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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA.
UNIVERSIDAD DE ORIENTE – NÚCLEO BOLÍVAR.
DEONTOLOGÍA MÉDICA (1565121)

Profesor: Bachilleres:
Dr. Serris Kaid Bay Abache Ariannis (24.186.734)
Amaya Luis (25.755.819)
Basanta Kennia (19.126.306)
Brown Samanta (25.936.864)
Castañeda Leidy (21.236.615)
De Giusti Beniamino(26.542.018)
Falini Gabriela (24.037.888)
Graterol Bárbara (25.087.340)
Jaspe Andrés (25.393.945)
López Brandon (24.125.819)
Marcano Fátima (24.437.211)
Mendoza José (25.595.709)
Ospina Aura (18.623.868)
Ramírez Johnnatan (22.717.695)
Rivera Jesika (24.412.348)
Rodríguez Karlaxi (25.416.632)
Ruiz Milagros (17.046.964)
Sofía Adriana (19.871.505)

Ciudad Bolívar, enero de 2019.


ÍNDICE

Contenido
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................. 3
JURAMENTO MÉDICO ...................................................................................................................... 5
JURAMENTOS Y CÓDIGOS MÉDICOS ........................................................................................... 5
TEXTO DEL JURAMENTO: ............................................................................................................. 14
VERSIÓN DEL JURAMENTO HIPOCRÁTICO DE LA CONVENCIÓN DE GINEBRA ............. 18
VERSIÓN DE JURAMENTO HIPOCRÁTICO DE LOUIS LASAGNA (1964) .............................. 19
JURAMENTO DE MAIMÓNIDES .................................................................................................... 21
JURAMENTO MÉDICO OBLIGATORIO EN VENEZUELA ......................................................... 22
JURAMENTO ..................................................................................................................................... 23
DEFINICION DE TERMINOS ........................................................................................................... 24
CONCLUSIÓN……………………………………………………………………………………….28
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………………………..29

2
INTRODUCCIÓN

Todos los quehaceres de la actividad profesional médica, además de la base


científica y técnica, tienen una dimensión ética y como consecuencia el ejercicio de la
medicina conlleva un compromiso ético y deontológico. Los deberes del médico, llevan
inherentes aspectos éticos en general y bioéticos en particular, que se deben cumplir y
por ello la importancia de su conocimiento.
Ser médico es ejercer una profesión peculiar. Su objetivo es la persona, cuando
esta siente o parece sentir alguna deficiencia, aparece la enfermedad. Para alcanzar la
normalidad busca ayuda y lo hace dirigiéndose a otra persona que cree con los
conocimientos suficientes para conseguir el objetivo. Se establece entonces la relación
médico-paciente, que actúa como uno de los "fármacos" más universales y poderosos
y que en bien de todos no se debe perder.
La relación médico-paciente es una relación personal, con todas las virtudes y
defectos de una relación interpersonal. Se basa en los conocimientos científicos y
técnicos del médico, pero también en la esperanza y confianza que el paciente deposita
en el médico, lo cual se podrían ver deteriorado sin una buena información, aspecto
que el profesional a veces descuida, prestando mayor atención al diagnóstico y
preocupado por llegar a una acertada decisión terapéutica. La actividad profesional del
médico es de gran complejidad, por ello la necesidad de regularla, de establecer un
marco de actuación, unas normas para servir mejor a la sociedad.
Las Normas Éticas o Deontológicas son el instrumento normativo de las
actitudes y los comportamientos exigibles a los médicos en el ejercicio de su profesión
3
y que el colectivo se autoimpone en todos los ámbitos posibles de actuación, desde los
actos en la medicina ambulatoria, hasta en los procedimientos técnicos más
sofisticados, desde la medicina privada a la pública, desde la historia clínica hasta la
prescripción terapéutica. Dichas normas pretenden fundamentalmente la protección de
la sociedad frente a la actitud médica, pero también la protección de los médicos, al
tener un marco ético concreto de actuación que se ha de respetar y seguir. Así mismo,
pretenden regular las relaciones de los médicos entre sí, con las
Instituciones Sanitarias donde presten sus servicios y con la Corporación Médica a la
que pertenecen.
Toda actividad de los profesionales de la Medicina debe respetar las directrices
del Código deontológico, es decir que el cumplimiento de éste, es obligatorio para
todos los médicos colegiados y cuando se incumple conduce a posibles y distintas
sanciones.
Los principios esenciales de la profesión médica se traducen actitudes,
responsabilidades y compromisos básicos, como lo son el fomento del altruismo, la
integridad, honradez, veracidad y empatía, que son esenciales para una relación
asistencial de confianza plena. La mejora continua en el ejercicio profesional y en la
calidad asistencial, basadas en el conocimiento científico y la autoevaluación. El
ejercicio de la autorregulación con el fin de mantener la confianza social, mediante la
transparencia, la aceptación y corrección de errores y conductas inadecuadas y una
correcta gestión de los conflictos. Fomentar y regular una correcta relación de los
médicos entre sí.

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JURAMENTO MÉDICO

Es el acto en el cual el médico afirma conocer el código médico y se compromete


bajo juramento y mediante un documento escrito a respetarlo, es decir, cumplir ciertas
normas de orden moral y legal, proporcionando una reafirmación de las normas
deontológicas de la profesión.
Juramento Hipocrático, primer documento de ética médica occidental. Escrito
por Hipócrates en el siglo V.

JURAMENTOS Y CÓDIGOS MÉDICOS

 Juramento hipocrático
 Juramento de Maimónides
 Juramento médico venezolano (Luis Razetti)
 Declaración De Ginebra
 Código De Nuremberg
 Código De Montpellier

CÓDIGO ÉTICO DE AL-TABARI, 970 de C.


Los caracteres Personales del médico:

El Médico debe ser modesto, virtuoso, misericordioso, y no adicto al licor. Debería vestir ropas
limpias, ir dignamente, y tener bien aseados barba y pelo. No debería unirse a profano o
descreído, ni sentarse siquiera a 5
su mesa.. Seleccionará su compañía entre personas de buena
reputación Cuidará muy bien de lo que dice y no debería dudar en pedir perdón si comete un
error. Por el contrario, él siempre perdonará y nunca buscará la revancha. Debería ser amistoso
y pacífico. Procurará no hacer bromas o reír en lugar o tiempo inadecuados.

II. Su obligación hacia los pacientes:

No tratará de predecir si un paciente vivirá o morirá, porque sólo Dios lo sabe.


Procurará no perder la compostura cuando un paciente se lo pregunte, Bien al contrario, deberá
contestar suave y compasivamente. Tratará por igual al rico y al pobre, al amo y al sirviente,
al poderoso y al desposeído, al sabio y al analfabeto. Dios le premiará si ayuda al necesitado.
El médico no se demorará jamás en las visitas o en los avisos domiciliarios. Será puntual y de
confianza. Procurará no disputar por el costo de sus honorarios. Si el paciente está muy mal o
en caso de emergencia, se dará por satisfecho por mucho que se le adeude. El no debería dar
drogas a una mujer encinta para abortar a menos que fuere necesario para la salud de la madre.
Si el médico prescribe ingerir una droga, se asegurará que el paciente ha comprendido el
nombre correctamente, puesto que en el caso de que pida la droga equivocada empeorará en
vez de ir a mejor. El debería ser decente con mujeres y jamás divulgar los secretos de sus
pacientes.

III. Su obligación hacia la comunidad:

El médico no debería decir maldad alguna de las personas honorables de la comunidad o


criticar a una persona de otra creencia religiosa

IV. Las obligaciones con sus colegas:

El médico debería hablar bien siempre de sus conocidos y colegas. No se honrará él mismo a
costa de difamar a los otros. En caso de que hayan llamado a otro médico para tratar a su
paciente, los familiares del médico no criticarán al colega aun cuando el diagnóstico y las
prescripciones difieran de las suyas propias. Sin embargo, tiene la obligación de explicar las
consecuencias de asumir uno u otro punto de vistan al paciente lo mejor que pueda. Deberá
advertir de las combinaciones de6diferentes tipos de terapia que puedan ser peligrosas porque
pueda resultar lesiva o incompatible la mezcla de diferentes sustancias.

CODIGO DE NUREMBERG

Son abrumadoras las pruebas que demuestran que algunos tipos de experimentos médicos en
seres humanos, cuando se mantienen dentro de límites bien definidos, satisfacen
(generalmente) la ética de la profesión médica. Los protagonistas de la práctica de
experimentos en humanos justifican sus puntos de vista basándose en que tales experimentos
dan resultados provechosos para la sociedad, que no pueden ser procurados mediante otros
métodos de estudio.
Todos están de acuerdo, sin embargo, en que deben conservarse ciertos principios básicos para
poder satisfacer conceptos morales, éticos y legales:

1. El consentimiento voluntario del sujeto humano es absolutamente esencial

2. El experimento debería ser tal que prometiera dar resultados beneficiosos para el
bienestar de la sociedad, y que no pudieran ser obtenidos por otros medios de estudio. No
podrán ser de naturaleza caprichosa o innecesaria.

3. El experimento deberá diseñarse y basarse sobre los datos de la experimentación


animal previa y sobre el conocimiento de la historia natural de la enfermedad y de otros
problemas en estudio que puedan prometer resultados que justifiquen la realización del
experimento.

4. El experimento deberá llevarse a cabo de modo que evite todo sufrimiento o daño físico
o mental innecesario.

5. No se podrán realizar experimentos de los que haya razones a priori para creer que
puedan producir la muerte o daños incapacitantes graves; excepto, quizás, en aquellos
experimentos en los que los mismos experimentadores sirvan como sujetos.
7

6. El grado de riesgo que se corre nunca podrá exceder el determinado por la importancia
humanitaria del problema que el experimento pretende resolver.

7. Deben tomarse las medidas apropiadas y se proporcionaran los dispositivos adecuados


para proteger al sujeto de las posibilidades, aun de las más remotas, de lesión, incapacidad o
muerte.

8. Los experimentos deberían ser realizados sólo por personas cualificadas


científicamente. Deberá exigirse de los que dirigen o participan en el experimento el grado
más alto de competencia y solicitud a lo largo de todas sus fases.

9. En el curso del experimento el sujeto será libre de hacer terminar el experimento, si


considera que ha llegado a un estado físico o mental en que le parece imposible continuar en
él.

10. En el curso del experimento el científico responsable debe estar dispuesto a ponerle fin
en cualquier momento, si tiene razones para creer, en el ejercicio de su buena fe, de su
habilidad comprobada y de su juicio clínico, que la continuación del experimento puede
probablemente dar por resultado la lesión, la incapacidad o la muerte del sujeto experimental.

CODIGO DE MONTPELLIER
Fue adoptado por el consejo de la Federación de los Sindicatos médicos de L’Herault, creado
por el Dr. Arnaldo de Vilanova que lo realizó en Montpellier, de ahí su nombre.
I. Si el médico tiene el derecho de pretender la estimación de sus colegas y la efectiva gratitud
de sus clientes, él debe, para ser digno, inspirar todos sus actos en los principios que
constituyen la esencia de la deontología. Es de la incumbencia de los sindicatos médicos,
guardianes de las tradiciones que es el honor de la profesión, formular las reglas generales, y
vigilar, en los casos necesarios, su estricta aplicación.

A. Deberes del médico para consigo mismo

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II. Antes de todo, el médico se debe a sí mismo, como debe a la corporación de que forma
parte, la obligación de ser un perfecto honesto hombre. A este título, debe abstenerse de toda
forma, misma indirecta, de charlatanismo, que en el fondo, tiene por objeto la explotación de
la credulidad pública: usurpar títulos o engañar al público con el valor de los que se posee,
recurrir para llamar la clientela, a una publicidad extra médica y cuyo valor el enfermo no
puede conocer, son gestos esencialmente incorrectos.

III. Son igualmente condenables todos los medios que tienden a la edificación de una situación
profesional por otros procedimientos que no sean la ciencia y la abnegación, solas bases de
toda notoriedad legítima y durable. Así, son prohibidos todos los actos de regateo o de
connivencia, comisiones o gratificaciones a los buscadores de enfermos, hoteleros,
comadronas; asociación o repartición de beneficios con las mismas personas; aceptación de
una comisión por la prescripción de medicamentos o aparatos, por el envío a un sanatorio o a
un balneario. El carácter clandestino de tales procedimientos demuestra suficientemente que
los mismos autores los consideran inconfesables.
IV. El acuerdo con los empíricos, bajo forma de prescripción de remedios secretos, o la
colaboración con los curanderos o los sonámbulos, constituye más que una incorrección, pues
es castigado por el Código Penal como delito de complicidad de estafa.

B. Deberes de los médicos para con la clientela

V. Excepto el caso en que el espíritu de humanidad lo exija, los de compromisos anteriores o


de requerimiento judicial, el médico tiene el derecho de rehusar sus cuidados a un enfermo.
Por el contrario, desde que él acepta atenderlo, contrae ciertas obligaciones.

VI. El enfermo espera los mejores cuidados, razón por la cual, el médico tiene la obligación
de estar al corriente del movimiento científico; toda negligencia de su parte puede ser
considerada como una falta.
Cualquiera que sea la posición social del cliente, la frecuencia de las visitas, salvo demanda
expresa de los interesados, será función relativa a la gravedad del caso. Es tan criticable el
espaciar o acortar los exámenes, como multiplicar visitas y prescripciones, o inducir a
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consultas o intervenciones evitables. El médico debe ser sumamente escrupuloso sobre este
punto, tanto más, que la mayoría de las veces no tiene otro contralor que el de su conciencia.

VII. Confidente obligado del enfermo, el médico está obligado a guardar el secreto de todo lo
que él ha visto, entendido o comprendido del hecho de su profesión. Esta discreción debe ser
observada hasta en los libros de cuentas, en la redacción de las observaciones científicas o de
los certificados de defunción.

VIII. El enfermo tiene el derecho de exigir la verdad en lo que concierne a su estado; en


particular puede pedir todos los certificados que considere necesarios, con obligación para el
médico de no hacer constar sino las comprobaciones rigurosamente exactas. Un certificado de
complacencia constituye una falsa declaración.

C. Deberes del médico para con las colectividades

IX. Públicas o privadas, diversas colectividades requieren el concurso del médico. Solicitado
para entrar en relaciones con ellas, debe dirigir su interlocutor al sindicato del cual forma parte,
que es el solo autorizado y que tiene la independencia necesaria para defender, en un caso
particular, los intereses profesionales colectivos.

X. La dignidad del Cuerpo Médico, la buena confraternidad y el interés bien comprendido del
enfermo, exigen que no sea discutido el derecho de éste, a la libre elección del médico con
tarifa a la vista y con una cuota que se aproxime lo más posible a la de la clientela ordinaria.
Toda tarifa a destajo debe ser rechazada como inmoral.

XI. Para las funciones públicas, el sindicato debe esforzarse por obtener el principio de
nombramiento por concurso, o por lo menos, por el valor de los títulos, lo que constituye una
garantía para los enfermos, equidad para los competidores, independencia y estabilidad para
los titulares.
En el caso de revocación de estos, nadie podrá aceptar la sucesión sin previa autorización del
sindicato. Esta autorización sólo será dada cuando la revocación haya sido pronunciada por
falta grave.
1
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XII. Los médicos de las colectividades están obligados, por lo que concierne a sus clientes, a
las reglas ordinarias del secreto profesional. Deben por consiguiente negar a las colectividades
toda declaración que constituya una violación de este secreto.

XIII. Por lo contrario, el médico experto, inspector o verificador, tiene el derecho de comunicar
a sus comitentes el resultado completo de su examen, puesto que él ha sido designado
expresamente para este efecto y que el enfermo se ha dejado examinar en pleno conocimiento
de causa.
De este resulta, que las funciones del médico que asiste al enfermo, y las del médico experto,
son incompatibles.

D. Deberes del médico para con sus colegas

XIV. Adoptar, para con los otros, la misma actitud que se desearía, por reciprocidad, fuese
tomada para con uno mismo, tal debe ser el principio que regle las relaciones del médico con
sus colegas.

XV. Desde su instalación en una localidad ya provista de médicos, el recién venido irá a
saludar a sus colegas anteriores; esta visita debe ser retribuida. En las relaciones ulteriores, si
el mismo diploma confiere las mismas prerrogativas a sus poseedores, el más joven
manifestará ciertas deferencias a sus mayores; en compensación, la actitud de estos será
siempre cordial para con aquellos.

XVI. Es conveniente abstenerse en una forma absoluta de todo propósito o de una actitud
susceptible de desacreditar un colega, sobre todo en los medios extra médicos y todavía más
en una familia a la cual éste haya prestado sus cuidados. No deben tampoco tomarse en
consideración, sin haberse asegurado de la realidad de su existencia, los propósitos descorteses
que un tercero, frecuentemente interesado, dice han sido tenidos por otro colega.

XVII. En caso de dificultades con un colega, el médico ensayará primeramente de arreglar el


desacuerdo por una diligencia personal. Si nada se consigue, se someterán los hechos de la
causa al presidente del sindicato,1para los fines del arbitraje.
1

XVIII. Si un enfermo tiene el derecho de dar o retirar su confianza a quien le conviene, ningún
médico puede permitirse la práctica de suplantar a un colega en el tratamiento de un enfermo.

XIX. Fuera del consultorio, que es un terreno neutro en donde cada uno es libre de recibir a
los que vengan, el médico no puede ir junto a un enfermo incógnito sin haber obtenido la
prueba de que el colega que le ha precedido, ha sido desinteresado de los cuidados
anteriormente dados.
XX. No obstante, si él es llamado cerca de un enfermo en curso de tratamiento, en caso de
extrema urgencia o en ausencia del médico que lo asiste, por humanidad queda obligado el
médico a visitar este enfermo. Al regreso de su colega, debe informarlo del tratamiento
instituido y cesar sus visitas. Tampoco puede continuarse una asistencia comenzada en
carácter de reemplazante de otro colega.

XXI. Instalarse sin su consentimiento formal, en la localidad en que ejerce un colega a quien
se ha reemplazado anteriormente o ejercer en el radio de acción de una clientela cedida a título
oneroso, son gestos igualmente condenables.

XXII. Constituye igualmente un acto de concurrencia desleal el hecho de consentir una tasa
de honorarios inferior a la que se aplica en la localidad o en la región, y que ha sido fijada por
el sindicato en proporción al precio medio de la vida. La medicina con rebaja deprime siempre
al médico y no tiene nada de común con el ejercicio de una beneficencia discreta y bien
pensada.

XXIII. Toda colaboración entre colegas, provocada generalmente por el médico que asiste o,
más raramente, aceptada por éste conforme al deseo del enfermo, debe únicamente inspirarse
en el interés del cliente, trátese de consulta o de operación.

XXIV. La consulta con un colega, no debe exigirse sino en caso de necesidad. Por otra parte,
ella no debe jamás ser negada, salvo el caso de indignidad profesional del consultante, sobre
todo si esta indignidad ha sido1 sancionada previas formalidades regulares. En caso de
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desacuerdo grave en el curso de la consulta, la familia debe ser avisada, a fin de que un tercero
venga a arbitrar el debate. El médico de cabecera, por su dignidad personal, debe retirarse, en
el caso que su opinión no haya prevalecido acerca del cliente.

XXV. Designados por el enfermo o por el médico de cabecera, los consultantes o los
especialistas deben inmediatamente informarlo por escrito del resultado del examen. Su
misión especial terminada, ellos no deben en ningún caso continuar en relaciones directas con
el enfermo, al menos para otros cuidados que los que dependan de su especialidad.
XXVI. En caso de intervención, el cirujano, solo responsable, distribuye el cometido de sus
colaboradores. Pero él se esforzará en que el médico de cabecera esté presente, y le reservará
un cometido honorable.

XXVII. La experiencia ha demostrado que para evitar más tarde conflictos, las transacciones
de honorarios deben hacerse al contado. Estas se efectuarán exclusivamente con el enfermo o
con la familia del enfermo, beneficiarios de los cuidados y directamente con los médicos y sus
ayudantes, dispensadores de los cuidados.

XXVIII. Toda retribución directa de colega a colega, vulgarmente designada bajo el nombre
de dicotomía, es incorrecta, prestándose por su carácter clandestino a la suposición degradante
de connivencia. Es el enfermo, solo beneficiario del servicio prestado, quien debe honrar a
cada uno de los médicos que han colaborado acerca de él. Es de la incumbencia del médico
que ha desempeñado la función más importante, consultor o cirujano, el fijar francamente en
su nota el quantum debido a cada uno. El especificará por la consulta los honorarios que deben
ser abonados, además de los suyos, al médico de cabecera. Lo mismo por una operación, la
cuota de cada uno de sus colaboradores debe de ser fijada a la familia, por el cirujano que
cuidará para que los intereses del médico de cabecera, de los cuales él es solidario, sean
enteramente respetados, conforme a la tarifa sindical vigente.

XXIX. En el caso que el médico de cabecera prefiera entenderse directamente con la familia,
por lo que respecta a sus honorarios, toda remuneración hecha por el consultor o el cirujano
1 de ser solicitada.
sería ilícita y en ningún caso debe
3

XXX. Los sindicatos regularmente constituidos están calificados para juzgar las infracciones
a las reglas de deontología cometidas por todo médico, mismo no sindicado. Abstenerse
equivaldría, en ciertos casos, a una tácita aprobación dada a las faltas individuales susceptibles
de comprometer por consecuencia la buena reputación o los intereses del cuerpo médico de la
región. Después de haber hecho al infractor supuesto, el proceso previsto por los estatutos y
que es destinado a permitir al colega incriminado explicarse sobre los hechos que le son
reprochados, ellos pueden, en formas adecuadas, usar para con él, sanciones tales como la
advertencia, el reproche, la censura o la descalificación.

XXXI. Además de esta acción disciplinaria, el sindicato constituye para los colegas de la
misma región un lazo sólido que les permite tratar de igual a igual con las colectividades. Bien
estudiadas, apoyadas por la voluntad de todos, sus decisiones tendrán mucha más fuerza que
las de un colega aislado. Es por lo tanto de sumo interés para todo médico, afiliarse a ellos
desde el comienzo de su vida profesional.

En resumen, el ejercicio normal y regular de su profesión debe suministrar al médico los


recursos legítimos sobre los cuales tiene el derecho de contar y con ellos la consideración que
le es debida. Pero, en cambio, es menester que cada uno de sus gestos, realizados siempre
públicamente, a la luz del día, sólo se inspiren en el interés de su enfermo; en el respeto hacia
sus colegas y en el de su propia dignidad

TEXTO DEL JURAMENTO:

Juro por Apolo médico, por Esculapio, Higia y Panacea, Juro por todos los Dioses
y todas las Diosas, tomándolos como testigos, cumplir fielmente, según mi leal saber y
entender, este juramento y compromiso
Venerar como a mi padre a quien me enseñó este arte, compartir con él mis bienes
y asistirle en sus necesidades; considerar a sus hijos como hermanos míos, enseñarles
este arte gratuitamente si quieren aprenderlo; comunicar los preceptos vulgares y las
enseñanzas secretas y todo lo demás de la doctrina a mis hijos, y a los hijos de mi
maestro ya todos los alumnos comprometidos y que han prestado juramento según
1
costumbre, pero a nadie más.
4
En cuanto pueda y sepa, usaré de las reglas dietéticas en provecho y apartaré de
ellos todo daño e injusticia. Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que
me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tampoco administraré abortivo a
mujer alguna. Por el contrario, viviré y practicaré mi arte de forma sana y pura.
No tallaré cálculos, sino que dejaré esto a los cirujanos especialistas. En cualquier
cosa que entre, lo haré para bien de los enfermos, apartándome de toda injusticia
voluntaria y de toda corrupción, principalmente de toda relación vergonzosa con
mujeres y muchachos, ya sean libres o esclavos.
Todo lo que vea y oiga en el ejercicio de mi profesión, y todo lo que supiere
acerca de la vida de alguien, si es cosa que no debe ser divulgada, lo callaré y lo
guardaré con secreto inviolable. Si este juramento cumpliere íntegro, viva yo feliz y
recoja los frutos de mi arte y sea honrado por todos los hombres y por la más remota
posteridad. Pero si soy transgresor y perjuro, avéngame lo contrario.
Hipócrates, 400 a.C.

JURAMENTO ORIGINAL

El juramento hipocrático es realizado ante los dioses griegos, en él, el que se está
juramentando se compromete a velar por los enfermos, sin ánimos de lucro; a transmitir
sus conocimientos a hijos y discípulos, y a ser noble en el arte y ciencia de la medicina.
Se establece el principio del respeto a la persona humana a través de normas de
conducta que deben regir al médico, cuya actuación estará demarcada por la justicia y
dignidad. Se prohíben la eutanasia, el aborto, el intrusismo médico y académico. Se
establece el concepto de “secreto médico”, y la obligación de preservarlo en todo
momento. El Juramento Hipocrático es un símbolo de la moral colectiva y la promesa
ética de los médicos unidos por un único propósito de curar y aliviar a sus pacientes.
El juramento recibe su nombre de Hipócrates, un médico griego que nació en el año
460 A.C.
"Juro por Apolo, médico, por Esculapio, Higías y Panacea y pongo por testigos
a todos los dioses y diosas, de que he de observar el siguiente juramento, que me obligo
1
5
a cumplir en cuanto ofrezco, poniendo en tal empeño todas mis fuerzas y mi
inteligencia.
Tributaré a mi maestro de Medicina el mismo respeto que a los autores de mis
días, partiré con ellos mi fortuna y los socorreré si lo necesitaren; trataré a sus hijos
como a mis hermanos y si quieren aprender la ciencia, se la enseñaré
desinteresadamente y sin ningún género de recompensa.
Instruiré con preceptos, lecciones orales y demás modos de enseñanza a mis
hijos, a los de mi maestro y a los discípulos que se me unan bajo el convenio y
juramento que determine la ley médica, y a nadie más.
Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa
según mis facultades y a mí entender, evitando todo mal y toda injusticia. No accederé
a pretensiones que busquen la administración de venenos, ni sugeriré a nadie cosa
semejante; me abstendré de aplicar a las mujeres pesarios abortivos. Pasaré mi vida
y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza. No ejecutaré la talla, dejando tal
operación a los que se dedican a practicarla.
En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que el bien de los
enfermos; me libraré de cometer voluntariamente faltas injuriosas o acciones
corruptoras y evitaré sobre todo la seducción de mujeres u hombres, libres o esclavos.
Guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la sociedad por razón de mi ejercicio y
que no sea indispensable divulgar, sea o no del dominio de mi profesión, considerando
como un deber el ser discreto en tales casos.
Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente mi
vida y mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro,
caiga sobre mí la suerte contraria.".
Hipócrates, 400 a.C.

Análisis de juramento original

El juramento hipocrático es un promesa solemne de brindar cuidado y curación, prevenir


las enfermedades en la medida de lo posible tratar a las personas con respeto y compasión. Los
juramentos médicos en especial el hipocrático, son analizados a través del tiempo
fundamentalmente desde el punto
1 de vista de los valores morales que sustentan la relación
6
médico-paciente, medico- colega, medico-sociedad, así como también aquellos principios
referidos a aspectos pedagógicos.
Formula inicial y final del Juramento
“Juro por Apolo sanador y por Asclepio y por Higias y por Panacea y por todos los
dioses y por todas las diosas, poniéndolos por testigos, cumplir totalmente según mi capacidad
y juicio, este juramento y este compromiso”.
El juramento hipocrático está redactado según la fórmula clásica de los juramentos
solemnes. Se trata de un compromiso realizado ante los dioses, lo cual implica que ponemos a
estos por testigos y aceptamos, en consecuencia, los castigos que ellos nos imponga por
incumplimiento de lo prometido.
“Si este juramento cumpliere integro, viva yo feliz y recoja los frutos de mi arte y sea
honrado por todos los hombres y por la más remota posteridad. Pero si soy transgresor y
perjuro, a vengarme lo contrario.” Es importante reafirmar el carácter eminentemente religioso
del juramento hipocrático, carácter que tiene su origen en la propia condición sagrada del acto
médico. Al nombrar a Higias, de quien deriva el término “Higiene” y Panacea “La que lo cura
todo”, se entiende que está nombrando las bases de la medicina: Higiene y curación, o más
bien, prevención y tratamiento.
En la segunda parte de este texto se indica el reconocimiento que deben tener los grandes
maestros de las escuelas de Medicina, pues ellos son los encargados de transmitir la llama del
conocimiento, el arte del saber y la magia de la experiencia. “Venerar como a mi padre a quien
me enseñó este arte, compartir con el mis bienes y asistirle en sus necesidades; considerar a sus
hijos como hermanos míos, enseñarle ese arte gratuitamente si quieren aprenderlo; comunicar
los preceptos vulgares y las enseñanzas secretas y todo lo demás de la doctrina a mis hijos
como hermanos míos, enseñarles este arte gratuitamente y si quieren aprenderlo; comunicar
los preceptos vulgares y las enseñanzas secretas y todo lo demás de la doctrina a mis hijos, y a
los hijos de mi maestro y a todos los alumnos comprometidos y que han prestado juramento
según costumbre, pero a nadie más.” Sus palabras, sus consejos, sus sermones y su apoyo,
deben ser tomados como hechos por un padre que trata de llevar a su hijo por el camino del
éxito. Considerarlos parte de nuestro ser y de nuestro destino, es obligación de cada médico en
formación. Con ello, el deber del estudiante, también es convertirse en maestro, dominar el arte
y transmitirlo, es deber de todo médico.
“En cuanto pueda y sepa, usaré de las reglas dietéticas en provecho de los enfermos y
apartaré de ellos todo daño e injusticia” Nos habla sobre mantener el acto médico dirigido al
bienestar, a la salud y a la vida. Sin embargo, las necesidades que tiene la sociedad cambian
1 la percepción de lo correcto y lo incorrecto también cambian
con el paso del tiempo, y con ello,
7
paulatinamente. Por ello el médico debe confiar en su criterio, debe confiar en su aprendizaje,
debe confiar en su estudio y en su conocimiento. Para con ello poder tomar la decisión más
adecuada.
En su juramentos Hipócrates rechaza la eutanasia y el aborto de forma terminante “Jamás
daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de
este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna. Por el contrario, viviré y practicaré
mi arte de forma santa y pura”. Señala aquí su respeto a la vida y la dignidad humana, afirmando
que no atentará en contra de ella, ya que refiere que lo propio del médico es mantener la vida,
y nunca causar la muerte o cooperar con ella.
“No tallaré cálculos, sino que dejaré esto a los cirujanos especialistas”. Aquí el juramento
se refiere a dejar que cada especialista haga lo que le corresponda, sin inmiscuirse en asuntos
que, aunque se encuentre en capacidad de manejaros, podrían traer graves consecuencias que
atenten contra el bienestar del paciente.
En el último segmento del juramento se indica la ética y el carácter confidencial, que
debe tener el médico con sus pacientes.
“En cualquier casa que entre, lo haré para bien de los enfermos, apartándome de toda
injusticia voluntaria y de toda corrupción, y principalmente de toda relación vergonzosa con
mujeres y muchachos, ya sean libres o esclavos.” Enfocarnos en tratar al paciente sin faltarles
el respeto a su familia y a su hogar, no utilizar la posición de profesional para seducir mujeres,
cuidar lo que se dice y ser confidente del paciente. “Todo lo que vea y oiga en el ejercicio de
mi profesión y todo lo que supiere acerca de la vida de alguien, si es cosa que no debe ser
divulgada, lo callaré y lo guardaré con secreto inviolable”. El secreto profesional es una
obligación ética que tiene el médico basada en la información directa e individual y de forma
confidencial sobre la vida, salud o sobre la vida familiar de un paciente y esto le obliga a
mantenerlo como su nombre lo indico, bajo secreto profesional, sin llegar a ser extremistas
aun luego de la muerte del paciente . El conocer la vida de un individuo, representa un gran
poder ante la vida del mismo, y por ello debe ser utilizado con discreción y respeto.
El cumplimiento de estos conceptos, en los que debe estar basada la ética del médico,
sólo puede ser la mitad del camino. Existen puntos de gran relevancia que no son tomados en
cuenta, por ejemplo el estudio constante durante toda a formación y desarrollo profesional. La
lectura, como base del aprendizaje, debe de realizarse de manera persistente, esto le permite al
médico en formación vencer las barreras de la ignorancia, tener un mejor entendimiento de su
realidad, y adquirir experiencia basada en conocimiento.
1
8
VERSIÓN DEL JURAMENTO HIPOCRÁTICO
DE LA CONVENCIÓN DE GINEBRA

La Declaración de Ginebra es una actualización del juramento hipocrático propuesto por


la Asamblea General de la Asociación Médica Mundial (AMM) realizada en septiembre de
1948. Toma su nombre de la sede en la que se realizó la reunión, la ciudad de
Ginebra, Suiza.
El texto tiene como finalidad principal la de crear un nuevo documento que cumpla la
función que tuvo el texto hipocrático en el momento de su creación, la de crear una base moral
para todos los médicos, sobre todo considerando la experiencia de la Segunda Guerra Mundial.
Ha habido varios intentos de adaptación del juramento hipocrático a lo largo de la historia. En
1945, se redactó un juramento hipocrático en la convención de Ginebra, con el texto siguiente:
En el momento de ser admitido como miembro de la profesión médica:

 Prometo solemnemente consagrar mi vida al servicio de la humanidad


 Otorgar a mis maestros el respeto y la gratitud que merecen
 Ejercer mi profesión a conciencia y dignamente
 Velar ante todo por la salud de mi paciente
 Guardar y respetar los secretos confiados en mí, incluso después del
fallecimiento del paciente
 Mantener, por todos los medios a mi alcance, el honor y las nobles tradiciones de
la profesión médica
 Considerar como hermanos y hermanas a mis colegas
 No permitiré que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo,
origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual,
clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mi
paciente;
 Velar con el máximo respeto por la vida humana
 No emplear mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y las
libertades ciudadanas, incluso bajo amenaza.
“Hago estas promesas solemne y libremente, bajo mi palabra de honor”.

VERSIÓN DE JURAMENTO HIPOCRÁTICO DE LOUIS


LASAGNA (1964)

Esta versión fue redactada por el Doctor Louis Lasagna, decano de la Facultad
1
de Medicina de la Universidad
9 de Tufts, en las cercanías de Boston, Massachusetts,
EEUU. El cual dicta lo siguiente. "Prometo cumplir, en la medida de mis capacidades
y de mi juicio, este pacto. Respetaré los logros científicos que con tanto esfuerzo han
conseguido los médicos sobre cuyos pasos camino, y compartiré gustoso ese
conocimiento con aquellos que vengan detrás. Aplicaré todas las medidas necesarias
para el beneficio del enfermo, buscando el equilibrio entre las trampas del sobre
tratamiento y del nihilismo terapéutico.
Recordaré que la medicina no sólo es ciencia, sino también arte, y que la calidez
humana, la compasión y la comprensión pueden ser más valiosas que el bisturí del
cirujano o el medicamento del químico. No me avergonzaré de decir "no lo sé", ni
dudaré en consultar a mis colegas de profesión cuando sean necesarias las habilidades
de otro para la recuperación del paciente.
Respetaré la privacidad de mis pacientes, pues no me confían sus problemas para
que yo los desvele. Debo tener especial cuidado en los asuntos sobre la vida y la muerte.
Si tengo la oportunidad de salvar una vida, me sentiré agradecido. Pero es también
posible que esté en mi mano asistir a una vida que termina; debo enfrentarme a esta
enorme responsabilidad con gran humildad y conciencia de mi propia fragilidad. Por
encima de todo, no debo jugar a ser Dios.
Recordaré que no trato una gráfica de fiebre o un crecimiento canceroso, sino a
un ser humano enfermo cuya enfermedad puede afectar a su familia y a su estabilidad
económica. Si voy a cuidar de manera adecuada a los enfermos, mi responsabilidad
incluye estos problemas relacionados. Intentaré prevenir la enfermedad siempre que
pueda, pues la prevención es preferible a la curación. Recordaré que soy un miembro
de la sociedad con obligaciones especiales hacia mis congéneres, los sanos de cuerpo
y mente así como los enfermos. Si no violo este juramento, pueda yo disfrutar de la
vida y del arte, ser respetado mientras viva y recordado con afecto después. Actúe yo
siempre para conservar las mejores tradiciones de mi profesión, y ojalá pueda
experimentar la dicho de curar a aquellos que busquen mi ayuda."
De esta redacción es posible resaltar varios aspectos de suma importancia moral
en el ejercicio de la medicina. Primeramente el reconocer logros y descubrimientos de
pasados, que han sido de importancia en las prácticas del ahora, así como el compartir
2
los conocimientos y experiencias del ahora para futuros, comportamiento escencial
0
para el avance médico. Este recalca que la calidad humana del médico siempre debe
estar presente, respetando siempre el pudor y la confianza que éste le confiere.
El salvar una vida siempre es motivo de agradecimiento para el médico, el cual
también debe tener presente la posibilidad de atender a una persona en sus momentos
finales, asumiendo tal responsabilidad con respeto y humildad. Recordar que se trata a
un ser humano al cual se arraigan otros aspectos como el bienestar de su familia. El
prevenir la enfermedad es preferible al tratamiento, por lo que en la mano del médico
siempre debe ser esta la prioridad.
JURAMENTO DE MAIMÓNIDES

Maimónides, también conocido como Moishé ben Maimón, fue el médico rabino
y teólogo judío más famoso del mundo de la Edad Media, su concepto integral del ser
humano y el criterio racionalista y amplio de su filosofía hacen que su obra mantenga
vigencia y siga siendo admirada.
Sus diez tratados médicos muestran su humanismo como médico, su énfasis en
la medicina preventiva y su visión del paciente como un todo, incluyendo la mente y
el cuerpo. Hizo descripciones extraordinarias de hepatitis, neumonía, diabetes, asma y
otras enfermedades, así como recomendaciones a las personas de edad avanzada de
meriendas pequeñas y más frecuentes, dio importancia a la intolerancia a los lácteos y
a la necesidad de alimentarse con fibra. Insistió en la necesidad de actividad física, en
especial al caminar, que semeja la recomendación actual de ejercicio de bajo impacto.
El Juramento Médico de Maimónides es reconocido por muchos como lo más cercano
al ideal de la profesión médica. En varias universidades del mundo y en todo Israel, los
médicos hacen su juramento profesional con este, en reemplazo del
tradicional Juramento de Hipócrates:
“Ahora me dispongo a cumplir la tarea de mi profesión. Asísteme,
Todopoderoso, para que tenga éxito en esta gran empresa. Que siempre me inspire el
amor a la ciencia y a sus criaturas. Que en mi afán no se mezcle la ansiedad de dinero
y el anhelo de gloria o fama, pues estos son enemigos de la verdad y del amor al
hombre, y me podrían también llevar a errar en mi tarea de hacer el bien a mis
semejantes.
Conserva las fuerzas 2de mi cuerpo y de mi alma para que siempre y sin desmayo
1
este dispuesto a auxiliar y asistir al rico y al pobre, al bueno y al malo, al enemigo y al
amigo. En el que sufre, hazme ver solamente al hombre. Alumbra mi inteligencia para
que perciba lo existente y palpe lo escondido e invisible.
Que yo no descienda y entienda mal lo visible y que tampoco me envanezca,
porque entonces podría ver lo que en verdad no existe. Haz que mi espíritu esté siempre
alerta, que junto a la cama del enfermo ninguna cosa extraña turbe mi atención, que
nada me altere durante los trabajos silenciosos.
Que mis pacientes confíen en mí y en mi arte; que obedezcan mis prescripciones
e indicaciones. Arroja de su lecho a todos los curanderos y la multitud de parientes
aconsejadores y sabios enfermos, porque se trata de personas crueles que con su
palabrerío anulan los mejores propósitos de la ciencia y a menudo traen la muerte a tus
criaturas.
Cuando médicos más inteligentes y sabios quieran aconsejarme, perfeccionarme
y enseñarme, haz que mi espíritu les agradezca y obedezca, pero cuando tontos
pretenciosos me acusen, haz que el amor fortifique plenamente mi espíritu para
que con obstinación sirva a la verdad sin atender a los años, a la gloria y la fama, porque
el hacer concesiones traería perjuicio a tus criaturas.
Que mi espíritu sea benigno y suave cuando camaradas más viejos, haciendo
mérito a su mayor edad, me desplacen y befen, ofendiéndome, me hagan mejor. Haz
que también esto se convierta en mi beneficio, para que conozca algo que no sé, pero
que no me hiera su engreimiento: son viejos y la vejez no es un freno para las pasiones.
Hazme humilde en todo, pero no en el gran arte. No dejes despertar en mí el
pensamiento de que ya sé lo suficiente, sino dame fuerza, tiempo y voluntad para
ensanchar siempre mis conocimientos y adquirir otros nuevos. La ciencia es grande y
la inteligencia del hombre cada vez cava más hondo”

JURAMENTO MÉDICO OBLIGATORIO EN VENEZUELA


Juramento Medico Venezolano

Al hablar del juramento venezolano, es importante mencionar al doctor Luis


Razetti, ya que fue y seguirá siendo viva imagen de lo que es un médico ejemplar. Luis
Razetti, eminente científico y médico cirujano nace en Caracas el 10 de septiembre de
2
1860. 2
Se reconoce por haber implementado una serie de cambios e innovaciones que
contribuyeron al desarrollo de la medicina venezolana. Fundo la Sociedad de Médicos
y cirujanos de Caracas, establecimiento de enseñanza clínica en la Universidad central
de Venezuela y los concursos de internado y externado de los Hospitales, Colegio de
Médicos en Venezuela, Congreso Venezolano de Medicina y el Instituto Anatómico.
Razetti comparte con Pablo Acosta Ruiz el mérito de ser uno de los fundadores
de la cirugía moderna en Venezuela e igualmente introdujo a la práctica cantidad de
técnicas e instrumentos quirúrgicos. Muchas de sus intervenciones quirúrgicas fueros
las primeras de su tipo en el país.
Su escenario fue el Hospital Vargas, donde también se desempeñó como profesor
jefe de la cátedra de Clínica Quirúrgica. Muere en Caracas el 14 de mayo de 1932,
siendo uno de los impulsores de la medicina moderna en Venezuela. En su momento
Expreso lo siguiente:
“Deseo fijar en la conciencia de nuestra inteligente juventud médica, la noción
de que la medicina no es un oficio, ni una industria, sino una profesión liberal
nobilísima y un apostolado excelso, porque el objeto exclusivo de la medicina es hacer
el bien, todo lo que en el ejercicio de nuestra profesión pueda desviarnos de la práctica
del bien es inmoral”
El código de ética impulsado por Luis Razetti se declara de aceptación
obligatoria para todo médico que ejerza legalmente la profesión en territorio
venezolano, establece como deber de todo médico, cumplir en todos los actos de su
vida profesional los principios éticos y deontológicos contenidos en el siguiente
juramento. Transcripción fiel del adoptado por el Consejo de Facultad de Medicina de
la Universidad Central de Venezuela el 14 de febrero de 1984.

JURAMENTO

Evocando a Luis Razetti apóstol de la moral médica en Venezuela y en presencia


de las autoridades universitarias, más profesores y compañeros de estudio, me
comprometo bajo solemne juramento a cumplir los siguientes postulados:
2
Desempeñaré mi profesión
3 con esmero y dignidad, velando con el máximo
respeto por la vida de mis semejantes y aún bajo amenaza no empleare mis
conocimientos para contravenir las leyes de la humanidad.
Profesaré a mis maestros el respeto y gratitud a que se hayan hecho merecedores
e intentaré, con todos los medios a mi alcance, mantenerme permanentemente
informado de los avances del conocimiento médico
No permitiré que la satisfacción intelectual derivada de mi capacidad para
identificar y tratar las enfermedades y de contribuir al progreso de la ciencia médica
me hagan olvidar los principios humanitarios que rigen nuestra profesión y la
consideración prioritaria del paciente como persona.

No intentaré nuevos tratamientos o procedimientos de investigación si los


riesgos para el paciente exceden los posibles beneficios, cumpliendo estrictamente las
Pautas Internacionales para la Investigación Biomédica en los Seres Humanos.
No permitiré que motivos de lucro interfieran el ejercicio libre e independiente
de mi juicio profesional.
Preservaré en absoluto secreto las confidencias que se me hagan durante mi
actuación profesional, aún después de la muerte del enfermo.
Mi reverencia por la vida al atender enfermos terminales no colindará con mi
obligación fundamental de aliviar el sufrimiento humano.
Mantendré con todas mis fuerzas el honor y las nobles tradiciones de la profesión
médica y no haré distinción en el ejercicio de mis obligaciones ni por adhesión a
partido político o posición social.
No estableceré diferencias en mi dedicación y en la calidad de la atención
prestada al enfermo, se trate de servicios médicos contratados, de carácter individual
o de índole gratuita.
Daré estricto cumplimiento a los principios éticos de nuestra profesión,
procurando para los demás aquello que, en circunstancias similares, desearía para mí
y para mis seres queridos.

DEFINICION DE TERMINOS

Deontología: Del griego “Deontos”, que se traduce como “deber u obligación y


2
“Logía”, que es sinónimo de
4 “estudio”, se define como la rama del arte y de la ciencia

cuyo objeto consiste en hacer en cada ocasión lo que es recto y apropiado, este término
fue introducido por Jeremy Bentham en su Deontology or the Science of
Morality/Deontologia o la ciencia de la moralidad, en 1889).
Ética Médica: Es una disciplina que se ocupa del estudio de los actos médicos
en el campo de la atención al hombre enfermo, desde el punto de vista moral y que lo
califica como buenos o malos, a condición que sean voluntarios y conscientes.
Norma: Este vocabulario en su etimología procede del latín “norma” que quiere
decir “escuadra”. Bajo el concepto de norma se denomina a toda aquella ley o regla
que se establece para ser cumplida por un sujeto especifico en un espacio y lugar
específico. Las normas son las pautas del ordenamiento social que se establece en una
comunidad humana para organizar el comportamiento, las actitudes y las diferentes
formas de actuar de modo de no entorpecer el bien común, las normas deontológicas
son las que se ocupan de regular el deber, dejando fuera de su ámbito concreto de
intereses otros aspectos de la moral, constituyen los deberes mínimamente exigibles a
los profesionales en ejercicio de su actividad profesional.
Ley: Proviene del latín “lex” y deriva del verbo latino “ligare” cuyo significado
es “ligar, unir, obligar”. Es una norma jurídica dictada por una autoridad pública
competente, en general, es una función que recae sobre los legisladores de los
congresos nacionales de los países, previo debate de los alcances y del texto que
impulsa la misma. Las leyes son la fuente principal del derecho y pueden destacarse las
siguientes características:
 Generalidad: Deben ser cumplidas por todos sin excepción, de esto dependerá que
un país no termine en anarquía o en caos.
 Carácter imperativo-atributivo: Indica que por un lado otorga deberes jurídicos y
por el otro derecho.
 Permanencia: su duración esta indefinida en el tiempo, hasta que un órgano
competente determine su derogación por alguna causa verdadera y previamente
convenida.

 Abstracta e impersonal: Implica que la ley no está concebida para resolver un caso
en particular. Sino que la mueve la generalidad de casos que puede abarcar.
2
5
 Divulgación y conocimiento: Nadie podrá argumentar que no la cumplió
por desconocimiento.

Dogma: Según la Real Academia Española (RAE) es un postulado que se valora


por su condición de firme y verídico y al cual se reconoce como una afirmación
irrefutable frente a la cual no hay espacio para replicas. Por otro lado es importante
destacar que Dogma es un término proveniente del griego, que significa pensamiento,
principio o doctrina. Los dogmas son aquellos principios elementales y fundamentos
básicos que contienen todos los saberes y conocimientos que las recién mencionadas
ostentan.
Código: El código es un sistema de signos y/o símbolos que requieren de un
entrenamiento o aprendizaje por parte del usuario para poder ser empleados
correctamente. Un código ético o deontológico es el conjunto de principios de
conducta, derechos, deberes y normas profesionales emanadas de los propios
profesionales o de una empresa u organización determinada, cuyo cumplimiento se
asume voluntariamente. Por otro lado, es el conjunto de creencias y valores que una
organización profesional considera válidos, y representan una forma de entender la
profesión y una orientación sobre el modo de practicarla. Se puede decir que es el
conjunto de normas legales sistemáticas que regulan unitariamente una materia
determinada
Principio: De acuerdo a la Real academia española: “Norma o idea
fundamental que rige el pensamiento o la conducta”. Podemos decir que es la base,
origen, razón fundamental sobre la cual se procede discurriendo en cualquier materia.
Derecho: Facultad de hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establece a
nuestro favor. El conjunto de leyes, resoluciones, reglamentos creadas por un estado,
que pueden tener un carácter permanente y obligatorio de acuerdo a la necesidad de
cada una y que son de estricto cumplimiento por todas las personas que habitan en esa
comunidad para garantizar la buena convivencia social entre estas y
que la resolución de los conflictos de tipo interpersonal lleguen a buen puerto.
Deber: Nos referimos con él a los mandatos y obligaciones mediante los cuales
modificamos nuestra conducta y, en general, al conjunto de exigencias que conforman
2
nuestra praxis cotidiana. Aquello a que está obligado el hombre por los preceptos
6
religiosos o por las leyes naturales o positiva.
Moral: La RAE lo define como “perteneciente o relativo a las acciones o
caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia”. “Que no
concierne al orden jurídico, sino al fuero interno o al respeto humano”. La moral o
moralidad son las reglas, posicionamientos, normas o consensos por las que se rige y
juzga el comportamiento o la conducta de un ser humano en una sociedad (normas
sociales). En ese enfoque, lo que forma parte del comportamiento moral está sujeto a
ciertas convenciones sociales y no forman un conjunto universalmente compartido.
La ética: Es la reflexión sobre la moral. Se encarga de preguntar y responder
cuestiones como por qué consideramos válidos unos comportamientos y otros no,
comparar las pautas morales que tienen diferentes personas o sociedades buscando su
fundamento o legitimación, investigar lo que es específico del comportamiento moral,
enunciar principios universales inspiradores de toda conducta y crear teorías que
establezcan y justifiquen aquello por lo que merece la pena vivir.
Iatrogenia: La palabra iatrogenia proviene del griego iatros que significa
“médico” y genos que significa “producir”. Se dice de toda alteración del estado del
paciente producido por el médico. Otro concepto lo define el Derecho médico en
Venezuela como “la acción adversa o perjudicial que resulta directa o indirectamente
de la actividad diagnóstica o terapéutica del equipo de salud”. Este acto médico tiene
resultados negativos temporales, debido a factores propios de la patología enfrentada o
a factores propios, peculiares y particulares del paciente.
Comportamiento ético: Es el conjunto de normas morales que rigen la conducta
humana. La conducta ética incluye el respeto y la aplicación de algunos principios
morales fundamentales, incluidos los derechos de otras personas, la honestidad, la
equidad, la igualdad, la diversidad, el honor y dignidad. Significa hacer las cosas en
forma correcta en cualquier circunstancia.

2
7
CONCLUSION

Las actitudes y comportamientos de los individuos están orientados por las


normas, ideales y valores generales de su grupo social. Estas normas, ideales y valores
rigen determinadas pautas generales de comportamiento y expectativas que tienen
relación con la tradición del grupo social. Este proceso interioriza en la conciencia del
todos los individuos de manera imperceptible.

Es objetivo de todo sociedad organizada, sea en instituciones o dentro de un


Estado, es preservar el desenvolvimiento regular y óptimo. Esto demanda de los
individuos una conciencia ética de manera que cada uno actúe como se espera que lo
haga, por la misma conciencia personal o por parámetros de comportamiento como lo
es el Código de Ética. Es así como la ética adquiere importancia en la dinámica social.

Los juramentos médicos han sido analizados a través del tiempo,


fundamentalmente desde el punto de vista de los valores morales, que sustentan la
relación médico/paciente, la relación médico/colegas y la relación médico/sociedad.

En medicina, el Código Deontológico también se hace referencia a lo que es la


ética, la moral y la bioética debido a que son temas que están vinculados. Y no es más
que un grupo de normas y valores que formulan, orientan y asumen quienes llevan a
cabo correctamente su actividad profesional. En este conjunto de principios y reglas
éticas que han de inspirar 2
y guiar la conducta profesional del médico, sus deberes se
imponen y obligan a todos 8 los médicos en el ejercicio de su profesión,
independientemente de la modalidad, a mantener indemne la transparencia y el
profesionalismo que su labor les demanda, integrando también el tema sobre la historia
clínica que se conoce que es un documento médico-legal que surge del contacto entre
el profesional de la salud y el paciente, y a la protección de sus homólogos.
BIBLIOGRAFIA

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http://www.humanrights.com/es/what-are-human-rights/universal-declaration-of-human-
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Dr. Eloy Vásquez Ortiz. Médico residente del Curso de Especialidad Postgrado en
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2
9
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línea. http://encolombia.com/medicina/academedicina/art_hfc.htm.

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