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https://www.semana.com/nacion/articulo/puede-ivan-duque-gobernar-sin-
el-apoyo-de-las-instituciones/619013
La gobernabilidad hoy es débil. Llamar a los partidos para formar parte del
Gobierno podría solucionar ese problema.
Por los lados de la economía las tensiones se están empezando a sentir. Ante
el ambiente de crispación política en torno a la paz, varios empresarios y
dirigentes gremiales han expresado cierta inquietud por la forma como la
incertidumbre podría afectar los negocios. Las cifras ya causan discordia y
cada cual las ve según su perspectiva. El crecimiento económico del primer
trimestre, de 2,8, fue menor al esperado, pero no malo. Pero el índice de
confianza del consumidor de Fedesarrollo, en abril, registró -9,6 por
ciento; el desempleo está en dos dígitos, 10,3 por ciento, y tiende a subir.
Para el gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, la economía
frenó y el crecimiento es insuficiente; y encuentra en la incertidumbre y la
polarización parte de las razones.
Puede leer: Por petición de la Corte Duque firma ley estatutaria de la JEP
En un ambiente preelectoral como el que marcará el segundo semestre de
este año, generar consensos será aún más difícil, pero no imposible. El
mandatario tiene tres años para lograr nuevas formas de liderazgo, que, si bien
no deben acudir a la mermelada, sí podrían ampliar la representación política
en el Gobierno o lograr banderas que cohesionen a los partidos y la opinión.
Este será el momento clave en el que el primer mandatario tendrá que pisar
algunos callos dentro de su base para poder mirar hacia adelante, y gobernar
también para esa gran parte del país que no comulga con las tesis del Centro
Democrático. Deberá asumir el reto de dejar atrás el debate en torno a las
objeciones y a la modificación de lo acordado en La Habana para
concentrarse en los temas que congregan al país. Y para darle a su
gobierno, de paso, el nuevo aire que definitivamente necesita.
La gobernabilidad hoy es débil. Llamar a los partidos para formar parte del
Gobierno podría solucionar ese problema.
Por los lados de la economía las tensiones se están empezando a sentir. Ante
el ambiente de crispación política en torno a la paz, varios empresarios y
dirigentes gremiales han expresado cierta inquietud por la forma como la
incertidumbre podría afectar los negocios. Las cifras ya causan discordia y
cada cual las ve según su perspectiva. El crecimiento económico del primer
trimestre, de 2,8, fue menor al esperado, pero no malo. Pero el índice de
confianza del consumidor de Fedesarrollo, en abril, registró -9,6 por
ciento; el desempleo está en dos dígitos, 10,3 por ciento, y tiende a subir.
Para el gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, la economía
frenó y el crecimiento es insuficiente; y encuentra en la incertidumbre y la
polarización parte de las razones.
El intento del Gobierno de buscar un pacto político con los partidos se
desvaneció rápidamente porque estos no estaban dispuestos a cambiar lo
acordado en La Habana.
Este será el momento clave en el que el primer mandatario tendrá que pisar
algunos callos dentro de su base para poder mirar hacia adelante, y gobernar
también para esa gran parte del país que no comulga con las tesis del Centro
Democrático. Deberá asumir el reto de dejar atrás el debate en torno a las
objeciones y a la modificación de lo acordado en La Habana para
concentrarse en los temas que congregan al país. Y para darle a su
gobierno, de paso, el nuevo aire que definitivamente necesita.