Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
LA POESÍA HEBREA
1. INTRODUCCIÓN
1 Cf. G. VON RAD, Sabiduría en Israel. Proverbios - Job - Eclesiastés - Eclesiástico - Sabiduría, Cristiandad - Ma-
drid - 19852, 41.
2 Cf. H.-G. GADAMER, Wahrheit und Methode. Grundzüge einer philosophischen Hermeneutik, Tübingen - 1960,
York - 1985, 6.
6 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la lengua española, Madrid - 200122: “Del gr. µέτρον, medida. Medi-
da de un verso”.
7 Cf. ALTER, Biblical Poetry, 6.
1
Sin embargo, el metro de la poesía hebrea es uno de los aspectos de la literatura bíblica
que ha suscitado más discusión desde la antigüedad hasta el presente, justamente porque no es
tan fácil encontrar una regularidad métrica o rítmica en ella.8
La palabra “metro” está muy ligada a la poesía griega y latina y comporta una medida
fija. Es “la pauta rigurosa, de principio y subyacente a una pieza. En música, 3/4, 6/8, 2/4, etc.;
en nuestra poesía, pongamos por caso, 7+7 del alejandrino...”.9 Por tanto, el metro está aquí
relacionado intrínsecamente con la cantidad de sílabas. El ritmo “es la realización libre y en
tensión expresiva con el esquema subyacente”.10 No basta con una regularidad mecánica, como
la de los niños cuando recitan poesía; es necesaria también la variación que va dando
expresividad al texto.
Ahora bien: los datos que se pueden recabar del metro en la Biblia son realmente
decepcionantes, ya que casi no existe una mínima regularidad. Además, la fonética de la poesía
hebrea sigue siendo materia de conjetura: en efecto, cierta distinción entre consonantes ha
cambiado, o se ha oscurecido a lo largo de los siglos; no es posible saber con exactitud dónde
sonaban originalmente los acentos, ni qué sistema de vocales había en ese origen, lo cual
dificulta la exacta silabación. Las indicaciones de acentos y vocalización del texto masorético
fueron hechas unos mil años después del texto.
El ideal de la regularidad rítmica, por lo tanto, ha quedado atrás. Actualmente el trato del
ritmo y el texto es más modesto y moderado, y se procede con cautela a la hora de corregir una
palabra según el argumento metri causa, por razón métrica; algo que en décadas atrás se puso de
moda y se practicó con aplomo. Lo que era aceptable por excepción se había hecho ordinario.11
Sin embargo, no deberían exagerarse las dificultades. Hay mucho que podemos entender
sobre el verso bíblico. Incluso donde hay dudas sobre el significado de un poema, éste puede
estar exhibiendo estructuras formales, que hablan de operaciones propias de un sistema poético
subyacente. Dos ejemplos. El uso libre del artículo en poesía (puede estar o no), muestra la
tendencia general a evitarlo cuando prolongaría demasiado una palabra; este fenómeno se debe a
razones métricas, a una cierta elegancia premeditada y a una tendencia a la brevedad. Algo
semejante sucede con el pronombre que se añade, no por una necesidad gramatical, sino por una
razón métrica: así, se lee en Ez 28,18 היא אכלתך, hî’ ‘ăkālátkā (“él [el fuego] te devoró”), en
lugar de la forma ותאכלך, wattō’kalkā (cf. Lv 9,24; 10,2; Nm 11,1; 16,35). Este añadido permite
obtener dos acentos en el segundo miembro del verso para lograr la qinâ o lamentación (3+2).12
En general, como criterio de métrica para la poesía hebrea, se suele tener en cuenta la
cantidad de acentos tónicos –habida cuenta de las dificultades mencionadas arriba–. El ritmo más
regular de la poesía hebrea es el de 3+3 acentos. En el caso mencionado de la qinâ o
8 Dos ejemplos extremos: P. Kraus intentó probar que toda la Biblia había sido escrita en verso. J. L. Kugel, en cam-
bio, llega casi a concluir, que no hay poesía en la Biblia sino sólo un continuum de estructuras paralelas que, desde
la prosa, se constituyen en estructuras “más retóricas”. Este último afirma, incluso, que no ha de buscarse el metro
porque no existe, y que sólo el paralelismo es el metro de la poesía bíblica, cf. Cf. ALTER, Biblical Poetry, 4.
9 L. ALONSO-SCHÖKEL, Manual de poética hebrea, Madrid - 1989, 61.
10 Ibid.
11 Cf. Ibid., 60.
12 Cf. P. JOÜON - T. MURAOKA, Gramática del hebreo bíblico. Ed. española preparada por M. PÉREZ FERNÁNDEZ,
En hebreo existen tres tipos de pausas métricas que, por lo general, deben coincidir con
las gramaticales. La pausa mayor es la que se efectúa al final del verso, normalmente indicado
por el silluq ( ) ֽ ׃en el TM y exige, por tanto, que el sentido sea completo. La pausa media se
realiza en la mitad del verso, lo que se denomina “cesura medial” que marca el estico (en textos
narrativos, se indica con el ’atnaḥ [ ֑ ] y en poesía con el ‘ōleh wᵉyōrēd [ ֥ ֫ ]). La pausa menor
señala otra división entre el comienzo del verso y la cesura medial o entre la cesura medial y el
final del verso, sobre todo cuando los versos son compuestos.
a) El paralelismo
Por lo que respecta a las unidades mayores en las que se puede estructurar la poesía, no
hay mucho consenso entre los autores. Si se toma el concepto clásico de estrofa como una
unidad superior al verso y de extensión y forma regular, eso casi no se encuentra en la poesía
hebrea bíblica. 16 Sin embargo, si se toman en cuenta otros criterios como unidad temática u
organización del contenido a partir de repeticiones terminológicas, por ej., se pueden encontrar
unidades mayores al verso que se suelen denominar estrofas en sentido amplio, e incluso otras
más abarcativas, llamadas a veces stanza, canto, etc.
De todos modos, el verso dividido en dos esticos sigue siendo considerado como la forma
fundamental de expresión poética en el antiguo Israel y en otros pueblos del antiguo Oriente. El
verso en la poesía hebrea está formado por dos, tres y, a veces, cuatro esticos.
La relación típica entre los esticos o cola al interior de un verso de poesía hebrea (y
semítica en general) se ha denominado “paralelismo”. Robert Lowth, obispo anglicano y
profesor de poética en la universidad de Oxford, habría sido el primero en establecer las
características principales del paralelismo en la Biblia, desde una perspectiva crítica.17 Él mismo
13 Llamamos aquí estico a la división mayor del verso hebreo. Algunos la llaman también hemistiquio, o colon (del
griego, κῶλον; el plural, por ser neutro, es cola). La denominación “hemistiquio” significa “mitad de verso”, aunque
esto no sea totalmente cierto, porque puede dividir el verso en dos partes no iguales, o en tres o más partes.
14 Para una presentación del método, cf. J.P. FOKKELMAN, Major Poems of the Hebrew Bible, At the Interface of
Prosody and Structural Analysis, Van Gorkum - Assen - 2000, II; ID., Reading Biblical Poetry. An Introductory Gui-
de, Westminster John Knox - Luisville / London - 2001.
15 FOKKELMAN, Reading, 21. Su conteo de sílabas, con todo, no coincide con el sistema de silabación comúnmente
aceptado.
16 Para la discusión sobre el tema, cf. ALONSO SCHÖKEL, Manual, 54-59. Algunos autores llaman “verso” a cada
estico, y entonces tienen “estrofas” de dos o tres versos (que en realidad son un solo verso subdividido en esticos en
paralelo).
17 Cf. R. LOWTH, De sacra poesi hebraeorum. Praelecciones Academicae, Oxford - 1753.
3
acuñó la expresión parallelismus membrorum para referirse la relación entre el primer y segundo
colon del verso, en cuanto dos proposiciones de sentido completo.
Por eso no hay en la poesía hebrea un desgranarse continuo de versos como en la poética
a la que estamos acostumbrados, sino una sucesión de períodos cortos en forma binaria,
mediante la cual el poeta articula y expresa su pensamiento bajo dos aspectos. Para explicar esta
preferencia se han apelado a razones psicológicas como, por ejemplo, la fundamental
constitución binaria del ser humano en tiempo y espacio. Otros han apelado a las raíces
populares, remitiéndose a los refraneros que empiezan y terminan allí.
A ____________________ /
B ____________________ //
Esto significa afirmar que, en cierta manera, cada verso es independiente, pero también
que en cada uno de ellos, B está conectado con A. Esa conexión tiene lugar de diferentes
maneras: le da un plus de sentido, o se hace eco de él, definiéndolo, reformulándolo,
contrastando con él; no importa el modo, pero si tiene un carácter enfático de “secundariedad” en
el sentido de “venir-después-de” y esto es lo que está en el corazón del paralelismo bíblico.
Puede decirse entonces que los versos poéticos bíblicos forman paralelismos, no porque
B esté en paralelo con A, sino porque realmente B “sostiene” A, lo amplía, lo respalda, lo
completa, va más allá de él. Éste es un matiz sutil, pero importante y explica por qué a veces los
paralelismos resultan difíciles de entender. Por eso, sean versos binarios o ternario es preciso no
caer en dos posibles peligros. El primero es carecer de un claro quiebre entre A y B provocando
una frase única y simple. El segundo consiste en lo opuesto: no reconocer una clara conexión
entre A y B considerándolas dos cláusulas independientes.
18 Cf. J. L. KUGEL, The Idea of Biblical Poetry. Parallelism and its History, New Haven 1981, 51-52.
4
auténtico aporte de sentido a la línea A. La discontinuidad de B con respecto a A se nota
esencialmente por la sintaxis; su continuidad y el plus de sentido, aparecen mediante le uso de
variados recursos retóricos.
En la poesía hebrea, la relación entre los hemistiquios al interior del verso pone en juego
no sólo aspectos fonéticos (la métrica) y morfológicos (correspondencia entre palabras),19 sino
también sintácticos (estructura de la oración, cambios y repeticiones, las formas quiásticas o
inclusiones, sujeto-objeto, cláusulas nominales y verbales) y semánticos (significados). En este
sentido, el paralelismo es una estructura compleja. Hay una multitud de cambios paralelos
posibles para cada hemistiquio y los autores bíblicos mostraron una verdadera maestría en ello.
Es un maravilloso vehículo de la expresión literaria con una estructura estéticamente agradable y
atractiva.
Robert Lowth no sólo puso en evidencia la existencia del paralelismo sino que, además,
propuso una clasificación tipológica de los mismos, adoptada por un gran número de autores. Si
bien hoy ya nadie sigue la clasificación al pie de la letra, sigue siendo un punto de referencia
obligado, especialmente para quien se está iniciando en el estudio de la poesía hebrea. Los tres
tipos básicos son: el paralelismo sinonímico, el antitético y el sintético.
b.1. Paralelismo sinonímico: Cuando dos o más esticos comparten una misma idea.
La sinonimia es una repetición semántica: no verbal, sino de significado, por eso se habla de
sinonimia poética, es decir, de la sinonimia como procedimiento poético y, en ese sentido, es
tomada en un sentido amplio.
19 A. BERLIN, “Grammatical Aspects of Biblical Parallelism”, HUCA 50 (1979) 19: “Mientras los pares de palabras
son un ingrediente crucial del paralelismo hay más en el paralelismo que la presencia de pares de palabras. El uso de
palabras pares, fijadas o no, no es suficiente para explicar la amplia variedad de hemistiquios paralelos que ocurren
en la Biblia”.
20 Leyendo מראen lugar de מאד. El estico en hebreo se podría traducir: “para mis vecinos mucho más”.
5
Sal. 33,20-21 Nuestra alma espera a YHWH
nuestro socorro y nuestro escudo es Él;
porque en Él se alegra nuestro corazón
porque en su Nombre santo confiamos.
Véanse también: Pro 19,5.6; Sal 2,4; 7,17; 31,10-11; 37,2; 70,2; Is 28,23; 41,48;
55,12.13; Jr 2,8; 10,12; Lm 2,1.
Kugel se muestra muy crítico frente a este tipo de paralelismo, especialmente cuando se
insiste en la “igualdad”, en la “misma cosa” dicha en A y B. Observa que son muchísimos los
casos en los que B tiene algo en común con A, pero no es una mera reformulación. Por ejemplo:
En estos ejemplos hay ciertamente paralelismos, pero no es exacto decir que se está
expresando “lo mismo”. Esta noción tan restringida de sinonimia conduce a perder de vista el
concepto de la esencial secundariedad de B. Recuérdese que el paralelismo es una noción que se
refiere a dos proposiciones, cada una con su sentido completo y una sucediendo a la otra.
Ciertamente el hemistiquio B hay que entenderlo –según Kugel– en relación con A, pero esa
relación podría formularse así: “A y algo que es más, B”, “no sólo A sino también B”; “no A sin
B”; “no sólo A ni sólo B”. 21 En los dos ejemplos anteriores, el significado de B (y C) es más
extremo que A; va a “algo más” y, en ese sentido, podría entenderse como enfático.
Prov. 11,12-18:
12 El necio denigra a su prójimo;
el inteligente guarda silencio.
13 El que anda con cuentos descubre secretos;
el de espíritu noble sabe mantenerlos.
14 Cuando falta gobierno el pueblo se derrumba;
se salva si hay muchos hombres sensatos.
15 Busca problemas quien sale fiador de un extraño;
el que evita hacer tratos está seguro.
21 Cf. J. L. KUGEL, The Idea of Biblical Poetry, 51-52. Es conocida su expresión: “A, and what’s more, B”.
6
16 El encanto de una mujer alcanza honores;
los enérgicos sólo consiguen riqueza.
17 Un hombre amable, a sí mismo se beneficia;
el despiadado se hace daño a sí mismo.
18 El malvado consigue un salario engañoso;
el que siembra la justicia, un jornal verdadero.
Un noventa por ciento de los proverbios recopilados en los capítulos 10 al 15 tienen esta
estructura. Véanse también: Prov. 28,1; Sal. 1,6; 20,8-9; 28,1.
Esta tercera clasificación es actualmente la más discutida, por la dificultad que encuentra
para establecer sus diferencias con las anteriores, especialmente, con el tipo “sinonímico”. De
7
hecho, la tendencia fue colocar dentro de esta clasificación aquellos versos que no podían
ubicarse en los dos primeros tipos. Si no se encontraba una semejanza o una antítesis entre los
miembros, entonces debía haber un paralelismo sintético. Sin embargo, si como hemos visto, el
paralelismo es raramente sinonímico -en el sentido de que B “dice lo mismo” que A- y el
antitético tampoco manifiesta una sustancial contraposición en los hemistiquios, entonces sería
más conveniente considerar que todo paralelismo es, en definitiva, sintético: “A, y algo más que
es B”.
Véanse la interesante secuencia de Eclo. 40,20-27. Y también: Tob. 12,8; I Mac. 3,59; Job
28,18.
8
b.5. Paralelismo “en escalera”: Como su nombre lo indica, es una forma de
paralelismo binario o de tres hemistiquios, donde se repite literalmente un mismo elemento
gramatical, insertando en B (o C) un nuevo elemento que, por lo general, cualifica o establece un
“aumento” de significado.
El efecto de este tipo de paralelismo es aumentar la tensión del oyente. Una vez que
suscitó su atención y curiosidad por la naturaleza incompleta de la primera línea, el oyente se ve
impulsado a escuchar lo que sigue, si es que quiere comprender a qué se está aludiendo. Si bien
9
aparece abriendo un discurso, puede también cerrar una sección del poema o aparecer como
estribillo.
Una variante, probablemente, de este tipo, sea el modelo “terraza”. Consiste en una
forma de repetición donde el último elemento de una línea se emplea como comienzo de la línea
siguiente. De esta forma, además de la tensión que provoca, cohesiona los componentes de una
posible estrofa.
b.6. Paralelismo de números: Es una variante del paralelismo del tipo sinonímico.
Como los números no pueden tener sinónimos, la única forma de obtener un elemento
correspondiente es usar en B un dígito mayor que el indicado en A.
10
Así dice YHWH:
Por tres crímenes de Tiro
y por cuatro, seré inflexible.
………………………………...
así dice YHWH:
Por tres crímenes de Edom
y por cuatro, seré inflexible.
…………………………………
Así dice YHWH:
Por tres crímenes de los hijos de Ammón
y por cuatro, seré inflexible.
b.7. Acrósticos: Es un poema en el cual la primera letra de cada línea sigue una cierta
secuencia. Normalmente es alfabética (también puede seguir una palabra). Es un recurso
artificial de carácter no-oral.
Acrósticos alfabéticos en la Biblia: Nah 1,2-8; Sal 9; 10; 25; 34; 37; 111; 112; 119; 145;
Pr 31,10-31; Lm 1-4; Sir 51,13-20.
c.1. La repetición
La “repetición” es una categoría que impregna tanto la poesía como la narrativa. Ella
hace referencia a la historia ya que el mismo “narrar” es un repetir de otra manera hechos
acaecidos y es justamente en la repetición en tanto narración, que estos mismos hechos
adquieren inteligibilidad. No se trata, entonces, sólo de un artificio poético.
11
La repetición de palabras en una unidad poética (estrofas, poema) las caracteriza como
palabras-clave, y tiene una función estructural de unificar la sección.
Se pueden distinguir:
Repetición inicial (anáfora): es una serie de dos o más líneas que comienzan con la mis-
ma frase o palabra.
Pr 30, 4 “¿Quién subió a los cielos y volvió a bajar?
¿quién ha recogido viento en sus palmas?
¿quién retuvo las aguas en su manto?
¿quién estableció los linderos de la tierra?”
Rima: la más común es la final, con un sufijo repetido. Hay pares de palabras con rima
(tohu wabohu, ateret tip’eret, etc.). NB: puede ser casual (por falta de variantes). La función es
estructural (une partes, separa secciones…) y retórica (efecto de sentido, énfasis, etc.).
Pero en lugar de una frase completa, es muy frecuente que el elemento repetido sea una sola pa-
labra:
Sal 1, 1.6 “impíos” ; Sal 17, 1.15 “justicia” ; Sal 29, 1.11 “poder”
Preguntas retóricas: Es la propuesta de una pregunta que no requiere respuesta, pues tan-
to el que habla como el oyente saben de antemano la respuesta. Se usa para dar efecto dramático
porque implica directamente a la audiencia, o bien, crean una tensión que luego requiere una so-
lución.
FUNCIONES
1. Demandar la atención de la audiencia.
ej. Miq 2, 7 “¿Es acaso maldita la casa de Jacob?
¿Se ha cortado el soplo de Yahveh?
¿Es ése su proceder?
¿Es que no favorecen sus palabras a su pueblo Israel?”
2. Como negación o afirmación enfática.
ej. Jr 14, 22 (BJ3) “¿Hay entre las Vanidades de los paganos quienes hagan llover?,
¿o acaso los cielos dan de suyo la llovizna?”
3. Abrir una stanza.
ej. Job 39 (donde cada nuevo animal es introducido por una pregunta retórica)
5. Como motivación.
ej. Qo 7, 16-17 “No quieras ser justo en demasía, ni te vuelvas demasiado sabio.
¿A qué destruirte? No quieras ser demasiado impío, ni te hagas el insensato.
¿A qué morir antes de tu tiempo?”
6. Como ironía.
ej. Job 37, 20 “Si hablo yo, ¿alguien se lo cuenta?
¿es informado de lo que un hombre ha dicho?”
CLASIFICACIÓN
1. Preguntas retóricas en bina.
ej. Job 6, 30(BJ3) “¿Encontráis falsedad en mis labios?,
13
¿no distingue mi boca el infortunio?”
2. Preguntas retóricas en serie.
Hay una tendencia a que tales preguntas aparezcan en series desde tres hasta dieciséis.
CLASIFICACIÓN
1. Estribillo estricto. Las palabras permanecen inalteradas.
ej. Am 4, 4-12 “¡y no habéis vuelto a mí! oráculo de Yahveh!”
Sal. 8,2.10: YHWH Señor nuestro, qué majestuoso tu nombre en toda la tierra
………………………………………………………………………………
YHWH Señor nuestro, qué majestuoso tu nombre en toda la tierra
Para atribuir a dos palabras de un verso el status de “par de palabras”, cada una debe
pertenecer a la misma clase gramatical (verbo, sustantivo, etc.), los dos componentes deben
aparecer en líneas paralelas y deben ser relativamente frecuentes (siempre en paralelo
apareciendo en diferentes libros bíblicos).23
22 El coro repite a cada verso el estribillo como un eco persistente, haciendo presente sobre la variación de la historia
del Pueblo de Dios, lo inalterable, lo que nunca cambiará, lo que ofrece la base para el futuro: la fidelidad del Señor.
23 Aunque hacía tiempo que se conocía que los poetas hebreos utilizaban un conjunto de pares de palabras, solamen-
te cuando comenzaron los estudios sobre literatura ugarítica (o cananea), quedó manifiesta la frecuencia con que
tales pares de palabras tenían lugar. Esto aconteció porque la poesía ugarítica también usaba un amplio espectro de
pares de palabras; y no sólo esto, sino también que un alto porcentaje de los pares utilizados era idéntico a los he-
breos.
15
Jer. 48,5: Porque la cuesta de Luhit con llanto continuo la suben;
porque a la bajada de Horonaim se oyen gritos angustiosos de destrucción.
Eclo. 3,9: Pues la bendición del padre afianza la casa de los hijos
y la maldición de la madre destruye los cimientos.
Am. 9,2b: Si fuerzan la entrada del šeol mi mano de allí los agarrará
si suben hasta el cielo yo los haré bajar de allí.
c.4. El quiasmo:
Figura de repetición invertida (a,b // b,a). Función: estructural (abrir o cerrar una sección,
unir componentes, indicar la mitad del poema…) o expresiva (merismo, inversión de situación,
negación o prohibición, antítesis…).
Estructura concéntrica: tiene un elemento central no repetido (a, b, c, b, a). Centra la
atención en ese elemento.
Quiasmo especular (o estructura palindrómica): la segunda línea repite los componentes
de la primera en secuencia inversa (es muy raro)
a1 a2 a3
Is 22, 22 abrirá, y nadie cerrará,
cerrará, y nadie abrirá.
a3 a2 a1
Quiasmo trístico o tricolon (ABA): Estrofas donde las dos líneas exteriores son idénticas.
Son muy raros, y los ejemplos están confinados a los Sal 27,14 y 118,15-16 (BJ3):
17
3. CUALIDADES INTERNAS DE LA POESÍA HEBREA.
Era yo los ojos del ciego y del rengo los pies (Job 29,15).
Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo. Les dirás: Si yo hago venir la es-
pada sobre un país, y la gente de ese país escoge a uno de los suyos y le ponen
como centinela; y éste, al ver venir la espada sobre el país, toca el cuerno para
advertir al pueblo: si resulta que alguien oye bien el sonido del cuerno, pero no
hace caso, de suerte que la espada sobreviene y le mata, la sangre de este hombre
recaerá sobre su propia cabeza. Ha oído el sonido del cuerno y no ha hecho caso:
su sangre recaerá sobre él. En cambio, el que haya hecho caso, salvará su vida.
Si, por el contrario, el centinela ve venir la espada y no toca el cuerno, de suerte
que el pueblo no es advertido, y la espada sobreviene y mata a alguno de ellos,
perecerá éste por su culpa, pero de su sangre yo pediré cuentas al centinela (Ez.
33,2-6).
Véanse también Is. 49,13; Prov. 8,12-36; Sab. 8,2; Job 28,14.22.
21
e) Elipsis: Ocurre cuando en determinados enunciados o discursos, ciertos elementos
necesarios de la oración, no se encuentran y, sin embargo, se comprende lo que se quiere decir.
En otras palabras, elipsis es la supresión de un elemento exigido por el contexto.
Ve,
tómate una mujer dada a la prostitución
e hijos de prostitución (Os. 1,2).
¿A quién te compararé?
¿A quién te asemejaré hija de Jerusalén?
¿Quién te podrá salvar y consolar, virgen, hija de Sión?
Grande como el mar es tu quebranto
¿Quién te podrá curar? (Lam. 2,13).
g) Ironía: Es una burla fina y disimulada. Esta figura retórica consiste en dar a
entender lo contrario de lo que se dice. El principal efecto es incrementar la distancia entre el
locutor y el oyente.
23
¡Vayan a Betel a rebelarse,
multipliquen en Guilgal sus rebeldías,
lleven de mañana sus sacrificios
cada tres días sus diezmos;
quemen levadura en acción de gracias,
y pregonen las ofrendas voluntarias,
¡Grítenlas, ya que es eso lo que les gusta, hijos de Israel! (Am. 4,4-5).
Véanse también: Is. 5,22; 46,1-2; Ez. 20,39; 39,17-20; Jer. 11,15; 19,1-9; Lam. 4,21; Job
12,2; 21,3; 26,2-3.
Esd. 8,22: La mano de nuestro Dios es favorable sobre todo el que lo busca,
pero también su poder y su cólera están sobre el que lo abandona.
(Dado el paralelismo, es probable que, por hendiadis, deba traducirse “su
poderosa cólera”)
Véanse también: Is. 10,9.15; 49,24; 66,9; Jer. 2,14.31; 8,19.22; Miq. 2,7; Jl. 1,2; Prov.
5,17-23; 22,26-27; Ecl. 7,16-17; Eclo. 10,28-29.
Sin pretender hacer un catálogo exhaustivo de todas las formas literarias en las que Israel
expresó didácticamente sus conocimientos, presentamos algunas de ellas con la intención de
percibir las distintas maneras de ofrecer la enseñanza de los sabios.
a) Los proverbios numéricos: Es una forma peculiar del proverbio que expresa el
deseo innato de contar y enumerar las cosas, comportamientos o virtudes. Revela una voluntad
de orden como vehículo para controlar la realidad. Su punto de partida es el paralelismo de
números, empleado en la introducción, la cual enuncia el tema en líneas muy generales y da los
números en sentido ascendente. También es característico el desarrollo del tema, en el que la
escueta indicación numérica inicial va cobrando contenido sucesivamente, hasta el número más
alto de los indicados. Es probable que este tipo de proverbios refleje también un método usado
en las escuelas para enseñar y para aprender.
26
Tres cosas hay que me desbordan
y cuatro que no conozco:
el camino del águila en el cielo,
el camino de la serpiente por la roca,
el camino del navío en alta mar,
el camino del hombre en la doncella (Prov. 30,18-19).
Véanse también: Prov. 30,21-23; Sal. 62,12-13; Job 5,19-22; 25,7-11; 26,5-7; 50,25-26;
Eclo. 23,16-17.
Véanse también: Prov. 1,6; 23,29s.; Sal. 78,2; Sab. 8,8; Eclo. 25,7-11; 39,3.
27
c) Proverbios de estilo autobiográfico: En algunos casos, la presentación de los
conocimientos reviste un carácter de hallazgo absolutamente personal, como si se tratara de una
experiencia vivida por el maestro. El libro del Eclesiástico sería el más indicado para suponer
que originariamente estaba basado en una experiencia personal. Pero también es cierto que la
forma autobiográfica puede ser, a la vez, un recurso estilístico. Al usar este recurso, el sabio se
hace personalmente responsable de los conocimientos que transmite.
Así lo he visto:
los que labran maldad y siembran vejación, eso cosechan (Job 4,8).
Véanse también: Sal. 37,25s.; 73,2s.; Job 5,3; Prov. 7,6s.; 24,30s.; Eclo. 31,12; 33,16-18;
51,13-16.
d) El poema didáctico: Para ejemplificar esta forma, podemos acudir al libro de Job,
donde se encuentran en los discursos de los amigos, cuatro poemas sobre el fin del malvado, del
violento. En dos casos se ha conservado una típica referencia didáctica: Ésta es la suerte del
malvado (Job 20,29; 27,13), o la requisitoria introductoria: Escúchame, que voy a hablarte (Job
15,17; 8,8).
e) Diálogos: Una buena parte de la literatura polémica del antiguo Oriente reviste la
forma de diálogo, por ser ésta la manera más idónea para desarrollar una cuestión. Comparada
con la abundante literatura dialógica que nos han legado el antiguo Egipto y Mesopotamia, la
literatura didáctica de Israel sólo ofrece los diálogos de Job con sus amigos. En estos diálogos no
28
se encuentran caracterizaciones de los diversos personajes ni hay contacto vital entre los
interlocutores. En el libro de Job, muchas veces, da la impresión que el protagonista no ha
escuchado atentamente. Más aún, hay ocasiones en las que ambos contrincantes están
defendiendo posturas muy semejantes. En los diálogos, las ideas se van desarrollando en
multitud de planos como forma de presentar la amplitud de la problemática.
Los árboles se pusieron en camino para ungir a uno como su rey. Dijeron al olivo: ‘Sé tú
nuestro rey.’ Les respondió el olivo: ‘¿Voy a renunciar a mi aceite con el que gracias a mí
son honrados los dioses y los hombres, para ir a vagar por encima de los árboles?’ Los
árboles dijeron a la higuera: ‘Ven tú, reina sobre nosotros.’ Les respondió la higuera:
‘¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto, para ir a vagar por encima de los
árboles?’ Los árboles dijeron a la vid: ‘Ven tú, reina sobre nosotros.’ Les respondió la
vid: ‘¿Voy a renunciar a mi mosto, el que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a
vagar por encima de los árboles?’ Todos los árboles dijeron a la zarza: ‘Ven tú, reina
sobre nosotros.’ La zarza respondió a los árboles: ‘Si con sinceridad venís a ungirme a
mí para reinar sobre ustedes, lleguen y cobíjense a mi sombra. Y si no es así, brote fuego
de la zarza y devore los cedros del Líbano.’ (Jue. 9,8-15).
Joás, rey de Israel, mandó a decir a Amasías, rey de Judá: ‘El cardo del Líbano mandó a
decir al cedro del Líbano: Dame tu hija para mujer de mi hijo; pero las bestias salvajes
del Líbano pasaron y pisotearon el cardo.’ Cierto que has batido a Edom y tu corazón te
ha envanecido; sé glorioso, pero quédate en tu casa. ¿Por qué exponerte a una
calamidad y a caer tú y Judá contigo? (II Re. 14,9).
30