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de forma adecuada
Preparar el suelo en profundidad y ser prolijos a la hora de establecer este cultivo
es clave para optimizar la productividad de la temporada que se avecina.
Conozca, a continuación, los manejos que recomiendan los expertos para
lograrlo.
Lunes, 05 de mayo de 2014 a las 8:09
- Preparación de suelo esta labor debe iniciarse justo al término de la cosecha anterior y debe estar
terminada antes de que comience el periodo de lluvias.
Crédito: EFE
Análisis de suelo
Los análisis generales de suelo miden el contenido de Nitrógeno, Fósforo y Potasio (NPK). No
obstante, se debería apuntar a un estudio más exhaustivo que mida boro y zinc. El metabolismo
de la planta o más bien su capacidad metabólica se relaciona directamente con estos dos
microelementos.
Para determinar los compuestos que se utilizarán para la fertilización, se recomienda que el
agricultor lleve a su empresa proveedora una muestra de suelo con el fin de establecer una
mezcla NPK con las concentraciones adecuadas para cada campo.
Método para verificar si la máquina está calibrada
1. Se siembra con la máquina por una distancia de aproximadamente 15 m lineales y
posteriormente se descubren las semillas puestas en el suelo y se cuentan. Este es el sistema
que siempre debe utilizarse para chequear no sólo que la cantidad de semilla por metro lineal
corresponda a la que cada agricultor se plantea, sino que también que la distribución de la
semilla y la profundidad de siembra sean las correctas.
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Ximena Fernández S.
La sostenida alza que ha mostrado el precio del maíz en los últimos meses en los
mercados internacionales, ha transformado a este cultivo en una interesante
alternativa para los productores nacionales que buscan desarrollar un negocio
estable.
Es muy importante tener siempre presente que tanto el manejo del rastrojo como
la labor de aradura, deben realizarse en forma simultánea con la cosecha. Esto,
debido a que las tareas deben quedar realizadas antes del periodo de lluvias.
A continuación se presentan los pasos que deben seguir los productores para
realizar la preparación de sus suelos de la mejor forma posible:
Paso 1: Para los expertos es fundamental que el productor conozca muy bien el
suelo que pretende sembrar. Para ello debe tomar en cuenta su historial. Esta
información debe considerar la característica y los comportamientos anteriores del
suelo, las plagas más frecuentes, las condiciones climáticas, la compactación de
suelo o presencia de pie de arado y manejo de rastrojos, entre otros. Todo ello
determinará el tipo y número de labores que deberán realizarse, las que se
describen a continuación.
40 cm
de suelo libre de capas duras, como mínimo, permitirá un correcto desarrollo de
raíces
Para un buen crecimiento del sistema de raíces, es muy importante airear el suelo.
“Lo que esperamos es tener, a lo menos, los primeros 40 cm de suelo libres de
capas duras”, comenta Mauricio Toro, jefe de proyecto Cropcheck, de Estándares
Productivos de Fundación Chile.
Una vez picado el rastrojo, según Faiguenbaum, se pueden seguir dos caminos,
dependiendo del tipo de arado que se utilice. Si es de vertedera, los rastrojos son
incorporados a 30 o 35 cm, según la profundidad de aradura, por la misma
máquina. En cambio, si se usa un subsolador, arado que no incorpora el rastrojo y
lo deja en la superficie, se debe pasar una rastra tras él que permitirá mezclar el
rastrojo con el suelo a una profundidad aproximada de 15 cm. Una vez realizado el
manejo del rastrojo, el suelo debe quedar a la espera de la próxima siembra, de
modo que los equipos de labranza no entren durante el período de lluvias y que el
rastrojo avance lo más posible en su proceso de degradación.
Esta fertilización de siembra debe ser aplicada con la misma máquina de siembra,
la que sitúa la semilla a 4-5 cm de profundidad y el fertilizante justo a su lado (1-2
cm en paralelo), a unos 2-3 cm más abajo.
El nitrógeno (250 a 400 kg/ha en la temporada), por su parte, debe ser dosificado
en dos aplicaciones. Junto con la siembra se añade un 20 a 25% de la dosis total y
el 100% del fósforo y del potasio. El resto del nitrógeno se aplica cuando la planta
ya está establecida, idealmente con plantas al estado de siete hojas.
Rendimiento
Según Faiguenbaum, los rendimientos máximos que pueden obtenerse
comercialmente en maíz a nivel de productores, superan los 200 q/ha, aunque
dichos rendimientos deben considerarse como de excepción. Por otra parte, los
rendimientos más bajos obtenidos en Chile, llegan a ser de 80 q/ha, pero lo más
común es que los rendimientos obtenidos varíen entre 120 y 160 q/ha. En tanto, el
rendimiento promedio a nivel nacional en maíces cultivados para grano es entre
125 y 130 q/ha.
Manejo de
cultivos
AGRICULTURA
La elección de la fecha de siembra es una de las prácticas de manejo con mayor influencia
sobre el rendimiento final, y su definición está frecuentemente relacionada tanto a factores
operativos (fecha de liberación del lote, oportunidad de labranzas, disponibilidad de insumos)
como estratégicos (evitar eventos climáticos adversos como golpe de calor o déficit hídrico, o
la incidencia de plagas y enfermedades).
Dada la importancia que presenta en los resultados productivos la definición del momento
más adecuado para sembrar el maíz, técnicos de la Estación Experimental Cuenca del
Salado del INTA han trabajado para encontrar un patrón de respuesta zonal a la fecha de
siembra, bajo la amplia variabilidad ambiental característica de la región (fertilidad química y
física de los suelos; manejo del cultivo y año climático).
El estudio analizó más de 300 lotes de maíz en la zona norte de la Cuenca del Salado,
sembrados desde el 10 de septiembre al 5 de enero entre las campañas 2007 y 2014.
maiz
Rendimiento de maíz en función de la fecha de siembra para 358 lotes durante 5 campañas
(2007 a 2014)
Los técnicos del INTA observan que “el rendimiento promedio se reduce entre 15 y 20
quintales (qq/ha) a medida que se retrasa la fecha de siembra desde el 1 de octubre
(considerada la fecha óptima para la zona) hasta el 15 de diciembre”. Sin embargo, “las
siembras tempranas presentan un mayor grado de variabilidad”.
Asimismo, se destaca que “en buenos ambientes pueden expresar su máximo potencial
alcanzando los 130-140 quintales por hectárea, pero también suelen estar sometidos a
distintos tipos de estrés alrededor de floración (se han registrado eventos de estrés hídrico
durante la segunda quincena de diciembre y primera de enero con alta recurrencia, sumados
a estrés por golpe de calor) que pueden hacer fracasar el cultivo”. En cambio, “en fechas
tardías el período crítico se retrasa hacia mediados de febrero, donde las temperaturas son
menores y el balance hídrico es menos negativo haciendo que los rendimientos sean más
estables”.
Con el trabajo los técnicos señalan que en la zona de la Cuenca del Salado “la fecha de
siembra puede ser una herramienta más de manejo en la búsqueda de acortar las brechas de
rendimiento y ganar estabilidad”. Esto puede darse tanto en explotaciones ganaderas, donde
el maíz entra en doble cultivo con verdeos de invierno o ingresa en ambientes marginales de
bajo potencial; como en explotaciones agrícolas puras por logística, o para disminuir el
riesgo. No obstante, “los cambios en la fecha de siembra deben ser acompañados por ajustes
en el manejo integral del cultivo, como ser la elección del largo del ciclo, el ajuste de la
densidad de plantas y la resistencia a insectos”.
¿Cuánto tarda en cosechar
El ciclo del maíz depende del clima pero en promedio se demora entre 130
y 150 díasdespués de sembrado para que el grano este seco para ser
cosechado,En choclo o tierno el maíz se demora para llegar a este estado unos
90 días después de sembrado.
Productor revisando una siembra de maíz forrajero en Gómez Palacio, Durango, México