Sunteți pe pagina 1din 7

Recomendaciones para padres de

niños con TDAH


Ser padre es algo que nadie nace sabiendo. De pronto un día lo eres y ya está. Tienes
que ir aprendiendo a serlo sobre la marcha. Aprendiendo de los errores que cometes, de
cómo os comunicáis, del tiempo que pasáis juntos, de tu hijo.

Nadie ha dicho que ser padre sea algo fácil. Implica mucho tiempo, sacrificio,
dedicación, sufrimiento y paciencia. Además cuando tu hijo padece un trastorno como
el TDAH seguramente esa dedicación, sufrimiento y paciencia se vean multiplicados
por mil. Ser padre puede entonces convertirse en algo realmente agotador y te puedes
sentir impotente y frustrado ante un “no sé qué más hacer o decir”. No te preocupes,
todo esto es normal.

Una vez han diagnosticado a tu hijo, sentirás un alivio por saber qué es lo que le sucede
y porqué. Sin embargo no es momento para relajarse y pensar que ahora que tiene un
diagnóstico y que está en manos de especialistas, tu labor en su evolución no es
importante. Porque en ese momento es cuando de verdad empieza lo duro.

A partir de ahí los padres se convertirán en verdaderos expertos, técnicos y


profesionales sobre el trastorno, en especialistas en técnicas de modificación de
conducta cognitivo-conductual, para poder trabajar con su hijo en el rendimiento y
ayudarles a tener una oportunidad. Ya sea en el momento en el que los niños se
enfrentan al problema, o un poco antes para prevenirlo o después de que suceda, para
corregir y que aprendan de los errores.
En definitiva, los padres son el factor protector más importante para reducir el impacto
del TDAH.
Alguna vez te has preguntado ¿Qué necesitan los niños con TDAH para que la familia,
el entorno, las costumbres, la comunicación, la relación y las pautas educativas sean las
adecuadas a las dificultades del TDAH, de forma que reduzcan el impacto negativo del
trastorno y les faciliten las experiencias de éxito y los aprendizajes?

Como padres hay muchas cosas que podemos hacer para ayudarles… pero primero hay
que entender qué es lo que les pasa…

¿Qué les pasa a los niños con TDAH?


– No escuchan, no se fijan.
– Se les olvida, no retienen, o pierden la información sobre lo que tiene que hacer.
– No interiorizan las normas.
– Saben hacer muchas cosas pero no son capaces de llevarlas a término. Hay que estar
encima de ellos para conseguirlo.
– El ambiente, el contexto, la situación no les sirve para controlarse, no les llega la
información sobre qué es lo adecuado, qué debe hacer o que se espera de él en ese
momento.
– Dicen lo primero que se les ocurre, hacen lo primero que piensan.
– Todos los estímulos les entretienen, no saben poner un filtro para atender solo al
pertinente y al adecuado a la situación.
– No son capaces de atender mucho tiempo a una sola tarea que les suponga esfuerzo
mental.
– No aprenden por las consecuencias.
– No anticipan lo que va a pasar. No evalúan las consecuencias de sus acciones.
– Desconocen que pueden recordar el pasado para saber cómo actuar.
– El castigo no les sirve para aprender a comportarse bien.
– No tienen un tiempo de espera, un tiempo de reflexión antes de actuar.
– Cuando más necesario es que estén quietos, más inquietud les entra.
– No tienen conciencia del tiempo, ni regulan el mismo: o van muy rápido en tareas que
se requiere ir despacio, o van muy despacio en tareas en las que se puede ir rápido.
Si todo esto les ocurre en cualquier tipo de tareas: aseo, limpieza, orden, alimentación
colaborar en casa y no digamos en hacer los deberes, las dificultades aumentan cuando
aparecen las emociones tanto positivas como negativas. Entusiasmo, alegría,
frustración cansancio, rabia, miedo… Las emociones les invaden y les
desbordan complicando la situación, para el niño y los adultos que le intentan
ayudar.

¿Qué pueden hacer los padres ante esto?


Los padres pueden y deben tener estrategias que ayuden y faciliten que su hijo aprenda
a regularse y autocontrolarse. Para ello hay que centrarse en trabajar principalmente
en torno a los siguientes puntos:
 Estructuración del ambiente: hábitos, rutinas, organización, planificación, horarios,
órdenes, normas.
 Externalización de la información: carteles, fotos, dibujos, relojes, contadores,
señales acústicas.
 Internalización de los procesos: guía externa de la conducta, pensar en voz alta,
repetirse la orden, modelado cognitivo , autoinstrucciones trabajar con la imaginación (
el pasado y el futuro)
Aquí nos vamos a centrar en las técnicas de Internalización de los procesos.

Técnicas de internalización de los procesos

Guía externa de la conducta


Al igual que cuando los adultos tenemos que aprender una nueva tarea que no sabemos,
por ejemplo conducir, o esquiar, o un nuevo paso de baile… contratamos a un monitor
que está a nuestro lado, que nos va indicando qué hacer y sobre todo cómo hacerlo y en
muchas ocasiones incluso es necesario que nos indique cuándo hacerlo, en esta técnica
se trabaja exactamente eso. Quizás durante más tiempo que otros niños, los niños con
TDAH van a necesitar una guía externa de conducta, es decir, un adulto que les
indique que cómo deben comportarse y cuando. Lo importante en este caso
son: la actitud y las expectativas.
Los padres sabemos hacer esto, es algo que hacemos de forma natural en los
aprendizajes de nuestros hijos. Cuando son pequeños y sabemos que no saben hacer una
cosa, se la enseñamos, para que la aprenda. Estamos disponibles, tenemos paciencia,
nos alegramos de los éxitos y los valoramos, al igual que les ayudamos cuando no les
sale bien y les animamos a seguir.
El problema es que con los niños con TDAH, cuando ya tienen una edad en la que
ciertos comportamientos deberían estar adquiridos, queremos que lo hagan solos y lo
hagan cuando les demos la orden.

Pero ya sabemos que aunque lo sepan hacer (por ejemplo vestirse o recoger los
juguetes) también sabemos sus dificultades de auto-control así que hasta que aprendan a
controlarse, puedes ayudarle convirtiéndote en un control externo de su conducta,
es decir que seas su Guía.

Pensar en voz alta y repetirse en alto lo que tienen que


hacer
Procura que cuando le des una orden, él repita la instrucción que se le ha dado, para
que no se pierda, aumentando así la probabilidad de que cumpla con el cometido que se
le ha ordenado al pararse y dedicarle un tiempo a pensar lo que tiene que hacer.

Modelado congnitivo
Esto consiste en que los padres se conviertan en un modelo para el niño. Demostrarle
que cualquier persona tiene o se encuentra con dificultades, que comete errores y busca
soluciones para resolverlos. Los padres deben por lo tanto hacerle ver a su hijo que ellos
también tienen esos problemas y que lo que hacen para hacer mejor las cosas es seguir
las fases de las auto-instrucciones:
¿Cuál es mi problema?
Tengo que pensar un plan para solucionarlo ¿cuál va a ser mi plan?
Me lo repito en voz alta para que no se me olvide.
¿Estoy utilizando mi plan?
¿Cómo me ha salido?
Reforzarme por lo bien que lo he hecho y por haber utilizado mi plan.
Para poner esto en práctica, lo más sencillo es aplicarlo a actividades frecuentes del
día a día, por ejemplo para que no se les olviden las llaves, para recordar que hay que ir
a hacer la compra, que hay que recordar preparar la bolsa para ir al gimnasio o cuando
el coche tiene poca gasolina y hay que buscar una gasolinera próxima. En todas estas
situaciones, se puede practicar esto haciendo el ejercicio en voz alta, para ofrecer
un modelado cognitivo. Demostrándole al niño que las personas piensan en voz alta, se
hacen estas preguntas y sus contestaciones para conseguir realizar su plan con éxito.
Si los padres ofrecen un modelo cognitivo los niños llegan a imitarlo y a integrarlo
como una herramienta de solución de problemas.

Auto-instrucciones
Las auto-instrucciones consisten en ayudar a tu hijo a que cuando se encuentre ante
un problema o una dificultad tenga la capacidad de pararse y pensar antes de
actuar o tomar decisiones precipitadas:
Me paro > Observo > Pienso > Decido > Actúo > Evalúo
Además, puedes enseñarle que el proceso para pensar debe comprender las siguientes
reflexiones antes, durante y después de la acción:
 ¿Cuál es mi tarea?
 ¿Cómo la voy a hacer? ¿Cuál va a ser mi plan?
 ¿Estoy siguiendo mi plan?
 ¿Cómo lo he hecho?

Trabajar con la imaginación


Lo mejor para llevar a cabo este ejercicio es plantearlo como si fuese un juego, y
puede consistir tanto en recordar el pasado como en imaginarse el futuro.
Jugad a recordar una situación similar a la que tengáis que enfrentaros. Por ejemplo,
cuando tenéis que ir a la consulta del médico: “vamos a recodar cuando hemos ido a esa
misma consulta o algún otro sitio donde hemos tenido que esperar.” ¿Qué pasó? ¿Qué
hacemos cuando nos pasa eso? ¿Qué hacen entonces los adultos?… Lo que puede llevar
a hablar sobre que tardan en recibirnos, que nos toca esperar mucho, que se aburre y
entonces empieza a saltar o a tocar todo y a protestar, que molesta a las otras personas…
Que mamá/papá nos avisa que no está haciendo caso, que se enfada y al final le
castiga…”.

En resumen, se trata de volver a traer a su mente esas situaciones que ya ha vivido.


Hacerle preguntas para que sea él quien las vaya respondiendo, y sobretodo, llegar a
¿qué podemos hacer hoy para que no pase otra vez? Espera siempre a que sea él quien
de las soluciones y admite aquellas que veas que vayan a ser eficaces y que sean
pertinentes. En el caso de que no se le ocurra a tu hijo ninguna solución o sean
“descabelladas”, ve sugiriéndole tú otras opciones.

Si se prefiere hacer el ejercicio con el futuro, debes plantear el ejercicio de la misma


forma pero hablando de lo que podría suceder si…: “Vamos a imaginarnos qué pasaría
si en esta situación tu tuvieras esta dificultad… ¿Cómo lo podrías solucionar? ¿Vamos a
ver qué pasaría si tu hicieras eso?”.
Estos son algunos de los ejercicios que como padre puedes poner en práctica con tu
hijo para ayudarle a reducir el impacto negativo del TDAH en las diferentes situaciones
de su vida. Facilitarán que haya una mayor comprensión, una relación de apoyo y
colaboración entre los adultos y los hijos, evitando así que se produzcan contantes
peleas y tensiones en el ambiente familiar.

¿Has puesto en práctica algunas de estas técnicas? Compártelo con nosotros.


Refuerzo positivo
Es un procedimiento mediante el cual se presenta un estímulo “bueno” (algo que le
gusta o le interesa) después de la realización de una conducta aumentando la
probabilidad de que la conducta vuelva a producirse.
Economía de fichas
Este sistema establece una serie de conductas específicas y unos premios que se podrán
conseguir al respetarlas. Esta técnica pretende fomentar las buenas conductas
(reforzamiento positivo – al conseguir fichas) y disminuir las conductas indeseadas
(castigo negativo – al perder fichas).
Extinción
Es el modelo más utilizado para reducir una conducta. Se trata de disminuir la respuesta
reforzada a un comportamiento indeseado, para lo cual es fundamental determinar qué
es lo que está reforzando ese comportamiento, para dejar de reforzarlo.
Tiempo fuera
Está técnica pretende privar al niño de cualquier reforzador que pueda tener en el
contexto de una mala conducta, aislándolo durante un corto período de tiempo (1 a 5
minutos). Se le debe explicar previamente al niño (sin mostrar mucha atención) que su
comportamiento no es el correcto y que dispone de un momento aislado para reflexionar
sobre ello.
Sobrecorrección
Se aplica cuando hay un comportamiento negativo y se le pide que rectifique lo que ha
hecho mal y restaurar el daño que ha hecho. En el caso de la sobrecorreción de práctica
positiva, la persona que ha hecho algo mal, debe repetir una conducta positiva que se le
indique.
Terapia cognitiva
La cognición está compuesta de procesos como el aprendizaje, la atención, la memoria,
la toma de decisiones… Y la terapia cognitiva lo que pretende es identificar cuáles de
estos procesos están creando problemas, y trabaja para cambiarlos por otros más
adecuados.
Autoinstrucciones
Es una técnica de cambio de comportamiento en el que se modifican los pensamientos,
sustituyéndolos por otros que pueden ser más útiles y efectivos para alcanzar los
objetivos o metas que se proponga el paciente. Estas autoinstrucciones se las da el
paciente a sí mismo, para dirigir de esta forma su forma de actuar: “Voy a escuchar al
profesor”, “Tengo que cruzar la calle con cuidado”…
Técnicas de autocontrol
Gran parte de los problemas de autocontrol se pueden corregir aprendiendo a
moderarse para reducir comportamientos impulsivos que son inmediatamente
gratificantes, pero que a medio plazo no son beneficiosos.
Para realizar un programa de autocontrol, se pueden seguir los siguientes pasos:
– Detectar cual es el problema y establecer los objetivos que se quieren conseguir.
– Comprometerse a modificar su propia conducta.
– Registrar los datos e identificar las causas del problema.
– Diseñar y aplicar un programa de tratamiento del problema.
– Prevenir la recaída y lograr que la mejora perdure.
Técnicas de inhibición de respuesta
Básicamente este entrenamiento consiste en “párate y piensa”, que consiste en realizar
un entrenamiento ante una señal visual de stop para inhibir una respuesta y tomar
decisiones.
Pararse
De esta forma se inhibe la respuesta que inicialmente íbamos a tener. En ese momento hay que
analizar qué es lo que ha ocurrido y tomar consciencia de la situación.
No actuar
Entrenar así la capacidad de demora, controlando el impulso y recapacitando sobre la respuesta
adecuada que se debe dar.
Pensar
Pensar en cómo se puede solucionar el problema y las alternativas posibles, y las consecuencias que
pueden tener cada una de ellas.
Planificar
Decidir cuál de las alternativas es la mejor y decidir cómo se debe actuar.
Actuar
Es importante mantener la atención frente a la distracción o la tentación de hacer algo.
Autoevaluación
Esta etapa es fundamental para seguir aprendiendo y también para valorar cómo hemos gestionado la
situación.

Técnicas de resolución de problemas


La terapia de resolución de problemas es una estrategia de intervención clínica que
consiste en la presentación y práctica de un método estructurado en una serie de pasos,
con el objetivo de ayudar al paciente a resolver sus propios problemas, mejorando las
competencias sociales y disminuyendo el malestar psicológico que éste pueda padecer.

Imaginar el pasado y el futuro


El paciente debe visualizar en su mente el recuerdo de una situación del pasado similar
a la que en ese momento debe enfrentarse. El psicólogo va a ayudar al paciente a fijarse
en los estímulos significativos y apropiados de la situación que nos dan información
sobre lo que está pasando y sobre cómo actuar. La ayuda a analizar el significado.

Autoevaluación reforzada
Además de aprender a autoevaluarse, en este paso se trabaja el que el paciente sea capaz
de realizar una valoración más objetiva y ajustada a la realidad de las cosas que hace y
de cómo reacciona antes ellas.

Vigilancia cognoscitiva
Permite trabajar la conciencia de atención del paciente. Se utiliza el sonido de una
campana a intervalos regulares para enseñarle a responder ante ese estímulo
recordándole que debe estar atento a la tarea que está llevando a cabo para poder
resolverla correctamente.
Entrenamiento en habilidades sociales
¿Qué son habilidades sociales?
Sonreír – Saludar – Hacer favores – Cortesía – Ayudar – Cooperar – Compartir – Unirse
al juego – Iniciar, mantener y terminar conversaciones – Expresar y recibir emociones –
Saber defender derechos y opiniones asertivamente – Identificar y solucionar
problemas.

Como ya hemos visto, es probable que las personas con TDAH tengan problemas
relacionados con el manejo de las habilidades sociales. Esto implica problemas para
relacionarse de forma satisfactoria con los demás, familiares, pareja, hermanos,
compañeros de colegio o trabajo.
Cuando hablamos de estas dificultades que desarrollan los niños con TDAH y que
influyen en sus relaciones a lo largo de su vida, hablamos de un problema que viene de
un escaso desarrollo de habilidades como la empatía, la asertividad, la comunicación
verbal y no verbal, la negociación o la resolución de conflictos sociales… Que son
imprescindibles para regular las relaciones sociales y evitan que se desarrollen
conductas inadecuadas, que pueden acarrear rechazo por parte de los demás, burlas,
críticas, etc.

Para mejorar estas habilidades sociales, se emplean técnicas de terapia cognitivo-


conductual, generalmente en grupo, trabajando aspectos como:
– Autoestima, comunicación emocional.
– Entrenamiento en asertividad.
– Reglas de sociabilización.
– Entrenamiento en conductas prosociales.
– Habilidades de competencia social.

Entrenamiento para padres


El entrenamiento para padres y la intervenciones a nivel familiar han demostrado ser
efectivas en muchas ocasiones. Las sugerencias que se hacen a continuación sólo
pretenden establecer un marco de trabajo que sirva de guía para trabajar la relación
paternofilial mediante una mejor comunicación y atención al desarrollo del niño con
TDAH.9

En el entrenamiento para padres se trabaja sobre los siguientes puntos:

– Identificar las situaciones que generan problemas específicos y los problemas de


comportamiento que generan. Así como los elementos que precipitan las conductas
disruptivas. Es importante registrar la evolución constantemente.
– Analizar las consecuencias positivas y negativas de los comportamientos apropiados
y no apropiados con los padres.
– En el caso de que en la relación padre-hijo se produzcan muchos roces y pocas
interacciones positivas, se trabaja para reforzar las habilidades de los padres durante
las sesiones para el mejor manejo de las situaciones.
– Enseñar a los padres métodos de comunicación efectiva para establecer normas y
llevar el mando (establecer contacto visual, dando órdenes de una en una, dando
órdenes en un contexto positivo…).
– Establecer consecuencias negativas apropiadas para cada problema de
comportamiento específico. Las consecuencias deben estar estrechamente relacionadas
con el problema en sí.
– Utilizar sistemas de economía de fichas para los problemas de conducta
constantes. Los padres pueden así aprender a penalizar y recompensar conductas
negativas y positivas.
– En el caso de problemas de conducta más graves, se enseña a emplear técnicas de
tiempo fuera. Es importante comprender bien cómo funciona y cómo debe emplearse
para que no se convierta en un castigo sin aprendizaje.

S-ar putea să vă placă și