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Causa nº 2082/2015 (Reforma procesal penal). Resolución


nº 10273 de Corte de Apelaciones de Valparaiso, de 22 de
Enero de 2016

Fecha de Resolución: 22 de Enero de 2016

Rol de Ingreso en Primera Instancia: O-511-2015 - TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO


PENAL DE VALPARAISO

Ruc: 1500313268-1

Emisor: Corte de Apelaciones de Valparaiso - Tercera

Id. vLex: VLEX-592593710

Link: http://vlex.com/vid/ministerio-publico-c-alfredo-592593710

Texto

Contenidos
PRIMERO
SEGUNDO
TERCERO
CUARTO
QUINTO
SEXTO

Foja: 29 Veintinueve

S.f.g.

C.A. de Valparaíso.

Valparaíso, veintidós de enero de dos mil dieciséis.

VISTOS Y CONSIDERANDO:

PRIMERO
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Que don F.A.G.H., Defensor Penal Público, en representación del condenado A.D.R.M.,
interpuso recurso de nulidad en contra de la sentencia de 11 de diciembre de 2015, dictada por
la Primera Sala del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Valparaíso, integrada por el Juez
señor M.M.C. (I) y por las Magistrados señoras M.E.V.G. y A.C.P., que condenó a A.D.R.M. a la
pena de tres años y un día de presidio menor en su grado máximo, más las accesorias legales
de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para
cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena, por su responsabilidad en calidad de
autor del delito de porte ilegal de arma de fuego, previsto y sancionado en el artículo
9 inciso primero de la Ley N° 17.798 sobre Control de Armas, perpetrado en Valparaíso, el 31
de marzo de 2015; igualmente le condenó a la pena de 541 días de presidio menor en su grado
medio, más las accesorias legales de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de
la condena, por su responsabilidad en calidad de autor del delito de porte ilegal de municiones,
previsto y sancionado en el artículo 9 inciso segundo de la Ley N° 17.798 sobre Control de
Armas, cometido en Valparaíso el 31 de marzo de 2015. Atendido que la misma sentencia le
absolvió de la acusación que le imputó la calidad de autor del delito de amenazas del
artículo 296 N° 3 del Código Penal, declaró que cada parte debía asumir el pago de sus costas;
y añadió que no reuniéndose respecto del enjuiciado los requisitos establecidos en la
Ley 18.216, las penas corporales debía cumplirlas efectivamente, en orden sucesivo,
principiando por la más gravosa y, finalmente, decretó el comiso del arma de fuego y municiones
con que dice relación esta causa.

Fundamenta su recurso en la causal de nulidad contemplada en el artículo 373 letra b) del


Código Procesal Penal, esto es, “cuando, en el pronunciamiento de la sentencia, se hubiere
hecho una errónea aplicación del derecho que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo
del fallo”, citando como normas infringidas los artículos 15 N°1, 51, 63, 68, 69 y 74 del
Código Penal; artículo 19 N° 3 de la Constitución Política de la República en cuanto al
establecimiento del principio de legalidad de los delitos y las penas; y artículo 17 letra b) de la
Ley de Control de Armas N° 17.798.

Añade que el Ministerio Público formuló acusación en contra de su representado en los


siguientes términos: “El día 31 de marzo de 2015, cerca de las 14:00 horas, mientras C.H.A.
conducía su vehículo por calle Colón con Las H. de este ciudad, el acusado ingresó su mano
por la ventana del copiloto y con un arma de fuego amenazó de muerte al conductor,
señalándole a los demás ocupantes del móvil que bajaran de éste o los mataba. Al momento de
su detención momentos (sic) después en Avenida Colón con calle R., mantenía en su poder una
pistola marca Carl Whalter Modelo PPK Serie 134712A, calibre 9 mm, con 04 cartuchos
balísticos en su cargador calibre .380 AUTO, además de 09 cartuchos balísticos calibre .38 11
cartuchos balísticos calibre 9 mm y 08 cartuchos balísticos calibre .380 AUTO, todo ello sin
contar con autorización para portar arma. Asimismo, el arma de fuego provenía de un robo
ocurrido el día 19 de noviembre de 2003, hecho denunciado en 5ta. Comisaria de V. delM.,
siendo de propiedad de W.C.”.

Expresa que la defensa abogó por la aplicación de una pena única debido a la existencia de un
concurso aparente de leyes penales entre el porte ilegal del arma de fuego y el porte ilegal de
municiones, el cual se resolvía por el principio de consunción, expresando que el tribunal,
compartiendo lo alegado por la defensa, hizo aplicación en lo que respecta a los cartuchos
balísticos que se especificaron – del denominado, doctrinaria y jurisprudencialmente “concurso

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aparente de leyes penales” – añadiendo que correspondía también subsumir o absorber en el


delito de porte ilegal de arma de fuego tipo pistola, el porte ilegal de los cartuchos balísticos que
eran portados por el agente y que podían ser percutidos por ésta, a saber, los cuatro cartuchos
calibre .380 AUTO que se encontraban al interior del cargador que se mantenía en ésta, además
de los 11 cartuchos calibre 9 mm y los 8 cartuchos .380 AUTO, que el hechor mantenía al
interior del bolso que llevaba consigo. En cambio, la sentencia recurrida formuló una distinción
respecto de los 11 cartuchos balísticos .38 en el sentido de no poder ser subsumidos en el delito
de porte de arma de fuego y las demás municiones referidas, por cuanto corresponden a un
calibre distinto al del arma de fuego tipo pistola que portaba el agente, de modo que no podían
ser percutidos en ésta, sino en un arma de fuego tipo revólver, como lo explicó el perito armero
B.A., de modo que aquel porte de cartuchos balísticos distintos a las del arma de fuego que
portaba el hechor, no puede ser subsumido en el delito de porte de arma de fuego, desde que
hay un plus distinto, un disvalor superior que excede al porte de arma de fuego y que obsta a
hacer aplicación a este respecto del principio de consunción que previamente se ha utilizado a
propósito de los otros cartuchos balísticos que sí podían ser disparados en el arma de fuego que
era portada por el agente.

Argumenta que existe un error de derecho al no subsumir todas las municiones en el delito de
porte ilegal de armas, independientemente de su naturaleza, señalando: Que la reciente reforma
introducida a la Ley de Armas incorporó el artículo 17 letra b) relativo a una circunstancia de
determinación de la pena, cual es el concurso real de delitos; que dicho artículo dispone que
“las penas por los delitos sancionados en ésta se impondrán sin perjuicio de las que
correspondan por los delitos o cuasidelitos que se cometan empleando las armas o elementos
señalados en las letras a), b), c), d), y e) del artículo 2° y en el artículo 3, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 74 del Código Penal”; es decir, el artículo 17 letra b) señala que las
penas asignadas a los delitos sancionados en esta ley se imponen sin perjuicio de las que se
impongan por los delitos o cuasidelitos que se cometan empleando armas o aquellos elementos
señalados en las letras del artículo de la ley, contexto en el cual cabe aplicar el artículo 74 (del
Código Penal); que en este caso específico, el porte de arma y el porte de las municiones
implica la existencia de un concurso aparente de leyes penales que se resuelve por el principio
de consunción, es decir, el porte de arma absorbe desde la lógica de la valoración cualitativa del
injusto, el disvalor del porte de municiones, de modo que no se está en presencia de dos delitos
distintos, sino que de uno que engloba el mismo plus y disvalor y produce la misma afectación
del bien jurídico; en el caso del artículo 17 letra b) se debe reconducir al artículo 74 del
Código Penal; que el artículo 17 letra b) sólo establece la limitación para rebajar la pena, en
circunstancias que con dicha arma se comete otro delito, lo que no es el caso; que se debe dar
aplicación al artículo 63 inciso 2° del Código Penal, fundamento legal de la consunción penal,
agregando que así lo ha dicho la doctrina en el sentido que debe darse aplicación al tipo penal
que incluye en sí el disvalor de los demás, de modo que un delito absorbe el disvalor de los
demás. Se genera un criterio valorativo, el porte de municiones y el porte del arma atenta en
contra del mismo bien jurídico y el porte del arma absorbe el porte de las municiones porque
atiende al mismo bien jurídico; que en concordancia con lo anterior, no es baladí que el artículo
17 letra b) plantea el concurso real para el delito fin, es decir, que en la especie no se pueden
considerar ambos delitos como independientes y distintos, pues es uno solo con una sola pena
absorbida por el mismo disvalor; luego argumenta respecto del concurso aparente de leyes
penales, señalando que “el fundamento para preterir las otras normas que la acción u omisión
ha satisfecho reside en que la norma preferida contiene o expresa a las demás infracciones, por
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lo que sólo debe aplicarse ésta para evitar una doble valoración del mismo hecho (non bis in
ídem). Para determinar si estamos ante un concurso aparente o concurso de leyes se debe
atender al desvalor de injusto, de modo que cuando uno o varios comportamientos han
satisfecho varias descripciones típicas, es necesario preguntarse si existe además pluralidad de
desvalor, lo que puede reducirse a la siguiente fórmula: Cuando hay pluralidad de desvalor de
injusto estamos ante un concurso real, cuando hay unidad de desvalor de injusto, estamos ante
un concurso aparente”, añadiendo que en este caso “el disvalor de uno de los delitos (porte
arma) está considerado en el segundo (porte de cartuchos de calibre distinto), aun cuando la
descripción típica del tipo que se excluye, no se encuentre plenamente contenida en la norma
aplicable, ello en virtud del principio de la CONSUNCIÓN O ABSORCIÓN, el cual es un criterio
material que concreta directamente el principio de non bis in ídem”, siendo relevante la
consideración de los bienes protegidos por la norma, a cuyo respecto expresa que “el bien
jurídico en el porte de arma de fuego, así como en el porte de municiones o cartuchos sería el
mismo, lo cual permite sostener que hay unidad de desvalor de injusto y estamos ante un
concurso aparente de leyes penales, que al (debe) ser resuelto por el principio de consunción o
absorción”.

Concluye que la aplicación errónea del artículo 17 letra b) impidió la aplicación de una pena
única, esto es, tres años y un día de presidio menor en su grado máximo, lo cual hubiera
permitido acceder a la posibilidad de una pena menor, habida cuenta de la configuración de
atenuantes reconocidas a su representado, por lo que la sentencia recurrida le causa agravio en
los términos de los artículos 63, 67 y 69 del Código Penal, por cuanto se impone una pena que
no corresponde de acuerdo a la ley y a los razonamientos del fallo.

Termina formulando como petición concreta que se acojan los argumentos esgrimidos anulando
la sentencia recurrida y dictándose sentencia de reemplazo.

SEGUNDO
Que, para la acertada resolución del recurso, esta Corte estima pertinente traer a colación los
siguientes considerandos de la sentencia recurrida, más allá del Considerando Segundo ya
transcrito en cuanto a la acusación del Ministerio Público en contra del imputado: a)
Considerando Octavo: “Decisión del Tribunal”, en que éste manifiesta que “los hechos que se
dan por establecidos son los siguientes: “el día 31 de marzo de 2015, alrededor de las 14:00
horas el acusado A.D.R.M. fue sorprendido por funcionarios de Carabineros de Chile, en
Avenida Colón con R., portando una pistola marca C.W. calibre 9 mm. con 4 cartuchos balísticos
.380 en su cargador; además de 9 cartuchos balísticos calibre .38, 11 cartuchos balísticos
calibre 9mm y 8 cartuchos balísticos calibre .380 auto. El imputado no mantenía autorización
para portar armas. Que conforme se expresó en el veredicto de rigor, los sucesos brevemente
descritos permiten ser calificados jurídicamente como constitutivos, por una parte, del delito de
porte ilegal de arma de fuego, previsto y sancionado en el artículo 9 inciso primero de la
Ley N° 17.798 sobre Control de Armas y por otra, del delito de porte ilegal de municiones,
previsto y sancionado (en) el artículo 9 inciso segundo de la Ley N° 17.798 sobre Control de
Armas; en los que le cupo al acusado R.M. responsabilidad penal culpable de autor directo e
inmediato al tenor de lo dispuesto en el N° 1 del artículo 15 del Código Penal; ambos ilícitos por
los cuales se emitió entonces una decisión de condena en contra del encartado. Que, en cambio

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respecto del delito de amenazas contenido en la acusación fiscal, el tribunal pronunció una
decisión absolutoria desde que el Ministerio Público no rindió prueba alguna para los efectos de
acreditar los presupuestos fácticos relativos a tal ilícito”. b) La sentencia recurrida trata luego
separadamente el referido delito de amenazas y en su considerando noveno expresa las
razones que justifican la decisión absolutoria, al tiempo que a continuación alude a los “delitos
de porte ilegal de arma de fuego y de porte ilegal de municiones”, previstos y sancionados,
respectivamente, en los incisos primero y segundo del artículo 9 inciso primero de la
Ley N° 17.798 sobre Control de Armas. c) En el Considerando Noveno da cuenta de la
“Valoración de la prueba rendida”, expresando que “respecto de estas evidencias, pistola Carl
Walther (Whalter) calibre 9 mm y de los cartuchos balísticos calibre 9 mm y . 380 AUTO, el perito
explicó que ambas municiones …. Son del mismo calibre y pueden ser utilizadas exitosamente
en la pistola que fuera remitida para la pericia, desde que ambas tienen el mismo calibre, sólo
que la 9 mm está en milímetros mientas que la .380 AUTO está el (en) pulgadas. Lo anterior
justifica entonces que los cartuchos encontrados al interior del cargador de la pistola examinada
calibre 9 mm, hayan sido .380 AUTO. Finalmente y mención aparte tienen conforme se pudo
entender de lo explicado por el perito armero, los 9 cartuchos balísticos calibre .38, desde que
aquellos no pueden ser utilizados en un arma de fuego tipo pistola, por lo que no podían ser
disparados en la evidencia que le fue remitida para la pericia, de ahí que se explica entonces
que haya tenido que usar un revolver fiscal para realizar la prueba de disparo, arrojando
resultado positivo, en orden a que dichos cartuchos balísticos calibres .38, se encontraban aptos
para el disparo”. Más adelante expresa “que a todos los antecedentes de cargo vertidos en
juicio, debe unirse también la admisión de responsabilidad que realizó el acusado A.R.M. al
prestar declaración como medio de defensa, oportunidad en la cual reconoció que
efectivamente, (en) el día, la hora y el lugar de los hechos conforme a la descripción realizada
en el libelo acusatorio, fue sorprendido por Carabineros de Chile llevando consigo un arma de
fuego y municiones, especies que mantenía en su poder para así garantizar su protección”. d)
En el Considerando Undécimo la sentencia recurrida alude a la “Calificación jurídica de los
hechos y de la participación del acusado”, refiriéndose separadamente al delito de porte ilegal
de arma de fuego del artículo 9 inciso primero de la Ley sobre Control de Armas y al delito de
porte ilegal de cartuchos balísticos del artículo 9 inciso segundo de la misma Ley. Respecto del
primero, se estima consumado en cuanto al arma de fuego tipo pistola marca C.W., al cual cabe
subsumir o absorber el delito de porte ilegal de arma de fuego tipo pistola, el porte ilegal de los
cartuchos balísticos que eran portados por el agente y que podían ser percutidos en ésta, según
ya se ha referido, cuestión que resuelve estimando que se está en presencia de un concurso
aparente de leyes penales, es decir, que se trata de un solo delito, regido por una sola
disposición penal, que es la única que lo contempla en forma completa y particular, dando
cuenta luego de dos de los principios que pueden dar solución al problema planteado, cuales
son el de la especialidad y el de la consunción, concluyendo que es este último, alegado por la
defensa, “el que debe gobernar la calificación jurídica de los hechos que se han tenido por
establecidos…, desde que resulta razonable entender que el disvalor del porte de aquellos
cartuchos balísticos queda subsumido en el disvalor del porte ilegal de arma de fuego, que para
estos efectos pasa a constituirse en una infracción principal que desplaza al otro ilícito”. Añade
que “el legislador estableció perentoriamente la aplicación del artículo 74 del Código Penal,
para aquellos casos en que se cometa un delito o cuasidelito usándose un arma de fuego o
cartuchos balísticos; hipótesis en el (la) cual entonces habrá que aplicar, por una parte, la pena
relativa a la infracción que corresponda tipificada en la Ley de Armas y, por otra, la pena que
corresponda al delito o cuasidelito que se cometió con dicha arma o aquellos cartuchos
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balísticos”, todo en relación a lo argumentado por la Fiscalía en cuanto al inciso primero del
artículo 17 b) de la actual Ley de Armas, en cuya virtud “las penas por los delitos sancionados
en ésta se impondrán sin perjuicio de las que correspondan por los delitos o cuasidelitos que se
cometan empleando las armas o elementos señalados en las letras a), b), c), d) y e) del artículo
2° y en el artículo 3°, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 74 del Código Penal,
situación que expresa no ha ocurrido en la especie, puesto que el agente no cometió ningún
ilícito diverso con el arma de fuego y con los cartuchos balísticos que portaba que amerite la
aplicación del concurso real en cuanto a imponer penas separadas por el delito de porte ilegal
de arma de fuego y de porte ilegal de cartuchos balísticos”. En cambio, por lo que concierne al
segundo ilícito de porte ilegal de cartuchos balísticos del artículo 9 inciso segundo de la
Ley sobre Control de Armas, es decir, la acción realizada por el agente de haber llevado consigo
9 cartuchos balísticos calibre .38, la sentencia recurrida expresa que “la distinción que a estos
efectos se ha realizado… - en orden a no ser subsumidos en el delito de porte de arma de fuego
en la forma que se ha procedido respecto de los otros cartuchos balísticos incautados - tiene
como fundamento el hecho que aquellas municiones .38 corresponden a un calibre distinto al
del arma de fuego tipo pistola que portaba el agente, por lo que no podían entonces ser
percutidas en ésta, sino que en un arma de fuego tipo revólver, tal cual lo explicó el perito
armero B.A.. De ahí entonces que aquel porte de cartuchos balísticos distintos a las del arma de
fuego que portaba el hechor, no puede ser subsumido en el delito de porte de arma de fuego,
desde que hay un plus distinto, un disvalor superior que excede al porte de arma de fuego y que
obsta a hacer aplicación a este respecto del principio de consunción que previamente se ha
utilizado a propósito de los otros cartuchos balísticos que sí podían ser disparados en el arma de
fuego que era portada por el agente”. Concluye que los ilícitos alcanzaron el grado de desarrollo
de consumados, correspondiendo al encartado la calidad de autor inmediato y directo.

TERCERO
Que, en consecuencia, esta Corte entiende que la cuestión a dilucidar es acaso efectivamente
nos encontramos en presencia de un concurso aparente de leyes penales en lo que concierne a
aquellas municiones que no podían ser percutidas por el arma ya referida, es decir, que
necesariamente tenían que ser percutidas por otra que no portaba el condenado. Al efecto, esta
Corte estima pertinente destacar que conforme a los artículos 74 y 75 del Código Penal existen
criterios para determinar si el sujeto que es culpable por la comisión de dos o más delitos,
deberá aplicársele las penas correspondientes a cada uno de ellos o, por el contrario, una sola,
evento en que los artículos mencionados permiten determinar cuál es esa pena única; en otros
términos, se busca regular la penalidad aplicable a la pluralidad de delitos y pluralidad de
valoraciones jurídicas del hecho delictivo, pudiendo encontrarnos en las siguientes situaciones:
a) Que la persona sea juzgada por la comisión de solamente un delito, por lo que no será
necesario la aplicación de las normas concursales; o, b) Que la persona sea juzgada por la
comisión de varios delitos, siendo necesario que se apliquen las reglas concursales
establecidas en las hipótesis contempladas en los artículos 74 y 75, inciso I. A su vez, los
artículos anteriores abarcan varias hipótesis: a) Una persona comete más de un delito
(artículo 74 CP, en regulación conjunta con el artículo 351 CPP). b) Existe una pluralidad de
delitos en donde uno es presupuesto necesario para la comisión del otro, lo que genera una
relación de medio a fin que es conocido con el nombre de concurso medial (artículo 75, inciso I,
segunda parte, CP). c) Un mismo hecho da lugar a dos o más delitos, lo cual constituye un
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concurso ideal de delitos (artículo 75 inciso I, primera parte). (B.H., G.: “Manual de Derecho
Penal. Parte General”, Librotecnia, Santiago, 2014, página 371). Agrega el mismo autor que “es
a partir de la determinación de la existencia (de) un delito (unidad de delito) o de varios de ellos
(pluralidad de delitos), que aplican las reglas concursales” y que “en este sentido, se debe
determinar si hay una unidad de acción, para lo cual se han señalado criterios a partir de una
“unidad natural” y “unidad jurídica”. Refiriéndose a la “unidad jurídica de la acción”, el mismo
autor expresa que “la ley es la que establece cuando una serie de acciones u omisiones en su
conjunto constituirán aquella conducta penada”. Por estas razones autores como G. estiman que
en estos casos sería correcto hablar de “una unidad de delito con multiplicidad de acciones”
(similar, Cury), en cuyo caso el tipo señalado por la ley actuaría como una cuerda que amarraría
a todas estas diversas acciones u omisiones, lo que determina que de cometerse el delito existe
unidad de hecho al momento de cometerlo. En este sentido, es la acción finalmente orientada
por un tipo penal el criterio que nos permitirá apreciar cuando nos encontremos frente a una
hipótesis de unidad de acción” (Ortiz/Arévalo, M., Welzel) (ob.cit, páginas 373 y 374). Aludiendo
al concurso aparente de leyes penales, el mismo autor expresa que estaremos en su presencia
“en aquellos casos en que una acción pareciese cumplir con los requisitos de procedencia de
dos o más tipos penales”, pero en la realidad, dicha acción solamente satisface el supuesto de
procedencia de uno solamente de ellos, “en tanto que los demás resultarán desplazados por
causas lógicas o valorativas” (Cury)… es decir, lo que en realidad se daría en estos casos es
una disputa entre varias normas penales, todas que, en principio, parecen ser aplicables al caso
en concreto, siendo una sola de ellas aplicable, después de llevarse a cabo una interpretación
hermenéutica de las normas. Sin perjuicio de que en este caso en realidad no existe un
concurso de delitos, sino que más bien se trata de un problema de interpretación de la norma,
debemos advertir que este elemento interpretativo se encuentra íntimamente ligado con el
concepto del concurso de delitos, ya que antes se deberá determinar cuál de las posibles
normas aplicables corresponde ser la verdaderamente aplicada, o sea, debemos determinar si
en realidad nos encontramos ante un caso de una pluralidad de delitos o si tan solamente es un
delito que es regido por una sola norma” (ob. cit., página 379). De los principios para solucionar
los problemas que se originan en el concurso ideal de delitos, menciona los de especialidad,
consunción, subsidiariedad y accesoriedad, siendo pertinente el de consunción que ha sido
aplicado (respecto de las municiones compatibles con el arma) y no aplicado (respecto de las
municiones no compatibles con el arma) por la sentencia recurrida, según se ha referido.
Respecto de éste, el mismo autor que estamos citando señala que “este principio también es
conocido dentro de nuestra doctrina como el principio de la absorción. Respecto a la naturaleza
de este principio, debemos señalar que posee un carácter axiológico, lo cual hace que en la
práctica, su aplicación resulte ser más complicada en comparación con la aplicación que se le
pueda dar al principio de la especialidad. Este principio establece que existirá un concurso
aparente de leyes en todos aquellos casos en que el hecho o acción ejecutada resulte ser
sancionable por dos o más normas penales, pero a diferencia de lo que ocurre en el caso del
principio de la especialidad, en este caso una de las acciones ejecutadas se encuentra
comprendida dentro de la ejecución de la otra u otras acciones ejecutadas, por lo que esta
última acción absorberá a estas acciones “menores”, así se desplazará la aplicación de la norma
dentro de que se castigaba estas acciones, debiendo aplicarse por ende solamente la norma
que sanciona el hecho cuya naturaleza entiende comprender o absorber a la otra acción” (ob.
cit., páginas 379 y 380).

Otro autor, refiriéndose al concurso aparente de leyes penales, expresa que “en suma, ante la
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posibilidad de que varios tipos penales concurran respecto de un solo hecho, surge de
inmediato una dificultad que mejor que concurso aparente de leyes debiera llamarse concurso
aparente de tipos. Si analizado el caso resulta que efectivamente esas varias tipificaciones
deben concurrir, la cuestión deriva hacia un concurso ideal de delitos; pero si la concurrencia
simultánea de los varios tipos no es admisible, por ser ellos incompatibles entre sí, nos
encontramos ante un concurso aparente de leyes, en el cual habrá que resolver cuál de los
varios tipos es el que prevalece y subsiste como único tipo aplicable” (N.M., E.: “Curso de
Derecho Penal Chileno”, Tomo II, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1966, página 283).
Aludiendo el mismo autor a la regla de la consunción o absorción, manifiesta que “cuando la ley,
al instituir un tipo determinado, ha entendido incluir dentro de él el disvalor delictivo de otras
conductas que ordinariamente acompañan al hecho, debe aplicarse solamente el tipo
valorativamente más comprensivo y eliminarse toda inculpación por las conductas
subordinadas”, destacando que “el tipo secundario no está contenido en la descripción del otro
tipo en estos casos” y que “los fines del legislador penal pueden estimarse adecuadamente
satisfechos con la sola aplicación de ese tipo que llamamos, para esta explicación, principal”
(ob. cit., páginas 290 y 291). Añade que “la falta de una antijuridicidad propia e independiente en
los hechos que se dan por absorbidos en el delito de más alta valoración, viene a constituirse en
la razón directa de la regla de la consunción. Su razón indirecta podría ser encontrada en el
principio non bis in ídem, que resultaría transgredido si en presencia de un solo injusto tenido en
cuenta por la ley, se persiguieran responsabilidades múltiples. La consunción o absorción
puede ser aplicada cada vez que entran en juego figuras típicas que están en relación de parte a
todo, de formas imperfectas a formas perfectas, de etapas de desarrollo a formas acabadas y, en
general, siempre que la gradación valorativa considerada por el legislador para ellas es de
menos a más”. (ob. cit., pág. 291). Para concluir las citas de este autor, manifiesta que “la regla
de la absorción no ha sido formulada de manera expresa por el legislador chileno, pero aparece
implícitamente reconocida en varias disposiciones legales”, destacando el artículo 63 del
Código Penal.

CUARTO
Que, partiendo del supuesto que en definitiva estamos en presencia de un problema de
interpretación de la ley, demás está decir que son aplicables las reglas de hermenéutica legal
contempladas en los artículos 19 a 24 de nuestro Código Civil, estimando esta Corte
especialmente relevantes los elementos lógico (artículos 19 inciso 2° y 22 inciso 1°), que
explica el sentido de la ley por medio del espíritu de ella y de las relaciones armónicas entre sus
diversas partes; e histórico (artículo 19 inciso 2° parte final), que explica el sentido de la ley por
medio de la historia fidedigna de su establecimiento o el estado del derecho en la época de su
dictación. Desde este punto de vista, esta Corte estima relevante destacar las siguientes
circunstancias que se infieren del establecimiento de la Ley 20.813, publicada el 6 de febrero de
2015, que modifica Ley N° 17.798, de Control de Armas y el Código Procesal Penal: (i) En el
Primer Trámite Constitucional desarrollado ante la Cámara de Diputados, el proyecto de ley
presentado con fecha 13 de noviembre del 2008, en su artículo 1° N° 5, introducía la siguiente
modificación al artículo 9° de la Ley Nº 17.798: “intercálese el siguiente inciso segundo, nuevo:
"Con la misma pena señalada en el inciso anterior y multa de ocho a cien unidades tributarias
mensuales, serán sancionados los que vendan, cedan o transfieran a cualquier título un arma
inscrita a su nombre a menores de edad, salvo que se trate de menores debidamente
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acreditados como deportistas, en virtud de lo que establece la letra a) del artículo 5° A de la


presente ley”. (ii) Como resultado de las múltiples indicaciones formuladas por el Ejecutivo
durante la tramitación del proyecto de ley, se propuso por éste el siguiente texto: “Artículo 9°.-
Los que poseyeren o tuvieren algunas de las armas o elementos señalados en las letras b), c),
d) y e) del artículo 2°, sin las autorizaciones a que se refiere el artículo 4°, o sin la inscripción
establecida en el artículo 5°, serán sancionados con presidio menor en su grado mínimo a
medio. Si se acreditare que la posesión o tenencia de las armas o elementos a que se refiere el
inciso anterior estaba destinada a alterar el orden público, atacar a las Fuerzas Armadas o a las
de Orden y Seguridad Pública o perpetrar otros delitos, no se aplicará el grado inferior de la
pena.”. (iii) Con posterioridad, durante el trabajo en Comisión, tuvo lugar un debate con el
objetivo de acordar una propuesta integral de redacción para los artículos 9° a 11 de la
Ley sobre Control de Armas, basada en el respeto al principio de proporcionalidad de las penas.
Así, el profesor J.D.A., hizo las siguientes propuestas para los artículos 9° y 9° A vigentes,
separando esta última disposición en dos preceptos distintos: “Artículo 9°- Los que poseyeren o
tuvieren algunas de las armas o elementos señalados en las letras b), c), d) y e) del artículo 2°,
sin las autorizaciones a que se refiere el artículo 4°, o sin la inscripción establecida en el
artículo 5°, serán sancionados con presidio menor en su grado mínimo. Si la posesión o
tenencia de las armas o elementos a que se refiere el inciso anterior estuviere destinada a
alterar el orden público, atacar a las Fuerzas Armadas o a las de Orden y Seguridad Pública o
perpetrar otros delitos, la pena será de presidio menor en su grado medio a máximo. En tiempo
de guerra la pena será presidio mayor en cualquiera de sus grados, siempre que las
circunstancias o antecedentes permitan presumir al Tribunal que la posesión o tenencia de
armas, estaba destinada a alterar el orden público o a atacar a las Fuerzas Armadas, a las
Fuerzas de Orden y Seguridad Pública o a civiles. Artículo 9º A.- Será sancionado con presidio
menor en su grado mínimo el que: 1º No siendo poseedor, tenedor o portador de un arma de
fuego inscrita, adquiriere las municiones o cartuchos a que se refiere la letra c) del artículo 2º. 2º
Siendo poseedor, tenedor o portador de un arma de fuego inscrita, adquiriere municiones o
cartuchos que no correspondan al calibre de ésta. Artículo 9º B.- Será sancionado con la pena
de presidio menor en cualquiera de sus grados, el que: 1º V. municiones o cartuchos sin contar
con la autorización respectiva. 2º Estando autorizado para vender municiones o cartuchos,
omitiere registrar la venta con la individualización completa del comprador y del arma
respectiva.”.El P.A. explicó que su propuesta para el artículo 9° consiste en sancionar la
conducta específica tipificada en la ley vigente con una pena privativa de libertad rebajada, más
una figura agravada en el inciso segundo, bajo los supuestos de alterar el orden público, o
atacar a las Fuerzas Armadas, o a las de Orden y Seguridad Pública, o perpetrar otros delitos.
Añadió que también se penaliza este ilícito en tiempos de guerra, en los mismos términos en
que lo hace la ley actualmente. La Comisión aprobó la propuesta referida por el señor A.. (iv)
Posteriormente, la Comisión de Defensa Nacional reemplazó ambas disposiciones por los
siguientes artículos 9°, 9° A y 9°B: “Artículo 9°- Los que poseyeren o tuvieren algunas de las
armas o elementos señalados en las letras b), c), d) y e) del artículo 2°, sin las autorizaciones a
que se refiere el artículo 4°, o sin la inscripción establecida en el artículo 5°, serán sancionados
con presidio menor en su grado mínimo. Si la posesión o tenencia de las armas o elementos a
que se refiere el inciso anterior estuviere destinada a alterar el orden público, atacar a las
Fuerzas Armadas o a las de Orden y Seguridad Pública o perpetrar otros delitos, la pena será de
presidio menor en su grado medio a máximo. En tiempo de guerra la pena será presidio mayor
en cualquiera de sus grados, siempre que las circunstancias o antecedentes permitan presumir
al Tribunal que la posesión o tenencia de armas, estaba destinada a alterar el orden público o a
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atacar a las Fuerzas Armadas, a las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública o a civiles. Artículo
9º A.- Será sancionado con presidio menor en su grado mínimo el que: 1º No siendo poseedor,
tenedor o portador de un arma de fuego inscrita, adquiriere las municiones o cartuchos a que se
refiere la letra c) del artículo 2º. 2º Siendo poseedor, tenedor o portador de un arma de fuego
inscrita, adquiriere municiones o cartuchos que no correspondan al calibre de ésta”. (v)
Enseguida, la Comisión, luego de haber escuchado las indicaciones y comentarios de diversos
expertos en la materia, acordó el siguiente texto: “Artículo 9°- Los que poseyeren, tuvieren o
portaren algunas de las armas o elementos señalados en las letras b) y d) del artículo 2°, sin las
autorizaciones a que se refiere el artículo 4°, o sin la inscripción establecida en el artículo 5°,
serán sancionados con presidio menor en su grado máximo. Los que poseyeren, tuvieren o
portaren algunas de las armas o elementos señalados en las letras c) y e) del artículo 2°, sin las
autorizaciones a que se refiere el artículo 4°, o sin la inscripción establecida en el artículo 5°,
serán sancionados con presidio menor en su grado medio. Si la posesión o tenencia de las
armas o elementos a que se refiere el inciso anterior estuviere destinada a alterar el orden
público, atacar a las Fuerzas Armadas o a las de Orden y Seguridad Pública o perpetrar otros
delitos, se impondrá la pena inmediatamente superior en grado a las señaladas en los incisos
anteriores. En tiempo de guerra la pena será presidio mayor en cualquiera de sus grados,
siempre que las circunstancias o antecedentes permitan presumir al Tribunal que la posesión o
tenencia de armas, estaba destinada a alterar el orden público o a atacar a las Fuerzas
Armadas, a las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública o a civiles.” Asimismo, observaron que,
en el inciso tercero, la alteración al orden público y el ataque a las Fuerzas Armadas o de Orden
y Seguridad se puede hacer tanto con las armas y municiones a que se refiere el inciso primero,
como con los artefactos a que hace mención el inciso segundo. (vi) Seguidamente, la Comisión
de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento propuso los siguientes textos a los artículo
9° y 9° A: “Artículo 9°- Los que poseyeren, tuvieren o portaren algunas de las armas o
elementos señalados en las letras b) y d) del artículo 2°, sin las autorizaciones a que se refiere
el artículo 4°, o sin la inscripción establecida en el artículo 5°, serán sancionados con presidio
menor en su grado máximo. Los que poseyeren, tuvieren o portaren algunas de las armas o
elementos señalados en las letras c) y e) del artículo 2°, sin las autorizaciones a que se refiere
el artículo 4°, o sin la inscripción establecida en el artículo 5°, serán sancionados con presidio
menor en su grado medio.”. “Artículo 9º A.- Será sancionada con una multa administrativa de
100 a 500 unidades tributarias mensuales, la persona autorizada que: 1º V. municiones o
cartuchos a quien no fuere poseedor, tenedor o portador de un arma de fuego inscrita. 2º V. a
quien fuere poseedor, tenedor o portador de un arma de fuego inscrita, municiones o cartuchos
de un calibre distinto al autorizado para ésta. 3º Al vender municiones o cartuchos a quien fuere
poseedor, tenedor o portador de un arma de fuego inscrita, no diere cumplimiento a las
obligaciones previstas por el inciso cuarto del artículo 4°. En caso de reincidencia, la multa será
de 500 a 1.000 unidades tributarias mensuales. Si la infracción tuviere lugar por tercera vez, la
sanción será la revocación de la autorización para vender armas. Si el vendedor fuere una
sociedad de personas, la sanción establecida en este inciso afectará también a los socios de la
misma. Si se tratare de una sociedad por acciones, la sanción establecida en este inciso
afectará también a los accionistas que fueren dueños de más del 10% del interés social. En los
dos casos anteriores, la sanción también se aplicará a quienes administraren la respectiva
sociedad”. (vii) Finalmente, luego de haber pasado el Proyecto por los diversos trámites, quedó
redactado de la siguiente manera: “Artículo 9º.- Los que poseyeren, tuvieren o portaren algunas
de las armas o elementos señalados en las letras b) y d) del artículo 2º, sin las autorizaciones a
que se refiere el artículo 4º, o sin la inscripción establecida en el artículo 5º, serán sancionados
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con presidio menor en su grado máximo. Los que poseyeren, tuvieren o portaren algunas de las
armas o elementos señalados en las letras c) y e) del artículo 2º, sin las autorizaciones a que se
refiere el artículo 4º, o sin la inscripción establecida en el artículo 5º, serán sancionados con
presidio menor en su grado medio. Artículo 9º A.- Será sancionada con una multa administrativa
de 100 a 500 unidades tributarias mensuales, la persona autorizada que: 1º V. municiones o
cartuchos a quien no fuere poseedor, tenedor o portador de un arma de fuego inscrita. 2º V. a
quien fuere poseedor, tenedor o portador de un arma de fuego inscrita, municiones o cartuchos
de un calibre distinto del autorizado para ésta. 3º V. municiones o cartuchos a quien fuere
poseedor, tenedor o portador de un arma de fuego inscrita, sin dar cumplimiento a las
obligaciones previstas en el inciso cuarto del artículo 4º. En caso de reincidencia, la multa será
de 500 a 1.000 unidades tributarias mensuales. Si la infracción tuviere lugar por tercera vez, la
sanción será la revocación de la autorización para vender armas. Si el vendedor fuere una
sociedad de personas, la sanción establecida en este inciso afectará también a los socios de la
misma. Si se tratare de una sociedad por acciones, la sanción establecida en este inciso
afectará también a los accionistas que fueren dueños de más del 10% del interés social. En los
dos casos anteriores, la sanción se aplicará asimismo a quienes administraren la respectiva
sociedad.".

Como conclusión, esta Corte estima que la intención del legislador, de acuerdo a su historia
fidedigna, fue la de establecer dos tipos penales distintos en el actual artículo 9° de la
Ley N° 17.798 sobre Control de Armas, atendido lo expresado en el número (v) precedente,
fundamentado en el respeto al principio de proporcionalidad de las penas.

QUINTO
Que, dicho todo lo anterior, esta Corte concluye que: a) En la segunda situación con que dice
relación el recurso (municiones que no podían ser percutidas por el arma), no nos encontramos
en presencia de un concurso aparente de leyes penales, por cuanto no existe una disputa entre
varias normas penales que, en principio, todas parecen ser aplicables al caso concreto, en
circunstancias que solo debe serlo una de ellas, quedando colocado el intérprete judicial en la
necesidad de determinar cuál de las posibles normas aplicables debe en definitiva aplicarse,
por cuanto no nos hemos encontrado en presencia de una acción comprendida dentro de la
ejecución de la otra, en términos tales que esta última debe absorber a la primera, la que resulta
desplazada de modo que sólo debe sancionarse el hecho cuya naturaleza entiende comprender
o absorber a la otra acción. b) Los elementos interpretativos antes referidos conducen a la
conclusión que los tipos penales actualmente contemplados en el artículo 9 incisos 1° y 2° de
la Ley sobre Control de Armas, que sustituyó los artículos 9 y 9 A de la Ley 17.798, pueden
coexistir en el evento que las conductas del hechor sean subsumibles en cada uno de ellos, o lo
que es igual, coincide con el criterio de la sentencia recurrida en el sentido que el principio de
absorción o consunción sólo es aplicable respecto de aquellas municiones que podían ser
percutidas por el arma que el condenado portaba ilícitamente, en concordancia con la letra b)
del artículo 2 de la Ley sobre Control de Armas sin la autorización pertinente, al tiempo que
respecto de aquella munición que no podía ser percutida por tal arma, la conducta cabe
subsumirla en el inciso 2° del mismo artículo 9, en concordancia con la letra c) del artículo 2 de
la Ley sobre Control de Armas, presentándose en definitiva un supuesto de concurso real que
corresponde sancionar en los términos del artículo 74 del Código Penal, pues entiende que ha
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existido independencia fáctica o material entre ambos, desde el momento que poseer, tener o
portar municiones no susceptibles de ser percutidas por el arma que se poseía, tenía o portaba
ilícitamente, no puede ser absorbida por el primer ilícito, o lo que es igual, aplicar el principio de
la consunción o absorción como forma de solución de un concurso aparente de leyes penales.
c) En otros términos, esta Corte no comparte el criterio del recurrente en el sentido que el único
supuesto de concurso material sería aquel de que da cuenta el artículo 17 letra b) de la
Ley sobre Control de Armas, incorporado por la citada Ley 20.813 y que precisamente busca
evitar la aplicación del concurso aparente de leyes penales, pero sin que la existencia de un
concurso material o real quede restringida a los supuestos que prevé el artículo 17 letra b), y d)
Estos sentenciadores entienden que el concurso real puede presentarse aunque se atente
contra el mismo bien jurídico, que en la especie no es otro que el de la seguridad pública.

SEXTO
Que, en consecuencia, el recurso de nulidad será desestimado por cuanto esta Corte concluye
que no se ha configurado la causal invocada consistente en haberse efectuado en el
pronunciamiento de la sentencia una errónea aplicación del derecho que ha influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 352 y siguientes, 372, 373, 378 y 384 del
Código Procesal Penal, SE RECHAZA el recurso de nulidad interpuesto por don F.A.G.H., en
representación del condenado A.D.R.M. en contra de la sentencia de 11 de diciembre de 2015,
dictada por la Primera Sala del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Valparaíso, integrada por
el Juez señor M.M.C. (I) y por las Magistrados señoras M.E.V.G. y A.C.P., en los antecedentes
RIT 0-511-2015, RUC 1500313268-1, la que no es nula.

Regístrese y comuníquese.

Rol IC N° 2082-2015.

Redacción del abogado integrante don Leslie Tomasello Hart.

Pronunciada por la Tercera Sala de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Valparaíso, presidida


por el Ministro don Álvaro Carrasco Labra e integrada por el Ministro don Alejandro García Silva
y el abogado integrante señor Leslie Tomasello Hart.

Incluida la presente resolución en el estado diario de hoy.

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