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Debe saber que:

Perú presentó en enero del 2008 una demanda ante la Corte Internacional de Justicia
(CIJ) de La Haya en la que sostuvo que la frontera marítima con Chile aún no estaba
fijada en un tratado de límites; mientras que Santiago apelaba a los acuerdos pesqueros
de 1952 y 1954 para alegar que la línea divisoria ya se encuentra definida.

Las dos naciones culminaron en diciembre de 2012 la etapa oral del contencioso jurídico
que mantienen en el tribunal internacional.

En la demanda, el Perú solicitó determinar el curso del límite marítimo de conformidad


con el derecho internacional ante la inexistencia de un tratado, precisando que debe
iniciarse en el Punto Concordia, punto en que la frontera terrestre llega al mar.

El planteamiento contemplaba el trazado de una línea equidistante a partir de las costas


de ambos países a fin de lograr una solución equitativa.

Chile, basándose en la declaración de Santiago de 1952 y el convenio de zona especial


fronteriza marítima de 1954, sostuvo que ambos estados acordaron una delimitación
marítima que comienza en la costa y continúa a lo largo del paralelo geográfico que pasa
por el hito Nº 1.

- El fallo de la Corte de La Haya sobre la delimitación marítima entre Perú y Chile es


una sentencia dictada por la Corte Internacional de Justicia el 27 de
enero de 2014,1 2 mediante la cual se resolvió el caso concerniente a la delimitación
marítima entre la República del Perú y la República de Chile,3iniciado por la primera el 16 de
enero de 2008,4 y que involucraba un área marítima —y su correspondiente espacio aéreo—
de aproximadamente 67 139,4 km², de los cuales unos 38 000 km² eran considerados
como mar chileno y 28 471,86 km² como alta mar.

- Por la sentencia se decidió que el punto de inicio del límite marítimo entre el Perú y Chile es
la intersección del paralelo geográfico que cruza el «Hito n.º 1» con la línea de bajamar, y
que la frontera marítima sigue el paralelo que pasa sobre el Hito n.º 1 hasta un punto situado
80 millas marinas de distancia, a criterio de la corte dicha decisión se encuentra sustentada
en los acuerdos jurídicamente vinculantes y la práctica bilateral entre ambos países que
prueban la existencia de una delimitación marítima efectuada por las partes. Después de la
milla 80 la corte fija de novo un límite que continúa en dirección suroeste sobre una
línea equidistante desde las costas de ambos países hasta su intersección con el límite de las
200 millas marinas medidas desde las líneas de base de Chile y, posteriormente, continúa
hacia el sur hasta el punto de intersección con el límite de las 200 millas marinas medidas
desde las líneas de base de ambos países. La Corte emite su sentencia sin determinar
las coordenadas geográficas precisas, disponiendo que sean las propias partes las que
procedan a determinar tales coordenadas de conformidad con el fallo, lo cual ocurrió el 25
de marzo de 2014.

- En consecuencia, adjudicó al Perú un área marítima total de algo más de 50 000 km² —
equivalente a la superficie terrestre de Costa Rica o Eslovaquia—, que pasó formar parte de
las zonas marítimas peruanas, y que hasta entonces se distribuía en dos sectores de
condición jurídica distinta: el primer sector, con una superficie aproximada de
22 000 km²5 6 —equivalente a la superficie terrestre de El Salvador—, era considerado por
Chile como parte de su zona económica exclusiva, y por tanto, explotado como mar
patrimonial; en cambio, el segundo sector, de 28 471,86 km²5 —equivalente a la superficie
terrestre de Guinea Ecuatorial—, era considerado por Chile como parte de la alta mar, es
decir, un área oceánica abierta a todos los países. Como contraparte, el fallo ratificó la
soberanía y los derechos soberanos de Chile sobre 16 352 km² de mar que ya poseía y
explotaba desde hacía décadas, siendo ésta mayormente el área situada a menor distancia
a la costa y que, por tanto, corresponde a la más rica en recursos pesqueros del total de
aguas en controversia.5

- Conforme al Derecho internacional, el fallo es obligatorio para las partes,7 8 las cuales están
comprometidas a cumplirlo,9 habiendo quedado sometidas a la jurisdicción de la Corte
Internacional de Justicia en virtud del Pacto de Bogotá.

Antecedentes
Controversia de delimitación marítima entre Chile y el Perú

Posiciones de ambos países ante la Corte Internacional de Justicia: la línea roja es la del Perú y la línea azul es
la de Chile.

El 16 de enero de 2008,4 el gobierno de la República del Perú —bajo la presidencia


de Alan García— inició el contencioso, interponiendo una demanda contra la República
de Chile —bajo la presidencia de Michelle Bachelet— ante la Corte Internacional de
Justicia —con sede en La Haya, Países Bajos—, principal organismo judicial de
la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En dicha demanda, el Perú solicitó a la Corte que determinara el trazado de la frontera
entre las zonas marítimas de los dos Estados, de conformidad con el Derecho
internacional, reclamando de esa forma que se le reconociera derechos soberanos sobre
un área marítima que estaba siendo explotada económicamente por Chile —pues
estimaba que la frontera marítima aún no había sido definida, y que los tratados que
Chile invocaba como acuerdos limítrofes eran sólo como acuerdos pesqueros—, y que
concluyera y declarase que el Perú poseía derechos soberanos exclusivos en el área
marítima situada dentro del límite de 200 millas náuticas desde su costa, pero fuera de
la zona económica exclusiva de Chile o de la plataforma continental —que Chile
consideraba como alta mar, por estar a mayor latitud que el paralelo que señalaba como
frontera marítima entre ambos países—.4
Perú consideraba que lo adecuado era trazar el límite marítimo mediante una «línea
equidistante», forma de delimitar las fronteras oceánicas según las directrices
contenidas en el «Manual Sobre los Aspectos Técnicos de la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar», publicado en1982; allí se indica que el término entre
dos países sería una línea cuyos puntos equidistan, es decir, se sitúan a igual distancia
tanto del punto más próximo de un país como del punto más próximo del otro. Estos
puntos de cada país no necesariamente son puntos costeros, sino que se trata de puntos
sobre las líneas de base rectas, a partir de las cuales se mide la anchura de cada mar
territorial. Estas líneas de base, en el borde costero de tipo adyacente del norte de Chile
y sur del Perú, se encuentran muy próximas a la ribera del mar.
Mediante su memoria y réplica,10 11 la República del Perú pidió a la Corte que concluyera
y declarase que:

1. «La delimitación entre las respectivas zonas marítimas entre la República del Perú y la
República de Chile, es una línea que comienza en el "Punto Concordia" (definido como la
intersección con la línea de baja marea de un arco de 10 kilómetros de radio, que tiene
como centro el primer puente sobre el río Lluta del ferrocarril Arica-La Paz) y equidistante
de las líneas de base rectas de ambas partes, hasta un punto situado a una distancia de
200 millas marinas a partir de dichas líneas de base, y»
2. «Más allá del punto donde termina la frontera marítima común, el Perú posee título para
ejercer derechos soberanos exclusivos sobre el área marítima que se encuentra a una
distancia de 200 millas marinas desde sus líneas de base rectas.»
Traducción

En el Perú, el área indicada en su segunda petición se denominó «triángulo exterior» o


«triángulo externo».
Por su parte, mediante su contramemoria y dúplica,12 13 la República de Chile pidió a la
Corte que desestimara las peticiones del Perú en su totalidad, y que concluyera y
declarase que:

1. «Los derechos sobre las respectivas zonas marítimas entre Chile y Perú han sido
íntegramente delimitadas por acuerdo;»
2. «Tales derechos sobre las zonas marítimas están delimitados por una frontera que sigue
el paralelo de latitud que pasa sobre el hito de la frontera terrestre entre Chile y Perú
más próximo al mar, conocido como Hito Nº 1, que tiene una latitud de 18° 21' 00" S
referida a Datum WGS84;»
3. «Perú carece de todo derecho sobre zona marítima alguna que se extienda al sur de
dicho paralelo.»

La Corte[editar]

Palacio de la Paz, sede de la Corte Internacional de Justicia.

La sentencia fue dictada por la Corte Internacional de Justicia, principal organismo judicial
de las Naciones Unidas, la cual posee jurisdicción universal, comenzó sus actividades
en 1946 y que tiene sede en el Palacio de la Paz, en la ciudad de La Haya (Países
Bajos)....

Para conocer el caso y pronunciar esta sentencia, la Corte estuvo integrada por 14 jueces
titulares y 2 jueces ad hoc. Los jueces responsables del fallo fueron los siguientes:

La sentencia
El día lunes 27 de enero de 2014, a partir de las 14:00 UTC, el presidente de la
Corte, Peter Tomka, dio lectura a un resumen de la sentencia,2 en una exposición
realizada en el Gran Salón de la Justicia del Palacio de la Paz, frente a las delegaciones
de ambos países litigantes, y que tomó cerca de dos horas.

La lectura del resumen se hizo en inglés, uno de los dos idiomas oficiales de la Corte, y
además se ofreció una traducción simultánea del mismo, no oficial, en español, en
consideración al idioma utilizado en los países litigantes.

Al finalizar la lectura del resumen, se hizo entrega a los agentes de ambos países de una
copia íntegra y oficial de la sentencia. La sentencia, redactada en francés e inglés, y cuyo
texto oficial es aquél en inglés, indica que fue dictada en el Palacio de Justicia, La Haya, a
27 de enero de 2014.1
Decisión[editar]

Mapa esquemático del resultado del fallo.

Simbología[mostrar]

Detalle del Hito 1, la línea de baja marea y el Punto Concordia. La Corte indicó que la frontera
marítima inicia en la intersección entre el paralelo geográfico que pasa por el Hito Nº 1 con la línea
de baja marea. La Corte señaló que no estaba llamada a tomar una posición en cuanto a la
ubicación del Punto Concordia, donde empieza la frontera terrestre entre ambos países.

La Corte decidió:1

1. Por 15 votos a 1 (Gaja), que el punto de inicio de la frontera marítima es la


intersección del paralelo de latitud que cruza el Hito Nº 1 con la línea de bajamar.
2. Por 15 votos a 1 (Sebutinde), que el segmento inicial de la frontera marítima sigue
el paralelo de latitud que pasa sobre el Hito Nº 1.
3. Por 10 votos a 6 (Tomka, Xue, Gaja, Sebutinde, Bhandari, Orrego Vicuña), que ese
segmento inicial corre sobre hasta un punto (Punto A) situado a la distancia de
80 millas marinas, desde el punto de inicio de la frontera marítima.
4. Por 10 votos a 6 (Tomka, Xue, Gaja, Sebutinde, Bhandari, Orrego Vicuña), que
desde el Punto A la frontera marítima continúa en dirección sudoeste sobre una
línea equidistante desde las costas de Perú y Chile hasta su intersección (Punto
B) con el límite de las 200 millas marinas medidas desde las líneas de base de
Chile. Luego, desde el Punto B, la frontera marítima continúa hacia el sur hasta el
punto de intersección (Punto C) con el límite de las 200 millas marinas medidas
desde las líneas de base de ambos países.
5. Por 15 votos a 1 (Orrego), que por las razones contenidas en el fallo (párrafo 189)
no es necesario resolver la parte final de la segunda petición del Perú (la del
«triángulo exterior»).

La Corte no especificó las coordenadas del punto indicado en la decisión 4, pero le asignó
el nombre de "Punto A". Dicho punto se encuentra a 80 millas marinas de la costa chilena
más próxima en el puerto de Arica, y a 45 millas marinas de la costa peruana más
cercana, esto es, el puerto de Ilo, en elDepartamento de Moquegua. Tampoco especificó
las coordenadas de los puntos B y C.

La definición de los llamados puntos A, B y C hizo innecesario que la Corte se pronunciara


sobre la segunda solicitud peruana, por falta de objeto (punto decisorio 5), ya dicha área le
fue otorgada conforme a los puntos anteriores de la decisión (puntos decisorios 3 y 4).

La Corte señaló (párrafo 175) que no está llamada a tomar una posición en cuanto a la
ubicación del Punto Concordia, donde empieza la frontera terrestre entre ambos países, e
hizo presente que podría ser posible que el punto antes mencionado no coincida con el
punto de partida de la frontera marítima, que ella misma definió, sin embargo, observó que
tal situación sería consecuencia de los acuerdos alcanzados entre las partes.

Detalles del fallo

Algunos detalles de la lectura del fallo efectuada por el presidente de la Corte, Tomka,
fueron:

 Que las pronunciaciones unilaterales del año 1947 no establecen el límite marítimo
lateral entre ambos países.
 Que la Declaración de Santiago de 1952 es un tratado internacional, pero no definió
una frontera marítima lateral correspondiente a las zonas marítimas generales de los
países partes, y que sus disposiciones no van más allá de definir el límite de ciertas
zonas marítimas insulares con aquellas zonas marítimas generadas por las costas
continentales que comprenden dicha zonas marítimas. Sin embargo, indica que dichos
elementos podrían sugerir un desarrollo sobre un entendimiento de naturaleza más
general sobre su frontera marítima, a la luz de acuerdos posteriores.
 Que el Convenio sobre zona especial fronteriza marítima de 1954 reconoce en un
acuerdo internacional vinculante que ya existe una frontera marítima, siguiendo el
paralelo, pero no indica cuándo y de qué manera esa frontera fue acordada, de lo cual
se deduce que sólo refleja un acuerdo tácito al que habían llegado con anterioridad.
 Que la misma tampoco da ninguna indicación de la naturaleza de la frontera marítima
ni su extensión.
 Que ambos países pactaron una frontera marítima para todo propósito y que se
extiende necesariamente, siguiendo el paralelo, por lo menos, a la distancia hasta la
cual la actividad de pequeñas embarcaciones pesqueras era realizada entonces, en
consideración al objetivo específico del Convenio de 1954.

NO HABÍA SOBERANÍA EN JUEGO, SINO UNA ZONA ECONÓMICA EXCLUSIVA EN EL MAR

De esta forma, La Haya reconoció a Perú unos 50.000 kilómetros cuadrados de


agua en el Océano Pacífico, de los cuales, 21.000 km2 pertenecían al triángulo
reclamado por Chile como zona económica exclusiva. En ese sentido, es
importante destacar que lo que estaba en juego con el fallo fueron los derechos de
explotación de los recursos marítimos, y no la soberanía, ya que se la reconoce hasta
las 12 millas.
"Como era esperable, ambos países ganan y pierden con este fallo", señaló
a Infobae Gloria de la Fuente, directora del Programa Calidad de la Política de la
Fundación Chile 21. "Perú gana porque consigue parte importante de la
reclamación del límite marítimo; pierde porque no consigue afectar parte
importante del mar territorial de Chile ni su zona contigua", explicó.
Asimismo, "Chile pierde porque, si bien no cede soberanía, sí se queda sin una
porción del mar donde se establecía la zona económica exclusiva, pero gana
porque logra que la Corte reconozca el Hito 1 y el paralelo que nace a partir de allí
y hasta las 80 millas como el límite territorial y marítimo de nuestro país", agregó
De la Fuente.

Por su parte, Jennyfer Salvo, consultora chilena en diplomacia pública,


comunicación estratégica y negocios interculturales, sostuvo que Perú obtuvo "un
espacio marítimo sobre el cual puede ejercer derechos económicos, pero no plena
soberanía". "Ha conseguido algo que no tenía y, desde esa perspectiva, es un
triunfo", consideró.
"Sin embargo, este resultado está lejos de las expectativas que tenía Perú. Chile
ha perdido esa zona, pero, en lo sustantivo, ha logrado validar su postura jurídica.
El fallo reconoce lo señalado por Chile: que existía un tratado de límites entre
nuestros países y que dicho límite es el paralelo y que se inicia en el Hito 1. En
una primera mirada, Perú ganó menos de lo que esperaba y Chile logró que la Corte
validara sus argumentos jurídicos", aclaró Salvo.
En cambio, la docente de la Facultad de Derecho de la Universidad peruana de
Piura, Susana Mosquera Monelos, destacó a Infobae que el fallo puede ser
considerada una "doble victoria" para Perú: "Ha logrado zanjar una controversia
que tenía pendiente desde hace años con su vecino del sur, y al mismo tiempo ha
logrado ampliar sus derechos sobre un espacio marítimo que hasta la fecha estaba
fuera de su alcance".
"No se esperaba que se estableciera el paralelo hasta la milla 80, pero se ha
hecho según los criterios de pesca y tránsito de embarcaciones que establecieron
los países en anteriores décadas. En general, me parece una victoria relativa para
ambos países. Esto es positivo porque ambos se quedan con la sensación de haber
ganado algo o, al menos, de no haber perdido todo", aseveró, en tanto, la docente de
la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Católica de Perú,
Julissa Castro, según reseña el mismo portal de la PUCP.
Los recursos en juego
La zona pesquera que estaba en litigio es una de las más ricas del mundo y de
especial importancia para ambos países, ya que en ese lugar se realiza la pesca
de una especie de ancha usada para fabricar la harina de pescado. No obstante,
desde el gobierno de Chile se minimizaron las posibles consecuencias negativas.

LA PESCA CHILENA NO SE VERÁ


AFECTADA
"Dentro de las 80 millas marítimas, prácticamente casi el 100% de la actividad
pesquera está debidamente resguardada y protegida. No tenemos, salvo pequeños
temas de pesca en altura que pudiese verse afectada, que no es más que el 0,1%
de la actividad", informó el ministro de Interior, Andrés Chadwick, a pesar de las
protestas de los pesqueros en Arica.
Para Salvo, el fallo de La Haya es irrelevante en lo que respecta a la pesca,
porque "más del 90% de la pesca chilena se desarrolla en las primeras 50 millas
marítimas". "Tal como declaró una de las abogadas del equipo chileno en La
Haya, la pesca artesanal puede estar tranquila, porque en general, tal como
muestran los mapas,no se ha tocado ni una milla de la zona sobre la cual ellos
realizan la extracción", dijo, por su parte, De la Fuente.
En cuanto a Perú, Susana Mosquera Monelos remarcó que el país tiene el "reto" de
implementar adecuadamente la explotación de ese nuevo sector de pesca. "Deberá
iniciar tareas de investigación para conocer qué recursos hay en la zona y cuál sea
el mejor modo de realizar su explotación. Una tarea seria y rigurosa que quedará
en manos de los sectores público y privado en una labor conjunta", explicó.
El origen del litigio
La demanda de Perú contra Chile por 37.000 km2 de una zona de 90 mil km2 de
mar territorial en su frontera fue presentada en La Haya en 2008. El argumento
central del Gobierno, que en ese entonces estaba en manos de Alan García, fue
que nunca se había establecido el límite marítimo entre ambos países, tras la Guerra
del Pacífico, y que sólo había acuerdos que regulaban la pesca. La respuesta chilena
fue que se habían suscrito tratados en 1952 y 1954 al respecto.
_______________
Esta semana comienzan ante la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, los
alegatos de Perú y Chile en torno a un diferendo marítimo que ambos países sostienen
desde mediados de los años 80.

Lo que está en disputa es un trozo de mar fronterizo de 37.500 kilómetros


cuadrados, zona que estuvo bajo soberanía peruana desde la fundación del Perú hasta
1879 y que, por efecto de la Guerra del Pacífico, ha estado bajo soberanía chilena los
últimos 130 años.

Chilenos y peruanos han estado mirando a la Corte de La Haya en busca de señales


y las han encontrado con abundancia en el dictamen del mismo tribunal el 19 de
noviembre. La corte falló en una disputa territorial muy similar que mantenían
Colombia y Nicaragua por San Andrés, un grupo de siete islotes en el Caribe que han
estado bajo soberanía colombiana por más de cien años. El fallo dio los islotes a
Colombia, pero también, e inesperadamente, dio a Nicaragua el mar que va desde la costa
centroamericana hasta esos islotes.

Eso significó transferir a Nicaragua un total de 75.000 kilómetros cuadrados de mar hasta
ahora pertenecientes a Colombia, incluyendo derechos de pesca y posibles yacimientos
petroleros submarinos.

El dictamen de La Haya dio algo a cada una de las partes, en un intento de ser distributivo
y equitativo, incluso salomónico. Pero en Colombia fue visto como un fracaso para el país
y para el gobierno de Juan Manuel Santos. Una encuesta de la firma de sondeos Ipsos
Napoleón Franco conducida inmediatamente después del fallo, dio al presidente
Santos un 45% de apoyo, 15 puntos menos que en septiembre, cuando recién había
anunciado el inicio de conversaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC). Según la misma encuesta, solo el 31% de los colombianos opina
hoy que su país va por buen camino, 21 puntos porcentuales menos que hace dos meses.

En apresurada reacción, el gobierno de Colombia se ha rebelado contra el fallo. Decidió


mantener navíos en las aguas concedidas a Nicaragua y, a los pocos días, Santos anunció
que Colombia se retira del Pacto de Bogotá, un acuerdo de 1948 en el que los países de
las Américas aceptaron resolver pacíficamente sus disputas territoriales recurriendo a la
Corte de la Haya.

El fallo Colombia-Nicaragua ha hecho pensar a chilenos y peruanos que su propio


diferendo tendrá un fallo similar, que la Corte de la Haya terminará dando algo a cada
una de las partes.

Chile, que hasta ahora se había sentido seguro de la solidez de su posición desde el punto
de vista legal, enfrenta ahora la posibilidad de perder quizá la mitad de la superficie de mar
en disputa. Y cuando recién comienzan los alegatos y faltan varios meses para el fallo, ya
comienzan a apuntarse dedos acusadores contra el gobierno, empezando por el canciller
chileno Alfredo Moreno.

El gobierno colombiano cometió el error de no manejar la posibilidad de un fallo adverso y,


sorprendido por los hechos, no tuvo capacidad de reacción.

Chile no tendrá el mismo problema porque ya maneja un escenario en el cual Perú


reciba una parte del mar que está pidiendo. Y ser más realista en su caso no es sólo
una conveniencia política, sino también una necesidad económica: Perú es el tercer
destino de la inversión chilena en el experior, con más de US$ 11.000 millones
acumulados hasta diciembre del año pasado. Y la migración de trabajadores peruanos a
Chile ha ido creciendo sostenidamente en los últimos 20 años: se estima en 160.000 el
número de peruanos radicados hoy en el país vecino, muchos de los cuales envían
remesas a su país de origen.

En este marco, Chile tiene que conciliar un discurso optimista respecto del fallo de La
Haya con una visión más realista, a fin de manejar las expectativas de la opinión pública
nacional. Un exceso de optimismo podría poner al gobierno en una posición muy incómoda
frente a un fallo adverso, porque la integración económica y comercial entre ambos países
hace inviable que Chile reaccione como lo hizo Colombia, desconociendo el fallo y dando
la espalda a la Corte de La Haya.

Borges dijo una vez, a propósito de la posición argentina sobre el laudo arbitral británico en
el diferendo limítrofe austral con Chile, a fines de los años 70, que no entendía cómo un
país podía aceptar recurrir a un tribunal y después no aceptar el dictamen de ese tribunal.

Sus palabras siguen siendo válidas hoy. Colombia no muestra lo mejor de sí al haber
aceptado a la Corte de la Haya como tribunal y ahora rechazar su fallo porque no le gustó.
Chile debiera aceptar el fallo aunque le sea desfavorable.

También es importante mantener el sentido de las proporciones. Ni Colombia es más


pobre porque perdió el mar que va de Centroamérica a sus islotes caribeños, ni
Chile sería más pobre de perder 17.000 kilómetros cuadrados de mar en su frontera
con Perú. Y un trozo de mar de esa superficie vale ciertamente menos que los negocios y
oportunidades que hay en ambos países gracias a la integración económica y comercial.

Por último, uno de los grandes activos que tiene América Latina es la ausencia de guerras
y conflictos graves entre sus países. La decisión del gobierno colombiano, desconocer el
fallo y retirarse del pacto de Bogotá significa desconocer la justicia internacional. Eso no
apunta en la dirección correcta.

Perú ha acumulado una copiosa lista de argumentos a su favor, todos sustentados en


voluminosos documentos. Lo mismo ha hecho Chile, mientras analistas y observadores
hacen apuestas acerca de si el fallo de la Haya será favorable a uno u otro país

A continuación las conclusiones finales:

1. "Por 15 votos a 1 la corte decide que el punto de inicio de la frontera marítima es la


intersección del paralelo de latitud que pasa por el Hito N°1 con la línea de marea baja".

2. "Por 15 votos a 1 decide que el segmento inicial de la frontera marítima única sigue
en dirección oeste, el paralelo de latitud que pasa por el Hito N°1".

3. "Por 10 votos a 6 decide que dicho segmento inicial se extiende hasta un punto A
situado a una distancia de 80 millas marinas del punto de inicio de la frontera marítima
única".

4. "Por 10 votos a 6 decide que a partir del punto A la frontera marítima única continuará
en dirección suroeste siguiendo la línea equidistante entre las costas de las repúblicas
del Perú y Chile calculada desde dicho punto hasta su intersección en el punto B, con el
límite de las 200 millas marinas...".

5. La corte se declaró incompetente en la petición peruana respecto a la solicitud de


revisar el triángulo exterior de mar internacional. "No corresponde que la Corte se
refiera", argumentó.
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ElFalloDeLaCorteInternacionalDeJusticiaSobreElLimi-4953072.pdf

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