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La axiología determina que los valores pueden ser clasificados bajo el punto de vista de dos
corrientes tradicionales del pensamiento filosófico occidental, por el paradigma
subjetivista o el objetivista. Los valores para el objetivismo son lo bello, el bien, el mal, la
verdad o lo falso, son en sí mismo una finalidad. Por el contrario se consideran valores subjetivos
aquellos que son utilizados como un medio necesario para alcanzar un fin u objetivo determinado
cuyo caso se encuentra motivado por el deseo personal de quien realiza la acción.
Esta división entre el paradigma objetivo y subjetivo es una gran discusión que distingue a los
valores de forma taxativa, si bien algunos autores como Pierre Bourdieu intentaron establecer
posiciones teóricas intermedias combinando ambos paradigmas teóricos, y se desarrolló desde
los orígenes mismos de la axiología en las últimas décadas del siglo XIX.
La corriente subjetivista comprende que sólo lo que se relaciona con el entendimiento humano es
lo cognoscible, que no hay sustento en la realidad si es externo al humano en el plano de los
objetos, la relación objeto-sujeto esta mediada por las posibilidades del entendimiento humano
emitiendo juicios de valor. Por el contrario el objetivismo deja de lado a los juicios personales, y de
este modo al sujeto mismo, para centrarse en cuestiones universales, que son compartidos por
todos y pueden ser entendidas en todo lugar y tiempo, inmutables y externas.
Podemos agregar que existen otros tipos de clasificaciones que aportan y destacan otros
aspectos al estudio axiológico de los valores. Estos pueden ser catalogados como “estables” o
fijos si permanecen inmutables con el tiempo, o pueden ser cambiantes o “dinámicos” si es que
sufren modificaciones.
Además pueden ser clasificados según su jerarquía, esto es diferenciando según el mayor o
menor grado de relevancia e incidencia en una sociedad, por ejemplo. En este punto podemos
decir que la axiología filosófica tiene la utilidad práctica y reflexiva acerca de las consecuencias a
partir de ciertos principios básicos sobre los cuales se cimienta una sociedad. Aquí se plantea la
discusión acerca de la instrumentalidad axiológica, exactamente en el punto en que se superpone
con la idea de progreso social, ya que para guiar la sociedad hacia un futuro próspero es
necesaria la revisión y una posición crítica acerca de cuáles fundamentos y valores guían la
acción de las personas. La coherencia en las acciones y sus consecuencias son responsabilidad
de la sociedad en su conjunto.
Concepto de Axiología
Existen ciertos valores dentro de cada grupo social y cultural, que hacen
a su propia identidad, y se los debe respetar, mientras no contraríen
valores que se reconocen como universales, entre los cuales podemos
citar a la vida, la libertad o la dignidad humana. Quienes no aceptan los
valores ajenos, se dice que son etnocentristas, mientras que quienes
respetan sus propios valores y los ajenos, adoptan la postura del
relativismo cultural.
En este contexto, el valor, o lo que es valorado por las personas, es una decisión
individual, subjetiva y producto de la cultura del individuo.
Según el filósofo alemán Max Scheler, los valores morales siguen una jerarquía, y
aparecen en primer plano los valores positivos relacionados con lo que es bueno,
después lo que es noble, luego lo que es bello, etc.
Dentro del pensamiento filosófico existe un punto central que es cómo queremos
llegar a ser en el futuro, en un estado mejor. Para poder pasar de un estado actual
a un mejor estado es necesario que se comprenda primero que para hacer mejoras
tenemos que fundarlas en ciertos puntos claves. Esto se llama la axiología filosófica
o axiología existencial, es decir, los valores, que son aquellos fundamentados de la
acción que nos pueden llevar a un estado mejor el día de mañana. Esto se debe a
que los valores dan sentido y coherencia a nuestras acciones.
Por otro lado, la axiología junto con la deontología será el principal fundamento
y pilar con el cual contará la Ética.
Se puede distinguir entre distintas clases de valores. Los valores objetivos son
aquellos que resultan ser ellos mismos la finalidad, como ser el bien, la verdad y la
belleza. Por otro lado y en oposición a estos, nos encontramos con los valores
subjetivos que serán aquellos que representan un medio para llegar a tal o cual fin y
que la mayoría de las veces se encuentran seguidos de un deseo de tipo personal.
Además y en un escalón más abajo, podemos distinguir los valores entre fijos, es
decir, aquellos que a pesar de todo permanecen y los dinámicos, que son aquellos
que no están sujetos a permanecer, sino que van cambiando a medida que
nosotros vamos cambiando.
La Axiología no sólo trata de los valores positivos, sino también de los valores negativos,
analizando los principios que permiten considerar que algo es o no valioso, y considerando los
fundamentos de tal juicio. El término axiología fue empleado por primera vez por Paul Laupie en
1902 y posteriormente por Eduard Von Hartman en 1908.
Historia
Es una disciplina filosófica colocada por unos en la metafísica, por que los valores son referidos al
ser; por otros en la ética, por que se ocupan exclusivamente de los valores éticos, en la estética
por la belleza; en la antropología cultural a veces, por que los valores están vinculados al lego
cultural de cada sociedad.
La axiología o estudio de los valores nació en Alemania, a finales del siglo XIX, comprendiendo
también la actual Austria.
Su introducción se produjo a principios del siglo XX. No obstante, los antiguos griegos dedicaban
una parte de la reflexión filosófica a los llamados problemas de valor, tratándolos dentro de la
llamada “filosofía práctica” o “conciencia práctica”. Ellos comenzaron por constatar intuitivamente
la existencia de los valores, y sólo después se ocuparon de su análisis filosófico.
Entre 1930 y 1973, el matemático y filósofo Dr. Robert S. Hartman, se dedicó a entender como
piensan las personas, por lo que definió a la Axiología como la ciencia que estudia la manera de
pensar. En específico, la Axiología estudia como las personas determinan el valor de las cosas. El
valuar es asignar prioridades; escoger algo en lugar de otra cosa. Es pensar en las cosas en
relación a las demás y decidir cuál es mejor. La gente asigna valor de acuerdo a patrones
consistentes individuales y únicos que componen su estructura de valores.
Max Scheller, consideraba que los valores no eran propiedades, sino objetos en sí, aunque
diferenciados de los objetos reales y de los ideales. Dentro de esta concepción el valor se halla
fuera del espacio y del tiempo. Es por lo tanto, indestructible.
Ramas