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Perú presentó en enero del 2008 una demanda ante la Corte Internacional de Justicia
(CIJ) de La Haya en la que sostuvo que la frontera marítima con Chile aún no estaba
fijada en un tratado de límites; mientras que Santiago apelaba a los acuerdos pesqueros
de 1952 y 1954 para alegar que la línea divisoria ya se encuentra definida.
Las dos naciones culminaron en diciembre de 2012 la etapa oral del contencioso jurídico
que mantienen en el tribunal internacional.
- Por la sentencia se decidió que el punto de inicio del límite marítimo entre el Perú y Chile es
la intersección del paralelo geográfico que cruza el «Hito n.º 1» con la línea de bajamar, y
que la frontera marítima sigue el paralelo que pasa sobre el Hito n.º 1 hasta un punto situado
80 millas marinas de distancia, a criterio de la corte dicha decisión se encuentra sustentada
en los acuerdos jurídicamente vinculantes y la práctica bilateral entre ambos países que
prueban la existencia de una delimitación marítima efectuada por las partes. Después de la
milla 80 la corte fija de novo un límite que continúa en dirección suroeste sobre una
línea equidistante desde las costas de ambos países hasta su intersección con el límite de las
200 millas marinas medidas desde las líneas de base de Chile y, posteriormente, continúa
hacia el sur hasta el punto de intersección con el límite de las 200 millas marinas medidas
desde las líneas de base de ambos países. La Corte emite su sentencia sin determinar
las coordenadas geográficas precisas, disponiendo que sean las propias partes las que
procedan a determinar tales coordenadas de conformidad con el fallo, lo cual ocurrió el 25
de marzo de 2014.
- En consecuencia, adjudicó al Perú un área marítima total de algo más de 50 000 km² —
equivalente a la superficie terrestre de Costa Rica o Eslovaquia—, que pasó formar parte de
las zonas marítimas peruanas, y que hasta entonces se distribuía en dos sectores de
condición jurídica distinta: el primer sector, con una superficie aproximada de
22 000 km²5 6 —equivalente a la superficie terrestre de El Salvador—, era considerado por
Chile como parte de su zona económica exclusiva, y por tanto, explotado como mar
patrimonial; en cambio, el segundo sector, de 28 471,86 km²5 —equivalente a la superficie
terrestre de Guinea Ecuatorial—, era considerado por Chile como parte de la alta mar, es
decir, un área oceánica abierta a todos los países. Como contraparte, el fallo ratificó la
soberanía y los derechos soberanos de Chile sobre 16 352 km² de mar que ya poseía y
explotaba desde hacía décadas, siendo ésta mayormente el área situada a menor distancia
a la costa y que, por tanto, corresponde a la más rica en recursos pesqueros del total de
aguas en controversia.5
- Conforme al Derecho internacional, el fallo es obligatorio para las partes,7 8 las cuales están
comprometidas a cumplirlo,9 habiendo quedado sometidas a la jurisdicción de la Corte
Internacional de Justicia en virtud del Pacto de Bogotá.
Antecedentes
Controversia de delimitación marítima entre Chile y el Perú
Posiciones de ambos países ante la Corte Internacional de Justicia: la línea roja es la del Perú y la línea azul es
la de Chile.
1. «La delimitación entre las respectivas zonas marítimas entre la República del Perú y la
República de Chile, es una línea que comienza en el "Punto Concordia" (definido como la
intersección con la línea de baja marea de un arco de 10 kilómetros de radio, que tiene
como centro el primer puente sobre el río Lluta del ferrocarril Arica-La Paz) y equidistante
de las líneas de base rectas de ambas partes, hasta un punto situado a una distancia de
200 millas marinas a partir de dichas líneas de base, y»
2. «Más allá del punto donde termina la frontera marítima común, el Perú posee título para
ejercer derechos soberanos exclusivos sobre el área marítima que se encuentra a una
distancia de 200 millas marinas desde sus líneas de base rectas.»
Traducción
1. «Los derechos sobre las respectivas zonas marítimas entre Chile y Perú han sido
íntegramente delimitadas por acuerdo;»
2. «Tales derechos sobre las zonas marítimas están delimitados por una frontera que sigue
el paralelo de latitud que pasa sobre el hito de la frontera terrestre entre Chile y Perú
más próximo al mar, conocido como Hito Nº 1, que tiene una latitud de 18° 21' 00" S
referida a Datum WGS84;»
3. «Perú carece de todo derecho sobre zona marítima alguna que se extienda al sur de
dicho paralelo.»
La Corte[editar]
La sentencia fue dictada por la Corte Internacional de Justicia, principal organismo judicial
de las Naciones Unidas, la cual posee jurisdicción universal, comenzó sus actividades
en 1946 y que tiene sede en el Palacio de la Paz, en la ciudad de La Haya (Países
Bajos)....
Para conocer el caso y pronunciar esta sentencia, la Corte estuvo integrada por 14 jueces
titulares y 2 jueces ad hoc. Los jueces responsables del fallo fueron los siguientes:
La sentencia
El día lunes 27 de enero de 2014, a partir de las 14:00 UTC, el presidente de la
Corte, Peter Tomka, dio lectura a un resumen de la sentencia,2 en una exposición
realizada en el Gran Salón de la Justicia del Palacio de la Paz, frente a las delegaciones
de ambos países litigantes, y que tomó cerca de dos horas.
La lectura del resumen se hizo en inglés, uno de los dos idiomas oficiales de la Corte, y
además se ofreció una traducción simultánea del mismo, no oficial, en español, en
consideración al idioma utilizado en los países litigantes.
Al finalizar la lectura del resumen, se hizo entrega a los agentes de ambos países de una
copia íntegra y oficial de la sentencia. La sentencia, redactada en francés e inglés, y cuyo
texto oficial es aquél en inglés, indica que fue dictada en el Palacio de Justicia, La Haya, a
27 de enero de 2014.1
Decisión[editar]
Simbología[mostrar]
Detalle del Hito 1, la línea de baja marea y el Punto Concordia. La Corte indicó que la frontera
marítima inicia en la intersección entre el paralelo geográfico que pasa por el Hito Nº 1 con la línea
de baja marea. La Corte señaló que no estaba llamada a tomar una posición en cuanto a la
ubicación del Punto Concordia, donde empieza la frontera terrestre entre ambos países.
La Corte decidió:1
La Corte no especificó las coordenadas del punto indicado en la decisión 4, pero le asignó
el nombre de "Punto A". Dicho punto se encuentra a 80 millas marinas de la costa chilena
más próxima en el puerto de Arica, y a 45 millas marinas de la costa peruana más
cercana, esto es, el puerto de Ilo, en elDepartamento de Moquegua. Tampoco especificó
las coordenadas de los puntos B y C.
La Corte señaló (párrafo 175) que no está llamada a tomar una posición en cuanto a la
ubicación del Punto Concordia, donde empieza la frontera terrestre entre ambos países, e
hizo presente que podría ser posible que el punto antes mencionado no coincida con el
punto de partida de la frontera marítima, que ella misma definió, sin embargo, observó que
tal situación sería consecuencia de los acuerdos alcanzados entre las partes.
Algunos detalles de la lectura del fallo efectuada por el presidente de la Corte, Tomka,
fueron:
Que las pronunciaciones unilaterales del año 1947 no establecen el límite marítimo
lateral entre ambos países.
Que la Declaración de Santiago de 1952 es un tratado internacional, pero no definió
una frontera marítima lateral correspondiente a las zonas marítimas generales de los
países partes, y que sus disposiciones no van más allá de definir el límite de ciertas
zonas marítimas insulares con aquellas zonas marítimas generadas por las costas
continentales que comprenden dicha zonas marítimas. Sin embargo, indica que dichos
elementos podrían sugerir un desarrollo sobre un entendimiento de naturaleza más
general sobre su frontera marítima, a la luz de acuerdos posteriores.
Que el Convenio sobre zona especial fronteriza marítima de 1954 reconoce en un
acuerdo internacional vinculante que ya existe una frontera marítima, siguiendo el
paralelo, pero no indica cuándo y de qué manera esa frontera fue acordada, de lo cual
se deduce que sólo refleja un acuerdo tácito al que habían llegado con anterioridad.
Que la misma tampoco da ninguna indicación de la naturaleza de la frontera marítima
ni su extensión.
Que ambos países pactaron una frontera marítima para todo propósito y que se
extiende necesariamente, siguiendo el paralelo, por lo menos, a la distancia hasta la
cual la actividad de pequeñas embarcaciones pesqueras era realizada entonces, en
consideración al objetivo específico del Convenio de 1954.
Eso significó transferir a Nicaragua un total de 75.000 kilómetros cuadrados de mar hasta
ahora pertenecientes a Colombia, incluyendo derechos de pesca y posibles yacimientos
petroleros submarinos.
El dictamen de La Haya dio algo a cada una de las partes, en un intento de ser distributivo
y equitativo, incluso salomónico. Pero en Colombia fue visto como un fracaso para el país
y para el gobierno de Juan Manuel Santos. Una encuesta de la firma de sondeos Ipsos
Napoleón Franco conducida inmediatamente después del fallo, dio al presidente
Santos un 45% de apoyo, 15 puntos menos que en septiembre, cuando recién había
anunciado el inicio de conversaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC). Según la misma encuesta, solo el 31% de los colombianos opina
hoy que su país va por buen camino, 21 puntos porcentuales menos que hace dos meses.
Chile, que hasta ahora se había sentido seguro de la solidez de su posición desde el punto
de vista legal, enfrenta ahora la posibilidad de perder quizá la mitad de la superficie de mar
en disputa. Y cuando recién comienzan los alegatos y faltan varios meses para el fallo, ya
comienzan a apuntarse dedos acusadores contra el gobierno, empezando por el canciller
chileno Alfredo Moreno.
En este marco, Chile tiene que conciliar un discurso optimista respecto del fallo de La
Haya con una visión más realista, a fin de manejar las expectativas de la opinión pública
nacional. Un exceso de optimismo podría poner al gobierno en una posición muy incómoda
frente a un fallo adverso, porque la integración económica y comercial entre ambos países
hace inviable que Chile reaccione como lo hizo Colombia, desconociendo el fallo y dando
la espalda a la Corte de La Haya.
Borges dijo una vez, a propósito de la posición argentina sobre el laudo arbitral británico en
el diferendo limítrofe austral con Chile, a fines de los años 70, que no entendía cómo un
país podía aceptar recurrir a un tribunal y después no aceptar el dictamen de ese tribunal.
Sus palabras siguen siendo válidas hoy. Colombia no muestra lo mejor de sí al haber
aceptado a la Corte de la Haya como tribunal y ahora rechazar su fallo porque no le gustó.
Chile debiera aceptar el fallo aunque le sea desfavorable.
Por último, uno de los grandes activos que tiene América Latina es la ausencia de guerras
y conflictos graves entre sus países. La decisión del gobierno colombiano, desconocer el
fallo y retirarse del pacto de Bogotá significa desconocer la justicia internacional. Eso no
apunta en la dirección correcta.
2. "Por 15 votos a 1 decide que el segmento inicial de la frontera marítima única sigue
en dirección oeste, el paralelo de latitud que pasa por el Hito N°1".
3. "Por 10 votos a 6 decide que dicho segmento inicial se extiende hasta un punto A
situado a una distancia de 80 millas marinas del punto de inicio de la frontera marítima
única".
4. "Por 10 votos a 6 decide que a partir del punto A la frontera marítima única continuará
en dirección suroeste siguiendo la línea equidistante entre las costas de las repúblicas
del Perú y Chile calculada desde dicho punto hasta su intersección en el punto B, con el
límite de las 200 millas marinas...".