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Octubre 19 de 2008
OCUPADOS EN LA SALVACIÓN
Filipenses 2:12‐18
12Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi
presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra
salvación con temor y temblor,
13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su
buena voluntad.
14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas,
15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de
una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como
luminares en el mundo;
16 asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de
que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.
17 Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe,
me gozo y regocijo con todos vosotros.
18 Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.
Introducción: ¿Qué tan ocupadas están nuestras vidas? ¿Nos da la Palabra de
Dios alguna orientación en qué deberíamos estar ocupados con más esmero?
En un mundo donde se corre a velocidad acelerada, es bueno frenar un poco y
considerar si lo que ocupa nuestro tiempo vale la pena o no. Este pasaje nos dará un
poco de orientación sobre el particular.
Ante todo, el “Por lo tanto” con el que abre el v.12, nos lleva un poco atrás a algunas
cosas previamente dichas por el apóstol Pablo. ¿Qué cosas ha dicho este hombre
hasta ahora?
Que Jesús nos dejó un buen ejemplo de humildad y obediencia.
v.3, “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad…”
vv.5‐8, “Haya en vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús, el cual, siendo en
forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse sino que
se despojó a sí mismo…y estando en la condición de hombre, se humilló a sí
mismo, haciéndose obediente hasta la muerte…”
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IGLESIA BAUTISTA CASTELLANA
Pastor: Edgardo Piesco
IGLESIA BAUTISTA CASTELLANA
343 Keele Street, Toronto, ON, M6P 2K6;
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www.iglesiabautistacastellana.ca
ibcastellana@rogers.com
Así que, tome nota entonces, Jesús nos dejó un buen ejemplo de humildad y
obediencia.
Básicamente lo que nos pide este hombre es que tengamos los ojos continuamente
puestos en Cristo. Entre más nos parecemos a Cristo en nuestra conducta, mejor
estamos andando; Entre menos nos parezcamos esto es indicio de que estamos
herrando el blanco.
“Por lo tanto” v.12, debido a semejante ejemplo que nos ha dejado el Señor, “como
siempre habéis obedecido, les pido que hagan lo siguiente.” Y Pablo va a enlistar
tres cosas en estos versos 12‐18. Y sabemos que son tres cosas por los verbos que
utiliza, un presente, v.12 y dos imperativos, vv.14, 18:
1. Manténganse ocupados en la salvación de ustedes
2. Hagan todo con un espíritu irreprensible
3. Regocíjense siempre con los que se regocijan
¿Se pueden cumplimentar estas cosas?
Claro que sí, si seguimos el ejemplo de Cristo. Lo único sí, es que debemos imitar su
ejemplo de obediencia, el v.8b dice, “…haciéndose obediente hasta la muerte…,”
v.5 dice, “Haya en vosotros este mismo sentir que hubo en Cristo Jesús,” y v.12,
“…como siempre habéis obedecido…” sigan obedeciendo en estas tres demandas.
Conclusión: No se trata entonces de si se puede, sino si queremos obedecer a las
peticiones de Pablo.
Ahora bien, la primera petición de Pablo es:
1. Manténgase ocupados en vuestra salvación
vv.12‐13… “ocupaos” está en presente en la voz media. Funciona como un
imperativo. El tiempo presente indica la necesidad de algo continuo, ahora.
Noten como Pablo apela a la necesidad de ejercitar obediencia para poder
implementar su demanda; la fórmula gramatical es, “como habéis
obedecido…mucho más ahora.”
Pero también da algunos detalles al tipo de obediencia que se debe ejercitar:
a. Una obediencia que se ejercita como norma corriente
v.12, “…como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia
solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia…” ¿Qué quiere decir
Pablo con estas palabras?
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A veces cuando un niño está frente a los padres obedece sin reproches, pero,
cuando los padres no se encuentran cerca, entonces el niño manifiesta una
conducta diferente. Eso es lo que Pablo tiene en mente cuando dice estas
palabras, no traten de ser de cierta forma solo cuando yo estoy en medio de
ustedes, sino que sea en todo momento, aun en mi ausencia.
O sea que, no es una obediencia como asunto del momento, sino algo que
manifiesta un hábito adquirido, algo que se ha hecho parte de uno. ¡Qué
lindo es cuando la iglesia obedece en forma espontánea! ¿No es cierto?
b. Una obediencia que se ocupa
“…ocupaos en vuestra salvación…” Ahora, esto merece cierta aclaración,
porque muchos han concluido, erróneamente, que Pablo afirma en una forma
inductiva que la salvación se puede perder, por eso hay que cuidarla.
Tomen en cuenta los siguientes detalles:
1) Pablo no está hablando de la pérdida de la salvación, sino de imitar el
ejemplo de Cristo para ser luminares en el mundo, v.15
En otras palabras, está enfocado en el testimonio y ministerio de la iglesia
ante el mundo y no en la vida eterna de un creyente
2) Pablo enseña claramente en su teología que la salvación es prerrogativa de
Dios y por gracia, no por obras, Efesios 2:8
3) Pablo no considera la salvación como algo condicional, sino algo definitivo
1:7c, “…todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.” No
algunos, sino todos.
3:20, “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también
esperamos al Salvador;” no la salvación. El presente indicativo es
importante, porque este modo verbal declara un hecho definitivo: “está.”
4) Pablo en ningún lugar de la carta deja de llamar hermano a los creyentes de
Filipo, aun cuando algunos estaban pecando, 2:3‐4, 14, 20ª, 21; 4:1‐3.
5) Todos estos, incluso los que están fallando, están ya inscritos en el libro de la
vida.
4:3… “a ti…a éstas…con Clemente…y los demás…cuyos nombres están en
el libro de la vida.” Las palabras, “combatieron” y “colaboran” son las que
unen toda la articulación del versículo.
Así que, por estas evidencias, —y estoy seguro que sí tuviésemos más tiempo
podríamos encontrar más—, se deja claro que Pablo no está hablando de la posible
pérdida de la salvación, sino de alguna otra cosa.
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La pregunta obvia entonces es, ¿a qué se refiere Pablo con ocuparse en la
salvación?
Bueno, que se pueda llevar a su fin lo que Dios ha comenzado en nosotros.
Por lo pronto, Pablo habla a los creyentes, 1:1, “…a todos los santos en Cristo Jesús
que están en Filipos…”
En el verso 5, dice que experimentan la comunión en el evangelio.
Que la obra fue ya comenzada por Dios en sus vidas, v.6; o sea que ellos ya
obedecieron al evangelio, 2:12.
Pablo apela a ese espíritu de obediencia para que continúen trabajando en la
salvación que recibieron, es decir, que se lleve a su compleción lo que Dios comenzó
en nosotros, 1:6.
Vamos a ver el proceso y el espectro de la salvación en 3:1114 y siguientes…; En
qué se ocupa el apóstol Pablo?
• En seguir corriendo, 12b “prosigo,” v.14ª “prosigo” Prosigue corriendo,
¿cómo prosigo?
• v.13, “…olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo
que está adelante.”
¿Para qué?
• v.12, “…por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por
Cristo Jesús.”
• v.14b, “…al supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
• v.20, “…esperamos al supremo Salvador, el Señor Jesucristo”.
v.16, “Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla…”
Cierto, el v.18 habla de algunos que no tienen parte en este llamamiento, no porque
perdieron su salvación, sino porque nunca la tuvieron.
Pablo está ocupado en una carrera, y ahora nos invita a los creyentes: Ocúpense en
esa carrera.
La salvación comenzó en la cruz, pero, sigue en un proceso donde nuestras vidas van
siendo transformadas día a día, debiendo pasar también por la resurrección para
entrar al cielo del cual ya somos ciudadanos.
¿Con qué actitud debemos ocuparnos en ello?
a. Con temor y temblor, v. 2:12c
Comp. I Pedro 1:13‐17 “temor”
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Pastor: Edgardo Piesco
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b. Con obediencia, v. 2:12b
c. Con sumisión, v.2:13
Pablo nos exhorta a que ocupemos nuestro tiempo en nuestra salvación, un proceso
que Dios comenzó dice en el 1:6, en el momento que fuimos traídos a la comunión
del evangelio. Pero, que todavía no terminó. En eso debemos ocuparnos, en lo que
Dios se ocupa con relación a nuestras vidas.
El pueblo de Israel no se ocupó en esto, en el proceso que comenzó con la redención
de la esclavitud en Egipto, y debió terminar con la entrada en la Tierra Prometida.
A veces estamos ocupados en la intriga, la murmuración y las contiendas. Es decir,
nos ocupamos en los asuntos de los demás en lugar de nuestra salvación. Es una
pena porque estamos perdiendo la oportunidad de crecer y madurar en ese proceso
que Dios comenzó en nosotros y quiere llevar a su fin.
Conclusión: El consejo de Pablo es: Ocúpate en el proceso de la salvación. ¡Qué
tarea más notable es esa! Si estuviésemos concentrados más en ello, nuestras vidas
serían un testimonio fiel en esta generación llena de confusión y oscuridad
espiritual. Medítelo…
Pastor Edgardo Piesco.
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