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“Es un conjunto de políticas, conceptos y prácticas coherentes entre sí, con el propósito
de alcanzar objetivos organizacionales de la empresa de manera eficiente y eficaz”.
Para comprender el origen de la gestión del talento humano es necesario partir por cómo
se desarrolló a través del tiempo, que etapas anteceden a este tipo de gestión.
Este periodo se extiende entre la década de 1950 y 1990. Cuando el mundo empezó a
cambiar con más rapidez e intensidad. La teoría de las relaciones humanas fue sustituida
por la teoría conductual. La teoría de los sistemas surge durante este periodo y al final la
teoría de las contingencias. La visión sistémica y multidisciplinaria (holística) y el
relativismo dan cuenta de la teoría administrativa. Ante la rigidez del antiguo modelo
organizacional, las organizaciones modificaron el modelo estructural ante las condiciones
externas cambiantes, la estructura matricial fue la respuesta, este enfoque pretendía
conjugar la departamentalización funcional con el esquema lateral de una estructura por
productos/servicios, con el objetivo de proporcionar innovación y dinamismo para lograr
una mayor competitividad.
Era del conocimiento: “Gestión del talento humano”.
La Gestión del Talento Humano (GTH), es una de las áreas que dependen directamente
de aspectos como lo son la cultura organizacional, la estructura organizacional, los tipos
de cultura, los contextos ambientales, el giro de la organización, la tecnología utilizada y
los procesos internos y externos que realiza la organización. (Chiavenato, 2009).
Scullion et al. (citados en Björkman y Smale, 2010) definen la gestión del talento como
todas las actividades que la organización realiza con el fin de atraer, seleccionar,
desarrollar y retener a los mejores empleados en los roles más estratégicos (aquellos
roles necesarios para alcanzar las prioridades estratégicas de la organización) a escala
mundial.
Como mencionan Sastre y Aguilar (citados en Mejía, Jaramillo y Bravo, 2006), “el talento
humano es la base del incremento de la productividad y la generación de las innovaciones
en las empresas con el fin de mejorar su posición competitiva [por medio] de su
diferenciación” (p. 55).
La definición del principio que rige a la gerencia del talento humano es la que señala que
la dirección y la gestión en la organización se basan en el manejo efectivo de las
potencialidades que tienen las personas, pues se parte de la relevancia que se le da al
individuo como ser con potencialidades que pueden desarrollarse en beneficio de sí
mismo y de su entorno. (Tejada 2003)
Existe una relación entre el talento humano y las competencias, si se define el término
“competencia” como un conjunto de habilidades, saberes, técnicas, formas de
pensamiento; que le permiten al empleado desarrollar un desempeño, éste sería el nivel
de perfeccionamiento en el cual se encuentra la competencia.
En cuanto a las competencias, Alles (2005) señala que entender el talento como un don
responde a una visión muy determinista, que no permite accionar sobre el talento, por lo
cual, la autora hace referencia al desarrollo de las competencias como determinantes del
talento humano.
La Gestión del Talento Humano (GTH) por competencias consiste en desarrollar un estilo
de GTH que identifique las competencias necesarias para cumplir los objetivos de la
empresa, facilitando a la vez, el desarrollo de las personas orientado hacia dichas
competencias (Vargas, F, 2002). Es importante destacar que si bien no existe un modelo
único de GTH, gran parte del éxito radica en la habilidad de la organización para
establecer un marco de competencias que refleje su historia, sus valores, sus
motivaciones, sus expectativas y sus objetivos estratégicos (Vargas, F, 2002).
En los inicios, por los años ’60, inicio de los ’70 con Mc Clelland que trataba de encontrar
variables para que las personas fueran exitosas en su trabajo ya que s los tradicionales
exámenes académicos no estaban garantizando ni el desempeño en el trabajo ni el éxito
en la vida; además, discriminaban a grupos vulnerables en el mercado de trabajo por
razones de género, raza o estatus socioeconómico (Mertens, 1996, p. 69. En Calderón y
Naranjo, 2004, p. 82), dio inicio a la combinación entre administración y psicología, y el
pie para que se abrieran áreas como la de gestión, el análisis del recurso, el
aprovechamiento del talento humano y también la proliferación en diversos campos
sectoriales de las unidades enfocadas a proyectar lo humano. la cualificación y
calificación del empleado-trabajador serían de la partida en la medida en que la
experiencia pasaría a ser combinada con la capacitación y la formación, y estas dos
servirían para hacer carrera en la organización. Bajo esta lupa se entendería que
comenzaría a fusionarse el quehacer de las empresas con la actividad del empleado-
trabajador, cumpliendo y ejecutando tareas.
La razón por la cual se clasifica al talento humano como el activo más valioso dentro de la
organización es porque en la contemplación de los costos de producción, siempre
interviene el desarrollo y la investigación, en los cuales arroja que el talento humano
posee el capital intelectual que a pesar de ser intangible incluye habilidad, experiencia,
conocimiento e información. Es entonces que el verdadero capital se encuentra en los
cerebros de los talentos, ahí se encuentra captado el capital de las empresas, no en las
arcas de los dueños o de la misma organización. (Chiavenato, 2009).
La gestión del talento surge en la era moderna y desplaza a los antiguos departamentos
de recursos humanos. Las prácticas de recursos humanos se delegan a los gerentes de
línea de toda la organización y ellos se convierten en administradores de recursos
humanos, mientras que las tareas operativas y burocráticas no esenciales se transfieren a
terceros por medio de subcontratación (outsoursing).
Los equipos de gestión del talento proporcionan asesoría interna para que el área asuma
las actividades estratégicas de orientación global. Las personas se convierten en agente
activos e inteligentes que ayudan a administrar los demás recursos de la organización. El
cambio es enorme al considerarse a la persona como asociada a la organización, ahora
toman desiciones en sus actividades, cumplen metas y objetivos previamente negociados.
Así el administrar personas en la nueva era ha convertido a la organización en un área
abierta, amigable, compartidora, transparente y descentralizadora.
Distinción entre empresas con recursos humanos y con gestión del talento humano
Existen organizaciones que tienen sus respectivos órganos de recursos humanos. Hay
organizaciones omega y otras llamadas alfa. Las organizaciones omega son aquellas en
donde el área de RH aún está centralizada y toma todas las desiciones y acciones que
tienen que ver con las personas. Las características de esta son: en el trabajo las
personas aún son vistas como empleados sometidos a un reglamento interno y a un rígido
horario de trabajo. Los cargos son altamente definidos, individualizados, aislados y se
realizan dentro de una rutina que no cambia, no se requiere que las personas piensen o
mejoren su desempeño, mucho menos que sean creativas.
Las organizaciones alfa son aquellas que incentivan y motivan a las personas a
equivocarse, crear e innovar en sus tareas. Las personas en este tipo de organización son
libres de pensar, razonar y usan su inteligencia a servicio de la empresa. Son las mejores
organizaciones para trabajar, el área de RH funciona con constante innovación y
creatividad, actuando como elemento de consultoria interna para que los gerentes puedan
actuar como gestores de personas.
información.
El Departamento de Recursos Humanos (DRH) para llevar una GTH debe de establecer
dos objetivos. El primero, es el agregar valor a la organización, a sus miembros y a sus
clientes. Esta GTH, debe dejar claro que el DRH no sólo debe de comportarse como un
órgano fiscalizador y controlador sino por el contrario debe de ejercer una función de
enriquecimiento de talentos; haciendo de la inversión en el capital intelectual una de sus
principales tareas, deben también cumplir con la adecuada transmisión de conocimientos
y actitudes para que los talentos utilicen sus habilidades con eficiencia, principalmente la
habilidad intelectual. El segundo, es la gerencia de las personas y no el gerenciar las
personas; debe de incentivar la participación de cada talento en las decisiones y así poder
utilizar al máximo la inteligencia y el talento de las personas. (Chiavenato, 2009).
Macro tendencias de la gestión del talento humano (o cambios globales que se han
implementado)
1. Nueva filosofía de acción: La denominación de ARH (administración de recursos
humanos), debe desaparecer y dar lugar a un nuevo enfoque: “gestión del talento
humano”. En este enfoque a la persona se le consideran seres humanos y no
simples recursos empresariales, se toman en cuenta pues poseen inteligencia,
personalidad, se respetan sus características y diferencias individuales. En las
organizaciones se habla de administrar con las personas y no administrar y/o
gerenciar personas. La persona está involucrada con la organización, en todos los
niveles de la organización las personas se consideran socias que conducen los
negocios de la empresa, utilizan la información disponible, aplican sus
conocimientos y habilidades y toman las decisiones adecuadas para garantizar los
resultados esperados. Esto se convierte en la gran diferencia, la ventaja
competitiva obtenida a traves de las personas. De ahí el surgimiento del
endomarketing o marketing interno que tiene por objetivo mantener informadas a
las personas respecto a las políticas de la empresa y integrarlos a programas
amplios, ayudarlos en sus necesidades y aspiraciones y así contribuir a que las
personas se sientan orgullosas de pertenecer y colaborar con la organización de la
cual son parte. Surge también la administración holística que ve al hombre dentro
de un contexto organizacional humano y no como una pieza del sistema
productivo.
1. Todo talento humano deberá colaborar con la organización para alcanzar los
objetivos y realizar su misión. Para esto se debe conocer el negocio que posee la
organización.
2. Saber emplear cada una de las habilidades y capacidades que poseen los talentos
para poder proporcionar competitividad a la organización.
3. Mantener a cada uno de los talentos entrenados y motivados de manera correcta.
Que se sientan un elemento valioso de la organización, otorgándoles
reconocimientos de manera justa por parte de la empresa. Los objetivos de las
recompensas laborales deben de ser claros y precisos, así como, entendidos por
cada elemento, para que el desempeño laboral de quienes no se les ha
reconocido mejore con el afán de que se les reconozca de manera posterior.
4. El éxito organizacional es determinado en gran medida por el hecho de que cada
uno de los talentos se sienta feliz y autorealizado dentro de la organización; la
organización no puede esperar mayor producción de un talento no satisfecho.
5. La calidad de vida de cada uno de los talentos en el trabajo es de suma
importancia, se deben de desarrollar con base en los aspectos de la experiencia
en el trabajo; debe de sentirse libres y autónomos para poder tomar decisiones.
Deben de poseer un lugar adecuado para trabajar durante su horario de trabajo,
deben de contar con la seguridad debida en ese lugar de trabajo y un horario justo,
así como, un ambiente agradable de trabajo con el objeto de que cada talento
perciba a la empresa como un lugar agradable, atractivo y deseable para trabajar.
6. La administración del cambio es base para la supervivencia de las organizaciones;
en las últimas décadas, las organizaciones han ido atravesando por períodos de
altibajos en varios aspectos, desde tecnológicos, económicos y culturales, hasta
políticos. Estos cambios generan nuevas tendencias y traen consigo nuevos
enfoques más ágiles y flexibles que de saber utilizarlos podrán garantizar la
permanencia de las organizaciones.
7. El establecimiento de políticas éticas para desarrollar comportamientos
socialmente responsables. La organización debe de inculcar a todo el talento
humano la importancia de este tipo de comportamientos, el ser socialmente
responsable no solo es cuestión de la organización sino también de cada uno de
los integrantes de la misma.
Dada a la era que atraviesa la gestión de personas, los desafíos que se presentan ante la
organización tienen que ver de una constante mirada hacia el futuro, a lo que trae
consigo, aspectos como la globalización por ejemplo.
Que la organización tenga una visión global es determinante para que cada uno de los
integrantes la posea también. Sin embargo, debe de informarlos de manera correcta, de
que cada talento comprenda que una visión globalizada no significa que dejarán de existir
de manera local, sino por el contrario, deberán establecer patrones de comparación con
otras organizaciones similares para saber en qué se puede sobresalir. Para eso se debe
considerar en todo momento el pensamiento global en todos los aspectos, aunque solo se
vaya a actuar de manera local en un inicio. (Chiavenato, 2009).
Actualmente los productos y servicios son muy parecidos hoy en día, esto se debe a la
tecnología y al conocimiento imperante, es necesario por lo tanto saber diferenciarse de
las competencias, y esto se logra con calidad y atención mismos que posee el talento
humano mediante los conocimientos adquiridos y su adecuada aplicación para poder
captar todas las nuevas oportunidades que se le presenten a la organización. El
mantenerse en constante competencia implica la evaluación de todos los procesos para
poder hacer un seguimiento adecuado; para poder dar ese seguimiento adecuado se
debe hacer uso de la tecnología.
Diversos son los autores que abordan esta temática, como: como Briceño (2011); Castillo
(2012); Duhne, Garza y Quintanilla (2014); García y Leal (2008) y Martínez (2013), entre
otros; sus aportes plasman la necesidad que tiene el individuo de ampliar sus
conocimientos y mejorar sus habilidades, y dejan entrever los beneficios y el potencial que
ejerce una correcta formación de los individuos en su ejercicio laboral. En la actualidad
todas las empresas requieren de los talentos humanos, pero estos no requieren el mismo
desarrollo, ya sea de tipo técnico o intelectual. Por ejemplo: En sectores económicos
como el turístico, en general, y la industria hotelera, en particular, se requiere que la
formación de su personal se enfoque en la creación de habilidades de tipo social que les
permitan a los empleados ser empáticos con el cliente y con sus necesidades.
Chiavenato
Para Chiavenato (2002), la Gestión del Talento Humano se basa en tres aspectos
fundamentales: a) La personas son seres humanos, es decir, cada uno de los miembros
de la organización tiene su propia personalidad, historia, conocimientos y habilidades que
los diferencian entre sí, lo cual los lleva a ser más que meros recursos de la organización.
c) Las personas son socios de la organización, son capaces de conducirla hacia el éxito y
la excelencia. Como cualquier socio, las personas invierten esfuerzo, dedicación,
responsabilidad, compromiso, etc., con el fin de recibir algún retorno de ello. En la medida
en que dicho retorno sea sostenido y gratificante, las 14 personas tenderán a mantener o
aumentar la inversión. Con ello, se observa la reciprocidad de la interrelación entre
personas y organización.
Chiavenato (2002) señala que las prácticas de Gestión de Talento Humano pueden
resumirse en 6 procesos, los cuales son: Admisión, Aplicación, Compensación,
Desarrollo, Mantenimiento y Monitoreo de Personas. Según el autor, cada uno de estos
procesos es importante tanto en los Recursos Humanos en general como en la Gestión
del Talento en particular.
Jericó
Según Jericó (2001) el objetivo de la Gestión del Talento Humano es pasar del talento
individual de los profesionales al talento organizativo. Éste último alude a que una de las
leyes naturales del talento es obtener resultados superiores a través de la interacción. Si
las organizaciones facilitan dicha interacción, el talento se multiplicará; de lo contrario, si
la interacción no se facilita, se corre el riesgo de que las personas disminuyan su
compromiso, se marchen a otra organización o bien, monten su propio negocio, perdiendo
por lo tanto a profesionales talentosos (Jericó, P, 2001).
Según Jericó (2001), la creación de talento organizativo puede lograrse a través de dos
modos. En primer lugar, seleccionando profesionales que posean capacidades,
potencialidades y compromiso acorde a lo que la organización necesita y pueda gestionar.
Como se observa, esta estrategia alude fundamentalmente a políticas de atracción de
talentos. Una segunda manera es generar un entorno organizativo que permita crear valor
15 al profesional, motivándolo a aportar y con ello, continuar en la organización. Esto se
logra reforzando el compromiso de los profesionales (Jericó, P, 2001).
Según Michaels et al. (2003), existen cinco imperativos sobre los cuales deben actuar las
organizaciones para ganar la guerra por el talento, a saber:
1. Adoptar una mentalidad de talento 2. Crear una exitosa propuesta de valor para los
empleados 3. Reconstruir la estrategia de reclutamiento
Crear una propuesta de valor a las personas es indispensable para atraer y retener a los
talentos. Se entiende por propuesta de valor para los empleados (PVE) la suma total de
todo aquello que experimenta y recibe la persona mientras forma parte de la organización,
desde la satisfacción intrínseca con el trabajo hasta el ambiente, el liderazgo, los colegas
y la compensación; es decir, indica lo bien que la empresa satisface las necesidades,
expectativas y sueños de las personas (Michaels, et al., 2003). Es importante destacar
que la PVE debe ser atractiva para el tipo especial de personas que la empresa quiere
atraer, así como también debe ser mejor que las otras opciones que consideran los
mismos. (Michaels, et al., 2003). La PVE debe mantenerse en constante evolución para
adelantarse a la competencia, por lo cual los autores recomiendan utilizar ciertas técnicas
de diagnóstico, como es el evaluar las actuales fortalezas de la PVE, entender las
necesidades del mercado objetivo, entender cómo se compara la PVE de la organización
con la competencia, identificar las fortalezas y debilidades de la PVE que ofrece la
organización y, resolver qué mejorar en ella (Michaels, et al., 2003).
Las organizaciones deben desarrollar sus talentos y reafirmar a los que obtienen un
desempeño promedio, que también contribuyen con aportes sólidos y ayudan a mejorar
(Michaels, et al., 2003). Las empresas también deben retirar a quienes tienen un
desempeño inferior, ya que sería injusto no actuar tanto para los implicados como para la
organización en su totalidad.
-Diseñar prácticas de gestión del talento humano alineadas con los objetivos estratégicos
de la organización y evaluarla en función del cumplimiento de esos objetivos.
Lozano Correa, L. (2007). El talento humano, una estrategia de éxito en las empresas
culturales. Revista Escuela de Administración de Negocios, (60), 147-164.