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“Estilo, entre el pensamiento y la teoría”

Cristian Adán Rodríguez Astorga

crastorga@hotmail.com

Estilo y arquitectura, dos palabras que están relacionadas y que interactúan una de la otra
desde tiempos inmemorables, sin embargo no se comprende bien el significado que tiene
cada una de estas palabras, por una parte, cuando hablamos de arquitectura tenemos un
concepto vago de lo que realmente significa, más allá de todas las definiciones que han dado
grandes arquitectos a lo largo de la historia, aun no podemos tener un concepto claro de lo
que realmente significa arquitectura, sin embargo, esto no tiene que radicar en un significado
universal, mas bien se basa en lo que para cada uno de nosotros significa, expresa o simboliza
la palabra arquitectura. Por otro lado, el estilo es de quien lo vea, de quien lo haga, de quien
lo interpreta, y mas que nada de la percepción que tengan las personas con el contexto de lo
que estén observando, por eso a veces se dice que el estilo se basa en la moda para que luego
se convierta en tendencia.

Al momento que se desea hacer arquitectura, no estamos pensando en los aspectos


que se necesitan para poderla llevar a cabo, creemos que solo por ver un estilo arquitectónico
y hacer de esa obra a ese estilo, ya podemos definir un buen proyecto, pero hay ciertos
fundamentos que demeritaran a la hora de estarlo realizando y tal como lo dice Eduardo de
la Rosa Erosa en su libro Introducción a la teoría de la arquitectura “Dolorosamente vemos
cómo, día con día, es más común ver proyectos que carecen de concepto, que no cumplen
con ningún valor social y que estéticamente son insatisfactorios. Y lo que es peor, vemos
cómo estas obras son consideradas, erróneamente, como arquitectura y cómo en ciertos
círculos no sólo se tolera, si no que aún se favorece, este tipo de obras” (De la Rosa, 2012),
esto quiere decir que, aunque sea un buen proyecto y sea aceptado por la crítica,
desafortunadamente dejamos de lado la parte emocional y perceptiva que debería ser
fundamental en nuestro diseño.

Para crear un buen diseño no solo basta con el estilo, este solamente es caracterizado
cuando es producido, pero hay que tener buenos fundamentos para definir bien esta parte del
diseño, para eso nos habla la teoría, de aspectos que van conectados con el pensamiento

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humano, para hacer arquitectura hay que pensar. Si bien hemos definido arquitectura como
arte, podemos decir que arquitectura es el arte de pensar, pero, ¿cómo logramos que este
pensamiento nos dé frutos la hora de diseñar?, y si bien dijimos que el estilo se basa en moda,
no podemos decir que solo esto nos ayudara para fomentar nuestro pensamiento, como nos
dice Eduardo De la Rosa “Es por ello que vemos, actualmente, muchos proyectos que copian
diferentes aspectos del trabajo de otros artistas, convirtiéndose, la mayoría de las veces, en
parodias de éstos. Los proyectos así realizados son edificaciones, mas no por ello alcanzan
el estatus de arquitectura” (De la Rosa, 2012). Con esto no se trata de decir que la imitación
es una forma errónea de diseñar una obra, mas bien, debemos entender que esto solo será una
manera para crear dicha obra, solamente nos estamos basando en algunos aspectos de
cualquier obra arquitectónica para crear la nuestra, esto no quiere decir que vamos a crear
una obra exactamente igual a otra, a final de cuentas somos seres miméticos y buscamos esa
mimesis en la realidad, y solamente tomamos como modelo alguna obra en particular para
mejorar nuestra manera de pensar, para un mejor entendimiento de las posibles percepciones
que busca el artista cuando está diseñando.

“No quiero que me duelan las paredes de mi casa, que nadie diga que me miré al
espejo ni que tiré para siempre mis zapatos que perdieron su color por la distancia,
constrúyela... para que converse conmigo y ponle mil ventanas que den al paraíso” (Pineda).
Este pequeño fragmento del poema “Para construir una morada” nos puede ayudar para tener
una mejor capacidad de entendimiento para describir en lo que realmente consiste
arquitectura, más allá del estilo, más allá del pensamiento, ¿Qué más necesita la teoría para
un buen diseño?, debemos comprender las capacidades de las personas para quienes estemos
diseñando, debemos tener en cuenta que es lo que representa para ellos, que es lo que para
ellos los emotiva, no solo debemos tener en cuenta nuestras sensaciones a la hora de diseñar,
sino distinguir lo que a las personas les provoque una sensación, obviamente no todos vamos
a sentir lo mismo, cada uno de nosotros lograra percibir de manera distinta las emociones
que nos provoque alguna obra arquitectónica, es por ello, que al momento de diseñar un
espacio debemos tomar en cuenta como se sentirán las personas en dicho espacio, que
sensaciones tendrán, cuál será su reacción al momento de habitar el espacio, aspectos como
estos no los debemos dejar pasar por alto, simplemente es erróneo pensar que arquitectura es

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solamente construir, no hay que diseñar por espontaneidad, hay que tener bases
fundamentadas para lograr el fin al que queremos llegar.

Gracias a todo esto podemos darnos cuenta de que para crear arquitectura se necesitan
bases teóricas que ayudaran en la formación del arquitecto, que el estilo no solamente nos
dará un pequeño paso para diseñar, sino que las experiencias vividas, las percepciones que
tengamos del mundo que nos rodea, todo esto nos dará las capacidades que necesitemos para
crear una obra, y a medida que nuestro pensamiento evoluciona no debemos dejar que estos
aspectos desaparezcan de nuestro ser, ya que eso es natural en el ser humano, cuando
tengamos la capacidad de un pensamiento racional podremos alcanzar la belleza con la que
siempre hemos soñado.

Sin duda podemos decir que es muy importante el habitar para el ser humano, que al
estar simplemente en un espacio de cuatro muros, esto nos da la protección para sentirnos en
un lugar seguro, todos podemos construir un espacio, pero no cualquiera tendrá la capacidad
ni la voluntad para apreciar el pensamiento que se nos ha brindado desde que nacemos para
manejar el estilo, la belleza y la percepción que se requieren para alcanzar el goce estético de
arquitectura.

Referencias bibliográficas

(De la Rosa, 2012). Introducción a la teoría de la arquitectura, DF, Ed. Red Tercer Milenio

(Pineda). Fragmentos del poema “Para construir una morada” de Nazario Chacón Pineda
(Ponce, 2015) Tesis “Pensar y habitar” de Alfonso Ramírez Ponce

Correo electrónico: crastorga@hotmail.com

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