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datos, que no incluyen todas las áreas de la pedagógico o didáctico. El juego es, sobre todo,
Convención (Naciones Unidas, 2010). Se ha un elemento fundamental de identidad, indivi-
anunciado un nuevo Plan que abarcará hasta el dual y colectiva. Cuando pensamos en nuestra
año 2015. infancia, una de las cosas que inmediatamente
nos vienen al recuerdo son nuestras experien-
Para colaborar en el mejor conocimiento de la cias de juego: los lugares, los tiempos y las per-
situación de este derecho y de sus potencialida- sonas con las que crecimos jugando. Determi-
des educativas, un grupo de profesionales del nados juegos permanecen anclados en nuestra
juego infantil y profesores universitarios de identidad singular. Pero los juegos dotan tam-
diferentes áreas de conocimiento, creamos en el bién de identidad colectiva. Cuando un pueblo
año 2010, con el apoyo de la Asociación Espa- reclama sus tradiciones, se esfuerza por prote-
ñola de Fabricantes del Juguetes (AEFJ), el ger y fomentar sus juegos. Los juegos cumplen,
Observatorio del Juego Infantil1. El Observato- así, la función cultural de ser prácticas de inicia-
rio se define como un instrumento cuyo fin es ción del niño en el mundo. Al jugar, los niños
el seguimiento de la aplicación del derecho de adoptan ese mundo, aprenden sus normas y valo-
los niños y las niñas a jugar. Para ello, realiza res. La escritora norteamericana Martha Nuss-
un informe anual sobre el ejercicio del derecho baum ha insistido, en este sentido, en la potencia-
al juego en los entornos de experiencia infantil, lidad del juego infantil para el desarrollo de las
las escuelas, las familias y el contexto social actitudes y valores que sustentan una cultura
general, a través de unos indicadores básicos democrática. Para Nussbaum, de cara a este desa-
que evidencian su grado de desarrollo. Asimis- rrollo el juego desempeña en la infancia un papel
mo, recopila y contribuye a la promoción y similar al que tiene más tarde el arte:
difusión de estudios e investigaciones sobre el
valor del juego, además de canalizar las aporta- «Concebir a los otros seres humanos como
ciones de expertos y aprovechar las sinergias entidades amplias y profundas, con pensa-
derivadas de su interacción. Este número mientos, anhelos espirituales y sentimientos
monográfico de Bordón. Revista de Pedagogía, propios, no es un proceso automático. Por el
promovido desde el Observatorio del Juego contrario, lo más fácil es ver al otro como ape-
Infantil, constituye una muestra de su trabajo2. nas un cuerpo, que por ende puede ser usado
para nuestros propios fines, sean éstos bue-
El juego es uno de los grandes factores del cre- nos o malos. Ver un alma en ese cuerpo es un
cimiento infantil. Esta fue la gran intuición que logro, un logro que se encuentra apoyado en
tuvieron los educadores renovadores, como el las artes y la poesía, en tanto éstas nos instan
pedagogo alemán de la primera mitad del siglo a preguntarnos por el mundo interior de esa
XIX, Friedrich Froebel, que promovió el esta- forma que vemos y, al mismo tiempo, por
blecimiento de los kindergarten o jardines de nuestra propia persona y nuestro interior»
infancia, como espacios en los que los niños se (Nussbaum, 2010: 139).
desarrollan mediante el juego, con un tipo
especial de juguetes llamados «dones», precur- El juego, como el arte y la poesía, nos descubre
sores de los actuales juegos didácticos. Esta a los otros, nos muestra que hay otros con los
misma intuición la siguieron después los peda- que debo contar, que el mundo no acaba en mí;
gogos de la Escuela Nueva de finales del siglo me enseña a ponerme en su lugar, a confrontar
XIX y primeras décadas del XX, que acercaron nuestros intereses sin ver en él o ella un peli-
las tareas escolares a la actividad lúdica. gro. Pero el juego también me descubre a mí
mismo: mis posibilidades de ser, lo que quiero
La dimensión educativa del juego no se agota, conseguir y por lo que me voy a esforzar. En la
sin embargo, en sus posibilidades como recurso vida cotidiana, los juegos proporcionan a los
niños muchas ocasiones para este descubri- los discursos, prácticas y testimonios de desta-
miento de sus posibilidades. En consecuencia, cados educadores del siglo XX. El apretado
los juegos no solo son transmisores, sino tam- pero completo repaso realizado a la pedagogía
bién creadores de cultura. La cultura solo pro- española del pasado siglo, permite apreciar
gresa con el entusiasmo, el trabajo creativo, la cómo, de una manera progresiva y gradual, las
imaginación. De la rutina no nace nada nuevo. virtualidades del juego infantil han ido calando
Y eso es lo que proporciona el juego: esfuerzo, en el imaginario social y pedagógico contempo-
inventiva, imaginación, ensayo, estrategia. To- ráneo.
das estas capacidades se empiezan a adquirir en
los juegos de la infancia. Conrad Vilanou (Universitat de Barcelona) y
Jaume Bantulà (Universitat Ramón Llull) anali-
En este número monográfico hemos querido zan la génesis y evolución de la eutrapelia,
profundizar en estas distintas dimensiones edu- entendida como la virtud del juego. Tomando
cativas, formativas y culturales del fenómeno como eje conductor este concepto, proveniente
lúdico. Para ello hemos contado con la aporta- de la filosofía aristotélica, rastrean el proceso
ción de reconocidos investigadores de varios mediante el cual la tradición católica aceptó el
países (España, Alemania, Canadá, Estados juego combatido por el puritanismo de la refor-
Unidos y Reino Unido), que han abordado los ma luterana. Los autores recorren los discursos
diferentes aspectos teóricos, históricos, filosófi- pedagógicos sobre el juego y la eutrapelia des-
cos, psicológicos, sociales y didácticos que con- de la Baja Edad Media a la Modernidad, pasan-
forman la realidad compleja y poliédrica del do por el humanismo renacentista, para mos-
juego. trar cómo a través de la eutrapelia el juego
entrará en el mundo de la educación siendo
Hemos estructurado las aportaciones en dos aceptado por teólogos y pedagogos. A conti-
grandes bloques. El primer bloque incide en las nuación, Kevin J. Brehony (University of Roe-
bases históricas y epistemológicas del juego en hampton, Reino Unido), uno de los mayores
diversos contextos y realidades pedagógicas. El especialistas mundiales en la obra de Friedrich
monográfico se abre con un estudio de Rosa Froebel, examina con una mirada fina y abierta
Bruno-Jofré (Queen’s University, Canadá) y el papel que «juega el juego» en la educación
Gonzalo Jover (Universidad Complutense de de la primera infancia en el kindergarten froebe-
Madrid) acerca de la construcción de la idea del liano. El romanticismo alemán y la filosofía idea-
niño como sujeto —en sus dimensiones de lista brindan las claves para comprender el sen-
mismidad material o corporal, relacional y tido y significado de los conceptos de juego y
reflexiva— y las nociones correspondientes del trabajo del pedagogo germano, un marco de
juego, en los credos pedagógicos publicados en compresión que ayuda a entender la relación de
Estados Unidos a finales del siglo XIX por el las ideas de Froebel con movimientos intelec-
hegeliano William Torrey Harris, James L. tuales de los dos últimos siglos, más allá de los
Hughes, promotor de las ideas de Froebel, y campos de la educación de la primera infancia
Edward W. Scripture, impulsor de la psicología y la educación en general.
experimental. A través de estos tres ejemplos
históricos, el análisis muestra las tensiones que Patricia Quiroga (Universidad Complutense de
subyacen en la pretensión de someter el juego a Madrid) y Jon Igelmo (Universidad de Deusto)
una intencionalidad externa. A continuación, el indagan sobre la concepción del juego en las
artículo de Andrés Payà (Universitat de Valèn- escuelas Waldorf, mediante un estudio de las
cia) considera algunos de los rasgos formativos aportaciones de Rudolf Steiner y de los princi-
del juego infantil, recurriendo para ello a la his- pios teóricos más importantes de la pedagogía
toria de la educación española y al examen de Waldorf. Empleando la historiográfica crítica y la
historia de la ideas, los autores revelan las (University of Greenwich, Reino Unido) ofre-
características que definen el juego para la edu- cen un estudio sobre el tipo de interacciones
cación de naturaleza antroposófica, las cuales que mantienen los preescolares en el aula en
reivindican la necesidad de integrar la educa- función de su estatus sociométrico y del tipo de
ción en el juego y no al contrario. Finalmente, actividad que realizan. Los resultados obteni-
este primer bloque del monográfico se cierra dos invitan a plantearse la necesidad de intro-
con la aportación de Núria Sara Miras (Univer- ducir mejoras en la trama de relaciones de las
sität Leipzig, Alemania) quien, a propósito del aulas de educación infantil, favoreciendo las
discurso filosófico del conductismo social de interacciones de tipo lúdico.
George Herbert Mead a principios del siglo XX,
revisa los conceptos game (juego organizado) y Por su parte, Lindsey Russo (State University of
play (sencillamente jugar) como conformado- New York at New Paltz, Estados Unidos) inci-
res de un laboratorio esencial de la democracia de en esta misma necesidad mediante un estu-
en el seno de cualquier comunidad. La autora dio longitudinal realizado en una escuela inde-
realiza un examen de estos conceptos y de su pendiente para niños pequeños de la ciudad de
potencial relevancia para la construcción de un New York, cuyo currículo se fundamenta en el
modelo de sociedad específico dentro de un juego y la creatividad. La investigación consi-
mundo global, sosteniendo que una mejor inte- dera las expectativas y percepciones de padres
gración entre los modos de actividad humana y maestros, y pone de manifiesto el potencial
(juego, trabajo, creación) y una sociedad for- lúdico de las experiencias de aprendizaje inte-
malmente más igualitaria y abierta, podrían ser gral infantil, que contrasta con otras prácticas
las respuestas de Mead a los nuevos retos glo- más centradas en el desarrollo de habilidades
bales. académicas de lectura, escritura y aritmética.
Finalmente, Xavier Bringué, Charo Sádaba y
El segundo bloque de contenido está conforma- Elena Sanjurjo, del Foro Generaciones Interac-
do por varios artículos de carácter psicopeda- tivas, abordan la importancia del juego infantil
gógico y/o aplicado a cargo de reconocidos como elemento de desarrollo personal y social
expertos, que aportan reflexiones, análisis de a través del estudio de los videojuegos. Los
prácticas, experiencias y trabajos de investiga- autores establecen una tipología de usuarios
ción empírica acerca de las virtudes y potencia- atendiendo a las variables sociodemográficas, al
lidades educativas del juego. En primer lugar, uso de otras pantallas como elemento lúdico, a
José Luis Linaza (Universidad Autónoma de la dimensión escolar y académica, así como a la
Madrid) plantea el carácter universal del juego implicación de la familia en el uso de los video-
infantil y su relación con las prácticas cultura- juegos y sus posibles consecuencias. El estudio
les locales, prestando especial atención a las del comportamiento de los videojugadores les
teorías contemporáneas del desarrollo psicoló- lleva a concluir con una serie de recomendacio-
gico de Piaget y Vygostky. La relación entre nes educativas acerca del papel del ocio digital
cultura y juego de reglas y de ficción resulta en los menores y su relación con los ámbitos
fundamental para una comprensión adecuada académico y familiar.
de la actividad lúdica y una visión fructífera de
la educación, como algo distinto de la mera Esperamos que las aportaciones aquí recogidas
transmisión de contenidos desgajados de la de los distintos especialistas sirvan para conti-
experiencia, para cuya justificación el autor nuar y promover el debate pedagógico sobre el
apela al legado de Bruner en torno a la educa- potencial educativo del juego. Como muestran
ción, la epistemología y el juego. A continua- los estudios presentados, el juego no es una
ción, Rosario Ortega y Eva M. Romera (Univer- cuestión baladí, es algo muy serio y, como tal,
sidad de Córdoba) junto a Claire P. Monks hemos de estimular su presencia en nuestra
labor pedagógica. La máxima horaciana del cultura. El juego infantil es un derecho y como
«aprender deleitando» puede y ha de estar vi- tal hemos de protegerlo, defenderlo e impul-
gente en una sociedad marcada por el ocio y la sarlo.
Notas
1
El Observatorio del Juego Infantil (OJI) está dirigido por Gonzalo Jover y cuenta entre sus miembros con algu-
nos de los autores de los trabajos recogidos en este número: José Luis Linaza, Jaume Bantulà, Xavier Bringué y Andrés
Payà. Pertenecen también al Observatorio Petra Mª Pérez Alonso-Geta, catedrática de Teoría de la Educación en la
Universitat de València, e Inma Marín, directora de Marinva, empresa especializada en proyectos de comunicación,
ocio y juego infantil. La Secretaría del Observatorio está a cargo de Maite Francés, de la AEFJ. http://www.observa-
toriodeljuego.es
2
La elaboración del número se ha atenido estrictamente a las normas de Bordón. Revista de Pedagogía. Todos los
artículos publicados han pasado por un riguroso proceso de evaluación a cargo de especialistas, por el procedimien-
to doble ciego. Han sido rechazados los artículos que, a juicio de los revisores, no cumplían con las condiciones nece-
sarias.
Referencias bibliográficas
NACIONES UNIDAS (2002). Convención sobre los Derechos del Niño. Examen de los informes presentados
por los estados. Observaciones finales del Comité de los Derechos del Niño. España
(CRC/C/15/Add.185, 13 de junio de 2002).
NACIONES UNIDAS (2010). Convención sobre los Derechos del Niño. Examen de los informes presentados
por los Estados partes en virtud del artículo 44 de la Convención. Observaciones finales: España
(CRC/C/ESP/CO/3-4, 3 de noviembre de 2010).
NUSSBAUM, M. (2010). Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades. Buenos
Aires: Katz Editores.
OBSERVATORIO DE LA INFANCIA (2006). Plan estratégico nacional de la infancia y la adolescencia, 2006-
2009. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
Gonzalo Jover