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Perspectiva psicoanalítica
La perspectiva psicoanalítica define al desarrollo como moldeado por fuerzas inconscientes que
motivan la conducta humana. Sigmund Freud (1856-1939), un médico vienés, desarrolló el
psicoanálisis, un enfoque terapéutico dirigido a fomentar el discernimiento delos conflictos
emocionales inconscientes de los pacientes. Otros teóricos y profesionales,incluyendo a Erik H.
Erikson, han expandido y modificado la perspectiva psicoanalítica.
Sigmund Freud: desarrollo psicosexual;
Freud (1953, 1964a, 1964b) creía que las personas nacen con pulsiones biológicas que deben
redirigirse para hacer posible que vivan dentro de una sociedad. Al hacerles a sus pacientes preguntas
diseñadas para evocar recuerdos sepultados por largo tiempo, Freud llegó a la conclusión de que los
orígenes de las alteraciones emocionales provenían de las experiencias traumáticas reprimidas de la
temprana infancia.
Freud propuso tres instancias hipotéticas de la personalidad —el ello, el yo y el súper yo—
que se desarrollan al inicio de la vida. Los recién nacidos están gobernados por el ello, la sede de las
pulsiones instintivas inconscientes, que busca la gratificación inmediata bajo el principio del placer.
Cuando hay una demora en la gratificación, como en el caso en que los lactantes tienen que esperar
antes de que se les alimente, empiezan a verse como separados del mundo exterior. El súper yo, que se
desarrolla alrededor de los cinco o seis años de edad, contiene la conciencia; incorpora los “deberías” y
los “no deberías” socialmente aprobados dentro del sistema de valores del niño. El súper yo es
demandante en extremo; si sus demandas no se satisfacen, es posible que el niño se sienta culpable o
ansioso. El yo, en sí mismo consciente, se desarrolla de manera gradual a partir del primer año de vida
aproximadamente y opera bajo el principio de la realidad. La meta del yo es encontrar maneras
razonablemente realistas de gratificar al ello, y que también sean aceptables para el súper yo.
Freud propuso que la personalidad se forma a partir de los conflictos inconscientes entre los
impulsos innatos del ello y las exigencias de la vida civilizada. Estos conflictos suceden dentro de una
secuencia invariable de cinco etapas de desarrollo psicosexual basadas en la maduración (cuadro 1), en
las que el placer cambia de una zona del cuerpo a otra —de la boca al ano y, después, a los genitales—.
Durante cada una de estas etapas, cambia la conducta que representa la fuente principal de gratificación
(o frustración); así, se pasa de la alimentación a la eliminación y, después, a la actividad sexual.
Cuadro 1
ETAPAS DEL DESARROLLO PSICOSEXUAL
ETAPAS CARACTERÍSTICAS
ORAL= NACIMIENTO /18 MESES La fuente principal de placer del bebé
implica actividades enfocadas en la
boca (mamar y alimentarse)
ANAL= 18 MESES/ 3 AÑOS El niño deriva gratificación sensual al retener y expulsar sus heces. La zona de
gratificación es la región anal y el entrenamiento de esfínteres es una actividad
importante
GENITAL= PUBERTAD/ADULTEZ Reemergencia de los impulsos sexuales de la etapa fálica, canalizados en una
sexualidad adulta madura
Freud consideraba que las primeras tres etapas —aquellas dentro de los primeros cinco o seis
años de edad— eran esenciales para el desarrollo de la personalidad. Sugirió que si los niños recibían
gratificación de más o de menos durante cualquiera de estas etapas, se encontraban en riesgo de
fijación —un estancamiento del desarrollo que puede afectar a la personalidad adulta—. Los bebés
cuyas necesidades no se satisfacen durante la etapa oral, cuando la alimentación es la fuente principal
de placer, pueden convertirse en mordedores de uñas o desarrollar personalidades críticas “mordaces”.
Una persona que, durante su primera infancia, recibió un entrenamiento de esfínteres demasiado
estricto puede fijarse en la etapa anal. Es posible que este tipo de persona sea obsesivamente limpia,
rígidamente aferrada a horarios o rutinas, o bien ser rebeldemente desordenada.
Según Freud, un suceso clave del desarrollo psicosexual tiene lugar durante la etapa fálica de la
segunda infancia, misma que se centra en los genitales. Los niños descubren las diferencias físicas
entre hombres y mujeres. Los niños desarrollan un deseo sexual por sus madres y presentan impulsos
agresivos hacia sus padres, a quienes temen y consideran como rivales a un mismo tiempo. Freud llamó
complejo de Edipo a este suceso. Las niñas, según Freud, experimentan envidia del pene, el deseo
reprimido por poseer un pene y el poder que representa.
A la larga, los niños resuelven su ansiedad en cuanto a estos sentimientos mediante la
identificación con el progenitor del mismo sexo y pasan a la etapa de latencia de la tercera infancia, un
periodo de relativa calma emocional y de exploración intelectual y social.
Redirigen sus energías sexuales hacia otros intereses, tales como trabajo escolar, desarrollo de
habilidades, relaciones y pasatiempos.
La etapa genital, la final, dura hasta la adultez. Los impulsos sexuales reprimidos durante la
latencia ahora resurgen para dirigirse por vías socialmente aprobadas, que Freud definió como
relaciones heterosexuales con personas fuera de la familia de origen.
La teoría de Freud realizó contribuciones históricas e inspiró una generación completa de
seguidores, algunos de los cuales llevaron a la teoría psicoanalítica hacia direcciones nuevas. De
manera extensa, algunas de las ideas de Freud, tales como sus nociones acerca del complejo de Edipo y
de la envidia del pene, se consideran obsoletas en la actualidad. Otras, como los conceptos del ello y el
súper yo, no pueden comprobarse de manera empírica. Aunque Freud abrió nuestros ojos a la
importancia de los impulsos sexuales tempranos, muchos psicoanalistas actuales rechazan su estrecho
énfasis en las pulsiones sexuales y agresivas a exclusión de otros motivos. No obstante, muchos de sus
temas centrales han sobrevivido al paso del tiempo (Westen, 1998, p. 334). Freud nos hizo percatarnos
de la importancia de los pensamientos, sentimientos y motivaciones inconscientes; de la ambivalencia
de las respuestas emocionales, en especial nuestras respuestas ante nuestros padres; del papel de las
representaciones mentales del sí mismo y de los demás en el establecimiento de las relaciones íntimas,
y de la vía del desarrollo normal de un estado inmaduro y dependiente a uno maduro e
interdependiente. En todas estas maneras, Freud ha dejado una marca indeleble en el psicoanálisis y en
la psicología del desarrollo (Westen, 1998).
Es necesario que recordemos que la teoría de Freud surgió de su lugar en la historia y en la
sociedad. Freud no basó sus teorías acerca del desarrollo normal en una población de niños promedio,
sino en una clientela de adultos de clase media, principalmente mujeres, bajo terapia. Su concentración
en las influencias de los impulsos sexuales y de la experiencia temprana no tomó en cuenta influencias
diferentes, y posteriores, sobre la personalidad, incluyendo las influencias de la sociedad y de la
cultura, que enfatizan muchos de los herederos de la tradición freudiana, como Erik Erikson.
Cuadro 2
ETAPAS DEL DESARROLLO PSICOSOCIAL DE ERIKSON
ETAPAS DESCRIPCIÓN VIRTUD
Confianza frente a desconfianza, desde el El niño (a) adquiere el sentido acerca de si el La esperanza
nacimiento hasta el 1er año de edad. mundo es bueno o seguro
Autonomía frente vergüenza y duda: desde el 1er Se alcanza un equilibrio en independencia y La voluntad
año a los tres. autosuficiencia sobre la vergüenza y la duda
Iniciativa frente a culpa: entre los 3 y los 6 años. Se gana autonomía al iniciar nuevas actividades Propósito
Laboriosidad frente a inferioridad: desde los 7 a Aprender actividades culturales o enfrentar Habilidad
los 11 años. sentimientos de incompetencia
Identidad frente a confusión; abarca el período de Definición del sentido del yo o confrontar Fidelidad
la adolescencia. confusión de papeles
Intimidad frente aislamiento: corresponde al Tratar de comprometerse con los demás o sufrir Amor
período de la edad adulta. aislamiento
Generatividad frente a estancamiento. Se produce Preocupación por guiar a las nuevas generaciones Interés en los
alrededor de los 40 años. vs enfrentar empobrecimiento personal demás
Integridad del yo frente a desesperación: Se da Aceptar la vida y admitir la muerte o Sabiduría
hacia el final de la vida. desesperación por la imposibilidad de volver a
vivir la vida
Cada etapa requiere que se equilibre un rasgo positivo con su negativo correspondiente. Aun
cuando debería predominar la calidad positiva, también se necesita cierto grado de la negativa. Por
ejemplo, el tema crítico de la lactancia es confianza básica versus desconfianza básica. Las personas
necesitan confiar en el mundo y en las personas dentro del mismo, pero también necesitan aprender
algo de desconfianza para protegerse a sí mismos del peligro. El resultado exitoso de cada etapa es el
desarrollo de una “virtud” o fortaleza particular; en la primera etapa, la virtud es la esperanza.
La teoría de Erikson es importante debido a su énfasis en las influencias sociales y culturales, así
como en el desarrollo más allá de la adolescencia. Tal vez se le conoce más por su concepto de crisis de
identidad, ya que ha ingresado en el lenguaje popular y ha generado una cantidad considerable de
investigación
Modifica y amplía la teoría freudiana al sostener que la búsqueda de la identidad es el tema más
importante a través de la vida, conceptuando a la sociedad como una fuerza positiva que ayuda a
moldear el desarrollo del ego o el yo.
En el ámbito educativo esta teoría implica ofrecer un ambiente escolar seguro, y que promueva el
establecimiento de relaciones afectuosas con los adultos para conservar el sentido de confianza
indispensable para su desarrollo personal.
Indica la necesidad de ofrecer experiencias que permitan a los niños y niñas, aumentar la
confianza en sus posibilidades, elevar sus niveles de autonomía y autoestima, construir
progresivamente su autoconcepto y, en general, para avanzar adecuadamente en el desarrollo socio-
personal,
Teoría de etapas cognitivas de Jean Piaget
Lo que entendemos acerca de la manera en que los niños piensan se debe en gran medida
al trabajo del teórico suizo Jean Piaget (1896-1980). La teoría de etapas cognitivas de Piaget fue
antecesora de la actual “revolución cognitiva” con su énfasis sobre los procesos mentales. Piaget,
biólogo y filósofo de profesión, percibía al desarrollo de manera organísmica; es decir, como producto
de los esfuerzos de los niños por comprender su mundo y actuar sobre él.
Como joven estudiante en París, Piaget se dispuso a estandarizar las pruebas que Alfred Binet
había desarrollado para evaluar la inteligencia de los niños escolares franceses. A Piaget le intrigaron
las respuestas incorrectas de los niños, donde encontró pistas relacionadas con sus procesos de
pensamiento. El método clínico de Piaget combinaba la observación con interrogatorios flexibles. A fin
de averiguar la manera en que pensaban los niños, Piaget hacía un seguimiento de sus respuestas con
más preguntas y diseñó tareas para comprobar sus conclusiones tentativas. De esta manera, descubrió
que el niño típico de cuatro años de edad cree que las monedas o las flores son más numerosas cuando
se disponen en línea que cuando se apilan o agrupan. A partir de sus observaciones con sus propios
hijos y con otros niños, Piaget creó una amplia teoría del desarrollo cognitivo.
Piaget sugirió que el desarrollo cognitivo se inicia a partir de una capacidad innata para adaptarse
al ambiente. Al buscar el pezón, tocar un guijarro o explorar los límites de una habitación, los niños
pequeños desarrollan una imagen más precisa de sus alrededores y una mayor competencia para
enfrentarse a ellos.
Piaget describió que el desarrollo cognitivo sucede en cuatro etapas cualitativamente distintas,
que representan patrones universales de desarrollo. Durante cada etapa, la mente del niño desarrolla
una nueva forma de operar. Desde la lactancia hasta la adolescencia, las operaciones
mentales evolucionan desde un aprendizaje que se basa en la actividad sensorial y motora sencilla hasta
el pensamiento lógico, abstracto. Este crecimiento cognitivo ocurre a partir de tres procesos
interrelacionados: organización, adaptación y equilibración. Organización es la tendencia a crear
estructuras cognitivas cada vez más complejas, que incluyen sistemas de conocimiento o maneras de
pensar que incorporan un mayor número de imágenes cada vez más precisas de la realidad. Estas
estructuras, llamadas esquemas, son patrones organizados de conducta que la persona utiliza para
pensar y actuar ante una situación. A medida que los niños adquieren más información, sus esquemas se
vuelven cada vez más complejos. Por ejemplo, examinemos la conducta de chupeteo. Un lactante
recién nacido tiene un esquema sencillo de chupeteo, pero pronto desarrolla esquemas variados para
mamar del pecho, un biberón o su pulgar.
Adaptación es la manera en que los niños manejan la información nueva de acuerdo con lo que
ya saben. La adaptación implica dos pasos: 1) asimilación, que es tomar la información nueva e
incorporarla dentro de las estructuras cognitivas existentes, y 2) acomodación, que implica modificar
las estructuras cognitivas propias para incluir la información nueva.
Equilibración —el esfuerzo constante para encontrar un balance estable o equilibrio— dicta el
cambio de asimilación a acomodación. Cuando los niños no pueden manejar experiencias novedosas
dentro de sus estructuras cognitivas existentes, experimentan un incómodo estado de desequilibrio. Y
mediante la organización de nuevos patrones mentales que integran la experiencia nueva, restauran el
equilibrio. De nuevo, examinemos la conducta de mamar. Una bebé a la que alimentan con pecho o por
medio de un biberón que empieza a chupetear del pico de una taza con pajilla está mostrando
asimilación; utiliza un esquema viejo para manejar una situación nueva. Cuando la lactante descubre
que mamar de la taza requiere hacer movimientos, con la boca y la lengua, diferentes de los que había
hecho para mamar de un pecho o biberón, se acomoda por medio de la modificación del esquema
antiguo. Es decir, adapta su esquema original de chupeteo para lidiar con una nueva experiencia: la
taza. Así, la asimilación y la acomodación trabajan en conjunto para producir un equilibrio. A lo largo
de la vida, la búsqueda del equilibrio es la fuerza impulsora detrás del crecimiento cognitivo.
Cuadro 3
ETAPAS DEL DESARROLLO COGNITIVO SEGÚN PIAGET
Las observaciones de Piaget han arrojado una gran cantidad de información y algunos
discernimientos sorprendentes. ¿Quién, por ejemplo, hubiera pensado que la mayoría de los niños
menores de siete años no se dan cuenta de que una bola de plastilina a la que se le ha dado forma
alargada o cilíndrica, ante sus ojos, sigue conteniendo la misma cantidad de plastilina? ¿O que un
lactante podría pensar que una persona que está fuera del alcance de su vista ya no existe? Piaget nos
ha mostrado que las mentes de los niños no son mentes adultas en miniatura. Asimismo, saber la forma
en que los niños piensan hace más fácil que sus padres y maestros los comprendan y les enseñen.
No obstante, Piaget parece haber subestimado gravemente las capacidades de los lactantes y los
niños pequeños. Algunos psicólogos contemporáneos cuestionan sus etapas discretas y, en lugar de
esto, señalan la evidencia que indica que el desarrollo cognitivo es más gradual y continuo. Además,
investigaciones posteriores han desafiado la idea de Piaget relativa a que el pensamiento se desarrolla
en una sola progresión universal que conduce al pensamiento formal. Contrario a esto, los procesos
cognitivos infantiles parecen estar muy ligados con contenidos específicos (aquello acerca de lo que
piensan los niños), así como al contexto de un problema y a los tipos de información e ideas que la
cultura juzga como importantes (Case y Okamoto, 1996).