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Feminismo Popular frente al Neoliberalismo

Documento de discusión hacia la Mesa Nacional Feminista - Mala Junta Patria


Grande.
23 de febrero del 2019

El siguiente insumo es un documento de debate, que intenta aportar elementos para


construir intercambios y elaboración de los trazos gruesos de la política feminista de nuestra
organización en clave estratégica. Partimos de un balance del año 2018, sin profundizar en
el mismo, en términos muy positivos donde nos encontramos rearmando el sector mediante
Mala Junta como herramienta, en un contexto argentino donde la transversalidad de los
feminismos marcaba un hito histórico en el movimiento, en la lucha por el aborto legal. 1
Este texto apunta a enriquecer la política de nuestra organización, desde la perspectiva
estratégica de los feminismos populares, para comprender los cambios actuales y la
necesidad de desarrollar miradas integrales a la altura del momento histórico, siempre en la
orientación de construir política de masas.

El 2018 que implicó cambios organizativos al interior de nuestra organización y, hacia


afuera en la reconfiguración del mapa del campo popular. En este sentido los feminismos en
una Argentina gobernada por Macri y los Ceos, fueron una parte protagonista de un pueblo
movilizado y resistiendo los ataques permanentes de la política represiva, la política
económica y social a la ofensiva frente a todos nuestros derechos: salud, educación,
derechos humanos, etc. Ejemplos contundentes fueron el 8M y el paro internacional del
2018, con un claro carácter opositor al gobierno y las jornadas de junio y agosto por la
aprobación de la ley IVE, trascendiendo la lucha sectorial y marcando un antes y un
después en la política argentina en clave de representatividad, de protagonismos
transgeneracionales y de disputa cultural.

Sabemos que este año, los desafíos nos encuentran en un plano concreto donde la táctica
electoral define el grueso de nuestros movimientos, sabemos también que tenemos que
construir organización popular y tener proyecto político de largo plazo. Para todo eso
consideramos clave pensar y aportar política y estructura feminista, ubicando roles,
perspectivas y debates, fortaleciendo una orientación que nos ubique en las tareas
necesarias de corto plazo para echar a Macri, así como en aquellas a mediano y largo plazo
que nos convoquen desde lo constructivo y en la militancia en distintos frentes por las
transformaciones que necesita nuestro país, con perspectiva latinoamericana.
Hoy el feminismo se presenta como transversal a todas nuestras luchas. No se trata de una
agenda “de mujeres” escindida de nuestro programa político. Nuestros feminismos
atraviesan todas nuestras demandas, desde una perspectiva popular y de clase, levantando
las banderas en contra la violencia y el transbiodio y los discursos transodiantes, por el
aborto legal, pero también reconociendo la feminización de la pobreza, la brecha salarial y
cuestionando el ajuste, el hambre y la represión.

1
http://batalladeideas.org/articulos/13-y-14-de-junio-aprendizajes/
La película.
​Sobre la transversalidad, feminismos sin fronteras

En clave histórica, la masividad de movimiento feminista construida luego de muchos años y


diversos procesos de organización, pasó a ser una realidad contundente en nuestro país,
como epicentro de las luchas feministas en todo el mundo.
A veces se confunde lo específico del movimiento como sector y sus propias demandas,
con la amplitud y lo que implica estar frente a procesos que en verdad desbordan lo
sectorial para convertirse en masivos y con una potencialidad a leer desde distintos puntos
de anclaje y posible acumulacion: sectorial es evidente, pero tambien simbolicos,
generacionales, de clase, interculturales.
La película es el todo a donde se llega, la capacidad de interpelar y de impulsar cambios
culturales y simbólicos que atraviesan esas diferencias género, clase, etnia, cultura y se
acentúan distinto en cada uno de esos planos. A la vez, como hemos caracterizado en el
documento de mayo del 2018 (Surfeando lo cuarta ola feminista) en términos de conquistas
y paradojas, todavía falta mayor unidad táctica y estratégica en el movimiento, para arrancar
conquistas materiales que hoy resultan cada vez más imprescindibles: presupuestos para
políticas que enfrenten las violencias machistas, casas feministas, reconocimiento del
trabajo no pago por tareas reproductivas, entre otras. Sin ir más lejos, los números de la
feminización de la pobreza durante el 2018 argentino muestran un crecimiento en la tasa de
desocupación, en un promedio (de aumento) del 9,2 % del total, en la franja de mujeres de
14 a 29 años es del 20, 9 %. 2. Decimos entonces que así como el movimiento se
encuentra a la ofensiva, en su capacidad de interpelar y subvertir cuestiones estructurales
en la sociedad, al mismo tiempo resiste a la crueldad del sistema expresada en la frialdad
de estas cifras, en los picos más altos de femicidios y travesticidios de la historia, en las
muertes de mujeres y niñas por abortos clandestinos.
Efectivamente en el movimiento conviven estos planos, a la vez que se vuelve evidente la
disputa por el carácter antineoliberal o no de los feminismos. No vamos a desarrollar en
profundidad aquí, pero no podemos desconocer la complejidad en las expresiones de los
feminismos en Argentina y en distintos países del mundo, nos hablan de una potencia
basada en la masividad y la heterogeneidad política, con una disputa abierta frente a una
fuerte avanzada de las ONG´s que piensan, financian e impulsan políticas tanto hacia
nosotras como hacia otros movimientos como los indígenas​. Disputando referencias,
consignas y métodos de organización, tendiendo a mercantilizar, atentando contra las
organizaciones populares y los feminismos de carácter integral articulados en proyectos
políticos. En la Argentina, este fenómeno que se ve con mayor claridad en otros países
latinoamericanos, se encuentra más limitado por la fuerte presencia de una militancia
organizada inserta en el feminismo, y la propia historia de los feminismos populares desde
los 90` con las piqueteras bancando las ollas y la resistencia a un modelo de hambre y
represión.
Las discusiones que se abren en torno a la identidad política de los feminismos, se
expresan en las formas en las que por ejemplo todos los espacios políticos, pero en
particular Cambiemos intenta hacer pie, dándose una política hacia el masivo interpelado
por la efervescencia feminista. La escena de la diputada del PRO Silvia Lospenatto , quien

2
https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado_trabajo_eph_1trim18.pdf
lloró al cerrar su discurso en el Congreso el 14 de junio, será recordada y es material de
análisis en estas claves.
En este marco, de disputa política hacia el neoliberalismo, es central la capacidad que
tengamos de imponer una idea fuerza en acciones concretas y cotidianas de distintas
escalas, anclada en la transversalidad y fuerte enraizamiento sectorial, que ponga en
tensión al feminismo neoliberal, de derecha y capitalista; así como el que se disfraza de
izquierda y es claramente liberal. Para ello necesitamos un feminismo popular que pueda
expresar las distintas identidades políticas que lo construimos, poniendo por delante el
objetivo de la construcción de un proyecto político integral que dispute en las calles y
genere más y más organización popular, así como también permee todas las estructuras
institucionales.
Los debates sobre el poder, efectivamente nos atraviesan y hoy es con nuestras hermanas
latinoamericanas, y compañeras de Podemos (España) que lo vamos construyendo en
clave de feminismos y hegemonía. Sin ir más lejos, vimos en el ELLA3 como se expresaba
la tensión acerca de la centralidad del debate sobre el poder, por parte de aquellas que
construimos feminismos desde organizaciones mixtas y ancladas en proyectos mixtos, entre
aquellas que se diferencian únicamente en el movimiento, a modo de guardianas de su
“pureza” sin perspectiva política integral, nos referimos por ejemplo a los espacios
asociados a Claudia Korol, y un sector importante de las NUM de Marta Dillon.
La necesidad de avanzar en la transversalidad de nuestra política feminista se explica en
gran parte por el carácter de estas disputas frente al neoliberalismo, reconociendo además
la masividad que alcanzó el movimiento. Sin embargo, entendemos que es necesario hacer
estas distinciones porque lo masivo no siempre es sinónimo de popular, y nuestro
feminismo tiene que poder disputar en los diversos planos de estos sentidos. Retomando a
Clara Serra, apuntamos que “ ​El feminismo está de moda: goza de buena presencia en los
medios y en la publicidad, muchas famosas se declaran con orgullo feministas, las marcas
de ropa utilizan sus lemas en sus prendas y forma parte de la cultura mainstream.​ ¿Es esto
una mala noticia para el feminismo? ¿Pueden tener dichas manifestaciones, pese su origen
"enemigo", efectos positivos y transformadores? ¿Cuales son los objetivos del Feminismo? 4
. Disputamos el poder o lo padecemos.
La fragmentación también es uno de los problemas a enfrentar, lo vemos ​en el propio
movimiento, desde tópicos distintos el enfrentamiento feministas radicales (radfem) contra el
transfeminismo (transfem), o abolicionistas y trabajadoras sexuales. 5
Sin embargo, cuando salimos del mundo del activismo y las disputas de la fragmentación, y
miramos atentamente otros procesos latinoamericanos, podemos aprender mas de ellos, asi
como fortalecer nuestra mirada integral y sin fronteras. Adriana Salvatierra en Bolivia es por

3
ELLA - Encuentro Latinoamericano de Feminismos realizado en La Plata desde la Dirección de
Políticas Feministas de la UNLP y otros colectivos como las NUM y plataformas internacionales de la
comunicación, como Cultura de red y Emergentes Medios. Dicho encuentro, realizado del 7 al 10 de
diciembre, nos dejó un balance negativo en términos metodológicos y de cultura organizativa con
estos grupos.
4
http://latrivial.org/leonas-y-zorras-de-clara-serra/
5
https://www.codigonuevo.com/feminismo/queel-enfrentamiento-feminismo-radical-transfeminismonos
-afecta
ejemplo una de las expresiones de esta línea de los feminismos populares que va por todo y
construye otra manera de habitar y construir el poder.6

Fotos.
Sobre la política feminista de la organización.

A grandes rasgos compartimos elementos de un balance del año 2018, que construimos
como coordinación de géneros y MJ nacional. Nos paramos desde una mirada en relación a
la fortaleza política que pudimos construir en el medio de los embates de la coyuntura.
Aún así hacemos un balance muy positivo de la forma y cuanto hemos podido avanzar el
año pasado, acumulando políticamente en referencia y desarrollo, pero sobre todo en
madurez política.
El 2018 fue muy particular tanto para nuestra organización como para el sector, estuvimos
transitando un año en el que las diferencias políticas con la otra corriente de Patria Grande
fueron cada vez más evidentes, sin finalmente poder alcanzar consensos mínimos que nos
permitan mantener un piso de unidad; aún así el balance que sostenemos es que fue muy
positivo ya que pudimos romper con el internismo y empezar a desplegar política tanto
internamente como hacia afuera.
La masividad feminista, nos tuvo como protagonistas junto a miles de pibas en todo el país
en distintos momentos claves como fueron el 8M, los pañuelazos por el aborto legal y las
concentraciones en el Congreso donde pudimos referenciar a una Mala Junta que estalló
las calles de mística y glitter, con una línea política clara. Nuestra militancia creció y se
fortaleció la organización en todos los sectores a partir de esto. La lucha por el derecho al
aborto legal, seguro y gratuito en todo el país fue un eje central de nuestro despliegue
activista durante el 2018 y nos permitió potenciar referencias de compañeras en Rosario,
Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba, por nombrar el claro despliegue federal de la
apuesta y sus saldos.
Marchamos a Trelew con el enorme desafío de ser protagonistas de un 33 Encuentro
Nacional de Mujeres que año a año crece en masividad, en debates y discusiones que se
expresan en los talleres. Como Mala Junta-Patria Grande pudimos tener una presencia
importante tanto por la cantidad de compañeras que pudimos movilizar como también por
las alianzas que construimos y que nos mostraron como la herramienta feminista más
potente de VAMOS.
La construcción del ELLA como un encuentro que nos permitió potenciar nuestras
relaciones y la línea de la interseccionalidad de las opresiones, desde la primer y única
Dirección de Políticas Feministas de una universidad pública, así como continuar
posicionando a Mala Junta como una colectiva importante con referencias políticas como la
de Diana, fueron claves en el proceso de afianzar nuestra inserción, marco de relaciones,
referencias y una línea de los feminismos frente al neoliberalismo anclada en su carácter
latinoamericano y en articulación con las luchas de D.D.H.H.
Gran parte de los aprendizajes de todas estas acciones, tienen que ver con comprender que
la lucha contra los embates que el neoliberalismo la damos cotidianamente, nos exige el
enorme desafío de poder traducir toda la potencia que sabemos construir en las calles en
una alternativa política, ya que como comprobamos con el debate por la IVE, no alcanza

6
https://notasperiodismopopular.com.ar/2019/01/31/presidenta-senado-bolivia-feminista-partido-histori
a-pais/
con que reventemos el congreso con millones de pibas si no logramos ocupar lugares
institucionales para tomar decisiones que afectan la vida de miles de mujeres y disidencias
sexuales. Con la convicción de que necesitamos seguir construyendo alternativas políticas
integrales es que asumimos el desafío de construir el Frente Patria Grande, una
herramienta que de cara al 2019 nos permite batallar electoralmente con el objetivo de
transformar la realidad.
La construcción y puesta del Frente Patria Grande no estuvo exenta de tensiones y debates
que pudimos ir construyendo y que con el avance del proceso nos fortalecieron e incitaron
a disputar. Los recursos que ha destinado la organización a la política feminista, muchas
veces han sido escasos, pero gracias a la capacidad política que tenemos de intervenir y
acumular en este contexto, donde el proceso político de la masividad feminista es evidente,
es que pudimos avanzar. Hoy el movimiento no es un actor más sino que logra hacer la
diferencia tanto por la masividad como por la radicalidad, la metodología y estrategia de
lucha que logra construir en lo inmediato, así como en el mediano y largo plazo.
Nosotras somos parte de una autocrítica en la que vemos esa deficiencia en los recursos y
no haciendo referencia a la dimensión financiera, (porque de hecho se acompañaron todas
las iniciativas del 2018 desde lo económico con mucha predisposición) sino a los lugares
que le otorgamos a estos debates y desafíos en nuestras instancias de conducción, a la
necesidad de fortalecer con formación feminista las conducciones, a romper con tendencia
a relegar las cuestiones feministas en algunas compañeras, a la falta de cuidado y/o registro
de la desigualdad estructural de las compañeras en espacios de dirección y roles de
referencia, a la división sexual del trabajo militante. Entendemos que esto es una
responsabilidad colectiva, las autocríticas son sanas para avanzar y es un inmenso desafío
dimensionar la centralidad de estos debates para poder trabajarlos colectivamente, para
que toda la organización pueda apropiarse, construir y desplegar una política que esté a la
altura de lo que necesitamos aportar desde el campo popular en esta etapa.

Escenas
Sobre las posibles “curvas” de la realidad.

Como venimos diciendo, hay distintos puntos de acumulacion del feminismo popular, por
eso pensar en clave sectorial o comparar con otros actorxs como la economía popular es
abiertamente un error de análisis. Si bien se reconoce a los feminismos y al sector de la
economía popular como los de mayor despliegue en el 2018 tenemos que identificar las
potencialidades de la política feminista y ponerlas a jugar en todos los planos.
Creemos que es importante definir con mayor claridad algunos puntos sobre los que
muchas veces no encontramos la misma frecuencia: tensiones entre lo masivo/lo popular,
feminismo de clase media/feminismo pobre. En estas dicotomías, pareciera haber una
lectura de que cuando hablamos de feminismo masivo es más bien de clase media, y
cuando hablamos de feminismo popular es el que en realidad no construye tanto Mala Junta
porque no está del todo inserta en los sectores populares, o el perfil que representa no
interpela aquellas personas en condiciones de vulnerabilidad.
Entendemos por un lado, como parte de un balance propio de la herramienta (MJ) la
necesidad de desarrollar más y ampliar la inserción de nuestro feminismo nutrido desde las
experiencias de organización en las barriadas populares, esto no es algo inexistente en
nuestras construcciones. Al mismo tiempo es imprescindible que la tarea de articular la línea
feminista en todos los territorios donde estamos insertos deje de ser pensada como una
exclusividad de Mala Junta.
También consideramos que hay representaciones que se construyen en base a una idea de
territorialidad que puede ser acotada. Para nosotrxs la territorialidad es el laburo en los
barrios, así como también son los contextos de encierro (cárceles, manicomios), las
universidades, escuelas públicas, los centros urbanos, los clubes, bibliotecas populares, etc.
La discusión en todo caso tiene que ver con lxs sujetxs a interpelar y la política que
llevamos adelante, donde generamos las articulaciones necesarias y cómo lo hacemos.
El feminismo popular se construye en ese diálogo con el masivo que es policlasista y
heterogéneo, disputando sentido común desde las experiencias concretas que reflejan la
potencia de la política feminista interseccional, por ejemplo las rondas del MTE, las
mateadas en los barrios, las consejerías, los espacios de gestión conquistados en las
universidades públicas, las secretarías de género de los sindicatos, centros de estudiantes,
etc. Nuestra tarea es pensar la política y los planos de intervención con las particularidades
de cada una de las apuestas.

Cuando hacemos referencia a la metáfora de las “curvas” nos referimos a las


representaciones y tensiones de los feminismos y los pañuelos de colores. ​A partir del
debate y masificación de este sobre el proyecto de IVE en el país, se generaron ruidos en
torno a la convivencia de pañuelos verdes y celestes en nuestra política. Ante esto,
afirmamos que es necesario dar los debates que clarifiquen y no excluyan o polaricen,
porque en nuestras construcciones territoriales trabajamos diariamente con mujeres que
llevan el pañuelo celeste, o más frecuentemente que simplemente no están de acuerdo
individualmente con el aborto, ellas no abortaría por distintas razones, pero acuerdan con la
necesidad de que se pueda elegir, de no criminalizar, obligar a parir , etc. En este sentido,
no “portar” el pañuelo verde como símbolo de un convencimiento, no las excluye de la
identidad feminista.
Argumentamos por qué esto no representa contradicciones, sino desafíos. Consideramos
que tenemos que poder diferenciar entre los debates con nuestras bases y nuestro
horizonte político como organización. La legalización del aborto es para nosotras un
reivindicación estructural, no se relativiza. En el debate sobre el programa político del FPG,
la ausencia de la palabra aborto pudo de algún modo saldarse, pero con la convicción de
que la demanda por que las mujeres y personas gestantes podamos ser protagonistas de
nuestras vidas y decidir si maternar o no, no se negocia. Porque precisamente eso pone en
cuestión el lugar históricamente asignado a las mujeres y personas gestantes, pone en
tensión nuestro lugar al servicio de la reproducción, y coarta nuestras posibilidades de
autonomía y autodeterminación.
¿Se puede ser feminista popular y no querer que el aborto sea legal? Esto no es lo mismo
que estar de acuerdo o no con el color de un pañuelo. No podemos caer en la comparación
banal de equiparar los pañuelos celestes con los sectores populares a los verdes con las
clases medias.
Muchas veces estas tensiones expresan la necesidad de consolidar nuestras definiciones
políticas, hacernos cargo de ellas y trabajar sobre las contradicciones llevando adelante
procesos.
Para consolidar definiciones y orientaciones estratégicas también es necesario hablar de lo
que nos genera incomodidad o atravesamos contradictoriamente. En este sentido, colocar
el debate sobre el rol de las iglesias en esta etapa, expresa una necesidad de análisis de
coyuntura con perspectiva feminista para generar claridad en los mensajes.
La potencia, efervescencia y furia de la radicalidad del movimiento feminista, no es un
elemento menor, ya que en Argentina con la masividad en el Congreso pudimos poner en
tensión al sistema institucional representativo, y se evidenció también el poder político de
las iglesias. Esta radicalidad, tiene a las disidencias como sujetxs activxs, y son quienes
disruptivamente quiebran y rompen todos los pactos de sumisión y domesticación a la que
este sistema nos quiere arrastrar mediante distintas lógicas que operan de diversas
maneras, los fundamentalismos religiosos y su abierta reacción y disputa son un ejemplo
muy cercano que no podemos desconocer.
En los balances post 8A, se intentó instalar fuerte la campaña sobre la separación de la
iglesia y el estado. Nosotras estamos de acuerdo con la construcción de un estado laico,
pero consideramos que la primer línea de responsabilidad (por la no definición política de
que el aborto sea legal) no fue de la iglesia, fue el gobierno de Cambiemos y a la estructura
obsoleta del congreso. Por eso hay que destacar el carácter opositor a este y que el saldo
más grande es cuanto se puso en cuestión a la democracia occidental, a la forma en la que
se gobierna, se despliega y se construye la política en este sistema capitalista y patriarcal.
Sostenemos que somos poderosxs porque las transformaciones políticas, sociales,
simbólicas y culturales que estamos realizando marcan un punto de partida de los cuales no
estamos dispuestxs a retroceder. Este punto de inflexión está marcado por lo que
describimos anteriormente y por una lucha cuerpo a cuerpo con un orden patriarcal que es
la piedra angular de todo el sistema. Poner en crisis a este orden patriarcal es cuestionar a
todo el ordenamiento político y social que se expresa en las instituciones, en los hogares,
en las calles, y es luchar contra las iglesias y las religiones para quienes hemos sido herejes
desde tiempos inmemoriales.
Hay un proceso de ruptura de estos pactos de poder y rompe con la exclusividad de lo
religioso en manos de las instituciones clericales. Cuando decimos “estamos haciendo
historia” hay una conciencia expresada antes y en clave de futuro, por ello consideramos
que somos sujetxs historicxs que debemos tener expresión en todos los planos de la
política.
El desafío de construir un feminismo popular, implica que seamos capaces de poder
articular un conjunto de elementos de una manera integral con reivindicaciones que para
nosotras son centrales porque se nos juega la vida, como son el derecho al aborto legal,
seguro y gratuito, una ley de emergencia en violencia de género, políticas para nuestras
compañeras travas-trans. La construcción de un feminismo popular incluye saberlo verde,
violeta y rojo; es decir nuestro feminismo tiene por esencia ser antineoliberal, anticapitalista,
anticlerical y socialista. Las definiciones de estos rasgos no funcionan para vetar o delimitar
a quienes hablamos y a quienes no, nos sabemos en la tarea estratégica que contiene
movimientos tácticos y en la utilización de herramientas que nos permitan atravesar las
contradicciones teniendo claro un horizonte emancipador de nuestras vidas en todas sus
dimensiones.

Escenarios.
Sobre la perspectiva estratégica del feminismo popular
Como venimos diciendo, la perspectiva estratégica de la política feminista que llevamos
adelante esta anclada en una estrategia de poder que implica tareas de corto plazo,
inmediatas, urgentes así como otras a mediano y largo plazo, con objetivos de carácter
constructivo, tanto de inserción sectorial como en la transversalidad en nuestro proyecto
político.
Este 2019 nos encuentra con una coyuntura electoral donde los desafíos alrededor de la
apuesta en el FPG implican definir roles y tareas. En simultáneo, el protagonismo del
movimiento de mujeres y feminista crece marcando agenda a la vez que con cierta dinámica
propia y masiva, trascendiendo la agenda electoral. En este plano suponemos que también
existe una dimensión de acumulacion en el movimiento que es importante no descuidar.
Sobre las elecciones, si pensamos que suponen un desarrollo táctico de nuestra
orientación, tenemos la posibilidad de pensar las claves estratégicas de esta apuesta, para
que nos permita expresar la integralidad de nuestra política feminista.
Antes, solíamos nombrar estas tensiones en torno a lo social y lo político, o la diferenciación
de lo reivindicativo de los movimientos y lo programático de los partidos. La realidad es que
actualmente estas divisiones se encuentran obsoletas en nuestras construcciones y en todo
caso nos toca dar cuenta de las herramientas en juego y los espacios en los que las
ponemos a jugar.
Con respecto al FPG consideramos que si bien venimos realizando un recorrido de
apropiación del frente y de la expresión del feminismo en el mismo, necesitamos trabajar
con más fuerza como organización las propuestas a impulsar, así como fortalecer mucho
los perfiles de Eli y Ofelia como candidatas o referencias políticas dentro del FPG. Está
claro que la centralidad de Juan y lo que él representa en oposición algunos pilares de
nuestra construcción feminista, son parte de las contradicciones que hemos asumido como
conjunto, pero sobre las cuales tenemos que seguir trabajando. ​A su vez, por el momento
histórico que atravesamos, está en la arena del debate político electoral el feminismo, y la
misma realidad nos exige permanentemente estar construyendo posiciones sobre los
hechos que suceden. ¿Cómo vamos a aportar y construir línea en este sentido? ¿A través
de qué mecanismos? ¿Cómo acompañamos a nuestras referentas en ese proceso?
Una pregunta que algunas compañeras nos hacemos es si ¿tendríamos que trabajar
niveles de autonomía en relación a su figura? ¿concentramos entonces energías en las
apuestas por compañeras y el lugar de liderazgo de sus referencias en la disputa electoral?
¿Es una posibilidad a explorar trabajar la perspectiva feminista incluso con aquellos
candidatos varones que sea posible, en la medida en que no sea algo forzado u
oportunista?¿ como nos lo imaginamos?
Desde el punto de vista programático, hay posibilidades de permear los puntos desde la
perspectiva feminista, pensando propuestas en las distintas dimensiones, así como
intervenir con más protagonismo y cabeza en la Escuela de Buen Gobierno. Entendemos
que estas tareas pueden que ser llevadas adelante por el conjunto de la organización, como
parte de la política feminista de Vamos. Nosotras somos parte de esto, y Mala Junta
también.
A su vez, algunas compañeras consideramos que es preciso debatir el rol de Mala Junta
como herramienta. ¿Nuestra colectiva también asumirá un rol dentro del FPG ¿de qué
forma? ¿con referencias propias? ¿o en articulación y potenciando el lugar la política
feminista de la apuesta electoral?
A su vez como MJ en tanto herramienta dentro del movimiento de masas, vamos a un año
de posibilidad de acumulacion en clave sectorial. En este punto, nos limitamos a plantear
algunas ideas, para jerarquizar el debate de la mesa feminista y entendiendo que los
intercambios y definiciones responsables sobre las herramientas son muy importantes para
el despliegue político y la acumulacion, y esto es mucho más que donde o como poner el
sello.

Disparadoras para el debate.

1. ¿Lanzamos Mala Junta de lleno en el FPG? (como ya hizo Nueva Mayoría)?


¿Esta posibilidad nos ubica más abiertamente en la disputa por el poder al interior
del frente? ¿implicaría disputar lugares en las listas como Vamos-MJ?
¿expresaríamos allí directamente la continuidad de los planos de intervención?
¿cuales serian los riesgos de una definición de estas características? ¿Cuál es el
lugar de MJ y de nuestras compañeras en la orgánica FPG, y cuál deseamos que
sea?

2. ¿MJ desvinculada del FPG? ¿Como herramienta exclusivamente dentro del


movimiento para garantizar la acumulacion desde alli y con referencias/vocerías
propias?
¿Esto nos permitiría desarrollar una voz propia, en sintonía con la agenda, los
debates y la dinámica propia del sector? ¿Se podrá pensar este año la agenda
feminista separada de los debates electorales, las demandas al Estado? ¿Mala junta
pasaría a consolidarse en un esquema de frente de masas sin estar dentro del FPG,
pero siendo parte de la orgánica de Vamos?
¿Puede implicar este escenario en cierta pérdida de perspectiva política integral?

3. ¿Se puede pensar un mix de uno y dos? ¿ trabajando con referencias provenientes
de MJ en el FPG? ¿o las referencias feministas del FPG bancadas por MJ?
¿pero sin entrar de lleno con la herramienta sectorial? ¿MJ trabajaría otros planos
de intervención en clave estratégica? ¿cómo se conjugaría desde las construcciones
y las vocerías/referencias? ¿Puede pensarse una intervención en ambos planos, de
manera tal que se sostengan ambas dimensiones de la política? ¿A través de qué
mecanismos?

Más allá de este debate en torno a las herramientas, necesitamos delimitar objetivos
políticos para este año en cuanto a la política feminista como organización, objetivos que
impliquen los distintos planos de las intervenciones y desde lo tactico y estrategico.

Rodaje
Sobre la hoja de ruta de nuestras intervenciones.

Como venimos diciendo, este año nos demanda una serie de definiciones en lo que hace a
los planos de las intervenciones, definir ejes a trabajar y acciones a llevar adelante.
¿Sobre qué vamos hablar, en qué tópicos de la realidad vamos a trabajar orientando
nuestros trabajos de base? ¿Como vamos articular esto en las tácticas electorales? .
Entonces, en cuanto a los ejes de intervención, retomamos algunos de los tópicos que
venimos trabajando y otros que vemos posible o necesario explorar.
Proponemos los siguientes pero consideramos que están abiertos: violencias, disidencias,
amor feminista, sexualidades, aborto y salud sexual y reproductiva, ESI, trabajo productivo
y reproductivo, justicia feminista, religiosidad e interculturalidad.
Pensamos que de los ejes se pueden desprender los equipos de trabajo nacionales para
aportar en la transversalización de los mismos y cierta homogeneidad en la línea.

En clave de las ​reivindicaciones, en concordancia con el balance y diagnóstico que


compartimos acerca de la necesidad de avanzar en conquistas desde la “materialidad”, es
que proponemos ​encarar la lucha por un “salario por trabajo reproductivo” articulada
con otras organizaciones feministas y con la CTEP así como las centrales sindicales a las
que podamos interpelar e incluir. Una reivindicación concreta hacia el gobierno de
Macri-Vidal que nos condena al hambre, la exclusión, la represión con un impacto rotundo
en la feminización de la pobreza.
En esta línea también pensamos que es posible ordenar nuestras reivindicaciones en torno
a lo que venimos diciendo que ya se hace en muchos territorios y es necesario poner en
valor, defender y establecer como dispositivos de trabajo que podrían ser políticas públicas.
Nos referimos al ​trabajo de promotoras, casas violetas, casas comunitarias​, proyectos
de vivienda ​y otros laburos que ya existen y que es momento de pelearles líneas
presupuestarias en el Estado. 7

Otro punto importante de nuestra hoja de ruta este año es como ​prepararnos para el 34
encuentro en La Plata, ex ENM, ​debate del nombre de por medio, (ya mandaremos
informe al respecto), pero en lo concreto es importante que podamos ya anticipar que el fin
de semana del 12 al 14 de octubre, nos encontraremos en uno de los encuentros más
grandes de la historia de nuestro movimiento. Es fundamental poder trabajar pre-
encuentros en todas las regionales, lograr que muchas compañeras viajen a LP, y construir
el hecho político de la masividad que se está pensando, para que sea, a una semana de las
elecciones nacionales, de contundencia frente al gobierno de Cambiemos, en lo nacional y
en particular de Vidal en la pcia. Volver a jugar “de local” con una organización en la sede
del encuentro representa un gran trabajo para las compañeras y mucho acompañamiento
de la organización, pero también nos abre muchas posibilidades en relación a la
visibilización de nuestra organización y nuestras compañeras referentas.

Consolidar las articulaciones feministas. Nuestra política de relaciones es muy


importante para avanzar y construir, sobre todo con aquellas compañeras que llevan
adelante apuestas de política feminista desde organizaciones mixtas como nosotras.
Actualmente tenemos ​Nacionales e internacionales.

Nacionales​: todo el 2018 fue una salida del closet para nosotras, armado de un mapa
propio de relaciones políticas, porque esa tarea siempre había estado hegemonizada por
las compañeras de derrotar. Pero con mucha fortaleza nos empezamos a plantar en los
espacios y a construir vínculos propios, evitando los sentidos de la competencia y con

7
https://www.pagina12.com.ar/23426-guardianas-del-trabajo
mucha política propia, lo que permitió que no tuviéramos que aclarar nada, las diferencias
eran evidentes muchas veces.
Con las compañeras de MPLD trabajamos bien en el marco de Vamos, así también con La
Emergente y Cienfuegos en CABA (ahora parte de nuestra organizacion).
La declaración política que pudimos armar para el 8 A, firmada por un arco muy amplio
desde el kirchnerismo al evita, ciudad futura y orgas de la izquierda independiente, mas
colectivos feministas, fue una iniciativa nuestra y expresó el potencial de articuladoras que
podemos ser.
Hoy tenemos contacto y línea directa (relación como organización) con prácticamente todas
las referentas y organizaciones del campo popular con perspectiva feminista o trabajo en
frentes de mujeres. El ELLA también sirvió para mostrarnos en ese sentido, y asociar
nuestro trabajo en la Direccion de Politicas Feministas con MJ.

Internacionales​: vínculos ya establecidos y a consolidar con política feminista: Chile, Brasil,


Perú, Bolivia, España, Venezuela, Sudáfrica. Vamos a enviar un informe aparte sobre todo
esto, pero tenemos propuestas interesantes para trabajar una línea de feminismo popular
frente al neoliberalismo, de conjunto con las Poderosas de Chile, con quienes hemos
conversado acerca de pensar campañas en común, cuestiones de política comunicacional
desde la línea de feminismo popular latinoamericano.
A su vez las compas Juntas de Perú tambien estan explorando en este sentido y nos miran
atentas en la forma de construir feminismo popular.
En articulación con el equipo de internacionales estamos articulando mejor una propuesta
para trabajar conjuntamente, como potenciar nuestras articulaciones políticas
internacionales desde la política feminista de la organización, y cómo aportar desde la
perspectiva estratégica e integral de los feminismos a los procesos de resistencias y las
transformaciones en la región.

Protagonistas I
Sobre la orgánica y las distribuciones organizativas.

En este punto es necesario revisar y ordenar lo que llamamos nuestros puestos de lucha.
Nos toca organizar las estructuras que necesitamos sostener, las formas en las que vamos
a ordenar nuestras energías en función de los objetivos políticos que nos trazamos.
La estructura nacional del sector, hasta ahora ​Coordinacion Nacional de Géneros y MJ
cuenta con pocas compañeras y todas y cada una de ellas con otras tareas en sus
regionales o nacionales también no solo del sector.
En un año de mucha regionalización, frente a las múltiples elecciones que se presentan en
diferentes fechas, nos preguntamos ¿dónde queda lo nacional? ¿que instancias podemos
sostener? ¿cuales es necesario reformular ?
Hemos creado la instancia de estas Mesas Nacionales Feministas que están compuestas
por compañeras de todo el país y que integran distintos espacios de la organización. Hasta
el momento hemos realizado dos, el año pasado, una en mayo con las compañeras de
derrotar, y una ya propia en septiembre en el marco del ​Campamento de referentas.
En estas mesas trabajamos sobre la coyuntura y caracterizamos la etapa desde la
perspectiva feminista, abordamos debates y delineamos los trazos gruesos de la política
feminista de la organización, ​¿Creemos que es una instancia interesante para seguir
sosteniendo? ¿cada cuanto tiempo? ¿ cual debería ser su composición?
Plenaria Nacional, se trata de una instancia que teníamos en PG y que hace falta definir si
vamos a sostenerla, si la planificamos para este año, cuando, con qué objetivos, donde.
Estructura: hasta ahora hemos tenido una prensa separada del equipo nacional de prensa
MJ. Con un enlace a la CNG. Hemos hecho un balance muy positivo de este equipo federal,
y que ha trabajado muy a pulmón. (Ver propuesta de equipo y funcionamiento 2019)

Es necesario tener en cuenta que también nuestra orgánica se define en función de la


orgánica más general de la organización, y en ese sentido aportamos una propuesta para
poder seguir avanzando en la transversalidad de la política feminista.
Proponemos el armado de mesas de política feminista en las regionales, con un
funcionamiento regular y en relación con las mesas regionales propiamente dichas. En las
regionales chicas esta propuesta puede pensarse en términos de una periodicidad de las
mesas regionales en las que se trabajan temas vinculados a la política feminista de la
organización, de agenda, debates o de proyección.
En el plano nacional, estará supeditado a como quede la estructura, de mesa ejecutiva y
federal, como es posible pensar un esquema en el cual se trabaje en esas instancias
nacionales la política feminista de la organización y no en espacios específicos.
Consideramos que la implementación del cupo y las políticas de discriminación positiva,
para todos los espacios de conducción es una herramienta que puede contribuir a generar
mejores condiciones para que la elaboración de la línea feminista sea tomada de conjunto.

Queda abierto el debate sobre qué hacer con la CNG, por la cantidad de tareas que venía
llevando adelante y en la necesidad de pensar lo constructivo, de la MJ en particular y del
resto de las intervenciones feministas integrales.

Protagonistas II
Sobre el nombre y la identidad de MJ.

La situación planteada a partir de la división de PG con respecto a las identidades


sectoriales, es algo que nos atraviesa de lleno. Claramente, compartir el mismo nombre, el
sello, como marca identitaria de dos políticas distintas es de una incomodidad constante.
En aquellas regionales donde hay dos Mala Junta, las MJ de la otra corriente utilizan la
bajada “Poder feminista”. Nosotras en el último tiempo hemos seguido utilizando la misma
bajada “feminismo popular, mixto y disidente”. ¿Cómo podemos resolver esta disputa por el
nombre? ¿todo nuestro acumulado político se concentra acá?
Ante eso, nos preguntamos qué escenario se abre si definieramos cambiar el nombre. ¿Qué
perderíamos de nuestras referencias y construcciones? ¿Hay espacio para un nombre
nuevo? ¿Qué experiencias de otras regionales podríamos recuperar para hacer este
proceso?.
Sabemos, como lo hemos transitado en los debates durante todo el año pasado en lo
debates de PG/Vamos y con la otra corriente las múltiples tensiones que esto genera.

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