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LA MEMORIA Y LOS ADULTOS MAYORES

A. ¿QUÉ ES LA MEMORIA?
La memoria es la capacidad que posee nuestra mente para codificar,
almacenar y, posteriormente evocar, buena parte de nuestras vivencias
personales y de la información que recibimos a lo largo de nuestra vida. La
memoria es como un gran almacén o baúl donde guardamos nuestros
recuerdos, recientes y lejanos.
B. PROCESOS BÁSICOS DE LA MEMORIA:
Los seres humanos construimos y renovamos nuestra representación del
mundo a partir de tres procesos cognitivos fundamentales: la percepción, el
aprendizaje y la memoria. El aprendizaje consiste en adquirir conocimientos
sobre el mundo a través de la experiencia, y la memoria es la retención y
evocación de esos conocimientos.
La memoria tiene tres funciones básicas: recoge nueva información,
organiza la información para que tenga un significado y la recupera cuando
necesita recordar algo. El recuerdo de rostros, datos, hechos o
conocimientos consta de tres etapas:
1. Codificación o Registro: Es el proceso inicial por el que la información
nos llega y se transforma en una representación mental. En estos
momentos, la mente interpreta la información recibida inmediatamente
en el cerebro a través de los sentidos. Si, además, se presta atención
a esta información, el registro que se hará de ella será más rico y más
resistente al olvido.
2. Almacenamiento o Retención: Es el archivo y mantenimiento de la
información para poder acceder a ella cuando se requiera, para ser
utilizada cuando sea necesaria. Para que tanto el conocimiento que
adquirimos como nuestras vivencias personales sigan almacenadas
en nuestra memoria es conveniente acceder a ellas en la mayoría de
las ocasiones.
3. Evocación de la información o Recuerdo: Se refiere al hecho de
recuperar o acceder a la información que, en su momento, fue
registrada y almacenada. Implica llevar de nuevo el recuerdo a la
conciencia.
Existen distintas formas de evocación:
 Libre. Es el recuerdo directo de información. Por ejemplo,
recordar lo que debemos comprar sin llevar lista.
 Por reconocimiento. En este caso, el disponer de distintas
opciones nos puede permitir recordar lo correcto. Por ejemplo,
los exámenes tipo test.
 Inducida. Sucede cuando, sin nosotros pretenderlo, nos vienen
de repente ciertos recuerdos a partir de un determinado estímulo.
Por ejemplo, cuando el olor de un guiso nos «transporta» a
momentos de nuestra infancia.

C. ¿CÓMO FUNCIONA LA MEMORIA EN LOS ADULTOS MAYORES?


La memoria en la tercera edad. Proceso de gran importancia, que con el
paso del tiempo se va debilitando y cae en la pérdida de memoria que es
una de las mayores amenazas para el cerebro que envejece. Si bien puede
suceder a cualquier edad es más frecuente en la vejez; por esto es
necesario tomar una serie de medidas que ayuden a que el cerebro se
vuelva más flexible y ágil, aumentando así la capacidad para memorizar.
A medida que usted envejece, el cerebro y el sistema nervioso pasan por
cambios naturales. El cerebro y la médula espinal pierden peso y neuronas
(atrofia). Las neuronas pueden comenzar a transmitir mensajes más
lentamente que en el pasado. Los productos de desecho se pueden
acumular en el tejido cerebral, a medida que las neuronas se descomponen.
Esto puede causar que se formen cambios anormales en el cerebro
llamados placas y ovillos neurofibrilares. Un pigmento graso de color marrón
(lipofuscina) también se puede acumular en el tejido nervioso.
La descomposición de los nervios puede afectar los sentidos. Se podría
presentar reducción o pérdida de los reflejos o la sensibilidad. Esto lleva a
problemas con el movimiento y la seguridad.
La reducción en el pensamiento, la memoria y la capacidad cognitiva es una
parte normal del envejecimiento. Estos cambios no son iguales en todas las
personas. Algunas presentan muchos cambios en los nervios y en el tejido
cerebral. Otras tienen pocos cambios. Estos cambios no siempre están
relacionados con efectos en su capacidad para pensar.

Entre los adultos mayores la disminución de la memoria es una queja


frecuente y una fuente de preocupación. Algunos autores señalan que entre
el 50% y 80% de los adultos mayores de una comunidad se quejan de este
problema, especialmente cuando comparan sus habilidades intelectuales
con las que tenían hace 10 años. Ellos manifiestan cierta dificultad para
recordar, sin embargo estos cambios no impiden que el adulto mayor siga
desenvolviéndose correctamente en sus tareas; es más, en esta etapa de
la vida pueden aprender nuevas cosas.
Estos fallos esenciales ocurren en el envejecimiento normal y corresponde
a la pérdida de memoria a corto plazo, y son los denominados “olvidos
benignos de la ancianidad”, y aun cuando están presentes no afectan el
desenvolvimiento de la funcionalidad del adulto mayor. Por otro lado, esta
pérdida de memoria no es generalizada a todos los adultos mayores. Mucho
de ellos mantienen su capacidad de memoria intacta y conservada.
Por otra parte, la preocupación y las quejas que expresa el adulto mayor y/o
sus familiares relacionadas a fallas mayores de la memoria y a la
disminución de otras capacidades cognitivas y conductuales y del
funcionamiento general, pueden responder a condiciones anormales o
patológicas como las demencias, y afectan la vida familiar y social. La
demencia afecta al 10% de la personas mayores de 65 años y entre el 20 y
50% de lo que tienen 85 años a más.

Referencia bibliográfica:
Leiton, Z; Ordoñez, Y. 2003 Autocuidado de la salud para las personas
adultas mayores. Manual de información para los profesionales. MIMDES-
OPS. Lima-Perú.

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