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Resumen Gramsci

La formación de los intelectuales ¿son un grupo social autónomo e independiente o


cada grupo social tiene su categoría propia especializada de intelectuales? El
problema es complejo por las varias formas que ha tomado el proceso histórico real de
formación de las categorías de intelectuales, las más importantes de estas formas son
dos:
1) Todo grupo social se crea al mismo tiempo y orgánicamente una o más capas de
intelectuales que le dan homogeneidad y consciencia de su propia función, no solo en
el campo económico también en el social y político: el empresario capitalista crea
consigo mismo el técnico industrial, el científico de la economía política, el organizador
de una nueva cultura, de un nuevo derecho, etc.
Una elite, al menos de los empresarios, tiene una capacidad de organización de la
sociedad, hasta llegar al organismo estatal, por la necesidad de crear las condiciones
más favorables a la expansión de su propia clase.
Los intelectuales “orgánicos” producidos por cada nueva clase son en su mayor parte
“especializaciones” de aspectos particulares de la actividad primitiva del tipo social
nuevo, sacado a la luz por la nueva clase. Los intelectuales orgánicos, representan los
intereses de una clase.
Se recupera el lugar del intelectual. Ni los intelectuales ni los grupos políticos existen
independientemente el uno del otro. Todo grupo social genera sus propios
intelectuales.
2) Pero todo grupo social esencial, al surgir en la historia a partir de la estructura
anterior y como expresión de un desarrollo de esta, ha encontrado categorías
intelectuales preexistentes y que hasta parecían representar una continuidad histórica
ininterrumpida, a pesar de los cambios más complicados y radicales de las formas
sociales y políticas. La más típica de estas categorías intelectuales es la de los
clérigos, monopolizadores durante mucho tiempo de algunos servicios importantes: la
ideología religiosa, la filosofía y la ciencia, la escuela, la instrucción, la moral, la
justicia, la beneficencia, la asistencia, etc. Esta categoría de los eclesiásticos puede
considerarse como la categoría intelectual orgánicamente vinculada a la aristocracia
de la tierra.
Pero este monopolio de las sobreestructuras por parte de los clérigos no se ha
ejercido nunca sin luchas y limitaciones, y así nacieron otras categorías, favorecidas y
ampliadas por el reforzamiento del poder central de monarcas hasta el absolutismo.
Estas categorías de intelectuales tradicionales se presentan ellos mismos como
autónomos e independientes del grupo social dominante
El error metodológico más frecuente se presenta en querer buscar ese criterio de
distinción en el núcleo interno de las actividades intelectuales, en vez de verlo en el
conjunto del sistema de relaciones en el cual dichas actividades se encuentra en el
complejo general de las relaciones sociales. Los trabajos se caracterizan por ese
trabajo en determinadas condiciones y en determinadas relaciones sociales.
Las figuras sociales están determinadas por las relaciones sociales generadas que
caracterizan la posición de ese sujeto. Por esto podría decirse que todos los hombres
son intelectuales pero, no todos tienen en la sociedad la función de intelectuales. El
intelectual se distingue por su lugar en la sociedad, por su función en ella. Todos
generamos conocimiento, porque siempre hay actividad intelectual, pero no todo
cumplimos funciones de intelectuales. La función del intelectual es contribuir al
ejercicio de la hegemonía, la cual opera en dos vías: la producción de sentidos y la
justificación de los mimos
Cuando se distingue entre intelectuales y no-intelectuales se refiere a la función social
inmediata de la categoría profesional de los intelectuales, ósea se piensa en la
dirección en que gira el peso mayor de la actividad profesional específica; eso significa
que no se puede hablar de no-intelectuales porque no existen.
Por eso hay varios grados de actividad intelectual especifica, no hay actividad humana
de la que pueda excluirse toda intervención intelectual, todo hombre despliega alguna
actividad intelectual.
El problema de la creación de una nueva capa intelectual consiste en elaborar
críticamente la actividad intelectual que existe en cada individuo, buscando un nuevo
equilibrio que se convierta en fundamento de una concepción del mundo nueva e
integral. En el mundo moderno la base del nuevo intelectual debe darla la educación
técnica, íntimamente relacionada con el trabajo industrial. El modo de ser del nuevo
intelectual debe consistir en ser activo en la vida práctica, así se forman históricamente
categorías especializadas para el ejercicio de la función intelectual en conexión con los
grupos sociales más importantes.
En el mundo moderno las categorías y funciones intelectuales han adquirido una gran
importancia, su elaboración no se produce en un terreno democrático abstracto sino
en procesos históricos concretos. Se han formado capas que tradicionalmente
producen intelectuales. La relación entre los intelectuales y el mundo de la producción
no es inmediata sino que esta mediada por el tejido social, por el complejo de las
sobreestructuras. Es posible fijar dos grandes planos sobreestructurales:
-el de la “sociedad civil”, es el de los llamados organismos privados y - el de la
“sociedad política o Estado”, los que corresponden a la función de hegemonía que el
grupo dominante ejerce en la sociedad. Estas funciones son organizativas y
conectivas.
Los intelectuales son los gestores del grupo dominante para el ejercicio de las
funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político, ósea: 1) son
productores del consentimiento espontáneo dado por las grandes masas,
consentimiento que nace del prestigio que el grupo dominante obtiene de su posición y
de su función en el mundo de la producción. 2) son productores del aparato de
coerción estatal, que asegura la disciplina de los grupos que no dan consentimiento ni
activa ni pasivamente.

La actividad intelectual tiene que dividirse y distinguirse por grados: en el escalón más
alto los creadores de las varias ciencias, en el más bajo los más humildes
administradores y divulgadores de la riqueza intelectual ya existente.

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