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GENERALIDADES
Todos los trabajos de campo necesarios para llevar a cabo un levantamiento topográfico clásico
consisten, en esencia, en la medida de ángulos y en la medida de distancias.
Para medir ángulos se utilizar diversos instrumentos topográficos conocidos con el nombre
genérico de goniómetro que a su vez permite, también medir distancias por métodos indirectos.
Los goniómetros los podemos clasificar como:
- Acimutales: son los que nos permiten medir direcciones horizontales.
- Eclímetros: son los que nos permiten medir direcciones verticales.
- Teodolitos: son los que nos permiten medir ángulos o direcciones horizontales y verticales.
El teodolito es un instrumento utilizado en la mayoría de las operaciones que se realizan en los
trabajos topográficos. Directa o indirectamente, con el teodolito se pueden medir ángulos
horizontales, ángulos verticales, distancias y desniveles.
El teodolito es el más perfeccionado aparato destinado a medir direcciones horizontales y
verticales, habiendo sufrido grandes mejoras desde que fue construido el primero en 1787 (según
algunos autores), hasta nuestros días. Es sin embargo el Dr. Henri Wild (1877-1951 Suiza), quien
avanzó en la modernización de los teodolitos y construye los Teodolitos Ópticos, llamados así por
estar armados con limbos de cristal y complicados sistemas de lentes y prismas para facilitar las
lecturas.
TEODOLITO - DESCRIPCIÓN DE LAS PARTES QUE LO COMPONEN
Hay distintos modelos y características de teodolitos, pero en todos los modelos sus partes
fundamentales son: el soporte, la base, un círculo graduado fijo horizontal y el aparato de
puntería.
SOPORTE: Está compuesto por el trípode con su correspondiente tornillo o dispositivo de fijación.
El trípode proporciona un adecuado apoyo al instrumento, debe ser firme y estable, pero al mismo
tiempo debe ser liviano. Las tres patas del trípode son extensibles, donde en cada pata, la mitad
inferior se desliza en el interior de la otra mitad. Las patas terminan en punteras de hierro con un
estribo que permite apoyar el pie para enterrarlas en el suelo
BASE: se une al trípode mediante el correspondiente tornillo de fijación y esta compuesta por una
plataforma de tres brazos cuyos extremos están perforados por las roscas de tres tornillos
llamados tornillos calantes. El teodolito descansa sobre la punta de esos tornillos y por lo tanto
puede ser nivelado con ellos. Es por esta causa que los tornillos calantes reciben el nombre de
tornillos nivelantes.
Forma parte de la base un nivel esférico (cápsula semiesférica) donde la burbuja ocupará el punto
más alto de la cápsula.
Es imprescindible situar vertical el eje principal V-V con la mayor exactitud posible.
Por ello, todos los teodolitos disponen de tres tornillos nivelantes o calantes que moviéndolos
permiten inclinar todo el instrumento. Independientemente de esto, y por la importancia que tiene
verticalizar el eje principal V-V, se emplean los niveles. El teodolito para su horizontalización
posee dos niveles; el tubular que se encuentra en la alidada (también llamado nivel de burbuja) y
el esférico. El nivel de burbuja se define como: una ampolla de vidrio de forma tórica (resorte
doblado) casi llena de un líquido volátil, formando el espacio resultante una pequeña burbuja de
aire que ocupará siempre la parte más alta del tubo de vidrio.
Surge de esto un cuarto eje del teodolito, un eje imaginario llamado eje de nivel N-N que se define
como la recta tangente a la burbuja en su parte media, por lo tanto este eje será horizontal
cuando la burbuja esté calada.
Actuando sobre dos tornillos calantes hasta situar la burbuja de aire entre los dos trazos centrales
marcados sobre la ampolla se habrá conseguido que una recta de la base del aparato sea
horizontal y paralela al eje NN. A esta operación se denomina calar la burbuja. Cuando la burbuja
esta calada, el eje del nivel es tangente en el centro de la burbuja.
El nivel va protegido por una caja metálica [A] y se fija a la base del instrumento mediante una
articulación [B] y un tornillo de corrección [C].
La parte superior de un nivel tórico viene dividida generalmente por trazos de 2 mm de amplitud.
La sensibilidad del nivel S se define como el ángulo central en segundos que subtiende el arco
correspondiente a una división.
Para el cálculo de S expresado en segundos se emplea la siguiente ecuación:
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d
S´´ = α = . 206265"
R
El valor de d esta normalizado universalmente como se dijo a 2 milímetros, y el ángulo α oscila
entre 1 minuto y 20 segundos en instrumentos usuales.
Por encima del minuto de sensibilidad estacionar el teodolito adolece de poca precisión. Por
debajo de 20 segundos mucha dificultad para calar la burbuja y ésta se mueve con solo caminar
alrededor del trípode.
Loa niveles esféricos se usan para una primera nivelación aproximada de la plataforma (alidada),
y son mucho menos precisos que los tóricos, con una sensibilidad α que varía,
aproximadamente, entre 3 minutos y 6 minutos.
El estudio de estos niveles, como el uso del nivel de coincidencia, lo veremos con más detalle
cuando analicemos el tema 6- Altimetría.
EL ANTEOJO
En 1609, Galileo Galilei construyó el primer anteojo y fue confeccionado con una lente
convergente como objetivo y una lente divergente como ocular que desempeña la función de una
fuerte lupa. De esta forma, se pueden ver distintos y aumentados los objetos lejanos. Ambas
lentes están montadas en los extremos de dos tubos metálicos denominados tubo objetivo y tubo
ocular.
Los anteojos de los teodolitos pueden ser clasificados en astronómicos y terrestres.
El anteojo astronómico consta de dos lentes convergentes, montadas en un tubo formando un
sistema óptico centrado con la facultad de poder variarse la distancia entre dichas lentes. La
primera de éstas se denomina objetivo (enfrenta al objeto visado) y la segunda ocular (a la que
se acerca nuestro ojo).
El objetivo da una imagen real e invertida del objeto. A su vez el ocular, que funciona como una
lupa, proporciona de dicha imagen (que es pequeña) otra mayor, virtual y directa. De allí que en
definitiva el operador observe imágenes invertidas, aunque en la actualidad los instrumentos
poseen una lente intermedia que proporciona imágenes directas (anteojo terrestre).
En los anteojos topográficos se distingue el retículo que es una lámina de cristal sobre la cual van
grabados un trazo vertical y un trazo horizontal.
No todos los teodolitos tienen el par de tornillos que mueven el conjunto limbo–alidada.
A los teodolitos que no lo poseen, de la marca Kern, se los denomina reiteradores (con un solo
eje vertical). Debido a esto, en los teodolitos reiteradores no es posible mover en forma solidaria
el conjunto limbo–alidada. En este caso, si se desea colimar un punto con una lectura prefijada,
primero se deberá bisectar el punto y luego se colocará la lectura correspondiente. Esto se logra
cambiando la posición del limbo horizontal, pero sin mover la alidada. Los teodolitos reiteradores
poseen un tornillo especial que permite realizar dicha operación.
A los teodolitos que si poseen el par de tornillos que mueven el conjunto limbo–alidada, se los
denomina teodolitos repetidores (con dos ejes verticales coincidentes). Los teodolitos marca Wild
son repetidores. Los teodolitos que vamos a ver durante el curso reciben el nombre de Teodolitos
Céntricos, llamados así por que por construcción los tres ejes V-V, H-H y C-C se cortan en un
punto llamado centro del teodolito O.
MICRÓMETROS ÓPTICOS: Decíamos que las lecturas de ambos limbos se realizan a través de
dispositivos llamados micrómetros ópticos colocados en forma adyacente al anteojo principal. La
denominación de teodolitos de lectura óptica obedece a que se observa, la imagen del sector del
limbo considerado y el índice de lectura por medio de un sistema óptico apropiado, en un
pequeño anteojo denominado microscopio de lectura.
Se utiliza un mismo microscopio para leer tanto el limbo horizontal (o azimutal) como el limbo
vertical.
El valor de la fracción de la menor división del limbo, determinado por la posición del índice, se
efectúa mediante el micrómetro óptico.
El sistema de lecturas con micrómetros ópticos se basa en el desplazamiento de los rayos
luminosos que concurren a formar las imágenes de las divisiones de los limbos, al atravesar una
lámina plana de caras paralelas accionada por un tornillo micrométrico, de tal forma que los
desplazamientos mencionados son proporcionales al giro de la lámina, quedando indicados los
valores angulares correspondiente en una escala adosada a dicho tornillo.
Supongamos que debemos efectuar la lectura correspondiente a una determinada dirección.
Observamos un sector del limbo, y a través de un sistema óptico (no representado en la figura) la
formación de las imágenes de las divisiones del limbo en el campo visual de lecturas, donde se
encuentra el índice. Para completar la lectura es necesario agregar a la división del limbo, en este
caso 11º (lectura gruesa), el intervalo i comprendido entre la misma y el índice de lectura.
De acuerdo a lo expresado la lectura sería de 11º más el intervalo i comprendida entre dicha
división y el índice. Para poder medirlo hacemos girar el tornillo hasta que se produzca la
coincidencia de la imagen correspondiente a la división 11º con el índice; como el desplazamiento
de los rayos luminosos provenientes del sector del limbo considerado es proporcional al giro de la
lámina, se deduce que el valor medido en la escala nos proporciona el valor del intervalo i
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Entonces a la lectura directa 11º se le suma la del micrómetro 21´30´´ nos da como resultado final
11º 21´30´´
En los micrómetros ópticos la imagen de la escala es observada en el campo visual de lectura,
simultáneamente con el limbo y el índice.
A continuación veremos algunos de estos teodolitos y sus sistemas de lecturas angulares.
Estacionar un teodolito sobre un topocentro significa lograr que el eje de rotación V-V del
instrumento quede perfectamente vertical y coincidente con la vertical del punto, es decir, centrar:
el eje vertical pasa por el topocentro y nivelar: el eje vertical coincide con la vertical del punto.
Operaciones previas
1. Se coloca el trípode de modo que las tres patas del mismo estén bien abiertas y que la
platina esté aproximadamente horizontal. La altura del trípode debe ser compatible con
la altura del operador (altura del pecho del observador).
2. Una vez realizada la operación anterior, el trípode esta en condiciones de recibir el
teodolito. Se saca de su caja de transporte tomándolo por la horquilla porta-anteojo, y se lo
monta sobre la platina ajustándolo con el tornillo de amarre correspondiente. No se debe
soltar el teodolito hasta que no esté ajustado.
3. Se controla que los tornillos calantes tengan todos igual recorrido y estén en posición
intermedia.
ESTACIONAMIENTO
2. Se clava en el terreno una de las patas del trípode. Luego se toman las otras dos, y
moviéndolas suavemente (se las levanta levemente del terreno), se debe conseguir que el
punto que representa el topocentro quede adentro del círculo de la plomada óptica.
Cuando ello ocurre, se cierran suavemente las patas del trípode hasta lograr su contacto
con el terreno, y se clavan en el mismo. Si al clavar las patas se produjera un corrimiento
del punto hacia fuera del círculo de la plomada óptica, se lo corrige utilizando los tornillos
calantes. Durante toda esta operación, debe cuidarse de mantener horizontal la platina del
trípode.
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3. Alargando y acortando las patas del trípode se procede a centrar la burbuja del nivel
esférico de la base del teodolito. Para lograrlo rápidamente hay que tener en cuenta que la
burbuja se desplazará en la dirección de la pata con que se opera. Una vez calada la
burbuja, se controla que el punto que representa al topocentro siga dentro del círculo de la
plomada óptica. Si no es así, hay dos formas de corregirlo:
- Se afloja el tornillo de amarre, y se corre el teodolito sobre la platina hasta centrar
nuevamente el punto. Luego se vuelve a ajustar el tornillo de fijación. Al realizar esta
operación puede descentrarse la burbuja del nivel esférico. Si ello ocurre se la vuelve a
calar con las patas del trípode.
- El punto vuelve a centrarse mediante el uso de los tornillos calantes. Obviamente se
descalará el nivel esférico, por lo que habrá que centrarlo nuevamente con las patas del
trípode.
4. Una vez centrada la burbuja del nivel esférico, y controlado que el punto siga dentro del
círculo de la plomada óptica, se procede a la nivelación fina del teodolito. Ello se realiza de
la siguiente manera:
a. Se coloca el nivel de alidada paralelo a dos tornillos calantes, centrándose su burbuja con
suaves movimientos de rotación de ambos tornillos a la vez. Estos movimientos se
realizan tomando un tornillo con cada mano, utilizando los dedos índice y pulgar. Se giran
ambos tornillos calantes de forma tal que los dos índices vayan a la vez hacia dentro o a la
vez hacia fuera. La burbuja se desplazará en la dirección en que se mueve el índice de la
mano derecha, tal como lo indica la figura;
b. Se gira 90º la alidada. Con ello se consigue que el nivel tubular quede en la dirección del
tercer tornillo calante. Rotando suavemente este tornillo (solo éste), se centra la burbuja.
Con estas operaciones a) y b), se han nivelado dos líneas perpendiculares de la base nivelante.
Por lo tanto, si el nivel de alidada no tiene error, el limbo debe estar horizontalizado, y en
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consecuencia el nivel debe quedar calado en cualquier posición de la alidada. Para constatarlo, se
procede así:
c. Se lleva la alidada a la posición a) y se verifica el calado del nivel. Si no lo está, se lo cala y
se repite b). Así sucesivamente hasta que al volver a la posición a) se halle calado.
d. Se gira 180º la alidada, y se verifica si no se desplaza la burbuja. Si no hay
desplazamiento, se ha finalizado con la nivelación del instrumento.
e. Si existe desplazamiento, la mitad se corrige con los tornillos calantes, y la otra mitad se
corrige con el tornillo de corrección propio del nivel de alidada. Después se repiten las
operaciones de nivelación fina 4).
2. Se deja caer un objeto (por ejemplo una piedra) desde el tornillo de amarre tratando que
caiga lo más cerca posible del topocentro (estaca). Luego se coloca el instrumento y se
procede a que el punto que representa al topocentro quede adentro del círculo de la
plomada. Esta operación se realiza moviendo solamente los tornillos calantes, uno por
ves. Es decir, se estaciona sin usar las patas del trípode.
Después se continúa con las operaciones que indican los puntos 3), 4) y 5) del caso anterior.
2. Se clavan las patas en el terreno, se baja el bastón, y se coloca sobre el topocentro (debe
mantenerse flojo el tornillo que sujeta al bastón en todo momento).
4. Nivelación Gruesa: Calamos aproximadamente el nivel esférico (10) con ayuda de las tres
patas extensibles y completamos su nivelación oprimiendo el botón de desbloqueo (4) y
desplazando la cabeza del trípode sobre el plato del mismo hasta lograr su correcta
ubicación. Se ajusta el tornillo que sujeta al bastón (8).
5. Colocamos el teodolito sobre el trípode fijándolo con la palanca de cierre bayoneta (6).
CONDICIONES INSTRUMENTALES
1) V-V ⊥ N-N: Es decir que cuando se cala el nivel de alidada, por ser V-V perpendicular al
limbo horizontal, automáticamente V-V está vertical. Cuando no se cumple esta condición,
el instrumento adoloce de error de verticalidad v.
2) C-C ⊥ H-H: cuando se cumple esta condición, el eje C-C se desplaza en el espacio según
un plano. Cuando no se cumple, describe un cono con vértice en el eje H-H, y el teodolito
adolece de error de colimación c.
3) H-H ⊥ V-V: cuando se cumple esta condición, y las dos anteriores, el eje C-C se desplaza
en el espacio según un plano vertical. Cuando no se cumple, el instrumento adolece de
error de inclinación i, y el eje C-C, al girar alrededor de H-H, describirá en el espacio un
plano inclinado.
Debe mantenerse el orden de sucesión de las condiciones tal como se ha expresado, ya que sólo
después de eliminar el error de verticalidad podrá reconocerse y eliminar el error de colimación, y
sólo eliminando éste podrá reconocerse y eliminarse el error de inclinación.
VERIFICACIÓN Y CORRECCIÓN DE ESTOS ERRORES
ERROR DE VERTICALIDAD v
ERROR DE COLIMACIÓN c
Existe cuando el eje C-C no es perpendicular al eje H-H, o sea que C-C forma con H-H un ángulo
de 90º ± c, donde c es el error angular positivo o negativo, denominado error de colimación. Este
error queda evidenciado sobre el limbo horizontal.
Estudiaremos un método para su verificación y corrección. Para ello hay que elegir un punto
cercano al plano horizontal que pasa por el teodolito, porque de esta manera se anula la
influencia del error de inclinación i y de algún residuo del de verticalidad (si lo hubiera),
evidenciándose el error c. Las operaciones que se efectúan son:
- Se estaciona el teodolito, se bisecta el punto elegido y se lee la lectura del limbo en
primera posición LI
- Se da vuelta campana y se bisecta nuevamente el punto, efectuándose la lectura
horizontal en segunda posición LII Si no hay error de colimación, ambas lecturas deberán
diferir exactamente en 180º, es decir: LII - LI = 180º.
- En caso que no suceda así, el exceso o defecto de la diferencia de lecturas a 180º,
equivaldrá a dos veces el error c.
LII - LI = 180º ± 2 c
- Verificado o detectado el error, se promedian las lecturas finas (minutos y segundos)
adoptando los grados de posición I (sin tener en cuenta los 180º de la posición II). La
lectura promedio obtenida es el valor que deberíamos haber leído si el aparato no hubiese
tenido error de colimación.
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- Para corregir el teodolito, se procede de la siguiente manera:
a. Con el tornillo micrométrico se reproduce la lectura fina (minutos y segundos). Al hacer
esta operación se descorrige la lectura gruesa (grados), la que se corrige con el tornillo de
pequeños movimientos horizontales de la alidada. Pero con ello el punto bisectado se
habrá desplazado con respecto al centro del retículo.
b. Con los tornillos horizontales que mueven el diafragma que sostiene el retículo, se traslada
éste hasta producir nuevamente la bisección del punto.
Esta corrección debe realizarse con mucho cuidado y por pequeñas etapas, para evitar que el
retículo tome una posición oblicua y por lo tanto provocar errores en las visuales. Es un trabajo
delicado, por lo que se recomienda recurrir a un mecánico especializado.
Ejemplo: se han realizado las siguientes lecturas en el círculo horizontal:
LI = 43º 22` 18” LII = 273º 22` 30” ;
LII - LI = 180º 00` 12” ; luego: 2 c = 00` 12” ; c = 00` 06”
22´18´´ + 22´30´´
Promedio de las lecturas finas: = 22´ 24´´
2
Las lecturas corregidas serán:
LI = 43º 22` 24”
LII = 273º 22` 24”
Con el tornillo micrométrico debe producirse la lectura fina, o sea 22` 24”. Con el tornillo de
pequeños movimientos horizontales de la alidada se debe hacer coincidir la lectura gruesa 273º o
43º, según la posición del aparato. Luego se procede a la bisección del punto con los tornillos
correctores (que mueven el retículo).
ERROR DE INCLINACIÓN i
Existe cuando el eje H-H no es perpendicular al eje V-V, o sea cuando estando correctamente
estacionado el aparato, el eje horizontal H-H no es horizontal. Es decir que el eje C-C, estando
corregido su error de colimación, describe un plano inclinado en el espacio, formando con la
vertical un ángulo i, igual ángulo forman H-H con el horizontal.
Nivelado el teodolito y una vez corregido los errores de verticalidad y de colimación, debemos
horizontalizar el eje H-H si queremos que los planos que describa el anteojo sean verticales, y así
conseguiremos la perpendicularidad entre el eje principal V-V y el eje secundario H-H.
Una de las formas de saber si un teodolito tiene error de inclinación i, es dirigir la visual al hilo de
una larga plomada en reposo colocada a unos 5 metros del teodolito y recorrer, dicho hilo, con el
centro de retículo. Para esto se realizan los siguientes pasos:
Además de estos errores instrumentales corregibles, existen otros errores que no pueden ser
corregidos. De estos últimos, podemos señalar los siguientes errores:
ERROR DE EXCENTRICIDAD DEL PLANO VERTICAL DE MIRA e
Es cuando el eje C-C no corta al eje V-V, se considera siempre que el instrumento sea
rectificable, esto es que el eje de alidada sea vertical, que el eje de rotación del anteojo sea
horizontal y que eje de colimación sea perpendicular a éste último.
Es cuando el eje V-V no corta al limbo horizontal en su centro. Si la alidada no gira alrededor del
centro del círculo c sino alrededor de otro punto c´, los valores leídos en el limbo horizontal no
corresponderán a la verdadera medida del ángulo de rotación. Demostraremos que la influencia
del error de excentricidad E es bastante fuerte
Se define el error de centración, como la falta de coincidencia del eje vertical del teodolito con la
vertical del topocentro o sea que es un error cometido por el operador.
El efecto de la excentricidad en la medida del ángulo horizontal α, es máxima cuando el
desplazamiento e, se aproxima a la bisectriz del ángulo a medir.
α= ángulo correcto
α1= ángulo incorrecto
T= topocentro
T1= punto en que esta centrado
e= desplazamiento por mala centración
La= longitud TA
Lb= longitud TB
Ejemplo: Calcular el máximo desplazamiento permitido si quiero medir el ángulo horizontal con un
error no mayor de 5”, entre lados cuyas longitudes son La = Lb = 100mts.
e 1 1 100.000mm . 5"
5” ≤ + ∴ e≤ ≤ 1,2mm
arc 1" la lb 2.206264,8"
ERRORES DE GRADUACIÓN DE LOS CÍRCULOS
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Las divisiones de un nuevo círculo se hacen mediante una máquina que tiene un limbo original
(modelo), que se supone sin errores. La reproducción se efectúa con un índice que recorre los
trazos del limbo original, mientras que un buril (punzón) unido a aquélla va marcando divisiones
sobre el nuevo círculo. De esta forma se consigue una copia del otro círculo patrón.
En el supuesto caso de que se ejerza una presión lateral sobre el buril, o que la luz llegue
inclinada, etc., puede producir un error en la nueva división en un sentido o en otro. Estas causas
pueden durar un tiempo bastante largo, variando poco a poco, por lo cual varían también
progresivamente las desviaciones laterales de los trazos. También las variaciones de temperatura
y, por consiguiente, la diferente dilatación del círculo, pueden dar lugar a errores variables de
división.
Ahora, las modernas máquinas de subdivisión y grabado de limbos de vidrio dan una excelente
precisión, obteniéndose las lecturas por transparencia o refracción.
Al hacer mediciones de ángulos se procura atenuar y hasta casi eliminar por completo el efecto
de los errores de división. Las lecturas realizadas con dos índice opuestos, además de la ventaja
de ser libres del error de excentricidad, tiene la ventaja de reducir la influencia del error periódico
de la graduación.
También se puede obtener una óptima eliminación de la influencia del error de graduación del
círculo en el teodolito con un índice, tomando el promedio de un mismo ángulo medido n veces
desplazando cada vez el sector de medición en 180°/ n. Esto es midiendo en distintos sectores
del círculo, se entiende así, porque la graduación del limbo es cerrada y en consecuencia la suma
algebraica de los errores debe ser cero.
Podríamos mencionar otros errores que atentan contra una buena medición, como por ejemplo:
ERROR POR MALA VISIBILIDAD: Es causado por la mala visibilidad debida a la vibración en la
atmósfera (refracción), que se observa entre media mañana y media tarde.
ERROR DE PARALAJE: Lo primero que ha de hacerse al manejar un anteojo, es situar el ocular a
la distancia correcta del retículo adaptado a la vista de cada operador. Para ello dirigimos el
anteojo al cielo y con movimiento suave, se moverá el ocular hasta que los hilos del retículo se
vean bien nítidos. Sin embargo el ojo puede tener la sensación de nitidez aún cuando exista una
pequeña diferencia entre la situación del plano de la imagen del objeto y el plano del retículo. La
pequeña distancia que pueda existir entre estos dos planos se llama paralaje.
Para comprobar si hay error de paralaje basta que el operador, observando por el ocular, mueva
ligeramente la cabeza de derecha a izquierda, si la imagen del objeto se desplaza respecto a la
cruz filar, es prueba evidente de que hay un efecto de perspectiva motivado porque ambas
imágenes no están en el mismo plano. Si la imagen del objeto al mover la cabeza se desplaza en
el mismo sentido, es un indicio de que esta imagen se encuentra más alejada del ojo que el
retículo y en este caso se entrará un poco el ocular; si la imagen se desplaza en sentido contrario,
será indicio que la imagen se halla más cerca del operador que el retículo por lo que será
necesario extraer un poco el ocular para hacer desaparecer la paralaje. Es muy importante hacer
desaparecer todo vestigio de paralaje antes de usar el anteojo, ya que es muy perjudicial para la
precisión de las mediciones trabajar con paralaje.
La medida de los ángulos verticales se efectúa haciendo uso del círculo vertical. Sobre este limbo
graduado, que está fijo al anteojo y rota alrededor del eje secundario H-H mientras que el índice I
del sistema de lectura permanece fijo, se efectúan las lecturas correspondientes.
Los círculos verticales de todos los teodolitos modernos son graduados en forma corrida de 0º a
360º (sistema sexagesimal), pero el sentido de crecimiento de la graduación puede ser horaria
(los teodolitos Wild), o antihoraria (teodolitos Kern).
En los teodolitos Wild se lee 0º en el círculo vertical cuando el eje de colimación esta dirigido al
cenit. En los teodolitos Kern se lee 0º cuando aquel es dirigido al nadir.
Las condiciones principales para que un ángulo vertical sea correcto son:
- El limbo vertical debe ser perpendicular al eje secundario H-H
- El eje horizontal del teodolito H-H debe pasar por el centro de graduación del círculo
vertical. De no ser así, el error de excentricidad del círculo vertical no se elimina como
sucede en la medición de ángulos horizontales. Los teodolitos Wild T2, eliminan la
influencia del error de excentricidad por la forma de coincidencia que tiene para efectuar
las lecturas.
- Cuando el eje principal sea vertical V-V debe coincidir con el cero del limbo (condición no
imprescindible para la medición de distancias cenitales como lo veremos más adelante).
- Se demuestra que la influencia de los errores de colimación e inclinación es despreciable.
Sin embargo, la influencia del error de verticalidad es importante, de ahí la trascendencia
del nivel testigo o del compensador automático. El análisis de estos elementos también lo
estudiaremos en otro punto de éste tema.
MEDICIÓN DE ÁNGULOS CENITALES EN TEODOLITOS WILD.
Ahora bisectamos el punto P, las lecturas irán disminuyendo frente al índice fijo y, se leerá frente
al índice fijo la lectura L2, el valor del ángulo Z será:
Z = Lo - L2 (2)
Sumando miembro a miembro las fórmulas (1) y (2), obtenemos:
2 Z = L1 + 360º - L2; por lo tanto:
L + 360º − L 2
Z= 1 (3)
2
Restando miembro a miembro las fórmulas (1) y (2), obtenemos:
0 = L1 + 360º + L2 - 2 Lo luego:
L o = L1 + L 2 + 360º (4)
2
Si ahora se estaciona un teodolito en el topocentro T, las lecturas del círculo vertical son
distancias nadirales y la graduación crece en sentido antihorario.
En primera posición, se bisecta un punto ubicado en el horizonte y se leerá frente al índice una
lectura de 90º. Girando el anteojo para bisectar el punto P ubicado por arriba del horizonte, en el
limbo vertical, que es arrastrado por el anteojo se leerá frente al índice una lectura L1 > 90º. Si
bisectamos el cenit se tendría una lectura Lo > L1.
Debiendo ser por definición, la Z > 0 se tendrá:
Z = Lo - L1 (6)
En segunda posición, bajando el anteojo se bisecta nuevamente el punto P y se leerá frente al
índice una lectura L2 > Lo y se tendrá:
Z = L2 - Lo (7)
Sumando miembro a miembro las fórmulas (6) y (7), obtenemos:
L − L1
Z= 2 (8)
2
La fórmula (8) permite obtener la distancia cenital de un punto fijo como la semidiferencia de
lecturas verticales, ejecutadas en primera y segunda posición.
EL NIVEL TESTIGO
Por mayor cuidado que se tenga al verticalizar el eje V-V del teodolito, siempre existirá entre la
vertical del lugar y el eje de rotación V-V un pequeño error residual de verticalidad v. Es decir, las
lecturas conjugadas L1 y L2 estarán afectadas de ese error y por lo tanto, la distancia cenital Z
también lo estará.
Este error se elimina con el nivel testigo, el cual se encuentra solidario con el índice fijo I. Por ello,
se debe calar la burbuja (por medio de un tornillo) cada vez que se efectúa una lectura en el limbo
vertical.
Esta operación demuestra que, la distancia cenital calculada mediante las lecturas conjugadas
obtenidas con el nivel testigo no es afectada por el error residual de verticalidad.
En los teodolitos con nivel testigo tienen el inconveniente que al calar la burbuja, cada vez que se
va a leer el círculo vertical, significa perder tiempo hasta que la burbuja se quede quieta (por la
sensibilidad del mismo). También es fácil que el operador se olvide de calar el nivel testigo,
ocasionando una lectura incorrecta. Estos teodolitos prácticamente ya no se fabrican.
A este efecto, se han construido teodolitos provistos de sistemas automáticos de dos técnicas
diferenciadas. En líneas generales, el círculo vertical automático a péndulo (caso del DKM1) se
funda en utilizar un prisma óptico de lectura del limbo vertical suspendido de un péndulo que
invariablemente mantiene una posición vertical. Es decir que, cualquier movimiento de inclinación
del instrumento, el péndulo provoca una modificación en la lectura del limbo, hasta obtener la
lectura correcta. Resultando así autoajustable y con mucha mayor precisión que la del nivel
testigo. El círculo vertical automáticos de liquido (caso del Wild T1) consiste en una reflexión de la
luz sobre la superficie de un liquido. Al estacionar mal el aparato, el eje vertical se desvía de la
plomada, formando un ángulo que, según sabemos, es el error. Así, el sistema convenientemente
construido corrige los puntos de lecturas hasta situarlo coincidente con respecto a la plomada. La
alta precisión de estabilidad y la excelente amortiguación dan seguridad en todas las condiciones
de trabajo.
Hemos visto que hay que calar el nivel testigo para eliminar el pequeño error residual de
verticalidad v. En estas condiciones (admitiendo la perfecta verticalidad del eje principal), cuando
el anteojo esté horizontal, por ejemplo, y en primera posición, se leerá frente al índice I una
lectura L1 que debe ser de 90º 00` 00”. En segunda posición se leerá una lectura L2 que debe
ser de 270º 00` 00”. Recordemos que debe cumplirse
L1 + L2 = 360º
Pero si el índice no ocupa la posición correcta I (admitiendo la perfecta verticalización del eje
principal), al bisectar el punto P, en primera posición, de distancia cenital Z, se comete un error
en la determinación del ángulo, que corresponde al desplazamiento ε del índice entre el lugar I y
el I`.
Este desplazamiento ε se llama error de índice.
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Documentos de cátedra preparado por Ing. Agrim. Guillermo Bustos
Es por eso que, con círculo a la izquierda, se leerá frente al índice I`: L1 + ε (9)
Para terminar con este tema, y asegurarme que quede bien claro la diferencia entre una lectura
del círculo vertical (L1 o L2) y un ángulo cenital Z, veamos el siguiente problema. Quiero saber,
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cual es la lectura L1 que debo tener, para conseguir que el anteojo me describa un plano
horizontal, sabiendo que el valor de ε = - 0° 02' 20''.
El ángulo cenital que corresponde a esta posición particular del anteojo es Z = 90°, y la fórmula
(12) que me da el ángulo cenital en primera posición es: Z = L1 + ε
luego para nuestro problema, 90° = L 1+ ε ∴ L1 = 90° - (- ε) = 90° 02 '20''