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29/5/2019
Pero Juana no se sentía cómoda jugando a esas cosas, ella quería jugar, con los autitos,
cosas de “chicos”. Pero le daba miedo de que sus papás la reten por eso, ya que los papás
pensaban de una forma muy distinta, tenía miedo de que sus compañeros no la acepten
jugar con ella por ser una “niña”.
Pasaron los años y Juana ya tenía 13 años, como siempre, se encerró en el placar, para
jugar con el autito que se encontró a los 9 años. De un segundo para otro la puerta del
placard se abre bruscamente, dejando ver al padre de Juana. En menos de un segundo el
padre se da cuenta que estaba con un autito de juguete, la agarro del brazo y la sacó del
placard muy enojado, la lanzó hacia la cama y le empezó a gritar, tiro el autito y lo rompió.
Desde ese mismo día, Juana se quedaba encerrada en su habitación, y no salía de ahí.
Juana ya empezaba primer año de secundaria, en una nueva escuela. Estaba preocupada,
de que no la acepten o la rechacen, solo por ser nueva. Pero la vida le dio una
oportunidad muy buena, ya que en pocos días, conoció a una chica que se llamaba
Athiana. Con el paso del tiempo, se hicieron muy amigas. Juana se sentía muy rara cuando
estaba con Athiana, sentía una sensación muy linda… Como si estuviera enamorada de
ella, pero Juana no lo quería aceptar, no quería creer que le gustara su mejor amiga.
Pero llegó el momento, Juana agarro fuerzas y valor y le dijo a athiana. “Sé que pasamos
momentos hermosos como mejores amigas, pero quiero decirte que ya no te siento como
mi mejor amiga” Athiana la miró confundida, y Juana dijo: “¡ME GUSTAS ATHIANA!”. Se
quedan las dos en silencio por unos minutos, y athiana le dice. “NO, NO QUIERO QUE
GUSTES DE MÍ. NO ME GUSTAN LAS PERSONAS COMO VOS”. Juana se quedó sorprendida
y se le pusieron los ojos lagrimosos. Athiana se fue enojada y dejó a Juana sola.
Al otro día, la miraban a Juana de una forma rara, hablaban de ella, se enteraron de que
ella era… “Lesbiana”. La empezaron a molestar con eso durante dos años seguidos. Hasta
que llegó una chica llamada Luzmila a defenderla y dijo: “DEJEN DE MIRARLA, DEJEN DE
HABLAR DE ELLA POR COMO ES. ¿En qué cambia si es bisexual, heterosexual,
homosexual? ¿EN QUÉ CAMBIA? Cualquier persona tiene derecho a ser lo que es sin ser
juzgada”. Desde ese día, empezaron a salir varias personas del closet y a defender la
libertad y los derechos sobre sexualidad de todos.