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Entendiendo y Replanteando la Psicoterapia

Alejandra Oriana Fernández Rodríguez.

La definición de las ciencias y su objetivo no siempre es algo obvio. Muchas veces se

ejerce una disciplina sin la conciencia de qué es, perdiendo el horizonte de esta definición. Este

aspecto ha sido controvertido en la psicología debido a los debates que sucinta su definición y

sus objetos centrales. Respecto a la psicoterapia, las propuestas que expondré en este ensayo son:

a) que existe una definición que ha variado desde sus inicios, b) que existen ciertas

características que definen la psicoterapia más allá de sus escuelas y c) que es importante

considerar la psicoterapia como una disciplina creciente, con nuevos horizontes teóricos y

prácticos.

El psicólogo, sea cual sea su nivel de formación o especialidad, está llamado a realizar el

ejercicio de reflexión sobre lo que se proponemos ejercer, así tal vez sea más factible entender y

prever los progresivos avances, novedades y cambios en la disciplina. Así, la reflexión y el

reconocimiento de los desarrollos en psicoterapia son necesarios para entenderla como se

concibe hoy día. Este ejercicio subyace la necesidad del clínico de conocer qué es la

psicoterapia, de donde viene y para donde va. La compresión y la actualización son requeridas

para todo profesional de la psicología clínica que pretenda conocer, practicar responsablemente e

innovar en el campo de la psicoterapia.

En primer lugar, se debe reconocer que la psicoterapia tiene raíces desde la antigüedad

concibiendo diferentes medios dialecticos o místicos como medios de curación. Posteriormente y

de la mano de la medicina, los inicios tempranos de la psicoterapia se enmarcaron en contextos


más verídicos, rigurosos y corroborarles. Desde el psicoanálisis, pasando por las terapias

conductuales, cognitivas, humanistas existenciales, sistémicas entre otras, se desarrollaron

diferentes escuelas de psicoterapia. Cada una de estas se desarrolló a partir de una particular

comprensión del ser humano y de la patología, base para el desarrollo metodológico y técnico de

estrategias encaminadas a reducir el malestar psicológico de los consultantes y a restaurar el

funcionamiento psicológico y social.

A partir del surgimiento de escuelas psicoterapéuticas se ha considerado un variado

conocimiento sobre fundamentos teóricos, epistemológicos, metodología y técnica. A pesar de la

controversia ocasionada tanto por estos nuevos surgimientos como por condiciones propias de la

academia, la difusión y mercantilización de servicios de salud y del desarrollo propio de las

ciencias, la disciplina se ha enriquecido de muchas maneras. Por ejemplo, el énfasis en las

comunalidades entre enfoques han evidenciado características inherentes a toda psicoterapia; los

llamados factores comunes. Estos avances, junto con los esfuerzos por promover la práctica

basada en la evidencia han permitido replantear la disciplina en pos de la identificación de los

elementos activos de la terapia más allá de la técnica. Se genera así un nuevo movimiento que

considera como posibilidad la integración de las psicoterapias y el diálogo con otras disciplinas.

Este proceso de evolución hasta la actualidad ha abierto una nueva posibilidad de

concebir la psicoterapia. Teniendo en cuenta que una idea predominante en la psicoterapia ha

sido el enfrentamiento de escuelas por un podio entre las “mejores” (lo cual termina muchas

veces en la subvaloración y el endiosamiento de unas u otras), la idea de poder elegir, combinar,

crear o dialogar a partir de enfoques permite que la psicoterapia sea concebida desde una nueva

mirada, como una intervención reflexiva y planificada a partir del conocimiento pleno de varios

modelos terapéuticos y la consideración de la persona del consultante y sus necesidades


particulares. La responsabilidad de discutir, diseminar, y validar la postura integracionista ante el

gremio de la psicoterapia está propiciando un paso más en la escalada de crecimiento de la

disciplina, superando en parte los problemas que enfrentamos actualmente con la fragmentación

y el enfrentamiento de enfoques terapéuticos.

Teniendo en cuenta lo anterior, se prevé que la psicoterapia empezará a afrontar diferentes

retos. Aspectos como la necesidad de generar investigación o el diálogo entre escuelas y

disciplinas cobraran especial importancia en este estadio. En lo personal, considero relevante los

diálogos que puedan surgir entre la psicoterapia y la psicología positiva en cuanto puede

integrarse la idea del bienestar subjetivo en un aspecto importante del tratamiento más allá de la

patología. Entendiendo que la consideración del sufrimiento y la patología han sido prioridad de

la psicoterapia por razones de lejos válidas, el movimiento integracionista posibilita la

exploración de conceptos como el potencial humano, las virtudes, la felicidad y el florecimiento

entre otros, en pos de abarcar intervenciones que promuevan cambio terapéutico por medio de la

potencialidad de los consultantes. Los diálogos con la psicología positiva abrirán un nuevo

camino para pensar en la psicoterapia como medio para potenciar fortalezas humanas y trabajar

por el desarrollo humano pleno de los consultantes.

En conclusión, se puede reconocer la evolución de la psicoterapia a través del tiempo.

Igualmente, es evidente la transformación actual de su concepción a partir de las nuevas

propuestas integracionistas, lo cual nos hace pensar en el cambio que se ha venido asumiendo en

la disciplina desde hace ya varios años. Sin embargo, este progreso implica varios retos en

cuanto al divorcio de ideas arraigadas (como la de enfoques sin diálogo) y el compromiso con

ideas que apenas se están aceptando (posibilidad de dialogo inter-enfoque e interdisciplinar,

redefinición de efectividad en pos de factores comunes). Ante este panorama es importante que,
como psicólogos clínicos en constante formación, nos impliquemos en la tarea de generar el

debate y dialogo constructivo con la comunidad psicológica sobre la realidad actual y las

posibilidades que trae el movimiento integracionista para consolidar el crecimiento de la

psicoterapia como disciplina.

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