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CAPITULO I: ASPECTOS GENERALES

1.1.ANTECEDENTES

Encontramos diferentes estudios referidos a la negligencia médica tanto

internacionales como estudios realizados en nuestro país. Sin embargo, la

información en nuestro país, o las investigaciones son muy pocas.

Geovana Andrea Vallejo Jiménez en su tesis de responsabilidad penal sanitaria:

problemas específicos en torno a la imprudencia médica – 2012, concluye que:

En términos de la teoría general, la imprudencia se define como la infracción del

deber objetivo de cuidado determinado por normas jurídicas, reglamentarias,

técnicas, científicas o de experiencias humanas, de un hombre que con su

actuación le era previsible y evitable la lesión al bien jurídico, causando como

consecuencia un resultado típico no querido e imputable objetivamente a su

acción.

En el ejercicio de la Medicina se puede considerar que es casi infinito el número

de técnicas y protocolos que deben tenerse presentes en el momento de realizar

una de las tantas actividades que impone el desarrollo del ejercicio de esta

profesión.

Tomando lo anterior expuesto, podemos decir que esto implica que se presenten

dificultades de tipo teórico y práctico que dificultan el establecimiento y la

delimitación del “deber de cuidado” en la actividad médica, dado que se trata de

una labor que se encuentra determinada por el continuo progreso de la ciencia

médica, la aparición de extrañas y diversas patologías y la complejidad en las

distintas especialidades.
Granizo, en su tesis de Mala práctica médica como delito. Quito – 2015,

desarrollado en la Universidad Central Del Ecuador, concluye que; Una vez que

he realizado las encuestas tanto a profesionales del campo médico, como

abogados y ciudadanía en general, he podido afirmar mi gran inquietud y

afirmar una vez más el gran problema que yo he creído existe, un problema que

nuestro país no está en capacidad técnica ni de conocimiento para enfrentar, un

problema que no lo hemos intentado solucionar.

1.2.ABORTO

1.2.1. CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN

Sánchez (2012) sostiene: “La palabra aborto proviene del

latín abortus, que a su vez deriva del término aborior. Este concepto

se utilizaba para referir a lo opuesto a orior, o sea, lo contrario a

nacer” (p. 57). Por lo tanto, el aborto es la interrupción del desarrollo

del feto durante el embarazo, cuando éste todavía no haya llegado a

las veinte semanas.

OMS (1995) manifiesta:

El aborto es la interrupción de un embarazo antes de que el feto


pueda llevar una vida extrauterina. Las puntualizaciones del
término dependerán de la causa del aborto. Se denomina aborto
espontáneo aquel en que la interrupción del embarazo no es
voluntaria. (p. 20)

En pocas palabras, el aborto implica interrumpir el embarazo,

impidiendo que el feto se desarrolle y nazca un niño.


El aborto consiste en la interrupción del embarazo y se puede producir

tanto de forma espontánea como inducida. Sea cual sea el caso, el aborto

concluye con la expulsión del feto a través del canal vaginal.

Aborto espontáneo

El aborto espontáneo es aquel que no se da de forma intencionada, sino a

causa de una serie de complicaciones en el feto o en la madre.

Generalmente ocurre durante las 12 primeras semanas de gestación y no

precisa de ningún tipo de intervención quirúrgica, pero a partir de la

semana 20 pasa a denominarse muerte fetal. La tasa de aborto espontáneo

se encuentra entre el 15 y el 20 por ciento entre aquellas mujeres que

saben que están embarazadas.

Como aborto espontáneo o natural se denomina aquel donde

la pérdida del feto ocurre de manera involuntaria antes de la

vigésima semana de embarazo, pues a partir de esta se considera

parto prematuro. Puede tratarse de un aborto espontáneo temprano si

ocurre antes de la décima segunda semana, o tardío, cuando se

produce entre la vigésima segunda y la vigésima semana de

gestación.

Gutiérrez (2010) manifiesta:

Los abortos espontáneos pueden deberse a múltiples causas, como


anomalías cromosómicas que dificultan el desarrollo normal del
bebé, el consumo de drogas, alcohol o tabaco por parte de la madre,
así como enfermedades graves que no se encuentren bajo la debida
vigilancia médica. (p. 87)
Asimismo, problemas de obesidad, trastornos hormonales,

infecciones, problemas en el sistema inmunitario, o de tipo físico en

los órganos de reproducción de la madre, pueden ser causa de

un aborto espontáneo

Causas de un aborto espontáneo

Hay que tener en cuenta que más de la mitad de los óvulos fecundados no

son viables y se expulsan de forma espontánea; para la mayoría de las

mujeres esto pasa desapercibido ya que los únicos signos que se dan de

este hecho es un sangrado ligeramente mayor del habitual durante

la menstruación.

Las causas de un aborto espontáneo pueden ser varias, aunque lo más

común es que se deba a problemas en los cromosomas u otros factores

como niveles hormonales anómalos, diabetes no controlada,

incompetencia del cuello uterino o algunos medicamentos. Otro tipo de

causas pueden ser infecciones, obesidad, problemas físicos en los órganos

reproductores de la madre, problemas con la respuesta inmunitaria o

enfermedades graves.

Domínguez (2011) considera:

La edad también puede ser un factor determinante: a mayor edad, mayor


es la probabilidad de sufrir un aborto espontáneo, especialmente a partir
de los 40 años. El haber sufrido un aborto espontáneo anteriormente
también puede aumentar las posibilidades de volver a sufrirlo. (p. 92)
Existen síntomas que pueden indicar un aborto espontáneo

como lumbalgia, dolor abdominal, cólicos o sangrados vaginales.


Si el aborto se da durante las primeras semanas, normalmente el tejido se

expulsa por la vagina de forma natural sin necesidad de intervención. En

el caso contrario, se puede precisar de una cirugía como el legrado o

medicamentos para terminar de expulsar los restos que queden en

el útero. Esto es lo que se conoce como un aborto séptico y debe tratarse

rápidamente ya que de lo contrario puede provocar infecciones, fiebre,

sangrado vaginal, cólicos o flujo vaginal fétido.

Muerte fetal

Gutiérrez (2010) menciona

Cuando el aborto ocurre con posterioridad a las 20 primeras semanas de


gestación se conoce como muerte fetal y en estos casos siempre se
requiere de cirugía para extraer el feto del útero. Es un caso
extraordinario, pues sólo ocurre en menos del 1 por ciento de los
embarazos. (p. 103)
Los primeros síntomas de una muerte fetal se suelen mostrar al detectar

un menor movimiento del bebé o espasmos y dolores en la pelvis, la

espalda o el vientre. Factores como el tabaquismo, la hipertensión

arterial o la diabetes pueden aumentar las probabilidades de que esto

ocurra, pero también se puede producir por preclampsia y eclampsia,

enfermedades infecciosas, anomalías congénitas graves, pos madurez

o lupus, entre otras patologías.

Aborto inducido
El aborto inducido es aquel que se realiza por propia voluntad de la

mujer. Mendoza (2011) argumenta: “El aborto inducido o provocado es

la interrupción voluntaria del embarazo, mediante una intervención

externa, realizada antes de la vigésima tercera semana de gestación”

(p. 34). Como tal, puede sustentarse en razones médicas, cuando la

salud de la madre o el feto, tanto físico como mental, corren grave

peligro, o por decisión unilateral de la mujer, por motivos

económicos o sociales, o debido a que se trata de un embarazo no

deseado. Dependiendo de la legislación de cada país, el aborto

inducido puede o no estar sancionado por la ley. Países como Chile,

Nicaragua y Honduras aún no admiten, bajo ninguna circunstancia,

el aborto inducido, mientras que el resto de los países de

Latinoamérica contempla casos específicos donde el aborto inducido

es legal.

Hay dos formas de interrumpir un embarazo:

Aborto médico

Se toma un medicamento para llevar a cabo el aborto. Sólo se puede

hacer durante las nueve primeras semanas de embarazo. El más común es

la mifepristona, una hormona que bloquea la progesterona. Este y otros

medicamentos se toman durante tres sesiones en una clínica bajo la

supervisión de un médico, y pueden surgir algunos sangrados vaginales a

causa de los medicamentos. Otros efectos de este tratamiento son


cólicos, diarrea o malestar estomacal, y en raras ocasiones, fiebre alta. El

aborto médico tiene una efectividad aproximada del 97 por ciento.

Aborto quirúrgico

Se realiza una cirugía para extraer el feto. Existen dos métodos frecuentes

de aborto quirúrgico:

Aspiración con vacío manual

La aspiración con vacío manual se puede hacer durante las 12 primeras

semanas de embarazo y consiste en la extracción de todo el tejido que

contiene el útero con un instrumento succionador de manera manual.

Dilatación y evacuación

Este tipo de aborto quirúrgico se puede practicar tras el primer mes de

embarazo pero siempre antes de la semana 13. Consiste también en la

extracción del tejido que reviste el útero, pero se realiza a través de una

máquina.

En ambos casos, se dilata el cuello del útero y se introduce un tubo a

través del cual se succiona todo aquello a eliminar para completar el

aborto. Tras esta operación pueden surgir algunos sangrados así como

cólicos menstruales.

1.2.2. ABORTO DE REPETICIÓN

El aborto habitual o de repetición es la pérdida consecutiva de

tres embarazos o más antes de la semana 20 de gestación, o cinco no

consecutivos, según la definición de la Organización Mundial de la


Salud (OMS), con fetos con un peso inferior a 500 gramos. Sin

embargo, esta definición cambiaría en aquellos casos en que

concurran otros factores que favorecen la pérdida gestacional como

son la edad de la madre -más de 35 años- o problemas reproductivos

previos, casos en los que el estudio de fertilidad se debe realizar a

partir de los dos abortos.

Aunque no hay un acuerdo internacional sobre el número mínimo

para catalogar un caso como aborto de repetición y

consecuentemente comenzar el estudio de las pacientes, en la

actualidad se inicia la búsqueda de las posibles causas a partir del

segundo aborto (consecutivo o alterno).

1.3.FACTORES ASOCIADOS AL ABORTO

1.3.1. ABORTOS PREVIOS

Existe controversia entre los profesionales médicos para decidir

cuándo a una pareja que ha sufrido ya varias pérdidas gestacionales

se le ha de prestar una mayor atención e incluir en un protocolo de

estudio específico que nos aporte datos valiosos para saber qué

hacer.

Se define como aborto a la pérdida del contenido uterino que se

produce antes de la semana 20 de gestación. Aproximadamente el

15% del total de las gestaciones espontáneas acaban en un aborto y

sus causas son muy variadas.


La incidencia del aborto espontáneo es tan alta que cuando existe un

sólo caso en una pareja no está justificado el comienzo de un estudio

para averiguar las causas.

Los abortos de repetición o pérdida gestacional recurrente son

definidos como la pérdida consecutiva de tres gestaciones antes de la

semana 20 de gestación. Este tipo de abortos son definidos por la

Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) como dos o

más pérdidas embrionarias por debajo de la semana 20 de gestación

de forma consecutiva o tres pérdidas de forma no consecutiva.

La prevalencia en las parejas en edad reproductiva de los abortos de

repetición oscila de entre un 2 y 5%.

Una mujer sana que nunca ha abortado tiene un riesgo de dar a luz a

un bebé prematuro antes de la semana 28 (prematuro se considera un

bebé antes de la semana 37, pero en el estudio han hilado fino y

hablan de 28 semanas, siendo bebés muy prematuros) de tres por

cada mil.

Un estudio se ha llevado a cabo en el National Institute for Health

and Welfare de Helsinki, en Finlandia, y para llevarlo a cabo se

cogió una muestra de 300.858 madres primerizas que dieron a luz

entre 1996 y 2008 en dicho país.

Del número total de madres, el 10,3% había tenido un aborto

inducido previo, el 1,5% había tenido dos y el 0,3% había abortado

tres o más veces. El 97% de los abortos se justificaron por razones

sociales.
Si una mujer ha tenido un aborto inducido previo el riesgo aumenta a

cuatro por cada mil. En caso de que haya abortado dos veces el

riesgo es de seis por mil y, a partir de tres o más abortos, que es

cuando la cosa se pone más seria, el riesgo es de once por cada mil.

Para las que tuvieron tres o más abortos, además, el riesgo de tener

un bebé antes de las 37 semanas de gestación era un 35% mayor y

además tenían un 125% más de probabilidades de tener un bebé con

muy poco peso (de menos de 1500 gramos).

1.3.2. CONSANGUINIEDAD ENTRE LOS MIEMBROS DE LA

PAREJA

Se considera que existen tres grados de consanguinidad, entendiendo

por primer grado la pareja formada entre dos primos hermanos,

segundo grado entre primos segundos y tercer grado entre primos

terceros.

En los matrimonios consanguíneos aumenta la probabilidad de que

ambos progenitores sean portadores de una misma mutación. Dicha

probabilidad, que aumenta con el grado de consanguinidad y el

número de genes compartidos, implica un riesgo genético para la

descendencia.

En general, el riesgo estimado de malformación congénita grave en

matrimonios consanguíneos en tercer grado consiste en un

incremento del 3% sobre el nivel poblacional basal.


El riesgo real se calcula en base a que todos somos portadores de al

menos un gen recesivo potencialmente causante de enfermedad grave

y de dos genes que podrían originar una enfermedad letal.

1.3.3. CONSUMO DE TÓXICOS O FÁRMACOS

 Alcoholismo: El alcance de este hábito tóxico como

enfermedad social es muy importante, pero adquiere una

relevancia especial en relación con su consumo durante la

gestación, por las consecuencias que se derivan en el feto.

Hijona (2009) manifiesta:

El alcohol atraviesa fácilmente la placenta, llegando con


rapidez a la circulación fetal, donde el hígado fetal,
inmaduro lo metaboliza más lentamente que en el adulto.
Por ello las consecuencias de alcohol en sangre fetal pueden
ser más elevadas que en la madre, manteniéndose además
altas durante más tiempo que en sangre materna, dando
lugar al síndrome alcohólico fetal o embriofetopatía
alcohólica. Este síndrome agrupa a distintos cuadros:
crecimiento intrauterino retardado, alteraciones del
desarrollo psicomotor, síndrome de abstinencia en el recién
nacido, retraso mental, problemas de aprendizaje y defectos
cardíacos. (p. 64)

El consumo de alcohol durante el embarazo incrementa

también el riesgo de aborto espontáneo (particularmente aquel

de tipo precoz), el bajo peso al nacer y la muerte fetal.


Además, cuando hablamos de alcoholismo existe una

frecuente asociación del mismo con malnutrición y otros

hábitos poco saludables que afectan negativamente sobre el

embarazo.

La Guía para la Prevención de Defectos Congénitos, editada

por el Ministerio de Sanidad y Consumo de España en 2006,

desaconseja totalmente la ingesta de alcohol en la gestación,

ya que no se conoce cuáles son los niveles mínimos seguros

tolerables.

1.3.4. OTROS FACTORES

Insuficiencia cervical

Un aborto involuntario a veces ocurre porque hay una debilidad

del cuello uterino que no puede mantener el embarazo. Si aparece

el caso de que se produce un aborto involuntario debido a un cuello

uterino incompetente por lo general se da en el segundo trimestre.

Por lo general hay pocos síntomas antes de un aborto involuntario

causado por insuficiencia cervical. Hijona (2009) argumenta: “Una

mujer puede sentir una presión repentina, como si fuera a romper

aguas o fuera a orinarse encima, y el tejido del feto y la placenta

pueden ser expulsados sin mucho dolor” (p. 69).


Los casos de insuficiencia cervical generalmente se pueden tratar

mediante cirugía, y con sutura en el cuello del útero por lo general

alrededor de 12 semanas después de haber abortado y para futuros

embarazos. La sutura sostiene el cuello del útero cerrado hasta que se

da a luz. Si se detecta antes de que se produzca un embarazo, también

tiene tratamiento.

1.4.COMPLICACIONES MATERNAS SUFRIDAS POR UN ABORTO

ESPONTÁNEO

1.4.1. REPERCUSIONES EN LA SALUD

1.4.2. REPERCUSIÓN PSICOLÓGICA

Cuando un embarazo es deseado y esperado y termina en un aborto, se

produce una situación generalmente devastadora y traumática para la

mujer y su pareja.

Mendoza (2011) considera:

No existe una forma única de sentirse que sea igual para todas las personas
después de haber tenido un aborto espontáneo. Puedes tener una mezcla de
emociones que incluyen desilusión, desesperación, conmoción, culpa,
aflicción y alivio a veces, todas al mismo tiempo. (p. 83)

Cuanto más avanzado es el periodo de gestación mayos es la ilusión de

tener un bebé de modo que no es extraño que una mujer tras sufrir un

aborto espontáneo se sienta triste e incluso culpable.


Después de un aborto espontáneo, las mujeres pueden experimentar

aflicción, tristeza, ira o ansiedad.

 Depresión: muchas mujeres que han sufrido abortos naturales,

sobre todo en etapas avanzadas, entran en un estado de depresión

difícil de superar. En estos casos, las mujeres deberán recibir

todo el apoyo y la ayuda posibles por parte de familiares y

amigos cercanos, para acabar aceptando el irremediable hecho y

volver a sentirse en paz con ellas mismas.

 Pena: el duelo por una pérdida es una respuesta natural y no debe

suprimirse o negarse. Hablar de sus sentimientos con otra

persona ayuda a la mujer a sobrellevar sus sentimientos y

adquirir perspectiva.

 Culpabilidad: la mujer pueden pensar que han hecho algo para

causar el aborto espontáneo. Por lo general no es así. A veces la

mujer se acuerda de haber tomado un medicamento corriente de

venta libre al principio del embarazo, haber bebido un vaso de

vino antes de saber que estaba embarazada o haber hecho alguna

otra cosa cotidiana. Tales cosas casi nunca son la causa de un

aborto espontáneo, por lo que las mujeres no deben sentirse

culpables acerca de ellas.

 Ansiedad: las mujeres que han tenido un aborto espontáneo

pueden querer hablar con su médico sobre la probabilidad de

repetición de este episodio en los embarazos siguientes y ser


examinadas si es necesario. A pesar de que tener un aborto

espontáneo aumenta el riesgo de tener otro, la mayoría de estas

mujeres pueden quedar embarazadas de nuevo y tener un bebé

sano a término.

1.5.TRATAMIENTOS Y PROTOCOLOS EN EL CASO DE ABORTOS POR

REPETICIÓN

1.5.1. SUPLEMENTOS PARA LA PREVENCIÓN DE UN ABORTO

Las vitaminas son nutrientes esenciales necesarios para diversas

funciones en el cuerpo. Pueden ser hidrosolubles, como la vitamina

C y las vitaminas del grupo B (incluido el folato) o liposolubles,

como las vitaminas A, D, E y K. Todas ellas se obtienen a partir de

la dieta y de los suplementos dietéticos (como preparados de

vitamina individual o complejos multivitamínicos).

Hijona (2009) sostiene que: El aborto espontáneo es una

complicación frecuente del embarazo que puede estar provocada por

una amplia variedad de factores. La deficiente ingesta dietética de

vitaminas se ha asociado con un aumento del riesgo de aborto

espontáneo.

Por ello, se ha sugerido la posibilidad de que la administración de

suplementos vitamínicos a las mujeres antes del embarazo o en el

primer trimestre del mismo pudiera ayudar a prevenirlo.


El empleo de suplementos con folato, vitamina B6 y vitamina B12 se

recomienda para las mujeres con hiperhomocisteinemia, porque su

administración puede influir en el riesgo de aborto espontáneo en

estas mujeres, aparte de tratar su trastorno metabólico.

El aborto espontáneo y el recurrente se han vinculado al estrés

oxidativo, donde existe una sobreproducción de moléculas de

oxígeno reactivas que producen una reducción de los niveles de

antioxidantes. Por consiguiente, la ingesta de vitaminas antioxidantes

como la C y la E puede ser un factor importante asociado con la

prevención del riesgo de aborto espontáneo.

Un estudio observacional demostró una evidente relación entre el

riesgo de aborto espontáneo temprano y los factores dietéticos,

encontrando un alto riesgo asociado con la ingesta deficiente de

vegetales verdes, frutas y productos lácteos y con una ingesta

elevada de grasas.

Existe una creciente evidencia a partir de las últimas investigaciones

realizadas con respecto a la relación entre la nutrición y el desarrollo

placentario, el crecimiento fetal, los resultados del embarazo y las

enfermedades en los adultos

Así pues, la nutrición materna adecuada, en particular la ingesta de

vitaminas, puede ser un factor importante en la prevención del aborto

espontáneo. Actualmente, existe poca información acerca del tipo de

vitamina o la combinación más apropiada.


Un aspecto de especial relevancia respecto de la utilización de los

suplementos vitamínicos es su seguridad, particularmente en su

utilización durante el primer trimestre del embarazo, cuando existe

posibilidad de teratogenicidad.

Se sabe que los altos niveles matemos de vitamina A preformada

(ácido retinoico) inducen el aborto espontáneo v malformaciones que

afectan el desarrollo cardíaco y del sistema nervioso central No se

han informado posibles efectos teratogénicos de otras vitaminas. En

cambio, los suplementos de folato y multivitamínicos se han

asociado con una disminución en el riesgo de defectos del tubo

neural.

1.5.2. ASISTENCIA PRECONCEPCIONAL

La asistencia preconcepcional tiene como objetivo promover la salud

de la mujer y su futura descendencia, por cuánto ésta condiciona su

estado de bienestar. Como la salud de la mujer durante el embarazo

depende de su salud antes de la gestación, la asistencia durante el

período preconcepcional se considera parte de la asistencia prenatal.

Quereda (2008) sostiene:

La asistencia preconcepcional se basa en la promoción de la salud,


la evaluación del riesgo reproductivo y la puesta en marcha de las
acciones en función de los riesgos y enfermedades descubiertas.
Junto a su preocupación por los problemas médicos y psicosociales,
incorpora un mayor interés en los esfuerzos preventivos. (p. 103)
La identificación de una mujer con cualquier enfermedad crónica o

con hábitos perjudiciales para su salud cuando planifica un embarazo

permite, además del tratamiento de la enfermedad, utilizar acciones

educativas para modificar sus comportamientos y ofrecer a la mujer

información adecuada y suficiente para que tome decisiones en

relación con su futuro embarazo.

Además, la asistencia preconcepcional es una ocasión ideal para

educar a la mujer sobre las ventajas de la planificación de sus

embarazos y sobre la importancia de la asistencia prenatal precoz.

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