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2
INTRODUCCIÓN
En su gran mayoría, los adultos de hoy crecieron con modelos autoritarios y sin la
idea de que tenían derechos, por lo que muchas veces les resulta difícil tener una
visión precisa de lo que significa el ejercicio de los derechos de los niños, niñas y
adolescentes.
Es evidente que considerarlos como sujetos de derechos, es decir como titulares de
derechos y deberes, constituye un necesario y progresivo aprendizaje por parte de
todas y todos los integrantes de la comunidad. Por ello, una de las mejores maneras
de iniciar este proceso es partir del conocimiento del marco normativo que protege
y garantiza sus derechos. Así, la adopción de la Convención sobre los Derechos del
Niño por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1989,
posteriormente ratificada por el Perú, representó un hito para la protección y
reconocimiento de sus derechos.
En este sentido, en su condición de Estado Parte de la Convención, nuestro país ha
venido realizando esfuerzos dirigidos a adecuar sustancialmente su marco
normativo a los estándares internacionales. Con este propósito, en el año 2000 se
promulgó el Nuevo Código de los Niños y Adolescentes en actual proceso de
revisión, el cual no solo regula contextos de dificultad o vulnerabilidad, sino que
consagra y desarrolla los derechos específicos que se reconocen a los niños, niñas
y adolescentes.
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 3
1. LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES COMO
DERECHOS ESPECÍFICOS .......................................................................................................... 5
1.1. Reconocimiento de la especificidad de los derechos de los niños, niñas y
adolescentes ........................................................................................................................... 5
1.2. Reconocimiento de los niños, niñas y adolescentes como sujetos de
derecho ..................................................................................................................................... 7
1.3. El interés superior del Niño ..................................................................................... 9
1.4. Necesidad De La Incorporación De La Perspectiva De Género En Materia
De Defensa Y Promoción De Los Derechos De La Niñez Y La Adolescencia........ 9
2. NORMAS INTERNACIONALES .......................................................................................... 10
2.1. Declaración de los Derechos del Niño ............................................................... 10
2.2. Convenio relativo a la Protección del Niño y a la Cooperación en Materia
de Adopción Internacional ................................................................................................. 14
2.3. Ámbito De Aplicación Del Convenio ................................................................... 15
3. DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA DE PROTECCIÓN EN EL PERÚ ............................... 16
3.1. Protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes
como desafío ......................................................................................................................... 16
3.2. Protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes
como desafío ......................................................................................................................... 17
3.3. El sistema de protección integral a la niñez y adolescencia desde un
enfoque sistémico ................................................................................................................ 18
3.4. Situación y Avances del Marco Legal Vigente ................................................. 20
4. EL MALTRATO Y LA VIOLENCIA FAMILIAR E INFANTIL .......................................... 21
4.1. Los niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia política.................. 22
4.2. Comportamiento Presupuestal ............................................................................. 22
5. EL SUBSISTEMA DE DESARROLLO DE CAPACIDADES VINCULADO AL ........... 23
DERECHO A LA SUPERVIVENCIA Y AL DESARROLLO ................................................... 23
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................. 24
ANEXO............................................................................................................................................. 25
4
1. LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES COMO
DERECHOS ESPECÍFICOS
5
circunstancias de vida de la infancia/adolescencia1 a fin de que logren
una real protección y vigencia de dichos derechos.
Es así que en el plano internacional se da inicio al establecimiento de
normas y mecanismos específicos para su protección y promoción. La
aprobación de la Convención sobre Derechos del Niño (la
Convención) en 1989 constituye el hito más importante en el
progresivo reconocimiento de los derechos del niño, niña y
adolescentes, al consagrar de manera integral todos los problemas
que afectan universalmente a la infancia.
6
1.2. Reconocimiento de los niños, niñas y adolescentes como
sujetos de derecho
7
o libre desarrollo de la personalidad expresamente consagrado en el
Artículo 2 inciso 1) de la Constitución Política (la Constitución).
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con el paso del tiempo, de conformidad con lo dispuesto por el Artículo
IV del Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes, en
virtud del cual el niño, niña y adolescente gozan de los derechos
específicos relacionados con su proceso de desarrollo y tienen
capacidad especial para la realización de los actos civiles autorizados
por ley.
1.3. El interés superior del Niño
Un primer aspecto a tener en cuenta en materia del interés superior
del niño es que a diferencia de lo que se pensaba cuando recién surge
este concepto no se trata de un concepto que encierra una simple
declaración de intenciones, de carácter abstracto e indeterminado y
por ende sujeta a múltiples interpretaciones.
9
representan más de la mitad de la población total del país. Es esta la
razón por la cual la defensa y promoción de los derechos de las
mujeres requiere ser atendida desde una perspectiva integral.
La situación resulta más grave aún en el caso de las niñas y las
adolescentes, quienes resultan doblemente victimizadas tanto por su
condición de mujeres como por la real situación de vulnerabilidad en
que se encuentran en su calidad de personas menores de edad.
Por lo expuesto, en todo proceso de interpretación y aplicación de las
normas jurídicas vigentes en materia de niñez y adolescencia no
puede dejar de llevarse a cabo un análisis con enfoque de género, a
fin de contribuir al logro de una igualdad real entre los niños, las niñas
y los y las adolescentes en el país. Es precisamente esta la razón por
la que diversos informes internacionales en materia de niñez y
adolescencia vienen realizando este reconocimiento expreso. Tal es
el caso del Informe emitido por el experto independiente de Naciones
Unidas para el estudio de la violencia contra los niños, Paulo Surgió
Pinheiro, que recomienda que los estados aseguren que las políticas
y programas contra la violencia se elaboren y apliquen con una
perspectiva de género, teniendo en cuenta los diferentes factores de
riesgo a los que se enfrentan los niños y las niñas en lo que respecta
a la violencia. En tal sentido, recomienda que los Estados promuevan
y protejan los derechos humanos de las mujeres y niñas y hagan frente
a toda forma de discriminación de género como estrategia amplia18
de prevención de violencia.
2. NORMAS INTERNACIONALES
2.1. Declaración de los Derechos del Niño
Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado
en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre y en la
dignidad y el valor de la persona humana, y su determinación de
promover el progreso social y elevar el nivel de vida dentro de un
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concepto más amplio de la libertad, Considerando que las Naciones
Unidas han proclamado en la Declaración Universal de Derechos
Humanos que toda persona tiene todos los derechos y libertades
enunciados en ella, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma,
opinión política o de cualquiera otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento o cualquier otra condición,
Considerando que el niño, por su falta de madurez física y mental,
necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección
legal, tanto antes como después del nacimiento, Considerando que la
necesidad de esa protección especial ha sido enunciada en la
Declaración de Ginebra de 1924 sobre los Derechos del Niño y
reconocida en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en
los convenios constitutivos de los organismos especializados y de las
organizaciones internacionales que se interesan en el bienestar del
niño, Considerando que la humanidad debe al niño lo mejor que puede
darle.
La Asamblea General.
Proclama la presente Declaración de los Derechos del Niño a fin de
que éste pueda tener una infancia feliz y gozar, en su propio bien y en
bien de la sociedad, de los derechos y libertades que en ella se
enuncian e insta a los padres, a los hombres y mujeres
individualmente y a las organizaciones particulares, autoridades
locales y gobiernos nacionales a que reconozcan esos derechos y
luchen por su observancia con medidas legislativas y de otra índole
adoptadas progresivamente en conformidad con los siguientes
principios:
Principio 1
El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta
Declaración. Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin
excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza,
color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen
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nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya
sea del propio niño o de su familia.
Principio 2
El niño gozará de una protección especial y dispondrá de
oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros
medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual
y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones
de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración
fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño.
Principio 3
El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una
nacionalidad.
Principio 4
El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social. Tendrá
derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán
proporcionarse, tanto a él como a su madre, cuidados especiales,
incluso atención prenatal y postnatal. El niño tendrá derecho a disfrutar
de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos adecuados.
Principio 5
El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento
social debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especiales
que requiere su caso particular.
Principio 6
El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad,
necesita amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer
al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en
un ambiente de afecto y de seguridad moral y material; salvo
circunstancias excepcionales, no deberá separarse al niño de corta
edad de su madre. La sociedad y las autoridades públicas tendrán la
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obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia o que
carezcan de medios adecuados de subsistencia. Para el
mantenimiento de los hijos de familias numerosas conviene conceder
subsidios estatales o de otra índole.
Principio 7
El niño tiene derecho a recibir educación, que será gratuita y
obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una
educación que favorezca su cultura general y le permita, en
condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y
su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social, y
llegar a ser un miembro útil de la sociedad. El interés superior del niño
debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su
educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer
término, a sus padres. El niño debe disfrutar plenamente de juegos y
recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines
perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas
se esforzarán por promover el goce de este derecho.
Principio 8
El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros
que reciban protección y socorro.
Principio 9
El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y
explotación. No será objeto de ningún tipo de trata. No deberá
permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en
ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a
ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su
educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral.
Principio 10
El niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar
la discriminación racial, religiosa o de cualquier otra índole. Debe ser
13
educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los
pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que
debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus
semejantes.
2.2. Convenio relativo a la Protección del Niño y a la Cooperación en
Materia de Adopción Internacional
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2.3. Ámbito De Aplicación Del Convenio
Artículo 1
El presente Convenio tiene por objeto:
a) Establecer garantías para que las adopciones internacionales
tengan lugar en consideración al interés superior del niño y al
respeto a los derechos fundamentales que le reconoce el Derecho
internacional;
b) Instaurar un sistema de cooperación entre los Estados
contratantes que asegure el respeto a dichas garantías y, en
consecuencia, prevenga la sustracción, la venta o el tráfico de
niños.
c) Asegurar el reconocimiento en los Estados contratantes de las
adopciones realizadas de acuerdo con el Convenio
Artículo 2
El Convenio se aplica cuando un niño con residencia habitual en un
Estado contratante («el Estado de origen») ha sido, es o va a ser
desplazado a otro Estado contratante («el Estado de recepción»), bien
después de su adopción en el Estado de origen por cónyuges o por
una persona con residencia habitual en el Estado de recepción, bien
con la finalidad de realizar tal adopción en el Estado de recepción o
en el Estado de origen.
El Convenio sólo se refiere a las adopciones que establecen un
vínculo de filiación.
Artículo 3
El Convenio deja de aplicarse si no se han otorgado las aceptaciones
a las que se refiere el Artículo 17, apartado c), antes de que el niño
alcance la edad de dieciocho años.
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3. DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA DE PROTECCIÓN EN EL PERÚ
3.1. Protección integral de los derechos de las niñas, niños y
adolescentes como desafío
Sobre estos trasfondos, que configuran las diversas formas de
violencia que sufren las niñas, niños y adolescentes y que traman las
estructuras de la sociedad y de los individuos que la componen,
interesa colocar la noción de protección integral, «no es posible dar
una definición acabada de protección integral de los derechos de los
niños». Esta afirmación debe entenderse en un contexto en el cual
hace un llamado de atención respecto de la existencia de una disputa
o transición paradigmática entre la doctrina de situación irregular, el
modelo para desarmar, y la doctrina de la protección integral.
el nuevo modelo para armar. Lo que afirma Beloff es que la
«protección integral es protección de derechos» y lo que se busca es
«asegurarles un desarrollo pleno e integral, para que tengan la
oportunidad de formarse física, mental, emocional, social y
moralmente en condiciones de igualdad», porque son sujetos de
derecho. Este planteamiento propone un cambio paradigmático que
se gesta antes de la CDN y que tiene un punto de quiebre con su
aprobación (1989) y entrada en vigencia (1990). Y que, a pesar del
tiempo transcurrido, es un cambio en proceso y que sigue enfrentando
resistencias. En palabras de Beloff (1999) «permite todavía hoy a
algunos funcionarios defender las leyes de la situación irregular como
modelos de protección integral de la infancia» o incluso generar
situaciones que impliquen el riesgo de retroceder en la protección de
derechos. Este cambio de paradigmas es parte del proceso de
generación de cambio en las situaciones concretas de vida de las
niñas, niños y adolescentes y de las condiciones que las determinan;
condiciones que se crean y reproducen en cada uno de los planos de
la vida humana, desde el individual y el relacional hasta el que
involucran las macro estructuras (económicas, sociales, culturales,
16
ambientales y político institucional) pasando por las normas y las
políticas públicas.
La adopción formal y legal de un nuevo paradigma no implica un
cambio automático. Para que el cambio se dé, se requiere un cambio
en las formas de actuar del Estado y de los padres, para garantizarles
la protección en todos y cada uno de sus derechos. Protección que
debería comprender tanto el interés individual violentado o en riesgo
de serlo, como la protección de los intereses colectivos. Así por
ejemplo, el Informe mundial sobre violencia y salud (OMS 2003: 39),
señala que «Si se desea prevenir la violencia, se ha de poner fi n al
abandono que sufren las necesidades de los pobres, que en la
mayoría de las sociedades son quienes suelen recibir menos atención
de los diversos servicios estatales de protección y asistencia».
Enfrentar la resistencia al cambio es también una parte importante del
proceso. Si bien los conceptos de violencia cultural y de violencia
estructural contribuyen a explicar esta resistencia, habrá que trabajar
diversas estrategias a fi n de que la población adulta redefina sus
relaciones con las niñas, niños y adolescentes; esto es especialmente
importante para las relaciones del Estado y de los padres o quienes
hagan sus veces, para con ellos, por los roles que la CDN y el CNA
les confieren. Atendiendo a estas consideraciones, se puede decir que
la protección es integral si responde a una lógica de derechos, y si
enfrenta:
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protección integral de los derechos de los niños». Esta afirmación
debe entenderse en un contexto en el cual hace un llamado de
atención respecto de la existencia de una disputa o transición
paradigmática entre la doctrina de situación irregular, el modelo para
desarmar, y la doctrina de la protección integral, el nuevo modelo para
armar. Lo que afirma Beloff es que la «protección integral es
protección de derechos» y lo que se busca es «asegurarles un
desarrollo pleno e integral, para que tengan la oportunidad de
formarse física, mental, emocional, social y moralmente en
condiciones de igualdad», porque son sujetos de derecho. Este
planteamiento propone un cambio paradigmático que se gesta antes
de la CDN y que tiene un punto de quiebre con su aprobación (1989)
y entrada en vigencia (1990). Y que, a pesar del tiempo transcurrido,
es un cambio en proceso y que sigue enfrentando resistencias. En
palabras de Beloff (1999) «permite todavía hoy a algunos funcionarios
defender las leyes de la situación irregular como modelos de
protección integral de la infancia» o incluso generar situaciones que
impliquen el riesgo de retroceder en la protección de derechos. Este
cambio de paradigmas es parte del proceso de generación de cambio
en las situaciones concretas de vida de las niñas, niños y adolescentes
y de las condiciones que las determinan; condiciones que se crean y
reproducen en cada uno de los planos de la vida humana, desde el
individual y el relacional hasta el que involucran las macro estructuras
(económicas, sociales, culturales, ambientales y político institucional)
pasando por las normas y las políticas públicas.
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diversidad de planos y factores que influyen sobre su desarrollo y
bienestar obligan a mirar su realidad en su conjunto, así como a
diseñar estrategias de intervención desde un enfoque ecológico, como
el ya enunciado y dentro de una perspectiva sistémica. Desde el
enfoque de derechos, como ya se ha señalado, el objetivo principal de
la protección integral de la niñez y adolescencia radica en
garantizarles bienestar y desarrollo pleno a lo largo del ciclo de vida.
Por tanto, el sistema de protección integral será «el conjunto de
elementos formales o informales; físicos, psicológicos y afectivos; que
circundan e interactúan con las niñas, niños y adolescentes,
garantizando y promoviendo su desenvolvimiento y desarrollo. Y que
trabajan en conjunto para prevenir y responder al abuso, la
negligencia, la explotación y en general contra toda forma de violencia
hacia la niñez».13 Entre los tipos de actores involucrados en el
sistema se encuentran: la niña o el niño, la familia, la comunidad –en
sus diversas expresiones formales e informales–, el Estado a quien,
en concordancia con la CDN, se considera un actor crítico, y los
actores internacionales. Un sistema de estas características tiene un
plano ético normativo, y dos planos operacionales. En los planos
operacionales se distinguen por un lado la provisión de bienes y
servicios vinculados a los derechos universales, y orientados al
cuidado y desarrollo pleno, a lo cual se ha denominado «Protección
social»; y de otro, los bienes y servicios orientados a protegerlos de la
violencia directa (o simplemente de protección contra la violencia).
Con respecto a los servicios de cuidado y protección social, cabe
señalar que cumplen funciones complementarias a los servicios de
protección contra la violencia, vinculadas a la restitución de derechos
a quienes han sido víctimas de ella.
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3.4. Situación y Avances del Marco Legal Vigente
Las normas legales son un conjunto de reglas que la población
reconoce como pautas de cumplimiento obligatorio para la vida en
sociedad, que se encuentran respaldadas por disposición expresa de
organismos estatales competentes (Poder Legislativo, Poder
Ejecutivo en ejercicio de funciones delegadas, Poder Judicial, en
ejercicio de funciones juridiccionales y organismos de Gobiernos
regionales y locales, en el marco de sus respectivas leyes y
competencias). Las normas legales definen los derechos, las
responsabilidades para su cumplimiento y, de ser el caso, las
sanciones que se derivan de su incumplimiento. Las «normas legales»
están condicionadas en su formulación, interpretación y aplicación por
los valores y las estructuras económicas, políticas y socioculturales
vigentes; con los cuales guarda una relación de complementariedad y
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de tensión. Es importante hacer notar que las normas legales son
productos socio-históricos que responden a necesidades concretas en
contextos específicos. Por lo general, las normas se gestan y son
aprobadas en situaciones singulares en las cuales se da una
«correlación de fuerzas»9 particular. En este sentido, las normas, y
entre estas las normas legales, expresan terrenos de tensiones: entre
valores y antivalores (por ejemplo: se afirma democracia o
autoritarismo; las niñas, niños y adolescentes se definen como objetos
de tutela o como sujetos de derechos, etc.); entre modelos culturales
(costeños, andinos o amazónicos); o entre modelos de desarrollo
económico (de libre mercado o afirmando la presencia del Estado).
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Según la ENDES 2000, el 50% de las madres que emplean la violencia física
para castigar a sus hijos pertenece a los dos quintiles más pobres. Por otro
lado, la violencia psicológica no es sólo usada en los hogares pobres sino
también en los ricos. Se puede afirmar que en el maltrato influye el nivel
educativo de los padres, estableciéndose que, a menor nivel educativo de
estos, mayores son las posibilidades de que los niños y las niñas sufran el
maltrato.
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aproximadamente el 10% de esos montos, con 10.6 millones el primer
año, 11.3 el segundo y 11.1 millones el tercero.
Su núcleo básico está formado por los sectores Salud y Educación, los cuales
desarrollan políticas y programas de carácter universal de mediano y largo
plazo llamados regulares. Sus servicios tienen relación directa y universal
con la infancia, desde la gestación hasta los 18 años en el caso de Salud y
desde los 2 hasta los 18 en el caso de Educación.
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BIBLIOGRAFÍA
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ANEXO
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