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vuestros ojos.

Esta metáfora conserva hoy todo su valor y ella justifica que en el centro de los
Además, su forma, que tal vez nunca advirtieron, de pera de angustia, quizás no deba ser significantes que puse en el pizarrón vean ustedes la cuestión que hace mucho tiempo
evocada aquí por azar; por otra parte si el año pasado, a propósito de esa pequeña que introduje como siendo la bisagra de los dos pisos del grafo, en la medida en que
superficie topológica a la que concedí lama atención, algunos pudieron ver sugerirse en su estructuran esa relación del sujeto con el significante que sobre la subjetividad me parece
mente ciertas formas de repliegue de las hoyas embriológicas y hasta capas del córtex, ser la de lo que Introduce en la doctrina freudiana el "Che vuoi?": "¿que quieres?". Fuercen
nadie, a propósito de la disposición a la vez bilateral y anudada, de inter-comunicación un poquito más el funcionamiento, la entrada de la llave y tendrán "qué me quiere?", con
orientada de este grafo, nadie evocó nunca al respecto el plexo solar. No pretendo, por la ambigüedad que el francés(2) permite en el me, entre el complemento indirecto o
ciento, librar a ustedes sus secretos, pero esta curiosa pequeña homología no es quizás directo: no solamente "¿qué quiere él de mí?", sino algo suspendido que concierne
tan externa como se cree y merecería ser recordada al comienzo de un discurso sobre la directamente al yo (moi), y que no es "cómo me quiere? sino ''¿qué quiere él en lo relativo
angustia. a ese lugar del yo?"; que es algo que se encuentra en suspenso entre dos pisos, $(a-d y
m-i(a), los dos puntos de retorno qué en cada uno designan el efecto carácterístico y la
Hasta cierto punto, la reflexión por la cual he introducido mi discurso, reflexión hecha por distancia que es tan esencial construir en el principio de todo aquello por lo cual vamos a
uno de mis allegados —quiero decir en nuestra Sociedad—, la, angustia no parece ser lo avanzar ahora, distancia que torna a la vez, homóloga y tan distinta la relación entre el
que los sofoca, así lo entiendo, como psicoanalistas. Y sin embargo, no es e xcesivo decir deseo y la identificación narcisista. En el juego de la dialéctica que anuda tan
que dentro de la lógica de las cosas, o sea de la relación que tienen ustedes con sus estrechamente los dos pisos veremos introducirse la función de la angustia no por ser ella
pacientes, debería hacerlo. Después de todo, sentir lo que de esa angustia el sujeto puede misma su resorte, sino lo que, dados los momentos de su aparición nos permite
soportar los pone a prueba en todo instante. Es preciso, pues, su poner que al menos para orientarnos. Así pues, en el momento en que formulé la pregunta de vuestra relación de
aquellos de ustedes formados en la técnica la cosa acabó por pasar como la menos analistas con la angustia, tal pregunta dejó en suspenso ésta: a quién ponen en Juego
advertida en vuestra regulación. No está excluido, a Dios gracias, que el analista, por poco ustedes?. Al Otro, sin duda, pero también a ustedes mismos, y esas dos puestas en juego
que esté dispuesto a ello, quiero decir por muy buenas disposiciones para ser analista que no por recubrirse deben ser confundidas. Tal es incluso una de las miras que se les
posea, aquel que Ingresa en su práctica experimente ante sus primeras relaciones con el propondrán al final de este discurso. Por ahora introduzco esta indicación de método: la
enfermo sobre el diván, cierta angustia. enseñanza que tendremos que extraer de nuestra búsqueda sobre la angustia será la de
ver en qué punto privilegiado ella emerge. Habrá de modelarse sobre una orografía de la
Además, y a ese propósito, conviene mencionar la cuestión de la comunicación de la angustia que nos conduce directamente a un relieve, el de las relaciones término a término
angustia. Esa que saben regular tan bien en ustedes, según parece, hasta taponar el que constituyen esa tentativa estructural más que condensada de la que creí deber hacer
hecho de que ella los guía, es la misma que la del paciente?. para ustedes la guía de nuestro discurso.

Por qué no?. Se trata de una pregunta que dejo abierta por ahora y quizás no por mucho Si saben ustedes arreglarse con la angustia, esto nos hará avanzar o intentar ver de qué
tiempo, pero que vale la pena dejar sí desde el principio, aunque sea preciso recurrir a modo: además yo mismo no podría introducirla sin arreglarla de alguna manera y quizás
nuestras articulaciones esenciales para poder darle una respuesta válida, o sea esperaral hay aquí un escollo no debo arreglarla muy rápido—. Esto tampoco quiere decir que de
menos un momento, en las distancias, en los rodeos que voy a proponerles, los que de alguna forma, por cierto fuego psicodramático mi fin deba ser arrojarlos (vous jeter) en la
ninguna manera se hallan fuera de toda previsión para quienes son mis oyentes. angustia con el juego de palabras que ya hice con el je (yo) de jeter. Cada uno de ustedes
sabe que esta proyección del je en una introducción a Ia angustia es desde hace algún
Porque si recuerdan, justamente a propósito de otra serle de jornadas —de las llamadas tiempo la ambición de una filosofía llamada para nombrarla, existencialista. Referencias no
"provinciales"— que estuvieron lejos de proporcionarme tanta satisfacción, a propósito de faltan después de Kierkegaard, Gabriel Marcel, Chostov, Berdiaef y algunos otros; no
ellas en una suerte de inclusión, de paréntesis, de anticipación, en mi discurs o del año todos ellos ocupan el mismo lugar ni son tan utilizables. Pero al comienzo de este discurso
pasado creí deber advertirles y proyectar por anticipado una fórmula que les indicara la tengo que decir que me parece que en esa filosofía, entre su rector nombrado primero, y
relación de la angustia esencial con el deseo del Otro. Para quienes no estuvieron allí aquellos cuyos nombres pude pronunciar después, se marca indiscutiblemente cierta
recuerdo la fábula, el apólogo, la divertida imagen que me propuse erigir por un instante: degradación. Me parece ver marcada a esa filosofía por cierta prisa desconocida de ella
yo mismo revistiendo la máscara animal con la que se cubre el brujo de la gruta de los tres misma marcada diría yo, por cierto desorden (désarrol)(3) con relación a una referencia en
hermanos. Imaginé ante ustedes hallarme frente a otro animal éste verdadero, y para la la cual, en la misma época el movimiento del pensamiento se confina: la referencia a la
ocasión supuestamente gigantesco, el de la mantis religiosa. Y como además yo no sabía historia. Es por un desorden —en el sentido eti mológico del término— con relación a esa
cual era la máscara que me cubría, Imaginarán fácilmente que tenía algunas razones para referencia que nace y se precipita la reflexión existencialista
no encontrarme tranquilo, dada la posibilidad de que, por azar, esa máscara no fuese
inadecuada para llevar a mi partenaire a algún error acerca de mi identidad. Bien El caballo del pensamiento diría yo tomado prestado de Juanito el objeto de su fobia, el
subrayada la cosa cuando agregué que en ese espejo enigmático del globo ocular del caballo del pensamiento que por un tiempo se imagina ser el que arrastra el coche de la
insecto yo no veía mi propia imagen. historia, de golpe se encabrita, se vuelve loco, cae y se entrega a un gran Krawallmachen,
para referirnos todavía a Juanito, quien da una de esas imagenes a su querido temor. A Y bien, mi Dios, a la distancia correcta, la que en ningún caso nos pone demasiado cerca
esto es que le llamo "movimiento de prisa", en el mal sentido del término, el del, desorden. de nadie, precisamente a esa distancia familiar que yo evocaba al tomar las últimas
Y por eso lo que más nos interesa está lejos de hallarse en el linaje de pensamiento que referencias, la de mi interlocutor, que in extremis me alcanza mi papel, y a la de mí mismo,
hace, un instante enhebré —con todo el mundo además— al término existencialismo. que debo arriesgarme a mi discurso sobre la angustia.

También puede observarse que el último en llegar, y no de los menos grandes, Sartre, se Trataremos de tomar a esa angustia bajo el brazo la cosa no será más indiscreta por eso.
dedica bien expresamente a volver a poner a ese caballo no sólo sobre sus pies, sino en Nos dejará verdaderamente a la distancia opaca créanme, que nos separa de aquellos
los varales de la historia. Precisamente en función de esto Sartre se ocupó mucho, se que son nuestros más allegados, Entonces, entre esa preocupación y esa seriedad y es a
interrogó mucho sobre la función de la seriedad. Hay también alguien a quien no puse en espera, creerán que es así como quise cercarla, calzarla?. Y bien, desengáñense. Si en
la serie —y por lo tanto, ya que simplemente abordo, tocándolos en la entrada de ese medio de los tres términos tracé un circulito con sus flechas abiertas, fue para decirles que
fondo de cuadro, a los filósofos que nos observan sobre el punto al que arribamos: estarán si allí la buscan, pronto verán que si alguna vez estuvo, el pájaro se voló. No ha de ser
los analistas a ]a altura de lo que hacemos de la angustia?—, Heidegger. Por cierto que buscada en medio de Inhibición, síntoma y angustia, pues tal es el título, el slogan bajo el
con el retruécano que realicé con la palabra jeter, era de él, de su derelicción original que cual aparece en la memoria de los analistas, donde queda marcado el último término de lo
más cerca me encontraba. que Freud articuló sobre el tema.

En esta ocasión. no entraré en el texto de Inhibición, síntoma y angustia por cuanto, como
lo ven desde el comienzo, estoy decidido a trabajar hoy sin hilo determinado, y por cuanto
no hay tema donde el hilo del discurso freudiano esté más próximo a darnos una
seguridad en definitiva falsa pues justamente cuando entremos en dicho texto verán lo que
hay que ver a propósito de la angustia: que no hay hilo, pues precisamente tratándose de
la angustia cada eslabón, si puedo decir como conviene, no tiene más sentido que dejar el
vacío en el cual hay angustia.
El ser para la muerte —para llamarlo por su nombre— vía de acceso por donde Heidegger
con su avezado discurso nos lleva a su interrogación presente y enigmática sobre el ser Gracias a Dios, en al discurso de Inhibición, síntoma y angustia se habla de todo menos de
del ente, no pasa verdaderamente por la angustia. El puso un nombre a la referencia la angustia. Quiere esto decir que no se pueda hablar de ella?. Trabajar sin hilo evoca al
vivida de la pregunta heideggeriana:: ella es fundamental, ella es lo todo, ella es on, ella es funámbulo. No tomo como cuerda más que el título: Inhibición, síntoma y an gustia. Salta al
la omnitud del cotidiano humano, ella es la preocupación (souci). Por cierto que a ese título entendimiento, por así decir, que los tres términos no son del mismo nivel, conforman algo
no podría, como tampoco la preocupación misma, sernos extraña.. Y puesto que he heteróclito, y por eso los escribí así, sobre tres líneas, y éstas desfasadas.
llamado aquí a dos testigos, Sartre y Heidegger, no me privaré de invocar a un tercero en
la medida que no lo creo indigno de representar a quienes aquí se encuentran observando
también lo que él va a decir; yo mismo quiero decir que después de todo, en los
testimonios que en horas bien recientes he obtenido de lo que llamar la espera —no hay
como la vuestra, de la que hablo en esta ocasión—— por cierto que he obtenido esos
testimonios, pero que ayer por la tarde me haya llegado un trabajo cuyo texto le había
pedido a uno de ustedes a fin de orientarme a propósito de una pregunta que él mismo me
había formulado, trabajo que yo le había dicho que esperaba antes de comenzar mi
discurso, el hecho de que me lo haya traído en cierto modo a tiempo, incluso si después
no pude tomar conocimiento de él, como después de todo también vengo aquí a responder
a tiempo a vuestra espera, se trata de un movimiento en sí mismo apto para suscitar Para que la cosa marche, para poder entenderlos como una serie, realmente es preciso
angustia?. Sin haber interrogado a aquel de quien se trata, no lo creo en cuanto a mi. A fé verlos como los he puesto aquí, en diagonal, lo que implica que hay que llenar los blancos.
mía que pudo responder, ante esa espera destinada sin embargo a hacer cargar sobre mí No voy a demorarme en demostrarles lo que salte a la vista, la diferencia entre estructura
el peso de algo, que no es ésa —creo poder decirlo por experiencia— la dimensión que en de los tres términos si queremos, situarlos, ninguno de ellos posee los mismos como
sí misma hace surgir la angustia. Diría incluso lo contrario, y que tuve que hacer esta contexto, como entorno. La inhibición es algo que se encuentra, en el sentido más amplio
última referencia, tan cercana que puede parecerles problemática, para indicarles de qué del término, en la dimensión del movimiento. y además Freud habla de l a locomoción
modo entiendo colocar a ustedes en lo que constituye mi pregunta desde el comienzo, a cuando la introduce.
qué distancia para hablarles de ella. Sin meterla de inmediato en el armario, sin dejarla
tampoco en estado loco, a qué distancia poner esa angustia? No entraré en el texto. Además, lo recuerdan bastante para ver que Freud no pudo hacer
otra cosa que hablar de la locomoción en el momento en que introdujo el término. Más
amplio, ese movimiento al que me refiero existe en toda función, aunque no sea directa del embarazo. Cuando ya no saben qué hacer de ustedes, cuando no encuentran
locomotriz. Al menos existe metafóricamente, y en la inhibición es de la detención del tras qué parapetarse, es de la experiencia de la barra que se trata, barra que por otra parte
movimiento que se trata. puede asumir más de una forma. Si no estoy mal info rmado, curiosas referencias han de
hallarse en muchos dialectos donde l'embarrassé, laembarazada(5) —no hay españoles
Detención: sólo esto está destinada a sugerirnos la inhibición. Fácilmente podría oponerse, aquí, tanto peor— y sin recurrir al dialecto, quiere decir "mujer encinta" en español. Lo cual
también, frenado, por qué no, estoy de acuerdo. No veo por qué no pondríamos, en una es otra forma bien significativa de la barra en su lugar.
matriz que debe permitirnos distinguir las dimensiones de las que se trata en u na noción
tan familiar para nosotros, sobre una línea la noción de dificultad y en otro eje de Y esto en cuanto a la dimensión de la dificultad. Ella desemboca en esa especie de forma
coordenadas la que he llamarlo "del movimiento". Esto Incluso nos permitirá ver más claro ligera de la angustia que se llama embarazo. En la otra dimensión la del movimiento,
porque también nos permitirá volver a bajar al suelo, al suelo de lo que no es velado por la cuáles son los términos que veremos dibujarse?, bajando hacia el síntoma, se trata de la
palabra erudita, por la noción y hasta el concepto con el que siempre se sale del apuro. emoción (émotion). La emoción —me perdonaran que continué fiándome de una
etimología que hasta ahora me fue tan propicia— de hecho, etimológicamente, se refiere
gráfico(4) al movimiento salvo que demos allí un retoquecito e insertemos el sentido goldsteiniano de
arrojar fuera, ex, de la línea del movimiento , el movimiento que se desagrega, de la
Por qué no servirse de la palabra impedir? Sin embargo, de eso se trata. reacción llamada catastrófica. Será útil indicarles en que lugar hay que ponerla porque
después de todo hubo quienes pudieron decirnos que la reacción catastrófica era la
Nuestros sujetos están inhibidos cuando nos hablan de su inhibición y cuando hablamos angustia. Desde luego, creo que no falta relación entre ambas: que cosa no estará en
de ella en congresos científicos; y cada día están Impedidos. Estar impedido es un relación con la angustia?. Pero se trata de saber dónde está, verdaderamente la angustia.
síntoma; e inhibido, un síntoma puesto en el museo; y si se mira lo que quiere decir, e star Por ejemplo, el hecho de que se haya utilizado —sin escrúpulos, por otra parte la misma
impedido —sépanlo— no implica ninguna superstición. Del lado de la etimología —de ella referencia a la reacción catastrófica para designar la crisis histérica como tal, o aún la
me sirvo cuando me sirve— también impedicaré quiero decir ser tomado en la trampa. cólera en otro caso, prueba también de manera suficiente que ella no podría bastar para,
Noción extremadamente valiosa, pues implica la relación de una dimensión con algo distinguir, para enganchar, para señalar dónde esta la angustia. Demos el paso siguiente:
diferente que viene a interferir y que embrolla lo que nos interesa, lo que nos acerca a lo permanecemos siempre a la misma respetuosa distancia con respecto a dos importantes
que buscamos saber: no la función, término de referencia del movimiento difícil, sino el rasgos de la angustia, pero hay en la dimensión del movimiento algo que responda de una
sujeto, es decir, lo que pasa bajo la forma, bajo el nombre de angustia. manera más precisa al piso de la angustia?. Lo llamaré por su nombre que desde hace
tiempo reservo, en interés de ustedes, como golosina. Tal vez haya hecho yo una alusión
Si pongo aquí impedimento (empêchement), ustedes lo ven: estoy en la columna del fugitiva a ello, pero sólo orejas particularmente prehensivas pudieron retenerIo: es Ia
síntoma; y de inmediato les indico aquello que por cierto veremos llevados a articular palabra turbación (émoi). Aquí la etimología me favorece de una manera literalmente
mucho más adelante: que la trampa es la captura narcisística. Pienso que no han llegado fabulosa. Esa etimología me colma. De allí que cuando les haya dicho todo lo que me
totalmente a los elementos relativos a la captura narcisística, quiero decir que recuerdan lo aporta personalmente, no vacilaré en abusar de ella. Vayamos a la cuestión.
que al respecto articulé en último término, a sabor el límite, muy preciso, que ella introduce
en cuanto a lo que puede investirse en el objeto, y que el residuo, la fractura, lo que no Como se expresan Bloch y Von Wartburg en el artículo al que expresamente les indico
llega a investirse, es propiamente lo que dará su soporte, su material, a la articulación remitirse, el sentimiento lingüístico,— me excuso si esto resulta redundante con respecto a
significante que en el otro plano —simbólico— será llamado castración. El impedimento lo que voy a decir ahora, más redundante aún por cuanto lo que voy a decirles es , su cita
sobrevenido está ligado a ese círculo que hace que por e l mismo movimiento con el cual el textual (aunque a alguno pueda disgustarle, tomo lo mío donde lo encuentro)— el
sujeto avanza hacia el goce, es decir, hacia lo que está más lejos de él, encuentre esa sentimiento lingüístico dicen, se acercó a ese término con la palabra justa, la palabra
íntima fractura bien cercana. A causa de qué?: de haberse dejado tomar en el camino por emocionar (émouvoir). Pero desengáñense no hay nada de esa. La turbación (émoi) no
su propia imagen, por la Imagen especular. Esa es la trampa. tiene nada que ver con Ia emoción (émotion) para quien además sabe servirse de ella. En
todo caso sepan — e iré rápido— que el término esmaver, antes de él esmais e inclusive
Pero tratemos de ir más lejos, pues todavía nos hallamos en el nivel del síntoma. En lo esmoi —esmais si quieren saberlo, ya se manifestó en el siglo trece— no con ocieronpara
relativo al sujeto, qué término colocar en la tercera columna?. Si extremamos aún más la expresarme con los autores, no triunfaron sino en el diez y seis. Sepan además que
interrogación del sentido de la palabra inhibición (inhibición, impedimento), el tercer esmaver tiene el sentido de turbar (troubler) asustar, y también turbarse (setroubler); que
término que les propongo, siempre en el sentido de devolverlos al suelo de lo vivido, a la esmaver es empleado todavía en los dialectos y nos conduce al latín popular exmagare
ridícula seriedad de la cuestión, les propongo embarazo (embarras). Será tanto más que significa hacer perder el poder, la fuerza, y que este latín popular está ligado al injerto
valioso para nosotros cuanto que hoy la etimología me colma; manifiestamente el viento de una raíz germánica occidental que reconstituida da magan y que además no tiene
sopla para mí, si advierten que embarras es muy exactamente el sujeto S revestido de la necesidad de ser reconstituida pues en alto alemán y en góti co ella existe con la misma
barra, que la etimología imbarricare hace, hablando con propiedad, la alusión más directa forma por poco que sean ustedes germanófonos, pueden vincular mogen al may inglés (...)
a la barra (bara) como tal, y que además tal es la Imagen de lo que llaman la vivencia más alemán. Existe smagare en italiano como espero?. No de ese modo. Según Bloch y von

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