Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
El Test de la familia
I. INTRODUCCIÓN
El niño es un ser social que depende (sobre todo en sus inicios evolutivos) del
sostén de los padres que procuran su necesaria seguridad básica a través de la
alimentación, cuidados, educación, etc., y no se le puede comprender totalmente si
se le aísla de su medio social básico, que es la familia. Por ello, para una evaluación
psicológica significativa se han de conocer siempre datos objetivos sobre su contexto
sociofamiliar (lugar que ocupa, edad, interacción...).
Parece que fue Appel, en 1931, uno de los primeros en trabajar con los dibujos de
la familia, solicitando al niño que dibujara una casa, el padre, la madre, hermanos,
profesores y amigos (en Frank de Verthely, 1985). Posteriormente, distintos autores
han ido modificando la técnica de aplicación, hasta llegar a la versión de Corman
(1961-1971).
Como indica su creador, este test se puede aplicar a partir de los 5-6 años, según
la maduración del niño, aunque también considera que no tiene límites cronológicos
ya que cada persona dispone de una envoltura familiar psicoemocional, ya sea real
o imaginada o inconsciente, lo que lo hace aplicable también a otras edades. Este
test permite básicamente evaluar el concepto que tienen los niños y demás, su
propio papel y las posibles relaciones interpersonales dentro de su propia familia.
Revela la actitud del niño hacia su familia, y sus preocupaciones conscientes e
inconscientes. Permite la expresión de ansiedades y conflictos que no representen
un riesgo para él.
Esta técnica del dibujo de la familia, que en un principio fue aplicada de una
manera sólo con la consigna: “Dibuja tu familia”, de Porot (1955) y Lluís (1978),
sufrió posteriormente diversas transformaciones hasta incluir otra consigna: “Dibuja
una familia imaginada”, de Corman (1967), a partir de apreciar que de aquella forma
frecuentemente creaba ciertas reticencias o defensas en el sujeto respecto a
desvelar información real conflictiva sobre su familia verdadera(representando una
amenaza para él), e impedía con toda libertad acercarse a detectar la esencial
dinámica de sus sentimientos, roles y relaciones dentro de la familia.
Esta nueva aplicación se realizaba al inicio del test para favorecer una total libertad
interna, de su fantasía, que permitiera proyectar y disfrazar imaginativamente las
apariencias y contenido de los miembros reales sin resultar persecutorio para el
sujeto y contrastarlo después con la segunda aplicación, con los miembros reales y
su caracterización o colocación en el espacio.
De esta manera, Corman apunta a trabajar todo lo obtenido con el Método de las
preferencias e identificaciones, de cara a la proyección de sentimientos y al
conocimiento profundo del examinado, señalando preferentemente, entre otras, la
existencia de:
II. INTERPRETACIÓN
La figura 7.1 muestra el dibujo de una familia imaginada realizado por una niña
de cinco años, manifestando su preocupación por la separación de sus padres (a
través del desplazamiento en una pareja de niños: ella y un amigo de la clase).
Destaca suidentificación femenina (noción valorada de la madre, a través del color
y de la gestalt conservada) así como, nada omnipotente frente a lo traumático,
también una figura paterna, con quien mantiene poco roce (y según aparece, menos
conservada, ambivalente y dañada), donde deposita la noción de gran afectación a
través del daño físico (pierna rota) y las borraduras. El fracaso de sus intentos por
vincular a la pareja aparece a través de la transparencia en las manos de ambos.
La figura 7.2 representa a una familia imaginada dibujada por un púber; en ella
aparece una negación de los conflictos y posterior divorcio entre los padres (con la
familia unida y enlazada, por las manos), que parece afectó en gran manera la
identidad y seguridad del menor (necesidad de introducir su firma y de elevarse a sí
mismo sobre un taburete, como reforzadores).
La figura 7.7 muestra el dibujo de la familia propia de una niña de 13 años que
dibuja a sus padres primero, más elevados (en un lugar destacado y valorados) y a
ella, por debajo y, en último lugar (minusvalorándose). La impresión gestáltica de
pobreza yoica, los ojos vacíos y el trazo tipo bosquejo nos indican la presencia de
alta ansiedad y noción de muy baja autoestima, que inciden en sus dificultades y
temor por afrontar el futuro (zona en blanco) ante la próxima separación parental.
En la figura 7.8, más allá de la importancia que este niño de 10 años otorga a la
imagen paterna en la familia, dibujada en primer lugar, entera, con un mayor
tamaño, y separada del resto, también presenta mucha dificultad por dibujarle, y
dibujarse a sí mismo, el quinto por la izquierda (hay abundante borroneo por su
inseguridad: existencia del mecanismo defensivo de anulación). Por otra parte, se
coloca muy cercano a la madre, pero incompleto. El niño parece proyectar en el
dibujo una situación de duda y temor ante la solicitud del padre de pedir su custodia
y llevárselo a vivir con él, cuando, a su edad, él aún parece sentirse muy unido y
dependiente de la madre, y con dificultad para separarse de ella (ubicación del dibujo
hacia la zona izquierda, cuerpo propio incompleto).
En la figura 7.9, una niña de 10 años parece plasmar a través del dibujo de la
familia propia dentro de un recuadro la necesidad de negar la separación de los
padres, vivida con mucho dolor, ansiedad y descontrol de impulsos (en relación con
ello, cabe destacar su fuerte trazo, rigidez, ojos hipervigilantes y falta de cuello en
las figuras, así como la imposibilidad de cerrar el techo, que conjuntamente con la
ausencia de línea de base, nos indica una noción de desbarajuste en su familia,
incontinencia y alta preocupación e incapacidad para poder pensar sobre esta
situación).
Los niños no tienen dificultad para dibujar a la gente que quieren o que les gusta.
Cuando aparecen dificultades por completar una figura (bloqueo, borrar mucho,
inacabamiento, ennegrecimiento, etc.), es un indicador de hostilidad hacia esa
figura.
Figura más pequeña que las otras (atendiendo a su edad y talla reales).
En último lugar o extremo de la hoja o por debajo de los demás.
Menos enfatizada que las demás o con omisión de detalles de
importancia.
Devaluada por una estimación peyorativa o por un cambio de edad.
No se designa por su nombre, cosa que sí hace con las demás.
Nunca se identifica con la imagen en cuestión (irreconocible).
V. EXPOSICIÓN DE CASOS
Historia
Análisis formal
En todos sus dibujos, incluidos los de la familia imaginaria (figura 7.12) y familia
propia (figura 7.13), este púber, con problemas escolares, sexuales y de relación,
realiza el giro de la hoja. De la primera familia, cabe destacar:
En niños con importantes problemas familiares, como esta menor de ocho años,
a los que les cuesta referirse al tema familiar porque les despierta demasiada
angustia (especialmente dibujar a su propia familia), suelen desplazarlo a través del
dibujo de una familia de animales (sobre todo en niños muy pequeños) o de
personajes imaginarios, como extraterrestres o monstruos, dibujos animados, etc.
cuando tienen la sensación de formar parte de una familia extraña, caótica, etc.).
Existe un excesivo control, alerta y rigidez, en el dibujo de la propia familia de la
niña de ocho años, anteriormente mencionada, que parece estar desbordándose a
nivel de sus impulsos (figura 7.17). Obsérvese el sobreacentuamiento en los cuellos
y ropas, así como la presencia de un dibujo arbitrario, algo bizarro y desconectado
del grafismo extraño de la zona inferior, sobre el que ella dice que le ha salido “eso”,
pero que no sabe qué es (todo lo cual expresa la existencia de núcleos psicóticos).
En la década de los setenta, Burns y Kaufman (1978), entre otros, crean otras
técnicas del dibujo de la familia, introduciendo el movimiento y las expectativas de
futuro de la misma (ideadas inicialmente por Frank y Juri), a través de: la familia
kinética actual y la familia kinética prospectiva.
Consiste en solicitar que se dibuje a la propia familia haciendo algo, cosa que
permite poder vislumbrar el estilo, dinámica e interrelación vivencial existente
dentro del núcleo familiar, entre el sujeto y sus propios miembros familiares.
Corman refiere que el personaje principal es aquel a quien el niño considera más
importante, a quien admira, envidia o teme. En los niños, dado el momento evolutivo
en que se encuentran, y al ser poco autónomos y dependientes de las figuras
parentales, tienden a graficar en primer lugar a la madre cuando se trata de la
familia actual y, posteriormente, a sí mismos. Al realizar la prospección desaparece
la tendencia a dibujar en primer lugar a la madre, para pasar a dibujarse más a ellos
mismos y a otros personajes, como por ejemplo a los primos, señalando una fantasía
de mayor autoafirmación que se expresa con más libertad en la prospección.
Como se aprecia en el dibujo de la figura 7.18, éste manifiesta una buena gestalt,
creatividad, riqueza simbólica y dinamismo del dibujo en su globalidad (más allá de
la presencia de defensas obsesivas de detallismo, autocontrol y reactividad frente a
sus impulsos: manos tipo guante, hacia sí o en los bolsillos, entre otros). Ella se
dibuja primero, indicando un buen ajuste en su identidad personal, manifestando
una buena comunicación e interacción entre todos los miembros de la familia, que
aparecen reunidos, con un mismo fin que les integra: la navidad.
El Test de la Familia kinética prospectiva
Según la autora R. Frank, se elige un término de cinco años por ser un periodo lo
suficientemente largo como para permitir imaginar cambios, y lo suficientemente
breve para que el sujeto pueda representárselos como propios y con carga afectiva.
La familia prospectiva de las figuras 7.19 y 7.20 corresponde a una mujer adulta
muy depresiva, que dibuja a la misma familia en dos ocasiones (cada una, con una
distancia de cinco años). En estos dibujos se plasma una situación de unaimportante
regresión oral, a través de la reunión de sus miembros familiares comiendo
alrededor de la mesa y sin ninguna expectativa de cambio en el futuro. Obsérvese
el énfasis gráfico de las sillas, indicador de intensa pasividad, falta de energía,
necesidad de respaldo y depresión.
En ambos dibujos destaca una mayor lejanía de los miembros familiares, en
relación con la mesa, así como la necesidad de reforzar los platos (elementos orales
regresivos), lo que nos indica una mayor presencia de regresión e involución en esta
mujer, sobre su futuro (el único cambio que prevé en el futuro es el alargamiento
del pelo, y seguir igual).
Existe otra variedad de este tipo, como es el Test de la familia kinética del
consenso (L. Juri), en el que a todos los miembros de un grupo familiar reunido se
les pide que cada uno y, al mismo tiempo, dibujen a su familia haciendo algo (dentro
de cinco años), anotándose posteriormente los comentarios, comparándose los
dibujos y registrando la dinámica grupal. No se les permite ver los dibujos para no
interferir en la producción espontánea de cada uno.
Sin embargo, estas técnicas suelen resultar muy útiles para las terapias
vinculares, familiares y grupales.