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Pautas para lo fantástico según merimee:

primero la creencia del propio autor en un orden de cosas que escapan a la explicación
racional, a la razón razonadora; luego la adhesion del lector y, finalmente, el terror ante la
irrupción de lo inexplicable, de lo inadmisibe, en la realidad cotidiana.

El interés principal de los cuentos fantásticos es despertar y mantener sin respiro el interés del
lector. Es lógico que se adopte frente a ellos una actitud de desconfianza. Los propios autores
del género recurren frecuentemente a la duda como reactivo para suscitar mayor interés y,
por supuesto, terror.

La incursión dentro de lo mágico y del ocultismo fue, según el autor de la tesis, muy
importante para su vida.

El escritor fantástico ha de ser un magnífico observador de la realidad de seres y cosas,


precisamente por el hecho de prepararse para perturbar esa realidad. Mérimée fue maestro
en este arte. Lo fantástico supone, pues, la solidez del mundo real.

Convencimiento de merimee de que el hombre es esencialmente destructor, lo cual puede


explicar el cúmulo de muertes en su obra. cariño por animales

Ganarse al lector. Esta es la gran regla de oro del escritor fantástico. Se esforzará en dar una
imagen de la realidad tan fiel como le sea posible. Como el relato provocará falta de credulidad
en el lector, el autor comenzará a menudo su obra afirmando su buena fe y salud mental, o
mediante otros recursos: manuscrito hallado, confesión de buena fe, presencia de testigos
dignos de ser creídos o la aportación de falsos documentos. También suelen estar narrados en
primera persona.

En Carmen el arqueólogo es sumamente incrédulo

Para ganarse la adhesión del lector, Mérimée escogerá los rasgos más sorprendentes y pondrá
especial cuidado en conseguir la verosimilitud de su relato. Debe dar muchos datos, una
descripción exacta y minuciosa sobre la realidad material. La elección de los detalles que se
presentarán es esencial. Si la elección es desafortunada, ya no hay ilusión posible. El relato en
el que mejor logra esto es en “La venus de Ille”. Por ejemplo, describe la comida de los
campesinos, con lo cual en realidad transmite el carácter de los campesinos y su relación con
los parisinos. Tb la ropa de Alfonso. Cada personaje habla de acuerdo con su medio social.
Mérimée ha situado los elementos principales de su relato con gran naturalidad y con una
sorprendente economía de medios. Es un arte concentrado, sin circunloquios ni prolijidades
inútiles.

Mérimée y sus propios consejos para el cuento fantástico. M. siempre escoge un lugar
extraño para sus obras, un lugar ajeno al lector. Elige un país más o menos atrasado o exótico
para la época. Iliara, Italia, Argelia, Suecia, Lituania y España. Cuando elige una región francesa
es el Rosellón, zona fronteriza con nuestro país y un tanto exótica para un parisiense. ASí
puede introducir el color local. Él mismo nos da la receta del camino que hay que recorrer. La
clave del éxito está en prestar a los personajes más extraos la realidad más minuciosa. En
efecto, como dice Mérimée, de lo extraño a lo paravilloso la transición es insensible y el lector
descubrirá que se encuentra de lleno en el campo de lo fantástico sin que se haya dado cuenta
de que el mundo ha quedado ya muy lejos detrás de él.

La venus de iile, como Carmen, es una mujer fatal. Merimee acumula eexpresiones referidas a
la estatua que dan la sensación de que está viva. La descripción da sensación de realidad.

En este cuento todo contribuye a crear una atmósfera de opresión, presagio del desenlace
final. Por ejemplo, el oráculo, velado, de la inscripción en la Venus.

Mezcla de lo real y lo fantástico, duda y oscilación permanentes

Precipita siempre el desenlace de sus obras. En cuanto ha hecho irrupción el elemento


maravilloso, todo se acaba en el silencio. Deja en suspenso los problemas planteados

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