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Universidad Rafael Landívar

Facultad de Teología
Campus de Quetzaltenango

“DÉBORA COMO MODELO DE LIDERAZGO FEMENINO PARA


LA IGLESIA”

TESIS

Macaria Magloris Velásquez Figueróa

Carné 1532809

Quetzaltenango, mayo de 2014


Campus de Quetzaltenango
Universidad Rafael Landívar
Facultad de Teología
Campus de Quetzaltenango

“DÉBORA COMO MODELO DE LIDERAZGO FEMENINO PARA


LA IGLESIA”

TESIS

Presentada a Coordinación de Facultad de


Teología

Por:

Macaria Magloris Velásquez Figueróa

Previo a conferirle en el grado académico de:

Licenciada

El título de
Teóloga

Quetzaltenango, mayo de 2014


Autoridades de la Universidad Rafael Landívar
del Campus Central

Rector Padre Eduardo Valdés Barría, S. J.

Vicerrectora Académica Doctora Lucrecia Méndez de Penedo

Vicerrector de Investigación

y Proyecto Social Padre Carlos Cabarrús Pellecer, S. J.

Vicerrector de Integración Universitaria Licenciado Luis Estuardo Quan Mack

Vicerrector Administrativo Licenciado Ariel Rivera Irías

Secretaria General Licenciada Fabiola Padilla de Lorenzana

Autoridades de la Facultad de
Teología

Decano Lic. Rodolfo Alberto Marín Angulo, MA.

Secretario Lic. Guillermo Enrique Téllez Ibarra, MA.

Director del ICCRE Lic. Abdón Alberto Camacho, F.S.C.

Director de los Programas de

Quetzaltenango M.S.C. Melvin Arístides Otero, S. J.

Directora Licenciatura en Teología Lic. María de la Luz Ortiz Martínez, MA.

Coordinador Diplomado y del PIL (EDP) Lic. Andy Roger Aguilar López

Coordinador del Área de Ética Lic. Víctor Virula


Miembros del Consejo
Campus de Quetzaltenango

Director de Campus Arquitecto Manrique Sáenz Calderón

Subdirector de Integración
Universitaria Msc. P. José María Ferrero Muñiz S. J.

Subdirector de Gestión General Msc. P. Mynor Rodolfo Pinto Solís S. J.

Subdirector Académico Ingeniero Jorge Derik Lima Par

Subdirector Administrativo MBA. Alberto Axt Rodríguez

Asesora

MA. Marlene Teresinha Ruppenthal Wolfarth

Revisora de Fondo

Licda. Claudia Marcela López Arango


Agradecimiento

A Dios Padre y Madre que en su infinita misericordia me ha concedido la vida y la gracia


de poder llegar a este momento de encuentro filial con su amor.

A mi familia, especialmente a mi abuela y mi madre por quienes he conocido el rostro


femenino de Dios con su ternura y su apoyo incondicional que siempre me han brindado
en esta experiencia fascinante de hacer teología.

A mis catedráticos (as) de teología, quienes compartieron sus sabios conocimientos


desde su propia experiencia de Dios y que fortalecieron mi afán por descubrirlo cada
día más.

A las personas que aportaron en mi vida personal, profesional y espiritual para que
llegara a obtener este triunfo.
Dedicatoria

A Dios que me concede el don de la sabiduría para alcanzar este éxito tan deseado.

A mí querida amiga de la infancia que se me adelantó al encuentro con Jesús, quien fue
un ejemplo de liderazgo auténtico en mi vida.

A todas aquellas laicas líderes y luchadoras que se enfrentan con alegría y esperanza a
los desafíos de este siglo XXI.

A las personas que han dejado una huella en mi vida y contribuyen cada día en la
construcción del Reino de Dios, promoviendo la igualdad de hombres y mujeres.
Índice

Pág.
Introducción ................................................................................................................... 1
1. Justificación ........................................................................................................ 3
1.1. Justificación personal.......................................................................................... 3
1.2. Justificación teológica ......................................................................................... 3
1.3. Justificación pastoral........................................................................................... 4

CAPÍTULO I.
Antecedentes bíblicos, eclesiásticos, históricos, teológicos ................................... 5
1.1. Diferencias y similitudes del liderazgo femenino en el Antiguo Testamento
(A.T.) y Nuevo Testamento (N.T.) ....................................................................... 5
1.1.1. Diferencias del liderazgo femenino en el Antiguo Testamento (A.T.) y
Nuevo Testamento (N.T.) ................................................................................... 6
1.1.2. Similitudes del liderazgo femenino en el Antiguo Testamento (A.T.) y
Nuevo Testamento (N.T.) ................................................................................... 8
1.2. Rasgos del liderazgo femenino desde el Antiguo Testamento (A.T.) y
Nuevo Testamento (N.T.) ................................................................................. 10
1.2.1. La maternidad un rasgo muy peculiar ............................................................... 11
1.2.2. La solidaridad y la amistad que permiten ser liberadora ................................... 12
1.2.3. El servicio como un medio que provoca liberación de los demás ..................... 13
1.2.4. El perdón para reconstruir un mundo nuevo ..................................................... 14
1.3. Mujer y la simbología de la Madre Tierra .......................................................... 14
1.4. Servicio desde el anonimato en la historia de la Iglesia.................................... 15
1.4.1. Presencia de las mujeres líderes en las comunidades cristianas primitivas ..... 16
1.4.1.1. Apfia.................................................................................................................. 16
1.4.1.2. Lidia .................................................................................................................. 16
1.4.1.3. María, Madre de Jesús ..................................................................................... 17
1.4.1.4. Febe, María, Trifena, Trifosa, Pérside, Junia, Julia, Prisca, Evodia,
Síntique............................................................................................................. 17
1.4.2. Mujeres líderes a lo largo de la historia ............................................................ 18
1.4.2.1. Época de los Primeros Padres de la Iglesia (Siglo I, II y III) ............................. 18
1.4.2.2. Época de la Edad Media ................................................................................... 19
1.4.2.3. Época Moderna, siglo XVII, contradicciones y persecuciones .......................... 21
1.4.3. Liderazgo en la tarea encomendada por Dios hoy............................................ 22

CAPÍTULO II.
Débora jueza y profetisa del pueblo de Israel y modelo de liderazgo
femenino para la mujer del siglo XXI ......................................................................... 24
2.1. Exégesis hermenéutica de Jueces 4, 4-10, ...................................................... 25
2.1.1. Texto bíblico escrito: Jueces 4, 4-10. Débora y Barac: Israel oprimido por
los cananeos .................................................................................................... 25
2.1.2. Contexto histórico del libro ................................................................................ 25
2.1.2.1. Autor ................................................................................................................. 25
2.1.2.2. Lugar y fecha .................................................................................................... 26
2.1.2.3. Realidad de la comunidad ................................................................................ 26
2.1.2.4. Género literario y forma literaria........................................................................ 28
2.1.2.5. Interpretación tradicional del texto .................................................................... 29
2.1.3. Débora, mujer elegida por Dios para dirigir a su pueblo Israel ......................... 31
2.1.3.1. ¿Quién es ella? ................................................................................................. 31
2.1.3.2. ¿Qué función desempeña en el pueblo de Israel? ........................................... 32
2.1.3.3. ¿Por qué Dios la elige como instrumento de liberación? .................................. 33
2.2. Habilidades para un liderazgo femenino desde el prototipo de la jueza
Débora .............................................................................................................. 34
2.3. Debilidades ante la autoridad que ejercen las mujeres como Débora .............. 35
2.4. Mujeres con capacidad de liderazgo................................................................. 36
2.5. Mujer libre y liberadora de los más débiles ....................................................... 37

CAPÍTULO III.
Liderazgo femenino en la Iglesia, hoy ....................................................................... 40
3.1. El liderazgo femenino en la Iglesia circundante ................................................ 40
3.2. Mujeres con iniciativa y valentía para enfrentar los retos de la
globalización ..................................................................................................... 41
3.3. El Espíritu Santo, fiel aliado de las mujeres laicas en la propagación de la
Buena Noticia ................................................................................................... 43
3.4. El liderazgo profético de las mujeres en el siglo XXI ........................................ 44
3.5. La participación de la mujer en la acción pastoral ............................................ 45
3.6. Espacios para la tarea de la mujer laica ........................................................... 47
3.6.1. En la proclamación de la Palabra ..................................................................... 48
3.6.2. En las diversas pastorales ................................................................................ 48
3.6.3. En la docencia .................................................................................................. 48
3.6.4. En acompañamiento (Guía espiritual)............................................................... 49
3.6.5. Como colaboradora en la Eucaristía ................................................................. 49
3.7. Estilo de gestión femenina para la Iglesia de hoy ............................................. 50
3.7.1. Autoridad compartida a ejemplo de Débora ...................................................... 50
3.7.2. Liderazgo incluyente desde la perspectiva de mujeres líderes en la historia.... 51
3.7.3. Lidia, un verdadero liderazgo que crea comunidad .......................................... 51
3.8. Desafíos en el quehacer de la mujer que profetisa el amor de Dios a su
pueblo ............................................................................................................... 52
3.8.1. El rechazo de los hombres con ideología machista y patriarcal ....................... 52
3.8.2. Poco apoyo por parte de la comunidad eclesial ............................................... 53
3.8.3. Una sociedad de consumo a la que se enfrenta ............................................... 53
3.8.4. La automarginación de muchas de sus hermanas............................................ 53
3.8.5. La pobreza un verdadero reto ........................................................................... 54

Conclusiones ............................................................................................................... 55

Sugerencias pastorales .............................................................................................. 57

Bibliografía ................................................................................................................... 59
Resumen

Débora como modelo de liderazgo femenino para la Iglesia, presenta el rol que juega la
mujer líder en los asuntos de la Iglesia, reconociendo su misión en los diversos
ministerios de la comunidad primitiva y moderna, asimilado desde la perspectiva de
mujeres a lo largo de la Historia de Salvación, quienes orientan el caminar del Pueblo
de Dios mediante sus acertadas decisiones.

Existe una relación muy estrecha entre la vida y manera de actuar de las mujeres que a
lo largo de la historia humana han ejercido un papel de liderazgo con las mujeres de
hoy, ya sea ellas solas como protagonistas o a la par de hombres que les han dado su
lugar. Un ejemplo muy peculiar que se puede citar es el de Débora jueza y profetisa del
pueblo de Israel, al recordar su gran hazaña de liberar al pueblo de la opresión de la
que eran víctimas por los cananeos.

Por lo tanto dentro de las herramientas que fundamentan el trabajo de mujeres en las
comunidades eclesiales, tomadas desde la Sagrada Escritura, la Tradición de la Iglesia
y de la presencia del Padre, Hijo y Espíritu Santo se encuentran: la capacidad de
convocar, organizar, dirigir, compartir su autoridad y conocimientos, trabajar en equipo,
ser solidaria, vivir en íntima relación con Dios, tener una conciencia clara de su vida
personal, sensibilizar a los demás, liberar a los que sufren, servir con amor y humildad,
poseer iniciativas, mente amplia, fortaleza para resistir, dejarse guiar por el Espíritu
Santo, etc.
Introducción

El presente ensayo titulado Débora como modelo de liderazgo femenino para la Iglesia,
presenta el rol que juega la mujer líder en los asuntos de la Iglesia, reconociendo su
misión en los diversos ministerios de la comunidad primitiva y moderna, asimilado
desde la perspectiva de mujeres a lo largo de la historia de salvación, quienes orientan
el caminar del Pueblo de Dios mediante sus acertadas decisiones.

El presente ensayo consiste en un análisis basado en la recopilación de apuntes de


clase y bibliografías extraídas de los diversos cursos que se cursaron en la carrera de
Teología durante estos cinco años de estudio. Parte de la información recopilada sobre
el recorrido histórico es fundamentada en los escritos de autoras y autores que iluminan
esta realidad latente de la mujer de hoy, en una Iglesia con matices de antigüedad en
relación a la participación activa de las mujeres.

La intención es brindar líneas de acción, que permitan seguir en la lucha por la vocación
del ministerio de las mujeres en la Iglesia y sobre todo que ayude en la fundamentación
de los tratados de laicos y laicas que trabajan por la igualdad de derechos en la
participación activa del compromiso eclesial en el siglo XXI.

El enfoque del presente abarca el área de Moral y Praxis Cristiana, que tiene como
tema central el Profetismo de mujeres líderes que lo dieron todo por cumplir la misión
que se les encomendó en su contexto, y que supieron dar respuestas generosas a las
necesidades de su tiempo. De esta forma se logra identificar los elementos del
liderazgo femenino en la Iglesia desde la perspectiva de Débora a los ministerios de la
mujer del siglo XXI, por medio de diversos escritos y herramientas exegéticas y
hermenéuticas para la declaración de los valores de la mujer, como líder en los asuntos
eclesiales y pastorales. Estas son las bases para conocer la realidad de los servicios de
las mujeres en la Iglesia, a través de “ver” la realidad que interpela en las comunidades
cristianas, permitiendo así la profundización del estudio de liderazgo que la mujer
ejerce, para la reivindicación de su lugar en la sociedad y en la Iglesia.

1
Es por ello que se parte de los aportes de mujeres líderes en el Antiguo y Nuevo
Testamento y en las comunidades cristianas primitivas, por medio de la fundamentación
teórica investigativa, que logra establecer los elementos teológicos otorgados a los
ministerios de las mujeres de este siglo.

Por último se plantea líneas de acción concretas, por medio de una crítica del trabajo
que realizaron y realizan las mujeres en los ministerios de la Iglesia, para que se valore
la riqueza de las soluciones que la mujer líder brinda a los asuntos eclesiales de las
comunidades cristianas de hoy.

2
1. Justificación

1.1. Justificación personal

Me motiva realizar este ensayo porque como mujer, líder y laica veo como se
discrimina la iniciativa de la mujer en la Iglesia y pese que a lo largo de la historia, la
mujer ha tenido presencia en las tareas de la Iglesia. Considero que el rol de la mujer
no puede ser invisible en una sociedad del siglo XXI, en el que ha ganado su propio
espacio y reclamado lo que por derecho le corresponde, ya que al igual que el hombre,
fue creada con los mismos derechos y obligaciones desde el inicio de la Tierra. Cuando
Dios creó la humanidad, los hizo a ambos a su imagen y semejanza, no una menos que
al otro o viceversa. Desafortunadamente algunos hombres no quieren reconocer esta
realidad aunque venga de Dios y sea tan palpable que la mujer posea liderazgo, no
obstante ha querido ser omitido, se puede ver que está presente en las realidades de la
vida, como en la política, lo social, económico, cultural y en lo religioso a pesar del
machismo que aun en pleno tercer milenio está presente. Por la inquietud que provocan
muchas mujeres de Dios que han escrito y siguen escribiendo a lo largo de la historia
de la Iglesia, buscando el espacio que se les negó, haciéndolo desde su participación
activa en la pastoral, para construir mejores comunidades cristianas, más fraternas y
menos desiguales.

1.2. Justificación teológica

El propósito de realizar este ensayo es el poder comprender de mejor manera cómo


Dios actúa en la historia de Salvación teniendo como instrumento el protagonismo de
mujeres laicas que lo dan todo por el anuncio del Evangelio, tomando decisiones
acertadas guiadas por el Espíritu de Dios, para liberar a su pueblo de las ataduras del
pecado y la injusticia que prevalece en la humanidad. Teniendo como elemento
principal la propia experiencia femenina y la de sus hermanos más débiles en donde
encuentran cada día el rostro de Cristo sufriente que le invita a seguir su causa.

3
1.3. Justificación pastoral

El presente ensayo me produce realizarlo porque la mujer, en medio de los obstáculos


que se le presentan en su caminar de fe en los grupos pastorales, ha luchado por la
reivindicación de su lugar, a pesar de que muchas veces se le silencia y discrimina,
sigue al pie de la cruz dando lo mejor de sí en el quehacer pastoral. Por eso se espera
proporcionar líneas de acción con estrategias, que permitan la participación de la mujer
en la Iglesia institucional y en la toma de decisiones, para que así se les permita asumir
los ministerios que hasta ahora son exclusivos del hombre.

4
Capítulo I.

Antecedentes bíblicos, eclesiásticos, históricos, teológicos

1.1. Diferencias y similitudes del liderazgo femenino en el Antiguo Testamento


(A. T.) y Nuevo Testamento (N.T.)

La experiencia de conocer mujeres con la capacidad de liderazgo que se encuentran en


pasajes variados de las Sagradas Escrituras, es un verdadero desafío, que implica traer
a la memoria las acciones heroicas protagonizadas por ellas desde el Pentateuco hasta
los evangelios e incluso en las cartas. No dejan de sorprender por su iniciativa personal,
lo que llevó a que sus nombres fueran recordados a lo largo y ancho de la historia
bíblica y eclesiástica por su manera de transmitir el amor de Dios hacia su pueblo en la
acción salvadora.

A pesar de que son varios los textos bíblicos que se usan para omitir la presencia de
mujeres líderes, por el pensamiento patriarcal que se maneja en ellos, existen muchos
otros que dan a conocer las actitudes que fueron tomadas por mujeres rodeadas de una
cultura de poder ejercido por hombres, para quienes sus esposas, hijas, hermanas o
cuñadas, concubinas eran solamente parte de sus bienes, como lo da a conocer el
Antiguo Testamento (A.T.)

Sin embargo con este estudio se pretende hacer un recorrido amplio por la Biblia para
encontrar esas diferencias y similitudes en el liderazgo femenino ejercido, ya que, no
fue lo mismo ser líder en la primera etapa de la creación de un Pueblo, que después del
anuncio del Reino de Dios proclamado por Jesús, donde sus valores son otros muy
contrarios a los que se practican hasta su venida, su pasión, muerte y resurrección,
pues se sabe que eran muchas las mujeres que lo seguían durante su ministerio que de
alguna manera fueron protagonistas de acciones que cambiaron su propia vida, la de su
familia y de la comunidad, como lo narra el evangelio de Lucas:

5
“Más tarde, Jesús andaba recorriendo pueblos y aldeas, proclamando la Buena
Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres a quienes
había liberado de espíritus malignos y de otras enfermedades: María, llamada
Magdalena, de la que Jesús había hecho salir siete demonios; Juana, la mujer de
Cusa, administrador de Herodes; Susana y muchas otras. Todas ellas ayudaban con
sus propios recursos a Jesús y sus discípulos”. Por lo tanto se pretende desglosar esa
gama de semejanzas, pero también de diferencias que caracterizaron el liderazgo de
las mujeres en la Biblia (Cfr. Lc 8, 1-3)

1.1.1. Diferencias del liderazgo femenino en el Antiguo Testamento (A.T.) y Nuevo


Testamento (N.T.)

Reconocer la existencia de mujeres líderes en el A.T. es un verdadero reto y


difícilmente se acepta a pesar de que se hagan los estudios exegéticos de textos
bíblicos que presentan historias donde el protagonismo se lo llevan mujeres que luchan
y que de alguna manera se sacrifican por su familia, descendencia, pueblo, tierra y su
propia identidad de mujer, como en el caso de Sara, Agar, Rebeca, Lía, Sefora, Rahab,
Ana, Rut, María, Débora1 entre otras, sin olvidar el nombre de las que actuaron en el
Nuevo Testamento (N.T.) de las cuales se pueden citar a la suegra de Pedro, la hija de
Jairo, la hemorroísa, la mujer cananea, María la Madre de Jesús, mencionadas en
Mateo2 y muchas más que se encuentran en los otros evangelios y en las cartas. Las
que supieron asumir un papel de líder de comunidad, cuyo tema será ampliado más
adelante. Todo esto se da debido a que en tiempos pasados quienes interpretaban las
Sagradas Escrituras eran hombres, tomando muchas veces del texto solo aquello que
marginaba y permitía cada vez más dejar en el anonimato los testimonios de mujeres
líderes que lo daban todo, incluso hasta inventar sus propias salidas y estrategias que
permitían su bienestar y el de quienes le rodeaban, sin importar salirse de los márgenes
patriarcales de su época, como dice Lopes Torres:

1
Cfr. WINTERS Alicia, “La mujer en el Israel pre - monárquico”, Revista de Interpretación Bíblica
Latinoamericana, n.15 (1993), pp. 19-33.
2
Véase. RICHTER REIMER Ivoni, “No temáis… Id a ver… y anunciad”. Mujeres en el Evangelio de Mateo, Revista
de Interpretación Bíblica Latinoamericana, n. 27 (1997), pp. 145-161.

6
Mateo cita a Tamar, Rahab, Rut y Betsabé en su genealogía. Es muy rara esta
elección de Mateo, él deja de lado a las matriarcas y a las heroínas de Israel, para
resaltar a cuatro mujeres que tomaron iniciativas muy poco convencionales, dentro de
3
la sociedad patriarcal de su tiempo.

Retomando el tema de las diferencias, las mujeres líderes del A.T. en contraste con las
del N.T. aquellas ejercieron un liderazgo principalmente en relación a la maternidad, ya
que, el ser una mujer fértil significaba mucho para la formación del pueblo de Israel, por
el contrario una mujer que no podía concebir era mal vista por los hombres y
despreciada a su suerte. Se puede notar que el ser madre las colocaba en una posición
que debían aprovechar para llevar a cabo los anhelos que les permitían estar activas en
el plan salvífico de Dios, actuando por Él, con Él y en Él, para procurar el bienestar de
su pueblo y a la vez su realización como mujer desde el servicio, como sucede en el
caso de Sara y Agar, Rebeca, Raquel y Lía.

Por lo tanto se puede traer a la memoria a muchas mujeres que no necesariamente


tuvieron que ocupar un puesto de alto rango para ejercer su liderazgo, sino que lo
hicieron desde su estilo de vida sencillo, existiendo, según los estudios de M. Junkal
Guevara: “Mujeres, madres, esposas, concubinas, reinas, prostitutas, profetizas,
recaderas, viudas. Todas entran en la historia”4.

De esta manera se puede afirmar que había mujeres que se desenvolvían en todos los
ámbitos de la vida del pueblo de Israel y que cada una en su momento reconoció la
manera en la que debía actuar ante las situaciones que se le presentaran.

Entre tanto vale la pena hacer mención de muchas de las iniciativas que realizaron
estas mujeres, tal es el caso de quienes intervienen para que fracase el plan que tiene
el faraón de extinguir al creciente pueblo de Israel y así se rescate a Moisés, quien
librará a su pueblo de la esclavitud de los egipcios (Cfr. Ex 2, 1-10). Con ello se

3
LOPES TORRES Mercedes, “Mujeres que se inventan salidas (Mateo 1, 1-17)”, Revista de Interpretación Bíblica
Latinoamericana, n.25 (1996), pp. 52-68.
4
GUEVARA LLAGUNO. M. Junkal, “Modelos de mujer en la historia Deuteronomista: Excusa, legitimación y
propaganda”, Facultad de Teología, Granada, pp. 113-135.

7
constata que la astucia con la que actúan muchas mujeres del pueblo de Israel siempre
está ligado a su ser de madre, protectora de la vida, no solo de sus hijos sino de todo
aquel débil que sufre bajo la opresión de los poderosos, por eso ella hace la opción de
servir desde el don de la fecundidad.

Pero también existen otras mujeres que lo llevan a cabo a partir de otras líneas las
cuales se citarán en las similitudes que se hacen en relación a las mujeres líderes del
N.T.

Ahora bien, como se nota las líderes del N.T. toman decisiones desde otras
perspectivas, más centralizadas en su servicio de comunidad, haciendo muchas de
ellas, la opción de que aun pudiendo ser fértiles deciden entregarse por completo a la
predicación del Evangelio de Jesús, renunciando al don de la fecundidad al poder ser
madres, para darlo todo por la causa del Reino. Aunque otras lo siguen haciendo desde
la maternidad, la familia y la comunidad a ejemplo de las mujeres del Antiguo
Testamento. La diferencia es pues, que unas eligen ser protagonistas desde su
generosidad con las necesidades de su pueblo de manera libre sin que tengan una
obligación con esposo e hijos, sino en la disponibilidad de dar su tiempo para ayudar a
sus hermanos los pobres.

1.1.2. Similitudes del liderazgo femenino en el Antiguo Testamento (A.T.) y Nuevo


Testamento (N.T.)

Son muchas las semejanzas que se pueden mencionar en relación a la fuerza tan
grande que tuvieron las mujeres con capacidades de liderazgo tanto en el A.T. como en
el N.T. Algunas de ellas son: 1) La capacidad de dirección y de persistencia al momento
de emprender una misión, como se puede notar en la actitud de mujeres como Rut en
su deseo de estar con su suegra Noemí y luchar para que el nombre de la familia de su
difunto esposo no desapareciera y por eso se casa con Booz5. 2) También se trata aquí
de rescatar el valor profético que tenían mujeres como María hermana de Moisés,
5
LOPES TORRES Mercedes, “Alianza por la vida. Una lectura de Rut a partir de las culturas”, Revista de
Interpretación Bíblica Latinoamericana, n.26 (1997), pp. 96-101.

8
Débora. 3) Al igual que la creatividad que poseían otras para salir ilesas de ciertas
etapas de su vida, de las cuales dependía su estabilidad económica como moral, tal es
el caso de Tamar quien es cananea, viuda, que se vuelve adúltera para ser madre y
asegurar así la descendencia de su esposo (Cfr. Gn 38), se presenta la figura de Rajab,
quien se hace heroína en la historia de salvación por medio de la solidaridad en la
contramano de la historia patriarcal6. Esto es solo por mencionar algunos ejemplos en el
A.T.

En el N.T. se pueden encontrar muchos de estos protagonismos gracias a mujeres


como la cananea, quien se acerca a Jesús para conversar con él acerca de un tema
que deja mucho que decir, ya que esta mujer era extranjera y parece ser que la
predicación de Jesús sobre el Reino de Dios es hasta entonces, exclusivo del pueblo
elegido, los israelitas. Sin importarle esto, ella acude a Jesús con insistencia y bien
fundamentada en lo que va a decirle, que a Él no le queda más que expresar “Mujer
grande es tú fe; que te suceda como deseas.” (Véase Mt. 15, 21-28), pero esta mujer
cananea no solo se lleva el crédito por esto, sino también porque aquí se da un cierta
analogía con Rajab, por quien los israelitas pueden entrar a la tierra prometida de
Canaán y ahora con la actitud de la mujer cananea queda abierta la posibilidad de que
los no judíos puedan entrar al Pueblo escogido por Dios.7

Seguramente se pueden encontrar muchas analogías entre la participación activa de


las mujeres del pueblo creciente de Israel y su historia de salvación a lo largo de su
formación. Así mismo aunque se menciona más el papel protagónico que ejercieron
desde el núcleo familiar, existen algunas historias que hablan sobre la intervención de
mujeres en lo religioso, como lo afirma López: “Séfora, la mujer de Moisés, es la
primera y única mujer sacerdotisa que realiza un ritual de circuncisión” 8. Se hace
mención también del ejemplo de Febe, una diaconisa de la iglesia de Cencrea (Cfr. Rm
16, 1-2).

6
Véase. RICHTER REIMER Ivoni, “No temáis… Id a ver… y anunciad”. Mujeres en el Evangelio de Mateo, Revista
de Interpretación Bíblica Latinoamericana, n. 27 (1997), pp. 145-161.
7
Véase. Ibíd., pp. 145-161.
8
Cfr. MENA. LÓPEZ Maricel, “Hermenéutica negra feminista – De invisible a intérprete y artífice de su propia
historia”, Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, n.50 (2005), pp. 130-134.

9
En cuestión de llevar adelante el trabajo de una comunidad se puede identificar a
mujeres en el A.T. como María hermana de Moisés, de quien se dice que: “Es una
reconocida líder del pueblo, hasta una rival para la autoridad que ejerce Moisés”. 9
Existiendo otras protagonistas del pueblo de Israel como las que se mencionan en el
estudio realizado por Winters, de quienes la autora escribe:

Rahab, es la instigadora del derrocamiento de las estructuras administrativas


opresoras de la ciudad de Jericó y logra integrar su pueblo en el nuevo sistema social
de Israel. Débora administra la justicia como una de los jueces de Israel, y dirige una
celebrada victoria sobre los cananeos con la ayuda de Yael, mujer que asesta el golpe
10
de gracia al general enemigo.

Y en el N.T. dentro de quienes se encargaban de llevar adelante el quehacer de la


comunidad, se puede mencionar a Lidia (Cfr. Hch 16, 12-15, 40), que se encontraba al
servicio de un grupo de cristianos, no solo al trabajar con sus manos para su bienestar,
sino, también para los hermanos que se reunían en la pequeña sinagoga que
significaba su hogar.11 Y así se podrían seguir mencionando a muchas más mujeres
con iniciativas que buscaban en todo hacer la voluntad de Dios con sus diversas
cualidades de liderazgo realizando un trabajo pensando en todos los que los rodeaban
y no solo en ellas mismas.

1.2. Rasgos del liderazgo femenino desde el Antiguo Testamento (A.T.) y Nuevo
Testamento (N.T.)

Profundizando en el trabajo de Winters, quien afirma que:

El poder femenino se mantuvo vivo en la experiencia y estrategia vivencial de los


pueblos excluidos, hombres y mujeres, a través de sociabilidad, cooperación, igualdad

9
Cfr. WINTERS Alicia, “La mujer en el Israel pre - monárquico”, Revista de Interpretación Bíblica
Latinoamericana, n.15 (1993), pp. 19-33.
10
Cfr. op. cit., pp. 19-33.
11
Cfr. RICHTER REIMER Ivoni, “Reconstruir historia de mujeres. Consideraciones acerca del trabajo y status de
Lidia en Hechos 16”, Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, n.4 (1989), pp. 47-59.

10
y acción comunal, construyendo puentes para reunir esperanzas del pueblo en torno a
12
la visión de justicia y paz.

Con esta afirmación se puede determinar que en toda misión encomendada, se hacen
necesarias características que permitan el cumplimiento de la misma, de lo contrario
sería un fracaso todo propósito que se plantea. Por tal razón se pretende en este
apartado, establecer que toda iniciativa que emprendían y que les permitiera el éxito
estaba basado en particulares muy especiales, la mayoría de éstas que se encuentran
en las historias de líderes están consolidados en la capacidad de resistencia, para que
en la época, lugar, cultura que le tocó vivir, haya salido avante en medio de una
experiencia donde se refleja un pensamiento y dominio patriarcal, en el cual la mujer
solo debía dedicarse a los quehaceres de la casa, a cuidar de los hijos velando por su
buena educación y de alguna manera transmitirles la misma cultura machista.

Sin embargo de esto las mujeres saben obtener experiencias buenas, rescatando
lugares que por derecho les pertenecen, para romper con todo tipo de estructura de
poder que las destruyera, creando sus propias estrategias que garantizaran su vida y la
de los que más ama, los débiles como ella, ante la sociedad, pero ante Dios los más
grandes de su Reino.

Existen variedad de rasgos que caracterizaron a las líderes que dejaron su legado en
los textos bíblicos los cuales es importante valorarlos, para que siendo así se reconozca
que las mujeres bíblicas tuvieron esa capacidad de hacer de su vida cotidiana, una
acción que contribuyó a la historia de salvación. Dentro de ellos están:

1.2.1. La maternidad un rasgo muy peculiar

Como se menciona al inicio, las mujeres del A.T. desempeñaron su liderazgo desde la
maternidad. Ser madres para ellas significaba mucho, porque de esta manera la
descendencia de su familia colabora en la perpetuidad del pueblo. El papel que jugaban

12
WINTERS, op. cit., pp. 19-33.

11
era irremplazable y desde este, ellas entendieron que podían aportar mucho a su
pueblo y así cumplir la misión que Yahvé les había encomendado. Es por ello que en la
Biblia se habla de tantas mujeres madres y una de ellas es Rebeca madre de Jacob,
quien ejerce un liderazgo maternal al cambiar la situación y permitir que éste reciba la
bendición en lugar de su hermano mayor y así la historia de Israel se torna de rumbo al
modificar el destino de Jacob por la intervención de su madre para bien del pueblo de
Israel.13

Otro de estos ejemplos claros de madres, es el de la Virgen María, Madre del


Salvador que con su “sí” cambió la historia de la humanidad e intervino para que las
promesas de Dios se hicieran realidad en la perspectiva de un mundo más humano.
Colaboró en la formación integral de Jesús de modo que Él fuera descubriendo su
misión en este mundo y permitir así el establecimiento del Reino de Dios. Ella al igual
que Isabel madre de Juan Bautista, entre otras contribuyeron en el camino de la
Salvación para que hoy se tenga la oportunidad de poseer una vida más digna. El
coraje y la valentía de madres como ellas, es lo que permitió que su protagonismo
recordara que Dios no se olvida de los más débiles y que siempre está presente en sus
vidas rescatándolos de los sufrimientos para concederles una existencia más justa.

1.2.2. La solidaridad y la amistad que permiten ser liberadora

Para citar un ejemplo de estos dos rasgos en el liderazgo femenino, la autora Velasco,
basándose en el texto de Rut escribe un versículo del mismo:

No insistas en que te abandone y me separe de ti, porque a donde tú vayas, iré yo,
donde tú vivas, viviré yo. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Donde tú
14
mueras moriré y allí seré enterrada (Rut 1, 16-17).

13
Cfr. JARSCHEL Haidi, “Vientre, casa, tierra: Espacios de la historiografía sexuada”, Revista de Interpretación
Bíblica Latinoamericana, n.23 (1996), pp. 52- 63.
14
Cfr. NAVIA VELASCO, Carmiña. “La mujer en la Biblia: opresión y liberación”, Revista de Interpretación
Bíblica Latinoamericana, n. 9 (1991), pp. 57-79.

12
La autora llega a la conclusión de que existe una estrecha amistad entre dos mujeres,
lo cual es uno de los rasgos que no puede faltar en la actitud de una mujer líder, pues
como tal reconoce que en el aislamiento egoísta, no logrará nada y su triunfo
compartido tiene más gozo y alegría, un ejemplo de ello es cuando se contempla la
actitud de Rut, una mujer que pertenece a un pueblo distinto al de su suegra Noemí, sin
embargo se ofrece con total disposición a acoger las mismas necesidades de ella
acompañándola a su lugar de origen sin importar las peripecias que pueda vivir,
haciendo un verdadero compromiso con los más débiles, de camino hacia la vida.15

1.2.3. El servicio como un medio que provoca liberación de los demás

Las mujeres a lo largo de la historia bíblica se caracterizan por su entrega en el servicio,


como Lidia, una mujer que no solo laboraba en una comunidad, sino que para poder
sostenerla, se ocupa con sus propias manos del trabajo que les da la subsistencia.
Junto a otras mujeres se esfuerza y lucha para que sus hermanos y los que se
acerquen a ella puedan tener una vida más digna principalmente en la persecución.16

También se puede encontrar a las discípulas de Jesús, quienes lo siguen desde su


encuentro con él hasta su pasión, muerte, resurrección y después de ella. Quienes
anunciaran por primera vez que el Señor estaba vivo tal como lo prometió. Sobre este
aspecto la autora Richerter establece:

El servicio a Jesús se expresa en fidelidad, en amor al prójimo. Servicio realizado


durante el camino, en todos los lugares. Peregrinación. Mujeres que todo lo dejaron
para seguir a Jesús. En ese seguimiento, testimonio, proclamación. Todo es servicio,
17
diaconía.

15
Cfr. NAVIA VELASCO, op.cit., pp. 57-79.
16
Cfr. RICHTER REIMER, op. cit., pp. 47-59.
17
Cfr. RICHTER REIMER, op. cit., pp. 145-161.

13
1.2.4. El perdón para reconstruir un mundo nuevo

Tomando como base nuevamente a Rut, según Lopes Torres: “Rut amaba tanto a su
suegra Noemí, que superó el odio que separaba a los pueblos de Moab y de Judá”.18
Esto enseña que solamente cuando se perdona de corazón y se abandonan los deseos
de venganza se logra una vida plena, sin rencores, ni ataduras con el pasado, sino que
se es más libre y se busca hacer el bien antes que tomar otros vías que puedan causar
daño. Rut lo sabe bien y como mujer líder que es, opta siempre por lo que es correcto y
no se deja llevar por odios pasados.

1.3. Mujer y la simbología de la Madre Tierra

Algunos se podrán preguntar ¿Qué tiene que ver la mujer con los símbolos en un tema
de liderazgo? Es por ello que este apartado pretende explicarlo desde la perspectiva de
un solo símbolo que en encierra en sí un significado muy valioso para esta
investigación, como lo es la Madre Tierra. Sin embargo es importante recordar que
desde la Biblia hasta la actualidad la mujer ha sido identificada con muchos símbolos
desde tiempos muy remotos. Es así que en escritos leídos en el curso recibido de
“Teología del Laicado y de la Mujer” se pudo reflexionar en cuanto a que ella se
relaciona mucho con la Madre Tierra y en el estudio de Gómez, la autora afirma:

Hay una intuición en muchas civilizaciones que ven semejanzas entre la mujer y la
tierra. El mismo Platón veía a la tierra en el Timeo como una nodriza, una generosa
mujer que proveía las necesidades de la humanidad. Los pueblos americanos hablan
de la Pacha Mama y nosotros decimos la madre tierra, la selva virgen, los hijos de la
tierra, palabras que emparentan el suelo con las funciones de la maternidad.

La semejanza se basa en que la tierra es nuestra madre auténtica, y no un mero


símbolo poético. Pensemos lo condicionados que estamos por el hábitat en el que
vivimos, el agua que bebemos, el paisaje que nos rodea, el clima, la luz. Las mujeres,
por nuestro lado, podemos ver una semejanza entre nuestras funciones femeninas,
menstruaciones, embarazos, partos, lactancias, y los ritmos de las estaciones del

18
Cfr. LOPES TORRES, op. cit., pp. 96-101.

14
planeta. Nuestros cuerpos se alteran, florecen en la primavera de la maternidad y
menguan en el invierno de la menopausia; producimos savia de vida en forma de
19
sangre o leche de la que se alimentan los brotes que surgen de nuestro ser.

No puede haber comparación más clara que la que hace Isabel Gómez Acebedo. Ahora
bien el punto es que, así como la Madre Tierra, la Pacha Mama sabe dar tanto, lo cual
significa que es su misión y que a pesar del terrible daño que sufre por la
contaminación, el calentamiento global, la deforestación y cuantos problemas más
soporta, sigue siendo quien provee de lo necesario para sobrevivir.

Por lo mismo al igual que la Madre Tierra ha dado tanto, la mujer en su protagonismo
también da todo de su ser, en la entrega amorosa por los demás. Situación que no se
aprovecha como un don de Dios para sus hijos, sino que tanto la mujer al igual que la
Tierra son utilizadas como medios de enriquecimiento, de placer, de poseer, dejando de
lado lo que realmente las dos significan para el planeta y la humanidad en relación a la
trascendencia. Pues del mismo modo que cae una semilla en la Tierra, ésta la acoge y
la hace fructificar así mismo cuando existe la fecundación en la mujer transmite la
esperanza de una nueva vida. Las dos nuevas vidas se forman en el interior, en lo
fascinante del misterio, donde está Dios presente para luego seguir perpetuando su
amor por largos siglos y generaciones.

Con todo esto se debe valorar lo que significa la mujer, pues en su virtud de ser líder
tiene mucho que aportar porque de ella brota la vida que se da sin condiciones y esto
es parte de su liderazgo y a pesar de que no goce de tener hijos, sabrá bien como
transmitir esa vida que emana de su interior como agua de una fuente inagotable.

1.4. Servicio desde el anonimato en la historia de la Iglesia

La figura de la mujer líder no ha faltado en la historia de la Iglesia. Así como existen


grandes padres de la Iglesia al servicio de las necesidades de los más débiles, también
se hallan mujeres que han servido desde su pobreza y riqueza a aliviar las necesidades

19
GÓMEZ A. I., "Mujer y tierra", en Aula de Cultura de El Correo, Bilbao 2000.

15
de quienes pertenecen al grupo de los desplazados de la humanidad. Pero
lamentablemente sus luchas incansables no fueron reconocidas del todo, dejando ver
solo aquello que las marginara y las excluyera de realizar los roles como predicar la
Palabra, administrar la Eucaristía, dirigir una comunidad y tomar decisiones que por
siglos han pertenecido a los hombres, basándose muchas veces en interpretaciones
erróneas de las Sagradas Escrituras. Por lo tanto son las mismas mujeres quienes se
encargan de sacar a la luz los escritos o al menos, testimonios verídicos de que la
mujer tiene su aporte en lo ancho y largo de la historia de la Iglesia como se plantea a
continuación.

1.4.1. Presencia de las mujeres líderes en las comunidades cristianas primitivas

En el siguiente apartado se menciona algunas de ellas, como:

1.4.1.1. Apfia

Seguramente fue una persona importante en las comunidades de Pablo, para que se
mencione su nombre en las cartas que el apóstol dirige a las comunidades cristianas
que se estaban formando. (Cfr. Flm v. 2).

1.4.1.2. Lidia

En el estudio que realiza Richter acerca de Hechos 16, sobre Lidia, la autora explica:

Este proceso de jerarquización patriarcal constatable por ejemplo en las cartas


pastorales y escritos de padres apostólicos y eclesiásticos aún no se refleja en la
historia de Hechos 16 14-15.16.40. En este pasaje se trata de Lidia, una mujer
20
trabajadora que también trabajó en la causa del Evangelio.

Por tanto existen evidencias de mujeres como Lidia, que se esforzaron porque el
anuncio del mensaje salvífico de Jesús llegará a todas las personas desde el interior de

20
RICHTER REIMER, op. cit., pp. 47-59.

16
las primeras comunidades cristianas hasta los rincones más lejanos de la tierra,
sirviendo constantemente y aliviando las necesidades de su tiempo.

1.4.1.3. María, Madre de Jesús

Claro está que otra de las presencias que no puede faltar en la formación de las
primeras comunidades cristianas es la de María Madre de Jesús el Salvador, pues
gracias a su incidencia, motivó mucho a los discípulos antes, durante y después de la
muerte y ascensión de su Hijo. Quien más que ella para hacerles sentir la presencia de
Jesús entre ellos y darles el consuelo y la esperanza que necesitaban en aquella
pequeña comunidad que empezaba a crecer. Donde esperando la venida del Paráclito
se encontraba ella la siempre fiel, guardando todos aquellos acontecimientos en su
corazón para luego irradiarlos a quienes formarían parte de esta comunidad que luego
sería universal. (Cfr. Hch 1, 12).

1.4.1.4. Febe, María, Trifena, Trifosa, Pérside, Junia, Julia, Prisca, Evodia,
Síntique

Sin duda alguna si estas mujeres son mencionadas en las cartas de Pablo,
seguramente es porque sus actitudes eran verdaderamente influyentes en la vida de las
comunidades cristianas, pues el rol que desempeñaba cada una de algún modo
contribuía al crecimiento de los hermanos (Véase Rm 16, 1-16; Flp 4, 2-3; 1 Co 16, 19;)

Aunque son algunas las que se mencionan, seguramente existieron muchas más. Sin
embargo, se constata entonces que las primeras comunidades cristianas estuvieron
acompañadas por la incidencia de mujeres que se desvivieron por el anuncio del
Evangelio desde su hogar, hasta desempeñar un cargo en la iglesia naciente.

17
1.4.2. Mujeres líderes a lo largo de la historia

1.4.2.1. Época de los Primeros Padres de la Iglesia (Siglo I, II y III)

A pesar de que algunos de los Primeros Padres de la Iglesia, se empeñaron en opacar


la influencia de las iniciativas de las primeras mujeres que decidieron empezar a escribir
desde una óptica más amplia de la interpretación del Evangelio de Jesús.

Existieron mujeres que se arriesgaron a ser criticadas, juzgadas, perseguidas y


martirizadas por sus ideologías y actitudes fuera del margen que enseñaban ciertos
hombres de la alta Jerarquía de la Iglesia, quienes en su momento tenían pensamientos
terribles sobre ellas como sucedió en el tiempo de los Primeros Padres de la Iglesia
siendo algunos de ellos, monjes que optaron por una vida ascética. De ahí surgen
imágenes erróneas sobre la presencia femenina identificada con demonios, las cuales
han influido a lo largo de los años en la espiritualidad cristiana, permitiendo que hasta
en el siglo actual se le considere a la mujer como un ser diabólico en algunas culturas o
realidades. En medio de todo esto, ella siempre buscó los espacios que le permitieran
ser respetada y dignificada dejando atrás las equivocaciones antropológicos legados
por algunos Padres de la Iglesia que estuvieron en el desierto en su época, aislados por
sus ideologías y su propia voluntad del trato con los demás.21

A pesar de todo lo que pudieron hacer para impedir la incidencia de mujeres, el


liderazgo femenino se hizo notar al estar algunas de ellas presentes en la jerarquía de
la Iglesia asumiendo funciones como diaconisas y por eso fueron reconocidas.
Lamentablemente ciertas autoridades eclesiales, al ser testigos de que su fama se
extendía, fueron quitándolas de los puestos que anteriormente se les había otorgado.22

21
Cfr. CASTILLO José María, El futuro de la vida religiosa. De los orígenes a la crisis actual, Editorial Trotta,
Madrid, 3ª ed., 2004, pp. 136-138.
22
Cfr. DALY M. “El cristianismo una historia de contradicciones”. Recuperado de: www.servicioskoinonia/relat,
pp.1-39. 03 de mayo de 2014.

18
Se puede mencionar en esta época a mujeres que estuvieron presentes en los primeros
siglos de la Iglesia, quienes interpretaron la Biblia, potestad delegada solo a los
hombres, como: Marcela quien tuvo muy buena relación con San Jerónimo uno de los
Primeros Padres. Según el estudio realizado por Carmiña Navia Velasco, dice de ella:

En la segunda mitad del siglo III en Roma, ya es suficientemente conocida la figura de


Marcela. Hace parte del movimiento de vírgenes, que se desarrollan en los primeros
siglos del cristianismo. Formó un grupo de mujeres “lectoras de la Biblia” que se
organizó y trabajó alrededor de San Jerónimo. Marcela se apasionó por el estudio de
las Escrituras y a ellas dedicó toda su vida. Marcela fue la fundadora de la primera
Escuela de Estudios Bíblicos que hubo en la Iglesia. Marcela no sólo fue una mujer
que llevó a otras a vivir la virginidad o la viudez cristiana, sino que constituyó una
escuela (no en el sentido de aula, sino de pensamiento) de estudiosas bíblicas.
Marcela a la manera de los griegos, hizo de la dialéctica, un camino para extender a
23
otros su interés en la profundización bíblica.

1.4.2.2. Época de la Edad Media

Esta fue una de las épocas más duras que les tocó vivir a mujeres con capacidad de
liderazgo y de llevar adelante al igual que los hombres las tareas eclesiásticas. Pero a
la vez fue una época de muchas contradicciones, ya que entre los siglos XII y XVI se
reconoce la gran influencia que muchas mujeres tuvieron dentro de los asuntos que
atendía la Iglesia, aunque esta realidad se deja ver más desde su condición de monjas
que fueron reconocidas hasta por el mismo Santo Tomás, sin olvidar que existieron
algunas que sin ser religiosas consagradas poseían una condición favorable para
intervenir en las gestiones de la vida eclesial.24

Como se mencionaba anteriormente las que ejercieron mayor influencia fueron las
religiosas pues lo hacían desde cargos que desempeñaban en las abadías, como la de
Santa Cecilia en Colonia, de las abadesas de Las Huelgas en Burgos España.
Siguiendo el estudio de Daly, dice:

23
NAVIA VELASCO Carmiña, “La Biblia leída por mujeres”, Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, n.
25 (1996), pp. 87-99.
24
DALY M, op. cit., pp. 16-21.

19
Los poderes de esta jurisdicción incluían la emisión de juicios legales, al igual como lo
hacían los obispos, en casos criminales, civiles y relativos a beneficios; el poder para
dar dimisorias de ordenación, el poder para otorgar licencias para predicar, confesar,
encargarse de las almas y entrar a la vida religiosa; el poder para reconocer
abadesas, imponer censuras y convocar sínodos. A demás de las abadesas, hubo
otras grandes mujeres en el mundo secular. Hubo soberanas tan sobresalientes como
Clotilde y Blanca de Castilla, y eruditas como Leonor de Aquitania y Blanca de
Navarra. Hubo grandes santas: Catalina de Siena ejerció una enorme influencia en su
25
medio, y la historia de Juana de Arco no tiene comparación.

Según el artículo “La Biblia leída por mujeres” realizado por Velasco identifica a otras de
las pioneras de esta edad, de quienes la autora dice:

Cristina de Pizán (1364-1430) nace en Venecia y se forma intelectualmente en la corte


francesa de Carlos V, en la que su padre se desempeñaba como astrólogo. Recibe
una formación humanística amplia, acorde con su tiempo. Participa en el debate, que
alrededor del papel de la mujer, se desarrolla en el sur de Europa durante los siglos
26
XIII, XIV y XV. Esta mujer, es considerada la primera autora francesa se trata de
alguien que asume la literatura como profesión, con una clara conciencia de sí misma,
de su condición de mujer, de sus posibilidades y sus limitaciones. Escribe su
magnífica y original obra: “La ciudad de las damas”, en 1405, anticipándose así, a la
27
aparición de las utopías del Renacimiento.

Navia Velasco también habla de otra mujer importante en la historia de la Iglesia, Isabel
de Villena que en cuestión de escritos dejan apreciar claramente la entrega de ellas
hacia el estudio intenso de las Sagradas Escrituras y sobre todo de su liderazgo fiel
entregado al reconocimiento de las mujeres, de ella dice:

25
Ibíd., pp. 21-22.
26
“Desde el siglo XII existe en Europa lo que se suele llamar die Frauenfrage:, la cuestión mujeres: las mujeres en
general, representaron, desde entonces, un problema, en tanto que colectivo , para los que regían las diversas
formaciones sociales cristianas, porque ellas desbordaron esquemas, modelos de géneros determinante. Uno de los
escritos de Cristina Pizán está dedicado a Juana de Arco” (Véase. NAVIA VELASCO Carmiña, “La Biblia leída por
mujeres”)
27
NAVIA VELASCO Carmiña, “La Biblia leída por mujeres”, Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, n.
25 (1996), pp. 87-99.

20
Isabel de Villena: Se le considera la primera escritora en lengua catalana. Nace en el
año 1430. Es educada en la corte de Alfonso el Magnánimo y a los 15 años entra al
monasterio de las clarisas, en Valencia. En 1463 es elegida abadesa mitrada, con
derecho a predicar. Isabel de Villena trascendió por su fama de buena oradora, por
28
sus escritos y por su santidad.

Es seguro que al buscar en lo ancho y largo de la historia se pueden encontrar muchos


más datos de mujeres que con sus iniciativas contribuyeron en la propagación del
Evangelio de Jesús, pero con las ya mencionadas se considera que son un notable
ejemplo de la incidencia de mujeres líderes en cuestiones eclesiales.

1.4.2.3. Época Moderna, siglo XVII, contradicciones y persecuciones

Al entrar a esta etapa parece ser que la lucha de las mujeres prevalece y que los
hombres, en especial algunas autoridades eclesiásticas se empeñan tanto en reprimir
las iniciativas de las mujeres y máxime por las ideas tan novedosas y fuera de lo común
que ellas tenían.29 Sin embargo según el estudio realizado por Mary Daly existieron
mujeres que se afanaron por cortar con las normas conservadoras establecidas para
ellas por los clérigos, dentro de ellas se puede mencionar a:

Ángela Merici (1474-1540), fundadora de las ursulinas, cuyas ideas eran atrevidas y
novedosas; Las hijas de la Caridad de Vicente de Paul, tuvieron más éxito en el logro
de innovaciones, la innovadora más atrevida fue Mary Ward (1585-1645), quien fundó
30
las “Damas Inglesas.

Lo que Mary Ward intentaba era que las religiosas salieran al mundo, que se dedicarán
más a la tarea de la educación, pero lamentablemente las autoridades eclesiásticas en
su gran mayoría no las creían capaces, pero ellas supieron demostrarlo y por eso hasta
la persecución se ganaron como Mary Ward, quien supo imponer sus ideas.31

28
NAVIA VELASCO, op. cit., pp. 87-99.
29
Cfr. Ibíd., DALY M, pp. 27-30.
30
Ibíd. DALY M, p. 27.
31
Cfr. Ibíd., DALY M, pp. 27-30.

21
Al superar la vivencia de esta edad moderna se pueden encontrar también datos de las
empresas que realizaron muchas mujeres líderes en los inicios del siglo XIX, en donde
se origina el feminismo, convocándose a mujeres con capacidades de liderazgo únicos,
para enfrentar a los retos que la época les anunciaba además de los que ya vivían.
Aquí se puede traer a la memoria a mujeres como Ana María Muzzoni, Armida Barelli,
Livia Bianchetti, todas ellas italianas, que tuvieron la fortaleza de responder a los
grandes desafíos que implicaba el movimiento feminista.32

1.4.3. Liderazgo en la tarea encomendada por Dios hoy

En la actualidad a todas corresponde dar respuesta desde su ser mujer a las diversas
realidades de necesidad que se viven, pero esto solo fue y sigue siendo posible gracias
a la intervención de Dios en sus vidas y sobre todo porque se dejan guiar por su
voluntad, la cual saben discernir a través de la intervención del Espíritu Santo que
infunde sus dones en ellas, siendo dóciles a sus inspiraciones en su quehacer pastoral,
social, familiar, laboral, etc.

Al igual que desde la Biblia y a lo largo de toda la historia que se ha abordado, la mujer
de hoy juega un papel importante, el cual ha asumido desde sus limitaciones, buscando
siempre en todo a Dios, quien orienta el camino del liderazgo femenino, pues ella
reconoce de sobra que es Dios quien la toma como su instrumento de liberación en el
momento preciso, para llevar el Evangelio a quienes no lo conocen. Por lo tanto, cada
vez más se puede constatar que la mujer sigue estando presente en todos los espacios
posibles para servir desde la apertura de su ser madre, maestra, hermana, amiga,
compañera de trabajo y de estudio, abuela, tía, laica. Su influencia es notoria en todo lo
que puede aportar, sigue al pie de la cruz en la lucha de cada día entregando el amor
que recibió de Jesús y siguiendo fielmente a su modelo de mujer que es María.

Los rasgos que más se pueden resaltar de la mujer líder de hoy, en pleno siglo XXI, es
su capacidad de resistencia, fortaleza y perseverancia, lo que la ha llevado a colocarse

32
Cfr. Ibíd., NAVIA VELASCO Carmiña, pp. 87-99.

22
en cargos que hace algunos años atrás eran exclusivamente de los hombres. Sin
embargo la mujer supo luchar y hoy es quien está al frente de proyectos de beneficio a
sus hermanos necesitados en parroquias, hospitales, centros de salud. También se
puede mencionar a mujeres que estudian teología, y que sobre todo se les permite
escribirla, interpretando la Biblia desde la óptica femenina, que salieron de los claustros
y sirven más de cerca al débil (niños, ancianos, hombres y mujeres que siguen
marginadas por la mentalidad machista que aún prevalece en este tercer milenio).

Ahí sigue la mujer con sus esfuerzos de cada día, dando lo mejor de sí, no se cansa y
cuando siente perder sus fuerzas, se nutre en la oración constante con su Padre Dios,
para seguir con ánimo pues reconoce que hay mucho por hacer y que la vida sigue su
curso y ella debe continuar denunciando los atropellos contra la vida humana y
anunciando que pueden haber cosas mejores como amar, perdonar e invitar a más
mujeres y a los hombres sus compañeros de lucha a que se unan a la noble misión de
hacer presente el Reino de Dios en medio de todos, de la misma manera como lo
hicieron las líderes del A.T. y N.T. y todas aquellas que aportaron en la historia de la
humanidad y de la Iglesia guiadas por el Espíritu Santo.

23
Capítulo II.

Débora jueza y profetisa del pueblo de Israel y modelo de liderazgo femenino para
la mujer del siglo XXI

Al tener un panorama claro del liderazgo femenino con los aportes obtenidos en los
antecedentes bíblicos, eclesiásticos, históricos y teológicos, en este apartado se intenta
presentar una exégesis del texto bíblico que se abordará en cuanto al tema del
liderazgo femenino, con la ayuda de uno de los trabajos realizados durante la carrera y
siguiendo un estudio exegético realizado por Samuel Almada sobre el libro de Jueces,
donde el autor establece lo siguiente: “El libro de los Jueces, en la Biblia hebrea,
pertenece a la serie de los cuatro Profetas Anteriores: Josué, Jueces, 1-2Samuel y 1-
2Reyes; es decir que forma parte del corpus profético y puede ser considerado como
“libro profético”.33

Estableciendo que el libro de Jueces pertenece a los libros proféticos aporta claves
para la reflexión del liderazgo de Débora una mujer del pueblo de Israel, jueza y
profetisa. En esta perspectiva, se pretende abordar la investigación realizada sobre el
libro de Jueces, específicamente del texto: Jueces 4, 4-10. Débora y Barac: Israel
oprimido por los cananeos, el cual consiste en una narración que trata acerca de la
misericordia que Dios tiene para su pueblo, donde la protagonista principal de este acto
heroico de salvación es Débora, que dirige y acompaña a su pueblo conduciéndolo
hacia la victoria y la liberación del opresor.

La información recopilada durante uno de los cursos de la carrera de teología, fue


gracias a los escritos de muchos autores, que han trabajado el tema y estudiado
profundamente los textos de Jueces, de manera especial los grandes aportes que se
han extraído de la interpretación de Jueces 4, 4-10 y su complemento en el capítulo 5.

33
Cfr. ALMADA, Samuel, Hacer justicia en los límites de la anarquía - La profecía del libro de los Jueces. Revista de
Interpretación Bíblica Latinoamericana, No. 60, (2008), pp. 34-47.

24
Esperando que este compendio de redacciones de varios autores sobre este texto
tenga la solidez que puede servir para otras investigaciones, pero sobre todo que ayude
en la fundamentación de los tratados de hombres y mujeres laicos, quienes luchan por
el reconocimiento y la apertura en la participación activa del compromiso eclesial en el
siglo XXI. Se presenta a continuación este contenido.

2.1. Exégesis hermenéutica de Jueces 4, 4-10,

2.1.1. Texto bíblico escrito: Jueces 4, 4-10. Débora y Barac: Israel oprimido por
los cananeos

4 4 Por aquel entonces, Débora una profetisa, esposa de Lapidot, era juez en Israel. 5
Solía instalarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la montaña de
Efraín; y los israelitas acudían donde ella en busca de justicia.
6 Débora mandó llamar a Barac, hijo de Abinoán, de Cades de Neftalí y le dijo: "No te
ha dado Yahvé, Dios de Israel, la orden de que reclutes y tomes contigo en el monte
Tabor a diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de Zabulón, 7 que yo atraeré hacia ti,
al torrente Quisón, a Sísara, jefe del ejército de Yabín, con sus carros y sus tropas, y
los entregaré en tus manos’". 8 Barac le respondió: "Iré a condición de que tú vengas
conmigo. Pero si no me acompañas, no iré, porque no sé en qué día me dará la
victoria el Ángel de Yahvé". 9 "Iré contigo, dijo ella; solo que entonces no será tuya la
gloria de la campaña que vas a emprender, porque Yahvé entregará a Sísara en
manos de una mujer". Débora se puso en marcha con Barac a Cades. 10 Y Barac
convocó en Cades a los de Zabulón y Neftalí. Subieron tras él diez mil hombres, y
también Débora subió con él.

2.1.2. Contexto histórico del libro

2.1.2.1. Autor

Según los estudios realizados sobre este libro, se desconoce su autor, aunque otras
fuentes como el Talmud lo atribuyen a Samuel, por situarse este en el período posterior
al acontecimiento de la época de jueces.34

34
Véase, Libros procanónicos, jueces. Recuperado de: www.oblatos.com/dematovelle/index.php?...libros...jueces...,
03 de mayo de 2014.

25
2.1.2.2. Lugar y fecha

Según el estudio de Almada en su artículo “Hacer justicia en los límites de la anarquía.


La profecía del libro de los jueces”, el autor dice: “El libro de los Jueces, al igual que el
de Josué, evoca el proceso de ocupación y asentamiento en el país de Canaán por
parte del pueblo de Israel; es decir, que hace referencia a una época anterior a la
monarquía (aproximadamente 1200-1030 antes de la era común)”35. Ahora bien,
basándose en la Biblia de Jerusalén en la sinopsis cronológica sitúa al presente libro de
estudio en el año de 1200 a 1025 aproximadamente. En conclusión aunque son
algunos años los que cambian en ambas referencias, se puede decir que lo más
probable es que los acontecimientos narrados en el libro se dieron cuando los israelitas
se establecieron en la tierra prometida.

2.1.2.3. Realidad de la comunidad

En la época que narra el texto se pueden mencionar varios aspectos desde las
situaciones que a continuación se presentan:

 Económica

Fue una de las etapas más difíciles del pueblo de Israel. Es el momento en el que ellos
ingresan al territorio de Canaán, una tierra ya habitada la cual no solo serán los únicos
en ocuparla. Siguiendo a Almada, dice de este aspecto: “El libro de los Jueces refleja
una situación de inestabilidad y violencia en la tierra, y es precisamente en este tipo de
contexto donde se ponen a prueba los principios y las creencias fundamentales.”36 Es
terrible llegar a un lugar que ya posee un estilo de vida propio, donde se sufren
condiciones injustas y luego ser parte de esa situación de inseguridad, pobreza,
carencia de medios para poder sobrevivir, en una zona donde se es despojado de lo
poco que se tiene, lamentablemente esto fue lo que pasó con el pueblo de Israel.

35
Cfr. ALMADA, op. cit., pp. 34-47.
36
Ibíd., pp. 34-47.

26
 Política

Al llegar a la tierra prometida y saber que está ocupada, los israelitas tienen que
analizar como asentarse para que ahí puedan tener la vida que desean, organizada de
la mejor manera, al seguir el estudio de Almada, el autor dice:

“En Jueces aparecen las tribus dispersas y aisladas en un proceso complejo de idas y
vueltas para asegurar su establecimiento en el país. A través de los relatos sobre los
jueces, el pueblo de Israel parece compartir la tierra y convivir con las otras
37
naciones.”

Es por ello que tuvieron que organizarse de forma que todos los asuntos fueran
resueltos para el bienestar de los que habitan allí.

 Social

El pueblo de Israel tiene que convivir con personas distintas, con costumbres y estilos
de vida muy diferentes a las suyas y donde se tienen que organizar para cuidar lo poco
que les queda y sobrevivir. Es en medio de toda esta realidad donde surgen los
“Jueces”, personas que son del mismo pueblo, que se enfrentan a los peligros que los
asechan y quienes tienen que velar por el bienestar de la comunidad, su misión la
indica el término “shofet” que significa “liberar o salvar”38. Es por eso que los jueces
hombres y mujeres surgen tras una hazaña heroica para salvar a su pueblo de
cualquier atropello, haciéndoles justicia en los momentos de necesidad

 Religiosa

Siguiendo a Almada, el autor dice en relación a este aspecto: “Jueces se enfoca más en
prácticas religiosas diversas, la descentralización del culto y la multiplicidad de
santuarios, y la fragilidad o ambivalencia en lo que concierne al cumplimiento de los

37
Ibíd., pp. 34-47.
38
Cfr. Ibíd., pp. 34-47.

27
preceptos divinos.39”. De la misma forma como se puede constatar en el libro de jueces,
los israelitas llegaron a una tierra ya ocupado por otros pueblos, en donde compartían
no solo costumbres del diario vivir, sino también formas de relacionarse con un ser
supremo y claro está cada uno lo hacía de diferentes maneras y es aquí donde los
israelitas caen en errores de idolatría o simplemente en situaciones de sincretismo,
descubriendo otras formas de adorar a Dios las cuales no eran gratas a él o
simplemente los confundían en su fe y llegaban incluso a alejarse de Dios y a odiarlo
por lo mal que la estaban pasando en ciertas ocasiones.

2.1.2.4. Género literario y forma literaria

Dentro de una exégesis que se llega a elaborar sobre un texto bíblico no debe faltar su
género y forma literaria, pues al igual que el contexto histórico, esto aportará las claves
necesarias para comprender el texto y la razón por la que lo escribieron dejándolo en
las Sagradas Escrituras. Es por ello que se cita a Krüger y Croatto, quienes en el libro
“Métodos Exegéticos”, ayudan a dar una explicación muy certera de que el texto
pertenece a uno de los grandes géneros de la Biblia, el Histórico, pues al consultar a los
autores ellos dicen: “Por las características de la Biblia que muestra la manifestación de
Dios en la historia, es de suponer que el género historia debe ser predominante.40” Esto
por un lado y por el otro, existen otras características que abarca el género histórico y
que es importante resaltar, ya que para que un escrito sea histórico, debe ser narrado,
lo cual indica que debe tener un inicio, secuencia y un final claros. Por lo tanto si su
género es Histórico, la forma literaria es Narración41. Tomando en cuenta lo que dicen
estos autores, ya que el texto que se estudia empieza a contar que: “Por aquel
entonces, Débora, una mujer profetisa…” Continúa: “Barac le respondió: Iré a condición
de que tú vengas conmigo…”, finalmente termina: “y Débora subió con él”. Se puede
ver claramente que el texto contiene las secuencias de actos que requiere una
narración histórica de hechos que fueron reales.

39
Ibíd., p. 34-47.
40
KRÜGER, René –Croatto, Severino, Métodos Exegéticos, EDUCAB, Buenos Aires, 255 páginas.
41
Cfr. Ibíd.,p. 152

28
Así mismo se confronta lo antes explicado con lo que Almada especifica en su estudio,
para que de esta manera quede establecido el género al que pertenece este texto y
específicamente al libro de Jueces, el autor dice:

Estos mismos libros junto al Deuteronomio son conocidos en la crítica bíblica


moderna, y específicamente a partir de las tesis de Martin Noth, como la “obra
histórica del deuteronomista” por haber sido asociada a una fuente redaccional
homónima; y aunque aquí se recogen tradiciones escritas de las más antiguas de la
Biblia hebrea (por ejemplo, el cántico de Débora y Baraq, en Jueces 5), el contexto
literario y redaccional de estos libros ya supone la experiencia del exilio y del
destierro. Asimismo, la Biblia griega de los Setenta (LXX) puso estos libros en la
sección de “libros históricos” junto a 1-2Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester, y la
intercalación de Rut entre Jueces y Samuel, aunque cabe recordar que estos libros
42
tienen muy poco de historia, en el sentido moderno del término.

2.1.2.5. Interpretación tradicional del texto

Navia Velasco da un aporte considerable de las interpretaciones que se dan acerca del
texto, que va más allá de una interpretación tradicional, ya que, deja claro la acción de
liderazgo de Débora, lo cual es muy importante rescatar. La autora dice:

Cuando nos enfrentamos con el texto, lo primero que salta a la vista es que Débora es
una mujer líder, con funciones muy claras en el mundo en el que se mueve. Se nos
habla de ella como mujer de Lapidot, pero no se dice nada respecto a su maternidad,
en una época en que la maternidad femenina (hijos para la guerra) era de vital
importancia. Débora actúa como gobernante (era ésta la función del juez) y como
profeta con una gran autoridad. En este contexto de liberación, Débora se entiende
como madre de Israel. La maternidad en el Antiguo Israel, no sólo era la fuente de la
vida, sino la posibilidad de subsistir como pueblo y formarse como nación. Al atribuirse
a sí misma esa maternidad colectiva Débora está ubicando su acción como portadora
43
de vida y de futuro para el pueblo, como constructora de historia.

42
ALMADA, op. cit., pp. 34-47.
43
NAVIA VELASCO, Carmiña. El Dios que nos revelan las mujeres, Instituto Misionero Hijas de San Pablo,
Colombia, 1998, 21 páginas.

29
Se entiende que Débora es una mujer llena de Dios, que revela al Dios que no deja a
su pueblo, que va con él, lo acompaña y le brinda todo para poder sobrevivir. Débora
cumple con la misión que se le ha encomendado, quizá no se mencione que sea madre
de familia hasta puede ser que no haya tenido esposo, según las interpretaciones que
se han dado del texto, pero se debe reconocer el rol tan importante que juega en la
historia del pueblo de Israel, para una vida larga del pueblo elegido por Dios.

Sin embargo existen otras interpretaciones como las de Almada, quien ya ha iluminado
este apartado, en este caso es importante rescatar su pensamiento, el cual indicará
otras cualidades que orienten el texto de estudio que dará paso a comprender mejor el
papel de Débora en un ambiente eminentemente patriarcal, donde parece muy
contradictoria la condición de esta mujer líder, quien lleva a cabo una acción heroica.
Por lo tanto el autor indica:

El caso de Débora (Jueces 4-5) tampoco cumple con los estereotipos sociales
normativos, pues subvierte el orden establecido en cuanto al género. Débora es una
mujer que cumple una función de liderazgo de primer orden, algo que mayormente
estaba reservado a los varones. Además, Débora se destaca de los otros jueces
también por otras razones; es la única de quien se dice que era “profetisa” y que
ejercía la “función judicial” debajo de su palmera (Jueces 4,4-5). Por otro lado, en la
mayoría de los relatos, la función de “gobernar” (literalmente “juzgar”) por parte de los
jueces está precedida por su participación en algún tipo de gesta heroica de liberación
que lo habilita para dicha función, mientras que en el caso de Débora parece que ella
ya “gobernaba” en Israel antes de haber participado en una batalla de liberación.
Tampoco parece que Débora fuera casada, pero si lo hubiera sido sería alguien
bastante independiente para poder salir a las batallas junto con Baraq. Luego, Baraq,
el compañero de Débora, aparece como alguien miedoso y dependiente, bastante
44
alejado del estereotipo de héroe valiente y victorioso.

Es así como la orientación de esta sencilla exégesis, más adelante resaltará cualidades
de Débora, que iluminan la realidad de mujeres que como ella quieren servir a su
pueblo con valentía, liderando las comunidades o grupos eclesiales que están a su

44
ALMADA, op. cit., pp. 34-47.

30
cargo y que esperan ver a Dios por medio de sus decisiones acertadas como las de
Débora.

2.1.3. Débora, mujer elegida por Dios para dirigir a su pueblo Israel

Es realmente importante poder rescatar la memoria de mujeres como Débora entre


otras, que guiadas por la voluntad y sobre todo por la misericordia de Dios actúan a
favor del pueblo. Es por ello que en este espacio es propicio establecer las cualidades
que posee Débora, contestando a las preguntas que se presentarán y respondiendo a
ellas en base a un artículo “La tarea de Débora: Vocación no derogable. Testimonio
para quienes no creen en los ministerios de las mujeres”45, elaborado por Rozotto
Reyes, quien describe claramente la personalidad de esta mujer, líder, israelita:

2.1.3.1. ¿Quién es ella?

Antes que nada Débora es mujer, aunque son más los personajes hombres que se
pueden encontrar en la Biblia, ella es una mujer que resalta y que se describe con lujo
de detalles en una época donde el patriarcalismo era imperante y determinantemente
prohibido que una mujer ocupara los cargos específicamente señalados para los
hombres, establecidos por ellos mismos, citando a Rozotto, la autora dice:

“Encontramos en Jc 4,4 sobre Débora, es que es mujer. La importancia al identificarla


en primer lugar como mujer, radica en el hecho de que sobresalió en su género,
asumiendo los roles reservados tradicionalmente a los hombres. Entra como mujer en
esta historia de salvación, fue su primer “conquista”. La segunda fue que se le
46
recordara por su nombre, Débora, y por lo que hizo“.

La autora también presenta el significado del nombre de Débora, el cual es importante


conocer, para saber identificar el simbolismo que encierra la acción liberadora de esta

45
ROZOTTO Reyes, Verónica, “La tarea de Débora: Vocación no derogable. Testimonio para quienes no creen en
los ministerio de las mujeres”, Voces del Tiempo, No. 34, páginas. 27-33.
46
Ibíd., p. 27-33.

31
mujer, quien actúa con liderazgo y laboriosidad por su pueblo. Por lo tanto el significado
del nombre es “abeja”, por lo que la autora afirma:

Las abejas son seres pequeñitos, muy trabajadores, con una capacidad de
organización comunal extraordinaria. Tanto es así, que esa “organización social de las
abejas fue reconocida como modelo de Estado, digno de imitación”. Creemos que el
nombre de esta mujer y su significado no son casualidad, ya que el servicio que Dios
le había otorgado realizar para su pueblo, le exigía siempre que fuera como una
47
abeja.

No solo es una mujer, con un nombre acorde a su misión, sino también es una mujer
casada con Lapidot, según el texto, aunque algunas interpretaciones difieren de este
aspecto de la vida de Débora. No obstante las cualidades no terminan aquí, ya que, ella
también es una profetisa, pues todo cuanto anticipe a Barac por voluntad de Dios se irá
realizando para bien del pueblo de Israel.48 Y para completar estas peculiaridades
trascendentales en la vida de Débora, se narra en el texto que es una jueza y como se
mencionaba anteriormente los jueces eran liberadores de las opresiones en las que se
encontraban los hijos de Dios, esta además de ser una característica imborrable de
Débora, es junto a la de ser profetisa una de sus máximas funciones en la comunidad,
pero de ello se abordará con pormenores más adelante.

2.1.3.2. ¿Qué función desempeña en el pueblo de Israel?

Una de las funciones era la de ser jueza, recordando que era uno de los cargos que
solo se le acreditaba a los hombres, aunque existieron algunas excepciones con pocas
mujeres, dentro de ellas se encuentra la jueza Débora. Para esta cualidad, Rozotto en
su artículo dice:

Dos eran las funciones de los jueces. La primera, como “líderes carismáticos”, cuya
función principal era salvar o libertar a Israel. La segunda, hacer justicia a través de
una acción directa y defender los derechos de los explotados y oprimidos. Débora

47
Ibíd., p. 28.
48
Cfr. Ibíd., p. 29.

32
cumplía perfectamente estas dos funciones. La primera la tenemos clara y
especificada en el los versículos 6-14. Ella fue la que inició la lucha por la gran
liberación del dominio cananeo. Salvó al pueblo como función principal, la llevó a cabo
en su totalidad. De Débora se dice explícitamente que juzgaba sentada bajo una
palmera en el monte de Efraín. Tanto la palmera como el monte nos muestran que
49
esta jueza tenía un gran liderazgo, respaldado por Yahvé mismo.

Se afirma entonces que el rol que desempeñaba Débora, no era tan fácil de asumir,
pero con las virtudes que poseía se dedicaba a la tarea que se le había encomendado,
pues el poder Divino la acompañaba. Seguramente era una mujer que se dejaba
conducir por Dios y por tal razón actuaba confiada en su misericordia. Administraba
justicia con una autoridad que solo viene de quien le ha encargado la misión de
gobernar a su pueblo que tiene sus altibajos, es oprimido y muchas veces se aleja de la
presencia de Dios.

2.1.3.3. ¿Por qué Dios la elige como instrumento de liberación?

Son muchas las cualidades que posee Débora para que Dios ponga sus ojos en ella y
le señale el camino que debe seguir para llevar a su pueblo a la liberación de la
opresión de los cananeos. A continuación se enumeran las características que la hacen
digna de merecer este cargo, según Rozotto: “Organizando y dirigiendo la defensa del
pueblo. Débora, entonces, aparece en el escenario, y ejerce un liderazgo decisivo para
liberar al pueblo.50” Sigue afirmando que, para que Débora lleve a cabo su misión,
debe tener presente como buena líder que la organización es ante todo fundamental
para ganar las batallas que le corresponde librar. Resalta a la vista la actitud de esta
mujer en relación a la dirección que lleva a cabo, potestad dada solo a los hombres de
aquel tiempo, haciendo ella la diferencia.

Dentro de las particularidades que poseía Débora y que la llevaron a ocupar un lugar
privilegiado en una de las tribus de Israel se pueden citar además de la ya mencionada

49
Ibíd., p. 30.
50
Ibíd., pp. 30-31

33
otras que están clasificadas en el artículo abordado para este estudio, la autora
menciona de este aspecto que Débora posee acciones y actitudes como: “La fuerza de
convocar (Cfr. Jc 4, 6-7); la seguridad de acompañar (Cfr. Jc 4, 8); saber indicar el
momento apropiado (Cfr. Jc 4,3;11-13; 14) comunicar lo que Dios ha dispuesto (Cfr. Jc
4, 5; 6-7; 9; 14; 15-16)”.51 Estas son de manera general las actitudes que guiaron el
protagonismo y liderazgo de Débora, lo que le llevó a obtener la liberación de su
pueblo, seguramente se pueden señalar aún más, que se seguirán enfatizando.

2.2. Habilidades para un liderazgo femenino desde el prototipo de la jueza Débora

El descubrir habilidades para un liderazgo es un reto que se asume con gozo y


esperanza, ya que esta idea surge a raíz de poder contemplar las actitudes de Débora,
una mujer israelita que lucha por su pueblo. Es ella un modelo a seguir y por eso se
debe rescatar esas destrezas que desarrolló con su ser de mujer y las puso al servicio
de sus hermanos.

Dentro de esas destrezas se pueden enumerar varias, como las que ya se


mencionaban anteriormente, pero se consigue resaltar también otras como, su valentía
al tener sobre sus hombros el peso de una responsabilidad que solo era otorgada a los
varones, como el de organizar un ejército y de señalar el momento propicio para atacar,
es sorprendente cómo una mujer tuvo esa capacidad. Se hace notar que solo el favor
de Dios que la acompañaba era quien guiaba este acontecimiento de su vida y de la del
pueblo de Israel. Sin embargo no era solo valiente en esta ocasión, sino también, las
veces que hizo de jueza para mediar entre los conflictos que se daban en la
cotidianidad del lugar.

Otra habilidad es la del servicio. Débora era una mujer con gran capacidad de darse a
su pueblo, cumplía con su misión de ser una jueza justa y abnegada en su obligación
de impartir justicia y de buscar la liberación de su pueblo, buscando siempre salidas

51
Ibíd., pp. 30-31

34
que favorecen los intereses de todos, junto a Barac luchan por glorificar a Dios con su
servicio.

Débora, también tiene el poder, que no es usado para oprimir, sino para liderar con
misericordia venida de Yahvé, que es utilizado en comunidad, donde ella inspirada por
Dios indica lo que se debe y tiene que hacer, pero alrededor de ella se encuentra todo
un pueblo para luchar juntos por su liberación, siendo Barac el primero que entra en
comunión con lo que se debe hacer. Débora es una mujer que no abusa de su poder,
sino que lo utiliza para una causa noble.

Para finalizar estas habilidades relevantes del liderazgo de Débora, se nota que es una
mujer con iniciativa y disposición. En primer lugar, porque sabiendo de los peligros que
pueda asecharla tanto a ella como a todo el pueblo el enfrentarse al enemigo, pone su
confianza en el Dios de la vida y espera en él, para que sus promesas de estar siempre
con su pueblo sean cumplidas. Y en segundo ella posee iniciativa y por tanto agradece
a Dios en su canto porque reconoce que la victoria no ha sido solo mérito de ella, sino
de aquel que le encomienda la misión de gobernar y liberar de la opresión de los
cananeos a sus hijos de quienes se compadece.

2.3. Debilidades ante la autoridad que ejercen las mujeres como Débora

En el mundo patriarcal en el que se mueve Débora, se puede constatar que la influencia


de la mujer no tiene lugar, sin embargo ella al igual que otras que se mencionan en la
Biblia como se expone en el primer capítulo dieron un giro a esta realidad,
probablemente no se cambia del todo la mentalidad machista y excluyente de esa etapa
del pueblo de Israel, pero sí, se deja ver que la palabra de la mujer tiene validez por los
aportes que ellas pudieron dar, así mismo se les recuerda y se rescata la presencia de
mujeres en las funciones destinadas solo para varones.

La mujer que sabe orientar una situación determinante para el pueblo busca la solución
a las circunstancias difíciles que viven de manera organizada, responsable, en

35
comunión con el sentir de los hermanos y guiada de la mano de Dios. Esta actitud lleva
a que los miembros de la comunidad se presenten ante su liderazgo con una actitud
servicial, dispuestos a actuar en el momento pertinente. Siguiendo el texto bíblico de Jc
4, 8, dice que Barac accedió ir al lugar que Débora le indicaba, con la condición de que
ella lo acompañara, pues el confiaba en que obtendría la victoria porque Débora sabría
indicar el momento preciso para atacar al enemigo. Se fiaba de su dirección y esperaba
que ella guiara al pueblo de Israel poniéndolo todo en sus manos, porque sabía que no
les defraudaría.

Así mismo se puede notar la confianza que los compañeros de misión tenían hacia la
manera de proceder de Débora, esa seguridad que provocaba que ellos dependieran
de su autoridad. Esta misma actitud se debe evidenciar ante las mujeres que ha
ejemplo de Débora quieren realizar bien sus tareas, brindando confidencialidad,
amistad, familiaridad, quizá no para aprovecharse de la situación y abusar del poder
que se les atribuya, sino para que al momento de tomar decisiones sus aportes sean
valorados en la comunidad para bien de todos.

2.4. Mujeres con capacidad de liderazgo

Para entender esa capacidad de la cual todas las mujeres son portadoras, se cita un
pensamiento acerca de la persona líder, dicho por Ortega en una de sus ponencias en
la XV Jornadas Mujeres y Teología, que puede guiar este enunciado: “Un/una líder es
aquel/aquella que establece una relación constructiva con las personas, capaz de
influir, entusiasmar y movilizar a los demás en favor de unos objetivos comunes, y de
ahí su importancia para la iglesia y la sociedad”.52

Se sabe que las mujeres desde tiempos remotos hasta la historia actual saben
desempeñar cargos importantes, seguramente fueron pocas las que tuvieron acceso a
los mismos, lo importante es que la minoría que lo ha hecho dio lo mejor de sí y de una

52
ORTEGA SUÁREZ, Ofelia Miriam, “Ponencia: Liderazgo y poder: Redescubrir la dimensión femenina”, Núcleo
Mujeres y Teología de Guatemala, XV Jornadas Mujeres y Teología: Tejiendo un nuevo paradigma de poder, agosto
de 2012, 110 páginas.

36
o de otra forma su influencia se deja ver, tal es el caso de Débora, una mujer que lidera
en una guerra poniendo a prueba su capacidad de entusiasmar, de mover, sensibilizar y
poder llevar a la comunidad al éxito de su empresa.

Como punto de partida, la mujer líder, debe guiarse del estilo del liderazgo de Jesús y
para eso Ortega dice: “El estilo de liderazgo de Cristo nos ayuda grandemente a
entender cómo desea Él que vivamos en comunidad. Es lo que llamamos una
“eclesiología Kenótica, es decir, de entrega, de dádiva, de vaciamiento”.53

Un liderazgo que tiene como fuente la vida misma de Jesús está basado en hacer
comunidad, sirviendo a los demás como Él lo realizó, amando con entrega abnegada
cada vivencia de la misión que se encomendó, de la misma manera que Débora lo
demuestra al tener a Dios como su modelo a seguir; quien dirige las iniciativas de
liberación y toma como instrumento a Débora para ser la portadora de buenas nuevas y
de la victoria de su pueblo. Ahora la mujer líder debe esforzarse por seguir esos
mismos parámetros amando como Jesús amó y siendo misericordiosa como Dios con
su pueblo, pues la tarea no es fácil, pero con Dios presente en la vida de las mujeres
todo es posible.

2.5. Mujer libre y liberadora de los más débiles

Para tener el poder de liberar a los demás, las mujeres deben reconocer que antes que
nada deben liberarse ellas mismas de todo prejuicio que las lleva a sentirse en muchas
ocasiones menos que los hombres. Ellas están en su derecho de alejarse de las
estructuras de opresión y buscar su propio espacio que les permita su reivindicación, de
la misma manera que Débora tenía un territorio preciso para gobernar e impartir justicia,
como se explica en Jc 4, 5, el escritor sagrado indica que ella tenía un sitio específico
como jueza del pueblo de Israel, no estaba bajo el dominio de nadie, solo sujeta a la
dirección de Yahvé. Este detalle enseña a las mujeres que deben ocupar un lugar en la
historia de salvación que se sigue dando y ese espacio es su liberación, esto será lo

53
Ibíd., p. 15.

37
que le permita como buena líder salir al encuentro de sus hermanos en el rescate de su
situación de vida.

De este modo podrá vivir su liderazgo como el carisma otorgado por Dios, la gracia que
le permitirá ser aliento para otros, pues siguiendo a Ortega en su ponencia ella habla de
unas orientaciones para efectuar un liderazgo que sea efectivo en la misión liberadora
que se ha encomendado, algunas de estas orientaciones según la autora son:

1) Tener habilidad para escuchar. 2) Mostrar destrezas y creatividad en el manejo de


conflictos. 3) Ser transparentes y críticos. Debemos ser conscientes de nuestros
propios principios, y de los de aquellos/as que nos rodean. 4) Debe existir la
solidaridad entre nosotras incluyendo a los hombres. Debemos compartir nuestros
conocimientos y sentimientos, y trabajar juntos/as en una sólida cooperación. 5)
Nuestras vidas públicas y privadas no deben ser contradictorias. 6) Debemos ser
conscientes en nuestra espiritualidad y vida personal. 7) Es necesario entrenarnos
para trabajar en grupo. Conocer la dinámica del trabajo con grupos es esencial para
un buen estilo de liderazgo. Es necesario organizar talleres de aprendizaje y práctica
del arte de trabajar en grupos. 8) Una relectura de los textos bíblicos –como hemos
hecho con el de Miriam- puede ayudarnos a identificar modelos y prácticas de un buen
54
liderazgo en la Biblia.

Al poder compartir estas orientaciones en las comunidades eclesiales de este siglo se


logrará llevar a cabo un liderazgo libre, que permita la liberación de los que no tienen
voz, de todos los niños, jóvenes, ancianos, enfermos, viudas y mujeres que sufren de
todo atropello contra su dignidad.

Para finalizar este apartado, es bueno recordar que sólo en la libertad de ser mujer,
llevará a que mucha gente conozca a Dios le ame y le sirva como se constata en la
Biblia, mujeres de Dios que lo arriesgaron todo por la causa de la Alianza de Yahvé con
su pueblo y por la causa del Evangelio de Jesús.

54
Ibíd., p. 15.

38
Como conclusión de este capítulo se establecen los siguientes aspectos, que pretenden
orientar el quehacer pastoral de las mujeres líderes en las comunidades eclesiales de
este tiempo, lo cual servirá para iluminar el siguiente capítulo:

Durante el recorrido de la exégesis hermenéutica realizada sobre el texto bíblico de


Jueces 4, 4-10 se pudo constatar que en la historia de salvación existieron mujeres
valientes que lucharon por su pueblo como lo demuestra el testimonio de Débora, que
posee la gracia de Dios y se deja guiar por sus inspiraciones. Ella es una mujer
israelita, jueza y profetisa que reconoce el momento en el que debe actuar y gobernar
de forma inteligente para permitir la victoria a sus hermanos al derrotar al enemigo
opresor, estableciendo de esta forma la paz en su territorio.

En el capítulo se rescataron elementos valiosos del modelo de liderazgo que posee


Débora. Algunos de ellos son: La capacidad de organizar, convocar, dirigir, acompañar
a sus hermanos que confían en ella y en sus habilidades. Con este aporte se espera
iluminar el proceder de las mujeres líderes de este siglo XXI y así con valentía logren
liberar a su pueblo de las injusticias y luchen por una vida mejor.

39
Capítulo III.

Liderazgo femenino en la Iglesia, hoy

Partiendo del liderazgo de Débora abordado en el capítulo anterior se busca profundizar


en la vivencia del quehacer pastoral de las mujeres líderes de hoy en día y orientar su
tarea desde un modelo ejemplar como lo fue el de esta jueza y profetisa del pueblo de
Israel.

Son diversas realidades en las que se mueven las mujeres líderes en la actualidad y
que hace de la experiencia eclesial más solidaria y comprometida con la construcción
del Reino de Dios en el siglo XXI, lo que permite que los espacios para el desarrollo del
quehacer de la mujer se den; y de esta forma se valore cada vez más que las mujeres
estén en la total disposición de hacer presente el Evangelio de Jesús en medio de las
comunidades eclesiales.

3.1. El liderazgo femenino en la Iglesia circundante

Trayendo a la memoria un artículo que lleva por nombre “Mujeres que se inventan
salidas (Mateo 1, 1-17)”,55 de López Torres, se puede notar que existe una honda
relación entre la realidad de las mujeres que cita Mateo y las mujeres de hoy en día,
que de una o de otra forma, sin que nadie les ordene, escudriñan las soluciones más
factibles que favorecen a todos los que las rodean.

Cada una de las mujeres que Mateo menciona en la genealogía de Jesús, desde
Tamar, Rahab, Betsabé, Rut hasta llegar a María, tienen una experiencia singular, que
contribuyó a la historia de salvación, quizá no era lo que se esperaba que realizarán en
su contexto, sin embargo sus hazañas son recordadas desde tiempos remotos hasta el
día de hoy. De la misma manera en la Iglesia circundante se encuentran mujeres que

55
LOPES TORRES, Mercedes, “Mujeres que se inventan salidas (Mateo 1, 1-17)”, Revista de Interpretación Bíblica
Latinoamericana, n.25 (1996), pp. 52-68.

40
sin afán de protagonismo desempeñan un liderazgo incomparable, donde buscan los
espacios y momentos propicios para actuar por el bien de quienes están a su cargo,
haciéndolo en comunidad junto a sus hermanos que sufren, de este modo señalan los
caminos y las acciones que deben ejecutarse para tener una vida digna y su actuar y
proceder van acorde de lo que el Evangelio indica, saben al igual que María guardar
todo en su corazón, interiorizándolo pero sacando las deducciones que les permiten dar
contribuciones a una Iglesia que cada vez más se va abriendo a las realidades de este
milenio, en donde la colaboración de la mujer se toma en cuenta, máxime con una
autoridad como la del Papa Francisco, quien reconoce que las ideas femeninas tienen
peso en una Iglesia de los pobres para los pobres, su Santidad se muestra de acuerdo
con que las mujeres de este siglo son instrumentos elegidos por Dios y toman como
modelo a seguir a la Virgen María, quien supo proceder inspirada en la voluntad de
Dios.56

Así que el liderazgo femenino de hoy se deja ver en todo momento y espacio donde ha
sido acogida con todas sus iniciativas, a pesar de eso aún existe la discriminación y la
poca valoración por el trabajo de las mujeres y es aquí donde surge con más fuerza y
entrega la misión para todas aquellas que se esfuerzan día con día por brindar un
servicio con amor en medio de realidades diversas.

3.2. Mujeres con iniciativa y valentía para enfrentar los retos de la globalización

El momento histórico que se vive para muchos es crítico, especialmente para la mujer
de hoy quien tiene que enfrentar diversidad de retos como mujer, madre, esposa,
hermana, abuela, tía, cuñada, trabajadora en el hogar y fuera de él. Existen líderes que
rescatan la vida en este mundo tan consumista donde lo único que interesa es el
bienestar de unos pocos y la muerte de muchos. Es por ello que cabe recordar palabras
de López Torres en su artículo “Mujeres que se inventan salidas (Mateo 1, 1-17)” sobre

56
Cfr. Transcripción íntegra de la entrevista del papa Francisco en el avión de Brasil a Roma. Recuperado de:
www.vidanueva.es/.../transcripcion-completa-de-la-entrevista-del-papa- francisco-en-el-avion-de-brasil-a-roma, 03
de mayo de 2014.

41
cómo las mujeres encuentran esas opciones de vida aún donde pareciera que no
existen posibilidades de hallarlas:

Las mujeres enfrentan hoy la globalización mundial del mercado con una creatividad
impresionante. Ellas toman iniciativas a veces escandalosas, o que por lo menos
molestan al poder masculino excluyente. En estas iniciativas de las mujeres se
manifiesta hoy la fuerza salvadora de Dios. Es sorprendente la manera como se
manifiesta hoy la Buena Nueva de que Dios está presente en la historia humana. La
fuerza liberadora de Dios se manifiesta hoy, de manera especial, en la praxis
resistente y solidaria de las mujeres pobres que crean espacios de sobrevivencia, de
fiesta, de placer y de alegría, superando la exclusión del mercado, desde abajo, donde
57
ya no hay exclusión de nadie. Todos caben en este espacio que crean.

Cuando la mujer lucha lo hace por amor a los demás, es hermana de los que sufren, se
asocia con otras mujeres porque reconoce que sola no podrá vencer las dificultades,
esta es una característica peculiar de las mujeres que se conocen bien unas con otras,
de esta manera el grupo de las que desean hacer el bien para todos toman decisiones
que afectan el bienestar de muchos, haciéndolo con coraje sabiéndose capaces de
concluir sus hazañas todo por un bien común en una sociedad que clama a Dios y
donde ellas quieren ser esa respuesta viva para los que sufren, buscando hacer justicia
a los más pobres que padecen las consecuencias de la globalización.

Es importante rescatar también como la mujer de hoy ha sabido salir avante ante las
situaciones del neoliberalismo que no solo afecta a sus hermanos, sino a ella misma
también y para eso siguiendo a Navia Velasco en otro de sus valiosos artículos, se
rescatan las siguientes actitudes que el liderazgo femenino de este siglo debe poseer:
“La fortaleza, la búsqueda de estrategias, de rebuscar, de ingenio para salvar el día,
crear alternativas, posee una capacidad femenina de respuesta y resistencia”58. Para
terminar este apartado es importante reconocer algunas de las palabras que tiene la
autora para este momento. Ella señala:

57
LOPES TORRES, op. cit, pp. 52-68.
58
NAVIA VELASCO Carmiña, Mujer y neoliberalismo. Aportes para una lectura bíblica.”Revista de Interpretación
Bíblica Latinoamericana, n. 37 (2000), pp. 95-105.

42
Son generalmente las mujeres quienes tienen la responsabilidad de velar por los
miembros de la familia en relación a los alimentos, los cuidados, el vestido, etc, y la
obligación de satisfacer las necesidades de los/las hijos es mayor que la de los
hombres. Son las mujeres las que deben buscar estrategias de supervivencia cuando
caen los ingresos y suben los precios”. No se trata de una mujer que tenga hacienda,
no dispone de medios para invertir o comprar o plantar... Sólo cuenta con la fuerza de
sus brazos, con su capacidad de entrega y de trabajo. Es en este contexto, que
adquiere todo su sentido la palabra de Rut: “Iré donde tu vayas y viviré donde tú vivas.
Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Moriré donde tu mueras y allí seré
59
enterrada” (Rut 1,16).

3.3. El Espíritu Santo, fiel aliado de las mujeres laicas en la propagación de la


Buena Noticia

El protagonismo femenino, reconoce que su éxito ha sido gracias a la compañía del


Espíritu Santo, quien ha sido la luz que ilumina el caminar y cada acción femenina lleva
su sello, pues él les concede sus dones. Cada mujer líder sabe bien que antes de
emprender una tarea pastoral debe ponerse ante la presencia del Espíritu Santo,
tomando de él todos los elementos que le orientarán en la misión que se le
encomienda.

La mujer laica se reconoce triunfadora porque en alianza con el Paráclito sabe glorificar
el nombre Dios, como se pueden recordar las hazañas desde las mujeres del pueblo de
Israel entre de ellas Débora hasta las que libran las mujeres de este siglo, de esta
manera ponen el nombre de Dios en lo alto, pues en ningún momento se atribuyen
méritos que logran por la alianza filial que hacen con el Espíritu que habita en un cuerpo
de mujer y no solo de los hombres.

Existe un refrán popular que dice: “Detrás de un gran hombre existe una gran mujer”.
Pero es bueno que en esta oportunidad también se añada que en una gran mujer
también está el Espíritu Santo amor del Padre y del Hijo, que fortalece, guía, ilumina y
reivindica el quehacer pastoral de las mujeres. Es por eso que su presencia se deja ver

59
Ibíd., pp. 95-105.

43
tanto en el pasado como en el presente y con seguridad estará en el futuro, dentro de la
historia de Salvación en su relación íntima con mujeres. Un ejemplo claro es el de su
trato con la Virgen María en la concepción de Jesús y a lo largo de su vida terrena en la
misión que se le encomendó, traer a Jesús el Salvador al mundo, de educarlo y
acompañarlo hasta la consumación de su ministerio en la Tierra, el Espíritu Santo
estuvo presente siempre. Y es así como el Paráclito sigue aliado con las mujeres de
hoy que perseveran en el anuncio del Reino de Dios.

3.4. El liderazgo profético de las mujeres en el siglo XXI

Tanto en la primera y segunda parte de esta investigación, se pudo traer al presente,


cómo fue que las mujeres destacaron en situaciones que no se pensaba que pudieran
ejercer un liderazgo profético, tal es el caso de Miriam hermana de Moisés, Sara, Agar,
Rebeca, Lía, Sefora, Rahab, Ana, Rut, sin faltar Débora quien fue jueza y profetisa de
quien se abordó en el segundo capítulo de este ensayo, entre otras de las mujeres del
A.T. Cada una de ellas ejerce el profetismo en su contexto, algunas al hablar y en su
manera de actuar, otras solo en su proceder, pero cada una denuncia las injusticias y
proclaman la gloria de Dios manifestada en sus vidas y las de sus hermanos. De la
misma manera surgen mujeres en el N.T. que aparecen como líderes proféticas desde
su testimonio de vida y así a lo largo de la historia de la Iglesia.

Al tener de antesala a esta lista de mujeres sobresalientes en el tema del profetismo, se


puede decir que su carisma como profetas no queda en el anonimato, sino que se
rescata para servir de cimiento a las mujeres de este siglo, quienes también tienen la
misión de denunciar toda forma de arbitrariedad contra la dignidad humana, al defender
sus derechos y los de aquellos quienes no tienen quien luche por ellos. Esta tarea no
ha sido fácil, tienen que librar grandes batallas, no solo en lo social, político, cultural,
sino también en lo religioso, pero saben salir adelante a pesar del idealismo machista
que aún pleno siglo XXI se sigue viviendo.

44
Las mujeres de este tercer milenio toman iniciativas poco convencionales para muchos.
Como el atreverse a realizar una relectura de los textos bíblicos que fueron utilizados
para marginarlas, escribiendo libros, reflexiones y artículos que demuestran la
presencia de las mujeres a lo largo de la historia de salvación, para así rescatar los
aportes que ellas dejaron para redimir la memoria femenina. Otra de las iniciativas es la
de estar al frente de organizaciones sociales, religiosas, políticas, con fuertes
influencias que van cambiando la triste realidad de muchos de sus hermanos y
hermanas, quizá ya lo habían hecho antes pero ahora surgen con mayor auge.

Sin embargo son criticadas, incluso muchas veces por sectores religiosos que
pretenden seguir oprimiendo el pensamiento y el empuje femenino, sin reconocer que
en ellas Dios está actuando. Es por ello que las callan sin comprender que las mujeres
no desean tanto el ocupar puestos eclesiales, pues lo único que pretenden es ser
escuchadas, ya que lo que anuncian viene de Dios quien les habla al corazón, pero
lamentablemente las autoridades eclesiales en su mayoría se resisten a acoger los
aportes que puedan dar las mujeres a la Iglesia en temas delicados y a veces
restringidos.

A pesar de toda la realidad opresora en la que se mueven las mujeres, ellas van
abriéndose caminos buscando sus espacios para hacer vida la misión que se les
entregó. Reconocen que las vías no son muchas, pero aprenden de sus predecesoras
como Débora, que se puede denunciar y sobre todo anunciar la Buena Noticia que Dios
les comunica, es por ello que a pesar de lo complicado que se visualizan las situaciones
confían en sus propias cualidades y en la presencia de Dios en sus vidas, para que así
puedan asumir el reto de llevar el Evangelio a los más pobres.

3.5. La participación de la mujer en la acción pastoral

Las mujeres siempre están presentes en el quehacer pastoral, aunque ese lugar lo
fueron ganando poco a poco. Ellas son las primeras cuando se trata de actuar y eso se
puede constatar al percibir que a las parroquias o comunidades eclesiales asisten un

45
mayor número de mujeres que de hombres y aunque se les tilda de aspectos negativos,
esto no les afecta, porque saben de integración y reconocen que el diálogo constante y
la entrega en todas sus responsabilidades es ante todo el medio que les permite estar
unidas trabajando por una misma causa, el Reino de Dios.

En medio de todas sus luchas valen la pena sus esfuerzos y hoy las mujeres se
encuentran ejerciendo roles eclesiales que solo eran asignados a los hombres,
ocupando cargos pastorales como presidenta de alguna pastoral, coordinadora de la
comunidad a la que acude, dirigiendo grupos de oración, predicando la Palabra de Dios,
como catequista, animadora de la fe, ministra de comunión, trabajando en las diversas
pastorales que tienen como fin rescatar a muchos hermanos que se encuentran
perdidos en vicios, maras, prostitución; ayudando a las otras mujeres con carencias
como a las viudas, madres solteras; se les ve en el acompañamiento a señoritas y
jóvenes que fueron abusados física, verbal y psicológicamente, en visitas a hombres y
mujeres en las cárceles, a los ancianos abandonados por sus familiares, a los enfermos
en sus casa y hospitales, etc. La tarea de la mujer líder en la acción pastoral no se
detiene, pues con ayuda de sus compañeros hombres ejerce la misión que se le confió.

Otro ejemplo de incidencia pastoral es el de la atribución que tiene la mujer en la CEBs,


donde se puede constatar que su influencia es mayor a diferencia de la incidencia de
los hombres. En un estudio realizado por Méndez Peñate, la autora dice:

La mujer también participa en las CEBs. Hay que reconocer que en las comunidades
eclesiales de base, en toda América Latina la presencia femenina es mayoritaria.
Aunque nuestros hermanos sacerdotes lo resisten y lamentan la ausencia del varón,
la realidad es que casi sólo cuentan con las mujeres para la mayoría de las
actividades de la Iglesia. El varón no sólo no asiste sino que a veces es el mayor
obstáculo para que la mujer pueda dar su aporte y pueda darse cuenta que ella tiene,
como Jesús, la obligación de estar en primer lugar «en las cosas del Padre»(Lc.
2,49), y que «todo lo demás les viene por añadidura» (Lc. 12, 31). En las CEBs, las
mujeres nos vamos sintiendo «persona» pero aún falta mucho para que nos
descubramos como «personas del sexo femenino». Esto se debe, quizás, a que
todavía estamos muy sujetas a lo que diga o mande el «padrecito»; o quizás, a que el

46
padrecito le gusta «tener la sartén por el mango» y no alienta las iniciativas femeninas
por miedo, ignorancia, por la formación recibida, o por alguna otra «muy buena
60
razón»...

Sin embargo todo lo que aporta la mujer laica encuentra inconvenientes en muchas
ocasiones, por la falta de confianza hacia su proceder o por algunas personas que
siguen inmersos en el pensamiento patriarcal de hace siglos, quienes se ocupan de
dejar sus responsabilidades solo a varones, de los cuales se nota muy poco su
presencia en la Iglesia y que difícilmente asumen un compromiso honesto con la
comunidad eclesial.

3.6. Espacios para la tarea de la mujer laica

Como se menciona anteriormente el liderazgo femenino está presente en diversas


áreas de la comunidad eclesial, con ayuda de ella se logra avanzar y mejorar la calidad
de vida de sus hermanos pobres y desamparados. Es por ello que en este apartado se
presentan explícitamente esos espacios donde la mujer laica incide y puede hacer
presente el Reino de Dios. Como lo afirma Jarschel, en su artículo “Para que la
memoria histórica de la resistencia de las mujeres sea guardada… Génesis 38”:

Necesitamos de volver el poder a la sabiduría y a los espacios ocupados por la gran


mayoría de las mujeres. La acción de muchas mujeres es conquistar los espacios
masculinos como una estrategia para imponerse. Esto no es suficiente: necesitamos
devolver el poder y la calificación valorativa al lugar donde la mayoría de las mujeres
están ubicadas. En los campos, en las cocinas, en las escuelas, en las luchas
concretas por la vida, en los movimientos, en los asientos de las iglesias latinoameri-
61
canas, donde la mayoría que está sentada son mujeres...

Al reconocer que el liderazgo femenino no se impone de una manera violenta como lo


ha hecho el poder masculino, se establece que no es la mejor manera para

60
MÉNDEZ PEÑATE Adriana, ¿Una espiritualidad para la mujer?, Revista de Interpretación Bíblica
Latinoamericana, No. 13, (1992), pp. 87-103.
61
JARSCHEL Haidi, Para que la memoria histórica de la resistencia de las mujeres sea guardada…Génesis 38.
Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, No. 32, (1999), pp. 35-43.

47
permanecer, por lo tanto se deben crear espacios que permitan la incidencia de la
mujer de hoy. Estos según la experiencia y algunos autores son:

3.6.1. En la proclamación de la Palabra

Durante muchos siglos este privilegio solo fue otorgado a los hombres, excluyendo a la
mujer de su ejercicio, muchas veces utilizaban las Sagradas Escrituras para
fundamentarlo. Sin embargo hoy en día las mujeres tienen las puertas abiertas en este
campo del compromiso eclesial, pues ya son muchas las que dan testimonio de tener la
preparación y el suficiente coraje para transmitir la voluntad de Dios y ser un
instrumento de él para hacer llegar su mensaje salvador.

3.6.2. En las diversas pastorales

Son muchas las necesidades que existen tanto en la comunidad de fe como en el


mundo que la rodea y en este espacio la mujer del siglo XXI está llamada a dar una
respuesta generosa como siempre lo ha hecho en todo momento de la historia humana
concediendo desde su humildad y sencillez un sí como María de Nazaret al servicio de
los más débiles, hasta renunciar muchas veces a su propio bienestar dándolo todo por
la causa del Evangelio de Jesús. Es por ello que cada vez más crece la afluencia de
mujeres en las pastorales de la Iglesia, gozo para muchos, porque se reconoce que su
compromiso verdadero es fiel en la medida que alivia las necesidades de su
comunidad. Se les puede notar en la pastoral social, en la pastoral de la Tierra, en la
pastoral de enfermos, ancianos, niños, jóvenes, adultos, familias, sacramentos, liturgia,
evangelización. El servicio no se detiene y la mujer líder tampoco y se nota desde las
pequeñas comunidades hasta las grandes diócesis de este país.

3.6.3. En la docencia

En medio de todas las luchas que sobrellevaron las mujeres del siglo pasado y de este,
se lograron grandes avances en el aspecto educativo, obteniendo como resultado que

48
cada vez más se superen al salir de la ignorancia a la que fueron condenadas durante
muchos siglos atrás. Sin embargo el esfuerzo que se hace por muchas instituciones del
estado, privadas y eclesiales y de las mismas mujeres al frente de estos movimientos a
favor de la preparación femenina permite que la presencia de mujeres como maestras
en los diversos medios educativos sea factible. Es por ello que en la actualidad se les
conoce como docentes de diversos cursos dentro de ellos el que den moral cristiana o
educación en la fe, incluso hasta son docentes en las facultades de teología, donde de
alguna manera imparten la doctrina de la iglesia desde su interpretación como mujer sin
olvidar las bases de esta enseñanza. Es así como se abren camino en este medio que
era solo concedido a los hombres, quienes van aceptando la incidencia de la mujer en
la educación y más en el aspecto que trata de enseñar teología. A pesar de estos
avances hace falta mucho por hacer, para que se reivindique el lugar de la mujer en
cuestión de enseñanza.

3.6.4. En acompañamiento (Guía espiritual)

Por años las mujeres han sido consejeras en las comunidades eclesiales, empezando
por la familia. Carisma que es reconocido porque son personas que inspiran confianza
para acercarse a ellas y pedir un consejo y saberse siempre escuchados y atendidos.
La mujer que acompaña sabe bien que si acuden a su persona es porque reconocen su
experiencia que guía el camino de sus allegados y por el amor y sencillez con que
corrige cuando lo cree conveniente. Este es uno de los espacios privilegiados que la
mujer ocupa y desde donde ejerce un liderazgo que favorece a la vida en comunidad.

3.6.5. Como colaboradora en la Eucaristía

Con la crisis que enfrentan las vocaciones sacerdotales, se hace cada vez más
necesaria la presencia de ministros extraordinarios de la comunión donde hombres y
mujeres pueden auxiliar en el quehacer eclesial. Este es otro de los espacios que se ve
favorecido con la intervención de mujeres con carisma de servicio, por lo que es preciso
que se preparen para poder hacer llegar a Jesús sacramentado a quienes lo buscan y

49
lo necesitan. También para que sin necesidad de forzar a la ordenación sacerdotal de la
mujer, poco a poco vaya incorporándose al sacerdocio ministerial para romper con la
idea patriarcal que se ha manejado durante siglos.

Estos son algunos espacios por donde la mujer ejerce liderazgo y se espera que lo siga
haciendo para bien de la comunidad y de su propia persona.

3.7. Estilo de gestión femenina para la Iglesia de hoy

De la misma manera que el hombre sabe proceder para alcanzar los altos estándares
de incidencia en la misión de anunciar el Reino de Dios, así mismo la mujer líder se
percibe capaz de lograrlo también, reconoce que debe seguir las pautas que le
conduzcan a tener éxito en las empresas que se trace y para ello a continuación se
plantean estos estilos propios del liderazgo femenino con los que debe orientarse para
proceder con iniciativas que permitan que su quehacer obtenga los frutos esperados
para gloria de Dios y de su pueblo.

Este estilo moderno de servicio de las mujeres líderes es basado en un liderazgo


auténtico como lo plantea Ortega en “Tejiendo un nuevo paradigma de poder”62. A
continuación se plantean algunas características de este estilo que deben incluir las
acciones del liderazgo femenino teniendo como referencia los elementos encontrados
en la manera de proceder de Débora y en mujeres que en la historia han trascendido
por su manera de liderar:

3.7.1. Autoridad compartida a ejemplo de Débora

La líder debe saber perfectamente que para tener un liderazgo eficaz tiene que
encaminarse a una actitud de compartir la autoridad que se le otorga estando al frente
de la comunidad. Sin acaparar el poder en sus manos y menos abusar de él para fines

62
Cfr. ORTEGA SUÁREZ, Ofelia Miriam. “Liderazgo y poder: Redescubrir la dimensión femenina”, Núcleo
Mujeres y Teología de Guatemala, Ponencia en XV Jornadas Mujeres y Teología: Tejiendo un nuevo paradigma de
poder, agosto de 2012, 110 páginas.

50
personales, por el contrario su manera de actuar debe ser en comunión con los
miembros de la iglesia a modo de servicio. Esta manera de ser se encuentra
claramente en Débora que enfrenta la batalla contra los cananeos con ayuda de Barac
quien en su momento hizo lo que le correspondía junto a los diez mil hombres de la
Tribu de Neftalí y de Zabulón (Cfr. Jc 4, 6). Se comprende entonces que el poder se
debe comunicar a los demás, permitiendo que todos participen en la búsqueda del
bienestar de su pueblo.

3.7.2. Liderazgo incluyente desde la perspectiva de mujeres líderes en la historia

El liderazgo femenino no debe en ningún momento ser excluyente, por el contrario debe
propiciar el trabajo en equipo, consultando todo tipo de situación para establecer la
forma de proceder en determinadas circunstancias de la comunidad, donde con ayuda
de todos se resuelvan los problemas que afectan a la iglesia. Es importante que la
mujer líder incite a la participación de los demás sin hacer distinción de nada y de
nadie, sino más bien debe propiciar los espacios para que más miembros sean líderes
activos a ejemplo de ella sin necesidad de competir para ganarse los puestos en el
quehacer eclesial. Este aspecto es iluminado por la actitud que tomaron muchas
mujeres que están presentes en la historia de la Iglesia, siendo una de ellas Marcela de
Roma que en su pasión por estudiar las Sagradas Escrituras mantuvo una relación
incluyente no solo con otras damas de su época, sino también con hombres ilustres
como san Jerónimo de Estridón considerado Padre de la Iglesia.63 Se citan entre otras a
las que desempeñaban cargos en abadías como Santa Cecilia en Colonia, santas
reconocidas por sus méritos como Catalina de Siena, Juana de Arco.64

3.7.3. Lidia, un verdadero liderazgo que crea comunidad

En la medida de lo posible las mujeres de este siglo procuran hacer comunidad a pesar
de que en ocasiones se les excluya, buscan siempre incidir en decisiones que solo se

63
Cfr. NAVIA VELASCO, op. cit., pp. 87-99.
64
Cfr. DALY M, op. cit., pp. 21-22.

51
les permite tomar a los hombres menospreciando los aportes femeninos que ellas dan
por medio del servicio constante que prestan en la construcción del Reino de Dios, y de
este modo esquivar los obstáculos que se les presentan y tener como resultado la
reivindicación de su lugar en la Iglesia Cuerpo de Cristo.

Quizá falta mucho por hacer, aunque los cimientos ya están colocados y con
perseverancia, luchando cada día puedan fortalecer o reinventar salidas que favorecen
la comunidad, basándose en un liderazgo innovador que permita la participación de
todos los miembros de la colectividad, caminando a la par del pueblo de Dios a ejemplo
de Lidia que es una de las muchas mujeres que supieron establecer relaciones
comunitarias en los primeros cristianos, hombres y mujeres que trabajaban para que la
Buena Noticia llegara a más personas. Ella era una líder que ponía sus bienes al
servicio de sus hermanos y hermanas para que no les hiciera falta lo necesario.65

3.8. Desafíos en el quehacer de la mujer que profetisa el amor de Dios a su


pueblo

3.8.1. El rechazo de los hombres con ideología machista y patriarcal

La mujer que se identifica con Dios y sobre todo que lo escucha dando como respuesta
un sí generoso a lo que Él la llama a servir, al estar en el caminar se encuentra con
situaciones incomodas y hasta conflictivas con el pensamiento de hombres que no
permiten que las mujeres se desenvuelvan en los roles que según ellos les pertenece,
cuidando con celo egoísta sus puestos. Sin embargo la mujer sabe que nunca va a
quitarle nada, pues lo que busca le corresponde por derecho y es a ella a quien se le
arrebató, por ello solo pretende recuperarlo para responder mejor en la misión que se le
encomendó. A pesar de eso las mujeres líderes deben ser perseverantes en la fe y la
oración para promover una verdadera comunidad entre hombres y mujeres de una
misma iglesia.

65
Cfr. RICHTER REIMER, op. cit., pp. 47-59.

52
3.8.2. Poco apoyo por parte de la comunidad eclesial

Este es otro de los factores que afectó al quehacer de las líderes en siglos atrás y de
alguna forma en el presente. Sin embargo existen hombres que se van abriendo a la
idea de tener como compañeras de trabajo pastoral a mujeres que dejan su familia y su
hogar para dedicarle tiempo a las necesidades de la Iglesia y aunque les cueste
algunos reconocen lo importante que es la presencia de la mujer en la comunidad de fe.
En medio de todo esto hace falta mucha más conciencia para que el apoyo de todos
hacia la mujer sea una gracia que acompañe su misión evangelizadora.

3.8.3. Una sociedad de consumo a la que se enfrenta

Afortunadamente este es un desafío donde la mujer de este siglo sabe sacar la casta, al
demostrar que ella tiene la capacidad de enfrentarse a monstruos grandes como lo es
la globalización, abriendo caminos donde no los hay. Guiada por la acción del Espíritu
Santo es iluminada para buscar y encontrar la soluciones que mejoren la vida de la
comunidad y la de ella misma y así tener más medios para servir con entrega
incondicional, dando respuestas esperanzadoras a las circunstancias difíciles que
pasan sus hermanos, sabiendo de antemano que el camino no es fácil pues de una u
otra manera esto le afecta personalmente, a pesar de ello busca las salidas propicias
para surgir siempre victoriosa.

3.8.4. La automarginación de muchas de sus hermanas

El camino que tienen que recorrer ciertamente no es fácil y se reconoce que de la


misma manera que existen mujeres emprendedoras, líderes, con iniciativas propias,
con deseos de luchar todos los días para ser mejores y darse a los demás, también hay
muchas de ellas que prefieren acomodarse y no esforzarse por luchar a la par de
quienes desean se les tome en cuenta para que sus logros sean valorados y sobre todo
que pueda haber más apoyo por parte de las autoridades eclesiales para seguir
adelante. Este es otro de los retos que tiene que llevar en sus hombros la mujer líder, el

53
de levantar y acompañar a las que se sienten desanimadas para que cada vez más el
liderazgo femenino se acreciente y exista más mujeres con ánimos de seguir a Jesús,
quien en su vida terrena se relacionó con mujeres y valoró su entrega en el bien y la
misericordia.

3.8.5. La pobreza un verdadero reto

Al analizar los altos índices de pobreza en el país se constata que la más afectada a
causa de esta situación, es la mujer, quien tiene que discernir bien qué debe hacer para
identificar las soluciones que puede aportar para salir de ese ambiente, muchas veces
hostil para llevar a cabo una vida digna y así poder ayudar a sus hermanos los pobres.
Por lo mismo en la comunidad se encuentran mujeres activas y con iniciativas
sorprendentes que muestran que Dios está con ellas, pues se desviven para que no
falte el pan en su hogar al administrar los bienes y su tiempo efectivamente, de manera
que pueda dar su tiempo en las responsabilidades asumidas en la comunidad eclesial,
al tener presente que ahí existen más necesidades que tienen que ser superadas
gracias a su creatividad para resolver las dificultades.

Al concluir se espera que los aportes de este capítulo sirvan para fortalecer y valorar el
quehacer pastoral de las mujeres líderes en la Iglesia actual, para que realmente se
construya el Reino de Dios en medio de esta humanidad que sufre y exige justicia.

54
Conclusiones

1. Existe una relación muy estrecha entre la vida y manera de actuar de las mujeres
que a lo largo de la historia humana han ejercido un papel de liderazgo con las
mujeres de hoy, ya sea ellas solas como protagonistas o a la par de hombres que
les han dado su lugar en la historia de salvación. Dentro de la diversidad de
ejemplos que se pueden citar se encuentra uno muy peculiar, el de Débora una
jueza y profetisa del pueblo de Israel, quien es motivo de inspiración en la
realización de esta investigación, al traer a la memoria su gran hazaña de liberar al
pueblo de la opresión que eran víctimas por los cananeos, por medio de sus
características únicas como líder e instrumento de la voluntad de Dios.

2. Como se puede constatar la presente investigación procuró establecer todos


aquellos aspectos que favorecen de alguna manera el liderazgo femenino en la
Iglesia de estos días que aún conserva ciertos rasgos patriarcales. Así mismo el
recorrido que se hizo en los distintos ángulos de la historia permite construir un
nuevo camino para las mujeres que en la actualidad se encuentran frente a grandes
y pequeñas comunidades afectadas por la diversidad de necesidades como la
pobreza, enfermedades, abandono de niños y ancianos, jóvenes inmersos en
vicios, problemas familiares, entre otras, las cuales se deben resolver y donde el
hombre no puede dar respuesta de manera individual por lo que se opta por la
comunidad, en la que también perseveran mujeres elegidas por Dios para ser
instrumento de su amor y manifestación hacia los más débiles de la humanidad.

3. En la investigación se plantean algunas herramientas así mismo las bases que


fundamentan el trabajo de mujeres en las comunidades eclesiales, tomadas desde
la Sagrada Escritura, de la tradición de la Iglesia y de la presencia de amor del
Padre, Hijo y Espíritu Santo que acompañan la misión de las mujeres de todos los
tiempos y de este siglo XXI. Dentro de ellas se encuentran la capacidad de
convocar, organizar, dirigir, compartir su autoridad y conocimientos, trabajar en
equipo, ser solidaria, vivir en íntima relación con Dios, tener una conciencia clara de

55
su vida personal, sensibilizar a los demás, liberar a los que sufren, servir con amor y
humildad, poseer iniciativas y una mente amplia, fortaleza para resistir, dejarse
guiar por el Espíritu Santo, entre otras. De esta forma se tienen las estrategias
necesarias que permitan el quehacer de la mujer desde la vida cotidiana hasta
prestar un servicio de dirección en su comunidad de fe en comunión con sus
hermanos hombres, como bien se ha demostrado.

4. En la actualidad existen mujeres de Dios que enseñan la palabra de una manera


sencilla y transparente; pero es difícil que se les reconozca. Estas ejercen un
liderazgo mucho más fuerte que el esposo. Sin embargo algunos de ellos prefieren
que su esposa se dedique a la educación de sus hijos, quitándoles su protagonismo
en los quehaceres de la pastoral. Lamentablemente esto no contribuye a la
promoción y fortalecimiento de una Iglesia con más igualdad para sus miembros,
donde todos comparten los dones que el Espíritu Santo derrama en ellos, teniendo
así los mismos privilegios y las mismas obligaciones como sociedad.

5. El reconocimiento y la visibilidad de las mujeres se hacen necesarios en los


avances de la toma de decisiones religiosas, eclesiales y pastorales. Esto quiere
decir que se debe dejar de lado toda clase de prejuicio que ha imperado en la
mente, tanto del hombre como de la mujer, que ha enseñado que ella no es
partícipe de las decisiones dentro de la Iglesia, ya que, siempre ha tenido que
depender de la última palabra del hombre, pero esto debe cambiar en la medida
que se haga una lectura más reflexiva de muchos textos que dan testimonio de que
las mujeres tienen las mismas capacidades que el hombre para defender su fe y su
Iglesia con una buena argumentación.

56
Sugerencias pastorales

El estudio del tema “Débora como modelo de liderazgo femenino para la Iglesia” ha
recogido valiosa información que en el quehacer pastoral tanto de mujeres como para
hombres es muy importante, por lo que invita a:

1. Seguir luchando por el reconocimiento del protagonismo y sobre todo el liderazgo


de las mujeres de hoy en nuestras comunidades eclesiales, permitiendo que más
mujeres sirvan en ministerios que anteriormente eran solo otorgados a los hombres,
para que juntos puedan dirigir de mejor manera el proyecto de Dios, su Reino.
Teniendo como modelo a seguir a las mujeres que hicieron una relectura del
Evangelio, en el caso de Marcela de Roma, Isabel de Villena, Cristina de Pizán. A
quienes dirigieron comunidades religiosas como Ángela de Merici, las hijas de la
Caridad de Vicente de Paul. También se encuentran Ana María Muzzoni, Armida
Barelli, Livia Bianchetti, que tuvieron la capacidad de dar respuesta a los desafíos
del movimiento feminista.

2. Luchar a la par de los hombres por la valoración de los derechos de las mujeres, de
manera dialogante con las autoridades de la iglesia y sociedad, para crear y
fortalecer los espacios que permitan el desempeño de las cualidades de las
mujeres que las ponen al servicio de sus hermanos, los más pobres. Buscando
tener una comunidad más fraterna donde el liderazgo incluyente se evidencie y se
permita la participación de todos los miembros de la Iglesia en las situaciones que
le afecten.

3. Como mujer, no permitir el maltrato y defenderse con mucha cautela de los abusos
de las autoridades que tanto daño causan a las mujeres líderes y que ocultan el
protagonismo femenino a lo largo de la historia de salvación. Evitando conflictos
con quienes poseen una ideología patriarcal y buscando los espacios propicios para
realizar su quehacer pastoral. Promoviendo también el respeto y cuidado de la
Madre Tierra con quien la mujer tiene una íntima relación.

57
4. Anunciar, con la potestad que Dios da al poder femenino, los textos que
demuestran la presencia de la mujer en la Historia de la Salvación y el valor de su
participación en ella, rescatando del anonimato la memoria de mujeres como
Débora jueza y profetisa (Cfr. Jc 4, 4-10) y muchas más que sobresalen desde la
cotidianidad hasta ejercer cargos públicos, para así luchar por los designios de Dios
en sus vidas.

5. Acudir a fuentes bíblicas, que ayuden a fomentar la capacidad de autoridad


femenina en las iglesias desde una actitud servicial y misericordiosa en comunión
con todos los miembros de su comunidad y siendo dócil a las inspiraciones de Dios
como lo fue Débora, para saber en qué momento de la historia humana y de la vida
propia se debe actuar y de este modo obtener la victoria para Dios y sus hijos que
sufren. Para esto se deben discernir los textos bíblicos del A.T. y N.T. donde se
menciona a mujeres como Sara, Agar, Rebeca, Lía, Sefora, Rahab, Ana, María
hermana de Moisés, Rut, Apfia, Lidia, Maria Madre de Jesús, Febe, Trifena,
Pérside, Junia, Julia, María, Prisca, Evodia, Síntique y muchas más que
seguramente desempeñaron un papel importante en su momento para que sus
nombres quedaran plasmados en las Sagradas Escrituras.

6. Trabajar en igualdad de dignidad con los hombres en la misión que Dios les
encomendó como mujeres líderes que son y así ayudar al surgimiento de nuevas
vocaciones de servicio, donde existan mujeres dispuestas a darlo todo por el Reino,
apreciando la importancia de los rasgos del liderazgo femenino encontrados en el
A.T. y N.T. resaltando dentro de ellos: El valor de la maternidad, la solidaridad, la
amistad, el servicio que libera, el perdón que permite establecer una nueva vida,
entusiasmar, sensibilizar. Para que de este modo se conduzca a la comunidad por
el camino que lleva a la felicidad de todos, donde se viva con justicia y paz.

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