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Todos los organismos acuáticos se enfrentan con problemas osmóticos en alguna etapa de
su ciclo de vida. Por esto han desarrollado una variedad de mecanismos que emplean para
mantener las concentraciones osmóticas internas apropiadas y prevenir el desarrollo de
presiones osmóticas que puedan provocar problemas. La osmorregulación implica el
mantenimiento de una concentración osmótica interna diferente de la del medio, además de
la regulación de la composición y de las concentraciones iónicas en diversos
compartimientos para asegurar el funcionamiento correcto de las células y tejidos.
Así también, espermatozoides de teleósteos marinos tales como “puffer fish”, lenguado y de
peces dulceacuícolas, como carpa, dorada, “zebrafish” y pejerrey son inmóviles en
soluciones con o sin electrolitos cuando la osmolaridad es isotónica con el plasma seminal
de 300 mOsmol/kg. La motilidad sólo comienza cuando el semen es diluido en una solución
hipotónica para el caso de peces de agua dulce y con una solución hipertónica para peces de
agua salada (Morisawa 1994).
En “catfish” (Silurus glanisel), la presión osmótica del fluido seminal es de 280 mOsmol/kg y
la activación ocurre en agua dulce o en soluciones salinas si la presión osmótica es más baja
que 70 mOsmol/kg (Billard y col 1997).
Los vertebrados marinos son generalmente hipoosmóticos al agua de mar, con la excepción de los
elasmobranquios que son casi isosmóticos. Los invertebrados marinos en general son isosmoóticos, pero
en ambientes estuarinos tienden a ser hiperosmóticos.
La úrea juega un papel de osmorregulador en los peces, la mayor presión osmótica de la sangre d elos
elasmobranquios en relación con teleósteos se atribuye a su presencia.
El óxido de trimetilamina se presenta en los invertebrados, teleósteos y elasmobranquios marinos,
integrando una considerable proporción de los desechos nitrogenados, los teleósteos excretan
alrededor de 30% de su nitrógeno como OTMA. Se lo encuentra en músculo y sangre en los peces
marinos, en contraste con los peces de agua dulce que presentan una concentración mínima. Al OTMA
se lo involucra en el control homeostático, regulación de la tensión osmótica y conservación del agua en
el organismo. Se ha determinado que de 7% a 12% de la presión osmótica en elasmobranquios se asocia
al OTMA y de 42% a 45% de los solutos osmóticamente activos en sangre son compuestos nitrogenados.
a) Los peces ureotélicos desarrollan en la etapa postmortem un apreciable olor amoniacal, debido
a la actividad enzimática bacteriana sobre la úrea, lo cual es factible de reducir mediante lavado
y aireación del producto; si el organismo es sangrado post-captura, se minimiza la aparición del
olor.
b) La presencia de OTMA en las especies marinas y su degradación por actividad bacteriana, con la
consecuente formación de trimetilamina, es un criterio objetivo utilizado para evaluar frescura
en productos pesqueros.
La gran mayoría de peces pulmonados carecen de branquias, se oxigenan directamente del aire y viven
en corrientes que se evaporan durante el verano. Cuando esto ocurre, el pez excava y secreta un moco
protector de desecación. En este estado, puede sobrevivir por largos períodos hasta que haya
disponibilidad de agua nuevamente (Graham, 1997; Hickman et al, 2007).
1.3 Respiración cutánea
La piel de algunos peces funciona como órgano respiratorio accesorio, complementa a las
branquias y a otros órganos. Generalmente, no tiene escamas y es muy vascularizada para permitir la
difusión de gases (Fernandes et al, 2007).
Este proceso ayuda a mantener la respiración en ciertas situaciones de emergencia donde cubre
hasta un 80% el intercambio gaseoso. Los peces que utilizan este método, extraen el 02 de la capa de agua
que los cubre (Perry y Tufts, 1998; Portal Pez, 2009).
Sin embargo, en general es utilizada como vía accesoria ya que la presencia de escamas
recubriendo todo el cuerpo y la baja disponibilidad de 02 exigen mecanismos de mayor eficiencia (Rastogi,
2007).
2. Anfibios
2.1 Sistema respiratorio
2.1.1 Respiración branquial
Los anfibios en su etapa larvaria respiran mediante branquias, las cuales consisten en una
prolongación de la superficie corporal, tipo penacho filamentoso y ramificado, el cual parece un árbol,
con el tronco pegado al tegumento, altamente vascularizadas y gran cantidad de laminillas con distintas
formas, las cuales potencian el intercambio gaseoso y reduce el coste energético de la ventilación. Los
Urodelos al vivir en lugares poco oxigenados, desarrollan branquias muy ramificadas para una mayor
captación de este (Maneyro et al, 2008).
En todas las larvas, las branquias son externas, pero los anuros tienen opérculo que se comunica
al exterior mediante una abertura llamada espiráculo. Por otra parte, a diferencia de los anuros, el
opérculo de salamandra no encierra las branquias hasta la metamorfosis (Hill, 2007).
Durante la metamorfosis, las branquias se suelen perder, sin embargo, ciertas salamandras
conservan las branquias externas durante toda su vida. A esta característica de mantener las branquias
externas después de la fase larvaria se le conoce como neotenia (Maneyro et al, 2008).
Un dato anatómico importante es que las branquias externas presentan una serie de
inconvenientes como el entorpecimiento de la locomoción, pueden sufrir lesiones más fácilmente, ya que
los agentes patógenos entran fácilmente y obligan al animal a moverse por no tener un sistema de
ventilación (el O2 del agua se agota en un mismo sitio) (Hill, 2007).
Fisiológicamente, el proceso de la respiración branquial se da mediante el paso del agua por la
boca del animal, esta llega hasta los capilares sanguíneos en donde el O2 se filtra a la sangre y continúa su
recorrido. A partir de su filtración a la sangre, el O2 es transportado a los tejidos, donde las células lo
requieren para la respiración celular. Como resultado de la respiración celular se produce CO2 que es
expulsado hacia el exterior mediante las branquias (Maneyro et al, 2008).
El agua circula perpendicularmente a la sangre para permitir la mejor absorción de O2, de tal forma
que el agua rica en O2 entra y pasa por la red de capilares que recubren las fibras branquiales. A medida
que el agua pasa a través de la branquia, va perdiendo su concentración en O2, pero la sangre lo gana,
repartiéndolo por todo el cuerpo (Maneyro et al, 2008).
2.3.2 Ureotélicos
La urea es producida en hígado mediante un ciclo metabólico que involucra amoníaco y CO2.
Después el sistema circulatorio lleva la urea a los riñones de donde pasa a vejiga urinaria y se elimina
cuando hay agua disponible. Su principal característica es la baja toxicidad que permite que se almacene
en elevadas concentraciones. Además, requiere menos agua para su excreción (Campbell y Reece, 2007).
Se presenta en los anfibios adultos, mamíferos, elasmobranquios y algunas tortugas (Cuenca, 2006).
La principal desventaja es que se gasta energía en su producción (Cuenca, 2006). Los animales que
pasan parte de su vida en el agua y parte en tierra, cambian sus mecanismos de excretar desechos
nitrogenados, cuando están en agua excretan amoníaco para ahorrar energía (renacuajos acuáticos) y
cuando están en tierra excretan urea reduciendo la pérdida de agua (anfibios adultos) (Campbell y Reece,
2007).
El coste energético que supone su excreción, parece asumible para los animales terrestres por la
ventaja que da el disponer de un sistema de reducida toxicidad (Alfaro et al, 2005).