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Álvarez Méndez elabora un cuadro de dualidades que tienen que ver con la evaluación y el campo que abarca como una forma de caracterizar lo que se entiende por evaluación tradicional y la evaluación o formas de evaluación alternativas, cuya intención es dejar abierto el tema para posibles debates interactivos.
Álvarez Méndez elabora un cuadro de dualidades que tienen que ver con la evaluación y el campo que abarca como una forma de caracterizar lo que se entiende por evaluación tradicional y la evaluación o formas de evaluación alternativas, cuya intención es dejar abierto el tema para posibles debates interactivos.
Álvarez Méndez elabora un cuadro de dualidades que tienen que ver con la evaluación y el campo que abarca como una forma de caracterizar lo que se entiende por evaluación tradicional y la evaluación o formas de evaluación alternativas, cuya intención es dejar abierto el tema para posibles debates interactivos.
ESPECIALIZACIÓN EN PEDAGOGÍA Y DOCENCIA UNIVERSITARIA
Profesora: Liliana Saavedra Rey Curso: Evaluación y Calidad del aprendizaje de la Educación Superior Presentado por: Maritza García Gómez- Semestre II Lectura: El campo semántico de la evaluación. Más allá de las definiciones ______________________________________________________________________
Al hablar de evaluación se piensa en la aplicación de criterios de calidad. Evaluación y calidad se concatean;
únicamente cuando se habla de modo aislado se puede mantener el discurso. Evaluar y Evaluación no es lo mismo, comparten un campo semántico, pero se diferencian por los recursos que utilizan, los usos y los fines a los que sirven. La evaluación educativa trasciende por la presencia de los sujetos. No puede darse la evaluación sin el sujeto evaluado y el sujeto evaluador. El autor habla de dos enfoques, uno es el enfoque práctico del profesor que es autónomo y responsable de su profesión, participa en la toma de decisiones sobre el curriculum e implementación y el otro es el racionalista donde el profesor es un aplicador de técnicas y recursos, no participa directamente pero sí aseguran altos niveles de eficiencia y eficacia en el empleo de técnicas de programación y de evaluación. La evaluación como actividad crítica de aprendizaje en el sentido que por ella se adquiere conocimiento, se necesita aprender de y con la evaluación convertida ella misma en medio de aprendizaje y en expresión de saberes, es desde ahí que se menciona con propiedad evaluación formativa porque esta al servicio de los intereses a los que esencialmente debe servir. El alumno aprende a partir de la propia evaluación y corrección. Álvarez Méndez menciona unos rasgos de caracterización global de la evaluación educativa: la democrática y la negociación . La primera refiere a sujetos activos que reaccionan y participan en las decisiones que se adoptan y les afectan, sientan necesidad de defender sus ideas, razones y saberes, formación del propio pensamiento, que se -está- formando. Debe estar siempre al servicio de quiénes son los protagonistas. La segunda es la negociación “ de todo cuanto abarca la evaluación es condición esencial en esta interpretación. No se trata de ceder ante los alumnos. La evaluación es un ejercicio transparente, ecuánime y equitativo. La evaluación forma parte de un continuum (procesual, continua, integrada en el curriculum y, con él, en el aprendizaje. Es una evaluación formativa, motivadora, orientadora. No sancionadora. La técnica de la triangulación es relevante para garantizar el ejercicio justo de la evaluación como recurso de garantía y coherencia. Validez de la palabra y argumento del sujeto. ¿Cómo funciona? Participa el profesor, el alumno que se autoevalúa, y la co-evalución de los compañeros. Las tendencias actuales de la evaluación educativa la preocupación se centra más en la forma en que el alumno aprende, sin descuidar la calidad de lo que aprende por eso se caracteriza por la orientación a la comprensión y el aprendizaje no al examen. Es fundamental tener presente solo en la unidad mantiene su sentido. Se habla de y sobre evaluación, se introducen palabras nuevas, se buscan expresiones que respondan a nuevas concepciones de enseñanza y del aprendizaje. Surgen también los artefactos que justificarán técnicamente a exclusión. La época de la escuela examinadora que “ha marcado el comienzo de una pedagogía que funciona como ciencia” Foucault (1976,192). En este periodo apareció un campo semántico y múltiples términos. Álvarez Méndez elabora un cuadro de dualidades que tienen que ver con la evaluación y el campo que abarca como una forma de caracterizar lo que se entiende por evaluación tradicional y la evaluación o formas de evaluación alternativas, cuya intención es dejar abierto el tema para posibles debates interactivos. Es claro que a medida que la educación se ha ido expandiendo, surgen conceptos nuevos; la multiplicidad de funciones que aumentan, entre ellas la evaluación, ya no solamente son los alumnos, sino los profesores y la del centro educativo. Sin dejar de lado el rendimiento de cuentas como un efecto de la expansión educativa. Para concluir, el autor deja una reflexión sobre la introducción de esas conceptualizaciones nuevas que ocultan o “distraen” la misma realidad que quieren transformar.