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N1

Criterios de sonido de un parlante

Uno de los principales tareas en la elección de un buen sistema de sonido es la adquisición de un


juego de altavoces. Al final, el altavoz es una de las componentes que más trabajo hace, al
convertir una señal eléctrica en una onda sonora tridimensional. Y este objetivo debe conseguirse
maximizando la fidelidad dentro de la condición de contorno que todos tenemos: el costo. El
objetivo de este artículo es guiar al audiófilo iniciante en relación a algunas especificaciones
técnicas, y el exponer el impacto de los materiales de las componentes para obtener un sonido sin
coloraciones y con buen manejo de potencia. Una vez que un altavoz pasa por esta pequeña lista
de características deseables, el oído debe ser el principal juez en esta elección.

Consideraciones iniciales.

En términos generales, los altavoces hechos por empresas únicamente dedicadas a estos son
superiores a altavoces fabricados por empresas que fabrican todo el portafolio de áudio (aunque
en raros casos hay excepciones).

Los altavoces tienen una combinación de transductores de diferentes tamaños. La frecuencia


bajas se generan mediante un transductor en forma de cono (conocido como "Woofer"), mientras
que las frecuencias altas son generadas por una cúpula de menor diámetro (conocida como
"Tweeter"). En general, para un dado precio, existe una relación inversamente proporcional entre
calidad sonora y número de transductores (o vías). Así, un altavoz de 2 vías (1 woofer y 1 tweeter)
probablemente sonará mejor que uno de 3 vías (2 woofer y 1 tweeter) si ambos tienen el mismo
precio. Sin embargo, el público general tiende de creer en el valor percibido de "más por el mismo
costo", creyendo que mientras más grande sea un altavoz y más vias este tenga, mejor. En
resumen, esto no es necesáriamente así.

Las Principales Especificaciones: Respuesta de Frecuencia, Potencia Máxima, Sensibilidad e


Impedancia.

Un punto importante es asimilar las especificaciones principales. Interpretadas de manera


correcta pueden contribuir a entender algunas ventajas y limitaciones.
La respuesta de frecuencia.

La primera especificación que normalmente se menciona es la llamada "respuesta de frecuencia",


que indica el volumen relativo (medido en decibeles) con que un altavoz reproduce toda la gama
de frecuencias del áudio (comprendidas entre 20 Hz y 20kHz).

Idealmente la respuesta en frecuencia debería ser vista en un gráfico como indicado en la figura
anterior para poder ver que tan uniforme es el comportamiento del altavoz. Si no se dispone de
esta gráfica, la respuesta en frecuencia debe indicar el rango de frecuencias de operación y el
desvío máximo dentro de esa banda de operación.

Para efectos comparativos, imaginemos que tres modelos presentan la siguiente especificación de
respuesta en frecuencia:

Altavoz 1: 20Hz-20kHz, +/-3dB


Altavoz 2: 20Hz-20kHz, +/-1dB

Altavoz 3: 20Hz-23kHz, +/-10dB

A primera vista muchas personas considerarían que el Altavoz 3 es la mejor opción, al llegar a los
23kHz. Sin embargo, este altavoz tiene un desvío de 10dB dentro de su gama de operación, lo cual
lo llevará a tener muchas frecuencias acentuadas u opacadas. En ese sentido, el Altavoz 1 y 2 son
mejores opciones, ya que mantienen mayor linealidad dentro de la gama de frecuencias. Y los
lectores detallistas ya podrán percibir que basados únicamente en esta especificación, el Altavoz 2
sería la mejor opción al tener únicamente un desvío de 1dB dentro de su gama de operación. Sin
embargo, este es solamente uno de los tantos critérios.

La Potencia máxima recibida.

Como su nombre lo indica, este parámetro mide la máxima potencia que puede recibir el altavoz
del amplificador. Excedido ese nivel de potencia las componentes generan distorsión, pudiendo
sufrir daños permanentes. Los fabricantes de gama alta eligen componentes con bastantes grados
de tolerancia, por lo que es muy común que un altavoz pequeño pueda tolerar por encima de los
100 Watts, con lo cual se genera un nivel de presión sonora considerablemente elevado.

Un punto muy importante que determina la máxima potencia y el rango dinámico de un altavoz
son los cables de entrada al transductor, que tienen la forma de un cilindo como mostrado en la
foto al lado. Al recibir una corriente, estos cables se calentarán, lo cual incrementa, por leyes
físicas, su resistencia a la corriente. Así, un cableado con mucha sensibilidad a cambios de calor
evitará que un altavoz aumente de volumen aún cuando reciba mayor potencia del amplificador.
Por ello, es importante utilizar conductores especiales, con carácteristica eléctricas inmunes al
calor. Uno de los cables más finos son aquellos de aluminio o conductores propietários como el
Kapton. Estos, comparados con los cables tradicionales de cobre, ofrecen un mayo diámetro y
menor masa. El resultado: cuando estos se calientan el incremento de resistencia a la corriente es
mínimo y así el altavoz es capaz de manejar un rango dinámico muy amplio.

La Sensibilidad.

El altavoz y el amplificador deben ser considerados como una combinación interactiva, y por ello
deben ser elegidos para que en conjunto trabajen de manera adecuada. Una consideración
importante es la sensibilidad del altavoz, que es una medida del nivel de presión sonora generada
por este para una dada potencia del amplificador.
La sensibilidad se expresa en Decibeles por Watt recibido a un metro de distancia. Así, un altavoz
cuya especificación diga "88dB/1W/1m" produce 88dB de presión sonora 1 un metro de distancia,
por cada watt recibido. En general los altavoces de gama alta tienen una sensibilidad por encima
de los 80dB por Watt a 1 metro. Mientras mayor este número, mejor. Por ejemplo, si tenemos dos
altavoces:

Altavoz 1: Sensibilidad de 86dB por Watt

Altavoz 2: Sensibilidad de 83 dB por Watt

el altavoz 1 será más eficiente en la conversión de energía y por tanto producirá un mayor
volumen por cada watt entregado por el amplificador.

Adicionalmente, como mencionado en el artículo "Cuanta potencia es necesária?", es bueno


mencionar que 3dB de diferencia implican en el doble de presión sonora. Así, el altavoz 1 de este
ejemplo tendrá un volumen relativo dos veces mayor al altavoz 2 para una dada potencia del
amplificador. Alternativamente, el Altavoz 1, al tener mayor sensibilidad (y por lo tanto más
eficiencia en la conversión de energía), exigirá del amplificador la mitad de potencia que el Altavoz
2.

La impedancia.

La tercera especificación que se debe tomar en cuenta es la impedancia, expresada en Ohmios, la


cual mide la resistencia del altavoz al paso de corriente eléctrica. A mayor impedancia, menor
paso de corriente eléctrica y por lo tanto menor potencia recibida del amplificador. Los
amplificadores normalmente especifican la potencia entregada para un dado valor (o valores) de
impedancia. Así, por ejemplo, un amplificador puede entregar 50W de potencia a una impedancia
de 8 ohms, o 100W de potencia a una impedancia de 4 ohms.

Tanto la impedancia como la sensibilidad del altavoz tienen un impacto en el posible nivel de
presión sonora. Como ejemplo, observemos el siguiente caso:
Potencia del amplificador: 50W a 8 ohms, 100W a 4 ohms

Altavoz 1: Impedancia de 4 ohms, Sensibilidad de 83dB

Altavoz 2: Impedancia de 8 ohms, Sensibilidad de 80dB

Cual de los dos altavoces, tomando en cuenta estos parámetros, combina mejor con el
amplificador? El Altavoz 1 podrá recibir hasta 100W del amplificador y genera 83dB a 1 metro de
distancia por cada Watt recibido. El Altavoz 2 solo recibirá hasta 50W del amplificador 1 y genera
80dB por cada watt recibido. Por este motivo, para un determinado volumen, el altavoz 1 exigirá la
mitad de potencia que el altavoz 2. Adicionalmente, el altavoz 1 podrá recibir hasta el doble de
potencia que el altavoz 2. Por estos dos motivos, el Altavoz 1 es una mejor opción.

Los materiales de construcción de los transductores y su impacto en el sonido.

Si existe un factor en el cual el altavoz evolucionó en la últimas décadas es en la elección de los


materiales en los transductores. El gran desafío que tiene todo diseñador es elegir un material que
tenga rígidez y sea liviano al mismo tiempo.
Dejando de lado cuestiones de durabilidad, el transductor debe ser rígido para una reproducción
correcta del sonido. Por ejemplo, en los transductores tipo woofer (o cono), el sonido se genera
creando movimiento desde el diámetro interior (Ver figura arriba).

Si el cono es de un material poco rígido o muy flexible, este tenderá a doblarse en los puntos de
presión inicial, lo cual producirá distorsiones en la generación de la onda sonora. En contrapartida,
si el material elegido es rígido, pero muy pesado, el transductor no podrá moverse, por inercia,
con suficiente rapidez para generar sonido. Es así, que los investigadores han trabajado durante
décadas en reemplazar los materiales tradicionales (que antiguamente, para el caso de los
woofers eran simples conos de cartón) por otros que sean rígidos y livianos al mismo tiempo. Los
mejores fabricantes utilizan derivados propietários del plástico, como es el caso del Kevlar, y el
Polímero de silicato de magnesio, los cuales reunen los requisitos de durabilidad, rigidez y peso
para una reproducción óptima. Otro material utilizado es el polipropileno, aunque este último es
de menor rigidez que el Kevlar, con lo cual generalmente maneja un menor nivel de potencia
(tanto el Kevlar como el Polímero manejan un 20% mayor potencia que los transductores de
Polipropileno).

En adición, el material del tweeter es muy importante en la correcta reproducción de altas


frecuencias. La tendencia actual en fabricantes de gama alta es de materiales suaves (derivados
del plástico o seda), que substituyen al titanio. que se utiliza tradicionalmente. Los tweeters de
seda y materiales suaves presentan una reproducción menos abrasiva y más natural que los
fabricados con Titanio.

La Importancia del Gabinete y sus materiales.

Una de las ironías de la fabricación de un altavoz es que el consumidor promedio percibe menos
valor en su gabinete (al final, se considera que este no "produce" sonido). Sin embargo, tiene un
impacto enorme en el sonido final al generar vibraciones que afectan el sonido. Por ello, uno de
los factores en que los altavoces de gama alta se diferencian es que sus fabricantes no han
escatimado recursos para minimizar estas vibraciones.
Una pregunta frecuente es: porque un altavoz necesita un gabinete? El motivo es simple: como
mostrado en la figura anterior, el cono del transductor, que ejerce presión sobre el aire con su
movimiento, genera en realidad dos ondas sonoras: una frontal y una trasera. Estas ondas tienen
presiones de aire inversas (cuando una es positiva, la otra es negativa) y si se mezclan se
cancelarían una a la otra (y por lo tanto no habría sonido). Una forma de evitar que estas ondas se
mezclen sería poner un panel, de dimensiones infinitas, separando el lado frontal y trasero del
transductor. Esto no es posible en la práctica y la solución intermedia es colocar un gabinete
"atrapando" la onda trasera y de ser posible, cancelarla con atenuación interna.

Sin embargo, las ondas sonoras de bajas frecuencias tienen la capacidad de desviarse de los
objetos pequeños y este es uno de los motivos por los cuales los altavoces pequeños tienen
dificultad en reproducir los bajos. Por este motivo, algunos ingenieros han diseñado "caminos
internos" (conocidos como formas de onda) que hacen que la onda trasera se difunda hacia atrás y
rebote para tener caracterízticas similares a la onda frontal, con lo cual se refuerza el sonido. Es así
que altavoces pequeños pueden generar ondas sonoras cuya longitud es muy grande (por
ejemplo, a 50Hz el sonido tiene una longitud de onda de casi 7 metros, la cual es reproducida por
altavoces cuyas dimensiones son menores a 30 centímetros!).
Por último, las resonancias internas deben minimizarse, mediante la elección de materiales
especiales o la utilización de superficies no paralelas.

¿Eficiencia o Sensibilidad?
Un parámetro muy importante a la hora de especificar un altoparlante es la sensibilidad,
muchas veces este valor es confundido con el de eficiencia
Por definición, la eficiencia en un altoparlante es la cantidad de potencia acústica entregada
para una potencia eléctrica aplicada, es decir Watts acústicos contra Watts eléctricos. La
sensibilidad por otro lado se expresa como el nivel de presión de sonido a una distancia
específica (1 metro), cuando se aplica 1 Watt eléctrico, es decir dB/Watt/Metro.
Pero esta expresión resulta problemática, dado que no hay una manera simple en un
altoparlante de determinar cuánto es 1 Watt, y esto es porqué la impedancia de los
altoparlantes varía con la frecuencia, por ende la potencia entregada cambia con el espectro.

En la figura 1 se puede ver cómo un altoparlante especificado en 8 Ohms presenta una


pequeña parte del espectro por debajo y la mayor parte por arriba de la línea de 8 Ohms.
Los amplificadores actuales funcionan como fuentes de tensión ideales, esto quiere decir que
mantienen el nivel de voltaje a la salida sin importar la carga aplicada, o en otras palabras, sin
importar la corriente.
Para hacer la medición más fácil entonces se reemplazó el Watt por tensión para medir
sensibilidad. Quedando entonces como el nivel de presión sonora producido a 1 metro con un
voltaje aplicado, definido como 2.83 Volts. Este valor se elige porque es la tensión necesaria
para disipar 1 Watt de potencia en una resistencia de 8 Ohms, el valor nominal del
altoparlante. Una de las ventajas de especificar sensibilidad es que se mantiene invariable sin
importar la impedancia del altoparlante, asumiendo que el amplificador es capaz de mantener
la tensión constante.
Y aquí surge la diferencia, mientras más cercano sea el la impedancia del altoparlante a 8
Ohms contínuos, más parecidos van a ser los dos criterios, pero para un altoparlante que
tenga una impedancia que difiera significativamente de 8 Ohms, los criterios van a ser muy
diferentes.
Si tomamos dos gabinetes y le aplicamos los 2.83 Volts, y se mide a 1 metro 90 y 88 dBSPL
respectivamente, uno se vería tentado a pensar que el de 90 dBSPL es más eficiente, pero
como la eficiencia se describe por las potencias, en realidad hay que saber la impedancia.
Supongamos que el parlante de 88dBSPL presenta un promedio de 20 Omhs, y el otro de 6
Ohms, esto quiere decir que para producir 2 dBSPL de diferencia necesita casi 4 veces mayor
potencia. En definitiva el parlante de mayor sensibilidad es menos eficiente.
Sin embargo podemos tener una idea de relación entre las dos especificaciones si tomamos
que:
dB(1 watt) = 112.1 + 10*log(η0)
o
dB(2.83 V) = dB(1 watt) + 10*log(8/Z) = 112.1 + 10*log(η0) + 10*log(8/Z)
De esta manera queda claro como para hablar de eficiencia midiendo la sensibilidad al voltaje,
hay que pasar por la impedancia.

N2

Criterios de selección de un sistema embebido

N3

Metodos de aislamiento acústico

https://www.ecophon.com/es/soluciones-acusticas/Banco-de-conocimientos-acustica/Acustica-
basica/Que-es-el-aislamiento-del-sonido/

Entras ahí baby


Bibliografia
https://www.sonikaaudio.com/blank-k56bt

http://www.equaphon-university.net/eficiencia-o-sensibilidad/

https://www.ecophon.com/es/soluciones-acusticas/Banco-de-conocimientos-acustica/Acustica-
basica/Que-es-el-aislamiento-del-sonido/

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