Sunteți pe pagina 1din 5

¿LA GLOBALIZACIÓN ES INCOMPATIBLE CON LA PAZ?

Presentado por

JHOAN SEBASTIAN TREJOS VALDES

Universidad Del Valle


Facultad de ciencias naturales y exactas
Departamento de física
Santiago de Cali, abril de 2019
¿LA GLOBALIZACIÓN ES INCOMPATIBLE CON LA PAZ?

“la convivencia no se da entre culturas si no entre personas”

Ana Marta Gonzales

Nuestras sociedades frecuentemente son multiculturales, es decir, formadas por un conjunto


heterogéneo de grupos étnicos, culturales, lingüísticos o religiosos, más aún, diferentes desde
muchos puntos de vista, edad, sexo, características físicas, orientación sexual, personalidad,
aficiones, nivel de vida, creencias religiosas, entre otras. La interculturalidad se describe como
la convivencia que desea la mezcla de culturas en dialogo y coexistencia pacífica, en una
búsqueda de eliminar los prejuicios racistas y fomentar condiciones de respeto entre los
hombres, con igualdad y desarrollo del entendimiento en una relación de permanente
tolerancia. Diferentes culturas y religiones pueden convivir en una sociedad en paz.

Han existido movimientos migratorios desde el inicio de la humanidad, impulsados por


diversos motivos: búsqueda de lugares mejores para asegurar la supervivencia, conquistas
territoriales, creencias, proselitismo, etc.

La preocupación actual por el multiculturalismo tiene raíces en el aumento de procesos


migratorios durante el siglo XX, impulsados por una ampliación de la comunicación entre
todos los puntos del planeta, posibilitados a su vez por grandes avances técnicos y el aumento
de las desigualdades económicas y sociales a escalas.

La inmigración es un problema de suma importancia en la actualidad, debido a algunas de las


razones mencionadas anteriormente. La población más afectada por este proceso es Europa
y Estados Unidos, donde recientemente se han incubado diferentes movimientos anti
refugiados, alegando que con ellos emigran las problemáticas sociales que causaron la
migración.

La Organización Internacional de la Migración (OIM) estima que en el mundo hay 258 millones
de inmigrantes, dato que representa más o menos 3,4% del total de la humanidad,
concentrándose especialmente en 10 países; que soportan alrededor de 50% de los mismos.

Uno de los principales motivos para estar en contra de los inmigrantes es la religión que
profesan muchos de ellos, debido a un miedo infundado principalmente en el desconocimiento
que se tiene hacia otras religiones, también por las guerras y desplazamientos debido a estas,
guerras que son generadas por grupos extremistas, pero que no son exclusivas de esta
época, ya que a lo largo de la historia de la humanidad se han llevado a cabo, escudándose
en las creencias y religiones, pero en la mayoría de los casos son por ambición de los
dirigentes de los pueblos involucrados, por adquirir más poder, más terrenos y por ende más
dinero.

La convivencia religiosa ha sido siempre una ley necesaria para la vida. La gente debe ir más
allá de la mera coexistencia y buscar de forma activa el entendimiento mutuo y la cooperación.
Siempre se ha preferido utilizar la expresión “convivencia religiosa” en lugar de “tolerancia
religiosa”, porque “tolerancia” significa soportar, a veces con desgano, mientras que
convivencia implica reconocer al otro y aceptar la diferencia de ideas. Una ley que no se debe
rechazar, porque hacerlo amenazaría la existencia de la humanidad.

Actualmente la religión más discriminada es el islam, pero una de sus características más
importantes fuera de sus sectores extremistas es la convivencia, ya que islam significa
literalmente sumisión a Dios y la paz.
El islam establece de forma clara que toda la humanidad es una gran familia y que su origen
es uno, ya que todos los seres humanos somos creados por Dios. Debe haber igualdad y
respeto pleno entre todos los seres humanos. La raza, el color, la etnia o los privilegios
terrenales no pueden ser una medida de valor en el islam; esta medida es sólo la rectitud,
como nos dice el Corán: “Los hemos creado a partir de un varón y una mujer y los hemos
hecho tribus y pueblos distintos para se reconozcan unos a otros” (49:13).

La variedad de seres humanos y la diversidad son vistas como parte de las bendiciones y la
generosidad de Dios. La gente debe ir más allá de la mera coexistencia y buscar de forma
activa el entendimiento mutuo y la cooperación. El islam afirma de manera inequívoca el
derecho de cada individuo a la libertad de pensamiento y de religión, para construir una
sociedad basada en el amor, la misericordia, la justicia y la hermandad. Donde existan
diferencias de credos, sus seguidores deben relacionarse los unos con los otros sobre la base
del respeto mutuo y la amabilidad.

Un extenso estudio alemán titulado ‚Religionen und Weltfrieden (“Las religiones y la paz
mundial”) hace Frente a posturas filosóficamente respetables que consideran que
las religiones generan actitudes fundamentalistas, fanáticas y violentas, postula que la
defensa pacífica de las víctimas, de los derechos humanos, de la paz y de la integridad de la
creación, forma parte de los proyectos de muchas de las grandes tradiciones religiosas.

Los escritos sagrados de las grandes religiones, así como sus seculares tradiciones,
contienen mensajes de paz y de concordia, que constituyen una importante aportación para la
convivencia pacífica entre los hombres, los pueblos y las diversas civilizaciones y culturas.
Además, toda religión cree en una unión de todos los hombres, fundada en la realidad de un
ser supremo, de lo cual se sigue la convicción de la existencia de una fraternidad universal, es
decir, de “una cultura de la pacifica fraternidad que abraza a todos los hombres”, sean de la
cultura y condición que sean. Además, desde el punto de vista ético, se encuentra en todos
los escritos de las grandes religiones la llamada “regla de oro”, que manda “tratar a los demás
como queremos que nos traten ellos a nosotros mismos”, principio en el que se puede
fundamentar sólidamente una “cultura de la paz”.

La sociedad mundial se pregunta si es posible que las migraciones masivas se puedan llevar
en paz y que no afecte los nuevos asentamientos, y por el contrario contribuir al desarrollo
económico y social.

Ana Marta Gonzales, coordinadora científica del Institut Català de la Salut e investigadora
principal del proyecto “cultura emocional e identidad” dice acerca de la convivencia
intercultural: “la convivencia no se da entre culturas si no entre personas, hay muchos
ejemplos de convivencia pacífica entre culturas distintas” para ella, la clave está en que
grupos distintos “tienen puntos de contacto e hibridaciones”, considera que sería un error
“petrificar las culturas como si fueran entidades intocables a las que las personas se
subordinan”.

Vivimos en un mundo globalizado donde tenemos relaciones de amistad o afectivas con


personas sin importar que su cultura es diferente a la nuestra, como dice Ana Gonzales, las
relaciones sedan entre personas y no entre culturas, al tener una relación con personas de
culturas diferentes se llega a un acuerdo implícito basado en la tolerancia para llevar una
relación de la mejor manera posible sin ofender, incluso en estas relaciones crean una
subcultura que mezcla lo mejor de cada una.

Una postura moderna a favor de la interculturalidad y la inmigración es la postura económica y


todos los beneficios que conllevan los migrantes tanto para la nación que los recibe como para
su nación de origen. Teniendo en cuenta que Latinoamérica, según la organización
Internacional de la Migración (OIM), ha sido históricamente una productora de emigrantes,
especialmente México y Centroamérica. Sus datos indican que al término de 2017 el número
de inmigrantes en la región alcanza unos 8 millones.

Aunque tradicionalmente los beneficios de la migración se observaban únicamente en


dirección a los países que enviaban migrantes por el tema de remesas, que en la actualidad
generan un ingreso de capital muy importante para los países de América Latina y el Caribe,
en especial los de América Central, el cual alcanzó los US$583.000 millones en 2014.Para el
economista del Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
Dany Bahar, los beneficios de los migrantes son también muy positivos para los países que
les reciben. En un trabajo conjunto de Bahar con el economista venezolano Ricardo
Hausmann y Hillel Rapoport titulado “Neighbors and the Evolution of the Comparative
Advantage of Nations: ¿Evidence of International Knowledge Diffusion?” se analizó la
capacidad de los migrantes de transferir conocimiento que pueda traducirse en mayores
cambios de productividad en sectores específicos. Otro beneficio, (quizás el más importante
en cuanto a términos macroeconómicos se refiere) es el aprendizaje “pro exportador”. En la
investigación se destaca por ejemplo que los migrantes procedentes de un país fuertemente
exportador de teléfonos, al llegar a otro país que no exporta teléfonos, determinan en gran
medida la capacidad de este país no exportador de comenzar a producir sus propios
teléfonos y venderlos al exterior en un plazo de 0 a 10 años. Esta capacidad de un país para
poder comenzar a exportar un nuevo bien o servicio está asociada un cambio sectorial
positivo en su productividad. Es conocido que las grandes empresas envíen a sus
trabajadores a capacitaciones al extranjero, pero una nueva metodología resaltada en el
informe del BID titulado “¿Cómo repensar el desarrollo productivo? Subraya la importancia de
permitir ingresar a los países con bajos niveles de productividad en determinados sectores “el
conocimiento extranjero” para fortalecer esas industrias.

Francia es un ejemplo claro de una sociedad que está sufriendo cambios en su cultura nacional,
debido a la oleada de inmigrantes provenientes de sus colonias y otras naciones, personas
que buscan un mejor estilo de vida. En ocasiones este proceso se lleva de buena manera
siempre y cuando los migrantes comprender que deben cambiar sus estilos de vida, adaptarse
y aportar a la cultura francesa, la cual está en un proceso de cambio, muchos franceses han
entendido que deben tolerar a estas personas que no llegan a “incomodarlos” por simple
gusto, tienen que entender que muchas causas de la situación actual de los algunos países de
los cuales provienen los migrantes, se deben a las invasiones francesas durante siglos
convirtiendo estas tierras en colonias; al ser estas tierras colonias estaban sujetas a las
políticas económicas que siempre se hacían en favor de Francia y no pensando en el desarrollo
económico ni social de sus colonias; en cuanto los franceses respeten las creencias de los de
más sin importar su lugar de origen.

Un ejemplo de la “nueva” Francia es su selección nacional de futbol que gano la copa mundial
de la FIFA Rusia 2018, esta selección está conformada en su mayoría de inmigrantes o hijos
de inmigrantes, los cuales tienen diferentes identidades culturales y diferentes religiones,
apoyados en el respeto y tolerancia se convirtieron en un equipo, trabajando todos juntos por
un objetivo, que fue conseguido satisfactoriamente; la selección nacional puede ser una
analogía ideal para el proceso de transformación cultural francés con los migrantes que llegan
al país.

La conclusión principal que se puede extraer de lo anteriormente expuesto, es que una


convivencia pacífica solo depende de cada uno, en cuanto se acepten sus diferencias,
principalmente culturales y religiosas entre muchas otras. No solo aceptarlas, si no aprender
de ellas, pues, este entendimiento es lo que define a los seres humanos como especie y los
hace superiores a las demás que habitan el planeta.

Una convivencia en paz esta basada en valores como el respeto y la tolerancia, cada día se
deben tener más presentes, ya que el mundo es cada vez mas conectado y globalizado, por lo
que es inevitable la conexión con otras culturas y religiones, se deben inculcar a los niños,
para que el legado sea el de una generación que abolió completamente la discriminación en
todos los ámbitos posibles, y en el futuro los humanos sean una especie mas civilizada, que
se fortalece en las infinitas diferencias que existen entre sus integrantes.
Bibliografía.

 Reinhold Mokrosch, Thomas Held, Roland Czada. (2013). Las religiones y la paz
mundial.

 Ana Marta Gonzales. (2017). La articulación ética de la vida social.

 Unicef. (2005). La Interculturalidad en la Educación. Recuperado de


https://www.unicef.org/peru/_files/Publicaciones/Educacionbasica/peru_educacion_inte
rculturalidad.pdf

 Dinero. (2015). Cómo se benefician los países de destino de los migrantes.


Recuperado de https://www.dinero.com/economia/articulo/beneficios-migracion-entre-
paises/212658

S-ar putea să vă placă și