Sunteți pe pagina 1din 20

Causa Nro.

13290 “REI, Víctor


Enrique s/rec. de casación” -Sala
Cámara Federal de Casación Penal IV - C.F.C.P.

JESICA SIRCOVICH
Prosecretaria de Cámara

REGISTRO Nro: 282/12

//la ciudad de Buenos Aires, a los 14 días del mes de


marzo del año dos mil doce, se reúne la Sala IV de la
Cámara Federal de Casación Penal integrada por el doctor Mariano Hernán
Borinsky como Presidente, los doctores Eduardo Rafael Riggi y Juan Carlos
Gemignani como Vocales, asistidos por la Prosecretaria de Cámara Doctora
Jesica Y. Sircovich, a los efectos de resolver el recurso de casación de fs.
20/38 de la presente causa nro.13.290 del registro de esta Sala, caratulada:
“REI, Víctor Enrique s/recurso de casación”, como así también el de fs.
71/88, perteneciente a la causa N° 13.308, acumulada a la anterior; de la que
RESULTA:
I. Que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6 de esta
ciudad, en el marco de la causa N° 1278 de su registro, resolvió, con fecha 7
de octubre de 2010, NO HACER LUGAR al recurso de reposición
interpuesto por la defensa oficial y APROBAR el cómputo de pena
practicado respecto de Víctor Enrique REI (fs. 10/13). Posteriormente, con
fecha 26 del mismo mes y año, el referido tribunal resolvió, en el marco de
un incidente de excarcelación formado con relación a la citada causa N°
1278, NO HACER LUGAR al pedido de libertad de Víctor Enrique REI (fs.
58/60).
II. Que, contra dichas resoluciones, el Dr. Eduardo A. Chittaro,
Defensor Público Oficial ad-hoc de Víctor Enrique REI, interpuso sendos
recursos de casación a fs. 20/38 y 71/88, los que fueron concedidos a fs.
39/40 (dando origen a la presente Causa N° 13.290) y 90/91vta.
(formándose la Causa N° 13.308, luego acumulada con aquella) y
mantenidos a fs. 109/110, oportunidad en la que se solicitó la acumulación
de las causas.
III. Que en ambos recursos, el impugnante invocó el motivo
previsto en el art. 456, inc. 1° del C.P.P.N., agraviándose del cómputo
efectuado por el tribunal a quo con relación al tiempo cumplido en prisión
por su defendido, Víctor Enrique REI, en virtud del cual se estableció que
este ascendía a sólo seis años, tres meses y catorce días, restándole cumplir
nueve años, ocho meses y dieciséis días de la pena de dieciséis años que le
fuera impuesta.
Al respecto, el Dr. Chittaro manifestó, en primer término, que en
el decisorio en el cual se confirmó el cómputo practicado con fecha 30 de
agosto de 2010 –rechazándose el recurso de reposición oportunamente
deducido por la defensa contra el mismo- se vulneró la regla prevista en el
art. 2° del Código Penal, que prevé la obligatoriedad de la aplicación
retroactiva de la ley penal más benigna.
Argumentó, en sustento de dicha afirmación, que el cómputo
debió haberse hecho a la luz de lo dispuesto en el art. 7° de la Ley 24.390
(derogado por la Ley 25.430), habida cuenta del carácter material de dicha
norma, y por tratarse de una ley más benigna que la que se encontraba
vigente al momento de ser juzgados los hechos. Se apoyó, en tal sentido, en
la doctrina sentada por la Sala III de esta C.F.C.P. in re: “Cuadra, Juan
sebastián s/recurso de casación”, y por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación in re: “Arce, Enrique Herminio”.
Por añadidura, se agravió de lo expresado en las sentencias
atacadas en cuanto se consideró que la condena recaída en perjuicio de
Víctor Enrique REI estaba firme, destacando que habida cuenta de que se
encontraba en trámite el recurso de hecho deducido ‘in pauperis’ por el
Causa Nro. 13290 “REI, Víctor
Enrique s/rec. de casación” -Sala
Cámara Federal de Casación Penal IV - C.F.C.P.

JESICA SIRCOVICH
Prosecretaria de Cámara

encausado el 24 de agosto de 2010, subsistía la posibilidad de que aquella


sentencia fuese revocada y –por ende- su defendido continuaba amparado
por el principio de inocencia.
En este orden de ideas, objetó la remisión efectuada por el
tribunal a quo al criterio establecido en el plenario “Agüero” de esta
C.F.C.P., por considerar que dicho criterio ha quedado superado a partir de
la doctrina establecida por la C.S.J.N. en el precedente “Olariaga”. Destacó,
asimismo, que esto último había sido expresamente reconocido por el
tribunal a quo al resolver, el 16 de octubre de 2009, en la causa N° 779
“Montiel”, oportunidad en la que los magistrados sentenciantes
manifestaron que debía aplicarse al caso la doctrina que surgía del citado
precedente de la Corte.
Por último, la defensa hizo reserva del caso federal.
IV. Que a fs. 124/128vta., el titular de la Fiscalía N° 2 ante esta
Cámara Federal de Casación Penal, Dr. Raúl Plee, se pronunció por el
rechazo del recurso de casación interpuesto. Al respecto, y con cita al
dictamen del Procurador General de la Nación en el caso de Fallos 328:4423
(“Videla, Jorge Rafael s/incidente de apelación y nulidad de prisión”)
destacó que debe considerarse que la acción delictiva permanente sufrida
por el menor sustraído por el imputado REI, recién dejó de cometerse
cuando recayó sentencia firme respecto de su padre putativo, lo que –en su
opinión- ocurrió el día 11 de julio de 2006, razón por la cual es esa la fecha
a tener en cuenta para establecer la ley aplicable para realizar el cómputo de
la prisión preventiva del encausado.
En base a ello, entendió que habida cuenta de que la Ley 25.430
entró en vigencia con fecha 1/6/2001, terminando a partir de entonces con el
sistema de doble cómputo previsto en la Ley 24.390, aquélla es la norma
aplicable al caso, debiendo descartarse al ultra actividad de la ley
modificada. Por ende, y teniendo en cuenta que Víctor Enrique REI no
cumplió prisión preventiva durante el lapso de vigencia de la Ley 24.390,
sostuvo que no corresponde aplicar al caso lo establecido en el art. 7° de
dicha norma para realizar el cómputo del tiempo transcurrido en detención
por el encartado.
Señaló, por añadidura -con sustento en la doctrina sentada por la
Cámara Federal de Casación Penal en el plenario N° 8, en el marco de la
causa N° 3171 del registro de la Sala III, in re: “Agüero, Irma Delis
s/recurso de inaplicabilidad de la ley”-, que debe considerarse que se
encuentra firme la sentencia cuando éste tribunal declara inadmisible el
recurso extraordinario, lo que en autos ocurrió con fecha 10/8/2010, de lo
que se sigue que a la fecha el nombrado no lleva detenido los dos tercios de
la pena tal como establece el art. 13 del Código Penal.
A fs. 129/133vta., la Dra. Laura Beatriz Pollastri, a cargo de la
Defensoría Pública Oficial N° 4 ante esta Cámara Federal de Casación
Penal, postuló que se haga lugar al recurso deducido por su colega de la
instancia anterior. Con relación a ello, destacó que la doctrina establecida
en el Plenario “Agüero” ha quedado superada por la sentada por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en el precedente “Olariaga”, citado por el
recurrente, motivo por el cuál debe entenderse que la sentencia recaída
respecto de Víctor Enrique REI no se encuentra firme aún y –en
consecuencia- corresponde dejar sin efecto el cómputo definitivo efectuado
por el tribunal a quo.
Por otra parte, y en lo que atañe al cómputo provisorio
solicitado oportunamente por la defensa, entendió que debía realizarse de
Causa Nro. 13290 “REI, Víctor
Enrique s/rec. de casación” -Sala
Cámara Federal de Casación Penal IV - C.F.C.P.

JESICA SIRCOVICH
Prosecretaria de Cámara

conformidad con el art. 7° de la Ley 24.390, cuyo contenido sustancial no


ha sido puesto en discusión. Hizo alusión, a tal efecto, al ya citado
precedente “Arce” de la C.S.J.N. y al fallo dictado con fecha 17/12/2008
por la Sala II de esta C.F.C.P. in re: “Acosta, Jorge Eduardo y otro s/recurso
de casación”, -puntualmente a los votos emitidos por los Dres. García y
Yacobucci-, de los que surge que la Ley 24.390 debe ser aplicada en forma
ultra activa en lo que respecta al cómputo del encierro preventivo.
Finalmente, se agravió de la decisión del tribunal a quo de
rechazar la excarcelación con el argumento de que encontrándose firme la
sentencia, correspondía dar trámite a la libertad condicional, la que no era
procedente por no haber cumplido en imputado los dos tercios de la condena
(habida cuenta de que no se aplicó el cómputo doble previsto en el art. 7° de
la Ley 24.390). Reiteró, en tal sentido, los argumentos del impugnante en
torno a que la sentencia condenatoria no se encuentra firme, y a que
efectuándose el cómputo de conformidad con la norma antes citada, se
cumple con el requisito temporal previsto en el art. 13° del Código Penal.
V. Que celebrada la audiencia prevista por el art. 468 del
C.P.P.N., de la que se dejó constancia en autos, el representante de la
Unidad de Letrados Móviles de la Defensoría General de la Nación, Dr.
Matías De la Fuente, manifestó que habiendo quedado firme la sentencia
condenatoria dictada contra REI en el mes de junio de 2011, el recurso de
casación dirigido contra la denegatoria de la excarcelación al nombrado
(tramitado en la causa N° 13.308, acumulada a la presente) debía
reconvertirse en un planteo contra el cómputo de la pena, en los términos
planteados en el recurso de casación de fs. 20/38. Así las cosas, quedaron
las actuaciones en estado de ser resueltas. Efectuado el sorteo de ley para
que los señores jueces emitan su voto, resultó el siguiente orden sucesivo de
votación: doctores Mariano Hernán Borinsky, Juan Carlos Gemignani y
Eduardo Rafael Riggi.
El señor juez Mariano Hernán Borinsky dijo:
Previo a ingresar en el análisis de las cuestiones objeto de los
recursos de casación en trato, cabe recordar que con fecha 23 de abril de
2009, Víctor Enrique REI fue condenado por el Tribunal Oral en lo
Criminal Federal N° 6 de esta ciudad a la pena de DIECISEIS AÑOS DE
PRISIÓN, ACCESORIAS LEGALES Y COSTAS por encontrarlo
responsable, a título de coautor, de los delitos de retención y ocultamiento
de un menor de diez años previamente sustraído, en concurso real con los
delitos de supresión del estado civil de un menor de diez años mediante la
falsedad ideológica de documento público en relación al certificado de
nacimiento [del menor], falsedad ideológica de documento público respecto
del acta de nacimiento inscripta bajo el Nro. 545 del Tomo I del año 1978 de
la Circunscripción 8° del Registro Civil de esta Ciudad y falsedad
ideológica de documento público destinado a acreditar la identidad de las
personas, vinculado al D.N.I. N° 22.122.906, concurriendo los cuatro
últimos hechos en forma ideal entre sí.
Al respecto, el tribunal a quo señaló que los hechos por los que
resultó condenado Víctor Enrique REI se verificaron, cuanto menos, desde
el día 6 de abril de 1978, fecha a partir de la cual se declaró iniciado el
accionar delictivo y determinada la conclusión de los delitos de retención y
ocultamiento de un menor de diez años el día 11 de julio del año 2006.
Esta Sala IV de la C.F.C.P. no hizo lugar al recurso de casación
deducido por la defensa de REI contra la referida sentencia condenatoria , y
posteriormente rechazó, el 10 de agosto de 2010, el recurso extraordinario.
Causa Nro. 13290 “REI, Víctor
Enrique s/rec. de casación” -Sala
Cámara Federal de Casación Penal IV - C.F.C.P.

JESICA SIRCOVICH
Prosecretaria de Cámara

Esto motivó, a su vez, la interposición de un recurso de queja ‘in pauperis’


por parte del imputado con fecha 24 de agosto de 2010, el que fue
desestimado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación el día 7 de junio
de 2011 (R. 441.XLVI: “Recurso de hecho deducido por Víctor Enrique Rei
en la causa Rei, Víctor Enrique s/causa N° 10.896”).
No obstante ello, el tribunal a quo consideró, en ocasión de
practicar el cómputo de la pena respecto de Víctor Enrique REI (el 30 de
agosto de 2010), y nuevamente al rechazar el pedido de libertad formulado
por la defensa de aquél en el decisorio que viene recurrido (el 26 de octubre
de 2010), que la sentencia condenatoria de fecha 23 de abril de 2009 se
encontraba firme desde el rechazo del recurso extraordinario por parte de
esta C.F.C.P., concluyendo –a partir de lo que surge del cómputo antes
mencionado- que “...hasta este momento el condenado no ha cumplido el
período parcial de la pena fijada que le permitiría obtener la libertad
condicional, conforme con lo previsto en el art. 13 del Código Penal de la
Nación”.
La postura antes mencionada se basó en la doctrina plenaria
establecida por esta C.F.C.P. en el Plenario N° 8, dictado en el marco del
recurso de inaplicabilidad de la ley deducido en la causa “Agüero, Irma
Delia s/recurso de casación” (causa N° 3171, Sala III), consistente en que
“…en el supuesto de un recurso de casación declarado mal concedido por
esta cámara y recurrido por vía extraordinaria, se considera firme la
sentencia cuando éste Tribunal declara inadmisible al recurso
extraordinario federal”.
Con relación a ello se advierte, en primer término, que en la
decisión atacada se ha soslayado la postura sentada por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en el precedente “Olariaga, Marcelo Andrés s/causa
35/03 ‘O’” (O. 300 XL., del 26/6/2007), en el que la Corte desestimó el
criterio adoptado por la mayoría de la C.F.C.P. en el plenario citado
precedentemente, expresando que “…los jueces anteriores en jerarquía
confundieron la suspensión de los efectos –que hace a la ejecutabilidad de
las sentencias- con la inmutabilidad –propia de la cosa juzgada”. Al
respecto, el máximo tribunal de la República destacó que la inmutabilidad
(propia de la sentencia firme) sólo se adquiere cuando la propia Corte
desestima la queja por extraordinario denegado (lo que en los presentes
autos recién ocurrió con fecha 7 de junio de 2011, esto es: con posterioridad
al dictado del decisorio que viene recurrido).
El criterio adoptado por la C.S.J.N. se asienta en una
circunstancia indiscutible, que es que – sin perjuicio de la ejecutabilidad de
la sentencia a partir del momento en que el recurso extraordinario es
rechazado por esta Cámara Federal de Casación Penal- no podría afirmarse
válidamente que una sentencia esté firme en tanto subsista la posibilidad de
que la Corte haga lugar a la queja, admita el recurso extraordinario
rechazado y modifique el contenido del decisorio atacado.
Lo expresado precedentemente fue correctamente señalado por
el Dr. Rodríguez Basavilvaso al pronunciar su voto (en minoría) en el citado
plenario “Agüero”, ocasión en la que señaló que “…la circunstancia de que
la queja tenga o no efecto suspensivo […] no concurre, en mi opinión, a la
resolución del caso. Se trata, en cambio, de consultar la existencia cierta de
recursos –ya otorgados o posibles- y no a los alcances con que éstos deban
ser concedidos”.
A mayor abundamiento, y respecto de la efectiva incidencia del
recurso de queja respecto de la firmeza del fallo al que aquél está referido,
Causa Nro. 13290 “REI, Víctor
Enrique s/rec. de casación” -Sala
Cámara Federal de Casación Penal IV - C.F.C.P.

JESICA SIRCOVICH
Prosecretaria de Cámara

destacó que “…sostener que una resolución sujeta a tales reclamos se


encuentra firme es tanto como decir que su posible modificación –
eventualmente habilitada la inspección extraordinaria- habría de avanzar
sobre la cosa juzgada; si ello no es así –porque sabemos que sólo la acción
de revisión confiere al tribunal ad quem esa excepcional facultad- es
precisamente porque el pronunciamiento no ha adquirido aquella
autoridad”.
Sin perjuicio de que la postura sostenida por el Dr. Rodríguez
Basavilbaso resultó, finalmente, minoritaria en el plenario citado, resulta
claro que la decisión adoptada por la mayoría de la C.F.C.P. en el plenario
N° 8 “Agüero” ha quedado superada por la doctrina sentada por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en el citado precedente “Olariaga”, la que
expresamente descartó la asimilación que se efectuó en el plenario respecto
de los conceptos de ejecutoriedad y firmeza.
En tal contexto, va de suyo que el tribunal a quo debió haber
aplicado al caso el criterio sentado por el máximo tribunal de la República,
en atención a la autoridad institucional que revisten los fallos de la Corte,
por su carácter de intérprete y salvaguarda final de los derechos y garantías
consagrados en la Constitución Nacional (Fallos: 1:340; 33:162; 311:2478,
entre otros), motivo por el cual correspondía acatar la doctrina supra
reseñada y resolver el supuesto sometido a examen en consecuencia (Fallos:
245:429; 252:186; 255:119; 270:335, entre muchos otros). Es decir que el
referido tribunal debió haber decidido el pedido de libertad de Víctor
Enrique REI a la luz de lo dispuesto en el art. 317, inc. 5° del código de rito.
No obstante ello, y habida cuenta que al día de la fecha la
sentencia condenatoria recaída sobre REI si se encuentra firme, se torna
necesario resolver el restante agravio del impugnante –referido a la decisión
del tribunal a quo de no aplicar, en ocasión de practicar el cómputo de pena
respecto de Víctor Enrique REI, lo dispuesto en el art. 7° de la Ley 24.390-
tomando en consideración la situación fáctica actual.
En este orden de ideas, entiendo que la dilucidación de la
mencionada cuestión gira en torno de la aplicabilidad al caso concreto de la
doctrina sentada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación in re: “Arce,
Enrique Herminio s/homicidio agravado al ser cometido con ensañamiento”
(C. N° 5531, SCA 112, L.XLI), en el cual el máximo tribunal de la
República hizo suya la tesitura postulada por el Procurador General de la
Nación, en cuanto sostuvo que “Si de acuerdo con lo que se viene diciendo,
el artículo 7 de la Ley 24.390 era la ley vigente al momento del hecho, la
aplicación retroactiva de la Ley 25.430, que derogó esa norma, se halla
vedada por el principio constitucional mencionado en atención al carácter
material que –en mi opinión- ostentan las reglas del cómputo de la prisión
preventiva. Más aún, tratándose de normas que afectan la libertada
ambulatoria, la prohibición de retroactividad regiría incluso si se
considerara que revisten carácter procedimental”.
Al respecto, cabe señalar que existe una diferencia sustancial
entre el caso examinado en el referido precedente de la C.S.J.N. y el que se
trata en la presente causa, la que reside en el carácter de delito “permanente”
que tienen las figuras de retención y ocultamiento de un menor de diez años,
por las que resultó condenado Víctor Enrique REI.
La referida circunstancia tiene directa incidencia respecto de la
solución que corresponde darle al caso, toda vez que determina que –aún
reconociendo el carácter material asignado a las reglas del cómputo de la
prisión preventiva en el precedente “Arce”- no resulte procedente la
Causa Nro. 13290 “REI, Víctor
Enrique s/rec. de casación” -Sala
Cámara Federal de Casación Penal IV - C.F.C.P.

JESICA SIRCOVICH
Prosecretaria de Cámara

aplicación ultra activa de la ley más benigna (en este caso, la Ley 24.390)
sino de la que se encontraba vigente al momento de juzgarse los hechos
(esto es: la Ley 25.430, modificatoria de aquélla).
Ello, en virtud del criterio sentado por la propia Corte Suprema
de Justicia de la Nación al resolver sobre un recurso extraordinario deducido
por la defensa técnica de REI en esta misma causa. Es así que con fecha 29
de mayo de 2007, el máximo tribunal de la República in re: “Rei, Víctor
Enrique y otro (s) s/ sustracción de menores de 10 años (art. 146)” (R. 1236.
XLI), compartió e hizo suyos los argumentos desarrollados por el
Procurador General de la Nación en su dictamen.
A su vez, en el referido dictamen, se señaló que “...las figuras
de retención y ocultramiento de un menor de diez años integran la
categoría de delitos permanentes, en los que la actividad consumativa no
cesa al perfeccionarse el delito, sino que perdura en el tiempo, por lo que
éste continúa consumándose hasta que culmina la situación antijurídica.
Frente a estos hechos, la reforma de la ley 24.410 no introduce uno de los
supuestos contemplados en el articulo 2 del Código Penal (que planteo
únicamente la hipótesis de un cambio de leyes entre el tiempo de comisión
del delito y de la condena o, eventualmente, el intermedio), sino que su
aplicación al caso debe resolverse según la regla general del artículo 3 del
código Civil (tempus regit actum) en virtud del cual el delito [...] debe
regirse por las normas vigentes”.
Al respecto, vale recordar que según tuvo por acreditado el
tribunal de juicio en la sentencia condenatoria (hoy firme), los delitos de
retención y ocultamiento de un menor de diez años (previamente sustraído)
endilgados a REI se prolongaron hasta el día 11 de julio de 2006. A dicha
fecha, la norma vigente aplicable a la cuestión del cómputo de la prisión
preventiva era la Ley 25.430 (BO: 21/6/2001), que derogó el art. 7° de la
Ley 24.390.
Por consiguiente, y por aplicación de la doctrina sentada por la
Corte Suprema de Justicia de la Nación en el citado precedente “Rei”, cabe
concluir que el cómputo del tiempo cumplido en prisión por Víctor Enrique
REI debe efectuarse a la luz de lo establecido en la Ley 25.430, motivo por
el cuál resulta correcta la resolución adoptada por el tribunal a quo, en
cuanto el cómputo de pena efectuado respecto de Víctor Enrique REI.
Por consiguiente, de conformidad con lo propiciado por el
Fiscal General ante esta instancia, corresponde: NO HACER LUGAR a los
recursos de casación interpuestos por el Dr. Eduardo A. Chittaro, Defensor
Público Oficial ad-hoc de Víctor Enrique REI, a fs. 20/38 y 71/88, sin costas
(arts. 530 y 531, in fine, del C.P.P.N.).
El señor juez Juan Carlos Gemignani dijo:
I. Liminarmente, respecto al primer agravio presentado por la
defensa, habré de adherir a las consideraciones expuestas por mi colega
preopinante, doctor Borinsky, pues entiendo que el tribunal a quo debió
aplicar el criterio adoptado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en
el precedente “Olariaga”, en cuanto dejó sentado que una sentencia queda
firme, es decir, adquiere inmutabilidad, sólo cuando este tribunal desestima
la queja por extraordinario denegado. Y, en consecuencia, debió tratar el
pedido liberatorio solicitado por Rei en atención a las previsiones del
artículo 317, inciso 5º del Código Procesal Penal de la Nación.
II. Respecto a la pretendida aplicación ultraactiva de la ley
24.390, más precisamente de su artículo 7º, habré de compartir el argumento
desarrollado en el voto precedente, pues fue claro y preciso nuestro Máximo
Causa Nro. 13290 “REI, Víctor
Enrique s/rec. de casación” -Sala
Cámara Federal de Casación Penal IV - C.F.C.P.

JESICA SIRCOVICH
Prosecretaria de Cámara

Tribunal al establecer que los delitos de retención y ocultamiento, por los


que resultó condenado Rei, son de carácter permanente y, en consecuencia,
debe aplicarse la ley vigente al momento en que cesaron de cometerse los
hechos imputados -11/07/2006-, es decir, la ley 25.430, que derogó el
cómputo doble de prisión preventiva, regulado en el artículo de mención.
Asimismo, téngase presente que esta postura es doctrina de la
C.S.J.N. desde las causas in re “JOFRÉ, Teodora s/denuncia”
(J.46.XXXVII; rta. el 24/08/2004) y “VIDELA, Jorge Rafael s/incidente de
apelación y nulidad de prisión” (V.2.XXXVI; rta. el 13/12/2005), entre
muchas otras, en las que hizo suyos los fundamentos expuestos por el
Procurador Fiscal, en cuanto sostuvo que “estamos aquí ante un delito
continuo e indivisible jurídicamente, y que durante su lapso de
consumación rigieron dos leyes, ambas plenamente vigentes -sin que sea
éste un caso de ultra actividad o retroactividad de alguna de ellas- en base
al principio general del artículo 3 del Código Civil (tempos regit actum).
[…] La doctrina nacional, incluso la más tradicional, ha
entendido que las figuras de retención y ocultamiento de un menor de diez
años integran la categoría de los delitos permanentes, en los que la
actividad consumativa no cesa al perfeccionarse el delito, sino que
perdura en el tiempo” -la negrita me pertenece-.
III. Además, no debe perderse de vista la gravedad de los hechos
que se ventilan en autos y la obligación internacionalmente asumida por el
Estado argentino de perseguir, investigar, sancionar adecuadamente a los
responsables y hacer cumplir la pena que les fuere impuesta.
En efecto, téngase presente que la justicia penal no sólo tiene
una naturaleza sancionadora sino que en el ámbito internacional,
fundamentalmente, tiende a prevenir la reiteración de ilícitos a través del
juzgamiento ejemplificador de los responsables puesto que, una
característica destacable de esta rama de derecho es esa función preventiva.
Recuérdese que el derecho internacional de los derechos
humanos surgió ante la necesidad de la comunidad internacional de
encontrar mecanismos eficaces para castigar y, a la vez, prevenir las
violaciones más graves de los derechos humanos. Entonces, los Estados se
comprometieron a garantizar el efectivo goce de estos derechos y, en caso
que los mismos fueran vulnerados, a evitar su impunidad.
De esta manera, se dio nacimiento al sistema internacional, tanto
universal como regional, de los derechos humanos, cuya extrema
importancia fue reconocida, principalmente, por los constituyentes de la
reforma de 1994, al incorporar y dar jerarquía constitucional a todo ese
plexo normativo, de lo que se deriva su aplicación perentoria en la
jurisdiccional argentina.
En este sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos
“…señaló que los crímenes de lesa humanidad son serios actos de violencia
que dañan a los seres humanos al golpear lo más esencial para ellos: su
vida, su libertad, su bienestar físico, su salud y/o su dignidad. Son actos
inhumanos que por su extensión y gravedad van más allá de los límites de
lo tolerable para la comunidad internacional, la que debe necesariamente
exigir su castigo. Agregó que por ello los crímenes de guerra y los crímenes
de lesa humanidad, dondequiera y cualquiera que sea la fecha en que se
hayan cometido, serán objeto de una investigación, y las personas contra
las que existan pruebas de culpabilidad en la comisión de tales crímenes
serán buscadas, detenidas, enjuiciadas y, en caso de ser declaradas
culpables, castigadas…” (confr. C.S.J.N. “Mazzeo, Julio Lilo y otros
Causa Nro. 13290 “REI, Víctor
Enrique s/rec. de casación” -Sala
Cámara Federal de Casación Penal IV - C.F.C.P.

JESICA SIRCOVICH
Prosecretaria de Cámara

s/recurso de casación e inconstitucionalidad”; M.2333.XLII; rta. el


13/07/2007).
Y a este enfático repudio a las violaciones de los derechos
humanos, le sigue el deber de los Estados parte de adaptar sus legislaciones
internas a los nuevos estándares internacionales y aplicar este derecho
vigente.
Repárese en que este proceso de adaptación no le es exclusivo al
Poder Legislativo pues, como lo reconoció nuestro Máximo Tribunal in re
“Simón, Julio Héctor y otros s/privación ilegítima de la libertad, etc. Causa
nº 17.768”, al hacer suyas las consideraciones expuestas por el Procurador
General de la Nación en su dictamen, “…el respeto absoluto de los
derechos y garantías individuales exige un compromiso estatal de
protagonismo del sistema judicial; y ello por cuanto la incorporación
constitucional de un derecho implica la obligación de su resguardo
judicial. Destaqué, asimismo, que la importancia de esos procesos para las
víctimas directas y para la sociedad en su conjunto demanda un esfuerzo
institucional en la búsqueda y reconstrucción del Estado de Derecho y la
vida democrática del país, precisar los alcances de la obligación de
investigar y sancionar a los responsables de graves violaciones de los
derechos humanos y del derecho a la justicia, creo que el compromiso
estatal no puede agotarse, como regla de principio, en la investigación de
la verdad, sino que debe proyectarse, cuando ello es posible, a la sanción
de sus responsables…”.
Asimismo, este imperativo internacional que recae en cabeza de
los Estados nacionales, tendiente a restaurar y mantener la paz mundial, ha
merecido un especial análisis por parte de los organismos jurisdiccionales
supranacionales que, en el ámbito regional al que la República Argentina se
encuentra integrada, le compete a la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
“La Corte recuerda que los familiares de las víctimas tienen el
derecho, y los Estados la obligación, a que lo sucedido a aquéllas sea
efectivamente investigado por las autoridades del Estado, se siga un
proceso contra los presuntos responsables de estos ilícitos [crímenes de
lesa humanidad] y, en su caso, se les impongan las sanciones pertinentes”
(confr. “Caso Goiburú y otros vs. Paraguay”; rto. el 22/09/2006;
considerando 165)).
“En ese sentido, la Corte ha entendido que de la obligación
general de garantizar los derechos humanos consagrados en la
Convención, contenida en el artículo 1.1 de la misma, deriva la obligación
de investigar los casos de violaciones del derecho sustantivo que debe ser
amparado, protegido o garantizado. Así, en casos de ejecuciones
extrajudiciales, desapariciones forzadas y otras graves violaciones a los
derechos humanos, el Tribunal ha considerado que la realización de una
investigación ex officio, sin dilación, seria, imparcial y efectiva, es un
elemento fundamental y condicionante para la protección de ciertos
derechos que se ven afectados o anulados por esas situaciones, como los
derechos a la libertad personal, integridad personal y vida. Esa obligación
de investigar adquiere una particular y determinante intensidad e
importancia en casos de crímenes contra la humanidad (infra párr. 157).
Consecuentemente, la obligación de investigar, y en su caso
enjuiciar y sancionar, adquiere particular intensidad e importancia ante la
gravedad de los delitos cometidos y la naturaleza de los derechos
lesionados […] Ante la naturaleza y gravedad de los hechos, más aún
Causa Nro. 13290 “REI, Víctor
Enrique s/rec. de casación” -Sala
Cámara Federal de Casación Penal IV - C.F.C.P.

JESICA SIRCOVICH
Prosecretaria de Cámara

tratándose de un contexto de violación sistemática de derechos humanos, la


necesidad de erradicar la impunidad se presenta ante la comunidad
internacional como un deber de cooperación interestatal para estos
efectos…” (confr. “Caso La Cantuta vs. Perú”; rto. el 29/11/2006;
considerandos 110), 157) y 160)).
IV. Sentado todo ello, resulta claro que de esta obligación
estadual, que tiene su génesis, conforme lo anteriormente desarrollado, no
sólo en la letra de los instrumentos suscriptos por la comunidad
internacional sino también en el espíritu mismo del sistema internacional de
derechos humanos, emergen responsabilidades que derivan de su
incumplimiento pues, de lo contrario, quedarían abstractos los propósitos
que se tuvieron en miras al crear aquel ordenamiento jurídico supranacional.
Al respecto, tiene dicho la C.I.D.H., en oportunidad de contestar
la opinión consultiva solicitada por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (OC – 14/1994), que “…según el derecho internacional las
obligaciones que éste impone deben ser cumplidas de buena fe y no puede
invocarse para su incumplimiento el derecho interno. Estas reglas pueden
ser consideradas como principios generales del derecho y han sido
aplicadas, aun tratándose de disposiciones de carácter constitucional, por
la Corte Permanente de Justicia Internacional y la Corte Internacional de
Justicia [Caso de las Comunidades Greco-Búlgaras (1930), Serie B, No. 17,
pág. 32; Caso de Nacionales Polacos de Danzig (1931), Series A/B, No. 44,
pág. 24; Caso de las Zonas Libres (1932), Series A/B, No. 46, pág. 167;
Aplicabilidad de la obligación a arbitrar bajo el Convenio de Sede de las
Naciones Unidas (Caso de la Misión del PLO) (1988), págs. 12, a 31-2,
párr. 47]. Asimismo estas reglas han sido codificadas en los artículos 26 y
27 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969”.
En síntesis, en términos de este imperativo general de investigar
y de establecer las responsabilidades y sanción, el Estado argentino debe
adoptar todas las medidas necesarias para juzgar y sancionar a todos los
responsables de las violaciones cometidas en la última dictadura militar que
azotó a nuestra sociedad; pues la impunidad de esos atroces hechos no será
erradicada y, en consecuencia, no cesará aquel deber internacional, hasta
que sus responsables sean sancionados y cumplan con la pena que les fuera
impuesta.
Por lo tanto, y volviendo al caso que nos ocupa, la pretendida
aplicación de una ley que no estuvo vigente al momento de los hechos
objeto de las presentes actuaciones ni al darse comienzo su investigación,
cuyo fundamento axiológico fue la de establecer el conocido cómputo del
“2x1” a fin de contrarrestar la extensa y gravemente coercitiva medida
cautelar dispuesta contra imputados, aún no condenados, implicaría
contravenir la obligación internacional que tiene nuestro Estado -y que fuera
ampliamente desarrollado en acápites anteriores-, pues se estaría doblemente
favoreciendo a quienes se han beneficiado con más de treinta años de
impunidad.
Dichas consideraciones cobran mayor importancia, si se
advierte que pesa sobre Rei una condena firme a dieciséis años de prisión,
lo que refuerza la necesidad de dar cumplimiento al compromiso asumido
por Argentina, ya que habiéndose establecido su responsabilidad en el
marco de los delitos de lesa humanidad cometidos durante el último golpe
de estado y fijado una pena, se torna sustancial que el Estado garantice su
efectivo cumplimiento.
V. Por todo lo expuesto, propongo al acuerdo, conforme ya lo
Causa Nro. 13290 “REI, Víctor
Enrique s/rec. de casación” -Sala
Cámara Federal de Casación Penal IV - C.F.C.P.

JESICA SIRCOVICH
Prosecretaria de Cámara

adelantara al comienzo de mi voto, rechazar los recursos de casación


interpuestos por la defensa técnica de Rei, sin costas (arts. 530 y 531 del
C.P.P.N.). Tener presente la reserva del caso federal.
Es mi voto.-
El señor juez Eduardo Rafael Riggi dijo:
Sellada como viene la suerte del recurso, tan sólo hemos de
precisar nuestro criterio divergente en cuanto a que la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en el citado fallo “Rei” no ha sentado una doctrina en
relación con los delitos permanentes, la sucesión de leyes y cual
corresponde aplicar en los supuestos en que la última tenga consecuencias
más gravosas para el autor, sino que se ha limitado a señalar la
improcedencia del recurso.
Por ello, en mérito del acuerdo que antecede, el tribunal, por
mayoría
RESUELVE:
NO HACER LUGAR a los recursos de casación interpuestos
por el Dr. Eduardo A. Chittaro, Defensor Público Oficial ad-hoc de Víctor
Enrique REI, a fs. 20/38 y 71/88, sin costas (arts. 530 y 531, in fine, del
C.P.P.N.).
Regístrese, notifíquese y remítase al tribunal de origen, quién
deberá notificar personalmente al imputado, sirviendo la presente de atenta
nota de envío.-

MARIANO HERNÁN BORINSKY


JUAN CARLOS GEMIGNANI EDUARDO RAFAEL RIGGI

Ante mí:
JESICA Y. SIRCOVICH

S-ar putea să vă placă și