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Relatividad especial[
La teoría de la relatividad especial, también llamada teoría de la relatividad restringida, fue
publicada por Albert Einstein en 1905 y describe la física del movimiento en el marco de
un espacio-tiempo plano. Esta teoría describe correctamente el movimiento de los cuerpos
incluso a grandes velocidades y sus interacciones electromagnéticas, se usa básicamente
para estudiar sistemas de referencia inerciales (no es aplicable para problemas astrofísicos
donde el campo gravitatorio desempeña un papel importante).
Estos conceptos fueron presentados anteriormente por Poincaré y Lorentz, que son
considerados como precursores de la teoría. Si bien la teoría resolvía un buen número de
problemas del electromagnetismo y daba una explicación del experimento de Michelson-
Morley, no proporciona una descripción relativista adecuada del campo gravitatorio.
Relatividad general
Esquema bidimensional de la curvatura del espacio-tiempo (cuatro dimensiones) generada por una
masa esférica.
La relatividad general fue publicada por Einstein en 1915, presentada como conferencia en
la Academia de Ciencias Prusiana el 25 de noviembre. La teoría generaliza el principio de
relatividad de Einstein para un observador arbitrario. Esto implica que las ecuaciones de la
teoría deben tener una forma de covariancia más general que la covariancia de Lorentz usada
en la teoría de la relatividad especial. Además de esto, la teoría de la relatividad general
propone que la propia geometría del espacio-tiempo se ve afectada por la presencia
de materia, de lo cual resulta una teoría relativista del campo gravitatorio. De hecho la teoría
de la relatividad general predice que el espacio-tiempo no será plano en presencia de materia
y que la curvatura del espacio-tiempo será percibida como un campo gravitatorio.
Debe notarse que el matemático alemán David Hilbert escribió e hizo públicas las ecuaciones
de la covariancia antes que Einstein. Ello resultó en no pocas acusaciones de plagio contra
Einstein, pero probablemente sea más, porque es una teoría (o perspectiva) geométrica. La
misma postula que la presencia de masa o energía «curva» al espacio-tiempo, y esta
curvatura afecta la trayectoria de los cuerpos móviles e incluso la trayectoria de la luz.
Einstein expresó el propósito de la teoría de la relatividad general para aplicar plenamente el
programa de Ernst Mach de la relativización de todos los efectos de inercia, incluso añadiendo
la llamada constante cosmológica a sus ecuaciones de campo4para este propósito. Este punto
de contacto real de la influencia de Ernst Mach fue claramente identificado en 1918, cuando
Einstein distingue lo que él bautizó como el principio de Mach (los efectos inerciales se derivan
de la interacción de los cuerpos) del principio de la relatividad general, que se interpreta ahora
como el principio de covariancia general.5
Formalismo de la teoría de la relatividad[editar]
Partículas[editar]
Campos [editar]
Cuando se consideran campos o distribuciones continuas de masa, se necesita algún tipo de
generalización para la noción de partícula. Un campo físico posee momentum y energía
distribuidos en el espacio-tiempo, el concepto de cuadrimomento se generaliza mediante el
llamado tensor de energía-impulso que representa la distribución en el espacio-tiempo tanto
de energía como de momento lineal. A su vez un campo dependiendo de su naturaleza puede
representarse por un escalar, un vector o un tensor. Por ejemplo el campo
electromagnético se representa por un tensor de segundo orden totalmente antisimétrico o 2-
forma. Si se conoce la variación de un campo o una distribución de materia, en el espacio y en
el tiempo entonces existen procedimientos para construir su tensor de energía-impulso.
Magnitudes físicas [editar]
En relatividad, estas magnitudes físicas son representadas por vectores 4-dimensionales o
bien por objetos matemáticos llamados tensores, que generalizan los vectores, definidos sobre
un espacio de cuatro dimensiones. Matemáticamente estos 4-vectores y 4-tensores son
elementos definidos del espacio vectorial tangente al espacio-tiempo (y los tensores se
definen y se construyen a partir del fibrado tangente o cotangente de la variedad que
representa el espacio-tiempo).
Correspondencia entre E3nota 2 y M4nota 3
Espacio tridimensional euclídeo Espacio-tiempo de Minkowski
Punto Suceso
Longitud Intervalo
Velocidad Cuadrivelocidad
Momentum Cuadrimomentum
Imagen ilustrativa de la dualidad onda-partícula, donde se aprecia cómo un mismo fenómeno puede ser
percibido de dos modos distintos.
Contexto histórico[editar]
La mecánica cuántica es, cronológicamente hablando, la última de las grandes ramas de
la física. Se formuló a principios del siglo XX, casi al mismo tiempo que la teoría de la
relatividad, aunque el grueso de la mecánica cuántica se desarrolló a partir de 1920 (siendo la
teoría de la relatividad especial de 1905 y la teoría general de la relatividad de 1915).
Además al advenimiento de la mecánica cuántica existían diversos problemas no resueltos en
la electrodinámica clásica. El primero de estos problemas era la emisión de radiación de
cualquier objeto en equilibrio, llamada radiación térmica, que es la que proviene de la vibración
microscópica de las partículas que lo componen. Usando las ecuaciones de la electrodinámica
clásica, la energía que emitía esta radiación térmica tendía al infinito si se suman todas las
frecuencias que emitía el objeto, con ilógico resultado para los físicos. También la estabilidad
de los átomos no podía ser explicada por el electromagnetismo clásico, y la noción de que el
electrón fuera o bien una partícula clásica puntual o bien una cáscara esférica de dimensiones
finitas resultaban igualmente problemáticas para esto.
Radiación electromagnética[editar]
El problema de la radiación electromagnética de un cuerpo negro fue uno de los primeros
problemas resueltos en el seno de la mecánica cuántica. Es en el seno de la mecánica
estadística donde surgen por primera vez las ideas cuánticas en 1900. Al físico alemán Max
Planck se le ocurrió un artificio matemático: si en el proceso aritmético se sustituía la integral
de esas frecuencias por una suma no continua (discreta), se dejaba de obtener infinito como
resultado, con lo que se eliminaba el problema; además, el resultado obtenido concordaba con
lo que después era medido.
Fue Max Planck quien entonces enunció la hipótesis de que la radiación electromagnética es
absorbida y emitida por la materia en forma de «cuantos» de luz o fotones de energía
cuantizados introduciendo una constante estadística, que se denominó constante de Planck.
Su historia es inherente al siglo XX, ya que la primera formulación cuántica de un fenómeno
fue dada a conocer por el mismo Planck el 14 de diciembre de 1900 en una sesión de la
Sociedad Física de la Academia de Ciencias de Berlín.2
La idea de Planck habría permanecido muchos años solo como hipótesis sin verificar por
completo si Albert Einstein no la hubiera retomado, proponiendo que la luz, en ciertas
circunstancias, se comporta como partículas de energía (los cuantos de luz o fotones) en su
explicación del efecto fotoeléctrico. Fue Albert Einstein quien completó en 1905 las
correspondientes leyes del movimiento su teoría especial de la relatividad, demostrando que
el electromagnetismo era una teoría esencialmente no mecánica. Culminaba así lo que se ha
dado en llamar física clásica, es decir, la física no-cuántica.
Usó este punto de vista llamado por él «heurístico», para desarrollar su teoría del efecto
fotoeléctrico, publicando esta hipótesis en 1905, lo que le valió el Premio Nobel de Física de
1921. Esta hipótesis fue aplicada también para proponer una teoría sobre el calor específico,
es decir, la que resuelve cuál es la cantidad de calor necesaria para aumentar en una unidad
la temperatura de la unidad de masa de un cuerpo.
El siguiente paso importante se dio hacia 1925, cuando Louis De Broglie propuso que cada
partícula material tiene una longitud de onda asociada, inversamente proporcional a su masa,
y a su velocidad. Así quedaba establecida la dualidad onda/materia. Poco tiempo
después Erwin Schrödinger formuló una ecuación de movimiento para las «ondas de materia»,
cuya existencia había propuesto De Broglie y varios experimentos sugerían que eran reales.
La mecánica cuántica introduce una serie de hechos contraintuitivos que no aparecían en los
paradigmas físicos anteriores; con ella se descubre que el mundo atómico no se comporta
como esperaríamos. Los conceptos de incertidumbre o cuantización son introducidos por
primera vez aquí. Además la mecánica cuántica es la teoría científica que ha proporcionado
las predicciones experimentales más exactas hasta el momento, a pesar de estar sujeta a las
probabilidades.
Inestabilidad de los átomos clásicos[editar]
El segundo problema importante que la mecánica cuántica resolvió a través del modelo de
Bohr, fue el de la estabilidad de los átomos. De acuerdo con la teoría clásica un electrón
orbitando alrededor de un núcleo cargado positivamente debería emitir energía
electromagnética perdiendo así velocidad hasta caer sobre el núcleo. La evidencia empírica
era que esto no sucedía, y sería la mecánica cuántica la que resolvería este hecho primero
mediante postulados ad hoc formulados por Bohr y más tarde mediante modelos como
el modelo atómico de Schrödinger basados en supuestos más generales. A continuación se
explica el fracaso del modelo clásico.
En mecánica clásica, un átomo de hidrógeno es un tipo de problema de los dos cuerpos en
que el protón sería el primer cuerpo que tiene más del 99% de la masa del sistema y el
electrón es el segundo cuerpo que es mucho más ligero. Para resolver el problema de los dos
cuerpos es conveniente hacer la descripción del sistema, colocando el origen del sistema de
referencia en el centro de masa de la partícula de mayor masa, esta descripción es correcta
considerando como masa de la otra partícula la masa reducida que viene dada por
Siendo la masa del protón y la masa del electrón. En ese caso el problema
del átomo de hidrógeno parece admitir una solución simple en la que el electrón se moviera en
órbitas elípticas alrededor del núcleo atómico. Sin embargo, existe un problema con la
solución clásica, de acuerdo con las predicciones de electromagnetismo partícula eléctrica que
sigue un movimiento acelerado, como sucedería al describir una elipse debería emitir
radiación electromagnética, y por tanto perder energía cinética, la cantidad de energía radiada
sería de hecho:
Ese proceso acabaría con el colapso del átomo sobre el núcleo en un tiempo muy corto dadas
las grandes aceleraciones existentes. A partir de los datos de la ecuación anterior el tiempo de
colapso sería de 10-8 s, es decir, de acuerdo con la física clásica los átomos de hidrógeno no
serían estables y no podrían existir más de una cienmillonésima de segundo.
Esa incompatibilidad entre las predicciones del modelo clásico y la realidad observada llevó a
buscar un modelo que explicara fenomenológicamente el átomo. El modelo atómico de
Bohr era un modelo fenomenológico y provisorio que explicaba satisfactoriamente aunque de
manera heurística algunos datos, como el orden de magnitud del radio atómico y los espectros
de absorción del átomo, pero no explicaba cómo era posible que el electrón no emitiera
radiación perdiendo energía. La búsqueda de un modelo más adecuado llevó a la formulación
del modelo atómico de Schrödinger en el cual puede probarse que el valor esperado de la
aceleración es nulo, y sobre esa base puede decirse que la energía electromagnética emitida
debería ser también nula. Sin embargo, al contrario del modelo de Bohr, la representación
cuántica de Schrödinger es difícil de entender en términos intuitivos.
Desarrollo histórico[editar]
Artículo principal: Historia de la mecánica cuántica
La teoría cuántica fue desarrollada en su forma básica a lo largo de la primera mitad del siglo
XX. El hecho de que la energía se intercambie de forma discreta se puso de relieve por
hechos experimentales como los siguientes, inexplicables con las herramientas teóricas
anteriores de la mecánica clásica o la electrodinámica:
Fig. 1: La función de onda del electrón de un átomo de hidrógeno posee niveles de energía definidos y
discretos denotados por un número cuántico n=1, 2, 3,... y valores definidos de momento
angular caracterizados por la notación: s, p, d,... Las áreas brillantes en la figura corresponden a
densidades elevadas de probabilidad de encontrar el electrón en dicha posición.
Espectro de la radiación del cuerpo negro, resuelto por Max Planckcon la cuantización de
la energía. La energía total del cuerpo negro resultó que tomaba valores discretos más
que continuos. Este fenómeno se llamó cuantización, y los intervalos posibles más
pequeños entre los valores discretos son llamados quanta (singular: quantum, de la
palabra latina para «cantidad», de ahí el nombre de mecánica cuántica). La magnitud de
un cuanto es un valor fijo llamado constante de Planck, y que vale: 6.626 ×10-34 julios por
segundo.
Bajo ciertas condiciones experimentales, los objetos microscópicos como los átomos o
los electrones exhiben un comportamiento ondulatorio, como en la interferencia. Bajo
otras condiciones, las mismas especies de objetos exhiben un comportamiento
corpuscular, de partícula, («partícula» quiere decir un objeto que puede ser localizado en
una región concreta del espacio), como en la dispersión de partículas. Este fenómeno se
conoce como dualidad onda-partícula.
Las propiedades físicas de objetos con historias asociadas pueden ser correlacionadas,
en una amplitud prohibida para cualquier teoría clásica, sólo pueden ser descritos con
precisión si se hace referencia a ambos a la vez. Este fenómeno es
llamado entrelazamiento cuántico y la desigualdad de Bell describe su diferencia con la
correlación ordinaria. Las medidas de las violaciones de la desigualdad de Bell fueron
algunas de las mayores comprobaciones de la mecánica cuántica.
Explicación del efecto fotoeléctrico, dada por Albert Einstein, en que volvió a aparecer esa
"misteriosa" necesidad de cuantizar la energía.
Efecto Compton.
El desarrollo formal de la teoría fue obra de los esfuerzos conjuntos de varios físicos y
matemáticos de la época como Schrödinger, Heisenberg, Einstein, Dirac, Bohr y Von
Neumann entre otros (la lista es larga). Algunos de los aspectos fundamentales de la teoría
están siendo aún estudiados activamente. La mecánica cuántica ha sido también adoptada
como la teoría subyacente a muchos campos de la física y la química, incluyendo la física de
la materia condensada, la química cuántica y la física de partículas.
La región de origen de la mecánica cuántica puede localizarse en la Europa central,
en Alemania y Austria, y en el contexto histórico del primer tercio del siglo XX.
Descripción de la teoría[editar]
Interpretación de Copenhague[editar]
Artículo principal: Interpretación de Copenhague
Formulación matemática[editar]
Artículos principales: Postulados de la mecánica cuántica y Notación braket.
En la formulación matemática rigurosa, desarrollada por Dirac y von Neumann, los estados
posibles de un sistema cuántico están representados por vectores unitarios
(llamados estados) que pertenecen a un Espacio de Hilbert complejo separable(llamado
el espacio de estados). Qué tipo de espacio de Hilbert es necesario en cada caso depende del
sistema; por ejemplo, el espacio de estados para los estados de posición y momento es el
Radiactividad
Diagrama de Segrè. El color indica el periodo de semidesintegración de los isótopos radiactivos
conocidos, también llamado semivida. Observe que un ligero exceso de neutrones favorece la
estabilidad en átomos pesados.
Diagrama de Segrè indicando el tipo de decaimiento más probable.
Radiactividad natural[editar]
Véanse también: Radiactividad natural, Rayos cósmicos y Redradna.
En 1896, Henri Becquerel descubrió que ciertas sales de uranio emiten radiaciones
espontáneamente, al observar que, cuando colocaba placas fotográficas envueltas en papel
negro cerca de este mineral, los rayos-X velaban la placa a pesar de su envoltorio opaco,
descartando que se tratara de una propiedad de los materiales fosforescentes.
El estudio del nuevo fenómeno y su desarrollo posterior se debe casi exclusivamente al
matrimonio de Marie y Pierre Curie, quienes encontraron otras sustancias radiactivas: el torio,
el polonio y el radio. La intensidad de la radiación emitida era proporcional a la cantidad
de uranio presente, por lo que los Curie dedujeron que la radiactividad era una propiedad
atómica. El fenómeno de la radiactividad se origina exclusivamente en el núcleo de los átomos
radiactivos. Se cree que se origina debido a la interacción neutrón-protón. Al estudiar la
radiación emitida por el radio, se comprobó que era compleja, pues al aplicarle un campo
magnético parte de ella se desviaba de su trayectoria y otra parte no.
Pronto se vio que todas estas reacciones provienen del núcleo atómico que describió Ernest
Rutherford en 1911, quien también demostró que las radiaciones emitidas por las sales de
uranio pueden ionizar el aire y producir la descarga de cuerpos cargados eléctricamente.
Con el uso del neutrón, partícula teorizada en 1920 por Ernest Rutherford, se consiguió
describir la radiación beta.
En 1932, James Chadwick descubrió la existencia del neutrón que Rutherford había predicho
en 1920, e inmediatamente después Enrico Fermi descubrió que ciertas radiaciones emitidas
en fenómenos no muy comunes de desintegración son en realidad neutrones.
Radiactividad artificial[editar]
Nuevo símbolo de advertencia de radiactividad adoptado por la ISO en 2007 para fuentes que puedan
resultar peligrosas. Estándar ISO #21482.
1. Partícula alfa: Son flujos de partículas cargadas positivamente compuestas por dos
neutrones y dos protones (núcleos de helio). Son desviadas por campos eléctricos y
magnéticos. Son poco penetrantes, aunque muy ionizantes. Son muy energéticas.
Fueron descubiertas por Rutherford, quien hizo pasar partículas alfa a través de un
fino cristal y las atrapó en un tubo de descarga. Este tipo de radiación la emiten
núcleos de elementos pesados situados al final de la tabla periódica (masa A >100).
Estos núcleos tienen muchos protones y la repulsión eléctrica es muy fuerte, por lo
que tienden a obtener N aproximadamente igual a Z (número atómico), y para ello se
emite una partícula alfa. En el proceso se desprende mucha energía, que se convierte
en la energía cinética de la partícula alfa, por lo que estas partículas salen con
velocidades muy altas.
2. Desintegración beta: Son flujos de electrones (beta negativas) o positrones (beta
positivas) resultantes de la desintegración de los neutrones o protones del núcleo
cuando este se encuentra en un estado excitado. Es desviada por campos
magnéticos. Es más penetrante, aunque su poder de ionización no es tan elevado
como el de las partículas alfa. Por lo tanto, cuando un átomo expulsa una partícula
beta, su número atómico aumenta o disminuye una unidad (debido al protón ganado o
perdido). Existen tres tipos de radiación beta: la radiación beta-, que consiste en la
emisión espontánea de electrones por parte de los núcleos; la radiación beta+, en la
que un protón del núcleo se desintegra y da lugar a un neutrón, a un positrón o
partícula Beta+ y un neutrino, y por último la captura electrónica que se da en núcleos
con exceso de protones, en la cual el núcleo captura un electrón de la corteza
electrónica, que se unirá a un protón del núcleo para dar un neutrón.
3. Radiación gamma: Se trata de ondas electromagnéticas. Es el tipo más penetrante
de radiación. Al ser ondas electromagnéticas de longitud de onda corta, tienen mayor
penetración y se necesitan capas muy gruesas de plomo u hormigón para detenerlas.
En este tipo de radiación el núcleo no pierde su identidad, sino que se desprende de
la energía que le sobra para pasar a otro estado de energía más baja emitiendo los
rayos gamma, o sea fotones muy energéticos. Este tipo de emisión acompaña a las
radiaciones alfa y beta. Por ser tan penetrante y tan energética, éste es el tipo más
peligroso de radiación.
Las leyes de desintegración radiactiva, descritas por Frederick Soddy y Kasimir Fajans, son:
Cuando un átomo radiactivo emite una partícula alfa, la masa del átomo (A) resultante
disminuye en 4 unidades y el número atómico (Z) en 2.
Cuando un átomo radiactivo emite una partícula beta, el número atómico (Z) aumenta o
disminuye en una unidad y la masa atómica (A) se mantiene constante.
Cuando un núcleo excitado emite radiación gamma, no varía ni su masa ni su número
atómico: sólo pierde una cantidad de energía hν (donde "h" es la constante de Planck y "ν"
es la frecuencia de la radiación emitida).
Las dos primeras leyes indican que, cuando un átomo emite una radiación alfa o beta, se
transforma en otro átomo de un elemento diferente. Este nuevo elemento puede ser radiactivo
y transformarse en otro, y así sucesivamente, con lo que se generan las llamadas series
radiactivas.
Causa de la radiactividad[editar]
En general son radiactivas las sustancias que no presentan un balance correcto
entre protones o neutrones, tal como muestra el gráfico que encabeza este artículo. Cuando el
número de neutrones es excesivo o demasiado pequeño respecto al número de protones, se
hace más difícil que la fuerza nuclear fuerte, debido al efecto del intercambio de piones, pueda
mantenerlos unidos. Finalmente, el desequilibrio se corrige mediante la liberación del exceso
de neutrones o protones, en forma de partículas α que son realmente núcleos de helio, y
partículas β, que pueden ser electrones o positrones. Estas emisiones llevan a dos tipos de
radiactividad, ya mencionados:
Radiación α, que aligera los núcleos atómicos en 4 unidades másicas, y cambia el número
atómico en dos unidades.
Radiación β, que no cambia la masa del núcleo, ya que implica la conversión de un protón
en un neutrón o viceversa, y cambia el número atómico en una sola unidad (positiva o
negativa, según si la partícula emitida es un electrón o un positrón).
La radiación γ, por su parte, se debe a que el núcleo pasa de un estado excitado de mayor
energía a otro de menor energía, que puede seguir siendo inestable y dar lugar a la emisión
de más radiación de tipo α, β o γ. La radiación γ es, por tanto, un tipo de radiación
electromagnética muy penetrante, ya que tiene una alta energía por fotón emitido.
donde:
radiactivos ( ).
Se llama tiempo de vida o tiempo de vida media de un radioisótopo el tiempo
promedio de vida de un átomo radiactivo antes de desintegrarse. Es igual a la
Velocidad de desintegración[editar]
La velocidad de desintegración o actividad radiactiva se mide en Bq, en el SI. Un
becquerel vale 1 desintegración por segundo. También existen otras unidades:
el rutherford, que equivale a 106 desintegraciones por segundo, o el curio, Ci, que
equivale idénticamente a 3,7·1010 desintegraciones por segundo (unidad basada
en la actividad de 1 g de 226Ra que es cercana a esa cantidad). Empíricamente se
ha determinado que la velocidad de desintegración es la tasa de variación del
número de núcleos radiactivos por unidad de tiempo:
La velocidad de desintegración o actividad radiactiva se mide en Bq, en el SI. Un becquerel
vale 1 desintegración por segundo. También existen otras unidades: el rutherford, que
equivale a 106 desintegraciones por segundo, o el curio, Ci, que equivale idénticamente a
3,7·1010 desintegraciones por segundo (unidad basada en la actividad de 1 g de 226Ra que es
cercana a esa cantidad). Empíricamente se ha determinado que la velocidad de
desintegración es la tasa de variación del número de núcleos radiactivos por unidad de
tiempo:
,
donde:
es el tiempo transcurrido.
Contador Geiger[editar]
Artículo principal: Contador Geiger
Zona Dosis
Ley de la radiosensibilidad[editar]
La ley de la radiosensibilidad (también conocida como ley de Bergonié y
Tribondeau, postulada en 1906) dice que los tejidos y órganos más
sensibles a las radiaciones son los menos diferenciados y los que
exhiben alta actividad reproductiva.
Como ejemplo, tenemos: