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Diferentes formas de contar nuestra historia: tradicional o renovadora

En cada momento de la Historia se encontrarán diferentes maneras de narrarla; por un lado; la


historia tradicional, por el otro, la “nueva historia”. En este informe se darán a conocer ciertos
aspectos sobre ello.

La Historia tradicional es una corriente historiográfica que se basa en el concepto de individuo y en


la idea de que los seres humanos son sujetos autónomos y libres que actúan como resultado de
sus decisiones y su voluntad. Por tanto, la Historia seria el resultado de la libertad e independencia
de acción y pensamiento de las personas. Si la evolución de la Historia humana es así, es evidente
que para entender la Historia hay que entender a aquellas personas que han ejercido una mayor
influencia en la Historia, aquellas personas que por supuesto o posición han ejercido una mayor
influencia sobre la población. De esta perspectiva, son las élites políticas y culturales las que
generan los grandes fenómenos históricos. A un nivel más global, las ideas se veían como algo
independiente, que aparecían sin ninguna circunstancia en la Historia. Según los historiadores
tradicionales, el mundo de las ideas es un mundo totalmente autónomo, ya que las ideas aparecen
porque hay personas que las piensan. La razón por la que se estudiaba la alta política es porque se
pensaba que esta es algo independiente, y que los grandes políticos y monarcas actuaban
libremente, de tal modo que las decisiones y acciones políticas son el resultado de las decisiones
de los políticos. Por tanto, si la sociedad evoluciona por éstos se pensaba que si cambiaban a los
políticos, la situación iría mejor. También es un modelo de Historia comprensiva, un modelo de
hacer Historia con el objetivo de comprender las razones y motivaciones de los actores históricos.
Se parte de la premisa de que la manera de explicar su comportamiento era comprendiendo los
motivos de esa persona para hacer eso. La empatía, la capacidad de ponerse en la piel de otro, es
uno de los factores clave de esta historia comprensiva, porque así comprendemos las razones de
los individuos para hacer lo que hacia. Lo malo de esto es que en la mayoría de los casos no se
conocen cuáles son esas razones. Por eso hay muchas lagunas de información que hay que llenar
con la reconstrucción histórica personal. Este uso de la empatía es posible porque se parte del
supuesto de que todos los seres humanos de todos los lugares y todas las épocas de la
Historia de la Humanidad tienen cosas en común. Existe unanaturaleza humana universal y
común para toda la Humanidad, moviéndose todos los seres humanos por los mismos
impulsos e instintos, y conocida por el nombre de individualismo metodológico. Los impulsos
humanos comunes para toda la Historia de la Humanidad son sentimientos como la ambición,
la vanidad, la envidia, el interés material, el odio… La relación entre el presentismo y la
empatía de la Historia tradicional se basa en que el historiador que trabaja con este modelo
teórico de hacer Historia trasladaba valores, ideas, sentimientos, aspiraciones o
motivaciones del presente a esa época. Pensar que todo el mundo se mueve por las
mismas razones porque son naturales y siempre han existido es uno de los grandes
problemas de estos historiadores. El historiador del siglo XIX pensaba que era un mero
vehículo neutro a través del cual el pasado era transmitido y conocido en el presente.
Pensaban que los hechos hablaban por sí mismos, no pensaban que los hechos responden a
las preguntas que se les formulen. . Hay una nueva historia, y uno de sus adelantados Henri Berr, empleaba
ya el término en 1930. Este puesto original lo debe la historia a dos características fundamentales: su total
renovación y el arraigo de su mutación en tradiciones antiguas y sólidas. Muchas ciencias se han modernizado en un
sector particular de sus dominios, sin que se haya modificado todo su campo.
Toda forma de nueva historia es un intento de historia total. Mas la historia no se ha contentado con abrirse, aquí y
allá, nuevos horizontes y nuevos sectores. Cierto que un Pierre Goubert abre a la nueva historia el campo de la
demografía histórica, el acceso, desde el nacimiento a la muerte, gracias al detenido examen de los registros
parroquiales, a todos los individuos, a todas las familias de una región durante un siglo. Cierto que un Nathan
Wachtel, con "La visión de los vencidos*", modelo y obra maestra de la nueva historia, extiende esta historia a las
dimensiones sin fronteras de la etnohistoria. Pero la nueva historia no se contenta con estas avanzadas. Ella se
afirma como historia global, total, y reivindica la renovación de todo el campo de la historia. La nueva historia ha
ensanchado el campo del documento histórico.

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