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1.

LOS DISCURSOS
DE PEDRO

PRIMER DISCURSO TERCER DISCURSO


SEGUNDO DISCURSO
(2 Hechos 2:12 al 38 ) (Hechos 15:17 al 12)
(Hechos 10:34 al 43)

 Derramamiento del espíritu  No hacer acepción de personas.  Sin salvar por gracia del señor
 Predicar la paz. Jesucristo.
santo.
 Testificar.  Señales y maravillas que hizo Dios
 Resurrección de Jesus.
 Perdón de los pecados
 Salvación.
2. Citas en las que aparece
Pedro

 Mt (16:18 al 19)
18Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las puertas
del Hades no prevalecerán contra ella. 19Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo
que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en
los cielos».

 Mt (16:21 al 23)
1Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar a Sus discípulos que debía ir a Jerusalén y
sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los
escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22Tomando aparte a Jesús, Pedro lo
reprendió: «¡No lo permita Dios, Señor! Eso nunca te acontecerá». 23Pero volviéndose Él,
dijo a Pedro: «¡Quítate de delante de Mí, Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no
estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres».
 Mt (18:21 y 22)
21Entonces acercándose Pedro, preguntó a Jesús: «Señor, ¿cuántas veces pecará mi
hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces?». 22Jesús le
contestó*: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

 Mc (8:29)
29Él les preguntó de nuevo: «Pero ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?».«Tú eres el Cristo»,
le respondió* Pedro.
 Lc (5:1 al 11)

1Aconteció que mientras la multitud se agolpaba sobre Él para oír la palabra de Dios, estando Jesús
junto al lago de Genesaret, 2vio dos barcas que estaban a la orilla del lago, pero los pescadores
habían bajado de ellas y lavaban las redes. 3Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, pidió
que se separara un poco de tierra; y sentándose, enseñaba a las multitudes desde la barca. 4Al
terminar de hablar, dijo a Simón: «Sal a la parte más profunda y echen sus redes para pescar».
5Simón le contestó: «Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada,
pero porque Tú lo pides, echaré las redes». 6Cuando lo hicieron, encerraron una gran cantidad de
peces, de modo que sus redes se rompían. 7Entonces hicieron señas a sus compañeros que
estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarlos. Y vinieron y llenaron ambas barcas, de tal
manera que se hundían.

8Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: «¡Apártate de mí, Señor, pues soy
hombre pecador!». 9Porque el asombro se había apoderado de él y de todos sus compañeros, por
la gran pesca que habían hecho; 10y lo mismo les sucedió también a Jacobo y a Juan, hijos de
Zebedeo, que eran socios de Simón. Y Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador
de hombres». 11Y después de traer las barcas a tierra, dejándolo todo, siguieron a Jesús.

 Lc (22:31 al 34)

31 » Simón, mira que Satanás los ha reclamado a ustedes para zarandearlos como a trigo; 32pero
Yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y tú, una vez que hayas regresado, fortalece a tus
hermanos».
33Y Pedro le dijo: «Señor, estoy dispuesto a ir a donde vayas, tanto a la cárcel como a la
muerte». 34Pero Jesús le dijo: «Te digo, Pedro, que el gallo no cantará hoy hasta que tú hayas
negado tres veces que me conoces

 jn (1:37 al 42)

1Y los dos discípulos le oyeron hablar, y siguieron a Jesús. 38Jesús se volvió, y viendo que lo
seguían, les dijo*: «¿Qué buscan?». Y ellos le dijeron: «Rabí (que traducido quiere decir
Maestro), ¿dónde te hospedas?». 39«Vengan y verán», les dijo* Jesús. Entonces fueron y
vieron dónde se hospedaba; y se quedaron con Él aquel día, porque eran como las cuatro
de la tarde.
40Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón
Pedro. 41Él encontró* primero a su hermano Simón, y le dijo*: «Hemos hallado al Mesías»
(que traducido quiere decir, Cristo). 42Entonces lo trajo a Jesús. Jesús mirándolo, dijo: «Tú
eres Simón, hijo de Juan; tú serás llamado Cefas», que quiere decir Pedro

 jn (13:1 al 10)

1Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que Su hora había llegado para pasar de este
mundo al Padre, habiendo amado a los Suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

2Y durante la cena, como ya el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de
Simón, el que lo entregara, 3Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todas las cosas en Sus
manos, y que de Dios había salido y a Dios volvía, 4se levantó* de la cena y se quitó* el manto,
y tomando una toalla, se la ciñó. 5Luego echó* agua en una vasija, y comenzó a lavar los pies
de los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía ceñida.

6Cuando llegó* a Simón Pedro, este le dijo*: «Señor, ¿Tú me vas a lavar a mí los pies?». 7Jesús
le respondió: «Ahora tú no comprendes lo que Yo hago, pero lo entenderás después». 8«¡Jamás
me lavarás los pies!», le dijo* Pedro. «Si no te lavo, no tienes parte conmigo», le respondió
Jesús. 9Simón Pedro le dijo*: «Señor, entonces no solo los pies, sino también las manos y la
cabeza». 10Jesús le dijo*: «El que se ha bañado no necesita lavarse, excepto los pies

 jn (21:1 al 14)

1Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a los discípulos junto al mar de Tiberias, y se
manifestó de esta manera: 2Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo,
Natanael de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de Sus discípulos. 3«Me voy
a pescar», les dijo* Simón Pedro. «Nosotros también vamos contigo», le dijeron* ellos.
Fueron y entraron en la barca, y aquella noche no pescaron nada.
4Cuando ya amanecía, Jesús estaba en la playa; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
5Jesús les dijo*: «Hijos, ¿acaso tienen algún pescado?». «No», respondieron ellos. 6Y Él les
dijo: «Echen la red al lado derecho de la barca y hallarán pesca». Entonces la echaron, y no
podían sacarla por la gran cantidad de peces.
7Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba, dijo* a Pedro: «¡Es el Señor!». Oyendo
Simón Pedro que era el Señor, se puso la ropa, porque se la había quitado para poder
trabajar, y se echó al mar. 8Pero los otros discípulos vinieron en la barca, porque no
estaban lejos de tierra, sino a unos 100 metros, arrastrando la red llena de peces. 9Cuando
bajaron a tierra, vieron* brasas ya puestas y un pescado colocado sobre ellas, y pan.
10Jesús les dijo*: «Traigan algunos de los peces que acaban de sacar».
11Simón Pedro subió a la barca, y sacó la red a tierra, llena de peces grandes, 153 en total;
y aunque había tantos, la red no se rompió. 12Jesús les dijo*: «Vengan y desayunen».
Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle: «¿Quién eres Tú?», sabiendo que era el
Señor. 13Jesús vino*, tomó* el pan y se lo dio*; y lo mismo hizo con el pescado. 14Esta fue
la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos, después de haber resucitado de entre
los muertos.

BIOGRAFIA DE PEDRO

Apóstol de Jesucristo y primer jefe de su Iglesia. Era un pescador del mar de Galilea, hasta que dejó
su casa de Cafarnaúm para unirse a los discípulos de Jesús de Nazaret en los primeros momentos de
su predicación; junto con él se unieron a Jesús otros pescadores de la localidad, como su propio
hermano Andrés y los dos hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, todos los cuales formaron parte del
núcleo originario de los doce apóstoles.

San Pedro (detalle de un retrato de Rubens, c. 1611)

San Pedro carecía de estudios, pero pronto se distinguió entre los discípulos por su fuerte
personalidad y su cercanía al maestro, erigiéndose frecuentemente en portavoz del grupo. A través
de los evangelios puede trazarse un perfil bastante completo de su personalidad. Pedro es sencillo,
generoso e impulsivo en sus intervenciones, que a veces denotan una incomprensión del auténtico
mensaje del maestro. Jesús, por su parte, muestra por Simón una predilección que aparece patente
desde el primer encuentro. Junto con Santiago Apóstol y San Juan Evangelista, Pedro participaba en
toda la actividad de Jesús, asistiendo incluso a episodios íntimos de los que quedaban excluidos los
demás apóstoles. En Cafarnaúm, Jesús debió ser a menudo huésped de la familia de la que procedía
la mujer de Pedro.

El sobrenombre de Pedro se lo puso Jesús al señalarle como la «piedra» (petra en latín) sobre la que
habría de edificar su Iglesia. En Cesarea de Filipos, al nordeste del lago Tiberíades, tuvo lugar el
episodio en que San Pedro afirmó la divinidad de Jesús: "Tú eres Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mat.
16, 16). Jesús juzgó la afirmación como efecto de una iluminación de lo alto y confirió a Pedro la
máxima autoridad: "Bienaventurado eres tú, Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado eso la
carne y la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y que sobre
esta piedra edificaré mi Iglesia; las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las
llaves del reino de los cielos. Y todo lo que atares sobre la tierra será también atado en los cielos; y
todo lo que desatares sobre la tierra, será también desatado en los cielos" (Mat. 16, 17-19).

Personalidad impetuosa y sincera, San Pedro tuvo también momentos de debilidad. Según el relato
evangélico, San Pedro negó hasta tres veces conocer a Jesús la noche en que éste fue arrestado,
cumpliendo una profecía que le había hecho el maestro; pero, arrepentido de aquella negación, su
fe ya no volvió a flaquear y, después de la crucifixión y la resurrección, fue privilegiado con la
primera aparición de Jesús y se dedicó a propagar sus enseñanzas.

Detalle de La negación de Pedro, de Carl Bloch

Tras la muerte de Jesús (hacia el año 30 d. C.), San Pedro se convirtió en el líder indiscutido de la
diminuta comunidad de los primeros creyentes cristianos de Palestina por espacio de quince años:
dirigía las oraciones, respondía a las acusaciones de herejía lanzadas por los rabinos ortodoxos y
admitía a los nuevos adeptos (incluidos los primeros no judíos).

Hacia el año 44 fue encarcelado por orden del rey Herodes Agripa, pero consiguió escapar y
abandonó Jerusalén, dedicándose a propagar la nueva religión por Siria, Asia Menor y Grecia. En
esa época, probablemente, su liderazgo fue menos evidente, disputándole la primacía entre los
cristianos otros apóstoles, como Pablo o Santiago. Asistió al llamado Concilio de Jerusalén (48 o 49),
en el cual apoyó la línea de San Pablo de abrir el cristianismo a los gentiles, frente a quienes lo
seguían ligando a la tradición judía.
Crucifixión de San Pedro (óleo de Caravaggio, c. 1600)

Los últimos años de la vida de San Pedro están envueltos en la leyenda, pues sólo pueden
reconstruirse a partir de relatos muy posteriores. Posiblemente se trasladó a Roma, donde habría
ejercido un largo apostolado justificativo de la futura sede del Papado: la Iglesia romana considera a
San Pedro el primero de sus papas. Allí fue detenido durante las persecuciones de Nerón contra los
cristianos, y murió crucificado. Una tradición poco contrastada sitúa su tumba en la colina del
Vaticano, lugar en donde el emperador Constantino hizo levantar en el siglo IV la basílica de San
Pedro y San Pablo.C
Trabajo práctico
de Catequesis

Alumno: Bautista Gregorini


1ro B E.S.B.

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