curso de su
movilidad tiene una razón de ser. Potencialmente aportará a la experiencia
migratoria de su connacional, persona a la que eventualmente él mismo recurrirá si
lo necesita durante alguna de sus estadías en Buenos Aires y migrante senegalés
que puede ser un interlocutor en mi investigación, a la vez que en tanto académico
puedo prestarle orientación para concretar sus estudios.
Así, la movilidad de P. D. parece forma parte de una estrategia, de un saber-migrar
posible de socializarse con quienes sucesivamente se integran a la red social. Se
trata de un saber que se adquiere, también, en la experiencia de la circulación y se
pone en juego en múltiples situaciones.
En base a los relatos recogidos, interpreto que ese saber se pone en juego, por
ejemplo, en los mecanismos de evasión de las normativas y controles para el
ingreso al país. También en los procedimientos de obtención de la documentación
necesaria para la migración. Cuestiones ambas, pero no las únicas, que involucran
8
estrategias y medios que se conocen en instancias de socialización de información
previas a cruzar las fronteras.
Este saber interviene asimismo en el ejercicio de la actividad económico-laboral en
el lugar de destino, cuando los migrantes ya insertos informan a los demás las zonas
favorables/desfavorables y los espacios ya “ocupados” para la comercialización
(Zubrzycki y Agnelli, 2009).
En efecto, la actividad laboral que ejercen la mayoría de los migrantes africanos
recientes en Argentina requiere localizar un espacio de acceso público y gran
circulación de personas donde instalar un puesto o poder circular.
En ese marco, la información sobre zonas favorables/desfavorables puede derivar
de los (re) conocimientos propios o de su socialización en la red de relaciones
establecidas en el lugar de destino. Pero en ningún caso deja de ser el producto de
una circulación, propia y/o de otros, por la que se llega a “encontrar” un sitio que aún
no había sido localizado o “ver primero” una zona favorable y “ocupar” el espacio
(todas palabras clave, las entrecomilladas, que registré durante un conversación con
D. respecto a las modalidades seguidas para montar un puesto de venta de
bijouterie en la vía pública).
Con todo, los espacios pueden estar marcados por la presencia previa de otros
miembros del colectivo social y su ocupación producirá conflictos.
Este tipo de problemas he podido observar durante mi acompañamiento a algunos
migrantes y puedo decir que son más habituales entre personas que no comparten
una misma red (aún cuando sean de la misma nacionalidad). De hecho, de compartir
el núcleo de socialización el “intruso” posiblemente habría accedido a la información
que le indicaba que estaba en un territorio ajeno.
Al menos en parte, la capacidad de circular está basada en la pertenencia a redes
que reúnen las experiencias, las competencias y la sociabilidad.
Más todavía, por lo general, la inserción del migrante senegalés recién arribado en la
sociedad local se hace primero a través del vínculo con los miembros de su colectivo
étnico/nacional (Zubrzycki y Agnelli, 2009). Ese primer ámbito es el que le permite
desarrollar sus actividades y vivir la movilidad. Asimismo, es una forma de
sedentarismo temporario (Arab, 2008).
En este planteo, circulación y permanencia no son antitéticos, el saber-migrar tiene
que ver con aptitudes para sacar provecho de la movilidad y al mismo tiempo hallar
formas de permanencia indispensables a un proyecto migratorio.
9
T. J., por su parte, pone el acento en la posibilidad de tener/no tener contactos,
familiares, objetivos, recursos (económicos, educativos), lugar de residencia, como
un aspecto que define las posibilidades de circulación y permanencia.
Conozco mucho. Soy joven y ya conozco un montón (…) ya conseguí mi
empresa, auto, todo. Soy dueño. Soy liberal, puedo charlar con todo el
mundo. Empresarial ¿entiendes? Charlar con todo el mundo para alcanzar
algo (…) Vos tenés que saber, hay una técnica, si vos sabes… Yo estoy en
la escuela, estamos haciendo mezcla [desarrolla una Tecnicatura en sonido
en una escuela local] tengo la ventaja (…) Yo conocía un amigo acá, el me
mando Visa, todo. ¡Venite! Sino qué voy a buscar acá (T. J., 23/05/2010).
Precisamente, a partir de estos atributos y recursos, que comprendo como un capital
material y simbólico, este interlocutor se define así mismo como un migrante
“internacional”, y se diferencia de algunos que llama “aventureros” (en particular
senegaleses. Aunque aquí, en términos de Barth (1976), las
categorizaciones/distinciones étnicas, que sí muestran efectividad en otros
contextos, pierden énfasis en función de otros signos diacríticos)6.
Hasta aquí, las trayectorias y prácticas aludidas en este apartado, así como el
sentido que adquieren para los propios migrantes y en el marco de mi trabajo
interpretativo, remiten a la dinámica relacional al interior del colectivo “africano”, en
general, y del grupo senegalés, en particular. Evidencian regularidades,
representaciones compartidas y distinciones sociales.
Pero las trayectorias migratorias y los bagajes (inter) culturales, de conocimiento e
información y redes relacionales asociadas a las mismas constituyen para los
migrantes (podría decir que para todos los entrevistados en mi trabajo) un rasgo de
distinción y diferenciación a partir del que valoran a la sociedad local y sus
miembros, en general, como “cerrados”. Puede decirse que esa es una percepción
general.
En cambio, ese rasgo distintivo del migrante le posibilita, según la propia
perspectiva, tener una percepción más abierta y una actitud más comprensiva con la
incomprensión de los Otros.
6
Las representaciones del aventurero en tanto figura de la migración africana es historizada y analizada por
Bredeloup (2008) con resultados sugerentes para pensar la heterogeneidad de quienes asumen esa figura y los
procesos hegemónicos estigmatizantes que operan, especialmente en Occidente, al calificar a los migrantes
africanos.
10
Conclusiones
Retomando lo antedicho, he referido al potencial pasaje de un desplazamiento lineal
y continuo a las trayectorias sinuosas y con discontinuidades; a la extensión del
campo de circulaciones y relaciones y su concepción estratégica por parte de los
actores; a la vigencia de las estructuras y relaciones de poder asociadas al modelo
moderno de organización estatal y la geopolítica imperialista, con sus respectivos
condicionamientos sobre la circulación migratoria y la vida cotidiana de los
migrantes. También a la articulación entre circulación y saberes específicos, que los
sujetos conciben como estratégicos y son posibles por la práctica migratoria y las
inserciones en redes sociales que hacen a la territorialización de los espacios
recorridos. Tales saberes involucran prácticas, conocimientos, informaciones
aplicables en la vida cotidiana y que funcionan como marcadores de diferenciación,
haciendo a la configuración de identificaciones.
Hasta aquí, he mostrado que la población estudiada se caracteriza, al menos en
parte, por su movilidad geográfica, física y también simbólica. Pero, en particular, la
movilidad geográfica no impide la construcción de una localidad, de una
territorialidad, y por consiguiente de una forma de presencia simultánea en los
diferentes espacios recorridos.
En mi investigación he notado que la movilidad asociada a la circulación migratoria
no significa el abandono total de una forma de sedentarismo; las idas y vueltas entre
diferentes polos suponen una cierta estabilidad de los mismos como referentes. Esta
forma de estabilidad parece ser construida por todos los migrantes, a la vez, en
todos los momentos y lugares del campo migratorio. Distintos espacios, en lo
próximo o lo lejano, pueden ser territorios de identificación y de estabilización.
Entiendo que se trata de considerar la circulación no sólo como un desplazamiento
en el espacio sino como una práctica simbólica e identitaria que opera en la esfera
social. La circulación y la producción de saberes específicos en el contexto de la
movilidad parecen estar articuladas.
Los procesos migratorios han implicado siempre un traslado geográfico y una
eventual circulación entre los lugares de origen y destino; así como la necesidad de
información, contactos y el establecimiento de relaciones que posibiliten la
emigración y la inserción en la sociedad receptora. Sin embargo, las características
específicas de los movimientos migratorios contemporáneos imprimen a las
11
prácticas condiciones y matices singulares que pueden ser comprendidos y
explicados en su complejidad con herramientas acordes a los cambios acontecidos.
Bibliografía
ALIOUA, Mehdi. 2008. À la rencontre de la sociologie d'Alain Tarrius. Du paradigme
de la mobilité au territoire circulatoire. E-migrinter N°1: 7-19. Poitiers.
ARAB, Chadia. 2008. La circulation migratoire: Une notion pour penser les
migrations internationales. E-migrinter, Nº 1: 20-25. Poitiers.
BARTH, Fredrik. 1976. Introducción. En: Barth, Fredrik (Comp.) Grupos étnicos y sus
fronteras. La organización social de las diferencias culturales, pp. 9-49. Fondo de
Cultura Económica, México D.F.
BIDASECA, Karina (Dir.). 2010. Perspectivas socioculturales y sociodemográficas de
la población afrodescendiente y africana de la CABA. UBA – Asociación Civil África y
su Diáspora, Buenos Aires.
BLANCO, Pablo. 2009. Cuerpos desesperados. La experiencia migratoria de
polizones africanos que arriban a la Argentina. Miradas en Movimiento, Vol. II: 34-61.
Disponible en: http://www.espaciodeestudiosmigratorios.org/33 [Consulta realizada
el 18/05/2012].
BREDELOUP, Sylvie. 2008. “L'aventurier, une figure de la migration africaine“.
Cahiers internationaux de sociologie, Vol. 2, N° 125 : 281-306. Paris.
CARNET, Pauline. 2011. Estrategias de activación y de construcción de redes
sociales en la migración. El Ejemplo de los migrantes africanos clandestinizados en
la frontera sur española. REDES- Revista hispana para el análisis de redes sociales,
Vol. 20, Nº 10a: 232-250.
CULLENWARD, Laura. 2009. La inmigración africana a España y Argentina en la
época de la globalización. Tesis de honor. Departamento de Estudios Hispánicos,
Macalester Collage.
DE CERTAU, Michel. 2000. La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer (1980).
Iteso - Universidad Iberoamericana, México DF.
DE TAPIA, Stéphane. 2006. “La circulation des hommes et des biens dans le champ
migratoire turc : itinéraires et impacts économiques”. En : Fariba, Adelkhah y Jean-
Bayart, François (Dir.) Migration internationale et anthropologie du voyage, pp. 26-
60. FASOPO, París.
ESPIRO, María Luz. 2011. AfricaNo: experiencias de vida de inmigrantes africanos
en Argentina a través de un corto documental. X Congreso Argentino de
Antropología Social, Buenos Aires.
GABRIEL, Alejandra. 2010. Gravitación de pautas comunitarias en la inmigración
senegalesa. Tesis de Grado. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación,
Departamento de Sociología, La Plata.
12
KLEIDERMACHER, Gisele. 2011. Algunos elementos para “leer” la historia de África
Subsahariana. En Álvarez Costa, María E. (Coord.) África Subsahariana: sistema
capitalista y relaciones internacionales, pp. 449-466. CLACSO, Buenos Aires.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA Y CENSOS, INDEC. 2010. Censo
Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010. INDEC, Buenos Aires. Disponible
en: http://www.censo2010.indec.gov.ar/index.asp [Consulta realizada el 15/10/2012].
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LAS MIGRACIONES (OIM). 2011.
Informe sobre las migraciones en el mundo 2011 – Comunicar eficazmente sobre la
migración. OIM, Ginebra.
ROBERT, Anne-Cécile. 2012. Qué queda de las fronteras africanas. Le Monde
Diplomatique, Año XIV, Nº 162: 27-29. Buenos Aires.
SANTOS, Gabriel M. Villareal. 2009. Estados fallidos: definiciones conceptuales.
Cámara de Diputados de los Estados Unidos de México, México DF.
SAYAD, Abdelmalek. 2010. La doble ausencia. De las ilusiones del emigrado a los
padecimientos del inmigrado [1999]. Barcelona: Anthropos.
SOW, Papa. 2005. Migraciones y movimientos de personas en África: Circulación,
Territorios y fronteras. XIX edició Africa: Camins per la pau, Recull de ponències:
305-312. Sant Cugat del Vallès, Francia.
SUÁREZ NAVAZ, Liliana. 1996. Estrategias de pertenencia y marcos de exclusión:
Colectivos Sociales y Estados en un mundo transnacional. En Kaplan Marcusán,
Adriana (Coord.) Procesos migratorios y relaciones interétnicas, pp. 1-27. IAA-
FAAEE, Zaragoza.
SUÁREZ NAVAZ, Liliana. 2007. La perspectiva transnacional en los estudios
migratorios: génesis, derroteros, surcos metodológicos. V Congreso sobre
inmigración en España. Valencia, España.
TABLADA Carlos, Roberto, SMITH y François, HOUTART. 2007. África codiciada. El
desafío pendiente. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.
ZUBRZYCKI, Bernarda y AGNELLI, Silvina. 2009. Allá en África, en cada barrio por
lo menos hay un senegalés que sale de viaje. La migración senegalesa en Buenos
Aires. Cuadernos de Antropología Social, Nº 29: 135-152. Buenos Aires.
13
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO
DE ANTROPOLOGÍA RURAL.
GT 06 Identidad y Territorio
Los procesos de reivindicación identitaria de carácter indígena, suelen estar articulados con el
reclamo y la organización para la disputa por el dominio de sus territorios históricamente
ocupados. En el marco de ciertas aperturas políticas que habilita la construcción de nuevos
sujetos de derecho, los grupos indígenas enfrentan una doble paradoja: deben legitimar la
ocupación de los territorios en términos de su alteridad étnica, lo que equivale diferencialmente
a plantear, a que deben demostrar su pertenencia étnica para acceder al reclamo territorial.
En estas situaciones de conflicto, la categoría territorio se redefine y se recrea por los grupos
involucrados, proceso que es analizado en el caso de los Huarpe en el Norte de la Provincia de
Mendoza. El proceso de (re)articulación de esta etnia se visibiliza en la década de los Noventa
y se estructura en torno a la titularidad comunitaria de 700.000 hectáreas, reclamo que ha sido
respondido parcial y fragmentariamente por el Gobierno Provincial. En este contexto, el trabajo
se propone contribuir a la pregunta de cómo los pobladores de una de las comunidades en
conflicto perciben el territorio, cuáles son los significados y las prácticas sociales que forman
parte de su apropiación. Apoyados por la técnica de foto-elucidación, se ha buscado enriquecer
las narrativas de tipo etnográfico a través de iluminar con imágenes las experiencias de vida de
pobladores nativos. Esta técnica ofreció elementos para analizar las lógicas de clasificación y
valoración de su realidad en el contexto de disputa por el reconocimiento étnico y territorial.
1
Los resultados presentados corresponden a proyectos de investigación de los autores que fueron
financiados por la FAUBA, CONICET y la Agencia Nacional de Investigaciones Científicas (Mincyt).
1
Introducción
En sintonía con procesos latinoamericanos, en las últimas décadas en la Argentina,
cambios políticos e institucionales han desencadenado profundas transformaciones
sociales y económicas en los ámbitos rurales. En particular, la reforma constitucional de
1994, que reconoce la pre-existencia de pueblos originarios garantizando el respeto de
sus identidades y derechos, ha contribuido a la movilización de sectores sociales que
reivindican su inclusión en este nuevo reordenamiento social. Es así que en el contexto
de estas aperturas políticas, se han desarrollado organizaciones sociales en todo el
país en el marco de procesos de (re)emergencia étnica o etnogénesis. Un eje
articulador de estos procesos es el reclamo por la restitución de sus dominios
territoriales.
2
participativo con nativos en un proyecto de retratar su vida cotidiana, ofreció elementos
para comprender las lógicas de clasificación y valoración de su realidad en el contexto
de disputa por el reconocimiento étnico y territorial.
3
Ver el estado del arte realizado por Bartolomé (2004).
3
rurales en el departamento de Lavalle además del reconocimiento de su identidad
indígena, reclaman un territorio que fue estimado en setecientas mil hectáreas. Si bien
la Provincia reconoce tempranamente este derecho a través de la Ley 6920 en el año
2001 a la etnia Huarpe-Milcallac, es hasta el día de hoy que la restitución de las tierras
ha sido sólo parcial y fragmentaria.
La disputa territorial es por una porción del norte de la Provincia de Mendoza, conocida
como el desierto de Lavalle, una región árida atravesada por ríos y lagunas (el sistema
lagunar de Guanacache), que contrasta significativamente con los oasis construidos en
base a la canalización y bombeo de agua superficial y subterránea, donde la producción
vitivinícola se da por excelencia.
El uso de la metáfora ‘desierto’ en los procesos de constitución territorial en América
Latina y en África ha sido trabajado por diversos autores. Lois (1999:8) advierte en su
trabajo sobre la fertilidad de analizar y reflexionar acerca de ciertas imágenes
territoriales que permearon múltiples discursos como es el uso del término ‘desierto’
hacia fines del siglo pasado. Éste era homologado a lo desconocido, lo salvaje, lo no
civilizado ú ocupado por indígenas, lo que otorgaba licencia para incursiones militares,
extracción de recursos y al proceso de subordinación de su población al Estado
nacional. Zusman y Minvielle (2002:2-3) retoman esta idea en su análisis de la
conformación del territorio nacional y plantean que la metáfora del ‘desierto’ expresa el
proceso de apropiación simbólica de estos territorios, lo que permitió ejercer cierto tipo
de dominación antes de emprender su ocupación.
En la región de Cuyo, si bien no hubo las denominadas ‘conquistas del desierto’ como
en el caso de la Patagonia y Chaco Argentino, no resulta venturoso identificar la
calificación de ‘desierto’ para esta región con un similar sentido de dominación
territorial. De hecho, y tomando en cuenta la polisemia del término el cual también
refiere a las condiciones ecológicas de aridez, estas últimas se han acentuado (la
degradación avanzada del sistema lacustre por ejemplo, así como el avanzado proceso
de desertificación) como resultado de los procesos de explotación de los recursos
naturales protagonizado en mayor medida por grupos sociales externos al territorio
(Prieto y Abraham 1994, Torres et al, 2003).
El conflicto en el cual están inmersos los pobladores Huarpe moviliza y objetiva
diversas categorías, entre ellas, las imágenes sobre su territorio. Esta resignificación,
cuyo análisis es el objeto de este trabajo, forma parte de su construcción discursiva en
torno a su identidad cargada de historias, imágenes, símbolos, prácticas sociales, que a
decir de Hall representan las experiencias compartidas, las penas, los triunfos y los
desastres que dan significado a su comunidad (Hall, 2010:381).
Lo visual en la producción de identidades
El proyecto de fotografías contó con la participación de 15 pobladores locales que
recibieron una cámara fotográfica descartable entre los meses de Septiembre de 2008 y
Marzo de 2009 y una capacitación sobre la técnica y la consigna a seguir. Con las
fotografías reveladas, se condujo una entrevista en profundidad con cada uno de los
participantes. A pedido de ellos, se organizó un taller de puesta en común de todas las
4
fotografías y una exposición pública, en el marco de la fiesta patronal de la Virgen del
Rosario, celebración y peregrinación local que convoca cada año a más de diez mil
visitantes.
La descripción del conflicto identitario y territorial, tiene como objetivo ofrecer elementos
del contexto que permitan enriquecer la comprensión acerca de los modos a los que
recurren los participantes para presentarse, seleccionando aquello que es considerado
digno de ser retratado, y negando lo que no se quiere que trascienda. Si bien no
racional, la intencionalidad ha sido discutida en diversos estudios culturales, en los
cuales se analiza que la construcción de identidades está fuertemente influenciada por
imágenes y la reproducción de esas identidades estéticamente elaboradas en los
espacios públicos mediáticos (radio, televisión, Internet, etc.).
Como ha sido reportado diversos autores, (Rose, 2001, Bourdieu, 2003) el modo y uso
de ciertas imágenes (y no de otras) en la visibilización de nuevas identidades, responde
a un cuerpo de intereses particular, a una visión de mundo singular. Al respecto, Silva y
Pirez (2008:40) sostienen que:
“La cuestión en relieve en esas afirmaciones es que a través del uso de las imágenes,
grupos y comunidades han logrado propagar un sentimiento de identidad social, cultural
y política para el público en general. Eso representa también, entre otras cosas, que la
imagen ha tenido la función de fortalecer estética, política y culturalmente lo que
pertenece a la identidad que se pierde o se diluye en lo efímero de los juegos de
información de los espacios públicos mediáticos, en lo que hoy se llama de sociedad de
la información”.
Sin embargo, los mismos autores alertan que el recurso fotográfico en determinados
momentos reproduce valores hegemónicos de la cultura de masa, y en otros logra
formas estéticas alternativas de propagación de valores culturales locales. En el caso
de las fotografías realizadas por los miembros de la comunidad bajo estudio, podría
reconocerse en determinados elementos estéticos y en la selección de objetos
considerados dignos a ser difundidos, la influencia de una cultura de medios que se ha
apropiado previamente de éstos. Sin embargo, en un contexto de un relativo
escepticismo al reclamo territorial Huarpe, la producción fotográfica resultante, es
analizada como de resistencia o contra-hegemónica. La explicación que ofrece Rubén,
un miembro de la comunidad, permite sustentarlo:
“Uno puede contarle al turista que viene nuestra historia verdadera, no que les estén
contando por ahí a veces cosas que no son. Eso, para que vean que…, mostrarles la
realidad de las cosas, enseñarles, como ahí en esa foto, donde realmente yo no estoy
mintiendo, estoy diciendo las cosas como son”.
Las fotografías de esta forma contestan, ofrecen una perspectiva local de su realidad y
adquieren para los participantes un sentido de “verdad”, a la manera de documentos
que permiten demostrarla. Rubén agregaba:
“Porque yo puedo contar la historia, como ser de don Mateo Reinoso, que me enseñó a
hacer la balsa de totora. Entonces yo puedo contar la historia en el libro diciendo que él
me enseñó, [como otros más] me enseñaron un poco la historia de las lagunas. Algo
5
que nadie le puede venir a contradecir nada porque me lo contaron. Como un
testimonio más de toda la historia Huarpe, la historia de nuestra comunidad. Por eso es
que yo saco fotos”.
El material compuesto por 300 fotografías y 25 entrevistas fue clasificado considerando
los aportes de Bourdieu (2003) en cuanto el significante (el objeto fotografiado) así
como el significado atribuido por el fotógrafo relevado a través de las entrevistas en
profundidad. Otro factor considerado fue el espacio temporal en el cual se produjeron
las fotografías, dado que el mismo delimita momentos, celebraciones y/o actividades
que fueron retratadas. Incluyendo a su vez otros recursos verbales, escritos y visuales,
e incluso información del contexto, se distingue una red de sentidos, dados por la
palabra, las imágenes y las prácticas, adquiriendo especial importancia la
intertextualidad en el análisis de la información generada.
Un aspecto que resultó significativo en el análisis de la producción de los/as
fotógrafos/as, es que en varios casos se evidenciaba una narrativa fotográfica. Si bien
no se desconoce la emocionalidad en juego en el acto de fotografiar, la acción reflexiva
temporalmente mediada y el encuentro con las propias fotografías y frente al
investigador, resultaron en estímulos para los participantes en la construcción
discursiva de su trabajo fotográfico. La consideración de estas mediaciones y de las
relaciones de poder que involucran, juega a favor de, como plantea Harper (1998),
“comprender el sentido y las voces de la fotografía como parte de un proceso
negociado entre el investigador y el sujeto”. Tomando en cuenta lo anterior, se observó
que el conjunto de las fotografías presenta un hilo conductor, una estructura de relato.
Incluso, y probablemente influenciado por el instrumento (una cámara de rollo
descartable con 27 fotografías) en muchos casos, se evidenciaba una preparación
previa del relato que guio la selección de qué retratar.
En el caso de Martín Videla el relato se centró en contar e ilustrar sus orígenes, sus
herencias y aspectos de la vida presente. Las primeras fotografías fueron del
cementerio donde se encuentran sus antepasados y objetos atesorados por la familia
como símbolos de las tradiciones pasadas vinculadas a las artesanías e instrumentos
Huarpe: una manta de telar realizada con técnicas tradicionales; un mortero de madera
para moler el maíz y el trigo y un cesto de junquillo artesanal. El relato fluye hacia el
cotidiano, con fotografías de paisajes como la laguna o los pastizales, e incluso del
propio fotógrafo narrando las formas tradicionales de la pesca en el lugar. Prosigue la
historia con su función actual como agente sanitario, eligiendo escenas de su práctica
de asistencia en la casa de un vecino y otras actividades. Cierra su historia, con
imágenes que buscan reflejar un sentimiento de placidez familiar y del lugar: “Una tarde
fue, para que vieran cómo son las tardes de acá, de laguna, tomar mate”.
En el caso de Daniel Quiroga, por entonces presidente de la comunidad, el hilo
conductor adquiere un claro sentido político; narrar la historia de la comunidad, el
trabajo tradicional y sacrificado de sus pobladores, las necesidades y nuevos proyectos,
la función político-organizativa de la comisión comunitaria y el conflicto de los límites y
la defensa del territorio. Para finalizar recurre a la dimensión íntima de la vida en familia.
6
Rosa, una puestera más bien callada, encontró en la fotografía un modo de expresión
de su agrado, eligió como eje describir su lugar, su territorio, y recorrió con la cámara el
espacio y el tiempo. Comienza con los “lugares históricos”, antiguos bosques de
algarrobo, una carreta vieja, una casa abandonada y agrega:
Imagen 1: Rosa Quiroga. 2008-094.
“También sabían [acostumbraban] vivir
familias en la parte de ahí. Han sido sus
casitas de antes, era una casita grande,
nomás que quedó un pedazo nomás. Hay
muchos algarrobos, le he sacado a estos
lugares históricos para mostrar donde
también vivían familias”.
Continúa ilustrando con imágenes de la laguna y del poblado, con los edificios nuevos
construidos por el municipio, finalizando el relato con la vida familiar en el puesto
(espacio peridoméstico compuesto por la vivienda y corrales).
Rubén Díaz, quien ha sido en tiempos anteriores presidente de la comunidad, construye
a través de la fotografía y su narrativa su historia de los Huarpes, posicionando su papel
distintivo y reconocido como aquel que atesora un gran saber sobre sus orígenes. Las
fotografías, todas tomadas en el ámbito de su espacio doméstico, ilustran su trabajo en
la recopilación de restos arqueológicos, en la enseñanza del trabajo en artesanías, en
las formas tradicionales de vestir y fundamentalmente en su función de (re)producir la
historia de sus orígenes. Las fotografías son de su persona tocando la guitarra, con su
colección de piezas arqueológicas, de sus hijos aprendiendo a trabajar el cuero,
otorgándole a cada una en la entrevista, una descripción histórica. Por ejemplo, en las
fotografías vinculadas a la enseñanza de diferentes artes, profundiza Rubén:
“El que quería aprender después más estaban las escuelas, la Salamanca, las escuelas
indígenas. Que muchos ahora dicen que la Salamanca era una cosa del diablo. No lo
voy a discutir que no tenía algo del diablo, porque tenía la mitad bueno y la mitad malo.
Usted iba a aprender, ¿qué es lo que quería aprender? Bueno, si vos ibas y decías “yo
quiero aprender a bordar”, lo ponían donde trabajaban, a bordar. Y el que quería ir a
aprender a amansar caballos, a que no lo golpeara ningún caballo, iba ahí. En la
Salamanca se aprendía de todo. Cosa que nuestros antepasados hacían, han hecho,
que hay muchas cosas hechas de ellos, que nadie sabe cómo las hicieron”.
Las narrativas fotográficas refieren a modos de (re)presentarse, en los cuales se
destacan diversos aspectos que alimentan la subjetividad de los fotógrafos; los saberes
en determinadas artes, en la producción agropecuaria, el conocimiento del territorio, de
la comunidad, el compromiso social, la valorización de sus orígenes y de sus vínculos
4
Se indica la autoría de la imagen.
7
más estrechos. Siguiendo a Goffman (1959), se construye un tipo de imagen estimable,
eligiendo un escenario y una escena (en los quehaceres familiares, en el ejercicio de su
rol específico en la comunidad) que sea reconocida y apreciada por el auditorio al cual
está dirigida la narrativa fotográfica.
Tomando en cuenta las narrativas individuales y el corpus global de fotografías, el
ejercicio de los participantes es comprendido en el marco de una (re)construcción
identitaria, en el cual las imágenes adquieren una función social vinculada a la
afirmación positiva de la misma y a presentar sus modos de apropiación territorial en la
realidad en la que se inscriben como grupo social. Bajo esta perspectiva, el análisis ha
permitido identificar tres grupos o clusters de fotografías que confluyen en el sentido
identitario local: a) el espacio natural y cultural; b) el sujeto y las prácticas sociales y c)
la familia y la comunidad.
El espacio natural y cultural
Bajo espacio natural, se agruparon fotografías en las cuales predominan paisajes. En
éstas surge significativamente el contraste entre la aridez (los médanos, las estepas o
“pampas”) y las fuentes de agua de la región. En varias de estas imágenes, el sujeto
irrumpe a través de sutiles elementos como las orejas del caballo desde el cual ha
fotografiado, su sombra o simplemente la indicación en su narrativa desde qué ángulo
ha realizado su imagen.
La laguna, seca o “viva”, fue uno de los paisajes más fotografiados y es significada
como un símbolo que da origen a su identificación como Laguneros, rememorando un
pasado Huarpe vinculado a la pesca pero también contestando a la metáfora del
desierto, acuñando el lugar común de agua como fuente de vida.
El agua, ya sea las lagunas, el río o las lluvias, esenciales para la producción
agropecuaria y el mantenimiento de su ambiente, es percibida como un elemento
5
Refiere a la Convención Internacional de Humedales ratificada por Argentina, en la cual se definen
ecosistemas (sitios RAMSAR) de importancia para su conservación y desarrollo sustentable.
9
fundamental del paisaje que articula la reproducción social y cultural de esta
comunidad.
En las entrevistas ha sido recurrente la auto-valorización del conocimiento del
territorio, de cada uno de los caminos, las fronteras, los topónimos de cada zona y
fundamentalmente del “saber vivir” en ese ambiente muchas veces definido como
hostil y difícil. Rubén Díaz, reflexionaba sobre ello de la siguiente forma:
“Y siempre el desierto de Lavalle, yo para mí, yo tengo entendido que un desierto es
donde no hay nada, esto no es un desierto, es un lugar secano, un lugar que se vive
la gente, pero es sufrido, un lugar sufrido. Acá no vivía cualquiera aquí vive el que
sabe dominarse con los animales, sabe curarse con remedios con plantas, que sabe
algunos ritos indígenas que se puede curar alguna enfermedad, todo eso, todo aquel
que aprende eso, la naturaleza, (…) va a vivir en estos campos. El que no vive con la
naturaleza no va a poder, nunca va a poder, porque está bien, la plata es muy útil,
pero también es muy útil lo espiritual de uno”.
El haber entendido y aprendido de esa naturaleza, sumado al “sufrimiento” que ello
implica, le otorga un sentido de pertenencia histórica, que reedita diacríticamente,
sintetizando de esta forma la dimensión espacio-temporal de su construcción
identitaria. Los atributos auto-asignados de resistencia y de saberes acumulados son
identificados como cuñas para la tarea de invertir el sentido y el valor de los rasgos
estigmatizados del territorio como desierto. En cuanto a la producción fotográfica, la
contraposición se refleja en diferentes imágenes, siendo las lagunas y otras fuentes
de agua, elegidas por la mayoría de los participantes como símbolos de la vida y de
la cultura local.
Esta inversión positiva se enriquece con las apreciaciones emotivas de sus paisajes,
la belleza de su tierra, la paz que transmite el cielo y la laguna, o la nostalgia de las
puestas de sol. Esto se demuestra en algunas frases como la de Daniel “Quería
mostrar el amanecer en la zona, un poco la naturaleza, que es parte de la vida de
uno” ó la de Francisca “Y a esa, [la titulo] “la muerte y la vida”, una cosa así. Porque
está el médano, está el algarrobo que ya se secó y no sirve más, y está al lado del
que viene nuevo. Uno muere, el otro renace. Ésa era la idea, de la vida y la muerte
en este lugar”.
El sentido nativo de naturaleza se entrelaza con la construcción de lugar, de
pertenencia, tornando indisoluble la relación con su identidad. El territorio, portador
de esa relación histórica, contiene innumerables marcas culturales, materiales e
inmateriales, que fueron retratadas por los fotógrafos locales, haciendo una selección
que refleja el pasado y el presente de esa relación. Una casa abandonada, las
carretas antiguas, un mortero de madera, la reproducción de las balsas de totora que
usaban los Huarpe para pescar en la laguna, son algunos de los símbolos que
rescataron los fotógrafos para mostrar el paso de sus generaciones por estas tierras.
10
Imagen 5: Rosa Quiroga. 2008-09
Ahí había ser una parada del tren. La
carreta vieja. Y vivía un hombre ahí.
Murieron los viejitos. Antes tenía el
hombre un almacén. Era grande el
puesto, y nadie más lo ocupó. Los hijos
saben venir, para las campeadas.
Siguen teniendo vacunos, corral
también. Antes se usaban esas carretas
para transportar trigo que se sembraba
aquí en las Lagunas”.
11
Imagen 7: Francisca Guayama de
Videla. 2008-09
“Es algo que nos identifica. Es un
icono. Es lo que identifica al
departamento, a nivel nacional,
internacional. La Catedral del
Desierto, así le pusieron en una
película. Hace 20 años atrás, no
vivía nadie alrededor de la capilla.
Cuando llegó la luz, y después
inauguraron la escuela acá, registro
civil, el centro de salud, ya se vino
gente a vivir y a trabajar, un montón
de familias, casi treinta.
La zona de la capilla fue siendo poblada por algunas familias de los puestos que por
trabajo en las instituciones públicas y por el acceso a servicios, mudaron su
residencia, imprimiendo algunos cambios en la fisonomía del lugar, que aún sigue
dominada por un paisaje abierto interrumpido por el anclaje disperso de los puestos.
Asumida como parte de la obra de los Jesuitas en la región, algunos pobladores
locales sostienen sin embargo que fueron los Huarpe quienes construyeron la capilla
y que fue el cacique Sayanca quien donó las tierras a la Virgen. Así, como se suele
escuchar, “las tierras son de la Virgen, o sea de nosotros, o no son de nadie”. Esta
versión refiere a otro modo de significación y apropiación de su cultura material y
simbólica, la capilla como testigo histórico de las comunidades Huarpe en el territorio.
Esto es lo que nosotros hacemos: el sujeto y sus prácticas sociales
Siendo una población de base campesina, predominan las fotografías de trabajo en
el campo, la carneada de cabritos (foto 8), el trabajo en el corral con las cabras
(Imagen 9), el corte del junquillo, el manejo de los vacunos.
El montaje de estas fotografías es variada, eligiendo algunos fotógrafos incluir a
miembros de la familia en la realización de las tareas, o simplemente objetos o
encuadres que permitan reconocer la pertenencia al dominio familiar, como partes
del corral o la cercanía a lugares fácilmente reconocidos por sus pares como las vías
del tren o la laguna.
En ellas se refleja la participación de las mujeres, de los hombres y de los niños en el
desarrollo de las tareas, como se muestra en las siguientes fotografías:
12
Imagen 8: Rosa Quiroga. 2008-09 Imagen 9: Osvaldo Jofré. 2008-09
Las actividades retratadas forman parte de sus tareas cotidianas, a lo que Bourdieu
(2003:140) agrega que desde el momento mismo de la selección de encuadre, se
construye una escena, buscando que “lo natural” sea un ideal cultural que hay que
fijar, en este caso el trabajo local que los identifica y los presenta, “estos somos”.
En las narrativas sobre la descripción de cada una de las actividades retratadas,
recurrentemente se hace mención a la continuidad y a los cambios en los modos de
hacer dicha tarea y al destino de sus productos y subproductos. En el caso del
junquillo, éste era utilizado por los Huarpe para la construcción de canoas (o balsas
de totora) y de cestería siendo esta última una actividad aún practicada por varios de
los pobladores locales y que caracteriza la artesanía de la zona. Nilda Morales de
Jofré, es una artesana reconocida localmente y que muestra su producción en la
Imagen 10. No obstante, el junquillo (actividad que conlleva la corta, el secado y el
armado de los atados) se destina principalmente para la venta y posterior fabricación
de escobas.
Imagen 10: Nilda Morales de Jofré. 2008-09 Imagen 11: Daniel Quiroga. 2008-
09
13
La recolección del junquillo (Imagen 11), es una actividad que ejemplifica la
interdependencia existente entre las prácticas sociales y las relaciones sociales en
torno al uso comunitario de las tierras, como lo describe Daniel Quiroga a
continuación:
“Es el trabajo que hace uno también, aparte de tener el puesto. Vivir acá no es
fácil. Cada familia tiene su zona, por eso es muy importante, y tiene que ver con
esto, con que la tierra sea comunitaria, porque nosotros vivimos aquí pero a 6
kilómetros nosotros tenemos el trabajo del junquillo. Y ahí cada uno tiene un poco.
Y por ejemplo se dice: de ahí hasta aquella huella, hasta aquel algarrobo, siega
uno, y así. Se comparte un poco. [El acuerdo es] de palabra. Y cada uno tiene su
lugar adonde corta y se respeta. Siempre ha sido así, desde nuestros abuelos. O
sea, no hay papeles, no hay nada firmado. Cada uno sabe”.
La apropiación del territorio bajo una concepción comunal de las tierras, configura
mapas de uso (no delimitados materialmente) en base a acuerdos entre las
familias para el desarrollo de sus actividades, un atributo de la relación cultura-
naturaleza que frecuentemente se observa en las zonas secas. Estos acuerdos
tácitos son traspasados de generación en generación, no obstante en algunas
situaciones surgen conflictos con diversas causas. Si bien las temáticas
productivas han sido objeto de diversas entrevistas anteriores, el diálogo en base
a las fotografías ofrece un escenario de mayor distención que permite desplegar
otras dimensiones, como por ejemplo a las que se refiere Fermín González, un
poblador de la comunidad. En su descripción sobre un junquillar por él retratado,
indicaba cambios de concepción de la apropiación de este recurso con el paso de
los años que llevaron a una mayor inserción en el circuito mercantil de este
producto:
“El junquillo es de la Virgen, de la capilla, pero lo cortan, nada más. Antes iba a
medias, pero ahora… La mitad para la Virgen y la mitad para el que corte. Porque
así son los tratos. Ya 50 años, pero [ahora] van agarrando y no le dan nada a la
Virgen. Pero después la Virgen se las cobra.”
Con el destino de la mitad a la Virgen del Rosario, Fermín se refería a la donación
para la comisión parroquial, cuyos fondos son utilizados para arreglos en la capilla
y para la organización de la fiesta patronal. Estos cambios, podrían indicarse como
aquellos que afectan las normas de reciprocidad que se establecen para el
beneficio de todo el grupo social. Sin embargo, es más frecuente observar la
afectación de los acuerdos diádicos, producto de mudanzas en los términos de
reciprocidad por una de las partes. Las causas en esos casos pueden ser
múltiples: como desentendimientos personales o la influencia de procesos de
mayor envergadura, como por ejemplo tensiones entre facciones de la comunidad.
D’Argemir, quien en su propuesta desde la antropología económica para el
abordaje de la relación cultura-naturaleza, sugiere focalizar el análisis en las
prácticas productivas, sosteniendo que:
14
“…la producción – en tanto elemento de la esfera económica – [es] un acto de
apropiación de la naturaleza e implica transformación de los recursos en productos
utilizables […] El entorno y la tecnología se construyen socialmente a través de las
relaciones sociales que se establecen en la producción y que cristalizan el proceso
de trabajo. Así pues, […] en la producción se ponen en juego las necesidades e
intereses conflictivos entre los miembros de una sociedad, así como las distintas
estrategias adoptadas por grupos particulares”. (D’Argemir, 1998: 132-133).
Los modos de construcción del sujeto son diversos, develando otras prácticas
sociales desarrolladas en el ámbito local más allá de aquellas vinculadas a la
producción agropecuaria y que son destacadas en la producción de fotografías de
varios de los participantes de esta comunidad. Los artesanos han fotografiado sus
trabajos en cerámica, cuero, telares, así como el agente de salud ha retratado
momentos de su práctica atendiendo a otros pobladores.
Aquel que es reconocido por sus pares como el que atesora mayor conocimiento
sobre sus antepasados Huarpe, pidió a uno de sus hijos que lo retratara con su
colección de piezas arqueológicas (restos de vasijas antiguas, monedas, otros
objetos) y vestido con ropas tradicionales.
Imagen 13: Ceferino González. 2008- Imagen 14: Reyes Carlos González.
09 2008-09
En cambio, otras imágenes siguen en mayor medida el patrón de “retrato de
familia” (Imagen 14 de los padres), es decir que denotan una preparación en el
montaje y poses de los retratados para que esa imagen refleje lo más fielmente un
ideal de personalidad, de moral y/o de vínculos que se inscribe en el sistema
simbólico local.
En la comunidad bajo estudio, algunas familias con relaciones de parentesco
suelen agruparse geográficamente en las cuales predomina un apellido
conformando un mapa de relaciones de parentesco. Si bien las tierras son de
posesión comunitaria, el puesto es de dominio familiar y es heredado entre
generaciones. Es así que el territorio puede interpretarse como un continuum de
dominios familiares con antecedentes históricos.
En el mismo sentido, la institución comunidad puede interpretarse como un
conjunto de familias. La categoría “comunidad indígena” fue promovida por el
Estado como figura jurídica para el reconocimiento de los derechos como
descendientes de pueblos originarios y ha sido cuestionada por algunos
pobladores por la imposición de una modalidad de organización y de toma de
decisiones colectiva no propia. Así, la categoría comunidad a nivel local asume
16
una polisemia cuyo espectro se nutre tanto de sentidos político-organizativos
como de institución moral que rige las relaciones del grupo social involucrado.
Si bien varias fotografías remiten a la comunidad, el cementerio, la laguna, las
imágenes cuyas significaciones atribuidas por los fotógrafos fueron específicas
para con “la comunidad”, retratan principalmente eventos sociales (en la escuela,
en la parroquia) y actividades de trabajo comunitario como la construcción de
casas de adobe para salones de uso múltiple y arreglos de la infraestructura de
uso público. La siguiente fotografía, fue tomada en una reunión de la comisión
directiva de la comunidad, a la cual habían invitado a alumnos de la escuela.
Imagen 15: Daniel Quiroga. 2008-
09
“Me pareció importante sacarlos
ahí, para mostrar también eso,
porque en definitiva…, o sea,
nosotros ya vamos pasando pero
en realidad el futuro de la
comunidad son ellos”.
17
un grupo de gente que para mí vive dentro de un mismo sector y desarrolla
diferentes actividades pero trabajando con un mismo fin.”
Contextualizado, ese trabajo con un mismo fin se refiere principalmente a la lucha
por los títulos comunitarios de la tierra, tema recurrente en las fotografías con
significación comunitaria, como la que se presenta a continuación.
Imagen 17: Daniel
Quiroga. 2008-09
Esa es una foto de Don
Vicente González. ¿Y por
qué la saqué a esa? Justo
él me estaba haciendo un
traspaso de conocimiento,
digamos, de los límites de
las tierras, y como yo tenía
que trabajar sobre eso, me
estaba enseñando los
límites antiguos. Fui un día
a la casa de él y me dice:
“Vamos, niño, te voy a enseñar” –porque me dice niño-. Por eso la he sacado la
foto ésa, porque me parecía…, es muy importante. Y así como el conocimiento del
límite, el conocimiento ancestral que viene teniendo, de paso de generación, de
costumbres, de cosas. De qué vivía la gente antes, más”.
En las entrevistas y en el taller de puesta en común de las fotografías, las
imágenes fueron connotadas con valores como “unión”, “solidaridad”, “respeto”,
“trabajo”, “tradiciones”, “rumbo común”, entre otros. La afirmación, imaginación e
incluso la contestación de tipos ideales de relaciones sociales comunitarias, se
presenta como integrante del patrón de acciones que tienden a fortalecer el
sentimiento de pertenencia, que en términos de Brow (1990:3) refiere a un
proceso continuo de comunalización que se alimenta de narrativas del pasado,
que son actualizadas para la construcción del presente. Así plantea Bartolomé que
el desafío para los nuevos grupos étnicos es “[…] recuperar un pasado propio, o
asumido como propio, para reconstruir una membresía comunitaria que permita un
más digno acceso al presente” (2004:8).
La intervención en la comunidad con este dispositivo permitió desencadenar en
algunos miembros del grupo participante objetivaciones acerca de otras
alternativas para la construcción de una voz propia en la representación de su
historia y de sus derechos. Los procesos de mediación social entre el Estado y la
comunidad (Wolf, 1956), protagonizados por técnicos y miembros de
organizaciones de apoyo, han favorecido el proceso de emergencia étnica pero
también han instalado ideales de indigenismo y de organización social, en ciertas
ocasiones contestados por los pobladores locales. El sentido de “verdad” otorgado
por los participantes a las fotografías y éstas como fieles testimonios de su
18
realidad, contribuyó a la percepción de poder conducir el proceso de visibilización
de su lucha, utilizando recursos visuales para la difusión positiva de su cultura y su
comunidad.
Discusión
El trabajo de foto-elucidación ha permitido captar la percepción de algunos
miembros de una comunidad en el denominado “Desierto de Lavalle” en relación
con su territorio. En un contexto de disputa por el reconocimiento de su identidad
étnica y de sus derechos dominiales, a nivel local se desarrolla un proceso de
resignificación del territorio que afecta los modos de apropiación del mismo, a la
par que se actualizan los sentidos de pertenencia a la comunidad.
El territorio es percibido como aquello donde se ancla su historia pasada y
contemporánea. Su conocimiento, tanto de las características físicas como
culturales, y en la conjugación espacio-temporal de éstas a través del registro
selectivo en la memoria de los cambios en el ambiente y en su uso, contribuyen a
la auto-legitimación de esa historia que avala la pertenencia territorial a los
miembros de la comunidad. Ésta se conjuga con un sentimiento de esfuerzo y de
sacrificio tanto de los antepasados como de las actuales familias para
desarrollarse en una naturaleza que es percibida como bella pero compleja, donde
no resulta “fácil” vivir sin la posesión de ciertas habilidades y atributos de
resistencia. Las prácticas sociales a nivel local, tanto aquellas vinculadas a la
producción agropecuaria como otras diversas, recrean los universos de
significación vinculados al territorio y a la comunidad, que nutren la relación
cultura-naturaleza local y otorgan nuevos sentidos a la producción identitaria de
carácter étnico.
La inversión positiva del término desierto que otrora los negaba, puede entenderse
como un rasgo resultante de la territorialización contemporánea de carácter étnica,
tomando a esta última como el proceso de resignificación y reapropiación del
espacio motivada por la rearticulación identitaria Huarpe en estas últimas décadas.
Representar ese capital cultural, así como el proceso de empoderamiento de su
organización social, lo que se traduce en la presentación de sí mismos como
comunidad ideal, es la función social más evidente que han impreso los fotógrafos
(aunque no consciente) a este proyecto.
Agradecimientos
A los fotógrafos que han participado del proyecto, nuestro más sincero
agradecimiento: Ceferino González, Daiana Videla, Darío Jofré, Mauricio Quiroga,
Martín y Nancy Videla, Cristina Nievas de Jofré, Rubén Díaz, Nilda Morales de
Jofré, Daniel Quiroga, Mario, Reyes y Carlos González, Rosa Quiroga, Francisca
Guayama de Videla, Claudia Roxana Quiroga, José Luis Jofré, Fermín González.
19
Bibliografía
Bartolomé, Miguel. 2004. Los pobladores del “desierto”. Genocidio, etnocidio y
etnogénesis en la Argentina. Amerique Latine Historie et Mémorie – Le Cahiers ALHIM
Número 10. (Publicación electrónica http://alhim.revues.org/document103.html consultado
en octubre de 2006)
Bourdieu, Pierre. 2003. La Fotografía, un arte medio. Ensayo sobre los usos sociales
de la fotografía. Editorial Gustavo Gili. España.
Brow, James. 1990. Notes on community, hegemony, and the uses of the past.
Anthropol. Q. 63(1):1-6
García, Alejandro. 2004. Tras las huellas de la identidad Huarpe. Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo.
Harper, Douglas. 1998. An argument for visual sociology. In: Prosser, J. (Ed): Imaged
Based Research: A Sourcebook for Qualitative Researchers. London: Routledge. Palmer.
Lois, Carla. 1999. La invención del Desierto Chaqueño. Una aproximación a las
formas de apropiación simbólica de los territorios del chaco en los tiempos de
formación y consolidación del Estado Nación argentino. Scripta Nova Nº 38
(publicación electrónica www.ub.es/geocrit/nova)
Prieto, María del Rosario y Abraham, Elena. 1994. Proceso de Ocupación del Espacio y
Uso de los Recursos en la Vertiente Nororiental de los andes Centrales Argentino-
Chilenos. Cuadernos Geográficos Nº 22-23, Universidad de Granada, España.
20
Rose, Gillian. 2001. Visual methodologies. An Introduction to the Interpretation of
Visual Materials. Sage Publications, Londres.
Silva, Sérgio L., Pires, Maria C. F. 2008. Identidades visuales: Video y fotografía en las
formas de Representación de la identidad de Río de Janeiro. En: Ardévol, E. Estalella,
A. Domínguez, D. (coordinadores): La mediación tecnológica en la práctica etnográfica.
Actas del simposio en el XI Congreso de Antropología, Donosti.
Torres, Laura, Abraham Elena, Montaña, Elma. 2003. Acceso a los recursos y
distribución de la población en tierras secas de Argentina: el caso de Mendoza.
Aportes hacia la equidad territorial. Scripta Nova VII (148) www.ub.es/geocrit/sn/sn-
148.htm (consultado Sept. 2006)
21
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL.
Autores:
Paz, Carlos A. carlospaz_facso@yahoo.com.ar
Adad, Ludmila ludmiadad@hotmail.com
EL AREA DE ESTUDIO
Como zona de estudio se ha considerado el ángulo nordeste del Partido de
Olavarría, un área próxima a los partidos vecinos de Azul y Juárez, con una
extensión estimada en unos 100 km2. Se trata de un espacio cuya superficie se
encuentra afectada por las estribaciones de las Sierras de Tandil, donde las
divisorias de agua determinan un relieve caracterizado por zonas de sierras, zonas
intermedias y zonas llanas. Las sierras están constituidas por una serie de colinas y
lomas, a menudo mesetiforme, aisladas y separadas por llanuras, que corresponden
al cordón septentrional de las sierras de Buenos Aires.
Entre los años 1860 y 1870, comenzaron a explotarse las canteras de piedra
caliza y granito en el partido de Olavarría, Ambroggio Colombo, un inmigrante
italiano que arriba a la zona en una de las primeras oleadas migratorias, comenzó
con medios rudimentarios la primer explotación minera en la localidad de Sierras
Bayas. Fue al igual que otros tantos italianos (Ginocchio, Toffoletti, Malegni,
Campagnale) pionero en el trabajo de la piedra. Conocedores del oficio de
picapedrero y de la construcción de hornos caleros verticales, fueron junto a la
población nativa, los motores del desarrollo minero de la región.
Consideraciones finales
Autores:
Paz Carlos A. carlospaz_facso@yahoo.com.ar
Adad Ludmila ludmiadad@hotmail.com
Alderete Pablopabloaldg@hotmail.com
Bugliese Matíasmatias_ali77@gmail.com
Alí Matías matias_bugliese6@hotmail.com
Fernández Bertolini Florencia florfbertolini@gmail.com
Oró Tamara tamaraoro@hotmail.com
Introducción
1
Un ejemplo concreto de estas concentraciones industriales monopólicas se puede observar en la gran industria
del cemento olavarriense. La empresa Loma Negra posee en el centro de la Provincia de Buenos Aires cuatro
plantas cementeras en donde se produce casi el 50% del cemento del país.
natural en el marco de distintos procesos que a través del tiempo definieron la
situación de desarrollo actual.
El Ecosistema Olavarriense
2
Ver Preite, Massimo:”Le paysage minier comme paysage culturel (2010)
3
Se debe diferenciar las áreas donde existen formas productivas artesanales o preindustriales y formas
productivas industriales o profesionales.
Los tipos de paisaje mineros
Por este motivo, el paisaje minero debe ser entendido como un paisaje
cultural que pasa a ser un bien cultural que confiere además de cierta identidad a
una localidad o región que se refleja claramente en la memoria colectiva pues lleva a
la evocación inmediata de eventos, de sucesos históricos y procesos de cambio
estructurales, sociales y ambientales en un contexto multicultural donde se
destacaron los italianos, dado que su cultura del trabajo, como el conjunto de
elementos asociados a su etnia, a sus manifestaciones, se reprodujeron
notoriamente en nuestras sierras.
El modo de producción capitalista permitió la articulación entre el
conocimiento científico y la producción de mercancías por medio de la tecnología
que en conjunto con la expansión de la acumulación capitalista, comienza a
incentivarse la necesidad de ampliar el medio natural como objeto de trabajo, la
realidad se convierte en objeto de trabajo (entendiendo como real a los procesos
materiales), incrementándose los mecanismos simbólicos y perceptivos. “El
pensamiento conceptual establece las relaciones fundamentales de lo real, en tanto
que el conocimiento técnico, permite la apropiación productiva e ideológica de la
realidad” (Leff,1986,27).
Consideraciones Finales
Resumen
El patrimonio cultural es la herencia cultural de una comunidad. Es el principal
elemento en la construcción de la identidad, tanto individual como colectiva en una
sociedad. Es una vinculación con el pasado, la idiosincrasia, las tradiciones. El
patrimonio cultural es algo vivo que permanentemente se va actualizando por los
afectos y las significaciones, con relación a la historia, con una canción, una comida
típica, una fiesta, incluso un viejo edificio. El habitante de los esteros del Iberá es el
resultado de la fusión del hombre con su medio, de sus creencias, de sus
actividades económicas ancestrales, del desarrollo cultural alcanzado. Determinadas
actividades económicas como las arroceras y la forestación, ponen en peligro ese
valor patrimonial como consecuencia del aumento de la demanda a nivel global de
ciertos productos. No solo se va modificando el paisaje, la biodiversidad, los usos del
suelo, sino que además se perturban las relaciones humanas.
Este aporte tiene como objetivo analizar el patrimonio cultural de los esteros del
Iberá desde la perspectiva de la acelerada presión sobre el medio que se viene
evidenciando en los últimos años. Entre las fuentes consultadas se destacan
entrevistas in situ, consultas bibliográficas y otros documentos específicos. El
resultado da cuenta de una tendencia que modifica un ambiente tan particular, su
gente, sus usos y costumbres, su relación con el hábitat y sus recursos. En los
Esteros del Iberá la convergencia de intereses que se superponen y se acoplan
conlleva a una aculturación con la consiguiente pérdida de identidad.
El marco geográfico
La presente contribución forma parte del proyecto de investigación “Efectos de los
cambios globales en los Esteros del Iberá y humedales adyacentes (Provincia de
Corrientes)” (CIG-FAHCE-UNLP).
La provincia de Corrientes posee una gran diversidad de paisajes pese a que su
topografía no presenta grandes contrastes. Muchos de estos ámbitos han constituido
un desafío a la capacidad del hombre correntino para la ocupación del espacio, para
el desarrollo de determinadas actividades económicas y para el desarrollo de
habilidades con las cuales interrelacionarse con su medio. Un caso típico es el área
de los Esteros del Iberá,
En este sentido este ámbito representa el humedal más importante del país y el
segundo de Sudamérica por su extensión. Se caracterizan por una variada
biodiversidad, ocupan el centro norte de la provincia de Corrientes y se extienden,
aproximadamente, sobre 1.300.000 ha. Ello ha motivado que fueran declarados
Reserva Natural Provincial en 1983. Conservan gran parte del estado natural de los
ecosistemas, especies y paisajes propicios para la contemplación, el goce espiritual,
el enriquecimiento cultural, las investigaciones científicas, etc. En el 2002 se
incorporaron unas 25.000 há como sitio Ramsar de la Argentina (Pohl Schnake y
Vallejos, 2012).
Dicha área es un macrosistema cuasi prístino. Comprende la Depresión del Iberá y
las planicies vecinas, que escurre con dirección NE-SO. Es un complejo sistema de
formas emergentes (cordones arenosos, albardones o lomadas bajas) que alternan
con depresiones temporarias o anegadas en forma permanente (bañados, esteros,
lagunas y embalsados). Estas últimas están conectadas por cursos de agua
pertenecientes a las cuencas de los ríos Corriente y Santa Lucía, afluentes del río
2
Paraná. La circulación es continua pero lenta debido a la escasa pendiente del
terreno. En grandes crecidas, se generan transfluencias hacia el río Uruguay, a
través del río Miriñay. (Roggiero, M. et al 2011).
En una descripción más lugareña, dice el folklorólogo Perkins Hidalgo, que “Nada
falta en su seno. Hasta tiene embalsados o pequeñas islas flotantes que el viento
mece como naves de aroma. Las especies de su flora son tan buenas como las de
su fauna. Cualquier estudioso contemporáneo se sorprendería al contemplar su
vibración biológicas”. (Perkins Hidalgo, 1987).
3
magnitud, incluso afectando ecosistemas productivos con los que coexisten. Cada
paisaje cultural adquiere su singularidad en relación con las actividades humanas
que en su entorno se desarrollan y por lo tanto, los vestigios materiales, las culturas
industriales y las micro-sociedades existentes en este tipo de paisajes, adquieren
valores únicos y actúan como elementos testimoniales de una localidad o región.
La identidad es uno de los factores más importantes que determina la pertenencia
de un grupo a un lugar dado. La formación de la identidad es un proceso que
comienza, según algunos autores, desde el momento mismo del nacimiento de un
individuo, junto a ciertos hechos y experiencias básicas. Así, la identidad se forma
otorgándonos una imagen compleja sobre nosotros mismos, la que nos permite
actuar en forma coherente según lo que pensamos. El contexto sociocultural en el
que el individuo se encuentra inserto, resulta fundamental y decisivo en la formación
de su identidad. Sin embargo, no se trata del único factor que la determina. La
identidad humana se configura a partir de la interacción con el medio y el
funcionamiento individual propio del sujeto, formándose entre ellos, una tensión
dinámica que guía la configuración de la identidad hacia una dirección determinada.
Gracias a éstos es posible que el ser humano sea capaz de notar, que más allá de lo
que es, forma parte de un algo mayor fuera de si mismo.
La identidad regional, -cuya existencia nunca puede presumirse a priori- se da
cuando por lo menos una parte significativa de los habitantes de una región ha
logrado incorporar a su propio sistema cultural, los símbolos, valores y aspiraciones
más profundas de su área. Puede definirse, según Bassand, “como la imagen
distintiva y específica (dotada de normas, modelos, representaciones, valores, etc.),
que los actores sociales de una región se forjan de si mismos en el proceso de sus
relaciones con otras regiones y colectividades”. (Bassand, 1981). Esta imagen de si
mismo, puede ser más o menos compleja y tener por fundamento un patrimonio
pasado o presente, un entorno natural valorizado, una historia, una actividad
económica especifica, o, finalmente, una combinación de todos estos factores
(Gilberto Giménez, 1996).
El ser correntino
Desde una mirada antropológica, este aporte pretende conocer y describir las
características particulares del correntino “estereño”, es decir del habitante de los
esteros del Iberá, provincia de Corrientes. El objetivo es comprender ese nexo
4
inconmensurable, esa relación estrecha que se da cuando el desarrollo del hombre
está ligado a su hábitat, al conocimiento y al aprendizaje del mismo por interacción
constante.
En el caso de los pueblos del área de los Esteros del Iberá, (el más emblemático es
Colonia Carlos Pellegrini), desde sus antiguas arquitecturas colonialistas, sus
modestas casas de adobe, muy lejos de la modernidad, la vida pueblerina que se
respira desde que se pisa estos pueblos, sus comidas típicas, su música y baile: el
chamamé... la sonrisa tímida de la gente, su tonada, y el cartel de bienvenida en
algunas de estas casas, denotan las particularidades que ayudan a definir esta
“sociedad correntina”.
El "ser correntino" es el resultado de la fusión del hombre con su medio, del origen
de sus creencias, de sus actividades económicas ancestrales, del desarrollo cultural
alcanzado. Viene de la mano de una tonada especial, de su gusto por el chamamé
que es música, canto, baile y expresión de alegría; del vino y la diversión, del
manejo de animales en el campo, de las siestas, de sus comidas típicas como el
"mbaypy" y los pastelitos, de sus creencias como en el Gauchito Gil, Juanita
5
Cabrera y la Virgen de Itatí, de la amabilidad, de la sencillez y la serenidad que
tienen en el andar.
No es fácil recoger testimonios sobre la identidad correntina en boca de sus
protagonistas. El correntino es gente de acción; por hábito y por temperamento es
parco en palabras. Hay que merecer su confianza y amistad para conseguir que se
exprese espontáneamente. Y una dificultad es sin duda el idioma, porque el ibereño
piensa y se expresa en guaraní, el avá ñeé que es su idioma originario, aunque
mezclado con el castellano. Pero después, sus costumbres, sus creencias, sus
gustos los expresa a cada instante, a través de la música, de sus devociones, de sus
comidas y sobre todo, de su hospitalidad. El ser callado no es sinónimo de
antipático, por el contrario, el estereño, si bien es serio, pensante y prudente,
también es cordial, afectuoso y solidario.
Para conocer su gente, el ambiente de los esteros, sus usos y costumbres, es
pertinente interpretar un poco su historia, desde donde se enraizaron sus orígenes,
que tanto se quiere cuidar, valorar y proteger.
Proceso histórico
6
determinar exactamente de cuando data la población de los guaranís en el área,
pero es probable que llegaran a ella, siguiendo los cursos fluviales, hace
aproximadamente 3000 años, quizás en busca de la "tierra sin mal” 1. Cubrieron gran
parte de Brasil, Uruguay y Paraguay hasta el oeste de Bolivia y Salta. Por el sur se
expandieron hasta la provincia de Buenos Aires.
Según el antropólogo Jorge Rodríguez, entre el 2500 al 500 a.C., la zona oriental fue
ocupada por la entidad cultural conocida como Vieira y la zona occidental y central,
en cambio, por la entidad denominada Iberá. Las zonas de residencia de estas
etnias indígenas fueron las lagunas, sabanas, riachos y bañados; eran componentes
de una sociedad ceramolítica que producían utensilios con técnicas de punteado,
inciso y engobe, con prevalencia de herramientas líticas, talladas y pulidas. La
subsistencia de estas sociedades se basaba en la caza de cérvidos y tatúes, en la
pesca y recolección de frutos. Como demostración contundente de la existencia de
estas sociedades, podemos expresar que se han encontrado restos arqueológicos
en la zona específica del perilago de la represa de Yacyretá, que demuestran la
existencia de hábitos funerarios con entierros primarios en vasijas talladas, algunas
incluso con restos esqueletarios. Hacia el 1800-500 a.C. la etnia Tupí Guaraní se
instaló en el borde anterior, dentro del ambiente costero ribereño, de lagunas y
bañados cuyas comunidades base o “familia grande” habitaban las zonas más
elevadas; trabajaban una cerámica decorada amplia y variada; fueron grandes
cazadores, pescadores, que además socialmente practicaban la horticultura.
Otra de las influencias importantes en la cultura correntina fue aportado por el
accionar de Jesuíticos en el área. Entre 1609 y 1767, en el corazón de la Cuenca del
Plata, en territorios de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, se desarrollaron las
Misiones Jesuíticas Guaraníes. Fueron 30 pueblos organizados que registraban en
1732, aproximadamente 141.182 habitantes. Abandonadas en 1767, cuando el Rey
Carlos III firmó la expulsión de los Jesuitas de los dominios españoles en América,
los pueblos entraron en decadencia y fueron saqueados y destruidos por las
invasiones portuguesas y paraguayas entre 1816 y 1819. De las reducciones quedó
la riqueza arqueológica de sus vestigios, la expresión urbanística del trazado de los
pueblos, la historia contada en museos, la toponimia vigente aún en el paisaje,
1
La Tierra sin Mal puede entenderse como un mito guaraní sobre el más allá, o como algo físico en el
tiempo y en el espacio. Puede interpretarse como un lugar habitado por los vivos o solamente por las
almas de los muertos. Sea como fuere, pocas culturas han buscado con tanto ahínco su paraíso
perdido.
7
restos, hechos y vivencias. En Corrientes los pueblos y ciudades actuales que
comprenden el "Circuito Turístico de las Misiones" son: Mocoretá, Monte Caseros,
Paso de los Libres, Yapeyú, La Cruz, Santo Tomé, Gobernador Virasoro y San
Carlos.
Respecto a la vida en las Misiones, cada grupo familiar cultivaba una parcela de
tierra particular (avambaé: cosas del hombre) y otra comunitaria (tupambaé: cosas
de Dios). Los hombres hacían los trabajos rurales, de carpintería, esculturas,
herrería, arte y artesanías; eran maestros de oficios. Las mujeres cuidaban a los
niños, cocinaban, hilaban, tejían y tenían a su cargo tareas domésticas. Todos
participaban en trabajos artísticos y religiosos. Con la ganancia de la producción del
tupambaé sostenían a las mujeres solas y cubrían los gastos de la iglesia y la
educación, entre otros aspectos.
El trazado urbano partía de una cruz, que como gesto fundacional, marcaba el
centro de la reducción y el corazón de la plaza. En uno de los laterales sobresalía la
iglesia que se complementaba con la residencia de los sacerdotes, colegio y talleres
hacia un lado, mientras que el cotí guazú (residencia de las viudas) y el cementerio,
estaban del otro. Luego se acomodaban las viviendas, el cabildo, las tierras de
cultivo y de labranza.
En uno de los pueblos de las misiones jesuíticas guaraníes, Yapeyú, en la provincia
de Corrientes, la música alcanzó gran riqueza y se gestó uno de los movimientos
más importantes del panorama cultural en época de la colonia. Yapeyú fue centro de
fabricación de instrumentos musicales, formación de músicos, de grupos corales, de
danza y de teatro, donde se ofrecía conciertos al estilo y con el repertorio que se
conocía en las más importantes escuelas europeas de ese tiempo. Fue un
verdadero epicentro del arte musical, generador de una corriente cultural que
trascendió la provincia.
El correntino en general, es intuitivo por naturaleza, posee gran facilidad para
distintas manifestaciones culturales como la música, el canto, la danza. Se nutrió de
esa vertiente guaraní - hispánica y jesuítica, generando una confluencia rica en
matices y formas de expresión y de creación.
8
pertenencia, aún entre quienes viven fuera de la región. En el aspecto antropológico
y biológico puede decirse que el estereño tiene una adaptación y tolerancia
razonables para sobrevivir en este gran humedal. Desde el aspecto sociocultural
posee un gran conocimiento empírico sobre el aprovechamiento de las
características geográficas y del ecosistema en general, lo que le permite aplicarlo
tanto en su alimentación, en las artesanías, en la medicina popular, como también
en las actividades económicas. El ecotipo cultural representativo de ese medio es el
mariscador, el cazador de los esteros. Es la síntesis de una extraordinaria
adaptación a un ecosistema caracterizado por el difícil acceso, especializado en
sobrevivir a expensas del recurso, al que supo conservar y perpetuar. Quizás sin
proponérselo, el ibereño ha sido un prototipo de la conservación y equidad
ambiental.
Foto Nº 1: Un rancho típico en los alrededores de Carlos Pellegrini (Fotos propias)
Decíamos que el entrar en contacto con el área de los esteros, con su gente, con su
medio, fue una de las formas de captación directa de la idiosincrasia de sus
habitantes. Desde que se llega a la ciudad de Mercedes como a Colonia Carlos
Pellegrini, se respira otro aire. Todo es diferente. La sencilla arquitectura, sus
modestas construcciones de casas de adobe, con grandes patios y jardines
exuberantes nos indican otra realidad. El cartel de bienvenida en algunas de estas
casas, parecería reemplazar a las palabras que suelen querer expresar sus
9
habitantes, pero que no se animan a decirlo; eso anticipa una forma de ser: gente
amable, confiable, afectuosa.
Foto Nº 2: El mbaipy, comida típica a base de harina de maíz, cocinado en olla de
hierro de tres patas y a leña. (Fotos propias)
Se expresa en sus comidas típicas que ofrecen con orgullo, en su gusto por su
música y el baile, el chamamé, el mate, la caña con ruda, que se bebe todos los 1°
de agosto, la sonrisa tímida, la gran devoción que profesan a sus santos. Son sólo
algunas características que ayudan a definir a esta sociedad.
Precisamente, un factor muy destacado es su religiosidad. En cada casa es común
encontrar un ámbito, un rincón con un altar, donde se exponen imágenes, estatuillas,
cruces y otros símbolos de santos y vírgenes que son objetos de su devoción y
siempre hay una vela encendida.
Uno de los espacios de devoción popular, es el del “Gauchito Gil”, en el
departamento de Mercedes, con una concurrencia masiva que se genera cada 8 de
enero especialmente. Otro personaje de adoración popular ascendente, es la
milagrosa Juanita Cabrera en el Paraje Rincón del Diablo, en donde se le rinde culto
cada 5 de octubre. Es quizás más conocida en la zona estereña que en el resto de la
provincia.
No se puede dejar de destacar a la Virgen de Itatí, esta legendaria imagen religiosa
que pertenece al culto oficial católico. Hoy es la Patrona espiritual de la provincia de
Corrientes y goza de gran devoción popular. La basílica de Itatí, en el pueblo del
10
mismo nombre, es uno de los principales centros de peregrinación católica del país.
Miles de peregrinos la visitan todo el año, pero especialmente el 9 y 16 de julio y el 8
de diciembre, en el enorme santuario que se ubica a pocos metros de la costa del río
Paraná.
Foto Nº 3: Pequeño altar en una casa de Carlos Pellegrini. (Fotos propias)
11
campiña, el personaje típico es el “mencho”, el peón de las estancias, hombre
orgulloso y gran conocedor de su rudo trabajo. También persisten el juego de la
taba, de las bochas, los fogones, los torneos de truco, la doma y los bailes bajo
enramadas.
El correntino en general tiene una típica tonada característica, producto de la
influencia del guaraní. Todavía parte de la población especialmente de los esteros
utiliza el guaraní como único idioma. Hoy el guaraní como etnia ha desaparecido de
Corrientes, pero perdura “lo guaraní”. Durante la realización del Censo Nacional de
Población y Viviendas del 2010, trascendió la noticia de que “hay descendientes
directos de guaraníes en islas dentro de los Esteros del Iberá que sólo hablan su
idioma y conservan su modo de vida y subsistencia. Causó sorpresa la noticia de
que un poblador asegura ser descendiente directo de los guayás, una etnía que
existió siglos atrás en Corrientes y de la que se estimaba que ya no quedaban
vestigios. El primer nativo censado en Corrientes vive con su familia en un lugar casi
inhóspito del departamento de Concepción, al cual sólo se accede por aire o agua",
decía la noticia. (Diario "La República", Corrientes).
Si se analiza la etimología de nombres de animales, plantas, geoformas y topónimos
de la geografía de Corrientes, la gran mayoría tiene raíces guaraníticas, (por
ejemplo, Iberá, yacaré, Paraná, timbó, mburucuyá, aguará, Itatí, etc.), algo realmente
influyente en la manera de ver, conocer y describir el mundo. Estas particularidades
no pueden pasarse por alto cuando se pretende entender y conocer un pueblo y la
relación con su ambiente.
12
conciliar el uso y la conservación de la naturaleza sin comprometer su dinámica
propia. Hoy es objeto de la apropiación de parte de otros actores preferentemente
extra-territoriales, a los que se los asocia al interés que provocan las virtudes
naturales de los esteros, especialmente la disponibilidad de agua, lo que
comprometen la preservación del recurso tanto en cantidad como en calidad. De a
poco se desplaza a las actividades tradicionales. Nuevas estrategias y modalidades
de uso de los recursos se concretan, a través de la concentración de campos, la
intensificación del cultivo del arroz, la forestación con especies foráneas de interés
comercial, el turismo, etc. Estos generan cambios acelerados en el paisaje. Las
modificaciones se expresan en desmontes de bosques nativos, alteración de cursos
de agua, construcción de terraplenes, proyectos de construcción de grandes
represas, introducción de especies exóticas, reemplazo de especies nativas,
masificación del turismo, contaminación, etc.
Pero a su vez, las nuevas actividades económicas que se desarrollan cada vez con
mayor intensidad, se basan en adelantos tecnológicos que requieren poca mano de
obra, salvo para acciones en que el nativo puede demostrar conocimiento específico
no calificados (peones, canoeros, baqueanos, guardianes en áreas de reserva,
manejo de animales, etc.). Estas nuevas actividades no contemplan en sus planes al
habitante de los esteros. Es decir, el éxodo de población nativa que históricamente
caracterizó al área no ha cesado. Para determinadas acciones se recurre a personal
especializado extra territorial (ingenieros, técnicos, promotores, etc.) que no se
encuentran en el área. Por otra parte, la concentración de campos con el
fundamento de la conservación de los esteros, eliminando cualquier actividad
productiva, provoca la expulsión de los habitantes nativos, la mayoría de ellos
habitantes ancestrales por generaciones en el área cuyos derechos de ocupación
del espacio fueron avasallados.
Conclusiones
Para contribuir al conocimiento y valoración del patrimonio cultural nativo es
necesario fundamentar la identidad, rescatar y promover los valores. Por ello es
fundamental conocer los orígenes, los cambios, la importancia de estar ligado de
manera constante a su tierra y su medio y las problemáticas que surgen como
efectos del mismo proceso cultural.
13
La identidad de los correntinos se estructura sobre la base del amor a su tierra, al
coraje, la valentía y el sacrificio que son signos de su personalidad, en la dedicación
al trabajo, a sus expresiones culturales.
El estereño tiene una idiosincrasia propia, con una fuerte influencia del pueblo
guaraní: idioma, costumbres, tradiciones, música, un modo de ser, personajes e
historias que les son propios e identificada.
Quizás una forma de entender esta conjunción sea esta declaración: “Los pueblos
originarios somos hijos de la tierra que, para nosotros es sagrada, por eso
afirmamos que no somos dueños de la tierra sino parte de ella, que no la queremos
para explotarla sino para convivir con ella, para trabajar cuidando la naturaleza con
un desarrollo equilibrado para el bienestar común de la humanidad, bajo el principio
de trabajo, producción y equidad…”. (Conclusiones del Congreso sobre Uso y
Tenencia de la Tierra). Organizado por la Federación Agraria Argentina, se realizó
del 30 de Junio y 1 de Julio de 2004 en Parque Norte, Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, Argentina.
No imagina su vida lejos de estas tierras. Tiene fuerte apego por el lugar donde
nació, y aunque se tenga que ir del lugar en busca de un porvenir distinto, su
voluntad es morir allí. Le cuesta concebir su vida disociados con su medio, sus
cosas, sus costumbres.
Y esta pluralidad de bienes que en conjunto conforma la identidad del pueblo
estereño, es lo que está en peligro por el avance progresivo de nuevas formas de
interrelación con el espacio, donde lo que predomina son intereses económicos.
Dice Julián Zini: "Memoria significa tener presente en la vida personal, en la vida
como pueblo y región, como país y aún como universo; es una serie de datos
especiales y únicos que, en cada caso, tienden a configurar una filosofía para
encontrarle sentido a esa vida, a ese pueblo o región, a ese país, a ese universo".
(Zini, J. 2006).
Bibliografia:
14
Internacional de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico y Edificación: “La
Dimensión Social del Patrimonio”. Buenos Aires y Salta.
GIMENEZ, Gilberto, 1996. Territorio y cultura. Estudios sobre las culturas
contemporáneas. Época II / Vol. II, num. 4, pp. 9-30,
MEICHTRY, Norma. 1987. Corrientes: el paisaje y el hombre. Todo es Historia.
Director: Félix Luna. Fasc. 6. Buenos Aires.
PARODI, Lautaro, 2005. Leyendas Indígenas de la Argentina. Ediciones Libertador,
Buenos Aires.
PERKINS HIDALGO, Guillermo, 1987. Leyendas y supersticiones del Iberá. En:
Todo es Historia. Director: Félix Luna. Fasc. 7. Buenos Aires.
POHL SCHNAKE, Verónica y Víctor Hugo VALLEJOS. 2012. Los Esteros del Iberá
frente a la actual combinación entre tecnología y capital. Publicación de VII
Congreso de Medio Ambiente de la AUGM. La Plata. (CD)
QUARANTA, Analía (2012). El Iberá y su gente. En: Correntinos en La Plata,
Revista del Centro de Residentes Correntinos del Gran La Plata. Nº 22, Pp. 5-6.
ROGGIERO, M., A. ZAMPONI y M. ZILIO. 2011. “Los paleocauces del Paraná y la
diversidad de paisajes en los Esteros del Iberá”. III Congreso de Geografía de
Universidades Públicas. 12 al 15 de octubre de 2011. Santa Fe. Facultad de
Humanidades y Ciencias. UNL..
ROSSI, Juan José, (2010). Los Guaraníes. Galena, Buenos Aires.
VALLEJOS, Víctor H. y Verónica POHL SCHNAKE, 2012. El espacio geográfico de
los Esteros del Iberá, Patrimonio estratégico de los correntinos. Ponencia en IX
Jornadas de Investigación Geográfica. Departamento de Geografía, Fac. Ciencias
Humanas, UNRC, Río Cuarto.
VILLAFAÑE, Alicia y Ludmila ADAD, 2011. Textos de Antropología. Red de
Editoriales de Universidades Nacionales. Abril 2011. Buenos Aires.
ZINI, Julián, 2006. Memoria de la sangre. Editora Patria Grande, Buenos Aires.
www.diairolarepublica.com.ar
http://solocorrientes.blogspot.com/2010/7/historia-de-los-indigenas-guaranies.html
www.iberapatrimonio.org.ar/
15
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
1
O uso do termo comunidade é ao se referirem a um grupo de unidades residenciais
reunidas em uma mesma localidade, que possuem certa autonomia no estabelecimento de critérios
próprios que regulam a utilização e manejo dos recursos ambientais no seu território de uso comum.
inserido. Para a pesquisa, realizei entrevistas formais e informais, observação
participante e coleta de dados a partir de documentos da Associação dos
Remanescentes de Quilombo do Município de Oriximiná (ARQMO).
A ARQMO foi constituída em 1995 como resultado do processo de
demarcação do território quilombola nos rios Trombetas, Erepecurú e Cuminã por
castanheiros que se identificaram como remanescentes de quilombos após a
inclusão do art. 68 na Constituição de 1988 que reconhece o direito dos
remanescentes de quilombo à titulação de seus territórios.
O’Dwyer (2006) argumenta, no caso das comunidades negras rurais do
Trombetas e Erepecuru-Cuminá, que, segundo fontes historiográficas, as mesmas
formaram quilombos no passado. Contudo, a identidade “remanescente de
quilombo” utilizada por esses grupos no presente etnográfico, emerge como
resposta atual diante de situações de conflito e confronto com grupos sociais,
econômicos e agências governamentais que passam a implementar novas formas
de controle político e administrativo sobre o território que ocupam e com os quais
estão em franca oposição.
As comunidades estudadas reivindicam o reconhecimento de direitos
territoriais sobre as áreas que ocupam como meio de proteção e redução das
pressões econômicas e políticas, garantindo a reprodução de práticas sociais e
culturais. No trabalho etnográfico pude perceber que os interesses econômicos,
como o de exploração da bauxita nos territórios do alto dos rios, e as ações
governamentais de controle do território ocupado por esses grupos pelo
disciplinamento das práticas agrícolas e extrativistas, todos foram atualmente
reformulados. Mas, ações e projetos governamentais e não governamentais
continuam procurando interferir nos modelos locais de vida social.
Este é o caso do projeto de construção de moradias do governo federal,
em relação ao qual às comunidades quilombolas se queixam por estar em
desacordo com os padrões locais. De acordo com os relatos, o modelo proposto
de casa pelo projeto do governo está na contramão dos seus costumes, uma vez
que o tamanho e a forma da construção são considerados incompatíveis com o
tamanho dos seus grupos domésticos e os hábitos de moradia das famílias. Além
disso, são casas, como dizem, inadequadas ao clima quente e úmido da
Amazônia pelo uso de telhas de amianto, que esquentam o ambiente e nos dias
de chuva produzem muito barulho. Logo, um dos desafios enfrentados pelas
comunidades quilombolas consiste em ajustar as exigências externas aos seus
modos de fazer, criar e viver, os quais garantem-lhes a “sustentabilidade”,
segundo visão deles próprios.
O território ocupado pelas comunidades remanescentes de quilombos no
alto dos rios é por eles considerado de uso comum. Segundo literatura consultada
(Wagner, 2006), a modalidade de uso comum da terra é um aspecto
frequentemente ignorado na estrutura agrária brasileira. Ela designa situações
nas quais o controle dos recursos básicos não é exercido livre e individualmente
por um determinado grupo doméstico de pequenos produtores diretos ou por um
de seus membros, mas sim por uma unidade social. Tal controle se dá através de
normas específicas instituídas para além do código legal vigente, acatadas, de
maneira consensual, nos meandros das relações sociais estabelecidas entre
vários grupos familiares, que compõem a referida unidade social (idem).
O ser quilombola
Procurei investigar no trabalho ora apresentado a multiplicidade de
relações e significados envolvidos no cotidiano das pessoas interligadas, seja por
laços de parentesco, vizinhança e/ou redes sociais, integrantes das comunidades
remanescentes de quilombos do alto dos rios, formando, desta forma, universos
locais com suas regras de inclusão e exclusão. Na atualidade, respondem a
novos desafios colocados pelo “empreendimento capitalista moderno”, impondo-
lhes formas diversas de extração e acondicionamento da castanha, assim como
formas de organização e uso do espaço, relacionadas ao exercício de poder e
gestão do Estado sobre o território por eles ocupado, após a titulação.
Gostaria de esclarecer que, ao longo do trabalho, me refiro aos chamados
“remanescentes de quilombo” por quilombolas, como eles se auto-identificam. De
acordo com a definição dos atores sociais: ser quilombola é ser coletivo -, o que
para eles envolve não só a titulação coletiva do território como também estar
inserido nas redes de relações próprias das comunidades do rio Erepecuru. Ainda
segundo o entendimento do grupo, ser quilombola é possuir um modo de ser
distinto, que define os de dentro em relação aos de fora. Deste modo, parto da
ideia de Max Weber, citado por Geertz (1973), definindo o homem como um
animal que vive preso a uma teia de significados por ele mesmo criada, podendo-
se inferir que essa teia seja o que chamamos de cultura.
Sobre a análise dessa teia de significados, nos diz Geertz (1973), o ofício
do antropólogo é desvendar esses significados estabelecendo relações entre
eles, de forma a ensejar uma interpretação semiótica do objeto analisado. Como
um sistema de signos passíveis de interpretação – ressalta Geertz (1973) – “a
cultura não é um poder, algo ao qual podem ser atribuídos casualmente os
acontecimentos sociais, os comportamentos, as instituições ou os processos; ela
é um contexto, algo dentro do qual eles (os símbolos) podem ser descritos de
forma inteligível – isto é, descritos com densidade.”.
No caso dos grupos étnicos, representados na situação etnográfica pelos
remanescentes de quilombos do rio Erepecuru, Barth (2005) nos diz que não são
grupos formados com base em uma cultura comum, isto é, não são grupos
portadores de cultura, mas suas formações ocorrem com base nas diferenças
culturais socialmente comunicadas. “O contraste entre “nós” e os “outros” está
inscrito na organização da etnicidade: uma alteridade dos demais explicitamente
relacionada à asserção de diferenças culturais.” Barth (2005) convida-nos a
pensar a cultura como um estado de fluxo constante e distribuído por intermédio
das pessoas, entre pessoas, como resultado das suas experiências. Ao terem
experiências semelhantes e se engajarem mutuamente em reflexões, instruções e
interações, as pessoas são induzidas a conceitualizar e, em parte, compartilhar
vários modelos culturais.
O interior é fartura
Procedência das comunidades
A população dos quilombos ou mocambos do Trombetas, como também
são conhecidos nos relatos dos viajantes e em referencias historiográficas, foi em
1866 contabilizada por Tavares Bastos em mais de dois mil indivíduos.
Atualmente, com uma população de cerca de 6.000 pessoas, os quilombolas de
Oriximiná estão organizados em 32 comunidades rurais, distribuídas por oito
territórios constituídos por grandes extensões da Floresta Amazônica ainda muito
preservadas, que somam mais de 665 mil hectares .
A Floresta Amazônica está longe de ser um vazio demográfico, visto que
abriga diversas comunidades ribeirinhas, quilombolas e/ou indígenas. Quando
fugiram para a floresta, no século XIX, das fazendas e das propriedades dos
senhores de Óbidos, Santarém, Alenquer e mesmo Belém, os quilombolas
aprenderam com os índios alguns “segredos das matas", permitindo-lhes não só
fugir como também vencer os obstáculos com mais êxito. Hoje, as famílias
quilombolas retiram grande parte do seu sustento e garantem sua sobrevivência a
partir do uso comum de recursos oferecidos pelo território que ocupam na
floresta.
Sobre a localização espacial dessas comunidades, O’Dwyer (2002) propõe:
“(...) a configuração espacial desses grupos do alto curso dos rios, cujo relativo
isolamento é mantido e atualizado de forma consciente, não deve conduzir à
reificação de qualquer imagem de um “mundo fechado e auto-suficiente”. Do nosso
ponto de vista, a naturalização das ideias de “isolado social” e/ou “isolado cultural”
deixa de fora e à margem das descrições etnográficas, diferentes processos
históricos e sociais que resultam na construção de um “isolamento consciente”,
baseado na memória histórica e genealógica desses grupos sobre sua origem
comum, recuperando-se, assim, a noção de Weber sobre a construção de “fronteiras
rigorosas...que se fixam em pequenas diferenças de hábitos cultivados e
aprofundados... em virtude de um isolamento monopolista consciente” (quilombos
identidade étnica e territorialidade, 2002).
Rumo à Cidade
O deslocamento nas áreas ocupadas pelos quilombolas é realizado
principalmente por barcos e rabetas – que são canoas acopladas de um motor
pequeno - sendo que para se chegar a alguma comunidade vizinha demora-se
horas. Visitas são mais frequentes no fim de semana, principalmente para a
celebração de alguma paróquia ou uma partida de futebol marcada. Um
complemento à comunicação foi a instalação de rádios em muitas dessas
comunidades, ainda que seja necessário levar em conta a dificuldade de
manutenção. A relação com a cidade está muito presente no cotidiano e na vida
dessas comunidades. Se as “novidades” não chegam pelo rádio de comunicação,
chegam ao final do mês , quando os quilombolas descem para a cidade afim de
receber os benefícios como Bolsa Família, Aposentadoria, Salários e outros.
Nessa época, aumenta a movimentação na cidade, enquanto o interior fica
esvaziado pelos barcos que descem o rio, abarrotados de membros tanto das
comunidades ribeirinhas como quilombolas, além dos produtos que levam, com a
finalidade de vender na feira ou em alguma mercearia da cidade ou ainda que
levam para presentear algum parente da cidade. Uma prática comum dos
quilombolas que “baixam” do interior para cidade é de se hospedarem na casa de
algum parente ou amigo da cidade presenteando sempre com alguma coisa do
interior, principalmente a farinha de mandioca que é muito apreciada na região.
Essas práticas reafirmam a teoria da reciprocidade, fundamentada na tríade - dar,
receber e retribuir - apresentada por Mauss (1974) em seu clássico Ensaio sobre
o Dom e a Dádiva. Sabe-se que a dádiva não é um ato isolado e essa foi a
grande descoberta, pois o processo compreende os três deveres que se repetem
indefinidamente. Como Caillé (2002, p.142) reafirma, dádiva é “toda prestação de
serviços ou de bens efetuada sem garantia de retribuição, com o intuito de criar,
manter ou reconstituir o vínculo social”. Mauss (1974) observa também que o
contato humano não se estabelece como uma troca, como em um contrato;
considera-o como uma “lei não-escrita” que começa com uma dádiva que parte de
alguém, gerando a retribuição e envolvendo um novo receber e retribuir, num
processo sem fim. Os quilombolas, os estabelecidos no interior ou aqueles na
cidade, estão inseridos nesse processo renovável de dádiva. Eles têm o costume
de ‘presentear’ com produtos mais acessíveis à localidade que estão – exemplo:
farinhas, peixes, caças, quando vem do interior; e roupas, material agrícola, como
sementes, quando vem da cidade. E também o costume de se hospedarem, até
mesmo por meses, em casas de parentes. Os motivos variados, indo desde as
questões de saúde, estudo, trabalho até passeio. São essas práticas de
reciprocidade que alimentam o vínculo comunitário dos quilombolas,
independentemente se estão na cidade ou no interior.
Uma vez na cidade, os quilombolas que ‘baixaram’ aproveitam também
para fazer as compras possíveis, ir ao médico se necessário. Destaco que eles só
buscam ajuda médica quando os remédios caseiros não funcionam, isto é,
quando é ultrapassado o prazo comum, de uma semana, dado para o remédio
caseiro fazer efeito. O recorrer ao hospital em detrimento da medicina local não é
bem visto na concepção de saúde dos moradores dessas comunidades, como
parte de um sistema de crenças, ela funciona na medida em que seus membros
nela depositem sua fé. Conto aqui uma experiência própria vivenciada em campo:
certo dia, eu acordei com torcicolo fortíssimo e uma jovem quilombola se ofereceu
para puxar , mas previamente insistiu em perguntar se eu confiava nela pois, só
assim teria efeito sobre mim. Todos possuem algum conhecimento sobre os
remédios caseiros, mas existem também os benzedores que são possuidores do
segredo das orações para cura, orações que são ensinadas pelos antigos e
passadas em segredo a alguns.
Na cidade, os quilombolas também realizam suas visitas a amigos/parentes
e resolvem os problemas burocráticos (como certidão de titulação, participação
em projetos e outros) na ARQMO. O porto da cidade, segundo eles, fica em
“festa” com os barcos e bares cheios pelos reencontros que ali se sucedem. Os
quilombolas que não têm onde ficar dormem no barco que viajaram.
No porto encontrei várias famílias quilombolas que chegavam do interior e
também quilombolas moradores da cidade que ali estavam com o intuito de
encontrar com familiares e amigos. Esses encontros aconteciam tanto em algum
barco como em algum bar da orla do porto e estendiam madrugadas regadas a
bebidas e comidas. Em conversas com os que por ali ficam transitando no porto e
mesmo em visitas às casas de quilombolas na cidade, escuta-se falar do interior
como sinônimo de fartura, tanto de comida como de amigos. Para os quilombolas
da cidade, o interior é referência de lugar e história que os unem e cria um
sentimento de participação comunitária e identidade étnica no presente; mesmo
porque, apesar de morarem na cidade, esses se fazem presentes nas principais
manifestações culturais da comunidade, como nas festas religiosas. Todas essas
experiências podem ser melhor compreendidas pelas elaborações apresentadas
por Sahlins (1997) para compreender comportamentos coletivos:
“As pessoas organizam suas experiências segundo suas tradições, suas visões de
mundo, as quais carregam consigo também a moralidade e as emoções inerentes
ao seu próprio processo de transmissão. As pessoas não descobrem simplesmente
o mundo: ele lhes é ensinado.”.
“Desde que me entendo já moramos em vários pontos do rio. Você pode ver que
temos parentes até lá na Pancada (ultima comunidade, localizada no alto do rio
Erepecuru)”, explica seu Omar.
O roçado
Ao observar os roçados familiares em visita a essas comunidades, notei
que os terrenos não eram demarcados fisicamente e sim definidos de acordo com
quem trabalhou e plantou naquela terra. Assim, “a terra não tem dono”, mas os
roçados sim. Como foi dito anteriormente, é comum duas famílias compartilharem
o produto do roçado, dividindo-o como descrito a seguir: no caso da mandioca,
constatei que quando uma família plantava e colhia e outra fazia o fabrico, ao final
dividiam a farinha meio a meio. As frutas plantadas, como as melancias, eram
para uso próprio, repartidas ou vendidas na cidade dependendo da quantidade da
produção. Outro exemplo de meação entre as famílias: quando estava em campo,
era época de plantar melancia. A família de dona Terê dividia o roçado com seu
Omar que provia as sementes, indicadas como de difícil acesso por eles. O
marido de dona Terê, conhecido como Preto, ficou então na função de preparar o
terreno, abrindo com fogo uma capoeira, trabalhar a terra e plantar. Entraram em
acordo que as duas famílias dividiriam a colheita. Após a colheita, o excedente da
produção serviria para realizar trocas com produtos de outras comunidades
vizinhas, ou levariam para a cidade afim de “fazer algum dinheirinho na feira”,
como diziam.
Na época do campo estava também um sobrinho de Sueli ajudando no
roçado. Este não morava com eles, só “reforçava” a mão de obra familiar. Isso é
comum e funciona como um empréstimo de mão de obra: um membro de uma
família passa temporadas na casa de parentes ajudando no trabalho. Ao final, o
trabalho pode ser trocado por produtos do roçado que ajudou a plantar ou mesmo
uma quantia em dinheiro.
Os roçados plantados pelos quilombolas dessa região já eram de tamanho
menor quando comparados aos roçados feitos pelas demais populações
ribeirinhas de Oriximiná. O’Dwyer (2002) ressalta que o fato pode estar
relacionado à predominância de atividades extrativistas nessas comunidades.
Confirmando tal afirmação, percebi em conversas que os quilombolas mostravam
maior interesse em trabalhar na colheita da castanha (sua principal atividade
extrativista destinada à venda) a cuidar de um roçado, mesmo que fosse da
mandioca, principal produto de subsistência consumido por eles. Os grupos
domésticos estudados são, assim, constituídos por relações familiares que
organizam as atividades no extrativismo da castanha.
Alicerces da comunidade
Além do roçado e da coleta sazonal da castanha, as famílias viviam da
caça e da pesca que diziam não faltar porque o rio é encantado e por isso sempre
farto. Essas atividades relacionadas eram base da vida produtiva e, mais do que
isso, eram as atividades que os homens desempenhavam com muito gosto.
Vistas como lazer e trabalho, afirmavam que era para isso que cada menino se
preparava desde a infância. A caça era realizada pelos homens, que geralmente
saiam na madrugada em pequenos grupos munidos de espingardas e terçados ,
embrenhando-se mata adentro.
Os elementos que constituem o espaço físico das comunidades variam de
acordo com as particularidades de cada lugar. Era comum encontrarmos uma
capela católica; as casas construídas em sua maioria de pau a pique; um
barracão onde realizam festas e celebrações; um campinho (de futebol),
importante espaço de integração social de todas as idades e pessoas hoje na
comunidade, e uma escolinha que normalmente funciona até a quarta série. Para
continuidade dos estudos, os quilombolas precisam optar entre a escola polo na
comunidade Boa Vista ou ir para a cidade estudar e trabalhar. Destaco que a
opção por continuar os estudos e permanecer no interior era recente, pois, antes
da construção dessas escolas-polo, a única forma para continuar os estudos era ir
para cidade de Oriximiná. Anteriormente continuar os estudos não era possível
para muitos. E quando o era, mudava a dinâmica do trabalho do grupo doméstico
com as crianças, trocando a lida no roçado familiar por trabalhos diversos na
cidade, como empregados em lojas comerciais, restaurantes, oficinas e serviços
domésticos.
O movimento de retorno dos jovens para as comunidades estava se
fortalecendo na época do trabalho de campo. Isso se devia em parte aos barcos
disponibilizados pela prefeitura de Oriximiná para transportar as crianças à
escola-polo da comunidade de Boa Vista, o que serviu como incentivo utilizado
pelas lideranças para “encher novamente as comunidades que estavam tristes” (e
esvaziadas). Sobre a “tristeza”, durante o trabalho de campo, ouvi o relato de uma
situação dramática por eles vivida no Jauari. A “triste história” ainda pulsante de
um membro antigo da comunidade morto pelo genro que, segundo dizem, o
“confundiu” com um animal da mata durante uma caçada. O acontecido foi
tomado pelos quilombolas como “mau presságio” e para combatê-lo, era preciso
unir a comunidade e incentivar o retorno dos jovens à vida no alto dos rios.
Os quilombolas não só valorizavam o “coletivo”, como o território titulado,
mas o que chamavam de “ser coletivo”, isto é, a reprodução por parte de todas as
gerações de respeito pela “coletividade”. Acreditavam que sua sobrevivência e
reprodução social dependiam disso. Até o uso da energia elétrica era para eles
um exemplo do “ser coletivo”, pois era gerada por motor alimentado por diesel,
com uso restrito, visto que o combustível ficava caro para os membros da
comunidade. Mesmo que a prefeitura contribuísse com 50 litros de diesel para
cada comunidade, o restante precisava ser “rateado” entre as famílias conforme
acordo entre as partes. A energia elétrica era usada nas atividades de lazer que
reunissem a maioria. Por exemplo: para a novela e o futebol assistido na casa de
algum morador ou no barracão que tivesse TV, como para a dança que os jovens
agitavam para acontecer no barracão. Os dias e horários de funcionamento do
motor eram acordados preferencialmente de segunda a sábado no horário da
novela. E prolongados às vezes para o futebol ou quando ocorria dança no
barracão. Essas eram atividades de importante integração e compartilhamento
entre os membros dos grupos.
Recursos livres
Tanto a caça como a pesca são tratado como recursos de consumo livre,
também oferecidas como presente a alguém que não conseguiu sucesso. O rio é
fundamental para as comunidades além de ser usado como o principal meio de
locomoção e ser uma fonte imprescindível de alimento. É na beira dele que todos
tomam banho, lavam roupas, louças e retiram a água usada nas pequenas tarefas
de casa e para beber. Importante ressaltar que a participação do rio na vida das
comunidades ia além da utilidade. O rio é também lugar de histórias e um
personagem de destaque é o “boto cor de rosa”. Para os quilombolas, quando
uma mulher em seu ciclo menstrual lava-se no rio, atrai o boto com o cheiro,
abrindo caminho para os encantamentos do boto, que são associados a
maldades, como engravidar uma mulher ou causar doenças. Em conversas,
sempre era alertada sobre os perigos do boto e de uma mulher menstruada entrar
no rio Seu Caio, morador de uma comunidade do rio Trombetas, certa vez me
descreveu, em visita à sede da ARQMO, a forma que o boto assumia.
“Ele toma forma de um homem vestido todo de branco e usa sempre chapéu para
esconder o buraco da cabeça. Assim ele passeia pelas comunidades enganando as
mulheres, dançando com elas.”
Para Wanderley
Referencias Bibliográficas
Outras fontes:
Prefeitura de Oriximiná:
http://www.oriximina.pa.gov.br/portal1/intro.asp?iIdMun=100115084
INCRA:
http://www.incra.gov.br/portal/
Bloque 7
“La educación en contextos rurales:
transformaciones productivas,
conocimientos y demandas sociales”
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGIA
RURAL.
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y
reconfiguración en el siglo XXI”.
GTN7. La educación en contextos rurales: transformaciones productivas,
conocimiento y demandas sociales
Autoras:
Alarcón, Ana María: anama722@gmail.com
Delgado, Roxana Elizabeth: miskimariposa@hotmail.com
Fuentes, Romina Belén; rominabfuentes@gmail.com
Pertenencia Institucional de las autoras: Proyecto de Investigación dependiente
del ISFD N°6.
Resumen
La ruralidad en lo urbano marginal y la educación intercultural
El presente trabajo se enmarca en el Proyecto de Investigación “Integración,
segregación de alumnos migrantes limítrofes en los ámbitos escolares del Alto
Valle de Río Negro y Neuquén” del ISFD N° 6 de Neuquén de la convocatoria
2011 del INFD.
El mismo pretende abordar cómo lo urbano y lo rural tanto en los espacios
geográficos y las prácticas que en ellos tienen lugar no se encuentran
estrictamente delimitados y se entrelazan constantemente. La Colonia 12 de
Octubre ubicada en la localidad de Allen, Río Negro, sus habitantes y la escuela a
la que concurren los niños y niñas de la misma, es un ejemplo de lo planteado. Se
intentará mostrar cómo se vuelven laxos ambos ámbitos en un contexto como es
la escuela en el que la alteridad étnica migrante originaria tiene lugar generando
nuevas modalidades de relaciones interculturales.
Es en el ámbito escolar donde se puede visualizar que lo urbano y lo rural se
diluyen en las prácticas cotidianas habilitadas por el PEI de la institución que tiene
como eje la interculturalidad. Pero a la vez que esto sucede, estas mismas
prácticas encuentran resistencia por parte de algunos actores institucionales que
pretenden urbanizar todo resquicio de ruralidad.
Los alumnos y alumnas a los que hacemos referencia pertenecen a la población
boliviana y viven en la zona lindante a los barrios periféricos de la ciudad y
representan el 80 % de la población escolar.
Palabras claves: urbanidad-ruralidad-educación intercultural.
Introducción:
La presente ponencia pretende exponer algunos de los hallazgos de nuestra
investigación en la Escuela Nº299 de Allen, localidad de la provincia de Río Negro.
Tal como surge de nuestra investigación, uno de los universos de estudio donde
se ha desarrollado es esta escuela Primaria Nº299 "Fundación Phollman
Trabantd1" donde los migrantes de origen boliviano constituyen el referente
principal de diversos mecanismos de inclusión y exclusión paradójicamente.
Un poco del contexto de dicha escuela: la misma se inaugura el 21 de marzo de
1985, por resolución 656/85, que transitoriamente inicia el período escolar en el
local de la Escuela Industrial Nº 6 de la ciudad de Allen. Su origen se relaciona a
la necesidad de matricular a 100 alumnos que habían quedado sin banco en otros
establecimientos. La inauguración del edificio propio se realiza en el 16 de marzo
de 1987 momento en el que la escuela pasa a ser de de 1era categoría. Inicia sus
actividades con una inscripción de 246 alumnos2 132 varones y 144 mujeres.
Actualmente la escuela tiene 16 secciones, tres primeros grados, tres cuartos y
de 2do a 7mo, dos grados por sección. La superficie techada es de alrededor de
640 mts. La calle del frente es Gregorio Mazza, aunque la dirección postal de la
escuela es Llao Llao Nº 671, que es la calle lateral. Poseen 7 aulas y una pequeña
acondicionada en la salida de emergencia. Les han prometido la construcción para
1
El nombre de la institución Pohlmann Trabandt refiere a la persona que donó las tierras para la construcción
de la escuela, vinculada a una fundación de una iglesia evangélica.
2
En el cuerpo de esta investigación utilizaremos por razones operativas la noción abarcativa de “alumnos”
para nombrar a varones y mujeres. Sin embargo, como grupo de investigación adherimos a la inclusión de la
perspectiva de género en el marco de nuestro estudio.
el año próximo, la construcción de 1 aula más. Además tiene las siguientes
dependencias: 1 cocina, 2 baños para los alumnos, sala de computación y
dirección. Todas ubicadas alrededor de un patio interno, que podríamos
denominar SUM (Salón de usos múltiples). La condiciones edilicias en
construcción podríamos decir son, en general, precarias.
A la institución concurre un alto porcentaje de alumnos pertenecientes a la
comunidad boliviana quienes residen en su mayoría en la “Colonia 12 de
octubre” una comunidad boliviana de condición rural, que se dedica a la
producción y comercialización de ladrillos. Actualmente se encuentran viviendo en
la colonia un total de 1000 personas aproximadamente, la comunidad se
constituye de 70 hornos pertenecientes a determinadas familias y en temporada
alta, septiembre- mayo, la población asciende 2000 personas. Este incremento se
debe a los trabajadores llamados “golondrinas” provenientes de Bolivia quienes
trabajan en la temporada y regresan a sus hogares. Es durante esta época en que
se produce en mayor escala dado que la temperatura es ideal para la producción
de ladrillos.
El restante de la población estudiantil se compone de alumnos que viven en
barrios cercanos al establecimiento, quienes pertenecen en gran proporción a
familias criollas y/o de procedencias chilenas y algunos niño/as de procedencia
indígena mapuce3. Estas familias se desempeñan como trabajadores asalariados
o temporarios en la fruta y la albañilería. Entre esos barrios la institución recibe
alumnos del Barrio El Progreso, que tiene su origen en una toma de población
chilena.
Nuestro trabajo parte de suponer cómo lo urbano es “invadido” por lo rural en esta
escuela donde tanto niños Migrantes como nativos experimentan situaciones de
aprendizaje enmarcadas en “relaciones necesariamente interétnicas de gran
calibre”, promovidas por el proyecto intercultural de la escuela, que hacen de la
3
Mapuce en Rangilew (grafemario aceptado por la Confederación Mapuce), que evita la catellanización del
idioma adhiriendo a la versión de equivalencias fonema-grafema que da lugar a sonidos que no se tienen en
castellano, como muestra de la autodeterminación de su pueblo, entendiéndose su derecho a decidir cómo
se escribe su propia lengua.
misma una escuela inclusora de la otredad Migrante, más allá de la pervivencia de
discursos y prácticas monoculturales que no pueden ver la riqueza del “suceso
intercultural”.
Tanto en el espacio microcontextual como resulta ser el aula, como en el
macrocontextual, que significa la institución toda. Así como en los discursos
textuales de los documentos PEI y los diagnósticos, tan utilizado en la escuela,
para partir de él y desplegar lo que se planifica para el otro. Se despliegan
acontecimientos de distintas entonaciones con respecto al tratamiento de la
alteridad, se evidencian marcaciones de identidades, más o menos promovidas
por el entorno escolar. Entendemos que tanto el aula como la escuela, portadoras
nacionales del mandato homogeneizador difícilmente superan esas lógicas en el
cotidiano andar, pero sí observamos una “intentona” de cambio, aunque muchas
de las veces paradojal.
Intentamos mostrar algunos aspectos centrales de la escolaridad en estos
contextos, las tensiones en pugna, por un lado la promoción de las relaciones
interculturales y por otro la resistencia, el peligro a ruralizar la urbanidad de la
escuela con barbaries ya superadas. El silencio del indio, del rural, se hace carne
en lo boliviano, en la pobreza de la colonia. La suciedad, la lentitud, su silencio, etc
son una cuestión cultural, escencializando tales diferencias culturales.
Contribuyendo estas categorías analíticas a la invisibilización de las condiciones
materiales de existencia provenientes de la coyuntura socio-económica4 de la
propia migración, en este caso la limítrofe.
5
Escuela primara de la ciudad, ubicada más hacia el centro de la ciudad, que es elegida en primera instancia
antes de que, asistir a la 299, la escuela de los bolis.
rondó la palabra “incesto” como una práctica cultural necesaria de erradicar junto
con la explotación del trabajo infantil.
Con respecto al trabajo infantil, vemos como se traducen las experiencias
formativas6 de los niños bolivianos fuera de escuela y con su familia,
apresuradamente en “explotación infantil”7, en verdad, podemos afirmar como
equipo, que aún no hemos encontrado a niños bolivianos trabajando en los hornos
de ladrillos, en ninguna ocasión de haber visitado la Colonia.
Estos calificativos aparecen en las entrevistas que hemos llevado a cabo con los
docentes de la institución. Tal como consignamos en el primer informe de
investigación: Los alumnos son niños/as que en términos de los entrevistadas son
diferentes a los alumnos habituales que reciben las escuelas esto supone como lo
define las entrevistadas en caracterizar a los alumnos/as bolivianos como
tranquilos en oposición a los demás niños que son hiperactivos. En término de la
entrevistada esto constituye una diferencia “Si son diferentes en cuanto a lo
tranquilos que son. He estado en otras escuelas en 1° grado y los chicos son más
hiperactivos” (ED)
Esta idea es reforzada por lo que nos agrega otra entrevistada “y acá los chicos
son tan calladitos que se nos hace un poco difícil llegar. Lo que sí, son
cumplidores, no faltan, estudian todo lo que le digas. Y los padres son iguales,
ellos vienen, siempre que se los llame, vienen, aunque no sepan para qué, igual
están”. (EVD)
Esta última agrega a la caracterización el hecho de que estos alumnos son
“calladitos” lo que dificulta en cierta forma la llegada de la escuela 8. Este rasgo
que tiene consecuencias en cierta forma negativa se contrarresta con otros rasgos
6
Término que acuña Ana Padawer(2010), para analizar el “trabajo infantil” donde los niños aprenden sobre su
mundo a partir de las relaciones con adultos y niños en sus propios contextos de origen, a través de distintas
prácticas socio-culturales, sean estas recreativas, religiosas, etc, pero que las mismas no son reconocidas
como formativas, sino como trabajo infantil. Y no como parte de la producción y reproducción y preservación
de su propio conocimiento.
7
Consideramos que livianamente se habla de explotación infantil, sin evidencia empírica. Si bien en la región
hemos visto a adolescentes de la comunidad boliviana ayudando a sus padres en la venta de verduras y
frutas. Pero creemos que esta práctica no significa explotación, sino que contribuyendo con su economía
familiar.
8
Que idea está detrás de esta consideración de que a la escuela se le dificulta llegar porque los chicos son
callados y retraídos se nos aparece una primera consideración acerca de pensar la escuela y la enseñanza
como diálogo y conversación como lugar de intercambio pero también de participación.
específicos de los alumnos bolivianos: que son cumplidores, no faltan y estudian.
Aspectos compartidos por niños y padres.
Si bien no hemos indagado acerca de la higiene como contenido en las tramas
curriculares de esta escuela, la misma aparece fuertemente en los discursos con
un fuerte contenido normativo y moralizador. Así, una docente relata que “Halito,
un alumno de la escuela, conoce el agua sólo para tomar…este año logramos que
se bañara…”. Otra docente, en el curso mencionado señalaba que se había hecho
imperioso hacerlos bañar (a los alumnos bolivianos) porque ya en el aula no se
podía estar…”. Y estas intervenciones las entendemos no justamente relacionadas
con el tema de la salud sino de la necesidad de bañar al “mugriento” que
justamente es el boliviano.
Esta situación de espacios “interculturales” en las escuelas valletanas no es
nueva, ya que históricamente las escuelas fueron el espacio por excelencia de
estos encuentros de las diferentes masas inmigratorias ultramarinas, migrantes
limítrofes y connacionales, junto a la población nativa del lugar. Pero el clima de
época es otro, la interculturalidad esta en boga, lo dicen los discursos, los marcos
normativos vigentes, etc. Pero gran parte del imaginario social de la sociedad
nacional y principalmente de los docentes de la región, siguen concibiendo a la
escuela como un vehículo homogeneizador de las diferencias y un civilizador por
excelencia del salvajismo y la barbarie que portan estos grupos étnicamente
distintos al nacional. A pesar de que este imaginario se encuentra actualmente
interpelado, podemos decir que tales representaciones perviven, cruzándose con
intenciones de inclusión que se confunden con las históricas prácticas
asimilatorias de la diversidad, por ello creemos que la inclusión en muchas
ocasiones resulta ser en verdad exclusora de su diferencia, en este caso de
extranjeridad Migrante limítrofe y toda la connotación que esto conlleva en la
Argentina de hoy.
Una estrategia para abordar al objeto de investigación sugerido proviene de
vincular a la diversidad cultural y la desigualdad social como determinantes en el
entramado de la relación escuela y familia en contextos pluriculturales de pobreza
urbana.
Algunas representaciones acerca de su cultura oscilan desde la deficiencia de una
cultura hasta la admiración que gracias a su cultura, llegan donde llegan. Estos
bolivianos mugrosos, son una cultura deficitaria, culturalmente pobres, pero
trabajan y cumplen. La población que en la actualidad se ha radicado en Allen
viene de Cruce de Macha, Provincia de Chayanta, del Departamento de Potosí, al
límite con Sucre y un mínimo porcentaje del Oriente boliviano.
Uno de las ideas centrales en esta construcción social del alumno migrante
limítrofe, estaría dada por la noción de identidad y el nivel de adscripción a la
identidad etno-nacional. Y en esa diferenciación, cómo se vinculan con las
nociones de asimilación, aculturación, y discriminación, que se presupone, sufren
los alumnos migrantes. Según numerosas investigaciones, “lo boliviano” aparece
como un atributo desvalorizado y objeto de permanente violencia, pero a la vez
como un referente de identificación colectiva y como parte de una estrategia de
diferenciación y búsqueda de reconocimiento (Mallimaci Barral, 2007).
El trabalenguas quechua
PIKI PUKA KAPA
PUKA KAPA PIPA
KAPA PIKI PUKA
A modo de conclusión
Sucios, tímidos, callados, naturalmente parcos, es la constante en las
representaciones correspondiente al Otro, alumno Migrante limítrofe boliviano. En
oposición a “nuestro” alumno ideal, el típico pícaro criollo conversador10. Sus
estilos comunicativos singulares parecen distanciarse de los esperados y frente al
10
Que también nos “jode” en el aula. El silencio nos molesta porque no habla, nos genera un “problema”,
pero el “creativo conversador”, también, y a veces mucho más…(EI)
aparente silencio, concluyen un diagnóstico categorizador de la otredad migrante:
callados, retraídos, miedosos, etc. Cuando en verdad suelen conversar en
demasía, tanto en clase como en los recreos, tanto en castellano, como en
quechua y/o aimara denodadamente siempre. Así como jugar, reírse y decir
“malas palabras”.
El silencio, que no se advierte en la propuesta institucional intercultural, sí aparece
en las representaciones del imaginario colectivo de parte de sus docentes que lo
ven como una barrera “cultural” impuesta por la impronta nacionalista de la
formación docente. Entonces cabe preguntarnos si la diversidad cultural aparece
de esta forma desde una simple perspectiva liberal, de buen humanismo, de
carácter filantrópico dirigida a ese subalterno que debe ser asimilado a la Nación.
Por eso sería importante llamar a la reflexión acerca de estas representaciones
relacionadas con que son pobres culturales, la de que explotan a sus niños y la
que son culturalmente incestuosos y sucios.
La designación de “chicos silenciosos”, obtura la reflexión de los docentes sobre
su propia responsabilidad (y la de la sociedad en general) en el silenciamiento
(Novaro y otros, 2008). En relación con sus formas de vida en la colonia, un lugar
rural, que carece de agua, luz y electricidad, una docente de la escuela señala que
“debemos dejarlos vivir así porque es su forma de vida”. En este punto
parafraseamos las palabras de Patricia Dreidemie, 2012, quien sostiene que a
esto hay que estar atentos, a no medir con la vara cultural prácticas y condiciones
de vida de un pueblo oprimido desde hace más de 500 años porque esto
invisibiliza la opresión, la violencia y la pobreza a los que han sido sometido.
Los alumnos de la 299, se trasladan de un ámbito rural a la escuela urbana, que
los recibe con un PEI intercultural, en el que vemos intentos de una verdadera
interculturalidad, por momentos, y por otros, representaciones y prácticas de la
escuela normalizadora y homogeneizadora que intenta urbanizar (higiene, lengua)
con sus prácticas de “buena urbanidad”.
Además, y esto nos parece de suma importancia, existe una ausencia sistemática
en los diagnósticos observados de la diversidad sociocultural y lingüística de este
alumnado migrante limítrofe. Sólo se hace referencia a lo cognitivo y a los saberes
previos pero pareciera que para detectar lo que no se sabe o lo que se sabe
erróneamente. Esto nos abre una línea futura de indagación acerca de qué
hacemos con los saberes previos y más específicamente qué hacemos con ellos
desde “una pedagogía de la ruralidad” que contemple los saberes locales propios
de la cultura de origen. Porque creemos que el conocimiento de estos saberes no
invalida el aprender la lengua estándar y los requisitos de “urbanidad” sino que
constituye un proceso enriquecedor para los actores involucrados tanto nativos
como no nativos.
Aquí, nos queda como consigna, cómo “consolidar” un currículo diversificado
desde una perspectiva que incluya tanto los saberes urbanos como los rurales en
igualdad de prestigio, con la participación de la comunidad, en un diálogo
verdaderamente intercultural. Enmarcados en una revisión epistémica decolonial,
dando lugar a una construcción curricular participativa, que abra la posibilidad de
pensamientos-Otros, que superen el racionalismo a ultranza, de pensar y luego
existir, para dejar ingresar el currículo diversificado/intercultural de la filosofía de
los pueblos ancestrales a través de un proceso situado, Indiocentrado,
Ruralcentrado y en el caso analizado Boliviacentrado o con ellos perderíamos la
identidad nacional urbanizada y el camino al orden y el progreso.
Anexo Fotográfico
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
1
Datos obtenidos de la Dirección General de Estadísticas y Censos de Chubut.
2
los aspectos no documentados con los institucionalizados2. A través del trabajo en
esta propuesta, los conocimientos de los jóvenes adquiridos en su vida familiar y su
entorno social fueron explicitados e integrados a los contenidos específicos de las
áreas abordadas, enriqueciendo los aprendizajes de los alumnos y alumnas
respecto de los temas trabajados, y resignificándolos en un nuevo conocimiento que
se produce al cruzar ambas dimensiones.
Es importante señalar que este trabajo se enmarca en la etnografía analítica, que
además de interpretar los fenómenos culturales desde el punto de vista de los
propios actores enfatiza, entre otras dimensiones, la generación de prácticas
sociales al interior de instituciones concretas, donde los sujetos de estudio son los
protagonistas de la historia (Calvo 1992). En este marco se pretende que los
alumnos de la escuela participen como protagonistas en la construcción de
conocimiento etnográfico.
OBJETIVOS
Objetivos generales
Promover el reconocimiento y valoración de algunos de los componentes
propios de su identidad cultural.
Vincular los contenidos de enseñanza del área de Ciencias Naturales con los
saberes tradicionales propios de la vida cotidiana de los jóvenes
Enseñar contenidos específicos del área de Ciencias Naturales en relación
con lo anterior.
Objetivos específicos
Llevar a los estudiantes a reflexionar sobre el valor de sus propios
conocimientos sobre las plantas y el entorno.
Contextualizar los conocimientos tradicionales de los jóvenes en el marco del
área de Ciencias Naturales.
Promover la comprensión por parte de los jóvenes de que los saberes
tradicionales enriquecen los conocimientos científicos.
Realizar una salida de campo en el entorno de la escuela.
2
Achilli (2000) considera tres ejes para la descripción etnográfica, entendida como una herramienta
para acceder a lo “cualitativo”.
3
Acercar a los alumnos al conocimiento de los parámetros e instrumentos de
ubicación, medición y descripción de un sitio de estudio.
Enseñar la metodología de recolección y preparación de muestras vegetales
para su reconocimiento.
Realizar un herbario con las plantas encontradas.
Diferenciar nombre vulgar y nombre científico como denominaciones de
distinta utilidad de las especies encontradas.
Compartir la experiencia con la comunidad educativa.
METODOLOGÍA DE TRABAJO
Primer momento
De carácter principalmente explicativo. Durante la primera visita se brindó una charla
a los maestros tutores y a los alumnos y alumnas de secundario, previa a la salida
de campo en la cual se compartieron los objetivos de la misma, se les mostraron los
instrumentos que se utilizarían (brújula, clinómetro, GPS, tijeras de podar, palas,
herborizadores) y de qué manera hacerlo. Se explicitó claramente la forma en que
debían tomarse las muestras y cómo colocarlas en los herborizadores, para que las
mismas resultaran útiles en las etapas siguientes.
4
Segundo momento
Salida de campo, de carácter práctico, a continuación de la charla explicativa,
durante la misma visita. El lugar para realizar el muestreo fue elegido por el maestro
tutor, quien pertenece a la comunidad, en el cual se observaban las consecuencias
del mal uso del pastizal, prolongado durante muchos años, erosionado por lluvia y
viento, con acumulación de arena en algunos lugares y pedreros en otros
(Bonvissuto y Somlo 1998). Al llegar al sitio, se tomó el punto con el GPS. Todos los
alumnos y alumnas pudieron manipular el instrumento, para comprender su
funcionamiento. Se realizó una descripción topográfica del sitio. Luego se estableció
el rumbo con la brújula, se tomaron puntos de referencia para seguir la transecta
elegida, y se midió la pendiente con un clinómetro. Como en el caso del GPS, todos
los estudiantes pudieron realizar las mediciones. Al comenzar el recorrido de la
transecta se les enseñó la técnica de herborización y rotulación de las muestras.
Tercer momento
En la siguiente visita se realizó un taller participativo con los maestros tutores y los
estudiantes de secundario básico. Para el mismo, se llevaron las muestras
herborizadas en sus folios, a los cuáles se les había colocado un número de
identificación. De algunas especies se colocó más de una muestra. La intención de
esta metodología fue no dar a conocer el nombre botánico a los alumnos y alumnas
antes de la realización del taller, aunque su identificación botánica ya había sido
realizada por una de las docentes, para conocer el nombre que ellos les asignaban,
e inferir si eran capaces de reconocer la misma planta en distintas muestras. El taller
también tuvo como objetivo principal conocer los usos culturales que les asignaban
los jóvenes a las especies presentes. Para ello, en las paredes del salón donde se
realizó el taller se dispusieron afiches con los siguientes títulos: artesanías, tintóreas,
medicinales, leñateras, simbólicas, comestibles, otros. Las muestras se distribuyeron
en una amplia mesa, y los estudiantes podían recorrerla analizando y eligiendo las
muestras que reconocieran, y anotando en los afiches los usos que conocían para
ellas. Además de este registro escrito se tomó en cuenta lo que los jóvenes iban
diciendo a medida que realizaban la actividad.
Luego se les mostró la diferencia entre el nombre común asignado a las muestras, y
el nombre científico con su clasificación botánica. También se compararon muestras
5
de las mismas especies, pero de otros sitios, para comparar las características
específicas de las plantas según el ambiente donde se desarrollan.
Finalmente, se les solicitó que escribieran su impresión respecto del taller realizado.
Estas opiniones fueron incluidas en la elaboración del material para el cuarto
momento.
Las tres instancias fueron registradas en video.
Cuarto momento
En este último encuentro, la tercera visita dedicada al proyecto, se invitó a los
padres de los jóvenes de nivel secundario, y a los docentes, alumnos y alumnas de
todos los niveles educativos de la institución a la proyección del video realizado con
el material registrado durante los tres encuentros anteriores.
Los jóvenes que participaron de este proyecto mostraron distintos niveles de interés
y participación en cada uno de los momentos de trabajo. En particular, durante la
salida de campo, la mayoría de los alumnos y alumnas se mostraron muy
interesados en la tarea, realizaban preguntas con el objetivo de mejorar la toma de
muestras, se interesaban por las características de las plantas encontradas y
comentaban sus propios conocimientos y experiencias respecto de las mismas. Un
pequeño grupo de alumnos se dispersó y mostró desinterés, argumentando que
estaban cansados de caminar.
La cantidad de especies recolectadas en ese sitio, con un alto grado de impacto por
sobrepastoreo, fue baja. Se recolectaron 20 especies, de las cuáles se identificaron
dos hasta el nivel de familia, cuatro hasta el nivel de género y 10 hasta el nivel de
especie. En algunos casos, la identificación de la especie no fue posible dado que
las muestras carecían de flores y/o frutos. Las cuatro muestras que no pudieron ser
identificadas corresponden a herbáceas efímeras, que no revisten importancia desde
el punto de vista etnobotánico, ya que el breve tiempo en que se encuentran y su
pequeño tamaño influye en la baja percepción que tienen de ellas las personas del
lugar.
Las plantas que fueron reconocidas por los estudiantes corresponden en su mayoría
a plantas arbustivas o subarbustivas, y a herbáceas conspicuas.
6
Durante el taller de asignación de usos fue muy rico el aporte de los jóvenes. La
información obtenida en el mismo se muestra en la tabla 1.
3
KUTSCHKER, A, H MENOYO, V HECHEM. 2002. Plantas medicinales de uso popular en
comunidades del oeste del Chubut. Bariloche. Imprenta Bavaria.
4
RAPOPORT, EH, AH LADIO, EH SANZ. 2005. Plantas nativas comestibles de la patagonia andina
argentino/ chilena. Parte 1. Bariloche. Ediciones de Imaginaria.
5
BENVENUTTO, A, D SÁNCHEZ. 2002. Madres que curan. El uso de plantas medicinales y otras
prácticas populares de curación entre las madres de los barrios Vista Alegre, Villa Nocito, Maldonado
y 1° de Mayo de Bahía Blanca. En NAYA, Ciudad Virtual de Antropología y Arqueología.
6
BONVISSUTO, G, R SOMLO. 1998. Guías de condición para los campos naturales de
"precordillera" y "sierras y mesetas" de Patagonia. Bariloche. INTA. Centro Regional Patagonia Norte.
7
FERRO, L, S MOLARES, N WILVERS. 2004. Educando con las plantas nativas de la estepa
patagónica. Bariloche. Imprenta Bavaria.
7
Neneo Neneo Mulinum spinosum Tintóreo, Para los riñones, los
(Cav.) Pers. medicinal, pulmones y el dolor de
Fam. Apiaceae leñatera, muelas8. Comestible9.
aislante de
techos.
Tuna Chupasangre Maihuenia Artesanal Medicinal, y
(semilla) patagónica (Phil.) comestible9.
Britton & Rose
Fam. Cactaceae
Uña de Colapiche Nassauvia axillaris Leñatero.
gato, cola (Lag. ex Lindl.) D.
de zorro. Don
Fam. Asteraceae
Yerba del Hierba del pollo, Alternanthera Medicinal. Para curar el
pollo achawal kachu, pungens Kunth empacho8.
ierwe achawal. Fam.
Amaranthaceae
Tabla 2. Otras especies recolectadas sin usos mencionados por los alumnos.
8
KUTSCHKER, A, H MENOYO, V HECHEM. 2002. Plantas medicinales de uso popular en
comunidades del oeste del Chubut. Bariloche. Imprenta Bavaria.
9
FERRO, L, S MOLARES, N WILVERS. 2004. Educando con las plantas nativas de la estepa
patagónica. Bariloche. Imprenta Bavaria.
8
Especie 2 Fam. Calyceraceae
CONCLUSIONES
9
colectivas es un camino interesante de diálogo, revalorización y crecimiento
sociocultural, resignificando el rol de la institución educativa y profundizando los
vínculos entre la escuela y la comunidad.
BIBLIOGRAFÍA
10
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 7: La educación en contextos rurales: transformaciones
productivas, conocimiento y demandas sociales
Introdução
1 O Setor de Educação no MST faz parte de uma das estruturas organizativas do Movimento, responsável
pelo debate da educação nos assentamentos e acampamentos e pela articulação de projetos que visam à
ampliação de suas escolas e a formação de profissionais no próprio Movimento.
2
para assentados de Reforma Agrária, devido aos altos índices de analfabetismo e
baixa escolaridade nas áreas de Reforma Agrária, indicados pelo Censo da Reforma
Agrária. Contudo, o Programa não deixou de desenvolver outras alternativas de
formação possibilitando a educação em nível técnico e superior para assentados e
acampados.
De acordo com Munarim (2008) podemos afirmar que o Movimento Por uma
Educação do Campo nasce nesse encontro realizado pelo MST, cuja certidão de
nascimento seria o Manifesto das Educadoras e Educadores da Reforma Agrária ao
Povo Brasileiro. O autor argumenta colocando em pauta um conjunto de razões,
dentre elas a luta pela Reforma Agrária como uma materialidade histórica maior,
pois as experiências do MST com escolas de assentamento já se constituía numa
prática reconhecida por instituições importantes, como a UNICEF, e pelo fato do
próprio MST se caracterizar tanto como um Movimento pela terra como de direitos
correlatos (MUNARIM, 2008).
O manifesto do I ENERA, segundo Munarim (2008), sintetiza elementos
fundantes do Movimento da Educação do Campo. Dentre eles está a evidência da
existência de um sujeito coletivo, com propósitos e autonomia política e portador de
consciência de direitos, que lutam por um projeto que se insere no propósito da
transformação da sociedade. Além disso, e principalmente, defendem a “escola
pública, gratuita e de qualidade para todos” (idem, p. 5), porém afirmando a
necessidade de uma identidade própria das escolas do meio rural, com um projeto
político-pedagógico que fortaleça novas formas de desenvolvimento para o campo,
baseado em um projeto de desenvolvimento diferenciado do modelo predominante
do agronegócio.
A partir desse evento o MST e outros movimentos e organizações populares
do campo, que vinham desenvolvendo experiências educativas, se articulam para a
realização da I Conferência Nacional por uma Educação Básica do Campo, ocorrida
em 1998, com objetivo de mobilizar os povos do campo na construção de políticas
públicas de educação e para refletirem sobre as experiências pedagógicas até então
construídas pelos movimentos sociais. Para Munarim (2008) essa conferencia
caracterizou-se como um “momento” processual amplo de articulação política e
elaboração de ideias.
3
Com o Movimento da Educação do Campo estabelecido, a utilização do termo
“campo” e não mais “rural” fez-se com o objetivo de incluir “uma reflexão sobre o
sentido atual do trabalho camponês e das lutas sociais e culturais dos grupos que
hoje tentam garantir a sobrevivência deste trabalho” (FERNANDES, CERIOLI e
CALDART, 2004, p. 25). Além disso, justifica-se para diferenciar esse Movimento da
visão que predominou na educação rural, em que as políticas evidenciavam um
projeto de “fixar” o homem no campo e refletiam uma visão urbanocêntrica,
preconceituosa e excludente do campo.
Na perspectiva desse Movimento, os povos do campo são vistos como uma
diversidade de sujeitos (camponeses, sem-terra, quilombolas, indígenas etc.) de
processos produtivos, (relação com a produção) e de cultura (modo de vida, de
organização familiar e do trabalho).
Conforme já evidenciamos anteriormente, o PRONERA, apesar de priorizar
elaboração de projetos para Alfabetização e Escolarização de Jovens e adultos,
também desenvolveu experiências com formação docente visando profissionalizar
professores da Reforma Agrária para atuar nas escolas de assentamentos. O MST
já vinha realizando esforços para isso, e com a criação do PRONERA, em 1998, foi
possível estabelecer novas parcerias com outras instituições e, assim, consolidar
ainda mais esse processo de formação através dos cursos de Pedagogia da Terra.
Em 2007, foi criado o Programa de Apoio à Formação Superior em
Licenciatura em Educação do Campo (PROCAMPO), pela iniciativa do Ministério da
Educação intermediada pela Secretaria de Educação Continuada, Alfabetização e
Diversidade (SECAD). Esse Programa surge em parceria com as IES (Instituições
de Ensino Superior) e teve como objetivo viabilizar a criação de cursos regulares de
Licenciatura em Educação do Campo, para professores em exercício na rede
pública das escolas do campo e para educadores com experiências alternativas em
educação do campo. Sua organização curricular segue os pressupostos da
Pedagogia da Alternância2 ou Tempo-Escola e Tempo-Comunidade, a fim de
permitir aos estudantes acesso à universidade e à vivência nas comunidades do
campo, relacionando o conhecimento teórico com a prática (MEC, 2010).
2
Trata-se de uma pedagogia desenvolvida no âmbito das Escolas Famílias Agrícola (EFA’s) e das Casas
Familiares Rurais (CFRs). Sobre a origem da Pedagogia da Alternância no Brasil e sua proposta
metodológica, ver: SILVA, Lourdes Helena. As experiências de Formação de Jovens do Campo: Alternância
ou Alternâncias? Editora UFV, Viçosa, 2003.
4
Segundo Sá e Molina (2010), uma das principais características dessa
Licenciatura é a habilitação dos docentes por área de conhecimento para atuação na
Educação Básica, “articulando a esta formação a preparação para gestão dos
processos educativos escolares e para gestão dos processos educativos
comunitários” (p. 370). O objetivo de habilitar por área de conhecimento é ampliar as
possibilidades de oferta da Educação Básica, especialmente em relação ao Ensino
Médio, “pensando em estratégias que maximizem a possibilidade das crianças e
jovens do campo estudarem em suas localidades de origem” (idem). Além disso,
implica romper com visões fragmentadas da produção do conhecimento, superando
o modelo disciplinar na formação docente.
Essa formação por área de conhecimento ocorre nas seguintes áreas:
Línguas, Artes e Literatura, que articula os saberes da Língua Portuguesa,
Literatura, Língua Estrangeira e Artes; Ciências Sociais e Humanidades, articulação
entre História, Sociologia, Filosofia e Geografia; Ciências da Vida e da Natureza,
articulação entre os saberes da Biologia, Física, Química e Geografia e por último
tem-se a área do conhecimento em Matemática (ANTUNES-ROCHA, 2009).
Podemos afirmar que a formação de professores na perspectiva da Educação
do Campo se solidifica a partir do ano de 2000, graças às iniciativas de Programas
como o PRONERA e PROCAMPO, que possibilitaram estratégias de parcerias entre
movimentos sociais do campo e universidades públicas para formação de
professores. Contudo, os movimentos sociais defendem que essa estratégia deve
continuar, porém não mais através de convênios ou parcerias isoladas com algumas
instituições, mas como responsabilidade pública dos centros, instituições e
universidades (ARROYO, 2007).
Tendo em vista essas experiências desenvolvidas com cursos de Licenciatura
em Educação do Campo, buscamos nesse artigo analisar os sentidos que circulam
em um determinado curso sobre o educador do campo, a formação recebida e sobre
as especificidades que justificam uma formação diferenciada para educadores do
campo. As análises apresentadas são baseadas em questionários coletados com os
educandos.
Compreender os sentidos que circulam nos cursos torna-se importante para
entender como os educandos em formação estão se apropriando do discurso que
sustenta o Movimento da Educação do Campo, isto é, da especificidade de uma
5
educação que possa promover a emancipação dos povos do campo em busca de
um novo projeto de campo, contrário ao projeto capitalista do agronegócio e
vinculado a um novo projeto de sociedade.
Referencial Teórico-Metodológico
Resultados
3
O referido curso de Licenciatura em Pedagogia da Terra foi construído a partir de uma parceria entre a
Faculdade de Educação da Universidade Federal de Minas Gerais (FAE/UFMG) com o Movimento dos
Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST) e o Instituto Nacional de Colonização e Reforma Agrária (INCRA)
via Programa Nacional de Educação na Reforma Agrária (PRONERA). A necessidade de se criar um curso
superior para formar educadores e educadoras do campo em Minas Gerais surge através de uma demanda
dos próprios movimentos sociais, no caso o MST, que segundo Antunes-Rocha (2009) procurou pela
Faculdade a fim de estabelecer parceria na criação de um curso de Pedagogia da Terra. Essa foi à
denominação dada à primeira turma de Licenciatura em Educação do Campo, conforme era assim chamada
em experiências anteriores no Brasil.
7
trabalho escolar e pedagógico que permitam a expansão da educação básica no e
do campo” (PPP/FaE/Lecampo p. 10, 2008). Especificamente, o curso objetiva:
Formar Educadores para atuação nas séries finais do ensino
fundamental e médio em escolas do campo aptos a fazer a gestão de
processos educativos e a desenvolver estratégias pedagógicas que
visem a formação de sujeitos autônomos e criativos capazes de
produzir soluções para questões inerentes à sua realidade, vinculadas à
construção de um projeto de desenvolvimento sustentável do campo e
do país;
Desenvolver estratégias de formação para a docência em uma
organização curricular por áreas de conhecimento nas escolas do
campo.
Formar e habilitar profissionais em exercício na educação fundamental
e média que ainda não possuam a titulação mínima exigida pela
legislação educacional em vigor.
Habilitar professores para a docência em escolas do campo nas Áreas
de Ciências da Vida e da Natureza e Linguagens, Artes e Literatura.
Construir coletivamente, e com os próprios estudantes, um projeto de
formação de educadores que sirva como referência prática para
políticas e pedagogias de Educação do Campo.
Construir alternativas para a nucleação da rede escolar que vem sendo
implantada em Minas Gerais, desde a década de 90.
(PPP/FaE/Lecampo p. 10, 2008).
8
implementar transformações político-pedagógicas na rede de escolas no/do campo;
a formação e titulação ofertadas objetivam criar condições para atendimento das
especificidades dos diferentes contextos de educação escolar; a necessidade de se
pensar uma proposta de um curso que forme o Educador do Ensino Fundamental e
Médio, aliando, nesta formação, os processos de docência, de gestão, de pesquisa
e de intervenção; trabalhar a formação de educadores que contribua com a
expansão do Ensino Médio e a educação profissional na educação do campo
(PPP/FaE/UFMG, 2008).
No que tange a estrutura curricular, sua organização integra-se através da
estrutura dinâmica e conteúdos curriculares. Segundo o PPP o currículo é
considerado um caminho em que “os sujeitos, partindo de uma base, cujos pilares
nesse caso é a terra, o trabalho e a escola, se propõem percorrer visando a
construção de uma intencionalidade e adquirir ferramentas para atuar nessa base”
(PPP, FaE/UFMG, p. 21, 2008) objetivando seu fortalecimento.
De acordo com o PPP, a estrutura do curso se organiza através de um Tronco
Curricular, conforme figura abaixo:
9
Figura 1 Tronco Curricular
11
distribuídos: FETAEMG:16, AMEFA/EFA:13, MST:4, ASA:2, CPT:2, FETRAF: 2,
MPA:2, CAA:1, EMATER:2, MAB:1, Movimento Quilombola:1.
No que se refere à trajetória escolar dos educandos, notamos que A formação
escolar dos estudantes do LeCampo inicia-se em escolas do campo com o 1º Ciclo
do Ensino Fundamental (1ª a 4ª série), como pode ser demonstrado no Gráfico 1
abaixo.
12
currículos e a formação dos profissionais pensados no paradigma urbano”
(ARROYO, p. 159, 2007).
14
Outro aspecto presente nessa concepção de prática pedagógica é aquela que
evidencia na atuação do educador o diálogo, o aprender e ensinar, o respeito e o
amor junto com os educandos. Nesse aspecto, Marquin afirma que o educador do
campo é aquele que “ensina e aprende conjuntamente com os alunos e respeitando
a realidade de cada um e da própria região”. Nessa mesma linha Vanessa afirma
que a “educação do campo envolve muito mais que matérias escolares, envolve,
acima de tudo, amor e respeito”.
Encontramos também nos questionários outra dimensão de sentido que se
refere ao educador do campo como agente de transformação social, que tem como
características a militância, o comprometimento, a capacidade de lutar por direitos e
de formar cidadãos críticos. Nessa perspectiva é recorrente a utilização das palavras
e termos como: lutar, direito (associado à palavra lutar), agente/sujeito de
transformação social, compromisso, entre outras, que remetem a uma ação do
educador.
Os enunciados abaixo apresentam essa expectativa sobre o educador do
campo:
É lutar pelo direito de uma educação decente, onde os nossos educandos
tenham o direito de estudar sem perder a sua cultura, identidade e
principalmente o seu valor como homem, mulheres do campo (Carlota
Joaquina)
Para mim, ser educador do campo é abraçar a bandeira da educação do
campo e lutar pelos direitos dos povos que vivem no e do campo; respeitar
a realidade de vida a qual estão vinculados (Mary)
Ser educador do campo é lutar pelos nossos direitos garantidos na
constituição, uma educação contextualizada, valorizando as culturas dos
povos do campo. Na condição de educador do campo é a oportunidade de
estar levando informação pertinente a um povo que sempre foi negado a
eles uma formação que possibilitasse a esse indivíduo a se reconhecer
como sujeito de direito. (Domingos)
É ser sujeito de transformação social, capaz de produzir conhecimento junto
com seus alunos e a comunidade, respeitando a cultura e o modo de ser de
cada povo, no sentido de somar conhecimentos e não transferir
conhecimentos (Ana Cristina).
Considerações finais
Referencias Bibliográficas
16
Aracy Alves (Org.). Educação do Campo. Desafios para a formação de professores.
Belo Horizonte: Autêntica Editora.
BAKHTIN, Mikhail. 2000. Estética da Criação Verbal. Trad. do Francês por Maria E.
Galvão; revisão da trad. Marina Appenzeller. 3ª Ed. São Paulo: Martins Fontes.
BAKHTIN, Mikhail. 2011. Estética da Criação Verbal. Trad. do Russo por Paulo
Bezerra. 6ª ed. São Paulo: Editora WMF Martins Fontes.
BEZERRA NETO, Luiz. 2003. Avanços e retrocesso na educação rural no Brasil.
(tese de doutorado). Universidade Estadual de Campinas. São Paulo.
FERNANDES, Bernardo M.; CERIOLI, Paulo R.; CALDART, Roseli S. 2005. Primeira
Conferência Nacional “Por uma Educação Básica do Campo”: texto preparatório. In:
ARROYO, Miguel Gonzales; CALDART, Roseli Salete, MOLINA, Mônica Castagna
(org.). Por uma Educação do Campo. 2ed. Petrópolis, RJ: Vozes.
17
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 07 La educación en contextos rurales: transformaciones
productivas, conocimiento y demandas sociales.
BARRERA, Mónica
Docente, IES “Arturo Capdevila” y ENS “Re
monicabarreracde@gmail.com
03549-15441435
Cruz del Eje, Córdoba, Argentina
MAZZEO, Juan José
Docente, IES “Arturo Capdevila” y ENS “Re
juanjosemazzeo@yahoo.com.ar
0351-153477414
Capilla del Monte, Córdoba, Argentina
LÓPEZ RIVILLI, Marisa
Docente ENS “República del Perú
marisajuana@hotmail.com
0351-155930901
Capilla del Monte, Córdoba
CASIH, Ana
Docente ENS “Arturo Capdevila”
anacasih@yahoo.com.ar
03548-497653
Villa Giardino, Córdoba
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 07 - La construcción de la Pareja Pedagógica en la modalidad de Aula Multiple en las
Escuela Secundarias Rurales del Noroeste de la Provincia de Córdoba en el ciclo lectivo 2013
Barrera, Mónica – Casih, Ana – Lòpez Rivilli, Marisa – Mazzeo, Juan
Introducción
En sintonía con la Ley Nacional de Educación Nº 26061 que implementa la
educación secundaria obligatoria, la Provincia de Córdoba dicta su Ley de
Educación Nº 9870/10.
En la transformación de la estructura académica, y para cumplimentar el
derecho a la educación de todos los adolescentes y jóvenes, se establecen nuevos
lineamientos para la Educación Secundaria en Ámbitos Rurales plasmados en el
“Tomo A: Encuadre de la Propuesta – 2011-2012- Versión validación y consulta”.
Dicha propuesta unifica los criterios expuestos en los documentos oficiales
anteriores respecto a la Educación en Ámbitos Rurales (Dcto N° 404/97, Res. N°
171/03 y 504/04) sobre la estructura académica y curricular.
En el corriente año, desde el Programa de Mejoramiento de la Educación
Rural (ProMER) se llevó adelante una capacitación semipresencial para docentes de
establecimientos rurales que posean la modalidad de Aula Múltiple y que constó de
tres jornadas presenciales. En el segundo de los encuentros en las sedes de
Córdoba, Jesús María y San Carlos Minas, realizamos un momento de encuentro
con los Maestros Tutores, por ser estos los que poseen mayor carga horaria, para
conocer sus opiniones y experiencias sobre el proceso de transformación que se
está llevando adelante en sus establecimientos.
En las reuniones con los Maestros Tutores pudimos reconocer diversos
sentidos atribuidos a la construcción de la pareja pedagógica. Muchas de las
prácticas a las que se referían fueron registradas en el Estudio de Impacto 2000-
2009 realizado por el Área de Investigación de la Dirección de Planeamiento e
Información Educativa del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba. Es
por ello que comenzamos a preguntarnos:
¿Cómo se construye la Pareja Pedagógica en el ciclo básico de las escuelas
secundarias rurales con la modalidad Áula Múltiple en el noroeste de la Provincia
de Córdoba?
¿Cómo se implementa la estrategia de pareja pedagógica en las escuelas
secundarias rurales, presentada en los lineamientos curriculares de la provincia de
Córdoba?
¿Cómo se lleva adelante el trabajo docente en pareja pedagógica?
-2-
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 07 - La construcción de la Pareja Pedagógica en la modalidad de Aula Multiple en las
Escuela Secundarias Rurales del Noroeste de la Provincia de Córdoba en el ciclo lectivo 2013
Barrera, Mónica – Casih, Ana – Lòpez Rivilli, Marisa – Mazzeo, Juan
“… cada vez que viene un padre, soy yo la que salgo a hablar con ellos y me es
imposible estar adentro del aula…” (relato de una Maestra Tutora en el
encuentro)
-3-
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 07 - La construcción de la Pareja Pedagógica en la modalidad de Aula Multiple en las
Escuela Secundarias Rurales del Noroeste de la Provincia de Córdoba en el ciclo lectivo 2013
Barrera, Mónica – Casih, Ana – Lòpez Rivilli, Marisa – Mazzeo, Juan
-4-
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 07 - La construcción de la Pareja Pedagógica en la modalidad de Aula Multiple en las
Escuela Secundarias Rurales del Noroeste de la Provincia de Córdoba en el ciclo lectivo 2013
Barrera, Mónica – Casih, Ana – Lòpez Rivilli, Marisa – Mazzeo, Juan
-5-
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 07 - La construcción de la Pareja Pedagógica en la modalidad de Aula Multiple en las
Escuela Secundarias Rurales del Noroeste de la Provincia de Córdoba en el ciclo lectivo 2013
Barrera, Mónica – Casih, Ana – Lòpez Rivilli, Marisa – Mazzeo, Juan
-6-
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 07 - La construcción de la Pareja Pedagógica en la modalidad de Aula Multiple en las
Escuela Secundarias Rurales del Noroeste de la Provincia de Córdoba en el ciclo lectivo 2013
Barrera, Mónica – Casih, Ana – Lòpez Rivilli, Marisa – Mazzeo, Juan
-7-
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 07 - La construcción de la Pareja Pedagógica en la modalidad de Aula Multiple en las
Escuela Secundarias Rurales del Noroeste de la Provincia de Córdoba en el ciclo lectivo 2013
Barrera, Mónica – Casih, Ana – Lòpez Rivilli, Marisa – Mazzeo, Juan
-8-
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 07 - La construcción de la Pareja Pedagógica en la modalidad de Aula Multiple en las
Escuela Secundarias Rurales del Noroeste de la Provincia de Córdoba en el ciclo lectivo 2013
Barrera, Mónica – Casih, Ana – Lòpez Rivilli, Marisa – Mazzeo, Juan
-9-
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 07 - La construcción de la Pareja Pedagógica en la modalidad de Aula Multiple en las
Escuela Secundarias Rurales del Noroeste de la Provincia de Córdoba en el ciclo lectivo 2013
Barrera, Mónica – Casih, Ana – Lòpez Rivilli, Marisa – Mazzeo, Juan
Bibliografía
BRUMAT, María Rosa. (2011). Maestros Rurales: Condiciones De Trabajo,
Formación Docente Y Práctica Cotidiana. Revista Iberoamericana De Educación,
Número 55 Noviembre, http://www.rieoei.org/deloslectores/3939Brumat.pdf.
EZPELETA MOYANO, Justa. (1997). Algunos Desafíos Para La Gestión De Las
Escuelas Multigrado. Revista Iberoamericana De Educación, Número 15
Setiembre- Diciembre, http://www.rieoei.org/oeivirt/rie15a04.htm..
EZPELETA, Justa. (1996). Las Escuelas Rurales En Zonas De Pobreza Y Sus
Maestros: Tramas Preexistentes Y Políticas Innovadoras. Revista Mexicana De
Investigación Educativa, Nº 1 Enero Julio, 53-69.
FAINHOLC, Beatriz. (1993). La Educación Rural Argentina. Buenos Aries:
Libreria Del Colegio.
FORESI, M. Fernanda y Graciela GASPARONI., La Articulación de los Campos
Pedagógico y Orientado en los Espacios de Trayectos de Práctica.
http://www.ungs.edu.ar/redresidencia/jornadas/(D)%20III_Jornadas/eje_4/foresi,
ma._fernanda._gasparoni,_graciela._trabajo.pdf
GEERTZ, Clifford. (1991). La Interpretación De Las Culturas. Mexico: Gedisa.
GIACARRA, Norma. (2001). ¿Una Nueva Ruralidad En América Latina?. Buenos
Aires: Clacso..
MINISTERIO DE EDUCACIÓN DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA 2010 La
Educación Secundaria en ámbitos rurales. Córdoba.
- 10 -
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 07 - La construcción de la Pareja Pedagógica en la modalidad de Aula Multiple en las
Escuela Secundarias Rurales del Noroeste de la Provincia de Córdoba en el ciclo lectivo 2013
Barrera, Mónica – Casih, Ana – Lòpez Rivilli, Marisa – Mazzeo, Juan
- 11 -
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Autora: janetcian@hotmail.com
Resumen
La siguiente ponencia se desarrolla en el marco de la Beca CIN (Resolución Nº
97/11) y se inscribe dentro del PID UNER 2145 “Trama y dinámica de los procesos
innovativos agrícolas de Entre Ríos (Argentina), período 1999-2009”, Facultad de
Ciencias Agropecuarias/Facultad de Ciencias de la Educación.
Entre Ríos, pionera en el desarrollo de la instrucción pública y la formación de
maestros ha sido una provincia con un suelo fecundo para el ensayo de novedosas
experiencias educativas. La impronta del normalismo desarrollada en la formación
de maestros rurales y las escuelas primarias con anexos agrícolas, enmarcadas
dentro del sistema educativo común, como así también las iniciativas nacionales
desenvueltas a través de escuelas agrícolas insertas dentro del subsistema de
enseñanza agrícola, bajo la dependencia del Ministerio de Agricultura de la Nación,
van a constituir un fecundo suelo para el desarrollo de una tradición formativa rural
de rasgos particulares. Estas experiencias van a ser atravesadas por las
transformaciones de los diversos contextos y las reformas educativas desarrolladas
a lo largo del siglo XX, pero manteniendo los rasgos diferenciales que van a sentar
una impronta singular.
Sin embargo, a partir de la reforma educativa implementada mediante la sanción de
la Ley Federal Educación (1993), se va a dar un proceso de homogenización de las
propuestas de formación agropecuaria para los jóvenes entrerrianos, a través de los
Trayectos Técnicos Profesionales en Producción Agropecuaria, que va a operar,
según la hipótesis de este trabajo, mediante un borramiento de las tradiciones de
formación agropecuaria presentes en nuestra provincia.
2
Este escrito presenta los primeros resultados de la línea de trabajo desarrollada en
el marco del proyecto Beca CIN (Resolución Nº 97/11).
Teniendo en cuenta el plan de trabajo inicial y el abordaje metodológico propuesto1,
en esta instancia se procede a efectuar un trabajo de interacción entre la historia
socioeconómica rural y la historia educacional, indagando en las transformaciones
que la educación agropecuaria experimentó a fines del siglo XX en la provincia de
Entre Ríos. Partiendo de reconocer el vínculo que aúna a las políticas educativas
con el contexto histórico que las produce, se analiza la propuesta de los Trayectos
Técnico Profesionales en Producción Agropecuaria (en adelante TTP) en el marco
de la nueva configuración social que estableció la reforma neoliberal.
1
El plan de trabajo presentado en el marco de la Beca Estímulo a las Vocaciones Científicas del Consejo
Interuniversitario Nacional está delimitado en dos etapas. En un primer momento se realizó un trabajo de
interrelación entre la historia socioeconómica y la historia de la educación agropecuaria para la comprensión de
las transformaciones que la educación agropecuaria experimentó en distintos contextos históricos y las funciones
socioeconómicas que le fueron asignadas, enfoque que si bien recorre el territorio nacional, se focaliza en la
provincia de Entre Ríos.
En una segunda etapa, se abordará las modificaciones que la formación agropecuaria registró a partir de la
implementación de la Ley Federal de Educación (1993), haciendo hincapié en el estudio de los Trayectos
Técnico Profesionales en Producción Agropecuaria y las relaciones y tensiones que estas propuestas mantenían
con las transformaciones que el espacio rural entrerriano atravesó desde mediados de 1980. Para este análisis,
se trabajará a través del estudio de cuatro escuelas agropecuarias ubicadas en el departamento Paraná.
3
Dicha renovación va a estar especialmente vinculadas a la incorporación de nuevos
cultivos, nuevas prácticas conservacionistas de suelo y de siembra, que van a ir
modificando el panorama agrícola nacional.
Las transformaciones señaladas con anterioridad, se inscriben dentro de llamada
“Revolución Verde”2, proceso de alcance mundial que va a alcanzar su cenit en la
década del noventa. Este nuevo escenario que se comienza a perfilar ha sido
denominado de diversas formas: ruralidad globalizada (Gras y Hernández, 2009),
agricultura sin agricultores (Pengue, 2000), modelo de agricultura industrial (Teubal,
2005), nuevas ruralidades (Giarraca, 2008), conceptos que coinciden en señalar el
cambio de paradigma productivo al que estamos asistiendo.
Analizar las transformaciones señaladas con anterioridad, implica indagar los
vínculos que las mismas tuvieron con la implementación del modelo neoliberal y las
consecuencias socioeconómicas que dicho proceso trajo consigo.
Es preciso acentuar que los años noventa se caracterizaron por la consolidación, a
lo largo de los países latinoamericanos, de políticas de corte neoliberal. En el caso
particular de la Argentina estas políticas comenzaron a aplicarse con la implantación
de la última dictadura cívica- militar en el año 1976.
El ataque al Estado Benefactor e interventor que se había construido desde
mediados de siglo, tuvo su punto culmine con los gobiernos de Carlos Saúl Menen
(1989-1999). Estas gestiones se caracterizaron por la aplicación a “rajatabla” de los
lineamientos del llamado Consenso de Washington, donde de los organismos
financieros internacionales (FMI, BID, Club de Paris) establecieron una configuración
económica mundial signada por la apertura económica irrestricta, la desregulación
de los mercados, la flexibilización laboral, la expansión del endeudamiento externo,
colocando al Estado en un lugar subsidiario en la prestación de “servicios básicos”
como la salud y la educación, entre otros.
El sector agropecuario no quedó exento de estas transformaciones neoliberales,
registrándose un corrimiento del Estado en sus funciones reguladoras a través de la
eliminación de diversos organismos que por décadas intervinieron en la
2
Dicho proceso es conocido de esta forma, dado que refiere al conjunto de transformaciones tecnológicas que
se comienzan a producir en la agricultura, especialmente a nivel productividad, a partir de fines de los años
cincuenta, y que modifican sustancialmente la situación de la agricultura en Latinoamérica y Asia. Tales
mutaciones alteraron radicalmente la producción de cultivos a través del uso de plaguicidas, la biotecnología en
las semillas, las nuevas formas de organización y comercialización, abriéndose una senda de mutaciones del
mundo rural.
4
comercialización de productos agropecuarios (Junta Nacional de Granos, Junta
Nacional de Carnes, Dirección Nacional del Azúcar, Comisión reguladora de la
Yerba Mate).
Al respecto, la siguiente cita grafica el proceso histórico referido del siguiente modo:
“Concomitantemente, se dejaron de lado políticas proteccionistas y redistributivas,
se eliminaron casi todos los impuestos a las exportaciones, se privatizaron las
empresas de servicios y se desmantelaron institutos públicos de apoyo técnico al
agro, siendo el INTA un caso emblemático. El correlato de esta desregulación fue la
irrestricta apertura económica de los mercados y bienes de servicios, lo que en el
sector agropecuario se tradujo, por un lado, en la transnacionalización del mercado
de insumos y, por otro, en una importante presencia del capital financiero a través
de los pooles de siembra y de los fondos de inversión directa, que (con capitales
nacionales e internacionales) tomaron la actividad agrícola como un espacio de
especulación de alto rendimiento (por momentos, con un 25% de retorno anual).”3
En este contexto, el sector agrario padeció la fluctuación de los precios
internacionales de los granos (los precios llegaron a situarse entre los más bajos de
los últimos 30 años), escenario que se dificultaba aún más a partir de la aplicación
del Plan de Convertibilidad en 1991, la paridad cambiaria establecida y la
inexistencia de los tradicionales mecanismos reguladores. En este sentido, la
intervención estatal quedó limitada al diseño de políticas segmentadas, sin mucha
coordinación entre sí y con insuficiente apoyo financiero, destinadas a los pequeños
y medianos productores4. Las mismas se limitan a la asistencia técnica, el estimulo
de formas asociativas de trabajo, la construcción de redes de apoyo y eran
financiadas por organismos de crédito internacionales.
En este contexto se introduce en 1996 el paquete tecnológico, compuesto por la
soja transgénica, resistente al herbicida glifosato, conocido como el “paquete
cerrado”.
3
GRAS, C y HERNADEZ, V 2009 Comp. La Argentina rural. De la agricultura familiar a los agronegocios,
editorial Biblos, Buenos Aires: 17
4
Entre los programas, se encuentran: Programa Federal de Reconversión Productiva para las Pequeñas y
Medianas Empresas Agropecuarias (Cambio Rural), Programa Social Agropecuario (PSA), Programa de
Desarrollo Rural del Noreste Argentino (PRODERNEA), Programa de Asistencia Subsidiada para los Productores
Ganaderos Ovinos minifundistas de la Patagonia (PROSUD).
5
La generalización de este cultivo junto con la siembra directa, favorecieron la
expansión abrupta de la frontera agrícola nacional, situación estimulada por una
coyuntura internacional dominada por la demanda creciente de commodities.
Las consecuencias económicas y sociales de estas transformaciones implicaron la
desaparición de miles de pequeñas producciones agropecuarias, favoreciendo la
concentración de la tierra en pocas manos5. Por otra parte la incorporación de
espacios rurales no tradicionales para la agricultura, junto con el uso de agrotóxicos,
tuvo graves efectos medioambientales y alteraciones en la salud de sus habitantes.
Tampoco se puede dejar de mencionar que la emergencia de nuevos actores
sociales y la consecuente introducción de nuevas prácticas de manejo de la
agricultura asociadas al paradigma de los agronegocios implicaron cambios abruptos
y de impactos diferenciales en la vida cotidiana de los habitantes de vastas regiones
rurales del país.
Con respecto a la provincia de de Entre Ríos, ésta ha experimentado de una forma
singular los vaivenes de los diversos modelos de acumulación que han atravesado
nuestro país, aunque se ha caracterizado desde mediados del siglo XIX por una
estructura agraria compleja en la cual han coexistido la gran propiedad terrateniente
y, a su vez, un intenso proceso de colonización por parte de diversas comunidades
de inmigrantes italianos, suizos, alemanes, ruso-israelitas, franceses.
Atendiendo al recorte temporal de este trabajo, nuestra provincia experimentó desde
fines de los años ochenta una importante expansión de la frontera agrícola, a pesar
de que sus suelos tienen una mayor aptitud para la ganadería. Este fenómeno se
vio favorecido por la introducción del cultivo de soja genéticamente modificada y las
innovaciones tecnológicas concomitantes. En relación a la propiedad de la tierra, se
han dado modificaciones en el régimen de tenencia de la tierra, estas han estado
dominadas por la desaparición de pequeñas propiedades y la expulsión de
habitantes, la eliminación del monte nativo, la desaparición de otras actividades
productivas, la alteración de los suelos y la aparición de nuevas formas de
organización y gestión de la agricultura.
5
La expansión territorial de la frontera agrícola fue abrupta: de casi 5 millones de hectáreas sembradas en la
cosecha 1990/1991 se pasa a más de 7 millones de hectáreas para la cosecha 1997/1998, coincidente con la
implantación de la soja transgénica.
6
Educación agropecuaria y neoliberalismo en Entre Ríos
En este contexto de profundas modificaciones socioeconómicas que transformaban
abruptamente los espacios rurales, la educación agropecuaria destinada a brindar
los saberes necesarios para el desarrollo del sector va a experimentar consecuentes
transformaciones.
Atendiendo al tema de esta presentación, resulta pertinente señalar que por
educación agropecuaria se entiende “una forma de educación cuyo contenido se
relaciona con la agricultura-en el contexto amplio de las producciones vegetales y
animales-, con los actores del sistema agropecuario, con los establecimientos que
son el eje de esas prácticas y los servicios o actividades de apoyo relacionados con
ellos, con los territorios que aúnan a las personas y las actividades y los sistemas
naturales, culturales y sociales”6. Esta aclaración posibilita enfocar el objeto de este
trabajo, en tanto la diferencia de la educación rural, concepto que refiere
generalmente solo a la ubicación en el medio rural.
Aunque las características de nuestra economía han sido de corte agropecuario, las
iniciativas desarrolladas a lo largo del siglo XIX que proponían una formación
agrícola, van a tener una duración esporádica. Recién a partir de la creación del
Ministerio de Agricultura de la Nación (1898) se va a comenzar a configurar un
subsistema de educación agrícola dependiente del mismo.
Los objetivos de la organización de este subsistema de enseñanza agrícola por
fuera del sistema educativo común referían a la necesidad de brindar una formación
“práctica” a los habitantes de la campaña, que permitiese el mejoramiento de la
formas de producción mediante el uso de nuevas técnicas, como así también la
necesidad de mantener el control social sobre las poblaciones de la campaña,
evitando así las migraciones hacia las ciudades que se presentaban como
progresivos focos de conflictividad social (Gutiérrez, 2007). Dicha organización va a
convivir con las propuestas de orientación agrícola desenvueltas por las escuelas
primarias y va a permanecer bajo la órbita de Agricultura hasta 1967, cuando por
decreto pasan a depender del Ministerio de Educación.
Para el caso que nos ocupa, es preciso destacar que nuestra provincia se ha
caracterizado por ser un escenario educativo de proyección nacional (Carli, 1995)
6
PLENCOVICH, C. CONSTANTINI, A y BOCCHICCHIO, A.2009. La educación agropecuaria en la
Argentina. Génesis y estructura, Editorial CICCUS: 15
7
desde tiempos de construcción del Estado Nacional e, incluso, con anterioridad a
este.
Entre Ríos, pionera en el desarrollo de la instrucción pública y la formación de
maestros normales con el establecimiento de la primera Escuela Normal del país en
1870 -localizada en Paraná- y de la primera Escuela Normal de maestros rurales en
1904 -en una zona muy próxima a la capital provincial-, ha sido una provincia con un
suelo fecundo para el ensayo de novedosas experiencias educativas. En este
sentido, la impronta del normalismo desarrollada en la formación de maestros
rurales y las escuelas primarias con anexos agrícolas, enmarcadas dentro del
sistema educativo común (Gutiérrez, 2007), como así también las iniciativas
nacionales desenvueltas a través de escuelas agrícolas diseminadas por el territorio
provincial, insertas dentro del subsistema de enseñanza agrícola, bajo la
dependencia del Ministerio de Agricultura de la Nación, van a constituir un fecundo
suelo para el desarrollo de una tradición formativa agropecuaria de rasgos
particulares.
A modo ilustrativo de esta situación, señalo las iniciativas nacionales y provinciales
instaladas en nuestra provincia a principios de siglo XX se destacan la escuela
práctica de agricultura "Las Delicias" (1900), la cual comenzó su organización a
partir de 1904 y en 1911 pasó a ser Escuela Práctica de Agricultura y Ganadería,
Escuela de Villa Urquiza (1901), la Escuela Granja de Villaguay “Justo José de
Urquiza” (1905) y la Escuela Agrotécnica de Avicultura “Capitán Justo José de
Urquiza (1927) de Colón.
Según fuentes consultadas, las escuelas agrotécnicas dependientes de la Nación y
de la provincia fueron escasas hasta los años ochenta. Previo a esta etapa se
habían incorporado a las mencionadas con anterioridad, la creación de la escuela
Normal de Maestras Rurales “Almafuerte” (1962) y la Escuela Agrotécnica “Pacifico
Antequeda” (1973), ambas creaciones provinciales. A partir de la reapertura
democrática se va dar un fuerte impulso a la creación de estas escuelas,
fundándose la mayoría de ellas7.
7
Hoy la provincia de Entre Ríos cuenta con 26 escuelas agrotécnicas que dependen del Consejo General de
Educación (CGE), tres de ellas son de gestión privada y el resto de gestión estatal. En el Departamento Paraná
hay cuatro escuelas agrotécnicas que dependen del CGE y dos que dependen de la Universidad Autónoma de
Entre Ríos, la Escuela Normal Rural “Juan Bautista Alberdi” y la Escuela Normal Rural “Almafuerte”.
8
Estas experiencias van a ser atravesadas por los vaivenes de los diversos contextos
y las reformas educativas desarrolladas a lo largo de gran parte del siglo XX, pero
manteniendo entre sí los rasgos diferenciales.
Esta breve descripción nos permite ubicar en perspectiva histórica nuestro problema
a estudiar y esbozar una vista panorámica sobre la situación de la educación
agropecuaria en nuestra provincia, a fines de focalizarnos en la temática que es
objeto de exposición en esta presentación.
9
que ha atravesado la historia del sistema educativo, en tanto se trataba de una
adecuación de la primera a un mercado laboral flexible, competitivo mediante la
preparación de recursos humanos para el empleo8.
En la nueva configuración diagramada para la educación media y materializada en
el Polimodal, se organizaba una formación de fundamentos que se articulaba con
una formación específica que posibilitaría a los estudiantes desarrollar las
competencias necesarias para la inserción de los mismos en un mercado laboral;
dicha formación estaba representada en los Trayectos Técnico Profesionales9
(Baffico, 2001).
Los TTP tenían como objetivos la modernización de la propuesta de la educación
técnica, con la incorporación de ofertas vinculadas a los servicios; su cursado era
opcional, pudiéndose acreditar el Polimodal sin necesidad de la aprobación de los
mismos, y su desarrollo se realizó en base a la previa definición de los perfiles
profesionales con los que egresarían los futuros técnicos. Se trataba de una
propuesta que apuntaba a brindar una formación específica que permitiría adquirir
las capacidades necesarias para la incorporación de los alumnos al mundo del
empleo.
La formación que brindaba la nueva organización del sistema educativo no apuntaba
a la calificación de los trabajadores para puestos específicos, sino al desarrollo de
competencias necesarias para las nuevas exigencias del mercado, cambio
semántico que prefiguraba la transformación de la relación educación-trabajo que se
estaba dando.
Párrafos arriba se trasluce que dentro de la reforma educativa, la educación técnica
prácticamente no era considerada. En sintonía con esto, la educación agropecuaria
que tradicionalmente se había inscripto dentro de la misma tampoco era
mencionada.
Con respecto a nuestra provincia, las escuelas agrotécnicas de creación provincial,
las transferidas de Nación y los bachilleratos pedagógicos rurales (que habían sido
implementados a fines de los años ochenta y principios de los noventa) van a
8
En el marco de la necesidad de modernización del sistema educativo y de la educación técnica en particular es
importante de destacar que en 1995 se crea el Instituto Nacional de Educación Técnica INET, en reemplazo del
Consejo Nacional de Educación Técnica que había organizado la educación técnica desde 1959.
9
Por Resolución 55/96 de 27 de noviembre de 1996, el Consejo Federal de Cultura y Educación a través del
Acuerdo Marco para los TTP (Documento A-12), definió que la formación del/la Técnico/a de Nivel Medio se
concretará en Trayectos Técnico-Profesionales.
10
comenzar un proceso de transformación a partir del año 1996, adecuándose a la
nueva estructura establecida por la LFE. Se puede sostener que a partir de este
período va a comenzar un proceso que podríamos denominar, a modo de hipótesis,
como “homogeneizador” de las propuestas para la educación agropecuaria de
nuestra provincia, territorio donde se había desarrollado una singular tradición en la
formación agropecuaria.
Esta tendencia se va a producir por la aplicación de la Educación Polimodal, con las
modalidades que esta ofrecía10, y los TTP en Producción Agropecuaria que se
implementaron, los cuales no tenían carácter obligatorio11. En este sentido, es
importante señalar que los TTP se convirtieron, en la mayoría de casos, en la única
instancia de “preservación de la formación agropecuaria” que había caracterizado a
estas instituciones.
10
Se ofrecían cinco modalidades: Ciencias Naturales, Economía y Gestión de las Organizaciones, Humanidades
y Ciencias Sociales, Producción de Bienes y Servicios y Comunicación, Artes y Diseño.
Las modalidades Bienes y Servicios y Ciencias Naturales fueron las seleccionadas por la mayoría de las
escuelas que, previamente, brindaban una formación agropecuaria.
11
La no obligatoriedad de los TTP generó diversas dificultades en las escuelas. Las mismas fueron resueltas a
través de diversas estrategias, entre ellas, la obligación de cursar el TTP para los alumnos que se encontraban
como residentes en dichas escuelas.
11
estructura agraria en su conjunto. Esas transformaciones han comprendido también
una innumerable cantidad de procesos sociales de significativo contraste, ya que
han afectado diferencialmente a los distintos actores sociales involucrados. Esta
heterogeneidad social sumada a las diferencias ecológicas regionales, genera una
gran diversidad de situaciones socio-agroproductivas.
Como consecuencia de los procesos de globalización -caracterizados por profundos
cambios en los mercados internacionales agropecuarios- y de las políticas
económicas de apertura, desregulación y privatización, se han ido forzando ajustes y
reordenamientos del sector agropecuario que identificamos como proceso de
reconversión productiva. En este marco, la reconversión productiva exigida no
puede más que orientarse hacia un aumento de la competividad, a través del
mejoramiento de la rentabilidad y eficiencia por la vía de incrementos de
productividad, reducciones de costos unitarios y la adopción de nuevas estrategias
productivas”12
12
Ministerio de Cultura y Educación. Instituto Nacional de Educación Tecnológica (1997) TRAYECTO
TÉCNICO- PROFESIONAL EN PRODUCCIÓN AGROPECUARIA. Documento Base Edita: Programa IBERFOP
13
Ibíd.
12
La necesidad de formar este tipo de profesional flexible e innovador, capaz de
adecuarse a los requerimientos de este proceso de reconversión productiva,
implicará una mayor profesionalización. Para alcanzar este objetivo, la escuela
jugará un rol fundamental al brindar esta formación acorde con las necesidades que
la nueva agricultura estaba demandando:
Estos aspectos relativos al impacto de la innovación tecnológica sobre las tareas
productivas y los requerimientos de mayor calificación, o los referidos a la posibilidad
de externalizar tareas, complejizan los procesos de toma de decisión de los
productores que deben encarar nuevas formas de organización del trabajo en las
explotaciones. Para enfrentar este conjunto de transformaciones los productores
están requiriendo una mayor profesionalización de su actividad, tanto en el
manejo tecnológico de los procesos productivos como en la gestión de sus
explotaciones.(…) El grueso de los productores, los medianos y pequeños,
probablemente no dispondrán siempre de aquellas opciones, pero podrán recurrir al
asesoramiento de los programas estatales de apoyo a la reconversión productiva, a
la contratación de técnicos de nivel medio y a las variadas ofertas formales o
informales de capacitación entre las que se encuentran las del sistema
educativo(…).14
14
Ibíd.
13
homogenización y borramiento de las tradiciones de formación agropecuaria
presentes en nuestra provincia.
La implementación de las TTP en Producción Agropecuaria respondía a la imperiosa
necesidad de modernizar la educación agropecuaria en función de las
transformaciones y exigencias que demandaba el sector, el cual exigía un “nuevo
tipo de trabajador agropecuario”, agiornado al proceso profundos cambios se
estaban experimentando y que ha sido señalado a lo largo de este trabajo.
La preparación de los técnicos en producción agropecuaria que acompañarían y
contribuirán a la consolidación de este nuevo modelo productivo a través del
“asesoramiento y acompañamiento” a aquellos pequeños y medianos productores
que no tuvieran los recursos para insertarse ante las nuevas demandas del modelo
productivo era, según se infiere en la documentación, responsabilidad de la escuela.
Tarea paradójica, en tanto la década del noventa se caracterizó por un proceso
socioeconómico que contribuyó a la progresiva expulsión y desaparición de los
pequeños y medianos productores; como así también por el desfinanciamiento e
invisibilizacion de las instituciones destinadas a brindar este tipo de formación,
situación que ubica a las propuestas de educación agropecuaria diseñadas en este
escenario en otro de los sentidos invertidos propios de la retórica neoliberal.
14
Bibliografía
15
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de trabajo N°7. La educación en contextos rurales: transformaciones
productivas, conocimiento y demandas sociales.
0
Introducción
1
Estas características específicas y el interés que demostró la Escuela en
propiciar la interacción con la comunidad universitaria generaron el presente trabajo.
Experiencia
Impacto
3
rural. El mural narra una historia y profundiza la identidad de la escuela y su
comunidad.
El mural relativo a la salud tiene un fin didáctico y preventivo y fue el producto
del trabajo aprendido y analizado en el aula. Se pintaron imágenes sobre el correcto
lavado de las manos y se transcribieron los siguientes mensajes: “A lavarse las
manos con agua y jabón” y “Protege tu salud y la de tu familia”. De esta manera
quedó instalado el tema en la escuela, recordando a los escolares y a sus familias la
importancia del hábito preventivo de lavarse las manos con agua y jabón.
Ambos murales son obras originales y auténticas que contribuyen al
embellecimiento y enriquecimiento de la escuela, la vinculan con su entorno y están
en continua comunicación con el observador. Las pinturas murales forman ahora
parte del patrimonio cultural de la comunidad rural y de la Escuela.
La experiencia realizada logró cumplir con los objetivos planteados y resultó
ser una experiencia gratificante y enriquecedora para la comunidad universitaria y la
rural. La Escuela Rural N° 65 demostró ser una escuela abierta a la innovación, con
gran iniciativa para avanzar y capaz de proporcionar a su comunidad experiencias
de convivencias con grupos más grandes y con realidades distintas como la
comunidad universitaria. Los estudiantes y docentes universitarios lograron integrar
su quehacer universitario en el desarrollo del proyecto e interiorizarse sobre la
realidad de una comunidad rural que también es parte de la sociedad pampeana.
Los integrantes del Taller de Pintura Mural El Farolito lograron incentivar a todos los
participantes de la jornada para pintar y generar en cada uno el sentimiento de que
cada pincelada es importante para crear una obra de todos.
Para finalizar, los resultados obtenidos sumamente positivos señalan que la
Universidad Nacional La Pampa debe continuar e intensificar la vinculación entre los
estudiantes y docentes con la sociedad donde esta Institución Académica se
desarrolla.
La activa, entusiasta y comprometida participación de la Escuela Rural N° 65
y la apertura de esta comunidad educativa a la interacción con otras comunidades
como una forma de avanzar hacia la integración indican que es necesario continuar
planificando y desarrollando proyectos universitarios en el ambiente rural.
4
Bibliografía
5
V Congresso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabalho: G7
crítica
UFJS
Paulo Freire
Os Sem Terra, povo da terra, que da terra extrai seu signo e, dele, concebe
toda uma consciência de luta, organização, contestação e desconstrução de uma
ideologia opressora, posta como verdade imutável, não só, a desfaz, mas a re-
significa. Os Sem Terra dizem não, a esse pensamento de não ter direito a condição
humana de existência, o direito a terra carrega toda uma busca por justiça social a
que muitos vivem nesse país.
Seu signo, ser sem-terra, e da terra tirar toda uma consciência, que
desencadeou uma organização de um movimento social que não quer mudar o que
está posto só para eles, mas a estrutura de um país que é dominado por certezas de
não haver mudança possível, e estes de um lugar que tem como característica a paz
e submissão a contestação de uma estrutura social que explora seu povo e o
sucumbe a viver sem o direito de ter direito, tirando a autonomia, deixando-os viver
na miséria para que possam dominá-los.
A luta é pela terra, no entanto, seu limite não é apenas a posse de um pedaço
de chão para tirar a subsistência, está para, além disso, também ao direito de serem
seres humanos. Os Sem Terra colocam-se como responsivos na transformação de
sua postura diante de um mundo, que o faz acreditar que não há futuro diferente do
que eles vivem, assim, recriam a própria consciência na relação com outros que
experienciam a mesma sina. Sendo assim, “cada campo de criatividade ideológica
tem seu próprio modo de orientação para a realidade e refrata a realidade à sua
própria maneira” (BAKHTIN, 1988, p.33). Para isso os sujeitos Sem Terra se
percebem em sua condição de ser sem terra, e dessa situação, do lugar que se
encontram na sociedade, articulam uma luta que muda todo um modo de pensar e
agir no mundo, a consciência de um coletivo é construída, no mesmo sentido, a
consciência do indivíduo é, assim, uma consciência com dimensão coletiva, pois a
“consciência individual não só nada pode explicar, mas, ao contrário, deve ela
própria ser explicada a partir do meio ideológico e social” (BAKHTIN, 1988, p. 35) a
que pertence o indivíduo.
que se constituem como uma coletividade que traz para si (o que não
quer dizer esgotá-la em si) a luta para garantir sua própria existência
social como trabalhadores da terra, enfrentando aqueles que, nesta
sociedade, estão destruindo a possibilidade dessa existência. Nesse
sentido se constitui (e se fortalece ou enfraquece) em um
determinado contexto, dentro de relações sociais e, no caso do
formato de nossas sociedades, dentro da luta de classes (CALDART,
2004, p.33-34) (Grifos da autora).
Neste sentido estar na vida não é simplesmente nascer, mas é agir de forma
que seja responsivo, um sujeito que tenha postura diante da existência,
respondendo a realidade que lhe é imposta por outros. Sendo assim,
Conclusão
Assim como foi visto os sujeitos Sem Terra constituem sua consciência no
contexto de um movimento social, que luta para mudar a própria condição de sem
terra, imposta por uma sociedade excludente, a qual desde o início de sua formação
desrespeita o homem do campo, marginalizando-o e o tratando como ser que não
tem importância social. Deste modo, a terra transgrediu-se de significação, torna-se
um signo que reflete e refrata a ideologia dos sem-terra, terra que representa a
contestação da ordem social, a que estão submetidos aqueles que buscam a própria
identidade social, ser sem terra revela uma (re) configuração do sujeito social do
trabalhador do campo.
Título:
El aula múltiple a partir de los docentes rurales cordobeses. Definiciones, prácticas,
enseñanzas y aprendizajes.
Introducción
El presente trabajo sistematiza algunas de nuestras conversaciones y construcciones
que como equipo capacitador1 hemos realizado a lo largo de cinco años de trabajo
con colegas que se desempeñan en escuelas rurales de nivel inicial, primario y
secundario de toda la provincia de Córdoba.
1
Las capacitaciones a las que hacemos referencia son la Especialización Docente Superior en Educación Rural
para el Nivel Primario (2008-2012), el Acompañamiento al Desarrollo Curricular de Ciencias Naturales, Ciencias
Sociales, Lengua y Matemática en escuelas rurales secundarias con aulas múltiples (2011) y Capacitación para
Docentes de Nivel Secundario - Didáctica del Pluricurso - Conocimientos y Alternativas de Utilización de
Materiales Impresos, Programas de Tv, Bibliotecas Institucionales y Equipamiento Didáctico (2012)
1
incorporadas, reconociendo el sentido del juego de manera naturalizada2, era la de
nuestros colegas, los docentes rurales. Desde esa postura, fuimos parte de un
proceso de reconstrucción de categorías sociológicas, antropológicas, didácticas,
pedagógicas y políticas que nos resultaban familiares: las referidas al aula múltiple en
la experiencia de otros colegas.
El territorio rural se caracteriza porque tiene identidad propia. Sus habitantes forman
parte de un colectivo social con códigos culturales concretos, léxicos y símbolos
característicos, costumbres diferentes (gastronomía, artesanía, agroturismo,
experiencias y producciones musicales propias, etc.) y comportamientos basados en
las interacciones multifacéticas de sus miembros. Existe una conciencia de
ciudadanía entendida como aquella a través de la cual el sujeto se reconoce y es a su
vez reconocido como parte integrante de la comunidad y acepta los derechos que
como tal le corresponden, asumiendo, por supuesto sus responsabilidades.
2
Bourdieu, P. (1999) Razones Prácticas. Sobre la teoría de la acción” Anagrama. Barcelona.
3
Echeverri, R. (2001) Jornada Hemisférica de PRODAR y 3º Encuentro Nacional de Agroindustria Rural de
Guatemala. Guatemala.
2
• ocupación permanente del territorio como el rasgo fundamental
• estrechez del vínculo de los campesinos con la naturaleza, a través de la
totalidad de prácticas que desarrollan y proyectan
• poco volumen de la población y su dispersión por el territorio
• vinculación en la red social que se redefine según particularidades en cada
territorio
4
Dabas, E. (2010) Redes Sociales: de las organizaciones verticales aisladas a la acción colectiva de sujetos
sociales responsables. Extraído el 10 de noviembre de 2012 de
http://tramacatorce.blogspot.com.ar/2010/11/redes-sociales-de-las-organizaciones.html
3
Ahí se enmarca la escuela, con sus particularidades y semejanzas, por lo cual no
podemos hablar de la escuela rural en singular, sino más bien de escuelas en
contextos sociales e históricamente determinados. Es muy difícil establecer
regularidades, caracterizarlas y avanzar sobre ellas, por ejemplo, si las analizamos
desde la perspectiva de la gestión. Como decíamos, la propia ruralidad es por
definición diversa y por lo tanto las escuelas rurales funcionan y se constituyen en
relación a escenarios específicos, puesto que la interrelación entre los
establecimientos escolares rurales y el contexto donde se ubican es muy estrecha.
Así, las tipificaciones y costumbres de cada localidad rural y de cada escuela, se
legitiman en la propia historia local e institucional, más allá de los intentos
administrativos de aplicar criterios de eficiencia y uniformidad propiamente urbanos.
Si bien es posible categorizar las formas de escolaridad que se desarrollan
actualmente según diferentes criterios como la matrícula y planta funcional
(unidocente, bi o tridocente, graduada), las condiciones de asistencia de los alumnos
(albergue, períodos de asistencia a la escuela sucedidos con estadías en la casa) ó
las características del entorno (períodos especiales, horario alternado), las
estandarizaciones más conocidas tienen límites muy precisos en las escuelas rurales.
En el caso que sigue, las apreciaciones de la docente y de las autoridades
intermedias del Ministerio de Educación muestran las diferencias en las formas de
interpretar el lugar de la escuela y del docente:
Más allá de los intereses que movilizan a cada una de estas funcionarias, la
concepción de la maestra evidencia cuál es el lugar que se adjudica/le adjudican en el
4
juego de sentidos que construye su identificación con los lugareños, su futuro laboral,
la desaparición de agencias estatales, entre otras cuestiones. La presumible ausencia
de la escuela y por tanto de la docente, estaría despojando de protección institucional
a los pobladores del paraje rural.
El trabajo docente (Olmos, 2012) en ese ámbito social y en las condiciones del aula
múltiple - atendiendo simultáneamente a niños y jóvenes de diversos grados o
cursos- asume el desafío de enfrentar las dificultades didácticas en el desarrollo de
los procesos de enseñanza. La formación docente inicial con la que ocupan sus
cargos no contemplaba, entre otros contenidos, los referidos a la particularidad del
aula múltiple. En la mayoría de los casos, el único acercamiento se dio en el
momento en que realizaban sus prácticas de residencia en alguna escuela rural. La
formación continua en escasas situaciones propuso capacitación referida
exclusivamente al trabajo en escuelas rurales. Por ello, los docentes explicitan sus
dificultades a la hora de dar clases en el campo, más allá que en la mayoría de los
casos
los chicos son buenos y los padres casi no se meten (Maestra Tutora
Escuela Secundaria Rural)
Por su parte, el estudiante rural suele manejar una cultura diferente a la de la escuela,
los libros de texto y, evidentemente, diferente a la cultura del maestro. En general no
se aprovechan sus experiencias, sus vínculos familiares, sus conocimientos de los
lenguajes silenciosos y del patrimonio natural que caracterizan la comunidad rural. Si
bien se intenta darles todo lo que los acerque al mundo actual
El niño por naturaleza tiene una parte muy importante que todo científico
debe tener, la curiosidad, el querer saber lo que pasa, lo que sucede a
5
su alrededor, el por qué de las cosas. Sin embargo, muchas veces, los
niños van perdiendo esa motivación de querer saber lo que sucede, por
culpa nuestra (de los maestros y a veces de otros adultos)… debemos
de esforzarnos e implementar estrategias y temas que nos ayuden a
motivar a los niños a estudiar y a creer en ellos mismos, a saber que
son capaces de hacer las cosas por sí mismos (Maestra Escuela Rural
Primaria)
Las nuevas infancias en los territorios rurales, están atravesadas por las
particularidades de los sujetos y por los rasgos de prácticas culturales de las que
participan en los procesos de subjetivación. Estos últimos se desarrollan por las
experiencias tempranas de identificación en contexto, es decir, del ser en el mundo;
se enuncian otras constitutivas al proceso tales como: las identificaciones a partir de
la posibilidad de nombrarse como proceso de reconocerse diferente de un otro; del
propio proceso de nombrarse por las referencias de las mirada de un otro que
devuelve notas acerca de quién dice quien soy como estudiante rural y desde la
6
identificación del ser comunidad y de las identificaciones como partícipe de las
prácticas culturales campesinas propias, necesidades, problemáticas, conocimientos,
proyectos compartidos.
Ser estudiante en la Escuela Rural está atravesado por las características del
contexto, sus preocupaciones, sus potencialidades como escenario que interpela el
desarrollo de aprendizajes, de saberes y habilidades que mueven a realizar,
comprender y comunicar explicaciones, argumentaciones, búsquedas y análisis de
territorios vitales complejos y/o problemáticos propios y en otras escalas. Esta
característica pocas veces es retomada por los docentes para pensar las estrategias
de desarrollo curricular y potenciar las trayectorias escolares de los estudiantes
7
(Terigi, 2005). Por ejemplo, la cantidad de escuelas primarias por las que pasan los
niños hasta llegar a nivel secundario, es una situación que pocas veces se visualiza
en las escuelas o en la práctica de los docentes. Pero para los estudiantes, es
insoslayable puesto que remite a sus propias formas de construir su visión del
entorno sociohistórico en el que viven:
Estudiante 1 – (la primaria) la hicimos en Córdoba, en La Población, en
Dolores, en… Piedra Pintada…
Entrevistadora – O sea que hiciste como en cinco escuelas…
Estudiante 2 – Más de cinco.
Estudiante 1 – O sea porque mi mamá no tiene casa, así… nada propio.
Entonces mi mamá va alquilando, alquilando. Entonces donde va
encontrando mejor va alquilando. Ahora está alquilando la casa a mi
padrastro y ahora capaz que en diez días nos tengamos que ir a Villa
Dolores y nos tengamos que pasar toooodos a la Escuela Normal. Y es
así… Y vaya a saber dónde nos vamos a recibir.
Estudiante 2 – yo no repetí ningún grado… Ellos si, son burros.
Estudiante 1 – No, porque siempre dejamos a mitad de año la escuela,
siempre dejamos a mitad de año, por el tema de los viajes y porque
tengo un hermano que es especial y necesita tratamiento. (Estudiantes
Escuela Rural Secundaria)
¿Cómo considerar estas situaciones desde el aula múltiple? ¿Es posible pensarlas en
tanto potencialidades del contexto, como puntos de partida, como textos en los
guiones didácticos y como territorios de evaluación?
8
De acuerdo con Lev S. Vigotsky, el aprendizaje es un proceso social, con lo cual la
interacción de los estudiantes de diferentes niveles lo potencia. En el aula múltiple el
desafío es incorporar a todo el grupo en las actividades, a la vez que individualizar el
curriculum a fin de que los estudiantes no aprendan los mismos contenidos en un
mismo nivel y respetando un abordaje interdisciplinario. El desafío no es cambiar el
qué se va a enseñar sino cambiar el cómo, para lo cual podemos identificar
innumerables ventajas:
- El docente tiene los mismos estudiantes años tras año por lo cual conoce en
profundidad sus capacidades emocionales, sociales y académicas. Esto le
permite saber por dónde empezar cada nuevo proceso de aprendizaje.
- Los estudiantes mayores pueden apoyar a los más pequeños, tal cual las
rutinas que les son familiares desde lo cotidiano.
- Se potencian habilidades sociales valiosas.
- El espíritu de cooperación surgido del trabajo en equipo los lleva a tener menos
conflictos grupales.
- Los estudiantes perciben el cambio de su papel en el aula al progresar año tras
año y están concientes de su propio crecimiento.
9
Una de las primeras observaciones a puntualizar es que las apreciaciones que los
colegas rurales hacen de los estudiantes está teñida por la que corresponden a la
comunidad a la que estos estudiantes pertenecen.
La comunidad tiene una dinámica particular, son comunicativos…este
año los encuentros fueron numerosos, ellos se acercaban a pedir ayuda
por el tema del arreglo de caminos… las notas las gestiones se
realizaban en reuniones en la escuela por la tarde. En el edificio de la
escuela se realizaban las reuniones de mesa de gestión local. Los niños
estaban al tanto de los temas y escribir notas tenía un contexto de
significado diferente para ellos y también para mí. (Maestra Escuela
Rural Primaria)
Es decir, si bien los estudiantes son algo distintos a los adultos, no se diferencian
totalmente. Por lo tanto, en los primeros encuentros de capacitación pudimos ver que
los esfuerzos de los docentes estaban dirigidos a que los estudiantes lograran
diferenciarse de sus familias. En estas escuelas, los docentes se caracterizaban por
trabajar de la manera más tradicional en el aula, con estudiantes agrupados en
grados, proponiendo una tarea para cada grado en un pizarrón o en parte del único
pizarrón. Entre los docentes que mayor dificultad presentaban en pensar y proponer
otras formas el trabajo en el aula múltiple se encontraban los docentes de escuelas
secundarias. La mayoría de ellos pertenecían a escuelas secundarias urbanas de las
que dependía funcionalmente el anexo rural y tenían poca experiencia en el ámbito
rural. Pero lo más llamativo fue que algunos de los docentes tutores, que se
desempeñaban también como maestros de escuelas primarias rurales con aula
múltiple, manifestaban serias dificultades para diseñar e implementar secuencias
didácticas tomando en cuenta las nuevas coordenadas que estábamos tratando de
transferir.
Llevo veinte años trabajando con los pizarrones divididos por tantos
grados como tenga cada año y eso les enseñé a los profesores nuevos
del CBU… ¿qué voy a hacer? ¡¡¡Hice todo mal todo el tiempo!!!
(Maestra Tutora Secundario Rural)
El aula múltiple en la escuela secundaria rural alcanza otros matices. En los espacios
curriculares en los que se conforman parejas pedagógicas (Matemática, Lengua y
10
Literatura, Ciencias Naturales y Sociales, Ciudadanía y Participación, Ciudadanía y
Política/ Humanidades o Sociología y Lengua Extranjera – Inglés) pensar las
actividades a desarrollar supone llegar a acuerdos con el docente especialista y el
docente tutor, ambos con trayectorias profesionales muy distintas. Como resultado,
en general se observa que si bien los docentes respetan la experiencia del
compañero, se producen algunos conflictos a veces insondables. La situación se
hace más crítica cuando está atravesada por cuestiones de índole administrativa
irresueltas, como el retraso en los nombramientos de docentes, las ausencias
reiteradas, la falta de indicaciones por parte de los equipos directivos y de
supervisores, entre otras. Es decir, resolver los desafíos que implica trabajar en un
aula múltiple no es sólo una cuestión didáctica.
11
Los agrupamientos pueden realizarse teniendo en cuenta criterios tramados con los
aprendizajes a desarrollar en torno al contenido que los convoca, por ejemplo:
agrupamientos diversos de niños que leen convencionalmente y otro de niños que no
leen convencionalmente, agrupamientos de niños que leen y que no leen
convencionalmente, agrupamientos por intereses, agrupamientos por competencias
desarrolladas o a desarrollar, agrupamientos por pluralidad de inteligencias múltiples
para el abordaje de territorios vitales complejos, siendo éstos escenarios para el
desarrollo de habilidades y competencias. Si bien en las aulas visitadas se puede
observar que los docentes agrupan a los estudiantes básicamente por ciclos (tanto en
primaria como en secundaria) en las que confluyen más de diez estudiantes, los
agrupamientos se generan de manera espontánea en función de alguno de los
criterios arriba mencionados. En estos casos, se presentaba una evidente dificultad
por parte de los docentes de explicitar dichos criterios.
Si, casi siempre los chicos del Bajo se juntan para hacer las tareas… no
me había dado cuenta que así se podía trabajar también los
agrupamientos… y aquellos otros, son primos, hermanos, todo ese
montón son familiares como son ellos… si y también se juntan a hacer
las cosas aquí (Maestro Escuela Rural Primaria)
12
• habilitados para ejercitar préstamos de conocimientos como negociaciones de
comprensiones o interrogantes que promueven nuevas y más complejas
comprensiones
• habilitados para la construcción del ser y del ser con otros para el
autoconcepto y la autoestima
Yo usaba agrupar a los niños por grados, esa era la forma en que
aprendí para lograr que cada grado aprenda lo que se espera en el
curriculum […] con el postítulo (Especialización Docente Superior en
Educación Rural para el Nivel Primario) comencé a agruparlos como el
ejemplo de Lengua del libro rojo (Ejemplo para pensar la Enseñanza en
Plurigrado) y vi que aprenden… se que necesito animarme… los
resultados los vi… los niños transitan con más independencia, discuten,
leen, investigan, escriben y se ayudan cuando hay dudas (Maestra
Escuela Rural Primaria)
A modo de cierre
En términos de trabajo docente, asumir un cargo en una escuela rural con aulas
múltiples supone una tarea solitaria y complicada si estamos en una escuela de
13
personal único o en equipo pero igualmente complicada, si estamos en una escuela
con más de dos docentes. En términos de prácticas concretas, implica la
planificación, el desarrollo y la evaluación de secuencias didácticas que se generan a
partir de bloques de actividades, que responden a un eje curricular pensado para el
grupo de estudiantes singular con el que el docente trabaja durante un período
escolar, tomando como referencia los diseños curriculares vigentes.
Lo dicho remite, por un lado, a que los docentes traten de esquivar la percepción
administrativa de los grupos (la más estandarizada y familiar). Es decir, escaparse a
la lógica de la constitución de grupos que se identifican con grados/cursos en los que
los estudiantes están matriculados, para idear la constitución de los grupos que
permita y favorezca la colaboración entre los estudiantes. Al mismo tiempo, le
demanda organizar y planificar el trabajo de tal manera que pueda articular y
relacionar los contenidos de los diferentes grupos, evitando la fragmentación de la
enseñanza y atendiendo a los estudiantes según sus necesidades y características.
Un aspecto a profundizar en este sentido es el trabajo cooperativo entre las y los
alumnos: la ayuda mutua, la tutoría – el que los estudiantes más grandes apoyen a
los más pequeños–, las tareas compartidas.
Enseñar en el aula plurigrado puede parecer poco práctico, difícil y abrumador, sin
embargo permite al docente aprovechar la riqueza de los diferentes niveles de
habilidades y realizar los cambios necesarios para crear una ambiente de altas
expectativas, de descubrimiento y de aprendizaje. El desafío es construir un espacio
de trabajo en equipo que utilice elevados niveles de habilidades cognoscitivas y no
solo mecánicas como copiar del pizarrón, para diseñar un espacio de aprendizaje
social (Vigotsky, 1984).
5
Echeverri diferencia de la siguiente manera las acepciones de territorio: asequible en tanto en cuanto es posible observarlo,
investigarlo, recorrerlo puesto que es próximo al estudiante; legible puesto que permite la comprensión e interpretación de sus
14
de crear situaciones de aprendizaje que doten al sujeto de las capacidades básicas
para su integración a una sociedad diversa y multicultural a partir del reconocimiento
de la propia identidad. Consideramos que pensar estrategias didácticas en aulas
múltiples en una escuela abierta al diálogo con el contexto próximo, se convierte en
una escuela que ofrece a sus estudiantes estrategias y recursos que les ayuden a
entender y respetar la cultura local, que valora las tradiciones, el entorno natural, la
propia historia del pueblo, la lengua, los saberes individuales y comunitarios, el oficio
de sus habitantes y las relaciones interpersonales y afectivas, y que potencia en esta
vincularidad su propio Proyecto Alfabetizador.
significados físicos, científicos, biológicos, económicos, sociales y políticos; democrático que invita a los niños, jóvenes, adultos a
participar como ciudadanos, lo que supone un desarrollo de la responsabilidad social y política y especialmente de la cívica.
Echeverri, . Jornada Hemisférica de PRODAR y 3er. Encuentro Nacional de Agroindustria Rural de Guatemala; 5-8 de noviembre
de 2001 - Guatemala
15
Resumen
¿Qué es el aula múltiple? ¿Qué es la didáctica del aula múltiple? ¿Cuáles son las
prácticas docentes típicas en el contexto del aula múltiple de escuelas primarias y
secundarias en Córdoba?
Si acudimos a las definiciones más técnicas podemos decir que el aula múltiple, en
sus diferentes versiones – plurigrado, pluricurso, plurinivel- es una organización
administrativa y pedagógica de la escuela, cuya gestión garantiza la justicia curricular,
a partir de las potencialidades de la enseñanza en simultáneo de saberes
disciplinares centrales, relevantes y significativos en complejidad creciente para
estudiantes matriculados en diferentes años de cursados en un mismo espacio y
tiempo escolar y social de construcción.
Dicho de esta manera, pareciera que es una novedad en el discurso didáctico y en la
práctica docente, sobre todo en las nuevas experiencias de escolarización que están
alcanzando a escuelas rurales secundarias en la provincia de Córdoba. Sin embargo,
la práctica docente en aulas múltiples tiene una larga historia y ha sido utilizada en
escuelas rurales primarias desde antaño.
El artículo que se presentará se refiere a las reconstrucciones conceptuales sobre
que hemos podido ir elaborando como equipo capacitador, a partir de interactuar con
docentes de nivel primario y secundario de escuelas rurales de la provincia de
Córdoba. Estas interacciones tuvieron lugar en instancias de capacitación a docentes
en servicio brindadas desde el Ministerio de Educación provincial, durante el año
2008 y 2012.
16
Bibliografía:
17
JIMÉNEZ, Patricia 2001.(Consultora del CIDER); Comentarios a la Presentación
sobre “Desarrollo en el Territorio Rural: Desde la Teoría a la Práctica” por el
Dr. Rafael Echeverri. Jornada Hemisférica de PRODAR y 3er. Encuentro
Nacional de Agroindustria Rural de Guatemala.
DABBAS, Elina. Redes sociales: de las organizaciones aisladas a la acción colectiva
de sujetos responsables. Disponible en: edabas@fundared.org.ar
Revista Digital e Rural, Educación, cultura y desarrollo rural. Educación y
Territorialidad Rural. 2003, ISSN 0717-9898. Disponible en:
http://educación.upa.cl/revistaerural/erural.htm
18
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
-Pensando en cómo comenzar a delinear estas hojas me llevó a agregar palabras que me
Por qué DE-MIRAR… porque pienso que si hay algo que fui aprendiendo en mi trayecto de
formación, sobre todo en espacios donde la palabra Educación me hace eco, es pensar y
manifestar que SÍ estoy segura que siempre tenemos que de-mirar, realizar una mirada
inversa de lo que nos dicen y decimos, no como un acto de des-confianza, sino cuando
Creo que debemos ser capaces de cambiar sus contenidos o de encontrar otros que nos
todos.
Por qué IMPENSAR… y acá me refiero más que nada a este concepto que me resulta muy
las que planteó el pensamiento moderno poniendo en cuestión las categorías de cultura
conceptos leídos y trabajos; para poder reflexionar sobre las políticas de visibilidad e
invisibilidad que se llevan a cabo en algunas aulas, con algunos docentes. Mirar, pensar,
imágenes, instancias, que nos permiten ver a las mismas como prácticas sociales que
que asisten a las escuelas públicas básicas, negando de alguna manera su lengua o cultura
imágenes.
También es cierto que “no percibimos todo lo que nos rodea, sino aquello que nos
interesa”2, y que ese percibir tiene que ver con la capacidad -de cada uno, de cada una- de
“ver lo que es”, y a su vez esto dependerá mucho de lo que estamos preparados, en
condiciones o “condicionados” para ver. En este apartado nos interesa percibir estas
diferente no como algo peligroso, maléfico, desigual, apartado sino como aquella
aquello que me permite ser en relación con lo/s Otro/s. Lo diferente que me relaciona, que
me complementa, que nos lleva a preguntarnos por el hacer, a conectarnos con lo particular
espacio, cada lugar significa para cada uno; porque de eso trata la educación menciona
Pensemos estos rostros, por ejemplo, rostros diferentes, un niño negro y un niño aborigen,
inquietudes por ejemplo, por lo tanto aquel alumno queda excluido y desinteresado de
2
Costa
Malosetti,
L
(2009)
La
imagen
en
la
cultura
occidental.
Clase
N°5.
Diplomatura:
Educación
y
Medios.
FLACSO.
Buenos
Aires.
asistir y participar en las clases ya que su comprensión al idioma castellano es mínima y no
es considerada y tratada como deficiente, como lo negativo, como aquello que se debe
podríamos agregar, que guía, que incluye, que garantizan de alguna manera el acceso y la
permanencia en el sistema a ese otro; otro que aparece, en cierto modo, bajo la esencia de
Lo que sostengo aquí es la escuela desde una visión universalista donde pareciera no poder
sentidos locales de lo local, es decir, a lo local próximo, a lo local tal como es vivido por
ofreciendo así un régimen disciplinario que presenta dos caras: la cara amable de la
interculturalidad que termina por guiar al alumno –aquella mano que guía, dejando de lado
sino el para qué y porqué-, pero sin embargo la falta de pertinencia y relevancia del modelo
que la expulsión del sistema educativo de los niños indígenas sea temprana.
(Augé, 2000:83)
rural donde concurren los alumnos aborígenes- en este contexto vacio (vaciado errático que
se arraigó a través de siglos) vemos que la escuela es un lugar extraño, extravagante que
sujeta, patentiza un lugar ajeno a la naturaleza de quien asiste a ella, a aquel alumno
aborigen.
Por ello, Impensar y de-mirar la educación, en esta práctica que se interroga por las
imágenes que me propuse “mostrar”, implica fundamentalmente, aceptar que los distintos
son propios, que los caracterizan y que trasmiten; que deberíamos mirar-los y construir
puntos de contacto entre las imágenes, rostros, personas y el conocimiento a trasmitir. Hay
que preparar y trabajar la lectura, atento a lo que de la imagen queda por fuera de las
Esto implica un gran desafío -en un proceso a largo plazo-, una educación de la sensibilidad
que quedo por fuera de la pedagogía tradicional, excesivamente preocupada por los
enseñanza que nos orienten, nos lleven a tomar decisiones, no solo sobre el qué hacer, sino
por qué y para qué promover, generar una educación con los otros. Plantear algunas
creación. Es así, que desde el Ministerio de Educación nos propusimos diseñar proyectos de
capacitación que acompañen, guíen las prácticas de los docentes que se encuentran
desigualdad.
En efecto, la ejecución del proyecto, en la práctica profesional de los destinatarios así como
este caso de los pueblos Wichis, Qom y Mocovíes, es un punto de partida ineludible en la
productiva que pueda significar para un pueblo, una comunidad en un tiempo y espacio
Bibliografía
• Augé, M. (2000) Los no lugares. Espacios del anonimato. Editorial Gedisa. España
• Autes, M. “Tres formas de desligadura”. En: Saül Karsz (comp) (2004). “La
exclusión: bordeando sus fronteras. Definiciones y matices”. Editorial Gedisa.
Barcelona (España)
• Karsz, S.“ La exclusión: concepto falso, problema verdadero”. En: Saül Karsz
(comp) (2004). “La exclusión: bordeando sus fronteras. Definiciones y matices”.
Editorial Gedisa. Barcelona (España)
• Skliar, C (2007) “La educación [que es] del otro” Argumentos y desiertos de
argumentos pedagógicos. Ediciones Novedades Educativas. Buenos Aires.
RESUMEN
En este trabajo nos proponemos indagar la relación entre las situaciones educativas
y formativas, las posibilidades de reproducción social y las construcciones en torno
al futuro, en el marco de las experiencias cotidianas de los jóvenes. En tanto primera
aproximación al tema, intentamos comparar los datos construidos en dos procesos
de investigación simultáneos.
Realizamos una caracterización de la situación educativa en las zonas rurales de
Santiago del Estero y su relación con las posibilidades de reproducción social de la
forma de vida campesina. Focalizamos la descripción en algunos aspectos de la
propuesta formativa que el MoCaSE-VC ha desarrollado para sus jóvenes, con el
objetivo de abordar las repercusiones de la experiencia a nivel de las comunidades y
los jóvenes, y abrir nuevas preguntas en relación a la formación y los movimientos
sociales, teniendo en cuenta las construcciones en torno al futuro de los jóvenes en
el marco de la comunidad1.
Como contrapunto, analizaremos las diferencias y similitudes que, en torno a dichas
construcciones sobre el futuro de los jóvenes, se realizan en la finalización de la
1
El primer acercamiento al Movimiento Campesino de Santiago del Estero – Vía Campesina ha sido durante un
viaje universitario en julio de 2007. Desde aquel momento se han realizado sucesivos viajes a en el marco del
colectivo de educación “Brigadas de Escolarización Monte Adentro del MoCaSE-VC”, cuyo objetivo principal es
acompañar pedagógicamente los procesos formativos de jóvenes de la organización. Los viajes han implicado la
estadía en la casa de las familias de los jóvenes durante períodos de entre 4 y 15 días, teniendo como objetivo
principal el intercambio de experiencias y el apoyo pedagógico en temáticas que a los jóvenes les resultaran
problemáticas. Asimismo se ha participado de la Escuela de Agroecología en 3 oportunidades (abril de 2009,
abril de 2010 y abril de 2011), espacio en el cual confluyen jóvenes de toda la provincia.
escuela secundaria obligatoria. Este segundo trabajo de campo se realiza en el
tercer cordón del Conurbano Bonaerense, que adquiere características diferentes2.
¿Cuál es la relación entre las distintas propuestas educativas? ¿Cómo se relacionan
las experiencias formativas con las construcciones en torno al futuro de los jóvenes?
2
propietarios o “chacareros”, especialmente en las localidades metropolitanas, en
retroceso a partir de los avances de las políticas neoliberales.
Este es el contexto general de las zonas rurales de nuestro país hacia fines de los
’70. Sin embargo, durante la década del ’90 (aunque con cierta continuidad respecto
a políticas de la dictadura militar 1776-1983) se generaron una serie de reformas
políticas, económicas, laborales, educativas, sanitarias, habitacionales, etc., que
profundizaron los procesos de desigualdad social (Grassi, Hintze y Neufeld, 1994).
Más allá de que estos procesos afectaron a todo el país, adquirieron particularidades
diferentes en cada contexto específico en función de las dinámicas históricas
locales. En las zonas rurales argentinas, y en Santiago del Estero en particular,
estas transformaciones político-económicas se tradujeron en una nueva forma de
organización de la producción: el “agronegocio”.
Las nuevas tecnologías (químicas, genéticas y mecánicas) implicaron una necesidad
mucho menor de mano de obra y un aumento importante en la escala de producción.
Los requerimientos del comercio internacional impulsaron el desarrollo de esta forma
productiva, volcada principalmente a la exportación. Esto implicó un interés inusitado
por tierras hasta entonces periféricas a la agricultura industrial, y una presión sobre
las poblaciones campesinas e indígenas que allí viven (Domínguez y Sabattino,
2006), en su mayoría a base del trabajo familiar y comunitario de la tierra y la cría de
ganado, con un manejo relativamente autónomo de los medios de producción, y una
orientación económica hacia la subsistencia familiar.
En las zonas pampeanas, la convertibilidad impulsada por el gobierno de C. Menem
llevó a un gran endeudamiento a muchísimos pequeños productores que no
lograban competir con los grandes latifundios ni tenían el capital de inversión para
incorporarse a la nueva lógica productiva. Esto conlleva una mayor concentración de
tierras (ya sea por compra, remate o renta) a favor de los grandes productores, y un
repliegue de la producción por parte de muchos minifundistas. Asimismo, el enorme
crecimiento de las ciudades (especialmente del área metropolitana porteña) fueron
reconfigurando los límites con el espacio rural, ofreciendo otros medios de vida tanto
para trabajadores rurales como para pequeños propietarios, e incorporando al
paisaje una gran cantidad de “barrios cerrados”, “countris” y “clubes de campo”.
Como expresan Giarraca y Teubal (2006), a diferencia de la estructura anterior que
permitía cierto nivel de integración de estas poblaciones a la economía rural más
amplia, el agronegocio se presenta como excluyente de otras formas productivas en
3
el campo que resultan prescindibles para las nuevas tecnologías (especialmente la
genética) y la enorme escala que ha cobrado la producción agrícola. Las presiones
hacia estas poblaciones motivaron a su vez un importante movimiento migratorio
hacia las ciudades, engrosando en la mayoría de los casos los barrios populares
circundantes a los núcleos urbanos. Estas situaciones agudizan los antagonismos
en las zonas rurales, agravando los episodios de conflicto. En ese contexto, en
Santiago del Estero aumentaron los episodios de represión y persecución contra
comunidades campesinas (Barbetta, 2009).
Para resistir los desalojos, se conformó en el año 1990 el Movimiento Campesino de
Santiago del Estero, en el marco de los “nuevos movimientos sociales” (Zibechi
2005, De Souza Santos, 2001, Svampa, 2003). Hoy los ejes centrales de lucha de la
organización se centran en “la reforma agraria integral” y “la soberanía alimentaria”,
y la lucha concreta por la tierra se ha convertido en una lucha más amplia por la
defensa del territorio (MNCI, 2010). El MoCaSE-VC se propone como un movimiento
políticamente autónomo (sin alinearse con partidos o fuerzas políticas) y de base
territorial: las comunidades campesinas, conformadas a su vez por familias.
Cañuelas se encuentra ubicada en la cuenca de abasto, al sur de la Provincia de
Buenos Aires, a unos 62km de la Capital Federal. Tradicionalmente se caracterizó
por la presencia de estancias y de pequeños tambos que abastecían al mercado de
Buenos Aires a través del ferrocarril. Con los cambios en el sector lácteo (mayores
exigencias de calidad por parte de la industria, concentración de los tambos y
pérdida de importancia de la Cuenca del Abasto) este sector perdió importancia,
desaparecieron la mayoría de los tambos y, en general, la actividad agropecuaria
también disminuyó (Barsky, 1997). La ciudad es de construcciones bajas y cuenta
aproximadamente con 50.000 habitantes en una superficie de 120.000 hectáreas.
La cercanía al conurbano y la facilidad de acceso que brinda la autopista que la une
a la CABA influyeron en una valorización de la tierra para usos no agrícolas;
principalmente con el auge que han cobrado en la última década los barrios privados
como lugar de residencia de población urbana y sus posibilidades para el
agroturismo. Es interesante destacar que, a pesar de no ser actualmente el sector
económico mayoritario, el “campo” es “promocionado” en la zona para el agroturismo
por parte de la Municipalidad: existen una gran cantidad de museos en las estancias,
la Fiesta Provincial del Dulce de Leche, Expo Cañuelas y los segundos domingos de
4
cada mes se lleva a cabo la "Feria Rural de Cañuelas, del Campo al Consumidor" en
el predio de la Sociedad Rural.
Por otro lado, el sector industrial está en un lento pero constante crecimiento desde
la década del 80. Las principales manufacturas desarrolladas están relacionadas a la
preparación y conservación de alimentos -carnes, productos lácteos y helados,
molienda de trigo- y a la fabricación de ladrillos comunes y de productos y
preparados para animales.
5
directamente relacionadas con el trabajo agropecuario, pero que se dedican a
cuestiones afines, trabajadores de frigoríficos, empresas de transporte de granos,
muchos trabajan en el Molino Cañuelas.
5
Este apoyo consiste en una beca escolar de carácter nominal, intransferible e incompatible con otra beca
estudiantil de carácter similar independientemente de la entidad otorgante. El monto percibido deberá ser
utilizado para posibilitar el ingreso, la continuidad y culminación de los estudios del alumno”
(http://www.me.gov.ar/index.html).
6
PNBE informan a las familias y estas inscriben a los postulantes para luego
convocarlos a entrevistas con personal designado por cada jurisdicción. A partir de
lo relevado en conversación con miembros del equipo técnico que implementa el
Programa en el distrito en el que se encuentra ubicada la escuela, los datos
presentados se cargan en un software que pondera a los postulantes según criterios
socio-económicos y “de esta manera se decide quién es beneficiario de la beca”.
6
Ver
Hirsch
y
Rua,
2010.
7
Volviendo al planteo de Ezpeleta y Rockwell (1983), no existen dos escuelas iguales:
el estado elabora contenidos y asigna funciones que definen la cotidianeidad escolar
-disponiendo sistemas de control- que en la vida cotidiana son transformadas. Si
bien nuestro sistema educativo ha sido concebido originalmente como universal,
igual para todos los niños y jóvenes, la diversidad es la característica más común; no
solo entre los dos contextos aquí descriptos, sino al interior de cada uno de ellos.
Los niños del campo santiagueño acceden a la educación primaria dado que existen
escuelas distribuidas en las zonas rurales de la provincia7. Sin embargo, más de 10
años después de la sanción de la Ley Federal de Educación, muchas de estas
escuelas siguieron ofreciendo tan solo hasta 7mo grado y solo terminaban 9no los
que decidían (y podían) irse a vivir a los pueblos cercanos. Con respecto a la
educación secundaria en Santiago del Estero es casi en su totalidad urbana; los
jóvenes que han completado la primaria deben trasladarse a los centros urbanos y
vivir allí hasta que terminen sus estudios. A primera vista podemos entender esto
como un refuerzo del patrón de éxodo rural hacia las ciudades: a las presiones
físicas y jurídicas que los compelen a retirarse del campo, se suman las dificultades
para acceder a la educación en sus propios territorios8.
7
Los radios de ubicación de estas escuelas es muy variado, y muchas veces los niños deben viajar más de 10
kilómetros por día para llegar, lo que genera altas tasas de ausentismo de los alumnos. Incluso los docentes
tienden ausentarse debido a que muchas veces suelen residir en zonas urbanas.
8
Podemos mencionar aquí que la situación sanitaria no se encuentra en mejores condiciones: existen puestos
de salud en algunas comunidades, pero en muchas otras deben recorrer muchos quilómetros para acceder a
ellos. Además, según los relatos recogidos, no suele haber médicos o enfermeros de forma constante, y
generalmente están desprovistas de insumos. En lo que refiere a infraestructura: los caminos, pozos de agua e
8
De todas formas, en el monte santiagueño la gran mayoría no accede a esta opción
debido al enorme peso económico que implica para la familia mantener a los jóvenes
en la ciudad (recordando que generalmente son varios hermanos los que están en
edad escolar al mismo tiempo), agravado por la disminución de la capacidad
productiva familiar al perder la fuerza de trabajo de esos jóvenes.
Pero las condiciones educativas no están marcadas solamente por el acceso físico a
la institución escolar. Es aquí donde el abanico de posibilidades y situaciones se
despliega enormemente: mientras en algunas (muy pocas) escuelas los docentes
son militantes de la organización o cercanos a ella, en muchas otras su actitud hacia
quienes pertenecen al MoCaSE-VC puede variar desde actitudes discriminatorias al
interior del aula hasta prácticas de acoso sistemático9.
Más allá de lo específico de los sujetos concretos, la escuela como institución se
propone como el espacio por excelencia donde el conocimiento es socializado, es
distribuido equitativamente hacia toda la población y negociado con los distintos
grupos sociales que en ella confluyen (Gonçalves, 2012).
Sin embargo, en nuestros trabajos de campo hemos observado como estas
“esperanzas” muchas veces son contradictorias con lo que realmente ocurre en las
escuelas, en tanto –como venimos resaltando- estas no están aisladas de las
relaciones sociales de producción.
El MoCaSE-VC resalta que en la mayoría de los casos, los contenidos no tienen
adaptaciones pertinentes al ámbito rural y la vida campesina por lo que a los niños
les resultan poco significativos y dificulta su motivación10. Elisa Cragnolino (2007)
reflexiona sobre la relación de la escuela rural con la reproducción social de la vida
campesina en el norte de Córdoba: aparecerían en “competencia” ya que los niños
son parte activa de la vida económica y social; además, parte fundamental de la
formación de estos niños está en manos de la familia, mostrando una “distancia
social” entre ésta y la escuela que no parecía transmitir los saberes necesarios para
el desarrollo de la vida en el campo.
instalación de paneles solares están en general a cargo de las comunidades. Todas estas condiciones hacen
que el cotidiano en el monte santiagueño muchas veces sea arduo y que se conceptualice la vida en los pueblos
y ciudades como una mejora en la calidad de vida. Sin embargo, la falta de acceso a la salud y la educación, las
deficiencias en la infraestructura, y la violencia vivida no son características intrínsecas de la vida en el campo,
sino resultado de políticas que priorizan a otros sectores sociales e invisibilizan al campesinado en nuestro país.
9
Han existido casos en los que el maestro de la escuela declaró en contra de la comunidad en causas “truchas”,
o en los que era uno de los interesados en el territorio del cual se pretendía expulsar a la comunidad.
10
Podemos recordar en este punto que no existen en la provincia profesorados de educación primaria rural y que
muchas veces el incentivo para trabajar en estas escuelas es económico (dado que existe un “plus” salarial por
ruralidad).
9
3. EL FUTURO SEGÚN LA ESCUELA. EL FUTURO SEGÚN ¿LOS JÓVENES?
Varios autores analizan el rol de la juventud en la sociedad moderna como un
período de “moratoria”, en el cual los jóvenes se forman y preparan para una
inserción plena en la vida económica y política, representada por la inserción laboral
y la participación en procesos democráticos (principalmente aquellos relacionados
con elección de representantes políticos). Así, los jóvenes son más un objeto de
políticas que sujetos creadores de su propia realidad, en el marco de un contexto
histórico-social determinado (Enrique y Scarfó, 2012). Como se planteó en el
apartado anterior, la escuela se propone como un puente al mundo del trabajo que
espera a los jóvenes luego del título. Pero, ¿qué ocurre cuando los proyectos no son
los mismos para la escuela que para los grupos sociales que a ella asisten? ¿Qué
ocurre cuando los sujetos perciben esas diferencias de proyectos y la “imposibilidad”
de la “inserción social” propuesta por la escuela secundaria obligatoria?
A partir de lo relevado en Santiago del Estero, podemos comenzar a desarmar esta
“moratoria” en relación a la economía campesina. Los sujetos están insertos en la
producción desde muy temprana edad y los jóvenes suelen tener responsabilidades
importantes y específicas en este sentido. En una provincia donde no existen
secundarias rurales, por lo cual los jóvenes deben alejarse de sus hogares y de la
producción (con la carga económica de sostenerlos en las ciudades y de perder
parte de la fuerza de trabajo familiar), la estructura de la escuela secundaria se
contrapone a la forma de vida campesina.
En cambio, en proyecto formativo impulsado por el MoCaSe-VC11 la educación no es
algo que le competa exclusiva o prioritariamente a la escuela. Así, se describe como
una organización que le da muchísima importancia a la formación, refiriéndose a
procesos y actividades con un trasfondo pedagógico; el mismo puede ser el objetivo
principal (en tal caso son actividades específicamente formativas) o bien ser un
resultado “secundario” (en relación a los objetivos de aquel proceso o actividad): “La
educación para nosotros y nosotras no se reduce a un aula, como símbolo de
estudio, sino que la entendemos que es permanente, en cada mateada, en cada
encuentro, al parar una topadora, en una marcha, en la convivencia, en el trabajo
colectivo y voluntario, en los momentos y acciones que sintetizan nuestra idea de
11
Anahí Guelman (2011) analiza el rol de la formación para este tipo de organizaciones sociales, que se
caracterizarían (entre otras cosas) por ofrecer una serie de propuestas “político-pedagógicas novedosas,
polémicas y emergentes” de muy diverso tipo. En este marco podemos incluir a la Escuela de Agroecología, que
ha sido creada en agosto del 2007 por el MoCaSE-VC para la formación político-productiva de sus jóvenes.
10
educación, lo que nos permite transformarnos en hombres y mujeres nuevas que
contribuyan y luchen por un mundo más humano” (MNCI 2012:5).
La organización ha delineado los contenidos y definido la modalidad de la Escuela
(un sistema de alternancia que implica una semana de cursada presencial y tres de
trabajo domiciliario). Las materias están organizadas de forma cuatrimestral a lo
largo de los tres años que implica la formación. La Escuela está abierta a los jóvenes
del Movimiento a partir de los catorce años y el único requisito que propone la
organización es un manejo básico de la lecto-escritura y las matemáticas. La
Escuela ha logrado obtener acreditación formal de “Asistente en Agroecología” por
parte del Ministerio de Educación de Santiago del Estero. Para obtener dicho título,
es requisito tener completos los estudios primarios. Aquellos jóvenes que desean
participar de la Escuela y obtener dicha acreditación pero no han completado la
primaria, pueden hacerlo en el marco de la propia Escuela de Agroecología,
sumando uno o dos años de “terminalidad” antes de incorporarse al primer año12.
Desde su inicio, la Escuela de Agroecología ha partido de las necesidades y
expectativas de formación de las comunidades campesinas para definir sus
contenidos y modalidades. La decisión de abrir esta escuela implicó para la
organización un largo proceso de debate y relevamiento en sus bases13. La Escuela
de Agroecología entonces no presenta ese distanciamiento social del que hablaba
Cragnolino respecto a las primarias rurales por dos razones: por un lado el
involucramiento que han tenido las comunidades en el desarrollo del proyecto ha
implicado una apropiación de las mismas, convirtiendo a la Escuela en parte
cotidiana de la dinámica de la organización y de la vida de los jóvenes que a ella
asisten; pero además, la Escuela de Agroecología del MoCaSE-VC retoma la forma
de vida campesina como eje de aprendizaje14.
La modalidad de alternancia permite que la producción campesina y la formación de
los jóvenes sean dos propuestas compatibles en el seno de las comunidades.
12
No todos los jóvenes que han atravesado el proceso formativo de la Escuela de Agroecología decidieron
sumar los años de “terminalidad”. Podríamos proponer a modo de hipótesis para futuros análisis que para ellos la
acreditación formal es secundaria en relación al proceso vivido durante la Escuela. El proceso formativo en sí y
su acreditación no serían dos cosas indisociables.
13
Esto significó la realización de encuestas, de talleres y de reuniones de comunidad, de central y de áreas a fin
de poder delinear poco a poco el proyecto pedagógico y llenarlo de sentido.
14
Este último aspecto se plasma tanto en los contenidos de las materias como en los roles en las clases: los
“coordinadores de materia” en la Escuela del MoCaSE-VC en algunos casos son docentes o universitarios, pero
en muchos otros son campesinos con mucha experiencia en determinado tipo de producción, o parte de la
cooperativa de dulces de la organización, e incluso jóvenes que han egresado de la Escuela de Agroecología.
11
Incluso, la apuesta de la organización va más allá del acceso físico y económico a la
formación: el trabajo en el campo durante las tres semanas de permanencia en las
comunidades es retomado durante las clases de forma analítica, y asimismo
diversos aspectos trabajados durante las clases son puestos en práctica en la
producción y el trabajo organizativo en las comunidades.
En relación a esto último, es interesante el papel de los jóvenes en sus territorios y
en la organización a partir de su proceso formativo. Los jóvenes aquí no son
entendidos como un sector en sí mismo, y menos aún son caracterizados por la
carencia o por un momento de moratoria. Son parte de un colectivo más grande: las
comunidades, tanto a nivel económico, político como cultural. Los jóvenes son
quienes asisten a las Escuela, pero en el MoCaSE-VC son las comunidades las que
garantizan estos procesos brindando la movilidad para llegar a la Escuela,
garantizando momentos de estudio para los jóvenes durante las semanas de
permanencia en los territorios, permitiéndoles mayor incidencia en las decisiones
productivas y políticas, evaluando colectivamente el proceso formativo de los
jóvenes (valorando sus esfuerzos, marcando las dificultades), e incluso en algunos
casos yendo a cocinar o a dar un taller durante la semana de cursada. Estas
acciones no quedan en el marco de acción de cada familia individual, sino que son
acuerdos planteados de forma colectiva a nivel de central y de Movimiento.
Entonces, ir a la Escuela de Agroecología del MoCaSE-VC es un derecho y también
una responsabilidad. Los jóvenes retribuyen a sus comunidades generando
instancias de socialización de lo trabajado en las clases, redactan proyectos
productivos o de infraestructura, proponen mejoras y novedades productivas,
recopilan la historia de la comunidad, generan instancias de promoción de la salud y
la educación, coordinan diversos talleres y reuniones, etc. De esta forma las propias
comunidades se ven fortalecidas.
En síntesis, el proyecto educativo y de futuro del MoCaSE-VC no apunta a personas
individuales (de cualquier edad), sino a las familias y comunidades. En tanto las
comunidades adquieren mayor fortaleza productiva, mayor “conocimiento” y
“seguridad” en lo que refiere a sus derechos, el MoCaSE-VC crece como
organización. El fortalecimiento a nivel organizativo impacta nuevamente a nivel
comunitario en tanto las familias tienen mayores posibilidades de resistir en sus
territorios al avance del agronegocio; e impacta nuevamente en la vida de los
jóvenes en tanto pueden proyectar su vida en sus comunidades. De esta forma
12
denuncia que el sistema excluye de muy diversas formas, incluso cuando pretende
“educar”, cuando pretende “incluir”15.
Lo trabajado hasta ahora nos permite abrir nuevas preguntas en relación a la
educación, la reproducción social y el futuro: ¿De qué manera espacios educativos
creados por un movimiento social pueden producir cambios en las experiencias
formativas de jóvenes campesinos y cómo se relacionan a con las prácticas políticas
de dichos jóvenes al interior de la organización? ¿Qué sentidos se construyen en
torno a ser “joven campesino” y cómo se articulan estos sentidos en propuestas
inclusivas? ¿Cuál es la relación/diferencias entre estas propuestas y las llevadas a
cabo por la escuela “tradicional”?
Para pensar esta diferencia, es necesario volver a introducir algunas características
sobre la forma en que se piensan los proyectos educativos y su relación con el futuro
de los jóvenes en Cañuelas. Si bien en el apartado anterior hicimos mención al
PNBE, en tanto política diseñada para garantizar la permanencia y finalización de la
escuela secundaria, desarrollaremos aquí, otras aristas de las políticas educativas,
que en la cotidianeidad escolar -transformadas por la apropiación local de las
mismas- dejan sus huellas en las construcciones que sobre el futuro de los jóvenes
se construyen en este contexto.
Entre otras formas de interpelar a los jóvenes por su futuro, esta escuela diseña
como contenido de uno de sus espacios curriculares institucionales16, una materia
que aborda la “orientación vocacional”17 de los jóvenes. En este espacio, los jóvenes
reflexionan acerca de su futuro. Asimismo, en varias oportunidades, la escuela
organizó diversas charlas con especialistas en las que les explicaban a los jóvenes
15
Si bien los jóvenes, al referirse a su paso por la Escuela de Agroecología, remarcan constantemente su efecto
reparador respecto a experiencias escolares anteriores, creemos que la propuesta educativa del MoCaSE-VC va
mucho más allá de generar instancias de “reinserción escolar” o “inclusión social”. La Escuela de Agroecología
es una herramienta más la organización para fortalecer sus comunidades y que permanezcan en sus territorios.
16
Los Espacios Curriculares Institucionales, son materias que responden al proyecto institucional de cada
escuela. Son producto de la Ley Federal de Educación y han quedado fuera de la reforma producida por la Ley
Nacional de Educación.
17
En este espacio, los jóvenes piensan en torno a su futuro a través de distintas actividades. Es un espacio que
los moviliza emocionalmente. Los jóvenes relatan sus experiencias cotidianas escolares, pero también las
experiencias que tienen por fuera de la escuela: conflictos familiares, amorosos, económicos y de todo tipo, son
discutidos durante la clase. Estas experiencias son contadas muchas veces riendo a carcajadas, muchas veces
enojándose con el profesor o sus compañeros y otras pocas, pero no por eso menos significativas, al borde de
las lágrimas. En este espacio se los ve, en general, tan “preocupados” por su futuro como a sus profesores, y sus
respuestas son bastante diferentes a las que dan, por ejemplo, en la encuesta que realizan desde el Gabinete de
Orientación Escolar, o en las charlas que se organizan en la escuela, o en las entrevistas que realizamos para el
trabajo de campo que sustenta este trabajo.
13
“la importancia de armar un buen curriculum vitae”, “cómo afrontar una entrevista de
trabajo y los test que les van a pedir que hagan”. Con la misma preocupación, una
consultora de una ciudad cercana se presentó en dos oportunidades en la escuela
para dar una charla sobre “el proceso de orientación vocacional” a los jóvenes de
segundo y tercer año, y a ofrecer sus servicios “que pueden ser personales o
grupales de acuerdo a lo que ustedes necesiten. Si vemos que se arman algunos
grupos relativamente grandes, incluso podemos venir a trabajar acá [en referencia a
la ciudad].”
Otro punto que marca el especial interés que esta escuela tiene en lo que sus
estudiantes harán “el año que viene”, es que una gran cantidad de jóvenes, en
especial del turno mañana, salen de clase antes o ingresan más tarde, con permiso
de sus padres o tutores, porque realizan los cursos de ingreso de la Universidad
Nacional de la Matanza.
Durante casi todas las clases, los profesores reforzaban este interés de la escuela,
interpelando a los jóvenes18: “¡Es un horror, ya estamos en septiembre y todavía no
se anotaron! ¡Se les van a pasar las fechas!” “Si seguís sin saber qué es un
algoritmo, no me digas que vas a estudiar ingeniería, ¡por favor!” “Aprovechen ahora
18
En conversaciones informales, los profesores comentan su “preocupación” por la “indecisión” de estos jóvenes:
“vos fijate... Pablo te dice que va a estudiar ingeniería. Adeuda más de tres materias de segundo. No sé cómo
andará ahora… pero además se tiene que hacer cargo de la abuela y dos hermanitas.” “Luciana es muy
inmadura… le decís algo que la enoja y se va corriendo del aula… tiene que aprender a manejar sus emociones,
sino no sé cómo va hacer cuando termine la escuela.” “Los chicos hoy en día son muy irresponsables… vos
fijate… están terminando la escuela, no tienen idea de qué van a hacer el año que viene y tampoco les preocupa
para nada”.
14
para pavear… el año que viene se les acaba. Ya van a ver” “Si, yo sé que bailas
muy bien, pero psicología te va a dar más herramientas para poder vivir”.
15
cursando su último año de escolarización como por jóvenes de otros años, de
diferentes turnos y orientaciones. Si bien es un espacio normativo y escolar –los
directivos tienen reuniones periódicas en las que supervisan el accionar del mismo-,
el centro de estudiantes adquiere características muy particulares a la hora de
pensar en decisiones y elecciones: todas las decisiones y las elecciones que los
jóvenes realizan en este espacio son explícitamente conjuntas, desde poner
maceteros hasta la configuración de listas y el llamado a elecciones. En reuniones
después de clase, se juntan en un aula de la escuela para discutir sobre la
planificación de las acciones del mismo. Buscan contactarse con otras instituciones
(Desde el Rotary y medios de comunicación locales, hasta el Centro de Estudiantes
del Nacional Buenos Aires). Se discute hasta llegar a un acuerdo –aunque este en
ciertas oportunidades implique el alejamiento de algunos miembros.
16
inician este apartado, sobre la relación que se establece entre los proyectos
cotidianos –individuales, colectivos y comunitarios- y los proyectos de la política
educativa, nos preguntamos qué relaciones se establecen entre el para qué de la
escuela secundaria y las diferentes formas de entender las “responsabilidades” al
pensar la educación como parte de un proyecto social más amplio.
17
producción tanto económica como política a partir de sus práctica. Estos jóvenes son
pensados en la comunidad como tan responsables como los adultos, tan incluidos o
tan excluidos como la comunidad misma. Entonces, ir a la Escuela de Agroecología
del MoCaSE-VC es un derecho y también una responsabilidad. Los jóvenes
retribuyen a sus comunidades generando instancias de socialización de lo trabajado
en las clases, redactan proyectos productivos o de infraestructura, proponen mejoras
y novedades productivas, recopilan la historia de la comunidad, generan instancias
de promoción de la salud y la educación, coordinan diversos talleres y reuniones,
etc. De esta forma las propias comunidades se ven fortalecidas.
18
esta manera, el derecho a la educación es al mismo tiempo un deber del futuro
ciudadano (Hirsch, 2010).
En este sentido, en los proyectos del MoCaSE-VC podemos identificar una brecha
entre el título secundario y la inclusión social. E incluso un cuestionamiento hacia la
forma en que la sociedad parece querer incluirlos y el proyecto de vida que ofrece a
sus jóvenes20. En ese sentido nos preguntamos, ¿se puede “incluir” por “fuera” del
estado? ¿Se puede hablar de “inclusión” a partir de políticas que siguen apuntando a
responsabilidades de individuos o de grupos? ¿Qué forma de inclusión al modelo
hegemónico proponen las políticas educativas?
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
acción individual tanto en relación al momento de la decisión, como a sus posibles consecuencias. De esta
forma, pensamos estas risas, enojos, este desinterés, esta preocupación, estas manifestaciones de sentimientos
y emociones como distintas formas de apropiarse, rechazar, actuar, pensar, las cuestiones estructurales que
construyen e interpelan a los jóvenes en sus vidas cotidianas, sentando bases objetivas para estos sentimientos
subjetivos.
20
Podemos anticipar hipotéticamente que las estrategias formativas del MoCaSE-VC proponen construir nuevas
formas de relación y apropiación de los recursos culturales de diversos marcos orientadas a la praxis
contrahegemónica. De forma más específica, proponemos aquí que al constituir su experiencia -en el marco de
la Escuela de Agroecología de la organización- los jóvenes campesinos se apropian (Ezpeleta y Rockwell, op.
Cit.) de los recursos ofrecidos fortaleciendo su participación política a nivel individual, pero también a nivel
comunitario.
19
-ENRIQUE, IARA. y GABRIELA SCARFÓ (2010): “Experiencias y discursos sobre
organización política y laboral de las y los jóvenes. Un acercamiento histórico-
etnográfico a los procesos de socialización-apropiación contemporáneos”, en Revista
Observatorio de Juventud (Instituto Nacional de la Juventud, Gobierno de Chile). Nro.
25, Marzo de 2010.
WILLIS, PAUL. (1988) Aprendiendo a trabajar: cómo los chicos de clase obrera consiguen
trabajo de la clase obrera. Barcelona: Akal.
20
-ZIBECHI RAÚL (2005): “La educación en los movimientos sociales”, Programa de las
Américas. Silver City. NM: Internacional Relations Center, 8 de junio de 2005.
FUENTES
NOTAS PERIODÍSTICAS
DOCUMENTOS Y ENTREVISTAS
21
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural. “El Mundo Rural:
Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en
el siglo XXI”. Santa Rosa, La Pampa, 11 al 15 de marzo 2013.
Introducción.
La presente ponencia plantea una aproximación al estudio de las instancias de
articulación entre enseñanza y trabajo durante la presidencia de Arturo Umberto
Illia (1963-1966). En ese entonces, el problema de la educación agrícola ocupó un
espacio destacado en la agenda del secretario de Estado de Agricultura y
Ganadería de la Nación, ingeniero agrónomo Walter F. Kugler, como lo
demuestran sus primeros lineamientos al asumir el cargo en octubre de 1963. En
mayo de 1965, la Secretaría resolvió constituir en su seno una Comisión Especial
para el Estudio de una Ley de Enseñanza Agrícola, integrada en su totalidad por
ingenieros agrónomos. En ese marco, signado por la renovada vitalidad que
adquiría la cuestión de la educación rural, una de las principales asociaciones
agrarias de alcance nacional, la Federación Agraria Argentina (de aquí en más
FAA) organizó junto con la Confederación General Económica (de aquí en más
CGE) el Primer Congreso Nacional de Enseñanza Agropecuaria. El encuentro
contó con la participación de sectores empresarios rurales y urbanos, educativos
(tanto públicos como privados) y religiosos. Aquí nos proponemos reconstruir en
primer término las propuestas oficiales para el rediseño de la formación agrícola
en la Argentina, y en segundo, estudiar las conclusiones del congreso mencionado
entendidas como catalizador de los intereses y proyectos políticos para dicha
modalidad elaboradas por los actores sociales mencionados.
(∗) Este trabajo constituye una versión revisada y resumida del presentado a las VI Jornadas Interdisciplinarias
de Estudios Agrarios y Agroindustriales, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires, 11 al
13 de noviembre de 2009.
Desde el punto de vista temático e histórico, un trabajo como el propuesto requiere
un abordaje desde una perspectiva doble. En primer lugar, porque presenta una
superposición de objetos disciplinares: la historia de la educación y la historia
agraria en mutua articulación. En segundo, porque la educación agropecuaria
constituyó, por decirlo así, un objeto anómalo en el organigrama del Estado
argentino. En efecto, desde principios del siglo XX integró el área de Agricultura y
Ganadería (como Ministerio o Secretaría) y no la correspondiente a Educación, a
la que sería transferida hacia fines de la década de 19601. De este modo, la
preocupación por la actividad productiva que impregnaba al primero de los
organismos mencionados, dejó su sello distintivo en la formación agropecuaria.
Por tal razón es que dicha modalidad educativa –como se verá más adelante-
concitaba en mayor medida la atención de los actores corporativos, empresarios y
sindicales ligados a la producción, que de los docentes y sus organizaciones
representativas, amén del área específica del Ministerio de Educación.
2
exportado- que a su vez permitiera la obtención de las divisas necesarias con las
cuales adquirir en el exterior los bienes de capital y los insumos necesarios para
consolidar y expandir el proceso de industrialización nacional. La política
agropecuaria del período se desenvolvió bajo parámetros precisos, definidos por
la finalización del estancamiento agropecuario pampeano; la importancia de los
cambios introducidos por los factores tecnológicos, sobre todo en lo que respecta
a la mecanización de las faenas agrícolas (y la consecuente expulsión de mano de
obra); y las transformaciones de la misma estructura socioeconómica
agropecuaria, que incidían en una notable reducción cuantitativa de los sectores
no propietarios y en la conformación de una capa social de pequeños y medianos
chacareros propietarios de unidades de producción familiares mecanizadas,
acompañada del surgimiento de los contratistas de labores como uno de los
protagonistas fundamentales3.
En esta encrucijada de cambios sociales y económicos sectoriales se situaba una
educación agropecuaria que a juicio de los mismos protagonistas demandaba
cambios urgentes. Desde el gobierno, el secretario de Agricultura Kugler, advertía
–en lo que bien podría caracterizarse como su programa político al frente del
organismo- que “La enseñanza agronómica superior en nuestro país se halla
estancada en su concepción, mientras que la enseñanza técnica a nivel
secundario ha decaído a deducir por el lamentable estado en que se hallan
escuelas dependientes del Ministerio de Agricultura y que hace 60 años, en
oportunidad de su creación, estaban en mejores condiciones que hora [sic, debe
decir ahora].” En este sentido, remarcaba el atraso de la enseñanza de la
agronomía y la veterinaria en relación a los últimos progresos mundiales en las
innovaciones tecnológicas. Más adelante agregaba que “En las escuelas primarias
rurales aún se sigue enseñando sobre la base de programas concebidos para el
medio urbano.”4. Lejos de circunscribirse a ese momento, el diagnóstico de Kugler
se mantuvo en la misma tesitura a lo largo de su gestión. En octubre de 1965, en
el marco de la Segunda Semana Mundial Contra el Hambre planteaba un modelo
empresario para el sector agropecuario que enfatizaba la necesidad de la
capacitación de los jóvenes en tanto “futuros productores, jefes de empresa que
3
Lázzaro, 2005, pp. 204-05; Forni y Tort, 1991, p. 17 y 1992, pp. 152-53. Como bien lo ha mostrado Slustsky
(1968), la diferencia en cifras entre los arrendatarios y propietarios a lo largo del período demuestra que no
todos los primeros se convirtieron en los segundos, sino que un importante número debió retirarse de la
actividad.
4
Kugler, 1963, p. 10. El documento citado lleva la fecha del 14 de octubre de 1963, dos días después de la
asunción de Illia como presidente.
3
serán los encargados de aumentar la producción”5 en cantidad y calidad. Meses
después, en una conferencia pronunciada en la Universidad Nacional de La
Pampa, Kugler planteó de modo acabado sus ideas al respecto: “El avance
tecnológico, en proceso de rápida aceleración, exige mucha sensibilidad y una
constante adecuación de los Institutos de Enseñanza para satisfacer las mayores
exigencias que continuamente se imponen al técnico agrícola. No podemos pues,
concebir la enseñanza agropecuaria sino vinculada a la investigación de nuevas
técnicas y recibiendo conocimientos que la actualicen y le brinden
permanentemente respaldo, en constante interacción con el medio social que la
alberga y al cual sirve.”6. En un informe posterior, Kugler argumentaba que “Dentro
del marco de las dificultades que limitan o demoran nuestro desarrollo agrícola, la
escasez de técnicos agrícolas es sin duda la más crucial.”7.
La preocupación por la educación agropecuaria se insertaba en un marco más
amplio de discusión a nivel latinoamericano acerca de los lineamientos a adoptar
para el sistema educativo. A mediados del siglo XX, la educación fue considerada
por las metodologías de planeamiento (en boga por entonces) como un elemento
dinámico fundamental para el avance económico. En el modelo de planificación y
desarrollo entonces vigente, los conceptos de tecnificación, racionalización y
eficiencia en el terreno educativo se orientaban a la formación de recursos
humanos en función de la industrialización de los países atrasados. De manera
concomitante a la expansión de tales ideas, surgió un grupo de planificadores,
administradores, consultores y expertos del área, cuyas opiniones fueron
adquiriendo una respetabilidad creciente8. El modelo pedagógico resultante de la
implementación de estas orientaciones, intentó sentar su validez para todas las
sociedades haciendo abstracción de las singularidades de cada una de ellas9.
La insistencia en la necesidad de diseñar esquemas que anticipen un resultado
determinado se expresó durante el gobierno de Illia, que –a tono con las
discusiones presentes en América Latina- sostenía: “La educación, factor de
primer rango en el desarrollo económico, social y político de las naciones, da a
éstas algo más que el progreso en esas áreas de su desenvolvimiento.”10. Durante
5
Kugler, 1968, p. 261.
6
Kugler, 1968, p. 285. Más aún, poco antes del derrocamiento del gobierno constitucional, Kugler afirmaba que
la escasez de los técnicos limitaba la incorporación de conocimientos y técnicas en el medio rural (Kugler, 1968,
p. 298).
7
Kugler, 1968, p. 560.
8
Nassif, 1984, p. 56; Finkel, 1978, p. 263.
9
Galvani, 1990, p. 479.
10
Presidencia de la Nación, 1966, p. 206 (a que corresponde al cita); Puiggrós, 1999, p. 117.
4
su presidencia, el incremento del gasto educativo fue destinado a los renglones de
consumo y no de capital. La política sectorial se concentró en la tradición de la
educación común, desarrollada en el marco de una intensa campaña de
alfabetización. El gobierno llevó a cabo una profunda revisión del sistema
educativo y de los planes de enseñanza. En el caso de la educación técnica, a
cargo de la Consejo Nacional de Enseñanza Técnica (CONET), procedió a la
implementación de nuevos planes de estudio atendiendo a la demanda potencial
de mano de obra y se expandieron a nivel regional los cursos, fomentando el
acercamiento de los trabajadores a este tipo de enseñanza; implementación que
contó con el apoyo del sector público y privado11. En cuanto a la enseñanza
agropecuaria, se comenzó a ejecutar un Plan de Construcciones Escolares
atendiendo a la redistribución de los locales deficientemente ubicados y su
relocalización en “Núcleos escolares rurales”. El gobierno proyectó la licitación de
72 escuelas rurales en el noroeste del país, región a su juicio con mayores
dificultades desde el punto de vista edilicio. Asimismo, durante 1965 fueron
distribuidas más de 500 bibliotecas rurales para escuelas de maestro único, y
destinados 200 millones de pesos para inversiones y mejoramiento de las
escuelas agropecuarias12. En consonancia con lo ya dicho, durante la gestión de
la UCRP se realizaron algunas actividades relativas a la formación y capacitación
de los docentes rurales con el apoyo de organismos internacionales (Banco
Interamericano de Desarrollo, Agencia Internacional de Desarrollo) y de otros
países (República Federal Alemana, Francia e Israel). A ello debe agregarse la
concertación de estudios conjuntos con el Comité Interamericano de Desarrollo
Agrícola (CIDA)13. Por su parte, las escuelas agropecuarias recibieron un
financiamiento de 100 millones de pesos a nivel nacional provenientes de la
Comisión Nacional de Hipódromos y de la Junta Nacional de Carnes. Con esos
recursos se re-equiparon escuelas pertenecientes a la Dirección General de
Enseñanza Agrícola (dependiente de la Secretaría de Agricultura) y se perfeccionó
la enseñanza de la producción ganadera, recibiendo cinco instituciones escolares
planteles básicos de hacienda e instalaciones complementarias14.
11
Presidencia de la Nación, 1966, pp. 223-25.
12
Presidencia de la Nación, 1966, pp. 132 y 215.
13
Kugler, 1968, pp. 402-03, 567. El CIDA estaba constituido por la FAO (Food Alimentary Organization, o por
su denominación en castellano: Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), la
CEPAL (Comisión Económica para América Latina), la OEA (Organización de los Estados Americanos), el BID
(Banco Interamericano de Desarrollo) y el IICA (Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola) (Barsky,
1990, p. 19).
14
Kugler, 1968, pp. 298-99 y 566.
5
Este accionar oficial se fundaba en críticos diagnósticos acerca de la situación de
la educación agropecuaria. Como lo señalara Kugler en la conferencia que
pronunciara en la FAO en 1964, entre los años 1935 y 1963 la cantidad de
establecimientos de enseñanza técnica y media en sus distintas ramas (normal,
especial y superior) aumentó 1.177% y 315% respectivamente; en tanto el de los
dedicados a la formación rural sólo lo hizo en un 33%. El número de estudiantes
presentaba similar desigualdad: en el mismo período, los de enseñanza técnica y
media aumentaron 470% y 391% en cada una de esas ramas; empero la
agropecuaria se incrementó en apenas 113%. Asimismo, en el lapso de tiempo
considerado, el número de profesores de establecimientos de enseñanza media y
técnica reflejaba un aumento progresivo y constante, lo que no ocurrió en la
enseñanza agropecuaria: allí la cantidad de docentes se incrementó un 215%
entre 1935 y 1950, pero desde ese año descendió en un 26% hasta 1963. Por
último, Kugler subrayaba la importante reducción del presupuesto de la Dirección
General de Enseñanza Agrícola en el rubro “Inversiones”, cuyo monto a 1964
ascendía (luego de haberse efectuado la deflación al nivel de precios de 1958) a la
mitad del correspondiente al Presupuesto de Gastos de 193515. Como se verá, a
conclusiones similares arribarían las gremiales sectoriales.
Por su parte, Roberto E. Arano, director general de Enseñanza Agrícola
(organismo dependiente de la Secretaría de Estado de Agricultura y Ganadería de
la Nación) trazaba similar análisis crítico de la situación de la educación
agropecuaria en la alocución presentada en octubre de 1964 durante la Semana
Nacional de la Agricultura y la Alimentación. En esa oportunidad, remarcaba que la
escasez de la producción de alimentos en América Latina, debida a la ausencia de
una educación alimentaria y a cuestiones económicas, requería para su corrección
de “un plan de educación y capacitación agropecuaria que al poner al alcance de
los alumnos los notables progresos de la técnica, realice, al mismo tiempo, el ideal
humanista de servir al hombre.”. Atendiendo a la situación descripta, argumentaba
que la educación agropecuaria en la Argentina fue evolucionando de manera
irregular, sin ajustarse a plan alguno y sin consultar los “reales intereses generales
de la comunidad.”. En este sentido, Arano reafirmaba los datos expuestos por
Kugler, ya vistos, en lo que respecta a la cantidad de establecimientos y el monto
de los presupuestos. Su mirada respecto de la primera de las cuestiones aludidas
daba cuenta de las desigualdades regionales y económicas existentes en el
ámbito de la educación agropecuaria que, a su vez, remitían a las existentes a
15
Kugler, c. 1964, p. 10.
6
nivel nacional: de las 12 escuelas existentes a 1964, tres cuartas partes de las
mismas se concentraban en la región pampeana16. Con respecto a los recursos
económicos, Arano recalcaba que los doce establecimientos continuaban en
funcionamiento gracias al aporte de las Asociaciones Cooperadoras creadas en
1961. Asimismo, puntualizaba que las materias técnicas y algunas humanísticas
“nunca” tuvieron sus correspondientes equivalencias en los colegios nacionales,
circunstancia que impidió de modo permanente el “desplazamiento horizontal y
creó múltiples dificultades a los egresados de las escuelas agrícolas que
deseaban ingresar a las facultades de Agronomía y Veterinaria.”17. Por último,
Arano señalaba la necesidad de crear una Comisión Asesora Permanente que
colaborase con la Dirección que dirigía en lo que respecta a la planificación y
coordinación de la enseñanza agropecuaria18.
En el marco de la mencionada Segunda Semana Mundial contra el Hambre, el
secretario Kugler anunció la elaboración por el organismo a su cargo de un “Plan
de Acción” que incluía diversas medidas de fondo con vistas a lograr un sensible
mejoramiento en la educación agropecuaria. Estas medidas, señalaba,
constituirían el punto de partida de una futura ley para dicha enseñanza cuyos
principios fundamentales debían sustentarse en la disponibilidad de recursos
financieros suficientes; una estrecha vinculación de la enseñanza con la
investigación y extensión agropecuarias; la integración de dicha modalidad
educativa con los restantes ciclos y con la educación secundaria de la Nación en
estrecha coordinación con el Ministerio de Educación; la destacada participación
de la actividad privada en articulación con el Estado nacional y los provinciales; y
por último, el ajuste de los programas y contenidos de enseñanza a las
características sociales y productivas de las regiones en las cuales se
insertaban19. Al calor de estas preocupaciones, la Secretaría de Agricultura, por
resolución Nº 350 del 4 de mayo de 1965, designó una comisión especial para el
estudio de una ley de enseñanza agrícola, integrada por seis ingenieros
agrónomos, sin participación alguna de profesionales ligados al área educativa
ministerial20. Uno de los integrantes de esa comisión, Jorge M. Stagnaro, formaría
parte posteriormente de la Comisión Permanente constituida luego del Primer
16
Como se verá más adelante, estas cifras difieren de las que publicara la Federación Agraria Argentina en
julio de 1965. Aunque quede pendiente para futuros trabajos la dilucidación de tal desemejanza, resulta
confirmado el dictamen negativo del sector público y privado acerca de la situación de la enseñanza
agropecuaria.
17
Arano, c. 1964, pp. 32 y 37. Los fragmentos citados corresponden a las pp. 23 y 24.
18
Arano, c. 1964, p. 34.
19
Kugler, 1968, pp. 262-63 y 565.
20
Resolución reproducida en Kugler, 1968, p. 616, véase también pp. 115 y 263; Plencovich et al. 2009, p. 133.
7
Congreso Nacional de Enseñanza Agropecuaria con la finalidad de propagar y
ejecutar sus mandatos.
En cumplimiento de sus objetivos, la comisión designada por la Secretaría, se
abocó a la redacción de un proyecto de ley, al mismo tiempo que el congreso
mencionado iniciaba sus sesiones. De acuerdo con su propuesta, se crearía el
Consejo Nacional de Enseñanza y Formación Profesional Agrícola como entidad
autárquica en el seno de la Secretaría de Agricultura y con ámbito de actuación en
todo el territorio nacional. Su finalidad consistía en la organización y fomento de la
educación agrícola de nivel medio y de carácter práctico y se regiría por un
Consejo Directivo y una Dirección General Técnica que sería la ejecutora de las
resoluciones del primero. Entre otras facultades, el Consejo podría aprobar los
programas de estudio y títulos propuestos por la Dirección General Técnica;
establecer el escalafón del personal docente directivo y auxiliar con dedicación
exclusiva; crear institutos, escuelas y establecimientos afines (eventualmente,
mediante convenios con instituciones oficiales y particulares); disponer el
financiamiento de instituciones públicas y privadas; administrar el Fondo Nacional
de Enseñanza y Formación Profesional Agrícola a crearse, del cual el Consejo
obtendría sus propios recursos; asesorar a los diversos organismos públicos
relacionados y por último, “Constituir con la participación de las asociaciones de la
producción, organismos, entidades e instituciones afines, comisiones regionales
destinadas a coordinar y promover la formación profesional, conforme las
necesidades y características de sus respectivas zonas de influencia”. El proyecto
determinaba que la enseñanza oficial agropecuaria sería gratuita y que en su nivel
secundario tendría una organización tal que permitiera el desplazamiento
horizontal de los alumnos hacia otras modalidades del mismo nivel21.
Por su parte, la situación de la educación agropecuaria no dejaba de preocupar a
las organizaciones sectoriales de productores. En junio de 1964, Alberto Hogg,
director de la Sociedad Rural Argentina, presentó a la Comisión Directiva de la
entidad un proyecto de Escuelas Rurales de Capacitación, consistente en la
utilización de los establecimientos escolares fuera del horario normal de clases
para el dictado de cursos de enseñanza agropecuaria. Desde el punto de vista de
Hogg, la escuela debía “no sólo convertirse en instrumento de cultura sino en
solución de problemas que el individuo advierte en su medio.”22. Hogg propuso el
Colegio Nacional “Fray Mamerto Esquiú” del partido bonaerense de San Andrés
21
Proyecto de ley orgánica de enseñanza y formación profesional agrícola, reproducida en Kugler, 1968, pp.
680-84. La cita corresponde a la página 681.
22
Hogg, 1964, p. 546; Boletín de la Sociedad Rural Argentina, 15 de Abril de 1965, p. 1.
8
de Giles y perteneciente al Ministerio de Educación de la Nación, como sede en la
cual se realizaría el primer ensayo de su proyecto. Las clases, empezando en
marzo de 1964, se extenderían por un año y se dictarían tres veces por semana
en reuniones de tres horas cada una. El proyecto contó con el apoyo de la
Sociedad Rural Argentina y a los efectos de impulsarlo a nivel local se formó una
comisión presidida por el mismo Hogg –propietario de tierras en el partido-; el
intendente municipal, Ernesto de Simone; el cura párroco, Alberto Kaupffman, el
rector del Colegio “Fray Mamerto Esquiú”, Jorge F. Romeo, entre otros. A dicho
apoyo se sumaron los del Ministerio de Educación de la Nación, la Secretaría de
Agricultura, el Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires, el
INTA y la empresa de automotores FIAT. También comprometió su apoyo la
Corporación Argentina de Productores de Carnes (CAP), la Asociación de
Criadores de Holando Argentino (ACHA) y los Consorcios Regionales de
Experimentación Agrícola (CREA). El sentido que perseguía el proyecto queda
muy bien ilustrado por el discurso de los dirigentes ruralistas que lo habían
auspiciado, y que se articulaban de modo acabado con las preocupaciones
sostenidas por el secretario Kugler. Al ponerse en marcha en San Andrés de Giles
el Plan de Escuelas Rurales de Capacitación en septiembre de 1964, Hogg
afirmaba entre otros conceptos que “La instrucción, para ser fecunda, ha de
contraerse a ciencias y artes de aplicación, a cosas prácticas, a conocimientos de
utilidad material inmediata.” Y agregaba más adelante: “Es necesario,
imprescindible y urgente tecnificar la labor rural. Y tecnificarla no es únicamente
dotarla de los elementos mecánicos, sino primordialmente instruir a sus hombres,
enseñándoles la técnica moderna que reporta la doble ventaja de un menor
esfuerzo y un mayor rendimiento.”23. Por su parte, con motivo de la inauguración
en abril de 1965 de la primera Escuela Rural de Capacitación en el partido ya
mencionado, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Faustino A. Fano
expresó conceptos coincidentes con los de Hogg: “La tecnificación del campo
requiere, en primer término, la tecnificación del hombre. No otra cosa pretendemos
hacer al proponernos contribuir a la capacitación de nuestra juventud rural.”24.
En tanto la FAA también llevaba a cabo actividades propias en el terreno de la
enseñanza y la capacitación agropecuarias destinadas a los jóvenes agrupados
en los centros juveniles agrarios de la entidad. Tales actividades incluían cursos
de enseñanza de mecánica diesel para los varones, por una parte; y cursos de
23
Boletín de la Sociedad Rural Argentina, 1º de Octubre de 1964, p. 1.
24
Boletín de la Sociedad Rural Argentina, 15 de Abril de 1965, p. 1.
9
tejido y costura, cocina, artes decorativas diversas, higiene y aspecto personal,
moral, sindicalismo y cooperativismo para las muchachas, por la otra25. A partir de
1962 la organización implementó un sistema de becas a pedido de los jóvenes
para que algunos de ellos pudieran concurrir a dichos cursos26.
Entre 1963 y 1964, la FAA realizó diversas gestiones ante el Ministerio de Asuntos
Agrarios de Buenos Aires, como resultado de las cuales obtuvo la adjudicación en
arrendamiento de una fracción de campo legado a esa provincia por su propietario
fallecido (Lucio Murray Fox) en la localidad de Norberto de la Riestra (partido de
25 de Mayo) con la finalidad de crear –según condición de su donante- un colegio
agrícola destinado a la educación de la juventud agraria y un establecimiento
agropecuario dedicado a la producción de semillas. Los cursos realizados a partir
de ese momento en el colegio de Norberto de la Riestra contaron con la asistencia
de jóvenes miembros de los centros juveniles agrarios de capacitación y de otros
becados por la misma entidad27.
Del mismo modo que los funcionarios oficiales, la Federación Agraria Argentina
también planteaba un crítico diagnóstico acerca de la situación por la que
atravesaba la educación agropecuaria en el país. A partir de un detallado estudio
estadístico de cada una de las provincias (realizado sin dudas en virtud del
Congreso que se iniciaría pocos días después), advertía alarmada que las
escasas 12 escuelas agrarias bonaerenses impartían enseñanza a tan sólo 485
jóvenes de un total de 1.985 establecimientos con 268.425 alumnos; es decir, el
0,6% y el 0,2%, respectivamente. Similar situación presentaba a su juicio La
Pampa, donde 3 escuelas agropecuarias (4,3% del total provincial) reunían 92
alumnos (1,6% del total provincial)28; Entre Ríos, 2 escuelas (0,9%) con 114
alumnos (0,4%)29; Santa Fe, 3 escuelas (0,4%) con 253 alumnos (0,3%); por
último, Córdoba, 4 escuelas (0,6%) con 88 alumnos (0,1%)30. A iguales
conclusiones llegaba para las zonas extrapampeanas. Como se hace evidente,
este análisis coincidía en última instancia con el planteado desde las esferas
25
Federación Agraria Argentina, memorias y balances correspondientes a los ejercicios 1959-60 a 1965-66,
s/número de página.
26
Federación Agraria Argentina, Memoria y Balance 1962-63, s/número de página.
27
Federación Agraria Argentina, memorias y balances 1963-64, s/número de página; 1964-65, s/número de
página. y 1965-66, s/número de página; Federación Agraria Argentina, Conclusiones del 52º Congreso
Ordinario Anual 1964, p. 8.
28
La Tierra, 13 de Julio de 1965, p. 3. Por un error involuntario, en la versión anterior de este artículo,
consignamos 987 escuelas, que correspondían al total de la provincia de Buenos Aires excluyendo el Gran
Buenos Aires; cuando la cifra correcta era de 1.985 establecimientos, incluyendo así a las situadas en el Gran
Buenos Aires. Consecuentemente, también se ajustaron los porcentajes respectivos.
29
La Tierra, 6 de Julio de 1965, p. 5.
30
La Tierra, 2 de Julio de 1965, p. 3.
10
oficiales. Por su parte, la CGE también aportó lo propio con una conferencia
previa; allí se remarcó la gravedad de la situación de la enseñanza agropecuaria y
se pronosticó que “El complejo proceso de la enseñanza agropecuaria será la
base de un rápido incremento de la producción, y de una demanda de
herramientas, maquinarias, fertilizantes y medios de transporte que movilizarán en
su dirección a la industria nacional.”31. Sin embargo, las políticas implementadas
durante la presidencia de Illia no lograron revertir este panorama: en el año 1966
(último de su gobierno) mientras los 37 establecimientos de enseñanza media
agropecuaria sumaban casi el 1% del total del país, sus 3.530 estudiantes
matriculados representaban el 0,4% del total nacional, con un altísimo predominio
de varones en su composición (92,3%). Lo propio sucedía en el nivel superior,
donde los alumnos de Agronomía y Veterinaria (varones en un 89,5%) ascendían
al 3,2% del total del país32. Al año siguiente, el gobierno militar decretaría el
traspaso de las escuelas agropecuarias de la cartera respectiva al Ministerio de
Educación, pasando a depender aquí de la Dirección de Enseñanza Agrícola33.
31
La Tierra, 13 de Julio de 1965, p. 2.
32
República Argentina, Secretaría de Estado de Cultura y Educación, c. 1967, s/número de página.
33 Plencovich et al. 2009, pp. 134-35.
34
La Tierra, 13 de Julio de 1965, p. 1.
35
Véase La Tierra, 13 de Julio de 1965, p. 1.
11
bancos; entidades de docentes y profesores del interior y de Capital (Centro de
Maestros Rurales de Río Cuarto, Asociación de Profesores Nacionales de Rosario
y Comisión Asesora Escuela Agricultura de Presidencia Roque Sáenz Peña,
Chaco); organismos internacionales (Unión Mundial de Organismos Femeninos
Católicos y Alianza para el Progreso, entre otros); institutos de enseñanza oficial y
particular (Institución Salesiana, Escuela Normal Rural “Alberdi” y Colegio Fray
Mamerto Esquiú de San Andrés de Giles, probablemente el mismo con el que
Hogg implementara su proyecto de Escuelas Rurales de Capacitación, entre
otros); universidades (de Buenos Aires, del Litoral, de Tucumán, Católica
Argentina, del Salvador, etc.); partidos políticos y centros de estudios. Además
asistieron representaciones oficiales del Ministerio de Educación, del Consejo
Nacional de Educación, de la Comisión Nacional de Enseñanza Técnica, de la
Dirección General de Enseñanza Privada, del Servicio Nacional de Enseñanza
Privada, de la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación, de la Dirección
General de Enseñanza Agrícola, del Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria y del Consejo Nacional de Desarrollo.
Reunidos en sesión plenaria los delegados eligieron las siguientes autoridades del
congreso: presidente, Pedro J. Cristiá (Confederación de la Producción, de la
CGE); vicepresidente primero, Luis E. Mendé (FAA); vicepresidente segundo,
Eusebio Tiberio (Confederación Intercooperativa Agropecuaria); secretario,
Francisco Larpín (Confederación de Asociaciones Rurales del Centro y Litoral
Oeste, componente de la Confederaciones Rurales Argentinas); prosecretario,
profesor Gabriel Pirato Mazza (Asociación de Rectores de la Enseñanza Privada
de la República Argentina); vocales, María Esther Sanjurjo (Instituto Di Tella) y
María Magdalena Nieto de Cabanillas (CONET)36. Predominaban en la
composición de las autoridades los dirigentes gremiales empresarios en el orden
cuantitativo al ocupar cuatro de los siete cargos; y cualitativo, ya que accedieron a
aquellos de mayor jerarquía. Por su parte, las autoridades vinculadas o
pertenecientes al área educativa accedieron a funciones de menor importancia:
prosecretario y vocales.
En el acto de apertura Cristiá pronunció un discurso en el que luego de considerar
al “Hombre” como el más importante de los recursos naturales, “compuesto a
imagen y semejanza del Creador”, proponía la reforma de los niveles educativos
primario, secundario y superior, para obtener un “campo modelo” en una
36
Federación Agraria Argentina, Memoria y Balance 1965-66: s/número de página; Agro Nuestro, Agosto de
1965, p. 136 y ss.; La Tierra, 13 de Julio de 1965, p. 1, 20 de Julo de 1965, p. 3.
12
perspectiva de largo, mediano y corto plazo respectivamente. Sus ideas acerca de
la Escuela Media resultan ilustrativas a este respecto, pues alentaba su
reestructuración “de acuerdo con las necesidades reales del país; si queremos
que sirva la enseñanza media, cambiemos ahora las estructuras escolares y
readaptemos sus planes y programas.”. Además expresaba su favorable
expectativa en el sentido que “un plan educacional para la Argentina” constituyera
la contribución final de los congresistas; es decir, un plan “Hecho por nosotros, por
los argentinos, con toda la documentación y la experiencia que nos puedan traer
los de afuera, pero hecho por nosotros, para nuestra realidad, porque nadie puede
quererlo tanto como nosotros mismos.”. A su juicio, los congresistas no sólo
debían diseñar sino también llevar a cabo el plan en cuestión. Según Cristiá, “para
tener más enseñanza, es preciso hacer más inversiones, sí: ‘inversiones’. Porque
para nosotros la enseñanza es una inversión, la educación es una inversión, no un
gasto, si esa enseñanza y esa educación, responden a las reales necesidades del
país, si lo que se invierte se maneja con criterio y bien.”37. A continuación hizo uso
de la palabra el presidente de la FAA, Antonio A. Di Rocco, quien, luego de aludir
a la “clase agraria progresista”, puntualizó: “Entiendo que son dos los factores
principales, que contribuyen a la falta de asistencia técnica. El primero,
precisamente porque faltan técnicos y el segundo –estrechamente vinculado al
anterior- que no existe incentivo alguno para esos profesionales, vale decir, para la
agronomía y la veterinaria.”38.
En tanto en su intervención, el secretario Kugler repitió conceptos ya expuestos en
anteriores oportunidades, pues señaló que el avance tecnológico reciente ponía
de relieve la escasez de técnicos. Atendiendo a ello, proponía que la enseñanza a
impartir fuera “lo suficientemente flexible como para facilitar la incorporación o
sustitución de programas educativos en distintas especialidades, respondiendo de
esa manera a las necesidades del momento y de la región. Debe ser permanente
preocupación dar un sentido actual y regional a la enseñanza.”39 En ese marco, el
impulso a la enseñanza agropecuaria encontraba, a su criterio, un limitante
concreto en la falta de personal capacitado para impartirla. Para revertir esa
situación consideraba pertinente la participación del sector privado como condición
necesaria para la adecuación de esa enseñanza a las condiciones sociales y
económicas en las cuales se desarrollaba. Por último, el presidente de la Nación
37
Nuestra Cooperativa, Septiembre de 1965, s/número de página.; FAA, Memoria y Balance 1965-66:
s/número de página.; La Tierra, 20 de Julio de 1965, p. 4.
38
La Tierra, 16 de Julio de 1965, p. 2.
39
Kugler, 1968, p. 115.
13
Arturo U. Illia pronunció un discurso en el que destacaba la importancia de la
educación como uno de los pilares de la economía, y la necesidad de llegar a una
enseñanza altamente especializada para la formación de profesionales idóneos
que pudieran llevar a cabo los programas y medidas de gobierno40.
A lo largo de los tres días siguientes, los delegados trabajaron en comisiones y en
plenario aprobando los dictámenes correspondientes41. Las comisiones fueron
ocho y trataron los siguientes temas: Nº 1, Razones, necesidades y urgencia de la
enseñanza agrotécnica; Nº 2, Capacitación técnica del productor y sus auxiliares
en la explotación agropecuaria; Nº 3, Reestructuración de los actuales sistemas
educacionales; Nº 4, Capacitación docente con relación al medio rural; Nº 5,
Medios económicos para el cumplimiento de esos objetivos; Nº 6, Unificación de
los esfuerzos entre los organismos e instituciones; Nº 7, Aplicación de técnicas
educativas especiales; Nº 8, Trabajos y ponencias fuera del temario original.
Las conclusiones del congreso recogían cuestiones y puntos de vista proferidos
tanto por los oradores del acto inaugural como por quienes hicieron oír su opinión
en el transcurso del mismo cónclave. La vinculación entre sector público y privado,
y sus relaciones mutuas con la enseñanza agropecuaria fue uno de los ejes que
atravesaron las conclusiones elaboradas por la mayoría de las comisiones. En
efecto, el supuesto de partida del Congreso a este respecto, y sobre el cual se
vertebraron buena parte de los informes de todas las comisiones, señalaba que
las soluciones coyunturales y estructurales a los problemas de la enseñanza
agropecuaria no debían limitarse a las “posibilidades siempre precarias, del
Estado” sino es apelando a la permanente responsabilidad de la “comunidad y las
entidades privadas vinculadas a la producción y al trabajo rural”42 (Comisión Nº 2,
dictamen 3). Tanto para el sistema escolar como para el post-escolar, el sector
privado era convocado a prestar su apoyo a la educación agropecuaria, con
grados variables de compromiso según las distintas comisiones. Así, mientras en
ocasiones tan sólo las organizaciones sectoriales (cooperativas, Federación
Agraria Argentina, Confederación General de la Producción), eran consideradas
protagonistas centrales en la implementación de planes amplios de Extensión
cultural y agropecuario junto a clubes y centros culturales por una parte, y los
municipios, por el otro (Comisión Nº 2, dictamen 1); en otras se incluye a
40
La Tierra, 16 de Julio de 1965, p. 2; Agro Nuestro, Agosto de 1965, pp. 139-40; Campo, 23 de Julio de 1965,
p. 9.
41
Agro Nuestro, Agosto de 1965, p. 140.
42
Oficina Permanente, c. 19, p. 16. Las conclusiones también se encuentran reproducidas en La Tierra, 20 y 23
de Julio de 1965.
14
organismos oficiales nacionales como el INTA y fábricas de maquinaria agrícola,
insumos y laboratorios, en calidad de colaboradores (Comisión Nº 6)43. Pero esta
proyectada articulación entre el orden estatal y el privado lejos de atenerse a las
actividades mencionadas, consideraba adecuado el dictado de cursos de
capacitación destinados a los maestros rurales y de alfabetización y de extensión
post-escolar para las poblaciones sitas en las zonas rurales (Comisión Nº 4); la
creación y promoción de bibliotecas en el ambiente rural –que como ya se vio,
también era impulsada desde el gobierno nacional- con el apoyo económico y
moral de las sociedades agrarias en general y las entidades de crédito de cada
zona (Comisión Nº 7); y la creación, habilitación y sostenimiento de diversos
establecimientos de enseñanza agropecuaria en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos,
entre otras, con la participación de los sectores privados (Comisión Nº 8)44. Otras
conclusiones contenían planteamientos medulares en cuanto a la organización
institucional del sistema educativo, ya que solicitaban la equiparación de los títulos
de egresados de establecimientos de enseñanza públicos y privados, nacionales y
provinciales, y la homogeneización de la duración de los cursos, cuestión que
también era objeto de preocupación para el gobierno nacional. Más aún, los
congresistas reclamaban una distribución equitativa de los recursos públicos
necesarios para su sostenimiento (Comisión Nº 3, dictamen 2)45.
Las propuestas acerca del perfil que a juicio de los delegados debía adoptar el
sistema educativo agropecuario manifestaban una tensión entre visiones
particularistas y generalistas; tensión que –observando las conclusiones desde
una visión de conjunto- se resolvía a favor de las primeras. La Comisión Nº 1
planteaba en firmes términos que la actualización y actuación de la educación
agropecuaria debía situarse en un plano nacional más amplio; estos mismos
términos eran matizados cuando sostenía que la planificación educativa integral
debía establecer una jerarquía de objetivos en función de un esquema de
desarrollo democrático que atendiera a las dimensiones económicas y sociales de
las diversas regiones del país, incluyendo en particular una formación tecnológica
acorde a las necesidades y demandas del campo46. En otras comisiones se
profundizaron estos conceptos, como ocurrió en la Nº 3, que en su primer
dictamen –referido al nivel primario- remarcaba la necesidad de “Adecuar la
enseñanza para que cumpla con los objetivos que busquen la unidad de
43
Oficina Permanente, c. 1965, pp. 13-14 y 38.
44
Oficina Permanente, c. 1965, pp. 33, 35, 40 y 49.
45
Oficina Permanente, c. 1965, p. 23.
46
Oficina Permanente, c. 1965, pp. 9-10.
15
formación para los niños del país, con sentido de nacionalidad, contemplando al
mismo tiempo las características y necesidades regionales”47. Más fuerza cobraba
la orientación particularista en las conclusiones cuando los congresistas
consideraban los aspectos curriculares de los distintos niveles de enseñanza. En
términos generales, reclamaban la preparación de “planes y programas de
estudios, que proporcionen una educación diferenciada, acorde a las exigencias
socio-económicas del medio.”48 (Comisión Nº 2, dictamen 1). Similares conceptos
se repetían para los niveles secundario y universitario. Para el primero, el
Congreso proponía la implantación de un ciclo básico, común y obligatorio, de
perfil teórico-práctico en función de las necesidades sociales y económicas de la
región en que se impartiera (Comisión Nº 3, dictamen 2). En cuanto al segundo,
recomendaba que las facultades de Agronomía y Veterinaria reorienten sus planes
de estudio atendiendo a la realidad social del agro argentino e incorporen
asignaturas tales como Extensión, Sociología Rural y Cooperativismo (Comisión
Nº 3, dictamen 3)49. Pero lejos de una funcionalidad puramente económica, la
inclusión de contenidos afines al sector poseía un sentido más profundo que los
congresistas remitían a su capacidad de contribuir a la formación y consolidación
de una “conciencia agropecuaria en toda la comunidad nacional” (Comisión Nº
1)50. Todas las resoluciones propuestas por los delegados tendrían, a su juicio,
resultados limitados si no se integraban en un marco más amplio y coherente de
metas a cumplir, definido por un “Plan Orgánico de Promoción Económica y
Social” (Comisión Nº 3, dictamen 1)51.
Si bien sólo la Comisión Nº 5 tenía como punto del día el estudio de las fuentes de
recursos para financiar la educación agropecuaria, la cuestión se tornó de
trascendencia para las restantes, que de una manera u otra, también se
expidieron sobre ella. En efecto, la Comisión Nº 1, al trazar un estado de situación
de la enseñanza agrotécnica, señalaba en muy críticos términos que allí, al igual
que en otros niveles y ramas de la educación, se presentaba un panorama
“caótico, anarquizante y anti-económico, de que diversas instituciones y
organismos públicos y privados, desarrollan disímiles formas de docencia rural,
con contenidos educativos y tecnológicos particulares, al margen de la necesaria
relación con objetivos generales comunes”. Esta cuestión no sólo remitía a aquella
47
Oficina Permanente, c. 1965, p. 18.
48
Oficina Permanente, c. 1965, pp. 12-13.
49
Oficina Permanente, c. 1965, pp. 20, 25-26.
50
Oficina Permanente, c. 1965, p. 11.
51
Oficina Permanente, c. 1965, p. 19; véanse también pp. 18-19, 22, 43.
16
de la heterogeneidad de los planes, ya tratada, sino también a la falta de
organicidad y ajuste entre los distintos planes y contenidos, cuestión medular
desde la mirada planificadora predominante entre los delegados al congreso. En
este sentido, además de comprometerse moralmente –como ya se dijo más
arriba-, el sector privado debía contribuir con aportes monetarios al sostenimiento
de la enseñanza agropecuaria. Así lo resolvió la misma Comisión Nº 1, que en sus
recomendaciones planteó “Que en el financiamiento de la Educación
Agropecuaria, deben volcarse las máximas posibilidades del Estado, creando los
medios financieros, pertinentes y muy especialmente los de las Cooperativas,
Empresas Rurales y demás Entidades Privadas vinculadas vocacional y
profesionalmente al agro y a la educación agropecuaria”52. En esta dirección,
según el dictamen de la Comisión Nº 5, el sector privado debía apoyar y promover
la formación de cooperativas con la finalidad de financiar y administrar escuelas
rurales e institutos de enseñanza agrícola cuyos programas de estudio sean
aprobados por los organismos públicos correspondientes. Más aún, según el
mismo dictamen, las escuelas debían tender a su autofinanciamiento, aunque sea
de modo parcial, como una forma de contribución con recursos económicos
(Comisión Nº 5)53. Interesa señalar que para el nivel medio el Congreso
recomendaba la des-centralización de los recursos obtenidos en el propio
establecimiento (Comisión Nº 3)54. Estas ideas de orden general estaban
acompañadas de medidas concretas. En primer término, la creación de un Fondo
Nacional Permanente de Educación formado por recursos estatales y
administrado con participación de sectores representativos del agro en el marco
de un plan integral de educación (Comisión Nº 5)55, cuestión planteada por el
proyecto de ley ya mencionado, pero con menor participación del sector privado.
En segundo, un tratamiento eficiente de los recursos disponibles para la
educación superior, de manera tal que se concentren en las facultades de
Agronomía y Veterinaria ya existentes (Comisión Nº 3, dictamen 3)56. Por último,
que la adecuación de las inversiones y las oportunidades educativas –tales como
las becas- se orienten atendiendo a la demanda, no sólo en número, sino también
al tipo de formación requerido por el mercado de trabajo (Comisión Nº 1)57.
52
Oficina Permanente, c. 1965, pp. 8 y 10.
53
Oficina Permanente, c. 1965, p. 37.
54
Oficina Permanente, c. 1965, p. 22.
55
Oficina Permanente, c. 1965, p. 36.
56
Oficina Permanente, c. 1965, p. 24.
57
Oficina Permanente, c. 1965, p. 6.
17
En función de las conclusiones ya vistas, era insoslayable la elaboración de
propuestas por el Congreso acerca de los requisitos de idoneidad y habilidad a
cumplir por el docente que se inicie en el medio rural o que ya se encontrara
realizando allí su actividad. En este sentido, se recuperaban aquí algunos
argumentos ya vistos en relación a la especificidad de la educación agropecuaria
entendida como “educación diferenciada” (Comisión Nº 2, dictamen 1). En efecto,
aunque el docente se constituyera en un “promotor esencial de actividades
culturales y sociales”, al mismo tiempo debía tener conocimiento de un mínimo de
nociones básicas de agricultura y ganadería, considerando que desplegaría su
actividad en el ámbito rural (Comisión Nº 4)58. Más aún, la particularidad de la
educación agropecuaria demandaba, a juicio de los congresistas, “la creación de
Institutos de Especialización de Docentes Rurales, instituyendo estímulos que
alienten la radicación de maestros en el campo (bonificaciones, antigüedad, etc.).”
(Comisión Nº 2, dictamen 1; el mismo punto plantea la Nº 3, dictamen 1)59.
Agregando mayores precisiones a la cuestión tratada, la mencionada Comisión Nº
3 (dictamen 2) solicitaba la organización de institutos regionales destinados a la
formación de profesores especializados atendiendo al desarrollo tecnológico
agropecuario y a la situación del campo argentino. Además, proponía que los
planes de estudio de esos institutos fueran elaborados en concordancia con los de
los restantes institutos de profesorado de enseñanza media en su conjunto60.
Debe observarse la ambivalencia de estas propuestas, ya que en nuestra opinión
presentan divergencias sin resolver del todo en cuanto al peso que atribuyen a las
actividades económicas en la formación global del docente rural, que oscilan entre
un saber básico y complementario a sus funciones de “promotor”, por un lado; y la
institucionalización del conocimiento representado por (y mediante) la creación de
institutos de formación, cuyos contenidos estuvieran en consonancia con los
cambios tecnológicos y sociales ocurridos en el sector, por el otro. Para
cumplimentar los lineamientos mencionados, el Congreso proponía la realización
de “cursos zonales y/o regionales, para los maestros rurales en ejercicio, mediante
planes y programas de estudio que sean de la más práctica utilidad en el medio
donde se desempeñan.” (Comisión Nº 4)61. Al igual que para las universidades, los
concurrentes al encuentro recomendaban la inclusión en las escuelas normales de
asignaturas afines al quehacer agropecuario para la formación docente, tales
58
Oficina Permanente, c. 1965, pp. 13 y 33.
59
Oficina Permanente, c. 1965, pp. 13 y 19.
60
Oficina Permanente, c. 1965, p. 29.
61
Oficina Permanente, c. 1965, p. 34.
18
como Sociología, Técnicas de Extensión y “formación teórico-práctica adaptada al
medio, de manera que el docente sea un ‘agente de cambio’” (Comisión Nº 3,
dictamen 2)62. E igualmente, aquí también el sector privado tenía un definido papel
que cumplir, a saber, la coordinación e intensificación de esfuerzos junto al Estado
tendientes a la formación y capacitación de dichos docentes, aportando recursos
económicos que posibiliten su dedicación exclusiva como así también su
afincamiento y permanencia en el medio rural, fines que proponía incorporar al
Estatuto del Docente sancionado en 1958 (Comisión Nº 1)63.
Como corolario de su actuación, el Congreso emitió la denominada “Declaración
de Buenos Aires”, que condensaba las conclusiones aprobadas por su plenario y
que tocaba tres nudos a nuestro juicio centrales en función de lo ya visto: en
primer término, la tensión entre la necesidad de una estrecha vinculación de la
educación agropecuaria con su medio; en segundo, la exigencia de que una Ley
Nacional de Educación a dictarse (quizás aludiendo a la que se encontraba por
entonces en preparación), se adecue a y se enmarque en los propósitos y
finalidades de un Plan de Desarrollo; por último, la coordinación del sector privado
con el Estado, considerada fundamental para la consolidación y expansión de esa
modalidad de educación64.
Lejos de agotarse la actividad del encuentro en su misma realización, y al calor de
la recomendación que al respecto formulara la Comisión Nº 6, los congresistas
resolvieron constituir una Comisión Permanente del Primer Congreso Nacional de
Enseñanza Agropecuaria, que se instaló en la sede social de la Confederación
General Económica en la ciudad de Buenos Aires. Esta Comisión estaba
compuesta por la mayoría de los miembros de la Comisión Organizadora del
cónclave. A ellos se sumaban como vocales, quienes representaran en él a las
instituciones públicas y privadas concurrentes, entre las primeras el CONET, el
INTA, la Dirección Nacional de Enseñanza Agrícola, el Servicio Nacional de
Enseñanza Privada; entre los segundos el Consejo Superior de Educación
Católica (CONSUDEC), la Asociación Femenina de Acción Rural (AFAR,
vinculada al Museo Social Argentino) y la Federación Argentina de Centros
Juveniles Agrarios de Capacitación (FACJAC, integrante del complejo institucional
de la FAA). A su vez, esta Comisión Permanente impulsó la creación de otras
similares en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos,
62
Oficina Permanente, c. 1965, p. 21.
63
Oficina Permanente, c. 1965, p. 10.
64
Oficina Permanente, c. 1965, p. 3; La Tierra, 20 de Julio de 1965, p. 1; Agro Nuestro, Agosto de 1965, p. 144.
19
Corrientes y Tucumán y otros distritos. Tales comisiones tuvieron por objetivo la
efectivización de las resoluciones del congreso; al tiempo que realizaron estudios
acerca de la realidad educativa primaria en todo el país y programaron otros
similares para el resto de los niveles65.
Por su parte, tanto en los momentos previos como posteriormente, la juventud
integrante de los centros juveniles agrarios de la FAA colaboró en la organización
del Primer Congreso y apoyaron sus conclusiones: la Séptima Asamblea Bienal
de los Jóvenes Agrarios federados, resolvió adherir y avalar la realización de dicha
reunión66. En tanto el 53º Congreso Ordinario Anual de la FAA, realizado en la
ciudad santafesina de Rosario en septiembre de 1965, decidió aprobar las
conclusiones del Primer Congreso Nacional de Enseñanza Agropecuaria y ratificar
su apoyo a la acción de la Comisión Permanente. También alentaba al
movimiento cooperativo agrario a apoyar las escuelas primarias situadas en la
zona de influencia de sus componentes, entre otras cuestiones67. Similares puntos
de vista adoptó el 54º Congreso federado de 196668, ya en pleno gobierno militar
de Juan Carlos Onganía, instaurado el 28 de junio de ese año. Pero con este
ascenso castrense al poder se frustró el proyecto educativo rural de la gestión
Illia69 y las propuestas sectoriales aludidas encontraron poco eco en los cenáculos
oficiales. En efecto, el 55º Congreso de Federación Agraria Argentina llevado a
cabo en septiembre de 1967 subrayaba que desde el Primer Congreso Nacional
de Enseñanza Agropecuaria, “los progresos alcanzados en esta materia no están
a la altura de las necesidades, pudiéndose afirmar categóricamente la vigencia de
todas las conclusiones y recomendaciones formuladas en 1965…”, a las que
recuperaba nuevamente como propias en el contexto político del Onganiato70.
A modo de conclusión.
La preocupación por la educación se enmarcaba en los debates más amplios
acerca del desarrollo económico en los países latinoamericanos y de la
contribución que aquélla pudiera realizar a este respecto. En el caso de la
Argentina, la problemática de la enseñanza agropecuaria constituía una
65
Federación Agraria Argentina, Memoria y Balance 1965-66, s/número de página; Plencovich et al., 2009, pp.
137-38.
66
Federación Agraria Argentina, Memoria y Balance 1964-65, s/número de página; 1965-66, s/número de
página.
67
Federación Agraria Argentina, c. 1965, p. 15.
68
Federación Agraria Argentina, c. 1966, p. 35.
69
Plencovich et al., 2009, p. 134.
70
Federación Agraria Argentina, c. 1967, p. 40.
20
preocupación de las autoridades oficiales y del sector privado, cuyos puntos de
vista confluían en una serie de cuestiones centrales, tales como la necesidad de
ajustar los programas de enseñanza a las condiciones locales y regionales en las
cuales se impartían; la participación de la actividad privada; y la articulación de la
enseñanza con las actividades de extensión y capacitación entre los productores.
A este respecto, desde el sector privado, la Sociedad Rural Argentina llevó
adelante su proyecto de Escuelas Rurales de Capacitación, dando sus primeros
pasos en San Andrés de Giles, y lo profundizó pocos años después con la
creación de un Colegio Agropecuario en Realicó (La Pampa), aún en plena
actividad71. Por su parte, tanto la Federación Agraria como la Confederación
General Económica trazaron críticos diagnósticos acerca de la situación de la
educación agropecuaria. Al calor de la discusión de un proyecto de ley que la
contemple y que se nutra de diversos antecedentes previos, la FAA y la CGE
realizaron el Primer Congreso Nacional de Enseñanza Agropecuaria en julio de
1965. Las resoluciones emanadas de esa reunión fueron estudiadas aquí a partir
de una serie de ejes concretos: la relación entre la órbita privada y la estatal; la
tensión entre miradas generalistas y particularistas de la educación agropecuaria;
el papel de la planificación y el desarrollo integral; las fuentes de recursos para
financiar la enseñanza agropecuaria según los parámetros de eficiencia entonces
vigentes; y, por último, la formación y capacitación de los docentes rurales.
Como se dijo al principio de este trabajo, un estudio como el propuesto ameritaba
abordajes desde la historia agraria y la historia de la educación. Sin embargo, para
los mismos protagonistas del período, la enseñanza agropecuaria no abrigaba
ambigüedad o superposición en torno a esta cuestión. En efecto, tanto desde los
organigramas estatales (donde la educación agropecuaria integraba la Secretaría
de Agricultura72), como desde las mismas sociedades de productores, la
enseñanza agropecuaria constituía un área de interés principal de los productores
y en muy menor medida de los organismos o expertos del área educativa. Tanto
en la comisión de la Secretaría de Agricultura, como en la que organizara el
Congreso y en la Comisión Permanente, los cargos principales fueron ocupados
por ingenieros agrónomos, productores agropecuarios y dirigentes gremiales, en
mucha mayor medida que educadores y profesionales afines, que en todo caso,
permanecieron en puestos secundarios. Por esta vía, los primeros pudieron
imponer la agenda de cuestiones en debate y la “colonización” de la educación
71
Anales de la Sociedad Rural Argentina, Julio de 2011, pp. 8-14.
72
Tal como se evidencia en: Presidencia de la Nación, 1966, p. 132 y ss.
21
agropecuaria en función de sus intereses y preocupaciones. “Colonización”
evidenciada en el estrecho lazo con que anudaban el ámbito rural en que dicha
modalidad educativa tenía lugar con las finalidades económicas que, a su juicio,
debería necesariamente contemplar.
Bibliografía.
BARSKY, Osvaldo (1990). Políticas agrarias en América Latina. Ediciones Imago
Mundi, Buenos Aires.
BLEDEL, Rodolfo (1972). La economía argentina 1952-1972. Aplicación constante
de la política de “libre empresa”. La confesión de Prebisch. Juárez Editor/
Centro Plan, Buenos Aires.
FAINHOLC, Beatriz (1980). La educación rural argentina. Librería del Colegio,
Buenos Aires (Biblioteca Nueva Pedagogía).
FINKEL, Sara (1978). El Capital Humano: concepto ideológico. En: AAVV. La
Educación Burguesa. Nueva Imagen, México.
FORNI, Floreal H. y TORT, María I. (1991). De chacareros a ‘farmers contratistas’.
Centro de Investigaciones Laborales (CEIL), Buenos Aires (Serie
Documentos de Trabajo Nº 25, Septiembre).
FORNI, Floreal H. y TORT, María I. (1992). Las transformaciones de la
explotación familiar en la producción de cereales de la región pampeana. En:
Jorrat, Jorge Raúl y Sautu, Ruth (Comps.). Después de Germani.
Exploraciones sobre la estructura social de la Argentina. Paidós, Buenos
Aires.
GALVANI, Victoria (1990). Mirando al 92, el fin de una utopía educativa: el
desarrollismo en América Latina. En: Revista de Educación de la Universidad
Complutense de Madrid, Volumen I, N° 3, Universidad Complutense de
Madrid, Madrid.
GUTIÉRREZ, Talía Violeta (2007). Educación, agro y sociedad. Políticas
educativas agrarias en la región pampeana, 1897-1955. Universidad
Nacional de Quilmes Editorial, Bernal.
LÁZZARO, Silvia B. (2005). El Estado y las políticas agrarias: concepciones y
estrategias en el contexto de crisis de hegemonía de la clase dominante
(1955-1969). En: Lázaro, Silvia y Galafassi, Guido (Comps.) (2005). Sujetos,
política y representaciones del mundo rural. Argentina 1930-1975. Siglo XXI
Editora Iberoamericana, Buenos Aires.
NASSIF, Ricardo (1984): Las tendencias pedagógicas en América Latina (1960–
1980). En AAVV. El sistema educativo en América Latina. UNESCO-CEPAL-
PNUD / KAPELUZ, Buenos Aires.
PLENCOVICH, María Cristina; CONSTANTINI, Alejandro O. y BOCCHICCHIO,
Ana María (2009). La educación agropecuaria en la Argentina. Génesis y
estructura. Ediciones Ciccus, Buenos Aires.
PUIGGRÓS, Adriana (1999). Qué pasó en la educación argentina. Desde la
conquista hasta el menemismo. Kapeluz, Buenos Aires.
RAPAPORT, Mario y colaboradores [MADRID, Eduardo; MUSACCHIO, Andrés y
VICENTE, Ricardo] (2000). Historia económica, política y social de la
Argentina (1880-2000). Ediciones Macchi, Buenos Aires.
SLUTZKY, Daniel (1968). Aspectos sociales del desarrollo rural en la pampa
húmeda argentina. En: Desarrollo Económico, Vol. 8, Nº 20, Abril-Junio.
22
Fuentes documentales privadas y oficiales.
ARANO, Roberto E. (c. 1964). La enseñanza agrícola de nivel medio en el ámbito
de la Secretaría de Estado de Agricultura y Ganadería. En: Capacitación
Agropecuaria. Factor preponderante en el aumento de la producción del
campo. “Unión”, Cooperativa de Trabajo Gráfico Ltda., Buenos Aires.
ASOCIACIÓN DE COOPERATIVAS AGRARIAS. Campo (Órgano oficial, fechas
citadas).
FEDERACIÓN AGRARIA ARGENTINA. Agro Nuestro (Revista no oficial editada
por la Federación Agraria Argentina, fechas citadas).
FEDERACIÓN AGRARIA ARGENTINA. (c. 1964). Conclusiones del 52° Congreso
Ordinario Anual – 1964. Imp. Virgolini & Martínez, Rosario.
FEDERACIÓN AGRARIA ARGENTINA. (c. 1965). Conclusiones del 53º Congreso
Ordinario Anual – 1965. Imp. Virgolini & Martínez, Rosario.
FEDERACIÓN AGRARIA ARGENTINA. (c. 1966). Conclusiones del 54º Congreso
Ordinario Anual – 1966. Imp. Virgolini & Martínez, Rosario.
FEDERACIÓN AGRARIA ARGENTINA. (c. 1967). Conclusiones [del] 55º
Congreso Ordinario Anual – 1967. Imp. Virgolini & Martínez, Rosario.
FEDERACIÓN AGRARIA ARGENTINA. La Tierra (Órgano oficial, fechas citadas).
FEDERACIÓN AGRARIA ARGENTINA. Memorias y Balances (Fechas
correspondientes a los Ejercicios citados).
HOGG, Alberto (1964). Escuelas rurales de capacitación. En: Anales de la
Sociedad Rural Argentina, Diciembre, pp. 54-56.
KUGLER, Walter F. (1963). Ideas que animarán la acción de la Secretaría de
Agricultura y Ganadería en el período 1963-1969. Sin datos de edición,
Buenos Aires.
KUGLER, Walter (c. 1964). La Semana Nacional de la Agricultura y la
Alimentación y la Enseñanza Agrícola. En: Capacitación Agropecuaria.
Factor preponderante en el aumento de la producción del campo. “Unión”,
Cooperativa de Trabajo Gráfico Ltda., Buenos Aires.
KUGLER, Walter F. (1968). Meridiano agrícola argentino. Amigos de la Sociedad
Argentina de Agronomía, Buenos Aires.
NUESTRA COOPERATIVA. Órgano no oficial de la Cooperativa Agropecuaria de
25 de Mayo Limitada, Año II, Nº 3, Septiembre de 1965.
OFICINA PERMANENTE (Compilador e impresor) (C. 1965). Primer Congreso
Nacional de Enseñanza Agropecuaria, 15 al 18 de Julio de 1965. Buenos
Ares.
PRESIDENCIA DE LA NACIÓN (1966). Reseña de actividades del gobierno
nacional, 1º de mayo de 1965 al 30 de abril de 1966. Secretaría Técnica de
la Presidencia de la Nación, Buenos Aires.
REPÚBLICA ARGENTINA. Secretaría de Estado de Cultura y Educación (c.
1967). Estadística Educativa 1966. Departamento de Estadística Educativa,
Buenos Aires.
SOCIEDAD RURAL ARGENTINA. Anales de la Sociedad Rural Argentina
(Fechas citadas).
SOCIEDAD RURAL ARGENTINA. Boletín de la Sociedad Rural Argentina
(Fechas citadas).
23
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 7: La educación en contextos rurales: transformaciones productivas,
conocimiento y demandas sociales.
Resumen:
En el presente trabajo proponemos una reflexión en relación a una experiencia de
taller formativo sobre atención de problemáticas alimentarias y de salud, realizado
en conjunto entre un colectivo de mujeres pertenecientes a comunidades Wichí y
Guaraníes del Noreste de la Provincia de Salta y la Facultad de Filosofía y Letras de
la UBA, en el mes de Agosto del 2009.
El análisis sitúa la mirada, en el carácter de la demanda educativa que sostiene este
colectivo de mujeres, a partir de la cual se organizó, el espacio, la temática y los
contenidos de dicho taller.
Comprendiendo que las comunidades que aquí tomamos, se inscriben en un
escenario marcado por el desarrollo de un proceso económico y productivo que ha
impactado negativamente en las economías domesticas, donde las actuales
condiciones exigen la realización de nuevas tácticas para el sostenimiento y
capacidad de reproducción social y cultural, pusimos la demanda en relación a las
disputas territoriales que se desarrollan en esta región con el impacto que generan
las políticas y regulaciones para el usufructo de los recursos naturales.
En el marco del proyecto de investigación : “Impacto del conflicto por los recursos
naturales del modelo extractivo en poblaciones étnicamente definidas” (PRI),
entendemos, que dicho proceso conlleva a una redefinición del territorio, que
asimismo, impacta y redefine la forma de pensar y realizar lo educativo, ubicando a
la educación, como un recurso también en querella.
Introducción:
El siguiente trabajo, se plantea como una ampliación del marco teórico y conceptual
trabajado en el artículo publicado en Revista Argentina de Economía y Ciencias
Sociales1. Así, retomamos la mirada producida en dicho articulo y los trabajos
realizados en el marco del proyecto de investigación “Impacto del conflicto por los
recursos naturales del modelo extractivo en poblaciones étnicamente definidas”
(PRI).
1
MANCINELLI, GLORIA 2012. “Educación como recurso en contexto de disputas territoriales en las Poblaciones
Wichí y Guaraní. Revista Argentina de Economía y Ciencias Sociales. N° 19, Volumen XIV: 31-44. Ediciones de
la Universidad. Buenos Aires.
también, de producción cultural y simbólica y de transformación en todo grupo
humano, mediante el cual se producen los recursos humanos, que cada grupo
necesita para la realización de la supervivencia en tanto tales.
Buscando desglosar lo que podría leerse como una paradoja, que supone la
apropiación por parte de grupos indígenas de producciones y formas culturales
gestadas dentro de lo que se considera como “cultura hegemónica”, creemos que la
educación superior en las comunidades Wichí y Guaraní, se constituye como
estrategia para la reproducción social, cultural y simbólica del grupo en términos de
sostenimiento, de una identidad étnica distintiva, pero principalmente como
estrategia de autoafirmación y autonomía. Entendiendo, como sugerimos arriba,
que dicha estrategia se produce como tal, a partir de considerar los condicionantes
estructurales e históricos en los que se sitúan los procesos Étnicos Identitario
actuales.
2
Mancinelli, Gloria.
3
BARI, María Cristina: 2002 pp 156..
En los próximos apartados de la ponencia intentamos pensar este proceso dentro de
dos campos. Primero desde la antropología de la educación abordamos el carácter
de las políticas de interculturalidad educativa, que pueden exponerse en relación al
acceso universitario en estas comunidades. Realizamos también, una breve
descripción de la experiencia de taller sobre atención de problemáticas alimentarias
y de salud, realizado en conjunto entre un colectivo de mujeres pertenecientes a
comunidades Wichí y Guaraníes del Noreste de la Provincia de Salta y la Facultad
de Filosofía y Letras de la UBA, en el mes de Agosto del 2009, entendiendo el taller
como una experiencia cuyo registro permite una reflexión sobre la perspectiva que
proponemos.
4
PALADINO, MARIANA 2009. “Pueblos indígenas y educación superior en la Argentina. Datos para el debate”.
Revista_ ISSES. Experiencias de inclusión en America Latina:6: 81-113. Fundación Equitas, Santiago de Chile.
5
HECHT, ANA CAROLINA. 2011. Encrucijadas entre las familias Wichí y las escuelas. Procesos de
apropiación, resistencia y negociación en la Educación intercultural Bilingüe.(Formosa, Argentina). Editorial
Académica Española.
6
La ley Nacional 23.302 de Política Indígena y Apoyo a las Comunidades Aborígenes fue sancionada en 1985,
atendiendo demandas indígenas que venían planteándose desde 1970, momento en que se conforma el Primer
Parlamento Indígena del país, generando políticas que buscan adecuarse a exigencias delineadas a nivel
internacional. El articulo 15 señala: Acorde con las modalidades de organización social previstas en el artículo
cuarto de esta ley, los planes educativos y culturales también deberán: a. Enseñar las técnicas modernas para el
cultivo de la tierra y la industrialización de sus productos y promover huertas y granjas escolares o comunitarias;
b. Promover la organización de talleres-escuela para la preservación y difusión de técnicas artesanales; y c.
Enseñar la teoría y la práctica del cooperativismo.
políticas especificas para la promoción, formación y capacitación, de docentes
primarios indígenas. Este aspecto ha merecido numerosas investigaciones que
problematizan las formas y los límites de estas propuestas, que entendemos
interesante de recuperar, respecto del enfoque que buscamos producir en nuestro
trabajo.
Entendemos que la formación de docentes ha sido y sigue siendo un campo de
disputas entre las demandas de comunidades indígenas y el estado para la
configuración y efectiva aplicación de una propuesta de enseñanza intercultural
bilingüe. Un punto álgido en este proceso, es el hecho de que, en la mayoría de los
casos, la estructura educativa los ha incorporado como “maestros auxiliares” o
“maestros interprete”. 7
De esta manera, podemos decir, que la configuración pedagógica y didáctica
expresa una continuidad en la perspectiva integracionista y asimilacionista de las
políticas educativas que la preceden las cuales fueron configuradas en relación a la
consolidación del estado nacional coadyuvando en la estructuración de los términos
de la relación entre las “comunidades indígenas” y el Estado. Consideramos este
aspecto sumamente significativo en relación al análisis que buscamos producir.
Lo que nos interesa recuperar en este recorrido es de qué manera la forma de
pensar lo educativo esta en relación con una perspectiva de Gobernabilidad y con
una forma de pensar también el territorio, de pensarlo y de conceptualizarlo,
entendiendo que son dimensiones que se ponen en cuestión tanto a la hora de
diseñar las políticas educativas desde el estado, como también los son a la hora de
plantear las demandas por parte de los diferentes actores que se presentan.
Como señala Shmithd el derecho a la educación, al medio ambiente, a la tierra y al
territorio, no son reivindicaciones escindibles unas de las otros y la consecución de
una se vincula estrechamente con el logro de las demás8.
En esta perspectiva podemos sumar al análisis, los horizontes ofrecidos por los
discursos y las políticas “neoliberales” agregando que en cuyos programas y
políticas de intervención educativa se justificaron una serie de prácticas
intervencionistas bajo el discurso conocido como “Desarrollismo”. Entendemos que
este horizonte forma parte de la arqueología de sentidos y de representaciones
7
HETCH, ANA CAROLINA 2011.
8
SCHMIDT, MARIANA (2011). “Educación Interculturalidad y Territorio en Salta”. PACARINA. Revista
Latinoamericana de Ciencias Sociales y Humanidades. Educación e Interculturalidad: 63-93.Salta.
sobre los que debemos indagar para preguntarnos y problematizar respecto de las
prácticas y los discursos interculturales que en materia educativa estamos
produciendo.
…“queremos saber sobre cosas alimentarías”, “…que nos puedan brindar” “porque
nosotras no tenemos acceso a este información”… “queremos conocer sobre
alimentos y como hacer para los problemas de desnutrición y de anemia que hay
entre nuestra gente”. “… antes no había desnutrición y si había un caso era vivido
como una vergüenza…como responsabilidad de la madre”, “…. hoy entendemos que
no es nuestra culpa, que no tenemos recursos”. “antes íbamos al monte y
teníamos”.“...este taller es parte de lo que nosotros exigimos, de lo que nosotros
queremos, porque saber nos va a permitir alimentar mejor a nuestros hijos”, “…ya
no contamos con los recursos de antes”. “…antes íbamos al monte y teníamos…”9
9
Estas frases fueron registradas durante el taller realizado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. En
agosto de 2009. en otros trabajos comentamos que el contexto mediático en ese momento se encontraba
denunciado las problemáticas de desnutrición en la zona. De esta manera entendimos que la demanda
capitalizaba las discusiones que se estaban planteando también en el ámbito hospitalario de donde se tomaron
las denuncias. Los medios de comunicación resaltaron dos frases significativas: “a estos pibes les falta olla”, “son
enanos nutricionales”. Estas frases, cuestionaban la perspectiva que sostuvo la directora del hospital frente a las
denuncias de desnutrición que se presentan en la zona, quien sostuvo, que el problema de la talla, en la
población infantil de esta región, no era indicador de insuficiencias nutricionales, sino que respondían a la
herencia genética que caracterizaría a estás poblaciones, haciendo uso de profundos debates teóricos que se
dan en el marco de la práctica medica pediátrica, que pone en cuestión el carácter homogeneizante de las
tablas de crecimiento vigentes para la evaluación del desarrollo y crecimiento de niños y niñas.
estaba en relación a las trayectorias familiares sino con elecciones individuales, pero
mostraba apoyo de la comunidad y de la familia. (2010:108).
En el mismo trabajo, Paladino constata que los estudiantes indígenas que participan
de organizaciones o forman parte de familias vinculadas a las mismas manifiestan
en el espacio universitario una posición de reconocimiento y afirmación identitaria,
donde el sentido esta dado por la posibilidad de apropiarse, de herramientas para
las luchas, y proyectos de organizaciones de pertenencia, que así mismo se refleja
en la elección de las carreras: Educación, Comunicación, periodismo, Antropología y
Sociología. (2010:108).
En el nuestra experiencia, nos hemos encontrado con numerosos casos que optan
por la carrera de Medicina. Esta elección, si bien esta en concordancia con las
variables que comentamos arriba, información y capacidad y redes para acceder a
dicha formación, esta también motivada por la posibilidad que se presenta de
acceder a Becas en la Escuela Latinoamericana en Cuba. 10
10
Dentro del colectivo de mujeres que participaron de la reunión, algunas participantes tenían hijos que lograron
acceder a dichas becas. Este tema se forma parte de un trabajo de investigaco…….
11
SHMITHD MARIANA, ibídem.
definiendo la geografía Argentina y Latinoamericana hegemónica. Dentro de estos
contextos sociales e históricos, estos grupos han sufrido un proceso de despojo y
desarticulación de sus territorios, de marginación, cuestionamiento, represión y
desarticulación de sus prácticas sociales y culturales. Al mismo tiempo el sistema
educativo hegemónico y homogenizador de la población migrante y diversa que
caracteriza la argentina de fines de XIX y principios de XX, se establece, podemos
decir, considerando al “indio” como un sujeto no educable como puede verse
expresado en el “Facundo”12 y las políticas educativas de la época, convirtiendo el
acceso a formación Universitaria en una deuda histórica para con estos grupos en
relación al paradigma igualitario en el que se fundamentaban las leyes y políticas
educativas.
Pero no solo está en relación con aquella “deuda” sino también y particularmente
con los procesos territoriales actuales en relación al nuevo mapa político y
productivo que viene gestándose a partir de los discursos y las políticas neoliberales.
Dentro de este marco podemos hablar, tanto de un proceso de autoafirmación como
también de fortalecimiento de las estructuras y organizaciones políticas indigenistas
que están en emergencia en las últimas décadas. Estos movimientos sociales
“indigenistas”, a partir de múltiples demandas y estrategias organizativas ponen en
cuestión, no solo aquella perspectiva, en tanto deudora del paradigma igualitario que
suponían, sino también confrontan el conjunto de supuestos sobre la que se
sostenían las políticas territoriales, educativas y de salud. Como señala Schmidt: el
Estado Argentino se conforma para sí reclamando un terreno determinado, en
oposición a estados vecinos, y “enemigos internos”…en el caso argentino, el
proyecto estatal homogeneizador y hegemónico invisibilizó los múltiples territorios,
lenguas y culturas existentes a su interior, los cuales fueron reenviados hacia el
pasado, con signos de atraso en contraste al avance civilizatorio en ciernes. El saber
geográfico que se expresa en esta perspectiva entiende el territorio negando las
relaciones conflictivas y de poder donde Estado y Territorio conforman una
13
sinonimia. Este sentido que conlleva la categoría de Territorio se expresa también
a la hora de delimitar políticas educativas.
Así mismo las instituciones educativas cumplen un rol significativo en la difusión de
esta perspectiva “geográfica”. En el mismo texto, Schmidt explica de qué manera el
12
SARMIENTO, DOMINGO FAUSTINO. 1845. Facundo. Civilización y Barbarie en las pampas.
13
SMITH, MARIANA. PACARA(PAG 8 )
saber geográfico tuvo un rol fundamental en la consolidación de esta perspectiva, de
este imaginario territorial, el cual se presenta claramente hegemónica en los ámbitos
escolares.
De esta forma, creemos que se torna necesario poner en cuestión, problematizar y
hacer explícitos los supuestos que operan en torno a la categoría de territorio
entendiendo que en los contextos de interculturalidad étnica, en muchos casos se
ponen en disyuntiva distintas formas de pensar el territorio donde se disputa la
hegemonía y gobernabilidad sobre él.
Retomando la experiencia del taller, en relación al lo que venimos trabajando en
diferentes análisis, en dicha experiencia se expresa la necesidad de contar con
saberes que permitan hacer frente a las condiciones actuales que se les presentan.
Estas condiciones, derivan en una clara pérdida de autonomía por parte de estos
grupos. Como señalamos arriba estas comunidad están insertas en un contexto de
desarrollo económico y productivo que impacta sus economías y estrategias
domesticas, exigiendo la realización de nuevas tácticas para el sostenimiento y
capacidad de reproducción social y cultural. De esta forma, como señalamos arriba
dicho proceso conlleva a una redefinición del territorio, que asimismo, impacta y
redefine la forma de pensar y realizar lo educativo.
Cabe señalar que estas condiciones derivan en una mayor dependencia con
instituciones estatales, tanto educativas como de atención de la salud. El taller
mostró claramente la demanda como una instancia de apropiación de saberes
expresando la necesidad de sortear esa dependencia creciente con las instituciones
medicas. Es decir, aquí no opera lo que solía entenderse con la metáfora de “mi hijo
que doctor” que caracterizo el acceso a la universidad por parte de sectores de
migrantes y trabajadores que conquistaron el acceso a la universidad bajo las
políticas del “estado benefactor”, pero que como señalamos arriba no llego a
interpelar a los grupos “indígenas”. El acceso a la universidad en este caso se
presenta atravesado por un sentido que va mas allá de esa deuda, en muchos casos
es un sentido que atiende los objetivos políticos y estratégicos de las disputas
territoriales, buscando apropiarse de recursos que les permitan apuntalar su
autonomía y capacidad de intervención directa para atender las problemáticas
especificas que se presentan en ese territorio en disputa.
Pero, al mismo tiempo la experiencia del taller, pone sobre la mesa otra variable a
atender a la hora de delinear políticas educativas en estos contextos.
Durante el taller se torno significativa la forma de pensar la problemática de la
desnutrición.
Mientras que los medios de comunicación y los médicos del Hospital materno Infantil
de Salta denunciaban el incremento de casos de desnutrición como un indicador,
denunciando la falta de alimentos necesarios para el mantenimiento de la salud y el
desarrollo adecuado del crecimiento de los niños bajo la frase : a estos pibes les
falta Olla, son enanos nutricionales, respondiendo a la explicación que sostenía la
directora del Hospital, quien planteaba que el problema de la talla evidenciado en la
población infantil de esta región, no era indicador de insuficiencias nutricionales, sino
que correspondía a la herencia genética que caracterizaría a estás poblaciones14, el
taller permitió recuperar la perspectiva del colectivo de mujeres. Durante el taller se
expreso que la desnutrición estaba en relación directa con el problema de las tierras,
con el avance de la Soja.15
Así, al analizar cómo la problemática de la desnutrición fue presentada en estos
discursos, vimos que idea de “desnutrición” expresa un modo de subjetivación desde
los medios de comunicación y desde los médicos, donde la “desnutrición” es
presentada como la cara mas visible de la desigualdad que produjo la política
neoliberal, pero que creemos, borra los procesos, las dinámicas y los mecanismos,
negando o desconociendo las relaciones sociales que la producen. Frente a esta
mirada, creemos que la producción discursiva que analizamos en el marco del taller,
al poner el énfasis en la relación que la problemática tiene con la distribución y la
propiedad de la tierra y el acceso y producción de recursos, intenta articular el
contexto de desigualdad social y de recuperar el marco de las relaciones sociales
que las atraviesan y las producen.
De esta forma se expresa otra variable, aquella que se viene trabajando y
problematizado recientemente en el ámbito universitario relacionada a la producción
de conocimientos en dicho ámbito, que pone en cuestión el carácter euro céntrico y
colonialista de la producción académica.
14
Esta frase fue analizada en otros artículos ( Mancinelli 2012, y trabajos de semanario de grado). Fue recogida
de varios artículos periodísticos, diarios de Salta, Pagina 12, e Indymedia, durante agosto del 2009, fecha en que
se realiza el taller.
15
Trinchero, Hugo y Elena Belli. 2009.
Consideraciones finales
Entendemos que el reclamo por el taller deriva de una compleja construcción socio
histórico, que atraviesa múltiples miradas y múltiples procesos. Por un lado, expresa
la prevalecía de una perspectiva respecto las posibilidades y de las necesidades de
educabilidad de estas poblaciones por parte de sectores hegemónicos, que
cimentaron históricamente las políticas en materia educativa y también en materia
de salud, y que en términos de derecho, solo logra garantizar una educación básica
acompañada por acciones de organizaciones no gubernamentales y políticas
sociales que refuerzan esta perspectiva, donde es el estado generalmente el que
determina qué es importante y como se conforma la respuesta.
Por ultimo, insistimos, que la experiencia de este taller, da cuenta de una serie de
prácticas que evidencian la posibilidad de apropiación y producción cultural y
simbólica, a partir de un conjunto de estrategias y de mecanismos que emergen de
la praxis en la arena política. Praxis que por otra parte, que intenta poner en
cuestión la producción simbólica de los sectores hegemónicos, no solo buscando
resistir sino también intentando construir otra mirada.
Bibliografía
Introducción
1
Nuevos usos de las viviendas en las escuelas rurales
Las viviendas para los maestros existentes en las escuelas constituyen una
dependencia típica de los edificios escolares en las zonas rurales. Hoy, encontramos
estas instalaciones parcialmente desocupados, semiabandonados o
refuncionalizados y destinados a aulas del nivel secundario, sala de nivel inicial,
depósito, entre otros usos. Algunos relatos recogidos en las escuelas y nuestras
observaciones de campo, dan cuenta de estas situaciones:
2
actividades propiamente escolares se funden con otras dedicadas al mantenimiento
de las instalaciones, la alimentación, limpieza, atención de necesidades personales y
resolución de problemas domésticos.
3
Marzo 3: …Reorganízase el personal de las escuelas del Departamento Diamante, en
la siguiente forma:
(…) Elemental Protestantes, Director Aquiles Giménez, Ayudante y maestra de labores
María V. de Giménez
…Costa Grande N° 2, Maestro Claudio Formosa, ayudante María D. de Formosa…
(Boletín de Educación – Año XIX – Enero a Junio de 1910 – Nº 214 a 219, pág. 88)
5
son maestros con más de diez años de antigüedad, a veces próximos a jubilarse, y
que se movilizan en vehículos propios.
1
El nombre de las entrevistadas fue modificado para preservar su identidad en el anonimato
6
titularizarse como maestra. Antes había ejercido en una escuela rural del distrito
Isletas. En Alvear lleva 15 años, de los cuales al comienzo viajó a diario desde
Diamante, luego durante un año se alojó en una casa prestada de la zona, al cabo de
ese período volvió a viajar pues su esposo trabajaba en Diamante y le convenía residir
allí. Después vivieron 9 años en la casa de la escuela, compartida con un policía y su
familia. Mientras tanto construyeron una casa propia en Pueblo Alvear a donde se
mudaron en 2005, cuando el actual director de la escuela solicitó la vivienda que le
corresponde por prioridad jerárquica. Actualmente se hizo cargo de la dirección de la
Escuela de Aldea San Francisco, a donde viaja diariamente.
De la ciudad al campo
Beatriz estudió en Diamante. Ha trabajado en Buenos Aires y Paraná, también en
Aldea Spatzenkutter y Aldea Salto. Lleva 6 años como directora de Personal Único en
la escuela de Colonia Santafesina. Se traslada a diario en moto desde Valle María.
9
… acá la escuela funciona porque los padres… me cortan el pasto, que traen el agua…
te traen ellos de la casa el agua para tomar… (Entrevista con Directora de la Escuela
N°36 de Costa Grande – 16/03/10)
Así como las familias no viven en el campo, los maestros tampoco pernoctan
en las escuelas. Los caminos relativamente afirmados permiten ingresar y salir
diariamente. Las casas han quedado abandonadas y las escuelas en soledad. Se
reiteran hechos de vandalismo y robo de equipamiento con el que han sido provistas
en los últimos años, tanto por el Estado como por una empresa multinacional
dedicada al agro que opera en el puerto de Diamante.
10
Al igual que a fines del siglo XIX, nuevamente el país se encuentra ante una
política agroexportadora apoyada en un monocultivo. A diferencia de aquel primer
período que pobló La Pampa, fundó mutuales y cooperativas, abrió escuelas y trazó
la infraestructura básica de la región; este tiempo no necesita a la gente viviendo en
el campo. El despoblamiento rural ha dejado taperas, escuelas sin alumnos y vías
ferroviarias desmanteladas. “Actualmente, no queda población y sólo en los
alrededores [de la escuela N° 36] hay siete taperas” nos ha dicho una vecina de
Costa Grande. (Entrevista con vecina de Costa Grande – 16/03/10). Cloquel sintetiza
este fenómeno expresando
Conclusión
CLAVERO, Romina. 2007. “Lo público y lo privado en las prácticas escolares de las
escuelas rurales”. En CRAGNOLINO, Elisa (compiladora). Educación en los
espacios sociales rurales. Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades - UNC.
EZPELETA, Justa et al. 1991. Escuelas y maestros. Condiciones del trabajo docente
en la Argentina. Buenos Aires. Centro Editor de América Latina.
ROSELLI, Néstor (Director). 2010. Después del egreso. Inserción laboral y práctica
profesional de los egresados de Institutos de Formación Docente del Departamento
Diamante – Entre Ríos. Paraná. Facultad de Ciencias de la Educación – UNER.
13
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
1.Introdução
Este trabalho tem por objetivo analisar práticas de letramento construídas por
integrantes de um acampamento do MST em Minas Gerais e relacioná-las ao papel
que ocupam na construção da luta pela terra. A perspectiva teórico-metodológica
baseia-se nos Novos Estudos Sobre Letramento que consideram a leitura e a escrita
como práticas socioculturais contextualizadas e marcadas por relações de poder
(STREET, 1984). Os conceitos de disponibilidade e acesso à cultura escrita, de
Kalman (2003; 2004), foram úteis para uma maior compreensão dos eventos de
letramento (HEATH, 1983) encontrados no interior do acampamento. Para Heath
eventos de letramento são situações de interação estruturadas pela escrita. De
acordo com Street (2003) eventos de letramento são observáveis e a partir da
observação de um conjunto de eventos poderemos inferir quais práticas de escrita
estão sendo construídas por sujeitos em interação num determinado contexto
sociocultural.
Através do contato diário com os acampados foi possível perceber sutilezas que
talvez uma pesquisa de cunho não etnográfico não permitisse. A vivência de acordar
e dormir no acampamento, fazer as refeições na cozinha coletiva com a maioria dos
acampados, poder contribuir nas tarefas diárias do acampamento, ajudar na
cozinha, pegar água do poço, carregar os baldes de água pra abastecer a caixa
d’água do banheiro coletivo e mesmo poder participar das reuniões de núcleo que
ocorrem de segunda a sexta feira no acampamento para decidir sobre organicidade
e outras questões referentes ao acampamento e à luta pela terra.
“ (...) E ter essa vida aqui no acampamento e entender o que é a luta dos sem-
terra, porque a gente não toma nada de ninguém a gente tenta forçar a
Reforma Agrária que está guardado na gaveta há muitos anos. Desde 1964
que nasceu a Lei Reforma Agrária que ela vem sendo aplicada mas muito
devagarzinho, porque os governos não interessam pela nossa renda muito não,
eles interessam é por renda grande, é siderúrgica, é petróleo (...) o Brasil tem
que mudar, não é só as cidades grandes que tem que mudar, as roças também
tem que mudar, cidade grande ta cheia, ta lotada, as roças tem que voltar a
ficar lotadas também mas com renda fixa pra gente trabalhar.” (entrevista em
data)
Sendo assim, a maioria dos acampados não reside lá diariamente, muitos trabalham
nas cidades (na rua, como eles mesmos dizem pra descrever o trabalho fora da
terra), como pedreiros, marceneiros, como trabalhadores rurais de outras pequenas
fazendas locais.
Foi acordado com as famílias cadastradas que aqueles que porventura não possam
morar no acampamento, nem dormir diariamente nele, participem toda semana da
reunião do seu núcleo e pernoite no acampamento nesse dia e em mais outro, ou
seja, cada acampado deve ceder duas noites ou dois dias de sua semana à
ocupação do local. O controle do cumprimento desse acordo é feito por meio de um
caderno de assinaturas que é passado em toda reunião assim como um caderno de
registro dos pernoites. Essa prática de escrita será analisada mais adiante.
Ainda não foi feito um mapeamento para saber do percentual de sujeitos jovens e
adultos alfabetizados e não alfabetizados. Sabe-se que muitos adultos ainda não
aprenderam a ler e escrever, apenas assinam o nome e alguns deixaram claro seu
desejo de aprender durante as conversas informais.
O Movimento dos Sem Terra, a nível nacional, é conhecido por travar uma luta
política contrária aos interesses das classes dirigentes dominantes representadas
ideologicamente pela grande mídia. A luta por uma reforma agrária a partir de uma
visão anti-latifundiária, na atual conjuntura brasileira, pode ser caracterizada como
uma resistência contra-hegemônica Gramsci (2000). Ao depararmos com a
apropriação da cultura escrita indicada pelo Entrevistado 1 percebemos que, apesar
de ser um sujeito que contribui para a resistência contra-hegemônica das classes
dirigentes, o mesmo se apropria e ainda “gosta” das informações circuladas por um
veículo de informação da grande mídia, a Revista Veja.
1 Basta ver o que diz a Revista Veja sobre o MST na seguinte matéria, de dois de setembro de 2009:
http://veja.abril.com.br/020909/por-dentro-cofre-mst-p-64.shtml.
Diferente do Entrevistado 1, que “gosta” de ler a Revista Veja , o Entrevistado 2 opta
por ler “uns livros aí do movimento” e os “jornal que eles [lideranças do MST]
trazem”. Sua fala fornece elemento empírico para demonstrarmos que as relações
de contra-hegemonia perpassam diferentes níveis. A análise dos usos da escrita
pode ser uma ferramenta significativa para uma compreensão mais aprofundada das
relações de poder entre os sujeitos que lutam e resistem contra as classes
dirigentes, na medida em que ao mesmo tempo que consomem impressos da
grande mídia, que representam os interesses dominantes, também são capazes de
formular suas próprias produções teóricas buscando consolidar uma resistência às
ações massificadas das classes dirigentes.
Os outros dois casos escolhidos podem ser analisados por outro prisma, também
presentes nos Entrevistados 1 e 2:
“Minha menina estuda desde os 3 anos, ela adora ler, adora trazer livrinho de
historinha pra cá pra ler Chapeuzinho vermelho e o lobo mau.Sempre ela traz
livro de história, todo dia ela traz livro de história pra mim, eu sento leio a
primeira vez com ela, na segunda eu já vou passando o dedo e ela vai juntando
e vai formando as palavras e daqui a pouco ela já está lendo sozinha.”
(Entrevistado 4)
Considerações finais
Referências
1. Presentación
Las transformaciones del espacio social agrario producidas en las últimas décadas
en la Argentina están siendo analizadas desde distintos enfoques y disciplinas
sociales, entre ellas la antropología. En esta ponencia nos ocuparemos de uno de
los procesos involucrados: la concentración de la propiedad de la tierra vinculada al
desarrollo de las agroindustrias y el consecuente desplazamiento de campesinos,
ocupantes y comunidades indígenas.
Si bien este tema ha sido abordado desde sus aspectos históricos, económicos y
políticos, es menos frecuente que se lo trate desde sus dimensiones educativas: por
ello nos proponemos considerar la relación entre la ocupación del territorio y las
experiencias formativas, problematizando las acciones cotidianas en relación con las
posibilidades de formar inter-generacionalmente sujetos autónomos en el contexto
rural1.
2
problematizar, de modo más general, la relación entre la ocupación del territorio y la
formación inter-generacional de sujetos autónomos en el contexto rural
contemporáneo.
En Misiones, los colonos se instalaron durante la primera mitad del siglo XX, y
fueron objeto de investigación desde la década del 70’, así como lo han sido desde
los 90’ los ocupantes que se instalaron con posterioridad al proceso de colonización.
Una de las cuestiónes conceptuales que acompaña a los estudios sociales de la
región en estos dos momentos es la pertinencia de la noción de “campesinado”,
tanto para unos como para otros.
3
lograban una acumulación de capital con la que podían consolidar la adquisición de
nuevos recursos productivos (básicamente tierras y maquinaria). Los colonos fueron
definidos como una categoría intermedia porque, con mano de obra familiar y
transacciones en el mercado, sus márgenes de ganancia les permitían contratar
trabajadores temporales y -por ser propietarios- eventualmente acceder al crédito,
pero no capitalizarse de manera directa (Bartolomé, 2007: 26-28 y 127-129;
Baranger, 2008: 39-41).
A mediados de los 50’ finalizaron las mensuras estatales y privadas del proceso de
colonización en Misiones, comenzando una reconfiguración agraria que, tras las
sucesivas crisis del tung, el té y la yerba mate en los 60 y 70, condujo a que un
número importante de colonos comenzara a vender sus predios para migrar a las
ciudades (Bartolomé 2007:138-139). Para las décadas que siguieron, el contexto
misionero fue afectado por los cambios en las modalidades de acumulación
capitalista que se produjeron en la Argentina en general, donde la apertura comercial
y la liberalización internacional del flujo de capitales financieros volvió critico el
acceso al crédito para pequeños y medianos productores agrícolas, favoreciendo
una reconversión productiva hacia el modelo agroindustrial. Este modelo, que se
desarrollaría en las décadas siguientes, acentuó la concentración en la propiedad de
la tierra y la descampesinización, procesos que los gobiernos democráticos
sucesivos no pudieron revertir hasta hoy (Manzanal y Rofman 1989; Cragnolino
2001, Galafassi, 2008).
4
transformación en otras clases sociales, lo que implica convertirse hacia la
dependencia laboral plena o la capitalización (Cragnolino 2001). Este es un aspecto
central en el análisis de la estructura social agraria del sudoeste misionero, donde la
permanencia y reivindicación del acceso a la tierra por parte de familias
autoidentificadas como colonas nos han conducido a utilizar el concepto de
“recampesinización”, entendido este como contracara del proceso de
desplazamiento forzado de unidades domésticas a la ciudad por razones
económicas.
Al respecto, los estudios sociales agrarios han advertido que en el caso misionero se
observan escasos procesos de reivindicación estructurados en torno a un conflicto
político con grandes propietarios, como es el caso de otras zonas de la Argentina.
En Misiones, la ocupación de propiedades se ha llevado mayoritariamente a cabo en
el marco de las estrategias de reproducción familiar de los pequeños productores
quienes, en general, pueden definirse como agricultores interesados en obtener una
5
renta de su actividad y adquirir tierra para la instalación agrícola de sus hijos
(Schiavone, 2005).
A partir de datos censales, catastrales y del trabajo de campo, podemos advertir que
los colonos que lograron capitalizarse, hacendados, y latifundistas han adquirido
sucesivamente predios que habian sido demarcados bajo el padrón de colonización
de 50 has, conformando extensiones mayores. Es por ello que además de las aldeas
mbya y familias auto-identificadas como colonas, en este espacio rural hay
6
haciendas y latifundios -a nivel departamental, un 55% de las unidades productivas
en 2002, de acuerdo al Censo Nacional Agropecuario- (INDEC 2004).
Si bien el trabajo de campo mostró que unos pocos hacendados viven en la ciudad
de San Ignacio, los grandes propietarios se encuentran en la capital provincial, en
otras provincias o países -un latifundio muy extenso de la zona es atribuido por los
pobladores a una empresa forestal que en este momento pertenece a capitales
chilenos, y una empresa yerbatera pertenece a una empresa santafesina-.
3
la Ley 26160 sancionada en el 2007, establece el Programa Nacional Relevamiento Territorial de Comunidades
Indígenas. La Ley Nacional de Protección de los Bosques Nativos, del mismo año, contempla la presencia de
comunidades indígenas y su uso del monte en la definición de áreas protegidas o de explotación.
7
de los desalojos, debiendo recomezar las actividades prediales cada vez que logran
volver al campo. En ambos casos se observan procesos de semiproletarización,
cuando el ingreso principal del grupo doméstico no depende de la chacra sino de
salarios adquiridos en el trabajo urbano.
8
Como hemos señalado, son especialmente los ocupantes quienes enfrentan
generalmente las discontinuidades en las actividades prediales, cuando los
desalojos interrumpen una producción que a veces fue resultado de décadas de
trabajo. Este proceso de “descampesinización” no es sin embargo concluyente: el
trabajo de campo nos ha mostrado que en estas situaciones -y aunque los períodos
de transición se atraviesen en la ciudad-, algunas familias proyectan un futuro rural,
volviendo a ocupar chacras y recomenzando las actividades en cuanto esto es
posible (Padawer, 2011).
9
Si bien otros estudios han mostrado como las plantaciones pueden ser, en rigor,
espacios de esparcimiento además de productivos (Leite, 2007), estos escenarios
de la cotidianeidad rural distan de ser idílicos: la chacra se vuelve espacio de juego
para los niños también porque las viviendas son pequeñas y precarias, y porque no
tienen otras opciones de actividades recreativas que, en contextos urbanos y
condiciones de clase, son habituales.
10
Del panorama antedicho es evidente que, las tareas que “se aprenden haciendo”
son asimismo diferenciales: si los jóvenes de las familias colonas prósperas pueden
acceder a la realización de actividades cada vez más diversas, livianas, y en algunos
casos al manejo de maquinaria (por ejemplo, una moledora de mandioca, para la
creciente actividad ganadera de la familia mencionada en primer lugar), los hijos de
ocupantes suelen realizar tareas más rutinarias y pesadas (carpida y mantenimiento
de cultivos que se repiten cada año, en el caso de la segunda familia). Asimismo
merece destacarse que, en las familias de ocupantes, es más habitual el trabajo de
los varones jóvenes como contraprestación para la adquisición recursos productivos
(renovación de animales o uso de maquinaria), situación que se incrementa cuando
estas familias son desplazadas a la fuerza.
11
Este podría ser un comienzo para una educación superior vinculada al agro para
estos jóvenes rurales, pero del trabajo de campo surge que sólo en una minoría de
los colonos estudiantes de la EFA sigue este trayecto. Esto se vincula con una
cuestión estructural que excede a la modalidad, ya que el acceso a la educación de
nivel superior es compleja para cualquier familia de colonos, porque implica sostener
a los hijos en un medio urbano. Cuando están dadas estas condiciones, no obstante,
dado que no todos los hijos podrán acceder a una propiedad en herencia y que el
trabajo predial es “sacrificado”, la opción de estudios superiores no vinculados al
campo es la opción más razonable y elegida.
12
No obstante, el trabajo de campo muestra que la opción por escuelas secundarias
periurbanas resulta en un proceso de retracción progresiva en el conocimiento de las
actividades agrarias, que en el caso de colonos poco capitalizados y ocupantes
refuerza una producción predial también decreciente. Si bien el contexto urbano
ofrece una heterogeneidad mayor de actividades laborales, estas no son tales en
pequeñas ciudades como San Ignacio, donde a la falta de industrias radicadas, se
suma una oferta limitada de servicios –en este caso, básicamente turísticos-.
Pero además, sólo cuando los jóvenes ingresan en la escuela técnica agrícola se
involucran en una comunidad de práctica más amplia, donde pueden contrastar
formas de hacer, vincular sensaciones con terminología del sentido común y de la
ciencia-tecnología, que en el hacer cotidiano no se presentan. Es por eso que la
secundaria agrícola resulta en un espacio de experiencias formativas privilegiado
para los jóvenes rurales en cuanto a poder ampliar el conocimiento práctico.
13
debate histórico sobre su relación con la educación común y la formación general
preparatoria para los estudios superiores (Gutiérrez, 2007).
En ese sentido la modalidad rural parece actualizar una tensión entre los propósitos
universalistas y particularistas que coexisten desde la Ley de Educación Nacional
sancionada en 2006. Si bien el establecimiento de modalidades adicionales a la
educación común implicó cierto debate en su momento, se impuso y plasmó
normativamente la idea de que para lograr la universalización del derecho a la
educación secundaria era necesario establecer su obligatoriedad, desarrollándose al
mismo tiempo lineamientos específicos para contextos particulares – entre ellos, el
rural - .
14
y a la vez una condena: saber de las “cosas del campo” –desde el predio familiar y
desde la EFA- es poder continuar con una actividad que garantiza la supervivencia,
desafiando a la propia conciencia de que hay cada vez menos oportunidades de
futuro en la vida rural.
Bibliografía
BARANGER, Denis. 2008. La construcción del campesinado en Misiones: de las
Ligas Agrarias a los “sin tierra”, en Campesinos y agricultores familiares. La cuestión
agraria en Misiones a fines del siglo XX. Editado por G. Schiavoni, pp. 33-70. Ciccus.
Buenos Aires.
BARTOLOME, Leopoldo. 2007. Los colonos de Apóstoles: estrategias adaptativas y
etnicidad en una colonia eslava en Misiones. Editorial Universitaria. Universidad
Nacional de Misiones. Posadas.
15
CRAGNOLINO, Elisa. 2006. Infancia, escolarización y apropiación de la lectura y la
escritura en familias rurales. En: XI Simposio de Investigación Etnográfica dn
Educación. Actas publicadas en CD ROM. Buenos Aires: UBA. Buenos Aires.
GALAFASSI, GUIDO. 2008. Contradicciones sociales y procesos de movilización en
espacios rurales de Argentina en las últimas décadas. En: J. Balsa, G. Mateo, y S.
Ospital (comp.), “Pasado y presente en el agro argentino”. Lumiere. Buenos Aires.
GUTIÉRREZ, Talía Violeta. 2007. Políticas de orientación agrícola y pedagogía
normalista. Revista Perfiles Educativos. XXIX (117): 85-110.
INDEC (2004). Resultados definitivos del Censo Nacional Agropecuario 2002.
Buenos Aires: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Consulta 21 de marzo de
2010: www.indec.gov.ar
LAVE, Jane y WENGER, Etienne. 2007. Situated Learning: Legitimate peripheral
participation. Cambridge University Press. Cambridge.
LAPEGNA, Pedro. 2005. Transformaciones y nuevas articulaciones agroalimentarias.
Las Ferias Francas de la Provincia de Misiones. En: Giarraca, N. y Teubal, M. El
nuevo campo argentino en la encrucijada. Alianza Editorial. Buenos Aires.
LEITE DE SOUSA, Emilene. 2004. Que trabalhais como se brincásseis: trabalho e
ludicidade na infância Capuxu. Tesis (Maestría). Programa de Posgraduación en
Sociología, Universidad Federal de Paraíba. Brasil.
MANZANAL, Mabel y ROFMAN, Alejandro. 1989. Las economías regionales de la
Argentina. Crisis y políticas de desarrollo. CEAL. Buenos Aires
NIEUWENHUYS, Olga. 1996. The Paradox of Child Labor and Anthropology. Annual
Review of Anthropology, Vol. 25, p. 237-251.
PADAWER, Ana. 2010. La reproducción del conocimiento tradicional indígena en un
espacio social rural en transformación: experiencias formativas en la producción
familiar-domestica mbyà. Amazônica - Revista de Antropologia. vol.2 n°2. pp190 -
218. PPGCS- Universidad Federal do Para.
PADAWER, Ana. 2011. Con el invernadero aprendimos todos… Aprendimos todo.
Conocimientos y prácticas sociales de jóvenes rurales”. Revista Educação e
Contemporaneidade. Vol 20. N. 36. pp. 79-92. Universidade do Estado da Bahia.
PADAWER, Ana (e/p): el conocimiento práctico en poblaciones rurales del sudoeste
misionero: habilidades y explicitaciones.
SCHIAVONI, Gabriela. 2008. Nuevas organizaciones agrarias. Plantadores y
campesinos en el nordeste de Misiones, en Campesinos y agricultores familiares. La
cuestión agraria en Misiones a fines del siglo XX. Editado por G. Schiavoni, p. 99-
132. Ciccus. Buenos Aires.
16
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
GT N. 7. La educación en contextos rurales: transformaciones productivas,
conocimiento y demandas sociales
1
Proyecto UBACyT 20020100100421 “El aprendizaje del sistema de numeración en la escolaridad primaria. Estudio
comparativo de las conceptualizaciones infantiles en secciones simples y múltiples de 1er ciclo y estudio exploratorio
en 2do ciclo” (Programación Científica 2011- 2014 de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de
Buenos Aires).
Agradecemos al Dr. Juan Antonio Huertas (Universidad Autónoma de Madrid, director de tesis doctoral de Flavia
Terigi) su orientación y supervisión en la elaboración de los análisis cuantitativos y en la evaluación de la
consistencia y fiabilidad del EvSN1.
1
las diferencias entre esos dos modelos organizacionales (aula estándar, plurigrado) en
relación con las condiciones que ofrecen para los aprendizajes, con especial atención a
las presentaciones del contenido escolar y a las interacciones entre los niños/as que se
producen en el contexto del plurigrado. Partimos de la hipótesis de que, a falta de la
producción de un modelo pedagógico específico para el plurigrado, en las escuelas
rurales pequeñas de Argentina se extendió el modelo pedagógico del aula graduada en
el modelo organizacional del plurigrado.
De modo que, en los plurigrados, las condiciones para los aprendizajes infantiles son
distintas de las que se presentan en el aula estándar. Entre las razones de sus
particularidades, se encuentran las diferencias en los saberes construidos por los
distintos integrantes del grupo- clase, las posibilidades de manejo no graduado del
conocimiento escolar que genera el agrupamiento de niños que se encuentran en
distintos grados escolares, y la preparación de los maestros para ajustar su enseñanza
a las condiciones específicas de las secciones múltiples.
2
Distintas investigaciones educativas han estudiado la formación y el desempeño de los
maestros en las escuelas multigrado rurales y parecen coincidir en destacar la importancia
que tiene su formación en los resultados de aprendizaje de los alumnos. Algunos de estos
estudios se ocupan de las estrategias que siguen los maestros para organizar los grupos
en los plurigrados (Mulryan-Kyne, 2005; Mulryan-Kyne, 2007; Wilkinson, Hamilton &
Richard, 2003; Belay et al, 2007; Terigi, 2006 y 2008), mientras que otros, en menor
medida y de manera marginal, abordan las estrategias que siguen los maestros para
enseñar (Santos, 2006; Vera Noriega y Domínguez Guedea, 2005; Hargreaves et al,
2001). Distintos estudios comparativos de los efectos de la clase multigrado y de grado
simple en las habilidades de los niños en las áreas de Lengua y Matemática concluyen
que las diferencias dependen menos de la composición de la clase y más de la formación
de los maestros (Mason & Good, 1996; Russel et al, 1998; Wilkinson, Hamilton & Richard,
2003; Mulryan-Kyne, 2007).
En este marco de preocupaciones, esta ponencia explora los aprendizajes que realizan
los niños en el contexto didáctico del plurigrado, tomando para ello como objeto de
análisis sus conocimientos sobre el sistema de numeración (SN), y comparándolos con
los que se producen en secciones simples de escuelas localizadas en el mismo
contexto y en zonas urbanas.
3
La elección del SN como contenido escolar a propósito de cuyo aprendizaje se realiza
la investigación no es casual. En el inicio de la formación matemática escolar, cuando
niños y niñas se incorporan a la educación primaria, el SN es el elemento clave, a punto
de ser determinante del llamado “fracaso escolar”, junto con la lectoescritura. Es el
primer sistema matemático convencional con que se enfrentan en la escuela, y
constituye el instrumento de mediación de otros aprendizajes matemáticos (Martí,
2003). En consecuencia, la calidad de los aprendizajes que los niños/as puedan lograr
en relación con este instrumento cultural es decisiva para su trayectoria escolar
posterior.
4
Una primera parte, “Encuadre del protocolo”, que tiene por objetivo presentarse a
los niños, explicarles el propósito general de la actividad de la que van a tomar
parte y lo que se espera de ello, y recabar datos de edad y escolaridad.
Una segunda parte, “El SN en contextos sociales de uso”, que tiene por objetivo
indagar los conocimientos infantiles sobre distintos aspectos del funcionamiento
del SN, en situaciones que presentan los números en contextos sociales de uso.
Los participantes son alumnos/as que se encuentran en distintos momentos del primer
ciclo de la escuela primaria y en el grado inmediatamente posterior, en secciones
simples y secciones múltiples de escuelas rurales del partido de San Antonio de Areco,
Provincia de Buenos Aires, y en escuelas urbanas de la Ciudad de Buenos Aires,
distribuidos en cuatro momentos de la escolaridad: comienzos de primer grado, mitad
de segundo, comienzos de tercero y mitad de cuarto. Se trata de una muestra no
probabilística de 85 estudiantes, 45 de escuelas urbanas y 40 de escuelas rurales, en
este segundo caso por mitades según tipo de sección en que se escolarizan (simples o
múltiples).
5
categorización de las respuestas elaboradas por los niños/as y para comprobar la
coherencia entre éstas, cada entrevista es codificada al menos por dos investigadores,
habiendo sido previamente conducida por un entrevistador y un observador que registra
aquello que el niño/a realiza durante la conversación, con especial atención a lo que no
pueda luego advertirse en las grabaciones o producciones escritas.2
2
Más adelante se presentan algunos ejemplos de conceptualizaciones infantiles, a propósito de los asuntos que
hemos seleccionado para esta ponencia: los conocimientos iniciales, y los aspectos multiplicativos del SN.
3
En todos los casos de alumnos/as de 1er grado, se han tomado las situaciones de la 1 a la 7. La decisión del punto
hasta el cual avanzar con las situaciones del EvSN1 es tomada en cada caso por el equipo de entrevistador y
observador, en función del desarrollo de los intercambios con los niños y niñas.
4
La elección de este recorte, que deja afuera el análisis de la parte 3 “El SN en contexto escolar”, se debe a que al
momento inicio de la escolaridad no tiene sentido buscar efectos de enseñanza o comparaciones entre elaboraciones
escolares y elaboraciones en contextos sociales de uso de la numeración. Por esta misma razón, las comparaciones
consideran los contextos (urbano y rural), sin distinguir dentro de este último la variable que diferencia las secciones
múltiples y las simples.
6
produce efectos sobre la apropiación del SN. Éste, además de ser un objeto
matemático, es también un objeto social: existe en contexto, está presente en
situaciones de la vida cotidiana de los niños donde ofrece informaciones diversas de
acuerdo con sus diferentes usos. Las prácticas sociales funcionan así como
posibilitadoras de los procesos de apropiación de este objeto de conocimiento.
En un análisis anterior (Sirotzky, 2012), advertimos que los niños que viven y se
escolarizan en contextos urbanos presentan, al inicio de su escolaridad, conocimientos
sobre el sistema de numeración más avanzados que sus pares rurales. Estas
diferencias se advierten en todas las dimensiones que el estudio se propuso indagar
(situaciones de 1 a 7 del instrumento EvSN1).
En primer término (Cuadro 1), presentamos los promedios de los puntajes resumen de
las situaciones 1 a 7 del EvSN1, por contexto (urbano y rural). El cuadro permite
apreciar que los niños y niñas que viven y asisten a la escuela en contextos urbanos
alcanzan puntajes mayores que sus pares rurales, en todas las situaciones que el
instrumento busca indagar para primer grado.
7
Cuadro 1. Promedio de puntajes resumen por situación y puntaje total, según contexto.
Contexto/Grupo Sit 1 Sit 2 Sit 3 y 4 Sit 5 Sit 6 Sit 7 Total
El Cuadro 2 muestra los puntajes resumen de cada niño/a por situación, y resalta los
totales de puntajes resumen más alto y más bajo para cada grupo.
5
Por ejemplo, jugadores de fútbol con sus camisetas, un auto con su patente, una escuela con su número, son
tarjetas propuestas en las que los números funcionan como etiquetas.
8
convencionales de los números en contextos de uso social. Estamos advertidos de que
los usos convencionales de la numeración escrita con los que los niños toman contacto
pueden ser distintos en una zona rural agrícola y en una gran ciudad; es precisamente
eso lo que la Situación 1 pretende captar.
La situación 2, que indaga cómo los niños interpretan y producen números del 1 al 20,
también marca una diferencia entre los promedios de ambos grupos. Sin embargo, la
cualidad de la situación posiblemente resalte esta diferencia. En esta situación que
indaga el repertorio numérico del 1 al 20 a través del dictado de números telefónicos, 6
de los 10 niños/as del grupo urbano conocen el repertorio del 1 al 20, mientras que en
el grupo rural, únicamente una niña conoce el repertorio completo y lo escribe
convencionalmente.
Ahora bien, esta situación interesa también porque en ella, durante el proceso de
análisis de las entrevistas rurales, se presentaron respuestas que expresan niveles
previos de conceptualización, que no estaban contenidos –pues no habían aparecido-
en las categorías surgidas del trabajo con las respuestas de los niños/as de contextos
urbanos. Esto hizo necesaria una recategorización que pudiera dar cuenta e incluir la
variabilidad de respuestas que se presentaron en el contexto rural. A título de ejemplo,
se muestra a continuación las categorías de codificación de la Situación 2 del
instrumento, que ilustra la variabilidad de respuestas de la situación:
9
Tabla 1. Categorización de respuestas de la situación 2 del EvSN1.
7
Pone la cifra o el nombre del número para
representar la cantidad y usa letras o dibujos
para el tipo de objeto.
6
Pone la cifra para la cantidad y dibuja el tipo de
objeto por correspondencia
5
Pone la cifra para la cantidad pero no
representa el tipo de objeto
4
Hace correspondencia dibujando el tipo de
objeto sin utilizar números ni letras
3
Hace correspondencia con la cifra de la
cantidad y no representa el tipo de objeto
No responde 1
Así, los tipos de respuestas que corresponden a las categorías codificadas como 2 y 3
no se han encontrado para los niños de 1er grado urbano, mientras que en el caso de
1ero rural dos niños elaboran respuestas de tipo 2 y otros dos elaboran respuestas de
tipo 3.
10
grupo urbano. Una descripción cualitativa permite ver que los niños del grupo rural
utilizan más criterios de encuadramiento en los que aún no se consideran ciertas
regularidades del SN. Por el contrario, en el grupo urbano la mitad de las respuestas del
grupo utiliza como criterio de encuadramiento la información de la decena, teniendo en
cuenta el valor posicional. De las 60 respuestas6 de la situación 7 en el grupo rural, 17
toman en cuenta para el encuadramiento alguna de las cifras del número sin tener en
cuenta el valor posicional, mientras que sólo 4 de las 60 respuestas muestran este
criterio en el grupo urbano. Esto es, por ejemplo, que el criterio de encuadramiento para
el número 73 es acomodarlo junto al 67 “porque los dos tienen el 7”; o el 36 se coloca
ordenadamente en el estante del 67 “porque los dos libros tienen el 6”:
A la luz del los datos que acabamos de presentar, puede sostenerse que los niños que
se escolarizan en contextos rurales presentan, al inicio de su escolaridad,
conocimientos sobre el sistema de numeración menos avanzados que sus pares
urbanos en lo que se refiere a la función convencional de los números, al repertorio
numérico básico y a los criterios de encuadramiento. La cuestión es relevante porque la
escolaridad primaria se apoya en estos conocimientos previos para construir
secuencias de enseñanza sobre el SN.
6
Seis números que se presentan a cada uno/a de los 10 niños/as.
11
escuela logra incidir sobre estas diferencias, asegurando a los niños rurales unos
avances en los aprendizajes sobre el SN que los coloquen en niveles equivalentes a los
de sus pares urbanos. Para aproximarnos a este asunto, hemos analizado cómo se
presentan los aprendizajes numéricos más complejos, que son los referidos a los
aspectos multiplicativos del SN.
Estudios previos de nuestro equipo muestran que los niños pueden enfrentar una
variedad de problemas que involucran el uso de la numeración escrita, sin todavía
comprender el principio de posición y el principio de agrupamiento, que son los
aspectos multiplicativos del SN: por ejemplo, pueden comprender la función social de
los números en distintos contextos, pueden comparar números mayores y menores o
realizar tareas que involucran memoria de la cantidad, inclusive resolver operaciones
sencillas con cálculos mentales o por procedimientos de conteo; pero todo ello no
implica que conozcan los aspectos multiplicativos del SN. Sucede que el progreso en la
comprensión de los aspectos multiplicativos requiere un marco específico de
enseñanza que promueva la reflexión sobre las regularidades de la numeración escrita
y permita avanzar hacia la conceptualización de las propiedades del sistema. Por esta
razón, el análisis del aprendizaje de los aspectos multiplicativos a lo largo del primer
ciclo es una buena aproximación al estudio de la incidencia de la enseñanza. Hemos
realizado este análisis en los dos grupos de la siguiente muestra:
Tabla 2. Distribución de los participantes en los grupos de la muestra (Estudios 1 y 2 del UBACyT
2002010010042)
12
alcanzan altos niveles de desempeño, en los aspectos multiplicativos los progresos se
diferencian grado por grado y en cuarto grado se sigue presentando una gran
variabilidad de respuestas. Ahora bien, estos aprendizajes más complejos se realizan
en menor medida en las escuelas rurales; de acuerdo con las medias obtenidas, 7 un
43% de respuestas de los niños en las escuelas rurales evidencian conocimiento de los
aspectos multiplicativos, contra un 64% de los niños en las escuelas urbanas.
Gráfico nº 1. Aprendizaje de aspectos multiplicativos del SN en escuelas urbanas y rurales, según grado
escolar.
El análisis grado por grado permite considerar que, en el marco de un proceso que
muestra mayores conocimientos en los dos grupos a medida que se avanza en los
grados escolares, las diferencias que existen en el inicio de la escolaridad se
mantienen. En segundo y tercer grado inclusive se acentúan, retornando en cuarto
grado a diferencias similares a las de primero.8
7
Los aspectos multiplicativos indagados se refieren a los procedimientos que ponen en juego los niños para
adicionar decenas (Situación 8 del EvSN1), a la composición de números como procedimiento para resolver una
suma (Situación 10), y a la anticipación del rango del resultado de una suma según los valores de los coeficientes de
decenas y unidades (Situación 11).
8
Esta situación en cuarto grado debe interpretarse con cuidado, pues la atenuación de las diferencias no
necesariamente es consecuencia de que se equiparen los resultados entre tipos de escuela, dada la conformación
relativamente selectiva de la matrícula de cuarto grado rural por desgranamiento y repitencia. Se trata en todo caso
de cuestiones que requieren una mayor amplitud de los datos para ser dirimidas.
13
El mantenimiento de las disparidades en los aprendizajes numéricos más difíciles nos
condujo a explorar la situación en los dos modelos organizacionales en que se agrupa
nuestra muestra de alumnos rurales: las secciones simples y las múltiples. Trabajamos
en este caso con los datos correspondientes a la siguiente muestra:
Tabla 3. Distribución de los participantes en los grupos de la muestra (Estudio 2 del UBACyT
2002010010042)
Momento de la escolaridad en que se encuentran los
sujetos
Inicio de 1er Mitad de 2° Inicio de 3er Mitad de 4°
grado grado grado grado
Múltiple 5 5 5 5
Tipo de sección escolar
Simple 5 5 5 5
Los resultados del análisis permiten afirmar que en las secciones simples rurales los
aprendizajes de los aspectos multiplicativos son superiores a los que tienen lugar en las
secciones múltiples, con diferencias significativas (F(1,32)=8,947; p=,005). Los niños
inician su escolaridad con conocimientos similares sobre estos asuntos pero, a medida
que avanzan los grados escolares, quienes asisten a secciones simples logran mejores
rendimientos que sus pares de secciones múltiples. Las diferencias se mantienen en
tercero e inclusive en cuarto, cuando para el conjunto de las otras variables los
resultados tienden a converger en ese grado escolar o antes.
Gráfico nº 2. Aprendizaje de aspectos multiplicativos del SN en escuelas rurales, según grado escolar y
tipo de sección (Estudio 2 del UBACyT2002010010042).
14
El análisis cualitativo permite dar mayor contenido a estas diferencias. Dentro de los
conocimientos sobre aspectos multiplicativos del SN que el instrumento EvSN1 busca
indagar, la Situación 10 refiere a la composición de números como procedimiento para
resolver una suma. En las elaboraciones producidas por los niños/as de 4° grado de
secciones múltiples, aparecen estrategias de resolución de la suma que dan cuenta que
aún no se han advertido ciertas regularidades del sistema - valor posicional y
agrupamiento en base diez- En este grupo, en 12 oportunidades se despliegan
estrategias tales como realizar la suma algorítmica; sacar los ceros y formar el número
cuando no es pertinente; sumar los cienes como miles. En el caso de los niños/as de 4°
grado que se escolarizan en secciones simples, utilizan ese tipo de estrategia
únicamente en 6 oportunidades. Este mismo grupo despliega en 14 oportunidades
procedimientos de resolución tales como: cálculo mental; resolver apoyándose en la
denominación oral de los números y ordenar; tener en cuenta los valores y acomodar
según posición, estrategias que sí dan cuenta de algún conocimiento sobre las
regularidades del sistema. En el grupo de sección múltiple, en cambio, este último tipo
de estrategias aparece únicamente en 8 oportunidades.
Estos resultados permiten afirmar que los aprendizajes numéricos más complejos se
realizan en menor medida en las secciones múltiples; de acuerdo con las medias
obtenidas, un 32% de respuestas que evidencian conocimiento de los aspectos
multiplicativos en las secciones múltiples, contra un 54% en las simples. Los datos van
en línea con la constatación de la falta de preparación específica de los maestros para
trabajar en las peculiares condiciones didácticas que produce el agrupamiento en
secciones múltiples (Terigi, 2010b).
15
Discusión
De acuerdo con los datos que hemos presentado, los niños que se escolarizan en
contextos urbanos presentan, al inicio de su escolaridad, conocimientos sobre el
sistema de numeración más avanzados que sus pares rurales. Son particularmente
notables las diferencias en los conocimientos sobre el repertorio de las dos primeras
decenas (su interpretación, su producción y la serie oral de esos números), así como
los conocimientos de las funciones convencionales de los números en distintos
contextos de uso social. Es claro que las posibilidades de interacción con el SN en la
vida cotidiana presentan diferencias entre el contexto rural y el urbano; lo que nuestros
datos ponen de manifiesto son los efectos de esas diferencias en las elaboraciones
espontáneas de los niños, y en sus posibilidades de producir conocimientos sobre los
que apoyar el aprendizaje escolar.
16
perjuicio de quienes se escolarizan en las secciones múltiples. Desde nuestra
perspectiva, la falta de desarrollo sistemático de un modelo pedagógico que rompa con
la lógica del aula estándar y que tenga en cuenta las particularidades del plurigrado
rural, es un elemento principal en el problema que estamos analizando. El modelo
organizacional de la sección múltiple provoca que en una misma aula estén
desarrollándose distintas cronologías de aprendizaje, de acuerdo con el grado escolar
en que están inscriptos los alumnos y alumnas. Que en una misma sección haya
alumnos cursando grados distintos, en un sistema escolar que establece una organización
graduada de las cronologías de aprendizaje, obliga a los maestros a cargo de esa sección
a manejar en forma simultánea tantas cronologías como grados componen el plurigrado.
17
Bibliografía citada
19
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA RURAL
Autora de la Monografía:
Maestranda María Rosa Wetzel
Supervisora Escolar Zona “B”
Dpto. La Paz
Institución Académica:
Facultad de Ciencias de la Educación
Alameda de la Federación Nº 106
Paraná, Entre Ríos
2
Introducción:
Esta propuesta teórico-práctica está delineada en el marco de la Especialización
en Educación y Desarrollo Rural, metodológicamente se configura como un estudio
etnográfico de perspectiva cualitativa.
Para realizar un estudio más ordenado y minucioso se ha recortado el campo de
acción, seleccionando como unidades de análisis dos instituciones escolares del
ámbito rural.
Esta exploración se ha realizado en dos escuelas de 4º Categoría ubicadas en el
ámbito rural, ambas con Nivel Inicial y Nivel Primario, específicamente la indagación
se concretó en el Nivel Primario. Las instituciones escogidas han sido las Escuelas
Nº 32 “Confederación Argentina”, de Colonia Carrasco y Nº 43 “Gregoria Pérez” de
Colonia Viraró, ambas del Dpto. La Paz, Pcia. De Entre Ríos.
A fines del año 2011 opté por seleccionar estas dos escuelas para indagar el modo
de construcción del conocimiento, la preferencia de las instituciones respondió en
primer lugar a la ubicación territorial de ambas, pues existía poca distancia entre
una y otra, ocurriendo lo mismo entre la supervisión escolar y las mismas.
Actualmente este trabajo de análisis pretende concluir con una etapa nutrida de
debates y nuevas perspectivas culturales focalizadas en el territorio rural, que han
formado parte del proceso de formación académica, comprendida dentro de la
propuesta de Posgrado que ofrece la Facultad de Ciencias de la Educación de
nuestra provincia.
El itinerario teórico-metodológico se construye indagando los sentidos que las
docentes atribuyen al vínculo pedagógico.
El mencionado concepto en las escuelas del territorio rural es un objeto de estudio
poco abordado, si bien se encuentran investigaciones sobre la organización de la
enseñanza en plurigrados, donde se interpela la construcción del saber y los modos
de invención que cada maestro despliega en el espacio rural, no he encontrado
trabajos específicos que den cuenta de la forma que se anuda el lazo relacional allí.
Las transformaciones sucedidas en el territorio rural han mostrado sutilmente su
impacto en la escuela, dado que es ésta quien históricamente ha portado
legitimidad en la vida de los pobladores y actualmente sigue de pie recibiendo tal
deferencia.
3
El abordaje minucioso de los vínculos educativos que se tejen en estas escuelas de
Sección Múltiples o Plurigrados, se ha convertido en una ruta cargada de
significados; surge acá la posibilidad de interpretar los modos de enseñanza que las
docentes instituyen, cuya finalidad está en encontrar algunas rastros que a través de
la escritura puedan expandirse allí y en otros contextos escolares.
La recuperación de las voces, de los gestos y las simbolizaciones construidas en
este recorrido se ve atravesada por sorpresas, desconciertos acerca del modo que
el docente del medio rural va realizando ligaduras en su tarea educadora.
Ha demandado también problematizar la lectura de aquellos textos que han abonado
estas trayectorias escolares, asumiendo una posición ética en la escritura y
reescritura lo cual ha autorizado a construir sentidos a partir de las experiencias
recogidas entre los protagonistas del sitio pedagógico, respaldando de ese modo el
presente trabajo.
Compone este recorrido una descripción ordenada de las escenas que han permitido
mostrar áreas de vinculación entre el conocimiento y los sujetos escolares, también
interpelar el proceso relacional y construir algunas consideraciones que pueden
develar los significados que entraña la práctica escolar en el territorio rural.
4
Objetivos:
Conocer y analizar el vínculo pedagógico que las escuelas construyen en
el ámbito rural.
Aportar nuevos vínculos didácticos que inciten a la transformación cultural
y social en la Nueva Ruralidad.
Problematizar la realidad escolar desde una pluralidad de perspectivas
teórico-prácticas y metodológicas.
Bucear perspectivas y aproximaciones sobre la construcción del vínculo
pedagógico.
Anclar nuevos modos de mirar la Nueva Ruralidad, para cimentar una
Educación Sustentable.
Palabras Clave:
Nueva Ruralidad
Vínculo Pedagógico
Autoridad
Transmisión
5
Desarrollo Teórico:
1
Inicio este trayecto teórico con el pensamiento de Antoine Saint Exupery pues el fragmento encuentra conexión
con el objeto de estudio que intento interpelar.
2
Considero válido hacer mención que mi vinculación profesional con estas instituciones se inicia en el año
2008, cuando ingreso a la Zona “B” del Dpto. La Paz como Supervisora de Nivel Primario; particularmente en el
año 2010 y 2011 durante el cursado de la Especialización en Educación y Desarrollo Rural fui analizando
distintas experiencias que las escuelas del territorio rural iban desarrollando.
6
modelos productivos, Nuevos usos del espacio rural, Migraciones inversas, Distintas
escalas de producción, Nuevos actores, Pluriactividad, Heterogeneidad, Flujos,
dinámicas, interrelaciones” (2011: filmina 5), significados que hoy se reflejan en el
contexto donde están insertas las escuelas.
Los fenómenos mencionados, reflejan nuevos modelos productivos, entre ellos la
producción y posterior expansión sojera, la producción avícola y apícola, la
elaboración de fardos, entre otras son modos de producción que muestran
variaciones en las actividades rurales.
La migración inversa de la población también se manifiesta ampliamente, el
despoblamiento del territorio rural, se ha hecho efectivo con viviendas deshabitadas,
que han buscado asilo en la periferia de la ciudad y por otro aparecen los habitantes
urbanos que encuentran en la nueva ruralidad un espacio de esparcimiento y de
descanso al culminar una semana de arduo trabajo en la ciudad. La nueva ruralidad
se configura en este territorio con contradicciones y gran dinamismo, teniendo en
cuenta que “El territorio es el espacio donde se manifiestan y dirimen los conflictos…
donde se lucha por las conquistas de los respectivos intereses y donde se disputa el
poder político y económico” (Manzanal, Mabel; 2006: 25).
En este territorio nuevos actores forman parte de esta evolución cultural, familias
capitalizadas, inversores, gestores de negocios agrarios, los prestadores de
servicios terciarizados, entre otros, esta heterogeneidad de actores muestra otras
dinámicas y otros flujos que inciden en las relaciones.
Otras investigadoras agregan “Es necesario, entonces, renovar la interpretación de
la ruralidad teniendo en cuenta las variadas dinámicas que se desarrollan en cada
territorio, según las particularidades históricas, sociales, culturales, ambientales,
institucionales” (Záttera, Olga y Serafini, Claudia; 2012: 12), la nueva ruralidad
adopta singularidades, de acuerdo con las condiciones de historicidad y la cultura
del contexto.
Los fragmentos de una de las entrevistas que a continuación comparto dejaron
traslucir que la vida de las familias se había modificado, producto de los avances
tecnológicos, provocando un impacto en la cultura de los pobladores rurales.
“Nosotros en la escuela no tenemos Cable Visión, ni TV Digital, pero en su casa
sí están al día, tienen radio, se enteran de las noticias de las localidades más
cercanas, por eso nosotros tratamos que las conversaciones diarias sean en
base a las vivencias de ellos.
7
A veces compramos un diario y tratamos de hacerlo con esos materiales.
(Entrevista realizada a Graciela, Directora de la Escuela Nº 32, abril de 2012)
“…al teléfono, yo no puedo prohibirlo, ellos vienen a caballo, si les pasa algo en
el camino se comunican con su familia o con la escuela o los papás si está
lloviendo me llaman, por ahí los llaman a ellos, estamos en continuo contacto”
(Idem).
Los procesos de cambio que han atravesado los medios de comunicación han
fortalecido las tramas pedagógicas entre la escuela y su espacio de referencia,
mostrando una apertura a tales transformaciones, sin perder el sentido que por
mandato histórico se le ha asignado a esta institución educativa.
3
Utilicé negrita para destacar las palabras claves.
4
El uso de comillas y el resaltado en cursiva es mío.
8
nuevo que incluye sus transformaciones… No se trata de interrogar al sujeto sobre
lo que quiere, sino de poner en juego el propio deseo del educador como aquello
que abre un campo de posibles.” (Tizio, Hebe; 2001: 20/21), se comprende acá que
en todo vínculo pedagógico, se habilita una relación que el docente construye
intentando hacer un sitio a los “recién llegados” (Arendt; 1996: 197), comparto la
idea que pone a consideración Encarna Medel, sosteniéndose en significados del
texto de Frankenstein Educador de Philippe Meirieu, donde ilustra de modo alguno la
forma de fundar el vínculo pedagógico, pretendiendo crearles un espacio a los
nuevos, ofreciéndole los medios para que el otro/a, otros/otras puedan ocupar ese
lugar. (Medel; 2001: 3) en un entorno cultural que han merecido como legado, pero
que deberán reinventar.
En el mes de octubre del año 2011 inicié este trabajo de indagación en las Escuelas
N° 32 “Confederación Argentina” y Nº 43 “Gregoria Pérez”, ambas instituciones del
Dpto. La Paz, realizando periódicamente un recorrido de 30 km. desde la Ciudad de
Bovril hasta llegar a las dos instituciones; mi intención apuntaba en mirar más a
fondo de qué forma los docentes iban armando sus relaciones didácticas en el
espacio rural.
La finalidad de aferrarme a los relatos de los niños y los adultos envolvía un modo
de documentar este recorrido y de habilitar nuevos significados “Un relato es
siempre una apertura de sentidos, es una invitación, un texto que puede ser
construido e interpretado de muchas maneras” (Greco, M. Beatriz; 2011: 40), esos
relatos envuelven experiencias, muestran intersticios, conforman recorridos
escolares donde los protagonistas son los sujetos que por allí transitan.
¿Cómo construyen las docentes el vínculo pedagógico al interior de la Escuela
Nº 32 “Confederación Argentina”?
En el aula los niños de 4º, 5º y 6º Grado compartían una amplia mesa, hecho que
rompía con el esquema misal de las aulas de la modernidad y que aún nuestras
escuelas en su mayoría conservan “una disposición «misal» de los alumnos y los
maestros (todos los alumnos relativamente alineados mirando hacia el frente,
donde se ubica el maestro), (Terigi Flavia; 2008: 6).
9
(Imagen de los estudiantes de Segundo Ciclo, en el salón de clase.
Escuela Nº 32, octubre de 2011).
El diálogo genuino que la Directora iba enhebrando fue un estímulo para rescatar las
vivencias que los niños habían compartido con su familia:
M- ¿Qué han hecho el fin de semana?
N- Fui a pasear a Bovril.
N- Fuimos a Maciá.
(Fragmentos del registro realizado el 17-10-11, en la Esc. Nº 32)
“M- ¿Qué han visto o de qué hablan sus padres en estos días?
N- Se va a votar.
N- Van a realizarse las elecciones.
N- Se elige al presidente.
M- ¿Quién es la Presidenta?
N- Es Cristina Fernández de K…
M- ¿Qué han oído hablar sobre los candidatos?
(Registro Esc. Nº 32, realizado el 17-10-11).
5
Debo hacer alusión acá que en el espacio rural donde están insertas las escuelas, el gobierno local está bajo
la responsabilidad de un Presidente de Junta de Gobierno, quien asume el compromiso ético y legal de velar por
la protección de los derechos de los ciudadanos de esa jurisdicción.
10
Habían transcurrido algunos días de mi última visita; esta vez compartí una
experiencia con las Docentes de Nivel Inicial y 1º Ciclo, quienes iban preparando un
queso casero con los niños, realizaban diferentes operaciones para concretar la
experiencia que darían a conocer el día miércoles 2 en la Feria de Ciencias de la
Ciudad de Bovril.
Los niños iban dibujando las secuencias y las docentes orientaban en ese proceso.
M de N. I ¿Éste de quién es?, ¿Cuál estás haciendo ahora?
M- Te falta la jarra verde. ¿Qué le agregamos ahora?
N- Agua y sal.
M- Muy bien Tamara, ahora escribimos.
(Registro realizado el 31-10-11 en la Escuela Nº 32).
7
El primer día de ingreso a las escuelas involucradas en esta indagación implicó recorrer unos 40 Km.
aproximadamente, tenía como finalidad visitar ambas instituciones e ir viendo puntos en común y divergencias en
sus aconteceres.
11
cierta linealidad como modo de dar respuestas a las actividades que le demandaba
el cursado del Postítulo que la Directora estaba cursando; pude comprender que no
habían sido abordados los contenidos vinculados con el hecho cívico que en los
próximos días la población protagonizaría, esta situación me interpeló acerca de las
elecciones didácticas que el docente escogía en sus trayectorias escolares y el
papel que jugaba allí la situación social, política, cultural, etc. para la ciudadanía
escolar.
Ante mi pregunta acerca de los criterios empleados, en la selección de los
contenidos, la Directora manifestó que la elección se vinculaban con el trabajo
práctico de la Cátedra de Alfabetización Inicial en el marco del Postítulo
Especialización en Educación Rural que estaba cursando; por tanto comencé a
indagar a partir de lo que la docente había proyectado.
Los estudiantes desarrollaban los Mitos en el Área de Lengua, la Sra. Cristina
trabajaba con el 2º Ciclo, en este caso sólo tenía 5º y 6º Grado, al 2º Ciclo se
sumaban cuatro chicos de 3º Grado, ya que por un acuerdo previo con la docente
de 1º Ciclo, esos niños compartían la clase allí, (trabajando con aportes que
brindaba la docente de 1º Ciclo, los cuales eran adaptados por la directora, en
función de las estrategias que utilizaba).
La Directora había entregado distintos textos de Mitos, los niños divididos en tres
grupos (conformados algunos por grados y otros por afinidad en el caso de dos
niños de 3º y 5º y el grupo de 3º y 6º Grado) seleccionaban aquellos de su
preferencia y los leían al inicio de la clase, posteriormente la docente realizaba una
lectura colectiva de los textos a toda la clase.
M (Maestra)- ¿Por qué eligieron los mitos?, Unos eligieron el dios del vino.
N 3º G. (Niño)- Nos gustó a todos.
M- ¿Los mitos tienen autores?
N 5º G.- No
M- ¿Quién era Dionisio? ¿Un dios?, ¿De qué es salvado?
(Registro realizado el 17-10-11 en la Escuela Nº 43)
12
Entre este torbellino de preguntas que la Prof. Cristina esparcía, aparecían
respuestas vacilantes y tajantes, un “no” que daba cuenta de formas culturales
atribuibles a algunos niños de esa comunidad; dando una explicación en términos
simple podría vincular este accionar con la frase expresada con Gandulfo, en el Cap.
III “Los niños “silenciosos” del campo…La explicación en términos simples es que
por algún motivo sociológico los niños hablan “poco” o hablan “mal”. Este concepto
proviene de la corriente teórica basada en las ideas desarrolladas por Bernstein
([1971] 1990) y según Unamuno (1995b: 25)” (2007: 72), mi intención es continuar
complejizando este relato, del mismo modo que Gandulfo (2007) lo hace en sus
páginas del Guaraní “acorrentinado”, pero no puedo dejar de enunciar que en aquel
sitio la escasa expresión de los niños era una especie de muralla para la directora,
quien con mucha insistencia removía ideas enlazadas a los textos.
13
“Con los de 1º Grado utilizo un método tradicional y gráficos; uso de
fotocopias, no puedo hacerlos escribir, dialogamos, hablamos sobre el juego
de los animales. Los niños son muy callados y hace falta que se los escuche.”
(Fragmento de la entrevista realizada en octubre de 2011).
Era evidente que ese ofrecimiento no alcanzaba, era necesario ir más allá,
haciéndose primordial habilitar otros modos de construcción del saber y otra forma
de autoridad que permitan filiar a estos niños que hoy comparten nuestra historia
“…autoridad que ofrezca espacios de despliegue subjetivo, de libertad; que
abandone los controles exhaustivos para prevenir lo indeseable, es decir, muchas
veces, lo indeseable que viene bajo la forma de lo singular que traen los otros, cada
otro y cada uno de nosotros” (Greco, María Beatriz; 2011: 46); la forma de
participación, establece un lazo muy importante allí, sostenido fundamentalmente en
el respeto y el reconocimiento de los derechos de cada ciudadano.
“Afortunadamente, la autoridad es aquello que permite crear, lo que habilita a los
nuevos a producir sus propios mundos, ante que a copiar los nuestros” (Zerbino,
Mario Carlos; 2011: 27), autoridad que nos coloque en otra posición educativa y con
otra actitud frente a la infancia “…debemos adoptar hacia ellos una actitud bien
distinta de la que tenemos unos ante otros” (Arendt, Hanna; 1996: 207). Doval y
Rattero en la presentación de una obra que recopila trabajos de investigadores que
abordan las preocupaciones que refleja el vínculo entre generaciones,
remitiéndose a palabras de Greco mencionan “Hay modos de pensar la autoridad
que nos habilitan a nosotros mismos, en un cara a cara con las nuevas
generaciones. Sólo cuando uno se hace cargo de su propio lugar es que puede
habilitar a otros, autorizarlos y producir condiciones para que vuelen con sus propias
alas”8 (2011: 9), refiriéndose a la misma categoría Greco admite que la autoridad se
ejerce en beneficio de otros, alude a una obediencia consentida, en este aspecto se
remite a Arendt, argumentando que autoridad supone obediencia sin pérdida de
libertad (Greco, Mª Beatriz; 2011: 48/49), es el docente también el que debe saber
correrse y dejar en libertad al “otro”, pues como expresa Rattero “El vínculo
pedagógico se muestra afectado por exceso de proximidad” (2011: 73), en la
preocupación por conocerlo, lo cosifica, lo sujeta manifiesta esta investigadora, este
8
El resaltado en cursiva es de las autoras del texto.
14
modo de control no lo autoriza a actuar con libertad, se hace nodal interpelar el
modo de vinculación con los otros/as “No hay un mundo sin otro, dice Deleuzze. Lo
común instaura la pregunta sobre el modo de relación con el otro” (Cornu Laurence;
2008: 138).
La actualización permanente que las docentes asumían como ineludible en sus
discursos, era un modo de construir autoridad:
15
Se podía percibir en este itinerario, que las docentes, estaban abordando una
educación de desarrollo sustentable, podía tratarse del acto cooperativo o de la
práctica alimentaria, del acto cívico eleccionario o del conocimiento del mundo a
través de los textos; acá rechinan las palabras de Arendt “No se puede educar sin
enseñar al mismo tiempo; una educación sin aprendizajes es vacía” (1996: 208), en
ese ofrecimiento, la transmisión incluía un conocimiento de los sucesos actuales o
de nociones básicas acerca la realidad cotidiana, cuyo propósito pretendía mejorar
la calidad de vida de las generaciones.
16
Conclusiones:
Las perspectivas teóricas compartidas a lo largo del trayecto de la Especialización
en Educación y Desarrollo Rural y los textos de investigadores pedagógicos ponen
en discusión el modo de enseñar y los nuevos sentidos de autoridad que
actualmente necesitamos reinstalar en las aulas, ofreciendo una trama que da
identidad al vínculo pedagógico que sutilmente los docentes y estudiantes van
delineando.
Las trayectorias escolares muestran formas de escolarización fundadas en la
escritura y la lectura preferentemente; dejando entrever a través de esas
significaciones que perduran algunas representaciones amuradas en la subjetividad
docente, como aquella que “ el buen docente es quien llena las páginas de los
cuadernos”; por otra parte se hacen visibles experiencias que involucran la
investigación con participación de la familia y vecinos o el tratamiento de las
efemérides a través de talleres; hechos que materializan la presencia de otros
sentidos para la práctica escolar y que abre las puertas para que las palabras
resuenen y las voces invadan las aulas, haciendo trizas la representación que
muestra al docente como el embajador de la palabra y al niño como un simple
espectador.
Lo expresado denota que se empiezan a resquebrajar ciertos rituales instituidos
desde mucho tiempo atrás, dejando al descubierto un escenario democrático
fundado en la participación de los estudiantes.
Si bien la investigación da pistas que están frente a un sendero delineado con
aciertos y algunos obstáculos propios del proceso de enseñanza, acentuados por la
perplejidad que invadía a las docentes en algunas ocasiones; se vuelve
imprescindible revisitar el acto de enseñanza, los discursos, sus lenguajes y los
significados que el mismo envuelve, siendo imperioso fortalecer espacios de
17
controversias, donde los argumentos sean elementos centrales de la práctica
pedagógica.
Las propuestas de los intelectuales que me han ayudado a pensar este recorrido,
aventuran un desafío político, cultural, social e histórico, el de reinventar un lugar
para los recién llegados, pero también un espacio para nos-otros, donde como
cuidadores y protectores podamos interpelar los significados que nos inquietan y
embarcarnos en itinerarios de actualización
Corresponde a los adultos generar espacios de lectura que inciten a la formación
subjetiva ya sea de modo individual o colectiva, envolviendo nuevos modos de
autoridad en el proceso de transmisión.
Demandará entonces fortalecer algunas experiencias, desaprender aquellas que
persisten, obstaculizando la problematización y reaprender otras que involucren la
investigación y el uso de las TIC; la jugada estará entonces, en fundar vínculos
pedagógicos que exhiban a las trayectorias escolares como un espacio plural,
complejo y heterogéneo.
18
Bibliografía:
-ARENDT HANNA. 1996, La crisis de la educación, en: H. Arendt Entre el pasado y
el futuro. Barcelona. Editorial Península.
-
MANZANAL, MABEL. 2006. Regiones, territorios e institucionalidad del Desarrollo
Rural, Buenos Aires. Ediciones CICCUS.
Publicaciones:
-BARBAGELATA NORMA. 2004, Transmisión y duelo. Historias mínimas, en
Frigerio Graciela y Gabriela Diker (comps.) La transmisión en las sociedades, las
instituciones y los sujetos. Un concepto de la educación en acción. Buenos Aires.
Ediciones Novedades Educativas.
19
-GRECO MARÍA BEATRIZ. 2011 FRICCIONES Y VERSIONES SOBRE LA
AUTORIDAD. PENSAR LA AUTORIDAD EN TIEMPOS DE TRANSFORMACIÓN,
en: Doval Delfina y Carina Rattero (comp.) Autoridad y transmisión: niños y jóvenes
en la mira, pp. 39- 64. Edic. Noveduc; Buenos Aires.
Tesis:
-TERIGI, FLAVIA Z. 2008, Organización de la enseñanza en los plurigrados de las
escuelas rurales, Tesis de Maestría en Ciencias Sociales con orientación en
educación. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Sede Académica
Argentina.
Material digital:
-GROSSO, SUSANA y FABIANA ROTONDI. 2011, Material tecnológico, compartido
en el Seminario “Nueva Ruralidad. Teorías y Metodologías”, en el marco de la
Maestría en Educación y Desarrollo Rural, FCE-UNER y CRER. INTA, en la Ciudad
de Paraná, Entre Ríos, Argentina.
20
Bloque 8
“Modalidades de Intervención
en el Desarrollo Rural Local”
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL.
Grupo de trabajo Nº 8: Modalidades de Intervención en el Desarrollo Rural
Local
Resumen
1
Se entiende por territorio, un espacio geográfico caracterizado por la existencia de: una identidad
particular(historia y culturas locales), con tejido social específico, una base de RRNN particular, instituciones y
estructuras organizadas propias, determinadas formas y tipos de producción, industrialización y servicios y de
intercambio y distribución del ingreso.
Lo que se expondrá en el presente trabajo son los aportes metodológicos generados
e implementados para la mejora del sistema de extensión y transferencia de
tecnología. Además la investigación contempla una revisión bibliográfica, más
datos de fuentes primarias y secundarias, que den cuenta de algunos resultados
obtenidos por el sistema de extensión: entrevistas en profundidad a técnicos de
INTA y otros informantes clave, dentro de las primeras, y actas, documento marco
del SER y TT, listas de reuniones, otros documentos y trabajos de investigación,
entre las fuentes secundarias.
Introducción
2
Desarrollo
El nuevo planteo del desarrollo rural2 con enfoque territorial3 incluye 1) el concepto
ampliado de lo rural y los vínculos urbanos rurales, 2) la consideración del desarrollo
territorial en un espacio determinado, con un proyecto concertado para el mediano y
largo plazo, 3) la heterogeneidad de los territorios, 4) la convocatoria a todos los
agentes del territorio, 5) la combinación de empleo agrícola, no agrícola y servicios,
6) la demanda externa al territorio como motor de las transformaciones productivas,
7) la competitividad sistémica, 8) el fortalecimiento de la gestión y 9) el desarrollo
institucional. La valoración actual de conceptos como los de territorio y capital social,
implica reconsiderar la importancia que los aspectos políticos, sociales y culturales
tienen en las estrategias de desarrollo.
2
Por DR entendemos el pasaje de un estadio de desarrollo de un espacio rural, caracterizado por
condiciones donde predominan las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), en forma individual y
colectiva, a otro estadio con condiciones que permiten un mejor desarrollo de las personas por un
mayor satisfacción de las NBI a través de un proceso basado en la participación creciente de la
población implicada en la gestión económica y social. (Ver Grondona u otro, en Thornton, 2007)
3
Por DR entendemos el pasaje de un estadio de desarrollo de un espacio rural, caracterizado por
condiciones donde predominan las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), en forma individual y
colectiva, a otro estadio con condiciones que permiten un mejor desarrollo de las personas por un
mayor satisfacción de las NBI a través de un proceso basado en la participación creciente de la
población implicada en la gestión económica y social. (op., cit, 2007)
3
Son factores de apoyo para estrategias-acciones de desarrollo, más que elementos
paralizantes de las mismas. El diagnóstico regional explicitado en el Plan
Tecnológico Regional (PTR) nos señala asimetrías de escalas productivas, como de
competitividad y capital social, esto induce a fortalecer tanto los procesos de
innovación tecnológica como organizacional, donde el Estado no puede estar
ausente y en particular los sistemas de extensión rural públicos. Puede considerarse
entonces, que si bien la innovación aparece como un proceso muchas veces
individual, la capacidad de innovación de los individuos se ve afectada por un
sinnúmero de influencias, que la transforman en un proceso sociocultural. El proceso
de innovación tecnológica y organizacional es significativo en términos
socioeconómicos para el incremento de competitividad de los territorios. Por lo tanto,
un proceso de innovación responde a una mirada sistémica, a las interrelaciones
que se establecen entre diversos actores entre los que se encuentran aquellos que
intervienen en la generación de nuevos conocimientos, los que se desenvuelven en
el ámbito de la información, difusión y capacitación. Otros tienen injerencia en lo que
refiere a procesos de consulta y asesoramiento, y también son relevantes los
actores de la demanda de determinados bienes y servicios que se producen. De
este modo, las estrategias de innovación no sólo son extremadamente críticas, sino
que también tienen que lidiar con grandes niveles de incertidumbre acerca de lo que
los agentes interesados realmente desean, piensan y necesitarán si se
comprometen. Las metodologías de intervención podrían intentar disminuir dichas
incertidumbres, pero al mismo tiempo deberán ajustarse a niveles considerables y
persistentes de incertidumbre y aleatoriedad.
4
comercialización. Es el resultado de procesos de interacciones sociales más que el
producto de la transferencia o la difusión de tecnología. Resulta importante tener en
cuenta las formas estructurales que surgen y evolucionan en los escenarios de
innovación complejos cuando varios actores articulan las estrategias de innovación y
tienen éxito al encaminarse hacia un conjunto de objetivos relativamente bien
definidos. Un enfoque para la intervención debe tomar en cuenta dichas formas y su
influencia en el proceso de innovación agrícola. Por esta razón, es necesario
determinar qué formas se deben considerar y cómo se debe examinar su influencia.
La intervención en la organización social de la innovación requiere entender las
maneras y los medios para impulsar estrategias más allá del nivel de acción de los
actores individuales; también requiere de una capacidad para evaluar las
consecuencias de dicha formulación de estrategias.
Tal como considera el PEI4 ¨... El sistema de Extensión trabajará abordando el
desarrollo territorial a través de estrategias adaptadas para cada condición
particular, promoviendo y apoyando los procesos de transformación productiva e
institucional. Para esto será necesario generar capacidades regionales con el
desarrollo de equipos de extensión que se constituirán en articuladores de actores y
facilitadores de procesos de transformación de las cadenas y redes de valor en los
territorios. El diseño de la extensión a la medida de las particularidades de
situaciones concretas emerge de la diversidad y especificidad local. Esta búsqueda
implica la implementación de modelos organizacionales, metodológicos y operativos
para cada situación-problema.(Thornton, 2007)
4
Plan Estratégico Institucional del INTA.
5
3. Las bases de datos son en red pero de niveles de complejidad distinto para
procesar e interpretar información.
4. Cada Unidad genera y/o levanta información tecnológica-productiva-social para
dar respuestas en su ámbito de influencia y retroalimenta el dialogo regional de
innovaciones.
5. El SER y TT incluye los profesionales (investigadores / experimentadores) de las
EEAs que realizan transferencia de tecnología.
6. Se define una estructura básica de RRHH de planta institucional y promover las
vinculaciones interinstitucionales.
7. Las Unidades de Extensión se sinergizan con las EEAs y Unidades
Institucionales extra-regionales cercanas.
8. Se propone una estructura programática, flexible y temporaria en
determinadas intervenciones.
9. Se enfatiza el seguimiento y evaluación para mejorar la toma de decisiones. Este
eje es transversal a los otros, ya que permite revisando las acciones en terreno y es
el que sustenta la propuesta que se pretende socializar en presente trabajo.
10. Se pone énfasis en la importancia que tiene la publicación, para compartir,
registrar y aprender.
Desde el año 2007 hasta la actualidad (finales del año 2012), la Metodología Q fue
utilizada en distintas oportunidades para el estudio de varias temáticas relacionadas
con el SER y TT: en el año 2008 para la discusión de un proyecto Profeder
terminado el año anterior; en el año 2010 con el fin de analizar algunas
5
La metodología Q consiste en tomar una idea de una teoría y caracterizarla mediante proposiciones o
afirmaciones, previamente consensuadas por el equipo investigador. Una vez en poder del encuestado, éste va
colocando las tarjetas con las afirmaciones sobre una cartulina con una grilla, ordenándolas de mayor a menor
acuerdo con dichas afirmaciones. Luego mediante un programa estadístico y un análisis cualitativo, se arriba a
las conclusiones del caso.
Q está diseñado especialmente para estudiar la subjetividad humana conformando un sistema a través del cual
las personas analizan el mundo y toman sus decisiones (Bonelli, et al 2008).
6
percepciones6 de los técnicos extensionistas en relación al funcionamiento de las
agencias de extensión (UE y DT según la nueva nomenclatura); y actualmente se ha
aplicado al estudio de consejos locales asesores7 de la provincia de San Luis y
promotores de otro programa de intervención de INTA denominado Pro-huerta (en
estos dos casos, la investigación se encuentra en proceso de recolección de datos).
a) Metodología Q
En el año 2008, se llevó a cabo un trabajo de investigación tendiente a analizar el
proceso comenzado por un proyecto de la Unidad de Minifundio en el norte de la
provincia de San Luis del año 1993, y que culminó en el año 2007, ya como proyecto
Profeder8.
Como forma de estudiar la trascendencia de la intervención del INTA, los logros
obtenidos en los años de trabajo, se realizó un estudio que abarcó a los socios de la
Asociación de Productores Minifundistas de Ayacucho y Belgrano cuya
conformación (año 1996) fue consecuencia del trabajo del proyecto de Minifundio.
Se aplicó la Metodología Q, la que fue realizada a 40 socios; en la siguiente figura
(1), se muestra la grilla donde los encuestados colocaban las tarjetas.
6
Por percepción se entiende el proceso a través del cual toman significado los datos aislados ylas situaciones.
los datos pasan a tener valor cuando se integran a una cadena de significación. Por lo tanto, el sentido de una
situación o información tendrá un impacto diferencial según lo que las personas perciban como positivo o
negativo. La percepción se construye a partir de la interacción. Hábitos, creencias, actitudes, opiniones,
experiencias, se entrelazan para generar una imagen de confianza y credibilidad. Por lo tanto, la respuesta que
realiza la organización a sus públicos de estar en sintonía con estos procesos personales y simbólicos (Manucci,
2005b, en Thornton, 2007).
7
Consejo local asesor (CLA): ámbito de participación social de INTA donde son canalizadas las demandas. Está
integrado por distintas organizaciones e instituciones del territorio en el que se desenvuelve una agencia de
Extensión del INTA (Unidad de Extensión y Desarrollo Territorial en la actualidad).
8
La unidad de Minifundio funcionaba nucleando proyectos de desarrollo rural cuyo público eran los productores
minifundistas de todo el país. Con la creación del Profeder, se incluyeron en él, todos los proyectos de
minifundio, el programa Prohuerta, proyectos de desarrollo local, Profam (proyectos para productores familiares)
y el programa Cambio Rural.
7
Desacuerdo Acuerdo
-4 -3 -2 -1 0 1 2 3 4
Del trabajo se desprende, que las afirmaciones deben construirse con base en
varios instrumentos metodológicos (relatos, entrevistas, talleres, grupos de
discusión) para que surjan de los propios actores sociales, utilizando su propio
lenguaje. Las afirmaciones redactadas en negativo generaron confusión a la hora de
ubicarlas en la grilla. Pero en resumen, fue una metodología muy útil para el análisis
de ese proceso que se quería estudiar. Si es la metodología Q una de las
herramientas a utilizar en la evaluación de este tipo de proyectos de desarrollo, la
hora de la formulación de dichos proyectos debería tenerse en cuenta la
clasificación: efectos buscados, efectos no buscados, emergentes y otros (categoría
residual), u otra clasificación en categorías previamente definidas, lo que facilitaría
la redacción de las afirmaciones, para posteriormente contrastarlas con la realidad
empírica, a través de la aplicación de la metodología Q. De este modo se podrían
evaluar procesos en los proyectos de desarrollo que presentan fuertes componentes
cualitativos, difíciles de medir y evaluar (Bonelli, et al. 2008).
8
En otra oportunidad, se aplicó la metodología Q para visualizar las percepciones de
los miembros del subsistema de extensión del Centro Regional en general y de las
unidades de Extensión y Desarrollo Territorial (UE y DT) en particular, ya que son
quienes ponen en funcionamiento o traccionan el SER y TT a través de sus prácticas
(Echeverría et al, 2010). Las proposiciones de elaboraron a partir de las
conclusiones de un Seminario Taller de trabajo, de la socialización de dicho taller en
una UE y DT estratégica y del documento del SER y TT del Centro Regional.
Giraban en torno al clima laboral, la organización de los recursos humanos,
capacitación, circulación de información, niveles y estilos de comunicación, identidad
y pertenencia, el funcionamiento de las agencias, la gestión armónica de los fondos.
En total se elaboraron 49 afirmaciones.
Se deja ver en este trabajo, que a pesar de que en general se está de acuerdo en
que es necesario tener una visión compartida para cumplir con los objetivos
institucionales existen algunos problemas operativos, ya que hay conflictos sin
resolver, la evaluación de desempeño no refleja el trabajo, el clima laboral no es
bueno, las responsabilidades en la unidad no se comparten, las expectativas de los
miembros no están integradas , no hay suficiente afinidad con las líneas temáticas
de la unidad y, además, preocupa la falta de espacios de discusión. En lo
relacionado a la planificación al interior de las UE y DT, puede decirse que el POA
es considerado una buena herramienta.
A medida que aumenta la cantidad de miembros de una UE y DT, disminuye el grado
de uniformidad en las percepciones entre los miembros.
Los extensionistas prefieren como estilo de conducción el democrático, basado en
toma de decisiones consensuadas; también perciben que es fundamental para cada
UE y DT tener visión compartida
En relación a la internalización del SER y TT se encuentran aspectos a fortalecer, ya
que falta integración entre las unidades y con el subsistema de investigación
Además la unidad estratégica no esta funcionando como tal. Aunque un pequeño
grupo opina que si lo hace.
Finalmente otro aspecto de acuerdo es el relacionado con el funcionamiento
administrativo contable, que no responde a las necesidades operativas de las UE y
DT. Existe la percepción de que no hay un uso de recursos financieros adecuados,
9
hay problemas de comunicación, hay cierto desconocimiento de los objetivos de los
proyectos y falta información sobre distribución de presupuesto y destino de fondos.
9
Se tomaron como criterio de selección de la muestra, la variable antigüedad o tiempo de funcionamiento, por lo
cual se está aplicando en la Unidad de Extensión de Quines y de Villa Mercedes.
10
Se construyeron 16 sentencias las cuales encarnaban las estrategias de
intervención antes mencionadas, lo interesante de la propuesta de análisis es que
permite a través de las percepciones de los promotores voluntarios con los que
trabaja el programa, conocer para luego poder incorporar cambios en la dinámica de
funcionamiento del programa si así lo requiriese para la mejora contínua de los
procesos, un aspecto esencial del documento marco referencial SER Y TT.
b) Diagnósticos comunicacionales
Desde el año 2007 se vienen realizando diagnósticos comunicacionales10 en las
unidades de extensión del Centro regional La Pampa-San Luis, se comenzó en la
unidad de San Luis, luego, Concarán (San Luis), Victorica (La Pampa), Villa
Mercedes (San Luis), Guatraché (La Pampa) y Anguil (La Pampa).
Los diagnósticos comunicacionales constan de 2 etapas: una cuantitativa basada en
la utilización de encuestas a los miembros de las unidades y a las audiencias con las
que se relacionan cada una de las unidades de extensión. Y la segunda etapa, cuyo
objetivo es la profundización de los aspectos abordados en la encuesta, se utilizó
como instrumento los grupos focales de discusión.
Los grupos de discusión o focus groups son discusiones abiertas entre un grupo de
personas especialmente seleccionadas. La discusión se focaliza sobre un tema
específico y es dirigida por un moderador, que tiene la habilidad de permitir la
discusión libre entre los participantes e introducir preguntas que orienten las
intervenciones y generen nuevas preguntas o nuevos aspectos de la temática11.
La técnica permite producir un número elevado de informaciones cualitativas
pertinentes en un periodo de tiempo relativamente corto. No constituye en ningún
caso una suma de opiniones individuales, al contrario, se incita a los participantes a
compartir y discutir sus opiniones y sentimientos de manera que eluciden diferencias
y profundicen argumentos (Lefèvre y Suremain, 2000:4. Albarracín, 2008).
En los últimos años la técnica es muy utilizada en la investigación de mercados,
programas de salud y educación, en la comunicación social, extensión rural y
10
El diagnóstico comunicacional es una técnica que implica un importante proceso de análisis, sistematización e
interpretación de datos y fenómenos abstractos aplicados a la construcción de un modelo de investigación
comunicacional de la organización. Sus resultados facilitan el diseño de propuestas de acción concretas para el
establecimiento y/o desarrollo de una política de imagen y comunicación institucional. (Centeno, 2008)
11
Krueger (1988), Dawson (1992), Adrian (1993). En LEFÈVRE, P. y SUREMAIN, C-E. (2000).
“Investigación socio-antropológica clásica, focus groups y modelo causal. Experiencias y
reflexiones sobre algunas combinaciones metodológicas desarrolladas en Bolivia y Perú”. Cinta
Moebio, Santiago de Chile.
11
también puede utilizarse como una herramienta dúctil en varios procesos del
desarrollo organizacional, como diagnóstico, evaluación y seguimiento (Thornton,
2002:18).
Finalmente, Thornton remarca (2002:22) que los grupos de discusión generan datos
de interés, “señalan sendas” para los investigadores, pero no buscan lograr
consenso, elaborar propuestas o tomar decisiones.
Por lo tanto se utiliza la triangulación metodológica en los diagnósticos
comunicacionales.
12
En VASILACHIS DE GIALDINO, I. (1992). Métodos cualitativos I: los problemas teórico epistemológicos.
Centro Editor de América Latina, Buenos Aires.
12
Las categorías de análisis que atraviesan los diagnósticos, en sus dos etapas son
las siguientes:
13
Para ver cada uno de los diagnósticos realizados, consultar: www.intadc.8m.com
14
El equipo esta constituído por : comunicadores y periodistas, una trabajadora social, una psicopedagoga, una
socióloga; con la colaboración de lng. Agrónomos.
13
Los consultados incluso diferencian dos tipos de vínculos institucionales: uno con las
personas (mencionan técnicos o promotores) y otro meramente institucional,
abstracto.
LA IMAGEN INSTITUCIONAL
Los informantes no construyeron una imagen del INTA tal cual está planteado hoy el
Centro Regional (La Pampa – San Luis). Para ellos la institución se organiza a nivel
provincial y aparece como núcleo de esta estructura el “INTA Villa Mercedes” (EEA
San Luis).
Es indiscutible la idea de que INTA tiene prestigio. En este sentido algunos advierten
que con el correr del tiempo a la institución sólo le ha quedado eso, su nombre. De
allí surgen frases como “INTA es un cartel”, “es una marca”. Los informantes
sugieren en consecuencia trabajar arduamente para “llenar de contenido” a la
organización, es decir proponer y detectar proyectos sustentables y sostenibles
para la región.
14
fortalece mitos y preconcepciones, como por ejemplo la siguiente frase: “por ahí te
encontrás con un evento provincial y nacional y ves la bandera del INTA, están los
tractores, la última maquinaria … por eso la gente piensa que el INTA es para los
grandes”.
OTROS INTA
Al consultar sobre la UEyDT Concarán, se habla también de “otros INTA”.
Se menciona con renuencia que en San Luis el INTA prioriza el sur y centro
provincial. Se visualiza que la institución no otorga mucha importancia al Valle del
Conlara.
15
Villa Mercedes hacia el sur, no hay un proyecto sustentable para el norte del San
Luis …”
En el relato de los productores aparecen las siguientes unidades de extensión e
investigación del INTA en la provincia y el país:
» Quines
» San Juan
» Castelar
» Villa Mercedes
» Manfredi
» La Falda
» Jesús María
» San Luis
EL SENTIDO DE PERTENENCIA
Es unánime la opinión acerca de que el INTA tiene mucha tradición y que debe
hacer uso de ella para mejorar su funcionamiento en general.
No obstante, la opinión está dividida entre aquellos que creen que el INTA es una
institución prestigiosa y los que consideran que la institución “ha perdido el rumbo”.
En algunos casos se observa un fuerte sentido de pertenencia con el INTA en
general. Se visualiza como a una entidad pública que hay que fortalecerla, apoyarla,
apropiarla y defenderla.
Paralelamente algunos consultados construyen su sentido de pertenencia a la
institución a través del programa en el que se encuentran como beneficiarios.
LA COMPARACIÓN CONSTANTE
La comparación se la puede visualizar en dos sentidos: en un sentido temporal y en
un sentido institucional.
Fue recurrente la tendencia a comparar la situación actual del INTA en la Provincia y
la Agencia con un tiempo pasado inmediato. La comparación fue constante,
principalmente haciendo hincapié en las características de las personas que a lo
largo del tiempo fueron participando de los programas y proyectos. En todos los
casos, existe el imaginario de que antes se estuvo mejor que ahora.
16
También fue muy frecuente la comparación de la situación del INTA con la de otras
instituciones que trabajan en el ámbito rural, destacando casi siempre que las otras
organizaciones poseen mejores atributos.
Muchos informantes sostienen que conocen el INTA a partir de experiencias
originadas con otras organizaciones y proyectos: Programa Social Agropecuario
(PSA), Plan de Inclusión Social, el Instituto de la Pequeña Agricultura Familiar
(IPAF), el Ministerio del Campo del Gobierno de San Luis, municipalidades de la
zona, entre otros. En general los vínculos establecidos de esta manera fueron
positivos.
EL DEBER SER
Se visualiza al INTA como una institución que tiene la responsabilidad de articular
con otros, con sistemas de investigación y extensión que deben estar a la
vanguardia y actualizarse permanentemente.
Se observa también que la institución debe tomar postura sobre ciertos temas
actuales, al mismo tiempo que aportar uniformidad de criterios al sector
agropecuario, regular metodologías y acompañar las transformaciones.
Distintos tipos de productores acordaron que INTA es una entidad asistencialista.
Con críticas a favor y en contra de esa política, los informantes destacaron que la
institución debe aportar recursos financieros a los distintos productores: ya sea
haciéndose cargo de los honorarios de un promotor en los grupos de Cambio Rural,
aportando insumos gratuitos u otorgando subsidios o líneas de crédito. Algunos
consultados destacan que los productores sacan ventaja de esto y se “aprovechan
del INTA”.
Una lectura reflexiva de las demandas de los consultados respecto de los puntos
débiles del funcionamiento institucional, permite vislumbrar la imperiosa necesidad
de que el INTA cumpla con la función para la que fue creado (deber ser). Las
demandas así planteadas se circunscriben únicamente a retomar viejas buenas
prácticas – de allí la comparación constante con escenarios anteriores.
Algunos de los consultados consideran que para recobrar la imagen perdida y volver
a estar a la vanguardia, la institución debe ganarse nuevamente el respeto de los
actual.
17
Lo que no lograron visualizar, y por tanto plantear, son propuestas pensadas desde
la acción concreta. En conclusión, se plantearon ideas para que el INTA las lleve a
cabo.
LA COMUNICACIÓN
Para la gente la comunicación es una definición tan vaga como amplia. Para algunos
es solamente difusión (una revista, una publicación) o promoción, mientras que para
otros es sólo relacionamiento interpersonal o mediante un dispositivo técnico. Se
construye en todos los grupos el imaginario de que es necesario más y mejores
espacios comunicacionales, que contribuyan a incrementar la presencia del INTA en
la sociedad.
LA SITUACIÓN POLÍTICA
En todos los grupos se dialogó acerca de cómo las malas prácticas políticas están
impactando en las instituciones. La gente se siente desilusionada por sus gobiernos
y esto genera desconfianza principalmente en las instituciones estatales, aunque
también en las privadas.
Sin dar nombres, los productores medianos comentan por ejemplo que se sienten
“usados” por los institutos de investigación o las compañías privadas. “… Prueban
con lo tuyo, a vos te hacen poner el campo, tomá, probá está semilla, probá ésta,
pero el que termina perjudicado es el productor …”, afirmó un informante, quien
explicó que una vez que las organizaciones hicieron lo suyo, se van, no vuelven
más, y no dejan un aporte constructivo que sirva al productor.
18
Para los productores medianos y grandes, el reciente conflicto entre el Gobierno
nacional y el sector agropecuario por las retenciones móviles no hizo otra cosa que
acrecentar la brecha entre la población y las instituciones. En el GFD 03 toda la
discusión giró en torno a este tema. Para estas audiencias aparece como un desafío
importante que el INTA piense cómo se propone trabajar con ellos a partir de la
crisis del año 2008, cómo retomar el contacto. “El campo está desilusionado de
muchas cosas … no cree en nada”, sostuvo un productor.
Conclusiones
Desde una mirada holística se puede decir, que los cambios atravesados por la
institución desde el punto de vista de los paradigmas por los cuales fue pasando
marcaron fuertemente la imagen institucional, esto impacta noblemente en otras
categorías de análisis como es el funcionamiento, el objetivo institucional, el vinculo
institucional y la comunicación.
En los trabajos analizados y según la percepción de los distintos actores sociales
que participaron de las instancias de evaluación (metodología Q y diagnósticos
comunicacionales), el INTA se adapta bien a la nueva realidad contextual, ya que
trabaja con todo el espectro de productores (desde los más “grandes” hasta los más
“chicos”) con otras instituciones, organizaciones, asociaciones, etc.
Puede verse también cierto espíritu crítico de los técnicos hacia su trabajo e
institución, pero desde el punto de vista de querer mejorar su desempeño y del
organismo para el que trabajan (cosas vistas por ejemplo al momento de analizar los
recursos financieros, los tiempos y otras herramientas necesarias para el buen
funcionamiento de los proyectos y programas para los que participan).
Las metodologías aplicadas son de suma utilidad en el análisis de los resultados
alcanzados por el sistema de extensión del INTA; pero es necesario seguir
avanzando en la implementación de otros diagnósticos y evaluaciones para cubrir
todos los espectros. Lo que da pie a nuevos trabajos e investigaciones.
19
Bibliografía
20
!"#$%&'()$"*'&(%+,%$"-".*+,%$*/(',#*%$"0("*%+'$1$.$&2*
'3'*.
&'31$" 0(" +'*4*5$" %6" 78" 9/:;<=>;<;?@" ;?" >AB?CD?AE>FA" ?A" ?=" 0?@<CC:==:
'GC<=".:E<=H
!"#$ %&'()*#+,%#$ -.$ /#0$ %+0*%*1,%(+.0$ .+$ /#0$ %+*.)#,,%(+.0$ 0(,%#/.0$ -./
2.'#)*#&.+*($3#*)%/($4$5+61%/$-.$/#$7)(8%+,%#$-.$"#$7#&'#9
51*().0:
4?CB?==<I" /<CJ<" (GK?A>< L M<C><?GK?A><N?CB?==<OKM<>=PE:M Q3%.1<M L
#:A>E?BR
)B<;=?CI"):=?;<; L @:=S<MS<OT:BM<>=PE:M Q3%.1<M L #:A>E?BR
1<K=>?BB>A>I".>=><A< L S<K=>?BBO<KC:PGN<P<C Q34*R
;.01&.+
%GM?C:@:@" <GB:C?@" ;?@B<E<A" =<" >MS:CB<AE><" UG?" B>?A?A" =<@" >A@B>BGE>:A?@" ?A" ?=
;?@?MS?V:" ?E:AFM>E:I" WGA;<M?AB<=M?AB?" ?A" =:@" S<J@?@" ?A" ;?@<CC:==:I =<@
EG<=?@" @:A DG=A?C<N=?@" <" =:@" E<MN>:@" >A@B>BGE>:A<=?@" SC:M:D>;:@" S:C" =<
K=:N<=>X<E>FAP")?"?AB>?A;?"S:C">A@B>BGE>:A?@"?="E:AYGAB:";?"C?K=<@"UG?"<CB>EG=<A
Z" :CK<A>X<A" =<@" >AB?C<EE>:A?@" ?E:AFM>E<@I" @:E><=?@" Z" S:=JB>E<@" ?ABC?" =:@
>A;>D>;G:@" Z" =:@" KCGS:@" @:E><=?@P (A" ?=" E<@:" ;?" =:@" C?EGC@:@" A<BGC<=?@" ?@
>MS:CB<AB?" >AE=G>C" ?=" C:=" ;?" =<@" >A@B>BGE>:A?@" ?A" ?=" ;>@?V:" Z" <A[=>@>@" ;?" =<@
S:=JB>E<@" <MN>?AB<=?@P" \:Z" ?]>@B?" =<" A?E?@>;<;" ;?" E:AB<C" E:A" AG?D<@" Z" M[@
?W>E>?AB?@" >A@B>BGE>:A?@" UG?" S?CM>B<A" T<E?C" GA<" M?Y:C ;>@BC>NGE>FA" ;?" =:@
C?EGC@:@P (@" ;?E>CI" B<AB:" =<" ?W>E>?AE><" ?E:AFM>E<I" E:M:" =<" ?UG>;<;" @:E><=" Z
@G@B?AB<N>=>;<;"<MN>?AB<=I";?S?A;?A"A:"@F=:";?"=<"?@B<N>=>;<;">A@B>BGE>:A<=I"@>A:
B<MN>^AI";?"=<"E<=>;<;";?"=<@"M>@M<@P (=":NY?B>D:";?"?@B?"BC<N<Y:"?@"<A<=>X<C"=<
>MS:CB<AE><" ;?" =<@" >A@B>BGE>:A?@" Z" :CK<A>X<E>:A?@" E:M:" S<CB?" ;?" =<" M<BCJX" ;?
>AB?C<EE>:A?@" @:E><=?@" ;?=" ;?S<CB<M?AB:" #<BC>=:" Z" =<" =:E<=>;<;" ;?" *AKG>=" ;?" =<
SC:D>AE><" ;?" .<" 1<MS<P *@GM>?A;:" =<" >MS:CB<AE><" ;?" =<@" >A@B>BGE>:A?@" ?A" ?=
;?@?MS?V:" ?E:AFM>E:" Z" @:E><= ;?" GA<" E:MGA>;<;I" Z" BC<B[A;:@?" ?A" " AG?@BC:
!
E<@:" ;?" =<" <;M>A>@BC<E>FA" Z" K?@B>FA" ;?" GA" C?EGC@:" ?@E<@:" E:M:" ?@" ?=" <KG<I
>ABC:;GE>C?M:@" GA" S<A:C<M<" ;?" =:@" <@S?EB:@" A:CM<B>D:@" ?" >A@B>BGE>:A<=?@" <
A>D?=" A<E>:A<=" Z" " ?A" =<" SC:D>AE><" N<Y:" ?@BG;>:" GB>=>X<A;:" ;<B:@" ;?" WG?AB?@
SC>M<C><@"Z"@?EGA;<C><@P")?"C?<=>X<C["?="C?=?D<M>?AB:"Z"<A[=>@>@";?="<=E<AE?";?
=<@" >A@B>BGE>:A?@" =G?K:" ;?" SC?@?AB<C" GA<" ;?@EC>SE>FA" K?A?C<=" ;?" =<" SC:D>AE><" Z
;?=";?S<CB<M?AB:"Z"=:E<=>;<;P
_P",%+'$03##,$%P
(=" E:AB?]B:" @:E><=I ;?" =<@" EG?@B>:A?@" C?=<E>:A<;<@" E:A" ?=" <KG<" B>?A;?A" <" K>C<C
?A" B:CA:" <" =<@" A:E>:A?@" ;?=" <KG<" E:M:" GA" N>?A" E:M`A8?=" <KG<" Z" @G" E:A?]>FA
E:A"=<";>KA>;<;"TGM<A<"Z"=<@"A?E?@>;<;?@"N[@>E<@"S<C<"=<"D>;<I"?="<KG<"E:M:
GA" W<E>=>B<;:C" ;?=" N>?A?@B<C" ;?" =<@" S?C@:A<@I" =:@" ;?C?ET:@" Z" C?@S:A@<N>=>;<;?@
;?=" <EE?@:" <=" <KG<I" Z" =:@" C:=?@" UG?" K?A?C<A" C>UG?X<" Z" ?=" ;?@<CC:==:" ;?" =<@
>AWC<?@BCGEBGC<@"T>;C[G=>E<@"Z"@G">MS<EB:"?E:=FK>E:P"3A<"M<A?C<";? ;>@B>AKG>C =<
?@BC?ET< C?=<E>FA"?ABC?"?="<KG<"Z"=<"^B>E<"@:E><=I"?@"D?C"EFM:"=:@"SC:N=?M<@";?
K?@B>FA" ;?=" <KG<" @?" C?=<E>:A<A" E:A" =:" UG?" MGET:@" E:A@>;?C<A" =:@" SC>AE>S>:@
^B>E:@"GA>D?C@<=?@I"B<=?@"E:M:"=<"0?E=<C<E>FA"3A>D?C@<=";?"0?C?ET:@"\GM<A:@
;?"_abcP
(="A>D?=";?"K:N?CA<N>=>;<;";?"GA<"@:E>?;<;"?A"C?=<E>FA"E:A"=<"K?@B>FA";?="<KG<I
@?" D?" ;?B?CM>A<;:I" ?ABC?" :BC<@I" S:C" ?=" KC<;:" ;?" <EG?C;:" @:E><=" Q>MS=JE>B:" :
?]S=JE>B:R"C?@S?EB:";?"=<"A<BGC<=?X<";?"=<"C?=<E>FA"?ABC?"?="<KG<"Z"=<"@:E>?;<;d"=<
?]>@B?AE><";?"E:A@?A@:@"@:NC?"=<@"N<@?@";?"=<@"S:=JB>E<@"S`N=>E<@"UG?"?]SC?@<A
;>ET<" C?=<E>FAd" Z" =<" ;>@S:A>N>=>;<;" ;?" @>@B?M<@" ;?" K?@B>FA" UG?" S:@>N>=>B?A
?W?EB>D<M?AB?I" ?A" GA" M<CE:" ;?" @G@B?AB<N>=>;<;I" =<" >MS=?M?AB<E>FA" ;?" ;>ET<@
S:=JB>E<@P (A" AG?@BC:" S<J@" @?" C?<=>XF" GA" *EG?C;:" e?;?C<=" ;?=" *KG<" UG?" =:KC<
<M<=K<M<C" SC>AE>S>:@" ;?" S:=JB>E<" UG?" >AB?KC<A" =:@" <@S?EB:@" @:E><=?@" Z
<MN>?AB<=?@" C?=<E>:A<;:@" E:A" ?=" <KG<" E:M:" S<CB?" ;?" =<@" <EB>D>;<;?@
SC:;GEB>D<@" ;?" =<" @:E>?;<;" >AE:CS:C<A;:" SC>AE>S>:@" N[@>E:@" ;?" :CK<A>X<E>FAI
K?@B>FA" Z" ?E:A:MJ<" ;?" =:@" C?EGC@:@" TJ;C>E:@" ?A" E:AE>?CB:" E:A" SC>AE>S>:@" ;?
SC:B?EE>FA" ;?="C?EGC@:P".<"<;:SE>FA";?"=:@"=>A?<M>?AB:@" ;?" S:=JB>E<"TJ;C>E<" <@J
K?@B<;:@ f 1C>AE>S>:@" '?EB:C?@f S:C" S<CB?" ;?" B:;<@" =<@" 1C:D>AE><@" Z" =<
"
%<E>FAI" S?CM>B>C[" ;:B<C"<=" S<J@";?" S:=JB>E<";?"(@B<;:P"Q#$\,e(I ghhiRP(A" ?@B?
<EG?C;:I"@?""C?@S:A;?"S<CE><=M?AB?"=<"SC?KGAB<">A>E><="Z<"UG?"?A"?="_6"SC>AE>S>:
@?" M?AE>:A<" UG?" ?=" <KG<" ?@" GA" C?EGC@:" C?A:D<N=?I" ?@E<@:" Z" DG=A?C<N=?" Z
UG?;<"WGA;<M?AB<;:"<=";?E>C"UG?"?="<KG<"?@"GA"?=?M?AB:">A@G@B>BG>N=?"S<C<"?=
@:@B?A>M>?AB:";?"=<"D>;<"TGM<A<"Z"?="C?@B:";?"=:@"@?C?@"D>D:@I"@>?A;:"<="M>@M:
B>?MS:" GA" >A@GM:" >MSC?@E>A;>N=?" ?A" >AAGM?C<N=?@" SC:E?@:@" SC:;GEB>D:@P" *
S?@<C" ;?" @?C" C?A:D<N=?I" =<" ?@E<@?X" ;?=" <KG<" @?" M<A>W>?@B<" KC<;G<=M?AB?" <
M?;>;<" UG?" <GM?AB<A" =<@" ;?M<A;<@" Z" E:AW=>EB:@" S:C" @G" G@:P" )G" E<C[EB?C" ;?
DG=A?C<N=?" @?" M<A>W>?@B<" ?A" =<" EC?E>?AB?" ;?KC<;<E>FA" ;?" @G" E<=>;<;I" =:" EG<=
<M?A<X<"=<"SC:S><"?]>@B?AE><";?"=<"D>;<P
*" ?@B<" ;?W>A>E>FA" @?" =<" E:MS=?M?AB<" ?A" ?=" @?KGA;:" SC>AE>S>:" C?EB:C" <=
M?AE>:A<C"UG?"?="<KG<"UG?"GB>=>X<M:@"B>?A?"GA"`A>E:":C>K?AI UG?"B:;<"?="<KG<
UG?" GB>=>X<M:@I" Z<" @?<" UG?" SC:D?AK<" ;?" GA<" WG?AB?" <BM:@W^C>E<I" @GS?CW>E><=" :
@GNB?CC[A?<I";?N?"@?C"BC<B<;<"E:M:"S<CB?";?"GA"`A>E:"C?EGC@:I"C?E:A:E>^A;:@?
<@J" =<" GA>E>;<;" ;?=" E>E=:" T>;C:=FK>E:" Z" @G" >MS:CB<AB?" D<C><N>=>;<;" ?@S<E><=" Z
B?MS:C<=P" .<" E:A?EB>D>;<;" T>;C:=FK>E<" UG?" K?A?C<=M?AB?" ?]>@B?" ?ABC?" =<@
;>@B>AB<@" WG?AB?@" ;?" <KG<" T<E?" UG?" =<@" ?]BC<EE>:A?@" Zj:" E:AB<M>A<E>:A?@" ?A
GA<";?"?==<@"C?S?CEGB<A"?A"=<";>@S:A>N>=>;<;";?"=<@":BC<@P"0?"?==:"@?";?@SC?A;?
=<"A?E?@>;<;";?"UG?"?="(@B<;:"?Y?CX<"E:ABC:=?@"@:NC?"=<"B:B<=>;<;";?"=<@"WG?AB?@
;?"<KG<I" ;>EB<A;:" Z" T<E>?A;:"EGMS=>C" =<"A:CM<B>D<" S<C<" ?="<SC:D?ET<M>?AB:" Z
SC:B?EE>FA";?"=<@";>D?C@<@"WG?AB?@";?"<KG<"E:M:"GA<"@:=<"WG?AB?";?"@GM>A>@BC:P
1:C" =:" B<AB:I" ?A" ?@B?" <EG?C;:" @?" ;?Y<" ?A" E=<C:" =<" A?E?@>;<;" >MS?C>:@<" UG?" ?=
(@B<;:"C?<=>E?"GA<"K?@B>FA">AB?KC<;<";?="C?EGC@:P
.<">MS:CB<AE><";?"=:@"C?EGC@:@"A<BGC<=?@I"?@"UG?"K?A?C<A"GA"SC:N=?M<"S:=JB>E:
UG?"B>?A?"KC<A"E:MS=?Y>;<;"Z"UG?"@?"M<A>W>?@B<I"<"BC<D^@";?""GA<"<MS=><"K<M<
;?" ;?E>@>:A?@" S:=JB>E<@" UG?" B>?A?A" UG?" D?C" E:A" ?=" E:ABC:=" Z" ?=" <EE?@:" <" =:@
C?EGC@:@" UG?" @:A" D>B<=?@" S<C<" =<" C?SC:;GEE>FA" S:=JB>E<I" @:E><=I" ?E:AFM>E<" Z
EG=BGC<=";?"GA<"E:MGA>;<;P
/GET:@"@:A"=:@"BC<N<Y:@"UG?"T<A""<N:C;<;:"?="?@BG;>:";?"=<"K?@B>FA">AB?KC<;<
;?" =:@" C?EGC@:@" TJ;C>E:@" E:A" SC:WGA;>;<;I" @>A" ?MN<CK:" @?" SC?@?AB<C[" =<
@>BG<E>FA" <EBG<=" ;?" =<@" >A@B>BGE>:A?@" Z" ;?Y<C" S=<AB?<;<" =<" A?E?@>;<;" >MS?C>:@<
;?"SC:WGA;>X<C"?A"=:@":NY?B>D:@";?"=<"K?@B>FA">AB?KC<;<";?"=:@"C?EGC@:@"TJ;C>E:@
;?"M<A?C<";?"M?Y:C<C"=<";>@S:A>N>=>;<;"Z"<SC:D?ET<M>?AB:";?="C?EGC@:P
#
.<" K?@B>FA" >AB?KC<;<" @?" BC<A@W:CM<" ?A" E:A@?EG?AE><" ?A" GA" >MS:CB<AB?
>A@BCGM?AB:" <A<=JB>E:I" UG?" E:A" =<" <ZG;<" ;?" GA<" D<@B<" =JA?<" ;?" S?A@<M>?AB:I
S?CM>B?"W>Y<C"SC>:C>;<;?@";?">AD?@B>K<E>FA"B?EA:=FK>E<"Z";?@<CC:==:@">AA:D<;:C?@
S<C<" =<" K?@B>FA" ;?=" <KG< E<S<X" ;?" ;:EGM?AB<C" @G" E:ABC>NGE>FA" <=" EC?E>M>?AB:
?E:AFM>E:"C?K>:A<="Z"A<E>:A<=P
gP"/(+$0$.$&,*"*1.,#*0*P
(="BC<N<Y:"B>?A?"S:C":NY?B>D:"?=<N:C<C"GA";><KAF@B>E:";?"=<"@>BG<E>FA">A@B>BGE>:A<=
?A" =<" X:A<" ;?" #<BC>=:I" .:AUG>M<ZI" 3C>NGCG" Z" *AKG>=" ;?" =<" SC:D>AE><" ;?" .<
1<MS<P""(="B?CC>B:C>:"<"?@BG;><C"@?"?AEG?ABC<"@:NC?"?="<EGJW?C:"+:<Z L #<S>B<= L
*AKG>= k #<BC>=:P
(@B?"BC<N<Y:"W:CM<"S<CB?";?="SC:Z?EB:";?">AD?@B>K<E>FA"@:NC?"91:=JB>E<@"\J;C>E<@8
0>@?V:";?">A@BCGM?AB:@"S<C< =<"K?@B>FA";?="C?EGC@:"?A"=:@";?S<CB<M?AB:@"+:<ZI
#<S>B<="Z"#<BC>=:";?"=<"SC:D>AE><";?".<"1<MS<"H"UG?"S?CB?A?E?"<"BC<N<Y:";?"B?@>@
;?" ;:EB:C<;:" ?A" ?E:A:MJ<" ;?S?A;>?AB?" ;?=" #:A>E?B" " P" 3A:" ;?" =:@" :NY?B>D:@
?@S?EJW>E:@" ;?" ?@B?" SC:Z?EB:" <SGAB<" <" <A<=>X<C" ?=" M<CE:" @:E>:?E:AFM>E:" ?
>A@B>BGE>:A<=" ;:A;?" @?" >A@?CB<A" =<@" :CK<A>X<E>:A?@" ;?" K?@B>FA" ;?=" <KG<" ?A" =<
X:A<";?="<EGJW?C:"+:<ZI")<AB<"':@<I"*AKG>="Z"#<BC>=:
.<"X:A<";?"<A[=>@>@";?"?@B?"BC<N<Y:"?@"=<"UG?"<N<CE<"=<"X:A<"E:MSC?A;>;<"?ABC?
#<BC>=:I" <=" =JM>B?" " E:A =<" SC:D>AE><" ;?" 4G?A:@" *>C?@I" " .:AUG>M<ZI" 3C>NGCG" Z" =<
=:E<=>;<;";?"*AKG>=P
(@B<" >AW:CM<E>FA" ?@BC<B^K>E<" E:ABC>NG>C[" " <" =<" M?Y:C" E:MSC?A@>FA" ;?" =:@
SC:E?@:@";?";?@<CC:==:"B?CC>B:C><=P
.<@">A@B>BGE>:A?@"T<A"@>;:"E<C<EB?C>X<;<@I"E:A@>;?C<A;:">AW:CM<E>FA"C?E:S>=<;<
<"BC<D^@";?"S?C@:A<@"E<=>W>E<;<@";?"=<@";>W?C?AB?@"S:N=<E>:A?@P
iP"'()3.+*0$)"-"0,)#3),l%P
.<"SC:D>AE><";?".<"1<MS<"@?"?AEG?ABC<"@>BG<;<"?A"?="E?ABC:"&?:KC[W>E:";?"=<
'?SGN=>E<" *CK?AB>A<I" ?A" =<" WC<AY<" ;?" BC<A@>E>FA" ?ABC?" =<" C?K>FA" #?ABC<=I" =<
S<MS?<A<I" #GZ:" Z" =<" C?K>FA" 1<B<KFA>E<I" S<CB>E>S<A;:" ;?" E<C<EB?CJ@B>E<@
SC:S><@" ;?" E<;<" GA<" ;?" ?@B<@" C?K>:A?@" S?C:" E:A" GA<" >MS:CB<AB?" >A@?CE>FA
$
S:=JB>E<"?A"=<"'?K>FA"1<B<KFA>E<P
)G" B?CC>B:C>:" @?" ?AEG?ABC<" WG?CB?M?AB?" E:A;>E>:A<;:" S:C" =<@" E<C<EB?CJ@B>E<@
<MN>?AB<=?@I" ;?N>;:" <" UG?" SC?@?AB<" GA<" KC<;G<=" D<C><E>FA" E=>M[B>E<" ;?@;?" ?=
A:C?@B?" @GN" T`M?;:I" T<E><" ?=" @G;:?@B?" [C>;:I" <@S?EB:" UG?" ;?W>A?" =<
:CK<A>X<E>FA"B?CC>B:C><=I"=<";>@BC>NGE>FA";?"=<"S:N=<E>FA"Z"=<"<EB>D>;<;"?E:AFM>E<
;?"=<"SC:D>AE><P
(A"?@B?"@?AB>;:I"=<";>A[M>E<"B?CC>B:C><=I"?E:AFM>E<"Z"SC:;GEB>D<"?@"M<Z:C"?A"?=
A:C?@B?";>@M>AGZ?A;:"?">AB?A@>;<;"T<E><"?="@G;:?@B?P
(@B?" @>@B?M<" GCN<A:" SC:D>AE><=" @?" T<Z<" E:AE?ABC<;:" ?A" =<" S:CE>FA" ?@B?" ;?" =<
SC:D>AE><" E:A" E>G;<;?@" ?@E<@<M?AB?" ;>@B<AE><;<@" ?ABC?" ?==<@" Z MGZ" N>?A
>AB?CE:A?EB<;<@"S:C"=<"CGB<"A<E>:A<="%6"mP
!"#"$%&#$&'("$)&*+,-*".$/&0&
/1')23&#$/&$4-1,5617&8$9$/&
-3$/&',27)#&'2#$:
eG?AB?8"0>C?EE>FA"&?A?C<=";?"#<B<@BC:I"&:N>?CA:";?".<"1<MS<P
%
0?@;?" ?=" <@S?EB:" *;M>A>@BC<B>D:I" ?=" ;?S<CB<M?AB:" @?" ?AEG?ABC<" ;>D>;>;:" ?A
EG<BC:" ?Y>;:@I" ;?" =:@" EG<=?@" i" @:A" MGA>E>S<=>;<;?@ L #<BC>=:I" .:AUG>M<Z" Z
3C>NGCG L Z".<"&=:C><"UG?"<;UG>?C?"?="E<C[EB?C";?"E:M>@>FA"?"W:M?AB:P
.<" =:E<=>;<;" ;?" #<BC>=:" " ?@" E<N?E?C<" A<BGC<=" ;?=" ;?S<CB<M?AB:" Z" M<AB>?A?" @G
>AW=G?AE><"@:NC?"=<@"=:E<=>;<;?@"D?E>A<@P
(= ?Y?" E<CC?B?C:" ;?" " =<" 'GB<" %<E>:A<=" %6" m" E:A?EB<" <" ^@B<" E:A" ?=" C?@B:" ;?" =<
SC:D>AE><"M?;><AB?"D<C><@"=JA?<@";?"BC<A@S:CB?P
)?K`A" ;<B:@" ;?=" #?A@:" %<E>:A<=" ;?" 1:N=<E>FAI" \:K<C?@" Z" !>D>?A;<@
Q,%0(#Igh__RI"?=";?S<CB<M?AB:"#<BC>=F"C?K>@BC<"pgai"T<N>B<AB?@I"C?SC?@?AB<A;:
?=""gIiq";?="B:B<=";?"=<"S:N=<E>FA";?"=<"SC:D>AE><"Z"M:@BC<A;:"GA<";?A@>;<;";?
gIg"T<N>B<AB?@"S:C"nMgP""(="""mhI_pq"E:CC?@S:A;?"<"S:N=<E>FA"GCN<A<I"M>?ABC<@
UG?"?="""baIciq"@?"C?W>?C?"<"S:N=<E>FA"CGC<=P
(=" ;?S<CB<M?AB:" MG?@BC<" GA" SC?;:M>A>:" ;?" S:N=<E>FA" M<@EG=>A<I" =:" EG<=" @?
C?W=?Y<"?A"?="JA;>E?"E?A@<=";?"M<@EG=>A>;<;"Q_hiIiqRP
(=" A`M?C:" ;?" D>D>?A;<@" <@E>?A;?" <" pg7cP" .<" ;?@EC>SE>FA" T<E><" ?=" >AB?C>:C" ;?=
;?S<CB<M?AB:I"MG?@BC<" UG?" ?="MGA>E>S>:" ;?" #<BC>=:" ?@" ?=";?"M<Z:C"C?=?D<AE><I
@>A:" B<MN>^A" S:C =<" ;?A@>;<;" ;?" S:N=<E>FA" UG?" SC?@?AB<" Z" =<" E<AB>;<;" ;?
>A@B>BGE>:A?@"E:A"SC?@?AE><"?A"@G"B?CC>B:C>:P
(=" ;?S<CB<M?AB:" #<BC>=F" EG?AB<" E:A" GA<" C?;" GCN<A<" E:A" =:@" SC>AE>S<=?@
@?CD>E>:@" S`N=>E:@" Z" GA<" C?;" ;?" E:MGA>E<E>:A?@" ;?@<CC:==<;<I" S?CM>B>?A;:
EGNC>C"=<@ A?E?@>;<;?@";?"=<"S:N=<E>FAP""%GM?C:@:@"@?CD>E>:@"?@B<B<=?@";?"A>D?=
A<E>:A<="Z"SC:D>AE><="E:MS=?B<A"=<":W?CB<"<;M>A>@BC<B>D<";?"@?KGC>;<;I"YG@B>E><"Z
@?CD>E>:@"@:E><=?@P
.<@"=:E<=>;<;?@";?=";?S<CB<M?AB:"S:@??A"@?CD>E>:";?"<KG<"S:B<N=?I"@GM>A>@BC:
;?"?=?EBC>E>;<;"Z"<=GMNC<;:"S`N=>E:I"E:M:"<@J"B<MN>^A"@?CD>E>:"E=:<E<=";?"S:X:
Z"C?E:=?EE>FA";?"C?@>;G:@P
0?@;?" ?=" SGAB:" ;?" D>@B<" ;?=" ?UG>S<M>?AB:" @<A>B<C>:I" ?=" ;?S<CB<M?AB:" #<BC>=:
?@B<" C?K>@BC<A;:" _" T:@S>B<=" S`N=>E:" ?A" =<" =:E<=>;<;" ;?" .:AUG>M<Z" Z" :BC:" ?A" =<
=:E<=>;<;" ;?" #<BC>=:8" P" (A" =<" =:E<=>;<;" C?@B<AB?" ;?=" ;?S<CB<M?AB:" ?]>@B?" S:@B<
@<A>B<C><P
(@B<" @>BG<E>FA" T<E?" UG?" E>G;<;?@" E:A" M<Z:C" >AWC<@BCGEBGC<" T:@S>B<=<C><" Z
E?CE<A<@" <" =<" C?K>FAI" E:M:" =<" E<S>B<=" SC:D>AE><=" Q)<AB<" ':@<R" @?" E:AD>?CB<" ?A
E?ABC:";?";?C>D<E>FA"S<C<"E<@:@"M^;>E:@"E:MS=?Y:@P
&
(A" M<B?C><" ?;GE<B>D<I" ?]>@B?" :W?CB<" =:E<=" S<C<" =:@" A>D?=?@" ,A>E><=I" ?;GE<E>FA
&?A?C<=" 4[@>E<" Z" 1:=>M:;<=" ?A" =:@" BC?@" MGA>E>S>:@P" " (A" ?@B?" @?AB>;:I" <=" <V:
gh__"Q#?A@:"%<E>:A<=R"@?"C?K>@BC<N<A"i"E:=?K>:@";?"?A@?V<AX<"K?A?C<= N[@>E<
Q(&4R" E:A" GA<" M<BCJEG=<" ;?" cpa" <=GMA:@I" i" ?@B<N=?E>M>?AB:@" UG?" >MS<CB?A
?A@?V<AX<" M?;><" Z" S:=>M:;<=" E:A" 7cb" <=GMA:@" M<BC>EG=<;:@P" " .:@" <=GMA:@
S<C<"?="A>D?=">A>E><="<@E>?A;?A"<"gga"Z"@?"M<BC>EG=<N<A"?A"i"Y<C;>A?@";?">AW<AB?@P
(=" ;?S<CB<M?AB:" B<MN>^A" " EG?AB<" E:A" E?ABC:@" ?;GE<B>D:@" Z" EG=BGC<=?@I
?]>@B>?A;:"E=GN?@"@:E><=?@I";?S:CB>D:@"Z"N>N=>:B?E<@P
(=" E:AB?A>;:" ;?=" SC?@?AB?" <S<CB<;:" E=<@>W>E<" <" =:@" <EB:C?@" M[@" @>KA>W>E<B>D:@
;?ABC:";?="B?CC>B:C>:"N<Y:"<A[=>@>@P
*"=:@"W>A?@";?"=<"SC?@?AB?"E<C<EB?C>X<E>FA"B?CC>B:C><=I"@?"SG?;?A"E<B?K:C>X<C"<"=:@
<K?AB?@j<EB:C?@";?"=<"@>KG>?AB?"M<A?C<8
! $CK<A>@M:@";?""E>?AE><I"B^EA>E<I"?]B?A@>FA"Z"?;GE<E>FA
! (="@?EB:C"S`N=>E:
! .<@">A@B>BGE>:A?@">AB?CM?;><@
! (="?MSC?@<C><;:
! .:@"?MSC?A;?;:C?@";?"=<"?E:A:MJ<"@:E><=
! .<"E:MGA>;<;"?A"K?A?C<=P
.:@" :CK<A>@M:@" ;?" E>?AE><" Z" B^EA>E<" Z" ?;GE<B>D:@I" BC<A@W>?C?A" B?EA:=:KJ<@" Z
NC>A;<A" ?=" E:MS:A?AB?" B^EA>E:" A?E?@<C>:" S<C<" D><N>=>X<C" Z" E<A<=>X<C" SC:Z?EB:@
;?";>@B>AB<"JA;:=?P
(A" EG<AB:" <=" @?EB:C" S`N=>E: KGN?CA<M?AB<=" @?" ;>@B>AKG?A" S:C" GA" =<;:" " =:@
K:N>?CA:@" MGA>E>S<=?@I" >AB?KC<A;:" <" =:@" i" ?Y>;:@" ;?=" ;?S<CB<M?AB:I" ?ABC?" =:@
EG<=?@""#<BC>=:"<@GM?"GA"E=<C:"C:=";?"=>;?C<XK:P""1:C":BC:"=<;:"?@B["?="K:N>?CA:
SC:D>AE><=I"UG?"?@"=<">A@B<AE><"A<BGC<=";?"D>AEG=<E>FA";?"=<"C?K>FA"E:A"?="M<CE:
SC:D>AE><=" Z"A<E>:A<=P" " 1:C"`=B>M:I"?="(@B<;:" %<E>:A<="@?"E:AD>?CB?" ?A" GA"<EB:C
;?"@GM<"BC<@E?A;?AE><I"@>?A;:"?="SC>AE>S<="SC:D??;:C";?"W:A;:@"<"=<"C?K>FAI"DJ<
S=<A?@"@:E><=?@I"<KC:S?EG<C>:@"Z";?"?MS=?:P
3A" B?CE?C" KCGS:" =:" E:A@B>BGZ?A" =<@" >A@B>BGE>:A?@" >AB?CM?;><@" ;?" =<" C?K>FAP" 3A
'
KCGS:" UG?I" @>" @?" E:A@>;?C<" UG?" ?=" B:B<=" ;?" S:N=<E>FA" <S?A<@" @GS?C<" =:@" pgai
T<N>B<AB?@I" @?" E:A@B>BGZ?" ?A" GA" @?EB:C" M[@" UG?" @>KA>W>E<B>D:" B<AB:
AGM^C>E<M?AB?"E:M:"S:C"=<"D<C>?;<;";?"=:@"@?EB:C?@"C?SC?@?AB<;:@P
$BC:" @?EB:C" UG?" ?]T>N?" <=KGA<@" S<CB>EG=<C>;<;?@" C?M<CE<N=?@" ?@" ?=
?MSC?@<C><;:I"SC>AE>S<=M?AB?"E:CS:C>X<;:"S:C"=:@"SC:;GEB:C?@"<KC:S?EG<C>:@"Z
KC<A;?@"?MSC?@<@"<KC:>A;G@BC><=?@P
(A" EG<AB:" <" :BC<@" <EB>D>;<;?@" ?E:AFM>E<@" ;?" =<" X:A<I" @F=:" ?=" @?EB:C" B?CE><C>:
D>AEG=<;:" <" =<" E<;?A<" ;?" E:M?CE><=>X<E>FA" ;?" SC:;GEB:@" SC>M<C>:@" E:M:" <@>
B<MN>^A" ;?" SC?@B<E>FA" ;?" @?CD>E>:@" <=" E<MS:I" B:M<" <=KGA<" C?=?D<AE><" B<AB:" <
A>D?="?E:AFM>E:"E:M:";?"K?A?C<E>FA";?"M<A:";?":NC<P
(=" `=B>M:" KCGS:" ;?" <EB:C?@" ?@" ?=" E:MSG?@B:" S:C" =:" ?MSC?A;?;:C?@" ;?" =<
?E:A:MJ<" @:E><=P" " (A" ?@B?" E<@:I" @?" =:" ;>@B>AKG?" E:M:" KCGS:" ;?" <EB:C?@" ;<;:
UG?" @?" BC<B<" ;?" GA" ?M?CK?AB?" SC:;GEB:" ;?" =<" EC>@>@" ?E:AFM>E:" @:E><=" Z" ;?=
;?@?MS=?:P
.<" E:MGA>;<;" ?A" K?A?C<=" E:A@B>BGZ?" =<" `=B>M<" ;>M?A@>FA" ;?" <A[=>@>@P" " (A ?@B?
E<@:" >AB?C?@<" E:A@>KA<C" " <=KGA<@" D<C><N=?@" C?=<E>:A<;<@" " E:A" W<EB:C?@
EG=BGC<=?@"Z"@:E><=?@";?"?@B?"KCGS:P
.<"T?B?C:K?A?>;<;"@:E><="?@"GA<"E<C<EB?CJ@B>E<"C?E:A:E>;<";?"=<@"X:A<@"CGC<=?@P
.:@" @?EB:C?@" CGC<=?@" SG?;?A" S:C" @J" M>@M:@" ;?@<CC:==<C" " E>?CB:@ B>S:@" ;?
E<S<E>;<;?@"Z"E:MS?B?AE><@I"<"S<CB>C";?"@G"SC:S><":CK<A>X<E>FAP"")>A"?MN<CK:I
T<NC[" :BC<@" ;?B?CM>A<AB?@" ;?=" ;?@<CC:==:" <" =<" UG?" @F=:" <EE?;?C[A" <" BC<D^@" ;?
SG?AB?@"UG?"=:@"D>AEG=?A"E:A":BC:@"<K?AB?@"?E:AFM>E:@"Z"@:E><=?@P""1:C"?A;?
=<"E:A@BCGEE>FA ;?"?@:@"SG?AB?@"Z"?="C?<<E>:A<M>?AB:""E:A"?@B:@":BC:@"<EB:C?@I
?@" ;?E>CI" =<" SC:M:E>FA" ;?" =<" E:AE?CB<E>FA" @:E><=I" @:A" B<C?<@" >A?=G;>N=?@" ;?=
0?@<CC:==:"B?CC>B:C><="'GC<=P
(
;?S<CB<M?AB<=?@"Z"A:"S:C"=:E<=>;<;P
(="A`M?C:";?"D>D>?A;<@"<@E>?A;?"<"7chP
*AKG>="EG?AB<"E:A"GA<"C?;"GCN<A<"E:A"=:@" SC>AE>S<=?@"@?CD>E>:@"S`N=>E:@" Z" GA<
C?;" ;?" E:MGA>E<E>:A?@" ;?@<CC:==<;<I" S?CM>B>?A;:" EGNC>C" =<@" A?E?@>;<;?@" ;?" =<
S:N=<E>FAP
.<" =:E<=>;<;" S:@??A" @?CD>E>:" ;?" <KG<" S:B<N=?I" @GM>A>@BC:" ;?" ?=?EBC>E>;<;" Z
<=GMNC<;:"S`N=>E:I"E:M:"<@J"B<MN>^A"@?CD>E>:"E=:<E<=";?"S:X:"Z"C?E:=?EE>FA";?
C?@>;G:@P
0?@;?" ?=" SGAB:" ;?" D>@B<" ;?=" ?UG>S<M>?AB:" @<A>B<C>:I" *AKG>=" C?K>@BC<" S:@B<
@<A>B<C><P" " .<" E<S>B<=" SC:D>AE><=I" S:C" @G" E?CE<AJ<I" @?" E:AD>?CB?" ?A" E?ABC:" ;?
;?C>D<E>FA"S<C<"E<@:@"M[@"E:MS=?Y:@P
(A" M<B?C><" ?;GE<B>D<I" ?]>@B?" :W?CB<" =:E<=" S<C<" =:@" A>D?=?@" ,A>E><=I" ?;GE<E>FA
&?A?C<="4[@>E<"Z"1:=>M:;<="?A"?="MGA>E>S>:P""(A"?="<V:"gh__"Q#?A@:"%<E>:A<=R
@?" C?K>@BC<C:A" gba" M<BC>EG=<;:@" ?A" ?=" E:=?K>:" ;?" ?A@?V<AX<" K?A?C<=" N[@>E<
Q(&4RI"?A"?="?@B<N=?E>M>?AB:";?""?A@?V<AX<"M?;><"Z"S:=>M:;<="@?"?AEG?ABC<A
ghi"<=GMA:@"M<BC>EG=<;:@P""(="5<C;JA";?">AW<AB?@"EG?AB<"E:A"GA<"M<BC>EG=<";?
ch"<=GMA:@"<SC:]>M<;<M?AB?P
.<" =:E<=>;<;" EG?AB<" E:A" E?ABC:@" ?;GE<B>D:@" Z" EG=BGC<=?@I" ?]>@B>?A;:" E=GN?@
@:E><=?@I" ;?S:CB>D:@" Z" N>N=>:B?E<@P" " (A" ?@B<" =:E<=>;<;I" " =<" B?A;?AE><" ;?" =:@
`=B>M:@" <V:@I" B<MN>^A" T<" @>;:" ?=" EC?E>?AB?" <GM?AB:" ;?" E?ABC:@" C?=>K>:@:@" ;?
;>W?C?AB?@"EC?;:@P
.<"S:@>N>=>;<;";?"E:A@BCG>C"<CC?K=:@">A@B>BGE>:A<=?@"?@"GA"?=?M?AB:"E?ABC<=";?"=<
K:N?CA<N>=>;<;P"(@" S:C"?==:" UG?"=<"@:E>?;<;" ;?N?"S:@??C" KC<A"E<S<E>;<;" S<C<
M:D>=>X<C" " =<@" ?A?CKJ<@" ?A" W:CM<" E:T?C?AB?" S<C<" ?=" ;?@<CC:==:" " @G@B?AB<N=?" ;?
=:@" C?EGC@:@" TJ;C>E:@P" " (@B:" SG?;?" =:KC<C@?" < BC<D^@" ;?=" C?E:A:E>M>?AB:" " ;?
AG?D<@" C?K=<@" ;?" YG?K:I" ;?" =<" EC?<E>FA" ;?" :CK<A>X<E>:A?@" Z" ;?=" ;?@<CC:==:" ;?
<EG?C;:@I"?ABC?"<K?AB?@"S`N=>E:@"Z"SC>D<;:@P
0?N?"?]>@B>C"S<C<"?==:"GA"@>@B?M<";?"K?@B>FA"UG?"S?CM>B<">MS=?M?AB<C"S:=JB>E<@I
?A"GA"M<CE:";?"@G@B?AB<N>=>;<;P
.<@">A@B>BGE>:A?@"@:A"?="SC>AE>S<="S<BC>M:A>:";?"E<;<"@:E>?;<;I"?@"S:C"?==:"UG?
)*
=<"?W>E>?AE><"Z"=<"?UG>;<;";?"?@<"@:E>?;<;";?S?A;?A";?"@G"@>@B?M<">A@B>BGE>:A<=
Z" ;?" =<" E<=>;<;" ;?" @G@" :CK<A>X<E>:A?@P" " 1:C" =:" B<AB:I" =<@" >A@B>BGE>:A?@" @?
E:AD>?CB?A" ?A ?=" W<EB:C" ;?E>@>D:" S<C<" ?=" ;?@<CC:==:" <" =<CK:" S=<X:" ;?" =<@
@:E>?;<;?@P
)>" ?=" (@B<;:" Z" ?=" SC:E?@:" ;?" <;:SE>FA" ;?" ;?E>@>:A?@I" E:M:" <@>" B<MN>^A" ?=" ;?
<@>KA<E>FA";?"C?EGC@:@"S?CM<A?E?"E<GB>D:";?"S?UG?V:@"KCGS:@":";?"@?EB:C?@
S:=JB>E:@" ;?Y<A;:" ?]E=G>;:" <=" ?ABC<M<;:" ;?" <EB:C?@" ;?=" M>@M:" B?CC>B:C>:I" =<
;?N>=>;<;" >A@B>BGE>:A<=" @?" " >AEC?M?AB<" " @>?A;:" GA" W<EB:C" E=<D?" ;?" =<" W<=B<" ;?
@:@B?A>N>=>;<;" Z" ?UG>;<;" ?A" ?=" B?CC>B:C>:P" " (A" ?=" ;?S<CB<M?AB:" #<BC>=F" Z" ?A" =<
=:E<=>;<;";?"*AKG>="?]>@B?A"M?@<@";?"K?@B>FA";:A;?">AB?CD>?A?A"C?SC?@?AB<AB?@
;?" =<@" ;>@B>AB<@" :CK<A>X<E>:A?@" S<C<" ==?D<C" <;?=<AB?" =:@" ;?N<B?@
E:CC?@S:A;>?AB?@"<"=<@"SC:N=?M[B>E<@"UG?"<UG?Y<A"<"=<@";>@B>AB<@"S:N=<E>:A?@P
#:A" C?@S?EB:" <=" <KG<I" ?=" ?AW:UG?" ;?" &?@B>FA" ,AB?KC<;<" ;?" '?EGC@:@" \J;C>E:@
?@"GA"?AW:UG?"UG?"S?CM>B?"E:A@>;?C<C"=<@"A?E?@>;<;?@";?="G@:";?="C?EGC@:"S:C
S<CB?";?"=:@"<EB:C?@">AD:=GEC<;:@I"@>A:"B<MN>^A"S?CM>B?"UG?"=:@"M>@M:@"B?AK<A
S<CB>E>S<E>FA"?A"=<"S=<A>W>E<E>FA"Z"?A"=<"K?@B>FA";?="<KG<I"S?CM>B>?A;:"=<"?UG>;<;
;?"=:@";>@B>AB:@"@?EB:C?@"@:E><=?@P
(A"EG<AB:"<"=<"=?K>@=<E>FAI"A:CM<B>D<@"Z":CK<A>@M:@"UG?"C?KG=<A"<="C?EGC@:I"?A
=<"'?S`N=>E<"*CK?AB>A<"?]>@B?"GA<"<MS=><"=>@B<";?"C?K=<M?AB<E>:A?@P
.<"E<=>;<;";?="<KG<" ?@"GA""BFS>E:"?A" ?=" UG?"=<">AW=G?AE><"<ABCFS>E<" SG?;?"@?C
C?KG=<;<";?"M<A?C<"<"?Y?CE?C GA"?W?EB:";>C?EB:"@:NC?"?="C?EGC@:P".:@";>W?C?AB?@
G@:@" SG?;?A" @?C" =<" E<G@<" M[@" >MS:CB<AB?" ;?" ;?B?C>:C:" ;?=" C?EGC@:I" S?C:
B<MN>^A" =<" C?KG=<E>FA" ;?" ?@:@" G@:@" Z" @G" <S=>E<E>FA" SG?;?A" S?CM>B>C" =<
C?M?;><E>FA" ;?=" ;?B?C>:C:P" .<" GB>=>X<E>FA" ;?" ;>W?C?AB?@" S<C[M?BC:@" S?CM>B?
E:MSC:N<C" =<" A?E?@>;<;" ;?" >AE:CS:C<C" A:CM<@" ;?" G@:" Z" B<MN>^A" S?CM>B?
E:CC:N:C<C"@>"=<@"A:CM<@"@:A"<;?EG<;<@":"@>"@G"<S=>E<E>FA"?@"<;?EG<;<P
.<" W>A<=>;<;" ;?" =<" C?KG=<E>FA" YGCJ;>E<" ;?@B>A<;<" <" SC?@?CD<C" :" C?@B<GC<C" =<
E<=>;<;";?="<KG<"?@"=<"SC:B?EE>FA"<MN>?AB<="<"W>A";?"C?@KG<C;<C"?="C?EGC@:"S<C<
M<AB?A?C"=<@"E:A;>E>:A?@";?";?@<CC:==:";?"=<"D>;<P
(A" *CK?AB>A<I" =<@" A:CM<@" @:NC?" E<=>;<;" ;?=" <KG<" B>?A?A" ;:@" [MN>B:@
;>W?C?AE><;:@I""GA:"@?"C?W>?C?"<="<KG<"S<C<"E:A@GM:"TGM<A:"Z"?=":BC:"<="<KG<
<MN>?AB?P"(@B:@";:@"[MN>B:@"B>?A?A"?A"=<"?@BCGEBGC<">A@B>BGE>:A<="GA<">A@?CE>FA
E:AE:C;<AB?" ?A" EG<AB:" <" @G" W:CMG=<E>FA" Z" <S=>E<E>FAI" " S:C" =:" UG?" =<@" A:CM<@
@:NC?"<KG<"S:B<N=?"@?"<;@EC>N?A"<"=<"E:MS?B?AE><";?"=:@"FCK<A:@"C?W?C>;:@"<"=<
))
@<=G;";?"=:@"T<N>B<AB?@"Z"=<@"A:CM<@"@:NC?"<KG<"<MN>?AB?"<"=<"E:MS?B?AE><";?
=<@" [C?<@" C?W?C>;<@" <" =:@" C?EGC@:@" TJ;C>E:@" Z" <=" <MN>?AB?PQ0?=" #<@B>==:I" .>=><Ad
ghhmR_
(A"*CK?AB>A<I"=<"=?K>@=<E>FA"D>K?AB?";?="'?EG@:"\J;C>E:"SC?@?AB<"GA<"?@BCGEBGC<
WC<KM?AB<;<I" UG?" @?" D?" C?W=?Y<;<" ?A" =<@" ;>@B>AB<@" <GB:C>;<;?@" ;?" <S=>E<E>FAI" Z
?A"=:@";>W?C?AB?@"[MN>B:@";?";?N<B?";?"=<@"SC:N=?M[B>E<@"TJ;C>E<@P
(A"=<"C?W:CM<";?="<V:"_aab";?"=<"#:A@B>BGE>FA"%<E>:A<="@?">AE:CS:C<"?="SC>AE>S>:
;?"BGB?=<";?="<MN>?AB?"?A"?="<CBJEG=:"b_g UG? E:AB?MS=<"[MN>B:@";? C?KG=<E>FA
;>D?C@:@I" Z<" UG?" E:AB>?A?" AG?D:@" ;?C?ET:@" @GNY?B>D:@" Z" ?@B<N=?E?" =<
E:MS?B?AE><"SC:S><";?"=<"%<E>FA"S<C<"=?K>@=<C"@:NC?"=<@"A:CM<@"@G@B<AB>D<@"?A
M<B?C><"<MN>?AB<=+
.<"SC:D>AE><";?".<"1<MS<"?A"?="<CBJEG=:"_c";?"@G"#:A@B>BGE>FA"%<E>:A<=" T<E?
M?AE>FA"<";>ET:";?C?ET:P
(@"?AB:AE?@I"?="?@B<;:"%<E>:A<="UG>?A";>EB<"Z"<S=>E<"=:@"SC?@GSG?@B:@"MJA>M:@
;?"SC:B?EE>FA"<MN>?AB<="Q.?Z"gm7ccRI"Z"=<"SC:D>AE><";?".<"1<MS<";>EB<"Z"<S=>E<
;?" M<A?C<" E:T?C?AB?" E:A" =:@" SC?@GSG?@B:@" MJA>M:@" <;:SB<;:@" =<" =?K>@=<E>FA
=:E<=" E:MS=?M?AB<C><P" " (@" <@J" E:M:" @?" <CB>EG=<A" =<@" E:MS?B?AE><@" A<E>:A<=" Z
SC:D>AE><="E:A"C?@S?EB:"<"=<"BGB?=<"<MN>?AB<=P
1:C" :BC:" =<;:I" =:@" K:N>?CA:@" MGA>E>S<=?@I" @>" N>?A" ;?N?A" <YG@B<C" @G@
)
,-./01234..56/74.418+/!**$+/971/:-234;8/<-./=:>1/-8/=?:-83481@
!
=?3+/#)+A B5<52/.52/C1D43183-2/:5E18/<-. <-?-FC5/1/>8/1GD4-83-/21856/-H>4.4D?1<56/1I35/I1?1/-./<-21??5..5
C>G185/J/I1?1/H>-/.12/1F34K4<1<-2/I?5<>F34K12/21342L1:18/.12/8-F-24<1<-2/I?-2-83-2/248/F5GI?5G-3-?/.12
<-/.12/:-8-?1F458-2/L>3>?12M/J/34-8-8/-./<-D-?/<-/I?-2-?K1?.5+/N./<1O5/1GD4-831./:-8-?1?P/I?45?431?41G-83-
.1/5D.4:1F4;8/<-/?-F5GI58-?6/2-:Q8/.5/-231D.-EF1/.1/.-J+
712/1>35?4<1<-2/I?5K--?P8/1/.1/I?53-FF4;8/<-/-23-/<-?-FC56/1/.1/>34.4E1F4;8/?1F4581./<-/.52/?-F>?252
813>?1.-26/1/.1/I?-2-?K1F4;8/<-./I13?4G5845/813>?1./J/F>.3>?1./J/<-/.1/<4K-?24<1</D45.;:4F16/J/1/.1
48L5?G1F4;8/J/-<>F1F4;8/1GD4-831.-2+
05??-2I58<-/1/.1/R1F4;8/<4F31?/.12/85?G12/H>-/F583-8:18/.52/I?-2>I>-2352/GS84G52/<-/I?53-FF4;86/J/1/.12
I?5K48F4126/.12/8-F-21?412/I1?1/F5GI.-G-831?.126/248/H>-/1H>T..12/1.3-?-8/.12/U>?42<4FF458-2/.5F1.-2+
V-/I?5CSD-/-./48:?-25/1./3-??435?45/81F4581./<-/?-24<>52/1F3>1./5/I53-8F41.G-83-/I-.4:?52526/J/<-/.52
?1<41F34K52+
"
=?3SF>.5/)'W+A
B5<52/.52/C1D43183-2/34-8-8/<-?-FC5/1/K4K4?/-8/>8/1GD4-83-/2185/J/-F5.;:4F1G-83-/-H>4.4D?1<56/J/-.
<-D-?/<-/I?-2-?K1?.5+/N2/5D.4:1F4;8/<-./N231<5/J/<-/35<1/.1/F5G>84<1</I?53-:-?/-./1GD4-83-/J/.52/?-F>?252
813>?1.-26/I?5G5K4-8<5/2>/>34.4E1F4;8/?1F4581./J/-./G-U5?1G4-835/<-/.1/F1.4<1</<-/K4<1+/752/X5<-?-2
XQD.4F52/<4F31?P8/85?G12/H>-/12-:>?-8Y
1Z/.1/I?53-FF4;8 <-./2>-.56/.1/L.5?16/.1/L1>81/J/.1/13G;2L-?1M/DZ/>8/1<-F>1<5/G18-U5/J/>34.4E1F4;8/<-
.12/1:>12/2>I-?L4F41.-2/J/2>D3-??P8-12M/FZ/>81/F5GI134D4.4E1F4;8/-L4F1E/-83?-/1F34K4<1</-F58;G4F16/25F41./J
>?D18S234F1/J/-./G183-84G4-835/<-/.52/I?5F-252/-F5.;:4F52/-2-8F41.-2M/<Z/.1/I?5<>FF4;86/>256/1.G1F-81U-6
1I.4F1F4;86/3?182I5?3-/J/F5G-?F41.4E1F4;8/F5??-F352/<-/-.-G-8352/I-.4:?5252/I1?1/.52/2-?-2/K4K526/2-18
H>SG4F526/LS24F52/5/<-/53?1/813>?1.-E1M/-Z/.1/48L5?G1F4;8/J/-<>F1F4;8/1GD4-831./-8/35<52/.52/84K-.-2/<-
-82-O18E1+
V-/<-F.1?1/1/71/X1GI1/E581/85/8>F.-1?6/F58/-./1.F18F-/H>-/>81/.-J/-2I-F41./<-3-?G48-/-8/5?<-8/1
I?-2-?K1?/-./1GD4-83-+/B5<5/<1O5/H>-/2-/I?5K5H>-/1./1GD4-83-/:-8-?1?P/?-2I5821D4.4<1</F58L5?G-/1/.12
?-:>.1F458-2/.-:1.-2/K4:-83-2/5/H>-/2-/<4F3-8+
)!
C?K=<M?AB<E>:A?@"<"=<@"A:CM<@"SC:D>AE><=?@"Z"A<E>:A<=?@I"B>?A?A"<GB:A:MJ<"?A
=<"<SC:N<E>FA"Z"<S=>E<E>FA";?"A:CM<@";?"BGB?=<"<MN>?AB<=I"T<N>=>B<E>:A?@"S<C<"=<
>A@B<=<E>FA";?"E:M?CE>:@"?">A;G@BC><@I"G@:";?="<KG<I"D?CB>;:@"Z":BC:@"B?M<@Pb
.<" =?Z" <MN>?AB<=" " %6" _a_b" ;?" =<" SC:D>AE><" ;?" .<" 1<MS<m M?AE>:A<" ?A" @G
S[CC<W:"UG?"?="S:;?C"?Y?EGB>D:"SC:D>AE><="Z"=:@"MGA>E>S>:@"@:A"=:@":CK<A>@M:@";?
<S=>E<E>FA";?"=<"S:=JB>E<"<MN>?AB<=P
.<"SC:D>AE><"B<MN>^A"EG?AB<"E:A"GA":CK<A>@M:""<;M>A>@BC<B>D:";?S?A;>?AB?";?=
/>A>@B?C>:" ;?" $NC<@" 1`N=>E<@" ==<M<;:" *;M>A>@BC<E>FA" 1C:D>AE><=" ;?=" *KG<I" UG?
B>?A?" " E:M:" W>AI" E:A@?CD<C" Z" SC:B?K?C" =<@" WG?AB?@" ;?" EGC@:@" ;?" <KG<@
@GS?CW>E><=?@"Z"@GNB?CC[A?<@I"SC:M:D?C"@G"<SC:D?ET<M>?AB:"Z":B:CK<C"";?C?ET:@
;?"GB>=>X<E>FAP
*" A>D?=" A<E>:A<=" @?" SG?;?A" " M?AE>:A<C" :CK<A>@M:@" UG?" S:@??A" E:MS?B?AE><
?A"=<"K?@B>FA";?="C?EGC@:"TJ;C>E:"E:M:"=<")?EC?B<CJ<";?"*MN>?AB?" Z"0?@<CC:==:
)G@B?AB<N=?I" UG?" ;?@;?" ghhi" ?@B[" >AE:CS:C<;<" ?A" ?=" [MN>B:" ;?=" />A>@B?C>:" ;?
)<=G;I"?@"?=":CK<A>@M:"C?@S:A@<N=?";?">MSG=@<C"r=<"K?@B>FA"<MN>?AB<=M?AB?
@G@B?AB<N=?" ;?" =:@" C?EGC@:@" TJ;C>E:@I" ?A" E::C;>A<E>FA" E:A" ?=" />A>@B?C>:" ;?
1=<A>W>E<E>FA" e?;?C<=I" ,AD?C@>FA" 1`N=>E<" Z" )?CD>E>:@sP" " 0?S?A;>?AB?" ;?=" M>@M:
/>A>@B?C>:I"=<")GN@?EC?B<CJ<";?"'?EGC@:@"\J;C>E:@"?@"?=":CK<A>@M:"A<E>:A<="E:A
E:MS?B?AE><"?A"=<"9?=<N:C<E>FA"Z"?Y?EGE>FA";?"=<"S:=JB>E<"TJ;C>E<"A<E>:A<=H7
)?" :N@?CD<I" ?A" =<" <EBG<=>;<;I" UG?" ?=" M?CE<;:" A:" SG?;?" C?@:=D?C" ?W>E<XM?AB?
=:@"SC:N=?M<@" ;?"?UG>;<;" Z" ;?"N>?A?@B<C";?"=<"S:N=<E>FAd"<;?M[@";?"C?@:=D?C
=:@" SC:N=?M<@" ;?" >AE?CB>;GMNC?P" " (@" S:C" ?==:" UG?" ?@" >MS?C>:@:" E:A@>;?C<C
AG?D<@" DJ<@" S<C<" ?=" ;?@<CC:==:" ?E:AFM>E:P" " 1<C<" ?==:" @?" ;?N?" E:A@>;?C<C
SC>M:C;><="?="S<S?=";?"=:@"E>G;<;<A:@"Z";?="(@B<;:"?A"=:@"B?CC>B:C>:@P""#:AB<C"E:A
AG?D<@" Z" M[@" ?W>E>?AB?@" >A@B>BGE>:A?@" K?A?C<C[A" GA<" M?Y:C" Z" M[@" ?UG>B<B>D<
;>@BC>NGE>FA";?"=:@"C?EGC@:@P
.<" MG=B>S=>E>;<;" YGCJ;>E<" ?" >A@B>BGE>:A<=" >AE>;?" A?K<B>D<M?AB?" @:NC?" =<
@GS?CS:@>E>FA" " ;?" C?@S:A@<N>=>;<;?@" ;?" =:@" ;>W?C?AB?@" :CK<A>@M:@" ;?
<S=>E<E>FAd"=:"UG?"SC:;GE?"GA<"W<=B<";?"E:MS?B?AE><@"E=<C<@";>@M>AGZ?A;:"<@>
#
,-./01234..56/74.418+/!**$+/9[1?F5/.-:1./-/482343>F4581./I1?1/.1/:-23458/<-/.1/F1.4<1</<-./1:>1/-8
=?:-83481@
$
7-J/)()#Y/7-J/=GD4-831./X?5K48F41.+/\]+^+/!#*'Z/*!_*!_*)
%
0?EC?B:"_gcijghhi".?Z";?"/>A>@B?C>:@"Z"0?EC?B:"gpjghhiI";?="gpP!PghhiI":CK<A>KC<M<";?= />A>@B?C>:";?
1=<A>W>E<E>FA"e?;?C<=I"",AD?C@>FA"1`N=>E<"Z")?CD>E>:@P
)"
?="E:MSC:M>@:">A@B>BGE>:A<=P
3A<" C?KG=<E>FA" ?W>E<X" ;?=" <MN>?AB?"C?UG>?C?I"?A"E:A@?EG?AE><I"GA<"?@BCGEBGC<
>A@B>BGE>:A<=" <;?EG<;<" UG?" S?CM>B<" @G" <S=>E<E>FA" Z" =:KC?" ?=" :NY?B>D:" ;?
SC?@?CD<C"?="C?EGC@:"TJ;C>E:P
.<" <;:SE>FA" ;?" GA<" ;?B?CM>A<;<" A:CM<" @:NC?" E<=>;<;" ;?=" <KG<" ?@" @F=:" ?=
SC>M?C"S<@:""S<C<"==?K<C"<"=<"SC:B?EE>FA";?="C?EGC@:P")G"<S=>E<E>FA";?B?CM>A<C[
@>" =:@" EC>B?C>:@" @:A" <;?EG<;:@" Z" @>" ?=" M?E<A>@M:" Z" =<" M?B:;:=:KJ<" <;:SB<;:@
@:A" ?W>E<E?@I" =:" UG?" SG?;?" E:MSC:N<C@?" ;?" M<A?C<" :NY?B>D<" <=" E:MS<C<C" =<@
E:A;>E>:A?@";?"E<=>;<;"<AB?@"Z";?@SG^@";?"=<"C?KG=<E>FA"?@B<N=?E>;<P
Q0?="#<@B>==:I".>=><AR
#$%#.3),$%
.:@" C?EGC@:@" TJ;C>E:@" YG?K<A" GA" S<S?=" E<;<" D?X" M[@" >MS:CB<AB?" Z" A:" ;?N?
:=D>;<C@?" @G" C?<=" ;>M?A@>FAP" " 3A" C?EGC@:" ?@" GA" N>?AI" E<S>B<=I" GA" M?;>:" ;?
@GN@>@B?AE><":"GA"M?;>:"S<C<"C?@:=D?C"GA<"A?E?@>;<;P
(="<GM?AB:";? =<"S:N=<E>FAI"?=">AEC?M?AB:";?"=<"<EB>D>;<;"?E:AFM>E<"Z"=<"M?Y:C
E<=>;<;" ;?" D>;<" K?A?C<A" E:AW=>EB:@" Z" <" GA<" EC?E>?AB?" E:MS?B?AE><" S:C" =:@
C?EGC@:@"TJ;C>E:@"E<;<"D?X"M[@"=>M>B<;:@P"""(@"<@J"UG?I"?="<KG<"E:M:"C?EGC@:
B>?A?"D<=:CI"Z";<"=GK<C"<""SC:N=?M[B>E<@ UG?"E<;<"D?X"@:A"M[@"?D>;?AB?@"?A"=<
@:E>?;<;I" <=KGA<@"D?E?@"S:C" ?@E<@?X" Z" :BC<@"S:C"<NGA;<AE><P"(@"S:C"?==:" UG?
?@" >MS:CB<AB?" ;?B?CM>A<C" T<@B<" UG?" SGAB:" =<@" >A@B>BGE>:A?@" >AW=GZ?AI
E:A;>E>:A<AI" ?@BCGEBGC<A" :" ;?B?CM>A<A" =<@" ?@BC<B?K><@" ;?" =:@" ;>@B>AB:@" <EB:C?@
?A"?="G@:"Z"=<"<EE?@>N>=>;<;";?"=:@"C?@?CD:C>:@";?"<KG<P
1<C<" ?=<N:C<C" GA<" S:=JB>E<" <MN>?AB<=" A<E>:A<=I" =:@" :CK<A>@M:@" ;?=" ?@B<;:" E:A
E:MS?B?AE><" ?A" =<" B?M[B>E<" ;?N?A" W>Y<C" =<@" S<GB<@" K?A?C<=?@" ;?" SC:B?EE>FA
<MN>?AB<="Z"=:@"M?E<A>@M:@";?"E:ABC:="S<C< @GS?CD>@<C"@G"EGMS=>M>?AB:P"5GAB:
E:A" ?=" A>D?=" A<E>:A<=I" " =:@" :CK<A>@M:@" =:E<=?@I" B<AB:" ;?=" ;?S<CB<M?AB:" #<BC>=:I
E:M:" ;?" *AKG>=" ;?N?A" <S=>E<C" =<" S:=JB>E<" <MN>?AB<=" A<E>:A<=" E:A" A:CM<@
E:MS=?M?AB<C><@" Z" SC:E?;>M>?AB:@" ;?" M:A>B:C?:" Z" E:ABC:=" SC:S>:@I" ;?" M<A?C<
UG?"@?"<;<SB<A"<"=<"@>BG<E>FA"?@S?EJW>E<";?"E<;<"=:E<=>;<;P
.<" SC:B?EE>FA" ;?=" <EGJW?C:" E:ABC<" =<" E:AB<M>A<E>FA" >MS=>E<" C?@BC>AK>C" =<@
SC[EB>E<@" <EBG<=?@" Z" WGBGC<@" ;?=" G@:" ;?=" B?CC>B:C>:" Z" =<" ;?@E<CK<" ;?" ?W=G?AB?@I
?ABC?":BC<@"SC:N=?M[B>E<@d"?@B<N=?E>?A;:";>W?C?AB?@"A>D?=?@";?"E:ABC:=P
)#
.<" @:=GE>FA" ;?" =:@" SC:N=?M<@" <@:E><;:@" <=" G@:" >A<;?EG<;:" ;?=" <KG<" Z" ?=
B?CC>B:C>:">MS=>E<"=<">A@BCGM?AB<E>FA";?"<=KGA<@"M?;>;<@"E:M:8"C?@BC>EE>:A?@";?
G@:" ;?" <KG<" Zj:" ;?=" B?CC>B:C>:I" >A;?MA>X<E>:A?@I" E<MN>:" ;?" SC:E?@:@
SC:;GEB>D:@I" BC<@=<;:" ;?" <EB>D>;<;?@I" E<MN>:" :" BC<@=<;:" ;?" WG?AB?@" ;?
<N<@B?E>M>?AB:I" G@:" ;?" B^EA>E<@" ;?" C>?K:" M[@" ?W>E>?AB?I" E:NC:" ;?" B<C>W<@I
MG=B<@P
(@" <UGJ" ;:A;?" YG?K<A" GA" C:=" MGZ" >MS:CB<AB?" =<@" >A@B>BGE>:A?@" ;?" =:@" ;>@B>AB:@
B?CC>B:C>:@P" 1<C<" ?==: ?@" A?E?@<C>:" <N:C;<C" =<" @:=GE>FA" ;?=" SC:N=?M<" ;?" =<
E<AB>;<;"Zj:"E<=>;<;";?="<KG<"@GNB?CC[A?<"E:A"GA<"D>@>FA">AB?KC<=I"E:MSC?A@>D<
Z";>A[M>E<I"UG?"E:A@>;?C?"UG?"B:;:@"=:@"G@:@"@:A">AB?C;?S?A;>?AB?@"Z"UG?I"=<
@:=GE>FA" ;?" =:@" SC:N=?M<@" ;?N?" @?C" ?AE<C<;<" <N<CE<A;:" S<CB>E>S<B>D<M?AB?" <
E<;<"GA:";?"=:@"<EB:C?@"D>AEG=<;:@"<="<KG<I"C?E:A:E>?A;:"?="C:="UG?"E<;<"GA:
EGMS=?"?A"=<"@:E>?;<;P""(@B:"?@"=<"&?@B>FA",AB?KC<;<";?"=:@"'?EGC@:@"\J;C>E:@
Q&,'\R"UG?I"@?K`A"=<"*@:E><E>FA"/GA;><=";?="*KG<"Q&t1R"?@"9?="SC:E?@:"UG?
SC:MG?D?" ?=" ;?@<CC:==:" Z" =<" K?@B>FA E::C;>A<;:@" ;?=" <KG<I" =<" B>?CC<" Z" =:@
C?EGC@:@"C?=<E>:A<;:@I"E:A"?="W>A";?"M<]>M>X<C"?="N>?A?@B<C"@:E><="Z"?E:AFM>E:
C?@G=B<AB?" ;?" M<A?C<" ?UG>B<B>D<I" @>A" E:MSC:M?B?C" =<" @G@B?AB<N>=>;<;" ;?" =:@
?E:@>@B?M<@"D>B<=?@HP
.< K?@B>FA" >AB?KC<;<" ?@" ?AB:AE?@" GA !"#$%&#' !#"' %(' $)*( @?" >AB?AB<" =:KC<C" =<
S<CB>E>S<E>FA" ?W?EB>D<" ;?" =:@" <EB:C?@I" >A@BCGM?AB:@" ;?" M<A?Y:@" <;?EG<;:@" Z
C:=?@">A@B>BGE>:A<=?@"E=<C<M?AB?" ;?W>A>;:@I"UG?" SC:MG?D<A"=<"<@>KA<E>FA"@:E><=
?UG>B<B>D<";?"=:@"C?EGC@:@"N<Y:"GA<"E:AE?SE>FA"?E:AFM>E<"?W>E>?AB?"Z"UG?"<"@G
D?X" K<C<AB>E?" =<" @G@B?AB<N>=>;<;" <MN>?AB<=P" " " (@" ;?@?<N=?" UG?" ;?@<CC:==:
?E:AFM>E:" Z" SC:B?EE>FA" <MN>?AB<=" @?<A" S:@BGC<@" E:MS<B>N=?@I" Z" A:
<AB<KFA>E<@PP
(="A>D?=";?"K:N?CA<N>=>;<;";?"GA<"@:E>?;<;"?A"C?=<E>FA"E:A"=<"K?@B>FA";?="<KG<I
@?" D?" ;?B?CM>A<;:I" ?ABC?" :BC<@I" S:C" ?=" KC<;:" ;?" <EG?C;:" @:E><=" Q>MS=JE>B:" :
?]S=JE>B:R"C?@S?EB:";?"=<"A<BGC<=?X<";?"=<"C?=<E>FA"?ABC?"?="<KG<"Z"=<"@:E>?;<;d"=<
?]>@B?AE><";?"E:A@?A@:@"@:NC?"=<@"N<@?@";?"=<@"S:=JB>E<@"S`N=>E<@"UG? ?]SC?@<A
;>ET<" C?=<E>FAd" Z" =<" ;>@S:A>N>=>;<;" ;?" @>@B?M<@" ;?" K?@B>FA" UG?" S:@>N>=>B?A
?W?EB>D<M?AB?I" ?A" GA" M<CE:" ;?" @G@B?AB<N>=>;<;I" =<" >MS=?M?AB<E>FA" ;?" ;>ET<@
S:=JB>E<@P"#:M:"@?"<SC?E><I"=<"EG?@B>FA";?="<KG<"B>?A?">AKC?;>?AB?@"?@BC<B^K>E:@I
S:=JB>E:k >A@B>BGE>:A<=?@I" ?E:AFM>E:kW>A<AE>?C:@" Z" <MN>?AB<=?@" =:@" UG?I" ;?@;?
)$
GA<" D>@>FA" @>@B^M>E<I" B?CM>A<A" S:C" <W?EB<C" =<@" E<S<E>;<;?@" ;?=" (@B<;:" ?A
B^CM>A:@" ;?" =<" ;?W?A@<" ;?" @G" S<BC>M:A>:" K?:KC[W>E:" A<BGC<=P" 1:C" ?A;?I" S<C<
:NB?A?C"M?Y:C?@"C?@SG?@B<@I"T<Z"UG?"?AE<C<C ?="SC:N=?M<";?@;?"=<"K=:N<=>;<;"Z
A:";?@;?"D>@>:A?@"S<CE><=?@P
(=" >AB?C^@" A<E>:A<=I" ?AB?A;>;:" E:M:" =<" ;?W?A@<" ;?=" N>?A" E:M`AI" >MS:A?
S:=JB>E<@"UG?"SG?;<A">;?AB>W>E<C"?@B?"SC:N=?M<";?"M<A?C<"@>@B^M>E<I"Z<"UG?I"@>
A:"?@"<@JI"@? E:CC?"?="C>?@K:";?"<=?AB<C @:=GE>:A?@"@?EB:C><=?@I"<E>E<B?<;<@"S:C
?="S:;?C";?"KCGS:@";?"SC?@>FA"UG?"<EB`<A"@:NC?"?="(@B<;:"A<E>:A<=P"(@I"?A"@J
M>@M:I"GA"SC:N=?M<
4,4.,$&'*e,*
)%
k *CBJEG=:"%6"_c";?"=<"#:A@B>BGE>FA"1C:D>AE><=";?"=<"1C:D>AE><";?".<"1<MS<P
uuuP=?K>@=<BGC<P=<S<MS<PK:NP<C
k *CBJEG=:" %6" b_" ;?" =<" #:A@B>BGE>FA" %<E>:A<=" ;?" =<" '?S`N=>E<" *CK?AB>A<
TBBS8jjuuuP@?A<;:PK:DP<Cju?Nj>AB?C?@jE:A@B>BGE>:AjE<S>BG=:gPSTS
k *-*.*"()1,%$"5P""_aaaP"9,A@B>BGE>:A?@"Z"(E:A:MJ<P"3A<">ABC:;GEE>FA"<=
A?:>A@B>BGE>:A<=>@M:"?E:AFM>E:HP"e:A;:";?"#G=BGC<"(E:AFM>E<P"/^]>E:P
k 4('(#,*'+3" *1I" QghhiRI" 9&?@B>:A" ,AB?KC<;<" ;?" =:@" C?EGC@:@" \J;C>E:@HP
/:;?=:@" ;?" &?@B>FAP" (=?M?AB:@" ;?=" SC:E?@:" ;?" K?@B>FAP" #GC@:
,AB?CA<E>:A<=" ;?" 1:@KC<;:" _k_g" ;?" )?SB>?MNC?" ;?" ghhiP" e<EG=B<;" ;?
,AK?A>?CJ<P" 34*P" ,A@B>BGB:" *CK?AB>A:" ;?" '?EGC@:@" \J;C>E:@P" 4@P" *@P" g8_k
_cP
k #$)&'$!(I" t" Z" ',5)4('/*%" ed" ghhhP" 9oG?" ?=" <KG<" @?<" <@GAB:" ;?
B:;:@H t:C=;"t<B?C"!>@>:AP"#:A@?Y:"/GA;><=";?="*KG<P
k 0(."#*)+,..$".P"QghhpR"9.<"&?@B>FA";?="*KG<"?A"*CK?AB>A<HI"e<EG=B<;";?
0?C?ET:I"34*d"4G?A:@"*>C?@P
k 0(."#*)+,..$".P"ghhmP"9/<CE:".?K<="?",A@B>BGE>:A<="S<C<"=<"&?@B>FA";?"=<
#<=>;<;";?="<KG<"?A"*CK?AB>A<HP"#?ABC:";?="+?CE?C"/GA;:"S<C<"?=/<A?Y:
;?="*KG<P"*CK?AB>A<P
k e$)+('I")d"%*%%,I"/d"v(/1('I"vd"&*'03w$I"\"Z"+3,%\$eI"*P"ghh7P
93B>=>X<E>FA";?"<KG<"@GNB?CC[A?<"A:"C?A:D<N=?P"3A"?AW:UG?"@:E><=M?AB?
@G@B?AB<N=?" S<C<" =<" K?@B>FA" ;?=" C?EGC@:PH" )?C>?" ;?" %:B<@" ,AW:CM<B>D<@
&?@B>FA" )G@B?AB<N=?" ;?=" *KG<" )GNB?CC[A?<P" #:AE?SB:@" Z" \?CC<M>?AB<@P
%:B<"__P"4<AE:"/GA;><=P
k &,*,I" )" x" +3..$I" $P" 9#C<EB?CJ@B>E<@" ;?" =:@" SC>AE>S<=?@" <EGJW?C:@" ;?" =<
SC:D>AE><";?".<"1<MS<H
k .(-"_a_b8".?Z"*MN>?AB<="1C:D>AE><=P"ghh_".<"1<MS<
k .(-"%6"ppi8"#C?<E>FA";?"=<"*;M>A>@BC<E>FA"1C:D>AE><=";?="*KG<P"_ap7
k %$'+\I"0P"_aacP"9.<"B?:CJ<"?E:AFM>E<"A?k>A@B>BGE>:A<=>@B<"Z"?=";?@<CC:==:
=<B>A:<M?C>E<A:H" ,A@B>BGB:" ,AB?CA<E>:A<=" ;?" &:N?CA<N>=>;<;" 1%30P
4<CE?=:A<I"(@S<V<P
k 1*&.,(++,%," .P" x" 0(.e,%$" )Pd" QghhmR" 9(." *N:C;<Y? @>@B^M>E:" ?A" ?=
<A[=>@>@" ;?" =<" SC:N=?M[B>E<" <MN>?AB<=P" *@:E><E>FA" *CK?AB>A<" ;?
(E:A:MJ<"*KC<C><P"i7d"_8gm
)&
k 1*',)I" /P" ghh_P" 9*KG<" )GNB?CC[A?<I" K?@B>FA" >AB?KC<;<" Z" @G@B?AB<N>=>;<;
<MN>?AB<=HP",6"#:AKC?@:",AB?CA<E>:A<=";?="*KG<"Z"?="*MN>?AB?P""&?@B>FAI
#>?AE>< Z"+?EA:=:KJ<";?="'?EGC@:"\J;C>E:"Z"?="*MN>?AB?
k )#\3.yI"#d"#*)+'$I"(d"0$'/()I"1P""_aaaP"9(="<KG<"@GNB?CC[A?<"E:M:
W<EB:C" ;?" ;?@<CC:==:" ?E:AFM>E:" Z" @:E><=" ?A" .<" 1<MS<P" (]S?C>?AE><@
#::S?C<B>D<@P" 1[KP" mhajm_aP" " *EB<@" ;?=" ,," #:AKC?@:" *CK?AB>A:" ;?
\>;C:=:KJ<"Z ,!"@?M>A<C>:"\>@S<A:"*CK?AB>A:";?"\>;C:=:KJ<")GNB?CC[A?<P
)<AB<"e?I"*CK?AB>A<P
k )$.*%()" /I" 5$3'*!.(!" *d" 9,AB?KC<A;:" (E:A:MJ<I" ==?K>@=<E>FA" Z
<;M>A>@BC<E>FA"?A"=<"K?@B>FA";?="<KG<"Z"@G@"@?CD>E>:@"?A"*M^C>E<".<B>A<"Z
?="#<C>N?HP""ghhmP"'?D>@B<"#(1*."%6"_h_P #T>=?P
k )GN@?EC?B<CJ<" ;?" *@GAB:@" \J;C>E:@" ;?" .<" %<E>FAI" ghhgP" 91C>AE>S>:@
'?EB:C?@";?"=<"1:=JB>E<"\J;C>E<";?"=<"'?S`N=>E<"*CK?AB>A<HP"4G?A:@"*>C?@P
)'
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
GT 8. Modalidades de Intervención en el Desarrollo Local.
Introducción
En 2005 presenté en PIEA un trabajo titulado “Como desarrollar a los agentes del
desarrollo?, el cual finalizo con estas conclusiones:
Individualmente, la ansiedad puede venir provocada por tener que decir algo difícil o
desafiante, a causa de decisiones indeseadas, por la presión de una labor que no se
domina..... Grupalmente, en cambio, puede estar provocada por demandas o plazos
externos, cambios en la toma de decisiones provenientes de otra parte de la
organización, o a causa de influencias recíprocas en los límites intergrupales.
1
Por lo tanto, la ansiedad puede ser vista como una dimensión estratégica y ser
sentida, en igual medida, como algo capaz de disuadir el aprendizaje, o bien, como
algo capaz de estimularlo. Emociones como la ansiedad, que apuntalan la
experiencia de organizar, dejan abiertas las posibilidades para obtener lo mejor de
estos momentos estratégicos”.
A. Antecedentes
2
existencia de millones de trabajadores, instaurando y generalizando precariedad,
flexibilidad, intensificación, individualización, reclamando al mismo tiempo en los
más favorecidos, nuevas formas y más intensas de inversión personal.
El lugar del trabajo en la sociedad y la vida de los individuos resultó así modificado,
el trabajo es realmente “un gran hecho de funcionamiento general”, un hecho social
competo cuyo análisis invita a tomar en cuenta una gran cantidad de dimensiones
del sistema social total. El trabajo es más que el trabajo.
3
en áreas de servicio y se reconocen las preocupaciones y el stress del trabajador
generados por los riesgos psicosociales del trabajo.
Estos factores de riesgo se han incrementado en las últimas décadas hasta el punto
de constituir un problema laboral y social similar a los riesgos físicos, químicos o
biológicos. La expresión "PSR" nació a partir de la epidemiología. Bajo esta
4
designación se indica que el peso de supuestos "factores de riesgo" homogéneos y
convergentes mantiene una correlación estadísticamente significativa con la de
patologías muy diversas. Se extendió rápidamente a fin de unificar las expresiones
de sufrimiento en el trabajo. Por lo tanto, se convirtió en un trastorno reconocido
socialmente en las diversas formas del estrés, tales como el maltrato, la violencia, la
adicción, el acoso, el suicidio, sino también las valoradas económicamente, a través
del absentismo, la alta rotación de personal, los conflictos y las tensiones con los
clientes, problemas de calidad y de tiempo ...
El paradigma clásico que explica las causas de estrés laboral asume una
aproximación individual al estudio, se centra en las cogniciones (apreciación),
afectos, emociones y conductas (afrontamiento) individuales como los componentes
del estrés. Martin y Dahlen (2005) con la « gestión de la emoción » o Lazarus y
Folkman (1984) cuyo concepto de adaptación se refiere a "las estrategias de
supervivencia", explica los esfuerzos cognitivos y conductuales hechos por los
individuos para manejar una situación estresante en el trabajo. Esta aproximación ha
sido criticada en sus supuestos básicos: pone excesivo énfasis en las diferencias
individuales y las entiende como patologías de los individuos, asume que el individuo
es el principal (único) agente para gestionar el estrés y considera al sujeto desde
una perspectiva descontextualizada, despolitizada, y ahistórica. Desde este
5
paradigma los fenómenos sociales son considerados básicamente como fuentes de
estrés o como moduladores entre el estrés y sus consecuencias, por ejemplo el
apoyo social como amortiguador.
Varios autores plantean si los modelos existentes son adecuados para abordar las
nuevas realidades organizacionales y laborales. Los nuevos riesgos psicosociales
en el trabajo son a menudo colectivos y requieren respuestas colectivas y no
únicamente individuales.
Una aproximación colectiva al tema debería considerar las relaciones en los grupos
sociales como unidad de estudio, las experiencias subjetivas de stress no pueden
comprenderse bien si se separa al sujeto de su contexto, desconociendo su relación
dialéctica, de mutua transformación.
7
pero solo el sistema puede fijar las reglas que presiden este acuerdo, ya que el
sistema está concebido como anterior e independiente de los sujetos que lo forman.
1
La Maestría PLider, sede La Plata fue acreditada por CONEAU como A por 6 años. Exp 5212/12
8
estos ámbitos son aportes teórico-metodológicos de referencia que permitan a cada
profesional del desarrollo construir una visión crítica de estas evoluciones y revisar
sus prácticas. Se entiende aquí por “visión crítica” a la capacidad de tomar distancia
frente a los acontecimientos y los discursos para ubicarlos en un marco más amplio
de transformaciones e interpretarlos a través de una teoría identificable y falseable.
(Popper, 1985).
D. La propuesta
E. Avances de la investigación
3 Inseguridad laboral IL
9
4 Apoyo social y calidad de liderazgo ASLI
5 Doble presencia DP
6 Estima E
F. Hipótesis
G. Metodología
10
El ISTAS21 está diseñado para identificar y medir la exposición a seis grandes
grupos de factores de riesgo para la salud de naturaleza psicosocial en el trabajo, ya
nombrados anteriormente. Existen tres versiones de este instrumento: una larga,
diseñada para investigación; una media, diseñada para la evaluación de riesgos en
medianas (25 o más trabajadores) y grandes empresas; y otra corta, que es la que
aplicamos en este avance de investigación, diseñada para iniciar la evaluación de
riesgos en pequeños grupos. Durante el desarrollo del proyecto se evaluará la
utilización del cuestionario extendido.
H. Resultados preliminares
ISTAS 21
11
RESULTADOS PRELIMINARES
ISTAS21
Asesor LA BALCAR HUERT
Encuestados Téc. PLIDER PLATA PLIDER CE PRO A
N° total de encuestados 72 1 15 6 8 7 16 19
12
En la planilla anterior se comunican los resultados preliminares de 72 encuestas
ISTAS21 realizadas a un Asesor Técnico de la Actividad Privada, dos cohortes
PLIDER: 21 alumnos de La Plata 2010-11 y 15 de Balcarce 2011-12, y un grupo de
35 técnicos del Programa Prohuerta del INTA CERBAS. Los datos están
discriminados por hombres y mujeres.
Como puede observarse, la mayoría de los items denotan riesgo psicosocial leve
(amarillo) o desfavorable para la salud (rojo)
El ítem Apoyo Social y Liderazgo (ASLI) califica en amarillo para los hombres en las
dos cohortes PLIDER mostrando cierta posibilidad de liderar procesos institucionales
en sus espacios. Las mujeres de la cohorte PLIDER Balcarce, se destacaron durante
los cursos de la Maestría por su nivel de formación, competitividad y capacidad de
liderazgo, lo cual queda expresado en el Item Apoyo Social y Liderazgo (ASLI) y en
el Item Estima (ES).
El Item Doble Presencia (DOP) en rojo para todos los encuestados muestra la
tendencia en hombres y mujeres jóvenes a comprometerse con la crianza y
responsabilidades del hogar por igual.
La columna que muestra el perfil de riesgo de los técnicos Prohuerta los presenta en
términos relativos menos tensionados laboralmente, con antecedentes de trabajo
grupal entre sus miembros, buenas perspectivas de desarrollo profesional y
construcción de liderazgo sobre todo en hombres.
Por último, el puntaje obtenido por el Asesor Técnico respecto a los riesgos
psicosociales muestra que éste se encuentra comparativamente más exigido en la
actividad privada.
I. Entrevistas semiestructuradas
“…al ver la evolución de las instituciones, hubo un cambio respecto de una visión de
familia, luego más transferencista y ahora un enfoque más territorial.” (T. Mujer)
14
“…hay una competencia que muchos tienen a nivel institucional que es el hecho de
conseguir apadrinamientos, que yo no la desarrolle, siento que laburo sola.” (T.
Mujer)
“…Tal cual, para intervenir necesitas algunas competencias fuera de las técnicas, y
después dentro de la vida institucional necesitas sí o sí, competencias para
mantenerte al tanto del devenir institucional y aún político, no tanto para mantener el
trabajo sino para entender las lógicas con las que se va a manejar el trabajo……(W,
Hom)
“…lo que veo hoy es que dentro de la vida institucional y entre los compañeros se va
abriendo una dicotomía, los que trabajan muy en lo organizacional, en lo social, que
tienen un perfil político militante y los que vienen trabajando en la parte técnica,
digamos, se va abriendo mucho y yo creo que es un error como se están manejando
las cosas internamente… no creo que sea un error de la institución sino de las
personas… algunos lo toman como si fueran casi enemigos porque no comulgan con
algunas ideologías políticas y son gente que tiene mucho perfil técnico, que hacen
falta” … el mío es un papel conciliador, estoy ahí porque creo que es lo correcto, me
parecen mal esas dos tendencias, que van para un lado o para el otro……(W, Hom)
15
tensiones, nos interpretamos como puentes y lograr muchas veces que los procesos
continúen o surjan, suele ser muy difícil. (G,Hom)
J. Conclusiones
16
territoriales y les resulta difícil conceptualizar las tensiones a las que están
expuestos, “no encuentran las palabras”.
Jornadas extendidas, largas distancias a recorrer, alta presión por los resultados, y
poco reconocimiento de sus procesos laborales aumentan los factores de riesgo
psicosocial, PSR, cuyos síntomas hacen visible un trabajo invisibilizado para sus
pares y la propia organización.
Un diseño constructivista del riesgo hace posible "ver" que no es el sujeto, como tal,
que conlleva el riesgo, ni tampoco es el medio ambiente: sino la interacción entre el
sujeto y la realidad. Por lo tanto, el riesgo psicosocial es bilateral. Se debe tanto al
hecho de que esta relación enfrenta a dos mundos heterogéneos entre sí, sino
también, y aún más importante, que estos son interdependientes, heterónomos. En
un complejo mecanismo de asunción y adjudicación de roles, ambos dominios,
sujeto y organización compiten por asignar un sentido y un valor.
17
El desafío consiste en pasar a un diseño constructivista del RPS y así construir una
visión de la organización que se ocupe del trabajo, la eficiencia y la salud de manera
diferente. De hecho, para superar los objetivos de la prevención mediante la
reducción de la exposición en la organización y, por tanto, poder apuntar a la
prevención a través de un re-diseño de la organización laboral.
La actividad tiene una relación con la realidad. Para ello, se acopla a la subjetividad,
entendida como la capacidad de dejarse afectar, preocupado por lo que ocurre. Este
compromiso demuestra la sensibilidad del tema, es decir, la forma en que lo que
ocurre en el mundo también le sucede y cómo se relaciona con su salud, es decir, se
convierte en el recurso que le permite actuar: el objetivo final es el de poder sentirse
parte de algo, en interdependencia, como los sucesos están relacionados.
(Schwartz, Y., 2000)
K. Bibliografía
BAUDELOT, C. y Gollac, M. 2011.Trabajar para ser feliz? CEIL Conicet.
CACIVIO, Rossana. 2003. Análisis de la dimensión organizativa respecto de la
introducción de nuevas tecnologías. Tesis de Maestría por la Universidad
Internacional de Andalucía. Sede La Rábida. España
CACIVIO, Rossana, 2012 Proyecto de Tesis Doctoral “Riesgos psicosociales en
entornos laborales de extensionistas” - Investigación con alumnos de la Maestría
PLIDER)
18
CACIVIO Rossana. 2012 La Maestría Plider como ámbito para evaluar los Riesgos
psicosociales en el trabajo de extensionistas. UNLP IV Congreso Nacional III
Congreso Internacional de Enseñanza de las Ciencias Agropecuarias
CACIVIO Rossana. 2011 Evaluación de Riesgos psicosociales. Aportes teórico-
metodológicos. Depto. Desarrollo Rural. Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales.
UNLP. XVI Jornadas Nacionales de Extensión Rural y VIII del Mercosur.
CUADERNOS DE ESTUDIOS DEL TRABAJO. 2008 Serie EDT ISSN 0718 5413
DEJOURS, C., 2001.Trabajo y desgaste mental. CEIL Conicet
DEJOURS, C., 1998. El Factor Humano. Lumen Humanitas
Editorial Modus Laborandi. Madrid. España http://www.moduslaborandi.com/
FUNDACIÓN EUROPEA PARA LA MEJORA DE LAS CONDICIONES DE VIDA Y
TRABAJO. 1997. Presiones de tiempo y autonomía en el trabajo en la UE. Dublín,
INSTITUTO NACIONAL DE SEGURIDAD E HIGIENE EN EL TRABAJO (INSHT)-
2001- IV Encuesta nacional de condiciones de trabajo. Madrid.
HUBAULT,F & SZNELWAR, L. Psychosocial risks: when subjectivity breaks into
the organization. 2011
© ISTAS 2002. CoPsoQ original danés
JOHNSON J.V., HALL E.M. 1988- Job strain, workplace social support, and
cardiovascular disease: A cross sectional study of a random sample of the
Swedish working population. Am J Public Health, 78: 1336-1342.
KARASEK, R. 1979. Job demands, job decision latitude, and mental strain:
Implications for job redesign. Administrative Science Quarterly,; 24: 285-309.
KARASEK, R., THEORELL, T. 1990. Healthy work. Stress, productivity, and the
reconstruction of working life. New York: Basic Books,
KRISTENSEN, T.S. 1995.The demand-control-support model: Methodological
challenges for future research. Stress Med,; 11: 17-26.
MAGGI, B. 2006. Bienestar. Laboreal, 2, (1), 62-63.
MAGGI, B. 2009. El actuar organizativo. Modus Laborandi
MERLLIÉ, D., PAOLI, P. 2000. Ten years of working conditions in the European
Union. Summary. European Foundation for the Improvement of Living and Working
Conditions,
SAUTER, S.L. et al. (ed.) 1998. Factores psicosociales y de organización
OIT, Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo.
19
POY, Mario. 2007. Recomendaciones prácticas para el mejoramiento en el diseño y
prácticas ergonómicas en las empresas. Medidas sencillas y de bajo costo.
Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.,
ISBN: 978-987-21928-7-7
POY, Mario 2005. Elementos de Ergonomía: bases metodológicas y conceptuales.
Publicaciones FUSAT. BID, 145 páginas. ISBN:987-1182-49-X
REVISTA ELECTRONICA LABOREAL, editada por la Universidad de Porto. Editora:
Mme. Marianne Lacomblez. Portugal http://laboreal.up.pt/start.php
REVISTA BRASILEIRA DE SAUDE OCUPACIONAL. Fundacentro - Brasil
REVISTA ELECTRONICA @ctivités. – www.activites.org Editor: M. P.Beguin-
Francia
WALTER, Jorge y PUCCI, Francisco; 2007 editores. La gestión del riesgo y crisis.
ISBN 978-950-02-5915-6. Editorial El Ateneo, 275 pag.
WALTER, Jorge 2003. Aprendizaje e Innovación. Número especial de la Revista
Latinoamericana de Estudios del Trabajo. Año 8, número 16, ISSN 1405-1311.219 P
WALTER Jorge,1991 "Disponibilidad de calificaciones y modernización tecnológica
en América Latina. El dilema de las competencias necesarias". In Gisela ARGENTI
(ed.), Uruguay, el debate sobre la Modernización posible. CIESU, Ediciones de la
Banda Oriental. Montevideo, pp. 95-109.
20
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: 8. Modalidades de Intervención en el Desarrollo Rural Local
1. Introducción
Aportamos herramientas para el debate sobre el rol de la Agricultura Familiar
(AF) en la institucionalidad de un modelo de desarrollo rural en Argentina, a
partir del análisis de la construcción colectiva del Plan Estratégico
Agroalimentario y Agroindustrial, Participativo y Federal 2010-2016 del
gobierno nacional. La AF se desenvuelve con lógicas distintas a las de la
agricultura tradicional, ya que promueve la preservación de recursos, la
organización de productores y organiza la reproducción familiar más allá de la
existencia de un mercado. Por lo tanto, se requieren políticas públicas y
modalidades de intervención múltiples y específicas, enmarcadas en una
concepción de desarrollo integral, con el objeto de reducir asimetrías con el
sector de agronegocios y propender a una mayor equidad, reconociendo el
fundamental rol del Estado como regulador. Este sector productivo tiene un rol
fundamental en la diversificación de la matriz productiva nacional y de los
actores que en ella participan, y posee saberes y capacidades diferentes que
requieren una ampliación de la mirada para valorizar otras formas de
conocimiento.
Existe gran heterogeneidad de enfoques para solucionar las problemáticas del
sector, por lo cual tanto la investigación como las políticas destinadas al mismo,
deben considerar no sólo aspectos productivos y tecnológicos, sino también
económicos y socioculturales. El desafío es generar conocimiento junto al
sector, en una construcción participativa con todos los actores y sostenible en
el tiempo.
2
En el último cuarto del siglo XX, los programas de combate a la pobreza en ámbitos rurales eran
denominados programas de “desarrollo rural”.
el arrinconamiento de comunidades campesinas, además de una
reconfiguración del sistema agroalimentario y un reordenamiento territorial.
Dichos cambios se dieron, ante todo, en la transnacionalización del agro (el
ingreso del capital financiero en la producción) y mediante el proceso de
revolución tecnológico-científica, que trajo entre otras consecuencias, una
creciente simplificación y homogeneización de los agroecosistemas. Este
fenómeno favoreció a las economías de gran escala y tendió a desplazar al
sector de pequeños productores y sus modelos tradicionales de producción.
El modelo de desarrollo agrario actual sobre todo en la Región Pampeana
(dónde se manifiesta hegemónico), asentado en la producción de bienes
exportables, tecnología intensiva de insumos y capital, favorece a las
economías de mayor escala con concentración económica, y lesiona
gravemente la base de la soberanía alimentaria de la población rural,
periurbana y urbana (CIPAF, 2006). Sin embargo, la condición familiar otorgó a
los pequeños productores flexibilidad para permanecer en la producción, por la
capacidad de adecuar consumo e inversión a las oscilaciones de los ingresos,
cambiando sus actividades productivas de acuerdo a la demanda internacional
y las políticas nacionales: se generalizaron y profundizaron relaciones
mercantiles; se incorporaron innovaciones tecnológicas que modificaron cuanti
y cualitativamente tanto el trabajo como el capital necesario, adaptándose y
cambiando su manera de trabajar, pautas culturales, disponibilidad de tiempo
libre, su residencia y sus expectativas, a tal punto que suele desdibujarse o
ponerse en juicio su tradicional caracterización de “familiares” de parte de ellos.
(Foro de Universidades, 2010).
La modernización agrícola de los 70 comenzó a difundir y adoptar paquetes
tecnológicos y en los últimos años, las semillas transformadas genéticamente y
los herbicidas conllevaron la adopción generalizada de la siembra directa. Las
transformaciones tecnológicas se tradujeron en un uso intensivo de capital y en
la necesidad de ampliación de la superficie trabajada, constituyendo el principal
obstáculo para la persistencia de los productores familiares, observándose
procesos de desaparición de productores y de concentración de la producción.
La menor necesidad de trabajo permanente y una estacionalidad marcada del
mismo (producto de fenómenos como el cambio tecnológico, la especialización
productiva y la posibilidad de tercerización de todo o parte del proceso
productivo), permitieron el desdibujamiento de los rasgos fundamentales de la
producción familiar. En el discurso dominante, la AF fue identificada como un
actor en decadencia.
Sin embargo, y a pesar del retroceso en términos cuantitativos, continúa siendo
una forma de producción presente y necesaria en la actual estructura social de
la región (Foro de Universidades, 2010). Las explotaciones agropecuarias de
pequeños productores alcanzaban, en 2002, 218.868, ocupando una superficie
de 23.519.642 has, lo que significa un 65,6% del total de EAPs y un 13,5% de
la superficie total del país. El 71% de los productores agropecuarios pertenecen
a este sector; en tanto el valor bruto estimado de la producción de estos
productores representa el 19,2% del valor generado por el total de
explotaciones agropecuarias. La producción por hectárea es 53 % mayor en el
promedio de estos pequeños productores que en los que no lo son, lo cual
evidencia que los primeros presentan mayor productividad de la tierra. Este
sector participa en un 19% en la contratación de servicio de maquinaria
agrícola. En relación al empleo, las EAPs del sector concentran el 87,3% del
trabajo de familiares del productor, en tanto aportan el 53% del empleo total
(54% del trabajo permanente y el 29% del trabajo transitorio directo) en el
sector agropecuario a nivel nacional (Obstckatko et al, 2007).
7. Reflexiones finales
La AF se desenvuelve con lógicas distintas a las de la agricultura tradicional, ya
que promueve la preservación de recursos, la organización de productores y
organiza la reproducción familiar más allá de la existencia de un mercado. Por
lo tanto, se requieren políticas públicas (crediticias, tecnológicas, alimentarias,
de tierras, etc) específicas para estos productores, enmarcadas en una
concepción de desarrollo integral Este sector productivo tiene un rol
fundamental en la diversificación de la matriz productiva nacional y de los
actores que en ella participan, para lograr el empoderamiento de la mayoría de
la población. Así mismo, este sector posee saberes y capacidades diferentes
que requieren una ampliación de la mirada para valorizar otras formas de
conocimiento.
Existe gran heterogeneidad de enfoques para solucionar las problemáticas del
sector, por lo cual la I+D necesita considerar no sólo aspectos productivos y
tecnológicos, sino también considerar problemáticas tales como uso y
distribución de aguas, de tierras, etc. El desafío es generar conocimiento junto
al sector en una construcción participativa con todos los actores y sostenible en
el tiempo.¿Cómo garantizar la construcción, validación y apropiación del
conocimiento generado? La innovación integral y complementaria (tanto en
productos, tecnologías de procesos y artefactos, como en prácticas sociales
más participativas y democráticas), debe ser concebida dentro de una
estructura de sostén institucional, donde múltiples actores conformen una red
que establezca las condiciones para generar conocimiento, a partir de un
enfoque de investigación-acción, en la que juegan rol central los gobiernos
provinciales y municipales, las organizaciones de la sociedad civil, los
programas y organismos del Estado y las Universidades. Una articulación
entendida no sólo como un punto de encuentro o relación de intercambio, sino
como generación de una red estructural que tienda a una política de Estado, a
fin de comenzar a pensar y actuar con una misma lógica para el sector. A esto
subyace la perspectiva de que la AF no podrá desarrollarse sólo con una
tecnología apropiada, si no se encuentra inmersa en una estructura de sostén
interinstitucional que le permita generar las condiciones para un mejoramiento
integral en su calidad de vida. En este sentido, podría crearse a nivel
gubernamental un Observatorio de la AF, con los objetivos: i) dar seguimiento
al PEA2; ii) producir de manera sistemática y continua información relevante
cuantitativa y cualitativa sobre las características estructurales y la evolución de
los productores del sector, que cubra la escasa actual información existente; iii)
crear un mecanismo de análisis del desempeño de la AF, su evolución en el
tiempo y el impacto de los instrumentos de política publica en su
competitividad.
Por otra parte, si bien en el documento base del PEA2 se propone
“afianzamiento de las condiciones de producción, tanto agroalimentaria como
agroindustrial, y la mejora en la condiciones de vida y de trabajo de todo el
entramado social conexo con dicho Sector, a la par del crecimiento y
diversificación de la inserción externa sectorial” (MAGYP, 2011), un análisis
detallado de sus objetivos muestra que la provisión de alimentos para el
mercado interno no es una prioridad. Esto coincide con la minimización del rol
de la AF en el Plan, a pesar de la creación de organismos relacionados con
este sector. Considerar la AF como una forma de vida y no como un sector
productivo, conlleva definir a estos productores como sujetos de políticas
sociales, cuando en realidad requieren políticas económicas y productivas
diferenciales, que los reconozcan como un sector productivo con sus
particularidades. Coincidimos con el FONAF que “rechaza expresamente toda
concepción sobre AF cuyas consecuencias sean la implementación de políticas
“sólo para pobres”, en cuyo caso se limita el crecimiento y desarrollo de las
familias de agricultores que dejan de ser sujetos de tales políticas en cuanto
mejoran sus condiciones y su calidad de vida, y se excluye de la consideración
estatal a agricultores familiares capitalizados” (FONAF, 2007:11, comillas en
original).
Las transformaciones producidas en el agro en el plano asociativo en las
últimas décadas, no sólo modificaron el mapa de actores en el sector
agroalimentario, sino que además, pusieron en crisis los sistemas de
representación y los mecanismos de interacción con los poderes públicos3. A
pesar de ello, la vinculación institucional entre organismos públicos y
organizaciones sociales, continúa siendo escasa. La reciente creación del
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, así como la
implementación de una Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar
otorgan visibilidad y relevancia a las temáticas de la AF, pero son insuficientes
para el desafío que se pretende afrontar. El diseño institucional y un nuevo
sistema de reglas e instrumentos que facilite el desarrollo rural es una
responsabilidad compartida de diferentes ámbitos del Estado (nacional,
provincial y municipal) y requiere compromisos de largo plazo sólo concretables
mediante la intervención del Congreso Nacional y la sanción de leyes
nacionales4.
Se requiere una institucionalidad renovada que garantice mayor articulación de
las políticas y el comportamiento de los actores, generando la sinergia
necesaria para el desarrollo. La articulación y cooperación horizontal y vertical
de los actores sociales y económicos que integran las cadenas productivas, así
como los tres niveles del Estado, requieren encuadres y escenarios previsibles,
que se alcanzan indefectiblemente mediante un mayor grado de
institucionalidad en las políticas agrarias y de desarrollo rural.
La activación política de la AF, si bien se relaciona con su trayectoria histórica,
se centra en alcanzar mayor visibilidad de sus aportes económicos y de su
inserción territorial. La construcción o ampliación de las intervenciones en el
diseño e implementación de políticas públicas se relaciona con el desarrollo de
modalidades organizativas en las cuales se articulan demandas gremiales con
acciones económicas para mejorar condiciones productivas (Neiman, 2011).
Reivindicamos la necesidad de privilegiar el rol productivo de la AF porque esta
“forma de organización productiva flexible y resiliente, con gran capacidad de
3
Incipientes iniciativas de organizaciones por cadenas, así como los cientos de asociaciones que
integraron el Foro Nacional para la Agricultura Familiar (FONAF), comparten actualmente escenario con
las tradicionales organizaciones rurales del gremialismo empresario, aunque no se encuentran todavía
suficientemente consolidadas como interlocutores relevantes del Estado.
4
Como leyes marco para el desarrollo rural, como la Farm Bill en Estados Unidos, o la Política Agraria
Común de la Unión Europea.
adaptación a situaciones adversas, de mediana o pequeña escala, generadora
de puestos de trabajo, productora de alimentos, de ocupación territorial, de
reparto de excedentes a escala local, resulta más que una alternativa” (López
Castro y Prividera, 2011:15). “Si no creemos que sea posible el cambio, si
creemos que el único camino es adaptarse a la realidad, no hay mucho que
podamos hacer con nuestra voluntad. La voluntad debe tener un sentido ético y
la política debe tener un sentido de transformación de esta realidad” (Coraggio,
2010:62). Esto implica una lucha por un futuro mejor, el deseo de una sociedad
más justa, la convicción de que “otro mundo es posible”. Recuperar la
posibilidad de pensar el cambio, desafía a renovar la teoría y reinventar el
sentido de la emancipación social (Cittadini et al, 2010), a pensar “contra el
desperdicio de la experiencia” (Sousa Santos, 2003).
En definitiva, coincidimos con Lattuada el al (2012) en que la agricultura familiar
conforma un marco tan heterogéneo como las regiones y producciones del
país, lo que conlleva el desafío de “construir un entramado institucional sólido
para el diálogo político y la participación organizada”, con el fin de consolidar
este sector como un factor del desarrollo rural argentino.
Bibliografía
- BOCCHICCHIO, Ana; María Carolina FEITO y Gustavo TITO. 2011. Actores y
estrategias de la agricultura familiar y el desarrollo rural. En: Battista, S; L.
Coria, L; MC Feito y F Landini (eds). Contribuciones internacionales al
desarrollo local y rural: hacia una agenda de investigación. Ed UNLAM.
- CARACCIOLO BASCO, Mercedes y MP Foti Laxalde. 2003. Economía
solidaria y capital social. Ed Paidos, Buenos Aires.
- CITTADINI, Roberto; Caballero, L.; Moricz, M y Mainella, F. (comps.).2011.
Economía Social y Agricultura Familiar. Hacia la construcción de nuevos
paradigmas de intervención. Ediciones INTA, Buenos Aires.
- Centro de Investigación para la Agricultura Familiar CIPAF.2006. La Juntada.
Microcrédito, tecnología y gestión asociada en la Agricultura Familiar. Ed INTA.
- CORAGGIO, José Luis. 2008. Economía social, acción pública y política.
(Hay vida después del neoliberalismo). Ed Ciccus, Buenos Aires.
- FEITO, M C. 2005. Antropología y desarrollo. Contribuciones del abordaje
etnográfico a las políticas sociales rurales. El caso de la producción hortícola
bonaerense. Ed La Colmena. Buenos Aires.
- FEITO, MC. 2011. Economía Social en el marco del desarrollo local. En:
FEITO, MC; S Battista; L Coria y F Landini (eds.). Op Cit.
- Foro Nacional de la Agricultura Familiar FONAF. 2007. Documento Base del
FONAF para implementar las políticas públicas del sector de la Agricultura
Familia”.En: http://www.fonaf.com.ar/documentos/Documento_base_FoNAF.pdf
- Foro de Universidades Nacionales para la Agricultura Familiar del IPAF
Pampeana INTA. 2011. Documento Número 1. Ed INTA. Bs As.
- INTA. 2011. Seminario Actividad agropecuaria y desarrollo sustentable: qué
nuevos paradigmas para una agricultura “agroecológica”? Agriterris/INRA
France, 31 de marzo al 1ro abril 2011, Bs As.
- LATTUADA, Mario; Susana MARQUEZ y Jorge NEME.2012. Desarrollo rural
y política. Reflexiones sobre la experiencia argentina desde una perspectiva de
gestión. Ed Ciccus. Buenos Aires.
- LEVERATTO, Claudio y Gonzalo PARES. 2011. Fundamentación acerca de
la importancia de la creación de la carrera de Ingeniería agronómica en la
UNLAM. Mimeo.
- LOPEZ CASTRO, Natalia y Guido PRIVIDERA (comps). 2011. Repensar la
agricultura familiar. Aportes para desentrañar la complejidad agraria pampeana.
Ed Ciccus, Bs As.
- Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca MAGYP. 2011. Argentina Lider
Alimentario. Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial Participativo y
Federal 2010-2020.
- MURMIS, Miguel. 1980. Tipología de pequeños productores campesinos en
América Latina. PROTAAL Doc. Nº 55. San José de Costa Rica.
- NEIMAN, Guillermo.2011. Prólogo. En: López Castro, N y Prividera, G
(comps) Op Cit.
- OBSCHATKO, Edith. 1992. Argentina: integración, agricultura y crecimiento.
IICA. Buenos Aires.
- OBSCHATKO, Edith; M FOTI y M ROMAN. 2006. Los pequeños productores
en la república Argentina. Importancia de la producción agropecuaria y en el
empleo en base al Censo Nacional Agropecuario 2002. SAGYP/IICA, Buenos
Aires.
- SCHETJMAN, A. 1983. Campesinado y desarrollo rural; lineamientos de una
estrategia alternativa. Investigación Económica Vol XLII, número 164, abril-
junio 1983. México.
- SOUSA SANTOS, B. 2003. Crítica de la razón indolente. Contra el
desperdicio de la experiencia. Ed Desclee, Bilbao, España.
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: 8. Modalidades de Intervención en el Desarrollo Rural Local
1. Introducción
Proponemos una mirada que intenta articular investigación y extensión para analizar
modalidades de intervención en el desarrollo rural, implementadas en la localidad de
Open Door (partido de Luján, provincia de Buenos Aires). Analizamos un proceso de
innovación organizacional de productores en transición a la agroecología, que están
recreando un sistema de certificación social de sus productos, a partir de la
implementación de un proyecto de desarrollo local. Tanto el INTA (mediante el
programa Cambio Rural), como el Municipio (organizando una feria franca y
articulando con otros sectores), realizan acciones para mejorar la capacidad
productiva y el perfil comercial de agricultores familiares, mayormente migrantes
bolivianos, que cultivan productos en transición agroecológica. Focalizamos en
aspectos como: innovación organizacional de productores; formas de
comercialización; articulaciones de actores sociales involucrados en el proceso de
desarrollo local. Desde la interfase que surge entre los autores (en tanto uno es
ingeniero agrónomo técnico de terreno1 y la otra, antropóloga investigadora2),
aportamos elementos generales para la discusión sobre el rol de la agricultura
familiar en un modelo de desarrollo agrario argentino.
2
El partido de Luján se inscribe particularmente en ciertas dinámicas "neorrurales"
(Feito, 2010). A sólo 68 km de Capital, es puerta de entrada al agro pampeano,
combinando peculiarmente modernas características urbanas con lo tradicional rural.
Su zona de influencia es de gran potencial agropecuario y posee industrias
alimenticias y manufactureras. Unido a Buenos Aires por autopista rápida y
ferrocarril, Luján fue importante centro ganadero desde sus comienzos,
convirtiéndose luego en centros textil, con gran peso del agro y turismo religioso y
rural. Su historia y patrimonio cultural-religioso y su excelente conectividad con la
Capital, favorece el turismo como uno de los principales factores de desarrollo local.
Con casi 105 mil habitantes en 2008 (INDEC,2008), tiene seis localidades orientadas
a agricultura, pequeña industria y actividades recreativas (chacras, cabañas y
haras)3. La localidad de Open Door, a diferencia de las otras del partido, no nació
por el paso del ferrocarril, sino por la fundación de la Colonia Cabred, primera del
país en tratar enfermos mentales mediante el método “puertas abiertas”. En los ’80
comenzaron a instalarse en sus alrededores barrios cerrados y clubes de polo,
completando su crecimiento el emplazamiento de hoteles de gran categoría,
chacras turísticas, más clubes de polo y restaurantes.
Los productores analizados son de origen boliviano, la mayoría provenientes de
Potosí, disponen de algún tipo de capital y, a pesar de la escasez relativa de
superficie de cultivos propios y falta de maquinaria propia, se observan que
evolucionan en forma favorable, logrando dos de ellos tener su propio comercio
(almacén y verdulería) y construir sus casas de material4. Algunos productores
combinan otros trabajos (changas) para subsistir y lograr ingresos cuando no tienen
producción para vender. Otros dos son empleados de la empresa Tallo Verde5, lo
que le permite además de tener sueldo y beneficios sociales, aprender cultivo
3
En el partido, los cambios agroproductivos, el crecimiento del turismo y la lenta pero continua expansión
residencial, se combinan para recrear espacios rurales donde se incrementa la heterogeneidad, generándose
nuevas configuraciones de actores y complejizándose su inserción social. Es necesario redefinir los vínculos
problemáticos entre las "viejas" y las "nuevas" ruralidades, logrando compromisos entre las diferentes
actividades y actores actuales presentes en los espacios rurales. El aumento de heterogeneidad del espacio
rural se da mediante el lento avance urbanístico (comparado con otros partidos del conurbano), la gran cantidad
de terrenos municipales disponibles y la posibilidad de mantener y acrecentar la producción agropecuaria en el
territorio, entrando en conflicto por uso del espacio rural en un contexto en que el municipio intenta nuevas
regulaciones e instancias de concertación para participación consensuada entre distintos actores, para promover
la convivencia de distintas ruralidades en el partido (Feito, 2010).
4
En 2011 falleció uno de los productores iniciadores del grupo, continuando en el mismo su viuda.
5
Tallo Verde es una huerta orgánica certificada con una propuesta de venta a domicilio de sus productos recién
cosechados. Cultivan verduras, frutas y aromáticas, desarrollando también productos orgánicos elaborados
(aceite, mermeladas, miel, quesos). Ver en web: http://www.talloverde.com/. Algunos productores de Open Door
trabajan los días hábiles en los lotes de esta empresa, mientras sus mujeres cuidan sus propias quintas, y
además, le venden verduras de su propia producción local.
3
orgánico y convertirse también en proveedores de la misma. Uno de ellos está
además certificando su producción, con costos a cargo del Ministerio de Agricultura.
Estos productores son un poco atípicos respecto del resto del periubano. Si bien
llegaron hace relativamente poco tiempo y accedieron a pequeños lotes de tierra del
loteo inmobiliario de la empresa Luchetti en las afueras de Open Door, que no les
permitía crecer demasiado, por ser una zona urbanizada, recibieron en los últimos
años importantes servicios, como asfalto y jardín de infantes.
Estos productores bolivianos están radicados a 10 km de la ciudad de Luján, sobre
ruta 192. Con respecto a la tenencia de la tierra, la situación es dispar, habiendo
productores que alquilan y otros a los que el municipio los ha autorizado a cultivar en
tierras fiscales6. La superficie trabajada por cada uno, es de entre 1,5 y 4 has, con
un promedio de aproximadamente 3 has por familia. Carecen de tractor, arados y
rastras para la preparación de la tierra, dependiendo de un contratista que no
concurre en tiempo y forma, lo cual dificulta la competencia en las primicias, así
como la posibilidad de colocar sus productos con buenos precios en el mercado7. La
mano de obra está compuesta por familiares del productor. Esta característica es de
real importancia ya que los diferencia de la producción de los partidos vecinos,
donde la figura de medieros, jornaleros y hasta empleados aún se ve en algunas
quintas (Benencia et al, 2009). Tanto la mujer como los hijos trabajan a la par del
hombre, ocupando un lugar destacado la mujer en la comercialización de la
producción. Cultivan especies hortícolas de estación, hortalizas de hoja y de tallo y
fruto8. En general, el sistema de riego es gravitacional, por surco, que aunque
demanda muchos cuidados, puede ser cubierta por la mano de obra familiar 9.
Algunos tienen invernáculo, quedando el uso de plásticos relegado a la
disponibilidad económica de cada productor en el momento en el que es necesario.
En 2012, con subsidios del Ministerio de Agricultura10, aumentaron el uso de
invernáculos y han diseñado un macrotúnel que además de preservar de heladas,
6
Hay dentro del grupo un caso excepcional, de un productor que autorizado por la dueña de la tierra trabajo en
ella durante diez años pagando los impuestos y ante el deceso de la propietaria actualmente está tramitando la
tenencia legal de la propiedad.
7
Actualmente trabajan con un plan de trabajo de equipo itinerante de maquinaria agrícola, que apunta a
coordinar los tiempos de trabajo en el uso de tractor, rastra de discos, arado de rejas, alomadora y surqueador
adquiridos por el Municipio, con fondos provenientes del subsidio entregado por el Ministerio de Agricultura,
destinados al desarrollo de la actividad hortícola en el territorio.
8
Sólo dos de los productores de este grupo llevan a delante cultivo de frutilla, cultivo que está tomando
importancia entre la comunidad boliviana en distintos sectores del periurbano.
9
Excepto los que cultivan en invernáculos, que utilizan riego por goteo.
10
El Programa Nacional de Agricultura Periurbana otorgó subsidios a productores de ocho municipios del
periurbano (entre los que está Luján), que se entregan en articulación con el gobierno local y el INTA.
4
permitió disminución del daño por temporales y la posibilidad de cosechar los días
de lluvias. La comercialización de sus productos se lleva a cabo en parte a través de
la Cooperativa Frutihortícola de Copacabana Ltda11 teniendo además la mayoría de
ellos reparto propio. Es importante destacar la creación de éste mercado, pues no
sólo permite darle destino a los productos de las quintas, sino que también es un
lugar de encuentro que congrega a la colectividad boliviana local 12. Algunos de los
productores que poseen mayor cantidad de hectáreas llevan sus productos a
mercados concentradores de ciudades vecinas. El acceso a créditos para
productores de éstas características está totalmente descartado por las exigencias
legales, con lo que se limita la producción e indirectamente la calidad de vida de los
productores.
En definitiva, estos productores se encuentran en un contexto diferencial: poseen
lotes chicos provenientes de loteos inmobiliarios con tenencia precaria en la mayoría
de la tierra que cultivan; algunos como vimos, trabajan para una empresa además
de cultivar; se encuentran muy cerca ubicados unos de otros; tienen intereses y
objetivos comunes (reciben apoyo del Municipio mediante la entrega de un tractor
con chofer que realiza alternativamente tareas en todas las fincas, sin costo para los
productores; recibieron subsidios del Programa Nacional de Agricultura Periurbana
del Ministerio de Agricultura; conformaron una asociación civil); dos de ellos tienen
verdulería propia junto a su casa, y otro alquila un local desde principios de 2012 en
la calle principal de la localidad. Además, realizan venta callejera y a restaurantes;
existen lazos familiares entre ellos; tienen un promedio de edades que ronda los 40
años; tienen contactos con el Mercado de Luján; la suma de sus ingresos
extraprediales les permiten cierto progreso relativo importante (evidenciado en la
construcción de sus casas y comercios propios en material, en algunos casos).
En 2008 comienzan a consolidarse de una manera más formal en torno a un grupo
Cambio Rural de INTA, dado que sufren el crecimiento acelerado de los sectores
urbanos y la presión de los vecinos por la cercanía con sus quintas. Comienzan a
trabajar conjuntamente en la concientización del no uso de agroquímicos, pasando
de la producción convencional a la producción agroecológica. En esa transición,
11
Los productores que forman parte de esta cooperativa también están organizados en un grupo Cambio Rural.
12
Para un análisis de los mercados de la colectividad boliviana en el periurbano bonaerense, ver: FEITO, MC.
2005. Antropología y desarrollo. Contribuciones del abordaje etnográfico a las políticas sociales rurales. El caso
de la producción hortícola bonaerense. Ed. La Colmena. Buenos Aires y CASTRO, Diego. 2009. Consolidación
de la organización para el desarrollo productivo de pequeñas explotaciones hortícolas. El caso de la Cooperativa
2 de septiembre del Pilar. Trabajo Final de Aplicación para optar al Título de Ingeniero Agrónomo. Universidad
Nacional de Luján.
5
comienzan a involucrarse diferentes actores. Por la falta de maquinaria, el programa
PROHUERTA de INTA, se suma acercando capacitación en producción
agroecológica, y su equipo de maquinaria itinerante ayuda en la preparación de las
tierras. Al mismo tiempo, la conformación de la Secretaria de Desarrollo Productivo,
en la Municipalidad de Lujan, ofreció la contención institucional necesaria para la
articulación de todos los actores de este proceso. Sus asesores se sumaron
activamente a la capacitación de los productores. A partir de la campaña 2009-2010,
un tractor con sus implementos fue adquirido por la Municipalidad con dinero de un
subsidio de la entonces Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos
(SAGPyA), dentro del convenio INTA /SAGPyA/ 8 Municipios. En 2009 se suman los
aportes del Proyecto Regional de Producciones Intensivas, con sede en la EEA San
Pedro y el Proyecto en Red para la Generación y Desarrollo de Tecnologías con
Base Agroecológica y de Producción Orgánica, del Área Estratégica de Recursos
Naturales del INTA. Se propone entonces, la realización de parcelas demostrativas
en los campo de los productores, trabajadas de manera agroecológica. En 2010,
comienza a participar de este proceso el PRODAO, Proyecto de Agricultura
Orgánica del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, de la Nación, a través del
cual los productores recibieron capacitaciones en producción orgánica. En 2011, el
grupo comenzó los trámites pertinentes para formalizar una Asociación Civil con
personería jurídica. A fin de ese año, el Municipio cambia de gestión política con el
nuevo Intendente, lo que produce el alejamiento de algunos técnicos que venían
trabajando con el grupo. En octubre 2011 debía terminar el grupo, pero mediante
evaluación participativa se decidió seguir un año más subsidiando al técnico
promotor, momento en que los productores debían encargarse de la totalidad de sus
honorarios. Al mismo tiempo habían iniciado reuniones con el Municipio para
participar en la Feria Franca local, comenzando a concurrir con algunas
intermitencias por problemas de organización.
Actualmente, se encuentran en proceso de mejorar sus prácticas agrícolas y
artesanales, con el fin de instalar en el consumidor el Comercio Justo de Productos
sin Agroquimicos (Agroecológicos) y frescos, que sea identificable como producto
Natural. Los Productos obtenidos, en orden al respeto hacia la naturaleza, son el
resultado de una exclusiva dedicación, en donde las labores diarias responden a un
cuidado consciente de los vegetales que servirán como alimento nutritivo. Estos
6
Productos Agroecológicos13 requieren llevar el sello del lugar donde se produce, la
marca de esta localidad. La certificación ecológica se define como el proceso de
control, seguimiento, evaluación y calificación del manejo de todo el sistema de
producción ecológica (unidades de producción: parcelas, plantas de procesamiento,
almacenes, transporte y otros que tengan contacto con los productos ecológicos), en
base al cumplimiento y la aplicación efectiva de Normas de Producción Ecológicas,
ya sea en el ámbito local, nacional o internacional, a cargo de un organismo de
control14. El Sistema Participativo de Garantía (SPG) es un sistema de certificación
agroecológica basado en la participación comunitaria y la confianza que establecen
los distintos actores. La responsabilidad de garantía ecológica es compartida por
productores, consumidores y el Estado sobre la transparencia de los procesos
productivos, apostando a la Seguridad y Soberanía Alimentaria, así como al precio
justo. Los SPG, son una alternativa válida y replicable a los sistemas de certificación
convencional, para solucionar la problemática de certificación de los sistemas
agroecológicos, de una forma democrática y representativa, a la vez que permiten
promover un modelo de agricultura en manos de los agricultores, capaz de producir
alimentos sanos para todos y todas de manera sustentable (Rabendo, 2011).
13
La Agroeocologia es “una disciplina o un modo de interpretar y proponer alternativas integrales y sustentables
en la realidad agrícola, respetando las interacciones que se dan entre los diversos factores participantes de los
agroecosistemas, incluyendo a los elementos relativos a las condiciones sociales de producción y distribución de
alimentos”. Ver: ALTIERI, M. 1983. “Agroecología, Bases Científicas de la Agricultura Alternativa”. División de
Control Biológico. Universidad de California, Berkeley.
14
Actualmente, en el mercado nacional el problema es que existen productos que están identificados o
etiquetados como productos ecológicos o naturales, pero muchos de ellos realmente no lo son y existe una gran
confusión al respecto. A pesar de que el concepto está relativamente instalado entre los consumidores, no existe
normativa en ningún nivel administrativo (nacional, provincial o local) que la regule.
15
En el mismo plazo que el grupo de Open Door terminaba el 3er año ( Octubre 2011) terminaron también los
tres primeros años de otros dos grupos (Parque Laza y el Quinto), pero éstos no han continuado un 4to año , en
el caso de Parque Laza por que se están organizando en una asociación nueva " Huertas verdes de Lujan", y
además de posiblemente volver a recibir subsidios del Ministerio, siguen recibiendo los servicios del tractor de la
Municipalidad). Además, sigue funcionando el grupo Cooperativa Copacabana.
7
de agroquímico”. Este Grupo del Programa Cambio Rural del INTA se denomina
SUMAJ KAUSAY (“buen vivir” en quechua16) y se encamina como una alternativa
para la comercialización de producto agroecológico dentro de la cadena de valor del
turismo y la gastronomía natural17. Se realizaron parcelas demostrativas de 500m2,
conducidas agroecológicamente18.Durante la experiencia, hubo articulaciones con
distintos proyectos del INTA, los Ministerios nacionales de Agricultura y de
Desarrollo Social y el Municipio de Luján. Los productores están actualmente en
etapa de venta diferencial (intentando vender a restaurantes locales) y la inserción
en nuevos canales de comercialización como la feria franca local, así como
avanzando en la formalización del vínculo entre ellos en una asociación. El grupo
elaboró un Plan Técnico Grupal, mediante una dinámica grupal en la que cada
productor expuso sus dificultades, seleccionando conjuntamente problemas
comunes y priorizando líneas de acción para posibles soluciones. De la evaluación
participativa realizada surge que los logros autopercibidos luego de los tres años de
trabajo son: desarrollo de técnicas de manejo agroecológico por cuenta propia;
aumento de la superficie cultivada de cada finca, de un 50% cuando comenzó el
grupo, a un 80 %; establecimiento de lazos de comunicación con funcionarios
municipales, independientemente del partido político al que ellos pertenezcan;
concreción de la participación en la mesa de productores que impulsaron la Feria
Franca de Luján; tres de ellos inauguraron verdulerías; regularidad y continuidad en
la participación de una reunión mensual; planificación anticipada de labores previas
de cultivos, que permite mejorar la plantación; acceso a información acerca del uso
de productos aprobados para la producción orgánica y capacitaciones a cargo de un
16
La Filosofía del Sumai Kausay o Sumaj Kausay, el Buen Vivir, fundamento de los Pueblos Originarios del
altiplano, propone vivir en armonía con la naturaleza, trabajar honrando la tierra, respetar el suelo que se habita y
donde se producen los alimentos que nos nutren. La Comunidad SUMAi KAUSAY, integrada por Pequeños
Productores, toman ese vocablo quechua para identificarse con el mandato de sus ancestros aplicándolo a todos
los aspectos de su vida, en especial a la producción de vegetales sin utilización de agroquímicos.
17
La transición agroecológica es el proceso de transformación de los sistemas convencionales de producción
hacia sistemas de base agroecológica. Este proceso comprende no sólo elementos técnicos, productivos y
ecológicos, sino también aspectos socioculturales y económicos del agricultor, su familia y su comunidad. Por lo
tanto, este concepto debe comprenderse como un proceso multilineal de cambio que ocurre a través del tiempo,
y que incluye generación colectiva del conocimiento, complementando el generado en centros de investigación,
con la percepción y conocimientos de los agricultores. Algunos elementos que condicionan el proceso de
transición son: asesoramiento y acompañamiento del Estado; mercados alternativos; organización comunitaria
(Marasas et al, 2012).
18
Se aplicó una tonelada de composta por parcela, se instaló riego por goteo y se plantaron diversas especies de
hortalizas. Se colocaron trampas de agua con detergente para disminuir la tensión superficial en la superficie del
agua, atrapando así a todo insecto que se apoye sobre la misma. Se colocó sobre algunos cultivos una solución
de alcohol de ajo y un preparado a base de arroz con sulfato de cobre, con la intención de evaluar la eficiencia
de este producto como repelente natural. Distintos autores sostienen que este preparado es efectivo contra
ácaros, gorgojos, moscas blancas y especialmente contra pulgones. Y en algunos casos resultó ser buen
fungicida.
8
docente de FAUBA, que permitieron concientizar sobre el uso de agroquímicos;
comprendieron que todos juntos van a lograr mas que en forma individual,
apostando a mejorar la comunicación interna del grupo; respuesta favorable de
todos los miembros al técnico a cargo del grupo. Los aspectos que evaluaron como
debilidades y cuestiones que faltaron trabajar son: comercialización diferenciada de
sus productos; mejora de aspectos productivos como el uso de variedades que
permitan contar con producción todo el año; eficientizar uso del recurso agua;
estimular y acompañar un registro mínimo de gastos y rendimientos que permitan
hacer un balance de su producción; estimular la producción y posterior
comercialización, evitando que algunos productores se conviertan en revendedores;
falta de disponibilidad para preparar remedios caseros de uso agroecológico;
desatención de las fincas ante otras actividades que le generan mayores recursos
como la albañilería.
19
Desde el Municipio participan la Subdirección de Promoción de la Economía Social y Solidaria y el Desarrollo
Local dependiente de la Dirección de Políticas Sociales y la Secretaría de Producción, Cultura y Turismo y desde
las organizaciones: Asociación de Productores Familiares de la Cuenca del Río Luján; Asociación Civil De la
Nada; Asociación de Apicultores de Luján; Centro de Formación de Emprendedores; Emprendimiento Amistad;
Taller Protegido Municipal, y otros productores que se han acercado y participaron de las reuniones
preparatorias.
9
de prioridad mediante los cuales se irán convocando gradualmente a los
interesados, son los siguientes: 5. Tendrán prioridad quienes tienen mayores
necesidades de ingresos y no tienen otros canales establecidos para la
comercialización de sus productos. 6. Tendrán prioridad para ingresar aquellos
productores de rubros que aún no se encuentren en la FFL 7. Tendrán prioridad los
miembros de las asociaciones de productores que impulsaron originalmente el
proyecto de la FFL. Los productos que ofrecen en forma directa a los consumidores
locales son principalmente alimenticios (verduras, frutas, huevos, hortalizas,
panificados, dulces, quesos, miel, cerveza artesanal, chocolate, etc.), pero también
incluyen tejidos e indumentaria de producción artesanal, plantas y plantines,
artesanías y también tendrán lugar los productores culturales en diversas ramas de
las artes (plástica, escultura, música, etc.).
Los primeros productores comenzaron comercializando sus productos en la Capilla
Santa Teresita del barrio Lanusse, en reuniones en las que desde PRO-Huerta del
INTA repartían semillas, preparaban dulces, exponían y vendían sus elaboraciones,
siempre con el ánimo de la defensa de la agricultura familiar. Luego formaron la
Asociación de Familias Productoras de la Cuenca del Río Luján, miembro
actualmente del Foro Nacional de la Agricultura Familiar (FONAF). Las
organizaciones se nuclean en una Comisión Directiva, una construcción colectiva a
partir de asambleas semanales y la conformación de diferentes comisiones de
trabajo para sostener y direccionar la feria. El objetivo de los productores
participantes es que la comunidad del partido pueda acceder a alimentos sanos y
frescos (entrevistas a productores participantes). El Municipio promueve la Feria
como un medio de comercialización, y de agregado de valor a las pequeñas
producciones locales, buscando el compromiso de tener un producto de primera
calidad, sano, inocuo, a un precio razonable, que pueda comercializarse en un
circuito corto, sin intermediarios, a la vez que promover la organización y
participación de los productores, promoviendo a la vez mejor calidad de vida a los
productores, mediante la posibilidad de obtener un ingreso que antes no tenían, en
una política que surge desde las bases de las organizaciones (entrevista a
funcionario municipal). Actualmente, las organizaciones participantes de la Feria
buscan armar una mesa local para debatir políticas públicas para el sector,
incluyendo productores, distintas áreas de la Municipalidad (Medio Ambiente,
Bromatología, Asuntos Agrarios) y organismos provinciales (MAA) y nacionales
10
(INTA, INTI), para trabajar en forma conjunta en la elaboración de normativas para la
agricultura familiar.
b) La ordenanza de uso de agroquímicos: La ordenanza 5953/11,
sancionada el 14/07/11 por el Honorable Concejo Deliberante, y promulgada por la
Intendenta mediante el Decreto 1994 del mismo mes, prohíbe en todo el partido “las
aplicaciones aéreas de agroquímicos con destino a uso agropecuario, cualquiera
sea el producto activo o formulado, así como su dosis” 20 (Art 4to), con el objetivo de
“normar la utilización de agroquímicos, a fin de evitar la contaminación del
medioambiente y de los alimentos, protegiendo la salud, los recursos naturales y la
producción agropecuaria” (Art 1). Si bien no analizaremos el amplio y encendido
debate que esta normativa provocó a nivel local, nos interesa destacar que la franja
de prohibición de fumigación resultante de la aplicación de la normativa, incluye
algunas de las fincas de los productores analizados. Dado que una de las salidas
concretas para poder seguir produciendo en esta franja es la transición hacia la
producción agroecológica, sugerimos que estos productores ya estarían preparados
por su participación en la experiencia llevada a cabo por el INTA. Señalamos la
importancia de la capacidad de replicación de esta experiencia en otras fincas que
se encuentren dentro de la misma franja en el partido, tanto mediante futuras
intervenciones del INTA como de otras instituciones.
c) Plan de trabajo de equipo itinerante de maquinaria agrícola: otra acción
de intervención municipal es este plan que apunta a coordinar los tiempos de trabajo
en las quintas, en el uso de tractor, rastra de discos, arado de rejas, alomadora y
surqueador adquiridos por el Municipio, con fondos provenientes del subsidio
entregado por el Ministerio de Agricultura, destinados al desarrollo de la actividad
hortícola en el territorio. También quedan asentados las partes actuantes y los
compromisos asumidos por sus partes, a fin de lograr un correcto mantenimiento de
las herramientas de trabajo.
20
Si bien están permitidas ciertas pulverizaciones con determinados productos aprobados para la producción
orgánica.
11
como así también proveer una mirada integral del territorio. Esto implica, en términos
económicos, una vinculación entre la agricultura, la industria y los servicios y en
términos sociales, la integración de los servicios (salud, educación, infraestructura,
etc.) con el fin de mejorar la calidad de vida y el bienestar de la población que habita
ese territorio (INTA, 2006). Esta nueva mirada integral de la realidad de la agricultura
familiar (tanto productiva como política) promueve tecnologías “blandas” tales como
mecanismos de cooperación y organización de los productores, como respuesta a la
evidencia de que el aporte tecnológico “duro” (productivista) tiene severas
limitaciones para generar alternativas de desarrollo sustentable para las condiciones
estructurales de producción de la mayoría de estos agricultores. Coincidimos con
Schiavoni y De Micco (op cit) en que, en este marco, “el debilitamiento de las
obligaciones del Estado quebró la relación entre el puesto y el título que caracterizó
el desempeño de los ingenieros agrónomos en el proceso de modernización agrícola
(…) reemplazando la autoridad disciplinar por diversas formas de intermediación”
(op cit:32). Por esto se requiere relativizar la oposición entre saberes locales
aplicados y conocimiento académico general21.
Esta intervención se enmarca en un enfoque territorial que otorga atención prioritaria
al territorio local, entendido como “la unidad donde resulta más plausible la
instalación de procesos de desarrollo sostenible” (Rodríguez Bilella y Tapella, 2008),
así como a la orientación hacia la promoción de capacidades de los gobiernos
descentralizados y de la sociedad civil para movilizar dichos procesos en el territorio.
Ello implica especial atención a niveles municipales o similares, en los que se facilita
la interrelación entre estructuras administrativas locales e instituciones de la
sociedad civil. Esta propuesta enfatiza la necesidad de profundizar reformas que
permitan consolidar las instituciones y organizaciones de la sociedad civil de orden
local y territorial en los procesos de desarrollo rural (Lattuada, Márquez y Neme,
2012). El concepto de “territorio” se transforma en instrumento privilegiado de la
comprensión de una realidad compleja, integrando en una totalidad
condicionamientos estructurales y acciones de los actores como sujetos
competentes capaces de producir innovaciones adaptativas, en las cuales se
manifiesta el valor de los conocimientos y el saber hacer de los actores rurales y los
21
Ver los aportes de la antropología y del la sociología de la ciencia en este sentido (Latour, B.,1955: “La science
en action”, Gallimard Folio, Saint Amand (Cher), Francia y Callon, M., 1986: “Elements pour une sociologie de la
traduction. La domestication des coquilles Saint-Jaques et de marins pecheurs dans la baie de Saint-Breu”,
L`année Sociologique, Vol.36.
12
procesos de valorización que asocian cultura y mercado (Albaladejo y Bustos Cara,
2004; Manzanal, 2006). Desde el INTA se promovieron articulaciones tanto en la
producción de conocimientos (vinculaciones entre la autora como investigadora de
CONICET e investigadores del IPAF del INTA) como en las actividades de extensión
y también entre los investigadores y los técnicos, ya que en el caso analizado, al
igual que lo muestran Pizarro y Aboitiz (2008) para el resto del periurbano norte de
Buenos Aires, varios de los técnicos involucrados en la intervención analizada,
realizan actividades de investigación conjuntamente con su labor de extensión.
Por su parte, las acciones del municipio están condicionadas por las escasas
posibilidades de recibir subsidios u otro tipo de acompañamiento en la gestión por
parte del gobierno nacional, dada su posición política opuesta, situación que
restringe las posibilidades de un desarrollo local a los recursos propios. Analizamos
el rol del municipio y las políticas municipales en las problemáticas de los
productores hortícolas, considerando que las nuevas funciones de los gobiernos
locales implican un nuevo perfil del Estado. En Luján se reformularon estrategias de
intervención en la gestión de los espacios hortícolas. La capacidad de respuesta de
las estructuras burocráticas gubernamentales locales intenta adecuarse a las
demandas de los productores. Sin embargo, falta implementar cierta coordinación y
articulación concretas entre y dentro de los organismos públicos del municipio. Un
desafío de la gestión municipal es la necesidad de aumentar la capacidad técnica y
de gestión del gobierno local, mediante formulación e implementación de programas
sociales y de desarrollo local que respondan a las demandas: “el desafío es articular
con las organizaciones de productores” (entrevista a funcionario municipal). Los
actores locales están comenzando a definir acciones comunes con organismos de
gobierno local, intentando conseguir herramientas legales y técnicas que permitan
una producción sustentable en el tiempo, independientemente de la administración
de turno. Considerando los instrumentos técnicos (nivel de profesionalización de los
equipos), estilos políticos de gestión (voluntad política del Intendente) y niveles o
grados de participación de las organizaciones de la sociedad civil (Arroyo, 2005), en
Luján se da un modelo de gestión descentralizado, en el cual la prioridad pasa por el
nivel de recursos y las capacidades de las organizaciones de la sociedad civil y un
acrecentamiento de la relación Estado-sociedad que presupone mayor articulación
entre ambos a partir del efectivo fortalecimiento de las organizaciones sociales. Las
acciones del gobierno municipal forman parte de una estrategia para involucrar
13
actores económicos y líderes sociales, promoviendo participación del Estado local (a
pesar de la escasez de recursos expresada por los funcionarios entrevistados) y
movilización de ONGs y líderes sociales locales. Una estrategia posible consistiría
en conseguir y gestionar recursos financieros para el partido, a través de la
articulación con otras instituciones.
En suma, las políticas de intervención analizadas se inscriben en un discurso de
transición hacia la agroecología, en el cual se acentúa la necesidad de llegar a los
pequeños productores bolivianos, no alcanzado hasta entonces por políticas
sectoriales del Estado. Tanto los documentos del programa del INTA como sus
diseñadores e implementadores y los mismos productores referencian que el mismo
constituía el primer esquema de apoyo. Durante nuestros acercamientos a las
autoridades e implementadores del programa, evidenciamos que el mismo había
sido resultado de una conjunción de voluntades y accionares de los productores y
técnicos locales, para paliar sus problemas de infraestructura, productivos, de
comercialización. Con el tiempo vimos la complejidad de los procesos implicados en
la intervención. Las entrevistas con los técnicos de terreno permitieron ver que en la
implementación se jugaban otros aspectos, que tendían a favorecer el proceso de
reconversión productiva hacia la horticultura agroecológica. Las percepciones de los
horticultores relevadas muestran que la autoadscripción voluntaria del productor a un
sistema sin agrotóxicos responde a una estrategia para obtener los beneficios de
participar en el programa, ya que el control de si produce o no sin agroquímicos es
garantizado por la confianza que el Agente de Proyecto deposita en el técnico
asesor. Desde la pespectiva de los beneficiarios, la intervención estatal favorece el
proceso de reconversión, mediante la asistencia técnica que ofrece el programa.
La interfase, en tanto área de conocimiento e interacción que entrecruza
perspectivas de distintos actores, se vislumbra en el análisis de la relación técnico-
productor (Long, 1992). En el caso analizado, los resultados del proceso de
implementación de la intervención no debían ser analizados meramente a partir de la
influencia de actores externos al programa, sino por los mismos actores del
programa, esto es, productores, extensionistas y encargados de la implementación.
Existe articulación con otras instituciones, que desempeñan roles de apoyo hacia los
productores, que pueden visualizarse en el siguiente Mapa de Actores:
14
Fuente: Elaboración Propia en base al trabajo de campo
22
La comunicación entre productores y funcionarios municipales continuó fluidamente, a pesar del cambio de
gobierno local en diciembre de 2011.
15
recursos que sino fuera por formar parte del programa no conseguirían (uso del
tractor conseguido a través de los subsidios del Ministerio; semillas de Prohuerta y
del proyecto de Agroecología del IPAF).
Por otra parte, el desarrollo de ciertas capacidades relacionadas con la agencia de
los sujetos sociales (Long y Van der Ploeg, 1994) entran en conflicto/negociación
con los modelos de intervención de las instituciones dedicadas al desarrollo; de su
resolución depende la posibilidad de superar las limitaciones de una capacidad de
agencia externamente inducida. En las modalidades de intervención, todo flujo
externo proveniente del Estado, del mercado, de grupos dominantes o de agentes
externos al grupo en cuestión, es mediatizado por esos mismos actores (y las
organizaciones locales que integran), quienes procuran reprocesar dichos factores
externos a favor de sus propios intereses y necesidades. Por eso, los productores
estudiados encuentran soluciones concretas a sus problemas: consiguen subsidios,
maquinaria, acceso a mercados, asesoramiento organizacional y capacitación en
producción agroecológica.
La capacidad de los beneficiarios del desarrollo en torno de proyectos, de crear y
recrear normas de acción dentro de los programas, evidencia su papel activo en el
diseño y administración efectivos de mecanismos regulatorios del comportamiento
de todos los actores y su interacción, particularmente dentro del marco de proyectos
específicos. Así, enriquecen o cuestionan los mecanismos estatales o se adaptan a
ellos, de acuerdo a mecanismos regulatorios que ya conocen en sus prácticas
grupales.
7. Reflexiones finales
La Agricultura Familiar se desenvuelve con lógicas distintas a las de la agricultura
tradicional, ya que promueve la preservación de recursos, la organización de
productores y organiza la reproducción familiar más allá de la existencia de un
mercado. Por lo tanto, se requieren políticas públicas (crediticias, tecnológicas,
alimentarias, de tierras, etc) específicas para estos productores, enmarcadas en una
concepción de desarrollo integral Este sector productivo tiene un rol fundamental en
la diversificación de la matriz productiva nacional y de los actores que en ella
participan, para lograr el empoderamiento de la mayoría de la población. Así mismo,
este sector posee saberes y capacidades diferentes que requieren una ampliación
de la mirada para valorizar otras formas de conocimiento. Existe gran
16
heterogeneidad de enfoques para solucionar las problemáticas del sector, por lo cual
la I+D necesita considerar no sólo aspectos productivos y tecnológicos, sino también
considerar problemáticas tales como uso y distribución de aguas, de tierras, etc. El
desafío es generar conocimiento junto al sector en una construcción participativa
con todos los actores y sostenible en el tiempo. La innovación integral y
complementaria (tanto en productos, tecnologías de procesos y artefactos, como en
prácticas sociales más participativas y democráticas), debe ser concebida dentro de
una estructura de sostén institucional, donde múltiples actores conformen una red
que establezca las condiciones para generar conocimiento, a partir de un enfoque de
investigación-acción, en la que juegan rol central los gobiernos provinciales y
municipales, las organizaciones de la sociedad civil, los programas y organismos del
Estado y las Universidades (Feito, 2012).
Considerando que las intervenciones de desarrollo constituyen procesos continuos,
negociados y socialmente construidos que incluyen iniciativas tanto "desde abajo"
como "desde arriba" (Long, 1992), concluimos que la intervención analizada se
constituye a partir de un complejo conjunto de relaciones, intereses e ideas
socialmente definidas por los distintos actores implicados, reconociendo las luchas y
diferencias internas entre los quinteros. El programa de desarrollo rural
implementado en Open Door es construido y moldeado por diferentes interacciones
de múltiples actores. El "modelo de grupo" sostenido por el programa del INTA
intenta considerar las relaciones de poder existentes entre los productores, así como
reconocer y articular las formas sociales existentes con su propia estrategia de
intervención.
El análisis de interfases entre los extensionistas y los productores brinda importantes
pistas y oportunidades para comprender la construcción del proceso de intervención
en el territorio, concibiéndolo como una compleja arena de conflicto y negociación.
Los procesos implicados en las intervenciones de desarrollo no deben ser
entendidos o conceptualizados como imposiciones mecánicas ‘externas’ a las
realidades locales, sino que necesariamente implican negociación sobre conceptos,
significados, imágenes y proyectos, los cuales son diferentemente internalizados por
las diversas partes involucradas. (Long 2001).
El caso presentado desafía la visión transferencista de los extensionistas como
mecánicos implementadores de un esquema planificado. Los extensionistas se
presentan como agentes que interrnalizaron la ideología de intervención del
17
programa y a la vez, como sujetos pragmáticos lidiando con las dificultades de la
implementación. Pretendemos que el diagnóstico realizado mediante un enfoque
etnográfico permita que las intervenciones contribuyan a fortalecer la organización
comunitaria, en pos de promover o continuar los reclamos a los poderes políticos.
Para finalizar, si bien no profundizaremos en el extenso debate extensión vs
investigación, queremos aportar algunas herramientas para la reflexión. El INTA se
fundó en 1957 (pionero en América Latina), con la intención de “integrar los servicios
de investigación y extensión agropecuarias, reconociéndolos como mutuamente
complementarios y esenciales para la provisión de tecnología al proceso productivo”
(Carballo, 2002; citado en Schiavoni y De Micco, op cit 23). Su sello distintivo fue la
investigación, mientras que la labor en el ámbito de extensión fue complementado
con otras instituciones (organismos públicos provinciales y locales, ONGs,
consorcios y grupos de productores, etc). En los 80, la exigencia de tecnologías de
procesos (conservacionismo, rotación y control biológico de plagas, agroecología)
requirió un cambio en las prácticas estandarizadas de los servicios agrícolas
nacionales, dada la importancia creciente de la investigación agrícola en el sector
privado. Las agencias descentralizadas responsables de políticas para la agricultura
familiar pusieron en circulación un conjunto heterogéneo de saberes: agricultura
orgánica; tecnologías apropiadas; investigación participativa, tecnologías
organizacionales, que conforman un “estilo tecnológico alternativo”, contrapuesto a
la modernización agrícola estatal y a la generación de tecnología proveniente del
sector privado (Schiavoni y De Micco, op cit). Creemos que el programa Cambio
Rural es un ejemplo del desplazamiento de los ingenieros a las funciones de
agentes del desarrollo, propio de los planes estatales de las últimas décadas en
Argentina.
Por último, una breve reflexión sobre la articulación de nuestras adscripciones
profesionales en el trabajo compartido en terreno. La fructífera combinación de
nuestros roles de “antropóloga investigadora” y “agrónomo extensionista”, permitió
desarrollar actividades conjuntas en pos del mejoramiento de la calidad de vida de
los productores que se hallaban involucrados, al mismo tiempo, (y sin ser totalmente
concientes de ello), en una investigación académica y en una intervención social. El
enfoque social aportado por la antropóloga se complementó (creemos)
23
CARBALLO, Carlos. 2002. Extensión y transferencia de tecnología en el sector agropecuario argentino. Ed
Facultad de Agronomía UBA, Buenos Aires.
18
exitosamente, con la visión técnica y productiva del extensionista. A su vez, el
extensionista colaboró con la antropóloga, al abrirle las puertas del acceso al campo,
en esa "resocialización llena de contratiempos, destiempos y pérdidas de tiempo (…)
tal es la metáfora del pasaje de un menor, un aprendiz, un inexperto, al lugar de
adulto... en términos nativos (Guber, 200124). Parafraseando a Bourdieu y Wacquant
(1992) podemos decir que tanto la investigadora como el extensionista, se enfrentan
a su objeto de estudio/intervención, desde la lógica práctica de sus actores. Si bien
ambos autores nos conocíamos previamente, al producirse el encuentro en el
campo, para esta investigación específica, la reflexividad de la investigadora entró
en relación con la del extensionista (en tanto él es uno de los individuos que, a partir
de entonces, se transforma en sujeto de estudio y, eventualmente, en informante).
Intentar construir conocimiento común desde estas dos reflexividades, fue lo que nos
impulsó a concretar esta ponencia.
8. Bibliografía
24
Al respecto, ver: Adler & Adler 1987; Agar 1980; Hatfield 1973.
19
LONG, N. 1992. From paradigm lost to paradigm regained? The case for an actor-
oriented sociology of development. En: Long N. y Long A.1992. Battlefields of
Knowledge. The interlocking of theory and practice in social research and
development. Routledge, U.K.
LONG, Norman. y J. VAN DER PLOEG. 1994. Heterogeneity, Actor and Structure:
Towards a Reconstitution of the Concept of Structure.
LONG,Norman.2001.Development Sociology: Actor perspectives. Routledge,
London.
MANZANAL, Mabel. 2006. Regiones, territorios e institucionalidad del Desarrollo
Rural. En: Manzanal, M.; Neiman, G. y Lattuada, M. (comps.) Desarrollo rural.
Organizaciones, instituciones y territorios. Ed Ciccus, Bs As.
MARASAS, Mariana; Guillermo CAP; Laura DE LUCA; Maximiliano PEREZ y Raúl
PEREZ. 2012. El camino de la transición agroecológica. Ed INTA, Bs As.
PIZARRO, Cynthia y Pedro ABOITIZ. 2009. Técnicos en la mira. Entre los
productores y las políticas de intervención en los sistemas hortícolas del noroeste
del Area Metropolitana de Buenos Aires. XIV Jornadas Nacionales de Extensión
Rural y VI del Mercosur.
RABENDO, A. 2011. La Agroecología, una puerta de entrada a los Sistemas
Participativos de Garantía. El caso de la organización Familias Productoras de
Cañuelas. Tesis para optar al título de Especialista en Desarrollo Rural , Facultad de
Agronomía, UBA.
RODRIGUEZ BILLELLA, Pablo y Enrique TAPELLA. 2008.”Introducción”. En:
Rodríguez Bilella, P. y Tapella, E., 2008, Op Cit.
RODRÍGUEZ BILELLA, P. 2004. Etnografía y política social: el caso del Enfoque
orientado al actor. IV Jornadas de Etnografía y Métodos Cualitativos, IDES, Buenos
Aires, agosto 2004.
SCHIAVONI, Gabriela y Carla DE MICCO. 2008. Los ingenieros y los técnicos.
Producción y circulación de conocimientos agrícolas en Misiones. En: BARTOLOME,
Leopoldo y Gabriela SCHIAVONI. 2008. Desarrollo y estudios rurales en Misiones.
Ed Ciccus, Bs As.
20
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA RURAL.
Grupo de trabajo: 8. Modalidades de Intervención en el Desarrollo Rural Local.
2
destruidas enteramente pueden ser divididas en porciones reales, cada una de las
cuales forma un todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes como a la cosa
misma. No podrán dividirse las cosas cuando ello convierta en antieconómico su uso
y aprovechamiento. Las autoridades locales podrán reglamentar, en materia de
inmuebles, la superficie mínima de la unidad económica”.
Esta innovación, constituye un límite al dominio sobre los bienes inmuebles, que
tiene por objetivo un fin superior a la voluntad particular, y que es el de preservar el
uso y aprovechamiento de la tierra teniendo en cuenta el pleno desarrollo de su
potencialidad productiva. Queda en manos de los gobiernos provinciales, fijar dentro
de sus respectivos territorios y mediante reglamentación, la extensión o superficie
mínima de un inmueble para que constituya una unidad económica diferenciada
según las diferentes zonas agroecológicas y sus potenciales productivos.
Aquí cabe destacar que, contrariamente a la limitación en la subdivisión de los
predios que implica este artículo, no existen expresamente limitaciones en cuanto al
tamaño máximo de las explotaciones, es decir, no existe el concepto de unidad
máxima.
En este sentido, en el año 1973 la provincia de La Pampa promulga una Ley, que
establece las magnitudes básicas superficiales mínimas (Unidad Económica Agraria,
UEA), mediante la cual pueden fraccionarse los predios rurales, ello, a fin de
preservar unidades productivas que satisfagan los requerimientos económicos de
una familia agraria.
Por aplicación de la misma, la división de inmuebles rurales no puede ser
autorizada, si como consecuencia de la partición surgen parcelas cuyas superficies
no representen como mínimo una unidad económica, entendiéndose por tal: la
superficie mínima, de conformación adecuada, que asegure la rentabilidad de la
empresa agraria de dimensión familiar y un adecuado proceso de reinversión que
permita su evolución favorable en el tiempo.
En su nacimiento, esta Ley, se presento como una solución para dar fin, a las
sucesivas divisiones que comenzaban a experimentar los predios rurales. En
aquellos años, la realidad del ámbito rural, distaba considerablemente de lo que hoy
puede percibirse. Los cambios tecnológicos aplicados al agro, que han permitido
maximizar la renta, la modificación del concepto típico de familia agraria y la
migración de estas a las ciudades, forjan una nueva mirada sobre el concepto de
unidad económica, tal como lo conocemos.
3
El marco teórico-metodológico contenedor de esta temática, es la estructura agraria,
definida por la interacción de distintos factores: tenencia y propiedad de la tierra,
medios de producción y relaciones socioeconómicas.
La tierra, los medios de producción, el hombre en sociedad y su relación con la
producción y el mercado, son elementos a tener en cuenta en el abordaje de esta
investigación.
Es fundamental tener presente el concepto de que la tierra es un recurso agotable y
patrimonio de la sociedad y que su productividad depende de la cantidad y calidad
de los elementos constitutivos del suelo, de las características climáticas, del manejo
y del sistema de productivo que se realice. Las actividades efectuadas en ella,
producen modificaciones a través del tiempo, que el hombre debe tener presentes si
desea conservar su fuente de trabajo y producción.
La forma de esa producción ha cambiado sustancialmente a partir de la
incorporación de tecnología, cuya mayor influencia se ve reflejada en la
motorización, mecanización y automatización de procesos, como así también en la
incorporación de insumos agroquímicos y especies modificadas genéticamente, que
sin duda transforman el espacio geográfico.
El hombre, como agente social transformador del espacio geográfico, es quién toma
las decisiones y, por ende, la elección de los diferentes tipos de producción, medios
y labores culturales a realizar. También modifica el espacio a través de su hábitat,
relaciones comerciales y sociales.
En síntesis, la estructura agraria, nos permite evidenciar la conformación del hábitat
y del poblamiento resultante de la interacción de éstos y otros factores, así como sus
lógicas repercusiones sobre las actuales formas de organización; aspectos éstos de
indudable importancia frente al actual proceso de ordenación y adecuación del
espacio agrario.
El presente trabajo, tiene por objetivo mostrar, cómo en la actualidad, la aplicación
de UEA a través de la ley de división de parcelas rurales se lleva adelante en la
Provincia. Se analizará si la misma encuadra en las circunstancias existentes, es
decir, si prevé una segmentación desde un enfoque productivo y social y que está
sucediendo respecto a la cantidad de pequeñas explotaciones agropecuarias
registradas en los últimos censos.
La importancia del estudio de la UEA radica en la necesidad de contar con
información detallada para contribuir a elaborar instrumentos y estrategias de
4
planificación que puedan ser aplicadas a los sectores de mayor riesgo, y al mismo
tiempo al desarrollo productivo provincial.
El marco espacial de este trabajo lo constituye la provincia de La Pampa, y la unidad
política de análisis son los departamentos de Chapaleufú, Maracó, Quemú Quemú,
Catriló, Realicó, Trenel. Rancul, Conhelo, Capital, Atreucó, Guatraché y Hucal.
1
Gobierno de la Provincia de La Pampa. Boletín Oficial. Año XXI, Nº 991. Santa Rosa, 1973.
5
en franjas de territorio que establecieron las magnitudes de las UEA y regularon la
subdivisión de la tierra hasta la actualidad.
6
agraria sin necesidad de realizar estudio agroeconómico, disposición ésta que ha
sido reglamentada tomando en cuenta las características de capacidad de uso de
los suelos, factores climáticos y socioeconómicos para el desarrollo de las distintas
actividades agropecuarias.
Queda claro entonces que, no toda subdivisión de inmuebles debe ser sometida a
estudio de factibilidad sino sólo aquellas cuyas parcelas resultantes sean inferiores a
las superficies fijadas por el reglamento para cada región, para que pese a ello
resulte divisible el estudio debe demostrar que cada parcela constituye por lo menos
una UEA, tal como esta previsto en el artículo 1° de la ley.
Algunas excepciones se hallan contempladas en las siguientes situaciones:
1. Que las parcelas resultantes mediante la anexión a otra propiedad lindera del
mismo titular, constituyan una UEA o mejoren la situación preexistente
(entendiéndose que existe mejora cuando con la división de una parcela y su
posterior anexión a otra lindera se conforme una nueva parcela de superficie
igual o mayor a la original, sin que afecte la capacidad productiva de los lotes);
2. Si no se pretende anexar las parcelas, simplemente la subdivisión de los predios,
los propietarios deben presentar la solicitud de aprobación ante el Organismo de
Aplicación (Ministerio de la Producción), acompañada de un Estudio
Agroeconómico realizado por un Ingeniero Agrónomo, tendiente a determinar el
carácter de UE de las fracciones resultantes de la división, considerando las
particularidades del predio y un balance económico de la explotación.
Toda normativa conlleva una serie de beneficios para lo cual fue creada pero
también una serie de riesgos que se deben tener presentes a la hora de aplicarla.
La fijación de límites tan estrictos podría traer aparejado algunos riesgos como ser,
la conformación de minifundios improductivos o sea aquellos lotes rurales pequeños
fuera del circuito de explotación sustentable como así también una mayor
concentración de la tierra en pocas manos, problema este último que caracteriza el
modelo productivo agrario actual, ya que según el censo agropecuario de 2002 se
contabilizó un 10 % de explotaciones agropecuarias menos.
Otros aspectos importantes a tener en cuenta son, por un lado el tema del medio
ambiente ya que el monocultivo de soja está absorbiendo gran parte de los campos
del este de La Pampa destinados a la producción mixta.
7
Si consideramos el carácter social de la propiedad, hay que tener en cuenta que la
misma no es absoluta, motivo por el cual, los titulares de los predios rurales no
pueden degradarlos por existir restricciones y límites al dominio, los que se imponen
para garantizar un interés social superior como es el de asegurar una producción
sustentable en el tiempo y conservacionista en materia de uso y manejo de los
suelos.
8
Catastro, área que se encarga de la evaluación de los planos correspondientes con
el fin de dar una nueva denominación a la parcela que surja e informar al Registro de
la Propiedad Inmueble, para que este último realice los asentamientos
correspondientes.
Estructura fundiaria
El análisis de la estructura fundiaria resulta uno de los aspectos necesarios para
determinar, en forma aproximada, la cantidad de explotaciones en el que el factor
tierra resulta limitante para la evolución de las empresas. De esta manera se contará
con una información de base para la elaboración de futuros programas dirigidos
principalmente a esas empresas en riesgo.
Para ello se tomará como base la información del Censo Nacional Agropecuario
1988 (CNA 88) y 2002 (CNA 2002), desagregada por departamentos y agrupada por
áreas.
Debido a la variabilidad de las condiciones agroecológicas, evidenciada
principalmente por la disminución de las precipitaciones pluviales de noreste a
suroeste de la provincia, y para un mejor y más práctico tratamiento de los datos, se
procedió a agrupar a los departamentos en áreas relativamente homogéneas desde
el punto de vista productivo (Mapa 2):
- Área 3: (baja productividad) Loventué, Toay y Utracán; Caleu Caleu. En este caso
se considera que para alcanzar la UEA las explotaciones deben totalizar, por lo
menos, 1.000 has. salvo Toay, los demás departamentos presentan porciones
significativas de su territorio donde los valores pueden llegar hasta las 2.500 has.
- Área 4: (muy baja productividad) Curacó, Lihuel Calel, Limay Mahuida, Chalileo y
Chical Có. Para los departamentos (Curacó, Limay Mahuida, Chalileo y Chical Có) el
9
valor de la UEA ha sido establecido en 5.000 has., mientras que para el restante
(Lihuel Calel) en 2.500 has.
- Área 5: Departamento de Puelén (separado de los anteriores por tener el área bajo
riego de la Colonia 25 de Mayo). Partiendo de la base de que prácticamente todas
las fracciones de más de 500 has. se encuentran fuera del área de regadío, se
contabilizan por debajo de la UEA en el sector de secano alrededor de 87
explotaciones; 8 de las cuales pertenecen al segmento de 500,1 a 1.000 has., 40 al
de 1.000,1 a 2.500 has. y 39 al de 2.500,1 a 5.000 has.
10
Análisis de los Censos Nacionales Agropecuarios 1988 – 2002.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), fija para los censos
nacionales agropecuarios los siguientes conceptos:
La unidad estadística utilizada es la “explotación agropecuaria” (EAP), definida como
una unidad de organización de la producción cuya superficie no es menor a 500
metros cuadrados, que se encuentra dentro de los límites de una provincia y que
produce bienes agrícolas, pecuarios o forestales destinados al mercado. La EAP se
define independientemente del número de terrenos no continuos que la componen;
cada uno de estos está definido como parcela de una EAP, cualesquiera que sean
sus características catastrales y de tenencia. Para ser considerada parte de la
misma EAP, estas parcelas deben estar integradas bajo “una dirección que aporta
las decisiones” sobre la utilización de los recursos disponibles y que asuma los
riesgos de la actividad empresarial. Dicha persona se define como productor.
Las personas que trabajan de forma permanente en una EAP se denominan
“trabajadores agrícolas”.
En cuanto a los productores, diferencia entre productores familiares y empresas
capitalizadas, o sea, los que producen con escasez de capital, utilizando casi
exclusivamente su propio trabajo y el de su familia y los que disponen de capital y
trabajan las tierras contratando asalariados. Los censos distinguen entre EAPs con
superficie definida y superficie sin definir, según el productor conozca o no los límites
y la superficie de su explotación.
Una EAP puede incluir tierras bajo distintas formas de tenencia. Existen siete
modalidades: propiedad personal, propiedad familiar o sucesión indivisa,
arrendamiento, aparcería, contrato accidental, ocupación con permiso, ocupación de
hecho.
Propiedad personal: Se tiene tierra bajo propiedad personal cuando una persona
física o jurídica tiene un título de propiedad a su nombre.
Propiedad familiar o sucesión indivisa: Es la tierra que un pariente en primer grado
del productor (padre, hijo o hermanos) cede a este para su uso y goce sin que medie
retribución alguna.
Arrendamiento: es el uso y goce de un predio ajeno con el objeto de explotación
agraria en cualquiera de sus especializaciones, mediante un precio establecido en
dinero. Esta es la forma más frecuente, pero también existe una variante, que
11
dominaremos arrendamiento “gris”. En este caso un propietario medio a grande
entrega a un arrendero un predio. El arrendero paga el alquiler con su trabajo (un
número determinado de días por año), recibe la mitad de un salario mínimo de peón
rural, pero explota dicha parcela por su propia cuenta y beneficio. Con esta
modalidad el propietario se asegura así personal permanente y menores costos para
la mano de obra.
Aparcería: es un contrato en el que el propietario entrega a un productor un predio
rural para la explotación agropecuaria con el objeto de repartirse los frutos. La tierra
puede contar o no con plantaciones, sembrados, animales, enseres, o elementos de
trabajo. El aparcero entrega 20 a 30% de la cosecha bruta al propietario. Para el
pequeño productor la aparcería a pesar de tener que entregar un porcentaje menor
de la cosecha, es menos rentable que la mediería porque el alquiler de maquinaria
para trabajar la tierra suele ser muy alto.
La Mediería: es una subforma de aparcería donde el propietario aporta la tierra
preparada, lista para el sembrado, a veces se hace cargo también de los insumos y
fertilizantes. El mediero entrega 50% de la cosecha bruta al propietario. De esta
forma se puede decir que el propietario y el mediero comparten igualmente los
riesgos de la producción (mal tiempo, plagas, etc).
En toda Argentina los contratos de arrendamiento y aparcería pueden ser orales o
por escrito ante el juez de paz y pueden durar como mínimo un año y con un
máximo indefinido.
Contrato accidental: Es el caso de arrendamiento igual o menor a dos años.
Aclarados algunos conceptos, se procede a analizar comparativamente los datos
provistos por los Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002 para la provincia
de La Pampa, tomando como referencias las áreas productivas antes mencionadas.
12
CNA 88 CNA 02
EAPs por EAPs por
Cantidad Superficie debajo de Cantidad Superficie debajo de
Áreas de EAPs EAPs (ha) la UEA % de EAPs EAPs (ha) la UEA %
1 1669 1168073 638 38% 1367 968994 436 32%
2 4523 2700516 3243 72% 4008 2975434 2658 66%
3 1389 3357230 586 42% 1329 3652967 565 43%
4 687 3869836 399 58% 737 4092952 481 65%
5 148 1020406 80 54% 184 1088120 117 64%
13
Cantidad de EAPs inferiores a la UEA por áreas Cantidad EAPs según CNA
5000
4523
3500
3243
4500
4008
3000 4000
Cantidad de EAPs
2658
Cantidad de EAPs
3500
2500
3000
2000
2500
1500 2000 1669
1389
1000 1500 1329
638 586 565 1000
436 399 481 687 737
583
500
80 117 500 148 184
0 0
1 2 3 4 5 1 2 3 4 5
Áreas CNA 88 CNA 88
CNA 02 Áreas
CNA 02
Áreas 4 y 5: Contrario a lo que sucede en las primeras tres áreas, para las áreas 4 y
5 el CNA 02 arrojó un aumento de las explotaciones con superficies inferiores a la
UEA del 21 y 46 %, respectivamente. Similar característica ocurre, para la cantidad
total de explotaciones que integran los departamentos que componen las áreas 4 y
5. Esta tendencia, podría estar asociada a la subdivisión de predios rurales, acto que
además de generar nuevas EAPs, inevitablemente provocó que éstas, se
constituyan con superficies por debajo de la UEA.
La distribución de UEA, a lo largo de la Provincia se halla estrechamente ligada a la
superficie, ya que los cálculos que dieron origen a las mismas, se basan, en la
relación costo beneficio que estas generan. Entendiéndose que existirán zonas con
aptitudes productivas diferentes debido a que las condiciones climáticas restringen la
diversidad de producción. En estas circunstancias, zonas más productivas se
corresponderán con UEA de menor magnitud.
Dicho esto, corresponde analizar, si en la actualidad el concepto de UEA, guarda
correlación con los avances tecnológicos que han permitido un aumento en la
producción y por consiguiente en la rentabilidad de las EAPs, y con la realidad que
en la actualidad vive el sector rural desde el punto de vista de la residencia de la
población.
Desde una mirada actual, varios productores rurales, se hallan inmersos en un
proceso de subdivisión por herencia que los condiciona a convivir bajo la forma de
condominio, en algunos casos, trabajando en superficies menores a las establecidas
para la zona, lo cual demuestra que algunos casos son factibles las subdivisiones
14
por debajo de las excepciones previstas por la ley. Por otro lado, existen situaciones
en las que los integrantes del condominio no logran la renta necesaria que les
permita alcanzar los ingresos requeridos para vivir de la explotación del campo. Esto
generalmente deriva, en que uno de los integrantes de la familia se hace cargo de la
explotación, transformándose esta circunstancia en su única fuente de ingreso, por
lo que pasado un tiempo, éste alquila las demás partes al resto de los herederos. En
la mayoría de los casos, el productor no logra mejorar su escenario y se ve obligado
a dar en alquiler y posteriormente a vender, formando parte del circulo de expulsión
de pequeños productores que se viene dando desde hace tiempo en nuestro país.
Conclusiones preliminares
La primera consecuencia que se aprecia producto de este proceso, es el éxodo
rural. Esta migración de la población residente en el campo, de manera continua, a
los pueblos y ciudades próximas, conlleva costos sociales y económicos
importantes, provocando la ruptura del tejido social y generando en los centros
urbanos asentamientos periféricos, algunos de ellos ilegales; la necesidad de
construir viviendas planificadas; demandas laborales, educativas, sanitarias, etc. A
nuestro entender se debería dar más atención a los productores locales, sobre todo
en cuestiones de acceso y subdivisión de la tierra, programas de fomento de la
producción accesibles a todos los tamaños de productores, especialmente a los más
pequeños.
Consideramos que la problemática de la tenencia así como la de los mercados de
tierra no puede analizarse de forma aislada, ya que tiene una vinculación estrecha
con la destrucción de los recursos naturales. El aumento de la desertificación,
salinización, pérdida de fertilidad, etc., como consecuencia, reduce la productividad
de la tierra y la superficie cultivable lo que a su vez conlleva a la emigración de la
población rural hacia el sector urbano.
La clasificación resultante de la variable extensión, resulta poco eficaz considerada
desde una óptica económica, dada la diversidad en las características físicas, en los
modos de producción y en el manejo de las explotaciones, que han variado con el
transcurso del tiempo.
Todo esto ha de analizarse desde una doble perspectiva: física (sobre todo el clima,
analizado especialmente en su variabilidad; las aptitudes agrológicas del suelo así
como sus características edafoclimáticas; la topografía...) y humana ya que es la
15
acción antrópica la que, con constantes innovaciones tecnológicas, modifica los
aspectos físicos, transformando el espacio agrario.
Relacionado con lo anterior se halla la intensidad de trabajo, que aparece
independiente del tamaño de las explotaciones pero que, en algunos casos, puede
ser la respuesta intensificadora para rentabilizar las pequeñas propiedades.
Debido al impacto producido por los cambios tecnológicos en las formas de trabajo
rural y los requerimientos actuales de mercado, es necesario realizar una revisión
conceptual de la Unidad Económica Agraria y cambiar los criterios de clasificación
de propiedades basados solamente en parámetros de extensión física por criterios
económicos y sociales, que acompañen al actual proceso de transformación y
adecuación de la estructura agraria pampeana.
Bibliografía
ARAMBURU, C. 1983. Estructura agraria y migraciones rurales. En publicación del
Congreso Latinoamericano de Población y Desarrollo. Ciudad de México, 8-10 de
noviembre de 1983.
ARCHETTI, E. 1989. Análisis regional y estructura agraria en América Latina. En J.
Coraggio, A. Sabate y O. Colman, La cuestión regional en América Latina. IIED
América Latina, Ecuador.
ARROYO, M. 1990. Sobre el concepto de estructura agraria. En Revista del Instituto
Panamericano de Geografía e Historia, Nº 112, México.
BARSKY, O. 1988, La caída de la producción agrícola en la década de 1940. En O.
Barsky, O. et. al. 1991, El Desarrollo Agropecuario Pampeano. IICA-INDEC-INTA,
Buenos Aires.
BARSKY, O. et. al. 1988. La agricultura pampeana. Fondo de Cultura Económica-
IICA-CISEA, Buenos Aires.
BARSKY, O. et MURMIS, M., 1986. Elementos para el análisis de las
transformaciones en la Región Pampeana. CISEA, Buenos Aires, 110 p.
BASUALDO, E. - KHAVISSE, M. 1993. El Nuevo Poder Terrateniente. Investigación
sobre los nuevos y viejos propietarios de tierras de la provincia de Buenos Aires.
Planeta, Buenos Aires.
CORRADINI, E; GROSZ, S; PAGLIETTINI, L. 1976. La unidad agrícola económica y
el valor de la tierra rural. UBA, Facultad de Agronomía, Buenos Aires.
16
FLICHMAN, G. 1986. La Renta del Suelo y el Desarrollo Agrario Argentino. Siglo
Veintiuno, Buenos Aires.
FOLMER, O. 1997. Unidad Económica y Nuevas estructuras de Propiedad en la
provincia de La Pampa, Argentina. En soporte magnético, disco compacto ISBN 950-
29-0382-X. Publicación de trabajos presentados en, sesión de temas libres, sesión de
video, informática y multimedia, sesión de presentación de libros y atlas. Territorios en
redefinición. Lugar y mundo en América Latina. 6° Encuentro de Geógrafos de América
Latina. Instituto de Geografía. Fac. de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
GIL, A. 1987. De la Agricultura Tradicional a la Tecnológica. Cincel, Madrid.
GONZALEZ, E; PAGLIETTINI, L. 1981. Costos de producción, unidad económica y
tasaciones rurales. Ed. Tesis, Buenos Aires.
INDEC. 1991, Censo nacional agropecuario 1988. Resultados generales. Provincia
de La Pampa Nº 8. INDEC, Buenos Aires.
INDEC., Censo nacional agropecuario 2002. Resultados generales. Provincia de La
Pampa. INDEC, Buenos Aires.
INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGIA AGROPECUARIA, GOBIERNO DE LA
PROVINCIA DE LA PAMPA, UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PAMPA. 1980.
Inventario integrado de los recursos naturales de la provincia de La Pampa. Buenos
Aires.
LEBEAU, R. 1983. Grandes modelos de estructuras agrarias en el mundo. Vicens-
Vives, España.
MOLINERO, F. 1990. Los Espacios Rurales. Ariel, Barcelona.
OBSCHATKO, E., 1988. Las etapas del cambio tecnológico. En: La agricultura
pampeana: transformaciones productivas y sociales. IICA-CISEA, Buenos Aires.
PUYOL, R. et. al. 1988. Geografía Humana. Cátedra, Madrid.
RAMON DIAZ ALVAREZ, J. 1990. Geografía y Agricultura. Componentes de los
espacios agrarios. Cincel, Madrid.
REPUBLICA ARGENTINA 1997: Código Civil, Buenos Aires, Argentina.
REPUBLICA ARGENTINA 1994: Nueva Constitución de la Nación Argentina.
Buenos Aires, Argentina.
REPUBLICA ARGENTINA. PROVINCIA DE LA PAMPA. MINISTERIO DE
ASUNTOS AGRARIOS. 1995. Registro provincial de producción agropecuaria.
Santa Rosa.
SANCHO, J. 1982. La Agricultura de Cara al Futuro. Cincel, Madrid.
17
SILI, M. 2000. Los espacios de la crisis rural. Geografía de una Pampa olvidada.
EdiUns. 180 p.
TSAKOUMAGKOS, P., SOVERNA, S., CRAVIOTTI, C. 2000. Campesinos y
pequeños productores en las Regiones Agroeconómicas de Argentina. Serie
Documentos de Formulación Nº 2. Ministerio de la Producción. Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos. PROINDER. Buenos Aires. 62 p.
18
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE
ANTROPOLOGÍA RURAL.
Resumen
1
el trabajo utilizado, el modo de producción y comercialización del producto;
como así también sobre las razones por las cuales abandonaron el cultivo en la
década del 80 y hoy lo retoman.
Introducción
1
Nos tomamos la licencia de llevar los conceptos de conocimiento y reconocimiento -que cita Jorge
Huergo en “Desafíos a extensión desde la perspectiva cultural” (2004) en la Revista Dialoguemos de
Ediciones INTA- al mundo de los productos agroalimentarios típicos. En ese artículo Huergo dice que no
alcanza con el conocimiento – en ese artículo se refiere al mundo cultural del “otro”-, sino que es
necesario reconocerlo, es decir, hay que tener una comprensión más integral y profunda del mismo y
entender el lugar que ocupa en todas sus dimensiones.
2
consumidores por los tomates modernos, se conjugaban para posicionar con
posibilidades ciertas al cultivo típico de la horticultura local. Entendido
integralmente –con sus atributos tangibles e intangibles- el tomate platense se
veía como disparador de una dinámica económica que apuntalaría una mejora
en las posibilidades de producción de la tradicional horticultura familiar. Y si
además de su factible valorización en el mercado, le sumamos el vasto
conocimiento que sobre su producción acumularon productores de la región por
décadas, la sencillez y seguridad que ofrecía el cultivo y la experiencia sobre la
autoproducción de semillas –material iniciador del cultivo- estábamos frente a
una propuesta posible.
2
Nombre genérico a las múltiples denominaciones que tuvo el proyecto a lo largo de los años.
3
trabajar en la revalorización del tomate platense? ¿Cómo los caracterizamos?
¿Son todos iguales? ¿Qué los moviliza a participar en el proyecto?
Algunas definiciones
4
enfoque incluyente, pero entendemos que no siempre fue así. Como todo
concepto, el desarrollo es una construcción histórico-social basada en
presupuestos, en concepciones del mundo particulares. Desde mediados de S
XX y finalizada la 2º Guerra Mundial, producto del “descubrimiento” de
situaciones de pobreza en vastas regiones del planeta, las tensiones
generadas por los reclamos de descolonización y los movimientos insurgentes
en Latinoamérica y Asia, se instala el concepto de desarrollo como el
argumento necesario para modificar escenarios de injusticia y mitigar los
reclamos de mayor igualdad, cuando no de transformaciones radicales del
sistema político-económico. Pero las propuestas, muy influenciadas por el
funcionalismo norteamericano, se circunscribían a la modernización de las
“sociedades atrasadas” o simplemente a promover el aumento de la
productividad de los factores de producción con la ¿ingenua? idea de que eso
bastaba para incluir a las masas empobrecidas en los beneficios de la sociedad
moderna.
3
Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico, Agroalimentario y Agroindustrial del Cono Sur.
Esta plataforma fue consensuada por los representantes técnicos de los países miembros (Argentina,
Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay).
6
trabajo utilizada en la explotación, y la producción se dirige al autoconsumo y al
mercado conjuntamente".
Finalidad:
Objetivos generales:
Objetivos específicos:
7
creciendo al ritmo de las sucesivas ediciones de la fiesta del tomate platense y
de un mayor reconocimiento entre el púbico en general.
El Tomate Platense
8
“rústico” y fundamentalmente rico, sabroso, con jugo, lo que básicamente
habían perdido los tomates modernos, era deseado.
Resultados
Ahora bien, los tomateros que participan del proyectos son productores
de tipo familiar (Piñeiro, 2003; Fonaf, 2006) pero que presenta una gran
diversidad en su interior respecto a algunas variables claves.
Tierra
Propia Arrendada Fiscal Total
4
Se estima que en la campaña 2012-13 el número de productores ha ido en aumento.
9
Bolivia Cantidad 1 2 0 3
Italia Cantidad 3 0 0 3
Total Cantidad 9 5 3 17
5
Los tres productores que están radicados en tierras fiscales son aquellos que viven en el Parque
Pereyra Iraola que es un Área Natural Protegida que estipula la presencia de habitantes estables. Sin
embargo, en la actualidad, con el proyecto de trazado de autopista la situación de esos pobladores es
muy vulnerable.
10
Como podemos ver en los gráficos, en porciones similares los
productores poseen como máximo 3 has, cultivan a campo y con semilla de
tomate propia.
11
productos con anclaje territorial, retoman su producción. En números, vemos
que el 80% de los productores sembró tomate por primera vez antes de 1986.
Pero si vemos la fecha en que abandonaron el cultivo el 70% de los
productores salió de la producción de tomate platense luego de 1986. Época
que coincide con la entrada de los tomates híbridos, el supermercadismo, etc.
En nuestro trabajo indagamos sobre los motivos por las cuales se cultiva
tomate platense hoy. Los fundamentos los reducimos a tres: económicos, los
12
cuales hacen referencia a los gastos para producir en cuanto al producto;
emotivos, que tienen que ver con la historia familiar, con un anhelo o buen
recuerdo sobre el sabor; y por último contextuales, que incluyen sobre todo la
nueva demanda que hay hacia productos con anclaje territorial.
13
podían colocar en el mercado central y se echaba a perder. En la actualidad, si
bien el producto es el mismo, por lo tanto conserva sus dificultades sobre todo
en la etapa de post cosecha, lo pueden vender: “la gente nos lo saca de las
manos”. Los productores buscaron canales cortos de comercialización como
las ferias de productores, la quinta, la fiesta del tomate platense, la entrega en
verdulerías.
14
que se organiza desde el proyecto (fiesta, charlas, eventos públicos, encuentro
de productores, etc.).
6
La feria “manos de la tierra” es una feria de productores que integran en Banco Social de Facultad de
Ciencias Agronomía y Forestales y la Facultad de Veterinaria de la UNLP. El objetivo es fomentar el
intercambio directo entre productor y consumidor. Dicha feria funciona desde el año 2008.
7
La Fiesta del Tomate Platense es una de las actividades del proyecto de revalorización del producto. Ya
va por su 8º edición.
8
Esteva (2000) nos invita a pensar espacios comunitarios, “refugios”, que le permitan a los sujetos salir
de la condición de supervivencia dentro del mercado global. En este sentido, los productores no dejan de
15
Como dicen los productores, “el primer año (2000) vendimos un cajón de
tomate.” “Una persona se llevó 10 cajones al mercado y volvió con 9 y
dañados”. En cambio ahora, “si tuviera más tomate sigo vendiendo, porque
vendo 4 o 5 cajones (en la feria)”, “te los sacan de las manos”, “la gente lo
busca”. Los canales cortos tienen sus ventajas para los productores familiares,
para este tipo de producto que es muy frágil luego de la cosecha y debe
reinstalarse frente a tomates híbridos. Una productora cuenta que “apareció un
chico en la feria buscando tomate platense cuando lo encontró la novia lo vio y
dijo ‘qué feo!’ y él le contestó ‘no lo busco por lindo, lo busco por rico’” . Los
productores construyen diversas estrategias para “promocionar” al tomate
platense:
“Yo no uso nada de esos venenos, preparo con yuyos ahí que tengo. No
me creen pero los invito a que vean” (Productor del Parque Pereyra).
“Lo coloco en la feria de Arana, Agronomía e Ingeniería. Muchos
(consumidores) van a buscar a la quinta 20 o 30 cajones para procesar, el teléfono
se lo llevaron en la feria y la fiesta.” (Productora de Arana)
“Enseño cuales son las cualidades del tomate platense: raya negra, chato,
sabor, jugo. La feria esta buena porque pones del platense y del otro y que miren.
Lo parto porque adentro es bien característico”. (Productora de Arana)
En síntesis, podemos decir que del 2000 hacia delante –por poner una
fecha aproximada-, comienza a gestarse una confluencia entre tres actores.
Por un lado tenemos a productores con escasos recursos, recientemente a
cargo de la producción, con una historia que los vincula con el tomate platense,
atentos a otras posibilidades de producción. Por otro, el entorno que va
convirtiendo un producto desplazado en otras épocas –por razones técnico-
productivas como por simbólicas: “el tomate platense es el pasado”- en un
producto deseado, recordado y valorizado por precisamente lo que es y lo que
representa. Y por último, un cultivo, que desde el punto de vista técnico es
fácilmente apropiable y adaptable a condiciones de producción como las que
requieren los productores señalados más arriba. Así comienza el camino,
sinuoso, pero que avanza lentamente. Entonces cuando nos preguntamos
quienes son y por que lo hacen, vemos que inevitablemente hay que pensarlo
producir hortalizas para el mercado pero el tomate platense les permite (y es viable) generar nuevos
ámbitos de comercialización comunitarios y colectivos.
16
teniendo en cuenta ese triángulo: productor-entorno (consumidor)-cultivo. Si
alguno de estos factores no estuviera presente, ¿podríamos hablar de
productores familiares no capitalizados produciendo un producto típico? Eso
implicaría un análisis contrafáctico, pero podríamos arriesgar un no. De hecho,
buena parte de estos productores, produce otras verduras, entre otras, tomates
“comerciales”. Ni el productor se adapta a la propuesta tecnológica ajena, ni el
consumidor, resignadamente consume una oferta sin muchas posibilidades de
elección. Es la confluencia de estos elementos lo que favorece la intervención.
Bibliografía
Boissier, S. (2003): “Desarrollo (local): ¿de qué estamos hablando?”, El
desarrollo en su lugar: el territorio en la sociedad de la información. Instituto de
Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago de Chile.
Bueno Ambrosini, L.; Filippi, E. (2010) “De la era del desarrollo a los nuevos
paradigmas del desarrollo rural: Sistemas Productivos Localizados bajo la
perspectiva de la `economía sustantiva´” en Territorios Rurales: pobreza,
acción colectiva y multifuncionalidad. UNAM. México, D.F.
Censo Nacional Agropecuario 2002. Definiciones censales y metodología de
relevamiento, en www.indec.gov.ar
Esteva, G. (2000), “Desarrollo”. En: Viola, Andreu (comp.) Antropología del
desarrollo. Teorías y estudios etnográficos en América Latina. Barcelona,
Editorial Paidós Studio.
Feito, M.C. (2005) Antropología y Desarrollo. Contribuciones del abordaje
etnográfico a las políticas
sociales rurales. El caso de la producción hortícola bonaerense. Buenos Aires,
La Colmena
Folquer, F. (1979). “El Tomate. El Estudio de la Planta y su producción
comercial” Editorial Hemisferio Sur. Buenos Aires.
Soverna, S.; Tsakoumagcos, P.; Paz, R. (2008) Revisando la definición de
agricultura familiar. Serie Documentos de Capacitación Nº 7. PROINDER en
http://www.proinder.gov.ar
Garat, J.; Ahumada, A.; Otero, J.; Terminiello, L.; Bello, G.; Ciampagna, M.
(2009) Las hortalizas típicas locales en el Cinturón Verde de La Plata: su
localización, preservación y valorización. Revista Horticultura Argentina (en
línea). Vol 28 Nº 66: 32-39. www.horticulturaar.com.ar/publicaciones-2.htm
Garat, J.; Otero, J. (2012) “¿Desde dónde intervenimos cuando intervenimos?
El caso del `Proyecto Tomate Platense¨”. Revista Mundo Agrario Nº24. Dossier:
17
Modalidades y perspectivas del desarrollo territorial rural. FHyCE, UNLP. La
Plata.
Huergo, J. (2004). Desafíos de la extensión desde la perspectiva cultural.
Revista Dialoguemos, Buenos Aires: Ediciones INTA. Buenos Aires.
Nico, A.; Garat, J.; Gramuglia, S.; Ahumada, A.; Gamboa, S.; Sarandón, S.;
2006; Recursos genéticos de plantas hortícolas alóctonas en el Cinturón Verde
Metropolitano (La Plata, Buenos Aires, Argentina) en Plant Genetic Resources,
Nº 148, pp 44-48.
Nuez, F. (2001) El Cultivo del Tomate. Ediciones Mundi Prensa. Madrid.
Piñeiro, D. (2003), "Caracterización de la producción familiar", mimeo
Piovano, A. (1953) “Variedades Argentinas de Tomate”. Revista La Chacra.
Año XXIII Nº 267. Buenos Aires.
Preston, T. (1999) Introducción a la teoría del desarrollo. S XXI Editores.
Proyecto de Rescate y Revalorización del Tomate Platense. FCAyF, UNLP.
Año 1999.
Scasso, J.; Millán, A. (1926). “Ensayo de la clasificación de variedades de
tomate experimentadas por la Agronomía Regional de Morón”. Dirección
General de Enseñanza y Fomento Agrícola. 1926. Buenos Aires.
18
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: Modalidades de Intervención en el Desarrollo Rural Local
1
commitment of Social and identification with the working
class in advocacy, is: the process of formation of PNATER
and its actuality, the Office of Social Services as agent
ATER and the possibility of using the pedagogical
dimension in their practice. It is stated in the professional
Social Work as 'agent' aimed to promote individual
autonomy and political participation, the need for
discussions to allow the claim of the profession in this
occupational area, and the pedagogical dimension-critical
as a means of organizing and mobilizatório working class,
peasant valuing identity.
1. INTRODUÇÃO
2
intervenção profissional no processo de organização da classe trabalhadora – a
prática pedagógica –, que embora tenha sido identificada já algum tempo como
possibilidade de intervenção pelo Serviço Social, hoje pode sofrer resistência
inclusive pela categoria, pela sua identificação por longo tempo com a ordem
burguesa. Cabendo-se, assim, nesse trabalho, demonstrar essa prática como uma
construção hoje madura, que assume traços mobilizatórios-emancipatórios e que
bem direcionada pelo Assistente Social dentro da PNATER pode dar margem a
construção de uma consciência política emancipatória à classe trabalhadora
beneficiária dessa política.
3
de ATER – em processo de criação – buscavam convencer o Estado e a sociedade
sobre a necessidade desta iniciativa “para dar conta da ‘falta’ de desenvolvimento de
determinado segmento, os agricultores que, na época, representavam a grande
maioria da população do país.” (CAZELLA; KREUTZ; PINHEIRO, 2005, p.04).
Assim, instalava-se a tônica comum do discurso dos mentores desta política: levar
‘desenvolvimento’ aos ‘não desenvolvidos’.
Um traço da constituição da Política de Assistência Técnica e Extensão Rural,
no decorrer de sua história, é que seu exercício foi constantemente repassado entre
diversos órgãos ministeriais e secretarias. Nos anos 1990 ela chega a perder seu
caráter de política nacional, tendo sua execução subordinada às deliberações cada
estado e município.
Mesmo quando em algum momento histórico essa alternância de
responsabilidades parecia ter sido superada, apareciam outros contratempos que
retinham a possibilidade de desenvolvê-la sob uma perspectiva totalizante dos
processos sociais e políticos, e não apenas desenvolvimentista econômica.
Exemplifica-se: a Resolução n° 26, de 28 de novembro de 2001, que aprovou a
Política Nacional de Assistência Técnica e Extensão Rural para a Agricultura
Familiar, representa a retomada da política no âmbito nacional e da
responsabilização do Estado como seu agente organizador e promotor; todavia,
mesmo com este avanço, naquele momento a política ainda não se estrutura
nacionalmente.
Em 2003, a partir do governo de Luís Inácio Lula da Silva, o Ministério do
Desenvolvimento Agrário (MDA) assumiu a responsabilidade pela ATER e, então,
retoma-se sua expressão como política pública de caráter nacional, designada de
Política Nacional de Assistência Técnica e Extensão Rural (PNATER), que foi
lançada em 2004.
Com a retomada da política com este caráter nacional, propõe-se uma nova
roupagem para a Política de Assistência Técnica e Extensão Rural (PNATER),
trazendo em suas bases a pretensão de romper com as práticas difusionistas,
reducionistas, entrópicas e hierárquicas, baseadas em propostas
desenvolvimentistas, com viés econômico. A nova Política de Assistência Técnica e
Extensão Rural (PNATER), pretensamente, aponta para um modelo de participação
e democratização para a Assistência Técnica e Extensão Rural, propondo novas
metodologias e ações mais compatíveis com o modo de vida, de trabalho e de
4
produção da agricultura, especialmente àquela de caráter familiar, baseada na troca
de saberes entre o conhecimento científico e popular e o uso de práticas rurais
sustentáveis, orientadas pelos princípios da Agroecologia.
Uma das perspectivas assumidas pela política desde 2004 direciona-se para
a extensão rural agroecológica, identificada na PNATER como:
[...] um processo de intervenção de caráter educativo e
transformador, baseado em metodologias de investigação-ação
participante, que permitam o desenvolvimento de uma prática
social mediante a qual os sujeitos do processo buscam a
construção e sistematização de conhecimentos que os leve a
incidir conscientemente sobre a realidade, com o objetivo de
alcançar um modelo de desenvolvimento socialmente equitativo
e ambientalmente sustentável, adotando os princípios teóricos
da Agroecologia como critério para o desenvolvimento e
seleção das soluções mais adequadas e compatíveis com as
condições específicas de cada agroecossistema e do sistema
cultural das pessoas implicadas em seu manejo (CAPORAL,
2005, p.03).
A atual PNATER, firmada através da Lei nº 12.188/2010, pressupõe contribuir
para uma ação institucional capaz de implantar e consolidar estratégias de
desenvolvimento rural sustentável, estimulando a geração de renda, potencializando
atividades produtivas agrícolas voltadas, principalmente, à oferta de alimentos ‘ditos
puros’, livres de quantidades significativas de agrotóxicos, o que auxilia
estrategicamente a comercialização dos produtos.
No texto legal da política, evidencia-se a preocupação com o processo de
formação profissional dos agentes de ATER, tanto em preparação para o exercício
da extensão rural, como na posterior atualização constante. Este processo visa
garantir que o agente de ATER atue nas especificidades das comunidades,
respeitando suas diversidades culturais, sendo capazes de manter e dar estabilidade
as produções familiares.
Neste sentido, identifica-se como uma das características da atual política, a
possibilidade de desenvolvimento da autonomia do agricultor nos processos de
deliberação sobre a forma de produzir, o que e como produzir. O mesmo ocorre com
os processos de comercialização. Com efeito, nota-se o incentivo à participação
social e política destes sujeitos (famílias) nos grupos locais e na sociedade,
fortalecendo-os para assumir e manifestar publicamente suas demandas,
participando das decisões que envolvem os encaminhamentos das mesmas junto ao
Estado e à própria sociedade.
5
A efetivação da política intenciona a diminuição dos índices de miséria no
campo, aumentando a qualidade de vida da população que lá vive e trabalha e
diminuindo a quantidade de migração desta para o espaço urbano – geralmente
motivado pela busca de emprego. Neste sentido, a nova PNATER prevê a execução
de programas de incentivo para desenvolvimento, pelos jovens, de técnicas para
melhorar a produção, intencionando promover a permanência em seu local de
origem, desenvolvendo esses espaços.
O desafio desta nova política é exatamente reconhecer a pluralidade que
existe no espaço rural, respeitando a diversidade de culturas, de modos de vida e de
trabalho existentes nesse espaço, para que assim possa ser fortalecida a agricultura
familiar, entendendo que a agricultura bem mais que um viés econômico é um
processo de construção de relações sociais.
6
capacidade de inovar, não sendo resultado estrutural da sociedade do capital e da
concentração de terras e de capital. Ou seja, tem-se incorrido no erro do
conservadorismo.
Desse modo, ressalta-se a importância de atentar para as expressões da
questão social nas atividades de extensão rural. Entende-se que a proposta de levar
qualidade de vida aos camponeses, garantindo-lhe direitos, só será possível a partir
de mudanças nas relações de trabalho no campo e no acompanhamento técnico
qualificado dos camponeses.
Neste sentido, intencionando um desenvolvimento rural totalizante e crítico,
faz-se necessário promover um conjunto de ações que considerem todos os
aspectos do rural - econômico, cultural, ambiental, social e político -, de modo a
favorecer a participação da população, para que esta protagonize autonomamente
esse processo. Esse tem sido um objetivo da nova PNATER, que determina ser
responsabilidade da ATER
Participar na promoção e animação de processos capazes de
contribuir para a construção e execução de estratégias de
desenvolvimento rural sustentável, centrado na expansão e
fortalecimento da agricultura familiar e das suas organizações,
por meio de metodologias educativas e participativas,
integradas às dinâmicas locais, buscando viabilizar as
condições para o exercício da cidadania e a melhoria de
qualidade de vida da sociedade (BRASIL, 2010, p. 03).
Nota-se que a atual proposta da PNATER traz consigo novos desafios, em
especial àqueles referentes ao social, associando a proposta de desenvolvimento à
de democracia e participação. Desse modo, explicita-se que a extensão rural
engloba o conjunto das múltiplas iniciativas destinadas à valorização do espaço e do
fazer político dos camponeses.
A atenção aos processos políticos e sociais no âmbito da ATER configura-se
como um dos grandes desafios para as equipes técnicas. O reconhecimento e
valorização da esfera social no contexto dos trabalhos das equipes é ainda residual,
visto que, na leitura equivocada da maioria dos técnicos, a esfera produtiva deve ter
destaque, tendo ela pouca ou nenhuma relação com a organização política e social
dos grupos atendidos. Enquanto a própria política - em seu texto legal – prevê que
tal qual deve ser desenvolvido o âmbito técnico deve ser contemplado o âmbito de
extensão rural e ambos devem se corelacionar. É desafiadora também a promoção
da participação e da democracia. Ela requer o envolvimento dos camponeses nos
7
processos de deliberação de ordem econômica, social e política, sendo tarefa
creditada a todos os agentes de ATER - cada um em sua área de saber - e não se
configurando como atribuição específica do assistente social.
Sem dúvidas, é imprescindível que as equipes técnicas e, inclusive, os
gestores da PNATER discutam em sua totalidade as imbricações entre os âmbitos
econômico, político, social e cultural, apreendendo – dessa dinâmica (dialética) – as
possibilidades para melhorar o modo de produção no campo, de forma a concorrer
para a autonomia e emancipação dos indivíduos rurais, fato possível apenas fora do
capitalismo.
É nesse contexto que se configura a atuação do assistente social, como
profissional voltado para promover a autonomia do indivíduo e a sua participação
política, atentando para garantir a democracia e a efetivação dos direitos. Opera
ainda como agente capacitado para compreender a dialética da realidade urbana e
rural, apreendendo-a de forma crítica e articulando-a à dimensão política,
econômica, cultural e social. Entretanto, o exercício profissional em ATER é algo
pouco debatido, sendo insipientes as reflexões que corroboram com a afirmação da
profissão e de suas especificidades nesse espaço ocupacional.
Compreendendo que o assistente social opera a partir das políticas públicas,
e considerando a PNATER como política e instrumento que orienta as ações dos
profissionais voltadas às particularidades rurais, aponta-se que a mesma não
contempla as singularidades do Serviço Social como profissão nela inserida. Com
efeito, frequentemente, as equipes imputam responsabilidades que não
correspondem às suas competências. Isso ocorre por conta de uma visão limitada,
que percebe apenas o ‘agente de ATER’ ou a ‘equipe multidisciplinar’, mas não cada
profissional em suas especificidades.
Naquelas situações onde, ainda que de forma incipiente, são consideradas
suas particularidades, é notável a concepção relativa ao Serviço Social tradicional,
sendo a profissão relacionada à capacidade de ‘conversar bem’ e de prestar
atendimento às famílias e indivíduos, ‘solucionando-lhes problemas’ e suprindo
‘necessidades morais’, materiais e sociais. Essa leitura equivocada da profissão
decorre da imagem socialmente construída do Assistente Social, como profissional
que ‘presta assistência à população pauperizada, colaborando para sua organização
social e inserção produtiva na sociedade, por ser o profissional da ‘caridade pública’.
Esta imagem socialmente atribuída também é reconhecida pela população
8
potencialmente usuária dos serviços da PNATER, o que faz com que seja duplo o
desafio de superação da mesma, seja pela equipe técnica, seja pelos usuários.
Diante disso, é necessário fazer crítica também a essa política, pois a
exemplo de outras, nota-se nela a presença de recortes neoliberais e da visão
desenvolvimentista, traços marcantes do capitalismo atual, que conduz a efetivação
da política de forma conservadora e leva o agricultor camponês a se perceber
enquanto um empreendedor capitalista. A notável importância dada pela PNATER
aos números, relatórios, quantidade de produção e, aparentemente, ao “bem estar
social”, apenas demonstra a ligação da política aos interesses do mercado,
operando para atender às conveniências e metas de organismos internacionais, que
reconheceram a intensificação das desigualdades sociais e se veem obrigados a
intervir para amenizar a situação.
No que tange o Serviço Social, deve-se considerar que o projeto ético político
do Serviço Social - que alcançou hegemonia a partir da década de 1980 - trouxe
várias reflexões acerca de sua fundamentação histórica, teórico-metodológica, ético-
politica e técnico-operativa da profissão. Apesar disso, propiciou poucos avanços no
que tange a atuação no espaço rural. Pelo contrário, enfatiza-se a dimensão urbana
da sociedade, embora se saiba que o campo não está desconectado desta, estando
os dois espaços dentro de uma lógica capitalista, voltada à apropriação privada dos
meios de produção, que tendem a se concentrar ainda mais em poucas mãos. Nota-
se, portanto, que, por vezes, a profissão trata de forma igual esses espaços, sem
observar suas particularidades.
Contudo, nessa arena de contradições, há ações previstas na PNATER
compatíveis com a proposta de intervenção do Serviço Social. Dentre elas está o
caráter inclusivo com relação à comunidade, possibilitando a formação de uma
consciência política e crítica, bem informada quanto aos seus direitos e ciente dos
desafios, limites e possibilidades da política.
Mas para isto, é imprescindível que os agricultores e a equipe de ATER
conheçam as atribuições e competências do Serviço Social na PNATER, o que abre
possibilidades para novas tarefas, com perspectiva emancipatória. Evidente que não
podem ser negados os limites das políticas rurais, que visam preferencialmente
dados quantitativos, produzindo a imagem de ‘bem estar social e desenvolvimento’
da nação. Essa é uma armadilha na qual o profissional pode cair, pois, ao garantir
9
‘algum’ direito, sua ação - tensionada pela lógica neoliberal - focalizada pode
fragmentar a classe trabalhadora.
Segundo informações de assistentes sociais1 que trabalham em equipes de
ATER em Alagoas, atribui-se ao assistente social a função de organização dos
grupos produtivos, promoção da participação dos agricultores nas capacitações
técnicas e nas instâncias de deliberação, entre outras tarefas que efetivamente
cabem a todos técnicos que compõem as equipes de ATER e não especificamente
ao assistente social. Além disso, o processo de capacitação que é oferecido aos
agentes de ATER não atende às especificidades do Serviço Social. Nesse sentido,
cumpre explicitar algumas competências dos assistentes sociais, segundo o artigo 4º
da Lei 8.662/1993. Destacam-se para o exercício profissional,
I - elaborar, implementar, executar e avaliar políticas sociais
junto a órgãos da administração pública, direta ou indireta,
empresas, entidades e organizações populares; [...] V - orientar
indivíduos e grupos de diferentes segmentos sociais no sentido
de identificar recursos e de fazer uso dos mesmos no
atendimento e na defesa de seus direitos; [...] IX - prestar
assessoria e apoio aos movimentos sociais em matéria
relacionada às políticas sociais, no exercício e na defesa dos
direitos civis, políticos e sociais da coletividade (BRASIL,
1993).
Ora, torna-se evidente que, para além da organização grupal e comunitária e
da promoção da participação dos usuários nas atividades de ATER – que não se
configuram como atribuições específicas da profissão –, o Assistente Social poderá
contribuir para a identificação das demandas e dos recursos dos usuários desta
política, dando especial atenção à defesa dos direitos sociais, propondo projetos e
programas no âmbito da agricultura familiar e, posteriormente, colaborando para sua
implementação e execução.
É preciso conhecer o projeto ético político do Serviço Social que tem como
direcionamento político a emancipação da classe trabalhadora, pois o que está em
jogo nessa conjuntura são estratégias que os assistentes sociais precisam construir
para o rural, para enfrentar a ofensiva conservadora, de disseminação do discurso
da burguesia, de manutenção da ordem vigente e de avanço da ação avassaladora
do capital no campo.
1
Colaboraram para esta pesquisa as assistentes sociais Laranjeira, Acácia e Aroeira, as quais desempenham a função de
agentes de ATER, tendo vínculo funcional com a Secretaria de Estado da Agricultura (SEAGRI/AL). As mesmas socializaram
suas experiências profissionais através de atividades promovidas pelo Grupo de Pesquisa X, durante os anos de 2011 e 2012.
Os nomes de árvores substituem os verdadeiros nomes das colaboradoras desta pesquisa. A letra ‘X’ também substitui a
verdadeira identificação do grupo de pesquisa que realizou a investigação e assina este trabalho.
10
Portanto, existe um significativo campo de trabalho para o Serviço Social na
PNATER. Ele é, ao mesmo tempo bastante desafiador, por ser o profissional pouco
conhecido no espaço rural e mesmo pelas próprias equipes que o agrega, mas é
também um espaço sócio-ocupacional de muitas possibilidades, visto que a
desejada transformação societária apontada pelo Serviço Social em seu projeto ético
político ganha novo fôlego no espaço rural, pois como já dizia Caio Prado Júnior
(2006), uma chave da revolução é o campo.
11
Mas, para melhor compreensão desse perfil pedagógico, se faz necessário
antes conhecer a construção desta prática no contexto do desenvolvimento do
serviço social, refletindo sobre a trajetória histórica e as determinações que resultam
na sua prática profissional hoje. Esta análise percorre longos anos da história, na
qual, o serviço social surge primeiramente como profissão responsável pelo controle
e contenção dos trabalhadores que, neste dado momento histórico, eram explorados
pelo modelo de produção industrial (taylorismo-fordismo).
O serviço social emerge neste contexto com a chamada “pedagogia da
ajuda”, o qual segundo Abreu (2002), “o Serviço Social funda-se numa visão
psicologista da questão social, reduzida às suas manifestações individuais”, ou seja,
o profissional atuava na perspectiva de que a questão social era um problema moral
e não estrutural, logo sua intervenção era através da reforma do caráter e
reintegração do individuo ao seu meio. Assim, a pedagogia da ajuda compõe o
primeiro perfil da prática profissional do assistente social.
Após diversas discussões sob a própria exigência da realidade, se consolida
a “pedagogia participativa”, a qual se desenvolve no Brasil baseada no
Desenvolvimento de Comunidade (DC). Este momento é marcado pela ideologia
desenvolvimentista conservadora, pois a pedagogia de participação mantinha a
classe subalterna sobre o poder do capital e não fazia senão adequar os
trabalhadores a ordem vigente. Desta forma, esta política de participação caracteriza
o perfil pedagógico do serviço social, como um exercício profissional de assistência
educativa responsável pela,
[...] manipulação das necessidades e recursos institucionais,
superdimensionando os mecanismos de controle e de
responsabilização dos sujeitos individuais quanto ao alcance
do ‘bem-estar social’, mediante a introdução de novos
mecanismos de persuasão e coerção dos sujeitos envolvidos,
bem como revitalizando processos já consolidados, sob o
pretexto de superação do assistencialismo (ABREU, 2002,
p.108).
12
período de Ditadura militar torna-se um obstáculo para a realização do referido
projeto do Serviço Social, e tem-se um retrocesso a sua prática que volta a ter um
caráter psicossocial, na tentativa de capacitar os indivíduos para que estes
continuem executando suas ‘funções’ e mantendo o modo de produção – capitalista.
Mediante a luta profissional e da inserção de novas experiências, o Serviço
Social ingressa em uma perspectiva direcionada aos interesses da classe
subalterna, em busca de uma pedagogia emancipatória.
No final dos anos 70 o Serviço Social se encontra marcado pelas
contradições no que se refere sua profissão,
[...] por um lado a negação das bases conservadoras da
profissão frente às demandas e necessidades das classes
subalternas e a necessidade de superação das referidas bases
mediante construção de um projeto profissional vinculado às
forças progressistas no movimento de formação de uma nova
ordem social; e por outro, a resistência à mudança, que exige a
reatualização e reafirmação do projeto profissional tradicional
conservador. (ABREU, 2002, p. 129)
13
O assistente social não apenas constrói sua própria reflexão de forma crítica e
emancipatória, mas influencia, inclusive, o pensar da sociedade, participando
ativamente das mudanças sociais. Ações com esse caráter podem se enraizar ao se
construir uma rede de relações e articulações dentro e fora do ambiente de trabalho,
ou seja, mobilizando diferentes instituições (família, conselhos comunitários, centros
de saúde, etc.) e profissionais em prol da organização política da população. Assim,
inseridos nas atividades da ATER, o assistente social deve perceber a abrangência
de seu papel, como redirecionador de ideias e ações dentro de uma cultura
dominantemente contraditória.
Nesse contexto, se configura a atual dimensão pedagógica do assistente
social, um processo que em muito contribui para a construção de uma consciência
política do sujeito – inclusive no âmbito rural, no qual se insere a ATER.
Este perfil educativo revela-se na prática, com ênfase na atuação em ATER,
quando o profissional, ‘agente’, utiliza a linguagem como instrumento para intervir
nos modos particulares de vida dos sujeitos, proporcionando a estes maior
informação da política em que estão inseridos, como tal política pode contribuir
diante das demandas do local, fazer com que os sujeitos reflitam sobre suas
necessidades e se mobilizem perante este processo reflexivo e efetivação de
políticas.
Como atividade desenvolvida na ATER que revela essa dimensão
pedagógica, podemos citar, por exemplo, a realização do Diagnóstico Rural
Participativo (DRP), onde o assistente social deve priorizar, como o próprio nome
diz, a participação dos agricultores. Quanto a esse processo, explicita-se:
O Diagnóstico Rural Participativo (DRP) é um conjunto de
técnicas e ferramentas que permite que as comunidades façam
o seu próprio diagnóstico e a partir daí comecem a
autogerenciar o seu planejamento e desenvolvimento. Desta
maneira, os participantes poderão compartilhar experiências e
analisar os seus conhecimentos, a fim de melhorar as suas
habilidades de planejamento e ação [...] a ideia é que os
próprios participantes analisem a sua situação e valorizem
diferentes opções para melhorá-la (BRASIL, 2006, p. 12).
Os agentes de ATER são os que organizam e direcionam o processo do DRP,
mas cabe à comunidade se autodeterminar e fomentar o desenvolvimento rural
sustentável. Na própria prática do Serviço Social é possível perceber esse caráter
inclusivo com relação à comunidade, sendo característico da profissão favorecer o
protagonismo de seus usuários, possibilitando a formação de uma consciência
14
política, bem informada quanto aos seus direitos e ciente de seus limites e
possibilidades.
Então no DRP, o assistente social se insere numa equipe multidisciplinar de
agentes de ATER que, em sua práxis, se baseiam em metodologias que asseguram
a participação dos beneficiários em todas as fases do processo de desenvolvimento
rural.
Além desta atividade, existem outras desenvolvidas pelos agentes, que por
vezes perpassam o âmbito da educação não-formal, como a roda de conversas,
reuniões dentre outras dinâmicas citadas por algumas agentes entrevistadas, as
quais se propunham a interação com a comunidade, aproveitando para observar a
demanda do local, buscando sobretudo a participação dos sujeitos para fomentar as
necessidades ali obtidas.
Deste modo, inseridos nas atividades da ATER - dentre outros processos de
trabalho - o assistente social deve perceber a abrangência de seu papel, como
redirecionador de idéias e ações dentro de uma cultura dominantemente
contraditória, que lhe impõe muitas dificuldades na manutenção de sua postura
crítica, essencialmente com relação a uma proposta de emancipação.
15
ao seu exercício profissional. Entre ele há ainda identificação por usuários e
demais extensionistas, do exercício da profissão como estando ainda vinculado
ao serviço social tradicional. Revelando ser ainda um desafio para a profissão
nesse espaço ocupacional fazer conhecer suas verdadeiras competências e
atribuições. Condição necessária para a identificação de objetivos comuns, e,
portanto, necessários para a construção de uma cultura de classe.
A atuação do Assistente Social na ATER, a partir de uma prática pedagógica
emancipatória, se mostra necessária para a construção política dos sujeitos
rurais, inclusive permitindo a identificação desses como partícipes de uma
classe, e, portanto, sujeitos que compartilham de interesses comuns; e que como
classe pode identificar suas demandas e mobilizar-se na luta para a efetivação
ou atendimentos destas. Nota-se, portanto, a necessidade da identificação do
Assistente Social com essa função pedagógica interventivo-crítica; afinal, é
também a partir dela que o profissional cria uma rede de articulações que acaba
influenciando o pensar da sociedade.
REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
16
CAZELLA, Ademir Antonio; KREUTZ, Ivar José; PINHEIRO, Sergio Leite Guimarães.
A construção de novas atribuições para a Assistência Técnica e Extensão
Rural: a mediação com reconhecimento da identidade. Santa Maria: UFSM,
janeiro/dezembro de 2005. Disponível em: <
http://w3.ufsm.br/extensaorural/art2ed12.pdf>. Acesso em: 15 mar. 2012.
CONSELHO FEDERAL DE SERVIÇO SOCIAL (CEFSS). Código de Ética
Profissional do Assistente Social e Lei 8.662/93-Regulamentação da Profissão
de Serviço Social. Brasília, 1993.
IAMAMOTO. Marilda Vilela. O serviço Social na cena contemporânea. In: CFESS;
ABEPSS. (Org.). Direitos e Competências Profissionais. Brasília: CEAD/UNB,
2009.
IANNI, Octavio. Origens agrárias do Estado Brasileiro. São Paulo: Brasiliense,
1984.
KONNO, Cristiane Carla. A formação profissional da consolidação do projeto
ético-político profissional do Serviço Social. São Paulo, 13-15 novembro de
2005. Disponível em: <https://www.google.com.br/search?q=Resumo>. Acesso em:
11 de junho de 2012.
SOUZA, Iris de Lima. Dimensão Educativa do Assistente Social na Educação
Escolar. Disponível em:
http://www.cresssc.org.br/img/noticias/Dimens%C3%A3o%20Educativa%20do%20A.
%20S.%20na%20Educa%C3%A7%C3%A3o%20Escolar.pdf>. Acesso em: 20 out.
2012.
MÉSZÁROS, István. A crise estrutural do capital. Trad.: Francisco Raul Cornejo
[et.al]. 2. ed. rev. e ampliada. São Paulo: Boitempo, 2011.
PEIXOTO, Marcus. Extensão Rural no Brasil - Uma abordagem histórica da
legislação. [Textos para discussão, n.48] Brasília: Consultoria Legislativa do Senado
Federal – Centro de Estudos, outubro/2008. Disponível em: <
http://www.senado.gov.br/senado/conleg/textos_discussao/TD48-
MarcusPeixoto.pdf>. Acesso em: 21 mar. 2012.
PRADO JUNIOR, Caio. Formação do Brasil contemporâneo: Brasil colônia. 8ª
reimpr. da 23. ed. de 1994. São Paulo: Brasiliense, 2006.
RACHELLIS, Rachel. O Trabalho do Assistente Social na esfera estatal. In: CFESS;
ABEPSS. (Org.). Direitos e Competências Profissionais. Brasília: CEAD/UNB,
2009.
17
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE
ANTROPOLOGÍA RURAL
Autores:
RESUMEN
La ponencia presentada tiene por objetivo mostrar una experiencia de construcción
de ciudadanía, y de toma de conciencia sobre una cuestión ambiental local,
mediante el trabajo articulado entre la Chacra Experimental Integrada Barrow
(Convenio MAA-INTA) y el Centro Educativo para la Producción Total (CEPT) Nº 35
de Aparicio.
Aparicio es una localidad rural de menos de 200 habitantes, ubicada en el partido de
Coronel Dorrego, en el sudeste de la provincia de Buenos Aires (Argentina).
A partir, del Programa Federal de Apoyo al Desarrollo Rural del INTA, se promueve
el desarrollo rural y endógeno en localidades que han quedado excluidas como
consecuencia del proceso de agriculturización. Además de generar el fortalecimiento
de las capacidades de los jóvenes como agentes del desarrollo endógeno,
facilitándoles herramientas para actuar en las distintas realidades rurales en que se
encuentran inmersos. En esta ponencia se analizará cómo, mediante el trabajo
articulado en talleres y charlas, se construyó poder ciudadano, contribuyendo a la
democracia, generando participación ciudadana, movilizando a la población para
que apoye la formulación de un proyecto pensado por los jóvenes del CEPT, en
relación a la mejora de la calidad de agua potable que se consume en esa localidad.
A través de este proceso, la población tomó conciencia de que estaba consumiendo
agua no potable, debido a la contaminación bacteriológica y con presencia de
arsénico. Además, contribuyó a que el municipio planteara soluciones para paliar
1
este problema. De esta manera, se demuestra que es posible cambiar la realidad,
adecuándose a la comunidad, facilitando y acompañando acciones en pos del
desarrollo sostenible y autogestionado.
2
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE
ANTROPOLOGÍA RURAL
Autores:
INTRODUCCION
3
ferrocarril, ocasionó el éxodo de su población, como en tantos otros pueblos que
centraban su actividad y su comunicación mediante el ferrocarril.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Aparicio
4
Educativa y 2). Propuesta de Desarrollo. En la primera, sobre la educación de los
jóvenes y la capacitación de las familias rurales; en la segunda, contribuyendo al
desarrollo y crecimiento de las comunidades de ese medio. Los lugares de
funcionamiento son pequeñas localidades de zonas rurales de la provincia de
Buenos Aires. Están dirigidos a familias de pequeños productores, trabajadores
rurales y representantes de instituciones de la comunidad, tales como
organizaciones gremiales, cooperativas, y otras organizaciones propias del medio
rural. Buscan fomentar el desarrollo y arraigo de las comunidades rurales a través
del protagonismo de sus propios actores, organizados federadamente y
construyendo propuestas claras que generen políticas que favorezcan el desarrollo
rural. Cuentan los alumnos con una pedagogía de alternancia, el trabajo en red con
otras instituciones y la cogestión con el gobierno como estrategias centrales de su
accionar (FACEPT, 2012).
5
trabajo, específicamente con cada una de ellas, en particular durante el período
1990-2001. Se priorizó el trabajo con las Pymes agropecuarias, los pequeños
productores, la promoción del desarrollo rural y los sectores más carenciados.
El período que va desde el año 2001 hasta la actualidad, con grandes cambios
sociales, políticos y económicos, llevan al INTA a plantear un nuevo modelo de
desarrollo diferente al existente en la década de los ’90. En esta nueva etapa el
énfasis se planteó en un mayor trabajo en el ámbito regional y local, que tienda a la
participación de la población en la preparación y gestión de proyectos que
fortalezcan las capacidades de los territorios rurales. Mediante innovación
tecnológica y organizacional, se promueve el desarrollo de capacidades que
generen un desarrollo endógeno y sustentable desde aspectos: sociales,
económicos y ecológicos.
Ante este contexto, la Chacra Experimental Integrada Barrow, promueve este tipo de
procesos de desarrollo endógeno, en pequeñas poblaciones rurales que se han visto
afectadas por esta crisis, siguiendo los lineamientos institucionales enmarcados
dentro del Programa Federal de Apoyo al Desarrollo Rural Sustentable
(PROFEDER) que implementó el INTA en todo el país, como es el caso de la
localidad de Aparicio, presentado en esta ponencia.
MARCO TEORICO
Por territorio entendemos al resultado de un proceso de construcción, producto
de la calidad institucional, de la organización de los agentes locales, de sus
estrategias para afrontar desafíos y oportunidades y de los fenómenos de aprendizaje
colectivo. (Madoery, 2001).
- Formación
- Organización
- Conductas
- Valores
- Interacción
- Aprendizaje
- redes de confianza y de colaboración
6
Considera que estos capitales intangibles, crean un entorno favorable para la
promoción del desarrollo endógeno.
Definimos a “la política” por las relaciones de poder, entre uno y varios
ciudadanos. Tomando a Max Weber (1964), la entendemos como la probabilidad de
tomar decisiones que afecten la vida de otro(s) pese a la resistencia de éstos. Según
como sea ejercido ese poder, Weber distingue al poder ejercicio por fuerza o
coerción, al legitimado, consensuado. ¿Qué tipo de relación de dominación
existe?¿Quién tienen el poder en una sociedad democrática como la nuestra?¿ese
poder es visible?¿ es ejercido?¿Qué tipo de democracia representa?¿existe una
identificación de los territorios con los gobiernos locales? Estas son algunas de las
7
preguntas que nos realizamos al buscar fortalecer las capacidades de la comunidad
de Aparicio, enfatizando el trabajo con los jóvenes rurales, miembros del CEPT Nº 35.
8
- Tercer momento: consiste en el rito de iniciación, de la inclusión del
sujeto de nuevo a la dinámica social ya ostentando su nueva
condición de iniciado. Igualmente la importación del rito de iniciación
en la adolescencia es de suma importancia ya que es el que:
“inaugura y prefigura todas las demás iniciaciones”.
Grados de participación:
8. Iniciados con los niños, decisiones
compartidas por los adultos.
7. iniciados y dirigidos por los niños
6. Iniciados por los adultos, compartidas con los
niños
9
5. Consultados e informados
4. Asignados, pero informados
No participación:
3. Participación simbólica
2. Decoración
1. Manipulación
Esta escalera nos será de utilidad para reflexionar acerca de los grados de
participación reinantes en los grupos de jóvenes estudiados.
Ahora bien, estas capacidades, para que favorezcan el desarrollo deben actuar de
manera estratégica, organizada, con capacidad de gestión. Si tomamos al desarrollo
como proceso endógeno, es decir de abajo hacia arriba, desde la comunidad hacia el
mundo global, entonces es necesario considerarlo posible, con políticas públicas que
le den un espacio para que pueda llevarse a cabo. Las políticas de descentralización
llevadas a cabo, sobre todo en la última década, posibilitaron de algún modo los
procesos de desarrollo endógeno.
DESCRIPCION DE LA EXPERIENCIA
10
Foto Nº 1: Jóvenes trabajando en talleres, de conocimiento y construcción de confianza.
11
lugar, los alumnos del CEPT presentaron su proyecto, describieron la
situación y mostraron los resultados de los análisis. A continuación, uno de
los técnicos del grupo de Desarrollo Territorial de la Experimental
perteneciente al área de la Coordinación Territorial de la Experimental, hizo
una exposición sobre el agua, lo que se entiende por agua potable, los
distintos elementos que pueden ser perjudiciales para la salud cuando se
consumen aguas contaminadas, los niveles de tolerancia, entre otros
aspectos.
Una de las cosas que llamó la atención fue el desconocimiento por parte de la
población, que estaba consumiendo agua no potable, especialmente por el
elevado contenido de arsénico. En ese momento intervino un funcionario
municipal que había permanecido en silencio durante la reunión y comentó
que estaba de acuerdo con los resultados, como que desde el municipio se
conocía el problema del agua de Aparicio y que también tenía la solución, ya
que desde la delegación municipal se entregaban bidones de agua potable,
tratada por el método de ósmosis inversa en la cabecera del partido. Ahí
volvió a llamar la atención que muchos vecinos desconocían este hecho. Es
indudable que el municipio no promocionó y los vecinos nunca estuvieron
interesados, al desconocer que consumían un agua no potable. En
consecuencia, aumentó significativamente la demanda de bidones de agua
potable hacia el municipio.
Foto Nº 2: Charla organizada por el CEPT y el INTA para la comunidad sobre Calidad de Agua en el
lugar.
12
Otra etapa de este proceso, fue la exposición del proyecto en el VI Encuentro
Zonal de Adolescentes, evento que organiza la Chacra de Barrow todos los
años donde los jóvenes de distintos establecimientos educativos presentan
sus proyectos. En esta oportunidad fueron acompañados por docentes (Foto
3) y además mostraron una maqueta alusiva al tema que desarrollaron en el
proyecto (Foto 4).
Foto Nº 3: Presentación del proyecto por parte de los jóvenes del CEPT en el VI Encuentro Zonal de
Adolescentes en la EEAI Barrow.
Foto Nº 4: Mural realizado por los jóvenes, Gota a Gota el Agua se agota.
13
- Tercera etapa: empoderamiento. No obstante tener la solución al alcance de
la mano, la comunidad educativa del CEPT comenzó a pensar y actuar en
pos de la comunidad a través de la movilización de la población y del
gobierno local, en relación a la problemática de la calidad de agua de la
localidad. Mediante el trabajo articulado entre el CEPT, los jóvenes y el INTA,
se elaboró un proyecto comunitario que intenta solucionar el problema de
calidad de agua de Aparicio para no tener que depender de la entrega de
bidones por lo incómodo que resulta esta solución, sobre todo para la gente
que está alejada de la delegación o no tiene medios como para ir a buscarla.
Lo ideal sería disponer de una planta de tratamiento en la localidad de
manera que el agua que salga de la canilla sea potable. Este proyecto, fue
diseñado, elaborado y presentado por los jóvenes del CEPT ante las
autoridades municipales, que sugirieron como una alternativa posible la
formación de una cooperativa de servicios. En consecuencia, a través de un
convenio que la Chacra de Barrow tiene con la Fundación Cultural La Dulce,
se dictó el 14 de noviembre de 2012 un taller sobre cooperativismo y se tomó
como hilo conductor del taller la posibilidad de formar una cooperativa de
servicios que se aboque a la solución de este problema.
- Cuarta etapa: continuará. Podemos decir que hasta aquí llegamos. Nos
queda el desafío de ver cómo vamos a continuar el año próximo y cómo va a
evolucionar este proyecto.
CONSIDERACIONES FINALES
Este trabajo de investigación acción participativa nos demostró que la construcción
del poder ciudadano es posible, entendiéndolo como un proceso de conocimiento, y
de aprendizaje.
14
También es necesario contar con un Estado (en sus diferentes niveles), que brinde
la posibilidad de poder pensar y proyectar el futuro de las comunidades rurales,
desde abajo, desde las bases sociales.
15
Bibliografía:
Website:
16
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: Modalidades de Intervención en el Desarrollo
Rural Local.
Marzo de 2013
1
Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza,
no nos sacan del subdesarrollo, no socializan
los medios de producción y de cambio,
no expropian las cuevas de Alí Babá.
Pero quizá desencadenen la alegría de hacer y la traduzcan en actos.
Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad
y cambiarla, aunque sea un poquito, es la
única manera de probar que la realidad es
transformable.
Eduardo Galeano
Motivadas por esta inquietud y con el apoyo económico y técnico brindado por
el Municipio, el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y
posteriormente de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, estas artesanas
conformaron un grupo de tejedoras a través del cual comenzaron sus
1
El departamento Guatraché dispone de una superficie aproximada de 450.000 ha. Comparte las
características generales de las zonas semiáridas, con precipitaciones anuales inferiores a los 600 mm,
180 días de periodo libre de heladas y temperatura media anual de 16º. La fisonomía es una llanura
extendida con pendientes suaves y el ambiente natural es el ecotono entre la Estepa y el Caldenal. El
suelo es de escasa profundidad y muy heterogéneo en su calidad composicional (Información
suministrada por el INTA)
2
actividades de hilado y tejido, incorporando, además de las técnicas rescatadas
de las antiguas hilanderas inmigrantes (europeas en su mayoría), técnicas de
hilado y tejido en telar, desarrolladas por los mapuches que habitaron nuestra
región antes del arribo de las masivas oleadas de inmigrantes producidas entre
fines de siglo XIX y comienzos del XX2. Por diferentes causas, estos antiguos
saberes, habían visto truncada su posibilidad de transmisión a las nuevas
generaciones. Gracias a las experiencias y talleres realizados en el pueblo de
Alpachiri, comenzaron a revivirlos, significando esto un valioso aporte al
patrimonio cultural de la región sur pampeana.
2
Los inmigrantes que poblaron estas tierras vinieron desde muy distantes y distintos lugares del mundo.
Ellos fueron quienes formaron las distintas colectividades: de españoles, de italianos, de vascos, de
alemanes, de judíos, y en menor medida de sirios, escoceses, franceses y portugueses.
3
aspectos organizativos del grupo, dada su trayectoria de seis años, y la
importancia del trabajo de articulación institucional alrededor del mismo. Por
último, se aborda el tema “género” dentro del grupo.
SITUACIÓN INICIAL.
4
Esta experiencia nos remite hacia fines del s. XIX y comienzos del s. XX,
momentos en los que la importancia económica del país y de nuestra provincia,
radicaba en la cría del ganado ovino
La herencia mapuche
Los datos más concretos que tenemos sobre los hilados y tejidos mapuches
provienen en su mayoría de documentos escritos durante nuestro pasado
colonial y en tiempos posteriores a 1816, pero sin lugar a dudas las actividades
5
del hilado venían desarrollándose desde tiempos muy antiguos, mucho antes
de la llegada de los españoles.
La herencia europea
6
tejido en telar y con dos agujas. María Whet, una antigua hilandera alemana de
la región nos contaba: _”…La rueca era allá (refiriéndose a la llanura del Volga)
como acá la máquina de coser…” Juana Roubein de Merkel, miembro del
grupo de Tejedoras del Sudeste Pampeano, aun conserva la rueca que heredó
de su abuela. Ella había nacido en Alemania, en 1898, pero la rueca pertenecía
ya a su madre, es decir, la bis abuela de Juana.
Las técnicas de tejido más utilizadas por las inmigrantes y sus descendientes
fueron la técnica de crochet, dos agujas, cinco agujas y el telar europeo de
mesa, denominado telar María. De ese pasado, también han quedado agujas
como testigos de esos tiempos, Laura Quintana guarda las agujas para tejer al
crochet, traídas por su abuela de León, España. Estas agujas están realizadas
en marfil, finamente tallado y se estima que poseen unos 120 años de
antigüedad
Como hemos mencionado anteriormente, desde fines de siglo XIX hasta casi
mediados del siglo XX, la importancia económica local estuvo dada por la
primacía del ganado ovino. A partir de entonces comienza a registrarse un
retroceso del mismo, al tiempo que comienza a aumentar la producción del
ganado vacuno. Es decir que la frontera ovina comienza a desplazar su línea
hacia el sur y oeste de la provincia.
7
Durante la década de 1990, las experiencias en trabajos asociativos o grupales
en la región resultaron negativas. Están aún muy frescas en la memoria de las
personas, el quiebre de las cooperativas agrícolas, que nucleaban a
productores locales, hasta la década de los 90.
En el mes de abril del año 2001, fue sancionada la LEY OVINA Nacional (Ley
N° 25.422), a la que adhiere la provincia de La Pampa. A partir de aquí desde
el ámbito estatal, comienza a incentivarse el retorno a la cría de ganado ovino
en nuestra provincia. La crisis acontecida durante finales de este año, marcó un
creciente interés por las artesanías y prácticas artesanales en la región.
8
Es de destacar que el 100 % de ellas manejaban una, y en muchos casos dos
técnicas de tejidos, la técnica de dos agujas y la técnica de crochet. Estas
técnicas las habían adquirido mayoritariamente por transmisión de sus abuelas,
de sus madres, y en otros casos a través de su enseñanza en la escuela
primaria. Notablemente, ninguna de ellas practicaba la técnica del hilado.
INTERVENCIÓN
9
de capacitaciones y auspicios en eventos de importancia para la actividad de la
lana en la región, como los “Encuentros de Artesanos de la lana” organizados
por las artesanas en los años 2008, 2009, 2010 y 2011.
La capacitación
En ese primer año aprendieron principalmente a hilar con huso junto a las
técnicas básicas de telar mapuche. El INTA les proveyó de la lana para la
actividad y ellas, orientadas por la profesora, fabricaron los husos y telares.
También incursionaron en la técnica de teñido de la lana, con elementos
naturales propios del lugar, como cortezas, hojas, frutos y raíces de especies
locales, como el caldén. Es importante remarcar, que se negoció con la
provincia la posibilidad de que además de aprender a hilar con el huso
mapuche, pudieran recuperar las antiguas ruecas locales y aprender la técnica
del hilado con rueca. Es por eso que al primer taller ellas llevan antiguas ruecas
familiares o locales comienzan a aprender y enseñarse mutuamente la técnica
del hilado con rueca mecánica.
10
En el año 2007, logran dar continuidad a la capacitación en las técnicas de
hilado, telar y teñido mapuche con la misma docente y con la colaboración del
Municipio que sigue cediendo el espacio para la actividad, además del
financiamiento.
11
pretendió difundir los conocimientos sobre esta innovadora producción en
nuestra provincia, entre los artesanos que participaron del encuentro
La transmisión de conocimientos
La organización
Durante estos primeros años de trabajo grupal, los lazos dentro den grupo eran
débiles, siendo atados muchas veces por la intervención institucional.
Puede afirmarse que los mismos se fueron consolidando con el transcurrir del
tiempo a partir de compartir infinidad de actividades relacionadas con la lana,
que las llevó a descubrirse mutuamente en sus intereses, virtudes y
debilidades.
A partir de esto, y con innumerables actividades desarrolladas, siempre de
manera grupal durante estos seis años, ellas comienzan a autogestionarse y
12
demandar a las instituciones en la búsqueda de concretar sus intereses como
grupo. Tanto el Municipio como el INTA apoyaron de inmediato estas
demandas, primeramente a través de capacitaciones y orientándolas en su
participación en eventos, también respaldándolas en temas relacionados a
cuestiones organizativas con los fines de apuntar a la autogestión
13
En este tiempo, hace su primera intervención la Subsecretaría de Agricultura
Familiar, a través del Ing. Agrónomo Julio Bagatto quien las invita a participar
de un Encuentro Nacional de Artesanos de la lana a realizarse en Catamarca.
Dos de las integrantes del grupo participan con entusiasmo en este encuentro
en el que visualizaron la realidad de otros artesanos del rubro lana del país. A
partir de esta experiencia, surge la iniciativa de organizar un Encuentro de
Artesanos de la Lana, cuyo principal objetivo apunta al intercambio con otros
artesanos de la provincia.
Es así entonces, que sobre fines de este año organizan el I Encuentro de
Artesanos de la Lana, junto al Municipio y al INTA. El objetivo de este
encuentro es según nos manifestaba la Ingeniera Agrónoma Susana Paredes:
”propiciar un espacio de diálogo e intercambio entre los artesanos de la lana y
los diversos actores sociales del territorio involucrados en el quehacer
artesanal, así como compartir la construcción conjunta de conocimiento sobre
diferentes temáticas inherentes a la actividad y contribuir a la dinamización
socio-económica y turística de las localidades a partir de la calidad de
productos artesanales”
14
Además del intercambio propiciado con demás artesanos de la provincia, se
capacitan en una jornada sobre trabajos con fieltro y lavado de lana, con
algunas técnicas mapuches, dictada por el Sr. Horacio Jauregui.
Durante el mes de abril de 2010 son convocadas por el Municipio para
organizar el “camino de los artesanos”, en ocasión de las festividades por los
100 jóvenes años de Alpachiri. El Municipio les sede un local con muy buena
ubicación y amplia vidriera, para que además de funcionar como espacio de
reunión y aprendizajes, sus tejidos puedan ser expuestos y apreciados por el
público. Este año participan nuevamente con mucho éxito en los siguientes
eventos: La Rural, Caminos y Sabores, y en la Expo Pymes .
La cuestión de género
15
afuera”. Ese valor al trabajo artesanal de la mujer, un trabajo que suele pasar
invisibilizado en el ámbito doméstico, se convirtió en uno de los motores del
funcionamiento del grupo.
SITUACIÓN ACTUAL
16
incorporado al grupo, son iniciadas en los saberes del hilado y tejido en telar
mapuche, por las tejedoras que están desde los comienzos.
T 5 _ A teñir me estuvieron enseñando las chicas porque yo recién estoy
entrando al grupo. Me ayudan, valoran lo que hago, me explican.
APRENDIZAJES
17
requiere de constantes esfuerzos y aprendizajes, una puja constante entre el
“querer” y el “ceder”.
18
nos permita arrojar luz sobre la misma, llegamos a la conclusión de que han
sido diversos los factores que contribuyeron a la formación y permanencia del
grupo de Tejedoras del Sudeste Pampeano y su permanente trabajo y
demanda hacia las instituciones. La variable cultural sin lugar a dudas fue la
semilla que germinó en el terruño alimentado por otras variables, como la de
género y el impulso de políticas desde el Estado que han promovido la cría del
ganado ovino y la producción de artesanías en la región.
BIBLIOGRAFÍA
19
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
1. Introdução
2. Políticas Públicas
Os estudos sobre as políticas públicas surgiram nos EUA, como uma subárea
da ciência política, que pretendia compreender as intenções do governo ao eleger
alguma ação. Segundo Souza (2006), os intentos de unir os recursos científicos, que
garantiria teoricamente, racionalidade às formulações e decisões do governo, surgiu
durante a Guerra Fria, e posteriormente se estendeu as outras áreas.
Duncan (2011) e Souza (2006) apontam diversos autores que indicam uma
diversidade nas formas das políticas públicas. A tipologia de política pública,
proposta por Theodor Lowi (1964; 1972), é a que sustenta a discussão dos dois
autores. Tal modelo enxerga a constituição das políticas sociais com diferentes
mecanismos de apoio e de rejeição, e que as disputas em torno delas passam por
diversos cenários da sociedade.
3
essa política criaria estruturas clientelísticas ou de patronagem e foi comum até o
período que antecedeu a Constituição de 1988.
3. Políticas de Etnodesenvolvimento
4
período, as ações do governo iam ao encontro de objetivos setoriais e agrícolas, e
nesse sentido, a questão agrária e a agricultura familiar eram ignoradas.
5
“desenvolvimento”, quando se conjugam políticas públicas e sociais em torno de
objetivos comuns, como a melhoria dos níveis de vida da população’ (DUNCAN,
2011, p. 3).
1
Para outras informações sobre o Programa Brasil Quilombola acessar: http://www.seppir.gov.br/acoes/pbq.
2
Assessor de políticas socioambientais no INESC - Instituto de Estudos Socioeconômicos, em Brasília – órgão
não governamental que acompanha o uso e a distribuição do orçamento público.
6
Segundo Batalla (1982) etnodesenvolvimento é o exercício da capacidade
social dos povos indígenas para construir seu futuro, aproveitando suas experiências
históricas e os recursos reais e potencias de sua cultura, de acordo com projetos
definidos segundo seus próprios valores e aspirações.
A questão que nos últimos anos é evidenciada nas políticas institucionais para
esses grupos diz respeito à consolidação das ações públicas voltadas à questão da
terra,e o processo de titularização, em especial para as comunidades quilombolas.
Isso ocorre, em primeiro lugar, em função da diversidade histórica nos processos de
formação desses espaços, em segundo lugar, pela morosidade das instituições
responsáveis, em elaborar estratégias para a regularização das terras. O processo
de titulação e reconhecimento da legitimidade da posse da terra tem dificultado a
inserção das ações de desenvolvimento.
3
Segundo Duncan (2011, p.5), Desenvolvimento Territorial é um processo normativo, planejado e
multidimensional de mudanças que ocorrem por um tempo relativamente longo, em um espaço determinado
historicamente pela formação de uma sociedade diversificada que reconhece uma identidade social própria que
8
sido eficientes, no sentido de contribuir para a fomentação de oportunidades, para
grupos tradicionais.
favorece a coesão social e territorial, bem como a realização de ações articuladas que conduzam à melhoria
contínua das condições gerais de vida de toda a população residente.
4
O PDA apoia financeiramente iniciativas ou experimentos (“projetos”) comunitários de proteção de áreas de
floresta tropical na Amazônia e na Mata Atlântica e ecossistemas associados, e ações destinadas à recuperação
e ao manejo de espécies de fauna e flora dessas regiões (VERDUM, 2011).
9
Os mecanismos em que o PDA opera, sugerem transparência e eficácia nas
ações das instituições envolvidas. De acordo com Verdum (2006), os recursos
financeiros envolvidos na articulação desse programa, no ano de 2000 apontavam
para a casa dos US$32,6 milhões.
10
sobre o desenvolvimento do projeto, cursos de criação de abelhas nativas, reunião
com técnicos, além de curso técnico da CATI/SP5.
5
Coordenadoria de Assistência Técnica Integral – Secretária de Agricultura e Abastecimento de São Paulo.
11
localizam no litoral norte do estado de São Paulo, enquanto as outras três integram
o litoral da Costa Verde, no sul-fluminense.
No ano de 2003, como nos revela Da Ros e Piccin (2012), houve uma
retomada nas discussões a respeito da reestruturação dos serviços públicos de
ATER, e uma deliberação desse debate foi à criação de uma Política Nacional de
Assistência Técnica e Extensão Rural (PNATER), lançada no ano de 2004 pelo
12
Ministério de Desenvolvimento Agrário e que era coordenada pela Secretaria de
Agricultura Familiar (SAF).
6
Diversos são as definições para tal termo, visto que se encontra em processo de construção, muitos deles se
complementam. De acordo com ALTIERI (s/d) basea-se no estudo de sistemas agrícolas com perspectivas
ecológicas e socioeconômicas; para CAPORAL e COSTABEBER (2000) trata-se de um processo
multidimensional, orientado para ecologização das práticas agrícolas no manejo das culturas agrícolas; para
GUSMÁN (1997) a agroecologia surge como um agente provedor de um padrão justo e prudente do
desenvolvimento.
13
Em janeiro de 2010, a Política Nacional de Assistência Técnica e Extensão
Rural se estabeleceu na Lei n° 12.188, a Lei de Ater, que sustentado no princípio da
equidade de gênero, geração, raça e etnia.
As análises dessa política pública poderão ser realizadas mais adiante, já que
a mesma está em processo de construção. A iniciativa do governo, mesmo que
‘atrasada’ tem ido ao encontro do que os movimentos sociais têm articulado e
levantado como bandeira. De fato, as ações de uma assistência técnica
especializada poderá contribuir muita mais para o desenvolvimento local do grupo.
6. Considerações Finais
É perceptível que o governo nos últimos anos, como nos revela Da Ros (2012), a
respeito das políticas de extensão rural para assentamentos de reforma agrária, tem
reavaliado as ações de ATER e neste sentido, tem ampliado as políticas de
14
fortalecimento da agricultura familiar. Cabe agora aprimorar ouo fazer ater para
enfatizar a condição camponesa das comunidades tradicionais, que assumem o
modelo da agroecologia, na maioria das vezes, como a principal fonte geradora de
renda, pois o fazer agroecológico muitas vezes é o que mais se assemelha com o
fazer tradicional.
Com formas próprias de organização na produção agroecológica, os
remanescentes quilombolas, os indígenas, registram no espaço/território sua
afirmação identitária, enquanto grupo étnico.
É por conta disto que é possível se afirmar que o
modo de produzir agricultura está longe de ser dita como
agricultura de subsistência que vem sendo definida, via de
regra, por um viés produtivista que anula e impede de
observar que muitas destas comunidades Quilombolas
produzem uma agricultura pensando na alimentação
familiar num primeiro plano e na preservação interativa da
natureza num segundo plano, re-moldando através da
interação com a natureza os seus agroecossistemas,
trabalhando-os numa lógica tradicional de se praticar
agricultura . (FIDELIS, 2011, P. 5)
15
e praticado. Tal modelo é fundamentado na predileção das inovações tecnológicas,
em disputa com os saberes locais, além de não se preocupar com os possíveis
impactos negativos (ambientais, sociais e econômicos) que determinada tecnologia
pode causar. De acordo com Da Ros (2012), é uma forma de extensão autoritária,
dirigista e que aumenta a dependência dos agricultores em relação às
agroindústrias.
As discussões sobre extensão rural que tem sido realizada, tanto no âmbito
federal, estadual ou municipal tem proposto um modelo alternativo, um modelo cuja
base é o diálogo do técnico com o agricultor. Freire (1983) critica a expressão
extensão e sugere o termo comunicação para a designação do trabalho dos técnicos
agrosilvipastoris. Esse movimento, que se tem observado não é recente, cerca de
trinta anos atrás, passaram a notar os equívocos econômicos, sociais e ambientais
do modelo difusionista-inovador.
Essa tentativa de construir ações de ATER agroecológica tem sido o grande
desafio das políticas públicas com essa temática. Da mesma maneira que as
adversidades estão presentes nos assentamentos da reforma agrária, como Da Ros
nos aponta, tal enfrentamento também se encontra nas ações voltadas a grupos
étnicos, especialmente as comunidades remanescentes quilombolas.
A própria gestão, quanto à capacitação de técnicos, que saibam reconhecer
as peculiaridades dos vários tipos de agricultores no Brasil, deixam a desejar. A
maioria das Universidades brasileiras importa um modelo de ensino agrícola, que
não reconhece a agricultura familiar como um potencial geradora de renda, visando
somente a agricultura patronal, isso acontece, principalmente, em função do modelo
de ‘desenvolvimento’ que é propagado e que visa a atender somente as demandas
do mercado global, beneficiando apenas um restrito grupo de latifundiários.
Nessas condições analisadas é possível afirmar que as ações do governo em
inserir e promover a autonomia dos grupos étnicos e tradicionais no cenário político,
econômico, social e cultural no Brasil, não tem sido concretizado, da maneira que se
espera. A emergência das ações de desenvolvimento nos territórios indígenas
parece ser prioridade do governo, enquanto aos remanescentes de quilombo, as
ações sempre são desenvolvidas num segundo plano.
7. Referências Bibliográficas
16
ALMEIDA, Alfredo W. B de. 2006. Terras de preto, terras de santo, terras de índio:
uso comum e conflito. Coleção “Tradição & Ordenamento Jurídico”. Vol.2. Projeto
Nova Cartografia Social da Amazônia (PPGSCA-UFAM, Fundação Ford). Manaus.
DIEGUES, A.C. 2001. O mito moderno da natureza intocada. 3.ed. São Paulo:
Hucitec USP.
17
desenvolvimento territorial; Novos desafios para a EMBRAPA. NASCIMENTO, P.P.
e outros. EMBRAPA, BRASÍLIA.
______________. 2010. A construção de uma política de desenvolvimento: os
territórios rurais do Brasil. Habitus. Goiânia. Vol. 8.
DYE, Thomas D.1984. Understanding Public Policy. Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-
Hall.
SUBIRATS, J., & GOMÀ, R. 1998. Políticas públicas: hacia la renovación del
instrumental de análisis.Barcelona: Editorial Ariel.
18
________________. 2006. Etnodesenvolvimento: Nova/Velha Utopia do
Indigenismo. Brasília, DF: [s. n.].
VERDUN, Ricardo; ARAÚJO, André. 2010. Experiências de Assistência Técnica e
Extensão Rural junto aos Povos Indígenas: O Desafio da Interculturalidade. Brasília,
DF: NEAD / SAF.
Sítios eletrônicos:
http://www.academia.edu/1216307/Inovacoes_DT_Embrapa_Cap_1_Duncan -
acessado 03/12/2012.
19
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Resumen:
En el año 2000, productores asentados en tierras privadas del nordeste de la
provincia de Misiones, empiezan un proceso de organización y de lucha en pos de
obtener el reconocimiento legal de la propiedad ocupada por ellos desde hace más
de 20 años. Como resultado de las acciones de reclamo frente al Estado, logran
que, en el año 2004, se sancione la Ley 4093 de Arraigo y Colonización. Esta Ley no
solo es el primer paso para transformarse en dueños de la tierra sino que, además,
contribuyó a legitimar y hacer visibles las organizaciones de productores y facilito el
acceso a los programas de desarrollo rural del Estado. Esto implicó para los
productores, un trabajo centrado en la formulación y presentación de proyectos, la
formación de nuevos grupos de trabajo, la participación en encuentros de
capacitación e intercambio en la provincia y a nivel nacional, y, en algunos casos, la
tramitación de la personería jurídica de sus organizaciones. Asimismo, algunas de
las organizaciones se transformaron en referentes regionales y/o provinciales de
esos Programas.
En este trabajo nos interesa analizar las transformaciones que han ocurrido en las
prácticas cotidianas de los productores, en las formas de sociabilidad, y en sus
organizaciones a partir del acceso a los programas y proyectos de desarrollo
implementados desde el Estado. Para ello centramos el análisis en la información
obtenida en el estudio de una organización de productores del nordeste de Misiones,
Argentina.
Palabras claves: desarrollo rural, mediación social, lucha por la tierra
1
1. El inicio….
Durante los años 2007 y 2008 profesores, graduados y estudiantes de las carreras
de Comunicación Social, Antropología Social y Profesorado en Economía de la
Universidad Nacional de Misiones, llevamos a cabo un proyecto de Voluntariado
Universitario1 con dos organizaciones de productores de la zona nordeste de la
provincia de Misiones: Unión de Trabajadores Rurales del Nordeste de Misiones
(UTR) y Unión Campesina (UC). Esta última conformada por productores ocupantes
de tierras privadas2. El trabajo se enfocó en dos ejes principales, la comunicación
interna y externa de las dos organizaciones y la comercialización en una de ellas.
Con el propósito de desarrollar los objetivos propuestos para cada eje, llevamos a
cabo diferentes actividades. Por un lado, realizamos talleres con integrantes de las
dos organizaciones en los que se desarrollaron diversos aspectos relativos a la
comunicación popular y política en radio y medios gráficos. Por el otro, se realizó un
sondeo participativo de mercado en las ciudades de Eldorado y Puerto Iguazú y, se
elaboró, también de forma participativa, la marca para los productos de los
agricultores de la UTR.
Este trabajo surge del interés por comprender las transformaciones que observamos
en una de esas organizaciones, Unión Campesina3, luego que accedieran a diversos
programas de desarrollo a partir del año 2004. Esta Organización nuclea a
1
El Programa Nacional de Voluntariado Universitario comenzó a implementarse en Marzo de 2006 con el
propósito fundamental de profundizar la vinculación de las Universidades Públicas e Institutos Universitarios
Nacionales con la comunidad y, a su vez, incentivar el compromiso social de los estudiantes de nivel superior
universitario, promoviendo su participación voluntaria en proyectos sociales orientados a mejorar la calidad de
vida de su población y estimular el desarrollo local. En el contexto del Programa se ejecutaron los proyectos:
Estrategias de comunicación y comercialización para el fortalecimiento de las organizaciones de productores
familiares de Bernardo de Irigoyen y San Antonio. Participación solidaria de la Universidad en procesos de
desarrollo rural en Misiones y Estrategias de Comunicación y Comercialización para el fortalecimiento de Unión
Campesina y Unión de Trabajadores Rurales del Nordeste Misionero. Segunda etapa.
2
La categoría “ocupante” es un modo de identificación que adoptaron los productores reunidos en UC en una
etapa del proceso de lucha por la tierra. Si bien nos es imposible abordar en este trabajo la complejidad de esas
luchas y la especificidad de las contiendas simbólicas que libraron los integrantes de UC; podemos sí señalar
que la auto-identificación como ocupantes fue el modo de responder a las formas estigmatizantes y
deslegitimadoras que se movilizaron desde distintas reparticiones del Estado, los representantes de los
propietarios y los medios de comunicación que identificaban al grupo de productores en tanto “intrusos” y,
también, como “extranjeros”. La categoría de ocupantes como forma de auto-identificarse se mantuvo hasta que
logran la sanción de una ley de expropiación las tierras que hasta entonces eran de la Intercontinental. Desde
entonces, pasan a identificarse como poseedores. Sobre esta cuestión se puede consultar Rodríguez et al
(2011).
3
De ahora en más UC
2
productores poseedores de tierras en el área donde antes operaba la empresa
maderera Intercontinental S.A en Bernardo de Irigoyen, nordeste de Misiones.
4
Diagnóstico de los procesos de comunicación externa e interna de la organización. Diseño de estrategias para
hacer visibles y legitimar las acciones de lucha por la tierra. Se elaboró un tríptico con la historia de la
organización y un programa de radio. Esto último dio paso para que ellos lograran abrirse un espacio en la radio
LT46 de Bernardo de Irigoyen.
3
preguntarnos: ¿De qué manera se estaban apropiando y dando significado a los
saberes y a las prácticas de los programas de desarrollo? ¿Si el objetivo centrado en
la obtención de la tierra en realidad se había abandonado? ¿Existía alguna
articulación entre las acciones de lucha por la tierra y las actividades relacionadas a
los programas de desarrollo? ¿Qué cambios en la cotidianidad se generaron en esta
nueva instancia vivida por los productores y su organización?
2. El contexto de ocupación en el
nordeste de Misiones
4
del sur de Brasil y de las colonias más antiguas del centro y sur de la Provincia”
(Schiavoni 1995). La población llegó a la zona bien sea por el trabajo en los obrajes 5
o porque las tierras en las que vivían ya no eran aptas para el cultivo o porque no
eran suficientes para toda la familia. Algunos de los productores migraron desde el
Brasil por la fuerte presión sobre la tierra en los estados del sur.
Las familias de pequeños productores que allí habitan, constituyen “una población
extremadamente pobre cuyas condiciones de vida en lo educativo 6, sanitario y
habitacional son muy precarias” (Censo de Ocupantes, 2003). Los productores son
agricultores familiares; las diferentes actividades productivas las realizan
básicamente con el trabajo familiar y a diferencia de las unidades empresariales,
organizan la producción y consumo a través de las relaciones de parentesco y
residencia. La mayoría de ellos, destina la producción al autoconsumo y venden
localmente los excedentes de esa producción. No obstante, existen quienes se
dedican al cultivo del tabaco y quienes lo hacen a la cría y comercialización de
cerdos que serían los productores más capitalizados.
En Misiones, a fines del siglo XX y principios del XXI se hace público un conflicto por
tierra que había empezado una década atrás en el nordeste de la provincia, en los
5
Los obrajes hacían parte de lo que Gorosito (1982) caracteriza como frente extractivo, manejados por
compañías capitalistas cuya inversión de capital era baja y quienes se apoyaron en el control de la mano de obra
barata.
6
De acuerdo con el Censo de Ocupantes de 1550 encuestados el 60% no terminó la escuela primaria.
5
Departamentos de San Pedro, General Belgrano y Guaraní. Familias de pequeños
productores ocupantes de propiedades privadas asesorados por la Pastoral Social y
ONG’s, se organizaban y llevaban a cabo diferentes acciones para evitar que los
desalojaran de las chacras y vendieran las tierras en las que vivían desde hacía más
de 20 años. El desalojo significaba, para estas familias, perder una vida de trabajo y
el futuro de sus hijos. Estas tierras y en particular las pertenecientes a la
Intercontinental S.A., en donde se encuentran las chacras de los ocupantes-
poseedores con quienes hemos trabajado, fueron en un principio el espacio temporal
de trabajo pero con el tiempo se fueron transformando, para algunos, en el “lugar”7
de reproducción familiar y social. Los parajes donde construyeron sus casas y tienen
las chacras, fueron apropiados, moldeados y significados históricamente a partir de
las redes de relaciones (parentesco, amistad, de compadrazgo, comerciales etc.) y
de las prácticas culturales del grupo de productores que integran Unión Campesina y
otros vinculados a otras organizaciones.
Una vez toma estado público el conflicto por la tierra en esta zona (2001), adquieren
visibilidad las organizaciones de ocupantes; en un principio la Comisión Central de
Tierras, en la localidad de Pozo Azul en el municipio de San Pedro y, un poco más
tarde, Unión Campesina en tierras que eran de la compañía Intercontinental, en
Bernardo de Irigoyen, y Organización de Campesinos por la Vida-(OCV) en Santa
Rita y San Vicente.
7
Cuando hablo de lugar nos estamos refiriendo “al espacio transformado, apropiado en donde hay un orden
según el cual los elementos se distribuyen en relaciones de coexistencia...Allí impera la ley de lo propio y hay
indicaciones de estabilidad (Certeau 1996).
6
Este fue un proceso de aprendizaje y de cambio muy importante para los
productores. Tomaron “conciencia” de los derechos que tenían y se apropiaron de
diferentes repertorios de acción colectiva para reclamar por los mismos, su
movilización se extendió a otros espacios e hicieron nuevos contactos con otras
organizaciones (Movimiento Nacional Campesino e Indígena, la Coordinadora
Latinoamericana de Organizaciones del Campo y el MST de Brasil, entre otros). De
acuerdo con lo que señalaba uno de los dirigentes de Unión Campesina, se dieron
cuenta que tenían voz, opinión y que podían tomar decisiones. El tener voz está
relacionado con el detentar la palabra, es decir el opinar, defender sus derechos e
interpelar al otro en ciertos momentos, porque antes, de acuerdo con sus palabras,
al enfrentar una autoridad provincial por ejemplo, nosotros siempre dejábamos que
ellos decidieran, que ellos propongan como ellos quieran no más.
Unión Campesina denominada así por quienes la integran para representar “la unión
de los hombres del campo”, está conformada por productores asentados en
diferentes localidades en lo que antes de la sanción de la Ley de Arraigo y
8
Ley provincial a través de la cual se intentó regularizar la situación de las familias ubicadas en predios rurales.
Se necesitaban más de 16 años de ocupación para que las familias puedan beneficiarse con de dicha ley, pero
"hubo una modificación que logró la gente con la lucha a través de la cual se bajó a 8 años de antigüedad como
requisito para pedir al Estado la regularización" (entrevista a la abogada de pastoral, Tierra Nuestra, publicación
trimestral de Aphydal, octubre 2003).
9
El Censo de Ocupantes fue realizado por profesores y alumnos de la Facultad de Humanidades y Ciencias
Sociales de la UNaM durante los años 2003 y 2004.
7
Colonización, eran tierras propiedad de la Intercontinental: Tres Vecinos, Iratí, Piraí
Miní y Km 80. La auto-atribución de ese nombre a la organización se produjo meses
antes de que saliera la Ley 4093 y que se transformara, tiempo después, en una
Cooperativa de Trabajo y Vivienda. La Cooperativa contaba para el año 2010, con
56 socios.
10
Vamos a emplear esta denominación que hacen los productores para referirse a instituciones y ONG´s que los
han apoyado y asesorado durante estos años.
8
Esta situación, descripta por el entonces presidente, más las condiciones de vida de
las familias de la zona y sus relaciones con otras organizaciones de productores del
país y con las organizaciones de apoyo, sobre todo APHyDAL, fueron importantes
en el giro que después dieron hacia los proyectos de desarrollo. El acceso a
diferentes programas se va a concretar una vez es aprobada la Ley de Arraigo y
Colonización a fines del año 2004. Antes de la sanción de esta ley varios
productores intentaron presentarse de manera individual al Programa Manos a la
Obra en el Municipio de Bernardo de Irigoyen pero no pudieron hacerlo por no ser
dueños de la tierra. Sobre otra experiencia similar nos decía un integrante de la UC:
Nosotros nunca por ahí nosotros nunca tuvimos proyectos…. Si, antes de todo:
“no, porque acá la tierra es privada, proyecto acá no puede tener”, la gente de
INTA (les decía). Porque justo fue el papá de RO a pedir proyectos del
Prohuerta y ahí el papá fue y le dijeron que no, ella (técnica) no tenía idea de
esto acá porque eran tierras privadas y ahí nosotros nunca fuimos a buscar el
proyecto y después cuando surgió la organización Unión Campesina, si!
(Entrevista IdS).
El contar con la personería jurídica, con la Ley 4093, el ser reconocidos en el ámbito
público y las redes de relaciones en las que estaban inmersos, hicieron posible el
vincularse con aquellos organismos estatales encargados de la gestión e
implementación de programas de desarrollo y asistencia social. Del vínculo y trámite
para acceder al programa Manos a la Obra, nos decía uno de los integrantes de la
UC:
9
si ni que no, que iban a estudiar con su equipo jurídico y bueno. En la segunda
ahí nosotros volvimos con una respuesta positiva. (Entrevista RO)
De esta manera a las relaciones que ya tenían con la Secretaría de Tierras Privadas
de la provincia, el Ministerio del Agro y la Producción se sumaron otras con el
Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, el Programa Social Agropecuario-PSA,
la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos y posteriormente con el
INTA y la Subsecretaría de Agricultura Familiar, entre otros.
10
características muy diferentes. Este desplazamiento y las “nuevas” relaciones fueron
posibles también gracias a las redes constituidas en el contexto de la lucha por la
tierra tanto con Movimientos nacionales, ONG’s como con funcionarios estatales
como se mencionó anteriormente. Al hablar de desplazamiento nos estamos
refiriendo al “deslizamiento individual y colectivo del lugar material y simbólicamente
heredado” (Zibechi 2008). Son transformaciones que los movimientos sociales u
organizaciones de estas características van teniendo en el tiempo hasta el punto de
institucionalizarse. Esto último, siguiendo a Zibechi (2008), no implica
necesariamente la conformación de una estructura concentrada y congelada sino
por el contrario estructuras móviles que siguen transformándose.
Esto configura una clara situación de interface en los términos de la teoría orientada
al actor. En lo que resta del capítulo analizamos la intersección entre estos sistemas
sociales en tanto representan mundos sociales y cognitivos diferentes y de cuya
intersección emergen dinámicas de acomodación cultural que comprenden procesos
de negociación, adaptación y transferencia de significado (Long y Villareal 1993).
En este caso en particular, los actores en ese espacio de interacción van a ser las
autoridades de los Ministerios y particularmente las entidades encargadas de los
programas y proyectos de desarrollo, APHyDAL que, en un primer momento, va a
estar a cargo de parte del asesoramiento técnico y de administrar los fondos y los
productores que integran UC así como otros que se van a ir sumando a partir de la
conformación de nuevos grupos.
Uno de los primeros programas con los que empezaron a trabajar fue el de Manos a
la Obra11 del Ministerio de Desarrollo Social (2006). Con el apoyo del Movimiento
Nacional Campesino-Indígena y APHyDAL, los dirigentes de la UC se reunieron en
11
Este Plan fue pensado con el objetivo lograr un desarrollo social económicamente sustentable que permita
generar empleo, mejorar la calidad de vida de las familias. Lo que se busca es promover la inclusión social a
través de la generación de empleo y de la participación en espacios comunitarios. Desde su inicio, se orientó a
mejorar el ingreso de la población vulnerable; promover el sector de la economía social o solidaria y fortalecer a
las organizaciones públicas y privadas, así como impulsar espacios asociativos y redes para mejorar los
procesos de desarrollo local. http://www.desarrollosocial.gov.ar/planes/dles/default.asp Revisado 24-05-10
11
Buenos Aires con las autoridades del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación
para negociar la posibilidad de ser beneficiarios de este programa. Una vez
obtuvieron el aval del Ministerio con el acompañamiento de los técnicos de
APHyDAL12 consiguieron presentar seis proyectos: uno de lácteos, dos de azúcar,
uno de apicultura, uno de embutidos y uno de balanceado. Esto implicó reuniones
con otros de los integrantes de la organización para conformar los grupos; con
relación a este conjunto de proyectos decidieron no abrir a otros productores la
posibilidad de integrar los grupos de beneficiarios puesto que lo importante era
pensar en el beneficio colectivo de la organización y no en el individual. Sobre esto
nos relataba el ex presidente de UC:
…nosotros armamos pocos grupos y empezamos con la gente que estaba más
metida en la organización ya pensando en eso. Nosotros nos dimos cuenta que
si agarrábamos gente que no está en la organización ya se iba por ese lado
ya… va a pensar: “esto conseguimos pero es mío, no es de la organización”
que uno de los criterios que nosotros tenemos es que todo lo que conseguimos
como organización, tiene que brindar trabajo a la organización (Entrevista RO).
12
Al no contar Unión Campesina con personería jurídica, APHyDAL se encargó del manejo de los fondos.
12
de obtener la titularidad de las tierras. En este testimonio observamos que el aspecto
más crítico estaba identificado con la búsqueda y la negociación de soluciones
individuales:
… pero para nosotros es más grave, para nosotros exigimos más para la
gente, que no quiera hacer negocios por detrás de nosotros. Por ejemplo, en
la situación del problema de tierras, ponele que un tipo de UC piense en
negociar con los propietarios. Eso ya es una deshonestidad, eso es algo
grave…
Al principio algunos tenían “miedo” que los “proyectos” no fueran más que promesas
que no se iban a cumplir después, tal y como solían hacer los políticos. Otros, tenían
miedo de no ser capaces de presentar y ejecutar los proyectos. Estos temores se
fueron disipando cuando obtuvieron los recursos y empezaron a trabajar.
Los dirigentes fueron los encargados de viajar constantemente a San Pedro para
recibir las capacitaciones sobre el armado de las “carpetas” / “proyecto” y el
presupuesto. Los integrantes de los grupos obtuvieron insumos y maquinarias,
construyeron galpones y en poco tiempo vieron resultados del trabajo. Sin embargo,
factores tales como la falta de luz eléctrica, imprevistos climáticos que afectaron la
cosecha de la caña de azúcar y el no contar con una asistencia técnica continua,
incidieron para que estos proyectos se interrumpieran o en palabras de los
productores, se estancaran.
… nosotros acá estamos bastantes, por decir, abandonados viste porque tener
los proyectos productivos que hoy por hoy es la verdad como decimos y
hablamos y algo de mentira nos va a condenar pero nosotros hasta hoy
estamos trabajando a cuero no más, capacitación técnica sabemos que hay
técnicos pero acá estamos con el trabajo de Manos a la Obra, con producción
de azúcar para eso hace dos años que hicimos el programa y hasta hoy no
hemos tenido capacitación técnica, estamos aprendiendo trabajando porque
capacitación nunca tuvimos y para qué están los técnicos?. (Entrevista a V y a
I. 2006).
Esta primera experiencia con los proyectos Manos a la Obra fue muy importante
para los productores de Unión Campesina porque, entendemos que, a partir de allí
fueron apropiándose de nuevos saberes y dándoles significados para transmitirlos
posteriormente a otros productores. Asimismo, los dirigentes asumieron opiniones
críticas sobre los programas y las instituciones. Para ellos, por ejemplo, programas
como era el Programa Social Agropecuario-PSA deberían ser una “herramienta” que
13
le sirva al productor para pelear por sus derechos, para “abrirle los ojos” y que no se
quede sólo en lo técnico. Para ellos, era y es fundamental que desde los programas
se incentive a organizarse, a reclamar por los derechos, que no sea un “juntar a las
familias” nada más. Las visiones críticas, también se enfocaron en lo que respecta a
la relación técnico-productor. La relación entre unos y otros sigue siendo, en la
perspectiva de los productores, asimétrica pero con la particularidad de que es el
productor el que toma las decisiones porque conoce profundamente su realidad y el
técnico debe amoldarse a estas necesidades además de trabajar para que en
realidad, el modo de vida del productor cambie para bien. Estas imágenes sobre lo
que debería ser el desarrollo, los programas, los técnicos y el lugar que debe tener
el productor en las instancias de toma de decisiones así como en las acciones que
realizan, nos atreveríamos a vincularlas con una perspectiva que aparece en las
instancias de intervención, nos referimos a la perspectiva crítica entendida como
aquella perspectiva a la que se asocian los conceptos de “sustentabilidad” y
“empowerment”, entendidos como el desenvolvimiento de capacidades en los
individuos para influenciar las decisiones que afectan su existencia y para iniciar
acciones que mejoren su calidad de vida desde una racionalidad económica,
ambiental y culturalmente apropiada” (Silvetti 2006). Es, a nuestro juicio, evidente
que muchas de sus experiencias y aprendizajes previos en el proceso de la lucha
por la tierra han sido importantes en la construcción de estas representaciones.
RO: El mismo (diputado) Aquino nos dijo en alguna oportunidad, él fue que
presentó el proyecto de ley. Ese fue uno de los que siempre nos dijo: “mirá
ustedes tienen capacidad de llevar adelante una personería jurídica, hagan.
Hay que institucionalizar.” Fue una de las personas que siempre nos aconsejó
no que nos asesoró. Después la gente que está en el periodismo, muchas
veces nos dijeron y uno se va dando cuenta que como que ya va madurando
(Entrevista RO- Subrayado nuestro).
14
comercializar los productos de sus integrantes, acceder a otros proyectos de
desarrollo, tener autonomía en el manejo de los fondos y en la toma de decisiones.
Este fue un “crecimiento” como organización, una manera de “caminar solos” sin
depender de las instituciones de apoyo. Ha sido también la posibilidad de impulsar
cambios significativos en la calidad de vida de las familias de la zona. Para llegar a
este punto del proceso organizacional se necesitó alcanzar importantes niveles de
participación para así poder intervenir en acciones y decisiones determinantes en su
futuro socioeconómico y el de su comunidad.
13
El Banco Popular de la Buena Fe desarrolló una metodología específica de trabajo basada en la educación
popular que se sustenta en la reflexión sistemática de la práctica, con el protagonismo de los actores
involucrados en el proceso, cada uno con sus propios saberes. La clave es: "acción y reflexión sobre el mundo
para transformarlo". http://www.desarrollosocial.gov.ar/cajade/buenafe4.asp. Revisado en Mayo 2010.
15
agricultores consultados, derivó en profundos cambios en la organización y en sus
vidas.
Este rol adquiere aún más relevancia con la ejecución del programa del Banquito de
la Buena Fe. Con este Programa recibieron capacitaciones relacionadas con la
organización de grupos, la administración de fondos y el manejo de las carpetas que
16
se confeccionan para acceder al financiamiento. Empezaron trabajando con cinco
banquitos y en el año 2010 lo hacían con 10 banquitos además de estar participando
activamente en las actividades de coordinación del Programa a nivel nacional y de
ser los referentes en la región. Esto último ha implicado tanto la ampliación del
territorio de trabajo hacia la zona de Dos Hermanas, Bernardo de Irigoyen y San
Antonio, como también el que participen en la formación de nuevas organizaciones
que se encargan de multiplicar el Programa en sus respectivas zonas. En estos
momentos hay por lo menos dos organizaciones cuyos fundadores empezaron como
promotores del Banquito, las mismas son Mujeres Unidas de Dos Hermanas y Jesús
el Alfarero en San Antonio.
A partir de entonces, los dirigentes más allá de realizar asesoramiento técnico en las
chacras, se encargan de llevar adelante tareas de tipo administrativo, de gestión y
capacitación. Los ocho productores, entre hombres y mujeres, han tratado de
distribuirse las tareas para poder cumplir con todos los compromisos, participar de
otros espacios y no descuidar el tema tierra. Sin embargo, a diferencia de otra de las
organizaciones de ocupantes de la zona, Unión Campesina como tal o como parte
del Movimiento Campesino Misionero no ha vuelto a realizar acciones de protesta o
movilizaciones a pesar de que la situación de la tierra no está resuelta, está en litigio
entre los propietarios y el Estado.
17
de los agricultores dejaran la organización. Para otros, la cuestión de la tierra fue
importante para llegar hasta este punto y sigue latente hasta que no se resuelva
completamente el juicio generado a partir del proceso expropiatorio pero, agregan,
deben mirar hacia el futuro, deben pensar en la producción y los proyectos son una
herramienta fundamental para eso. Además distinguen entre los “proyectos” que
contribuirían a que las organizaciones de productores logren autonomía de los
planes sociales que, en contraposición, tendrían como efecto el que los beneficiarios
quedaran atados al gobierno. Uno de los dirigentes de UC sintetizaba esta cuestión
del siguiente modo:
18
explotaciones, con el aprendizaje que están teniendo y el reconocimiento logrado a
nivel local. Para algunas familias que han sido beneficiarias de los programas que
mencionamos anteriormente, estos les permitieron “realizar su sueño”. Una
promotora hablaba sobre lo que había pasado con su madre:
…porque mi mamá, no tenía una vaca y ella cuantas veces decía: “ay, como yo
quería una vaca”, hasta que vino el proyectito y compró su vaca, de su vaca ya
hizo dos terneros, hizo su huerta. Otro que quería potrero y tiene su potrero,
Para mí son cosas positivas porque era gente que no tenía posibilidad de reunir
la plata y así porque es una cosa que vos pagando a cuotas pero agarrando
una cuota y (...) devolverlo en dos años, es la posibilidad (Entrevista A.A. 2010)
19
de la Buena Fe como beneficiarios, de acuerdo con lo relatado por los dirigentes,
están vinculados a Unión Campesina solamente por el proyecto. A pesar de estas
situaciones que preocupan a los dirigentes y que no están del todo resueltas, han
tenido cambios significativos.
A la vez que se estaba produciendo esta brecha con las bases, con Nuevos Surcos
y sobre todo con el Banquito de la Buena Fe, la Organización dio un salto que se
pone de manifiesto en la posibilidad de contar con infraestructura y equipamiento
propio. En el paraje tres Vecinos construyeron la sede de la Organización y
posteriormente alquilaron oficinas en el centro de Bernardo de Irigoyen (distante 30
Km de la localidad de Tres Vecinos) a partir de lo cual “se conectaron al mundo” a
través de Internet. Para ellos este cambio ha sido fundamental para poder mantener
sus vínculos con otras organizaciones y estar al tanto de los programas de
desarrollo. Los entrevistados describen este proceso en términos del paso “del
monte a la oficina” y, en todos los casos, subrayan el “crecimiento” de la
organización. Pasaron de estar incomunicados porque en la zona de la Inter no hay
luz, no hay teléfono y no entra la señal de telefonía celular, a mandar mails, a contar
cada uno de ellos con su teléfono celular y a tener una secretaria en la oficina.
Fueron ampliando su radio de acción y la organización que ellos crearon ahora es
reconocida en otros lugares del Departamento así como de la provincia y del país.
6. A modo de cierre
20
La gestión de los proyectos de desarrollo aparece, desde la perspectiva de los
dirigentes de la organización, como la continuación de la lucha por la tierra, y los
proyectos también son percibidos como nuevas conquistas o como derechos
generados por esas contiendas. Esta interpretación lleva a una necesaria
resignificación de los proyectos vistos ahora como herramientas útiles para reclamar
por los derechos colectivos de estos productores. Uno de los rasgos de esa re-
lectura de los proyectos y su racionalidad, es el cuestionamiento y la inversión de la
relación técnico-productor. En las descripciones de los agricultores entrevistados las
decisiones sobre la lógica, los fines y los medios de desarrollo son atribuidas a los
productores y se cuestionan las imposiciones subyacentes a las relaciones entre los
actores involucrados en los proyectos.
A lo largo del proceso de lucha por la tierra estos productores, además, fueron
adquiriendo herramientas que resultarían esenciales para lo que sería, más
adelante, la ejecución de los proyectos de desarrollo. A nuestro juicio, el aprender a
coordinar reuniones grupales, planificar, organizar y evaluar las acciones de su
organización, el apropiarse de un discurso legitimado en las nociones de ciudadanía
y los derechos, el conocimiento adquirido sobre la estructura organizacional del
estado, sus arenas y reglas del juego burocrático, el construirse como
representantes y hablar por el sector, son solo algunas de esas herramientas.
De los testimonios expuestos en este trabajo se deduce uno de los rasgos distintivos
que atribuyen los dirigentes de UC a su desempeño como mediadores y al tipo de
lógicas que dan sentido a sus acciones. Ellos cuestionan la lógica subyacente a los
proyectos productivos que alientan las respuestas individuales y luego destacan la
21
necesidad de que los proyectos estén pensados desde una lógica que promueva las
soluciones y abordajes colectivos de los problemas de los agricultores. En este
sentido, observamos una búsqueda consciente de diseños de trabajo que no deriven
hacia soluciones individuales, en las que prevalece la preocupación por resolver lo
“mío”. Los dirigentes de UC plantean expresamente el esfuerzo puesto en construir
diseños en los que se trabaje desde la lógica del “nosotros” representada por la
organización. También acá, entendemos, la especificidad de su modo de mediar en
los procesos de desarrollo se basa en sus experiencias de lucha por la tierra que
ofrecen un modelo de actuación colectiva que, además, se mostró eficaz para
enfrentar las amenazas a la reproducción social de este grupo de agricultores.
Bibliografía
22
http://www.ufcg.edu.br/~cedrus/downloads/schneider/long_y_villarreal_interfaces_de
_dessarrolo1993.pdf
NEVES, Delma. 2008 “Mediación social y mediadores políticos”. En: NEVES, Delma
(organizadora), Desenvolvimento social e mediadores políticos, Editora Universidade
Federal do Rio Grande Do Sul.
23
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural.
Grupo de Trabajo 8. Modalidades de Intervención en el Desarrollo Rural Local.
Introducción
En una oportunidad anterior (Pezo, 2007) planteamos que el desarrollo rural en Chile
ha sido construido de manera asimétrica y excluyente de la mayoría de los
pobladores rurales. Lo seguimos sosteniendo. Las tendencias hegemónicas de hoy
se dirigen bajo el eslogan “Chile: potencia alimentaria y forestal”, mientras que en los
territorios rurales se aprecia una nueva concentración de la tierra, inversiones que
amenazan los recursos naturales y desencadenan conflictos socioambientales,
proyectos de ley que perjudican la pesca artesanal, magros resultados en lo relativo
a la “modernización” de la pequeña agricultura y en la situación social del mundo
rural y –enfatizamos- una falta de legitimidad de las intervenciones de desarrollo
rural al no ser éstas construidas en base a las aspiraciones de los propios
campesinos y habitantes rurales. Eso entre muchos otros aspectos que aquí no
mencionaremos por cuestión de espacio1.
1
Un análisis de las contradicciones y consecuencias del modelo hegemónico actual puede encontrarse en
Observatorio Laboral Chile (2010).
2
Al respecto, véase Gómez (2002).
La experiencia que aquí se analiza corresponde a un caso especial, situado en la
región de Coquimbo, en donde se despliega la aspiración de “construir en conjunto”
el desarrollo rural, por parte de dirigentes campesinos que participan de un
programa orientado al fomento productivo, pasando luego a conformar una
agrupación regional que plantea a las autoridades una propuesta de política integral
de desarrollo rural para la región. Lo anterior se da a raíz de la participación en los
denominados “Consejos de Desarrollo Local” ubicados en cada comuna de la región.
La presente ponencia examina este proceso, aún en curso, desde la experiencia del
Consejo de Desarrollo Local (CDL) de la comuna de Río Hurtado, a la cual pudimos
aproximarnos en el marco de una investigación mayor orientada al estudio de
trayectorias de participación de la sociedad civil en el desarrollo rural (Pezo, 2010).
La metodología empleada combinó la revisión de fuentes documentales, la
aproximación etnográfica y el rescate de la memoria local a través de entrevistas a
los participantes de estas iniciativas.
Comenzaremos con una breve reseña histórica del proceso a nivel regional, para
luego presentar nuestros resultados a partir de los tres ejes de análisis que tuvo
nuestro estudio: a) la caracterización de los procesos participativos, b) las
evaluaciones de sus participantes (representantes campesinos del CDL) y c) los
efectos de la intervención en las perspectivas de la sociedad civil con respecto al
desarrollo rural. Finalmente, añadiremos algunas reflexiones que surgen del caso
analizado.
3
Datos de la Encuesta CASEN 1990, MIDEPLAN.
2
desde los ámbitos social y productivo. En esta última esfera, la principal institución
encargada de atender a los pequeños productores del agro, tal como lo ha sido
históricamente desde su creación a mediados de los 60 hasta hoy, fue el Instituto de
Desarrollo Agropecuario (INDAP), que focalizó su accionar en “la ejecución de
asesorías técnicas y créditos para el fomento de la producción y de la actividad
asociativa de las unidades productivas” (Cadenas, 2003: 43).
3
la región como en las comunas (la unidad ejecutora del proyecto a nivel regional y
los Departamentos de Desarrollo Rural (DDR) en cada municipio), y en instancias
participativas de concertación para la toma de decisiones (el Consejo Superior
Regional, presidido por el intendente y los Consejos de Desarrollo Local (CDL), que
a nivel comunal eran presididos por los alcaldes). En estas últimas dos instancias se
incorporó la participación de dirigentes campesinos.
La principal función que tuvieron los CDL fue tomar decisiones concertadas, en cada
comuna, referentes a la selección de proyectos de fomento productivo que
financiaba el PRODECOP IV. De esta forma, se priorizaban los proyectos más
pertinentes o urgentes y se deliberaba sobre las inversiones a realizar. Otras
funciones del CDL tenían relación con la canalización de demandas y necesidades
del sector rural a las instituciones de desarrollo, recoger y centralizar información
sobre acciones de desarrollo de entidades públicas o privadas realizadas en cada
comuna, contribuir a la planificación del desarrollo rural de cada comuna y apoyar la
coordinación de organizaciones sociales y campesinas (Ríos, 2006). En estas
tareas, los CDL eran acompañados por los DDR, los cuales, asentados en cada
municipio, operaban como la contraparte técnica de esta instancia de participación.
Si bien los CDL se pronunciaban a través del voto de sus miembros, las decisiones
finales recaían en las instancias técnico-administrativas del nivel regional, formato
que fue cuestionado por los representantes campesinos ya que confería al CDL un
carácter consultivo y no resolutivo. Pese a esta situación, la iniciativa era bien vista
por los dirigentes, que valoraban el componente participativo. Asimismo, a nivel
4
institucional era reconocida como una buena experiencia en el marco de la
descentralización de la gestión pública y promoción de la participación ciudadana4.
4
Por ejemplo, el PRODECOP IV recibe en 2001 el Premio a la Innovación Ciudadana, reconocimiento otorgado
por la Fundación de Superación de la Pobreza, el Centro de Análisis de Políticas Públicas de la Universidad de
Chile y la Fundación Ford (Cox, 2007).
5
Esta interesante propuesta puede encontrarse en forma íntegra en el anexo del texto de Ríos (2006).
5
Campesino se había formalizado como organización de la sociedad civil, decidiendo
ampliar sus bases de representación e incorporar a otras organizaciones, tales como
asociaciones provinciales de comunidades agrícolas, federación de sindicatos
campesinos, asociaciones provinciales de crianceros, comités de agua potable rural,
cooperativas campesinas y el Movimiento Unitario de Campesinos y Etnias de Chile
(MUCECH).
Mientras tales negociaciones avanzaron a ritmo lento, en las comunas los CDL
continuaron operando, aunque con notoria falta de financiamiento y escaso poder de
decisión. El Proyecto Vulnerables, que tenía como término el año 2006 se extendió
sin el adecuado presupuesto, que por lo demás se vio mermado por la extracción de
recursos para enfrentar las heladas y sequías que afectaron la región.
6
Programa Agropecuario para el Desarrollo Integral de los Campesinos del Secano de la Región de Coquimbo
(PADIS), implementado desde el año 2010.
6
fuentes laborales-productivas y degradación de los recursos naturales, lo cual se da
en medio de un grave proceso de desertificación que alcanza a más de la mitad de
su territorio, afectando la situación económica, social y ecológica de la zona. Sin
embargo, gran parte de las intervenciones que se realizaron para enfrentar estas y
otras problemáticas desde los años noventa se han caracterizado por el verticalismo,
asistencialismo y por la escasa adecuación a las características locales.
Entendiendo que tal situación ha fomentado la pasividad de la población y genera la
expectativa de que las soluciones a los problemas provengan fundamentalmente
desde fuera (Ibíd.), la experiencia del CDL en Río Hurtado, que se extiende desde el
año 1997 hasta hoy, constituye un hecho sobresaliente dentro de la historia del
desarrollo rural local en la comuna.
7
participación en estas votaciones estuvo motivada por una capacitación previa de
tres meses sobre historia de las organizaciones campesinas en Chile,
institucionalidad pública dirigida a la pequeña agricultura, entre otros temas que
interesaron a la concurrencia.
La elección democrática por parte de todos los dirigentes que participaron en las
capacitaciones fue un elemento que alentó a los candidatos a presentarse para el
cargo. Se trataba de un mecanismo limpio y legítimo de acceder a un puesto de
representatividad comunal, lo cual acrecentaba el prestigio dirigencial de los
elegidos, demandando a su vez responsabilidad y compromiso. Véase al respecto el
siguiente testimonio:
“Nosotros mismos nos elegimos y eso era lo que me alegraba a mí, porque era
una elección de la misma gente, de nuestros pares, así que eso para mí era
representativo”. (Miembro titular CDL).
8
participación en los CDL. Por lo tanto estamos ante una motivación sustantiva7 de
los dirigentes campesinos, que abiertamente han manifestado y demostrado en la
práctica su interés y compromiso por participar y tener injerencia en el desarrollo
rural de la comuna y de la región.
7
En nuestro estudio llamamos “motivación sustantiva” a aquella en la cual la población convocada tiene una
disposición favorable a la participación en una determinada intervención de desarrollo, ya que ésta representa
sus intereses, necesidades, demandas y propone una finalidad deseada por la población hacia mejores
situaciones. Este tipo de motivación inicial aumenta la probabilidad de generar una participación comprometida y
proactiva. La diferenciamos de la “motivación instrumental” y de la “motivación negativa”. Al respecto, véase
Pezo (2010: 28).
9
el mejoramiento de las condiciones de vida es posible de alcanzar sólo si
asumen la actividad productiva bajo patrones estrictamente capitalistas. Por
tanto, se habla de cambio tecnológico, desarrollo de negocios y financiamiento
privado, como las metas a alcanzar en ocho años y con ello asimilar a estos
productores con los empresarios. Quienes asumen estos planteamientos y
desarrollan conductas económicas acordes pasan a la categoría de
“emprendedores”, confiables para el éxito del proyecto. (…) Obviamente que
los proyectos con mejores opciones en la evaluación técnica y en la decisión de
los CDL eran los de campesinos ubicados en las áreas bajo riego, con
seguridad en la tenencia de la tierra y con capacidad de competir en los
mercados. Mientras más semejanzas tenían los negocios propuestos con lo
que hacen los empresarios exitosos, mayor era la posibilidad de obtener el
anhelado financiamiento. Quienes no ofrecieran estas condiciones, debían
buscar otras alternativas y esperar un nuevo concurso” (Ríos, 2006:13).
“El DDR tiene un equipo técnico y ese equipo técnico, con nosotros, recoge las
inquietudes de la gente. Tiene una cierta cantidad de personas que asistir y
recorren por toda la comuna. Entonces después nos presentan eso a nosotros,
y nosotros lo conversamos, lo vemos si es viable, porque hay proyectos que no
son viables, aunque las personas quieran, no se puede. Por ejemplo, si una
persona no es propietario, no tiene derechos de agua y tiene un lindo proyecto,
no se puede insertar. Ése es un proyecto que no es viable para el que lo
solicita. Ahora, suponiendo el ejemplo de un producto que es innovador y que
en ninguna parte da resultado, tampoco se puede apoyar. Claro, hay una
norma, hay bases, hay un conducto regular, que nosotros aunque queramos
favorecer a alguien no se puede, porque no está dentro del conducto regular,
porque si nosotros damos un primer paso, después sigue escalando, entonces
si lo pasamos igual se cae. Porque ha habido algunos proyectos que se han
votado por el CDL, pero después cuando llegan de vuelta -porque cuando no
10
cumplen con los requisitos del conducto regular los mandan de vuelta-,
entonces ahí hemos recapacitado y visto qué es lo que falló, por qué no
debíamos haber propuesto, haber apoyado o haberlo eliminado ahí, o haber
trabajado antes el tema antes de mandarlo” (Miembro titular CDL).
8
SEREMI: Secretaría Regional Ministerial. Se usa también para nombrar a la persona a cargo de esta
institución.
11
Educación pero cuesta, cuesta mucho llegar a la SEREMI. Tenemos acceso,
tenemos facilidad, pero nos atienden, nos reciben la idea, la inquietud y ahí no
más quedamos.
Y son temas que sobrepasan lo productivo…
M: Claro. Pero nosotros abiertamente en la propuesta planteamos trabajar así.
Trabajar con el gobierno en pleno, con todas las ramas del gobierno, no con
una sola institución” (Miembro titular CDL).
“Nosotros como CDL a nivel regional, los objetivos que se tenía en toda la
región era de poder intervenir en todos los ámbitos del desarrollo de la comuna,
la salud, la vivienda, la agricultura, pero cuando empezamos a tener indicios de
llegar allá, a nosotros se nos marcaba, se nos “trancaba la pelota” como se dice
y nos decían “ustedes están enmarcados en este programa, están enmarcados
en estas condiciones, no pueden injerir en otras partes de la municipalidad, y
ahí no había mucho que hacer…
¿Y quién les decía eso?
Gente de la municipalidad, sobre todo la administradora municipal, que en este
caso siempre ha habido un pequeño choque ahí; ellos son los encargados de
administrar la municipalidad, entonces si uno empezaba a molestar un
poquitito, a ellos no les gustaba tampoco. Así que se nos mandó de regreso,
enmarcado en ese programa. Así que no era mucho lo que pudimos hacer,
debimos haber contado con el apoyo municipal de la alcaldesa para hacer ese
movimiento, pero también no es algo agradable para ellos. Así que, ir más allá,
de influir en salud, en vivienda, no se logró, no se pudo…” (Miembro titular
CDL).
Como se evidencia en este testimonio, ocurría con el municipio una situación similar
a la que sucedía con INDAP en cuanto al “choque de fuerzas” que se producía
12
cuando los campesinos intentaban “desmarcarse” de los límites establecidos para el
CDL. Idéntica situación ocurría en el Consejo Superior en donde la máxima
autoridad era el intendente. Por lo tanto, podemos señalar que las relaciones de
interfaz entre los dirigentes campesinos y estas instancias “administradoras” del CDL
eran abiertas y fluidas en el marco establecido y esperado de las atribuciones y
funciones del CDL, pero cerradas y conflictivas en cuanto a las demandas de los
representantes campesinos por ir más allá del programa.
La vinculación parcial del CDL con las bases campesinas no sólo impidió que esta
instancia tuviera un mayor reconocimiento social, sino que también aminoró las
posibilidades de dar cumplimiento a los objetivos del CDL que tenían que ver con la
comunicación de la población con las instituciones políticas, en particular la
canalización de demandas y necesidades y la coordinación de las organizaciones de
base9. Si a lo anterior le sumamos que las propuestas de desarrollo que buscaban
los representantes campesinos encontraban serias trabas burocráticas, el resultado
fue el centramiento de la actividad en el objetivo principal: la focalización de
proyectos de fomento productivo.
9
Situación similar encontró el estudio de Durston et al. (2005), en la comuna de Punitaqui, en donde un
campesino señalaba: “Es en el CDL donde se debaten temas de comunidad, y en ninguna comunidad hacen
reunión, a nadie informan nada. Eso es lo negativo que tenemos, la información. El CDL debe ser el puente entre
la municipalidad y la comunidad y ese puente está cortado” (Durston et al., 2005:217).
13
señalan que si bien ha habido desacuerdos y discusiones encendidas entre
miembros del CDL, éstas se han resuelto en un marco de respeto mutuo que
prevalece en el grupo.
El único conflicto que no se logró resolver fue el que hubo con los miembros
“suplentes”. Tanto los miembros “titulares” como los “suplentes” debían asistir a las
sesiones, pero al verse estos últimos sin poder de decisión y con limitados recursos
para concurrir a las reuniones, se fueron desvinculando paulatinamente del
organismo, quedando sólo los miembros titulares participando de esta experiencia
en los últimos años. Había una diferencia de trato hacia los miembros suplentes,
quienes se vieron marginados del proceso y relegados a un estatus de segunda
categoría con respecto a los “titulares”. Resulta claro que, al menos en Río Hurtado,
la medida de tener miembros suplentes en el CDL no dio resultado.
“Como le decía recién, lo que más me gustó es que hubiera participación, que
se sentaran en una mesa los organismos estatales, la municipalidad y
pudiéramos en conjunto ver el desarrollo del campo, eso es lo que más me
gustó. Y que me gusta, ya que yo pienso que es una de las maneras de que, en
todos los ámbitos, haya un desarrollo armonioso”. (Miembro titular CDL).
Por otra parte, hubo una ausencia de mecanismos para controlar el cumplimiento de
las funciones del CDL, que terminaron concentrándose sólo en una de las
originalmente plantadas: la priorización de proyectos.
14
En términos de gestión, nuestros entrevistados reconocen varias falencias. Una de
ellas es el escaso apoyo que tuvieron los representantes campesinos para
comunicarse con las bases, lo cual fue una demanda constante de recursos que
tampoco fue acogida íntegramente. Más aún, el financiamiento del programa
disminuyó de manera drástica durante la extensión del Proyecto Vulnerables desde
el 2006 al 2008. Los dirigentes campesinos critican enérgicamente la extensión de
este programa sin los recursos suficientes, lo cual redujo de forma significativa las
intervenciones de fomento productivo y las metas que se habían establecido en años
anteriores:
“Por ejemplo, hubieron dos años en que se dijo que el fondo vulnerables iba a
terminar, pero no terminaba. Se hacía un aplazamiento del programa, pero
como era solamente un aplazamiento no enviaban los recursos que enviaban
todos los años. Por lo general se enviaban todos los años veinticuatro, treinta
millones de pesos, pero como era un aplazamiento del programa, se enviaban,
no sé poh, tres millones, cuatro millones para la comuna. Eso permitía
solucionar algunos problemitas que había de proyectos anteriores, pero no era
para proyectos nuevos, no eran nuevas plantaciones, así que eso, por lo menos
en el caso mío, dolió harto, porque fueron dos años que se perdieron.
Entonces esos dos años la intervención de INDAP por parte del Programa
Vulnerables fue reducida….
Totalmente reducida. No se logró seguir con el desarrollo que era nuestro
deseo desde el comienzo, que era, por ejemplo, en cuanto a hectáreas
plantadas, en cuanto a hectáreas con riego tecnificado, de subir ese porcentaje,
no se logró en esos dos años que ya han pasado. Así que para mí eso fue una
pérdida” (Miembro titular CDL).
A lo anterior se le sumó el hecho que los ya escasos recursos del Fondo Vulnerables
fueran redestinados a cubrir bonos de emergencia para las heladas y sequías que
hubo en la comuna en ese período, lo cual fue, para los representantes campesinos,
una decisión equivocada que procuraba “tapar un hoyo abriendo otro”. Para colmo,
las autoridades utilizaron al CDL para priorizar la entrega de estos bonos:
15
“Eso es en lo que más se ha trabajado en los dos últimos años, en lo que es las
catástrofes que hubo. Y eso fue lo otro, que los fondos vulnerables se agotaron,
ya que como se declaró zona de emergencia, todos los fondos fueron
redistribuidos, así que los fondos de los vulnerables fueron también a estos
bonos de emergencia. De ahí que hubo que seleccionar personas, priorizar
personas en algunos casos”.
Cuando los representantes del CDL evalúan su propio accionar, sus discursos
transitan entre la conformidad y la resignación. Conformidad –sin autocomplacencia-
ante el esfuerzo realizado y resignación ante las barreras y obstáculos que no
pudieron superar. En definitiva, prima una sensación de que “se hizo lo que se pudo”
y de que sólo resta “terminar lo que tenemos” para dar vuelta la hoja y comenzar un
nuevo CDL, con nuevos integrantes y nuevos planes de trabajo:
16
“Se hizo lo que se podía enmarcado dentro programa, de la participación que
podíamos hacer dentro del programa. Yo pienso que estuvo regular, no podría
uno decir que estuvo ni excelente ni malo, se pudo de acuerdo a los recursos y
a la fuerza que uno tiene y el tiempo que uno tiene” (Miembro titular CDL).
17
“Yo pienso que, como decía yo al comienzo, una de las cosas que a mí me
llevó, pienso que es importante que haya participación, y espero que eso siga
existiendo en todos los niveles, que sea reconocida esa participación, que la
autoridad vea que sin esa participación, el desarrollo por parte solamente de la
autoridad, da un crecimiento un poco vano. Debe haber un crecimiento en
conjunto con la sociedad, con eso, la gente le tiene cariño a lo que se hace, y
cuando hay propuestas que vienen de afuera solamente, por lo general la gente
no lo entiende y no le toma un aprecio, un cariño, pienso que ésa es una cosa
que hay que destacar, y espero yo, de toda esta experiencia que tuve, poder
seguir incentivando a la gente, que haya participación, que participe en todos
los ámbitos” (Miembro titular CDL).
“En primer lugar hay un crecimiento de uno como persona. Un crecimiento que
uno puede pararse delante de una multitud y mirarlos a la cara y poder quizás
hablarles, cosas que uno al comienzo no lo hacía, el crecimiento de sentir el
cariño de la gente, sentir el saludo de ellos, entonces eso es un crecimiento que
yo he visto que he tenido. Uno también ha aprendido cómo funciona el sistema,
el sistema municipal, el sistema político, no obstante que uno no es político,
pero está insertado allí sin quererlo, y está ahí metido y lo arrastra. También a
uno le ha servido a querer más su comuna, a recorrerla más. Así que ha habido
un crecimiento” (Miembro titular CDL).
Nuestro estudio establece que, en términos de la teoría del control cultural de Bonfil
(1991), en este caso hubo una apropiación cultural de la iniciativa, pero limitada a
los representantes campesinos “titulares” del CDL. Esto quiere decir que, ante una
“oportunidad impuesta” de participación, estos dirigentes supieron hacer uso de ella,
18
aprendieron a relacionarse con autoridades y funcionarios y tomaron decisiones
propias que elevaron esta participación a otros niveles para hacer valer sus
demandas y propuestas, que son coherentes con su cultura campesina actual y que
difieren de la estrategia de desarrollo desplegada por el Estado. No se concretó
totalmente una legitimación del modelo participativo y de desarrollo productivo
proveniente del Estado, sino que se crearon, por parte de los dirigentes campesinos,
nuevos canales de participación y una propuesta propia de desarrollo rural que ha
enarbolado una lucha de este grupo subalterno por adquirir poder dentro de la
sociedad. En consecuencia, se dio lo que Salazar (2003) denomina un “proceso
divergente” al planteado por la agencia interventora, en donde se puede observar la
emergencia de propuestas y formas de participación instituyentes que buscan
abrirse paso ante las propuestas y formas de participación institucionalizadas.
Palabras finales
19
Sin embargo, el destino de lo que Krauss (2012) denomina “la disputa por la política
regional de desarrollo rural en la región de Coquimbo” es aún incierto y ha puesto a
prueba en más de una oportunidad la persistencia de las negociaciones, entre otras
muchas dificultades que los dirigentes campesinos han debido enfrentar. Como
señala el autor recién citado, ha habido una resistencia del Estado a las visiones y
propuestas de los actores del mundo rural, desplegándose una “estrategia de
contención”, que se explica “por las diferencias de miradas respecto al desarrollo de
la ruralidad, las cuales, desde el Estado, obedecen al enfoque productivista y
empresarial que se promueve desde el nivel central (…) y una política más próxima
a la compensación social para el mundo rural y campesino” (Krauss, 2012:471).
Debe destacarse que aquí no sólo está en juego la política regional de desarrollo
rural como un “producto final”, sino que una forma determinada de relación con el
Estado y otros actores a los que concierne este tema, un “nuevo trato” en el cual los
campesinos y pobladores rurales asuman un rol sustantivo, largamente postergado,
en la definición y construcción de su propio y legítimo desarrollo. A ello hay que
contribuir.
Bibliografía
AEDO, C. 2004. Participación ciudadana, políticas sociales, democratización del
Estado y sus instituciones. Reflexiones en torno al panorama general de la
participación ciudadana en Chile. Memoria para optar al título de Sociólogo, Facultad
de Ciencias Sociales, Universidad de Chile. Santiago.
BONFIL, Guillermo. 1991. Pensar nuestra cultura. México: Editorial Patria.
CADENAS, Hugo. 2003. Políticas públicas hacia la organización campesina en
Chile: programas de fomento productivo asociativo desde una mirada sistémico
constructivista. Tesis Magíster en Antropología y Desarrollo. Facultad de Ciencias
Sociales, Universidad de Chile. Santiago.
CHAMORRO, Andrea, Juan Pablo DONOSO y Rafael CONTRERAS, R. 2010.
Pobreza y fragilidad socioambiental. El caso de Río Hurtado. En: Hernández, R. y L.
Pezo (Eds.) La ruralidad chilena actual. Aproximaciones desde la antropología.
Santiago: CoLibris ediciones. Págs. 291-324.
COX, Maximiliano. 2007. Sistematización de la experiencia de los Comités de
Desarrollo Local a 6 años de terminado el proyecto PRODECOP de la Región de
Coquimbo, Chile. Manuscrito. Disponible en sitio web de FIDAMERICA:
http://www.fidamerica.cl/admin/docdescargas/centrodoc/centrodoc_1400.pdf
20
DURSTON, John, Daniel DUHART, Francisca MIRANDA y Evelyn MONZÓ. 2005.
Comunidades campesinas, agencias públicas y clientelismos políticos en Chile.
Santiago: LOM – Grupo de Investigaciones Agraria (GIA).
ENTRENA, F. 1998. Cambios en la construcción de lo rural. De la autarquía a la
globalización. Madrid: Editorial Tecnos.
FOLADORI, G. 2002. Avances y límites de la sustentabilidad social. En: Revista
Economía, Sociedad y Territorio. Vol. III, Nº 12, pp. 621-637.
GÓMEZ, Sergio. 2002. Organización campesina en Chile: reflexiones sobre su
debilidad actual. En: Revista Austral de Ciencias Sociales, Nº 6, (2002). Págs. 3 –
18. Universidad Austral de Chile. Valdivia.
KRAUSS, Fernando. 2012. La disputa por la política de desarrollo rural de la región
de Coquimbo. En: FERNÁNDEZ, Margarita y Javier SALINAS (compiladores).
Defensa de los derechos territoriales en Latinoamérica. Santiago: RIL Editores.
MIDEPLAN 1990. Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN),
año 1990. Ministerio de Planificación y Cooperación, Gobierno de Chile. Santiago.
OBSERVATORIO LABORAL CHILE. 2010. Chile Potencia Alimentaria y Forestal. La
extensión del modelo exportador al mundo rural y sus consecuencias sociales.
Santiago: CENDA.
PEZO, Luis. 2007. Construcción del desarrollo rural en Chile: apuntes para abordar
el tema desde una perspectiva de la sociedad civil. En: Revista MAD N° 17,
Septiembre de 2007. Pp. 90 – 112.
PEZO, Luis. 2010. Sociedad civil y desarrollo rural: trayectorias de participación
social en la comuna de Río Hurtado (1990-2008). Tesis para optar al grado de
Magíster en Antropología y Desarrollo, Universidad de Chile.
RÍOS, Sergio. 2006. Participación campesina. La experiencia de los Consejos de
Desarrollo Local. Documento de Trabajo N° 21. Santiago: GIA – Universidad
Academia de Humanismo Cristiano.
SALAZAR, Gabriel. 2003. Descentralización administrativa versus sinergia social –
comunitaria: ¿Qué papel para la ciencia histórica? En: SALAZAR, Gabriel. La
historia desde abajo y desde dentro. Santiago: Universidad de Chile, Facultad de
Artes.
UPHOFF, Norman. 1995. Adaptar los proyectos a la gente. En: CERNEA, Michael.
(ed.) Primero la gente. Variables sociológicas en el desarrollo rural. México: Fondo
de Cultura Económica.
WOLF, Eric. 1979. Las luchas campesinas del siglo XX. México: Siglo XXI Editores.
21
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo 8. Modalidades de Intervención en el Desarrollo Rural Local
Introducción
En los últimos años diversos países han propiciado la implementación de las buenas
prácticas agrícolas (BPA) en la producción hortícola, en consonancia con las
demandas impuestas por mercados internacionales, cada vez más cerrados y
proteccionistas, y fomentadas por organizaciones internacionales tales como la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Si
bien estos programas proclaman como objetivos el cuidado del medio-ambiente, la
inocuidad alimentaria y la seguridad de los productores y trabajadores, su principal
finalidad es mejorar la sanidad y calidad de los productos de acuerdo a la demanda
de los consumidores-clientes.
Se puede considerar a estas políticas estales como tecnologías del biopoder que
buscan regular la vida, es decir, los procesos biológicos del hombre-especie. Es
decir, son mecanismos que se proponen hacer vivir a la población y dejar morir a
aquellos grupos sociales internos que se supone que atentan contra ella, con el aval
y legitimación del discurso científico (Foucault,1998).
El hecho de que un estado prohíba la importación de determinado producto debido
al riesgo de enfermedades constituye un mecanismo regulador biopolítico destinado
a asegurar la vida de su población a costa de la muerte económica de los
productores de los potenciales países exportadores. Los estándares de calidad que
jerarquizan la inocuidad son sostenidos desde un discurso sanitarista e higienista,
que reduce al trabajo humano a su mero aspecto biológico. Esto se evidencia, por
ejemplo, en la preeminencia que tienen ciertos términos en los glosarios de los
1
documentos que promueven las BPA, por ejemplo: “agua limpia”, “agua potable”,
“análisis de riesgos”, “cadena de frío”, “contaminante”, “contaminación”,
“desinfección”, “enfermedad transmitida por alimentos”, “higiene de los alimentos”,
“idoneidad de los alimentos para el consumo humano”, “inocuidad de los alimentos”,
“limpieza”, “patógeno”, “peligro”, “saneamiento”, “riesgo”, entre otros (Piñeiro y Díaz
Ríos, 2004, sección 4: 6).
Por otra parte, uno de los sloganes utilizados para promocionar las BPA dice “la
calidad hay que demostrarla”, dando por supuesto que dicho atributo es una
propiedad esencial e inmutable de los alimentos. Sin embargo, Lara (1999) y Viteri
(2010) señalan que la definición de la calidad es compleja porque se ancla en pautas
culturales que varían históricamente.
En la construcción social de este concepto participan aquellas normativas y
protocolos de las BPA que pretenden estandarizarla al definirla desde un punto de
vista objetivo. En congruencia con el discurso economicista neoliberal, su sentido es
clausurado a través de la enumeración de cinco palabras: “aptitud, satisfacer,
necesidad, usuario, mejora continua” Piñeiro y Díaz Ríos (2004, sección 4: 6).
Este documento, elaborado bajo el auspicio de la FAO, resalta que los consumidores
“pagarán un precio mayor por los productos que puedan satisfacer estas
necesidades o atributos deseados” (op cit.: sección 3: 7). Plantea que, debido a que
los consumidores no pueden determinar directamente los atributos relativos a la
nutrición y la inocuidad, es necesario desarrollar tecnologías normalizadoras -
reguladoras que garanticen y certifiquen la calidad. En síntesis, los productores
optimizados interesados en comercializar alimentos en los mercados
contemporáneos deberán “hacer las cosas bien y demostrarlo”.
Haciendo suyo el discurso que promueve acríticamente las BPA, los estados de los
países definidos como subdesarrollados tienden a promulgar su obligatoriedad,
dirigiendo sus esfuerzos a generar en los horticultores un interés económico
individual: que sus productos no sean rechazados y que puedan realizar buenos
negocios. Es decir, se construye a los productores como individuos que se deben
autoregular - optimizar en el marco de la lógica del neoliberalismo (Foucault, 2009;
Ong, 2007). A pesar del libre juego de las leyes del mercado que tal lógica sostiene,
los estados intervienen en el desarrollo de las capacidades de los individuos para
que se comporten de manera económico-racional. Lo hacen interpelando a los
2
productores a través de tecnologías biopolíticas y, también, de mecanismos
disciplinadores que los impelen a producir alimentos sanos e inocuos.
En el caso argentino, los mediadores de estas tecnologías son las instituciones
vinculadas al desarrollo rural: funcionarios, agencias estatales especializadas en la
investigación y generación de tecnología agropecuaria, universidades, técnicos y
extensionistas, así como diversas instituciones e inspectores que controlan los
aspectos fitosanitarios de los alimentos. De este modo, algunos documentos
elaborados por la FAO que promueven las BPA fueron adecuados a la situación de
la producción hortícola en Argentina. Estos manuales impelen a los productores a
disciplinarse, con mayor énfasis en el caso de los pequeños y medianos horticultores
que venden su producción en el mercado interno. Esto también se aprecia en los
discursos difundidos en los numerosos talleres y capacitaciones que distintas
instituciones estatales y privadas han dictado en los últimos años, así como en los
crecientes controles fitosanitarios y en las diversas modalidades pedagógicas y de
comunicación utilizadas por los extensionistas.
Así, en algunos casos como los que analizaremos en esta oportunidad, las
estrategias para propiciar la aplicación de las BPA implementadas por los
organismos de control y de capacitación estatales tienden a indoctrinar y a
domesticar a los productores hortícolas para que se adapten a un mundo
disfuncional, justificando el actual modelo económico que entroniza al mercado
como regulador de la economía y desconociendo las limitaciones sociales,
económicas, culturales y políticas que tienen algunos productores para adecuarse a
dicho modelo (Valentinuz, 2003).
A continuación analizaremos algunos mecanismos bioreguladores y disciplinadores
que están implicados en la promoción de las BPA en la horticultura argentina,
específicamente en la manera en que los productores familiares son interpelados
para que se civilicen hasta convertirse en empresarios. Posteriormente nos
detendremos en el estudio de dos casos en los que técnicos y extensionistas
fomentaron la adopción de las BPA. Finalmente, nos detendremos en las maneras
en que los productores experimentaron estos controles y valoraron los impactos
sociales, culturales y económicos que tienen en sus vidas.
3
Durante los últimos 15 años la aplicación de las BPA en la producción hortícola ha
ido adquiriendo importancia en la agenda pública argentina en virtud de las
presiones para controlar la calidad e inocuidad de los alimentos ejercidas por los
mercados y las agencias internacionales. Esto puede apreciarse en la tendencia a
convertir a las BPA en normas de cumplimiento obligatorio.
Sin embargo, hasta el momento, son obligatorias tres normativas sobre inocuidad y
seguridad higiénico-sanitaria, susceptibles de fiscalización y sanción por parte del
Estado: 1) Ley Nacional Nº 18.284, Código Alimentario Argentino que incluye
disposiciones higiénico-sanitarias, bromatológicas y de identificación comercial; 2)
Resolución Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) Nº 297/83 para
hortalizas frescas, que establece parámetros de calidad comercial, envases,
embalajes, daños, identificación y madurez; y 3) Resolución GMC Nº 059/93 que
establece parámetros microbiológicos y Ley Nº 18073/69 Resolución de la
Secretaría Nacional de Seguridad Alimentaria (SENASA) Nº 934/2010 que establece
los límites máximos de residuos de plaguicidas y las restricciones de uso.
Por otro lado, existen ciertas normas recomendatorias orientativas para mejorar la
inocuidad, que aún no son obligatorias ni factibles de auditoría (Sánchez, 2011) tales
como las Guías de buenas prácticas de higiene y agrícolas para la Producción
Primaria (cultivo-cosecha) Empacado Almacenamiento y Transporte de Hortalizas
Frescas y para Frutas Secas (Resoluciones de 1999 y de 2002 respectivamente).
Un tercer grupo son las normas de adopción voluntaria, que son aquellas que deben
aplicar los exportadores para poder participar de los mercados internacionales a fin
de satisfacer las exigencias del consumidor, tales como las EUREPGAP,
GLOBALGAP, entre otras (Sánchez, 2011).
En concordancia con lo propugnado por la FAO, en 2008 el estado argentino fijó
como objetivo que las BPA, hasta el momento de vigencia recomendatoria, fueran
de cumplimiento obligatorio en 2010, hecho que aún no se concretó. Para
acompañar dicho proceso, se implementaron diversas acciones con el objeto de
lograr el cumplimiento de las BPA en el sector hortícola: capacitaciones a técnicos e
instituciones de investigación y extensión en desarrollo rural y control fitosanitario,
elaboración de manuales y guías de buenas prácticas, talleres destinados a agentes
sociales involucrados en la problemática, apoyo y financiamiento de programas de
investigación y extensión, promoción y divulgación de las BPA al público en general,
discusión de normativa con sectores involucrados, etc.
4
Si bien en algunas de estas instancias se generaron espacios para una fértil
discusión crítica sobre los presupuestos y adecuación de la temática a la situación
hortícola en Argentina, en muchas oportunidades tales reflexiones no se suscitaron,
resultando muchas veces en una reproducción acrítica de los presupuestos
civilizadores de las BPA. Un ejemplo de ello es uno de los manuales que adecua las
BPA para los productores familiares hortícolas argentinos.
En el marco de las acciones de un proyecto compartido por la FAO y el Ministerio de
Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación (MINAGyP), Ferratto y Rodríguez
Fazzone (2010) editaron este documento en base a un manual elaborado por la FAO
(Izquierdo et al., 2007). Sin embargo, el modelo que propone no está destinado a
todos los productores familiares sino a aquellos definidos como “viables”.
Los autores diferencian dos tipos de productores familiares: los “pobres”
(agricultores de subsistencia) y aquellos que tienen un “potencial productivo”
(agricultores comerciales). Aplican la tipología de la FAO a los productores familiares
argentinos, concluyendo que un 52% son “de subsistencia” (incluyendo en este tipo
a los de subsitencia y transición según la FAO), mientras que el 48% restante son
“comerciales” (los consolidados). El objetivo del manual es recomendar algunos
lineamientos a estos últimos a fin de que se acerquen a la agricultura empresarial.
Así, se descarta el apoyo a los agricultores familiares de subsistencia y en
transición. Cabe señalar que estos últimos sí son considerados como potenciales
beneficiarios por la FAO1.
A fin de poder ingresar a los “mercados cerrados, protegidos y negociados” que
exigen calidad e inocuidad, los autores sostienen que la única vía es que los
productores trabajen “con una fuerte vocación grupal y asociativa, con dinamismo y
capacidad de cambio”. Para ello, deberán pasar del concepto “tradicional” al
“concepto moderno” de conducir el negocio (Ferratto y Rodríguez Fazzone, 2010:
37). De este modo, el paradigma rogeriano de la modernización continúa legitimando
la necesidad de que los productores adopten ciertas tecnologías a riesgo de que si
no lo hacen, queden excluidos del sistema (de Hegedüs et al., 2008).
En la misma línea de lo propuesto por de Hegedüs et al. (ibídem) sobre el ideario
modernista rogeriano y excediendo las directrices de la FAO sobre el cambio a
1
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN
(FAO) (s/d). Programas de buenas prácticas agrícolas y ganaderas para la agricultura familiar en
Argentina. Proyecto de Cooperación Técnica FAO TCP/ARG/3203. Disponible en Internet
http://www.bpafao.org/pdf/presentacion_fao.pdf, consulta 16 de mayo de 2012.
5
realizar por los productores familiares, Ferratto y Rodríguez Fazzone (2010) insisten
en la necesidad de que reemplacen “la óptica tradicional” por un “enfoque moderno”.
Para ello, deben “enfocar la mirada en el cliente”, en lugar de hacerlo “hacia
adentro”, ya que la “calidad está definida por el cliente” y no por “especificaciones
internas”. La calidad ya no debe ser considerada como “un atributo más” sino que,
desde el “enfoque moderno”, es la “referencia principal”. La misma no se logra con
más y mejor tecnología, sino “a través de la capacitación”. Se postula que “la base
del progreso” es que los directivos del proceso analicen los errores que produce la
mala calidad en lugar de ocultarlos y que controlen a los “malos trabajadores”
(ibídem).
Según los autores, el productor “tradicional” no sólo se tiene que “modernizar”, sino
que también debe ser “civilizado”. En este planteo se superponen el discurso
desarrollista neoliberal de mediados del siglo XX, del que el modelo rogeriano es un
importante exponente con respecto a la modernización del sector agropecuario, con
el discurso colonialista de fines del siglo XIX. Al igual que lo hicieran los
antropólogos evolucionistas hace 100 años, los autores enumeran una serie de
etapas que habrían seguido los grupos humanos a lo largo de su historia. Se
sostiene que en esta escalera unilineal, cuyo último escalón habría estado siempre
ocupado por los países definidos como desarrollados o civilizados, habría grupos
sociales contemporáneos que aún deberían ascender peldaños para alcanzar la
cúspide civilizada. Dicha escalera, según los autores, está conformada por “cinco
eras de la voz de la civilización”, las que se distinguen por el tipo de tecnología y la
cantidad de energía producida per cápita: “el cazador recolector, la agricultura, la
industrial, el trabajador del conocimiento, y por último la incipiente era de la
sabiduría” (op cit.: 67).
En la era industrial del siglo XX, argumentan los autores, la productividad aumentó
50 veces con respecto a la del trabajador manual. Es posible que “la era del
trabajador del conocimiento y de la información en la que estamos entrando, se
produzca 50 veces más que en la era industrial”. El desafío es que “el trabajador del
conocimiento” libere su potencial “para la creación de valor de las empresas”
(ibídem).
Específicamente se propone que este cambio debe darse en “las producciones
intensivas, que son muy complejas, con operarios de difícil control, que la
gente se encuentre motivada a trabajar y a mejorar la situación es de
6
fundamental importancia” (ibídem, negritas en el original). Los “malos
trabajadores” o de “difícil control” que no se han civilizado ni convertido en
trabajadores “del conocimiento”, deberán ser “motivados” a trabajar poniendo “el
corazón”. Con este fin, deberán trascender los siguientes escalones definidos como
más bajos e incivilizados: “rebelión o abandono”, “obediencia maliciosa”,
“condescendencia voluntaria”, “cooperación placentera” hasta llegar a lo considerado
como deseable: “compromiso genuino y excitación creativa”. Como es común en el
paradigma difusionista de la extensión rural, en lugar de considerar los factores
individuales, familiares y sociales que condicionan la adopción de nuevas
tecnologías (Cáceres et al., 2006; de Hegedüs et al., 2008; Thornton, 2003) se
plantea que los trabajadores y productores no logran poner “el corazón”, “civilizarse”
u optimizarse debido a su “resistencia al cambio” (Ferratto y Rodríguez Fazzone,
2010: 64).
Tal como hemos planteado, las BPA son tecnologías biopolíticas de gestión que
permiten “identificar los diferentes peligros asociados a las etapas de producción,
determinando las prácticas recomendadas para evitar la contaminación del producto,
así como para proteger el ambiente y la salud de los trabajadores” (ibídem). Ellas se
complementan con, y necesitan de, tecnologías disciplinadoras de los cuerpos de los
productores que los impulsen a optimizarse como proveedores de alimentos seguros
y de calidad para los consumidores. Se trata de que los productores ahora definidos
como tradicionales se modernicen, a pesar de que, tal como lo plantean Diez y
Castiglioni (2011), ya se habían modernizado cuando fueron impelidos a incorporar
los paquetes tecnológicos de la Revolución Verde -los mismos que en la actualidad
se apunta a erradicar y reemplazar por técnicas tales como el Manejo Integrado de
Plagas, en el marco del paradigma de extensión ambientalista (de Hegedüs et al.,
2008).
A continuación analizaré dos casos que ponen en evidencia las maneras en que los
productores familiares en transición, aquellos que son “viables” según los criterios de
la FAO mientras que no lo son para Ferratto y Rodríguez Fazzone (2010), son
interpelados a través de dos mecanismos disciplinadores: la promoción y el control
de la aplicación de las BPA en la producción y comercialización de frutas y hortalizas
destinadas al mercado interno. Para el estudio de ambos casos realicé un abordaje
etnográfico consistente en observación participante y entrevistas en profundidad.
7
El disciplinamiento de los horticultores del norte del Área Metropolitana de
Buenos Aires (AMBA) a través de la extensión rural
Cambio Rural (CR) es un programa de desarrollo que, implementado a través del
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), apunta a mejorar la
competitividad y sustentabilidad de los productores familiares empresariales (y en
ocasiones en transición) a través del asesoramiento técnico y la organización de los
productores en asociaciones y cooperativas. A partir de 2007, comenzaron a
conformarse diversos grupos de productores hortícolas en la zona noroeste del
AMBA.
En 2008 se firmó un Convenio de Cooperación entre la Secretaría de Agricultura
Ganadería y Pesca (SAGPyA, actual MAGyP), el INTA y ocho de los municipios del
noroeste del AMBA para el desarrollo de la fruti-horticultura. Antes de esta iniciativa
algunos municipios habían comenzado a implementar programas de apoyo a los
productores hortícolas, por ejemplo, entre 2007 y 2010 la Secretaría de Calidad de
Vida y Medio Ambiente del Municipio de Pilar implementó el Programa Promoción
para la Actividad Agropecuaria Sustentable (PROAAS) y que tuvo entre sus
destinatarios a los productores hortícolas.
En la zona norte del partido de Pilar se localiza un área que concentra a varios
productores hortícolas familiares de nacionalidad boliviana, tanto consolidados como
en transición, que son arrendatarios de la tierra (la mayor parte de las parcelas
tienen entre 2 y 5 has, mientras que hay otras de 20 has aproximadamente). Si bien
cultivan a campo, algunos han incorporado el invernáculo recientemente. Ellos han
utilizado las prácticas productivas y de manejo de agroquímicos recomendados
hasta fines del siglo XX impulsados por la necesidad de aumentar y homogeneizar la
producción de hortalizas y frutas (principalmente frutilla) para abastecer el mercado
interno a través de su comercialización en mercados mayoristas ubicados en
distintos puntos del AMBA (Pizarro, 2010).
Barsky et al. (2010) analizan este programa a fin de determinar el grado de adopción
de las BPA. Relatan que se formaron varios grupos de horticultores de CR, en tres
de ellos se implementó el “Libro de Campo” (un cuadernillo con fichas para registro
de las actividades) y se montaron nueve invernáculos modelo para capacitar a los
productores. Se construyeron 54 depósitos de agroquímicos en los lugares de las
explotaciones indicados por los técnicos, siendo que los productores debían
construir el piso en donde se construiría el depósito. Además, se realizaron jornadas
8
de capacitación para técnicos y productores sobre temas vinculados con la
producción, empaque y comercialización de alimentos inocuos y de calidad.
Si bien el programa llegó al 65% de los productores del partido, hubo algunas
dificultades con respecto a las acciones propiciadas. Según la evaluación realizada
por dichos autores y nuestras observaciones durante el trabajo de campo, los
productores no hicieron uso del Libro de Campo. Muchos plantearon que ello se
debió a la falta de tiempo, sobre todo debido a la escasez de mano de obra o a la
imposibilidad económica para contratarla. Otro motivo radicó en la falta de
conocimientos, ya sea porque su forma de gestionar la explotación no condice con el
estilo “racional” considerado adecuado para “hacer las cosas bien demostrarlo”
propiciada por las BPA o porque su grado de alfabetización no es el adecuado.
Con respecto a la construcción de invernáculos, los productores tenían otras
prioridades tales como invertir en herramientas e insumos. Además, debido a que la
mayoría son arrendatarios, no quieren invertir en infraestructura ya que se
encuentran expuestos a la incertidumbre de cuándo deberán mudarse a otro lugar.
En cuanto a los depósitos de agroquímicos, fueron los técnicos los que los
consideraron prioritarios, consideraron que aquellos preexistentes eran “precarios” y
que “los productores tienen un gran desconocimiento de los efectos de los
plaguicidas en su salud” (op cit.: 13).
Los productores plantearon que no fueron consultados para conocer sus
necesidades y prioridades. Muchos dijeron que hubiera sido más útil emplear el
dinero del subsidio para reemplazar los “plásticos” de los invernáculos que habían
sido destruidos durante una reciente tormenta de granizo, para proveerse de nuevas
tecnologías de riego o de insumos tales como semillas y/o para mejorar la
infraestructura vial a fin de mejorar la accesibilidad a los mercados. También
plantearon la necesidad de que “el gobierno” los subsidie para poder enfrentar los
altos impuestos, los imprevistos climáticos y las fluctuaciones de los precios
(solicitando también la fijación de los mismos).
Además de las quejas con respecto a la manera inapropiada en que el gobierno
municipal tomó la decisión a través de los técnicos, la segunda cuestión planteada
por los productores fue que los materiales y la estructura con que se construyeron
los depósitos no fueron los adecuados. Según Barsky et al. (ibídem), los productores
no querían guardar allí los agroquímicos debido al sentimiento de inseguridad que
9
les generan los numerosos robos y las inclemencias climáticas y porque no
disponían de tiempo para construir el piso de la estructura.
Con respecto a las capacitaciones, la asistencia de los productores fue escasa, por
lo que se decidió otorgar certificados de asistencia que posteriormente deberían ser
presentados para acceder a los beneficios del Programa para incentivar una mayor
participación. Barsky et al. (ibídem) señalan que en estas capacitaciones se
priorizaron los lineamientos de las BPA referidos a la inocuidad. Específicamente,
los relacionados con el disciplinamiento de los productores/trabajadores desde el
discurso higienista que promueve su salud a los fines de no contaminar los
alimentos.
Algunos horticultores que asistieron a estas capacitaciones señalaron la
inadecuación de la estrategia didáctica de los capacitadores quienes, desde una
lógica académica, acompañaban su discurso científico con diapositivas proyectadas
en la pared de un local en donde los productores los escuchaban, sentados y casi
dormidos. Una de las productoras me dijo que no había entendido nada de lo que el
técnico había explicado y que casi se había dormido ya que había estado vendiendo
en el mercado hasta altas horas de la noche el día anterior. Ella prefería la manera
en que un proveedor de plantines y agroquímicos le explicaba en el campo las
enfermedades de las plantas, mostrándole in situ los recaudos que debía tomar,
cuáles productos usar y en qué dosis.
Otra limitación que destacó un horticultor es que, debido a los altos precios de los
“remedios” y a que una de sus estrategias productivas consiste en cultivar variedad
de hortalizas pero en escasos volúmenes, no le resulta rentable comprar un
agroquímico para cada especie. Por otra parte, los proveedores le venden el
“remedio” fraccionado en la cantidad suficiente para llenar “la mochila”. Si bien
desde la lógica del mediano y largo plazo comprar un envase entero sería una
inversión, muchos productores familiares planifican a corto plazo, de acuerdo a los
escasos recursos monetarios con los que cuentan día a día (Cáceres et al., 2006).
Asimismo, los horticultores suelen confiar en los proveedores de insumos locales
debido a que son amigos, vecinos e, incluso, parientes, lo que por un lado les otorga
beneficios tales como el asesoramiento gratuito o la venta al fiado, pero también los
obliga a la reciprocidad.
Los productores no consideran necesario utilizar elementos de seguridad personal
para el cuidado de su salud ya que, en el marco de cierto orgullo étnico (Pizarro,
10
2011a), se consideran “fuertes y buenos para hacer el trabajo duro y sacrificado”. Si
bien algunos reparan en las consecuencias que tiene para su salud la exposición
excesiva a los agroquímicos, el uso de elementos de seguridad no solo es ajeno a
sus costumbres sino que también implica una inversión. Esto se dificulta cuando
quienes aplican los químicos son los medianeros, o los peones por ellos
contratados, puesto que su objetivo es ganar la mayor cantidad de dinero posible,
teniendo en cuenta que los patrones suelen retener hasta el 65% del valor de la
venta. Los medianeros y peones consideran que son sus patrones los responsables
de darles los elementos de seguridad e higiene.
Los agroquímicos y los plásticos desechados suelen ser enterrados, quemados o
dispuestos en basurales improvisados debido a que se desconoce quiénes son los
encargados de recogerlos, si la municipalidad o los comercios que se los vendieron.
Además, las instituciones estatales no reparan en la necesidad de instrumentar
acciones en esa dirección.
Con respecto a la higiene en la etapa de comercialización, debido al bajo grado de
capitalización muchos horticultores tienen vehículos en precarias condiciones y otros
no los tienen, debiendo contratar fletes. Tal como señalan Barsky et al. (2010), el
criterio de selección del medio de transporte es el costo y no las condiciones
higiénicas. Por otra parte, quienes disponen de vehículos generalmente desconocen
los procedimientos de transporte establecidos por las BPA.
En relación al manejo pos-cosecha, en muchos lugares se carece de agua potable,
no sólo para lavar los productos sino incluso para beber. Además, los cajones de
plástico recomendados para almacenar los alimentos cosechados son muy caros y
muchos productores ya cuentan con un stock de cajones de madera. Cambiarlos
implicaría perder el capital en ellos invertido.
Los productores, sobre todo los arrendatarios, prefieren invertir en mejorar la
productividad antes que en infraestructura (galpones, viviendas y sanitarios, por
ejemplo). Otro punto es que la rotación de cultivos y las enmiendas orgánicas no se
adecuan a las posibilidades de los horticultores familiares ya que sus parcelas no
tienen el tamaño necesario. Finalmente, con respecto al conocimiento de la
reglamentación relacionada con las BPA, los productores no logran comprender el
origen ni el espíritu de estas normas.
En el caso analizado, no se consideró el conocimiento sistémico de los productores
del contexto en el que están inmersos, ni se tuvo en cuenta la incidencia de los
11
factores ambientales, sociales, políticos, financieros, económicos y simbólicos que
entran en juego a la hora de la incorporación de nuevas prácticas por parte de los
productores (de Hegedüs et al., 2008). Tampoco se tuvieron en cuenta ni las
características que deben tener las innovaciones productivistas según el paradigma
difusionista: ventaja relativa, compatibilidad, complejidad, divisibilidad,
comunicabilidad; ni las que deben ser consideradas en el marco del paradigma
ambientalista: ventaja alternativa, valores asociados, facticidad, complementariedad
y virtualidad. Mucho menos se consideró la necesidad de que las innovaciones
deben tener una serie de ventajas para que sean incorporadas por los productores:
bajo costo, bajo requerimiento de mano de obra, baja exigencia de control de
gestión, impacto en el ingreso, alta visibilidad, bajo requerimiento de articulación con
otros actores y baja sensación de riesgo. Además, siguiendo a Valentinuz (2003) las
estrategias didácticas utilizadas no se enmarcaron en la generación de un
conocimiento crítico que reflexione sobre el por qué y el para qué producir, sino que
apuntaron a la transferencia de conocimientos referidos al qué y al cómo.
Lo hasta aquí desarrollado pone en evidencia que el programa de desarrollo para los
horticultores que fue implementado en el partido de Pilar así como la insistencia en
la aplicación de BPA no se adecuan lo suficiente a las situaciones que atraviesan los
productores familiares, que tienen limitaciones de tiempos, conocimientos,
capacidades y recursos. A continuación analizaremos lo sucedido cuando se
comenzaron a realizar ciertos controles con el objeto de identificar restos de
agroquímicos no permitidos en las frutas y verduras comercializadas en el principal
mercado concentrador del Área Metropolitana de la Ciudad de Córdoba (AMCC).
12
encarga de la comercialización de productos no perecederos y la Asociación de
Productores Hortícolas de Córdoba (APHC), que administra la venta de alimentos
perecederos que realizan los productores de la zona (Pizarro, 2011b). Esta entidad,
cuyo presidente es argentino a pesar de que el 70% de los socios son bolivianos.
En febrero de 2009, el Foro Ambiental Córdoba, organización no gubernamental
ambientalista, presentó ante distintas autoridades gubernamentales un reclamo por
“las implicancias de los residuos de plaguicidas en la salud humana”2, denunciando
el no cumplimiento de la ordenanza del SENASA de 2003 y exigiendo al municipio y
al SENASA el control fitosanitario de los alimentos comercializados en el Mercado
Municipal. Distintos periódicos locales se hicieron eco de esta presentación,
señalando que el problema más importante es “la falta de prevención y regulación
por parte del estado”3.
El fiscal inició una investigación que puso en evidencia que tres productores estaban
utilizando pesticidas por encima de los niveles permitidos, por lo que fueron
imputados junto con un funcionario del SENASA. Además, dos funcionarios
municipales más y otros doce productores fueron imputados unos meses más tarde.
A raíz de esto, el municipio realizó los controles microbiológicos y el SENASA los
químicos, los que ocasionaron la prohibición a dos quinteros de “introducir su
mercadería en el Mercado de Abasto” en marzo de 20104. El titular de Calidad
Alimentaria de la Municipalidad de Córdoba dijo que cuando la muestra de un
productor evidencia restos excesivos de agroquímicos, “vamos a la quinta y hasta
que [el productor] no demuestra que su próximo lote está libre de plaguicidas, no
puede vender”5.
De este modo, y ante la vinculación de estas imputaciones con ciertas disputas
político-partidarias, los crecientes controles estatales realizados en el Mercado de
Abasto interpelaron a los productores hortícolas a través de la vigilancia y la
2
FORO AMBIENTAL (s/d) Disponible en Internet: http://www.foroambientalcba.org.ar, consulta 22 de
mayo de 2012.
3
DIARIO DÍA A DÍA, La ensalada tiene un gusto muy extraño, 11/02/09. Disponible en Internet:
http://www.diaadia.com.ar/content/la-ensalada-tiene-un-gusto-muy-extra%C3%B1o, consulta 17 de
enero de 2011.
4
DIARIO LA VOZ DEL INTERIOR, El municipio comenzó a controlar pesticidas en el mercado de
abasto, 20/03/10. Disponible en Internet: http://www.lavoz.com.ar/content/el-municipio-comenzo-
controlar-pesticidas-en-el-mercado-de-abasto, consulta 17 enero de 2011.
5
DIARIO DÍA A DÍA, De esta fruta no has de comer, 03/01/11. Disponible en Internet:
http://www.diaadia.com.ar/?q=content/de-esta-fruta-no-has-de-comer-2, consulta 17 de enero de
2011.
13
capacitación. Las BPA, específicamente en lo referido al uso de agroquímicos, se
convirtieron en un tema de agenda pública.
A continuación ilustraremos la manera en que un horticultor familiar en transición
experimentó este disciplinamiento. En mayo de 2010, justamente cuando los
controles en el mercado se habían incrementado, su mercadería fue decomisada
debido a que presentaba un exceso de restos de agroquímicos, por lo que no pudo
ingresar al mercado para realizar las ventas por un período de un mes
aproximadamente. Durante los encuentros que mantuvimos en esos días, se mostró
muy preocupado e indignado: “han hecho los análisis (…) ‘usted no va a poder
ingresar al mercado’ (…) me dice uno de la municipalidad, un inspector (…) que
siempre vigila (…) no me dejan entrar al mercado, no me dejan vender”.
No sólo resaltó el poder controlador del estado que es implementado por los
funcionarios municipales mediante la vigilancia y el castigo, sino que también señaló
la manera en que el control es ejercido apelando a la autoridad del conocimiento
científico: “los técnicos han venido, con ropa blanca (…) han cortado un poco de
acelga y se han llevado”. Si bien el productor reconoció, reproduciendo el discurso
higienista, que la mercadería podría causar un accidente “grave, porque (…) está
mal, se ha contaminado, está envenenada”, estaba indignado por la burocracia
estatal ya que tuvo que recorrer infructuosamente distintas oficinas de la
municipalidad para averiguar si ya estaban los resultados de los análisis y así poder
ingresar al mercado nuevamente.
Planteó que, a diferencia de épocas anteriores:
“en el campo analizan mucho. Y con este tema del SENASA ahora [hay] un control
bárbaro, no nos dejan laburar, nos molestan, nos pasan vista (…) [Los inspectores]
han pasado lista a la pileta, la pieza, la casilla que me han dicho que hagamos para
poner los venenos (…) no nos dejan laburar, que nos molestan (…) Nos controlan
bárbaramente todo, estamos muy mal, todos los quinteros nos levantan [la producción]
a uno a otro (…) nunca nos analizaban nunca nos hacían nada uno podía laburar (…)
le aplicábamos remedios más picantes que le aplicamos ahora”.
Sabe que la mercadería está “contaminada” porque aplicó más cantidad de
agroquímicos que la que recomiendan “los ingenieros” que les dieron un “cursillo”,
pero transfiere la responsabilidad de haber realizado mal las aplicaciones a los
medieros/trabajadores: “Los ingenieros nos han dado la dosis, pero yo les digo [a los
medieros] ustedes han puesto la dosis (…) han puesto un poco más y ahí han
14
venido a retar (…) el ingeniero ha dejado escrito que tienen que poner esa cantidad”.
Reproduce el discurso disciplinador y optimizador de las BPA y del paradigma
modernista rogeriano que insiste en el cambio de mentalidad de los trabajadores,
aunque sin incluirse entre quienes deberían “modernizarse” sino, por el contrario,
diferenciándose de los trabajadores e identificándose con la figura del patrón:
“Ahora están arrepentidos, están igual que yo, saben que no hay plata para comer
(…) yo no puedo andar controlando a un peón (…) ya son grandes mijo, tenés que
aprender sí o sí (…) no seas porfiado (…) ya no es tonto el medianero, hombre
grande, hombre viejo, tiene que hacer las cosas bien (…) son muchachos que tienen
que entender lo que pasa, tienen experiencia”.
Debido a que no puede vender en el mercado se queja porque tiene que “andar de
vago, vagueando (…) aburrido”. La ventaja de poder vender en el mercado, aún
cuando las ventas sean magras, reside en que puede tener ingresos diarios para
retribuir a los medianeros y pagar los impuestos: “hay que entrar la mercadito para
poder sacar algo para poder pagar”. Cuando se refiere a las consecuencias que la
prohibición de vender la mercadería produce en su forma de vida, se identifica con
su perfil trabajador remarcando el sufrimiento (Pizarro 2011a):
“Yo también laburo [remuevo] las piedras preparo el surco (…) vengo con la ropa
hecha pedazos, todo grasa, me corto (…) uno se sacrifica la vida, lucha la vida (…) a
veces se ha agarrado la mano con el arado, con la reja, a veces se rompen los dedos
(…) uno tiene la familia, si no trabaja no come (…) laburamos [todos los miembros de
la familia del productor] todos los días”.
Por otra parte, estas limitaciones provocadas por el control estatal lo llevan a
replantearse el futuro: “Con esto que nos hace SENASA (…) estamos acobardados,
no sabemos si seguimos con la quinta o colgamos lo guante”.
Además de considerar las consecuencias de estos controles y de identificar a los
antagonistas, a los culpables y a los damnificados, el productor utilizó el discurso
oculto (Scott, 1985) como una manera de resistencia (Pizarro, 2011a y b) al control
estatal. Se quejó de la cantidad de dinero con la que se queda el estado en virtud del
pago de impuestos, contrastándolo con el hecho de que, a su juicio, esto no sucede
en Bolivia, donde: “todas las casas (…) están con agua potable, están los cables, las
luces con los focos grandes, todo iluminado (…) no le cobra ningún impuesto, nada
(…) el agua de riego tampoco pagan”.
15
Por otro lado, culpabilizó al SENASA por ser el responsable de los mayores
controles (obliterando el rol de la municipalidad) y planteó que la presión para
identificar la mercadería con etiquetas que permitan su trazabilidad es otra forma de
control estatal y de incrementar los gastos de los productores, ya que tienen que
pagar a la imprenta que realiza las tarjetas:
“Eso es lo que ha salido de la ley (…) quieren que toda la mercadería con su tiquecito
su tarjeta que diga nombre de SENASA (…) [pero] tiene que ir el nombre del quintero,
no voy a poner yo el nombre del SENASA, no es el productor, que venga a sembrar
SENASA entonces que venga de traje y corbata, que vengan a arar la tierra y que
sepan cómo se hace un surco, cómo se ara con el tractor, a ver si ellos saben sembrar
una verdura, ¡cómo voy a poner yo el nombre del SENASA! (…) es gasto también hay
que meter más plata”.
Así, construyó al SENASA como un personaje antagónico y remarcó, a través del
uso de la ironía como una forma de resistencia (Torres, 1997), que los inspectores
no saben producir a pesar de su status y conocimientos.
Otro sujeto antagónico que identifica el productor es el presidente de la APHC ya
que considera que no defiende los intereses de los productores y que el tema se ha
politizado: “lo que pasa que le tiran un mango del SENASA, qué sé yo (…) para que
él se la dé al partido de él”.
Considera que los productores deberían reclamar al estado por los crecientes
controles a través de juicios o de una huelga, pero cree que esto es poco factible
debido a que no tienen espíritu sindical, a diferencia de los maestros o de los
productores de soja: “yo solito no puedo tirar la bronca (…) los productores son
tontos, todos son sonsos, son tontos”. Con respecto a la resistencia frente a la
alianza SENASA-Presidente de la APCH que podrían hacer los productores a través
de su participación política manifestó: “Solo no hago nada (…) los demás están
callados, nadie se le da por decir: bueno hagamos una votación para (…) que entre
otro [presidente de la APHC]”.
De este modo, el productor relató cómo su mercadería fue decomisada, resaltando
el crecimiento del control estatal a través del castigo y de la capacitación. Aceptó
que los alimentos decomisados no eran inocuos, culpabilizando a los trabajadores
por el “envenenamiento” de la mercadería debido a que no son disciplinados.
También, consideró que los controles estatales son excesivos debido a las
consecuencias en su forma de ganarse la vida, lo que incide a su vez en su
16
proyección a futuro. Además, el productor resistió al control estatal mediante la
táctica del discurso oculto y de la ironía.
En este caso se puede apreciar que los mecanismos disciplinadores estatales
basados en el control y el indoctrinamiento de los productores (Valentinuz, 2003) no
tienen en cuenta los aspectos individuales, familiares y sociales que intervienen en
la comprensión de los motivos por los cuales incorporar nuevas tecnologías ni en la
decisión de hacerlo. Thornton (2003) señala que a nivel del sistema individual, la
forma de producir, gestionar y comercializar se ve afectada por los conocimientos
teóricos y prácticos, destrezas, necesidades y aspiraciones del productor, los que no
fueron tenidos en cuenta en el caso analizado. Dicho autor también plantea que los
cambios y adaptaciones de la agricultura están influenciados por el sistema social,
es decir, las relaciones entre el orden político, económico, cultural y natural. En este
caso se ponen en evidencia fundamentalmente que ciertas cuestiones de orden
político y económico atraviesan la interpretación que el productor realiza de la
necesidad de aplicar las BPA.
Conclusiones
En este trabajo hemos planteado que las BPA son tecnologías biopolíticas
destinadas a regular la vida, es decir, los procesos biológicos del hombre-especie. Si
bien son presentadas por diversos países considerados como desarrollados y por
algunos organismos internacionales como un conjunto de procedimientos que
buscan la seguridad alimentaria de la población, están orientadas a hacer vivir sólo a
un sector de la misma: los consumidores y a dejar morir a ciertos productores de los
países definidos como en vías de desarrollo.
El interés por mejorar la calidad de los alimentos en el marco de la globalización se
relaciona con dos tipos de procesos: los que comodifican la naturaleza (los
alimentos) y los que biologizan las desigualdades sociales (las relaciones entre
consumidores, comercializadores, productores, instituciones y estados). Los
consumidores de los países “desarrollados” y de algunos sectores de los “en vías de
desarrollo” son cada vez más exigentes ante la creciente preocupación por los
problemas de salud que acarrean ciertos alimentos (sobre todo los provenientes de
los países “en vías de desarrollo”). Así, los alimentos, la naturaleza comodificada,
son calificados como inocuos o peligrosos según los procesos de trabajo que los
produjeron. De esta manera, se habilita la intervención tecnológica en los procesos
17
productivos así como el control de las personas que hacen posible que los alimentos
disponibles en el mercado sean sanos y de calidad.
Las recomendaciones de los organismos internacionales instan a los estados de los
países “en vías de desarrollo” a crear normas que obliguen a los productores a
incorporar las BPA, lo que les posibilitaría “hacer negocios” en los mercados
internacionales que cada vez son más cerrados y proteccionistas. Asimismo, se
recomienda que estas tecnologías biopolíticas reguladoras se complementen con
ciertos mecanismos disciplinadoras de los cuerpos y de las prácticas de productores
y trabajadores tales como el control, la promoción y la capacitación.
Bajo el halo de los intereses económicos que el neoliberalismo postula como
universales, el discurso del poder, legitimado por el conocimiento científico biológico
y administrativo, se constituye como una forma de control y de injerencia en la vida
de estos sujetos impulsándolos y obligándolos a optimizarse, en otras palabras, a
dejar de ser “tradicionales” tal como lo planteaba hace décadas el paradigma
difusionista rogeriano de extensión (de Hegedüs et al., 2008). Paradójicamente, las
prácticas agrícolas que los definen actualmente como tradicionales,
fundamentalmente aquellas caracterizadas por el uso “irracional” de agroquímicos y
de aguas “contaminadas”, fueron promovidas por el discurso científico que respaldó
a los paquetes tecnológicos de la llamada Revolución Verde. Es decir, dichas
tecnologías son las que hace algunos años apuntaron a “modernizar” a los mismos
agricultores que hoy son considerados tradicionales (Diez y Castiglioni, 2011).
En Argentina, distintas instituciones estatales han fomentando la adopción de las
BPA por parte de los horticultores que producen para el mercado interno ya sea
mediante la regulación normativa, el control y la promoción. Así, muchos “quinteros”
se han vuelto sujetos interpelados para civilizarse y optimizarse.
A través de dos estudios etnográficos realizados en las áreas metropolitanas de la
ciudad de Córdoba y de Buenos Aires hemos señalado que, frecuentemente, la
comunicación entre técnicos y productores reproduce el discurso modernizador que,
en el marco del paradigma difusionista de extensión, impele a los productores
“tradicionales” a modificar sus “creencias y prácticas culturales”. Hemos planteado
que algunos horticultores tienen serias limitaciones de tiempo, conocimientos y
recursos (monetarios, tecnológicos y de acceso a la mano de obra) para la
implementación de las BPA y, a la vez, sus necesidades más prioritarias, de tipo
estructural, son muchas veces desconocidas para algunos técnicos y funcionarios.
18
Por otra parte, señalamos que los factores individuales y sociales que intervienen de
en la consideración que realizan los productores sobre las potencialidades de las
nuevas tecnologías son escasamente tenidos en cuenta.
Las estrategias de control y de extensión que hemos estudiado tienen como objetivo
modificar los aspectos técnico-productivos, teniendo como base la lógica conductista
medios-fines, antes que promover un pensamiento crítico de los productores que
incorpore preceptos de la educación para la liberación (Freire, 1973),
“si el productor no asume su rol de aprender, habrá una gran
pérdida de esfuerzos de los técnicos por querer enseñar y de
las instituciones por sostener programas costosos para la
sociedad” (Valentinuz 2003: 320).
Bibliografía
BARSKY, Andrés, Sofía ASTELARRA y Lucía GALVÁN. 2010. Un caso de
intervención territorial en el cinturón verde de Buenos Aires ante la necesidad del
abastecimiento alimentario a la ciudad. Análisis de la experiencia de implementación
de un programa de sostenimiento de la agricultura periurbana en pilar. Scripta Nova,
revista electrónica de geografía y ciencias sociales 14: 331-364. Barcelona.
CÁCERES, Daniel, Felicitas SILVETTI, Guillermo FERRER y Gustavo SOTO. 2006.
Y… vivimos de las cabras. Transformaciones sociales y tecnológicas de la
capricultura. Editorial La Colmena, Buenos Aires.
DE HEGEDÜS, Pedro, Gustavo CIMADEVILLA y Ricardo THORNTON. 2008.
Difusión de innovaciones: vigencia y obsolescencia de un modelo pragmático. En:
Thornton, Ricardo y Gustavo Cimadevilla (eds.) Grises de la extensión, la
comunicación y el desarrollo, pp. 11-136. Ediciones INTA, Buenos Aires.
DIEZ, Carolina y Guillermo CASTIGLIONI. 2011. Construcción del “productor
moderno” desde las empresas tabacaleras. Kula. Antropólogos del Atlántico Sur 5:
45-60. Buenos Aires.
FERRATTO, Jorge y Marcos RODRÍGUEZ FAZZONE (eds.). 2010). Buenas
prácticas agrícolas para la agricultura familiar. Cadena de las principales hortalizas
de hojas en Argentina. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO), Roma.
FOUCAULT, Michelle. 1998. Genealogía del racismo. Editorial Altamira, Buenos
Aires.
FOUCAULT, Michelle. 2002. Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. Siglo XXI,
Buenos Aires.
FOUCAULT, Michelle. 2009. Nacimiento de la biopolítica. Editorial Akal, Madrid.
FREIRE, Paulo. 1973. ¿Extensión o comunicación? La concientización en el medio
rural. Siglo XXI, Buenos Aires.
19
IZQUIERDO, Juan, Marcos RODRÍGUEZ FAZZONE y Marcela DURÁN. 2007.
Manual “Buenas Prácticas Agrícolas para la Agricultura Familiar”. Organización de
las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Roma.
LARA, Sara. 1999. Criterios de calidad y empleo en la agricultura latinoamericana:
un debate con el postfordismo. En: GRAMMONT, Hubert (ed.) Empresas,
reestructuración productivo y empleo en la agricultura mexicana. Editorial Plaza y
Valdéz, México.
ONG, Aihwa. 2007. Neoliberalism as a Mobile Technology. Transactions of the
Institute of British Geographers 32, 1: 3-8. Berkeley.
PIÑEIRO, Maya y Luz DÍAZ RÍOS. 2004. Mejoramiento de la calidad e inocuidad de
las frutas y hortalizas frescas: un enfoque práctico. Manual para multiplicadores.
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO),
Roma.
PIZARRO, Cynthia. 2010. Ruralidades emergentes en áreas periurbanas de los
Partidos de Escobar y Pilar. Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios 33: 87-
127. Buenos Aires.
PIZARRO, Cynthia. 2011a. Sufriendo y resistiendo la segregación laboral:
experiencias de migrantes bolivianos que trabajan en el sector hortícola de la región
metropolitana de la ciudad de Córdoba. En: Pizarro, Cynthia. (coord.) Migraciones
internacionales contemporáneas. Estudios para el Debate, pp. 335-358. CICCUS,
Buenos Aires.
PIZARRO, Cynthia. (ed.). (2011b). “Ser boliviano” en la región metropolitana de la
ciudad de Córdoba. Localización socio-espacial, mercado de trabajo y relaciones
interculturales. Editorial de la Universidad Católica de Córdoba, Córdoba.
SÁNCHEZ, María Gabriela. 2011. Plaguicidas permitidos en horticultura ante la
nueva resolución de SENASA sobre LMRs de productos y subproductos
agropecuarios. En: Mitidieri, Mariel et al. (eds.) Seminario de horticultura urbana y
periurbana. Buscamos soluciones entre todos. Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria, San Pedro.
SCOTT, James. 1985. Weapons of the Weak: Everyday Peasants Forms of
Resistance. Yale University Press, London.
THORNTON, Ricardo. 2003. El agricultor, Internet y las barreras a su adopción. En:
Thornton, Ricardo y Gustavo Cimadevilla (eds.) La extensión rural en debate.
Concepciones, retrospectivas, cambios y estrategias para el Mercosur, pp. 323-344.
Ediciones INTA, Buenos Aires.
TORRES, Gustavo. 1997. La fuerza de la ironía. Un estudio del poder en la vida
cotidiana de los trabajadores tomateros del occidente de México. CIESAS, El
Colegio de Jalisco, México
VALENTINUZ, César. 2003. La capacitación del productor rural. En: Thornton,
Ricardo y Gustavo Cimadevilla (eds.) La extensión rural en debate. Concepciones,
retrospectivas, cambios y estrategias para el Mercosur, pp. 301-322. Ediciones
INTA, Buenos Aires.
VITERI, María Laura. 2010. Fresh fruit and vegetables: a world of multiple
interactions. The case of the Buenos Aires Central Wholesale Market. Tesis Doctoral.
Thesis Wageningen University, Wageningeng, NL.
20
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y
reconfiguración en el siglo XXI”
1. Introducción
Las políticas públicas orientadas al desarrollo rural y la agricultura familiar se
constituyen en temas centrales para buena parte de los países de América Latina en
la actualidad. Ya agotados los debates sobre “más o menos Estado”, el eje de la
discusión académica y política pasa hoy por las capacidades de este complejo
institucional y sus posibilidades de acción en contextos de cambio permanente. Con
esta clave, las miradas sobre el desarrollo rural, las acciones posibles y los actores
locales y globales que en ellas intervienen, también se han modificado y muestran,
en la actualidad, algunos matices sugerentes que se observan en el cambio de rol
otorgado al sujeto “agricultor familiar” dentro de las políticas de desarrollo. Es
importante destacar que la pequeña producción o producción familiar aparece,
históricamente, como uno de los sujetos centrales de las acciones del desarrollo
rural.
Con este supuesto, el trabajo que sigue tiene como principal propósito dar cuenta de
esos matices en las experiencias de dos países de la región: Argentina y Brasil. Para
esto, el texto se divide en tres apartados y conclusiones finales. En el primero de
ellos, referiremos a las transformaciones ocurridas en términos del Estado, las
políticas públicas y el desarrollo rural, contextualizando las discusiones más actuales
y relevantes. Un segundo apartado, dará cuenta de cómo han mediado los
organismos internacionales en las acciones de desarrollo rural entre la década de
1990 y la actualidad. Por su parte, en el tercer apartado, se describen y analizan los
marcos institucionales en términos de programas y políticas públicas de agricultura
1
familiar y desarrollo rural en el período de análisis en los países seleccionados:
Argentina y Brasil.
Finalmente, el espacio dedicado a las conclusiones, intentará marcar continuidades
y rupturas sobre el tratamiento del desarrollo rural en ambos países y los desafíos
pendientes en esta materia. Para la realización de este trabajo, se analizaron
estudios de caso, artículos especializados y documentos oficiales sobre la temática.
Asimismo, se tomó en consideración información primaria proveniente de los censos
agropecuarios de los países en cuestión.
2
4) No es posible pensar los procesos de cambio social sin reflexionar a la vez sobre
el rol de los Estados (Evans, 1996).
Dicho esto, la percepción sobre el Estado y sus roles ha cambiado claramente desde
mediados de la década de 1990 hasta la actualidad. En el contexto del ajuste
estructural y el pensamiento neoliberal, después del Consenso de Washington -para
marcar un hito- se acentuaron las miradas negativas sobre el Estado, como
empresario, y comenzaron a escucharse en ámbitos académicos y políticos las
ideas vinculadas con “menos Estado, más mercado”, “el mercado sobre el Estado”,
la necesidad de un “Estado mínimo”, etc. Todas estas, reacciones ante un Estado
que se presentaba como hipertrofiado, innecesario y obsoleto. En estos contextos,
buena parte de los países de América Latina, iniciaron procesos vinculados con las
reformas estatales. En Argentina, dos leyes dieron el puntapié inicial a lo que sería
una década de retiro del Estado de la sociedad y el contexto para la aplicación de
estrategias políticas cuyo saldo fue el aumento de la desigualdad y la concentración
económica: la Ley 23.696 de Emergencia Económica y Social y la de Reforma del
Estado (Ley 25.697) (Neffa, 2010). Tal como sostienen Manzanal y Schneider
(2011), el caso argentino fue tan riguroso en la aplicación de estas políticas
neoliberales que prácticamente se erigió como un modelo a seguir en ese sentido.
El caso de Brasil, sin embargo, presenta algunas particularidades pues las reformas
en esta línea fueron aplicadas, durante la presidencia de Fernando Henrique
Cardoso, de un modo “contradictorio”: las medidas privatizadoras y de reformas, que
en Argentina sólo tuvieron algunas voces de resistencia (Neffa, idem), en Brasil
fueron muy resistidas por las organizaciones de la sociedad civil, particularmente por
el movimiento Sin Tierra y el sindicalismo rural. Además, a mediados de la década,
el Estado ejecutó algunas políticas para los grupos sociales organizados que fueron
la base del actual programa Bolsa de Familia1 (Manzanal y Schneider, 2011:48).
Hacia finales de la década de 1990, el Banco Mundial, en su Informe de Desarrollo,
retoma una perspectiva que entiende al Estado como “promotor y regulador”(Banco
Mundial, 1997).
De este modo, estas dos direcciones Las nuevas tendencias se orientan a: 1)
acomodar la función del Estado a su capacidad. Cuando su capacidad es limitada,
1
El mismo es un programa de transferencia condicionada. Este tipo de programas se presentan como una
política de Estado cuyo objetivo básico es focalizar las transferencias monetarias en familias de menores
recursos y condicionarlas con el fin de fomentar, por ejemplo, el cuidado de la salud de los hijos menores de
edad o la formación del capital humano en los niños.
3
debe pensarse muy bien en las áreas de intervención y 2) aumentar su capacidad
mediante la revitalización de las instituciones públicas. El Informe señala cinco
tareas fundamentales del Estado: establecimiento de un ordenamiento jurídico
básico; mantenimiento de un entorno de políticas no distorsionantes, incluida la
estabilidad macroeconómica; inversión en servicios sociales básicos e
infraestructura; protección de los grupos vulnerables y defensa del medio ambiente.
Lo anterior permitiría una “mejor” articulación del mercado con el Estado. En primera
instancia, evidentemente el Informe muestra un Estado más presente, aunque su
capacidad de toma de decisiones está muy influenciada por los principios rectores
anteriores y por tanto, no necesariamente las políticas públicas elaboradas
respondan a una lógica genuinamente estatal (en términos de cada Estado en
cuestión) y sí en la lógica de estos postulados.
Andando el tiempo, la salida de esos procesos de desregulación y ajuste
concluyeron con crisis multifacéticas que provocaron una honda reestructuración en
las sociedades concretas. En el caso argentino, el fin de la economía bimonetaria
sostenida sobre la aparente igualdad de la moneda nacional y el dólar
norteamericano tuvo como resultante, una de las crisis políticas, sociales y
económicas de mayor trascendencia del último tiempo.
Desde la perspectiva del Banco Mundial, el Estado también tiene una posición sobre
los temas vinculados con la agricultura y el Desarrollo. En este sentido, el Estado
recobra una importancia central pero, en relación con otras realidades. Es decir, es
menester recuperar el rol regulador de este complejo institucional, en cuanto se hace
necesaria su intervención en los contextos actuales de mercados liberalizados. Esta
regulación, para el Banco Mundial, tiene el objetivo de hacer más “justas y
eficientes” las operaciones comerciales (Banco Mundial, 2008:13).2
El Informe de 2008 supone una serie de “lugares comunes” dedicados a la
acentuación de la liberalización del comercio, la mitigación de la pobreza rural, la
necesidad de redes de protección, la generación de acciones colectivas, etc. Todas
problemáticas que han sido muy tenidas en cuenta por los programas de desarrollo
rural, tanto en Argentina como en Brasil. Para operar en estas direcciones, se indica
la necesidad de generar un marco de políticas asentado en las conductas de los
2
Debe mencionarse que el Informe recorre las realidades de buena parte de los países africanos (históricamente
agrícolas y sin recursos) y, algunas referencias a Brasil, por ejemplo, en cuanto a la producción de
biocombustibles a partir del procesamiento de la caña de azúcar.
4
actores: productores, organizaciones de productores, sector privado en las cadenas
de valor y el Estado (en ese orden).
El Estado sigue sin tener un rol protagónico, es en realidad, un mecanismo
compensatorio de las “deficiencias generalizadas” que sufre su reverso, el mercado.
De este modo, su función será la de suministrar bienes públicos esenciales,
“generando un clima propicio de inversiones en el sector privado” (Banco Mundial,
2008). La sugerencia para lograr esto es poner en funcionamiento una serie de
políticas vinculadas con aspectos esencialmente económico-productivos, en los que
la articulación al mercado y la mejora de las capacidades de los productores en ese
sentido, resultan elementos centrales. Los resultados de los programas que emerjan
de esta lógica tendrán que prestar especial atención a las condiciones previas, la
integralidad de los programas, su diferencialidad y, finalmente, deben ser viables y
sostenibles. En este punto, la posición del Banco Mundial se acerca a la de algunos
trabajos recientes para el caso argentino (Lattuada, Márquez y Neme, 2012),
aunque, la interpretación que estos autores hacen del Estado no tiene que ver con
resolver las imperfecciones del mercado sino, generar una política publica, estatal,
integrada y sustentable de desarrollo rural. Los autores indican, en este sentido, la
necesidad de contar con proyectos elaborados autónomamente que respondan a
prioridades estratégicas. La situación financiera de Argentina en el último tiempo, por
ejemplo, ha permitido una “relativa independencia” respecto de las opciones de
programas sugeridas por los organismos internacionales.
En síntesis, durante la primera década del siglo XXI, el Estado comenzó entonces a
pensarse de otro modo y reconstituirse en el sentido de recobrar ciertas capacidades
administrativas y políticas. De este modo, ahora el Estado es percibido más como
una “solución” que como un “problema”. Dicha percepción habilita entonces a
repensar este complejo institucional desde el aparato, sus estructuras organizativas,
las distintas agencias que lo componen y los modos de interpretar las problemáticas
sobre las que se construirán las agendas de intervención pero también, desde los
aspectos vinculados con las relaciones que éste mantiene con la sociedad civil, con
otros Estados y con diversos organismos internacionales que diagnostican, sugieren,
financian y ejecutan políticas públicas.
En este punto, y dada el área de interés de este trabajo, desarrollaremos a
continuación esto último, identificando las posibilidades respecto de las acciones de
5
desarrollo rural destinadas a la agricultura familiar y la injerencia que, en esta
materia, han tenido distintos organismos con peso en la región para luego, marcar
algunas continuidades y rupturas en cuanto a la relación políticas públicas/
organismos internacionales.
3
A modo de aclaración, mencionamos que las referencias a la producción familiar o pequeña producción
aparece como uno de los sujetos centrales del desarrollo rural. De allí que, para diferenciar los atributos del
Estado en el último tiempo, hemos tomado las posibilidades de intervención de los Estados en materia de
desarrollo rural en términos generales.
4
Desde el denominado proceso de “agriculturización” en las décadas de 1960 y 1970 pero, especialmente con
las tecnologías de la biotecnología vinculadas con las semillas transgénicas y sus paquetes productivos,
básicamente siembra directa como técnica de cultivo y maquinaria de mayor tamaño y complejidad que se
aplican desde 1990 en adelante, se modificaron los modos de producir en el agro argentino. Muchos productores
-pequeños y medianos- utilizaron los programas para reconvertirse y contar con la escala necesaria que los
nuevos formatos requerían. Muchos otros, sin embargo, se vieron forzados a dejar la actividad.
6
favorables en términos de asociativismo –por ejemplo– los programas no dieron
lugar a políticas articuladas, sistemáticas y sustentables en el tiempo. Volveremos a
este punto en el apartado 4.
Durante esos años, en América Latina en general y bajo el enfoque del denominado
“desarrollo territorial rural”, el Estado, a través de sus agencias, tenía un rol de
ejecutor de aquellos programas cuya asistencia financiera y técnica quedaba a
manos de los organismos internacionales con ellos involucrados. En este sentido, es
de prever que las decisiones estatales en esta materia han estado muy influenciadas
por aquellos y, asimismo, bajo la lógica del ajuste estructural, es decir, con un
Estado que “dejaba hacer”, delegando en otros su función primordial en cuanto a la
elaboración de políticas.
Con el recupero del Estado como posible “solución”, también la apropiación del
desarrollo rural se modificó y, manteniendo la perspectiva territorial, amplió
significativamente sus horizontes en cuanto a la posibilidad real de elaboración de
una política de desarrollo rural, integral, sustentable, de largo plazo. Es en este
sentido que nos interesa recuperar la agricultura familiar como posibilidad productiva
poniendo especial énfasis en los sujetos que la componen considerando que forman
parte excluyente de una política de desarrollo rural.
Al analizar la lógica sostenida por los organismos internacionales en sus acciones
dirigidas al desarrollo rural, encontraremos dos momentos. Durante un primer
momento, entre los años de 1980 y 1990, primó la lógica del “menos Estado” (Calvo
Hornero, 2005). Tal como señalan Lattuada, Márquez y Neme (2012), la tendencia
era a “importar” programas, de corte asistencialista para lograr combatir situaciones
de pobreza. Estos autores indican que, durante los años del ajuste estructural
particularmente tres organismos centrales tuvieron incidencia en este sentido: el
Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento (BIRF)-Banco Mundial (BM), el
Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Fondo Internacional para el Desarrollo
Agrícola (FIDA).
Con los nuevos escenarios que plantean doblemente, la recuperación de algunas
capacidades estatales y la revitalización de los espacios institucionalizados de
cooperación internacional (2003 en adelante), los roles de los organismos
internacionales han variado sustantivamente, inaugurando un segundo momento en
la relación con los Estados. De este modo, aquellos se encuentran hoy más
7
involucrados con el apoyo a iniciativas más autónomas en cuanto a la elaboración
de planes y programas de acción que con el financiamiento concreto de tales
instrumentos con poblaciones beneficiarias.
Entre las agencias de crédito mencionadas, el FIDA5 debes ser destacado por su
relevancia en la financiación de de programas de desarrollo rural en la región. Su
interés se vincula con la erradicación de la pobreza rural existente en los
denominados “países en desarrollo”, promoviendo acciones que propicien
modificaciones estructurales en territorios con áreas problemáticas en cuanto a
riego, disponibilidad de insumos productivos y acceso a los mercados. Dicho
organismo ha tenido una muy fuerte relevancia particularmente en los programas de
desarrollo rural en Argentina.
Entre los organismos multilaterales que proporcionan apoyo técnico y generación de
conocimiento tecnológico, económico y social sobre el medio rural, deben
destacarse el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la
Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por las
siglas en inglés) y el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP).
Entre éstos, el IICA6 es el más destacado por su incidencia en la región, en tanto
oficia como un centro de enseñanza y producción de conocimiento sobre la realidad
rural de América Latina y como un “mediador” técnico en la generación e
implementación de proyectos.
Las actuaciones de organizaciones como estas poseen un alcance regional que
tiene mucho sentido en un modo de organización de cooperación internacional como
el que intenta instaurar el MERCOSUR en torno a la agricultura familiar a partir de
2004.
Entre los organismos de cooperación internacional de base regional en materia de
desarrollo rural y agropecuario, debemos destacar el Consejo Agropecuario del Sur
(CAS),7 el Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agroalimentario y
5
Tal organismo se constituye en el año 1977 como una agencia internacional de financiamiento especializada de
la Organización de Naciones Unidas (ONU).
6
Surge en la década de 1940 como la “agencia especializada” en cooperación para la Agricultura de la actual
Organización de Estados Americanos.
7
Este organismo se encuentra integrado por los ministros de agricultura de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Paraguay y Uruguay. Dicho organismo fue fundado en abril de 2003, tras la firma de un convenio constitutivo,
teniendo por objetivo la articulación del sistema agropecuario de la región y la coordinación de acciones en
políticas públicas para el sector.
8
Agroindustrial del Cono Sur (PROCISUR)8 y la Reunión Especializada de Agricultura
Familiar (REAF) del MERCOSUR.
Una de las mayores novedades en materia de cooperación internacional para el
desarrollo rural ocurre en estos espacios. La propuesta de creación en junio de 2004
de la REAF, por Resolución del MERCOSUR (Nº 11/04), tuvo el objeto de incluir en
la agenda regional a la agricultura familiar como sujeto de las políticas públicas que
buscan reducir las asimetrías e integrar económica, política y socialmente a los
países de la región (los Estados de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay como
miembros plenos y los de Bolivia, Chile y Venezuela como miembros asociados). No
es casual que sea precisamente el FIDA, el organismo que apoya este proyecto
cofinanciando a países miembros (FAO, 2011b).
En este espacio, los países miembros han podido discutir y consensuar, en principio,
definiciones –conceptuales y operativas– para la agricultura familiar, que tomando
en consideración algunas variables centrales, también permiten captar las
diferenciaciones que ocurren, necesariamente, en las estructuras sociales agrarias
de los países en cuestión.9
De acuerdo a lo expresado en un documento de la REAF (2010), la trayectoria de
poco más de 20 años de la expresión “agricultura familiar” ha consolidado su uso y,
en la medida que se extiende geográficamente, gana vigor como categoría de
congregación política. Por ello, se han promovido una serie de estudios técnicos en
los diferentes países de la región para la caracterización de la Agricultura Familiar.
Estos trabajos, promovidos y publicados en documentos oficiales por agencias
multilaterales tales como IICA (2007), FAO-BID (2007), PROCISUR-IICA (2010a y
2010b), RIMISP (Schejtman, 2008 y Maletta, 2011) y FAO (2011a y 2011b), asumen
el compromiso de establecer una definición de agricultura familiar con sus variables
para medir la importancia de la misma en el contexto socio-económico de cada país
para la aplicación de programas y políticas de apoyo diferencial. Basándose en
8
Se integra y financia por los institutos vinculados a la agricultura de los países del Mercado Común del Sur
(MERCOSUR) más Chile y Bolivia. Con el objetivo de favorecer al desarrollo de tecnología para la producción
familiar, se ha generado una Plataforma Tecnológica para la Agricultura Familiar.
9
En las Directrices para el Reconocimiento e Identificación de la Agricultura Familiar en el Mercosur, la REAF
establece los criterios mínimos que deben cumplir los establecimientos agropecuarios para ser comprendidos
dentro del universo de la Agricultura Familiar (Resolución del GMC-Mercosur, N° 25/07, Art. 1) . Además, en el
Artículo 2 señala que cada uno de los Estados Parte implementarán un sistema de registro voluntario de
agricultores/as familiares para garantizar la identificación, tanto de hombres como de mujeres de la agricultura
familiar, independientemente de su estado civil. El denominado Registro Nacional de la Agricultura Familiar
(ReNAF), tiene el propósito de disponer de una identificación que permita reconocer a quienes se inscriban en el
mismo como Agricultores Familiares, para que puedan acceder a los instrumentos de políticas públicas
diseñadas para el sector en cada país.
9
datos oficiales de los países, estos afirman que aproximadamente entre el 85 y 90 %
de las explotaciones agropecuarias del Cono Sur son de tipo familiar (IICA, 2007: 5 y
PROCISUR, 2010b: 5), es decir, un número total de entre 4.9 y 5.7 millones de
explotaciones familiares, que puede ascender a 11 o 14 millones para el continente
latinoamericano (FAO/BID, 2007: 11 y Schejtman, 2008: 4).
En otro lugar (Nogueira y Urcola, 2012) se ha puesto de manifiesto el
empoderamiento de estos sujetos que han pasado de tener un rol pasivo y de
“beneficiario” de las políticas a otro activo y de “creador” o “promotor” de las mismas.
Se reconoce en dicho sujeto su importancia estratégica para el desarrollo socio-
económico y sustentable de la región en tanto cumple un rol relevante en términos
de soberanía y seguridad alimentaria (por la variada producción de alimentos), de
absorción de mano de obra (familiar y no familiar) en la actividad agrícola, de
ocupación del territorio y arraigo rural (evitando la migración y formación de
cordones de pobreza urbana), de fortalecimiento de las comunidades y mercados
locales y de preservación de la biodiversidad y el cuidado del medio ambiente
(Gordillo, 2004; IICA, 2007; Banco Mundial, 2008; REAF, 2010; FAO, 2011b). De
este modo, es posible hacer una analogía respecto del rol del Estado que hemos
venido destacando donde, el productor ha pasado al plano de la “solución” y dejado
de ser un “problema”.
10
técnico-organizacionales de gestión pública y técnico-económicos para la
organización de la producción y comercialización de bienes agropecuarios.
En primer lugar señalaremos una dimensión político-institucional a partir de la
cual podemos referenciar:
1) la diversidad de reformas institucionales que han elevado el rango de importancia
de la agricultura familiar a nivel de los Estados nacionales (a través de la creación de
ministerios, secretarías y subsecretarías) y la participación y fortalecimiento de los
movimientos tradicionales de la agricultura familiar y la creación de nuevas
organizaciones representativas del sector;
2) las acciones tendientes a la elaboración de políticas diferenciales destinadas a la
agricultura familiar a partir del diseño y reconversión de programas específicos, los
intentos de elaboración de herramientas de medición para la identificación de los
agricultores familiares en el territorio y su importancia en términos económicos y
sociales (censos agropecuarios, encuestas, registros voluntarios, etc.), la promoción
de actividades de investigación y desarrollo sobre y para la agricultura familiar y la
integración de dichas acciones en el marco de políticas de desarrollo de los
territorios rurales.
En segundo lugar, indicaremos una dimensión técnico-operativa y asistencial a
partir de la cual podemos distinguir:
1) las políticas de desarrollo económico y productivo dirigidas a la consolidación de
la agricultura familiar como forma económica y social específica, a través de
programas de financiamiento (de acceso a créditos y subsidios) y gestión del riesgo
climático (seguro agrícola), programas de asistencia y desarrollo tecnológico,
programas de acceso a mercados, integración a cadenas productivas y sistemas de
compra pública y programas de inversión en infraestructura productiva para la
agricultura familiar y de reforma agraria y acceso a los recursos naturales
(fundamentalmente tierra y agua);
2) las políticas tendientes al mejoramiento de la calidad de vida de las familias
rurales y la transformación de aspectos socio-culturales a través de programas de
apoyo a la diversidad cultural y socio-productiva de las comunidades rurales
tradicionales, los programas de apoyo a la equidad de género y de inclusión de la
población joven en el marco de las políticas de desarrollo (en el acceso a la tierra, a
11
los créditos, a la asistencia técnica, etc.) y programas de ayuda monetaria para
paliar condiciones de pobreza e indigencia.
Teniendo en cuenta estas dimensiones de análisis, podemos diferenciar para los
casos de Argentina y Brasil dos procesos político-institucionales y técnico-operativos
diferenciales.10
4.1. Brasil
En primer lugar debemos señalar que el proceso político brasilero es el que
impulsa a nivel regional la inclusión de la agricultura familiar como categoría central
para pensar el desarrollo rural. Son los Ministerio de Desarrollo Agrario y el de
Relaciones Exteriores de Brasil quienes lo llevan al Grupo del MERCOSUR. Según
Bengoa (2003), este fenómeno regional puede comprenderse a partir de dos
procesos que confluyeron en la década del 2000. Por un lado, los informes y
estudios de los organismos internacionales como FAO, FIDA, IICA o Banco Mundial,
comienzan a señalar el tema de la pobreza rural y la seguridad alimentaria vinculada
a las pequeñas producciones agropecuarias o de tipo familiar y a incorporar dichos
actores y problemáticas en su agenda, como hemos visto anteriormente. Por otro
lado, a los resultados de las políticas de Estado (fundamentalmente de acceso a
crédito) que el gobierno de Brasil había tenido que implementar -para dar respuesta
a la presión ejercida por los importantes movimientos sociales y sindicales
vinculados a este mismo sector- en dicho territorio nacional. A partir de esta
experiencia, el gobierno brasilero es el que propone la creación de la REAF,
contando con el apoyo técnico y financiero de FIDA.11
Tal como sugieren los trabajos de Schneider y Escher (2011) y Maletta (2011) el
concepto de agricultura familiar comienza a ganar fuerza en la región a partir de las
luchas de los movimientos sindicales rurales y campesinos de Brasil en la década de
1990, como categoría que permitió unificar la variedad de actores comprometidos
por procesos de pobreza rural y aglutinados en torno a reclamos por mejora de
precios, financiamiento y políticas de apoyo a la comercialización diferenciada para
la protección contra la desregulación indiscriminada y la liberalización del comercio
10
En Anexo, se presenta un cuadro síntesis de estas dimensiones aplicadas a cada caso: Argentina y Brasil.
11
En el año 2000 FIDA realiza una donación al MERCOSUR para la creación de la Unidad de Coordinación
Regional (UCR-FIDA-MERCOSUR) cuya misión sería trabajar sobre la necesidad de establecer políticas
permanentes en materia de desarrollo y reducción de la pobreza, a partir de la armonización de las políticas
macroeconómicas con las sectoriales y de la creación de dialogo institucional a nivel nacional y regional para la
aplicación de políticas diferenciales de desarrollo destinadas a la agricultura familiar (Ramos, 2010).
12
promovida, por aquel entonces, dentro del MERCOSUR. Esto llevó a la
consolidación política de una fuerte base de organizaciones representativas de la
agricultura familiar que son las que han presionado para que los gobiernos tomaran
en cuenta sus demandas específicas con programas de reforma agraria o de crédito
como el PRONAF. Entre estas debe destacarse a la Confederación Nacional de
Trabajadores Agrícolas (CONTAG) que es la organización sindical más tradicional
del sector rural brasilero, al Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST)
que es la principal fuerza política fuera del sindicalismo y a la Federación Nacional
de Agricultura Familiar de los Trabajadores (FETRAF) que surge como una
alternativa de las dos anteriores para representar a los agricultores que poseen
acceso a la tierra. Estos son los actores centrales del desarrollo rural en Brasil y los
que han permitido la consolidación de la agricultura familiar como categoría política
en la primera mitad de 1990 y su posterior legitimidad hasta la actualidad (Manzanal
y Schneider, 2011).
De este modo, Brasil es a nivel regional del Cono Sur el país que cuenta con una
mayor trayectoria en la consolidación de la agricultura familiar como actor político y
sujeto de las políticas de desarrollo rural que queda plasmada a mediados de los
años de 1990 con la creación del Programa Nacional de Fortalecimiento de la
Agricultura Familiar (PRONAF).
En términos institucionales una de las principales reivindicaciones logradas por estas
organizaciones fue la creación, en el año 2000, del Ministerio de Desarrollo Agrario
(MDA) como una entidad separada del Ministerio de Agricultura, Ganadería y
Abastecimiento (MAPA) que surge para impulsar las políticas de fortalecimiento de
dicho sector a través de la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF), responsable del
existente PRONAF.
Este marco de reformas institucionales genera una amplia gama de líneas de acción
política diferencial hacia este segmento social del agro brasilero, observable en: 1)
los esfuerzos por identificar la presencia de los agricultores familiares en el territorio
con acciones como el Censo Agropecuario de 2006 y la ley 11.326 que establece
una definición operativa para delimitar quiénes serán comprendidos bajo esta
categoría, 2) en el impulso de programas de investigación y desarrollo tecnológico
para la agricultura familiar a través de la Empresa Brasilera de Investigación
13
Agropecuaria (EMBRAPA)12 y del Programa Nacional de Asistencia Técnica y
Extensión Rural (PRONATER, Ley 12.188/2010), y 3) el diseño de nuevos
instrumentos de política pública dirigidos hacia los mismos y la reorientación y
mejoramiento de los programas ya existentes como el PRONAF.
Entre 1990 y 2000, los principales trabajos sobre la temática en Brasil tomaban
como referencia los datos del Censo Agropecuario de 1995/96 (Guarziroli y Cardim,
2000) y no presentaban un criterio uniforme respecto de una definición conceptual y
operativa de agricultura familiar que permitiera agrupar a la cantidad de actores de
este sector. En el Censo Agropecuario de 2006 se incluye por primera vez un
apartado dedicado a la agricultura familiar brasilera. Esto fue posible gracias a la
sanción, en julio de 2006, de la ley N° 11.326, que determinó las características de
este tipo de agricultura y le dio, a la vez, un nuevo status dentro de las políticas
agrarias del país. Dicha ley representó un avance importante para el establecimiento
de un parámetro común que permitiera la identificación y el diseño de políticas
diferenciadas dirigidas hacia el sector en el extenso y diverso territorio rural
brasilero.13
Bajo esta definición oficial el Censo identificó 4.367.902 establecimientos de la
agricultura familiar que representan el 84,4 % del total de establecimientos
agropecuarios del país (5.175.489), ocupando 80,25 millones de hectáreas, es decir,
el 24,3 % de la superficie total ocupada por los establecimientos agropecuarios
brasileros (França et al, 2009).
El PRONAF es, sin dudas, el programa que concentra las acciones de desarrollo
económicas y productivas destinadas a los agricultores familiares en Brasil en
términos de asistencia técnica, acceso a crédito y seguro agrícola (PROAGRO),
pero también como eje articulador con otros programas para lograr una mejor
integración a mercados y cadenas productivas como el Programa Nacional de
Producción y Uso de Biodisel (PNPB) y su interface con el PRONAF-Biodisel o los
sistemas de compra pública de su producción a través de la articulación con el
Programa de Adquisición de Alimentos del Gobierno Federal (PAA) o el Programa
12
En su interior funciona el “Programa de apoyo al desarrollo de la agricultura familiar y la sustentabilidad del
medio rural”.
13
En la misma, “se considera agricultor familiar y emprendedor familiar rural a aquel que practica actividades en
el medio rural, atendiendo, simultáneamente, a los siguientes requisitos: i) que no tenga, en cualquier titulo, un
área mayor a 4 (cuatro) módulos fiscales; ii) que utilice predominantemente mano de obra de la propia familia en
las actividades económicas de su establecimiento o emprendimiento; iii) que tenga ingreso familiar
predominantemente originado en la actividad económica vinculada al propio establecimiento o emprendimiento;
iv) que dirija su establecimiento o emprendimiento con su familia” (la traducción es nuestra).
14
Nacional de Alimentación Escolar (PNAE) dentro del Programa “Hambre Cero”
(dependientes del Ministerio de Desarrollo Social).14 Este programa ha aumentado
en importancia desde su creación en 1996 hasta la actualidad, siendo la principal
política pública de apoyo a la agricultura familiar en Brasil. Tal como indican
Manzanal y Schneider (2011) es notable el incremento sistemático tanto del número
de beneficiarios como del monto de recursos financieros asignados y aplicados por
el programa, principalmente entre los años 2002 y 2010 (de U$S 1.440 millones a
U$S 6.440 millones). Dichos autores también destacan que este significativo
aumento presupuestario del gobierno para ampliar los alcances del programa, se
realizaron con fondos propios del tesoro brasilero sin financiamiento externo ni
generación de deuda pública, cuestión que, como veremos más adelante, va a
contrastar con el caso argentino.
En términos de asistencia socio-económica a las familias rurales de menores
recursos y que impacta significativamente sobre el sector de la agricultura familiar
debe destacarse el programa Bolsa Familia y el de seguridad alimentaria Hambre
Cero. En el año 2003, con la creación del Ministerio Extraordinario de Seguridad
Alimentaria y Combate al Hambre (actual Ministerio de Desarrollo Social), el
programa Bolsa Familia unificó todos los programas de transferencias de recursos
del gobierno federal brasilero (Bolsa Alimentación, Bolsa Escuela, Tarjeta
Alimentación y Auxilio Gas) destinados hacia la población en condiciones de
pobreza (rural y urbana), convirtiéndose en el programa más importante de
asistencia social de ese país.15 Si bien estos no son programas específicos
destinados al sector, son ampliamente reconocidos por el impacto positivo que han
tenido sobre los grupos familiares rurales en condiciones de pobreza a los que suele
denominarse como “agricultores familiares de subsistencia” o “en transición”
(FAO/BID, 2007).
En relación a las iniciativas de índole socio-culturales tales como la equidad de
género (PRONAF-Mujer), la inclusión de los jóvenes (PRONAF-Joven) o el respeto
14
Según la ley 11.947 de 2009, el 30 % mínimo de los fondos para la alimentación escolar deben ser utilizados
para comprar alimentos de los agricultores familiares, priorizándose los asentamientos de reforma agraria, las
comunidades tradicionales indígenas y los afrodescendientes.
15
El Programa Bolsa de Familia se inauguró en 2004 y ubica a las mujeres como titulares del mismo. Se trata de
mujeres, jefas de familias con una renta total de 50 dólares mensuales. En un cuadro de absoluta pobreza, la
concesión de este beneficio trajo significativas mejorías de alimentación de las familias involucradas. Tal como
indica Domínguez, la percepción de un ingreso monetario regular, por más pequeño que sea, es un indicio para
un incipiente proceso de autonomía decisoria familiar (2010:145).
15
de la diversidad étnica de las comunidades rurales tradicionales,16 se observan
acciones de tipo transversales a los programas de desarrollo, en tanto se apunta a
que tomen en cuenta en su diseño estas situaciones para generar igualdad de
condiciones en el otorgamiento de, por ejemplo, créditos o acceso a tierras de
mujeres, jóvenes e indígenas. Esta misma lógica se ve plasmada a nivel regional en
el Programa Regional de Fortalecimiento Institucional de Políticas de Género en la
Agricultura Familiar del MERCOSUR. El mismo es un desprendimiento de la REAF y
tiene como fin promover la perspectiva de género en el diseño de las políticas
públicas.
4.2. Argentina
El caso Argentino es bien distinto en varios aspectos. En primer lugar, su
escenario de discusión y legitimación política es tardío respecto del caso brasilero. A
pesar de su importancia en términos académicos, la “agricultura familiar” no ha sido
históricamente un sujeto o tema relevante de la agenda política del sector
agropecuario argentino, sino más bien un agente residual de la misma. Tal como
sostienen Manzanal y Schneider (2011), a la inversa de lo que sucedió en el caso
brasilero, las políticas de desarrollo rural en Argentina no surgen como consecuencia
de la demanda de las organizaciones de productores, sino desde el Estado y en
particular de los organismos de financiamiento internacional como el FIDA y
organismos regionales como la REAF-Mercosur.
La noción de agricultura familiar empieza a circular con fines prácticos y políticos a
partir de la creación de la REAF-MERCOSUR durante los años 2004 y 2005 y del Foro
Nacional de la Agricultura Familiar (FoNAF) inaugurado en diciembre de 2005 y
formalizado en marzo de 2006. La REAF comenzó a pautar una agenda de trabajo
conjunto entre organizaciones representativas de la agricultura familiar y la entonces
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGPyA, actual
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca), en torno a la configuración de una
agenda de los países que integran el MERCOSUR. Estos encuentros, sentaron las
bases del FoNAF (por Resolución SAGPyA Nº 132).
16
El Decreto Presidencial N° 6.040 del 7 de febrero d e 2007, instituyó la Política de Desarrollo Sustentable de los
Pueblos y Comunidades Tradicionales, en la cual se las define como: “grupos culturalmente diferenciados y que
se reconocen como tales, que poseen formas propias de organización social, que ocupan y usan territorios y
recursos naturales como condición para su reproducción cultural, social, religiosa, ancestral y económica,
utilizando conocimientos, innovaciones y prácticas generadas y transmitidas por la tradición” (PROCISUR,
2010b: 22).
16
El Foro -en cuyo seno se integran alrededor de mil organizaciones de agricultores
familiares y pobladores rurales17- tuvo como resultado dos instrumentos de diagnóstico
elaborados sobre la base de la planificación estratégica participativa. Además, generó
una serie de procesos sociales y políticos no planeados que impactaron en diversas
esferas de la relación público-privado: en la formación de dirigentes, en la
representatividad sectorial y en la generación y gestión de instrumentos de política
pública en la propia SAGPyA (Márquez, 2007). Es pertinente señalar que, si bien el
FoNAF es un espacio de agrupación de múltiples organizaciones, por su proceso de
formación misma relacionada a la convocatoria del Estado Nacional, aparece en
general demasiado ligado a las iniciativas y acciones del gobierno (Manzanal y
Schneider, 2011).
En este contexto, en términos de reformas institucionales, debe destacarse la creación
(por decreto 571/08) de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar
de la Nación, con el objetivo de identificar, diseñar y ejecutar políticas y programas
que atiendan a las necesidades específicas de este sector. El mismo constituye el
resultado de la puesta en agenda pública de la temática agropecuaria desde el
llamado “conflicto campo-gobierno” del año 2008.18 El mismo generó un mayor
interés del gobierno Argentino por el sector de la agricultura familiar como forma de
dar respuesta al conflicto y a los planteos de sectores opositores que derivó en una
mayor jerarquización institucional de la agricultura familiar. La posterior creación del
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGyP), en setiembre de 2009, elevó
la Subsecretaría a Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar y,
dependiente de la misma, se conformó la Subsecretaría de Agricultura Familiar.
La importancia de este tipo de producción como categoría socio-económica y política
ha ido creciendo desde entonces tras los lineamientos de la REAF-MERCOSUR y
los pasos dados por el gobierno de Brasil como impulsor regional de este espacio.
17
En el que participan organizaciones de carácter histórico, como el Movimiento Agrario Misionero (MAM) o el
Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), el Movimiento Campesino de Misiones (MOCAMI) y
la Federación Agraria Argentina (FAA). Esta última, tradicional organización corporativa del agro argentino que,
sólo inicialmente participó del Foro. Debe mencionarse que, muchas otras organizaciones campesinas, tales
como el MOCASE-Vía Campesina, fueron muy críticas de este espacio y aún se suscitan discusiones en ese
sentido.
18
Sobre las características y evolución este extenso conflicto, asociado a la propuesta de aumento de las
retenciones sobre granos y carne vacuna, que tuvo como principales protagonistas a las cuatro organizaciones
corporativas tradicionales del sector agropecuario del país -Sociedad Rural (SRA), Federación Agraria Argentina
(FAA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Confederación Intercooperativa Agropecuaria
(CONINAGRO)- y contó con el apoyo de sectores urbanos medios y altos, pueden consultarse, entre otros el
trabajo de Barsky y Dávila (2008) y Giarracca y Teubal (2010).
17
Esta reformulación de las agencias del Estado modificó la visión del medio rural
permitiendo la visibilidad de los productores familiares, y que el desarrollo rural
comience a gestionarse de un modo diferenciado pero, a la vez, integrado a la
política sectorial (Lattuada et al, 2011), cuestión que se hace evidente en la
construcción del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial -PEA19- (2010-
2016). Es éste, los agricultores familiares aparecen articulando sus demandas con
los demás actores sectoriales involucrados en acción conjunta con el Estado
nacional, y los Estados provincial y local.
A partir de este reciente viraje político en tono a la identificación del “agricultor
familiar” como sujeto de relevancia para las políticas de desarrollo rural en la
Argentina, se puede observar: 1) la intención de lograr establecer un Registro
Nacional de Agricultores Familiares (ReNAF)20 y promover estudios como los del
PROINDER-IICA (Obschatko, 2009) para establecer los criterios de medición de su
presencia en el territorio nacional, 2) la creación de programas específicos de
investigación y desarrollo destinados a la agricultura familiar tales como el Programa
Nacional de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura
Familiar (PNPAF) dependiente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
(INTA)21 y 3) el rediseño e intento de unificación de la gran cantidad de programas
heredados de la década de 1990.
En la Argentina, la discusión en torno a una definición que permita identificar
conceptual y operativamente a la diversidad de agricultores familiares del extenso
territorio nacional, no se encuentra aún saldada y mucho menos con perspectivas de
plasmarse en un cuerpo legal como en el caso brasilero.
A la falta de consenso y discusión en torno a la definición conceptual y operativa del
sujeto agricultor familiar en Argentina, hay que agregar la falta de un registro censal
más actualizado. El último registro considerado como válido por técnicos y
19
El PEA fue lanzado oficialmente en septiembre de 2011. El detalle sobre el estado actual del plan puede
encontrarse en http://www.minagri.gob.ar/site/areas/PEA2/index.php
20
Durante el tercer plenario del FoNAF, en octubre de 2007, con 1350 representantes de alrededor de 900
organizaciones, se anuncia la creación del ReNAF por Resolución Nº 255/07, respetando los criterios propuestos
por el FoNAF. Con la creación, en marzo del 2008, de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar,
se crea también la Dirección Nacional de Diseño de Políticas de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, de la
cual depende la Dirección del Registro Nacional de Agricultura Familiar.
21
Con la creación de este programa en 2005, se establece también un Centro de Investigación y Desarrollo
Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar (CIPAF), del cual dependen cinco Institutos de Investigación
(IPAF) ubicados en las cinco grandes regiones del país: Noroeste (NOA), Noreste (NEA), Pampeana, Cuyo y
Patagonia.
18
académicos es el CNA, 2002.22 Sumado a esta cuestión, el Registro Nacional de
Agricultores Familiares se encuentra aún en estado incipiente y no permite reflejar
un panorama actualizado sobre la realidad del sector. De este modo, los estudios de
PROINDER-IICA (Obstchatko et al, 2006 y Obstchatko, 2009) se constituyen en los
dos estudios oficiales de referencia para medir el peso económico y social de la
agricultura familiar en la Argentina.23 El último de éstos estudios (Obschatko, 2009)
identificó 251.116 establecimientos de agricultura familiar que representan el 75.3 %
del total de establecimientos agropecuarios del país (333.504), ocupando 30,9
millones de hectáreas, es decir, el 17,7 % de la superficie bajo producción en el año
2002.
Por otro lado, en términos de diseño de políticas específicas destinadas a la
agricultura familiar queda pendiente el desafío de unificar (como lo hace el PRONAF
en Brasil) la gran cantidad de programas de apoyo financiero, comercial y productivo
o de asistencia técnica y transferencia tecnológica que se ejecutan desde la década
de 1990 hasta la actualidad teniendo como destinatarios los pequeños y medianos
productores rurales.
Entre 1990 y 2011 pueden identificarse 19 programas que, en diferentes momentos,
coexistieron brindando algún tipo de asistencia para el desarrollo de pequeños y
medianos productores y población rural.24
22
Si bien se realizó un censo agropecuario en el año 2008, durante la realización del mismo se desató el ya
citado enfrentamiento entre organizaciones rurales y gobierno nacional que dificultó el relevamiento de la
información censal, quedando muchos establecimientos y hectáreas sin cubrir en las principales provincias de la
región pampeana, donde se focalizó el conflicto. Debido a estas circunstancias, se sigue tomando como
referencia válida los datos suministrados por el Censo de 2002.
23
El primero de estos estudios (Obschatko et al, 2006), pretendió dimensionar el peso económico de los
pequeños productores (PP), utilizando datos del Censo Nacional Agropecuario (CNA) de 2002. Las autoras
definieron a las explotaciones agropecuarias de PP como “aquellas en las que el productor o socio trabaja
directamente en la explotación y no emplea trabajadores no familiares remunerados permanentes”. Con esta
definición, entienden que la expresión de “pequeño productor” es equivalente a la de “productor familiar”. En el
segundo estudio (Obschatko, 2009) amplió el universo de estudio de los PP, agregando “aquellas EAP en las
que, además de contar con el trabajo directo del productor y su familia, contratan hasta dos personas no
familiares remuneradas en forma permanente”. El fin que persigue esta nueva definición es el de contribuir a la
caracterización de la agricultura familiar tal como ha sido definida al crearse en 2007 el ReNAF y de este modo
alinearse con la propuesta del Foro (que acepta el predominio del trabajo familiar con un límite de contratación
de hasta dos o tres empleados permanentes). Se agrega de este modo un estrato de PP familiar que,
manteniendo las características de la explotación familiar, introduce la relación salarial permanente, al igual que
lo hace el PRONAF, en el caso brasilero.
24
Por una parte, bajo la ex SAGPyA y actual MAGyP: el Programa Social Agropecuario (PSA), Proyecto de
Desarrollo de Pequeños Productores Agropecuarios (PROINDER), Proyecto de Desarrollo Rural de las
Provincias del Noreste (PRODERNEA), Proyecto de Desarrollo Rural de las Provincias del Noroeste
(PRODERNOA), Proyecto de Desarrollo Rural de la Patagonia (PRODERPA), Programa de Desarrollo de Áreas
Rurales (PRODEAR), Ley Caprina (Nº 26.141, Régimen para la Recuperación, Fomento y Desarrollo de la
Actividad Caprina), Ley Ovina (Nº 25.422, para la Recuperación de la Ganadería Ovina), Programa de
Reconversión de Áreas Tabacaleras (PRAT), Programa de Servicios Agropecuarios (PROSAP), Proyecto
Forestal de Desarrollo o Componente de Apoyo a Pequeños Productores para la Conservación Ambiental
(CAPPCA), Ley de Inversión para Bosques Cultivables (Nº 25.080), Plan de Apoyo a Pequeños y Medianos
19
La mayoría de estos programas que funcionan dentro de la órbita del Ministerio son
herramientas de acceso a crédito (PRODERNEA, PRODERNOA, PRODERPA, PSA,
PAPyMP) o subsidios no reembolsables (PROINDER, PRAT, Ley Ovina, Ley
Caprina, Ley de Bosques, PROSAP, PROVIAR) destinados a la producción y
comercialización de bienes agropecuarios o de infraestructura productiva (riego,
centros de acopio, maquinaria, etc.) o para la mejora del medio rural (caminos,
comunicaciones, viviendas, energía, agua, etc.) con el apoyo de financiamiento
internacional (fundamentalmente el FIDA),25 mientras que los que se ejecutan dentro
del INTA no otorgan créditos y son, principalmente, de asistencia técnica y
transferencia de conocimientos de tecnología agropecuaria26 que se llevan a cabo
con fondos propios del presupuesto nacional.
En cuanto a la asistencia socio-económica destinada a las familias rurales de
menores recursos y que impacta significativamente sobre el sector de la agricultura
familiar debe señalarse el programa PROHUERTA que funciona dentro de lo órbita
del INTA. El mismo es cofinanciado por el Ministerio de Desarrollo Social de la
Nación y está dirigido a mejorar la situación alimentaria de la población en
condiciones de pobreza (urbana y rural) a través de la entrega sin costos de insumos
biológicos (semillas, plantines, reproductores, etc.) para la autoproducción de
alimentos.27 También debe destacarse la articulación entre los programas de
desarrollo rural y los programas de asignaciones familiares (o de transferencia
monetaria condicionada) tales como la Asignación Universal por Hijo.28
Productores (PAPyMP), Proyecto de Integración de Pequeños Productores Vitivinícolas (PROVIAR). Por otra,
bajo la responsabilidad del INTA, los programas: Minifundio, Promoción para la Autoproducción de Alimentos
(PROHUERTA), Programa Federal para la Reconversión Productiva de los Pequeños y Medianos Productores
(Cambio Rural) y Programa para la Producción Familiar (PROFAM). A fines de 2003, estos cuatro programas
fueron reunidos bajo el Programa Federal de Apoyo al Desarrollo Rural Sustentable (PROFEDER) para lograr
integrar las estrategias de extensión del organismo en un mismo sentido.
25
Dentro de los programas de acceso a créditos y subsidios, Manzanal y Schneider (2011), reconocen aquellos
que tienen alcance nacional y financiamiento del presupuesto nacional, como el PSA, los de alcance nacional y
financiamiento internacional con crédito que constituye deuda pública del Estado Nacional, como es el caso del
PROINDER; los de alcance regional y financiamiento internacional que constituye deuda pública para los
Estados provinciales, como, por ejemplo, el PRODERNEA; y, finalmente, los de alcance nacional y
financiamiento internacional con deuda para los Estados provinciales, como el PRODEAR. Este último programa
representa, según los autores, un cambio de estrategia del FIDA en Argentina en el período actual (2008-2013),
que pasa del enfoque regional al de programa nacional.
26
En realidad, todos los programas mencionados cuentan con algún componente de asistencia y capacitación
técnica, pero los del INTA (Minifundio, Cambio Rural, PROFAM) están enfocados más específicamente a esta
función.
27
Si bien se lo suele incluir dentro de los programas de desarrollo rural, el mismo es un programa de corte
asistencial y no de desarrollo.
28
En noviembre de 2009, mediante el Decreto del Poder Ejecutivo N° 1602/09 se incorpora al Régimen de
Asignaciones Familiares de Argentina un componente no contributivo, designado como Asignación Universal por
Hijo (AUH) que desplaza al anterior PJyJHD y está dirigido a otorgar a los hijos/as de personas desempleadas o
con trabajos “no registrados” por debajo del salario mínimo, una contribución equivalente a la existente para los
20
En relación con la atención de las problemáticas de género, respeto de la diversidad
cultural de los pueblos originarios y de inclusión de la población joven, se observa la
misma lógica de transversalidad respecto de los programas de género de la REAF,
en tanto se apunta a que éstos incorporen estas perspectivas en su diseño. El
resultado de esta iniciativa de rediseño de programas teniendo en cuenta las
particularidades de género, étnicas y etarias, parece quedar plasmado en la
formulación del Programa de Desarrollo de Áreas Rurales (PRODEAR) iniciado en
2010 que plantea explícitamente entre sus objetivos la necesidad de “apoyar, con
equidad de género, la efectiva integración de las familias rurales pobres a la vida
social y económica, desarrollando capacidades tales que les permitan incrementar
sus ingresos y mejorar sus condiciones de vida, con especial atención a
comunidades indígenas y a los jóvenes rurales de ambos sexos”. Anteriormente, las
iniciativas destinadas a estas temáticas estaban focalizadas en programas
específicos dirigidos hacia las mujeres pobres, como es el caso del Proyecto Mujer
Campesina (que se inicia en 1989 y perdura hasta la actualidad), o a las minorías
étnicas, como es el caso del PRODERNOA cuyos principales beneficiarios eran los
integrantes de las comunidades aborígenes de las provincias de Noroeste argentino
(wichis, guaraníes, quechuas y aymarás).
5. Conclusiones
Los temas vinculados con el desarrollo rural y la agricultura familiar
constituyen un eje del análisis sobre las transformaciones ocurridas en el mundo
rural durante las últimas dos décadas. En este sentido, el propósito de este artículo
ha sido describir y analizar los cambios que ocurrieron a nivel de las políticas
públicas de agricultura familiar y desarrollo rural en los países del Cono Sur,
tomando como referencia los casos de Argentina y Brasil. Partimos del supuesto de
que el agricultor familiar o pequeño productor ha sido, históricamente, un sujeto
privilegiado de las políticas de desarrollo rural. Por este motivo, y para dar cuenta de
los cambios en términos de políticas públicas, ha sido importante observar los
distintos modos de intervención sobre este sujeto.
trabajadores registrados. Si bien aún no se cuenta con datos discriminados por sectores urbanos y rurales, el
programa ha cubierto con mayor intensidad las necesidades de la población infantil de las provincias del noreste
(NEA) y el noroeste (NOA) que son las que presentan un mayor índice de pobreza rural (con porcentajes de
beneficiarios de la prestación superiores al 30 %). El grado de cobertura más alto se observa en las provincias de
Catamarca, Santiago del Estero y Formosa, con porcentajes que oscilan entre el 40 % y el 50 %, (D´Elia et al.,
2010: 34).
21
En la primera parte de este artículo, hemos indicado los cambios en los “modelos”
de intervención de desarrollo rural en dos contextos diferenciados: uno primero, de
retracción del Estado (la década de 1990) y, uno segundo, de recuperación de
ciertas capacidades en este complejo institucional (desde 2003 a esta parte). Estos
modelos han sido muy influenciados, por organismos internacionales para la gestión
de las políticas públicas en general y, particularmente, las de desarrollo rural. En
este sentido, hemos marcado la vuelta del Estado a partir de los procesos en los que
éste comienza a ser visto, nuevamente, como una “solución” y no como un
“problema”. De este modo, es posible hacer una analogía respecto de ese rol con
respecto al productor familiar o pequeño productor que también ha pasado del plano
del “problema” al de la “solución” y por tanto, ha dejado de ser un simple
“beneficiario” en condiciones de pobreza al que se asiste compensatoriamente para
convertirse en un sujeto activo, promotor de procesos de crecimiento económico, de
desarrollo de los territorios y de auto-producción alimentaria.
Lo anterior se comprende en el contexto de dos procesos que, como hemos indicado
en los apartados anteriores, confluyen en la década del 2000. Por un lado, los
informes y estudios de los organismos internacionales que comienzan a incorporar
en sus agendas, los temas de la pobreza rural y la seguridad alimentaria vinculados
a la producción de tipo familiar. Por otro, los cambios en términos políticos, en
cuanto a las capacidades de los Estados y las orientaciones de las políticas. En esta
materia, y particularmente para la temática de la Agricultura Familiar, desde 2003 a
esta parte, ha cobrado mucha relevancia aquello vinculado con la cooperación
regional. En el caso de los países que estamos reseñando, la revitalización del
MERCOSUR como espacio de cooperación económica, pero también técnico y
productiva, comienza a tener una relevancia trascendental que, asimismo, otorga
una mayor autonomía en el marco de las decisiones que toman los Estados
miembros, en este caso, fundamentalmente, a partir de la creación de la REAF.
Si comparamos los casos seleccionados, encontraremos algunas similitudes pero
también, varias diferencias. Esto nos permite marcar la complejidad de la
problemática en la región. En ambos países, se observa un cambio político en
cuanto a la inclusión del desarrollo rural y la agricultura familiar como un tema de
agenda desde 2003 en adelante. Sin embargo, tal jerarquización de la cuestión tiene
una trayectoria diferente. En Brasil, este proceso se inicia más genuinamente
22
impulsado por las organizaciones sociales vinculadas al medio rural -en la década
de 1990-, mientras que en Argentina es más tardío e impulsado desde la esfera
gubernamental, siguiendo el propio proceso brasilero y la incidencia de la REAF-
MERCOSUR. Se darían dos procesos diferentes: en Brasil, las reivindicaciones de
las distintas organizaciones de la agricultura familiar contribuyeron a poner el tema
en la agenda de gobierno; mientras que en Argentina, la temática ingresa -muy
incipientemente- en la agenda pública a partir de la REAF, ganando mayor espacio
en 2008, luego del conflicto agropecuario ya mencionado.
Para el análisis de estos dos procesos, seleccionamos dos dimensiones: una
político-institucional y otra técnico-operativa. En la primera, para el caso brasilero,
buscamos marcar la mayor jerarquización del sujeto agricultor familiar en el marco
de las políticas de desarrollo rural a partir de la creación del Ministerio, la Secretaría
de Agricultura Familiar (año 2000) y la ley 11.326 (año 2006). En el caso argentino,
esta jerarquización ocurre más tardíamente (año 2009), con la creación del
Ministerio y la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, sin contar aún
con una norma rectora como en el caso brasilero.
En cuanto a la segunda dimensión, es significativo marcar las diferencias en cuanto
a la aplicación de los programas específicos de agricultura familiar. En el caso
brasilero, se destaca la concentración de los esfuerzos destinados a dar respuesta
financiera, técnica, asistencial, etc., en un único programa denominado PRONAF,
financiado exclusivamente por el Estado. En cambio, en el caso argentino, se
observa una gran dispersión de programas, en parte heredados de la década de
1990, cuya lógica era, en general, asistencialista, de corte focalizada y
principalmente financiados por organismos internacionales. Estos programas, se
encuentran desarticulados entre sí e incluso, se superponen. Sin embargo,
siguiendo el caso brasilero, en la actualidad, existe cierta transición hacia una lógica
integral que se concreta en algunas experiencias en marcha.
Para finalizar, y más allá de los aspectos antes analizados, es importante destacar la
relevancia que posee la agricultura familiar como categoría política en la región para
pensar el desarrollo en términos de equidad. Esto es, no sólo como un modo de
“contabilizar” operativamente a quiénes forman parte de este tipo de producción
sino, fundamentalmente, concebirlo como un modo de vida y de vincularse con la
naturaleza cuya consolidación se encuentra relacionada, en nuestra opinión, con la
23
relevancia que los Estados y las acciones públicas le otorguen en el mediano y largo
plazo. Hoy, los procesos de democratización están en el tapete. Estos, también
deben garantizar acciones que permitan tanto el acceso a los recursos naturales
como la sustentabilidad ecológica, económica y social de los territorios nacionales.
Referencias Bibliográficas:
BANCO MUNDIAL. 1997. Informe sobre el desarrollo mundial. El Estado en un
mundo en transformación. Washington, D.C.
BANCO MUNDIAL. 2008. Informe sobre desarrollo 2008. Agricultura para el
desarrollo. Washington, D.C.
BARSKY, Osvaldo y DÁVILA, Mabel. 2008. La rebelión del campo. Historia del
conflicto agrario argentino. Buenos Aires, Sudamericana.
BENGOA, José (2003). 25 años de estudios rurales en Sociologías, número 10,
Porto Alegre, Julio-Diciembre: p. 36-98.
CALVO HORNERO, Antonia. 2005. Los organismos internacionales y la cooperación
del desarrollo en Revista de Economía Internacional, número 5: p. 47-61.
D´ELIA, Vanesa; CALABRIA Alejandro; CALERO, Analía; GAIADA, Julio y
ROTTENSCHWEILER, Sergio. 2010. Asignación Universal por Hijo para
Protección Social: una política de inclusión para los más vulnerables en
Revista de Seguridad Social, N° 260, México, Conferencia Interamericana de
Seguridad Social: p. 30-55.
DOMINGUEZ LEÃO REGO, Valquiria. 2010. Política de ciudadanía no governo Lula.
Açoes de transferência estatal de renda: o caso de Programa Bolsa Familia
en Temas y Debates, número 20: 141-155.
EVANS, Meter. 2006. El Estado como problema y como solución en Desarrollo
Económico, Buenos Aires, volumen 35, número 14 (Original en Inglés): p.21-
54.
FAO/BID. 2007. Políticas para la agricultura familiar en América Latina y el Caribe.
Soto Baquero, F.; Rodriguez Fazzone, M. y Falconi, C. (Eds.), Organización
de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura/Banco
Interamericano de Desarrollo (FAO/BID), Santiago de Chile.
FAO. 2011a. Agricultura Familiar: evolución conceptual, desafíos e institucionalidad
en América Latina y el Caribe. Documento presentado en II Foro del Frente
Parlamentario Contra el Hambre, Organización de la Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO): p. 1-6.
FAO. 2011b. Marco estratégico de mediano plazo de cooperación de la FAO en
agricultura familiar en América Latina y el Caribe, 2012-2015. Documento de
consulta con los países miembro, Organización de la Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO): p. 1-40.
GIARRACCA, Norma y TEUBAL, Miguel (Coords.). 2010. Del paro agrario a las
elecciones de 2009: tramas, reflexiones y debates. Buenos Aires,
Antropofagia.
GORDILLO, Gustavo. 2004. Seguridad alimentaria y agricultura familiar, en Revista
de la CEPAL, Nº 83: p. 71-84.
GUANZIROLI, Carlos Enrique y CARDIM, Silvia Elizabeth. Coords. 2000. Novo
retrato da agricultura familiar: o Brasil redescoberto. Documento de Trabajo,
Brasilia, Projeto de Cooperação FAO-INCRA: p. 1-74.
24
IICA. 2007). La agricultura familiar en los países del cono sur. Barril García, A. y
Almada Chavez, F. (Eds.), Asunción, Instituto Interamericano de Cooperación
para la Agricultura (IICA).
LATTUADA, Mario, NOGUEIRA, María Elena y URCOLA, Marcos. 2011. “La gestión
del desarrollo rural actual: algunas consideraciones acerca del rol del Estado”,
en VII Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales,
Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios (CIEA)-Facultad de Ciencias
Económicas-UBA, Buenos Aires.
LATTUADA, Mario; MÁRQUEZ, Susana y NEME, Jorge. 2012.. Desarrollo rural y
política: reflexiones sobre la experiencia Argentina desde una perspectiva de
gestión, Buenos Aires, Ciccus.
FRANÇA, Caio Galvão de; DEL GROSSI, Mauro Eduardo y AZEVEDO MARQUES,
Vicente. 2009. O censo agropecuário 2006 e a agricultura familiar no Brasil.
Brasilia, Ministerio do Desenvolvimento Agrário (MDA).
MALETTA, Héctor. 2011. Tendencias y perspectivas de la agricultura familiar en
América Latina. Documento de Trabajo Nº 90 del Programa Dinámicas
Territoriales Rurales y Documento de Trabajo N° 1 d el Proyecto Conocimiento
y Cambio en Pobreza Rural y Desarrollo, Centro Latinoamericano para el
Desarrollo Rural-RIMISP, Santiago de Chile: p. 1-33.
MANZANAL, Mabel y SCHNEIDER, Sergio. 2011. “Agricultura familiar y políticas de
desarrollo rural en Argentina y Brasil (análisis comparativo, 1990-2010)” en
Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios, N° 34, 1er. semestre, Buenos
Aires: p. 35-71.
MARQUEZ, Susana. 2007. Un año de Foro. Crónica, realizaciones y perspectivas
del ejercicio de diálogo político desarrollada por el Foro Nacional de la
Agricultura Familiar, Documento de Trabajo, Buenos Aires, PROINDER: p. 1-
20.
NEFFA, Julio César y colaboradores. 2010. “Modelos productivos y sus impactos en
la relación salarial. Reflexiones a partir del caso argentino”, en E. de la Garza
Toledo y J.C. Neffa, Trabajo y modelos productivos en América Latina,
Buenos Aires, CLACSO: p. 261-374.
NOGUEIRA, María Elena y URCOLA, Marcos. 2012. “La gestión familiar de la
agricultura en las políticas de desarrollo rural del último tiempo (2005-2011)”
ponencia presentada en las Jornadas Académicas “Tierra y movimientos
sociales en Argentina. A cien años del grito de Alcorta”, Rosario, 29-31 de
agosto de 2012.
OBSCHATKO, Edith. 2009. Las explotaciones agropecuarias familiares en la
República Argentina. Un análisis a partir de los datos del Censo Nacional
Agropecuario 2002, Buenos Aires, MAGyP-IICA.
OBSCHATKO, Edith; FOTI, María del Pilar; ROMÁN, Marcela. 2006. Los pequeños
productores en la República Argentina. Importancia en la producción
agropecuaria y en el empleo en base al Censo Nacional Agropecuario 2002,
Buenos Aires, SAGPyA- IICA.
PROCISUR-IICA. 2010a. Tecnología en maquinaria y equipos para la producción
familiar en el Cono Sur. Montevideo, Programa Cooperativo para el Desarrollo
Tecnológico Agroalimentario y Agroindustrial-Instituto Interamericano de
Cooperación para la Agricultura (PROCISUR-IICA).
PROCISUR-IICA. 2010b. Investigación y desarrollo para la Agricultura Familiar en el
Cono Sur. Montevideo, Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico
25
Agroalimentario y Agroindustrial-Instituto Interamericano de Cooperación para
la Agricultura (PROCISUR-IICA).
REAF. 2010. Reunión Especializada sobre Agricultura Familiar en el Mercosur.
Publicación Especial del Ministerio de Desarrollo Agrario de Brasil: p. 1-64.
SCHEJTMAN, Alexander. 2008. Alcances sobre la agricultura familiar en América
Latina. Documento de Trabajo N° 21, Programa Dinámicas Te rritoriales
Rurales, RIMISP, Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, Santiago
de Chile: p. 1-26.
SCHNEIDER, Sergio. 2004. A abordagem territorial do desenvolvimento rural e suas
articulaçaos externas en Sociologias número 11, Universidade Federal do Rio
Grande do Sul, Porto Alegre: p. 88-125.
SCHNEIDER, Sergio y ESCHER, Fabiano. 2011. La construcción social del
concepto de agricultura familiar en América Latina. Documento de Trabajo,
FAO, Versión preliminar: p. 1-34.
Fuentes digitales
Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuária (EMBRAPA): www.embrapa.br
Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA): www.ifad.org
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA): www.iica.int
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA): www.inta.gob.ar
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGyP): www.minagri.gob.ar
Ministerio do Desenvolvimento Agrário (MDA): www.mda.gov.br
Reunión Especializada sobre Agricultura Familiar (REAF) del Mercosur:
www.reafmercosur.org
Anexo:
Acciones institucionales y programas de desarrollo destinados a la agricultura familiar (AF)
A) Dimensión político-institucional Internacional/Regional Brasil Argentina
1- Fortalecimiento institucional de la AF
Participación del Estado REAF-MERCOSUR MDA; Sec. de AF MAGyP; Sec. de Desarrollo
Rural y AF; Subsec. de AF;
PEA
Organizaciones de AF Vía Campesina FETRAF; MST; CONTAG FoNAF; FAA
2- Políticas diferenciales de AF
Registro e identificación de AF Directrices Res. Nº 25/07 del Ley 11.326; CNA, 2006; CNA, 2002; Estudio PROINDER-
MERCOSUR; Estudios IICA ReNAF-Brasil IICA, 2009; ReNAF-Argentina
Investigación y desarrollo de AF Plataforma Tecnológica Prog. de apoyo al Centro de Investigación y De-
Regional sobre AF del desarrollo de la AF y la sarrollo Tecnológico para la
PROCISUR; IICA sustentabilidad del Pequeña AF (CIPAF) del INTA
medio rural (EMBRAPA)
Integración en políticas de desarrollo rural Consejo Agropecuario Sec. de Desarrollo Plan Estrategia Agropecuario
del SUR (CAS); REAF; PROCISUR Territorial del MDA y Agroalimentario (PEA)
Diseño y reconversión de programas de AF REAF-MERCOSUR; Plataforma PRONAF PROINDER; PSA; PRODERNEA;
Tecnológica Regional sobre PRODERNOA; PRODERPA;
AF del PROCISUR PRODEAR; PRAT; PAPyMP;
PROFEDER
26
Bloque 9
“Nueva ruralidad y poblados rurales”
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE
ANTROPOLOGÍA RURAL
***
Turismo rural con base fabril en la localidad de Pipinas, provincia de Buenos Aires: la
identidad como una estrategia para la reactivación económica
***
Introducción
Esta ponencia se ubica en el marco del proyecto de voluntariado en Turismo
Rural, titulado “Turismo Rural e Identidad Fabril en Pipinas, Buenos Aires”, que
dirige y guía el antropólogo Hugo Ratier. Haremos un recorrido del trabajo realizado
1
hasta el momento en el proyecto y expresaremos nuestra labor como estudiantes
integrantes del mismo. Intentaremos presentar un primer análisis sobre las
identidades diferenciadas y dinámicas que entretejen los sujetos de la comunidad
con la que trabajamos en forma conjunta, y su relación con el proceso de
conformación de diferentes estrategias, cambiantes en el tiempo en pos de fomentar
el desarrollo económico de la comunidad. Sin embargo, no pretendemos concluir
ningún análisis, ya que el proyecto aún está en proceso.
La localidad de Pipinas adquirió su fisonomía actual desde que la fábrica
cementera Corcemar se instaló en 1938. En aquel momento, la fábrica fue fuente
casi exclusiva de empleo. Con el fin de fijar la mano de obra en la localidad, propició
la construcción de viviendas, un Jardín de Infantes y una Escuela Primaria, una Sala
de Primeros Auxilios, un Hotel, instalaciones de recreación y algunos comercios,
entre otras cosas. Fue así que moldeó profundamente la identidad local. En 1991 la
fábrica fue comprada por Loma Negra, empresa que tenía por objetivo combatir toda
competencia en la región. Esto devino en despidos masivos y, por ende, en un
descontento general que posteriormente se agravó con la crisis coyuntural del 2001
cuando la fábrica cerró definitivamente sus puertas dejando desocupada a la
mayoría de los habitantes del pueblo.
Actualmente, los pobladores pipinenses parecen identificarse con el campo y
“lo rural”1. Frente a esto, entendemos que esta identificación “desconocería” una
experiencia fabril de 50 años iniciada con la instalación de la fábrica cementera
Corcemar, y se vincularía más con la promoción de un turismo rural. Así,
proponemos como hipótesis que los pobladores de Pipinas recurren a identidades
diferenciadas, en tanto estrategias sociales, activando unas u otras en cada
coyuntura, en relación a la existencia de determinadas posibilidades de desarrollo
económico. En el marco de nuestra experiencia de Extensión, desarrollaremos un
primer análisis de las identidades diferenciadas y dinámicas que entretejen los
sujetos de la comunidad con los que trabajamos de forma conjunta.
Para lograr los propósitos antes mencionados, en primer lugar, expondremos
algunas características de nuestro trabajo de investigación-coparticipación en la
comunidad y la historia del pueblo en relación a la fábrica. Luego analizaremos la
1
Aquí debemos aclarar que la identificación está profundamente determinada por la interrelación de dependencia con el campo
turístico.
2
situación actual de la comunidad en relación a la búsqueda de desarrollo del turismo
rural. Posteriormente haremos una introducción a las identidades diferenciadas que
se presentarían, y finalmente llegaremos a una conclusión preliminar sobre lo
planteado.
Metodología de trabajo
Desde el año 2007 parte de los integrantes del equipo de investigación y
extensión de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, dirigidos por el antropólogo
Hugo Ratier, trabajan en convenio con la Asociación Civil “Pueblos que Laten”.
Integrante de dicha Asociación, la Cooperativa “Pipinas Viva” requirió la colaboración
del equipo para desarrollar un proyecto de turismo rural de base comunitaria 2 en la
localidad. De esta manera, hacia el 2011 surgió el Voluntariado de Extensión
Universitaria “Turismo Rural e Identidad Fabril en Pipinas, Buenos Aires”, del que
formamos parte como estudiantes avanzadas y en el que se enmarca el análisis
inicial presentado en este trabajo.
Como parte de nuestro trabajo en la localidad, tenemos por objetivos
específicos relevar información sobre las identidades y representaciones que
interpelan a los pobladores de Pipinas, junto con sus historias de vida en relación a
la fábrica y el campo. A su vez, buscamos producir guiones turísticos con el apoyo
de grupos locales: diseñar y preparar recorridos, con señalización de carteles e
individualización de circuitos, favoreciendo así el desarrollo de herramientas
turísticas con base en la comunidad. De este modo, pretendemos que este trabajo
colabore con la implementación y planificación de un proyecto turístico en la
localidad que funcione como recuperador de la historia del pueblo y principalmente
que sea reactivador de fuentes de trabajo para las generaciones más jóvenes.
Acompañando la iniciativa de la Cooperativa “Pipinas Viva”, buscamos posibilitar que
este proyecto se desarrolle sobre las bases del turismo comunitario, con la activa
2
El “Turismo de base comunitaria” se crea en 2008 y tiene como propósito mejorar, de manera sostenible, las condiciones de
vida y promover el desarrollo, con identidad en el área rural, de las pequeñas localidades de la Provincia de Buenos Aires.
Tiene un carácter didáctico, participativo y familiar. Es una actividad económica solidaria, que relaciona directamente a cada
comunidad con los visitantes desde una perspectiva intercultural, con participación de sus miembros, con un manejo adecuado
de los recursos naturales y la valoración del patrimonio cultural. Está basado en principios de sostenibilidad y equidad,
distribuyendo los beneficios generados. La comunidad local tendrá control sustancial y participativo en su desarrollo y manejo.
Turismo de base comunitaria: una apuesta al desarrollo de las pequeñas localidades. La Plata, Provincia de Buenos Aires s/f.
Circa 2009.
3
participación de todos los habitantes, aunque en los apartados siguientes
analizaremos la complejidad de dicho proceso.
Para ello, la metodología llevada a cabo en esta primera etapa de la
investigación se basó en la observación participante en la comunidad dentro de las
instituciones principales del pueblo -la Escuela, el Hotel, el Centro de Jubilados, la
Cooperativa y la fábrica deshabitada- con la producción de registros escritos y
audiovisuales. Asimismo, hicimos entrevistas en profundidad a los ex trabajadores
de la fábrica, a los pobladores de más edad de la comunidad y mantuvimos
entrevistas semi-estructuradas con los jóvenes locales. Las mismas nos permitieron
ahondar aún más sobre el registro de datos existentes en relación a la identidad
fabril y rural de la localidad. Al mismo tiempo, esta metodología nos permitió
reflexionar sobre el proyecto de turismo rural de base comunitaria para el cual
convocaron al equipo. Nos referimos a sus posibilidades de aplicación, alcances,
límites y contradicciones, hacia el interior de la localidad de Pipinas, con las
características específicas que la constituyen, su historia y la trayectoria de los
sujetos que la conforman.
Pipinas fabril
Pipinas se ubica en la provincia de Buenos Aires, a 156 km de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires; forma parte del Partido de Punta Indio, cuya cabecera
es la localidad de Verónica. Originalmente fue tierra ganadera y de latifundios con
escasa peonada y unos 300 pobladores. Comprendía una zonBa de grandes
estancias, algunas de más de 10.000 hectáreas3. Hacia el año 1913, con la llegada
del ferrocarril, se asentaron los primeros habitantes estables. Como era habitual en
su momento, algunos estancieros donaban los terrenos al ferrocarril e intervenían en
el bautismo de las estaciones. Así, “Pipinas”, o “Las Pipinas”, obedecería al
sobrenombre de las hijas de uno de los terratenientes, Las Pininas, por la baja
estatura que tenían. El tren que pasaba por Pipinas, llegaba hasta la ciudad de La
Plata con la producción que proveía la localidad, leche de los múltiples tambos, y
luego continuaba el recorrido hacia Plaza Constitución, desde donde la producción
podía ser exportada.
3
Como la de los Álzaga y la de los Dodero.
4
Por el año 1938 se instala en Pipinas “Corcemar”, la industria de cemento que
aprovechó el material calcáreo rico en la zona para desarrollar su producción. La
explotación minera dio inicio a un extraordinario movimiento económico que exigía
una gran cantidad de mano de obra, inexistente por aquel entonces en la localidad.
Entonces, el tren permitió facilitarla, mientras que la fábrica garantizó su fijación en
el pueblo. En el imaginario local, es hacia la década del 30 donde se sitúa el
momento de nacimiento del pueblo tal como se lo conoce en la actualidad. Cuando
construyeron viviendas para el personal jerárquico, los obreros solteros fueron
ubicados en el llamado campamento4 y otros trabajadores eran incentivados a
levantar su vivienda en la planta urbana del pueblo. La empresa les proveía los
materiales que ellos pagaban mediante descuentos de la quincena, en cuotas
accesibles. En este sentido, entendemos que los aportes teóricos de Federico
Neiburg (1988) sobre el concepto de “Sistema de Fábrica con Villa Obrera” nos
permiten pensar la realidad de Pipinas y sus habitantes.
Este concepto resulta adecuado para comprender los procesos sociales que tienen lugar
en sistemas fabriles correspondientes a industrias que se establecen en zonas en las
que no existe un mercado de trabajo previamente formado y que, por lo mismo, se
transforman en polos de atracción de fuerza de trabajo que es inmovilizada a través de la
vivienda (…) El resultado es un sistema concreto de relaciones sociales, un sistema de
dominación particular en el que, al contrario de lo que sucede en la industria capitalista
“típica”, la empresa invade y domina no sólo la esfera de la producción sino también la
5
esfera de la reproducción de los trabajadores. [Neiburg 1988: 20]
4
Nombre que recibían los galpones formados por pequeños cuartos donde se instalaban los obreros.
5
Las comillas y cursivas son del autor.
5
TG: Yo la verdad... y todo el mundo que trabajó allí, lo añora. Yo cuando voy a la fábrica,
se me caen las lágrimas. ¡Pero qué lindo era! Trabajar en la fábrica era... claro, una
satisfacción. Me pasé más de la mitad de mi vida ahí adentro...El único lugar donde
trabajé. [Fragmento de una entrevista a un ex-trabajador realizada en diciembre de
2011].
6
Sra: Los dueños eran muy sencillos, eran muy... Qué sé yo, muy brindados, con todos,
con él, con todos, querían que estuvieran bien.
C: Sí
Sra: Que estuvieran bien. Y ellos, le daban mucho a la familia
C: Sí. En ese tiempo, por ejemplo, V., le festejaba el cumpleaños a los chicos, todos los
años, o hacía una fiestita, y era pa' todos los chicos del pueblo. Ah, sí, no faltaba nadie,
ahí
H: El cumpleaños de los hijos de él
C: Sí
H: Invitaba a todos
C: Sí
H: Ah
M: Ahora, cuando se hacía la fiesta, ¿también venía la gente del campo o, o...?
C: No, no, no, no, en realidad, no. Venían los que estábamos, vivíamos acá en el...
Sra: Los que trabajaban en la fábrica, digamos
C: Claro con don José
MI: ¿Y usaban ahí el predio del club y...?
C: No, no, en el chalet de él nomás. Ah no, ahí adentro. Ah, mucho. Era buenísima la
señora., era un espectáculo. La señora, muy buena, muy buena gente... [Fragmento de
un registro de campo]
AD: La fábrica, por ejemplo, a fin de año, les daba regalos a todos los hijos de los... de
los empleados, pero ¡qué regalos! ¡Los mejores regalos que había en esa época para los
pibes! [Fragmento de una entrevista a un ex trabajador realizada en mayo de 2009]
Un control que supone que “no es solo la habitación ni una casa lo que está en juego,
sino toda una serie de recursos accesorios a la vivienda y esenciales a la reproducción
de los trabajadores los que son de control de la administración de la fábrica (…) y que
pueden transformarse en objeto de precio, de un racionamiento o de una diferenciación
7
entre los operarios, favorecidos o no con algunos recursos, u objeto de alguna presión a
6
ser ejercida en caso de un conflicto colectivo [Neiburg 1988:48]
TG: Hasta el ´68, creo que fue más o menos, había una usina. Una usina muy grande
que era la que generaba energía para toda la planta y para todo el barrio, del monte... de
donde empieza el monte, ahí todos los que vivían ahí, todos tenían luz de la fábrica.
[Fragmento de una entrevista a un ex trabajador de la fábrica realizada en diciembre de
2011]
Vemos entonces que incluso los servicios públicos que debería proveer el Estado,
en este caso eran aportados por la fábrica.
6
Las comillas son del autor.
7
Las comillas son del autor.
8
Pipinas hoy
Crisis y fin de la “era” fabril
TG: Después cuando nos revolearon de Corcemar... de Corcemar a Loma Negra quedé
de Jefe de Mantenimiento... Y ya todos los más grandes se habían ido... Cuando Loma
Negra le compró a Corcemar había como 150 personas trabajando, más o menos, no sé
exactamente. Pero Loma Negra, el arreglo que hizo la fábrica... la compraban con 80
operarios trabajando, así que ahí hubo que echar gente… echaron bah! A mí me tocó,
desgraciadamente gente que sabían que la echaban, se te caía el alma por tener que
mandarla a trabajar. Así que Loma Negra empezó con 80 personas. [Fragmento de una
entrevista al ex trabajador realizada en diciembre de 2011]
Loma Negra introdujo la tecnología, y con ella la reducción del personal fue
avanzando progresivamente. Tal como nos contó el mismo ex empleado hubo
grandes diferencias entre ambas empresas:
TG: En tiempos de Corcemar ya se había puesto una cinta... que caía desde donde
embolsaban,(...) y ahí iba a parar al camión y ahí con la mano la acomodaban. Ya se
modernizó más. Y después, ya con Loma Negra, directamente se paletizaban, iba todo
en pala entonces no se trabajaba más a mano. Una de las causas que había en una
época 300 personas y quedamos 25 (...) En el trabajo... Loma Negra trajo la tecnología.
Antes se trabajaba a lo chacarero... pero se trabajaba. La fábrica funcionaba. Ya Loma
Negra trajo mucha tecnología... nos mandaban a nosotros... yo fui como veinte veces a
Olavarría a hacer cursos, nos mandaban seguido. [Fragmento de la entrevista al ex
trabajador realizada en diciembre de 2011]
9
Una década después, en el año 2001, ocurrió el cierre definitivo. La retirada de la
fábrica fue abrupta, un sábado el personal de la empresa, incluyendo abogados,
reunió a los 30 empleados que quedaban, les informó la situación y el lunes
siguiente ya no hubo actividad fabril. De todas formas, se realizaron cuidadosas
negociaciones con los trabajadores, como la concesión de indemnizaciones y el
pago de sueldos durante un año a algunos y una década a otros. Los vastos
terrenos rurales fueron vendidos por Loma Negra a una sociedad española con sede
en Torrejón de la Calzada, a la que la gente del pueblo identifica simplemente como
“los gallegos”.
La crisis del cierre fue muy severa. Cuando se produjo mucha gente lloraba.
Es unánime la sensación que generó aquel cierre en los pobladores; al remontarse a
dicho momento, todos cambian el tono en el habla, recuerdan la tristeza, los llantos y
el desánimo generalizado. Según el relato de uno de los informantes:
Allí hicieron catarsis, hubo llantos, puteadas, y demás. Conforman una Mesa
Coordinadora de Trabajo. Cada uno participaba en la mesa que quería. Había una mesa
para proyectos; para salud. La gente no estaba acostumbrada a pensar, y menos en sí
mismos...Entraban con un silbato; salían con otro silbato...Tenían la vida solucionada.
[Fragmento de una entrevista a un ex trabajador]
AD: La gente quedó afuera, acá era lamentable, gente había... Gente que había
trabajado en la fábrica, hombres de...qué le puedo decir, hombres de 50 años que era el
único trabajo que habían tenido en su vida, o sea, no sabían hacer otra cosa. Y acá la
gente... Vieja no sabía defenderse de otra forma, no sabían tampoco qué inventar, no se
le prendía la lamparita digamos de... de qué hacer... Yo vi hombres grandes, llorar,
llorar...Eh...hay un hombre ahora actualmente, que está ahí... ese tipo, yo le decía un día
(sobre un primo de él)… le decía, ese muchacho, le digo, se va a suicidar, dice, ¿Vos
estás loco?! Sí le digo, ese tipo está , está, alterado. Salía... No... salía a caminar ¿Vio?!
Y salía tanto pa' un lado como pa' otro, andaba así como... El padre no se había jubilado
cuando entró él, bueno, se hizo hombre, se casó, tenía hijos, tres hijos, estudiando los
hijos, y de un momento a otro ¡Pum! se cortó. [Fragmento de la entrevista al ex
trabajador realizada en mayo de 2009]
10
Además de la angustia general, muchos pobladores, sobre todo los más
jóvenes comenzaron a migrar hacia otras localidades y/o centros urbanos en busca
de mejores posibilidades para desarrollarse. Esto fue contado por muchos de los
entrevistados que se quedaron viviendo en Pipinas y veían con dolor cómo se iba
deshabitando el pueblo:
AD: Pero sí, fue terrible, fue terrible, la cantidad de gente que se fue de acá era terrible,
un muchacho joven, y la mayoría de los jóvenes se fueron. Y... a Mar del Plata se fue, se
fue un montón de chicos, en Chascomús también hay otras familias que eran de acá,
que se fueron. (...) En un momento acá, no me recuerdo bien, pero creo que había, 60
casas solas, o 70, solas. [Fragmento de una entrevista a un ex trabajador realizada en
mayo de 2009]
Se desató entonces una crisis identitaria, el sistema de fábrica con villa obrera
se derrumbó dejando un gran vacío para todos los pobladores. Aunque algunas
instituciones siguieron funcionando8, la población mayoritariamente proletaria se vio
en la necesidad imperiosa de buscar alternativas para frenar el proceso de migración
que estaba atravesando y poder imaginar, así, un futuro en Pipinas. Frente a esto,
los pobladores no se quedaron con los brazos cruzados. Para encauzar la
desesperación se autoconvocaron alrededor de 200 personas en el Club Juventud
para ver “qué hacemos”. De esta manera, los pobladores autoconvocados
comenzaron a pensar en hacerse cargo de la administración de un pueblo cuyo
principal apoyo administrativo, de servicios, de organización de la vida había
terminado. Al cotejar diferentes alternativas, decidieron volverse hacia otros
recursos, considerando al turismo como una salida sustentable y redituable.
8
El Club Juventud, la Sociedad de Fomento, la cooperativa eléctrica, las cooperadoras escolares, el Centro de Jubilados. El
pueblo también cuenta con una emisora de FM que transmite programas en vivo. En lo productivo quedan algunas
conchillerías y la chanchería, productora de capones para frigorífico. En el sector servicios hay un núcleo de establecimientos
gastronómicos sobre la ruta 36, cuya actividad es menor desde que el tráfico hacia la costa se desvió hacia la ruta 2. Allí
también se venden productos regionales (quesos, embutidos, fiambres, dulces, bebidas). Para sostenerse, las instituciones
recurren a prácticas solidarias. Por ejemplo las polladas, ventas de pollos cocinados que los vecinos compran cuando se
anuncian y cuyos fondos van alternadamente a diversas asociaciones.
11
porvenir del pueblo, guiados por la angustia de verlo sumergirse en la nostalgia del
pasado, sin vislumbrar un futuro. Por este motivo, en el año 2003 y a raíz de una
propuesta de unos pocos jóvenes que soñaban en esas tierras un proyecto
económico comunitario rentable, se debatió en el Consejo Deliberante de Punta
Indio, el llamado a licitación pública de algunos sectores, antiguamente propiedad de
la cementera. El testimonio de una pobladora que participa en la Cooperativa desde
aquellas primeras reuniones nos relató cómo comenzó a gestarse esta iniciativa de
trabajo:
CD: Entonces dijimos, bueno vamos a alquilar la casa de la Porota Carrica que había
‘palmado’ y había quedado esa casa hermosa. La alquilamos y ahí garantizamos las
primeras reuniones ‘posta’ de la Cooperativa donde pudimos lograr que vayan a horario,
que se respete el horario… porque las primeras convocábamos a la una y aparecían a
las dos y media... si aparecían! Los íbamos a buscar a las casas, fue re- difícil armar el
primer grupo! ¡Muy difícil! (Entrevista fecha)
9
URL http://www.hostnews.com.ar/2006/brev/set/031781.htm (ultima fecha de entrada 1 de noviembre de 2012).
12
En relación a lo dicho, una de las impulsoras del proyecto desde sus
comienzos, que hoy es Presidente de la Cooperativa, nos contó las estrategias que
se fueron elaborando para desarrollar el turismo rural en Pipinas a lo largo de estos
años de trabajo; promoviendo una salida económica redituable y sustentable que
tenga por objetivo el arraigo de la gente joven al pueblo.
13
Y bueno, volvían al Hotel re- asustados. Y bueno, esas cosas nos hicieron como no
recomendar más que se vayan por ahí en bicicleta porque o le decían cualquier cosa, o
volvían asustados… o no confiando en nosotros ¿Entendes? Porque que te dicen los del
pueblo, “No, esos son unos sin vergüenza”.
Bueno… y ahora en realidad no tenemos nada más organizado que el folleto que
tenemos que es un folleto autoguiado de Capital a La Plata al Parque Costero del Sur
por Ruta 11. Es lo único que tenemos en mano. Hicimos un planito el año pasado con un
proyecto de extensión de la Facultad de Económicas. Hicimos un planito con los chicos
del pueblo, un planito del pueblo. Donde están indicados: cada comercio, cada artesano,
cada lugar donde comer y es el planito que se le da al huésped en el Hotel para que se
maneje solo por el pueblo. Eso es lo que ofrecemos. Hoy. (entrevista Claudia Díaz 5 de
Septiembre de 2012)
Entendemos que esta propuesta inicial, que busca fomentar el turismo rural
de base comunitaria, se ha visto obstaculizada al entrar en contradicción con
algunos límites estructurales. En este sentido, son los miembros de la Cooperativa
quienes al analizar la situación actual en retrospectiva, alcanzan a dilucidar los
obstáculos y las falencias propias de su “gestión”:
CD: Lo de alojamientos en las casas de familias fue en el verano del 2005. (…) Pero la
que yo me acuerdo es Marta que se hacía amiga de todos y después no le convenía el
negocio porque se hacía amigo y le decía “no, vení” y no les quería cobrar.
En septiembre del 2005 logramos recuperar el Hotel. Y ahí ya arrancamos con el turismo
y ahí ya teníamos esta propuesta.
HR: Bueno un poco a eso iba… hasta qué punto esta cosa ideal del turismo
comunitario… y vos una vez me dijiste que demasiado no se involucran ya ¿No?!
CD: No, lo que ha pasado. Lo que yo considero que nos ha pasado. Es que hemos
tenido como muy buena gestión, no por que la haga yo. O sí, porque tal vez tenga otra
formación que los compañeros. O sea, muy buena gestión y muy buena prensa afuera y
no nos hemos preocupado en la prensa local. El semanario “El Colono”, las radios, ir a
comunicarnos con las instituciones, sentarnos con las viejas de Pipinas y ver qué
podemos hacer juntos… o sea, eso no lo hemos hecho bien... Yo creo que eso ha sido
una gran deficiencia de la Cooperativa Pipinas Viva. Pero porque el pueblo ya es muy
jodido en sí… vincularse en el pueblo y vincularse como institución, tenés que responder
por todos. Porque vos vas… o sea, a la casa de fulana y te dice “no, porque el Topo no
porque…” (…) “la otra Cori no me cae bien porque…” . (Entrevista Claudía Díaz 5 de
Septiembre de 2012)
14
Actualmente, en la página de internet del Hotel “Pipinas Viva” que gestiona la
Cooperativa, sus miembros se presentan como mostramos a continuación:
10
URL: http://www.pipinas.com (última fecha de entrada 1 de noviembre de 2012)
15
C. Bueno, yo trabajé en varias partes. Yo cuando fui, entré, en el año 61, entré al patio.
Al patio se decía, para todo trabajo. Después de ahí me fui a… ayudante de mecánico,
después quedé como mecánico, porque se fue el que estaba el mecánico. Y, antes de
ser mecánico, para entrar al taller, hacía los partes diarios con el jefe de personal… Y
después me fui al taller. Trajeron a otro viejo que había, otro más viejo que yo, en el
mismo puesto, que estaba en cantera. Entonces, como sacaron al personal de cantera,
vino ese muchacho a hacer… Entonces me pasaron a mí del taller. Y pasé del taller.
H. Ahora, lo de la parte contable era más bien…
C. Si, era números, todo números. Llevaba los partes diarios de todo el personal.
H. Era más aliviado, ¿no?
C. Si, estaba sentado todo el día. No, el otro trabajo que… Estaba ambientado al trabajo.
A gusto era, porque… El día que había que trabajar había que trabajar y el día que…
uno se la podía rebuscar, se la rebuscaba, pero… era bueno, era… personal muy bueno,
los jefes muy buenos…
H. ¿Y los horarios?
C. Bueno, trabajábamos… en el tiempo que yo entré trabajábamos de 7 a 11 y de… a
una, de una y media a cinco y media. De la tarde. De una y media de la tarde, a cinco y
media. Después, cuando se arregló, cuando ya vino el sindicato, entramos de 6 a 2. Seis
de la mañana a 2 de la tarde.
H. ¿Todos hacían ese horario, o había gente que hacía…?
C. No, no, había gente que hacía tres turnos de… por ejemplo, mecánico y todo eso,
trabajaba en tres turnos. De 4 a 12, de 12 a 20 y de 20 a 4.
11
Las comillas son del autor.
17
perspectiva, es la mirada foránea la que genera el paisaje. Pero los paisajes como
atractivo turístico no sólo se construyen basados en la visión del turista, sino también a
partir de las propias sociedades receptoras del turismo, quienes de acuerdo con sus
múltiples intereses, objetivos e ideologías construyen, modifican o preservan una
determinada disposición de elementos en el espacio, un cierto punto de vista que
permite apreciar o disfrutar de un paisaje peculiar (Bertoncello, 2009: 7-8), generando en
definitiva una puesta en escena del paisaje como la escenografía de la práctica
12
turística. [Patricia Souto, 2011: 148]
12
Las comillas son de la autora.
13
http://www.pipinas.com (ultima fecha de entrada 1 de noviembre de 2012)
14
Argentina Turismo: http://www.argentinaturismo.com.ar/pipinas/turismorural.php y Buenos Aires Turismo:
http://www.buenosairesturismo.com.ar/pipinas/turismorural.htm (ultima fecha de entrada 1 de noviembre de 2012)
18
asado a la parrilla, realizado en el momento por un experto en el tema, convocará a
todos los visitantes.
Conclusiones aproximadas
Entendemos que el surgimiento de la Cooperativa encargada de fomentar el
Turismo Rural se dió en plena crisis política, económica y social que vivió la
Argentina, producto del modelo neoliberal que caracterizó a la década del 90, y que
tuvo su pico más alto en el año 2001. La localidad de Pipinas sintió un fuerte impacto
cuando la fábrica Loma Negra y el Establecimiento de cría intensiva de cerdos
pusieron fin a sus actividades, lo que llevó a la depresión económica del pueblo y a
la emigración de casi todos sus jóvenes.
Aunque en el discurso de promoción turística de Pipinas los antiguos obreros
se presentan como gauchos, cuando realizamos entrevistas en profundidad,
podemos comprender cuán profunda es la huella del pasado fabril. La mayoría de
los entrevistados añoran nostálgicamente la vida en los tiempos que la fábrica
funcionaba y aún hoy se reivindican como trabajadores cementeros. Pareciera que,
al conocer la trayectoria de vida de los ex trabajadores y sus familias, prima una
memoria común de la felicidad que se vivía en Pipinas en aquel momento.
Hoy los miembros de la Cooperativa miran en retrospectiva su trabajo y hacen
autocríticas sobre los alcances y las limitaciones del turismo de “base comunitaria”,
entendemos que, la identidad rural es la seleccionada como propuesta turística a
pesar de que la mayoría de los pobladores adscribe, desde lo más profundo, a una
identidad fabril.
Creemos que el desarrollo de la propuesta de turismo rural, surge como una
estrategia económica y sustentable, potencialmente redituable, que apela a la
19
identidad relacionada con el campo, en tanto ámbito opuesto e interdependiente al
urbano. Y que esto va en línea directa con la necesidad de arraigo de la gente joven
al pueblo.
Ante el fin de una época fabril histórica en el pueblo, una alternativa fue la
oferta turística y la puesta en marcha de un imaginario del pueblo asociado a ciertos
elementos que representan y activan “lo rural”.
El proyecto de asociar un recorrido industrial a la oferta rural ofrecida, podría
operar como recurso válido para la revalorización de la identidad fabril y la puesta en
marcha de un verdadero proceso participativo.
Bibliografía
Páginas web
● http://www.argentinaturismo.com.ar/pipinas/turismorural.php
● http://www.buenosairesturismo.com.ar/pipinas/turismorural.htm
● http://www.hostnews.com.ar/2006/brev/set/031781.htm
● http://www.pipinas.com
20
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de trabajo: Poblados rurales
Resumen
En la Costa del Ecuador perdura un Sistema Hídrico de agua dulce de lluvia
conocido con el nombre de Albarradas, también se lo denomina Ciénegas, Pozas y
en la antigüedad se los llamaba Jagüeyes. Estamos hablando de una tecnología
hídrica ancestral, humedales lénticos artificiales (lagunas) construidas por la
población nativa de toda América desde épocas precolombinas y perdura todavía
en la costa del Ecuador donde el agua es un bien escaso. A través del tiempo, estas
construcciones se fueron resignificando, como también las actividades, costumbres,
tradiciones y su cosmovisión alrededor de estos ecosistemas antropizados.
El objetivo de esta presentación es reflexionar y poner en valor un trabajo de gestión
interdisciplinaria que se llevó adelante conjuntamente con el Ministerio de Agricultura
de Ganadería Pesca y Acuacultura del Ecuador (MAGAP), para el mantenimiento y
rehabilitación de 40 estructuras hídricas en la provincia de Manabí por declararla el
Poder Ejecutivo en emergencia hídrica (Enero 2010).
Para ello resaltamos un conjunto de cuestiones relacionadas con la problemáticas
ambientales de cara a la gestión participativa de la mano de los sujetos sociales
territoriales, como organizaciones campesinas y comuneros, evitando
procedimientos autoritarios provenientes de sujetos institucionales que ignoran la
sabiduría del usuario.
1
Forma parte del Grupo de investigación RECERCA. Codi oficial del grup Nª 1873. Grup de Recerca
Interdisciplinar de Recerca Histórica, Ambiental i Cultural – GIRHAC. Director del grup: Dra Silvia Alvarez.
Universidad Autónoma de Barcelona. UAB. www.albarradas.espol.edu.ec
A nivel territorial, Manabí es una provincia del Ecuador que se encuentra sobre la
costa, y limita al Oeste con el Océano Pacífico su territorio esta subdividido en 22
cantones con una superficie de 18.878,8 km2.
Palabras claves: Albarradas, comuneros, gestión ambiental participativa.
I. Introducción
En este evento, traemos la experiencia de una gestión realizada a través del
MINISTERIO DE AGRICULTURA, GANADERIA, PESCA Y ACUACULTURA,
(MAGAP) de la República del Ecuador, debido a la emergencia hídrica, declarada
por el gobierno nacional en noviembre de 2009, en la provincia de Manabí2.
Una de las acciones que llevó adelante el Ministerio de Agricultura (MAGAP) fue
evaluar la situación de los sistemas de humedales lénticos artificiales (lagunas)
llamados en estos territorios, albarradas, ciénegas, pozas, antiguamente jagüeyes3 y
también otros reservorios de agua, como tapes4 y pozos someros, con el fin de llevar
adelante actividades de mantenimiento y de rehabilitación de dichas estructuras
hídricas para prepararlas para la cosecha de agua en el período de lluvia del
invierno del año 2010.
Estamos hablando de una tecnología ancestral que fue generada por la población de
América desde épocas precolombinas y que perdura en la Costa del Ecuador, en
lugares donde el agua es un bien escaso.
A través del tiempo, estas construcciones se fueron resignificando, como también las
actividades costumbres y tradiciones que se desarrollan alrededor de estos
sistemas antropizados.
¿Cómo son estos sistemas hídricos?
Son estructuras artificiales, a simple vista es una laguna, está construida por muros
o talud, desagües, o desfogue, drenaje o vertedero.
Según la calidad de suelo, en los muros o talud, se les coloca la tierra proveniente
del vaso de la albarrada, estos muros pueden presentar vegetación o estar
2
Mediante Decreto Ejecutivo Nº. 146, de 20 de noviembre de 2009, el Presidente Constitucional de la República
del Ecuador, declara el estado de Excepción por déficit hídrico (sequía) en todo el territorio de la provincia de
Manabí, con el objeto de garantizar la captación, provisión, producción, almacenamiento y distribución de agua,
para el consumo humano uso agropecuario.
3
Marcos J., de acuerdo al concepto Ramsar (2004: 17).
4
Tapes: Se le dice a las represas con muros de tierra construidos entre dos lomas, sobre el cauce seco de un
río de primera o segundo orden, sus bordes, laterales son naturales y corresponde a las colinas que forman el
cauce. La gran mayoría fueron construidos recientemente, se llenan mediante un proceso rápido de
acumulación de agua durante la estación lluviosa, cuando crece el río o estero. En el corto plazo se destruyen
con el fenómeno del niño, mientras que las albarradas han resistido (S. Alvarez 2003:4).
2
totalmente limpios. Se construyen en suelos permeables o semipermeables. En la
provincia de Santa Elena, por lo general, estas estructuras están asociadas a un
pozo de agua, sin embargo en la provincia de Manabí esto no ocurre, sólo se
construye las albarradas y suelen estar asociados a otras estructuras, compartiendo
su flujo de escorrentía durante el período de lluvia y también su uso.
¿Se preguntarán cómo los antropólogos trabajan en esta problemática de gestión?
Se subraya, como antecedente de esta gestión, que las Albarradas fueron
estudiadas (2000-2003) por el Proyecto Albarrada de la Costa del Ecuador y su
director fue un arqueólogo5, este estudio fue llevado adelante por un grupo de
investigadores compuesto por antropólogos, botánicos y geólogos.
Al respecto, el Ministerio de Agricultura Ganadería Acuacultura y Pesca, (MAGAP)
en diciembre de 2009, decide contratar a la consultora conformada por parte de los
investigadores, que se habían consolidado en el estudio de las Albarradas
conjuntamente con un ingeniero civil y llevar adelante el mantenimiento y
rehabilitación de estos sistemas hídricos por su conocimiento, e incorporando la
logística de campo a los Ingenieros agrónomos del MAGAP de la provincia de
Manabí.
En consecuencia, el objetivo de esta presentación es reflexionar y poner en valor un
trabajo de gestión que podemos calificarla en parte como interdisciplinaria de una
consultora, para el mantenimiento y rehabilitación de cuarenta estructuras hídricas
en la provincia de Manabí, por la emergencia hídrica declarada por el Poder
Ejecutivo, a realizarse en el curso de noventa días.
Asimismo, se acordó evaluar con el Ministerio la situación ambiental de estos
Sistemas Hídricos en algunos cantones de la provincia, localizados en el Norte,
Centro y Sur de la misma. Se llevó adelante un inventario representativo de un total
de 120 sistemas hídricos en los siguientes cantones: Chone, Jama, Jipijapa,
Montecristi, Pedernales, Rocafuerte, San Vicente, Sucre y Tosagua; de este
universo se eligieron cuarenta Albarradas, previa construcción de criterios de
selección orientados a resolver las situaciones más críticas de falta de agua. Estos
criterios han servido para la toma de decisiones ya sea para la selección de las
5
J. Marcos (2000 -2003) Rescate del conocimiento ancestral del manejo sostenible de la biodiversidad.
Financiado por el Banco Mundial, cofinanciado por el Fondo del Medio ambiente Mundial. (FMAM) y Global
Environment Facility (GEF).
3
cuarenta o para conducir la reparación, fortalecimiento o reconstrucción según sea la
situación observada6.
Los criterios elegidos fueron consensuados con los directivos del MAGAP:
a) Criterio Socioeconómico: Se refiere al tipo de tenencia de la tierra y al acceso
restringido o colectivo a los Sistemas de Albarradas, especialmente cuando son
el único recurso de agua para consumo humano, para sus economías
domésticas y para sus actividades productivas locales. Se ha dado preferencia a
aquellas albarradas que tienen un uso o comunal, o siendo de propiedad privada
acceso colectivo.
b) Criterio Territorial y Ambiental: Es el criterio de accesibilidad y tiene el propósito
de optimizar recursos económicos, tecnológicos, y humanos para proceder a la
intervención (habilitación, reconstrucción) y asegurar la provisión de agua local.
Este criterio ha sido aplicado en circunstancias especiales de albarradas
ubicadas en partes altas, de difícil acceso, pero de gran importancia como única
fuente de agua colectiva y gratuita. También hemos considerado aquellas
albarradas localizadas en las sabanas a las que sólo se accede a través de un
camino de tercer orden.
c) Criterio Histórico-Cultural, o de antigüedad: Se refiere a albarradas ancestrales e
inmemoriales. Son aquellas que por sus técnicas de construcción y selección del
paraje para su ubicación, han fortalecido la captación de agua, y con ello
contribuido al sustento de los sistemas culturales y productivos, así como al
mantenimiento de la biodiversidad local, a través del uso y manejo apropiado por
parte de la comunidad.
d) Criterio Tecnológico: Tiene en cuenta el estado de conservación. En esta primera
fase se evaluó la situación de acuerdo al grado de deterioro de las estructuras.
Se consideraron primero aquellas que solo requieren un proceso de habilitación o
mantenimiento, y luego aquellas que no superen más del 20% de destrucción
de alguna de sus partes. Esto para proponer y ejecutar los trabajos necesarios
para su habilitación inmediata, preferentemente con participación de la
comunidad, y considerando el uso de técnicas tradicionales.
6
“Proyecto para mitigar los riesgos de sequia o poca pluviosidad invernal en la provincia de Manabí. con
especial atención a las tecnologías alternativas basadas en saberes tradicionales y ancestrales”
Informe.Consultora (J. Marcos. 2010:8).
4
En efecto, estos criterios ayudaron a la logística de gestión para la acción y el
destino justo del financiamiento de las obras y a su vez, hubo situaciones en que los
ingenieros agrónomos fueron aportando el dato de la necesidad de agua que tenían
algunas comunidades rurales.
¿Cómo fue la rehabilitación?
Se aclara que sólo se intervino el 62,5% de las albarradas. Tuvo que ver la tardanza
en las partidas presupuestarias y las cuestiones climáticas, por sorprendernos la
época de lluvias en plena gestión.
A estas estructuras hídricas para su mantenimiento y rehabilitación se las articuló
dentro de un asentamiento político territorial concreto, es decir proponiendo una
explicación descripción de cada problemática local, ya sea en una comuna,
parroquia, cantón, sitio, organizaciones de base, con su organización política. Fue
necesario también conocer la población estimada, provisión de agua local, uso y
calidad de agua, tenencia de los recursos naturales, su georreferencia, y el estado
de conservación o mantenimiento de las mismas.
Metodológicamente, se concibió el trabajo con técnicas participativas para poner a
prueba los criterios de selección a través de la expresión territorial o local de los
sujetos reales en la identificación de los problemas de los Sistemas de Albarradas y
logrando un empoderamiento de parte de la población u organizaciones de base,
según el caso.
Lo anterior permitió articular la expresión de la población (sujetos sociales) y sus
organizaciones con los técnicos y los decisores políticos (autoridades políticas) y
también se tuvo que considerar técnicas cuantitativas de registro.
5
ambiental- ecológico, operando desde las escalas más pequeñas hasta las más
grande como es su cuenca aportante.
Se hace énfasis en el concepto de ambiente, en tanto articulación de la relación
sociedad (población y actividades) /naturaleza (medio natural y construido) para
incluir la problemática ambiental, por una parte y la gestión ambiental por otra, es
preciso y conveniente entender y operar en el contexto de unidades respecto de las
cuales pueden definirse los problemas disfuncionales (en tanto deficiencia de la
relación sociedad naturaleza) al interior de cada unidad, a cada estructura hídrica, o
unidad en su contexto7.
Esto quiere apuntar a que cada unidad posee numerosas interacciones con el afuera
sistémico de tal unidad, una buena parte de las concepciones ligadas a una gestión
ambiental racional están ligadas al concepto de la gestión local. Una gestión que
surge en el seno de lo que se denomina como democracia ambiental relacionado
con los problemas y sujetos concretos de cada unidad/comunidad8.
Este manejo lo encontramos en las instituciones de autogobierno locales (comunas)
autogobierno que han permanecido durante largo tiempo, dando lecciones en varias
regiones del Ecuador (provincia de Santa Elena, del Guayas y Manabí) sobre el
mantenimiento y uso de las Albarradas, y señalando que son parte de una estructura
mayor a la que llamaremos Sistema de Albarrada.
Este Sistema de Albarradas, forma parte del patrimonio material de la Costa del
Ecuador, hay albarradas ancestrales inmemoriales, y también las hay modernas. Se
rescata también el conocimiento y mantenimiento de las comunidades con dicha
tecnología asociado al manejo de agua dulce de lluvia, que ha logrado transformar el
medio ambiente y la naturaleza en el proceso de configuración de sus territorios
como espacio de la vida material y cultural.
¿Qué elementos que conforman el Sistema de Albarradas?
La estructura hidráulica construida.
El ecosistema antropizado: Interacción y conservación de plantas y animales.
Gradiente de los terrenos y escorrentías de agua de lluvia.
El conocimiento del manejo de la cuenca aportante, conocimiento del régimen
hidrológico y los flujos de entrada de agua.
Suelos apropiados.
7
R. Fernádez La ciudad verde. Teoría de la Gestión Ambiental Urbana (2000: 44).
8
R. Fernandez (op. cit.).
6
Capacidad social de trabajo organizado colectivamente.
Complementariedad de los sistemas de albarradas
Conocimiento acumulado sobre el manejo del medio ambiente.
Normas valores y conductas que orientan la gestión naturaleza y cultura de
los recursos naturales.
La estructura hidráulicas construidas: Dentro de éstas estructuras hidráulicas se
incluyen los muros y las estructuras de desagües, desfogue, drenaje o vertedero.
Los desagües juegan un papel importante en el correcto funcionamiento de la
tecnología. De su eficacia la capacidad de cada Albarrada (y de sus usuarios) de
gestionar los excedentes de agua.
Hay dos tipos de desagües: 1) los naturales que se ubican en la cola de los muros
y cuyo funcionamiento aprovecha la característica topográfica; 2) los que están
ubicados en los propios muros, principalmente en la cabeza de ésta. Entre estos
últimos los hay: a) temporales, que son de tierra y que deben construirse cada año,
haciendo una brecha entre el muro cuando es necesario, y los b) permanentes,
hechos de cemento, a los cuales hay que garantizar la limpieza.
Actualmente en los registros realizados para éste trabajo se han verificado que en su
gran mayoría, las estructuras trabajan con desagües de cemento.
Interacción y conservación de plantas y animales: hace referencia a las
específicas condiciones medio ambientales que se dan en un territorio antropizado,
que tiene lugar en las albarradas.
Gradiente de los terrenos y escorrentías de agua de lluvia: refiere a las
características topográficas e hidrográficas de la región, generando terrenos con
humedad.
Cuenca aportante: conocimiento del régimen hidrológicos y también de los flujos
de entradas de agua. Se refiere a terrenos con una leve inclinación que garantice el
flujo de agua. La población evita en esos lugares impactarlo con actividades o
construcciones que contaminen las correntías.
Lugar predilecto para huertos y plantas frutales.
Suelos apropiados: En relación al tipo de suelo apropiado para la ubicación de las
albarradas y para la construcción de los muros, las investigaciones realizadas en la
Península de Santa Elena requerían de formaciones geológicas permeables y
semipermeables.
7
Capacidad social de trabajo organizado colectivamente: Este es un factor
sumamente importante, pues define principalmente en las albarradas públicas o de
propiedad colectiva, las capacidades locales, de gestión y mantenimiento de
tecnologías, y privadas y abiertas a la comunidad. En este punto ha influido para el
poco mantenimiento de las albarrdas la migración de los jóvenes al exterior o a las
grandes capitales del Ecuador (Guayaquil y Quito).
Conocimiento acumulado: Los procesos de uso y gestión de tecnologías y/ o
recursos naturales no son únicamente formas de apropiación económica de tales
recursos, por el contrario ponen de manifiesto la existencia de un cúmulo de
conocimientos adquiridos por la tradición heredada de los mayores, de mitos y
símbolos que llevan al mantenimiento y preservación de estos ecosistemas
naturales.
Por lo tanto, dichos sistemas conforman sistemas tecnológicos que almacenan
información de saberes sociales, culturales y biológicos, ya que constituyen una
fuente importantísima de la biodiversidad. Se afirma que el saber tecnológico
autóctono articula conocimiento propiamente técnico con toda una cosmovisión que
integra en un sistema holístico procesos de significación donde se articulan
percepciones, saberes y prácticas insertos en contextos territoriales, ecológicos,
sociales y culturales específicos.
Estas capacidades adaptativas de los campesinos derivan de años de
experimentación y revolución de sus prácticas tradicionales con las transformaciones
del medio. Así la reapropiación del saber no sólo contribuye a elevar la reproducción
y producción, sino también a fortalecer las identidades étnicas, la cohesión social y
la autoconfianza, que determinan la capacidad de autogestión productiva y
reproductiva de las comunidades9.
Normas y costumbres, que orientan la gestión: Hay un patrón cultural que
mantiene en el interior del sistema de albarradas un control de uso, que está
vinculado a las tareas reproductivas y productivas de la comunidad.
Significa, que la manera de aprender lo concreto de la articulación naturaleza cultura
debe responder a una organización que tenga en cuenta la complejidad del orden
de lo simbólico; como una diferenciación de la complejidad epistemológica, es decir
9
E. Leff. La complejidad ambiental ( 2000:9).
8
de la producción de conceptos para aprender la especificidad de diferentes órdenes
de lo real10.
Seguramente este orden preserva el agua de estos ecosistemas.
Se identifican en el inventario diciembre 2009 en la provincia de Manabí que sobre
un universo de 120 Albarradas el 52% mantienen un control sobre el agua dulce y el
48%, el agua está destinada a la producción.
Complementariedad de los sistemas de albarradas: Por lo general dentro de un
sitio suele haber varias albarradas y se establecen relaciones de complementariedad
en cuanto a su patrón de uso, de tal forma que a cada albarrada se le asigne un
uso y valor relativos a su posición dentro de estos sistemas mayores.
Algunas albarradas son destinadas exclusivamente para consumo humano, están
cerradas, mientras que otras pueden ser de uso principalmente productivo o
compartir varias funciones, éstas están abiertas cubriendo de esta manera los
diferentes ámbitos de necesidad con respecto al recurso hídrico.
El Mapa Nº 1 está determinando un sensible indicador de pobreza en las
comunidades rurales donde hay albarradas cerradas, por inferir que solo tienen
acceso al agua dulce de lluvia para su reproducción.
Ahora bien, para mantener esta agua y oxigenarla para que sirva para consumo
humano se les siembra una planta acuática, que purifica el agua con su fotosíntesis,
llamada pistia stratiotis, de la familia de “araceae”, que tiene la propiedad de cubrir el
agua y evita su evaporación.
Actualmente, se han registrado distintos usos de las albarradas abiertas, las hay
para actividades productivas como: la agricultura, la ganadería, la acuacultura y
también para la minería. Excepto esta última, el resto de las actividades pueden
compartir una misma albarrada. También pueden compartir las aguas para lavar la
ropa y para la higiene personal, siempre afuera de la misma. Sobre 25 albarradas
registradas, se confeccionó esta cartografía donde quedan registradas para la
gestión la ubicación de las albarradas cerradas y abiertas.
10
E. Leff (op. cit.).
9
Mapa Nº 1
11
Narradora, Yadira Ficher, Entrevista febrero de 2010.
11
III. Relaciones de contexto espacial
A nivel de contexto, la República del Ecuador esta formado administrativamente por
cuatro regiones: Región de la sierra con 10 provincias, Región de la Costa con 7
provincias, región de la amazonía con 6 provincias. El total de población es de
12.156.609 habitantes12.
La provincia de Manabí pertenece a la región de la Costa del Ecuador, está dividida
por veintidós cantones su población es de 1.186.025 habitantes (Censo de población
2001). Cuando se visitan las comunidades de ésta u otras provincias de la costa del
Ecuador, se encuentran estructuradas por diferentes organizaciones políticas;
pueden estar bajo el régimen comunal o incluidas en el régimen nacional de
parroquias rurales, ambas formas tienen un protagonismo hoy por hoy, distintas
organizaciones políticas campesinas.
Las comunas actuales han sido definidas como unidades sociopolíticas de carácter
estable, identificadas por su vinculación a un territorio sobre el que se tienen
derechos exclusivos y a un tipo de asentamientos, del cual se forma parte a través
de relaciones sociales fundamentalmente de parentesco que integran a sus
miembros mediantes canales institucionalizados de cooperación y ayudas mutuas13.
En la Región de la Costa del Ecuador se ha consolidado mediante una normativa
precisa (la Ley de Organización y Régimen de Comunas de 1937) el régimen de
propiedad colectiva de la tierra gestionada por los cabildos, reconocidos estos como
las instancias de la gobernabilidad local. Por lo tanto, mas allá de la riqueza de las
albarradas como reservorios de agua per se, y como sostenedores de la
biodiversidad, encontramos un territorio previamente organizado y articulado entre
si por la gobernabilidad de las Comunas que ejercen un poder local en el campo de
las decisiones ambientales14. Si bien hoy encontramos algunas comunas con una
debilidad en su gobernabilidad por estar vendiendo parte de sus tierras comunales,
generando conflictos con sus recursos.
Por lo tanto las comunas son unidades sociopolíticas de carácter estable,
identificadas por su asociación a un territorio político productivo de origen étnico
sobre el que tienen derechos exclusivos, y a un tipo de asentamiento nucleado de
naturaleza urbana.
13
S. Alvarez, De Huancavilcas a Comuneros. Relaciones interétnicas en la Península de Santa Elena, Ecuador
(2001, 299).
14
S. Alvarez ( op. cit).
12
Se pudo detectar comunas con un poder muy firme sobre todo aquellas que se
encuentran en lugares altos o con accesibilidad más frágil, éstas conservan
instituciones como la minga y están las otras comunas que tienen un gobierno más
vulnerable y son las que están más vinculadas al poder de la tierra.
Se destacan las Asambleas, estas constituyen la arena política en la que se
expresan ritualizadamente los actores sociales. Dentro de las asambleas las
relaciones personales quedan momentáneamente congeladas, lo cotidiano se ve
desplazado por la solemnidad de los discursos y discusiones políticas que se
asumen con la naturalidad y el comportamiento permitido15.
Desde el momento en que se reconoce la existencia de bienes comunales, hay una
práctica y una tradición de administración particular que se traduce en reglas
implícitas o discutidas colectivamente que orientan el acceso y el manejo de esos
recursos. Para la cosmovisión comunera recursos naturales y mercancía se
distinguen en el orden de sus propios patrones culturales, en algunas comunas los
conceptos adquieren distintos contenidos: el agua del rio no es el agua que venden
los banqueros, el árbol no es la madera es aquel que da fruto o sombra, el río es el
que trae piedras etc.16.
A nivel metodológico, fue necesario recurrir a la historia del lugar vinculada a la
significación de las creencias a través del “tiempo” y del “espacio” para poder
comprender su imaginario.
Al respecto, Maritza Gómez Muñoz afirma; - que la memoria oral recurre a formas de
representación ritual de los saberes que funcionan como ayuda a la memoria y la
persona se vale, entre otros esquemas orales, de su propia habilidad perceptiva
para recrear rutas y paisajes mediante mapas de la memoria oral17.
Por lo tanto se trata de fortalecer en los estudios ambientales, no sólo la percepción
de “nosotros”, sino también la de los “otros”. Y es esta diversidad cultural que nos va
a poder hacer ver las problemáticas ambientales desde la cosmovisión de los
pueblos.
15
S. Alvarez (2002, op. cit.).
16
Taller del Proyecto Albarrada (2001)
17
M. Gómez Muñoz. En Saber indígena y medio ambiente (2000: 287).
13
Nos adscribimos a la idea de M. Gómez Muñoz al plantear que existe una diversidad
de formas locales de acceder a saberes, de apropiación del mundo, de percibir y
trabajar. Se trata de empezar a reconocer e instrumentar una pedagogía comunitaria
que se construye desde las experiencias y se base en las formas de aprendizaje del
trabajo, el cultivo; de aprendizaje del sufrimiento de los sueños del silencio, así como
de la observación y la percepción del entorno; de la memoria mítica e histórica, de
la narración activándose en la convivencia con los demás y con la naturaleza18.
Dicho esquema conceptual nos va a servir de hilo conductor en esta gestión, por eso
se recurre a la técnica de taller, como una opción pedagógica alternativa, para
acompañar el diagnóstico y rehabilitación de las albarradas llevado adelante por el
Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP), en el estado de
emergencia hídrica de la provincia de Manabí. (Noviembre de 2009, Decreto
Ejecutivo Nº 146, acuerdo Ministerial del MAGAP, Nº 199, 23 de noviembre del
mismo año)
Mientras se realizaba la rehabilitación física de las albarradas, se abordaban
metodologías participativas con el objetivo esencial de convocar a la población a
intervenir en dichos procesos y compartir los saberes que han perdurado a través de
resignificaciones que le imprimieron y consolidaron a través del tiempo distintos
sujetos sociales en realidades diferentes del territorio manabita. Consolidando un
saber de la cultura hídrica que se expresa en el lenguaje de la costumbre y siempre
en referencia al mundo natural y cultural que los rodea.
Se identifican los siguientes testimonios donde se señalan el conocimiento que tiene
la población al opinar sobre sus albarradas.
Por nuestros ancestros dicen que venían personas, acá en Charapotó,
venían de cacerías y a la tala de árboles, eso es lo que tenemos de
conocimiento, tales personas se encontraron con estas albarradas, nos
imaginamos que encontraron otras albarradas pequeñas y avanzaron por acá
y encontraron una albarrada más grande que la bautizaron “la Laguna “ y de
allí mismo viene el nombre de nuestra comunidad; La Laguna.
Eligieron construirlas en la unión de quebradas y corrientes de agua
pequeñas, cuando es la lluvia para que almacenen en los depósitos que los
antiguos habían construidos.
18
M. Gómez Muñoz (2000: 279, op. cit.).
14
Testimonio del secretario de la Comuna la Laguna
Debemos tener cuidados con los charcos, y nosotros mismos, los habitantes,
debemos de ver que esas casas o esas habitaciones no tengan las casa
tenga las cosas sépticas , lo que llamamos las letrinas que no estén cerca de
estas abarradas, porque es un foco de contaminación, y nos puede causar
enfermedades sobre todo para los niñez y para la tercera edad y para
nosotros los jóvenes y la tercera edad y también para los jóvenes también.
Presidenta de la Comuna las Corona
¿Cómo se organizan para limpiarlas?
Formando grupos, haciendo mingas y, limpiando los canales, limpiando la
zanja que llamamos nosotros haciéndoles cerramientos y tratando que no se
dañe esa agua que no se vaya a contaminar, con el liquido, mucho de
nosotros cargamos agua con los galones y los cogemos sucios con las manos
contaminadas de líquido y toda estas cosas eso debemos de tratar, si uno va
y no lleva esas precauciones debemos tratar si uno va y no tiene esa
precaución debemos corregir.
Comunero de la Laguna
La evaluación de este trabajo, se concibió como participativa articulada a un
asentamiento humano concreto – es decir proponiendo una explicación descriptiva
de cada problemática local, cantón, sitio - con su población estimada, provisión de
agua local, uso y calidad de agua, tenencia de los recursos naturales, geo-
referencia, cuenca aportante y estado de conservación o mantenimiento de las
mismas.
En la evaluación y selección del trabajo, se incluyo el criterio de la comunidad y su
experiencia de relación con la tecnología hidráulica, para poner a prueba los criterios
de selección establecidos a través de la expresión territorial local, de los sujetos
reales, y la identificación de problemas concretos. La intención era lograr un
reconocimiento de parte de la población y organizaciones de base, según el caso
para contar con su consentimiento y apoyo. De esta manera, se intenta articular la
experiencia de la población, (sujetos sociales y sus organizaciones) con los técnicos
y los decisores políticos (autoridades políticas).
Por último, en el presente informe, presentamos detalladamente, los resultados
obtenidos del registro, evaluación, y propuesta de intervención, que cumple con el
compromiso asumido, y plantean la necesidad de desarrollar nuevos programas que
15
den continuidad al levantamiento y registro de los sistemas hidráulicos en la
provincia.
V. Bibliografía
ALVAREZ, Silvia. 1999. De Huancavilcas a Comuneros. Relaciones interétnicas en
la Península de Santa Elena, Ecuador. Editorial Abya - Yala. Quito Ecuador.
ALVAREZ, Silvia. 2003. Revista, Agua y Biodiversidad. Manejo y uso Sostenible.
Editorial Proyecto Albarrada de la Costa del Ecuador. Guayaquil
FERNÁDEZ, Roberto. 2000. La ciudad Verde. Teoría de la Gestión Ambiental
Urbana. Editorial ESPACIO. Argentina
Ficher, Yadira . 2010. Narradora. Material inédito. Ecuador.
LEFF, Enrique. 2000. Compilador. La complejidad Ambiental. Editorial siglo XXI
PNUMA. México.
MARCOS Jorge. 2004. Coordinador. Las albarradas en la Costa del Ecuador.
Rescate del conocimiento ancestral del manejo sostenible de la biodiversidad.
CEEAA – ESPOL, Guayaquil, Ecuador.
MARCOS, Jorge. 2010. Informe de la Consultora del Proyecto de gestión para
mitigar los riesgos de sequía o poca pluviosidad invernal en la provincia de Manabí
con especial atención a las tecnologías alternativas basadas en saberes
tradicionales y ancestrales.
16
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL.
Santa Rosa. La Pampa. 11 al 15 de marzo 2013
Diego Domínguez
Grupo de Ecología Política, Comunidades y Derechos
Instituto Gino Germani – Facultad Ciencias Sociales
UBA
1
En Estados Unidos, país de origen de la empresa Monsanto responsable del desarrollo de la tecnología,
el evento de la “soja RR” se aprobó por parte de un par de organismos estatales un 18 de mayo de 1994.
zona de intenso “avance de frontera”, que luego sería establecido como “Día
Internacional de la Lucha Campesina” por Vía Campesina, en memoria de los
asesinados, y de todos los que pelean por el derecho a la tierra, entre otras
reivindicaciones.
Ese mismo año, como contrapunto del sentido histórico que se puede
interpretar en los dos hechos anteriores, un tercer suceso significativo ocurría,
esta vez a escala planetaria. La Vía Campesina lanzaba su campaña por la
“Soberanía Alimentaria” frente a la propuesta de la FAO de seguridad
alimentaria como solución al hambre que en aquel momento afectaba a más de
800 millones de personas en el mundo. En noviembre de 1996, la alianza
internacional de organizaciones de campesinos, trabajadores rurales,
pescadores, indígenas, elaboró un documento llamado “Soberanía Alimentaria:
un Futuro sin Hambre” en simultaneo con la “Cumbre Mundial sobre Seguridad
Alimentaría” convocada por la FAO, en Roma, Italia, con la misión de orquestar
una agenda internacional para la seguridad alimentaria.
En este marco de reflexión creciente sobre la SA, han surgido críticas también.
La más significativa se refiere al rol que cumpliría la propuesta de SA como
impulso a medidas proteccionistas de los agricultores de países centrales
frente a los productos agropecuarios de países “emergentes” como Argentina.
Desde esta posición la SA sería una consigna para justificar la instrumentación
de barreras al comercio mundial, y por ende un dispositivo que no favorecería
la baja en los precios de los alimentos (ver entrevista de Claudio Scaletta a
Dominique Plihon, presidente del consejo científico de la ONG ATTAC,
impulsora de regulaciones al movimiento internacional de capitales).
2
Algunos autores prefieren ubicar el origen de La Vía Campesina (LVC) en un encuentro anterior a la
conferencia que la misma LVC toma como origen: “El origen de Vía Campesina se remonta a abril de
1992, cuando varios líderes campesinos de America Central, de Norteamérica y de Europa se reunieron
en Managua, Nicaragua, en el congreso de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG). En
mayo de 1993 celebraron su primera conferencia en la ciudad de Mons, Bélgica. Siete meses después
organizaron una manifestación de 5 mil personas en las calles de Ginebra para protestar contra el Acuerdo
General de Aranceles y Comercio (GATT)” (Hernandez Navarro y Desmarais, 2009:2).
día 17 de abril de 1996. Esta terrible acción es sin duda otro golpe cuyo
propósito es intimidar a aquellos que buscan justicia. No nos intimidaran.
Por la presente declaramos al 17 de abril. “Día Internacional para protestar
en contra de la opresión campesina, en cualquier parte del mundo”. Se hizo
notar en la Conferencia que la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), celebrara una Cumbre a nivel mundial
sobre Alimentación, durante el mes de noviembre de 1996, con el ostentoso
propósito de resolver el problema de millones de personas que enfrentan la
escasez de alimentos y la desnutrición. No podrá solucionarse este
problema sin la participación activa de los que cultivan la tierra. Los
delegados tomaron la decisión de que la Vía Campesina debe estar en esta
Cumbre, debidamente representada. Denunciamos las actividades
neoliberales del Banco Mundial y del FMI, cuyas políticas de reajuste
estructural imponen un precio demasiado alto que es inaceptable para los
pobres y los campesinos en muchos de nuestros países” (II Conferencia
Internacional de La Via Campesina, Tlaxcala, Mexico, 18 al 21 Abril, 1996,
http://www.viacampesina.org).
3
El foro se realizó en el marco del Comité Internacional de Planeación para la Soberanía Alimentaria
(CIP). Esta instancia ha funciona como alianza de diversas organizaciones que convergen en la propuesta
de soberanía alimentaria: “En 1996, con la Cumbre Mundial de la Alimentación, donde más de 500
organizaciones se reunieron, con la participación de 1300 representantes de 80 países realizaron un foro
de ONG, quienes interesados en el tema de la cooperación FAO-ONGs/OSCs, estimularon la creación de
redes de seguimiento hacia la Cumbre Mundial de Alimentación (CAD). En este proceso se conformo el
CIP, el Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaría en 2002. Los Pueblos
Indígenas iniciamos una alianza estratégica con la Vía Campesina, los pueblos nómadas, los pescadores
esta vez la necesidad de reconocer las agriculturas campesinas y su apuesta
por la soberanía alimentaria como única posibilidad de sortear la crisis
alimentaria y climática. Asumiendo una posición de denuncia la Vía Campesina
declaraba:
“Las acciones de algunos gobiernos y altos mandatarios de la ONU durante
la Conferencia de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria Mundial, Cambio
Climático y Bioenergía (la Cumbre de la FAO) constituyen un ataque a los
campesinos que son proveedores de comida2 (entre los cuales las mujeres
están en primera línea) y los bienes naturales comunes. (…) Nosotros —
más de cien organizaciones provenientes de cinco continentes—, los
participantes en el Forum Terra Preta4, celebrado paralelamente a la
Cumbre de la FAO, proponemos una forma diferente y sostenible de
responder a las persistentes crisis ecológicas y al cambio climático y de
forjar soluciones que fortalezcan nuestras capacidades, valoricen el papel
central de las mujeres en la producción de alimentos, protejan nuestras
ecologías y recuperen nuestras comunidades, sociedades y economías.
rechazamos el modelo industrial-corporativo con su uso intensivo de
energía que es la causa de las constantes crisis. Afirmamos que al
paradigma de la Soberanía Alimentaria de los Públicos constituye el marco
guía de nuestras futuras acciones y para la supervivencia de la humanidad.
Nuestros análisis y nuestras posiciones ya están expresados en numerosas
declaraciones y llamados a la acción” (Declaración “Foro Terra Preta”: Foro
sobre la Crisis Alimentaria, Cambio Climático, Agrocombustibles y
Soberanía, Roma, 4 de junio, 2008).
Un año después, la Vía Campesina, lanzaba una crítica aguda hacia la función
cumplida por las cumbres de la FAO por terminar en sucesivos fracasos. Lo
que se cuestionaba era la falta de voluntad política de los países desarrollados
durante la Cumbre Mundial de Seguridad Alimentaria, en Roma del 16 al 18 de
noviembre, 2009:
“No se tomaron medidas concretas para erradicar el hambre, detener la
especulación sobre los alimentos o frenar la expansión de los
agrocombustibles. No se adoptaron ningún tipo de medidas para evitar los
efectos devastadores de la agricultura corporativa industrial o para apoyar a
la producción local campesina. La cumbre demostró que no le interesaba
tomar el desafío de un cambio radical y desesperadamente necesario
dentro de las políticas alimentarias y agrícolas, garantizando el acceso y el
control por parte de campesinos y pequeños agricultores, hombres y
mujeres, sobre los recursos productivos a través de una auténtica reforma
agraria. La ausencia de los jefes de estado del G8 permite ver una
tremenda falta de responsabilidad para resolver esta cada vez más
profunda crisis del hambre. La Vía Campesina exige mayor inversión dentro
de las políticas públicas basadas en la soberanía alimentaria que promueve
artesanales, las redes ambientalistas y Ongs que trabajaban en el temas sobre alimentación y en está
alianza como CIP, hemos organizado conjuntamente múltiples Encuentros, Conferencias, reuniones por
ejemplo: La Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural (CIRARD, 2006), La
Conferencia de Nyéleni, 2007, la Primera Conferencia Especial para la Soberanía Alimentaria por los
Derechos y la Vida, 2008. La Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria (2009), La Conferencia de
Cochabamba y las Consultas de la Sociedad Civil, previas a las Conferencias Regionales de la FAO en
todos los continentes.” (Stanley Icaza, 2012:1).
la agricultura y la producción de alimentos a pequeña escala. Debe
priorizarse el apoyo a aquellas personas que producen alimentos de una
manera sustentable para las comunidades locales, en lugar de favorecer los
cultivos de exportación, los agrocombustibles o tecnologías como los
transgénicos, impulsados por las corporaciones transnacionales. La
agricultura debe excluirse de cualquier acuerdo de libre comercio para
permitir a los países proteger de manera efectiva su libre producción local
alimentaria” (Comunicado de la Vía Campesina sobre Cumbre Mundial de
Seguridad Alimentaria: “FAO: G8 demuestra total falta de voluntad política”,
Roma, 18 de noviembre del 2009, Minga Informativa de Movimientos
Sociales).
Desde que fuera enunciada por primera vez en 1996, la propuesta y consigna
de SA, fue delineándose con mayor precisión en sucesivos documentos de la
Vía Campesina. Aquí hemos seleccionado algunos de estos documentos
(http://www.viacampesina.org) con el objetivo de identificar los principales ejes
de la SA.
Por un lado, la SA realiza una critica que reinstala el cuestionamiento sobre los
paradigmas productivos y politiza las respuestas técnicas, justo cuando se
creían suturados los debates en torno de solo dos posiciones: o los esfuerzos
por superar los límites impuestos por la naturaleza, o bien los esfuerzos por
redistribuir las riquezas socialmente generadas. Frente a las posiciones
llamadas maltusianas (aumento producción) o progresistas (redistribución
producción), la SA propone desplazar el eje del problema y dimensionar las
relaciones de poder al interior de los sistemas agroalimentarios, identificando
responsabilidades empresariales, gubernamentales, y científicas en la
estructuración de las orientaciones de la producción agraria: el qué, cómo, para
qué, y quien. Desde la SA, entendida como enfoque, se asume que detrás de
las respuestas técnicas para el diseño y puesta en marcha de un tipo de
desarrollo rural/agrario, siempre está presente una decisión política con
capacidad performativa. La SA pone en evidencia que los patrones técnicos de
producción encubren la naturaleza intencionada, aunque por cierto contingente
y con resultados inciertos, que está presente en cada respuesta posible ante el
qué, cómo, para qué, y quien de la producción. De hecho, la SA identifica como
explicación posible para la falta de acceso a los alimentos en calidad y cantidad
y las hambrunas crecientes, ya no la falta de oferta, o la concentración de su
consumo, sino la propia estructuración de una agricultura global por parte de un
conjunto de empresas exportadoras, procesadoras y de desarrollo tecno-
científico. En el Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria de 2001, las
organizaciones campesinas a partir del enfoque de la SA realizaban un
diagnóstico sobre la crisis alimentaria era el siguiente:
“Se intenta imponer el patrón alimentario de las corporaciones
trasnacionales como el único viable, apropiado y correcto en un mundo
global; se trata de un verdadero imperialismo alimentario que atenta contra
la diversidad de las culturas alimentarias de los pueblos, sus identidades
nacionales, culturales y étnicas. (…) Las políticas neoliberales hacia el
campo, en realidad han impulsado un proceso de desruralización forzada de
vastas proporciones y consecuencias dramáticas, una auténtica guerra
contra las agriculturas campesinas e indígenas que, en algunos casos, llega
a configurar un verdadero genocidio y etnocidio. (…) Con las políticas
neoliberales, el hambre y la malnutrición crecen, no por ausencia de
alimentos, sino por ausencia de derechos” (Foro Mundial sobre Soberanía
Alimentaria, La Habana, Cuba, 7/9/2001).
4
“El modo de producción industrial establece su dominación no sólo sobre los recursos y la
instrumentación sino también sobre la imaginación y los deseos de un número creciente de individuos. Es
el monopolio radical generalizado, ya no el de una rama de la industria sino el del modo industrial de
producción. El hombre mismo, en cierta forma, está industrializado. Los sistemas políticos hacen
prodigios de ingenio y de agilidad semántica para bautizar con nombres opuestos a esta misma estructura
industrial en expansión en todas partes, sin comprender que ella escapa a su control” (1978:66).
CMPCC nos comprometemos a seguir luchando por un conjunto de
soluciones y movilizarnos hasta lograr que los gobiernos cumplan con su
deber de llevarlas adelante. Pondremos al centro de nuestros esfuerzos la
construcción de Soberanía Alimentaria, defendiendo y apoyando a la
agricultura campesina e indígena como generadoras de alimentos, dignidad
e identidad y como una alternativa real y concreta para enfriar al planeta y
colocando la equidad de género como eje de nuestro accionar”
(Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos
de la Madre Tierra, sobre Agricultura y Soberanía Alimentaria, 22 abril 2010,
Cochabamba, Bolivia).
Local:
– Relación directa productor consumidor
– Disputa territorial con el modelo monocultivo
– Diversidad productiva
– Recuperación saberes locales
Regional:
– Complementariedad productiva
– Coordinación entre instancias económicas del campo y la ciudad
para la creación de normativas
– Procesamiento / Servicios / Cadenas agroindustriales campesinas
Global:
– Marco político para el desenvolvimiento de estrategias locales y
regionales
5
“Los pueblos y las comunidades están resignificando el discurso de la democracia y de la
sustentabilidad para reconfigurar sus estilos de etno-eco-desarrollo, desencadenando movimientos
inéditos por la reapropiación y la autogestión productiva de la biodiversidad, como el hábitat en el que ha
evolucionado la cultura de estas comunidades y donde habrán de definir sus proyectos futuros de vida.
Los nuevos movimientos sociales no sólo avanzan en una defensa de derechos tradicionales, en oposición
a un régimen de exclusión y marginación, en una lucha por la supervivencia. Estos movimientos de
reapropiación son al mismo tiempo movimientos de resistencia y de reexistencia. Lo que reclaman estos
movimientos no son sólo derechos a la naturaleza, sino un derecho del ser cultural. Reexisten: Vuelven a
asumir su voluntad de poder ser como son; no como han sido, sino como quieren ser. Despiertan sus
sueños, renacen sus utopías, para reinventar su existencia, para pasar del resentimiento por la opresión al
re-sentimiento de sus vidas” (Leff, Argueta, Boege y Gonçalves, 2005:20).
6
Según Boaventura de Sousa Santos, los campos de experimentación son expresiones locales de la
emancipación social emergente: “Recuperar la esperanza significa, en este contexto, alterar el estatuto de
la espera, no en general sino en el exacto lugar y tiempo en que se encuentra. La esperanza no reside,
pues, en un principio general que observa por un futuro general. Reside antes en la posibilidad de crear
campos de experimentación social donde sea posible resistir localmente las evidencias de la
inevitabilidad, promoviendo con éxito alternativas que parecen utópicas en todos los tiempos y lugares
excepto en aquellos en que ocurren efectivamente. Es este realismo utópico que preside las iniciativas de
los grupos oprimidos que, en un mundo donde parece haber desaparecido la alternativa, va construyendo,
un poco por todas partes, alternativas locales que tornan posible una vida digna y decente” (Santos,
2000:82).
7
“Una nueva política del lugar y el ser está siendo construida a través de las luchas actuales por la
identidad, por la autonomía y por el territorio. Una política del ser subyace al clamor por el
reconocimiento de los derechos a la supervivencia, a la diversidad cultural y a la calidad de vida de los
pueblos; es una política del devenir y la transformación, que valoriza el significado de la utopía como el
derecho de cada comunidad para forjar su propio futuro. Los territorios culturales están siendo fertilizados
por un tiempo pleno de significados. No es sólo la reivindicación de los derechos culturales que incluyen
la preservación de los usos y costumbres de sus lenguas autóctonas y sus prácticas tradicionales, sino una
política cultural para la reconstrucción de las relaciones sociales y productivas con la naturaleza en la
perspectiva de la sustentabilidad del desarrollo” (Leff, Argueta, Boege y Porto Gonçalves, 2005:15).
Actualmente, la misma Vía Campesina, ha elaborado una variedad de
definiciones sobre la Soberanía Alimentaria. Nosotros seleccionamos la
definición esbozada en la Declaración política del Foro de ONG/OSC para la
Soberanía Alimentaria. Roma, junio de 2002, por considerarla breve y
abarcativa a la vez que una de las más referidas y citadas8:
8
Existen otras definiciones significativas por su capacidad de explicitar los contenidos centrales de la SA,
a la vez que reflejar momentos políticos destacados para las organizaciones involucradas en su
realización. Una de estas definiciones es la que se elaboró con motivo del Foro Mundial sobre Soberanía
Alimentaria: “Por el derecho de los pueblos a producir, a alimentarse y a ejercer su soberanía
alimentaria”, La Habana, Cuba, 7 de septiembre del 2001: “Entendemos por soberanía alimentaria el
derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción,
distribución y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para toda la población,
con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de los
modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, de comercialización y de gestión
de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental”.
9
"La Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias
políticas agrícolas, pastoriles, laborales, de pesca, alimentarias y agrarias que sean ecológica, social,
económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias únicas. Esto incluye el derecho real a la
alimentación y a la producción de alimentos, lo que significa que todos los pueblos tienen el derecho de
tener alimentos y recursos para la producción de alimentos seguros, nutritivos y culturalmente apropiados,
así como la capacidad de mantenerse a sí mismos y a sus sociedades" (Declaración política del Foro de
ONG/OSC para la Soberanía Alimentaria. Roma, junio de 2002).
hacer del pueblo, incluyendo sus luchas y resistencias, remite a un hecho que
da derecho, de modo que debemos ubicarlo en el registro del derecho
consuetudinario, de los usos y costumbres, raíz real o formal de toda legalidad
que se pretenda de máxima legitimidad. Inscribimos la comprensión de este
supuesto en el marco de la crisis del Estado-Nación como organizador-
administrador principal del orden policial.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
Bartra, Armando (2000) “La renta de la vida”, en Ojarasca 42, Octubre 2000.
Stanley Icaza, Mani Jorge (2012) La FAO, el CSA y los pueblos indígenas, en
ALAI, América Latina en Movimiento 2012-05-15,
http://www.alainet.org/active/54862&lang=es.
Teubal, Miguel (2008) “Debate sobre la renta de la tierra”, en Diario Pagina 12,
24 de Junio de 2008, www.pagina12. com.ar.
Vargas, Elizabeth (2012) Seguridad alimentaria con soberanía: Más allá de las
buenas intenciones, en
http://www.sudamericarural.org/index.php?nw=140&mc=49&d=Ruralistas&cod=
117&iu=3542
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
(1)
Enrique David Goites
FLACSO Argentina – INTA
edgoites@gmail.com
______________________________________________________________________________
(1)Ingeniero Agrónomo (UNLP)- Magíster en Desarrollo Sustentable (FLACAM-Cátedra UNESCO) - Técnico
Extensionista del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Coordinador Técnico CT Chascomús del
Proyecto PROHUERTA y del Proyecto Específico Agroecología para la Inclusión Social del Centro Regional Bs.As.
Sur (CERBAS). Doctorando en Ciencias Sociales de FLACSO Argentina.
(2) Long, Norman. “The Multiple Optic of Interface Analysis” UNESCO Background Paper on Interface Analysis,
October 1999.
1
brindando especial atención a la reconfiguración de relaciones y valores.
La perspectiva de interfaz busca “explorar cómo las discrepancias de interés social,
interpretación cultural, conocimiento y poder son intermediados, perpetuados o
transformados en puntos críticos de confrontación y cooperación” (Long, 1999).
Es mediante la identificación de estas interfaces y luego estudiar las perturbaciones que
se producen como resultado de la intervención que podamos comprender cómo las
intervenciones son modificados por la vida cotidiana, y viceversa.
Como parte de la documentación etnográfica de las prácticas sociales de los actores y
los modos a través de los cuales sus acciones son materializadas se presenta el evento
crítico, denominado “Fiesta por el Regreso del Tren en Bavio”, el cual se viene
desarrollando desde el año 2004 en forma consecutiva, donde pretendemos describir
mediante la técnica de observación participante, pujas de intereses, posiciones,
conflictos y relaciones sociales entre actores.-
2
General Mansilla (más conocida entre sus pobladores como Bavio aludiendo a la
estación del ferrocarril de nombre Bartolomé Bavio, cuyo ramal fue cerrado en el año
1978), Arditi y Vieytes. La localidad de Bavio cuenta con 1.684 habitantes, Payrò con
70 y Arditi con 30 habitantes. (CNA, 2002). En estas tres localidades se está
trabajando en terreno con entrevistas en profundidad a los diversos actores.
Est.Bavio
FIG.1. Detalle de las 3 localidades en estudio. Gral.Mansilla (Bavio), Arditi y Payró. (Elaboración Propia en base a la
pagina Web www.caminodelgaucho.com.ar)
El partido es, esencialmente en una primera etapa, una zona de cría de vacunos, y de
ovinos. La aptitud global de los suelos se corresponde en general con un uso
predominante de la ganadería de cría vacuna, en forma extensiva, existiendo áreas
mixtas con aptitud Ganadera- Agrícola, y en menor medida con aptitud Agrícola -
Ganadera. Históricamente, la participación de la agricultura ha sido mínima, nunca
superior a un 10% del total de su superficie. La ganadería es una actividad económica
demandante de tecnologías de procesos, las cuales no son rutinarias y exigen
dedicación y capacidad de innovar.
La cría vacuna fue, históricamente, sinónimo de ganadería en Argentina:
“….Creció la cría vacuna para exportar cueros pero también la destinada al abasto de carne
de los mercados locales...”…en “el pago de Magdalena” se criaban vacunos para abastecer la
demanda de carne de Buenos Aires…..Hoy sabemos que la pequeña producción familiar era la
forma predominante de cualquiera de los rubros agrarios…., pero aún en las regiones de gran
estancia, la presencia masiva de pequeños productores era un dato insoslayable….”… (Barsky
y Gelman ,2005: 81-83).
3
Y la sociedad local se organiza inicialmente a partir de la pequeña ciudad de
Magdalena. Es allí donde se ubican las instituciones tradicionales en particular la
sociedad rural local, y donde está lo esencial de la administración municipal. La llegada
del tren en el este del partido (en 1887) permitió (pese a condiciones edafológicas no
muy favorables, es decir con suelos poco aptos para la producción agrícola-ganadera) y
dada la proximidad de la ciudad de la ciudad de La Plata, instalar tambos vacunos en
la zona de Bavio (el pueblo se funda en 1901 es decir posterior a la llegada del tren)
entregando leche fluida para los consumidores urbanos, así como otros pueblos
alrededor. El tren y el pueblo eran los impulsores del desarrollo del campo, el pueblo
era centro de su actividad social y económica, y la estación de tren un lugar activo que
lo relacionaba al “exterior”. Así se afianzaba su identidad tambera. Posteriormente la
modernización del sector en los ‘70 principalmente con la incorporación del ordeñe
mecánico y la instalación de industrias lácteas, la red de comunicación pasa a ser la
ruta y el tren pierde protagonismo.
Según Albaladejo, C.y ots. (2008) los pueblos perdieron su importancia, no sólo en
término de población sino que también en términos funcionales. Ni hablar de las vías de
ferrocarril. Por una parte este proceso de marginación de los pueblos se agudizó con la
segunda ola de modernización agropecuaria en los años ’90, pero por otro lado la
pobreza creciente en estas pequeñas concentraciones provocó a veces una nueva
dinámica que transforma completamente la organización del espacio y que resignifica
totalmente el territorio y sus lugares, en particular las estaciones de trenes.
4
tecnologías, nuevos actores y nuevos saberes que no solo corresponden a la
producción de carne, leche, soja, sino también a cultivos denominados en el campo
especifico como “producciones alternativas”, de “alto valor” ; “especialidades”; “nichos
de mercado” ; entre otras, para referirse a producciones orientadas a mercados
principalmente con destino a la exportación.
A partir de los `90 se ha verificado en la región una firme expansión de estas nuevas
producciones, destacándose principalmente hortalizas bajo cubierta (invernáculos) y al
aire libre para consumo de los grandes conglomerados urbanos cercanos a Bavio, y
producción de kiwis con destino a exportación. En la localidad de Bavio se encuentra
asentada la producción hortícola del Partido (por su vecindad con el cinturón hortícola
platense) registrándose para el censo Agropecuario del año 2002, 39 has de hortalizas
a campo y 13,5 has de cultivos bajo cubierta (invernáculos) con cultivos de tomate,
pimiento y lechuga en su mayor importancia. Con respecto al cultivo de kiwi, ubicados
en su mayor parte en Arditi y Payró, según datos extraoficiales, suman unas 90 has, en
módulos de entre 5 a 20 has, sobre unas 350 implantadas en el ámbito nacional. Estos
“nuevos” productores pertenecen a sectores no vinculados al medio rural constituidos
por profesionales independientes e inversores que hace poco mas de 8 años
irrumpieron en la zona con el consecuente cambio en la composición social de las
localidades en estudio. Estos agentes desarrollan estrategias de puesta en valor y
modalidades de interrelación horizontal y vertical que son marcadamente diferenciales
de las de los productores preexistentes. En función de estas características, su
emergencia puede influir en la definición de un nuevo perfil productivo en los espacios
rurales en los cuales se insertan (Craviotti,ob.cit.).
El kiwi es un fruto muy requerido por los mercados internacionales y hoy compite, en
su consumo, con frutas como las peras y las manzanas. Se consume en el hemisferio
Norte durante los 12 meses del año y es muy interesante encontrar zonas que lo
produzcan, en momentos en que no se produce en el hemisferio norte (contraestación).
El consumo de esta fruta se incrementa en el ámbito mundial con un ritmo sostenido del
5 % anual gracias a su excepcional sabor y a sus ya conocidas cualidades medicinales.
La Argentina produce en contra-estación y se destaca por el sabor y la calidad de la
fruta.Tanto el kiwi como la producción intensiva de hortalizas, coexisten con las
5
producciones características de la zona, trayendo consigo transformaciones que
ocurren en territorio merced a estos procesos productivos y que requerirían de una
readecuación de las relaciones sociales que hasta hace dos décadas atrás no estaban
presentes en el territorio.
3. El enfoque orientado al actor de Norman Long.
Este trabajo recupera el enfoque orientado al actor desarrollado por el antropólogo rural
Norman Long de la Universidad de Wageningen que está basado en los conceptos de
la teoría giddensiana, fundamentalmente en la noción de agencia humana. (Bidaseca,
2002). Un enfoque orientado al actor vincula, según Long, nueve puntos:
6
9. Identificar analíticamente los discursos y prácticas subyacentes a las nuevas formas
sociales emergentes y conexiones.
7
R1: Si. También los chicos que estudian en La Plata se tienen que quedar allá. Con el tren
podrían venir a comer a la casa y después volver si es necesario..Cuando dejo de andar el tren
mucha gente que trabajaba en La Plata o Capital tuvo que dejar el trabajo. Otros se fueron de
acá directamente…
P: Y ustedes piensan que el tren puede volver?
R2: Sería bueno..Ya hace varios años que están realizando gestiones con la Municipalidad y
una empresa que construyo uno chiquito que entraban 24 pasajeros sentados. Fue hace unos
tres años. Recorrió de Bavio a Payró (15 kmts.) pero después no sé que pasó…No se vio mas
por acá…
R1: Dicen que no llegaron a un acuerdo entre la Municipalidad y el ferrocarril para seguir
funcionando. Al trencito se lo llevaron a un pueblo de Entre Ríos...Dicen…ahí está
funcionando…
8
La intervención planificada de programas de desarrollo llega rápidamente a formar parte
de las oportunidades y obstáculos de las estrategias sociales de las personas cuyos
mundos o campos sociales son intervenidos. El análisis de la interfaz de un programa
de desarrollo toma en cuenta las diferencias de percepción sobre medios y fines de los
diversos actores y los conflictos que surgen sobre estas discrepancias de percepción y
expectativa. Trata de clarificar cómo emergen, de tales contextos, nuevas formas de
interacción, nuevos discursos y nuevas estrategias (Long, 2001).
5 La investigación cualitativa
La investigación cualitativa tiene una larga y reconocida historia en el estudio de vida
de grupos humanos, establecida por la Escuela de Chicago en las décadas de 1920 y
1930. Por su parte, .antropólogos de renombre como Boas, Mead, Benedict, Malinosky
entre otros, trazaron las líneas del método de trabajo de campo, en el que el
observador se establecía en el extranjero para estudiar costumbres y hábitos de otra
sociedad y cultura. La investigación cualitativa es un campo de indagación por derecho
propio. Entrecruza disciplinas, campos y problemáticas. Muchos términos
interrelacionados entre si rodean al termino investigación cualitativa, que incluyen
tradiciones asociadas al positivismo, al postestructuralismo y las múltiples perspectivas
o métodos conectados a estudios de interpretación y de las culturas. Muchos métodos y
aproximaciones caen bajo la categoría de investigación cualitativa tales como la
entrevista, la observación participante y los métodos visuales (Denzin, N y ot.1994)
Sin entrar en una “descripción densa” en términos de Geertz, podemos ofrecer una
definición genérica diciendo que la investigación cualitativa es un multimétodo
focalizado, incluyendo interpretación y aproximaciones naturalistas a un objeto de
estudio. Esto significa que los investigadores cualitativos estudian las cosas en su
situación natural, tratando de entender interpretar los fenómenos en términos de los
significados que la gente les otorga. Incluye además la recolección y el uso estudiado
de una variedad de materiales empíricos (estudios de caso, experiencia personal,
introspección, historias de vida, entrevistas, textos de observación, históricos, de
interacción y visuales) que describen la rutina, los momentos problemáticos y los
significados en la vida de los individuos. (Denzin y ot, ob.cit).
9
La observación participante es una de las técnicas de recolección de datos que se
puede utilizar si seguimos los pasos de una investigación cualitativa.
6. La Observación Participante.
Según Rosana Guber (2001) la técnica de Observación Participante consiste en dos
actividades principales: observar sistemática y controladamente todo lo que acontece
en torno del investigador, y participar en una o varias actividades de la población.
Hablamos de "participar" en el sentido de "desempeñarse como lo hacen los nativos";
de aprender a realizar ciertas actividades y a comportarse como uno más. La
"participación" pone el énfasis en la experiencia vivida por el investigador apuntando su
objetivo a "estar adentro" de la sociedad estudiada. En el polo contrario, la observación
ubicaría al investigador fuera de la sociedad, para realizar su descripción con un
registro detallado de cuanto ve y escucha. La representación ideal de la observación es
tomar notas de una obra de teatro como mero espectador.
Desde el ángulo de la observación, entonces, el investigador está siempre alerta pues,
incluso aunque participe, lo hace con el fin de observar y registrar los distintos
momentos y eventos de la vida social.El objetivo fundamental de la técnica de
observación participante es la descripción de grupos sociales y escenas culturales
mediante la vivencia de las experiencias de las personas implicadas en un grupo o
institución, con el fin de captar cómo definen su propia realidad y los constructos que
organizan su mundo. La observación se realizó en la localidad de Bartolomé Bavio,
Partido de Magdalena, el 16 de mayo de 2010.
7.- DESARROLLO.
a. La entrada en el campo
Nos referimos como “el campo” al lugar donde los actores desarrollan su vida, en donde
se generan acontecimientos y situaciones producto de la interacción de los sujetos,
10
resultado de un dialogo entre individuos y cultura que demandaran nuestra atención. Su
recorrida significa, ni más ni menos, el despliegue de la observación participante.
Para S.J. Taylor y R. Bodgan (1984), los observadores participantes entran en el campo
con la esperanza de establecer relaciones abiertas con los informantes. Se comportan
de un modo tal que llegan a ser una parte no intrusiva de la escena, personas cuya
posición los participantes dan por sobreentendida. Idealmente, los informantes olvidan
que el observador se propone investigar. Muchas de las técnicas empleadas, en la
observación participante corresponden a reglas cotidianas sobre la interacción social no
ofensiva; las aptitudes en esa área son una necesidad. Durante el período inicial, la
recolección de datos es secundaria para llegar a conocer el escenario y las personas.
Las preguntas tienen la finalidad de ayudar a romper el hielo. Puesto que algunas
personas pueden preguntarle al investigador qué quiere saber, es una buena idea
anotar algunas preguntas generales antes de ingresar en el campo.
c. Escenario de la observación.
El escenario de este evento crítico se desarrolla en la localidad de B.Bavio, en la
11
estación de tren de dicha localidad. Hace hoy exactamente 123 años, el 15 de Mayo de
1887, llegaba el Ferrocarril donde hoy esta la Estación de Bartolomé Bavio. A Partir de
ahí se crearía el pueblo alrededor de la Estación, creciendo esta localidad con el Tren y
llegar a convertirse en una importante zona lechera. El Ferrocarril fue clausurado en
1977, y sólo se reabrió en dos oportunidades: para realizar un transporte de conchilla
(en 1980); y para el traslado de tanques de guerra desde Magdalena al Sur, durante la
Guerra de Malvinas (1982).Me cuenta con énfasis uno de los principales
organizadores del evento:
“……volvimos a reiterar el pedido por el tren, seguimos sosteniendo el reclamo para que
podamos tener un medio de transporte digno, solidario y económico para todos. No estamos
solos en este emprendimiento ya que recibimos el apoyo de la Gente de la vecina localidad de
Payro que pelea también por recuperar su estación y del “Centro Cultural Estación Provincial”
del Barrio Meridiano V de La Plata que funciona también en una Estación Ferroviaria que quedo
abandonada y en este momento estamos intercambiando experiencias culturales,
concretamente a partir de Abril de 2007 los profesores del “Centro Cultural Estación Provincial” (
de Teatro Comunitario y grupo de percusión ) están viajando una vez por semana a brindar
sus talleres en Bavio. Ojala podamos seguir con esta experiencia y ayudar para que todas las
estaciones abandonadas del país resurjan y vuelvan a tener vida a través de la cultura…”
12
blanco prolijamente dispuestos en el sector que rodea el anden principal, donde se
ofrecían masas, dulces, reposterías, dulces caseros, miel y quesos artesanales, tejidos
e hilados, artesanías locales, trabajo en cuero, verduras frescas, y las asociaciones
cooperadoras de escuelas locales también tenían su stand claramente identificados por
las maestras con su guardapolvos tradicional y algunos alumnos que acompañaban.
Me cuenta uno de los organizadores que:
“…en los inicios de esta fiesta allá por el 2004, tuvimos una reunión con los artesanos y
puesteros y consensuamos unificar un criterio para presentar el patio de comidas y los puestos
de venta de los artículos….nos ayudó el grupo Por Nosotros mediante la obtención de un
subsidio. Queda muy prolijo. También conseguimos cursos de manipulación de alimentos,
elaboración de conservas y dulces, hilado artesanal entre otros...”
13
viejas y actuales recetas propuestas por los vecinos de Bavio ilustradas con pluma
especial en tinta china. Mientras tanto, de cerca se podía seguir disfrutando de la
actuación de los artistas, los cuales se sucedían en forma ordenada de acuerdo al
programa, para todos los gustos: payadores sureños, solista melódico, grupo de baile
flamenco español, pareja de tango, grupo de actores teatrales, etc.
e. Espacio temporal.
Nuestra observación pretende analizar a los actores que actúan en dicho evento
observando las relaciones y reacciones de los asistentes. El evento comenzó a las
10.30 de la mañana y culminó a las 17.30 hs. Es de destacar que el mismo se viene
repitiendo año tras año desde el 2003. El evento fue declarado de interés cultural por
Ordenanza del Municipio de Magdalena.
f. Sujetos de estudio.
Me esforcé en poner en práctica todas las medidas posibles para reducir al mínimo la
violencia simbólica (Bourdieu, 1993) que puede ejercerse a través de una entrevista,
entonces se estableció una relación de escucha activa y metódica para el caso de las
personas que no solo observamos, sino que también pudimos charlar con ellas.
En la población que acude a este evento, se observan productores familiares de la
zona, pobladores del ejido urbano de Bavio, Magdalena y localidades vecinas, incluidas
La Plata, Berisso y Ensenada. Según me comenta uno de los principales
organizadores del evento, estiman la presencia a las 15hs. de unas 2.500 personas, en
su mayoría grupos familiares. (Si se equivocan no será por mucho, realmente los
espacios del predio están repletos…).
Según S.J. Taylor y R. Bodgan (1984), Los informantes claves como el caso del
Director del CEA, “apadrinan” al investigador en el escenario y son sus fuentes
primarias de información. En especial durante el primer día en el campo, los
observadores tratan de encontrar personas que "los cobijen bajo el ala": los muestran,
los presentan a otros, responden por ellos, les dicen cómo deben actuar y le hacen
saber cómo son vistos por otros.
4. Personas y acontecimientos.
Los participantes del evento son de lo más variado respecto a su extracción social,
14
encontramos trabajadores rurales, productores familiares y agrupaciones sociales
como el grupo Por Nosotros, CEA 16, La Asociación de Desarrollo Rural de Bavio, Los
chicos del Hogar “Padre Cajade” con su trabajo en huerta y granja, Asociación
Tradicionalista “La Tropilla” de Payrò, Cooperadoras escolares de nivel EGP, Polimodal
y Jardín de Infantes de Bavio, Arditi y Payró , docentes y alumnos de las citadas
escuelas, exalumnos de la Escuela Agraria local.
Las personas que concurren lo hacen atraídas no solo por el espectáculo en sí, sino por
el objetivo de la Jornada como es la vuelta del tren (los lugareños hablan no del viejo
tren tradicional, sino de un “coletren” pequeña unidad motorizada, mezcla de tren y
colectivo, con motor similar a un automóvil Duna 1.6, que recorrería las localidades
rurales, las uniría con Bavio y con La Plata.
En un lado de la feria me encuentro con Beba, integrante fundadora del grupo Por
Nosotros, quien me comenta que desde el año 2009 vienen realizando contactos con
técnicos del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) los cuales idearon una
unidad dual que permita circular por sectores donde el tendido de vía ferrea esté en
buen estado y también a la vez disponer de ruedas motrices que permitan su rápida
adaptación a la carretera por donde se continuará el viaje. Para ello estan realizando
gestiones con el Municipio para conseguir los fondos para su construcción y puesta en
funcionamiento. (4)
Continúo recorriendo el predio e Intento cambiar la lente del objetivo: pasando de una
de "visión amplia" a otra de "ángulo pequeño". En los lugares ajetreados los
observadores podemos quedar abrumados por la cantidad de conversaciones y
actividades que tienen lugar al mismo tiempo. También es imposible concentrarse en
todo lo que ocurre. Este cambio de lente consiste en enfocar a una persona,
interacción o actividad específicas, mientras mentalmente se bloquean todas las otras.
Así es que durante el evento, surgió la posibilidad de conversar con un productor
familiar hortícola llamado Paulino, ( al cual este entrevistador ya conocía de antemano
_____________________________________________________________________
(4)Mediante disposición Nro. 280/11 del 09/05/2011, firmada por su Director Ing. Enrique Martínez del INTI , a través
del Programa de Extensión Territorial y Social de la institución , se asigna la suma de Pesos cuatrocientos cuarenta
y dos mil cuatrocientos treinta y nueve ($442.039) proyecto denominado “Sistema de Integración Territorial Socio
Productiva DUOMÓVIL” , para la construcción del minibus con doble rodadura ferroviaria y dual.
15
por haber sido presentado por nuestro informante calificado del CEA ) y acompañarlo a
cosechar verduras a su huerta, ubicada cerca de la estación, a unos 700 metros , para
vender en el evento, así acomodándonos a su rutina, sin interferir demasiado ( igual
pudimos filmar con su autorización la secuencia mientras charlábamos sobre su
trabajo en la huerta ) tratamos de lograr el rapport. Me comenta que está contento
con la Jornada, y que ha vendido muy bien su producción. Ha hecho más de cuatro
viajes con canastas repletas de verdura fresca que vende en el puesto que atiende su
señora. Observamos que la huerta de Paulino está casi en medio de la zona urbana de
Bavio. Por un lado tiene frente a una de las calles principales del pueblo y por atrás al
espacio verde de la Estación. Allí se ubica su casa, una tradicional construcción de
madera y chapa que antes era habitada por las familias que trabajaron en el ferrocarril)
y en la cual su señora cocina para el evento empanadas en el horno de barro y se
dedica a la producción de plantines florales también para la venta. La huerta de Paulino
sería un nexo entre lo rural y lo urbano. Paulino es de origen Boliviano, nacionalizado
argentino, de unos 60 años, callado pero muy experimentado en el trabajo de la huerta.
La tierra fue cedida en el 2004 por el municipio para una huerta comunitaria pero hoy
trabajan solamente Paulino y Laura otra “paisana” de Paulino, de aquel grupo inicial de
7 personas) Este intercambio casual de información es con frecuencia el vehículo
mediante el cual los observadores consiguen “romper el hielo”. Comenzamos con el
clima, y preguntamos por los hijos, ya grandes, sus clientes, como es la vida en Bavio,
etc.) para luego tratar los temas vinculados a la investigación:
16
flamenco, con trajes típicos y por último una pareja de Baile de Tango Moderno que
provoco el aplauso interminable de los asistentes, dado que el bailarín, oriundo de
Bavio, regresaba al lugar luego de su actividad profesional en centros urbanos. Se
destaca en el escenario, el grupo de teatro local, compuesto por 12 personas de las
cuales 4 son niños (ensayan en la estación dos veces por semana) con edades de 9 a
70 años, los cuales representan una obra vinculada a los “viejos tiempos de Bavio”
cuando el tren unía las principales localidades y la producción de leche se enviaba a
los grandes centros urbanos del Gran La Plata. En medio de jocosas intervenciones
producto del libreto escrito por ellos, se hacen lugar para dejar un mensaje de
esperanza por el regreso del tren. Aclaran al concluir, luego de unos 45 minutos, que
son “actores amateurs”, pero en realidad no hubiera hecho falta tal aclaración ya que
fueron ovacionados por la gente del lugar.
Un hecho curioso a destacar es que se preveía una carrera de sortijas pero a raíz de
una epidemia que afecta a los caballos el SENASA impidió tal evento, entonces se
corrió carrera de sortijas pero en camioneta. Los participantes iban en la caja de la
misma tratando de insertar el clavo en el aro colgado de un travesaño de madera,
ubicado en una calle de tierra lindera a la estación (sería la continuación de la calle
Almafuerte del croquis (Ver en Anexo).
17
Cualitativamente no puedo tomar muestra representativa pero en ciertos momentos y
lugares puedo conectarme con un grupo importante, pero tengo lugares y momentos o
eventos como el de la Fiesta del Tren donde puedo encontrar ese grupo tipo en este
“encuentro focalizado”. Dice Geertz (2001):
“Como hecho de la naturaleza la pelea de gallos es “ira desbocada”, pero como hecho de la
cultura es forma perfeccionada, esa ambigüedad que recorre el acontecimiento de parte a
parte lo define como una entidad cultural. Una pelea de gallos al igual que el evento del
presenta trabajo práctico, es un encuentro focalizado, es decir, un conjunto de personas
agrupados en un flujo común que tiene esa particularidad. Tales encuentros - continúa Geertz -
se forman y dispersan, en ellos, los participantes fluctúan, la actividad que los agrupa es
singular un proceso particular que tiene lugar periódicamente mas que un proceso continuo que
perdura, que toman sus formas de la situación y del escenario que se sitúa, de forma articulada
se crea un escenario para la situación, jurados, etc. con lo que acontece en esa escenografía “.
Las conclusiones a las que llega él, tiene que ver con la interpretación que Geertz
encuentra en esa conducta irracional que los hombres se comprometen con el juego,
es por el hecho de que lo que esta en juego en las riñas no es solo el valor monetario
de las apuestas en si mismo sino en el status social:… “la consideración publica, el
honor, la dignidad, el respeto”. Geertz creo su instrumento en función de lo que quería
ver y toma el concepto de “Juego profundo” (deep play) de Bentham. Para este autor,
juego profundo es aquel en el cual los participantes implicados se exponen a un riesgo
extremo que torna inútil la realización del mismo en sentido práctico. Así los
participantes se encuentran en una situación de sufrimiento antes que de placer, lo que
para Bentham era inmoral y debería prohibirse legalmente. Geertz por su parte toma
esta categoría de juego profundo al caso de la riña de gallos como práctica cultural
propia de la comunidad nativa de Bali, excluyendo de su análisis toda condena moral
asignada por Bentham.Esto nos obliga a pensar desde donde leemos la sociedad de
que lugar nos situamos para ver y como le sacamos el “jugo” a ese evento critico.
18
en cine, es decir los acontecimientos que nos “quiebran”, separan las secuencias
temporales y producen un corte donde todo puede cambiar de ahí en adelante.
Previamente, se hizo una recorrida de todo el predio, visitando los puestos de venta y
de información, donde pudimos observar un buen despliegue organizativo.
Se observó un actor preponderante como el CEA al cual Albaladejo, C y ot. (2008)
menciona como “mediadores”, más al tanto de los trámites administrativos de los
planes sociales (la huerta de Paulino fue promovida por el CEA , junto a los talleres de
hilado, proyectos de adquisición de maquinas para confección de prendas gauchescas ,
recuperar viejos oficios como la esquila , gestiones ante la organismos municipales,
provinciales y nacionales , organismos vinculados al ferrocarril para su regreso,
organismos técnicos como el INTA y sus programas de desarrollo territorial ) y de la
nueva semántica del desarrollo local que impulsan en forma aparentemente muy
desordenada las distintas administraciones nacionales y provinciales. El resultado de
estas nuevas mediaciones es tal vez una “acción en migajas” pero indudablemente –
más allá de la acumulación de diversos proyectos y procedimientos – un procesos de
desarrollo de las localidades con una capacidad de aprendizaje e incluso de
resignificación del territorio. El territorio del pueblo en particular se define hoy
independientemente del campo existente a su alrededor, lo que constituye un hecho
histórico. También es el caso de los “lugares importantes” y en particular de la estación
de tren y su entorno (como un medio de relacionarse entre gente del pueblo y entre
pueblos cercanos, y ya no más hacia el “exterior”). Por otra parte entre los actores
institucionales principales no se vio a la Sociedad Rural de Magdalena:
“Fueron invitados como institución – me expresó uno de los organizadores al preguntar
– pero no aparecieron nunca a la Fiesta”. Dejando entrever dos cosas a criterio de este
observador. Por un lado que Bavio se define en forma independiente del sector del
campo , tiempo atrás hegemónico y un nuevo rol desde el pueblo parece emerger de la
mano del CEA y del municipio local a partir de la denominada crisis del 2001-2002
donde se transforma en un impulsor de procesos de desarrollo local a través de la
contención social principalmente en los sectores mas vulnerables donde además de
gestionar subsidios para proyectos, llevan adelante con las instituciones locales, la
propuesta de la rehabilitación del tren, con un modelo sencillo, de fabricación nacional,
19
pero que una no solo Bavio con La Plata, sino que conecte las localidades de Arditi y
Payró para sacar del aislamiento a las familias que viven en dichas localidades.
En este sentido, la directora de la Escuela Nro.25 de Payró me comenta que de un
promedio de 18 alumnos que recibía la escuela, desde la instalación del kiwi en la
localidad, aumento a un promedio de 46 alumnos. Tal es así que hace 2 años han
solicitado la apertura de un jardín de infantes anexo a la misma y es inminente su
aprobación. Otro registro de entrevista es el de la Directora de la Escuela Primaria del
Paraje Rural “La Clelia”, a unos 8 Km de Bavio, donde el aumento de la matricula se dá
por la presencia de horticultores de origen Boliviano y Salteño, superando la matricula
de 60 alumnos cuando la media de hace 10 años era de 25 alumnos.
Uno de los jefes de radio y del último Censo Nacional de Población y Vivienda realizado
en 2010 me comenta que dentro de su radio (zona rural que abarca la Ruta 56 de Bavio
entre las rutas 36 y 11) de unas 500 personas censadas, 150 eran de origen boliviano.
La gran mayoría, familias trabajadoras hortícolas de los invernáculos presentes en la
zona del Paraje La Clelia).
Por otra parte subyace todavía los enfrentamientos políticos producto de la llamada
Resolución 125 o de las retenciones agropecuarias, ya que la Sociedad Rural (cuyo
presidente hasta hace poco fue presidente de CARBAP) ha mantenido conflictos con el
municipio (que responde al Partido gobernante Frente para la Victoria) aliado del CEA
en casi todos sus proyectos.
Pudimos observar que el evento da una idea de continuidad en el tiempo. Cada
visitante ocupa el espacio de una forma espontánea, las colas que se formaron durante
el almuerzo no impedían que reinara el buen humor y la cortesía entre todos. El Grupo
por Nosotros es el “corazón” del evento y todo pasa por sus integrantes: como difusores
del evento en medios masales de comunicación (Diario Hoy de La Plata y Radio
Provincia de Bs.As.) como “maestro de ceremonias” , como cocineros, como artesanos,
informantes , actores improvisados, cantantes, etc. Llevan además la lucha por el
regreso del tren y no es poco lo que han conseguido desde su inicio. No presentó
problemas la localización de los escenarios y la observación del evento desde una
posición respecto a los actuantes más avanzada o atrasada según nos interesara.
Algunas reacciones nos resultaron curiosas y como hemos comentado, preguntamos
20
directamente a los protagonistas la razón. Con los asistentes que pudimos hablar tanto
en el evento como en otras reuniones sociales y en entrevistas en profundidad, tienen
en claro que el denominado “regreso” del tren a Bavio:
“……. ya no es el eje el transporte de mercaderías tal cual era en 1887 cuando el tren
apareció en Bavio para llevar la leche...” agrega Clara una integrante del Grupo Por
Nosotros - ahora el desafío es cultural. De apoyo a los pequeños pueblos que empezaron a
desaparecer con el cierre de los ramales ferroviarios .No será el tren que estábamos
acostumbrados a ver hasta el año 1977 cuando dejó de funcionar. Será un transporte esencial
para el desarrollo de nuevos emprendimientos como el kiwi, para sus trabajadores, para el
turismo rural y sus productos. En definitiva para lograr arraigo”.
Hasta hace poco el evento mas importante de Bavio era la Semana de la Lechería
(Luego denominada del Desarrollo Local de Bavio abriendo el juego a las demás
producciones agropecuarias e industriales) en el mes de septiembre de cada año,
cuyos almuerzos de clausura han llegado a reunir más de 800 personas.
“……Creemos que la Fiesta de la Estación de Bavio llegó un día para quedarse, por lo
menos mientras el “corazón” del Grupo Por Nosotros siga latiendo y aunque el tren no
regrese nunca, sus andenes se mantienen vivos…. (Roberto, CEA de Bavio y Grupo
Por Nosotros).-
21
Bibliografía Consultada:
22
ANEXO
UBICACIÓN
PUESTOS
DE VENTA
Miel, quesos, dulces, encurtidos
Hilados
SECTOR STAND Empanadas horno barro
INSTITUCIONES Venta de verduras y plantines
Sector almuerzo
Jue Mesas y tablones madera
ARTESANIAS CUERO gos
Y SOGA
Circulación.
23
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
Resumo
1
Trabalho de Conclusão, apresentado ao curso de Licenciatura em Geografia, pela Universidade Federal
de Pelotas. O campo foi realizado em 2010.
2
presente trabalho que, gradativamente, foram direcionadas para a abordagem
do papel das áreas rurais na atual fase de globalização.
A discussão à cerca do “novo rural”, a intensa integração entre cidade e
campo, bem como, o debate sobre as transformações da agricultura sob a
égide do complexo agroindustrial incide nas relações de trabalho no campo
brasileiro considerando também, os impactos ambientais decorrentes desses
processos. Deste modo, o presente trabalho, justifica-se no sentido de
contribuir com a compreensão do conceito de ruralidade, em uma perspectiva
empírica, e como este se relaciona com a pluriatividade dos grupos familiares
nos espaços rurais, ou seja, verificar as mudanças que estão ocorrendo no
rural contemporâneo.
No pensamento de Milton Santos:
3
lugar de vida e de trabalho, que precisa ser constantemente reorganizado –
espaço organizado socialmente:
4
conseqüências, a fim de contextualizar a discussão da configuração da
ruralidade no processo de globalização.
A seção posterior, de maneira sucinta, traz uma discussão teórica
respeito da relação entre cidade e campo, com ênfase no debate que
compreende esses espaços não como dicotômicos. Finaliza analisando as
relações estabelecidas entre eles, ressaltando a necessidade de que o urbano
e o rural precisam ser encarados como espacialidades interdependentes e
complementares.
A seção seguinte aborda especificamente o estudo de caso, com os
agricultores da localidade do Monte Bonito, onde são representadas suas
características, afim de “investigar” quais são os atributos e as peculiaridades
que o território objeto da pesquisa possui.
Finalmente, na última seção são apresentadas breves considerações
finais do trabalho, onde tentou-se alinhar os dados obtidos em campo, com o
referencial utilizado.
5
de uma práxis coletiva que reproduz as relações sociais, (...) o
espaço evolui pelo movimento da sociedade total. (SANTOS, 1978, p.
171).
6
Assim, “certamente a organização do espaço pode ser definida como o
resultado do equilíbrio entre os fatores de dispersão e de concentração em um
momento dado na história e no espaço”. (SANTOS, 1997, p. 29). Na medida
em que a sociedade sofre uma mudança, as formas assumem novas funções,
e a soma dessas mudanças, ocasionam nova organização espacial. Assim, a
sociedade cria no espaço características que a identifica como formas de
reprodução social, além de atribuir valores.
7
Na afirmação de Santos (1997),
8
conseqüência não intencionais, de longo prazo, e sem considerar a
dinâmica ecológica dos agroecossistemas. (GLIESSMAN, 2005, p.34).
9
Tendo conhecimento que quase a totalidade da força de trabalho
agrícola é encontrada em pequenas e médias propriedades que utilizam mão-
de-obra familiar, mas nem todos vivem nas mesmas condições. Cabe salientar,
que a localização geográfica contribui de maneira que, uma família que tenha
uma propriedade rural próxima a um grande centro, por exemplo, e produza
alimentos para venda na cidade ou que forneça matéria-prima para as
indústrias alimentícias, terá uma rentabilidade muito maior do que outra família
cuja propriedade se situe em uma área de difícil acesso, por causa dos custos
de transporte. Esta dificuldade, assim como a precariedade das estradas foi
verificada nas falas dos agricultores que participaram da pesquisa de campo.
Sabendo que o espaço rural vai além daquilo que não é urbano, uma
vez que este tipo de conceituação é impregnado de elementos ideológicos,
onde se considera o urbano como sendo dinâmico, desenvolvido e
tecnologicamente civilizado, e em oposição, o espaço rural, como sendo
disperso, estagnado, atrasado, justificando, desta forma, a necessidade de
uma intervenção na qual o urbano tem atribuição de modernizar e industrializar
o rural. Como também, é impreciso identificar o espaço rural como sendo o
espaço de produção agrícola, numa visão reducionista da realidade.
Do conjunto de referenciais que foram analisados a cerca da temática,
cidade e campo, urbano e rural, observou-se que estes abrangem
diferenciadas considerações, porém, freqüentemente tem se anunciado que
não existe uma definição totalmente precisa sobre o termo rural, sendo
infrutífera a tentativa de fixar a melhor entre as atualmente existentes.
Entretanto, esta constatação não deve servir de obstáculo para que
sejam abordados critérios que auxiliem nesse estudo. Sendo assim, torna-se
importante salientar que, apesar das diversas definições disponíveis, observa-
se crescente as manifestações de insatisfação quanto às abordagens
existentes com isso a motivação de pesquisadores das mais diferentes áreas
do conhecimento dedicarem seus estudos a este tema. Sabendo que não é
10
possível chegar a uma definição única e precisa, devido a complexidade que
envolve o tema, a exemplo podemos citar a obra de José Eli da Veiga (2002),
onde o mesmo critica a definição de cidade adotada no país, bem como
Ricardo Abramovay (2000) que centra a discussão em uma avaliação sobre o
conceito de rural.
No entanto, Milton Santos, discute esta questão e propõe a substituição
da clássica divisão do Brasil em rural e urbano, por dois grandes subtipos: os
espaços agrícolas e os espaços urbanos, e deve se apoiar num conjunto de
elementos que permitam a leitura de um espaço num determinado tempo.
Nesse sentido, ressaltamos a necessidade de que o urbano e o rural
precisam ser encarados como espacialidades interdependentes e
complementares, as quais se mesclam. O urbano e o rural em Henri Lefébvre,
analisado por Sobarzo (2006), contribui para superar a visão formal estatística
por Veiga (2002). Segundo Sobarzo, as reflexões de Lefébvre vão além de
uma abordagem funcional ou estatística, pressupondo um esforço de
aproximação com a totalidade:
11
espaço rural, com base nas questões sociais, entretanto não considera o
espaço enquanto produto, mas onde as relações sociais e econômicas se
desenvolvem.
Diante do exposto, pode-se fazer uma relação com o conceito de
formação socioespacial de Milton Santos, pois, tanto a questão urbana, quanto
a questão agrária estariam imbricadas em uma questão “socioespacial”.
Em sua obra, Santos (1997) faz um breve histórico do processo de
urbanização no Brasil e da sociedade atual, desde o avanço do urbano, da
segregação à formação de condomínios fechados. Segundo o autor, não se
deve distinguir a população rural da urbana por critérios meramente
demográficos, mas sim, por uma análise da complexidade da divisão social do
trabalho, conforme as diferentes territorialidades, fator pioneiro na configuração
do processo histórico da formação das cidades.
Para Abramovay (2003), a revalorização do rural tem tido cada vez mais
importância, no passado devido a sua contribuição ao fornecimento de
matérias-primas e mão-de-obra para o crescimento econômico, o que
percebemos agora é a valorização do território, no sentido da preservação da
biodiversidade e na busca de um estilo de vida que os habitantes dos centros
urbanos buscam cada vez mais. Segundo o autor,
12
circulação e as trocas, onde a proximidade de uma grande cidade e a
especialização produtiva e espacial conduz a complementaridades, o
campo se “industrializa”, torna-se objeto de relações capitalistas
avançadas, claramente distintas das que têm lugar tanto nas regiões
agrícolas tradicionais, quanto naquelas que, sendo “modernas”, estão
distanciadas das áreas urbanas mais desenvolvidas. (SANTOS, 1985,
p. 69).
13
de desenvolvimento tecnológico e cientifico dela. A partir da interferência
humana, os lugares passam a integrar elementos naturais e artificiais.
Nesse contexto, observa-se que, as novas paisagens, produzidas pela
ação transformadora dos seres humanos, sobretudo motivados pela sociedade
industrial que se instalou em grande parte dos países, tomam conta do planeta.
Os seres humanos passam a ser, cada vez mais, os elementos decisivos no
processo de formação do lugar, construindo e reconstruindo as paisagens, uma
vez que:
Para expressá-lo em termos mais concretos, nem sempre que a
sociedade (a totalidade social) sofre uma mudança, as formas ou
objetos geográficos (tanto os novos como os velhos) assumem novas
funções; a totalidade da mudança cria nova organização social.
(SANTOS, 1985, p. 49).
14
Nas palavras de Rosa,
[...] Pelotas, sob o ponto de vista físico, encontra-se em uma encosta e
essa localização teve conseqüência muito importante, pois determinou
a existência, no município, de duas grandes paisagens naturais e
humanas distintas: a paisagem “serrana”, mais elevada e ondulada,
correspondente à policultura e à colonização alemã e a paisagem de
planície, baixa e plana, que corresponde à pecuária e a orizicultura e
de composição étnica variada. (ROSA, 1985, p. 11).
15
Caracterização da Agricultura Familiar: Na perspectiva da pluriatividade
16
situação em que se encontram as unidades produtivas familiares da área de
estudo.
Das 15 entrevistas realizadas na pesquisa de campo, foi constatado
situações onde as famílias aliam atividades agrícolas, com as não-agrícolas
seja dentro ou fora da propriedade familiar. Além disso, se verificou que esse
tipo de ocupação é igualmente distribuído entre o casal, caracterizando dupla
função no compreende a mão-de-obra das mulheres, pois além do trabalho
doméstico, ela também exerce atividade produtiva. Embora grande parte dos
entrevistados mencionarem mudanças positivas na agricultura, sob a forma de
políticas publicas e incentivos financeiros, eles mencionam que pretendem
conciliar as atividades agrícolas e não-agricolas, ou que pelo menos um
membro da família exerça uma atividade externa remunerada, a fim de garantir
o salário ao final de cada mês, pois contribui na manutenção das atividades
produtivas da família.
Considerações Finais
17
objetivos desta pesquisa era apresentar características quanto à organização
espacial, suas transformações e estratégias socioprodutivas atualmente
presentes no espaço rural.
Referências:
SANTOS, Milton. A Natureza do Espaço: Espaço e tempo, razão e emoção. São Paulo:
HUCITEC, 1997.
18
VEIGA, José Eli da. A Face rural do Desenvolvimento: Natureza, território e
agricultura. Porto Alegre: Ed. Universidade/UFRGS, 2000.
19
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Resúmen:
El espacio agropecuario, de ser exclusivamente el sustrato material para el desarrollo de
un circuito productivo ha pasado a lo largo de la última década a desempeñar un nuevo
papel orientado hacia el desarrollo del Turismo. Las actividades que propician el llamado
Turismo Rural, obedecen a nuevas formas de apropiación e interpretación del espacio
rural y constituyen mecanismos de superación del deterioro que desde hace décadas
atrás viene sufriendo la actividad agropecuaria en nuestro país.
En Olavarría, la incipiente expansión y desarrollo del Turismo de Estancias se da en el
caso de productores de establecimientos que utilizan los cascos residenciales para re-
significarlos en emprendimientos turísticos.
En esa nueva dinámica que se presenta desde hace algunas décadas, otras localidades
de fisonomías diferentes a las netamente rurales del partido intentan encontrar en la
dimensión del turismo la manera de recuperar el espacio perdido. Se trata de espacios
que combinaron en su desarrollo económico actividades rurales e industriales por la
cercanía a sitios de explotaciones minera -cal, piedra y granito-, que ocupaban la mano de
obra que el campo no podía absorber.
Lo que muestra la dinámica de este proceso de neo-ruralidad pampeana es un desarrollo
diferencial del turismo rural en el partido, que obedece a razones tanto estructurales como
identitarias, que muchas veces entran en conflicto en el juego de las relaciones sociales
que se entablan en pos del desarrollo turístico. De esta dimensión social me ocuparé
tomando como caso el desarrollo del turismo incipiente en la localidad de Colonia Nievas,
Olavarría, provincia de Buenos Aires.
Palabras Claves: Turismo rural. Desarrollo diferencial. Resistencias. Colonia Nievas.
Introducción
Que el campo argentino ha cambiado en su estructura organizativa productiva, tanto
como en su paisaje, no quedan dudas. En los debates actuales de las Ciencias Sociales
aparece como centro del análisis el enfoque de la nueva ruralidad como andamiaje para
explicar las mutaciones de los espacios rurales desde los vínculos urbano-rurales. Desde
este enfoque, algunos estudios que abarcan el período de las dos últimas décadas
(Manzanal:1993; Iriberry-Landaburu-Rodríguez: 2004; Neiman-Bardomás-Jiménez: 2001;
Ratier: 2004; Villafañe: 2000) hacen referencia a esos cambios focalizando el objeto en
las estrategias de sobrevivencia de sus pobladores, en las formas familiares de
producción, así como en la pluriactividad emergente en algunas zonas rurales del país.
Si bien en los espacios argentinos en general se han venido produciendo una serie de
cambios sustanciales en la organización y uso de los espacios, a los fines de este trabajo
se han tomado como referentes teóricos y conceptuales aquellos que establecieron sus
recortes espaciales en la pampa bonaerense.
El espacio agropecuario, de ser exclusivamente el sustrato material para el desarrollo de
un circuito productivo ha pasado a lo largo de la última década a desempeñar un nuevo
papel. Este, sin abandonar su anterior función, conjuga también otros dos aspectos: se
convirtió en background de otro tipo de actividades, novedosas para el medio,
desempeñadas fundamentalmente por residentes urbanos, pero al mismo tiempo pasa de
sustrato a producto en sí (G. Nogar y V. Capristo, 2010:105).
Estas actividades, las cuales propician el llamado Turismo Rural, obedecen a nuevas
formas de apropiación e interpretación del espacio rural y constituyen mecanismos de
superación del deterioro que desde hace décadas atrás viene sufriendo la actividad
agropecuaria en nuestro país.
En ese sentido, las iniciativas turísticas suelen encuadrarse dentro de lo que se ha dado
en llamar desarrollo local y también desarrollo sustentable, que se concibe como instalado
en un territorio, concepto en auge en este momento en términos de planificación. Para
diferenciar un tipo de turismo que se alejaría de la propuesta puramente comercial de la
actividad, se habla de turismo de base comunitaria, o comunitario, donde el papel principal
lo tendrían las comunidades receptoras de los eventuales turistas. Se reconoce al Turismo
Comunitario como aquel que fomenta el desarrollo de la actividad turística en pequeñas
localidades capaces de generar el desplazamiento de turistas o excursionistas hacia ese
destino (Ratier – Penecino, 2009).
En la región pampeana la apelación identitaria que toda actividad turística implica se
inclina hacia la reivindicación de una cultura rural bonaerense, o en algunos casos hacia
orientaciones ocupacionales muy fuertes, como la antigua condición ferroviaria de algunas
localidades (Ratier y Penecino ibid, 2009).
Muestra de ello son en Olavarría, la incipiente expansión y desarrollo del Turismo de
Estancias en el que vienen incursionando desde hace algunos años algunos productores
de establecimientos rurales como La Isolina; La Magda; El Arrejón, que aprovechan los
cascos residenciales para re-significarlos en emprendimientos turísticos orientados a
atraer visitantes que gusten de valorar el paisaje campero, la gastronomía y un sin fin de
actividades que se pueden realizar en contacto directo con la naturaleza, la flora y la
fauna pampeana. Este tipo de turismo aspira a captar visitantes internacionales en su
mayor parte; sin embargo, el turismo interno constituye la mayor “clientela” durante todo el
año, incluyendo a aquellos que son de Olavarría y de zonas cercanas que tienen la
posibilidad de acceder a esta oferta turística sin necesidad de tener que alejarse
demasiado de su lugar de residencia.
Sin embargo, lo que muestra la dinámica de este proceso de neo-ruralidad pampeana es
un desarrollo diferencial del turismo rural en el partido, que obedece a razones tanto
estructurales como identitarias, que muchas veces entran en conflicto en el juego de las
relaciones sociales que se entablan en pos del desarrollo turístico.
En este sentido se observa que en este proceso de reestructuración de los espacios
rurales se revelan otras territorialidades (espacios vividos) emergentes en donde se
materializan los flujos urbano-rurales en los que se pueden reconocer las articulaciones
entre lo local y lo global.
En esa nueva dinámica que se presenta desde hace algunas décadas, localidades de
fisonomías diferentes a las netamente rurales del partido de Olavarría intentan encontrar
en la dimensión del turismo la manera de recuperar el espacio perdido. Se trata de
espacios que combinaron en su desarrollo económico actividades rurales e industriales
por la cercanía a sitios de explotaciones minera -cal, piedra y granito-, que ocupaban la
mano de obra que el campo no podía absorber. El cierre de algunas de estas fábricas a
finales de los años „80 provocó una migración del campo a la ciudad dejando a las
localidades al borde de la desaparición, ya que las familias obreras debieron
abandonarlas para ir tras la búsqueda de nuevas posibilidades laborales.
Una localidad que experimentó la diáspora de sus habitantes en el partido de Olavarría
fue Colonia Nievas. En esta me focalizo con el propósito de dar cuenta de la dinámica
compleja que adquiere la construcción de una nueva identidad turística, buceando
metodológicamente en las características y beneficios que ofrece el enfoque
antropológico relacional que plantea Elena Achilli 1 (2005:17).
El Turismo como política pública en Olavarría. Emergencia de lo rural en la oferta
turística local.
En los últimos años, Olavarría, a través de políticas orientadas al desarrollo del turismo
rural, intenta posicionarse como centro turístico de referencia de la provincia de Buenos
Aires, tanto a nivel nacional como internacional.
En pos de ese objetivo, la Agencia de Desarrollo Local (ADELO) del municipio
olavarriense, siguiendo los lineamientos del PRONATUR, Programa Nacional de Turismo
y el Programa de Turismo Comunitario bonaerense, alienta el desarrollo del Turismo Rural
y dentro de este rubro el Turismo de Estancias; el de Granjas y Cabañas; así como
iniciativas de resurgimiento de localidades rurales del partido que vienen atravesando el
proceso de disgregación agropecuaria que tiene sus raíces en el cambio de paradigma
económico mundial; así como de otras localidades a las que podría denominarse “mixtas”
por su composición rural-urbana, las cuales hasta las décadas de los '70 y '80 se
desarrollaron en base a la explotación industrial del recurso natural de piedra caliza.
La ADELO cuenta con una página web “Tranqueras del Centro” donde se explican los
objetivos del PRONATUR a nivel local y se publican fotos, videos, circuitos de turismo,
eventos y actividades, alojamiento y gastronomía, artesanías y productos locales; así
como acciones realizadas con otras entidades como el INTA con quienes trabajan en
diversos programas.
Desde el año 2010, la Agencia realiza la Feria de Turismo en el Salón Rivadavia de la
Municipalidad de Olavarría, donde los feriantes y expositores agrupados en el programa
local presentan sus emprendimientos a través de una variada gama de objetos y folletería.
También acompaña la Agencia el desarrollo gastronómico local presentándose desde
hace tres años en la Rural, en la Feria de alimentos “Caminos y Sabores” que convoca a
expositores de todo el país, organizada por Ferias y Exposiciones Argentinas en la Ciudad
de Buenos Aires.
En una entrevista realizada al Lic. Héctor Daniel Martínez, técnico Promotor y Asesor del
Grupo de Turismo Rural al frente de ADELO, relata que “… en la experiencia en políticas
sobre Turismo en Olavarría se reconocen tres momentos. En un inicio, en febrero de
2008, se produce la convocatoria desde el gobierno de la provincia para formar mesas de
diálogo y consenso, y el Turismo, que tenía sus emprendedores en la región - aunque
actuando aislados- ocupa un lugar central. En el mes de Abril se produjo la primera
1
La propuesta del enfoque metodológico relacional de Achilli parte de entender el proceso de
investigación como un esfuerzo por relacionar distintas dimensiones de una problemática analizando los
procesos que se generan en su interdependencia y relaciones históricas contextuales.
reunión que permitió establecer sub-mesas de trabajo que proponían abocarse al
desarrollo del Turismo Rural; Turismo Cultural y Eventos; Turismo en Sierras y Canteras y
Turismo en el hilo del Arroyo Tapalqué. Se elaboraron diagnósticos y propuestas, sin
embargo, las reuniones se sucedieron pero el único sub-grupo que pervivió fue el de
Turismo Rural.
Un segundo momento fue cuando el municipio decide crear la Sub-Secretaría de
Educación, Cultura y Turismo, por lo cual la agencia ADELO queda en esa órbita y
abocada específicamente al emprendimiento de programas sobre Turismo Rural. La
necesidad de fortalecer al grupo los llevó en búsqueda de apoyos posibles para llevar
adelante la iniciativa. El INTA fue el organismo que aceptó la incorporación del grupo
denominado “Tranqueras del Centro” para incorporarlo a su Programa de Cambio Rural,
en noviembre de 2008.
El tercer momento, con el grupo ya establecido dentro el programa de Cambio Rural-
INTA- es la etapa de llevar adelante un trabajo articulado con esa institución. En ese
marco tres convicciones se manifestaron muy claras:
El Turismo Rural es una actividad con mucho potencial en la región
El Turismo rural consolida la identidad y promueve el arraigo.
El Turismo Rural es la riqueza natural y cultural de la región. Aporta singularidad y
hace que la experiencia sea única.
El INTA desde Cambio Rural brindó el marco institucional para la consolidación identitaria
de Tranqueras del Centro que se proyectó en Olavarría y en la región. La experiencia
desde Cambio Rural les dio la posibilidad de conectarse y de poder trabajar
colectivamente con otro grupo denominado “Cortaderas”, el cual estaba funcionando en
Coronel Suárez. Se lograron acuerdos y objetivos entre los miembros de ambos grupos
con el encuadre institucional del INTA. Por su parte, el apoyo del municipio fue muy
importante por la atención que les brinda la Dirección de Turismo y del Gobierno
Municipal.
El PRONATUR (Programa Nacional de Turismo) es el otro eslabón principal del proyecto
de turismo olavarriense ya que a partir de la firma de un convenio en el 2010 les permite
acceder a capacitaciones, relacionarse con otros organismos y participar de eventos
provinciales y regionales. En la participación en ferias y eventos se puede mencionar
hasta el presente la asistencia a los encuentros anuales de FEBAT; Work Shop de
Turismo Rural; Feria Internacional de Artesanías, Expo Rural de Olavarría. Desde el 2009,
participan en la organización de la Muestra de Turismo de Olavarría, actividad que
congrega a cientos de visitantes de Olavarría y de la zona.
En el año 2007, cuando el municipio comenzó a interesarse por las posibilidades de
desarrollo que tenía el turismo local en la región, había solamente dos emprendedores
vinculados al turismo rural. Hoy el número de emprendedores turísticos asciende a 38 y el
turismo rural reúne a un tercio de ese total”... (Martínez, D, 2010)
Desarrollo diferencial del turismo rural olavarriense: productos y ofertas
El relevamiento de datos que he efectuado en cuanto a ofertas de turismo rural en
Olavarría arroja la siguiente información: en el rubro Alojamiento y Gastronomía: Complejo
L´ Anita; Granja La Nueva Rosa; Granja Don Nazareno y complejo La Vieja Esquina.
Estos establecimientos ofrecen alojamiento y la oferta se combina además con
posibilidades de conocer de cerca la cultura de la población rural y su formas de vida a
través del encuentro directo con las rutinas de labores en granja (en el caso de La Nueva
Rosa y Don Nazareno), huerta y actividades de campo (tambo, cuidados de animales de
producción, cultivo y elaboración de dulces, licores, quesos y comidas típicas). Las
actividades pueden incluir cabalgatas, compartir ordeñes, reconocer la fauna y flora de la
región y/o realizar caminatas campestres.
En el rubro Turismo de Estancias la oferta abarca a El Arrejón; La Isolina y Santa Catalina.
El Arrejón cuenta además con cancha de fútbol, voley y bochas; mientras L´Anita combina
su oferta con actividades de mountain bike y canotaje por el arroyo Tapalqué.
El turismo de estancias es otro de los fenómenos que viene siendo relativamente nuevo
en nuestro país. La provincia de Buenos Aires cuenta con bellas y antiguas estancias
dedicadas a la explotación turística que los medios gráficos y televisivos ayudan a
promocionar con la creación de espacios dedicados exclusivamente a este tipo de
desarrollo empresarial.
La opción por la explotación del turismo de estancias cuenta con un plus adicional de
despegue de la actividad que de antemano marca una diferenciación con respecto a otros
emprendimientos turísticos rurales que recién se inician, al utilizar cascos de estancias de
principios de siglo que cuentan con instalaciones, mobiliario y elementos que suman
atracción y encanto a la mística rural ya que sus instalaciones cuentan con una
infraestructura edilicia muy sólida y completa – estancias del pdo. de Olavarría muestran
entre sus instalaciones escuela; iglesia; residencia principal; casa de huéspedes; ranchos
para el personal; almacén; caballerizas; galpones para acopio de cereal y/o resguardo de
carruajes de época; materas; calabozos; etc.- basada en inversiones de capital
efectuadas en otros tiempos y a otros valores.
En muchas de las estancias de la provincia de Buenos Aires se pueden apreciar diseños y
fachadas de origen europeo que eran reproducidas aquí con la importación de recursos y
materiales provenientes de Europa.
Los dueños de este tipo de emprendimientos - en general herederos de las propiedades -
han encontrado una veta adicional a la actividad productiva en el auge del turismo y
toman con responsabilidad esta nueva actividad capacitándose y sumando ofertas y
servicios a los visitantes. El recorrido por las instalaciones, la muestra de animales; los
paseos en carruajes, cabalgatas; caminatas; juegos camperos, y la gastronomía basada
en productos de elaboración casera como dulces, masas, chacinados, junto al típico
asado pampeano completan el atractivo.
Los antecedentes históricos- poblacionales de Colonia Nievas
Colonia Nievas es una localidad de origen rural perteneciente al Partido de Olavarría, la
cual que se encuentra ubicada 28 km (en dirección NE) de la ciudad cabecera y a 22 km
de la vecina ciudad del Azúl. El centro administrativo más cercano es la localidad de
Hinojo a 7 km de distancia y es quien, a través de su Delegación Municipal, monitorea y
responde sobre algunas necesidades de la colonia. El Arroyo Nievas2 que bordea las
manzanas de lo que sería la planta urbana en dirección Norte establece los límites con
Azúl .
Para arribar a Colonia Nievas el acceso no resulta complicado. Se puede llegar a la
entrada de la localidad por la Ruta Nacional N° 51 y con solo recorrer mil metros por un
camino entoscado que se encuentra en buenas condiciones (por tramos muestra restos
de asfalto de épocas florecientes) el visitante se encuentra con la reducida planta urbana
que muestra los vestigios de lo que alguna vez fue; una primitiva aldea que se convirtió en
pueblo ayudando con su desarrollo a la prosperidad económica del partido3. En la
manzana principal está el mayor monumento que muestra la colonia, la Iglesia “San
Miguel Arcángel” que fue construida por los primeros inmigrantes ruso-alemanes en 1979.
Un documento histórico (Salvadores, 1937: 62) señala que a fines de 1977, en épocas en
las que en nuestro país se estaba desarrollando el proceso conocido como “Campaña del
Desierto”, no había quien se atreviera a poblar los campos de Olavarría. Los indios habían
sido expulsados un año antes y se temían sus venganzas pues todavía sus partidas
penetraban hasta las inmediaciones de la Colonia. En esa situación y alentados por las
Políticas Inmigratorias de 1876 fueron llegados los primeros grupos de colonos Ruso-
2
El Arroyo Nievas nace cerca del “Sotuyo Redondo”, corre del Sud-Oeste al Norte. Recorre la parte más
fértil de la Colonia y se pierde en un cañadón en el antiguo “Potrero de Nievas” (Salvadores: pág. 60).
3
La floreciente situación económica se debía al creciente aumento de la producción, que en 1883 había
permitido realizar la primera exportación, viéndose con tal motivo la estación “Hinojo” convertida en un
centro de almacenamiento de productos agrícolas y de piedras de las canteras que los rusos
transportaban en carros de cuatro ruedas construidos por ellos mismos (Salvadores: pág.38).
Alemanes4 bajo la dirección del Intendente D. Enrique Curth, sin contar con más
alojamiento que las carpas que llevaban consigo. Las partidas de grupos que llegaron en
los años subsiguientes motivadas por las subvenciones otorgadas por el Estado hicieron
que la Colonia se afianzara y aumentara su población hasta contar con la suma de 370
familias hacia mediados del Siglo XlX. Sin embargo, para la misma época y a pesar de las
intimidaciones de los gobernantes, los indios no se habían retirado totalmente existiendo
momentos de una convivencia conflictiva entre indios y colonos que con el paso del
tiempo se disiparía a partir de las consecuencias naturales de la muerte o migración de
los indígenas hacia otras instancias geográficas posibles.
Hasta aquí queda claro que existió una conformación mayoritaria de ruso-alemanes en la
matriz histórico-poblacional de la Colonia Nievas. Sin embargo, la misma fuente citada en
el párrafo anterior da cuenta de la llegada de otras familias provenientes de Suiza y
Francia, las que se supone han dejado descendencia, que se asentaron en la Colonia
durante los períodos señalados. De éstos inmigrantes los descendientes ruso-alemanes
que circulan (no habitan) por Colonia Nievas omiten, niegan u ocultan antecedente
alguno, constituyéndose como únicos generadores y portadores de la matriz poblacional
nievense.
Algunas características de la Colonia Nievas de hoy
Con el auge del fenómeno del turismo rural, Colonia Nievas intenta resurgir desde hace
unos cinco años atrás con pretensiones de posicionarse como una oferta atractiva que
combina el paisaje rural con la gastronomía tomando como base identitaria la historia de
la colonia. La iniciativa corresponde a nuevos pobladores, aunque transitorios,
provenientes mayoritariamente de Olavarría y Azúl que realizaron inversiones con el
objetivo específico de aprovechar el espacio rural para desarrollar una actividad con la
cual seducir y atraer a los turistas. Entre la gama de ofrecimientos se cuentan servicios
gastronómicos y culturales donde se mezclan lo tradicional y lo urbano. Existe una casa
de té; lugares de venta de artesanías y productos de elaboración casera; espacios donde
se presentan obras de artistas y muestras fotográficas. Existen proyectos de ofertas
habitacionales como posadas y cabañas que están en curso de construcción para ofrecer
una estancia más prolongada a los turistas.
Otros inversores solamente compraron lotes o ranchos y casas antiguas que han
refaccionado con el mero interés de instalarse los fines de semana a descansar gozando
4
A finales de 1977 se instaló el primero grupo de Ruso-Alemanes conformado por 9 familias con 49
almas. En Marzo de 1978 llegó otro grupo de 40 familias y en Abril del mismo año un tercer grupo de 17
familias. Eran estos los primitivos colonos Ruso-Alemanes a los que en el curso del tiempo se agregaron
las familias de sus parientes que vinieron del Brasil y de Rusia directamente (Salvadores, 1937:58).
de la tranquilidad que ofrece el lugar.
Quien compra lote con alguna construcción está obligado a restaurar lo que ha quedado
luego de que según cuentan los entrevistados, “los rusos” tenían por costumbre
derrumbar los techos y llevarse las aberturas previendo toda posibilidad de que esos
lugares fueran ocupados.
El último Censo arrojó la cantidad de 14 habitantes en el lugar, con 7 de ellos que habitan
en lo que sería la planta “urbana”.
Actualmente funciona una escuela a la cual concurren 6 alumnos en el turno mañana con
una sola maestra que viaja a diario desde Olavarría. No existe ningún centro sanitario, ni
siquiera un almacén donde proveerse de los alimentos básicos.
El único servicio que existe es la luz eléctrica y a partir de las gestiones realizadas por los
nuevos vecinos, la Delegación de Hinojo ha dispuesto la recolección de residuos una vez
a la semana, los cuales son depositados en un conteiner hasta que llega un camión y
retira la basura los días miércoles.
El mayor atractivo del lugar para visitantes y turistas es la tranquilidad y el fácil acceso a la
colonia. Durante los días de semana el pueblo permanece en total quietud, al ritmo de los
pocos habitantes que posee, alterándose bruscamente este escenario los fines de
semana; en especial los días domingos que es cuando comienzan a circular por el pueblo
vehículos (en su mayoría de alta gama) que hacen la primer parada en “lo de Pedro”
sobre el mediodía para degustar de la gastronomía ruso-argentina, o se llegan un rato
más tarde hasta “El Arbolito” (la casa de té). La gente gusta de hacer caminatas por el
pueblo mientras los chicos disfrutan de los juegos de la plaza. La geografía del lugar
permite que quienes llevan bicicletas o cuatriciclos puedan aprovechar las callecitas y
caminos vecinales para hacer un poco de ejercicio. Los domingos (últimos de cada mes)
en los que se oficia la misa en la capilla, atraen fieles y seguidores que infaltablemente
llegan por ese motivo. Una vez terminada la misa los fieles visitantes se disponen a la
recreación y al pleno disfrute del lugar.
La magia que ofrece la geografía, sumado a la impronta histórica que posee la colonia y al
incipiente turismo que impulsa el desarrollo permanente de actividades que son
organizadas y pensados para toda la familia, convocan a gran cantidad de visitantes cada
domingo y a un sinfín de interesados en comprar lotes o casas con intenciones de
afincarse en el lugar.
Disputas identitarias en el marco de desarrollo turístico. La otra cara del turismo
rural local.
La globalización planetaria es un fenómeno que toca todos los aspectos de la vida
humana y está inserto en una nueva perspectiva para la sociedad. Se deriva de un nuevo
conjunto de estructuras y de procesos culturales, y principalmente de la acción política
insertada en el sistema mundial que está marcado por un intercambio constante de bienes
para sostener la economía política internacional (Sidekum, A 2008:641).
Sidekum (2008: 622) argumenta que uno de los rasgos del presente es una nueva
etnificación universal de la mentalidad, de domesticación de las mentes, a través de la
implementación de nuevas tecnologías y del papel que cumplen los medios de
comunicación. En este sentido, las políticas públicas actuales, vistas como enunciados
discursivos, tienden a homogeneizar y mostrar estáticos los escenarios donde las mismas
se ponen en marcha. Forman parte de lo que el mismo autor contextualiza en el marco de
la nueva “realidad globalizada”, la cual, junto a los cambios económicos y políticos; ha
traído consigo aceleradas transformaciones culturales. Este enfoque partiría del discurso
de la calidad total y trata de combinar la cultura y de recomponer las instituciones para
una nueva política de negocios orientada a dar respuesta a los diferentes mercados.
Sin embargo, las dimensiones regionales y locales muestran que las realidades cotidianas
no son ni tan estáticas y mucho menos uniformes y homogéneas como pretende el
sistema totalizador.
En el caso de las políticas orientadas al fomento y desarrollo del turismo queda
fuertemente demostrado que el dinamismo de las relaciones sociales y sus concomitantes
reproducciones culturales necesitan valerse de la diferencia y del (no) reconocimiento de
los otros para seguir el hilo de la construcción identitaria en la cual las estrategias y la
variabilidad adaptativa dependerán de las formas y condiciones en que se produce la
comunicación entre los grupos involucrados (Terrén, 2002:66).
La faceta conflictiva de la implementación y desarrollo del turismo rural a nivel local se
hace visible en poblaciones rurales-urbanas serranas olavarrienses (que se encuentran
fuera de los límites del casco urbano de la ciudad cabecera) las que desde hace algunos
años también intentan despegar a través del turismo, de las secuelas que dejo la crisis
económica de las décadas pasadas, aprovechando el momento de auge del mismo.
La característica distintiva de estas localidades es que en ellas se hallaban, hasta
comienzos de la década de 1980, explotaciones económicas productoras de cal y
cemento que sostenían las demandas de empleo de la mayoría de sus habitantes varones
y los de poblaciones cercanas y que al cierre de las mismas debieron emigrar con sus
familias dejando a estos pueblos al borde de la desaparición.
Este proceso alcanzó a la localidad de Colonia Nievas provocando el éxodo total de sus
habitantes en poco menos de una década a parir del cierre de la cantera “Villa Mónica”
ubicada a 5 km. de Nievas. Sucedió lo mismo, aunque en menor grado de migración de
sus habitantes, con otras localidades vecinas como Colonia San Miguel y Sierras Vayas,
siendo ésta última quien logró retener a su población gracias al trabajo sin interrupción de
las diferentes fábricas que allí se encuentran enclavadas.
En virtud de encontrarle una nueva funcionalidad al campo, poblados rurales que
languidecieron con el paso del último tren o con el cierre de sus fuentes de trabajo,
pretenden re-aparecer hoy a través de nuevos rostros, de la mano de nuevos actores que
vislumbran en la “veta” turística la llave mágica para que estos poblados no desaparezcan
definitivamente.
Jacinto (2010) señala que el turismo como oferta cultural y transcultural puede contribuir a
modificar las características del proceso identitario de las comunidades de origen, por
llamar de alguna manera a las ocupaciones poblacionales que habían permanecido sin
mayores alteraciones en su composición hasta la irrupción del fenómeno del turismo.
En ese proceso de resurgimiento de la Colonia Nievas a través de la empresa turística, la
noción de identificación étnica que Cardoso de Oliveira ( ) describe como el uso que se
hace de términos raciales, nacionales o religiosos para identificarse y de ese modo
relacionarse con los otros, viene jugando un papel preponderante.
La llegada de los nuevos pobladores no ha sido vista con buenos ojos por la mayoría de
los descendientes de los colonos ruso-alemanes que perciben que se ha alterado la
tranquilidad del pueblo y la matriz histórica de la colonia con la iniciativa turística,
tornándose por momentos hostiles las relaciones entre los involucrados.
Así, el espacio rural re-significado (etnicidad) se ha presentado como un terreno de
disputa ante la aparición de los nuevos actores ya que su irrupción en el espacio nievense
a partir de la incursión en el rubro turístico, ha enfrentado intereses disímiles que generan
tensión y resistencia entre los “viejos” y los “nuevos” pobladores, confrontando
imaginarios de un “antes” y un “ahora” que parecen irreconciliables y que por otra parte
pareciera que afectan el desarrollo del turismo como actividad económica.
Eduardo Terrén (2002:47) señala que la cultura debe verse siempre como un vehículo o
un medio por el cual se negocia la relación entre grupos. De esa negociación surge la
identidad social a la que contribuye de muy diversas maneras la puesta en juego de la
etnicidad, que no es, por tanto, propiedad de un grupo, sino de una relación.
Lo cierto es que la oferta turística se ve teñida por la construcción de una nueva identidad
que funda sus relaciones entre la remembranza de una cultura ruso-alemana por parte de
los descendientes y los derechos territoriales que les afloran sobre la colonia; y una lógica
económica actual de la cual son portadores los nuevos vecinos llegados a la colonia,
motivados por el interés del desarrollo del turismo.
La resistencia a recibir con buen agrado tanto a los nuevos residentes como a las
actividades que proponen se evidencia en el decir de uno de los escasos pobladores de la
Colonia Nievas:
… Para serle sincero, los nuevos han venido joder a Nievas, un lugar que era tranquilo y
en el que ahora no se puede estar los fines de semana porque se llena de gente que uno
no conoce ...(M.J)
… Ahora descubren Nievas y se quieren convertir en los nuevos colonizadores (palabras
de una descendiente en una reunión de la Comisión Vecinal dirigidas hacia uno de los
nuevos vecinos).
Desde el otro extremo, en una entrevista realizada a un nuevo emprendedor, este
denunciaba la actitud de los “rusos” diciendo … Pero! éstos se creen los dueños de la
colonia y se olvidan que antes que ellos esto era de los indios que fueron echados para
traerlos a ellos y darle las tierras. Y no siquiera se ocuparon de hacer las cosas bien,
después se fueron y dejaron todo abandonado y ahora se acuerdan de volver ya
aparecen dueños de las tierras por todas partes … (C.C).
El tránsito en pos de la búsqueda de una neo-identidad turística nievense muestra que la
misma se construye en base a una racionalidad lógica compleja y dialéctica que ensambla
adscripciones, fricciones y confrontaciones (Barth1976) entre los descendientes de los
colonos ruso-alemanes y los nuevos emprendedores turísticos, en donde las dimensiones
histórica, política y territorial juegan un rol preponderante y diferenciador.
El origen del conflicto que enmascara la puesta en escena del turismo durante los fines de
semana proviene de varias vertientes de carácter socio-cultural.
Por una parte, los descendientes de los colonos que vuelven a la Colonia Nievas atraídos
- a pesar que no lo reconocen abiertamente- por el auge e importancia que ha adquirido el
lugar, acuden a una estrategia reivindicativa de las creencias y costumbres de sus
ancestros para imponer su impronta frente a la llegada de los nuevos residentes y sus
emprendimientos. Apelando a estos recursos les recuerdan a “los nuevos” que esos
elementos culturales constituyen la matriz nievense y por lo tanto se arrogan los derechos
que tal impronta les da sobre el lugar construyendo un “discurso comunitario”, el cual,
según Terrén (2002: 53) permite mostrar la dinámica de lo que se podría denominar “la
etnicidad vivida”, donde la propia visión de la comunidad se presenta como una visión
discursiva utilizada como recurso cultural en toda situación cognitiva que hace uso de
definiciones inclusivas o exclusivas (dentro/fuera, nosotros/ellos).
Por otra parte, los recién llegados que han optado por realizar inversiones en el lugar,
manifiestan querer respetar la idiosincrasia de los descendientes, siempre y cuando no se
interfiera sobre su emprendimiento turístico. Así, navegando en el agua de los derechos,
las relaciones entre las partes se debilitan y resquebrajan desnudando en el trajín otras
aristas conflictivas que aluden a la posesión y/o propiedad de la tierra. Y hasta el
momento, los intentos de construir relaciones en un marco de respeto y aceptación no
dan frutos.
El motivo de la renovación de la Comisión de Fomento pareció un buen momento para
limar asperezas, sin embargo, el tiempo ha sido testigo de lo contrario. Los integrantes de
la antigua Comisión comenzaron tiempo antes de lo reglamentario con una campaña de
asociación para lo cual se acercaron a los nuevos residentes y en gran mayoría lograron
asociarlos. Al momento de la renovación, cuya reunión se realizó en el Club Social y
deportivo Juventud Unida de Colonia Nievas, surgieron nuevamente las diferencias y las
intenciones de no modificar nada en la matriz del pueblo por parte de los “nativos”. Los
lugares de mayor jerarquía estuvieron destinados a los descendientes. Los puestos de
Tesorero y Pro-tesorero fueron ofrecidos a dos de los “nuevos” que aceptaron pero al
cabo de menos de un año ofrecieron su renuncia y dejaron los lugares vacantes por no
acordar con el manejo de los fondos que se hacían sin previa consulta.
Los asociados “nuevos” siguen hoy reclamando por su integración y porque se los tenga
en cuenta al momento de tomar decisiones sobre las acciones que se lleven adelante en
la Colonia. Mientras tanto, la integración sigue siendo una ilusión.
Como nueva vecina de la colonia he sido receptora de un “…Ya los vamos a integrar…”
por parte de un integrante de la Comisión y descendiente de los antiguos colonos en una
oportunidad en que fue a cobrarme una de las cuotas.
Agrava la condición de las relaciones las cuestiones vinculadas a la propiedad y la
posesión de la tierra en la Colonia. Esto ha alcanzado niveles de confrontación y violencia
(materializadas en denuncias penales y juicios) que enfrenta a viejos y nuevos actores
desnudando la falta de políticas territoriales actuales en la provincia de Buenos Aires.
Estas cuestiones no son nuevas, tienen su origen en los tiempos de la llamada Conquista
del Desierto y en la ley de Inmigrantes de 1876, tal como se ha adelantado en el punto
anterior de los antecedentes poblacionales de la Colonia. Lo que ha ocurrido es que la
venta indiscriminada de lotes a partir del auge del turismo ha desatado conflictos
familiares entre los propios descendientes ruso-alemanes, así como entre éstos y los
nuevos compradores. Muchos no aprueban ni acuerdan en la decisión de vender lotes y
propiedades supuestamente heredadas -supuestas porque muchos de ellos no pueden
documentar tal legitimidad con la documentación que respalde la condición de herederos-.
El problema central lo constituye la falta de escrituras de propiedad de la tierra y por ende
la imposibilidad de regularizar la situación dominial ante el organismo provincial
competente. Además, aún hoy en día existen muchos lotes fiscales, hecho que atrae a
algunos que especulan con la posesión de la tierra aferrándose a mecanismos legales
que contempla la Ley.
Para las partes, complica aún más el hecho que la Municipalidad de Olavarría cuenta en
su oficina de Catastro Territorial con escasa documentación sobre la Colonia Nievas (solo
existe una copia del plano original y de las plantillas de parcelas) y con ninguna intención
de mediar ante la provincia para dar soluciones al problema. En entrevistas mantenidas
con el Intendente, éste ha manifestado que “ son problemas particulares que tiene que
resolver cada uno por su cuenta”. Por su parte el organismo provincial no cuenta con el
Plano original de la Colonia con lo cual se hace imposible la escrituración de la tierra
adquirida por los nuevos emprendedores turísticos a quienes a las actividades propias
enfocadas a la oferta turística, deben sumarle tiempo y dinero extra en asesoramiento
jurídico para asegurarse la tenencia de lo que han comprado.
Las relaciones resquebrajadas de la interacción social impiden no solo un acercamiento
entre las partes, sino además un retroceso en el intento del despegue y resurgimiento de
la colonia como espacio turístico.
Se suman con el paso del tiempo los emprendedores dedicados a esta actividad que
optan por desvincularse como socios de la Comisión de la Sociedad de Fomento
argumentando que no se los reconoce como miembros de la comunidad. Señalan que “…
los de la comisión se reúnen en la semana cuando nosotros no estamos, cocinan todo
entre ellos y nunca nos dan cuenta de nada, después nos llaman cuando hay que sumar
gente para renovar la comisión … son ellos solos, no nos tienen en cuenta y así no es la
cosa …” (C.C).
Siguiendo con la línea del análisis teórico de autores como Barth, Cardoso de Oliveira,
Bartolomé; Terrén, entre otros, quienes resaltan la necesidad de reconocer el tipo de
relación social que constituye la relación interétnica como algo necesariamente complejo y
frecuentemente contradictorio; con lo expuesto hasta aquí queda claro que en Colonia
Nievas los cimientos de una neo-identidad turística deben rastrearse en el contexto de las
relaciones atravesadas por el conflicto y la disputa, donde los criterios de pertenencia
juegan un rol preponderante ya que están basados en un conjunto de ideas, símbolos y
sentimientos constantemente recreados y redefinidos en la práctica cotidiana de los
individuos al vincular su identidad con la afiliación a grupos que se autoperciben
diferentes y a la vez se consideran caracterizados por alguna particularidad.
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
Esta presentación forma parte del proyecto de tesis en desarrollo del doctorado en
Urbanismo de la Universitat Politécnica de Catalunya, del Departamento de
Urbanismo y Ordenación del Territorio1, sobre los pueblos rurales y su protagonismo
en los procesos de conquista, ocupación, urbanización y puesta en producción de
una porción del territorio de la provincia La Pampa, República Argentina.
1 Estudios realizados para la presentación del proyecto de tesis del Doctorado en Urbanismo del Departamento
de Urbanismo y Ordenación Territorial de la Universidad Politécnica de Cataluña (Barcelona, España), por
convenio con la Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. Bajo la
dirección del Dr. Arq. Joaquín Sabaté (UPC, Barcelona) y la codirección de la Arq. María Elena Foglia (UNC,
Córdoba, recientemente fallecida) y la Dr Arq. Mónica Ferrari (Tucumán).
1
En este estudio, se pretende demostrar las relaciones entre la primera división del
suelo rural del territorio nacional de La Pampa2 y la puesta en producción como
condición del desarrollo inicial de los pueblos pampeanos ferroviarios, y la
implicancia de esta, en la situación actual de desarrollo.
En este proceso, las empresas de ferrocarril, los dueños de la tierra, las compañías
colonizadoras y de inmigración, son agentes privados que participan
independientemente del proceso de ocupación, colonización y urbanización, con
escasa participación del estado nacional.
2La Pampa es territorio de administración nacional desde su Conquista hasta mediados del siglo XX.
Esta situación determina que su desarrollo este condicionado a una administración deficiente y a
escasa disponibilidad de recursos públicos para su desarrollo.
2
sobre las implicancias físicas de este fenómeno en sus orígenes, para la toma de
decisiones de desarrollo futuro.
Una primera etapa que aborda el del proceso fundacional de los pueblos y su
relación con la estructura parcelaria rural inicial de La Pampa – período 1880-1930-
comprendiendo sintéticamente:
Las características naturales del territorio en estudio.
Análisis del proceso fundacional de los pueblos ferroviarios de La Pampa, la
condición del territorio natural de implantación y asignación de roles
económicos.
Análisis de la estructura parcelaria rural de La Pampa en el período
comprendido entre 1879- 1930, a partir de estudios previos desarrollados por
Gaignard (1989), Chávez de Festa (s/ fecha), Aráoz (1991).
Diagnóstico de las relaciones entre el trazado urbano y el trazado de
colonias, analizando la incidencia potencial de este último en el desarrollo
de los centros.
3
En base al presente estudio, es posible clasificar los pueblos por su escala y grado
de desarrollo en:
DESARROLLO
4
b) Los valles pampeanos: constituye la porción oeste donde la estepa herbácea se
transforma en bosque de caldén. Su disposición particular en una faja en dirección
dominante sudoeste- noreste responde a la disposición de grandes valles en cuyos
bordes se localizan cordones de médanos con importantes reservas de agua dulce.
El régimen de lluvias desciende hacia el oeste. Este suelo presenta aptitud para el
desarrollo de la ganadería bovina extensiva y el cultivo de forrajes. Las colonias que
se trazan en esta zona no prosperan. Los pueblos que alcanzan su mayor desarrollo
lo hacen asociados a su función administrativa, minera y/o ganadera.
c) La depresión del sudeste: conformada por los valles del sureste. Las lluvias y la
evapotranspiración han dado origen a depresiones cubiertas con lagunas, salitrales
y salinas. La depresión del sudeste, posibilita la explotación salinera y la ganadería
bovina extensiva. Es la zona de menor densidad demográfica del conjunto. En esta
zona no se trazan colonias.
Hasta fines del siglo XIX, este territorio - desértico de toda civilización para el
hombre blanco- es ocupado por población indígena nómade (de influencia
araucana, mapuche), cuya actividad económica principal son las vaquerías,
consistente en la caza y desplazamiento del ganado cimarrón saqueado de las
estancias bonaerenses para su comercialización en Chile. Esta primera ocupación,
traza sobre el territorio de la Pampa, las rastrilladas o caminos, que unen las
aguadas y zonas ricas en pastos naturales, así como las tolderías, asiento transitorio
de la población indígena nómade.
Tras la Conquista del Desierto en 1879, se produce una segunda ocupación, que
desplaza la población indígena. Las campañas militares avanzan sobre el desierto a
conquistar, utilizando los caminos ya trazados sobre el territorio, asentando fortines,
y tomando posesión de la tierra, la que en gran parte, ya ha sido vendida a
extranjeros y latifundistas de la campaña de Buenos Aires. Para alcanzar el
financiamiento de las campañas militares, se promulga la Ley de Fronteras (1878) 3
– ideada por el General Roca – mediante la cual se enajena la tierra de mejor aptitud
3 Para dar un ejemplo de cómo se reparte la tierra, en la lista de los primeros adjudicatarios beneficiarios de la
Ley de Frontera de 1878, los 100 lotes de la primera sección se adjudican a 30 familias, de las cuales a dos le
corresponden la mayoría: Torcuato de Alvear (100.000 ha.) y a Eduardo Casey (210.000 ha).
5
para el desarrollo agropecuario, previa su conquista y ocupación (ver figura 3). La
privatización del suelo, se completa luego con la Ley de Remate en 1882 y la Ley de
Premios de 1885.
Figura 2. Elaboración propia en base a mapa de los espacios socio-económicos de la provincia de La Pampa.
Fuente: Comerci, María Eugenia. Complejidades y diferenciaciones en el territorio pampeano. En: (LLuch &
Salmón Tarquini (compiladoras) en Historia de La Pampa (2008), pág. 23. Santa Rosa. UNLPam.
6
Figura 3. Elaboración propia en base a croquis demostrativo de la entrega de tierra pública: a. Ley de Frontera:
1878; b. Ley de Premio: 1885; c: Ley de Remate: 1882
Fuente. Chávez de Festa (s.f.)
La Colonización Agrícola en La Pampa, pp. 48. FDEP. La Pampa. Pág. 48
En la última década del siglo XIX, sobre la configuración geométrica de los títulos de
tierras otorgados a los nuevos dueños de La Pampa, ingresa el ferrocarril desde los
puertos de Bahía Blanca y Buenos Aires, dando origen a un fuerte proceso
urbanizador. El avance de los ramales de las tres líneas ferroviarias inglesas
(Ferrocarril Bahía Blanca al Noroeste (BBNO), Ferrocarril del Oeste, Ferrocarril del
Sur) que ingresan a La Pampa, significan el desarrollo de numerosas estaciones
sobre las que se trazan los pueblos ferroviarios. Si bien, en BBNO inicialmente hay
capitales franceses, todas las compañías terminan siendo inglesas. En 1891, la
BBNO es la primera Compañía que ingresa a La Pampa por el sur desde el puerto
de Bahía Blanca, mientras que el Ferrocarril del Oeste, lo hace desde el puerto de
Buenos Aires seis años posteriores.
7
Figura 4. Esquema de elaboración propia demostrativo de la división de cada sección I, II, III en fracciones A, B,
C, D y lotes a, b, c, d. A su vez cada lote, se divide en fracciones menores, más o menos coincidentes con la
unidad económica mínima por zonas.
Los trazados urbanos y el desarrollo de los pueblos, está ligado a los procesos de
colonización del territorio. La formación de las colonias es una empresa que se
adjudica tanto a los dueños individuales de la tierra, como a las compañías
colonizadoras que actúan como intermediarios.
Si bien el primer poblamiento pampeano es indígena y criollo, la ocupación
inmigrante que se incorpora a comienzos del siglo XX, es la base de la colonización
y puesta en producción agrícola del territorio. Las Compañías Colonizadoras son las
encargadas de la inmigración masiva de agricultores: ruso alemanes del Volga y
judíos preferentemente (se localizan hacia el centro- sur del La Pampa), mientras
que los inmigrantes italianos (se localizan hacia el centro-norte) responden a una
colonización de tipo individual.
4 Si bien los primeros trazados urbanos no surgen del ferrocarril (1882, Victorica, General Acha) sino que son
fundaciones con fines militares y/o de defensa, el ferrocarril les llega posteriormente.
8
Figura 5. Elaboración propia indicando desarrollo de la red ferroviaria total por años y compañías ferroviarias
Fuente: Cazennave, Walter (1971).
Folleto publicado por la Dirección de Prensa del Gobierno de La Pampa.
Entre 1900- 1912, se trazan más de 50 pueblos de origen ferroviario –a partir del
cuadro de estación - mientras que las colonias se trazan principalmente entre 1910
y 1930 (Ley 10.676 o Ley de Colonización de 1919). La colonias presentan parcelas
con una superficie de entre 75 y 200 ha. Si bien esta superficie está asociada a la
capacidad productiva de una familia de colonos, no se corresponde con la unidad
productiva (ver figura 5) la que varía de Este a Oeste y de Norte a Sur.
9
Figura 6: Elaboración propia indicando la estructura agraria de La Pampa. Fuente: Gaignard (1979)
La Pampa Argentina: ocupación, poblamiento, explotación. De la Conquista a la crisis mundial”. La edad de oro
de la colonización agrícola en la provincia de La Pampa (1910-1930). Solar. Buenos Aires.
10
Para 1914, y en base a datos censales, sobre un total de 7.341 explotaciones, el
59% estaba dedicado a la agricultura y el 39% a la ganadería. De ese total el 46,8
% son propietarios y el 53,2% son arrendatarios (Olmos, 2008, pág. 171).
Nº % Hectáreas %
5 Para esta clasificación, se parte de nombrar pueblos a los centros que tienen un trazado planificado en torno al
cuadro de estación de más de una hilera de manzanas; centros de servicios rurales, aquellos cuyo desarrollo de
trazado urbano no supera la ocupación de los bordes del cuadro de estación.
11
Para analizar la relación entre el proceso urbanizador y la colonización, y su
comparación con la condición de poblamiento actual, se procede a analizar
comparativamente la evolución del crecimiento poblacional de los centros, en base a
datos de población del Censo Nacional de 1935 y 2001.
1. Ramal Jacinto Araúz- Toay (1891 -1897): Jacinto Araúz, General San Martin
(Trasbordo Ferrocarril La Porteña A Las Salinas Del Mismo Nombre),
Bernasconi, Abramo, Hucal, Est. Cotita, Perú, Epu Pel, Unanue, Gamay,
General Acha, Utracán, Quehué , Naicó, Cachirulo, Toay
2. Ramal Est. Ivanowsky- Realicó (1908-1909): Est. Ivanowsky, Catriló, Relmo,
Miguel Cané, Quemú Quemú, Est. Trili, Dorila, GENERAL PICO, Speluzzi,
Vertiz, Ojeda, Falucho, Lavalle, REALICO
3. Ramal Rolón- Doblas (1909-1911): Rolón, Hidalgo, Macachín, Atreuco,
Doblas.
4. Ramal Anchorena – Cereales (1909- 1911): Anchorena, Riglos, Cereales.
5. Ramal Avestruz- Alpachiri (1909-1911): Avestruz Guatraché, Campos,
Apuyaco, Alpachiri.
12
4. Ramal Intendente Alvear- Ingeniero Luiggi (1911): INTENDENTE ALVEAR,
Ceballos, Ojeda, Alta Italia, Embajador Martini, Ingeniero Luiggi.
5. Ramal Agustoni – Winifreda (1915): Agustoni, Alfredo Peña, Quemú Quemú,
Huelén, Colonia Barón, Mauricio Mayer, Winifreda.
6. Ramal Metileo – Ingeniero Foster (1906-1927): Metileo, Trenel, Arata,
Caleufú, Pichi Huinca, La Maruja, Foster
Tabla 2 Ferrocarril Bahía Blanca al Noroeste (BBNO). En negrita centros que tienen dos línea de
ferrocarril. En cursiva estaciones que no desarrollan pueblos. Subrayados centros formados antes de la
llegada del ferrocarril. Grisado centros de mayor desarrollo.
Se fundan en territorios Territorios con colonias que Se fundan en territorios sin
colonizados para 1930 no prosperaron para 1930 o colonizar para 1930. En cursiva
pequeña superficie de solo estaciones.
colonias
Pueblo/ hab. 1935 2001 Pueblo/ hab. 1935 2001 Pueblo/ hab. s/ 1935 2001
s/ Censo s/ Censo Censo Nac.
Nac. Nac.
1 J. Arauz 1.603 2.463 ´Perú 53 28 Hucal 273 20
G. S. Martin 1.703 2.548 Epu pel s/d s/d Est. Cotita s/d
Bernasconi 1.655 1.543 Unanué 116 77 Gamay s/d
Gral Acha 4,074 11.869 Utracán 180 (1947)
Toay 1.900 8.841 Abramo 217 323
Cachirulo 163 s/d
Quehué 489 385
Naicó 261 8
2 Gral Pico 9.797 53.352 Catriló 1.839 3.376 Ivanowsky s/d s/d
Realicó 2.430 6.789 Miguel Cané 1.308 700 Relmo 197 84
Q. Quemú 2.239 3.577 Trili s/d s/d
Falucho 257 151 Ojeda 232 68
Vertiz 397 650 Lavalle s/d s/d
Dorila 591 385
Speluzzi 561 258
3 Macachín 1.582 Rolón 518 672 Hidalgo s/d
Atreuco s/d Doblas 741 1.673
4 M. Riglos 399 2.064 Anchorena s/d 288
Cereales s/d s/d
5 Avestruz
Guatraché 1.851 3.662
Campos 203 777
Apuyaco s/d
Alpachiri 1.072 1.797
13
Tabla 3 Línea Ferrocarril Oeste. En negrita centros que tienen dos línea de ferrocarril. En cursiva
estaciones que no desarrollan pueblos. Subrayados centros formados antes de la llegada del ferrocarril.
Grisado centros de mayor desarrollo.
Se fundan en territorios Territorios con colonias que no Se fundan en territorios sin
colonizados para 1930. prosperaron para 1930 o colonizar para 1930.
pequeña superficie de colonias
Pueblo/ hab. 1935 2001 Pueblo/ hab. 1935 2001 Pueblo/ 1935 2001
s/ Censo s/ Censo hab. s/
Nac. Nac. Censo
Nac.
1 Lonquimay 858 1.558 Catriló 1.839 3.376
La Gloria s/d 43 Uriburu 876 906
Anguil 1.220 1.630
Santa Rosa 10.326 94.340
Toay 1.900 8.841
2 Larroudé 1.209 1.469 Lagos 823 681 Sarah 413 163
Realicó 2.430 6.789 Van Praet 549 274 M. Miró s/d
Rancul 2.352 3.331 Maisonave 647 257 Chamaicó 88 s/d
Quetrequen 525 355
3 Gral Pico 9.797 53.352 Luan Toro 770 694 Trebolares 111 52
Metileo 732 515 Victorica 2.061 5.517 Boeuf
Montenieva 667 415 Conhelo 314 398
Castex 3.616 9.347 Ceriola
Rucanelo 271 234
Telén 1.231 1301
E. Mitre s/d
4 Int. Alvear 1.864 6.624 Ceballos 652 331 Ojeda 232 68
Alta Italia 1.271 1.300
E. Martini 577 1.235
Ing. Luiggi 2.419 4.671
5 C. Barón 1.599 3.054 Q. Quemú 2.239 3.577 Agustoni 387 268
Winifreda 1.234 2.226 A. Peña s/d s/d
Huelén s/d s/d
M. Mayer 259 326
6 Metileo 732 483 Pichi Huinca 72 221 Ing.Foster 60 51
Trenel 2.133 3.426
Arata 440 974
Caleufú 1.365 2.116
14
Tabla 4. Línea Ferrocarril del Sur . En negrita centros que tienen dos línea de ferrocarril. En cursiva
estaciones que no desarrollan pueblos. Subrayados centros formados antes de la llegada del ferrocarril.
Grisado centros de mayor desarrollo.
Se fundan en territorios Territorios con colonias que no Se fundan en territorios sin
colonizados para 1930 prosperaron para 1930 o colonizar para 1930
pequeña superficie de colonias
Pueblo/ hab. 1935 2001 Pueblo/ hab. 1935 2001 Pueblo/ hab. 194 2001
s/ Censo s/ Censo s/ Censo 7
Nac. Nac. Nac.
1 Gaviotas 116 8
Anzoategui 103
La Adela 1.607
2 Remecó 42
.El rol económico inicial de estos pueblos y centros de servicios rurales, está ligado
a las condiciones naturales del territorio:
15
Figura 7. Elaboración propia de los pueblos, centros de servicios rurales y estaciones trazados a partir de los
diferentes ramales. Fuentes varias
Primeros resultados
16
La existencia de caminos o vías férreas para sacar la producción de las
colonias. Obsérvese que se ven beneficiados en su crecimiento los centros
que tienen dos conexiones ferroviarias, o son cruces de rutas.
BIBLIOGRAFIA CITADA
17
Olmos, S. (2008). Estructura agraria: el camino hacia la espacialización espacial. En
A. LLuch, & C. Salomón Tarquini, Historia de La Pampa, pp. 165-181. Editorial
EdUNLPam. Santa Rosa.
Olmos, S. (2008). Estructura agraria: el camino hacia la espacialización espacial. En
A. LLuch, & C. Salomón Tarquini, Historia de La Pampa, pp. 165-181. Editorial
EdUNLPam. Santa Rosa.
Paterlini, Olga (1987). Pueblos Azucareros de Tucumán Facultad de Arquitectura.
Universidad Nacional de Tucumán.
Ramos, J. (1991). La Aventura de la Pampa Argentina. Corregidor. Buenos Aires.
Randle, P. (1969). La ciudad pampeana: geografía urbana, geografía histórica.
EUDEBA. Buenos Aires.
Sabaté, Joaquín (1996) Forma del territorio y proyecto. Universidad Politécnica de
Catalunya.
Torrent, Horacio (2006) El elevador de granos y el paisaje de la Argentina moderna.
En: Eugenio Garcés (Editor) Seminario Internacional Red Alfa. Paisajes Culturales,
Patrimonio y Proyecto. PUC/Alfa, Santiago, Chile. pp. 73-78.
18
V Congresso Argentino y Latinoamericano de Antropologia Rural
Grupo de Trabalho 10: Nueva ruralidad e pobladorurales
1 – Introdução
4 - Etnodesenvolvimento
Durante a manhã, ocorreram apresentações e discussões acerca do quilombo São Miguel dos
Pretos e o arroz quilombola, liderada por um dos organizadores do projeto, representante de uma
ONG chamada Guayi, de Porto Alegre. Haviam apenas dois representantes quilombolas que pouco
se manifestaram durante as falas. Em seguida ocorreu a visita a lavoura de cultivo do arroz, que não
passava de dois hectares, muito pequena para designar a produção de arroz de uma comunidade
quilombola, que é composta por cerca de 180 famílias. Neste momento, um dos representantes
quilombolas contou sobre o processo de preparação da terra, ciclo produtivo, modo de produção e
colheita do arroz, demonstrando uma ligação afetiva com a produção, embora esta cultivar ainda
fosse recente dentro de cotidiano das práticas agrícolas desta família . Neste momento, soube-se
que o arroz quilombola é cultivado por apenas uma família dentro do quilombo.
Após a visita a lavoura, foi servido um almoço cujo o prato principal seria um “risoto”, prato este
que é tipico da cultura italiana e não quilombola, que foi preparado por mulheres moradoras da
comunidade. Para surpresa de todos, o arroz servido não foi o arroz quilombola e sim um arroz
“biodinâmico” produzido no interior do Rio Grande do Sul através de um método especifico,
baseado na Antroposofia de Rudolf Steiner que incorpora elementos místicos no seu processo de
produção, em que adubar consiste em vivificar a terra, e para isso são utilizados preparados
específicos que representam a mediação entre a terra e o cosmo, auxiliando as plantas na sua tarefa
de serem órgãos de percepção da Terra.
Este fato levou ao questionamento aos agricultores para compreender por qual motivo a
festa de celebração da colheita do arroz quilombola não estava servido o arroz quilombola como
prato principal. A resposta inicial foi de que a produção é muito pequena e já tinha sido
comercializada, mas ao longo das narrativas de alguns interlocutores quilombolas, ficou claro que
existe uma resistência da comunidade com relação a qualidade do arroz. A oryza glaberrima, é um
tipo peculiar de arroz, de cor vermelha, grãos mais longos e duros, e sabor diferenciado, devido
estas características, este arroz erroneamente é confundido com uma espécie considerada praga nas
lavouras de arroz convencional, que geralmente é utilizado para alimentação de porcos pelos
agricultores. Através deste relato, ficou claro, que existe uma resistência em consumir este tipo de
arroz por sua analogia com comida de animais, além de que em meu primeiro contato com a
comunidade, não pareceu existir traços identitários quilombolas marcantes dentro do grupo social,
tanto que a presença destes sujeitos durante a festividade foi muito pequena. Em conversa com uma
das mulheres que havia preparado o almoço, ela relatou que o arroz quilombola é consumido por
alguns sujeitos da comunidade somente sob a forma de “arroz doce” servido como sobremesa e
preparado por ela, que também pertence a única família produtora deste arroz.
Após o almoço, ocorreu mais uma conversa que tratava da produção e comercialização do
arroz bem como a atual situação da cooperativa local. Neste momento, notou-sei que os
representantes do quilombo, estimulados pelas perguntas dos visitantes, apropriaram-se do espaço e
pode-se compreender melhor como se dá as relações entre os sujeitos e a mercadoria em questão,
pela perspectivas dos próprios sujeitos.
A introdução do cultivo do arroz quilombola nestas comunidades foi uma estratégia de
mercado, com finalidades econômicas, dentro das novas possibilidades do consumo de produtos
diferenciados ou singulares. A construção em torno de uma mitologia em torno do bem, não foi
forte o suficiente para mobilizar a comunidade a cultivar a variedade de arroz, que mostrou
resistência frente a mercadoria bem como um tecido social desagregado, sendo que a própria
identidade quilombola não parece se fortalecer tanto em aspectos culturais quanto políticos.
O arroz é cultivado por uma única família, atualmente composta por um casal com mais de
60 anos. Estes, com apoio externo das entidades participantes do projeto, são responsáveis por todo
processo produtivo, pela divulgação do produto e pelas definição das estratégias comerciais. Nota-
se claramente no discurso do casal, seu vinculo afetivo com a terra, porém o discurso identitário
quilombola fora introjetado e reproduzido de acordo com os mitos apropriados para a
comercialização do arroz. Durante sua narrativa, o casal revela que a estratégia inicial de
comercialização do arroz era dentro da própria comunidade, porém como o próprio agricultor diz
“por falta de conhecimento da comunidade no produto” esta estratégia teve de ser abandonada. Em
seguida com auxílio da ONG Guayi, a comercialização foi realizada na feira Expointer em Porto
Alegre, e o agricultor conta seu estranhamento com a positivação e valorização de sua mercadoria,
de como as pessoas preocupavam-se com a produção livre de agrotóxicos e sementes transgênicas e
que este estranhamento foi maior quando esteve em feira na cidade de Florianópolis, onde diversas
pessoas tentaram comprar todo o estoque de arroz que ele tinha levado pra comercializar.
Por fim, os representantes quilombolas organizaram uma feira com diversos produtos feitos na
comunidade que foram comercializados junto aos visitantes.
6 - Conclusão
O arroz africano enquanto expressão material da cultura pode ser uma visto como uma
forma de resgate da memória coletiva que engendra uma identidade étnica quilombola positivada
que (re) introduz os significados que desenvolvem a etnicidade local, deste modo, representando
possibilidades de dar visibilidade a estas comunidades e mediar as relações interétnicas não
somente via mercado. A festa do arroz quilombola, também pode ser compreendida como mais um
elemento que reforça estes significados, e que dá respaldo frente os sujeitos através da valorização
das entidades institucionais e parcerias que mobilizam a viabilização do projeto.
Entretanto, existe resistência das famílias da comunidade em aderir ao projeto,
principalmente por apresentar um tecido social desarticulado politicamente nas esferas de poder
locais, principalmente entre as entidades representativas quilombolas. Apesar do esforço das
entidades externas a comunidade em auxiliar no desenvolvimento do projeto, nota-se que as formas
de mediação entre ambas parece necessitar de outras abordagens, que busquem solucionar
primeiramente estes impasses internos, por fim resultando na efervescência da comunidade no
cultivo do arroz quilombola.
A introdução do arroz quilombola, pode ser visto como uma fase embrionária para um
projeto de etnodesenvolvimento, pois tem como principal objetivo o desenvolvimento de uma
etnicidade quilombola num cenário onde a estrutura social se mostra amplamente colonizada, bem
como um desenvolvimento econômico alternativo frente ao modelo hegemônico de
desenvolvimento.
7 - Referências bibliográficas
KOPYTOFF, I. A biografia cultural das coisas: a mercantilização como processo. In: APPADURAI,
A. A vida social das coisas. Niterói: EDUFF, 2008.
LEITÃO, D.K. Nós, os outros: construção do exótico e consumo de moda brasileira na França.
Horizontes Antropológicos, Porto Alegre, nº 28, p.58-87, jul./dez, 2007
MARIN, R. E. A.; CARNEY, J. Saberes agrícolas dos escravos africanos no Novo Mundo. Ciência
Hoje, Rio de Janeiro, v. 35, n. 205, p. 26-35, 2004. Disponível em:
http://cienciahoje.uol.com.br/revista-ch/revista-ch-2004/205
POLLAK, Michael. (1992). Memória e Identidade Social. In: Estudos Históricos. Rio de Janeiro,
vol.5, n° 10.
Resumen
Tratamos en esta ponencia de relevar el concepto nueva ruralidad a partir de
sus usos tanto en el antiguo como en el nuevo continente, donde forma parte
también de otra discusión en torno a los conceptos de rural y urbano y sus
expresiones actuales. Se marcan las diferencias de los procesos en ambos
espacios sociogeográficos. En América Latina en particular la categoría suele
utilizarse en sentidos antagónicos designando a dos procesos diferentes, lo
que no siempre es advertido. Frente a ese panorama, se trata de definir y
rescatar la eventual utilidad científico-práctica de la popular categoría, y su
aplicación en nuestro medio, teniendo en cuenta su plurivocacidad. También
se considera la conveniencia de pluralizar su significado, colectivizándolo en
nuevas ruralidades. Se discute una eventual superación conceptual del
término.
PALABRAS CLAVES: nueva ruralidad; rural-urbano ;América Latina; ruralidad.
Y más adelante:
Categorizaciones sobre una nueva ruralidad desfiguran la historicidad y
simultaneidad de los contextos rurales hoy y en el pasado. Así, a mi
parecer, situada desde la antropología, la configuración analítica nominal
adscrita en lo nuevo de la ruralidad no nos lleva ni para rumbos
descriptivos ni para explicativos.
BIBLIOGRAFÍA
ABRAMOVAY, Ricardo. Funçoes e Medidas da Ruralidade no
Desenvolvimento Contemporâneo. Campinas, IPEA, 2000.
ÁVILA SÁNCHEZ, Héctor. “La dinámica actual de los territorios rurales en
América Latina”. En: Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias
Sociales. Universidad de Barcelona, Nº 45 (40), 1 de agosto 1999.
http//www.ub.es/geocrit/sn-45-40.htm
CARNEIRO, Maria José. Camponeses, agricultores e pluriatividade. Rio de
Janeiro, Contracapa, 1998.
DÍAZ CROVETTO, Gonzalo. “Descifrando las localidades rurales; Algunas
reflexiones, problemas y dilemas de las antropologías rurales”. En:
HERNÁNDEZ ARACENA, Roberto y PEZO ORELLANA, Luis (eds.). La
Ruralidad Chilena actual; Aproximaciones desde la Antropología. Santiago de
Chile, CoLibris , 2010. pag. 79.
ETCHEVERRY, r. La nueva ruralidad y el desarrollo. Documento base.Bogotá
2000. http://agro.colombia._siglo 21/net/foro/ruralidad/index.html.
GIARRACCA, Norma (Comp.). ¿Una nueva ruralidad en América Latina?.
Buenos Aires, CLACSO, 2001.
GIARRACCA, Norma y TEUBAL, Miguel. “Disputas por los territorios y recursos
naturales: el modelo extractivo”. En: Revista ALASRU Análisis
Latinoamericano del Medio Rural, Nueva Época no. 5, 2010, p. 113.
GIULIANI, Mario. “Neo-ruralismo: o novo estilo dos velhos modelos. En: Revista
Brasileira de Ciências Sociais, Nº 14, año 5, oct. 1990, p. 59-67.
GRAZIANO da SILVA, J. O Novo Rural Brasileiro. Campinas, Unicamp, 1999.
HERNÁNDEZ ARACENA, Roberto y PEZO ORELLANA, Luis (eds.). La
Ruralidad Chilena actual; Aproximaciones desde la Antropología. Santiago de
Chile, CoLibris , 2010.
KAYSER, Bernard. La renaissance rurale. Sociologie des campagnes du
monde occidentale. Paris, Armand Coulin, 1990.
MARSDEN, Terry, MURDOCH, Jonathan, LOWE, Philip, MUNTON, Richard y
FLYNN, Andrew. Constructing the countryside. London, UCL Press, 1992.
IICA. Nueva ruralidad. Área 4. Desarrollo rural.
http:www/iicanet.org/rural/nueva.asp.
MILLS, Bryan. Why the Search for a Definition of Rurality may be a Fool´s
Errand. Londres 2000. http://www.users.globalnet.co.uk.
RATIER, Hugo E. “Rural, ruralidad, nueva ruralidad y contraurbanización. Un
estado de la cuestión”. En: Revista de Ciências Humanas, Universidade
Federal de Santa Catarina. Centro de Filosofia e Ciências Humanas,
Florianópolis, abril 2002, Nº 31, p. 9-29.
SOLIDARITÉ RURALE DU QUEBEC. Notre déclaration. Quebec 1997.
TEUBAL, Miguel. “Globalización y nueva ruralidad en América Latina”. En:
GIARRACCA, Norma (Comp.). ¿Una nueva ruralidad en América Latina?.
Buenos Aires, CLACSO, 2001.p. 45-65.
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA RURAL
GT 10, Nueva Ruralidad y poblados rurales
RESUMO
Nos espaços rurais dos Campos de Cima da Serra (Rio Grande do Sul, Brasil) não
havia luz elétrica até os anos 1980. A vida “no escuro” conformava os modos de
viver das pessoas do lugar. Nas noites, após o jantar, permanecia-se na cozinha,
única peça da casa que possuía iluminação a gás e na qual se realizavam as
conversas, contavam-se os causos, enfim, ali se dava o convívio familiar. Mas a
ausência de energia elétrica influenciava outros aspectos da vida, como a
conservação de alimentos, especialmente da carne e do leite. No início dos anos
1970, algumas poucas famílias possuíam geladeiras a gás: a maior parte delas tinha
que se valer de técnicas que não necessitassem de refrigeração elétrica para
conservar seus alimentos. Em meados dos anos 1950, um grupo de famílias rurais
da região organizou-se no que ficou conhecido como “a carneação”. Nas manhãs de
sábado, por mais de 30 anos, as famílias se reuniam para abater uma vaca e dividir
as porções entre elas, que assim obtinham carne fresca para o suprimento da
semana. Porém, mais do que um espaço para obtenção de carne, “a carneação”
alimentava as relações sociais entre os membros da comunidade. A organização
1
Versão deste artigo foi encaminhada para Revista Habitus.
extinguiu-se com a chegada da energia elétrica, no final dos anos 1980, a partir de
quando os moradores adquiriram freezers e geladeiras. O trabalho se vale dessa
história para falar sobre modo de vida, consumo alimentar e organização social na
região estudada.
Palavras-chave: alimentação, conservação de alimentos, cooperação, modos de
vida.
INTRODUÇÃO
Nos espaços rurais dos Campos de Cima da Serra, mais especificamente no
município de Bom Jesus, estado do Rio Grande do Sul, até os anos 1980, não havia
luz elétrica. Durante as noites, a principal peça da casa − a cozinha − era iluminada
com lampião a gás ou, antes disso, a querosene. As velas – que em algum momento
foram de fabricação caseira –, facilmente transportáveis em castiçais, eram
habitualmente empregadas nas movimentações das pessoas no interior das casas
(Fonseca, 2004). Sem eletricidade, obviamente não havia eletrodomésticos e o
maquinário empregado na produção agropecuária era movido a óleo, quando tal
produção não se valia de técnicas manuais ou força animal. A higiene pessoal era,
durante o verão, realizada com água fria, enquanto que no inverno – longo e frio na
região em estudo – era aquecida no fogão a lenha.
A vida “no escuro” conformava o viver das pessoas do lugar. Escutava-se
muito o rádio, mas não havia televisão – que quando passou a estar presente, era
acionada por bateria e não tinha boa transmissão. Nas noites, após o jantar, em
geral todos permaneciam na única peça iluminada da casa, a cozinha. Tal situação
criava o ambiente em que se davam as conversas, os causos2, os jogos de cartas,
enfim o convívio. O mesmo lampião iluminava as eventuais surpresas, expressão
local para uma prática usual de sociabilidade, que consistia na realização de um
baile doméstico. Em noite marcada, membros da comunidade se organizavam para
bater surpresa3 na casa de uma família, que aparentemente não sabia de nada. Ao
anoitecer, o grupo chegaria à casa, cantando e tocando. Os donos os receberiam
com festa, num rito de surpresa e acolhida, providenciando uma refeição de boas
2
Lendas, contos ou histórias que fazem parte da tradição oral de uma região.
3
Carlos Rodrigues Brandão relata processo semelhante, em que os donos da casa são surpreendidos com a
chegada de parentes e vizinhos. No entanto, na região estudada pelo autor, interior de Goiás e algumas áreas de
Minas Gerais, além do caráter festivo, a surpresa tem por objetivo a realização de um mutirão, para ajudar em
algum trabalho atrasado (Brandão, 2009). Em Os Parceiros do Rio Bonito, estudo sobre os caipiras do interior de
São Paulo realizado na década de 1950, Antonio Candido fala do mesmo tema, também associado à ajuda no
trabalho. É curioso que Candido (1982) menciona a expressão traição, usada para designar a surpresa dos
moradores que seriam visitados. Nos Campos de Cima da Serra, também é utilizada a expressão pegou de
traição para designar pegou de surpresa.
2
vindas, provavelmente galinha com arroz, prato adequado para ser servido de
improviso.
Todavia, de todos os aspectos da vida das pessoas influenciados pela
ausência de energia elétrica, a conservação de alimentos, especialmente aqueles
altamente perecíveis, como a carne e o leite, demandava algumas técnicas
especiais desenvolvidas pelas pessoas do lugar, que necessitavam conviver com as
condições ambientais da região. Algumas poucas famílias, por volta dos anos 1970,
possuíam geladeiras a gás, mas a grande maioria tinha que se valer de outras
formas de conservação, que teriam influência determinante nos tipos de alimentos
consumidos e nas formas de consumo de alimentos perecíveis. As frutas de época
eram transformadas em doces, para que fossem consumidas ao longo do ano.
Algumas verduras sazonais, convertidas em conservas. Contudo, o leite e,
principalmente, a carne, de grande importância na dieta local e bastante perecível,
demandavam mais tecnologia e engenho para sua conservação.
Em meados dos anos 1950, algumas famílias rurais da região se organizaram
no que ficou conhecido como a carneação. Assim, por mais de 30 anos, eles se
reuniram, nas manhãs de sábado, para abater uma vaca e dividir as porções entre
até 30 famílias, que, desse modo, obtinham carne fresca para a semana. A
organização terminou no final dos anos 1980, com a chegada da luz elétrica, quando
os moradores puderam adquirir freezers e geladeiras para conservar os alimentos.
O artigo se vale dessa história para falar sobre modos de vida, consumo
alimentar e organização social nos Campos de Cima da Serra.
ASPECTOS METODOLÓGICOS
Uma das autoras deste trabalho é natural da região estudada e os fatos aqui
narrados fizeram parte de sua infância. Os interlocutores, embora distantes, são
pessoas conhecidas, de famílias que, até os dias de hoje, mantêm laços com a
família da pesquisadora. Inicialmente previa-se apenas um interlocutor, porém, no
período de preparação do trabalho identificou-se um segundo, que contribuiu para
iluminar as questões propostas. As entrevistas foram previamente agendadas por
meio de uma pessoa da comunidade, que fez os contatos, explicando os propósitos
do trabalho.
3
A pesquisa foi realizada valendo-se de instrumentos da História Oral – mais
especificamente da História Oral temática –, por meio da qual se investiga sobre um
tema específico, contexto em que a “exteriorização do tema, sempre a priori,
organiza a entrevista que deve se render ao alvo proposto” (Meyhi; Holanda, 2007,
p.39). Nessa abordagem, o conhecimento prévio do assunto orienta a elaboração de
um questionário, que deverá guiar a entrevista (Meyhi; Holanda, 2007).
No caso em questão, o tema de interesse, a carneação, está presente nas
memórias da pesquisadora, que participou dos fatos narrados como expectadora e
membro de uma das famílias participantes do processo.
Sabe-se que as entrevistas possibilitam coletar uma memória individual,
mas, segundo Halbwachs apud Pollack (1992), a memória pode ser entendida como
um fenômeno construído coletivamente. Dessa forma, a memória dos entrevistados
é individual, pessoal, mas suas falas são sempre referenciadas a seus pares,
pessoas que compartilharam com eles a experiência.
Os fatos foram narrados por aqueles que os viveram, da forma que
lembraram e com os sentidos que lhes atribuíram. Pode-se assim obter uma
“versão” dos fatos, ainda que, no caso analisado, outras fontes viriam a fornecer
versões semelhantes àquelas disponibilizadas pelos dois interlocutores.
As duas entrevistas aconteceram no dia 08 de junho de 2012, no ambiente
doméstico, junto ao fogão a lenha, nas cozinhas das casas dos entrevistados. Esse
ambiente, somado à relação de confiança pré-existente entre pesquisadora e
interlocutores, criou condições favoráveis para que o assunto fluísse. Na primeira
entrevista, além do interlocutor previamente contatado, estava presente sua esposa,
que no decorrer da conversa mostrou-se uma informante valiosa.
A transcrição das falas reproduziu o linguajar regional, ainda que se tenha
optado pela realização de pequenos ajustes. Os nomes dos interlocutores foram,
conforme acordo prévio, mantidos neste texto. Com essa permissão, torna-se
possível prestar aqui uma homenagem a essas pessoas e retribuir sua generosidade
em buscar em suas memórias elementos para contar essa história4.
4
Fica aqui registrada a gratidão a Celso Schott, Ana Maria Lima Fonseca e Emiliano Cilon Silveira, moradores
do 2º Distrito de Bom Jesus, Rio Grande do Sul.
4
ALIMENTAÇÃO E MODOS DE VIDA DA REGIÃO DE CAMPOS DE CIMA DA
SERRA
A caracterização física dos Campos de Cima da Serra será aqui apresentada
de forma sucinta, porém é importante que se conheça um pouco essa região
peculiar, pois suas características naturais estão associadas ao jeito de ser e de
viver das pessoas do lugar. Práticas do cotidiano são construídas a partir da relação
do homem com a natureza, tomando parte na conformação das características
socioculturais da região.
A região dos Campos de Cima da Serra é a parcela do Rio Grande do Sul de
maior altitude, variando entre 400 a 1.400 metros acima do nível do mar. A região é
limitada ao Norte pelo Rio Pelotas, fazendo fronteira com o Estado de Santa
Catarina, ao Sul pela Serra e pelo Rio das Antas, a Leste pelos Aparados da Serra –
formação de cânions escavados no planalto vulcânico – e a Oeste faz limite com a
região do planalto rio-grandense (Krone, 2009). Os principais municípios são Caxias
do Sul, São Francisco de Paula, Cambará do Sul, Jaquirana, Bom Jesus, São José
dos Ausentes, Vacaria, Monte Alegre dos Campos, Ipê, Campestre da Serra e
Muitos Capões. A região costuma enfrentar invernos bastante rigorosos, quando,
frequentemente, são registradas temperaturas negativas5 e ocorrência de neve. Os
primeiros povoadores foram os índios Kaingang. A partir do século XVII, tentando
evitar que fossem tomados pelos bandeirantes, os Jesuítas lá esconderam grandes
manadas de animais – gado vacum, muar e equino. Esse gado, criado solto,
reproduziu-se aos milhares, formando a Vacaria dos Pinhais.
Os primeiros povoadores brancos foram de origem portuguesa, oriundos das
capitanias de São Paulo e Laguna. Ao se instalarem na região, trouxeram negros
como escravos. No final do Século XIX, chegaram algumas famílias de alemães,
provenientes da Colônia de Três Forquilhas, enquanto que no início do século XX
chegaram os italianos, oriundos de Antônio Prado6.
Krone (2009) salienta que a ocupação do solo pelos colonizadores deu-se a
partir da pecuária de corte extensiva. É assim que, ocupando-se da lida campeira e
do manejo com o gado, surgiram as principais características que marcariam os
5
Em Bom Jesus foi registrada, em 1º de agosto de 1955, a menor temperatura já ocorrida no Rio Grande do Sul:
-9,8°C.
6
Informações extraídas da palestra Oficina Cultural sobre Tropeirismo, proferida, em 2008, pela Professora
Lucila Maria Sgarbi Santos, durante a execução do projeto "Caminho das tropas nos Campos de Cima da Serra
do Rio Grande do Sul", promovido pelo SEBRAE.
5
moradores dessa região. A presença do gado de corte possibilitou que os moradores
da região obtivessem a carne e o leite.
Conforme já mencionado, na ausência de luz elétrica, os métodos de
conservação, especialmente no que se refere a alimentos perecíveis – como o leite
e a carne – constituem-se em um dos aspectos determinantes para definir os tipos
de alimento utilizados e seus modos de consumo. Esse limitante acaba por definir a
dieta das famílias, pois para consumir determinado alimento é necessário,
primeiramente, dominar a técnica para conservá-lo.
Contudo, embora no caso estudado, os aspectos técnicos da conservação
sejam determinantes para as escolhas alimentares, é preciso ter presente que elas
estão intimamente associadas aos aspectos culturais da região. São estes que
definirão o que pode ou não ser comido, pois para além dos aspectos nutricionais ─
relacionados a teor proteico e aporte energético, por exemplo ─, a comida possui
dimensão simbólica. Assim, nem todo o alimento é considerado comida, ou ainda, o
que pode ser considerado comida em um contexto social, pode não o ser em outro
(Garine, 1987; Matta, 1987; Woortmann, E. 2004; Woortmann, 2004).
No caso em estudo, o leite era bastante consumido e, apesar de altamente
perecível, conservá-lo não se constituía em problema maior. No cotidiano das
propriedades rurais, o gado era ordenhado todas as manhãs, possibilitando, assim,
a obtenção de leite fresco7, que era imediatamente fervido, de forma a aumentar sua
durabilidade. A produção leiteira que não era utilizada para a autoprovisão das
famílias, era destinada à venda ou para a produção do que acabou se constituindo
em um dos principais patrimônios culturais da região: o Queijo Serrano.
Cruz (2012) considera as dificuldades provenientes das grandes distâncias,
que separavam as propriedades produtoras dos centros consumidores, e a alta
perecibilidade do leite como fatores que impediam sua comercialização in natura,
impulsionando a transformação do leite em queijo. Todavia, é importante ter
presente que a produção de queijos dos Campos de Cima da Serra tem origem no
manejo dos animais, mais especificamente no amansamento do gado, sendo parte
integrante de um sistema mais amplo, que abarca condições de produção e modos
de vida (Krone, 2009; Cruz, 2012).
7
Esse leite serviria também para a confecção de bolachas, sequilhos e, caso coalhasse, poderia ser consumido
como coalhada ou, acrescentando-se açúcar amarelo, na elaboração de bolo de coalhada.
6
Ainda que não sem dificuldades, para alguns produtores, após os anos
1960, uma possibilidade era entregar o leite – expressão local que designa a
comercialização de leite in natura, em pequenas quantidades8. Para ser entregue,
após a ordenha o leite era coado, colocado em tarros de metal higienizados e,
posteriormente, transportado até a estrada principal, onde seria recolhido pelo
caminhão leiteiro. Ainda, os baixos preços pagos ao produtor, a instabilidade da
oferta e a precariedade das estradas dificultavam este tipo de comercialização.
Desta forma, a produção de Queijo Serrano tornou-se uma alternativa viável para o
consumo doméstico e para comercialização, realizada em rotas tradicionais9 de
comércio, que se mantêm até os dias de hoje.
Quanto à carne, sempre foi um item fartamente usado na alimentação das
pessoas do lugar, sendo utilizada tanto no dia a dia como em festas e reuniões
comunitárias. Nogueira (2004) afirma que a versatilidade de preparo da carne −
assada, cozida, grelhada −, faz com que seja um dos alimentos mais apreciados
pelo homem. Segundo a autora “a descoberta do fogo é responsável pela ‘revolução’
e pela riqueza da diversidade alimentar e há quem afirme que o primeiro gastrônomo
surgiu quando nasceu a carne assada. Todas estas características tornaram-na o
alimento número um durante muitos séculos” (Nogueira, 2004, p.69).
Klass Woortmann (2004) destaca a importância e o sentido atribuído à carne
em diferentes contextos. O autor evidencia sua centralidade, por exemplo, nos
cardápios de restaurantes, observando que os demais alimentos ofertados são
classificados como acompanhamentos, de certo modo assim desprestigiados. A
comida por excelência, afirma o autor, é a carne, classificada como alimento forte,
que deve ser consumido por aqueles que trabalham mais. Ele exemplifica o valor
simbólico atribuído à carne dando visibilidade à refeição consumida por operários
quando em público: na marmita, a carne não poderá faltar e seu lugar deverá ser em
cima dos demais alimentos, de modo a ser vista. A ausência da carne na marmita se
8
Entregar o leite passou a ser uma possibilidade após 1960, com a instalação do Frigorífico Vacariense de
Laticínios – FRIVA.
9
Dada sua localização, a região dos Campos de Cima da Serra era, em certa medida, isolada das principais
rotas comerciais do Rio Grande do Sul, que incluíam Porto Alegre e Pelotas. Assim, o desenvolvimento do
comércio intensificou-se em direção à região de Caxias do Sul e da região litorânea de Santa Catarina. Com o
fortalecimento do tropeirismo de mulas arredas ─ mulas equipadas para transporte de cargas ─, partiam da
região tropas carregadas com pinhão, queijos, charque, que retornariam trazendo outros mantimentos que lá não
havia, como sal, açúcar, farinha de mandioca e arroz. Nos dias atuais, as duas regiões permanecem sendo
importantes centros consumidores de Queijo Serrano.
7
constitui, no exemplo relatado pelo autor, em causa de vergonha para os
trabalhadores.
Dantas (2009), em pesquisa realizada no Sertão do Seridó10 relaciona o
apreço dos nativos pela carne ao fato daquela região – assim como os Campos de
Cima da Serra – ter a economia fortemente marcada pela atividade pecuária, fonte
da maior parte dos alimentos consumidos. Além disso, a autora destaca as
dimensões simbólicas dessa valorização, pois a carne é um alimento cujo consumo
é associado a prestígio social e, ainda, fornece sustância às pessoas que a
consomem.
No caso em estudo, a questão que chama a atenção é que, para que a
carne fosse consumida, era necessário encontrar formas de conservá-la. A
alternativa então mais utilizada era a salga, para posterior transformação em
charque11. No Brasil, foi no século XVIII que a produção de charque – destinada a
alimentar escravos – se desenvolveu, primeiro no Rio Grande do Sul e depois no
Ceará (Felício, 2002). Antes do emprego generalizado da refrigeração comercial e
doméstica, o charque teve papel importante na história econômica do País,
viabilizando a expansão da atividade pecuária e a prosperidade de cidades como
Pelotas, RS.
Nos Campos de Cima da Serra não foi diferente. Uma família rural que
desejasse consumir carne de gado teria que abater uma rês, transformá-la toda em
charque e consumi-la até um novo abate. É o que evidencia o trecho de depoimento
transcrito a seguir:
8
que também naquela região havia dificuldade em conservar a carne, no caso
estudado, de porco, sendo que os dias de carneação eram considerados dias de
festa, pois era quando se poderia obter carne fresca e, assim, desfrutar de um
alimento de sabor diferente daquele do charque, também lá utilizado com
frequência. Estes autores, assim como Menasche e Schmitz (2007), referindo-se à
mesma região, afirmam que uma maneira de obter-se carne fresca a intervalos mais
curtos era por meio de troca entre vizinhos.
Assim como em outras regiões que necessitavam conservar carne sem a
utilização de energia elétrica, nos Campos de Cima da Serra utilizava-se, ainda que
em menor frequência, a carne de banha ou carne de lata. Em referência à
capacidade de conservação da banha, Fonseca (2004, p.51) afirma que a “banha
era o freezer e a geladeira”. Por meio dessa técnica, a carne era frita, cozida ou
assada e acondicionada em grandes latas, conhecidas como latas de banha. Na
lata, a carne era totalmente coberta com banha de porco, morna ou quente12.
Diferentemente do observado nos Campos de Cima da Serra, os estudos
desenvolvidos no Vale do Taquari mostram que, naquela região, não se conservava
carne de gado em lata, apenas de porco, pois, segundo os informantes de
Menasche e Schmitz (2007), a carne de gado conservada na lata não mantinha suas
qualidades. Relatos dos Campos de Cima da Serra, contudo, informam que nesta
região a banha era utilizada não apenas para conservar carne de gado, mas
também de caça, como a perdiz, por exemplo.
A narrativa a seguir mostra como consumir a carne preparada desta forma.
12
Ao esfriar, a banha se solidificava, deixando o ambiente anaeróbico, com pouca possibilidade de reprodução
de microorganismos.
9
A CARNEAÇÃO
Em meados dos anos 1950, inspirados em uma necessidade ou em uma
vontade coletiva, um grupo de famílias rurais criou uma organização que ficaria
conhecida como a carneação. Segundo nossos entrevistados, um dos membros da
comunidade13 mobilizou os demais para a constituição de um grupo para realizar o
abate solidário entre as famílias produtoras de gado. O local escolhido para albergar
a iniciativa foi o entorno de uma bodega14, lugar de fácil acesso na localidade e que
oferecia as condições para a realização do trabalho. Ali foram improvisados
instrumentos para que se pudesse realizar o abate, sendo que alguns utensílios
foram adquiridos de forma coletiva pelo grupo. Assim, nas manhãs de sábado, em
rodízio, cada sócio disponibilizava ao grupo uma rês, que seria abatida e dividida em
20 pedaços.
O grupo iniciou com oito famílias participantes, sendo que após um ano havia
atingido vinte, número mínimo aspirado pelos idealizadores da iniciativa. Com esta
composição, um animal de 200 quilos era dividido em 20 pedaços e cada família
obtinha, semanalmente, 10 quilos de carne para seu consumo. Se em uma
carneação um sócio recebia o pescoço e parte da costela, na seguinte ele receberia
a porção posterior e assim por diante, de modo que, ao completar 20 sábados, cada
sócio teria recebido todas as porções de uma vaca, das partes menos nobres até os
pedaços mais apreciados. Com o passar do tempo, novos sócios se incorporaram e
alguns repartiam a porção de 10 quilos com outro, possibilitando o abastecimento de
até 30 famílias, com esse sistema. O depoimento transcrito a seguir elucida como
era feita a divisão:
[...] nós não tínhamos como conservar a carne, o nosso grande problema
era a conservação da carne e essa... exatamente essa carneação, essa
associação dos moradores daqui era exatamente porque [com esse
sistema] o volume de carne era pequeno [apenas 10 quilos] e você tinha
13
O senhor Nicanor Kramer da Fonseca.
14
Expressão comum no interior do Rio Grande do Sul para caracterizar pequenos bares localizados nos espaço
rurais. Embora muitos deles comercializem provisões, seu caráter está bastante associado à oferta de bebidas e
à disponibilidade de espaços de jogos. Assim, é ambiente tradicionalmente masculino, em que a presença
feminina, exceto quando atendente, é pouco comum.
10
tempo de consumir. Até a próxima matança da próxima rês, você já tinha
consumido praticamente tudo. (Cilon, 2º Distrito de Bom Jesus)
CARNE E SOCIABILIDADE
Embora o motivo desencadeador da iniciativa tenha sido a necessidade e
vontade de obtenção de carne fresca, é clara a importância, no processo, da
manutenção e fortalecimento dos laços entre as famílias, pois durante mais de trinta
anos as mesmas famílias, ou melhor, os homens dessas famílias, encontravam-se a
15
Nome dado ao homem responsável por sangrar o animal, tirar o couro e realizar a separação das porções.
16
Esse sócio foi o principal interlocutor para a reflexão realizada neste trabalho.
11
cada manhã de sábado. Naquele dia, o dono da vaca abatida ofertava aos demais o
matambre17, servido como aperitivo acompanhado de farinha de mandioca.
A importância do espaço de encontro é salientada na fala do entrevistado,
transcrita a seguir:
Todo sábado até meio dia cada um daqui [da comunidade] tinha uma
função específica, que era ir à carneação buscar a sua carne e comer o
matambre! (Cilon,2º Distrito de Bom Jesus)
Era bom, isso é! Pegava [a sua carne], comia o matambre e ali começava a
fala! (Celso,2º Distrito de Bom Jesus)
Era lazer também, né? No fim se encontrava todo mundo lá, né?
Conversavam, tomavam aperitivo [bebida alcoólica], aperitivo também do
matambre que eles faziam.( Ana Maria,2º Distrito de Bom Jesus)
17
Situado entre a costela e o couro do animal, o matambre é uma manta formada por tecidos fibrosos e gordura.
18
Para o autor, a ajuda e sua retribuição “determina a formação de uma rede ampla de relações, ligando uns aos
outros os habitantes do grupo de vizinhança e contribuindo para sua unidade estrutural e funcional” (CANDIDO,
1982, p.68).
12
característica é também mencionada em outros estudos que tratam do abate de
animais.
Ainda, vários autores que estudaram o abate de animais em outras regiões
rurais, observaram que a presença da mulher não é desejada no local do abate, pois
considera-se que sua piedade teria por efeito o prolongamento do sofrimento do
animal (Nogueira, 2004; Wedig, 2009; Froehlich, 2012).
No município de Bom Jesus, onde foi realizada a pesquisa, há um Acervo de
Memória Oral, formado há mais de 20 anos19. O conteúdo das entrevistas do acervo
é constituído por temas que abarcam o modo de vida e as práticas tradicionais da
região. Entre as práticas relatadas, o processo de carneação está presente em
várias das entrevistas. Nelas, aparece recorrentemente a ideia de que as mulheres
têm “dó” do animal – ou seja, sensibilizam-se com sua morte –, o que teria como
consequência a demora do animal em morrer. Por essa razão, argumentam os
depoentes, as mulheres não devem permanecer no local no momento em que o
animal é sangrado.
Outro aspecto importante é que no relato sobre os Campos de Cima da Serra,
o ambiente masculino é ainda mais demarcado pelo fato do abate ocorrer nas
instalações de uma bodega20 e, assim, praticamente excluir a presença feminina,
que estaria restrita à esposa do bodegueiro, a quem caberia a tarefa de cozinhar o
matambre que os membros do grupo desfrutariam coletivamente.
Vale ainda comentar outro aspecto que caracterizou a carneação. Nas
proximidades da bodega existia uma pequena ocupação de área pública pertencente
ao município, conhecida como a Vila, uma área constituída por população
empobrecida, trabalhadores destinados a vender sua força de trabalho para
sobreviver. No dia da carneação, os miúdos, bofes, cabeça, ossos e pescoço da
vaca eram destinados às pessoas dali. Ao indagar se eles recebiam algumas partes
do abate por auxiliarem, a resposta escutada foi a seguinte:
19
O acervo é resultado do Projeto Resgatando Nossas Raízes, por meio do qual foram realizadas entrevistas
com pessoas da comunidade com idade superior a 70 anos.
20
O local não era frequentado por mulheres, configurando-se em espaço de jogo, bebida e de encontros
masculinos. Algumas provisões para emergências poderiam ser adquiridas na bodega, porém preferencialmente
eram os homens que as buscavam.
13
Os moradores da Vila, juntamente com o proprietário da vaca, o carneador, os
sócios e a família do bodegueiro se constituem nos protagonistas e coadjuvantes de
um processo de partilha da carne e, principalmente, de vidas, entrelaçadas por
relações sociais. Partilhar partes com os moradores da Vila, ainda que as menos
nobres, não se podia caracterizar como pagamento. A atitude pode antes ser
relacionada com um dever moral de comunidade do que a pagamento por serviço
recebido. Além, disso a generosidade presente nas relações sociais do rural também
é geradora de vínculos e compromissos (Marques et al., 2007). Assim, sócios e
moradores da Vila fortaleciam pactos, onde implicitamente estes deveriam
corresponder se fossem demandados pelos sócios, ainda que não houvesse
obrigação.
Desta forma o partilhamento da carne se inscreve numa forma de cooperação
vicinal, embora pelas características da região as moradias possam ser afastadas,
contudo, formam uma unidade, na medida em que participam das mesmas
atividades (Candido, 1982). Os moradores da Vila frequentavam as casas dos
sócios da carneação, participavam da intimidade da vida doméstica e empregavam-
se em suas propriedades para serviços eventuais. Partilhavam espaços religiosos e
de festas, eram compadres, comadres, pessoas conhecidas, membros de uma
mesma coletividade.
CONSIDERAÇÕES FINAIS
Por meio deste estudo foi possível evidenciar alguns aspectos do modo de
vida dos Campos de Cima da Serra. Aspectos relacionados à sociabilidade, à
constituição do grupo e à cooperação entre pares parecem ter dado sustentação à
vida em comunidade.
A carneação, mais do que forma autônoma de organização social, é um
aspecto da vida dos homens e mulheres dos Campos de Cima da Serra. Juntamente
com a lida campeira, a elaboração de queijos e outras práticas, muitas delas
presentes apenas na memória das pessoas do lugar, conformam um modo de ser,
resultante de uma formação social e histórica em um ambiente natural específico.
14
REFERÊNCIAS
BRANDÃO, C. R. 2009. O trabalho como festa: algumas imagens e palavras sobre o
trabalho camponês acompanhado de canto e festa. En: GODOI, E. P. de et al.(Org.).
Diversidade do campesinato: expressões e categorias. Construções identitárias e
sociabilidades, pp.39-54.Editora UNESP. São Paulo.
CANDIDO, A. 2001 Os parceiros do Rio Bonito: estudo sobre o caipira paulista e a
transformação dos seus meios de vida. Duas Cidades, São Paulo. 34.
CRUZ, F. T da. 2012. Produtores, consumidores e valorização de produtos
tradicionais: um estudo sobre qualidade de alimentos a partir do caso do queijo
Serrano dos Campos de Cima da Serra – RS. Tese Doutorado. Programa de Pós-
Graduação em Desenvolvimento Rural, Universidade Federal do Rio Grande do Sul.
DANTAS, M. I. 2009. Doce dádiva: a festa do chouriço En: GODOI, E. P. de et al.
(Org.). Diversidade do campesinato: expressões e categorias. Construções
identitárias e sociabilidades, pp.46-52. Editora UNESP. São Paulo.
FELÍCIO, P. E. 2002. Charque: um produto típico nacional que deveria receber mais
atenção. Revista ABCZ 1, 6:54.
FONSECA, P. A. V. 2004. Tropas. En: SANTOS, L. M. S. y V. L. M. BARROSO.
(Orgs.). Bom Jesus na rota do tropeirismo no Cone Sul. pp.48-59. Editora EST.
Porto Alegre.
FROELICH, G. 2012. “Do porco não sobra nem o grito!”: classificações e práticas,
saberes e sabores no abate doméstico de porcos. Dissertação Mestrado. Programa
de Pós-Graduação em Ciências Sociais, Universidade Federal de Santa Maria.
GARINE, I. de. 1987. Alimentação, culturas e sociedades. O Correio da Unesco 15,
7: 4-7. Rio de Janeiro.
KRONE, E. E. 2009. Identidade e cultura nos Campos de Cima da Serra (RS):
práticas, saberes e modos de vida de pecuaristas familiares produtores do Queijo
Serrano. Dissertação Mestrado. Programa de Pós-Graduação em Desenvolvimento
Rural, Universidade Federal do Rio Grande do Sul.
MATTA, R. da. 1987. Sobre o simbolismo da comida no Brasil. O Correio da Unesco
15, 7: 4-7. Rio de Janeiro.
MARQUES, F. C. et al. 2007. Circulação de alimentos: dádiva, sociabilidade e
identidade. En: MENASCHE, R. (Org.). A agricultura familiar à mesa: saberes e
práticas da alimentação no Vale do Taquari, pp.154-176. Editora da UFRGS. Porto
Alegre.
MENASCHE, R. y L. C. SCHMITZ. 2007. Agricultores de origem alemã, trabalho e
vida: saberes e práticas em mudança em uma comunidade rural gaúcha. En:
MENASCHE, R. (Org.). A agricultura familiar à mesa: saberes e práticas da
alimentação no Vale do Taquari, pp.78-99. Editora da UFRGS. Porto Alegre.
MEIHY, J. y F. HOLANDA. 2007 História Oral: como fazer, como pensar. Contexto,
São Paulo.
NOGUEIRA, S. 2004. “Da banca da matança aos enchidos”: A festa e os rituais de
transformação do porco em alimento. Mneme – Revista Virtual de Humanidades 3,
9: 1-35. Rio Grande do Norte.
15
POLLAK, M. 1992. Memória e Identidade Social. Estudos Históricos. 5, 10: 200-212.
Rio de Janeiro.
TERHORST, K. I. L. y J. A. K. SCHMITZ. 2007. De porco a suíno: história da
suinocultura e dos hábitos alimentares associados aos produtos dela derivados entre
agricultores familiares do Vale do Taquari. En: MENASCHE, R. (Org.). A agricultura
familiar à mesa: saberes e práticas da alimentação no Vale do Taquari, pp.23-37.
Editora da UFRGS. Porto Alegre.
WEDIG, J. C. 2009. Agricultoras e agricultores à mesa: um estudo sobre
campesinato e gênero a partir da antropologia da alimentação. Dissertação
Mestrado. Programa de Pós-Graduação em Desenvolvimento Rural, Faculdade de
Ciências Econômicas, Universidade Federal do Rio Grande do Sul.
WOORTMANN, E. 2004. A lógica e a simbólica dos sabores tradicionais. En:
ARAÚJO, W. M. C. y C. M. R. TENSER (Org.). Gastronomia: cortes e recortes.
pp.44-61. Editora SENAC. Brasília.
WOORTMANN, K. 2004. O sentido simbólico das práticas alimentares. En:
ARAÚJO, W. M. C. y C. M. R. TENSER (Org.). Gastronomia: cortes e recortes.
pp.01-43. Editora SENAC. Brasília.
16
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL.
Santa Rosa. La Pampa. 11 al 15 de marzo 2013.
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y
reconfiguración en el siglo XXI”
1
LINK de la ponencia presentada en formato audiovisual:
http://youtu.be/kKj1UF0LWlk
Sinopsis:
1
- Director de la Red de Investigadores Latinoamericanos por la Democracia y La Paz, www.insumisos.com. La
ponencia presentada corresponde a una selección del trabajo de campo realizado en los pueblos de Olavarría,
aplicando el registro fílmico como metodología investigativa, para la realización del video capítulo: “Miedos y
construcción de certidumbre de los pueblos de Olavarría”, publicado en Sociología del cuerpo, gritos apagados y
voces del mañana. Miedos, Derechos Humanos y certidumbre. Ediciones Insumisos Latinoamericanos,
elaleph.com. Octubre 2012.
2
en compañía del “ojo fílmico”. A medida que avanzábamos en la exploración,
afianzábamos los vínculos y la relación con la gente. Experimentamos plena
satisfacción en la aproximación de los resultados, razones más que suficientes para
impulsar y brindar experiencias a fin de intentar detener en parte, el deterioro e
sociedades latinoamericanas donde las masas migran por el miedo y los pueblos
desaparecen y otras se debilitan y fragmentan asolados por la guerra, el
narcotráfico.
Este sujeto comunitario que develamos nos da la certeza que se puede recuperar y
transformar comunidades, internalizando certidumbre a través de la implementación
de estrategias que ellos mismos fueron poniendo en práctica. La apuesta está en
reinsertar el trabajo como espacio de organicidad en la vida comunitaria, que
alimente las nuevas expectativas, nutra las esperanzas y recupere la virtud laboral
como la actividad reveladora del sujeto y proveedora de bienes materiales y
simbólicos. De manera muy pausada, los conflictos se reacomodan frente al caos
y cuando se desalojan los miedos, comienzan a recuperar y construir certidumbre.
La gente de los pueblos desistió de migrar y dirigió su esfuerzo en recuperar la
credibilidad perdida. La identidad colectiva fue el eje fundamental para construir el
sujeto comunitario, la relación social cargada de reciprocidades y confianza. Se
resguardó una espacialidad contenedora de tradiciones, historia, legados culturales,
puntos referenciales comunes, sitios de congregación, socialización y áreas
públicas donde conviven asuntos comunes que pertenecen a la generalidad. Son
factores que revirtieron el escenario político neoliberal, recuperando un proyecto de
nación.
3
Bibliografía
BAUMAN, Zygmunt, Modernidad Líquida, Fondo de Cultura Económica, 2000.
de FRANCE, Xavier, Cap. Cine y Antropología “De la observación directa a la
observación diferida”, en El Salvaje Metropolitano, Edit. Legasa S.A.
GIL, Calvo: El miedo es el mensaje, incertidumbre y medios de comunicación,
Madrid, Alianza Editorial, 2003.
GUARINI, Carmen, Cine y Antropología, en El Salvaje Metropolitano, Editorial
Legasa SA. 1991.
SALAZAR, Robinson, “Museo Popular Comunitario, un aprendizaje desde lo
local”, en Desafío y resistencia de comunidades en riesgo de extinción, Elaleph.
com, 2012.
SALAZAR, Robinson, “Plutocracias que gobiernan a través del miedo y la guerra”,
en Violencia y miedo: una mirada desde lo social, Elaleph, Temas estratégicos,
Argentina, 2012.
SALAZAR, Robinson, “Los miedos ocultos en la sociedad Latinoamericana del
S. XXI”. Elaleph.com, 2011.
4
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE
ANTROPOLOGÍA RURAL.
Santa Rosa. La Pampa. 11 al 15 de marzo 2013
PONENCIA:
GRUPO DE TRABAJO:
Nueva ruralidad y poblados rurales.
Coordinadores:
Hugo E. Ratier (UBA/NADAR) hugo.ratier@gmail.com
Magdalena Iriberry (UNICEN/NADAR) miriberry@hotmail.com
Raquel Wiggers (UFAmazonas, Brasil) raqwig@hotmail.com
NOMBRE:
Raquel Wiggers
Professora Universidade Federal do Amazonas – AM/Brasil
raqwig@hotmail.com
1
Norma de execução n 93, de 19 de julho de 2010.
ocupação do solo de forma sustentável. Tem como base, a gestão coletiva e
cooperativista para evitar o parcelamento da terra com titulação individual.
2
Alguns assentados desistiram de morar no Realidade e foram embora, outros mudaram-se para Humaitá
ou Porto Velho esperando as condições do assentamento ficarem mais propícias.
Durante as entrevistas com as pessoas assentadas no Realidade a reclamação unânime
foi sobre a impossibilidade de se produzir no lote do assentamento devido a
inacessibilidade, principalmente de se escoar a produção, e sobre a impossibilidade de
se produzir na floresta. Um entrevistado falou veementemente “é impossível se viver do
mato”, e esta ideia era compartilhada pelos outros assentados.
Isto denota que cada assentado recebeu um lote, o que a princípio não era o objetivo do
Projeto de Desenvolvimento Sustentável, como foi concebido pelos seus idealizadores.
No entanto, nem os agentes locais do Incra, nem as famílias assentadas concebem o uso
compartilhado das terras, ou uso sem título de propriedade individual.
E muito menos concebem a possibilidade de sobrevivência a partir da exploração
sustentável dos recursos naturais oferecidos pela floresta. A população assentada
atualmente no PDS Realidade é uma população que veio de outras regiões do Brasil,
que compartilham uma lógica colona e camponesa de produção agrícola. Para terem seu
sustento garantido necessitam da terra “limpa”, sem árvores, em forma de campo, para
produção ou criação de gado.
O que percebemos empiricamente é uma realidade bem diferente do idealizado pelos
proponentes do modelo PDS de assentamentos rurais, onde o foco seria no
Desenvolvimento Sustentável. Os moradores da comunidade dedicaram-se à derrubada
da floresta durante o verão de 2012, provocando desmatamento e atraindo pessoas para
trabalhar nas madeireiras que foram instaladas na vila. E suas reivindicações eram de
que se “abrissem” as linhas para que eles pudessem produzir nos lotes, limpando a terra.
Os seus relatos eram de muito sofrimento, muito trabalho perdido, porque a produção
não podia ser escoada. Descreviam a situação de andar 15 km na mata, em trilhas para
chegar no lote que lhe foi atribuído pelo Incra.
Um assentado explicou-nos em entrevista:
“precisamos de uma estrada para poder produzir. Quando sair a estrada
temos terra. Meu negócio é terra. Futuro é terra. Investimento. Quanto
vai valorizar com trabalho. Aqui a terra é fértil, dá tudo.”
Esta é uma fala que representa a ideia geral dos moradores da vila que vieram morar
aqui em busca de terra para plantar e viver. São agricultores expulsos de outras regiões
do Brasil que vêm em busca de uma oportunidade de vida. A madeira existente no
terreno recebido é pensada pelo produtor como fonte de renda para os primeiros
investimentos na produção, uma vez que o Incra não paga o fomento3 a todos os
assentados, e quando o faz, demora muitos anos.
A falta de apoio dos órgãos estatais para os assentados nos primeiros tempos de chegada
e início de produção das famílias faz que o primeiro esforço de desmate seja feito,
quando geralmente o homem vem sozinho, ficando a família na cidade de origem.
Quando os primeiros “benefícios” são feitos na terra, estes homens buscam a família
para vir morar.
Durante o ano de 2012, haviam muitos homens sozinhos na vila, os assentados e,
principalmente, homens atraídos pelo trabalho nas madeireiras. Estes também
geralmente não trazem a família, porque é um trabalho temporário, no tempo da seca, e
enquanto houver possibilidade de corte de madeira, seja pela abundância, seja pela falta
de fiscalização. Quando as madeiras nobres começam a ficar escassas, ou os órgãos de
controle e fiscalização começam a intervir e multar, diminuem as demandas de mão de
obra nas serrarias. Esta intervenção dos órgãos controladores como Ibama e ICMbio é
esporádica e pouco incisiva. E é percebida como algo muito ruim. Um assentado
explicou-nos: “meio ambiente só atrapalha a vida da gente”.
A ausência do Estado, seja como controlador, seja como fomentador e financiador da
produção agrícola destas famílias assentadas, e a atividade madeireira irregular, fazem
que haja um perigo iminente no ar. Há mortes e acidentes com serras de todo tipo. Há
perigo de briga entre os homens trabalhadores. Há medo e ameaça constante o que torna
o cotidiano muito tenso.
3
O fomento pago pelo Incra é pensado por eles como uma doação e na verdade é um financiamento e
precisa ser reembolsado aos cofres da união. Acaso não façam o reembolso qualquer financiamento
futuro, ou mesmo o recebimento do benefício da aposentadoria ficará comprometido.
a fazer extrativismo. É preciso gostar da mata para viver dela. É preciso ter prazer na
atividade de tirar castanha, por exemplo, para viver em uma cabana de palha precária
com toda família durante os meses de chuva, recolhendo os ouriços de castanha,
levando ao acampamento, quebrando-os. Para depois colocar em uma canoa e viajar
dois dias para levar a produção para vender na cidade. Os “colonos” não compartilham
este prazer e nem percebem a natureza como sua aliada.
Desta forma, existe descompasso entre a ideia do projeto de desenvolvimento
sustentável e a realidade cotidiana da população assentada. O que percebemos é que, em
alguns casos, mesmo que o modelo proposto seja de preservação da floresta, esta só
acontece quando as famílias assentadas tomam para si esta responsabilidade e
conseguem viver dos recursos da floresta. Mas geralmente esta possibilidade só existe
se as pessoas nasceram e cresceram em contato com a floresta e aprenderam com seus
pais e avós a tarefa de extrair da floresta os seus recursos naturais.
As populações colonas assentadas em terras florestadas praticam o desmatamento como
forma de ação do homem sobre a natureza, e a cobertura florestal praticamente intacta
cede lugar à terra nua, sem árvores, situação comum que faz que a região seja conhecida
como arco do desmatamento da floresta amazônica.
Considerações
A criação de assentamentos na Amazônia pelo Instituto de Colonização e Reforma
Agrária colabora para que os dados oficiais sobre distribuição de terras crie uma falsa
impressão de que está sendo feita a reforma agrária no Brasil, quando a observação
empírica demonstra uma realidade bastante diversa em que áreas de floresta são
distribuídas para assentar famílias sem terra de outras regiões do Brasil. Não temos
Reforma Agrária mas Colonização de novas terras, como indica o próprio nome do
órgão responsável.
Estas famílias de outras regiões do Brasil quando chegam na Amazônia não dominam
os conhecimentos necessários para tirar seu sustento da floresta. Chegam com uma
lógica de uso e propriedade da terra que requer que a vegetação nativa seja retirada para
plantio de espécies vegetais com rentabilidade econômica e plantio extensivo, ou ainda
criação de gado de forma extensiva.
O solo amazônico é rico e abundante a ponto de sustentar uma floresta tropical cuja
característica é a diversidade, variedade de espécies, grandes árvores. No entanto,
floresce com esta abundância em um solo arenoso cujas características de temperatura,
umidade e pressão, possibilitam um alto índice de reciclagem. Ou seja, a floresta vive
da camada de humos, graças à rapidez com que as folhas, galhos e frutas se degeneram
e tornam-se sustentação para a vegetação farta, criando um ciclo de intensa atividade
florestal. Ao se retirar a camada florestal de uma determinada área, a camada de folhas e
galhos apodrecidos fornecem nutrientes às primeiras colheitas de soja, milho ou outra
cultura qualquer, fazendo que haja uma impressão de terra fértil e produtiva, no entanto,
depois do segundo ou terceiro ano a terra arenosa não produz mais.
Temos, com respeito a este fenômeno, outro problema de ordem das concepções
técnicas sobre campesinato e produção agrícola. Os agentes financiadores concebem
produção agrícola campesina sem floresta uma vez que compartilham conhecimentos
produzidos sobre o tema em ecossistemas de outras regiões do Brasil e do mundo.
Mesmo que tenhamos elaborado conceito de extrativistas e percebamos essa categoria
como produtiva, há uma imensa dificuldade de conceber as lógicas nativas necessárias
para este tipo de produção. Os financiamentos para produção tomam como garantia
terras “limpas” e sem floresta, com pastagem ou plantação, uma vez que estas são
consideradas terras produtivas.
Os modelos de assentamentos diferenciados, como os PAE e PDS, podem dar certo –
inclusive em um deles nossa pesquisa demonstra isso. Dar certo no sentido de se
trabalhar na preservação da floresta e não compartimento da propriedade em lotes
individuais, mas para isso é preciso necessariamente que sejam assentadas moradores
florestinos. Homens e mulheres nativos da região, conhecedores dos saberes
tradicionais passados de geração em geração, que têm prazer no modo de vida
extrativista. Deve-se respeitar a organização social familiar, em que famílias extensas
são também vizinhas. Com isso se favorece o trabalho familiar na extração dos frutos da
floresta. Os órgãos governamentais devem realmente compreender que há uma lógica
diferente de organização social, e que as casas precisam ser distribuídos para pessoas de
uma mesma família extensa. Outra necessidade é garantia de uma renda mínima por
família, como bolsa floresta ou bolsa família, o que impede de se vender as madeiras
nobres nos tempos de apuros econômicos. Temos que ter em mente que nossa sociedade
abrangente está ávida por madeiras de lei da floresta amazônica, e que sua preservação
depende do fortalecimento político e econômico destes florestinos, para que possam
manter afastados a fome e as madeireiras. É preciso ter sensibilidade para as estratégias
de preservação pouco convencionais que algumas comunidades assumem, como trocar
de lugar placas de reservas ambientais, puxando “fraudulentamente” os limites de certa
reserva para lugares onde querem afastar madeireiros.
É preciso urgência em uma discussão do que seja atualmente, em nosso sistema
capitalista de produção, Desenvolvimento Sustentável. São duas palavras que não se
combinam facilmente. Principalmente quando falamos da floresta amazônica com toda
sua grandiosidade, diversidade e recursos madeireiros valiosos no Brasil e no exterior.
Que tipo de desenvolvimento pode ser sustentável para as pessoas e para a floresta?
Referências Bibliográficas
1. Introducción
1
Este trabajo fue realizado a principios del año 2012 en el marco del seminario de posgrado “Sociología
Económica”, dictado por la Mg. Natalia López Castro y ofrecido por la Secretaria de Posgrado de la Universidad
Nacional de Quilmes.
El trabajo quedará dividido de la siguiente manera: en primer lugar presentaremos la
perspectiva de análisis e indicaremos por qué la reflexión sobre la economía social
se ajusta a dicha perspectiva; en segunda instancia, analizaremos la relación entre
el Movimiento Campesino de Córdoba y la Red de Comercio Justo, como un caso
concreto de articulación entre una organización de tipo campesina y una red de
economía solidaria; en tercer lugar, y a modo de conclusión, haremos algunas
reflexiones críticas y arrojaremos algunos interrogantes sobre las potencialidades y
limitaciones de la economía social.
Tal como afirma Viviana Zelizer (2008), la sociología económica es una disciplina
que dos décadas atrás aproximadamente estaba fuertemente influenciada por los
fundamentos de la economía neoclásica. Enfocándose fundamentalmente en la
problemática de las firmas y los mercados, estaba dominada por dos tipos de
explicaciones: la extensión y el contexto. Las explicaciones basadas en la extensión
se limitaban a aplicar modelos de análisis económicos a fenómenos aparentemente
no económicos, en tanto que las explicaciones basadas en la idea del contexto se
dirigían hacía fenómenos típicamente económicos y explicaban cómo el contexto
social operaba sobre los actores. Un típico análisis basado en el contexto es el que
llevó a cabo Mark Granovetter (1985), quién afirmaba que la acción económica se
encuentra arraigada (embedded) en las estructuras de las relaciones sociales, y
criticaba las concepciones dentro de las ciencias sociales que concebían a los
actores desde un punto de vista atomista2.
2
A modo de ejemplo, Granovetter sostenía que la idea de “confianza” (trust) en las prácticas económicas se
basa en las relaciones sociales más que en arreglos institucionales o en una moral generalizada.
2
neoclásica3. A partir de ello, surge como uno de los grandes temas de la sociología
económica la relación entre la racionalidad económica (basada en el cálculo y la
eficiencia) y las relaciones personales o íntimas (centradas en la solidaridad y los
sentimientos).
3
Estas dificultades también se observan en los diversos trabajos que forman parte de la corriente teórica
conocida como neoinstitucionalismo económico. Si bien estos trabajos otorgan importancia a las constricciones
que las instituciones ejercen sobre la acción, en ellos sigue persistiendo la concepción neoclásica del actor
económico como maximizador de beneficios (Ayala Espino, 2000).
4
Un interesante abordaje de las cooperativas de trabajo en el contexto de la economía social es el de Melina
Wittenkamp (2005). Wittenkamp, a partir de una intensa investigación cualitativa, indaga sobre las
particularidades y las dificultades que tienen las cooperativas de trabajo en el desarrollo de su actividad
productiva, tales como la dependencia de los subsidios estatales y las dificultades organizativas. Más allá de esta
observación, destaca que el trabajo cooperativo permite ampliar la capacidad productiva de los trabajadores
(debido al principio democrático de toma de decisiones), el mayor cuidado de la calidad de la producción, la
desaparición de la confrontación patrón-obrero y una mayor flexibilidad organizativa en lo que refiere a los
horarios y las condiciones de trabajo.
3
los trabajos que recopila diferentes redes de mercados de este tipo en la Argentina
reciente es el de Luciana García Guerreiro (2010). García Guerreiro afirma que las
diferentes experiencias de economía social en la Argentina surgen a partir de la
crisis ocasionada por la implementación de las reformas de corte neoliberal (apertura
comercial, desregulación de los mercados y privatización de empresas públicas) y
que golpearon a los sectores más pobres de las sociedad argentina. Guerreiro
destaca el surgimiento, fundamentalmente en la ciudad de Buenos Aires, de redes y
mercados solidarios en donde se venden productos artesanales producidos de
manera autogestiva (Red Tacurú, La Asamblearia, Mercado Solidario Bonpland,
entre otros). Además, subraya que este tipo de experiencias ha permitido la
vinculación de productores rurales con los mercados solidarios urbanos, a fin de que
los primeros amplíen el ámbito de circulación de los productos más allá de su zona
de influencia geográfica, y con el objetivo de que los mercados solidarios ofrezcan
productos de diversas regiones del país.
Cabe destacar que el fenómeno de los mercados solidarios tiene una fuerte
presencia en el interior del país, en donde es aún mayor la vinculación entre
productores rurales y los mercados solidarios urbanos. Una de las primeras
experiencias de este tipo es la que tiene lugar en la provincia de Misiones con el
fenómeno de las ferias francas5, en las cuales los productores nucleados en el
Movimiento Agrario de Misiones (MAM) establecen ferias en diferentes ciudades y
pueblos de la provincia a fin de vender los productos que ellos mismos elaboran.
5
Las ferias francas, que retoman una vieja tradición provincial, surgen a partir de la crisis que comenzó a azotar
a los pequeños productores de yerba y té, como consecuencia del avance de la forestación. Cabe señalar que
las ferias no constituyen una actividad meramente comercial, sino también una instancia de fortalecimiento de las
familias y de los vínculos solidarios con otros productores. Además, en las ferias se evidencia un crecimiento del
protagonismo de las mujeres. En el momento en que surgieron las ferias, en muchas familias de productores
fueron las mujeres las que encabezaron la iniciativa de comerciar los productos en las ferias. Por otro lado, si
bien el afianzamiento de los vínculos familiares y de solidaridad entre los productores es un aspecto importante,
a ello hay que agregar el particular modo en el que se establece el vínculo entre productores y consumidores.
Siguiendo el análisis realizado por Francisco Ferrara (2007), los feriantes se propusieron acortar la brecha que
separa a productores y compradores, a fin de organizar un espacio de interrelación, un espacio común entre
ambos grupos que involucre una producción y un consumo responsables.
4
la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), quienes conformarían la Red de
Comercio Justo (RCJ) en la ciudad de Córdoba. Cabe destacar que la RCJ fue
orgánica al MCC hasta el año 2010 y actualmente es una red autónoma. En la
próxima sección analizaremos con detalle esta experiencia.
5
Como consecuencia de este proceso, en el noroeste de la provincia los campesinos
comenzaron a organizarse en defensa de la tierra -amenazada por los grandes
empresarios agropecuarios que aprovechan que muchos campesinos no son
propietarios de sus tierras, y en algunos casos no reclamaron el derecho a la
propiedad sobre la base de la posesión veinteñal (que les posibilitaría el acceso
efectivo a la tierra)- y del agua, recurso fundamental en una región semiárida como
la es la del noroeste cordobés.
Más allá de las disputas por estos recursos, el MCC, al igual que otros movimientos
campesinos en la Argentina, participó activamente, en el marco de su estrategia de
resistencia, en la organización de mercados solidarios urbanos. El más importante
de ellos es la Red de Comercio Justo en la ciudad de Córdoba, que surgió en el año
2002 a partir de la vinculación de APENOC con estudiantes de la Facultad de
Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba y que formó parte
orgánica del MCC hasta 2010, año en el cual se conformó como red autónoma del
movimiento.
La RCJ, como componente del MCC, constituía una propuesta organizativa que
tenía como finalidad una relación más justa entre trabajo, producción y
comercialización que permitiera a los campesinos la subsistencia, al vendedor
urbano una alternativa laboral y al consumidor el beneficio de obtener un producto
artesanal y sano. Los pilares de la RCJ eran el comercio justo y la soberanía
alimentaria: el comercio justo definido como la equidad en todos los niveles del
comercio –el productor, el mediador (la propia red) y el consumidor responsable-
(Ferrara, 2007) y la soberanía alimentaria como el derecho de los pueblos a decidir
sobre su modo de alimentación, qué y cómo producir, atendiendo a la biodiversidad
y a las tradiciones campesinas.
6
semana se exponían las producciones en la Feria de Pulgas, una feria de artesanos
en donde la RCJ tenía un puesto y en donde además de comercializarse los
productos, se difundían los conflictos y luchas de los campesinos cordobeses.
En el año 2010, la RCJ dejó de formar parte orgánica del MCC y adquirió un perfil
más amplio, a través de la incorporación de una mayor cantidad de emprendimientos
urbanos. Además, ganó protagonismo el sector de los estudiantes universitarios en
la dinámica organizativa de la red. Más allá de esto, y si bien se debilitó su relación
con el mundo rural (aunque siguen vinculados a productores rurales), la RCJ sigue
teniendo como principios la soberanía alimentaria, el consumo responsable y la
difusión de prácticas económicas no capitalistas.
7
productores, afirmar una “identidad campesina”, difundir las luchas campesinas y
promover un comercio justo, en donde haya equidad entre todos los actores
involucrados en el circuito de producción, circulación y consumo). Además, en este
sistema de prácticas se observa una concepción sustentable de la actividad
económica, en donde se fomenta la producción y el consumo de alimentos orgánicos
y sanos, y una defensa de la soberanía alimentaria, que contemple el derecho a
decidir qué y cómo producir, respetando la biodiversidad y las tradiciones
campesinas.
8
rurales, que forman parte de la economía formal. Consideramos que una articulación
en este sentido acentuaría el potencial de carácter anticapitalista que tienen las
diferentes experiencias de economía social.
5. Referencias bibliográficas
2. CORAGGIO, José Luis. 2002. La economía social como vía para otro desarrollo
social”, Documento preparado para el lanzamiento del debate sobre “Distintas
propuestas de Economía Social. URBARED, Red de Políticas sociales 2002: 1-11.
Los Polvorines.
7. GRANOVETTER, Mark. 1985. Economic action and social structure: the problem
of embeddedness. The American Journal of Sociology Vol. 91. Nº 3: 481-590. The
University of Chicago Press, Chicago.
9
9. WITTENKAMP, Melina. 2005. Economía solidaria: ¿una respuesta a la crisis o
una nueva racionalidad productiva? VII Congreso Nacional de Estudios del Trabajo,
ASET. Buenos Aires, Argentina.
10
V CONGRESO ARGENTINO Y
LATINOAMERICANO DE
ANTROPOLOGÍA RURAL.
I- Introducción
La presente ponencia pretende reflexionar en torno a la vinculación existente
entre la emergencia de distintas modalidades de economía social y solidaria, y su
relación con el fenómeno de recuperación de empresas por parte de sus
trabajadores, en tanto se la considera una de las diversas respuestas de la clase
trabajadora frente a la crisis argentina del año 2001.
El trabajo se enmarca en el actual debate entre las perspectivas que
promueven la economía social y solidaria como alternativa al capitalismo y su
paradigma de acumulación, y aquellas que la consideran críticamente, definiéndola
en función de la lógica de acumulación del capital y sus ciclos económicos.
En tal sentido, se propone problematizar una serie de caracterizaciones
posibles en torno al trabajo autogestionado en el caso de las empresas recuperadas
por sus trabajadores (ERT), analizándolo en base a algunos principios que definen la
economía social y solidaria. Principalmente el que destaca el carácter emancipador
del trabajo y el componente humano de la producción, por sobre la lógica de
maximización de ganancias característica del régimen capitalista.
Se partirá de algunas reflexiones en construcción surgidas en la investigación
en una empresa gráfica de la CABA, recuperada en el año 1992. También se
focalizará en un análisis de la racionalidad económica específica de las ERT,
considerando las tensiones que se generan entre estrategias capitalistas de
organización del trabajo y la producción y la construcción de prácticas de trabajo
autogestionado que -en tanto no pueden existir al margen del mercado- plantean
para los trabajadores conflictos y contradicciones que resulta de interés analizar.
Se tomará como referencia la teorización de tendencias que debaten entre sí
en torno a la conceptualización de la Economía Social1 en dos sentidos: uno, de
orden más general, que postula la Economía Social en tanto conjunto de iniciativas
de diversa índole nacidas en el seno de la sociedad civil, las que potencialmente
constituirían el basamento para toda una economía alternativa, con una lógica
propia, económica, solidaria y humanizadora del trabajo Cattani, (2003), Caillé
(2003), entre otros. El segundo sentido, más concreto, según el que se la considera
fundamentalmente una fuente de trabajo alternativo para las personas afectadas por
el denominado desempleo estructural derivado de las sucesivas crisis económicas
acaecidas en Latinoamérica en las últimas tres décadas Razeto (1994), Coraggio
(1992), Gaiger (1999), entre otros.
Se ejemplificará el debate referido más arriba, teniendo en cuenta que existen
perspectivas muy diversas, algunas defensoras y otras críticas acerca los principios
de la Economía Social, sus potencialidades y las significaciones que le otorgan sus
propios protagonistas a cada una de las iniciativas de las que participan.
Para ello, se seleccionaron una serie de autores que apoyan y otros que
cuestionan las distintas caracterizaciones posibles en torno a la Economía Social,
1
También denominada Economía Popular, o Economía Solidaria, según el autor y el país.
2
cuyas formulaciones se expondrán en el desarrollo de este trabajo, intentando
reflejar algunas de las aristas del mencionado debate.
3
Como representante de la primera perspectiva en apoyo a la Economía
Social, Gaiger (1999) afirma junto a Razeto (1993)2 que “(…) su poder irradiador y su
tendencia a multiplicar vínculos permite vislumbrar la génesis de una economía
popular solidaria, en los intersticios de la economía de mercado y en
contraposición a su lógica mercantilista”. (El destacado es del autor). Así, Gaiger
explica que la Economía Social debe ser conceptualizada no como un nuevo
subsistema económico, sino como un conjunto de iniciativas económicas muy
diversas dentro del ámbito popular. Las mismas, se engloban dentro de las prácticas
de Economía Social ya que “(…) comparten algunos rasgos constitutivos o
esenciales de solidaridad, mutualismo, cooperación y autogestión comunitaria, que
definen una lógica especial diferente de otras lógicas económicas”.
2
RAZETO, L. Economia de solidariedade e organização popular. En: GADOTTI, M. & GUTIERREZ, F.
(Orgs.) Educação comunitária e economia popular. São Paulo: Cortez, 1993, pp. 34-58.
3
GADOTTI, M. “Educação comunitária e economia popular”. En: GADOTTI, M. & GUTIERREZ, F.
(Orgs.), Educação comunitária e economia popular. 1ª Ed. São Paulo: Cortez, 1993, pp. 11-22.
4
Op. Cit., pág. 194.
4
Finalmente, este autor pronostica el futuro de la Economía Social, postulando
que sus iniciativas y la forma en que están organizadas prescindiendo de cualquier
tipo de marco institucional o político, suplantaría la disyuntiva Estado versus
Mercado, valiéndose de cada uno de ellos en la medida en que sea provechoso. En
el caso del mercado, empleándolo como fuente de distintos intercambios, pero
despojándolo de su matriz capitalista y competitiva. Dicha transformación del
mercado, vendría de la mano de los valores que sustentan la Economía Social, a
saber: la solidaridad, la autonomía, la igualdad y la democracia.
Respecto de la descripción precedente, el autor evalúa que: “El hecho de que
las iniciativas empresariales solidarias busquen competitividad y eficacia, sin perder
de vista las relaciones económicas dominantes y aprovechándose,
simultáneamente, de alternativas no mercantiles de captación de recursos, es
altamente positivo. El desafío consiste en sacar provecho de las estructuras y
posibilidades ofrecidas por el sistema económico para la consolidación de cada
iniciativa empresarial y la multiplicación de vínculos recíprocos” (1999:198).
Con todo, si se analiza con más profundidad dichas descripciones, no se
encuentra una explicación acerca de cómo sería posible ese salto que lleve estos
emprendimientos a un nivel de generalización tal que termine por, sino superar, al
menos competir en igualdad de condiciones con la lógica mercantil, tal como supone
el enfoque gradual de la situación (el cual sostiene que dichas formas “(…) podrían
evolucionar hacia el planteamiento de propuestas, con efectos concretos en el
ámbito de las crecientes políticas públicas (…)”5).
5
Gaiger (1999), pág. 191.
5
III- Acerca de las Empresas Recuperadas por sus Trabajadores:
contexto de surgimiento
6
Lo anterior invita a considerar la cuestión acerca de la inclusión o no de las
ERT en la Economía Social. Este punto será desarrollado en el acápite que sigue.
7
la contradicción capital-trabajo.
Ruggeri et al (2009) sostienen que lo distintivo de las ERT en relación a otros
fenómenos que se incluyen en la Economía Social, es la voluntad y el esfuerzo de
los trabajadores por mantenerse insertos en la Economía formal, capitalista. Sólo
que, apelando a mecanismos horizontales y solidarios a la hora de organizar su
proceso de trabajo y producción. Esto implica debatir acerca de si resulta apropiado
o no considerar a las ERT dentro de la Economía Social, teniendo en cuenta su
existencia dentro del aparato productivo y en tanto trabajadores que luchan por
mantener abierta una unidad empresarial, y no por desarrollar una iniciativa fuera de
la economía capitalista, como sería el caso de la Economía Social.
8
acertada, la conexión que existe entre la Economía Social y las ERT explicándola en
función de la lógica cooperativista. En este punto, debemos considerar, al menos
para el caso argentino, que el hecho de que los trabajadores se organicen bajo la
figura de Cooperativa tiene que ver antes con un requisito legal para que se
reconozca la entidad de su trabajo, que con una premisa “solidaria” o voluntad de
cooperativizar los procesos productivos que desarrollan.
En función de lo planteado hasta aquí, surge entonces la pregunta acerca de
las potencialidades y los límites que supone la autogestión cuando se inserta en
relaciones sociales de producción capitalistas. ¿Con qué criterios debería
conceptualizarse en este contexto la acción de los trabajadores de empresas
recuperadas?. ¿Cuál es el margen de acción que les otorga el hecho de
autogestionar su trabajo, en relación a los parámetros económicos en los que ese
trabajo debe insertarse?. Tal como analiza H. Trinchero (1998: 158), “El movimiento
de reproducción del capital es, pues, un movimiento contradictorio que produce y
reproduce a su vez dispositivos de dominación específicos y sujetos sociales
tendientes a ser funcionales al mismo” (…)”.
6
Ellos son: La fuerza de trabajo, los medios materiales de producción, la tecnología, el financiamiento y
la gestión.
9
El hincapié está puesto en el hecho de que el factor C supliría las limitaciones
de los demás en situaciones de crisis, sacando adelante experiencias que, vía el
factor solidario, aportaría un plus capaz de remontar la falla de cualquiera de las
instancias restantes al nivel del proceso productivo.
Por su parte, este factor “C” define para Razeto el tipo de racionalidad
económica específica de la Economía Social, lo que la constituye esencialmente
como opuesta y superadora de la lógica capitalista.
Con todo, su definición no termina de concretizar de qué forma el factor
solidaridad, presente en todas las iniciativas que se enmarcan en la Economía
Social, haría el salvataje de los restantes factores de la producción, no pudiendo
explicar, en definitiva, aquellos mecanismos por los cuales la solidaridad podría
constituir la base para un nuevo sistema económico y social.
Claro que la racionalidad económica que se implementa en las ERT se puede
caracterizar -como propone Razeto- por un gran esfuerzo por conservar, propulsar y
expandir el componente solidario del trabajo y la producción. Así, los trabajadores
han logrado mecanismos de organización horizontales, democráticos y cooperativos
que difícilmente puedan hallarse en una empresa capitalista. Sin embargo, esto no
los exime de las dificultades que implica tener que implementar estrategias de
comercialización, de gestión, de explotación de los ritmos de trabajo, y sobre todo,
de inserción en el mercado, cuya competencia normalmente significa un factor que
altera mecanismos solidarios a favor del trabajo, en los cuales no se prioriza la
reproducción del capital.
10
decir, una alternativa al modo de producción capitalista que abarca un heterogéneo
espectro de emprendimientos económicos (Comercio Justo, Bancos de Horas,
Clubes de Trueque, entre otros) e inserta en él, la realidad de las empresas
recuperadas.
Finalmente, si reflexionamos en torno a la potencialidad de la autogestión
como práctica concreta, nos preguntamos por las tensiones que surgen entre la
innovación en los procesos de trabajo dirigidos por sus propios ejecutores, y la
necesidad de permanencia en el mercado que caracteriza a las ERT. Todo lo
anterior, nos lleva a considerar especialmente aquellas formas que reviste la
subordinación del trabajo autogestionado en el capital, focalizándonos en las
prácticas dominantes que los trabajadores cuestionan y también en las alternativas
que surgen a partir de la organización del proceso productivo como autogestionado.
11
En esta definición la solidaridad y el factor humano del trabajo es lo que
denominan “tirar todos para el mismo lado”; es decir, apostar al crecimiento de la
Cooperativa invirtiendo los excedentes del trabajo.
En cambio en las definiciones teóricas sobre experiencias de Economía
Social, la relación contradictoria y estructural que se da entre el trabajo y el capital
aparece ciertamente desdibujada, y se le pone tanto énfasis a la solidaridad y las
prácticas de trabajo colectivas (como si fuera el aspecto más relevante del trabajo en
la Economía Social), que se pierde de vista el hecho de que no existe un mercado
alternativo donde se produzcan, se distribuyan, circulen y se comercialicen
productos de la Economía Social despojados de relaciones capitalistas. Los
trabajadores de la Economía Social, además, participan de este mercado como
consumidores.
En relación a esto último, el Presidente de la Gráfica comentó también
algunas cuestiones sobre la vinculación entre la Cooperativa y la economía social.
“A ver, de nuestra participación en algunos sectores como la Red Gráfica esta
cuestión (de la Economía Social) ha surgido varias veces. Cuando nosotros
estábamos en una época en la que necesitábamos algo, eran cosas que costaban
mucho. En euros, en dólares, y no llegábamos con lo que teníamos. Y en las
reuniones donde estábamos todos, que escuchabas distintas cosas, yo decía esto,
necesitamos tal cosa, 350 mil euros para comprar una máquina, y el otro necesitaba
20 mil pesos para una maquina de coser o un negocio,. Eso, es un error garrafal y
no sirve. Vos tenés que pensar que cada sector tiene sus necesidades, no somos
todos lo mismo y cada cual requiere un oxígeno diferente”.
Lo que da la pauta de que son dos procesos estructuralmente heterogéneos.
Lo anterior da cuenta de los límites que experimentó la Gráfica al estar
vinculada con organizaciones pertenecientes a la Economía Social. Esto se
relaciona con la crítica al planteo de “Otra Economía” destinada no a trascender la
desigualdad y exclusión características de la economía capitalista sino a contener
sus efectos. Esta economía en tanto brazo humano del capital y sus ciclos, se
contradice con la lucha de las ERT por permanecer insertas en la economía social,
por ser actores productivos y por las potencialidades que esta forma de recuperación
de unidades productivas demostró tener, en comparación a la perdurabilidad de
algunas iniciativas de economía social más allá de tiempos de crisis y el nivel
12
productivo que puedan tener. Con todo, en situaciones de crisis la Economía Social
brindó ciertas herramientas a la ERT.
13
Para finalizar, cabe considerar que en un nivel concreto, esa racionalidad
económica se manifiesta en las acciones cotidianas de los trabajadores, en las
decisiones que se toman al interior de la ERT en tanto empresa, en las discusiones
que existen entre los trabajadores a la hora de adoptar determinados criterios de
producción, o de organización del trabajo. Este perfil que los trabajadores sostienen
implica a su vez una postura política de la Gráfica, es la política de la ERT al interior
y hacia el exterior de la cooperativa. Es decir, se relaciona también con un conjunto
de otros actores políticos e instituciones, sean trabajadores de otras ERT's, la Red
Gráfica, el INAES, los Ministerios, o el Gobierno Nacional.
14
- GODELIER, M. (1974). “Racionalidad e irracionalidad en economía”.Ed. Siglo
veintiuno, México.
- GORDILLO, G. (1992). “Procesos de subsunción del trabajo al capital en el
capitalismo periférico”. En: Trinchero, H. (comp). Antropología Económica vol. II.
Centro Editor de América Latina. Buenos Aires.
- HOLLOWAY, J. (2006) Contra y más allá del capital. Ediciones Herramienta,
Buenos Aires.
- MARX, 1980. (1867-94). “El Capital”. Tomos I y III, Siglo XXI, México.
- MARX, 1983. (1867-94). “El Capital” Capítulo VI -ex Inédito-. Siglo XXI, México.
- MARTÍNEZ, C. y VOCOS, F. (2002). "Produciendo Realidad, Las Empresas
Comunitarias". Ed. Topia, Buenos Aires.
- PRESTA, S Y LANDABURU, L. (2008). “Consideraciones críticas sobre Desarrollo
Económico Local y Economía Social”. En: Revista Avaliaçao de Políticas Públicas/
MAPP, Universidad Federal do Ceará. Fortaleza, Brasil.
- RAZETO, L. (1994) “Centralidad del trabajo y economía solidaria”. En: Economía &
Trabajo, Año 2, Nº 3, PET, Santiago de Chile.
- RAZETO, L (sin año). “El Factor “C””. Conferencia desarrollada en la Escuela
Cooperativa “Rosario Arjona”. CECOSESOLA. Lara, Venezuela.
- REBÓN, J. (2005). “Trabajando sin patrón. Las empresas recuperadas y la
producción”. Ed. del Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias
Sociales (UBA), Buenos Aires.
- RUGGERI, A; MARTÍNEZ, C; TRINCHERO, H. (2005). “Las empresas recuperadas
en la Argentina: informe del segundo relevamiento del Programa”. Facultad de
Filosofía y Letras. (UBA), Buenos Aires.
- RUGGERI et al. (2009) “Las empresas recuperadas: Autogestión obrera en
Argentina y América Latina”. Ed. de la Facultad de Filosofía y Letras, (UBA), Buenos
Aires.
- RUGGERI, A. (2011) “Reflexiones sobre la autogestión en las empresas
recuperadas argentinas”. En: Revista Estudios, Nº 1, p. 60-79, Buenos Aires.
- SALVIA, A., REBÓN, J y BARBETTA, P. (2005). “Trabajo y transformaciones en el
mundo del trabajo”. En: Revista Argumentos Nº 5, Publicación del Instituto de
Investigación Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales (UBA), Buenos Aires.
15
- SARDÁ DE FARIA, M. (2005). “Autogestão, Cooperativa, Economia Solidária:
avatares do trabalho e do capital”. Tesis de doctorado del Programa de Posgrado en
Sociología Económica. Universidade Federal de Santa Catarina, Brasil.
- TRINCHERO, H. (1998). “De la Economía Política a la Antropología Económica:
Ficciones y Producciones del sujeto económico”. Ed. Eudeba, Buenos Aires.
- TRINCHERO, H. (2007) “Economía política de la exclusión: para una crítica desde
las experiencias de las empresas recuperadas por sus trabajadores (ERT)”. En:
Cuadernos de Antropología Social Nº 26. FFyL (UBA), Buenos Aires.
16
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: Perspectivas antropológicas en torno a la economía social y
solidaria
Resumen
Para comenzar nos resulta perentorio dejar a las claras que toda política de
desarrollo involucra la combinación de crecimiento económico con redistribución de
las ganancias, pero con un agregado significativo: por el cambio de época
postneoliberal se asume mayor complejidad a su conceptualización y, para ello, el
“no concebir al desarrollo impulsado sólo desde el Estado y su política pública” 2. Por
lo tanto y como efecto de la fricción en la tradicional relación Estado-Mercado que
provocó la política económica neoliberal, es que la actual perspectiva del desarrollo
incorpora una multiplicidad de dimensiones, siendo éstas de carácter político-
institucionales, ético-culturales, como también societarias y ambientales3.
1
García Delgado, 2005, p.1
2
Ídem, p.2
3
Ídem, p.3
principalmente de los sectores más desfavorecidos, efectos que “rompieron los
mecanismos de inclusión social”4. Estas transformaciones en la tradicional relación
capital-trabajo, se afianzan desde la implementación de políticas desde el Estado a
través de una reforma estructural en el sistema de regulación y un nuevo paradigma
tecnológico que permite cambiar el régimen de acumulación dentro del capitalismo y
que favorece la inversión de capitales, fundamentalmente transnacionales, en busca
del crecimiento económico y la competitividad en los mercados regionales.
4
De Piero, 2005, p.22
5
Svampa, 2008, p.23
6
Ostrosky, exposición en la FLACSO-BsAs en el Diploma de Desarrollo Local y Economía Social (clase 24).
fortalezas, entre otras, que poseen estas cooperativas para la persistencia en su
actividad.
10
De Sousa Santos, 2007, p.42
11
Machado Maia, 2010, conferencia en la FFyL-UBA
12
Carenzo y Miguez, 2010, p.22
Se requiere para este abordaje un enfoque multidisciplinario y su combinación con
una mirada multiescalar de los fenómenos, por dos motivos principales:
13
Según clasificación de Karl Polanyi y presentada por Luciano Nosetto en la Diplomatura en Desarrollo Local y
Economía Social (FLACSO-BsAs. Clase Nº15).
Estas cooperativas son organizaciones de la sociedad civil por instituirse como
“movimiento autónomo cuyo objetivo inmediato o primario no es la dominación
política ni la acumulación de capital”14. Más bien preponderan las “relaciones
interpersonales”15 al interior del microemprendimiento.
14
De Piero, 2005, p.27
15
Coraggio, 2002, p.2
16
Coraggio, 2002, p.2
la comunidad al realizar un trabajo que cuida el ambiente y preserva la unión del
trabajo por sobre la del capital. En el mismo sentido Coraggio nos dice que la
economía social “es social porque produce sociedad y no sólo utilidad económicas,
porque genera valores de uso para satisfacer necesidades de los mismos
productores o de sus comunidades y no está orientada por la ganancia y la
acumulación del capital sin límite”17.
17
Idem, p.3
18
Caló, 2009, p.6
Las severas transformaciones de la estructura social acaecidas en Argentina durante
el período neoliberal y como consecuencia final el estallido de la Crisis del 2001,
efectuó una modificación sustancial en la gestión de los residuos. De ser
considerados desechos a ser tratado como competencia pública-privada, parte de
estos residuos (papel, cartón, plásticos, metales y vidrios) pasan a ser materia prima
y fuente de trabajo en la subsistencia económica de numerosas familias; de aquí el
surgimiento de la figura de los “cartoneros” que de forma informal recolectan de
manera diferenciada para luego comercializar, a la planta de reciclado, los
mencionados residuos.
19
Dependiendo el distrito, ronda entre un 25 y 45% del presupuesto total. Para el caso de la ciudad de Buenos
Aires cuando en el año 2004 se destinaba un aproximado anual de $180millones, en el 2011 esa suma asciende
a los $1440millones (Diario Perfil, 27/3/2011).
20
Diario Clarín, 24/10/10.
cooperativas recuperadoras de residuos o trabajadores individuales por cuenta
propia, que realizan la recolección domiciliaria de los residuos sólidos-primeramente
separados en origen por los vecinos- y que transportan ellos mediante un carro.
Una justa política pública será comenzar a generar marcos regulatorios que
combinen el servicio de recolección entre las tradicionales grandes empresas, que
podrían continuar con el servicios de barrido manual y mecánico de calles, de la
21
Sitio web de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Mayo 2011.
poda de árboles y su recolección, de la desobstrucción de nexos pluviales; y otorgar
parte del servicio de recolección diferenciada a las cooperativas de recuperadores
de residuos sólidos. Esto último también debería de acompañarse con una
reconfiguración en la tarifa de impuestos municipales y una redistribución en la
recaudación.
23
García Delgado, 2006, p.16
24
García Delgado, 1997, p.24
25
Villar, 2010, p.8
26
El compost consiste en la deposición de los residuos orgánicos en un recipiente con tierra y lombrices que
permite la nutrición y la posibilidad de autogenerar fertilizante natural. Es importante aclarar que el mayor peso de
los residuos que generan las personas es de carácter orgánico.
Con esto último se lograría salvar un obstáculo mencionado por García Delgado
para el diseño de políticas públicas al desarrollo local y se refiere a la “disociación
habitual que existe entre producción, competitividad y recursos educativos”27.
Proponemos en esa sintonía, la posibilidad de que las cooperativas reciban
capacitación en cooperativismo y tratamiento de los residuos, pero también ellos
mismos como trabajadores “verdes” y “solidarios” podrían consolidar un cuerpo de
educadores del cómo hacer los territorios con una mirada del desarrollo sustentable.
Hemos notado que estos grupos cooperativos son proclives a la asistencia del saber
experto de la academia, por lo tanto se debería generar una sinergia en ese sentido
a través de sistema de tutorías, cursos cooperativistas, etc. Sin dudas que esta
instancia es enriquecedora para los cooperativistas, porque se reconocen ellos
mismos, comparten sus problemáticas y deseos y logran alcanzar acuerdos básicos
sobre proyectos estratégicos. Por supuesto, que esos momentos considerados al
interior de la organización como “no productivos” deberían de ser subvencionados,
es decir que la instancia de diálogo entre cooperativas sea financiada. Es posible
que mediante esta propuesta los cooperativistas aprendan un saber específico, el
cooperativo, y refuercen la identidad como tales, otorgándoles un fortalecimiento
como sujetos transformadores al estar inmersión en una ESS. El eje en dichos
encuentros sería dejar en claro el grado de transformación que obtuvieron, más allá
de lo meramente económico. Haciendo foco en lo cultural, en lo organización, en lo
socioambiental, demostrarse a ellos mismos, que pasaron de ser cartoneros, en una
práctica organizativa informal-precaria-individual a un momento actual de pura
significancia caracterizada por una estructura formal-digna- solidaria, rotulada como
cooperativa.
27
Villar, 2010, p.29
residuos), los propios trabajadores de las cooperativas sentirán mayor pertenencia al
territorio como sujetos transformadores.
Cualquiera sea el caso y sus formas, el proceso a una gestión integral de los
residuos sólidos urbanos debe ser apoyado por los gobiernos locales con serio
compromiso al cambio y, además, mostrando una línea de continuidad, a pesar de
los cambios de partidos en el poder, en los principios políticos constituidos en
consenso con los intereses de la comunidad. Para esto resulta clave mantener en a
la Estrategia Nacional para la Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos
(ENGIRSU) como una iniciativa interesante y siempre la idea del Estado como
articulador sin plan prefijado y proclive a consensos amplios dentro de una
perspectiva dialógica y concertadora28. También es importante evitar la cooptación
partidaria que tiende a la ruptura interna de la organización cooperativa.
28
Villar, 2010, p.4
29
Bernatene (9/9/10), exposición en Diploma DLyES, clase 21. FLACSO-BsAs.
La imagen de cooperativistas hacia afuera y hacia adentro de la organización
debería de fortalecerse con apuestas económicas y socioculturales como las
mencionadas; pero además se debería ir pensando en una estrategia de política
pública que focalice la asistencia a estos grupos en una óptica de la “cotidianeidad”
como afirma Sebastián Carenzo en busca de captar los criterios de clasificación de
acuerdos internos y los sentidos de lo que ellos consideran como legítimo/ilegítimo
en relación a las prácticas individuales y colectivas30. Esto es un punto clave para el
sostenimiento de las cooperativas, porque es común que los acuerdos iniciales de
sus integrantes se desdibujen por la propia dinámica del grupo y las influencias
externas, tanto del mercado como del Estado. Es por ello, que coincidimos con
Sergio Boisier y su postulado acerca del factor endógeno de los territorios, donde los
propios actores locales se convierten en imprescindibles para el “comando” o
“dirección” del desarrollo.
Conclusiones
Hemos comprobado que la tarea que afrontan estas cooperativas no es para nada
sencilla; si consideramos que nacen en una época de tensión en la relación Estado-
Mercado y en donde la exclusión social se profundiza a un máximo histórico, por lo
cual se vieron en la alternativa de generar lazos afectivos al interior del barrio y
30
Carenzo y Miguez 2010, p.24
31
Boisier, p.13
construyendo, al paso de la propia experiencia, rasgos identitarios en su lugar de
trabajo para fortalecer al grupo.
32
García Delgado, 2005, p.3
Respecto a la escala geográfica de aplicabilidad de una política con foco en el
tratamiento de los residuos, se comprueba una mayor complejidad de planificación
en los grandes aglomerados urbanos. En pequeñas localidades próximas y en
ciudades intermedias, la gestión política experimenta mejores resultados en cuanto a
la integración de actores sociales involucrados.
Nuestro principio rector que sintetiza este informe es partir de que los residuos no
pueden ser tratados dentro de las leyes del mercado. Si bien una parte de los
mismos es reciclable y por lo tanto retorna al mercado, esta actividad se la debe
tomar como solución a problemas ambientales y no como generadora de
utilidades.///
Bibliografía citada
-BOISIER, SERGIO (1997). El vuelo de una cometa. Una metáfora para una teoría
del desarrollo territorial. ILPES.
-CALÓ, JULIETA (2009) La cadena de valor del reciclado de residuos sólidos
urbanos (RSU). La dinámica socio-técnica de los procesos de reciclado en las
cooperativas de recuperadores urbanos surgidas a partir de los cambios
económicos, sociales y tecnológicos de la crisis del 2001. Instituto de estudio sobre
la ciencia (IEC). Universidad Nacional de Quilmes. Provincia de Buenos Aires.
-CARENZO, SEBASTIÁN Y MIGUEZ, PABLO (2010) De la atomización al
asociativismo: reflexiones en torno a los sentidos de la autogestión en experiencias
asociativas desarrolladas por cartoneros/as. Maguaré. Nº24, Bogotá.
-CORAGGIO, JOSÉ LUIS (2002) La economía social como vía para otro desarrollo
social. En: Urbared, Red de Políticas Sociales. Universidad Nacional de General
Sarmiento.
-DE SOUSA SANTOS, BOAVENTURA (2007). “La reinvención del Estado y el
Estado plurinacional”; Revista Osal Nº 22, Buenos Aires
-GARCÍA DELGADO, DANIEL (1997) “Nuevos escenarios locales. El cambio del
modelo de gestión” En: Hacia un nuevo modelo de gestión local. (García Delgado,
comp.). Publicaciones del CBC-UBA.
-ÍDEM (2006) “El desarrollo en un contexto posneoliberal” En: García Delgado y
Nosetto (comps.) Editorial CICCUS, Buenos Aires.
-HARVEY, DAVID (2007), Cap.7. “Capitalismo: la fábrica de la fragmentación”. En:
Espacios del capital. Hacia una geografía crítica. Akal, Madrid.
-MEALLA, ELOY (2010) Vuelve el desarrollo: del economicismo al giro ético.
FLACSO-BsAs.
-NOSETTO, LUCIANO (2005), “La vigencia de la economía social en tanto síntoma
del sustrato social del trabajo humano”, ponencia presentada en el VII Congreso
ASET, Buenos Aires.
-SVAMPA, MARISTELLA (2008) Cambio de época. Movimientos sociales y poder
político. Siglo XXI. BsAs.
-VILLAR, ALEJANDRO (2010) Una década de desarrollo local en Argentina. Balance
y perspectivas. FLACO-BsAs.
Diarios y revistas
-Diario Clarín. Fechas: 24/10/2010; 24/3/11.
-Diario Perfil. Fecha: 27/3/11
Sitios webs
http://www.mariaelenanaddeo.com.ar/prensa/naddeo_reclamo_la_rapida_conformaci
on _de_cooperativas_de_cartoneros-18061 (en línea enero 2011)
http://www.ambiente.gov.ar (en línea mayo 2011)
Otros insumos
-Aprobado la Diplomatura en Desarrollo Local y Economía Social en la FLACSO-
BsAs. Cohorte 2010.
-Asistencia a la exposición de Cláudio Machado Maia acerca de las Teoras sobre o
processo de desenvolvimento (rural) vis-a-vis a perspectiva territorial. En:
conferencia del Programa de Economías Regionales y Estudios Territoriales (PERT-
IIGEO-FFyL) y el Proyecto UBACyT F411: Valorización de la naturaleza y conflictos
socio-ambientales. Universidade Federal do Río Grande do Sul y Universidad de
Buenos Aires. Agosto 2010.
-Asistencia al 1er Encuentro de Cooperativas de clasificación y reciclado de residuos
secos, realizado en la sede de la cooperativa Sol-Plat de Los Hornos-La Plata. 13 de
noviembre de 2010.
-Asistencia al Panel “Conflictos sobre residuos sólidos urbanos”. Departamento e
Instituto de Geografía, Facultad de Filosofía y Letras (UBA). 9 de diciembre de 2010.
-Asistencia al 1er ciclo Proyección y debate “Filmar (y pensar la autogestión)”. La
cooperativa de recuperadores de residuos “Reciclando Sueños”. Centro Cultural
Paco Urondo, FFyL(UBA) 29 de abril de 2011.
Bloque 11
“Relaciones familiares y trabajo
en ámbitos rurales”
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL.
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y
reconfiguración en el siglo XXI”
Grupo de Trabajo:
Marisel Arrueta
arruetapm@gmail.com
1
Estrategias de reproducción social de la pequeña producción de tabaco
en Jujuy.
Marisel Arrueta
Introducción
2
A través del uso de la oralidad y otras técnicas del campo antropológico
reconstruiré la realidad que atraviesan los pequeños productores del tabaco en la
Prov. de Jujuy.
3
maíz). Mientras que las zonas ubicadas al este que vivencio un proceso de
valorización de la propiedad al conectarse con los mercados azucareros de la
provincia (Op. Cit)
Hacia la década del 30´, los primeros ensayos con tabaco virginia, terminó por
desplazar la producción ganadera y de vid. La construcción del Dique La Ciénaga,
como infraestructura de riego, impulsa a la producción a un crecimiento que
finalmente en 1947 alcanza la industrialización a gran escala. Aumentan los flujos de
trabajadores rurales provenientes de quebrada, puna, y zonas limítrofes, atraídos
por las economías del azúcar y tabaco2, y crean las condiciones sociales y
económicas necesarias para la formación de la clase trabajadora agraria.
La moderna economía siguió la heterogeneidad históricamente fundada sobre
la trilogía “indio- criollo- inmigrante”. En la misma condición de inmigrantes los
provenientes de ultramar perduraron de un modo más acorde a la historia de
formación del Estado-Nación, con privilegios de clases aristocráticas y siendo parte
de los sectores económicos de poder (hoy por hoy dueños de las tierras,
categorizados como grandes productores); no obstante la dinámica de poblaciones
de origen nativo y limítrofes siguieron como mano de obra para el proceso
productivo del tabaco, y producciones en pequeña escala (los pequeños productores
con mano de obra familiar) dejando notar ciertas particularidades económicas y
culturales funcionales para el mercado.
Así su estructura quedó dividida en nuevas categorías ocupacionales:
productores grandes, medios, “medieros” y “campesinos” (mano de obra familiar,
permanente y transicional).
En años 70, el sector empresarial alcanzó altos niveles de capitalización,
convirtiendo a Jujuy en una de las principales productoras y exportadoras de tabaco
de la variedad Virginia3. Con ello, terminó por consolidarse un doble mecanismo: el
crecimiento del sector empresarial y consecuencias trágicas para el resto de los
2
En la década del ´50 la corriente migratoria creció, incrementándose en los departamentos Ledesma y El
Carmen, a raíz de su importancia agrícola. Los migrantes limítrofes provenían del altiplano boliviano, Potosí,
Chuquisaca y Tarija, donde intercalaban el trabajo en la caña de azúcar y el trabajo como campesinos en su país
de origen. (Karasik G. 1985).
3
La Producción de la Cooperativa de Tabacaleros de Jujuy Ltda. se exporta a diferentes países como Alemania,
Bélgica, Austria, Holanda, Francia, Inglaterra, Noruega, Finlandia, Rusia, Ucrania, España, Japón, EE.UU.,
México, Paraguay, Brasil, Uruguay, Tailandia, entre otros.
4
trabajadores: exclusión del mercado de los pequeños productores (por extensión de
grandes terratenientes) y condiciones laborales cada vez más precarias (por
mecanización del agro).
La industrialización de la producción sitúo a los sujetos en categorías de valor
dadas por la racionalización industrial. La aparición de la empresa capitalista
modificó el orden social de la producción, individualizó las relaciones laborales,
racionalizó la organización en la producción y generó tensiones económicas, entre
los sujetos, para la competencia del mercado.
En la actualidad la producción de tabaco jujeño se enmarca dentro de un
escenario “globalizado”, donde los capitales concentrados, bajo al formas de
Complejos Agroindustriales, determinan los patrones y formas de producción
(Aparicio S 2009) y organizados en “comunidades empresariales” funcionan a “dos
velocidades”, es decir una agricultura empresarial (los nuevos actores que se
introducen con el nuevo modelo de producción y acumulación, llamados grandes
productores) y una agricultura donde predominan productores de pequeña escala
(que se sostienen de lazos familiares y la solidaridad para el trabajo en la
producción).
5
La diversificación productiva (fruti hortícola y cereales)4 terminó siendo una
alternativa para mucho de los productores pequeños, pero la baja rentabilidad (a
comparación del tabaco) y la inversión en nuevas experiencias de producción, bastó,
en algunos casos, para la desaparición de agricultores chicos por la inversión de su
único capital, el tabaco.
De este modo, la situación coyuntural terminó por definir tres categorías de
productores en la zona: grandes, medios, y pequeños; caracterizados en base a la
distribución de tierra/capital/apellido:
4
El mercado fruti hortícola de origen local se concentra en las localidades subtropicales, y en quebrada, creando
condiciones mayores para la competencia en el mercado.
5
En este caso, solo haremos mención de la producción de tabaco, ya que algunos productores posen entre sus
capitales la producción de otras producciones en la zona, poroto, frutas, caña de azúcar.
6
Se suman como población vulnerable: Aquellos residentes en tierras privadas con contratos (formales o de
palabra) como medieros, aparceros, pastajeros, que no son dueños de sus medios de producción y solamente
venden o intercambian su fuerza de trabajo. Asalariados en fincas, con salario en forma de jornal. Aquellos que
conforman hogares numerosos (familia ampliada). Mujeres solas a cargo de niños, proveedoras económicas y de
atención doméstica simultáneamente. Son trabajadores temporarios migrantes, ya sea de otras zonas dentro del
mismo país, o de país limítrofe. (Proyecto FAO, 2003)
6
Hoy por hoy, la competencia por acumulación de tierras/capital sitúa al
pequeño productor en un riesgo para su continuidad:
Primero por la baja competitividad que representa para el mercado, y segundo
por la expansión de grandes terratenientes, y coacción en la compra de tierras, es
decir la valorización de la tierra asume el doble hasta triple del valor fijado por el
pequeño.
Entonces: ¿Cómo y bajo que condiciones persiste la pequeña producción
tabacalera en el conjunto de relaciones económicas locales (y globales)?.
Consideramos que el modo de organización social con que la pequeña
producción se mueve en el tiempo, y a través de relaciones sociales y materiales,
posibilitan la continuidad y resistencia como unidad capitalizada. Esa organización
social, se divide en dos etapas:
La Etapa Productiva
El tabaco se caracterizó siempre por ser una proceso estacional que requiere
mayor mano de obra en el proceso productivo (desde junio hasta febrero, del año
siguiente, se comienza con la preparación o “azadeada” del suelo, almácigos,
transplante, riego, fertilización, desflore, cosecha o encañado; seguido el
desencañado y curación; finalmente la clasificación manual y mecánica por cintas).
El proceso dura desde el mes de agosto hasta el mes diciembre, enero, para la
obtención de la materia prima, en ella los pequeños productores desarrollan una
serie de habilidades en la organización de la producción.
Sus condiciones socioeconómicas dentro de las relaciones de producción
limitan su poder económico completo (Cohen, G., 1989) sobre los medios de
producción, en comparación a los productores grandes, y aún de los medios.
Lo que hace que el pequeño productor asuma una relación directa con la
producción, en cuanto control y trabajo en la tierra; es decir no solo es dueño de los
medios de producción sino también constituye la fuerza de trabajo de su producción.
El control de la producción, lo hace a través de la organización social de
trabajo en las fincas, fija una división sexual del trabajo.
7
A los hombres se los vincula con tareas más pesadas, preparación de la
tierra, plantación, cosecha; y a las mujeres con tareas como desflore, desbrote,
clasificación y preparación de tabaco. En algunos casos esto no se cumple ya que
se observa a mujeres compartiendo los mismos espacios masculinos.
En una de las fincas observadas hemos notado que la hermana del productor,
junto a su madre son las encargadas de llevar a cabo las actividades en los
galpones y estufas donde se prepara el tabaco para clasificar. Mientras que el
trabajo realizado bajo el sol o la lluvia es supervisado por el productor acompañado
de su hermano y otros familiares. Todos los integrantes también participan del
trabajo manual.
En el caso de un productor grande, este proceso es llevado a cabo por un
capataz, sujeto de confianza del patrón, el que controla no solamente la fuerza de
trabajo en la finca, administrándola y efectuando el pago del salario, sino también a
los contratados peones permanentes, quienes se distribuyen para el control directo
de las tierras.
En cambio el pequeño productor, no recurre a trabajo contratado permanente,
cumple el rol de dueño, capataz y peón. Se alínea con otros productores chicos para
el préstamo de maquinarias, estufas, tractores y mano de obra asalariada. Como
veremos más adelante, ésta forma de organización, de cooperación se encuentra
reforzada por relaciones de compadrazgo.
El uso de fuerza de trabajo domestica se complementa a la fuerza de trabajo
contratada temporalmente, un mecanismo de ahorro de fuerza asalariada y
subsistencia. La familia participa en el proceso, para equilibrar gastos en
contratación de mano de obra externa, lo que asegura la subsistencia de la unidad
domestica.
En los términos de Chayanov A, V. (1947) estaríamos en presencia de una
economía campesina, donde la familiar constituye la unidad elemental de producción
y consumo.
Pero la conformación histórica del proceso económico del tabaco en la zona
no permite definir la pequeña producción como tal, sino como unidades capitalizadas
orientadas al incremento de ganancias para el ascenso económico en la escala de
producción, lo que lleva a desarrollar estrategias para su continuidad, no solo
medidas para la satisfacción de necesidades de subsistencia.
8
Este mecanismo eleva también las condiciones laborales precarias en el
asalariado: trabajo informal “en negro”, trabajo infantil, insalubridad y riesgo en la
salud.
9
“…para poder producir por ejemplo acá con mi vecina nos prestamos las
cosas que necesitamos para el campo, un tractor, por lo general la estufa que
es lo más caro comprar. O sino la alquilamos a otros y así nos
ahorramos...todos nos ayudamos acá, porque conocemos quien es quien,
entre todos los chicos nos conocemos…también los trabajadores que vienen
a la finca ya nos conocen y por ahí nos prestamos también el peón (risas),
trabaja mi finca, la de ella y así…” (Productor pequeño 38 años)
Etapa Industrial
La etapa industrial representa la última en la estructura de producción y se
define por acopio del tabaco, venta y la comercialización.
En todo el proceso la mercancía tabaco tiene un valor de uso y un valor de
cambio, como habíamos visto en la etapa anterior el único fin del productor es
extraer ganancias (y lo hace a través del ahorro de fuerza de trabajo y otras
10
relaciones sociales). Ese trabajo concreto en la producción representa en palabras
de Marx. K (1975) el fundamento del valor de uso de la mercancía.
Ese valor de uso se expresa como valor de cambio cuando la mercancía
adquiere valor en el mercado, el valor de cambio así aparece como los diversos
modos de expresión del valor (Op, cit)
En la superficie del mercado, las relaciones aparecen con cierta apariencia, lo
que se ve a simple vista es la venta de tabaco. Pero la etapa requiere de otra
mirada, y es el análisis del modo en que opera la venta del tabaco.
Este procedimiento es exclusivamente masculino, el productor negocia sus
medios de producción ante organismos privados (La Cooperativa, Massalín
Particulares y Nobleza Picardo).
La negociación en apariencia, se mide por el modo en que las hojas del
tabaco se presentan en el mercado (en base a color, tamaño, cantidad y calidad,
olor). En esencia, lo que se esconde detrás de la negociación del objeto es la
condición material de quien vende la mercancía.
Durante la negociación se ponen en juego la jerarquía de los sujetos. La
negociación pasa a ser el medio, el vínculo disociado de las relaciones de amistad y
solidaridad, se transforma en un “enfrentamiento” de intereses que dejan al
descubierto las desventajas materiales en los productores de pequeña escala.
Los siguientes relatos sustentan el enfrentamiento en la etapa industrial,
donde la negociación adquiere la característica de intercambios políticos y
simbólicos entre grupos dominantes y subalternos (mayoritarios y minoritarios).
(Gramsci. A. 1977)
“Los grandes siempre tienen las ventaja que cuando ellos van a
entregar tabaco a ellos le compran re bien por lo que son, en cambio a
nosotros (yo te digo por experiencia), yo iba a entregar tabaco y a los
grandes ni lo miraban ni abrían los fardos pasan y pasan los fardos así
nomás, y vos que sos chiquito llevas tu carga en acoplado chico y te lo
abren entero, te lo revisan para ver que clase tiene…eso siempre fue
así…” (Pequeño productor, 38 años)
“El que hace 200 hectáreas siempre va a tener mas poder económico
que el que hace 20, 10 que son los productores chiquitos……yo te digo
11
todo el mundo se esta dando cuenta que si no fuese por los bolivianos
nosotros no hacemos nada…. Si vos a una hectárea la haces producir
2000 kilos salís hecho y ese es el problema con algunos productores
chicos, que no producen…” (Productor grande, 54 años)
Cuando la actividad del tabaco cesa, los asalariados del tabaco venden su
fuerza de trabajo en otras economías dentro de las economías regionales comienza
así, una movilidad territorial, (por ejemplo en el mes de marzo migran a Mendoza,
Catamarca y La Rioja, a la cosecha de uva y aceituna y en abril retornan, para
dirigirse a la caña de azúcar en Ledesma y Tucumán); completando así el circuito
anual de trabajo regional. Circuito del que también participa el pequeño productor y/o
integrantes de la familia para sostener la subsistencia de la unidad económica con
otros ingresos, a los que se suman empleo en la construcción, servicio domestico -
en el caso de las mujeres- y como feriantes.
Sobre este último, algunos productores chicos poseen plantaciones fruti
hortícola para consumo personal. Solo cuando se dan períodos de crisis en el
tabaco, el productor vende sus frutas y verduras en las ferias mayoristas de la zona.
Otros casos que complementan la reproducción social de unidades
tabacaleras en pequeña escala son el ingreso de otros recursos extraprediales como
planes de trabajo, y los subsidios del FET.
El FET (fondo especial del tabaco), es el subsidio en dinero que el Estado
Argentino otorga a los productores de tabaco para mejorar la calidad uniforme de la
materia prima y hacerla así mas rentable en los mercados internacionales.
A través de este subsidio, los productores pequeños se aseguran de pagar la
mano de obra contratada durante la etapa productiva. Según lo relatado por algunos
actores, sin ese subsidio sería imposible mantener su estructura económica.
12
“Ya de hace bastante estamos mal los productores, nosotros necesitamos
pagar la gente que trabaja a aquí en la finca, para eso nos sirve el fet, pero
resulta que todo se lo guarda lo que están ahí en la cooperativa y nos
mienten. Por eso es que nos juntamos todos los productores para reclamar y
hacer tractorazo porque no nos bajan los fondos…a los productores grandes
no les hace falta, ellos tiene como paliar la crisis, en cambio nosotros
no…(productor pequeño, 43 años)
13
conflicto sociales, que sitúan nuevamente al pequeño productor en una desventaja
social:
14
que una las pertenencias de sus integrantes. La identidad y la solidaridad mueren
ahí, no se percibe, no se practica, no se vive.
Esa realidad, sujeta al poder hegemónico de la producción no alcanza para
desarticular a las unidades más pequeñas, más bien las fortalece en organización
social y política Las condiciones de resistencia estimula la conformación de una
entidad que los identifique:
Hoy por hoy, está en marcha un plan estratégico que eleve la imagen de un
colectivo social, hasta ahora marginado en la estructura de poder. Los pequeños
productores del tabaco buscan el cambio social, que aún se encuentra limitado por
los discursos del estado provincial, como de los sectores económicos de poder, al
ver desestabilizarse una estructura de dominio y subordinación histórica
15
Cuadro 2- Organigrama de la estructura de productores del tabaco, en
Departamento el Carmen- Jujuy.
PRODUCTORES DEL
TABACO
GRANDES PEQUEÑOS
Cooperativa de Compadrazgo
pequeños
Relaciones materiales /
Etapa industrial
Negociación
Desventajas
económicas
economicas
Palabras finales
La concentración de la tenencia de la tierra, y las políticas neoliberales, han
provocado paulatinamente la exclusión y precarización de las condiciones de vida de
los sectores más vulnerables del agro Jujeño.
Frente a esos factores la pequeña producción ha establecido condiciones
para su continuidad y transformaciones dentro de los límites de una lógica
dominante. (Narotzky. S 2004)
El objetivo de este trabajo, fue demostrar como la interacción organizada
económica, que a simple vista emerge en la superficie del mercado capitalista de
16
tabaco, no está desprovista de expresiones culturales y sociales que participan en la
producción y reproducción de vida material de los pequeños agricultores.
Son esas mismas expresiones, sostenidas por la vivencia y experiencia local,
las que despliegan la multiplicidad de estrategias, a razón de permanecer y resistir a
la dinámica del mercado.
La reproducción social de las unidades se mide así, por las estrategias que
toman forma por las condiciones desiguales durante el proceso de producción; y
simultáneamente intensifican la lucha por sus demandas generales, refuerzan la
conciencia de sus integrantes y los estimula para la organización política de sus
partes.
Esta organización, que aún está en formación, representa el nacimiento de un
proceso cultural y social contra hegemónico en la estructura económica del tabaco
Jujeño.
Bibliografía
17
-KARASIK, G. (1985). El control de la mano de obra en un ingenio azucarero. El
caso Ledesma. En: documentos de trabajo Nº 4, Proyecto ECIRA.
- MARX, K. (1975) El Capital. Crítica de la economía política,; Tomo I, “El proceso de
producción del capital”, caps. 1. México, Siglo XXI
-MEEK, R. (1972) El método económico de Karl Marx. En Economía e ideología y
otros ensayos, Barcelona, Ariel.
-NAROTZKY Susana (2004). Antropología económica. Nuevas Tendencias. Editorial
Melusina, Barcelona España.
-PROYECTO FAO (2003)- TCP/ARG/2902 (A). Manejo sustentable de ecosistemas
forestales de la cuenca Los Pericos – Manantiales. Informe Diagnostico. Provincia
de Jujuy – Argentina
-RE, Daniel. (2007). La producción tabacalera en Jujuy. Mercado de trabajo y
productores medios. Ponencia presentada –ALAST-. Montevideo, Uruguay.
-TEUBAL, M. (1999). Complejos y sistemas agroalimentarios. Aspectos teórico-
metodológico. En Giarracca, N., “Estudios rurales. Teoría, problemas y estrategias
metodológicas”, La Colmena, Bs. As.
-WEBER Max (1984). Economía y Sociedad. Esbozo de Sociología Comprensiva,
Fondo de Cultura Económica, México.
18
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: 12. Relaciones familiares y trabajo en ámbitos
rurales
Introducción
2
Jiménez (1999) partidarios de una postura estricta, coincidiendo con este
criterio, reconocen como explotaciones familiares a las que se desarrollan,
exclusivamente, con mano de obra familiar.Desde el punto de vista teórico
se entiende que cuando la contratación de mano de obra se hace
necesaria para la reproducción de la unidad familiar, cambia la
organización de la misma. De acuerdo a ello, la contratación de mano de
obra sería la variable que define el límite entre explotaciones familiares y
capitalistas.
3
En el mismo sentido, observando el carácter que asume la variable trabajo
asalariado: temporario/ permanente, Roman y Robles (2004) opinan que la
contratación de mano de obra temporaria, aparece como un factor variable
en las explotaciones familiares y no puede usarse para la delimitación, ya
que es muy heterogénea su aparición, tanto en las más pobres, como en
las más capitalizadas. Por otra parte, hay que considerar que distintos
sistemas productivos presentan distintos tipos de requerimiento de mano
de obra.
Partimos por ello de los aportes realizados por Zaldívar, quien afirma “el
concepto de agricultura familiar hace referencia a una forma de
organización de la producción caracterizada, fundamentalmente, por la
utilización mayoritaria de fuerza de trabajo procedente del propio grupo
doméstico (este último culturalmente definido) y por coincidir la unidad de
producción con la unidad de consumo. Se trata de una estructura que, sin
ser específica de ningún modo de producción, ha sido apropiada, absorbida
4
y adaptadas históricamente por distintos modos de producción” (1993:
153).Se puede decir entonces, que la expresión agricultura familiar hace
alusión a una forma de producción, que no es ni específicamente feudal, ni
específicamente capitalista.
5
(limitaciones biológicas y/o climáticas en los procesos de producción,
barreras legales o institucionales, etc.). Esas explotaciones difieren sin
embargo entre sí. Forman un segmento heterogéneo y heterogéneo son,
también sus estrategias económicas: Difieren por su acceso diferencial a
los recursos naturales y financieros, por poseer grados distintos de
conocimiento sobre las condiciones técnicas, mercantiles y políticas que
afectan a sus actividades productivas, por estar dotadas de modelos de
valores y actitudes variados que oportunamente afectan a sus decisiones
económicas.
6
económicamente viable. Otra estrategia importante es el asociacionismo.
Las cooperativas de explotación comunitaria de la tierra donde una serie
de agricultores se agrupan para formar una explotación más grande y con
medios de producción suficientes para alcanzar determinadas economías
de escala. Las cooperativas de maquinaria agrícola, que aumentan la
rentabilidad de esas innovaciones. Las cooperativas de comercialización,
cuyo objetivo es paliar la situación de desventaja en que se encuentran las
explotaciones familiares respecto a los circuitos e intermediarios
comerciales. (Zaldívar, 1993). Finalmente, “La intensificaciones el factor
clave a la hora de permitir la supervivencia de la agricultura familiar. Dada
la imposibilidad de aumentar todo lo deseable la extensión de la
explotación, se intentará incrementar la dimensión sin alterar la superficie.
(…) Se busca el engrandecimiento productivo de la unidad por medio de la
especialización en producciones más especulativas y del incremento de los
rendimientos por hectárea…” (Zaldívar, 1993: 146)
Por otro lado, frente a los procesos de cambio, en estos grupos las
identidades o las categorías que hacen a la identidad se vuelven
contradictorias o están en proceso de construcción.
7
significados se construyen dentro y a través de la interacción comunicativa
en sí misma. En cualquier instancia de comunicación, existe un número
indefinido de discursos o sistemas de discurso (género, generación,
profesión, identidad regional, entre otros). Como cada uno de estos
sistemas de discurso se manifiesta en una red compleja de formas de
discurso –relaciones cara a cara, patrones de socialización e ideología-,
esta identidad múltiple produce variadas contradicciones internas (a la
persona) y externas.
8
Desde la década del `90, se observan fuertes transformaciones territoriales
en el oasis norte de Mendoza, del que forman parte los departamentos de
Lujan y Maipu, especialmente en la vitivinicultura. Junto al cambio de
modelo vitivinícola, este proceso fue acompañado de la aparición de
complejos agroindustriales que se posicionaron en el sistema productivo en
forma dominante.
De esta manera, una parte del territorio se integra a los circuitos
económicos trasnacionales y otros sectores quedan excluidos. Los distritos
de Lunlunta (perteneciente al Departamento de Maipú) y Perdriel
(Departamento de Lujan) constituyen territorios en proceso de
transformación que reflejan un avance hacia un nuevo modelo
agroindustrial, basado en la optimización de las condiciones agroecológicas
que poseen estas zonas. Aparecen cambios ligados a nuevas actividades y
servicios, como algunas actividades terciarias (comercios, restaurantes,
servicios de turismo rural, espacios de esparcimiento) y la mayor superficie
dedicada a usos urbanos (en la modalidad de barrios cerrados). Las
fuerzas especulativas en el precio del suelo marcan el cambio de un uso
rural a un uso residencial y por lo tanto, liberado a la fuerza del mercado
urbano de tierras. Estos procesos profundizan las desigualdades entre los
distintos actores, provocando disputas territoriales que tienen efectos en el
desarrollo rural(Scoones,2012).Acompañando este proceso se ha
observado la disminución de las explotaciones familiares y su permanencia
en este nuevo contexto.
El cuadro Nº 1 muestra los datos de la cantidad de EAPs por escala de
extensión, en los departamentos de Luján de Cuyo y Maipú.
9
Las propiedades de 10 has a 25 has registran un aumento (de 10 al 13%) y
también han aumentado levemente las Eaps de 25 a 100 has.
10
Cuadro N° 1
CANTIDAD DE LAS EAPS CON LIMITES DEFINIDOS POR ESCALA DE EXTENSIÓN SEGÚN DEPARTAMENTO 1988-2002
Escala de extensión
10.1 - 25 has.
1988 2002 50.1-100 has. más 100.1 has.
En en
has has 1988 2002 1988 2002 1988 2002 1988 2002 1988 2002
Mendoza
Total
33.249 28.329 20.996 17.278 6.721 5.543 2.755 2.473 1.271 1.183 1.506 1.835
% % % % % % % % %
Luján
%
1.269 1.170
636 50 581 50 300 24 249 21 194 15 169 6 87 7 103 9 47 4 68 6
Maipú
El periodo de referencia del CNA 2002: entre junio de 2001 y 30 de Junio de 2002.
11
En el cuadro Nº 2, se muestran los datos sobre la superficie, en hectáreas, de
los viñedos, por escala de extensión correspondientes a las dos zonas de
estudio : Pedriel y Lunlunta .
En el distrito de Perdriel, se puede observar que entre los años 2002 y 2011 se
ha producido una disminución en las hectáreas ocupadas por viñedos de
menos de 5 has. ya que pasó de un 28% (en 2002) al 12% en 2011. También
tuvieron un leve aumento las propiedades de entre 10 a 25 has. En el mismo
tiempo se observa un aumento considerable de los viñedos en el rango de más
de 30 has. ( de un 26% a un 35%).
En el distrito de Perdriel, se puede observar que entre los años 2002 y 2011 se
ha producido una disminución en las hectáreas ocupadas por viñedos de
menos de 5 has. ya que pasó de un 28% (en 2002) al 12% en 2011. También
tuvieron un leve aumento las propiedades de entre 10 a 25 has. En el mismo
tiempo se observa un aumento considerable de los viñedos en el rango de más
de 30 has. ( de un 26% a un 35%).
12
Cuadro Nº2. MENDOZA. SUPERFICIE DE VIÑEDOS SEGÚN ESCALA DE
EXTENSION EN HECTAREAS. PERDRIEL - LUNLUNTA. 2002-2011.
LUNLUNTA ‐ MAIPU
PERDRIEL‐LUJAN DE CUYO
AÑO 2.002 AÑO 2.011 AÑO 2.002 AÑO 2.011
RANGO
SUPERFICIE
En hectáreas HAS % HAS %
HAS % HAS %
HASTA 5 282,59 28,20 144,00 12,11
94,47 15,09 103,85 16,78
DE 5 A 10 194,32 19,39 279,60 23,52
108,93 17,40 77,14 12,47
DE 10 A 15 100,82 10,06 160,86 13,53
56,97 9,10 58,97 9,53
DE 15 A 20 34,46 3,44 64,77 5,45
34,77 5,55 65,75 10,62
DE 20 A 25 64,00 6,39 88,80 7,47
24,05 3,84 ‐ ‐
DE 25 A 30 58,63 5,85 26,63 2,24
56,56 9,03 ‐ ‐
MÁS DE 30 267,33 26,68
424,27 35,68
250,35 39,99 313,14 50,60
Total general 1.002,1 100,00 1.188,93 100,00
626,11 100,00 618,85 100,0
FUENTE: Censo Vitícola, INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura). Años 2002- 2011.
13
Cuadro Nº3. MENDOZA. CANTIDAD DE VIÑEDOS SEGÚN ESCALA DE
SUPERFICIE. LUNLUNTA . PERDRIEL. 2002-2011.
CANTIDAD DE VIÑEDOS
RANGO DE
SUPERFICIE PERDRIEL LUNLUNTA
2002 2011 2002 2011
HECTAREAS CANTIDAD % CANTIDAD % CANTIDA %
VIÑEDOS VIÑEDOS CANTIDAD % D
VIÑEDOS VIÑEDOS
HASTA 5
150 76 156 69 47 61 50 65
DE 5 A 10
29 15 41 18 15 19 11 14
DE 10 A 15
8 4 13 6 5 6 5 6
DE 15 A 20
2 1 4 2 2 3 4 5
DE 20 A 25 ‐
3 2 4 2 1 1
DE 25 A 30 ‐
2 0 1 0 2 3
MÁS DE 30
4 3 6 3 5 6 7 9
Total general
198 100 225 100 77 100 77 100
FUENTE: Censo Vitícola, INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura). Años 2002- 2011.
14
A partir del análisis de ocho entrevistas en profundidad y en base a un
muestreo teórico realizado en las dos zonas de estudio (Lunlunta en el
Departamento de Maipú y Pedriel en el Departamento de Lujan de Cuyo) se
relevaron las siguientes características de las explotaciones familiares que se
resumen en la grilla a continuación:
15
Variables Entrevista 1 Entrevista 2 Entrevista 3 Entrevista 4
Residen en la Explotación
Todos residen en la explotación, Todos residen en la La mayor parte de la familia
Años y lugar de residencia desde el año 65 que la
en el 96 heredó la finca de su explotación desde el año 86 reside en la explotación
del propietario y su familia compró (Pedriel) con su
padre (Perdriel) que la heredaron, (Perdriel) (Pedriel)
esposa
Matrimonio, tres hijos. Dos
Propietario, la esposa y tres
Matrimonio y tres hijos, dos mayores y un menor de Vive con la esposa, tiene 2
Composición familiar hijos, los dos mayores trabajan
mayores y uno de 5 años edad, el mayor vive en Bs hijos que ya no viven allí
fuera de la propiedad
As
Tamaño de la Propiedad 12,5 has 3 has 3 has 6has
"Tractor… el arado, la rastra, la Tractores, tela antigranizo en No tiene tela, sí
Tela antigranizo en casi la
Capital (tecnología) tomizadora". No tiene tela ni gran parte de la explotación y atomizadora, máquina para
totalidad de las hectáreas
riego por goteo herramientas para trabajar sulfurar, rastreras.
"Ellos vienen con su gente,
con su camión, con su
banco con su fichero con
"Se hizo un todo, pero se llevan la uva
contrato…estipulando más o sin precio...traen su gente
menos los quintales que se ellos se hacen cargo de
"Vos sos el obrero de ellos, no
podían llegar a sacar en la todo y bueno, cuando se "Yo tengo vino en la bodega
sos el propietario de tus cosas,
cantidad de viña que hace contrato de precio, nos Cava de Perdriel, de
vos tenés todas tus cosas,
Tipo de contrato con la había…pusieron 220 descuentan lo que es Semignon.. yo tengo que
arriesgás porque si te cae
Bodega quintales más o menos…un cosecha, acarreo y bueno, facturarle a la bodega, pero
helada, bueno, fuiste! “él dice
promedio… y…bueno, se hace contrato con el yo le facturo con el facturero
“plantame esto, plantameésto “y
firmamos el contrato… y precio de la uva, pero eso de monotributista "
saca el vino que quiere
bueno, los tres años estos es después de que se la
que han pasado le hemos llevan…la llevan en abril y a
vendido a él" lo mejor tenemos precio en
mayo...ellos nos prestaron
el dinero y se compró la
tela"
16
Perdriel. Luján. Primera Zona de Perdriel. Luján. Primera Zona Perdriel. Luján. Primera Perdriel. Luján. Primera
Zona en la que esta ubicada
Riego de Riego Zona de Riego Zona de Riego
Tipo de cultivos Viña Viña Viña Viña
Antes tenía Pedro Giménez,
ahora Malbec y cabernetpor
“enel año 70 era uva fina el Merlot y Semignon“El Merlot
Pedro Gimenez, después llegó era Semignon también y yo
Siempre ha sido Malbec, la
Varietal el vino de esa uva a 9 Malbec le saqué y le iba a poner
viña tiene 100 años
centavos… no valía la pena… Malbec pero no le puse
así que lo empecé a arrancar y porque era en parral”
empecé a plantar Malbec y
cabernet”
Superficie no cultivada o
4,5 has 0 has 0,5 has 0 has
abandonada
Sólo trabaja en la
explotación el marido. "El
trabajo en la tierra es nulo
para mis chicos..."bueno mi
Trabaja el propietario en la Sólo el trabaja en la
hijo, el mayor trabaja y nos
Trabaja en jefe de hogar en la viña con el hijo mayor, los explotación con algún
Organización del trabajo ayuda...Le está yendo de
explotación y su esposa le ingresos provienen de allí, del jornalero eventual, la esposa
familiar (todas las fuentes de diez, está gerente en
ayuda en determinadas tareas, trabajo extrapredial con los no.
ingreso) Buenos Aires, está viviendo
el propietario riega tractores y delas ventas
en Puerto Madero y gana un
delcorralón
montón...mi hijo nos daba la
mitad de sueldo y nosotros
vivíamos con eso...durante
14 meses"
17
“yo tengo jornalero, por
"La viñita... si la trabajan
jornada…son trabajos
entre, bueno, entre los dos y
"Mi marido pone gente a livianos los que tiene que
bueno ponemos a lo mejor a
"Tengo un obrero permanente, trabajar, sí…el tiempo de la hacer, sacando la poda, acá
alguien que les ayuda a ir
efectivo con todo lo de la ley", poda, de la atadura, se pone hay gente que pongo de
Contratación de personal haciendo...en la cosecha
contrata además personal para gente...al día o al tanto, afuera, una chica que viene
mayormente...hay un hombre
la cosecha depende del trabajo que de afuera, siempre la pongo
que le ayuda a podar mejor y
haga" a ella, y después los trabajos
la esposa de él o algún otro
son livianos, los hago todos
ata la viña"…
con máquina, con tractor…”
"Mauricio trabaja con su
Es inspector de cause y
papá"...ellos tienen tractores y El Jefe de hogar trabaja en
recibe un ingreso de viáticos
Lleva la gestión en otra viña y le salen a trabajar afuera a otras la finca de la cuñada. "Mi
Pluriactividad (extrapredial) por ello, además de que
pagan por mes viñas"…"yo tengo acá un esposo le trabaja la parte de
tiene su vino en la bodega
corraloncito que hace 8 años ella…"
para vender
que lo tengo"
“Estos últimos 3 años se la
hemos vendido a la Bodega
Sotano...Sotano,él le dice a
"El Merlot lo llevo a Peñaflor
mi esposo “bueno dale, yo te
Mercado (a quien le vende, "La producción mía está dividida "Le empezó a comprar que sería el grupo Santa
ayudo (a colocar la tela
como es su relación) en tres bodegas" Escorihuela…" Ana, esos no elaboran sino
antigranizo), hagamos un
que te compran la uva "
contrato que por tres años tu
producción vos me la vendes
a mi”
18
Variables Entrevista 5 Entrevista 6 Entrevista 7 Entrevista 8
Hace 32 años posee la
propiedad (por herencia de la Toda su vida vivió en la
esposa) y 3 años hace que vive zona, desde los 4 años. Residen en la Explotación
Años y lugar de residencia en la zona. Vive en el barrio Residen en la Explotación. Residen en la explotación. con su grupo familiar.
del propietario y su familia Cicerone (antes era viña) en Bajo (Lunlunta) (Lunlunta) Compro en el 96 la
frente de la explotación. explotación (Lunlunta)
(Lunlunta)
Matrimonio solo, hijos emigraron Matrimonio, con una hija y su Matrimonio solo. Los hijos
Composición familiar Matrimonio, con tres hijos.
a otra zona. hijo. emigraron a otra zona
Tamaño de la Propiedad 8 Has 2,5 Has 4 Has 4 has
Posee riego por goteo y un
reservorio de 1,5 millón de
litros. No tiene tela. Posee
maquinas segadoras para
cortar el pasto y un rotabato
No posee tractor, ni tela.
Posee Tractor y herramientas Posee tractor y herramientas para mover la tierra. Posee
Capital (tecnología) Solo herramientas para
para trabajar. No posee tela para trabajar. No posee tela Bodega y Aceitera en la
trabajar
explotación (produce 30 mil
botellas anuales), que posee
“desde una moledora hasta
un PHmetrimetro”. Sin
embotelladora propia.
19
“Si son exportadores, lo
mandan al norte o a Buenos
Aires, a todas esas partes. La “Es te año se la hemos
aceituna siempre se la he vendido a unos franceses, el
llevado al mismo acá a año pasado. Ya antes la
Galdeano, que esta en Cruz vendíamos a… era Cruz de
de Piedra, o sea siempre ha Piedra, la bodega Cruz de
Tipo de contrato con la Piedra… Y nos pagan en 6,
sido el mismo. El que estaba
Bodega 8 meses”
era el abuelo de él, se llevaba
a él y ahora falleció el padre y
sigue él”. “la fruta
normalmente es al contado y
la aceituna bueno eso son
pagos a 30-60 días”
Alto Lunlunta. Maípu. Primera Bajo Lunlunta. Maípu. Alto Lunlunta. Maípu. Bajo Lunlunta. Maípu.
Zona en la que esta ubicada
Zona de Riego Primera Zona de Riego Primera Zona de Riego Primera Zona de Riego
Olivos, ciruelas y un poco de
Viñas y Olivos, tuvo cerezos
durazno (Hace 15 años tenía
Tipo de cultivos Vid y Olivos. Poseía frutales viña Pedro Giménez, también Vid y Olivos
Tempranillo no era rentable y
reemplazo con frutales)
Malbec, Cabernet
Sauvignon, Cabernet Franc
y Chardona.“Nosotros
compramos en el año 92` y
Varietal Malbec Olivos, ciruela y durazno Malbec había solo Malbec, las otras
tres que te dije las
plantamos nosotros, o sea
fueron incorporadas por
nosotros”
20
Superficie no cultivada o
0 has 0 has 0 Has 0 has
abandonada
Arrendatario No asalariado
(remunerado con 40% de la
producción) El propietario riega. Grupo familiar, más
Actualmente trabaja él y cosechadores. El padre y su
contrata jornaleros Dueños jubilados. Poseen madre administran y dirigen
“Y este año pasado, bueno la he Propietario, ocasionalmente el empleado y su grupo la producción, los dos hijos
Organización del trabajo
trabajado yo, me jubile de grupo familiar. El propietario familiar, que vive en la manejan la finca y la
familiar (todas las fuentes de
telefónica, entonces un poco la riega. Durante la posa misma casa. Es asalariado hermana hace visitas a
ingreso)
he trabajado yo y poniendo contrata jornaleros turistas. “Tenemos una
gente, o sea por administración, bodega y una fabrica de
poniendo gente al tanto en la aceite de oliva nosotros acá”
poda del olivo, en la poda de la
viña, regar siempre riego yo eso
si, el tractor lo uso yo”
21
4 o 5 años, y trabajar afuera no cobramos toda la vida
con el tractor hace más de 10 esto lo empezamos a
años implementar hace 3 o 4 años
y la verdad es que nos ha
dado buenos resultados
porque la visita realmente no
te aporta mucho pero
tampoco te quita”
“Si hemos tenido problemas “Son del mismo rubro…Sin ir
anteriormente con una que más lejos, Filus que es la
nos compro en Maipú … en próxima bodega tenemos
el carril Sarmiento… La que muy buena relación tanto
“Y la producción uno la vende al
tienen la bodega un museo ellos como nosotros, nos
mejor postor, donde existe
para…No nos pago, vos autoayudamos”
uno… porque esta la otra parte
sabés?... vos sabes las
la seriedad en cuanto al asunto.
veces que hemos que “El tema de la venta de
A veces ahí, digamos, firmas “La fruto de la vendo al mejor tenido que ir tantas veces a nuestros productos son
muy que no le traen confianza a postor, así que eso no tengo la casa de gobierno. Pero internas, este vino no se
uno. Y a veces ofrecen un alto un cliente fijo, que todos los gracias a Dios nos exporta no es por calidad.
pero después no lo pagan o años se los llevo a él, porque
Mercado (a quien le vende, movilizamos tanto, hicimos De hecho se que excedemos
estafan a la gente… entonces como eso varía y cada uno
como es su relación) tantos viajes que nos este vino de calidad, es una
uno le trata de vender a firmas paga lo que se le da la gana” entrego un… no todo el vino calidad muy, muy buena, es
que mas o menos son estables,
pero pudimos sacarle algo a lo que apuntamos pero el
son pagadores, a veces un poco
pero hay vecinos que no le mercado nuestro esta en
menos de precio. Y a mi me ha
sacaron plata… Bueno yo le Argentina, mucho en Buenos
pasado, nos a pasado a
digo: “bueno sí no tenés Aires, no tenemos una
nosotros, a veces en algunos…
plata hacemos un contrato envergadura tan grande
dos años nos estafaron toda la
de elaboración” y bueno así como para ... Cuando tenes
producción y uno no aprende.”
alcanzamos a manotearle tu mercado y tenes poca
una parte jaja” producción es preferible, o
sea si yo exportara no
estaríamos ni hablando..,
22
Para que te des una idea
hacemos 30 mil botellas al
año, yo creo que no
terminamos de llenar un
conteiner chico”
23
De la lectura de la matriz resulta interesante resaltar la heterogeneidad que
muestran variables fundamentales de las explotaciones familiares analizadas.
Dichas diferencias se dan en el tamaño de la propiedad, ya que si bien son
explotaciones de menos de 15 has el tamaño oscila entre las 2 y las 12,5 has.
Podemos ver además que al interior de las explotaciones encontramos
heterogeneidad en cuanto a la organización del trabajo ya que tenemos
casos en los que más de un miembro de la familia trabaja en la explotación,
casos en los que sólo uno de ellos trabaja en allí y el resto de grupo familiar
realiza tareas no agrarias y otros casos en los que se contrata personal para
aquellos momentos de la cosecha en que se necesita ayuda. Respecto de la
inserción en el mercado podemos ver también distintas situaciones ya que
encontramos explotaciones que pactan de antemano con las bodegas la venta
de su producción y mantienen esa relación durante años y, por otro lado,
muchos de los entrevistados afirman vender la producción “al mejor postor” en
el momento de cosechar o un poco antes. Por último, en cuanto al capital
(tecnología) encontramos situaciones disimiles también ya que si bien la gran
mayoría de los propietarios entrevistados posee elementos y herramientas de
trabajo básicas para desarrolla la actividad vitícola, son muy pocos los que
cuentan con riego por goteo, tractores o maya antigranizo en la totalidad de la
explotación.
Cabe resaltar que la herencia es la forma en la que la mayoría de los
propietarios incluidos en la matriz ha obtenido su propiedad o una gran parte de
ella.
Heterogeneidad e identidad
24
la categoría social y las identificaciones que la caracterizan, según estudios
previos, Bustos plantea que “frente a los cambios ocurridos en el territorio
resultado de la nueva dinámica social se ha producido un desplazamiento del
sentido, originariamente otorgado, a los pequeños productores que los ubicaba
como dueños del territorio”(Bustos, 2011: 15). Por una parte, se identifican
como los que tienen que sobrevivir, frente los productores que han podido
incorporar el manejo de tecnologías de avanzada pudiendo vender sus
productos en el mercado internacional vistos como símbolos de ‘prosperidad’,
‘progreso’ y ‘modernización’.Por otra parte, aunque pierde centralidad vivir de la
viña, el mantener la propiedad, aunque sea poco rentable, toma relevancia al
permitirles mantener su estatus de dueño, de viñatero, de agricultor, de
regante, atributos que lo mantienen en la categoría social de propietario,
evitando convertirse en un asalariado y poder seguir trasmitiendo esta
característica por herencia. (Bustos, 2011)
25
Por último, De Rosas (2012) interpreta las identidades que construyen los
pequeños productores como regantes considerando las interpelaciones del
Estado presentes en las resoluciones del Honorable Tribunal Administrativo
del Departamento General de Irrigación. Concluye que “ la interpelación es
clara: son concesionarios de aguas, usuarios o votantes y mejor identificarse
como agricultores porque son actores privilegiados dentro del discurso estatal.
Además, tienen que estar a la vanguardia en aplicación de tecnología de riego.
También se los interpela a la participación en la gestión del riego y en la auto-
organización. Del lado de las subjetividades, más que usuarios son regantes,
demostrando una cierta resistencia al discurso estatal”.
Bibliografía
26
extinción. Identidad y Disputa por el agua de los pequeños productores en los
oasis de Mendoza. Editorial Universidad Nacional de Cuyo, en prensa.
28
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo N°12. Relaciones familiares y trabajo en ámbitos rurales.
INTRODUCCIÓN.
2
En la actual etapa de discusión acerca del campesinado1, ya no es tan
importante saber si desaparece o no el sujeto en cuestión, sino entender cómo y
cuánto se transforma. Y si esa transformación implica la pérdida de su categoría.
Algunos investigadores sostienen que “…no es correcto mantener el nombre
para designar a una realidad transformada […] campesino sólo tiene sentido en un
contexto pre-capitalista y nadie, por lo menos en voz alta si queda alguno, defiende
hoy una estructura no capitalista para el agro pampeano. Una expresión como
‘campesino de tipo capitalista’ es una contradicción en sus propios términos y sólo
puede entenderse como una fórmula histórica que arrastra el nombre a nuevas
realidades” (Sartelli, 1998: 3). Sin embargo, se acepta que el modo de producción
capitalista no excluye necesariamente la presencia de campesinos, aun cuando su
papel en la actualidad tiende secularmente a restringirse, producto de la dinámica
hegemónica2. La no dicotomía total entre campesino y capitalismo no implica que
éste no transforme a aquel. Las características del capitalismo traen por un lado una
serie de variables (división social del trabajo, mayor dependencia de los mercados)
que abren la posibilidad de acumulación. Por otro lado, el modo de producción
influencia y modifica los patrones valorativos, que bien podrían hacer cambiar la
racionalidad, transformando la misma hacia una búsqueda de maximización del
ingreso. Ahora bien, esta posibilidad y eventual intención de acumular capital no
sería condición suficiente para negar la condición de campesino, siempre y cuando
aquella no se logre. Es decir, se aceptaría una flexibilidad en la racionalidad
económica del campesino: el campesino no acumula porque no es su objetivo o
porque no puede.
De esta manera, después de la condición de trabajo familiar directo sobre la
tierra, la principal característica del campesinado sería la ausencia de un proceso
autosostenido de acumulación de capital. Esta no acumulación de capital
1
El debate acerca del campesinado se inicia a fines del siglo XIX caracterizándose al sujeto desde una
perspectiva de la lucha política (1ª etapa del estudio de la agricultura familiar). A mediados de la década del „60,
los postulados que los marxistas sostenían en relación a la persistencia de la agricultura familiar en un contexto
capitalista pasaron a ser fuertemente criticados. Tal reacción parecería haberse iniciado en 1966, cuando se
traduce al inglés el libro “La organización de la unidad económica campesina” del economista ruso Alexander
Chayanov. Esto implicó una reacción del “neomarxismo”, que produjo abundantes y significativos estudios de la
persistencia de la agricultura familiar en general. Esta reedición del debate entre campesinistas y
descampesinistas actúa como bisagra dando fin a la etapa del estudio de la Agricultura Familiar como problema
económico (además de político), para inaugurar una 3ª etapa, en donde el análisis incorpora aspectos culturales.
Es decir, ya no es tan importante saber si desaparecen o no, sino cómo se transforman. De la misma manera,
entra en crisis la Sociología Rural y surge así la Sociología de la Agricultura.
2
Es decir, tal como afirma Kautsky (2002: cix) en el prólogo de su obra más importante, el agro puede desarrollar
formas precapitalistas y no capitalistas dentro de la sociedad capitalista.
3
nuevamente permite afirmar, como con el pequeño productor, que “…no toda la
economía doméstica es automáticamente campesina. Estaremos en presencia de
una economía campesina típica si la combinación de recursos y los ingresos
obtenidos con la venta de la producción no permiten acumulación de capital”
(Archetti y Stölen, 1975: 121). Por lo que el límite superior de la economía
campesina depende de la apropiación sistemático del excedente producido
internamente. Esto es, si un productor familiar acumula capital en forma constante
deja de ser campesino, aunque eso no implica que se asemeje o conciba igual que a
la gran o mediana empresa capitalista.
Es decir, se coincide con Llambi (1981) en cuanto a que dicho tipo social se
modifica en el contexto del sistema capitalista. Esta transformación es por un lado
cuantitativa, ya que si bien persiste, su representación absoluta y relativa decrece
en el marco del avance del capitalismo. La tendencia a su desaparición, tal como ya
se comentó, es más lenta y sinuosa que en el resto de las ramas productivas. Pero
el proceso de descampesinización planteado por Marx mantiene su validez.
Pero la modificación de este tipo social también es cualitativa, ya que la
racionalidad campesina no es inmutable3, sino que se adapta (de diferentes
maneras) al sistema capitalista. Esta modificación posibilita acumulación; de lograrla,
implicaría una diferenciación que obligaría a una nueva o diferente denominación.
3
Mientras que Schejtman (1980) citando a Tepich (1973) asegura que “…es un error creer que no hay sino una
sola racionalidad económica en todo tiempo y espacio”, pienso que el error es pensar que las diversas
racionalidades se mantienen en el tiempo. Es decir, se coincide con la posibilidad y existencia de diversas
racionalidades económicas, pero estas no necesariamente pueden persistir invariables ante distintos contextos.
En ese sentido, Mendras (1980, citado en Pagano, 2006: 5) en su texto “O que um camponés?” critica pensar a
los campesinos como una “raza” de hombres cuya esencia se encontraría (persistiría) en todas las sociedades
más allá de las circunstancias históricas.
4
Descartada así la continuidad de la categoría de campesino para este sujeto, la
siguiente discusión es si el proceso de diferenciación sufrido es de descomposición
o bien de descampesinización.
Por descampesinización4 se entiende al proceso por el cual finalmente
emergen proletarios y capitalistas, despojados de todo elemento campesino, aun
cuando proviene de un origen campesino (Murmis, 1991).
Se puede adelantar el descarte de una total descampesinización, ya que en el
proceso de diferenciación (tanto hacia abajo como hacia arriba), este sujeto
conserva (hasta la actualidad) elementos campesinos.
En primer lugar, la necesidad de ingresos extraprediales que permitiera
garantizar la reproducción familiar en las fincas del Sur de Bolivia fue llevada
generalmente a cabo por los hijos mayores de la familia campesina. Así, el resto de
la familia persistía en la explotación, manteniendo vínculos con estos migrantes,
tanto económicos como de contención. Es por ello que no se puede hablar de
proletarización, entendiendo a esto como pérdida por parte de la familia campesina
de los medios de producción tierra y capital, y sí de semiproletarización. Esta fue la
categoría de ingreso de los horticultores bolivianos a la Argentina, trabajando aquí
bajo la modalidad de peón.
Tampoco se observa una descampesinización en el proceso de acumulación
de capital y ascenso social logrado por el horticultor boliviano, con la emergencia de
un capitalista puro. Ya que aún en el estrato de productor, se evidencia la
conservación de elementos campesinos, como ser el aporte del trabajo físico por
parte del productor o bien la persistencia del papel decisivo de la mano de obra
familiar directa en la explotación5.
Sin embargo, ello no implica que se empiecen a detectar una tendencia hacia
el despojo de los rasgos campesinos.
4
“Los propios campesinos definen este proceso (de diferenciación) con un término extraordinariamente certero y
expresivo: ‘descampesinización’. Dicho proceso representa la destrucción radical del viejo régimen patriarcal
campesino y la formación de nuevos tipos de población del campo […] Además de diferenciarse, el viejo
campesinado se derrumba por completo, deja de existir, desplazado por tipos de población rural totalmente
nuevos, por tipos que constituyen la base de la sociedad donde dominan la economía mercantil y la producción
capitalista. Esos tipos son la burguesía rural (en su mayoría pequeña) y el proletariado del campo, la clase de los
productores de mercancías en la agricultura y la clase de los obreros agrícolas asalariados” (Lenin, 1973: 181).
5
Para Marx (2000: 796), las explotaciones capitalistas son aquellas en las que “el supuesto es el siguiente: los
verdaderos agricultores son asalariados, ocupados por un capitalista […] que sólo se dedica a la agricultura en
cuanto campo de explotación en particular del capital, como inversión de su capital en una esfera peculiar de
producción”. Por su parte, más concretamente Archetti y Stölen (1975: 147) aseguran que la economía capitalista
se caracteriza por la ausencia de trabajo familiar en el proceso productivo.
5
De lo que no hay dudas, es que en la actualidad se estaría en presencia de un
sujeto con características intermedias entre un capitalista/proletario y un campesino,
proceso que habría llegado tras lo que Murmis (1991) denomina descomposición.
Es decir, la resultante de una mutación en la cual los elementos capitalistas van
adquieren preeminencia por sobre los elementos campesinos, generando
semiproletarios campesinos o bien capitalistas campesinos (Ver Gráfico N°1).
Gráfico N°1. Proceso de descomposición y descampesinización hacia abajo y hacia arriba del
campesino.
Capitalista Puro
Descomposición
Capitalista con
rasgos campesinos
En flujo hacia
Campesino
Semiproletario
Proletario Descampesinización
Fuente: Elaboración propia en base a Murmis, 1991; Benencia, 1999; Benencia y Quaranta, 2009.
6
grupos de productores: esta decisión debe quedar a criterio del investigador,
evaluando tanto la importancia absoluta y/o relativa del sujeto bajo estudio, como así
también las diferencias cualitativas que presenten.
La otra opción es una categorización más genérica, en donde se especifique
cuáles y en qué grado las características típicas campesinas se modifican. Tal es el
caso de los “productores capitalistas con rasgos campesinos”, que Benencia (1999)
utiliza al referirse a los horticultores bolivianos del Gran Buenos Aires. Un sujeto que
posee conductas capitalistas conservando algunas lógicas campesinas. Esta es la
categoría que se adopta para el migrante boliviano que logra un ascenso social y
económico en el Área Hortícola Bonaerense en general, y La Plata en particular.
Dicho ascenso social puede ser esquematizado a través de la figura de la
“escalera boliviana”. La “escalera boliviana” es la metáfora con que se modeliza el
ascenso social y económico logrado por los horticultores bolivianos en los últimos 20
años. Esta diferenciación comienza desde el peldaño de peón, pasando por la
mediería, alcanzando luego el status de productor y, en forma cada vez más notoria,
mostrando avances en el eslabón de comercialización (Ver Gráfico N°2).
Gráfico Nº2. Esquematización de la “escalera boliviana”, los cultivos en cada peldaño y la evolución
de la relación de los elementos campesinos y capitalistas.
7
Tras esta breve descripción y análisis conceptual de la evolución del sujeto
bajo estudio, es que nos introducimos sobre la actual etapa de diferenciación.
6
En cambio, la “racionalidad económica” del productor capitalista no tiene como criterio de eficiencia mínimo la
reproducción simple, sino el logro de la tasa “normal de ganancia” de su capital. La maximización de logros, por
su parte, implica la ampliación de la escala productiva en otras ramas de mayor rentabilidad (Llambí, 1981: 134).
8
hacia la Unidad de Producción y la Reproducción Ampliada, manteniendo los niveles
de consumo prácticamente igual a cuando era un simple peón.
Esta lógica que aun persiste en su actual etapa de diferenciación le permite
una mayor capacidad de acumulación, con la consecuente mejor adaptación a un
contexto hortícola históricamente cambiante. Precisamente, la combinación de estos
elementos le confiere permanencia en contextos difíciles, a la vez que en un marco
más favorable, los convierte en puntal del desarrollo capitalista (Ver Pachano, 1980:
470). Esta última característica hace del horticultor boliviano en su actual etapa de
diferenciación (capitalista con rasgos campesinos) un sujeto competitivamente más
apto que el agricultor familiar tradicional. Ya que si bien en condiciones adversas
logra resistir (y en mejores condiciones que las explotaciones capitalistas), en una
situación de bonanza, posee una aptitud de diferenciación hacia arriba, similar o aun
superior a la de la explotación familiar capitalista típica7.
7
Como metáfora, Raúl Paz (2006) describía las características de las explotaciones campesinas y capitalistas en
analogía a los distintos tipos de bacterias. Existen dos categorías de bacterias bien definidas: las bacterias
aeróbicas, que son altamente eficientes en presencia de altas concentraciones de oxígeno pero que ante su
ausencia mueren, y las bacterias aeróbicas facultativas, que en un medio con oxígeno funcionan menos
eficientemente que las anteriores, pero que ante su ausencia siguen teniendo actividad (persisten). El campesino
sería entonces una bacteria aeróbica facultativa que aprendió a sobrevivir en un medio sin capital, donde
empresas capitalistas (aeróbicas por excelencia) mueren, el campesino sobrevive. Pero cuando el contexto es
“aeróbico”, demuestra una menor capacidad de crecimiento y desarrollo en relación a las explotaciones
capitalistas. Por ende, los campesinos podían resistir en contextos adversos, pero crecer poco en coyunturas
favorables. El horticultor boliviano, en una posición intermedia entre el campesino y el capitalista típico, también
resiste largos períodos de reproducción simple, y en un marco no adverso, su capacidad de crecimiento es tan o
más competitivo que el del horticultor familiar típico.
9
trabajo (García, 2011b). El proceso de acumulación resultante le permite explorar
nuevos espacios y roles, los que a su vez implican cambios. Cambios que hacen
cada vez más importantes los indicadores capitalistas y más débiles los rasgos
campesinos.
Por caso, el acceso al rol de mediero y, más aún, al de productor implica la
asunción de cada vez mayor porcentaje de los riesgos (productivos / de mercado),
cuando antes como peón no los tenía o como mediero los compartía con el “patrón”.
El rol de productor por definición implica la organización total de la producción,
desde la compra de los insumos, la planificación de las tareas y garantía de la
presencia de la mano de obra necesaria en cada momento, hasta la venta de los
productos. Dicho gerenciamiento es un trabajo específico y concreto, no físico, pero
trabajo al fin, que se incrementa a medida que crece y se complejiza la quinta. La
eficacia de este nuevo trabajo depende del tiempo que se le dedique, por lo que el
ascenso por los diferentes mini peldaños del productor (García y Mierez, 2009) y
crecimiento de la quinta también involucra -como una ecuación de suma cero- una
disminución del trabajo físico directo del productor. Es decir, empieza a disolverse
uno de los principales baluartes de la agricultura campesina y familiar.
Lo mismo sucede cuando este productor ingresa al eslabón de la
comercialización. La posibilidad de vender su producción directamente vía un puesto
propio en un mercado mayorista implica tiempo. La ampliación de dicha venta en
volumen o diversidad de productos, conlleva recorrer otras quintas y revender
mercadería, lo que se traduce en más tiempo. Estos modelos de expansión pueden -
en un principio- tener éxito con familias de horticultores numerosas, bien
organizadas y con una clara división del trabajo. Pero también pueden terminar
relegando la producción en el mediano plazo, y hasta abandonándola para dedicarse
de lleno a este eslabón, como se observa en horticultores bolivianos del Norte del
Área Hortícola Bonaerense.
La reducción parcial o total del trabajo físico del productor junto con el
crecimiento de la quinta implica la cada vez mayor dependencia de la mano de obra
externa. Ya sea de los tradicionales asalariados y tanteros, o los trabajadores
encubiertos bajo el acuerdo de mediería, ambos conllevan pérdida de la “flexibilidad”
del trabajo familiar.
Paralelamente, el ascenso por los minipeldaños de productor implica un mayor
nivel de capital en juego, potenciado por cultivos cada vez más complejos como los
10
de “fruto”, montos que recaen casi enteramente en un sujeto que muestra, entonces,
menos flexibilidad.
Otra de las evidencias del proceso de diferenciación hacia arriba es la
búsqueda de compra de tierras. Antes, por falta de capital, por la prioridad de
inversión en la tecnología del invernáculo y hasta por problemas legales de
residencia hacía que se relegara el acceso a la propiedad de la tierra (Ver García,
2008). Se observa actualmente el inicio -aún muy incipiente- de un proceso de
compra de tierra, con una modalidad similar a la de los primeros arrendamientos.
Esto es, la compra conjunta de varios productores de origen boliviano de “grandes”
campos de 4 - 6 has, bajo la figura de condominio.
La propiedad de la tierra tiene implicancias en el comportamiento del productor,
que a su vez se relaciona con la diferenciación a productores capitalistas a la cual
algunos van llegando. Una de ellas es que la propiedad de la tierra es, a su vez,
condición sine qua non para invertir en la vivienda, buscando ahora sí condiciones
habitacionales más dignas que las actuales, en una tierra en la cual ya se es dueño.
Paralelamente le posibilita su uso como si fuera una mercancía, por cuanto a que la
puede vender o arrendar (en parte o totalmente) si decide concentrar su tiempo en la
comercialización o en otra actividad.
Este proceso ya -indudablemente- apunta a una descampesinización,
surgiendo así finalmente capitalistas de origen campesino. Esto último no
necesariamente implica que un mismo sujeto realice este pasaje o mutación: se trata
en general de una dinámica de diferenciación que conlleva más de una generación.
La dinámica seguida por este agente es resumida y representada en el Gráfico
Nº3:
Gráfico N°3. Proceso de diferenciación y descomposición hacia abajo y hacia arriba del sujeto bajo
estudio.
11
Etapa PRE- Etapa DE
Descompo Descampe
migración a la migración a la Etapa TRAS la migración a la Argentina
sición sinización
Argentina Argentina
Capitalista Puro de Productor-
origen campesino Comerciante
Campesino
Campesino Mediero
Semiproletario
Campesino Semiproletario Peón
Proletario de origen
campesino
↑ ingresos Escalera Boliviana
↑ capital
↑ riesgos
↑ elementos capitalistas
Fuente: Elaboración propia en base a Murmis, 1991, Benencia, 1999; Benencia y Quaranta, 2009.
12
austeridad, con una búsqueda de confort y hasta compra de bienes cuasi suntuarios
o simbólicos8. La compra de la tierra también se inscribe en esta dirección.
Este aburguesamiento lleva a conceptualizarlos como un pequeño capitalista,
figura análoga a la encontrada por Javier Balsa en los chacareros pampeanos, “en
tanto que no contrata sino a un pequeño número de asalariados, que no alcanzarían
a convertirlo en un capitalista típico” (Balsa, 2006: 219).
Esto claramente tendrá repercusiones, pudiéndose vislumbrar por lo menos
dos caminos -dicotómicos ellos-, según el grado de diferenciación y la orientación
que el aburguesamiento asume:
i. Un manejo de la quinta más profesional, con asesoramiento, mayor nivel de
inversión y tecnificación, gestión diferencial, etc., o
ii. Una merma en el aporte familiar a la actividad productiva, retracción en la
inversión y la expansión, estrategias conservadoras, entre otras.
Procesos que ya se observaron en La Plata en las quintas de productores
también migrantes, aunque no limítrofes, sino de ultramar…
8
Un ejemplo en este sentido es la compra por parte de algunos (ex?) horticultores de origen boliviano de las muy
grandes camionetas doble tracción negras y de vidrios polarizados, de baja funcionalidad para la producción,
pero de alto valor simbólico.
13
pequeños. Mediante una lógica de contracción del consumo y autoexplotación,
logran llegar a ser productores y adquirir tierras, principalmente en los años „50 y „60.
Ya en el status de productor, continúan (como los actuales horticultores bolivianos)
aportando el trabajo físico directo en la quinta, a la vez que se expanden en el
eslabón de la comercialización (transporte, mercados mayoristas y minoristas). En
los „80 el uso de la mano de obra externa se sesgaba principalmente a tanteros, del
interior del país y también bolivianos, básicamente para los períodos de cosecha. Ya
en los „90, como consecuencia de la tecnología del invernáculo, se comienza a
incorporar mano de obra estable bajo el acuerdo de mediería, utilizando casi
exclusivamente trabajadores de origen boliviano, a la vez que el productor asume un
rol más gerencial.
En esa última década del siglo pasado, luego de un proceso de casi medio
siglo, el aburguesamiento alcanzado por los horticultores italianos es evidente,
aunque su capitalización y grado de diferenciación no resulta homogénea.
La evolución de estos horticultores italianos podría representarse o modelizarse
mediante un gráfico con dos variables: grado de diferenciación y nivel de
capitalización. Si bien se da una nube de puntos con múltiples combinaciones, se
observa una tendencia directamente proporcional entre diferenciación y
capitalización (Ver Gráfico N°4). Dicha línea representativa de los horticultores
italianos en los años „90 podría ser segmentada en tres grupos. El Grupo 1 son
aquellos definitivamente “capitalistas” y capitalizados, mientras que el Grupo 3 son
los más “retrasado” en el proceso de diferenciación y acumulación. Paralelamente, el
Grupo 2 se caracteriza por su situación intermedia. Estos grupos muestran
estrategias de reproducción y suerte dispares.
14
10
9
8 Grupo 2
Grado de Diferenciación
7
6
5
Grupo 1
4
3
2
1 Grupo 3
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Nivel de Capitalización
15
en algunas quintas con los hijos no interesados en la actividad, o menos aún, en el
trabajo físico de la quinta. Pero como si este contexto fuera poco, surge un nuevo
sujeto en un rol protagónico: el horticultor boliviano. Este agente, en el marco de una
mayor permeabilidad social que brinda la crisis de fines de los „90, asciende al status
de productor, llevando estrategias resistenciales aun más exacerbadas que las del
Grupo 3 (tal vez como compensación de su aun menor nivel de capitalización), lo
que lo convierte en un sujeto híper competitivo.
Así, el Grupo 2, en un estado de aburguesamiento tal vez similar al Grupo 1,
pero sin su nivel de capitalización, se encuentra en una disyuntiva. La crisis
económica de fines de los años noventa, la caída de la demanda y de los precios
hortícolas, y la aparición del productor boliviano que impone su producción en el
mercado gracias a la competitividad que le otorga la explotación de su mano de obra
y contracción del consumo, obliga a estos quinteros italianos a retrotraerse a
condiciones de trabajo y consumo ya perdidos por su aburguesamiento y/o que no
estaban dispuestos a volver. Alguno o varios de estos sucesos resultaron el último
escollo en su historia productiva, abandonando o siendo desplazados de la
producción. Claro está, que hayan desaparecido de la producción no significa que no
estén más en el sector. Justamente, la mayoría de ellos persisten como
arrendadores, alquilándoles sus tierras a sus “expulsores” y continuadores, los
horticultores bolivianos.
Así, las dos formas o estrategias “exitosas” para atravesar la crisis de los „90
fueron la de los horticultores italianos capitalistas fuertemente capitalizados (Grupo
1), y la de los horticultores (italianos y bolivianos) con estrategias capitalistas
combinadas con rasgos campesinos, aun con bajo nivel de capitalización (Grupo 3).
El resto mayoritariamente perece. Y esto explica (o se confirma con) una estructura
social hortícola platense de los últimos diez años polarizada, en donde sobresale un
pequeño grupo de grandes productores (todos ellos de origen italiano) 9; en el otro
extremo, pequeños y descapitalizados productores italianos en resistencia. Y
finalmente, en proceso de separación de a poco del Grupo 3, el conjunto de
productores bolivianos con una capitalización media.
9
De los datos del Censo Hortiflorícola de Buenos Aires 2005 (CHFBA‟05), se puede sobreestimar a este grupo
como aquellas quintas con más de 3 has, lo que representa un total de apenas el 22% del total de quintas,
aunque si se considera la superficie hortícola, este grupo trabaja 2/3 del total.
16
Con esto se pretende dejar sentado que el proceso de diferenciación boliviano
parecería seguir el mismo camino de diferenciación y aburguesamiento practicado
por los italianos. Claro está que dichos procesos/etapas no son rápidos ni
homogéneos. La diferenciación y consolidación del horticultor italiano llevó por lo
menos 60 años (aproximadamente 1940-2000); el iniciado por los bolivianos tiene no
más de 20 años (1990-2010). Paralelamente, la diferenciación no es homogénea,
por cuanto no todos aquellos que se iniciaron como peones llegaron a ser
productores capitalistas, tanto antes los italianos como ahora los bolivianos.
REFLEXIONES FINALES
17
En este sector también se observa que el ascenso social y económico se logra
exacerbando esa explotación (a propios y extraños), junto a la reducción del
consumo, logrando así competitividad, cierta acumulación y con ello el
desplazamiento de otros sujetos. Y que una vez alcanzado el status del desplazado,
el ciclo parece reiniciarse.
Por supuesto, que se repita no lo justifica o lo transforma en una característica
“natural o tradicional” del sector. Pero, ¿qué hacer?. ¿Alcanza sólo y simplemente
con prohibir, controlar y castigar?. Si sólo eso se hiciera, muchísimas quintas
actuales desaparecerían, lo mismo hubiera ocurrido con muchas de las quintas de
los italianos y las condiciones de vida de estas familias presumiblemente no
mejorarían (todo lo contrario). La solución debería ir por el lado de un rediscusión de
la distribución del ingreso en todo el sector y, eventualmente, de la necesidad de
sincerar un nuevo valor para las hortalizas de tal manera de lograr un sector
sustentable, con quintas que no sólo oferten hortalizas a precios accesibles, sino
que lo provean mediante condiciones de trabajo y vida digno.
BIBLIOGRAFÍA
18
En Alejandro Grimson (comp.), Migraciones regionales hacia la Argentina.
Diferencia, desigualdad y derechos. Buenos Aires: Prometeo Libros.
BENENCIA, Roberto. 1999. El concepto de movilidad social en los estudios rurales.
En Norma Giarraca (coord.), Estudios rurales. Teorías, problemas y estrategias
metodológicas (págs. 77-95). Buenos Aires: La Colmena.
CENSO HORTIFLORÍCOLA DE BUENOS AIRES 2005 (CHFBA‟05). Ministerio de
Asuntos Agrarios y Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires
(Argentina) 2006, p.116.
FERRATTO, Jorge, MONDINO, M., GRASSO, R., ORTIZ MACKINSON, M.,
LONGO, A., CARRANCIO, L., y otros. 2010. Buenas prácticas agrícolas para la
agricultura familiar. Cadena de las principales hortalizas de hojas verdes en
Argentina. Buenos Aires: Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO).
GARCÍA, Matías. 2011a. Proceso de acumulación de capital en campesinos. El caso
de los horticultores bolivianos de Buenos Aires (Argentina). Cuadernos de
Desarrollo Rural (66). Bogotá.
GARCÍA, Matías. 2011b. Fuerza de trabajo en la horticultura platense. Razones y
consecuencias de su competitividad. 10º Congreso Nacional de Estudios del
Trabajo (ASET) entre el 3 y el 5 de Agosto de 2011. (FCE-UBA), Ciudad de
Buenos Aires.
GARCÍA, Matías. 2010. Lógicas de acumulación de capital y ascenso social del
horticultor boliviano. Su rol en las transformaciones de la estructura agraria
hortícola platense en los últimos 20 años. Tesis de Maestría en Estudios
Sociales Agrarios, FLACSO, Buenos Aires.
GARCÍA, Matías y Soledad LEMMI. 2011. Territorios pensados, territorios migrados.
Una historia de la formación del territorio hortícola platense. Revista Párrafos
Geográficos, V10 (1). Trelew (Chubut). ISSN 1853-9424. Pp. 245-274.
GARCÍA, Matías y Liliana MIEREZ. 2009. Los minipeldaños del productor boliviano.
Boletín Hortícola de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales (UNLP) -
UEEA INTA Gran Buenos Aires y Ministerio de Asuntos Agrarios (Prov. de
Buenos Aires). Año 14 N°43 (2°etapa) Diciembre de 2009. Pp 10-15.
GARCÍA, Matías. 2008. Uso y acceso a la tierra en el marco del nuevo modelo
productivo de la horticultura platense. Revista Interdisciplinaria de Estudios
Agrarios (RIEA). Nº29, 2º semestre de 2008. Pp. 79-98.
KAUTSKY, Karl [1889] 2002. La cuestión agraria. Siglo XXI editores: México. 540 pp.
LENIN, Vladimir [1899] 1973. El desarrollo del capitalismo en Rusia. El proceso de la
formación del mercado interior para la gran industria. Ediciones Estudio,
Buenos Aires.
LLAMBÍ, Luis. 1981. Las unidades de producción campesina en un intento de
teorización. Estudios Rurales Latinoamericanos, 4 (2), 125-153.
MARX, Karl [1885] 2000. El Capital. Buenos Aires: Siglo XXI Editores (18º edición).
Tomo II.
MURMIS, Miguel. 1991. Tipología de pequeños productores campesinos en
América. Ruralia - FLACSO Nº2. Pp. 29-56.
19
PACHANO, Simón. 1980. Capitalización de campesinos: organización y estrategias.
En Barsky y otros, Ecuador: cambios en el agro serrano (págs. 461-497). Quito:
FLACSO-Ceplaes.
PAGANO, M. 2006. ¿De qué hablamos cuando hablamos de campesinos en la
Argentina?. IV Jornadas de Investigación en Antropología Social. Facultad de
Filosofía y Letras (UBA) Buenos Aires.
PAZ, Raúl. 2006. Agricultura familiar y ciencias agrarias: ¿un paradigma en crisis?.
Revista Argentina de Humanidades y Ciencias Sociales. Volumen 4, nº 1.
Disponible en < http://goo.gl/dDxSV >. [11 de Diciembre de 2012]
SARTELLI, Eduardo. 1998. Entre la esencia y la apariencia, clase y estructura: ¿qué
es un chacarero?. XVI Jornadas de Historia Económica. Quilmes: UNQui.
SCHEJTMAN, Alexander. 1980. Economía campesina: lógica interna, articulación y
persistencia. Revista de la CEPAL. N° 11, Santiago de Chile, CEPAL.
Publicación de las Naciones Unidas.
20
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo Nº 12: Relaciones familiares y trabajo en ámbitos rurales
Resumen:
A partir de la década del 90´, se aplicaron en nuestro país una serie de políticas
macroeconómicas que produjeron importantes transformaciones en el medio rural.
Svampa (2008) señala que, como consecuencia de la implementación de este
modelo neoliberal, el sector más vulnerable de la población del país resultan ser
los jóvenes, pues sobre ellos recaen, con mayor crudeza, las crisis de la
educación, de la familia y del mercado de trabajo.
1
internalización y apropiación, por parte de los sujetos, del conocimiento de sentido
común, en donde los elementos cognitivos y las producciones simbólicas juegan
un papel importante.
2
El proceso de socialización agrícola
“…yo ya sabía como más o menos se maneja porque toda mi familia al tema…
mis tíos, mi abuelo, toda la vida se han dedico al tema agrícola”.
“… todo el tema agrícola… es algo que, como uno lo ve, ha ido a través de las
generaciones, los abuelos, los padres, toda la vida a estado el tema…”
“Pero uno que está adentro, que lo ha vivido toda la vida con la familia”
En este sentido, Bourdieu explica que producto de la historia, “el habitus produce
prácticas, individuales y colectivas, produce, pues, historia conforme a los
3
principios engendrados por la historia; asegura la presencia activa de las
experiencias pasadas que, depositadas en cada organismo bajo la forma de
principio de percepción, pensamiento y acción, tienden, con mayor seguridad que
todas las reglas formales y normas explícitas, a garantizar la conformidad de las
prácticas y su constancia a través del tiempo”. Bourdieu (1991:95a)
“Sí, yo he trabajado de chico, de los no sé siete años uno como que… o sea,
desde antes iba a la finca, iba con ellos, con mis viejos, porque mis viejos han
trabajado toda la vida en el campo y de ahí he ido a la finca y uno va aprendiendo
como juego, pero uno va aprendiendo las distintas tareas y cuando uno ya tiene
diez, nueve años es como que se va largando solo…”
Observamos que, para estos jóvenes horticultores, el mundo del trabajo forma
parte de su propio mundo infantil y la incorporación al mismo se realiza en el
proceso de socialización primaria. Se vive donde se trabaja, por lo tanto los
espacios familiares, laborales, lúdicos se superponen.
4
Prácticas y estrategias productivas de las familias chacareras
5
g. Intensificación en el uso de mano de obra familiar / Contratación de
asalariados en épocas de trabajo intensivo
h. Generación de un fondo de reemplazo
Las actividades que especialmente están a cargo de los jóvenes varones son el
riego, la cosecha, clasificar la mercadería, pesar y cargar la producción en la
movilidad, manejar del tractor, comprar los insumos, supervisar a los obreros –si
los hubiera-, asistir a reuniones, asistir a la feria, entre otros. Por su parte, el jefe
de familia es quien toma las decisiones sobre qué cultivar, cómo producir, donde
comercializar, cuánto dinero invertir en insumos, a qué precio vender la
producción, sin desmedro de consultas y debates con sus hijos.
“…si vos te vas a trabajar a otro lado depende de que alguien te mande…está
bien en la finca nosotros también porque mi viejo nos está mandando…pero vos el
6
día de mañana vos decís mirá papá me quiero ir a tal y tal lado y te vas y decidís
de vos ¿me entendés?... con mi viejo… mandas vos… que se yo, no es que
mandes vos, pero podes opinar y que se yo…”
Si bien los jóvenes, hijos de chacareros han atravesado por un similar proceso de
socialización, se diferencian entre sí por sus condiciones de vida. La escala de la
7
explotación familiar, la magnitud de los recursos económicos y tecnológicos que
detentan sus familias, las estrategias productivas implementadas, y todo un legado
de experiencia y tradición generacional, inciden en sus representaciones y
percepciones sobre el trabajo agrícola y el medio rural.
8
“Te da como orgullo de ser… de que vos plantaste algo y te va bien… y vas
porque es tu producto, vos lo cosechaste, vos hiciste todo el laburo… vos vas
viendo la planta, vos lo cosechaste y después lo llevas a venderlo entonces vos
decís ¡esto es lo que yo plante! Y por ahí te da como orgullo de decirlo”
“…es como un hijo, le tenés que dar de comer, le tenés que dar agua… hacerle
los labores como para que se sienta cuidado… Vos de un hijo pensás el día de
mañana que sea buena persona… para todo eso tenés que haberlo educado, a la
planta igual. Vos querés que dos, tres melones, lo tenés que regar, escardillar,
aportarle tierra…eso es como cuidar a la planta…Vos cuidas algo como algo tuyo,
es como una parte tuya…”
9
“… para el que no nace en el campo es muy difícil de adaptarse.”
“Si vos sos del campo y… si te quedas sin trabajo… yo me he quedado sin trabajo
y yo sé que aquí buscas y encontrás”.
“Es sacrificado… porque vos por ejemplo has hecho este año tanto sacrificio y
anduvo y bueno hice esta cantidad de plata, pero… ¡tuve que hacer un sacrificio!”
“Son las tres de la tarde hace un calor y tenés que estar y capaz que a la noche te
toca regar y estás toda la noche regando y… viene un temporal, una manga de
piedra y no te deja nada”
10
“… es sacrificado estar en el campo, porque es todo el día. Te toca regar a las tres
o cuatro de la mañana, invierno, verano todo hay que estar en el campo, o sea, es
un trabajo sacrificado, por eso por ahí los jóvenes como que no les gusta mucho el
campo”.
“… sino tenés tierras ¡no sos nada!, acá no sos nada si no tenés tierras. Acá
crece el que tiene y chau.”
11
Reflexiones Finales:
Del análisis de las prácticas productivas que despliegan los hijos de productores
hortícolas de Rawson y Pocito y de sus representaciones, emergió como tema
significativo, el proceso socializador que convirtió a los jóvenes en chacareros,
siendo sus rasgos sobresalientes el haberse incorporado a la actividad siendo
aún niños, inducidos por padres y abuelos, a partir de una actividad lúdica con
una intensa carga afectiva. En este proceso se aprehendieron saberes, destrezas,
valores, se recrearon las representaciones del oficio de agricultor. Se gestó a lo
largo del proceso y producto de la incorporación de las condiciones objetivas que
definen la posición de estos agentes en el espacio social, una especie de
“habitus agricultor”.
El intenso apego a la tierra sustenta dos imágenes muy difundidas: “el campo es
solo para los del campo” y “al campo siempre se puede volver”, de lo que se
infiere que la agricultura representa un presente o un futuro sólo para los que
poseen un habitus agricultor.
12
Se concluye entonces que más allá del valor instrumental que tiene el trabajo
agrícola para estos jóvenes, sobresale el valor afectivo que posee el trabajo en la
chacra, donde hay una fuerte identificación del joven con su familia, la tierra y la
labor agrícola.
Referencias Bibliográficas
13
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE
ANTROPOLOGÍA
RURAL.
Marilda A. Menezes
PPGCS/UFCG
menezesmarilda@gmail.com
1
Introdução:
Vários autores mostram que as perspectivas histórico –estruturais têm marcado os estudos
das migrações internas no Brasil e em outros contextos da América Latina, Europa e outros
continentes (Menezes e Silva, 2006; Quesnel, 2010; Brito, 2009, Silva, 2005). Em artigo
anterior (Silva e Menezes, 2006) realizamos uma breve revisão de algumas abordagens das
migrações internas no Brasil fundamentadas na estrutura social, no sistema social ou no modo
de produção capitalista, tais como as de Lopes (1971) e Singer (1973). Lopes (1971), no livro
A Sociedade Industrial no Brasil, analisa as migrações como transferências de população de
regiões estagnadas, arcaicas, para regiões modernas, o que representaria um avanço do
desenvolvimento do capitalismo. Uma perspectiva similar à de Juarez B. Lopes é a análise de
Paul Singer em seu texto Migrações internas: considerações teóricas sobre o seu estudo
publicado em 1973. Singer afirma que a criação de desigualdades regionais pode ser encarada
como o motor principal das migrações internas que acompanham a industrialização nos
moldes capitalistas. Na mesma perspectiva de Lopes e Singer, Eunice Durhan (1978) no livro
A caminho da cidade afirma que as migrações do campo para a cidade se apresentam como
um aspecto do desenvolvimento diferencial das diversas regiões do país. Esses autores
acentuam as relações dicotômicas entre setores econômicos atrasado e moderno ou entre
regiões com níveis de desenvolvimento desiguais. Uma crítica à essa perspectiva é
desenvolvida por Francisco de Oliveira no artigo Crítica à Razão Dualista, publicado em
1977, em que afirma que não há uma região atrasada em oposição à moderna, nem setores
econômicos atrasados em oposição ao moderno. Mas, é o processo de acumulação capitalista
que gera desigualdades regionais de desenvolvimento. Quando ocorre a conversão da região
do café em região da indústria, começa a se redefinir a própria divisão regional do trabalho
em todo o conjunto nacional. O papel da "região" nordeste passa a ser, de um lado,
sistematicamente, a de reserva do exército industrial de reserva para as regiões desenvolvidas
como as do sudeste. Assim, há uma relação funcional entre as regiões, em que as menos
desenvolvidas são exauridas de seus recursos, no caso, de força-de-trabalho, para sustentar a
expansão das regiões mais desenvolvidas. Oliveira acentua a hegemonia do processo de
acumulação capitalista como explicação para as diferenças regionais e, consequentemente, a
mobilidade de força de trabalho entre as regiões.
2
Na literatura mais recente, encontramos a visão do geógrafo americano David Harvey
no livro O Novo Imperialismo ( 2005), que argumenta a relação entre a reprodução expandida
do capital e os processos de espoliação. Essa perspectiva é próxima à de Francisco de
Oliveira, formulada na década de 70 para o caso no Brasil, na medida em que prioriza a
centralidade do processo de acumulação capitalista e sua capacidade de apropriar-se da força
de trabalho ainda não totalmente expropriada dos meios de produção, como é o caso dos
camponeses. Harvey enfatiza que há uma continuidade do processo de acumulação
primitiva analisado por Marx no século XIX:
“Todas as características da acumulação primitiva que Marx menciona permanecem
presentes na geografia histórica do capitalismo até nossos dias. A expulsão de
populações camponesas e a formação de um proletariado sem terra tem se acelerado
em países como o México e a Índia nas três últimas décadas; muitos recursos antes
partilhados, como a água, têm sido privatizados (com freqüência por insistência do
Banco Mundial) e inseridos na lógica capitalista da acumulação; formas alternativas
(autóctones e mesmo, no caso dos Estados Unidos, mercadorias de fabricação caseira)
de produção e consumo têm sido suprimidas. Indústrias nacionalizadas têm sido
privatizadas. O agronegócio substituiu a agropecuária familiar. E a escravidão não
desapareceu (particularmente no comércio sexual).” (2005, p.121)
Sobre o lugar dos camponeses na forma capitalista imperialista, Harvey nos diz:
“O capital também pode se apropriar de “reservas latentes” [aspas do autor] de um
campesinato ou, por extensão, mobilizar mão-de-obra barata de colônias e outros
ambientes externos (...) vou examinar de que maneira a “relação orgânica” entre
reprodução expandida, de um lado, e os processos muitas vezes violentos de
espoliação, do outro, tem moldado a geografia histórica do capitalismo. Isso nos ajuda
a melhor entender o que é a forma capitalista de imperialismo” (2005, p.118).
Harvey chama atenção para os processos de expropriação, muitas vezes violentos, que
explicam a expulsão dos camponeses e, consequentemente, as migrações para setores onde há
demanda de força de trabalho. Há, portanto, uma relação de funcionalidade entre os processos
de espoliação dos camponeses e outras categorias sociais e os processos de reprodução
ampliada do capital1.
1
A visão de Harvey (2005), aproxima-se da tese defendida por Claude Meillassoux (1977) na
década de 1970 sobre as conexões entre a comunidade doméstica em países coloniais e o imperialismo como um
modo de reprodução de mão-de-obra barata. Um argumento semelhante é apresentado por Michel Burawoy
(1976) quando analisa as funções e reproduções do trabalho migrante com base em estudos do Sul da África e
dos Estados Unidos. O sistema de trabalho migrante é definido pela separação entre os processos de manutenção
e renovação da força de trabalho: “Assim, para os migrantes mexicanos, os processos de renovação da força de
trabalho são organizados sob o estado Mexicano na economia mexicana e aqueles de manutenção nos Estados
Unidos. Embora o grupo de parentesco se mantém como uma unidade única coesa apesar de sua segmentação
interna. O que interessa neste artigo é que as atividades de manutenção e renovação são separadas”. O caso da
3
Entendemos que essa perspectiva teórica fornece elementos importantes para uma
explicação histórico-estrutural da mobilidade de membros de famílias camponesas da região
Nordeste que migram temporariamente para trabalharem nas safras agrícolas, especialmente,
das regiões sudeste e centro-oeste do Brasil. Ela questiona a tese de que a mobilidade do
trabalho se explicaria por desequilíbrios regionais ou movimentação entre setores econômicos
atrasados – pobres e modernos –ricos. No entanto, entendemos que ela apresenta algumas
limitações, destacaríamos aqui três. Primeira, ela tende a compreender a mobilidade dos
trabalhadores com uma direção única, ou seja, das regiões de populações camponesas para
áreas de assalariamento agrícola ou urbano. Vários estudos ressaltam a heterogeneidade dos
movimentos migratórios em termos de duração – tempo, grupos que migram, direções, tipos
(Garcia Jr, 1989; Silva, 1992, 2005, Menezes, 2002; Menezes e Godói, 2011). Segundo, se de
um lado, a mobilidade da força de trabalho se explica pelos processos de expropriação e
exploração da força de trabalho, de outro lado, pode, também, ser uma estratégia que
viabiliza as condições de reprodução social da família, como demonstram os estudos de
Garcia Jr (1989), Woortmann (1990) e Menezes (1985, 2002). Terceiro, Harvey (2005) utiliza
a noção de “reservas latentes” entre aspas, indicando que é um termo que merece
problematização. Na literatura brasileira, as migrações de áreas rurais da região nordeste ou
para áreas de agricultura camponesa são, com freqüência, designadas como “reservas de mão
de obra”, ou “viveiros de mão de obra” (Brito, 2009). Essa noção tende a reduzir os espaços
sociais dos migrantes à meros locais de fornecimento de mão-de-obra que estão totalmente
submetidos à dinâmica dos processos de acumulação capitalista, Embora, diversos setores
econômicos agrícolas, como as usinas de cana de açúcar, de serviços e industriais se
beneficiem da existência disponível de mão-de-obra em regiões rurais, essas não são apenas
“viveiros de mão de obra”, mas se caracterizam por sistemas sócio-produtivos próprios e
categorias sociais que têm historicamente tem se utilizado de diversas estratégias na família
ou através de diversas formas organizativas políticas – associações, sindicatos, movimentos
sociais - para construírem as suas condições de reprodução e transformação social como os
pequenos proprietários, ex-moradores, rendeiros, foreiros.
migração mexicana para os Estados Unidos se refere à relação entre dois Estado-nação. No entanto, o que pode
ser retido como elemento de comparação com o caso da migração temporária de grupos camponeses para safras
agrícolas ou para cidades no Brasil é o fato de que a unidade onde se realiza a renovação da força de trabalho é
a família camponesa.
4
Pretendemos, neste artigo, elaborar alguns reflexões sobre a migração temporária de
homens em famílias de camponeses do Sertão de Cajazeiras, Estado da Paraíba, os quais se
deslocam todos os anos para trabalhar em usinas de cana de açúcar do Estado de São Paulo.
A questão a examinar é em que medida o trabalho temporário dos homens do Sertão
Paraibano em usinas de cana de açúcar do Estado de São Paulo, viabiliza as condições de
reprodução da família no seu duplo sentido, do atendimento às necessidades de consumo e da
possibilidade de manutenção da condição camponesa, especialmente, através da aquisição de
terra ou compra de equipamentos, melhora da infra-estrutura, compra de animais.
5
Muitos autores identificam que a reestruturação bem como a expansão do setor sucro-
alcooleiro no interior paulista, que vinha se consolidando desde a década de setenta,
contribuiu para um re-direcionamento das correntes migratórias do Estado da Paraíba
(Novaes, 2007; Alves,2007; Silva, 2007). Até o início da década de 1990 predominavam os
mineiros e baianos, mas esses foram cedendo lugar para trabalhadores migrantes provenientes
dos estados de Pernambuco, Paraíba, Maranhão e Piauí. No caso do Estado da Paraíba, além
da clássica migração para regiões metropolitanas de São Paulo, Rio de Janeiro, Brasília e das
migrações sazonais das regiões Agreste e Brejo Paraibano para as usinas da Zona da Mata na
Paraíba e no Estado de Pernambuco; as migrações temporárias do Sertão Paraibano para a
região canavieira de São Paulo começam a ter visibilidade e ganhar importância desde
meados da década de 1990. Nos têrmos de Fausto Brito (2009), poderíamos dizer que as
migrações temporárias do Sertão Paraibano para as usinas do Estado de São Paulo expressam,
atualmente, uma trajetória migratória dominante em substituição a trajetória para as áreas
metropolitanas de São Paulo e Rio de Janeiro, que foi dominante nas décadas de 1930 a 1980.
Não há estatísticas sobre a migração temporária, por isso, nossos dados resultam de
200 questionários aplicados com migrantes e arregimentadores no município de São José de
Piranhas, Sertão de Cajazeiras, em fevereiro de 2008, entrevistas semi-estruturadas e
levantamento em documentos dos sindicatos de trabalhadores rurais. Identificamos que em
2010, cerca de 1500 homens, se deslocaram para os canaviais paulistas. Considerando a
população rural do município, que de acordo como o censo do IBGE de 2010, era de 18.301
habitantes, a quantidade de 1500 homens representa 18% da população rural. A grande
maioria dos trabalhadores migrantes se encontra na faixa etária dos 20 aos 39 anos, assim, os
1500 migrantes representam 58% dos homens nessa faixa de idade, já que segundo o IBGE
existem 2561 homens entre 20-39 anos em São José de Piranhas.
O mapa abaixo mostra os principais municípios no Estado de São Paulo que recebem
os trabalhadores migrantes dos municípios de São Jose de Piranhas e Tavares, Estado da
Paraiba:
6
Mapa 1 Destinos da Migração
7
cada safra. Em geral são responsáveis por turmas de 50 trabalhadores cada. Os
arregimentadores, em geral, contam com a colaboração dos informantes. Diferente do
arregimentador, o informante é apenas um trabalhador, geralmente cortador de cana-de-
açúcar, que já parte da lista do arregimentador ou que tem irmãos e/ou amigos nesta lista.
Geralmente ele nada recebe pelas informações disponibilizadas, as quais são utilizadas,
sobretudo, visando inserir algum parente ou conhecido na rede.
100
90
80
70
60 Usina
50 Empreiteiro
40 Fornecedor
30
20
10
0
2005 2006 2007 2008
Período (Safras)
Conforme demonstrado no Gráfico 01, entre 2005 e 2008, houve uma mudança
significativa no empregador, passando da dominância do empreiteiro para a contratação direta
pela usina. Isso se explica pelo avanço da fiscalização do Ministério do trabalho e das ações
da procuradoria do Trabalho no sentido do combate à terceirização.
8
Quanto ao perfil, embora a idade não seja um critério explícito na seleção dos
trabalhadores, a grande maioria dos trabalhadores selecionados e contratados são jovens na
faixa etária de 18 a 30 anos, como mostra o gráfico abaixo:
16,58
14,44
6,94
Conforme mostra o gráfico acima, entre 200 questionários aplicados, em São José de
Piranhas, e identificamos que 61,94% dos trabalhadores migrantes tinham entre 18 e 30 anos,.
Isso identifica com evidência que os trabalhadores migrantes paraibanos contratados em
usinas do Estado de São de Paulo são majoriatariamente jovens, o que confirma pesquisas
realizadas no Maranhão e Piauí. Carneiro et all (2007) traz dados em sua pesquisa com
migrantes do Maranhão que mostram o percentual de entrevistados com idades de 15 a 29
anos de 66,5% da amostra; Novaes (2007) conclui que 64,2% são de trabalhadores jovens.
Trata-se, pois, de um número significativo de jovens que geram sonhos e constróem
possibilidades de vida através do trabalho extenuante e degradante nos canaviais.
9
Gráfico 3 - Nível de Escolaridade São José de Piranhas
2008
Os migrantes são de baixa escolaridade, sendo que 11,23% são analfabetos e 56,15%
não concluíram a primeira fase do ensino fundamental, a[enas 15,51% concluíram a primeira
fase do ensino fundamental. Uma pequena minoria, 3,21%, tem o ensino médio concluído.
O pouco capital cultural adquirido não lhes facilita a conquista dos escassos empregos
no próprio local, visto que “tudo agora é concurso”, nem, também, o acesso ao emprego
urbano nas metrópoles do sudeste. O perfil dos migrantes, portanto, é de uma escolaridade
baixa, eles não ultrapassam o ensino fundamental. Esses dados confirmam que a necessidade
de migrar em geral leva à interrupção dos estudos. Essa condição do jovem trabalhador
10
migrante também é verificada em outros estados do Brasil, como é o caso do estudado
realizado por Stropasolas (2006) em Santa Catarina. Marques e Malagodi (2007) identificam
que há, por parte dos rapazes, uma menor disponibilidade para o estudo, o que não significa
que eles não desejam estudar, mas que a freqüência à escola confronta com a necessidade de
ter um trabalho para prover suas necessidades de modo a conquistar autonomia em relação
aos pais. Em algumas entrevistas que fizemos pudemos escutar dos rapazes a expressão “não
tenho cabeça para o estudo não” e “meu negócio é trabalhar”. Não ter cabeça no sentido
atribuído pelos jovens refere-se à falta de paciência e estímulo para manter-se na escola por
nove ou mais anos estudando disciplinas difíceis, muitas vezes desconectadas do seu contexto
e nem sempre resultando em uma qualificação para o mercado de trabalho. Não significa,
contudo, que eles não reconheçam que o estudo seja uma possibilidade de realizar os seus
projetos de vida, de conseguir um bom emprego, inclusive com melhores salários e condições
de trabalho menos insalubres. Mas, boa parte dos jovens que entrevistamos consideram que o
estudo é um investimento para muitos anos e as necessidades não esperam.
A safra de cana nas usinas em São Paulo tem se expandido, atingindo em 2008 o
período de nove meses, ou seja, os migrantes deixam suas localidades em março, abril e só
retornam em dezembro, sendo que, muitos passam o natal na estrada. Este fato provoca
transformações no que vinha sendo observado como “o tempo da migração para trabalhar no
corte de cana” que era regido pelo período da safra agrícola, isto é, a migração dava-se no
período de entressafra de suas regiões. Ora, a extensão do período de safra nas usinas
paulistas não apenas faz com que os homens estejam ausentes de suas localidades a maior
parte do tempo, mas transforma a sua inserção produtiva em suas localidades. Quando
retornam estão tão exauridos do trabalho extenuante nas usinas, que os meses que ficam em
casa são, na sua maior parte, para repor a energia gasta no corte de cana. Além disso, o
período que estão em casa coincide com o pico do verão, que, no Sertão Paraibano, é
caracterizado pela ausência de chuvas. Assim, não é possível preparar o plantio nesse período,
apenas realizar atividades de recuperação e construção de cerca, construção de casas,
cisternas, etc.
11
Assim, o que temos observado é que as atividades agrícolas: plantio – limpa – colheita
- é realizado pelos membros que ficam, com destaque para a responsabilidade que recai sobre
os ombros da mulheres que além do trabalho doméstico, cuidados dos filhos menores,
também, tem que se dedicar às atividades agrícolas e cuidado dos animais. Como demonstra o
gráfico 4, a grande maioria das famílias não possui terra, – 88,24% em São José de Piranhas
e 68,29% em Tavares, região estudada por Silva (2011) cultivam seus roçados em pequenas
pedaços de terra cedidos por familiares, ou por médios e grandes proprietários em sistema de
parceria ou arrendamento.
Gráfico 4: Situação
Situação da propriedade
de Propriedade da terra da terra
88,24
68,29
31,71
11,76
O tempo que passam trabalhando nas usinas, cerca de oito a nove meses, os migrantes
costumam enviar recursos financeiros para as famílias em seus locais de origem. A
freqüência do envio varia de acordo com a idade, o que tem uma certa correspondência
com o estado civil:
13
Fonte: Pesquisa direta, 2009
No que se refere à distribuição de renda com relação a idade e estado civil, verificamos
que os homens solteiros conseguem economizar mais dinheiro que os casados no período que
estão em São Paulo, já que não precisam mandar periodicamente uma quantia em dinheiro
para família. Um cortador de cana de 49 anos, casado, não conseguiu economizar nada por
mês durante o período da safra, só trouxe para a família R$ 2.050,00 referente ao acerto de
contas ao término do contrato de safra. Essa quantia foi utilizada para pagamento de dívidas.
Já o cortador de cana de 28 anos, solteiro, economiza por mês em São Paulo 700 reais,
trazendo no final da safra para Paraíba 4.000 reais, utilizados na compra de uma moto, bens
de consumo e tratamento dentário. Portanto, os interesses são diversos e estão relacionados
com a faixa etária, estado civil, e avaliação sobre itens necessários de consumo ou
investimento. Assim, com o salário ganho no corte de cana, os trabalhadores migrantes, além
de ajudar a família, conseguem satisfazer necessidades pessoais, que para o jovem seria um
passo para conquista de sua autonomia. Os gráficos 07 e 08 mostram a diferença dos usos do
salário trazido das usinas entre solteiros e casados.
14
Fonte: Dados da pesquisa direta, 2009
Como vimos, entre os solteiros o uso da renda é principalmente com consumo e compra
de moto, mas, também, há alguns que investem em terra. Já para os casados, os gastos com
consumo e moto são menores do que os solteiros e os investimentos na casa assume uma
proporçao significativa, com aplicação de 16% da renda trazida do trabalho nas usinas.
16
Algumas idéias inconclusivas
17
anos para a colheita co café em São Paulo, questiona a tese da relação entre a prática
migratória e reprodução das famílias e conclui:
18
economicamente, são territórios2 tecidos por projetos de vida em que a família, a casa, as
relações de parentesco e de vizinhança continuam atuando como referências de ordenamento
econômico e simbólico.
Bibliografia
Alves, F. Migração de trabalhadores rurais do Maranhão e Piauí para o corte de cana em São
Paulo. In: Migrantes. Trabalho e trabalhadores no Complexo Agroindustrial canavieiro (os
heróis do agronegócio brasileiro). J.R. Novaes e F. Alves (orgs.) São Carlos EdUFSCAR,
2007, p.21 -54
Burawoy, M. The functions and reproduction of migrant labour: comparative material from
Southern Africa and the United States. In: American Journal of Sociology, volume 81, no.5
Carneiro, M.S. e Marinho, A.S.K. Migração, estrutura agrária e redes sociais. In: Migrantes.
Trabalho e trabalhadores no Complexo Agroindustrial canavieiro (os heróis do agronegócio
brasileiro). J.R. Novaes e F. et all (2007
DURHAN, E. A caminho da cidade: a vida rural e a migração para São Paulo. São Paulo.
Perspectiva, 1978.
Garcia Jr, A.R. e Heredia, B.A. Campesinato, família e diversidade de explorações agrícolas
no Brasil. In: E.P. Godoi, M.A.Menezes e .A.Marin (orgs.)/ Diversidade do campesinato:
expressões e categorias. Vol. II- Estratégias de reprodução social. São Paulo: Ed. UNESP;
Brasilia: NEAD/MDA, 2009: p.213-244.
2
Para uma análise mais detalhada sobre a noção de território aplicado às práticas migratórios, ver
Almeida e Baeninger (2011), Menezes (2011), Nogueira, (2010) e Tarrius (1996)
19
Harvey, D. O Novo Imperialismo. São Paulo: Edições Loyola, 2005
LOPES, J.R.B. Desenvolvimento e mudança social. 3ª.ed. São Pulo:Editora Nacional, 1976.
LOPES, J.R.B. Sociedade industrial no Brasil. São Paulo: Corpo e Alma do Brasil, 1971.
MENEZES, M. A. "Da Paraíba prá São Paulo e de São Paulo prá Paraíba" [migração, família
e reprodução da força-de-trabalho]. M. Phil. thesis. Campina Grande:
Universidade Federal da Paraíba, 1985.
MENEZES, M.A. Redes e enredos nas trilhas dos migrantes. Um estudo de famílias de
camponeses – migrantes. RJ: Relume Dumará, JP: Ed.UFPB, 2002
Nogueira, Verena Sevá. Sair pelo mundo. A conformação de uma territorialidade camponesa.
Tese de Doutorado. Campinas, SP : UNICAMP/IFCHG, 2010.
Novaes, J.R.P. Idas e vindas: disparidades e conexões regionais. In: Migrantes. Trabalho
etrabalhadores no Complexo Agroindustrial canavieiro (os heróis do agronegócio brasileiro).
J.R. Novaes e F. Alves (orgs.) São Carlos EdUFSCAR, 2007, p. 87- 11
OLIVEIRA, F. A economia brasileira: crítica à razão dualista. Seleções Cebrap 1, 3ª. Edição,
1977
Scott, J.C. (1985) Weapons of the weak: everyday forms of peasant resistance. Massachusetts:
Yale University.
Scott, J.C. (1986) 'Everyday forms of peasant resistance'. The Journal of Peasant Studies,
Vol. 13, No. 2, January 1986, pp.5-35.
20
Scott, J.C. (1990) Domination and the arts of resistance: hidden transcripts. New Haven and
London: Yale University Press
SILVA, M.A.M. Errantes do Fim do Século. São Paulo: Editora da UNESP. 1999
SINGER, P. “Migrações internas: considerações teóricas sobre o seu estudo”. In: Economia
política da urbanização. 3ª.ed. São Paulo: Brasiliense, 1976
21
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural, La Pampa,
Marzo 2013
Grupo de Trabajo 12: Relaciones familiares y trabajo en ámbitos rurales.
Redes de parentesco y producción agraria en las familias del Valle del
Bolsón, Catamarca.
Resumen
2
INTRODUCCIÓN
Marco espacial
El valle de El Bolsón se encuentra situado en el Departamento Belén,
Provincia de Catamarca, entre los 26°52' y 27°00' de Lat. Sud y los 66°41' a 66°49'
de Long Oeste (Fig.1). Constituye nuestro universo de estudio en tanto se
superpone físicamente con la microregión sobre la cual realizan sus estudios los
equipos de arqueólogos y extensionistas rurales, que son los que dan origen a la
necesidad de estudiar la problemática social.
3
Fig. 1: Mapa del valle de El Bolsón y poblados y sitios arqueológicos principales
4
Una característica importante de esta microrregión, es que se trata de un valle
alto (2900 -2500 m.s.n.m) que corre de N a S según el curso del río homónimo,
constituyendo una zona de transición y de límite entre el comienzo de la Puna
(Laguna Blanca, 3400 m.s.n.m) y la zona típica de Valles y Bolsones (Valle del
Hualfín, 1500 m.s.n.m). Estas características, importantes desde el punto de vista
del estudio de la producción agro pastoril prehispánica, también impregnan la matriz
social del valle si se la compara con las formas de organización familiar y/o
comunitaria de las regiones aledañas. El hecho de ser un valle angosto, de unos 20
km de extensión total, en el camino de paso entre Puna y valles bajos, ha marcado
su condición de zona de tránsito también en lo que a programas de desarrollo social
y productivo de agencias estatales respecta, y hasta los años ’90 también de la
arqueología.
En general, la región en su sentido más amplio es rica en minerales de oro,
azufre, borax y uranio. En la actualidad son escasas las explotaciones mineras, y
ninguna de ellas se lleva a cabo en la microrregión del valle de El Bolsón. Las minas
más próximas, y a las cuales una porción minoritaria de la población va a trabajar
son Farallón Negro y Minera Alumbrera.
El clima corresponde a un tipo Templado árido de Sierras y Bolsones, que se
define por los violentos contrastes de temperatura y monto pluvial entre la parte
específica de sierras y los bolsones. Las precipitaciones medias se calculan entre
los 175 mm anuales y la temperatura media, alrededor de 17°C La deficiencia de
humedad se acentúa por la intensa evaporación. Desde el punto de vista de los
Biomas, se trata de un ambiente ecotonal de Borde de Puna y por ello comparte una
serie de características climáticas, hidrológicas y fitogeográficas con ambos biomas
(Puna y Valles y Bolsones).
Los trabajos arqueológicos realizados en la zona en el marco de diversos
proyectos llevaron a Korstanje (2005) a distinguir tres sectores dentro del Valle
tomando en cuenta las características paisajísticas, arqueológicas y fisiográficas del
mismo. En este trabajo continuamos usando tal denominación para la sectorización
de localidades y familias.
5
dunas. Desde el punto de vista arqueológico es el sector donde se ha podido
detectar mayor cantidad de sitios correspondientes al Período Formativo. En él se
encuentran los poblados de Los Nacimientos de San Antonio, Lampacillo, Yerba
Buena y puestos aledaños.
6
quedando las del norte de Belén en manos de la rama Aybar, familia propietaria
cuya presencia en el Valle recuerdan hoy los pobladores. 1
Según datos del Censo de Población 2001 el radio n° 5 que conforma todos
los parajes, puestos de la localidad de Barranca Larga cuenta con 435 personas.
Notable es el comportamiento según la categoría de grupos de edad ya que la franja
de edad de 0-14 años suma el 45% de la totalidad, proporción que cae a partir de los
2
15 años de edad iniciando una tendencia en descenso y de escasa recuperación.
Esto sin embargo puede que se revierta en el tiempo, dado que se inauguró la
Escuela Secundaria en Barranca Larga en agosto de 2011 razón por la cuál muchos
chicos comenzaron a quedarse en el pueblo, antes que viajar a Belén y a la Ciudad
de Catamarca para terminar sus estudios. Dicha escuela aún no tiene edificio propio
ni docentes suficientes.
Otra de las razones por las cuáles la franja de edad juvenil comienza a
quedarse en el pueblo es el incremento de subsidios del estado y empleos
municipales por “contratos” de tres meses y rotativos, a trabajarse 20 horas a la
semana, aproximadamente.
Los contratados, en su mayoría, realizan tareas como desyuyar y regar las
plantas de espacios públicos, barrer veredas, acondicionar el SUM y otros edificios
públicos, construcción de los mismos.
Aspectos metodológicos
Hemos adoptado como estrategia de campo una metodología cualitativa
centrada en los relatos de vida lo cual consideramos una herramienta fundamental
para la recuperación de la historia oral. En el acto de narrar su vida, el individuo se
instala como espectador y protagonista de todas sus experiencias, enmarcadas
dentro de un contexto socio-histórico más amplio. Relatar la propia vida implica un
esfuerzo por dar sentido al pasado, al presente y a lo que éste contiene de proyecto
1
Según entrevistados la familia Pachado (de Villa Vil y conocida por ser grandes propietarios en la zona) habría
comprado tierras a los Aybar. Y según libro histórico de la Escuela N° 420 fue Isaac Aybar quien como 1er
director recorría los pueblos desde 1914 bajo el régimen de escuela ambulante, 3 meses en cada localidad (Villa
VIl, Barranca, Laguna Blanca).
2
Cabe aclarar que, según los pobladores, los censistas no llegaban hasta todos los hogares y en muchos casos
de la Provincia de Catamarca se comenta que los datos fueron adulterados "para que la provincia no pareciera
tan pobre" (maestra rural). En este último caso se hacía alusión sobre todo a los datos de servicios como agua
potable, luz, vías de comunicación, etc. )
7
(Barbieri 2008). Como investigadores nos interesa la comprensión de la sociedad a
través del relato y justamente lo que permite el relato de vida es asomarse a la
intersección de la historia de los hombres y mujeres con la historia de la sociedad a
la que pertenecen (Valdes 1988) La relevancia del relato de la trayectoria de vida
reside en su naturaleza de emergente de un entramado social.
En el momento de transcripción de los relatos orales a fin de no caer en una
simple presentación del material intentamos luego de habernos aproximado al objeto
de estudio, tomar distancia y pasar a una etapa de interpretación para luego
identificar la lógica subyacente de significación y así contribuir a la producción de
conocimiento.
Para la elección de los entrevistados nos basamos principalmente en las
familias de mayor representación histórica en el valle. Es por eso que en esta primer
instancia nos relacionarnos con las personas mayores, que recuerdan los relatos de
sus abuelos y de las primeras familias que se fueron asentando en el lugar.
Una de las mayores dificultades presentadas fue la ausencia de registros
históricos sumado a que los pobladores escasamente recuerdan fechas de
nacimiento, de acontecimientos importantes, etc. El libro histórico que poseía una de
las escuelas del Valle comenzaba sus relatos detallados recién en 1974, la Iglesia
de Los Nacimientos de San Antonio (1927) no posee archivos y las actas de
nacimiento, matrimonio y defunción consultadas en el Registro Civil de la
Municipalidad de Villa Vil datan de 1973.
a) Sector Septentrional:
Principales asentamientos
En este sector encontramos, de Norte a Sud, las siguientes parajes y puestos:
Los Nacimientos de San Antonio; Lampacillo; Yerba Buena y El Alto El Bolsón.
8
La primera población, Los Nacimientos de San Antonio, está habitada en la
actualidad por cuatro familias emparentadas entre sí, y descendientes del "fundador"
del pueblo: Don Juan Pablo Llampa (fallecido en 1955). La Iglesia del pueblo data de
1927 y fue construida por el tal Juan Pablo Llampa. Habría sido la primera iglesia de
la zona y, según cuentan, reunía a poblaciones tan alejadas como la de Las Cuevas.
Actualmente sólo se celebra misa para el día del santo patrono, San Antonio de
Padua, cada 13 de Junio, momento en que se realizan bautismos, comuniones o
casamientos.
El poblado consiste en unas pocas casas, cada familia habita un conjunto
habitacional bien delimitado espacialmente. Algunas casas se encuentran
abandonadas en estado de deterioro severo, y otras son ocupadas esporádicamente
por sus dueños que están ausentes la mayor parte del año. Salvo un sólo caso de
arrendatarios, el resto de la población es propietaria de tierras, viviendas y hacienda.
Desde el inicio de nuestras investigaciones (MAK) en 1991 al presente, el poblado
muestra varias modificaciones en su planta de urbanización, algunas realizadas por
las familias y en los años más recientes por el municipio. Cercanos al poblado se
han llevado a cabo estudios arqueológicos intensivos hasta épocas recientes.
También es una zona donde el INTA Belén está reintroduciendo el cultivo de la
quínoa de la mano de los pobladores locales (R. Llampa).
La población de Lampacillo está ubicada en un cono de deyección sobre la
margen izquierda del Río Bolsón. Se distinguen desde la ruta una serie de casas
agrupadas. En este momento viven allí solo dos familias, estrechamente
relacionadas por parentesco con los de Los Nacimientos de San Antonio, ya que
algunos de ellos son descendientes directos de Don Juan Pablo Llampa. Hacia 1994
los pobladores de Lampacillo daban trabajo temporario a los de Los Nacimientos de
San Antonio ("mi 'e conchavao' col tio"). No se han realizado estudios arqueológicos
en el poblado mismo, pero sí en la margen opuesta de la ruta (sitio El Médano) y se
han registrado piezas arqueológicas que tienen los pobladores.
Un puesto cercano es el de Vaca Vizcana. Propiedad de Don Pedro Silverio
Llampa. Según la descripción de este joven poblador, cultivaría allí hortalizas, maíz y
algunos frutales, además de pastorear la tradicional hacienda de ovicápridos. Es
conocido por la presencia de minerales aptos para la explotación minera, En este
momento no lo acompaña ningún familiar en estas tareas. La casa principal de
9
Llama se encuentra en la banda de enfrente, en la Yerba Buena. Las arqueólogas
han incorporado este paraje a sus estudios este año.
La población de la Yerba Buena no está agrupada, sino que consiste en una
serie de casas dispersas mayormente a lo largo de la ruta a lo largo del río
homónimo. Se encuentra emplazada aquí la Escuela Provincial N°131 "El Alto del
Bolsón". A esta escuela asisten actualmente solo 7 alumnos y es de turno simple, lo
cual facilita a los niños que asisten disponer de más tiempo para las tareas
domésticas de su núcleo familiar.
Por último, la población de El Alto El Bolsón estaría reducida a una sola
familia -familia Llampa- dueña de amplias propiedades. Hacia 1994 esta familia
ocupaba sus propiedades en distintos momentos del año o las arrendaban junto con
los terrenos cultivables ("rastrojos"). En el año 2000 una tragedia desestructuró el
grupo familiar y en la actualidad está casi todo prácticamente abandonado. El equipo
de arqueólogos que trabaja en la zona tiene un puesto en este último asentamiento,
dada la proximidad con los sitios arqueológicos a investigar.
Actividades económicas
Hacia 1994 la gente de estos parajes se dedicaba a la producción primaria
agrícolo-ganadera. Realizaban una agricultura con riego por medio de acequias y
cultivaban mayormente forrajes (alfalfa) para los animales, pero también algunas
hortalizas para consumo familiar como haba, angola, zapallo y papa. En las zonas
más bajas también se cultivaba maíz pero siempre para consumo de subsistencia.
Este patrón se ha reducido bastante en la actualidad, quedando pocos agricultores
en la zona, mayormente por migración de los más jóvenes. El INTA está
desarrollando programas relacionados a la agricultura andina para reintroducir
cultivos perdidos (quínoa) y fomentar al producción para la subsistencia y el
mercado regional.
En 1994 el manejo de la ganadería era mayormente dirigido a la producción
lanar (ovejas) aunque también había algunas vacas y cabras. La producción lanar
era el único sector de la economía dirigido al mercado, sin embargo la lana era
vendida al mercado externo hilada o no, pero no es utilizada para una producción
secundaria de tipo textil. Se teje sólo para satisfacer las necesidades familiares de
vestido. Esto último no ha cambiado mayormente aunque hay en el momento
programas para incentivar la venta de tejidos en ferias locales y provinciales. La
10
producción de lana en general se envía al poblado de Barranca Larga para que ahí
la hagan tejer. Sin embargo, el volumen de ovejas ha disminuido mucho y en la
actualidad se crían más las cabras para la producción de carne y productos lácteos.
En cuanto a la producción de leche y quesos, éstos son sólo para el consumo
familiar y son consumidos en la misma estación en que se preparan.
No hay crianza de camélidos andinos, si bien aseguran que no existen
impedimentos de carácter climático, sino problemas de abundancia de predadores
(puma). Los relatos de los pobladores reconocen un período en que habría habido
llamas en el valle. Como transporte humano se utiliza el caballo y, para carga mulas
y sobre todo burros.
Otra actividad económica observada en 1994 es la venta e intercambio de sal,
que se trae desde la Puna (Laguna Blanca). La extracción de la sal se realiza sin
necesidad de pedir permiso, a pesar de que reconocen propietarios de la salina.
Pero no la pagan porque la sal "es un producto natural". Consideran a este
yacimiento muy bueno porque cuaja y no tiene alumbre ("por eso tenemos todos los
dientes"). En cambio la proveniente de Corralito no cuaja y pone amarga la comida,
de modo que se utiliza sólo para el ganado.
Periódicamente se lleva sal a lomo de mula hasta el Valle de Santa María y otras
zonas aledañas, para intercambiarla por productos industriales y medicamentos.
En otras épocas los hombres se dirigían periódicamente a la zafra en
Tucumán o Jujuy, o bien a la cosecha de distintos productos agrícolas en Mendoza,
La Pampa, Neuquén y Santa Cruz. Hay población que ha emigrado a Río Turbio y
Río Gallegos para trabajar en supermercados y otros servicios. También hay
población que ha emigrado definitivamente a las ciudades de Tucumán, San
Fernando del Valle de Catamarca, Belén, etc. donde también han encontrado
ubicación en el sector terciario de servicios.
b) Sector central
Principales asentamientos
En este sector encontramos, las poblaciones de Cura Quebrada y Barranca
Larga. Con respecto a Rodeo Gerván, población que figura en el Censo 1991, ésta
no está constatada en los mapas que manejamos, pero por datos de las maestras
de la escuela consideramos que habría que ubicarla en este sector.
11
Cura Quebrada no es una población agrupada, sino que son una serie de
casas alineadas sobre la ruta y en las márgenes del río homónimo.
La única población con rango de pueblo es Barranca Larga, donde además,
hay un sector terciario bastante importante. La población se encuentra a ambas
márgenes del Río El Bolsón, y en las quebradas laterales. Se divide en cinco barrios
principales: el de San Cayetano (centro), Virgen de Belén (norte), San Isidro (sur)
San Luis (norte) y “la banda” o el barrio de la escuela (oeste). La disposición del
pueblo es prácticamente lineal, siguiendo el camino de la ruta principal.
En este poblado nos alojamos y fue el centro de nuestra investigación.
Antiguamente le llamaban “la mesada” y mencionan que no había nada ni nadie, ni
camino sólo sendero para llegar hasta ahí. La mayor parte de los pobladores vivía
antes en los cerros aledaños. En 1977 se inaugura la Ruta Nac. 53 que une
Antofagasta de la Sierra con la ciudad de Catamarca y el tendido eléctrico se realizó
en 1988.
Actividades económicas
Si bien en la mayoría de los casos se observan campos de cultivo y animales
en los alrededores de las casas, una gran parte de la población se encuentra
ocupada en el sector terciario ya que la presencia de servicios públicos básicos
como Policía, Escuela, Iglesia católica, Centro Asistencial, Almacén, Albergue-
hospedaje, Museo, Posta de Salud, Salón municipal de Usos Múltiples, Centro
Polideportivo, Librería, etc. son los que movilizan este sector. También hay parte de
la población que se dedica a tareas artesanales y tejeduría para vender a los
comerciantes que periódicamente recogen la producción de la zona o en las ferias
turísticas recientemente organizadas por el municipio.. El Salón de Usos Múltiples
(SUM) se inauguró en el 2011 y en él se están instalando máquinas “apiladoras”
para facilitar el lavado, prensado, hilado y tejido de la lana. Algunas de las artesanas
de la zona, nos comentaron su preocupación ante la presencia de estas máquinas
que podrían pasar por arriba de todo el proceso artesanal existente en la producción
de puyos, ponchos y otros productos textiles.
En general, se ve un marcado incremento de los contratos municipales para
los jóvenes, produciéndose un abandono de las actividades tradicionales como la
cría de ovejas y cabras y el cuidado de los sembradíos. Sin embargo, aún se pueden
observar rebaños de ovejas y cabras por el pueblo y sus alrededores, lo que nos
12
permite visualizar una contradicción entre el relato de los pobladores y la realidad
misma, cuestión que profundizaremos más adelante.
c) Sector Meridional:
Principales asentamientos
En este sector encontramos, de Norte a Sud, las poblaciones de El Bolsón y
Cotagua. Esta última en realidad más que una población concentrada es un conjunto
de viviendas familiares dispersas a lo largo de la ruta principal y de las quebradas
aledañas.
En El Bolsón, las casas son en general de material, hay grandes superficies
cultivadas con maíz, y se realizan tareas de carneado para venta de carne, así como
parte del sector servicios (estafeta postal del Correo Argentino, almacén, venta de
gasoil) e iglesia Evangélica.
En el sector Cotagua no establecimos contacto con ningunas de las familias
de la zona. Sin embargo, el equipo de arqueólogos que trabaja en la zona, conoce a
varios de los pobladores, entre los que se destaca a la familia de Don Hugo Segovia,
dedicado a tareas agropecuarias tradicionales. Sus hijos están albergados en la
Escuela de Barranca Larga. Tienen un puesto montaña arriba. Su padre tiene otra
casa, detrás de la laguna, donde también se dedica a las tareas agropecuarias
tradicionales.
Actividades económicas
En principio no encontramos diferencias económicas con el resto del Valle,
salvo quizás la cría de burros y caballos que aquí, por el encharcamiento del valle y
la consiguiente abundancia de forraje natural, resulta más fácil de llevar a cabo, lo
mismo que un aumento en la crianza de ganado vacuno.
También existe allí una Estafeta Postal del Correo Argentino, denominada
Estafeta El Bolsón, en la cual los pobladores envían y reciben su correspondencia.
Existe un Delegado Comunal, Francisco Ferril que es el nexo entre la comunidad y
la municipalidad ubicada en Villa Vil, pueblo aledaño y cabecera del municipio.
13
CASOS DE ESTUDIO: LA REPRODUCCIÓN SOCIAL DE FAMILIAS RURALES.
3
Actualmente hay al menos una familia arrendadora que aceptó las semillas del INTA (quinoa) que luego tienen
que devolver.
14
igual, compran fierros y las hacen como tienen que ser. El adobe es fresquito. En
Belén tenemos un casa de bloque, está revocado pero es un horno. Hay que hacer
el barro, con paja, se lo echa en el molde y se lo empieza a cortar. El revoque lo
hacen ya con mezcla, cal o cemento".
De Hualfín íbamos a traer trigo y maíz en burro. Desde Los doce años
comenzó a ir a la zafra por quince años, a Ledesma y San Martin para pelar caña
con sus hermanos. Su padre había ido a la zafra también. De Barranca Larga salían
camiones llenos con los trabajadores. Los llevaban a Alemanía y de ahí se
embarcaban en tren. También trabajó en Farallón Negro donde sacaban oro y plata
de la veta, y perforaban hasta 250 m., iban caminando hasta Nacimientos de
Hualfín. “Iban todos, los hombres en general, las mujeres no tanto. Desde Belén
para acá todos, de todos los pueblos”. Su ocupación de mayor duración fue el
nombramiento como portero y servicios generales en la Escuela de Barranca que le
ha permitido hoy gozar de una jubilación y pasar por un largo período de “historia
clínica” debido al ACV sufrido. “No quería barrer, me daba vergüenza, es una
tontera, ese es un trabajo que hace cualquiera. Si me gustaba, veintitrés años he
trabajado. Limpiaba y ayudaba a cocinar”.
15
vuelta de la escuela “traíamos leña del campo lejos, cerca no había, más vale
teníamos que traer sino no teníamos con qué comer, no había cocina de gas”. Había
tres negocios en el Valle, donde conseguir azúcar, yerba, papa, fideos, arroz maíz,
Don L. Llampa, del Alto, “traía desde el otro lado por lomo de burro venía por Santa
María y día domingo íbamos a cambiar vender chal, puyos a lomo de mula”. Doña A.
Villagra ha atendido el correo, donde dejaban a mula la correspondencia de
localidades más distantes como Laguna Blanca y Las Cuevas. Traía lana de Villa Vil,
ella hilaba y hacía telas, las llevaba luego y cambiaba por mercadería. Ya durante la
crianza de sus hijos, de sus nietos fue dejando de hilar y de tejer “ya no tenía alguien
que me ayude a tejer (...) ya no quieren cuidar hacienda. La vida ya es distinta”.
16
Su madre vive en Lampacillo y de ella ha heredado más cabras. Se ocupa de
la hacienda, vacas y cabras para obtener carne, venta y queso. Desde siempre hace
quesillo. Hacienda tiene menos, hay bastante león (puma). Actualmente participa del
proyecto del INTA Belén de reintroducción del cultivo de quinoa en la zona.
17
PARENTESCO Y PRODUCCIÓN. ESTRATEGIAS DE REPRODUCCIÓN SOCIAL
EN UNIDADES FAMILIARES.
18
y en el marco más amplio del espacio social global, donde las prácticas que forman
parte de ese sistema se relacionan con las prácticas que son constitutivas de los
otros, articulando de esa manera modos de reproducción sociales diferentes”
(Gutierrez, 2007).
Según M. Godelier para comprender el funcionamiento de una unidad de
producción o de consumo como es una unidad doméstica, hay que considerar las
relaciones sociales de producción más allá de los aspectos visibles de las relaciones
de parentesco (Godelier, 1987:224). La estructura interna de un tipo de organización
familiar depende de dos condiciones sociales previas: las relaciones de parentesco
por un lado y por otro las relaciones de producción. Lo que no es fácil explicar es
cuando las relaciones de parentesco asumen las relaciones de producción. El autor
considera que economía y parentesco son dos instituciones interrelacionadas cuyas
funciones no tienen porque diferenciarse.
Los ciclos vitales de una familia influyen en la actividad económica
desarrollada. Su composición define justamente los límites de la actividad. De
acuerdo a las etapas de desarrollo de una familia se va modificando la relación entre
la fuerza de trabajo y las necesidades de consumo. La disponibilidad de los
miembros capacitados como mano de obra es de vital importancia, si no recurren a
fuerza de trabajo contratada su composición y tamaño determina el monto de la
fuerza de trabajo (Chayanov, 1987). El autor señala también que la tierra disponible,
podríamos pensar en el tamaño de los rastrojos, es lo que determina la magnitud de
la actividad económica.
ANÁLISIS
Notamos que la economía de subsistencia de las familias del valle ha sido y
se mantiene diversificada por lo que implica un despliegue de diferentes estrategias
a la hora de maximizar sus recursos para mantenerse en el tiempo. Tanto la
continuidad en algunos casos de la siembra para consumo familiar y de la cría de
ganado caprino u ovino, vacuno para solo algunas familias, como jubilaciones y
pensiones, como la incorporación de las asignaciones familiares estatales y los
contratos municipales y la ayuda en casos necesarios de sus miembros que han
migrado a la ciudad.
Observamos continuidades y rupturas con respecto a prácticas tradicionales.
19
Esta observación es consecuencia de transformaciones socio-productivas no sólo
del sector rural. La mecanización a partir de 1986 de la cosecha de caña de azúcar
de los principales ingenios a donde por veinte años de su vida se dirigían los
pobladores del valle, la mejoría en el acceso a la educación, la presencia de la
Municipalidad con los contratos y la posibilidad de trabajo asalariado son todos
factores de cambio que configuran un nuevo campo de posibilidades pero a su vez
de emergencia de tensiones y conflictos.
Como principal foco de tensión hallamos el cambio en la composición de las
unidades domésticas lo cual conlleva a una menor disponibilidad de mano de obra
que se haga cargo del cuidado de la hacienda y del mantenimiento en el caso de los
rastrojos. Esto se debe en parte al viaje de los hijos para hacer el secundario en la
ciudad de Belén o para la búsqueda de oportunidades laborales en la ciudad
(Catamarca, Santa Cruz, Bs. As., Córdoba, etc.) junto al envejecimiento de los jefes
de hogar. Acompañado del envejecimiento natural son frecuentes los accidentes
propios del trabajo en el ámbito rural por el manejo de hacienda, carga de leña etc.
que imposibilitan a las víctimas a dar continuidad a las tareas. Los datos censales
consultados dan prueba del descenso de la población joven a la edad de finalizar los
estudios primarios y de su nula recuperación cosa que observamos en las familias
del Valle cuyos hijos se han ido y no han regresado.
Consideramos como estrategias las siguientes posibilidades: la crianza por un
lado ya que en caso de no contar con hijos propios, se suele optar por la crianza de
otros. Y también es una práctica habitual que los hijos que trabajan en la ciudad les
dejen a los abuelos alguno de sus nietos para poder cooperar en las tareas
domésticas. Y por otro lado existe el conchavo que implica la posibilidad de contratar
y pagarle a un “chango” del lugar con quien muchas veces se vinculan por
parentesco.
COMENTARIOS FINALES
20
a ser actividades extras para la mayoría de la población y no elemental para su
supervivencia.
Sin embargo, nos resultaría interesante trabajar en tiempos posteriores la
contradicción en principio aparente que existe entre el relato de los pobladores y
nuestra propia observación, dado que es visible el trabajo que todavía se realiza
alrededor de los sembradíos y rebaños. Esto es poner en tensión, problematizar el
discurso local y las prácticas observadas en el campo, matizar ese discurso que
denuncia que ya nadie hila, teje, hace quesillo, cuestiones que sí pudimos observar
en la mayoría de los ámbitos doméstico privados.
BIBLIOGRAFÍA
21
Korstanje, M. A, M. Quesada, M. Malobertti, J. Zapatiel, M. Pigoni, A. Ruberto, P.
Cuenya e I. Aguilar Villacorta (2011). The social role of archaeologist and other
researchers in distant rural areas. Abstracts of the Conference: People, places and
stories. pp: 38-39. Linaeus University, Kalamar, Suecia, 20-22 de septiembre 2011.
KORSTANJE, M.A (2010). El IAM en los Valles altos del oeste catamarqueño. En:
Rastros en el Camino. Trayectos e Identidades de una Institución. P. Arenas, C.
Taboada y C. Aschero (eds), pp: 295-302. Volumen 80 años del IAM. EDUNT
(UNT), Tucumán.
22
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
Los procesos hereditarios y las diferencias por género en la agricultura familiar de la región
pampeana argentina
Resumen
Las distintas formas hereditarias o de transición generacional han sido motivo de intensos debates
en las ciencias sociales en general y en la sociología rural en particular, tanto para la agricultura de
los países avanzados como de las regiones en desarrollo. En la región pampeana argentina, estos
fenómenos atravesaron importantes transformaciones. Por un lado, se pasó de heredar un oficio a
heredar un bien inmueble de alto valor; por el otro, se modificaron las dinámicas familiares
vinculadas con la existencia de mayores grados de “democratización” en las relaciones entre
géneros y generaciones. El objetivo general de esta ponencia radica en conocer los procesos de
cambio que atravesaron las familias involucradas en torno a la influencia que ejercen las diferencias
de género sobre la forma en que es distribuido el principal patrimonio (la tierra) en los procesos de
herencia. Si bien se suele excluir a las hijas de los arreglos transitorios de sucesión basados en la
co-gestión de la unidad familiar entre padres e hijos, aquellas tienen conciencia de que reclamarán
su parte en el momento de la herencia. Asimismo, se observa que cuando ningún hijo/a permanece
trabajando en la explotación, las demandas por un reparto igualitario de la herencia entre géneros
adquieren una mayor legitimidad en el interior del hogar e, incluso, la herencia es planificada por
parte del productor y cónyuge de forma tal que la distribución de los bienes resulte más equitativa.
En cuanto al abordaje metodológico utilizado, se realizaron entrevistas en profundidad a
productores, esposas de productores y sus hijos e hijas, en el partido de Junín, ubicado en el
noroeste de la provincia de Buenos Aires.
1
Introducción
Los temas vinculados a la herencia y al relevo generacional fueron considerados, desde siempre, de
crucial importancia para comprender dinámicas propias de la agricultura familiar. Esta importancia
radica en la existencia de patrones hereditarios propios de esta forma de organización económica.
En el caso de la región pampeana, estos fenómenos han experimentado importantes
transformaciones ligadas a cambios tanto en el valor y la naturaleza de la propiedad a heredar como
en modificaciones en las dinámicas familiares vinculadas con la existencia de mayores grados de
democratización en la relación entre géneros y generaciones.
En este sentido, el objetivo general de esta ponencia radica en conocer los procesos de cambio que
atravesaron las familias involucradas en torno a la influencia que ejercen las diferencias de género
sobre la forma en que es distribuido el principal patrimonio (la tierra) en los procesos de herencia.
En cuanto al tipo de familia estudiado, ésta lejos de parecerse a la familia tradicional campesina ya
que tiene elementos de la llamada “familia moderna occidental o urbana” (Barbosa, 2006). Se trata
de grupos familiares de tipo nuclear (matrimonios con no más de 2 ó 3 hijos), donde se valora el
desarrollo educacional y profesional de los hijos que guardan una fuerte relación con instituciones
de educación superior. En este sentido, este tipo de unidades productivas podría ser
conceptualizado como las “capas medias” del agro argentino, no sólo por sus niveles de ingresos
sino también por la adopción de algunos hábitos culturales que han caracterizado tempranamente a
los sectores medios urbanizados de la Argentina, en especial de la ciudad de Buenos Aires.
2
El reparto de la herencia y las relaciones entre hermanos/as
La forma en que se establece un sistema de herencia también se relaciona con la forma en que se
establece el reparto de la misma entre los hijos del productor (con mayor o menor grado de
democratización). Las familias agropecuarias tienen reglas para elegir al sucesor familiar (Rogers y
Salomon, 1983, Keating y Munro, 1989), aunque esas reglas no sean explícitas. Estas reglas
incluyen decisiones vinculadas con el número de sucesores, su género, orden de nacimiento,
dedicación y la habilidad de los distintos hijos para el trabajo agropecuario. En el estudio de
Keating y Little (1997), ellos sostienen que el género es el criterio más importante para definir
quien será el sucesor y que si bien la regla de que “las mujeres no pueden ser sucesoras” fue
rechazada en el discurso por distintos productores, ésta sigue siendo preponderante. Las mujeres
generalmente no son percibidas como sucesoras elegibles y más en los casos en que hay hijas
mujeres e hijos varones (Bennet, 1982, Keating y Little, 1997). Sin embargo, Gasson et al. (1988)
sugieren que existen actitudes tendientes a la equidad de género que hacen que las mujeres se
vuelven elegibles como sucesoras. En un estudio en Estados Unidos, Anderson y Rosemblatt
(1985) encuentran que muchas familias no se sienten obligadas a explicitar su estrategia hereditaria
o a hablar con sus hijos de sus opciones de carrera o sus propios planes de retiro. Sin embargo, las
decisiones vinculadas con la sucesión tienen importantes ramificaciones para el futuro de la
empresa agropecuaria, y estas decisiones se están volviendo complejas en una era de suba del
precio de la tierra, la volatilidad de los mercados y el futuro incierto de la agricultura. Distintos
estudios indican que cuando hay una comunicación más abierta sobre las circunstancias, la
3
intensidad del desacuerdo sobre los temas es menor (Danes et al., 2000). Asimismo, cuando no se
tiene la oportunidad de discutir y tomar decisiones sobre los temas de la empresa familiar, el
conflicto tiende a intensificarse (Stewart y Danes, 2001, y Danes y Lee, 2004).
Muzlera (2009) sostiene, para la región pampeana, que la modalidad de herencia posee
características propias basada en la idea que la herencia es “cosa de hombres”, tanto en el plano
material (tierras, inmuebles, etc.), como en el simbólico (identidad chacarera). “La herencia
funciona así no sólo como mecanismo de reproducción social, sino también como núcleo de
prácticas de dominación masculina: la herencia paterna es la más importante y si hubiese que optar
entre vender un campo u otro, el originado en la herencia paterna es el que se busca preservar con
más ahínco. La tierra es asociada al apellido y éste es trasmitido patrilínealmente” (Muzlera, 2009,
p. 73). De este modo, argumenta que la herencia es un modo de vida que se busca preservar y el
hecho de que este vínculo patrilíneal se conserve asegura la sobrevivencia de la figura del agricultor
familiar. Asimismo, Bidaseca y Vallejos (2010) muestran que a pesar de que en la última mitad del
siglo XX, casi todos los códigos latinoamericanos, incluido el argentino y los códigos provinciales,
establecieron una supuesta paridad legal entre mujeres y varones, que supone un equitativo acceso a
bienes y recursos, se ve que incluso, desde lo formal, todavía existen ciertos sesgos de género.
Abramovay (2001), en su estudio sobre agricultura familiar en Santa Catarina, Brasil, explica que el
proceso sucesorio, en la mayoría de los casos, puede conducir a conflictos que van desde la forma
de remuneración de los hermanos no contemplados en la herencia paterna hasta cuestiones de
género que acompañan estos procesos. Estas cuestiones demoran la definición de los arreglos
familiares, que involucran tanto al heredero y la continuidad de la unidad de producción paterna,
como al destino de los demás hermanos no sucesores. En esta etapa, se pone en discusión la
necesidad de definir el valor de la propiedad y las formas de recompensa a los hermanos no
contemplados en la herencia. Sin embargo, sostiene, las familias que hoy tienen un razonable nivel
de diálogo sobre el destino de los hijos y sobre la organización de la propiedad, difícilmente lleguen
a abordar los temas de naturaleza sucesoria de una manera conflictiva.
Gras (2010) también muestra algunos cambios en este sentido al sostener que la herencia no
contiene como antaño la transmisión conjunta de la propiedad de la tierra y del oficio a las nuevas
generaciones. Si bien el mecanismo hereditario no estuvo nunca exento de tensiones y
contradicciones, su doble dimensión –la transmisión de la tierra y de un modo de gestionarla, a
partir de la dedicación del heredero a un oficio específico- intervenía fuertemente en la
4
reproducción intergeneracional de la agricultura familiar. Sin embargo, en el actual escenario, la
herencia de la tierra se ve separada de la herencia de la profesión (Gras, 2010).
La organización familiar-laboral
En la actual región pampeana se puede sostener que, si bien los productores tienen un origen
familiar y muchas veces hay hijos que continúan trabajando en las unidades agropecuarias
familiares, el trabajo que implica la explotación agropecuaria puede ser llevado a cabo sólo por el
titular que contrata “servicios de maquinaria” o que recurre a asalariados (ya sea transitorios o
permanentes) relativizando así la importancia del trabajo familiar, aunque el productor y su familia
sean quienes sigan tomando las decisiones en lo que tiene que ver con la organización productiva y
laboral de la explotación. A esto se le suma la difusión del contratismo de servicios de maquinaria
que ha contribuido a reducir el trabajo directo de los productores que se concentran en tareas de
gestión y apoyo de las actividades, mientras que los trabajos directos quedan en mano de estos
contratistas. Con los datos provenientes de la encuesta realizada en el partido de Junín (Neiman,
2011), se pudo observar que en el 11, 7% de las unidades trabaja sólo el productor (sin trabajadores
familiares ni no familiares), en el 2,8% se arreglan con la labor del productor y trabajador/es
familiar/es sin contratar trabajo no familiar, un 73,5% combina trabajo del productor con el de
5
trabajadores no familiares, y un 12,1% utiliza la mano de obra del productor y la de trabajadores
familiares y, también la de no familiares (considerando en la categoría de trabajo “no familiar”
tanto la contratación directa de asalariados como la indirecta a través de los servicios de
maquinaria).
De esta forma, la organización laboral que caracteriza a esta agricultura pampeana se sustenta por
el trabajo del productor y su grado autonomía en la toma de decisiones mientras que la familia se
encuentren crecientemente desvinculados de la explotación. En este sentido, Balsa (2006) observa
que los productores que lograron expandirse a través de la compra de campos y/o arriendo de
predios vecinos, y que comenzaron a utilizar personal asalariado o contratistas han ido, al mismo
tiempo, reduciendo drásticamente el aporte de trabajo de los distintos miembros de la familia. En
esta misma línea, Gras (2010) sostiene que con la disminución del compromiso de la familia como
mano de obra, su concentración en tareas de gestión y administración, la creciente externalización
de tareas, la demanda de servicios de asesoramiento de profesionales e incluso la ocupación de
miembros de la familia fuera de la explotación, la agricultura argentina se perfilaría como una
actividad cada vez más “tercerizada”, y profesionalizada, con un fuerte componente de servicios.
También se han venido produciendo algunas transformaciones en el interior de las familias como
una reducción en el número de hijos y la no convivencia de más de dos generaciones (padres e
hijos). Esta tendencia puede observarse en la cantidad promedio de miembros por familia agrícola
6
de Junín que es de 3,03 personas (Neiman, 2011), apenas superior en 0,33 al de la ciudad de
Buenos Aires donde es de 2,7 miembros (INDEC, 2001).
La creciente urbanización también tiene efectos sobre la organización laboral y familiar ya que es
diferente tanto la socialización de los hijos en ámbitos rurales o urbanos como también la
posibilidad de acceso a otros empleos y a instituciones educativas: el 30,8% de estas familias reside
en la explotación mientras que el 69,3% vive en localidades urbanas, ya sea en la ciudad de Junín o
en pequeñas localidades rurales vevinas (Neiman, 2011).
Todos estos elementos contribuyen a reconfigurar los procesos del relevo generacional y de la
transmisión del patrimonio donde se ve quebrado el supuesto tradicional de que “deber heredar
quién trabaja la tierra”. Es necesario entender este esquema transformado de organización laboral y
familiar para observar cómo se empiezan a poner en cuestión los supuestos básicos donde estaban
apoyados los fundamentos de la herencia virilineal que suponía una asociación con el oficio del
trabajador agrícola, y que dejaba excluidas del relevo a las hijas mujeres, más allá de las
reglamentaciones legales vigentes2.
1
Como, por ejemplo, asistiendo a la Facultad de Agronomía dependiente de la Universidad Nacional de Noroeste
de Buenos Aires (UNNOBA), ubicada en la ciudad de Junín.
2
Si bien la legislación argentina establece igualdad de derechos con relación a la herencia sin distinción de sexo ni
orden filiatorio, tradicionalmente el hijo que decidía dedicarse a la producción agropecuaria se hacía cargo de la
explotación familiar cuando el padre se retiraba de la actividad y, después del fallecimiento del mismo, los hermanos
establecían distintos tipos de arreglos (como donaciones o renuncias) para que el campo continúe en manos de ese hijo.
7
exponencial del precio de la tierra (propiedad a heredar) y de las commodities que se producen y
exportan.
En el caso estudiado, se puede observar que si bien existe, en términos generales, una tradición de
único heredero, para la cual el hijo (en general, varón) que hereda la tierra es el que permanece
trabajando en la explotación, se pueden encontrar algunas referencias que muestran señales de
cierta “democratización” en torno a la manera en que se distribuye la tierra o se tiene pensado
distribuir en el futuro entre los hijos, que incluye tanto a hijas mujeres como a aquellos hijos “no
rurales” o que han desarrollado trayectorias laborales externas a la unidad.
En este análisis, por un lado, es deben contemplar modificaciones que produjeron a partir del
aumento del precio de la tierra (propiedad a heredar) y de los productos (cereales y oleaginosas)
que se comercializan. Y, por el otro, los cambios relacionados con la menor demanda de trabajo
directo y la desvinculación de la familia de las tareas cotidianas.
El aumento en el precio de la tierra afecta las decisiones que se toman en relación a la distribución
de los bienes. A partir del aumento del precio de los commodities en el mundo, se produjo en esta
región un fuerte incremento del precio de la tierra que llega a valer más de 10.000 dólares por
hectárea. Así, estas familias de clase media pasaron a tener un capital inmovilizado en la propiedad
de la tierra de aproximadamente 1.000.000 de dólares3, lo que probablemente se puede traducir, en
un futuro cercano, en un reclamo de división igualitaria de bienes por parte de los hijos e hijas.
8
condujeron a que cuando se hereda el campo lo que se está transfiriendo es una mercancía de alto
valor (la propiedad de la tierra) mientras que puede que ningún hijo/a continúe trabajando en la
explotación.
El hecho de que los hijos desarrollen trayectorias más individuales termina afectando a las
estrategias hereditarias. En muchas ocasiones, los hijos se insertan laboralmente en el mercado
después de haber seguido una carrera universitaria y esto pone en cuestión el concepto de “hereda
la tierra quien la trabaja”. Lo mismo sucede cuando las hijas son mujeres.
En este sentido, se observa también que, en las situaciones en las cuales ningún hijo se queda
trabajando en la explotación, las demandas por un reparto igualitario de la herencia adquieren una
mayor legitimidad e, incluso, la herencia es planificada más democráticamente por parte del
productor y su esposa desde un principio.
Por otra parte, la tendencia a la formación de familias con pocos hijos influye en este sentido. En
estos casos, cuando no hay hijos varones dispuestos a seguir trabajando en la unidad, el titular de la
explotación suele arrendar la tierra cuando ya no puede seguir trabajando en la explotación, y la
sucesión recién se produce con la muerte del padre, cuando los hijos se reparten la tierra en iguales
proporciones, tal como lo indica la ley4.
También es necesario considerar qué sucede con el reparto de la herencia cuando un hijo varón sí
decide quedarse trabajando en la explotación familiar. Se pudo observar que en estos casos, se
desarrollan diferentes tipos de arreglos entre el padre/productor y el hijo/trabajador familiar
tendientes a configurar este vínculo hasta que padre decide retirarse de la explotación para que
finalmente se produzca el relevo generacional. Entre estos arreglos intermedios se encuentra el
pago a los hijos por las tareas desarrolladas y la formación de sociedades entre el padre y el hijo.
4
Toda sucesión hereditaria comprende, dentro de las estipulaciones legales argentinas, dos fracciones: la legítima, que
corresponde a los herederos forzosos y la disponible –actualmente una quinta parte- sobre la cual el testador puede
manifestar su voluntad de destino, respetando las estipulaciones del Código Civil (artículos 3279 y 3280).
9
Tanto la remuneración a los hijos como la constitución de “sociedades” no es ajena a una estrategia
hereditaria destinada a que estos hijos que trabajan en el campo tengan asegurada su participación
en el futuro frente a otra parte de la descendencia que no interviene en el trabajo en la explotación.
Generalmente, los hijos que comienzan recibiendo algún tipo de remuneración (ya sea un monto de
dinero mensual o para la manutención de sus gastos diarios) por el trabajo realizado en el campo
son los que formarán una sociedad cuando el padre esté dispuesto a delegar mayor cantidad de
tareas y responsabilidades y, finalmente, serán los herederos del patrimonio familiar después de
llegar a un acuerdo con la otra parte de la descendencia (hermanas mujeres y hermanos que
migraron).
En el siguiente fragmento de entrevista a una hija de productor que tiene un hermano que está
trabajando en el campo familiar, ésta manifiesta su posición con respecto a cómo debería ser la
herencia en el futuro. Si bien no muestra un interés por trabajar en el campo como lo hace su
hermano, sostiene que el campo se debería repartir en iguales proporciones entre los dos hijos y que
su hermano debería recibir un ingreso extra por seguir trabajando todo el predio. Asimismo, se
opone a la posibilidad de que el campo sea vendido o trabajado por un tercero.
10
Otro elemento que es necesario tener en cuenta para analizar las estrategias sucesorias son las
salidas y reingresos de los hijos a la unidad agropecuaria. La idea de que existe una asociación
directa entre el hijo que permanece trabajando en la explotación y la elección del sucesor también
resulta cuestionable debido a que los hijos pueden retirarse de la explotación familiar por un tiempo
para después reingresar. Cuando los hijos deciden seguir una carrera universitaria o consiguen un
empleo vinculado con la carrera que han estudiado dejan temporalmente de trabajar en la
explotación pero también es factible que tiempo después vuelvan a la actividad, ya sea unos pocos
años después o en el momento en que se retira el padre de la unidad y el hijo decide reingresar para
hacerse cargo de la gestión de la unidad.
Conclusiones
Las unidades agropecuarias de origen familiar de la región pampeana han atravesado una serie de
procesos que las han venido modificando tanto en su organización laboral/familiar como en la
forma en que se establecen los procesos hereditarios o de reemplazo generacional.
Por un lado, se desataca la fuerte desvinculación familiar del trabajo agropecuario empujado tanto
por la generalización de la contratación de servicios de maquinaria como por el desarrollo de
trayectorias laboral/profesionales independientes por parte de los/as hijos/as de los productores. Por
el otro, se observa que el auge económico del sector agropecuario empujado por el aumento en el
precio de los commodities llevó a un fuerte incremento del valor del patrimonio familiar a heredar.
En este contexto, las principales transformaciones en los sistemas hereditarios en relación a las
relaciones de género están relacionadas con un cuestionamiento a la herencia masculina legitimada
en la dedicación laboral del hijo varón en la explotación familiar. En principio, y desde lo
discursivo, se puede ver que existe una planificación hereditaria más democrática por parte de los
padres que manifiestan estar dispuestos a repartir su herencia de forma igualitaria entre toda su
descendencia, tal como lo indica la ley.
Asimismo, se observa que cuando ninguno de los hijos se queda trabajando en la explotación, se
vuelve más evidente la obligatoriedad de un reparto igualitario entre hijos varones y mujeres,
teniendo estas últimas mayor legitimidad para reclamar su parte. Sin embargo, todavía existen
diferencias (a veces, de modo conflictivo) cuando uno hijo varón se queda trabajando en la
11
explotación recibiendo una remuneración o estableciendo una sociedad con el padre/productor, en
tanto arreglo que funciona como anticipación al relevo generacional.
Todos estos elementos muestran un escenario que se ha visto alterado de variadas formas y que, en
lo que respecta a las relaciones de género en torno a las estrategias sucesorias, se vislumbran
algunos rasgos de mayor democratización. Esto se debe, principalmente, a un deterioro de los
supuestos sobre los cuales se establecía como legítima la herencia masculina, dando lugar a la
consideración de las hijas mujeres como posibles herederas de la empresa agropecuaria. Sin
embargo, también se puede ver que esta “igualdad” entre los géneros aparece más claramente desde
lo discursivo mientras que, en el momento del relevo generacional, sigue siendo un espacio de
disputa donde las mujeres se van obligadas a romper un modo de organización tradicional, cuando
deciden reclamar se parte de la herencia.
Bibliografía
Anderson, R.. y Rosenblatt, P. (1985), Intergenerational transfer of farm land, en Journal of Rural
Community Psychology, 6, pp.19-25.
12
Barsky, O. (1987) La agricultura pampeana. Transformaciones productivas y sociales, Buenos
Aires, FCE/IICA/CISEA.
Bennett, J. W. (1982), “The agrifamily system”, en J. W. Bennett, Of time and the enterprise,
Minneapolis, MN: University of Minnesota Press, pp. 128-147.
Burton, R. y Walford, N. (2005) “Multiple succession and land division on family farms in the
South East of England: A counterbalance to agricultural concentration?” en Journal of Rural
Studies, Nº 21, pp. 335–347.
Gasson, R., Crow, G., Errington, A., Hutson, J., Marsden, T. y Winter, D. (1988), “The farm as a
family business: a review”, en Journal of Agricultural Economics, Nº 39, pp.1–41.
Keating, N. y Little, H. (1997), “Choosing the Successor in New Zealand Family Farms”, en
Family Business Review, V. 10, N° 2 , pp. 157-171.
Keating, N. y Munro, B. (1989), Transferring the family farm: process and implications, en Family
Relations Nº 38, pp. 215-218.
13
Murmis, M. (1991) “Tipología de pequeños productores campesinos en América”. Ruralia. Revista
Muzlera, J. (2009), “Estructura social, mercado de trabajo y sociabilidad de los pueblos rurales del
sur santafecino a comienzos del siglo XXI. Una mirada intraregional a la heterogeneidad del
“nuevo modelo” agropecuario”, en Cerdá, J. y Gutierrez, T (comp.), Trabajo agrícola.
Experiencias y resignificación de las identidades en el campo argentino, Buenos Aires, Editorial
CICCUS.
Neiman, G., Bardomás, S. y Quaranta, G. (2003), “El trabajo en el agro pampeano. Análisis de la
demanda de trabajadores asalariados”, en Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios Nº 19,
Buenos Aires, PIEA-FCE-UBA.
Rogers, S., y Salamon, S. (1983), Inheritance and social organization among family farmers.
American Ethnologist, Nº 10, pp. 529-548.
Stewart, C. y Danes, S. (2001), The relationship between inclusion and control in resort family
businesses: A developmental approach to conflict, en Journal of Family and Economic Issues,
Nº22, pp. 293-320.
14
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA RURAL
GT Nº 12: Relaciones familiares y trabajo en ámbitos rurales
INTRODUCCIÓN
Como parte de nuestra investigación1 sobre unidades productivas que realizan diversas
actividades entre las que se destaca el tambo o tambo-quesería con trabajo de los miembros
de las familias, nos proponemos en esta oportunidad ordenar algunos elementos de su sistema
de estrategias de reproducción social y económica. Particularizamos sobre aquellas vinculadas
con la conformación matrimonial, la herencia del patrimonio y la sucesión del tambo, así como
de la organización de las tareas productivas y reproductivas o domésticas.
En tres instancias de trabajo de campo durante 2011 y 2012 se exploró la actividad lechera del
sudoeste del departamento de Paraná y sus adyacencias realizándose además entrevistas a
informantes clave y a familias tamberas visitadas en una o dos oportunidades. Nos focalizamos
en una de las colonias de la zona, de unos 300 habitantes, ubicada en las cercanías de Crespo.
Durante la última estadía de campo, con intención de inmersión, se participó de actividades de
la colonia y se realizaron observaciones con cierta participación en la cotidianeidad de algunas
familias. Esto nos permitió interactuar con diferentes informantes y desarrollar entrevistas semi
estructuradas con varones y mujeres de tres generaciones. Tomamos los casos de 10
unidades domésticas tamberas donde el trabajo es aportado por miembros de la familia y cuyas
características coinciden con la definición de tambos chicos2.
1
Se trata de ciertos avances en mi tesis de Maestría en Estudios Sociales Agrarios (FLACSO) inscripta en el proyecto de investigación PICT 1025
(ANPCyT) “Más allá de la soja: estrategias de resistencia de productores familiares” dirigido por la Dra. Clara Craviotti en el que me desempeño como
becaria inicial.
2
Como definición operacional, tomamos aquellas unidades donde prevalece la mano de obra familiar, con involucramiento del productor y/o su familia
en las tareas, con coincidencia de la propiedad del capital y fuerza de trabajo en la misma persona o grupo de personas y en las que la/s producción/es
está/n orientada/s al mercado aportando el principal ingreso. Usualmente se define a los tambos chicos como aquéllos con no más de 100 cabezas (que
incluye vaquillonas, novillos, novillitos, terneras, terneros, toros y bueyes) (Castellano, 2009). Pero considerando la frecuencia de la combinación de la
actividad tambera con la ganadera, tomaremos el indicador de cantidad de producción diaria correspondiendo al estrato más pequeño hasta 1.000 litros
de leche por día.
Siguiendo a Mariann Villa (1999) distinguimos en nuestra muestra tres generaciones: la de los
mayores ya en retiro de trabajos productivos, la generación media que es compuesta por
adultos a cargo de las unidades (entre los 40 y 55 años), y la de los hijos en edad escolar o
jóvenes que continúan formando parte de la unidad doméstica natal.
Aunque en Entre Ríos también tuvieron lugar dichas transformaciones, es allí donde esta forma
de unidad productiva permanece en mayor número. Si bien la cuenca de Entre Ríos aporta un
escaso 5% a la lechería nacional, se registran allí un 11% de sus tambos (Canitrot e Iturregui,
2011) siendo la provincia que concentra mayor cantidad de tambos pequeños (Castellano,
2009), considerados de menor productividad en relación a la media bonaerense, cordobesa y
santafesina. De las dos cuencas entrerrianas, la occidental reúne más del 70% de los tambos
entrerrianos y la mayoría de las industrias lácteas (Craviotti y Pardías, 2011) e incluso tambos-
quesería donde la misma familia tambera elabora hormas de masa dura.
Desde otro punto de vista, y en contraste con la agricultura y la ganadería bovina, la lechería se
caracteriza por ser una actividad trabajo-intensiva y en la que se imbrican múltiples tareas que,
en los casos estudiados, están integradas a la cotidianidad familiar.
El poblamiento agrario de la zona comenzó hacia fines del siglo XIX de la mano de las leyes de
fomento de la inmigración con fines de ocupación efectiva y productiva del territorio de los
bordes pampeanos. Fueron mayormente alemanes y descendientes de los llamados alemanes
del Volga quienes ocuparon las tierras. Alrededor de 1888 muchos de estos inmigrantes, de
tradición agrícola, se ubicaron en la colonia General Alvear, en el actual departamento de
Diamante, expandiéndose luego hacia Crespo. Por esos años también se constituyeron varias
aldeas y colonias alemanas (Welsch, 2011 y fuentes varias) que mantienen su población al día
de hoy. En particular, la colonia sobre la que hacemos foco fue fundada cuando 13 familias
pioneras, de religión luterana, compraron y lotearon 1.600 hectáreas. (Welsch, 2011)
Tradicionalmente las producciones han sido diversos cereales y oleaginosas según tendencias
del mercado y diferentes actividades a pequeña escala como la ganadería bovina, porcina y la
avicultura de ponedoras o pollos. No obstante, al compás de la mercantilización del consumo
alimentario, la tendencia es a la reducción de aquellas actividades orientadas al autoconsumo
en paralelo a la diversificación por parte de las unidades familiares de las producciones
comerciales extensivas o intensivas. Por ejemplo, se agrega o incrementa la avicultura5 de tipo
industrial bajo sistema de integración, por el que la unidad doméstica recibe de la empresa
frigorífica los pollitos bebé y el alimento aportando aquélla el trabajo de las tareas de crianza.
Más recientemente también cobró escala industrial la ya tradicional ganadería porcina.
Las personas de la generación mayor, ya sean locales o mujeres venidas de otras colonias o
aldeas, adquirieron la lengua germana como lengua materna antes o junto al castellano
aprendido durante la escolarización primaria. Muchos de los representantes de generación
media leen alemán gracias a haber asistido a aquella escuela religiosa, mientras que algunos
otros solo lo hablan, pero todos entienden el sentido general de los decires cotidianos. Ya entre
los jóvenes, según sus padres, algunos entienden pero ya no hablan ni leen pese a los
esfuerzos de algunos abuelos por inculcar la lengua.
En lo que hace a lo productivo, las unidades relevadas cuentan con un promedio de unas 70
hectáreas propias en un rango entre las 23 y 130 has. y a las que han accedido a través de la
herencia y, en algunos casos, la compra de las partes recibidas por los hermanos. Dado el
aumento de la presión sobre la tierra concomitante al alza de los precios en los mercados
internacionales de cereales, el arriendo no resulta significativo en estas pequeñas unidades. En
algunos casos sus tierras se ubican contiguas, lo que se plantea como condición necesaria
para la actividad tambera, mientras que en otros la superficie trabajada está repartida en
fracciones dispersas, consecuencia de la herencia de las mujeres o de la anexión de tierras vía
compra, que se recuerda como posible hasta mediados de los 90. Todas las unidades que
componen nuestra muestra combinan la producción láctea con cría de cerdos y/o pollos bajo
sistema de integración. Se realiza además la siembra de pasturas, forrajes o granos para
ensilaje como parte de la generalizada estrategia de autoproducción de alimentos para el rodeo
lechero y oportunamente para la venta.
En todos los casos el armado de los tambos fue paulatino, a través de dos o más generaciones
y frecuentemente iniciado con unas pocas vacas lecheras ordeñadas a mano y recibidas como
dote al momento del matrimonio. Los pocos litros producidos eran vendidos entre vecinos, a
una cremería local o elaborados. Ya con mayor escala, años más tarde se entregó la leche a
industrias lácteas como SanCor o la Cooperativa de Tamberos de Paraná (COTAPA) que
tuvieron una importante presencia en la recolección local hasta que se retrajeron hacia
4
mediados de los 90. Fue entonces cuando los tamberos de la zona se volcaron casi
generalizadamente a la elaboración de quesos tipo sardo, actividad en retroceso en esta última
década.
El trabajo tambero involucra dos grandes áreas: el campo ligado a la producción de alimento
para las vacas y el tambo donde se saca la leche. El ordeñe debe realizarse necesariamente a
diario y, como ideal, cada 12 horas. Implica una secuencia de tareas, independientemente de la
cantidad de vacas, que incluye ir al campo a buscar los animales y arriarlos al tambo7, proveer
en los bretes de las raciones de alimento diferencial durante el ordeñe, la extracción de leche, la
sanidad y acondicionamiento de las ubres, la limpieza de las máquinas ordeñadoras y la
reubicación del ganado en un corral o un piquete de campo para su alimentación con forraje,
silaje o pasturas. Le sigue la alimentación de los terneros separados de sus madres en la
guachera. Dependiendo el número de vacas y de personas que realizan las tareas, así como
las características técnicas de las instalaciones, cada ordeñe ronda entre una hora y media o
dos de trabajo. Se realiza uno por la mañana y otro por la tarde, salvo en un caso donde la
unidad está compuesta por una única persona8. La elaboración del queso se realiza una vez al
día pudiendo ser dos en verano. En los casos en los que se remite la leche, la entrega y
limpieza del tanque enfriador se hace cada dos o tres días. Todas estas tareas que integran la
rutina del tambo suelen ser realizadas por dos personas e idealmente por tres.
6
Incluimos este caso según criterio de muestreo teórico considerándolo representativo de otras unidades que liquidaron su tambo. En este caso, siendo
que el tambo estaba a cargo de la madre y su única hija y que la unidad se fue volcando hacia la agricultura y la prestación de servicios, el día de su
casamiento se realizó el último ordeñe.
7
El tambo en sí o “sala de ordeñe” se localiza en el “patio”, cerca de la casa.
8
Frente al fallecimiento de su hermano, decide dejar los terneros al pie de la madre para aumentar su peso en forma ahorrativa y mantener así un único
ordeñe diario.
9
El caso restante es el hijo de una familia cuya unidad liquidó el tambo. Actualmente, si bien él y sus hermanos viven en Crespo, manejan sendos
pequeños feed lots en la colonia donde pasan el día.
5
Solo en dos casos más de un hogar (Torrado, 2006) o unidad reside en la misma explotación
pero en viviendas diferentes. Se tratan de las familias nucleares conformadas por los hermanos
varones donde sus padres se han retirado del trabajo productivo migrando al pueblo pero sin
concretar el reemplazo de la gestión y administración o bien, sin concretar una herencia en vida
hacia sus hijos.
Como parte de esta tendencia a la nuclearización (Stölen, 2004) en la colonia se da que los
matrimonios mayores dejan su vivienda al núcleo familiar conformado por uno de sus hijos
varones, ya a cargo de la explotación. En su etapa de retiro, los abuelos migran a Crespo, al
pueblo11 dejando su vivienda rural a su descendencia, y buscando hacia su vejez mayor
comodidad y servicios (atención médica, actividades culturales y comerciales). No obstante,
esto no necesariamente implica la concreción del reemplazo total, que tiende a prolongarse a
través de la mantención de roles de administración o gestión por parte de los padres y ayudas
esporádicas en las tareas físicas permaneciendo la unidad indivisa mientras sostiene dos y
hasta cinco hogares.
En los estudios rurales locales, Archetti y Stölen recuperan la distinción analítica de fases
propias de las trayectorias de los grupos domésticos utilizada por Meyer Fortes en su abordaje
estructural-funcionalista del parentesco. Así, se distinguen tres etapas analíticas básicas que
pueden darse en forma superpuesta. La expansiva abarca desde el matrimonio y hasta que ya
no se agregan hijos, que dependen económica y afectivamente de los padres. La fase de fisión
se caracteriza por el matrimonio de los hijos a través del que se generan nuevos grupos
familiares. El reemplazo ocurre cuando uno de éstos toma la posta de sus padres y hasta que
10
Es el caso en el que dos hermanos que trabajaban a la par hasta que uno de ellos, que había contraído matrimonio tardíamente, enfermó y murió. La
viuda decidió entonces migrar al pueblo.
11
Crespo parece mostrar gran receptividad poblacional y no ha perdido población en forma relevante en el último período intercensal. (INDEC, 2001 y
2010)
6
estos mueren. (Archetti y Stölen, 1975) Este aporte, que abre a una mirada diacrónica de la
organización de las unidades domésticas vinculándolas con los ciclos de vida de sus individuos,
es complejizado por los autores en base a su trabajo etnográfico con los colonos chacareros de
la llamada Santa Cecilia, al norte de Santa Fe.
En base a la edad de los hijos, y ya que determina la capacidad de trabajo del grupo, Archetti y
Stölen distinguen “la fase de expansión propiamente dicha, cuando todos los hijos tienen
menos de 12 años de edad, y otra fase que termina cuando los hijos comienzan a pasar los 20
años. La fase de fisión comienza potencialmente cuando los hijos pasan los 20 años y no
necesariamente cuando comienzan a casarse. Los hijos pueden dejar la casa y no casarse, y
eso repercute sobre los recursos de trabajo generados internamente. La fase de reemplazo (…)
comienza cuando el padre se retira de la actividad productiva y esta función es ejercida
exclusivamente por alguno o algunos de sus hijos.” (1975: 58-59) Consideramos a estas fases
de la unidad doméstica como llaves para el análisis que lejos de identificarse en forma nítida,
con frecuencia se dan en la realidad en forma complejamente superpuesta.
En la colonia observamos que, como en Santa Cecilia, si bien desde los 6 o 7 años los niños
comienzan a ayudar en forma paulatina y diferenciada según sean varones o mujeres,
actualmente es recién hacia los 18 cuando los hijos se incorporan definitivamente al trabajo
productivo. Esto se da desde que se incorporó el nivel secundario a la escuela local12 lo que
permitió que adolescentes y jóvenes completaran la escolarización obligatoria, así como que
continuaran ayudando en el trabajo ya que hasta el momento para continuar sus estudios
debían migrar hacia el pueblo u otra localidad.
12
Esta institución provincial siguió las reformas y contrarreformas de la educación nacional y entrerriana. Después de la obligatoriedad hasta el 7º grado,
se implantó la Escuela General Básica prolongándola hasta 9º para más recientemente extenderla a los 12 años totales que incluyen la Escuela Primaria
y la Secundaria.
7
La mayor parte de las unidades relevadas transitan la fase de fisión (Archetti y Stölen, 1975)
que, al haberse incorporado los hijos al trabajo productivo y mantener los padres cierta
potencialidad física, resulta la etapa en la que se incorporan actividades o que se agranda el
tambo. En todos los casos, los hijos en edad escolar concurren a la escuela de la colonia, salvo
un adolescente que asiste a una escuela especial en Crespo. Además, aproximadamente
desde los 7 años ayudan o acompañan a sus padres en tareas domésticas o productivas
incorporando en forma paulatina el oficio. Tres jóvenes dejaron el hogar para estudiar una
carrera universitaria en Paraná o Santa Fe pero se integran al equipo familiar de trabajo durante
los fines de semana y/o durante sus vacaciones. Otros jóvenes, más frecuentemente varones,
siguen viviendo y trabajando con sus padres teniendo cierta especialización dentro de la unidad
familiar (en el tambo, la avicultura o la cría de cerdos) que puede ser complementada con
actividades afuera que aportan un ingreso propio. Para los varones puede ser brindar servicio
de siembra, cosecha o similar y, en el único caso de una joven mujer, de peluquería, masaje y
gimnasia a domicilio. Salvo ella y una estudiante universitaria, todas las demás hijas dejaron el
hogar familiar al contraer matrimonio mudándose junto a su marido, generalmente en alguna
otra colonia o aldea cercana.
En los casos en que los padres, de la generación de los mayores, aún viven se dan diferentes
modos de reemplazo. El tenido como más deseable es a través de una resolución temprana de
la herencia. Esto se da mediante la división patrimonial por vía de la firma de una donación con
usufructo en vida. Aunque también la estructura familiar puede facilitar el traspaso como en una
unidad visitada donde heredó el hijo único. En estas familias existe una delegación del trabajo
productivo y de la gestión pero, la madre y/o el padre, pueden continuar realizando algunas
tareas colaborativas clave para la unidad o que responden a su nostalgia laboral. En otros
casos menos deseables los padres ya retirados total o parcialmente en lo productivo, con hijos
adultos y nietos adolescentes o jóvenes, se han trasladado al pueblo pero mantienen las
riendas en la administración o en las decisiones y no han resuelto aún la herencia. Este
panorama de dependencia por parte de los adultos de la generación media genera malestares
hacia sus padres así como entre hermanos pudiendo dar lugar a conflictos vinculares.
En cuanto a las estrategias de reproducción de los hogares, Benencia y Forni (1991) presentan
dos modelos ideales de estrategia reproductiva. El primero, de fisión simple en el que los hijos
permanecen en el hogar que aumenta en su tamaño y permite un adecuado nivel de ingresos y
consumo así como protección a los ancianos. Por otro lado, la estrategia de la familia troncal
que se basa en la idea de la reproducción de una familia tipo nuclear en la explotación o parcela
y con el propósito de lograr una mejor posición ocupacional para los hijos (o un matrimonio
conveniente para las hijas). Según los autores, habría en estas situaciones menores niveles de
fecundidad e hijos más espaciados. Entre los tamberos familiares la estrategia de reproducción
8
se correspondería con este modelo troncal, donde uno de los hijos reemplaza dando
continuidad a la actividad agropecuaria en general y al tambo en particular mientras que sus
hermanos se ramifican dedicándose a otras actividades con el mismo sitio de vivienda
(avicultura, servicios, agricultura, arrendatarios) o bien migran al contraer matrimonio.
En este contexto, los niños desde pequeños y a lo largo de su socialización van leyendo no
sólo cómo se hacen y deben hacer las cosas -desde el ordeñe hasta la elección de pareja- y
también van previendo cómo se dará el porvenir de la familia y su propio futuro. La gama de
posibles trayectorias se acota a medida que se incorpora el habitus, en tanto estructura
estructurada y estructurante de las prácticas y de las representaciones (Bourdieu, 1991). Así,
por ejemplo, uno de los jóvenes entrevistados sabe que cuando su padre se retire las
posibilidades son continuar el trabajo junto a su hermano como una misma unidad –lo que es
tenido por conflictivo-, o hacer con él un arreglo por algún tipo de arriendo, o bien, que uno se
especialice en una actividad intensiva (como la avicultura o el ganado porcino) y el otro
disponga de las pocas hectáreas de campo manteniendo probablemente el tambo. Las
disposiciones para esto, ya están construidas y aprendidas.
Además de los quehaceres tamberos, en todos los casos entrevistados existe un grado variable
de diversificación de ingresos que combina al tambo con avicultura, ganadería porcina o bovina
en pequeña escala y, en algunos casos, a la agricultura orientada al mercado además de la
dirigida a la provisión del tambo. También hay casos en los que se prestan pequeños servicios
de labores agrícolas a vecinos.
A las tareas diarias e impostergables propias del ordeñe que ya mencionamos, se agregan
labores del tambo como la gestión de la reproducción –a través de inseminación o el servicio
del toro-, la atención de las pariciones y de terneros en la guachera, así como la venta de
animales improductivos (vacas secas, terneros y demás). Un sinfín de tareas menos ordinarias
incluye el arreglo de instalaciones, maquinaria, alambrados y otros imponderables del trabajo
rural que incluyen, a modo de ejemplo, salir a arreglar el camino tras una lluvia para que pueda
llegar el camión lechero.
9
niños, la compra y limpieza de la ropa, el aprovisionamiento de leña para calefacción, el
transporte de los hijos pequeños hacia y desde la escuela, el abasto y elaboración de los
alimentos que incluye la faena de animales y procesamiento en chacinados,.
Si bien se asocia más fuertemente a las mujeres a muchos de estos quehaceres reproductivos
o domésticos, algunos también pueden ser realizados por los hombres sin ponerse en cuestión
su masculinidad como encuentra Stölen en los colonos chacareros (Stölen, 2004). La mujer
tambera, lejos de esperar al hombre en su casa, realiza junto a él tareas productivas
impostergables y diarias. Que el tambo se ubique contiguo al hogar permite el entrelazamiento
espacial y temporal de trabajos productivos y domésticos. A diferencia de otros sitios donde el
trabajo femenino es tenido como ayuda (Bocco, 2000), acá se reconoce a la mujer como parte
del equipo de trabajo de la unidad donde los hijos en edad escolar son quienes ayudan.
Esta sinfonía de actividades, cada una con sus espacios, tiempos y modos adecuados de ser
realizadas, es orquestada comúnmente por el padre, referente de la unidad en lo productivo, o
por la madre, en lo doméstico. No obstante, se da que sobran las indicaciones pues cada
miembro de la familia sabe qué y cómo tiene que hacer: desde correr boyeros y arriar ganado,
hasta sembrar una parcela o auxiliar una parición, por supuesto ordeñar o incluso cuidar al
hermanito menor.
Aquí también, tal como observa Stölen en los colonos friulianos, es el varón quien asume la
responsabilidad de la organización de la producción en la explotación y quien lleva a cabo la
supervisión, así como el mantenimiento (Stölen, 2004). Además, en términos generales, son los
hombres adultos quienes se ocupan de las tareas del campo o labranza que son ocupaciones
esporádicas pero definitorias, y en las que se pone en juego un importante capital en
maquinarias. Si bien suelen ser ellos quienes lideran las tareas de ordeñe, las mujeres pueden
realizarlo a la par con colaboración de los hijos mayores quienes reemplazan al hombre si
estuviera afuera a la hora de ordeñe.
También es él quien, con mayor o menor influencia de su mujer o hijos, da forma a las
decisiones y concreta las ventas de las producciones, así como la compra de insumos. Además
de estas tareas que hacen al control del dinero, asume aquellos quehaceres que implican
relacionarse con agentes externos (como el contador, proveedores o compradores). No
obstante, algunas mujeres tienen un importante rol en el registro, la contabilidad y el orden de
los papeles en la casa, el tambo o en la quesería. En las familias de tamberos de la colonia
ellas mismas realizan las tareas administrativas mientras que las estrictamente contables son
mayormente desempeñadas por un asesor contable, pero en quien no se delegan decisiones
de tipo productivo. Se ha identificado en esta conjunción entre trabajos manuales o físicos y
mentales de planificación y toma de decisiones controladas en una misma figura como una de
10
las ventajas de la producción familiar (Van der Plöeg, 1993 en Cloquell, 2007). Consideramos
que esta apreciación aplica en casos en que los llamados trabajos mentales son realizados por
un individuo o en forma conjunta por su unidad. No obstante, en el campo hemos encontrado
dificultades generadas por desacuerdos o incomunicaciones cuando de una misma unidad
productiva dependen varios hogares, como en los traspasos demorados por el padre.
Sea cual fuera la organización de las tareas al interior de la unidad doméstica, el trabajo
organizado entre los miembros de la familia como equipo permite la flexibilidad suficiente para
adaptar las actividades laborales físicas al número y capacidad de quienes lo integran. Así, por
ejemplo, si uno de ellos tiene una lesión, se reasignan las tareas o si hay capacidad de trabajo
ociosa por parte, por ejemplo, de hijos jóvenes se puede agregar o agrandar una actividad
productiva. También, a la inversa, cuando nace un bebé la unidad se ve recargada durante el
primer tiempo de su crianza, así también como cuando las hijas contraen matrimonio, ésta
pierde su capacidad de trabajo.
Nuestra muestra no incluye casos de contratación de trabajo asalariado, en todos los casos al
menos una de las tareas del campo se externaliza a través de algún pequeño prestador de
servicio que suele ser algún vecino. También se registran experiencias de intercambios no
monetarios de fuerza de trabajo por servicios. De esta manera, aún los tamberos menos
capitalizados, como una unidad que carece incluso de tractor, acceden a tecnologías
ahorradoras de mano de obra como la siembra directa y fumigación así como de insumos al
producir y almacenar alimento para el propio ganado a través del ensilaje.
Se considera para las actividades agrarias en su generalidad que el progreso técnico redujo el
trabajo necesario al haber aumentado la productividad de las personas ocupadas. En las
unidades de tipo domésticas, sin embargo se sostiene la cualidad familiar (Cloquell, 2007)
quizás prescindiendo del trabajo constante aportado por la mujer (Stölen, 2004). Para el caso
de los tambos, si bien hay un margen de reducción en la duración del trabajo o de incremento
en su comodidad, siendo que la producción de leche está mediada por animales, que son las
vacas lecheras, la maquinización o simplificación de los procesos tiene sus limitaciones y no
11
evade la monotonía de los ordeñes obligatoriamente diarios. Tampoco evitan la molestia y
dificultad que agrega la lluvia y el barro al trabajo de arreo, la limpieza de las ubres y la
administración de alimentos. En cambio, las mejoras técnicas en la sala de ordeñe y en la
autoproducción y almacenamiento de forrajes y silajes propician algún aumento en la cantidad
de vacas en ordeñe con cierta rentabilidad.
Bourdieu critica las explicaciones que apelan al concepto de regla para explicar los
comportamientos sociales, inclusive aquellos relacionados a la elección de pareja. Señala que
las estrategias matrimoniales son moldeadas por el habitus, en tanto sistema de
predisposiciones (Bourdieu, 1991) dadas por la estructura de las condiciones materiales de la
familia. Así, al contraer matrimonio, las personas lejos de obedecer normas, estarían
desplegando estrategias basadas en principios tradicionales tan fuertemente interiorizados que
permiten que se reproduzcan como en forma inconsciente. (Bourdieu, 1976) Según su
perspectiva, los matrimonios constituyen instancias de intercambio de capital económico y
simbólico para las familias. Por lo tanto, están en relación con las uniones genealógicas
anteriores y con la estructura de la familia presente. Así, por ejemplo, no es lo mismo el
matrimonio de un hijo único que el de una entre varias hijas. Las estrategias de matrimonio
podrían entonces llegar a compensar fallas en las estrategias de fertilidad de generaciones
anteriores (Bourdieu, 1976)
En sus propias palabras, "una muy bien diseñada estrategia de matrimonio no tiene la
necesidad de ser explícita con el fin de operar, ya que si funciona, tiende a evitar conflictos (…)
entre la razón y la pasión, entre el interés colectivo y el interés individual que la norma pretende
resolver y superar. Estos conflictos provienen de un colapso de ese instinto social inducido
socialmente que es el producto de cierto habitus inculcado por una forma particular de vida, una
forma de vida que se perpetúa y glorifica a sí misma a través de requerimientos de los
preceptos de la moralidad y de la educación.” (Bourdieu, 1976: 140 nuestra traducción)
Según su teoría social de los gustos, Bourdieu sostiene que las experiencias de la niñez
refuerzan las demás experiencias tendiendo a modelar los esquemas de percepción y
apreciación construyendo los gustos según los cuales se elige incluso la pareja adecuada y se
evita la conformación de alianzas inapropiadas. (Bourdieu, 1976) De esta manera el sociólogo
extiende al mismísimo amor la condición de ser una construcción social. Las estrategias
matrimoniales deben ser entonces tenidas en cuenta en torno al sistema completo de
reproducción biológica, cultural y social a través del que cada grupo logra transmitir a la
generación siguiente el poder y privilegio acumulado.
12
Siendo niños y adolescentes quienes hoy componen la generación de los mayores de la
colonia socializaban a través de relaciones y circuitos de vecindad y de parentesco, así como
por la asistencia a la escuela y las actividades de la iglesia. Al ser una región de colonias
alemanas, todos estos ámbitos vinculaban a alemanes siendo reducidas las posibilidades de
relación con criollos o interétnica. Eventos como casamientos, actividades de la iglesia, así
como las fiestas regionales, eran instancias donde un joven podría encontrar una candidata,
quizás de alguna aldea o colonia vecina con quien luego podría mantener comunicación
epistolar.
A la hora de la elección de la pareja pesa en los varones el origen rural, ya que se sabe que
una chica de ciudad no va a ir al campo, mucho menos si tiene estudios. En palabras de uno
de los tamberos, de 45 años imaginando el matrimonio de su único hijo, de 16 años, éste se
13
tendrá que buscar de campo, para que se quede. Explica que los jóvenes (…) si se casan con
una chica de pueblo, las chicas de pueblo, no vienen al campo. (…) Si se casa una criollita con
un ruso… de la misma zona, del campo, ahí está. Pero hay mucho que se van afuera, que
tienen novia del pueblo. La mayoría trabajan en comercio o… y no van a venir al campo a
ordeñar una vaca. Como en el caso de un joven cercano a sus 30 con un largo noviazgo con
una psicóloga de Paraná, su origen y profesión urbanos aportan a explicar la demora en el
matrimonio y se presenta como un dilema difícil de resolver. No obstante, el caso de una
docente oriunda de Crespo casada con un tambero es muestra de una adaptación exitosa en la
que ella defendió su profesión sosteniéndola en forma complementaria a la ayuda en el tambo.
Pese a estas formas endogámicas, encontramos un solo caso en el que podría haber algún
grado de consaguinidad. Es un matrimonio que apenas socializa con el la comunidad local y
que pertenece a una tercera Iglesia con pocos fieles en la colonia, la Bautista13. Así, el marido,
nos cuenta acerca de su esposa que la conocía de chiquitos porque somos medio parientes,
pero lejanos. El abuelo de ella era mi primo. El abuelo de ella vivía acá arriba no más. La
conozco de chiquita! (…) Ella también estaba con los padres y también hacían queso.
Por lo general, la edad del varón supera la edad de su esposa. Lo que puede estar asociado
con que la mujer, pues si bien suele heredar tierra no hereda el manejo de la producción, debe
asegurarse su subsistencia a través del matrimonio y la nueva unidad que integre o conforme.
Por lo tanto, un hombre de mayor edad, ya a cargo de la explotación puede demostrar ser un
buen partido.
No obstante, según los informantes hoy en día los tiempos cambiaron y existiría mayor libertad
para establecer pareja. Algunos jóvenes están de novios con chicas o muchachos de origen
urbano, criollo y/o católico. Sin embargo, la estrategia matrimonial basada en la endogamia
sigue apareciendo en lo discursivo como deseable, básicamente en la preferencia por las
alemanas como en la procedencia rural. Para las muchachas se valora que el candidato tenga
capital o una posición y sea trabajador. En casos de mujeres casadas con criollos, de ciudad,
se registran casos de posterior divorcio o de ruptura de lazos con la familia en la Colonia. Estos
matrimonios están asociados a conflictos de pareja así como una causa de disputa patrimonial.
Siguiendo a Bourdieu, vemos en estos casos de exogamia, donde hay un rompimiento con el
habitus local, un fracaso que afecta en lo económico a la familia o amenaza su patrimonio.
Bocco encuentra que según los estratos socio-económicos, las estrategias familiares respecto
al trabajo de la mujer varían. En explotaciones campesinas o tipo farmer, con acceso a la tierra,
como en el caso de los tamberos familiares, “al no haber un desplazamiento espacial de la
mano de obra femenina se asegura y eficientiza su ocupación alternada con las tareas
domésticas el hogar y productivas de la explotación.” (Bocco, 2000: 118) Esta ventaja respecto
a las asalariadas rurales no es observada por las tamberas de la generación media quienes son
las principales portadoras del rechazo al tambo adjudicándole el encierro así como el sacrificio
del trabajo. Esta disconformidad discursiva presentada ante las visitas de origen urbano, junto a
la puja por la especialización en la actividad avícola y el abandono del tambo, puede ser
considerada como forma de resistencia siendo que un cambio de profesión o la disolución del
matrimonio no aparecen en el horizonte de lo posible pues no figuran entre las disposiciones
contenidas en su habitus.
Siguiendo a Bourdieu, quien categoriza a los hermanos menores de su Bearn natal como
víctimas estructurales (1976), puede pensarse que aquí son las hermanas mujeres quienes
históricamente salen perdiendo. En la colonia no encontramos mujeres tamberas solteras o
“hermanas heredadas” a quienes se haya integrado a la unidad doméstica, por ejemplo, de un
hermano. Tampoco existió para las mujeres solteras protestantes la posibilidad de hacerse
monjas. Según aparece en las entrevistas, estudiar o irse de empleada al pueblo parecerían ser
las alternativas. Por ello, ellas aprenden ya de pequeñas que su destino es abandonar la casa y
la colonia, así como hicieron sus madres.
Esta reducción consecuente de la superficie de las propiedades originales de los colonos llevó a
15
convertirse en unidades mínimas cuya extensión varía hoy entre las 6 hasta las 55 hectáreas
predominando los campos de una superficie de entre 10 y 20 hectáreas. (Welsch, 2011) No
obstante, dicha parcelación en la propiedad formal de la tierra, ésta no necesariamente coincide
con la tenencia o con su manejo.
Al analizar las prácticas de los campesinos de su región natal, Bourdieu (1976) encuentra que
éstas responden a estrategias basadas en unos pocos principios implícitos, entre ellos, la
primacía del hombre por sobre la mujer. En él recae, así como en los colonos chacareros de
Santa Cecilia (Stölen, 2004) o los tamberos de la Colonia, la responsabilidad del nombre, la
reputación y los intereses del grupo familiar sobre el que tiene derecho político para ejercer la
autoridad, en particular, para representar al grupo. Además, en la sociedad analizada por
Bourdieu, también es dominante la posición del primogénito incluso para la herencia.
Sin embargo, como vimos, el marco legal argentino equipara los derechos sucesorios para
todos los hermanos por igual. Pero, en cuanto a la herencia del manejo del tambo, y en
coherencia con las reglas virilocales, suele ser aquel hijo varón que permaneció en la unidad
quien, junto a su nuevo grupo familiar, lo continúa. Será él quien reciba la parte de tierra donde
está la casa paterna, el tambo y el corral. Los otros hermanos recibirán simplemente otras
hectáreas de campo. En la colonia, esta división equitativa a través del juicio sucesorio posterior
a la muerte de los padres –frecuentemente temprana o sorpresiva- es tan solo una de las
maneras posibles en las que se resuelve la herencia de la propiedad y del manejo del tambo.
Encontramos otra modalidad en las explotaciones más pequeñas y menos capitalizadas donde
se decide que un hermano varón, no necesariamente el mayor, hereda la totalidad de las
hectáreas incluyendo la casa y las instalaciones. En estos casos, los padres (ambos o el que
sobreviva) habitan en la casa natal conformándose un hogar de familia extensa de tipo vertical
ascendiente (Torrado, 2006) hasta su muerte. Se concreta un arreglo entre los hermanos, ya
migrados y que ceden su parte de la herencia a cambio de que el hermano favorecido, se haga
16
cargo de los padres hasta su muerte. Quien hereda aquí la propiedad y el manejo es el
hermano que se quedó en el campo trabajando junto a sus padres lo que lo hace justo
merecedor de la herencia. En palabras del propio tambero que maneja esas 23 hectáreas, es
todo herencia de mis padres. Yo nací acá y me quedé acá. Acá vivían mis padres. [Mis
hermanos] todos se fueron de chiquitos. Yo estaba y me quedé con ellos. Hicimos arreglo con
la sucesión que los otros todos firmaron y me dejaron a mí pero yo me tenía que hacer cargo
de ellos hasta que… se murieran. De esta manera, se logra frenar la fragmentación de la tierra,
división que impediría la reproducción de la unidad doméstica que la explota.
Otra estrategia es aquella que los actuales tamberos planean aplicar para su retiro y es el
reparto en vida por parte de los padres. En los últimos traspasos, varias familias han optado por
este mecanismo quizás teniendo en cuenta el retiro de la generación mayor de la producción,
su posible traslado al pueblo y la falta de autonomía del hijo productor que maneja una unidad
sin la certeza de su futura herencia. Los padres realizan el reparto de todos o algunos bienes,
particularmente las tierras, no necesariamente en forma equitativa y teniendo en cuenta el
aporte de trabajo de los hijos a la unidad o la inversión en estudios universitarios que es tenida
como herencia en vida. De esta manera, a través de la sabiduría paterna los mayores buscan
equilibrar la balanza en pos del bienestar económico de todos sus hijos evitando el conflicto
entre los hermanos quienes respetan su autoridad.
Como se mencionó, otro principio implícito identificado por Bourdieu en su Francia natal (1976)
es la primacía de los hermanos mayores por sobre los menores. Según el autor, las relaciones
entre los hermanos, y de los miembros del grupo, no se dan sin conflictos o dramas a pesar del
adoctrinamiento propio del sistema. Este tiene sus contradicciones que pueden manifestarse
incluso como conflicto entre el sentimiento y el deber de los agentes implicados, por ejemplo en
estas estrategias de herencia o matrimoniales.
Bajo nuestro sistema legal diferente al europeo, no observamos en la colonia tal primacía de los
hermanos mayores ni aún a través de las estrategias observadas. Sí se dan casos de conflictos
y enemistades asociados a herencias tanto como familias en las que se mantienen relaciones
armoniosas tanto en lo personal como en lo productivo o laboral.
Coincidimos con Bourdieu en que los agentes no se limitan a obedecer leyes. Las estrategias
de herencia encontradas reafirman que utilizan vetas del marco jurídico para legitimar el sentido
común de la colonia: el trabajo y el sacrificio, aunque también la reciprocidad en el cuidado de
los padres, hacen merecedores a los hijos de su herencia.
Por otro lado, las estrategias frente al pequeño tamaño de las explotaciones, al límite de
fragmentación posible y sostenible, se imbrican con las transformaciones del mundo moderno
haciendo deseable la migración en las subjetividades de quienes serán expulsados, como las
17
mujeres, algunos varones jóvenes y los mayores retirados. Para las jóvenes mujeres la pauta
virilocal ya marca que se irán de su hogar para mudarse junto a su marido, ya sea en el pueblo
u otra aldea. Para los varones, condiciones estructurales como la presión sobre la tierra y la
baja de los precios de sus producciones en relación a los insumos y otros consumos, complican
permanencia de todos los hermanos. Sus gustos y preferencias subjetivas ya de adolescentes
y jóvenes se moldean a estas condiciones objetivas. Así, encontramos que los hermanos
varones de la generación media generalmente migraron antes de haber contraído matrimonio, y
trabajan, por ejemplo, en el comercio o en industrias de Crespo u otras localidades urbanas.
Mientras tanto, en los jóvenes actuales que pintan para el campo, ninguno gusta del trabajo en
el tambo (menos aún la quesería) y prefieren la crianza de pollos o la prestación de servicios
agrícolas, actividades rurales que prescinden de grandes superficies. En las familias donde hay
dos o más varones, al menos uno de ellos decidió iniciar una carrera universitaria no
necesariamente relacionada a la producción agroalimentaria.
El trabajo familiar en los tambos, constituye a nuestro entender, una estrategia orientada a la
sostenibilidad económica de la actividad lechera en esta escala reducida, característica de la
cuenca entrerriana y de los casos estudiados. Por otro lado, la reafirmación sobre la actividad
tambera radica en un manejo minimizador del riesgo productivo y financiero así como su
posibilidad de combinación con otras actividades productivas.
Asimismo, dicha producción habilita no solo el sostenimiento económico de los hogares sino
también que puedan construirse como familias nucleares que, tanto en este caso como el
analizado por Stölen (2004), son tenidas por los colonos contemporáneos como la familia ideal.
El trabajo familiar también evita que el grupo deba desmembrarse antes del matrimonio de los
hijos, que pueden mantener su residencia en el campo, ámbito que dicen preferir frente al
pueblo o la ciudad. Por otro lado, ha permitido trayectorias transgeneracionales de ascenso
social no solo a través de la capitalización sino también mediante el acceso a la educación
secundaria y luego universitaria, aspecto ampliamente valorado en la cultura colona.
Encontramos que estos pequeños tamberos entrerrianos la familia es, además de equipo de
trabajo productivo y reproductivo, el ámbito en el que se teje y reafirma un sistema tendiente a la
18
reproducción de su grupo social y conformado por estrategias coherentes entre sí referidas a
las alianzas matrimoniales, la herencia patrimonial y sucesión, así como educativas y de
trabajo. En términos del mismo Bourdieu, “la familia es el sujeto de las estrategias de
reproducción social, pues por un lado, es el núcleo a partir del cual sus miembros articulan
acciones para garantizar su reproducción física y social, y por otro, es el ámbito donde se
forman las disposiciones primarias de los agentes, es decir, el habitus, que se constituye en el
principio de acción de sus prácticas sociales y, por lo tanto, de sus estrategias” (Bourdieu, 1994:
10 en Cowan Ros y Schneider, 2008: 166).
BIBLIOGRAFÍA
19
CHAYANOV, Alexander. 1985. La organización de la unidad económica campesina. Ediciones
Nueva Visión, Buenos Aires.
CLOQUELL, Silvia (coord.) 2007. Familias rurales. El fin de una historia en el inicio de una
nueva agricultura. Homo Sapiens Ediciones, Santa Fe
COWAN ROS, C. y S. SCHNEIDER. 2008. Estrategias campesinas de reproducción social. El
caso de las tierras altas jujeñas, Argentina. Revista Internacional de Sociología 66(50): 163-185.
CRAVIOTTI, Clara y Silvina PARDÍAS. 2011. Nuevo modelo agroalimentario: mutaciones
socioterritoriales e impactos sobre la producción familiar tambera en el sudoeste de Entre Ríos
(Argentina) VIº Coloquio Geográfico sobre América Latina. Paraná, Argentina.
GUTMAN, Graciela. 2007. “Ocupación y empleo en el complejo productivo lácteo en Argentina”
En Novick M., y Palomino H. (coord.) Estructura Productiva y empleo. Un enfoque transversal,
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, pp. 225-268. Editorial Miño y Dávila, Buenos
Aires.
GUTMAN, Graciela et al. 2003. “Los ciclos en el complejo lácteo argentino. Análisis de políticas
lecheras en países seleccionados”. Dirección Nacional de Alimentación, SAGPyA, Buenos
Aires.
PARDÍAS, Silvina. 2012. Perspectivas sobre el trabajo en familias tamberas entrerrianas:
aportes para una revisión conceptual. 2º Jornadas de Investigadores en Formación. IDES.
Buenos Aires, Argentina
QUESNEL, A. y A. DEL REY. 2005. La construcción de una economía familiar de archipiélago.
Movilidad y precomposición de las relaciones intergeneracionales en el medio rural mexicano.
Estudios Demográficos y Urbanos, 20(2): 197-228.
RODRÍGUEZ, A. y J. MENESES. 2010. Condiciones socioeconómicas y laborales de los
hogares rurales en doce países de América Latina. CEPAL, Desarrollo Agrícola.
STÖLEN, Kristi Anne. 2004. La decencia de la desigualdad. Ed. Antropofagia, Buenos Aires.
TORRADO, S. 2007. La familia como unidad de análisis en censos y encuestas de hogares. En
Torrado, S. Familia y diferenciación social. Cuestiones de métodos. EUDEBA, Colección
Manuales, Documento 5. Buenos Aires.
VILLA, Mariann. 1999. Born to be Farmers? Changing Expectations in Norwegian Farmers´ Life
Courses en Sociologia Ruralis Vol. 39 Nº 3, Oxford.
WAINERMAN, C. y M. MORENO. 1987. Incorporando las trabajadoras agrícolas a los censos
de población. Desarrollo Económico, 27(107): 347-376.
WELSCH, Jorgelina. 2011. El impacto de un camino embrozado, en una colonia alemana de la
provincia de Entre Ríos en VIº Coloquio Geográfico sobre América Latina, Paraná, Argentina.
FUENTES
DORSCH, Víctor. 2007. Remembranzas de un pastor rural. Ed. FAS, Rosario.
http://recordandoalosalemanesdelvolga.blogspot.com.ar/ [consultada 7/07/2012]
http://www.alemanesdelwolga.com.ar [consultada 7/07/2012]
CNPyH 2010, INDEC
20
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de Trabajo: 12. Relaciones familiares y trabajo en ámbitos rurales
Resumo:
Objetiva-se compreender o processo de trabalho na roça do colono na região central
do estado do Rio Grande do Sul, Brasil. Para tanto, busca-se um diálogo sobre a
inserção produtiva das famílias agricultoras, conjugado com um referencial
bibliográfico abordando estudos sobre a família rural e suas relações com os fatores
de produção (terra, trabalho, tecnologia e capital). A análise demonstra que as
atividades braçais, mesmo com as transformações no rural e sua substituição parcial
pela tecnologia, ainda permanece como fio condutor de análise em atividades que
exigem qualidade intrínseca do produto final, como é o caso da produção de tabaco.
O artigo analisa e interpreta as relações na família, as questões intrínsecas ao jovem
rural e aspectos ligados a compreensão do rural, analisando sobre a ótica de
agricultores ligados a produção agrícola. O estudo possibilitou identificar a própria
desvalorização do trabalho agrícola, situando-os em uma posição inferior em
comparação ao estilo de vida do urbano. Esse pensamento instituído provoca uma
disfunção de valores relacionados à visão de mundo dos colonos, situando-se numa
posição abaixo em relação à sociedade urbana. O trabalho na roça é comumente
associado a expressões que evocam à penosidade e atividade fatigante. Esse fato,
em certa medida, influencia jovens a migrarem do rural, buscando por meio do
estudo ou do emprego no urbano, estratégias para atenuar a labuta. Em geral,
alguns têm êxito e continuam, outros retornam ao rural. Há ainda os que
permanecem no campo, seja optando pelo modo de vida rural, ou pela falta de
oportunidades fora da propriedade. Por fim, são realizadas algumas considerações
sobre a concepção de trabalho dos colonos italianos e alemães da Região Central
do Rio Grande do Sul.
Palavras-chaves: trabalho na roça, colonos, família rural, jovem rural;
1
O artigo integra os anais do “V Congreso Argentino y Latinoaméricano de Antropologia Rural”, organizado pela
Facultad de Ciencias Humanas - Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), Santa Rosa, La Pampa, Março
de 2013.
2
1. Introdução
O trabalho é o elemento constituinte da sociedade, caracteriza-se por um
valor simbólico de valiosa representação social, remetendo-se a identidade, a
inserção, a honra, a integridade individual, etc. Por meio dele, se entende que tem o
potencial de proporcionar avanço, progresso ou desenvolvimento de determinado
local, região, território ou continente. Nele estão contidas diversas simbologias,
arraigado em fortes questões culturais, demográficas, econômicas, políticas,
naturais ou tecnológicas.
Max Weber escrevendo por volta de 1904/1905 a obra “A ética protestante e o
espírito do capitalismo” traz noções interessantes sobre o trabalho na sociedade
capitalista. Segundo o estudo, o trabalho humano é percebido como forma honesta,
pura, ética de um indivíduo acrescer-se financeiramente, movendo dessa forma o
sistema, através de suas capacidades pessoais ou de suas posses adquiridas. Sua
tese defende que os protestantes estimulam o capitalismo por intermédio do
trabalho.
De acordo com o minidicionário Luft de língua portuguesa (2000, p. 645),
trabalho refere-se a “aplicação de formas mentais ou físicas na execução de uma
obra. Lida; fadiga; esforço. Ocupação; emprego”. Nessa alusão, caracteriza-se uma
atividade realizada por pessoas que imputam determinado esforço de tempo em um
espaço, seja ele físico ou virtual. No rural, intrinsicamente ligado a colonização
alemã e italiana, na região central do Estado do Rio Grande do Sul, assume
característica um pouco distinta, denominado de trabalho uma atividade que é
desenvolvida por pessoas ou grupos familiares que envolvem intrinsecamente um
esforço labutar, usando do físico para cumprir, exercer ou acabar determinada
atividade ou tarefa.
A roça, termo que incita valores pejorativos ao rural, no entanto, ao mesmo
tempo, remete a uma diversidade de interpretações. O próprio minidicionário Luft
(2000, p. 583) traz uma amalgama de definições, dentre elas seleciona-se: “Terreno
preparado para a lavoura, onde se plantam milho, feijão, etc.; (...) zona rural; campo,
sítio”. Nessa ótica, quando se menciona aqui a palavra roça ou trabalho na roça
compreende um local ou espaço que se desenvolvem atividades agrícolas,
principalmente, ligada ao rural.
O trabalho na roça é um tema contemporâneo, pois é uma forma de vida que
tem proporcionado a reprodução social das famílias agricultoras, principalmente
3
Quadro 01: Estudos sobre família rural no Brasil e principais analistas até o final da década 80.
Famílias camponesas como proprietários e Santos (1978); Heredia (1979); Meyer (1979);
arrendatários que usam prioritariamente a mão Moura (1978); Neves (1981); Garcia Jr. (1983),
de obra familiar e pouco capital. Seyferth (1985); Woortmann (1984); Brandão
(1982).
Trabalhadores rurais que residem em cidades, Stolcke (1985); Sigaud (1981); Oliveira (1983).
tendo ou não acesso a parcelas de terra.
2
Para um recorte histórico da Região Centro Serra, em especial de Arroio do Tigre, sugere-se a leitura de:
REDIN, E. Potencialidades agrícolas: Arroio do Tigre em cena. Geografia. Ensino & Pesquisa (UFSM). Santa
Maria, v. 15, p. 227-24, 2011. Disponível em: http://cascavel.ufsm.br/revistas/ojs-
2.2.2/index.php/geografia/article/view/7357
8
Figura 01 – Representação da família rural e a alocação dos três Ts (trabalho, terra e tecnologia) em prol da
agregação de renda na propriedade rural.
Org.: Ezequiel Redin
(REDIN, 2011a). Por outro lado, é claro que as famílias tem consciência dos
problemas ambientais e para a saúde, mas a facilidade que este proporcionou no
trabalho da roça, sobressai-se nessa comparação3.
Em certa medida, evidencia-se uma divisão social do trabalho entre os
homens e mulheres. Tarefas mais pesadas acabam sendo realizadas pelos homens
(capinar, lavrar a boi, pulverizar com máquina costal, arranque manual do feijão,
corte do fumo, carregar produtos, ou seja, todas atividades que necessitam de força)
e as mulheres focam-se em atividades leves (trabalhos domésticos, afazeres da
horta, ordenar as vacas e trabalhos que exigem menor esforço). Esse processo
histórico trata de menosprezar o trabalho do sexo feminino como atividades sem fins
econômicos, portanto, pouco importantes aos olhos dos homens (mas essenciais
para a reprodução social da família). Focando para a atividade fumicultora, inúmeras
mulheres já inserem-se nas tarefas, devido a necessidade expressiva da colheita em
tempo determinado. Existe, em alguns casos, uma atuação feminina muito similar ao
do homem.
Discute-se aí o sobretrabalho da mulher quando cessa as atividades na
lavoura e ainda cabe a ela realizar o almoço da família e todos os afazeres do lar
que em muitos casos, o marido não auxilia. Esse processo é amenizado para a
mulher, quando no espaço familiar existe uma filha moça, pois pode dividir o serviço.
Por outro lado, o homem deseja um filho do sexo masculino para auxiliar nas
ocupações agrícolas. A atividade fumicultora, devido a necessidade de mão de obra,
faz com que as mulheres participem ativamente da produção. Arriscaria dizer, em
certa medida, que a mulher ganhou espaço na atividade, mas ainda comporta
tarefas domésticas e afazeres próximos a sede da propriedade. Essas regras
estabelecidas, passadas de geração em geração, instituem e legitimam as
diferenças de gênero.
Os colonos organizam seu trabalho de acordo com o horário solar, pois
tendem a evitar as horas de calor intenso durante o desenvolvimento de suas
atividades, exceto quando a produção apresenta indícios de prejuízos. O sol é um
dos principais orientadores das decisões dos agricultores no desenvolvimento do
ciclo produtivo das plantas, seja no ato de plantar, semear, adubar, na aplicação de
3
Essa discussão é muito mais complexa, para tanto a intenção é apenas contextualizar o fator mão de obra na
família rural e não trabalhar a questão da qualidade de vida no meio rural, que por si só, já fornece um vasto
campo de estudo.
11
4
O chefe da família geralmente é o marido (pai) representado na figura masculina. No entanto, às vezes, a
mulher assume este papel por situações diversas. Em outros momentos, existe uma divisão de
responsabilidades onde ambos assumem a posição.
5
O nível de reprodução simples é, para Rodrigues et al., (2003, p. 114), “a renda mínima necessária para a
reprodução do agricultor e sua família, no tempo. Essa renda deve permitir um nível mínimo de alimentação,
de habitação, saúde e educação” [grifo do autor].
12
em relação ao chefe da família é outro elemento que faz, em certa medida, o jovem
decidir sair do rural, pois não recebe remuneração do seu trabalho. Às vezes, esse
processo se fortalece pelas inúmeras dificuldades aparentes na colônia.
A mão de obra na família rural vincula-se diretamente a demanda da atividade
agrícola. Por isso, os colonos calculam aproximadamente, de acordo com sua
experiência, a necessidade de trabalho, tendo a opção de fracionar o plantio em
distintas escalas com o objetivo de evitar o acúmulo da demanda da força de
trabalho no momento da colheita. Segundo Redin (2011a) caso a atividade
necessitar uma intensificação da mão de obra no momento da colheita, devido um
frágil planejamento (ou falta dele) ou por força das intempéries climáticas, o grau de
risco na atividade aumenta podendo ter prejuízos no resultado final, caso inexistir
recursos financeiros disponíveis (ou não querer suprimi-los) para contratar pessoas
no auxílio da colheita ou pela impossibilidade de “troca de serviço” com outras
famílias agricultoras.
A troca de serviço é vista com resistência por muitos agricultores, por ficar
devendo “favores” a outras famílias ou pela possibilidade de emergir conflitos. A
maioria das famílias rurais evita a contratação de trabalhadores diaristas devido o
alto valor cobrado que pode significar alta parcela nos custos de produção. Muitas
vezes, se o trabalho for intenso e verificado que não se conseguirá vencê-lo,
buscam-se primeiro as pessoas conhecidas (parentes, amigos, vizinhos), em último
caso, contratam trabalhadores urbanos para acelerar o processo de colheita.
Geralmente, essa reflexão cabe a atividades do feijão e tabaco que demandam
intensa mão de obra e, por vezes, competem entre si no período da colheita.
A mão de obra, a facilidade proporcionada pela tecnologia, o baixo custo do
agrotóxico em comparação a penosidade do trabalho e a quantidade de horas/dias
em prol da lavoura, são alguns dos fatores que fazem o colono optar, mesmo em
pequenas áreas, pelo cultivo de commodities. É uma estratégia de alocação de
recursos e esforço da família rural para atividades que necessitam de mais mão de
obra artesanal. Assim, as roças ficam completas, aumentando o leque de produtos e
reduzindo-se o risco em uma única atividade, excetuando imprevistos durante o ano
agrícola.
O colono orienta sua roça buscando um equilíbrio entre os custos de
produção e a renda bruta, pois como escreve Redin (2011b), ele tenta assegurar
uma renda que compense seu esforço e trabalho durante o ano agrícola, através de
13
5. Considerações finais
De fato, os colonos perderam um pouco de autonomia com o avanço do
sistema agroindustrial no campo, mas, por outro lado, ganharam benefícios que
trouxeram comodidades aos afazeres rurais e a possibilidade de incorporar um estilo
de vida mais similar ao urbano. As famílias rurais anseiam, desejam e se movem em
necessidades criadas, querem usufruir de bens de serviços e consumo que são mais
comuns e presentes na cidade. Essa incorporação não deve ser vista como hostil ao
seu modo de vida, pois equivale a eles, estar em consonância com os padrões da
sociedade contemporânea, em outras palavras, isto possibilita graus de satisfação,
orgulho e motivação de que seu trabalho na roça pode lhe proporcionar acesso a
produtos e serviços de modo similar aos trabalhadores na cidade; mesmo
considerando todas as dificuldades inerentes a lida no rural.
De outro modo, as reconfigurações dos colonos ao estilo de produção
contemporânea não chegam a excluir hábitos, saberes geracionais e modos de vida
relacionados ao rural. Aos poucos, acontecem mudanças que readaptam as forças
produtivas e as relações sociais de produção, podendo ou não acarretar leves
alterações em algumas décadas. Às vezes, as próprias mudanças tecnológicas
chegam atrasadas às famílias rurais pela inexistência de capital, desconhecimento
14
Referências
ABRAMOVAY, R. Paradigmas do capitalismo agrário em questão. São Paulo,
Hucitec, 1992.
ALMEIDA, M. W. B. Redescobrindo a família rural. Revista Brasileira de Ciências
Sociais, São Paulo, v.1, n.1, 1986. p. 66-93
CANDIDO, A. Os parceiros do Rio Bonito: estudo sobre o caipira paulista e a
transformação dos seus meios de vida. São Paulo: Livraria Duas Cidades, 1987.
CHAYANOV, A. La Organización de la unidad económica campesina. Buenos
Aires: Ediciones Nueva Visión, 1974.
FREYRE, G. Casa-Grande e Senzala. 35º Ed. Rio de Janeiro, 1995.
FUKUI, L. F. G. Sertão e bairro rural: parentesco e família entre sitiantes
tradicionais. São Paulo: Ática, 1979.
GOODMAN, D.; SORJ, B.; WILKINSON, J. Da Lavoura às Biotecnologias. Rio de
Janeiro: Campus, 1990.
GRAZIANO DA SILVA, J. A modernização dolorosa. Rio de Janeiro: Zahar, 1982.
KAUTSKY, K. A questão Agrária. Porto: Portucalense, 1972.
LÊNIN, V. L. O desenvolvimento do Capitalismo na Rússia: o processo de
formação do mercado interno para a grande indústria. Tradução de José Paulo
Netto. São Paulo: Abril Cultural, 1982.
LUFT, C. P. Minidicionário Luft. Português, 20 ed. São Paulo: Ática, 2000.
MULLER, G. Complexo Agroindustrial e modernização Agrária. São Paulo:
Hucitec Educ, 1989.
REDIN, E.; SILVEIRA, P. R. C. A condição camponesa revisitada: transformações e
permanências. Revista Isegoria: Minas Gerais, UFV, v. 01, n. 01, mar/ago 2011, p.
01-28. Disponível em:
http://www.isegoria.ufv.br/Redin%20e%20Silveira_A%20condio%20camponesa%20r
evisitada.pdf.
REDIN, E. Dentro e fora da porteira – os elementos condicionantes na estratégia de
reprodução dos agricultores familiares fumageiros. Extensão Rural. Santa Maria:
DEAER/PPGExR – CCR – UFSM, Ano XVIII, nº 22, p. 67-102, Jul – Dez de 2011a.
Disponível em: http://cascavel.ufsm.br/revistas/ojs-
2.2.2/index.php/extensaorural/article/view/5649.
15
Renata Menasche
Universidade Federal de Pelotas – UFPel (Brasil), Laboratório de Estudos
Agrários e Ambientais – LEAA, Doutora em Antropologia Social, Professora do
Curso de Bacharelado em Antropologia e do Programa de Pós-Graduação em
Antropologia – PPGA/UFPel; Professora do Programa de Pós-Graduação em
Desenvolvimento Rural da Universidade Federal do Rio Grande do Sul –
PGDR/UFRGS.
Resumo
Introdução
1
Até o século XIX, a Pomerânia pertencia à província da Prússia, sendo formada pela região
que, após a constituição do Estado Alemão, seria repartida entre os domínios da Polônia e da
Alemanha.
3
Metodologia
2
São dois os projetos de pesquisa em vigência por ocasião deste estudo: Cultura, patrimônio e
segurança alimentar entre famílias rurais: etnografias de casos significativos (CNPq
559565/2010-0) e Saberes e Sabores da Colônia: modos de vida e patrimônio alimentar entre
pomeranos no Brasil meridional (FAPERGS 1018354/2010-6), ambos coordenados pela Profª.
Drª. Renata Menasche.
5
3
Referimo-nos aqui à região italiana do Friuli do século XVI, período da Inquisição. Menochio,
diferentemente da maior parte de seus contemporâneos, era letrado, daí o processo contra ele
movido pelos inquisidores ser particularmente enriquecido por seus escritos. Apesar das
especificidades do moleiro, esse processo seria tomado por Ginzburg (2006) como fonte para
analisar as visões de mundo das pessoas comuns daquele tempo e lugar.
7
Sobre cosmologias
4
Malinowski descreve as práticas e crenças dos nativos das ilhas Trobiand em sua etnografias
pioneira (Argonautas do Pacífico Ocidental, 1978).
5
Edmund Leach estudou o povo Kachin na Birmânia. Os descreve em sua principal monografia
Political Systems of Highland Burma (2004).
10
O caldo pomerano
baile com banda estilo alemão (para os mais velhos). À noite, os jovens
confraternizam-se em outro baile, esse com música de discoteca.
A festa da comunidade Menino Jesus tem por tradição servir, dentre
outros pratos, uma sopa de galinha e um caldo preparado com carne, feijão e
temperos (como eles explicam, uma espécie de mocotó sem mondongo),
batizado de caldo pomerano. Também nos casamentos de membros da
comunidade, realizados no mesmo salão, caldo e sopa não podem faltar. Na
realidade, mocotó e sopa de galinha são pratos recorrentes em outras
localidades da região, nas festas de comunidades em que existe forte presença
de camponeses de origem pomerana.
Caldo e sopa são produtos e produtores de divisões de gênero.
Enquanto o primeiro é preparado pelos homens, o segundo fica a cargo das
mulheres. Geralmente é um casal bem considerado pela comunidade
responsável por essa função, no que é auxiliado por outros homens e mulheres
mais novos. No Butiá, nos casamentos e festas comunitárias, já há bastante
tempo o preparo desses pratos fica a cargo de Seu Roni e de Dona Lúcia.
Marcel Mauss (2003) ensina que as trocas estão na base das alianças
que constituem a sociedade. Essas trocas podem ser de bens materiais ou
imateriais (serviços, rituais, hospitalidades etc) e são de outra natureza que a
estritamente utilitária – a troca justifica-se por si mesma e pela aliança que
gera, não pela coisa trocada, que representa mais o meio pelo qual a relação é
estabelecida. A troca pressupõe, ainda, as obrigações de dar, receber e
retribuir.
É através da feitura do caldo e da sopa que Seu Roni e Dona Lúcia
estabelecem a reciprocidade com o coletivo. Quando são convidados para um
casamento, é esse o presente que se espera deem aos noivos. Nas festas da
comunidade, tal qual seus pares, doam seu trabalho, além de aportarem a
maior parte dos ingredientes a serem usados na preparação dos pratos sob
sua responsabilidade.
Essa reciprocidade assume por vezes o sentido mesmo de obrigação.
Seu Roni confidencia que, já aos 63 anos, gostaria de parar de preparar o
caldo, mas ainda não encontrou alguém que possa substituí-lo. Nenhum de
seus ajudantes nem de seus filhos se coloca disponível para assumir a
obrigação de seguir o preparo do caldo em seu lugar. Eles parecem conhecer
13
***
Referências
MAUSS, Marcel. Ensaio sobre a dádiva: forma e razão da troca das sociedades
arcaicas. In: Sociologia e Antropologia. São Paulo: Cosac Naify, 2003.
MEIHY, José Carlos Sebe Bom; HOLANDA, Fabíola. História Oral: como
fazer, como pensar. São Paulo: Contexto, 2007.
GRUPO DE TRABALHO 12
1
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
Introdução
1
A revolução verde num âmbito geral se configurou com a implementação des pacotes
tecnológicos, onde diversos órgãos foram sendo criados a fim de viabilizar a modernização da
agricultura baseada em princípios da Revolução Verde. Na década de 70 criou-se a Empresa
Brasileira de Pesquisa Agropecuária (EMBRAPA) provida de centros regionais especializados e sua
linha de pesquisa baseava-se na prioridade de dar validade à tecnologias da Revolução Verde.
2
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
que nada mais trazia elementos homogêneos norte americanos, para desenvolver
um rural tido como atrasado.
Dessa maneira a partir da década de 70 com o forte investimento em
processos produtivos modernos surgem os marginalizados, ou seja, uma parte
significativa de agricultores familiares de pequeno porte que não conseguem
acompanhar o processo tornando-se excluídos ao acesso de tecnologias e recursos
viáveis para distintas realidades. Os movimentos sindicais, e a comunidade civil
organizada representativa da classe tem conquistado espaço na disputa de recursos
e de políticas públicas beneficiárias, sendo que este é um processo em andamento
ainda.
Neste contexto insere-se a agroindústria familiar rural (AFR), a qual é tida
como o local de processamento e beneficiamento de matérias primas agropecuárias,
e existe desde que famílias processam alimentos com valor de uso, para seu
consumo.
Com o aumento das cidades e do dito, desenvolvimento, as famílias foram
atribuindo valor de troca a estes produtos, os quais foram tornando-se conhecidos e
ganhando espaço frente aos produtos ‘in natura’. Com o processo de modernização
e o avanço dos mercados as grandes indústrias foram se apropriando das técnicas
de processamento e beneficiamento num ato de expansão de mercados de longa
distancia, perdendo assim o elo com o mercado de proximidade.
Nos anos 90, a agroindústria familiar rural passa a ser visualizada pelas
políticas governamentais, como forma de agregação de valor a matéria prima, tendo
então potencial de promoção de desenvolvimento local.
A AFR que era, em muitos casos, uma fonte de renda completar, passa a ser
incentivada dentro de um processo de enquadramento jurídico tecnocrático imposto
conforme padrões legais sanitários, tributários e ambientais existentes para
Também nesta década foi criada a Empresa Brasileira de Assistência Técnica e Extensão Rural
(EMBRATER) objetivando a unificação das Associações de Créditos e Extensão Rural (ASCARs).
3
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
Referencial teórico
4
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
5
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
A partir de meados dos anos 80, com a emergência cada vez maior das
dinâmicas geradoras de atividades rurais não-agrícolas, e da pluriatividade
no interior das famílias rurais, observa-se uma nova conformação do meio
rural brasileiro, a exemplo do que já ocorre há tempos nos países
desenvolvidos. Esse "Novo Rural" como vem o temos denominado, pode
ser também resumido em três grandes grupos de atividades:
a) uma agropecuária moderna, baseada em commodities e intimamente
ligada às agroindústrias;
b) um conjunto de atividades não-agrícolas, ligadas à moradia, ao lazer e a
várias atividades industriais e de prestação de serviços;
c) e ainda, um conjunto de "novas" atividades agropecuárias, localizadas em
nichos especiais de mercados (GRAZIANO, 2001).
6
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
7
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
8
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
9
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
acabam por influenciar na composição interna das famílias no meio rural, pois
atualmente tem-se uma ligação estreita entre espaço/tempo e urbano/rural. Nesse
sentido, concorda-se com Corrêa (2001), quando o autor afirma que até mesmo o
consumo sofre redefinição, ou seja, o agricultor participa da sociedade moderna e,
por isso, aspira desfrutar de todos os bens materiais e culturais ofertados pelo
mercado.
10
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
11
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
Resultados e Discussão
12
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
Nestas AFRs a matéria prima para processamento pode não ser oriunda da
propriedade, a mão de obra pode ser externa, ou seja, os recursos que mantém a
atividade não são agrícolas por isto é considerada uma atividade não agrícola.
Nestes casos em geral, os proprietários possuem uma visão mais estrita de
produção para o mercado e buscam a legalização e o enquadramento dentro das
formas legais. Nestes casos, como aponta Nascimento (2007) a pluriatividade
significaria, principalmente para muitos agricultores familiares descapitalizados e não
13
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
Mas a maioria das AFR da região centro do estado do RS, as quais são
espelho para as observações e reflexões teóricas deste trabalho, possuem outra
lógica de trabalho na unidade de produção, onde a mão de obra é familiar, a matéria
prima é própria, onde o saber fazer que trás a diferenciação do produto é herdado
de antepassados, e além disto trás todo um modo de vida que entrelaça a produção
agrícola, o processamento e o modo de vida no meio rural; pois estas AFRs
geralmente se encontram no meio rural e não em centros urbanos.
A AFR como uma atividade não agrícola, pluriativa, tem sua cota de
reprodução social nos dias atuais e deve ser tomada sim como forma de
desenvolvimento para muitas realidades, principalmente em locais de proximidade
com regiões metropolitanas, mas também pode ser vista como uma forma de
mascarar o descaso das políticas públicas impondo de forma sutil alternativas
viáveis a reprodução social. Parece mais fácil trazer um conjunto de externalidades
que proporcionem o desenvolvimento do que fomentar o existente.
Neste contexto o sujeito rural passa por conflitos socioprofissionais, onde está
em jogo a identidade do agricultor, do colono, que tem na atividade de produção e
15
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
Considerações Finais
Desse modo a agroindústria que incorpora o sujeito rural e vice versa centra-
se nesse novo rural que seria ao mesmo tempo urbano e global. “Já tecnificada,
industrializada, urbanizada e civilizada, a imagem desse rural da alta ou pós-
modernidade reescreveria as identidades rurais tendendo a construir o agricultor
como o jardineiro da natureza e o guardião do patrimônio natural e das tradições
culturais” (Moreira, 2006, p. 69).
16
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
Referências Bibliográficas
17
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
18
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
19
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y reconfiguración en el
siglo XXI”
20
Bloque 12
“La salud en zonas y/o
ambientes rurales”
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
GT 13: La salud en zonas y/o ambientes rurales
Partimos de considerar que los procesos de atención son parte de una construcción
histórica tanto individual como colectiva, que produce y a la vez reproduce modos
específicos de interacción, institucionalización y resolución de los procesos de salud/
enfermedad/ atención, que se dan en el ámbito hospitalario.
Este trabajo es parte de un estudio más amplio, desarrollado entre los años 2006 y
2010, en el que se exploró las condiciones de acceso y atención de la salud de
mujeres campesinas e indígenas; intentando una identificación de aquellos factores
que disminuían el acceso y dificultaban la atención en los servicios de ginecología de
hospitales públicos, para mujeres provenientes de áreas rurales.
En este análisis nos focalizamos en las experiencias de búsqueda y atención de la
salud, a partir de los relatos de dichas mujeres en dos hospitales públicos, ubicados
en dos áreas geográficas de la provincia de Jujuy, la zona de Puna y la de Quebrada.
El análisis de las narrativas nos permitirá comenzar a comprender las relaciones de
poder muchas veces naturalizadas, la subordinación de saberes, las incomprensiones
que se dan en los encuentros en el consultorio, las experiencias sobre las visitas al
hospital, el sistema de turnos, los tiempos de espera, in itinere y otros aspectos
burocráticos. Privilegiamos en el análisis, el punto de vista de las pacientes/ usuarias,
que dan forma al espacio médico institucional con sus propios modos de percepción,
explicación y sentimientos respecto de los padecimientos, los modos de atención y
resolución de los mismos.
Palabras clave: narrativas - mujeres campesinas e indígenas - atención de la salud
sexual y reproductiva – salud púbica.
INTRODUCCIÓN
Este trabajo es parte de un estudio más amplio en el que se exploran e interpretan las
percepciones de las mujeres en torno a los encuentros en el consultorio (situaciones
de interacción entre médicos/as y las pacientes), las visitas al hospital, el sistema de
turnos, los tiempos de espera e itineré y otros aspectos burocráticos que también
aborto, otras complicaciones del embarazo y del parto, otra atención materna relacionada con el feto y con la
cavidad amniótica, y con posibles problemas del parto. Por otro lado, también considerando las estadísticas
provinciales, las causas obstétricas fueron por lejos, la principal causa de muerte materna, representando el 88
% para el año 2004.
3
Un estudio reciente publicado en la Revista Medicina (Grondona, et.al., 2002) reveló una altísima incidencia de
de HPV en mujeres jujeñas. Los virus papiloma humanos (HPV) están asociados etiológicamente con el
carcinoma cervical. A fin de evaluar la infección por HPV y su relación con la elevada frecuencia de esta neoplasia
en mujeres rurales e indígenas jujeñas, se estudiaron 271 muestras de cérvix provenientes de lesiones
preneoplásicas y neoplásicas (biopsias) y controles normales (citologías). Se realizó la detección y tipificación
viral empleando PCR-RFLP o PCR-hibridación y se analizó la variabilidad de HPV16 en los genes L1 y E6 por PCR-
hibridación. Se detectó HPV en el 52% de los controles, 91% de lesiones de bajo grado, 97% de alto grado y 100%
de carcinomas invasores, correspondiendo el 55% al HPV16.
habitantes y 6.919 mujeres en edad férti. El hospital Jorge Uro realiza
aproximadamente 44770 consultas por año, de las cuales 1991 corresponden al
servicio de ginecología (un 4,44 %).
La otra zona en la que trabajamos se denomina Quebrada, con un clima más
favorable, una altura más baja y una mayor cantidad de recursos animales, vegetales
e hídricos. En el recorte incluimos los departamentos de Tilcara y Tumbaya. El
primero se haya más poblado y con un alto porcentaje de población concentrada en la
ciudad cabecera de Tilcara, punto estratégico del turismo provincial. Dentro de éste
área incluimos dos hospitales, que cuentan con servicio de ginecología para la
población femenina, en la zona de la Quebrada. El hospital “Salvador Mazza”, se
encuentra en la localidad de Tilcara, cabecera del departamento y cuenta con sala de
rayos, servicio de odontología, pediatría, clínica general y tocoginecología. También
está equipado con un laboratorio de análisis clínicos y tiene una capacidad de
internación de 40 camas. En el hospital Salvador Mazza se realizaron
aproximadamente 31.668 consultas, de las cuáles 2356 corresponden al servicio de
ginecología (un 7,5 %)
El hosptal de Maimará es aún más pequeño y tiene menor complejidad que el de
Tilcara, cuenta con servicio de pediatría, clínica médica y tocoginecología. Su
capacidad de internación es de 38 camas. Se realizaron allí un total de 19848
consultas, de las cuales 488 correspondieron al servicio de ginecología (un 2,45%)
Del hospital cabecera de Maimará dependen doce puestos de salud. De ambos
hospitales depende una población total de 15.376 habitantes y a ello corresponde un
total de 6.416 mujeres en edad fértil.
Se realizaron 80 cuestionarios cerrados y veintidós entrevistas en profundidad a
mujeres provenientes de áreas rurales, tomando como variable que al menos una vez
en los últimos años, hubiesen intentado atenderse o se hubiesen atendido, en alguno
de los servicios de ginecología, de dos hospitales de la provincia de Jujuy.
Complementariamente, utilizamos la observación participante en espacios claves de
la atención, como son las salas de espera y los pasillos de los servicios de
ginecología. Se tomaron como criterios para la selección de las mujeres participantes:
que tuvieran entre 15 y hasta los 60 años y que residieran en algunas de las
comunidades rurales o indígenas seleccionadas para el estudio.
Cabe aclarar, que la totalidad de las mujeres que participaron del estudio fueron
entrevistadas en distintas circunstancias: estando en sus viviendas o las de familiares
o amigas, en espacios y talleres de ONG’s que desarrollan actividades en la zona, en
lugares de encuentro social como plazas, ferias o festividades locales. En ningún
caso las entrevistas se realizaron en los espacios de atención, las salas de espera o
las inmediaciones del hospital; intentando con ello, restringir el sesgo que podrían
presentar en las respuestas la presencia inminente de la “institución hospitalaria y/o
de sus trabajadores”. Privilegiamos en el análisis, el punto de vista de las pacientes/
usuarias, que dan forma al espacio médico institucional con sus propios modos de
percepción, explicación y sentimientos respecto de los padecimientos; y sus propias
respuestas y resoluciones a los mismos. Coincidimos con el planteo de Recoder
(2010) de que las intervenciones en el ámbito médico- hospitalario dan lugar a
procesos interpretativos que operan en la construcción tanto de la enfermedad, como
de las experiencias de cuidado de los afectados.
¿QUÉ ES SENTIRSE MAL?
Planteamos la necesidad de incluir en el análisis aquellas condiciones previas a la
explicitación o efectivización de la consulta: la percepción y reconocimiento de
sensaciones mórbidas y su clasificación en enfermedades o no, su ordenamiento en
aquellos malestares que atiende el hospital (biomedicina4) y aquellos que requieren la
atención del “médico particular”5, diferente valoración de síntomas, particular
discriminación entre lo normal y lo patológico, etc. Nos proponemos intentar un
mapeo de los modos socialmente compartidos, por medio de los cuales, las mujeres
identifican, explican y buscan tratar la dolencia.
La antropología médica ha diferenciado tres conceptos: illness, disease y sickness
(Good, 1977; Kleinman,1978; 1981); incluyendo dentro del primer término, las
percepciones subjetivas que registran las personas respecto de sus propios cuerpos
en relación al bienestar/ malestar. El segundo concepto, disease, refiere
específicamente a aquel desequilibrio en el plano biológico que el modelo biomédico
identifica como enfermedad y que no necesariamente es coincidente con las
percepciones del paciente. Finalmente, al incorporar en el análisis el concepto de
sickness, se confiere al malestar un significado socialmente reconocible que le
4
En este trabajo caracterizamos como biomédicas el conjunto de prácticas, conocimientos, teorías y técnicas,
generadas por el desarrollo de lo que se conoce como medicina científica, que legitimada por los criterios de
objetividad y universalidad científicos y por el Estado, se consolidó, en los últimos dos siglos, como la legítima
encargada de la atención de las enfermedades en gran parte de la sociedad estudiada. La expansión histórica de
este conjunto de prácticas y saberes ha supuesto la subordinación y complementariedad de otras prácticas a este
modelo biomédico (Menéndez; 1990).
5
Se denomina así, a aquellos curadores que trabajan por fuera del sistema público de salud y cuyas
representaciones y prácticas respecto del proceso salud/ enfermedad/ atención combinan elementos de la
medicina folk, popular (Kleinman, 1980) y del modelo médico dominante.
permite a la persona “poner en común” su experiencia de enfermedad. “Cada cultura
tiene reglas para traducir signos en síntomas, para ligar sintomatologías a etiologías
e intervenciones y para usar la evidencia provista por las intervenciones, para
confirmar las traducciones y legitimar los resultados. El patrón que una persona sigue
de la traducción, a los resultados socialmente significantes, constituye su malestar”.
(Young, 1982: 270)
“SIEMPRE PRIMERO SE RECURRE A LA AUTOMEDICACIÓN, UNA AMIGA QUE TE DICE TOMATE ESTO Y CON SUERTE EL
DOLOR VA PASANDO, UNO LO DEJA ESTAR Y PIENSA QUE YA ESTÁ, QUE YA PASÓ Y DESPUÉS POR AHÍ TENES UN
SANGRADO POR DENTRO Y NO SABES” (MÓNICA, YAVI CHICO)
Si tuviésemos que trazar un borrador de lo que sería en estos casos la “carrera del
enfermo” (Friedson, 1978) o la “experiencia del paciente” (Conrad, 1985, 1987)
diríamos que inicialmente se recurre a estrategias de autoatención que tiendan
principalmente a la supresión de los síntomas, seguido a ello se recurrirá al consejo
de las personas cercanas al entorno familiar, amigos, vecinos (sobre todo mujeres
de mayor edad) que recomiendan algún tipo de tratamiento o medicación. Si el
malestar continúa y de acuerdo a las características que presenten los síntomas, se
intentará construir algún tipo de etiología de la dolencia y en concordancia con ello,
las mujeres recurrirán a un tratamiento popular6 o a la salita (que generalmente, es el
paso previo para luego intentar atenderse en el hospital).
las mujeres recurrirán a un tratamiento popular7 o a la salita (que generalmente, es el
paso previo para luego intentar atenderse en el hospital).
Las prácticas cotidianas y las estrategias frente a la salud-enfermedad junto a las
concepciones que las sustentan, expresan, en sociedades altamente complejas y
segmentadas, fragmentos de diversas identidades socioculturales que han entrado
y/o permanecen en contacto en la actualidad (Menéndez, 1981)
Al analizar los consumos en relación a la salud, en ese análisis no podemos dejar de
considerar, como se explicitó en estudios anteriores (Dellacasa, 2008), que las
barreras burocráticas, las dificultades económicas y geográficas8 para el acceso a los
6
En el campo cultural “lo popular” sólo puede definirse en relación, donde la identidad cultural de cada grupo
social incluye en su interior al conjunto de significaciones y la lógica de las representaciones que son socialmente
válidas para ese grupo.
7
En el campo cultural “lo popular” sólo puede definirse en relación, donde la identidad cultural de cada grupo
social incluye en su interior al conjunto de significaciones y la lógica de las representaciones que son socialmente
válidas para ese grupo.
8
En el caso de la región de la Puna, algunas mujeres comentaron que recorren varios kilómetros para llegar al
hospital, si bien existe transporte local que une algunas comunidades con la Ciudad de La Quiaca o con San
Salvador de Jujuy, capital de la provincia. Aunque el servicio es escaso, funciona con poca frecuencia y no anda
en la madrugada. Pero el trayecto que muchas usuarias deben recorrer siempre es de varios kilómetros, y los
caminos son generalmente de herradura, de modo que solo pueden transitarse a pie o a lomo de mula.En el caso
de la zona de Quebrada, hay muchas menos comunidades dispersas y mayor cantidad y frecuencia de servicios
servicios y los problemas relacionados con la falta de asesoramiento, constituyen
importantes obstáculos a la hora de concretar una consulta en el hospital.
A partir del diálogo con mujeres de distintas comunidades, observamos que el
reconocimiento y el temor a “las enfermedades” derivaba, no tanto de
representaciones o supuestos, sino de experiencias concretas que se han vivido
personalmente, o que fueron sufridas por alguna persona del grupo familiar o de
referencia. Si bien existe algún tipo de reconocimiento de cuáles síntomas deben ser
atendidos y cuáles no, dichas señales muchas veces, son percibidas tardíamente.
“UNA SIEMPRE VA RECIÉN CUANDO LE DUELE ALGO Y YA NO AGUANTA MÁS, SINO NO VA AL MÉDICO… UNA SE DEJA
ESTAR A VECES VA A ÚLTIMO MOMENTO Y DESPUÉS TE RETAN”(MARTINA, MAIMARÁ)
Los malestares que no son considerados suficientemente “serios” como para ser
encarados a través de los servicios de salud correspondientes, forman parte de la
“normalidad”. La situación de enfermedad es aceptada, en algunos casos con total
naturalidad, formando parte del ambiente en un marco más general de carencias y
dificultades.
Las estrategias de prevención (entendidas a partir del esquema biomédico como un
conjunto de prácticas que tienden a evitar el contagio y la propagación de las
enfermedades) en el estudio desarrollado, se registran como prácticamente
inexistentes, la enfermedad es concebida como un acontecimiento puntual y
accidental. La idea de “futuro” no encaja bien en el esquema cotidiano de la
experiencia en torno a los padecimientos, es prácticamente poco probable el
razonamiento de que determinadas acciones en el presente puedan “prevenir” el
malestar en el futuro, ya que “las enfermedades suceden”.
“DECIMOS ¿PARA QUÉ VAMOS A IR? SI NO ME DUELE NADA, SI ME SIENTO BIEN…” (ISOLINA, LA REDONDA)
“SI DIOS DICE QUE TENES QUE MORIR BUENO, HAY QUE MORIR. YO NO TENGO MIEDO A NINGUNA ENFERMEDAD… Y
BUENO SI UNO ESTÁ ENFERMO, QUÉ VA A HACER, VA A SEGUIR ASÍ. YO YA SOY VIEJA, YA VIVÍ TODO, YA ESTOY
LLEGANDO PARA OTRO LADO, AHORA CUÍDENSE USTEDES…” (ISABEL, PUEBLO NUEVO)
de transporte local. Además las distancias que se recorren son menores, y los caminos mejorados son más.
Coincidimos con el planteo de Boltanski (1975), en que los sectores más
vulnerabilizados otorgan otro grado de interés y atención a las sensaciones
corporales y al cuidado del cuerpo. En éstos grupos pareciera otorgársele más valor a
la noción de “fuerza física”. Valoración, posiblemente ligada al hecho de que el cuerpo
se constituye como herramienta de trabajo y supervivencia en actividades que
requieren un despliegue de fuerza y resistencia, más que otro tipo de destrezas,
como el caminar largas distancias en zonas montañosas, el trabajo de la tierra, la cría
y pastoreo de animales, etc. Toda señal del cuerpo, es vivida inicialmente como
interferencia, antes que como señal de alarma. Percibida como interferencia,
inicialmente tiende a ser suprimida, y sólo en circunstancias en que su intensidad
imposibilita el movimiento incapacitando para el trabajo, parece desencadenar un
comportamiento de búsqueda de atención.
En relación a esto y al considerar las condiciones de vida, que practican los sectores
subalternos, Eduardo Menéndez (1981) plantea que debe considerarse no sólo la
“continuidad cultural” de ciertas hábitos de consumo en relación a la salud; sino
también las condiciones generadas por los grupos dominantes, de las cuales los
estratos subalternos se apropian parcialmente a través de un sistema de
transacciones. Al discriminar la eficacia de determinadas prácticas de salud, se debe
considerar: las experiencias objetivas de la población en relación a las mismas,
siendo necesario, cuando se quiere explicar rechazos, supuestamente “irracionales”,
rastrear los antecedentes y la experiencia dentro de la cuál se construyeron las
condiciones de eficacia/ rechazo/ aceptación (Menéndez,1981: 472). En este sentido,
una serie de procedimientos que desde una mirada biomédica podríamos caracterizar
como “de rutina”, son registrados por las mujeres como cruentos. En las prácticas de
atención y en las consultas, las mujeres refirieron al uso de espéculos, suero,
pinchaduras, tactos, etc., como situaciones que les resultaron “violentas”.
LA RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE
Analizaremos en este apartado cómo se presenta el médico o la médica ginecóloga/o
y/u obstetra en el relato de las mujeres, así como las expectativas y experiencias de
atención en el consultorio. El análisis de los relatos nos permitirá comenzar a
comprender las relaciones de poder que rigen la relación médico- paciente y que
muchas veces resultan naturalizadas, la subordinación de saberes, las
incomprensiones, conforme son vividas por las mujeres/ usuarias.
Así, pudimos observar que la desigualdad de género atraviesan las relaciones médico
– paciente básicamente en dos sentidos: por un lado, algunas mujeres expresan
mayor “confianza” en atenderse con ginecólogos u obstetras varones, que se
presentan en el discurso como los “que saben más”.
“CON OTRA MUJER SIENTO MENOS CONFIANZA, NO SE POR QUÉ. COMO QUE LOS HOMBRES SABEN MÁS, QUE LA VAN
A TRATAR MEJOR, SON MÁS DELICADOS. YO TUVE ESA SUERTE, QUE ME HAN TRATADO BIEN EN LOS EMBARAZOS, ME
HAN TRATADO CON MUCHO AMOR, POR ESO YO A UN MÉDICO LE TENGO MÁS CONFIANZA.” (ANDREA, LA BANDA)
“YO LE TEMO MÁS A LA MUJER QUE AL HOMBRE. ESCUCHÉ QUE LAS MUJERES GINECÓLOGAS SON MÁS BRUTAS
CUANDO HACEN EL PAP.” (ROSITA, JUELLA)
Por otro lado, varias mujeres expresaron que el hecho de atenderse con médicos
varones les provocaba mayor vergüenza ante la exposición física, entonces preferían
a las ginecólogas u obstetras.
“ME LLEVO MI HERMANA AL HOSPITAL, PERO EN CUANTO VI QUE HABÍA UN DOCTOR JOVENCITO, NO DIJE NADA Y ME
FUI RÁPIDO” (MARIA, SURIPUGIO)
“ME DA VERGÜENZA…ACÁ EN EL HOSPITAL HAY UN DOCTOR, SI FUERA UNA MUJER SERÍA OTRA COSA, YO NO ME
SACO LA ROPA Y ME ABRO CON UN MÉDICO HOMBRE” (MONICA, YAVI CHICO)
“ YO CADA VEZ QUE TENGO QUE VENIR ES UN SUFRIMIENTO, ME PONE MAL TENER QUE ESTAR AHÍ ABIERTA DE
PIERNAS, EL DOCTOR TE DICE ACOSTATE EN LA CAMILLA, ABRÍ LAS PIERNAS Y NADA MÁS!” (MARÍA A,VOLCÁN)
“ME PREGUNTÓ UNAS COSAS Y DESPUÉS ME DIJO QUE ESTABA TODO BIEN, PERO NO ME REVISÓ, NI NADA…” (ISABEL,
PÚEBLO NUEVO)
Pero por otro lado, la puesta en escena del ritual terapéutico es también la
performance del acto de legitimación de un saber excluyente, y una
instancia de control normativo sobre los cuerpos de un agente por sobre otros.
Aquí, las mujeres son construidas por el discurso de médicos/as como agentes
pasivos y receptivos, personas que han sido “educadas” y deben ser “contenidas”
“A MI UNA DE MIS AMIGAS ME CONTÓ QUE CUANDO SE LO HICIERON LA DEJARON ASÍ CON LAS PIERNAS ABIERTAS EN
LA CAMILLA Y EL DOCTOR SE FUE A ATENDER A OTRA Y PASABA UNO Y PASABA OTRO Y LA MIRABAN Y A MI ME DIO
MÁS VERGÜENZA VENIR A HACERME ESA REVISACIÓN.” (MARGARITA, YAVI CHICO)
“EL MÉDICO HABLA DIFÍCIL YO NO ENTIENDO NADA. NO SÉ PARA QUE VOY SI ME VUELVO IGUAL QUE COMO VINE”.
(HORTENSIA, LA REDONDA)
“HAY PERSONAS QUE NO ENTIENDEN Y NO PUEDEN CONTESTAR. EL DOCTOR HABLA CON ELLAS, PERO ELLAS NO
ENTIENDEN. POR ESO, LA GENTE A VECES NO VIENE A ATENDERSE, PORQUE ESO ES UN GRAN TRABA Y LAS MUJERES
QUE NO PUEDEN HABLAR LES DA VERGÜENZA. (ROSA, MAIMARÁ)
CUANDO MI COMADRE LLEGÓ SANGRANDO A HOSPITAL LE DIJERON DE TODO, LE PREGUNTABAN ¿QUÉ TE HICISTE?
(DOMINGA, SUSQUES)
EL DOCTOR ME PREGUNTABA VARIAS VECES Y SI TOMÉ LAS PASTILLAS (ANTICONCEPTIVAS), ME DECÍA NO ME ESTÁS
MINTIENDO, NO?. COMO QUE ME DESCONFIABA… ( ELOISA, MAIMARÁ)
“YO NO VOY MÁS PORQUE A MI NO ME GUSTA QUE ME TOQUEN, NO ME GUSTA LO QUE HACEN...” (CARMEN, SANTA
CATALINA)
“POR SER MUJER, POR SER ANCIANA, POR SER INDÍGENA, NO NOS ATIENDEN BIEN ... LA DISCRIMINACIÓN SIEMPRE
ESTÁ” (ANDREA, LA BANDA)
Beatriz Cortes (1997) plantea que el paciente efectúa dos demandas: de cura y de
restitución de su yo previamente desintegrado. De modo que, las habilidades técnicas
que posea el médico serán insuficientes si éste ignora que está frente a un enfermo
(un sujeto descentrado) y no frente a un cuerpo que se puede comprender/ mueve
estrictamente en términos biológicos. Sin bien lo que el paciente espera, es cura y
significación lo que obtiene en realidad, muchas veces es confusión y desasociego.
“ANA LE PREGUNTA A UNA AMIGA DESPUÉS DE CONCURRIR A LA CONSULTA: -Y QUÉ TE DIJO? -NO SÉ, NO LE
ENTENDÍ NADA.” (ISABEL, PUEBLO NUEVO)
El paciente demanda que el médico le provea una explicación de lo que sucede, una
interpretación de su padecimiento. Pero muchas veces explicación que provee le le
proporcioana al paciente mayor incertifdumbre y desasociego, lo que deviene en una
estrategia del paciente de evitar obtener información respecto de lo que le sucede “ la
idea es que conocer un diagnóstico no va a modificar la realidad de padecer
determinada enfermedad”
“NO TODOS QUIEREN SABER LO QUE TIENEN. POR AHÍ EN EL MOMENTO TE SENTÍS BIEN ENTONCES PARA QUÉ VAS A
IR A VER SI ENCIMA TE ENCUENTRAN ALGO.” (MARGARITA, YAVI CHICO)
“YO SI ME HAGO EL PAP YA ESTOY AFLIGIDA… CAPAZ QUE YA ME VOY A MORIR ANTES DE QUE ME DIGAN LO QUE
TENGO. A MÍ NO ME TOQUEN, DE ALGO ME VOY A MORIR… ENTONCES NO ME HAGO EL PAP, LO MISMO EL
ELECTRO, YO NO ME HAGO, LE TENGO UN MIEDO, UN TERROR….” (DOMINGA, SUSQUES)
“YO EN MI CASO NO ME HAGO PORQUE SIEMPRE TUVE MIEDO DE QUE TENGA ALGO Y NO SE CÓMO VOY A REACCIONAR
CON LA NOTICIA, CON ESO TENGO MIEDO, NO SABRÍA SI VOY A TOLERAR QUE ME DIGAN QUE ME SALE MAL, SERÍA
DIFÍCIL.” (ISOLINA, LA REDONDA)
“FUI HASTA LA PUERTA, FUI CON EL TURNO A LA HORA PARA HACERME EL PAP PERO ME FUI, NO ME HICE, ES COMO
QUE ME VENCIÓ EL MIEDO, ME GANÓ EL MIEDO Y NO ME HICE. EL DOCTOR ME DIJO QUE NO DOLÍA NADA, QUE ES UNA
PAVADA, Y ME EXPLICÓ QUE CON LA CUCHARITA, LE SACAN DE AHÍ Y LE ANALIZAN, Y SÉ QUE NO DUELE, A LOS
RESULTADOS ES EL TEMOR” (ISABEL, PUEBLO NUEVO)
“YO ME IBA A HACER EL PAP HACE MUCHO TIEMPO PERO VINO UNA SEÑORA Y DIJO QUE POR HACERSE EL PAP LE
HABÍAN METIDO UNA ENFERMEDAD, LE HABÍAN COLOCADO ESO (EL ESPÉCULO) PARA HACERSE EL PAP Y
SEGURAMENTE QUE NO ESTABA DESINFECTADO Y ENTONCES LE PASÓ LA ENFERMEDAD QUE TENÍA LA OTRA MUJER QUE
LE HABÍAN HECHO EL PAP, Y DE AHÍ QUE YO DIJE NO VOY.” (MARIA,SURIPUGIO)
“YO ME IBA CALLADITA NOMÁS PARA HACERME EL PAPANICOLAU, PORQUE MI MARIDO ME DECÍA «VOS, TE VAS A
ENCONTRARTE CON ALGUIEN POR AHÍ», ERA UN LOCO Y
NO QUERÍA QUE ME HAGA EL PAPANICOLAU. ENTONCES YO ME IBA A ATENDER, VEÍA AL MÉDICO Y LISTO. NO
IMPORTA LO QUE DIGA EL HOMBRE UNA TIENE QUE HACER LO DE UNA SIN DEPENDER DE SI AL MARIDO LE PARECE BIEN
O MAL.” FELIPA, JUELLA)
“CON EL TEMA DE LOS TRES DÍAS SIN TENER RELACIONES ÉL EMPIEZA A PREGUNTAR ¿Y POR QUÉ? Y VOS LE DECÍS
MIRÁ ME TENGO QUE HACER TAL ESTUDIO, NO TENGO QUE TENER RELACIONES TRES DÍAS, Y EL TE PUEDE HACER LA
GAUCHADA PERO SI NO LE COMENTÁS TAL VEZ ES PARA PROBLEMAS.” (SIMONA, TILCARA)
Además de la construcción que las pacientes/ usuarias practican del hospital como
institución y espacio de atención de la salud. Existe entre las mujeres la idea de que ir
al hospital les insumirá poco más de un día y muchas veces no disponen de este
tiempo. En primer lugar la distancia geográfica de muchas comunidades respecto a
las instituciones sanitarias funciona, en el imaginario local como espacios que quedan
“muy alejados”. Más de un tercio de las usuarias consultadas comentó que camina
más de 5 kilómetros para llegar al hospital y sólo la mitad de ellas en algunas
ocasiones puede utilizar el transporte público
“YO CAMINO CINCO, SEIS HORAS O MÁS. Y HAY MUJERES EMBARAZADAS CON CONTRACCIONES QUE LAS TRAEN
CAMINANDO. NO HAY UN CAMINO BUENO DONDE PUEDA SUBIR UN AUTO, DE HECHO TAMPOCO LLEGA LA AMBULANCIA
HA HABIDO CASOS EN QUE HAN TENIDO A LOS NIÑOS EN EL CAMINO”. (DOMINGA, SUSQUES)
El hospital se presenta a las usuarias como “la institución” con todas las
complejidades que de ello se desprenden. De modo, que a su alrededor se
construyen una serie de representaciones, signadas sobre todo, por las experiencias
previas de otras mujeres que ya han concurrido y sus comentarios.
“A MI MANDO AL HOSPITAL DE LA CAPITAL, PERO NO PUDE IR TODAVÍA. POR ESO VUELVO. HAY ESTUDIOS QUE SOLO
LOS HACEN ALLÍ”.
(ROSA, MAIMARÁ).
Como ya mencionamos ninguno de los hospitales con los que trabajamos cuenta con
aparatología ni laboratorio para análisis ginecológicos, como el PAP o la colposcopia;
aunque si se realizan los análisis de sangre u orina mas comunes. Solo se realizan
controles de rutina y controles de embarazo o se extraen muestras para luego
analizarlas. Cuando se requieren estudios mas complejos, repetición de exámenes o
una consulta especializada, las pacientes deben trasladarse a los hospitales de
referencia provinciales que ya detallamos. Cuando no, en casos extremos o ante
ciertas patologías especificas, deben hacerlo a otra provincia (Salta, Córdoba o
Buenos Aires). Lo que implica una serie de traslados periódicos: para obtener turnos,
para realizarse estudios o practicas, para retirar resultados, etc; que pocas pacientes
logran efectivizar por barreras económicas, geográficas, burocráticas; etc. Pero
también por la gran cantidad de tiempo que les insume y que les resulta muy
preciado, particularmente en las estaciones en que las actividades de subsistencia se
intensifican; retomaremos el tema del tiempo mas adelante. Hemos observado una
marcada tendencia por parte de los profesionales a indicar o prescribir el uso un tipo
de método anticonceptivo, sin considerar las necesidades, ni las condiciones de vida
de las pacientes; lo que provoca muchas veces la ineficacia y abandono del método.
Además, hemos registrado varios casos de gravedad, en que los profesionales han
aplicado métodos anticonceptivos irreversibles (como ligadura de trompas, extracción
de útero y ovarios) aduciendo que se hacía “por el bien de la paciente”.
9
En los últimos años, sin embargo, se ha registrado un incremento en las consultas “preventivas” y en la
“búsqueda” de métodos anticonceptivos. En parte, creemos que el accionar de varias ONG’s que se desempeñan
en la zona, junto a la atención itinerante que realizan algunos trabajadores de la salud; han logrado “movilizar” a
algunas mujeres.
Las prácticas de administación de anticoncepctivos uno de los pilares de la
planificación familiar se diseñan desde el espacio de poder en intentan implementarse
por fuera de la cotidianidad delas pacientes usuarias y sus representaciones, lógicas
y practicas que hacen al quehacer doméstico de los unidades de subsistencia.
Lógicas que se diseñadas desde un nivel macro y que desconocer las
representaciones y practicas cotidianas. Tanto en el uso de estrategias de prevención
de embarazos, planificación familiar como de seguimiento de medicaciones y
tratamiento y en torno al tema dificultad una efectiva puesta en marcha de estrategias
que favorezcan el uso de los anticonceptivos orales o preservativos, muchas
pacientes tienen dificultades para hacer una toma continua, diariamente. Es común
que olviden tomar la pastilla una o varias veces durante el ciclo. Y en ello se expresa
la falta de concordancia con las representaciones que tiene las mujeres respecto de
los tiempos, en torno a los métodos anticonceptivos, así como de las posibilidades de
implementarlos en las relaciones
“YO TOMÉ LAS PASTILLAS UNOS DÍAS, PERO ME OLVIDABA. ENTONCES NO LAS TOMÉ MÁS...” (SIMONA, TILCARA).
“EN EL CASO DE LOS PRESERVATIVOS MASCULINOS, EN GENERAL SE DESCONOCE SU USO ADECUADO. “MI MARIDO NO
QUIERE CUIDARSE. ÉL ES DURO, YO NO PUEDO HACER NADA...” (FELIPA, JUELLA)
“UNA NO QUIERE TENER MÁS HIJOS, PERO EL MARIDO NO LO ENTIENDE. SI ESTÁ MACHADO (BORRACHO) PEOR, SE
ENOJA Y YA EMPIEZA A DISCUTIR...”( MARGARITA, YAVI CHICO)
Muchas veces resulta complicada una adaptación a los ritmos organizativos que se
plantean las instituciones de salud, esto se refleja particularmente en el sistema de
turnos programados. Ya que prácticamente no se utiliza, por no adecuarse a los
diferentes organizadores de la experiencia del tiempo (ciclo trabajo/ descanso; ciclo
climático).
“YO SACO TURNO ANTES DE VENIR, DESPUÉS ME OLVIDO. UNA VEZ SAQUE TURNO ANTES, PERO EL DÍA QUE ME
TOCABA ME OLVIDE DE IR. ME DIO TANTA VERGÜENZA QUE NO SAQUÉ MAS...” (ELOISA, MAIMARA)
“APARTE NO ES BUENO EL FAVORITISMO DEL TELÉFONO. TODAS LAS PERSONAS TIENEN QUE IR A SACAR EL TURNO AL
HOSPITAL COMO CORRESPONDE. PORQUE SINO, SE FAVORECE A LA GENTE QUE TIENE TELÉFONO, Y NOSOTROS NO
TENEMOS...” (CARMEN, SANTA CATALINA)
.
El tiempo de espera, previo a la atención es una de las principales quejas que
presentan las usuarias. El tiempo que pierden en la espera, resulta muy preciado y es
tiempo que deben restar a otras actividades. Retomando aquí la cuestión del tiempo,
debemos considerar que los distintos grupos evidencian distintas realidades
cotidianas y muestran patrones de utilización de los servicios particulares, con
diferentes grados de adecuación a la oferta de servicios institucionales.
Para las familias rurales, la actividad productiva se despliega en la unidad doméstica
se trata en efecto de una producción familiar, por lo que trabajo y familia no están
escindidos. En el caso de las comunidades rurales, la perdida de días de trabajo
resulta crucial en la economía domestica.
“ES UNA FALTA DE CONSIDERACIÓN A LAS PERSONAS. EN EL HOSPITAL, UNO VA A LAS CINCO DE LA MAÑANA Y HAY
GENTE DURMIENDO, ESPERANDO EL TURNO... YO PIERDO TODO EL DÍA DE TRABAJO CUANDO VENGO”. (MARIA,
SURIPUGIO)
De este modo, las circunstancias de la espera, las colas, los horarios aparecen como
elementos naturalizados inherentes a la dinámica de las instituciones publicas.
Con respecto del costo de la atención, se considera que no constituye uno de los
principales obstáculos para el acceso. Puesto que la atención medica que reciben las
usuarias es gratuita. Históricamente los servicios de salud se destinaban a los
indigentes y a los sectores de mas bajos recursos, predominando una concepción de
atención focalizada y de grupos de riesgo. Gradualmente se instaló una versión
universal de la atención, en contraposición con la anterior, y en función de los
cambios sociales dramáticos acaecidos en las últimas décadas. En la composición
actual de las usuarias de los servicios convergen los nuevos pobres, los precarizados,
los aún con trabajo pero con escasa cobertura en la seguridad social.
“SI UN PAISANO TIENE MUCHO DINERO, NO VA AL HOSPITAL O AL CENTRO DE SALUD. VA A UN LUGAR PRIVADO, Y LO
PAGA BIEN...LA DISCRIMINACIÓN NO ES POR SER INDÍGENA, NO... ES POR SER POBRE” (FELIPA,. JUELLA).
Es llamativo que en todos los hospitales se repita que la mayoría de las usuarias no
retiran las resultados de los PAPs, ni las colposcopías. Suponemos que no se trata de
reconocimiento consciente de la importancia de la prevención en el cuidado de la
salud, sino más bien de una aceptación pasiva de una oferta inducida desde el
Sistema de Salud. La baja frecuencia de consultas de control, lo confirman.
Como la imposibilidad de traslado a centros de mayor complejidad, incomprensión de
indicaciones para estudios, complicaciones en el traslado y dificultades al momento
de retirar resultados de estudios, falta de disponibilidad de medicamentos, etc. La
equidad y accesibilidad en los servicios de salud, no pueden analizarse por fuera de
la accesibilidad en general, y los mecanismos de inclusión y exclusión que operan en
todos las áreas de la sociedad.
“YO LA ACOMPAÑE A MI COMADRE A HACERSE UNOS ESTUDIOS A SAN SALVADOR, PERO DESPUÉS NO LE DIERON MAS
NADA...”(OLGA, TUMBAYA).
“A MI ME DIJERON QUE VUELVA EN DOS MESES A BUSCAR LOS RESULTADOS DEL PAP, PERO ERDI EL PAPEL, ME DIO
VERGÜENZA Y NO VINE MAS” (ROSITA, SUROPUGIO)
Las historias personales con la enfermedad hablan así de las carencias de políticas
de prevención, la ineficacia de respuesta médica institucional en lo referido a la
atención y al diagnóstico oportuno y se enmarcan en la profundización global de la
desigualdad social en nuestro país y en particular en el desmantelamiento de la
intervención y de la capacidad reguladora del Estado en el área de la salud y el
deterioro de las instituciones de atención de la enfermedad (Margulies et.al., 2003).
BIBLIOGRAFÍA
Alves, Paulo C. A (2006) Fenomenologia e as abordagens sistémicas nos estudos sócio-antropológicos
da doença: breve revisão crítica. En: Cad de Saúde Pública, 22 (8), Río de Janeiro, pp: 1547-1554.
Arcos Griffiths, E., Molina Vega,I. y Quezada Alvarado, C. (2010) Equidad en salud reproductiva en
mujeres mapuches. En Revista Sexualidad, Salud y Sociedad, Nº5, pp. 97- 118.
Arrue, W. y Kalinsky, B. (1991) De la médica y el terapeuta. La gestión intercultural de la salud en el sur
de la Provincia del Neuquén. Centro Editor de América Latina.
Prece, G.; Di Liscia, M. H.; Piñero, L.(1996) Mujeres Populares. El mandato de cuidar y curar. Ed. Biblos,
Buenos Aires.
Barber, N. (1999) De público a paciente. Una aproximación a las prácticas técnico-administrativas en el
proceso asistencial hospitalario. Mimeo sin datos bibliográficos.
Benvenutto, A. (1997) La salud de los descendientes de Mapuche en Bahía Blanca, Ponencia
presentada en XXXI Congreso Nacional de Pediatría de Mendoza.
Bolstanki, L.; (1975): Los usos sociales del cuerpo, Buenos Aires, Ed. Periferia.
Bourdieu, P. (2000) La dominación masculina. Barcelona: Anagrama.
Conrad, P. (1987) “The experience of illness: recent and new directions”, en Peter Conrad y Julius
Roth. (eds.) The experience and management of chronic illness. Research in the Sociology of Health
Care, vol. 6. Connecticut: Jai Press Inc.
Cortéz, B. (1997) Experiencia de enfermedad y curación: el malentendido de la cura. En Revista Nueva
Antropología, agosto XVI, N° 52-53, pp. 89-115.
Dellacasa (2008) “Condiciones de acceso y atención en los servicios de Ginecología de los hospitales, el
caso de mujeres provenientes de comunidades rurales de la Provincia de Jujuy” En: Actas de las V
Jornadas de investigación en Antropología Social , Instituto de Ciencias Antropológicas , Facultad de
Filosofía y Letras , U.B.A.
Esteban, M. L., Comelles, J. M. y Díez Mintegui C. (eds) (2010) Antropología, género, salud y
atención.Barcelona, Bellaterra.
Figueroa, Juan G. y Stern, C, (Coord.).(2001) Encuentros y desencuentros en la salud reproductiva:
políticas públicas, marcos normativos y actores sociales. México: El Colegio de México.
Fitzpatrick, R. (et.al.) (1990) La enfermedad como experiencia. México: Fondo de Cultura Económica.
Friedson, E. (1978) La profesión médica. Un estudio de sociología del conocimiento aplicado.
Barceona: Península.
Gronda, J. et al.(2002) Virus papiloma humano en mujeres quechuasjujeñas con alta frecuencia de
cáncer de cuello uterino. Tipos virales y variantes de Hpv16. Revista Medicina, Buenos Aires, v.62, n.3,
p.209-220. 2002.
Good, B. (2003) Medicina, racionalidad y experiencia. Barcelona: Bellaterra.
Grimberg, M. (1995) “Teorías, propuestas y prácticas sociales. Problemas teórico-metodológicos en
antropología y salud”. En: Alvarez, M. y Barreda, V.(comps.) Cultura, salud y enfermedad. Temas en
antropología médica. pp.31-50.Buenos Aires: Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
Latinoamericano.
Kleinman, A. The illness narrative experiences. Suffering, healing and the human condition. Basic
Books.
Margulies, Susana ( 2010) Etiología y riesgo en la construcción clínica de la enfermedad VIH-Sida.
Ensayo de antropología de la medicina, Intersecciones en Antropología, 11: 215-225, Olavarría.
Disponible en: http://www.scielo.org.ar/pdf/iant/v11n1/v11n1a16.pdf
Marton, B. y Echazú, G. (2010) La violencia simbólica en la consulta médica: la naturalización de la
díada madre-hijo y la promoción compulsiva de la lactancia materna. En Revista Sexualidad, Salud y
Sociedad, N° 5, pp. 119 – 143.
Mechanic D. (1959) Illness and social disability: some problems of analysis. En: Revista Pac Sociol Rev;
2:37-41.
Menéndez, E. (1994) La enfermedad y la curación ¿Qué es la medicina tradicional? En: Revista
Alteridades 4 (7), pp. 71-8
Menéndez, E.(1981) Poder, estratificación y salud. Análisis de las condiciones sociales y económicas
de la enfermedad en Yucatán. Ed. De la Casa Chata, México.
Menéndez y Di Pardo R. (1996) De algunos alcholismo y algunos saberes. Atención Primaria y proceso
de alcoholización. México: CIESAS.
Quero, L., Atencio, A.M. y Pérez de Guzmán, S. (2009) Identificación de determinantes y áreas de
riesgo para la morbi-mortalidad materna y su intervención en la provincia de Jujuy. En: Revista
Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad de San Salvador de Jujuy,
diciembre, N° 37, 243:263.
Recoder, María Laura (2011) Experiencia de enfermedad y Narrativa. Notas etnográficas sobre vivir
con VIH/Sida en una ciudad del Nordeste Brasilero, En: Papeles de Trabajo, Junio, N° 21, pp. 80:98,
Universidad Nacional de Rosario, Facultad de Humanidades y Artes, Centro Interdisciplinario de
Estudios Etnolingüísticos y Antropológicos Sociales.
Recoder, María Laura (2011) Médicos, pacientes y consultorios. Un abordaje etnográfico de las
consultas médicas en la atención del VIH/sida,En: Runa, Junio vol. 32, N°1, pp. 62:83. Instituto de
Ciencias Antropológicas, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
Stern, C. y Figueroa, G. (coord.) (2001) Sexualidad y Salud Reproductiva: avances y retrocesos para la
investigación, México, D.F., El Colegio de México.
FUENTES DE REFERENCIA
Datos Censo de Hogares y Población 1991 y 2001. República Argentina. Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos, Indec.
Informe Argentino Sobre Desarrollo Humano 1996. Senado de la Nación, en base a datos de Indec,
Buenos Aires, 1996.
www.desarrollohumano.org.ar/IDHArgentina/96_arg/96_arg.html.
www.msaludjujuy.gov.ar
Situación de la atención de la salud sexual y reproductiva: desde las perspectiva de las/os usuarias/os
Argenina. Conders. Consorcio Nacional de Derechos Reproductivos y Sexuales. Años: 2006,
2008/2010.
www.conders.org.ar
Lo que piensan las mujeres: conocimientos y percepciones sobre cáncer de cuello de útero y realización
del PAP. (2011) Programa de Prevención Nacional de Cérvico –Uterino. Ministerio de Salud de la
Nación. OPS. UNICEF.
www.msal.gov.ar
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL. “El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de
configuración y reconfiguración en el siglo XXI”
Grupo de trabajo 13: La salud en zonas y/o ambientes rurales.
Introducción
3,4
10,2
4,7 1,6
16,4 5,0 3,8
2,9
12,3
2,9
17,3 12,3
6,7 18,4
12,8
18,4 14,5
15,8
5,7
18,4
Incidencia
12/100.000 niños
<5 años
18,1
0-5,0
5 -10,0
10 -20,0
>20
8,0
Gráfico N° 1:
Distribución de casos de Síndrome Urémico Hemolítico en Unidad Centinela
según edad en meses. La Pampa 2005- 2011
200
180
160
140
Nº de casos
120
100
80
60
40
20
0
0-12 13-24 25-36 37-48 49-60 61 o
meses meses meses mes es mes es mayor
Como podemos observar en el gráfico, a nivel país los datos son muy parecidos, ya
que el 53 % de los niños tienen entre 0 y 24 meses.
Gráfico N°3
INCIDENCIA ESTACIONAL DE CASOS DE SUH. ARGENTINA 2009 N=487
90
80
70
No. de casos
60
50
40
30
20
10
0
Si bien el SUH tiene mayor incidencia en los meses cálidos, en nuestra provincia
como se observa en el gráfico, hay además un pico en los meses de junio y julio
que se relaciona a factores de riesgo propios como son la época de faena (dónde
se elaboran y consumen chacinados y carnes sin controles).
Gráfico N5
Distribución de casos de Síndrome Urémico Hemolítico según localidad de
residencia.
La Pampa 2005-2011 N -51
Vigilancia de Laboratorio
Aislamientos bacterianos realizados em casos Síndrome Urémico Hemolítico
La Pampa2005-2011
Gráfico N° 6
A todos los casos se les realizó cultivo de materia fecal para determinar el
gérmen etiológico de la enfermedad, en 21 casos se aisló STEC E. coli productora
de shiga toxina en otros 21 no se aisló la bacteria (NOSTEC), en 17 de los casos
se detectó stx 1 ó stx 2 en materia fecal mientras que 14 fueron negativos para stx
1 ó 2, en 2 casos se aisló Shigella flexneri. , en un caso se aisló Campylobacter y
en 6 casos no hubo muestra por permanecer menos de 24 horas en la UC, antes
de su derivación.
Grafico Nº 7
Aislamientos de STEC, realizados en los casos de Síndrome Urémico
Hemilítico.
La Pampa 2005-2011
Gráfico Nº 8
Aislamientos realizados en contactos de casos de Síndrome Urémico
Hemolítico
La Pampa 2005-2011
:
El estudio epidemiológico del caso incluye el estudio de sus contactos
(convivientes, no convivientes e institucionales en el caso de que asista a alguna
institución) con el objetivo de investigar la posible existencia de portadores
asintomáticos de la bacteria entre ellos.
Se estudiaron 116 muestras correspondientes a contactos, encontrándose la
misma bacteria de los casos que enfermaron en 12 oportunidades (10 %), además
en 8 (ocho) de los contactos se aisló shiga toxina libre en materia fecal (STX1 y 2 ).
Gráfico N 9
Aislamientos de STEC en contactos de casos de SUH
LaPampa2005-2011
Conclusiones:
Bibliografía:
Muiño, W. A. - muinio@exactas.unlpam.edu.ar
Universidad Nacional de La Pampa, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.
2
En términos generales, el cultivo de huertos y jardines es una actividad con
desarrollo escaso. De las razones expuestas que justificaron la ausencia de huertos,
la escasez de agua para el riego fue la más destacada ya que en todas las
situaciones de limitación, la prioridad de uso de este recurso es para cubrir las
necesidades del ganado. Pero existen otros condicionantes que también contribuyen
con el exiguo desarrollo de esta actividad entre los cuales se debe mencionar la
facilidad de adquisición de frutas y verduras en los comercios de La Humada,
localidad que actúa como cabecera del ejido municipal.
Sin embargo, más allá de las limitaciones enunciadas, los pobladores que la
practican tienen buenas razones para no desistir en los esfuerzos que conlleva la
horticultura en un medio de sí adverso. Las motivaciones expresadas a lo largo de
las entrevistas hacen referencia a una preferencia por el mejor sabor que presentan
las verduras de la “quinta”, al sentimiento de placer y autoestima que significa
obsequiar a los vecinos con su producción y el bienestar anímico que proporciona
cultivar la “quinta”. En los casos de puesteros que viven solos y donde el huerto era
cultivado por los progenitores las razones que explican la continuidad de la actividad
se relacionaron con el reconocimiento y afecto hacia esos familiares ausentes.
Es destacada la influencia que ejercen los núcleos poblacionales cercanos de
la provincia de Mendoza, ya que por constituir áreas de producción bajo riego actúan
como centros de difusión de semillas y plantas adultas así como de experiencias de
manejo en las localidades limítrofes de La Pampa.
Los huertos son cultivados por los miembros adultos del grupo familiar sin
existir predominio de un sexo sobre otro, pero cuando existe una superficie separada
de la huerta y destinada al jardín de especies ornamentales, esta actividad es
principalmente femenina.
No existe una ubicación preferencial de estos espacios. En términos
generales se encuentran hacia alguno de los lados de la vivienda cerrados al acceso
de los animales por cercos de materiales diversos. Sus dimensiones pueden variar
desde unos pocos metros cuadrados hasta alrededor de 30 m2.
En total se registraron 102 especies cultivadas, entre las que se incluyen
variedades y subespecies. De ese conjunto 43 son especies ornamentales, 21
proveedoras de sombra, mientras que el grupo que aquí se trata en particular, las
alimenticias y medicinales, ascienden a 28 y 13 respectivamente (Muiño, en prensa).
3
El cultivo de árboles frutales no es frecuente y debido a las condiciones
ambientales las especies que cumplen esta función se limitan a un escaso número.
Entre ellas se destacan por la frecuencia en los huertos damascos (Prunus
armeniaca), durazneros (Prunus persica), perales (Pyrus communis), membrilleros
(Cydonia oblonga), manzanos (Malus sylvestris) y diversas variedades de parras
(Vitis vinifera).
En relación con las hortalizas, la siembra se interrumpe en los meses de
invierno debido a las bajas temperaturas, período en el que se mantienen en el
predio pocas especies resistentes a la rigurosidad climática. En primavera se reinicia
la labranza y la siembra de especies tales como rabanito (Raphanus sativus),
lechuga (Lactuca sativa), zanahoria (Daucus carota) o acelga (Beta vulgaris). Las
heladas tardías, que pueden suceder hasta mediados de noviembre, condicionan a
los pobladores a sembrar algunas especies estivales como tomates (Lycopersicum
esculentum), zapallos anco (Cucurbita pepo), sandías (Citrullus lanatus), melones
(Cucumis melo) o maíz (Zea mays) desde mediados hacia el final de la primavera.
Esto obliga a consumir algunas de ellas, por ejemplo los tomates, en estado de
inmadurez debido a que las primeras heladas ocurren cuando las plantas aún no
han culminado su ciclo.
Son comunes también en el espacio de la huerta las plantas condimenticias,
las cultivadas con mayor frecuencia de esta cohorte son el orégano (Origanum
vulgare), la albahaca (Ocimum basilicum), el perejil (Petroselinum crispum) y el ajo
(Allium sativum).
La producción de la “quinta” es destinada al autoabastecimiento familiar y en
épocas de exceso de producción se suelen elaborar conservas. También es
frecuente obsequiar productos de la huerta a otros vecinos, expresión que
contribuye con el fortalecimiento de los vínculos entre las familias.
Si bien en la dieta de los pobladores existe un marcado predominio de las
carnes, ya sea proveniente de animales domésticos o producto de la cacería de los
silvestres, las hortalizas producidas en el predio familiar también intervienen en
platos variados que abarcan los guisos, locros, pucheros y carbonadas (Muiño,
2012). Todos estos platos poseen características bien diferenciadas entre sí en
función de sus ingredientes y de su aspecto final. Los dos primeros presentan una
consistencia menos acuosa y en el caso del guiso los acompañantes principales de
la carne son el arroz y el tomate, en tanto que en el locro lo son el maíz en grano y
4
legumbres varias. El puchero y la carbonada presentan un contenido líquido mayor.
En esta última intervienen diferentes hortalizas como zapallos, papas y zanahorias
que se agregan a una mezcla de cebolla y carne previamente rehogada en aceite.
En el puchero en cambio, el ingrediente principal junto con la carne es el maíz en
choclo y con el resto de las hortalizas utilizadas, el conjunto se somete a una
cocción más prolongada.
Las conservas se elaboran en forma de mermeladas con las frutas de los
árboles del predio, pero también es común la preparación de salsas de tomates que
se embotellan para consumir a lo largo del año.
Los huertos también son espacios donde las especies de uso en medicina
tradicional suelen coexistir junto con las hortalizas, cultivarse en el área del jardín
junto con las ornamentales o en forma aislada en macetas. Muchas de ellas son
empleadas en el mate cotidiano en forma directa o previamente disecadas. En este
grupo se pueden mencionar el ajenjo (Artemisia absinthium), el matico (A.
douglasiana), el burrito (Aloysia polystachya), y las mentas (Mentha sp.). Otras
gozan de otras aplicaciones pudiendo emplearse en tisanas y tópicos, por ejemplo el
san pedro (Tanacetum balsamita), el llantén (Plantago lanceolata) o el aloe (Aloe
maculata). También está generalizado el cultivo de la ruda (Ruta chalepensis), una
planta con connotaciones mágicas y religiosas, como planta preventiva para evitar
las desgracias (Arenas y Galafassi, 1994; Muiño, 2011).
Gran parte de las plantas cultivadas con fines medicinales, así como las
silvestres recolectadas conforman una farmacopea al servicio de un marco
terapéutico que se apoya en los principios de oposición en el antiguo concepto
templario (Palma, 1973). Este principio se basa en el restablecimiento del equilibrio
perdido por medio de una planta u otro elemento de naturaleza contraria al origen de
la dolencia, que de acuerdo a su carácter térmico puede ser cálida o fresca. No
obstante, estos fundamentos de la medicina tradicional manifiestan en el área un
fuerte proceso de erosión (Muiño, 2011).
Los principios terapéuticos descriptos se aplican en aquellas dolencias de
origen natural. Pero además de estas, el marco etiológico que subyace en el seno
de esta comunidad incluye a las dolencias de origen sobrenatural, también definidas
como “enfermedades impuestas”, categorías que ya han sido mencionadas en otras
investigaciones en el ámbito rural de Argentina (García y Jiménez, 1986).
5
Algunas de las especies vegetales cultivadas en el contexto de la medicina
tradicional están imbuidas de creencias que hacen que su manejo deba realizarse
con ciertas precauciones. Al respecto se indicó que la cosecha de la ruda (R.
chalepensis) o del orégano (Origanum vulgare) debe realizarla quien las cultiva, ya
que si lo hiciera otra persona, las plantas se secan. Asimismo también se indicó que
las mujeres que atraviesan el período menstrual deben abstenerse de cosechar
plantas a fin de evitar las mismas consecuencias.
Otras plantas son utilizadas con fines premonitorios. En el área existe la
creencia que una mujer soltera puede adivinar si va a desposarse. Para ello debe
colocar tres dientes de ajo en una pequeña caja y depositar esta debajo de su cama
en la noche de San Juan. Si en la mañana siguiente los ajos aparecen brotados,
esta es una clara señal de que contraerá matrimonio al año siguiente.
Las funciones y significados que las plantas cultivadas poseen para esta
sociedad y que han sido enunciadas en este texto demuestran la importancia que
estas representan dentro de su cultura. Aún considerando las condiciones de aridez
del medio y del escaso desarrollo que tiene la horticultura en el área, el escenario
aquí descripto nos sugiere la existencia de un vínculo indisoluble entre la humanidad
y las plantas a través de la agricultura.
Conclusión
La escasez de agua para el riego es la limitante más severa para el cultivo de
plantas. Este factor se complementa con la disponibilidad de frutas y verduras en los
comercios de La Humada a precios accesibles.
No existe predominio de alguno de los sexos en el desarrollo de la actividad.
Las mujeres se destacan en la preparación y mantenimiento de los jardines de
plantas ornamentales cuando existen como espacio separado de la “quinta”.
Considerando la aridez del medio, la biodiversidad de plantas cultivadas es
alta. Se registraron 102 especies, de las cuales 28 cubren necesidades alimenticias
y 13 se emplean en la medicina tradicional.
Los árboles frutales cultivados constituyen especies de amplia tolerancia al
clima local, razón por la cual en años favorables producen excedentes con los
cuales los pobladores elaboran conservas para consumir en otras épocas del año.
El cultivo de hortalizas es discontinuo debido a la rigurosidad del ambiente y
la mayor parte de las especies son de ciclo primavero-estival.
6
La horticultura está orientada a cubrir las necesidades familiares pero también
representa una actividad importante en la consolidación de los vínculos sociales
entre vecinos.
La producción de los huertos contribuye al equilibrio de la dieta de los
pobladores ya que intervienen en forma complementaria en los diferentes platos del
arte culinario local cuyo ingrediente principal son las carnes.
Junto con las hortalizas en los huertos coexisten plantas empleadas en la
medicina tradicional. Su empleo más frecuente es en forma de tisanas, aplicaciones
tópicas y agregadas al mate dentro de un contexto terapéutico templario.
El cultivo de plantas con connotaciones mágico-religiosas, como la ruda,
encuentran fundamento en las interpretaciones etiológicas de la enfermedad, entre
las que se incluyen las dolencias impuestas.
Las funciones que cumplen las plantas cultivadas dentro de esta comunidad
hacen de ellas elementos importantes para la cultura local. La continuidad del cultivo
de plantas debería ser estimulada por los planes de desarrollo social y las
instituciones educativas para garantizar la persistencia en el tiempo de esta actividad
que contribuye con la salud de las familias, y con la consolidación del tejido social de
la comunidad.
Bibliografía
ARENAS, P. & G. P. GALAFASSI. 1994. La ruda (Ruta chalepensis L. – Rutaceae -)
en la medicina folklórica del Norte argentino. Dominguezia 11 (1): 7-32.
CANO, E. 1980 (ed.). Inventario Integrado de los Recursos Naturales de la Provincia
de La Pampa. INTA-Gobierno de La Pampa-UNLPam, Santa Rosa, Argentina.
493 pp.
COMERCI, M. E. 2010. Territorialidades, espacios vividos y sentidos de lugar en
tiempos de avance de la frontera productiva. Mundo Agrario 11(21).
Diisponible en: <http://www.mundoagrario.unlp.edu.ar> [Consultado: 24 enero
2012]
GARCÍA, S. P. y D. I. JIMÉNEZ. 1986. Natural y postizo: Frío y caliente. Sistemas
clasificatorios vigentes entre criollos del litoral argentino. Supl. Antropol. 21
(1): 131-146.
HOLMGREN P. K.; KEUKEN, W. & SCHOFIELD, E. K. 1981. Index Herbariorum.
Part I. The Herbaria of the world. 7th edition. Library of Congress Cataloguing
in publication data. Netherlands. 452 pp.
MUIÑO, W. A. 2011. La etnobotánica médica del área de transición pampeano-
cuyana. Bonplandia 20(2): 353-359.
7
MUIÑO, W. A. 2012. Estudio etnobotánico de las plantas en la alimentación de los
campesinos del Noroeste de La Pampa (Argentina). Chungara Revista de
Antropología Chilena 44: 389-400.
MUIÑO, W. A. (en prensa). Los “puestos” del oeste pampeano. La relación de los
campesinos criollos con las plantas a través de los huertos y jardines.
PALMA, N. H. 1973. Estudio antropológico de la medicina popular de la Puna
argentina. Ed. Cabargon. Bs As. 131 pp.
VOGL, C. R., B. VOGL-LUKASSER & R. K. PURI. 2004. Tools and methods for data
collection in ethnobotanical studies of homegardens. Field Methods 16 (3):
285-306.
8
V CONGRESO ARGENTINO
Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL.
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y
reconfiguración en el siglo XXI”
RES-GT13
Olivares J.L 1,2, Ortiz V.A2, Dittler A.S2, Buitrón E.B3, Marquina M I2, Annechini
D2, Jorja J2, Fernandez Orsi R2, Fosatti N2, Oliveto D1.
1
Cátedras de Anatomía y Fisiología Humana, Cuerpo Humano I y II de la
FCEyN (UNLPam)
2
Ministerio de salud de la Provincia de La Pampa-
3
Administración Provincial del Agua (APA)-
jlolivares@cpenet.com.ar
ortizvaleria1@gmail.com
ana.s.dittler@hotmail.com
lab_aguas@mailtelefonica.com.ar
mimarquina27@gmail.com
dani24licb@hotmail.com
jorgejorja@yahoo.com.ar
noeliafossati@hotmail.com
danieloliveto@yahoo.com.ar
3
Se consideró normotenso un Pc <90, prehipertenso un Pc 90-95 e hipertensión
arterial un Pc>95. Los valores determinados son considerados de riesgo
porque se demanda para clasificar hipertensión arterial 3 o más valores de
toma de TA, y en este trabajo se cuenta con una sola determinación.
Se consideró por IMC la presencia de sobrepeso >Pc85 y obesidad Pc≥97 de
acuerdo a sexo/edad por la Sociedad Argentina de Pediatría.
ANÁLISIS DE LA EMPIRIA
Mediante la evaluación de las cifras de TA y viendo a que percentilo
corresponden se puede orientar el diagnostico de hipertensión, como
observamos en la TABLA 1. De acuerdo la tensión arterial sistólica (TAS),
pudimos determinar riesgo de hipertensión arterial debiendo volver a evaluar
en sucesivos controles a 44 niños (26,19 %) y por aumento de la tensión
arterial diastólica a 7 niños (4.16 %). La prevalencia de hipertensión arterial
(HTA) en la infancia (de 0 a 10 años) es de 1-3% y llega al 10% en la
adolescencia (10 a 19 años)
4
indicando la necesidad de realizar educación nutricional a su familia acerca del
aporte de grasas y sodio de estos alimentos (Tabla 2).
5
infantil y malnutrición, según tablas de crecimiento (OMS), mostró un
incremento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños preescolares
de 4.2% en 1990 a 6.7% en 2010. Tanto los países desarrollados como en vías
de desarrollo presentaron este patrón de incremento. Si bien la prevalencia fue
mayor en los países desarrollados (11.7 % vs 6.1%), el incremento
proporcional fue mayor en los países en vías de desarrollo (65% vs 48%) Un
estudio realizado por el Comité de Nutrición de la Sociedad Argentina de
Pediatría, en consultorios privados de atención ambulatoria de pediatras y
especialistas de adolescencia de los sectores públicos y privados de todo el
país en cual participó La Pampa, entre 1998-2001, mostró que de 1289 niños y
adolescentes de 10 a 19 años, 20.8% presentaban sobrepeso y 5.4%
obesidad, según referencia IOTF. La prevalencia de obesidad en adultos y
niños se ha incrementado en todo el mundo en las últimas décadas.
En otro estudio realizado en 2005-2006 sobre una muestra representativa de
niños de escuelas públicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Gran
Buenos Aires la prevalencia de sobrepeso y obesidad entre 1588 niños de 10 y
11 años fue de 35.5% (21.3% sobrepeso, 14.2% obesidad) según referencia
OMS, y del 27.9% (20.4% sobrepeso, 7.5% obesidad) según referencia
IOTF21. Se encontró mayor prevalencia de obesidad en varones.
Comparativamente, en la encuesta nacional de nutrición y salud (ENNyS),
pueden obtenerse datos de niñas del Gran Buenos Aires de 10 a 14.9 años,
entre quienes la prevalencia de sobrepeso y obesidad fue de 26.1% y 6.9%
respectivamente, según referencia OMS.
El conjunto de estos datos, muestra que en la Argentina, la obesidad es la
enfermedad nutricional más prevalente, de comienzo a edades más
tempranas, ya que un tercio de los niños en edad escolar tienen sobrepeso. Al
analizar estos datos, regresamos a la escuela y establecimos con los padres y
docentes un encuentro para hacer una devolución de esta situacion de salud.
Planteamos a los padres, la necesidad de modificar hábitos alimentarios en sus
hijos. Como en la investigación había participado la Municipalidad del pueblo,
la autoridad municipal se comprometío a contratar a una nutricionista para
efectuar un seguimiento de estos niños.
6
TABLA 4: ESTADO NUTRICIONAL SEGÚN GENERO
CONCLUSIONES
Determinamos que la población escolar rural evaluada, presenta múltiples
factores de riesgo cardiovascular, con una prevalencia de sobrepeso y
obesidad que se encuentra por encima de la media nacional.
El estado de riesgo cardiovascular, no era conocido por las autoridades
sanitarias y escolares por lo cual hicimos la correspondiente devolución a la
comunidad y planteamos a los padres la necesidad de generar un programa de
atención a estos niños con el apoyo de la comunidad educativa y autoridad
municipal, que se comprometío a contratar a una nutricionista para efectuar un
seguimiento de estos niños.
Nos proponemos como metas, continuar trabajando en la comunidad
educativa, realizando un trabajo intersectorial de la universidad con salud,
educación, municipio y deporte, con inclusión de la comunidad, a fin de generar
autocuidado y cuidado mutuo. El seguir trabajando con la institución escolar,
nos permite la elaboración conjunta de un programa de promoción de la salud,
que incluya hábitos saludables: alimentación saludable, actividad física,
disminución de horas de pantalla, inicio de consumo de tabaco, para disminuir
los índices de sobrepeso y obesidad y con ello los factores de riesgo
cardiovascular.
7
BIBLIOGRAFÍA
• Deregibus Margarita, Dora Haag y Claudia Ferrario. Beatríz Grunfeld, Isabel Miceli, Liliana
Briones, Alejandro Maiorano, Luis Pompozzi y Horacio Repetto, 2005, Consenso sobre
factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en pediatría. Hipertensión arterial en el niño
y el adolescente Arch.argent.pediatr; 103(4) / 348
• De Onis M y col., 2010, Global prevalence and trends of overweight and obesity among
preschool children. Am J Clin Nutr; 92: 1257-64
• Loos R.J.,2009, Recent progress in the genetics of common obesity. Br J Clin Pharmacol:
68:811-829.
• Nelson M.J., Ragland D.R., Syme S.L.,1992, Longitudinal prediction of adult blood pressure
from juvenile blood pressure levels. Am J Epidemiol; 136: 633-45.
• Rosner B, Hennekens CH, Kass EH, Miall WE: Age-specific correlation analysis of
longitudinal blood pressure data. Am J Epidemiol 1977; 106: 306-13.
• Samani-Radia D, McCarthy HD., 2011, Comparison of children’s body fatness between two
contrasting income groups:contribution of height difference .Int J Obes:35:128-33
• Setton Débora, Patricia Sosa, Norma Piazza, Patricia Casavalle, Mabel Ferraro, Blanca
Ozuna, Virginia Desantadina y Irina Kovalskys. Colaboradores: M.J. Alberti, M.E. Andres, V.
Buiras, Caminiti, A. Cayssials, Cabrera, A. Cotti, S. Degarndis, G. Eiberman, N. Escobal, P.
Evangelista, V. Garrido, A. Hassan, J. Hernández, G. Krochik, R. Lambert, M.I. Martínez,
Dra. C. Mazza, M. Mosqueira, G. Pacheco, L.S. Romano, M. Tonieti y L. Trifone, 2011,
Guías de práctica clínica para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la obesidad,
Arch Argent Pediatr 109(3):256-266 / 256
• Vanacor Roberta, Rosane Soares, Denise Manica, Tania W. Furlanetto. 2008, Urinary Iodine
in 24 h Is Associated with Natriuresis and Is Better Reflected by an Afternoon Sample, Ann
Nutr Metab; 53:43–49.
• Yeo G.S., I.S. Farooqi, S. Aminian, D.J. Halsall, R.G. Stanhope, S. O’Rahilly, 1998, A
frameshift mutation in human MC4R associated with dominantly inherited human obesity”.
Nat Genet.;20:111-2.
8
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA RURAL
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y
reconfiguración en el siglo XXI”.
Grupo de trabano13. La salud en zonas y/o ambientes rurales
Resumen: Esta ponencia tiene como objetivo principal transmitir algunas de las
particularidades del proceso salud/enfermedad/atención observadas durante
múltiples trabajos de campo realizados en la localidad rural de Espigas, partido de
Olavarría, provincia de Buenos Aires, entre los años 1990 y el 2010. Si bien estos
trabajos de campo fueron realizados en diferentes fechas y contextos de
investigación, las descripciones aquí presentadas giran en torno a aquellos
fenómenos relevados de la vida cotidiana de la localidad donde se observan lógicas
médicas propias y prácticas transaccionales entre diferentes modelos médicas,
encuadradas en relaciones de hegemonía/subalternidad. Enfatizando una estrategia
de investigación cualitativa, enfocamos el análisis en las modalidades de
construcción de la salud colectiva y algunas mediaciones como la influencia de la
política de salud municipal. La narrativa de los entrevistados, lejos de constituir
rupturas con las experiencias en otras localidades rurales de similares
características, muestran continuidades en los procesos de construcción de la salud
colectiva ligadas a las racionalidades económico-políticas contemporáneas y a las
diferentes estrategias construidas por los habitantes sobre la base de las
representaciones y recursos disponibles.
Palabras claves: proceso salud/enfermedad/atención - modelos médicos –
transacciones
Introducción
2
“Espigas”, difundido desde las autoridades de la Municipalidad de Olavarría, dice
que esta designación surgió luego de una expresión espontánea del ingeniero, de
apellido Barcía, encargado de dirigir el montaje de las vías. Éste, mientras trabajaba
y observaba las planicies repletas de espigas de maíz, exclamó: “¡Qué bellas esas
espigas!” .Posteriormente, luego de décadas de esplendor económico y social, la
localidad corrió la suerte de la mayoría de las localidades pampeanas desarrolladas
en torno al ferrocarril. Ratier sintetiza mejor que nadie este fenómeno:
“Este fue el país del tren cuya muerte decretaron los gobiernos allá por los sesenta,
apostando al automóvil. No hubo complementariedad, sino sustitución lisa y llana. Se
desactivaron los servicios y se quitó base de sustentación a una serie de poblados
nucleados en torno a las paradas de los convoyes” (Ratier, 2004: 18)
Sin esta base de sustentación, este tipo de localidades entran en declive económico
y se suscitan fenómenos como la emigración de la población joven y la precarización
de las condiciones generales de vida. Las realidades ecológico-ambientales y
médicas, vinculadas a estas condiciones estructurales, no escapan y se ven
redefinidas y reconfiguradas por estos procesos (Menéndez, 1994).
La localidad
Luego de una serie de visitas a la localidad de Espigas realizadas entre 1995 y 1997,
generadas por la demanda de actividades académicas sobre contenidos
medioambientales proveniente desde un grupo de docentes del CEPT nº 8, pudimos
hacernos una idea para explicar algunas problemáticas de gestión ambiental que se
sucedían (y suceden) en el lugar. Estas problemáticas ambientales revisten de
importancia dado que nuestra visión de las mismas, no escinde a éstas de las
condiciones donde se desarrolla el proceso de salud/enfermedad/atención. Por el
contrario, desde una perspectiva asociada a la antropología ecológica, entendemos
1
Información obtenida del Informe Parcial del 2010 y notas realizadas en el terreno.
4
que la cultura y el ambiente conforman dimensiones en un todo de mutua influencia,
donde los cambios introducidos por el modo de producción de una sociedad en el
entorno (Blanco, 2008), acuerdo a la racionalidad económico-política, condicionan
no solo la manera en que se estructuran las relaciones sociales, sino también
producen alteraciones químicas, físicas y biológicas en el lugar donde se
desarrollan (Durand, 2002). Éstas, dinamizadas por el componente tecnológico-
social dan por resultado la aparición de nuevas enfermedades y alteraciones
fisiológicas en los cuerpos de las personas (Rodríguez, 2002). De esta manera, en
una localidad rural con características culturales, económicas y ecológico-
ambientales determinadas, se desarrolla un sistema médico particular donde se
articulan representaciones y prácticas (en torno a la enfermedad, su etiología y
tratamiento) característicos al mismo y que, como afirma Menéndez, son
generalmente invisibilizadas o percibidas como antagónicas por el sistema médico
hegemónico (2003).
2
En nuestra visita en el año 2010, pudimos constatar que este relleno se movió a un camino rural alejado de la
entrada, ubicado al noreste del pueblo, pero la lógica de tratamiento de los residuos es la misma. En uno de los
recorridos, el grupo de investigación acudimos a observarlo y vimos que las condiciones de este relleno son
similares a las observadas en los 90tas. Cuando llegamos al lugar, vimos numerosas huellas de máquinas que
habían compactado la basura. Posteriormente, uno de los entrevistados manifestó que al basural lo habían
acomodado previendo nuestra llegada.
5
residuos. Claramente, los habitantes entrevistados veían una relación directa entre la
disposición a cielo abierto de la basura urbana y la génesis de algunas
enfermedades.
“Ud. vio las flores hermosas que tenemos los vecinos?...Mire, estos colores no se
consiguen en ningún lado)Es que en la tierra colocamos las pilas de las radios y de
los aparatos que se van terminando, con el tiempo las flores toman un color
precioso)”
En este momento, observamos con mucha preocupación las bombas de mano en los
patios, pensando en que en esos años la red de agua potable para todo el pueblo
era solo un proyecto lejano. La primera napa de los acuíferos pampeanos, que se
encuentra normalmente a una profundidad de nueve metros, podría estar fácilmente
al alcance de la deriva de los metales pesados enterrados debajo de los canteros de
flores, y el agua disponible podría tener mercurio, cadmio y otras sustancias. Todos
6
estos presentes en las pilas que hace tiempo colocan a modo de “abono” debajo de
las flores.
Más tarde, la cuestión de las pilas, las flores y la posible contaminación de las napas
de agua, motivó un trabajo monográfico desarrollado por una de las alumnas del
CEPT nº83, y que sirvió como punto de partida para empezar a modificar esta
costumbre, que fue desapareciendo con el tiempo.
Una cuestión mucho más complicada fue lograr una discusión ampliada a los
vecinos acerca de la factibilidad de gestionar de manera moderna los residuos
sólidos urbanos. A la tradición cultural del enterramiento en los fondos de las
viviendas, se articulaba la cuestión de la política municipal en el tema. Hay que
reconocer que el enterramiento como tradición cultural no está demasiado mal
planteado cuando se trata de una cantidad baja de residuos domiciliarios de origen
orgánico. Pero en la “cultura del plástico” (Platt Mc Ginn, Anne, 2000) que predomina
actualmente, el enterramiento de sustancias que no se degradan durante quinientos
3
La autora del trabajo fue la alumna del CEPT Nº 8 Mónica Griselda Mega, quien desarrolló una pesquisa
partiendo de un formulario de una encuesta simple, de preguntas totalmente cerradas, y a partir de las
respuestas imaginó una serie de pasos para una campaña de información. Luego esta campaña se desarrolló
mediante la labor de otros alumnos, que crearon nuevos materiales (folletos y afiches) y trabajaron con las ideas
provenientes del trabajo inicial.
7
años, y que si degradaran emiten al medio circundante un conjunto de moléculas
que puede producir diversos daños a la salud (ya que muchos derivados del petróleo
se comportan, por ejemplo, como xenoestrógenos cuando penetran al cuerpo
humano) no parece justamente una costumbre saludable. Además, los procesos de
producción, distribución y consumo en la sociedad moderna introducen en el mundo
rural una cantidad de sustancias provenientes del desarrollo de la química moderna
que no se conocen las maneras adecuadas de manejarlas correctamente. Baste
pensar en los residuos de las sustancias químicas que se usan en el hogar:
productos de limpieza, detergentes, solventes domésticos, insecticidas, raticidas,
rodenticidas, larvicidas, etc., que van ingresando a los hogares de las poblaciones
rurales y que son presentados como solución para muchas de las “molestias” que
generan la estructura simbólica de peligros y amenazas de los habitantes de las
zonas rurales.
Durante los años 90, el contexto político neoliberal tendía a generar una
mercantilización de los servicios públicos, ya sea vía privatización o mediante un
rediseño impositivo, y en realidad, la complejidad de las cuestiones ambientales en
general no se adaptaban fácilmente a ninguna de las dos visiones predominantes.
8
Tanto la privatización a ultranza como el aumento de impuestos para dar cuenta de
la gestión del ambiente no eran implementables de manera mecánica. Todas las
facetas de la gestión ambiental requieren adaptaciones legales y una implicación
ciudadana que en los países avanzados se logra vía la profundización de la
educación, pero en Argentina, y en la localidad de Espigas en particular, esa
cuestión brillaba por su ausencia.
La educación ambiental, junto con la educación sexual, son dos ámbitos muy
retrasados en su desarrollo institucional en los ámbitos urbanos. En mayor medida
se encuentran olvidados en las zonas rurales. Pero a la falta de planteamiento
educativo de la problemática se centra otra cuestión todavía no resuelta: el divorcio
entre gestión ambiental y salud colectiva. Los dos ámbitos se plantean separados y
dependientes de órbitas diferentes en la gestión municipal, y eso hace que en una
localidad como Espigas, los servicios médicos funcionen sin tener ningún tipo de
injerencia sobre la gestión ambiental, como universos separados.
9
también se observaría y consultaría sobre algunas generalidades que hacen las
condiciones de vida de las personas (si la casa es propia, si tiene agua corriente o
cobertura médica) y la dinámica de las instituciones. Este trabajo forma parte de la
primera actividad pautada en el proyecto denominado "Avanzar sin Olvidar", que
forma parte de la continuación del Programa iniciado en los 70 por Floreal Palanca
en la misma región4. La estadía en la localidad duró 4 días y 3 noches, del 1 al 5 de
Febrero del 2010. Arribamos a la localidad en un colectivo del servicio de transporte
de larga distancia y el tramo de tierra lo realizamos en autos particulares y en una
camioneta del gobierno local. Para nuestra residencia se alquiló una vivienda en el
pueblo la cual se estableció como centro de trabajo.
4
El programa tiene su nombre.
5
Las actividades censales las iniciábamos alrededor de las 9 horas y parábamos a almorzar a las 12hs. A las
16.30hs. retomábamos la caminata que solía durar hasta las 20 hs.
10
Aclararemos que la categoría de imaginario aplicado en este trabajo, denomina al
conjunto de significaciones sociales que representan lo real y estructuran los límites
de la gestión de los actores (Gravano, 2005). Estas representaciones psíquicas son
histórica y socioculturalmente construidas; se encuentran permanentemente
modeladas en la arena de las luchas políticas por el sentido (Gravano, 2008),
ejercicio político del Estado que suscita necesariamente la división de los humanos
(Clastres, 1987). Este concepto concede un nivel relativo (pero no independiente) de
autonomía a la subjetividad social con respecto a las condiciones materiales de
existencia (Frankel, 2008). Como se mencionó, los actores gestionan el espacio en
función de esto imaginarios, pero como un aspecto del ejercicio del poder, el
imaginario no se detiene si no que fluye de un lado a otro del cuerpo social y las
instituciones en una creación permanente (ibid.).
El hospital
Si bien es una de las pocas localidades rurales que dispone de su propio hospital en
la región, la atención médica dista mucho de la que podemos recibir en el nosocomio
municipal de la ciudad cabecera. Tanto es así, que la atención posible en el hospital
de Espigas es comparable con la de las distintas salas de Atención Primaria
distribuidas en el cordón periférico de la ciudad de Olavarría6. Sin olvidar los
paralelos, el hospital de la localidad rural dispone de un médico (que a su vez es el
Director de la institución) que vive en la localidad y un plantel profesional de
enfermeros y otros trabajadores que allí se desempeñan (mucamas, cocineras y
secretaria). Esto último nos revela inicialmente una de las funciones transversales de
la institución y que adquiere relevancia en el imaginario de las personas
entrevistadas7: la capacidad de constituirse como un medio de ingreso material para
6
Información que corroboramos en trabajos de campo realizados en la ciudad y gracias al desempeño de los
estudiantes de medicina de la ESCS en sus trabajos de campo anuales.
7
Aspecto recurrente en las entrevistas. Hay que tener en cuenta que en la localidad, los hombres principalmente
ofrecer su mano de obra para el trabajo rural, que se caracteriza por ser irregular (tanto en tiempo como en
condiciones de trabajo) e informal. En este punto se hace visible el escaso empleo de personas en la producción
agropecuaria de la zona.
11
la vida. Desde esta visión la institución es una de las pocas fuentes de trabajo “fijo”
(de dependencia municipal) a la que se puede aspirar en ese lugar. No hay atención
de especialistas como odontólogos, traumatólogos o médicos pediatras. Para
acceder a estos cuidados es necesario viajar a la ciudad de Olavarría u otra
localidad que disponga de estos servicios médicos.
8
En las entrevistas encontramos que las mujeres de más de 18 años que no pueden irse de la localidad por
distintos motivos y no tienen estudios que les permitan conseguir algún trabajo en el área municipal, se ofrecen
como cuidadoras de ancianos o personas mayores a modo de “compañía”. Esta práctica constituye una de las
estrategias de autoatención que prevalece en la localidad.
9
Localidad donde, desde el 2005, funciona el servicio de internación del área pública de Salud Mental.
12
cronifica, culmina en el hospital de Espigas10. Sin tener elementos suficientes para
realizar una generalización, podemos afirmar que no es extraño que Espigas sea el
lugar final en la trayectoria de algunas personas enfermas (Barragán Solís, 2005).
En las entrevistas realizadas durante el censo pudimos constatar que varios de los
pobladores de la localidad, perciben muchos inconvenientes sanitarios asociados
principalmente al deficiente desempeño profesional en la institución. En la atención
se viven casos de maltrato y discriminación hacia determinados sectores
desprotegidos, referenciados principalmente en las personas que viven “del otro lado
de las vías”. Esta región de la localidad se encuentra estigmatizada por un
imaginario fragmentador que se constituye en torno a elementos simbólicos como
que las personas que viven allí se dedican a actividades ilícitas, que vienen de otros
lugares, que tienen hijos irresponsablemente, que lo único que saben hacer es pedir
y que son mugrientos por gusto. Esta zona de Espigas es vista por los actores
reproductores de este imaginario, como la parte de atrás. Mencionada lógica
simbólico-valorativa del mismo no se restringe al ámbito médico, si no que opera en
todos los aspectos de la vida social de la localidad modelando muchas de las
prácticas de la comunidad.
10
Este circuito regional de personas enfermas, lo hemos podido corroborar en diferentes testimonios de
profesionales locales que se desempeñan en distintas instituciones médicas de dependencia pública-municipal.
En un trabajo de campo en el hospital psiquiátrico de Hinojo, el estudiante Jonatan Pinelli pudo registrar, en un
momento de mucha tensión, los dichos de una enfermera acerca de un paciente en tratamiento por adicciones:
“Es un caso perdido, es candidato para Espigas...” aludiendo al hecho naturalizado, de que quienes ofrecen
resistencia al sistema médico psiquiátrico, son trasladados a esta localidad como última opción. Nota de campo
realizada el 27/10/2010.
13
nietos sufrió de pulmonía y por no tratarlo como ella considera adecuado “casi lo
mata”. Para esta mujer el caso debería haber sido considerado con más importancia
y haberlo llevado al hospital de Olavarría o Bolívar.
“Asistí al hospital del pueblo donde me tomaron una placa del brazo y no me
encontraron nada) después de eso me medicaron y me dijeron que me volviera a
casa, que se me iba a pasar...” “Pero el dolor continuó y a los 7 meses pude ir al
hospital de Olavarría. Ahí el médico me encontró que se había quebrado el hueso
del hombro, y éste se soldó mal, quedando el brazo desencajado de la articulación y
sin capacidad de movimiento13) la única solución que me dio era operarme, pero
luego me dijo que descartara esa probabilidad porque tenía mucho sobrepeso y
diabetes...”
Otro dato particular relevante para entender las lógicas médicas que se despliegan
es que, en Espigas, no es frecuente que nazcan niños dado que el único médico
establecido en la localidad (que es el director del hospital) deriva todos los partos a
la ciudad de Olavarría. La fundamentación de esta práctica, por parte de la autoridad
11
La construcción de “lo real” la formulamos teniendo en cuenta los medios materiales visualizados en el trabajo
de campo y a los servicios sanitarios que los entrevistados nos mencionaron que han recibido efectivamente y de
manera cotidiana.
12
Al haber un solo médico, mucho del trabajo lo realizan profesionales formados en enfermería u otras
especialidades que no son las indicadas para la realización de determinados procedimientos e intervenciones.
13
Durante la entrevista, ella manipula la posición el brazo izquierdo, que le cuelga sin fuerza del hombro, con la
mano de su brazo derecho. Lo apoya sobre la mesa por algunos momentos (se encuentra sentada en la
cabecera de una mesa rectangular de madera) y lo baja a su regazo por otros. Nos ceba mate, realizando la
operación siempre con la mano derecha.
14
médica, es la carencia de los recursos necesarios para garantizar un parto sin
riesgos en la localidad. La derivación se realiza en la ambulancia del hospital del
pueblo.
Lo que quedó en claro en este encuentro fue que el delegado del pueblo encontraba
conflictiva la relación entre él y los principales representantes del plantel médico (el
médico y director del hospital que se encuentra hace al menos una década al frente
del mismo y que dejaba entrever que guardaba estrechos vínculos con el
intendente) principalmente porque ellos limitaban el poder (sus acciones y
decisiones) en todo lo que respecta al sistema médico hegemónico allí estructurado.
Un dato claro que emergió de esto, revela que existen estructuras de poder, en la
localidad, montadas sobre la convivencia entre los representantes del sistema
14
Entrevista a Edil Gómez, delegado de Espigas, que falleció en agosto del 2012. Los datos de la entrevista
pertenecen al registro de campo realizado por la antropóloga Magdalena Iriberri que integró el grupo de
profesionales en el campo.
15
El concepto de biopoder, en el sentido desarrollado por el filósofo francés Foucault, da cuenta de este ejercicio
de poder.
16
Asumió en diciembre del 2009.
15
médico imperante del lugar y los representantes que se desempeñan al frente en el
gobierno municipal. Tal estructura política dificulta, como lo visto en el caso de este
delegado, el accionar de personas ajenas a estos ámbitos de poder, especialmente,
en lo que son las decisiones que apuntan a la gestión de recursos en salud.
Por otro lado, encontramos que muchas de las personas entrevistadas que tienen
capacidad y medios para elegir el lugar donde atenderse19, nos comentaron que sus
prácticas sanitarias habían cambiado desde hace un tiempo. Antes, por cualquier
problemática de salud, podían acudir a atenderse a la localidad de Bolívar. Ahora,
deciden trasladarse hasta la localidad de Olavarría (aunque quede a unos kilómetros
más) porque en la ciudad de Bolívar han cerrado muchas de las instituciones
biomédicas privadas y la calidad de la atención no es buena para ellos. Este dato
resultó significativo dado que muestra cómo la ausencia de respuesta por parte del
17
El carnet “Condición 1” es un carnet municipal de cobertura médica que garantiza la atención gratuita en el
servicio sanitario del partido de Olavarría. Se incluyen algunos estudios (como rayos x, hemogramas) y
medicamentos que se fabrican en la ciudad.
18
Retomando la distinción entre sufrimiento y dolor, en la cual el sufrimiento es el padecimiento moral del dolor
como fenómeno fisiológico (LeBretón, 1999).
19
Encontramos personas que solo habitan las casa en los períodos de receso laboral. Argumentan que es un
buen lugar para descansar porque es tranquilo. De la misma manera afirman que médicamente “no hay nada”.
16
modelo biomédico en un lugar (y la incapacidad del sistema de salud pública de
absorber esta demanda), reconfigura las estrategias y dinámicas de atención por
parte de la gente de la localidad.
20
El entrevistado, por medio de la ostentación, hace patente este hecho, “...ustedes pueden ver como vivo” y
señala a su alrededor con sus manos.
21
El delegado habitualmente se desplaza en una camioneta Ford Ranger.
17
colectivos le deberían facilitar los pasajes, pero en la realidad, no puede acudir a
Olavarría a pedir los pasajes, y la mayoría de las veces que logra ir, no hay
disponibles. También se superpone otro fenómeno paradójico (desde la visión de los
protagonistas) que se generaliza a otras personas en igualdad de condiciones: si
bien algunas pueden acceder a una pensión graciable, jubilación u otro tipo de
ayuda económica provincial o municipal, tienen que ir a cobrar a los bancos
ubicados en la ciudad de Olavarría22.
Finalizando con la presentación, otro caso relevado que brinda un panorama claro
del padecer enfermedad crónica en la localidad, es la historia de una madre y su hijo
hemofílico. La mujer es madre soltera de dos niños, el mayor de unos 14 años y
diagnosticado con hemofilia. Ella cuenta que él lleva una vida normal, pero siempre
se siente preocupada por la cuestión de que si le pasa algo (se cae, golpea o tiene
una herida) están muy lejos de algún centro asistencial que les ofrezca una
cobertura óptima. Si bien el niño tiene una pensión23, esa plata no alcanza para nada
y con su trabajo24 tampoco logra cubrir todas las necesidades que implica una
urgencia. Para ejemplificar transcribimos su relato: “Una vez él estaba con dolor de
estómago. Lo llevo al hospital donde lo atiende el doctor y me manda de vuelta a
casa, me dice que es solo una descompostura...” “A las dos horas él seguía con
dolor, entonces le pedía a un remisero vecino que me hiciera el favor y me llevara a
Olavarría. Cuando lo atendieron allá, lo internaron inmediatamente porque tenía una
hemorragia interna...”
Conclusiones finales
22
En la entrevista realizada al delegado de Espigas en ese entonces, él reconoció que una de las cosas más
importantes había sido (por medio de un convenio con PAMI) el lograr que un banco móvil pudiera ir a pagar las
jubilaciones. Esto le permitía a la mayoría de los jubilados, no viajar hasta la ciudad de Olavarría.
23
La pensión era de alrededor de $1200 mensuales.
24
La mujer es empleada doméstica en el pueblo.
18
observar como las personas de este lugar articulan distintas representaciones,
estrategias y transacciones médicas frente a lo limitado de la cobertura del servicio
de salud oficial. Esta precariedad del servicio de salud hegemónico da lugar, como
vimos, a una serie de articulaciones características a estas localidades rurales
donde, a pesar de no estar muy distantes de los principales centros urbanos, los
grupos sociales con menor poder adquisitivo se desarrollan en condiciones sanitario-
ecológicas que no resultan difíciles de comparar con las existentes en la primera
mitad del siglo pasado en la Argentina. También se mostró las diferentes relaciones
de poder que se establecen entre los sistemas médicos (el local y el hegemónico) y
cómo más allá de disponer de los recursos técnicos suficientes para una atención
moderna de la enfermedad, el saber se esgrime como arma de poder que limita las
capacidades del sistema médico local.
Referencias bibliográficas
19
FRANKEL, Daniel. 2008. Medicalización de la Vida: salud pública y eugenesia
social. UNLa ediciones. Lanús.
GRAVANO, Ariel. 2008. La cultura como concepto central de la antropología.
En: Chiriguini, María (comp.) Apertura a la Antropología. Poryecto Editorial.
Buenos Aires.
GRAVANO, Ariel. 2005. ¿Ex-”ciudad de la basura” y la inseguridad? En:
Gravano, Ariel (comp.) Imaginarios sociales de la ciudad media. Pp. 17-31.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Buenos Aires.
GUERCI, Marcela Nora, Miguel MUGUETA y Mario RODRÍGUEZ. 2004. La
Arqueología hitórica en la Argentina. El caso del cantón del Tapalqué Viejo.
Gazeta de Antropología: 1-12. Argentina.
MENÉNDEZ, Eduardo. 1994. La enfermedad y la curación ¿Qué es la medicina
tradicional? Alteridades 4, (7):71-83.
MENÉNDEZ, Eduardo. 2003. Modelos de atención de los padecimientos: de
exclusiones teóricas y articulaciones prácticas. Ciëncia & Saúde Coletiva, 8 (1):
185-207.
MERLO, Julio. 2007. Avances sobre el uso de recursos faunísticos en la dieta
de los habitantes de puestos fortificados en el Camino a Salinas (área
Interserrana Bonaerense). Intersecciones en Antropología 8: 185-196.
ISSN1666-2105. Facultad de Ciencias Sociales. UNCPBA. Argentina.
NURES – FACSO. 2010. Informe Parcial, Características socio-demográficas de
Espigas. Programa Floreal Palanca de Investigación y Acción Social,
Municipalidad de Olavarría - Instituto de Investigaciones Antropológicas de
Olavarría (IIAO) y Universidad de Valencia – Departamento de Trabajo Social y
Servicios Sociales.
LE BRETÓN, David. 1999. Antropología del dolor. Seix Barral. Barcelona.
PEDROTTA, Victoria, Sol LANTERI y Laura DUGUINE. 2012. En busca de la
tierra prometida. Modelos de la colonización estatal en la frontera sur
bonaerense durante el siglo XIX. Nuevo Mundo Mundos Nuevos. Debate Online
since 05 Octover 2012. URL: http//nuevomundo.revues.org/64168.
PLATT MCGINN, ANNE, 2000. POP`S Culture. World Watch 2000.
Massachussets, Institute Worldwatch, marzo/abril.
RATIER, Hugo. 2004. Poblados bonaerenses. Vida y milagros. La Colmena.
Buenos Aires.
RODRIGUEZ, María Paz. 2002. El hombre ambiental en la sociedad
tecnológica. Revista complutense de educación. Vol.13, Número 2, 595-615.
20
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL. “El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de
configuración y reconfiguración en el siglo XXI”
Grupo de trabajo 13: La salud en zonas y/o ambientes rurales.
Introducción
Repensar implica volver a pensar… en este caso la política en salud para zonas
rurales. Este es por ahora un deseo, ya que si se escuchan las voces de quienes
trabajan en salud en áreas rurales su voz parece muchas veces un eco. Eco…
eco… que resuena y que da la sensación cada vez más vívida de que se está
muy solo. Esa sensación de soledad es la que muchas veces pudo haber sentido
el Quijote de La Mancha…
El presente trabajo procura ser un aporte a la reflexión en torno a la política en
salud que se está desarrollando en la Provincia de La Pampa para zonas o
ambientes rurales.
La metodología para desarrollar esta investigación es principalmente cualitativa,
tanto en las decisiones acerca de la muestra como en la selección de método y
técnicas para la obtención de la información y su análisis. Las técnicas
etnográficas permiten generar un contexto de convivencia entre investigadores y
pobladores donde “la etnografía ya no era sólo la presencia sistemática en el
campo, sino también una manera de mirar. Las distancias se acortaron, tanto en
kilómetros como en relaciones entre estudiosos y estudiados (…) -y donde ellas-
no sólo permiten obtener una mirada más amplia sobre ese mundo observado,
1
sino que permite que la distancia entre el nosotros y el ellos se acorte” (Diez
Brodd, 2006:9-10).
2
falsa dicotomía naturaleza-cultura, para un fenómeno que es tanto biológico como
cultural” (Barfield, 2000:390). Asimismo, si consideramos la actual postura de la
Organización Mundial de la Salud, la salud no es simplemente la falta de
enfermedad sino un estado de bienestar físico, social y psicológico. La
conceptualización de la salud y la enfermedad, por lo tanto, depende de
construcciones culturales de lo que es la normalidad.
Esa construcción cultural está mediada políticamente y se manifiesta en
decisiones que pueden ser entendidas como decisiones biopolíticas. Así, Michel
Foucault sostiene que ya desde comienzo del s. XIX ciertas personas en nombre
de la filantropía “vienen a inmiscuirse en la vida de los otros, de su salud, de la
alimentación, de la vivienda… Tras esta función confusa surgieron personajes,
instituciones, saberes… una higiene pública, inspectores, asistentes sociales,
psicólogos… (entre otros)… Naturalmente la medicina jugó el papel fundamental
de denominador común … Su discurso pasaba de un lado a otro. En nombre de la
medicina se inspeccionaban cómo estaban instaladas las casas, pero también en
su nombre se catalogaba a un loco, a un criminal, a un enfermo…” (1992:118) .
Las tecnologías modernas intervienen interconectando lo biológico y lo social y
colonizan de un modo nuevo aquello que el mundo clásico reservaba a la esfera
de lo doméstico y de lo privado. El cuerpo y la vida en los individuos modernos se
tornan materia política, va a sostener Foucault. (Giorgi y Rodríguez, 2009)
Asimismo, la población va a aparecer como “el fin último por excelencia de
los gobiernos que se fijan como meta no la de gobernar sino la de mejorar el
destino de las poblaciones, aumentar sus riquezas, la duración de su vida, su
salud; y los instrumentos que el gobierno se otorgará para obtener estos fines
son, de algún modo, inmanentes al campo de la población , ya que esencialmente
sobre ella obrará directamente mediante campañas o mas aún indirectamente
mediante técnicas que permitirán por ejemplo estimular sin que las gentes se den
cuenta de ello, la tasa de natalidad, o dirigiendo hacia tal o cual región hacia tal
actividad, los flujos de población. Así la población aparece, pues, mas que como
la potencia del soberano, como el fin y el instrumento del gobierno. La población
va a aparecer como sujeto de necesidades, de aspiraciones, pero también como
objeto entre las manos del gobierno...” (Foucault, M. en Giorgi y Rodríguez,
2009:209)
3
Durante los últimos veinte años, sostiene Armus (2002) historiadores,
demógrafos, sociólogos, antropólogos, políticos y críticos culturales, “con énfasis
dispares parecen coincidir en que una enfermedad existe luego de haberse
arribado a una suerte de acuerdo que revela que se la ha denominado de una
cierta manera, que se la ha percibido como una patología y que en tanto evento a
la vez biológico y social ha motivado acciones en materia de salud pública o
privada” Armus 2002:11). Asimismo sostiene que los resultados de estos estudios
son “mucho más convincentes cuando se tomaron en cuenta las mediaciones y
particularidades que recorrieron la trama tejida por el Estado, las políticas
públicas, los saberes especializados, la vida cotidiana, el trabajo, la residencia y
las percepciones de la enfermedad en un tiempo, lugar y sociedad históricamente
concretos” (Armus op cit:23). Desarrollar una perspectiva biopolítica que brinde
los lineamientos de la atención de los procesos de salud-enfermedad en el ámbito
rural a partir de considerar estos aspectos sería lo aconsejable.
Aunque serán, a mi entender, los enfoques etnomédicos y ecológicos
aquellos desde los cuales se deberían pensar las políticas en salud. Es por ello
que manifiesto que los antropólogos, en este punto, deberían tener un mayor
protagonismo, ya sea asesorando políticamente o formando parte de los equipos
de diseño de programas estatales. El enfoque etnomédico sostiene que las
investigaciones que se realizan bajo esta mirada comprenderán “el estudio de la
forma en que miembros de diferentes culturas piensan acerca de la enfermedad y
se organizan frente al tratamiento médico y la organización social de éste” 1
(Barfield, T. 2000:62) e incluye por ejemplo entender cómo influyen las creencias
culturales en los comportamientos de la salud. Mientras que el ecológico es
entendido como aquel que se ocupa en la antropología médica de estudiar de qué
manera los ambientes culturales, físicos y político-económicos conforman la
distribución de la morbilidad y mortalidad y en el cual, se suelen reflejar prácticas
culturales asociadas con la dieta, los patrones de actividad, la sexualidad,
prácticas y/o cambios culturales que mejoran la salud de ciertos grupos, entre
otros; como así también que ciertas prácticas grupales culturalmente definidas
como la introducción de la agricultura en una zona donde antes no existía o de la
1
Definido de esta forma por Fábrega en 1975.
4
ganadería intensiva, pueden transformar el equilibrio ecológico a favor de
determinados patógenos, que a su vez afectarán la salud. (Barfield, T. op cit.)
5
Desde la atención de los procesos de salud-enfermedad, son variadas las
formas que adopta la población y que brinda el Estado, siendo predominantes
aquellas que derivan de campañas nacionales que se extienden a todo el país por
lapsos breves y muchas veces aplicadas de manera masiva sin adecuación ni
discursiva ni procedimental a la zona de aplicación y su gente. Aspectos que
muestran esa intervención sobre la población de mencionaba Foucault y que da
cuenta de la expansión del modelo médico-hegemónico en zonas rurales.
Esta región cuenta con servicios de salud que se articulan a otros de la
provincia. Por ejemplo hay médicos itinerantes que salen de la localidad de La
Adela junto al Río Colorado viajan unos 120 kilómetros hasta la localidad de
Cuchillo-có para atender a su población en la “salita” local que cuenta con sólo un
enfermero estable. Las salitas como le denomina la población son
establecimientos asistenciales públicos y gratuitos provistos por el Estado. La
atención de la salud en zonas rurales o de “frontera” no es óptima ya que
usualmente no se cuenta con un servicio o con profesionales suficientes como
para satisfacer las necesidades. Actualmente en muchas pequeñas localidades o
zonas rurales del sudeste de la provincia de La Pampa, la atención se brinda
desde una salita de auxilios que puede o no contar con un enfermero o enfermera
y algún médico viajero que llega, desde otra localidad, algunos días de la semana
a atender allí. Por ese motivo, si uno se enferma al día siguiente de que el médico
se fue debe “aguantar” hasta la próxima visita, visitar a algún curandero, hacerse
atender con el enfermero que no siempre dispone de los medicamentos
adecuados, o ser trasladado a más de cien kilómetros para su atención
hospitalaria.
La Adela, otra localidad de la región, cuenta con un establecimiento
asistencial estatal “una salita”, de nivel de complejidad II que depende del Hospital
de General Acha. La misma cuenta con dos médicos, una psicóloga, cuatro
enfermeros y un odontólogo y reconocen que son pocos los profesionales con los
que se cuenta en relación a la población de la zona y eso dificulta la atención, ya
que hay mucha demanda. No existen establecimientos privados de salud y las
enfermedades por las que más consulta la población son las respiratorias.
Actualmente y desde allí se realizan en salud derivaciones a General Acha (200
kilómetros aprox.) o a Santa Rosa (distante a 300 kilómetros aprox.), aunque
muchas veces la gente se queja de la cantidad de kilómetros que deben hacer y
6
se acrecienta el sentimiento de aislamiento, “es más lejos, se complica la estadía
y el transporte”. En general los traslados se realizan por medio de la ambulancia
de la Sala o con la camioneta del Municipio. La población de las localidades
reconocen que se debería ampliar la atención con nuevos profesionales, generar
un hospital en la localidad de La Adela y trabajar más desde los talleres
educativos de prevención. La Sala también cuenta con una cooperadora, pero
“siempre somos los mismos, somos los mismos los que estamos en la
cooperadora de la salita, en la de la escuela, en la de la policía, en la de
bomberos… es muy difícil que la gente participe, cuesta convocar… convocamos
pero siempre somos los mismos” comentan quienes forman parte de la
cooperadora y esperan que el Centro Integrador Comunitario se destine para usos
en salud y capacitación de la población y no sólo para deportes y recreación.
Algunas de las situaciones que se consideran problemáticas en la zona es
el incremento de los casos de embarazo precoz, mujeres golpeadas y violencia
doméstica en general como así también entre los jóvenes. Asimismo manifiestan
tener casos de discapacidad mental que suelen relacionar a problemas en la
atención de los partos y componentes nutricionales y sociales por la complejidad
del entorno. Quienes participan de los Consejos Comunales y de las Salas
sostienen que se asocia el incremento de la violencia y el embarazo precoz a la
falta de proyectos de vida o proyectos para los jóvenes, ya sea en el ámbito de la
oferta educativa desde el secundario en adelante, capacitaciones, como en la
inserción laboral de los mismos. Asimismo se han detectado numerosos casos de
cáncer en Río Colorado (vecinos de La Adela) y muchos dudan o sospechan que
puede ser por el agua que toman, se potabiliza y consume agua del Río Colorado
en esa localidad vecina Rionegrina que en incontables veces los auxilian desde
su hospital.
Considerando que la población de la provincia de La Pampa según el
Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de 2001, asciende a 299.294
habitantes. La densidad de población es una de las más bajas del país; en el año
2001 era de 2,1 habitantes por Km2. Un total de 21.360 habitantes están
dispersos en asentamientos rurales del espacio provincial, y tomando en cuenta la
distribución relativa de la población según grupos de edad, las cohortes 0-14
(población joven), 15-64 (población adulta) y de más de 65 años (población
adulta-mayor) han mantenido, entre los censos del 1980 y 1991, su distribución
7
relativa. Según el Censo de 2001, la población joven representa el 31,75% de la
población, la población adulta se mantuvo en el 61,2% y la de más de 65 años en
el 7,05% se ha pensado en una nueva apuesta gubernamental. La Pampa ha
apuntado a la adquisición de tecnología cada vez más eficiente pero centrada en
el rápido traslado de los enfermos, embarazadas y/o víctimas de tránsito por
medio de un nuevo avión para traslados y uso médico y nuevas ambulancias
mejor equipadas desde la tecnología y/o aparatología médica. Equipamientos que
procuran un acceso más rápido al hospital de la capital pampeana y/o su
derivación a hospitales de Córdoba o Buenos Aires (distante a 600 km. aprox.
desde esa capital) Sigue por ejemplo centrando sus esfuerzos en ello y no en
mejorar el conocimiento de los padecimientos y enfermedades regionales, su
atención y la forma en que los sujetos resuelven sus problemas en este sentido
y/o conviven con ellos. Sintiendo muchas veces tanto el personal de salud como
los pacientes que se encuentran olvidados y que si no fuera porque ellos se
preocupan comprometiéndose de forma personal, la atención a sus problemas
quedan en una agenda esperando y esperando. Así quienes se ven
comprometidos van teniendo desilusiones ya que lo que se consigue es mínimo a
comparación de los esfuerzos realizados, sintiendo que muchas veces todo
parece una cruzada y que los gobiernos poseen políticas de gobierno pero no de
Estado, de tal forma que al cambiar de gobernantes se cambian las propuestas,
abandonando las anteriores simplemente porque fueron propuestas por los
gobiernos anteriores, sin evaluar adecuadamente sus impactos y desarrollos.
Las sociedades entonces vueltas población, retomando nuevamente las
palabras de Foucault, “son un conjunto de seres vivos que se inscriben nuevas
líneas de lo político haciendo de la salud, el hambre, la seguridad, la higiene, los
estilos de vida, una instancia de permanente lucha, intervención y politización,
recientemente, por ejemplo, fue la calidad de vida, esa formula clave de la era
neoliberal, la que transformó los imaginarios de la vida digna, por oposición a una
vida sin cualificaciones , sin valor , sin calidad.” (Giorgi y Rodríguez, 2009:11) Y
es allí donde se retoma nuevamente la reflexión en base a imaginarios y
conceptualizaciones, porque paradójicamente es el ámbito de lo rural aquel que
se aprecia como “puro” y “saludable”.
8
A modo de cierre:
Referencias bibliográficas:
9
Fig. 1: Mapa turístico de la Provincia de La Pampa (Gobierno de La Pampa)
10
Bloque 13
“Vida Rural y Medio Ambiente”
NADAR - Núcleo Argentino de Antropología Rural
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Santa Rosa, La Panpa, 11 al 15 de marzo de 2013
Resumen
Expongo aquí la situación actual de la Meseta Central Santacruceña en su
dimensión socioproductiva y ambiental. Se trabaja con información obtenida con la
aplicación de encuestas y/o entrevista/s a ganaderos y funcionarios provinciales así
como reflexiones surgidas de la revisión de bibliografía específica, periódicos regionales
e informes de diversas empresas radicadas en la misma. La ponencia se estructura
centralmente a partir de nuestras propias investigaciones en el área.
Han transcurrido más de 100 años desde la ocupación efectiva del territorio,
motorizada por la introducción del ovino. Desde mediados de los ´90, dos interrogantes
ilustran la magnitud del impacto provocado con su asentamiento: primero, está
seriamente cuestionada la sustentabilidad del modelo ovino extensivo en, al menos,
centro y norte de la provincia. De continuarse la producción ovina con tal modalidad, las
consecuencias socioproductivas y ambientales negativas en curso tornaran
irreversibles. Segundo, la desertificación, desencadenada básicamente por el
sobrepastoreo y la erosión eólica, arrasó la capacidad productiva del pastizal natural. El
panorama actual muestra cientos de establecimientos cerrados y muchos otros
produciendo en condiciones de suma precariedad, agudizando el impacto ambiental
que la ganadería ovina extensiva trae consigo.
Raquel Breitenbach
E-mail: raquel.breitenbach@sertao.ifrs.edu.br
Tecnólogo em Agronegócio,
E-mail: prlondero@gmail.com
Resumo
1- Introdução
2
condicionantes ambiental, social, econômico e cultural. Foram inseridas na pesquisa
cinco propriedades rurais.
Dentre as atividades previstas durante a realização da pesquisa destaca-se
como principal a coleta de dados junto às propriedades rurais do grupo, na tentativa
de identificar elementos que demonstrem a situação atual das unidades produtivas
no que diz respeito à sustentabilidade das mesmas. Ou seja, a partir da coleta de
dados, buscou-se identificar se as propriedades estão conseguindo ter bons
resultados econômicos, se estão agredindo o meio ambiente e se os aspectos de
desenvolvimento social dos integrantes da família estão sendo respeitados.
O grupo de agricultores em que foi realizado o estágio é composto de 8 (oito)
unidades produtivas e foram analisadas 5(cinco) propriedades. Dessa forma, as
propriedades que apresentaram muitas semelhanças foram retiradas da análise,
evitando a apresentação de dados repetitivos.
Para obter as informações apresentadas a seguir, foi realizada uma pesquisa
junto a cinco propriedades rurais pertencentes ao grupo. Primeiramente, foi
realizada uma pesquisa bibliográfica que levantou os principais conceitos e
referências acerca de sustentabilidade e da gestão rural. Com base nesse
referencial teórico, foi construído um instrumento de análise em forma de entrevista.
Após a elaboração do roteiro de entrevistas, estas foram realizadas nas
propriedades rurais analisadas, compreendendo questões acerca da
sustentabilidade das propriedades rurais e da gestão das mesmas. A partir dessas
entrevistas, foi possível identificar os aspectos apresentados a seguir.
Esta pesquisa sobre a sustentabilidade nas propriedades rurais do grupo
Horizontes serviu para verificar a preocupação com a conservação do meio
ambiente; onde estão inseridas e qual a preocupação para o futuro na atividade
agropecuária. Alguns exemplos dessa preocupação com o meio é o caso de
embalar o lixo doméstico produzido nas propriedades, idéia esta que nasceu em
reunião do grupo com o prefeito e hoje é realidade para toda a comunidade; e
também o exemplo do uso de tanques para transportar água no local de aplicação
dos agrotóxicos. São preocupações dos produtores para diminuir os problemas de
contaminação das águas e poluição em geral.
3
O grupo de agricultores Horizontes da Sustentabilidade em que foi realizada
essa pesquisa está localizado na Comunidade Nossa Senhora Aparecida, interior do
município de Sertão, Rio Grande do Sul, Brasil. Esse grupo foi iniciado após
conversas informais entre os agricultores e com auxílio do professor do Instituto
Federal de Educação Ciência e Tecnologia do Rio Grande do Sul (IFRS) campus
Sertão Welinton Rogério Zanini, a partir de um Projeto de Extensão.
O grupo Horizontes da Sustentabilidade é composto por oito famílias e teve
seu início no mês de julho de 2010. No início, o grupo testou a compra conjunta de
óleo diesel entre sete produtores, obtendo uma redução no preço final de 8 a 10%.
O projeto/grupo incentivou os produtores rurais a diversificar a produção e a
conquistar novos mercados; disponibilizou palestras aos produtores com professores
do IFRS conforme necessidade dos produtores; auxiliou na tomada de decisão da
compra de insumos, na tomada de preços por meio de “carta de preços”, no
incentivo ao desenvolvimento sustentado - foram debatidas atitudes na questão
ambiental de como era e como será caso continuar o uso indiscriminado de
agrotóxicos e como pode ser o destino correto do lixo.
Portanto, trata-se de um projeto de extensão rural que visa dar suporte aos
produtores de uma maneira ampla. Observa-se o problema do produtor como um
todo, de maneira sistêmica, trabalhando questões ecológicas, ambientais, sociais e
culturais. As mudanças que aconteceram foram positivas e despertaram nos
produtores a ação conjunta, em forma de cooperação.
4
Para Bernardi e Michels (2007) no setor do agronegócio as propriedades são
na grande parte vulneráveis a problemas no processo produtivo, pois podem ocorrer
compras em excesso em determinados insumos e isto pode ser por falta de
planejamento estratégico. Tudo deve ser planejado a longo prazo com base em
análises anteriores de preços e necessidades do solo, por exemplo.
Pensando assim as empresas rurais devem ser planejadas com
antecedência, pois, a contabilidade e controle na compra de máquinas e
equipamentos deverão passar por um minucioso estudo antes de qualquer tomada
de decisão. Os investimentos feitos nas propriedades que não conseguem se auto
financiarem ou não se pagam (são super dimensionados) colocam em risco a
sustentabilidade da propriedade como um todo e podem comprometer as áreas que
são rentáveis.
Quando se trabalhar com este tipo de atividade, sempre se deve ter em
mente que problemas como seca, excesso de chuva, granizo, preços baixos e
outros podem ocorrer ao longo do tempo. Portanto, torna-se prudente fazer uma
média da produção dos últimos cinco anos para diminuir os riscos na atividade.
Para Diegues (1992), seminários, palestras, encontros são realizados, para
desta forma, mostrar as pessoas consumidoras que os produtos produzidos são de
fonte sustentável. Já a produção industrial forte, com base em produtos não
renováveis e maciços, com estímulos ao consumo e principalmente no
esbanjamento (desperdício) poderá ter problemas, porque os recursos naturais
tendem a findar como é o caso do petróleo, minerais, que quando mal extraídos
causam ao ambiente uma forte degradação para obtenção destes recursos. O que
resta para a sociedade de modo geral é pensar ou repensar um modelo de
desenvolvimento onde o eco sistema seja mais diversificado e, da mesma maneira,
que não há homogeneidade nas raças, costumes, pois a diversidade de raças e
costumes pode vir a reduzir impactos no ambiente.
Neste modelo não se considera simplesmente o processo mecânico mais sim
mudanças estruturais e políticas estruturais. Até os anos 60 a degradação do
ambiente podia se considerar pequena ou até normal, mas daí por diante com a
crescente industrialização e fortes incentivos ao consumismo, a degradação e
dilapidação dos recursos naturais sofreu forte aceleração.
Em uma concepção mais moderna, a agricultura deve levar em conta as
variáveis ambientais e a participação da classe política, além de manter equilíbrio
5
entre o uso dos recursos naturais e o crescimento demográfico. Outra condição
muito importante é a conservação das espécies animais e vegetais que compõe a
vida e ecossistema da natureza, e estas espécies estão tendo diminuição acentuada
em alguns casos até extinção, o que prejudica muito o equilíbrio ecológico no
planeta. Alguns estudos apontam para uma maior manutenção destas espécies em
locais onde também existe uma diversidade cultural mais acentuada.
Pode-se dizer que dois princípios são muito importantes para que
ecossistema se mantenha vivo: diversidade biológica e manejo cuidadoso dos
recursos naturais que são básicos para a sustentabilidade das sociedades.
Para Leff apud Jacobi (2003), nos dias de hoje torna-se necessário refletir
sobre o espaço de articulação natureza técnica e cultura, a sustentabilidade passa
pela mudança na maneira de pensar, transformação do conhecimento e das práticas
educativas em relação ao meio ambiente onde vivemos. Mas para tal deve ser
evidenciada a relação entre os saberes das pessoas para que desta forma se
consiga avançar nos conhecimentos e alternativas que mudem o panorama de
degradação ambiental.
Pode e deve se pensar em envolver centros de educação na discutição sobre
responsabilidade e cobranças das pessoas para ajudarem na preservação
ambiental. Além disso, envolver os cidadãos como co responsáveis na tomada de
atitudes com relação à preservação ambiental, mudanças de hábitos por grande
parte das pessoas. A problemática da sustentabilidade passa pela mudança de
hábitos das pessoas, para que cada um faça sua parte.
O desenvolvimento sustentável leva em conta a viabilidade econômica e
ecológica para que desta forma homem e natureza vivam em harmonia, pois,
nenhum consegue viver só. O desenvolvimento sustentável deve ser visto como a
superação de déficits sociais e na mudança de hábitos e nos padrões de
consumismo principalmente nos países desenvolvidos para assim manter os
recursos agrícolas, energéticos, bióticos, minerais, água e ar. A sustentabilidade
passa pela quebra de modelo adotado hoje para um novo modelo onde há justiça
social, qualidade de vida, e equilíbrio ambiental.
Para Sorrentino apud Jacobi (2003) o maior desafio para os educadores
ambientais de um lado são de conseguir resgatar o desenvolvimento de valores e de
confiança como: confiança, respeito mutuo, responsabilidade, compromisso,
solidariedade e iniciativa também o estimulo a uma visão mais crítica com relação às
6
questões ambientais. O desafio para se fortalecer a cidadania como um todo para
que elas saibam que são possuidoras de direitos e de que também possuem
deveres frente às questões ambientais. Algumas experiências mostram que quando
ocorre vontade política pode se viabilizar projetos que vem de encontro à
sustentabilidade de desenvolvimento econômico e social.
Para Demarchi (2008) alguns pontos devem ser levados em conta como:
Balanceamento das rações que os animais irão consumir, pois todo o animal ao
ruminar emite o gás metano que é considerado um importante poluente da
atmosfera. Com uma dieta balanceada o que ocorre é que esta fermentação é
melhorada e ocorre uma menor emissão destes gases por kg de matéria seca
ingerida.
Para Rodrigues et al (2003) a agricultura sustentável nada mais é que o
manejo do ecossistema de forma a manter e melhorar as condições do ambiente
para desta forma a fauna e flora terem seu espaço garantido e manter o equilíbrio
ecológico. Para que isto aconteça deve-se pensar em melhorias na renda do
Produtor Rural para assim se trabalhar uma maior conscientização de preservação
das florestas parte muito importante na manutenção do equilíbrio do sistema como
um todo. Uma forma que devemos começar a pensar e colocarmos em discutição
são a de valorizarmos como forma de premiar as boas ações em prol da
preservação ambiental e isso passa pela ajuda financeira de toda a sociedade.
Outra forma seria de manter junto ao órgão de liberação de novos produtos
(insumos) para estes sejam menos agressivos ao ambiente, pois o produtor irá usar
o que o mercado oferecer sendo assim cabe ao mercado ofertar produtos menos
poluentes.
7
O avanço cada vez mais notável da biotecnologia e da modernidade, fez com
que os consumidores se tornassem cada vez mais exigentes em relação a preços e
qualidade dos produtos produzidos. Aliado a globalização da economia mundial e
maior intercambio entre produtos do mundo todo, forçou os produtores a usarem de
maior controle em suas atividades rotineiras para que, desta forma, identificassem e
evitassem os desperdícios. Deve-se, portanto, criar um sistema de controle
integrado que controle os custos, estoque, depreciação tudo de uma só vez com
vistas a facilitar o controle das propriedades o que com certeza ajudaria e muito na
tomada de decisão pelos produtores rurais (MARION e SEGATTI 2006).
Marion e Segatti (2006) destacam que para o negócio como um todo ser
sustentável este deverá envolver os produtores, agroindústrias e pessoas que
tenham alguma relação mesmo que pequena, mas, estas devem adotar
mecanismos que ajudem a melhorar a gestão e aprendizagem empresarial, em que
cada um faça sua parte na cadeia produtiva ou estará fora desta cadeia por conta da
competição. Todo o trabalho de inovação na maneira de controlar os gastos em
qualquer parte da cadeia produtiva deverá levar em conta a realidade de cada
usuário, pois de nada adianta uma nova ferramenta se esta está a quem da
realidade de quem irá fazer uso da mesma.
Essa propriedade é composta por seis pessoas, em que três são adultos e
três são crianças. Possui terras que somam 23 hectares de área macanizável e em
torno de 4 hectares de mata nativa.
O produtor transaciona uma cooperativa no que se refere a atividade leiteira,
pois a empresa Santa Clara assumiu a coleta e o fomento da produção leiteira na
região de atuação da Cooperativa em questão, onde a maior parte dos insumos na
8
produção leiteira é fornecida pela mesma, pois esta conta com ótima logística de
distribuição e entrega os insumos aos produtores na propriedade. A utilização da
propriedade é de mais ou menos 80% com culturas anuais e o restante com
pastagens. Nesta propriedade a tendência é de que tenha um filho para a sucessão,
pois conta com quatro filhos homens e todos estão estudando.
O crédito agrícola é bem vindo para este agricultor, o qual acessa PRONAF
(Programa Nacional de Fortalecimento da Agricultura Familiar). Também é
associado no Sindicato dos Trabalhadores Rurais de Sertão, bem como possui
parceria/associação na compra de máquinas e equipamentos em conjunto com mais
sete agricultores, sendo que todos ocupam as mesmas estruturas.
Os animais criados em maior escala na propriedade são suínos e bovinos de
leite e corte. Os bovinos de corte são criados no sistema usualmente chamado de “a
campo”; as vacas para produção leiteira somam nove; aves são do tipo caipira e
criadas não confinadas e somam um total de 60.
Na utilização de sua propriedade, produz feijão apenas para consumo da
família, trigo normalmente em anos alternados em torno de 14 ha, laranja só produz
para consumo da família. A mata nativa soma 4 ha, o reflorestamento perfaz um
total de 1 ha e as pastagens do período de inverno somam um total de 14 ha.
O produtor usa a técnica de plantio direto por pensar que esta lhe proporciona
aumentos na produtividade das culturas e também por preservar o solo, já que
considera que a técnica de plantar sobre a palha remove o mínimo de solo. Tem
opinião de que com o passar do tempo os benefícios desta técnica é a diminuição da
erosão do solo e obtenção de mais lucros. Reconhece que depende de ajuda
profissional para que possa manter a técnica em andamento como orientação na
escolha de adubação, como manejar as culturas, realização da calagem, no uso de
sementes melhoradas e nas melhores épocas da semeadura das cultivares a serem
implantadas.
No que se refere a questão de manejo de dejetos suínos, não possui
esterqueira apropriada por se tratar de produção em pequena escala, mas pretende
melhorar neste aspecto, pois sabe que os dejetos causam poluição. Também sabe
que o manejo com esterqueiras reduz estes riscos e, se aumentar a produção,
pretende distribuir na lavoura como forma de adubação para as culturas que
trabalha. Em sua opinião o problema dos dejetos deve ser de todos os que fazem
9
parte da cadeia produtiva começando pelo produtor, agroindústrias e órgãos
públicos.
Quando perguntado sobre o uso de agrotóxicos comentou que na horta, às
vezes, é necessário o uso de agrotóxicos para extinguir as pragas, mas faz o uso só
quando necessário, porque sabe que pode causar problemas tanto a quem aplica
como a quem consome os produtos. Faz uso de agrotóxicos para assim aumentar a
produtividade, para diminuir as pragas da lavoura e por facilitar o uso da técnica do
plantio direto. Tem em mente que a produtividade é maior com o uso de agrotóxicos,
também comenta que consome a maioria dos produtos produzidos em sua
propriedade.
Tem procurado manter a mata nativa e capoeira, faz reflorestamento, possui
as áreas próximas aos rios gramadas para, desta forma, diminuir os riscos de
assoreamento dos rios e nascentes as quais tem proteção, já que utiliza uma delas
para consumo da família, e afirma que não notou diminuição das águas em sua
propriedade. Na opinião do produtor os maiores problemas causados pelo
desmatamento é, sem dúvida, a erosão dos solos e o assoreamento dos rios.
Além disso, destaca ter reserva legal em sua propriedade e áreas de
preservação permanente, e que o corredor para fauna existe, mas, que nas áreas
que possui gado de leite estas passam a ser ocupadas pelas criações. A paisagem
tem boa variação de espécies, porém, nas áreas destinadas a produção animal a
degradação do solo é superior.
No que se refere aos aspectos sociais, destaca-se que os filhos da família
que estão em idade escolar têm acesso a educação por meio de transporte
municipal ou por conta própria; possuem acesso a serviços básicos de saúde
através de serviços públicos ou privados. Da mesma maneira, os bens de consumo
como carro, vestuário, internet e outros fazem parte do consumo da família; já o
lazer é basicamente na escola e nos finais de semana na comunidade.
No que diz respeito ao aspecto econômico, alcançam uma boa renda líquida
no estabelecimento o que proporciona boa qualidade de vida e certo conforto,
simétrico pela diversidade na fonte de renda proveniente da venda dos produtos
agrícolas, leite e de animais para o abate. Já o nível de endividamento pode ser
considerado baixo devido ao austero jeito de administrar a propriedade,
especialmente se comparado ao valor de mercado da propriedade que é superior a
R$ 1.500.000,00.
10
4.2- Análise da Propriedade 2
Esta conta com uma área total de 35 há, parte delas arrendadas e conta com
uma área de 28 ha para uso em culturas anuais. O núcleo familiar é de três pessoas,
duas adultas e uma criança.
O produtor não usa os créditos de custeio disponibilizados pelo governo, usou
apenas recursos do governo na aquisição do trator novo. Pensa que os agricultores
deveriam ser indenizados para cumprirem de forma total o Código Florestal
Brasileiro, especialmente no que se refere as Áreas de Preservação Permanente.
Para o produtor, a soja transgênica teve importante influencia na modernidade
da agricultura, mas deixou o produtor mais dependente das empresas. Não é
associado a uma cooperativa, mas é sócio do Sindicato dos Trabalhadores Rurais
de Sertão, enquanto que integração e parcerias não possui com ninguém.
Os animais que cria em sua propriedade com fins comercias são os bovinos
de leite, galinhas caipiras, suínos para o consumo apenas da família. Utiliza sua
propriedade da seguinte forma: com milho em torno de 5 ha, com soja 23 ha, feijão
somente para o consumo de sua família. Arroz compra no mercado, trigo não
produz, laranja têm um pomar para consumo da família, erva mate têm em torno de
0,5 ha, mata nativa não possui, florestamento de eucalipto têm uma área de cerca
de 1,5 ha, pastagens de verão somam 2 ha e as pastagens de inverno 15 ha.
A respeito do uso de técnicas sustentáveis como plantio direto na palha, disse
que trabalha com esta técnica por achar que aumenta a produtividade de sua
lavoura preservando o solo e auxiliando na diminuição de defensivos agrícolas e,
desta forma, reduzindo os custos para formação de sua lavoura e poupando mão de
obra.
O destino dos dejetos dos animais é a céu aberto por se tratar apenas de
animais do tipo gado de leite não confinado o que impede um manejo diferenciado,
disse saber que os dejetos quando jogados nos curso de água provocam poluição e
que podem provocar doenças para as pessoas e aos animais que consomem da
água. Sabe que quando armazenados em esterqueiras por um determinado tempo
os riscos de contaminação são eliminados sabe também que o esterco pode ser
usado na agricultura como forma de adubação. Pensa que o problema é do produtor
11
e devem ser resolvidos imediatamente, pensa que os problemas ambientais devem
ser resolvidos em conjunto com a participação de todos os seguimentos da cadeia
produtiva.
No que diz respeito ao uso de agrotóxicos, falou que hoje com o uso intenso
da agricultura é muito difícil produzir sem o uso de destes produtos, os agroquímicos
aumentam a produtividade, reduzem pragas da lavoura, diminuem o uso da mão de
obra, etc. Produtos que produz sem o uso de veneno, somente o produzido na horta
e nem todos, pois existem alguns em que é necessário, como o tomate. Diante do
risco em usar agrotóxicos na lavoura e poluir a água, ambiente e ainda prejudicar a
quem aplica e a que consome, a resposta foi a de fazer uso destes produtos
somente quando for realmente necessário. Usar com indicação técnica, confiar nos
rótulos dos produtos e de fazer o uso mais freqüente de produtos biológicos e por
conseqüência menos agressivos às pessoas e ao ambiente.
Disse saber que toda a moderna produção de animais é cada vez mais
dependente de aditivos nas rações. A ração que os animais consomem em sua
propriedade é totalmente produzida na propriedade e de boa qualidade.
Concorda que os desmatamentos causam problemas como erosão dos solos,
assoreamento nos rios, mudanças climáticas no planeta, o aumento na temperatura
da terra e diminuição das águas. Preserva a mata nativa de sua propriedade e
planta eucalipto para ter outra fonte de renda e para diminuir a erosão do solo. Em
sua opinião o mosquito borrachudo tem aumentado nos últimos tempos e não tem
idéia do porque deste aumento.
Quanto aos aspectos sociais, todas as pessoas têm acesso ao ensino, já a
saúde é normalmente por meio do serviço público como posto de saúde e agente
comunitária. Bens de consumo possuem como TV, carro, moto, eletrodomésticos. O
lazer é normalmente em casa, na comunidade ou em balneários da região.
A renda líquida mensal da propriedade gira em torno de R$ 3.000,00 por mês
e é proveniente da venda do leite, soja, milho, erva, e eucalipto. O nível de
endividamento é considerado baixo.
12
Esta propriedade conta em sua composição familiar com dez pessoas, sendo
sete jovens e adultos e três crianças. Possui área de 140 ha com mais 20 ha
arrendados.
Os proprietários consideram as políticas de crédito para a agricultura boas,
mas poderiam ofertar mais recursos para os produtores. Na questão ambiental,
pensam que as sementes transgênicas trouxeram mais agilidade e modernidade
para o setor, mas que os produtores se tornaram reféns das Empresas que estão
antes da porteira. Além disso, destaca-se que a família entrevistada não possui
relação com cooperativa, mas com o Sindicato Rural mantém e é associada.
Animais que cria em sua propriedade são basicamente bovinos de leite, onde
conta com um plantel de 100 animais; na lavoura planta em média 35 ha de milho e
110 ha de soja, área de potreiro é de 2 há, pastagem de verão 10 há, pastagem de
inverno 60 ha.
Sobre a técnica do plantio direto na palha usa e é um dos idealizadores na
comunidade, pensa que a técnica é muito importante por aumentar
significativamente a produtividade das lavouras. Ajuda a preservar o solo por manter
sobre o solo grande quantidade de palha o que evita o impacto direto da gota de
chuva e desta forma as partículas de solo são preservadas. O uso de herbicidas em
especial tem grande diminuição porque com a cobertura de palha no solo e o
sombreamento ocorre ao natural menor emergência das plantas invasoras e por
conseqüência diminui os custos de formação da lavoura e de mão de obra.
O manejo dos dejetos dos animais é a céu aberto por se tratar de exploração
semi intensiva. Disse saber de que os dejetos quando jogados nos cursos de água
causam poluição e sabem que esta pode causar problemas de saúde as pessoas e
aos animais.
O produtor disse que não tem como não usar agrotóxicos nas culturas, por
estas serem dependentes de produtos para sua proteção contra pragas e doenças.
O que produz sem o uso de veneno são as hortaliças e as frutas e consome os
produtos que produz em sua propriedade. A produtividade nas áreas em que é
usado agrotóxico é muito superior.
No que se refere à mata ciliar da propriedade, tem mantido a mata nativa e
capoeira, tem reflorestado as áreas que são impróprias para a mecanização e as
áreas próximas aos rios foram isoladas com cerca para impedir a entrada de
animais. A proteção em uma fonte de água foi feita ao natural, ou seja, somente foi
13
cercada e a natureza fez o resto e não tem notado diminuição de águas em sua
propriedade.
Em sua opinião os maiores problema ambientais são a erosão do solo o
assoreamento dos rios e pensa que as mudanças climáticas tratam-se de ciclos da
natureza. Está preocupado em conservar a mata nativa em sua propriedade e
reflorestou com eucalipto uma área de 3 ha a qual é considerada imprópria para uso
com culturas anuais e disse que fez para diminuir a erosão do solo no local e como
conseqüência o assoreamento dos rios e também para melhorar a bio diversidade
do local.
A reserva legal da propriedade é de 25 ha e as áreas de APPs foram
aumentadas, os corredores de fauna em sua opinião existem e têm boa diversidade
na paisagem e onde ocorre degradação de áreas estas são recuperadas.
O acesso a educação das pessoas mais novas é melhor que nos tempos dos
pais, pois nesta época era mais difícil desde o transporte a qualidade do ensino e do
local de ensino que era precário com pouca qualidade. O acesso a serviços de
saúde é pelo posto de saúde pública e agente comunitária e particular. O lazer é na
comunidade, viagens, período de férias na praia.
A renda líquida da propriedade gira em torno de R$ 10000,00 por mês e esta
provem da venda de leite para a indústria, venda de animais, produtos da lavoura
como soja e milho. Sobre o nível de endividamento disse não ter noção de quanto é
o percentual das dívidas.
14
para consumo da família. Na bovinocultura o sistema que utiliza é o de produção de
terneiras e venda de leite para laticínio.
Utiliza sua propriedade com a maior parte na produção de soja em torno de
15 ha e milho entre 2 e 3 há, laranja somente para consumo da família, erva mate
em torno de 1 há, mata nativa 2 ha, potreiro 1 ha, a pastagem de verão 3 ha e a de
inverno 10 ha.
Para o uso de agrotóxicos falou que faz uso destes produtos para obter mais
produtividade, já que cada vez mais pragas e doenças prejudicam as culturas e se
não forem tratadas reduzem significativamente a produtividade e por conseqüência
coloca em risco a sobrevivência do produtor. Sabe que os usos destes produtos
podem causar problemas á saúde, mas procura aplicar quando necessário e com
orientação técnica e fazem uso de produtos alternativos como os biológicos.
Quanto ao uso de aditivos nas rações como forma de melhorar a eficiência
das mesmas, disse que sabe que existem, mas também produz ração em sua
propriedade para as vacas leiteiras porque para as aves é a própria integradora
quem fornece toda a ração. Acredita que a ração que as agroindústrias produzem
pode ser melhor pelos equipamentos usados no processo de fabricação, sabe
também que a ração que usa nos aviários tem promotores de crescimento.
No que se refere à mata ciliar afirma ter procurado manter a mata nativa para
que os animais que ali vivem não sejam extintos. Possui área de reflorestamento
com eucalipto, pois depende de lenha para aquecer os pintos quando pequenos e
não usa lenha de mata nativa para este fim.
As áreas próximas aos rios já estão gramadas e com vegetação natural, as
fontes de água estão preservadas e com reflorestamento nativo ao seu redor, para
que desta forma auxilie na filtragem de impurezas que possam adentrar. Uma delas
foi feito drenagem e vedação para melhor aproveitamento.
Por outro lado, todas as pessoas da família têm acesso à educação e o
acesso aos serviços básicos de saúde é feito em postos de saúde e, em alguns
casos, particular como tratamentos dentários. Os bens de consumo são: TV,
internet, Carro, Moto.
A renda líquida da propriedade gira em torno de R$ 50.000,00 ao ano, com
uma boa diversificação na fonte de renda advinda da avicultura de corte,
bovinocultura de leite, soja e milho. O nível de endividamento da propriedade é
considerado alto, têm financiado um aviário, área de 10 ha com custeio de verão,
15
resfriador a granel, uma plantadeira e uma área de terra que foi adquirida pela
família há pouco tempo.
.
4.5- Análise da Propriedade 5
16
mantém a biodiversidade e também por ter outra fonte de renda. Também têm
procurado manter rotação de culturas fazendo desta forma diversificação no manejo
e uso do solo com culturas e com uso para animais.
Na parte social mencionou que as pessoas da família tiveram acesso á
educação em cursos de primeiro e segundo grau, o acesso aos serviços básicos de
saúde é na maior parte por meio de serviços públicos, o tem acesso aos bens de
consumo como carros, moto e bens informativos com televisão, radio. O esporte e
lazer são normalmente na comunidade.
No aspecto econômico, por existir diversificação de produção (leite, soja,
trigo, venda de animais e lenha) a renda atinge valores significativos e, embora
varie conforme épocas do ano e produtos comercializados, é cerca de R$ 5000,00
por mês. O nível de endividamento é considerado baixo, pois tem um trator no valor
R$ 69000,00 e uma semeadora no valor de R$ 50.000,00 e o valor da propriedade é
de mais ou menos R$ 2.000.000,00.
5- Considerações
17
preço e isto é muito benéfico para o produtor, haja vista que aumenta o poder de
barganha destes. No momento esta prática é mais notável na compra de
combustíveis, observando-se uma redução de 8% a 10% no valor do produto
adquirido.
Outra conquista do grupo que demonstra a preocupação com a conservação
do ambiente, é a de solicitar ao prefeito recolhimento do lixo doméstico na
comunidade, e este hoje já está sendo realizado com uma diminuição grande na
queima deste material. Também pode se destacar o uso de tanque para transporte
de água para abastecer os pulverizadores, evitando a contaminação das águas dos
mananciais e rios.
Porém, de um modo geral, o que ficou bem claro durante as entrevistas e no
próprio texto acima exposto é a incompreensão por parte dos agricultores do que de
fato são áreas de preservação permanente, áreas de reserva legal, bem como a
distinção entre mata nativa e florestas plantadas. Além disso, muitos agricultores
compreendem outros aspectos, como a importância do destino correto dos dejetos
dos animais, e do baixo uso de agrotóxico, mas em nome da eficiência econômica
colocam aspectos ambientais e de saúde em jogo.
Por fim, destaca-se que se levado em consideração os preceitos da
sustentabilidade, as propriedades analisadas precisam avançar muito ainda. Mas o
que mais elas precisam avançar é em conhecimento e na troca desse
conhecimento. Aliás, o mundo como um todo precisa avanças em conhecimento
quanto o tema é sustentabilidade, existem muitos enganos, muitos erros e muita
gente se aproveitando desse termo que é muito mais que um termo e exige
responsabilidade.
6- Referências
18
www.biblioteca.sebrae.com.br/bds/bds.nsf/.../NT000A2306.pdf. Acesso em: 15 ago
2011 a.
19
V Congreso Argentino Y LATINOAMERICANO DE Antropología Rural
Grupo de Trabajo: 15. Vida Rural y Medio Ambiente
Su fisiografía y origen geológico dan por resultado una gran planicie de inundación y
sistemas deltaicos hacia el noreste, por donde desalojan, confundidos, los
poderosos ríos Grijalva y Usumacinta; planos fluviales del Reciente cuaternario en el
centro y oeste; lomeríos de terrazas fluviales del Pleistoceno y fragmentos de la
Sierra Norte de Chiapas, configurada por fenómenos Cársticos y plegamientos
(West, 1976). Esta conformación baja, y el efecto de los vientos alisios del noreste
determinan un clima cálido, con un gradiente que va del tipo cálido seco en las
zonas costeras, con precipitaciones anuales de 800 mm (Aw, en la clasificación de
Koeppen modificada por García en 1964) hasta los tipos más húmedos en la región
serrana, con registros de más de 4,000 mm de precipitación anual (Am y Af, según
la misma clasificación).
Además de esos drásticos cambios del paisaje, los recursos naturales en el estado
han sido afectados en otros aspectos, como el de la degradación de las tierras. La
Evaluación de la Degradación de las Tierras Causada Por el Hombre (SEMARNAT,
2003) informa de la afectación del 70% de las tierras (37.6% por compactación,
30.6% por pérdida de fertilidad y 2.3% por erosión hídrica; dicha degradación es el
producto de la aplicación de técnicas inadecuadas en la producción agrícola y
pecuaria.
Los impactos del cambio climático cada vez tienen más efecto sobre la producción y
los mercados, tanto de carne como de alimentos propios de sistemas productivos en
confinamiento, que están proliferado al impulso de las grandes corporaciones en los
Estados Unidos y replicados a su vez en México, tanto para el abasto nacional como
para una nueva modalidad de exportación de ganado que, hace apenas un par de
décadas, era enviado a corrales de engorda en los Estados Unidos con pesos de
entre 150 y 250 kg.
Las alzas de precios en los alimentos del ganado se han compensado con un alza
más que proporcional de la carne debida a la escasez de animales disponibles para
la engorda y la merma de la planta de vacas reproductoras, lo que ha sido detectado
desde un lustro atrás como un fenómeno de mediano plazo (Banco de México-
FIRA, 2012). La sequía reciente en los Estados Unidos causó la pérdida estimada de
un 25% del hato nacional, con profundos impactos en la producción y un efecto en el
futuro próximo debido al sacrificio temprano, que se espera se haga notar en los
próximos años (USDA, 2012 c). Así, se perfila un mercado mundial con demanda
amplia, en función de los incrementos de consumo por el crecimiento de la
población, que se espera alcance los 9,000 millones de personas para el año de
2050, junto con un incremento del consumo per cápita en países emergentes de
numerosa población, como China o, en las cercanías, Centroamérica, que está
manteniendo ritmos elevados de crecimiento económico y generando una clase de
altos ingresos (Banco Mundial, 2012).
Dejando de lado detalles técnicos significativos por falta de espacio para hacerlo de
manera amplia, se pueden identificar rasgos del proceso de trabajo que son
relevantes para el diseño de acciones de fomento.
Desde la perspectiva del ganado, los aspectos de manejo, sanidad y genética son
los más importantes. Los aspectos de sanidad, en general, forman paquetes de uso
común, que incluyen el control de ectoparásitos, la vacunación y, mucho menos
frecuentemente que las anteriores, el monitoreo de la brucelosis. Por su parte, las
prácticas sanitarias referidas a la ordeña son las más variables e indicativas de
diferencias en el desarrollo tecnológico, con aspectos como la disposición de
superficies adecuadas para la ordeña, el lavado al menos de las ubres y las
condiciones de los ordeñadores pueden identificar un grado medio de avance
tecnológico y la ordeña mecánica representa un indicador de tecnología “alta”.
En cuanto a los criterios de mejora genética, debe señalarse que existe considerable
controversia y confusión existentes; Tabasco se caracteriza por la manera
compulsiva que el gobierno de Tomás Garrido procuró, hacia 1940, modernizar la
ganadería e introdujo de manera indiscriminada el ganado cebú, que puede
considerarse la base genética sobre la que se han ensayado toda clase de
combinaciones que procuran equilibrar la resistencia de bos indicus (Brahaman,
Ghyr y Nellore, entre otras), con las mejores características productivas de bos
Taurus (Suizo, Holstein y Charolais, entre otras); en Tabasco es prácticamente
inexistente la utilización de razas de ganado criollo de alto rendimiento y resistencia,
1
en observaciones sistemáticas de campo, con observaciones continuas en cuatro temporadas del
año, con diez repeticiones, se encontró una reducción de entre 3 y 5 horas de pastoreo al día (Ing.
Gonzalo Mendoza, comunicación personal, marzo, 2012)
como el romosinuano, especializado en producción de carne o el criollo lechero
tropical (De Alba, 2012). Actualmente, los ganaderos generalmente reconocen la
superioridad de las razas europeas y, se puede establecer a priori una relación
directa entre la proporción de este componente genético y la aplicación de
tecnologías, entre las que está, de manera muy importante, la inclusión de sombras
en los potreros; se puede estimar que la presencia de una proporción de ingrediente
europeo mayor a 50% indica condición tecnológica media a alta y la persistencia de
75% solamente es viable con un manejo sobresaliente de los diversos elementos
tecnológicos.
2
En AGROANTEQUERA (una Sociedad Financiera de Objeto Múltiple) no se otorga crédito a ganaderos del
trópico que no tienen establecidas sombras en los potreros, por haber comprobado la pérdida de rentabilidad en
su ausencia. Comunicación personal con su director, Ing. Gonzalo Mendoza Oaxaca.
reciclamiento de nutrimentos (Botero, 2001) de los estratos medios y profundos del
perfil del suelo, así como la fijación de nitrógeno gracias al incremento de la
microvida (bacterias y micorrizas) (Botero, 1997); el incremento de la microfauna,
por otro lado, contribuye a la incorporación de las excretas del ganado y a
compensar el efecto de compactación del pisoteo del ganado, que redunda en
mayor infiltración y bio - actividad edáfica (Melado, 2002).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Introducción
El trabajo analiza, desde una perspectiva socio histórica, las transformaciones socio-
económicas y ambientales que ocurrieron en el noreste del la provincia de San Luis,
más precisamente en las áreas de recolección de especies nativas y naturalizadas
de uso aromático y medicinal. Haremos referencia a las distintas estrategias y a las
distintas prácticas de recolección familiar recuperando un importante componente de
la cultura local. Analizaremos qué actores intervienen en la comercialización de
estas especies, como así también indagaremos acerca de cuál es la situación actual
de la recolección en la provincia.
La recolección tuvo su esplendor durante 40 años, desde los años 1960 y hasta el
2000/2001. A partir de aquí y hasta el presente, sigue un estado de preocupante
retroceso a pesar de las demandas crecientes del mercado.
Según nuestros entrevistados, la zona bajo estudio presenta dos grandes áreas que
pueden ser distinguidas en función de su paisaje y del predominio de las especies
que las caracteriza. La primera, “los yuyos de la sierras” corresponde al cordón de
las sierras de Los Comechingones, desde el extremo norte que nos limita con
1
Córdoba hasta la localidad de Papagayos. Integramos en este segmento a las
sierras del Bajo Véliz y de la Quebrada de Cautana por tener características
similares al área mencionada. La segunda área es la zona del Valle del Conlara y la
integran distintos parajes recorridos por el Río que lleva su nombre: Lafinur, Santa
Rosa, Punta del Agua, Los Peros, Ojo del Río, La Lomita, Las Palomas fueron las
localidades o parajes relevados. En este sector incluimos la transición del Valle a
sectores de alta rococidad de la sierras de San Luis, como son los parajes de Los
Chañares y Cabeza de Novillo.
Como mencionábamos, si bien hay especies que son exclusivas del primer ambiente
(peperina, helechos, a mayor altitud cola de quirquincho) y en el Valle del Conlara:
pichana, yerbas meonas por ejemplos; hay especies que son comunes a ambos
ambientes. Especies como carqueja, poleo o usillo podemos encontrarlas en ambos
ambientes.
Pero más allá de la distinción de los ambientes, de las especies que predominaban y
que caracterizaban cada área y claro está, que se recolectaba en cada paraje; es
importante mencionar que, durante el tránsito hacia el retroceso de la recolección,
estas zonas tuvieron resultados divergentes en cuanto a las estrategias que
enfrentaros los recolectores.
Metodología
Nuestro recorte temporal fue desde los años 1960 y hasta la actualidad.
2
También observamos las especies a campo, algunas las recolectamos y las
identificamos por el nombre común y científico. No fueron incorporarla a un herbario
declarado. Y si bien nuestra primera intención era focalizar en las plantas nativas
aromáticas, cuando hacíamos referencia a ellas, surgía como un todo el vocablo
“yuyos” o “hierbas” -según el tipo de actor- y no hacían distinción entre nativas o
exóticas o entre medicinales o aromáticas. Por tal motivo nosotros tomamos al
conjunto de especies recolectadas y puntualizaremos, en un anexo, los usos y
nombres científicos de las plantas mencionadas en el trabajo.
El período de expansión
3
Cuando la Mina Cerro Áspero1, situada en cercanías de la localidad de Merlo, donde
se extraía wolframio y scheeltia, cierra en el año 69, se genera una importante
pérdida de fuentes de trabajo. Según la información recogida, allí había cerca de 500
trabajadores de diversos orígenes. En un lugar inaccesible habían montado un
pueblo entero, con hospital propio, teléfono, un cablecarril 300 metros de vía, entre
otras importantes instalaciones. Esta pérdida de trabajo fue abrupta “de un día para
otro se dejó de trabajar” cuenta un entrevistado. Algo similar ocurrió en los años
1960 en las cercanías de Villa Larca, en esta mina había cerca de 80 trabajadores.
Por otro lado y en el mismo período, mucha gente deja de desplazarse a Santa Fe
en épocas de la cosecha de maíz. Esta situación fue un poco más gradual al
desempleo generado en las minas, ya que con las primeras cosechadoras (1954)2
se seguía ocupando gente para realizar el repaso porque las máquinas dejaban
muchos marlos sin cosechar. Finalmente a mediados de 1960, y con las mejoras
introducidas la gente deja prácticamente de desplazarse.
1
Pueblo escondido y una mina olvidada http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/13-2615-2011-
10-29.html
2
Bragachini M. et al. (2009) Historia de la mecanización agrícola del país: del arado de reja a la siembra de
precisión. La argentina 2050, La revolución tecnológica del agro, CASAFE.
4
Además de estos grandes acopiadores, se iban sumando otros, actores más
recientes que los anteriores (en la década del 80) que no necesariamente hacían del
acopio de yuyos su actividad principal. Ex intendente, incluso comerciantes que
poseían supermercados o carnicerías. Es decir, se iban sumando a la actividad
aquellos que disponían de financiamiento, en dinero o bines de cambio para ir
acumulando y vendiendo hierbas, principalmente a herboristerías de Buenos Aires.
Uno de ellos recuerda como signo de esplendor y desarrollo de La Paz, el título que
publicara, a fines de los 80´ la revista Para Ti: ”El pueblo que se salvó de la Crisis”
en relación al proceso inflacionario desatado entre 1988/89 ya que, esta localidad
poseía “vida propia”.
Decimos que San Luis se subordinaba al auge creciente de La Paz porque todo lo
que se recolectaba en nuestra provincia se procesaba y se comercializaba en la
localidad cordobesa. Las referencias y valores en toneladas sobre comercialización
de hierbas, estimadas en algunos documentos para el departamento San Javier, en
realidad encubren la actividad de los recolectores del noreste sanluiseño. Como en
Lagrotteria y Affolter (citados por Martinez 2005:576) donde estimaron una
extracción anual de hierbas nativas medicinales de 1.440 toneladas de hierbas
secas en el Distrito San Javier de la provincia de Córdoba. Según nuestras fuentes,
en esa época, tan sólo un recolector/acopiador de San Luis vendía en La PAZ cerca
de 2.000 kilos de yuyos por semana. Recientemente observé como cosecharon
alrededor de 10.000 kilos de carquejilla que desde Concarán San Luis, la trasladaron
a La Paz.
5
El fenómeno de la recolección
Quizás sea la extracción, el fenómeno que mejor denota el lento y complejo proceso
de mercantilización que vivenciaron estas familias. A diferencia de las actividades de
producción, la extracción persiguió casi siempre fines de ingresos o de intercambios
mercantiles.
En la zona de “los yuyos de las sierras” más próspera y de mayor valor comercial,
debido a la presencia de peperina y mastuerzo, encontramos la presencia de
acopiadores directo que llegaban desde La Paz y una incipiente diferenciación de
recolectores que se trasformaban en acopiadores. También acopiaban yuyos, los
viajantes vendedores que transitaban por las áreas más alejadas a La Paz (Villa
Larca, Papagayos).
En cambio, en el área del Valle más alejada y con predominio de especies de menor
valor comercial; los recolectores, que disponían de recursos económicos o
vehículos, iban diferenciándose y transformándose en la figura de
“recolectores/acopiadores”. Estos actores eran muy importantes ya que generaban
internamente la dinámica y promovían el hecho de “juntar yuyos” en cada paraje,
Meco, Cañete, Guachira, son algunos ejemplos.
7
cuales el 60 por ciento correspondía a poleo en la zona del Valle. En invierno se
comercializaba el 40 % de lo que se vendía en verano y sobre todo carquejilla y
carqueja, cáscara de chañar y quebracho, pichanilla y palo azul, entre otros.
8
que, no hay tantos recolectores que las junten; y al mismo tiempo, hay especies que
disminuyeron su población natural.
Hay especies que se ven amenazadas y que han disminuido considerablemente sus
poblaciones porque han soportado una excesiva presión de recolección (peperinas,
mastuerzo). Pero no podemos atribulo tan sólo al hecho de que no se recolecta en
forma sustentable. Incluso hay quienes piensan que los recolectores son los
responsables de esta situación y deben convertirse en productores para cultivarlas y
no degradar.
Hemos observado peperinas sacadas de raíz, carquejas con pico, nos han
comentado del poleo que venía sucio de Santa Rosa porque allí lo juntaban a pico y
lo vendían con mucha tierra. Y nos comentaban cómo quedaban los chañares
cuando les sacaban más de la cáscara que los árboles naturalmente liberaban. Pero
también vimos lo contrario, observamos como cuidadosamente dejan la raíz y
arrancan la parte superior del cominillo, peperinas debidamente cortadas y
pensando en que las flores dejen semillas.
9
Estos cambios también están asociados a la aparición de otras fuentes de ingresos,
como lo son los planes de empleo del gobierno, que comienzan a generalizarse en
esa década. Un entrevistado acopiador dice: “con los planes… no juntan más. Se
trata del ingenio sociocultural, la gente se mueve por necesidad. Si la gente está
necesitada es capaz de subirse a la sierra y recolectar lo que sea, pero sino, puede
haber yuyos en sus narices y no se molesta en ir buscarlos”.
Para finalizar la reflexión sobre qué está pasando con los yuyeros en nuestra región,
queríamos profundizar con el ejemplo de cómo y qué sucede con los recolectores
que juntan poleo. El poleo es una especie relativamente abundante, se junta en el
campo, y no siempre cerca de la vivienda. Donde lo cortan, se deja secar allí. Por
lo general colocan una carpa en el suelo y van encimando las ramas. A veces las
10
cortan con machetes, o a veces con pico. Van armando “fogones”. Los dejan secar
unos días y lo “apalean” para retirar las ramas. Una vez apaleado juntan las hojas y
las embolsan. Los chicos no cortan las ramas; sino que van tironeando de las ramas
y al mismo tiempo la van despojando de sus hojas. Es una planta que rebrota
fácilmente después de poda. Una familia puede llegar a juntar 100 kilos de poleo por
día y actualmente se paga entre 4 a 5 pesos el kilo. En la temporada del 2011
muchas familias se dedicaron a juntarlo. Sin embargo la comercialización tiene
bastantes altibajos, un año se comercializa mucho y otro casi nada. La familia
Rodríguez (recolector/acopiador) que vendió 13 mil kilos de poleo en el 2010, al año
siguiente tan sólo 1 mil kilos. De este modo, hubo casos como el de Tronco -un
recolector- que en un año bueno, se compró la moto; pero hubo quienes se “han
clavado” ya que los acopiadores, que son de otras zonas, no han pasado a retirar el
poleo juntado.
Así también lo expresaba otro acopiador cuando hacía referencia al hecho de los
recolectores: “la provincia de San Luis… para nosotros ya no existe más”.
Los cambios ocurridos en las funciones del Estado podrían interpretarse como
señales positivas sobre los aspectos ambientales y su conservación. Sin embargo el
Poder Ejecutivo nunca reglamentó la Ley y no puso en práctica las acciones que
principalmente se resumen: a) La experimentación de especies factibles de ser
cultivadas, la divulgación de los resultados alcanzados y el asesoramiento a las
11
personas interesadas en el cultivo. b) La divulgación respecto a las normas técnicas
conservacionistas. c) El establecimiento de áreas destinadas a las reservas del
recurso natural y disponer sobre las épocas y las zonas donde podrá desarrollarse
las actividades que de ellas se desprenden como así la tipificación de las especies
susceptibles de ser explotadas comercialmente.
En coincidencia con Bonatti (2002) las contradicciones entran en conflicto con las
políticas que privilegian la productividad a expensas de la conservación de los
recursos. En este contexto, la debilidad y falta de consolidación de las instituciones
ambientales propician una situación que expone a una mayor explotación de los
recursos y en la que es difícil esperar una convergencia natural entre los intereses
privados y sociales en cuanto a la preservación de los mismos.
12
Consideraciones finales
Más allá de la experticia y de los saberes que los recolectores han manifestado,
podríamos decir que la recolección, en sí misma, es un indicador de pobreza.
13
Hay que descentrar la idea de que los recolectores son los únicos responsables de
la pérdida de biodiversidad. Se debe modificar y reglamentar la Ley de Conservación
de Hierbas Aromáticas y Medicinales de San Luis. Sabemos que la domesticación
de especies nativas -llevándolas a cultivo- no es el único camino que hay que
recorrer. Hay especies que se presentan en forma muy abundante en la flora
provincial y no debería vedarse sus colectas. Más bien debería haber estudios
exhaustivos sobre los ciclos biológicos de cada especie recolectada y hacer
recomendaciones sobre momentos oportunos y formas de corte.
Ahora bien, esto es sólo una parte. Para que sea posible propiciar el desarrollo y la
transformación de los recolectores se debería fomentar y fortalecer la figura de los
recolectores/acopiadores locales. A partir del dinamismo que éstos desencadenan,
conjuntamente con los lazos de lealtad y confianza que se manifestaban, se pueden
llegar a establecer redes de articulación entre recolectores. Pero la transición no
debería estar anclada sólo a grandes acopiadores. Hay que encontrar mecanismos
de formalidad y de comercialización más justa, haciendo un estudio detallado de la
cadena de comercialización y las transformaciones de estos productos.
14
Anexo: Nombre común y científicos de las plantas mencionadas en el trabajo y
los usos enunciados por los entrevistados
15
Bibliografía:
Bragachini M. 2009 Historia de la mecanización agrícola del país: del arado de reja a
la siembra de precisión. La argentina 2050, La revolución tecnológica del agro.
CASAFE Argentina.
Galli, Carolina. 2009. Impacto de los Programas Sociales en el Medio Rural: el caso
del Plan de Inclusión Social en San Luis, Argentina. Ediciones INTA, Buenos Aires.
16
Silvetti Felicitas. 2011 Actores, Procesos de Territorialización y Conflictos en torno a
los servicios ecosistémicos del Chaco Árido. Un Estudio Sociohistórico en el oeste
de la provincia de CÓRDOBA, Argentina. Jornadas Interdisciplinarias de Estudios
Agrarios y Agroindustriales. Buenos Aires, Argentina.
Otras fuentes
17
V CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
Grupo de Trabajo N°15: Vida Rural y Medio Ambiente.
Introducción
1
los procesos de construcción social del riesgo desde enunciaciones provenientes de
diferentes actores y sectores de la sociedad.
1
El pueblo de 30 de Agosto se encuentra atravesado por las vías del ferrocarril, las cuales lo dividen en dos: lo que
se denomina “atrás de la vía” o el barrio 29 (por estar antes del 30), que se encuentra en la entrada de la localidad; y
2
empresa Agroservicios Pampeanos (ASP). La misma se dedica a la fabricación y
comercialización de agrotóxicos (insecticidas, fungicidas, herbicidas, coadyuvantes e
inoculantes), fertilizantes (fosfatados, azufrados, nitrogenados y aditivos para
fertilizantes) y semillas de maíz y soja. ASP es una empresa transnacional de origen
canadiense que copia un modelo estadounidense en la Argentina; es decir, buscan
asentarse en ciudades cercanas a ferrocarriles, ya que los insumos son transportados
por este medio, así como también eligen ciudades no muy pobladas por las
“consecuencias sociales negativas”2 que significan su instalación. De esta manera se
establece, en una zona céntrica del pueblo, una sede de la empresa que se dedica a la
comercialización y servicios.
“L:- Acá ha habido un rebrote (de cáncer), pero todo está en que comemos, en que
respiramos. Yo estoy en contra de los herbicidas, porque la gente no se cuida y afecta a
toda la familia” (Vecina de 30 de Agosto).
el resto del pueblo que se ubica después de la vía. El barrio 29 incluye a la empresa comercializadora de agrotóxicos
Agroservicios Pampeanos (ASP), a las plantas de silo, depósitos de silo bolsa y una fábrica de alimento balanceado.
2
Palabras del ex gerente de la planta de ASP de 30 de Agosto.
3
“Z:- Nosotras trabajamos en conjunto con el hospital municipal y también hablé con
un docente de la Escuela Agropecuaria para que los estudiantes realicen un estudio
sobre ASP, porque yo dudo que esté contaminando y por lo tanto sea la causa del
aumento en los casos de cáncer en el pueblo (…) además hay que tener en cuenta que
en 2007 de 45 personas que fallecieron en el pueblo 7 tenían cáncer y en 2008 de 53
personas que fallecieron 14 tenían cáncer.” (Entrevista a la directora de la Liga Popular
de Lucha Contra el Cáncer (LIPOLCC), filial 30 de Agosto3).
“K:- Lo que se viene viendo hace bastante tiempo, hem… en el barrio 29 por ejemplo,
la mayoría de las familias tienen o problemas de asma, o problemas respiratorios
crónicos, bronco espasmos, todos los chiquitos tienen problemas de bronquios, por
decirte más centrado en el barrio 29, son graves problemas, y como que se naturaliza,
parece normal eso. Mucha gente que vivió alrededor de las plantas de silo, se tuvo que
ir. (Silencio) vos vas a ver que las casas se han vendido abajo, ves deteriorados los
techos, o sea simplemente pasando por los lugares te das cuenta, ¿no?(…) Bueno con
las enfermedades respiratorias se puede decir, bueno no es una cosa QUIZAS tan
grave…pero en los últimos años he… han nacido chicos con malformaciones. ¡Es un
tema delicado! Tenemos en 30 de Agosto casos de nenes con bracito de cangrejo o
mano de cangrejo, de los que han sobrevivido que hoy van a la escuela digamos, pero
aún tenemos casos más graves que fallecieron directamente y no hay registro ni una
investigación, ¿producto de qué? En tan pocos años…” (Vecina de 30 de Agosto,
participó de la protesta frente a la planta comercializadora de agrotóxicos).
Sin embargo, a medida que fui trabajando sobre el tema surgieron más
cuestionamientos reforzados por nuevos hechos que ocurrieron en la localidad. A
3
Esta institución ofrece ayuda a enfermos de cáncer que no poseen obra social ni recursos económicos para afrontar
los costos de los tratamientos. LIPOLCC posee filiales en toda la provincia de Buenos Aires.
4
mediados de 2009 se realizó una protesta4 de repudio frente a la planta ASP, que
culminó con la elevación de un petitorio con 39 firmas a nombre de “los vecinos de 30
de Agosto” dirigido al intendente, con el fin de reclamar la adecuada planificación
urbana en la localidad de 30 de Agosto y la urgente reubicación de la planta de
agrotóxicos y otros5, teniendo en cuenta la problemática de contaminación del aire, el
suelo y el agua así como la constante aparición de enfermedades respiratorias
crónicas, cáncer y otras.
“K:- No hicimos nada de difusión. Porque fue algo que, sino…o sea…a todos a
mucha gente le preocupa el tema de la contaminación, pero si…viste como es el tema
que si vos…he si lo hace uno porque lo hace uno, si lo hace el otro porque lo hace el
otro… entonces siempre estábamos diciendo hay que hacer algo para que se plantee…
la problemática. Y bueno, hicimos un domingo y nos corrimos así el comentario entre
varios, recibiendo mensajitos de texto y demás…y este…y los que fueron, fueron. Se
sumaron voluntariamente, había chicos jóvenes, padres, bueno familias…y habíamos
llevado una nota con la idea de pedir (…) lo de la planificación urbana, porque 30 de
Agosto no tiene un parque industrial, y eso hace que se vallan instalando en distintos
lugres sin visiones futuras…” (Vecina de 30 de Agosto, participó de la protesta frente a
la planta comercializadora de agrotóxicos).
Es importante señalar que si bien dicha protesta surgió espontáneamente según los
pobladores, la misma tuvo lugar el día 21 de junio de 2009, a un mes de las elecciones
para delegado del Ente Descentralizado de 30 de Agosto. Tal fecha no es ingenua, ya
que la intención explícita de los protestantes era incluir la problemática en la agenda del
gobierno municipal.
4
Por protesta social se entienden: “(…) los acontecimientos visibles de acción pública contenciosa de un colectivo,
orientados al sostenimiento de una demanda (en general con referencia directa o indirecta al Estado). En este
sentido, cabe remarcar que el concepto se limita a partir de su carácter contencioso e intencional, por un lado, y su
visibilidad pública, por el otro” (Schuster y Pereyra, 2001:47). Por su parte, Sebastián Pereyra amplía la definición
hacia la acción de protesta, la cual se define como “(…) un evento de carácter contencioso producido por un actor
social colectivo que implica movilización de recursos. Considerábamos, entonces, como una acción aquella que se
deriva de un esfuerzo único de organización y movilización de recursos, cuyo sentido es dado por un determinado
proyecto” (GEPSAC, 2006: 3).
La protesta social tiene un carácter eminentemente político y se dirige a las autoridades, puede suceder que el
reclamo se realice sin que exista una organización preexistente ni que se genere un movimiento que le de
continuidad a la lucha. La mayor parte de las veces, la protesta se origina con el objetivo de manifestar un
descontento, exigir el cumplimiento de derechos o evitar algún prejuicio.
5
Se refiere a una fábrica de alimento balanceado, los silos bolsa y plantas de acopio de cereal que rodean la zona en
que se encuentra localizada la planta comercializadora de agrotóxicos, lindante al barrio 29.
5
“K:- Este, vos decías que porque esta fecha, este…es como que los que siempre
estamos preocupados por estos temas veíamos que estaban en plena campaña
electoral, cerraba la campaña ¡y nadie había hablado del tema! Era como algo viste,
inexplicable para nosotros…entonces dijimos ¡acá esta! Les vamos a hacer saber que
este tema nos interesa (risas), que no miren para otro lado. Pero ninguno estaba
viste…incluso había gente que participaba y le han dicho “he vos que estas ahí, ¿Cómo
te vas a prender en esa?” y claro lo que pasa es que estaban en pleno cierre de
campaña, en pleno movimiento político y en realidad no lo habían tocado al tema,
después se acordaron todos obviamente (risas) después todo el mundo se acordaba de
el parque industrial, de que las plantas en 30 de Agosto no podían seguir así.” (Vecina
de 30 de Agosto, participó de la protesta frente a la planta comercializadora de
agrotóxicos).
A los pocos días el intendente del partido de Trenque Lauquen programó una reunión
frente a la planta con autoridades de la misma y los vecinos.
Al mes los vecinos recibieron una carta en respuesta al petitorio que elevaron el día
de la protesta, prometiendo que a fin del año 2009 el comité de planeamiento
comenzaría con la revisión del código de zonificación de 30 de Agosto, a partir del cual
se crearía una zona industrial planificada, tal como los vecinos requerían. Sin embargo,
hasta la fecha ninguna de estas acciones se ha llevado a cabo.
6
“Concejo Deliberante, 28 de julio de 2009 (…) es necesario recordar con las
reuniones celebradas con la participación del mencionado Secretario, miembros de esta
Comisión y representante de los distintos Colegios Profesionales integrantes del Comité
de Planeamiento, (agrimensores, arquitectos, técnicos, ingenieros y martilleros) para la
revisión del Código de Zonificación de la ciudad de Trenque Lauquen, se asumió el
compromiso de elaborar PARA FIN DE AÑO6 los nuevos Códigos de Zonificación de
vuestra localidad y la de Beruti.
6
El resaltado es intencional.
7
Esta condición de espontaneidad ha sido ampliamente debatida, ya que si bien una protesta puede generar una
movilización improvisada, se plantea que para llegar a ese momento de visibilidad tuvo que existir previamente un
proceso que, sin ser evidente, hizo posible que el conflicto desembocara en una protesta. Según Schuster “(…) Una
protesta puede surgir perfectamente de la nada, en el sentido de no ser emergente de un movimiento social
constituido previo a ella. Y una protesta puede derivar de la nada, en la medida en que no se perpetúe en ningún
movimiento que la continúe. Una protesta puede (aunque no requiere) agotarse en sí misma, en su pura existencia
como acción instantánea, sin pasado ni futuro (…)” (Schuster; 2005:48).
El autor destaca que la protesta, más allá de no poseer una continuidad ni un movimiento social consolidado que la
digite, constituye una novedad, un quiebre y una ruptura con la serie de interacciones sociales que existían previas a
ella.
De esta manera podemos ver que en 30 de Agosto la protesta constituyó una acción momentánea que si bien no se
perpetuó en posteriores acciones disruptivas, sí tuvo un pasado y un futuro que se hace visible en las
contradicciones y paradojas que se viven cotidianamente en el pueblo afectado por las consecuencias negativas del
modelo agroindustrial.
7
planta de agrotóxicos sin reparar en otras variables posibles a tener en cuenta,
relacionadas o no con los químicos aplicados en el agro?
Hacia fines de los años ´60 la antropóloga Mary Douglas fundó las bases de lo que
posteriormente se denominó la teoría cultural de los riesgos. Esta se basa en una visión
socioconstructivista, que establece que los individuos son organizadores activos de sus
percepciones, imponiendo sus propios significados a los fenómenos.
Para entender la elección de los riesgos, Julia S. Guivant nos dice que “(…) Douglas
y Wildavsky la vinculan con la elección de nuestras instituciones y de cómo queremos
vivir: valores comunes llevan a miedos comunes, así como a un acuerdo implícito sobre
que no temer. Las personas seleccionarían determinados riesgos como relevantes
(guerra, polución, cáncer, desempleo) según el papel que estos riesgos puedan tener
8
en el refuerzo de la solidaridad social de las instituciones en las que ellos participan. ”
(Guivant; 1998:5). En este sentido, Mary Douglas (1996) menciona que resulta erróneo
considerar a los factores sociales que influyen en la percepción de los riesgos como
tiznajos que velan la lente de un telescopio y así distorsionan la realidad, sino que es
más sabio interpretar tales distorsiones de la imagen como el resultado de una
focalización más precisa que evalúa la sociedad, de la misma manera que los
individuos evalúa los riesgos.
9
lógica de la desigualdad de clases, de modo que las clases bajas sufren más los
riesgos, la lógica de este reparto es básicamente diferente, pues tarde o temprano el
riesgo se torna hacia quien lo produce. En este sentido, según Christian Oltra: “La
teoría de la sociedad del riesgo ha adoptado, fundamentalmente, una perspectiva
constructivista sobre los problemas medioambientales. Bien es cierto que Beck (2002)
distingue ambas aproximaciones dentro de su teoría, la realista, según la cual los
peligros existen y son globales, y la constructivista, según la cual los peligros son
construidos socialmente. El proceso de construcción social de los riesgos es un proceso
complejo en el que intervienen distintos actores sociales. En este proceso desarrolla un
papel determinante el conocimiento público, lo que la gente conoce y percibe de los
peligros que le rodean y, sobre todo, el conocimiento experto.” (Oltra; 2005:140).
Por otro lado se halla el Estado Municipal, el cual participó activamente del
conflicto. Es abordado desde el Ente Descentralizado de 30 de Agosto, donde se
encuentra la inmediata autoridad y poder en el pueblo. Desde la secretaría de Medio
Ambiente (creada en el año 2009, el mismo año en el que se realizó la protesta), ya que
10
desde allí se abordan los problemas ambientales y de salud ocasionados por
agrotóxicos, temática que se encuentra muy presente en las labores de la misma. Y por
último la secretaría de Salud Comunitaria, por tener una marcada inclinación ambiental,
dirigida a combatir los problemas de salud “desde la raíz”. Bajo la creación reciente de
esta secretaría (2007) se fundó una salita de primeros auxilios en el barrio 29 de 30 de
Agosto: “la casita de la salud”, la cual se orientó a enseñar sobre producción orgánica y
sobre las graves consecuencias que ocasionan los agrotóxicos en la salud. Este
espacio es fuertemente legitimado por los vecinos por ser fuente de conocimiento sobre
los riesgos a los que se encuentran expuestos, y por informar sobre alternativas más
saludables.
Los vecinos de 30 de Agosto han optado por la pasividad luego de la protesta frente
a la planta de agrotóxicos pese a que existe una manifiesta preocupación por la
problemática. ¿Por qué si la gente considera que los agrotóxicos generan un riesgo real
a la salud y el medio ambiente no ejercen ninguna acción destinada a erradicarlos o al
menos a controlarlos?
“y si… usamos cipermetrina en casa por ahí para las moscas…” (F, vecina de 30 de
Agosto)
“(..) Y vos imagínate que yo trabajo en la Escuela Agropecuaria que es la cuna del
saber ahí…y por ahí pasa alguien y me dice “che K tráeme tres bidones de glifosato”
(…) y antes veía los bidones por todos lados (…)” (K, vecina de 30 de Agosto, participó
de la protesta frente a la planta comercializadora de agrotóxicos).
R- ¿En el mosquito?
“Es decir, no hay ningún problema con que haya uno de esos mosquitos goteando,
cosa que vi con mis propios ojos, yo vivía en una casa, en la esquina estaba la
panadería, y era salir de mi casa y en frente estaba desplegado uno de esos mosquitos
goteando líquido, e ir con mi hijo y decirle volvé a casa, horrorizado…y nadie dice nada
al respecto.” (R, médico que trabajó 2 años -2007, 2008- en el hospital de 30 de
Agosto)
8
Mosquito se le dice comúnmente a la pulverizadora.
12
escrutinio público, y más define él mismo sus propias normas de riesgo razonable. Pero
tan pronto como hay una comunidad, se debaten y establecen socialmente las normas
de aceptabilidad. Esta actividad constituye la base definidora de comunidad. (…) Una
comunidad implanta también el modelo de actores del mundo y su escala de valores
por la que diferentes consecuencias son consideradas graves o triviales. ” (Douglas;
1996: 110).
“Dicen que la gente que trabaja en ASP esta vacunada contra algo porque no puede
ser que ellos no se enfermen, o por lo menos a la vista no se ve que estén enfermos.”
(S, vecina del barrio 29 que participó en la protesta frente a la planta comercializadora
de agrotóxicos).
“Yo quisiera saber qué es lo que hay en aquellos tanques (de ASP), que me dijeron
que si eso llega a reventar acá no queda ni el gato de la pirucha de tan, tan, que es eso
en el pueblo.
M-¿qué líquido?
M- A entonces a mi me mintieron.
13
M- No me acuerdo, pero me habían dicho que era un líquido peligroso pero le han
errado.” (M, vecina del barrio 29 de 30 de Agosto).
De las conversaciones cotidianas, de los rumores que corren hay que extraer, según
Mary Douglas, el criterio de riesgo que está basado en el sentido común. Subyace en
él, un concepto de responsabilidad.
Lo que dice el “se dice”, es que la planta de ASP es riesgosa, luego se encuentran
elaboradas y míticas formas de darle contenido (picante por lo general para hacerlo
más atractivo). La falta de responsabilidad ciudadana por la pasividad ante la
identificación de un riesgo, es subsanada por el cuestionamiento del mismo en el plano
de los rumores.
“Yo creo que la cosa se cortó por el tema del trabajo viste, en realidad no hay mucha
gente que trabaje ahí, pero desde ASP dijeron que antes de mudarse al parque
industrial se iban a Salliqueló9 que allá no los iban a joder viste, y ahí la gente se cago,
porque quieras o no los que trabajan ahí se quedan sin trabajo. Eso afectó mucho, creo
yo, el tema de la movilización. ” (D, vecina de 30 de Agosto que participó de la protesta
frente a la planta comercializadora de agroquímicos).
“Si pero no…este nosotros ya te digo estábamos a favor de que vengan a protestar,
no para que la gente se quede sin trabajo te vuelvo a decir. Sino para que lo corran de
lugar.”(M, vecina del barrio 29 de 30 de Agosto).
9
Poblado que se encuentra a 80 Km. Hacia el oeste de 30 de Agosto.
14
en la ciudad, en el casco de la ciudad. Esta es la conclusión de dos reuniones en 30 de
Agosto de 60 personas, ¡que en 30 de Agosto es increíble juntar a 60 personas!, bueno
eso indudablemente fue una construcción colectiva. Bueno… dijimos: ahora que
tenemos el problema vamos a encararlo. Cuando llamamos al tercer encuentro que era
una vez por semana, he… la gente no fue… ¿Por qué no fue? Porque tenía miedo de
perder el trabajo, porque asociaban mi hijo, mi primo, mi nieto, mi sobrino, mi papá, mi
hermano, ¡el que se te ocurra! trabaja en el campo, y sabes si sacan… ¡y sabes que me
lo decían los propios vecinos! (…) la gente te dice: “¿sabes que es lo que pasa? Si se
llevan ASP de acá…mi familia se queda sin trabajo…” ni siquiera podían resistir la
incertidumbre de si se muda ASP más cerca de la ruta en un supuesto parque
industrial, no lo toleraban, tenían mucho miedo. Por supuesto miedos que alguien se
encargó o ciertas castas, ciertos grupos sociales, dueños de los medios de producción,
se habrán encargado de difundir…de alguna forma…porque es una cosa muy
coincidente lo que decían los vecinos.” (R, médico que trabajó 2 años -2007, 2008- en
el hospital de 30 de Agosto).
Resguardar el trabajo es prioritario para la sociedad, sin importar que ese trabajo sea
insalubre tanto para el trabajador como para la comunidad. No se cuestiona la
peligrosidad que genera la labor agropecuaria actual porque hacerlo podría generar un
riesgo “mayor”: la pérdida del empleo.
“(…) acá nadie tiene la verdad absoluta de las cosas, sin embargo nosotros decimos
el control químico racional es sin lugar a dudas la base de la producción actual, pero no
es la base de la producción argentina, es la base de la producción mundial. Cuando
15
nosotros acá criticamos y demonizamos todo tipo de productos y lo voy a decir con
nombre y todo, glifosato, no hay país en el mundo que no use glifosato. Hasta países
con un corte netamente ambientalista lo usan. (…)Acá nadie está diciendo que los
agroquímicos son agua bendita, estamos diciendo que son productos peligrosos a la
salud pero que manejados correctamente el riesgo es cada vez menor.” (Ingeniero
agrónomo, miembro del INTA).
16
creo que sea acorde al objetivo del mundo en general, pero poder se puede, sí. (…)
baja la producción y requerís muchísimo más gasto, ¿está? Tenés más gasto y baja la
producción, ¿con que lo compensarías comparativamente? Con precio. Porque no sería
sustentable económicamente, ambientalmente es más sustentable, económicamente
no. Si vos gastas más de lo que te entra, no te va a andar. Pero eso en cualquier
negocio, en cualquier actividad comercial, económica. (…) de vuelta, para mi
sustentable es claramente, el tema es primero el costo, después la producción versus
consumo, a ver si vos podes abastecer el mercado con eso, y el objetivo es… el
crecimiento demográfico, consumo versus ¿producción orgánica? Y lo veo poco
compatible…la veo difícil.” (A, Ingeniero agrónomo).
10
En el sentido médico original de la palabra se refiere a malformaciones anatómicas macroscópicas, aunque los
conceptos actuales se han extendido para incluir anomalías del desarrollo más sutiles, el retraso del desarrollo
intrauterino, alteraciones conductuales, muerte intrauterina y otras deficiencias funcionales.
17
glifosato: “Los autores concluyen afirmando que el efecto directo del glifosato sobre los
mecanismos iniciales de la morfogénesis en embriones de vertebrados, genera
preocupación por los datos clínicos que se observan en la descendencia de las
poblaciones expuestas a glifosato en los campos agrícolas, resultados clínicos que
fueron testimoniados por los médicos de los pueblos fumigados presentes en este
Encuentro Nacional.” (Informe del 1º Encuentro de Medicxs de Pueblos Fumigados;
2010:22).
Reflexiones finales
18
arena conflictiva permite no sólo ver el sincretismo de ambas perspectivas y
discursividades, sino que dimensionan las modificaciones y los nuevos sentidos que se
le otorgan localmente a las prácticas estandarizadas y a las políticas globalizadoras y
homogeneizantes que se implementan desde el Estado (respondiendo a tendencias y
presiones globales), que no tienen en cuenta las características históricas, culturales,
sociales y políticas de cada lugar.
Bibliografía
BECK, U. 1998 La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. Paidós
Básica, Barcelona.
DOMINGUEZ, Alida Patricia. 2008-2010. La relación hombre / entorno en una
producción agroecológica. Informe Final de Beca de Perfeccionamiento de la
CIC. Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Ciencias Naturales.
DOUGLAS, M. 1996 La aceptabilidad del riesgo según las ciencias sociales.
Paidós, Barcelona.
GEPSAC. 2006. Transformaciones de la protesta social en Argentina 1989-
2003. Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias
Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
GIDDENS, Anthony. 1996. Modernidad y autoidentidad. En: JosetxcBeriain
(comp.) Las consecuencias perversas de la modernidad: Modernidad,
contingencia y riesgo. Anthropos. Barcelona.
GUIVANT, Julia S. 1998. A trajetória das análises de risco: da periferia ao
centro da teoria social. ANPOCS 46: 3-38, São Paulo.
OLTRA, Christian. 2005. Modernización ecológica y sociedad del riesgo. Hacia
un análisis de las relaciones entre ciencia, medio ambiente y sociedad.
Revista de sociología 78: 133-149, España.
SCHUSTER. Federico. 2005. Tomar la palabra. Nuevas formas de protesta
social en Argentina. Prometeo, Buenos Aires.
SCHUSTER, Federico y Sebastián PEREYRA. 2001. La protesta social en la
Argentina democrática: balance y perspectiva de una forma de acción política.
19
En: N. Giarraca (Ed.), La protesta social en la Argentina. Transformaciones
económicas y crisis social en el interior del país. Alianza Editorial, Buenos
Aires.
RULLI, Jorge E. 2009. Pueblos fumigados. Los efectos de los pulguicidas en
las regiones sojeras. Del Nuevo Extremo, Buenos Aires.
Universidad Nacional de Córdoba - Facultad de Ciencias Médicas 2010
“Informe 1er Encuentro Nacional de Medicxs de Pueblos Fumigados.” Ciudad
Universitaria, Córdoba.
http://www.fm3lomas.com.ar/
20
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropologia Rural
Grupo de Trabajo: 15 Vida Rural y Medio Ambiente
Introdução
A proposta de investigação que norteia o presente trabalho está associado a
diferentes iniciativas de pesquisa que vem sendo desenvolvidas na região colonial
de Pelotas nos últimos dois anos. É assim, que em outubro de 2010 o Grupo de
Estudos e Pesquisas em Alimentação e Cultura (GEPAC), vinculado ao Laboratório
de Estudos Agrários e Ambientais da Universidade Federal de Pelotas
(LEAA/UFPEL) e coordenado pela professora Dra. Renata Menasche teve aprovado
junto ao Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq) o
projeto de pesquisa intitulado Cultura, patrimônio e segurança alimentar entre
famílias rurais: etnografias de casos significativos.
O projeto em questão propõe a partir da realização de pesquisa etnográfica
apreender o saber-fazer constitutivo dos hábitos e práticas alimentares e da
produção voltada ao autoconsumo de famílias rurais, procurando compreender as
relações entre distintas práticas alimentares e modos de vida associados a grupos
de diferentes origens e identidades étnicas presentes nos processos de formação
social das colônias de Pelotas (RS).
É nesse contexto que o presente trabalho procura sistematizar e apresentar a
experiência de campo desenvolvida por mim em uma das comunidades rurais objeto
desse projeto, mais especificamente na comunidade rural de Coxilha dos Campos,
município de Canguçu.
1
Nesta região a matriz produtiva está sustentada sobre a base do fumo, uma
cultura que pelas suas características ao mesmo tempo que gera renda e trabalho
no campo acaba também por ser altamente dependente do uso de agrotóxicos.
Entretanto, fugindo da lógica imposta pela fumicultura podemos encontrar famílias
que consolidaram sua experiência de vida desenvolvendo práticas agroecológicas.
Nesse sentido, procuramos nesse trabalho estudar o caso específico da comunidade
rural de Coxilha dos Campos onde identificamos a formação de duas categorias
nativas que são mobilizadas pelas famílias rurais para se identificarem e/ou se
diferenciarem enquanto pertencentes a um tipo de prática agrícola, de um lado os
ecologistas defensores de uma agricultura baseada em princípios naturais e de outro
os veneneiros geralmente adeptos da produção de fumo. A forma como esses dois
grupos de agricultores – agroecologistas e veneneiros - lidam com ideias que
remetem a dimensões como a da natureza e da alimentação expressa diferentes
visões de mundo e são objeto desse estudo.
Concepções teórico-metodológicas
Em termos metodológicos esse trabalho se valeu de uma abordagem que
procurou aliar a tradição antropológica da etnografia à história oral. Assim, tendo
como universo de observação a localidade com suas redes sociais, e dentro dela as
unidades de produção agrícolas e demais atores sociais a abordagem metodológica
se fundamentou na observação participante, paralela ao uso de diário de campo e
com a realização de entrevistas baseadas nos métodos da história oral.
Deste modo, tentei buscar neste trabalho estabelecer um exercício de diálogo
entre a experiência etnográfica e a história oral, por meio dos registros coletados de
áudio, vídeo, foto e dos dados do diário de campo. Por meio do método etnográfico
busquei apreender símbolos, sentidos e significados presentes na vida do grupo
estudado. O método se fundamentou essencialmente na observação participante e
em uma relação de proximidade continua e em um processo colaborativo entre
pesquisador e pesquisados.
Nesse sentido, partindo das concepções que apontam para a necessidade de
compreender como as famílias rurais organizam sua vida social, seus saberes,
fazeres e modos de vida, e como classificam, hierarquizam e representam o seu
2
mundo, buscou-se realizar uma leitura do discurso social a partir de uma
aproximação do ponto de vista nativo (GEERTZ, 1989).
Desde modo, o trabalho de campo se deu através da imersão do pesquisador,
entre as famílias rurais estudadas, tendo acesso a vida social da comunidade rural
por meio das redes de parentesco e vizinhança. Assim, o trabalho de campo, com
base na observação participante, se caracterizou pela integração do pesquisador ao
grupo observado. Na medida em que o pesquisador tenta penetrar em formas de
vida que lhe são estranhas, a vivência cotidiana passa a assumir condição
estratégica para a elaboração do texto antropológico (OLIVEIRA, 2006).
A etnografia trabalha essencialmente com o tempo presente, entretanto ela é
atravessada pelas diferentes temporalidades da memória. A memória é uma
construção constituída diacronicamente, mas todavia influenciada pelo tempo
presente, assim, as memórias e lembranças reconstruídas no presente pelas
famílias rurais estudadas são a matéria-prima para a elaboração de quadros
detalhados da vida local.
Nesse sentido, a metodologia da história oral foi utilizada para aportar novos
instrumentos à pesquisa etnográfica. Segundo Meihy e Holanda (2007, p. 18)
podemos conceitualizar a história oral como a “prática de apreensão de narrativas
feitas através do uso de meios eletrônicos e destinada a: recolher testemunhos,
promover análises de processos sociais do presente, e facilitar o conhecimento do
meio imediato”.
Segundo Thompsom (1992) a singularidade é uma marca da história oral, pois
não se pode chegar ao geral sem passar pela diversidade de histórias de vida que
são singulares, mas ao mesmo tempo que o sujeito vivencia e relata sua trajetória
singular, ele a compõe e “se identifica a um grupo social do qual ele é elemento
constitutivo" (MARRE, 1991 apud GONÇALVES; LISBOA, 2007, p.128).
Meihy (1996) classifica a história oral em três modalidades: história oral de vida;
história oral temática e tradição oral. Segundo o autor a história oral de vida remete
a construção narrativa do conjunto da experiência de vida de uma pessoa, já na
história oral temática há uma maior intervenção do entrevistador que conduz a
entrevista a partir de um ou alguns temas específicos, por fim a tradição oral estaria
vinculada a visão de mundo de comunidades que possuem valores expressos em
3
um passado muito remoto.
As entrevistas realizadas nesta pesquisa, ainda que privilegiando temas
específicos, possibilitaram reconstruir a trajetória de vida das famílias rurais
estudadas. Assim, apesar de em alguma medida ter também dialogado com os
outros gêneros da história oral, podemos classificar a presente pesquisa no âmbito
da história oral temática. Para a realização das entrevistas foi montando um roteiro
em que se procurou elencar três grandes áreas, definidas como: a história da
agricultura, a história da família e a história da alimentação. Assim, as entrevistas
temáticas tiveram esses três eixos norteadores e, aliada a convivência prolongada
com as famílias rurais permitiram constituir os dados etnográficos da pesquisa.
Cabe situar que a pesquisa de campo teve início em julho de 2011 e se
prolongou até o primeiro semestre do ano de 2012, se constituindo assim em uma
pesquisa de média-longa duração. Foram realizadas entrevistas em profundidade
com oito famílias que pertencem a comunidade de Coxilha dos Campos.
Cada entrevista realizada envolvia praticamente um dia de trabalho, pois para
além da própria entrevista o procedimento metodológico envolvia também
acompanhar o processo de trabalho e de preparação de refeições das famílias
estudadas. Na construção da pesquisa de campo também se privilegiou pela
permanência junto a algumas famílias por mais de um dia, desta forma pernoitei em
períodos intercalados com diferentes famílias.
Nesta pesquisa optou-se em trabalhar com o método de indicação, ou seja,
ao final da atividade era solicitado que os entrevistados indicassem a próxima família
a ser visitada e entrevistada, assim o trabalho seguiu em grande medida a rede do
tecido social da comunidade. As entrevistas foram sempre agendadas previamente
com os interlocutores que eram também informados do tema das entrevistas. No
início de cada entrevista era solicitado a autorização 1 para a realização do registro
do diálogo por meio de gravador digital. Na sequência, após coletadas todas as
entrevistas foram transcritas e que junto com os relatos do diário de campo e o
material iconográfico compuseram os dados de campo da pesquisa.
1 Não optou-se nesse trabalho pelo consentimento assinado, mas pelo consentimento oral, nesse sentido as
autorizações para o uso das entrevistas foram registradas de forma oral através do gravador digital.
4
O contexto local
A Serra do Sudeste onde está localizado o município de Canguçu (ver figura
1) é caracterizada por uma formação de coxilhas, colinas, mesclando áreas de
campo com áreas de uma vegetação mais densa. Essas características são
impróprias para atividades que envolvem grandes extensões de terra, como no caso
da atividade pecuária. Este talvez tenha sido um dos fatores que contribuiu para que
a estrutura fundiária local se mantivesse sobre a tutela de um grande número de
pequenas propriedades rurais exploradas essencialmente por mão de obra familiar.
A economia de Canguçu está direcionada para a produção agrícola, o cultivo
de frutas (pêssego, figo, ameixa, pera, morango), milho, feijão, produção de leite,
entre outras atividades. Contudo, mais recentemente o fumo tem sido o grande carro
chefe da economia local, sendo uma das culturas mais rentáveis e mais cultivadas
pelos agricultores familiares da região. Atualmente é possível observar que grande
parte da paisagem rural do município é dominada pela cultura do fumo.
Com uma população estimada em 53 mil habitantes Canguçu se caracteriza
pela predominância da população rural que representa quase 65% dos moradores
do município (IBGE, 2010). Canguçu nasceu primordialmente da colonização lusa,
entretanto ao longo do tempo juntaram-se ao processo de formação social dessa
região outros grupos étnicos, assim atualmente o município se caracteriza pela
presença de uma população multiétnica.
5
Figura 1: Mapa ilustrativo do Estado do Rio Grande do Sul: o território destacado em
vermelho indica a localização do município de Canguçu.
Fonte: Wikipédia, 2012.
2 Optou-se nesse trabalho em usar nomes fictícios de modo a preservar a identidade dos informantes. Cabe
destacar ainda que na medida do possível os textos foram transcritos de forma literal, porém foram feitas
algumas pequenas alterações retirando vícios de linguagem para a melhor compreensão textual.
6
No entanto, segundo algumas famílias já durante as décadas de 1960 e 1970
cultivos comerciais como o trigo, o fumo, a soja, a cebola, entre outras, começaram
a ser introduzidas na região, lançando os agricultores em um modo de produção
assentado na comercialização de produtos.
Segundo Dutra (2010) o desenvolvimento da indústria conserveira de
Pelotas3, cidade polo da região, também favoreceu o dinamismo de toda uma cadeia
agrícola. Conforme situado pelo autor até meados da década de 1990 cultivos como
figo, tomate, cebola, ervilha, morango, laranja, eram produzidos visando a
comercialização a partir das indústrias de conservas de Pelotas. Localidades como
Coxilha dos Campos foram beneficiadas nesse processo, favorecidas
principalmente pela sua localização4 a apenas 40 km de Pelotas.
Contudo, a partir dos anos de 1990 temos uma desestruturação da cadeia de
conservas de Pelotas e um declínio acentuado de vários cultivos associados a ela.
Segundo Dutra (2010) esse vácuo deixado pela queda dos rendimentos com a
produção frutífera é que levou a consolidação da cadeia fumageira na região. Ainda
segundo Dutra (2010, p. 68):
3 Pelotas é o principal centro econômico e comercial do sul do Estado do Rio Grande do Sul. Este município
concentra uma população de cerca de 340 mil habitantes e é o terceiro maior município do Estado.
4 Cabe ressaltar ainda que a localidade de Coxilha dos Campos está a cerca de 15 km da sede do município
de Canguçu.
7
produção de fumo em uma localidade5 próxima a Coxilha dos Campos, apontou que
em um universo de 114 famílias estudadas, em 56% delas o fumo representava a
principal renda.
Entretanto, se por um lado o fumo é gerador de renda e trabalho no campo,
por outro a atividade fumageira tem suprimido uma das principais características da
agricultura de base familiar que é a diversidade produtiva. Nesse sentido, muitos
agricultores tem se dedicado de forma exclusiva ao fumo e dependendo quase que
de forma exclusiva de sua renda. Assim, em grande medida os agricultores tem se
dedicado ao plantio do fumo muitas vezes em detrimento da própria produção
voltada ao consumo alimentar. Assim, áreas antes destinadas a produção alimentar
estão sendo substituídas pelo cultivo do fumo.
Desta forma, o aprofundamento da produção fumageira que vem dominando
o município de Canguçu nas últimas duas décadas veio acarretar também profundas
mudanças nos hábitos e práticas alimentares das famílias rurais. Dona Flávia, uma
das interlocutoras da pesquisa contextualiza no trecho reproduzido abaixo algumas
práticas que existiam na região:
A criação mesmo de animal, aquele tempo a gente não vendia leite, então
criava os terneiros tudo muito lindo, com bastante leite, e a gente não
gastava todo o leite. Farinha de milho e leite era abundância pra gente. (…)
Os meus tios mesmo tinham moinho. Tinha uma porção de moinho aí na
volta. A gente levava [o milho] à carreta, de cavalo, botava no lombo do
cavalo, juntava no cavalo e trazia a farinha do moinho. Gastava mais era a
farinha de milho. Se gastava farinha de trigo também, mas tudo era
produzido da lavoura. Se comia bastante polenta. Se comia bastante
polenta ou com carne ou com ovo frito. (…) E o que se usava muito, se
matava porco e fazia linguiça. A gente as vezes matava até dois porcos e
fazia linguiça e aí a linguiça ficava sequinha. Misturava carne de porco com
de rês e fazia linguiça. Era a maneira mais fácil da gente fazer. A minha
mãe mesmo botava toucinho na salga, carne na salga. E dizem hoje que a
carne de porco faz mal, os médicos mesmo dizem que faz mal, mas quando
a gente cresceu tudo que se usava era carne de porco. E se comia só com
banha e bastante carne de porco e o pessoal tinha muita mais saúde. Meus
pais usavam banha para botar no pão. E as vezes botavam açúcar em cima
da banha. Comia bastante banha. E os meus pais foram as pessoas que
tiveram uma boa existência de vida. Ela [a mãe] com 93 anos, e ainda para
tomar café tinha que ter um pedaço de linguiça, docinho frito, era assim.
Então a gente tinha até fartura. (...) E se criava galinha, então chegava uma
visita primeira coisa era correr pega uma galinha e mata para fazer almoço.
5 O autor desenvolveu sua pesquisa na comunidade do Passo dos Oliveiras (1º Distrito de Canguçu) e que fica
a cerca de 10 km da localidade de Coxilha dos Campos.
8
Como a fala de dona Flávia evidencia alimentos como carne, leite, ovos,
farinha, banha, e uma série de outros alimentos eram em sua grande maioria
produzidos pelas próprias famílias rurais. Cabe salientar ainda que mesmo os
produtos destinados a comercialização com a indústria de conservas da região
também possuíam uma relação paralela com a alimentação local. Garcia Jr. (1983) -
estudando o processo de expropriação do pequeno produtor frente à grande
propriedade canavieira, na Zona da Mata de Pernambuco – já anunciava a
alternatividade dos produtos alimentares como uma estratégia de reprodução social
camponesa.
A organização produtiva pode privilegiar os produtos que tenham a marca da
alternatividade, ou seja, possibilitando que os produtos sejam tanto comidos como
vendidos. Assim a questão presente para os produtos com a marca da
alternatividade – entre consumir ou vender a produção – pode dar ao camponês a
condição de “atuar diante das flutuações de preços de mercado de forma a
maximizar as chances de se atender aos requisitos do consumo familiar” (GARCIA
JR, 1983, p. 129). Esse era o caso das verduras e frutas destinadas a indústria de
conservas de Pelotas que também compunham a alimentação das famílias, aspecto
obviamente que a cultura do fumo não atende.
Além de não atender as características de um produto alternativo nos termos
propostos por Garcia Jr (1983) o fumo se desenvolveu a partir da supressão dos
cultivos destinados ao consumo alimentar. Isso decorre em função da crescente
pressão por ganhos de produtividade e de aumento da renda, bem como em função
da grande demanda de tempo e mão de obra que estão envolvidos nessa atividade.
Neste contexto, grande parte dos esforços produtivos foram deslocados para a
expansão da cultura comercial do fumo e deixando como consequência a redução
das áreas destinadas à produção voltada ao autoconsumo.
Como resultado temos que em termos alimentares estas famílias estão cada
vez mais dependentes da renda do fumo para satisfazer suas necessidades
alimentares. Assim, as unidades de produção familiares que privilegiam o
monocultivo do fumo em detrimento da produção para autoconsumo estão
submetendo as suas demandas alimentares a condições de mercado. Neste
contexto, como nos mostra Maluf (2004), o autoconsumo e o perfil diversificado da
9
produção ficam comprometidos e mesmo que as economias de escala e a
especialização produtiva possam trazer eventuais benefícios, estes “são
acompanhados de maior vulnerabilidade econômica frente aos insucessos de safra,
às oscilações de mercado e às rupturas dos compromissos de aquisição do produto”
(MALUF, 2004, p. 311).
Entre as famílias rurais que tiveram como objetivo o desenvolvimento de
economias de escala baseadas no monocultivo do fumo e no elevado grau de
especialização pode-se identificar uma precarização e uma simplificação da dieta
alimentar resultante do abandono ou redução dos cultivos voltados ao autoconsumo.
Assim temos o que Balen e Silveira (2005) identificaram como uma erosão cultural
alimentar, ou seja, a perda de uma alimentação variada e nutricionalmente mais
complexa associada também a hábitos e práticas culturalmente estabelecidos.
A compra de boa parte da alimentação condiciona as famílias rurais a uma
situação de dependência das oscilações de preços de mercado para atender as
necessidades alimentares, por outro lado a produção da própria alimentação faz
com que a unidade familiar diminua a sua dependência em relação ao mercado para
atender as demandas alimentares, aliado ainda ao fato de que a não
vulnerabilização da produção voltada ao autoconsumo gera a conservação de
saberes e fazeres relacionados a hábitos alimentares culturalmente constituídos
(KRONE, 2011).
O contexto atual da difusão do cultivo do fumo no município de Canguçu tem
gerado uma situação no mínimo paradoxal. Agricultores que teoricamente seriam
responsáveis pela produção de alimentos estão deixando de serem produtores para
se tornarem consumidores de alimentos. Atualmente grande parte dos clientes da
feira agroecológica da Arpasul (Associação Regional de Produtores Agroecologistas
da Região sul) que se realiza todas as quintas-feiras no centro da cidade de
Canguçu é composta por agricultores, na sua grande maioria fumicultores que
abandonaram a produção própria de alimentos.
Ecologistas vs veneneiros
Tomando por referência os estudos de Barth (2000) temos presente que a
identidade é dinâmica, construída na interação com outros grupos. Segundo Barth
10
(2000) no processo de identificação e diferenciação são articulados interesses,
sentimentos, comportamentos, símbolos, implicando sempre em reinterpretações,
redefinições e recriações. Para Agier (2001) toda identidade, seja ela coletiva ou
individual, é uma identidade inacabada, instável, ela nunca é um fato, mas sempre
uma busca. No entanto, fronteiras e limites identitários não são fixos, mas são o
resultado de uma construção histórica e estão sempre em um movimento dinâmico
onde a identidade constrói-se e reconstrói-se constantemente no quadro de trocas
sociais (BARTH, 2000).
Segundo Barth (2000), a identidade é uma construção social em relação com
outros grupos, nesse sentido há que se considerar não tanto os traços culturais
diferenciais, mas sim localizar os elementos que são usados para diferenciar-se.
Conforme situado por Barth (2000) os grupos destacam alguns elementos de seu
sistema cultural para opor-se aos elementos culturais de outros grupos, esses
elementos são definidores da identidade. Já Candau (2011) afirma que os grupos
sociais fazem de sua identidade a sua essência, incorporando certos aspectos
particulares do passado a partir de escolhas memórias.
Nesse sentido, com base nos estudos que afirmam a identidade como uma
construção sempre mutável no tempo pudemos identificar o surgimento na
comunidade de Coxilha dos Campos de duas categorias que são utilizadas pelas
famílias rurais estudadas para se afirmarem e se diferenciarem. Como veremos há
em Coxilha dos Campos uma experiência recente que remonta a partir da década de
1990 com a organização dos primeiros grupos de produtores agroecológicos da
região. Com o surgimento desses grupos temos também forjada uma nova
identidade para esses agricultores, assentada agora na produção de alimentos
considerados limpos, saudáveis e orgânicos.
Desta forma, podemos confirmar, ainda que sejam uma minoria, a existência
de agricultores que se identificam como ecologistas, no entanto por outro lado a
afirmação dessa identidade se dá mediante o acionamento do seu oposto, assim
temos também os chamados veneneiros, categoria nativa utilizada para se
referenciar geralmente aos fumicultores6 que utilizam grande doses de agrotóxicos. A
6 Na comunidade estudada algumas famílias chegaram a indicar que cerca de 90% das famílias rurais dessa
localidade seriam plantadores de fumo, em maior ou menor escala.
11
forma como esses dois grupos – agroecologistas e veneneiros - lidam com ideias
que remetem a dimensões como a da natureza e da alimentação expressa
diferentes visões de mundo. Vejamos, no trecho reproduzido abaixo o que o seu
Cléu nos conta:
Inclusive quando a gente plantou tomate, ele [o marido] uma vez acho que
até fez mal para ele. Eles [agrônomos] diziam que era remédio, pra gente
era remédio! Porque até hoje em dia muita gente não acredita no veneno.
Agora aqui no CTG tinha uma festinha do CTG, eu cheguei lá, um senhor
tava com a máquina nas costas, botando [veneno] assim na entrada, para
os dois lados da entrada, molhando bem assim com aquele veneno. Eu
disse para ele: mas o senhor tá botando veneno? "Não, não é veneno, é
roundup7". (...) Então o senhor experimente tomar um pouquinho, eu disse
para ele. Tu já pensou, para qualquer adulto, pra tudo é perigoso,
principalmente para as crianças, que tinha bastante criança. Tu já viu as
crianças as vezes tem costume de pegar um capinzinho e botar na boca,
uma coisa assim, ou de repente se é alérgico também passa ali, até passa
aquele molhado nos pés. Então tem gente que ainda acha que veneno é
12
remédio. E a gente fica muito triste de o povo não ter consciência das
coisas de ver tantas coisas perigosas e fazem tão fácil.
Hoje a gente procura imitar a natureza mesmo. Nós só tratamos uma planta
se ela está pedindo socorro, que ela vai morrer. Porque se tem um
pouquinho de doença, fica com doença mesmo, ai outro ano ela já
melhorou e assim vai indo. A gente não tem uma preocupação com uma
sanidade total, do máximo aproveitamento da produção.(...) A gente gosta
de ser agricultor, eu gosto de ser agricultor de viver do jeito que a gente
vive, em harmonia, a gente procura viver em harmonia com a natureza, com
o meio ambiente. A gente precisa encontrar, ajustar essa sensibilidade de
sentir o que quê aquela área de terra precisa, o que quê aquela outra planta
precisa, a gente precisa aprender a enxergar isso. É complicado no inicio,
mas depois a gente vai aprendendo.
os sitiantes adequam as plantas (vale dizer, aquilo que irão comer) ao solo,
e não, como na agricultura “moderna”, o solo, às plantas, isto é, ao
mercado. Em outras palavras, não se “corrige” o solo com insumos
industriais (só se corrige o que está errado, e para os sitiantes não existem
solos “errados”); planta-se aquilo que o solo “dá”, naturalmente (1997, p.
65).
13
No tocante a dimensão da alimentação podemos identificar um outro
elemento que é associado pelos produtores agroecológicos para se identificar e ao
mesmo tempo uma forma de marcar diferença em relação a categoria dos
veneneiros. Cabe situar que entre as famílias que no limite privilegiam a produção
do fumo isso tem se dado em detrimento da produção própria de alimentos. Assim,
há muitos fumicultores que já não produzem mais alimentos para o consumo
alimentar, dependendo quase sempre da renda gerada do fumo para satisfazer as
demandas alimentares. Desta forma, essas famílias tem mercantilizado a sua
alimentação e aumentado o consumo de produtos industrializados.
Entre as famílias de produtores agroecológicos vemos que a sua identidade
está demarcada justamente na diversidade produtiva e na produção de alimentos
voltada ao autoconsumo e que são considerados mais limpos e saudáveis e, que
portanto se contrapõem aos alimentos industrializados. Vejamos o relato de um de
nossos interlocutores:
O que a gente come a gente produz. Nós não compramos, eu não me dou o
direito de fazer isso. Eu só acredito na agricultura familiar desse jeito. Essa
agricultura que produz para fora, mas compra tudo, isso não me convence.
Sobra R$ 30 mil no fumo, mas ele [fumicultor] olha que gastou cinquenta
durante a safra. Como é que ele vai dizer que ganhou dinheiro? Ele gastou
cinquenta para comer, para alimentar a família. Sobrou R$ 30 mil para ele,
me sobrou R$ 30 mil. Sobrou o quê? Desde que tu começou plantar o fumo
até colher tu comeu, tu vestiu, tu alimentou a família. Então não é uma
sobra. Agora é uma sobra se tu tem tudo isso de casa. A nossa dispensa
aqui em casa é a nossa mesa, olhando para a mesa assim se diz que tem
uma despesa alta e não é verdade. O nosso rancho, a despesa maior do
mês é produto de limpeza mais. De consumo assim a gente não tem
despesa tão grande não. Quase tudo é daqui. Isso que eu te disse que é o
básico o arroz, feijão e a carne é nosso, legume essas coisas é nosso. Não
compramos de lugar nenhum. As crianças aqui as vezes até tem vontade de
comer uma galinha comprada. Mas eles só compram quando vão numa
festa e comem num churrasco. Porque senão aqui em casa não, a gente
nunca não compra. A gente produz para consumir. Eu acho que isso dá
economia e também nos garante uma qualidade diferenciada de vida, nos
garante isso. E a gente luta para que com isso a gente consiga educar as
crianças diferente. Que eles consigam à perceber o valor que isso têm. E a
gente vê outras famílias que não fazem isso, que eles não fazem desse
jeito. Compram muito mais de fora.
14
podemos situar o discurso proferido por nosso interlocutor, há entre os produtores
agroecologistas uma especie de ética do consumo baseada no trabalho e na
produção própria de alimentos.
Ainda, segundo trabalhos da sócio-antropologia da alimentação, em especial,
os estudos de Fischler (1995) tem indicado a presença de uma ansiedade urbana
contemporânea em relação à alimentação, encontrando respaldo em pesquisas
recentes que vêm destacando que após sucessivas crises alimentares temos uma
queda de confiança dos consumidores nos alimentos processados pela indústria
agroalimentar. Neste contexto, os alimentos industrializados são muitas vezes
percebidos como fonte de ansiedade e desconfiança, sendo considerados como
potenciais fontes de doença.
Menasche (2003) em estudo sobre as representações associadas a alimentos
geneticamente modificados, também identificou entre moradores de Porto Alegre
que os alimentos industrializados seriam considerados como potencialmente
prejudiciais à saúde. A autora sugere, ainda, que esta “ansiedade é substanciada a
partir da associação entre desconhecido e sujeira – ou impureza, desordem –, por
sua vez percebida como não-saudável, fonte de doenças” (MENASCHE, 2003, p.
190).
Desta forma, se os alimentos industrializados remetem a ideia de algo
desconhecido e sujo, por outro lado a produção orgânica e própria de alimentos
encarna a percepção daquilo que é passível de se controlar, pois as famílias
dominam o conhecimento e conhecem as etapas de produção e elaboração dos
alimentos. Assim, nessa produção não há um anseio relacionado ao elemento
desconhecido, pois à produção orgânica e própria de alimentos está também
associada à ideia de uma produção limpa, saudável e natural e, portanto, livre de
elementos contaminantes e estranhos ao saberes e fazeres camponeses (KRONE,
2011).
Embora possa se identificar entre as famílias agroecológicas uma critica
acentuada em relação a alimentação industrializada na prática o que se pôde
verificar no cardápio cotidiano é um hibridismo alimentar que associa tanto os
alimentos orgânicos resultado da produção própria como a banha, geleias, carne,
leite, etc., quanto o consumo de alimentos industrializados como margarina,
15
presunto, biscoitos, etc.
Segundo Darmon (1993 apud MENASCHE, 2003), nas ideias que as
sociedades criam sobre o progresso, os aspectos positivos do mundo moderno são,
de modo geral, negligenciados. Neste sentido, conforme Menasche (2003) salienta
embora o consumo de alimentos industrializados seja recorrente, poucos são os
sujeitos que situam a praticidade ou a economia de tempo como características
positivas de sua utilização, preferindo ressaltar quase sempre seus aspectos
negativos. Assim, a crítica aos alimentos industrializados não tem significado um
comportamento de recusa ao seu consumo. Podemos ainda afirmar que em um
contexto onde temos uma aproximação cabe vez maior entre o universo rural e
urbano, a alimentação das famílias rurais reflete, em grande medida, um hibridismo
que associa alimentos do campo e da cidade (KRONE, 2011).
Entretanto, cabe salientar que o consumo de alimentos industrializados entre
as famílias de produtores agroecológicos se dá em uma escala muito inferior do que
a ocorrida entre os fumicultores que compram praticamente toda a sua alimentação.
Nesse sentido, a alimentação acaba se tornando um forte elemento de diferenciação
entre os produtores ecologistas e os veneneiros, sendo recorrentemente acionada
pelas famílias agroecológicas como marcador identitário e para ressaltar a diferença.
Considerações Finais
A matriz produtiva da região de Canguçu está sustentada sobre a base do
fumo, uma cultura que pelas suas características ao mesmo tempo que gera renda e
trabalho no campo acaba também por minar uma das principais características da
agricultura de base familiar que é a diversidade produtiva.
O cultivo do fumo veio a se consolidar na região de Canguçu durante os anos
de 1990 em um período em que iniciativas de uma agricultura de base agroecológica
ainda eram muitos incipientes na região. Entretanto, fugindo a lógica imposta pela
fumicultura podemos encontrar famílias que consolidaram sua experiência de vida
desenvolvendo práticas agroecológicas que se contrapunham ao movimento de
intensificação do uso de agrotóxicos e agroquímicos na produção agrícola.
Assim, o presente trabalho procurou apreender os elementos constitutivos do
imaginário social que permeiam dimensões da produção e do consumo alimentar,
16
bem como de percepções de natureza das famílias rurais estudadas de dois grupos
de produtores. De um lado os agroecologistas adeptos de uma agricultura de base
ecológica e de outra os veneneiros defensores de uma agricultura de base
convencional. A forma como estes dois grupos acionam e mobilizam ideias que
remetem a dimensões de natureza e de consumo alimentar forja elementos que os
identificam e os diferenciam, e, portanto expressa diferentes visões de mundo.
Referências
GARCIA JR., Afrânio Raul. Terra de trabalho. Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1983.
17
uf=43>. Acesso em 4 jul 2012.
MEIHY, José Carlos S. Bom. Manual de História Oral. São Paulo: Edições Loyola,
1996.
MEIHY, José Carlos Sebe Bom; HOLANDA, Fabíola. História Oral: como fazer,
como pensar. São Paulo: Contexto, 2007.
THOMPSON, Paul. A voz do passado. História oral. Rio de Janeiro: Paz e Terra,
1992.
18
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
GT 15. Vida Rural y Medio Ambiente
Coordinadores:
Roberto Ringuelet (UNLP/UNICEN/NADAR) rringuelet@ciudad.com.ar
María Inés Rey (UNLP) reymariaines@gmail.com
Introducción
Este artículo analiza transversalmente estudios de caso sobre el trabajo rural en
unidades de producción de capital concentrado1 realizados entre 2007 y 2011 en
diferentes zonas de la Argentina (Mastrangelo y Trpin 2011). Los sectores de la
economía estudiados fueron la fruticultura en el Alto Valle del Río Negro (Trpin y
Rau 2011), la foresto industria en el N de Misiones (Mastrangelo, Scalerandi y
Figueroa 2011), la viticultura de mesa en San Juan (Quaranta 2011) y la producción
de semillas de maíz híbrido y transgénico en la Zona Núcleo Cerealera –ZNC-
(Mastrangelo y Deambrosi 2011). Las producciones analizadas tienen en común
una escala orientada a exportar sus productos.
La Tabla 1 resume algunas características de los casos estudiados.
1
Los estudios de caso sobre los que se reflexiona en este artículo (con excepción de Quaranta -2011- y Ferrero
- De Micco -2011- ) se realizaron como parte del proyecto “Los trabajadores rurales y las formas de
organización del trabajo en producciones exportables de capital concentrado” PICT 676/2006 ANPCYT.
1
Tabla 1 Actividad, lugar de estudio, demanda de trabajo y encadenamientos
industriales de los casos estudiados
Actividad Lugar de Demanda de trabajo Encadenamiento industrial
estudio estacional/temporario/migrante
Fruticultura: Valles de Poda: estacional, temporario y local. Empaque y frío.
pepita y Río Negro, Raleo y cosecha: estacional,
carozo Patagonia temporario, local y migrante. Enero -
Marzo2
Forestación Alto Paraná, No se registra Celulosa, OSB, MSD, MDF.
Litoral Postes, molduras.
Uva de San Juan, Manejo de canopia y racimo (podar, Empaque y frío.
mesa Cuyo atar, desbrotar, acomodar brotes,
ralear y acomodar racimos,
despuntar y desalar racimo,
deshojar, aplicación de hormona,
anillado): estacional. Junio-
Diciembre.
Cosecha: estacional y migrante.
Enero-Diciembre, Febrero.
Semillas de Pje. Pozo Desflore: estacional, temporario, Producción de semillas
maíz Herrera, migrante. Diciembre - Marzo hibridas y transgénicas.
Santiago del
Estero,
Chaco*
Elaboración de las autoras *Este estudio de caso fue realizado en el lugar de residencia de los
trabajadores migrantes y sus familias.
El Mapa 2 ubica con círculos las zonas de producción (Valle de Catamarca, ZNC,
Valles del Rio Negro, Alto Paraná, San Juan) y con estrellas las zonas de
residencia de los trabajadores migrantes mencionados en el análisis (Tucumán,
Entre Ríos, Salta, Jujuy y Santiago del Estero).
2
Solamente 1/10 de los trabajadores temporarios se ocupa en tareas generales a lo largo del ciclo anual
frutícola estudiado (Trpin y Rau 2011: 29).
2
Mapa 2 Ubicación geográfica de las zonas de producción y zonas de
residencia de los trabajadores analizados en este estudio
3
corresponden al trabajo registrado por tiempo indeterminado, el trabajo temporario,
las formas de contratación y faenas del trabajador local y el trabajador migrante.
Estas disputas por el sentido, agrupan actividades relacionadas con la producción
como servicios o designan como eventual a una tarea por temporada. Estos hechos
habilitan variadas formas de contratación que, en los bordes de la legalidad,
precarizan vínculos laborales.
Un segundo eje es la ambientalización (Leite Lopes 2006) de la producción y el
trabajo. Nos referimos al recurso de utilizar normas internacionales que refieren al
cuidado del ambiente para organizar el trabajo, a la vez que logran regularidad en
los productos agrícolas y agroindustriales mediante aplicación de agentes químicos
y tecnologías. La tercera continuidad refiere a la composición en los casos de
estudio de dos territorios diferenciados, con problemáticas específicas que se
articulan: uno relacionado con la circulación del insumo-producto y otro con la
circulación-residencia de la fuerza de trabajo.
A continuación se presentan cada uno de estos ejes de análisis en detalle.
4
Una de las formas en que se define qué tareas del proceso son trabajo y cuáles son
servicios a la producción es la presencia de distintos tipos de agentes
intermediarios entre los trabajadores y las plantaciones donde cumplen sus tareas.
Pensando de abajo hacia arriba, en los parajes rurales donde residen los
trabajadores con sus familias, la intermediación para ir a trabajar a una plantación
es iniciada por el cuadrillero que es quien cada temporada de trabajo, pregunta
quién quiere ir y junta documentos en un grupo de parientes o allegados. En la
investigación citada el cuadrillero era en un caso un operario manual con
habilidades destacadas para la tarea del desflore y en otro un maquinista que
3
Adecco tiene sede en Zurich, Suiza. Se considera a sí misma una de las principales proveedoras mundiales
de mano de obra: en 2012 realizó 700.000 contratos por día. Opera en 5.500 oficinas en 60 países. En
Argentina tiene 60 sucursales en 13 provincias (www.adecco.es). Manpower posee 3.900 sucursales en 92
países. En Argentina tiene 80 sucursales distribuidas 20 provincias, considera que administra el 18% de los
puestos del mercado de trabajo local (www.manpower.com). Operan como reclutadoras de mano de obra rural
aun cuando la Res. 14/2004 de RENATRE excluye a estas empresas del Régimen Nacional de Trabajo Agrario.
5
procuraba armar su propio grupo de operarios manuales para mejorar la calidad de
las pasadas de la máquina y aumentar la productividad. El cuadrillero presenta su
equipo de trabajo al planillero y éste les asegura que conformarán un equipo
durante la temporada de trabajo. Los grupos de trabajo no convocados por un
cuadrillero, son organizados a criterio de los planilleros de la empresa de recursos
humanos.
En otro sentido, señalamos que en el caso de los obreros de Santiago del Estero
las empresas de trabajo eventual no compiten con la opción de gestionarse el
trabajador individualmente su enganche laboral en el destino ni con la
intermediación de otras instituciones. En el SE de Santiago, las empresas de
trabajo eventual son reclutadoras monopólicas de trabajadores estacionales para el
desflore. Sin embargo, en el caso de los trabajadores migrantes del Noroeste a Río
6
Negro, dos sindicatos (FOTIA-Federación Obrera Tucumana de la Industria del
Azúcar, UATRE-Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores) y los
gobiernos de las provincias de origen, actúan como mediadores en la migración,
para que los trabajadores frutícolas se mantengan ocupados en la contra-
temporada4. Además de estas migraciones laborales intermediadas, se registraron
migrantes que se trasladaban autónomamente auto gestionándose la contratación
en las chacras de destino (Trpin y Rau 2011). Esto implicaría que los agentes
sociales intermediarios en la relación laboral varían entre regiones y ramas de
actividad. Que esos agentes intermediarios pueden ser desde contratistas
particulares, a sindicatos, funcionarios públicos, empresas de transporte o
empresas de trabajo eventual (Bendini et al. 2011). Estas variaciones estarían
señalando grietas donde la manipulación de la legalidad induce a la precarización.
4
La cosecha de peras y manzanas en Río Negro se realiza en enero y marzo, mientras que la citrícola en
Tucumán tiene lugar en mayo y junio.
7
Otro de los tópicos englobado en estas tensiones, es la definición de lo que se
considera trabajador rural y su representación gremial en la UATRE en la
fruticultura rionegrina. En ese territorio, el número de trabajadores temporarios en la
cosecha duplica a los trabajadores permanentes locales, sin embargo la
representación gremial directa se afianza con delegados por empresa elegidos
entre los asalariados permanentes, excluyendo a los temporarios migrantes. Esto
tiene lugar en un contexto local, donde los migrantes del Noroeste del país son
estigmatizados por los patrones, pero también por sus compañeros trabajadores,
como de dudosa moralidad y limitada cultura. Aunque desde 2009 se han sucedido
conflictos gremiales con protagonismo del sindicato mayoritario y trabajadores no
sindicalizados, las condiciones en las que se emplea a los temporarios norteños no
ha sido objeto de discusión ni demanda (Trpin y Rau 2011: 41-42). El trabajo de los
temporarios de cosecha queda marginado de las relaciones y conflictos del trabajo
clásico y se tiende a invisibilizarlo en los reclamos colectivos.
8
que movilizaran siempre a las mismas cuadrillas para asegurarse trabajadores que
conozcan y realicen cuidadosamente las tareas (Quaranta 2011). De su labor
depende el resguardo de la calidad exigida por los compradores, sin embargo esto
no se traduce en jerarquizar o darles mejores condiciones de ocupación (Quaranta
2011; Trpin y Rau 2011). Por el contrario, las certificaciones de calidad son usadas,
para determinar la trazabilidad de los productos, de modo que permiten relacionar
un producto con el trabajador que lo cosecha o empaca (Lara Flores 2008). En este
sentido la certificación de calidad del producto acaba siendo un mecanismo de
control de la productividad del trabajo (Bolstanski y Ciapello 2002 y Mastrangelo
2009).
5
Existen casos de trabajadores permanentes que no tienen contrato por tiempo indeterminado, cesan su
relación laboral registrada con la temporada y trabajan como no registrados el resto del año: Otras formas de
precariedad son la inestabilidad ocupacional, los bajos ingresos, malas condiciones de trabajo y el acceso
deficitario a la seguridad social (Quaranta 2011: 216 y 219).
9
moderna, entendiendo como eventual a todo el trabajo no permanente. En este
artículo en base a estudios de caso en Argentina, se entiende al trabajo eventual
como una categoría nativa, que designa una forma específica de intermediación
empresa agrícola-trabajador, realizada por empresas de reclutamiento de
trabajadores con licencias globales. En Argentina, este tipo de intermediación es
una de las manipulaciones de las condiciones legales vigentes para la contratación
de trabajadores en el medio rural. Desde 2004 está expresamente prohibida (Res.
14/2004) pues reduce la protección legal dada al empleo rural. En los términos
propuestos en la Introducción, nos interesa dar cuenta de esta particularidad como
una de las formas en las que la definición de trabajo, los tipos de trabajadores y
contratos describen prácticas integradas a una ideología empresarial sobre los
costos laborales que procura pagar estrictamente el trabajo empleado, reduciendo
al máximo la responsabilidad sobre el salario indirecto (seguro de desempleo,
vacaciones, alojamiento).
10
Entre los casos estudiados, la producción forestal es la más integrada verticalmente
a procesos industriales (celulosa, OSB, MDF postes y molduras). Esta
particularidad devela otros aspectos del proceso de definición de lo que se
considera trabajo desde el punto de vista de industria y su participación en la renta
del producto. La empresa no es propietaria ni empleadora en toda la cadena de
producción. Sino que integra verticalmente aspectos claves de la producción de
celulosa, desde el vivero de plantines al rollo de tronco que ingresa a chipera. Si
bien se presenta como la empresa forestal más grande de Argentina, al examinar la
organización del proceso de trabajo plantar el árbol, fumigarlo, fertilizarlo, ralearlo y
cosecharlo, son tareas no incluidas como trabajo: las realizan varias empresas
contratistas que tercierizan, llamándose de servicios forestales. Mientras la
producción del árbol para la empresa forestal es un servicio, si están vinculados
directamente a la industria 19 centros de comercialización de sus productos en
América del Sur.
11
sin registrar, empleados usualmente por empresas tercerizadas que les prestan
servicio. En la instrumentación de esa legalidad por parte de la empresa tiene un rol
importante la adhesión de los trabajadores a un gremio que tenga acuerdos
salariales a nivel nacional, regulados por Convención Colectiva. Como dijimos
antes, todos los trabajadores con los que realizamos nuestras investigaciones en
terreno estaban afiliados a la UATRE. Sin embargo los trabajadores migrantes y
reclutados por intermediación tienen dificultad para ver expresada su demanda, al
igual que quienes forman parte de cadenas productivas con la industria y están
agremiados como trabajadores de una actividad primaria (tal el caso de los
forestales en Misiones).
12
rurales (RENATRE6), por lo que operó como ente recaudador y pagador de
beneficios sociales hasta la sanción del nuevo estatuto del peón rural y su
estatización en 2011 (RENATEA7). En 2008 se agregó a esas funciones
recaudadoras de la UATRE la percepción de un 2%8 en concepto de cuota solidaria
sobre los salarios de los no afiliados activos en el sector. Estas medidas son las
estrategias por las cuáles el padrón de afiliados gremiales crece, en consonancia
con la concentración e integración vertical de la actividad económica de las
agroindustrias. Son las empresas empacadoras frutícolas al concentrarse
verticalmente hacia la fruticultura, tanto como la empresa de celulosa y tableros al
hacerlo en las plantaciones las que, al aplicar las normas internacionales de
certificación a sus productos que exigen trabajo registrado, están promoviendo el
blanqueo del personal y de ese modo la afiliación compulsiva al sindicato rural
aplicando los convenios colectivos por rama de actividad (Mastrangelo 2009; Trpin
y Rau 2011). Por otro lado, las acciones de control por parte del Ministerio de
Trabajo han permitido también avanzar en la formalización laboral. Es decir, el
aumento del poder de este sindicato está ligado al crecimiento empresario, a las
normativas estatales de regulación del trabajo agrario que se sancionan a partir de
1999 y a la organización o reivindicaciones de trabajadores en escenarios
regionales puntuales.
13
conflictos gremiales es asociada por este autor al neoliberalismo, pero sobre todo
por una ideología empresarial de acumulación originaria: una forma de devastación
ambiental promovida por las empresas que sostienen estar cuidando el ambiente.
En los casos estudiados en Argentina, las exigencias del mercado internacional en
cumplimentar el cuidado del ambiente aparecen modelando de una forma no
convencional las condiciones y medioambiente de trabajo. El discurso ambiental de
las empresas, aparece así tejiendo trama con otros temas conexos, por ejemplo la
productividad del trabajo, el tomar la calidad del producto como medida de la
calidad del trabajo y el cuidar la salud de los trabajadores porque puede afectar la
sanidad del producto. En este sentido lo ambiental y la búsqueda de sustentabilidad
empresaria formarían parte del tercer espíritu del capitalismo postulado por
Boltanski y Ciapello (2002).
14
otros usos y prácticas de la naturaleza: mientras un artesano Mbyá es denunciado
penalmente por robar madera para artesanías del Parque Nacional Iguazú, el ejido
urbano de un pueblo queda cercado por plantaciones de pino sin evaluar riesgos de
intoxicación por las fumigaciones o los incendios y población desplazada de parajes
rurales, desocupada en las tareas manuales forestales, ocupa lotes en litigio en los
bordes de pueblos y ciudades (Bº Piedras Preciosas; 2000 Has).
15
calidad, si no produce la cantidad esperada se reduce su salario y puede ser
despedido, porque en nombre de la trazabilidad el producto fue relacionado con el
trabajador desde el inicio de la cadena. Es decir, en esta visión el cuidado de las
condiciones de trabajo, como las del medio ambiente está subordinado al logro de
un producto de calidad costo competitivo, que respete las normas sanitarias
internacionales (especialmente en el caso de los alimentos, pero también en la
celulosa por sus usos en productos como pañales y toallas higiénicas).
16
internacionales, en unas de productos forestales y en otras las que los protegen
como áreas naturales y las transforman en más o menos intangibles para los
pobladores locales. Es por esto que proponemos entender a las certificaciones
como parte de una disputa política por la legitimación de los usos y ocupación del
espacio en la fase ecológica del capital. Más precisamente las certificaciones son la
arena política donde tiene lugar esa disputa, ya que allí se comodifica la naturaleza
(son el medio por el cual la producción puede continuar y el recurso se transforma
en bien de mercado), pero también donde adquiere valor mercantil el saber de las
comunidades sobre el ambiente, donde las demandas de los pobladores locales
(colonos, pero sobre todo indígenas) pueden ser reconocidas y donde se
resignifican las propuestas de gestión de distintos grupos expertos ambientales. Por
tanto, la certificación de las maderas producidas por bosques es una de las
tecnologías que acompaña la conquista semiótica de la naturaleza (Ferrero
2011:152).
17
Mastrangelo 2004:41) y sobre cómo las culturas locales definen trabajo decente11,
valorizado como el tipo de puesto que los trabajadores locales se sienten llamados
a cubrir.
18
hábiles desde regiones remotas es fomentada porque en la desarticulación social
del migrante, se anclan la falta de organización y redes sociales en el lugar de
destino que le permitirían realizar reivindicaciones y negociar en justos términos las
condiciones de trabajo (Trpin y Rau 2011: 39, 41).
12
Material de construcción de las viviendas.
19
acumular pasturas y producir huerta. La demanda de mano de obra estacional para
el desflore de maíz en la región pampeana, coincide con el período de lluvias en
Santiago. La ausencia de los varones hábiles en este momento del año implica una
importante sobrecarga para las mujeres que permanecen en el paraje a cargo de
sus unidades de producción doméstica.
Otra de las tensiones territoriales que expresa este caso, es la reivindicación del
derecho a la tierra en estos campesinos semi-proletarios. Las reivindicaciones
políticas del derecho a la tierra en Santiago del Estero se han expresado
colectivamente en términos de campesinos organizados en el Movimiento
Campesino de Santiago del Estero (MOCASE). Esta forma de acción colectiva ha
permitido reivindicar el derecho a la tierra de los pequeños productores frente al
avance de la frontera agraria para la plantación de soja y las expropiaciones
fraudulentas. La acción colectiva centrada en la condición de campesinos
(productores domésticos), a la vez que internacionalizó reivindicaciones y redes
sociales (viacampesina.fr), ha contribuido a invisibilizar la proletarización y las
condiciones del trabajo asalariado en esos mismos productores empobrecidos.
20
rurales, es otro aspecto de la precariedad laboral que no ha sido abordada aún por
las políticas públicas de gestión del territorio.
Consideraciones finales
Los ejes seleccionados para el análisis (definición de trabajo, normas ambientales
de certificación y los territorios insumo-producto y lugar de trabajo-lugar de
residencia) permitieron trazar continuidades entre los casos de estudio del trabajo
en producciones rurales concentradas orientadas a la exportación en Argentina.
21
Si bien el trabajo asalariado en el medio rural ha ido en ascenso, sustituyendo al
trabajo autónomo (Bolstanski y Ciapello 2002:40), el análisis realizado en este
artículo muestra los delgados bordes de la legalidad sobre los que las empresas
capitalistas montan su relación con los trabajadores: trabajadores permanentes que
tienen contrato registrado una parte del año, plantaciones que se mantienen con
pocos trabajadores registrados implicados13, pero que multiplican por cuatro la
fuerza de trabajo necesaria en ciertas estaciones -con variadas formas de
precariedad y considerar eventual un trabajo temporalmente cíclico-. Se considera
que estas transformaciones constituyen parte de estas estrategias de explotación y
de acumulación.
13
En el sentido atribuido por Bolstanski y Ciapello (2002), como compromiso con la tarea, como parte de la
ideología que justifica el compromiso con el espíritu del capitalismo (op.cit.:41).
14
Especialmente las que involucran recursos naturales como maderas o minería.
22
El modo en que las empresas incorporan la ambientalización al implementar las
normas internacionales de certificación da garantías de calidad continua y
seguridad alimentaria a productos no manufacturados (Trpin y Rau 2011; Quaranta
2011) es una forma de absorber demandas sociales (Ferrero 2011), y es parte de la
ecología política del territorio (Ferrero 2011, Mastrangelo y Trpin 2011). La
ambientalización propuesta por las empresas se orienta centralmente a mantener la
viabilidad productiva, dejando en los márgenes, sin resolver, cuestiones relevantes
para la agenda de políticas públicas como el derecho a la tierra de los
semiproletarios y las demandas habitacionales de la fuerza de trabajo rural.
Bibliografía citada
Aparicio, S., V. Rau, y P. Berenguer (2004) “Modalidades de intermediación en los mercados de trabajo rurales
en la Argentina”. En: Cuadernos de Desarrollo Rural, Nº 53:59-79. Bogotá.
Bendini, M., N. Steimbreger, y V. Trpin (2011) Trabajadores agrarios estacionales migrantes:
características y funciones de la intermediación laboral en los mercados de trabajo agrario temporario.
PROINDER, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Benencia, R. y F. Forni (1991) “Los procesos de transformación de las migraciones temporarias”. En: Forni, F.,
Benencia, R y G. Neiman Empleo, estrategias de vida y reproducción. Hogares rurales en Santiago del
Estero. CEIL. Centro Editor de América Latina. Buenos Aires.
Bolstanski, L. y E. Ciapello (2002) El nuevo espíritu del capitalismo. Akal. Madrid.
Carton de Grammond, H (1992) “Algunas reflexiones en torno al mercado de trabajo en el campo
latinoamericano”. En: Revista Mexicana de Sociología. 54: 1: 49-58. México.
http://www.jstor.org/stable/3540778 .
Donovan, R. (2001) “Tropical forest management certification and wildlife conservation” En: Bennet, E. et al.
The cutting edge: conserving wildlife in logged tropical forest. Columbia University Press.
Lara Flores, S. (2008) ¿Es posible hablar de trabajo decente en la agricultura moderno empresarial de México?
En: El cotidiano. 23:147:25-33 UAM. Aztacotzalpo. México.
Leite Lopes, JS (2006) “Sobre processos de “ambientalização” dos conflitos e os dilemas da participação”. En:
Horizontes Antropológicos. Ano 12 nº 25: 31-64. Jun/Jul Porto Alegre.
23
Ferrero, F. (2011) “Conservación, comunidades y certificación. Un análisis de la relación entre capital y
conservación en la provincia de Misiones”. En: Mastrangelo, A. y V. Trpin, (comps.) Entre chacras y
plantaciones. Trabajo rural y territorio en producciones que Argentina exporta. Pp.147-174. CICCUS.
Buenos Aires.
Ferrero, F. y C. De Micco (2011) “Nuevas conformaciones de territorialidad en Misiones: problemas sociales y
ambientalismo”. En: Mastrangelo, A. y V. Trpin, (comps.), Entre chacras y plantaciones. Trabajo rural y
territorio en producciones que Argentina exporta. Pp.174-200. CICCUS. Buenos Aires.
Giarraca, N., C. Gras, K. Bidaseca y D. Mariotti (2000). Tucumanos y tucumanas. Zafra, trabajo,
migraciones e identidad. La Colmena. Buenos Aires.
Marcus, G. (1995) “Ethnography in/of the World System: the emergence of multi-sited ethnography”. En: Annual
Review of Anthropology, Nº 24:95-117. New York
Mastrangelo, A. (2004) Las niñas Gutiérrez y la mina Alumbrera. La articulación con la economía mundial
de una localidad del noroeste argentino. Serie Etnográfica. Antropofagia. Buenos Aires.
Mastrangelo, AV. (2005) “Nuestro sueño es un mundo sin pobreza. Un estudio etnográfico sobre el Banco
Mundial”. Avá, Revista de antropología. Nº. 8:13-30. Posadas.
_________(2009) “Usos locales de las certificaciones globales: calidad, medio ambiente y trabajo seguro en
forestación”. En: Revista IDeAS – Interfaces em Desenvolvimento, Agricultura e Sociedade, Volumen
3:1:115-132. Rio de Janeiro. http://www.ufrrj.br/cpda/ideas.
Mastrangelo, A. y V. Trpin comp. (2011) Entre chacras y plantaciones. Trabajo rural y territorio en
producciones que Argentina exporta. CICCUS. Buenos Aires.
______(2009) “Certificaciones globales y trabajo seguro: las cambiantes condiciones laborales en forestación y
fruticultura”. En: VIII Reunión de Antropología del Mercosur, Buenos Aires. Ms.
Mastrangelo, AV., V. Scalerandi, V. y M. Figueroa (2011) “Del recurso natural a la plantación: condiciones de
trabajo en la producción forestal del Norte de Misiones”. En: Mastrangelo, A. y V. Trpin, (comps.) Entre
chacras y plantaciones. Trabajo rural y territorio en producciones que Argentina exporta. Pp. 59-146.
CICCUS. Buenos Aires.
Mastrangelo, AV. y N. Deambrosi (2011), “Trabajadores y campesinos. Análisis sobe la inserción social como
trabajadores de pequeños propietarios de un paraje rural del sureste santiagueño”. En: Mastrangelo, AV. y V.
Trpin, (comps.), Entre chacras y plantaciones. Trabajo rural y territorio en producciones que Argentina
exporta. Pp. 225-250. CICCUS. Buenos Aires.
Radonich, M., V. Trpin y T. Vecchia (2009) “Movilidad de trabajadores y construcción social del territorio en el
Alto Valle de Río Negro”. En: Avá. Revista de Antropología Nº 15:85-102. Posadas.
Página 12 http://pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-163815-2011-03-10.html
http://pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-185488-2012-01-15
Quaranta, G. (2011) “Organización laboral y precariedad ocupacional en la producción de uva de mesa de
exportación. Provincia de San Juan, Argentina”. En: Mastrangelo, AV y V. Trpin (comps.) Entre chacras y
plantaciones. Trabajo rural y territorio en producciones que Argentina exporta. Pp. 201-225. CICCUS.
Buenos Aires.
Scalerandi, V. (2010) “El rol de los campesinos en la sociedad y su relación con el modo de producción
capitalista”. En: Kula nº2:5-25. Buenos Aires. http://revistakula.wordpress.com/kula_2
Trpin, V. (2008a) “El sindicato rural UATRE en el Alto Valle de Río Negro ante la reestructuración productiva del
a fruticultura”. En: Revista Estudios del Trabajo. N°35:97-124. ASET. Buenos Aires.
(2008b) “Reconfiguración productiva y Buenas Prácticas Agrícolas. Las nuevas condiciones laborales
en la fruticultura del Alto Valle de Río Negro”. En Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios. N° 29:49-
67. CIEA. Buenos Aires.
Trpin, V. y V. Rau (2011), “Migrantes del norte y sindicalismo rural: restricciones y representaciones en la
fruticultura de Río Negro”. En: Mastrangelo, AV. y V. Trpin (comps.) Entre chacras y plantaciones.
Condiciones laborales y conflictos en producciones de exportación en la Argentina. Pp. 25-58. Buenos
Aires: CICCUS.
24
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
“El Mundo Rural: Debates en torno a los nuevos procesos de configuración y
reconfiguración en el siglo XXI”
Grupo de Trabajo: Vida Rural y Medio Ambiente
RESUMEN
La producción de leche y quesos constituye una de las actividades de más
larga data en el país. Argentina se ha abastecido históricamente de estos productos
alimenticios, la actividad desde sus orígenes se orientó hacia el mercado interno.
El presente trabajo busca desarrollar el impacto medioambiental que los
cambios tecnológicos han provocado, en la actividad de tambo en los últimos treinta
años, en el partido de Brandsen. Metodológicamente se analizan: los Censos
Nacionales Agropecuarios 1988-2002, documentos elaborados por técnicos de
Agencia de Extensión Rural-INTA-Brandsen, bibliografía complementaria, y
entrevistas semiestructuradas a técnicos referentes de la producción de la zona
estudiada.
Como principal conclusión se arroja que la intensificación de la producción
(mayor cantidad de vacas en menor superficie de tierra), como consecuencia de la
adopción de los cambios tecnológicos, se ve acompañada del aumento en la
emisión de gases de efecto invernadero (metano y óxido nitroso producto de la
fermentación entérica y las excreciones de los animales). Por otro lado, en relación
al tratamiento de efluentes (aguas servidas con desechos sólidos; materia fecal,
barro y restos de alimentos; y líquidos; agua, orina, restos de leche y soluciones de
limpieza; que son emitidas como consecuencia de la actividad de ordeño) surge
como desafío para la actividad la reinstalación del tema y la profundización en la
concientización.
Palabras claves: tambo, cambio tecnológico, medio ambiente.
INTRODUCCIÓN
Breve repaso de la evolución del sector lechero en las últimas décadas
La producción de leche y quesos constituye una de las actividades de más
larga data en el país. Argentina se ha abastecido históricamente de estos productos
alimenticios, la actividad desde sus orígenes se orientó hacia el mercado interno. Así
se conformó una rama productiva caracterizada por una estructura primaria
atomizada y aglomerada en las diversas cuencas lecheras, y un sector industrial
concentrado y estratificado, en el que las formas cooperativas de producción se
desarrollaron tempranamente.
Durante el inicio del siglo XX el abastecimiento de leche fluida a Buenos Aires
era realizado por tambos ubicados en su proximidad, mientras que la producción de
derivados lácteos se localizaba en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos
siguiendo en gran parte el trazado del ferrocarril.
Desde los años `60 comenzó a redefinirse la evolución del complejo lácteo
moderno, con la implementación a nivel nacional de la obligación de pasteurizar (Ley
Nacional N°6640/63) y a su vez por las nuevas exigencias de higiene requeridas
respecto al producto. Los bajos niveles de producción estaban estrechamente
vinculados con el escaso nivel tecnológico existente en casi la totalidad de las
explotaciones. De este modo, el escenario general era de alta precariedad respecto
a las instalaciones, como así también respecto al ordeñe, el cual se realizaba
fundamentalmente de manera manual, sumándose a su vez una gran cantidad de
tambos que no refrescaban la leche. Además de la obligación de pasteurizar se
sumó otro decreto que establecía la obligación para aquellos establecimientos que
recibían leche de clasificarla o tipificarla. La década del `70 constituye un punto de
inflexión tanto para los sistemas alimentarios en general, como para la producción
lechera en particular.
2
En los años `70 los procesos de reestructuración del sistema alimentario
argentino, implicaron una modernización de la agricultura vinculada a lo que se llamó
“revolución verde”, generando cambios en la organización del trabajo y en el proceso
productivo. Esto último, refiere a un desarrollo de formas productivas de carácter
capitalista que incorporan capital a través de maquinarias, instalaciones y/o insumos;
y a su vez añaden avances científicos y cambios tecnológicos al proceso de
producción.
De esta forma, la década del `70 fue caracterizada por la incorporación de
paquetes tecnológicos, combinación de agroquímicos, fertilizantes y semillas
híbridas, mecanización, etc., que intensificaron la utilización de la tierra, implicando
una mayor productividad, generando como resultado el llamado proceso de
agriculturización en la Pampa húmeda. En este sentido, la agriculturización
pampeana se puede entender como una respuesta a una serie de profundos
cambios e incorporaciones de carácter tecnológico, que aumentaron la productividad
agrícola a un nivel superior respecto a décadas anteriores.
En el sector lácteo se introducen cambios tecnológicos como la mecanización
del ordeñe, inseminación artificial, cría artificial, incorporación genética en el rodeo,
modernas técnicas de manejo de pastos, entre otros, emparentados con los
crecientes requerimientos de calidad exigidos por las grandes firmas industriales.
De todos modos, estos cambios tecnológicos que se profundizarán en las
posteriores décadas hay que analizarlos en un contexto de medidas económicas de
desindustrialización y dinamización de la producción de materias primas para paliar
el estancamiento productivo y la caída de los saldos exportables. Es por ello, que
“(…) la adopción de tecnologías se presentaba como el camino imprescindible para
aumentar la productividad de manera de superar la caída de los saldos exportables
de los productos tradicionales y/o ampliar la capacidad exportadora e importadora”
(Obschatko, 1988a).
En toda esta etapa se da un proceso de concentración de explotaciones y
expulsión de productores, acompañado de la centralización de capitales, a la vez
que se asiste a un profundo cambio tecnológico, orientado principalmente desde el
sector industrial.
Es recién en los años `80 donde se comienzan a advertir los resultados de las
transferencias tecnológicas iniciados en la década anterior, generando a mediados
de la década en cuestión, un mayor rendimiento productivo en una gran cantidad de
3
tambos, junto con una disminución de la estacionalidad anual de la producción
láctea, quedando establecida la articulación agroindustrial entre las grandes firmas
industriales del sector y las explotaciones del sector primario.
No obstante, estos procesos de cambio tecnológico “(…) estuvieron
acompañados por una fuerte reducción del número de tambos en las tres principales
provincias de la región pampeana” (Quaranta, 2003), tendencia que se profundizará
aún más en la siguiente etapa.
La aplicación del modelo neoliberal en los años `90 representó una profunda
apertura de la economía donde la producción láctea creció significativamente. El
Estado estableció un tipo de cambio fijo con sobrevaluación de la moneda local que
se vio reflejado en lo que se llamó Plan de Convertibilidad. Las políticas aplicadas
estuvieron orientadas a establecer límites a la intervención estatal. Las reformas
estructurales consistieron en: apertura de la economía, privatización de empresas
públicas, desregulación de los mercados e integración en el MERCOSUR.
La nueva estructura de precios hizo que se generaran tendencias
antagónicas entre precios y costos en la agricultura, viéndose perjudicado el
productor agropecuario respecto a una baja en su salario real. Esto último, explicaría
la gran disminución de explotaciones, sumado a un mayor endeudamiento de los
mismos y la exigencia de un aumento de la productividad y producción para la
subsistencia de las explotaciones familiares.
En este contexto, se evidenció una afluencia importante de empresas
trasnacionales que comenzaron a realizar inversiones en el país y que debido a los
bajos costos de la producción lechera orientaban sus inversiones a los mercados de
consumo en expansión. Esta serie de medidas desregulatorias incidieron de modo
directo en la relación del sector industrial con la producción primaria y la distribución
final de alimentos. La modalidad concentradora del sector fue lo predominante y a
mediados de la década de los noventa, las veinte empresas de mayor envergadura,
procesaban en conjunto el 80% del total de la leche industrializada en el país,
mientras que el 20% restante era elaborado por algo más de ochocientas pequeñas
y microempresas.
Esta situación implicó que los grandes y medianos tambos eran los únicos
que contaban con las condiciones necesarias para cumplir los criterios exigidos por
la industria. En efecto, se puso en marcha un mecanismo de aplicación que consistió
en el establecimiento de un diferencial en los precios pagados por la grasa butirosa,
4
de acuerdo con las condiciones cualitativas y según el momento del año en que es
entregada la leche, dándose como resultado un proceso concentrador de la actividad
productiva. De esta forma, sólo lograron subsistir aquellos tambos mecanizados que
pudieron incorporar la tecnología necesaria para aumentar la producción y respetar
las condiciones de higiene y calidad.
La etapa iniciada en los años `90 con el modelo neoliberal que propició un
proceso de apertura, desregulación y liberalización del mercado promovió la
concentración y centralización en el agro argentino; que junto con un Estado en
retirada provocaron un proceso contradictorio. Por un lado, aumentaron las
exportaciones, se incremento la productividad, creció la venta de insumos y de
máquinas y se generalizó el proceso de modernización. Por otra parte, se asistió a
un proceso de mayor exclusión social, donde los pequeños y medianos productores
resultaron los más perjudicados.
La crisis política, social y económica sufrida en el 2001 marcó una nueva
etapa para el complejo lácteo argentino. Las modificaciones macroeconómicas y
regulatorias que siguieron a la crisis -como la restricción crediticia, el fin de la
convertibilidad y la posterior devaluación de la moneda, la incertidumbre financiera,
la conclusión de contratos, etc.- contribuyeron a continuar con la tendencia
decreciente en la producción lechera. De esta manera, la crisis económica que
atravesó al país impactó profundamente en el sector y ocasionó fuertes caídas en la
producción, la expulsión de productores y un incremento de las tensiones
intersectoriales.
La caída de la producción del complejo lácteo en los primeros años de esta
etapa estuvo directamente relacionada con la expansión de la soja en el agro
argentino, fenómeno que se puede observar claramente a través de la comparación
de los Censos Nacionales Agropecuarios (CNA) 1988 y 2002. Dada la rentabilidad
del cultivo de la soja genéticamente modificada, se produjo un proceso tendiente al
monocultivo, transformándose la soja en el cultivo dominante del país. De esta
manera, se intensificó su siembra tanto en la Región Pampeana, como en otras
regiones de país.
En efecto, en muchos casos se abandona la producción para incorporar soja,
motivado por una mayor rentabilidad a corto plazo del cultivo que supera la
rentabilidad de otras producciones, en este caso de la lechera. Asimismo, esta
situación se vio reflejada en la drástica reducción del número de tambos, de esta
5
manera: en 1988 la cantidad de tambos en producción era de 30.500, llegando en el
año 2002 a unos 13.000 tambos, casi tres veces menos que veinte años atrás.
A partir del 2004 comienza un nuevo ciclo de expansión que estuvo impulsado
en primer lugar, por los aumentos de los precios internacionales de las commodities
lácteas. Las inversiones del capital financiero internacional en estos mercados a
partir del 2006 indujeron las fuertes y aceleradas alzas en el precio de las
commodities, creando una “burbuja” especulativa que culminó a mediados del 2008,
con la serie de sucesivas de quiebras en el sistema financiero mundial.
En los últimos años y de acuerdo a las tendencias mundiales tuvo lugar un
proceso de concentración de la producción primaria caracterizado por la existencia
de un menor número de tambos con mayor rodeo y el incremento de la productividad
como resultado de la maduración de las tecnologías adoptadas (Bisang et al., 2008).
Esta incorporación de tecnología fue impulsada por múltiples factores, en especial
por la necesidad de mejorar la productividad o ahorrar costos, frente a la rentabilidad
del uso alternativo de la tierra (soja) y también en función de los requerimientos de
las usinas lácteas.
6
Abasto Sur, que es la que incluye el partido en estudio, está compuesta por los
partidos de Berisso, Ensenada, La Plata, Magdalena, Punta Indio, Chascomús,
Castelli, General Belgrano, Monte, General Paz, San Vicente, Brandsen, Cañuelas,
25 de Mayo, Navarro, Lobos, Marcos Paz, General Las Heras y General Rodríguez.
El perfil económico del partido de Brandsen muestra dos espacios bien
definidos: el de la producción industrial y el de la producción agropecuaria. La
principal actividad agropecuaria de Brandsen es la actividad ganadera, de carne y de
leche. El partido tiene una fuerte tradición de esta producción, que data de los
tiempos de la colonia.
7
METODOLOGÍA
Se llevó a cabo una triangulación metodológica, es decir que se combinó la
investigación cuantitativa y la cualitativa: se realizó el estudio de datos provistos por
los Censos Nacionales Agropecuarios (CNA) 1988 y 2002, combinado con el estudio
de la información obtenida mediante entrevistas a técnicos de la zona en estudio
como informantes calificados.
Se recolectó información primaria a través de las entrevistas, y además se
utilizaron fuentes de información secundaria como bibliografía, trabajos de
investigación, datos de los CNA y otras fuentes estadísticas, y legislación sobre
medio ambiente y sector lácteo, entre otros.
Con respecto a los técnicos, las entrevistas fueron de tipo individual
semiestructurada. Se solicitó información acerca de su experiencia y conocimientos
adquiridos en el sector lácteo y en la zona, a lo largo de su formación y de su
trayectoria en la actividad. Con esto se pretendió complementar la evolución de las
etapas o períodos que se fueron sucediendo en la actividad lechera, con énfasis en
la difusión y adopción de tecnologías.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La producción lechera en Brandsen:
La actividad tambera en el partido de Brandsen tiene un rol protagónico. Es
más, a pesar de que el número de cabezas de bovinos de tambo es inferior al de los
comercializados para carnes, a nivel rentabilidad y captación de valor agregado es
más importante el sector tambero, tanto en números absolutos como relativos, que
el sector destinado a la comercialización de la carne (Lipovich et al, 2005).
Existen dos peculiaridades con relación a la producción tambera. En primer
lugar, podemos decir que las explotaciones son medianas o pequeñas y tienen casi
un único comprador: La Serenísima, que luego comercializa los productos lácteos.
En segundo lugar, estos medianos y pequeños productores poseen un alto nivel de
tecnificación.
Mediante las entrevistas realizadas a los técnicos referentes surge como
desafío para la actividad la reinstalación de la problemática medioambiental.
A continuación se presentan segmentos de las entrevistas.
Fragmento de entrevista al Ing. Agrónomo Oscar Rambeaud:
8
“El otro tema vinculado con todo esto, que va a estar a
futuro, un poco ya es actual, pero a futuro, va a ser más
importante: es el tema de manejo de efluentes y el impacto
ambiental de la actividad, ese es un tema bien fuerte para el
futuro. Son inversiones, la gente sabe, pero hasta que no
venga la presión por una cuestión de habilitación o de
restricciones de las usinas. Ese es un tema para futuro que
vale para el que ordeña 60 vacas o el que ordeña 600.”
9
las operaciones lecheras tienden a realizarse en zonas aptas para el crecimiento de
los mismos, lo que permite el reciclaje de los nutrientes. Sin embargo, el uso
excesivo de fertilizantes nitrogenados en los tambos es una de las causas
principales de los niveles elevados de nitratos en las aguas superficiales de los
países de la OCDE. Existe también un riesgo de contaminación del suelo y el agua
por escorrentías de estiércol y por lixiviación en los grandes establecimientos
lecheros, lo que en este trabajo se referencia como “efluentes” (FAO, Comité de
Agricultura, 2007).
En sistemas pastoriles, cada vaca en ordeño genera entre 14 y 24 litros de
efluentes por día, sin considerar el agua utilizada por la placa de refrescado y el
agua de lluvia, y contienen aproximadamente 350 gramos de materia seca. Estos
representan para un tambo de 200 vacas entre 1.000 a 1.700 m3 de efluentes al año
(Taverna, M., 2006).
La cantidad y composición de los efluentes está definida principalmente por
las características de la dieta, las distintas prácticas utilizadas para la limpieza de las
instalaciones, el manejo de esos efluentes, y la frecuencia e intensidad de las lluvias.
Diversos trabajos demostraron que la intensificación de los sistemas
ganaderos resulta en el incremento de los flujos de energía y de nutrientes, y en
riesgos de contaminación.
Los residuos generados, fundamentalmente excrementos, resultan los
principales responsables de los impactos sobre el aire, el suelo y el agua porque se
concentran en áreas reducidas y son la fuente principal de nutrientes, metales
pesados, antibióticos y otras drogas veterinarias y patógenos.
En cada hectárea de suelo en sistemas intensivos de producción pecuaria se
puede acumular hasta 220 kg de nitratos y 261 kg de zinc, así como 2500 ppm de
fósforo, mientras que en aguas subterráneas se han detectado 180 ppm de nitratos,
7 ppm de fósforo y 90 ppb de cobre, y contaminación por microorganismos
patógenos (Herrero y Gil, 2008). A pesar de estas evidencias, las normas
especificas para regular estos contaminantes, son escasas y muchas veces
confusas.
Un sistema de manejo de efluentes debe ser planeado, diseñado y manejado
para prevenir la contaminación del agua y suelo, controlar los olores, eliminar zonas
de crecimiento de insectos, proporcionar una actividad conveniente y eficiente para
10
el operador, requerir una inversión mínima, con mantenimiento y costos operativos
bajos, y conocer los requerimientos legales (Taverna, M., 2006).
El diseño de cualquier sistema de tratamiento debe considerar la cantidad de
estiércol producido y recolectable, su concentración final en el efluente (incluyendo
el agua de lavado) y las precipitaciones locales, dado que por lluvias pueden
colapsar las lagunas.
En Argentina no hay normas específicas respecto al manejo de los efluentes,
pero hay leyes provinciales, como la Ley Nº 5965 de Protección a las Fuentes de
Provisión y a los Cursos y Cuerpos Receptores de Agua y a la Atmósfera que, en la
provincia de Buenos Aires, regula todo tipo de descarga de efluentes residuales
(sólidos, líquidos o gaseosos) de cualquier origen que puedan degradar la calidad
del aire o del agua. El decreto 2009/60 reglamenta esta ley y establece que las
municipalidades son responsables de la inspección y la aplicación de multas
correspondientes.
La Ing. P.A. Msc. Verónica Charlón dice “Para los tambos no hay una
legislación específica, sin embargo, si algún productor vierte los efluentes en un
curso de agua o un canal público, rige la ley de vertidos de efluentes industriales.
Por lo tanto, en este caso, el efluente vertido debería cumplir con los parámetros que
cita la normativa.” La ley mencionada es la Nº8965 resolución Nº 389/98 de la
provincia de Buenos Aires, que no es específica, es sobre efluentes industriales, en
el que está incluido el tambo.
Hasta el presente existe poca información local sobre el impacto ambiental de
efluentes ganaderos, sobre la caracterización completa de la calidad de los mismos
y además, no se cuenta con guías o normas específicas para su manejo. Sin
embargo, existen normativas en otros países, que pueden ser utilizadas como
orientación para su manejo y para la construcción de los sistemas de tratamiento.
En el caso de la Unión Europea plantea los siguientes requisitos para tambos
de exportación de leche. Los efluentes derivados del lavado y desinfección del
tambo y anexos se destinarán a una cava o fosa ubicada a una distancia prudencial
del perímetro de las instalaciones. Los líquidos se derivarán por entubamiento o
zanja sobre el terreno, debiendo en este último caso encontrarse cubierta desde su
inicio hasta una distancia mínima de 10 metros, mediante cualquier material
(cemento, empalizada, durmientes, etc.) unidos de tal forma que se eviten rendijas.
Dicha cava o fosa deberá encontrarse cercada. Deberán mantenerse sus
11
alrededores libres de malezas y el pasto cortado. En el caso de utilizarse un sistema
para la recolección del estiércol (estercolero) deberá encontrarse construido fuera
del perímetro de las instalaciones de ordeñe y acondicionado de tal forma que no
altere el medio ambiente. Los estercoleros deberán permitir la adecuada evacuación
de los desechos a su destino final y/o para su utilización como abono de los potreros
u otros destinos que no afecten las instalaciones o alteren el medio ambiente.
En Estados Unidos hay legislaciones específicas para el manejo y el depósito
de excretas animales que impacten cuerpos de agua, suelo y atmósfera, las cuales
son supervisadas y certificadas por la agencia de protección ambiental (EPA).
En Chile, Colombia y México, la regulación y vigilancia gubernamental sobre
el uso y manejo de excretas animales es escasa y confusa, ya que sólo se
especifican ciertas normas sobre descargas de contaminantes al agua, restando
importancia a las emisiones a la atmósfera y suelo, y sin especificaciones claras
relacionadas con excretas de ganado.
Según un estudio del manejo de los efluentes generados en la instalación de
ordeño, de 329 tambos distribuidos en diferentes cuencas lecheras (Buenos Aires:
Abasto Norte: 30, Abasto Sur: 75, Oeste: 27; Entre Ríos: 18 y de la Cuenca Central
(Santa Fe y Córdoba): 179), la forma en que éstos son eliminados, tanto si se trata
de efluentes crudos como tratados, es variable.
En los efluentes crudos el mayor porcentaje (69 %) corresponde a aquellos
tambos que eliminan los desechos a algún tipo de laguna construida para este fin.
Existe un 10 % de los tambos que vierte sus efluentes sin previo tratamiento a algún
curso de agua, como pueden ser arroyos o lagunas naturales cercanas. El 9 %
elimina los desechos en algún potrero del establecimiento como destino final, el 7 %
lo deriva a cunetas y un escaso 5 % lo utiliza como efluente crudo para fertilizar
distintos recursos forrajeros.
Cuando se analizó el destino de los efluentes tratados se obtuvo una
distribución diferente al caso de los efluentes crudos, observándose que se
incrementa a un 25 % los que vierten a cuerpos de agua, un 17 % los reutiliza como
fertilizantes y un 29 % lo deriva a potreros bajos (Charlón et al, 2010).
Las regulaciones de la calidad del agua y del suelo son por lo general de
ámbito local y nacional, mientras que en materia atmosférica los tratados son del
ámbito transfronterizo e incluso transoceánico, pues las emisiones locales pueden
tener repercusiones globales.
12
Los distintos gases que componen la atmósfera se caracterizan por poseer
una descomposición diferencial, por ejemplo distintos estudios citan: metano (10-20
años), dióxido de carbono (50 a 200 años), y oxido nitroso de 100 a 150 años. En
parte este es el argumento por el que el Protocolo de Kyoto enfatiza en disminuir la
emisión de gas metano, ya que tendría un efecto más rápido sobre el efecto
invernadero (C. de Blas et al, 2008).
Cabe destacar que en el mencionado Protocolo de Kyoto sólo se tiene
referencia a los gases de CO2 que proceden de combustión de origen fósil (petróleo,
carbón, gas natural), no el proveniente de carbono de origen natural bajo el
fundamento que éste fue fijado previamente mediante la fotosíntesis. (C. de Blas et
al, 2008).
Según Guillermo Berra, en el mundo existen cerca de 1.400 millones de
bovinos, a los cuales Argentina aporta solamente 50 millones. “Nuestro país emite el
0.5 o 0.6% de las emisiones mundiales de gases del efecto invernadero
(básicamente metano)” y el campo sería responsable del 44% de las mismas. “De tal
porcentaje, la ganadería es responsable del 69% y la agricultura del 31% restante.
En tal sentido, el 80% de lo que se le atribuye a la ganadería se generan en los
bovinos tanto de leche como de carne”.
Para destacar la importancia y relevancia del tema en relación a la producción
ganadera y a la emisión de gases se destacan los siguientes números producto de la
revisión bibliográfica sobre el tema (www.intainforma.gov.ar, 19 de mayo de 2011):
60% de las emisiones de GEI son generados por los 22 países más
desarrollados del mundo.
5% del total de las emisiones se generan desde América del Sur: 17%
corresponde a la Argentina y 41% a Brasil.
18% de las emisiones mundiales son provocadas por la ganadería.
1.350 millones de cabezas de ganado hay en el mundo.
250 litros de gas metano es lo que produce un bovino por día.
4 son los principales gases que conforman los GEI: dióxido de carbono,
metano, óxido nitroso y clorofluorocarbono.
1 es el potencial de calentamiento global del dióxido de carbono (propio de las
actividades industriales).
21 es el potencial de calentamiento del metano.
13
310 es el potencial de calentamiento de óxido nitroso.
En el caso de los sistemas de producción de tambo, aumentando la
producción en tres litros por vaca, mejorando la preñez un 2% y disminuyendo el
índice de abortos un 2% se reducen las emisiones de metano en un 16.5%.
Las incorporaciones tecnológicas de los últimos años (mecanización del
ordeñe, mejora de pasturas y pastizales naturales, pastoreo por pulsos, etc.),
permiten resistir los sistemas de producción tambera en zonas donde el avance de
la frontera agrícola genera fuertes desplazamientos de la actividad por el uso de la
tierra. Los datos censales acompañan esta afirmación demostrando que la
estrategia de adopción tecnológica desarrollada en los últimos años ha llevado a
unidades productivas con mayor carga animal (cantidad de animales por unidad de
superficie).
CONCLUSIONES
Recomendaciones ante la situación estudiada
Como principal conclusión se arroja que la intensificación de la producción
(mayor cantidad de vacas en menor superficie de tierra), como consecuencia de la
adopción de los cambios tecnológicos, se ve acompañada del aumento en la
emisión de gases de efecto invernadero (metano y óxido nitroso producto de la
fermentación entérica y las excreciones de los animales).
Por otro lado, en relación al tratamiento de efluentes (aguas servidas con
desechos sólidos; materia fecal, barro y restos de alimentos; y líquidos; agua, orina,
14
restos de leche y soluciones de limpieza; que son emitidas como consecuencia de la
actividad de ordeño) surge como desafío para la actividad la reinstalación del tema y
la profundización en la concientización.
Se deben implementar pautas de manejo tendientes a generar una menor
cantidad de deyecciones en los pisos de los corrales y la sala de ordeño para reducir
el consumo de agua. Para tal fin, las recomendaciones se refieren a implementar el
uso de Buenas Prácticas antes, durante y luego del ordeño, y a considerar pautas
constructivas para las instalaciones.
Además para reducir la emisión de GEI por parte de la producción ganadera
se recomienda aumentar la eficiencia de la mencionada producción mejorando la
calidad de alimentos, la sanidad y la genética bovina.
Coincidiendo con Guillermo Berra: “Acá se junta el ambiente y la producción.
Afortunadamente para nuestro país, tener las condiciones que tenemos permite
estar en una situación de privilegio respecto de otros países. Argentina tiene un
margen importante para crecer en términos productivos y en la medida en que
mejoremos nuestro material genético, controle mejor algunas enfermedades sobre
todo las vinculadas con la reproducción y con las mortandades, esto se puede estar
logrando y afirmar que estamos en una situación de poder reducir nuestras
emisiones produciendo productos por menor costo ambiental. Si hacemos que
nuestra vaquillona pueda parir antes, vamos a ganar un costo ambiental”.
15
BIBLIOGRAFÍA
-BARBERO, M. I. y Graciela GUTMAN. 2008. La industria láctea ante el proceso de
reestructuración de la economía argentina en la década de 1990. Estudios Sociales.
Año/vol. XVI, número 031: pp. 126-163. Universidad de Sonora. Hermosillo, México.
-BARSKY, Osvaldo y Alfredo PUCCIARELLI. 1991. Capítulo VI, Cambios en el
tamaño y el régimen de tenencia de las explotaciones agropecuarias pampeanas.
En: Barsky, Osvaldo (Comp.), El desarrollo agropecuario pampeano, pp. 309-453.
Colección estudios políticos y sociales, INDEC Instituto Nacional de Estadísticas y
censos, INTA Instituto Nacional de Tecnología Agropecuario, IICA Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura, Grupo Editor Latinoamericano.
-BERRA, Guillermo*. 2007. El cambio climático y su relación con la ganadería,
influencia en las emisiones de gas del efecto invernadero. Motivar 5(56): pp 20-21,
Buenos Aires. *Coordinador del grupo de determinación de GEI del INTA Castelar.
-BISANG, R., F. PORTA, V. CESA, y M. CAMPI. 2008. Evolución reciente de la
actividad láctea: el desafío de integración productiva. Documento de proyecto.
Publicaciones Naciones Unidas. CEPAL: pp. 22-26
-BUELINK, D., S. LABRIOLA y A. SCHALLER. 1996. Principales cuencas lecheras
argentinas. Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentación. Subsecretaría de
alimentos. Departamento de lechería. Buenos Aires.
-CHARLÓN, Verónica; Alejandra, HERRERO y José CAMOLETTO. 2010. ¿Cómo
manejamos los efluentes? Una realidad que debemos mejorar. Producir XXI 18(221):
pp 44-52. Buenos Aires. Tema desarrollado en las Terceras Jornadas
Internacionales de Calidad de Leche (JICAL III) por La Asociación Pro Calidad de la
Leche y sus derivados (APROCAL). Sitio Argentino de Producción Animal.
-DE BLAS, C.; P., GARCÍA-REBOLLAR; M. CAMBRA LÓPEZ y A.G. TORRES.
2008. Contribución de rumiantes a emisión de gases con efecto invernadero. XXIV
Curso de especialización FEDNA. Madrid.
-FAO. COMITÉ DE AGRICULTURA. 2007. 20º período de sesiones. Cómo
enfrentarse a la interacción entre la ganadería y el medio ambiente. Tema 4 del
programa provisional. Roma.
-GUTMAN, Graciela y C. REBELLA. 1990. III Subsistema lácteo. En: CEAL
Agroindustrias en la Argentina. Cambios organizativos y productivos 1979-1990: pp.
79-112. Buenos Aires.
-GUTMAN, Graciela; E. GUIGUET y J.M. REBOLINI. 2003. Los ciclos en el complejo
lácteo argentino. Análisis de políticas lecheras en países seleccionados. Secretaría
de Agricultura, Ganadería y Pesca. Dirección Nacional de Alimentos. Buenos Aires.
-HERRERO María A. y Susana B. GIL. 2008. Consideraciones ambientales de la
intensificación en producción animal. Producción animal intensiva y medio ambiente.
Sección especial. Ecología Austral 18: pp. 273-289. Asociación Argentina de
Ecología. Buenos Aires.
-INDEC. Censo Nacional Agropecuario 1988, Resultados Generales, Provincia de
Buenos Aires. Buenos Aires.
-INDEC. Censo Nacional Agropecuario 2002, Resultados Generales, Provincia de
Buenos Aires. Buenos Aires.
16
-LIPOVICH, G.; C. OLMOS, V. RUSENAS y A. VIEIRA. 2005. Eje productivo
agropecuario. En: Taller de desarrollo local. Municipio de Brandsen. Diagnóstico y
Lineamientos estratégicos de acción. Maestría en Economía urbana, pp. 22-
33.Universidad Torcuato Di Tella. Buenos Aires.
-OBSCHATKO, Edith. 1988a. Cambio tecnológico en la región pampeana. En: La
Economía Agraria Argentina, Consideraciones sobre su evolución y situación actual,
pp. 271-286. Asociación Argentina de Economía Agraria. XX Congreso Internacional
de Economistas Agrarios.
-OBSCHATKO, Edith. 1988b. Las Etapas del cambio tecnológico. En: La agricultura
pampeana. Transformaciones productivas y sociales, pp. 117-136. Fondo de cultura
económica. Buenos Aires.
-PINOS-RODRÍGUEZ, Juan M.; Juan C. GARCÍA-LÓPEZ; Luz Y. PEÑA-AVELINO;
Juan A. RENDÓN-HUERTA; Cecilia GONZÁLEZ-GONZÁLEZ y Flor TRISTÁN-
PATIÑO. 2012. Impactos y regulaciones ambientales del estiércol generado por los
sistemas ganaderos de algunos países de América. Instituto de Investigación de
Zonas Desérticas, Programa Multidisciplinario de Postgrado en Ciencias
Ambientales. Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP). San Luis Potosí,
México.
-QUARANTA, G. 2003. Reestructuración, organización del trabajo y mediería en la
producción lechera de la Pampa húmeda bonaerense. Informe de investigación Nº
13. CEIL-PIETTE, CONICET. Buenos Aires. Disponible en: http://www.ceil-
piette.gov.ar/docpub/documentos/informesdeinvestigacion/ii13quaranta.pdf.
-TAVERNA, Miguel. 2006. El manejo de efluentes. E.E.A INTA Rafaela. Rafaela,
Argentina.
17
V CONGRESSO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGÍA
RURAL
Grupo de Trabajo: 15. Vida Rural y Medio Ambiente
Resumo
por mais justificável que seja do ponto de vista ambiental (ou econômico, ou
uma alienação humana. Impera nos dias atuais uma racionalidade objetiva e
fins, não se atenta mais a valores de justiça, morais ou éticos, o que determina é
econômicas e sociais diversas, onde o meio ambiente não pode ser separado de
maneiras de como deve ser pensado o rural, como território ou como setor da
injustamente dividido.
pode-se observar essa hipótese, imposta pela sociedade, através das leis
final da década de 70, nos Estados Unidos, que afirmava que certos grupos
ambiental, onde os baixos custos apontam para as áreas onde os pobres moram,
todo o País que tem a preocupação de animar um pensamento e uma ação que
uma forma mais direta por uma desigualdade no acesso aos recursos naturais
estatal para equilibrar o sistema das diferentes classes sociais quanto ao acesso
imposto hoje, permite que se criem cada vez mais as desigualdades, devido ao
ambiente o status de bem jurídico a ser penalmente tutelado, assim como a vida.
discussão em torno das ideias. Segundo Lakatos & Marconi (1991), a observação
modo de vida.
RESULTADOS E DISCUSSÃO
ambiental que acabam por considerar as práticas dos agricultores familiares como
(dilapidadora), terra para gastar e arruinar e não para proteger (HOLANDA, 1995).
judiciais, de forma que a preservação do meio ambiente seja uma entre as várias
biológica, social, cultural e urbanística, que permite, abriga e rege a vida em todas
propriedade. Barramento este, feito com três sacos de arroz empilhados, que
ato foi interpretado como crime ambiental, pois segundo a legislação ambiental
subterrâneos: - derivar ou utilizar recursos hídricos para qualquer finalidade, sem a respectiva
alterações no regime, quantidade ou qualidade dos mesmos, sem autorização dos órgãos ou
autorização devida para tal fim, o barramento de curso d’água para captação, e foi
administrativa.
Assim, o grupo formado pela classe da agricultura familiar de menor poder político
processo crime ambiental, pois estava com seus bens a serem leiloados. Um
ocasionava o barramento.
são poderosas pois além de onerar o agricultor com multas, se retira do mesmo a
Tendo em vista que o Sr. Silva foi autuado por não ter licença ambiental do
2008).
acusado e no laudo realizado por técnicos do Ministério Público. Vale mais uma
vez ressaltar que esses laudos não levam em consideração a classe social que se
Renováveis, verifica a retirada dos sacos e afirma que com a retirada dos
direito público, é criada com a participação da sociedade e por ela, sendo que as
ambiente para as futuras gerações, sem que o próprio homem seja trazido para o
centro desta discussão, com a análise das inter-relações do homem com o meio
exclusão social, até mesmo, para que, se evite, que os instrumentos normativos
CONCLUSÕES
familiar, que está geralmente inserida em áreas com terrenos menos valorizados
humana, onde todas as atividades são exclusivas para uso de sua família e
para poluir e recebe em troca a licença para tal, sendo que os pobres, a
agricultura familiar, que não tem recursos nem mesmo para sua sobrevivência
BRASIL, Lei Federal (1965). Código Florestal Brasileiro – Lei nº 4771, DF:
Congresso Federal, 1965.
HOLANDA, S. B.; Raízes do Brasil. São Paulo: Cia das Letras, 26ª edição. 1995.
Mariana V. Nuñez
Laboratorio de Estudios Ecogeográficos - FCH; UNCPBA. Pinto 399; Tandil
(7000); nzmariana@yahoo.com.ar
Resumen
El análisis de las relaciones "sociedad-naturaleza" consiste en integrar las
diferentes construcciones humanas con los sistemas ecológicos intervenidos,
estimando impactos ambientales a nivel de sistema de ocupación de las tierras.
Estos estudios constituyen la Ordenación Ambiental del territorio (OA). En el
presente trabajo se aspira a diseñar y aplicar un método de OA en la Cuenca
Superior del Arroyo Tandileofú, CSAT (31.200 ha). La estrategia operativa se
basó en la ejecución de tres tipos de estudios básicos: i. Zonificación Ecológica
(ZE); ii. Uso Actual de las Tierras (UAT); iii.Cruzamiento georeferenciado de los
resultados anteriores.
La ZE esquemática de la CSAT fue concebida a escala cartográfica 1:100.000.
En un primer nivel de desagregación del espacio, la CSAT fue ordenada en
términos de Cuenca Alta, Media y Baja, en correspondencia con los tres
compartimentos ecológicos delimitados en el PT. En ese sentido, la Cuenca
Alta (CA) se corresponde con una porción del compartimento de las Serranías
(S) definido previamente en el PT, la Cuenca Media (CM) con una fracción de
la Llanura periserrana (Llp) y la Cuenca Baja (CB) con parte del compartimento
denominado Llanura Distal (Lld) del Partido.
La ZE semidetallada de la CSAT facilitó la identificación de siete subsistemas
ecológico-paisajísticos a escala 1: 100.000 (S, R, Llp1, Llp2, Llp3, Pd1 y Pd2).
La OA de la CSAT permitió apreciar que los diferentes tipos del uso actual de
las tierras, fraccionan áreas pertenecientes a las CA, CM y CB, definiendo la
ocurrencia de siete sistemas socioeconómico-ecológicos en la CA, cuatro en la
CM y cinco en la CB.
Palabras clave: ecogeografía, paisajes, uso de la tierra, impacto ambiental
1
Introducción
En los últimos años, el sector rural de Argentina ha vivido procesos de cambio
cuya velocidad y profundidad tienen pocos precedentes. Según Schejtman y
Barsky (2008), Argentina es el único país de América Latina en el que el
crecimiento sectorial supera consistentemente a la tasa de crecimiento de la
economía en general. Así mismo, la Argentina rural también se caracteriza por
la persistencia e incluso la agudización de importantes desequilibrios: el
económico regional, el social y el ambiental.
Actualmente, el Desarrollo Rural Territorial (DRT) constituye un enfoque
alternativo y superador a otras propuestas de desarrollo, capaz de dar
respuesta a los desafíos que presenta la reestructuración productiva y la
globalización. Este enfoque adopta las premisas de un desarrollo rural
sostenible, entendiendo al mismo como un proceso de transformación social y
de incremento de las opciones y oportunidades a que puede tener acceso la
sociedad, de forma tal que a lo largo del tiempo se puedan compatibilizar
crecimiento económico, equidad social y preservación ambiental.
Como bien señala Milton Santos, “la esencia del espacio es social, de ahí que
el espacio sea algo más que objetos geográficos, cuyo conjunto nos da la
Naturaleza” (Santos, 1996). La concepción geográfica del espacio implica
entonces que cada fracción del espacio abriga una fracción de la sociedad. En
consecuencia, el espacio, así como el territorio asociado, compone la
integración de una diversidad de objetos naturales y sociales.
En ese sentido, Iglesias (2009) expresa que siendo el hombre quien ha
“producido” socialmente su propio espacio, es quien puede cambiar las
situaciones que tienen impactos negativos sobre el ambiente y la calidad de
vida de la población, pues no existe una crisis en el uso de la naturaleza, de
sus recursos, que no sea una crisis en la forma de vida del hombre. Abramovay
(2006), citando a Folke y Berkes (1998) expresa que el territorio enfatiza la
manera como una sociedad utiliza los recursos de los que dispone en su
organización productiva y, por lo tanto, en la relación entre sistemas sociales y
ecológicos. En consecuencia, el territorio hace referencia a determinada zona
2
del espacio terrestre administrada por el hombre, de ahí que no se puede
pensar en el desarrollo territorial sin considerar al hombre.
Tal como lo expresa Azcuy Ameghino (2004), un rasgo a resaltar de la
evolución agrícola durante los ’90 fue el desarrollo de prácticas productivas
indiferentes frente al agotamiento de los recursos naturales, el mantenimiento
del equilibrio ecológico y el avance del monocultivo.
En ese sentido, cabe indicar que la problemática ambiental del medio rural
debe ser asumida en términos integrados, es decir como una cuestión
ecológico–social, la cual identifica el concepto de ambiente y el de sistemas
ambientales.
“La previsión de impactos del desarrollo requiere compatibilizar los aspectos
socioeconómicos con la necesidad de sustentar la calidad ecológica de las
tierras. Se trata entonces de concebir la gestión ambiental del territorio y para
ello se cuenta con dos herramientas básicas que garantizan un ordenamiento
territorial con fines de desarrollo sustentable: la Zonificación Ecológica (ZE) y el
Ordenamiento Ambiental (OA), siendo que los principios de ambos
procesamientos de los estudios ambientales puedan ser asumidos desde la
perspectiva de la Ecología del Paisaje. La conceptualización de dichas
herramientas requerirá en primer lugar la elaboración de un prediagnóstico
ambiental basado en el análisis integrado del sistema socio-económico y el
sistema ecológico” (Sánchez, 1989).
En el presente trabajo se aspira a diseñar y aplicar un método de OA a la
zonificación ecológica y ambiental de cuencas hidrográficas, habiéndose
seleccionado para ello la Cuenca Superior del Arroyo Tandileofú (CSAT), la
cual transcurre en el Partido de Tandil, Provincia de Buenos Aires.
Materiales y Métodos
La estrategia operativa instrumentada en el estudio se basó en la ejecución de
tres tipos de estudios básicos demandados por la metodología de OA de áreas
y que apuntan al conocimiento y comprensión de las relaciones sociedad-
naturaleza: i. Zonificación Ecológica de la Cuenca (Nuñez y Sánchez, 2005); ii.
Uso Actual de las Tierras (Nuñez, 2007a) e iii.Cruzamiento georeferenciado de
los resultados anteriores.
1
Convencionalmente asumida como área que engloba las vertientes del arroyo Tandileofú dentro del
Partido de Tandil
4
5
En el Cuadro 1 se presentan los estudios en los que se resume la elaboración
de la OA del territorio.
Cuadro 1
Estudios elaborados para abordar la Ordenación Ambiental del territorio
Resultados
Los estudios integrados de los sistemas ecológicos del Partido de Tandil tienen
su origen en un conjunto de investigaciones realizadas en el Laboratorio de
Estudios Ecogeográficos en el marco del Programa de investigación
denominado Zonificación Ecológico-paisajística y Ordenación Ambiental. En
ese sentido, en el primer estudio realizado en el Partido, su territorio fue
esquemáticamente ordenado en tres “compartimentos ecológicos”: Serranías,
Llanura periserrana y Llanura distal, mapeados en escala 1:500.000 (Sánchez
et al., 1999).
6
La ordenación preliminar de la CSAT (Escala 1:500.000) ha permitido
establecer un primer nivel escalar de desagregación del área en segmentos
correspondientes a esos tres compartimentos. Dichos espacios manifiestan
pronunciadas diferencias en sus aspectos ecológicos, siendo la dinámica del
agua el vector direccionador del análisis de los regímenes hídricos en cada uno
de ellos. Las diversas nacientes del arroyo Tandileofú se localizan en vertientes
pertenecientes al compartimento de las Serranías, entre los 300 y 400 m.s.n.m.
Dado que buena parte de los elementos geomórficos que componen las
vertientes serranas confieren al área un alto potencial de escurrimiento
superficial y subsuperficial, el cauce concentra rápidamente considerables
caudales tras las lluvias. Superadas las geoformas de alta energía de relieve
(compartimento de las Serranías) la cuenca asocia un nuevo tipo de vertientes
que integran el compartimento de la Llanura periserrana, donde el relieve
define ondulaciones de diferentes longitudes de onda. Asociados a las
ondulaciones ocurren también ocasionales lomas pronunciadas y sectores
pedemontanos de contacto con laderas serranas y que presentan suelos
relativamente profundos. A la Llanura periserrana le sucede una llanura
(Llanura distal) que ha sido identificada como Planicie distal. El término distal
fue oportunamente acuñado al georeferenciar las áreas de baja energía de
relieve y que componen las llanuras más distantes del área propiamente
serrana de Tandilia (Sánchez et al, 1999). El compartimento de la Planicie
distal destaca consecuencias de la predominancia de relieves planos,
achatados y pobremente drenados, si bien a veces los relieves presentan
ligerísima inclinación, aunque suficiente para inducir mejores condiciones en el
drenaje. En todos estos relieves ocurren poblaciones más o menos abundantes
de concavidades internas (cubetas) que albergan cuerpos de agua
ocasionalmente permanentes (Nuñez y Sánchez, 2005; Nuñez, 2007b).
De acuerdo a esas consideraciones, Nuñez y Sánchez (2005) ordenaron la
CSAT en términos de Cuenca Alta, Media y Baja, las cuales representan
segmentos de los compartimentos ecológicos reconocidos previamente en el
Partido. Los tres segmentos de la Cuenca se suceden internalizando
decrecimientos en la energía del relieve y el potencial de escurrimiento
superficial. La Cuenca Alta del arroyo Tandileofú (CA, 4.970 ha) se
7
corresponde con ecosistemas pertenecientes al compartimento de las
Serranías, la Cuenca Media (CM, 17.165 ha) pertenece al compartimento de la
Llanura periserrana y la Cuenca Baja (CB, 9.065 ha) al de la Llanura Distal
(Figura 2; Cuadro 2).
La ZE semidetallada de la CSAT permitió identificar, delimitar y caracterizar
siete subsistemas ecológico-paisajísticos a escala 1: 100.000 (S, R, Llp1, Llp2,
Llp3, Pd1 y Pd2). Estos subsistemas definen bases físico-espaciales para
formular modelos de ordenación territorial que conduzcan a manejos
sustentables del territorio.
8
Cuadro 2.
Zonificación ecológico-paisajística de la Cuenca Superior del Arroyo Tandileofú (Leyenda)
9
Llp3 Subsistema ecológico que presenta buenas condiciones de drenaje superficial e interno.
Constituido por “llanuras onduladas” que destacan lomas y concavidades pronunciadas,
asociando pendientes relativamente fuertes (2-10%). Las lomas contienen “formaciones
superficiales profundas” y cuerpos edáficos actualmente cultivados y caracterizados por
la presencia de horizontes argílicos. La vegetación pre-existente estaba conformada por
pastizales biestratificados característicos del “flechillar”, donde -en el estrato superior-
dominaban gramíneas de los géneros Stipa y Piptochaetium.
SISTEMA DE LLANURAS DEPRIMIDAS CB Pd1 Subsistema ecológico gobernado por una dinámica vinculada a buenas condiciones de
Cuenca drenaje interno y moderadas condiciones de drenaje superficial. Está conformado por
Baja relieves planos-muy ligeramente inclinados y que asocian cuerpos edáficos profundos,
caracterizados por la presencia de un horizonte argílico. La formación superficial
dominante compone una matriz espacial que abarca casi el 80% del área; la superficie
restante (manchas diversas) integra micro y mesodepresiones -que tienen tendencia a
estar saturadas con agua (cubetas)- y ocasionales lomas con suelos poco profundos.
Fuera de los sectores imperfectamente drenados, donde difunden praderas dulces y
pajonales de Paspalum quadrifarium (paja colorada), buena parte del sistema
paisajístico presentaba fisonomías de flechillares típicos antes de ser extensivamente
convertido en agroecosistemas.
Pd2 Subsistema ecológico gobernado por una dinámica estrechamente vinculada al bajo
potencial de escurrimiento superficial de la planicie, a su deficiente drenaje interno y al
condicionamiento de quimismos sódicos en las formaciones superficiales dominantes. El
área francamente deprimida compone una matriz espacial que abarca algo más del 70%
del área ocupada por el subsistema; la superficie restante integra diferentes tipos de
manchas: micro y mesodepresiones con tendencia a estar saturadas con agua (cubetas)
y frecuentes lomas sobreimpuestas. La existencia dominante de horizontes edáficos
subsuperficiales enriquecidos en minerales de arcilla altamente saturadas con sodio
(horizonte nátrico) y variaciones espaciales en los niveles freáticos, salinidad y período
de anegamiento, determina la presencia de mosaicos de diferentes grupos florísticos,
principalmente dominados por Paspalum quadrifarium, Stipa papposa, Mentha pulegium
y Distichlis spicata. En las lomadas y lomas sobreimpuestas se detectó la presencia
ocasional de flechillares de Stipa trichotoma.
Fuente: basada en Nuñez y Sánchez, 2005; Nuñez, 2007b
10
La diversidad de subsisistemas ecológicos del territorio determina diferentes
formas de adaptación y funcionamiento de los sistemas de ocupación con fines
de producción rural. En la CSAT, el estudio y mapeamiento del uso actual de
las tierras realizado por Nuñez (2007a), demostró que las mismas están
principalmente ocupadas por actividades agropecuarias (46,4%), agrícolas
(31,3%) y tamberas (12,4%), en tanto que la ganadería extensiva, la
forestación, la minería y el uso habitacional de las tierras conforman en
conjunto actividades de inferior expresión espacial.
Alrededor del 98,4% de las tierras de la CSAT difunde netamente en el área
rural2 del Partido de Tandil, el 1,6% (510 ha) restante se corresponde con un
área periurbana3 de la ciudad de Tandil y una pequeña comarca rural (Desvío
Aguirre) en la que se encuentran algunas viviendas de uso permanente o de fin
de semana.
La CA es muy heterogénea; los cambios tienden a ser rápidos e incluyen
numerosos segmentos inaptos para todo tipo de uso. En algo más del 50% de
estas tierras ocurren usos vinculados a la producción inducida de biomasa. La
CM tiene vocación agrícola; no obstante ello, dicha actividad se extiende en el
53% de la misma. Las actividades agropecuarias y tamberas ocupan
respectivamente un 28% y 18% del área. El 63% de las tierras de la CB exhibe
severas restricciones agrícolas debido a problemas de drenaje, escasez de
oxígeno y una presencia frecuente de quimismos sódicos en los cuerpos
edáficos. La actividad agropecuaria se extiende en el 76% de las tierras. En
buena parte del área restante (11%) difunde la ganadería extensiva (cría y
recría de ganado vacuno) basada en el aprovechamiento de pastizales
seminaturales (Nuñez, 2007a; b).
Tal como lo expresa Sánchez (2009), la necesidad de concebir y elaborar la
OA del territorio, se sostiene en dos cuestiones centrales: i. la diversidad
espacial de sistemas ecológicos naturales y la diversidad de formas
socioeconómico-ecológicas generadas por el desarrollo humano de los
2
Este área ha sido definida en la Ley 8912 (Ley de Ordenamiento Territorial de la Provincia de Buenos
Aires) como el conjunto de tierras destinadas a emplazamientos de usos principalmente relacionados con
la producción agropecuaria, forestal y minera
3
El núcleo propiamente urbano de Tandil ocupa en torno de 2.200 ha y asocia un área periurbana de
dinámica relativamente intensa; según Velázquez et al (1998) los ambientes periurbanos se extienden en
diferentes áreas que ocupan unas 3.000 ha
11
mismos, determina la ocurrencia de una amplia gama de sistemas y conflictos
ambientales. Tanto los sistemas ambientales como la problemática implícita en
los mismos, requieren ser ordenados según estrategias holísticas (OA) que han
de enriquecer la gestión del Ordenamiento Territorial; y ii. la gestión ambiental
del desarrollo comienza en la comprensión e incorporación de la dimensión
ambiental en los modelos de planificación. Ello resulta de entender que la
previsión de los impactos del desarrollo, requiere compatibilizar las
expectativas económicas y de mejoramiento de la calidad de vida humana, con
la necesidad de mejorar y sustentar la calidad ecológica de los sistemas de
tierras involucradas en el desarrollo (Sánchez, 2001; 2005).
Los estudios de Ordenación Ambiental del territorio objetivan modelos de
zonificación socioeconómico-ecológica de tierras. Sus resultados constituyen
una herramienta básica en el procesamiento de la Ordenación del Territorio. La
Ordenación Territorial conforma una excelente estrategia para articular políticas
y acciones de planeamiento compatibles con las expectativas idealizadas por el
concepto de desarrollo sustentable.
El producto geográfico de la OA está conformado por un mapa, cuyas unidades
cartográficas describen (a través de leyendas apropiadas) entidades
territoriales que integran atributos, restricciones y potencialidades ecológicas
de cada paisaje -o bien de cada sitio- con la estructura espacial y funciones de
tipos y formas de uso actual de las tierras. El estudio de consecuencias
inducidas por las interrelaciones entre objetos naturales y socio-económicos
(introducidos por el desarrollo humano de sistemas ecológicos definidos en la
ZE) permite interpretar los impactos ambientales generados por cada forma de
ocupación y uso del territorio. La aplicación de estas directrices, deriva en una
zonificación socioeconómico-ecológica del territorio, esto es, un modelo de
Ordenación Ambiental de áreas. Las entidades cartográficas discernidas por la
OA definen sistemas ambientales. Los diferentes sistemas ambientales,
devienen de intervenciones específicas en el ecosistema donde se desarrollan
o en segmentos del mismo (Sánchez, 2009).
La Figura 2 representa el diseño cartográfico resultante de la Zonificación
Ecológica (ZE) de la CSAT. La leyenda del mapa de ZE de la CSAT (Cuadro 2)
describe el resultado global del encadenamiento de sucesivas etapas de
12
análisis e integración de la forma en que varían los atributos ecosistémicos de
sus paisajes (Relieve, suelos y vegetación), tal como ha sido previsto en el
proceso metodológico que conduce a la ordenación básica de territorios. La
integración de datos aportados por la ZE de la CSAT y el análisis del uso actual
de las tierras, condujo a la Ordenación Ambiental de la Cuenca (Figura 3;
Cuadro 3). Estos resultados contribuyen al dimensionamiento de la
heterogeneidad espacial de los compartimentos.
Conclusiones
La Ordenación Ambiental del área estudiada permitió apreciar que los
diferentes tipos del uso actual de las tierras caracterizados en el estudio,
fraccionan áreas pertenecientes a paisajes vinculados a las cuencas Alta,
Media y Baja, definiendo respectivamente en ellas la ocurrencia de siete, cuatro
y cinco sistemas socioeconómico-ecológicos.
Los atributos y formas de los sistemas caracterizados en el área estudiada
indican que diferentes ecosistemas están parcialmente ocupados por tipos
comunes de uso de la tierra, mientras que sistemas ecológicos específicos
exhiben diferentes procesos de ocupación y uso. Esto sugiere que si bien la
diversidad ecológica puede mantenerse oculta ante procesos de
homogeneización cultural, la comprensión de los cambios e impactos
resultantes exige desagregaciones espaciales a nivel de ecosistema. Estos
aspectos refuerzan la tesis de que la gestión ambiental del desarrollo comienza
(o debería comenzar) en la comprensión e incorporación de la dimensión
ecológica y ambiental en los modelos de planificación con fines de ordenación
del territorio.
13
14
Cuadro 3.
Ordenación ambiental de la Cuenca Superior del Arroyo Tandileofú (Leyenda)
15
ST Subsistema ambiental en el que dominan tierras que asocian suelos de profundidad variable (escasa a
moderadamente profundos), a veces pedregosos y fragmentados por la presencia de afloramientos
rocosos. Localiza tierras pertenecientes a establecimientos tamberos, destinadas al aprovechamiento
ganadero de pastos nativos y/o mejorados.
Sistema de ocupación: pecuaria semi-intensiva. Grado de artificialización: moderado a alto. Impacto
Ecológico: alto, aunque localizadamente moderado. Problemas ambientales: sobrepastoreo y
degradación de los pastos naturales; fitosimplificación de flechillares serranos; pérdidas de
biodiversidad y conectividad; ligera erosión actual; peligro de erosión potencial y tendencia a la
contaminación de aguas y suelos por uso sostenido de agroquímicos en sitios agriculturizados.
SH Subsistema ambiental en el que difunden tierras que asocian suelos de profundidad variable (escasa a
moderadamente profundos), a veces pedregosos y fragmentados por la presencia de afloramientos
rocosos. Localiza tierras inaptas para todo tipo de producción inducida de biomasa, sectores de aptitud
restringida para forestación y aprovechamiento ganadero de pastos nativos y fragmentos de
ecosistemas de faldeos y piedemonte de aptitud regular a restringida para cultivos anuales de renta
(trigo, soja, maíz, alpiste, girasol).
Sistema de ocupación: instalaciones hoteleras, cabañas, countries y turismo. Actividades agropecuarias
localizadas en forma de manchas. Grado de artificialización: moderado; Impacto Ecológico: moderado;
Problemas ambientales: tendencia a la degradación de la vegetación nativa y a la destrucción
progresiva de hábitats en sitios aún no impermeabilizados por actividades humanas; cambios en la
morfología y el drenaje superficial del área; generación de residuos.
Sin Subsistema ambiental en el que difunden tierras que asocian suelos de muy escasa profundidad, con
dominancia de afloramientos rocosos y abundante pedregosidad. Ha sido considerado inapto para todo
tipo de producción inducida de biomasa. Si bien en este subsistema no se han identificado sistemas de
ocupación permanente, es aprovechado para esparcimiento y recreación.
Sistema de ocupación: esparcimiento y turismo. Grado de artificialización: bajo; Impacto Ecológico:
bajo; Problemas ambientales: degradación de la vegetación nativa y destrucción progresiva de hábitats;
cambios en la morfología y el drenaje superficial del área; generación de residuos.
CM Cuenca Media LlpA Subsistema ambiental en el que predominan tierras que asocian suelos de buena aptitud agrícola y que
Sistema ambiental perteneciente son extensivamente utilizados en la producción sostenida de cultivos anuales de renta, aplicando un
al compartimento ecológico de alto nivel tecnológico (Siembra directa).
las Llanuras periserranas, en las Sistema de ocupación: agricultura intensiva (trigo, soja, maíz, girasol). Grado de artificialización: alto.
que difunden suelos aptos para la Impacto Ecológico: alto. Problemas ambientales: simplificación extensiva de la vegetación nativa con
agricultura. La vegetación nativa pérdida global de hábitats y de la biodiversidad pre-existente; contaminación de aguas y suelos por uso
(flechillares) ha sido sostenido de agroquímicos, erosión de los suelos (principalmente acaecida en el período de “siembra
extensivamente convertida en convencional”), siendo ligera en áreas con pendientes del 1 al 3% y moderada en pendientes del 5 al
agroecosistemas que producen 10%. Peligro de erosión potencial en segmentos paisajísticos donde ocurren lomas pronunciadas
16
intensivamente cultivos de renta, LlpT Subsistema ambiental en el que predominan tierras que asocian suelos de buena aptitud agrícola y que
leche y derivados lácteos. Son son extensivamente utilizados en la producción sostenida de pastos implantados y granos para
tierras con relieves ondulados, alimentación de ganado vacuno destinado a la producción de leche, la cual es parcialmente utilizada
frecuentemente exaltados por la por agroindustrias lácteas.
ocurrencia de lomas Sistema de ocupación: pecuaria intensiva (Tambos). Grado de artificialización: alto. Impacto Ecológico:
pronunciadas. moderado a alto. Problemas ambientales: simplificación extensiva de la vegetación nativa con pérdida
global de hábitats y de la biodiversidad pre-existente; descarga de materia orgánica y residuos
generados durante la extracción de leche, limpieza de instalaciones y elaboración de productos lácteos;
contaminación de aguas y suelos por uso de agroquímicos en lotes cultivados con granos; ligera
erosión de los suelos en áreas de pendientes del 1 al 3% y moderada erosión en lomas pronunciadas
(pendientes del 5 al 10%). Peligro de erosión potencial en segmentos paisajísticos donde ocurren lomas
pronunciadas.
LlpAp Subsistema ambiental en el que predominan tierras de buena aptitud agrícola extensivamente utilizadas
por establecimientos agropecuarios que realizan ganadería de engorde (invernada) y cultivos anuales
de renta (trigo, soja, maíz, alpiste, girasol).
Sistema de ocupación: agropecuario. Grado de artificialización: alto. Impacto Ecológico: alto. Problemas
ambientales: simplificación extensiva de la vegetación nativa con pérdida global de hábitats y de la
biodiversidad pre-existente; contaminación de aguas y suelos por uso sostenido de agroquímicos; ligera
a moderada erosión actual y peligro de erosión potencial.
LlpH Subsistema ambiental en el que predominan tierras con buena aptitud para la actividad agrícola. Se
encuentra principalmente ocupado por viviendas, establecimientos educativos, comercios, depósitos,
etc asociados a la comarca rural “Desvío Aguirre”. En algunos sectores se observan pequeñas parcelas
destinadas a la actividad agrícola.
Sistema de ocupación: uso residencial, comercial, educacional y de servicios; actividades agrícolas
localizadas en forma de manchas. Grado de artificialización: alto. Impacto Ecológico: alto. Problemas
ambientales: contaminación hídrica y del suelo y subsuelo debido a la generación de residuos sólidos y
líquidos; eliminación de la vegetación nativa por diversas intervenciones antrópicas; alteración profunda
de segmentos residuales de la vegetación nativa.
SISTEMA DE CB Cuenca Baja PdAp Subsistema ambiental donde predominan tierras con relieves planos-muy ligeramente inclinados y
LLANURAS Sistema ambiental perteneciente moderado potencial de escurrimiento superficial en los que suelen insertarse diferentes elementos
DEPRIMIDAS al compartimento ecológico de geomórficos, principalmente cubetas (micro y mesodepresiones), lomadas, y una red compleja de vías
las Planicies distales, donde de escurrimiento muy poco marcadas. Presenta áreas con buena y regular a restringida aptitud para
predominan tierras con relieves cultivos anuales de renta y otras áreas de aptitud regular a restringida para pasturas. Actualmente es
planos-muy ligeramente ocupado por establecimientos mixtos en los que se realizan cultivos de ciclo corto (trigo, soja, maíz,
inclinados en los que se insertan girasol); cultivos mixtos (granos y forrajes) y ganadería de cría y recría.
diferentes elementos Sistema de ocupación: agropecuario. Grado de artificialización: alto y, en algunos sectores, moderado.
geomórficos, principalmente Impacto Ecológico: alto. Problemas ambientales: simplificación extensiva de la vegetación nativa en
cubetas (micro y suelos labrables con firme tendencia a la extinción de hábitats; contaminación de aguas, suelos y
mesodepresiones), lomadas y microdepresiones por uso progresivamente creciente de agroquímicos.
17
una red compleja de vías de Pdp Subsistema ambiental en el que predominan relieves francamente planos con bajo potencial de
escurrimiento muy poco escurrimiento superficial (matriz) en los que se insertan frecuentes y diferentes “manchas” asociadas a
marcadas. Asocia también tierras microdepresiones, lomadas y lomas sobreimpuestas. Presenta aptitud regular a restringida para
con relieves francamente planos aprovechamiento ganadero de pastos nativos mejorados y actualmente destinados a actividades de
y bajo potencial de escurrimiento cría y recría de ganado. En las lomadas y lomas sobreimpuestas se observan cultivos con fines
superficial. forrajeros.
Sistema de ocupación: pecuaria extensiva. Grado de artificialización: bajo a moderado. Impacto
ecológico: moderado. Problemas ambientales: degradación del pastizal nativo y el suelo por pastoreo
contínuo y sobrecarga animal; fitosiplificación de lomas debido a la sustitución del pastizal natural por
cultivos forrajeros.
PdA Subsistema ambiental donde predominan tierras con relieves planos-muy ligeramente inclinados y
moderado potencial de escurrimiento superficial Presenta buena y regular a restringida aptitud para
cultivos anuales de renta. Actualmente es ocupado por establecimientos en los que se realizan cultivos
de ciclo corto (trigo, soja, maíz, girasol).
Sistema de ocupación: agricultura intensiva (trigo, soja, maiz, girasol). Grado de artificialización: alto.
Impacto Ecológico: alto. Problemas ambientales: simplificación extensiva de la vegetación nativa con
pérdida global de hábitats y de la biodiversidad pre-existente; contaminación de aguas y suelos por uso
sostenido de agroquímicos.
PdT Subsistema ambiental donde predominan tierras con relieves planos-muy ligeramente inclinados y
moderado potencial de escurrimiento superfcial. Presenta áreas con buena y regular a restringida
aptitud para cultivos anuales de renta y aptitud regular a restringida para pasturas. Actualmente es
ocupado por establecimientos tamberos.
Sistema de ocupación: pecuaria intensiva. Grado de artificialización: alto. Impacto Ecológico: alto.
Problemas ambientales: simplificación extensiva de la vegetación nativa con pérdida global de hábitats
y de la biodiversidad pre-existente; contaminación de aguas y suelos por uso ocasional de
agroquímicos.
PdH Subsistema ambiental donde predominan tierras con relieves planos-muy ligeramente inclinados. Se
encuentra principalmente ocupado por los gasoductos controlados por la empresa Camuzzi Gas
Pampeana y unas pocas viviendas pertenecientes a Iraola.
Sistema de ocupación: uso residencial y de servicios. Grado de artificialización: bajo. Impacto
Ecológico: bajo a moderado. Problemas ambientales: contaminación hídrica y del suelo y subsuelo
debido a la generación de residuos sólidos y líquidos; eliminación de la vegetación nativa por diversas
intervenciones antrópicas; riesgos de potenciales accidentes asociados a fallas en el funcionamiento
del gasoducto.
18
Bibliografia
19
SÁNCHEZ, R.O. 2009. Ordenamiento territorial. Bases y Estrategia Metodológica
para abordar la Ordenación Ecológica y Ambiental de Tierras. 1º Edición. 266 pp.
Orientación Gráfica Editora. Buenos Aires. Argentina.
SÁNCHEZ, R.O., G. MATTUS y L. ZULAICA, 1999. Compartimentación Ecológica y
Ambiental del Partido de Tandil (Provincia de Buenos Aires). En "Ambiental ´99".
San Juan. Argentina.
SÁNCHEZ, R.O. y M.V. NUÑEZ. 2004. El sistema de Tandilia: una aproximacion a
la definicion de su espacialidad y compartimentación territorial.”. En Segundo
Congreso de la Ciencia Cartográfica y IX Semana Nacional de Cartografía. Pp. 311-
322. Buenos Aires. Argentina.
SANTOS, M. 1996. A Natureza do Espaço Técnica e Tempo-Razão e Emoção.
Editora Hucitec. 308 p. São Pablo. Brasil.
SCHEJTMAN, A. y O. BARSKY. (comp.) 2008. El Desarrollo Rural en la Argentina:
un enfoque territorial. 1º edición. 544 pp. Buenos Aires: Siglo XXI Editores
Argentina.
20
V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Grupo de trabajo: 15. Vida rural y medio ambiente
Introducción:
El presente trabajo es producto de una investigación llevada a cabo en dos
localidades del centro-oeste santafesino, Sastre-Ortiz y María Juana, entre los años
2008 y 2012, acerca del modelo agrario industrial y de sus implicancias en los
ecosistemas naturales y humanos.
Realizamos un abordaje sobre estos pueblos, como una pequeña parte del proceso
de agriculturización que viene gestándose a nivel internacional desde la década del
’70.
Este modelo, cuyo desarrollo a nivel nacional creció violentamente desde mediados
de los ´90 particularmente con el cultivo de soja, se basa en el denominado “paquete
agronómico”: siembra directa, semillas transgénicas, herbicida glifosato;
acompañado en gran cantidad de casos por la práctica de monocultivo extensivo
(Lapolla, 2007).
La producción agraria industrial se caracteriza por una intensificación de los
procesos de producción y comercialización de variedades monoespecíficas1
exportables. Estos procesos avanzan a la par de la ingeniería genética, responsable
del desarrollo de los organismos vegetales genéticamente modificados (OVGM) que
identifican el modelo.
La propuesta de esta investigación es observar, describir y analizar, las implicancias
en ecosistemas naturales y humanos que produce el modelo de producción
2
del pueblo.
Los datos censales del pueblo se obtuvieron del Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos (INDEC) e Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (IPEC).
-Las técnicas implementadas fueron: observación y entrevistas registradas en su
totalidad (registro de audio, escrito, audiovisual, in situ y/o ampliado o reconstruido a
posteriori) a los habitantes del pueblo.
Respecto al ámbito sanitario, comenzaremos a poner énfasis en la actual situación
que se vive en Sastre-Ortiz, en relación a las prácticas agrarias desarrolladas y a
sus consecuencias. En cuanto a este nuevo interés en la investigación, una vez
más Mills expresa que “al avanzar en el campo, uno (el investigador) debe acomodar
sus propósitos a lo que le es posible” (1979:216) ya que se van descubriendo
conexiones no previstas entre aspectos que parecían desvinculados.
Hipótesis:
1 - El modelo agroindustrial vigente impacta en los ecosistemas naturales y
humanos incidiendo en los procesos de interacción entre los individuos que directa o
indirectamente se relacionan con él.
2 - La modificación de los procesos de interacción entre los actores señalados se
analizaran en términos de:
a) Un aumento en la construcción de galpones contenedores de semillas,
plaguicidas y maquinarias en el ejido urbano así como derivas aéreas de
aspersiones en campos cercanos al área urbana, es correlativa de aumentos de
enfermedades oncológicas, respiratorias y disrupciones hormonales en las
poblaciones señaladas.
b) Los aumentos de las enfermedades mencionadas en el pueblo citado provocan
manifestaciones de los actores no productores, oponiéndose a las aspersiones de
agrotóxicos que realizan los productores, así como proponiendo controles en
contenedores y depósitos.
Desarrollo:
La “Revolución verde”: el modelo agro-industrial
En la década del ‘60 se implementó a nivel mundial el modelo agrícola de la
“Revolución Verde” potenciándose en la década del ´70. Este modelo se
caracterizaba por el aumento de los espacios cultivados en el planeta. En ese
3
proceso, las tierras fértiles fueron reconvertidas de la producción de alimentos para
abastecimiento de mercados locales, a la producción de commodities mundiales.
Álvarez y Bertone, (2008) Así comenzó a realizarse un uso intensivo de insumos
como fertilizantes químicos y plaguicidas, un alto grado de mecanización y una alta
dependencia del mercado.
En el modelo de agricultura industrial -pilar de la “revolución”- el único factor que se
considera racional es la intensificación de la producción. Dicha intensificación no
apunta a resolver las necesidades y los problemas de agricultores y trabajadores del
campo, sino la articulación de la agricultura con la industria y la dependencia del
mercado para vender lo producido.
En la década del `80, especialistas en biología celular y molecular comenzaron a
desarrollar con fuerza el proceso de manipulación genética de algunos cultivos,
modificando características esenciales de los mismos y produciendo diversos tipos
de alimentos transgénicos u organismos genéticamente modificados (OGM)
(Barriera 2006:205). Los alimentos sometidos a ingeniería genética o alimentos
transgénicos son producidos a partir de un organismo modificado genéticamente
(OGM). Su composición genética es manipulada con el fin de aumentar su poder
nutricional o rendimiento, haciéndolo más resistente a plagas o almacenamientos
prolongados, y también para responder mejor a las exigencias del productor o del
consumidor2.
Características locales:
La localidad de Sastre-Ortiz posee seis mil habitantes, su zona urbana se dispone
en forma de damero, con una plaza central de la que parten cuatro avenidas,
dividiéndola en cuatro cuadrantes de medio kilómetro cuadrado cada uno. La zona
rural es más amplia, comprende aproximadamente 24 mil hectáreas, muchos siguen
llamándola “la colonia”, tal como se la conocía un siglo atrás. De acuerdo a los datos
municipales consultados, aproximadamente el 70% de sus habitantes se sustenta
económicamente de la producción rural.
La ciudad de Maria Juana posee aproximadamente cinco mil habitantes, su diseño
urbano coincide con el de Sastre, aunque su zona rural es considerablemente
menor. De acuerdo a los datos obtenidos, el 75% de sus habitantes se sustenta
4
económicamente de la producción rural.
Estas características, compartidas por ambas localidades, hacen que gran parte de
las prácticas que acompañan la producción rural, se desarrollen dentro del radio
urbano, lugar en el que los productores rurales locales (PRL) poseen sus residencias
familiares. A raíz de esto y de las situaciones de robo ocurridas en los campos
durante los últimos años, se vio incrementada la construcción de galpones utilizados
como depósitos de maquinarias e insumos agrícolas, inmediatamente pegados o a
escasos metros de las viviendas de sus dueños. Así maquinarias de diversos tipos,
semillas, fertilizantes y plaguicidas que anteriormente quedaban en la zona rural,
comenzaron a transitar diariamente por las calles del pueblo, aunque una ordenanza
municipal lo prohíba. Esto trajo aparejados múltiples reclamos de los habitantes no
productores rurales, (Np) cuyas casas limitan con los galpones.
Otra de las situaciones que despierta reclamos de los vecinos del pueblo se da
porque las viviendas de las zonas menos céntricas se encuentran -en su mayor
parte- a escasos metros de los campos sembrados, recibiendo por ello crónicas
derivas tóxicas de aspersiones aéreas y terrestres de plaguicidas.
5
Arquetti (1977) expresa que, un punto en común entre Marx y Chayanov es que un
sistema de explotación en el que los campesinos pagan una renta es algo que
puede ser feudal o capitalista, pero no campesino.
Según Arquetti, los productores que combinan su fuerza de trabajo con fuerza de
trabajo ajena y acumulan capital estarían dentro del modelo del farmer
norteamericano. En el caso de los productores rurales locales con los que
trabajamos, las relaciones laborales son típicamente capitalistas, no se produce para
subsistir, sino que se produce con el fin de obtener una ganancia.
Es necesario aclarar que, las personas a las cuales denominamos “productores
rurales locales” son llamados “chacareros o gringos” por los habitantes del pueblo
que no tienen una relación económica directa con la producción rural. Eduardo
Sartelli expresa que “Chacarero” es un nombre de fantasía, una categoría histórica
que se utilizó para designar a las capas más débiles de la burguesía agraria
pampeana que marcharon en alianza allá por 1912, en el histórico Grito de Alcorta.
Según el autor, hoy es la expresión que designa a la burguesía agraria más chica,
aquella que no supera las 200 hectáreas, mientras que el grueso de la producción
cerealera supera este número de hectáreas, cayendo fuera del universo del
chacarero. Sartelli (2008:67-69)
Estas extensiones de tierras que poseen actualmente los productores rurales se
relacionan con la llamada agricultura industrial, que responde a un modelo de
superproducción de cereales y oleaginosas que no posee reparos frente a sus
impactos ambientales. Consideramos que es complejo y tal vez reduccionista hablar
de productores rurales como concepto único, sin hacer una clasificación de los
mismos en relación a la cantidad de hectáreas sobre las que desarrollan su trabajo.
Cloquell et al., (2005:1) constituyen dos categorías de explotaciones según la
superficie total operada: menos de 200 hectáreas y más de 200 hectáreas. Se
presentan resultados referidos a la tenencia de la tierra, el uso productivo del suelo y
el modelo tecnológico dominante. La categoría de menor superficie, pese a su
persistencia, se enfrenta a dificultades de crecimiento en el marco del modelo de
producción predominante en la región. Los productores pertenecientes a la segunda
categoría, en contraste, centralizan un alto porcentaje de la tierra. Los componentes
centrales en la estrategia del incremento de la escala son la tierra en alquiler y la
propiedad de los recursos tecnológicos acorde al modelo productivo imperante.
No contamos con datos porcentuales específicos en relación a la cantidad de
6
hectáreas que cada productor rural local posee. De acuerdo a la información surgida
a través de las entrevistas con productores locales, hay unos pocos casos en que
superan las 300 hectáreas propias. No obstante, de acuerdo a la información
obtenida en los Municipios, podemos decir que en su mayor parte, los productores
con los que trabajamos poseen entre 100 y 200 hectáreas.
Debemos aclarar que muchos de ellos superan las 200 hectáreas trabajadas, ya que
poseen tierras en alquiler, sin embargo la institución no cuenta con información
porcentual actualizada sobre ello.
Dentro del sector productor podemos realizar, también con fines analíticos, una
diferenciación de acuerdo a la construcción de su imaginario social y por tanto de
sus actitudes en la práctica rural. Por una parte puede reconocerse que un subgrupo
dentro del grupo mayor de productores sostiene que el progreso y la modernización
de las sociedades rurales están asociados a las transformaciones sociales y
ambientales -y a través de ellas- a las económicas, ya que su racionalidad esta
puesta en indicadores económicos. En muchos casos, esta concepción pareciera
oscurecer la comprensión o invisibilizar problemas que cierto tipo de prácticas
acarrean. Cloquell et al., (2006) Estas situaciones son las que en el pueblo generan
tensiones en las relaciones.
Por otra parte reconocemos otro subgrupo entre los productores rurales locales, en
el que parecieran tener conciencia del modelo productivo en el que están inmersos,
con un mercado que les marca los ciclos productivos, las dosis de fertilización y las
formas de trabajo (tercerización).
Estos productores concientes de la incidencia que posee el mercado en sus
decisiones respecto a la producción, expresan que el Estado debe establecer
pautas de control sobre cantidades, calidades, usos y almacenamientos de los
productos químicos que utilizan, así como sobre las variedades de cultivos que
producen. Algunos de ellos plantean que aunque es poco probable desarrollar otro
tipo de producción en este momento, sí es posible una regulación estatal (provincial,
nacional y municipal) de las prácticas agronómicas.
Cuando hablamos entonces de las prácticas y conductas que desarrollan los
productores rurales locales, hacemos una subdivisión:
-a) aquellas conductas o prácticas con arreglo a metas o fines, los que siguen una
racionalidad económica y
b) conductas o prácticas con arreglo a valores, los que acuerdan con una regulación
7
estatal de la producción para evitar una producción no sostenible.3
El primer tipo plantea un comportamiento de carácter finalista en cuanto se guía por
metas u objetivos (económicos en este caso), y por ende es racional porque elige
alternativas para lograr estas metas u objetivos. En este proceso hay una
jerarquización de decisiones que llevan a la consecución de las mismas. (Simon,
1984 en Valdata, 2000).
E