Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Mujer: ¿A quién? A la niña. A la niña le vamos a dar una fruta, ¿ya? Vamos
a pedirle a papá, papá tiene fruta, tienes que decirle “papáá”.
Niña: Papáá… [la niña mira al padre y le hace gestos con la mano imitando
a la madre].
Mujer: Eso, ya, ¿a quién le vamos a dar? A la niña, vamos a ponerle la fruta
a la niña. Ya está, ya está. Otra fruta, otra fruta.
Niña: Papáá… [la niña mira al padre y le mueve la mano imitando el gesto
de la madre].
Mujer: Ya, ya, dame. Ahí está. ¿A quién le doy?
Niña: Aia. Papá.
1
ensayo y error, estímulo y respuesta, refuerzo positivo y negativo de conductas. Y
es importante el estímulo que provoca una respuesta. Un conductista consideraría
las intervenciones de la mujer como el estímulo externo y las de la niña serían las
respuestas que al obtener el refuerzo positivo de la mujer “Eso, ya”, “Ya, ya”, le da
a la pequeña la noción de que está haciendo las cosas bien; la repetición de ese
refuerzo positivo es lo que consolida el hábito. La niña recibe estímulos verbales y
ella responde y así aprende.
Mientras que para Chomsky, solo va a ser importante lo que la niña produce, el
input que le proporciona la mujer son datos lingüísticos primarios, pero no es
suficiente para ser considerado habilitador de la adquisición del lenguaje. Este
autor sostiene que existe algo en la especie que posibilita esa adquisición, un
constructo interno, un esquema innato específicamente humano y genéticamente
hereditario que posee un conjunto de principios gramaticales universales. Una vez
que estos datos lingüísticos primarios son procesados en el LAD (dispositivo de
adquisición de la lengua) hay un output o resultado: “Aia. Papá”. Se niega todo el
rol de la experiencia, en favor de que el niño va testeando cómo funciona la lengua
y generando hipótesis. Para los innatistas, los intentos de los adultos de corregir
los errores de los niños, no ayudan a la adquisición del lenguaje. El input no es
algo que le simplifique la adquisición a la niña, pues es complejo.
Al examinar el siguiente fragmento: “Mujer: Ya, ya, dame. Ahí está. ¿A quién le
doy?; Niña: Aia. Papá.”, identificamos lo que se denominó gramática pivote.
Según esta teoría las primeras combinaciones de dos términos de todos los niños,
independientemente de la lengua que adquieran, existen unas palabras que
aparecen frecuentemente (palabras "pivote") y otras cuya frecuencia es baja
(palabras "abiertas"); la niña utiliza la palabra “papá” como pivote que es de fácil
articulación, pertenece a una clase cerrada y funciona como eje de referencia.
Los interaccionistas ven este juego desarrollado en el video como una interacción
del tipo novicio-experto y le es interesante como dato. La habilidad del experto,
2
en este caso la mujer, va a propiciar la adquisición. Este enfoque, considera que
los vínculos intersubjetivos tienen un rol fundamental en la adquisición; interesa
lo que hablan ambas, el vínculo afectivo y comunicativo, lo que a veces
comunican sin hablar, los patrones culturales que se están produciendo y
reproduciendo en ese juego.El aprendizaje ocurre en colaboración.
Inicialmente es la mujer quien propone el juego, dirigiendo la actividad, generando
todas las acciones y ordenando la interacción. El andamiaje que facilita la mujer
consiste en movimientos conversacionales que no solo apoyan la actividad
propiamente dicha, sino que también regulan la organización del juego y enfatizan
la producción oral de la niña. Los juegos tempranos entre la mujer y la niña, que
consisten de rutinas de interacciones simples y estandarizadas (formatos) según
Bruner (1986), constituyen situaciones privilegiadas para el andamiaje del adulto.
Los formatos describen interacciones triangulares entre adultos, niños y objetos.
Mujer: ¿A quién? A la niña. A la niña le vamos a dar una fruta, ¿ya? Vamos a
pedirle a papá, papá tiene fruta, tienes que decirle “papáá…”
3
posibilidades. Así, podemos entender lo útil que puede ser la participación adulta
en dicho aprendizaje, sobre todo, si se lleva a cabo a través del juego.
Según Tomasello,M., el proceso por el cual la niña entiende el uso adulto de los
símbolos lingüísticos es la comprensión de las intenciones comunicativas y que la
imitación por inversión de roles es el proceso de aprendizaje cultural a través del
cual ella adquiere el uso de los símbolos lingüísticos.
4
Bibliografía
Bruner, J. (1986). El habla del niño. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica S. A.,
1995.