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O O ELEGIR
O JUGUETES
CÓMO ELEGIR LOS JUGUETES
BIBLIOTECA DEL EDUCADOR CONTEMPORANEO
Dirigida por
GILDA L. DE ROMERO BREST JAIME BERNSTEIN
Directora del Departamento de Director del Instituto de Psi
Ciencias de la Educación de la cología de la Universidad del
Universidad de Buenos Aires Litoral
VOLUMEN
22
STEN HEGELER
CÓMO ELEGIR
LOS JUGUETES
Publicado por
TA VISTOCK J>uBLICA TIONS
Londres
Versión castellana de
MARTA l. GuASTAVINO
INTRODUCCION D. E. M. Gardner . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
L
A
sumamente listo, y así lo es: un bebé 1 puede es
tornudar, retener el aliento, llorar, patalear, que
darse de espaldas y hacer cantidad de cosas notables,
pero no es mucho lo que puede hacer cdn juguetes du
rante los primeros seis meses. De todas maneras, son
tantas las cosas nuevas, que no es de sorprenderse que
el niño pase los primeros seis meses mirando,' tanteando
y chupando. Hay tanto que aprender antes que un bebé
pueda jugar. ·. . y, sin embargo, esto mismo de aprender
puede ser un juego.
Puede usted colgar del coche o de la cuna tiras de
tela, una campanilla, incluso un globo inflado con gas
que oscile frente al niño, pero recuerde que los colores
deben ser puros: rojo brillante, azul cielo, verde pasto,
amarillo vivo y negro reluciente. Generalmente, a los
niños no les interesan para nada los "encantadoras"
matices pastel. Se pueden conseguir también sonajeros
diseñados especialmente para ser colgados. Ocho gran
des cuentassonajero irrompibles, enhebradas en un cor
dón elástico para fijarlas en el coche de lado a lado,
forman un juguete muy bien pensado, que mantendrá
durante largo tiempo el interés del niño.
Se cuenta que cuando le preguntaron a Einstein
cuáles habían sido los años de su vida más importantes
para el desarrollo, respondió: "Los tres primeros." Hay
1 Por motivos de conveniencia, en todo el libro nos referimOs al
bebé o niño con el pronombre "él", que, salvo aclaraaión en con
trario, se refiere igualmente a nifios y nifias.
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El primer cumpleaños.
••
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©©
Dieciocho meses.
Dos años.
Nuestro niño de un año ya llegó a los dos, y es ahora
la nena grande de papá o el muchachito de mamá, y en
cualquiera de los dos casos, ni grande ni chico. Primero,
los padres dedicaban toda su energía a hacerlo caminar
y estaban radiantes cuando empezaba a hablar. Pero
ahora todo es "quédate quieto" y "cállate la boca".
Es difícil tener dos años, y es casi más difícil ser
padres de un niño de esta edad. A esta altura de su vida
el pequeño no es todavía un ser social. El padre, y espe
cialmente la madre, son aún el centro de su mundo.
No se siente seguro con extraños. Se interesa poco por
los niños de la misma edad, aunque los que son algo
mayores pueden fascinarlo. En este período, la sola
acumulación de palabras puede convertirse en un juego,
y el niño comienza a emplear el lenguaje.
Los más adelantados podrán ahora andar en triciclo,
pero dado que ésta es una edad de mucho movimiento,
conviene comprar uno muy resistente. Otro juguete nue
vo es el "martinete". Es más complicado, pero un apa
sionante juego de carpintero. Una creación casi genial, y
que también encanta a los mayores, es un juego que lla
man Kíddícog: una tabla con piezas verticales, grandes
ruedas dentadas de material plástico que encajan en
estas piezas, y una rueda dentada con una manija.
Cuando se da vueltas a la manija, todas las ruedas giran.
El juguete no tiene nada, pero ejerce una fascinación
mágica. Algo semejante puede decirse de Billie y sus
siete barriles, y de la Gallina con los pollitos, ambos
variantes de los enigmáticos huevos chinos que muchos
de nosotros recordamos de nuestra infancia. El juguete
de atornillar y destornillar consiste simplemente en un
palo largo con una rosca y varias tuercas para poner y
sacar, pero que para el niño de dos años no es tan "sím
plemente", Los mayores no le ven nada de extraordina
rio, pero es un juguete especialmente adecuado para
los dos años de edad. En esta época los niños pueden
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comenzar a enhebrar cuentas, y es bueno que dispongan
de dos docenas de éstas, de madera, con una agujeta
larga y rígida en cada extremo de la cinta.
Es también la edad de las pinturas: a los niños de esta
edad les gustan los grandes y gruesos lápices de colores
que apenas si caben en la mano, grandes hojas de papel,
y mucho estímulo. Los niños pequeños pintan con movi
mientes amplios de todo el brazo. Deben tener un pi
zarrón. Resulta barato haciéndolo uno mismo, con un
pedazo de madera terciada, de cerca de dos metros
de altura y preferentemente un poco más ancho, que
se puede pintar con dos manos de pintura especial
para pizarrones, y ya queda listo para colgarlo de una
pared o montarlo sobre un caballete.
Alrededor de los dos años y medio un niño puede
comenzar a hacer construcciones con pequeños bloques
plásticos o ladrillitos de goma que encajen unos en otros.
Compre primero un equipo relativamente barato, al que
sea posible agregar suplementos si resulta bien acepta
do. Tanto los varones como las niñas usan estos ladrillos;
no lo hacen con mucha habllidad al principio, pero se
entretienen, que es lo más importante. A esta edad el
entusiasmo por los trenes alcanza la cima, y coches y
locomotoras grandes y resistentes les dan gran placer.
Tríang fabrica algunos camiones lindísimos y sólidos y
una locomotora que hasta a mí me encanta, pero que
no es nada barata. U na caja de música es otro hechizo.
La mejor es la de relojería; una simple caja con una
manija, que produce dulces sonidos de campana.
Es ésta una edad vivaz y activa, que tiene también sus
fallas y conflictos. A los dos años un niño es violento,
inquieto y preguntón.
¿Por qué juegan los niños? Bien, ¿qué otra cosa po
drían hacer? Es difícil imaginarse de qué manera podría
pasar el tiempo un niño pequeño si no jugara. Un pe
queñín no puede hacer otra cosa que comenzar gradual
mente a investigar el mundo al cual ha llegado, y es
esto precisamente investigar y experimentar lo que
hace el niño cuando juega.
Los niños comen, duermen y juegan. No juegan para
agotar un exceso de energía, muy por el contrario. In
cluso estando enfermos lo hacen. El juego es un mara
villoso entrenamiento para el trabajo que ha de venir,
pero el niño no puede verlo así, de manera que éste no
es un entrenamiento para él.
Todo lo que podemos decir es que un niño viene a
este mundo por obra de sus padres, y en un comienzo
no es mucho lo que puede hacer, pero emplea el tiempo
en realizar pequeñas tareas que él mismo se propone
y en resolver problemas menudos de su propia inven
ción. Estas tareas se hacen gradualmente más y más
difíciles, a causa de lo cual decimos que el niño está
evolucionando. Cuando el niño ha realizado cierto nú
mero de estas tareas y ha evolucionado, se vuelve gra
dualmente lo bastante diestro corno para empezar a
trabajar, es decir, a realizar tareas cuyo resultado ha de
ser usado para algo. Por ejemplo, al comienzo juegan
a "hacer la limpieza". El niño no entiende que el propó
sito de esto es restablecer el orden. Solamente cuando
ya ha aprendido y dominado el fuego de la limpieza, su
tarea se convierte en trabajo.
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Juguetes mecánicos.
No hay manera de eludirlo: a los niños les atraen los
juguetes mecánicos. Podemos ser tan educativos como
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Juguetes de construcción.
Los juguetes de construcción son aquellos con los
cuales es posible edificar, construir, crear. Son los ju
guetes que los expertos consideran los más importantes,
los mejores y más educativos en el mejor sentido de la
palabra. La necesidad de construir y crear está pro
fundamente arraigada en cada uno de nosotros. Muchos
de nosotros, quizá con cierto sentimentalismo, hablamos
del artista como de la persona más valiosa, y consíde
ramos que es ese aspecto de nuestra naturaleza el que
nos trae más felicidad. Los juguetes de construcción,
si son dados en el momento adecuado, pueden estimular
la capacidad creadora del niño. ·
La primera y más sencilla de las formas de juguetes
de construcción es el cubo. Todos los demás tipos no
son esencialmente otra cosa que variaciones de este
tema, pero muchos de ellos resultan valiosos. De los
cubos han salido dos ramas: la de los Iadríllitos y la del
Meccano. Los ladrillitos cúbicos comunes mantendrán
el interés del niño hasta que llegue a la edad escolar.
Es preferible que sean sencillos, no muy pequeños, y
hay que dárselos en gran cantidad. Este tipo es gene
ralmente el mejor, pero esto no significa que dejemos
de lado los ladrillos que se traban. Tenemos, por
ejemplo, los bloques de construcción intercambiables,
que mencionamos para los niños de 18 meses;
pero son demasiado caros aun en pequeña cantidad, de
modo que el ideal para los niños de dos años en adelante
son los bloques para construcciones, más pequeños. La
misma idea también ha sido realizada en goma. Son
un poco más difíciles de manejar, de modo que proba
blemente no se los pueda usar antes de los cuatro años.
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Barriletes.
Desde los ocho años, aproximadamente, un barrilete
puede ser muy divertido. Sin embargo, a los niños de
diez u once les: resultará aún más agradable hacerlo
ellos mismos.
El barrilete más sencillo consiste en dos varillas ata
das en forma de cruz, un trozo de hilo tenso entre las
cuatro puntas, y sobre este marco, un papel pegado: ya
tenemos un barrilete que sólo necesita la cola y un piolín
largo para remontarse.
Los dos brazos de la cruz deben tener el. mismo peso.
Si uno de ellos se inclina hacia abajo al sostener leve
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mente el marco en posición horizontal, es menester re
bajarlo un poco con un cuchillo filoso. Coloque ahora
el marco sobre un trozo de papel fuerte y dibuje el con
torno con un lápiz, un par de centímetros más grande
que el marco; corte el papel por la línea, dóblelo por
encima del hilo y péguelo, El barrilete tiene ahora U:..'1
frente, donde sólo se ve el papel, y una parte posterior
donde se ven las dos varillas. Ponga el barrilete boca
arriba para asegurar los tiros. Se pueden atar trozos de
hilo a las puntas de las varillas y reunirlos en un nudo o,
lo que es más fácil, use un piolín de unos noventa cen
tímetros de largo, atado al esqueleto, en puntos distan
tes, unos cuatro o cinco centímetros de cada extremo, y
pasado por agujeritos hechos en el papel. Un pedazo
de cinta adhesiva pegado alrededor de los agujeros una
vez que se ha atado el hilo, evitará que el papel se
rompa. La cola, asegurada a la parte de abajo del es
queleto, consiste en un trozo de cuerda de cinco a seis
metros de largo y una cantidad de pedazos de papel, de
ocho centímetros por doce, atados al cordel con un nudo
en toda su extensión. La función de la cola es evitar
que el barrilete dé vueltas y vueltas en el aire, de ma
nera que trabaja como la quilla en un bote.
Ahora el barrilete está listo para remontarse. Ate un
hilo liviano y fuerte a los tiros, un poco debajo del me
dio, y busque un espacio abierto con pocos árboles y
sin cables de electricidad. Recuerde que un piolín hú
medo puede actuar como conductor de la corriente
eléctrica, que puede ser peligrosa. Se necesitan dos per
sonas para remontar un barrilete, una para sostenerlo
y ver que la cola esté en buena posición, y otra para
sostener el hilo, teniendo el viento de espaldas. No le dé
demasiado hilo al empezar. Si el barrilete tira demasiado
de la cuerda, mueva el nudo de los tiros un poco hacia
arriba o hacia abajo hasta que se remonte bien. Ahora
déle más hilo, tirando cuidadosa y firmemente si em
pieza a caerse, y dándole más cuando se levanta bien.
En algún momento tire del hilo hacia abajo tanto como
el barrilete pueda volverse a levantar, y habrá llegado
entonces al punto más alto. Pero un barrilete puede le
vantarse bastante alto, y si Ge atan varios juntos a un
píolín podrán remontarse más todavía.
Los barriletes se pueden usar de muchas maneras di
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El rótulo de la caja.
Lo más irritante para un niño es que le den una cajita
de ladrillos con una lámina en la tapa según la cual la
caja contiene bastantes ladrillos como para construir una
estructura del tamaño del Palacio del Congreso. Puede
que esto suene a exageración, pero no lo es. ¿Acaso no
podemos todos recordar la desilusión que sentíamos
cuando el contenido de una caja no correspondía a la
promesa de la tapa? ¿Y no nos irrita siempre cuando
un libro dice que la heroína era pelirroja y la sobrecu
bierta nos la muestra con pelo color ébano?
Debería ser fácil evitar estas desilusiones a los niños.
Si regala usted a un niño una caja que tiene un dibujo
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Muñecos y muñecas.
Juguetes de Andador
ensamblar Primer tren
sencillos (sin ruedas)
Juguetes de Ladrillitos
ensamblar sencillos para
construcciones
Cajas de pinturas Cubos huecos y
grandes
Carro para
empujar
Camión con
ladrillos
Caballito hamaca
·E I TO I AL p ID OS