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Wilhelm Maximilian Wundt fue un fisiólogo, psicólogo y filósofo alemán célebre por haber

desarrollado el primer laboratorio de psicología experimental en la ciudad de Leipzig en 1879, para


a través del método experimental, estudiar la experiencia inmediata y observable.

Sensación
Los sentidos son nuestras ventanas abiertas al mundo, las fuentes de nuestra experiencia,
porque nos informan sobre el entorno, y esto es lo que nos permite sobrevivir. |
La sensación es un proceso neurológico que se produce cuando un órgano sensorial es
alterado por un estímulo y que nos permite informarnos de ciertas características del entorno
(sonidos, olores, formas…) y del propio organismo (dolor, equilibrio, movimiento…) sin que
aún esas informaciones hayan sido elaboradas y tengan un significado (esto sucede con la
percepción).
Un órgano sensorial es una vía neurológica capaz de reaccionar a alguna forma de energía.
Es un canal de información que detecta los estímulos físicos y los transmite al cerebro.
Ejemplo: el ojo.
Un estímulo es toda energía física, mecánica, térmica, química o electromagnética que excita
o activa un órgano o receptor sensorial. Ejemplo, la luz (ondas electromagnéticas con una
determinada longitud de onda).
Las sensaciones tienen una serie de características que diferencian unas de otras. A
continuación veremos las más importantes.
Cualidad
La primera característica fundamental de las sensaciones es su cualidad. Tiene que ver con
el tipo de estímulo que las produce; por ejemplo, un sonido produce una sensación con una
cualidad distinta a un sabor.
Por otra parte, dentro de estímulos del mismo tipo, también se diferencian en cualidad
aquellos que producen una sensación distinta. Por ejemplo, el color rojo tiene una cualidad
distinta al amarillo, y ambos tienen una diferente de la del color azul. Lo mismo ocurre con
los sonidos, olores o sabores.
Esta diferencia de cualidad está explicada por la teoría de Muller sobre la energía específica
de los nervios. Según este psicólogo de la percepción, cada estímulo lleva consigo un tipo de
energía que estimula un órgano sensorial.
Éste, a su vez, transmite un tipo concreto de energía al cerebro a través de los nervios
sensitivos (como el nervio óptico o el nervio auditivo).
Intensidad
Otra de las características que diferencian a las sensaciones es su intensidad. Aun cuando un
estímulo tenga la misma cualidad que otro, puede tener una mayor intensidad, por lo que la
sensación que provocará será más fuerte.
En función del tipo de sentido al que nos estemos refiriendo, la intensidad se traducirá de una
forma u otra. Por ejemplo, una luz tenue producirá una sensación leve de luminosidad; por
el contrario, una luz intensa provocará una sensación luminosa muy fuerte.
Duración
La duración es el tiempo durante el que se mantiene la sensación después de haber sido
producida. Esta característica cambia la parte subjetiva de una sensación; por ejemplo, un
sonido que dure dos segundos se sentirá de forma diferente a uno que dure treinta.
La capacidad humana de recibir estímulos es limitada; no podemos tener sensación de todo.
Hay cosas que no podemos ver, como la luz infrarroja, o que no podemos oír, como los
ultrasonidos. Nuestra capacidad sensitiva tiene diferentes umbrales o límites cuantitativos:
El umbral absoluto es la mínima intensidad de energía que se necesita para provocar una
sensación en una persona. Es decir, es lo más bajo que puede ser un estímulo para que el
individuo lo perciba. Depende no sólo de la intensidad del estímulo, sino también del estado
psicológico del individuo (experiencia, fatiga, motivación). Por ejemplo, un centinela en
tiempo de guerra detectará probablemente estímulos más débiles que el mismo centinela en
tiempo de paz).
El umbral diferencial se refiere a la capacidad discriminativa de nuestros sentidos. Es decir,
describe cuál es la intensidad mínima en la que debe aumentar un estímulo para que nosotros
notemos su incremento; ley weber: cuanto mayor es el estímulo, mayor debe ser el cambio
para que pueda ser percibido. Cuanto más pequeño sea el cambio que podemos detectar
mayor es nuestra sensibilidad.
Clasificación:
Podemos distinguir:
Exteroceptores, que recogen información del mundo exterior y son:
Visión: La luz entra en el ojo a través de la pupila, que se contrae o dilata en función del
movimiento de los músculos del iris. En la visión normal, la luz atraviesa el cristalino y la
imagen del objeto se proyecta sobre la retina. Los bastones y conos forman parte del ojo y
son fundamentales en la visión. Los bastones son los responsables de ver en la oscuridad.
Los conos permiten ver el color. El ojo humano no es capaz de captar todo el espectro de
ondas electromagnéticas. Solo percibimos aquellas longitudes de onda comprendidas entre
los 400 y los 700 nanómetros.
Gusto: es un sentido de carácter químico, que nos permite percibir muy pocos sabores.
Básicamente son sólo cuatro: dulce, salado, ácido y amargo. La riqueza de sabores se
consigue combinando estos cuatro con el olfato.
El órgano sensorial o receptor del gusto se compone de unas células nerviosas llamadas
papilas gustativas, que recubren la superficie de la lengua. Las papilas tienen la capacidad de
estimularse por ciertas sustancias químicas. Al hacerlo generan un impulso nervioso que es
conducido al cerebro, en particular al lóbulo temporal donde es procesada la información.
Olfato: Es otro sentido químico que se estimula con sustancias que contienen moléculas
susceptibles de volatizarse o difundir partículas microscópicas en el aire; El proceso olfativo
se produce cuando las partículas olorosas entran en contacto con las células nerviosas de la
mucosa a través del aire inspirado. Después el olor pasa a través del bulbo olfatorio a la
corteza cerebral, lóbulo temporal, y lleva su mensaje al sistema límbico. Los olores son
especialmente difíciles de describir.
Tacto: La piel consta de tres zonas, la más profunda (dermis), posee células nerviosas
sensibles al calor (corpúsculos de Ruffini), al frío (corpúsculos de Krause), al relieve y la
textura (corpúsculos de Meissener), y la presión (corpúsculos de Pacini). Para ser conscientes
de las sensaciones captadas por estos receptores su información debe llegar a la corteza
cerebral, lóbulo parietal.
Auditivo: Los sonidos son vibraciones del aire. Esas vibraciones llegan al oído interno, en
particular a la cóclea, que está llena de líquido y contiene células ciliares, células nerviosas
que reaccionan y envían la información a través del nervio auditivo a los lóbulos temporales
del cerebro donde se procesa.
Interoceptores, que nos informan del estado de nuestro propio organismo.
Interocepcion: Formado por terminaciones nerviosas distribuidas en las vísceras y órganos
internos, nos informa del estado de nuestro organismo.
Propocepcion: Este órgano sensorial está formado por terminaciones nerviosas distribuidas
en músculos, tendones y articulaciones y nos informa del movimiento de las distintas partes
de nuestro cuerpo y de que nuestro cuerpo es efectivamente nuestro. Cuando se ve alterado
no podemos sentir que nuestro brazo, pierna o mano son parte de nosotros y, por tanto, no
podemos moverlos.
La sensación son fundamentales para el comportamiento humano debido a que estas
suministran la información necesaria hacia el cerebro, sobre lo que está pasando al nuestro
alrededor, para que este pueda procesarla e interpretarla, para realizar dicha repuesta, que es
aquella que define la conducta humana. Si no hay sensaciones, el ser humano no presenta
dicha conducta.

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