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Motivación de la reforma constitucional en materia de derechos humanos

Nuestro país ha transitado por un sinnúmero de dificultades derivadas de la


desigualdad y la falta de mecanismos que hagan exigible el respeto de los
derechos humanos de todas las personas.
Así lo han reforzado las observaciones que distintos organismos internacionales
han realizado a México, por violaciones a derechos humanos, principalmente en
temas específicos como la tortura, las detenciones arbitrarias, la violencia contra
las mujeres, así como la desventaja social de los pueblos y comunidades
indígenas frente al resto de los mexicanos, por citar algunos.

En 2003, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos
Humanos en México elaboró un diagnóstico sobre la situación de los derechos humanos
en nuestro país. Entre sus recomendaciones, dirigió la de reformar la Constitución para
incorporar el concepto de derechos humanos como eje fundamental de la misma, además
de reconocer a los tratados de derechos humanos como una jerarquía superior a los
ordenamientos federales y locales, con el señalamiento expreso de que todos los poderes
públicos se sometan a dicho orden internacional, cuando éste confiera mayor protección a
las personas que la Constitución o los ordenamientos derivados de ella.

México se ha comprometido a respetar los derechos humanos a través de la


suscripción de diversos instrumentos internacionales. Se ha sometido a la revisión
e, incluso, a la jurisdicción de tribunales internacionales para que se verifique que,
en nuestro país, sí se respetan pero, en caso de no ser así, se pueda resarcir y
modificar lo que sea necesario para lograrlo.

Así, como parte de este compromiso, el 6 de febrero de 2008 se suscribió el


Acuerdo de Cooperación con la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas
para los Derechos Humanos en México donde, además de profundizar acciones
en coordinación con dicha instancia internacional, se estableció como tema
prioritario la armonización de nuestras leyes, partiendo de la Constitución, con la
normativa internacional contenida en instrumentos internacionales en materia de
derechos humanos.

Lo anterior se debió a que nuestra Carta Magna se encontraba rezagada en


materia de reconocimiento y respeto a los derechos humanos, en comparación
con otras normas de países desarrollados con los que México tiene firmados
tratados internacionales sobre la materia.

En la historia de la humanidad, el reconocimiento de los derechos humanos surgió como la forma de


establecer límites al ejercicio del poder público frente a los gobernados. Encontramos antecedentes desde la
cultura griega y romana, hasta la francesa, inglesa y norteamericana.
Lo anterior obedeció a que los monarcas, emperadores y demás autoridades que dirigían
los países, actuaban con plena arbitrariedad y despotismo frente a sus gobernados.
Por ello, se establecieron ordenamientos jurídicos que contemplaban derechos que no
podían ser vulnerados de ninguna forma, siendo la base de todos ellos, la dignidad
humana.
Un parteaguas importante fue la Segunda Guerra Mundial, en la que se cometieron todo
tipo de violaciones a los derechos humanos de determinados grupos. Se vulneró su
dignidad en muchos sentidos, y se atentó en contra de sus derechos a la vida y a la
libertad, por citar los principales.
Los actos de barbarie de la Segunda Guerra Mundial, trajeron como consecuencia la
creación de la Organización de Naciones Unidas en 1945.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, la comunidad internacional adquirió una conciencia
generalizada de proteger la dignidad humana y sancionar a quienes atentaran contra ella,
sin importar países ni fronteras, se trataba de una idea de justicia superior, por ello se
crearon tribunales de justicia internacionales para sancionar a los responsables de los
horrores de la guerra.
La base fundamental del compromiso internacional de los estados que formaban parte de
la Organización de las Naciones Unidas, fue la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 10
de diciembre de 1948, en la que se recogieron los más nobles ideales de igualdad, libertad
y fraternidad.
Por ello, desde esa fecha y hasta nuestros días, cada 10 de diciembre se celebra el Día
Internacional de los Derechos Humanos.
La Declaración Universal de los derechos humanos tiene, entre sus características
más significativas, las siguientes:
-El reconocimiento de actos de barbarie por un estado autoritario, en manos de
una figura central
-El reconocimiento de la dignidad humana
-La pretensión de universalidad, en donde se reconocen los mismos derechos
para todas las personas.

Dichas características dan a este instrumento, de carácter internacional, una gran


relevancia, ya que nunca antes se había establecido a la dignidad humana como
un valor fundamental del ser humano.

10 de diciembre: Día Internacional de los Derechos Humanos

La historia de los derechos y garantías humanos no ha sido ajena a nuestro país.


México prehispánico
El gobernado no era titular de derechos frente al gobernante.

México en la colonia
La actuación del gobernante estaba supeditada a los principios morales y
religiosos derivados de los postulados cristianos; hasta la emancipación política de
España en la que, adoptando los principios de la Revolución francesa, se exaltaría
la importancia del hombre, aboliendo la esclavitud.
Constituciones de México
Por primera vez, en la Constitución de Apatzingán, apareció un capítulo dedicado
a las garantías individuales, considerándolas elementos insuperables que debían
ser respetados en toda su integridad, mismos que permanecieron y se fueron
fortaleciendo en las siguientes constituciones, hasta la actual de 1917.
Lo anterior no era suficiente ni se ajustaba a los cambios que requería el país, ni
mucho menos, a la evolución en el conocimiento y reconocimiento de los derechos
humanos a nivel mundial. Debido a ello, se fue gestando una exigencia, por parte
de la sociedad civil, de dar rango constitucional a los derechos y libertades, así
como de establecer las medidas necesarias para su protección.

Desde varios años antes de que se publicara la reforma, en el Congreso de la


Unión, legisladores de diversos partidos políticos estuvieron presentando
iniciativas en las que el elemento común fue darle una perspectiva de derechos
humanos a la Constitución, desde la educación, pasando por el sistema
penitenciario, hasta el trato a las personas extranjeras, por citar algunos temas.
Logrado el consenso entre los diversos actores políticos, así como con la
participación de la sociedad civil organizada y la academia a lo largo de todo el
proceso, se culminaron los trabajos de preparación del documento y se logró la
reforma constitucional en materia de derechos humanos, publicada en el Diario
Oficial de la Federación, el 10 de junio de 2011.

La reforma, por sí misma, no produce una realidad social de respeto irrestricto a


los derechos humanos, sino que enuncia los fundamentos para lograr el pleno
acceso de todas y todos a las oportunidades y derechos a que aspiramos
(CDHDF, 2013).

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