El primero de ellos es llegar a una concienciación de todas las
sociedades del planeta que modifique todos aquellos valores capitalistas que imponen el valor del dinero, ese consumismo y ese crecimiento económico incesante y acelerado preferentemente al medio ambiente. El otro objetivo es educar a la sociedad en aquellas prácticas que todo ser humano puede realizar de forma local y que de manera conjunta previenen y evitan un mayor crecimiento de la huella ecológica que dejamos sobre el planeta. A base de la educación ambiental principalmente de los niños, que son el futuro que debe vivir en armonía con su medio ambiente, pero también de los adultos se pueden lograr profundos cambios en las sociedades cuando estos valores y comportamientos alcanzan instituciones públicas y políticas, que es donde reside el poder para conseguir un desarrollo sostenible de los pueblos. Por suerte, estos cambios ya se empiezan a ver en muchas sociedades, esperemos que no sea demasiado tarde.